Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Fordismo y Posfordismo

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 29

Fordismo1

El fordismo es un sistema de producción implantado a principios del siglo XX por el


empresario estadounidense Henry Ford, gracias al éxito que tuvo en la fabricación del
primer modelo automovilístico de Ford. Pese a que empezó a utilizarse en el año 1908, no
fue hasta los años 30 cuando se expandió internacionalmente y se consolidó como el
principal modelo de producción industrial.
Principales bases del fordismo: características
El sistema fordista sigue unas bases imprescindibles para su puesta en marcha. Estas
características permiten el funcionamiento del modelo, y gracias a ellas tuvo tanto éxito en
una época complicada como fue la posterior a la Segunda Guerra Mundial:
 Producción en cadena. También llamada producción en masa, es la principal
característica que utilizó Ford en la fabricación de vehículos, y consiste en delegar una
tarea determinada a cada trabajador, que se terminará especializando en ella y
consiguiendo los mejores tiempos de trabajo.
 Especialización de la mano de obra. Cada uno de los obreros tenía una tarea asignada,
convirtiéndose en trabajadores extremadamente productivos en pequeñas tareas
específicas. Como consecuencia a ello, los trabajadores pierden flexibilidad en su tiempo
laboral.
 Aumento del salario de los obreros. Esta medida se propuso con el fin de que los
propios trabajadores tuviesen la capacidad económica de comprar los productos que
fabricaban (en el caso de Ford, sus coches), ampliando notablemente el consumo y las
ventas de los mismos.
 Mecanización del trabajo. Además de la especialización de los trabajadores, el fordismo
también incluyó novedosa maquinaria que aumentaría la productividad y facilitaría la labor
a los obreros.
Orígenes e historia del fordismo
El fordismo nació a principios del siglo XX, presentando similitudes bastantes notables
con el taylorismo, ya que ambos modelos daban relevancia al control de los tiempos de
trabajo y a la estandarización de los procesos. Sin embargo, podemos decir que el
fordismo dio un paso más allá, ya que buscó maximizar las cantidades producidas
(producción en masa), entendiendo que, al hacerlo, la sociedad buscaría un consumo en
masa, aumentando las ventas.

1
https://www.sdelsol.com/glosario/fordismo/

1
El modelo del keynesianismo permitió que el fordismo adquiriese cierta madurez a lo largo
del tiempo, dotando de protagonismo a las clases subordinadas. El término fordismo, a su
vez, fue acuñado por Antonio Gramsci, filósofo y político italiano que lo utilizó en el título
de un ensayo (americanismo y fordismo). En relación con la cadena de montaje, no fue el
propio Ford quien la inventó, sino que este la desarrolló siguiendo la idea de Ransom
Olds, ingeniero que la empezó a poner en marcha a principios del siglo XX.
Entre las características principales del fordismo se destacan: la producción en serie,
control de tiempos de fabricación y división del trabajo, la especialización en la
producción de bienes, reducción de costos, mayor circulación de las mercaderías,
políticas de acuerdo entre organizaciones sindicales y el capital, expansión estratégica
del mercado, mayor producción gracias a la tecnología de ensamble, trabajo alienante,
empleados sometidos al ritmo de la cadena de ensamble, tareas efectuadas por
etapas, donde en cada estación el empleado incorporaba una nueva pieza al producto,
aparición de la cultura de masas, el capitalismo generalizado basado en la producción
en serie y la expansión del consumo, cambios en los tiempos de fabricación (el obrero
ya no era dueño de sus tiempos de producción).

Henry Ford solía decir que “el cliente puede elegir el auto del color que quiera siempre
y cuando sea negro” debido a que en sus primeros años, el automóvil Ford T.,

2
emblema de Ford Motor Company, estaba disponible en varias tonalidades pero no en
negro. Según el modelo elegido se podía seleccionar entre los colores verde, gris, azul
y rojo. Hacia el año 1914 Ford comenzó a fabricar autos en color negro, no por
motivos estéticos, sino por su idea de un sistema de trabajo en cadena y producción
masiva que redujera costos y permitiera obtener precios accesibles a los
consumidores. La decisión por la cual todos los autos debían ser fabricados en color
negro radicaba en que el esmalte de ese color era el que más rápido se secaba, la
velocidad era muy importante para la producción. Otra posible razón era el costo más
económico de la pintura negra. La idea estaba dirigida a la maximización de la
producción y la eficiencia en la utilización de los recursos.

Ventajas e inconvenientes del fordismo


Este sistema de producción tiene notables ventajas, sobre todo en términos de
productividad, pero también posee algunos inconvenientes que, años más tarde,
derivaron en una crisis.
Ventajas
 Reducción de costes. Al maximizar la productividad de los obreros y conseguir una gran
eficiencia gracias a la cadena de montaje, los costes de producción descienden
notablemente.
 Disminución en los tiempos de producción. Los obreros están especializados en sus
tareas y, gracias a la ayuda de las máquinas, pueden realizar cada una de las pequeñas
actividades en los mejores tiempos posibles.
 Aumento de la productividad. No solo se incrementa la productividad de cada obrero,
sino que la de la empresa se maximiza en todos los sentidos, ya que hay una reducción
de costes en tiempo y dinero, además de niveles elevados de producción.
 Incremento en la oferta de mercancías y aumento del poder adquisitivo de la clase
obrera.
Inconvenientes
 Los trabajadores terminan perdiendo la motivación y acumulando estrés y cansancio,
dada la monotonía y exigencia que supone llevar a cabo la misma tarea todos los días.

3
 Existía el riesgo de que los trabajadores no lograsen cumplir con sus actividades en el
tiempo deseado, lo cual retrasaría la línea de producción y no permitiría llegar a los
objetivos propuestos por el directivo.
 A medida que el nivel de producción aumentaba, también incrementaba el margen de
error, algo que, unido a lo anterior, podía resultar fatal en un modelo que daba tanta
importancia a la productividad y la eficiencia.

Keynesianismo y fordismo.
La introducción y supremacía del taylorismo y fordismo en los talleres se fue
constituyendo a lo largo de los años según las industrias, las localidades, las
tradiciones de organización y la eficacia de la resistencia obrera, por ende los ritmos
de transformación fueron distintos. La producción en serie de las mercancías
necesarias creaba las condiciones ideales para que se desarrolle el consumo en
masa, pero el encadenamiento entre la producción y el consumo en masa solo se
logró tras un largo periodo de tiempo. Henry Ford era partidario de la distribución de
salarios altos, pero muchas veces esto no resultaba suficiente para que las personas
consumieran los bienes producidos a gran escala. Por lo tanto, y para asegurar con la
producción en masa el consumo en grandes cantidades, se pagaba al trabajador todo
o parte de lo que se le adeudaba con vales de compra solo canjeables por
determinadas mercancías vendidas en establecimientos específicos. Posteriormente
con el desarrollo del crédito al consumo se buscó otra alternativa entre la producción y
el consumo en masa.
Es importante resaltar que el Estado intervino en la economía a través de la política
económica keynesiana vinculada directamente con la gestación de la producción en
masa. Todo aquello que dificultaba los procesos de producción complicaba también
los procesos de consumo. Keynes consideraba que la actividad era fundamental para
poner en marcha el progreso económico y la riqueza, pero si había un amplio
porcentaje de ciudadanos sin empleo producto de la crisis del año 1930 iba a resultar
imposible, puesto que esas personas iban a ver menguar su poder adquisitivo y esto
generaría a su vez, un paro intensificado entre los trabajadores que habían producido
bienes que ya nadie podría comprar por no disponer del poder adquisitivo necesario.
Keynes recomendó la implementación de una fuerte política de consumo (que
combatiera las tendencias del ahorro) y de inversión pública (en especial en obras
públicas). De esta forma la política del trabajo y el salario debía fundamentarse en tres

4
objetivos: la fijación de un marco jurídico-legal consistente en un conjunto de reglas y
normas sobre la duración del trabajo, horas extraordinarias, trabajo de los niños y
salario. Asimismo, implementó la incorporación del salario indirecto (asignaciones
familiares, enfermedad, jubilación); y la asistencia a personas desempleadas y
accidentadas como un medio de control de las fuerzas de trabajo para mantenerlas a
modo de reserva en el sistema de producción capitalista.

Crisis y debacle del fordismo


Desde el año 1908 y hasta los 70, el fordismo fue creciendo hasta llegar a ser el sistema
de producción industrial por excelencia, gracias a sus avanzadas metodologías y grandes
resultados en la práctica. Tras terminar la Segunda Guerra Mundial, el fordismo vivió su
momento de mayor auge, donde la gran mayoría de industrias internacionales utilizaron
su metodología para producir en masa.
Sin embargo, llegados los años 70, la cadena de montaje y la extrema mecanización de
las tareas empezaron a llegar a un punto límite, ya que las cantidades producidas
aumentaron notablemente y empezaban a presentarse problemas a la hora de trasladar
la metodología a ciertos países del mundo. Además, los trabajadores perdían fácilmente
la motivación por culpa de la monotonía continua de sus tareas, viendo también su
intensidad de trabajo aumentada por culpa de los altos niveles de producción. Como
consecuencia de todo lo anterior, el fordismo perdió su época dorada, derivando en otros
modelos de producción como el posfordismo o el toyotismo.
Pese al escaso protagonismo que tiene actualmente el fordismo, es cierto que este
sistema dominó la industria durante un buen periodo del siglo XX, revolucionando la
manera de producir y consiguiendo grandes resultados a nivel internacional.

Crisis del modelo fordismo-keynesiano.


La crisis del fordismo de los años 70 del siglo XX pone en crisis al Estado de bienestar
instaurado en todo el continente desde los años 30 de la misma centuria, y cuyo gran
éxito fue el liderazgo económico y hegemónico de los Estados Unidos de América a partir
de la Segunda conflagración mundial (1939- 1945).
El origen de la crisis tiene que ver con cuatro causas importantes:
*Primero, el arribo en los años 60 del siglo XX de las potencias orientales bajo el liderazgo
nipón que restan mercados internacionales a los estadounidenses, incluso invaden sus

5
propios mercados, esto debido a la ventaja que representa el régimen de producción
flexible (toyotización).
*Segundo, la formación de la Comunidad Económica Europea que desde los años 60 de
la misma centuria implementan una estrategia de sustitución de importaciones
estadounidenses en la región, con el interés de bajar su dependencia tecnológica y
comercial de Europa al respecto de la Unión Americana, establecida como efecto del Plan
Marshall (1946) para reconstruir las economías europeas después de la Segunda Guerra
Mundial.
*Tercero, la crisis del dólar estadounidense de 1971- 1973 causa de la insolvencia de las
reservas en oro existentes en el fuerte Nox ante una emisión sobregirada de dólares, los
cuales ante la paridad oro dólar del momento no tiene respaldo, para lo cual se abandona
el sistema de cambios oro – dólar por el sistema fiduciario, actualmente vigente.
*Cuarto, la guerra árabe - israelí de 1973 (Guerra del Yom Kippur o del Ramadán), que
causa la crisis del petróleo donde los precios del crudo adquieren niveles que ponen los
términos de intercambio internacionales en abierta desventaja, y cuyo resultado es un
déficit comercial en la balanza de pagos de los Estados Unidos de América (Palacios,
2009).
¿Cómo afecta esta crisis a América Latina? La región comercia el 80% de sus
exportaciones como de sus importaciones con Estados Unidos. La crisis causa que la
pérdida de ventas de los estadounidenses principalmente en Europa, tanto por efecto de
la política de sustitución de importaciones estadounidenses por los europeos, tanto por la
competencia oriental sumamente agresiva, llevan a la reducción de compras a
Latinoamérica dado que es la región su principal proveedor de insumos y pertrechos
industriales como de materias primas.
El alza en el precio internacional del petróleo y la crisis del dólar agravan esta situación.
Estados Unidos de América ya no es propiamente una potencia industrialmente
competitiva. Su economía ya no se respalda en su capacidad productiva, sino de su
colocación de deuda como de su imperialismo militar subvencionado por la OTAN desde
la década de los años 50 del siglo pasado.

6
Posfordismo
Se denomina posfordismo al sistema productivo que, desde fines del siglo XX, es
característico de la mayor parte de los países industrializados. La especialización flexible,
el uso de las llamadas nuevas tecnologías de la información y la producción a pequeña
escala están entre sus principales rasgos.
El posfordismo es fruto del devenir histórico de los sistemas de producción. A finales del
siglo XIX surgió el taylorismo, basado en la organización científica o racional del trabajo a
partir de la división de tareas. Poco antes de la Primera Guerra Mundial, irrumpió el
fordismo y su producción en serie o en cadena mediante la línea de ensamble.
El posfordismo, en este marco, es el método que reemplazó al fordismo. Mientras en el
fordismo el trabajador repetía la misma tarea en el lugar que ocupaba en la línea de
producción, el posfordismo abandonó esa visión, dejando de lado la producción masiva y
estructurada.
En el posfordismo, la lógica organizativa contempla redes de pequeñas empresas que
permiten ordenar la cadena productiva. Así resulta posible adaptarse con rapidez a los
cambios del mercado, a diferencia de lo que ocurre en una compañía de gran tamaño y
estructura vertical.
La tercerización dispuesta por las grandes corporaciones y la tecnología hacen que las
pequeñas y medianas empresas (pymes) puedan incorporarse a la economía global. Así,
el posfordismo favorece la participación de múltiples actores en el mercado.
Es importante destacar que, con el posfordismo, las compañías no se centran en fabricar
un único producto en masa. Por el contrario, apuntan a desarrollar diferentes productos
orientados a distintos tipos de consumidores y buscan estar en condiciones de adaptarse
rápidamente a los cambios. La flexibilidad es el pilar de este sistema de producción que
contribuyó al auge del sector de servicios.
De la misma manera, no podemos pasar por alto tampoco que el posfordismo se identifica
porque propicia la creación de nuevas industrias, como sería el caso de la petroquímica,
la informática o la química, entre otras. Eso sin olvidar que favorece lo que es la
existencia de beneficios sociales a través de privadas.
Asimismo, tampoco debe olvidarse el hecho de que este sistema de producción favorece
lo que es la aparición del marketing e incluso trae consigo un aumento considerable de lo
que es el consumo en sí.

7
Aunque hay quienes apuestan por defender de forma vehemente el posfordismo, no
podemos pasar por alto que también están los que lo critican con contundencia. En
concreto, le atacan por razones como las siguientes:
-Hay quienes consideran que viene a ser simplemente fruto de la llamada autorregulación
capitalista.
-De la misma manera, se viene a establecer que en este sistema las relaciones entre los
empresarios y los trabajadores son más precarias.
-Asimismo, indican que en el posfordismo se apuesta mucho por los contratos temporales
y que los empleados disfrutan de menos beneficios sociales. Y es que el hecho de que se
use mucho la tecnología propicia que sea necesario disponer de menos número de
trabajadores. Una característica esta que, a su vez, trae consigo que exista una mayor
tasa de desempleo.
Además de todo lo indicado no podemos pasar por alto que existen distintas teorías que
vienen a analizar a fondo el posfordismo. Nos estamos refiriendo a las llamadas neo-
schumpeterianismo, la producción flexible y el regulacionismo.

El toyotismo
El sistema Toyota fue creado por Taiichi Ohno (ingeniero industrial japonés) y se
refiere a una serie de medidas aplicables al ámbito organizacional. Es comparable a
las innovaciones en la producción industrial desarrolladas por Taylor y Ford.
El toyotismo tuvo distintas etapas, una primera parte desde el año 1947 a 1950 en
donde se introdujo la automatización en la fabricación de automóviles, se mejoró la
distribución en planta (layout), y además un solo obrero se ocupaba de manejar varias
máquinas al mismo tiempo. A su vez, en el momento en el cual se aplicaban estas
actualizaciones en la producción el malestar y resistencia al cambio por parte de los
empleados se incrementaba.
En la segunda etapa que transcurrió desde el año 1949 hasta 1950 se sucedieron
hechos trascendentales como la irrupción de una huelga de trabajadores que trajo
como consecuencia el despido de 1600 obreros y la renuncia del presidente fundador de
la empresa. Finalizada la huelga, estalla la guerra de Corea aumentando la
demanda de producción de Toyota, sin embargo, tras haber despedido a un número
importante de trabajadores, la compañía debía buscar la manera de incrementar la
producción de bienes sin recurrir a la contratación de empleados.
Ya en la década de 1950 y principios de 1960 Toyota incorpora el método Kan-Ban, el

8
mismo es conocido por producir lo justo y necesario y hacerlo justo a tiempo, para
llevarlo a cabo, Ohno realizó un estudio del funcionamiento de los supermercados
estadounidenses, observando la administración de las existencias, determinó que los
productos de remplazo se adquirían en base a la mercadería vendida en las cajas.
Mediante este análisis, Ohno concluyó en que esta innovación podría ser muy
novedosa aplicada a la producción industrial, partiendo desde el departamento de
ensamble hasta la fábrica principal. En el año 1962 todos los establecimientos de
Toyota utilizaban el sistema Kan-Ban.
El sistema Toyota
Se encuentra determinado por tres características fundamentales aplicadas en el
mercado automotriz:
1- Pedidos pequeños y diferenciados: Luego de la segunda guerra mundial Japón
comenzó a experimentar un crecimiento en la industrialización y el consumo en
masa, a diferencia de lo que ocurría en Estados Unidos donde la organización
del trabajo se había alterado para adaptarse a las exigencias del mercado en
expansión, los empresarios de Japón se encontraban en una posición de
rezago técnico e industrial, asimismo existía en el mercado una gran cantidad
de empresas oferentes, por lo cual para poder mejorar la producción y exportar
sus productos era sumamente importante la capacidad para satisfacer
rápidamente los pedidos pequeños y variados de los consumidores.
Es por ello que Ohno consideró varias de las ideas utilizadas en el pasado por
Taylor y Ford para adaptarlas a la situación actual de la industria japonesa y de
esta manera ayudar a crear y renovar las condiciones productivas en el
mercado japonés.
2- El método Dekanscho y la situación financiera: En el año 1949 Toyota estuvo
muy cerca de la quiebra, a raíz de problemas financieros generados por las
medidas estrictas impuestas por el gobierno y que provocaron una caída en las
demandas de la empresa. Ante esta crisis la compañía tuvo que recurrir al
financiamiento de un grupo bancario que le impuso una serie de condiciones a
la hora de producir automóviles:
Ø Diferenciación entre la fabricación y distribución. Tenían que ser
sociedades autónomas.
Ø Acentuada disminución del personal.
Ø Ajuste en las cantidades de autos producidos y los vendidos por la

9
sociedad de distribución.
Ø La condición de producir lo justo y necesario surge a principios del año
1950 producto de las medidas impuestas a la empresa por parte de los
grupos bancarios. Toyota tuvo que adaptar la producción a las ventas
dando lugar a la primacía comercial y reduciendo sus efectivos.
Una de las causas de la crisis financiera de Toyota fue el método Dekanscho, un plan
de producción que consistía en acumular durante veinte días producciones y
existencias de piezas intermedias y de insumos, antes de fabricar automóviles los
últimos diez días del mes. Lo que ocurrió fue que la empresa, producto de su
desmesurado desperdicio de tiempo, trabajo y materiales se vio imposibilitada de
acceder a los fondos necesarios para adquirir componentes y unidades necesarios
para la fabricación de automóviles.
A raíz de esta experiencia la empresa Toyota organizo su producción en base a las
ventas efectivas, es decir, la producción con cero existencias8.
3-El mercado laboral: En Japón durante la década de 1950, producto de la
racionalización de la producción y las nuevas técnicas incorporadas por Ohno para
administrar la producción, comienzan a desencadenarse conflictos obreros y a
conformarse organizaciones sindicales opositoras a la racionalización del trabajo. Sin
embargo, transcurrido el tiempo, el sindicalismo industrial se convirtió en un
sindicalismo de empresa, orientado a que se hagan cumplir condiciones elementales
para los trabajadores de la empresa como por ejemplo el salario de antigüedad y
empleo de por vida.
En conclusión, el espíritu Toyota constituido por Ohno, se destacó por pensar de
manera inversa la producción industrial de occidente. Esto significa reducir los costos,
obtener el máximo de ganancias posibles ofreciendo bienes diferenciados, evitar los
grandes volúmenes de productos estandarizados, existencias y economías de escala.
Just in time y método Kan-Ban
El aumento de la demanda de suministros a razón de la guerra hizo que la empresa
Toyota intensificara su producción sin incrementar el personal y poniendo énfasis en la
ocupación simultánea de los empleados en varias máquinas, la automatización, y la
auto-activación. A diferencia de lo sucedido en el fordismo, en donde el trabajador
tenía que esperar que las unidades le llegaran desde la línea de producción, en el
sistema creado por Ohno, el propio empleado se trasladaba para buscar sus unidades
al puesto.

10
La tradición de la compañía Toyota desde su fundación en el año 1937, fue siempre
“producir justo lo que se necesita y hacerlo justo a tiempo, pero no producir
demasiado”. La instauración de esta forma de producción presentó resistencia por
parte de los trabajadores calificados, pero a partir de los cambios posteriores
instaurados por Ohno para garantizar el funcionamiento del sistema la situación de la
empresa mejoró extendiéndose paulatinamente a las otras fábricas de Toyota. Entre
los métodos utilizados se destacó el llamado Kan-Ban, que permitió, entre otros
aspectos, la descentralización de las tareas de planificación (que hasta el momento se
efectuaban por un departamento especializado según las sugerencias fordistas
clásicas) y la responsabilidad depositada en los jefes de equipo. Asimismo, se
estableció una relación estrecha entre las tareas de control de calidad de los productos
y la fabricación de estos (antes se encontraban centralizadas en un departamento
particular de control de calidad Toyota).2
El Kan-Ban resultó un medio de transmisión de información para el control de los
supervisores sobre los empleados, se colocaba un cartel ante un puesto de trabajo
donde se especificaba el tiempo de fabricación, cantidad, y estándar de la operación.
Un procedimiento innovador y revolucionario en lo que hace las técnicas de
planificación y optimización de la producción en la organización .A diferencia del
método tradicional de fabricación en cadena de Ford (de arriba hacia abajo), en Toyota
se iniciaba la producción en base a las ventas realizadas y los pedidos hechos a la
fábrica (de abajo hacia arriba) así en el departamento pertinente se tenía únicamente
en cuenta la producción de unidades necesarias para cumplir con la pauta de cero
existencias (Véase gráfico 2).

2
La traducción de Kan-Ban es “tarjeta con signos o señal visual”. El método Kan-Ban es descripto por Coriat
de la siguiente manera: “todo el sistema de circulación de las informaciones (y por tanto de las instrucciones
implícitas de producción y de puesta en marcha de las fabricaciones) se lleva a cabo mediante “cajas”, en las
cuales se colocan “carteles” (cartel es la traducción de la palabra japonesa Kan-Ban) donde están inscriptos
los “pedidos” que se dirigen entres si los diferentes puestos de fabricación. De esta manera, hay cajas Kan-
Ban vacías que circulan en sentido abajo-arriba y que contienen instrucciones para pedidos de unidades, y
cajas Kan-Ban cargadas con las unidades fabricadas que circulan en el sentido habitual arriba-abajo y que
corresponden a las entregas de las unidades pedidas” (Coriat, 1993, 46)

11
El sistema Kan-Ban, característico de la empresa Toyota, se formó para reorganizar el
taller y asociar las acciones (ejecución, programación, control de calidad) que antes
estaban tradicionalmente separadas por sugerencias tayloristas, la manera de
organizar la producción y su puesta en marcha se ejecutó de una manera diferente a
como se hacía en el pasado pensando y rediseñando departamentos, tareas, y
técnicas empresariales.
En lo que respecta al proceso de estandarización, Liker y Meier (2005) sostienen que
el sistema Toyota se basa en tres principios: En primer lugar, la tarea productiva debe
ser repetible (evitando tareas que se describan en los términos “si ocurre A, entonces
se debe hacer B, pero si sucede C, entonces haz D, y así sucesivamente”). En
segundo lugar, la línea de trabajo y el equipo deben ser confiables, a fin de que el
tiempo de inactividad sea mínimo. Esto evita que el trabajador se desvíe de su función
debido a interrupciones constantes del trabajo. Por último, lograr que los problemas de
calidad de los productos sean mínimos. En efecto, si el trabajador debe corregir
constantemente los defectos derivados de una uniformidad deficiente del producto,
produce un aumento del tiempo requerido para la producción y, por ende, conspira
contra la efectividad de la estandarización.

12
Es esencial explicar el principio de automatización y auto-activación, técnicas
implementadas por Ohno para organizar la producción y otorgarles autonomía a las
máquinas automáticas, con el fin de introducir un mecanismo de auto-detención de las
mismas en caso de funcionamiento defectuoso. Estos métodos se utilizaron en todas
las líneas de producción automotrices, lo cual es relevante ya que fueron dispositivos
mecánicos incorporados en el centro de las máquinas y como tecnología de organización
que concierne a la ejecución del trabajo humano al ser aplicado a
situaciones laborales y operaciones que no movilizaran necesariamente máquinas
automáticas. Todo ello se llevó a cabo con el objeto de evitar los desperdicios y las
fallas en los dispositivos de organización.
A principios del año 1950 se consolidó definitivamente en el sistema japonés la
organización del trabajo y administración de la producción en base a la desespecialización
de los profesionales, para transformarlos, no en obreros parcelarios,
sino en plurioperadores, trabajadores polivalentes y multifuncionales (el taylorismo y
fordismo procedieron a través de la destrucción los conocimientos obreros complejos y
su descomposición en movimientos elementales).La intención del toyotismo (como en
su momento el sistema taylorista y fordista) fue atacar el saber complejo del oficio de
los obreros calificados, para así disminuir su poder sobre la producción e incrementar
la intensidad del trabajo. Sin embargo, la resistencia al cambio por parte de los obreros
calificados fue muy fuerte y muchos no estaban de acuerdo con la idea de encargarse
de varias máquinas en simultáneo, de hecho en ocasiones los dispositivos eran tan
numerosos que a los obreros les costaba demasiado dominar su funcionamiento. A
ello se incorporaron operadores directos de tareas o funciones de diagnóstico,
reparación y mantenimiento, puesto que la automatización y la auto-activacion solo
tenían sentido si los operadores directos también se ocupaban de la vigilancia y
mantenimiento de las máquinas, sumado a esto en los propios puestos de fabricación
los empleados debían hacerse cargo de la calidad de los productos, es decir, la
aplicación de un control constante.

13
Historia del Fordismo y del Posfordismo
La historia del fordismo y el posfordismo es la historia de la producción industrial y la
gestión laboral desde principios del siglo XX hasta la actualidad. Lanzado por Henry Ford
en 1914, el fordismo se basó en un sistema de producción que enfatizaba la eficiencia y la
segmentación de las tareas laborales. A pesar de la resistencia inicial y desafíos como la
Gran Depresión, el fordismo floreció después de la Segunda Guerra Mundial, impulsado
por la intervención estatal y la Segunda Revolución Industrial, lo que condujo a un
crecimiento económico significativo y a la mejora de los estándares de vida. Sin embargo,
la rigidez del fordismo comenzó a mostrar grietas, dando lugar al posfordismo en las
décadas de 1970 y 1980. Este nuevo régimen, caracterizado por la flexibilidad en el
trabajo, la producción y el consumo, respondió a las limitaciones del fordismo,
conduciendo a una transición hacia economías basadas en el sector de servicios y en el
sector de la información. La transición del fordismo al posfordismo fue esencial para el
desarrollo de la economía moderna, con efectos duraderos para el mundo.
Los orígenes del fordismo
En 1911, Frederick Winslow Taylor introdujo la teoría de la gestión que se conocería
como taylorismo en su libro «Principios de la gestión científica». Según él, la producción
industrial debía ejecutarse de manera eficiente y sin desperdicio de materiales.
Enfatizó la segmentación de las tareas laborales y la estricta gestión del tiempo para
mejorar la productividad.
Unos años más tarde, en 1914, Henry Ford amplió estas ideas al abrir la primera
línea de ensamblaje automatizada en la historia en la fábrica de Ford Motor
Company en Highland Park. Henry Ford revolucionó la industria manufacturera al
introducir una jornada laboral de ocho horas y un salario diario de cinco dólares
para sus trabajadores. Estos cambios marcaron el comienzo del fordismo, un
sistema que combinaba la producción en masa con el consumo en masa.
A pesar de su enfoque innovador, el fordismo no se arraigó de inmediato. Varios
factores contribuyeron a la demora en su adopción generalizada. Ford creía que una
nueva sociedad solo podía formarse con la participación del poder corporativo. Por
ejemplo, durante la Gran Depresión (1929-1939), Ford aumentó los salarios para tratar de
frenar la disminución de la demanda. No obstante, esta iniciativa por sí sola no fue
suficiente. Hubo dos obstáculos significativos que dificultaron la consolidación del
fordismo durante el período de entreguerras:

14
 Primero, la sociedad fue inicialmente resistente a un sistema de producción
que imponía largas jornadas laborales mecanizadas con poco control sobre
el proceso de producción. En Estados Unidos, Ford dependía de trabajadores
inmigrantes que eran más adaptables, mientras que en otros países desarrollados,
el sistema fordista-taylorista no logró arraigarse inicialmente.
 Segundo, el éxito del fordismo dependía de la intervención estatal en la
economía, pero los estados fueron inicialmente reacios a involucrarse en
asuntos económicos. Sin embargo, eso estaba comenzando a cambiar, porque,
frente a una crisis económica global, muchos estados llegaron a la conclusión de
que intervenir en la economía era una mejor alternativa que encontrar soluciones
militaristas y racistas a la crisis, como las vistas en Alemania, Italia y Japón.
El auge del fordismo después de 1945
Durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), las sociedades de todo el mundo
aceptaron la racionalización económica, porque aumentó la productividad económica
cuando más se necesitaba, es decir, cuando los estados tenían que producir suficientes
armas para defenderse. Después de 1945, el papel del estado en la economía estaba
bien definido, permitiendo que el fordismo floreciera durante un prolongado auge
económico hasta 1973. Este período vio mejoras significativas en las condiciones de
vida, la contención de las crisis económicas y la preservación de la democracia.
La economía se basó cada vez más en tecnologías que maduraron durante la Segunda
Guerra Mundial, como automóviles, barcos, acero y productos petroquímicos. La
demanda fue impulsada por las clases privilegiadas en varias regiones industrializadas,
incluyendo el Medio Oeste en Estados Unidos, el Ruhr y Renania en Alemania, y el área
de Tokio-Yokohama en Japón. El desarrollo de infraestructura se convirtió en
responsabilidad estatal, impulsando tanto la demanda como la oferta.
El fenomenal crecimiento económico de 1945 a 1973 dependió de la colaboración y
los compromisos entre tres actores principales: el estado, el capital corporativo y
los sindicatos organizados. En el período inmediato posterior a la Segunda Guerra
Mundial, los sindicatos fueron políticamente derrotados en una atmósfera de represión y
anticomunismo, ejemplificada por las Leyes Wagner y Taft-Hartley en Estados Unidos. A
pesar de esto, los sindicatos retuvieron cierto poder, como el control sobre las
promociones y la seguridad de los trabajadores. Se convirtieron en herramientas para
disciplinar a los trabajadores a aceptar el fordismo.

15
Las corporaciones adoptaron racionalizaciones científicas para aumentar la
productividad, mejorando simultáneamente los salarios de los trabajadores y las
ganancias capitalistas. Las corporaciones aceptaron a los sindicatos, siempre y
cuando controlaran a sus miembros. El estado asumió numerosas
responsabilidades, incluyendo la inversión en infraestructura, la gestión de los
ciclos económicos a través de políticas monetarias y fiscales, y la provisión de
bienestar social. La medida de la intervención estatal variaba según el país, pero los
gobiernos de diferentes ideologías mantuvieron un patrón estable de crecimiento
económico y mejora de los estándares de vida.
El modelo fordista de posguerra representaba una forma de vida integral, centrada
en la producción y el consumo masivo, interactuando con el modernismo. Tenía una
dimensión internacional, expandiendo los flujos económicos globales para incorporar todo
el mundo capitalista, aumentando así diversas actividades económicas como el turismo y
las finanzas internacionales. El sistema fue sostenido por la hegemonía financiera,
económica y militar de Estados Unidos, que financió al mundo a cambio de abrir
economías y recursos a las grandes corporaciones.
El declive del fordismo
A pesar de sus éxitos, el fordismo no benefició a todos por igual, lo que condujo a
diversas formas de descontento. Hubo tensiones entre los sectores privilegiados y
los sectores desfavorecidos de la economía, con estos últimos no encajando en la
lógica del consumo masivo debido a empleos peor remunerados. Esta disparidad impulsó
movimientos civiles, incluidos aquellos que abogaban por la igualdad racial y de
género. Los sindicatos fueron criticados por los desfavorecidos por atender solo a
sus propios intereses, y el estado se convirtió en un objetivo principal de
descontento por no asegurar el bienestar social para todos. Los consumidores
criticaron la blandura del consumo masivo y la cultura y estética del modernismo
capitalista, como los suburbios insulsos y los centros económicos sin carácter. El
Tercer Mundo cuestionó su subyugación, recibiendo pocos beneficios económicos
tangibles a cambio de adoptar los principios fordistas.
A pesar del descontento, el régimen fordista se mantuvo intacto hasta 1973, extendiendo
sus beneficios a varios componentes. No obstante, comenzaron a surgir señales de
problemas a mediados de la década de 1960. La finalización de la reconstrucción europea
y japonesa, la disminución de la productividad corporativa, las políticas de sustitución de
importaciones en el Tercer Mundo y la creciente competencia entre empresas

16
estadounidenses, europeas y japonesas señalaban posibles problemas. El problema era
que el fordismo era demasiado rígido, por lo que no podía adaptarse adecuadamente a
los tiempos cambiantes.
El auge del postfordismo
Las paisajes económicos y políticos de las décadas de 1970 y 1980 experimentaron
una reestructuración significativa, dando lugar a lo que se conoce como
«postfordismo» o «acumulación flexible», una respuesta a las limitaciones del sistema
fordista. Este nuevo régimen marcó una ruptura con la rigidez del fordismo, introduciendo
flexibilidad en el trabajo, la producción y el consumo. Se enfatizó la adaptabilidad y la
capacidad de respuesta a las condiciones cambiantes del mercado. Esta flexibilidad
permitió un mayor control sobre los trabajadores, con un aumento del desempleo, la
disminución de los salarios y la proliferación de contratos temporales o a tiempo parcial a
medida que las empresas reaccionaban a un entorno más competitivo. Sin embargo, los
cambios también facilitaron el desarrollo de áreas previamente subdesarrolladas, como
Silicon Valley, aumentaron el empleo en el sector de servicios y llevaron a la «compresión
espacio-temporal», es decir, la reducción de los horizontes temporales adoptados por
estados e individuos.

17
Una fábrica de Tesla con una línea de ensamblaje completamente automatizada para la
producción de coches eléctricos. Imagen de Steve Jurvetson licenciada bajo CC BY 2.0.
El mercado laboral bajo el postfordismo se dividió en un núcleo de trabajadores
privilegiados y múltiples periferias, incluyendo trabajadores menos importantes,
temporales o a tiempo parcial. Si bien este cambio inicialmente parecía beneficioso,
abriendo potencialmente oportunidades para las minorías al reducir el número de
trabajadores blancos privilegiados, las consecuencias negativas pronto se hicieron
evidentes. El desempleo aumentó, la seguridad laboral disminuyó y la desigualdad de
ingresos creció.
El postfordismo trajo cambios significativos a la organización industrial. La
subcontratación se volvió prevalente, permitiendo que las pequeñas empresas y los
sistemas empresariales tradicionales, como los negocios familiares e incluso las
operaciones mafiosas, prosperaran junto a los explotadores «talleres

18
clandestinos». El poder de los sindicatos disminuyó a medida que los trabajadores
dirigían su descontento hacia las empresas subcontratadas, a menudo familiares, en lugar
de las grandes corporaciones que explotaban su clase social. Aunque la participación de
las mujeres en la fuerza laboral aumentó, no condujo a cambios progresivos; en cambio,
las mujeres a menudo enfrentaban explotación.
La transición hacia la acumulación flexible planteó problemas para las empresas
acostumbradas al régimen anterior, llevando a quiebras y reestructuraciones. Al
mismo tiempo, surgieron numerosas nuevas empresas, reemplazando las economías de
escala con economías de alcance, donde las pequeñas empresas producían múltiples
bienes relacionados. Este cambio fue acompañado por una dependencia de la innovación
económica, a menudo dirigida a mercados de nicho. La estética posmoderna exigía
productos diferentes, efímeros y de moda, impulsando aún más la necesidad de
adaptabilidad.
Como se anticipó, la expansión del sector de servicios se convirtió en un sello
distintivo de la era postfordista, impulsada por el aumento de la productividad de
las industrias fordistas que requerían menos trabajadores para las mismas tareas.
Esta expansión creó nuevas oportunidades de empleo, pero también destacó la creciente
brecha entre trabajos seguros y bien remunerados y puestos precarios y mal pagados.
Los cambios provocados por la acumulación flexible favorecieron a las grandes
empresas, que tenían los recursos para gestionar la incertidumbre del mercado, la
efemeridad y la competencia global. Esta ventaja llevó a un aumento en las
adquisiciones corporativas, formando monopolios en sectores estratégicos. El capitalismo
se volvió más disperso geográficamente pero se mantuvo organizado, flexible e
innovador. Esta organización fue facilitada por dos avances paralelos: la transformación
de la información en una mercancía y la reorganización del sistema financiero
internacional.
En la era postfordista, las empresas competían por obtener información rápida y
actualizada, acceso a tecnología y ciencia de vanguardia, y control sobre los flujos
de información y los gustos populares. Esta transformación convirtió la información en
un activo crítico, impulsando la competencia y la innovación.
El impacto político y económico del postfordismo
La adopción del postfordismo a principios de la década de 1970 marcó un punto de
inflexión, con cambios significativos en la economía política global. Estados Unidos,
por ejemplo, se volvió más dependiente del comercio internacional. Estos cambios

19
económicos fueron acompañados por el surgimiento del neoconservadurismo en
Estados Unidos y Europa Occidental, ejemplificado por las elecciones de líderes
como Margaret Thatcher y Ronald Reagan. El estado de bienestar, que dependía del
crecimiento económico para su financiación, enfrentó desafíos cuando el crecimiento se
estancó, lo que requirió alternativas a las políticas keynesianas. El desmantelamiento del
estado de bienestar comenzó como una necesidad durante la crisis de 1973-1975, pero
pronto se convirtió en una «virtud» para la política estatal.
Los factores culturales y políticos jugaron roles significativos en el ascenso del
neoconservadurismo. La mentalidad emprendedora promovida por el
neoconservadurismo parecía más favorable que el control estatal o corporativo
sobre la economía. La transición al neoconservadurismo tenía raíces anteriores a la
acumulación flexible pero se entrelazó con ella, ya que las personas buscaban estabilidad
en instituciones como la familia, la religión y el estado durante tiempos de fragmentación
económica e inseguridad.
A pesar del cambio ideológico hacia la no intervención del mercado, los gobiernos
a menudo se vieron obligados a intervenir en crisis económicas. Por ejemplo,
Estados Unidos brindó ayuda durante la crisis de deuda de México en 1987. Las
continuidades entre el fordismo y el postfordismo permanecieron, con los estados aún
capaces de declarar moratorias sobre sus deudas para forzar renegociaciones y las
instituciones internacionales como el FMI y el Banco Mundial actuando como autoridades
centrales en el sistema financiero. Además, Estados Unidos continuó con prácticas
keynesianas, como aumentar el techo de la deuda, y la intervención estatal en la
economía se volvió más crucial que nunca.
Además, el sistema financiero internacional experimentó cambios significativos,
con la formación de conglomerados y nuevos productos y mercados financieros,
haciendo el sistema altamente complejo. Esta complejidad difuminó las líneas entre los
intereses comerciales, industriales y financieros, conduciendo a un «emprendimiento de
papel» en el que surgieron nuevas formas de generar dinero más allá de la mera
producción. El sistema financiero se volvió más autónomo e incontrolable, incluso por los
estados capitalistas más poderosos, lo que llevó a predicciones de un posible caos.
Conclusión
El fordismo, introducido por Henry Ford en 1914, fue un enfoque revolucionario para la
producción industrial y la gestión laboral que moldeó significativamente la economía del
siglo XX. Al combinar la producción en masa con el consumo en masa, el fordismo sentó

20
las bases para una sociedad moderna y democrática. A pesar de enfrentar numerosos
desafíos y períodos de descontento, el modelo fordista se mantuvo influyente hasta
principios de la década de 1970. El postfordismo, o acumulación flexible, representa un
cambio fundamental en el panorama económico y político que surgió en las décadas de
1970 y 1980. Este régimen introdujo flexibilidad en el trabajo, la producción y el consumo,
llevando a cambios significativos en la organización industrial, los mercados laborales y
las políticas económicas. Comprender el fordismo y el postfordismo proporciona valiosas
ideas sobre las complejidades de la historia industrial moderna y las relaciones entre
trabajadores, empresas y estados.

21
Historia del Fordismo y del Posfordismo3
La historia del fordismo y el posfordismo es la historia de la producción industrial y la
gestión laboral desde principios del siglo XX hasta la actualidad. Lanzado por Henry Ford
en 1914, el fordismo se basó en un sistema de producción que enfatizaba la eficiencia y la
segmentación de las tareas laborales. A pesar de la resistencia inicial y desafíos como la
Gran Depresión, el fordismo floreció después de la Segunda Guerra Mundial, impulsado
por la intervención estatal y la Segunda Revolución Industrial, lo que condujo a un
crecimiento económico significativo y a la mejora de los estándares de vida. Sin embargo,
la rigidez del fordismo comenzó a mostrar grietas, dando lugar al posfordismo en las
décadas de 1970 y 1980. Este nuevo régimen, caracterizado por la flexibilidad en el
trabajo, la producción y el consumo, respondió a las limitaciones del fordismo,
conduciendo a una transición hacia economías basadas en el sector de servicios y en el
sector de la información. La transición del fordismo al posfordismo fue esencial para el
desarrollo de la economía moderna, con efectos duraderos para el mundo.
Los orígenes del fordismo
En 1911, Frederick Winslow Taylor introdujo la teoría de la gestión que se conocería
como taylorismo en su libro «Principios de la gestión científica». Según él, la producción
industrial debía ejecutarse de manera eficiente y sin desperdicio de materiales.
Enfatizó la segmentación de las tareas laborales y la estricta gestión del tiempo para
mejorar la productividad.
Unos años más tarde, en 1914, Henry Ford amplió estas ideas al abrir la primera
línea de ensamblaje automatizada en la historia en la fábrica de Ford Motor
Company en Highland Park. Henry Ford revolucionó la industria manufacturera al
introducir una jornada laboral de ocho horas y un salario diario de cinco dólares
para sus trabajadores. Estos cambios marcaron el comienzo del fordismo, un
sistema que combinaba la producción en masa con el consumo en masa.
A pesar de su enfoque innovador, el fordismo no se arraigó de inmediato. Varios
factores contribuyeron a la demora en su adopción generalizada. Ford creía que una
nueva sociedad solo podía formarse con la participación del poder corporativo. Por
ejemplo, durante la Gran Depresión (1929-1939), Ford aumentó los salarios para tratar de
frenar la disminución de la demanda. No obstante, esta iniciativa por sí sola no fue
suficiente. Hubo dos obstáculos significativos que dificultaron la consolidación del
fordismo durante el período de entreguerras:

3
https://historiamundum.com/es/fordismo-y-posfordismo

22
 Primero, la sociedad fue inicialmente resistente a un sistema de producción
que imponía largas jornadas laborales mecanizadas con poco control sobre
el proceso de producción. En Estados Unidos, Ford dependía de trabajadores
inmigrantes que eran más adaptables, mientras que en otros países desarrollados,
el sistema fordista-taylorista no logró arraigarse inicialmente.
 Segundo, el éxito del fordismo dependía de la intervención estatal en la
economía, pero los estados fueron inicialmente reacios a involucrarse en
asuntos económicos. Sin embargo, eso estaba comenzando a cambiar, porque,
frente a una crisis económica global, muchos estados llegaron a la conclusión de
que intervenir en la economía era una mejor alternativa que encontrar soluciones
militaristas y racistas a la crisis, como las vistas en Alemania, Italia y Japón.
El auge del fordismo después de 1945
Durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), las sociedades de todo el mundo
aceptaron la racionalización económica, porque aumentó la productividad económica
cuando más se necesitaba, es decir, cuando los estados tenían que producir suficientes
armas para defenderse. Después de 1945, el papel del estado en la economía estaba
bien definido, permitiendo que el fordismo floreciera durante un prolongado auge
económico hasta 1973. Este período vio mejoras significativas en las condiciones de
vida, la contención de las crisis económicas y la preservación de la democracia.
La economía se basó cada vez más en tecnologías que maduraron durante la Segunda
Guerra Mundial, como automóviles, barcos, acero y productos petroquímicos. La
demanda fue impulsada por las clases privilegiadas en varias regiones industrializadas,
incluyendo el Medio Oeste en Estados Unidos, el Ruhr y Renania en Alemania, y el área
de Tokio-Yokohama en Japón. El desarrollo de infraestructura se convirtió en
responsabilidad estatal, impulsando tanto la demanda como la oferta.
El fenomenal crecimiento económico de 1945 a 1973 dependió de la colaboración y
los compromisos entre tres actores principales: el estado, el capital corporativo y
los sindicatos organizados. En el período inmediato posterior a la Segunda Guerra
Mundial, los sindicatos fueron políticamente derrotados en una atmósfera de represión y
anticomunismo, ejemplificada por las Leyes Wagner y Taft-Hartley en Estados Unidos. A
pesar de esto, los sindicatos retuvieron cierto poder, como el control sobre las
promociones y la seguridad de los trabajadores. Se convirtieron en herramientas para
disciplinar a los trabajadores a aceptar el fordismo.

23
Las corporaciones adoptaron racionalizaciones científicas para aumentar la
productividad, mejorando simultáneamente los salarios de los trabajadores y las
ganancias capitalistas. Las corporaciones aceptaron a los sindicatos, siempre y
cuando controlaran a sus miembros. El estado asumió numerosas
responsabilidades, incluyendo la inversión en infraestructura, la gestión de los
ciclos económicos a través de políticas monetarias y fiscales, y la provisión de
bienestar social. La medida de la intervención estatal variaba según el país, pero los
gobiernos de diferentes ideologías mantuvieron un patrón estable de crecimiento
económico y mejora de los estándares de vida.
El modelo fordista de posguerra representaba una forma de vida integral, centrada
en la producción y el consumo masivo, interactuando con el modernismo. Tenía una
dimensión internacional, expandiendo los flujos económicos globales para incorporar todo
el mundo capitalista, aumentando así diversas actividades económicas como el turismo y
las finanzas internacionales. El sistema fue sostenido por la hegemonía financiera,
económica y militar de Estados Unidos, que financió al mundo a cambio de abrir
economías y recursos a las grandes corporaciones.
El declive del fordismo
A pesar de sus éxitos, el fordismo no benefició a todos por igual, lo que condujo a
diversas formas de descontento. Hubo tensiones entre los sectores privilegiados y
los sectores desfavorecidos de la economía, con estos últimos no encajando en la
lógica del consumo masivo debido a empleos peor remunerados. Esta disparidad impulsó
movimientos civiles, incluidos aquellos que abogaban por la igualdad racial y de
género. Los sindicatos fueron criticados por los desfavorecidos por atender solo a
sus propios intereses, y el estado se convirtió en un objetivo principal de
descontento por no asegurar el bienestar social para todos. Los consumidores
criticaron la blandura del consumo masivo y la cultura y estética del modernismo
capitalista, como los suburbios insulsos y los centros económicos sin carácter. El
Tercer Mundo cuestionó su subyugación, recibiendo pocos beneficios económicos
tangibles a cambio de adoptar los principios fordistas.
A pesar del descontento, el régimen fordista se mantuvo intacto hasta 1973, extendiendo
sus beneficios a varios componentes. No obstante, comenzaron a surgir señales de
problemas a mediados de la década de 1960. La finalización de la reconstrucción europea
y japonesa, la disminución de la productividad corporativa, las políticas de sustitución de
importaciones en el Tercer Mundo y la creciente competencia entre empresas

24
estadounidenses, europeas y japonesas señalaban posibles problemas. El problema era
que el fordismo era demasiado rígido, por lo que no podía adaptarse adecuadamente a
los tiempos cambiantes.
El auge del postfordismo
Las paisajes económicos y políticos de las décadas de 1970 y 1980 experimentaron
una reestructuración significativa, dando lugar a lo que se conoce como
«postfordismo» o «acumulación flexible», una respuesta a las limitaciones del sistema
fordista. Este nuevo régimen marcó una ruptura con la rigidez del fordismo, introduciendo
flexibilidad en el trabajo, la producción y el consumo. Se enfatizó la adaptabilidad y la
capacidad de respuesta a las condiciones cambiantes del mercado. Esta flexibilidad
permitió un mayor control sobre los trabajadores, con un aumento del desempleo, la
disminución de los salarios y la proliferación de contratos temporales o a tiempo parcial a
medida que las empresas reaccionaban a un entorno más competitivo. Sin embargo, los
cambios también facilitaron el desarrollo de áreas previamente subdesarrolladas, como
Silicon Valley, aumentaron el empleo en el sector de servicios y llevaron a la «compresión
espacio-temporal», es decir, la reducción de los horizontes temporales adoptados por
estados e individuos.

25
Una fábrica de Tesla con una línea de ensamblaje completamente automatizada para la
producción de coches eléctricos. Imagen de Steve Jurvetson licenciada bajo CC BY 2.0.
El mercado laboral bajo el postfordismo se dividió en un núcleo de trabajadores
privilegiados y múltiples periferias, incluyendo trabajadores menos importantes,
temporales o a tiempo parcial. Si bien este cambio inicialmente parecía beneficioso,
abriendo potencialmente oportunidades para las minorías al reducir el número de
trabajadores blancos privilegiados, las consecuencias negativas pronto se hicieron
evidentes. El desempleo aumentó, la seguridad laboral disminuyó y la desigualdad de
ingresos creció.
El postfordismo trajo cambios significativos a la organización industrial. La
subcontratación se volvió prevalente, permitiendo que las pequeñas empresas y los
sistemas empresariales tradicionales, como los negocios familiares e incluso las
operaciones mafiosas, prosperaran junto a los explotadores «talleres

26
clandestinos». El poder de los sindicatos disminuyó a medida que los trabajadores
dirigían su descontento hacia las empresas subcontratadas, a menudo familiares, en lugar
de las grandes corporaciones que explotaban su clase social. Aunque la participación de
las mujeres en la fuerza laboral aumentó, no condujo a cambios progresivos; en cambio,
las mujeres a menudo enfrentaban explotación.
La transición hacia la acumulación flexible planteó problemas para las empresas
acostumbradas al régimen anterior, llevando a quiebras y reestructuraciones. Al
mismo tiempo, surgieron numerosas nuevas empresas, reemplazando las economías de
escala con economías de alcance, donde las pequeñas empresas producían múltiples
bienes relacionados. Este cambio fue acompañado por una dependencia de la innovación
económica, a menudo dirigida a mercados de nicho. La estética posmoderna exigía
productos diferentes, efímeros y de moda, impulsando aún más la necesidad de
adaptabilidad.
Como se anticipó, la expansión del sector de servicios se convirtió en un sello
distintivo de la era postfordista, impulsada por el aumento de la productividad de
las industrias fordistas que requerían menos trabajadores para las mismas tareas.
Esta expansión creó nuevas oportunidades de empleo, pero también destacó la creciente
brecha entre trabajos seguros y bien remunerados y puestos precarios y mal pagados.
Los cambios provocados por la acumulación flexible favorecieron a las grandes
empresas, que tenían los recursos para gestionar la incertidumbre del mercado, la
efemeridad y la competencia global. Esta ventaja llevó a un aumento en las
adquisiciones corporativas, formando monopolios en sectores estratégicos. El capitalismo
se volvió más disperso geográficamente pero se mantuvo organizado, flexible e
innovador. Esta organización fue facilitada por dos avances paralelos: la transformación
de la información en una mercancía y la reorganización del sistema financiero
internacional.
En la era postfordista, las empresas competían por obtener información rápida y
actualizada, acceso a tecnología y ciencia de vanguardia, y control sobre los flujos
de información y los gustos populares. Esta transformación convirtió la información en
un activo crítico, impulsando la competencia y la innovación.
El impacto político y económico del postfordismo
La adopción del postfordismo a principios de la década de 1970 marcó un punto de
inflexión, con cambios significativos en la economía política global. Estados Unidos,
por ejemplo, se volvió más dependiente del comercio internacional. Estos cambios

27
económicos fueron acompañados por el surgimiento del neoconservadurismo en
Estados Unidos y Europa Occidental, ejemplificado por las elecciones de líderes
como Margaret Thatcher y Ronald Reagan. El estado de bienestar, que dependía del
crecimiento económico para su financiación, enfrentó desafíos cuando el crecimiento se
estancó, lo que requirió alternativas a las políticas keynesianas. El desmantelamiento del
estado de bienestar comenzó como una necesidad durante la crisis de 1973-1975, pero
pronto se convirtió en una «virtud» para la política estatal.
Los factores culturales y políticos jugaron roles significativos en el ascenso del
neoconservadurismo. La mentalidad emprendedora promovida por el
neoconservadurismo parecía más favorable que el control estatal o corporativo
sobre la economía. La transición al neoconservadurismo tenía raíces anteriores a la
acumulación flexible pero se entrelazó con ella, ya que las personas buscaban estabilidad
en instituciones como la familia, la religión y el estado durante tiempos de fragmentación
económica e inseguridad.
A pesar del cambio ideológico hacia la no intervención del mercado, los gobiernos
a menudo se vieron obligados a intervenir en crisis económicas. Por ejemplo,
Estados Unidos brindó ayuda durante la crisis de deuda de México en 1987. Las
continuidades entre el fordismo y el postfordismo permanecieron, con los estados aún
capaces de declarar moratorias sobre sus deudas para forzar renegociaciones y las
instituciones internacionales como el FMI y el Banco Mundial actuando como autoridades
centrales en el sistema financiero. Además, Estados Unidos continuó con prácticas
keynesianas, como aumentar el techo de la deuda, y la intervención estatal en la
economía se volvió más crucial que nunca.
Además, el sistema financiero internacional experimentó cambios significativos,
con la formación de conglomerados y nuevos productos y mercados financieros,
haciendo el sistema altamente complejo. Esta complejidad difuminó las líneas entre los
intereses comerciales, industriales y financieros, conduciendo a un «emprendimiento de
papel» en el que surgieron nuevas formas de generar dinero más allá de la mera
producción. El sistema financiero se volvió más autónomo e incontrolable, incluso por los
estados capitalistas más poderosos, lo que llevó a predicciones de un posible caos.
Conclusión
El fordismo, introducido por Henry Ford en 1914, fue un enfoque revolucionario para la
producción industrial y la gestión laboral que moldeó significativamente la economía del
siglo XX. Al combinar la producción en masa con el consumo en masa, el fordismo sentó

28
las bases para una sociedad moderna y democrática. A pesar de enfrentar numerosos
desafíos y períodos de descontento, el modelo fordista se mantuvo influyente hasta
principios de la década de 1970. El postfordismo, o acumulación flexible, representa un
cambio fundamental en el panorama económico y político que surgió en las décadas de
1970 y 1980. Este régimen introdujo flexibilidad en el trabajo, la producción y el consumo,
llevando a cambios significativos en la organización industrial, los mercados laborales y
las políticas económicas. Comprender el fordismo y el postfordismo proporciona valiosas
ideas sobre las complejidades de la historia industrial moderna y las relaciones entre
trabajadores, empresas y estados.

29

También podría gustarte