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Modelo de Prescindencia

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INSTITUTO SUPERIOR SANTA MARÍA

Carrera:

Profesorado en Educación Inicial.

Cátedra:

Seminario para la Inclusión e integración.

Rectora:

Hna García Paredes, María Luisa.

Regente:

Potocki, Elizabeth Alejandra.

Profesora:

Pedrozo, Gabriela.

Tema:

MODELO DE DISCAPACIDAD: MODELO DE PRESCINDENCIA

Alumnas:

Dalmau, Constanza; del Valle, Gabriela;

Gómez, Tisiana y Solís, María Eugenia.

Ciclo Lectivo:

2024
Introducción

La discapacidad ha sido por años un tema sobre el cual se ha generado muchas


controversias, pero de qué hablamos cuando hablamos de discapacidad. Se considera
a las personas con discapacidad a aquellas que tienen alguna deficiencia motriz,
sensorial, intelectual o mental y que no pueden participar de manera plena y en
igualdad de condiciones en la sociedad, porque se encuentran con alguna barrera que
se los impide.

La discapacidad ha pasado por muchas transformaciones, desde ser considerada


como un castigo, a la mirada de la medicina y luego desde la perspectiva que se
centra en la sociedad que rodea a la persona con discapacidad y no al discapacitado.
Teniendo en cuenta a los estudios que se han realizado en torno a la discapacidad, el
modelo que representa a la Antigüedad y la Edad Media es conocido como modelo de
prescindencia, luego le sigue el modelo médico o de rehabilitación (mitad del siglo
XX) y finalmente el modelo social, que surge a partir de los años 60.

El presente informe se centra en el Modelo de Prescindencia, en su origen y


características. Este modelo surge con la idea de que las personas que nacían con
alguna discapacidad responden a un castigo divino, por lo tanto su vida significaba el
pecado y la vergüenza para la familia que tenía a alguien con discapacidad. Estos
“seres”, porque tampoco eran llamados personas, se creía que no aportarían nada a la
sociedad, por ello su vida carecía de sentido, y su muerte o abandono era lo más
acertado para la época.

Este modelo representa los orígenes más oscuros para las, hoy llamadas, personas
con discapacidad, origen que debemos conocer para no volver nunca a esa triste parte
de la historia.

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Modelo de Prescindencia

Durante la Antigüedad y la Edad Media, la actitud más común hacia la


discapacidad era la prescindencia, ya sea porque se consideraba como un castigo de
los dioses o bien porque se pensaba que la vida de las personas con discapacidad no
tenía nada para aportar a la comunidad. Este modelo de discapacidad se explica a
partir de dos estimaciones, uno relacionado con la causa de la discapacidad y otro con
el rol del discapacitado en la sociedad. Surgieron dos consecuencias que dieron origen
a estos submodelos dentro del modelo de prescindencia: el eugenésico y el de
marginación.

El eugenésico, podría ser situado en la antigüedad clásica, tanto en la sociedad


griega como romana, se basaba sobre motivos religiosos y también políticos.
Característico del mundo griego: propone que las causas que daban origen a la
discapacidad eran religiosas, un castigo de los dioses por un pecado cometido,
generalmente por los padres de la persona con discapacidad. Como es sabido, en
Grecia se exigía ciertas cualidades a sus habitantes, los griegos mantenían el culto a la
salud y la belleza física. Eran los mismos padres los que podían matarlos, mutilarlos o
venderlos ya que en ese entonces se concebía a los jóvenes como propiedad de los
adultos y de la comunidad, cuyos intereses siempre se priorizaron. En este modelo la
solución estaba enfocada hacia la eliminación del niño dándole muerte.

Por otra parte, en Roma, era una advertencia de la divinidad que, a través de una
malformación congénita, podría estar anunciando que la alianza ancestral se había
roto y que se avecinaba una catástrofe.

Sumado a esto, partía de la idea de que las personas con discapacidad no tenían
nada que aportar a la sociedad, eran seres improductivos, terminaban siendo una carga
tanto para sus padres como para la misma comunidad. Se asumía que sus vidas no
tenían sentido y, que por tanto no valía la pena que vivieran, de este modo se llevaba a
prescindir de estas personas mediante prácticas eugenésicas como el infanticidio.

La marginación, se da durante la Edad Media, con el trato social que se les


otorgaba a las personas con discapacidad, en donde se les incluía en el grupo de los
pobres o marginados, también se los ubicaba a las afueras de las ciudades y se les
reducía a la mendicidad. Fue puesta en práctica con la introducción y expansión del

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cristianismo, que dicho objetivo se alcanzaba mediante la separación o el alejamiento
del recién nacido del núcleo social, la autora Palacios, A. (2008) sostiene que:

“La característica principal presente en este submodelo es la exclusión, ya


sea como consecuencia de subestimar a las personas con discapacidad y
considerarlas objeto de compasión, o como consecuencia del temor o el
rechazo por considerarlas objeto de maleficios o la advertencia de un peligro
inminente”.

A diferencia del submodelo eugenésico, ya no se cometía infanticidio, pero gran


parte de los niños y niñas con discapacidad morían por consecuencias de omisiones
básicas, como falta de atención médica adecuada, descuido, abandono, estigma social,
supersticiones, falta de recursos para el cuidado, sumado a que la tasa de mortalidad
infantil en esa época eran muy altas y no solo para los niños con discapacidades, por
las condiciones sanitarias, la falta de vacunas y la desnutrición. Cabe recalcar que,
incluso en el mundo clásico, el trato dado a quienes nacían con una discapacidad no
era igual que el recibido por aquellos que la adquirían durante la adultez, puesto que
su causa ya no era religiosa.

Cuando la discapacidad era congénita, se consideraba necesaria la eliminación de


la persona, evitándose de aquel modo que crecieran niños débiles o deficientes. Una
vez detectada su incapacidad para desarrollarse de forma normal y convertirse en un
ciudadano “completo”, se le sometía a infanticidio, siendo muchas veces el Estado el
encargado de decidir sobre la vida o muerte de sus futuros ciudadanos.

La autora, Palacios, A. (2008) consideraba que “... el verdadero motivo que


subyacía tras el infanticidio en el mundo clásico era, por un lado, económico y, por
otro, práctico, al evitar las dificultades que suponía educar a un hijo discapacitado.”
recordando la importancia de la estética que había en el mundo clásico. Esto también
se ve reflejado en la casi nula presencia de personas discapacitadas en la mitología,
Hefestos y Tiresias son los únicos dioses discapacitados, uno lisiado y el otro ciego
respectivamente, y sus historias tampoco eran felices, ambos tuvieron desgracias
particulares de cada uno que marcaron su existir.

Si bien hacia el siglo II d.C., en Roma la práctica del infanticidio disminuyó hasta
ser abolida, en el mundo antiguo las personas con discapacidad que sobrevivían eran

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objeto de burla y entretención, llegando incluso a convertirse en moda el tener
jorobados, enanos y deformes en las cortes entre los esclavos, muchos ejercían el
oficio de bufones, divirtiendo con sus muecas a los habitantes de los castillos, aunque
no todos parecían estar conformes con esta usanza. Como decía Claudio Immig frente
a una persona con discapacidad no se puede permanecer indiferente, o se toma una
postura de muerte, o bien una que nos lleva a reconocer la vulnerabilidad del ser
humano, haciendo imprescindible una decisión ética.

La introducción y expansión del cristianismo produce un cambio importante en la


situación de las personas discapacitadas, es por ello que en el medioevo hubo una
proliferación de asilos y hospitales donde eran cuidados los niños con diversidades
funcionales que sus padres habían abandonado. A pesar de que la marginación en los
niños discapacitados fue muy criticada en los siglos medievales, ya que vivían
encerrados en orfanatos, es prudente visibilizar que en aquel periodo los infantes
sanos tampoco recibían demasiada atención, las tasas de mortalidad eran altas debido
a las malas condiciones sanitarias y alimenticias, las madres dejaban a sus niños al
cuidado de nodrizas y recién a los siete años se empezaban a relacionar con ellos,
etapa en la que se consideraba que ya habían sobrevivido a la infancia y que tenían
muchas probabilidades de llegar a la edad adulta. Como producto del cristianismo se
pasa del submodelo eugenésico al submodelo de marginación, ya que habría influido
enormemente en las actitudes adoptadas frente a los niños, los disminuidos y los
enfermos.

Durante los primeros siglos cristianos, los discapacitados, aunque eran


marginados, comienzan a tener un rol en la sociedad: ser mendigos para que los ricos
les pudieran dar limosna y así alcanzar la salvación, además, generaban una atmósfera
perfecta para que la iglesia pueda hacer milagros.

A diferencia de la sociedad antigua, en la que se prescindía de las personas con


discapacidad, en la Edad Media ocupaban un sitio: el de los marginados. Durante los
principios de la Edad Media, las personas con discapacidad, más específicamente las
personas con discapacidades psíquicas, dejaron de ser inocentes del Señor para pasar
a ser fruto del pecado y del demonio, eran la prueba viviente de la existencia de
Satanás y de su poder sobre los hombres, este concepto de pecado y la idea de
posesión diabólica se institucionalizaron y se convirtieron en la ideología dominante

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ya que se creía que esos niños eran el producto de las prácticas de brujería y
hechicería de sus madres. Si bien ningún ser humano física o mentalmente diferente
de la norma se escapaba de la acusación de brujería, a las personas con discapacidad
intelectuales y a las denominadas locos no alborotadores se les permitía vagar en
libertad. Aquellos niños y niñas que sobrevivían y llegaban a mayores, debían apelar a
la mendicidad y el asilo de la Iglesia, las que prácticamente se convirtieron en sus
únicas posibilidades de subsistencia. Sin embargo, hacia fines de esta edad y a raíz de
la peste negra comienza a asociarse a los discapacitados con la pobreza y contagio lo
que acaba por convertir a la marginación en una verdadera exclusión, dejando ver que
el cristianismo solo abolió las prácticas eugenésicas para confinar a las personas con
discapacidad al margen de la sociedad.

No obstante, podemos ver que en el Antiguo Testamento las personas con


discapacidades funcionales eran consideradas impuras y, por ejemplo, no podían
acercarse a lugares de sacrificios; por el contrario, en el Nuevo Testamento, Jesús
enseña la caridad y la gratitud, insertando a todos en la sociedad. Al referirse a las
personas con discapacidad, la Biblia contempla dos posturas, en primer lugar, una
denuncia a los prejuicios de la época y, en segundo lugar, presenta un modelo de
relación a partir del amor y la necesidad del otro de contemplarse y ser feliz,
revelando además que la discapacidad no define a la persona en cuantos su dignidad.

El presente modelo es caracterizado por medio de un objeto, el cual tiene la


forma de una JAULA, ¿por qué esta forma?. La jaula simboliza el encierro, la
oscuridad y lo oculto, aquello que debía estar escondido de la mirada moralista de la
sociedad, aquello que implicaba vergüenza y absoluto rechazo, por ello si no se lo
mataba, se lo escondía, se lo encerraba y se los tenía como si fueran animales.

La jaula pretende mostrar lo más deshumanizante de este modelo, donde el


encierro era tal vez considerado como el último acto de piedad que una persona
mostraba hacia los que nacieron bajo alguna condición y por ello se los consideraba
anormales y no merecedores de vivir en sociedad. Esta idea de la jaula nos surge a
partir de un relato de un familiar, quien nos contó que hace muchos años, fue de visita
a la casa de una amiga y que cuando le pidió para ir al baño, se equivocó de puerta y

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abrió una donde la imagen que vio la estremeció, era un ser humano en una jaula. Su
amiga se percató de que había sido descubierta y le explicó que era su hermano y que
estaba allí porque era discapacitado.

“Cuando yo tenía aproximadamente 5 o 6 años, fuimos con mi familia a una


chacra a almorzar. Cuando pedí ir al baño, me señalaron una casilla a metros de la
casa; en aquellas épocas, no existían los baños dentro de las casas sino que eran
letrinas o excusados alejados. Cuando voy, eran dos casillas una pegada a la otra, de
una de ellas se escuchaban golpes y ruidos, así que abrí la puerta que estaba atada con
alambre, de ahí salió una chica que empujó la puerta y caí al suelo. La chica salió
corriendo y gritando, era una niña de unos 15 años o más que tenía síndrome de
Down” (relato de una tía de una vivencia en los años 1975).

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Conclusión

El modelo de prescindencia se considera el origen de los modelos de


discapacidad, este modelo representa lo más oscuro y desgarrador, representa una
época en donde la mirada del otro era una mirada juzgadora y más aún porque la idea
de pecado y castigo divino era característico de esos tiempos. Debemos resaltar, lo
lejos que estamos de ese modelo, todo lo que se ha logrado en materia de
discapacidad, que hoy pensar en que una persona sea asesinada o abandonada por
tener una discapacidad es inconcebible e incluso es penada por la ley de la sociedad.
Hoy en día vemos a una persona con discapacidad como aquella de la cual tenemos
mucho que aprender y no como aquella que no tiene nada que aportar.

Es por ello que consideramos fundamental conocer la historia de los modelos de


discapacidad, para saber a donde no se tiene que volver. Se ha ganado mucho en este
terreno y nosotras como futuras educadoras debemos trabajar en brindarles
posibilidades a los niños con discapacidad, debemos de educar a futuros estudiantes
críticos que sepan defenderse y defender a un otro que tal vez no tenga vos, pero si
con la convicción de que tiene mucho que aportar a la sociedad en la que se
desarrolla. Seguramente necesitará de más tiempo y de mucha ayuda, pero al final
somos criados en comunidad, “somos lo que otros hacen de nosotros”, dicen por ahí,
así que allí estaremos para brindarles las herramientas a nuestros futuros alumnos,
para ser ciudadanos inclusivos en todos los ámbitos de su vida.

Para finalizar, nuestro objeto, la jaula, nos muestra que las personas con
discapacidad necesitan libertad y acompañamiento, necesitan explorar el mundo,
conocerlo desde sus posibilidades y así nos brindaran la oportunidad de mirar desde la
empatía. Todos debemos abandonar la jaula del prejuicio, de la falta de solidaridad
con el otro e intentar desde el humilde lugar que nos toca, hacer de esta sociedad una
comunidad donde todos tengamos las mismas posibilidades y donde las barreras sean
cada vez menos.

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Anexo

❖ Eugesénico - Edad Antigua

❖ Marginación - Edad Media con betas del cristianismo

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❖ Mendigo- cristianimo

❖ Fotos del proceso de confección del objeto que representa el modelo de

prescindencia.

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❖ Objeto terminado: Jaula

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Bibliografía

❖ Palacios, A. (2008). El modelo social de discapacidad: orígenes, caracterización

y plasmación en la Convención Internacional sobre los Derechos de las


Personas con Discapacidad. Madrid, Grupo Editorial Cinca, 2008.

Webgrafía

❖ https://pronadis.mides.gub.uy/innovaportal/file/32232/1/el-modelo-social-de-

discapacidad.pdf

❖ https://pronadis.mides.gub.uy/innovaportal/file/32232/1/el-modelo-social-de-
discapacidad.pdf

❖ https://www.fuhem.es/wp-content/uploads/2019/08/
Discapacidad_enfoque_Amartya_Sen.pdf

❖ https://dadun.unav.edu/bitstream/10171/29153/1/REYH%2015-1-12Velarde
%20Lizama.pdf

❖ https://familiavance.com/modelo-de-prescindencia-o-tradicional/

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