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Ficha STP15281-2022

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REPORTE DE CONSULTA

RELEVANTE

SALA DE CASACIÓN PENAL - SALA DE DECISIÓN DE TUTELAS


ID : 788297
M. PONENTE : GERSON CHAVERRA CASTRO
NÚMERO DE PROCESO : T 126644
NÚMERO DE PROVIDENCIA : STP15281-2022
PROCEDENCIA : Sala Única del Tribunal Superior de
Mocoa
CLASE DE ACTUACIÓN : ACCIÓN DE TUTELA - SEGUNDA
INSTANCIA
TIPO DE PROVIDENCIA : SENTENCIA
FECHA : 26/10/2022
DECISIÓN : CONFIRMA NIEGA TUTELA
ACCIONADO : JUZGADO SEGUNDO PENAL MUNICIPAL
CON FUNCIONES DE CONTROL DE
GARANTÍAS DE PUERTO ASÍS /
JUZGADO SEGUNDO PROMISCUO DEL
CIRCUITO DE PUERTO ASÍS
ACCIONANTE: CHARLY BILLARD
VALENCIA NITOLA
ACTA n.º : 251
FUENTE FORMAL : Constitución Política art. 228, 250 / Ley
Estatutaria de la Administración de
Justicia art. 4 / Ley 906 de 2004 art.
160, 308, 313, 317 y 318

ASUNTO:
PROBLEMA JURÍDICO: ¿«(...) el A quo acertó al negar el amparo
deprecado por Charly Willard Valencia Nitola, luego de estimar que, de
una parte, no se presentó ninguna anomalía con la suscripción del auto
del 2 de mayo del año en curso, de otra, que el tema de la mora judicial
ya había sido superado y, finalmente, porque las decisiones
cuestionadas resultaban ser razonables»?

TEMA: ACCIÓN DE TUTELA - Procedencia de la acción

Tesis:
«Como bien lo refiere el artículo 86 de la Constitución Política, toda
persona tiene la potestad de promover acción de tutela con miras a
obtener la protección inmediata de sus derechos constitucionales
fundamentales, cuando por acción u omisión le sean vulnerados o
amenazados por cualquier autoridad pública o por particulares, en los
casos previstos de forma expresa en la ley, siempre que no exista otro
medio de defensa judicial, a no ser que se utilice como mecanismo
transitorio para evitar la materialización de un perjuicio de carácter
irremediable».

ACCIÓN DE TUTELA - Limitación del estudio a los argumentos


expuestos en la impugnación

Tesis:
« (…) comoquiera que el impugnante centra sus cuestionamientos en el
no reconocimiento de una mora judicial que, asegura, ha lesionado los
derechos de su mandante, así como en la concurrencia de una causal de
procedibilidad en los autos del 2 de mayo y 11 de julio del año que
avanza, la Sala centrará su análisis en esos dos aspectos, dando
aplicación al principio de limitación».

DERECHO AL DEBIDO PROCESO - Alcance (c. j.)

DERECHO DE ACCESO A LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA - Noción


(c. j.)

Tesis:
«La Corte Constitucional, al referirse sobre el derecho fundamental del
acceso a la administración de justicia, ha señalado:

“El Art. 29 de la Constitución establece que “el debido proceso se


aplicará a toda clase de actuaciones judiciales y administrativas” y
regula en forma básica este derecho, el cual tiene carácter fundamental,
lo que significa que es inherente a toda persona, incluyendo, por la
naturaleza y fines del mismo, a las personas jurídicas, y es de aplicación
inmediata conforme a lo estatuido en el Art. 85 ibídem. Dicho derecho,
en su modalidad judicial, está estrechamente vinculado al derecho de
acceso a la administración de justicia, o derecho a la jurisdicción, que
contempla el Art. 229 superior y que consiste en la facultad de acudir a
la administración de justicia por parte del Estado para la resolución de
los conflictos particulares o para la defensa del ordenamiento jurídico.
Dicha vinculación se explica por ser el proceso y, en particular, la
sentencia que ordinariamente le pone fin, el medio para la concreción
del derecho a la jurisdicción.” (C.C. Sentencia C-1083/05)».

DERECHO AL DEBIDO PROCESO - Mora judicial: derecho a una pronta


y cumplida administración de justicia

DERECHO DE ACCESO A LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA -


Perentoriedad y estricto cumplimiento de los términos procesales

DERECHO AL DEBIDO PROCESO - Mora judicial: proceso sin dilaciones


injustificadas

DERECHO CONSTITUCIONAL - Estructura del Estado - Rama judicial -


Orden y prelación de turnos para resolver los asuntos sometidos a
consideración de la administración de justicia: obligación de los
funcionarios judiciales de respetar los turnos establecidos para fallar los
procesos a su cargo

DERECHO CONSTITUCIONAL - Estructura del Estado - Rama judicial -


Orden y prelación de turnos para resolver los asuntos sometidos a
consideración de la administración de justicia: relación con los principios
de igualdad, moralidad y publicidad

Tesis:
«(…) en lo que al concepto de mora judicial se refiere, ha de indicarse
que el sistema jurídico se torna generoso en cuanto a la protección de
los términos procesales, así, la Carta Política ha conferido singular
importancia al cumplimiento de éstos, y por ello en su artículo 228
establece:

“Los términos procesales se observarán con diligencia y su


incumplimiento será sancionado”.

Por la misma vía, el artículo 4º de la Ley Estatutaria de la Administración


de Justicia, en armonía con el carácter normativo que la Constitución le
reconoce al tema señala:

“la administración de justicia debe ser pronta y cumplida. Los términos


procesales serán perentorios y de estricto cumplimiento por parte de los
funcionarios judiciales. Su violación constituye causal de mala conducta,
sin perjuicio de las sanciones penales a que haya lugar.”
En ese orden de ideas, una de las manifestaciones del derecho al debido
proceso se materializa a través del adelantamiento sin dilaciones
injustificadas de las actuaciones judiciales y administrativas, bajo el
entendido que el derecho a una pronta y cumplida administración de
justicia es propio de un Estado social de derecho. En consecuencia, la
autoridad judicial está en la obligación de ofrecer una respuesta
oportuna a los administrados con base en un prudente y razonado
criterio y con apego a la ley, independientemente de su sentido, pues no
de otra forma puede entenderse satisfecha la garantía elevada a rango
constitucional.

Sin embargo, los funcionarios judiciales tienen la obligación de respetar


los turnos establecidos para fallar los procesos a su cargo y emitir las
decisiones según el orden en que se ha asumido el conocimiento del
asunto o ha ingresado al despacho, con lo cual además se garantiza a
los usuarios de la administración de justicia su acceso en condiciones de
igualdad; al tiempo que, se “impide que el juez, por sí y ante sí, pueda
anticipar o posponer decisiones a su propio arbitrio, lo que sumiría a la
administración de justicia en un manto de duda sobre las razones que
hubieren impulsado al funcionario judicial de alterar el orden para
proferir las sentencias que son de su resorte. Es decir, se trata de una
medida que se relaciona, entre otros, con los principios de moralidad y
publicidad, de que trata el artículo 208 de la Constitución” (CC T-429 de
2005)».

PROCEDIMIENTO PENAL - Sistema penal acusatorio - Medidas de


aseguramiento - Medidas privativas de la libertad - Causales de libertad:
la mora del funcionario judicial para resolver la solicitud de revocatoria
de la medida de aseguramiento, no es una causal de libertad

PROCEDIMIENTO PENAL - Sistema penal acusatorio - Medidas de


aseguramiento - Medidas privativas de la libertad - Causales de libertad:
taxatividad

DERECHO AL DEBIDO PROCESO - Proceso penal: hecho superado


respecto de la resolución de la solicitud de revocatoria de medida de
aseguramiento

Tesis:
«De acuerdo con lo reseñado por el apoderado accionante, tanto en el
libelo introductorio como en su escrito de impugnación, su principal
reproche gira en torno a que, la solicitud de revocatoria de medida de
aseguramiento presentada el 16 de febrero de 2022, tan solo fue
resuelta, en primera instancia, el 2 de mayo siguiente, pues estima que
esa situación lesionó los derechos fundamentales de su mandante,
haciéndole adquirir el derecho de recobrar su libertad, de manera
automática e inmediata.

Para la Sala, tal postura se ofrece errada y desproporcionada, pues


aunque resulta innegable que sí existió una tardanza al momento de
resolver sobre la petición de revocatoria de medida de aseguramiento,
ello no implica que el accionante, por ese solo hecho, haya adquirido el
derecho a recobrar su libertad de manera inmediata.

Sea lo primero recordarle al recurrente que, de acuerdo con la ley


procesal penal vigente y aplicable al caso concreto, las causales de
libertad se tornan en taxativas y se encuentran enlistadas en el artículo
317 de la Ley 906 de 2004, norma cuyo contenido literal es el siguiente:

“Las medidas de aseguramiento indicadas en los anteriores artículos


tendrán vigencia durante toda la actuación, sin perjuicio de lo
establecido en el parágrafo 1o del artículo 307 del presente código sobre
las medidas de aseguramiento privativas de la libertad. La libertad del
imputado o acusado se cumplirá de inmediato y solo procederá en los
siguientes eventos:

1. Cuando se haya cumplido la pena según la determinación anticipada


que para este efecto se haga, o se haya decretado la preclusión, o se
haya absuelto al acusado.

2. Como consecuencia de la aplicación del Principio de Oportunidad.

3. Como consecuencia de las cláusulas del acuerdo cuando haya sido


aceptado por el Juez de Conocimiento.

4. Cuando transcurridos sesenta (60) días contados a partir de la fecha


de imputación no se hubiere presentado el escrito de acusación o
solicitado la preclusión, conforme a lo dispuesto en el artículo 294.

5 Cuando transcurridos ciento veinte (120) días contados a partir de la


fecha de presentación del escrito de acusación, no se haya dado inicio a
la audiencia de juicio.

6. Cuando transcurridos ciento cincuenta (150) días contados a partir de


la fecha de inicio de la audiencia de juicio, no se haya celebrado la
audiencia de lectura de fallo o su equivalente. (…)”

Como se puede apreciar, en dicha normativa el legislador no previó


como causa de libertad el hecho de no resolver, a tiempo, una petición
de revocatoria de medida de aseguramiento, de donde se desprende
con absoluta claridad que la pretensión del accionante resulta ser
manifiestamente improcedente.

Ahora bien, aunque resulta innegable que en el sub judice la Juez


Segunda Penal Municipal con Funciones de Control de Garantías de
Puerto Asís no resolvió sobre la revocatoria de medida de aseguramiento
dentro del plazo legal fijado para ello en el inciso segundo del artículo
160 de la ley 906 de 2004, esto es, tres días, y que con tal proceder
puso en riesgo los derechos fundamentales del accionante, tampoco se
puede desconocer que al momento de la interposición de la presente
acción constitucional dicha situación ya se encontraba saneada, al punto
que el amparo constitucional tiene como objetivo dejar sin efectos las
providencias que resolvieron no acceder a la revocatoria de la medida
de aseguramiento.

Quiere decir lo anterior que, aun cuando hubo una posible amenaza a
los derechos del ciudadano Valencia Nitola, la misma dejó de existir en
el preciso momento que su petición fue resuelta por la funcionaria
competente, de donde se desprende que la intervención del juez
constitucional, frente a ese particular, se torna en innecesaria.

En síntesis la Sala estima que, a pesar de haberse evidenciado una


demora por parte de la Juez Segunda Penal Municipal con Funciones de
Control de Garantías de Puerto Asís, al momento de resolver la solicitud
de revocatoria de medida de aseguramiento que le fuera presentada el
16 de febrero del año en curso por el defensor del acá accionante, dicha
situación ya se encuentra superada, habiendo dejado de existir así una
amenaza a sus derechos fundamentales.

Así mismo, se considera que pretender acceder a la libertad alegando


que una petición de revocatoria de medida de aseguramiento no fue
resuelta en tiempo, resulta ser una postulación manifiestamente
improcedente, en la medida que no se ajusta a ninguna de las causales
de libertad previstas en el artículo 317 de la Ley 906 de 2004.

De acuerdo con lo reseñado, la Corte estima acertada la decisión del


Tribunal de instancia en este punto particular y, en consecuencia,
procederá a confirmar su decisión».

ACCIÓN DE TUTELA CONTRA PROVIDENCIA JUDICIAL - Procedencia


excepcional de la acción ante vía de hecho: reiteración

ACCIÓN DE TUTELA CONTRA PROVIDENCIA JUDICIAL - Requisitos


generales y específicos de procedibilidad: reiteración

Tesis:
«Con el fin de atender la queja constitucional propuesta, importa
precisar que la jurisprudencia constitucional ha señalado que la tutela
cuando se propone contra decisiones judiciales se torna excepcional,
toda vez que lejos está de ser una instancia adicional a la cual se pueda
acudir con el fin de derruir sus efectos, salvo que concurra una vía de
hecho, criterio que se ha venido desarrollando por las causales
específicas de procedibilidad.

En tal virtud se han fijado una serie de pautas con las cuales se restringe
el uso y el abuso del mecanismo constitucional, de manera que quien
acuda a él realmente lo emplee como el último recurso a su alcance,
pues de lo contrario se atenta contra la estructura de las jurisdicciones y
procedimientos que previamente han sido fijados, resaltándose así la
naturaleza residual y subsidiaria de la acción.

En ese sentido, la acción de tutela contra providencias presupone la


concurrencia de unos requisitos de procedibilidad que consientan su
interposición: genéricos y específicos, esto con la finalidad de evitar que
la misma se convierta en un instrumento para discutir la disparidad de
criterios entre los sujetos procesales y la autoridad accionada y
contrariar su esencia, que no es distinta a denunciar la transgresión de
los derechos fundamentales.

Dentro de los primeros se encuentran a) que el asunto discutido resulte


de relevancia constitucional, que afecte derechos fundamentales; b) que
se hayan agotado todos los medios ordinarios y extraordinarios de
defensa judicial; c) que se esté ante un perjuicio iusfundamental
irremediable; d) que se cumpla con el requisito de inmediatez, esto es,
que se interponga dentro de un término razonable y justo; e) que se
trate de una irregularidad procesal, y la misma tenga un efecto decisivo
o determinante en la decisión que se impugna y que afecte los derechos
fundamentales de la parte actora; f) que se identifiquen de manera
razonable los hechos que generaron la vulneración y los derechos
afectados, y, además, que esa violación haya sido alegada dentro del
proceso, siempre que hubiese sido posible, y g) que no se trate de
sentencias de tutela.

Los segundos, por su parte, apuntan a que se demuestre que la


providencia adolece de algún defecto orgánico, procedimental absoluto,
fáctico, material o sustantivo, un error inducido, carece por completo de
motivación, desconoce el precedente o viola directamente la
Constitución.

En ese orden, el interesado debe demostrar de manera clara cuál es la


irregularidad grave en la que incurrió el funcionario judicial, cuál es el
efecto decisivo o determinante en la decisión que se impugna y cómo
afecta sus derechos fundamentales. No basta con aducir cualquier
anomalía o desacierto dentro del proceso para que por vía de amparo
pueda revisarse la actuación de un funcionario judicial, en tanto que el
juez constitucional no es una instancia adicional revisora de la actuación
ordinaria.

En otros términos, es factible acudir a la tutela frente a una irrazonable


decisión judicial. Y el error de la autoridad debe ser flagrante y
manifiesto, pues no puede el juez constitucional convertirse en un
escenario supletorio de la actuación valorativa propia del juez que
conoce el proceso. Ello desconocería su competencia y autonomía».

PROCEDIMIENTO PENAL - Sistema penal acusatorio - Medidas de


aseguramiento: requisitos legales

PROCEDIMIENTO PENAL - Sistema penal acusatorio - Medidas de


aseguramiento: competencia de la Fiscalía General de la Nación para
solicitarlas y del juez con función de control de garantías para
imponerlas (c. j.)

PROCEDIMIENTO PENAL - Sistema penal acusatorio - Régimen de


libertad del imputado - Afirmación de la libertad - Interpretación
restrictiva de las normas que limitan el derecho a la libertad:
necesariedad de un juicio de proporcionalidad (c. j.)

PROCEDIMIENTO PENAL - Sistema penal acusatorio - Medidas de


aseguramiento: subreglas jurisprudenciales para imponerlas (c. j.)

PROCEDIMIENTO PENAL - Sistema penal acusatorio - Medidas de


aseguramiento - Revocatoria o sustitución de la medida: titularidad y
oportunidad para solicitarlas (c. j.)

PROCEDIMIENTO PENAL - Sistema penal acusatorio - Medidas de


aseguramiento - Revocatoria o sustitución de la medida: presupuestos

PROCEDIMIENTO PENAL - Sistema penal acusatorio - Medidas de


aseguramiento - Revocatoria o sustitución de la medida: competencia
del juez con función de control de garantías para resolver la solicitud

PROCEDIMIENTO PENAL - Sistema penal acusatorio - Revocatoria o


sustitución de medida de aseguramiento: deber del juez de valorar
dinámicamente la necesidad de la medida

Tesis:
« (…) necesario resulta recordar los parámetros legales para la
imposición de la medida de aseguramiento, regulados en el artículo 308
de la Ley 906 de 2004.

Así, de acuerdo lo establecido en el artículo 250 Superior, reformado por


el artículo 2º del Acto Legislativo 03 de 2002, el artículo 308 consagra
que procede la medida de aseguramiento cuando se busca: (i) evitar
que el imputado obstruya el debido ejercicio de la justicia, bien sea
mediante la destrucción de las pruebas o la amenaza de testigos; (ii)
que el implicado constituya un peligro para la seguridad de la sociedad o
de la víctima; o que (iii) el procesado no comparecerá a la actuación.
Además el juez deberá tener en cuenta para decretar la medida,
elementos que le permitan inferir que quien se está procesando es autor
o partícipe del hecho que se le imputa, en concordancia con los
elementos materiales probatorios y la evidencia física recogida o de la
información obtenida legalmente.

Sobre el particular, la Sala de Casación Penal, en providencia AP2761-


2020, señaló:

“El artículo 250.1 de la Constitución Política, asigna a la Fiscalía General


de la Nación la carga de solicitar ante el Juez de Control de Garantías la
imposición de las medidas necesarias -limitadoras de derechos- que
aseguren la comparecencia de los imputados al proceso penal, la
conservación de la prueba y la protección de la comunidad, en especial
de las víctimas.

El inciso primero del artículo 306 de la Ley 906 de 2004 señala que el
fiscal solicitará al juez de control de garantías imponer medida de
aseguramiento, indicando la persona, el delito, “los elementos de
conocimiento necesarios para sustentar la medida y su urgencia”, los
cuales “se evaluarán” en la audiencia permitiendo a la defensa la
controversia pertinente.

El artículo 295 ídem, indica que las disposiciones que autorizan


preventivamente la privación o restricción de la libertad del imputado (i)
tienen carácter excepcional; (ii) solo podrán ser interpretadas
restrictivamente y (iii) su aplicación debe ser necesaria, adecuada,
proporcional y razonable frente a los contenidos constitucionales”.

Así mismo, el artículo 308 mencionado, establece dos exigencias para


que se pueda decretar la medida de aseguramiento, estas son de orden
fáctico, relacionadas con la información y los elementos materiales
probatorios o evidencia física encontrada, y jurídicas según lo establece
el artículo 313 del C.P.P.
En la misma providencia antes reseñada, la Corte se refirió respecto al
cumplimiento de los requisitos para la imposición de la medida de
aseguramiento de la siguiente manera:

“Ahora, tanto el fiscal para solicitar la medida de aseguramiento, como


el juez para acceder a esa pretensión, deben demostrar la satisfacción
de los siguientes requisitos contenidos en los artículos 306 a 316 del
Código de Procedimiento Penal de 2004, los cuales fueron organizados
por la Corte de la siguiente manera:

i) La inferencia razonable de participación del imputado en la conducta.


Para tales efectos, deben presentarse y explicarse las evidencias físicas
y otra información legalmente obtenida, con la que se acredite, en el
nivel de conocimiento establecido en la ley, que el delito ocurrió y que el
imputado es autor o partícipe.

ii) La necesidad de la medida contra el imputado. Para ello, tanto el


solicitante al formular la petición, como el juez al resolverla, deben
evaluar los siguientes factores:

a. Factores no procesales, que desarrollan los arts. 310 y 311 del Código
de Procedimiento Penal, que disponen la imposición de la medida
restrictiva de la libertad cuando el imputado represente un peligro para
la seguridad de la comunidad (posibilidad de reiteración de la conducta
o comisión de otras), o pueda inferirse razonablemente que atentará
contra la víctima, sus familiares o sus bienes.

b. Factores procesales, previstos en los cánones 309 y 312, que


disponen la procedencia de la restricción de la libertad cuando existan
“motivos graves y fundados” que den cuenta de que el imputado podría
no comparecer al proceso y/o afectar la actividad probatoria.

iii) La elección del tipo de medida a imponer. En esta etapa, es carga de


los involucrados en la diligencia indicar cuál de las medidas de
aseguramiento previstas en el art. 307 del Código de Procedimiento
Penal se habrá de imponer (privativa o no privativa de la libertad), y
luego exponer los motivos por los que dicha medida es la procedente.

Para ello, deberán tenerse en cuenta: (i) las previsiones normativas


aplicables, esto es, las que permiten la imposición de medida de
detención en establecimiento carcelario (como el art. 313); (ii) las que
prohíben el decreto de una medida distinta a la de privación de la
libertad intramuros (v. gr. el art. 199 de la Ley 1098 de 2006); y (iii) si
resulta procedente una medida no privativa de la libertad, cuando la
misma pueda ser suficiente para alcanzar el fin perseguido (parágrafo 2º
del art. 307 y art. 308).
En este proceso, es necesario llevar a cabo el juicio de proporcionalidad,
orientado a que se evalúe si la medida solicitada resulta adecuada,
necesaria y proporcional en sentido estricto, a través de un balance de
los intereses que se confrontan, esto es, el derecho fundamental que se
afecta con la imposición de la medida y el fin constitucional que se
busca proteger al decretarla (Art. 295 y 296 de la Ley 906 de 2004).

Como tercer aspecto, habrán de evaluarse los problemas jurídicos


atinentes a las particularidades del caso, como por ejemplo, la
posibilidad de imponer una medida más o menos grave que la solicitada
por la Fiscalía o la víctima”.

Ahora bien, el artículo 318 de la Ley 906 de 2004, estipula que


cualquiera de las partes podrá solicitar la revocatoria o la sustitución de
la medida de aseguramiento, sea esta privativa o no de la libertad,
presentando los elementos fácticos, de los cuales se permita inferir, de
manera razonada, que han desaparecido los requisitos para decretarla,
establecidos en el artículo 308 de la misma ley.

Ahora, el asunto relativo a la revocatoria o sustitución de la medida


derivado de la presentación de los elementos probatorios o de la
información legalmente obtenida de la cual se infiera el
desaparecimiento de los requisitos legales establecidos para su
imposición, conlleva una afectación de la libertad personal, lo cual,
comporta la necesidad de valorar la razonabilidad y la proporcionalidad
de la consecuencia de su no observación en el momento en que surjan
los elementos fácticos que la originan.

Para la Corte, el Juez de Control de Garantías está en la obligación


constitucional de hacer en cualquier momento un análisis racional,
ponderado y adecuado frente a la medida de aseguramiento y en
especial frente a las circunstancias fácticas que se le presenten, de las
cuales surja la imposición de la medida o su revocatoria o sustitución,
toda vez que debe sopesar de una manera dinámica la necesidad de la
medida frente a la afectación grave del derecho fundamental de la
libertad del imputado.

Lo anterior, por cuanto los elementos materiales probatorios o la


información legalmente obtenida, de la cual se infiera razonadamente
que han desaparecido las exigencias legales para decretar la medida de
aseguramiento, pueden ocasionarse en cualquier momento, aún
después de haberse intentado por primera vez la revocatoria o la
sustitución de la medida.
Así las cosas, se hace ostensible que, por expresa exigencia del artículo
318 de la Ley 906 de 2004, la solicitud de revocatoria o sustitución de la
medida de aseguramiento que se formule ante el juez de control de
garantías deberá hacerse “presentando los elementos materiales
probatorios o la información legalmente obtenidos que permitan inferir
razonablemente que han desaparecido los requisitos del artículo 308”.
Ello significa que el solicitante tiene la carga procesal de aportar
elementos probatorios nuevos o información obtenida legalmente que
no hubieren sido tenidos en cuenta con anterioridad, cuando se decretó
la medida de aseguramiento, pues sólo en esa hipótesis le será posible
al juzgador realizar una inferencia razonable para decidir si
desaparecieron o no los elementos que estructuraron los requisitos para
el decreto de dicha cautela, pudiendo de ese modo tomar la
determinación de si es procedente acceder a la solicitud de sustitución o
revocatoria de medida que le sea puesta en consideración».

ACCIÓN DE TUTELA CONTRA PROVIDENCIA JUDICIAL - Observancia


de los requisitos de procedencia

Tesis:
«Con fundamento en la demanda de tutela y los demás elementos de
convicción que reposan al interior del expediente constitucional, la Sala
estudiará la procedencia de la presente solicitud de amparo en contra de
providencia judicial.

Inicialmente, resulta incuestionable que se está frente a un asunto de


relevancia constitucional, pues se trata de analizar si los Juzgados
Segundo Penal Municipal con Funciones de Control de Garantías y
Segundo Promiscuo del Circuito, ambos de Puerto Asís, vulneraron los
derechos fundamentales del accionante al proferir los autos del 2 de
mayo y 11 de julio del año en curso, en virtud de los cuales le denegaron
su solicitud de revocatoria de medida de aseguramiento.

Se corroboró que la parte actora no cuenta con otro medio de defensa


distinto al de la acción de tutela, pues la queja constitucional incluye la
decisión de segunda instancia en virtud de la cual se puso fin a la
discusión sobre la revocatoria de la medida de aseguramiento.

También se encuentra satisfecho el principio de inmediatez, pues el


proveído que se cuestiona, y que culminó el incidente procesal, data del
11 de julio de 2022, en tanto que la demanda constitucional fue
promovida el 18 de agosto del mismo año, de donde se extrae que se
hizo dentro de un plazo prudente. Igualmente se determinó que la parte
actora identificó de forma razonable, tanto los hechos que originaron la
vulneración denunciada como los derechos que estima afectados, lo que
permite establecer que el defecto denunciado, de ser existente, sería de
gran relevancia e impactaría de manera determinante en las resultas de
la actuación valorada, la cual, dicho sea de paso, no corresponde a otro
trámite de tutela.

7.2. Así, satisfechas las causales de orden general, procede la Corte a


estudiar las de índole especial, con el fin de establecer si dichas
providencias se encuentran inmersas en algún tipo de defecto que
pueda llevar a su invalidación».

DERECHO AL DEBIDO PROCESO - Proceso penal: razonabilidad de la


decisión que niega la solicitud de revocatoria de la medida de
aseguramiento, como quiera que el solicitante no desvirtuó la inferencia
razonable de autoría o participación del imputado en los delitos de
acceso carnal violento, secuestro simple y violación de habitación ajena

ACCIÓN DE TUTELA CONTRA PROVIDENCIA JUDICIAL - La acción de


tutela no es medio para revivir oportunidades procesales

ACCIÓN DE TUTELA - Principio de subsidiariedad y residualidad -


Improcedencia de la acción para valorar el contenido y validez de la
grabación aportada por la defensa, en la que la presunta víctima
manifiesta que su único interés es obtener un beneficio económico: otro
mecanismo de defensa judicial

Tesis:
«En este asunto se encuentra demostrado que, contra Charly Willard
Valencia Nitola se adelanta la causa penal 2021-01238 por la presunta
comisión de los delitos de acceso carnal violento, secuestro simple y y
violación de habitación ajena, actuación donde, el 20 de diciembre de
2021, fue cobijado con medida de aseguramiento privativa de la libertad
en centro carcelario.

Con ocasión de ese trámite, el 16 de febrero de 2022 el apoderado de


Valencia Nitola solicitó la revocatoria de medida de aseguramiento
alegando la existencia de nuevos elementos de convicción en virtud de
los cuales se daba cuenta de la falta de necesidad para continuar con la
mencionada cautela, en la medida que se habría derruido la inferencia
razonable sobre su responsabilidad en la comisión de esas conductas
delictuales.

Como sustento de su petición, el postulante allegó varias declaraciones


juradas rendidas por familiares y allegados, donde se indica que Charly
Willard no constituye un peligro para la sociedad y la presunta víctima y
que es una persona dispuesta a cumplir con compromisos tales como el
comparecer a las citaciones judiciales. Adicionalmente, se allegó
memorial suscrito por la denunciante, donde indica querer desistir de la
acción, ello por haber sido reparada integralmente y porque no es su
deseo querer tener contacto con el procesado y el proceso en mención.

Mediante decisión del 2 de mayo del 2022, la Juez Segunda Penal


Municipal con funciones de Control de Garantías de Puerto Asís negó la
solicitud de revocatoria de medida de aseguramiento, básicamente,
porque estimó que los elementos de convicción aducidos no tienen la
fuerza suasoria suficiente para tener por superados los presupuestos
que dieron origen a la medida, añadiendo que las declaraciones
aportadas provienen de vecinos, amigos y familiares del procesado, lo
que las torna sospechosas.

Adujo que si bien existía una manifestación de desistimiento por parte


de la víctima, en la misma no se advierte que ella se esté retractando de
lo denunciado, sino que simplemente se trata de un documento donde
señala no querer tener contacto con el procesado ni con el trámite, lo
cual no es indicativa de la inexistencia de los hechos investigados.

La anterior decisión fue objeto del recurso de apelación, del cual le


correspondió conocer al Juzgado Segundo Promiscuo del Circuito de la
mencionada municipalidad, autoridad que, mediante auto del 11 de julio
siguiente, resolvió confirmar la decisión de primer grado bajo las
siguientes consideraciones:

Como primera medida hizo un recuento sobre las exigencias normativas


y jurisprudenciales para la imposición de medidas de aseguramiento y, a
continuación, pasó a explicar los requisitos para alcanzar su revocatoria.

Pasando al caso concreto, el Ad quem se refirió a la solicitud de


revocatoria de medida de aseguramiento en los siguientes términos:

“…se solicita la revocatoria de la medida de aseguramiento arguyendo


que la misma no es necesaria ni proporcional por cuanto los nuevos
elementos materiales probatorios aportados, dan cuenta que el
procesado no representa un peligro para la sociedad o para la víctima y,
que son la garantía de su comparecencia en el desarrollo del proceso. En
el mismo sentido, el solicitante manifiesta que la víctima ya ha sido
indemnizada integralmente y que ha expresado su deseo de desistir de
la denuncia, por lo que previendo que las investigaciones continuaran
surtiéndose de oficio, considera que sería suficiente con la imposición de
una medida menos restrictiva, por ejemplo, una orden de alejamiento”.

En seguida la Juez de segundo grado reseñó:

“Frente a lo anterior, cabe destacar que en cumplimiento de lo lineado


por el arriba referido Auto AP6738 de fecha 11 de octubre de 2017, con
radicado 37395, la defensa allegó nuevos elementos materiales con
intención de certificar que el enjuiciado comparecerá a las convocatorias
realizadas durante el proceso, y que según su consideración, los mismos
acreditan la desaparición de los fundamentos que dieron origen a la
imposición de la medida de aseguramiento, no obstante esta judicatura,
pese a aceptar que hay validez en el aporte de un nuevo acervo
probatorio, anticipará que por sus características y naturaleza, el mismo
carece de peso para desvirtuar los presupuestos legales, pues de una
juiciosa valoración y el respectivo cotejo con la normatividad vigente,
resulta que tales no cumplen con los fines pretendidos por el
peticionario”.

De cara a la prueba aportada, consistente en el desistimiento suscrito


por la víctima, la Juez de segunda instancia explicó, con sustento
normativo y jurisprudencial, cómo la Fiscalía General de la Nación es la
titular de la acción penal, para a partir de ello indicar:

“Dicho lo anterior es claro que, estando en cabeza de la fiscalía General


de la Nación, una investigación con un avance significativo y en cuyo
plenario reposan elementos que pueden soportar sin equívocos su
viabilidad, y que además se surte por un delito no querellable, -
entiéndase susceptible de desistimiento- resulta inoficioso el aporte de
un documento que tenga la pretensión de lograr lo contrario. En ese
entendido, no es de recibo para esta judicatura el significado que el
solicitante desea darle al documento aportado como desistimiento, más
que para referir que, la víctima desea no hacerse parte de un proceso en
curso, sobre el que no tiene control.

Por otro lado es fundamental hacer hincapié en que el documento


previamente referido, si bien es cierto, hace alusión a un “desistimiento”
que, a criterio de esta juzgadora, tiene más que ver más con la intención
de mantenerse alejada de un evento traumático que con el propósito de
desistir, también lo es que la víctima por ningún lado expresa, aclara o
se retracta de las denuncias, o de los hechos investigados. Así entonces,
no es posible darle la validez deseada al elemento en cuestión, pues no
contraviene la teoría del caso propuesta por la Fiscalía, no destruye la
inferencia razonable de autoría y por lo tanto no desvirtúa las razones
por la cuales fue impuesta la medida de aseguramiento al procesado”.

Pasando a las declaraciones extra-juicio aportadas, la Juez Ad quem


reseñó:

“Respecto de las declaraciones extra juicio es menester manifestar que


en concordancia con el artículo 188 del código General del Proceso, son
elementos que claramente tienen valor probatorio, toda vez que
contienen manifestaciones realizadas ante notario público y bajo la
gravedad de juramento, con consecuencias penales, por su mala
utilización. Sin embargo, al ser contentivos de testimonios que
pretenden demostrar hechos ocurridos o como en el caso sub judice,
acreditar la configuración de los presupuestos para la revocatoria de la
medida de aseguramiento, es de obligatoria observancia que tales
declaraciones estén revestidas de objetividad e imparcialidad en los
términos del artículo 211 del C.G.P, válidamente aplicable por remisión
normativa.

Así entonces, se tiene que las declaraciones extrajuicio allegadas por la


defensa se encuentran suscritas por el procesado, su madre, su
hermano y dos allegados, y que en tales documentos se exponen
manifestaciones, primero sobre el buen comportamiento del encartado y
segundo, sobre los hechos objeto de investigación. En primer orden sea
del caso referir que la naturaleza de las relaciones de parentesco o de
amistad que se desprenden del estudio de este elemento, coartan de
manera tajante el peso que a tales declaraciones se les otorga, como
quiera que se ve soslayado el principio de contradicción, propio de otro
escenario como es el juicio oral.

Adicionalmente es de mencionar que los testimonios, sean suscritos por


familiares, amigos o vecinos, se basan en referencias sobre el
comportamiento del señor Valencia Nitola, que en últimas constituyen
apreciaciones subjetivas y superficiales, que no podrían tener la
contundencia para controvertir el acervo probatorio con que cuenta la
Fiscalía, en tanto es el resultado de procedimientos técnicos y legales
ejercidos por profesionales como los peritos, cuya certificación logró dar
cuenta además de la inferencia razonable de autoría, también de la
necesidad y urgencia de la imposición de la medida.(…)

En el presente caso el defensor busca demostrar con las declaraciones


extraproceso la forma de vivir del acusado, aspectos que como ha
expuesto el máximo Órgano de la Jurisdicción Ordinaria, constituyen una
verificación de la personalidad, intolerable dentro del derecho penal de
acto, donde se juzgan los hechos objeto del proceso y no la forma de ser
o de vivir del encartado o su personalidad.

Así las cosas, este despacho encuentra acertadas las apreciaciones de la


Juez a-quo, en tanto los testimonios de familiares, amigos y vecinos que
se limitan a referencias personales de comportamiento ejemplar, no
contribuyen a la investigación, pues con tales no se logra, de ninguna
manera, probar que las razones por las que se impuso la medida de
aseguramiento o los presupuestos contenidos en el artículo 308 del
C.P.P. hayan desaparecido. De acuerdo a lo anterior y teniendo en
cuenta los elementos materiales probatorios base de la medida
impuesta, no es posible avizorar el hecho de que tales referencias
comportamentales, acrediten que el procesado ya no representa un
peligro para la víctima o para la sociedad y que tales sean la garantía de
que el mismo comparezca al proceso.

Resulta contradictorio el argumento bajo el cual el defensor, por un lado,


manifiesta que las declaraciones extrajuicio dan cuenta de que la
víctima no estuvo retenida ni fue sujeto de delitos, y por el otro arguye
que de todas formas la presunta víctima fue indemnizada a causa de los
perjuicios que, con la comisión del delito pudiera haber sufrido, situación
que causa extrañeza pues para el entendimiento de esta judicatura la
indemnización o reparación no tendría cabida si el punible no se hubiere
cometido.

En consonancia con lo anterior, es de resaltar la contradicción respecto


de las afirmaciones del defensor mediante las cuales, pretende
desvirtuar la inferencia razonable de autoría y con ello la desaparición
de los presupuestos del artículo 308 del código de procedimiento penal,
y al mismo tiempo manifiesta que hay disposición por parte del
procesado para adelantar un preacuerdo con la fiscalía, por lo que es
deber de esta juzgadora insistir en la falta de lineamientos o hilos
conductores que permitan inferir que hay coherencia entre lo solicitado
por el defensor, y el resultado que se pretende. Así queda en entredicho
la base de la solicitud, o al menos se debilita, puesto que a pesar de que
se busca destruir la inferencia razonable de autoría, se deja entrever
que el punible pudo haberse cometido y que por tanto la medida es
necesaria”.

9. Vista la síntesis de las decisiones cuestionadas por el demandante en


tutela y, tras verificar el contenido del registro de la audiencia donde el
defensor de Charly Willard Valencia Nitola presentó su solicitud de
revocatoria de la medida de aseguramiento, la Sala encuentra que tales
determinaciones se ofrecen razonables y debidamente fundamentadas,
ya que en ellas se consigna una valoración plausible de los motivos
legales y probatorios por los cuales no es viable acceder a la solicitud de
sustitución de la medida de aseguramiento.

En ese sentido, vale la pena exaltar cómo los juzgados parten por
señalar que, en el caso materia de análisis, la parte interesada no logró
demostrar que los motivos por los cuales fue impuesta la medida de
aseguramiento habían desaparecido, conclusión a la que se arribó luego
de valorar los elementos con vocación probatoria novedosos aportados
al momento de sustentar la solicitud de revocatoria de la medida.

En sus providencias, las autoridades accionadas dejaron en claro que los


elementos aducidos, no tuvieron la fuerza suasoria necesaria para dar
por descartada la inferencia razonable sobre la responsabilidad o
participación de Valencia Nitola en los hechos delictuales que se le
imputaron, motivo por el cual persistía la necesidad de mantener la
medida de aseguramiento.

Así, lo que se advierte en el asunto objeto de análisis, es que la parte


actora, al no compartir la decisión tomada por los jueces ordinarios, por
ser manifiestamente contraria a sus intereses, pretendieron acudir al
uso de la acción constitucional para revivir una discusión que ya fue
debidamente zanjada por las autoridades competentes, como si esta se
tratara de una instancia adicional donde sus pretensiones pudieran ser
consideradas y valoradas nuevamente, situación que riñe por completo
con los fines de este mecanismo de amparo, los cuales se circunscriben
a proteger los derechos fundamentales de los ciudadanos, cuando los
mismos son amenazados o vulnerados por algún tipo de autoridad.

Bajo ese entendido, la solicitud de amparo se torna improcedente, de


modo que se impone la confirmación de la decisión impugnada.

10. Finalmente, la Sala encuentra que no resulta procedente hacer


pronunciamiento alguno sobre el contenido y validez de una grabación
aportada al presente trámite, donde presuntamente la víctima
manifiesta que su único interés al denunciar a Charly Willard Valencia,
era el de obtener un beneficio económico, lo anterior por cuento que esa
actividad de valoración probatoria le corresponde únicamente a los
jueces ordinarios competentes, funcionarios estos que, hasta el
momento, no han tenido la oportunidad de pronunciarse sobre el
particular, previo agotamiento de las ritualidades procesales de
contradicción, ya que dicho elemento no fue aducido ni aportado en la
audiencia de solicitud de revocatoria de la medida de aseguramiento
que acá se analiza.

Quiere decir lo anterior que, la parte actora, no ha agotado el


procedimiento ordinario con miras a lograr un pronunciamiento frente a
ese elemento de convicción al interior del proceso penal, lo cual
inhabilita la juez de tutela para hacer un pronunciamiento sobre el
particular, ya que no se ha satisfecho con el principio de subsidiariedad
que rige en la acción de tutela.

11. En síntesis, la Sala concluye que en el presente evento no hay lugar


a dispensar el amparo constitucional deprecado por la parte actora por
cuanto que: i) la mora judicial denunciada ya se encuentra superada y,
la misma, no constituye una causal de libertad, como lo pretende el
libelista; ii) las decisiones judiciales cuestionadas descansan sobre
criterios de interpretación razonable y son fruto de un serio análisis
frente a la situación evaluada en ese momento y; iii) no es la tutela el
escenario para valorar una elemento de convicción que no fue aportado
al trámite ordinario como fundamento de la solicitud de revocatoria de la
medida de aseguramiento.

De tal suerte, la actual inconformidad que se expresa en el libelo


constitucional no se remite a la vulneración de garantías, sino la
insistencia en una pretensión que fue descartada por la autoridad
judicial correspondiente, motivo por el cual, se impone la necesidad de
confirmar la negativa del amparo deprecado».

JURISPRUDENCIA RELACIONADA: CC C-1083/05; CC T-429-2005; CSJ


AP2761-2020

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