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Sindrome de Intestino Irritable

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Síndrome del

intestino irritable
Introducción
El síndrome de intestino irritable (SII) se caracteriza por dolor abdominal que es
crónico y recurrente o alteración en el hábito intestinal. Cuando no existe una
causa detectable de estos síntomas se denomina SII funcional, para esto se
utilizan los criterios Roma. Para clasificar al paciente como portador del SII en
necesario que exista vinculación entre el dolor abdominal y las alteraciones de los
movimientos intestinales (para distinguirlo del síndrome doloroso abdominal
funcional), así como asociación entre las molestias intestinales con la alteración de
los hábitos de defecación (para diferenciarlo del estreñimiento funcional crónico y
de la diarrea funcional crónica).
A nivel mundial la prevalencia de este síndrome es de 10-15%. La sintomatología
del SII, al igual que otros trastornos gastrointestinales funcionales, por lo habitual
aparece desde la niñez con una frecuencia estimada en pacientes pediátricos
similar a la de los adultos. En lo que se refiere a frecuencia por género, ésta es
más común en mujeres con un índice mujeres:hombres de 2:1.
Se ha informado que la sintomatología del SII puede aparecer hasta un 10% de
los pacientes adultos que sufren infecciones intestinales de tipo bacteriano o viral,
esto sucede principalmente en individuos del sexo femenino cuando la duración de
la gastroenteritis es prolongada y cuando existen factores psicosociales, como
estrés al momento de la infección y somatización.
Etiología y fisiopatogenia
A pesar de que la fisiopatología del SII no se ha entendido por completo éste se
ha descrito como un trastorno “cerebro-intestino”, debido a la asociación directa
con el estrés, condiciones psicológicas coexistentes y el hecho de que los
síntomas pueden mejorar cuando se utilizan tratamientos dirigidos al sistema
nervioso central (SNC). También se ha sugerido la existencia de alteraciones en la
regulación de la serotonina intestinal, lo que ocasiona pérdida del balance de la
secreción y absorción en el tubo digestivo. Entre otras causas se nota el hecho de
que dichos pacientes pueden presentar una percepción incrementada a los
estímulos viscerales, lo cual explicaría el dolor abdominal y las molestias
intestinales. Algunas otras interpretaciones sobre la causa del SII incluyen
alteraciones de la activación del sistema inmunológico intestinal, así como
cambios en la flora intestinal.
Cuadro clínico
El SII es un ratsorno gatsrointestinal clasificado como funcional, es común
observar otro tipo de alteraciones funcionales no gastronintestinales en estos
pacientes, como fibromialgia, dolor pélvico crónico y cistitis intersticial. Con
frecuencia en estos sujetos también existen condiciones de carácter psicológico,
como miedo relacionado con los síntomas, somatización y ansiedad.
Diagnóstico
Las recomendaciones clínicas actuales basadas en evidencia mencionan que el
diagnostico del SII se puede realizar mediante la historia clínica, exploración física
y estudios de rutina. La colonoscopia no es necesaria en los pacientes que
cumplen con los criterios Roma, y que no muestran signos de alarma. Por otro
lado este examen puede ser requerido para individuos que se presenten con
hemorragia rectal, anemia, pérdida de peso, fiebre, antecedentes heredofamiliares
de cáncer de colon y/o inicio de la sintomatología después de los 50 años de
edad.

Después de realizar la historia clínica se clasificará el tipo de intestino irritable del


paciente en alguna de las siguientes categorías:
 SII con diarrea (más frecuente en hombres)
 SII con estreñimiento (más frecuente en mujeres)
 SII mixto
La historia clínica también debe incluir la asociación entre la sintomatología y la
ingesta de alimentos, no sólo para descartar la presencia de infección
gastrointestinal, sino para guiar el tratamiento e caso de pacientes en los que se
realice el diagnóstico de SII.
En el cuadro 13.6.2 se presenta una propuesta de tres pasos para realizar el
diagnóstico de SII y otros diferenciales (p. ej. Esprúe celiaco y cáncer de colon).
Como se observa en dicho cuadro sólo cuando existen datos de alarma se
considera realizar la colonoscopia. Es importante recordar que según las
recomendaciones actuales se aconseja efectuar la colonoscopia en todos los
pacientes mayores de 50 años, con o sin presencia de síntomas de SII.

En la exploración física con frecuencia se observa dolor en el gipocondrio


izquierdo, así como colon sigmoides palpable. Se recomienda realizar exploración
rectal para descartar otras enfermedades rectales y funcionamiento anormal del
esfínter anorrectal, como la contracción paradójica del piso pélvico durante la
defecación.
Tratamiento
Para el manejo del estreñimiento e pueden usar laxantes del tipo osmótico, fibra y
agentes que incrementen la masafecal. Son embargo, la desventaja de estos
tratamientos en la flatulencia y otros efectos secundarios, así como resultados
inconsistentes. Entre otras opciones farmacológicas está el uso de tegaserod, un
agonista parcial de los receptores 5HT4 de serotonina, el cual ha demostrado
utilidad en pacientes don SII con predominio de estreñimiento; no obstante,
algunos estudios clínicos se ha reportado incremento en los eventos
cardiovasculares en sujetos a los que se les administra este fármaco. En la
actualidad las autoridades estadounidenses de la Food and Drug Administration
(FDA) se han restringido el acceso de este fármaco a mujeres menores de 55
años de edad con SII con predominio de estreñimiento sin problemas vasculares.
Para el tratamiento del SII con predominio de diarrea se recomiendan
antidiarreicos usuales como la loperamida. Entre otros medicamentos está el
alosetrón, un antagonista de los receptores de serotonina 5HT3 que ha
demostrado disminuir los síntomas de frecuencia y urgencia fecal, así como el
dolor abdominal y las molestias del SII con predominio de diarrea; sin embargo,
los estudios clínicos han revelado eventos adversos raros pero serios, como íleo,
obstrucción intestinale, impactación fecal, perforación y colitis isquémica.
Para el tratamiento del dolor abdominal se utilizan habitualmente agentes
antiespasmódicos. Entre otras opciones para el tratamiento del dolor se hallan los
antidepresivos tricíclicos (p. ej. Amitriptilina a dosis bajas, desipramina a dosis
escalonadas) o inhibidores selectivos de la recaptura de serotonina (paroxetina,
citalopram, fluoxetina).
La terapia conductual es uno de los tratamientos psicológicos más estudiados
para el tratamiento del SII. La terapia cognitiva se dirige a la modificación del
pensamiento maladaptativo o catastrófico que interviene en la percepción de los
síntomas. La terapia conductual se enfoca en la modificación de comportamientos
disfuncionales a través de las técnicas de relajación, manejo de la continencia y
entrenamiento.
Tratamiento
No existe un tratamiento estandarizado para esta enfermedad, la mayoría de las
veces se recomienda el manejo con base en la sintomatología del paciente. Las
recomendaciones más utilizadas son cambio de hábitos dietéticos con el uso de
agentes formadores de heces como Psyllium plantago. En el caso de dolor se ha
observado utilidad del uso de espasmolíticos, en especial de algunos
anticolinérgicos como la diciclomina, si predomina la diarrea se recomienda el uso
de agonistas de los opiáceos como la loperamida. El uso de antidepresivos
(nortriptina, Imipramina y desipramina) se ha relacionado con mejorías en el
estado de ánimo, así como en la sintomatología de los pacientes en los que
prevalece la diarrea. En pacientes con incremento importante de las flatulencias se
ha recomendado el uso de carbón activado.

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