Adopciones Internacionales Irregulares. El Caso de Guatemala
Adopciones Internacionales Irregulares. El Caso de Guatemala
Adopciones Internacionales Irregulares. El Caso de Guatemala
El caso de Guatemala.
BBC NEWS MUNDO
Mi mamá adoptiva quería que me mantuviera conectada con mis raíces, pero no quería
hablar demasiado sobre eso antes de que yo fuera adulta.
Empecé a hacerme preguntas cuando era adolescente. Como cualquier jovencita que se
convierte en mujer, quería saber quién era yo. Me miraba en el espejo y quería saber a quién
me parecía.
Así es más o menos como comenzó este proceso de búsqueda.
Empecé a indagar a los 18 años, pero de una manera "aproximada", sin saber
cómo ni dónde mirar.
Calificaré esto como un período en el que deambulaba, porque no existía un organismo que
ayudara a los adoptados a buscar sus orígenes.
En cada uno de mis cumpleaños me preguntaba si mi madre biológica estaría pensando en
mí.
Aunque ahora sé que el cumpleaños que había celebrado durante más de 30 años era
incorrecto por una diferencia de días.
FUENTE DE LA IMAGEN, CORTESÍA DE MARIELA SIFONTES
Mariela recuerda haber tenido una infancia feliz.
Cuando tenía 18 años, mis padres adoptivos me entregaron mi expediente de adopción. Tuve
acceso a él antes, pero nunca lo había leído completo porque entonces no me interesaba
saber más sobre mi pasado.
Mis padres me lo dieron porque sintieron que era mi historia y que estos documentos debía
tenerlos yo.
El expediente tenía informaciones que con el tiempo resultaron ser incorrectas o incluso
falsas.
Había inconsistencias con algunas fechas, problemas de cronología y empecé a dudar.
Fue como una revolución, que se vio intensificada cuando mi hija, con 5 años, también
comenzó a hacer preguntas.
Leí reportajes sobre la tragedia de los niños robados en Guatemala, sobre adopciones
ilegales, sobre tráfico de bebés.
A lo largo de los años 80, 90 y principios de los 2000, los hoteles de Guatemala
estaban llenos de estadounidenses y europeos que iban a recoger niños.
Muchas de las adopciones se realizaron en condiciones de legalidad, pero el tráfico
de menores se convirtió en un gran negocio clandestino del que es muy difícil tener
cifras exactas.
Según Unicef, el organismo de Naciones Unidas encargado de la protección de la
infancia, más de 30.000 niños guatemaltecos fueron dados en adopción
internacional entre 1997 y 2007 por un sistema "que no ofrecía garantías sobre el
origen o la idoneidad de la familia de acogida".
Mariela Sifontes
Haberme reencontrado con mi familia no repara 30 años de separación y mentiras".
Durante mi búsqueda sentí que estaba desconectada de la vida real. Las únicas veces que
me sentía más presente era por mis hijos. Tenía que seguir siendo la mejor madre posible y
sobre todo que no les afectara mi situación.
Primero hallé más de 200 mujeres con el mismo nombre y apellido que mi madre biológica.
Además, en Guatemala tienes que buscar por departamento y ciudad.
Después de noches y días, descubrí una foto e inmediatamente supe que era ella, "mi
madre", porque no me gusta decir madre biológica.
V. Como un fantasma
Me parezco a mi mamá. Casi parezco una gemela de mis hermanas. Es una conexión
visceral. Pensé que mi corazón iba a explotar cuando vi sus perfiles y fotos en Facebook.
Mi hermana mayor al principio pensó que era mentira. Una de mis hermanitas me dijo: "Es
imposible que seas Mariela, está muerta".
Entonces mi mamá, Lorena, me escribió: "Hola, mi amor, creo que soy tu mamá. Mi corazón
se va a detener, me dijeron que estabas muerta".
El relato de lo que pasó conmigo era muy distinto a lo que yo sabía hasta entonces.
Hoy puedo asumir que fui víctima de un secuestro cuando tenía 2 días, estuve en cautiverio
durante 11 meses y luego fui vendida bajo el pretexto de una adopción internacional.
Descubrí una foto mía y de otros niños en un sótano atados con cuerdas en Guatemala antes
de ser entregados a las familias de acogida.
Estoy en tratamiento en un centro para víctimas de trauma. Tengo muchas ansiedades, pero
eso no me impedirá hablar.
Mi familia adoptiva me brindó los valores, la educación y los recursos para enfrentar este
horror. Ellos están devastados y destruidos. Emprendieron acciones legales con
abogados. Son víctimas igual que yo.
Hoy estoy cansada de vivir dos vidas en una.
La gente que hizo esto me condenó a vivir separada de mis padres para siempre. Me robaron
la vida.
Un negocio coordinado
En 2007, el Congreso de Guatemala ratificó la Convención de Protección del Niño
y de Cooperación en Adopciones Internacionales. También aprobó una nueva ley
de adopción que supuso "drásticos avances positivos", de acuerdo con la ONU.
La ahora disuelta Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig)
elaboró entonces un informe en el que denunció las irregularidades que se
cometieron en relación con las adopciones, un complejo entramado en el que
estaban implicados representantes de distintos niveles del Estado.
"En ocasiones se utilizan niños robados a los que se les falsifica toda su
documentación y se recurre a mujeres que suplantan a las madres biológicas a
través de la falsificación de documentos de identidad. Para tal efecto, tanto notarios
como jaladoras, que por lo general son los núcleos de estas redes, recurren a
médicos, comadronas, parteras y registradores civiles de diversas municipalidades
y laboratorios de ADN en donde también se falsifican los exámenes pertinentes".
Ofelia de Gamas falleció en la década de 2010. Edmond Mulet, que nunca fue
enjuiciado y niega haber cometido ningún delito, llegó a ser secretario general
adjunto de Naciones Unidas para operaciones de paz y se postuló para las
elecciones presidenciales de Guatemala en 2019.
En Bélgica, el escándalo salpicó a Unicef. Su director de la rama belga, Bernard
Sintobin, tuvo que dimitir en mayo de 2019 por estar relacionado con las adopciones
fraudulentas al haber sido tesorero de Hacer Puente.
Mariela Sifontes ahora está volcada en ayudar a que otras personas encuentren a
sus familias biológicas y que se haga justicia.
La gente no debe tener miedo de hablar, pero en Guatemala no se puede decir todo porque
todavía es peligroso.
He escrito un libro que se publicará en 2021 en el que explico mi historia y la investigación
que realicé en Guatemala siguiendo el rastro de los traficantes hasta Europa, pero también
los vínculos internacionales con Canadá y Estados Unidos.
Es un deber, en nombre de todos los niños desaparecidos de Guatemala, recordar lo
sucedido.
Fuimos considerados como mercancías y exportados a los cuatro rincones del
mundo. Somos las pruebas vivientes de esta trata de niños que generó millones de dólares y
se infiltró en todos los niveles de gobiernos, diplomacias y dentro de las llamadas
organizaciones humanitarias.
Como dice mi amigo Osmin Ricardo Tobar Ramírez, que aparece en el documental
premiado: "Ya no somos bebés, somos adultos con derechos humanos: conocer a nuestras
madres y nuestras verdaderas identidades".
Soy la hija de sangre de mis padres biológicos y la hija de corazón de mis padres adoptivos.
El amor que tengo por los cuatro es fuerte y lucharé para hacerles justicia y sacar este
tráfico a la luz.
Esta lucha es el proyecto de mi vida y la defenderé hasta que cierre los ojos.
Terminaré diciendo que somos miles y que cuando la realidad va más allá de la ficción, no
podemos quedarnos sentados y no decir nada.