Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Cirugía Oral y Maxilofacial: Estudio Epidemiológico de Fracturas Nasales en Hospitales Particulares de São Paulo, Brasil

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 7

r e v e s p c i r o r a l m a x i l o f a c .

2 0 1 4;3 6(4):149–155

Revista Española de
Cirugía Oral y
Maxilofacial
www.elsevier.es/recom

Original

Estudio epidemiológico de fracturas nasales en hospitales


particulares de São Paulo, Brasil

Denis Pimenta E. Souza ∗ , Francisco Neves Filho, Astrid Buysse Temprano,


Henry Arturo Garcia Guevara y Luiz F.L. Leandro
Department of Oral and Maxillofacial Surgery and Traumatology, Hospital Santa Paula, Sao Paulo, Brazil

información del artículo r e s u m e n

Historia del artículo: Objetivo: Analizar los resultados de un estudio epidemiológico de las fracturas nasales tra-
Recibido el 13 de mayo de 2013 tadas en un hospital de la zona sur de São Paulo, para mejorar la secuencia de tratamiento.
Aceptado el 31 de mayo de 2013 Materiales y métodos: Se evaluaron los pacientes ingresados en un hospital privado que forma
On-line el 12 de marzo de 2014 parte de la Residencia de Cirugía Maxilofacial, de enero de 2008 a octubre de 2010 con
diagnóstico de fractura nasal. Los factores analizados para la elaboración del estudio fue-
Palabras clave: ron: sexo, edad, etiología, manifestaciones clínicas, tipo de tratamiento y poscondiciones
Fracturas nasales operatorias.
Epidemiología Resultados: Como etiología, 22 casos de accidentes de motocicletas, 18 accidentes de tráfico,
Fracturas faciales 38 casos de agresión física, 27 de caída, 23 traumatismo deportivo y 10 casos de accidentes
de trabajo. La edad de la mayoría de los pacientes afectados osciló entre 21 y 30 años, con la
mayoría del sexo masculino (112 casos). La manifestación clínica más frecuente es el san-
grado y edema en el dorso nasal. En 93 casos, los pacientes recibieron reducción quirúrgica
sin sangre, con taponamiento nasal asociada con fijación externa con yeso.
Conclusión: Este estudio proporciona datos básicos sobre las fracturas nasales, importantes
para el abordaje terapéutico y la planificación, así como la mejora en la organización y el
cuidado de estos pacientes, y la misma puede servir como un parámetro entre los diversos
servicios hospitalarios para proporcionar una mejora continua en el servicio y la rutina
quirúrgica.
© 2013 SECOM. Publicado por Elsevier España, S.L.U. Todos los derechos reservados.

Epidemiological study of nasal fractures in private hospitals, Sao Paulo,


Brazil

a b s t r a c t

Keywords: Objective: To analyze the results of an epidemiological study of nasal fractures treated in a
Epidemiology private hospital in the center of the city of São Paulo, Brazil.
Facial fractures Material and method: The population included in the study were patients admitted to one of
Nasal fractures the hospitals of the Residence-Department of Oral and Maxillofacial Surgery and Trauma-
tology, from January-2008 to October-2010 diagnosed with nasal fracture. Factors analyzed


Autor para correspondencia.
Correo electrónico: drdenispimenta@terra.com.br (D. Pimenta E. Souza).
1130-0558/$ – see front matter © 2013 SECOM. Publicado por Elsevier España, S.L.U. Todos los derechos reservados.
http://dx.doi.org/10.1016/j.maxilo.2013.05.003
150 r e v e s p c i r o r a l m a x i l o f a c . 2 0 1 4;3 6(4):149–155

for the study were gender, age, etiology, clinical signs, symptoms, type of treatment, and
post-operative condition.
Results: As regards the etiology, 22 cases were associated with motorcycle accidents, 18
car accidents, 38 cases of assault, 27 cases described injuries after falling from their own
height, 23 cases of sport injury, and 10 cases for accidents at work. The patients most affected
were between the ages of 21 to 30 years; with a majority of male patients (112 cases).The
most common clinical manifestations were epistaxis and swelling in the nasal dorsum. In
93 cases, the patients underwent closed surgical reduction, associated with nasal packing
and external fixation.
Conclusion: This study presents fundamental information regarding nasal fractures, empha-
sizing the surgical approach and surgical planning. It is also important to take into account
the importance of organizing the attendance sequence of these patients, considering these
protocols and procedures as an option for other hospitals to improve their routine protocols
for these types of trauma.
© 2013 SECOM. Published by Elsevier España, S.L.U. All rights reserved.

fractura más comúnmente tratadas en salas de urgencia, que


Introducción muestra la importancia del estudio de poblaciones y estadís-
ticas de los traumatismos maxilofaciales1,4,8,20,25 .
Desde la antigüedad las lesiones traumáticas son un problema
grave de salud pública. En este contexto, los traumatismos
maxilofaciales están entre los más comunes en los cen- Revisión de la literatura médica
tros de urgencias, asociados o no con politraumatismos.
Se producen principalmente entre los jóvenes, produciendo Palma et al.3 llevaron a cabo un estudio epidemiológico de
más muertes que las enfermedades del corazón o neoplá- fracturas faciales en el Hospital Municipal Dr. Arthur Savoy
sicas, sin mencionar siquiera sus secuelas, las dificultades en São Paulo, que evaluó a 296 pacientes durante un año y se
en la recuperación estética, física, psicológica, social y costes detectaron 327 fracturas. Se observó el género masculino fue
hospitalarios1 . el más afectado con 78% y había una concentración de 33%
Peterson et al.2 informan que entre las principales causas de los pacientes entre las edades comprendidas de 21 a 30
de fracturas faciales se incluyen accidentes automovilísticos, años. Las caídas fueron el principal agente etiológico, que
asaltos, caídas, accidentes deportivos y de trabajo. Las frac- representan el 34%, seguido de asalto (26%). La distribución
turas faciales que resultan de los accidentes de tráfico son de las zonas fracturadas fueron: hueso nasal (36%), complejo
mucho más frecuentes en las personas que no llevaban el cigomático (22,3%), mandíbula (21,9%), fracturas dentoalveo-
cinturón de seguridad en el momento del accidente. lares (12%), fracturas Le Fort (2%) y fracturas asociadas (6%).
La estructura externa nasal presenta un formato soportado Reis et al.4 , en su estudio sobre la prevalencia de las
por una estructura piramidal osteocartilaginosa. La parte ósea fracturas faciales en la región de Bauru, en el Departa-
de la nariz está formada por los huesos de la nariz, el pro- mento de Cirugía Maxilofacial y del Hospital Asociación de
ceso frontal del maxilar, el proceso nasal del hueso frontal, el Bauru-Hospital de Base 7.a Región, entre enero de 1991 y
vómer y la placa perpendicular del etmoides, la porción car- diciembre de 1995 se analizaron 1.492 pacientes que suma-
tilaginosa está formada por el cartílago triangular, alar y el ron 1.598 fracturas faciales, 775 en huesos nasales (48,49%),
cartílago septal2 . 438 en la región cigomático-maxilar (30,22%), 133 fracturas
Debido a la posición anatómica de la nariz ocupa el trau- mandibulares (8,32%), 131 en el cóndilo mandibular (8,19%),
matismo de esta estructura y de sus huesos es frecuente en 42 dentoalveolares (2,62%) y 34 complejo naso-orbitario-
el traumatismo múltiple con la variable de sintomatología, la etmoidal (2,12%). El rango de edad de los pacientes atendidos
dependencia de la intensidad de la agresión. La etiología varía fue de 1 a 99 años, 1.132 hombres (75,90%) y 360 mujeres
mucho de un estudio a otro, pero los accidentes de automóvi- (24,10%). Aquellos de entre la segunda y tercera décadas de
les, motocicletas, asaltos, caídas y lesiones deportivas asumen la vida, de 11 a 30 años, fueron los más afectados (61,20%). Se
protagonismo en los distintos autores estudiados1–9 . encontró que la principal causa de fracturas fueron las agre-
Los huesos de la nariz se fracturan con más frecuencia siones físicas, con 482 fracturas (30,16%), seguidas por caídas
que los otros huesos de la cara. Cuando esto ocurre, la mem- accidentales con 357 (22,34%) y la tercera causa más frecuente
brana de la mucosa que recubre la nariz es comúnmente fueron los accidentes de tránsito, con un total de 231 (14,45%).
desgarrada, causando hemorragias nasales significativas. La Santos5 llevó a cabo un estudio con 493 víctimas de trau-
mucosa y otros tejidos blandos reaccionan de forma rápida, matismo facial donde la etiología principal fue la agresión,
con edema importante, eventualmente la obstrucción de las atendidos en el servicio de urgencias del Hospital Munici-
vías respiratorias que puede complicar el diagnóstico y la deci- pal Dr. Alipio Correa Netto, situado al este de la ciudad de
sión sobre el tipo de tratamiento asi como la toma de algunos São Paulo, entre diciembre de 2000 y noviembre de 2001. A
exámenes como tomografías y radiografías2,5,10-15 . través de la revisión de los registros de los datos obtenidos
Hoy en día el dinamismo y la precisión en la atención relacionados con el género, el color de piel, la edad, la dis-
dependen de los conocimientos anatómicos y los tipos de tribución por meses, los días de la semana y las horas del
r e v e s p c i r o r a l m a x i l o f a c . 2 0 1 4;3 6(4):149–155 151

día, los mecanismos de traumatismo, el lado afectado, los teji- afectado, con 28,6%. La reducción de fórceps nasal Asch fue el
dos blandos afectados, los huesos y las fracturas dentales, las tratamiento más utilizado en el 40,2% de los casos, seguido de
lesiones asociadas, el tiempo entre accidente y la atención ini- placas y tornillos en otros tipos de fracturas con 31,8%. La tasa
cial del paciente y el informe de la policía. Se encontró que los de complicaciones fue del 5,8%. El seguimiento postoperatorio
más afectados eran hombres caucásicos entre 21 y 30 años de mostró índice de satisfacción del paciente del 85%.
edad, siendo la principal causa de la agresión el puño frontal. Faverani et al.12 realizaron un estudio retrospectivo desde
El mes de enero, los lunes y las tardes eran períodos con más 1999 hasta 2005 en el Servicio de Cirugía y Traumatología de
casos. La zona media de la cara fue la región más afectada y la Facultad de Odontología de Araçatuba a través de la revi-
los huesos de la nariz la fractura con mayor frecuencia. sión de los expedientes médicos de 4.112 pacientes atendidos
Camarini et al.6 evaluaron un total de 1.945 pacientes en durante el período. De los 1.190 casos, el 29% presentó algún
la ciudad de Maringá para un período de 6 años, llegando a la traumatismo facial, con 913 casos (76,7%) en hombres y 277
conclusión de que las fracturas faciales más frecuentes fueron (23,3%) en mujeres. El grupo de edad más afectado fue el de
en los huesos de la nariz con un total de 20,6% de los casos, 21-25 años (17%); las etiologías más frecuentes fueron asalto
seguido de las fracturas del complejo cigomático con un 20% y (17,6%), los accidentes de bicicleta (16,6%) y los accidentes de
las fracturas mandibulares con 15,4%. Predominó el sexo mas- motocicletas (15,8%). La fractura nasal fue el traumatismo más
culino en el 67,8% de los casos. El rango de edad de 21 a 30 años frecuente (26,89%), seguida de las fracturas del hueso cigomá-
de edad predominante en este estudio con un 28,5%, mientras tico (25,38%), traumatismo dental alveolar (22,35%), fracturas
que de 11 a 20 años tenía incidencia de 25,2% y 31 a 40 años, mandibulares (21,26%), seno frontal (2,78%) y las heridas por
con el 19,6% de los casos de fracturas faciales. arma de fuego (1,3%).
Según et al.7 evaluaron las historias clínicas de 233 Kazuhiko y Yumiko13 llevaron a cabo un estudio de 103
pacientes con fracturas faciales, en el Hospital Regional del pacientes con fracturas maxilofaciales por accidentes rela-
Yermo/Caruaru resultado en un total de 261 fracturas. Se cionados con el trabajo. De ellos, 99 pacientes (96,1%) eran
observó una frecuencia del 84,12% de los pacientes de sexo hombres y 4 (3,9%) eran mujeres. La edad promedio fue de
masculino, mientras que el 15,88% eran mujeres. El factor 46,8 años (rango 18-75 años). Las lesiones de tejidos blandos
etiológico encontrado la mayoría fueron accidentes de trá- fueron las más comunes en el oficio de construcción, con 42
fico, seguidos de caídas y agresiones. La región más afectada pacientes (40,8%), seguido de la agricultura, con 31 pacientes
fue la nariz, seguida de fracturas en la mandíbula, maxilar y (30,1%) y empleados de fábricas con 15 pacientes (14,6%). Ser
cigomática. golpeado por un objeto era la causa principal de lesiones en
Portolan8 evaluó en la ciudad de Pelotas en el estado de Río 43 pacientes (41,7%), seguido por la caída de un nivel a otro
Grande del Sur, 745 casos de fracturas faciales, y concluyó que con 31 pacientes (30,1%). Entre las regiones más fracturadas,
el 35,8% de los casos, los huesos de la nariz fueron los más 54 pacientes (52,4%) tuvieron fracturas en la mandíbula, 41
afectados, seguido de las fracturas de los huesos cigomáticos pacientes (39,8%) en el tercio medio facial, y 8 pacientes (7,8%),
21,7% y de la mandíbula con el 20,5% de los casos, las agresio- presentaron fracturas combinadas de tercio medio facial y
nes físicas son el agente etiológico que causa más fracturas mandibula. El reparo anatómico más afectado fue el cóndilo
faciales (33,5%). Predominó el género masculino con el 83% de mandibular seguido por la sínfisis mandibular y el hueso cigo-
los casos y el grupo etario más afectado fue entre 21 y 30 años mático en el tercio medio facial.
con el 28,4% de los casos. Manganello y Rocha14 informan de que en el examen
Caballero et al.9 realizaron un estudio retrospectivo, clínico de los pacientes con traumatismo nasal puede encon-
mediante la consulta de los expedientes de 55 pacientes, víc- trarse abrasiones, heridas, edema o hematoma en el lugar
timas de fracturas faciales, que fueron hospitalizados en el del impacto, y desviaciones de la pirámide nasal. La obstruc-
Hospital Santa Casa de Santos en 2006, y encontraron un pre- ción nasal puede ser causada por el colapso de las estructuras
dominio del género masculino con el 72,7% de los pacientes, anatómicas, la presencia de coágulos de sangre, edema y
con una tasa más alta de incidencia a la edad de 20 a 29 años hematomas.
en ambos géneros, con la región nasal como la más afectada, Patrocínio15 describe que debemos tratar de conocer la pre-
con el 27,4% de los casos. existencia de cirugías nasales, enfermedades y la apariencia
Fornazieri et al.10 realizaron un estudio entre julio de 2003 y de la nariz antes del traumatismo. El sangrado nasal abun-
julio de 2007, del Hospital Universitario de Londrina, donde se dante después de un traumatismo es un signo patognomónico
encontraron 167 pacientes con fracturas de los huesos nasales. de fractura.
De los pacientes incluidos, 134 eran hombres y 33 mujeres. La Bartkiw et al.16 describen que las fracturas nasales son muy
causa más común fue asalto, con 55 casos (32,9%), seguida de comunes en cualquier hospital todos los días y no deben ser
caídas en 33 casos (19,7%) y accidente de bicicleta en 14 casos considerados como lesiones menores. El médico debe tener
(8,4%). La edad más frecuente fue entre 21 y 39 años (46,1%). conocimiento del mecanismo de la lesión, la anatomía y las
Motta11 llevó a cabo un estudio en el Servicio de Urgencias técnicas de evaluación clínica nasal. El tratamiento de la lesión
del Hospital de San Lorenzo de Minas Gerais, con un predomi- dependerá de si la fractura está desplazada, abierta, no des-
nio de las fracturas faciales en hombres con una incidencia del plazada y otras condiciones asociadas. Las fracturas nasales
76% y una edad media de 29,67 años. Las principales causas representan aproximadamente el 40% de todas las lesiones
fueron caídas del 27,8% y los asaltos con el 26,3% de los casos. de los huesos faciales. Aunque a menudo se considera un
La nariz fue la más afectada con 50% de los casos, seguido traumatismo menor, una fractura del hueso nasal tiene el
de las fracturas del complejo cigomático-orbitario con un potencial de ser una lesión grave si no se reconoce y trata a
24,3%. En las fracturas del cóndilo mandibular fue el lugar más tiempo. El diagnóstico se realiza casi en su totalidad a partir del
152 r e v e s p c i r o r a l m a x i l o f a c . 2 0 1 4;3 6(4):149–155

examen clínico. El objetivo principal es devolver al paciente la Género


función y la estética antes del traumatismo y evitar secuelas
indeseables.
Bartkiw et al.17 y Chan16 informan de que el enfoque de
27
tratamiento para las fracturas agudas es una evaluación
de cavidades dentro de 2 a 3 h antes de que comience la ins-
talación de un edema severo. Generalmente se realiza una
reducción cerrada antes de los 14 días en adultos, y dentro Maculino
de 10 días para los niños. Enfoques cerrados y abiertos se han
descrito en la literatura médica para el tratamiento de la frac-
Feminino
tura nasal. El tratamiento agudo de la fractura nasal debe ser
individualizado y tratado con reducción cerrada y la reducción
abierta se debe reservar para los casos graves que no pueden
reducirse adecuadamente en forma cerrada.
Patrocínio15 describe que el tratamiento se debe hacer en 112
las primeras 3 h después del traumatismo o esperar la reduc-
ción del edema durante 5 a 7 días. La reducción se lleva a cabo
bajo anestesia general o local con acción bimanual o fórceps
Ash y Walsham. La contención se hace con cinta microporo, Gráfico 1 – Incidencia de traumatismo por género.
férula de yeso en el caso de las fracturas del tabique y tapona-
miento nasal con una gasa empapada en ungüento antibiótico
durante 2 o 3 días, y el yeso es retirado después de 7-10 días. 4. Etiología: accidentes de tráfico, ciclismo, agresión, caída,
Terry18 informó en su estudio de que el tratamiento más accidentes deportivos, accidentes de trabajo, otros.
común para las fracturas nasales es la reducción cerrada rea- 5. Signos y síntomas: obstrucción nasal, epistaxis, desviación
lizada dentro de 7 días para los niños y de 10 días en adultos. nasal, edema y crepitación.
6. Región fracturada. Este tema no realizó discriminación en
Materiales y métodos la región, teniendo en cuenta solo las fracturas de los hue-
sos nasales.
7. Tipo de tratamiento: fue escogido tratamiento conserva-
Se realizó un estudio epidemiológico de las fracturas nasales
dor cuando el paciente presentaba fractura del dorso nasal
atendidas en el Servicio de Cirugía y Traumatología Buco Maxi-
sin desviación y sin obstrucción, quirúrgico cerrado en las
lofacial del Hospital Santa Paula, de enero de 2008 a octubre
fracturas con desviación y hundimiento del dorso, usando
de de 2010. Fueron excluidos del estudio los casos de fractu-
pinzas de Ash, Walsham o portaagujas pesado para reducir
ras asociadas (fracturas panfaciales), seleccionando solo los
las fracturas y reducciones abiertas de las fracturas conmi-
casos asociados a la nariz como fracturas únicas (hueso nasal,
nutas usando el acceso coronal con la posibilidad de una
proceso frontal del maxilar, proceso nasal del hueso frontal).
fijación interna rígida, taponamiento nasal con una gasa
Se trataron 139 pacientes, atendidos en los diferentes ambu-
empapada en ungüento antibiótico durante 2 días y ven-
latorios y hospitales a cargo de este servicio (hospitales Santa
daje de yeso durante 7 días.
Cecilia, Nuestra Señora del Rosario, Renacimiento, Ita Butantã,
8. Condición clínica postoperatoria y puntuación del grado de
Santa Paula, Paulistano y ABC de San Bernardo). Los pacien-
satisfacción de los pacientes en relación con la estética y la
tes fueron evaluados de acuerdo con los síntomas clínicos,
obstrucción nasal.
incluida epistaxis, obstrucción nasal y posición de los huesos.
Cuando se observó que el edema instalado podría poner en
Todos estos datos fueron tabulados y clasificados en tablas
peligro la conducta, se esperaba 5-7 días para la reducción de
para su análisis estadístico descriptivo.
la fractura. Cuando se decidió por la cirugía, se realizó dentro
de 10 días después del traumatismo. Las radiografías usadas
fueron la toma de Waters, lateral de la cara o tomografías com- Resultados
putarizadas de los presuntos casos de fracturas conminutas o
fracturas asociadas a las regiones adyacentes. En un total de 139 pacientes, se encontraron las siguientes
La división se hizo de acuerdo con el género, la edad y condiciones:
la etiología: accidentes de automóviles, motocicletas, asalto,
caída, accidentes deportivos y accidentes laborales. Los 1. Género: 112 hombres y 27 mujeres. (fig. 1)
pacientes fueron evaluados de acuerdo con los síntomas clí- 2. Grupo de edad (fig. 2):
nicos. 1-10 años, 2 pacientes.
Después se completó un formulario de evaluación que con- 11 a 20 años, 26 pacientes.
sistió en los siguientes temas: 21 a 30 años, 56 pacientes.
31-40 años, 30 pacientes.
1. Identificación de la paciente. 41 a 50 años, 10 pacientes.
2. De datos. 51 a 60 años, 7 pacientes.
3. Hospital. 61 a 70 años, 4 pacientes.
r e v e s p c i r o r a l m a x i l o f a c . 2 0 1 4;3 6(4):149–155 153

Casos
60

50

40

30
Casos
20

10

0
1 a 10 11 a 20 21 a 30 31 a 40 41 a 50 51 a 60 61 a 70 71 a 80 81 a 90
Años Años Años Años Años Años Años Años Años

Gráfico 2 – Casos de fracturas por edad.

Casos Tabla 1 – Signos y síntomas clínicos encontrados


Signos y síntomas Porcentaje por
Accidentes pacientes
de trabajo
Epistaxis o sangrado nasal 100
7% Motociclísticos Edema 100
Deportes Laceraciones del dorso nasal 96,4
16%
17% Desviación/asimetría del dorso nasal 70,5
visible en el examen inicial
Obstrucción nasal en el momento de 64,74
evaluación
Automovilisticos Hematoma periorbital y/o fracturas del 38,12
13% tabique nasal
Abscesos 0,00
Caidas Fístulas licuóricas 0,00
20%

de la mucosa nasal asociado al uso de medicamentos como


Agresiones antiinflamatorios y gotas para la hidratación de la mucosa
27% nasal o el control de las hemorragias. En los casos de
traumatismo de mayor magnitud estaban presentes con-
diciones como hematoma periorbital y fracturas septales.
No se encontraron abscesos en el tabique en los pacientes
evaluados (tabla 1).
Gráfico 3 – Etiología de las fracturas. 5. Tratamiento.
Recibieron tratamiento quirúrgico incruento 93 pacientes
y conservador 46 pacientes. No hubo ningún tratamiento
abierto asociado a ningún paciente (fig. 4).
71 a 80 años, 4 pacientes.
6. Condición postoperatoria. Solo 4 del total de pacientes reci-
81 a 90 años (no se presentaron pacientes).
bió una segunda cirugía para corregir la demanda estética
91 años en adelante (no se presentaron pacientes).
o la obstrucción nasal.
3. Etiología (fig. 3):
22 accidentes de bicicleta.
19 accidentes de tráfico. Discusión
38 para agresión física.
27 por queda. Las fracturas nasales están entre las lesiones más frecuentes
23 accidentes deportivos. en el ámbito de la cirugía buco maxilofacial. Los pacientes del
10 accidentes de trabajo. género masculino son los que presentan más comúnmente
4. Signos y síntomas clínicos. En todos los casos la epistaxis traumatismos en la cara3–13,19–24 . En este trabajo el 80,57% de
estuvo presente. El edema en algunos casos fue enmas- los pacientes fueron de género masculino.
carado por fracturas con desviación del dorso nasal. La El grupo de edad más afectado en este estudio fue el de 21
obstrucción nasal, cuando estaba presente, por lo general a 30 años (56 casos o 40,28%), lo cual es consistente con los
desaparecía al tercer día debido a la reducción del edema trabajos publicados3,5,6,9,12,20,21 .
154 r e v e s p c i r o r a l m a x i l o f a c . 2 0 1 4;3 6(4):149–155

Tratamiento tratamiento se realizó otra intervención, con una resolución


total de las quejas del paciente.
• El estudio proporciona datos básicos sobre fracturas nasa-
les. Es importante para el enfoque terapéutico y la
planificación, así como la mejora en la organización y cui-
dado de estos pacientes y puede servir como un parámetro
entre los diversos servicios hospitalarios para proporcionar
33% información para la mejora continua de los servicios y sus
rutinas.

67% Responsabilidades éticas

Protección de personas y animales. Los autores declaran que


los procedimientos seguidos se conformaron a las normas éti-
cas del comité de experimentación humana responsable y de
acuerdo con la Asociación Médica Mundial y la Declaración
de Helsinki.

Confidencialidad de los datos. Los autores declaran que han


Reducción cerrada o Conservador seguido los protocolos de su centro de trabajo sobre la publica-
incruenta ción de datos de pacientes y que todos los pacientes incluidos
en el estudio han recibido información suficiente y han dado
Gráfico 4 – Tipo de tratamiento utilizado. su consentimiento informado por escrito para participar en
dicho estudio.

Derecho a la privacidad y consentimiento informado. Los


La principal etiología de las fracturas nasales fue la agre-
autores han obtenido el consentimiento informado de los
sión fisica en 38 casos (27%), resultados similares a los de Reis
pacientes y/o sujetos referidos en el artículo. Este documento
et al.4 , Santos5 , Portolan y Torriani8 , Macedo y Camargo22 , For-
obra en poder del autor de correspondencia.
nazieri y Yamaguti10 , Junior y Carvalho23 , Faverani y Jardim12
y Mariani y Marques25 .
Otros autores relatan que la causa principal son los acci- Conflicto de intereses
dentes de automóvil7,20,21 . Los accidentes en nuestro estudio
fueron divididos en accidentes de automóvil y motocicleta Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
que comprenden el 13 y 16%, respectivamente. Si se suma-
ran, alcanzarían el 29% de los casos y llegaría a ser la principal
causa de fracturas nasales. El signo clínico más evidente fue la bibliograf í a
epistaxis, coincidiendo con lo reportado por Patrocínio15 como
un signo casi patognomónico.
El 67% de los tratamientos quirúrgicos realizados fueron a 1. Loducca FE. Estudo epidemiológico dos traumatismos de face,
causados por acidentes de trânsito em um serviço de cirurgia
través de reducción cerrada de la fractura con una espera pre-
e traumatologia bucomaxilo facial do município de São Paulo.
via de 5 a 7 días para la reducción del edema, como refieren
[Tese]. São Paulo, SP: Faculdade de Odontologia da
algunos autores15–18 . Las decisiones sobre el tipo de trata- Universidade de São Paulo; 1997.
miento se tomaron principalmente por la evaluación clínica 2. Peterson LJ, Ellis E. Cirurgia oral e maxilofacial
del paciente, como destacan Bartkiw et al.16 . contemporânea. 3.a ed. Rio de Janeiro: Guanabara Koogan;
2000.
3. Palma VC, Luz JGC. Freqüência de fraturas faciais em
Conclusión pacientes atendidos num serviço hospitalar. Rev Odontol
Univ São Paulo. 1995;9:121–6.
4. Reis LF, Marzola C, Toledo Filho JL. Prevalência das fraturas
• Se realizó una encuesta específica sobre las fracturas nasa-
faciais, na região de Bauru, no período de janeiro de 1991 a
les, en contraste con la mayoría de estudios epidemiológicos dezembro de 1995. Rev Odonto Ciênc. 2001;16:231–40.
que tratan de hacer encuestas de fracturas nasales en com- 5. Santos MAF. Traumatismos buco maxilo faciais por agressão:
paración con fracturas faciales en general. estudo em um hospital da periferia do município de São
• En comparación con estudios mayores, fue encontrada Paulo [dissertação]. São Paulo, SP: Faculdade de Odontologia
cierta homogeneidad en términos de género, grupos de edad da Universidade de São Paulo; 2002.
6. Camarini ET, Pavan AJ, Iwaki Filho L. Estudo Epidemiológico
y etiología de las fracturas.
dos Traumatismos Bucomaxilofaciais na Região
• El tipo de tratamiento utilizado fue la reducción quirúrgica
Metropolitana de Maringá-PR Entre os Anos de 1997 e 2003.
cerrada con un alto índice de éxito. Del total de 135 pacientes Rev Cir Traumatol Buco-Maxilo-fac. 2004;4:131–5.
tratados de esta manera, solo 4 tenían quejas u obstrucción 7. Segundo AV, Gomes VD. Estudo epidemiológico de 261
nasal estética posteriormente. En los casos de fracaso del fraturas faciais atendidas no Hospital Regional do
r e v e s p c i r o r a l m a x i l o f a c . 2 0 1 4;3 6(4):149–155 155

Agreste/Caruaru–PE. Odontologia Clín-Científ Recife. 17. Chan J, Most SP. Diagnosis and management of nasal
2004;3:117–22. fractures. J Otolaryngol Head Neck Surg. 2008;19:263–6.
8. Portolan M, Torriani MA. Estudo de prevalência das fraturas 18. Terry H. Patient satisfaction after closed reduction of nasal
bucomaxilofaciais na região de Pelotas. Revista Odonto fractures. Arch Facial Plast Surg. 2007;9:40–3.
Ciência. 2005;20:63–8. 19. Ziccardi VB. Management of nasal fractures. Oral
9. Cavalheiro L, Kataoka A. Epidemiologia das fraturas de face Maxillofacial Surg Clin N Am. 2009;21:203–8.
na Baixada Santista. Ver Soc Bras Cir Cranio Maxilo Facial. 20. Claro FA. Prevalência de fraturas maxilo-faciais na cidade de
2008;11(S3):S18. Taubaté: revisão de 125 casos. Rev Biociênc Taubaté.
10. Fornazieri NA, Yamaguti HY. Fratura de ossos nasais: uma 2003;9:31–7.
análise epidemiológica. Arq Int Otorrinolaringol/Intl Arch 21. Menezes MM, Yui KCK. Prevalência de traumatismos maxilo-
Otorhinolaryngol São Paulo. 2008;12:498–501. faciais e dentais em pacientes atendidos no pronto-socorro
11. Motta M. Análise epidemiológica das fraturas faciais em um municipal de São José dos Campos/SP. Revista Odonto
hospital secundário. Rev Bras Cir Plást. 2009;24:162–9. Ciência–Fac Odonto/PUCRS. 2007;22:210–6.
12. Faverani LP, Jardim ECG. Traumas faciais: estudo retrospectivo 22. Macedo JLS, Camargo LM. Perfil epidemiológico do trauma de
de 1190 casos na região de Araçatuba. Rev Bras Cir Cabeça face dos pacientes atendidos no pronto socorro de um
Pescoço. 2009;38:22–5. hospital público. Rev Col Bras Cir. 2008;35:9–13.
13. Kazuhiko Y, Yumiko M. Maxillofacial fractures due to 23. Junior RC, Carvalho MR. Estudo epidemiológico de trauma
work-related accidents. J Cranio-Maxillofacial Surg. nasal em um ambulatório otorrinolaringológico da zona sul
2011:39182–6. de São Paulo. Arq Int Otorrinolaringol/Intl Arch
14. Manganello S, Rocha DL. Traumatismo Buco Maxilo Facial. 1 Otorhinolaryngol São Paulo. 2008;12:356–61.
ed. Editora Rocca; 1993. 24. Kai HL. Interpersonal Violence and Facial Fractures. J Oral
15. Patrocínio J. Fratura de nariz. RBM Rev Bras Med. 1998;5: Maxillofac Surg. 2009;67:1878–83.
140–3. 25. Mariani PB, Marques FR. Epidemiology of the facial fractures
16. Bartkiw TP, Pynn BR, Brown DH. Diagnosis and management at the Hospital Municipal de Urgencias de Guarulhos. Brazil
of nasal fracture. Int J Trauma Nurs. 1995;1:11–8. Int J Oral Maxillofac Surg. 2009;38:493.

También podría gustarte