LECTURA
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El kraken es un enorme
monstruo submarino que
se encuentra en océanos
y aguas profundas.
Su tamaño tan solo es
comparable al de ciertos
dragones rojos y dorados,
siendo en muchos casos
mayor al de éstos. Puede
medir unos 90 metros de
alto por término medio.
Cuando se acerca a la
superficie y permanece
quieto se puede confundir
con una isla.
Kraken, de Bob
EggletonSu aspecto se
asemeja al de un pulpo
gigante con numerosos
tentáculos y unos
enormes ojos rojos con
los que controla cualquier movimiento de otras criaturas, tanto dentro como
fuera de las aguas. Sus tentáculos tienen unas ventosas de unos 2 metros
de diámetro. Tiene también dos tentáculos especiales, recubiertos de
lengüetas afiladas, que usa para atacar.
Como cualquier cefalópodo, el kraken es capaz de expulsar tinta negra para
escapar de sus enemigos, aunque cuesta pensar que un ser como éste
necesite escapar, excepto de otro kraken furioso. Ni el mismísimo leviatán es
comparable en fuerza o en tamaño.
Los avistamientos de krakens se llevan produciendo desde hace siglos y
han sido más frecuentes en las costas del Atlántico Norte y de Noruega. De
hecho, un obispo
1
noruego describió en 1752 al kraken, y afirmó que el negro de las aguas de
Noruega se debía al mecanismo de defensa del animal.
Los marineros de barcos de vela temían más que nada la aparición de este
terrible ser, y vigilaban con nerviosismo las aguas profundas con la
esperanza de no ver ningún burbujeo abundante, señal de que el kraken
estaba ya demasiado cerca.
Cuando el kraken aparece o emerge alguno de sus tentáculos ya no es
necesario correr. Una vez ha divisado a sus víctimas se lanza al ataque, las
golpea y las envuelve con sus tentáculos mientras las arrastra a sus terribles
fauces.
Hay rumores sobre islas tropicales que han quedado absolutamente vacías,
tanto de animales como de humanos, tras el paso del malvado animal.
Sus guaridas se encuentran a varios miles de metros bajo el mar y son
verdaderos complejos de cavernas en los que deposita los restos de
cadáveres que no ha devorado, así puede conservarlos hasta que se vuelva
a despertar su apetito.