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CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA LA LIBERTAD -

Sistema de Notificaciones Electronicas SINOE


SEDE: MBJ DE LA ESPERANZA (SECTOR SANTA VERONICA MZ 17
LT2),
Juez:VELASQUEZ VIVIANO Julieth Esperanza FAU 20477550429 soft
Fecha: 26/04/2023 10:32:00,Razón: RESOLUCIÓN JUDICIAL,D.Judicial:
LA LIBERTAD / LA ESPERANZA,FIRMA DIGITAL
CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE LA LIBERTAD
JUZGADO DE PAZ LETRADO DEL MÓDULO BÁSICO DE
JUSTICIA DE LA ESPERANZA
CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA
LA LIBERTAD - Sistema de
Notificaciones Electronicas SINOE

SEDE: MBJ DE LA ESPERANZA JUZGADO DE PAZ LETRADO DE LA ESPERANZA


(SECTOR SANTA VERONICA MZ
17 LT2),
Secretario:NORIEGA CORDOVA
EXPEDIENTE : 0462-2022-0-1618-JP-FC-01
DE OLCHAUSKI MARGARETH
DEL PILAR /Servicio Digital - Poder MATERIAS : ALIMENTOS
Judicial del Perú
Fecha: 26/04/2023 11:18:41,Razón:
RESOLUCIÓN
JUEZ : JULIETH ESPERANZA VELASQUEZ VIVIANO
ESPECIALISTA : MARGARETH NORIEGA CÓRDOVA DE OLCHAUSKI
DEMANDADO : MILTON LEONEL JARA RODRIGUEZ
DEMANDANTE : GHOSY BANESA URQUIZA PAREDES

SENTENCIA

RESOLUCIÓN NÚMERO: CINCO


La Esperanza, dieciocho de abril del dos mil veintitrés.-

VISTOS; el presente proceso seguido por GHOSY BANESA URQUIZA PAREDES contra
MILTON LEONEL JARA RODRIGUEZ, sobre Alimentos, la Juez Supernumerario del
Juzgado de Paz Letrado de La Esperanza, emite la siguiente sentencia, en primera
instancia:

I. PETITORIO:
Aparece de lo actuado que, MELISSA MAILY MONTOYA RAMIREZ, interpone demanda
sobre pensión de alimentos contra MILTON LEONEL JARA RODRIGUEZ, a fin de que se
le fije una pensión alimenticia mensual de S/ 600.00 soles, a favor de su menor hija
Damaris Johana Jara Urquiza.

II. ANTECEDENTES:

2.1. ARGUMENTOS DEL PETITORIO.


Señala la demandante que, que, su menor hija tiene la edad de 14 años, requiere de la
atención de muchas necesidades tales como alimentos, vestimenta, vivienda, salud,
educación, recreación, por lo que requiere que el demandado cumpla con su obligación de
S/ 600.00 mensuales para su menor hija. Acota que en su calidad de madre realiza trabajo
no remunerado, el mismo que equivaldría a los servicios de una empleada del hogar, pues
el cuidado de un menor de edad se realiza todos los días y a toda hora. Agrega que el
demandado se desempeña en actividades diversas, por lo que percibe buenos ingresos que
fácilmente superan aproximadamente la remuneración mínima vital, además de
encontrarse en buena aptitud física y mental.

2.2. TRÁMITE PROCESAL.


Mediante resolución número uno, se admite a trámite la demanda de pensión de alimentos
y se corre traslado al demandado por el plazo de cinco días, a fin de que conteste la
demanda bajo apercibimiento de declarar su rebeldía. Se declaró la rebeldía del

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demandado en el acto de la audiencia, dado que no cumplió con contestar su demanda


pese a encontrarse debidamente notificado.
Se señaló fecha para la realización de la audiencia única virtual, la misma que se realizó
conforme el mérito del acta de su propósito, habiéndose frustrado la etapa de conciliación y
habiéndose fijado los puntos controvertidos conforme el artículo 482° del Código Civil; se
comunicó a las partes que los autos pasan a despacho para resolver; siendo su estado se
pasa a emitir la sentencia que corresponde Y, CONSIDERANDO:

III. PARTE CONSIDERATIVA:

PRIMERO: DERECHO A LA TUTELA JURISDICCIONAL EFECTIVA.


En nuestra legislación, el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva, lo tenemos regulado en la
Constitución Política del Estado, artículo 139° inciso 3): “Son principios y derechos de la función
jurisdiccional (…) 3) La observancia del debido proceso y la tutela jurisdiccional”, Artículo I del Título
Preliminar del Código Procesal Civil: “Toda persona tiene derecho a la tutela jurisdiccional efectiva
para el ejercicio o defensa de sus derechos o intereses, con sujeción a un debido proceso; Artículo 7° de
la Ley Orgánica del Poder Judicial: “En el ejercicio y defensa de sus derechos, toda persona goza de la
plena tutela jurisdiccional, con las garantías de un debido proceso”. Al derecho a la Tutela Judicial
efectiva debemos relacionarlo con la finalidad de todo proceso, establecido en el Artículo III
del Título Preliminar del Código Procesal Civil, que establece “El Juez deberá atender que la
finalidad concreta del proceso es resolver un conflicto de intereses o eliminar una incertidumbre, ambas
con relevancia jurídica, haciendo efectivos los derechos sustanciales, y su finalidad abstracta es lograr la
paz social en justicia”. Por lo tanto para lograr dicha finalidad el Juez deberá evaluar si le asiste
o no el derecho invocado por la demandante y para ello deberá explicarlo, fundamentar
objetivamente en la sentencia, haciendo resaltar en que medios probatorios se sustenta su
decisión, pues no olvidemos que de conformidad con el Artículo 188° del Código Procesal Civil
una de las finalidades de los medios probatorios es de permitir al Juez sustentar sus
decisiones, y el artículo 197° establece que “Todos los medios probatorios son valorados por el Juez
en forma conjunta, utilizando su apreciación razonada. Sin embargo, en la resolución sólo serán
expresadas las valoraciones esenciales y determinantes que sustentan su decisión”.

SEGUNDO: LOS MEDIOS PROBATORIOS Y LA CARGA DE PROBAR.


2.1. Conforme a lo normado en el artículo 197° del Código Procesal Civil y de acuerdo al inciso
3 del artículo 122° del mismo Código, modificado por el artículo 1° de la Ley Nº 27524, las
resoluciones contienen la relación de los fundamentos de hecho que sustenten su decisión y
los respectivos de derecho con la cita de la norma o normas aplicables según el mérito de lo
actuado; asimismo, los artículos 188° y 196° del Código Procesal Civil, prevén que los medios
probatorios tienen por finalidad acreditar los hechos expuestos por las partes y producir
certeza en el Juzgador respecto a los hechos controvertidos y fundamentar sus decisiones,
correspondiendo afirmar a quien prueba hechos que configuran su pretensión o a quien las
contradice.

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2.2. Una de las garantías del derecho procesal, es el derecho a la prueba que le asiste a cada
una de las partes involucradas en un proceso, por esta garantía se permite a las partes a
acreditar los hechos que configuran su pretensión o que configuran su contradicción. El
artículo 188° del Código Procesal Civil; estable: “Los medios probatorios tienen por finalidad
acreditar los hechos expuestos por las partes, producir certeza en el Juez respecto de los puntos
controvertidos y fundamentar sus decisiones”. Y, en lo que respecta a la valoración de la prueba,
conforme lo establece el artículo 197° del citado Código Procesal Civil, es la actividad que
realiza el Juez, mediante la cual en forma conjunta, utilizando su apreciación razonada, y
según las reglas de la sana crítica, es decir con las reglas de lógica y la experiencia apreciará
de manera conjunta la prueba actuada en el proceso dándole a cada uno de los medios
probatorios el valor que se considere tienen, sin embargo en su resolución solo serán
expresadas las valoraciones esenciales y determinantes que sustenten su decisión, con una
adecuada motivación.
2.3. Al respecto la Jurisprudencia Nacional señala: “El criterio de valoración del acervo probatorio,
que deben observar los Jueces señalando que los medios probatorios, deben ser valorados en forma
conjunta y merituada de acuerdo a su criterio en forma razonada, pero ello no implica que el juzgador,
al momento de emitir la sentencia, debe señalar la valoración otorgada a cada prueba actuada, sino
únicamente lo hará respecto de los medios probatorios que en forma esencial y determinante han
condicionado su decisión” (Exp. N° 656-97-Lima –CSSS. P.15/10/98)

TERCERO: PRETENSIÓN DE ALIMENTOS.


3.1. El derecho a los alimentos es un derecho humano fundamental de atención prioritaria,
puesto que se encuentra estrechamente ligado a la subsistencia y desarrollo de la persona,
por ello goza de protección, no sólo en la legislación constitucional nacional, como en el
segundo párrafo del artículo 6º de la Constitución Política de 1993 -que señala que “Es deber
y derecho de los padres alimentar, educar y dar seguridad a sus hijos.” (…) “Todos los hijos tienen
iguales derechos y deberes.”-, sino también en los tratados internacionales, como la
Convención sobre los Derechos del Niño, del cual el Perú es Estado parte. Por ello es que
“El derecho alimentario está enmarcado dentro de lo social, moral y jurídico. Social, porque a la
sociedad le interesa la subsistencia de los miembros del grupo familiar; moral, porque es en los
vínculos afectivos que encontramos entre determinadas personas en donde se perfila el fundamento
original de velar por quienes necesitan ayuda o asistencia; y, jurídico, porque a través del derecho se
pretende hacer coercible el cumplimiento de esta obligación”.
3.2. El Interés Superior del Niño es un principio del derecho aplicable por expreso mandato
del artículo VIII del Título Preliminar del Código de los Niños y Adolescentes (en adelante
CNA) en el que se señala que “en toda medida concerniente al niño y adolescente que adopte el
Estado a través del Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial, Ministerio Público, Gobiernos
Regionales, Gobiernos Locales y sus demás instituciones, así como en la acción de la sociedad, se
considerará el interés superior del niño y adolescente y el respeto a sus derechos”. Además, según
este principio jurídico, entre otras cosas, las normas legales, aplicables a los menores, deben
ser interpretadas de manera especial, puesto que su incidencia recae en una persona que
aún no tiene la edad legal para defenderse por sí mismo y al que se debe proteger.

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3.3. El Tercer Pleno Casatorio Civil realizado por las Salas Civiles Permanente y Transitoria
de la Corte Suprema de Justicia de la República del Perú, específicamente en la Casación
N° 4664-2010-Puno, en el segundo extremo de su fallo, numeral uno del mismo, señaló que
constituye precedente judicial vinculante la siguiente regla : “En los procesos de familia, como
son los de alimentos, divorcio, filiación, violencia familiar, entre otros, el Juez tiene facultades
tuitivas y, en consecuencia, se debe flexibilizar algunos principios y normas procesales como son los
de iniciativa de parte, congruencia, formalidad, eventualidad, preclusión, acumulación de
pretensiones, en atención a la naturaleza de los conflictos que debe solucionar, derivados de las
relaciones familiares y personales, ofreciendo protección a la parte perjudicada, ello de conformidad
con lo dispuesto en los artículos 4 y 43 de la Constitución Política del Estado que reconoce,
respectivamente, la protección especial a: el niño, la madre, el anciano, la familia y el matrimonio, así
como la fórmula política del Estado democrático y social de Derecho”.

CUARTO: SOBRE LOS ALIMENTOS DEL NIÑO Y/O ADOLESCENTE.


4.1. El artículo 472° del Código Civil1, modificado por el artículo 2 de la Ley N° 30292,
conceptualiza a los alimentos; norma que resulta compatible con lo previsto en el artículo
92° del CNA, que fue modificada por el artículo 1 de la Ley N° 30292, que define también a
los alimentos como “lo necesario para el sustento, habitación, vestido, educación, instrucción y
capacitación para el trabajo, asistencia médica y psicológica y recreación del niño o del adolescente.
También los gastos del embarazo de la madre desde la concepción hasta la etapa de postparto”; por
ello, los niños y adolescentes a diferencia de las personas mayores son acreedores de una
prestación de alimentos adecuados y en ningún caso de alimentos estrictamente necesarios
sino se estaría afectando su interés superior y su derecho al desarrollo integral como
derechos humanos específicos.
4.2. Hay que mencionar, que el artículo 235° del Código Civil, señala que “Los padres están
obligados a proveer al sostenimiento, protección, educación y formación de sus hijos menores según
su situación y posibilidades (…)”; además el artículo 481° de la misma norma sustantiva,
modificado por la Ley N° 30550, precisa que “Los alimentos se regulan por el juez en proporción
a las necesidades de quien los pide y a las posibilidades del que debe darlos, atendiendo además a las
circunstancias personales de ambos, especialmente a las obligaciones que se halle sujeto el deudor. El
juez considera como un aporte económico el trabajo doméstico no remunerado realizado por alguno
de los obligados para el cuidado y desarrollo del alimentista, de acuerdo a lo señalado en el párrafo
precedente. No es necesario investigar rigurosamente el monto de los ingresos del que debe prestar
los alimentos”. De donde se infiere que los presupuestos legales de la obligación alimentaria
son tres: uno subjetivo, constituido por la existencia del vínculo familiar, caracterizado por
su carácter y vocación de permanencia, mientras los otros dos, de carácter objetivo, el
estado de necesidad del acreedor y la disponibilidad económica del obligado pueden variar
con el transcurso del tiempo.
4.3. El autor nacional Alex Plácido Vilcachagua sostiene que “El derecho alimentario se
contempla como parte del contenido a un nivel de vida adecuado; evidenciando que la obligación
alimentaria paterna se asienta en el vínculo parental que existe en el hijo, en tanto tal prestación está

1
Artículo 472: “lo que es indispensable para el sustento, habitación, vestido, educación, instrucción y capacitación para el
trabajo, asistencia médica y psicológica y recreación, según la situación y posibilidades de la familia. También los gastos del
embarazo de la madre desde la concepción hasta la etapa de postparto”

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comprendida entre las derivadas de dicha relación. Reconociéndose, entonces, que el deber
alimentario paterno, y por extensión de los responsables financieros del niño, constituye uno de los
elementos de mayor incidencia en el desarrollo personal del menor, por lo que se exige que tal
conducta deba ser constantemente observada por los organismos de tutela y ser requerida al
responsable cuando se evidencia una insuficiente o inexistente prestación”. Coincidiendo con este
criterio en la doctrina nacional encontramos que sobre el particular, Carmen Chunga
Chávez señala que “el derecho a alimentos es de naturaleza sui géneris, en ese sentido es una
institución de carácter especial o sui géneris de contenido patrimonial y finalidad personal conexa a
un interés superior familiar, que se presenta con una relación patrimonial de crédito-débito, por lo
que existiendo un acreedor puede exigirse al deudor una prestación económica en concepto de
alimentos” ; en ese mismo orden, la aludida autora afirma que el derecho alimentario tiene
la característica de ser personal, intransmisible, irrenunciable, intransigible, incompensable,
imprescriptible e inembargable.

QUINTO: EN CUANTO AL ESTADO DE NECESIDAD DEL MENOR


5.1. Conforme a la Doctrina Nacional, la necesidad de percibir una pensión de alimentos
por parte del menor alimentista se presume por su condición de menor de edad, así indica
el autor Héctor Cornejo Chávez “(…) el derecho alimentario de los hijos sólo existe, como ocurre
con los demás derechos alimentarios, en cuanto existe un estado de necesidad, lo cual significa que
sólo lo tienen en cuanto no puedan valerse por sí mismos. Empero, a todos ellos, incluso al
simplemente alimentista, les es común la presunción de que, hasta cierta edad, se encuentran en
estado de necesidad, de modo que no tienen obligación de acreditarlo. Más allá de esa edad, todo hijo
conserva derecho alimentario, pero entonces no lo favorece la presunción de estado de necesidad y
tiene que acreditarlo”; bajo este contexto tenemos que tratándose de menores de edad la Ley
les concede el beneficio de la presunción de que se encuentran en estado de necesidad, es
precisamente que por su minoría de edad que no pueden atender por sí sola sus
necesidades.
5.2. En el presente caso, referente a este punto controvertido; se ha determinado que la
menor Damaris Johana Jara Urquiza es hija del demandado a través de la partida de
nacimiento, presentada por la parte accionante, lo cual no ha sido negado por el
demandado durante el proceso. Ahora bien, en cuanto a sus necesidades, la accionante
refiere que, requiere de la atención de muchas necesidades tales como alimentos,
vestimenta, vivienda, salud, educación, recreación; así pues, de acuerdo a la edad que
ostenta la menor (14 años) es claro que se encuentra en una etapa escolar, lo que implica
gastos derivados de su educación tales como pensión, útiles, uniforme, pasajes, entre otros;
lo cual acredita el estado de necesidad por parte de la menor; máxime si, las necesidades de
la menor le son inherentes, pues ésta es persona vulnerable que no depende de ella misma,
sino de sus padres, quienes son los llamados a satisfacerle sus necesidades; considerándose
que el derecho a los alimentos comprende: el sustento, habitación, vestido, educación,
instrucción para el trabajo, asistencia médica y psicológica y recreación, como lo prescribe
el Artículo 92º del CNA modificado por Ley N° 30292; por ello es necesario que de manera
urgente reciban la asistencia de su padre de manera permanente y oportuna; deber que se
encuentra establecido en el segundo parágrafo del artículo 6º de la Constitución Política del

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Estado; que indica: “Es deber y derecho de los padres alimentar, educar y dar seguridad a sus
hijos”; así mismo el artículo 93º del CNA establece que “Es obligación de los padres prestar
alimentos a sus hijo“; el citado artículo hemos de concordarlo con el artículo 235º del Código
Civil conforme al cual: “Los padres están obligados a proveer al sostenimiento, protección,
educación, y formación de sus hijos menores según su situación y posibilidades. Todos los hijos
tienen iguales derechos”, y el Artículo 18 Inciso 1ero. De la Convención de los derechos del
niño establece que “ambos padres tienen obligaciones comunes en lo que respecta a la crianza y el
desarrollo del niño.”, en este sentido, resulta atendible fijar una pensión alimenticia
ponderando las necesidades de los alimentistas con las posibilidades económicas del
demandado y sus obligaciones familiares que tuviere.
5.3. Entendiéndose también que los alimentos comprenden el sustento diario que ambos
menores requieren por encontrarse en pleno desarrollo, el cual debe ser balanceado para
poder mantener una buena salud, lo que significar ingerir todos los alimentos necesarios
para estar sanos y bien nutridos pero de forma equilibrada de acuerdo a su edad, pues
estos contribuyen para lograr un rendimiento educativo favorable; además los alimentistas
también requieren de vestido el mismo que es variable de acuerdo al desarrollo físico que
experimentan y de acuerdo a los cambios climáticos que se presenten; igualmente necesitan
de una vivienda que no solo consiste en el espacio físico donde viven, sino también
importa cubrir las necesidades básicas de energía eléctrica, agua, teléfono, mantenimiento,
entre otros servicios; asimismo, el derecho a la salud pues por encontrarse los alimentistas
en pleno desarrollo requiere de sus controles pediátricos periódicos aunado a las
contingencias que en su salud se puedan presentar; sin perjuicio de considerar también que
los niños tiene el derecho a la recreación de acuerdo a su edad, escenario que le va a
permitir desarrollar sus habilidades; siendo que todos estos derechos deben ser satisfechos
por ambos padres, en tal sentido el demandado está en la obligación de coadyuvar a la
satisfacción de los derechos básicos de su menor hija.
5.4. Por tal motivo sus necesidades son de impostergable cumplimiento, no pudiendo
valerse por sí solos, por lo que en esta etapa de su vida es importante se le brinde lo
necesario para asegurar su normal desarrollo bio psicosocial y permitir su crecimiento en
condiciones que hagan posible su existencia con decoro y dignidad; a quien se debe de
proveer de sus necesidades básicas de acuerdo con la definición de alimentos contenida en
el artículo 92° del CNA glosado precedentemente; lo cual debe tenerse presente al
momento de fijarse una pensión prudente a favor de la mencionada menor de edad, pues el
demandado como padre se encuentra obligado, desde el punto de vista legal como moral a
acudir con la manutención de su hija.
5.5. Por ello, como lo sostiene Javier Rolando Peralta Andía que “el deber de sustentar o
alimentar a los hijos se cumple de manera voluntaria, pero cuando los padres se niegan a hacerlo sólo
puede exigirse en forma judicial, sobre todo cuando existe un estado de necesidad, lo cual significa
que los hijos no pueden valerse por sí mismos. Tratándose de hijos mayores de edad, dicho estado,
deberá acreditarse necesariamente, ya que respecto de menores funciona la presunción de necesidad”.

SEXTO: SOBRE LAS POSIBILIDADES ECONÓMICAS DEL DEMANDADO.

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6.1. De acuerdo a lo señalado en el artículo 481° del Código Civil, cuando se hace mención
a las “posibilidades del que debe darlos”, está directamente haciendo mención a la parte
económica, es decir, a los ingresos del deudor alimentario, quien es el llamado a cubrir las
necesidades del menor alimentista. El Magistrado debe analizar no solo la situación
económica del obligado, sino todas aquellas posibilidades con las que pueda ser capaz de
generarse ingresos, y poder atender la demanda al alimentista sin dejar de lado sus deberes
alimentarios sea consigo mismo u otras personas con las cuales mantenga dicha obligación.
Ello en razón a que la obligación alimentaria no es de tipo moral, sino un derecho
fundamental de los menores, del cual el padre o madre no puede evadir, siendo obligación
del Estado imponer su cumplimiento.
6.2. Debe tenerse en consideración que, la parte demandada se encuentra en condición de
rebelde, debiendo aplicarse lo previsto en el artículo 461 del Código Procesal Civil: “la
declaración de rebeldía causa presunción legal relativa sobre la verdad de los hechos expuestos en la
demanda”; por lo que, al no haber contestado demanda ni refutado los hechos, debe tomarse
como referencia lo señalado por la parte demandante en su escrito de demanda. La
demandante en su escrito postulatorio refirió que el demandado se desempeña en
actividades diversas, por lo que percibe buenos ingresos que fácilmente superan
aproximadamente la remuneración mínima vital, además de encontrarse en buena aptitud
física y mental.
6.3. Asimismo, la demandante en la audiencia única ha sostenido que el demandado se
dedica a ser pintor y maestro de obras por lo que en suma cuenta, generaría ingresos
económicos mayores a la remuneración mínima vital; es en ese sentido, que si bien es cierto
no existe medio probatorio que acredite tal hecho; sin embargo, ello no es razón para no
consignar una pensión de alimentos que garanticen la manutención de su menor hija
tomando en cuenta sus necesidades y las posibilidades económicas que tiene el
demandado. No debe perderse de vista que, el demandado mínimamente está o estaría en
la obligación de laborar o ejercer algún oficio que le permita solventar sus necesidades y de
los que están a su cargo, esto es cubrir las necesidades de la menor alimentista,
coberturando sus necesidades básicas. Por otro lado, ha de tenerse en consideración lo
previsto en el artículo 481 parte in fine del Código Civil, el cual establece que no se exige
investigar rigurosamente el monto de los ingresos del que debe prestar los alimentos,
pues sin importar la condición económica del obligado el deber de pasar alimentos
subsiste. De otro lado, debe tenerse en cuenta también que por imperio del interés superior
del niño, el obligado a pasar los alimentos debe esforzarse por realizar otras actividades
adicionales a las que desempeña, pues “lo mínimo que se puede exigir a quien tiene la obligación
de cumplir con los alimentos es que se esfuerce por satisfacerlos, pues el deudor alimentario no puede
disculparse argumentando que no tiene ingresos, cuando tampoco hace lo necesario para
conseguirlos”2; y, ello es parte del ejercicio de una paternidad responsable.
6.4. En tal sentido, se concluye que el demandado se encuentra en la capacidad para
esforzarse laboralmente y generarse ingresos que le faciliten, no sólo afrontar la satisfacción

2
Álvaro Pinilla Pineda. “Alimentos entre cónyuges”. Bogotá D.E., Facultad de Ciencias Jurídicas y Socioeconómicas, Pontificia
Universidad Javeriana, 1988, p. 17 citado por Bustamante Oyague, Emilia en “Las necesidades del alimentista y las posibilidades
del obligado. Criterios aplicados en la determinación de la pensión de alimentos”. En: Cuadernos Jurisprudenciales. Alimentos.
Gaceta Jurídica. Junio 2003, año 3, número 24. Pág. 11

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de sus necesidades personales, sino también de las personas que de él dependen, máxime
aún si no se ha demostrado que el demandado cuenta con carga familiar adicional y solo
tiene la obligación como es el presente caso de su menor hijo, que tiene necesidades
impostergables, quien viene siendo asistido directamente en sus necesidades materiales y
afectivas por su madre, y por tanto puede acudirle con una pensión justa y digna, que
cumpla su finalidad; llegar a una conclusión distinta implicaría avalar una paternidad no
responsable de traer hijos al mundo sin siquiera esforzarse para brindarles la atención de
sus necesidades más básicas; siendo esto así, corresponde a este Órgano Jurisdiccional fijar
la pensión alimenticia en un monto que coadyuve a la satisfacción de sus necesidades
elementales, conforme lo aconseja el antes citado Artículo 481º del Código Civil.
6.5. Por lo antes expuesto, el demandado en su condición de padre, está en la obligación de
coadyuvar con la manutención de sus hijos, pues la Constitución Política del Perú así lo
prescribe en su artículo 6º, al indicar: “Es deber y derecho de los padres alimentar, educar y dar
seguridad a sus hijos”; por ende, corresponde que le pase una pensión de alimentos, pues
requiere del apoyo necesario y oportuno para lograr su pleno desarrollo intelectual, pues es
en este momento de su vida donde requiere cimentar sólidamente en forma integral sus
aptitudes primordiales, por lo que requiere el cariño, afecto y la satisfacción de sus
necesidades básicas que deben ser atendidas por sus padres, más aún si la menor
alimentista está próxima a cursar estudios superiores, lo que hace necesaria fijar una
pensión alimenticia que sea razonable, justa, proporcional y prudente atendiendo a las
necesidades de la menor antes expuestas, así como en base a los ingresos percibidos y los
que pueda percibir (capacidad económica) el demandado.
6.6. Estando a lo antes expuesto, el demandado deberá asumir su paternidad responsable
sin afectar el derecho de su menor hija Damaris Johana Jara Urquiza. Ello, por cuanto este
ha materializado su libertad de procreación, lo que trae consigo obligaciones inherentes
como es el de coberturar las necesidades de sus hijos.

SÉPTIMO: OBLIGACIÓN CONJUNTA DE LOS PADRES.


La obligación de prestar alimentos corresponde a ambos padres, de manera que para
graduar la pensión alimenticia solicitada, se ha de tener en cuenta la capacidad económica
y las obligaciones del demandado, pero también la capacidad económica de la
demandante; si bien la demandante no ha señalado si desarrolla alguna actividad
propiamente que le genere ingresos, sin embargo, es la demandante quien ha estado
cubriendo las necesidades de su menor hijo, aunado al hecho que, corresponde ser
valorado como aporte económico de su parte, en aplicación de lo previsto por el Artículo
481º del Código Civil, modificado por Ley N° 30550, conforme al cual “El Juez considera
como aporte económico el trabajo doméstico no remunerado realizado por alguno de los obligados
para el cuidado y desarrollo del alimentista (…)”; máxime aún si es ella actualmente quien es la
única que viene haciendo los esfuerzos necesarios para afrontar dichas necesidades; en este
sentido el cumplimiento de la obligación alimentaria de la madre se encuentra
debidamente acreditado, y corresponde que el demandado también cumpla con su deber
alimentario de manera permanente y oportuna.

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OCTAVO: REGULACIÓN DE LA PENSIÓN ALIMENTICIA.


En este orden de ideas, de conformidad con el primer párrafo del artículo 481° del Código
Civil, el Juzgador al momento de regular el monto de la pensión alimenticia deberá fijarla
en consideración de este dispositivo legal, tomando en consideración los criterios de
razonabilidad y proporcionalidad, atendiendo además a las circunstancias personales de
los sujetos procesales que ya han sido analizadas, y teniendo en consideración
especialmente el interés superior del niño. En consecuencia, estando probado el estado de
necesidad del menor alimentista, así como las posibilidades económicas del demandado,
resulta necesario señalar una pensión alimenticia para garantizar no sólo su subsistencia
que comprende alimentación, vestido, salud, educación y recreación, sino también su
desarrollo integral, circunstancias y medios de prueba que valoradas por este Juzgador con
criterio de conciencia, se determina que el quantum de la pensión alimenticia se fije en la
suma liquida total de TRESCIENTOS OCHENTA (S/ 380.00), a favor de su menor hija
Damaris Johana Jara Urquiza; la misma que será cancelada mensualmente y por
adelantada, y regirá desde el día siguiente de la notificación con la demanda, además de los
intereses legales generados, los que serán liquidados en ejecución de sentencia.

NOVENO: COSTOS Y COSTAS PROCESALES.


De acuerdo al artículo 412º del Código Procesal Civil las costas y costos del proceso son de
cargo de la parte vencida; sin embargo, siendo una de las pretensiones demandadas la
filiación judicial de paternidad extramatrimonial, la misma que la Ley N° 30628 ha
exonerado el pago de tasas judiciales; debiendo además tenerse en cuenta que respecto a la
pretensión de alimentos, cualquier pago debe estar orientado a satisfacer la necesidad
alimenticia, se debe exonerar al demandado de su pago; máxime si, sobre esto último no se
discute el derecho sino únicamente el monto de la pensión.

DÉCIMO: REGISTRO DE DEUDORES MOROSOS.


De otro lado, por mandato imperativo de la Primera Disposición Final de la Ley N° 28970,
es deber del órgano jurisdiccional hacer conocer a los obligados alimentarios, en caso de
incumplimiento en el pago de tres pensiones alimenticias de manera sucesiva o alternada,
pasaran a formar parte del Registro de Deudores alimentarios Morosos.

IV. PARTE RESOLUTIVA:


Por las consideraciones expuestas, en aplicación de los dispositivos antes glosados y
estando a que las demás pruebas actuadas y no glosadas en nada modifica los
considerandos precedentes, apreciando la concurrencia de los requisitos de la obligación
alimentaria en armonía con el principio del interés superior del niño y con arreglo a las
facultades conferidas a este Juzgado por la Constitución Política del Estado y el Texto
Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial, administrando justicia a nombre de
la Nación y tutelando los derechos subjetivos de la persona que la ley establece, con criterio
de conciencia:
1. DECLARO FUNDADA la demanda interpuesta por GHOSY BANESA URQUIZA
PAREDES contra el demandado MILTON LEONEL JARA RODRIGUEZ sobre

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CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE LA LIBERTAD
JUZGADO DE PAZ LETRADO DEL MÓDULO BÁSICO DE
JUSTICIA DE LA ESPERANZA

ALIMENTOS.
2. En consecuencia, ORDENO que el demandado MILTON LEONEL JARA
RODRIGUEZ acuda a favor de su hija menor de edad Damaris Johana Jara
Urquiza, con una pensión alimenticia mensual ascendente a la suma de
TRESCIENTOS OCHENTA SOLES (S/. 380.00); importe que deberá ser abonado
por mensualidades adelantadas y a partir de la notificación con la demanda,
además de los intereses legales generados, los que serán liquidados en la etapa de
ejecución del presente proceso.
3. MANDO que el pago de la pensión alimenticia mensual establecida en esta
resolución se efectúe a la demandante en su condición de madre y representante
legal del menor de edad antes citado.
4. CUMPLA el demandado con depositar en forma mensual y permanente la pensión
alimentaria ordenada por esta sentencia en la cuenta de ahorros del Banco de la
Nación que se procederá aperturar a nombre de la demandante, la misma que será
de uso exclusivo para el abono de la pensión alimenticia a favor del menor
alimentista.
5. HÁGASE SABER al demandado que, en caso de incumplimiento de tres cuotas,
sucesivas o no, de su obligación alimentaria establecida en este proceso judicial, se
le seguirá el procedimiento de deudor alimentario moroso previsto en la Ley N°
28970.
6. SIN costas, ni costos del proceso.
7. CONSENTIDA o EJECUTORIADA que sea la presente resolución: CÚMPLASE y
ARCHÍVESE el expediente en el modo y forma de ley.
8. NOTIFÍQUESE.

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