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Antología Poética S. XX

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William Butler Yeats

The Song of Wandering Aengus La canción del Aengus errante


(en The Wind Among the Reeds 1899) Traducción (Zapato 2012)

I went out to the hazel wood, Salí al bosque de avellanos,


Because a fire was in my head, Porque tenía un incendio en mi cabeza,
And cut and peeled a hazel wand, Y corté y pelé una rama de avellano,
And hooked a berry to a thread; Y enganché una baya al hilo;
And when white moths were on the wing, Y mientras volaban las polillas blancas,
And moth-like stars were flickering out, Y estrellas como polillas titilaban,
I dropped the berry in a stream Eché la baya en el arroyo
And caught a little silver trout. Y atrapé una pequeña trucha dorada.
Cuando la hube dejado en el suelo
When I had laid it on the floor Fui a encender el fuego,
I went to blow the fire a-flame, Pero algo susurró en el suelo,
But something rustled on the floor, Y alguien me llamó por mi nombre:
And someone called me by my name: Se había convertido en una muchacha de
It had become a glimmering girl tenue brillo
With apple blossom in her hair Con flores de manzano en su cabello
Who called me by my name and ran Que me llamó por mi nombre y corrió
And faded through the brightening air. Y se desvaneció entre el aire que aclaraba.
Aunque ya estoy viejo de vagar
Though I am old with wandering Por tierras bajas y tierras montañosas,
Through hollow lands and hilly lands, Descubriré dónde se ha ido,
I will find out where she has gone, Y besaré sus labios y tomaré sus manos;
And kiss her lips and take her hands; Y caminaré por la larga yerba de colores,
And walk among long dappled grass, Y cogeré hasta el fin de los tiempos
And pluck till time and times are done, Las plateadas manzanas de la luna,
The silver apples of the moon, Las doradas manzanas del sol.
The golden apples of the sun.

The Second Coming (en Collected Poems, El segundo advenimiento (Traducción de


1989) Taravillo 2010)

Turning and turning in the widening gyre Dando vueltas y vueltas en la espiral
The falcon cannot hear the falconer; creciente
Things fall apart; the centre cannot hold; no puede ya el halcón oír al halconero;
Mere anarchy is loosed upon the world, todo se desmorona; el centro cede;
The blood-dimmed tide is loosed, and a anarquía se abate sobre el mundo,
everywhere se suelta la marea de la sangre, y por
The ceremony of innocence is drowned; doquier
The best lack all conviction, while the worst se anega el ritual de la inocencia;
Are full of passionate intensity. los mejores no tienen convicción, y los
peores
Surely some revelation is at hand; rebosan de febril intensidad.
Surely the Second Coming is at hand. Una revelación se aproxima;
The Second Coming! Hardly are those se aproxima el Segundo Advenimiento.
words out ¡El Segundo Advenimiento! Lo digo,
When a vast image out of Spiritus Mundi y ya una vasta imagen del Spiritus Mundi
Troubles my sight: somewhere in sands of turba mi vista; allá en las arenas del desierto
the desert una figura con cuerpo de león y cabeza de
A shape with lion body and the head of a hombre,
man, una mirada en blanco y despiadada como el
A gaze blank and pitiless as the sun, sol,
Is moving its slow thighs, while all about it mueve sus lentos muslos, y en rededor
Reel shadows of the indignant desert birds. planean
The darkness drops again; but now I know sombras de airadas aves del desierto.
That twenty centuries of stony sleep Cae la oscuridad de nuevo, mas ahora sé
Were vexed to nightmare by a rocking que a veinte siglos de obstinado sueño
cradle, los meció una pesadilla en su cuna,
And what rough beast, its hour come round ¿y qué escabrosa bestia, llegada al fin su
at last, hora,
Slouches towards Bethlehem to be born? se arrastra hasta Belén para nacer?

Ezra Pound

El jardín (1917) Un pacto


(En robe de parade Yo hago un pacto contigo, Walt Whitman.
Samain) Ya te he detestado lo suficiente.
Como un ovillo de hebras de seda Llego a ti como un niño crecido
estampado contra una pared Que ha tenido un padre testarudo;
ella bordea la tapia de un sendero en los Ya tengo edad para hacer amigos.
jardines de Kensington Fuiste tú el que partió la nueva leña,
y se va muriendo poco a poco Ahora es el tiempo de tallar.
de una especie de anemia emocional. Nosotros tenemos la raíz y la savia:
Y por allí se pasea una chusma Que haya intercambio entre nosotros.
de hijos de la miseria, inmundos, vigorosos,
inextinguibles.
Ellos heredarán la tierra.
Ella es el final de la estirpe.
Su aburrimiento es exquisito y excesivo.
Le gustaría que alguien fuese a hablarle,
y casi tiene miedo de que yo
cometa esa indiscreción.

El desván
Ven, apiadémonos de los que tienen más
fortuna que nosotros.
Ven, amiga, y recuerda
que los ricos tienen mayordomos en vez de
amigos,
y nosotros tenemos amigos en vez de
mayordomos.
Ven, apiadémonos de los casados y de los
solteros.
La aurora entra con sus pies diminutos
como una dorada Pavlova,
y yo estoy cerca de mi deseo.
Nada hay en la vida que sea mejor
que esta hora de limpia frescura,
la hora de despertarnos juntos.

Fernando Pessoa et al.

El guardador de rebaños (Alberto Caeiro) Tabaquería (Álvaro de Campos)


II
Mi mirar es nítido como un girasol No soy nada.
Tengo la costumbre de andar por los Nunca seré nada.
caminos No puedo querer ser nada.
Mirando a derecha y a izquierda, Aparte de esto, tengo en mí todos los sueños
Y de vez en cuando para atrás… del mundo.
. Ventanas de mi cuarto,
Y lo que veo a cada momento cuarto de uno de los millones en el mundo
Es aquello que nunca antes había visto, que nadie sabe quién son
Y me doy cuenta muy bien… (y si lo supiesen, ¿qué sabrían?)
Sé tener el pasmo esencial Ventanas que dan al misterio de una calle
Que tiene un niño, si, al nacer, cruzada constantemente por la gente,
Repara de veras en su nacimiento… calle inaccesible a todos los pensamientos,
Me siento nacido a cada momento real, imposiblemente real, cierta,
Para la eterna novedad del mundo… desconocidamente cierta,
. con el misterio de las cosas bajo las piedras
Creo en el mundo como en una margarita, y los seres,
Porque lo veo. Pero no pienso en él con el de la muerte que traza manchas
Porque pensar es no comprender… húmedas en las paredes,
El mundo no se hizo para que lo con el del destino que conduce al carro de
pensáramos todo por la calle de nada.
(Pensar es estar enfermo de los ojos) Hoy estoy convencido como si supiese la
Sino para mirarnos en él y estar de verdad,
acuerdo… lúcido como su estuviese por morir
y no tuviese más hermandad con las cosas
No tengo filosofía: tengo sentidos… que la de una despedida,
Si hablo de la Naturaleza no es porque sepa y la hilera de trenes de un convoy desfila
lo que ella es, frente a mí
Si no porque la amo, y la amo por eso, y hay un largo silbido
Porque quien ama nunca sabe lo que ama dentro de mi cráneo
y hay una sacudida en mis nervios y crujen
mis huesos en la arrancada.
Hoy estoy perplejo, como quien pensó y
encontró y olvidó,
hoy estoy dividido entre la lealtad que debo
a la Tabaquería del otro lado de la calle,
como cosa real por fuera,
y la sensación de que todo es sueño, como
cosa real por dentro.
Fallé en todo.
Como no tuve propósito alguno tal vez todo
fue nada.
Lo que me enseñaron
lo eché por la ventana del traspatio.
Ayer fui al campo con grandes propósitos.
encontré sólo hierbas y árboles
y la gente que había era igual a la otra.
Dejo la ventana y me siento en una silla.
¿En qué he de pensar?
¿Qué puedo saber de lo que seré, yo que no
sé lo que soy?
¿Ser lo que pienso? ¡Pienso ser tantas cosas!
¡Y hay tantos que piensan ser esas mismas
cosas que no podemos ser tantos!
Konstantino Kavafis

El dios abandona a Antonio


Cuando, de pronto, se deje oír a medianoche
el paso de una invisible comitiva,
con músicas sublimes y con voces,
tu suerte que cede, tus obras
malogradas, los planes de tu vida
que acabaron todos en quimeras, será inútil llorarlos.
Como el que está listo ya hace tiempo, como el valiente,
despídete de ella, de la Alejandría que se marcha.
Sobre todo, no te engañes, no digas que fue
un sueño, ni que se confundieron tus oídos;
no te rebajes a tan vanas esperanzas.
Como el que está listo ya hace tiempo, como el valiente,
como te corresponde por haber merecido tal ciudad,
quédate firme frente a la ventana
y escucha con emoción
—no con las súplicas y las quejas de los cobardes—
el rumor, cual un último deleite,
los sublimes instrumentos de la secreta comitiva,
y despídete de ella, de la Alejandría que pierdes.

Esperando a los bárbaros


—¿Qué esperamos, reunidos en la plaza?
Es por los bárbaros que llegan hoy.
—¿Por qué está el senado tan ocioso?
¿Por qué se sientan los senadores y no legislan?
Porque los bárbaros llegarán hoy.
¿Qué más leyes han de dictar los senadores?
Cuando lleguen los bárbaros, ellos serán los que legislen.
—¿Por qué nuestro emperador se ha levantado tan temprano
y ha ido a sentarse ante el portón mayor de la ciudad,
solemne sobre su trono, con la corona puesta?
Porque los bárbaros llegarán hoy.
Y el emperador espera a su lider para recibirlo. De hecho,
le tiene preparado un pergamino como regalo,
donde le ha escrito muchos títulos y nombramientos.
—¿Por qué salieron nuestros dos cónsules y los pretores
hoy con las púrpuras, las engalanadas togas?
¿Por qué llevan pulseras con tantas amatistas
y anillos de esmeraldas lujosas y relucientes?
¿Por qué hoy echan mano de costosos bastones,
en plata y oro espléndidamente labrados?
Porque los bárbaros llegarán hoy,
y estas cosas deslumbran a los bárbaros.
—¿Y por qué nuestros ilustres oradores no acuden, como siempre,
a pronunciar sus discursos, a decir sus razones?
Porque los bárbaros llegarán hoy,
y a ellos les aburren las retóricas y las arengas públicas.
—¿Por qué, de pronto, esta inquietud y confusión?
(Los rostros qué serios se volvieron);
¿Por qué se vacían rápido las calles y las plazas,
y vuelven todos a sus casas tan pensativos?
Porque cae la noche y los bárbaros no han venido.
Y algunos que estuvieron en la frontera afirman
que ya no existen los bárbaros.
—Y ahora qué será de nosotros sin bárbaros:
estas personas eran una suerte de remedio.

Deseos
Como cuerpos hermosos de muertos sin vejez
que encerraron, con lágrimas, en bellos mausoleos,
rosas a la cabeza, jazmines a sus pies
así parecen ir pasando los deseos,
sin ser cumplidos, sin apenas merecer
una noche de goce, un claro amanecer

César Vallejo

Los heraldos negros (1918)


Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma… ¡Yo no sé!
Son pocos; pero son… Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros Atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.
Son las caídas hondas de los Cristos del alma
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.
Y el hombre… Pobre… ¡pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.
Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé!

Los dados eternos (1918)


Dios mío, estoy llorando el ser que vivo;
me pesa haber tomádote tu pan;
pero este pobre barro pensativo
no es costra fermentada en tu costado:
¡tú no tienes Marías que se van!
Dios mío, si tú hubieras sido hombre,
hoy supieras ser Dios;
pero tú, que estuviste siempre bien,
no sientes nada de tu creación.
¡Y el hombre sí te sufre: el Dios es él!
Hoy que en mis ojos brujos hay candelas,
como en un condenado,
Dios mío, prenderás todas tus velas,
y jugaremos con el viejo dado.
Tal vez ¡oh jugador! al dar la suerte
del universo todo,
surgirán las ojeras de la Muerte,
como dos ases fúnebres de lodo.
Dios míos, y esta noche sorda, obscura,
ya no podrás jugar, porque la Tierra
es un dado roído y ya redondo
a fuerza de rodar a la aventura,
que no puede parar sino en un hueco,
en el hueco de inmensa sepultura.

Trilce (1922)
II
Tiempo Tiempo.
Mediodía estancado entre relentes.
Bomba aburrida del cuartel achica
tiempo tiempo tiempo tiempo.

Era Era.

Gallos cancionan escarbando en vano.


Boca del claro día que conjuga
era era era era.

Mañana Mañana.
El reposo caliente aún de ser.
Piensa el presente guárdame para
mañana mañana mañana mañana

Nombre Nombre.

¿Qué se llama cuanto heriza nos?


Se llama Lomismo que padece
nombre nombre nombre nombrE.

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