Hora Santa
Hora Santa
Hora Santa
HORA SANTA
Canto inicial:
Padre Nuestro
Ave María
Gloria.
Silencio.
Canto:
Lector: Estamos en un momento de oración muy especial junto a Jesús Eucaristía y bajo
la mirada amorosa de María, mujer de oración. Una visita real que le hacemos en un
espíritu que impregna la totalidad de nuestro tiempo, nuestros pensamientos, nuestras
acciones y en general toda nuestra vida.
Dile a Jesús todo lo que quieras: si tienes algunos problemas, si tu corazón está lleno de
esperanzas, lleno de deseo de estar unido a Él.
Silencio.
Silencio.
Canto:
Lector: Dios viene en la Eucaristía a nuestro encuentro, y los caminos de Dios están muy
cerca de cada uno de nosotros. Dios salva en la historia. La vida de cada persona, la
historia de cada uno, son los lugares predilectos de encuentro a donde viene Dios.
Y quiere permanecer siempre allí, muy dentro de cada uno de nosotros, quiere permanecer
para siempre dentro de nuestro corazón. Ese es el lugar predilecto de Dios.
Qué satisfactorio es saber que uno no necesita ir al desierto para encontrarse con Dios, ni
necesita ir a un sitio particular del mundo. Dios se encuentra por siempre en nuestro
propio corazón.
Silencio.
Oración Participada:
R./: “Jesús Eucaristía, ven a nuestras almas”.
Silencio
Comunión Espiritual:
Señor Jesucristo, creemos firmemente que te encuentras presente en el Santísimo
Sacramento del Altar, te amamos con todo nuestro corazón y deseamos ardientemente
recibirte, más como no lo hacemos en este momento sacramentalmente, te pedimos
vengas espiritualmente a nuestro corazón (silencio). Y porque ya te hemos recibido, no
permitas, Jesús, que jamás nos apartemos de Ti. Amén.
Canto:
Lector: Abre tu corazón a Jesús, pídele que experimentes su presencia en todo momento,
principalmente en los momentos más difíciles para ti. Adora a Jesús también en silencio.
Pide la luz del Espíritu Santo para que así puedas sentir la presencia de Dios y recibir su
consuelo.
Oración: Señor; creo que Tú estás aquí, en este momento, amándome. Pero está oscuro
y no puedo ver tu esplendor. Hay silencio y no escucho tu voz. Mi corazón está muy roto
y temeroso de no poder sentir el calor de tu presencia amable. Sólo puedo orar: quédate
conmigo, Señor. Quiero ver tu rostro. Quiero saber que Tú estás cerquita de mí. Quiero
sentir que me tomas entre tus brazos. Quiero sentirme seguro junto a Ti. Quiero tener paz.
Aunque no te pueda sentir, sostenme fuerte. Aunque no pueda verte, permanece a mi
lado, nunca me dejes sólo. Aún en la hora más oscura, quédate conmigo, Señor. Me
encomiendo completamente a tu amor misericordioso. Amén.
Silencio.
Canto:
Esta Visita Eucarística guía e influye en toda nuestra vida. Atrae juntos los frutos de todas
las otras prácticas de piedad que hacemos y los lleva a su realización.
Esta Hora Santa es el gran modo de sentir y de vivir a Jesús, es el gran modo de dejar a
un lado la infancia e ir formando en nosotros una personalidad en Cristo Jesús, es el gran
secreto para experimentar una transformación en nuestra vida. Experimenta la relación
de Jesús con su Padre y con la humanidad. Es la garantía de la perseverancia.
Oración:
Divino Corazón de Jesús:
Por medio del inmaculado Corazón de María
Te ofrezco todas mis plegarias, trabajos,
Alegrías y sufrimientos de este día,
En reparación por los pecados y por la salvación de todos
Los hombres y mujeres
Según las intenciones especiales del Papa,
Con la gracia del Espíritu Santo,
Para gloria del Padre celestial.
Amén.
Silencio.
Canto:
Lector:
Nuestra vida para ser Eucarística, debe ser trigo, semilla y tierra; luz y tinieblas,
crecimiento y molienda; ritmo y estación, ya árida, ya floreciente, ya árida de nuevo.
Fuerza eruptiva de fe y de esperanza.
Oración:
Que la fuerza de Dios nos gobierne
Que el poder de Dios nos preserve
Que la sabiduría de Dios nos instruya
Que la mano de Dios nos proteja
Que el camino de Dios nos dirija
Que el escudo de Dios nos defienda
Que las huestes de Dios nos protejan
Ahora y siempre. Amén.
Silencio.
Canto:
Lector: Esta es la esencia verdadera de la oración: no que nosotros nos dirijamos a Dios,
sino que Dios se dirige a nosotros. La oración expone a Dios lo que somos, todos nuestros
dolores, nuestra debilidad. Dios siempre ve nuestro corazón.Incluso aquello que aún
todavía no ha sido visto por nosotros mismos.
Sólo Dios nos conoce verdaderamente y sea lo que fuere nuestro amor propio, el amor de
Dios es más grande. Nada puede aparta a Dios; ni el pecado ni el mal.Dios nos ama con
apego total. Sólo en oración nos entregamos a este amor. Abre tu corazón a Jesús y
permite que invada tu vida entera con su presencia.
Oración:
Señor del mundo y de la paz,
Ayúdanos a unir estas dos palabras en nuestra vida diaria.
Paz en el mundo y paz en nuestros corazones.
Esto es lo que te pedimos, Señor.
Porque para que haya paz en el mundo,
Debe haber paz en nuestro corazón.
Quita de nosotros el odio y el rencor
Y todo lo que impida una vida serena y feliz
Danos tu paz, oh Señor, la paz que el mundo a menudo ni comprende ni valora
Pero sin la cual el mundo no podría vivir.
Amén.
Canto:
Oración participada:
Gracias Jesús, por que darte con nosotros como lo prometiste a tus apóstoles. Ahora, en
estos momentos de oración oramos juntos y te decimos:
R./ “Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo”
Sacerdote:
Nos diste Señor, el Pan del Cielo
Todos:
Que en sí contiene todas las delicias.
Oremos:
Oh Dios, que bajo este admirable sacramento nos has dejado el memorial de tu pasión,
concédenos, venerar de tal modo los sagrados misterios de tu cuerpo y de tu sangre, que
experimentemos constantemente en nosotros los frutos de tu redención. Te lo pedimos a
Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Ultimas oraciones:
Bendito sea Dios
Bendito sea su santo nombre
Bendito sea Jesucristo verdadero Dios y verdadero Hombre
Bendito sea el santo nombre de Jesús
Bendito sea su sacratísimo corazón
Bendita sea su preciosísima sangre
Bendito sea Jesucristo en el santísimo sacramento del altar
Bendito sea el Espíritu Santo consolador
Bendita sea la gran Madre de Dios María Santísima
Bendita sea su santa e inmaculada concepción
Bendita sea su gloriosa asunción
Bendito sea el nombre de María: Virgen y Madre
Bendito sea san José su castísimo esposo
Bendito sea Dios en sus ángeles y en sus santos.
Canto final: