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La sordomudez y la ceguera de nacimiento, cuando haya falta total de instrucción.

Nos interesa, específicamente el primer caso de inimputabilidad, es decir, los menores


ante el Derecho Penal. En el Código Penal para el Distrito Federal, se señala la edad menor de
dieciocho años, para que sea inimputable cualquier persona y, por lo mismo, cuando realizan
comportamientos típicos del Derecho Penal no se configuran los delitos respectivos; sin embargo,
desde el punto de vista lógico y doctrinario, nada se impone a que un individuo de 17 años, por
ejemplo, posea un adecuado desarrollo mental y no sufra enfermedad alguna que altere sus
facultades; en ese caso, al existir la salud y el desarrollo mental, sin duda el sujeto es plenamente
capaz. Por lo tanto en la Legislación Penal de Michoacán, se considera que un sujeto es
inimputable a la edad de dieciséis años.

Situados en el ángulo jurídico, debemos considerar la imputabilidad como la aptitud legal


para ser sujeto de aplicación de las disposiciones penales y, en consecuencia, como capacidad
jurídica de entender y de querer en el campo del Derecho Represivo. Desde este punto de vista,
los menores de dieciséis años son inimputables, “A ese menor se le excluye del horizonte penal”,
porque es inimputable.

c).- LA CULPABILIDAD.

Como ya se dijo anteriormente, la imputabilidad funciona como presupuesto de la


culpabilidad y constituye la capacidad del sujeto para entender y querer en el campo penal. Se
puede definir la culpabilidad como el conjunto de presupuestos que fundamentan la
reprochabilidad personal de la conducta antijurídica.
Para el autor, Porte Petit la culpabilidad es el nexo intelectual y emocional que liga al
sujeto can el resultado de su acto, posición sólo válida para la culpabilidad a título doloso, pero no
comprende los delitos culposos o no intencionales en los cuales, por su naturaleza misma, no es
posible querer el resultado; se caracterizan por la producción de un suceso no deseado por el
agente ni directa, indirecta, indeterminada o eventualmente, pero acaecido por la omisión de las
cautelas o precauciones exigidas por el Estado.

A).- FORMAS DE LA CULPABILIDAD.

La culpabilidad reviste dos formas: dolo y culpa, según el agente dirija su voluntad
consciente a la ejecución del hecho tipificado en la ley como delito, o cause igual resultado por
medio de su negligencia o imprudencia. Se puede delinquir mediante una determinada intención
delictuosa (dolo), o por descuidar las precauciones indispensables exigidas por el Estado para la
vida gregaria (culpa).
En el dolo, el agente, conociendo la significación de su conducta, procede a realizarla. En
la culpa consciente o con previsión, se ejecuta el acto con la esperanza de que no ocurrirá el
resultado: en la inconsciente o sin previsión, no se prevé un resultado previsible; existe también
descuido por los intereses de los demás. Tanto en la forma dolosa como en la culposa, el
comportamiento del sujeto se traduce en desprecio por el orden jurídico. “Se reprocha el acto
culpable porque al ejecutarlo se da preponderancia a motivos personales sobre los intereses o
motivos de la solidaridad social en concurso; y porque teniendo obligación de guardar la disciplina
y las limitaciones impuestas a la expansión individual, y todo el cuidado necesario para no causar
daños, se desconoce o se posterga ese deber queriendo sólo disfrutar de los derechos y beneficios
que brinda la organización, sin prescindir en nada de cuanto dicta el capricho o el deseo, aún con
perjuicio de los demás hombres y como si el actuante fuera el único digno de merecer.
EL DOLO.- Según Eugenio Cuello Calón, el dolo consiste en la voluntad consciente dirigida a
la ejecución de un hecho que es delictuoso, o simplemente en la intención de ejecutar un hecho
delictuoso. Luis Jiménez de Asúa lo define como la producción de un resultado acto jurídico, con
consciencia de que se quebranta el deber, con conocimiento de las circunstancias de hecho y del
curso esencial de la relación de causalidad existente entre la manifestación humana y el cambio en
el mundo exterior, con voluntad de realizar la acción y con representación del resultado que se
quiero ratifica.
En conclusión: El dolo consiste en el actuar, consciente y voluntario, dirigido a la
producción de un resultado típico y antijurídico.

LA CULPA.- Existe culpa cuando se obra sin intención y sin la diligencia debida, causando
un resultado dañoso, previsible y penado por la ley. Actúa culposamente quien infringe un deber
de cuidado que personalmente le incumbe y cuyo resultado puede prever.

Por otra parte, existe culpa cuando se realiza la conducta sin encaminar la voluntad a la
producción de un resultado típico, pero éste surge a pesar de ser previsible y evitable, por no
ponerse en juego, por negligencia o imprudencia, las cautelas o precauciones legalmente exigidas.

d).- IMPUTABILIDAD DE LAS PERSONAS MAYORES DE DIECISÉIS AÑOS.

La imputabilidad ha sido considerada, como un presupuesto general del delito; como un


elemento integral del mismo, o bien como el presupuesto de la culpabilidad. Al tratar la teoría de
los presupuestos del delito, algunos los han considerado como aquéllos factores cuya realidad
temporal es anterior a la realización de la conducta o del hecho típico y sin los cuales no es posible
la existencia del delito. Para Massari existen dos presupuestos del delito: presupuestos generales
y presupuestos particulares del delito, dando carácter de generales al precepto o norma penal y a
la sanción, ya que sin ellos todo delito sería inexistente. Para Marsich, siendo el delito un hecho
surgido del hombre, no puede tener realidad sin la preexistencia tanto de un sujeto imputable
como de un bien susceptible constituye, en su criterio, un presupuesto general del delito.

La mayor parte de la doctrina se muestra inclinada a considerar, la imputabilidad, como un


presupuesto de la culpabilidad, esencialmente los psicologistas, quienes identifican la culpabilidad
con la relación psicológica existente entre el hecho y su autor. Tal relación, necesita fundamento
en el carácter imputable del sujeto, de manera que la imputabilidad es el presupuesto de la
culpabilidad.

¿Qué es la imputabilidad? El Código de Michoacán, en una concisa, clara y elegante


fórmula precisa que un sujeto es imputable cuando tiene la capacidad de entender y de querer.
Para que el individuo conozca la ilicitud de su acto y quiera realizarlo, argumenta Castellanos Tena,
debe tener capacidad de entender y de querer, de determinarse en función de lo que conoce:
luego la aptitud intelectual y volitiva constituye el presupuesto necesario de la culpabilidad. “La
imputabilidad es la posibilidad condicionada por la salud mental y por el desarrollo del autor, para
obrar según el justo conocimiento del deber existente. Es la capacidad de obrar en el Derecho
Penal, es decir, de realizar actos referidos al Derecho Punitivo que raiga consigo las consecuencias
penales de la infracción”.
La noción de imputabilidad requiere no sólo el querer del sujeto, sino además su
capacidad de entendimiento, pues únicamente quien por su desarrollo y salud mental es capaz de
representar el hecho y conocer su significación y mover su voluntad hacia el fin concreto de
violación de la norma, puede ser reprochado en el juicio integrante de la culpabilidad. De tener
presente la corriente psicologista de la culpabilidad, esa capacidad habrá de dar significación al
nexo psíquico entre el hecho y su autor.
La Escuela Clásica fundamentó la responsabilidad en la imputabilidad moral y en el libre
albedrío, distinguiendo entre imputables e inimputables “Todo el ingente edifico del clasismo –
escribe Puig Peña-; toda la estructuración y basamento de la legislación hasta ahora vigente en los
pueblos cultos se ha apoyado en ese principio fundamental. Sólo puede responsabilizarse a una
persona cuando sus actos han nacido de su libre albedrío, de su culpabilidad moral. No hay
reproche pues, ni sanción, ni castigo, ni pena, sino cuando el hombre consciente y
voluntariamente, en virtud de su libertad y conciencia viola un precepto legal…”

Los positivistas negaron el libre albedrío, proclamando el determinismo. El hombre es


responsable social y no moralmente, de la manera que imputables e inimputables deben
responder, por igual, del hecho delictuoso ejecutado, haciendo la salvedad, respecto a los
segundos, de su especial tratamiento como enfermos en sitios adecuados, o para su educación.
José Almaraz, dentro de esa corriente positivista ha estimado que la conciencia criminal, la
voluntad libremente determinada y la capacidad de entender y de querer, son distinciones
conceptuales de práctica inutilidad y sutilezas verbales del concepto de la voluntad de los actos
humanos.
¿Cuándo se tiene capacidad de entender y de querer? Es indudable y a ellos nos lleva la
interpretación, a contrarium sensum del artículo 16, que son sujetos capaces y por ello imputables
quienes tienen las condiciones mínimas de salud y desarrollo mentales en el momento mismo de
la ejecución de la conducta o del hecho típico penal, de manera que puedan responder de los
mismos ante la ley y ante el Estado. “Comúnmente se afirma – dice Fernando Castellanos-, que la
imputabilidad está determinada por un mínimo físico representado por la edad y otro psíquico,
consistente en la salud mental. Son dos aspectos de tipo psicológico: salud y desarrollo mentales;
generalmente el desarrollo mental se relaciona estrechamente con la edad…”

3.- LA NECESIDAD DE REFORMAR EL ARTPICULO 243 DEL CÓDIGO PENAL DE MICHOACÁN.

El Código Penal de Michoacán requiere de una urgente reforma, para adecuar, esta
legislación penal, s las actuales necesidades de la sociedad, ya que los ciudadanos michoacanos
necesitamos de estas reformas, porque Michoacán, ha tenido grandes cambios, tanto en lo social,
lo cultural, lo educativo, lo tecnológico, etcétera, por tanto, la población ha crecido
exageradamente en grandes proporciones, ha aumentado la delincuencia, los juzgados están
saturados tanto los locales como los federales, ya no hay seguridad entre los michoacanos, los
caminos o carreteras son peligrosos por los asaltos, robos, violaciones, etcétera, por ello que es
necesario adecuar a la actualidad la legislación penal.

La importancia de la igualdad entre el hombre y la mujer, es el sustento del desarrollo de


México como Nación, no existiendo no patriarcado ni matriarcado sino que prevalezca la igualdad,
tal y como lo señala el artículo 4 de nuestra Carta Magna, en su segundo párrafo, que literalmente
dice: “El varón y la mujer son iguales ante la Lay. Esta protegerá la organización y el desarrollo de
la familia”. Por ello el tema de tesis que abordamos, porque consideramos que existe una clara
violación a este artículo constitucional, ya que si analizamos el multicitado artículo 243, en relación
con el 16 fracción I ambos del Código Penal de Michoacán, se establece una diferencia entre el
hombre y la mujer en cuanto a la edad para el desarrollo de la madurez, mientras el artículo 243
señala que la mujer requiere la edad de dieciocho años para tener el desarrollo psíquico y corporal
suficiente para enfrentar los problemas de la vida o bien para entender y querer en el campo del
Derecho Penal; el artículo 16 fracción I, señala que el varón mayor de dieciséis años; ya tiene el
desarrollo psíquico y corporal suficiente para alcanzar la madurez, en otras palabras, está apto
para entender y querer en el campo del Derecho Represivo, es decir, a la edad de dieciséis años,
hay capacidad para ser responsable de los actos que se cometen, sea el hombre o la mujer, por lo
tanto la reforma que debe tener el artículo 243 del Código Penal de Michoacán, de reducir la edad
en el delito de estupro de dieciocho años a dieciséis, está en apego a la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, porque el varón y la mujer son iguales ante la Ley.

En toda situación, hay un inicio, para que realmente la mujer y el hombre sean iguales
ante la ley, es necesario la reforma del artículo 243 del Código mencionado, ya que en los delitos
sexuales, debido al físico de uno y de otra, no pueden ser iguales ambos sexos, pero si por dentro
de los psicológico, y es ello lo que señala el artículo 4 constitucional, al establecer el varón y la
mujer son iguales ante la ley. Con esta reforma es el inicio para que el hombre y la mujer en todo
el aspecto psicológico, legislativo, jurídico, social, cultural, tecnológico, familiar, político,
educativo, deportivo, etcétera. SEAN IGUALES ANTE LA LEY.

4.- FINALIDAD DE REDUCIR LA EDAD DE DIECIOCHO AÑOS A DIECISÉIS EN ELE DELITO DE


ESTUPRO.

La finalidad pues, estriba en la igualdad del sujeto activo y el sujeto pasivo en el delito de
estupro, con la reforma al artículo 243 del Código Penal de Michoacán, en donde se reduce la edad
de dieciocho años a dieciséis años, se establece la protección real de las mujeres de corta edad,
existe mayor seguridad jurídica en ambos sujetos. Ya que la impartieron de justicia, se adecua a lo
que establece la ley penal, por lo tanto, es necesario que en el delito de estupro, exista la igualdad
entre el varón y la mujer en lo que respecta a la edad.

Así mismo, es importante señalar, que la finalidad de la reforma al mencionado artículo


243, es apegarse a la Constitución Política de los Estados Únicos Mexicanos, específicamente en lo
que establece el artículo 4, respecto a la igualdad del varón y la mujer ante la ley.

5.- LA CAUSA, MOTIVO, RAZÓN DE QUE EXISTA IGUALDAD EN LA EDAD, ENTRE EL SUJETO
PASIVO Y ACTIVO EN EL ESTUPRO.

La causa, nace en la diferencia que existe entre el hombre y la mujer en el delito de


estupro, que señala el artículo 243 del Código Penal de Michoacán, en relación con el artículo 16
fracción I del mismo ordenamiento, ya que en el primero establece la edad de dieciocho años,
para que la mujer alcance la madurez o bien tenga conocimiento de los actos que comete; más sin
embargo el artículo 16 fracción I, establece que el varón requiere la edad de dieciséis años para
alcanzar la madurez, o bien tiene la capacidad de entender y de querer en el campo del Derecho
Penal. Lo cual esta diferencia motiva, para que el multicitado artículo 243 sea reformado
reduciendo la edad de dieciocho años a dieciséis, y así lograr la igualdad psicológica entre el
hombre y la mujer, apegándose al artículo 4 de nuestra Carta Magna.
La razón de que exista igualdad entre el sujeto pasivo y el sujeto activo en el delito de
estupro, surge de la gran lucha que han tenido las mujeres, para lograr que, en la Constitución
Federal, contenga el texto “El varón y la mujer son iguales ante la Ley. Esta protegerá la
organización y el desarrollo de la familia”. Luego entonces, es claro entender, que si el sexo
femenino quería dicha igualdad, no hay la posibilidad de que exista violación en nuestra Carta
Magna como lo hace la legislación penal michoacana, como lo hemos venido sosteniendo respecto
al artículo 243, en relación con el artículo 16 fracción I ambos del Código Penal de Michoacán, en
donde estamos en presencia de una clara diferencia entre el hombre y la mujer respecto a la edad
ya que en ese supuesto la mujer tiene menor capacidad de entender y querer en el campo del
Derecho represivo, que el varón, ya que para alcanzar la madurez la mujer necesita dieciocho años
y el varón sólo dieciséis años, por lo tanto no pueden ser iguales ante la ley, debido a que
psicológicamente el hombre es superior a la mujer.

En este análisis, cabe mencionar, que la solución a este problema es reduciendo la edad
del sujeto pasivo en el estupro de dieciocho años a dieciséis años, con la finalidad, de que se tenga
la edad de dieciséis para alcanzar la madurez, es decir, que a esta edad ya se tiene la capacidad de
entender y de querer en el campo del Derecho Penal; y con ellos se estaría en presencia de la
IGUALDAD DEL HOMBRE Y LA MUJER ANTE LA LEY, teniendo como base ambos sujetos la edad de
dieciséis años, con ello se tiene entonces la misma capacidad psicológicamente entre ambos
sexos, no habiendo diferencia alguna dentro de lo psicológico, respetando el contenido del
artículo 4 segundo párrafo, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

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