Procesos Participativos para El Biomonitoreo Ambiental Comunitario en Las Cuencas Cuitzmala y Purificación, México
Procesos Participativos para El Biomonitoreo Ambiental Comunitario en Las Cuencas Cuitzmala y Purificación, México
Procesos Participativos para El Biomonitoreo Ambiental Comunitario en Las Cuencas Cuitzmala y Purificación, México
Conocimiento
ISSN:
ISSN: 2007-8064
entreciencias@enes.unam.mx
Universidad Nacional Autónoma de México
México
Notas de autor
a Doctora en Ciencias en Biosistemática, Ecología y Manejo de Recursos Naturales y Agrícolas por la Universidad de Guadalajara. Posdoctorante del
Centro Universitario de la Costa Sur de la Universidad de Guadalajara, sus líneas de investigación son biomonitoreo acuático, hidrobiología,
manejo de cuencas.
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Jalisco, México. Región y sociedad. (70)29. DOI: https://doi.org/10.22198/rys.2017.70.a406
b Doctor en Watershed Science en Utah State Uninversity, USA. Profesor Investigador Titular C de la Universidad de Guadalajara. Sus líneas de
investigación son manejo de cuencas, calidad del agua e hidrología. SNI nivel 1.
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c Doctora en Ciencias en Biosistemática, Ecología y Manejo de Recursos Naturales y Agrícolas por la Universidad de Guadalajara. Posdoctorante del
Centro Universitario de la Costa Sur, Universidad de Guadalajara. Sus líneas de investigación son etnobotánica, etnobiología y enseñanza de
ciencias.
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francia.rodriguez@academicos.udg.mx
Resumen
Objetivo: describir el proceso participativo para el monitoreo comunitario a fin de evaluar la calidad ambiental de los ríos de las
cuencas Cuitzmala y Purificación mediante un índice biótico multimétrico con insectos acuáticos previamente desarrollado para
esta región.
Diseño metodológico: se propone un modelo de proceso participativo para el monitoreo ambiental. Con actores clave se
seleccionaron localidades que abarcaron parte alta, media y baja de cada cuenca. Se diseñó un taller con base en protocolos para
monitoreo, adecuado al contexto de las cuencas y actores elegidos. El taller consistió en cuatro etapas, en las que se capacitó con
teoría y práctica. En un diario de campo se tomaron notas descriptivas respecto a lo que dijeron e hicieron los participantes.
Resultados: se conformaron seis grupos comunitarios, en cinco escuelas, y un Comité Ciudadano Ambiental. A la mayoría de
los participantes les pareció bien el taller y les gustaría ampliar el número de monitoreos y los sitios a monitorear. Los
participantes lograron evaluar su tramo de río con los insectos acuáticos y recomendaron continuar el acompañamiento técnico
para fortalecer sus habilidades y asegurar el monitoreo a largo plazo.
Limitaciones de la investigación: aún esta actividad es considerada como extracurricular, por lo que es necesario trabajar con los
docentes para que quede integrada en las materias del programa curricular de cada grado.
Hallazgos: el monitoreo comunitario de los insectos acuáticos fortalece y complementa al monitoreo científico. Esta
metodología puede ser replicada en otras cuencas costeras.
Palabras clave: insectos acuáticos, ciencia ciudadana, cuencas costeras, divulgación, herramienta ambiental..
Abstract
Purpose: To describe the participatory process of community monitoring using aquatic insects as a tool to assess environmental
quality in Cuitzmala y Purificacion basins.
Methodological design: A participatory environmental monitoring model is proposed, which involves key actors, covering the
upper, middle and lower part of each basin. A workshop was designed in appropriate way to the context of local actors and basin
characteristics. The workshop consisted of four stages, involving theory and practice. Field diary was developed thought
descriptive notes about what is seen and doing the participants.
Results: Six community groups were formed, five in schools and one a Citizen Environmental Committee. Most participants
found the workshop beneficial and expressed a desire for an increased number of monitoring sessions and additional monitoring
sites. Participants successfully assessed their river section using aquatic insects, and it is recommended to provide technical
support to strengthen monitoring skills and long-term monitoring.
Research limitations: Still this action is considered an extracurricular activity. For this reason, is necessary work with professor
to integrate these activities in the education program of the schools.
Findings: Aquatic insects community monitoring strength and complement the scientific monitoring. The methodology used
can be replicated in other coastal basins.
Keywords: Aquatic insect, citizen science, coastal basins, divulgation, environmental tools..
I NTRODUCCIÓN
Los ríos son sistemas que intercambian materia y energía con otros ecosistemas dentro del territorio que
atraviesa hasta su desembocadura. En este sentido, los ecosistemas y localidades de las zonas bajas y medias
dependen de la cantidad y calidad del agua que fluye por los ríos desde las localidades que se ubican en la
cuenca alta (Postel y Richter, 2003). A nivel nacional, Garrido et al. (2010) estimaron el nivel de alteración
ecohidrológica a través de un modelo de análisis geográfico, y encontraron que 71 % de la superficie de las
cuencas de México muestran grados de alteración entre medio a muy alto y sólo 29 % se encontró con bajo
y muy bajo grado de alteración. Para las cuencas costeras Cuitzmala y Purificación ubicadas en el estado de
Jalisco, las clasificaron como cuencas con un grado bajo de alteración ecohidrológica (Garrido et al., 2010).
Por su parte, el Sistema Nacional de Información del Agua (Sina) de la Conagua, evalúa parámetros
fisicoquímicos de la calidad del agua solo en los puntos de la desembocadura de estas cuencas y los clasifica
con una calidad media. Sin embargo, no cuenta con información detallada en otras partes de estas cuencas
(Sina, 2022). Por otro lado, estas evaluaciones son de carácter científico y/o gubernamental y, si bien es
cierto, emiten información precisa, la escala temporal se ve limitada por el esfuerzo económico que requiere
el muestreo dados los costos que implican la colecta de información y los análisis de las muestras. Por esta
razón, se plantea un monitoreo ciudadano utilizando una herramienta de muy bajo costo para evaluar la
calidad de los ríos, no como sustitución de estas mediciones fisicoquímicas, sino como complemento.
Normalmente los monitores ciudadanos interpretan de una manera más rápida y completa lo que está
pasando en su río, por lo que pueden informar oportunamente cualquier cambio en la calidad ambiental
para una toma de decisiones oportuna (Burgos et al., 2013; Perevochtchikova et al., 2022; Walteros-
Rodríguez, 2019). El monitoreo comunitario en este trabajo es referido al proceso de las actividades que
realiza un grupo de personas organizadas y capacitadas de una localidad al monitorear la calidad ambiental
de un tramo de río y difundir los resultados obtenidos (modificado de Perevochtchikova et al., 2016). Con
los monitoreos se busca obtener información de un sistema biológico que refleje el estado del tramo de
estudio y permita detectar cambios a través del tiempo (Blake y Rhanor 2020; Jiménez, 2014).
El uso de insectos acuáticos como indicadores de la calidad ambiental está siendo utilizado cada vez más
a nivel internacional porque presentan ventajas frente a otros organismos y técnicas de monitoreo (Bonada
et al., 2006; Fuster et al., 2010; Prat et al., 2009). Los insectos acuáticos, así como los terrestres, son los
organismos más abundantes y diversos en los ecosistemas de agua dulce, esta diversidad ha sido estudiada
por científicos y han determinado puntuaciones de sensibilidad ambiental frente a diversas perturbaciones
del ambiente. Por lo que estudiar a la comunidad de estos organismos nos puede dar un panorama del
estado ambiental del tramo del río estudiado, así como de la calidad del río aguas arriba. Entre las ventajas
que presentan los insectos acuáticos es que debido a su tamaño pueden colectarse a simple vista; para
identificarlos, no se requiere ser un especialista técnico o científico, dado que con previa capacitación se
pueden identificar fácilmente con ayuda de guías; presentan ciclos de vida relativamente largos, por lo que
pueden reflejar las condiciones ambientales a un mediano plazo en el ecosistema; se pueden recolectar de
una manera sencilla y con materiales comunes, por lo que representa un bajo costo económico y hace más
factible que el monitoreo continúe a largo plazo (Bonada et al., 2006; Segnini, 2003; Fuster et al., 2010;
Pineda et al., 2014).
Para llevar a cabo una evaluación de calidad ambiental con los insectos acuáticos, se han desarrollado
diversos protocolos (Bonada et al., 2006;Pineda et al., 2014;Prat et al., 2009) a lo largo del mundo, que se
adecúan a las condiciones socioambientales de un país o región. Estos protocolos suelen emplear índices
bióticos para interpretar la diversidad y abundancia de los insectos acuáticos. Los índices bióticos evalúan
aspectos del ensamble biológico, a partir de valores numéricos o métricas que reflejan el estado de los
individuos o la comunidad acuática y determinar así el grado de impacto en el ecosistema (Bonada et al.,
2006; Mandaville, 2002; Roldán-Pérez, 2016; Prat et al., 2009). Para un monitoreo científico y
comunitario, el nivel taxonómico a nivel familia representa un buen equilibrio entre una evaluación
ambiental eficaz y el tiempo requerido para obtener resultados confiables (Hewlett, 2000; Hilsenhoff,
1988; Marshall, Steward y Harch, 2006), porque si se identificaran a un nivel de género o especie, se
requeriría de expertos taxónomos y el tiempo y el costo aumentarían.
A lo largo del mundo se han conformado grupos de monitoreo participativos y desarrollado
herramientas para evaluar ecosistemas acuáticos utilizando los insectos acuáticos como bioindicadores. Por
ejemplo, España (Fernández, 2021), Reino Unido (Moolna et al., 2020) en Europa; Canadá y Estados
Unidos en Norteamérica (Blake y Rhanor 2020; Government of Canada, 2019; Louw et al., 2022);
Uruguay (Comité de Biomonitoreo R ALACA , 2018), México, Colombia, Panamá, Argentina, Brasil, Costa
Rica, Ecuador y Perú (Flores y Huamantinco, 2017; Merchan et al., 2022; Walteros, 2023; Walteros-
Rodríguez, 2019) en América Latina, por mencionar algunos países.
En México, el primer muestreo científico de insectos acuáticos fue en Hidalgo en 1936 (Ancona, 1936),
pero fue hasta el 2000 que se empezaron a utilizar estos organismos con mayor frecuencia para monitoreos
científicos (Mathuriau et al., 2011), y se han ido desarrollando o adaptando índices bióticos con estos
organismos. Para más información sobre antecedentes de trabajos a nivel nacional, se pueden consultar a
García (2007), Mathuriau et al. (2011) y Rodríguez (2020). En 2014, se publicó el Protocolo de muestreo
de macroinvertebrados en aguas continentales para la aplicación de la Norma de Caudal Ecológico para
México (Secretaría de Economía, 2012) (Pineda et al., 2014).
En el occidente de México los que han realizado investigaciones con ensambles de insectos acuáticos
como bioindicadores ambientales son: Weigel (2001) que propuso un índice biótico de integridad (IBI )
para determinar la degradación ambiental, compuesto por ocho métricas: captura por unidad de esfuerzo,
riqueza genérica, porcentaje de géneros de Ephemeroptera–Plecoptera–Trichoptera (EPT ), porcentaje de
individuos de Chironomidae, índice biótico a nivel familia de Hilsenhoff (IBF ) el cual asigna un puntaje a
cada familia de acuerdo a su tolerancia a la contaminación o disturbios, porcentaje de individuos
deposicionales, porcentaje de individuos depredadores y porcentaje de géneros recolectores; Henne,
Schneider y Martínez (2002) y Palomera (2012) evaluaron la contaminación orgánica de algunos ríos
utilizando el IBF ; Martínez et al. (2013) realizaron estudios de campo y colectaron insectos acuáticos para
la determinación de caudal ecológico en las reservas de agua de la zona de Jalisco; Jiménez (2014) trabajó a
nivel taxonómico de familia de los órdenes ept para evaluar la calidad del agua; Cabrera (2016) evaluó el
estado de conservación de un río a través de la comparación los índices Biological monitoring working
party (BMWP ), el índice de integridad biótica para las asociaciones de macroinvertebrados acuáticos
(IIBAMA ), el IBI , el IBF y el EPT ; Rodríguez (2020) propone el índice multimétrico de la cuenca del río
Ayuquila-Armería (Icayar) para determinar la calidad ambiental de una cuenca, el cual se compone de tres
métricas: porcentaje de Díptera, porcentaje de trituradores y el IBF ; y Mancilla-Villa et al. (2021) evaluaron
la contaminación orgánica de una cuenca utilizando grupos funcionales alimenticios y el IBI .
En cuanto a monitoreos participativos en ecosistemas acuáticos en México, encontramos trabajos que
han sido desarrollados principalmente utilizando parámetros fisicoquímicos de la calidad del agua (Burgos
et al., 2013,Perevochtchikova et al., 2016; Flores-Díaz et al., 2013; Perevochtchikova et al., 2022). Este tipo
de monitoreo refleja de una manera específica la cantidad de los parámetros fisicoquímicos presentes en el
agua, sin embargo, requieren ser analizados en el laboratorio o en campo con aparatos especiales y la
compra de reactivos. Si estos costos no son financiados por alguna institución, es muy probable que los
ciudadanos dejen de monitorear utilizando esta técnica. Así mismo, se analiza la calidad del agua en el
momento en que se recoge la muestra y no se alcanza a evaluar más allá. Entre las pocas experiencias
documentadas de monitoreos participativos en México con insectos acuáticos, el bmwp lo han utilizado en
Guerrero (J. L. Rosas-Acevedo, comunicación personal, 18 de noviembre de 2022), Veracruz (López,
2021), Puebla y Oaxaca (DDiCyT, 2021), además en Jalisco se ha utilizado el ept (Jiménez, 2014) y en
Veracruz agrupando en tres categorías de tolerancia a los insectos (Campbell, 2007).
Dentro de la región de la costa de Jalisco, Jiménez (2014) lideró un monitoreo comunitario con insectos
acuáticos en el 2013 con un grupo de estudiantes de primaria y otro de adultos en la comunidad de La Eca
(parte alta de la cuenca del río Cuitzmala) utilizando un índice de ept para evaluar el estado de
conservación del río Cuitzmala. Se compararon estadísticamente los resultados del monitoreo comunitario
D ISEÑO METODOLÓGICO
Área de estudio
Las cuencas costeras Cuitzmala y Purificación se ubican en el occidente de México y forman parte de las
Regiones Hidrológicas Prioritarias a nivel nacional, por ser sitios con una alta biodiversidad (Arriaga,
Aguilar y Alcocer, 2002), además en su territorio se encuentran dos Reservas de la Biosfera de México
(Conanp, 2022), dos Regiones Terrestres Prioritarias (Conabio, 2004), un área de Importancia para la
Conservación de las Aves (Cipamex y Conabio, 2015). Ambas cuencas son parte del Sistema Nacional de
Áreas Naturales Protegidas y presentan diferentes niveles de alteración y aprovechamiento de sus aguas
(Martínez et al., 2013; Semarnat, 2011). Tienen una precipitación media anual de 800 a 2,100 milímetros
(Maass et al., 2005) y un clima cálido subhúmedo (García, 1998). Se encuentran los tipos de vegetación:
selva baja caducifolia, matorral xerófito, bosques de pino-encino, de oyamel, de encino, de pino y mesófilo
de montaña, selva mediana subcaducifolia y vegetación riparia (Carrillo et al., 2015; Conabio, 2001).
En ambas cuencas, las actividades agrícolas y ganaderas son las principales fuentes de ingreso económico,
además, en la costa se realizan actividades turísticas. Tienen una gran cantidad de uso de suelo que se está
convirtiendo en pastizales cultivados para la actividad ganadera. En algunas zonas, la calidad de las aguas
subterráneas se ve afectada por coliformes fecales provenientes de la ganadería extensiva (Martínez et al.,
2013).
El territorio de ambas cuencas abarca parte de los municipios Villa Purificación, La Huerta, Casimiro
Castillo, Cuautitlán de García Barragán y Cihuatlán. Los sitios de muestreo comunitario se ubican en los
municipios de Villa Purificación y La Huerta (figura 1). En promedio 72 % de la población de ambos
municipios tiene educación básica y 6 % no cuenta con ninguna escolaridad (Inegi, 2020a). En cuanto al
porcentaje de la población en situación de pobreza, en el municipio de Villa Purificación es de 45.6 % y en
el municipio de La Huerta es de 33.1 % (Coneval, 2020). El área de la cuenca del río Purificación es de 2
222 km. y el área del río Cuitzmala es de 1 121 km. (Inegi, INECC y Conagua, 2007).
Figura 1.
Ubicación de los sitios de monitoreo comunitario en las cuencas Cuitzmala y Purificación
elaboración propia
Para cualquier proceso participativo se requiere de una capacidad de trabajar en conjunto entre quienes
capacitan y los integrantes del grupo o las partes interesadas (Alberich, 2009); en este sentido, con ayuda
del personal de la Junta Intermunicipal de la Costa Sur y académicos de la región, se seleccionaron cinco
localidades participantes (Flicker, Senturia y Wong, 2010), tratando de cubrir la parte alta o cabecera (zona
de origen), media (zona de transferencia) y baja o desembocadura (zona de acumulación) de cada cuenca
(Fryirs y Brierley, 2012).
En la cuenca Cuitzmala, la localidad de la parte más alta fue La Eca, ubicada a 527 metros sobre el nivel
del mar (ms.n.m.) conformada por 212 habitantes (Inegi, 2020b); esta localidad rural se encuentra en una
zona con características de montaña, las vías de comunicación son de terracería, por lo que el acceso es
difícil, la zona urbana más cercana está a 30 minutos (17 km). La vegetación ribereña en este tramo del
cauce es densa y el agua del río es cristalina. La localidad en la parte media fue San Miguel, ubicada a 337
ms.n.m. y conformada por 516 habitantes (Inegi, 2020b); la localidad se encuentra en una zona con vías de
comunicación en buen estado, a diez minutos (13 km) de la zona urbana más cercana. La vegetación
ribereña sigue siendo densa, sin embargo, la calidad del agua disminuye, porque recibe aportes de descargas
de aguas residuales urbanos de la cabecera de Villa Purificación. La localidad de la parte baja fue Emiliano
Zapata ubicada a 17 ms.n.m., conformada por 1 352 habitantes (Inegi, 2020b); esta localidad está ubicada
en una zona rodeada de playas turísticas y también tiene la influencia de la Reserva de la biosfera Chamela-
Cuixmala, dado que es una zona de desembocadura al mar, el lecho del cauce es amplio y la vegetación
ribereña se encuentra más alejada del agua que pasa por el río en temporada de secas, la vegetación ribereña
está conservada y en época de sequía el agua es cristalina.
En la cuenca Purificación en la parte alta se seleccionó la cabecera municipal de Villa Purificación,
ubicada a 446 ms.n.m. y conformada por 5 965 habitantes (Inegi, 2020b), esta zona presenta características
de montaña, la vegetación ribereña está bien conservada y el agua se observa transparente en época de
sequía. En la parte media no fue posible concretar con ninguna escuela o institución. En la parte baja se
seleccionó la localidad de Agua Caliente ubicada a 19 ms.n.m. y conformada por 787 habitantes (Inegi,
2020b), en zonas aledañas se encuentran playas turísticas. En este tramo del río, la vegetación ribereña es
muy pobre y casi ausente, se realiza extracción de materiales pétreos de manera constante, por tanto, el agua
del río es turbia en todas las épocas del año.
Con ayuda de los informantes clave (Bernard, 2018), conocedores del contexto de las localidades, en este
caso personal de Jicosur, personal de la Secretaría de Educación Pública y académicos de la zona, sugirieron
invitar a participar a las escuelas del máximo nivel educativo posible de cada localidad (telesecundaria,
secundaria técnica o preparatoria) y al Comité Ciudadano de Villa Purificación, ya que sería más probable
que la experiencia fuera exitosa; además, facilitaron el acercamiento con los planteles educativos y el
Comité Ciudadano, para invitarlos a participar en el taller de monitoreo comunitario.
Una vez que las autoridades escolares y el Comité Ciudadano aceptaron participar en el proyecto, se
procedió a la conformación de cada Grupo Comunitario. En el caso de las escuelas, la selección de los
grados escolares que conformarían el grupo respondió a los intereses y posibilidades de cada plantel
educativo.
Para el diseño del taller comunitario con insectos acuáticos como indicadores de la calidad ambiental, se
consultaron diversos protocolos para el monitoreo de macroinvertebrados acuáticos (Carrera y Fierro,
2001; Gobierno Autónomo Descentralizado de la Provincia de Orellana, 2018; Globe, 2005; Universidad
Nacional Mayor de San Marcos y Museo de Historia Natural, 2014) y propuestas metodológicas para el
monitoreo del agua (Pinzón, Cardona y Martínez, 2020). A partir de estas consultas, se generó una
propuesta adecuada al contexto de las cuencas y de los actores elegidos.
Los datos de este estudio fueron recolectados de junio a septiembre de 2022. El taller comunitario tuvo
una duración de dos días no consecutivos y constó de cuatro etapas; en todas las etapas se utilizó un
lenguaje coloquial y accesible a los participantes. El taller se llevó a cabo en cada Grupo Comunitario de
manera independiente entre los grupos.
El objetivo de esta primera etapa del taller fue dar a conocer el proyecto del monitoreo comunitario a la
comunidad estudiantil y miembros del Comité Ciudadano Ambiental, para que decidieran quiénes
querían formar parte del proyecto. En esta primera etapa del taller participaron 186 personas.
La primera etapa del taller se llevó a cabo con seis grupos en total: en planteles educativos participó la
Telesecundaria J. Jesús Álvarez Constantino en La Eca, donde se involucraron todos los alumnos,
maestros, egresados exalumnos y la autoridad de la comunidad; de la Telesecundaria Ignacio Manuel
Altamirano en San Miguel participaron los alumnos de primer y segundo grado; de la Telesecundaria
Emiliano Zapata de Emiliano Zapata, los alumnos de segundo grado; y en la Secundaria Técnica 103 de
Agua Caliente Nueva, los alumnos de segundo grado; en la Escuela Preparatoria Regional de Casimiro
Castillo, módulo Villa Purificación y Universidad de Guadalajara, alumnos de quinto semestre y además
participó un Comité Ciudadano Ambiental conformado por funcionarios de la presidencia municipal de
Villa Purificación.
Para sondear los conocimientos previos en la primera etapa del taller, se preguntó si sabían qué era una
cuenca y sólo el 15 % de los grupos respondió que sí y su concepto fue acertado, este grupo correspondió a
la escuela preparatoria. Para ir contextualizando el concepto y motivando el interés de considerarse dentro
del territorio de una cuenca y no sólo de la división política municipal, se cuestionó si tenían idea de qué
localidades abarcaban su cuenca, ninguno de los seis grupos supo responder a esto porque no se
visualizaban dentro de una cuenca. Tras estas preguntas, se explicaron las funciones de las cuencas (los
servicios que nos brindan, los recursos que nos proveen, como agua y alimentos) y la interconectividad
(cómo se conecta el río con la agricultura, la ganadería, las aguas subterráneas y con la sociedad) y
dependencia que se tiene en una escala longitudinal (es decir, la dependencia entre localidades y territorio
se conectan a lo largo del río). Asimismo, se les proyectó la ubicación de las localidades del territorio de su
cuenca en cada grupo y se hizo énfasis si se encontraban en la parte alta, media o baja de la cuenca.
Respecto al rescate de conocimientos previos que se tuvo de la primera etapa del taller con los grupos, las
principales ideas compartidas sobre la importancia de su río fueron que: es importante para divertirnos,
para refrescarnos, para las necesidades del hogar y tomar agua, para los cultivos y el ganado,para convivir,
para sacar tecuejas (hembras de langostinos) para vender y comer. Y lo que más les gusta o disfrutan de su
río es: irse a bañar, nadar, echarse clavados, convivir ahí, comer, pescar, lavar, colgarse de las ramas de los
árboles, la tranquilidad del río, ir por barro para mascarillas.
En cuanto a las acciones que ellos consideran que afectan a su río identificaron: basura que la gente deja
en el río cuando se va a bañar, deforestación, drenajes urbanos e industriales, vertederos
clandestinos,plaguicidas o pesticidas, sustancias para enyerbar ríos para sacar camarones,gasolina, líquido
para bañar a los animales, aceites, ramas, troncos, sedimentos, extracción de agua, sobrepesca, modificar los
ecosistemas.
Al presentarles algunas alternativas para cuidar los ríos, se les hizo la pregunta de qué más se les ocurre
para cuidar nuestros ríos y lo que vive en ellos. A lo que respondieron: cuando visiten el río llevarse su
basura; no contribuir a los vertederos clandestinos; no quemar potreros; poner señalamientos; realizar
campañas de prevención y de información; designar autoridades para que cuiden el río; formar un comité
encargado para cuidar el área del río; poner botes de basura en el margen del río; implementar multas o
sanciones a los que contaminen el río; no talar árboles; reforestar; evitar la sobrepesca; utilizar métodos
agroecológicos; no modificar el flujo del agua; cerrar la llave del agua cuando no la estamos ocupando.
Al final de esta etapa los participantes reconocieron y resaltaron que los de la parte alta tienen una
responsabilidad social con quienes viven en la parte media y baja de la cuenca, y se interesaron más por
comprometerse a cuidar su río.
Se conformaron los grupos comunitarios con los alumnos que, además de haber mostrado interés en el
proyecto, fueron recomendados por los maestros. Si bien a cada plantel se le sugirió un mínimo de seis y un
máximo de ocho integrantes, el número máximo de participantes no fue limitado. En total se conformaron
seis Grupos de Monitoreo Comunitario en las cuencas de estudio, cinco de estudiantes y uno del Comité
Ciudadano Ambiental (tabla 1) con un total de 60 integrantes. Cada grupo eligió un nombre con la
finalidad de poder identificarse y diferenciarse de los demás grupos.
Tabla 1
Conformación de los grupos de Monitoreo Comunitario en las cuencas Cuitzmala y Purificación Costa Sur de Jalisco
Integrantes
Nombre del
Plantel educativo Localidad y Género* Rango de
Grupo Cuenca
o institución municipio edades
Comunitario M F
Telesecundaria J.
Guardianes de El La Eca, Villa Cuitzmala
Jesús Álvarez 3 3 12-15
Salto Purificación (parte alta)
Constantino
Telesecundaria San Miguel,
Cuitzmala
San Miguel Ignacio Manuel Villa 7 10 12-15
(parte media)
Altamirano Purificación
Emiliano
Insectos al Telesecundaria Cuitzmala
Zapata, La 4 8 12-14
descubierto Emiliano Zapata (parte baja)
Huerta
Comité
Ciudadano Villa Purificación
Guardianes RP 5 5 27-51
Ambiental de Purificación (parte alta)
Villa Purificación
Preparatoria
Regional de
Casimiro Castillo,
Villa Purificación
Prepa Villa módulo Villa 4 4 15-17
Purificación (parte alta)
Purificación,
Universidad de
Guadalajara
Agua Caliente
Los Elegidos del Secundaria Purificación
Nueva, La 3 4 13-15
río Purificación Técnica 103 (parte baja)
Huerta
Fuente: elaboración propia
Nota: *Género: M: masculino, F: femenino.
En la tercera etapa, en el río, se hicieron equipos para colectar la cantidad de individuos requeridos para
hacer la evaluación (figura 2). La identificación taxonómica tuvo lugar en diferentes espacios: el río, el salón
de clases o el espacio de la institución, dependiendo las preferencias de cada grupo comunitario y las
propias condiciones de la localidad. Al principio de esta etapa, a algunos participantes les costaba encontrar
insectos, porque no removían bien el sustrato, o incluso porque ponían la coladera en dirección de la
corriente y el agua se llevaba lo que colectaban. Pero luego de volver a explicarles, ya habían dominado la
técnica de colecta. Otra confusión, al inicio, a pesar de que se explicó, es que querían colectar sólo
organismos diferentes para completar la cantidad solicitada al equipo, se tuvo que recalcar que se debía
colectar todo lo que se fuera encontrando. Por otro lado, la actitud que mostraron al principio de esta etapa
era un tanto incrédula de que fueran a encontrar algo; sin embargo, mientras fueron descubriendo lo que
podían encontrar, se interesaban y adentraban más en el río. Es decir, ya no se limitaban a los metros que
habíamos propuesto al inicio, sino que iban a ver qué más podían encontrar más lejos. Así mismo, se
emocionaban y no querían dejar de colectar, a pesar de que ya habían completado el número de individuos
mínimo, para ello se tuvo que hacer un llamado a cada equipo para que ya regresaran a donde se iba a
identificar. Cabe mencionar que, dado que los estudiantes son menores de edad, en esta etapa del taller para
la salida de campo, siempre se obtuvo autorización de los padres de familia y se acompañó de un maestro.
Los docentes se limitaron a acompañar y en general, su participación fue más bien pasiva.
Figura 2.
Grupo “Insectos al descubierto” realizando la colecta de insectos acuáticos en el río Cuitzmala en la localidad de
Emiliano Zapata, municipio de La Huerta, Jalisco
elaboración propia
En la cuarta etapa de identificación y cálculo del índice, con algunos organismos tuvieron más dificultad
que con otros para identificarlos. Así mismo, algunos participantes tenían mayor habilidad para notar las
diferencias taxonómicas. En general, al final, con un poco de apoyo lograron identificar a los organismos. El
llenado de la hoja de campo para vaciar la información encontrada fue sencillo. El paso de calcular el índice
es el que fue más complicado para todos los grupos, por la implicación de cálculos matemáticos básicos
como regla de tres y los signos de mayor qué y menor que. En esta etapa, el docente, cuando era el caso,
retaba a los alumnos a que recordaran lo aprendido en sus clases. Así mismo, algunos docentes hicieron
hincapié en que este era un ejemplo de poner en práctica lo que aprendían en el aula y se interesaron por
que los alumnos pudieran realizar el cálculo del índice.
La identificación taxonómica de los insectos acuáticos fue una de las principales dificultades entre los
grupos participantes, este problema fue también reportado por Pinto et al. (2020) en los monitoreos
realizados por 36 grupos de estudiantes de secundaria en Portugal. Lo anterior, de acuerdo con la Agencia
de Protección Ambiental de Estados Unidos (USEPA por sus siglas en inglés, 1997) puede ser mejorado a
medida que los participantes van adquiriendo más experiencia y cuentan con materiales adecuados que
apoyen el proceso de identificación. Cabe señalar que, para estos talleres, los participantes emplearon la
“Guía de campo de insectos acuáticos en la costa de Jalisco y Colima” (Rodríguez-Contreras y Martínez, en
prensa), lo que pudo disminuir la posibilidad de errores en la identificación de las familias ya que fue
específicamente diseñada para las cuencas de esta región, por lo que la dificultad de los participantes para la
identificación taxonómica de los organismos pudo deberse más a una falta de experiencia práctica. Por otro
lado, el diseño de la hoja de campo ayudó a disminuir errores en la redacción de los nombres científicos y
transcribir su puntuación del nivel de sensibilidad; además facilitó los cálculos matemáticos para llegar a
una evaluación final del río. En la tabla 2 se describen las familias encontradas por los grupos comunitarios.
Tabla 2
Familias de insectos acuáticos encontradas por los grupos comunitarios
Los resultados de las evaluaciones de la calidad ambiental de los ríos se presentan en la figura 3. A los
integrantes de los grupos en donde el sitio se evaluó con buena calidad, les sorprendió el resultado, porque
ellos desconocían que se encuentran en una cuenca que, a diferencia de otras cuencas de la región e incluso
del país, tienen condiciones de conectividad naturales y en buen estado ecológico. En el grupo de San
Miguel, que se evaluó como moderada, en esta parte de la cuenca son más evidentes las perturbaciones
como presencia de ganadería y pastizales. Los resultados no fueron compartidos entre grupos ni a otras
instancias.
Figura 3.
Monitoreo comunitario y resultados del índice Icayar para cada uno de los sitios
elaboración propia
El cuestionario aplicado a los participantes al finalizar el taller permitió rescatar sus principales
opiniones sobre las actividades desarrolladas, la forma como fueron conducidas y sus sugerencias para
mejorar el taller. De esta manera, respecto a la pregunta ¿Qué aprendiste en el taller?, las respuestas se
agruparon en cinco aprendizajes principales relacionados con la taxonomía de los insectos acuáticos, las
técnicas de colecta de insectos acuáticos (o de muestreo), los insectos acuáticos como bioindicadores y, el
cuidado del río (figura 4). Por ejemplo, un integrante del grupo Guardianes RP refirió: “aprendí a
identificar las especies que hay en nuestros ríos y arroyos y con ellos evaluar la calidad de nuestras aguas”.
Figura 4.
Respuestas a: ¿Qué aprendiste en el taller?
elaboración propia.
En la figura 5 se tabulan las respuestas de la pregunta: ¿Qué te pareció el taller? 98 % tuvo una impresión
positiva del taller y al 2 % le pareció aburrido porque no encontraron insectos acuáticos debido a una
crecida del río unos días antes de realizar la colecta.
Figura 5.
Respuestas a: ¿Qué te pareció el taller?
elaboración propia.
Finalmente, en la figura 6 se presentan las respuestas sobre sus sugerencias y comentarios para ayudar a
mejorar el taller.
Figura 6.
Respuestas de sugerencias y comentarios para ayudar a mejorar el taller
elaboración propia
Los talleres realizados con los seis grupos demostraron que a través de los monitoreos comunitarios se
puede obtener información rápida de los que está pasando en el río con la que se puede avisar
oportunamente de los cambios en la calidad ambiental; no obstante, considerar esta información como la
única fuente para el manejo de las cuencas puede ser riesgoso. Aun así, los datos generados por los grupos de
monitoreo comunitarios pueden ser integrados dentro del conjunto de muestras empleadas por las
autoridades correspondientes para ayudar a detectar cambios en los patrones ambientales y geográficos a
largo plazo, así como contribuir a programas regionales de monitoreo (Deutsch, Lhotka y Ruiz-Córdova,
2009; Latimore y Steen, 2014) a la vez que se ahorra tiempo y dinero (Levrel et al., 2010).
El involucramiento de estudiantes en el taller y la conformación de los respectivos grupos de monitoreo
fue conveniente no solo porque ellos contaban con mayor disponibilidad de tiempo comparado con los
adultos, sino que, además, con esta experiencia tuvieron la oportunidad de colaborar en una investigación
de bio-monitoreo de importancia para su comunidad, donde pudieron aplicar los conocimientos
científicos fuera del aula, colaborar con sus compañeros y con científicos (Pinto et al., 2020). Además, a
través del involucramiento de quienes viven cerca de los ecosistemas acuáticos e interactúan diariamente
con ellos, espacios como los ofrecidos por los grupos de monitoreo pueden favorecer los intentos de generar
una conciencia ambiental (Reynaga y Dos Santos, 2020). También sería recomendable que el proceso de
capacitación y monitoreo que implica el taller quedara implementado como parte del programa de alguna
materia de la institución educativa, para que al menos algún maestro se hiciera cargo de darle la
continuidad formal sin que se requiera del acompañamiento externo de un especialista.
El Grupo Guardianes RP conformado por adultos, mostró interés de que se les facilitaran otros talleres
participativos de temas como una evaluación del territorio para conocer qué acciones puntuales en su zona
afectan la condición socioambiental y qué propuestas o acciones de manejo se pueden realizar para
recuperar o mejorar estas condiciones. Esto confirma que el involucramiento de la ciudadanía usando de
este tipo de herramientas puede conducir a que los participantes discutan y demanden un mejor manejo y
gobernanza de la calidad ambiental de sus ríos y otros ecosistemas para las autoridades y otras partes
interesadas, incluidos los científicos (França et al., 2019). En este sentido, los monitoreos participativos
pueden proveer información que ayude a una apropiada toma de decisiones sobre el uso de los recursos y la
resolución de conflictos (Fraser et al., 2006), para lo cual pueden adecuarse talleres con diversos
especialistas de acuerdo con los intereses de los participantes, para que faciliten la discusión del manejo del
territorio desde una visión holística e integradora.
Los resultados muestran que la adecuación de los materiales a las condiciones locales y el uso de un
lenguaje apropiado para el nivel de escolarización de los participantes de los talleres fueron parte
fundamental para que la evaluación de los ríos fuera eficiente, interesante y entretenida para los grupos.
Resultados similares son señalados por França et al. (2019), quienes emplearon métodos adaptados a la
ciencia ciudadana para la capacitación de estudiantes de primaria, secundaria y preparatoria para el
monitoreo de arroyos urbanos en Brasil.
C ONCLUSIONES
Antes de la capacitación, los participantes reconocían los servicios ecosistémicos de un río sano y las
acciones que afectan su calidad. Aunque desconocían la evaluación con insectos acuáticos, los talleres
fueron exitosos y despertaron gran interés. Se destaca la positiva experiencia de formar grupos comunitarios
en la Costa Sur de Jalisco, concluyendo que, con diagnósticos locales, capacitación adaptada, guías y un
índice biótico regional, se pueden evaluar cuerpos de agua con insectos acuáticos hasta un nivel taxonómico
de familia.
Un monitoreo comunitario no sustituye a un monitoreo científico realizado por especialistas, ni
tampoco sustituye una medición de parámetros fisicoquímicos que arroja resultados puntuales de los
contaminantes presentes al momento de tomar la muestra. Un monitoreo comunitario genera información
sobre la biodiversidad en el río y observa algún cambio en las condiciones ambientales reflejadas en los
cambios de la biota, en monitoreos a largo plazo. En lugares donde no existe información de las
condiciones de calidad ecosistémica de un río o arroyo, el monitoreo comunitario es una primera
generación de información de la condición en que se encuentra el lugar y dependiendo de sus resultados
puede requerir o no un estudio más especializado. Por lo tanto, más que decidir por algún tipo de
monitoreo estos son complementarios.
Se sugiere replicar este proceso en otras regiones costeras y trabajar con el tercer nivel de educación
básica. Se recomienda un acompañamiento a largo plazo, integrar el taller en actividades escolares y
flexibilizar el número de participantes. Se propone desarrollar una aplicación móvil para agilizar la
identificación de insectos acuáticos en el occidente de México.
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