Taller Ensayos Corregido
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Innovación Literaria
El ensayo representó una innovación literaria porque ofreció una forma flexible y
accesible de reflexión, distinta de los géneros formales como los tratados y
discursos. Esta flexibilidad permitió a los autores abordar cualquier tema con libertad
de estructura, abriendo la puerta a la expresión personal. Con su estilo fragmentario
y discursivo, el ensayo se convirtió en un vehículo para el pensamiento libre y
especulativo, un espacio donde los escritores podían exponer ideas de manera ágil
y sin las restricciones académicas de otros géneros.
La Epístola
El ensayo comparte raíces con la epístola, un género literario en forma de carta que
también ofrece espacio para la reflexión personal. Durante el Renacimiento, las
cartas de autores como Erasmo se utilizaron no solo como correspondencia, sino
también como un medio para diseminar ideas filosóficas, literarias y morales. El
ensayo retoma esta tradición epistolar en la medida en que ambos géneros
comparten una estructura libre y un tono íntimo. La epístola influyó en el desarrollo
del ensayo al fomentar un enfoque cercano y accesible para el lector, basado en la
reflexión subjetiva.
Ensayo en España
El ensayo llegó a España durante el Siglo de Oro, pero su auge fue más notable en
los siglos XVIII y XIX. Escritores como Feijoo y Cadalso empezaron a utilizar el
ensayo como un espacio para el análisis crítico de la realidad española,
influenciados por las ideas de la Ilustración. José Cadalso, en su obra Cartas
Marruecas (1789), utiliza una estructura epistolar para reflexionar sobre la sociedad
española desde una perspectiva crítica, introduciendo elementos que caracterizan
al ensayo moderno. En el siglo XIX, autores como Mariano José de Larra y Joaquín
Costa consolidaron el ensayo como un género literario fundamental en el análisis
político y social.
Corriente Social
A finales del siglo XIX y principios del XX, el ensayo tomó una vertiente social,
especialmente en Hispanoamérica, donde fue utilizado por intelectuales para
abordar problemas como la desigualdad, la pobreza y el analfabetismo. José Martí,
por ejemplo, utilizó el ensayo para analizar las injusticias sociales en América Latina
y abogar por la emancipación de los pueblos colonizados. Manuel González Prada
en Perú también utilizó el género para criticar la opresión de los pueblos indígenas
y llamar a una transformación social. Esta corriente social del ensayo estaba
marcada por un fuerte compromiso con la justicia y la reforma política.