MemoG 5871-I La Descubierta
MemoG 5871-I La Descubierta
MemoG 5871-I La Descubierta
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
ESCALA 1:50.000
LA DESCUBIERTA
(5871-I)
CARTOGRAFÍA GEOLÓGICA
MICROPALEONTOLOGÍA
GEOMORFOLOGÍA
TELEDETECCIÓN
DATACIONES ABSOLUTAS
- Dr. James K. Mortensen (Earth & Ocean Sciences, Universidad de British Columbia)
- Dr. Tom Ulrich (Earth & Ocean Sciences, Universidad de British Columbia)
- Dr. Richard Friedman (Earth & Ocean Sciences, Universidad de British Columbia)
- Dr. Andrés Pérez-Estaún (Instituto Ciencias de la Tierra Jaume Almera del Consejo
Superior de Investigaciones Científicas, Barcelona, España)
- Santiago Muñoz
- María Calzadilla
- Jesús Rodríguez
Se pone en conocimiento del lector que en el Servicio Geológico Nacional existe una
documentación complementaria de esta Hoja y Memoria, constituida por:
- Álbum de fotos
El avance hacia el sur de la Cordillera Central desde zonas más septentrionales, tiene sus
primeros efectos en la zona de estudio a partir del Mioceno Superior con el levantamiento
incipiente de la sierra de Neiba y la configuración de las cuencas contiguas de San Juan y
Enriquillo, si bien el desarrollo de la primera es anterior como cuenca antepaís de la citada
cordillera. El relleno de la cuenca de Enriquillo se extiende hasta el Pleistoceno con una
tendencia somerizante resultado del progresivo levantamiento de las sierras limítrofes
(Neiba, Bahoruco y Martín García) cuyo principal impulso se produce a partir del Plioceno
Inferior-Medio. En la Hoja de La Descubierta el registro de esta cuenca es incompleto al
estar exclusivamente representado por las facies marginales (marinas con influencias
continentales) de la Fm Arroyo Blanco y sus equivalentes de techo netamente continentales
(Fm Arroyo Seco), y por la Fm Jimaní (transición de facies litorales a facies lacustres y de
abanicos aluviales).
Una última invasión del mar propició la sedimentación del arrecife holoceno que rodea
periféricamente al Lago Enriquillo. El resto de formaciones cuaternarias, en parte
simultáneas con el arrecife, son principalmente abanicos aluviales y conos deyección cuyo
depósito está relacionado con la última creación de relieve.
The La Descubierta sheet is located in the central-western part of the Sierra de Neiba,
although its southern strip belongs to the Enriquillo depression where the lake of the same
name is sited. The relief is pronounced, with a difference of more than 2000 m between the
average heights at the top of the sierra and on the banks (-35 m) or at the bottom (-80 m) of
the lake.
The continuous stratigraphic record starts in the Lower Eocene with the onset of an
extensive relatively uniform carbonated platform that was the depositional environment for
the Neiba (sensu lato) and equivalent formations up to the Lower Miocene. During most of
the Eocene, these carbonated deposits coexisted with or were replaced by volcanic materials
of a tholeitic to alkaline signature (OIT to OIA) that have been grouped under the new
denomination of Complejo Volcanosedimentario de El Aguacate de Neiba and are
interpreted to have been produced in an intraplate context under the effect of a mantel
plume.
The sedimentation of the Sombrerito Fm during the Miocene reveals the first signs of
regional instability: whereas in southern areas partially shared by the sheet the platform
environments were still active, in northern areas also represented on the sheet its most
representative facies were deposited in a turbiditic basin. It is suggested that the Cortadero
unit, with the same age as the Sombrerito Fm, may represent the transitional facies between
these two domains.
The advance of the Cordillera Central to the south from northern areas produced its first
effects in the study area during the Upper Miocene, in terms of an incipient uplift of the Sierra
de Neiba and the outlining of the neighbouring San Juan and Enriquillo basins, although the
San Juan basin actually started to develop some time before as the foreland basin of the
aforementioned cordillera. The infilling of these basins continued until the Pleistocene with a
general upwelling pattern resulting from the progressive uplifting of the bordering sierras; in
the Sierra de Neiba (and Sierras de Bahoruco and Martín García) this uplift reached its
maximum rate from the Lower to Middle Pliocene onwards. On the La Descubierta sheet the
stratigraphic record of this basin is not complete as it is exclusively represented by the
marginal facies (marine with continental influence) of the Arroyo Blanco Fm and their entirely
continental upper equivalents (Arroyo Seco Fm) and by the Jimaní Fm (transitional from
coastal to lacustrine facies plus alluvial fan deposits).
A later invasion of the sea favoured the sedimentation of the Holocene reef that peripherally
surrounds the Enriquillo lake. The rest of Quaternary formations, partially coeval with the
reef, are mainly alluvial fans deposited as a result of the recent growth of the relief.
The regional structure was developed in a compressive (oblique collision) context ruled by
strike-slip faults or, perhaps, in a left lateral transpressive context. In the Sierra de Neiba the
structure is defined by folds of kilometric scale, generally limited by reverse faults or high
angle thrusts, and by an intense, partially coeval, partially superimposed faulting that
altogether makes up a large anticlinorial flower structure, uplifted more than 2000 m and
thrusted over the neighbouring San Juan and Enriquillo basins.
Hoja de La Descubierta (5871-I) Página I de V
Memoria
____________________________________________________________________________________________________
INDICE
1. INTRODUCCIÓN ............................................................................................................... 1
2. ESTRATIGRAFIA ............................................................................................................ 18
2.1.1.1 Fm Neiba inferior (nom. nov.) (1). Calizas en bancos o masivas de tonos
grises, ocasionalmente con sílex. Eoceno Inferior-Medio. P21-2 ...................... 25
2.1.1.2 Fm Neiba superior (nom. nov.) (6). Calizas tableadas, frecuentemente con
sílex. Eoceno Medio-Superior. P22-N1 ............................................................ 29
2.3.1. Depósitos cuaternarios litorales relacionados con la evolución del Lago Enriquillo
............................................................................................................................ 63
________________________________________________________________________________________________________________
2.3.5.1 Relleno de zonas endorreicas. Limos y arenas con cantos (33). Holoceno. Q4
...................................................................................................................... 69
2.3.5.2. Depósitos lacustres asociados a los márgenes del Lago Enriquillo. Limos y
arenas laminadas (34). Holoceno. Q4 ............................................................ 69
3.TECTONICA ..................................................................................................................... 70
________________________________________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________________________________________
1. INTRODUCCIÓN
1.1 Metodología
Este Proyecto comprende, a su vez, dos zonas bien diferenciadas, denominadas Zona L-
Este y L-Suroeste, que se localizan en prolongación hacia el este y el oeste,
respectivamente, del Proyecto C, primer proyecto de estas características que fue ejecutado
en el periodo 1997-2000. El Proyecto L incluye, entre otros trabajos, la elaboración de 21
Hojas Geológicas a escala 1:50.000 que componen la totalidad o parte de los siguientes
cuadrantes a escala 1:100.000 (Fig 1.1.1):
Zona L-Este:
- Monte Plata (Antón Sánchez, 6272-I; Bayaguana, 6272-II; Monte Plata, 6272-III y
Sabana Grande de Boyá, 6272-IV)
- El Seibo (Miches, 6372-I; El Seibo, 6372-II, Hato Mayor, 6372-III y El Valle, 6372-IV)
________________________________________________________________________________________________________________
Fig. 1.1.1
________________________________________________________________________________________________________________
Zona L-Suroeste
- Jimaní (La Descubierta, 5871-I; Duvergé, 5871-II; Jimaní, 5871-III y Boca Cachón,
5871-IV)
- Neiba (Villarpando, 5971-I; Vicente Noble, 5971-II; Neiba, 5971-III y Galván, 5971-IV)
Ya que cada Hoja forma parte de un contexto geológico más amplio, la ejecución de cada
una de ellas se ha enriquecido mediante la información aportada por las de su entorno, con
frecuentes visitas a sus territorios; por ello, a lo largo de la presente Memoria son
numerosas las alusiones a otras Hojas, en especial a las que integran los cuadrantes a
escala 1:100.000 de Jimaní, Barahona y Azua.
________________________________________________________________________________________________________________
Fig. 1.1.2
________________________________________________________________________________________________________________
Todos los trabajos se efectuaron de acuerdo con la normativa del Programa Nacional de
Cartas Geológicas a escala 1:50.000 y Temáticas a escala 1:100.000 de la República
Dominicana, elaborada por el Instituto Geológico y Minero de España y la Dirección General
de Minería de la República Dominicana e inspirada en el modelo del Mapa Geológico
Nacional de España a escala 1:50.000, 2ª serie (MAGNA).
Desde el punto de vista fisiográfico, la Zona Suroeste del Proyecto L se caracteriza por la
presencia de una planicie interna, el valle de Enriquillo o de Neiba, delimitada al norte y al
sur y por relieves marginales de alta elevación, respectivamente las sierras de Neiba y de
Bahoruco (Fig 1.2.1). En la zona de proyecto, la sierra de Neiba está representada por sus
dos terceras partes más meridionales, dentro de las cuales se incluyen sus relieves
principales, mientras que la sierra de Bahoruco lo hace con su vertiente norte, que se
articula en algunas depresiones internas de tamaño variable entre las que destacan las de
Angostura o El Limón. Adicionalmente hay que considerar también la sierra de Martín García
cuyas estribaciones occidentales penetran en el sector más oriental de la zona de estudio.
El elemento más definitorio de la planicie de Enriquillo es el lago de agua salada del que
toma su nombre, que ocupa aproximadamente su mitad occidental. Al SO, hay que indicar
también la presencia de la laguna de Rincón, igualmente de agua salada. En ambos casos
se trata de elementos clave en el esquema fisiográfico general del valle, en particular el lago
Enriquillo, que representa la base de drenaje del flujo superficial y subterráneo de la región.
El río más importante de la planicie es el Yaque del Sur, que discurre por su extremo
oriental. Este río llega desde el área del pueblo de Barranco, y se extiende en dirección SO,
hasta el pueblo de Tamayo. Aguas abajo de Tamayo, la dirección del río se modifica
radicalmente, hacia el SE y E para cruzar un área de alto estructural (laguna de Rincón-
Sierra de Martín García). Después su curso gira nuevamente hacia el SO, hasta llegar a las
proximidades del pueblo de Cabral y de la laguna de Rincón, desde donde se enfila
definitivamente hacia el E para salir al mar Caribe. El resto de los cursos de agua de la zona
de proyecto no alcanza la categoría del Yaque por tratarse, en general, de cursos
estacionales, aunque algunos de ellos lleguen a ser caudalosos en la época de lluvias.
________________________________________________________________________________________________________________
Fig 1.2.1
Dominios fisiográficos de la RD
________________________________________________________________________________________________________________
Fig 1.2.2
________________________________________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________________________________________
La parte central y, sobre todo, septentrional de la Hoja de La Descubierta coincide con los
fuertes relieves que constituyen el núcleo de la Sierra de Neiba, donde existen algunas
áreas que superan los 2.000 m de altitud (Fig. 1.2.2). La cota más alta en la Hoja, de 2.279
m, se sitúa en su sector NE, relacionada con el firme de Sabana de El Silencio. Desde estos
sectores septentrionales de la Hoja, se observa una paulatina pero acentuada perdida de
más de 2000 m de cota, hasta enlazar con los 0-10 m.s.n.m. de la planicie del valle de
Enriquillo. Si se tiene en cuenta que los márgenes emergidos del lago Enriquillo se sitúan a
cotas de –40 m.s.n.m. y que la profundidad de éste llega a los 40 m, en esta vertiente
meridional se puede hablar de desniveles de 2.300-2.400 para distancias de apenas 10 a 14
km.
Los relieves de la Hoja siguen mayoritariamente directrices NO-SE a E-O que vienen
determinadas por la alineación de las sierras calcáreas de la formación Neiba y por los
resaltes que dan algunas las litologías que conforman el margen septentrional de la cuenca
de Enriquillo, especialmente determinados niveles conglomeráticos, calcáreos y
calcareníticos.
La red fluvial está integrada por ríos, arroyos y cañadas de carácter estacional, que pueden
llegar a ser muy caudalosos y con rápidas y violentas crecidas en la época de lluvias. Los
más importantes son los ríos Barreras y Guayabal. Ambos desembocan en el lago Enriquillo
que ocupa una amplia extensión de la Hoja en su sector S-SO.
________________________________________________________________________________________________________________
Fig. 1.3.1
________________________________________________________________________________________________________________
Fig. 1.3.2
________________________________________________________________________________________________________________
paleontológicas (Maurrase et al., 1979) y radiogénicas (Sayeed et el., 1978; van der
Berghe, 1983, Bellon et al., 1985), le atribuyen un intervalo de ocurrencia que va del
Cretácico Inferior a, principalmente, el Cretácico Superior. En el macizo de la Hotte y
en la sierra de Bahoruco hay formaciones basálticas equivalentes a la Fm Dumisseau
con edades del Maastrictiano-Paleoceno (Fm Macaya), en el primer caso, y del
Maastrichtiano, en el segundo. Las similitudes petrológicas y geoquímicas entre los
basaltos de la Fm Dumisseau y los basaltos perforados en el DSDP en el seno del
Mar del Caribe (p.e. “horizonte B”, de edad Coniaciano-Campaniano), no ofrecen
ninguna duda sobre la interpretación del terreno de Hotte-Selle-Bahoruco (Mann et
al., 1991b) como un fragmento emergido de la meseta o plateau oceánico del Caribe
(Maurrase et al., 1979; Sen et al., 1988; Girard et al., 1982). Por encima de la Fm
Dumisseau y equivalentes, una importante discordancia marca el final del volcanismo
basáltico y el comienzo de un régimen esencialmente sedimentario, con cierto
predominio de facies carbonatadas y ocasionales ocurrencias volcánicas, que
comprende el intervalo del Cretácico terminal al Mioceno. Concretamente, en la
sierra de Bahoruco, Llinás (1972) y la cartografía sintética de Mann et al. (1991c)
citan, por encima de la citada discordancia, la formacion Río Arriba del Cretácico
terminal (más de 500 m de espesor) y sobre ella, primero, una serie de calizas
pelágicas del Eoceno, asimilable en términos generales a la Fm Neiba (1000-1500
m), y después, un conjunto también carbonatado de aspecto más masivo y con
frecuentes facies someras que, por su atribución al Mioceno, se correlaciona con la
Fm Sombrerito.
________________________________________________________________________________________________________________
- La cuenca de Enriquillo se extiende con una dirección ONO-ESE entre las sierras
de Neiba y Bahoruco, desde la frontera con Haití hasta la bahía de Neiba al sur de la
sierra de Martín García. El dominio se prolonga por el norte de esta sierra, ya con el
nombre de cuenca de Azua hasta las inmediaciones de la bahía de Ocoa donde, con
dimensiones muy reducidas, queda bruscamente interrumpida por las estribaciones
más meridionales de la Cordillera Central. La cuenca de Azua le sirve, a su vez, de
conexión con la de San Juan (muy parcialmente representada en la esquina NE de la
zona de proyecto), de tal foma que las tres comparten buena parte de su evolución,
si bien no exactamente dentro del mismo contexto tectónico: el relleno de la cuenca
de San Juan está controlado, al menos en lo que refiere a su margen septentrional
por el desarrollo del cinturón de pliegues y cabalgamientos de Trois Rivieres-Peralta,
adscrito a la vertiente meridional de la Cordillera Central, y del que forma su cuenca
de antepaís, mientras que en la evolución de la cuenca de Enriquillo parece que hay
una mayor intervención, si bien no exclusiva, de la tectónica de desgarres. En
________________________________________________________________________________________________________________
cualquier caso, ambas cuencas han sido definidas desde el punto de vista
geométrico como ramp basins (Mann et al., 1991d).
Desde el punto de vista de los depósitos, las tres cuencas están rellenas por
materiales del Mioceno al Cuaternario que, en conjunto, conforman una
macrosecuencia somerizante de más de 4.000 de espesor, con ambientes marinos
en la base y continentales a techo. La característica distintiva de la cuenca de
Enriquillo respecto a las otras dos es la presencia, en un momento de su evolución,
de ambientes restringidos, que producen formaciones evaporíticas de importante
espesor.
1.4. Antecedentes
La zona de proyecto L-Suroeste ha sido objeto de una dispar pero apreciable cantidad de
trabajos de diversa índole, especialmente la cuenca de Enriquillo que, por su desde antiguo
conocido interés para la exploración de hidrocarburos, ha centrato por sí sola gran parte de
las investigaciones geológicas en la República Dominicana. A continuación se señalan
aquellos trabajos que se han considerado del máximo interés para la elaboración de la Hoja,
tanto de carácter local como regional, y que engloban la mayor parte de los conocimientos
existentes acerca de ella.
Las primeras exploraciones sistemáticas tuvieron lugar a principios del siglo pasado con
motivo de campañas petrolíferas y mineras, de las cuales derivan los trabajos de Vaughan
et al. (1921), para el Servicio Geológico de Estados Unidos, y Dohm (1941), Bermúdez
(1949), y otros, para la Dominican Seaboard Oil Company. Una recopilación de estos
trabajos pioneros se puede consultar en Mann et al. (1991a). El estudio de las perspectivas
petrolíferas de las cuencas del sur del país continuó, a impulsos, durante las décadas
siguientes, y en el caso de la cuenca de Enriquillo el mayor esfuerzo de exploración lo hizo
la Canadian Oil Company Ld. a finales de los años 70 (en Norconsult 1979). Durante la
elaboración del presente trabajo no se ha podido tener acceso a los informes y documentos
generados por esta compañía, si bien un resumen parcial de los mismos se ha podido
consultar en la síntesis de Norconsult (1983). En la actualidad, la exploración de
hidrocarburos continúa en la zona de forma puntual, concretamente en la Hoja de Boca
Cachón, pero por su carácter confidencial no se ha podido acceder a estos datos de nueva
adquisición.
________________________________________________________________________________________________________________
A esta época también pertenecen las publicaciones de Bourgois et al. (1979) que describe el
primer corte de la Sierra de Neiba; Biju-Duval (1983), sobre aspectos estratigráficos y
estructurales del on-shore y off-shore del sur de la R. D.; o Mann et al. (1984) y Taylor et
al.,(1985) que hacen las primeras descripciones y dataciones del arrecife subactual que
rodea el lago Enriquillo.
Junto con las anteriores, la cartografía de síntesis más notable de la isla es la que
acompaña a la recopilación de artículos que integran el volumen especial (262) para la
________________________________________________________________________________________________________________
Sociedad Geológica de América de Mann et al. (1991a) y que supone una auténtica puesta
al día de los conocimientos geológicos acerca de La Española y por tanto, un documento
básico para trabajos posteriores. En esta última recopilación de artículos existen algunos
que afectan de forma específica al territorio ocupado por esta Zona Suroeste del Proyecto y
su entorno regional; de entre ellos cabe destacar los de: Dolan et al. (1991) con una síntesis
sedimentológica, estratigráfica y tectónica del Eoceno-Mioceno de La Española y Puerto
Rico; Heubeck y Mann (1991), que determinan la estructura y evolución tectónica de la
terminación suroriental de la Cordillera Central; McLaughlin et al. (1991), quienes abordan la
descripción bioestratigráfica y paleogeográfica de los materiales de las cuencas de Azua y
Enriquillo; y Mann et al. (1991 d), que proponen una interpretación estructural de las citadas
cuencas.
Entre los trabajos más recientes con incidencia regional o local en la zona de estudio hay
que citar el de Mann et al. (1995) que se apoya en datos de la cuenca de Enriquillo (entre
otros) para proponer un modelo geodinámico de la región NE de la Placa del Caribe; el
volumen especial 326 de la Sociedad Geológica Americana sobre el modelo tectónico y
neotectónico del margen septentrional de la placa del Caribe (Dolan y Mann, 1998); el de
Mann et al. (2002) que incide en la misma cuestión a partir de la medida con GPS de
desplazamientos de grandes fallas, entre ellas la de Enriquillo; de mayor relevancia es la
publicación de Mann et al. (1999) por lo que supone de puesta al día del estado de
conocimiento de la cuenca de Enriquillo a partir de datos anteriores y de una revisión de la
geología del subsuelo utilizando la antigua sísmica de la Canadian Oil Company; también a
tener en cuenta, es el trabajo de Pubellier et al. (2000), sobre la evolución estructural del
sector meridional de La Española con citas específicas a la zona de estudio y su entorno
Por último cabe mencionar los trabajos realizados en la zona o próxima a ella, dentro del
mismo Programa SYSMÍN en el que se encuadra el presente proyecto: el de mayor
importancia, por lo que de continuidad tiene con éste, es el Proyecto C de Cartografía
Geotemática, realizado por el consorcio IGME-PROINTEC-INYPSA en el periodo 1997-
2000; también de gran interés por su aplicación a los aspectos hidrogeológicos de la región,
es el Estudio Hidrogeológico Nacional-Valle de Neiba (Acuater, 2000); y por su aportación al
conocimiento de la principales explotaciones de la región, hay que citar el Estudio de los
Depósitos de Yesos de Las Salinas (Prointec, 1999), y el Estudio sobre las Rocas
Ornamentales de Samaná y Vicente Noble (Prointec, 1999).
________________________________________________________________________________________________________________
2. ESTRATIGRAFIA
- Mioceno. Coincide con la Fm Sombrerito que está representada por dos de sus
facies más contrapuestas: las características margas ocres con intercalaciones de
calcarenitas (o alternando con ellas) que clasicamente representan a esta formación;
y las calizas masivas someras, con frecuencia arrecifales, más típicas de la sierra de
Bahoruco, que se describen bajo la nueva denominación de Mb (calizas de)
Barahona. También se ha cartografiado en esta Hoja una banda de calcarenitas,
margocalizas y margas que, con edad similar o ligeramente más moderna que la Fm
Sombrerito, se ha incluido, tentativamente, dentro de ella, bajo la denominación de
Unidad de Cortadero.
________________________________________________________________________________________________________________
Fig 2.1.1
________________________________________________________________________________________________________________
Fig 2.1.1-Leyenda
________________________________________________________________________________________________________________
2.1 Paleógeno
Las primeras referencias a la Fm Neiba (en sentido amplio) se remontan a los trabajos
pioneros de (Vaughan et al., 1921) para el Servicio Geológico de los EEUU a quien se le
debe la definición de la Fm Plaisance en dominios equivalentes a la sierra de Neiba en Haití.
A partir de esta primera denominación, dos décadas después, el equipo de la Dominican
Seaboard Oil Company (especialmente Dohm, 1941, 42; Arick 1940ª y b; Wallace, 1947,
recopilados en Bermúdez, 1949) establece para el Pelógeno de la sierra de Neiba y de
Bahoruco una estratigrafía integrada por las Fms. calcáreas Plaisance, en la base, Neiba, y,
a techo, la Fm Sombrerito, esta última considerada de edad Oligoceno hasta fechas
recientes.
Los autores que trabajaron durante las décadas de los 70 y 80 en ambos dominios e incluso
en la exploración de hidrocarburos de la cuenca de Enriquillo, han mantenido esta
estratigrafía, con diversas modificaciones y precisiones de edades (Llinás, 1972; Bourgois et
al., 1979; Breuner 1985; Canadian Oil Company, 1979; en Norconsult, 1983). No obstante
en las publicaciones de síntesis más recientes se observa una tendencia a emplear la
denominación Neiba en sentido amplio para nombrar estas formaciones, lo que sin duda es
consecuencia de los problemas de correlación entre ambas sierras (García y Harms 1988;
Mann et al., 1991b).
Por considerar que en las mencionadas definiciones estratigráficas de las Fms. Plaisance y
Neiba no se citan sus relaciones con la serie volcánica de El Aguacate (equivalente) y ante
la imposibilidad de visitar durante el desarrollo de este trabajo las series tipo de, por
________________________________________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________________________________________
Fig. 2.2.0
________________________________________________________________________________________________________________
correlación con estas formaciones no se ha podido realizar con precisión. Entre las citas
previas a este conjunto cabe destacar la datación absoluta del mismo en la localidad de El
Aguacate por el método K/Ar en 52.7 Ma, edad que, en términos generales, es consecuente
con la determinada por métodos paleontológicos en este mismo trabajo y en trabajos
previos. Dos nuevas dataciones absolutas realizadas en el transcurso de este proyecto, por
los métodos de U/Pb en circones y Ar/Ar en hornblenda, sobre una misma muestra de
coladas andesíticas intercalada en las facies mayoritarias de brechas y tufitas de la Hoja de
La Descubierta, han arrojado edades de 51,7 + 0,5 (Friedman, 2004) y 50,1 + 3,4 (Ullrich,
2004) Ma, que confirman la anterior (Fig. 2.2.1).
LA FORMACIÓN NEIBA
2.1.1.1 Fm Neiba inferior (nom. nov.) (1). Calizas en bancos o masivas de tonos grises,
ocasionalmente con sílex. Eoceno Inferior-Medio. P21-2
Se denomina con este nombre a las series carbonatadas que afloran estratigráficamente por
debajo del Complejo Volcanosedimentario de El Aguacate. En la zona de proyecto, esta
formación se distribuye, preferentemente, por las zonas septentrionales de las Hojas de
Galván y La Descubierta, y la mayor parte de la Hoja fronteriza de Boca Cachón, desde
donde se prolonga a las sierras contiguas de Haití. Sus afloramientos coinciden con los
principales núcleos anticlinales de la zona central de la sierra de Neiba. En la Hoja de La
________________________________________________________________________________________________________________
Fig. 2.2.1
________________________________________________________________________________________________________________
(estratigraficamente) más abajo en la serie, indica que puede haber más de un ciclo de
somerización.
2.1.1.2 Fm Neiba superior (nom. nov.) (6). Calizas tableadas, frecuentemente con sílex.
Eoceno Medio-Superior. P22-N1
Se ha llamado así a la serie calcárea que aflora inmediatamente por encima del Conjunto
Volcanosedimentario de El Aguacate. En la zona de proyecto se distribuye principalmente
por las Hojas de Villarpando, Galván, La Descubierta y en menor medida, Boca Cachón,
donde recibe esta misma denominación; y también en las Hojas de Vicente Noble (sierra de
Martín García), La Salina y Barahona (sierra de Bahoruco), donde se denomina con la
acepción más amplia de Fm Neiba. En la Hoja de La Descubierta aflora principalmente en
su mitad oriental asociada a los flancos de la alineación anticlinal de Las Cañitas-La
Descubierta. Sus mejores puntos de observación están en diferentes tramos de las pistas de
El Higo de la Cruz y Guayabal y, a pie, en el corte del río Barreras.
progresivo pero rápido incremento de los términos margosos, que adquieren típicas
tonalidades ocres y empiezan a intercalar calcarenitas propias de ambientes más profundos.
Sin embargo, como se verá más adelante, en algunos puntos, el contacto entre estas dos
formaciones coincide con un nivel de brechas volcánicas o sedimentarias con clara
procedencia volcánica.
La Fm Neiba superior, tal y como se considera en este trabajo, correlaciona con la Fm Neiba
descrita por algunos autores previos por encima de la Fm Plaisance (equipo de la Dominican
Seaboard Oil Company; LLinás 1972; Breuner 1985; Cooper 1983); o con la parte alta de la
Fm Neiba indiferenciada que recogen algunas cartografías de síntesis (Misión Alemana,
DGM-BGR 1991; Mann et al. 1991c).
que nunca o sólo de forma esporádica, se identifique al Oligoceno lo que más que a una
ausencia de este piso, muy probablemente se deba a la ausencia de asociaciones que lo
identifiquen. Atendiendo a estas asociaciones y considerando además la anteriormente
mencionada datación del Luteciano en la base del Complejo Volcanosedimentario, en este
trabajo se propone como edad más probable de la Fm Neiba superior, el intervalo Eoceno
Medio (alto)?- Mioceno Inferior.
2.1.1.3 Fm Neiba brechoide o indiferenciada (nov. nom.) (2). Calizas masivas, generalmente
arrecifales, mal estratificadas y frecuente aspecto brechoide, carnional o pulverulento, con
niveles subordinados de calizas tableadas, margas y margocalizas. Eoceno Inferior-
Superior. P21-3
Se ha definido por primera vez en este trabajo como Fm Neiba brechoide al conjunto
carbonatado que aflora en la mitad meridional de las Hojas de Galván y La Descubierta con
unas características peculiares que consisten, principalmente, en su aspecto masivo,
frecuentemente carnional y pulverulento, y un alto grado de brechificación. Estas
características son de tipo secundario y, aunque parece que inciden o se desarrollan sobre
un tipo litológico mayoritario, pueden afectar a varias facies o formaciones, y de ahí que se
haya utilizado también en su definición el término “indiferenciada” y que, en cualquier caso,
el rango de formación con la que se la considera, se deba tomar de manera absolutamente
informal. Sin embargo, el hecho de que este aspecto carniolar-pulverulento y sobre todo
brechoide se mantenga a lo largo de un área de extensión considerable y que, en
consecuencia, las litologías originales sean difíciles de reconocer incluso en los mejores
afloramientos, ha aconsejado esta solución. A ella contribuye, por otra parte, la escasa
presencia, en esta parte meridional de las Hojas mencionadas, del Conjunto
Volcanosedimentario de El Aguacate, que lo hace en dos pequeños afloramientos
desconectados del nivel cartográfico principal con el que, por tanto, no existe posibilidad de
correlación directa. Tampoco contribuye a la delimitación estratigráfica de esta unidad y su
correlación con las unidades adyacentes, la vaguedad de sus dataciones, que la asignan
con seguridad al Eoceno pero sin más precisión.
Las mismas facies, con igual aspecto externo, se han reconocido en la Hoja de Galván en la
carretera da Las Cañitas, de tal forma que la formación presenta una notable continuidad
cartográfica en la mitad meridional de estas dos Hojas, siempre asociada a núcleos de
anticlinales de gran radio. La ausencia de estratificación es significativa y resulta difícil la
medida de buzamientos. No obstante, en los sectores más orientales de la Hoja de La
Descubierta y también en la Hoja de Galván, las facies groseras de macroforaminíferos
alternan o coexisten con términos mejor estratificados de wackestones de foraminíferos
plantónicos y bentónicos, en lo que se interpreta como una alternancia de ciclos de
plataforma interna-plataforma externa (somera). Estas facies mejor estratificadas y
relativamente más profundas son las que finalmente dan paso, en la parte alta de la serie, a
la Fm Neiba superior, que corresponde ya a un ambiente franco de plataforma externa
abierta.
de la Descubierta entre las formaciones Neiba brechoide e inferior sin que se haya podido
demostrar el supuesto paso lateral entre una y otra. Esto ha obligado a considerar en la
cartografía una falla de dirección N-S, necesariamente sinsedimentaria, que supuestamente
regularía el contacto entre ambas formaciones.
Con estos antecedentes y sin que aflore su base, es difícil calcular el espesor de esta
formación. De la construcción de los cortes geológicos se deduce que éste oscila entre los
más de 1000 m en el sector central de la Hoja de La Descubierta hasta su total desaparición
hacia el norte, este y oeste por acuñamiento o cambio lateral de facies hacia la Fm Neiba
inferior. Se desconoce la evolución de esta formación hacia el sur bajo el subsuelo de la
cuenca de Enriquillo y aunque de hecho no se ha reconocido en la sierra de Bahoruco, no
se descarta su presencia en este dominio por debajo de la Fm Neiba superior.
________________________________________________________________________________________________________________
En la Hoja de La Descubierta este tipo litológico dominante está sustituido en parte por
tobas de tamaño lapilli y tobas cineríticas laminadas, las cuales están bien representadas en
el valle interno de Maniel-Los Bolos donde alternan con margas y calcarenitas de la unidad
5. Se pone así de manifiesto una cierta polaridad en la distribución de facies de la unidad,
determinada por la presencia de términos más proximales, en su mayoría piroclásticos o
ligeramente epiclásticos, al este, y términos más distales y con mayor influencia
sedimentaria al oeste. Esta distribución concuerda también con el hecho de que las
intercalaciones de lavas basálticas y andesíticas sean más frecuentes en la Hoja de Galván,
donde algunas de ellas adquieren entidad cartográfica, que en la de La Descubierta.
que formen parte del mismo episodio volcánico por lo que su posible correlación se debe
tomar con precaución.
En lámina delgada, las calizas y calcarenitas de esta unidad presentan una gran variedad
textural, desde mudstones-wackestones a grainstones-rudstones de foraminíferos
planctónicos y bentónicos con fragmentos de Equinodermos, Bivalvos, Gasterópodos,
Ostrácodos, Briozoos y frecuentemente también de algas y corales. Las asociaciones de
fauna en general caracterizan bien, el intervalo Eoceno Medio-Superior, y con
ambigüedades, incluso, el Mioceno Inferior: Globigerina sp., Globocuadrina sp.,
Globigernatheka sp.,Globigerinapsis sp., Turborotalia sp., Acarinina sp., Planorotalites sp.,
Amphistegina sp., Nummulites sp.; Praerbulina gr. glomerosa-circularis Blow; Globorotalia
af. atchaeomenardii Bolli, Globigerinoides sp. Sin embargo, una de las muestras tomadas en
la Hoja de Galván, ha dado una asociación diagnóstica del Luteciano: Acarinina sp. (cf A.
soldadoensis-Broniman-), Globigerina sp., Globigerina af. venezuelana Hedberg, Acarinina
af. bullbrooki (Bolli), Morozowella af. spinulosa (Cushman), Trucorotaloides? sp.. Esta
datación conjuntamente con el resto, y con las obtenidas en las formaciones infra y
suprayacentes, ha sido determinante para asignar el Conjunto Vocanosedimentario del
Aguacate al intervalo Eoceno Medio-Superior (parte baja), sin que se pueda descartar que
se inicie en el Eoceno Inferior.
________________________________________________________________________________________________________________
Las doleritas son rocas hipovolcánicas de color marrón, que presentan cristales milimétricos
de ferromagnesianos inmersos en una matriz de plagioclasa y en ocasiones una fábrica
magmática planar. Las texturas al microscopio que presentan son holocristalinas, afaníticas,
de subofítica a intergranulares. Los fenocristales observados son de clinopiroxeno,
ortopiroxeno y plagioclasa, con accesorios de olivino, opacos, ilmenita, carbonatos y
magnetita. La roca está constituida por un entramado de fenocristales idio- subidiomorfos de
plagioclasas macladas, en cuyos huecos o intersticios han cristalizado piroxenos, opacos y
también algo de olivino, presente como accesorio. La plagioclasa aparece también formando
algún fenocristal disperso de mayor tamaño, caracterizado por un zonado oscilatorio normal
y rebordes albíticos. Los ferromagnesianos son clinopiroxeno augítico, en general subidio a
alotriomorfo, ortopiroxeno gris claro también alotriomorfo, y escasos olivinos alotriomorfos.
Los opacos son de ilmenita intersticial. En la roca se superpone una ligera alteración
secundaria que reemplaza a los ferromagnesianos por un agregado de arcillas, zeolitas y
opacos, y a la plagioclasa por sericita-illita y albita. Los opacos también se han transformado
a óxidos de Fe.
Las lavas basálticas con clinopiroxeno y textura fluidal son microporfídicas, en las que los
fenocristales milimétricos/submilimétricos de plagioclasas y ferromagnesianos están
inmersos en una mesostasia gris afanítica. Estas rocas lávicas presentan texturas
hipocristalinas microporfídicas, algo fluidales. Mineralógicamente están compuestas por
fenocristales de plagioclasa y clinopiroxeno, y como componentes accesorios se observan
________________________________________________________________________________________________________________
Los basaltos con clino y ortopiroxeno son rocas volcánicas lávicas, microporfídicas, en las
que los escasos fenocristales submilimétricos claros están inmersos en una matriz oscura
afanítica. Al microscopio presentan una textura hipocristalina, microporfídica, de mesostasia
fluidal traquítica. La composición mineral está caracterizada por fenocristales de plagioclasa,
clinopiroxeno y ortopiroxeno, como principales, con olivino en ocasiones, opacos, magnetita
y carbonatos, como accesorios. La organización textural de la roca consiste en una
mesostasia fluidal de tipo traquitoide. Los escasos fenocristales de subidio a alotriomorfos
de clinopiroxeno y ortopiroxeno (menos abundante) están inmersos en una mesostasia de
microfenocristales tabulares de plagioclasas macladas fluidales, que rodean a los piroxenos
y al olivino, con magnetita accesoria. Los piroxenos forman agregados de varios individuos
en sinneusis. La pasta o vidrio intersticial está completamente desvitrificada y recristalizada
a un agregado micro y criptocristalino rico en un material feldespático, sericita y opacos.
Algunos ferromagnesianos están completamente reemplazados pseudomórficamente a
zeolitas, clorita, opacos y óxidos de Fe-Ti. Otras alteraciones secundarias son el
reemplazamiento de las plagioclasas a calcita y sericita-illita criptocristalina y los opacos, a
óxidos de Fe.
agregados de zeolitas, clorita, sílice amorfa, óxidos de Fe y arcillas, que por desvitrificación
forman texturas y agregados esferulíticos. Las vacuolas rellenas por calcita, clorita, zeolitas,
calcedonia y opacos. No se observan fósiles en la matriz. Los fragmentos están cementados
por calcita esparítica. Otros procesos de alteración observados son la sericitización y
carbonatación de las plagioclasas, la cloritización de los ferromagnesianos y la oxidación de
la magnetita y los opacos.
Las tobas líticas de composicion basáltica son rocas volcánicas hipocristalinas, porfídicas,
de matriz afanítica, con una cementación y reemplazamiento secundario por carbonatos.
Las tobas estudiadas son rocas piroclásticas de composición basáltica, bastante masivas,
en las que el tamaño de los fragmentos es de 1-2 mm, predominantemente de fragmentos
de rocas basálticas, por lo que se trataría de tobas líticas gruesas. En alguna muestra se
han observado fragmentos de fósiles de organismos bioconstructores y bioclastos
carbonatados, por lo que deben intercalarse niveles de depósitos sedimentarios
volcanogénicos. En las tobas se observan fenocristales de plagioclasa, anfibol y piroxeno,
con magnetita, oxidos de Fe-Ti y cuarzo como accesorios. Los cristales de plagioclasa están
variablemente alterados, así comolos de clinopiroxeno y anfibol que aparecen variablemente
cloritizados. Los fragmentos de rocas volcánicas basálticas son de naturaleza variada,
sugiriendo una naturaleza sedimentaria volcanogénica para los clastso, observándose
basaltos traquíticos, basaltos porfídicos con fenocristales de piroxeno y plagioclasa, y
basaltos afaníticos. Resulta igualmente destacable la presencia de fragmentos de rocas
volcánicas con clorita+epidota+mica blanca, espilitizadas. Se superpone una intensa
cementación/alteración (carbonatación) con reemplazamiento de los clastos por calcita. Se
observa una generación de fracturas y microgrietas de extensión rellenas de calcita. Otros
procesos de alteración observados son la sericitización de plagioclasas, la cloritización y
epidotización de ferromagnesianos, y la oxidación de la magnetita y opacos.
Las muestras analizadas (Ver Fig. 2.2.2-Tabla de relación de muestras y norma CIPW)
pertenecen a la Hoja de Galván y se corresponden con depósitos volcánicos de dos tipos:
lavas e intrusiones sin-volcánicas y clastos procedentes de depósitos piroclásticos (tobas
gruesas y bloques). En ellas se incluye una muestra perteneciente a la Unidad de El
Manguito de la mencionada Hoja, unidad que se ha datado como Cretácico Superior y que
________________________________________________________________________________________________________________
se supone que puede constituir el sustrato de las series paleógenas de la sierra de Neiba
(para más detalles, se sugiere consultar la memoria de la Hoja de Galván).
Los términos basálticos son olivino e hiperstena normativos (norma CIPW, Fig. 2.2.2),
ligeramente subsaturadas en cuarzo, aunque no se han obtenido foides en la norma y sí
diópsido, magnetita e ilmenita. Estos resultados son consistentes con la presencia en los
basaltos del CVSEA de fenocristales de olivino, clinopiroxeno y plagioclasa en variables
proporciones y, en algunos casos, de fenocristales de piroxeno pobre en Ca (hiperstena o
pigeonita). En el diagrama de Cox et al. (1979) se han incluido los rangos composicionales
de las series toleíticas de isla oceánica (OIT) de Islandia, alcalina de isla oceánica (OIA) de
Ascensión ligeramente sobresaturada en sílice y la alcalina subsaturada de Tristán de
________________________________________________________________________________________________________________
Cunha. Como puede observarse, parte de las muestras estudiadas del CVSEA caen en el
campo de la serie OIA de Ascensión, aunque se dispone de muy pocos análisis de los
términos básicos e intermedios.
En los diagramas Yb versus Th y Zr versus Y de Barrett y MacLean (1999), las rocas del
sustrato del CVSEA (unidad de El Manguito) caen en el campo de las toleitas y se
diferencian bien de las rocas del CVSEA que caen en el campo calco-alcalino (Fig. 2.2.4).
La diversidad de magmas muestreada queda también patente en el diagrama triangular de
discriminación tectonomagmática Hf/3-Th-Nb/16 de Wood (1980), en el que los basaltos del
sutrato caen en el campo de los N-MORB y las rocas del CVSEA en los campos de basaltos
relacionados con subducción, y una muestra, en el campo de los basaltos intraplaca
alcalinos. En el diagrama triangular Nb*2-Zr/4-Y de Wood (1980), los basaltos del sustrato
caen en el campo de los N-MORB y las rocas del CVSEA en el campo de los basaltos
intraplaca alcalinos (OIA series).
________________________________________________________________________________________________________________
Fig 2.2.2
________________________________________________________________________________________________________________
Fig 2.2.3
geoquim CVSAG 1
________________________________________________________________________________________________________________
Fig 2.2.4
geoquim CVSAG 2
________________________________________________________________________________________________________________
Fig 2.2.5
geoquim CVSAG 3
________________________________________________________________________________________________________________
Fig 2.2.6
geoquim CVSAG 4
________________________________________________________________________________________________________________
2.2.1 Mioceno
Tanto en la sierra de Neiba como en la cuenca de San Juan aparece como una monótona
sucesión rítmica de más de 500 m de espesor de margas entre las que se intercalan niveles
________________________________________________________________________________________________________________
Aunque en la cuenca de Azua se reconocen facies similares, los niveles calcáreos parecen
alcanzar allí un mayor desarrollo (Díaz de Neira, 2000); este enriquecimiento calcáreo a
expensas del contenido margoso adquiere su máxima expresión en la sierra de Bahoruco,
donde la formación aparece como un potente conjunto de calizas carstificadas estratificadas
en bancos gruesos o masivas, con facies someras, frecuentemente arrecifales, de tal forma
que se pierde el aspecto típico de la formación. Por esta razón, en este proyecto se ha
sugerido la denominación de Mb (calizas de) Barahona (de la Fm Sombrerito) para el
conjunto calcáreo dispuesto sobre la Fm Neiba en la sierra de Bahoruco. Estas facies
características de la sierra de Bahoruco tambien se han reconocido en el margen meridional
de la sierra de Neiba en afloramientos del extremo occidental de la presente Hoja de La
Descubierta (unidad 11) que se prolongan hacie el oeste en la Hoja de Boca Cachón.
Por otra parte, también se ha decidido incluir dentro de la Fm Sombrerito, aunque con
ciertas reservas, a una alternancia de calcarenitas, margocalizas y margas, denominadas
informalmente como Unidad de Cortadero, que forman una alineación cartográfica muy clara
en el flanco sur del anticlinal de Las Cañitas sobre la Fm Neiba superior.
De acuerdo con la edad del conjunto de la Fm Sombrerito, que comprende casi todo el
Mioceno, a este tramo basal se le asigna una edad Mioceno Inferior (alto), siempre algo más
moderna que los niveles de techo de la Fm Neiba superior de esta misma edad. La unidad
se asimila a un evento volcánico de extensión restringida que parece coincidir en el tiempo
con el paso de los ambientes de plataforma abierta que caracterizan la Fm Neiba superior a
los medios de llanura submarina, más profundos, donde se deposita la Fm Sombrerito.
A grandes rasgos se trata de una sucesión de margas grises y oscuras, amarillentas por
alteración, entre las que se intercalan, de forma rítmica, niveles de calcarenitas bioclásticas
de orden decimétrico de color ocre. Es característico en los afloramientos de esta Hoja, la
presencia de margocalizas de tonos rosados de igual espesor decimétrico.
________________________________________________________________________________________________________________
Los niveles calcareníticos muestran una alta proporción de aloquímicos (57- 60%), con un
contenido micrítico moderado (35-38%) y esparítico bajo (2-3%), este último igual que el
cuarzo; entre sus componentes texturales destaca el contenido fosilífero (68-76%), con una
proporción considerable de pelets (14-20%) y menor de intraclastos (10-12%). De acuerdo
con su análisis petrológico se clasifican como packstones bioclásticos peletoidales. Las
calcarenitas poseen geometría tabular, así como granoclasificación, y pasan gradualmente a
los niveles margocalcáreos y margosos. Regionalmente, el espesor de este “Tramo margoso
inferior” sobrepasa 300 m pero en la Hoja de La Descubierta sólo son visibles los 100-150 m
inferiores.
Los niveles margosos también han mostrado un elevado contenido faunístico, destacando
especialmente la abundancia de Globigerínidos. En particular, la asociación de Orbulina
universa d´Orb., O. suturalis Bronnimann, Globorotalia scitula (Brady), G. gr. fohsi Cushman
y Ellisor, G. sp., G. gr. continuosa Blow, G. af. obesa Bolli, Globoquadrina altispira
(Cushman y Jarvis), G. deshicens (Chapman, Parr y Collins), G. sp., Globigerinoides trilobus
(Reuss), G. obliquus Bolli, G. sp. y Globigerina bulloides d´Orb., además de diversos
Radiolarios y espículas han señalado su pertenencia al Mioceno Medio-Superior, sin que
deba descartarse que sus niveles basales pertenezcan al Mioceno Inferior.
sobre el que se apoyan los depósitos marginales de la cuenca de Enriquillo (Fm Arroyo
Blanco). A escala de afloramiento, sin embargo, esta diferenciación no es tan evidente al
haber todo un tránsito entre las calizas tableadas de la parte alta de la Fm Neiba superior y
la alternancia de margas y margocalizas que caracterizan la base de la unidad. Su
denominación informal como Unidad de Cortadero procede de uno de los parajes al norte de
Villa Jaragua donde aflora la serie. Otros puntos de observación son los distintos arroyos
que la atraviesan perpendicularmente.
________________________________________________________________________________________________________________
2.2.1.4. Fm Sombrerito (11). Mb Barahona (nom. nov.). Calizas masivas de tonos beige, de
aspecto brechoide o carniolar. Mioceno. N1
Por correlación con los mencionados afloramientos de la Hoja de Boca Cachón y, en general
con todo el Mb. Barahona que aflora en la sierra de Bahoruco, la unidad se atribuye al
Mioceno.
________________________________________________________________________________________________________________
2.2.2 Plioceno-Pleistoceno
Constituye otro de los conjuntos característicos del Neógeno de la región y, tal vez, el que
posee una mayor heterogeneidad litológica. Su primera cita se encuentra en Dohm (1942).
En los sectores orientales de la cuenca de Enriquillo y en la cuenca de Azua se sitúa en
continuidad estratigráfica sobre la Fm Quita Coraza mientras que en el seno de cuenca de
Enriquillo, las perforaciones revelan que se dispone sobre la Fm Angostura aunque se
supone que, lateralmente, ésta formación se debe acuñar hacia sus términos basales o
pasar lateralmente a ellos. Menos dudas plantea su equivalencia lateral con la Fm Las
Salinas, hasta tal punto que en el presente proyecto se ha propuesto la unificación
cartográfica de ambas formaciones.
Sus cortes más representativos están en la Hoja de Vicente Noble y han sido ampliamente
descritos en la literatura (McLaughlin et al., 1991; Mann et al., 1999), pese a lo cual sus
series también se han estudiado en el presente proyecto (series del Río Yaque y Arroyo
Barranca). En ellos, la Fm Arroyo Blanco, con un espesor en torno a los 1250 m, está
constituída por una sucesión lutítica que intercala regularmente niveles areniscosos y
conglomeráticos de orden métrico y decamétrico y hacia la base, en menor proporción,
yesíferos y carbonáticos, algunos de éstos son, de forma característica, calizas arrecifales.
En cuanto a la organización secuencial de estas litologías, en general, a los niveles de
calizas arrecifales (framestones y floatstones) les suceden ciclos estrato y granocrecientes
de escala decamétrica formados por lutitas grises, areniscas con laminación cruzada, y
conglomerados, que suelen estar canalizados. Hacia la parte superior, cuerpos de escala
métrica arenoso-conglomeráticos se intercalan entre lutitas rojas. Lateralmente (Arroyo
Barranca) la serie se puede tornar más lutítica, de tonos grises, con intercalaciones
relativamente finas de calizas con fauna marina, areniscas y hasta cinco niveles de escala
métrica de yesos (grass-type and spear-type selenite, según Mann et al., 1999).
Mella (Hoja de Neiba), Cerros de Peñon Viejo y Cerros de San Cristóbal (Hoja de Barahona)
y Cañada de El Aculadero (Hoja de Jimaní). En Arroyo Pozo, la formación Arroyo Blanco-
Las Salinas descansa, en contacto mecánico, sobre los yesos y sales de la Fm Angostura.
En este corte, en el de Mella y Cerros de Peñón Viejo, la serie se inicia con unas decenas
de metros de lutitas grises que intercalan areniscas en ciclos positivos de escala métrica y
decimétrica con laminación cruzada sigmoidal y drapes de arcilla. El nivel bioclástico basal
("razorback ridge" de Mann et al., 1999) es un coset de 2 m de grosor con laminación
cruzada sigmoidal unidireccional, con oolitos y un lag de ostreas, tapizado por un intervalo
de 0.5 m de ripples de oscilación. La mayor parte de la serie, no obstante, contiene lutitas
grises y rojas con intercalaciones de escala métrica de areniscas con bases canalizadas y
laminaciones cruzadas, y finaliza con tramos margoso-conglomerático grises con numerosas
lumaquelas y corales en posición de vida (serie La Salina, Hoja de Las Salinas al SE de las
anteriores). Estos últimos tramos pueden disponerse en discordancia sobre los tramos
infrayacentes, que parecen sufrir un fuerte acuñamiento en dirección este.
________________________________________________________________________________________________________________
Bajo esta denominación se conoce a la formación que culmina el relleno de las cuencas de
San Juan y Azua (aquí tambien con nombre de Fm Vía) en facies continentales de abanicos
aluviales con una disposición ligeramente discordante sobre la Fm Arroyo Blanco. En este
proyecto se mantiene la misma denominación para facies equivalentes del relleno terminal
de la cuenca de Enriquillo pero no del todo en el mismo sentido puesto que en este caso se
ha podido comprobar que estas facies continentales procedentes de los relieves periféricos
emergentes no son discordantes si no que se intercalan en la parte superior de la Fm Arroyo
Blanco. Por otra parte, en los sectores occidentales y meridionales de esta cuenca la Fm
Arroyo Seco tampoco constituye su relleno terminal ya que por encima todavía existe el
registro correspondiente a la Fm Jimaní, con la que quizá en parte sea equivalente.
En las Hojas de Galván y La Descubierta, la Fm Arroyo Seco aflora adosada a los relieves
del frente de la sierra donde se dispone de manera discordante sobre las Fm Neiba superior
o la unidad Cortadero de la Fm Sombrerito; inmediatamente hacia el sur, como se ha
señalado anteriormente, se interdigita con los términos más altos de la Fm Arroyo Blanco.
En la Hoja de Galván hay buenos cortes de la formación en la pista de Las Cañitas y en el
barranco con el mismo nombre y también se observa bien en paisaje desde la pista de El
________________________________________________________________________________________________________________
Barro. Sin embargo el corte más espectacular y más provechoso para las observaciones
sedimentológicas es el del río Barrera, en la Hoja de La Descubierta, al norte de la localidad
de Los Ríos. En este corte, con un espesor mínimo de 800 m, los conglomerados se
organizan en, al menos, 11 ciclos granocrecientes que forman discordancia progresiva, con
acuñamiento de la serie hacia el norte. Internamente, en cada ciclo se distingue un término
inferior en el que alternan lutitas, areniscas y conglomerados, y un término superior en el
que los conglomerados son predominantes. El ciclo basal, muy cubierto, descansa sobre la
alternancia de margas, margocalizas y calcarenitasde la unidad de Cortadero
En los ciclos inferiores predomina el tamaño grava gruesa (2 a 6 cm) o canto (6 a 20 cm), no
hay una estructura interna definida y son frecuentes las amalgamaciones. En la parte media
de la formación domina el tamaño grava y, a escala de afloramiento, las capas son tabulares
y presentan buena clasificación, con niveles de cantos lavados e imbricados. La naturaleza
de los cantos es mayoritariamente calcárea. En la parte superior se mantiene el tamaño de
los cantos pero las intercalaciones de areniscas y lutitas, con tonos blanquecinos o
amarillentos, son más frecuentes.
________________________________________________________________________________________________________________
conglomerados de tonos rojizos (17). Calizas arrecifales de tonos rojizos (18). Alternancia de
calizas arrecifales y conglomerados de tonos rojizos (19). Pleistoceno. Q1-3
La formación Jimaní fue definida por Arick (1940) y luego por Olsson (en Bermúdez, 1949) al
norte del pueblo del mismo nombre, en la parte oeste de la cuenca de Enriquillo. Su zona
principal de afloramiento son los relieves de colinas y llanuras semi-desérticas de dirección
general NO-SE, situados en torno a la frontera de la República Dominicana con Haití. Estos
relieves sobrepasan los cien metros de altitud y separan la depresión del lago Enriquillo al
este (alrededor – 40 m) de la correspondiente al lago Saumâtre de Haití, al oeste.
igual que en ellas, de manera informal, una serie inferior, esencialmente margo-calcárea, y
una serie superior con predominio conglomerático:
- con un espesor que puede superar los 100 m, la serie anterior culmina con un fuerte
resalte que coincide con un tramo de espesor variable entre 5 a 20 m, formado en su
mayoría por calizas masivas arrecifales (18). Esta calizas son típicamente oquerosas
y de característicos tonos rojizos; corresponden a floatstones-rudstones bioclásticos
formados por secciones de gasterópodos, bivalvos, ostrácodos y sobre todo, algas y
corales.
2.3.1. Depósitos cuaternarios litorales relacionados con la evolución del Lago Enriquillo
Un arrecife holoceno emergido rodea la periferia del Lago Enriquillo y aparece en la isla de
Cabritos y en la depresión del Limón al oeste de Duvergé. Yace en contacto discordante
sobre un paleorelieve modelado en las formaciones plegadas de Neiba, Sombrerito, Las
Salinas y Jimaní, e incluso cubre a abanicos aluviales del final del Pleistoceno. Se halla
esencialmente indeformado con una pendiente deposicional entre las cotas 0 y –35m. Su
aparición sobre las aguas del lago en el anticlinal de la isla Cabritos sugiere que localmente
está afectado por un plegamiento suave (Mann et al., 1984).
________________________________________________________________________________________________________________
Mann et al. (1984) y Taylor et al. (1985) describen diversas facies repartidas zonalmente de
forma perpendicular a la antigua linea de costa. De base a techo distinguen:
De acuerdo con las edades mencionadas anteriormente, el crecimiento del arrecife coralino
comienza en el año –9020 BP y se interrumpe en el año –4760 BP. El cese del crecimiento
arrecifal fue heterócrono a escala local (Stemann y Johnson 1992). La retirada definitiva del
mar y el tránsito a un régimen lacustre lo marca la edad de 2820 BP obtenida en los
sedimentos suprarrecifales.
El arrecife se desarrolló como consecuencia de la rápida elevación del nivel marino después
del último episodio post-glacial, que provocó la entrada del mar Caribe en la depresión de
Enriquillo desde la bahía de Neiba (alrededor de –9000 años BP). Más tarde, hacia – 5000
años BP, los depósitos deltaicos del río Yaque del Sur colmataron su desembocadura y
provocaron junto con la elevación tectónica, la desconexión con la bahía y la muerte del
arrecife (Mann et al., 1984; Taylor et al., 1985). La evaporación rápida de la superficie
lacustre en clima árido ha creado el lago salino actual de Enriquillo con una superficie
oscilante alrededor de la cota –42 m y ha permitido la exposición completa de la secuencia
arrecifal. Las condiciones excepcionales de observación y de conservación (ausencia de
compactación y de recristalizaciones diagéneticas) lo convierten en un lugar privilegiado
para los estudios paleoambientales y paleobatimetricos.
del horizonte basal con ostreidos (a), en casi todos ellos es posible reconocer, al menos
parcialmente la secuencia anteriormente descrita. Por cuestiones de escala, en la
cartografía sólo se ha distinguido el cuerpo fundamental del arrecife, que agrupa las
unidades (a) a (d) arriba descritas (unidad cartográfica Nº 21), y, no sin cierta exageración,
el nivel estromatolítico superior (e) que forma un resalte muy continuo observable tanto en
foto aérea como en paisaje (unidad cartográfica 22). Adicionalmente, en el citado barranco
al este de Las Clavellinas, se ha diferenciado una unidad de limos y areniscas, en la que se
intercalan niveles de conglomerados de abanico aluvial, sobre la que existen dudas que
representen el tramo (d) de sedimentos suprarrecifales o más bien depósitos marinos (con
intercalaciones de abanicos aluviales) lateralmente equivalentes al arrecife (unidad Nº 20).
La importancia de este afloramiento radica en el basculamiento al sur superior a los 20 º que
muestran estos depósitos, muy posiblemente relacionado al movimiento de la falla de
Enriquillo.
________________________________________________________________________________________________________________
Se han agrupado en esta unidad todas las terrazas existentes en la Hoja que, en cualquier
caso, son escasas al no haber cursos fluviales de cierta entidad. Su mayor desarrollo se
asocia a los cursos de los ríos Barreras y Gauyabal. Por su escasa representación no se
han separado en niveles, pero en general corresponden a terrazas bajas, salvo algunas que
quedan “colgadas” a mayor altura sobre el nivel del cauce actual, que corresponderían
terrazas medias. Están constituidas mayoritariamente por conglomerados y gravas
calcáreas con niveles de arenas y limos. Su espesor puede variar entre 3 y 20 m. Su edad
es claramente holocena, pero las más antiguas podría pertenecer al Pleistoceno.
2.3.2.4. Fondo de valle (depósitos localmente discontinuos) (35). Cantos, arenas y gravas.
Holoceno. Q4
Los fondos de valle de los principales ríos y arroyos de la Hoja son depósitos localmente
discontinuos formados por cantos, arenas y gravas, en proporciones variables.
________________________________________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________________________________________
2.3.5.1 Relleno de zonas endorreicas. Limos y arenas con cantos (33). Holoceno. Q4
En diversos puntos del interior de las sierras calcáreas se han observado áreas endorreicas
a las que se asocian depósitos de limos y arenas con cantos de escaso espesor. La única
con entidad cartografica en esta Hoja se localiza en la depresión de Guayabal, a al salida de
un arroyo que proce encarcamientos y desaparece por fenómenos cársticos.
2.3.5.2. Depósitos lacustres asociados a los márgenes del Lago Enriquillo. Limos y arenas
laminadas (34). Holoceno. Q4
________________________________________________________________________________________________________________
3.TECTONICA
La Española, conjuntamente con Puerto Rico, constituye una unidad que puede
interpretarse como una microplaca, limitada al norte por una zona de subducción con
desplazamiento oblicuo a subparalelo a su traza y al sur, por otra zona de subducción
incipiente a la que se asocia la Fosa de los Muertos (Byrne et al., 1985; Masson y Scanlon,
1991) (Fig. 3.1.1). El margen norte de la placa del Caribe ha evolucionado desde constituir
un límite controlado por subducción en el Cretácico y parte del Eoceno, a ser hoy, tras la
colisión de esta placa con la plataforma de las Bahamas (colisión arco-continente), un límite
dominado en gran parte por desplazamientos en dirección de carácter senestro que
acomodan el desplazamiento hacia el este de la placa del Caribe en relación con
Norteamérica (Mann et al., 1991b). La colisión con la plataforma de Las Bahamas, con
________________________________________________________________________________________________________________
componente oblicua, fue diacrónica, ya que comenzó en el Eoceno Medio en Cuba (Pardo et
al., 1975) y terminó en el Oligoceno Inferior en Puerto Rico (Dolan et al., 1991). Entre estas
dos islas, en el segmento correspondiente a La Española, la colisión ocurrió en el intervalo
Eoceno Medio-Superior. La tectónica transcurrente comenzó, en este margen norte de la
placa, a partir del Eoceno Medio con la apertura del Surco del Caimán en un régimen
transtensivo (Mann et al., 1991 b) y se mantiene hasta la actualidad, en un contexto
fundamentalmente transpresivo para todo el conjunto de la isla.
A partir del Eoceno, el margen meridional de la Isla de la Española y Puerto Rico ha pasado
desde comportarse como una trasera de arco al comienzo del Eoceno, a constituir en la
actualidad un margen activo con subducción de la corteza oceánica del Caribe bajo el arco
de islas Circum-Caribeño (Burke et al., 1978; Burke, 1988; Dolan et al., 1991). En
consecuencia, a partir del Eoceno Superior, la sedimentación y deformación de las cuencas
de trasera de arco generadas en relación con el arco de islas Circum-Caribeño, pasan a
estar controladas por procesos típicos de una cuenca de antearco. En relación con esta
deformación de la parte meridonal de la Isla se produce el levantamiento de las sierras del
sur y en el núcleo de algunas de ellas los afloramientos de rocas oceánicas (sierras de Hote,
Selle y Barohuco)
La placa del Caribe se desplaza hoy día hacia el este respecto a las placas Norte y
Sudamericanas (Dolan y Mann, 1998; Dixon, 1998; DeMeets, 2000, Mann et al., 2002). Este
movimiento relativo se acomoda, en el margen septentrional de la isla por la zona de
subducción de la fosa de Puerto Rico y por la falla Septentrional, en un tipo de articulación
en el que se conjugan la convergencia oblicua, en la primera y los movimientos sinestrales,
en la segunda (Dolan y Mann, 1998; Dolan et al., 1998) (Fig. 3.1.4). En el interior de la isla,
el citado movimiento relativo lo articula principalmente la zona de falla de Enriquillo-Plantain
Garden (Mann et al., 1991b), que interviene directamente en la zona de estudio.
________________________________________________________________________________________________________________
Fig. 3.1.1
________________________________________________________________________________________________________________
Fig. 3.1.2
________________________________________________________________________________________________________________
Esquema del origen y evolución de la placa del caribe y Bloque diagrama del límite
septentrional
________________________________________________________________________________________________________________
Entre los dominios que la integran, el más meridional, la sierra de Bahoruco, constituye un
fragmento emergido de la meseta oceánica del Caribe. Los territorios situados entre este
dominio y la cuenca trasera propiamente dicha del arco de isla (el Cinturón de Peralta),
fueron incluidos por Mann et al. (1991 a) en el terreno de Presqu’île du Nord-Ouest-Neiba, y
presentan más dudas sobre su adscripción regional. Esto es así por cuanto se desconoce si
su sustrato está formado por la meseta oceánica que aflora en la sierra de Bahoruco ( Mann
et al., 1991b, 2002) o si, por el contrario, este sustrato podría estar constituido por unidades
meridionales del arco isla similares o lateralmente equivalentes a las observadas como
sustrato en el Cinturón de Peralta (Díaz de Neira, 200 a; Gómez Sainz de Aja, 2000 ). Por el
momento, se desconoce la posición y naturaleza del límite entre ambas unidades tectónicas.
Esta cuestión tiene que ver, además, con la continuidad hacia el oeste del prisma acrecional
de la fosa de Los Muertos, que algunos autores sugieren que se prolonga hacia el interior de
la isla (Biju Duval et al., 1983; Dolan et al., 1991) pero que otros sugieren que se interrumpe
contra una supuesta transformante de Beata o lo desplazan a favor de ésta (Mann et al.,
2002). Ayuda a esta indefinición el hecho de que mientras que al este de la supuesta
transformante, se conoce bien la estructura cortical de la Española y Puerto Rico que
responde a dos zonas de subducción, una al norte y otra al sur, con buzamientos hacia el
interior de estas islas, sin embargo al oeste del accidente de Beata la estructura cortical es
desconocida.
Entre la Cordillera Central y la Sierra de Neiba, se localiza la Cuenca de San Juan que, con
un perfil geométrico sinforme relativamente sencillo, está rellena por más de 7.000 m de
materiales terciarios y cuaternarios correspondientes a ambientes marinos en la base y
continentales a techo (Norconsult, 1983; García y Harms, 1988; Mann et al., 1991 b y d).
Esta cuenca se sitúa en el antepaís del Cinturón de Peralta y tanto su relleno como su
estructura interna han sido controladas principalmente por la evolución estructural de éste
(Mann et al., 1991 b y d). Su límite norte con este cinturón consiste en una falla inversa o
cabalgamiento frontal con un importante salto dirección (falla San Juan-Los Pozos) y
algunos autores le atribuyen grandes desplazamientos sinestrales durante el Oligoceno-
Mioceno (Pindel y Barret, 1990; Dolan et al., 1991). El límite sur o sureste con la sierra de
Neiba es, sin embargo, menos neto y se resuelve por medio de un sistema escalonado de
fallas de alto ángulo con saltos menores en la vertical y también en dirección. En su extremo
SE, donde se produce el enlace con la Cuenca de Enriquillo, la Cuenca de San Juan
adquiere el nombre de Cuenca de Azua. Además, este cambio toponímico responde
también a un cambio cierto en la geometría de la cuenca que justifica su individualización: a)
sustrato elevado respecto a la de San Juan, b) consecuentemente, menor espesor de
relleno (inferior a los 3.000 m); y c) mayor complejidad estructural; todos ellos, efectos
________________________________________________________________________________________________________________
Por último, hay que hacer mención, por sus implicaciones neotectónicas, al vulcanismo
cuaternario del sector centro-occidental de la isla, de naturaleza principalmente
calcoalcalina aunque en sus estadios finales también hay emisiones de carácter alcalino.
Este vulcanismo se dispone en una banda de dirección NNE-SSO y 10 a 20km de ancho
que atraviesa la Cordillera Central y la Cuenca de San Juan hasta entrar ligeramente en la
zona de estudio. Para algunos autores (Mann et al., 1991d) tiene una relación genética con
la cresta aunque también sugieren que alternativa o adicionalmente, el vulcanismo pudo
estar controlado por la terminación oriental de la falla de Enriquillo en un contexto
transtensional.
La estructura de la sierra de Neiba (Fig. 2.1.1- ver capítulo 2) está definida por pliegues de
longitud de onda kilométrica, generalmente limitados por fallas inversas o cabalgamientos de
alto ángulo, y una intensa fracturación, en parte singenética con aquellos, en parte
sobreimpuesta que, en conjunto configuran un domo de geometría anticlinorial elevado más
de 2000 m sobre las cuencas contiguas de San Juan y Enriquillo.
________________________________________________________________________________________________________________
- El sinclinal de Vallejuelo. Es un sinclinal con una media longitud de onda de 5-6 km,
que ocupa los sectores más septentrionales de las Hojas de Villarpando y Galván
donde aflora ampliamente la Fm Sombrerito y, en menor grado, la Fm Trinchera. En
planta, su eje presenta una acusada inflexión al pasar de tener una dirección ENE-
OSO en la primera, a ONO- ESE en la segunda (Fig. 2.1.1). En sección, el plano
axial es subvertical o ligeramente vergente al sur en la Hoja de Galván pero pasa a
ser ligeramente vergente al norte, en la de Villarpando (Figs. 3.3.1 y 3.3.2). En esta
Hoja, la estructura consiste en un sinclinorio, en el que el plano axial del anticlinal
intermedio y del sinclinal más meridional reproducen de nuevo una ligera vergencia al
sur. Esta estructura tiene continuidad cartográfica y enlaza hacia el sur con la
siguiente.
________________________________________________________________________________________________________________
Fig.3.3.0
Proyecciones estereográficas
________________________________________________________________________________________________________________
Fig.3.3.1
Panel de cortes 1
________________________________________________________________________________________________________________
Fig. 3.3.2 A
Panel de cortes 2 A
________________________________________________________________________________________________________________
Fig 3.3.2 B
Panel de cortes 2 B
________________________________________________________________________________________________________________
Hacia el NO, sin embargo, persiste la complejidad al mantenerse, en buena parte del
flanco meridional del anticlinal de la Sabana del Silencio, la actitud invertida de la Fm
Neiba superior y cabalgante hacia el S/SSO. En el sector central de la Hoja de La
Descubierta, la citada translación del cabalgamiento se amortigua del todo y es
reabsorbida por la aparición de un nuevo anticlinal (anticlinal de Los Bolos), al sur de
la alineación principal. Entre este anticlinal y el contiguo al norte de la Sabana del
________________________________________________________________________________________________________________
Silencio, el valle intermedio de Los Bolos, coincide con un sinclinal volcado vergente
al sur (sinclinal de Los Bolos), cuyo margen septentrional esta parcialmente cobijado
por una falla inversa de alto ángulo. El núcleo de este sinclinal volcado lo ocupa el
Conjunto Volcanosedimentario de El Aguacate (Fig. 2.1.1).
Los principales anticlinales pertenecientes a esta alineación (El Aguacate, Los Bolos,
Sabana del Silencio), presentan, de forma característica, ejes con inmersión en
ambos sentidos que a veces se bifurcan. Esta inmersión es acusada, de alto ángulo y
afecta sólo a un segmento pequeño de la traza del pliegue, lo que indica una
nucleación rápida y localizada de las estructuras.
Por lo que respecta al tipo de deformación, ésta es frágil y las fallas principales
generalmente llevan asociada una banda de deformación cataclástica. En los planos de
falla, lo normal es que las estrías muestren movimientos superpuestos, en dirección e
inversos, pero también se han observado planos con movimientos exclusivos en uno u otro
sentido. El plegamiento está controlado por un mecanismo dominante de deslizamiento capa
a capa, como ponen de manifiesto la existencia de estrías también sobre los planos de
estratificación. Aunque no es habitual, en algunos puntos del sinclinal más apretado de
Apolinar Perdomo se ha observado, en las margas de la Fm Sombrerito, una esquistosidad
asociada al plano axial (Fig. 3.3.0) de pliegues menores de escala mesoscópica,
desarrollados por cizalla horizontal inmediatamente debajo del plano principal de
________________________________________________________________________________________________________________
La Hoja de La Descubierta está afectada por una intensa fracturación, cuyo estudio en
detalle excede los objetivos del proyecto. Por esta razón, en este trabajo se ha optado por
hacer un análisis cartográfico de la misma, enfocado principalmente a determinar su posible
relación con las estructuras de plegamiento y cabalgamiento descritas en párrafos
anteriores.
En la figura 3.3.3 (ver también Fig. 3.3.0) se representan las principales fallas y fracturas
que afectan a la zona de estudio y su entorno regional, seleccionadas y sintetizadas a partir
de las cartografías 1:50.000 de cada Hoja. En la figura 3.3.4 se han resaltado en color y por
familias o sistemas, aquellas fallas en las que las evidencias cartográficas permiten
asignarles un sentido de movimiento. Se han dejado en blanco y negro y sin resaltar
aquellas fallas en las que no se ha podido determinar el sentido de movimiento o en las que
éste no es tan evidente, aunque en algunas de ellas también se ha indicado.
Hay dos sistemas en los que sus fallas presentan direcciones y sentidos de desplazamiento
bastante consistentes. Son los sistemas NNO-SSE y ENE-OSO que, en planta, reproducen
mayoritariamente sentidos de movimiento en dirección, dextrales y sinestrales,
respectivamente. Ambos sistemas alteran y modifican las trazas de los pliegues y
cabalgamientos pero es el segundo el que de forma más clara muestra una relación
genética con ellos, como se desprende de sus relaciones de corte, asintóticas y
escalonadas. Este sistema es el principal responsable de los giros en planta y alabeos de
________________________________________________________________________________________________________________
Fig. 3.3.3
________________________________________________________________________________________________________________
Fig. 3.3.4
________________________________________________________________________________________________________________
las estructuras mayores en la sierra de Neiba, donde, además, sus fallas delimitan
transversalmente las terminaciones de los grandes núcleos anticlinales y les confiere un
aspecto romboidal o de facoides a gran escala. Pese a estos efectos cartográficos tan
evidentes, las fallas asociadas a este sistema tienen trazados en superficie poco netos y
discontinuos que quizá se puedan explicar por su funcionamiento temprano desde las
primeras etapas del plegamiento o, también, porque en realidad representen el reflejo en
superficie de accidentes de zócalo.
En la figura 3.3.4 se ha separado con distinto color, un sistema de dirección NE-SO a NNE-
SSO, donde se caracteriza por cortar a las estructuras principales en sentido casi
perpendicular. Las fallas de este sistema tienen pautas de movimiento peor definidas que
los anteriores y parte corresponden a fallas con componente normal y otra parte a desgarres
con desplazamientos menores tanto dextrales como sinestrales.
________________________________________________________________________________________________________________
imagen más próxima a la superficie que el reducido al polo. En esta zona, el mapa
radiométrico presenta amplias áreas con vacíos de datos y su respuesta no ofrece mejoras
respecto al de gradiente vertical.
En la figura 3.3.5 se han superpuesto los contactos geológicos y las estructuras extraídas
del esquema geológico regional de la zona (Fig. 2.1.1), al mapa de gradiente vertical, en el
que se han dejado las etiquetas correspondientes a las principales anomalías descritas en el
informe de preliminar elaborado al comienzo de este proyecto por García Lobón (2003). Los
números 1 a 18 corresponden a distintas anomalías, puntos o alineaciones con buena
correlación en la estructura, de las que a continuación se describe las que tienen que ver
con la Hoja de La Descubierta y su entorno más inmediato.
El trazado rectilíneo del margen meridional de la sierra de Neiba produce una acusada
alineación magnética que refuerza la hipótesis de su relación con la traza de la falla de
Enriquillo Nº 17).
________________________________________________________________________________________________________________
Fig. 3.3.5
________________________________________________________________________________________________________________
La integración de los datos estructurales procedentes de todas las Hojas que engloban a la
Cuenca de Enriquillo y sus sierras circundantes (Neiba, Bahoruco y Martín García) permite
comprender mejor el tipo de deformación regional y la relación entre las diferentes
estructuras. El conocimiento regional alcanzado durante la elaboración del Proyecto L-Zona
SO (SYSMIN) de Cartografía Geológica de la RD y los datos ya existes (Mann, 1983;
Norconsult 1983; McLaughlin et al., 1991; Mann et al. 1991c, Mann et al., 1994; Mann et al.
1995; Mann et al. 1999; entre otros ) permiten observar que la zona de estudio está
dominada por estructuras contractivas con una fuerte participación de desgarres. Para su
análisis, en una zona de este tipo se debe tener en cuenta tanto la geometría en corte de las
estructuras como su desarrollo en planta. La figura 3.3.3 presenta un mapa estructural
integrado, procedente de las diferentes Hojas del proyecto y la figura 3.3.1 una serie de
cortes a través de las estructuras mayores. La descripción detallada de cada zona se puede
encontrar en las memorias correspondientes.
Los cortes seriados de la figura 3.3.1 (ver también figura 3.3.2) dan cuenta principalmente
del carácter compresivo de la estructura general que viene definida por los cabalgamientos
de alto ángulo y con sentido opuesto de las Sierras de Bahoruco y de Neiba sobre la
Cuenca de Enriquillo y por el perfil sinclinal de ésta entre ambas, que le confiere el carácter
de “cuenca entre rampas” (ramp basin) ya descrito en la literatura (Mann et al., 1991 b). Los
cortes también muestran el carácter más localizado del frente cabalgante de la Sierra de
Bahoruco respecto al perfil más transicional entre la Sierra de Neiba y la Cuenca de
Enriquillo, así como los cabalgamientos en el interior de ésta que, con vergencia sur,
involucran a la formación Angostura, con un comportamiento halocinético añadido. En el
corte más oriental, la Sierra de Martín García emerge como un gran anticlinal en el seno de
la cuenca, con márgenes cabalgantes sobre ella, el meridional, de alto ángulo y con un
importante salto en la vertical, y el septentrional, más gradual, se articula con sucesivos
cabalgamientos de ángulo medio y menor salto. No son cortes geologicos de “plane strain”,
debido a la existencia de muchos desplazamientos fuera del plano (desgarres) y por ello
________________________________________________________________________________________________________________
En la Sierra de Neiba, los cortes (Fig. 3.3.2) muestran la geometría dominante de sus
pliegues con ángulos entre flancos relativamente abiertos (120º) a algo cerrados (75º) y
planos axiales subverticales o ligeramente vergentes al sur. Una excepción a esta pauta
general es la estructura cabalgante del anticlinal de El Aguacate sobre el sinclinal de
Apolinar Perdomo, en la que la traslación en la horizontal superior a 2 km se resuelve
mediante dos cabalgamientos con planos algo más tendidos que producen una vergencia al
sur más acusada. El perfil geométrico individual de estos pliegues y, sobre todo, el de esta
última estructura, es comparable al de los pliegues de propagación de falla. La ausencia de
perfiles sísmicos en el interior de esta sierra impide conocer si, en profundidad, estos planos
enraízan con alguna superficie de despegue o, más bien, como parece deducirse de la
cartografía, tienden a la verticalización. La estructura del margen norte de la Sierra de
Neiba, muestra el mismo tipo de pliegues, limitados igualmente por cabalgamientos de alto
ángulo, aquí vergentes al norte (García y Harms, 1988). El cambio de vergencia, desde el
sinclinal de Vallejuelo hacia el norte, no obstante, se intuye ya en la Hoja de Villarpando
(cortes D-D´, Fig. 3.3.1; y IX-IX´, 3.3.2),. Una línea sísmica con buena resolución, realizada
para la exploración petrolífera de la Cuenca de San Juan (Fig. 3.4.1; Nemec, 1980) resulta
definitoria de la estructura del margen norte de la Sierra de Neiba. En ella, los principales
reflectores identificados en el seno de la cuenca resultan afectados, en el contacto con la
sierra, por sucesivos cabalgamientos de alto ángulo que se verticalizan aún más en
profundidad. Una observación adicional en esta línea es que las secuencias de relleno de la
cuenca comprendidas entre estos reflectores apenas muestras acuñamiento hacia este
margen.
La estructura, en corte, de la Sierra de Martín García responde a las mismas pautas que la
Sierra de Neiba y lo mismo se puede decir de la vertiente norte de la Sierra de Bahoruco
donde todavía es más evidente la asociación del plegamiento, incluida la franja frontal más
deformada, a fallas inversas o cabalgamiento de alto ángulo.
________________________________________________________________________________________________________________
Fig. 3.4.1
________________________________________________________________________________________________________________
igual sentido de movimiento sinestral que ella; tambien se identificas fallas normales de NE-
SO subparalelas a la dirección de máximo esfuerzo.
- Al norte de la Cuenca de San Juan (por ejemplo, en la Hoja de Bánica, Senz y Soler
2004) existen discordancias progresivas relacionada con los pliegues del márgen
meridoional de la Cordillera Central.
________________________________________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________________________________________
4. GEOMORFOLOGÍA
________________________________________________________________________________________________________________
La red de drenaje se adapta a la directriz estructural de las zonas montañosas tan sólo en
algunos segmentos, pues su discurrir tiene lugar principalmente de forma transversal a ella,
principalmente a favor de la fracturación secundaria. En el ámbito de la llanura son
frecuentes las pérdidas de drenaje, no sólo por la alta evaporación, sino también por la
elevada permeabilidad de diversos depósitos que constituyen el manto superficial de
aquélla.
Las fallas con expresión morfológica se agrupan en torno a varias familias principales: NO-
SE, NNE-SSO y E-O, principalmente. Se distribuyen por toda la sierra de Neiba,
condicionando su estructura interna por distorsión de la estructura general de plegamiento;
en cualquier caso, sus exponentes más destacados son las alineaciones meridionales que
constituyen el límite entre las sierras y la depresión. Mención especial merece la falla de
Enriquillo, que con dirección E-O se ciñe al borde septentrional, pasa al norte de la isla
Cabritos y se ajusta al borde meridional de la sierra de Neiba.
________________________________________________________________________________________________________________
Las fallas poseen una tipología variada, observándose fallas normales (en ocasiones con
indicación del labio hundido), inversas y en dirección, de longitud decakilométrica en algunos
casos. Con frecuencia, algún rasgo morfológico parece estar condicionado por una falla sin
que se tenga la total certeza de su existencia, o bien quedan ocultas bajo los depósitos
cuaternarios sin afectarlos; en estos casos se han representado como fallas supuestas.
Pese a la elevada velocidad con que la meteorización elimina o enmascara algunas formas
en todo el ámbito insular, son abundantes los rasgos que se interpretan asociados a la
acción de fallas, denunciando su actividad reciente, entre ellos los escarpes de falla
degradados.
En algunas áreas, especialmente al norte y este de Los Ríos también adquieren notable
desarrollo las morfologías relacionadas con la distinta resistencia a la meteorización ofrecida
por los materiales aflorantes, entre ellas los resaltes de líneas de capa monoclinales
acompañadas de escarpes de las Fms. Jimaní y Arroyo Blanco. También en capas plegadas
se observan relieves conformes anticlinales y superficies estructurales, en ocasiones
degradadas, asociados a las Fms. Sombrerito y Jimaní; aparecen con buzamientos
moderados o dispuestas horizontalmente. Mención aparte entre éstas merece la superficie
estructural asociada con los restos del arrecife cuaternario que rodea al lago Enriquillo,
como indicadora del nivel marino previo a la formación del lago. Completan el catálogo de
formas estructurales los chevrons, configurados por sucesiones de resaltes de capas
monoclinales de la loma del Derrico.
La acción de los agentes externos sobre dominios tan contrastados como las sierras de
Neiba y la hoya de Enriquillo, tiene como resultado una expresión sensiblemente diferente.
Así, el modelado de las sierras es el producto de una larga evolución presidida por los
procesos sedimentarios y tectónicos acaecidos a lo largo del Terciario principalmente,
generadores de un relieve positivo sobre el que han actuado, con mayor o menor
efectividad, diversos agentes morfogenéticos encaminados a la destrucción o modelado de
dichos relieves, destacando los de carácter fluvial, gravitacional y kárstico.
________________________________________________________________________________________________________________
cuenca del mismo nombre. Con posterioridad, el desarrollo arrecifal holoceno creó la
superficie a partir de la cual arrancó el encajamiento lacustre actual.
Las más extendidas son los coluviones, formados como respuesta al desequilibrio
provocado en las laderas por la erosión fluvial; se distribuyen irregularmente, localizándose
sus principales manifestaciones en las inmediaciones de Barrera. Pese a la frecuente
formación de deslizamientos en la sierra de Neiba como consecuencia de las elevadas
pendientes y precipitaciones, así como la ocurrencia de eventos sísmicos, son escasos los
ejemplares cartografiables observados en esta Hoja; este hecho es debido en buena medida
a la elevada velocidad de meteorización y al rápido crecimiento de la vegetación, que hacen
que sus cicatrices queden rápidamente enmascaradas, dificultando su reconocimiento.
Los fondos de valle y los fondos de cañada torrencial son el principal testimonio de la
actividad sedimentaria de la red fluvial actual, que se han diferenciado en base a su
________________________________________________________________________________________________________________
Los conos de deyección y los abanicos aluviales tienen una notable representación al pie de
la sierra de Naiba, entre los que se han reconocido dos sistemas principales, simplificados
de la cartografía geológica. Se forman en la confluencia de los elementos de la red fluvial
con áreas menos encajadas, en los cuales la carga transportada pierde su confinamiento, y
se expande; cuando los ápices se encuentran próximos entre sí, se producen formas
coalescentes. En algunos casos alcanzan longitudes superiores a 3 km con respecto al
ápice, destacando por sus dimensiones el de Los Ríos y el localizado al SO de La
Descubierta.
Entre las formas erosivas predomina la incisión lineal, especialmente marcada en las zonas
más abruptas y ampliamente distribuida por las zonas montañosas, donde su intensidad ha
dado lugar a: barrancos, cañones, desfiladeros y cambios bruscos de pendiente; aristas, a
modo de divisorias, que poseen una notable representación; la divisoria montañosa de
primer orden que separa el valle de San Juan de la hoya de Enriquillo, si bien en su génesis
________________________________________________________________________________________________________________
han intervenido también otros agentes morfogenéticos; pérdidas de drenaje por procesos de
infiltración, que son casi una constante en los cursos que alcanzan la llanura; escarpes,
aunque escasean los de origen exclusivamente fluvial; y las cárcavas y áreas acarcavadas,
cuyas principales manifestaciones se encuentran asociadas con afloramientos de la Fm
Jimaní.
Las formas lacustres son muy abundantes en el conjunto de la depresión pero en la Hoja de
La Descubierta aparecen limitadas a los márgenes del Lago Enriqullo. Además, en el interior
de la sierra se ha cartografiado un área endorreica al este de Guayabal relacionada con
encharcamientos efímeros.
Una buena parte del borde del lago se encuentra constituido por una estrecha playa, cuya
posición fluctúa junto con el nivel de aquél. También en torno al lago son frecuentes los
escarpes fósiles, originados por el encajamiento lacustre, delimitando una buena parte de
los afloramientos del conjunto arrecifal holoceno.
________________________________________________________________________________________________________________
La sierra de Neiba se puede catalogar como área con intensa karstificación, desarrollada
sobre los afloramientos de la Fms. Neiba inferior, superior y brechoide y, en menor medida
sobre la unidad de Cortadero de la Fm Sombrerito. En las grandes sierras calcáreas dichas
áreas se manifiestan como un campo de lapiaces, con abundantes formas de disolución de
pequeña escala entre las que se insertan formas de escala kilométrica. Localmente, las
inidades calcáreas se encuentran fuertemente brechificadas, sin que pueda evaluarse la
posible influencia de la karstificación en su génesis.
También son muy abundantes los cañones, aunque con frecuencia su formación parece
responder en mayor medida a procesos fluviales que kársticos. Las dolinas se encuentran
ampliamente distribuidas, apareciendo principalmente como formas redondeadas o
elipsoidales cuyo eje mayor posee dimensiones de orden hectométrico y una dirección NO-
SE o E-O, denunciando una clara influencia estructural; en las zonas elevadas de la sierra
de Neiba se agrupan dando lugar a campos de pequeñas dolinas, como los de los parajes
Bonete y loma Meregildo. Es frecuente la unión de varias de ellas para dar lugar a uvalas y
en un estadio de mayor desarrollo, poljés, en este caso con posible participación tectónica.
Entre las formas kársticas de carácter puntual cabe señalar las cuevas, muy accesibles en el
paraje de Las Caritas, los valles ciegos, como el del río Los Bolos, los sumideros y las
surgencias; se encuentran distribuidos de forma aleatoria por el ámbito de la sierra de
Neiba, si bien son especialmente abundantes en relación con los campos de dolinas
señalados.
Las únicas formas generadas por procesos de meteorización química no relacionados con
rocas carbonatadas corresponden a las argilizaciones de tonos rojizos desarrolladas en el
Conjunto Volcanosedimentario.
Se incluyen en este grupo las formas cuya morfogénesis puede atribuirse a la acción
simultánea o sucesiva de más de un proceso genético, de las que se han reconocido
superficies de erosión degradadas, escarpes y picos principales. Una vez más, se
concentran principalmente en la sierra de Neiba, donde la velocidad de los procesos
erosivos hace que su conservación sea efímera.
________________________________________________________________________________________________________________
Los escarpes presentan desniveles muy variables que pueden alcanzar 700 m en algunos
puntos de la sierra de Neiba. Su génesis se debe a la acción combinada de procesos
fluviales, tectónicos, kársticos y gravitacionales, en proporción variable según los casos. El
estilo morfoestructural de la sierra de Neiba, con predominio de cumbres de formas suaves y
subredondeadas, hace que escaseen los relieves que puedan considerarse picos
principales; destaca el pico Neiba, junto al paraje de la Sabana del Silencio, que con 2.279
m constituye la mayor elevación de la Hoja.
A comienzos del Holoceno, la depresión constituiría un entrante marino desde la bahía, cuya
principal manifestación fue el desarrollo arrecifal adosado al pie de las sierras; el entrante
estaría salpicado de isleos configurados por los relieves estructurales de los materiales
pliocenos y cuaternarios.
________________________________________________________________________________________________________________
El principal resultado de la modificación del curso bajo del Yaque del Sur fue la irrupción de
su sistema deltaico en torno a su desembocadura. La ingente cantidad de sedimentos
asociados con el delta provocó la desconexión entre la bahía de Neiba y la cuenca de
Enriquillo, que pasó a tener un desarrollo lacustre. El complejo arrecifal abandonado allí, se
configuró como una superficie estructural a partír de la cual se produjo el encajamiento
lacustre, quizá acelerado por razones climáticas y neotectónicas
Tras este episodio, la red de drenaje ya habría esbozado su geometría general, basada en
cursos fuertemente encajados en el ámbito de las sierras, proceso facilitado en buena
medida por la actividad kárstica y neotectónica. Ésta también habría dado lugar a estrechas
cuencas endorreicas paralelas a la sierra de Bahoruco, destacando las de Angostura, en la
vecina Hoja de Barahona, y El Limón.
________________________________________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________________________________________
5. HISTORIA GEOLÓGICA
________________________________________________________________________________________________________________
Mientras que en el frente septentrional del arco de islas dominaba un régimen subductivo
que en la Cordillera Oriental produjo el depósito de potentes series volcanosedimentarias de
antearco, y en los terrenos que ahora corresponden a la zona axial de la Cordillera Central
se depositaba, relacionada o no con el proceso anterior, la Fm Tireo, los registros más
antiguos de las sierras de Hotte-Selle- Bahoruco (Fm Dumisseau y equivalentes), sugieren
que en el Cretácico Superior la región formaba parte de la Meseta Oceánica Caribeña
(Pindell y Barret, 1990). En la sierra de Neiba, la unidad de El Manguito, cartografiada en la
vecina Hoja de Galván, esta integrada por calizas y lutitas pizarrosas de ambientes marinos
abiertos en los que por primera vez en esta sierra se ha datado el Cretácico Superior; la
unidad intercala o asocia basaltos con composición toleítica y una inequívoca signatura N-
Morb que permite clasificarlos como basaltos toleíticos de fondo oceánico, muy
posiblemente correlacionables con los de la citada meseta oceánica. Todo ello apunta a que
éste se prolongaba hacia el norte como sustrato, al menos, de la sierra de Neiba y quizá
también del resto del sector suroccidental de la isla. Por otra parte, la cartografía de la
Cordillera Central realizada en el Proyecto K de Cartografía Geotemática simultáneamente a
este proyecto, ha encontrado, a techo de la sucesión volcánica del Cretácico Superior (Fm
Tireo), una serie basáltica cuya signatura geoquímica (OIB-basaltos alcalinos intraplaca)
invita a correlacionarla igualmente con la meseta oceánica (Escuder Viruete 2004. Si estos
datos se confirman, la extensión original del mismo sería mucho mayor, y llegaría a cubrir
incluso buena parte de los terrenos que ahora ocupan el sector central de la isla (Cordillera
Central).
El cese de la actividad magmática relacionada con con el plateau o meseta oceánica del
Caribe se produciría en un momento impreciso del Maatrichtiano debido su la colisión con el
borde meridional de Centroamérica (Pindell y Barret, 1990), con el consiguiente cambio en
el régimen geodinámico. Dentro de la incertidumbre de los acontecimientos acaecidos en la
región durante el tránsito Cretácico-Terciario, un factor exterior a la cuenca, probablemente
el impacto de un cuerpo extraterrestre en la región de Yucatán (Álvarez, 1999), produjo la
extinción de numerosas especies coincidiendo con el denominado límite K/T.
________________________________________________________________________________________________________________
Fig. 5.1.1
________________________________________________________________________________________________________________
Esta notable uniformidad se truncó a comienzos del Mioceno, como pone de manifiesto la
mayor disparidad de facies de la Fm Sombrerito, que además intercala nuevas emisiones
volcánicas a distintos niveles dentro de su serie: en el sector oriental, las potentes
acumulaciones de la típica Fm Sombrerito (margas y calcarenitas) se depositarían en una
llanura submarina que recibiría aportes de naturaleza turbidítica, denunciando síntomas de
la inestabilidad del borde activo constituido al NE por la Cordillera Central; sin embargo, en
los sectores occidental y meridional, la sedimentación miocena se llevó a cabo en
________________________________________________________________________________________________________________
A partir de este momento, el flanco suroccidental de la Cordillera Central actuó como frente
activo, mediante el avance de un cinturón de pliegues y cabalgamientos (Cinturón de
Peralta; Dolan 1989) hacia las cuencas de San Juan y Ázua, que se configuraron como sus
cuencas de antepaís; el avance del frente no sólo provocó el levantamiento de la cordillera,
sino también la restricción y somerización de las áreas de sedimentación, además de una
diacronía en el registro sedimentario de los diversos sectores de la cuenca. Con incidencia
desigual según las áreas, a este esquema evolutivo general se sumaron otros dos
acontecimientos de envergadura geodinámica: el funcionamiento de los desgarres de
dirección E-O generados como consecuencia de la propia convergencia oblicua entre las
placas Norteamericana y Caribeña y la aproximación del ridge de Beata desde el suroeste,
cuyos efectos se focalizaron especialmente en el extremo oriental de la región.
La tendencia somerizante prosiguió a lo largo del Plioceno, con las cuencas dispuestas bajo
un contexto litoral, en tanto que los sistemas montañosos alcanzaron prácticamente su
configuración actual,. La inestabilidad regional dio lugar a nuevos aportes procedentes de la
Cordillera Central, característicos de la Fm Arroyo Blanco, en la que alternaban con
importantes volúmenes de aportes locales; los sistemas deltaicos iniciales serían sustituidos
paulatinamente por la progradación hacia el Sur de sistemas aluviales, generalizados a
finales del Plioceno en las cuencas de San Juan y Ázua con motivo del depósito de la Fm
Arroyo Seco y que pueden considerarse los antecesores directos de los sistemas aluviales
que orlan actualmente las áreas montañosas.
estructuras del ámbito de la bahía, especialmente en el caso del extremo oriental de la sierra
de Martín García, actualmente dispuesto en fragmentos en torno al litoral de la LLanura de
Azua (Díaz de Neira, 2000). Por otra, también desde finales del Plioceno y tal vez en
relación con el avance de la cresta, dio comienzo uno de los fenómenos más característicos
y complejos de la historia reciente, con el desarrollo de un intenso volcanismo de afinidad
geoquímica heterogénea en el ámbito de la Cordillera Central y la cuenca de San Juan.
Inicialmente ambos dominios registraron la emisión de productos calcoalcalinos, cuyas
manifestaciones más tardías coexistieron con las emisiones alcalinas de la cuenca de San
Juan, de menor duración.
La distribución espacial y temporal del episodio calcoalcalino sugiere algún tipo de relación
con el avance con la cresta, aunque no como proceso generador de los magmas; por el
contrario, el episodio alcalino invoca una relación con el sistema de desgarres E-O. La
explicación de estos procesos magmáticos dista mucho de estar resuelta, si bien un proceso
de subducción incipiente de la litosfera oceánica de la meseta caribeña bajo el Gran Arco de
Islas del Caribe a finales del Plioceno explicaría el magmatismo calcoalcalino y su migración
hacia el Noreste, en tanto que un cambio en el régimen geodinámico durante el Cuaternario
habría favorecido la extrusión de magmas alcalinos, de origen más profundo, a favor de los
desgarres E-O.
A comienzos del Holoceno las cuencas de Enriquillo y San Juan se desarrollarían bajo
condiciones sensiblemente diferentes. La primera persistiría como un estrecho marino
colonizado por bioconstrucciones (arrecife subactual periférico al lago de Enriquillo), en tanto
que la segunda se desarrollaría en un contexto continental presidido por la actividad fluvial
del río Yaque del Sur, que recogiendo todos los drenajes de su amplia cuenca,
desembocaría en la bahía de Ocoa. Simultáneamente, el levantamiento continuado de las
sierras de Neiba, Bahoruco y Martín García produjo una activa incisión de la red fluvial, y el
desnivelamiento de superficies de erosión y, en las áreas asociadas a las litologías más
favorables, una intensa actividad kárstica.
________________________________________________________________________________________________________________
La irrupción del río en el sector oriental del estrecho dio lugar a su invasión por un amplio
delta que a partir de ese momento ha impedido la conexión entre el sector occidental y la
actual bahía de Neiba. Privada de su conexión con el mar Caribe, la depresión occidental se
convirtió en el lago Enriquillo, que posteriormente ha sufrido una tendencia al encajamiento,
fundamentalmente por razones climáticas y quizá tambien neotectónicas. En el sector
oriental, el delta alcanzó el borde septentrional de la sierra de Bahoruco, pero la
interposición de una serie de relieves menores ha dejado fuera de su influencia una
pequeña depresión, a modo de “zona de sombra”, que ha permitido la instalación de la
laguna de El Rincón.
Actualmente, la región está sometida a una dinámica muy variada, destacando la acción
fluvial, especialmente en relación con el río Yaque del Sur, lacustre y endorreica,
principalmente en la hoya de Enriquillo, kárstica, ligada a los materiales carbonatados de las
sierras, y litoral, en el ámbito de la bahía de Neiba.
________________________________________________________________________________________________________________
6.GEOLOGÍA ECONÓMICA
6.1. Hidrogeología
En el conjunto del valle de Enriquillo, el clima se puede considerar árido, con una
evapotranspiración potencial de referencia (ETPo- promedio de 1770 mm) mayor que la
precipitación en todos los meses del año: Esta tendencia, sin embargo, se invierte en las
zonas altas más húmedas de la sierra de Neiba. Los valores promedio de lluvia anual
oscilan entre los mínimos de 446 mm en el seno del valle (p.e Tamayo) y los máximos de
1527 mm en los relieves de la citada sierra (p.e. Los Bolos); la precipitación promedio sobre
el lago Enriquillo está en torno a los 600 mm/a. En general, el régimen de lluvias es de tipo
bimodal con una época lluviosa en la primavera (meses de mayo y junio) y en verano-otoño
(desde agosto hasta noviembre) y con sequía en el invierno y en julio. La temperatura media
anual en el valle fluctúa entre 22 y 29°C (algunos grados menos en los relieves), con una
variación intra-anual entre 3 y 4 °C; el período más caluroso corresponde a los meses de
julio y agosto y el más fresco, a los meses de enero y febrero.
Desde el punto de vista hidrológico, la zona de proyecto se divide en dos sectores muy
diferentes: cuenca baja del río Yaque del Sur, al este, y cuenca cerrada del lago Enriquillo,
al oeste; ambos sectores están separados por el alto estructural de la laguna de Rincón, de
dirección OSO-ENE. El elemento distintivo del sector occidental, dentro del cual se encuadra
la Hoja de La Descubierta, es el lago Enriquillo que constituye su base de drenaje superficial
y subterráneo. En este sector, la red hidrográfica está integrada por una gran cantidad de
cursos superficiales (ríos, arroyos y cañadas) de carácter estacional, que pueden llegar a
ser muy caudalosos y con rápidas y violentas crecidas en la época de lluvias. Son cursos de
corto recorrido que nacen en las sierras periféricas donde se orientan, en cabecera y tramos
medios, a favor de las directrices estructurales y acaban desembocando rápidamente en
lago Enriquillo con dirección subperpendicular a éstas. En la Hoja de La Descubierta
pertenecen a este grupo, como más destacados, los ríos Barreras y Guayabal.
________________________________________________________________________________________________________________
6.1.2. Hidrogeología
________________________________________________________________________________________________________________
Según las mediciones de ACUATER (2000), la transmisividades más altas se dan en los
acuíferos que albergan los conos y abanicos aluviales (entre 10-2 m2/s y 10-4 m2/s); en
cuanto a las variaciones piezométricas observadas, son muy diversas, aunque no superan
los 4 m.
________________________________________________________________________________________________________________
Fig. 6.1.1
________________________________________________________________________________________________________________
Fig. 6.1.2
________________________________________________________________________________________________________________
Fig. 6.1.3
________________________________________________________________________________________________________________
El modelo hidrogeológico que se contempla para esta zona de enlace entre el valle de
Enriquillo y la sierra de Neiba se sintetiza en la figura 6.1.3 tomada de ACUATER (2000):
acuíferos fluviales y lacustres en la planicie central, y acuíferos altamente permeables en los
abanicos aluviales y conos de deyección, que trasvasan las aguas subterráneas hacia los
depósitos del valle. En estos últimos los gradientes hidráulicos son fuertes (del orden de 40
por mil), con líneas de flujo que se extienden desde el N hacia el S.
Sin duda, el mayor interés económico despertado por la región es el relacionado con la
exploración de hidrocarburos, si bien los numerosos trabajos llevados a cabo en ella desde
comienzos del siglo pasado no afectan estrictamente al territorio comprendido en la presente
Hoja. Por otra parte, se desconoce la existencia de cualquier signo de interés relacionado
con la exploración de minerales metálicos y no metálicos, reduciéndose la única evidencia
de actividad minera a la explotación de una serie de canteras, en general de pequeña
envergadura y en su mayor parte abandonadas en la actualidad. Además se han reconocido
6 indicios o canteras correspondientes al sector de las rocas industriales.
________________________________________________________________________________________________________________
Una interesante puesta al día sobre estos aspectos es la elaborada por Mann y Lawrence
(1991), de la que a continuación se resumen los rasgos más relevantes relativos al Llano de
Azua y la cuenca de Enriquilo que en cuanto exploraciones petrolíferas se refiere,
generalmente se han abordado de forma conjunta, también a veces con la cuenca de San
Juan. En el cuadro 6.2.1 se resumen por orden cronológico las campañas petrolíferas
efectuadas en todo el territorio dominicano. Diversas razones, principalmente la compleja
evolución tectónica de la región y la poca favorabilidad para el desarrollo de rocas madre en
ámbitos de arco insular, han provocado una tradicional desconfianza sobre la potencialidad
petrolífera del sector septentrional del Caribe. No obstante, la aparición de hidrocarburos
tanto en Cuba como, puntualmente, en la misma isla de La Española, ha sugerido su
potencialidad desde los primeros compases del presente siglo.
Las primeras perforaciones de la región de Azua tuvieron lugar en 1905 en los campos
Maleno e Higuerito, algunos kilómetros al oeste de dicha capital, donde se obtuvo petróleo
de buena calidad y gas; no obstante, la producción no alcanzó un nivel relevante hasta
1927, en el campo de Higuerito, por parte de la Texas Company.
Los trabajos fueron interrumpidos entre los años 1928 y 1939 en que la Seaboard Oil
Company adquirió una amplia concesión. Sus primeros sondeos, Maleno-1 y Maleno-1A
encontraron petróleo en las areniscas de la Fm Arroyo Blanco; además, se señalaron
diversos anticlinales fuera de los campos Maleno e Higuerito y se desarrollaron campañas
geofísicas entre 1944 y 1946 (gravedad, sísmica), así como cuatro nuevas perforaciones,
Quita Coraza-1, Mella-1, El Mogote-1 y Las Hormigas-1, las dos primeras de ellas ya en el
ámbito de la actual zona de proyecto. En el sondeo las Hormigas–1 se reportaron muestras
de petroleo y gas, y en Mella-1, gas por debajo de los 8.000 pies, pero sin valor comercial.
Las exploraciones sufrieron un nuevo abandono hasta que en 1956 la Compañía Petrolera
Dominicana adquirió concesiones que cubrieron la mayor parte del país; su filial, la
Compañía Petrolera Azuana inició sus trabajos con dos nuevas perforaciones en 1958
(Kilómetro 19-1 y Arroyo Blanco-1). En 1960 se efectuaron dos nuevos sondeos (Kilómetro
19-2 y Maleno DT-1), y se volvió la vista nuevamente al sector de Maleno, cuya producción
resultó, no obstante, insignificante. A finales de ese mismo año se perforó Palo Alto-1 al
norte de Barahona para explorar una anomalía gravimétrica cuya estructura se había
________________________________________________________________________________________________________________
perfilados con sísmica, pero el pozo resultó seco. En años subsiguientes la misma
Compañia Petrolera Dominicana continuó desarrollando campañas sísmicas e
investigaciones de campo en la cuenca de Enriquillo que resultaron en las prospecciones y
respectivos sondeos Mella-2 y Cabritos-1. En este último se encontraron trazas de material
asfáltico pero nada de petróleo ni gas, aunque se observaron indicios de éstos en superficie.
A finales de los 70, la Canadian Oil Sperior Ltd., comenzó a operar en la cuenca de
Enriquillo donde disparó un total de 1043 km de limeas sísmicas y realizó una campaña
gravimétrica además de los pertinentes estudios geológicos de superficie, que finalizaron
con la perforación del pozo Charco Largo-1 (4877 m) en la parte central y más profunda de
la cuenca. En este pozo se llevaron a cabo cuatro puebas de producción que resultaron
fallidas.
En épocas más recientes, hay que reseñar las diversas campañas sísmicas efectuadas por
la Mobil Oil Company desde 1991 en la bahía de Ocoa. Por último, durante la realización del
primer Proyecto de Cartografía Geotemática (1997-2000) se tuvo constancia de la
realización de una nueva campaña sísmica en la región del Llano de Azua por parte de
Murphin Dominicana a la que, dada su confidencialidad, no se tuvo acceso. Igualmente,
durante la realización del presente proyectola misma compañía acabó la perforación del
pozo Boca Cachón-1, en la Hoja del mismo nombre (71º 51,7´ W ;18º 32,5´ N) del que no se
ha facilitado su columna litoestratigráfica.
Sea como fuere, no existen datos que permitan cuantificar las reservas de ninguno de los
potenciales almacenes de hidrocarburos; no obstante, existen algunas cifras orientativas
acerca de la posible productividad, basadas en las explotaciones pasadas. La primera
extracción de la que se tiene noticia se cifra en torno a 400 barriles diarios de petróleo en el
pozo Higuerito (Texas Company, 1905). La producción de los campos de Maleno e Higuerito
alcanzó 19.000 barriles (Seaboard Oil Company, 1939) de petróleo de 20º API; de los
sondeos efectuados por esta compañía entre 1940 y 1947, Las Hormigas-1 mostró
hidrocarburos en cantidades irrelevantes. Un nuevo intento de explotación del campo de
Maleno (Petrolera Azuana, 1960) concluyó cuando se habían extraído 10.000 barriles y
apareció agua, sin que se disponga de ninguna cuantificación de producción posterior. En la
cuenca de Enriquillo la explotación ha sdo prácticamente nula Estas cifras, que reflejan a
grandes rasgos los resultados extractivos de la exploración de casi un siglo, no invitan a
adoptar una postura demasiado optimista con respecto a la potencialidad petrolífera de
estas cuencas, aunque tal vez los nuevos modelos geológicos de la región sugieran un
replanteamiento de las estrategias a seguir en futuras exploraciones.
Los indicios numerados como 1 y 2, explotan Co3Ca de la Fm. Neiba brechoide. Aquí las
condiciones supergénicas han dado lugar a un lavado de las calizas que unido a su estado
________________________________________________________________________________________________________________
El resto de las canteras (4), se sitúan tambien sobre la formación Neiba (3) y los términos
calcareos y cacareníticos inferiores del Conjunto Volcanosedimentario. En todos estos casos
casos el producto extraído ha sido directamente empleado como árido en la construcción de
los caminos y carreteras adyacentes.
________________________________________________________________________________________________________________
La protección de diversas zonas del territorio tiene como finalidad asegurar la continuidad
natural de los ecosistemas, preservándolos de actividades antrópicas destructivas y evitar el
uso abusivo de sus recursos. Dentro de los recursos no renovables de un país, el patrimonio
ocupa un lugar relevante, pues proporciona un conocimiento fundamental para conocer la
historia de la Tierra y la vida que en ella se desarrolla. Al mismo tiempo, su estudio e
interpretación pone de manifiesto otros recursos potencialmente utilizables que, empleados
de forma racional y ordenada, pueden resultar beneficiosos para la humanidad. Es por ello
necesario, no sólo preservar el medio natural y, en este caso, el patrimonio geológico, sino
también estudiarlo en detalle, para así difundir el conocimiento que encierra y crear
conciencia de su conservación.
________________________________________________________________________________________________________________
Al L.I.G. se accede desde la localidad de Los Ríos por el camino que lleva a la toma de
agua desde el río Barreras. Desde allí, se coge el camino a pie que discurre paralelo a
dicho río por la parte media de su margen derecha que conduce a la localidad con este
nombre. El corte empieza en la misma toma de agua y se prolonga hacia el norte hasta
el contacto con las calizas de Neiba, tras cruzar en la mitad de trayecto el río. Por su
posible utilización se puede catalogar como científico y, en menor medida, turístico, en
tanto que su ámbito de influencia es regional.
________________________________________________________________________________________________________________
El corte empieza en la parte del barranco situada al norte de la carretera, que se puede
recorrer aguas arriba, al menos hasta el contacto con la Fm Arroyo Blanco. A partir de
este contacto hacia el sur, se observa una serie de limos y margas asociados a los
depósitos del arrecife, entre los que se intercalan niveles de conglomerados de los
abanicos aluviales procedentes de la sierra. Los limos y margas presentan localmente
un buzamiento de hasta 25 º al sur y pasan lateralmente y hacia techo a los depósitos
propios del arrecife mayoritariamente formados por corales ramosos (Acropora
cervicornis), con intervalos de back reef en los que se acumulan abundantes
fragmentos de los mismos.
La parte inferior de este barranco, al sur de la carretera no tiene buen afloramiento pero
su puede completar con observaciones en otro barranco situado 1,5 km al este de
Postrer Río donde aflora bien la unidad inferior de biohermos de corales masivos
multilobulados y subcolumnares, así como, al nivel de la carretera, las construcciones
de algas (estromatolitos) superiores.
________________________________________________________________________________________________________________
Desde el El Higo de La Cruz, se atraviesan los relieves cársticos del anticlinal de Los
Bolos, labrados sobre las calizas de la Fm Neiba inferior. En el flanco sur de este
anticlinal se atraviesa un pequeño afloramiento del Conjunto Volcanosedimentario, que
se repite en el flanco norte al entrar en el valle de Maniel-Los Bolos. En el valle, la
carretera atraviesa diversos afloramientos de este conjunto volcanosedimentario que
ocupa la totalidad del valle, donde forma un sinclinal volcado con vergencia al sur. Entre
ellos destaca, a pie de carretera, a la altura de Maniel, el de la unidad de calcarenitas,
margas y tufitas (4), que se disponen directamente a techo de la Fm Neiba inferior,
formando la base del citado conjunto. El corte de esta unidad basal de Conjunto
Volcanosedimentario se puede completar en el camino a Los Almendros donde afloran
bien los términos calcareníticos y sobre ellos, la alternancia de margas y tufitas.
A la salida hacia el sur se observa la forma de valle ciego o sumidero que presenta esta
depresión interna y, de nuevo, las abundantes morfologías cársticas desarrolladas en
las calizas, con lapiaces y dolinas como representantes más habituales. Al comierzo de
la bajada hay una magnífica vista (hacia el sur) de la depresión de Guayabal y, al fondo,
del Lago Enriquillo. En la depresión de Guayabal destacan a simple vista los abanicos
aluviales que se forman a la salida de los principales arroyos. En la bajada se
atraviesan buenos afloramientos de la Fm Neiba superior; entre ellos llaman la atención
algunos con pliegues vergentes al sur de los que hay dudas si responden a estructuras
de plegamiento o a slumps formados tras el depósito original de la serie. A la altura de
Guayabal se pueden visitar las dos surgencias cársticas que existen en esta depresión.
________________________________________________________________________________________________________________
basal, con sus facies de margas y areniscas más distales, y encima, con las facies de
conglomerados y margas más proximales.
________________________________________________________________________________________________________________
8. BIBLIOGRAFÍA
________________________________________________________________________________________________________________
BOURGOIS, J., R., TAVARES, I., VILA, J.M., (1979): L’Eocene a blocs d’Ocoa
(Republique Dominicaine, Grandes Antilles); Tèmoin d’une Tectonique tangentielle
a vergence sud dans l’ile d’Hispaniola. Bull. Soc. Geologique de France, 7, 759-764.
BOWIN, C., (1966): Geology of the Central Dominican Republic. A case history of part of
an island arc. En H. Hess (ed.). Caribbean geological investigations, Geological
Society of America, 98, 11-84.
BURKE, K., FOX, P.J., SENGÖR, M.C., (1978): Buoyant ocean floor and the origin of the
Caribbean. Journal of Geophysical Research, 83, 3949-3954.
BURKE, K., FOX, P.J., SENGÖR, M.C., (1988): Ten meter global sea level change
associated with south Atlantic Aptian salt deposition. Mar. Geol., 309-312.
BYRNE, D:B:, SUAREZ, G., McCANN, W.R., (1985): Muertos Trough subduction-
Microplate tectonics in the northern Caribbean. Nature, 317, 420-421.
CALMUS, T., (1983): Décrochement senestre sud-haítien: Analices et conséquences
paléogéographiques dans la region de Camp Perrin.Extrait Ann. Soc. Géol. Nord.
(Lille, France), Séance du 10 Juin, 1983: 309-316.
CEPEK, P., (1990): Catálogo Paleontológico de la República Dominicana. Servicio
Geológico Nacional. (Inédito).
CGG (Compagnie Generale de Geophysique), (1999): Informe final sobre la prospección
magnética y radiométrica aereoportada del territorio de la República Dominicana.
Programa SYSMIN. Servicio Geológico Nacional. Santo Domingo.
COOPER, C., (1983): Geology of the Fondo Negro region, Dominican Republic. M. S.
Thesis, State University of New York, Albany, 145 p. (Inédito).
COX , K.G:, BELL, J.D. y PANKHURST, R.J. (1979): The interprtetation of Igneus rocks,
George Allen an Unwin, London, R.A. Batchelor and P. Bowden, 1985. Petrogenetic
intrpretation of granitoid rock series using multicationic parameters, Chemical
Geology, vol. 48, 43-55.
De METS, C., JANSMA P., MATTIOLI, G., DIXON, T., FARINA, F., BILHAM, R., CALAIS,
E., MANN, P., (2000): GPS geodetic constraints on Caribbean-North America plate
motion, Geophys. Res. Lett., 27, 437-440.
De LEÓN, R., (1983): Aspectos geológicos e hidrogeológicos de la región suroeste.
Publicaciones especiales, Museo de Historia Natural, Santo Domingo. 25pp.
DÍAZ de NEIRA, J.A., (2000 a): Mapa Geológico de la Hoja a E. 1:50.000 nº 6072-III
(Padre Las Casas) y Memoria correspondiente. Proyecto de Cartografía
Geotemática de la República Dominicana. Programa SYSMIN. Servicio Geológico
Nacional, Santo Domingo
________________________________________________________________________________________________________________
DIAZ de NEIRA, J.A., (2000 b): Mapa Geológico de la Hoja a E. 1:50.000 nº 6071-II
(Azua) y Memoria correspondiente. Proyecto de Cartografía Geotemática de la
República Dominicana. Programa SYSMIN. Servicio Geológico Nacional, Santo
Domingo.
DIXON, T., FARINA, F., De METS, C., JANSMA, p. and CALAIS, E., (1998): Relative
motion between the Caribbean and North American plates and related boundary
zone deformation based on a decade of GPS measurements. J. Geophys. Res.,
103: 15, 157-15,182.
DOHM, C.F., (1941): The geology of the Azua-Enriquillo Basin areas covered by Aerial
Mosaics nº 7,14 and 15. Dominican Republic. Santo Domingo Office nº 15,
Unpublished reports. Dominican Seaboard Oil Company,17p.
DOHM, C.F., (1942): A geological report of the cerros de Sal, Valle Enriquillo- Dominican
Republic describing mosaic Areas nos. 1 and 2. Unpublished reports. Dominican
Seaboard Oil Company, 17p.
DOLAN, J.F., MANN, P., De ZOETEN, R., HEUBECK, C., SHIROMA, J., MONECHI, S.,
(1991): Sedimentologic, stratigraphic, and tectonic synthesis of Eocene-Miocene
sedimentary basins, Hispaniola and Puerto Rico. En P. Mann, G. Draper, J.F Lewis,.
(eds.). Geologic and tectonic development of the North America-Caribbean plate
boundary in Hispaniola. Geological Society of America Special Paper 262, 217-263.
DOLAN, J.F., MANN, P. (1998): Active Strike-Slip and Collisional Tectonics of the Northern
Caribbean Plate Boundary Zone. Geological Society of America Special Paper 326,
174 p.
DRAPER, G., BARROS, J.A. (1994): Cuba. En S.K. Donovan, T.A., Jackson (eds.).
Caribbean Geology, an Introduction, The University of The West Indies Publishers
Asociation, Kinstong, Jamaica: 65-86.
DRAPER, G., GUTIERREZ, G., LEWIS, J. F., (1996): Thrust emplacement of the Española
peridotite belt: Orogenic expresion of the Mid Cretaceous Caribbean arc polarity
reversal. Geology, 24 (12), 1143-1146.
DÍAZ de NEIRA, J.A., (2000 a): Programa de Cartografía Geotemática de la República
Dominicana. Hoja a E. 1:50.000 nº 6072-III (Padre Las Casas). Proyecto SYSMIN.
Servicio Geológico Nacional, Santo Domingo.
DIAZ de NEIRA, J.A., (2000 b): Programa de Cartografía Geotemática de la República
Dominicana. Hoja a E. 1:50.000 nº 6071-II (Azua). Proyecto SYSMIN. Servicio
Geológico Nacional, Santo Domingo.
________________________________________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________________________________________
MANN, P., DRAPER, G., LEWIS, J.F., (1991b): An overview of the geologic and tectonic
development of Española. En P. Mann, G. Draper, J.F. Lewis (eds.). Geologic and
tectonic development of the North America-Caribbean plate boundary in Hispaniola.
Geological Society of America Special Paper 262, 1-28.
MANN, P., LEBRON, M., RODRIGUEZ, J. and HEUBECK, C., (1991c): Geologic maps of
the southern Dominican Republic. En P. Mann, G. Draper and J.F. Lewis (eds.),
Geologic and tectonic development of the North America-Caribbean plate boundary
in Hispaniola. Geological Society of America Special Paper 262. Plates 4a, 4b, and
4c, scale: 1:150,000.
MANN, P., McLAUGHIN, P.P., COOPER, C.,(1991d): Geology of the Azua and Enriquillo
basins, Dominican Republic; 2, Structure and tectonics. En P. Mann, G. Draper, J.F.
Lewis (eds.). Geologic and tectonic development of the North America-Caribbean
plate boundary in Hispaniola. Geological Society of America Special Paper 262,
367-390.
MANN, P. , MCLAUGHLIN, JR., P.P., VAN DER BOLD, W.A., LAWRENCE, S. R. Y
LAMAR, M. E.,(1999). Tectonic and Eustatic Controls on Neogene Evaporitic and
Siliciclastic Deposition in the Enriquillo Basin, Dominican Republic. En P. Mann (ed.).
Caribbean Basins. Sedimentary Basins of the Word, 4 (Series Editor: K.J. Hsü), 287-
342.
MANN, P. y LAWRENCE, S.R., (1991): Petroleum potential of southern Hispaniola.
Journal of Petroleum Geology, 14: 291-308.
MANN, P., TAYLOR, F.W., BURKE, K., and KULSTAD, R., (1984): Subaerially exposed
Holocene coral reef, Enriquillo Valley, Dominican Republic. Geol. Soc. Am. Bull., 95:
1084-1092.
MANN, P., TAYLOR, F.W., EDWARDS, R.L., KU, TL.,(1995): Actively evolving microplate
formation by oblique collision and sideways motion along strike-slip faults: An
example from the north-eastern Caribbean plate margin. Tectonophysics, 246, 1-69.
MAURRASSE, G. HUSLER, G. GEORGES, R. SCHIMITT, and P. DAMOND. 1979:
Upraised Caribbean Sea floor below acoustic reflector B” and the Southern
Peninsula of Haiti, Geolo, Minjbuow., 8, 71-83.
MASSON, D.G., SCANLON, K.M., (1991): The neotectonic setting of Puerto Rico.
Geological Society of America Bulletin, 103, 144-154.
MAUFFRET, A., LEROY, S.(1997): Seismic stratrigraphy and structure of the Caribbean
igneous province. Tectonophysics, 283: 61-104.
________________________________________________________________________________________________________________
McLAUGHLIN, P.P., VAN DEN BOLD, W.A., MANN, P., (1991): Geology of the Azua and
Enriquillo basins. Dominican Republic; 1, Neogene lithofacies, biostratigraphy,
biofacies, and paleogeography. En P. Mann, G. Draper, J.F. Lewis (eds.). Geologic
and tectonic development of the North America-Caribbean plate boundary in
Hispaniola. Geological Society of America Special Paper 262, 337-366.
MERCIER DE LEPINAY, B., (1987): L´evolution géologîque de la bordure Nord-Caraïbe:
L´exemple de la transversale de l´île d´Española (Grandes Antilles). These de
doctorat, Université Pierre et Marie Curie, 378 pp. (Inédito).
NORCONSULT, (1893): Dominican Republic. Petroleun Exploration Appraisal. Report for
Servicio Geológico Nacional. Santo Domingo (inédito).
PARDO, G., (1975): Geology of Cuba. En: The Ocean Basins and Margins, (Nairm, Stelhi
eds.) A.E.M. Vol. 3.
PINDELL, J. L., BARRETT, S. F., (1990): Geological evolution of the Caribbean region: a
plate tectonic perspective. En G. Dengo y J.E. Case (eds.). The Caribbean, Volume
H, Decade of North American Geology. Geological Society of America, Boulder,
Colorado, 404-432.
PINDELL, J.L., (1994): Evolution of the Gulf of Mexico and the Caribbean. En S.K.
Donovan y T.A. Jackson (eds.). Caribbean Geology: an introduction, University of
the West Indies Publishers Association. University of the West Indies Press,
Kingston, Jamaica, 13-39.
PROINTEC, (1999): Prevención de Riesgos Geológicos (Riesgos sísmicos). Proyecto del
Programa de Desarrollo Geológico Minero (SYSMIN) en la República Dominicana.
Servicio Geológico Nacional, Santo Domingo.
PUBELLIER, M., A. MAUFFRET, S. LEROY, J.M. VILA, H. AMILCAR. (2000): Plate
boundary readjustment in oblique convergence: Example of Neogene of Hispanila,
Greater Antilles. Tectonics, Vol. 19, No. 4, pp 630-648.
RUTTER, E.H., HADDOCK, R.H., HALL, S.H., y WHITE, S.H., (1986):. Comparative
microstructures of natural and experimentally produced clay-bearing fault gouges.
Paleoph, 124-
SANZ J., y SOLER, M., (2004): Proyecto de Cartografía Gotemática de la República
Dominicana. Hoja a E.1:50.000 nº 5873-II (Bánica). Programa SYSMIN, Servicio
Geológico Nacional, Santo Domingo.
SAYEED, U., MAURRASSE, F., KEIL, K., HUSLER, J. y SMITH, R., (1978). Geochemistry
and petrology of some mafic rocks from Dumisseau, Haití: EOS Transactions of the
American Geophisical Union, v. 59, 403
________________________________________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________________________________________