El Sexenio Democrático (1868-1874) La Constitución de 1869
El Sexenio Democrático (1868-1874) La Constitución de 1869
El Sexenio Democrático (1868-1874) La Constitución de 1869
4. LA PRIMERA REPÚBLICA
4.1.1. República Federal: el Partido Demócrata Federalista se puso en la cabeza de la República, liderado por Estanislao Figueras. Este partido
defendía: Un Estado federal, lo que implicaba la división del territorio nacional en porciones en los que sus habitantes se regirían por leyes propias,
aunque sometidos en ciertos asuntos a decisiones del poder federal central. Partidarios del Estado laico y la separación Iglesia-Estado. Se oponían
a la intervención del ejército en la política, por lo que era concebido como un órgano al margen del gobierno. Se diferenciaban en él distintas
posturas: benevolentes (liderados por Pi i Margall) y los intransigentes (liderados por Roque Barcia).
4.1.2. Gobierno de Figueras: Del gobierno de Figueras destacan reformas populares y de carácter radical, como la supresión del impuesto de
consumos y de las quintas.
4.1.3 Francisco Pi y Margall: A Figueras le sustituyó el 11 de junio Francisco Pi i Margall, conocido por tratar de conciliar las corrientes republicanas
con un programa de “orden y gobierno”. Este convoca Cortes constituyentes, resultando la Constitución non nata de 1873. Esta fue elaborada
apresuradamente, y se definía una nación compuesta por 17 Estados federados. Debido a los problemas del momento, no llegó a aprobarse.
Además, había una importante presión por parte de los republicanos de izquierda para avanzar en las reformas sociales, adoptando medidas
como: la reglamentación del trabajo infantil y la abolición de esclavitud en Puerto Rico (1873). Pi quería negociar con los carlistas y republicanos
impacientes, pero en julio de 1873 se produjo en Alcoy una huelga general que derivó en insurrección generalizada, y fue duramente reprimida.
4.1.2. Cantonalismo: Es en este momento cuando comienza la Revolución Cantonalista. El cantonalismo fue la versión del federalismo popular, en
la que se abogaba por la división del Estado nacional en cantones casi independientes, probablemente con influencia del anarquismo. Fue este
suceso que desencadenó la división de los republicanos en los benevolentes (tolerantes con el movimiento) y los intransigentes (partidarios de la
represión). La revolución comenzó en Cartagena, pero pronto se extendió, proclamándose el cantón de Alicante, Almansa, Sevilla, Salamanca,
Málaga… Pi i Margall se negó a reprimir los levantamientos cantonales y el gobierno entró en crisis.
Como respuesta a la insurrección cantonal, la República da un giro a la derecha estableciéndose una república centralista cuyo objetivo era
restablecer el orden y aprobar las reformas sociales pendientes. De esta forma, se vuelve a situar el ejército en el papel de garante del orden y
como barrera contra la revolución social. Esto supone una ruptura con el federalismo.
Nicolás Salmerón: Sustituye a Pi i Margall en la presidencia de la República. Este recurre al ejército para reprimir el movimiento cantonalista y
restablecer el orden. Sin embargo, Salmerón abandona la República en septiembre al negarse a firmar dos sentencias de muerte.
Emilio Castelar: Es sustituido por Emilio Castelar, defensor de una Republica centralista, unitaria y más conservadora. Gobernó con las Cortes
cerradas y por decreto, y se caracterizó por la dura represión de las revueltas sociales.
Gobierno autoritario. Las Cortes cerradas y el proyecto de constitución suspendido. Este periodo consistió en una dictadura personal encubierta
bajo la forma republicana. Se trataba de un sistema híbrido sin constitución descrito en el manifiesto a la nación. Además, las Cortes se cerraron.
Se apeló a los grupos sociales acomodados (“gente de orden”) para hacer retroceder hacia la oligarquía. Además, se suspende la Constitución de
1869 hasta recobrar la normalidad, gobernando mediante decretos. Por otro lado, se dio un papel primordial al ejército, haciendo frente al avance
carlista y reprimiendo el movimiento cantonalista (que no concluiría hasta enero de 1874), convirtiéndose así, en el verdadero árbitro de la
situación.
Pronunciamiento de Martínez Campos en Sagunto. El 29 de diciembre de 1874 el general Martínez Campos organiza un golpe de Estado cuyo fin
es la restauración borbónica con el retorno de Alfonso XII (hijo de Isabel II). La rápida adhesión al pronunciamiento obligó a Serrano a huir a
Francia. A los dos días Cánovas constituía el “ministerio-regencia”, que inauguraba una nueva etapa y ponía fin al sexenio democrático.