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Guía para El Mejoramiento Institucional

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Guía para el

mejoramiento
institucional
1.2 El establecimiento educativo integrado

La descentralización propició la integración de los establecimientos


educativos, la cual se materializó a partir del Decreto 688 de 2002. Su
propósito fue garantizar el ciclo completo de educación básica a todos
los niños, niñas y jóvenes de nuestro país. A finales de ese año, el 48%
de las instituciones sólo ofrecía la básica primaria, otro 35% tenía este
nivel y preescolar, y apenas el 5% contaba con la oferta completa –
preescolar, básica y media.

Muchos niños que terminaban la básica primaria tenían grandes


restricciones para continuar sus estudios. En el mejor de los casos
debían salir a buscar un cupo en otra institución, muchas veces alejada
de su casa, lo que incrementaba los costos de educarse y aumentaba
sus probabilidades de abandonar el sistema sin culminar la educación
obligatoria.

La integración se realizó a partir de mapas educativos municipales, en


los cuales se visualizó toda la oferta y se estableció la cercanía
geográfica de las instituciones. Con ello se determinó cuáles debían
articularse, de manera que un estudiante pudiera cursar desde el
preescolar hasta la media sin cambiar de establecimiento.

A este proceso de integración física, de jornadas y de recursos se sumó


otro aún más complejo: la unificación de los Proyectos Educativos
Institucionales. No ha sido sencillo conciliar los diversos énfasis de los
PEI, los enfoques pedagógicos y las formas de trabajar que tenían las
instituciones que fueron integradas. También ha sido ardua la
reorganización de los equipos de trabajo y los recursos disponibles en
cada sede alrededor de un proyecto común construido a partir de un
nuevo horizonte institucional que contemple la atención a la
diversidad de la población.

Por lo tanto, este es un punto crucial que debe ser abordado en el


proceso de mejoramiento. El liderazgo de los rectores o directores y sus
equipos, además de la construcción de canales de comunicación
apropiados, son esenciales para consolidar la identidad institucional,
de manera que todos los integrantes de la comunidad educativa
puedan trabajar en un proyecto común, fruto de la concertación y el
consenso alrededor del propósito de garantizar la mejor educación
para todos los estudiantes, sin importar sus orígenes, ni sus
condiciones sociales, económicas y culturales.
1.3 La autonomía escolar

Instituida por la Ley General de Educación, la autonomía escolar brindó


a cada establecimiento educativo la facultad para definir su identidad
y plasmarla en su Proyecto Educativo Institucional. Igualmente, les
permitió organizar su plan de estudios alrededor de las áreas
fundamentales determinadas para cada nivel, de las asignaturas
optativas en función del énfasis de su PEI, de los lineamientos
curriculares y de los estándares básicos de competencias, además de
las características y necesidades derivadas de la diversidad y la
vulnerabilidad de las poblaciones según las especificidades propias de
cada región.

Asimismo, les permitió adoptar los enfoques y métodos de enseñanza


más apropiados para cumplir los objetivos de su proyecto pedagógico;
introducir actividades deportivas, culturales y artísticas; y definir las
bases para lograr una sana convivencia entre sus miembros. Además,
los insta a prepararse para enfrentar los desafíos crecientes que
imponen la inclusión, la modernización y la globalización.

El uso responsable de la autonomía permite a los establecimientos


brindar una educación de calidad a través de procesos formativos
pertinentes y diferenciados, que logren que todos sus estudiantes
aprendan, como base de la equidad y la justicia social. Este ejercicio de
autonomía debe ser complementado con una apropiada rendición de
cuentas acerca de los logros obtenidos.

1.4 Las nuevas formas de trabajo en los establecimientos educativos

La autonomía escolar y la integración institucional traen consigo la


necesidad de organizar muy bien las actividades, de manera que se
cumplan todos los objetivos y las metas establecidas. Por ello, la
planeación, el seguimiento y la evaluación se convierten en
herramientas básicas para garantizar que lo que haga cada integrante
de la institución tenga sentido y pertenencia dentro de un proyecto
común. En otras palabras, es fundamental lograr que todos “remen
hacia el mismo lado”, bajo el liderazgo del rector o director y su equipo.

Para ello, la comunicación es indispensable. Este concepto no se limita


al hablar; es un proceso fundamentado en el reconocimiento y el
respeto por la diferencia y en el interés real hacia los demás. Implica
escuchar de manera genuina a los compañeros y a las personas a las
que sirve el establecimiento educativo – estudiantes, padres de familia
y comunidad educativa en general –. También requiere transmitir
ideas, percepciones y conceptos de manera comprensible y oportuna a
diferentes interlocutores. Una buena comunicación facilita la
construcción de estrategias comunes para enfrentar los problemas
que afectan a la institución. Además, fortalece el aprendizaje individual
y colectivo, y está en la base del trabajo en equipo.

Cuando se trabaja conjuntamente con otras personas se aumentan las


posibilidades de tener resultados y productos más sólidos, pues todos
los integrantes del equipo se vinculan para aportar sus ideas,
experiencias y conocimientos, de forma que unos aprenden de otros.
Igualmente, se desarrollan las capacidades de argumentación y
negociación, lo que contribuye a la consecución de acuerdos sobre
diferentes temas. Estos consensos, a su vez, darán mayor legitimidad a
las decisiones y permitirán un alto nivel de compromiso con las tareas
que cada persona desarrollará.

La comunicación y el trabajo en equipo se facilitan cuando se utilizan


sistemáticamente datos e información pertinente como “brújulas” que
guían las acciones y orientan la toma de decisiones. Conocer la
dinámica escolar, los estudiantes y sus familias, los problemas y los
desafíos del entorno permite seleccionar las estrategias más
apropiadas.

Además, contar con información actualizada y precisa da elementos


para determinar si se alcanzaron los resultados esperados y rendir
cuentas a todos los integrantes de la comunidad educativa sobre los
avances obtenidos.

1.5 Más y mejores instancias de participación responsable en la vida


institucional

En concordancia con el espíritu democrático y los principios de


descentralización y participación de la Constitución, la Ley General de
Educación y sus reglamentaciones dispusieron la creación del
gobierno escolar en cada establecimiento educativo para asegurar la
participación organizada y responsable de los integrantes de la
comunidad educativa en los diferentes ámbitos de decisión de la
institución.

Con lo anterior se busca que el PEI sea concertado por directivos,


docentes, padres de familia, estudiantes, egresados y representantes
del sector productivo local. Asimismo, que las pautas que orientan los
procesos curriculares, de evaluación y promoción, así como de
convivencia, sean conocidas y compartidas. Esto fortalece la identidad
institucional y brinda las condiciones esenciales para que todos
trabajen en una misma dirección: la definida en el Proyecto Educativo
Institucional.

Las principales instancias de gobierno y participación institucional son:

El Consejo Directivo, encargado de tomar las decisiones relacionadas


con el funcionamiento institucional: planear y evaluar el PEI, el
currículo y el plan de estudios; adoptar el manual de convivencia;
resolver conflictos entre docentes y administrativos con los
estudiantes; definir el uso de las instalaciones para la realización de
actividades educativas, culturales, recreativas, deportivas y sociales;
aprobar el presupuesto de ingresos y gastos, entre otras.

El Consejo Académico, responsable de la organización, orientación


pedagógica, ejecución y mejoramiento continuo del plan de estudios;
así como de revisar y hacer ajustes al currículo, y participar en la
evaluación institucional anual.

El Rector o Director, encargado de dirigir la resignificación del PEI con


la participación de los distintos actores de la comunidad educativa,
responder por la calidad de la prestación del servicio, presidir los
consejos directivo y académico, coordinar los demás órganos del
gobierno escolar, además de formular y dirigir la ejecución de los
planes anuales de acción y de mejoramiento de la calidad.

También debe representar al establecimiento ante las autoridades y la


comunidad educativa, dirigir el trabajo de los equipos de docentes,
proponer a los profesores que recibirán capacitación, administrar los
recursos humanos de la institución, distribuir las asignaciones
académicas y demás funciones del personal, realizar la evaluación
anual del desempeño y rendir informes semestrales al consejo
directivo.

El Comité de Convivencia es un órgano consultor del consejo directivo


y del rector o director, encargado de asesorar a estas instancias en la
resolución de situaciones relacionadas con la convivencia y la
disciplina. Está conformado por representantes de todos los
estamentos de la comunidad educativa.
Entre las atribuciones de este comité están: realizar actividades y
talleres para fomentar la convivencia y los valores; divulgar los
derechos fundamentales, así como los de los niños, niñas y
adolescentes; instalar mesas de conciliación para la resolución pacífica
de conflictos; y hacer seguimiento al cumplimiento de lo establecido
en el manual de convivencia.

La Asamblea General de Padres de Familia, conformada por todos los


padres del establecimiento, quienes son los responsables del ejercicio
de sus derechos y deberes en relación con el proceso educativo de sus
hijos.

El Consejo de Padres de Familia, cuyas principales funciones son:


involucrarse en la elaboración de los planes de mejoramiento;
contribuir con el rector o director en el análisis, difusión y uso de los
resultados de las pruebas SABER y el examen de Estado; presentar
propuestas para actualizar el manual de convivencia; apoyar
actividades artísticas, científicas, técnicas y deportivas orientadas a
mejorar las competencias de los estudiantes en distintas áreas.
La Asociación de Padres de Familia, responsable de apoyar la
ejecución del PEI y del plan de mejoramiento; promover la formación
de los padres para que cumplan adecuadamente la tarea educativa
que les corresponde; apoyar a las familias y a los estudiantes en el
desarrollo de acciones para mejorar su formación integral y sus
resultados de aprendizaje; además de contribuir a la solución de los
problemas individuales y colectivos de los alumnos.

El Consejo Estudiantil es la instancia de participación de los alumnos


en la vida institucional. Está conformado por un estudiante de cada
grado entre los que se elige el representante al Consejo Directivo.

El Personero Estudiantil, alumno de 11º grado seleccionado para


promover el ejercicio de los derechos y deberes de los estudiantes
establecidos en la Constitución, las leyes, los reglamentos y el manual
de convivencia.

Las Comisiones de Evaluación y Promoción, constituidas por el rector


o director, tres docentes de cada grado y un representante de los
padres de familia, cuyas responsabilidades son definir la promoción de
los estudiantes y recomendar actividades de refuerzo para aquellos
que tengan dificultades.

Los diferentes grupos étnicos de todas las regiones de Colombia


también cuentan con mecanismos e instancias de participación y
concertación en la educación. Esto parte del reconocimiento de que
nuestro país es pluriétnico y multicultural y, por tanto, la atención
educativa para estas poblaciones debe darse mediante estrategias
pedagógicas acordes con su cultura, lengua y tradiciones, basadas en
los principios de integralidad, diversidad lingüística, autonomía,
participación comunitaria, interculturalidad, flexibilidad, progresividad
y solidaridad.

e igual manera, las creencias, tradiciones y costumbres de los grupos


étnicos deben tenerse en cuenta en la organización y funcionamiento
de las diferentes instancias del gobierno escolar, así como en la
definición del manual de convivencia de los establecimientos
educativos. En este sentido, es necesario asegurarse de que los
estudiantes desarrollen las capacidades para conocer y difundir los
saberes, prácticas, valores y formas de comprender el mundo de los
diferentes grupos étnicos – indígenas, afrocolombianos, raizales y rom
–. Lo anterior contribuye al afianzamiento de los principios de
interculturalidad.

1.6 Relaciones más dinámicas con otras entidades y organizaciones

Los establecimientos educativos no están solos; se encuentran


ubicados en entornos sociales, productivos y culturales particulares
con los cuales deben interactuar permanentemente. Además, muchos
tienen el desafío de atender a grupos poblacionales pobres y
vulnerables, entre los que hay más casos de violencia, maltrato,
consumo de sustancias psicoactivas, trabajo infantil, etc.

Todas estas condiciones exigen nuevas maneras de gestionar el


servicio, las cuales deben conducir a disminuir las barreras para el
aprendizaje y la participación, de manera que todos los estudiantes
asistan a la escuela, permanezcan en el sistema educativo, aprendan a
convivir con los demás y desarrollen las competencias básicas
necesarias para seguir aprendiendo a lo largo de su vida.

Así, el rector o director y su equipo directivo deben establecer


relaciones con diversas autoridades y entidades que prestan servicios
complementarios, ya sea para obtenerlos, mantenerlos o hacerles
seguimiento. Entre éstos se encuentran el apoyo nutricional y a
estudiantes con necesidades educativas especiales, la prevención y
atención en salud, el transporte y la asistencia psicológica, entre otros.

Además, para la formulación e implementación de estrategias


pedagógicas más efectivas y pertinentes se deben gestionar acciones
que permitan, por parte de los alumnos, el uso de bibliotecas, centros
de recursos, y ayudas informáticas y de Internet; la realización de
salidas pedagógicas y actividades artísticas, culturales y deportivas; y el
desarrollo de prácticas laborales en empresas y en otras entidades del
sector productivo.

Estas relaciones de colaboración permiten enfrentar y resolver


problemas que el establecimiento educativo no puede solucionar por
sí mismo. Además, abren nuevos espacios para compartir y
complementar saberes y experiencias, lo que contribuye al
fortalecimiento institucional y de la legitimidad del proyecto educativo

1.7 Uso de referentes nacionales para mejorar

El PEI refleja la identidad institucional y señala los objetivos que todos


los estudiantes deben alcanzar en función de sus características,
necesidades y requerimientos. Estos propósitos y las acciones
implementadas para lograrlos también deben tener en cuenta los
referentes nacionales, pues una educación de calidad es aquella que
permite que todos los alumnos alcancen niveles satisfactorios de
competencias para desarrollar sus potencialidades, participar en la
sociedad en igualdad de condiciones y desempeñarse
satisfactoriamente en el ámbito productivo, independientemente de
sus condiciones o del lugar donde viven. Se trata de un principio básico
de equidad y justicia social.

El Ministerio de Educación Nacional ha centrado sus acciones en la


consolidación de un sistema de aseguramiento de la calidad que
propiciará más y mejores oportunidades educativas para la población;
favorecerá el desarrollo de competencias básicas, ciudadanas y
laborales; mejorará los resultados de la educación; y fortalecerá la
descentralización y la autonomía escolar. Se busca así que los
establecimientos educativos sean abiertos e incluyentes, además de
que en ellos todos los estudiantes puedan aprender, desarrollar sus
competencias básicas y convivir pacíficamente.

El sistema de aseguramiento está constituido por tres elementos:


definición y socialización de estándares básicos de competencias para
las áreas fundamentales, así como orientaciones para las demás áreas
y para que las estrategias pedagógicas ofrecidas a los diversos grupos
poblacionales sean pertinentes; evaluación de estudiantes, docentes,
directivos e instituciones; y mejoramiento.

Los estándares básicos de competencias son criterios claros y públicos


que orientan el diseño de los currículos y planes de estudio, las
estrategias pedagógicas y las evaluaciones de los aprendizajes. Son
referentes que permiten establecer si un estudiante, una institución o
el sistema educativo en su conjunto cumplen unas expectativas
comunes de calidad. Además, expresan una situación deseada en
cuanto a lo que se espera que todos los alumnos aprendan en su paso
por la educación básica y media.

Con los estándares y los demás referentes para la calidad y pertinencia


de la educación se busca transformar la visión tradicional que
privilegiaba la simple transmisión y memorización de contenidos, por
la de una pedagogía que permita que los estudiantes utilicen los
conocimientos adquiridos en situaciones diversas para solucionar
creativamente diferentes tipos de problemas.

De otra parte, evaluar permite saber cómo se está frente a los objetivos
y metas propuestas y, con base en los resultados obtenidos, definir
acciones concretas para mejorar. Las evaluaciones realizadas a los
estudiantes por los docentes en desarrollo de las actividades
pedagógicas, así como las que se llevan a cabo periódicamente
(pruebas SABER y examen de Estado), dan información valiosa sobre
qué tanto saben y saben hacer en las áreas fundamentales.

A su vez, la valoración periódica del desempeño de los docentes y


directivos da elementos para identificar sus fortalezas y necesidades de
formación para superar las dificultades. De igual manera, la
autoevaluación permite conocer cuáles son los aspectos que
contribuyen al logro de los objetivos institucionales y en los que es
necesario centrar la atención para seguir avanzando.

El tercer elemento del ciclo de la calidad es el mejoramiento. Éste se


logra mediante el fortalecimiento de la capacidad de los
establecimientos y centros educativos para formular, ejecutar y hacer
seguimiento a los resultados de sus planes de mejoramiento. El
propósito de esta guía es apoyar este proceso, de manera que éstos
puedan alcanzar las metas que se han propuesto.

1.8 Características de un establecimiento educativo en proceso de


mejoramiento

Una institución educativa no es sólo un edificio donde se trabaja o se


estudia; es un conjunto de personas y bienes promovido por
autoridades públicas o por particulares, cuya finalidad es prestar el
servicio de la educación preescolar, básica y media. Asimismo, es un
espacio donde ocurren los procesos de enseñanza–aprendizaje
orientados por principios de equidad de oportunidades y convivencia
de la comunidad multicultural.

Para las niñas, niños y jóvenes, el establecimiento educativo es


también un espacio lúdico donde, además de aprender y desarrollar
sus competencias, construyen relaciones de amistad y afecto tanto con
sus iguales como con personas mayores. En él también viven sus
temores y conflictos. Estas relaciones contribuirán, de manera
significativa, a la construcción de sus estructuras éticas, emocionales y
cognitivas, así como a sus formas de comportamiento.

De igual manera, en el establecimiento educativo se materializan el


PEI, el plan de estudios y el plan de mejoramiento. Asimismo, se
concretan la planeación curricular, las actividades pedagógicas, las
evaluaciones, la gestión de diferentes procesos y componentes;
además de las relaciones con diversas entidades, autoridades e
instancias de la comunidad educativa.

El PEI, el plan de mejoramiento y el plan de estudios son herramientas


para orientar las acciones escolares hacia el logro de los propósitos y las
metas definidas por el equipo directivo y la comunidad educativa. De
esta forma, la institución tiene una “carta de navegación”, la cual debe
ser conocida por todos para lograr su compromiso, bajo el liderazgo del
rector y de su equipo directivo. Este compromiso incluye la
movilización y canalización del trabajo hacia el alcance de los objetivos
en los plazos establecidos, además del seguimiento y la evaluación
permanentes de los planes y acciones para saber si lo que se ha hecho
permite alcanzar las metas y los resultados propuestos, y qué ajustes
se deben introducir.

Para saber si se está contribuyendo al logro de los resultados


esperados, es aconsejable tener en mente las características esenciales
de un establecimiento educativo que mejora permanentemente. Estos
aspectos pueden identificarse a partir de estudios nacionales e
internacionales, especialmente aquellos que se han centrado en el
análisis de los factores asociados al rendimiento académico y a la
convivencia, así como en los resultados de asesorías directas para
apoyar el fortalecimiento institucional. En el Cuadro No. 1 presentamos
los principales.
1.9 Características del rector o director de un establecimiento
educativo en proceso de mejoramiento continuo

Los elementos señalados en el apartado anterior como características


de las instituciones educativas efectivas muestran que los retos para
gestionarlas son muy grandes. Por tanto, se requiere un rector o
director con un alto nivel de liderazgo y con un conjunto de
habilidades y competencias que le permitan desempeñar todas sus
funciones. En el Cuadro No. 2 se recogen el perfil y los requisitos
profesionales básicos de un buen rector

Cuadro No. 2. Características del rector o director


1.10 La gestión del establecimiento educativo abarca varias áreas,
procesos y componentes

Los establecimientos educativos han evolucionado: han pasado de ser


instituciones cerradas y aisladas a funcionar como organizaciones
abiertas, autónomas y complejas. Esto significa que requieren nuevas
formas de gestión para cumplir sus propósitos, desarrollar sus
capacidades para articular sus procesos internos y consolidar su PEI.
La gestión institucional debe dar cuenta de cuatro áreas de gestión, las
cuales son:

Gestión directiva: se refiere a la manera como el establecimiento


educativo es orientado. Esta área se centra en el direccionamiento
estratégico, la cultura institucional, el clima y el gobierno escolar,
además de las relaciones con el entorno. De esta forma es posible que
el rector o director y su equipo de gestión organicen, desarrollen y
evalúen el funcionamiento general de la institución.

Gestión académica: ésta es la esencia del trabajo de un


establecimiento educativo, pues señala cómo se enfocan sus acciones
para lograr que los estudiantes aprendan y desarrollen las
competencias necesarias para su desempeño personal, social y
profesional. Esta área de la gestión se encarga de los procesos de
diseño curricular, prácticas pedagógicas institucionales, gestión de
clases y seguimiento académico.

Gestión administrativa y financiera: esta área da soporte al trabajo


institucional. Tiene a su cargo todos los procesos de apoyo a la gestión
académica, la administración de la planta física, los recursos y los
servicios, el manejo del talento humano, y el apoyo financiero y
contable.

Gestión de la comunidad: como su nombre lo indica, se encarga de


las relaciones de la institución con la comunidad; así como de la
participación y la convivencia, la atención educativa a grupos
poblacionales con necesidades especiales bajo una perspectiva de
inclusión, y la prevención de riesgos.

En el interior de estas áreas hay un conjunto de procesos y


componentes (Cuadro No. 3) que deben ser evaluados
periódicamente, a fin de identificar los avances y las dificultades, y de
esta forma establecer las acciones que permitan superar los
problemas. Tanto los procesos como los componentes son los
referentes para emprender la ruta del mejoramiento que se describe
en la segunda parte de esta guía

Cuadro No. 3. Procesos y componentes de las áreas de gestión


institucional
Elementos que caracterizan la cotidianidad de los establecimientos
educativos

1.11 Ruta para el mejoramiento continuo

La puesta en marcha de procesos de mejoramiento escolar requiere


que el equipo de gestión – conformado por diversos integrantes de la
comunidad educativa y liderado por el rector o director – se organice
para realizar cada una de las actividades previstas. Esta tarea tiene que
ver tanto con la conformación de grupos de trabajo y la definición de
responsables, como con el ordenamiento de las tareas y el
establecimiento de tiempos y plazos para realizarlas.

Para apoyar este trabajo en los establecimientos educativos, de


manera que sea muy eficiente y productivo, se propone una ruta de
tres etapas que se repetirán periódicamente, puesto que son parte del
ciclo del mejoramiento continuo. Éstas contienen, a su vez, pasos y
actividades, cuya realización debe conducir a resultados precisos que
permitirán avanzar a la etapa siguiente.

La primera etapa de la ruta del mejoramiento continuo es la


autoevaluación institucional. Este es el momento en el que el
establecimiento educativo recopila, sistematiza, analiza y valora
información relativa al desarrollo de sus acciones y los resultados de
sus procesos en cada una de las cuatro áreas de gestión. Con ello es
posible elaborar un balance de las fortalezas y oportunidades de
mejoramiento, las cuales serán la base para la formulación y ejecución
del plan de mejoramiento.

La segunda etapa consiste en la elaboración del plan de mejoramiento.


Se recomienda que éste tenga un horizonte de tres años para los
cuales se definirán objetivos, actividades, tiempos y responsables de
cada tarea, de manera que se logren los propósitos acordados para
cada una de las áreas de gestión.

Finalmente, la tercera etapa consiste en el seguimiento periódico al


desarrollo del plan de mejoramiento, con el propósito de establecer
cuáles fueron los resultados obtenidos, las dificultades y retrasos en la
ejecución, los recursos utilizados y las razones por las cuales no se
realizaron ciertas actividades. Esto permitirá revisar el logro de las
metas y de los objetivos, así como efectuar los ajustes pertinentes.

Además, el seguimiento permite recopilar información para llevar a


cabo un nuevo proceso de autoevaluación, que a su vez dará las bases
para la elaboración de un nuevo plan de mejoramiento, al cual también
será necesario hacerle seguimiento.

Los pasos de cada una de las etapas de la ruta de mejoramiento


pueden verse en el Cuadro No. 4. En la segunda parte se describen
con sus respectivas actividades y resultados esperados.
TOMADO DE:
Ministerio de Educación Nacional. Guía para el mejoramiento
institucional, de la autoevaluación al plan de mejoramiento.
articles-177745_archivo_pdf.pdf

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