Jose Maria Martinez - Caso - Responsabilidad Del Estado
Jose Maria Martinez - Caso - Responsabilidad Del Estado
Jose Maria Martinez - Caso - Responsabilidad Del Estado
COLOMBIA
Docente.
Maestría en Derecho.
Cartagena de Indias
2024.
El caso Rodríguez Vera y otros, también conocido como "Desaparecidos del Palacio de
Justicia", constituye un ejemplo destacado de transgresiones a los derechos humanos en
Colombia. La incorporación de Colombia al Sistema Interamericano de Derechos
Humanos se originó a raíz de las graves transgresiones a los derechos humanos
ocurridas durante la toma y posterior recuperación del Palacio de Justicia en Bogotá en
noviembre de 1985. El incidente mencionado consistió en la desaparición forzada de
varias personas, entre ellas empleados de la cafetería del Palacio, visitantes y miembros
de organizaciones guerrilleras, así como la ejecución extrajudicial de algunos individuos.
La falta de capacidad del Estado colombiano para realizar investigaciones y aplicar
sanciones de manera efectiva a los responsables fue evidenciada por esta situación. En
consecuencia, las personas afectadas y sus familiares se vieron obligados a buscar
reparación a escala global.
El asalto al Palacio de Justicia fue llevado a cabo por la organización guerrillera M-19. La
respuesta del Estado colombiano, llevada a cabo por las fuerzas militares, se destacó por
su desproporcionalidad y violencia, resultando en la pérdida de más de 100 vidas,
incluyendo magistrados, empleados y miembros del grupo guerrillero. Durante el
desarrollo de la operación de retoma, se documentaron múltiples violaciones a los
derechos humanos, como casos de tortura, desapariciones forzadas y ejecuciones
extrajudiciales. A pesar de la relevancia de los sucesos, las investigaciones internas
resultaron ser deficientes debido a la carencia de imparcialidad y eficacia, generando así
un clima de impunidad.
Ante la falta de justicia a nivel nacional, los familiares de las víctimas han acudido al
Sistema Interamericano de Derechos Humanos con el fin de buscar el reconocimiento de
las violaciones cometidas y la solicitud de que el Estado colombiano tome medidas para
reparar los daños causados. En el año 2012, la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos (CIDH) llevó un caso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos
(Corte IDH), argumentando que Colombia había violado varios artículos de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos. Dentro de estos derechos se encuentran el
derecho a la vida, a la integridad personal, a la libertad individual, a las garantías
procesales y al acceso a la justicia.
En una primera evaluación, la Corte determinó que Colombia violó el derecho a la vida,
consagrado en el artículo 4 de la Convención Americana, de varias víctimas que fueron
desaparecidas durante los acontecimientos en el Palacio de Justicia. La Corte concluyó
que el Estado fue responsable tanto de las desapariciones forzadas como de la falta de
implementación de medidas de protección para las personas presentes en el edificio
durante la operación militar.
Se ha verificado que el Estado violó el derecho a la integridad personal de las víctimas
que fueron sometidas a torturas y malos tratos, tanto durante como después de los
acontecimientos, tal como se establece en el artículo 5 de la Convención. En el marco de
la recuperación del Palacio, la Corte destacó que las acciones de las fuerzas estatales
incluyeron actos de gran violencia que resultaron en un severo perjuicio para la integridad
física y psicológica de los individuos afectados.
¿Cuál fue la falla identificada por la Corte Interamericana en el caso Rodríguez Vera vs.
Colombia al realizar su análisis? El 14 de noviembre de 2014, la Corte Interamericana de
Derechos Humanos emitió una sentencia en la que estableció la responsabilidad del
Estado colombiano en múltiples violaciones de derechos humanos. La Corte ha
determinado que Colombia violó los derechos a la vida, la integridad personal, la libertad
personal, las garantías judiciales y la protección judicial de las víctimas y sus familiares.
La responsabilidad del Estado en la desaparición forzada de varias personas y en la
ejecución extrajudicial de otras fue destacada específicamente por la Corte.
Dentro de las disposiciones más relevantes de la sentencia, la Corte señaló que el Estado
colombiano debe llevar a cabo una investigación detallada con el propósito de dilucidar
los acontecimientos y determinar las responsabilidades individuales de los implicados.
También se requirió la localización de los cadáveres de las personas desaparecidas y su
posterior entrega a los familiares. La Corte estableció medidas de reparación que
incluyeron compensaciones económicas para las víctimas y sus familiares, así como la
implementación de programas de apoyo psicológico y psiquiátrico.
Según Gómez Gallego et al. (2010), el principal objetivo de la Comisión de la Verdad fue
esclarecer los hechos, determinar responsabilidades y hacer recomendaciones con el fin
de evitar la repetición de dichos eventos. En el análisis llevado a cabo, la Comisión
destacó varios aspectos clave.
La Comisión concluyó que tanto el grupo armado M-19 como el Estado colombiano fueron
responsables del trágico incidente. El M-19 ejecutó la toma violenta del Palacio de Justicia
el 19 de abril. La respuesta militar del Estado fue objeto de críticas por considerarse
excesiva, así como por las violaciones a los derechos humanos que tuvieron lugar durante
la operación de recuperación del edificio. Durante un extenso período de tiempo, se ha
discutido y examinado detenidamente la responsabilidad del Estado y del grupo armado
M-19 en el contexto del conflicto armado colombiano. Durante la década de 1970, en
Colombia surgió el Movimiento 19 de abril (M-19), una organización guerrillera urbana. La
interacción del individuo con el Estado colombiano estuvo marcada por enfrentamientos
armados, negociaciones de paz y, finalmente, un proceso de desmovilización. El conflicto
también es atribuible al Estado colombiano. Durante un largo período, la respuesta del
Estado a las acciones del grupo armado M-19 y otras organizaciones guerrilleras se
destacó por su enfoque principalmente militar, lo que en ocasiones resultó en la
perpetración de violaciones a los derechos humanos. La radicalización de grupos como el
M-19 se vio impulsada por la falta de canales políticos para la participación de la
ciudadanía y la represión de los movimientos sociales. El proceso de paz que culminó en
1990 con la desmovilización del grupo guerrillero M-19 fue un hito importante en el
proceso de reconciliación. El acuerdo propició la reintegración de los miembros del grupo
en la vida civil y política, lo que resultó en la transformación del M-19 en una organización
partidaria denominada Alianza Democrática M-19. El presente procedimiento ejemplifica
cómo el intercambio de ideas y la negociación pueden ser herramientas efectivas en la
resolución de conflictos armados.
Uno de los aspectos más controvertidos del tema se enfocó en las desapariciones de
personas que lograron sobrevivir a su paso por el Palacio. La Comisión documentó casos
de desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales, señalando la participación de
miembros de las fuerzas armadas en dichos crímenes. Uno de los aspectos más
sombríos de este episodio fue la desaparición de varias personas que fueron vistas por
última vez saliendo del Palacio de Justicia bajo custodia militar. Según los testimonios y
pruebas recopilados, se ha constatado que ciertos individuos fueron llevados a
instalaciones militares, donde fueron sometidos a actos de tortura y posteriormente
desaparecieron. Durante un extenso periodo de tiempo, los familiares de las personas
afectadas han mantenido su esfuerzo constante en la búsqueda de justicia y la revelación
de la ubicación de sus seres queridos.
A pesar de los avances en el sistema judicial, aún existen múltiples incógnitas pendientes
de respuesta y la angustia de los familiares continúa. El ejemplo del Palacio de Justicia
ilustra la importancia de conservar la memoria histórica y garantizar que no se repitan
crímenes atroces como los ocurridos en ese lugar.
La Comisión resaltó las carencias en el sistema judicial de Colombia que facilitaron la falta
de castigo para numerosos implicados. A pesar de algunos avances en la identificación de
los culpables, muchos casos permanecieron sin resolver, lo que resultó en una
prolongación del sufrimiento de los familiares de las víctimas.
Yolanda Santodomingo y Eduardo Matson Ospino tuvieron una experiencia similar, ya que
fueron señalados como sospechosos por las fuerzas militares, aunque no se documentó
su entrada al Batallón Charry Solano. En su fallo, la Corte expresó que la identificación de
las personas catalogadas como 'sospechosas' se basó en la percepción individual y
subjetiva de los oficiales militares, sin que se presentaran pruebas objetivas y específicas
que respaldaran dicha percepción. En consecuencia, la Corte concluyó que las
detenciones de Santodomingo, Matson Ospino y Quijano infringieron la Convención
Americana de Derechos Humanos.