Op Ud 10
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Op Ud 10
INTRODUCCIÓN.
1. LA CIUDAD.
1.1. CONCEPTOS.
CIUDAD.
LO URBANO.
URBANIZACIÓN.
RURURBANIZACIÓN.
EL MODO DE VIDA URBANO.
1.2. FUNCIONES URBANAS.
Político-administrativa, militar, comercial, industrial, universitaria,
cultural, religiosa, de ocio.
1.3. MORFOLOGÍA URBANA.
El plano de las ciudades.
Los tipos de edificios.
Las funciones de las calles y edificios.
La organización social.
Los transportes.
1.4. ESTRUCTURA URBANA.
LOS SECTORES.
El sector central.
Las zonas residenciales.
Las zonas industriales.
LOS MODELOS TEÓRICOS DE LA ESTRUCTURA URBANA.
El modelo de círculos concéntricos: Burgess (1929).
El modelo sectorial: Hoyt (1939).
El modelo de centros múltiples: Harris y Ullman (1945).
Los modelos de los lugares centrales: Christaller (1933), Lösch
(1940).
2. EL PROCESO DE URBANIZACIÓN EN EL PLANETA.
Las sociedades primitivas.
CIUDAD ANTIGUA PRECLÁSICA.
CIUDAD ANTIGUA CLÁSICA.
La ciudad griega.
La ciudad romana.
CIUDAD MEDIEVAL.
La ciudad cristiana.
La ciudad islámica.
CIUDAD MODERNA.
La ciudad renacentista.
La ciudad barroca.
CIUDAD INDUSTRIAL.
La Revolución Industrial.
CIUDAD POSTINDUSTRIAL.
CIUDAD SOCIALISTA.
CIUDAD EN EL TERCER MUNDO.
DISTRIBUCIÓN MUNDIAL DE LA POBLACIÓN URBANA.
En los países desarrollados.
En los países subdesarrollados.
3. REPERCUSIONES AMBIENTALES.
Contaminación y consumo de agua.
Contaminación atmosférica.
Cambio climático.
Contaminación acústica.
Producción de residuos sólidos urbanos.
4. REPERCUSIONES SOCIOECONÓMICAS.
Generación de patologías médicas en la salud humana.
Marginación social y delincuencia.
Modificación de las pautas demográficas.
Segregación socioespacial.
APÉNDICES:
GEOGRAFÍA URBANA. INTRODUCCIÓN.
GEOGRAFÍA URBANA. RESUMEN.
INTRODUCCIÓN.
En esta UD se explican los conceptos básicos sobre la ciudad (los
elementos, las funciones, las teorías de su estructura), la evolución del
proceso de urbanización (lo que liga este tema con la Historia del
Urbanismo) y sus consecuencias medioambientales (lo que lo liga con la UD
de acción del hombre sobre el medio ambiente) y socioeconómicas. Por todo
ello es una UD bastante compleja.
1. LA CIUDAD.
1.1. CONCEPTOS.
CIUDAD.
La ciudad es un núcleo de población, con asentamientos humanos
diversificados en componentes, con intensas relaciones entre individuos y
grupos sociales.
La ciudad se caracteriza por:
Tamaño demográfico: es una población importante, pero es un valor relativo
según los países. En España el límite está en los 10.000 habitantes y en
Japón en 30.000.
Densidad de población: tiene una alta densidad de población, muy variable
según la morfología urbana, que puede ir de unos cientos de hab/km² a los
27.000 de Macao.
Morfología: es un conjunto de calles y edificios. Sin ello no habría una
estructura urbana.
Función: ha de ser un centro organizador de un territorio y la actividad de
sus habitantes. Es un rasgo hoy más ambiguo, por la urbanización funcional
del espacio rural.
Cultura urbana: se refiere a un modo de vida urbano en las relaciones
sociales.
LO URBANO.
Lo urbano hace referencia a todo lo relacionado con la ciudad, tanto lo físico
como lo social.
El urbanismo es una ciencia con dos aspectos: sociológico y físico.
- Aspecto sociológico: Hay unas relaciones sociales entre los miembros de la
comunidad, una estructura inmaterial. Su estudio pertenece a la Sociología,
en relación estrecha con el Urbanismo.
- Aspecto físico: accidente sobre el territorio, como conjunto de obras,
adaptadas al medio geográfico (relieve, clima) en un espacio en tres
dimensiones, con una cuarta dimensión, la temporal, pues evoluciona
históricamente.
Hay una expresión estética de la ciudad, por la armonía de sus partes y la
belleza de sus componentes.
El Paisaje urbano: es unión de naturaleza (medio natural) y cultura (obras
del hombre).
Se distinguen infraestructuras y superestructuras:
Infraestructuras: elementos de relación y servicios para favorecer el
contacto entre individuos.
Superestructuras: conjunto de edificios (para vivienda o trabajo).
URBANIZACIÓN.
Es el crecimiento y desarrollo de las ciudades y la difusión de las
características urbanas (morfología, función y cultura) por el espacio a lo
largo del tiempo.
RURURBANIZACIÓN.
Es el proceso de urbanización del espacio rural sin que este pierda su
paisaje característico. Se realiza mediante la conversión de las residencias
rurales en segundas residencias o en viviendas principales de los empleados
urbanos, en la adopción de modos de vida urbanos por los residentes
rurales.
Catedral de Burgos.
Ciudad religiosa. Son centros religiosos, que atraen multitud de peregrinos y
funciones religiosas: Roma, Lourdes, La Meca, Medina, Jerusalén, Benarés.
Muchas ciudades han permanecido en la Edad Media por albergar un obispo.
Ciudad de ocio. Se dedican a actividades de turismo, ocio, juego: Mónaco,
Marbella, Las Vegas. Tienen problemas de desequilibrio entre las estaciones
turísticas y el resto del año.
Plano ortogonal.
Plano radioconcéntrico.
Plano irregular de Córdoba.
La organización social.
Su influencia es constante: los gremios medievales tenían sus propias calles,
los grupos sociales actuales se concentran en sus zonas favoritas...
Los transportes.
Su importancia es creciente, al condicionar el movimiento de los ciudadanos
y su actividad económica y social en el seno de la ciudad y en relación con
su entorno, mediante las avenidas, las calles, las vías de entrada rápida, el
transporte en taxi y autobuses, el metro subterráneo, los ferrocarriles, la
cercanía de puertos y aeropuertos e incluso la amplitud de las aceras.
El sector central.
El sector central es el denominado CBD (Central Business District o Distrito
Central de Negocios). En las grandes ciudades (Londres, Nueva York son los
máximos ejemplos) de los países desarrollados se asientan el comercio
minorista de bienes y servicios más selectos, las sedes centrales de las
grandes empresas, la administración pública y los locales de cultura y ocio.
En las ciudades más antiguas persiste un uso residencia de estos centros
urbanos, en la mayoría de los casos ocupados por clases desfavorecidas y
de avanzada edad, pero con un continuo proceso de sustitución del uso
residencial por las actividades terciarias: el centro se desertiza (en
Barcelona es un proceso preocupante) a medida que los alquileres suben y
la especulación provoca la construcción de edificios de altura cada vez
mayor (los Docklands londinenses son un ejemplo).
La ciudad romana.
Roma supuso la hipertrofia de la ciudad, capital de un vasto imperio,
metrópoli y centro de recepción de los excedentes del Mediterráneo. Pese a
su crecimiento no es una ciudad monumental ni su trazado es destacable.
Era un monstruo orgánico que creció con problemas que nunca se
resolvieron bien, porque su modelo primitivo fue la ciudad orgánica greco-
etrusca. Las ciudades regionales se hacían cargo de la administración
provincial y siguieron un modelo más regular, como es el caso de Barcino
(Barcelona).
La ciudad romana de Barcino (Barcelona). Se observa la típica división
estructural en dos calles principales, una en dirección norte-sur (cardo) y
otra este-oeste (decumano), que se cruzan en el foro (el centro ceremonial).
CIUDAD MEDIEVAL.
Hay que distinguir dos modelos: la ciudad cristiana y la islámica.
La ciudad cristiana.
En la Edad Media, Bizancio sustituyó en este papel a Roma, mientras el
resto de las ciudades caían en una profunda decadencia, prolongada hasta
el siglo XI. Las ciudades medievales, con escasa dimensión física y humana,
concentraban el poder político (realeza, nobleza, burguesía) y religioso
(obispos), protegido por las murallas y puertas. Las ciudades se amurallaban
en pequeños recintos no sólo por facilitar la defensa sino también porque
así se gastaba menos en la construcción y mantenimiento de los muros y
porque la principal entrada de impuestos era la entrada en la ciudad y por
ello un recinto muy amplio disminuía los ingresos en vez de aumentarlos.
En la Alta Edad Media las ciudades sufren una profunda crisis. La población
vivirá durante siglos de la tierra, siendo las ciudades meros centros
administrativos y religiosos, residencias de los príncipes y obispos. Henri
Pirenne, en sus magistrales estudios sobre las ciudades medievales, ha
demostrado que la supervivencia de las ciudades en la Alta Edad Media se
debió a la presencia de la jerarquía de la Iglesia en ellas, porque la
desaparición del comercio y en consecuencia de los mercaderes, junto a la
desaparición de la economía monetaria que permitía a los grandes
propietarios agrícolas vivir en la ciudad, habían suprimido las bases
económicas para la vida urbana. Hasta el resurgimiento económico del siglo
XI la Iglesia será el sostén de las ciudades, junto a la excepción de algunas
ciudades con función de capitales administrativas, como Aquisgrán o
Rávena. Las ciudades viven de la agricultura y el comercio, del dominio
político y religioso sobre el campo. Su morfología es orgánica, con el gran
centro vital de la catedral o la iglesia, hasta que aparecen los palacios de los
Ayuntamientos.
La ciudad islámica.
La expansión islámica de los siglos VII y VIII extendió su dominio sobre las
ciudades clásicas en decadencia, junto a ciudades persas e hindúes de tipo
oriental. Sobre estos tipos el Islam impuso una nueva concepción del
espacio urbano, de un carácter vital, biológico, desordenado, orgánico,
privado, en oposición al público de las ciudades griega y romana. La
fundación de ciudades es una exigencia de la conquista, adaptando el
urbanismo de los países conquistados al propio contexto religioso, social y
geográfico, sobre unos sustratos regionales y locales, pero con un común
carácter intimista y secreto, ligado a la radical igualdad del Corán, en la que
los creyentes son como esclavos de Alá, por lo que su posición depende
siempre de la voluntad divina y no es conveniente manifestarla con signos
externos de lujo en la vivienda, aunque los interiores de los palacios pueden
ser de increíble riqueza. Ricos y pobres conviven en los mismos barrios, sin
darse la separación occidental en barrios de primera y de segunda (al
presente comienza a haberla). El retiro privado, la ocultación del interior de
la vivienda al exterior, tiene la motivación de proteger la intimidad de la
familia. Influyen también factores económicos, climáticos y jurídicos (es
notable la dificultad de la expropiación en el mundo islámico, lo que impide
la planificación urbana). Hay una radical oposición entre ciudad y campo,
como la permanente lucha entre los sedentarios y los nómadas
conquistadores que Ibn Jaldún consideraba el motor de la historia.
El tipo de ciudad islámica ha variado poco en el tiempo. La ciudad no tiene
ordenamiento, ni tampoco unos requisitos mínimos de vías o higiene,
generalmente con ausencia de cloacas, por lo que las calles están siempre
sucias. Hay una escasez monumental que la diferencia notablemente de la
ciudad clásica grecorromana. La Umma, reunión de todos los creyentes, es
un conjunto universal de ciudades, con barrios que son como pequeñas
ciudades y calles que se comportan de un modo asimismo autónomo, con
todos los servicios básicos (a menudo con sus propias puertas) y con una
división en arrabales y calles según los oficios. Así hay arrabales de los
barberos, curtidores, halconeros, alfareros... En España el carácter islámico
orgánico ha perdurado en muchos cascos antiguos, incluyendo Palma,
aunque resten pocos edificios musulmanes intactos.
CIUDAD MODERNA.
La ciudad de la época moderna tiene tres características:
- Crecimiento demográfico.
- Concentración del poder político en las capitales de los grandes Estados.
- Pérdida de la autonomía municipal.
La ciudad renacentista.
En el Renacimiento se criticó la ciudad medieval y se introdujo la
perspectiva para la organización de los encuadres viarios. La ciudad ideal de
los tratadistas adopta la forma de estrella y es concebida como un cuerpo
orgánico, un edificio.
La ciudad barroca.
En el Barroco se plantean los problemas de la percepción global de la
ciudad, que se concibe como una sucesión de panópticos enlazados, de
modo que en cada lugar el alcance visual pueda llegar a ser el máximo. Se
aprovechan los puntos singulares para realzar la primacía plenamente
jerarquizada, monumentalizando el palacio del gobernante y las iglesias, en
un sistema urbanístico al servicio del poder político y religioso.
CIUDAD INDUSTRIAL.
La Revolución Industrial.
CIUDAD POSTINDUSTRIAL.
La ciudad postindustrial se corresponde con una civilización de masas
urbanas: p.e. en Gran Bretaña más del 80% de la población es urbana. Las
metrópolis se extienden por inmensos territorios, integrando espacios
urbanos y naturales discontinuos, gracias al progreso del transporte y de las
telecomunicaciones, con una dispersión de la población alrededor de los
núcleos principales, en ciudades de tipología diversa: dormitorio, jardín,
región, radiante, satélite...
Las ciudades ofrecen bienestar, cultura, trabajo, seguridad, confort,
diversidad de opciones... Estas ventajas se reducen con el anonimato y el
olvido de la dimensión individual del hombre. El problema es cómo
equilibrar comunidad e individuo, de modo que se respete a la naturaleza y
se garantice el futuro de la Humanidad.
CIUDAD SOCIALISTA.
En la URSS, China y los restantes países de régimen socialista durante el
siglo XX la urbanización fue controlada por el Estado, de modo que hubiera
un moderado éxodo rural hacia las ciudades, junto a la creación planificada
de nuevas ciudades, la ordenación en serie de los edificios... Pero no se
consiguieron los ambiciosos objetivos impuestos y persistieron la
desigualdad de condiciones de vida entre la ciudad y el campo (con malos
servicios). Los antiguos países socialistas se enfrentan hoy a un creciente y
descontrolado éxodo rural, de proporciones gigantescas en el caso de China.
3. REPERCUSIONES AMBIENTALES.
Contaminación atmosférica.
Los motores de los vehículos, la calefacción y la actividad industrial son una
enorme fuente de contaminantes químicos. Ejemplos máximos son Ciudad
de México, Madrid, Atenas, con perniciosos efectos sobre la población.
Cambio climático.
La ciudad crea un “microclima urbano” en su morfología urbana (asfalto de
las calles, muros de los edificios, motores y calefacciones), que retiene el
calor diurno y lo emite por la noche. Es una “isla de calor”, que aumenta de
lunes a viernes y disminuye de sábado a domingo, así como en los periodos
de vacaciones. Los edificios alteran la circulación del viento, que no limpia la
contaminación. Todo esto altera el clima e influye sobre las plantas, los
animales, el hombre: en Atenas, en el verano de 1995, murieron cientos de
personas en una ola de calor localizada en la ciudad.
Contaminación acústica.
Los motores de los vehículos, los aviones y la propia actividad humana
producen un nivel de ruido, especialmente pernicioso a partir de los 50
decibelios.
4. REPERCUSIONES SOCIOECONÓMICAS.
Generación de patologías médicas en la salud humana.
El ritmo de vida ciudadano provoca situaciones de estrés, ansiedad y
agresividad. La contaminación provoca lesiones y enfermedades que llevan
hasta la muerte.
Segregación socioespacial.
Hay una fuerte diferenciación social en los niveles de renta, lo que repercute
en su distribución espacial de acuerdo al precio del suelo que ocupan cada
uno de los grupos sociales. Así los barrios centrales más antiguos son de los
grupos más marginados, los del ensanche de la clase media, los cercanos a
los núcleos industriales son de la clase obrera y los periféricos son ocupados
por las clases altas. Lo anterior acepta muchas excepciones, pues algunos
centros urbanos se han revitalizado u otras causas.
Las políticas oficiales intentan remediar la situación potenciando la vivienda
de protección oficial, el acceso de los jóvenes a la vivienda, etc. En España
la Constitución de 1978 dice (art. 47): “Todos los españoles tienen derecho a
disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos
promoverán las condiciones necesarias (...) regulando la utilización del suelo
de acuerdo con el interés general para impedir la especulación”.
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Blogs.
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redactor del Libro Blanco de la Vivienda en España, y autor de La dimensión
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casi vivienda vacía en las grandes ciudades y que hay que invertir con
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Martín Rodríguez, Manuel; García Delgado, José Luis. Territorio y ciudad para
después de la crisis. “El País” Negocios 1.448 (4-VIII-2013) 15. Los autores
critican el urbanismo destructor de los últimos decenios en España y
plantean como alternativa la rehabilitación de viviendas y medidas de
cohesión territorial y social.
Mora, Tachy. En busca del consumo cero. “El País” Semanal 2.383 (29-V-
2022). La UE impulsa los edificios de gasto energético casi nulo. Muestra
seis edificios españoles.
Muxí Martínez, Zaida. Por una reconquista del espacio público (y humano).
“El País” Semanal 2.383 (29-V-2022).
Padilla, Mar. Paseemos como nómadas en la ciudad. “El País” Ideas 278 (13-
IX-2020). Propuestas para vivir las ciudades paseando y reflexionando,
transformándolas en espacios vividos y vivibles.
Valdés, Isabel. Pensar la ciudad como un hogar. “El País” Extra Retos
Globales (3-X-2015) 10-11.
El transporte urbano.
Noticias.
Medina, M. Á. El auge de los autobuses urbanos eléctricos. “El País” (14-III-
2023). En las ciudades españolas aumenta el número de estos vehículos sin
emisiones, aunque son mucho más caros.
Navarro, L.; et al. La venta de coches eléctricos crece más rápido que las
estaciones de carga. “El País” (19-I-2024). Faltan puntos de recarga, sobre
todo para viajes largos. Madrid y Barcelona tienen casi un tercio de los
cargadores del país.
Análisis y opiniones.
Medina, M. Á. Antoni Poveda / Presidente de la Red de Ciudades por la
Bicicleta. ‘Es insostenible repartir en furgoneta todas las mercancías’. “El
País” (11-XII-2019).
Zúmer, Carlos. Las bicis son (y fueron) para modernos. “El País” Ideas 163
(1-VII-2018). La bicicleta ayudó (y ayuda) a transformar el mundo desde la
segunda mitad del siglo XIX, facilitando la libertad, la movilidad, la igualdad
de la mujer o el intercambio genético (relacionaba con parejas más
distantes).
PROGRAMACIÓN.
EL PROCESO DE URBANIZACIÓN EN EL PLANETA. REPERCUSIONES
AMBIENTALES Y SOCIOECONÓMICAS.
UBICACIÓN Y SECUENCIACIÓN.
ESO, 2º ciclo.
Eje 1. Sociedad y territorio. Bloque 2. La población y el espacio urbano.
Núcleo 2. El espacio urbano.
RELACIÓN CON TEMAS TRANSVERSALES.
Relación con los temas de la Educación Ambiental y de Educación Moral y
Cívica.
TEMPORALIZACIÓN.
Cuatro sesiones de una hora.
1ª Documental. Diálogo que sirva de evaluación previa. Exposición del
profesor. Cuestiones.
2ª Exposición del profesor. Cuestiones.
3ª Exposición del profesor, de refuerzo y repaso; esquemas y comentarios
de textos.
4ª Comentarios de textos; debate y síntesis.
OBJETIVOS.
Conocer los conceptos de la ciudad, lo urbano, etc.
Sintetizar las funciones y las teorías sobre la ciudad.
Comprender los problemas urbanos.
Relacionar la ciudad y el campo.
Interesarse por la problemática urbana del alumno.
CONTENIDOS.
A) CONCEPTUALES.
- El hecho urbano: evolución y cambios; las funciones de la ciudad y la
organización del territorio; las redes urbanas; espacio urbano y estructura
socioeconómica.
- Principales aglomeraciones urbanas en el mundo. Las ciudades en el
mundo desarrollado y subdesarrollado: diferencias y problemas. Espacios y
redes urbanas en España. Las carreteras y su influencia en el desarrollo
económico y el bienestar social de un país.
- Las relaciones campo-ciudad. La sociedad urbana y la sociedad rural:
formas de vida y problemas.
B) PROCEDIMENTALES.
Tratamiento de la información: realización de esquemas del tema, mapas y
gráficos.
Explicación multicausal de los hechos geográficos: en comentario de textos.
Indagación e investigación: recogida y análisis de datos en enciclopedias,
manuales, monografías, artículos...
C) ACTITUDINALES.
Rigor crítico y curiosidad científica.
Tolerancia y solidaridad.
METODOLOGÍA.
Metodología expositiva y participativa activa.
MOTIVACIÓN.
Documental y diálogo que sirva de evaluación previa.
ACTIVIDADES.
A) CON EL GRAN GRUPO.
Exposición por el profesor del tema.
B) EN EQUIPOS DE TRABAJO.
Realización de esquemas sobre los apartados del tema.
Análisis de mapas y gráficos.
Comentarios de textos sobre los problemas de la urbanización en el mundo
actual.
C) INDIVIDUALES.
Realización de apuntes esquemáticos sobre la UD.
Participación en las actividades grupales.
Búsqueda individual de datos en la bibliografía, en deberes fuera de clase.
Contestar cuestiones en cuaderno de trabajo, con diálogo previo en grupo.
RECURSOS.
Presentación digital y mapas.
Libros de texto, manuales.
Fotocopias de textos para comentarios.
Cuadernos de apuntes, esquemas...
Documental.
EVALUACIÓN.
Evaluación continua. Se hará especial hincapié en que se comprenda la
relación entre urbanización, sociedad y economía y en los problemas de la
urbanización en el mundo actual.
Examen incluido en el de otras UD, con breves cuestiones y un comentario
de texto.
RECUPERACIÓN.
Entrevista con los alumnos con inadecuado progreso.
Realización de actividades de refuerzo: esquemas, comentario de textos...
Examen de recuperación (junto a las otras UD).
2. TEORÍAS DE ASENTAMIENTOS.
2.1. LA TEORÍA DE LOS LUGARES CENTRALES.
2.2. LA TEORÍA DE BASE ECONÓMICA.
2.3. LA TEORÍA DE LOS CENTROS DE CRECIMIENTO.
2.4. LA TEORÍA CENTRO/PERIFERIA.
Urbanización.
La teoría de Christaller.
La teoría de Lösch.
El economista alemán August Lösch (1906-1945), de ideas socialistas, fue
autor de Die raumliche Ordnung der Wirtschaft, 1940 (trad. inglés
1954; Teoría económica espacial, trad. español 1957), en el que explica una
teoría similar a la anterior, pero con claras variaciones.
La teoría de Lösch no se basa en la de Christaller (Claval, 1963; Bailly,
1978), pues no la conocía, pese a que muchos autores relatan que es sólo
una modificación de esta, pero está estrechamente relacionada en su
metodología, aunque desde una posición filosófica distinta, ya que al ser
socialista intenta desarrollar un modelo de distribución de asentamientos
que beneficie al máximo a los consumidores. Su modelo no describe la
distribución real de los lugares centrales sino que describe un espacio ideal.
De hecho, comienza con un estudio de la localización de las empresas.
Los principios (o factores) fundamentales de la localización son: la distancia
de transporte de los productos, la producción a gran escala y
la competencia.
Así, desarrolla la tesis del lugar central ideal denominado metrópoli del
espacio económico, en el que estarían asentadas todas las actividades
centrales (todos los bienes y servicios centrales).
Mientras que Christaller suponía que los empresarios podían aumentar sus
beneficios simplemente variando su localización respecto a los lugares
centrales, Lösch supone que en ese espacio ideal los desplazamientos de los
consumidores para adquirir bienes y servicios serían mínimos y los
empresarios tendrían mayores beneficios sólo en cuanto mayor fuese su
inversión.
Todo el territorio se organiza alrededor de los núcleos metropolitanos. Hay
una desigual distribución de núcleos y de población. La regla es que cuantos
más núcleos haya también habrá más población y, por tanto, en las zonas
más densas en población el entramado de áreas de mercado será más
denso (con más actividades y más especializadas). Las mejores y
más densas vías de comunicación conllevan un aumento de densidad de
conexiones y de núcleos, con áreas de mercado más densas y pequeñas.
Por contra, los espacios menos densos necesitarán áreas de mercado más
grandes para conseguir el tamaño necesario de demanda (para alcanzar el
umbral).
Las diferencias espaciales entre espacios más y menos densos surgen al
actuar las fuerzas de concentración y especialización, con lo que se forma
una red de áreas de mercado hexagonales, de tamaño creciente, que
configuran la trama urbana, no según la cerrada jerarquía de Christaller,
sino según una superposición (a menudo aparentemente irregular), en
forma de continuum, de las diversas tramas que obedecen a cada principio
de orden. Lösch varia incluso la disposición de las tramas (lo que consigue
con unos simples giros de los planos), a fin de que coincida el mayor
número posible de funciones en los lugares centrales. Lösch, en su método,
analiza primero los centros de menor orden, estudiando la distribución
triangular que adoptan en el espacio, así como las áreas de mercado a que
dan lugar, desde las de menor tamaño a las mayores. No existe en el
modelo una progresión jerárquica de lugares centrales, sino más bien un
equilibrio de localizaciones que son resultado a nivel microeconómico de los
agentes de decisión. De este modo, los asentamientos del mismo tamaño
no necesitan poseer la misma función y los lugares más importantes no
necesitan realizar todas las funciones de los lugares centrales menores.
Desarrolla una secuencia matemática que incluye varios sistemas de tipo k
(k = 3, 4, 7, 9, 12, 13, 16, 19, 21, 25, etc.) y supone que cada bien o servicio
central tiene un alcance interno que se aproxima a uno de los k-sistemas.
Todas las redes de mercado hexagonales de los diferentes k-sistemas
coinciden en la metrópoli (lo que supone una malla más densa y
aparentemente confusa) mientras que los demás centros poseen menos
bienes y servicios. El bien central de menor alcance tiene una distribución
de k=3, el bien de orden jerárquico superior tiene un k=4 y así
sucesivamente.
En suma, propone que la distribución de los núcleos se debe a la vez a
varios o a todos los principios, actuando como un conjunto. De ello resulta
una superposición de zonas, con una distribución que será irregular. Por lo
tanto, varía la localización respecto a la opción de un solo principio. De este
modo, un lugar central puede asumir funciones no semejantes a los de su
mismo nivel, al integrarse en otros conjuntos, lo que hará más compleja su
estructura. Unas zonas tendrán más densidad de lugares y conexiones (y
especializadas) que otras zonas.
El esquema básico propuesto por Lösch consiste en una serie de hexágonos,
con 18 asentamientos en cada hexágono, y un lugar central en donde se
ubica una mercancía o servicio central determinado. Si cada servicio o bien
central de orden superior ha de situarse en un lugar central, Lösch
considera que cuando el umbral del área comercial oscila entre una y tres
veces el área hexagonal básica (mínima), estos lugares centrales se
distribuirán según el principio de k=3; si el umbral de los bienes y servicios
exige áreas de tres a cuatro veces mayores que la del área comercial
básica, el principio es k=4; los que tengan un umbral entre cuatro y siete se
regirán por el principio k=7, y así sucesivamente.
El punto central es la metrópoli y a su alrededor se van disponiendo
hexágonos de tamaño creciente. Pero no es una disposición geométrica
uniforme pues los hexágonos varían en su posición, hay superposiciones, a
fin de que en los centros se concentren las actividades. El círculo que rodea
a cada lugar central se puede interpretar como dividido en seis sectores de
60º cada uno (6 x 60º = 360º), en el que se dan todas las actividades. Lösch
estima que cada sector puede subdividirse en dos subsectores, uno de
intensa especialización (rico) y otro de escasa especialización (pobre, por su
escasa actividad). El resultado sería un espacio económico organizado por la
metrópoli y estructurado en doce sectores (cada uno de 15º): seis de
intensa actividad y seis de poca actividad.
En los años 40, Lösch aplicó este modelo a un círculo de 100 km de radio
con centro en Toledo (Ohio, EE UU).
Comparación de las características de las tesis de Christaller y
Lösch respecto a la jerarquía.
La jerarquía, según Christaller (A) y Lösch (B):
1. A) Jerarquía de bienes y servicios (comercio al por menor). B) Jerarquía en
el sector de producción.
2. A) Hay jerarquía de funciones. B) Las funciones son independientes.
3. A) Se pueden obtener beneficios excesivos en el suministro de
determinados bienes y servicios. B) Los productores no pueden obtener
beneficios excesivos.
4. A) El análisis parte de los centros principales. B) El análisis arranca de los
centros menos importantes.
5. A) Se minimizan los desplazamientos individuales. B) Las áreas de
mercado son de dimensión mínima.
6. A) El sistema hexagonal es bastante simple. B) La red hexagonal es
bastante compleja y es analizada con precisión.
Mathilda y Thompson.
Mathilda y Thompson desarrollan su propio índice, el Mathilda-Thompson.
Estos autores procuran medir el superávit de ocupación en el conjunto de
actividades.
S = E [ei - (et/ET x EI)].
El superávit es igual al sumatorio de empleados de la industria, menos los
empleados de la ciudad divididos por los empleados totales (esta división se
multiplica por los empleados totales de la industria).
El dominio.
El primer antecedente conceptual es el de dominio (Bogue, 1950),
procedente de la Escuela de Sociología de Chicago, según la cual las
relaciones humanas se hallan reguladas por la competencia, lo cual resulta
en un efecto de dominación. Las grandes ciudades ejercen un gran dominio
espacial, y hay otros niveles inferiores de dominación. Surge de este modo
una clasificación de ciudades según una jerarquía de dominio: dominantes,
subdominantes, influyentes, subinfluyentes.
El criterio de Capel.
Capel diseñó un índice funcional, restando las tasas y multiplicando el
resultado por el % de la población activa total, dividido por 100.
IF = [tasa 1ª - tasa 2ª) x %PA total] / 100
Críticas.
Hay algunos aspectos críticos a considerar. Para la clasificación funcional
hay que distinguir si se calculan los datos sobre toda la población activa o
sobre la población activa sólo urbana. En algunos núcleos con actividades
pesqueras o mineras, su carácter urbano es más importante que el rural,
pese a dedicarse a la producción de materias primas.
Ciudad post-industrial.
Esta es una civilización de masas urbanas: en Gran Bretaña el 80% de la
población es urbana. Las metrópolis se extienden por inmensos territorios,
integrando espacios urbanos y naturales discontinuos, gracias al progreso
del transporte y de las telecomunicaciones, con una dispersión de la
población alrededor de los núcleos principales, en ciudades de tipología
diversa: dormitorio, jardín, región, radiante, satélite...
Las ciudades ofrecen bienestar, cultura, trabajo, seguridad, confort,
diversidad de opciones... Estas ventajas se reducen con el anonimato y el
olvido de la dimensión individual del hombre. El problema es cómo
equilibrar comunidad e individuo, de modo que se respete a la naturaleza y
se garantice el futuro de la Humanidad.
Las principales preocupaciones del urbanismo son la proporción entre la
superficie edificada y la zona de solares (índice de superficie construida),
entre volumen de construcción y superficie para tráfico.
La densidad de población aconsejable es de 500 habitantes y de 150
viviendas por hectárea (las grandes urbes europeas doblan este promedio).
Otro problema es la distribución social, pues el ideal sería que las diferentes
clases sociales estuvieran representadas en forma vertical en los diferentes
barrios y grupos de viviendas, mientras que en la realidad están separadas
horizontalmente, con unas zonas de alta calidad y otras de baja calidad
urbanística.
El desarrollo de las megaurbes obliga, asimismo, a crear varios centros
urbanos y ciudades satélites, con ejemplos conocidos en Europa: Gran
Bretaña, países escandinavos y Alemania.
Chueca acierta en su crítica del proceso de especulación en las nuevas
ciudades industriales. El aumento del valor del suelo dejó éste en manos de
un pequeño grupo social de constructores y urbanizadores, que buscaron el
interés privado y no el público. En España la Ley del Suelo de 1956 fue un
intento desafortunado en la práctica de ordenar el urbanismo en todo el país
(art. 1), abandonando el laisez faire, como contraproducente para los
intereses del conjunto del sistema económico.
En España el problema del urbanismo incluso ha exigido un tratamiento
constitucional, pues la Constitución de 1978 dice (art 47): «Todos los
españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los
poderes públicos promoverán las condiciones necesarias (...) regulando la
utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la
especulación».
Ciudad socialista.
En la URSS, China y los restantes países de régimen socialista la
urbanización ha sido controlada por el Estado, con un moderado éxodo rural
hacia las ciudades, planificación de nuevas ciudades, ordenación en serie de
los edificios... Pero no se han conseguido los ambiciosos objetivos
impuestos, persistiendo la desigualdad de condiciones de vida entre la
ciudad y el campo (con malos servicios) y se enfrentan ahora a un creciente
éxodo rural descontrolado.
Ciudad del Tercer Mundo.
Es un proceso explosivo, lleno de problemas de masificación y descontrol.
Sus características son:
Elevado indice de crecimiento. Ejemplo es la Ciudad de México, que ha
pasado de 5 millones de habitantes en 1960 a 25 millones en la actualidad y
sigue creciendo. En el año 2000 habrá 15 ciudades de países
subdesarrollados entre las 20 mayores del mundo.
Sistema urbano desequilibrado. Las capitales políticas y económicas
absorben la inmensa mayoría de la población urbana, a veces la mitad de la
población del país: casos de Montevideo y Buenos Aires. Hacen falta
enormes cantidades de viviendas y servicios. Los problemas son
descomunales: sólo en América Latina hay un déficit de 35 millones de
viviendas, lo que afecta a 170 millones de personas; y en África el problema
es mucho mayor.
Segregación espacial y marginalidad. Hay barrios lujosos y miserables
separados por una corta distancia.
La teoría de Christaller.
Sistema urbano regular en el sureste de Alemania (1933). Método
deductivo. Factores de causalidad económica: la relación de la distancia con
el encarecimiento de los productos. Espacio urbano isotrópico.
La teoría de Lösch.
Tesis del lugar central ideal, la metrópoli del espacio económico, en el que
estarían asentadas todas las actividades centrales. Todo el territorio se
organiza alrededor de los núcleos metropolitanos.
Desarrolla una secuencia matemática que incluye varios sistema de tipo k (k
= 3, 4, 7, 9, 12, 13, 16, 19, 21, 25, etc). Hay una superposición de zonas. El
esquema básico propuesto por Lösch consiste en una serie de hexágonos,
con 18 asentamientos en cada hexágono, y un lugar central en donde se
ubica una mercancía o servicio central determinado.
El punto central es la metrópoli y a su alrededor se van disponiendo
hexágonos de tamaño creciente. Pero no es una disposición geométrica
uniforme pues los hexágonos varían en su posición, hay superposiciones, a
fin de que en los centros se concentren las actividades. El círculo que rodea
a cada lugar central se puede interpretar como dividido en seis sectores de
60º cada uno (6 x 60º = 360º), en el que se dan todas las actividades. Lösch
estima que cada sector puede subdividirse en dos partes, una de intensa
especialización (rica) y otra de escasa especialización (pobre, por su escasa
actividad).
Clasificaciones numéricas.
Olsson estudia las principales ciudades de Suecia, clasificándolas por su
aportación al PIB en los distintos sectores.
Harris (1943) propone que se determine la función por la composición en
población activa por funciones, en relación a la media urbana de todas las
ciudades de determinada escala en EE UU, 605 ciudades de más de 10.000
habitantes). 9 tipos de especialización o funciones urbanas, en los que el
porcentaje de población activa era variable según el tipo de actividad.
El criterio de Capel.
Capel diseñó un índice funcional, restando las tasas y multiplicando el
resultado por el % de la población activa total, dividido por 100.
Críticas.
Para la clasificación funcional hay que distinguir si se calculan los datos
sobre toda la población activa o sobre la población activa sólo urbana. En
algunos núcleos con actividades pesqueras o mineras, su carácter urbano es
más importante que el rural, pese a dedicarse a la producción de materias
primas.
El índice IUPA (Índice Urbano de Población Activa).
En qué medida los núcleos son efectivamente urbanos (con actividades
urbanas). Ello se calcula con el índice IUPA (Índice Urbano de Población
Activa). IUPA: 1 - (PAag / PAT)
Ya que el poblamiento urbano es concentrado, se puede representar un
gráfico, con una directa proporcionalidad entre IUPA y la concentración
urbana. Hay varios grados, como ejemplos no exhaustivos:
Los umbrales desde los cuáles se consideran rurales los núcleos es de -20%
de Pconc (concentrada) y un IUPA de -0,2.
Son villas (ciudades rurales) urbanas cuando la Pconc. está sobre 50%
aunque el IUPA sigue siendo de 0,2 a 0,3.
Los municipios urbanos en actividad pero de hábitat disperso, tienen un
IUPA alto (+ 0,5), pero con débil concentración, con un 20% o 30% (son las
barriadas residenciales del tipo disperso, de chalets).
Cuando la Pconc es importante (+ 50%) pero la IUPA es inferior al 0,5 de
media, se da el caso contrario al anterior.
Pconc y IUPA altos. Población urbanizada.
Pconc y IUPA máximos. Población muy urbanizada.
INTRODUCCIÓN.
En 1985 el 49,2% de la población mundial era urbana, con mayor proporción
en los países desarrollados, aunque los problemas de las inmensas (aunque
sea relativamente) capitales de los países subdesarrollados pueden ser
pavorosos.
El desarrollo de la ciudad ha sido progresivo desde el Neolítico y muy rápido
desde principios del siglo XX, cuando sólo el 14% de la población vivía en
ciudades. Actualmente el 90% del crecimiento de la población ocurre en las
ciudades y sólo en 1991-1995 esto ha supuesto 320 millones de nuevos
habitantes urbanos. Esto crea tremendos problemas para conseguir
viviendas y servicios. Sólo en América Latina hay un déficit de 35 millones
de viviendas, lo que afecta a 170 millones de personas. Y en África el
problema es mucho mayor.
En España la misma Constitución dice (art 47): «Todos los españoles tienen
derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos
promoverán las condiciones necesarias (...) regulando la utilización del suelo
de acuerdo con el interés general para impedir la especulación».
CLASIFICACIONES DE CIUDADES.
Funciones urbanas. Las ciudades se clasifican según sus funciones, aunque
muchas ciudades tienen múltiples funciones:
Ciudad política. Albergan los servicios politicó-administrativos, siendo un
carácter fundamental en las ciudades más grandes, las capitals
macrocéfalas: Madrid, Lisboa, Atenas, París, Londres, Viena... son ejemplos,
pero el fenómeno es aun mayor en los países subdesarrollados. La Ciudad
capital es la Ciudad que es el centro de la Administración y de la gestión
privada, para un ámbito nacional, como mínimo. Puede que haya en un país
varias ciudades capitales: Italia, Holanda, Alemania, EEUU...
Ciudad militar. Muchas ciudades se crearon por su función militar en alturas,
puntos de paso de ríos o en zonas pobladas: Toledo, Nuremberg, Edimburgo.
Ciudad comercial. Se dedican al intercambio de productos y servicios. Todas
las ciudades tienen esta función y algunas deben su origen a esta: Ostia,
Medina del Campo. Las ciudades comerciales importantes extienden su
influencia en su entorno rural e incluso sobre otras ciudades, en círculos que
se interseccionan unos con otros.
Ciudad industrial. La actividad industrial se concentra en las ciudades con
mejores condiciones de localización.
Ciudad universitaria. Tienen una función de residencia de estudiantes y
enseñanza superior: Oxford, Cambridge, Salamanca, Alcalá de Henares,
Heidelberg, Upsala.
Ciudad cultural. Conservan su forma a lo largo del tiempo. Salzburgo, Roma,
Frankfurt, Venecia, Toledo, son ejemplos.
Ciudad religiosa. Son centros religiosos, que atraen multitud de peregrinos y
funciones religiosas: Roma, Lourdes, La Meca, Medina, Jerusalén, Benarés.
Muchas ciudades han permanecido en la Edad Media por albergar un obispo.
Ciudad de ocio. Se dedican a actividades de turismo, ocio, juego: Mónaco,
Marbella, Las Vegas. Tienen problemas de desequilibrio entre las estaciones
turísticas y el resto del año.
2.1. ANTIGUA.
La producción de excedentes agrícolas y ganaderos permitió la actividad
comercial, el almacenamiento e intercambio por productos artesanales y
otros productos alimentarios. Los emplazamientos de estos mercados
primitivos derivaron en las primeras ciudades.
Hacia el 3.000 a.C. eclosionaron las ciudades en Egipto, Sumeria, India y
China, a lo largo de los fértiles valles de los grandes ríos, que permitían
altas producciones, especializaciones en diversas actividades, transporte,
intercambio de ideas y una incipiente organización política.
Las ciudades dominaron su entorno rural, creándose los Estados,
estructuras político-religiosas, con diferenciación de clases sociales: jefe
militar y religioso en la cima de una clase militar y religiosa para satisfacer
las necesidades de defensa y religión.
La ciudad-mercado acrecentó su influencia al unir estas funciones de sede
del poder político, religioso y militar a la anterior comercial y artesanal. Pero
eran núcleos de escasa población, pues los excedentes se concentraban en
las clases altas. Ejemplos son Ur, Babilonia (nunca tuvo más de 60.000
habitantes), Nínive, Persépolis, Menfis, Tebas o Jerusalén.
2.2. CLÁSICA.
Grecia siguió con este concepto de la ciudad como sede de cultura y
gobierno, irradiadora de sus funciones a su entorno. La polis confundía los
términos de ciudad y Estado. La plaza o ágora era su centro vital en lo
político, religioso, social, cultural y económico.
En Mileto (tal vez por Hipodamo) se hizo una planificación regular por
franjas, «per strigas», con unas pocas avenidas amplias que dividían la
ciudad en supermanzanas, a su vez subdivididas por otras calles más
estrechas en manzanas y estas en solares. Este modelo fue muy influyente
en las ciudades de nueva creación.
Roma supuso la hipertrofia de la ciudad, capital de un vasto imperio,
metrópoli y centro de recepción de los excedentes del Mediterráneo. Pese a
su crecimiento no es una ciudad monumental ni su trazado es destacable.
Era un monstruo orgánico que creció con problemas que nunca se
resolvieron bien, porque su modelo primitivo fue la ciudad orgánica greco-
etrusca. Las ciudades regionales se hacían cargo de la administración
provincial y siguieron un modelo más regular. En el urbanismo romano cabe
distinguir la tipología de dos zonas del Imperio, la oriental con una
importante tradición urbana griega, y la occidental sin tradición urbana. Los
numerosos sustratos locales influirán asimismo.
En Oriente, donde fue posible se mantuvo el urbanismo y la arquitectura
griegos y púnicos, salvo en Corinto y Cartago, destruidas en las guerras de
conquista y que fueron reconstruidas según un plan romano. La mayor
innovación en Oriente será la monumentalización del ágora, con templos y
foros.
En Occidente hay casos similares de destrucción, como Numancia, en la que
el sustrato inferior desapareció, mientras que en otros casos la evolución al
modelo romano fue muy lenta.
2.3. MEDIEVAL.
Hay que distinguir dos modelos: la ciudad cristiana y la islámica.
La ciudad cristiana.
En la Edad Media, Bizancio sustituyó en este papel a Roma, mientras el
resto de las ciudades caían en una profunda decadencia, prolongada hasta
el s. XI. Las ciudades medievales, con escasa dimensión física y humana,
concentraban el poder político (realeza, nobleza, burguesía) y religioso
(obispos), protegido por las murallas y puertas. Las ciudades se amurallaban
en pequeños recintos no sólo por facilitar la defensa sino también porque
así se gastaba menos en la construcción y mantenimiento de los muros y
porque la principal entrada de impuestos era la entrada en la ciudad y por
ello un recinto muy amplio disminuía los ingresos en vez de aumentarlos.
En la Alta Edad Media las ciudades sufren una profunda crisis. La población
vivirá durante siglos de la tierra, siendo las ciudades meros centros
administrativos y religiosos, residencias de los príncipes y obispos. Pirenne,
en su magistral estudio sobre las ciudades medievales, ha demostrado que
la supervivencia de las ciudades en la Alta Edad Media se debió a la
presencia de la jerarquía de la Iglesia en ellas, porque la desaparición del
comercio y en consecuencia de los mercaderes, junto a la desaparición de la
economía monetaria que permitía a los grandes propietarios agrícolas vivir
en la ciudad, habían suprimido las bases económicas para la vida urbana.
Hasta el resurgimiento económico del s. XI la Iglesia será el sostén de las
ciudades, junto a la excepción de algunas ciudades con función de capitales
administrativas, como Aquisgrán o Ravena. Las ciudades viven de la
agricultura y el comercio, del dominio político y religioso sobre el campo. Su
morfología es orgánica, con el gran centro vital de la catedral o la iglesia,
hasta que aparecen los palacios de los Ayuntamientos.
La ciudad islámica.
La expansión islámica de los siglos VII y VIII extendió su dominio sobre las
ciudades clásicas en decadencia, junto a ciudades persas e hindúes de tipo
oriental. Sobre estos tipos el Islam impuso una nueva concepción del
espacio urbano, de un carácter vital, biológico, desordenado, orgánico,
privado, en oposición al público de las ciudades griega y romana. La
fundación de ciudades es una exigencia de la conquista, adaptando el
urbanismo de los países conquistados al propio contexto religioso, social y
geográfico, sobre unos sustratos regionales y locales, pero con un
común carácter intimista y secreto, ligado a la radical igualdad del Corán,
en la que los creyentes son como esclavos de Alá, por lo que su posición
depende siempre de la voluntad divina y no es conveniente manifestarla
con signos externos de lujo en la vivienda, aunque los interiores de los
palacios pueden ser de increíble riqueza. Ricos y pobres conviven en los
mismos barrios, sin darse la separación occidental en barrios de primera y
de segunda (al presente comienza a haberla). El retiro privado, la ocultación
del interior de la vivienda al exterior, tiene la motivación de proteger la
intimidad de la familia. Influyen también factores económicos, climáticos y
jurídicos (es notable la dificultad de la expropiación en el mundo islámico, lo
que impide la planificación urbana). Hay una radical oposición entre ciudad
y campo, como la permanente lucha entre los sedentarios y los nómadas
conquistadores que Ibn Jaldún considera el motor de la historia.
El tipo de ciudad islámica ha variado poco en el tiempo. La ciudad no tiene
ordenamiento, ni tampoco unos requisitos mínimos de vías o higiene,
generalment con ausencia de cloacas, por lo que las calles están siempre
sucias. Hay una escasez monumental que la diferencia notablemente de la
ciudad clásica grecorromana. La Umma, reunión de todos los creyentes, es
un conjunto universal de ciudades, con barrios que son como pequeñas
ciudades y calles que se comportan de un modo asimismo autónomo, con
todos los servicios básicos (a menudo con sus propias puertas) y con una
división en arrabales y calles según los oficios. Así hay arrabales de los
barberos, curtidores, halconeros, alfareros... En España el carácter islámico
orgánico ha perdurado en muchos cascos antiguos, incluyendo Palma,
aunque resten pocos edificios musulmanes intactos.
2.4. MODERNA.
La ciudad de la época moderna tiene tres características: a) crecimiento
demográfico, b) concentración del poder político en las capitales de los
grandes Estados, c) pérdida de la autonomía municipal.
En el Renacimiento se criticó la ciudad medieval y se introdujo la
perspectiva para la organización de los encuadres viarios. La ciudad ideal de
los tratadistas adopta la forma de estrella y es concebida como un cuerpo
orgánico, un edificio.
En el Barroco se plantean los problemas de la percepción global de la
ciudad, que se concibe como una sucesión de panópticos enlazados, de
modo que en cada lugar el alcance visual pueda llegar a ser el máximo. Se
aprovechan los puntos singulares para realzar la primacía plenamente
jerarquizada, monumentalizando el palacio del gobernante y las iglesias, en
un sistema urbanístico al servicio del poder político y religioso.
2.5. INDUSTRIAL.
La Revolución Industrial es un episodio decisivo, desde c. 1770. El
maquinismo atrae los excedentes humanos del campo, mejora la higiene y
el transporte, las ciudades multiplican su población, con enormes
desajustes, las relaciones sociales se basan en la diferenciación social
extrema, nacen los suburbios (un fenómeno urbano que no constituye una
ciudad más que en la apariencia). Las teorías marxistas nacen en este
contexto a mediados del s. XIX. En 1810 la población mundial en las
ciudades era el 3%, con 45 ciudades de más 100.000 habitantes. En 1960 el
porcentaje era de un 30% y había más de 1.050 ciudades de más de
100.000 habitantes. En 150 años se había pasado de 27 a 1.000 millones de
habitantes. Desde entonces el proceso se ha doblado en intensidad.
El desarrollo urbano se benefició de varios desarrollos:
a) Demográfico: por la mejora de la sanidad y la alimentación, el éxodo
rural, la emigración internacional...
b) Agrario: por la revolución agraria que permitió el abastecimiento de
alimentos y el éxodo rural.
c) Industrial: el maquinismo y la producción en serie dieron posibilidades de
crear trabajo y capital sin antecedentes.
d) Transporte: es causa y consecuencia de la Revolución Industrial,
permitiendo la concentración de la población y la industria en unos lugares
determinados.
Todo esto implicó varias consecuencias urbanas:
a) Crecimiento de la población urbana.
b) Crecimiento espacial de las ciudades.
c) Aparición de barrios obreros.
c) Deterioro ambiental.
e) Ordenación o planeamiento urbano (los primeros casos).
2.6. POSTINDUSTRIAL.
Es una civilización de masas urbanas: en Gran Bretaña el 80% de la
población es urbana. Las metrópolis se extienden por inmensos territorios,
integrando espacios urbanos y naturales discontinuos, gracias al progreso
del transporte y de las telecomunicaciones, con una dispersión de la
población alrededor de los núcleos principales, en ciudades de tipología
diversa: dormitorio, jardín, región, radiante, satélite...
Las ciudades ofrecen bienestar, cultura, trabajo, seguridad, confort,
diversidad de opciones... Estas ventajas se reducen con el anonimato y el
olvido de la dimensión individual del hombre. El problema es como
equilibrar comunidad e individuo, de modo que se respete a la naturaleza y
se garantice el futuro de la Humanidad.
2.7. SOCIALISTA.
En la URSS, China y los restantes países de régimen socialista la
urbanización ha sido controlada por el Estado, con un moderado éxodo rural
hacia las ciudades, planificación de nuevas ciudades, ordenación en serie de
los edificios... Pero no se han conseguido los ambiciosos objetivos
impuestos, persistiendo la desigualdad de condiciones de vida entre la
ciudad y el campo (con malos servicios) y se enfrentan ahora a un creciente
éxodo rural descontrolado.