Rodríguez-Naranjo & Caño, 2012
Rodríguez-Naranjo & Caño, 2012
Rodríguez-Naranjo & Caño, 2012
Abstract
Self-Esteem in Adolescence: Analysis and Intervention Strategies. This paper reviews
the current state of research on self-esteem by focusing on the factors that are relevant
for the intervention in adolescents. Firstly, a conceptual distinction is made between self-
concept, self-esteem and the perception of self-worth, and the relationship between them is
analysed. It also considers the functioning of self-esteem on the basis of the contingencies
of reinforcement and reviews their effects on the cognitive styles and behavioural coping.
Secondly, it reviews the course of self-esteem on the basis of gender and discusses the
role that contingencies of reinforcement play on its decline and instability during early
adolescence. Thirdly, it reviews the findings that show the relationship of the shortcomings
of self-esteem and the generation of a series of behavioural, emotional and health problems.
Finally, the findings of the research on the intervention in self-esteem are reviewed, and
the most useful strategies to help promote a change in teenagers are discussed.
Key words: self-esteem, self-concept, contingencies of self-worth, psychological intervention,
adolescents.
Resumen
En este artículo se revisa el estado actual de la investigación sobre autoestima centrándose
en los factores que son relevantes para la intervención en adolescentes. En primer lugar, se
realiza una distinción conceptual y se analizan las relaciones entre autoconcepto, autoestima
y percepción de autovalía. Se analiza también el funcionamiento de la autoestima en base
a las contingencias de reforzamiento y se revisan sus efectos en los estilos cognitivos y
conductuales de afrontamiento. En segundo lugar, se revisa la trayectoria de la autoestima
en función del género y se analiza el papel que juegan las contingencias de reforzamiento
en su disminución e inestabilidad durante la adolescencia temprana. En tercer lugar, se
revisan los hallazgos que muestran la relación entre las deficiencias de autoestima y la
generación de una serie de problemas de conducta, emocionales y de salud. Por último,
se revisan los hallazgos sobre la intervención en autoestima y se analizan las estrategias
más útiles para su cambio en la adolescencia.
Palabras claves: autoestima, autoconcepto, contingencias de autovalía, intervención
psicológica, adolescentes.
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Evolución de la Autoestima:
Disminución e Inestabilidad en la Adolescencia Temprana
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(Jiménez, Musitu y Murgui, 2008). Karatzias, Power y Swanson (2001) encuentran que
una baja autoestima en el contexto familiar predice conductas de experimentación con
alcohol y drogas, y una alta autoestima en el contexto de relación con iguales predice
la experimentación con drogas y un abuso continuado del alcohol. Otros hallazgos
han mostrado también que los jóvenes que se sienten poco valorados por sus padres
presentan un mayor consumo de drogas ya desde la preadolescencia (Pinazo, Pons y
Carreras, 2002), y que los jóvenes que muestran una autoestima alta en el contexto
social presentan un mayor consumo de alcohol y drogas principalmente en las edades
medias de la adolescencia (Cava, Murgui y Musitu, 2008).
Por otra parte, los jóvenes con baja autoestima se caracterizan también por
presentar una peor salud física (William, Chan, Chung y Chui, 2010). Entre las actitudes
y conductas que se asocian a baja autoestima o autoconcepto y son un riesgo para los
problemas de salud destacan un menor rechazo en las adolescentes a mantener relaciones
sexuales sin protección (Salazar et al., 2004), y trastornos de anorexia y bulimia (Gila,
Castro, Gómez y Toro, 2005; Stein y Corte, 2003). Esta mayor presencia de problemas
de salud asociados a baja autoestima en mujeres adolescentes puede explicarse por
el ambiente sociocultural que pone a éstas en más riesgo que a los varones de sufrir
dificultades asociadas a los cambios físicos de la pubertad (Kling et al., 1999). Sin
embargo, en varones adolescentes se encuentra también que una autoestima alta ejerce
un papel protector sobre el uso de esteroides androgénicos anabolizantes (Kindlundh,
Hagekull, Isacson y Nyberg, 2001).
Por último, es destacable que una autoestima baja durante la adolescencia es un
factor de riesgo para diversos problemas en la edad adulta. En un estudio longitudinal,
Trzesniewski et al. (2006) encuentran que los individuos con baja autoestima en la
adolescencia tienen un riesgo mayor de sufrir una peor salud física y mental en la edad
adulta, una peor proyección laboral y económica, y una mayor probabilidad de verse
implicados en actuaciones criminales, en comparación con los adultos que presentaban
una elevada autoestima cuando eran adolescentes. Este conjunto de hallazgos permite
concluir que mejorar la autoestima en adolescentes puede resultar útil para prevenir
un amplio rango de problemas de conducta, emocionales y de salud tanto en la propia
adolescencia como en la vida adulta.
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otros problemas característicos en estas edades, como son las conductas desafiantes y
agresivas (Dubois y Tevendale, 1999).
La investigación muestra que, para producir mejoras en los inestables juicios
negativos que de sí mismos realizan los adolescentes, hay que tener en consideración
tres elementos básicos. En primer lugar, respecto a las conductas que son objeto de
intervención, Haney y Durlak (1998) muestran que se obtienen resultados superiores
cuando las intervenciones se orientan directamente a la mejora de la autoestima que
cuando persiguen indirectamente su mejora centrándose en otros objetivos.
Son escasos, sin embargo, los estudios en los que se ponga a prueba la eficacia
de estrategias específicamente dirigidas a la mejora de la autoestima o autoconcepto en
adolescentes. Entre los estudios publicados que se centran en producir dichas mejoras
en adolescentes (ver cuadro 1), se encuentran, en primer lugar, el trabajo realizado por
Mestre y Frías (1996), que revela los efectos positivos sobre la autoestima de las estrate-
gias dirigidas al afrontamiento de los problemas incluyendo aprendizaje de habilidades
sociales, modificación de expectativas y desarrollo de nuevas actitudes escolares y so-
ciales. Olmedo, del Barrio y Santed (1998) muestran la eficacia de la auto-observación
y reestructuración cognitiva, entrenamiento en habilidades sociales y solución de prob-
lemas. Barrett, Webster y Wallis (1999) muestran la eficacia del entrenamiento en control
cognitivo, comunicación y solución de problemas. Garaigordobil (2002, 2007) muestra
que resultan efectivas para mejorar el autoconcepto en adolescentes las estrategias para
la mejora de la comunicación, las interacciones sociales, la expresión y comprensión
de emociones, y la resolución de conflictos. Esta intervención, que emplea técnicas de
dinámica de grupos, produce a su vez un incremento en las conductas pro-sociales y
una disminución de la conducta antisocial.
Respecto a las intervenciones para la autoestima que se han puesto a prueba en
otras poblaciones, Garaigordobil (1999) también muestra la eficacia del juego cooperativo
y creativo para mejorar el autoconcepto en niños de 8 a 10 años. Dalgas-Pelish (2006)
informa de la eficacia de una intervención, en niños de 10 a 12 años, que conciencia
sobre la influencia de los medios de comunicación en la autoestima y sobre las emo-
ciones y actividades implicadas en la autoestima. Bart et al. (2009) también muestran
la eficacia sobre la autoestima de una intervención dirigida al control del equilibrio en
niños de 5 a 7 años con dificultades sensoriomotoras y niveles altos de ansiedad. Eskin,
Ertekin y Demir (2007) muestran que la terapia de solución de problemas resulta eficaz
para mejorar la autoestima en adolescentes y jóvenes adultos diagnosticados de depre-
sión. Por último, se ha mostrado la eficacia de la intervención centrada en la actividad
física y la dieta para mejorar la percepción de autovalía sobre la apariencia física en
niños y adolescentes (Huang, Norman, Zabinski, Calfas y Patrick, 2007; Petty, Davis,
Tkacz, Young-Hyman y Waller, 2009). Estos resultados, en su conjunto, revelan que
resulta eficaz para mejorar la autoestima o autoconcepto incrementar aquellas conductas
o logros que persiguen propósitos válidos para un desarrollo adaptativo del adolescente,
convirtiéndose el despliegue de estas conductas, como ya propusieran Dubois y Teven-
dale (1999), en las metas del programa. Un hallazgo relevante desde el análisis de las
contingencias de reforzamiento es que la consecución de resultados satisfactorios para
la autoestima repercute en un incremento de las conductas de autorregulación (Crocker
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Cuadro 1. Estudios en los que se pone a prueba la eficacia de intervenciones dirigidas a la mejora de la autoestima-autoconcepto en
población general adolescente.
PROGRAMA Y FORMA DE ESTRATEGIAS DE EFICACIA DE LA INTERVENCIÓN
APLICACIÓN INTERVENCIÓN
Programa: Mejora de la 1. Evaluación situaciones Metodología: Análisis de varianza con covariable. Diseño 2x2
autoestima en el aula (Mestre y problemáticas ámbito escolar. (tratamiento x edad), autoestima como VD y puntuaciones
Frías, 1996). 2. Reducción ansiedad ante pretratamiento como covariable a efectos control.
Participantes: 241 situaciones estresantes mediante Resultados: efectos significativos sobre autoestima, efectos de
adolescentes (11-14 años). técnicas relajación y autocontrol. factores principales y la interacción. Comparaciones a posteriori
Sesiones: 17, de 30 a 60 3. Desarrollo técnicas solución de muestran programa más eficaz en grupo de adolescentes de 13-
minutos, 2/semana. problemas para mejorar 14 años que de 11-12 años.
Aplicación: graduados adaptación al entorno. Instrumento: Subescala Autoconcepto-Autoestima de la Escala
dedicados a la enseñanza, 4. Estrategias de aprendizaje de Autoconcepto (Martorell, Aloy, Gómez y Silva, 1993).
grupos de 15 a 30 afectivo-emocionales. Efectos sobre otras variables: Sin efectos sobre medidas de
participantes. 5. Cambio actitudes ante ansiedad estado, ansiedad rasgo, depresión, ni percepción
situaciones estresantes. situaciones estresantes.
6. Adaptación expectativas y
aspiraciones a éxitos reales.
Programa: Prevención de 1. Incremento autoestima Metodología: Contrastes de medias (t de Student) entre grupos
emociones negativas (Olmedo, mediante auto-observación y tratamiento y control tras intervención y, dentro del grupo
del Barrio y Santed, 1998) ver reestructuración cognitiva. tratamiento, entre medidas pre y postratamiento.
Olmedo (1997) y Olmedo, del 2. Enseñanza habilidades de Resultados: Se encuentran efectos significativos en la medida de
Barrio y Santed (2003). relajación físicas (relajación autoestima en ambos contrastes.
Participantes: 225 progresiva o entrenamiento Instrumento: Escala de Autoestima de Rosenberg (Rosenberg,
adolescentes (12-16 años). autógeno) y mentales (basadas en 1965).
Sesiones: 18 de 60 minutos, imaginación). Efectos sobre otras variables: mejora en medidas de ansiedad
1/semana. 3. Aprendizaje habilidades estado, ansiedad rasgo, depresión, habilidades sociales y
Aplicación: psicóloga ajena al sociales con énfasis conducta solución de problemas.
centro, grupos asertiva.
aproximadamente 40 4. Enseñanza técnicas solución de
participantes. problemas.
Programa: Entrenamiento en 1. Entrenamiento en habilidades Metodología: Análisis de varianza mixto 3x2 (tratamiento x
autoestima y habilidades para generar estilo más positivo fase). Las condiciones de tratamiento son: grupo de
cognitivas (Barrett, Webster y de pensamiento, comunicación, intervención, grupo de atención-placebo, y grupo de lista de
Wallis, 1999). percepción y solución de espera. Las medidas se tomaron pretratamiento y
Participantes: 51 adolescentes problemas. postratamiento.
(13-16 años). 2. Moldeamienzo y refuerzo de Resultados: Se encuentra un efecto principal de la fase y una
Sesiones: 4 de 90 minutos, nuevas habilidades y mejorar las interacción del tratamiento por la fase. Análisis más detallados
1/semana. existentes. mostraron que los efectos de fase fueron sólo significativos en el
Aplicación: estudiantes de 3. Uso de tareas para casa grupo de intervención, y que en la segunda fase, el grupo de
posgrado de psicología (3 por semanales para reforzar intervención mostró mejores resultados en autoestima que
grupo) en grupos de hasta 19 habilidades desarrolladas en ambos grupos de control.
participantes. grupo e incrementar Instrumento: Escala de Autoestima de Rosenberg (Rosenberg,
generalización. 1965).
Efectos sobre otras variables: mejora en medidas de percepción
y cogniciones sobre sí mismo y percepción sobre la relación con
iguales.
Programa: Intervención en 1. Juegos y dibujos que fomentan Metodología: MANOVA conjuntamente sobre cinco
conducta social, relaciones diálogo tolerante, expresión puntuaciones de autoconcepto (dimensiones académica,
intragrupo, autoconcepto y pensamientos y sentimientos, y familiar, emocional, social y puntuación total) para estudiar
cogniciones prejuiciosas promueven desarrollo emocional. diferencias entre grupos tratamiento y control en medidas pre y
(Garaigordobil, 2002), ver 2. Pequeños grupos, discusión postratamiento y diferencia entre ambas; ANOVA similar sobre
Garaigordobil (2000, 2007). soluciones alternativas a las dimensiones tomadas individualmente; en grupo de
Participantes: 174 problemas con estrategias de tratamiento análisis diferencia post-pretratamiento en
adolescentes (12-14 años). tormenta de ideas y juego de dimensiones con diferencias significativas, subdividiendo grupo
Sesiones: 35 de 120 minutos, roles, entre otras. en tres niveles en función de puntuaciones pretratamiento (bajas,
1/semana. Sesenta actividades con los medias y altas).
Aplicación: profesores de la siguientes objetivos: Resultados: MANOVA sobre conjunto de medidas de
asignatura “ética y desarrollo 1. Mejora autoconcepto. autoconcepto mostró diferencias entre grupos tratamiento y
humano”, grupos de clase de 2. Incremento comunicación control en la fase post y diferencia en las puntuaciones entre fase
unos 30 participantes. intragrupo, aceptación iguales e post y pretratamiento. ANOVAS sobre medidas autoconcepto
interacciones amistosas. mostraron diferencias significativas para autoconcepto social y
3. Desarrollo conductas sociales tendencia a significación para académico. Los participantes con
positivas (prosociales, liderazgo y puntuaciones bajas en autoconcepto social mostraron mayor
autocontrol, etc.) y reducción cambio que participantes con puntuaciones medias y altas.
conductas sociales negativas. Instrumento: Escala de Autoconcepto (Musitu, García y
4. Identificación percepciones y Gutiérrez, 1991).
prejuicios y análisis Efectos sobre otras variables: mejora en medidas de conductas
discriminación. prosociales, cogniciones prejuiciosas, conductas de
5. Aprendizaje técnicas para socialización, problemas de conducta y conducta antisocial.
análisis y solución de conflictos.
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y Park, 2004), lo que implica que el joven realiza mejores conductas de afrontamiento
y obtiene, así, resultados que satisfacen mejor sus contingencias de autovalía, lo cual
contribuye recíprocamente a un incremento y estabilización de su autoestima.
En segundo lugar, los hallazgos de la investigación sugieren que es eficaz, para
mejorar la autoestima en estas edades, producir cambios en las pautas educativas de
los padres y demás agentes educativos con el objetivo de mejorar la retroalimentación
que recibe el adolescente de los otros significativos por sus conductas. Una serie de
investigaciones muestran que en la explicación de la autoestima o autoconcepto de niños
y adolescentes resulta especialmente relevante el apoyo y retroalimentación que pro-
porcionan los otros significativos (Alonso y Román, 2005; Bulanda y Majumdar, 2009;
González-Pienda et al., 2002; Heinonen, Räikkönen, Keskivaara y Keltikangas-Järvinen,
2002; Musitu y García, 2004). En particular, el efecto de unas prácticas parentales in-
adecuadas sobre las deficiencias de autoestima en edad adolescente se encuentra mediado
por la inseguridad afectiva que éstas producen (Doyle y Markiewicz, 2005; Gamble y
Roberts, 2005). En coherencia con estos hallazgos, se encuentra que tanto un escaso
apoyo afectivo como una autoridad insuficiente por parte de los padres contribuyen a
producir desajustes conductuales en niños y adolescentes (Buehler y Gerard, 2002; Slicker,
1998). La investigación muestra también que la retroalimentación mejora la autoestima
del adolescente cuando se basa en un control conductual por parte de las personas
significativas, con el uso de reglas consistentes al proporcionar retroalimentación, y la
perjudica cuando se basa en un control psicológico o emocional (Doyle y Markiewicz,
2005; Garber, Robinson y Valentiner, 1997). Este conjunto de hallazgos parece indicar,
en definitiva, que tanto una carencia de retroalimentación afectiva positiva y un exceso
de retroalimentación negativa, como la falta de consistencia al proporcionar ésta por parte
de las personas significativas, contribuyen a generar falta de confianza e inseguridad en
el adolescente, lo que resulta perjudicial para su autoestima.
Los hallazgos revisados en este trabajo desde el análisis de las contingencias
de reforzamiento sugieren, además, que la retroalimentación positiva contingente que
recibe el adolescente de los otros significativos por sus conductas contribuye a crear
vínculos de influencia recíproca entre dichas conductas y su percepción de autovalía.
Podemos concluir que, con objeto de mejorar la autoestima en una dirección adaptativa,
la retroalimentación positiva debería ser contingente a un incremento real en aquellas
conductas que, al perseguir propósitos válidos para un desarrollo adaptativo del adoles-
cente (Dubois y Tevendale, 1999), generen el tipo de resultados que se quieran convertir
en relevantes para su percepción de autovalía (Mruk, 1998). Para producir cambios en
estas conductas, las investigaciones realizadas en los trabajos revisados de Mestre y
Frías (1996), Olmedo et al. (1998), Barrett et al. (1999) y Garaigordobil (2002, 2007)
aportan una serie de estrategias efectivas.
Por último, la investigación indica que las intervenciones para mejorar la autoes-
tima en edades tempranas parecen resultar más eficientes cuando se llevan a cabo en el
ámbito escolar (Haney y Durlak, 1998), siendo éste un lugar particularmente favorable
para producir mejoras en la retroalimentación que proporcionan los agentes de influencia
social. Como se indicó anteriormente, resultados exitosos de la intervención en estos
contextos han sido mostrados por diversos autores (Barrett et al., 1999; Dalgas-Pelish,
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2006; Garaigordobil, 1999, 2002; Mestre y Frías, 1996; Olmedo et al., 1998). Por otra
parte, los hallazgos revisados en este trabajo indican también que el empleo de estos
programas de intervención puede resultar especialmente útil en poblaciones de riesgo
que se encuentran aún en la adolescencia temprana o en periodos previos, en los cuáles
la autoestima es más inestable, dado que en la adolescencia tardía ya suelen haberse
consolidado las pérdidas de autoestima que experimentan muchos jóvenes (Robins y
Trzesniewski, 2005; Tashakkori et al., 1990; Trzesniewski et al., 2003). El hecho de
que los adolescentes de edades tempranas se caractericen por sufrir grandes cambios
y confusión en torno a sí mismos parece contribuir también a que la autoestima sea
particularmente influenciable en estas edades (Robins y Trzesniewski, 2005). El uso de
estas pautas para la mejora de la autoestima podría alcanzar, en definitiva, a un gran
número de adolescentes de forma efectiva si se incorporaran de forma estable al cur-
rículum escolar y se hiciera partícipe a las familias.
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