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Programa Maestranza

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Yuja Wang

Mahler Chamber
Orchestra

GRAN SELECCIÓN
© Julia Wesely

Temporada 2024/2025

Fecha: 15 de noviembre, 20h.


Duración aprox.: 1 hora y 40 minutos
Primera parte: 40min.
Pausa: 20min.
Segunda Parte: 40min.

Más Yuja que nunca


La pianista Yuja Wang es considerada hoy
una de las más sólidas intérpretes del mundo,
atrevida y obsesivamente comprometida con la
perfección de sus ejecuciones. Artista musical
del año en América en 2017, es Premio Opus
Klassik de 2021 por el estreno mundial del
concierto de John Adams bajo la dirección
de Gustavo Dudamel.
Nacida en Pekín, completa su formación en
Canadá con Gary Graffman y se consolida en
2007 como solista en la Orquesta Sinfónica de
Boston, cuando fue llamada para reemplazar
a la incuestionable Martha Argerich.
Amante de los retos, ha sido la protagonista
del maratón Rajmáninov en el Carnegie Hall
como homenaje al compositor ruso en su 150
aniversario.
Yuja Wang viene a Sevilla en una gira
internacional por Europa junto a la Mahler
Chamber Orchestra (MCO), de la cual es “socia
artística” desde 2023. La orquesta es admirada
tanto por su brillante ejecución como por su
sistema de organización. Con músicos de 25
nacionalidades, residentes en diferentes partes
del mundo, la MCO ha alcanzado audiencias
en vivo en 40 países de cinco continentes.
La orquesta mantiene residencias en Berlín,
Salzburgo y Lucerna; en 2026 sucederá a la
Filarmónica de Berlín en el festival de Pascua
en Baden-Baden.
Su apuesta por las nuevas tecnologías y la
renovación permanente de programas e
integrantes la convierten en uno de los grandes
referentes de la renovación de las músicas
clásicas en el siglo XXI.

Piano y dirección: Yuja Wang


Concertino y líder:
José María Blumenschein

Mahler Chamber Orchestra


Flautas: Adriana Ferreira (Portugal)
Virginie Reibel (Francia)
Oboes: Louis Baumann (Francia)
Eloi Huscenot (Francia)
Clarinetes:
Vicente Alberola Ferrando (España)
Mariafrancesca Latella (Italia)
Fagotes: Mathis Stier (Alemania)
Andrés Yauri (Venezuela)
Trompas: Iago Bernat Sanchis (España)
Jonathan Wegloop (Holanda)
Trompeta:
Christopher Dicken (Gran Bretaña)
Trombón:
Andreas Klein (Alemania)
Timbal & percusión:
Martin Piechotta (Alemania)
Rizumu Sugishita (Japón)
Koen Platetinck (Bélgica)
Christian Miglioranza (Italia)
Arpa:
Marianne Hofman (Países Bajos)
Violines primeros:
José Maria Blumenschein (Concertino)
(Alemania)
Cindy Albracht (Holanda)
May Kunstovny (Austria)
Hildegard Niebuhr (Alemania)
Timothy Summers (EEUU)
Clara Scholtes (Alemania)
Nicola Bruzzo (Italia)
Iidamari Ahonen (Finlandia)
Violines segundos:
Johannes Lörstad (Jefe de Sección)
(Suecia)
Christian Heubes (Alemania)
Nanni Malm (Austria)
Mette Tjaerby Korneliusen (Dinamarca)
Paulien Holthuis (Holanda)
Naomi Peters (Holanda)
Michiel Commandeur (Holanda)
Violas:
Joel Hunter (Jefe de Sección) (Gran
Bretaña)
Benjamin Newton (Gran Bretaña)
Anna Maria Wünsch (Alemania)
Yannick Dondelinger (Gran Bretaña)
Samuel Burstin (Gran Bretaña)
Violonchelos:
Frank-Michael Guthmann (Jefe de Sección)
(Alemania)
Stefan Faludi (Alemania)
Clara Grünwald (Alemania)
Philipp von Steinaecker (Alemania)
Moritz Weigert (Alemania)
Alja Mandič Faganel (Eslovenia)
Contrabajos:
Rodrigo Moro Martín (Jefe de Sección)
(España)
Johane González Seijas (España)
Lars Radloff (Alemania)

Programa

Parte I

Ígor Stravinski (1882-1971)


Concierto en mi bemol mayor, Dumbarton Oaks
Tempo giusto
Allegretto
Con moto

Maurice Ravel (1875-1937)


Concierto para piano y orquesta en sol mayor
Allegramente
Adagio assai
Presto

Parte II

Maurice Ravel
Le tombeau de Couperin
Prélude. Vif
Forlane. Allegretto
Menuet. Allegro moderato
Rigaudon. Assez vif

Alexander Tsfasman (1906-1971)


Jazz suite para piano y orquesta
Snowflakes
Lyrical Waltz
Polka
Career

Yuja Wang
La pianista Yuja Wang es reconocida por su
carisma artístico, su honestidad emocional y su
arrebatadora presencia escénica. Ha actuado
junto a los directores, músicos y grupos más
venerados del mundo, y es reconocida no
sólo por su virtuosismo, sino también por
sus espontáneas y animadas actuaciones,
declarando al New York Times que cree
firmemente que “cada programa debe tener
vida propia y ser una representación de cómo
me siento en ese momento”.

Su destreza y carisma se dejaron ver


recientemente en su actuación maratónica
de obras de Rachmaninoff en Carnegie Hall,
junto al director Yannick Nézet-Séguin y la
Orquesta de Filadelfia. Este evento histórico,
que celebraba los 150 años del nacimiento
de Rachmaninoff, incluyó interpretaciones de
sus cuatro conciertos más la Rapsodia sobre
un tema de Paganini en una tarde y tuvo un
grandísimo éxito, formando colas alrededor
de la manzana. En la temporada 2022/23, Yuja
también interpretó el Concierto para piano no.
3 de Magnus Lindberg, en su estreno mundial,
con la Orquesta Sinfónica de San Francisco, y
participó en otras presentaciones de la obra por
Norte América y Europa durante la temporada.

Yuja nació en una familia de músicos en Pekín.


Después de estudiar piano a lo largo de su
infancia en China, recibió formación avanzada
en Canadá y en el Curtis Institute of Music
bajo las directrices de Gary Graffman. Su
descubrimiento internacional se produjo en
2007, cuando reemplazó a Martha Argerich
como solista de la Orquesta Sinfónica de
Boston. Dos años más tarde, la pianista firmó un
contrato exclusivo con Deutsche Grammophon
y, desde entonces, se ha consolidado entre
los artistas más importantes del mundo, con
una sucesión de actuaciones y grabaciones
aclamadas por la crítica. Fue nombrada Artista
del Año de Musical America en 2017 y en 2021
recibió un premio Opus Klassik por su estreno
mundial del concierto de John Adams Must the
devil have all the good tunes? con la Filarmónica
de Los Ángeles, dirigido por Gustavo Dudamel.

Como músico de cámara, Yuja ha desarrollado


colaboraciones duraderas con varios artistas
destacados. Esta temporada, Yuja se embarca
en una muy esperada gira internacional de
recitales a dúo con el pianista Víkingur Ólafsson,
con actuaciones en salas de categoría mundial
en América del Norte y Europa, donde una
vez más mostrará su estilo, destreza técnica
y excepcional calidad artística en un amplio
programa.

José María Blumenschein


José María Blumenschein, nacido en Friburgo
(Alemania) y de padres brasileños, actualmente
ocupa el cargo de primer concertino de la
Orquesta Sinfónica de la Radio WDR en Colonia
después de haber sido Concertino Asociado
de la Orquesta de Filadelfia durante tres
temporadas. Durante su estancia en WDR,
también se tomó dos temporadas libres para
actuar como primer concertino de la Ópera y
Filarmónica Estatal de Viena.

Siendo un líder apasionado, actúa con


regularidad con muchas orquestas y grupos,
como la Mahler Chamber Orchestra, Orquesta
del Festival de Bayreuth, Chamber Orchestra
of Europe, Orquesta Sinfónica de Londres,
Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera,
Orquesta Estatal Sajona de Dresde, Orquesta
NDR de la Filarmónica del Elba y muchos más.

El Sr. Blumenschein también es miembro


fundador de “Kammermusik Köln”, un ciclo de
música de cámara en Colonia, fundado por
miembros de WDR Radio, Orquesta Gürzenich
y miembros del Conservatorio de Colonia, que
será el primer ciclo de música de cámara de
todo el año.

Nacido en 1985, el Sr. Blumenschein recibió


su primera clase de violín a los cuatro años
en Friburgo, Alemania, en el “Instituto Pflüger
para Niños Superdotados”. En 1990 inició su
formación con Vera Kramakowa en Manheim.
En 2001, Blumenschein fue aceptado en el
Curtis Institute of Music donde estudió con el
director y violinista Joseph Silverstein y ocupó
el puesto de concertino de la Orquesta
Sinfónica de Curtis.

Jose María Blumenschein actúa con la Mahler


Chamber Orchestra desde hace casi dos
décadas. Desde 2023, comparte el puesto de
concertino de la MCO con Matthew Truscott.

Mahler Chamber Orchestra


Desde que se fundó en 1997, la Mahler Chamber
Orchestra (MCO) se ha consolidado como una
de las principales orquestas de cámara del
mundo. La MCO trabaja como un “colectivo
global” y está dirigida por sus miembros en
colaboración con su oficina de gestión, con
sede en Berlín. Los músicos, procedentes de
unos 25 países diferentes, se unen para realizar
numerosos proyectos. El diálogo de la música
de cámara y el acto unánime de la escucha dan
forma al sonido de la Orquesta; es una filosofía
inspirada en el mentor fundador de la Orquesta,
Claudio Abbado, que la MCO llama El Sonido de
la Escucha.

En la pasada temporada 2023/24, la MCO actuó


con los directores Sir Simon Rattle, Maxim
Emelyanychev, Tugan Sokhiev y Anja Bihlmaier,
además de con su Asesor Artístico Danielle
Gatti, entre otros. En la próxima temporada,
la MCO subirá al escenario con Antonello
Manacorda, Gianandrea Noseda, Elim Chan o
Raphaël Pichon.

La MCO es conocida por sus actuaciones sin


director, en las que el solista elegido para cada
concierto dirige al grupo desde su instrumento.
Más recientemente, la MCO ha seguido este
formato de interpretación y dirección para sus
actuaciones con sus socios artísticos Yuja Wang
y Mitsuko Uchida, con quienes realiza giras
varias veces al año. De cara a la temporada
2024/2025, también están previstos proyectos
con los solistas Augustin Hadelich, Stéphane
Degout y Leif Ove Andsnes.

La Orquesta mantiene residencias en Berlín,


Salzburgo y Lucerna; a partir de 2026, sucederá
a la Orquesta Filarmónica de Berlín en el
Festival de Pascua de Baden-Baden. En 2024,
la MCO asumió el cargo de Director Artístico
de la Musikwoche Hitzacker, donde presenta
cada año un repertorio diverso caracterizado
por la música de cámara. En marzo de 2025,
el pianista Leif Ove Andsnes, viejo amigo y
colaborador de la MCO, será el artista residente
del Festival.

La MCO tiene el compromiso de enriquecer


vidas a través de la música y siempre está
buscando oportunidades para organizar
encuentros, tanto dentro como fuera del
escenario, que lleven música, aprendizaje
y creatividad y aprendizaje a comunidades
de todo el mundo. Su programa, Feel the
Music, presenta la música a personas sordas
y con dificultades auditivas, mientras que la
MCO Academy permite a los miembros de
la orquesta compartir su experiencia con la
próxima generación de músicos. Además, los
conciertos escolares de la MCO invitan a los
estudiantes a un viaje multicultural, fomentando
la introspección y la reflexión sobre el tema
de “Pertenencia”.

Las actuaciones de la MCO suelen ser grabadas


y retransmitidas por grandes emisores y por
ARTE; el CD más reciente del grupo, es para
la ópera Picture a day like this de George
Benjamin, lanzada por Nimbus en Septembre
2024. Junto con su socio artístico para
experiencias inmersivas, Henrik Oppermann/
Shallgeber, la MCO ha desarrollado una serie
de conciertos en formato XR. Desde julio de
2024, algunas de las piezas de música de
cámara producidas en XR están disponibles en
la aplicación Mahler Chamber Orchestra para
Apple Vision Pro.

Notas al programa

Veinticinco años que conmovieron


al mundo
Por Pablo J. Vayón

Desde 1920, en que se estrena la versión


orquestal de Le tombeau de Couperin de
Ravel, hasta 1945, cuando Alexander Tsfasman
compone su Suite para piano y orquesta,
el mundo vive años frenéticos, dramáticos
y terribles, los que llevaron de la Primera a
la Segunda Guerra Mundial, un tiempo de
inestabilidad e incertidumbre, de debilitamiento
de la democracia y el surgimiento de agresivos
regímenes totalitarios, de emancipación social,
pero también de fuertes tensiones culturales
e ideológicas, todo ello condicionado por la
devastadora crisis económica que siguió a una
década de prosperidad y desarrollo. Ese es el
arco temporal, ese es el contexto en que se
encuadran las cuatro obras de este programa,
unidas entre sí por finos hilos en los que se
cruzan tradición e innovación.

Dumbarton Oaks de Stravinski comparte con


Le tombeau de Couperin de Ravel la mirada
al siglo XVIII. Cuando Ravel escribe su suite
para piano entre 1914 y 1917 está adelantando
en buena manera el universo neoclásico
que Stravinski transitará desde Pulcinella.
Ravel homenajea a la vez a los compositores
del Barroco francés (¿pero hubo alguna vez
barroco en Francia, donde los artistas del XVIII
pretendieron ser siempre más clásicos que los
mismos clásicos?) y a sus amigos caídos en
la guerra. Después de que en 1919 Marguerite
Long estrenara la versión pianística, Ravel
orquestó cuatro de los seis números de la suite,
que se presentaron así en público en 1920.

Y si para su Tombeau Ravel clavó la mirada en


Couperin y los clavecinistas del grand siècle,
más de veinte años después, Stravinski volvió
la suya hacia Bach para cumplir el encargo
que Robert Wood Bliss le hizo para celebrar el
trigésimo aniversario de su boda. Su Concierto
en mi bemol mayor tomaba como modelo los
Brandenburgo del maestro alemán y recibió
como título el nombre de la villa de residencia
del magnate americano, Dumbarton Oaks, en
Washington D. C., donde la pieza fue presentada
en 1938 bajo la batuta de Nadia Boulanger,
mediadora para el encargo. El estreno público
lo hizo el propio Stravinski en París al año
siguiente, aquel en que se desencadenó la
catástrofe en Europa.

Entiéndase esto: el neoclasicismo de Stravinski


y de Ravel no es nostálgico de la música del
pasado, no pretende en ningún caso emular
a Bach o a Rameau, simplemente utiliza las
formas y las estructuras de aquel tiempo en un
contexto radicalmente diferente, en el que el
lenguaje rítmico y armónico ha pasado ya por
el modernismo y ha asumido la experiencia del
impresionismo y del expresionismo.

En 1900 la banda de Philip Sousa había visitado


París dejando a los franceses hipnotizados con
las audaces síncopas del cakewalk (Debussy
tomó buena nota para su suite pianística de
El rincón de los niños, escrita un lustro
después), de tal forma que cuando en 1917 y
1918 los primeros conjuntos de jazz americanos
llegan a Europa el ambiente estaba ya
preparado. Pese a la crudeza de la guerra, 1917
fue también el año del estreno parisino de
Parade, el ballet de Satie en el que la cultura
popular penetraba irreverente en el templo de
la alta cultura. Así que en los años 20, junto al
neoclasicismo, la moda para los compositores
que operaban desde París era el jazz.

En su Concierto para piano en sol mayor,


escrito entre 1929 y 1931 y estrenado en
París el 14 de enero de 1932 por Marguerite
Long y la Orquesta Lamoureux dirigida por
el propio compositor, Ravel incorpora ritmos
de jazz, especialmente en los movimientos
extremos, cuajados de síncopas, armonías
de blues y toques que parecen extraídos de
las improvisaciones que el autor del Bolero
acababa de conocer de primera mano en
un viaje a Nueva York. El movimiento central
contrasta vivamente por su carácter lírico,
emotivo y extático, también simple, aunque
esa simplicidad es más aparente que real,
como se descubre en cuanto se profundiza
en su armazón estructural y armónico, repleto
de detalles sutiles y de modulaciones que
enriquecen la textura.

En 1945 el jazz estaba pasado de moda para


los compositores de Europa occidental, pero
para los rusos suponía todavía un desafío,
y no sólo a nivel artístico, sino, sobre todo,
político. Así lo entendía Alexander Tsfasman,
quien en medio del marasmo del final de la
guerra, concibe su Jazz suite para piano y
orquesta como un gran híbrido entre el lenguaje
jazzístico y las exigencias del realismo socialista
vigente en la URSS. El piano ocupa un lugar
central en la suite, como vehículo tanto para la
expresividad melódica como para la brillantez
técnica, exigiendo del intérprete un dominio del
estilo del jazz, así como una sólida formación
clásica. Tsfasman eludió la más que previsible
condena por formalismo al utilizar estructuras
de una música decadente (así consideraban
los prebostes stalinistas al jazz) limando sus
asperezas, suavizando la complejidad armónica
en favor de las armonías consonantes, que
cuadraban bien con esa aspiración soviética
a los finales brillantes y optimistas. En la obra,
elementos jazzísticos reconocibles, como los
ritmos sincopados y los acordes alterados,
se integran de forma elegante en un conjunto
equilibrado, sin eclipsar en momento alguno la
claridad formal y melódica asociada al lenguaje
clásico.

La brillantez de la escritura para el piano


de Tsfasman se refuerza con la prominente
presencia de una batería típicamente jazzística
y el protagonismo del metal (a menudo
asordinado, en imitación de la práctica de las
big bands del tiempo), aunque la orquestación
no pierde nunca un toque de refinamiento,
que conecta con el universo clásico y que es
dominante en el resto del programa. De hecho,
tanto Dumbarton Oaks como Le tombeau de
Couperin presentan una orquesta ligera, casi
camerística, en la búsqueda por parte de sus
autores de la claridad contrapuntística y la
transparencia sonora típicas del siglo XVIII. El
dominio raveliano de la orquesta se muestra
también con exquisitez en el Concierto para
piano en sol por la precisión y claridad del
acompañamiento, el equilibrio con el solista y
la transparencia de las texturas que Ravel hace
compatible con la riqueza deslumbrante, pero
nunca apabullante, de la policromía.

Próximamente

RASGANDO EL SILENCIO LÍRICA

Rendez-vous Ariadne auf Naxos


29 de noviembre 14, 16 y 18 de diciembre

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