Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

PRÁCTICA 4. Historia del Drecho

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 4

PRÁCTICA 4.

Constitución de la República española de 9 de


diciembre de 1931.
Por: Estefanía Hernández Latorre. Turno de tarde. Campus Fuenlabrada.
1. CONTEXTO HISTÓRICO
Julián Besteiro, Presidente de las Cortes, el 9 de diciembre de 1931, promulgó la
Constitución de la Segunda República española. Esta recogió las ilusiones colectivas
que creó el cambio de régimen político en España. La República y la Constitución,
fueron la consecuencia inevitable de la ya agotada dictadura de Primo de Rivera, que
había dado paso a una solución democrática que se plasmó en este texto jurídico.

Podemos enmarcar esta Constitución en el constitucionalismo europeo del periodo


entre guerras. La influencia de la Constitución alemana de Weimar, en el diseño del
sistema parlamentario; y la de la Constitución de Austria de la época; es evidente en la
formación de la justicia constitucional. A parte de estas, también podemos notar a la
Constitución mexicana, ya que constitucionaliza los llamados derechos fundamentales
de la tercera generación o derechos sociales y económicos.

En cuanto a la parte orgánica de la Constitución, junto a instituciones típicas del


constitucionalismo histórico, recoge otras muy novedosas, como el Tribunal de
Garantías Constitucionales. Además, contempla un poder ejecutivo propio de un
sistema parlamentario, y unas Cortes unicamerales que, si bien retomaban la tradición
de la Constitución de Cádiz, chocaban con el modelo del Estado regional,
descentralizado, que la propia Constitución establecía, ya que, como es sabido, un
Estado de estructura federal tiene su representación en una Cámara Alta (Senado).

La Constitución de 1931 es un texto de extensión media, ya que consta de 125


artículos, agrupados en 9 títulos, más uno preliminar.

El primer artículo define a España como “una República democrática de trabajadores


de todas las clases, que se organiza en un régimen de Libertad y Justicia”, para afirmar
a continuación “la República constituye un Estado integral, compatible con la
autonomía de los municipios y las regiones”. Además, por primera vez en nuestra
historia constitucional, se recoge un Estado distinto del unitario que había existido
desde la Constitución de Cádiz hasta la Restauración canovista. Lo que se pretendió en
1931 fue superar los conceptos tanto unitarios como federales.

Los principios políticos que inspiran la Constitución de 1931 son: la democracia, el


regionalismo, el laicismo y la economía social. Vemos reflejado el carácter democrático
de la Constitución en la proclamación clara de soberanía popular, que se consagra en
el sufragio universal, así como en las formas de democracia directa y en las
instituciones representativas.

Los principios democráticos se plasman también en una amplia declaración de los


derechos y en la división e interrelación de los poderes del Estado. En las
constituciones del siglo XIX se recogen los derechos políticos y civiles clásicos, junto a
los derechos sociales y económicos, y un sistema de garantías de todos los derechos
que culmina en el tribunal de Garantías Constitucionales.
El elemento democrático se expresa en la composición de las Cortes, que se eligen por
sufragio universal igual, libre, directo y secreto. Además, la Constitución republicana
recoge por primera vez el voto a la mujer en condiciones de igualdad con el hombre.
Entre las facultades de las Cortes podemos encontrar la potestad legislativa, el control
del Gobierno a través de la moción de censura y el nombramiento del Presidente de la
República, que se realiza conjuntamente con un número de compromisarios elegidos
por los ciudadanos. En lo que a distribución de poderes se refiere, los constituyentes
de 1931 fortalecieron al Parlamento frente al Ejecutivo y de la Jefatura del Estado.

El Presidente de la República tiene conferidas atribuciones muy relevantes en el


sistema institucional: nombra al Jefe del Gobierno y, a su propuesta, a los restantes
ministros, dispone de la facultad de disolución del Parlamento y, finalmente, tiene
importantes competencias en el proceso de aprobación de las leyes. Así, si los
proyectos de ley no son declarados urgentes por el Parlamento, pueden ser devueltos
a la Cámara para una nueva deliberación. Este mecanismo se convierte en una especie
de veto suspensivo que sólo puede ser superado por las propias Cortes si vuelven a
aprobar la ley por mayoría de dos tercios.

La cuestión religiosa había venido siendo un problema disgregador y polarizador en


toda nuestra historia constitucional. En este ámbito, el artículo tercero de la
Constitución afirma que "el Estado no tiene religión oficial", proclamando por tanto la
abstención de los poderes públicos en el orden religioso, en contraposición con las
constituciones anteriores que habían proclamado la unidad religiosa. El artículo 27
establece la libertad de conciencia y de culto. Resultó especialmente polémico el
artículo 26, que suprimía todo apoyo económico estatal a la Iglesia Católica y a
las órdenes religiosas, que pasaban a tener la condición de asociaciones,
prohibiéndoseles el ejercicio de la enseñanza.

Los cuatro preceptos básicos en los que se ancla el sistema de economía social de la
Constitución son los artículos 44 a 47. El artículo 44 declara que la riqueza está
subordinada a los intereses de la economía nacional, constitucionalizando el Estado
interventor y social que podía expropiar en base a un supremo interés social. El
artículo 45 garantiza que el patrimonio artístico nacional quede bajo la tutela del
Estado. El artículo 46 regula la protección del trabajo en un amplio abanico de
prestaciones sociales y, finalmente, el artículo 47 se refiere a la política agraria.

La Constitución de 1931 ha sido una de las más polémicas de nuestra historia. Mientras
que para unos fue "la más terminante y rigurosa expresión del realismo español" para
otros representó "un modelo teórico y doctrinal" que no tomó suficientemente en
cuenta a la sociedad de su época.

2. ANÁLISIS DEL TEXTO


Nos encontramos ante el texto de la Constitución de 1931, redactado por la Asamblea
Constituyente formada tras el exilio de Alfonso XIII y la proclamación de la Segunda
República. Su extenso articulado recoge una de las constituciones más progresistas y
reformistas de las existentes entre las democracias europeas de posguerra. Se trata de
una fuente primaria y directa, de naturaleza jurídica, dedicada al conocimiento del
pensamiento republicano y de izquierdas.
El autor es un colectivo de juristas y políticos que constituidos en comisión redactan el
texto, el cual debe ser aprobado por la Asamblea Constituyente. El presidente de la
Comisión encargada de elaborarla fue el socialista Jiménez de Asúa, junto con otros
políticos de la talla de Alcalá Zamora, Miguel Maura o Manuel Azaña. Todos ellos
intelectuales y juristas de reconocida trayectoria. Sus postulados ideológicos
abarcaban desde el ámbito conservador (Alcalá Zamora y Maura) hasta la izquierda
republicana y los socialistas (Azaña, Largo Caballero, etc.).

El destinatario del documento es el pueblo español, pues se trata de la Constitución


que regirá a partir de su promulgación el marco legal y político del país. La Constitución
es un documento público que todos los ciudadanos deberían conocer y por ello se
publica en el Diario Oficial del Estado, así como en multitud de periódicos y
publicaciones.

Repasando otra vez las ideas recogidas en los artículos más importantes del texto:

Se responde a los principios básicos de una Constitución progresista, con un matiz de


izquierdas, aunque no socialista.

La primera de ellas es la definición de España como una "República Democrática de


trabajadores", un presupuesto inicial en donde se aprecia la influencia del Partido
Socialista, pero que se matizó con la expresión "de toda clase", introducida
posteriormente por Alcalá Zamora en el debate y que fue aceptada para alcanzar el
máximo consenso posible en cuanto a la definición del Estado. Se trata de una
soberanía popular, ya que se afirma que los poderes emanan del pueblo. Este punto es
innovador con respecto a las constituciones anteriores en la Historia de España, pues
hasta la fecha la depositaria de la soberanía era la Nación. Además, se explicitan los
colores de la bandera de la República: rojo, amarillo y morado.

Otra idea importante es la declaración de laicismo recogida en el Articulo 3. Esta


cuestión se desarrollaría en el Título III y que daría pie a grandes debates. Al fin y al
cabo, era la primera vez en la historia constitucional española y, en general, en la
Historia de España que se separaba el Estado de la Iglesia. El Artículo 26 hace
referencia a la supresión del presupuesto del Clero. Desde la Constitución de 1845,
todas las cartas magnas habían contemplado, como compensación por la
desamortización eclesiástica, que el sostenimiento del culto y la Iglesia Católica
correría a cargo de la voluntad pública. Se concedió un plazo de dos años para
extinguir esta aportación económica y, de esta manera, se certificó por primera vez en
nuestro país, la plena laicización del Estado. A pesar de su aprobación, la votación de
este artículo fue motivo de una fuerte controversia parlamentaria.

En el Artículo 11 se hace referencia a la posibilidad de crear regiones autónomas


dentro del Estado español, estableciendo el procedimiento para establecerlas por
medio de la redacción de sus estatutos correspondientes. En otros artículos se definen
cuáles son las competencias de las autonomías y las del Estado.

El Artículo 36 especifica que los ciudadanos de uno y otro sexo tendrán los mismos
derechos electorales. De esta manera, la República concedió el voto a las mujeres,
derecho que hasta entonces poseyeron en exclusiva los varones. Esta equiparación era
inevitable en un texto que consagró la plena igualdad de sexos.
Finalmente, en los artículos 67 y 68 se trata la figura del Jefe del Estado y su forma de
elección. Al tratarse de una república, será el Presidente de la República y la forma de
elegirlo es un sistema intermedio entre el sufragio universal y la designación por el
Parlamento; y el establecimiento de la posibilidad de que el Presidente fuera
reelegido, pero en mandatos alternativos.

3. CONCLUSIÓN
El texto que se nos ha presentado posee un gran valor histórico, ya que se trata de una
Constitución extraordinariamente progresista, que modificaba la propia definición del
Estado, introducía cambios importantes en cuanto al reconocimiento de las
autonomías, y sentaba las bases para la reforma de los aspectos que los dirigentes
republicanos consideraban esenciales para modernizar España. Sin embargo, la
aplicación de lo dispuesto en la Constitución se encontró con muchos obstáculos y
resistencias por parte de los sectores más conservadores y tradicionales: Ejército,
Iglesia, terratenientes y empresarios.

4. BIBLIOGRAFÍA
https://www.congreso.es/cem/const1931

https://historiaespana.es/edad-contemporanea/constitucion-espanola-1931

https://www.studocu.com/es/document/bachillerato-espana/historia-de-espana/
texto-comentado-algunos-articulos-de-la-constitucion-de-1931/7939187

https://luisprofehistoria.files.wordpress.com/2010/05/comentario-texto-10-la-
constitucion-de-1931.pdf

https://www.murciaeduca.es/iessaavedrafajardo/sitio/upload/
Texto_19_Algunos_articulos_de_la_Constitucion_de_1931.pdf

https://albalathistoria.files.wordpress.com/2018/04/comentario-texto-20-la-
constitucic3b3n-de-1931.pdf

También podría gustarte