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Teotihuacan (1)

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Teotihuac

án
Se habla de cultura teotihuacana o de cultura de Teotihuacán, para
referirse a los desconocidos pobladores originarios de la ciudad
antigua de Teotihuacán, una de las mayores ciudades de la
Mesoamérica prehispánica. Esta ciudad fue fundada en algún
momento alrededor del 1.000 a. C.

Se sabe poco respecto al carácter étnico de esta cultura


precolombina, aunque las investigaciones apuntan a los totonacos,
nahuas y los otomíes. Pudo tratarse incluso de alguna combinación
cosmopolita de pueblos mesoamericanos remotos.
La cultura teotihuacana es de las más misteriosas de la era
precolombina americana, cuyos orígenes y desaparición son objeto
de debate entre los especialistas. Se sabe de su existencia sólo por
las ruinas y restos de su ciudad, Teotihuacán, equivalente de la
antigua y enorme Roma imperial.
Su influencia se observa en los motivos claramente teotihuacanos
hallados en las ruinas de otros centros ceremoniales como Tikal o
Chichen Itzá. La ciudad teotihuacana es una importante zona de
monumentos arqueológicos hoy en día, con un alto interés turístico
y antropológico, célebre por sus grandes pirámides.

Se sabe que los teotihuacanos fueron una influencia importante en


el desarrollo de otras culturas mesoamericanas. Por ejemplo,
Teotihuacán fue un centro de peregrinaje importante de la cultura
azteca, muy posterior, quienes vieron en esta ciudad ya
abandonada un lugar propicio para las revelaciones religiosas.
De hecho, el nombre que le damos proviene del náhuatl (significa
“Ciudad del Sol”), la lengua de los mexicas, dado que se ignora
cómo se llamaban los teotihuacanos a sí mismos o a su ciudad.

UBICACIÓN GEOGRAFICA
La ciudad de Teotihuacán se ubica en el noroeste del valle de
México, en el Estado de México, municipios de Teotihuacán y San
Martín de las Pirámides, a unos 78 kilómetros de distancia de la
Ciudad de México, en el altiplano mexicano. Esta zona fue
declarada patrimonio mundial de la humanidad por UNESCO en
1987.

UBICACIÓN TEMPORAL
la cultura teotihuacana debe haberse desarrollado en las
inmediaciones geográficas de la ciudad. Su apogeo tuvo lugar
durante el Período Clásico, entre los siglos II y VII d. C., cuando se
produjo su declive, como parte del colapso de Mesoamérica del
siglo VII d. C., producido por una combinación de inestabilidad
política y cambio climático.
ORGANIZACIÓN RELIGIOSA
Los teotihuacanos cultivaron una religión politeísta y compleja.
Posee muchos puntos de contacto con las de otras culturas
mesoamericanas, tanto previas como posteriores.
El culto a la serpiente emplumada, Quetzalcóatl, por ejemplo, es
frecuente en las ruinas de otras culturas de la región. En
Teotihuacán, Quetzalcóatl es venerado en un impresionante
templo, además de estar presente en forma de estatuillas y
murales.
Otros dioses importantes de su panteón fueron Tlaloc, dios de la
siembra; Huehuetéotl, dios del fuego; Tezcatlipoca, dios del cielo y
la tierra. También poseían un conjunto de animales míticos o
sagrados: el búho, el puma, el águila y la serpiente.
Es muy probable que sus ritos involucraran sacrificios humanos,
cosa común en la región. Los sacrificios eran llevados a cabo por
una élite cerrada de sacerdotes o chamanes.

ORGANIZACIÓN ECONOMICA
La economía teotihuacana, como la de muchas otras culturas
mesoamericanas, se sustentaba en tres ejes:
Agricultura. Se cultivaba especialmente maíz, frijoles, pimientos y
cereales, todo mediante técnicas de regadío y dispuestos en
terrazas.
Comercio. Era facilitado por las enormes dimensiones de la ciudad y
su importante influencia en la región.
Guerras. Se sabe de las gestas épicas de conquista teotihuacana de
las ciudades mayas de Tikal, Copán y Quiriguá, durante el apogeo
de Teotihuacán entre los siglos II y IV.

ORGANIZACIÓN SOCIAL
En la sociedad teotihuacana existían dos clases bien diferenciadas.
La clase dirigente estaba integrada por sacerdotes, militares y
administradores. Este sector controlaba la organización de la
ciudad y ocupaba todos los cargos de gobierno y las funciones
religiosas de importancia. Vivían en palacios y palacetes del centro
de la ciudad y se cree que se diferenciaban a través de sus
vestimentas.
El resto de la sociedad se ocupaba de las tareas de producción y
estaba integrada por agricultores, comerciantes y todo tipo de
trabajadores artesanos, como ceramistas, trabajadores de piedra,
tejedores, escultores y pintores, entre otros. Además podían
prestar servicios militares o religiosos de apoyo a la clase dirigente.

ORGANIZACIÓN POLITICA
Los historiadores y arqueólogos aún discuten cómo era la
organización política del Estado teotihuacano. Algunos consideran
que había un gobernante único y otros sostienen que en
Teotihuacán existió un cogobierno colectivo, en el que los grupos
étnicos tenían diferentes niveles de poder y representación.
Sin embargo, se cree que la clase dirigente organizaba,
administraba y tomaba las decisiones de gobierno; mientras que la
producción de alimentos y productos artesanales quedaba en
manos del resto de la población.

AVANCES CIENTIFICOS, CULTURALES, ARTISTICOS, ETC


A pesar de que mucho se desconoce de los pobladores originarios
de Teotihuacán, su impronta se dejó sentir en la región. Su legado
permanece hasta hoy, más que nada en las ruinas de la que fuera
su gran metrópoli.
Se conserva parte de sus relatos mitológicos. Muchas de sus
creencias son compartidas total o parcialmente con otras culturas
mesoamericanas, en un melting pot cultural de suma importancia
histórica.
También perdura su cerámica y mampostería, su impresionante
visión de la arquitectura e ingeniería, o las coloridas máscaras
ceremoniales con que emprendían sus ritos.
Entre las ruinas actuales, se destacan las Pirámides del Sol y la
Pirámide de la Luna, la Casa del Sacerdote, el Palacio de los
Jaguares, el Templo de Quetzalcóatl y el Palacio de Quetzalpapalotl.
Alrededor de este centro urbano, se construyeron cientos de casas
para la población trabajadora.
La cerámica y la pintura mural fueron manifestaciones artísticas
muy frecuentes en esta cultura, en las que se mostraban
comúnmente escenas mitológicas e iconografía relacionada con los
dioses. Los teotihuacanos elaboraban figurillas de barro cocido y
vasijas con decoraciones en bajorrelieve, selladas o pintadas.
También crearon placas de barro con las que adornaban los muros
de los grandes palacios y templos, y esculturas de piedra pintadas
con colores vivos.

Los murales acompañaban los muros de edificaciones importantes,


o se ubicaban en taludes, tableros de basamentos y en el interior
de las pirámides, así como en pórticos, cuartos y corredores. En
ellos se pintaron escenas con los dioses y sus diferentes rasgos, lo
que permitió a los especialistas conocer mejor las prácticas
religiosas de la cultura teotihuacana.

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