T-394-18
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PRINCIPIO DE GRATUIDAD EN LA ADMINISTRACION DE
JUSTICIA-Alcance conforme al artículo 6 de la Ley 270/96
3
DERECHO A LA DEFENSA MATERIAL-Alcance
SUSTITUCION DE EJECUCION DE LA PENA DE PRISION EN
CENTRO CARCELARIO POR PRISION DOMICILIARIA-
Presupuestos
PRISION DOMICILIARIA-Requisitos
SOLICITUD DE PRISION DOMICILIARIA-Contenido y alcance
DERECHO DE ACCESO A LA ADMINISTRACION DE
JUSTICIA DE PERSONA PRIVADA DE LA LIBERTAD-
Requisitos para entrega de copias gratuitas de proceso penal
La Sala consideró, que en el marco de los derechos de acceso a la
administración de justicia en condiciones de igualdad y de defensa material,
las copias gratuitas de un expediente penal, de persona privada de la libertad,
son procedentes siempre que: (i) se requieran con el propósito de llevar a
cabo algún trámite específico o ejercer una facultad concreta dentro del
proceso penal y (ii) que aquella no cuente con los recursos económicos para
asumir el costo asociado a acceder a la documentación solicitada.
DERECHO DE PETICION DE PERSONA PRIVADA DE LA
LIBERTAD-No vulneración por cuanto las accionadas no estaban
obligadas a dar nuevo trámite a la reiteración de la petición presentada
por el actor, en observancia de los principios de eficacia y economía en
la labor judicial
DERECHO DE ACCESO A LA ADMINISTRACION DE
JUSTICIA DE PERSONA PRIVADA DE LA LIBERTAD-No
vulneración por cuanto accionante no requiere las copias para hacer uso
de una facultad concreta dentro del proceso
Magistrada Ponente:
DIANA FAJARDO RIVERA
4
Bogotá, D.C., veinticuatro (24) de septiembre de dos mil dieciocho (2018)
SENTENCIA
I. ANTECEDENTES
1. Hechos
5
Barón Ramírez reiteró la solicitud de nuevo al Juzgado 4º, sin obtener
respuesta alguna.1
6
Tribunal, por cuanto en el expediente no reposa copia de la contestación
emitida al aquí accionante”5.
Mencionó que si bien los trámites en la jurisdicción penal son gratuitos, “en la
actualidad no se cuentan (sic) con los recursos suficientes para garantizar las
copias del expediente de forma gratuita, dado que los elementos
suministrados por la Dirección Ejecutiva de Administración Seccional del
Meta, son de uso oficial y con ocasión a los trámites propios de la
administración de justicia”9, por lo que considera que de darles una
5
Folio 14, Cuaderno de Instancia.
6
Folio 15, Cuaderno de Instancia.
7
Folio 15, Cuaderno de Instancia.
8
Folios 21-22, Cuaderno de Instancia.
9
Folio 21, Cuaderno de Instancia.
7
destinación diferente, se incurriría en el delito de peculado por uso, o según el
caso, peculado por aplicación oficial diferente. 10
De esta manera, no encontró probado que “el Juzgado 4 penal del Circuito
Especializado y el Tribunal Superior, ambos de Villavicencio, le hayan
impuesto una carga desproporcionada al demandante o que sus derechos
fundamentales se estén desconociendo”12. Consideró que el peticionario podrá
obtener las copias en el tiempo que desee, siempre y cuando asuma la carga
procesal que le corresponde.
10
Folios 21-22, Cuaderno de Instancia.
11
Folios, 26-33, Cuaderno de Instancia.
12
Folio 32, Cuaderno de Instancia.
13
Se solicitó: PRIMERO. A la Sala Penal del Tribunal Superior de Villavicencio que informara al Despacho:
(i) si con posterioridad a la interposición de la presente acción de tutela había expedido copia a favor del señor
Barón Ramírez del proceso penal, y (ii) si el señor Julio César Barón Ramírez cuenta con defensor particular
o si, por el contrario, su apoderado es defensor público. SEGUNDO. A la Defensoría del Pueblo que
informara al despacho: (i) si el accionante cuenta con defensor público, y (ii) si la Institución dispone de una
alternativa de solución, para los casos en los que el usuario del servicio de defensoría pública no cuenta con
8
respuesta, fueron efectivamente allegados los siguientes medios de
convicción:
Así mismo, informó que “si bien es cierto, la Defensoría del Pueblo presta el
servicio de defensoría pública, este se hace a través de contrato de prestación
de servicios de representación judicial, y este contrato no contempla la
obligación de asumir costos de los usuarios en ningún evento. De otra parte el
presupuesto asignado a la entidad es exclusivamente para su funcionamiento
propio de sus funciones, y no se les podría dar otro uso que el contemplado en
la constitución y la ley”17.
9
remuneración monetaria; (ii) el Establecimiento no cuenta con equipos
tecnológicos que permitan a los internos conocer audios o videos
correspondientes a las actuaciones penales seguidas en su contra; y (iii) el
demandante solamente ha recibido una visita por parte de su madre adoptiva,
la cual fue registrada el 4 de marzo de 2018.
19
Folio 38, Cuaderno de Revisión.
20
Folio 39, Cuaderno de Revisión
21
Folio 39, Cuaderno de Revisión.
22
Folio 39, Cuaderno de Revisión.
23
Folio 39, Cuaderno de Revisión.
10
primera instancia”24, argumentando que dicha tardanza le dificulta acceder a
la fase de mediana seguridad y a la obtención de “la prisión domiciliaria por
cumplimiento de la mitad de la pena – en caso de que no prospere la otra
solicitud- y posteriormente, para obtener la libertad condicional”25.
1. Competencia
Julio César Barón Ramírez está legitimado para interponer la acción de tutela
objeto de análisis, por cuanto actúa en nombre propio, persigue la protección
de sus derechos fundamentales, que considera vulnerados 26. De otro lado,
desde el punto de vista de la entidad demandada, la acción de tutela resulta
procedente, dado que se trata del Juzgado 4º del Circuito Especializado de
Villavicencio, autoridad pública que según el accionante infringió sus
derechos fundamentales27, al no haber dado respuesta a su segunda solicitud.
24
Folio 39, Cuaderno de Revisión.
25
Folio 39, Cuaderno de Revisión.
26
Sobre la legitimación por activa, el artículo 86 de la Constitución Política y 1° del Decreto 2591 de 1991
establece que toda persona tiene la facultad de incoar el amparo constitucional, por sí misma o por quien actúe
en su nombre, con el fin de reclamar ante los jueces la protección inmediata de sus derechos fundamentales.
11
En el presente caso se advierte que la acción de tutela fue interpuesta el 14 de
septiembre de 2017, esto es, poco menos de dos meses después de haber
elevado la segunda petición de copias al Juzgado accionado, sin recibir
respuesta del mismo. Por lo tanto, la Sala considera que la presente acción de
tutela se presentó en un término razonable y oportuno, teniendo en cuenta
además que el accionante es sujeto de especial protección constitucional al ser
una persona privada de la libertad28, en donde la presentación de escritos a los
despachos judiciales debe realizarse a través de las autoridades y la
penitenciaría.
3. Cuestión previa
3.1. En vista de que la providencia que se revisa fue emitida por la Sala Penal
del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Tunja, la cual vinculó al trámite
como sujeto pasivo a la Sala Penal del Tribunal Superior de Villavicencio, la
27
En relación a la legitimación por pasiva, los artículos 86 de la Constitución Política y 1° del Decreto 2591
de 1991, establecen que la acción de tutela procede contra la acción u omisión de cualquier autoridad pública
que amenace o vulnere derechos fundamentales.
28
Sobre la relación de especial sujeción que surge entre el Estado y las personas privadas de libertad, se
pueden consultar, entre otras, las sentencias T-714 de 1996. M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz ; T-153 de 1998.
M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz; T-881 de 2002. M.P. Eduardo Montealegre Lynett; T-1030 de 2003. M.P.
Clara Inés Vargas Hernández; T-490 de 2004. M.P. Eduardo Montealegre Lynett; T-180 de 2005. M.P. Jorge
Iván Palacio Palacio; T-317 de 2006. M.P. Clara Inés Vargas Hernández; T-793 de 2008. M.P. Humberto
Antonio Sierra Porto; T-077 de 2013. M.P. Alexei Julio Estrada; T-388 de 2013. M.P. María Victoria Calle
Correa. S.P.V. Mauricio González Cuervo; T-687 de 2013. M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez; T-422 de
2014. M.P. Andrés Mutis Vanegas; T-077 de 2015. M.P. Jorge Iván Palacio Palacio; T-111 de 2015. M.P.
Jorge Iván Palacio Palacio; y C-026 de 2016. M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez. S.V. Alberto Rojas Ríos.
S.V. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub. A.V. María Victoria Calle Correa, Gabriel Eduardo Mendoza Martelo y
Jorge Iván Palacio Palacio. S.V. Luis Ernesto Vargas Silva.
12
Corte considera necesario pronunciarse sobre la eventual irregularidad
procesal derivada de la falta de competencia que podría generarse cuando la
decisión de tutela contra una providencia judicial no es dictada por el superior
jerárquico del administrador de justicia accionado.
(i) El factor territorial, en virtud del cual son competentes “a prevención” los
jueces con jurisdicción en el lugar donde (a) ocurre la vulneración o la
amenaza que motiva la presentación de la solicitud, o (b) donde se producen
sus efectos29.
(ii) El factor subjetivo, que implica que las acciones de tutela interpuestas
contra (a) los medios de comunicación, deben ser conocidas por los jueces del
circuito, según el factor territorial, y (b) que las promovidas contra las
autoridades de la Jurisdicción Especial para la Paz, corresponde al Tribunal
para la Paz30.
(iii) El factor funcional, que debe ser verificado por las autoridades judiciales
al momento de asumir el conocimiento de una impugnación de una sentencia
de tutela y que supone que únicamente pueden conocer de ella las autoridades
judiciales que ostentan la condición de “superior jerárquico correspondiente”
en los términos establecidos en la jurisprudencia31.
13
respectivo superior funcional de la autoridad jurisdiccional accionada”. Sin
embargo, de acuerdo con el claro criterio jurisprudencial consolidado a partir
de la reiteración pacífica de esta Corporación, las disposiciones contenidas en
el Decreto 1069 de 2015, modificado por el Decreto 1983 de 2017, de ninguna
manera constituyen reglas de competencia de los despachos judiciales, sino
únicamente pautas de reparto de las acciones de tutela cuya aplicación o
interpretación no genera per se un conflicto de competencia.
3.4. De conformidad con lo anterior, la Sala considera que para predicarse una
irregularidad en materia de competencia, debe verificarse una manipulación
evidente y caprichosa de las reglas de reparto, al momento de asignar la acción
tutela al juez de conocimiento. En el presente trámite tal situación no se
evidencia, toda vez que la acción de tutela interpuesta por el accionante contra
el Juzgado 4º Penal Especializado del Circuito, fue repartida en debida forma
al superior jerárquico de la entidad accionada, y solo con posterioridad se hizo
la vinculación al Tribunal Superior de Villavicencio. En consecuencia, en el
caso que se examina no se presenta irregularidad alguna en el plano de la
competencia del juez de tutela para conocer del asunto.
32
Ver, entre otros, los autos 105 de 2016. M.P. Luis Ernesto Vargas Silva; 157 de 2016. M.P. Alejandro
Linares Cantillo; 007 de 2017. M.P. Jorge Iván Palacio Palacio; 028 de 2017. M.P. Gloria Stella Ortiz
Delgado; 030 de 2017. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado; 052 de 2017. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado; 059
de 2017. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado; 059A de 2017. M.P. Jorge Iván Palacio Palacio; 061 de 2017.
M.P. Aquiles Arrieta Gómez; 063 de 2017. M.P. Luis Ernesto Vargas Silva; 064 de 2017. M.P. María
Victoria Calle Correa; 066 de 2017. M.P. Alejandro Linares Cantillo; 067 de 2017. M.P. Antonio José
Lizarazo Ocampo; 072 de 2017. M.P. Luis Ernesto Vargas Silva; 086 de 2017. M.P. Antonio José Lizarazo
Ocampo; 087 de 2017 M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado; 106 de 2017. M.P. Iván Humberto Escrucería
Mayolo; 152 de 2017. M.P. Alejandro Linares Cantillo; 171 de 2017. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado; 197
de 2017. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado; 332 de 2017. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado; y 325 de 2018.
M.P. Diana Fajardo Rivera.
33
Corte Constitucional, ver Autos A-111 de 2018. M.P. José Fernando Reyes Cuartas y A-539. M.P. Aquiles
Arrieta Gómez.
34
Auto 198 de 2009. M.P. Luis Ernesto Vargas.
14
4. Problemas jurídicos y estructura de la decisión
35
Sobre el derecho fundamental de petición pueden observarse, entre otras, las sentencias T-012 de 1992
15
De esta forma, dicha garantía fundamental refiere a la posibilidad de las
personas de elevar peticiones respetuosas ante las autoridades, las cuales
deben ser resueltas de manera pronta y oportuna. Este deber se extiende a las
autoridades judiciales, quienes se encuentran obligadas a resolver las
solicitudes de los peticionarios en los términos prescritos por la Ley y la
Constitución para tal efecto.36
M.P. José Gregorio Hernández Galindo; T-377 de 2000 M.P. Alejandro Martínez Caballero; T-1160A de
2001 M.P. Manuel José Cepeda Espinosa; T-191 de 2002 M.P. Jaime Córdoba Triviño; T-173 de 2013 M.P.
Jorge Iván Palacio Palacio; T-211 de 2014 M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez; C-951 de 2014 M.P. Martha
Victoria Sáchica Méndez; y T-332 de 2015 M.P. Alberto Rojas Ríos. Por su parte, en relación con el
desarrollo del núcleo esencial del derecho en mención, las sentencias C-818 de 2011. M.P. Jorge Ignacio
Pretelt Chaljub y C-951 de 2014. M.P. Martha Victoria Sáchica Méndez establecen como elementos propios
del derecho de petición: (i) la pronta resolución de la petición por parte de las autoridades, (ii) la emisión de
una respuesta de fondo y (iii) la notificación efectiva de la decisión. Específicamente, las sentencias T-610 de
2008. M.P. Rodrigo Escobar Gil y C-510 de 2004, M. P. Álvaro Tafur Galvis, se refieren a las condiciones
características de una debida respuesta de fondo de la siguiente manera: “la respuesta debe observar las
siguientes condiciones: a) claridad, esto es que la misma sea inteligible y que contenga argumentos de fácil
comprensión; b) precisión, de manera que la respuesta atienda directamente a lo solicitado por el ciudadano
y que se excluya toda información impertinente y que conlleve a respuestas evasivas o elusivas; c)
El derecho de petición consagra de un lado la facultad de presentar solicitudes respetuosas a las entidades
públicas y privadas. Y, de otro lado, el derecho a obtener respuesta oportuna, clara, completa y de fondo al
asunto solicitado. La jurisprudencia constitucional también ha resaltado que la respuesta de la autoridad debe
incluir un análisis profundo y detallado de los supuestos fácticos y normativos que rigen el tema. Así, se
requiere “una contestación plena que asegure que el derecho de petición se ha respetado y que el particular
ha obtenido la correspondiente respuesta, sin importar que la misma sea favorable o no a sus intereses”, así
se explica en la sentencia T-369 de 2013. M.P. Alberto Rojas Ríos.
36
Corte Constitucional, sentencia T-267 de 2017. M.P. Alberto Rojas Ríos.
37
Corte Constitucional, sentencia T-215A de 2011. M.P. Mauricio González Cuervo.
38
Corte Constitucional, sentencia T-344 de 1995. M.P. José Gregorio Hernández.
16
respectivo de cada juicio, debiéndose sujetar entonces la decisión a los
términos y etapas procesales previstos para tal efecto; y (ii) aquellas peticiones
que por ser ajenas al contenido mismo de la litis e impulsos procesales, deben
ser atendidas por la autoridad judicial bajo las normas generales del derecho
de petición que rigen la administración y, 39 en especial, de la Ley 1755 de
201540.
5.3. Ahora bien, esta Corporación ha señalado que este derecho debe ser usado
adecuadamente, de manera que la conducta de su titular no resulte contraria a
la buena fe y a los fines sociales y económicos del derecho. En este sentido se
pronunció la Corte en la sentencia T-267 de 201743:
39
Corte Constitucional, ver entre otras, sentencias T-311 de 2013. M.P. Gabriel Eduardo Mendoza Martelo;
T-267 de 2017. M.P. Alberto Rojas Ríos y T-2015A de 2013. M.P. Mauricio González Cuervo.
40
“Por medio de la cual se regula el Derecho Fundamental de Petición y se sustituye un título del Código de
Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso Administrativo”
41
Corte Constitucional, sentencia T-215A de 2011. M.P. Mauricio González Cuervo. En lo relacionado a la
omisión del funcionario judicial en resolver peticiones propias de su actividad jurisdiccional y la vulneración
al debido proceso, ver entre otras, sentencias T-377 de 2000. M.P. Alejandro Martínez Caballero; T-178 de
2000. M.P. José Gregorio Hernández Galindo; T-007 de 1999. M.P. Alfredo Beltrán Sierra y T-604 de 1995.
M.P. Carlos Gaviria Diaz. En lo relacionado a la omisión del funcionario judicial en resolver peticiones
propias de su actividad jurisdiccional y la vulneración al acceso a la administración de justicia, ver entre otras,
sentencias C-951 de 2014. M.P. Martha Victoria Sáchica Méndez; T-006 de 1992. M.P. Eduardo Cifuentes
Muñoz; T-173 de 1993: M.P. José Gregorio Hernández Galindo y T-268 de 1996. M.P. Antonio Barrera
Carbonell.
42
Corte Constitucional, sentencia T-215A de 2011. M.P. Mauricio González Cuervo.
43
M.P. Alberto Rojas Ríos.
17
6. El principio de gratuidad como garantía del acceso a la administración
de justicia en condiciones de igualdad
44
Corte Constitucional, sentencia C-426 de 2002. M.P. Rodrigo Escobar Gil.
45
Corte Constitucional, sentencia T-283 de 2013. M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub. SV. Luis Ernesto
Vargas Silva. En esta decisión, la Corte reconoció que para remover los obstáculos económicos en el acceso a
la justicia se requiere del Estado la ejecución de medidas como la implementación de tasas judiciales
razonables o el uso de figuras como el amparo de pobreza. De otro lado, sobre la necesidad de asegurar la
asequibilidad de grupos en condiciones de vulnerabilidad, pone como ejemplo medidas orientadas a acercar
los servicios del sistema de justicia a las personas que se encuentran en lugares geográficamente lejanos o con
especiales dificultades de comunicación, así como la adecuación de infraestructura de los edificios en donde
funcionan las autoridades judiciales, de modo que sea accesible para personas en situación de discapacidad.
46
Ley Estatutaria de administración de Justicia.
18
usuario, de modo que la capacidad económica no sea un factor determinante
para acudir ante los jueces y tribunales encargados de resolver sus
pretensiones según lo establecido por la ley.
47
Corte Constitucional, sentencia C-037 de 1996. M.P. Vladimir Naranjo Mesa. En esta oportunidad la Corte
trajo a colación el principio de gratuidad en la administración de justicia en los siguientes términos: “A pesar
de que la Carta Política no hace referencia expresa al principio de gratuidad en el acceso a la
administración de justicia, para la Corte éste se infiere de los objetivos mismos que persigue la labor de
impartir justicia y de la realización plena del derecho a la igualdad contenido en el artículo 13 superior”. En
otra oportunidad, esta Corte en sentencia T-522 de 1994. M.P. Antonio Barrera Carbonell, expuso que las
condiciones de igualdad entre las partes de un proceso judicial no se predica únicamente de la oportunidad en
el acceso, sino también de las condiciones mismas en las que se accede; por lo que la capacidad económica de
las partes juega un papel preponderante dentro del acceso a la justicia, toda vez que de poner en desventaja a
una de ellas, se traduce en una transgresión injustificada al derecho a la igualdad.
48
Corte Constitucional, sentencia T-522 de 1994. M.P. Antonio Barrera Carbonell.
19
de justicia del pago de ciertos emolumentos”49 o cargas pecuniarias que se
causen en el curso del proceso judicial, siempre que éstas sean acordes a los
principios de racionalidad, proporcionalidad, equidad y justicia. La Corte ha
puntualizado, sin embargo, que las cargas económicas que surjan en el marco
de un proceso en ningún supuesto podrán desconocer el derecho de las partes
a la igualdad material.50
49
Corte Constitucional, sentencia C-713 de 2008. M.P. Clara Inés Vargas Hernández.
50
Corte Constitucional, sentencia C-713 de 2008. M.P. Clara Inés Vargas Hernández. En esta decisión la
Corte precisó que el pago de costas y expensas judiciales cuando se pretenda el reconocimiento de un
derecho, no constituyen una transgresión al principio de gratuidad, específicamente adujo “si bien toda
persona tiene el derecho de acceder sin costo alguno ante la administración de justicia, no sucede los mismo
con los gastos necesarios para obtener la declaración de un derecho”. En el mismo sentido se había
pronunciado la Corte en sentencias C-1512 de 2000. M.P. Álvaro Tafur Galvis. S.V. Jairo Charry Rivas y C-
808 de 2002. M.P. Jaime Araujo Rentería, en donde se establece que la puesta en marcha del aparato judicial
con la finalidad de reclamar un derecho, obliga a las partes a asumir costos económicos, aclarando que las
erogaciones pecuniarias que tengan la obligación de sufragar atiendan los principios de racionalidad,
proporcionalidad, equidad y justicia, sin que en ningún caso se pueda llegar a desconocer el derecho a la
igualdad.
20
necesario exceptuarla del cumplimiento de la normativa que le exigía el pago
de las copias auténticas, en aras de garantizar los principios de solidaridad,
igualdad real y justicia material. En razón a lo anterior, se ordenó a la
institución hospitalaria la emisión gratuita de la documentación requerida, con
la finalidad de materializar el derecho al acceso a la administración de justicia
en condiciones de igualdad.
51
M.P. Jorge Iván Palacio Palacio.
52
Ley 941 de 2005, artículo 18.
21
7.1.1. De conformidad con el artículo 29 de la Carta Política, el debido
proceso debe aplicarse a toda clase de actuaciones judiciales y
administrativas53. En materia penal, este se encuentra constituido, entre otros,
por los derechos a ser procesado por un juez natural, a presentar y controvertir
pruebas, a la segunda instancia, al principio de legalidad, a la defensa material
y técnica, y a la publicidad de los procesos y decisiones judiciales 54.
53
La Constitución Política de Colombia establece en su artículo 29 que el debido proceso tiene como fin que,
en el desarrollo de los diferentes procedimientos establecidos por la ley, se proteja a los ciudadanos contra los
abusos o desviaciones de poder por parte de las autoridades, originados no sólo en las actuaciones procesales
sino en las decisiones que se adopten y puedan afectar injustamente los derechos e intereses legítimos de
aquellos.
54
Así lo estableció la Corte Constitucional, entre otras, en las sentencias T-018 de 2017. M.P. Gabriel
Eduardo Mendoza Martelo; C-594 de 2014. M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub; C-025 de 2009. M.P. Rodrigo
Escobar Gil. S.V. Jaime Araújo Rentería; C-425 de 2008. M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra. S.P.V. Jaime
Araújo Rentería; y C-154 de 2004. M.P. Jaime Araújo Rentería. S.V. Rodrigo Escobar Gil.
55
Corte Constitucional, sentencia C-152 de 2004. M.P. Jaime Araújo Rentería. S.V. Rodrigo Escobar Gil.
56
El artículo 14, Num. 3, Lit. d), del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, aprobado por la Ley
74 de 1968, establece que “[d]urante el proceso, toda persona acusada de un delito tendrá derecho, en plena
igualdad, a las siguientes garantías mínimas: (...) d) A hallarse presente en el proceso y a defenderse
personalmente o ser asistida por un defensor de su elección; a ser informada, si no tuviera defensor, del
derecho que le asiste a tenerlo, y, siempre que el interés de la justicia lo exija, a que se le nombre defensor de
oficio, gratuitamente, si careciere de medios suficientes para pagarlo”. Igualmente, el Art. 8º, Num. 2, Lits.
d) y e), de la Convención Americana de Derechos Humanos, aprobada por la Ley 16 de 1972, implanta que
“(...)[d]urante el proceso, toda persona tiene derecho, en plena igualdad, a las siguientes garantías mínimas:
(...) d) derecho del inculpado de defenderse personalmente o de ser asistido por un defensor de su elección y
de comunicarse libre y privadamente con su defensor; e) derecho irrenunciable de ser asistido por un
defensor proporcionado por el Estado, remunerado o no según la legislación interna, si el inculpado no se
defendiere por sí mismo ni nombrare defensor dentro del plazo establecido por la ley”.
22
valer las propias razones y argumentos, de controvertir, contradecir y objetar
las pruebas en contra y de solicitar la práctica y evaluación de las que se
estiman favorables, así como ejercitar los recursos que la ley otorga”.57 Este
derecho adquiere una relevancia especial en materia penal, por estar en juego
la libertad de las personas.58
57
Corte Constitucional, sentencia C-025 de 2009. M.P. Rodrigo Escobar Gil. S.V. Jaime Araújo Rentería.
58
Corte Constitucional, sentencia C-152 de 2004. M.P. Jaime Araújo Rentería. S.V. Rodrigo Escobar Gil.
59
Corte Constitucional, sentencias, entre muchas otras, C-025 de 2009. M.P. Rodrigo Escobar Gil. SV. Jaime
Araújo Rentería; C-592 de 1993. M.P. Fabio Moron Díaz; C-617 de 1996. M.P. José Gregorio Hernández
Galindo; T-654 de 1998, M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz; T-610 de 2001 M.P. Jaime Araujo Rentería; C-507
de 2001. M.P. Álvaro Tafur Galvis; T - 784 de 2000, M.P. Vladimiro Naranjo Mesa; C-131 de 2002. M.P.
Jaime Córdoba Triviño. S.P.V. Rodrigo Escobar Gil; C-228 de 2002. M.P. Manuel José Cepeda Espinosa y
Eduardo Montealegre Lynett. A.V. Jaime Araújo Rentería; C-040 de 2003. M.P. Clara Inés Vargas
Hernández; C-328 de 2003. M.P. Manuel José Cepeda Espinosa; y C-152 de 2004. M.P. Jaime Araújo
Rentería. S.V. Rodrigo Escobar Gil; C-152 de 2004, M.P. Jaime Araújo Rentería; C-1194 de 2005. M.P.
Marco Gerardo Monroy Cabra; C-782 de 2005, M.P. Alfredo Beltrán Sierra; T-068 de 2005, M.P. Rodrigo
Escobar Gil; T-962 de 2007, M.P. Clara Inés Vargas Hernández y C-069 de 2009 M.P. Clara Inés Vargas
Hernández.
60
Corte Constitucional, sentencias Corte Constitucional, sentencia C-152 de 2004. M.P. Jaime Araújo
Rentería. S.V. Rodrigo Escobar Gil, y C-025 de 2009. M.P. Rodrigo Escobar Gil. S.V. Jaime Araújo Rentería.
23
7.3. El alcance del derecho a la defensa material.
61
Corte Constitucional, sentencia C-210 de 2007. M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra. A.V. Nilson Pinilla
Pinilla.
62
M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra. S.P.V. Jaime Araújo Rentería.
63
Ley 906 de 2004.
24
su condición”. Ello implica, en principio, que las facultades y atribuciones
reconocidas al defensor en los artículos 12464 y 12565 del referido Código, son
análogas al imputado o procesado, salvo aquellas cuestiones en las que se
requiera la experticia y el conocimiento técnico del abogado para legitimar el
ejercicio de la oportunidad procesal, como lo es por ejemplo, la interposición
del recurso de casación66.
De igual modo, el artículo 130 del aludido Código precisa que “[e]n todo
caso, de mediar conflicto entre las peticiones o actuaciones de la defensa con
las del imputado o procesado prevalecen las de aquella”, de ahí que sea
relevante concebir la defensa material y técnica como complementarias, de
modo que la primera se ejerza bajo la asesoría y el acompañamiento del
profesional del derecho que garantiza la segunda dentro del proceso.
25
De modo que, el Código faculta expresamente al imputado o procesado para:
(i) solicitar, conocer y controvertir pruebas, (ii) interrogar en audiencia a los
testigos a cargo, (iii) obtener la comparecencia de testigos y peritos que
puedan arrojar luz sobre los hechos del debate y (iv) ejercer cualquier otra
facultad asignada a la defensa que sea compatible con su condición. Tales
atribuciones legales materializan el derecho a la defensa material dentro del
proceso penal.
26
“ARTICULO 38. LA PRISION DOMICILIARIA COMO
SUSTITUTIVA DE LA PRISION. La prisión domiciliaria como
sustitutiva de la prisión consistirá en la privación de la libertad en el
lugar de residencia o morada del condenado o en el lugar que el Juez
determine.
7.4.2. Adicionalmente, los requisitos para acceder a este beneficio, así como
sus causales de exclusión están previstos en el artículo 38B del citado Código
de la siguiente forma:
27
para el cumplimiento de la prisión domiciliaria y las adicionales que
impusiere el Juez de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad.”72
28
Barón Ramírez sea exceptuado de la carga procesal correspondiente al
pago de las copias del proceso penal
29
8.1.5. Ahora bien, en virtud de lo precisado por esta Corporación en la
sentencia T-267 de 201776 en relación al uso debido de la formulación de
peticiones ante las autoridades judiciales en el marco de una actuación
jurisdiccional, “no procede la tramitación de solicitudes relativas a asuntos
previamente estudiados por la autoridad competente, los cuales hayan sido
respondidos en forma oportuna y debida”77, con ocasión de los principios de
eficacia y economía en la labor judicial.
76
M.P. Alberto Rojas Ríos.
77
Corte Constitucional, sentencia T-267 de 2017. M.P. Alberto Rojas Ríos.
30
justicia. Así mismo, se ocasionaría una violación al debido proceso en razón
de que se restringiría de manera irrazonable su derecho a la defensa material.
Por ende, en dichas hipótesis surgiría el derecho del sujeto a la exención del
pago de la copias del expediente al interesado, en aras de garantizar la eficacia
de sus derechos fundamentales.
8.2.3. Para decidir el caso concreto, la Sala deberá verificar si el señor Julio
César Barón Ramírez: i) requiere la documentación solicitada con el propósito
de ejercer una facultad concreta y determinada dentro del proceso penal, y (ii)
no cuenta con los recursos económicos para asumir el costo que se deriva de la
expensa ordinaria asociada a acceder a la documentación solicitada.
8.2.4. Respecto del primer aspecto, el señor Julio Cesar Barón Ramírez
expuso que al conversar con uno de sus compañeros, éste le había preguntado
las razones por las cuales no se le otorgó la prisión domiciliaria, respondiendo
el actor que la negativa había obedecido a que existió un error en la
acreditación del arraigo familiar. En razón de ello, su compañero le comunicó
que era factible presentar una nueva solicitud subsanando dicho error, pero
que “para ello necesitaba conocer de la fuente más fiable; el proceso, los
términos en que el juez se había pronunciado al respecto y los fundamentos
jurídicos y de hecho que le habían servido de soporte”78 de la decisión, a fin
de evitar realizar “peticiones incoherentes”. En esta razón radicaría la
necesidad del peticionario de obtener la copia del expediente 79.
Así las cosas, a partir de lo manifestado por el actor, la Sala observa que su
solicitud de reproducción gratuita de la totalidad del expediente está orientada
a conocer los fundamentos jurídicos y fácticos en los que soportó el Juez 4º
Penal del Circuito Especializado de Villavicencio la decisión de negar el
mecanismo sustitutivo de prisión domiciliaria. Específicamente, se advierte un
especial interés en la valoración de la acreditación del arraigo familiar, debido
a que, según lo expresa el señor Barón Ramírez, éste fue el requisito que le
impidió acceder al beneficio referido.
78
Folio 39, Cuaderno de Revisión.
79
Folio 38, Cuaderno de Revisión.
31
pretende ejercer, a saber, la solicitud del beneficio de la prisión domiciliaria 80.
Lo anterior debido a que la acreditación de los requisitos objetivos y
subjetivos, determinados en el artículo 38A del Código Penal para acceder a
este mecanismo sustitutivo de la prisión intramural, no depende de la
información que consta en la actuación procesal. Por el contrario, (i) los
requisitos objetivos para conceder la prisión domiciliaria, están determinados
por la pena imponible, derivada del tipo penal por el cual se emitió sentencia
de condena y (ii) el requisito subjetivo de arraigo familiar y social, es
evaluado por el Juez tras haber anunciado el sentido del fallo condenatorio, en
el momento de individualizar la pena y dictar sentencia, según lo estipula el
artículo 44781 del Código de Procedimiento Penal, de todo lo cual queda
constancia en la sentencia.
De modo que, para conocer las razones “de hecho y de derecho” por la cuales
le fue negado el mecanismo sustitutivo de prisión domiciliaria, así como la
valoración del Juez de los requisitos objetivos y subjetivos determinados en el
artículo 38A del Código Penal, el señor Julio César Barón Ramírez debe
observar las razones expuestas por el Juez en la Sentencia. Lo anterior le
permitirá conocer los fundamentos jurídicos y fácticos del funcionario judicial
en relación a la acreditación del arraigo social y familiar del acusado (requisito
subjetivo), así como la compatibilidad del tipo penal por el cual fue
condenado y la medida de prisión domiciliaria (requisito objetivo). Como
resultado, la información requerida por el accionante para ejercer la
oportunidad procesal que pretende está contenida en la sentencia condenatoria
emitida el 30 de marzo de 2017 por el Juzgado 4º Penal del Circuito
Especializado de Villavicencio, de la cual, según la intervención del Juzgado
accionado, se le hizo remisión gratuita mediante oficio Nº 972 de 2017 82, de
forma que no requiere la expedición de la copia de la totalidad del expediente.
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asumir el costo que se deriva de la expensa ordinaria asociada a la expedición
de copias del expediente.
9. Síntesis de la decisión
Julio César Barón Ramírez, persona privada de la libertad, considera que sus
derechos fundamentales de petición, acceso a la administración de justicia y
debido proceso fueron vulnerados por el Juzgado 4º Penal del Circuito
Especializado de Villavicencio y el Tribunal Superior del Distrito Judicial de
Villavicencio- Sala Penal, por no dar nuevo trámite a la reiteración de su
solicitud de copias y negarse a expedir copias gratuitas del proceso penal
seguido en su contra. En particular, los accionados argumentaron que el pago
de la reproducción del expediente constituye una carga procesal
proporcionada y no existe obligación legal de expedirlas sin costo. Como
consecuencia, el procesado interpuso acción de tutela, para que se ordene
expedir copia gratuita de la actuación, toda vez que no tiene la capacidad
económica para asumir su costo.
La Sala estimó que el objeto de la petición recae sobre aspectos que, de fondo,
involucran el desarrollo de la actuación penal y debe considerarse como parte
del proceso, por lo que las autoridades judiciales estaban obligadas a resolver
la solicitud con observancia a los términos y etapas procesales propias de la
normatividad aplicable al desarrollo del proceso penal. En virtud de lo
anterior, afirmó que las autoridades demandadas no estaban obligadas a dar
nuevo trámite a la reiteración de la petición presentada por el actor el 21 de
julio del 2017, en observancia de los principios de eficacia y economía en la
labor judicial.
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penal y (ii) que aquella no cuente con los recursos económicos para asumir el
costo asociado a acceder a la documentación solicitada.
III. DECISIÓN
RESUELVE
Comuníquese y cúmplase.
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LUIS GUILLERMO GUERRERO PÉREZ
Magistrado
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