Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Sentencia C 213 17 D 11641

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 48

Sentencia C-213/17

CODIGO GENERAL DEL PROCESO-Cuantía de las pretensiones


como criterio de procedencia de recursos judiciales, no afecta el derecho
de acceso a la administración de justicia e igualdad

CODIGO GENERAL DEL PROCESO-Cuantía de las pretensiones


como criterio de procedencia de recursos judiciales, cumple una finalidad
constitucionalmente legítima

El incremento del interés para recurrir tiene por finalidad asegurar que el
nuevo diseño procesal -que amplía el ámbito temático del recurso y promueve
la realización de nuevos fines en sede de casación- pueda materializarse sin
afectar la obligación de la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia de
cumplir eficazmente las tareas que le fueron asignadas en el artículo 235 de
la Carta, de manera que se asegure la prestación eficiente del servicio
público de administración de justicia, que además es calificada por la Carta
como una función pública (art. 228). El objetivo de la regla demandada se
vincula entonces, estrechamente, con la consecución de los fines
constitucionales de la casación: unificación de la jurisprudencia, protección
del principio de legalidad y constitucionalización del ordenamiento jurídico.

CUANTIA DE PRETENSIONES COMO CRITERIO DE


PROCEDENCIA DE RECURSOS JUDICIALES-Conducencia para
alcanzar el propósito deseado

La medida se evidencia como efectivamente conducente. En efecto, la


ampliación del grupo de sentencias que pueden ser objeto del recurso de
casación así como la fijación de algunos supuestos en los que la cuantía se
torna irrelevante, requería acompañarse de una regla como la examinada, en
tanto hace posible que la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia cumpla
eficazmente sus nuevas tareas sin afectar la consecución de los objetivos
pretendidos por la reforma. Establecer ajustes dirigidos a concretar la
ampliación de las materias susceptibles de pronunciamiento por parte de ese
Tribunal, además de justificarse en la importancia que tiene en el
ordenamiento colombiano como tribunal de casación, debía acompañarse de
la adopción de medidas encaminadas a priorizar las tareas a cargo de dicha
Corporación. Se concluye entonces que la medida, desde el punto de vista de
las posibilidades fácticas, permite alcanzar el propósito identificado.

CUANTIA DE PRETENSIONES COMO CRITERIO DE


PROCEDENCIA DE RECURSOS JUDICIALES-No vulnera la
condición de la Corte Suprema de Justicia como tribunal de casación

PRINCIPIO DE PROGRESIVIDAD-Aplicación

Este Tribunal se ha ocupado de precisar el alcance del principio de


progresividad así como de los elementos que conforman el examen cuando se
alega su infracción. Según ha sostenido de manera reciente, dicho principio
“prescribe que la eficacia y cobertura de las dimensiones prestacionales de los
derechos constitucionales debe ampliarse de manera gradual y de acuerdo con
la capacidad económica e institucional del Estado en cada momento histórico”.
A ese mandato se adscriben, según la propia Corte, cuatro tipo de exigencias:
(i) la satisfacción inmediata de niveles mínimos de protección; (ii) el deber de
observar el principio de no discriminación en todas las medidas o políticas
destinadas a ampliar el rango de eficacia de un derecho; (iii) la obligación de
adoptar medidas positivas, deliberadas y en un plazo razonable, para lograr
una mayor realización de las dimensiones positivas de cada derecho, razón por
la cual la progresividad es incompatible, por definición, con la inacción estatal,
y (iv) la prohibición de retroceder por el camino iniciado para asegurar la
plena vigencia de todos los derechos.

PRINCIPIO DE PROGRESIVIDAD Y PROHIBICION DE


RETROCESO EN MEDIDAS ADOPTADAS POR EL ESTADO
PARA GARANTIZAR FACETAS PRESTACIONALES DE
DERECHOS CONSTITUCIONALES-Jurisprudencia constitucional

El principio de progresividad implica una prohibición prima facie de


cualquier retroceso. Que se trate de una prohibición de tal naturaleza y no de
una proscripción definitiva denota, según lo ha precisado la jurisprudencia
constitucional, la posibilidad de justificarlo. De ello se sigue entonces que
toda medida regresiva constituye un retroceso, pero su adopción no implica
siempre una infracción a la prohibición de regresividad.

DEMANDA DE INCONSTITUCIONALIDAD CONTRA EL


CODIGO GENERAL DEL PROCESO EN MATERIA DE
CUANTIA DEL INTERES PARA RECURRIR-Incumplimiento de
requisitos de especificidad y suficiencia en el cargo por violación al
principio de progresividad

Considerando la estructura del mandato de progresividad en su variante de


prohibición de retroceso injustificado, la activación de la competencia de la
Corte para emprender el juicio exige que al formular la acusación los
ciudadanos aporten argumentos que de manera específica se orienten a
indicar, por un lado, que la medida constituye en efecto un retroceso en el
grado de protección del derecho de que se trate y, de otro, que dicho
retroceso no encuentra una justificación suficiente […] En síntesis, el
demandante debe aportar elementos de juicio orientados a demostrar (i) que
la modificación normativa, comprendida integralmente, constituye un
deterioro en la protección del derecho identificado y (ii) que ese deterioro no
tiene una justificación válida y suficiente.

RECURSO EXTRAORDINARIO DE CASACION-Origen y


funciones

RECURSO EXTRAORDINARIO DE CASACION-No puede


considerarse como una tercera instancia
2
JUICIO DE LEGALIDAD EN EL RECURSO EXTRAORDINARIO
DE CASACION-Alcance

RECURSO EXTRAORDINARIO DE CASACION-Improcedencia


general

RECURSO EXTRAORDINARIO DE CASACION DENTRO DEL


SISTEMA CONSTITUCIONAL-Expresión del carácter unitario del
Estado

RANGO CONSTITUCIONAL DE LA CASACION-Implica que el


legislador no tiene plena libertad para organizar el alcance de este recurso

RECURSO EXTRAORDINARIO DE CASACION DENTRO DEL


SISTEMA CONSTITUCIONAL-Mecanismo judicial intrínsecamente
relacionado con la protección de derechos fundamentales

La jurisprudencia se ha pronunciado en diferentes oportunidades respecto del


significado constitucional del recurso de casación. La aproximación de este
Tribunal ha supuesto que si bien la Carta Política sólo hace mención de tal
instituto en el artículo 235.1 -al indicar que le corresponde a la Corte Suprema
actuar como tribunal de casación-, su reconocimiento en el Texto Superior
comporta la obligación de interpretar esta figura a partir de una perspectiva
que tome en consideración las diferentes normas de la Carta. Dicho de otra
forma, la competencia de la Corte Suprema de Justicia para actuar como
tribunal de casación, no es aséptica al influjo de la Constitución.

CONGRESO DE LA REPUBLICA-Competencia para hacer leyes,


expedir y reformar códigos

LEGISLADOR-Regulación de formas procedimentales

LIBERTAD DE CONFIGURACION LEGISLATIVA EN


RECURSO PROCESAL-Alcance

RECURSO EXTRAORDINARIO DE CASACION-Ampliación de


sentencias susceptibles de recurso en el Código General del Proceso

CUANTIA DE PRETENSIONES COMO CRITERIO DE


PROCEDENCIA DE RECURSOS JUDICIALES-No es aplicable en
casos en que las pretensiones no sean esencialmente económicas o se
trate de acciones de grupo, populares y de estado civil

PRINCIPIO DE ARMONIZACION Y PRINCIPIO DE EFECTO


UTIL-Alcance

3
CASACION-Procedencia de oficio cuando se comprometa gravemente
el orden público, patrimonio público o se atente contra los derechos y
garantías reconocidos en la Constitución

ESTADO SOCIAL DE DERECHO-Compromiso con la igualdad


material

ESTADO-Protección especial a personas en circunstancias de debilidad


manifiesta

CUANTIA DE PRETENSIONES COMO CRITERIO DE


PROCEDENCIA DE RECURSOS JUDICIALES-Criterio
constitucionalmente permitido en el marco de la libre configuración del
legislador

DERECHO DE ACCESO A LA ADMINISTRACION DE


JUSTICIA-Núcleo fundamental

Esta Corporación ha señalado que el derecho de acceso a la administración


de justicia protege las siguientes posiciones iusfundamentales: (i) el derecho a
que existan procedimientos públicos, idóneos y efectivos que permitan la
definición de los derechos y obligaciones de las personas; (ii) el derecho de
todas las personas, en las condiciones que fije la ley, a poner en
funcionamiento el sistema de justicia a fin de que las controversias sean
resueltas en un plazo adecuado; (iii) el derecho a que durante el curso de un
proceso se asegure la igualdad de las partes y el derecho al debido proceso;
(iv) el derecho a que las decisiones judiciales sean el resultado de una
motivación que considere adecuadamente los argumentos de las partes; (v) el
derecho a que las autoridades decreten y analicen objetivamente las pruebas
aportadas al proceso; y (vi) el derecho a que las decisiones judiciales se
ajusten al ordenamiento jurídico. Igualmente este Tribunal ha sostenido que
este derecho supone (vii) la vigencia de mecanismos para facilitar el acceso a
la justicia por parte de los pobres. El resultado de ensamblar estas posiciones
permite configurar el núcleo básico del derecho de acceder a la
administración de justicia cuya violación resulta intolerable, incluso cuando
ello tiene lugar por la actuación del legislador.

CUANTIA DE PRETENSIONES COMO CRITERIO DE


PROCEDENCIA DE RECURSOS JUDICIALES-No resulta contrario
al derecho de acceso a la administración de justicia

LIBERTAD DE CONFIGURACION LEGISLATIVA-Formas


propias de cada juicio

LIBERTAD DE CONFIGURACION LEGISLATIVA EN


RECURSO PROCESAL-Recursos y medios de defensa

4
LIBERTAD DE CONFIGURACION LEGISLATIVA EN
RECURSO PROCESAL-Control constitucional a partir de test
intermedio

El control constitucional de la medida debe hacerse a partir de un escrutinio


intermedio. No obstante que existirían buenas razones para aplicar un juicio
de intensidad débil, concurren consideraciones que justifican elevar dicha
intensidad. Así, tal y como se ha indicado a lo largo de esta providencia la
regulación juzgada (i) fue expedida por el Congreso en desarrollo de una
competencia constitucional específica que le permite la adopción de Códigos
(art. 150.2) y (ii) corresponde al desarrollo de una institución procesal
extraordinaria que, si bien tiene importantes propósitos, posee una escasa
mención en la Constitución (art. 235.1). Asimismo (iii) los precedentes
constitucionales en materia de juzgamiento del régimen de cuantía en el
recurso de casación civil dejan en evidencia que este tribunal ha respetado
ampliamente las valoraciones de oportunidad y conveniencia que el
legislador ha efectuado al regular esta materia. Sin embargo (iv) el
incremento considerable de la cuantía comporta una restricción a una de las
variantes del acceso a la administración de justicia y, de manera particular,
de un recurso expresamente mencionado en la Constitución. Ello implica que
este Tribunal debe prestar especial atención a efectos de que la regulación
adoptada por el legislador, no conduzca a la supresión de los elementos
cardinales de dicho recurso.

Referencia: Expediente D-11641

Demanda de inconstitucionalidad contra el


artículo 338 (parcial) de la Ley 1564 de 2012
“Por medio de la cual se expide el Código
General del Proceso y se dictan otras
disposiciones”.

Actores: María Alejandra Gálvez Alzate,


Martín Arango Gallego y Miguel Londoño
Gómez.

Magistrado Ponente:
ALEJANDRO LINARES CANTILLO

Bogotá D.C., cinco (5) de abril de dos mil dieciséis (2017)

La Sala Plena de la Corte Constitucional, en ejercicio de sus atribuciones


constitucionales y en cumplimiento de los requisitos y trámites establecidos en
el Decreto Ley 2067 de 1991, ha proferido la siguiente,

5
SENTENCIA
I. ANTECEDENTES

A. NORMA DEMANDADA

El texto normativo acusado, que se subraya, hace parte del artículo 338 de la
Ley "por medio de la cual se expide el Código General del Proceso y se dictan
otras disposiciones" y es el siguiente.

LEY 1564 DE 2012


(julio 12)

Diario Oficial No. 48.489 de 12 de julio de 2012

CONGRESO DE LA REPÚBLICA

Por medio de la cual se expide el Código General del Proceso y se dictan otras
disposiciones.

EL CONGRESO DE LA REPÚBLICA
DECRETA:

ARTÍCULO 338. Cuantía del interés para recurrir. Cuando las


pretensiones sean esencialmente económicas, el recurso procede
cuando el valor actual de la resolución desfavorable al recurrente sea
superior a un mil salarios mínimos legales mensuales vigentes
(1000 smlmv). Se excluye la cuantía del interés para recurrir cuando
se trate de sentencias dictadas dentro de las acciones populares y de
grupo, y las que versen sobre el estado civil.

Cuando respecto de un recurrente se cumplan las condiciones para


impugnar una sentencia, se concederá la casación interpuesta
oportunamente por otro litigante, aunque el valor del interés de este
fuere insuficiente. En dicho evento y para todos los efectos a que haya
lugar, los dos recursos se considerarán autónomos.

B. LA DEMANDA

1. La ciudadana María Alejandra Gálvez Álzate y los ciudadanos Martín Arango


Gallego y Miguel Londoño Gómez solicitan la declaratoria de
inconstitucionalidad de la expresión resaltada del artículo 338, de la Ley 1564
de 2012 “Por medio de la cual se expide el Código General del Proceso y se
dictan otras disposiciones”, por considerar que desconoce los artículos 2, 13,
89, 229 y 235 de la Constitución.

2. El artículo 13 de la Constitución reconoce el principio de igualdad material y


prevé la procedencia de las acciones afirmativas, a fin de favorecer a las
personas que se encuentran en situación de indefensión debido a razones
económicas, físicas o mentales. La expresión impugnada da lugar a una excesiva
6
desigualdad e “impide el acceso a los sujetos especialmente protegidos por la
Constitución”, dado que “es evidente que un importante número de personas
pertenecientes a la población colombiana, en especial aquellos con bajos
recursos tienen conflictos jurídicos que por lo general no sobrepasan una
cuantía de 1000 SMLMV”. Además de restringir las posibilidades de acceder a
la administración de justicia, la expresión acusada “los coloca en situación de
desventaja frente a personas que por sus bienes y capacidades económicas
fácilmente podrían presentar problemas civiles con cuantías superiores a la
anteriormente dicha”. De conformidad con los estudios realizados por el DANE,
la Incidencia de la Pobreza Monetaria alcanza un nivel promedio de 31.8%, lo
que afectaría la realización de los fines de la casación, entre los que está hacer
efectivo el derecho material y garantizar los derechos fundamentales, tal y como
lo ha reconocido la jurisprudencia constitucional.

3. El artículo 89 de la Constitución dispone que al legislador le corresponde


establecer los recursos, acciones y procedimientos para propugnar por la
integridad del orden jurídico y la protección de los derechos individuales. La
jurisprudencia constitucional, en particular la sentencia C-372 de 2011, ha
señalado que la facultad del Congreso no es absoluta, en tanto el legislador tiene
la obligación de adoptar mecanismos que aseguren el ejercicio pleno de los
derechos de acceder a la administración de justicia así como el debido proceso.
Se desconoce dicho artículo dado que “es completamente desproporcional que
el legislador haya aumentado en un 235% el interés de la cuantía para recurrir
en casación, atentando así contra los propósitos y fines inherentes al recurso
extraordinario de casación y por ende a la integridad del ordenamiento
jurídico, desprotegiendo los derechos individuales y de grupo”. Se afectan
entonces los derechos de los ciudadanos y no puede, a juicio de los
demandantes, invocarse la necesidad de descongestionar la justicia.

4. El artículo 229 de la Carta garantiza el derecho de acceder a la administración


de justicia. Si se compara la actual regulación, con aquella establecida en el
artículo 366 del anterior Código de Procedimiento Civil –modificado por la Ley
592 de 2000- se concluye que la cuantía se incrementó en un 235.29% lo que
impide a un número muy importante de ciudadanos acudir a un recurso que,
como el de casación, cumple funciones muy importantes. La Corte señaló en la
sentencia C-1195 de 2001 que el derecho de acceso a la justicia, supone prever
mecanismos que faciliten “el acceso a la justicia por parte de los pobres”.
También la jurisprudencia –sentencia C-372 de 2011- ha indicado que el
legislador no puede establecer cargas tan desproporcionadas que impliquen la
negación del derecho. La medida empleada por el legislador no resulta necesaria
a efectos de conseguir la descongestión, en tanto se podrían utilizar otros
mecanismos. No obstante que se trata de un recurso extraordinario, sus
finalidades son tan importantes que imponer cargas excesivas implica una
limitación de acceso a la justicia que además puede afectar la justicia material.

La disposición demandada desconoce también el principio de progresividad y no


regresión en la realización de los derechos –que se desprende del art. 2 de la
Carta, al establecer los fines del Estado- tal y como ha sido reconocido por la
jurisprudencia constitucional. Dadas las funciones del recurso de casación, la
7
norma acusada constituye un retroceso en el grado de protección del derecho, en
tanto impide que la Corte Suprema de Justicia unifique jurisprudencia y asegure
la primacía del derecho sustancial. Este retroceso se explica, por ejemplo, en el
hecho de que “al reducir el número de casaciones serán los tribunales en su
mayor medida e inclusive los jueces de instancia aquellos encargados de
unificar y crear la jurisprudencia, acabando así con la trinidad del concepto
referente a la figura de la casación”. Resultan aplicables en el asunto que se
somete a la Corte, las consideraciones expuestas en la sentencia C-372 de 2011
al declarar la inexequibilidad del incremento en el interés para recurrir en
casación laboral.

5. El artículo 235 establece que le corresponde a la Corte Suprema de Justicia


actuar como tribunal de casación. La violación de tal disposición se presenta
dado que el incremento excesivo del interés para recurrir impide el
cumplimiento de una de las funciones atribuidas a la Corte Suprema de Justicia,
tal y como lo sostuvo la Corte Constitucional en la sentencia C-372 de 2011.
Según se señaló en el “Plan Sectorial de Desarrollo Judicial 2008-2010”
existen otras medidas menos graves para reducir la descongestión en tanto “la
mora en el trámite de los procesos no solo se debe a su número sino a fallas
estructurales dentro del sistema, como la insuficiencia de capital humano y
operativo, la estructuración de los procesos, la falta de capacitación de los
operadores entre otros”. Cabe señalar, en adición a lo dicho, que la
comparación de las “casaciones realizadas” por la Corte Suprema de Justicia en
vigencia de la regulación anterior, con las seguidas con posterioridad a la
entrada en vigencia de la Ley 1564 de 2012, muestran un descenso de casi el
47%.

C. INTERVENCIONES

1. Intervenciones de entidades públicas

a. Consejo Superior de la Judicatura

1. La oficina de Coordinación de Asuntos Internacionales y Asesoría Jurídica de


la Rama Judicial1 interviene indicando que no existe afectación alguna en el
cumplimiento de las finalidades del recurso de casación, al establecer la cuantía
para recurrir, cuando el valor actual de la resolución desfavorable al recurrente
sea superior a un mil salarios mínimos legales mensuales vigentes (1000
smlmv), dado que la Ley 1564 de 2012 fue aprobada constitucionalmente por el
Congreso de la República.

Sobre el particular, la sentencia C-424 de 2015 indicó que el Congreso de la


República en el ejercicio de su potestad para establecer o modificar los códigos,
puede introducir diferenciaciones en razón de la cuantía para acceder a los
medios de impugnación, de control de legalidad e incluso variar el quantum,
siempre y cuando esa medida esté justificada en la realización de otros derechos.
En virtud de ello, al juez constitucional en cumplimiento del control abstracto de

1
Suscribe el documento la ciudadana Leonor Cristina Padilla Godin.
8
las leyes no le compete determinar cuál es la cuantía proporcionada, sino que su
labor se circunscribe a verificar que la motivación en cada caso se encuentre
constitucionalmente justificada.

2. Igualmente, conforme al volumen de demandas de casación que se presentan


y la existencia de una línea jurisprudencial respecto de los casos que la Corte
Suprema ha casado, corresponde a los tribunales y jueces seguir la
jurisprudencia del máximo órgano de cierre. En ese sentido, no existe
vulneración alguna al derecho a la igualdad de casos que no cumplen con los
requisitos para ser susceptibles del recurso extraordinario de casación.

2. Intervenciones de instituciones académicas y educativas

Instituto Colombiano de Derecho Procesal

1. El Instituto Colombiano de Derecho Procesal2 solicitó la declaratoria de


exequibilidad de la norma demandada, dado que el límite de la cuantía del
interés para recurrir en casación no obstruye los fines del aludido recurso, como
infieren los demandantes.

2. El Código General del Proceso brinda valiosas herramientas para la


protección de los derechos constitucionales prescindiendo de la cuantía. Un
ejemplo de ello es la casación oficiosa, mediante la cual la Corte Suprema de
Justicia asume la competencia -sin considerar la cuantía del asunto- para la
protección de derechos constitucionales, la defensa del patrimonio público y del
orden público.

En este orden de ideas, el argumento de los demandantes sobre la violación del


derecho de igualdad carece de fundamento, pues de aceptarse conduciría a que
todos los procesos estuvieran dotados del recurso extraordinario de casación, lo
que no se adecúa con los valores igualmente importantes como el acceso a la
justicia y la racionalidad de la prestación de un servicio, que justifican que la
casación esté reservada para algunos casos. De ahí que una apertura en los
términos sugeridos por la demanda de inconstitucionalidad, incrementaría la
congestión en la Corte Suprema de Justicia y negaría todos los fines de la
casación así como la prestación oportuna del servicio.

3. En cuanto al cargo de no progresividad o regresividad, resulta de un


desconocimiento del artículo 338 del Código General del Proceso, pues si
alguna corrección constitucional fuese necesaria, sería la de mantener el texto
original y no la forma como quedó después del decreto de correcciones que
eliminó la casación para las acciones populares.

4. No obstante lo anterior, existen algunas controversias que estadísticamente


son significativas, pero que están desprovistas del recurso extraordinario de
casación, por ejemplo las relativas al estado civil de las personas, a las
relaciones de tenencia por arrendamiento y a los títulos valores. Sin embargo,

2
Suscribe el documento, en su condición de miembro, el ciudadano Edgardo Villamil Portilla.
9
ese déficit no resulta corregido mediante el instrumento de la cuantía y sí podría
ser enmendado por el uso de la casación oficiosa.

5. A diferencia de la casación en materia laboral, el Código General del Proceso


contiene en su regulación una visión social, que de aplicarse en materia laboral
introduciría correctivos sociales muy importantes y sería un alivio para los
derechos constitucionales de los trabajadores.

Universidad Externado de Colombia

1. El Departamento de Derecho Procesal de la Universidad Externado de


Colombia3 solicitó retirar por inexequible la nueva norma demandada y, en su
lugar, revivir temporalmente, mientras el legislador se pronuncia, la disposición
prevista en el artículo 1 de la Ley 592 de 2000, que exige una cuantía mínima de
425 salarios mínimos mensuales legales vigentes para poder recurrir en
casación.

2. De la lectura de los artículos 333, 334 y 336 del Código General del Proceso
se desprende un recurso de casación más cercano y accesible, puesto que (i) hay
mayor claridad de los fines que persigue, (ii) se amplió a todos los procesos
declarativos y (iii) la Corte Suprema de Justicia tiene una nueva posibilidad de
casar sentencias, de oficio, cuando sea ostensible la afectación al orden o
patrimonio público o se atente contra los derechos y garantías constitucionales.
No obstante, esos avances menguan en virtud de lo reglado por el artículo 338
en lo referente al interés económico para recurrir en casación.

El legislador de manera arbitraria y sin fundamentos científicos decidió que el


equivalente de mil salarios mínimos vigentes al momento de interponer el
recurso extraordinario de casación, era la medida adecuada para evitar la
congestión de la Sala Civil y Agraria de la Corte Suprema de Justicia. Luego de
revisar las actas de discusión de la Comisión del Instituto Colombiano de
Derecho Procesal – donde nació el anteproyecto del código –, se evidencia que
(i) en la reunión número 70 de la subcomisión, realizada el 1 de junio de 2005,
se acordó que el monto razonable para fijar la cuantía era la suma de 424
salarios mínimos vigentes; y (ii) en el Congreso de la República al presentar el
proyecto de ley, el Gobierno Nacional en la exposición de motivos habló de las
“bondades” de la nueva casación, pero no dijo nada de incrementar la cuantía.
Solo fue (iii) en la Comisión Primera de la Cámara en el primer debate del
proceso legislativo que se estableció la cifra acusada sin dar mayores
explicaciones.

3. Es preciso resaltar que una de las funciones de la Corte Suprema de Justicia


consiste en actuar como tribunal de casación y es por esto que el aparte tachado
de inconstitucional puede llegar a impedir el cumplimiento de dicha función, ya
que con el injustificado monto, se pierden los fines democráticos de seguridad
jurídica, sociales y resarcitorios de la casación. En efecto, no es posible hablar
de unificar e integrar el ordenamiento jurídico, cuando sólo un pequeño

3
En su calidad de profesor interviene el ciudadano Jimmy Rojas Suárez.
10
porcentaje de sentencias son objeto del extraordinario recurso; tampoco se puede
lograr la eficacia de los instrumentos internacionales suscritos por Colombia; ni
se podrán proteger los derechos constitucionales.

4. Los agravios irrogados a las partes en la sentencia recurrida equivalen en la


actualidad a $689.455.000 o más, valor que pocos asuntos de carácter
declarativo alcanzan. En un caso similar, la sentencia C-372 de 2011 declaró la
inconstitucionalidad del artículo que aumentaba la cuantía para recurrir en
casación laboral prevista en la Ley 1395 de 2010, al estimar que el recurso
extraordinario de casación dentro del sistema constitucional “es un mecanismo
judicial intrínsecamente relacionado con la protección de derechos
fundamentales”.

Universidad del Rosario

1. La Facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario4 intervino para


defender la constitucionalidad de la norma demandada.

2. La Corte Constitucional ha sido enfática en resaltar que el legislador, en razón


de la cláusula general de competencia establecida en los numerales 1º y 2º del
artículo 150 de la Constitución Política, y de acuerdo con su potestad legislativa
en materia de procedimientos, puede regular y definir (i) los recursos y medios
de defensa que pueden intentar los administrados contra los actos que profieren
las autoridades; (ii) las etapas procesales, términos y formalidades que se deben
cumplir en cada uno de los procesos; (iii) las competencias de las autoridades
judiciales, siempre y cuando el constituyente no se haya ocupado de asignarla de
manera explícita en la Carta; (iv) los medios de prueba; y (v) los deberes,
obligaciones y cargas procesales de las partes, del juez y aún de los terceros
intervinientes. Sin embargo, dicha potestad no es absoluta, ya que encuentra sus
límites en los derechos y garantías constitucionales así como en los principios de
proporcionalidad y razonabilidad, a fin de asegurar el ejercicio pleno de los
derechos de acceso a la administración de justicia y debido proceso.

3. La constitucionalidad del artículo 338, encuentra apoyo en la naturaleza


dispositiva y estricta del recurso de casación, cuyo propósito es el quiebre de
una sentencia amparada por la presunción de legalidad y acierto, lo que exige
que para sustentar el recurso se cumplan determinados requisitos formales. Ello
supone que tal medio de impugnación se constituye en un marco dentro del cual
la Corte debe encaminar su estudio, sin que sea posible hacer interpretaciones.
De allí que se diga que es un recurso exageradamente formalista.

4. La entrada en vigencia del Código General del Proceso, si bien incrementó la


cuantía para recurrir en casación en asuntos civiles, como garantía de acceso a la
justicia, previó también la ampliación de las causales de casación a eventos
como los contemplados en el artículo 334 de tal codificación, comprendiendo las
sentencias dictadas en toda clase de procesos declarativos – incluso los asuntos

4
En su calidad de Director de la especialización en Derecho Procesal, interviene el ciudadano Gabriel
Hernández Villareal.
11
que antes se ventilaban por la vía del abreviado –. Por tanto, en comparación con
los estándares de garantía judicial en materia de casación laboral, la norma no
implica un retroceso que le impida a la Sala Civil de la Corte Suprema de
Justicia cumplir su rol de control de validez, unificación de jurisprudencia y
protección de garantías civiles.

5. La Corte Constitucional declaró inexequible el aumento de la cuantía para


acceder a casación en el ámbito laboral, a través de la sentencia C-372 de 2011.
No obstante, dicha interpretación no puede extenderse al caso objeto de análisis,
toda vez que la solución de los conflictos que surgen en esa jurisdicción es de
interés social y por la desigualdad económica, de cultura y de medios de defensa
que existe entre las partes la justicia laboral debe ser menos costosa. Contrario a
ello, los intereses que se ventilan en la jurisdicción civil, por regla general, son
de carácter privado y en consecuencia, tiene efectos inter partes. El análisis
económico del derecho indica además que reducir la cuantía para recurrir en
casación implicaría el incremento de este tipo de impugnación, lo que extendería
el tiempo de los procesos, los costos para la administración de justicia así como
el número de juicios planteados por esta vía, aun cuando el recurrente obre
temerariamente.

Universidad Libre de Bogotá

1. El Observatorio de Intervención Ciudadana Constitucional de la Facultad de


Derecho de la Universidad Libre de Bogotá5 interviene en defensa de la
constitucionalidad del aparte demandado.

2. La naturaleza del proceso civil es distinta a la del proceso laboral, el primero


discute derechos, la mayoría de las veces de rango positivo, y se trata en últimas
de un “juego de intereses particulares”, en el que existe una
autoresponsabilidad en el cumplimiento de cargas procesales, especialmente
probatorias, que llevan a triunfar ante un juez que aunque tiene rasgos de
activista no va más allá de lo que las partes pretenden. El segundo, por su parte,
se refiere a derechos sociales y soluciona conflictos originados en prestaciones
que tienen el carácter de irrenunciables. Es por ello que en este último caso, el
proceso tiene una visión más garantista y protectora. Pretende disminuir una
desigualdad entre el trabajador y empleador, contando el juez con la posibilidad
de traspasar la regla de congruencia con el propósito de desarrollar un catálogo
de derechos, incluso fundamentales.

Acorde con lo expuesto en precedencia, la Corte en su momento consideró


irrazonable y desproporcionada una norma, que en similar condición a la de la
aquí discutida, aumentaba la cuantía del interés para recurrir en casación laboral.
No obstante, en el proceso civil colombiano no se parte de una desigualdad entre
los sujetos procesales, ni se trata tangencialmente de derechos sociales de la
colectividad.

5
Intervienen en su calidad de Director del referido observatorio el ciudadano Jorge Kenneth Burbano Villamizar
y, en su condición de profesor del Área de Derecho Procesal de la Facultad de Derecho, el ciudadano Nelson
Enrique Rueda Rodríguez.
12
3. La argumentación de la demanda no demuestra clara, lógica, específica y
razonablemente la violación al principio de progresividad y menos aún el
carácter desproporcionado e irrazonable del valor fijado en la disposición
cuestionada. Por el contrario, parte de un supuesto equivocado, al traer a
colación argumentos que se aplicaron a una disposición similar, pero en una
rama del derecho que ve a las partes en desigualdad y con necesidad de
protección social. En adición a ello, la indicación según la cual el aparte
demandado no es adecuado para tratar la descongestión judicial, la
argumentación es sólo vaga y enunciativa, más no demostrativa.

4. Es claro que en procesos de intereses netamente privados y dispositivos,


partiendo de una igualdad entre las partes y no referida a violación grave de
derechos fundamentales, la determinación de la cuantía hace parte de la libre
configuración del legislador. En todo caso, el Código General del Proceso
constitucionalizó el recurso extraordinario de casación y hoy cuenta con la
posibilidad de la casación oficiosa. Ello hace posible que procesos que antes no
eran examinados en sede de casación puedan ser estudiados, lo que evidencia
que se ha flexibilizado permitiendo, además, el acceso a la administración de
justicia de cualquier causa.

5. La defensa de los derechos subjetivos o materiales, también se logra durante


las instancias procesales que ha diseñado para tal efecto el legislador. Las partes
pueden impugnar ordinariamente las decisiones judiciales en defensa de sus
derechos e intereses y lo que instaura la norma demandada, es un requisito de
procedibilidad objetivo para un recurso que tiene el carácter de extraordinario y
excepcional.

3. PROCURADURÍA GENERAL DE LA NACIÓN

1. Solicitó la declaratoria de exequibilidad de la expresión demandada, con


fundamento en los siguientes argumentos:

2. La norma cuya constitucionalidad se cuestiona fue expedida por el legislador


en ejercicio de su libertad de configuración, dentro de los límites fijados por la
misma Constitución, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 235 superior
que atribuye a la Corte Suprema de Justicia la función de “actuar como tribunal
de casación”. Por tanto, el Congreso de la República se encuentra facultado para
limitar el acceso al recurso de casación, estableciendo para el efecto requisitos
como es el caso de la cuantía.

3. El recurso de casación es de naturaleza extraordinaria y tiene como fin último


garantizar la coherencia del ordenamiento jurídico mediante la unificación de
criterios de interpretación de la ley, para así lograr la realización del derecho
objetivo y asegurar el respeto a los principios de legalidad y de igualdad. En
consecuencia, de acuerdo con la sentencia C-1065 de 2000, no es que la
eventual injusticia de un caso concreto no tenga ninguna relevancia frente a la
interposición de la casación, sino que “este recurso extraordinario pone el
interés que tiene el particular en que se corrija el agravio en su contra, al
servicio de la protección de la coherencia sistemática del ordenamiento”.
13
4. Conforme a lo señalado, los límites establecidos por la ley a la procedencia de
la casación en razón de la cuantía no suponen una vulneración de los derechos
de acceso a la administración de justicia o de igualdad de las personas de bajos
recursos, pues tales derechos, a la luz de la jurisprudencia constitucional, se
garantizan en las instancias del proceso y por medio de los recursos ordinarios,
no a través de mecanismos extraordinarios.

II. CONSIDERACIONES

A. COMPETENCIA

1. La Corte es competente para pronunciarse sobre la constitucionalidad de la


expresión acusada, contenida en la Ley 1564 de 2012, en virtud de lo
establecido en el artículo 241.4 de la Constitución.

B. PRIMERA CUESTIÓN PRELIMINAR: precisión del contenido de la


disposición a la que se integra hace parte la expresión demandada

2. La demanda presentada en esta oportunidad cuestiona parcialmente la validez


constitucional del artículo 338 de la Ley 1564 de 2012. A efectos de identificar
la expresión cuya inexequibilidad se pretende, los ciudadanos transcriben el
texto tal y como fue publicado en el Diario Oficial No. 48.489 de 12 de julio de
2012. El texto es el siguiente:

ARTÍCULO 338. Cuantía del interés para recurrir. Cuando las


pretensiones sean esencialmente económicas, el recurso procede
cuando el valor actual de la resolución desfavorable al recurrente sea
superior a un mil salarios mínimos legales mensuales vigentes (1000
smlmv). Se excluye la cuantía del interés para recurrir cuando se trate
de sentencias dictadas dentro de las acciones populares y de grupo, y
las que versen sobre el estado civil.

Tal artículo fue objeto de corrección mediante el Decreto 1736 de 2012 “Por el
que se corrigen unos yerros en la Ley 1564 del 12 de julio de 2012, "por medio
de la cual se expide el Código General del Proceso y se dictan otras
disposiciones" disponiendo en su artículo 6º lo siguiente:

Artículo 6°. Corríjase el inciso 1° del artículo 338 de la Ley 1564 de


2012, el cual quedará así:

"Artículo 338. Cuantía del interés para recurrir. Cuando las


pretensiones sean esencialmente económicas, el recurso procede
cuando el valor actual de la resolución desfavorable al recurrente sea
superior a un mil salarios mínimos legales mensuales vigentes (1000
smlmv). Se excluye la cuantía del interés para recurrir cuando se trate
de sentencias dictadas dentro de las acciones de grupo y las que versen
sobre el estado civil.

14
(…)"6.

3. De acuerdo con el Decreto antes referido las sentencias dictadas en el curso


de las acciones populares no podrían ser objeto del recurso de casación y, en
consecuencia, no procedía tampoco prescindir de la cuantía cuando fueran
impugnadas mediante la formulación de tal recurso. No obstante esa
modificación, en Auto de fecha 19 de diciembre de 2016, el Consejo de Estado
dispuso decretar la suspensión provisional de los efectos de varios artículos del
referido Decreto 1736 de 2012, entre ellos los del artículo 6º. Consideró ese
Tribunal:

“El despacho, en esta etapa inicial del proceso, constata que el


objetivo de la corrección consistía en enmendar un error de
concordancia entre los artículos 334 y 338 de la Ley 1564 de 2012.

En el trámite legislativo, el Legislador eliminó en el numeral 2° del


artículo 334 la mención de las acciones populares como
susceptibles del recurso de casación, la cual quedó redactada de la
siguiente manera:

«ARTÍCULO 334. PROCEDENCIA DEL RECURSO DE


CASACIÓN. El recurso extraordinario de casación procede contra las
siguientes sentencias, cuando son proferidas por los tribunales
superiores en segunda instancia:

1. Las dictadas en toda clase de procesos declarativos.

2. Las dictadas en las acciones de grupo cuya competencia


corresponda a la jurisdicción ordinaria.

3. Las dictadas para liquidar una condena en concreto.

PARÁGRAFO. Tratándose de asuntos relativos al estado civil sólo


serán susceptibles de casación las sentencias sobre impugnación o
reclamación de estado y la declaración de uniones maritales de
hecho.»

6
En las consideraciones de la referida providencia se indica lo siguiente: “Que el inciso 1° del artículo 338 de la
Ley 1564 de 2012, al referirse a la cuantía del interés para recurrir en casación, expresa que "Se excluye la
cuantía del interés para recurrir cuando se trate de sentencias dictadas dentro de las acciones populares y de
grupo, y las que versen sobre el estado civil" (subrayas fuera de texto), cuando las acciones populares no están
incluidas dentro del listado de casos en los que procede el recurso extraordinario de casación de acuerdo con el
artículo 334 de la misma ley; // Que se encuentra que la voluntad inequívoca del legislador era la de excluir del
recurso extraordinario de casación a las sentencias que se profieran en las acciones populares, tal como se
observa en el informe de ponencia para primer debate (tercer debate) en la Comisión Primera del honorable
Senado de la República, publicado en la Gaceta del Congreso número 114 del 28 de marzo de 2012: // "En el
numeral 2 del artículo [334] se eliminan las acciones populares como susceptibles de recurso de casación, en
los términos previstos en la Ley 472 de 1998. En efecto, el artículo 67 de esta ley establece que serán
susceptibles de casación las sentencias dictadas en los procesos adelantados en ejercicio de las acciones de
grupo, mas no así en las acciones populares". (Subrayas fuera del texto); // Que, en consecuencia, existe un error
de referencia en el artículo 338, que debe ser corregido eliminando la alusión a las acciones populares; (…)”.

15
Sin embargo, el artículo 338 del Código General del Proceso, que no
se menciona en el trámite legislativo al que hace referencia el
decreto acusado, en su redacción original, al regular la cuantía del
interés para recurrir en ejercicio del recurso de casación, indicó que se
excluía de dicha cuantía las sentencias dictadas de las acciones
populares, lo cual evidencia una incongruencia entre este artículo y el
artículo 334 del Código General del Proceso.

El Ejecutivo, entonces, no procedió a corregir un error caligráfico o


tipográfico, conforme lo autoriza el artículo 45 de la Ley 4ª de 1913,
sino a reformar el contenido del artículo 338 del Código General del
Proceso para hacerlo congruente con el artículo 334 del mismo
estatuto eliminando la alusión que a las acciones populares hacía el
artículo, lo cual no corresponde a una atribución autorizada por la
disposición legal mencionada.

Al encontrarse, en principio, un inapropiado empleo de la facultad


prevista en la Ley 4ª de 1913, el Ejecutivo transgredió, así mismo, el
numeral 10° del artículo 189 de la Carta Política que obliga al
Presidente de la República a obedecer las leyes y velar por su estricto
cumplimiento, así como el numeral 1° del artículo 150 de la
Constitución Política en la medida en que solo el Congreso de la
República tiene como función la de reformar las leyes, por lo que
resulta procedente la suspensión provisional de los efectos del artículo
6 del Decreto 1736 de 2012”. (Las negrillas y subrayas corresponden
al texto de la providencia).

4. A pesar de que en esta oportunidad no fue objeto de acusación la expresión


“acciones populares” cuya incorporación al primer inciso del artículo 338 del
Código General del Proceso ha suscitado el debate que ocupa en la actualidad la
atención del Consejo de Estado, la Corte estima necesario advertir que en
función de las consecuencias que se desprenden de la providencia antes referida,
por medio de la que se suspendieron los efectos de algunas disposiciones del
Decreto 1736 de 20127, debe entenderse que el análisis de la expresión acusada
debe tomar en consideración el contenido del artículo 338 de la Ley 1564 de
2012, tal y como fue publicada en el Diario Oficial No. 48.489. Ello además
corresponde con el objeto acusado por los demandantes.

C. SEGUNDA CUESTIÓN PRELIMINAR: incumplimiento de los


requisitos de especificidad y suficiencia respecto del cargo por
violación del principio de progresividad

7
El numeral primero de la parte resolutiva establece: “PRIMERO: DECRETAR la suspensión provisional
de los efectos de los artículos los artículos 3, 5, 6, 8, 9, 14, 16 y 18 del Decreto 1736 de 17 de agosto de 2012,
expedido por el Gobierno Nacional, «(…) Por el que se corrigen unos yerros en la Ley 1564 del 12 de julio de
2012, “por medio de la cual se expide el Código General del Proceso y se dictan otras disposiciones (…)», de
acuerdo con los argumentos esbozados en la parte motiva de esta providencia”.

16
5. Plantean los demandantes que la disposición acusada vulnera el mandato de
progresividad. Según sostienen, atendiendo las funciones del recurso de
casación, la fijación de la cuantía del interés para recurrir en mil salarios
mínimos legales mensuales vigentes (1000 smlmv) constituye un retroceso en el
grado de protección del derecho a la administración de justicia, pues impide que
la Corte Suprema unifique jurisprudencia y asegure la primacía del derecho
sustancial. Este retroceso se explica, por ejemplo, en el hecho de que “al reducir
el número de casaciones serán los tribunales en su mayor medida e inclusive los
jueces de instancia aquellos encargados de unificar y crear la jurisprudencia,
acabando así con la trinidad del concepto referente a la figura de la casación”.

6. En múltiples oportunidades este Tribunal se ha ocupado de precisar el alcance


del principio de progresividad así como de los elementos que conforman el
examen cuando se alega su infracción. Según ha sostenido de manera reciente,
dicho principio “prescribe que la eficacia y cobertura de las dimensiones
prestacionales de los derechos constitucionales debe ampliarse de manera
gradual y de acuerdo con la capacidad económica e institucional del Estado en
cada momento histórico”8. A ese mandato se adscriben, según la propia Corte,
cuatro tipo de exigencias: (i) la satisfacción inmediata de niveles mínimos de
protección; (ii) el deber de observar el principio de no discriminación en todas
las medidas o políticas destinadas a ampliar el rango de eficacia de un derecho;
(iii) la obligación de adoptar medidas positivas, deliberadas y en un plazo
razonable, para lograr una mayor realización de las dimensiones positivas de
cada derecho, razón por la cual la progresividad es incompatible, por definición,
con la inacción estatal, y (iv) la prohibición de retroceder por el camino iniciado
para asegurar la plena vigencia de todos los derechos9.

7. La última de las exigencias establecidas indica que a menos que exista una
justificación constitucional suficiente, no resulta posible retroceder en el grado
de protección alcanzado respecto de un derecho. De acuerdo con ello, el
principio de progresividad implica una prohibición prima facie de cualquier
retroceso. Que se trate de una prohibición de tal naturaleza y no de una
proscripción definitiva denota, según lo ha precisado la jurisprudencia
constitucional, la posibilidad de justificarlo. De ello se sigue entonces que toda
medida regresiva constituye un retroceso, pero su adopción no implica siempre
una infracción a la prohibición de regresividad.

8. Considerando la estructura del mandato de progresividad en su variante de


prohibición de retroceso injustificado, la activación de la competencia de la
Corte para emprender el juicio exige que al formular la acusación los ciudadanos
aporten argumentos que de manera específica se orienten a indicar, por un lado,
que la medida constituye en efecto un retroceso en el grado de protección del
derecho de que se trate y, de otro, que dicho retroceso no encuentra una
justificación suficiente. La primera de tales exigencias impone que la acusación
evidencie que la modificación normativa -analizada en el contexto del régimen
al que se integra y luego de una comparación con el régimen preexistente-

8
Sentencia C-493 de 2015.
9
Sentencia C-493 de 2015.
17
constituye un deterioro relevante en el grado de protección del derecho
identificado. No basta, a juicio de la Corte, que se enuncien las diferencias entre
disposiciones aisladas cuyo significado jurídico depende de su relación con las
otras normas del cuerpo normativo del que hacen parte. El segundo de los
requerimientos, en particular cuando se impugnan disposiciones que
corresponden a materias res pecto de las cuales el Congreso tiene un amplio
margen de configuración, impone a los ciudadanos el deber de indicar con
claridad los motivos por los cuales el retroceso identificado no puede justificarse
válidamente. En síntesis, el demandante debe aportar elementos de juicio
orientados a demostrar (i) que la modificación normativa, comprendida
integralmente, constituye un deterioro en la protección del derecho identificado
y (ii) que ese deterioro no tiene una justificación válida y suficiente

9. Para la Corte, el planteamiento de los demandantes se ve enfrentado a un


defecto radical en relación con la primera exigencia. Se limitan a señalar que
mientras el régimen preexistente establecía como cuantía para recurrir en
casación una resolución desfavorable de cuatrocientos veinticinco salarios
mínimos legales mensuales vigentes (425 smlmv) el contenido en el Código
General del Proceso lo fija en mil salarios mínimos legales mensuales vigentes
(1000 smlmv). Aunque tal diferencia es cierta y constituye un límite respecto de
los asuntos que pueden ser recurridos a través de este medio extraordinario, los
demandantes se abstienen de considerar que el nuevo régimen introdujo
modificaciones que suponen (i) la ampliación de los fines del recurso de
casación (art. 333 C.G.P.), (ii) un aumento del grupo de sentencias que pueden
ser atacadas (art. 334 C.G.P.), (iii) que prescinde expresamente de la relevancia
de la cuantía respecto de las sentencias correspondientes a las acciones
populares, a las acciones de grupo y a las relativas al estado civil (art. 338
C.G.P.) y (iv) que regula la casación oficiosa cuando sea ostensible que una
sentencia compromete gravemente el orden o el patrimonio público, o atenta
contra los derechos y garantías constitucionales (art. 336 C.G.P.).

10. La acusación se limita entonces a valorar solo una de las dimensiones de la


reforma sin examinarla integralmente en aspectos que son relevantes. En efecto -
sin que ello implique juicio alguno por parte de la Corte- no puede afirmarse la
existencia de un retroceso en el grado de protección del derecho de acceder a la
administración de justicia, mencionando sólo las limitaciones establecidas en el
nuevo régimen, cuando al mismo tiempo algunas de sus disposiciones podrían -
prima facie- interpretarse como formas de ampliar el ámbito del recurso de
casación y los demandantes no se ocupan, de alguna manera, de considerar su
alcance. Ello resulta además relevante si se considera que varias de las medidas,
no consideradas al formular el cargo, tienen como propósito extender las
competencias de la Corte para cumplir aquellos fines -unificación de
jurisprudencia y aseguramiento de la primacía del derecho sustancial- que los
demandantes estiman afectados. Los ciudadanos tenían a su cargo la obligación
de establecer si a pesar de las otras variaciones del régimen del recurso, el
impacto en el derecho de acceso a la administración de justicia podía calificarse
como un retroceso. Este defecto en el planteamiento, que constituye un
incumplimiento de los requisitos de especificidad y suficiencia, hace entonces
improcedente un pronunciamiento de fondo en esta oportunidad. En
18
consecuencia, la Corte se inhibirá de adoptar una decisión de mérito respecto de
la acusación.

D. PROBLEMA JURÍDICO Y MÉTODO DE LA DECISIÓN

11. De conformidad con la demanda, las intervenciones oficiales y ciudadanas


así como las precisiones precedentes respecto de la aptitud de los cargos, la
Corte deberá definir si la decisión legislativa de fijar como condición de
procedencia del recurso de casación -cuando las pretensiones sean
esencialmente económicas- que el valor actual de la resolución desfavorable del
recurrente sea superior a mil salarios mínimos legales mensuales vigentes (1000
smlmv), desconoce (i) el mandato de igualdad material (art. 13); la competencia
del legislador para establecer los recursos, las acciones y los procedimientos de
protección del ordenamiento jurídico y los derechos (art. 89); el derecho de
acceder a la administración de justicia; (art. 229); y (iv) la realización de los
propósitos del recurso extraordinario de casación (art. 235.1).

12. Con el objetivo de resolver el problema jurídico planteado la Corte seguirá el


siguiente orden. Inicialmente, caracterizará el régimen legal de procedencia del
recurso de casación en la Ley 1564 de 2012 enunciando las principales
diferencias con la regulación preexistente (Sección E). A continuación, la Corte
se referirá al significado constitucional del recurso de casación (Sección F).
Seguidamente, precisará las características del control constitucional de la
regulación que desarrolla dicho medio de impugnación (Sección G). Finalmente,
se ocupará de examinar la norma acusada a la luz de los cargos debidamente
planteados (Sección H).

E. EL REGIMEN LEGAL DE PROCEDENCIA DEL RECURSO DE


CASACIÓN

13. El recurso de casación ha sido considerado, en general, como un medio


extraordinario de impugnación de algunas providencias judiciales, cuya
interposición no activa una nueva instancia judicial. El carácter extraordinario
del recurso tiene su punto de partida en la diferenciación entre las competencias
ejercidas por las autoridades judiciales de instancia y la Corte Suprema cuando
se pronuncia como tribunal de casación. En efecto, al paso que “los jueces de
primera y segunda instancia examinan la conducta de los particulares frente al
derecho vigente”10, ello no acontece al tramitar el recurso de casación, dado que
allí “varía el objeto del control, pues el Tribunal o Corte de Casación realiza
control jurídico sobre la sentencia que puso fin a la actuación de los juzgadores
de instancia, para decidir luego si se ajusta o no a lo ordenado por la ley”11.
Ello supone “que en la casación se efectúa un control de legalidad sobre los
actos del juez para decidir si en ellos se produjo un error in iudicando o
un error in procedendo de tal naturaleza que no exista solución distinta a
infirmar, destruir, casar, la sentencia impugnada”12. Ha dicho este Tribunal que
la referida institución “[n]o es por lo tanto, una tercera instancia, ni un recurso

10
Sentencia C-372 de 2011.
11
Sentencia C-372 de 2011.
12
Sentencia C-372 de 2011.
19
que pueda ser equiparable a los llamados recursos ordinarios”13. Su función, ha
destacado, es “más de orden sistémico, para proteger la coherencia del
ordenamiento y la aplicación del derecho objetivo, por lo cual ha sido
denominada por algunos sectores de la doctrina y la jurisprudencia como
“nomofilaquia” (…)”14.

Las razones anteriores, que explican su carácter extraordinario y dispositivo, se


han traducido en la indicación de esta Corte según la cual “la regla general es la
improcedencia del recurso; la excepción, su procedencia, en los casos previstos
en la ley”15. La naturaleza de este medio de impugnación, así como el
sometimiento de su procedencia al cumplimiento de estrictas condiciones, se
refleja en las normas que lo disciplinan.

13.1. A pesar de que la naturaleza del recurso de casación civil se ha conservado


en las diferentes regulaciones sobre la materia, la contenida en el Código
General del Proceso, y de la cual hace parte la disposición demandada, evidencia
varios cambios que sugieren una comprensión diferente de asuntos
históricamente nucleares de este medio de impugnación. De hecho en la
exposición de motivos del proyecto presentado al Congreso de la República se
indicaba que en el nuevo régimen “se incluyen trascendentales reformas a la
casación para que sea más accesible (…)”16. Tal circunstancia le exige a la
Corte referir, preliminarmente, algunas de las modificaciones a efectos de
caracterizar el contexto general en el que se inscribe la acusación que ahora
examina.

13.2. La Ley 1564 de 2012 amplió los fines de la casación al prescribir que
dicho recurso tiene por objeto defender la unidad e integridad del ordenamiento
jurídico, lograr la eficacia de los instrumentos internacionales suscritos por el
Estado colombiano en el orden interno, amparar los derechos constitucionales,
controlar la legalidad de los fallos, unificar la jurisprudencia y reparar los
agravios causados a las partes debido a las sentencias recurridas. La
reconfiguración legal de los fines que orientan el recurso de casación se
evidencia al considerar que en el régimen jurídico preexistente, los propósitos
consistían en unificar la jurisprudencia nacional, proveer la realización del
derecho objetivo en los respectivos procesos y procurar la reparación de los
agravios causados a las partes. Se trata entonces de una variación importante que
exige, a juicio de la Corte, avanzar en una comprensión diferente de la casación,
de una parte, y de las nuevas figuras que la referida ley ha establecido en esta
materia. La Corte volverá sobre ello más adelante.

13.3. La indicación de las providencias judiciales que pueden ser objeto del
recurso fue también objeto de modificación. En la actual regulación se indica
que procede contra las sentencias proferidas por los tribunales superiores en
segunda instancia y que correspondan (i) a toda clase de procesos declarativos,
(ii) a las acciones de grupo y a las acciones populares cuya competencia

13
Sentencia C-596 de 2000.
14
Sentencia C-1065 de 2000. Esta idea ha sido recogida también, entre otras, en la sentencia C-372 de 2011.
15
Sentencia C-058 de 1996.
16
Gaceta del Congreso 119 de 2011.
20
corresponda a la jurisdicción ordinaria y (iii) a las que se dicten para liquidar
una condena en concreto. Se establece además que en asuntos relativos al estado
civil serán susceptibles del recurso (iv) las sentencias sobre impugnación o
reclamación de estado y la declaración de uniones maritales. Igualmente prevé
que la cuantía para recurrir en casación cuando las pretensiones sean
esencialmente económicas y la resolución desfavorable al recurrente debe ser
superior a mil salarios mínimos legales mensuales vigentes (1000 smlmv). Sin
embargo dicha cuantía no será tenida en cuenta en el caso de sentencias
correspondientes a las acciones populares, a las acciones de grupo y a aquéllas
que versan sobre el estado civil.

Con notables diferencias, la regulación precedente establecía que el recurso de


casación procedía contra las sentencias dictadas en segunda instancia por los
tribunales superiores, cuando el valor actual de la resolución desfavorable al
recurrente fuera o excediera de cuatrocientos veinticinco salarios mínimos
legales mensuales vigentes (425 smlmv) y tuviera por objeto la impugnación de
sentencias (i) dictadas en procesos verbales de mayor cuantía o que asuman ese
carácter –con excepción de los relacionados en los artículos 415 a 427 del
anterior Código de Procedimiento Civil-, (ii) que aprobaran la partición en los
procesos divisorios de los bienes comunes, de sucesión y de liquidación de
cualesquiera sociedades civiles o comerciales y de sociedades conyugales, (iii)
dictadas en procesos sobre nulidad de sociedades civiles o comerciales, (iv)
dictadas en procesos ordinarios17 que versen sobre el estado civil y (v) que se
profirieran en única instancia en procesos sobre responsabilidad civil de los
jueces que trata el artículo. Como se verá en la penúltima sección de esta
providencia, la variación en esta materia supone la ampliación temática
significativa de los asuntos que podrán ser conocidos por la Corte.

13.4. Las causales que hacen posible la presentación del recurso son, en buena
medida, coincidentes. En el régimen actual se prevé que son ellas (i) la violación
directa de una norma jurídica sustancial; (ii) la violación indirecta de la ley
sustancial, como consecuencia de error de derecho derivado del
desconocimiento de una norma probatoria, o por error de hecho manifiesto y
trascendente en la apreciación de la demanda, de su contestación, o de una
determinada prueba; (iii) no estar la sentencia en consonancia con los hechos,
con las pretensiones de la demanda, o con las excepciones propuestas por el
demandado o que el juez ha debido reconocer de oficio, (iv) contener la
sentencia decisiones que hagan más gravosa la situación del apelante único y (v)
haberse dictado sentencia en un juicio viciado de algunas de las causales de
nulidad consagradas en la ley, a menos que tales vicios hubieren sido saneados.
El siguiente cuadro permite identificar las diferencias.

CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO CÓDIGO GENERAL DEL


CIVIL PROCESO
(DECRETO 1400 DE 1970) (LEY 1564 DE 2012)

17
El artículo 42 de la ley 1395 dispuso lo siguiente: “Las referencias al proceso ordinario y al proceso abreviado,
contenidas en el Código de Procedimiento Civil, deberán entenderse hechas al proceso verbal”.
21
1. Ser la sentencia violatoria 1. La violación directa de una
de una norma de derecho norma jurídica sustancial.
sustancial.

La violación de norma de
derecho sustancial, puede
ocurrir también como
consecuencia de error de
derecho por violación de una
norma probatoria, o por error
de hecho manifiesto en la
apreciación de la demanda, de
su contestación o de
determinada prueba.

2. No estar la sentencia en 2. La violación indirecta de la


consonancia con los hechos, ley sustancial, como
con las pretensiones de la consecuencia de error de
demanda, o con las derecho derivado del
excepciones propuestas por el desconocimiento de una norma
demandado o que el juez ha probatoria, o por error de hecho
debido reconocer de oficio. manifiesto y trascendente en la
apreciación de la demanda, de
su contestación, o de una
CAUSALES determinada prueba.
3. Contener la sentencia en su
parte resolutiva declaraciones 3. No estar la sentencia en
o disposiciones consonancia con los hechos, con
contradictorias. las pretensiones de la demanda,
o con las excepciones
propuestas por el demandado o
que el juez ha debido reconocer
de oficio.
4. Contener la sentencia
decisiones que hagan más 4. Contener la sentencia
gravosa la situación de la parte decisiones que hagan más
que apeló o la de aquélla para gravosa la situación del apelante
cuya protección se surtió la único.
consulta siempre que la otra no
haya apelado ni adherido a la
apelación, salvo lo dispuesto
en el inciso final del
artículo 357.

5. Haberse incurrido en alguna


de las causales de nulidad 5. Haberse dictado sentencia en
consagradas en el artículo 140, un juicio viciado de algunas de
siempre que no se hubiere las causales de nulidad
saneado. consagradas en la ley, a menos
22
que tales vicios hubieren sido
saneados.

13.5. No obstante la notable similitud de las causales, el Código General del


Proceso prevé que aunque la Corte Suprema no podrá tener en cuenta otras de
las expresamente alegadas por el demandante, sí se encuentra autorizada para
casar la sentencia, aún de oficio, en aquellos casos en los cuales sea ostensible
que la misma compromete gravemente el orden o el patrimonio público, o atenta
contra los derechos y garantías constitucionales.

F. EL SIGNIFICADO CONSTITUCIONAL DEL RECURSO


EXTRAORDINARIO DE CASACIÓN

14. La jurisprudencia se ha pronunciado en diferentes oportunidades respecto


del significado constitucional del recurso de casación. La aproximación de este
Tribunal ha supuesto que si bien la Carta Política sólo hace mención de tal
instituto en el artículo 235.1 -al indicar que le corresponde a la Corte Suprema
actuar como tribunal de casación-, su reconocimiento en el Texto Superior
comporta la obligación de interpretar esta figura a partir de una perspectiva que
tome en consideración las diferentes normas de la Carta. Dicho de otra forma, la
competencia de la Corte Suprema de Justicia para actuar como tribunal de
casación, no es aséptica al influjo de la Constitución.

En esa dirección, ha establecido este Tribunal que -conforme a lo dispuesto en el


citado artículo 235.1- “no sólo puede considerarse que está permitida la
existencia de la casación, dentro de una competencia legislativa general; sino
que se encuentra ordenada de manera directa y clara en la Carta”18. A su vez,
advirtiendo el significado que tiene la atribución de esa función a la Corte,
señaló que “[l]a relación originada en el propio texto de la Carta entre la
Honorable Corte Suprema de Justicia y la casación, convierte a aquella en una
institución encargada de una función pública del mayor rango, al disponer, de
manera implícita, que a través del recurso, se pongan correctivos a la
diversidad de las interpretaciones del derecho por los distintos jueces de la
República, y a las transgresiones en que éstos puedan incurrir contra la
legislación”19. Según la Corte, esa competencia es además expresión del carácter
unitario del Estado reconocido en el artículo 1º de la Carta, de manera que “[s]e
define así, ese máximo tribunal, con una especialísima función político-jurídica
que, además de amparo de la legalidad, traduce, el sapiente y bien probado
mecanismo judicial, como medio para construir la certeza jurídica en el plano
de las decisiones judiciales”20.

18
Sentencia C-215 de 1994.
19
Sentencia C-215 de 1994.
20
Sentencia C-215 de 1994.
23
15. A pesar de la reducida densidad de la regulación constitucional de la
casación “el legislador no tiene plena libertad para organizar el alcance de este
recurso”21. Según sostuvo este Tribunal “[l]a casación no es un concepto vacío
sino que tiene un contenido esencial, que goza de protección constitucional, por
lo cual el legislador no puede regular de cualquier manera las funciones de la
Corte Suprema como tribunal de casación”22.

Con apoyo en esa premisa, ha indicado también que además de los fines que
tradicionalmente le han sido adscritos a la casación, esto es, la unificación de la
jurisprudencia, la realización del derecho objetivo y la reparación de los
agravios, también se le anuda como tarea “en el Estado Social de Derecho, velar
por la realización del ordenamiento constitucional –no solamente legal- y, en
consecuencia, por la realización de los derechos fundamentales de los
asociados”23. En efecto “la casación, como medio de impugnación
extraordinario, es una institución jurídica destinada también a hacer efectivo el
derecho material, particularmente la Constitución, así como las garantías
fundamentales de las personas que intervienen en un proceso”24. Es por ello que
la jurisprudencia constitucional interpretando la función de control de legalidad
que se adscribe al recurso de casación ha sostenido que “debe concebirse en una
dimensión amplia, de modo que involucre la integración de preceptos de orden
Superior y, por lo tanto, la protección de los derechos constitucionales que de él
se derivan”25. Igualmente, ha advertido que “el propósito de realización del
derecho material también debe ser interpretado en una dimensión amplia, de
manera que comprende no sólo la protección de los derechos constitucionales
fundamentales, sino todos los derechos y principios reconocidos en el
ordenamiento jurídico”26.

16. En suma, más allá de su regulación legislativa, una perspectiva


constitucional de la casación en general, y de la civil en particular, le impone,
sin perjuicio de decisiones complementarias del legislador, múltiples funciones:
de unificación de la jurisprudencia, de protección del principio de legalidad, de
reparación de perjuicios y de constitucionalización del ordenamiento jurídico,
asegurando la eficacia de los derechos constitucionales en las relaciones entre
particulares. En reciente providencia se indicó “que en el Estado Social de
Derecho, el recurso extraordinario de casación, no es sólo un mecanismo
procesal de control de validez de las providencias judiciales, sino que se
constituye en un elemento esencial en la aplicación igualitaria de la ley, en la
defensa de la legalidad y en la garantía de la vigencia de la Constitución,
incluidos los derechos fundamentales”27.

G. CONTROL CONSTITUCIONAL DE LA REGULACIÓN QUE


DESARROLLA EL RECURSO DE CASACIÓN

21
Sentencia C-1065 de 2000.
22
Sentencia C-1065 de 2000.
23
Sentencia C-372 de 2011.
24
Sentencia C-372 de 2011.
25
Sentencia C-713 de 2008.
26
Sentencia C-713 de 2008.
27
Sentencia C-372 de 2011.
24
17. El juzgamiento de los diferentes regímenes procesales debe tomar en
consideración, tal y como lo demuestra la práctica decisional de este Tribunal,
que su adopción (i) constituye una expresión de la competencia del Congreso de
la Republica para expedir códigos en todos los ramos de la legislación (150.2),
(ii) concreta la obligación constitucional de establecer las competencias de las
diferentes autoridades judiciales (arts. 6 y 116), (iii) complementa el ejercicio de
la atribución del legislador estatutario para regular la administración de justicia
y (iv) desarrolla varias de las dimensiones de los derechos al debido proceso, a
la tutela judicial efectiva y al derecho de acceso a la administración de justicia.

18. La concurrencia de estas variadas dimensiones impide definir de manera


general y para todos los casos, el alcance de la potestad de configuración del
legislador, el correlativo margen de acción que a tal potestad se vincula y, en esa
medida, la intensidad del control constitucional. Sin embargo, la consideración
anterior permite señalar, por vía de ejemplo, que no puede ser equivalente el
juzgamiento de una disposición procesal que regula el trámite de solicitud de
libertad de una persona sometida a un proceso penal, que el examen de una
disposición referida a los requisitos formales que debe cumplir una persona a
efectos de solicitar a la jurisdicción civil la admisión de una demanda. Como
ocurre en general en todos los casos de control de constitucionalidad de la ley,
es indispensable identificar la materia objeto de regulación, el tipo de
competencias constitucionales al amparo de las cuales es expedida, los efectos
de las normas juzgadas en contenidos constitucionales de especial importancia y
la densidad de la regulación constitucional.

19. Con independencia de la conclusión a la que se arribe en cada caso respecto


de la intensidad del control, la jurisprudencia l ha mostrado una orientación
prima facie a favor de un juicio dúctil como forma de asegurar el principio
democrático, que subyace al reconocimiento de competencias precisas al
legislador en esta materia. En tal sentido, el precedente sobre el particular indica
que en atención (i) a que respecto de los medios de impugnación en el curso de
procesos judiciales “la Constitución señala simplemente directrices generales,
mas no fórmulas procesales acabadas que regulen su procedencia y los
requisitos para su interposición, trámite y decisión”28, (ii) a que con fundamento
en lo dispuesto en el numeral 2 del artículo 150 de la Constitución es de
competencia del Congreso “establecer los medios de impugnación ordinarios,
en desarrollo del principio de las dos instancias, y los extraordinarios”29 y (iii)
a que se trata de un recurso extraordinario, puede concluirse que se encuentra
habilitado para definir “qué recursos proceden contra las decisiones judiciales,
así como los requisitos necesarios para que los sujetos procesales puedan hacer
uso de ellos, las condiciones de admisibilidad o de rechazo y la manera en que
ellos deben ser decididos”30. De manera particular en lo relativo a la
casación “no ofrece duda que su regulación en lo que concierne con:
procedencia del recurso, en razón de la cuantía del interés para recurrir, de la
naturaleza de las sentencias que pueden ser objeto de éste; las formas y los
términos para su interposición, su sustentación y condiciones de admisibilidad,

28
Sentencia C-596 de 2000.
29
Sentencia C-596 de 2000.
30
Sentencia C-596 de 2000.
25
los trámites del recurso y el contenido de la decisión, son cuestiones que
compete regular al legislador autónomamente, aunque respetando los límites
antes señalados”31.

20. En varias oportunidades la Corte ha juzgado disposiciones que regulan


respecto del recurso de casación la competencia para conocerlo, las condiciones
de su procedencia y el trámite que debe seguirse con ocasión de su interposición.
Un examen de algunas de las providencias relevantes relacionadas directamente
con la cuantía del interés para recurrir en casación, permite concluir que este
Tribunal ha desplegado un control de constitucionalidad de intensidad variable.

20.1. En la sentencia C-596 de 2000 la Corte juzgó (i) los artículos 86 y 92 del
Código Procesal del Trabajo en los que se establecían reglas en materia de
cuantía para la interposición del recurso de casación en materia laboral,
prescribiendo que sería procedente en los negocios cuya cuantía excediera de
cien (100) veces el salario mínimo mensual más alto vigente; (ii) el artículo 221
del Código de Procedimiento Penal conforme al cual cuando el recurso de
casación tuviera por objeto únicamente lo referente a la indemnización de
perjuicios decretados en la sentencia condenatoria, debía tomarse en
consideración las causales y la cuantía para recurrir establecidas en las normas
que regulan la casación civil y, (iii) algunas expresiones del artículo 366 del
Código de Procedimiento Civil y, en particular, la que establecía que en materia
de casación civil dicho recurso procedería cuando el valor actual de la
resolución desfavorable al recurrente fuera o excediera de diez millones de
pesos.

Consideró la Corte que la definición de tal exigencia no se oponía a la Carta


dado que (i) “las normas que determinan cuales sentencias judiciales pueden
ser objeto del recurso de casación se presumen, en principio, ajustadas a la
Constitución, en razón del respeto del juicio valorativo que ha efectuado el
legislador, fundado en razones que consultan la realidad social donde han de
aplicarse”. A juicio de la Corte (ii) “las apreciaciones del legislador relativas a
la importancia y naturaleza del proceso, la magnitud de la pena impuesta en
razón del daño causado al bien jurídico tutelado, etc., en cuanto contribuyen a
la racionalización, eficiencia y eficacia de la administración de justicia, son
intangibles y no pueden ser desconocidas por el juez constitucional”.

Sostuvo además, analizando algunos de los cuestionamientos en contra de la


cuantía fijada para el recurso de casación laboral:

“En referencia particular a las restricciones impuestas en materia de


casación laboral sostuvo la Corte: “Según el actor las restricciones
impuestas al recurso de casación en cuanto a la cuantía del interés para
recurrir violan los derechos al trabajo, a la igualdad, y al acceso a la
administración de justicia. // Considera la Corte que no le asiste razón
al demandante, por las siguientes razones:

31
Sentencia C-596 de 2000.
26
(…) La protección del derecho al trabajo se logra esencialmente
durante las instancias procesales que ha diseñado para tal efecto el
legislador, donde los trabajadores pueden acudir en defensa de sus
derechos e intereses. En dichas instancias pueden hacer valer los
correspondientes recursos ordinarios. Igualmente, pueden hacer uso
del recurso de casación cuando para ello se reúnan los requisitos de
procedibilidad.

No necesariamente la protección de dicho derecho, en consecuencia,


se logra con la casación; ésta muchas veces se constituye en un
obstáculo para que el trabajador pueda en forma pronta y oportuna
satisfacer sus derechos. Por ejemplo, cuando el recurrente es el
empleador.

No se rompe el principio de igualdad, porque la cuantía para recurrir


opera para ambas partes dentro del proceso; es decir, cuando el
recurrente es el trabajador o el empleador.

La necesidad de establecer mecanismos procesales a favor del


trabajador, para facilitar la protección de sus derechos e intereses, con
el fin de equilibrar su desigualdad económica frente al empleador, no
necesariamente debe hacerse dentro del recurso de casación.

No se viola, por consiguiente, el acceso a la justicia, porque éste se


encuentra debidamente garantizado en las instancias ordinarias del
proceso; por lo tanto, bien puede restringirse, la posibilidad de acudir
a la casación, la cual, como se indicó anteriormente, es un recurso
excepcional, extraordinario y, por consiguiente, limitado”.

Con fundamento en esas consideraciones la Corte dispuso declarar la


exequibilidad de las normas demandadas al considerar que se encontraban
comprendidas por la competencia de regulación atribuida al legislador en esta
materia.

20.2. En la sentencia C-1046 de 2001 le correspondió establecer si desconocía el


principio de igualdad y el derecho de acceder a la administración de justicia la
regla contenida en el artículo 1º de la Ley 592 de 2000 conforme a la cual la
procedencia del recurso de casación civil exigía la demostración de que el valor
actual de la resolución desfavorable al recurrente fuera o excediera de
cuatrocientos veinticinco (425) salarios mínimos legales mensuales vigentes.

El punto de partida de la argumentación de la Corte consistió en señalar que la


razón de la decisión de la sentencia C-596 de 2000, resultaba aplicable a la
cuestión planteada dado que se discutía nuevamente si el legislador podía fijar
una determinada cuantía de la resolución desfavorable del recurrente como
condición de acceso. A pesar de ello, la Corte consideró que debía definir si esa
orientación, que conducía a la exequibilidad de la norma acusada, era
compatible con dos decisiones previas –las contenidas en las sentencias C-345
de 1993 y C-269 de 1998- que habían declarado inexequibles normas que
27
fijaban una cuantía como criterio de procedencia de determinados recursos
judiciales. Se detuvo entonces en este análisis.

a. La primera de tales decisiones, la C-345 de 1993, había declarado contraria a


la igualdad las reglas que en los artículos 131 y 132 del Decreto 01 de 1984
fijaban la competencia de los tribunales administrativos estableciendo que en los
procesos relativos a los actos de destitución, declaración de insubsistencia,
revocación de nombramiento o cualesquiera otros que implicaran el retiro del
servicio, eran de única instancia, si la asignación mensual del cargo no excedía
de ochenta mil pesos ($80.000.oo) y de doble instancia cuando la superara.
Refiriéndose a tal pronunciamiento, resumió la regla de la decisión indicando
“que ese mandato era discriminatorio, pues no podía la ley limitar el acceso a
la apelación en los procesos laborales administrativos basándose
exclusivamente en el monto de remuneración del trabajador”32.

Advirtió la Corte que dicho pronunciamiento no implicaba “que esa sentencia


hubiera concluido que la ley no podía tomar en cuenta la cuantía de las
pretensiones o de lo judicialmente debatido para fijar competencias o regular la
procedencia de los recursos”. De hecho, resaltó que la sentencia de 1993 había
advertido “que la ley podía regular competencias y el acceso a los recursos con
base en la cuantía de las pretensiones, pero que no podía fundarse en el nivel de
remuneración de los trabajadores” y en ese sentido allí “reconoció que la ley
podía limitar el acceso a la casación por razón de la cuantía de lo debatido”33.

b. La segunda de tales sentencias, la C-269 de 1998, declaró contraria a la


Constitución la norma contenida en el artículo 379 del Código de Procedimiento
Civil en la que se fijaba un límite de cuantía a efectos de acceder al recurso
extraordinario de revisión, indicando que no procedía respecto de los procesos
conocidos por los jueces en única instancia, algunos de los cuales correspondían
precisamente con la mínima cuantía. Al referirse a lo que en esa decisión se dijo,
la Corte sostuvo que “[l]a revisión no tiene entonces una finalidad sistémica,
como la casación, sino que busca evitar que existan sentencias injustas, y por
ello prevé que, dadas ciertas causales, pueda revisarse el proceso”. En esa
medida, la decisión contenida en la sentencia C-269 de 1998 encontraba
fundamento en el hecho de que las causales de revisión podrían “(…)
configurarse en cualquier clase de proceso, independientemente de su cuantía o

32
La sentencia C-345 de 1993 explicó: “Y en general, del hecho de que el Legislador se limite a describir una
situación objetiva que existe y que él no inventó, no se sigue ciertamente que tal descripción sea inconstitucional.
Lo que es contrario a la Carta es deducir consecuencias jurídicas de los bajos niveles de ingreso para efectos de
sancionarlos con la privación de ciertas garantías procesales. En otras palabras, es claramente contrario a la
Constitución premiar los altos ingresos mediante la concesión de beneficios procesales. Por esta vía la elitización
de la administración de justicia es evidente”.
33
Citó la Corte el siguiente aparte de la sentencia C-345 de 1993: ““No hay duda que la distribución del trabajo
al interior del aparato judicial requiere de la adopción de criterios que, tanto horizontal como verticalmente,
aseguren el cumplimiento de la noble función que la Carta le asigna. Ciertamente, la racionalización en la
administración de justicia obliga a la adopción de técnicas que aseguren prontitud y eficiencia y no solo justicia
en su dispensación. Para ello es razonable introducir el factor cuantía como elemento determinante de la
competencia, pero la cuantía referida a un quantum objetivo que no se fundamente en los ingresos subjetivos de
una persona sino el monto global de la pretensión, como bien lo hace el Decreto N° 719 de 1989, artículo 1°, que
dice que serán susceptibles del recurso de casación los negocios cuya cuantía exceda de 100 veces el salario
mínimo mensual. Pero del factor cuantía no se sigue pues una autorización genérica para violar otras
disposiciones constitucionales, particularmente las más caras -los derechos y sus garantías” (Las subrayas
corresponden a las incluidas por la sentencia C-1046 al apoyarse en ese párrafo de la sentencia).
28
trámite (…), por lo cual es injusto e inequitativo que se (…) excluya a
determinadas sentencias de ser revisadas mediante este recurso extraordinario,
a pesar de haberse configurado una de las causales analizadas (…)”.

c. Establecidas las diferencias existentes entre el problema jurídico juzgado en la


sentencia C-1046 de 2001 y los resueltos en las referidas sentencias, concluyó
este Tribunal que tal examen resultaba suficiente “para mostrar que, lejos de
existir incompatibilidad, las doctrinas establecidas en las sentencias C-345 de
1993 y C-269 de 1998 refuerzan las conclusiones de la sentencia C-596 de
2000”. En ese sentido “[n]o existe entonces ninguna razón para que la Corte se
aparte de ese precedente, por lo cual, con base en los criterios desarrollados en
esa providencia, esta Corporación declarará la exequibilidad de los apartes
acusados del artículo 1º de la ley 592 de 2000”.

20.3. La sentencia C-372 de 2011 concluyó que era contrario a la Carta el


artículo 48 de la Ley 1395 de 2010 que modificaba, a su vez, el artículo 86 del
Código Procesal del Trabajo y disponía que sólo serían susceptibles del recurso
de casación los procesos cuya cuantía exceda de doscientos veinte (220) veces
el salario mínimo legal mensual vigente.

La conclusión de la Corte se apoyó en un razonamiento de varios niveles.


Inicialmente señaló que la cuestión de constitucionalidad planteada era diferente
a la abordada en la sentencia C-596 de 2000, dado que mientras en dicha
sentencia “se limitó a examinar si el Congreso tenía competencia para
aumentar la cuantía del recurso y si, en términos formales, la norma censurada
vulneraba el principio de igualdad”, ahora se planteaban nuevas acusaciones en
un contexto normativo diverso. Según la Corte se trataba, por un lado, de una
disposición que establecía un incremento del 83% en la cuantía luego de otras
reformas sucesivas en ese mismo sentido y, por el otro, que la impugnación
señalaba que la norma desconocía el principio de proporcionalidad y la
prohibición de regresividad.

La Corte afirmó que procedía aplicar un juicio intermedio de proporcionalidad.


A pesar de que el Constituyente confirió al legislador una amplia potestad de
configuración en materia de regulación de procedimientos y dicha competencia
también había sido reconocida por la jurisprudencia constitucional -
específicamente en el establecimiento de cuantías-, lo que podría sugerir la
aplicación de un juicio débil, consideró que la intensidad debía incrementarse.
En efecto, en el caso analizado se encontraban en juego los derechos a la
igualdad, a acceder a la administración de justicia, al trabajo, a la seguridad
social así como las demás garantías consagradas en el artículo 53 Superior.
Seguidamente, consideró que a pesar de que el fin de la medida era importante
en tanto tenía por objeto la descongestión de la justicia laboral, no resultaba
efectivamente conducente en tanto solo contribuía a descongestionar a la Sala
Laboral de la Corte Suprema de Justicia. En adición a ello sostuvo que existían
otras medidas para enfrentar las fallas estructurales que daban lugar a la
congestión laboral. Finalmente concluyó que la medida no era proporcionada en
sentido estricto en tanto la cuantía establecida (a) difícilmente seria alcanzada
por los trabajadores cuya protección exige la Carta, (b) constituía un incremento
29
drástico, (c) impedía que controversias de notable importancia de cara a los fines
de la casación no pudieran ser conocidos por la Corte, (d) era muy alta si se
comparaba con la establecida como condición para que el Consejo de Estado
conociera de tales asuntos -cien (100) smmlv-, (e) no podía ser un instrumento
para reducir la carga de trabajo de la Sala Laboral de la Corte y (f) afectaba el
cumplimiento de las funciones que como órgano de cierre le habían sido
asignadas.

En adición a ello, la Corte sometió a un examen de progresividad la regla


demandada indicando que a dicho control se encontraban sujetas las medidas
que implicaran un retroceso en las dimensiones prestacionales de los derechos
civiles y políticos. Sostuvo que “el acceso a los mecanismos de protección
judicial, como una obligación que se desprende de cualquier derecho
fundamental, debe ampliarse de manera progresiva en condiciones de gratuidad
e igualdad, y no puede ser objeto de medidas regresivas, salvo cuando se
cumplan los requisitos para aceptar la regresión que han sido fijados por la
jurisprudencia de esta Corporación”. Señaló que en los últimos veinte años se
había producido un incremento del 340% en la cuantía de la casación, sin
considerar que la mayoría de los trabajadores no recibían más de dos salarios
mínimos, lo que se traducía en que “un importante número de fallos de instancia
ya no pueden ser objeto de control por la Sala Laboral de la Corte Suprema de
Justicia”.

Se trataba entonces de “un paso hacia atrás que impide a la Sala Laboral de la
Corte Suprema cumplir su rol de control de validez, unificación de
jurisprudencia y protección de garantías laborales en un número muy
significativo de casos que en el pasado sí podían llegar a su conocimiento”.
Dijo la Corte, finalmente, que la medida no encontraba una justificación
suficiente para la realización de los derechos fundamentales y no se habían
considerado otras alternativas. Advirtió que la decisión no suponía que el
legislador careciera de la competencia para introducir modificaciones “en la
determinación de la cuantía para acceder a un recurso, sino que al hacerlo
debe justificar la necesidad de la medida y tener en consideración la naturaleza
del recurso que pretende regular y que la finalidad de la reforma esté dirigida a
la protección de otros derechos fundamentales”. De esta manera terminó
indicando “que al juez constitucional no le corresponde determinar qué cuantía
sí es proporcionada, sino analizar las justificaciones dadas en cada caso por el
Congreso y los demás órganos que participan en la elaboración de las leyes,
para determinar si en el caso concreto se ajustan a la Carta”.

21. En síntesis, es posible extraer las siguientes conclusiones del análisis


precedente. En primer lugar (i) el Congreso es titular de una extendida
habilitación para configurar los diferentes regímenes procesales en atención al
reconocimiento que hace la Carta de su competencia para expedir códigos y para
disciplinar el ejercicio de la actuación de las autoridades judiciales. No obstante
la amplitud de dicha competencia (ii) la legislación procesal se encuentra
sometida a varios límites que se explican en el hecho de que su contenido
impacta dimensiones o facetas significativas del derecho de acceder a la
administración de justicia, a la tutela judicial efectiva y del debido proceso. Ello
30
indica (iii) que a pesar de la amplia libertad de configuración y el correlativo
carácter flexible del control de constitucionalidad, la intensidad del mismo se
acentúa en aquellos casos en los cuales la Constitución ha regulado de manera
detallada una institución procesal o cuando de la regulación que se adopte
dependa la efectividad de derechos reconocidos en la Carta o de los propósitos
que se le adscriben.

Igualmente, (iv) puesto que el recurso de casación es un medio extraordinario de


impugnación, que no da lugar a una nueva instancia y que carece de una
regulación constitucional detallada en tanto la Carta se limita a mencionarlo, la
legislación que le da forma se encuentra sujeta, en principio, a un control
constitucional ampliamente deferente de la libertad del Congreso y que le
permite establecer las finalidades del recurso, identificar el tipo de actos
jurisdiccionales contra los que procede, establecer las causales que pueden
invocarse así como regular el procedimiento que se sigue para su interposición,
trámite y decisión. Sin embargo, (v) las reglas legales que rigen la casación no
pueden anular la triple función de unificación de la jurisprudencia, de protección
del principio de legalidad y de constitucionalización del ordenamiento jurídico.
No es posible tampoco (vi) que con esa regulación se establezcan tratos
discriminatorios, se impongan limitaciones desproporcionadas al derecho de
acceder a la administración de justicia o, como lo ha establecido de manera
reciente la jurisprudencia, se adopten medidas que retrocedan injustificadamente
en la protección del derecho.

H. ANALISIS CONSTITUCIONAL DE LAS EXPRESIONES


ACUSADAS

22. Con apoyo en las consideraciones previas, la Corte analizará cada uno de los
cargos planteados por los demandantes. Con ese propósito, se seguirán los
siguientes pasos. En primer lugar, es necesario detenerse en algunas de las
modificaciones más significativas del recurso extraordinario de casación civil,
con el objeto de comprender adecuadamente el contexto normativo en el que se
inserta la regla de cuantía fijada en el artículo 338 del Código General del
Proceso (subsección a). Seguidamente analizará el cargo por violación del
principio de igualdad material -art. 13- (subsección b) y, a continuación,
establecerá si la regla acusada desconoce la obligación constitucional de prever
mecanismos de protección de los derechos y el derecho de acceso a la
administración de justicia -arts. 89 y 229- (subsección c). Finalmente, la Corte
determinará si la restricción que se desprende de la fijación de la cuantía vulnera
el artículo 235 de la Constitución que instituye a la Corte Suprema de Justicia
como tribunal de Casación (subsección d).

a) El régimen general del recurso de casación establecido en la Ley 1564


de 2012 prevé un incremento a la cuantía general del interés para
recurrir. Sin embargo, la nueva regulación (i) amplía el grupo de
sentencias de segunda instancia que pueden ser recurridas en
casación, (ii) establece supuestos adicionales en los cuales la exigencia
de cuantía no resulta exigible y (iii) habilita a la Corte Suprema para
casar de oficio algunas sentencias.
31
23. Las sentencias que de acuerdo con el artículo 334 del Código General del
Proceso pueden ser impugnadas a través del recurso extraordinario de casación
son, en una proporción significativa, superiores a las que se encontraban
previstas en el régimen procedimental anterior, tal y como fue modificado por la
Ley 1395 de 2010. Sobre el particular la Corte hizo referencia general a ello en
el fundamento jurídico No. 13.3 de esta providencia señalando las diferencias
relativas a la amplitud temática del recurso. Tal aumento de las materias, que fue
destacada en el Informe Ponencia presentado ante el Senado de la República
para dar curso al tercer debate -indicando que con la reforma “se fortalece el rol
de la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia”34, dado que una de las
modificaciones consiste en ampliar “la procedencia del recurso extraordinario
de casación respecto de todos los procesos declarativos”35- se refleja en el
siguiente cuadro:

LEY 1395 DE 2010 CÓDIGO GENERAL DEL


PROCESO
(LEY 1564 DE 2012)
A. Las dictadas en A. Las sentencias dictadas en
procesos verbales de toda clase de procesos
mayor cuantía o que declarativos (num. 1 art.
asuman ese carácter, 334 C.G.P.).
salvo los relacionados
en el artículo 427 y en
los artículos 415 a 426
(art. 366 del CPC,
modificado por el
artículo 18 de la Ley
SENTENCIAS 1395 de 2010)
CONTRA LAS
QUE B. Las sentencias que B. Las sentencias dictadas en
PROCEDE EL aprueban la partición en las acciones de grupo y
RECURSO los procesos divisorios cuya competencia
de los bienes comunes, corresponda a la
de sucesión y de jurisdicción ordinaria
liquidación de (num. 2 art. 334 C.G.P.).
cualesquiera sociedades Igualmente las acciones
civiles o comerciales y populares36.
de sociedades
conyugales (num. 2 art.
366 C.P.C.).

C. Las sentencias dictadas

34
Gaceta del Congreso 114 de 2012.
35
Gaceta del Congreso 114 de 2012.
36
Se incluyen las sentencias dictadas en el curso de las acciones populares dado que se trata de uno de los
supuestos que considerando la suspensión provisional de los efectos del artículo 6 del Decreto 1736 de 2012, se
encuentran excluidos de la cuantía del interés para recurrir según lo dispone el artículo 338 del Código General
del Proceso.
32
en procesos sobre C. Las sentencias dictadas
nulidad de sociedades para liquidar una condena
civiles o comerciales en concreto (num. 3. art.
(num. 3 art. 366 334 C.G.P.).
C.P.C.).

D. Las sentencias de
segundo grado dictadas
por los tribunales D. Las sentencias de asuntos
superiores en procesos relativos al estado civil
ordinarios que versen únicamente cuando se
sobre el estado civil trate sobre impugnación o
(num. 4 art. 366 C.P.C.) reclamación de estado y la
declaración de uniones
E. Las sentencias que maritales de hecho (par.
profieran en única Art. 334 C.G.P.).
instancia en procesos
sobre responsabilidad
civil de los jueces.

24. El primer inciso del artículo 338 del que hace parte la expresión demandada
tiene, a juicio de la Corte, tres contenidos normativos importantes. Dos de ellos
se desprenden directamente de su texto, al paso que el tercero se sigue de una
interpretación sistemática que se apoya en las finalidades vinculadas al cambio
legislativo en materia de casación y en una interpretación sistemática de la
disposición.

24.1. El primer contenido (i) prescribe que en los casos en los cuales las
pretensiones sean esencialmente económicas el recurso procede si el valor actual
de la resolución desfavorable al recurrente supera mil salarios mínimos legales
mensuales vigentes. El segundo (ii) establece un grupo de decisiones respecto de
las cuales, bajo ninguna circunstancia, se requiere valorar la cuantía de la
resolución desfavorable del recurrente. Se trata de las sentencias dictadas en el
curso de acciones de grupo, acciones populares y las relativas al estado civil.

24.2. A juicio de la Corte, un tercer contenido (iii) dispone que en los casos de
pretensiones no esencialmente económicas debe prescindirse de cualquier
valoración de la cuantía. La Corte debe detenerse en la fundamentación de este
último contenido puesto que en su contra podrían formularse algunas
objeciones. En efecto, una primera aproximación podría sugerir que la expresión
“cuando las pretensiones sean esencialmente económicas” tiene por fin
establecer que en aquellos casos no excluidos expresamente del requisito de la
cuantía, según el mismo inciso, deberá siempre requerirse que lo pretendido en
casación exceda de mil salarios mínimos. De esta manera el significado de esa
frase se definiría por aquello expresamente excluido de tal exigencia a saber:
sentencias dictadas en el curso de acciones de grupo, acciones populares y las
relativas al estado civil

33
En contra de esta interpretación restringida militan varias razones. La primera de
ellas indica que el examen integral de la nueva regulación en materia de
casación, evidencia que su propósito, en general, consistió en ampliar desde el
punto de vista temático las materias respecto de las cuales la Corte Suprema,
como tribunal de casación, puede pronunciarse. Esta premisa debe incidir en la
interpretación del inciso del que hace parte la disposición demandada, de manera
tal que se logre la armonización del amplio margen de configuración del que
dispone el legislador y las funciones constitucionales que se adscriben al recurso
extraordinario de casación.

La segunda razón indica que si el propósito de la disposición hubiera consistido


en excluir del requerimiento de la cuantía únicamente a las sentencias adoptadas
en acciones de grupo, populares y las relativas al estado civil no habría existido
necesidad alguna de integrar al primer enunciado la expresión “cuando las
pretensiones sean esencialmente económicas”37. Adicionalmente, dicha
comprensión le negaría todo efecto útil a tal expresión, desconociendo que en la
regulación preexistente al Código General del Proceso ella no se encontraba, tal
y como se sigue de la lectura del artículo 366 del Código de Procedimiento
Civil. El principio del efecto útil, fundado en los principios democrático y de
conservación del derecho, “exige que entre dos sentidos posibles de un precepto,

37
En apoyo de esta tesis se encuentra la argumentación seguida por la Corte Suprema de Justicia (AC011-2017.
12 de enero de 2017. Mag. Luis Alonso Rico Puerta) al resolver un recurso de queja interpuesto en contra de la
decisión de la Sala Civil Familia del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Pereira que había negado la
concesión del recurso extraordinario de casación interpuesto por una de las partes. La decisión respecto de la
cual se había formulado el recurso de casación correspondía a la sentencia adoptada por dicho tribunal en la que
declaraba probada una excepción frente a la pretensión de declaración de pertenencia formulada por el
recurrente. La razón para negar la concesión del recurso consistía en que no se alcanzaba la cuantía establecida.
El recurso de queja formulado, según lo recordó la Corte Suprema, “encuentra fundamentación en las
consideraciones del censor según las cuales, a la casación que invocó frente a la sentencia de segunda
instancia, le son aplicables las disposiciones del Código de Procedimiento Civil, escenario normativo en el que
aduce: «se atendía era la naturaleza del asunto y no su cuantía», agregando que la pretensión «declaratoria de
prescripción adquisitiva de dominio» escapa de las calificadas como esencialmente económicas”. Luego de ello
la Corte sostuvo que no era posible aceptar tal argumentación: “La reseñada argumentación no es de recibo y
por ende corresponde avalar el criterio del Tribunal, en tanto: (i) el recurso extraordinario que aquí interesa
está regido por las pautas del Código General del Proceso; (ii) es incorrecto sostener que en el régimen
anterior la procedencia de la casación sólo estaba determinada por la naturaleza del asunto y; (iii) la
aspiración de pertenencia por usucapión es nítidamente patrimonial”. Y más adelante, al referirse a la tercera
de tales razones y haciendo un énfasis especial en su naturaleza esencialmente económica indicó: “En lo que
respecta al principal cargo edificado para sustentar la queja, consistente en el afirmado carácter
extrapatrimonial de la pretensión declarativa de pertenencia por prescripción adquisitiva de dominio,
corresponde resaltar que el mismo resulta contraevidente si se considera que la aspiración que dio lugar a esta
actuación tiene la vocación esencial y directa de incrementar el patrimonio del demandante, al tiempo que
supone el correlativo detrimento de los activos de la parte demandada. (…) En ese sentido, el derecho
discutido atañe esencialmente al aspecto económico, resultando apenas relativas, accesorias o accidentales y
en todo caso, desprovistas de relevancia jurídica, las repercusiones de índole moral, siendo pacífico que la
materia analizada tampoco concierne a prerrogativas personalísimas y/o vinculadas a la institución de la
familia. // Nótese que el objeto de la usucapión no es otro que obtener la regularización o el ascenso de la
posesión hacia el dominio, que valga precisar, es el más importante de los derechos reales, no solo a partir de
la perspectiva jurídica, sino desde la óptica económica, en tanto líder del tráfico negocial, máxime cuando se
trata de inmuebles, tradicionalmente catalogados como los de mayor importancia y esmero regulatorio. (…) // A
tono con lo decantado, la Sala de forma invariable, tanto en el régimen procesal actual como en el anterior, ha
requerido la cuantificación de la resolución desfavorable cuando se trata de pretensiones relacionadas con la
prescripción adquisitiva de dominio, estableciendo regla constante conforme a la cual «el monto del interés para
recurrir en casación está representado únicamente por el valor del inmueble materia de la acción de pertenencia»
(AC de 4 may. 2012, rad. 2012-00301, reiterado en AC 2014-2014, AC3910-2015, AC6307-2016 y AC7084-
2016). (…)” (Subrayas y negrillas no hacen parte del texto original).
34
uno de los cuales produce consecuencias jurídicas y el otro no, debe preferirse
necesariamente el primero”38. Es ello lo que se impone en este caso.

No le corresponde a la Corte establecer en esta oportunidad el significado


preciso y definitivo de la expresión “cuando las pretensiones sean
esencialmente económicas” del primer inciso del artículo 338 del Código
General del Proceso. Sin embargo, lo que sí resulta claro y se integra al análisis
que en esta oportunidad se efectúa, es que aquellas pretensiones que no sean
fundamentalmente económicas, tal y como ocurre por ejemplo con las que
tienen por objeto la declaración de responsabilidad civil pero que no traen
aparejada una pretensión patrimonial sino una solicitud de reparación simbólica,
artística o de no repetición39 -conforme a las novedosas tendencias del régimen
de responsabilidad que se ha venido abriendo paso- no se encontrarán sometidas
a la exigencia de demostración de la cuantía para recurrir.

La conclusión tiene sustento en una razón adicional. En efecto, si dentro de las


funciones de la casación se encuentra la de unificar la jurisprudencia dando
respuesta a los nuevos problemas que plantean las relaciones entre los
particulares y de forma especial la protección de los derechos fundamentales de
las personas -elemento fundante del derecho privado en tanto se asienta en el
reconocimiento de la persona humana como titular de derechos y deberes-,
señalar que eventos como los descritos puedan ser objeto de análisis de la Corte
Suprema de Justicia en sede de casación encuentra plena justificación. Es en esa
dirección precisamente que debe entenderse la decisión inequívoca de habilitar a
la Corte Suprema de Justicia para que, con independencia de la cuantía, se
pronuncie sobre las sentencias dictadas en las acciones de grupo y en las
acciones populares.

24.3. Otra de las modificaciones que ha sido destacada como sustancial en el


nuevo régimen de la casación, es la relativa a la posibilidad de quebrar una
sentencia, aun de oficio, en aquellos casos en los cuales resulte ostensible que la
decisión impugnada compromete gravemente el orden público, el patrimonio
público o constituye un atentado contra los derechos y garantías reconocidos en
la Constitución. Según el inciso final del artículo 336 del Código General del
Proceso, esta facultad constituye un evento exceptivo a la prohibición de que la
Corte considere causales de casación diferentes de las expresamente alegadas
por el recurrente.

Se trata de un instrumento de significativa relevancia que además de limitar la


naturaleza marcadamente dispositiva que ha caracterizado el recurso de casación
-con impactos negativos importantes en la prevalencia del derecho sustancial-,

38
Sentencia C-1017 de 2012.
39
Este tipo de reparaciones pueden encontrarse comprendidas por el concepto de reparación integral reconocido
desde hace ya varios años en la ley 446 de 1998 al prescribir en su artículo 16: “Dentro de cualquier proceso que
se surta ante la Administración de Justicia, la valoración de daños irrogados a las personas y a las cosas, atenderá
los principios de reparación integral y equidad y observará los criterios técnicos actuariales”. Refiriéndose a las
nuevas formas de reparación no estrictamente patrimoniales puede consultarse J. C. Henao, “Las formas de
reparación en la responsabilidad del Estado: hacia su unificación sustancial en todas las acciones contra el
Estado”, Revista de Derecho Privado, Universidad Externado de Colombia, Nº 28, enero-junio de 2015, pp. 277-
366. DOI: 10.18601/01234366.n28.10
35
contribuye en plena armonía con los nuevos fines que lo inspiran, a promover el
influjo directo de contenidos constitucionales en la comprensión e interpretación
de los asuntos civiles, comerciales, agrarios y de familia. Tiene la Corte
Suprema de Justicia, por expresa disposición del legislador procesal, el deber de
transformar cualitativamente el significado del recurso. En el ámbito de sus
atribuciones, la Corte Suprema debe asegurar que las normas de la Constitución
adquieran real vigencia y efectividad en el derecho ordinario. Es a la luz de estas
consideraciones que ese Tribunal deberá interpretar esta nueva institución40. El
legislador ya ha dado un paso, el siguiente le corresponde a la Corte.

25. En síntesis, el juzgamiento de la expresión acusada debe tomar en


consideración el régimen integral del recurso de casación del que hace parte.
Ello implica que el análisis del incremento de la cuantía para definir el interés de
recurrir en casación debe tomar en cuenta (i) que fueron ampliados los fines de
la casación; (ii) que fue objeto se incrementaron las sentencias que pueden ser
impugnadas; (iii) que el requisito de la cuantía no es aplicable cuando se trate de
asuntos en los cuales las pretensiones no son esencialmente económicas o se
trate de sentencias relativas a acciones de grupo, acciones populares y de estado
civil; y (iv) que limitando el carácter dispositivo del recurso, se ha establecido la
posibilidad de que la Corte Suprema de Justicia, en hipótesis de extrema
importancia jurídica, disponga de oficio la casación de una sentencia.

a) La fijación de la cuantía de la resolución desfavorable al recurrente


en mil salarios mínimos legales mensuales vigentes como condición
del interés para recurrir no desconoce el principio de igualdad
material

26. De acuerdo con los demandantes la fijación de la cuantía del interés para
recurrir en casación en la suma de mil salarios mínimos legales mensuales
vigentes, supone una renuncia del legislador a la protección de los sujetos en
situación de especial debilidad, en tanto el criterio económico sólo lo hace
posible para personas cuyas controversias den lugar a una resolución
desfavorable de semejante valor. Se excluye entonces de la posibilidad de
acceder a este mecanismo de control judicial, fundándose para ello
exclusivamente en un criterio económico.

27. El artículo 13, según lo ha reconocido la Corte Constitucional en diferentes


oportunidades, se erige en la cláusula general de igualdad. En el segundo inciso
se establece la obligación del Estado de promover las condiciones para que la
igualdad sea real y efectiva y adoptar las medidas que se requieran en favor de
grupos discriminados o marginados. En estrecha relación con dicho mandato, se

40
Cabe advertir incluso que el representante del Instituto Colombiano del Derecho procesal que participo en el
curso de este trámite indicó: “Por lo demás tratándose de derechos constitucionales, el Código general del
Proceso brinda valiosas herramientas para su protección con presidencia (sic) de la cuantía. Así, en uso de la
casación oficiosa, la Corte Suprema de Justicia podría asumir oficiosamente competencia para la protección de
los derechos constitucionales, defender el patrimonio público y el orden público, y podría hacerlo sin
consideración a la cuantía. Desde luego que corresponderá a la Corte el desarrollo de la casación oficiosa,
para que la cuantía, ni la fijada en el código ni ninguna otra, inclusive menor sea impedimento para que el
recurso extraordinario de casación oficiosa sirva a la protección de los derechos constitucionales
fundamentales a la salvaguarda del orden público y del patrimonio público (…)” Folio 46 del expediente.
36
impone al Estado la obligación de proteger especialmente a aquellas personas
que por su condición económica, física o mental se encuentren en circunstancia
de debilidad manifiesta.

Este grupo de normas, conjuntamente con las cláusulas específicas de igualdad


material establecidas en otras disposiciones de la Carta, configuran el mandato
de erradicación de las injusticias presentes41. Dicho mandato, acogido por este
Tribunal en varios de sus pronunciamientos, es una manifestación específica de
la definición del Estado como social de derecho y su compromiso con la
protección y defensa de la dignidad humana. Sobre el significado de la norma
que establece esta forma de Estado, la jurisprudencia ha advertido “que a
diferencia del Estado de Derecho que atiende exclusivamente a un concepto
formal de igualdad y libertad, en el Estado Social de Derecho la igualdad
material es determinante como principio fundamental que guía las tareas del
Estado con el fin de corregir las desigualdades existentes, promover la inclusión
y la participación y garantizar a las personas o grupos en situación de
desventaja el goce efectivo de sus derechos fundamentales”42. Conforme a ello
“el Estado Social de Derecho busca realizar la justicia social y la dignidad
humana mediante la sujeción de las autoridades públicas a los principios,
derechos y deberes sociales de orden constitucional”43. La igualdad material,
que constituye el fundamento de la actuación estatal dirigida a remover aquellas
condiciones que impiden a las personas ejercer paritariamente su propia libertad,
ordena que las autoridades públicas en ejercicio de sus competencias y en la
medida de las posibilidades fácticas y jurídicas, adopten medidas que aseguren
la protección de los sujetos que por diversas razones han sido marginados o
discriminados.

28. La Corte constata que, en efecto, el incremento de la cuantía del interés para
recurrir en casación establecido en el Código General del Proceso resulta
significativo. Sin embargo, tal circunstancia no constituye -en sí misma- una
razón para considerar la regla demandada contraria al mandato de igualdad
material. Ello por las razones que a continuación se sintetizan.

28.1. El precedente vigente en materia de recurso de casación civil, que se


desprende de las sentencias C-596 de 2000 y C-1046 de 2001, indica que la
fijación de la cuantía del recurso de casación a partir del perjuicio irrogado al
recurrente en la decisión judicial que se impugna, puede calificarse como un
criterio constitucionalmente permitido al amparo de la competencia del
legislador para diseñar un recurso extraordinario que, como se sabe, no da lugar
a la activación de una tercera instancia. La decisión constituyente de erigir a la
Corte Suprema de Justicia como tribunal de casación comporta, al mismo
tiempo, una habilitación legislativa para identificar su alcance. No obstante que
establecer requisitos mínimos para acceder a un recurso supone naturalmente la
selección de grupos de casos, de ello no se desprende una violación del mandato

41
Sobre el fundamento, alcance y límites del mandato de erradicación de las injusticias presentes puede
consultarse la sentencia SU-225 de 1998.
42
Sentencia C-1046 de 2001.
43
Sentencia C-1046 de 2001.
37
de igualdad material, siempre y cuando con dicha selección no se pretenda
instrumentar una discriminación o la profundización de la marginación social.

En el caso de la regulación adoptada, el legislador procesal optó por un modelo


de acceso al recurso extraordinario de casación que, al tiempo que amplía los
supuestos en los que es procedente y elimina el requerimiento de la cuantía en
las sentencias resultantes de acciones de notable interés para la comunidad -tal y
como ocurre en las acciones de grupo y populares-, incrementa la cuantía del
interés, a efectos de armonizar esta ampliación de la competencia del tribunal de
casación con la obligación de que el ejercicio de su actividad sea eficiente.

28.2. En la disposición que se analiza, a diferencia de otras normas que la Corte


encontró inconstitucionales por hacer depender la procedencia de algunos
recursos judiciales –apelación y revisión- de los ingresos de las personas, no es
ello lo que ocurre: ni los ingresos del recurrente ni su capacidad económica se
fijan como punto de partida. El criterio que fue seleccionado por el legislador
está relacionado con el valor de la resolución desfavorable en la sentencia cuyo
quiebre se solicita y, en esa medida es un criterio admisible. No es posible para
la Corte -y los demandantes no lo demuestran- establecer una equivalencia
necesaria entre el incremento del interés económico para recurrir en casación y
la afectación de grupos especialmente protegidos. Dicho de otra forma, la
regulación adoptada hace depender la casación no de los sujetos sino de la
cuantía de las disputas. No puede afirmarse que controversias de alto valor se
encuentren siempre relacionadas con sujetos ubicados en una posición
económicamente privilegiada en la sociedad o que disputas con cuantías
menores se presenten únicamente entre sujetos en situación de debilidad. Los
defectos sobreinclusivos o infrainclusivos, siempre difíciles de controlar en una
regulación de carácter general, pueden considerarse comprendidos por el poder
de regulación del legislador, a menos que impliquen una negación de las
posibilidades de acceso al sistema estatal de justicia a un grupo determinado o
determinable de sujetos. Sin embargo, la norma acusada no está regulando una
instancia ni el contenido esencial del derecho de acceder a la administración de
justicia, y mucho menos está estableciendo una limitación acceso a la misma a
partir de criterios subjetivos, esto es, en razón de los sujetos que acuden a ella.

28.3. El establecimiento de una cuantía mínima de la resolución desfavorable


como condición de acceso al recurso de casación no tiene como efecto privar a
las personas en situación de debilidad económica de la protección estatal. En
efecto, si bien la casación tiene entre sus objetivos la protección de los derechos
constitucionales y la reparación de los agravios irrogados a las partes, ello no
supone que quienes no tienen la posibilidad de acudir a este instrumento
extraordinario de impugnación, queden desprovistos de protección. En efecto, la
salvaguarda de sus derechos se encuentra garantizada no sólo por la posibilidad
que tienen todos los ciudadanos de acudir ante la jurisdicción civil a fin de que
sus controversias sean tramitadas y decididas en las instancias ordinarias que se
hubieran previsto, sino también por el reconocimiento de la posibilidad de
acudir a la acción de tutela en aquellos casos en los cuales agotados los recursos
judiciales a su disposición, consideren que sus derechos fundamentales han sido
vulnerados por la actuación de las autoridades judiciales.
38
28.4. La nueva regulación, a pesar de que incrementa la cuantía del interés para
recurrir cuando se trate de pretensiones esencialmente económicas, excluye de
ese requerimiento no sólo a las sentencias que se pronuncien sobre pretensiones
que no lo sean, sino también a aquéllas que resultan de las acciones de grupo,
acciones populares y las correspondientes al estado civil. De manera que el
legislador, insiste la Corte, extendió a otros casos la procedencia del recurso con
el objetivo de hacer posible que la Corte Suprema pueda pronunciarse sin límite
alguno de cuantía.

b) La fijación de la cuantía de la resolución desfavorable al recurrente


en mil salarios mínimos legales mensuales vigentes, como condición
para recurrir en casación, no desconoce los límites de la libertad de
configuración del Congreso para regular los mecanismos de
protección de los derechos y el derecho de acceso a la administración
de justicia (arts. 89 y 229)

29. Los demandantes señalan que el incremento de la cuantía en una proporción


tan alta desconoce la obligación que tiene el legislador, establecida en el artículo
89 de la Constitución, de adoptar medidas que aseguren la protección de los
derechos y del ordenamiento. Igualmente, aducen que la medida restringe
gravemente el derecho de acceder a la administración de justicia en tanto impide
a un número muy importante de ciudadanos acudir a un recurso que, como el de
casación, cumple funciones muy importantes.

30. Los artículos 89 y 229 de la Carta se encuentran estrechamente relacionados.


En efecto, al paso que el segundo de ellos establece el derecho fundamental de
acceder a la administración de justicia como forma de garantizar una tutela
efectiva de los derechos constitucionales, el artículo 89 ha previsto que la ley
debe establecer, sin perjuicio de los que se encuentran ya establecidos en la
Carta, los recursos, acciones y procedimientos que hagan posible amparar el
ordenamiento jurídico y los derechos en él reconocidos. La relación entre estos
artículos puede establecerse como de medio a fin, en tanto la forma de asegurar
el acceso al sistema judicial es mediante la adopción de regulaciones que
establezcan los diferentes instrumentos y reglas procesales. Constituye entonces
una obligación del Congreso adoptar medidas de esa naturaleza para que los
ciudadanos puedan formular pretensiones encaminadas no solo a salvaguardar el
derecho objetivo, sino que también permitan exigir el reconocimiento y
protección de derechos subjetivos.

31. Esta Corporación ha señalado que el derecho de acceso a la administración


de justicia protege las siguientes posiciones iusfundamentales: (i) el derecho a
que existan procedimientos públicos, idóneos y efectivos que permitan la
definición de los derechos y obligaciones de las personas; (ii) el derecho de
todas las personas, en las condiciones que fije la ley, a poner en funcionamiento
el sistema de justicia a fin de que las controversias sean resueltas en un plazo
adecuado; (iii) el derecho a que durante el curso de un proceso se asegure la
igualdad de las partes y el derecho al debido proceso; (iv) el derecho a que las
decisiones judiciales sean el resultado de una motivación que considere
39
adecuadamente los argumentos de las partes; (v) el derecho a que las autoridades
decreten y analicen objetivamente las pruebas aportadas al proceso; y (vi) el
derecho a que las decisiones judiciales se ajusten al ordenamiento jurídico.
Igualmente este Tribunal ha sostenido que este derecho supone (vii) la vigencia
de mecanismos para facilitar el acceso a la justicia por parte de los pobres 44. El
resultado de ensamblar estas posiciones permite configurar el núcleo básico del
derecho de acceder a la administración de justicia cuya violación resulta
intolerable, incluso cuando ello tiene lugar por la actuación del legislador.

32. La existencia de este núcleo de garantías constitucionalmente asegurado, no


niega en modo alguno, la estrecha relación que existe entre la actuación del
legislador y la definición de las condiciones de realización del derecho de
acceder a la administración de justicia. Dicha relación es tan significativa que,
sin perjuicio de los límites antes referidos, este Tribunal ha señalado “que el
legislador al configurar las formas, los términos, los derechos, las cargas y
obligaciones procesales o en definitiva, las características de cada juicio, así
como los incidentes y los recursos, en definitiva lo que concreta son los
alcances y restricciones del derecho de acceso a la administración de
justicia”45. Así entonces la ley, al tiempo que confiere la competencia del
legislador, establece los límites a los que se encuentra sometida su actuación.

33. La expresión demandada no vulnera el artículo 89 de la Constitución. De


dicho artículo no se desprende ni la obligación de eliminar la demostración de
un interés económico para recurrir en casación, ni el deber de establecer una
determinada cuantía para darlo por acreditado. Esa disposición sí exige, por el
contrario, que el legislador no prive a las personas de la posibilidad de acudir
ante las autoridades judiciales a efectos de plantear sus controversias civiles,
mercantiles, agrarias y de familia. No es esto ni lo que ocurre, ni lo que se ha
planteado en esta ocasión. De hecho el Código General del Proceso ha
introducido importantes y novedosas modificaciones que tienen por objeto
asegurar la celeridad de los diferentes procesos judiciales.

34. Ahora bien, la acusación presentada advierte –correctamente- que el


establecimiento de una condición de procedencia del recurso de casación,
constituye una restricción para activar uno de los mecanismos que ha previsto el
Congreso en materia de administración de justicia. La Corte comparte esa
conclusión. Sin embargo, la vigencia de una restricción no implica, en sí misma
una violación de la Carta. La validez constitucional de la restricción a la
posibilidad de acceder al recurso extraordinario depende de que ella satisfaga las
exigencias derivadas del principio de proporcionalidad.

35. Para la Corte el control constitucional de la medida debe hacerse a partir de


un escrutinio intermedio. No obstante que existirían buenas razones para aplicar
un juicio de intensidad débil, concurren consideraciones que justifican elevar
dicha intensidad. Así, tal y como se ha indicado a lo largo de esta providencia la
regulación juzgada (i) fue expedida por el Congreso en desarrollo de una

44
Sentencias C-1046 de 2001 y C-203 de 2011.
45
Sentencia C-203 de 2011.
40
competencia constitucional específica que le permite la adopción de Códigos
(art. 150.2) y (ii) corresponde al desarrollo de una institución procesal
extraordinaria que, si bien tiene importantes propósitos, posee una escasa
mención en la Constitución (art. 235.1). Asimismo (iii) los precedentes
constitucionales en materia de juzgamiento del régimen de cuantía en el recurso
de casación civil dejan en evidencia que este tribunal ha respetado ampliamente
las valoraciones de oportunidad y conveniencia que el legislador ha efectuado al
regular esta materia.

Sin embargo (iv) el incremento considerable de la cuantía comporta una


restricción a una de las variantes del acceso a la administración de justicia y, de
manera particular, de un recurso expresamente mencionado en la Constitución.
Ello implica que este Tribunal debe prestar especial atención a efectos de que la
regulación adoptada por el legislador, no conduzca a la supresión de los
elementos cardinales de dicho recurso.

36. Ahora bien, a pesar de que procede un examen intermedio, no es posible


aplicar un juicio con una estructura equivalente al desarrollado en la sentencia
C-372 de 2011. En efecto, la Corte ha advertido recientemente que el juicio
intermedio exige determinar únicamente si la medida evaluada persigue una
finalidad constitucionalmente importante y si, además de ello, resulta
efectivamente conducente para alcanzar tal propósito46. Sin embargo, en la
referida sentencia C-372 de 2011, la Corte fundamentó su decisión en la
aplicación de un juicio que, además de las anteriores exigencias, incluía un
examen de necesidad y de proporcionalidad en sentido estricto.

Ello pudo explicarse en el hecho de que el incremento de la cuantía del interés


para interponer el recurso de casación laboral, restringía el derecho al trabajo y
podía incidir en la efectividad de las garantías establecidas en el artículo 53 de la
Carta. Tal circunstancia, sin embargo, no es trasladable al asunto que ahora
analiza la Corte al menos por tres razones. Primero, la norma se refiere al
recurso de casación en materia civil. Si bien los asuntos que son objeto de
conocimiento de la jurisdicción civil revisten significativa importancia en orden
a la realización de las aspiraciones y planes de vida de las personas –al punto
que en muchas oportunidades de ellos se predica relevancia iusfundamental
directa-, no pueden considerarse equivalentes a las relaciones de trabajo respecto
de las cuales la Constitución asumió especiales, profundas y particulares
precauciones. Segundo, existe un precedente relevante contenido en las
sentencias C-596 de 2000 y C-1046 de 2001 que señalan el extendido margen de
configuración del Congreso. Tercero, a diferencia de lo que ocurrió en la
reforma juzgada en la sentencia C-372 de 2011, que se limitaba a incrementar la
cuantía de casación sin introducir modificación adicional alguna, la norma del
artículo 338 cuya inexequibilidad ahora se pretende, hace parte de un régimen
procesal de casación que fue objeto de diferentes ajustes, algunos de los cuales
tuvieron por objeto ampliar su ámbito de cobertura, tal y como se ha dejado
expuesto.

46
Sentencia C-114 de 2017.
41
37. El juicio de proporcionalidad47 de intensidad intermedia tiene por objeto
establecer que exista una justificación de suficiente relevancia verificando, como
se ha indicado, si la medida cuestionada persigue una finalidad constitucional
importante y si, adicionalmente, ella resulta efectivamente conducente para
alcanzar dicho propósito. Se trata de un examen relativamente deferente de la
libertad del legislador para regular la materia de la que se trate. Para la Corte,
ambas exigencias se encuentran satisfechas en este caso.

37.1. En primer lugar, el incremento del interés para recurrir tiene por finalidad
asegurar que el nuevo diseño procesal -que amplía el ámbito temático del
recurso y promueve la realización de nuevos fines en sede de casación- pueda
materializarse sin afectar la obligación de la Sala Civil de la Corte Suprema de
Justicia de cumplir eficazmente las tareas que le fueron asignadas en el artículo
235 de la Carta, de manera que se asegure la prestación eficiente del servicio
público de administración de justicia, que además es calificada por la Carta
como una función pública (art. 228). El objetivo de la regla demandada se
vincula entonces, estrechamente, con la consecución de los fines
constitucionales de la casación: unificación de la jurisprudencia, protección del
principio de legalidad y constitucionalización del ordenamiento jurídico.

Esta finalidad se conecta además con el hecho de que la regulación prescindió


del requisito de la cuantía en el caso de impugnación de las sentencias adoptadas
con ocasión (a) de la formulación de pretensiones que no sean esencialmente
económicas, (b) de acciones de grupo, (c) de acciones populares o (d) de
acciones que resuelven controversias sobre el estado civil. Conforme a ello, la
norma acusada pretende evitar que se frustren las nuevas instituciones del
régimen casacional. La finalidad de la medida resulta constitucionalmente
importante en tanto no solo no está prohibida sino que, adicionalmente,
encuentra apoyo en los artículos 228, 229 y 235 de la Carta.

37.2. En segundo lugar, la medida se evidencia como efectivamente conducente.


En efecto, la ampliación del grupo de sentencias que pueden ser objeto del
recurso de casación así como la fijación de algunos supuestos en los que la
cuantía se torna irrelevante, requería acompañarse de una regla como la
examinada, en tanto hace posible que la Sala Civil de la Corte Suprema de
Justicia cumpla eficazmente sus nuevas tareas sin afectar la consecución de los
objetivos pretendidos por la reforma. Establecer ajustes dirigidos a concretar la
ampliación de las materias susceptibles de pronunciamiento por parte de ese
Tribunal, además de justificarse en la importancia que tiene en el ordenamiento
colombiano como tribunal de casación, debía acompañarse de la adopción de
medidas encaminadas a priorizar las tareas a cargo de dicha Corporación. Se
concluye entonces que la medida, desde el punto de vista de las posibilidades
fácticas, permite alcanzar el propósito identificado.

38. La conclusión referida coincide con la jurisprudencia de la Corte, anunciada


en diferentes oportunidades, de acuerdo con la cual “la ley, sin caer en
formalismos innecesarios y excesivos, que sean contrarios a los propósitos de la

47
Sentencia C-673 de 2001 y C-720 de 2007.
42
casación, puede establecer requisitos más severos para acceder a este recurso,
e incluso para que pueda prosperar, sin que ello signifique que, por ese solo
hecho, hay una restricción al acceso a la justicia, por cuanto, reitera la
Corte, para dirimir los conflictos y solucionar los problemas planteados en los
distintos casos concretos, el ordenamiento prevé el trámite de las instancias”48.
Precisamente la restricción acusada en esta oportunidad no impide el acceso a la
justicia ni establece un trato discriminatorio sino que, por el contrario, se integra
a un diseño procesal en el que se articulan los diferentes propósitos de la
casación.

c) La fijación de la cuantía de la resolución desfavorable al recurrente


en mil salarios mínimos legales mensuales vigentes como condición
del interés para recurrir, no desconoce el reconocimiento de la Corte
Suprema de Justicia como tribunal de casación (art. 235.1)

38. Según la demanda, la expresión acusada vulnera el artículo 235.1 de la


Constitución dado que el incremento excesivo del interés para recurrir, impide el
cumplimiento de una de las funciones atribuidas a la Corte Suprema de Justicia.
Ello es así dado que el referido aumento tiene como efecto una reducción
significativa de los pronunciamientos que, en sede de casación, puede adoptar la
Corte Suprema de Justicia.

39. Por razones que se desprenden de la argumentación presentada al resolver


los otros cargos, tampoco esta acusación está llamada a abrirse paso. La
casación no constituye un recurso que tenga por objeto la activación de una
instancia. Se trata de un medio extraordinario de impugnación al que
históricamente y también en la actualidad, se anudan objetivos de importancia
constitucional. De acuerdo con ello, no es posible considerar contrarias a la
Carta aquellas medidas que, sin anular la configuración básica del recurso,
pretendan optimizar la realización de sus diferentes fines. Como se desprende de
lo señalado en esta decisión, del derecho de acceder a la administración de
justicia no se sigue un derecho subjetivo a formular, sin límite alguno, el recurso
de casación. Ello se explica en la jurisprudencia de la Corte al señalar que “[n]o
es, por tanto, un recurso para resolver controversias judiciales o enmendar los
eventuales errores en que hayan podido incurrir los jueces al momento de
decidir los procesos, pues para ello el ordenamiento jurídico ha previsto las
instancias ordinarias”49. Tal circunstancia implica, dicho de otra manera, que
“en el recurso extraordinario de casación no se estudian de nuevo los hechos ni
el caso concreto como ocurriría en la apelación, sino que actúa sobre la
decisión del juez de instancia”50. En consecuencia cumple “una “función
sistémica” que lejos está de hacerla una tercera instancia (…), que protege en
la jurisprudencia como fuente del derecho, su sujeción a los principios de
legalidad, seguridad jurídica, igualdad y coherencia”51.

48
Sentencia C-1165 de 2000.
49
Sentencia C-203 de 2011.
50
Sentencia C-203 de 2011.
51
Sentencia C-203 de 2011.
43
40. Aceptar que la casación es una especie de tercera instancia y, a partir de ello,
negar la posibilidad de que la procedencia del recurso se encuentre sometida a
determinadas condiciones, constituye un argumento muy problemático. La
actuación de la Corte Suprema como tribunal de casación pone en perspectiva la
coexistencia y articulación de intereses públicos y privados. Así, al paso que
varios de sus propósitos desbordan las controversias particulares –como cuando
se asignan entre sus finalidades la defensa de la unidad e integridad del orden
jurídico, la garantía de la eficacia de los instrumentos internacionales, el control
de la legalidad de los fallos así como la unificación de la jurisprudencia
nacional- otros acentúan su preferencia en la respuesta a los reclamos
individuales -tal es el caso de la protección de los derechos constitucionales y la
reparación de los agravios irrogados a las partes-. Encontrar un punto adecuado
entre ambos costados –referidos en ocasiones bajo las expresiones ius
constitutionis y ius litigatori, respectivamente- que permita su articulación no
resulta simple y, por ello, esa función le ha sido confiada principalmente al
legislador que puede identificar y elegir entre diferentes alternativas para ello.

41. La Corte no desconoce que otras formas de regulación del recurso son
posibles. Prever una reducción temática de las materias susceptibles de ser
conocidas por la Corte Suprema, establecer sistemas más abiertos o cerrados de
la casación oficiosa, disponer mecanismos de selección negativa más rigurosos,
prescindir del requisito de la cuantía para interponer el recurso en algunos casos,
ampliar el origen de las providencias susceptibles de impugnación
extraordinaria, son alternativas que, prima facie, se encuentran comprendidas
por el margen de configuración del legislador.

42. La norma juzgada no priva a la Corte Suprema de Justicia y, en particular a


su Sala Civil, de la función que como tribunal de casación le confiere la
Constitución. Ciertamente al paso que establece una restricción económica
asociada a la cuantía de los perjuicios irrogados, profundiza las materias y
asuntos de los que puede ocuparse. El régimen adoptado por el legislador
permite constatar que en la fijación de la regla cuestionada, se ha valorado que
la referida ampliación, sin la introducción de dicha regla, podría afectar la
eficacia del recurso y la consecución de los fines constitucionales y legales que
persigue. En adición a ello, la nueva legislación procesal, sin perjuicio de la
procedencia de la acción de tutela para controvertir todas las actuaciones
judiciales que comporten violaciones iusfundamentales, le atribuye a la Corte un
importante papel en el proceso de constitucionalización de los asuntos civiles,
mercantiles, de familia y agrarios, promesa constituyente hasta ahora en curso.
En esa dirección, la regulación examinada no sólo estableció que uno de los
fines de la casación es la protección de los derechos constitucionales sino que,
adicionalmente, autorizó la denominada casación oficiosa en aquellos casos en
los cuales, por ejemplo, esté comprometido el orden público, así como las
garantías y derechos constitucionales. En síntesis, la regla analizada hace parte
de un diseño procesal integral que no elimina, en modo alguno, el contenido de
la competencia de la Corte Suprema para actuar como tribunal de casación.

G. SINTESIS DE LA DECISIÓN

44
43. Le correspondió a la Corte definir si la decisión legislativa de fijar como
condición de procedencia del recurso de casación -cuando las pretensiones sean
esencialmente económicas- que el valor actual de la resolución desfavorable del
recurrente sea superior a un mil salarios mínimos legales mensuales vigentes
(1000 smlmv), desconoce (i) el mandato de igualdad material (art. 13); la
competencia del legislador para establecer los recursos, acciones y
procedimientos de protección del ordenamiento jurídico y los derechos (art. 89);
el derecho de acceder a la administración de justicia; (art. 229); y (iv) la
realización de los propósitos del recurso extraordinario de casación (art. 235.1).

44. La Corte constató que la jurisprudencia constitucional ha reconocido, antes y


después de la expedición del Código General del Proceso, que el Congreso es
titular de una amplia potestad de configuración en materia procesal y, en
particular, en la regulación de los recursos extraordinarios tal y como ocurre con
la casación. Ello se traduce en la posibilidad (i) de establecer las finalidades del
recurso, (ii) de identificar el tipo de actos jurisdiccionales contra los que
procede, (iii) de establecer las causales que pueden invocarse, así como (iv) de
regular el procedimiento que se sigue para su interposición, trámite y decisión.

45. El juzgamiento de la expresión acusada debe tomar en consideración el


régimen integral del recurso de casación del que hace parte. Ello implica que el
análisis constitucional del incremento de la cuantía debe tomar en cuenta (i) que
fueron complementados los fines de la casación; (ii) que fue objeto de
ampliación el grupo de sentencias que pueden ser impugnadas; (iii) que el
requisito de la cuantía no es aplicable cuando se trate de asuntos en los cuales
las pretensiones no son esencialmente económicas o se trate de sentencias
relativas a acciones de grupo, acciones populares y de estado civil; y (iv) que
limitando el carácter dispositivo del recurso, se ha establecido la posibilidad de
que la Corte Suprema de Justicia, en hipótesis de extrema importancia jurídica,
disponga de oficio la casación de una sentencia.

46. La regla acusada no desconoce el derecho a la igualdad en su manifestación


de igualdad material (art. 13. inc. 2). El establecimiento de tal cuantía como
condición de acceso al recurso de casación, no tiene como efecto privar a las
personas en situación de debilidad económica de la protección estatal. En efecto,
si bien la casación tiene entre sus objetivos la protección de los derechos
constitucionales y la reparación de los agravios irrogados a las partes, ello no
supone que quienes no cuenten con la posibilidad de acudir a este instrumento
extraordinario de impugnación, queden desprovistos de protección. En efecto, el
amparo de sus derechos se encuentra garantizado no solo por la facultad que
tienen todos los ciudadanos de acceder a la jurisdicción civil a efecto de que sus
controversias sean tramitadas y decididas en las instancias ordinarias, sino
también por la posibilidad de acudir a la acción de tutela en aquellos casos en
los cuales, agotados los recursos judiciales a su disposición, consideren que sus
derechos fundamentales han sido vulnerados.

47. La regla acusada no desconoce la competencia legislativa prevista en el


artículo 89 de la Constitución. De esa disposición no se desprende ni la
obligación de eliminar la exigencia de acreditar un interés económico para
45
recurrir en casación, ni el deber de establecer una cuantía específica para darlo
por acreditado. Dicha norma sí exige, por el contrario, que el legislador no prive
a las personas de la posibilidad de acudir ante las autoridades judiciales a efectos
de plantear sus controversias civiles, mercantiles, agrarias y de familia. No es
esto ni lo que ocurre con la norma acusada, ni lo que se ha planteado en este
juicio. De hecho, el Código General del Proceso ha introducido importantes y
novedosas modificaciones que tienen por objeto asegurar la celeridad de los
diferentes procesos judiciales.

48. La regla acusada no desconoce el derecho de acceder a la administración de


justicia (art. 229). En efecto, el precedente que se sigue de las sentencias C-596
de 2000 y C-1046 de 2001 indica que la fijación de una cuantía asociada al
perjuicio irrogado al recurrente por una sentencia, como condición de
procedencia del recurso de casación es un criterio objetivo que toma nota de la
competencia del legislador y del margen de apreciación que tiene para diseñar
un recurso extraordinario.

En adición a ello la medida supera el juicio de proporcionalidad de intensidad


intermedia aplicable en este caso. Primero, el incremento del interés para
recurrir tiene por finalidad asegurar que el nuevo diseño procesal –que amplía el
ámbito temático del recurso y promueve la realización de nuevos fines en sede
de casación- pueda materializarse, sin afectar la obligación de la Sala Civil de la
Corte Suprema de Justicia de cumplir eficazmente las tareas que le fueron
asignadas en el artículo 235 de la Carta. Segundo, la medida se evidencia como
efectivamente conducente, dado que la ampliación del grupo de sentencias que
pueden ser objeto del recurso de casación así como la fijación de algunos
supuestos en los que la cuantía se torna irrelevante, requería acompañarse de una
regla que, como la examinada, hace posible que la Sala Civil de la Corte
Suprema de Justicia pueda cumplir eficazmente sus nuevas tareas sin afectar la
consecución de los objetivos pretendidos por la reforma. Establecer ajustes
dirigidos a concretar la ampliación de las materias susceptibles de
pronunciamiento de la Corte, además de justificarse en la importancia que tiene
en el ordenamiento colombiano como tribunal de casación, debía acompañarse
de la adopción de medidas encaminadas a priorizar las tareas a cargo de esa
Corporación. Se concluye entonces que la medida, desde el punto de vista de las
posibilidades, fácticas permite alcanzar el propósito identificado.

48. La regla acusada no vulnera la condición de la Corte Suprema de Justicia


como tribunal de casación (art. 235.1). Ella no la priva de la función que le
confiere la Constitución. En efecto, al paso que establece una restricción
económica asociada a la cuantía de los perjuicios irrogados, profundiza las
materias y asuntos de los que puede ocuparse dicho Tribunal a efectos de
cumplir los fines adscritos a la casación. La casación no constituye un recurso
que tenga por objeto la activación de una instancia. Se trata de un medio
extraordinario de impugnación al que históricamente y también en la actualidad,
se anudan objetivos de importancia constitucional. De acuerdo con ello, no es
posible considerar contrarias a la Carta aquellas medidas que, sin anular la
configuración básica del recurso, pretendan optimizar la realización de sus
diferentes fines.
46
III. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Sala Plena de la Corte Constitucional,


administrando justicia en nombre del Pueblo y por mandato de la Constitución,

RESUELVE

Declarar la EXEQUIBILIDAD de la expresión “sea superior a un mil salarios


mínimos legales mensuales vigentes (1000 smlmv)” contenida en el primer
inciso del artículo 338 de la Ley 1564 de 2012.

Notifíquese, comuníquese, cúmplase, publíquese, insértese en la Gaceta de la


Corte Constitucional y archívese el expediente.

LUIS GUILLERMO GUERRERO PÉREZ


Presidente

ALEJANDRO LINARES CANTILLO


Vicepresidente

AQUILES ARRIETA GÓMEZ


Magistrado (E)

MARÍA VICTORIA CALLE CORREA


Magistrada

JOSÉ ANTONIO CEPEDA AMARÍS


Magistrado (E)
Con salvamento de voto

IVÁN HUMBERTO ESCRUCERÍA MAYOLO


Magistrado (E)

47
ANTONIO JOSÉ LIZARAZO OCAMPO
Magistrado

GLORIA STELLA ORTIZ DELGADO


Magistrada

ALBERTO ROJAS RÍOS


Magistrado

ROCIO LOAIZA MILÁN


Secretaria General (E)

48

También podría gustarte