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Cada alimento tiene unas propiedades -de textura, dureza, sabor, aroma, etc - que
pretendemos destacar o atenuar durante el proceso culinario. Para ello tenemos que
elegir la técnica de cocción más adecuada.
Las técnicas de cocción incluyen todos aquellos procedimientos para con- seguir que
los alimentos sean fáciles de digerir y adquieran las características que deseamos en
cuanto a sabor, aroma, textura y valor nutritivo.
Los cocidos en medio húmedo incluyen aquellas técnicas de cocción en que los
alimentos se someten a la acción del calor desprendido por un líquido -o por un líquido
en estado de vapor- durante un tiempo y a una temperatura determinados.
Como se desprende de la definición, las dos variables fundamentales que entrarán en
juego son el tiempo y temperatura. Nos permitirán un amplio repertorio de
posibilidades que se pueden agrupar en: hervidos, escalfados, cocciones al vapor,
cocciones al baño María y cocciones al vacío.
2.2.1. Hervidos
Los líquidos utilizados como medio pueden ser muy diversos en función del producto
que se hierva y del tipo de cocción -por concentración o por expansión- que se emplee.
El hervido se puede realizar con un líquido neutro -agua-. En este caso, la finalidad
suele ser una cocción por concentración y, por lo tanto, es preferible introducir los
alimentos con el agua hirviendo para que no pierdan sabor, ni vitaminas ni minerales.
Aunque el método por concentración se lleve a cabo de una manera correcta, siempre
se produce cierta pérdida de sustancias nutritivas. Es conveniente condimentar y/o
aromatizar el agua para atenuar el efecto de esta pérdida (osmosis).
Escaldado
• Cabezas y espinas, pescados de roca, etc., que se usan para elaborar fumets,
sopas de pescado, etc.
• Huesos y tejidos de carne, que se usan para elabotar fondos, caldos, consomés,
etc.
El cocido a presión
• Permite mantener las vitaminas de los alimentos, ya que estas soportan bien las
altas temperaturas si es por poco tiempo. Por esta razón es importante no sobrepasar
el tiempo de cocción adecuado a cada producto.
2.2.2. Escalfados (Pochés)
Mediante el escalfado, cocinamos alimentos sumergidos en un líquido pero sin que este
llegue a hervir
La cocción al vapor consiste en cocinar los alimentos a través del vapor que emana
de un medio líquido (principalmente agua) sin que los alimentos entren en contacto
con el líquido.
Con esta técnica, los vapores que ascienden al hervir el líquido envuelven a los
alimentos y la cocción se produce por el calor.
Con esta cocción los alimentos conservan mejor el sabor, la textura, el aroma y el
color, y también se evita que los nutrientes se diluyan, como sucede con el hervido.
Por esta razón, la cocción al vapor nos proporciona una alimentación muy saludable,
pues no precisa adición de grasas y mantiene -mucho mejor que otras técnicas
culinarias— las vitaminas y los minerales de los alimentos.
Elaboraciones
Podemos cocinar muchos productos mediante la cocción al vapor. Algunos de los más
habituales son los siguientes:
• Los pescados. La mayoría de los pescados pueden cocinarse con esta técnica,
especialmente los troceados en supremas, filetes o rodajas. Por lo general, no es
conveniente cocer el pescado a más de 9.0-95 °C.
Procedimiento
El agua del recipiente de mayor tamaño se calienta al aplicarle una fuente de calor y,
poco a poco, va caldeando el contenido del recipiente más pequeño de un modo suave
y constante.
La cocción al baño María en un horno no deja de ser una manera de moderar el calor
puesto que, aunque pongamos el termostato del horno a 160-180 °C, la temperatura
del agua nunca estará por encima de los 100 °C y el resultado de la cocción no
superará los 80-85°C.
Una manera de atenuar la cocción para que resulte todavía más suave consiste en
poner una rejilla entre el recipiente y el molde (no es conveniente usar trapos ni
papeles de periódico).
Elaboraciones
Algunas elaboraciones que se pueden cocinar con esta técnica de cocción son:
• Cocciones al vacío.
Procedimiento
2. Aplica la fuente de calor. Puedes utilizar el horno, pero también se puede poner
el recipiente en el fogón o encima de una plancha.
3. Controla la potencia del horno o del fuego para que la cocción se lleve a cabo
según lo previsto. Esto dependerá también de los materiales del recipiente o de si la
cocción se realiza con tapa o sin ella.
• Algunos ejemplos de cocciones al vacío son las verduras, los jarretes, las
carrilladas, las supremas de pescado aromatizadas, etc.
Procedimiento
Los pasos que debes seguir para cocinar un producto al vacío son los siguientes:
1. Prepara los alimentos que vas a cocinar, que pueden ser crudos o
precocinados.
2. Envásalos al vacío. Para ello, coloca los productos en una bolsa de cocción y
usa la máquina de envasado al vacío.
3. Realiza la cocción al baño María o al vapor. Ten en cuenta que los tiempos de
cocción y las temperaturas dependerán del producto que se vaya a cocinar.
Los cocidos en medio seco engloban un amplio número de técnicas -que agrupamos
bajo la denominación de asados- que consisten en someter un alimento a la acción del
calor seco.
Elaboraciones
• Las carnes. Es una buena opción para cocinar piezas enteras -cochinillos,
lechazos o aves-, o piezas grandes de otras reses, como pierna o espalda de cordero,
redondo de ternera, lomo o solomillo de cerdo, etc.
• Los pescados. Los más ¡dóneos son pescados enteros, ya sean grandes -
besugos, rodaballos, palangres, etc - o de ración -lubinas o doradas-. También se
pueden cocinar porciones -troncos, cogotes, etc - de pescados grandes como el
bacalao, la merluza, etc.
• Los mariscos. El horno está indicado tanto para los crustáceos grandes -la
langosta y el bogavante- como para los de menor tamaño- cigalas, langostinos y
gambas-.
• Las verduras. El principal problema de las verduras asadas es que suelen
perder muchas vitaminas, aunque, por contrapartida, sus sabores se realzan. Las
mejores verduras para preparar al horno son las berenjenas, las calabazas, las cebollas
o las patatas, entre otras.
• Las frutas. Algunas frutas también se pueden cocinar al horno para preparar
postres sabrosos como la manzana o la pina al horno.
Procedimiento
Los pasos básicos que deben seguirse para asar una pieza grande al horno son los
siguientes:
1. Sazona la pieza con condimentos y úntala con aceite u otra grasa para
favorecer la dispersión del calor. En los alimentos ricos en grasa se puede añadir agua
o vapor para evitar que la pieza se seque excesivamente.
4. Pasado el tiempo de cocción, retira la pieza del horno. Déjala reposar y enfriar
antes de cortarla, pues si la cortas inmediatamente, además de ser una operación más
difícil, perderás todo el jugo.
5. Utiliza los líquidos resultantes para elaborar el jugo que acompañará a la pieza -
desglasar-.
• Algunas carnes como los filetes de vacuno y de cerdo se pueden mechar con
tiras de tocino antes de asarlas. El tocino se funde en el interior y hace que las carnes
sean mucho más melosas.
• Para conseguir efectos similares con las aves u otras piezas, se pueden albardar
-envolver- con unas láminas de tocino o bacón.
• Papillote. Esta técnica consiste en encerrar los ingredientes que se van a asar en
una hoja de papel de horno o de aluminio, en hojas naturales, etc., de modo que se
hagan en su propio jugo y no haya pérdida de líquidos. Es idóneo para supremas de
pescado, verduras, setas, etc.
• Asado a la sal. Esta técnica, que se aplica a carnes y pescados, consiste en cubrir la
pieza de sal gorda humedecida y asarla en el horno de esta manera. Es clásico de la
lubina y de la dorada, pero también se puede aplicar al lomo de cerdo, al pollo, etc.
Es una cocción por concentración: el alimento se cuece por la conducción del calor
suministrado por el metal. Así, los alimentos asados a la plancha presentarán un
aspecto exterior dorado y un interior jugoso.
Hay otros elementos que producen el mismo efecto que la plancha, como las losas de
pizarra o similares.
Elaboraciones
La mayoría de los productos se pueden cocinar a la plancha. Los más habituales son:
• Los mariscos. Es una técnica ideal para los crustáceos de medida pequeña -
gambas o langostinos-, cefalópodos -calamares o sepia- y bivalvos -berberechos,
almejas o similares-.
• Los alimentos más duros o más gruesos deben cocinarse a fuego más lento
para que se hagan también por dentro.
• Los productos más finos y suaves deben hacerse con un fuego más alto.
Mantén siempre la plancha bien limpia. Así evitarás que se peguen restos de cocciones
anteriores y que la comida sepa a otros alimentos.
Se trata también de una cocción por concentración y produce, al igual que la plancha,
un aspecto exterior dorado y un interior jugoso. Además, en el caso especial del asado
a la brasa, se consigue un aroma peculiar.
Elaboraciones
Las elaboraciones son muy similares a las que hemos visto en la plancha, aunque aquí
el tamaño y el grosor de las piezas pueden ser mayores.
• Los mariscos. Es una buena opción para los crustáceos de medida grande
como langostas, bogavantes o cigalas, que se pueden cocinar abiertos por la mitad.
• Las setas. Hay una gran variedad de setas que admiten este tipo de cocción:
los níscalos, los champiñones, las gírgolas, etc.
Procedimiento
Igual que sucede con el asado a la plancha, lo importante no es tanto el procedimiento general sino los detalles. Hay
que tener en cuenta los aspectos siguientes:
El gratinado y el glaseado son dos medios de cocción que contribuyen a acabar el plato
a partir de la aplicación directa de la fuente de calor.
Gratinado
El alimento que se quiere gratinar debe tener una corteza o capa exterior a base de
queso, pan rallado o persillade.
Con el gratinado se obtiene una capa crujiente y dorada que da una textura especial al
alimento y mantiene sus aromas y su sabor.
La pasta gratinada con queso o los tomates al horno con persillade son dos ejemplos
de esta técnica.
Glaseado
Para glasear, se ha de cubrir previamente la superficie del alimento con una salsa
enriquecida con elementos grasos, proteínicos o azucarados, como la crema de leche,
las yemas de huevo montadas, las claras, el azúcar, etc.
La fuente de calor que se aplica ha de ser directa, por ejemplo una salamandra o un
soplete. Como el glaseado se produce con mucha rapidez, hay que estar pendientes
para que no se queme.
Los cocidos en medio graso son las técnicas que consisten en la cocción de los
alimentos en aceites u otros medios grasos -como mantequillas, mantecas o
margarinas- a una temperatura elevada.
Dentro de las técnicas de este apartado, diferenciaremos entre salteados, grao fritura y
confitado en grasa.
2.4.Salteados
Sautés o salteados
El nombre procede del recipiente utilizado para cocinarlo. Una sauté o salteadora es
una combinación de cazuela y sartén, con la base plana y las paredes altas y rectas.
Es una cocción ideal para los huevos revueltos e incluso para hacer tortillas, aunque en
este caso se tiene que controlar bien la temperatura y disminuir la potencia si son
tortillas muy grandes.
Es una técnica de cocción perfecta para piezas de carne como filetes, entrecots,
pechugas de ave, etc., o para pescados de ración como lenguados, gallos... Las
verduras también se pueden saltear utilizando este método. En realidad, son muy
variados los productos que admiten esta técnica: berberechos, riñones, etc.
Salteados orientales
Es una técnica muy utilizada para cocinar verduras mezcladas, que pueden ir
acompañadas de setas, mariscos, carnes, etc.
Los salteados son elaboraciones que se hacen al momento y requieren una buena
preelaboración de los distintos ingredientes y una elaboración previa de las salsas
básicas.
Es una fritura que utiliza poca cantidad de aceite o grasa, aunque más que las técnicas
anteriores. Los recipientes que se emplean son sartenes o sautés.
Esta técnica es idónea para cocinar carnes un poco secas como el lomo de cerdo o la
tapa. También se emplea como precocción de carnes que después tienen que
estofarse, como albóndigas, dados de ternera, etc. En cuanto a los pescados, es una
técnica apta para pescados blancos en porciones, ya sea en rodajas, supremas, etc.
Antes de freír, el producto puede protegerse con un rebozado -por ejemplo de harina-
y debe voltearse a media cocción.
La temperatura de la grasa será superior al punto de ebullición del agua -por lo general
entre los 150 y los 200 °C-, generando una convección.
Las grasas más utilizadas son los aceites, sobre todo de origen vegetal -girasol, oliva,
soja, etc-, que, además, son los que mejor toleran las temperaturas -pueden alcanzar
hasta 230 °C, aunque es preferible que no superen los 180 °C-.
La manteca de cerdo y la margarina soportan temperaturas entre los 190 y los 200 °C.
En cambio, la mantequilla no es apta para este tipo de cocción ya que se quema a
partir de los 120 °C.
En la fritura, la alta temperatura del aceite hace que el agua superficial del ingrediente
se evapore y dé como resultado una superficie seca y crujiente.
Tipos de fritos
Empanado. Los ingredientes se cubren con pan rallado o con miga de pan tamizada.
Algunos tipos de empanado son:
• Clásico. Se enharina la pieza -es opcional- y se pasa por huevo y pan rallado.
Elaboraciones
• Las verduras. Las que más resisten este tipo de cocción son las verduras ricas
en almidón, como los tubérculos y las raíces.
• Existe también una amplia gama de preparaciones específicas para freír, como
croquetas, buñuelos, mejillones tigre, bombas, etc.
Procedimiento
El control de la temperatura
• Controla la temperatura y la cantidad del ingrediente que vas a freír para evitar
que
se enfríe en exceso la temperatura inicial de la grasa. Se calcula que para una cocción
óptima se tiene que introducir solo un 10% de producto respecto a la cantidad de
grasa caliente.
Por ejemplo, para freír 100 g de un producto que tengamos a una temperatura de 20
°C, serán necesarios 1000 g de grasa a 200 °C.
• Cuela el aceite que vas a reutilizar después de cada uso, para evitar que se
desarrollen productos tóxicos.
• Manten las freidoras tapadas para evitar la oxidación del aceite por el efecto de
la luz y para protegerlo de la suciedad.
• Que los jugos se queden dentro del alimento y se conserve más sabroso. Quizá
la aplicación más conocida de esta técnica es el confitado de pato o cerdo, pero
se puede aplicar a otras carnes y pescados, e incluso a verduras.
En sentido general, confitar era sumergir un alimento en una sustancia que le daba
sabor y además aumentaba su conservación. En época medieval se aplicó a las frutas
cocidas y conservadas en azúcar (de ahí el término confitura). Más adelante, se
extendió a las verduras encurtidas en vinagre, a las aceitunas en aceite, a diversos
alimentos en sal (anchoas) y a las carnes en grasa.
¡Tenlo en cuenta! tintos medios. Es lo que sucede con los sofritos, rehogados,
sudados, estofados, braseados y escalfados al homo.
En general, las técnicas que utilizan una combinación de medios de cocción comparten,
como característica común, el hecho de estar elaboradas a baja temperatura.
El término español pochar, aplicado sobre todo a la cebolla, es otra manera de
denominar el sudado y el rehogado, junto con otros términos como caer o recaer (la
cebolla).
2.5.1. Sofritos
Sofreír consiste en calentar muy despacio -a fuego muy lento- ingredientes troceados y
recubiertos en grasa hasta conseguir un color tostado.
El rehogado es una técnica parecida al estofado, pero en este caso el líquido proviene
del agua o de las sustancias que liberan los ingredientes que se cocinan.
En esta técnica se parte de grasa caliente para que selle bien el producto y
posteriormente deje ir el jugo más lentamente.
Los alimentos más indicados son aquellos que son ricos en agua y que la dejan ir
cuando se les aplican bajas temperaturas y tiempos largos de cocción. El agua sirve
como medio de cocción. Los alimentos que cumplen estas características son la cebolla
u otros bulbos cortados, diferentes tipos de verduras, legumbres frescas como habas y
guisantes, determinadas carnes, etc.
Una técnica parecida es el sudado, que consiste en introducir todos los ingredientes -
normalmente troceados- en una cazuela tapada y con un poco de grasa.
2.5.3. Estofados
Elaboraciones
Hay muchos alimentos que pueden prepararse mediante el estofado. Algunos de los
más habituales son:
Las carnes. Esta técnica es ideal para cocinar piezas pequeñas, cortadas a dados,
escalopes, etc. Podemos estofar prácticamente cualquier tipo de carne troceada.
Los mariscos. También los mariscos utilizan esta técnica para calderetas, zarzuelas o
suquets. Langostas, bogavantes, cigalas, sepias o calamares, por ejemplo, son
mariscos que se pueden preparar en estas elaboraciones.
Las verduras. Las verduras en forma de menestras, pistos, o similares emplean este
método de cocción. Se utiliza una amplia variedad de productos: pimientos, cebollas,
berenjenas, tubérculos, puerros, etc.
Procedimiento
Como podrás deducir, cada una de las elaboraciones que hemos citado tendrá su
propia receta y procedimiento de elaboración. Proponemos a continuación los pasos
básicos que has de seguir en la preparación de un estofado en términos generales:
5. Déjalo cocer, tapado o no, por debajo de los 100 °C hasta que esté en el punto.
Durante la cocción puedes añadir la guarnición -setas, patata, zanahoria, etc - para
que se cocine todo armoniosamente.
6. Elimina la espuma (espumar) y el exceso de grasa (desengrasar).
Algunos estofados se pueden elaborar con una mezcla de verduras aromáticas (bresa).
En este caso, al acabar la cocción, se reserva la vianda aparte y se cola la salsa junto
con la bresa. La guarnición se elabora aparte y se añade al colar la salsa.
2.5.4. Braseado
El braseado (del francés braiser) es una técnica de cocción parecida al estofado pero
con algunas diferencias importantes.
Al igual que el estofado, el braseado requiere dos pasos: uno con calor seco -
concentración-, seguido de otro con calor húmedo -expansión- con fases muy
similares.
• No se cubre toda la pieza con el líquido, sino solamente un parte, más o menos
por encima de las verduras.
Esta técnica proporciona a los alimentos unos sabores característicos y muy bien
integrados, así como una textura muy melosa.
• Las carnes. Las más indicadas son piezas grandes o duras como carrilleras,
jarretes, morcillos o similares de cerdo o de buey. También las aves de caza o de corral
-como faisanes, perdices, pulardas, pintadas u otras-, que de por sí tienen una carne
dura y fuerte.
3. Añade los condimentos líquidos -vino, licor, etc - y los sólidos -patatas, cebolla,
etc.-.