HEMATOLOGÍA
HEMATOLOGÍA
HEMATOLOGÍA
Enfermedades oncológicas:
- Leucemia.
- Linfomas.
- Mielomas.
Trombosis.
Enfermedades hemorrágicas, como la hemofilia.
Síndrome mielodisplásico.
Anemia.
Neutropenia.
Trombocitopenia.
* regular el pH de la sangre.
SANGRE Y COMPOSICIÓN
Los análisis de sangre como las pruebas de conteo sanguíneo ayudan a los
médicos a analizar ciertas enfermedades y afecciones. También ayudan a
comprobar la función de los órganos y muestran qué tan bien están
funcionando los tratamientos. Algunos problemas de la sangre pueden
incluir problemas de coagulación, coágulos sanguíneos y desórdenes
plaquetarios. Si pierde mucha sangre, usted puede necesitar una
transfusión.
La sangre es una mezcla de líquido y células que circula por los vasos
sanguíneos del sistema circulatorio. La parte líquida es el plasma, y las
células son los glóbulos rojos responsables de transportar oxígeno y dióxido
de carbono, los glóbulos blancos que forman parte del sistema inmunitario,
y las plaquetas, responsables de la coagulación sanguínea.
Plasma
Es la porción líquida de la sangre y el principal componente,
conforma el 55% de la sangre humana.
Es más denso que el agua, tiene un gusto salado y su color es
amarillento traslúcido.
Su composición es compleja. La mayor parte es agua y el resto es una
mezcla de iones, nutrientes, desechos y proteínas plasmáticas, entre las
que están el fibrinógeno y las globulinas.
Glóbulos rojos
También conocidos como eritrocitos o hematíes, son las células más
numerosas de la sangre.
Su función es transportar oxígeno gracias a la hemoglobina, proteína que da
el color rojo característico de la sangre.
Transportan el oxígeno a los tejidos corporales y lo intercambian por dióxido
de carbono, que es transportado a los pulmones para su eliminación.
Glóbulos blancos
También llamados leucocitos, se encuentran tanto en la sangre como en los
tejidos linfáticos.
Son menos numerosos que los glóbulos rojos.
Son células que forman parte del sistema inmunitario del cuerpo y cuya
función principal es combatir infecciones, y otras enfermedades.
Su número aumenta en caso de infección para mejorar las defensas.
Ayudan a curar heridas ingiriendo células muertas, restos de tejido y
glóbulos rojos dañados.
Existen varios tipos de glóbulo blanco:
Granulocitos:
Neutrófilos
Eosinófilos
Basófilos
Monocitos
Linfocitos
Células T
Células B
Células NK
Plaquetas
Son las células sanguíneas más pequeñas.
Ayudan a cicatrizar las heridas interviniendo en la formación de coágulos
sanguíneos y en la reparación de vasos sanguíneos.
Se aglutinan donde se está produciendo el sangrado para formar el tapón
plaquetario que sellará el vaso sanguíneo dañado. Al mismo tiempo liberan
sustancias que favorecen la coagulación.
Si el tapón no detiene la hemorragia, intervienen los factores de
coagulación.
LEUCOCITOS
Los leucocitos, también llamados glóbulos blancos, son células incoloras o
blanquecinas que se encuentran en la linfa y en la sangre. Tienen la función
de defender al organismo de diversas clases de antígenos.
Se considera que un ser humano debe tener entre 4.000 y 11.000 leucocitos
por microlitro de sangre. Cuando el nivel es inferior, se registra un trastorno
conocido como leucopenia; en cambio, si el nivel es superior, se trata de un
caso de leucocitosis. Tanto la leucopenia como la leucocitosis pueden ser
síntomas de distintos problemas de salud, como infecciones o
intoxicaciones.
De la misma manera, tenemos que establecer que, por regla general, unos
resultados anormales de leucocitos vienen a dejar patente que la persona
que se ha sometido al análisis sanguíneo puede presentarse diferentes
problemas de salud. Así, en concreto, puede sufrir desde una artritis
reumatoide hasta tiroiditis pasando por estrés agudo, gota, leucemia, fiebre
reumática o un traumatismo, por ejemplo.
CLASIFICACIÓN DE LEUCOCITOS
GRANULOCITOS:
Neutrófilos:
EOSINÓFILOS:
Los eosinófilos son uno de los distintos tipos celulares que forma parte del
sistema inmunitario. Estas células participan en la respuesta inmune ante
infecciones, pero pueden estar implicadas en variedad de patologías, como
procesos inflamatorios o alergias.
Los eosinófilos se producen en la médula ósea a partir de células madre y
migran hacia la sangre, desde donde suelen dirigirse a órganos como el
timo, el tracto gastrointestinal, las glándulas mamarias o el útero. No
obstante, pueden llegar también a otros tejidos durante una respuesta
inflamatoria. Estas células pueden ser activadas por diferentes moléculas,
principalmente por citoquinas y quimiocinas como la interleuquina
MORFOLOGÍA
Los eosinófilos son células redondeadas de unos 15 µm
de diámetro, más grandes que otras células de la sangre
como los eritrocitos, los linfocitos o los basófilos. En
humanos, a microscopía óptica se observa un núcleo
bilobulado con un fino puente nuclear uniendo ambos lóbulos (Figura 1). La
morfología del núcleo puede cambiar según las especies. Por ejemplo, en el
caso de la rata el núcleo se presenta en forma de anillo. El citoplasma
contiene gran cantidad de granos muy patentes, denominados gránulos
específicos, que con los colorantes ácidos como la eosina se tiñen de color
rojo anaranjado.
BASÓFILOS:
MORFOLOGÍA
Los gránulos de los basófilos son gruesos pero escasos. Son células de unas
10 μm de diámetro y su núcleo tiene una forma que recuerda a una S. Se
originan en el mismo lugar que el resto de los granulocitos (médula ósea), y
son los menos numerosos, ya que constituyen sólo el 0,5% del total. Tienen
una activa participación en la respuesta inmunitaria, a través de la
liberación de histamina, serotonina en bajas concentraciones, y otras
sustancias químicas.
AGRANULOCITOS:
LINFOCITOS:
Los linfocitos son células que circulan en la
sangre y son parte del sistema inmunológico. Hay
dos tipos principales de linfocitos: células T y
células B. Las células B producen anticuerpos los
cuales se unen y destruyen los virus o las
bacterias invasoras. Las células T son
combatientes directos de los invasores extraños y
también productoras de citoquinas, las cuales son
sustancias biológicas que ayudan a activar otros componentes del sistema
inmunológico, uno de los cuales son los macrófagos. Dichos macrófagos
actúan limpiando los restos de los invasores y el tejido muerto después de
una respuesta inmune.
Los linfocitos son una clase de leucocitos: células también conocidas como
glóbulos blancos, que se encargan de la respuesta inmunitaria del
organismo. En el caso específico de los linfocitos, son células linfáticas
producidas por la médula ósea y el tejido linfoide.
Cada linfocito presenta un núcleo de gran tamaño y forma esférica que se
encuentra rodeado de una cantidad generalmente reducida de citoplasma.
En dicho citoplasma, por otro lado, se hallan ribosomas libres, mitocondrias
y el aparato de Golgi.
Células B de memoria
Células B de regulación
Las células B de regulación o Bregs
constituyen alrededor del 0.5 por ciento de
todas las células B en personas sanas.
Aunque no son numerosas, tienen un papel
vital que desempeñar.
Células T de memoria
Las células T de memoria protegen el cuerpo contra antígenos que han
encontrado previamente. Viven mucho tiempo después de que una
infección ha terminado, ayudando al sistema inmunitario a recordar
infecciones pasadas.
Si el mismo germen entra en el cuerpo por segunda vez, las células T de
memoria lo recuerdan y se multiplican rápidamente, ayudando al cuerpo a
combatirlo más rápido.
MONOCITOS
El núcleo del monocito suele tener forma de lóbulo o riñón con una
depresión. Este núcleo se encuentra rodeado por una gran cantidad de
citoplasma de tonalidad azulada o grisácea con vacuolas de color blanco.
La tarea más importante que llevan a cabo los monocitos es fagocitar restos
de células o microorganismos. Para esto los rodean con sus pseudópodos y,
si advierten que se trata de un antígeno, los “comen”.
Debido a este funcionamiento, los monocitos son considerados fagocitos.
Así se llama a las células que se apoderan de elementos inservibles o
dañinos para el organismo incorporándolos a su citoplasma y finalmente
digiriéndolos. Gracias a su accionar, los monocitos consiguen la
estimulación de respuestas inmunitarias.
Es importante señalar que la vida de los monocitos ronda los tres días.
Cuando completan su labor, fallecen de manera automática.
En resumen, podemos afirmar que los monocitos nos ayudan de una forma
indispensable en la lucha contra ciertas infecciones y que colaboran con
otros leucocitos en la eliminación de tejidos dañados o muertos, en la
destrucción de células cancerosas y en la regulación de la inmunidad contra
sustancias extrañas.
MORFOLOGÍA:
Los Monocitos son un tipo de glóbulos blancos agranulocitos. Es el leucocito
de mayor tamaño, su tamaño varía entre 7 y 15 μm, y representa del 4 a
8% en la sangre. Presenta un núcleo arriñonado (forma de riñón), que se
tiñe de color violeta-azulado con una proporción 2:1 con respecto al resto
de la célula
El citoplasma es abundante y de color gris azulado pudiendo estar
acompañado de vacuolas blanquecinas.
Las IgA son glicoproteínas séricas y constituyen una de las cinco clases de
anticuerpos. Estas clases se definen por: 1) el número de subunidades
(cada una compuesta por cuatro polipéptidos; 2 cadenas pesadas y 2
cadenas ligeras idénticas) y 2) el tipo de cadena pesada (en el caso de la
IgA, una cadena α). La IgA puede ser oligomérica, formada de 2 a 4
monómeros de IgA
Las IgA tiene siempre una estructura oligomérica, inicialmente dimérica, y
los polímeros se encuentran ligados gracias a cadenas polipeptídicas
adicionales, como la cadena de unión de 15 kDa (cadena J) y un
componente secretor de 70 kDa producido en las células epiteliales e
involucrado en el transporte transcelular de la SIgA para su incorporación a
las secreciones
En humanos, tras la presentación antigénica a las células T helper (Th) y su
diferenciación a células Th2, las citocinas interleucina-10 (IL-10), IL-4 y el
factor de crecimiento transformante beta (TGF-β) están involucradas en la
maduración preferencial de las células B (cambio de isotipo y
diferenciación) compro-metidas en la producción de IgA. En humanos
existen dos subclases de IgA, principalmente IgA1, que se encuentra en el
suero y se deriva de la médula ósea y la IgA2, la forma secretada de la IgA.
Inmunoglobulina G
Es la inmunoglobulina más abundante y representa
más del 70 % de las Igs séricas totales. Las diferentes
subclases se presentan en proporciones muy
diferentes, así la IgG1 es la subclase más frecuente
seguida de la IgG2. Esta Ig posee capacidad
neutralizante, precipitante, de fijar complemento, de
unirse a células NK y a macrófagos (opsonización) y es
capaz de atravesar activamente las membranas
biológicas, incluida la placenta materna.
Inmunoglobulina M
Los anticuerpos del tipo IgM son los que más
rápidamente se forman en respuesta a un estímulo
antigénico (Respuesta primaria). Esta Ig se
caracteriza también por poseer capacidad
neutralizante, precipitante, aglutinante, fijar
complemento, activar la respuesta inmune, sin
embargo no atraviesa activamente las membranas
biológicas. Esta última propiedad hace que esta
inmunoglobulina ejerza su acción, normalmente en los espacios
intravasculares. Representa del 5 al 10 % de las Igs séricas totales y junto a
la IgD es la más encontrada en la superficie de los linfocitos B como
inmunoglobulina de membrana.
IgE
. Los anticuerpos IgE se encuentran sobre todo en las
células de los tejidos, pero también se encuentran
pequeñas cantidades en la sangre. Hacen que el cuerpo
reaccione contra sustancias extrañas como el polen, las
esporas de hongos y la caspa de los animales. También
protegen al cuerpo de las infecciones parasitarias. Los
niveles de anticuerpos IgE suelen ser elevados en las
personas con alergias. son anticuerpos que, si bien
inicialmente se liberan al plasma por las
células plasmáticas, son integrados en la membrana de otras células
(mastocitos), participando en las reacciones de hipersensibilidad
IgD.
Los anticuerpos IgD se encuentran en la superficie de
algunas células inmunitarias del cuerpo. Son poco comunes
y rara vez se encuentran en la sangre. No está claro cómo
funcionan.
es una inmunoglobulina asociada a la membrana de los
linfocitos B. Su función primaria de las es la de servir como
detectores de antígenos para las células B. Se detecta
marginalmente en el plasma.