Serrania de Jirajaras Def
Serrania de Jirajaras Def
Serrania de Jirajaras Def
y afrodescendientes
Memorias colectivas
1.a edición, Fundación Editorial El perro y la rana, 2024
Edición y corrección
Álvaro Trujillo
Luis Enríquez
Diagramación
Sonia Velásquez
Diseño de portada
Roberto Chávez Pabón
Imagen de portada
Fotografía cortesía de Fulvia Magdalena Polanco
Serranía de jirajaras
y afrodescendientes
Memorias colectivas
PRESENTACIÓN DE LA COMISIÓN
7
colectiva y la reconstrucción de una memoria plural, una identidad
múltiple y una historia insurgente.
Como parte del plan de trabajo de esta comisión presi
dencial, se definió un proyecto editorial que ha sido materia
lizado con la publicación de la Colección Insurgencias Históricas
y Afroepistemologías Cimarronas, una selección de textos que,
además de promover el diálogo entre las diversas contribuciones
que tanto la sabiduría popular como la rigurosidad científica han
brindado para el enriquecimiento de las epistemologías cimarronas,
también contribuye con la valiosa misión de sacar a la luz aquellos
hechos que, intencionalmente, han permanecido ocultos o se les
ha restado importancia en la historiografía tradicional.
Ha sido desde la Comisión Presidencial para el Esclarecimiento
de la Verdad Histórica, Justicia y Reparación sobre el Dominio
Colonial y sus Consecuencias en Venezuela que se impulsa este
proyecto editorial en alianza con el Centro Nacional del Libro
(CENAL) y la Fundación Editorial El Perro y la Rana, con el firme
propósito de continuar aportando nuevos datos y elementos que
permitan contrarrestar todos los esfuerzos de quienes se valen de
organismos internacionales, academias, medios de comunicación
y redes sociales marcadamente colonialistas e imperiales, para
mantenernos en la absoluta ignorancia.
Por ello, la Colección Insurgencias Históricas y Afroepis
temologías Cimarronas pone al alcance de espíritus insurgentes,
libros que van desde investigaciones inéditas, investigaciones ac
tualizadas, manuales, poesía y otros géneros literarios que brindan
la posibilidad de decodificar, reconceptualizar y construir nuevo
conocimiento. Ya lo dijo el Presidente Nicolás Maduro Moros
durante la conmemoración del Día de la Resistencia Indígena,
8
el 12 de octubre de 2021, que esta comisión presidencial para el
esclarecimiento de la verdad histórica tiene el deber de generar
aportes en función de:
9
PRÓLOGO
11
Así, con la participación de nuestra gente, reconocen y resig
nifican: territorios, historias, memorias y tradiciones culturales,
las cuales presentan en cuatro momentos, en los siguientes
cuatro cuadernos:
Momento I: Divulgación histórica, literaria y cultural del estado
Falcón (2001). Juan Ramón Lugo y Fulvia Polanco Bravo.
Momento II: Divulgación histórica, literaria y cultural del estado
Falcón (2005). Juan Ramón Lugo y Fulvia Polanco Bravo.
Momento III: Divulgación histórica, literaria y de cultura po-
pular del estado Falcón (2005). Fulvia Polanco Bravo y Wuilian
Antonio Peraza.
Momento IV: La interculturalidad en el estado Falcón (2012).
Fulvia Polanco Bravo y Reina Marina Álvarez Colina.
Este palabreo en el horizonte cimarrón, es pensamiento co
lectivo, junto al pueblo y para el pueblo, en existencia colectiva
y andanzas creadoras.
Sobre nuestros territorios, caracterizan a las etnicidades origina
rias: jirajaras, ajaguas, ayamanes, caquetías y también las etnici
dades originarias de África, en Falcón. En este sentido, dan cuenta
de sus orígenes, poblamiento, valores, relaciones comunitarias,
identidades, conocimientos, prácticas sociales, historias, culturas
y economías, desde el pensamiento letrado y sus pervivencias
hegemónicas, así como desde el pensamiento oralizado, comu
nicado intergeneracionalmente y narrativizado por las memorias
vivas. Nos toca, en convite, seguir repensando nuestro proceso
histórico, conocerlo en su complejidad y transformarlo, en el
contexto que vivimos.
En torno a nuestra historia originaria y afrovenezolana, con
frontan olvidos centenarios y pedagogizan la importancia de la
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enseñanza de la Historia Regional y la Historia Local en el sistema
educativo venezolano, en la educación básica, media diversificada
y universitaria, también en la educación no escolarizada. Para
las investigadoras y los investigadores y también para el pueblo
afrofalconiano son importantes las historias negadas, las historias
vividas y contadas por los pueblos.
Sobre las memorias de la africanía, la asumen como memoria
colectiva oralizada, portadora del conocimiento de nuestros
orígenes y procesos históricos milenarios y contemporáneos.
En lo concerniente a las tradiciones culturales, valoran el pa
trimonio cultural viviente originario y afrodescendiente en Falcón
y Venezuela, asumen la importancia de las tradiciones culturales
que perviven por el empeño de cultoras y cultores, herencias cons
titutivas, de nuestros territorios, pueblos y comunidades. En la
Serranía de jirajaras y afrodescendientes, hemos vivido esclavitudes,
colonizaciones y opresiones. También, hemos parido procesos
libertarios, en resistencia cultural, espiritual, filosófica, política,
económica y social.
En consideración, Juan Ramón, Fulvia, Wuilian y Reina, en
militancia de vida en la Red de Organizaciones Afrovenezolana, la
Asociación Cultural José Leonardo Chirino, la Red Afrocarabobeña
y la Asociación Civil Afroserranía, inscritos en sus banderas de
luchas, han promovido importantes acciones y proyectos entre
los cuales, en este espacio tiempo, resaltamos:
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• Los reencuentros de comunidades serranas, en busca de
nuestros orígenes, recorriendo el territorio comunitario,
reconociendo geohistorias, patrimonio natural y patrimonio
cultural, en el contexto.
• Nacimiento y apertura de la Casa de la Cultura de Macanillas.
• Organización y desarrollo del Festival de la Décima Serrana
a José Leonardo Chirino, en Macanillas.
• La Fiesta de San Juan y el Encuentro de Salveros
Afrodescendientes en La Chapa, cada 24 de junio.
• La Ruta Heroica José Leonardo Chirino: proyecto edu
cativo, cultural y geohistórico de la Asociación Cultural José
Leonardo Chirino, orientado a enfatizar la importancia del
conocimiento histórico José Leonardo Chirino y del pro
yecto insurreccional de 1795 y su enseñanza en el sistema
educativo y su representación visual en Caujarao, La Toma,
Arenales, La Negrita, El Llano de la Cabezona, Macuquita,
La Quebrada de Morenos Libres, vía Santa María, La Chapa,
la Cueva del Cacique Morano, La Juvita, La Cumbre de Uria,
el Hondo de Uria, El Pardillo, vía las Cuevas de Acarite.
Importantes infografías, inauguradas en el año 1997 con el
apoyo del Consejo Nacional de la Cultura.
14
A mis hermanos y hermanas descendientes de
los ancestros loangos que hallaron en Macuquita
una tierra parecida a su lejana África.
MOMENTO I
DIVULGACIÓN HISTÓRICA, LITERARIA
Y CULTURAL DEL ESTADO FALCÓN1
17
que a su gente sometió.
Macuquita declarada
Patrimonio como tal
Para orgullo del poblado,
Histórico y Cultural.
Fulvia Polanco
Composición inédita
18
Es necesario revivir esa memoria, para observarla, analizarla a la
luz de los acontecimientos actuales.
Una de las maneras a través de la cual lograríamos reforzar
nuestra identidad regional y valores del pueblo falconiano, pu
diera ser incluyendo dentro del pénsum de estudios de Educación
básica y media diversificada, y también en la educación informal,
la asignatura Historia Regional.
Durante varios años, hemos realizado investigación documental,
bibliográfica, de campo y trabajo de recopilación, para finalmente
presentar el primer cuaderno. Al escribir, pensamos en los destina
tarios: niños, jóvenes, escolarizados y no escolarizados; docentes,
amas de casa, agricultores, ancianos; es decir, falconianos que
desean saber un poco más acerca de ellos mismos, sus raíces como
seres producto de toda una mezcla, pero que mantiene intacta su
esencia original.
19
actual estado Falcón, y al sur de este habitaban buena parte del hoy
municipio Urdaneta (Siquisique y quizá Baragua) del estado Lara.
Por las referencias históricas al parecer los chipas y los caquetíos
establecieron una barrera entre el núcleo de los jirajaras a los que
se refiere el historiador Arcaya2 y los que moraban en la cordillera
de la costa de Venezuela, al este del río Yaracuy, en territorio de los
actuales estados Yaracuy, Carabobo y Lara, sobre todo, en Nirgua.
En la opinión de algunos historiadores, esos dos grandes núcleos
jirajaras debían de mantener las relaciones naturales entre tribus
de una misma nación.
En sus estudios sobre el pueblo de los jirajaras, Arcaya sostiene
que a pesar de los diferentes territorios ocupados por estos: los
de Yaracuy y Coro en el norte de Venezuela hasta los de Casanare de
Colombia, estos pueblos tenían un mismo origen. Esta aseveración,
la hace apoyándose en la comunidad del nombre y también en los
rasgos de su carácter y costumbres.
La esclavización de indígenas en la antigua provincia de Coro
se convirtió en una empresa formal desde la llegada de Alfinger.
Durante algún tiempo Coro se convirtió en el mercado de esclavi
zados más importante de tierra firme. En el caso de los caquetíos
no los vendían pero los utilizaban como bestias de carga para las
incursiones al interior. Los jirajaras de la Sierra de Coro tampoco
fueron esclavizados en los primeros años, pero posteriormente los
alcaldes que gobernaban a Coro, así como también el licenciado
Navarro, dieron su permiso para la captura de estos indígenas.
20
Jirajaras, ayamanes y ajaguas
21
afables, abundante cabellera. Y tenían más viveza y capacidad que
otros pueblos.
Caquetíos
22
… el padre de familia quien fija los objetivos de la producción
y reparte estos con arreglo a las necesidades de la masa.
La propiedad de la tierra es comunitaria al grupo familiar, y el
posible excedente sería considerado solamente en casos muy ex
cepcionales dentro de las diferentes comunidades chaquetías como
un instrumento de cambio o trueques mas que en prevención de
escasez de alimentos, que se supone, rara vez se daría.4
4 Ibid.
23
pueblos aportaban unas mercancías que necesitaban sus vecinos
dentro de aquella economía naciente. En lo que se refiere a los ca
quetíos recibían, a cambio, sobre todo maíz, oro de chafalonía,
adornos, etcétera.5
La Sierra de Falcón
24
legendarios pueblos. Uno de los mayores atractivos lo constituye
las Cataratas de Hueque y las mismas son majestuosas y caudalosas.
En el municipio Petit está Cabure, de agradable clima, fundada
el 28 de octubre de 1769. En sus montañas se produce la fruta
típica falconiana, la urupagua, de exótico sabor. Luego está San
Luis, capital del municipio Bolívar, fundada el 25 de agosto de
1600. De topografía accidentada, señoriales casas coloniales.
Otro poblado es Curimagua, el cual fue testimonio de aquel
acontecimiento protagonizado por africanos, loangos, zambos,
indígenas, mulatos y también pardos, quienes se levantaron para
dar así el primer grito de libertad preindependentista, comandados
por José Leonardo Chirino. En este poblado se encuentra el cerro
Galicia (1.500 mts s.n.m.) ubicado a 55 kilómetros de la ciudad
de Coro. Desde su cumbre se pueden apreciar diversos paisajes de
La Sierra y de la capital falconiana.
Otro poblado es Santa Cruz de Bucaral. Muy cerca de esta
comunidad está la Cueva de la Quebrada de El Toro, en donde
existe un lago subterráneo y pájaros guácharos. Allí se encuentra
la sima más profunda descubierta en Venezuela: la sima Elda.
Las tradiciones y costumbres de La Sierra son grandiosas
e interesantes: Danzas de Las Turas, en Mapararí; las salves y dé
cimas serranas, la pavana, los pasacalles, la parranda serrana; sus
instrumentos: la tambora serrana, el pandero, el tambor, el cinco
y media; los rosarios de Cruz de Mayo, el culto al Niño, a San
Miguel Arcángel, a la Virgen de Las Mercedes, a la Virgen del
Rosario, a San Antonio.
25
Coro
26
En diciembre de 1993 Coro y el Puerto de La Vela fueron
declarados “Patrimonio Cultural de la Humanidad” por la
Unesco. Las antiguas casas y templos coloniales construidos
en barro son testimonios de ese patrimonio. Toda una riqueza ar
quitectónica que nos llena de orgullo: Iglesia de San Clemente, la
Casa del Sol, el Balcón de los Arcaya, la Casa de las Ventanas de
Hierro, la Casa de la Familia Soto, la Casa del Tesoro, el Club Bolívar.
El Tinglado de Güide
27
de sus paredes es de ochenta centímetros. No tiene techo; tenía un
portón de madera (dos metros de ancho por tres de alto).
En El Tinglado se asoleaba el oro proveniente de la venta de
esclavizados, de la venta de lana de ovejas, del cacao y el café de Las
Macanillas; de las pieles de ciertos animales. También del cocuy 56
traído desde un sitio denominado Los Alambiques. Esta bebida
era envasada en barricas de roble y trasladada a “lomos” de los
esclavizados al puerto de Taratara, cercano a La Vela (siglo XVII).
La abundancia de agua en los ríos El Limón, San Antonio, Río
Seco, Quebrada de Camargo, Meachiche, Güiito, el fácil acceso
a La Vela desde Coro y la existencia del Camino de Los Indios
–Camino Real–, es decir, la vía que conducía a Angoleta, hoy
centro de la represa El Isiro, pasando por Guaibacoa hasta llegar
a La Vela, permitió a los blancos construir El Tinglado, donde
instalan un comando de operaciones. Desde allí era fácil llegar
a La Sierra, a los ríos, las tierras bajas y la ruta al mar.
Más tarde, don Juan de La Colina al llegar a esta zona como
militar, logra convertirse en un hombre fuerte y muy rico, ex
portador de cacao, azúcar, pieles y aguardiente blanco. Se hace
dueño de toda La Sierra y buena parte del actual estado Falcón.
Colina dominó el comercio de esclavizados, fue dueño de grandes
haciendas utilizando la fuerza de trabajo esclavizada. Supo explotar
el negocio esclavista, siendo punto importante para el mismo la
isla de Curazao. Llevó a cabo numerosos negocios con las tierras
de las que se apropiaba.
Señala el señor Carlos Álvarez, nativo de Santa María y tata
ranieto de Antuén Sánchez, que, de acuerdo con la información
que le dieron a conocer sus abuelos y tatarabuelos, en El Tinglado
“se le colocaba el sello, el carimbo a los esclavos”. Al igual que
28
Carlos Alvarez, lo afirman otros ancianos de la zona: Simón Quero
–hoy fallecido–, Justo Lugo –también fallecido–, Tomás Chirino,
Claudio Lugo.
Patrimonio histórico que debe ser preservado: El Tinglado de
Güide, el Camino Real que conduce a Los Alambiques y pasa por
la Cruz de “con quemao”, la casa de la familia Diez y Falcón. Es
importante recordar que los patrimonios no son propiedad privada.
Patrimonio natural: la cuenca del río Güide, cuyas aguas pasan
cerca de El Tinglado; la Piedra de Campana: marca los límites entre
la posesión de los Diez y la comunidad de La Chapa. En esa zona
aún existe una rara especie vegetal: el palo de Brasil.
Santa María
7 Ibid.
29
Estos africanos fugados de Curazao se convirtieron en la fuerza
de trabajo de los hacendados blancos. Durante muchos años los
africanos y sus descendientes fueron explotados por no ser dueños
de la tierra. Surgieron así haciendas, ingenios, fincas; grandes
fortunas que llevaron a los amos a convertirse con los años en
arrendadores, siendo esta una nueva forma de explotación.
La parroquia Guzmán Guillermo del actual municipio Miranda,
así como el país y América toda sufrió la opresión del “terratenien
tismo”. Luego de la independencia, los morenos libres continúan
manteniendo la tierra como el único medio de producción de
La Sierra de Coro. En Santa María y durante muchos años, los
terratenientes cobraron piso a los menos pudientes, basándose en
documentos redactados en España, otros en Caracas y algunos
aparecen en Coro; aunque la mayor parte de las pruebas de esta
opresión fue quemada en el Cabildo de Coro.
En el año 1920 empieza la lucha y hasta el año 1936 estuvieron
los campesinos oprimidos por no poder pagar las cuotas asignadas.
Los amos soltaban caballos y ganado dentro de los conucos de
aquellos campesinos que no podían pagar la renta de la tierra
donde trabajaban para producir el sustento de la familia.
Gracias a un señor de nombre Juan Perozo (quien era asesorado
por un abogado) se fueron organizando las comunidades, y en
el año 1936 se logró el fallo en contra de los amos por no pagar
los derechos al fisco y se sentenció a favor del pueblo organizado.
A Santa María y Macuquita se les extiende un documento unificado
con el nombre de Santa María y Consolao.
La comunidad de La Chapa tuvo que recaudar fondos con
muchas penurias, ya que era difícil conseguir la moneda; los pobla
dores colaboraban con lo poco que tenían. Lograron así recabar lo
30
suficiente y pudieron comprar esas tierras a una señora de nombre
doña Ana, quien habitaba en Uria. El caserío donde ella habitaba
aún conserva el nombre de “Doñana”. Aparecen los documentos de
propiedad en el Registro Subalterno de Coro, todavía sin ningún
gravamen.
La Chapa
8 Ibid.
31
–trasladados allí desde Curazao– y eran obligados a trabajar en
la Hacienda San Juan de Lugo. La casa de los amos cerca de la
hacienda estaba situada en un lugar llamado La Juvita. Más tarde
esta casa fue llamada “La Casa Grande del Pueblo”.
La Chapa estuvo constituida por muchas aldeas, entre las que
estaban: La Palmita, La Ciénega de Agua, El Palo de Agua (llamada
también Chorros Clocos), El Mamón, El Paují, Los Quemados,
Santa Ana, La Madera (fundada por Valentín Medina). El Paují
y Los Quemados eran y aún lo son zonas de cría de ganado caprino.
Esta zona se extiende hasta El Verde y la Quebrada de Jamuga.
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Mencías, le escribió al coronel Tirso Salaverría que María Anastasia
asistía como soldado, con gran fuerza y valentía. El capitán León
Colina le dio el título de La Capitana de la Federación. María
Anastasia murió el 20 de marzo de 1859, en la batalla de El Palito.
Murió combatiendo por los ideales de la Revolución Federal, en
contra de las opresiones, por la libertad y la paz de la Patria. Por
ello, entregó su vida.
Batalla de Mapararí
33
una especie de portachuelo entre cerros y precipicios al sureste de
Churuguara, en la hoy parroquia de Mapararí.
Ante el avance de Camero, Falcón se replegó desde las posi
ciones que ocupaba entre El Portachuelo de La Ceibita y la sabana
de Churuguara y fue a establecerse en los cerros de La Peñita, po
sición reputada como inaccesible. Allí fue atacado por Camero con
mil efectivos apoyados por una pieza de artillería, pero su ataque
resultó infructuoso. Camero se retiró después de haber perdido
el 50% de sus efectivos. Esta batalla fue una total victoria para el
ejército del general Falcón.
Cabure
11 En: https://es.wikidat.com/info/cabure
34
jurista Ibrahim. Es necesario nombrar también al padre de estos
ilustres hombres, el General Manuel Antonio García. Así mismo al
precursor de la aviación en Venezuela: Carlos Rivero.
Carlos Rivero se dedicó a estudiar hasta donde más pudo, las
leyes de la aerodinámica y la gravitación. Él mismo fabricó unas
grandes alas con tirantes y ganchos para sujetarlas al cuerpo. Y un
día, en 1868, convocó a sus amigos y vecinos para que lo vieran
volar desde una montaña de aproximadamente unos 70 metros
de altura. Desde lo más alto de la cima, por la ladera más recta,
cubierto con las enormes alas, dio el salto. Por breves segundos sus
planos sustentadores lo sostuvieron en el aire, pero no había otro
apoyo y por eso se desplomó y cayó sobre un frondoso bucare.
Cuevas de Acarite
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de los campesinos se reclinan de los farallones calizos que forman el
límite meridional de la depresión.
A mitad del camino entre la cueva y el ramal carretero Curima
gua-Uria, pudimos ver el viejo sendero empedrado colonial
o camino real que una vez unió, siglos atrás, a Coro con Cabure.
Bellamente trazado y ejecutado, muy probablemente por esclavos,
la hermosa cinta de toscos adoquines de roca caliza serpentea entre
flores, naranjos, bucares y aguacates, para luego saltar a una pro
funda quebrada con la recia arquitectura de un hermosísimo puente
colonial de piedra. Más allá de esta obra de los conquistadores his
panos y a la derecha, aparece un modesto arroyo, el Rito de Acarite.
El mismo emerge de la cueva, une sus aguas a la quebrada que pasa
por debajo del puente colonial y finaliza en un sumidero al pie de
un alto risco enmontado.
La entrada a la cueva se hace vía una especie de puente de cemento,
el cual fue construido toscamente por los campesinos con el fin de
permitir mayores facilidades para las mujeres dedicadas al lavado
de la ropa. Este “puente” se encuentra en la propia entrada. La boca
está adornada con varias gruesas estalactitas, cubiertas en parte de
musgo y coronadas con las lianas y plantas que cubren el cerro
de la gruta. Ya dentro del vestíbulo se observa la presencia de una
gran roca sobre la cual se implanta el puente, detrás de la cual se
extiende, durante todo el año, la superficie inmóvil de una laguna
de aguas bastante frías (unos 16°).
En este sitio tuvimos que despojarnos de nuestra ropa durante la
visita de 1967 y, con casco protector, fotóforos, botas y traje de
baño, nos aventuramos a nado gruta adentro auxiliándonos con
una tripa de automóvil inflada. A los veinte metros nos topamos
con un obstáculo impasable: un sifón. En este lugar la bóveda del
fondo se comba y la pared de roca se hunde en las frías aguas sin
permitir el paso…
Fue en agosto de 1973, en la oportunidad en que explorábamos
junto con los espeleólogos ingleses de la Universidad de Lancaster,
invitados a Venezuela por el suscrito para descender los enormes
haitones (simas) de la Sierra de San Luis, cuando por primera vez
36
se pudo conocer el secreto de la cueva… La sequía de ese verano
era espantosa… Al avanzar por la laguna de la entrada notamos que
el agua había bajado considerablemente. Y fue entonces cuando
vimos que sobre la superficie inmóvil de la laguna, al pie de la pared
del fondo, se había abierto una pequeña ventana que permitía el
paso con el agua a nivel de la nariz. ¡El sifón había desaparecido!
Pasamos al otro lado de la estrechísima abertura. Los ingleses,
preparados para una larga permanencia en las heladas aguas de la
gruta, se habían provisto, en su campamento base de Curimagua,
de gruesos trajes aislantes de caucho y de aqualung’s, mientras que
los hermanos Ramón y Jesús Adolfo Hernández y el suscrito, lejos
de suponer este éxito, apenas contábamos con tripas de automóvil
y una enorme voluntad. Así equipados, ingleses y venezolanos, nos
lanzamos cueva adentro chapoteando en el río de la caverna, el
cual a poco se hizo tan profundo que no tocamos fondo. De aquí
en adelante tuvimos que nadar sin hacer fondo la mayor parte del
trayecto. A medida que penetrábamos nos dimos cuenta de la im
portancia del descubrimiento, ya sospechada por el autor desde sus
primeras visitas a Curimagua en 1967. Se trata de un ancho túnel
inundado cuyas bóvedas sucesivas bajan con inquietante frecuencia
casi a nivel de la laguna, obligando al espeleólogo a hundirse o a
pasar con la nariz a ras del agua para poder penetrar en nuevos
salones inundados. Desde luego, a poco se hizo evidente que el
peligro de extraviarse era constante y que había que redoblar las
precauciones. El conjunto de salones contiguos, de 15 metros de
ancho por hasta 45 metros de largo, conforman un lago continuo
con bancos de arena intercalados, con un total de algo más de 400
metros de largo (la cueva tiene un desarrollo de 450 metros).
Entumecidos llegamos finalmente al fondo de la última galería
practicable, una angosta nave. Aquí, a 450 metros de la boca, las
negras y estrechas paredes se hundieron definitivamente tres metros
por debajo de la fría superficie de las aguas, para formar un nuevo
y peligroso sifón, esta vez estrecho e impracticable. Era espeleológi
camente hablando, el final de la cueva.
37
A casi una hora de exploración, los Hernández y el autor apenas
provistos de botas, trajes de baño y sendas tripas como medio de
flotación, empezamos a sentir la peligrosa somnolencia y embota
miento cerebral que trae el frío intenso prolongado.
Conclusiones: el descubrimiento de esta considerable masa de agua
en la Cueva el Rito de Acarite, confirmó plenamente la teoría ade
lantada por el autor en numerosas conferencias y escritos, de que
la Sierra de San Luis se comporta geológicamente como una gigan
tesca esponja de piedra, la cual se colma de agua durante la época
de las lluvias para luego desprenderse poco a poco de ese enorme
volumen hídrico a través de grandes manantiales o surgencias.
Estas surgencias son muy numerosas y se encuentran tanto al norte
como al sur de la sierra. Al norte son famosas: Siburúa, Meachiche,
San Antonio, las cuales alimentan al embalse El Isiro. Al sur se
abren al exterior las enormes surgencias de La Caridad, Hueque
y Mitare, y otras. Para el autor el Rito de Acarite funciona espeleo
lógiamente hablando, como un thalweg y “trop plein”, como una
resurgencia que solo funciona a plena capacidad cuando las preci
pitaciones han saturado la inmensa esponja caliza y elevado la masa
de agua hasta el nivel del puente de cemento o algo más.12
38
MOMENTO II
DIVULGACIÓN HISTÓRICA, LITERARIA
Y CULTURAL DEL ESTADO FALCÓN13
39
Postrar de rodillas, siempre castigando
hasta hacer sumisos y sin libertad.
40
regional y valores de este pueblo, debe ser incluyendo dentro del
pénsum de estudios de Básica, Media Diversificada, en la educación
informal, y a nivel universitario, la asignatura de Historia Local.
Desde el año 2000 la Asociación Cultural “José Leonardo
Chirino”, viene ejecutando el proyecto de “Divulgación histórica,
literaria y cultural” en comunidades de las parroquias Curimagua
(municipio Petit) y Guzmán Guillermo (municipio Miranda),
mediante talleres de Recuperación de la Historia Local dirigidos
a niños, jóvenes, adultos y personas de la tercera edad.
41
y se llega a las Cuevas de Acarite. Contamos con la presencia del
Grupo de Rescate “Los Halcones”, de Cabure, cuyos integrantes ya
nos estaban esperando en el sitio. Este grupo es dirigido por el jefe
de operaciones Wilfredo Borges, quien dio las recomendaciones de
rigor, tanto a los “baquianos” como a los que visitábamos la zona
por primera vez. A estas orientaciones se unieron las del presidente
de la Asociación Cultural, señor Juan Ramón Lugo, hombre nativo
de La Sierra y gran conocedor de todos estos caminos: “Tengamos
cuidado, no se sabe donde está un ‘boca fría’ o un ‘cabeza de sapo’,
estamos en el espacio de los mapanares”.
Al llegar a una de las cuevas, el señor Lugo señala:
42
danza– las turas, para dar gracias a la naturaleza por la cosecha; acá
(en Acarite) se hacía otro ritual para dar gracias a los dioses por toda
la naturaleza divina que aquí nos provee a cambio de nada.
43
de diversas especies vegetales y animales. El hombre diariamente
comete un crimen: deforesta extensas áreas de bosques y selvas.
Ante tanta destrucción y contaminación, la alternativa está en la
conservación de la vegetación.
Refiriéndose al antiguo Camino de los Españoles, uno de los
presentes formuló una pregunta a la que el señor Lugo respondió:
Los jirajaras y otros pueblos pasaban por este camino real. Este
camino fue primero de los aborígenes y después de los españoles.
Los españoles probablemente aprovecharon la fuerza de trabajo es
clavizada e hicieron que los africanos cargaran piedra, quien sabe
de cuántos ríos para engastar este camino en piedra (es de suponer
que la gente y las bestias se atollaban en el barro).
44
No hay persona más conservacionista que el conuquero y el pe
queño productor, y no hay personas más destructoras que el
ganadero y el contratista que trabaja con cemento. Esta Sierra de
bemos cuidarla porque de ella dependemos todos; depende nuestra
vida, la vida de los falconianos. En ella está la riqueza más grande:
el agua.
Continúa:
45
Este camino todavía se utiliza porque la comunidad de Acarite se
surte de alimentos en Cabure.
Ya estamos llegando al Hondo del Guarataro, donde tomaban
aliento todos los que habían subido y bajado el cerro de Los
Tambores. En este hondo se produce mucho la guanaina, con la
cual se obtiene música: el riqui-riqui. Hace tiempo fue zona donde
se produjo el capacho. Uno de los “baquianos” –señor Piñere– ex
plica que le sacaban el jugo; tomaban la harina para hacer atol de
capacho; hacían arepa: le echaban panela, amasaban y obtenían
una sabrosa arepa.
Pasamos así por una zona plana a la que dan el nombre de “El
meadero de los burros”, porque aquí los burros orinaban, tanto los
que subían como los que bajaban. A poca distancia de este sitio
está un sector al que denominan “El ánima de Juvenal”, llamado
así porque precisamente en ese sitio “aguaitaban”, esperaban a una
persona, y resulta que quien pasó fue aquel señor de nombre Juvenal.
Él se detuvo a encender un cigarrillo o tabaco; le apuntaron desde
el monte, le dieron un “lamparazo” y quedó muerto. Hay allí un
nicho y una cruz.
Llegamos luego a El Alto de Guarataro; en la cumbre aparece
una cruz que lleva el nombre del “Descansadero” o “Las Crucecitas”.
Si una persona termina de subir, venga al “revés” o al “derecho”,
es decir, venga de Acarite o de El Bucaral, allí descansa, coge un
poquito de aire. Estando en este sitio, ocurrió un incidente un tanto
desagradable: una culebra “tigrera” pasó por encima del pie de una
las niñas de la Dra. Egdy Sangronis. Luego del susto, continuamos.
Hemos recorrido ya seis kilómetros, y los excursionistas pro
venientes de las tierras bajas ya muestran signos evidentes de can
sancio, no así los nativos de La Sierra. Después de pasar la peña,
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llegamos al sitio llamado “Los caras sucias”. El origen del nombre
tiene su breve historia: algunas personas que vivieron acá o habi
tantes de este lugar. Luego de pasar el Cerro El Guarataro, donde
cualquiera pasaba y pedía agua, se la daban en una totumita de
tapara de palo (ese era el vaso). Estas personas que vivían allí jamás
se lavaban la cara, tampoco se bañaban porque hacía mucho frío.
Aquí llovía durante ocho meses consecutivos, y era muy difícil
“zumbarse” un totumazo de agua en el cuerpo, y por eso ni siquiera
la cara se la lavaban.
El próximo sector al que nos acercamos, siguiendo por el an
tiguo camino, se denomina “Los Pocitos” (empezando a bajar
hacia El Bucaral). Se llama así porque había unos nacimientos
que siempre tenían agua. La gente hacía su totumita con hoja de
guanaina y con ella tomaba agua fresquita del manantial.
Los excursionistas ya empezaban a impacientarse, cuando pa
samos por El Boquerón de Cabure. Bajando se observan dos matas
de mango en el sitio donde un hermano mató a otro. El muerto
se llamaba Serafín Molleda. Cuenta la gente que el asesino quería
hacer ver que su hermano se había caído sobre una estaca, y que
esa era la razón de su muerte, pero cuando el médico examinó el
cuerpo no encontró ninguna estaca, sino una bala. Así se descubrió
que su propio hermano era quien había dado muerte a Serafín.
En el lugar hay un gran jobo que le hace sombra al sitio donde
cayera Serafín.
Aproximadamente a la 1:20 p.m. llegamos a la Posada “El
Duende” ubicada en El Bucaral de Cabure. Algunos se notaban
cansados, otros no. Pero todos aprovechamos para descansar
antes de subir al transporte que nos llevaría a la Casa de la Cultura
de Macanillas, en donde compartiríamos las incidencias de esta
47
maravillosa excursión. Mientras permanecimos en la posada, recor
damos un hecho importantísimo y motivo de orgullo para Cabure y
Falcón: en nuestro estado nació el pionero de la aviación en Venezuela.
En el año 1868, en el caserío El Naranjito –a un kilómetro de Cabure–
un ciudadano de nombre Carlos Rivero S., conocido por su genialidad
e inventiva, había diseñado y construido un artefacto parecido a lo
que hoy se conoce como “ícaro”. Se lanzó al vacío desde una colina
(El Farallón) con el propósito de conquistar alturas volando como ave.
Al llegar a la Casa de Cultura de Macanillas, pudimos disfrutar
de momentos muy agradables como los que nos brindaron los
señores Ignacio Sánchez, Luis Antonio Molleda y Pedro Molleda,
de Los Patiecitos, quienes accedieron a contarnos viejas historias de
duendes y encantos, en diversos sitios de esta hermosa sierra. Al
finalizar la jornada, el grupo de “Santos y sus Muchachos” hicieron
bailar a los presentes con varios merengues serranos.
48
y América durante la colonia. Así mismo el proyecto de la Ruta
Heroica pretende hacer vigente la acción de este cimarrón, en el
escenario de la realidad de Falcón, de nuestro país, y también de
América y el Caribe, pero sobre todo, que sea conocida dicha acción
en las escuelas falconianas y venezolanas. La autoría del mismo
corresponde a la Asociación Cultural “José Leonardo Chirino”,
miembro de la Red de Organizaciones Afrovenezolanas.
Esta Ruta Heroica se programó inicialmente con dieciocho
estaciones, a las cuales hubo que hacerle algunos cambios por
disposiciones y decretos gubernamentales relativos a las carreteras
de Falcón. La primera estación se inicia, para quienes habitan
las tierras bajas, y/o para el visitante (que va a subir a La Sierra),
en la población de Caujarao. Esta estación se subdivide en tres.
Caujarao es un sitio de gran importancia histórica. Allí funcionó
durante mucho tiempo la alcabala en donde Juan Manuel Iturbe
–recaudador de impuestos durante la colonia– cometía abusos
contra aborígenes, africanos, zambos, mulatos, pardos, cobrándoles
excesivos impuestos. Además, fue en Caujarao el sitio donde se
produjo el enfrentamiento entre milicianos blancos y los insurrectos
el día del levantamiento. Y el otro elemento histórico de impor
tancia está en el hecho de que en esta población fue colocada una
de las manos del héroe Chirino, luego de ser ejecutado el 17 de
diciembre de 1796, previa sentencia de morir en la horca el día
10 de ese mismo mes y año, por la Real Audiencia de Caracas.
La cuarta estación está ubicada en el sector La Toma, sitio
donde se encontraría José Leonardo Chirino con sus oficiales
Juan Cristóbal Acosta, Juan Bernal Chiquito, Juan de Jesús Lugo,
Pedro Toyo el día 11 de mayo. Hoy en ese sector existe una
plaza y hubo una estatua del héroe Chirino, la cual fue robada.
49
La quinta estación está a la entrada que conduce a la población de
Arenales, ruta seguida por Juan Cristóbal Acosta, luego que bajara
de Macanillas por Los Patiecitos y Quiragua, rumbo a Caujarao.
La sexta está localizada en la población de La Negrita, y su impor
tancia consiste en el hecho de que a unos cinco kilómetros hacia
el sur se encuentra El Tinglado de Güide, al mayor depósito de
esclavizados durante la colonia.
Luego tenemos la estación séptima: Camino de los Morenos
Libres (Llano de la Cabezona) que empalma con el de los negros,
al pie del cerro. La octava estación está a la entrada de Macuquita,
pueblo de guineos y loangos, y conduce a la aldea de Guanare, lugar
al que se dirigió José Leonardo Chirino en busca de refuerzos el
11 de mayo de 1795. Las tierras de Macuquita fueron defendidas
por José Caridad González ante las Cortes de Madrid. Luego está
la estación novena: la Quebrada de los Morenos Libres: vía que
conduce al pueblo de Santa María, fundado por morenos libres
(siglo XVIII).
Así llegamos a La Chapa, o estación décima. Pueblo fundado
por malíes. Se llamó San Juan de Lugo hasta el siglo XVIII.
Siguiendo por la vía, y a unos trescientos metros contados a partir
de la orilla de la carretera (frente a la Escuela Bolivariana “Juan
Ramón Lugo”), se encuentra la Cueva de Morano, o estación
decimaprimera. Según la tradición, el cacique Morano y su pueblo
utilizaron esta cueva para escapar del dominio de los españoles.
La estación decimasegunda está ubicada en La Juvita. Aquí
funcionó la Casa Grande del Pueblo (habitación de los coloni
zadores); a 400 metros se halla la Cruz de San Juan de Lugo.
La estación decimatercera está en El Acortadero (La Cumbre):
a La Cumbre se le llamó de esta forma porque hace muchos años
50
quien pasaba con los arreos, recortaba la gurupa, el “arristranco”,
la cincha a la bestia, ya que al subir se alargaban los implementos
del apero. Antes de llegar al Acortadero está el Caño de Güide,
por donde bajó un grupo de insurrectos que venían del Partido
de San Diego, rumbo a Caujarao el 11 de mayo.
Estación decimacuarta: Hondo de Uria. Pueblo fundado por
loangos y quienes fueron expulsados por los milicianos blancos
en nombre de los amos. Este grupo de loangos se asentó luego en
tierras de Macuquita.
Estación decimaquinta: sector El Pardillo. Entrada al Camino
de los Españoles, el cual lleva a Cabure. A dos kilómetros se lo
caliza Las Cuevas de Acarite (gran nacimiento de agua y una de
las entradas al lago subterráneo más grande de América Latina).
También encontramos el puente de piedra de los españoles, cons
truido durante la colonia.
Estación decimasexta: Macanillas, antigua hacienda que debe
su nombre a la palmera de la Macana. En este sitio se gestó el
movimiento insurreccional de José Leonardo Chirino.
La Ruta Herorica fue inaugurada el 10 de mayo de 1997 y las
primeras estaciones se pudieron realizar con el apoyo del Consejo
Nacional de la Cultura. Hoy en día las estaciones han desapa
recido, ya que en su mayoría fueron fabricadas en metal, salvo las
de Macuquita y Santa María.
51
Música tradicional serrana:
Salveros de San Hilario
52
cantando la décima La Arigua. El señor Juan Eleuterio no encon
traba quién hiciera “el pujío” al cantar esta décima. María aceptó
acompañar al grupo a Cabure durante la I Feria de la Urupagua.
María aclara lo que es un pujío, diciendo: “Es un sonido como
ahogado en la garganta (con los labios apretados), pero se expira
el aire por la nariz”. Para aquel momento el grupo formado por:
Juan Eleuterio Chirino, Magin Medina, Manuel Lorbes, Jesús
Colina, Perfecto Carache e ingresaba la hija de Juan Eleuterio.
María recuerda lo que su papá realizaba como salvero (década
de los años 20, 30): los “velorios de cruz” (o pago de promesas) se
llevaban a cabo en Pueblo Aparte, Caritupe, El Cantón, Cabure,
San Hilario. Durante los mismos se cantaban salves como: la de
la Paz, Salve Regina, Salve de la Pasión. En San Hilario, la cruz
era vestida por Carmen Parménides Medina y María Chirino.
El velorio, por lo general, se iniciaba a las 8 am. y finalizaba a las
7 de la noche.
“Velorios de angelitos”: algunas veces un niño nacía muerto
o moría luego de nacer; se acostumbraba, por ejemplo, que el
padre “sacara” al niño con salves. Existía la creencia de que los
ángeles del cielo vendrían a encontrarlo porque iba acompañado
de salves. Se interpretaban salves como: Salve de la Virgen María,
Salve de los enfermos, el Niño Jesús.
“Promesas”: si, por ejemplo, alguien se enfermaba, entonces un
familiar u otra persona le pedía a la cruz (en el sector Las cruces)
por la salud del enfermo. Hacía la promesa, que luego era pagada
a través de las salves interpretadas por el Grupo de Salveros el
día 3 de mayo. A este grupo se le contrataba y le cancelaban una
cantidad de dinero que más bien era simbólica. Ocurría muchas
veces que eran tantas las promesas, que no alcanzaba el día 3,
53
y se tomaba el día de la “octavita” para pagar la promesa (ocho días
después). Señala María: “Cuando uno le debe una promesa a un
santo, tiene que pagarla, porque ellos –los santos– cobran como
si uno le debiera a una persona”.
En cuanto a los “Rosarios por fuera” (procesión), recuerda
María que los mismos se realizaban en honor a algún patrono. Así
por ejemplo, en Hueque, se celebraba –y aún se celebra– las fiestas
de San Antonio el día 13 de junio. Esta tradición la ha mantenido
la señora Eliana Chirino. En El Ramonal, los días 30 y 31 de
agosto se celebraban las fiestas de San Ramón Nonato (año 1928).
Esta tradición la mantuvieron familias como: Chirino, Colina,
Ortiz, Zárraga. En San Hilario –21 de octubre– los rosarios por
fuera eran realizados por las familias Chirino, Rivero, Castellano
y Morales. En Pueblo Nuevo de La Sierra, se hacían en honor
a Santa Bárbara. Es la familia de la señora Eva Chirino quien ha
mantenido viva esta tradición en ese sector.
En el Quinto Festival
de la Décima Serrana,
le canto a José Leonardo
al despertar la mañana.
54
José Leonardo Chirino
fue hombre de valentía,
hizo la revolución
por toda la serranía.
El Zambo de Macanillas
dirigió gran movimiento
por su raza esclavizada
que vivió duros tormentos.
55
Salves, pavanas, pasacalles, romances, estribillos
56
Pavanas: los descendientes de africanos asocian este ritmo al látigo que
le echaban los amos a sus siervos y esclavizados. En esta región se le
llama “monda”, pavana, “una pela”. Es una música lenta y grave. Para
su interpretación se utilizan los instrumentos antes mencionados.
Pasacalle: es un ritmo lento (solo se toca en Navidad) que se
atribuye al paso de la parihuela, ejecutado por cuatro hombres,
quienes llevan en hombros a un enfermo, un muerto, al amo; y van
al mismo paso, guiando este un pujido que lleva el movimiento.
Romance: composición que presenta la misma estructura de las
traídas por los españoles (número indeterminado de versos octo
sílabos, rima asonante en los versos pares y libre los impares), se
canta en diciembre y tiene como motivo la celebración de las fiestas
en esa fecha.
Estribillo: se canta luego de cualquiera de estos ritmos: pavanas,
pasacalles y romances.18
18 Ibid.
19 Juan Ramón Lugo y Fulvia Magdalena Polanco Bravo, Entrevista
a Lucía Colina. Macanillas, abril de 2000.
57
nacimos en La Sierra, y vemos pasar gobiernos y más gobiernos
–como quien ve pasar la caravana– sin que se observen cambios en
las condiciones de vida de estos pobladores. En cierto modo ha
sido “una caravana”, pero de politiqueros que solo se acuerdan de
Macanillas y Los Patiecitos en época de elecciones y luego se les
olvida que estas comunidades existen. Lucía Colina, una decimista
que le canta a José Leonardo, pero también al olvido en el que se
encuentran esos pueblos serranos, antiguas haciendas, escenario
del alzamiento de los esclavizados.
Lucía cuenta cómo aprendió a componer y a cantar décimas:
Ayer en el Dividive/ se oyó una voz que en enero/ reclutaban los sol
teros/ los hombres mozos y libres/. El casarme es imposible/ porque
no tengo esposa/; una mujer llevé hasta la fosa/. Yo fui casa del Pre
sidente/ como hombre varón que soy/ y a sus órdenes estoy/ donde
quiera que me encuentre/. De servirle humildemente/ cuando
se llegue la hora/. Yo no me aflijo ni lloro/ servirle a la capital…
20 Ibid
58
Lucía Colina ha participado en las dos últimas ediciones del
Festival de la Décima Serrana a José Leonardo, en Macanillas. Tanto
en el año 2001 como en el 2002 obtuvo el primer lugar en la categoría
Calidad Interpretativa con hermosas décimas dedicadas al Zambo
Chirino. Es importante destacar que para el momento de la impresión
de este cuaderno, Lucía ha escrito más de treinta y siete décimas.
Lucía Colina, ama de casa, madre de familia, decimista…
mujer serrana que al igual que muchos de sus coterráneos, sufre y
espera… Quisiera ver hechas realidad las múltiples promesas que
durante todos estos años y meses atrás han hecho los políticos
que han llegado a Macanillas, Los Patiecitos, San Vicente, San
Juan de Ulúa, Los Peladares… a buscar votos… votos-escalera.
59
II
José Leonardo Chirino
fue un hombre muy
luchador.
Hombre que con gran valor
a su tierra defendió.
III
Por eso es que a este negro
con honor le canto yo;
y mientras exista en la tierra
nunca lo voy a olvidar
para con eso pagar
toda su inmensa bondad.
IV
Que se dispuso a morir
y quiso darnos libertad.
La plaza Las Macanillas
su nombre debe llevar
para honrar con su memoria
y la siembra cultivar.
V
Este pueblo se merece
su cultura popular,
con el nombre de este Zambo
no más para comenzar,
60
para remover las raíces
que pensaban olvidar.
VI
Hoy los afrodescendientes
venimos a investigar
el origen de nosotros
para aprender a luchar.
VII
A los negros pelo duro
nos miran de medio lado,
pero este negro nos dio
lo que otros no nos han dado;
que fue nuestra descendencia
y dejarnos liberados.
VIII
Para mí José Leonardo
es un segundo Jesús;
que cuando cargó la cruz
para morir por nosotros
IX
Otra esclavitud, señores,
jamás se puede aceptar,
lo que Leonardo quitó
y con su vida pagó.
61
X
Y Bolívar que siguió
su ejemplo, nos libertó;
pero José fue el primero
que los caminos abrió.
62
esclavitud, pero también en nombre de San Juan los africanos y sus
descendientes aprovechaban estas fiestas para buscar su libertad.
63
familias Sangronis Ortiz, Sangronis Dirinot y Sangronis, continúan
con la tradición de “sacar” el Rosario. La tradición de la festividad
de San Juan había quedado relegada en el rincón del olvido, hasta
hace poco, cuando la comunidad ha retomado esta fiesta como
parte importante de preservación en el pueblo de La Chapa.
En la comunidad de La Chapa sus pobladores trabajan la tierra
con sentido conservacionista. Hombres mayores y algunos adultos
suben en sus bestias a la montaña a cultivar algunos frutos…
Hombres y mujeres curtidos por el sol, quienes al igual que nuestros
ancestros conservan intactas sus costumbres y creencias: Francisco
Colina, José Amalio Quero, José Ángel Álvarez, Ramón Colina,
José Ángel Colina, Félix Colina, José Amalio Álvarez, los hermanos
Saúl, Regino González, María Quero, Alberto Sangronis.
Ha sido tesonera la labor llevada a cabo por el señor Francisco
Colina, la señora Juana Álvarez, la Familia Zavala, Claudio Lugo,
el hoy desaparecido “Maestro” Justo Lugo, en mantener vivas las
tradiciones y creencias religiosas.
En el trabajo por lograr las reivindicaciones sociales para la
comunidad, encontramos a la Dra. Egdy Sangronis, a la señora
Ruth de Sangronis, al señor Francisco Sangronis, al señor Ignacio
Colina, al Dr. Pedro D’Armas, la enfermera Valentina González.
64
Reina Álvarez C., a quien preocupa mucho la sustitución de va
lores, tan característico de esta época y que tanto daño causa en
las nuevas generaciones. Esto ha llevado a esta Asociación Civil
a organizar el “Encuentro de Salveros Afrodescendientes”, hasta
ahora en sus dos ediciones, en el marco de la Festividad de San
Juan, el día 24 de junio.
Es de destacar que en el trabajo de preservación cultural, el
cultor Francisco Colina ha sido un baluarte. El señor Colina se
inicia como salvero a la edad de 16 años (año 1945). Fue dis
cípulo de Valentín Medina. Aprendió a preservar las tradiciones
religiosas de su pueblo no solo del señor Medina, sino también de
José de Jesús Colina y Perfecto Colina. Aprendió de ellos lo relativo
a las salves, los rosarios por fuera, los decenarios de ánimas y lo
referente a las fiestas patronales de Santa Ana, de San Antonio, de
la Virgen del Carmen. Siempre es invitado especial en las fiestas
patronales de algunas comunidades de la parroquia Guzmán
Guillermo, como Siburúa, en el sitio denominado caquetío; en
“Llenemo”, Macuquita, Santa María, La Ciénega. El señor Colina
siempre ha interpretado las salves a “lo divino” (rosarios por fuera,
en el templo). Es el señor Colina un hombre de vida espiritual
concentrada en la devoción de las ánimas. Por otra parte, es muy
respetado en las comunidades de la parroquia Guzmán Guillermo,
por sus conocimientos clericales. Hablando de la devoción del
Niño, patrono de La Chapa, indica: “Cuando yo era un niño, ya
el culto al Niño Jesús era una costumbre arraigada en La Chapa”.
65
VIII Festival de la Décima Serrana
66
de Macanillas; Grupo de Salveritos de la Unidad Educativa “Pedro
Pablo Rodríguez”, de Uria; “Salveritos de San Hilario”, de la comu
nidad de San Hilario; “Salveritos de El Bucaral” de Cabure; “Niños
Cantores” de la Escuela Bolivariana Las Puentes; Niños Cantores
Escuela Bolivariana de San Pablo; “Salveritos de San Juan” de la
comunidad de La Chapa; “Salveritos de San Miguel Arcángel” de
la comunidad de Macuquita; Niños Cantores de la Escuela Básica
de La Negrita y “Salveritos de La Pitahaya” del municipio Falcón,
península de Paraguaná. Como invitados especiales se hicieron pre
sentes “Salveros de San Hilario”, “Salveros de Baracara”, “Salveros
de La Pitahaya”, la cantora Lucía Colina, de Macanillas.
El Festival de Décima Serrana a José Leonardo Chirino se
ha convertido en un proyecto para la preservación, difusión
y divulgación de los valiosos aportes de los afrodescendientes en
la conformación del pueblo falconiano, ya que los niños, además
de cantarle al héroe Zambo Chirino, van apropiándose a través de
los talleres anuales, de esos valores, con lo cual se busca afianzar la
identidad local, el sentido de pertenencia y arraigo en los niños.
67
Entre las mejores maderas para la fabricación de instrumentos de
percusión está el aguacate, el aguacatillo, el aceituno y el cedro. La
cocuiza y la guarura no son buenas. La cocuiza no da sonido. Hay
quien la usa pero no es buena, además no tiene durabilidad. Si se
le pasa lija o cepillo queda en el bagazo. En cuanto a la guarura no
tiene resistencia, es un palo débil y se puede “ir”. En cambio las otras
mencionadas al principio, tienen resistencia, aguantan golpes.23
68
Luego de tallar el rolo en su parte interior, se procede a cepillarlo,
lijarlo y pulirlo. Una vez que ya está trabajado de esta forma, se procede
a “armarlo”. En el caso de la tambora, se hacen unos aros de bejuco
–para empezar–, luego se le monta un aro de tabla, que se hace con
una madera verde para que pueda dar la forma ovalada y redonda.
Se monta un bejuco sobre el cuero, el cual puede ser de picure
o de chivo. El de picure es escaso y produce mejor sonido que el
cuero de chivo. Luego de montado el cuero y el aro, se le pone una
cabuya fuerte (en forma de triángulo vertical). Debe ser resistente,
que no se parta cuando se hale para apretar. Así mismo se le hace
unas “gasas” (horizontales) y se pone a “secar” la tambora. Las
gasas sirven para apretar y aflojar sin que sea preciso desbaratar.
El artesano Víctor Castro hace la siguiente observación: en re
lación a la temperatura del lugar en donde se fabrica una tambora
o tambor, debe ser en el frío, porque este no afecta al cuero, en
cambio si se fabrica en un sitio de calor, al llegar al frío, el tambor
“se apaga” o se afloja.
Explica el artesano: si se hiciera una tambora al mediodía, se le
pone al sol y ya para la tarde estaba sonando, pero en la noche no
suena, es decir, se “se secó a juro”. Y si por el contrario, se elabora
y se pone a “secar”, por ejemplo, en donde haya una temperatura
baja, posteriormente el frío no lo afecta.
El cuero: para limpiar y secar el cuero se usa ceniza o cal; cuando
ya esté seco, se vuelve a mojar (con agua) y se le echa la cal por
fuera (por donde está la piel).
La ceniza se le pone por dentro (donde estuvo la carne del
animal). Para que el cuero suelte el pelo y quede blando, se mete
en cal unos cinco o seis días. Cuando el pelo se ablande, se raspa
el cuero con un cuchillo (como raspar un cochino).
69
El cuero trabajado con cal o ceniza se diferencia del trabajado
con sal, porque el primero es duro, en cambio, el segundo queda
muy flojo y no da sonido en frío. Dice el señor Castro que si uno
fabrica un tambor o tambora cuyo cuero haya sido trabajado con
sal, siempre que “venga” el frío, se pone flojo. Si el cuero tiene sal,
el instrumento no queda bien; se ve y suena bien en caliente, pero
no en frío. El frío resume la sal y el cuero no se pone tenso. La sal
penetra y aun cuando se lave, no sale de ahí.
24 Ibid.
25 Fulvia Magdalena Polanco Bravo, Entrevista a Juan Ramón Lugo.
La Chapa, marzo de 2000.
70
Cinco y media
26 Ibid.
71
Desde siempre los serranos le han atribuido al juego de cuerdas
el símbolo de una familia: la primera, el bordón, es el padre (sonido
grave), las tres siguientes, son hijos mayores de la cuerda llamada
“quinta”, la cual asocian con la figura de la madre; y el “tiple”
o media cuerda, es el hijo “natieco” de esa familia.
Como se indicara líneas arriba, esta media cuerda se toca con
el dedo meñique produciendo un sonido más fino que las cuerdas
restantes.
Los salveros, decimistas y coristas cantan en número de cuatro:
el solista con una voz bastante grave, se adecúa al sonido del bordón.
El que secunda al solista se adapta al sonido de la “quinta” con
una voz más aguda; los dos restantes repiten lo interpretado por
los dos primeros. Al tocar los ritmos serranos, el cinco y media es
acompañado por la tambora, el pandero, las maracas y una charrasca
de cacho de toro. Hoy esta charrasca ha sido sustituida por un
güiro de acero inoxidable.
72
Cultura “Mario Briceño Perozo”, de Macanillas. Es de destacar que
en el caso concreto de la señora Carmen Romelia Borges27, desde
el año 2000, ha sido instructora en los talleres de artesanía dirigido
a niños, jóvenes y adultos, dentro del Proyecto de divulgación
histórica, literaria y cultural y del Intercambio cultural infantil,
que la Asociación Cultural José Leonardo Chirino y la Casa de la
Cultura hemos implementado.
El tejido en bejuco data de nuestros antepasados aborígenes
jirajaras, ayamanes y ajaguas; y así se ha ido trasmitiendo de una
generación a otra; hasta el punto de que aún permanece viva esa
tradición. Antiguamente se realizaba el tejido con técnicas tradicio
nales, ya que solo se cortaba el bejuco y luego se procedía a tejerlo.
En la tradición agrícola de La Sierra está el origen del tejido
del canasto, por ejemplo, para recoger el café. El canasto es una
cesta grande que se utiliza para la recolección de la cosecha: maíz,
caraota, café, etcétera. Es una tradición tan extendida que en el
rincón de cada casa en la serranía se puede observar un canasto.
Para la elaboración de otros productos (muñecas, sombreros,
cofres, lámparas, etc.) el trabajo es más laborioso, con más cuidado
y consume más tiempo del artesano, ya que elabora pensando en
los clientes que puedan adquirirlos.
73
2. Raspar con un cuchillo toda la corteza del bejuco.
3. Se procede luego al tejido de la forma siguiente:
a. Se cortan ocho bejucos de acuerdo al tipo de objeto que se
va tejer (canasto, cesta, panera, soles, etc).
b. Con un bejuco más fino se entrecruza de tal manera que
cuatro hebras queden hacia arriba y cuatro hacia abajo.
c. Después se va cruzando el bejuco de tal manera que se
vayan alternando arriba-abajo, hasta formar un redondel
que será el fondo del objeto del tamaño deseado.
d. Al llegar a este punto se doblan los ocho bejucos que con
forman la base para dar forma de cilindro y se continúa
tejiendo, dando la forma y la altura que se quiera.
Finalizado el tejido, se procede a barnizar. En el caso de los
soles, cestas y paneras, se suele adornar con algunas flores hechas
con hojas de jojoto y mastuerzo disecadas.
El bejuco moreno, se utiliza para tejidos rudimentarios y el
bejuco morrocoy, se utiliza para tejido fino.
74
Al conversar con esta excelente artesana28, nos enteramos que
aprendió a tejer hamacas siendo apenas una niña, con solo ver
a una prima; indica la señora Prudencia que ella todos los días se
dirigía a la escuela y la veía tejer. Una tarde de regreso a su casa,
ella misma construyó un pequeño telar, y se dispuso a tejerle una
hamaca a su muñeca. Al cabo de pocos días había elaborado su
primera hamaca. Hoy, luego de los años transcurridos, y siendo aún
una abuela muy laboriosa, la señora Prudencia ha sido instructora
en la Casa de la Cultura Mario Briceño Perozo en el Taller de Tejido
de Hamacas dirigido a las comunidades aledañas a esta Casa.
La señora Prudencia es también una persona profundamente
religiosa y muy colaboradora. Forma parte de la Asociación Civil
de Macanillas, cuyos miembros organizan en el mes de mayo los
actos conmemorativos de la Gesta Libertaria del Zambo Chirino;
en el mes de junio las fiestas patronales de esta comunidad en honor
a San Antonio, y como estas, otras actividades más. Así mismo,
ha brindado su colaboración en los proyectos llevados a cabo por
las Asociaciones Civiles José Leonardo Chirino y Asociación Civil
Casa de la Cultura Mario Briceño Perozo.
Materiales:
02 palos de madera de 2 mts. de largo y de 10 cm. de grosor.
02 palos de madera de 1,20 mts. de largo y 10 cm. de grosor.
Pabilo (unicolor o de muchos colores). 4 varillas.
75
Procedimiento: se arma un telar con los palos de madera: los
más largos en forma vertical y los cortos en forma horizontal,
amarrados con un cordel.
Se arma la hamaca de acuerdo al tamaño deseado, de la forma
siguiente: en la parte superior se pasa el pabilo por encima del
telar, y en la parte inferior va por debajo y siempre debe ser none
(impar). La hebra que queda sola es la guía.
Se va entrecruzando de atrás y de adelante, y se pasan dos varillas
de tal forma que una va hacia arriba y la otra hacia abajo. Luego se
vuelve a entrecruzar y se pasan dos varillas más y se llevan arriba
y abajo, y se sacan las anteriores, y así sucesivamente hasta que el
tejido llegue al centro de la hamaca. En este punto se le pasa un
cordón llamado tripa que se hace del mismo pabilo.
Posteriormente se coloca la cabuyera, como ya sabemos, en el
extremo superior e inferior de la hamaca. Para ello se suele poner
dos púas clavadas en el suelo, de una distancia de 90 cm. aproxi
madamente y se dividen los cabos de la hamaca en partes iguales
y se va atravesando el cordel, entrecruzándolo en las dos púas y al
final se le hace un remate para que no se suelte.
76
importante: el amor inconmensurable hacia Dios todopoderoso,
a la familia y hacia nuestros semejantes. Un día, en el año 1998,
se acercó al señor Juan Ramón Lugo, presidente de la Asociación
Cultural José Leonardo Chirino, y le manifestó su deseo de incor
porarse al trabajo de preservación de las manifestaciones culturales,
que desde hace largos años venimos realizando.
En ese trabajo de animación cultural llevado a cabo en La Sierra,
a través de los reencuentros de comunidades, Reina Álvarez se des
cubrió como una gran compositora lo que le permitió en los años
2000 y 2001 participar en el III y IV Festival de Décima Serrana,
obteniendo en ambas oportunidades el primer lugar en la categoría
Mejor Letra. Con sus orientaciones logró incentivar a jóvenes
de su comunidad a fin de que se conformaran como agrupación de
música tradicional serrana: “Los Parranderos de La Chapa”, cuyos
integrantes participaron en el V Festival de Décima Serrana el
5 de mayo de 2002. Así mismo, Reina Álvarez ha impartido en la
Casa de la Cultura de Macanillas talleres de tejido de alpargatas
y también de dulcería criolla.
La Red de Organizaciones Afrovenezolanas ha organizado desde
el año 2001 una serie de Encuentros Nacionales, y Reina Álvarez
ha intervenido en los mismos, lo cual le ha permitido un mayor
crecimiento personal, la reafirmación de los valores que le han
inculcado desde pequeña y la adquisición de una clara conciencia
acerca de los derechos de los afrodescendientes.
77
Tejido de alpargatas. Materiales y procedimiento
Materiales:
Triángulo, agujas (grande, pequeña y punta roma), pabilo de
diferentes colores, suela, navaja, hormas, cordel.
Señala la artesana Reina Álvarez:
30 Ibid.
78
Para tejer la talonera se procede de igual forma que la capellada,
solo que esta debe ir armada en el triángulo por la parte más ancha
de la capellada hacia atrás. Por lo general se hace de doce pares de
hebras de pabilo. Una vez terminadas estas dos piezas, se colocan
en la horma llamada tabla, para hacerle las piezas.
Las piezas deben armarse con la aguja punta roma para no
romper la capellada ni la talonera (Nota: el tejido siempre será
el mismo).
Para colocarle la suela, esta debe cortarse de acuerdo al tamaño
de la capellada ya terminada y con una navaja se le hacen taladros
por donde debe pasar el cordel y el extremo de la capellada.
79
MOMENTO III
DIVULGACIÓN HISTÓRICA, LITERARIA Y DE
CULTURA POPULAR DEL ESTADO FALCÓN31
81
de la mansedumbre que esclavizado lo hacía
y sin tregua alguna buscara igualdad.
Sabaneta
82
Indica el Dr. Cruz A. Graterol Roque32, al referirse a Sabaneta
que es una sabana pequeña rodeada de colinas de poca elevación que
la hacen parecer un valle. Dice además que esta comunidad fue en
sus inicios un terreno para criar ganado que luego se embarcaba
con destino a la isla de Curazao. Está ubicada cerca de la vía que
va de Coro a Maracaibo, y a unos 45 kilómetros de la ciudad de
Coro. Pero hace mucho tiempo esta población estuvo ubicada
a las orillas de un río llamado Sabaneta (en su origen se llama
Los Mitares).
Para la época de la colonia (1601) los aborígenes caquetíos
–en gran número– habitaban el litoral occidental entre Coro
y Maracaibo. Este pueblo caquetío empezaba a poblar el pueblo
hoy llamado Mitare; es de suponer que estos grupos estuviesen en
las cercanías de lo que hoy es Sabaneta.
Entre los centros poblados de la parroquia Sabaneta están: Agua
Viva, Barrialito, El Limoncito, Picacho, Ojo de Agua, Las Lajas,
Carazao, El Jebito, El Palmar, Santa Rita, San Pedro, Los Cubiros.
Entre los primeros habitantes llegados a Sabaneta a partir de
1817, están: don Graciliano Sierra, la familia Domínguez, María
Josefa Añez Barroso, José de la Rosa Ramírez, Presentación Cuartín
de Ramírez, familia Zárraga, Australacio Garvet, José Gregorio
Graterol, General Felipe Sierra, Antonio Calles, don Guillermo
Cuartin, Concepción Fuguet, don Pedro Gil, don Gabriel Trompiz,
doña Josefa Cuartín de Calles y otros.
Sabaneta ha sido cuna de insignes falconianos, tal es el caso
de Virginia Gil de Hermoso, nacida en el año 1856. Fue una de
83
las mujeres más preclaras de la intelectualidad falconiana; es una
de las fundadoras del movimiento cultural que se inició en Coro en
las últimas décadas del siglo XIX. Autora de las novelas Incurables,
Sacrificio, y El Recluta. Presidió la Sociedad “Alegría”; colaboró
con las revistas El Cojo Ilustrado, Flores y Letras, Armonía Literaria.
Murió en Caracas el 8 de septiembre de 1913. Nativo también de
Sabaneta fue el hermano de esta novelista, el Dr. José María Gil,
quien destacó como político y periodista combativo. Otro ilustre
falconiano nacido en Sabaneta es el Dr. Rafael Calles Sierra.
Sabaneta desempeñó un papel de gran significación en la co
municación telegráfica entre los estados Lara, Falcón y Zulia.
La Oficina de Telégrafos era denominada intermedia, y como
tal le correspondía hacer los enlaces con las estaciones de Coro,
Barquisimeto y Los Puertos de Altagracia (Zulia). El telégrafo de
Sabaneta fue creado el 1 de octubre de 1885 por disposición del
presidente de la República general Antonio Guzmán Blanco.
Antes del advenimiento del vehículo a motor, Sabaneta era muy
conocida por los arrieros, los que conducían las bestias de carga, que
se encargaban del traslado de la sal de las Salinas de Mitare hacia
los pueblos del estado Lara (Baragua, Carora y Barquisimeto). A su
regreso del estado vecino, estas recuas traían como carga artículos
variados que vendían al comercio de Coro. Sabaneta era un punto
de parada obligada en el itinerario establecido por los arrieros.
En diciembre del año 1826, Mitare pueblo vecino de Sabaneta,
vivió un acontecimiento de gran importancia: recibió la visita de
El Libertador Simón Bolívar, quien venía de Lima y se dirigía
a Caracas.
84
En cuanto al aspecto religioso, la patrona del pueblo de Sabaneta
es la Virgen del Inmaculado Corazón de María, a quien se venera
desde el 28 de mayo de 1888.
Borojó
85
La Boca de Borojó y Quebrada de Acudure con su Sierra de Canapo
y Borojó, los cazadores, abrevaderos y pesqueros, toda la orilla que
corre hasta el Seque, Sabana de la Escoba, Sabana de Sigua y las
tierras de labor de Canepe y Buhadia y el Ojo de Agua de Cuguo
y Barabara…34
34 Ibid., p. 96.
35 Ibid.
86
abril de 1715. En cuanto al tipo de actividades que los caquetíos
realizaban, dice que para ese siglo los aborígenes trabajaban el barro.
Esta tradición aún es cultivada por ancianos y jóvenes. Al
referirse a la Casa de la Cultura, antigua casona donde estuvo
El Libertador, señaló que la misma fue declarada Patrimonio
Municipal por la Alcaldía de Buchivacoa.
Así mismo, la talla de madera es una tradición muy antigua.
En el caso de la iglesia de Las Mercedes, posee tallas de madera
que datan de principios del siglo XVIII. Esta iglesia fue declarada
Patrimonio Histórico de la Nación en 1960. Las fiestas patronales
son en honor de la Virgen de Las Mercedes el día 24 de septiembre.
Por las investigaciones llevadas a cabo por el profesor Hernández
Baño, en cuanto al trabajo artesanal en Borojó, pudo determinar
que tanto en el siglo XIX como en el XX, en esta comunidad han
existido muy buenos artesanos. En el pasado fueron los excelentes
tejidos de “maure”, algodón, hechos por reconocidas matronas; y sus
célebres chinchorros de hisopo de múltiples flecos que tenían fama
en todo Falcón. Hoy su artesanía en madera está muy desarrollada
a través de una gran familia: los Ferrer; destacándose entre ellos el
artesano Abraham Ferrer, artífice, maestro de todos sus hijos; sus
tallas multicolores son un mosaico de poesía en madera, sus perso
najes famosos, así como sus animales, han traspasado las fronteras
de Venezuela y existen muestras en los mejores museos del mundo.
Caminos aborígenes: también llamados de los conquistadores,
siglos XV, XVI y XVII, por lo general van por la orilla de la playa
y los ríos. Es de suponer que fueron utilizados para conseguir
alimento. También fueron muy conocidos los caminos de recuas:
llamado Real, siglos XVII, XVIII y XIX, van por la llanada en línea
recta: Capatárida/Juncalito; orilla derecha del río Borojó/Bariro.
87
Mene Mauroa
88
incipiente industria en Mene de Mauroa fue una fuente de trabajo
importante para la población local, pero a la vez atrajeron población
y recursos hacia esta localidad, mas no para los poblados vecinos.
A Mene Mauroa comenzaron a llegar pobladores de las comu
nidades vecinas, atraídos por la explotación petrolera. Llegaban
de San Félix, Corralito, Casigua, Maticora, Dabajuro, Capatárida,
Pedregal y Coro, del estado Falcón. También de Quisiro, Los
Puertos de Altagracia, Cabimas y Maracaibo, del estado Zulia.
La crisis de la industria del petróleo, que comenzó en 1940,
hizo que la población emigrara. La explotación minera dio paso a
la explotación agrícola y ganadera que es la base económica de la
actualidad. Hoy Mene de Mauroa es una zona de gran actividad
agropecuaria y sus pobladores gente honesta y trabajadora.
Cumarebo
89
En el contexto colonial, los colonizadores se establecieron en
Joropo (hoy pueblo Cumarebo) y constituyeron allí el poder político
y administrativo, basados en las condiciones climáticas, aunado a los
rasgos distintivos de las etnias aborígenes que ocupaban el territorio,
conformado por lo que hoy es el municipio Zamora.
Es importante destacar a insignes hombres que han enaltecido
el gentilicio cumarebense. Manuel Vicente Cuervo R. –el maestro
Chento Cuervo–, de una existencia llena de glorias y satisfacciones;
de grandes valores intelectuales, morales, éticos y de enorme calidad
humana; fue un verdadero “maestro de maestros”. Su imaginación
creativa impulsada por su inquieto y evolucionado intelecto lo llevó
a desarrollar sus propias innovaciones y métodos para la enseñanza
pedagógica moderna en todas las expresiones de la docencia. Una
de ellas es su método práctico y simplificado para el aprendizaje de
las matemáticas.
Luis Arturo Domínguez40, nacido en Cumarebo. Cursó es
tudios en la Escuela Federal que regentaba su sabio padre, don
Ángel Salvador Domínguez. Al igual que su padre, es pedagogo,
escritor, poeta, novelista, cuentista, ensayista. En el campo de las
investigaciones folclóricas, este zamorano ha realizado estudios que
constituyen un valioso aporte de cooperación al conocimiento y
la divulgación de la sabiduría popular.
Otros destacados hombres de Cumarebo son: Francisco José
Faraco López, Castor Curiel Couthno, Juan Rafael Ocando Juliá,
Mario Jacobo Penso Juliá.
90
Tambor coriano, veleño y cumarebero
91
En Cumarebo se tocaba una escardilla, que era el instrumento
agudo. En Coro se tiene una tendencia muy zuliana como es la
de incluirle el furro y el güiro metálico.
En cuanto al tambor coriano (baile), en el grupo de la señora
Olga Camacho siempre es ejecutado por mujeres. Sin embargo,
ese fue un disfrute entre hombre y mujer, es decir, los hombres
también pueden bailar. En el veleño hay una particularidad: en la
primera parte del tambor antes del golpe “tres filos”, es decir, antes
de que el tambor repique, se bailaba “agarrao”, o sea, “valsiao”.
Representantes: en Coro, Olga Camacho y su Camachera,
con más de 37 años cultivando el tambor coriano. En La Vela,
Los Guanipa (“La Guanipera”). En Cumarebo, Guaro Cayama,
también el profesor Amador Musset.
Mirimire
92
abundancias de las aguas, se asentaron en ella. A mediados del
siglo XIX perteneció al cantón Costa Arriba, con sede en Tocuyo
de la Costa. se ubica al oriente de la entidad a unos 130 km al
sureste de Coro.42
De acuerdo a las investigaciones realizadas por algunos estu
diosos de la historia falconiana, de todo el actual territorio del
municipio San Francisco, solamente algunos puntos estaban
poblados antes de la llegada de los españoles. Uno de estos era
Santa Bárbara, donde todavía se encuentran restos de la cerámica
y agricultura originaria.
En cuanto al grupo de aborígenes que poblaba este sector, no
está muy claro. En entrevista que le hiciera el profesor Wuilian
Peraza a la licenciada Josefina Barroso en Mirimire, ella destacó
lo siguiente: “en las cuevas que existen en el sector Mirimirito,
específicamente en las instalaciones del antiguo mirador, se han
localizado petroglifos… así mismo se ha descubierto restos de
cerámica y alfarería…”.43
En cuanto a las tradiciones del pueblo, indica el señor José
Barroso, que él recuerda los velorios de Cruz; también la visita
del Niño Jesús:
42 En: https://es.wikidat.com/info/mirimire.
43 Wuilian Peraza, Entrevista a Josefina Barroso. Mirimire, enero de
2005.
93
pastores que eran los que cargaban al niño… Otra tradición en
Mirimire es la Fiesta de Los Locos el 28 de diciembre…44
Píritu
94
Un cronista de la zona considera que entre los antiguos pobla
dores de Ricoa –poblado cercano a Píritu– están los ayamanes,
los jirajaras; de allí que no es descabellado pensar que los piriteños
tengan su origen en esos grupos étnicos.
Píritu es uno de los asentamientos más jóvenes de Falcón. En
cuanto a la presencia de los afrodescendientes, indica el señor
Lugo que los primeros llegaron por Coro a finales del siglo XVII;
procedían de Guinea. Hay relatos en los que se cuenta que los es
clavizados se fugaban de Curazao en canoas y llegaban a las costas
falconianas, a Cumarebo, para luego buscar un refugio.
En relación con algunas manifestaciones culturales que aún
se mantienen está, por ejemplo, la Fiesta de Los Locos. Están
también los cantos de Cruz de Mayo con salves. Otra tradición es
la Quema de Judas.
En cuanto al trabajo artesanal, se elaboran sillas de madera
y cuero, chinchorros, bateas, atarrayas. Todavía hay ancianos que
tejen alpargatas.
Al tocar el plano histórico, los piriteños tienen el orgullo de que
en diciembre de 1826 Píritu formó parte de la ruta seguida por
el Libertador, a su paso por la antigua Provincia de Coro, rumbo
a Caracas, procedente de Lima.
Píritu también tiene el orgullo de haber sido la cuna de un
personaje muy conocido en Falcón: el Bachiller Amaya, quien fue
uno de los mejores maestros que tuvo este pueblo.
95
Jacura
96
De acuerdo a documento fechado en 1768 (que trata sobre la
antigua Provincia de Coro y aportado por Altoaguirre) se men
ciona a Jacura como un pueblo de indios con 366 almas y algunos
esclavizados.
Jacura está ubicado en la parte sur-oriental del estado Falcón
y lo integran tres parroquias: Jacura, Agua Linda y Araurima.
Se convirtió en municipio en 1989.
Antes de esa fecha pertenecía al municipio Acosta, y el concejo
municipal estaba ubicado en San Juan de Los Cayos. El muni
cipio Jacura limita por el norte con el municipio Zamora y el
municipio Píritu; por el este con el municipio San Francisco y
la parroquia Araurima de Jacura; por el sur con Araurima y las
parroquias Las Vegas del Tuy y el Charal del municipio Unión.
Entre los caseríos o centros poblados se destacan: Jacura (capital),
Buena Vista, El Juso, Maicillal de la Vaca, Origuaza, Pinchare,
Piritupano, Cueparo, San Antonio, Las Brisas, Camumuria (parroquia
Jacura); Araurima, Agua Salada, El Bachacal, Cogollar, La Guacharaca,
Riecito, La Tabla, Santa Lucía (Araurima); Agua Linda, La Ciénega,
La Paloma, Tacamire (en la zona baja), La Cruz del Medio, La
Montaña, El Paray, Las Morochas, El Chinchorro, Palmasola, San
Miguel –en la vía a Unión–, El Pantano, Río Claro (zona alta).
De acuerdo a las investigaciones del profesor José Manuel
Trujillo49, la serranía de Jacura está compuesta por una cadena
montañosa cubierta por extensas zonas boscosas donde predominan
las especies comerciales, tales como: cedro, jabillo, apamate, ceibas,
etc. En esta cordillera se encuentra la urupagua, fruto típico de
49 Ibid.
97
La Sierra de Falcón. Los suelos son aptos para el cultivo de hor
talizas. También se cultiva el aguacate, naranja, limones y otros.
En cambio, en la zona baja (El Toro) con la aplicación de la tec
nología dan buenos resultados las hortalizas como cebolla, tomate,
pimentón; así como lechoza, melón, patilla, auyama. Todas las
producciones son de autoconsumo y los excedentes en algunos casos
(que no son abundantes) son comercializados en poblaciones del
municipio Unión, en el estado Lara, y en algunos casos, en Coro.
En esta zona, al igual que en muchas comunidades rurales de
Falcón, los canales de comercialización son deficientes, debido al
mal estado de las vías de comunicación, y eso trae como conse
cuencia que los productores perciban muy pocos ingresos porque
los intermediarios les pagan muy barato sus cosechas.
En cuanto a la producción pecuaria: es notoria la producción
de queso, el cual se comercializa principalmente en el municipio
Unión y, en algunos casos, con la parroquia Jacura y Mirimire. La
explotación ovina y caprina también está presente en poblaciones
como Tacamire y en los alrededores de Agua Linda.
Tradiciones: durante la entrevista al profesor Mendoza50 de la
Unidad Educativa de Jacura, por parte del profesor Wuilian Peraza,
este manifestó que en años anteriores sostuvo conversaciones con
abuelos de Jacura, y que algunos de ellos señalaban que antigua
mente allí se cultivaba el ritual de Las Turas, pero en los actuales
momentos esa tradición había desaparecido. Agrega Mendoza que
entre las manifestaciones culturales que aún se realizan, están: Día
de Los Inocentes, que algunos llaman de “Los Locos”. El día 28 de
98
diciembre las personas que participan se colocan una vestimenta
adecuada o disfraz para salir a la calle a celebrar. Hasta la década
de los años 50 estas fiestas tenían gran esplendor.
Velorio de Cruz: el profesor Mendoza señala que tiene conoci
miento que en la localidad de La Cruz de Aroa, el día 3 de mayo
aún se realizan los velorios de cruz. Allí van los cantores a entonar
décimas, salves, estribillos. Añade que en los actuales momentos
se está llevando a cabo un trabajo de rescate con un grupo de
jóvenes para lograr que diversas manifestaciones culturales como
salves, décimas, estribillos, romances, velorios de cruz y otras no
desaparezcan, ya que esa es la tendencia que se observa: solo las
cultivan los ancianos y estos van desapareciendo.
Tucacas
99
Añade el señor Villalba:
52 Ibid.
100
cinco hijos, a quienes ella da los nombres de Aroa, Aragüita, Izate,
Suanche y Payclás.53
53 Ibid.
101
“El Buchiluca”. Tienen además, como patrono a San Juan. El día
24 de junio celebran la Fiesta de San Juan con baile de tambor, un
ritual y una misa.54
54 Ibid.
102
llorando a la misma persona; se formó así una “sampablera”, una
pelea por este señor.
Así pues, el tradicional baile de “Buchiluca” es una danza, un
ceremonial, una hamaca. De acuerdo a la segunda versión es
un ritual de pelea.
Tocuyo de la Costa
Se cuenta que el fundador del pueblo fue don Juan de la Colina, quien
traficaba desde la ciudad mariana (Coro) hacia Aroa y Barquisimeto
103
con arreos de mulas que transportaban artículos, tabaco y café.
Siempre traficaban por la población de Capadare… Luego llegaba
al paso de Luciano Secuencia cerca de la finca de los Egurrola (La
Alegría). De allí seguía hacia un camino real a la misión de los indios
Mapubares, para llegar al paso de Aroa. En una época muy lluviosa,
el río había inundado toda la zona.
Este señor desvió su camino y cogió la costa del mar, siguiendo la
vía del actual San Juan de Los Cayos, pasando por el punto llamado
El Mangle. Siguió un rastro de animales que bajaban a beber agua
en el río Tocuyo, donde acampó. Como los tomó la noche, fabri
caron una “bora en tierra” (choza en forma de pirámide) para pasar
allí la noche. Como el camino les resultó más corto y había cerca
del río, caña y cambur silvestres y pasto para los animales, resolvió
hacer un rancho y realizar todos sus viajes por el nuevo camino. En
otro de sus viajes venía la señora del caporal del arreo, que estaba
embarazada y por coincidencia le tocó dar a luz en ese sitio, ese
caporal era don Juan de la Colina.56
56 Ibid.
104
se utilizó para ello, fue tomada en nuestras montañas circunvecinas,
las tiraban al río, para luego más tarde con las corrientes marinas,
llevarlas a las cercanías de La Vela o a los médanos de Coro…57
105
caña de azúcar, ganado, y todo lo que allí se pueda dar. Al frente,
hacia el mar, tienen un excelente puerto, Chichiriviche, que le
propicia sacar a otros mercados los productos de la zona, y al fin
terminan por ser unos hacendados más entre los otros.
El autor Zambrano indica que el pueblo de San Miguel del
Tocuyo o Tocuyo de la Costa (su nombre actual) fue, sin duda, el
de mayor importancia en la costa oriental del hoy estado Falcón
para principios del siglo XVIII. En todo su alrededor se daba
alguna actividad importante qué hacer, bien fuera agrícola, de
cría, de explotación de madera o comercial. La ciudad de Coro,
así como las islas de Curazao y Bonaire, se beneficiaron bastante
con los productos de esta zona.
Indica Zambrano que el pueblo ha estado situado siempre en
la margen derecha del río Tocuyo, como a seis kilómetros de su
desembocadura. Se cuenta que el río en sus frecuentes crecidas,
inundaba el pueblo. Cuando la creciente era muy grande se llevaba
las casas, y árboles enormes enteros pasaban flotando por las calles.
Antiguamente se llamaba parroquia San Miguel de Río Tocuyo,
como capital del hoy municipio Silva hasta que el general Arvelo se
llevó los títulos para Tucacas. San Miguel de Río Tocuyo perteneció
al estado Lara hasta 1910 cuando fue cambiado por Siquisique hoy
municipio Urdaneta. Para el año 1950, el pueblo estaba dividido
por nombre solamente en dos secciones llamadas Monte Oscuro
y Guallebo. Se desconoce la razón y origen de los nombres.
Tradiciones: al consultar a personas de Tocuyo de la Costa
sobre las tradiciones, esto señalaron en cuanto a la gastronomía:
La arepa de indio: la cual se hacía con cambur verde picado en
tajadas, asoleado y molido. Con esta harina se hacían las arepas.
106
Malarrabia: el cambur se muele bien fino luego de cocido. Esta
pasta se pone a hervir con agua y papelón y resulta un dulce color
grisáceo muy usado para brindar a las visitas en Semana Santa. El
cambur representa lo típico en comida para el tocuyano de la costa.
Arepa campeche: el maíz semitierno se molía sin cocinar y la
masa en forma de arepa, pero un poco más delgada, se ponía sobre
un budare hasta cocinarla, no se le llevaba a la brasa.
Mazamorra: se hacía con el maíz tierno o jojoto. Se molía el
maíz, la masa flojita se colaba con un trapo y después se le echaba
agua. Luego de colada se ponía a hervir y cuando comenzaba a
espesar, se le echaba papelón. Al rato estaba lista la mazamorra.
En cuanto a la música: entre los instrumentos utilizados están
las maracas, la marimba, la tambora, el furruco, el “carángano” (se
tocaba únicamente en Semana Santa), flautas, piticos de hierba.
Dentro de los ritmos se pueden nombrar: los aguinaldos, el con
trapunteo, décimas, baile de San Juan (ya no se realiza), versos de
la Cruz de Mayo. Durante el velorio de cruz se cantaban salves,
romances, estribillos y guarapos. También celebran la Fiesta de
Los Locos.
107
MOMENTO IV
LA INTERCULTURALIDAD EN EL
ESTADO FALCÓN58
109
Amigos docentes del estado Falcón:
Este cuarto cuaderno de divulgación histórica, literaria y cul
tural del estado Falcón va dirigido a ustedes, quienes día a día en
las aulas de las escuelas falconianas, trabajan en una de las labores
más elevadas que tenemos: educar, formar a los nuevos ciudadanos
del país, lo cual lleva inmerso también, el inculcar valores relativos
a nuestra identidad como pueblo.
La bravía tierra falconiana, pueblo de costumbres y tradiciones,
en donde convergen tres elementos civilizatorios característicos,
los cuales nos permiten reflexionar sobre la importancia que tiene
para nosotros lo que se ha llamado interculturalidad. La presente
compilación es una breve muestra del legado ancestral que repre
senta parte del patrimonio inmaterial de nuestra entidad, y el cual
nuestros niños, adolescentes y comunidad toda debemos conocer.
110
En este parque se preservan importantes bosques húmedos
y nublados que garantizan el recurso hídrico de la zona. Constituye
un área de vital importancia para el estado, ya que es allí donde
se encuentran las nacientes de los ríos Mitare, Acurigua, Hueque,
Ricoa, que alimentan las represas de Hueque, Barrancas y El Isiro,
asegurándose así el agua para la supervivencia de las poblaciones
de los municipios Miranda, Colina, Zamora, Tocópero, Urumaco,
Carirubana, Falcón, Los Taques, y de las refinerías más grandes de
América Latina: Amuay y Cardón.
Dentro de sus linderos también se encuentra la microcuenca
de Curimagua (hoya de Curimagua), caracterizada por una agreste
topografía donde se observan cuevas en las cuales se han desarro
llado grandes salones y sinuosas galerías por efecto de la acción
de las aguas sobre las rocas calizas. Esta dinámica hidrogeológica
ha traído como consecuencia la formación de grandes lagos sub
terráneos, entre los que se encuentra el Rito Acarite, el mayor
lago subterráneo que se conoce en Venezuela. Las tierras del valle
de Curimagua se caracterizan por su enorme fertilidad. Ya desde
la época de la colonia, los españoles eran dueños de grandes ex
tensiones de tierra (trabajadas por la mano de obra esclavizada),
excelentes para el cultivo de café, cacao, naranja y otros rubros.
Son muchos los pueblos de origen aborigen y afrodescendiente
ubicados en La Sierra de San Luis, entre los afro se puede men
cionar: Macuquita, Santa María, La Chapa, La Ciénega de Las
Casas, La Soledad de Uria, San Joaquin, San Diego, Santiago, Acarite,
Santa Lucía, El Trapichito, La Cañada, San Lorenzo, Curimagua,
Macanillas, Los Patiecitos, San Juan de Ulúa, El Carmen, Los
Peladares; La Ciénega, Cabure, San Hilario, El Ramonal, y cerca
del cerro Iracara: Pueblo Nuevo, San Pablo, Macuare.
111
Jirajaras
112
cazadores, expertos agricultores, muy favorecidos por la fertilidad de
sus tierras. Los jirajaras no tuvieron tendencia a la adoración
de ídolos, pero existen opiniones, como la del historiador Pedro M.
Arcaya, quien dice que creían en la existencia de dos deidades, una
mayor, creadora del mundo y otra menor, que bajó del cielo a la
tierra a transmitir el linaje humano que desapareció en el diluvio.59
Ajaguas
113
Más adelante agrega que los achaguas (ajaguas) son afables y su
misos, y con más capacidad y viveza que otras naciones; y se pudo
constatar esta verdad con el hecho de que de los pueblos que están
en las reducciones han sido más en número los adultos que se
han bautizado, no obstante tener vicios formidables que hacen
dificultosísimas sus conversiones, siendo una de ellas la poligamia.
Ayamanes
114
del cuerpo. Frutos para la protección contra peligros de la tierra
o sobrenaturales. De carrizos construían instrumentos musicales
(flautas). Sus viviendas eran de poca altura, construidas cerca de
las aguadas de corriente naturales o pozos. Con la llegada de los
españoles llegó la incorporación del ganado menor a su economía,
al agregarle a su casa un pequeño corral para la cría de cabras. Ellos,
además de ser prósperos agricultores, se ejercitaban también para
las artes de la guerra y poseían para ello una cierta organización
y hábitos: entre algunas de sus expresiones culturales destacaba el
Baile de las Turas.
Este grupo étnico conservó con tenacidad su idioma aun después
de colonizado y sometido, de modo que entre sus descendientes se
conservaron frases y términos que sirvieron de base para el estudio
lingüístico de aquel dialecto, que nos lleva a la conclusión de que
los ayamanes hablaban una lengua que correspondía a la familia
tupí, afín, por consiguiente, del guaraní del Paraguay y el Brasil.
Caquetíos
115
de Silva. Procedían de un tronco arawaco que proviene quizás de
las altiplanicies “andinas”.
Los indígenas, adoctrinados en los principios de la religión ca
tólica, jugaron un importante papel en la consolidación de Coro en
época colonial. Fueron dispersados, exterminados en gran medida,
durante la contienda emancipadora, quedando desolados casi
por completo sus antiguos pueblos, sin contar con las penas que
padecieron por la sed de oro del blanco que vio al indígena como
objeto de explotación.
Utilizaban el algodón y otros productos fibrosos para la ves
timenta y los chinchorros. Elaboraban casi todos los utensilios
domésticos con barro cocido. De la cultura caquetía todavía se
encuentran los nombres en los distintos pueblos como son: Miraca,
Jurijurebo, Cayeruba, Guacuira, Sicaname, Machuruca, Matividiro,
Maitiruma, Misaray, entre otros.
Se han encontrado restos de cerámica, alfarería, conchas ma
rinas que señalan la cultura, política y economía de los caquetíos;
estos fragmentos se hallaron en donde existieron asentamientos
indígenas. Actualmente, la mayoría de los pueblos conservan
topónimos indígenas como nombres y los habitantes, en parte,
sus tradiciones.
En cuanto a lo social: la familia es considerada como la unidad
económica de este pueblo. Se adapta la producción a las necesi
dades del clan, con el padre como autoridad; el grupo familiar
era mucho más grande que el actual en nuestra sociedad, ya que
incluye a todas las personas con un antepasado común.
A los caquetíos les agradaba usar muchos zarcillos en sus orejas,
boca y tabique nasal, los lucían combinándolos con collares de
116
conchas marinas muy finas y hasta de oro, lo que despertaba los
sentimientos ambiciosos de los conquistadores.
El cacique adornaba su cabello con llamativos plumajes. Los
caquetíos vivían en chozas pequeñas, con una sola entrada, dentro
tenían hamacas que fabricaban perfectamente; algunas de estas
comunidades alcanzaban la denominación de ciudad o villa, las
cuales han desaparecido, pero muchas reaparecieron con el mismo
nombre y en el mismo lugar.
La población caquetía tenía rasgos característicos que, gracias
a los historiadores, hoy en día son conocidos: los hombres eran
de cuerpo fuerte, bien desarrollados, robustos, de mediana es
tatura, aunque se podían encontrar de tallas muy grandes. Los
españoles conocieron algunos de ellos en Curazao, es por ello
que la denominaron la Isla de los gigantes. Las mujeres eran
muy hermosas, con largos cabellos y uñas fuertes, eran ágiles y
resistentes a las jornadas diarias, con colores de piel bronceada
y cara sin vello.
Los caquetíos reservaban, para la época de lluvia, trajes
y trueques, pescado salado y carne ahumada, entre otras; luego
eran repartidas de acuerdo a las necesidades del grupo. Cambiaban
maíz y oro por sal y tabaco.
En excavaciones realizadas se han encontrado figuras talladas
y collares de conchas y cuarcitas, lo que muestra que sus objetos
personales eran enterrados junto al cadáver.
Entre las cualidades morales de los caquetíos se destacan:
amistad, generosidad y hospitalidad, respeto, obediencia pacífica;
despreciaban el engaño y la traición, ya que eran muy leales en
todo. Siendo estos defectos castigados con azotes y hasta con la
117
muerte. Durante las cacerías no era permitido disparar o atacar
a un animal dormido, pues era considerado como traición.
Los caquetíos no tuvieron códigos formales, pero sí se regían por
ciertas normas que conducían su vida y se resumen en: no matar
a otro de la misma casta, no negar los bienes que se le pidan, no
tomar las cosas ajenas, no desear las mujeres de los demás, tener
paz y amistad con los otros, dar de comer a los visitantes.
Organización territorial: su capital fue Todariquiva, era el
nombre histórico de la comunidad del territorio y estaba situada
al noreste de la recién fundada Coro.
Aldeas: de Todariquiva hacia el norte, isla de Coquivacoa
(hoy península de Paraguaná), existían: Chamuriana (Santa
Ana), Miraca, Cayerúa, Humaque y Hurihurebo. Hacia el este
Cumarebo, Carora, Sauca, Paraguachoa, Río Tocuyo, Martiníco
y Xaraguas o Xaraxaraguas. Hacia el oeste Cacicure, Mitare,
Caracho, Zazárida y Capatárida. Hacia el sur Sierra de los jira
jaras (Sierra de San Luis), en el pie de monte existía: Guaybacoa,
Tomodare y Caujarao.
Actualmente en su mayoría están abandonados. La capital era
la más grande, seguida de los inmensos pueblos de Miraca en la
península de Parguaná y Caicure en la vía hacia Maracaibo, el
resto son aldeas pequeñas en población.
Alfarería: era un oficio propio de la mujer, confeccionaban
siguiendo el método del enrollado; existen vasijas con bases anu
lares caladas abiertas y cerradas; vasijas, esfingies, ollas con cuellos
acintados, apéndices geométricos y zoomórficos; y otras con ele
mentos incisos, punteados, semirelieve; las pintas son de negro
y rojo sobre blanco. Hay uso de línea recta paralela, rectangular y
triangular, y figuras curvilíneas.
118
Cerámica: la herencia que nos dejaron los indígenas se basó en el
barro de loza que era utilizado para moldear tejas, tinajas, budares,
jarros, olletas, platos, pocillos. Los centros donde se producía era
en Miraca y Pizarral, el primero fue una de las aldeas caquetías.
Viviendas: eran por lo general de forma cónica y muy espa
ciosas. También existieron los palafitos, aquellos que fueron vistos
por Alonso de Ojeda en 1499 cerca de la Punta de Macolla en
Paraguaná. Los palafitos eran hechos con un armazón de madera
y con palma sus costados y techo; el caquetío al abandonar su
asentamiento destruía sus viviendas o bohíos prendiendo fuego.
Las viviendas comunales tenían paredes rodeadas de horconcetes
de nueve o diez pies sobre la tierra y luego eran cercadas de cañas
atadas con un bejuco, con gran cantidad de paja larga se cubre.
Curanderos: al curandero le designaban el nombre de boratío el
cual estaba encargado de sacarles del cuerpo el mal que los aquejaba.
Cuando un caquetío estaba enfermo se llamaba al boratío; este
se iba hacia la hamaca donde estaba el enfermo y le preguntaba
qué le dolía; le recomendaba que tuviera confianza en que él lo
iba a sanar.
Macuquita
119
A finales del siglo XVI naufragó un barco cerca de la isla de Cu
razao, procedente de África. Su capitán se llamaba Gil Dirinot; él
logró salvarse. Al llegar a tierras curazoleñas y pasados algunos días,
preparó una fuga con un grupo de esclavizados. Para ello robaron
unas embarcaciones a los amos y tomaron rumbo al sur.
Luego de navegar, desembarcaron en costas venezolanas, específi
camente en lo que hoy es el municipio Zamora. Al pisar tierra
firme, continuaron nuevamente rumbo al sur. Al cabo de varios
días llegaron a un riachuelo que en la actualidad se conoce con el
nombre de la quebrada de Consolao. Es de suponer que la travesía
desde Zamora a Consolao resultó penosa para esta gente, si se toma
en cuenta las características topográficas de la región, ya que eran
selvas intrincadas, además, la presencia de animales salvajes.
Al sur de este riachuelo fundan un caserío al que le dieron el nombre
de Consolao, conocido actualmente como Macuquita. Allí se insta
laron. Este pueblo creció con los guineos y los loangos de África; y
así se formaron diversas aldeas, entre las que estuvieron: La Sabana,
el Ojo de Agua, La Sibucara, El Charal, El Puyoso.
Para el siglo XVIII Macuquita contaba con numerosas aldeas: El Arco,
fundada y habitada por loangos; La Canoa, creada por Domingo
Guzmán Guillermo, nacido en una aldea vecina llamada Guanare,
la cual también fue fundada por los loangos. Este grupo de loangos
fue devastado por los blancos; se les persiguió por considerarlos in
volucrados en el movimiento insurreccional de los esclavizados en
el año 1795. Otras aldeas fueron: Marache, Maguaray, Caguapana,
El Cedro, Los Rolos, Agua Clara, Las Tablas. De todas estas aldeas la
única que queda en esta zona es La Guinea (Macuquita).
Los africanos(as) instalados en Nueva Guinea supieron de otros que
estaban en un sitio denominado El Tinglado; de estos esclavizados,
unos eran encadenados, otros encerrados como bestias. Los de más
confianza asoleaban el oro de los Colina. Los encadenados estaban
para la venta y también se les adiestraba para que sirvieran a sus
120
amos (en haciendas del Valle de Curimagua, y en haciendas de otras
zonas como Cabure, San Luis).61
Los africanos instalados en La Guinea no fueron formados en
El Tinglado para servir al amo como si lo fueron los demás: los
seguidores de Gil Dirinot no fueron objeto de compra. Y ello se
explica porque los esclavizados fugados de Curazao eran libres
al llegar a costas venezolanas, es decir, ellos eran cimarrones.
Hoy Macuquita –primer asentamiento afrodescendiente del
estado Falcón– es un pueblo ubicado en la parroquia Guzmán
Guillermo, municipio Miranda. Se encuentra a 28 kilómetros
(unos 45 minutos) de la ciudad de Coro; ubicado en la vertiente
norte de la Sierra de San Luis. Posee una altura que oscila entre los
350 a 500 m.s.n.m., con una temperatura según la época del año,
que varía entre 16 y 31 ºC; y de topografía 100% accidentada.
Macanillas
121
Ulúa, El Carmen, Los Peladares, están ubicados en la parroquia
Curimagua, municipio Petit, Sierra de San Luis. Se caracterizan
por presentar rasgos de bosque deciduo y selva nublada. Están
localizados entre las cimas montañosas ocupadas por vegetación
autóctona como ipiro, guamo, naranja, café.
La mayor parte de sus pobladores son descendientes de los es
clavizados de las antiguas haciendas del Valle de Curimagua. Una
buena parte de esta población (adulta y de la tercera edad) aún se
ocupa de cultivar la tierra y trabajar los conucos, donde siembran
maíz, caraotas, quinchoncho, cambures, y algunas verduras como
el apio, ñame, auyama, y otros.
122
construían espacios liberados llamados cumbes. Existieron cumbes
como La Chapa (La Sierra-estado Falcón), Taguaza y Ocoyta
(Barlovento-Miranda), La Troja (La Guajira-Zulia).
Hombres y mujeres sometidos al calvario de la esclavización
se levantaron para recobrar su libertad, su derecho a ser persona,
a tener una familia, una sociedad más justa e igualitaria. Vemos
algunos ejemplos:
Miguel de Buría
123
el primer gesto libertario de los y las africanas y sus descendientes
en territorio venezolano.
64 Ibid., p. 17.
124
La rebelión de los congos y loangos
65 Ibid., p. 18.
66 Ibid.
125
Guillermo Rivas junto con otros cimarrones visitaban otras
haciendas y liberan a los esclavizados de lugares como Panaquire,
El Limón. Esta gesta libertaria de Guillermo Rivas permaneció tres
años, es decir, desde 1768 hasta 1771, cuando el ejército español
los enfrentó con armas muy superiores a los de ellos y los derro
taron. Este es el primer grito de libertad en Barlovento de las y los
africanos y sus descendientes. En Barlovento, a finales del siglo
dieciocho, otro cimarrón llamado Miguel Gerónimo Guacamaya
huyó de Mamporal y estableció el Cumbe de Taguaza (ubicado
hacia la vía de Aragüita) conjuntamente con su compañera llamada
Josefina Sánchez.
126
A partir de 1790 los representantes del estado colonial co
menzaron a cobrar en dinero, y no en especies, el tributo pagado
por los aborígenes demorados; los agentes del fisco se esforzaron
igualmente en cobrar por anticipado el impuesto de alcabala sobre
los frutos de la tierra cultivada por los esclavizados. Por esa misma
fecha llegó a Coro como recaudador de impuestos Juan Manuel
Iturbe, quien cometía abusos al cobrar los mismos. El derecho de
alcabala debía extenderse a todas las transacciones, por pequeñas
que ellas fuesen. Luis Bárcenas, administrador de la Aduana de
Caujarao, recibió órdenes de cobrar anticipadamente el derecho
de alcabala a todos los que bajaran de La Sierra.
Las declaraciones rendidas por José Leonardo Chirino ante la
Real Audiencia de Caracas durante su juicio, demuestran que
la lucha por la supresión de los tributos, directos o indirectos,
compartida por la masa general de la población, constituían una
de las reivindicaciones más importantes de la insurrección:
127
Caujarao vende la prenda y se queda con ella aunque valga más
que la alcabala.67
128
papel importante en la defensa de las tierras de Macuquita, lo
grando liderar el grupo de loangos que labraba esas tierras, hasta
el punto de conseguir en España, una Real Cédula favorable a la
causa o reclamo.
La Toma era el sitio en donde el Zambo Chirino había acordado
se encontraría con sus oficiales… por el Camino Real que sigue
la orilla del río Grande… Caujarao: sitio de la primera batalla por la
libertad en América. Luego de la muerte de los esclavizados en una
lucha desigual en el Cerro de Buena Vista, le fue puesto precio
a la cabeza de José Leonardo. Hacia el mes de agosto de ese mismo
año fue apresado en Baragua al traicionarlo un amigo. El 10 de
diciembre de 1796, la Real Audiencia de Caracas declaró que:
129
José Caridad González
130
esclavizados fugitivos alcanzaran la libertad, le hicieron ganar el
respeto de sus hermanos de etnia. Indica más adelante Josefina
Jordan:
71 Ibid.
131
comarca de labriegos, plena de bosques, situada en jurisdicción de
La Vela, en la antigua Provincia de Coro. La faena agrícola en que
habían templado sus fuerzas en la aldea coriana, la emprenderían
igualmente, en tierra cubana; y ya para 1830, Marcos, el mayor de
la familia, adquiere una finca –Granada– situada en Majaguabo,
jurisdicción de San Luis, oriente.72
132
negrero. Contrae matrimonio con María Magdalena Cabrales el
16 de febrero de 1866.
En 1867 las ideas revolucionarias comienzan a germinar en
surco cubano; la mente y el corazón de los Maceo Grajales con
tierra abonada para la más “sublime vendimia: la de la libertad”.
El año siguiente (12 de octubre de 1868) la familia Maceo se
enrola en la revolución. Padres e hijos, mujeres y niños: Maceo
Téllez, Maceo Grajales y Regüeiferos Grajales, todos son una sola
voluntad combatiente. A esa familia de ejemplar heroísmo bien
se le llamará en Cuba “La tribu heroica”, y dentro de la misma, la
figura sobresaliente es Antonio Maceo y Grajales.
El año 1868, con el inicio de la guerra de los diez años,
comienza la carrera militar de Antonio Maceo.
73 Ibid.
133
contra su vida. Siempre salió airoso de los peores trances. Parecía
que la misma muerte se acobardaba en su presencia74. Inspirado
en las ideas bolivarianas, Maceo tuvo un preciso concepto de la
independencia. Todos los patriotas cubanos estuvieron iluminados
por el numen de El Libertador Simón Bolívar. Se explica así que
muchos años antes, cuando comenzaron a formarse los primeros
grupos de conspiradores, apareció con la fuerza de un ariete, la
sociedad política de los Soles y Rayos de Bolívar, que fue descubierta
por los sabuesos españoles.
74 Ibid.
75 José Chirinos, La Danza de las Turas. Mapararí, Casa de la Cultura
de Mapararí, 2001.
134
gracias por la abundancia de los frutos, habrá mejores tiempos
para mejores mazorcas, nunca faltará la lluvia para que cuaje el
grano de maíz, caraota, frijoles, cambures, auyamas y otros frutos
que da la madre tierra para el sustento del hombre.
En la Danza de las Turas hay dos elementos humanos que juegan
un papel importantísimo, ellos son: primero los danzantes y se
gundo, los músicos. Los danzantes los integran hombres y mujeres
que forman una rueda grande alrededor de lo que se denomina el
palacio, que a su vez es el centro donde se expone una cruz y frutos
ofrendados por los conuqueros. De estos productos el principal
es el maíz, material primordial para la elaboración de la chicha.
Los danzantes entrelazados, al son de los cachos, flautas de carrizo
y maracas de decoritos, dan tres pasos hacia adelante y tres hacia
atrás. Los músicos son los que soplan los cachos, flautas o turas, y
en su mano derecha llevan una maraca hecha de tapara o decoritos.
Con movimientos especiales dan vueltas alrededor del palacio.
Antes de empezar o iniciarse la Danza de las Turas en el patio,
los tureros acostumbran a ir a una aguada, donde realizan una
ceremonia para pedir permiso a los espíritus tureros, para realizar
dicho baile. Siempre los acompaña una reina, que con su corona
adornada con vainas de frijoles y caraotas, representa una autoridad
en el patio; ella se encarga de prender y colocar las siete velas frente
a la cruz del palacio y acompañará siempre a los tureros a donde
vayan a tocar y bailar Las Turas.
Los instrumentos son: cachos, flautas y maracas. Los cachos se
clasifican así: cachos pequeños, que son de venado matacán, solo
tiene dos puntas, y dos cachos grandes de cabeza de venado cara
merudo y suelen tener cinco, siete y hasta ocho puntas. Quienes
tocan los cachos pequeños o de matacán se denominan cacheros
135
menores; los que tocan los cachos de tres o cuatro puntas, se llaman
cacheros medianos, y los que soplan los cachos de cinco y hasta
ocho puntas, se llaman cacheros mayores.
Hay muchos sitios en el municipio Federación donde anual
mente se bailan Las Turas; también hay varios patios de Turas en
el municipio Urdaneta del estado Lara. Hay que resaltar y hacer
saber que si en otras partes de la geografía nacional, que no sea al
sur del estado Falcón y norte del estado Lara, que se bailen Las
Turas, es porque en algún momento o época los tureros tuvieron
que emigrar, y se llevaron la tradición o costumbre religiosa de la
Danza de las Turas como algo propio, y que no podían olvidar ya
que la consideran parte de sus vidas, de su identidad y sus raíces.
136
Están además los artesanos en tejido de hamacas y en tejido
de alpargatas. En la parroquia Cabure existen artesanos que se
dedican también a fabricar instrumentos de percusión: tamboras
serranas, tambores, panderos; e instrumentos de cuerdas: cinco y
media (solo se fabrica en La Sierra), cuatro y media, cuatro normal.
En la comunidad de La Chapa, parroquia Guzmán Guillermo,
también hay buenos artesanos en el tallado de madera.
Gastronomía
77 Ibid.
137
Otro de los elementos típicos de las comunidades afrodes
cendientes es la elaboración del queso de cabra. Entre los dulces
criollos están: dulce de naranja, de apio, de chayota (parroquia
Curimagua), dulce de leche de cabra (comunidad de La Negrita,
parroquia Guzmán Guillermo, municipio Miranda).
Plantas medicinales
78 Ibid.
138
Romero: es un arbusto casi siempre verde. Se coloca en aceite
o alcohol y sirve para fricciones que calman dolores.
Ruda: planta de tronco leñoso y grisáceo, sus hojas y flores to
madas en infusión son eficaces para calmar los dolores menstruales.
Salvia: es una planta de hojas rugosas y se utiliza para problemas
digestivos. Se prepara como té.
Flores de sauco: tomadas con leche sirven para hacer brotar
el sarampión.
Berbena: como baño es excelente relajante muscular; en
infusión, baja los niveles de azúcar en la sangre.
Orégano orejón: tomado en infusión es excelente diurético.
139
comunidad de La Chapa. Aquí se mezcla lo popular con lo re
ligioso, ya que después del rosario cantado, llamado también
rosario por fuera, se le da apertura al espectáculo donde los sal
veros, venidos de una gran parte de La Sierra, le rinden homenaje
a San Juan.
También, visibiliza las fiestas religiosas en la comunidad de
Santa María. La Fiesta Patronal se celebra el 24 de octubre en
honor a San Rafael Arcángel.
Fiesta a la Virgen del Carmen: es una tradición de la familia
Díaz. Se celebra el día 16 de julio.
Festividad en honor a San Miguel Arcángel: esta festividad se
celebra en la comunidad de Macuquita el día 29 de septiembre.
Rosarios de promeseros: estos ocurren cuando alguna persona
debe una promesa y paga al santo con un rosario cantado, por fuera
o llanito. Esto varía de acuerdo al ofrecimiento de la promesa.79
Conmemoraciones
79 Ibid.
140
BIBLIOGRAFÍA
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de la Costa.
Testimoniales
143
Lugo, Juan Ramón y Polanco Bravo, Fulvia Magdalena. (2000).
Entrevista a Carmen Romelia Borges de Escalona, realizada
en Los Patiecitos.
Lugo, Juan Ramón y Polanco Bravo, Fulvia Magdalena. (2000).
Entrevista a Lucía Colina, realizada en Macanillas.
Lugo, Juan Ramón y Polanco Bravo, Fulvia Magdalena. (2000).
Entrevista a María Chirino Medina, realizada en San Hilario.
Lugo, Juan Ramón y Polanco Bravo, Fulvia Magdalena. (2000).
Entrevista a María Prudencia Polanco de Loiz, realizada en
Macanillas.
Lugo, Juan Ramón y Polanco Bravo, Fulvia Magdalena. (2000).
Entrevista a Reina Marina Álvarez Colina, realizada en
La Chapa.
Lugo, Juan Ramón y Polanco Bravo, Fulvia Magdalena. (2000).
Entrevista a Víctor Castro, realizada en San Hilario.
Peraza, Wuilian. (2005). Entrevista a Alirio Mendoza, realizada
en Jacura.
Peraza, Wuilian. (2005). Entrevista a Lisandro Lugo, realizada
en Píritu.
Peraza, Wuilian. (2005). Entrevista a José Barroso, realizada en
Mirimire.
Peraza, Wuilian. (2005). Entrevista a Josefina Barroso, realizada
en Mirimire.
Peraza, Wuilian. (2005). Entrevista a José Zambrano, realizada
en Tocuyo de la Costa.
Peraza, Wuilian. (2005). Entrevista a Ronald Villalba, realizada
en Tucacas.
Polanco Bravo, Fulvia Magdalena. (2005). Entrevista a Gustavo
Ricaurte, realizada en La Guinea.
144
Polanco Bravo, Fulvia Magdalena. (2000). Entrevista a Juan
Ramón Lugo, realizada en La Chapa.
Polanco Bravo, Fulvia Magdalena. (2011). Entrevista a Reina
Marina Álvarez Colina, realizada en La Chapa.
Rodríguez, Eustiquio. (2002). La rebelión de Chirino, interpretada
por el Grupo Salveritos de San Hilario en Macanillas, Quinto
Festival de la Décima Serrana.
145
SOBRE LOS AUTORES
147
el estado Falcón. Cuaderno No 4 (2012), junto a Reina Marina
Álvarez Colina.
148
ÍNDICE
PRESENTACIÓN DE LA COMISIÓN7
PRÓLOGO 11
Momento I
Divulgación histórica, literaria y cultural
del estado Falcón17
La Sierra de los jirajaras 19
Jirajaras, ayamanes y ajaguas 21
Caquetíos22
La Sierra de Falcón 24
Coro26
El Tinglado de Güide 27
Santa María 29
La Chapa 31
María Anastasia Perón 32
Batalla de Mapararí 33
Cabure34
Cuevas de Acarite 35
149
Momento II
Divulgación histórica, literaria y cultural del
estado Falcón39
Caminos reales, antiguo Camino de los Españoles 41
Ruta Heroica de José Leonardo Chirino 48
Música tradicional serrana: Salveros de San Hilario 52
Décima La rebelión de Chirino 54
Salves, pavanas, pasacalles, romances, estribillos 56
Cantora Lucía Colina 57
Décima Con el permiso de Dios 59
Fiesta de San Juan. Encuentro de Salveros
Afrodescendientes62
Festividad de San Juan en La Chapa 63
II Encuentro de Salveros Afrodescendientes 64
VIII Festival de la Décima Serrana 66
¿Cómo se fabrican los instrumentos de percusión
con los cuales se ejecuta la música tradicional serrana? 67
Fabricación de tambores, tamboras y panderos
Artesano Víctor Castro. San Hilario 67
Elaboración del instrumento 68
¿Cómo promocionar y vender estos instrumentos
de percusión? 70
Cinco y media 71
Artesanía. Tejido en bejuco 72
Artesana María Prudencia de Loiz. Tejido de hamacas 74
Tejido de hamacas. Materiales y procedimiento 75
Artesana Reina Álvarez Colina. Tejido de alpargatas 76
Tejido de alpargatas. Materiales y procedimiento 78
150
Momento III
Divulgación histórica, literaria y de cultura popular
del Estado Falcón81
Sabaneta82
Borojó85
Mene Mauroa 88
Cumarebo89
Tambor coriano, veleño y cumarebero 91
Mirimire92
Píritu94
Jacura96
Tucacas99
Tocuyo de la Costa 103
Momento IV
La interculturalidad en el estado Falcón 109
La Sierra de San Luis: asentamiento
de comunidades indígenas y afrodescendientes 110
Jirajaras112
Ajaguas113
Ayamanes114
Caquetíos115
¿Cómo llegaron a la Sierra de San Luis
los esclavizados(a) procedentes de África? 119
Macuquita119
Macanillas121
Cimarronaje, héroes y heroínas afrodescendientes 122
Miguel de Buría 123
Juan Andrés López del Rosario “Andresote” 124
151
La rebelión de los congos y loangos 125
Los cimarrones en Barlovento 125
José Leonardo Chirino 126
José Caridad González 130
Antonio Maceo: “El Titán de Bronce” 131
Danza de las Turas 134
Tejido en fibra y trabajo de la madera: herencia
de la cultura de origen indígena y afro 136
Gastronomía137
Plantas medicinales 138
Festividades tradicionales y religiosas (afrocatólicas) 139
Conmemoraciones140
BIBLIOGRAFÍA 141
SOBRE LOS AUTORES 147
152
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Serranía de jirajaras y afrodescendientes. Memorias colectivas
se imprimió en la Imprenta Bicentenario de Carabobo
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en el mes de noviembre de 2024