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: 0718-5480
I.S.S.N.: 0718-7378
Revista Latinoamericana
de Educación Inclusiva
Noviembre 2023 – Abril 2024 / Volumen 17 / Número 2
Versión electrónica: http://www.rinace.net/rlei/
EDITOR ASOCIADO
Dr. F. Javier Murillo
Red Iberoamericana de Investigación sobre Cambio y Eficacia Escolar, RINACE
Facultad de Formación de Profesorado y Educación, Universidad Autónoma de Madrid
Madrid - España
javier.murillo@uam.es
https://www.uam.es/
COORDINACIÓN EDITORIAL
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EDITA
Centro de Desarrollo e Innovación en Educación Inclusiva, Facultad de Ciencias de la Educación de la
Universidad Central de Chile, en colaboración con la Red Iberoamericana de Investigación sobre
Cambio y Eficacia Escolar, RINACE.
I.S.S.N.: 0718-7378
Volumen 17 Nº 2
Noviembre 2023 - Abril 2024
Sección temática
EDITORIAL
Inclusión de los Hombres y las Masculinidades en las
Políticas y Prácticas Educativas para Promover la
Equidad de Género
Inclusion of Men and Masculinities in Educational Policies and
Practices to Promote Gender Equality
Cynthia Duk 1, * y F. Javier Murillo 2
1
Universidad Central de Chile, Chile
2
Universidad Autónoma de Madrid, España
CÓMO CITAR:
Duk, C. y Murillo, F. J. (2022). Editorial. Inclusión de los hombres y las masculinidades en las políticas y prácticas educativas para
promover la equidad de género. Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 17(2), 11-13.
https://doi.org/10.4067/S0718-73782023000200011
*Contacto: cduk@ucentral.cl
ISSN: 0718-7378
rinace.net/rlei
C. Duk y F. J. Murillo Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 2023, 17(2), 11-13
Convengamos que los centros educativos son reconocidos como uno de los contextos
más influyentes y cuyo papel es central en la construcción social de las normas,
relaciones y comportamientos asociados al género. Poseen gran potencial para
cimentar y reforzar normas de género patriarcales desiguales o, por el contrario, de
aprovechar su potencial transformador para modificarlas, contrarrestando el desarrollo
de la identidad masculina hegemónica, como forma de contribuir a la construcción de
relaciones más equitativas de género en y desde la educación.
Sin embargo, aunque comprensible, de cara al trato desigual que históricamente han
experimentado las mujeres y a los enormes esfuerzos que han debido realizar para
obtener crecientes cuotas de igualdad, no deja de ser paradójico que no estemos
poniendo suficiente atención a cómo el régimen de género imperante afecta el
desarrollo identitario y socioafectivo y la vida de los niños y jóvenes varones y al rol
que estos pueden y deben jugar como aliados en la reconfiguración y promoción de
relaciones de genero más equitativas e inclusivas.
De hecho, no es hasta el 2004, con la Declaración de Acuerdo en la 48 Sesión de la
Comisión sobre el Status de la Mujer y la posterior publicación del primer acuerdo
internacional, cuando se incorpora en la agenda internacional a hombres y niños a fin
de avanzar en equidad de género (ONU, 2004); considerándose allí la educación formal
como un espacio estratégico para abordar este relevante desafío. Durante veinte o más
años de estudios en masculinidades, no solo se ha comenzado a posicionar este tema,
especialmente desde el ámbito académico, sino que se ha evidenciado cómo los niños
y jóvenes varones son modelados por las estructuras sociales y educativas, y cómo estas
normas de género masculino y de poder jerárquico entre hombres contribuyen a
discriminar y a vulnerar en sus derechos a muchos de ellos. De este modo, la escuela
no es neutra en la construcción de las masculinidades, los estudios indican que el
régimen de género de las escuelas y su relación con la construcción de las
masculinidades tiene una dimensión práctica en distintas áreas de la organización
escolar: en el currículum, la gestión escolar, la disciplina, el deporte y los juegos, la
sexualidad, la relación entre docentes y estudiantes, así como entre los pares. Como
señala Madrid (2011, p. 132), existiría un patrón de prácticas que define las
concepciones de masculinidad(es) y feminidad(es), jerarquizándolas en términos de
prestigio y poder, y que este se manifestaría en las prácticas cotidianas a través de la
división de género en el trabajo, la forma en que se ejerce la autoridad y el control,
cómo se usa el cuerpo y cómo se vive la sexualidad.
Una de las vulnerabilidades relacionadas con las formas dominantes de masculinidad,
tiene que ver con las expectativas sociales casi universales de que la función principal
del hombre debe ser la de proveer, y la frustración y pérdida de estatus que
generalmente estos enfrentan cuando no pueden responder a este mandato. La salud
es otra área de vulnerabilidad, muchos estudios han dado cuenta de las altas tasas de
patología y mortalidad debido al alcohol, tabaco y abuso de drogas, accidentes de
tránsito y suicidio, lo que tiene un impacto negativo no sólo en los hombres, sino
también en las mujeres, las familias y, por lo tanto, en toda la sociedad. Por último, y
no menos importante, algunos estudios indican que habría una relación entre cómo se
construye la masculinidad y el ejercicio de la violencia. De hecho, los datos muestran
que en educación quienes mayoritariamente ejercen el acoso escolar o bullying son
varones y que, por lo general, las víctimas suelen ser otros estudiantes que no siguen
los mandatos de la masculinidad tradicional y son percibidos por sus pares como
débiles o próximos a lo femenino.
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C. Duk y F. J. Murillo Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 2023, 17(2), 11-13
Referencias
Madrid, S (2011). Masculinidades y equidad de género en la escuela. En F. Aguayo y M. Sadler
(Coords.), Masculinidades y políticas públicas: Involucrando hombres en la equidad de género (pp.
128-150). Universidad de Chile.
ONU. (2004). Conclusiones convenidas de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer sobre
el papel de los hombres y los niños en el logro de la igualdad de género. ONU.
Uribe Roncallo, P. (2020). Masculinidades alternativas: Varones que se narran al margen del
modelo hegemónico y generan cambios a través de la educación. Revista Latinoamericana
de Educación Inclusiva, 14(2), 115-129.
https://doi.org/10.4067/S0718-73782020000200115
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ARTÍCULOS
SECCIÓN TEMÁTICA
Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva
ISSN: 0718-7378
Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva
2023, 17(2), 17-19.
https://doi.org/10.4067/S0718-73782023000200017
PRESENTACIÓN
Liderazgo Educativo Inclusivo
Inclusive Educational Leadership
F. Javier Murillo 1, * y Cynthia Duk 2
1
Universidad Autónoma de Madrid, España
2
Universidad Central de Chile, Chile
Si afirmamos que la educación, para ser tal, debe ser inclusiva, deberíamos defender
que el liderazgo educativo, para serlo, también debería ser inclusivo. Y sin duda lo
defendemos. Sin embargo, al igual que hacemos con la educación, que desistimos de
perder el adjetivo de “inclusiva” para reforzar con su presencia la necesidad de que sea
una educación de todas las personas y para todas ellas, es necesario hablar de un
liderazgo educativo inclusivo para subrayar con fuerza la idea de que un liderazgo en
educación debe tener como máxima prioridad el aprendizaje y participación de todas
y cada de las personas de la comunidad educativa.
Los diferentes estudios llevados a cabo para identificar las características de las
personas que ejercen un liderazgo educativo que favorece la inclusión han realizado
algunas aportaciones interesantes que ayudan a dar pautas sobre algunos modelos y
prácticas de liderazgo que parecen estar en la base de esta concepción de liderazgo
inclusivo. Así, este tipo de liderazgo bebe de otras propuestas tales como el liderazgo
transformacional, el liderazgo pedagógico o el liderazgo distribuido. Y comparten
muchos elementos con el liderazgo educativo para la justicia social, tanto que no es
infrecuente llamarlo liderazgo inclusivo y para la justicia social.
En ese sentido, hay que subrayar que estamos pensando en un liderazgo ejercido por
un conjunto de personas en colaboración, centrado en la creación una comunidad
educativa que luche contra cualquier tipo de selección, marginación o exclusión y que
favorezca el desarrollo integral y la plena participación de todas las personas de la
comunidad educativa, a través de una cultura que reconoce y valora la diversidad en
sus múltiples manifestaciones, y una gestión eficaz de los recursos que provee apoyos
oportunos y pertinentes a quienes lo requieran para progresar en su trayectoria
educativa.
Se trata de un liderazgo democrático que contribuye a construir una comunidad de
cuidado mutuo donde todas las personas, independientemente de su clase social, grupo
étnico-cultural de pertenencia, necesidad educativa, identidad de género, elección
sexual u otras características personales o sociales, aprendan y se desarrollen juntas, y
que, además, sea palanca de transformación para conseguir una sociedad más inclusiva,
equitativa y justa.
CÓMO CITAR:
Murillo, F. J. y Duk, C. (2023). Presentación. Liderazgo educativo inclusivo. Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 17(2), 17-
19.
https://doi.org/10.4067/S0718-73782023000200017
*Contacto: sfuentesm@ucentral.cl
ISSN: 0718-7378
rinace.net/rlei
F. J. Murillo y C. Duk Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 2023, 17(2), 17-19
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F. J. Murillo y C. Duk Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 2023, 17(2), 17-19
19
ISSN: 0718-7378
Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva
2023, 17(2), 21-36.
https://doi.org/10.4067/S0718-73782023000200021
RESUMEN:
El objetivo de este estudio fue analizar las prácticas que ejercen líderes medios, así como conocer las
barreras y facilitadores que enfrentan, en escuelas chilenas con orientación inclusiva. Mediante una
metodología cualitativa se llevaron a cabo 42 entrevistas y 20 grupos focales a miembros del equipo de
gestión (equipos directivos, coordinadores y profesionales de apoyo) en siete escuelas con sello
inclusivo. Los resultados destacan cinco líderes medios: (1) jefes/as técnicos pedagógicos; (2)
encargados/as de convivencia escolar; (3) coordinadores/as PIE (4); duplas psicosociales y; (5)
facilitadores lingüísticos. Las prácticas de estos líderes abarcan un conjunto de ámbitos claves para la
inclusión: como sensibilización, trabajo colaborativo, atención de la diversidad y apoyo en procesos
inclusivos como el bienestar y la participación. Se concluye que los líderes medios pueden ser actores
transformadores en escuelas con sello inclusivo, no obstante, para que esto ocurra es necesario que sean
formados y potenciados por las autoridades locales evitando, a la vez, la individualización de la inclusión
escolar.
DESCRIPTORES:
Educación inclusiva, Liderazgo escolar, Interculturalidad, Barreras, Participación
ABSTRACT:
The objective of this study was to analyze the practices exercised by middle leaders, as well as to know
the barriers and facilitators they face, in Chilean schools with an inclusive orientation. Using a qualitative
methodology, 42 interviews and 20 focus groups were carried out with members of the management
team (management teams, coordinators and support professionals) in seven schools with an inclusive
seal. The results highlight five middle leaders: (1) pedagogical technical chiefs; (2) responsible for school
coexistence; (3) PIE coordinators (4); psychosocial couples; and (5) linguistic facilitators. The practices
of these leaders cover a set of key areas for inclusion: such as awareness, collaborative work, attention
to diversity and support in inclusive processes such as well-being and participation. It is concluded that
middle leaders can be transformative actors in schools with an inclusive stamp, however, for this to
happen it is necessary that they be trained and empowered by local authorities, avoiding, at the same
time, the individualization of school inclusion.
KEYWORDS:
Inclusive education, School leadership, Interculturality, Barriers, Participation
CÓMO CITAR:
Valdés, R. y Pérez, N. (2023). Liderar una escuela inclusiva en Chile: La importancia de los líderes medios. Revista Latinoamericana
de Educación Inclusiva, 17(2), 21-36.
https://doi.org/10.4067/S0718-73782023000200021
1. Introducción
La inclusión en educación es un asunto de primera necesidad a nivel internacional.
Desde la Declaración de Salamanca (1994) hasta la Declaración de Incheon (2015) se
entiende la inclusión como la piedra angular de una educación transformadora. En el
caso de Chile en los últimos 30 años, pero especialmente en la última década, el
compromiso por una educación inclusiva se ha traducido en la promulgación de leyes,
decretos, programas, cuerpos normativos y en el diseño de guías y recomendaciones
ministeriales para el abordaje de la diversidad en la escuela (Manghi et al., 2020; Valdés
y Fardella, 2022).
La instalación de toda esta acción pública ha introducido nuevos objetivos para las
escuelas, nuevas dimensiones educativas de interés, así como la incorporación de
perfiles y roles específicos. En relación a esto último, en este trabajo adoptamos el
concepto de lideres medios para referirnos a otros liderazgos al interior de las escuelas
que van más allá de la figura de los/as directores/as escolares y que, según la literatura
consultada, tienen roles estratégicos para desplegar colaborativamente prácticas
escolares promotoras de objetivos comunes (Lipscombe et al., 2021). La evidencia
respalda el impacto de los líderes medios en la práctica docente y en los resultados
académicos (Highfield y Rubie-Davies, 2022). Sin embargo, todavía se requiere contar
con más información para analizar la influencia de estos líderes en la consecución de
procesos escolares inclusivos. Por esta razón, el objetivo de este estudio fue analizar
las prácticas que ejercen líderes medios, así como conocer las barreras y facilitadores
que enfrentan, en escuelas chilenas con orientación inclusiva. Se espera que las
contribuciones de este trabajo permitan descentralizar la figura de la dirección escolar,
reconocer el potencial inclusivo de otros líderes en la escuela, pero, sobre todo,
entender la inclusión como proceso multidimensional que requiere de un abordaje
sistémico y colaborativo.
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R. Valdés y N. Pérez Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 2023, 17(2), 21-36
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R. Valdés y N. Pérez Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 2023, 17(2), 21-36
4. Método
Para dar respuesta al objetivo de este estudio se optó por un diseño cualitativo de
investigación y por el método de estudio de casos con enfoque etnográfico (Diaz de la
Rada, 2013). Para ello se reportan resultados confluentes de tres investigaciones con
siete escuelas chilenas. La primera investigación (2016-2018) tenía como objetivo
explorar los discursos del profesorado y de directivos en torno a la inclusión de
estudiantes extranjeros. La segunda investigación (2017-2018) tenía como objetivo
analizar las prácticas de liderazgo en escuelas con culturas inclusivas. La tercera
investigación (2020-2022) tenía como objetivo comprender las prácticas de liderazgo
de los equipos directivos en escuelas inclusivas.
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R. Valdés y N. Pérez Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 2023, 17(2), 21-36
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R. Valdés y N. Pérez Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 2023, 17(2), 21-36
5. Resultados
5.1 Prácticas
5.1.1. Procesos de sensibilización
Esta primera categoría agrupa un conjunto de fragmentos que abordan procesos de
concientización, sensibilización y formación sobre inclusión, diversidad y ámbitos de
discriminación. Los líderes medios, como coordinadores PIE y encargados de CE,
señalan que lideran y/o coordinan instancias que permiten promover actitudes
positivas frente a la inclusión, la buena convivencia escolar, el uso de conceptos
comunes y la relevancia de valorar la diversidad. Revisemos algunos fragmentos:
quise partir por eso para que todos manejemos lo que es la convivencia escolar,
me estoy refiriendo a padres, estudiantes y funcionarios. Todos nosotros hemos
hecho esa socialización usando el concepto del ministerio, pero nosotros también
lo pusimos un poquitito más, más simpático, para que lo pudiesen entender, más
cotidiano e inclusivo. (Entrevista, Encargada de Convivencia Escolar,
escuela 7).
Así que ahí comencé con muchas sensibilizaciones ganando espacio en el equipo
directivo. Me senté con ellos y les expliqué de qué se trata, entonces tenemos que
hacer esto y esto. Tenemos que conformar equipos de aula y empezar a trabajar
colaborativamente, y el equipo completo se empezó a empapar del lenguaje. Aquí
fue fundamental la jefa de UTP, porque ella se sumó, pero completamente, al
proyecto inclusivo, en vez de ir de abajo hacia arriba, comenzó a ir de arriba
hacia abajo. (Entrevista, Coordinador PIE, escuela 2)
El proceso de sensibilización es presentado desde la colaboración, desde el diálogo
entre estamentos educacionales y siempre en sintonía con el proyecto inclusivo.
Empezamos a potenciar a los chiquillos y que se visualizara lo positivo que era
para la escuela. También hicimos reuniones de sensibilización. Les mostrábamos
qué hacían los chiquillos, los avances. ya y los profesores se empezaron a sentir
orgullosos y se empezaron a sentir parte de esto. Hoy en día, muchos se hicieron
parte de esto. Es como parte de su trabajo. La cultura inclusiva se instaló, las
políticas también se instalaron y ha habido un cambio de muchos profesores.
(Entrevista, coordinadora PIE, escuela 4)
Los líderes medios sensibilizan sobre su rol y sobre dimensiones transversales a la
comunidad. Entienden que la inclusión requiere participación activa, vinculación con
otros procesos y promoción de una buena convivencia escolar. El liderazgo desde la
unidad técnico pedagógica potencia aún más este valor:
La idea o el concepto que se quería instalar era de un modelo de educación
inclusiva, en el que no segregáramos a los estudiantes, sino que más bien
potenciáramos a todos los estudiantes a partir de las estrategias que el equipo.
La educadora diferencial podía instalar eso, eso lo pusimos sobre la mesa con el
apoyo del equipo directivo y lo trabajamos en diferentes momentos. (Entrevista,
jefa de UTP, escuela 1)
Los procesos de sensibilización sobre temáticas relevantes permitieron una
resignificación de los roles y conceptos que abarcan los procesos inclusivos. Se
comparten los conceptos desde la normativa a lo contextual.
los PIE son programas de integración escolar, entonces acá, desde la sutileza, le
cambiamos a programa de 'inclusión escolar', entonces se cambia ese por temas
del lenguaje, y eso lo operamos de forma transversal. (Entrevista, jefa de
UTP, escuela 6)
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Para alcanzar este objetivo, el equipo directivo potencia líderes medios e instala un
lenguaje común. La coordinadora PIE de la escuela 7 señala que “nunca hay que bajar
la guardia, hay que estar siempre monitoreando los aprendizajes”, haciendo referencia
a no confiarse en los resultados, a estar pesquisando el aprendizaje de los estudiantes,
a estar trabajando colaborativamente y a ofrecer también nuevas propuestas. La misma
coordinadora agrega que “hoy en día estamos 100 % focalizados en lo pedagógico, en
que los estudiantes aprendan, lean, escriban en los primeros niveles, y que vayan
mejorando su aprendizaje a medida que va avanzando su escolaridad”. Revisemos citas
de otras escuelas:
El trabajo que yo hacía era coordinado con el equipo de aula, que las entrevistas,
el abordaje de la situación, cómo nos repartíamos las labores que teníamos que
hacer, eh… no era como solo pastelera tus pasteles, era como todos trabajando
en conjunto. Así que yo considero que el PIE dentro de todo es fundamental,
fundamental en el colegio y no solo para los alumnos con NEE. (Entrevista,
coordinadora PIE, escuela 3)
La cita revela que los roles dentro de la institución abordan la atención a la diversidad
como parte de su responsabilidad. Consideran esta tarea como un objetivo constante
en su trabajo diario, y sus acciones deben estar en consonancia con algún aspecto
relacionado con una atención pedagógica inclusiva.
El 83 [decreto] salió el 2015 con aplicación el año 2016, y nosotros ya el 2015
estábamos trabajando con un modelo de DUA, esto de las adecuaciones
curriculares nosotros las llevábamos, yo tengo adecuaciones curriculares del año
2015 consensuadas con profes de 1er ciclo, para todos los estudiantes, no
solamente para los que son del PIE. (Entrevista, Coordinara PIE, escuela
5)
Los líderes medios de ambas instituciones destacan el hecho de que en sus
comunidades escolares se desarrollaron estrategias de atención a la diversidad antes de
ser estas formalizadas por el ministerio de educación. Con otros títulos, con otros
pasos, pero se relata que se desarrollaban acciones que hoy, desde lo formal, están
situadas en normativas y decretos específicos derivadas del nivel central.
nosotros como dupla… nosotros sí podemos ver casos de niños que no se estén
conectando a las plataformas. Pero una vez que el profesor, inspectoría y otros
departamentos hayan hecho acciones previas, y ellos nos comunican si no hay
respuesta, no hay una mejora. Ahí nosotras sí entramos como dupla, abordando
las condiciones de aprendizaje y de participación, de derechos, porque sí hay
una… puede haber una vulneración del derecho de educación, y eso lo tenemos
super claro. (Entrevista, dupla psicosocial, escuela 7)
En este último fragmento podemos visualizar que la atención de la diversidad no es
prerrogativa exclusiva de profesionales que tienen roles técnicos y pedagógicos, sino
de aquellos que tienen roles formativos, como la dupla psicosocial, que son contratadas
por ley SEP para abordar la dimensión social y emocional del alumnado prioritario.
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R. Valdés y N. Pérez Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 2023, 17(2), 21-36
profesores para que las expectativas también sean altas. (Entrevista, dupla
psicosocial, escuela 5)
lo importante del colegio es la movilización del aprendizaje de los estudiantes,
pero obviamente no menos importante tiene que ver con el desarrollo integral,
entonces ahí nosotros en la parte de formación con los orientadores y los psicólogos
trabajamos con toda el área de formación del colegio. (Grupo focal, equipo
PIE, escuela 3)
hay un programa que se está trabajando desde inicio de año, que lo lleva la
orientadora, que se llama Programa ASE, que es Aprendizaje Socio-
Emocional, y que se instaló todos los días, la primera media hora, y que daba
espacio a que los chicos hablaran, tocaran temas puntuales, y eso ha tenido un
impacto súper bueno desde la perspectiva de los apoderados y los estudiantes.
(Entrevista, coordinadora PIE, escuela 7)
En las citas se resalta la conexión del aprendizaje con otras áreas. Esto implica no
limitarse a la cobertura curricular, sino promover procesos inclusivos que permitan una
formación completa y adaptada al contexto pensada en todo el alumnado y no solo en
un grupo, con altas expectativas, formación emocional y participación de todos los
estamentos.
5.2. Barreras
En cuanto a las barreras, se destaca, por parte de líderes medios, la resistencia al cambio
cultural por parte de algunos profesores. La instalación de significados comunes para
comprender la inclusión encontró resistencia, y no se valoraba el trabajo del equipo de
apoyo a los estudiantes con mayores necesidades, pues no estaba considerada en el
diseño de las clases:
Los primeros años, siempre fueron en busca de soluciones de muchas cosas que
nosotros no sabíamos hacer y que lamentablemente la etiqueta de docentes
especialistas es como, pucha, si ustedes están acá, arréglenlo ustedes.
(Entrevista, coordinadora PIE, escuela 6)
Al comienzo yo trabajaba solo, sin relación a la planificación o al curriculum,
los profesores dejaban la tarea de apoyar a los niños haitianos en mis manos,
tuvimos que hacer colaboración con la jefa de UTP para empezar a entender que
los niños migrantes son responsabilidad de todos. (Entrevista, profesor
intérprete, escuela 3)
Esta resistencia refleja la necesidad de un proceso de adaptación y aprendizaje por
parte de la comunidad educativa, que requiere tiempo y es susceptible a dificultades
situacionales. Otro obstáculo identificado es la normativa de la atención a la diversidad.
Se reconoce una brecha entre las intenciones del PIE y lo que permite la normativa.
Aunque se busca realizar una inclusión efectiva, la falta de recursos se convierte en un
impedimento. La subvención por estudiante no es suficiente para contratar más
profesionales, lo que repercute en la falta de horas de terapeutas, fonoaudiólogos y
psicólogos. Esta carencia afecta la intervención integral y completa de los estudiantes,
perjudicando sus avances y aprendizajes.
Yo pienso que hay una brecha enorme entre las intenciones del PIE y lo que nos
permite efectivamente la normativa. Pienso también que una de las cosas que nos
desgastan mucho es querer hacer las cosas muy bien para que estos procesos de
inclusión se cumplan, pero también no tenemos todo; todo lo que nosotros
necesitamos como profesionales para hacerlo, no está en nuestras manos. Tenemos
un decreto 170 que nos da una subvención por estudiante que no nos alcanza
para contratar más profesionales, estamos al debe con muchos de los
profesionales, con horas de terapeutas, con horas de fonoaudiólogo, con horas de
psicólogo, para que se haga finalmente la intervención integral y completa, y eso
obviamente a en desmedro de los avances y los aprendizajes de los chiquillos.
(Entrevista, coordinadora PIE, escuela 7)
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5.3. Facilitadores
En contraste, se identifican varios facilitadores que han contribuido al desarrollo de la
inclusión en la escuela. Uno de ellos es la valoración de la inclusión como un derecho.
Los líderes medios reconocen la importancia de resguardar que cada estudiante esté en
el lugar donde debe estar y fomentan el conocimiento y la convivencia con los demás.
Esta perspectiva valórica refuerza sus acciones en pro de la inclusión.
La inclusión la entiendo como un derecho. Abiertamente como un derecho.
Finalmente, lo que hacemos es resguardar que el chiquillo esté con sus
compañeros, en su sala, no en otro espacio, participando y aprendiendo. Lo otro
tiene que ver con el conocimiento de las personas, del convivir con el otro. (Jefa
de UTP, coordinadora PIE)
El liderazgo de la dirección escolar, independiente del estilo, también ha sido un
facilitador clave. Los líderes medios destacan la libertad que han tenido para
implementar acciones y la confianza que han recibido por parte de la directora.
Tenía mucha libertad de “hacer” lo que yo quería hacer, sin cuestionamiento.
Todo lo contrario, con harto apoyo. Ya hagamos esto y esto otro, hay que hacer
esto. Como era un trabajo colaborativo, se hacía entre todos. Eso como que da
harta seguridad. Uno no estaba trabajando solo. Pero, fue de mucho aprendizaje,
mucho, mucho aprendizaje, la directora me enseñó mucho a legitimarme.
(Entrevista, encargada de convivencia escolar, escuela 1)
Se resalta la colaboración en la toma de decisiones, lo que brinda seguridad y evita que
se trabaje de manera aislada. La directora, según lo señalado, se posiciona como una
líder formal que apoya y promueve el trabajo realizado, enseñando a liderar y
legitimando el rol de líderes medios.
La participación de todos los estamentos de la comunidad educativa es otro factor
facilitador. Se destaca el compromiso de los líderes medios con el aprendizaje y la
participación de todos los estudiantes. El trabajo colaborativo y la toma de decisiones
conjuntas han sido fundamentales para avanzar en el cumplimiento de los objetivos
inclusivos. Además, se menciona el respaldo al decreto 83, que permite diversificación
de la enseñanza, que ha contribuido a fortalecer el acceso al aprendizaje de todos los
estudiantes. Una jefa de UTP señala que “el decreto 83 entró bastante fácil; nosotros
ya veníamos trabajando en esa modalidad, entonces ya estaban conformados los
equipos de aula, ya se estaba trabajando de manera colaborativa, entonces no fue un
proceso difícil” (Escuela 5).
Los líderes medios, mediante el apoyo de dirección escolar, ha reafirmado su
compromiso con la participación de todos los estudiantes. La cultura del buen trato se
ha convertido en una línea de trabajo en el plan de inclusión y de convivencia, enfocada
en todos los estudiantes.
6. Conclusiones
El objetivo de este estudio analizar las prácticas que ejercen líderes medios, así como
conocer las barreras y facilitadores que enfrentan, en escuelas chilenas con orientación
inclusiva.
Los líderes medios se reconocen a sí mismos como cruciales para fomentar la
participación y aprendizaje en la comunidad educativa. Su involucramiento en las
decisiones es fundamental, puesto que, con base a su experiencia, tienen conocimiento
del contexto, de la historia y de los objetivos del proyecto educativo. Se observan
prácticas relacionadas con el proceso de sensibilización y comprensión de la inclusión
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R. Valdés y N. Pérez Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 2023, 17(2), 21-36
educativa, así como el trabajo colaborativo para lograr metas comunes. Estas prácticas
están vinculadas con la atención a la diversidad y la participación de todos los
estudiantes, y los líderes reconocen que su labor debe tener un impacto directo en los
procesos inclusivos.
En cuanto a los facilitadores, el primero se relaciona con la valoración de la inclusión,
donde los líderes muestran una actitud positiva y comprenden el concepto. Reconocen
su responsabilidad en promover la valoración de la inclusión en la comunidad escolar
y han llevado a cabo acciones concretas en apoyo del personal educativo. El segundo
está vinculado al liderazgo de la dirección escolar. que ha involucrado a líderes medios
en la toma de decisiones y les ha brindado respaldo para implementar acciones. Sin
embargo, también se identificaron obstáculos desde las voces de los líderes medios
participantes. Estos obstáculos incluyen el desconocimiento y la resistencia al cambio
en la implementación de prácticas inclusivas, así como dificultades para entender que
la inclusión es un asunto de todos y no solo del equipo de apoyo. Además, la normativa
vigente limita la atención a la diversidad, lo que dificulta abordar las necesidades de
todos los estudiantes de manera efectiva debido a la falta de autonomía de los recursos.
Los resultados obtenidos están en línea con investigaciones previas sobre líderes
medios a nivel internacional. Estos hallazgos respaldan lo mencionado por Andersen
y Ottesen (2011), quienes señalan que el liderazgo, cuando se ejerce desde y para la
inclusión, debe tener un enfoque colectivo al distribuir los roles de responsabilidad
dentro de la escuela (Katzenmeyer y Moller, 2009). Además, es importante que este
enfoque se centre en los valores compartidos y conocidos por toda la comunidad
escolar (Miskolci et al., 2016). Un elemento clave en este estudio es el foco pedagógico
del liderazgo inclusivo ejercido por líderes medios (De Nobile, 2018), pues, se focaliza
en todo en el alumnado y no solo en determinados grupos de apoyo (Valdés, 2020).
Otro elemento clave de los hallazgos es el papel de puente que desempeñan los líderes
medios entre directivos, docentes, familias y estudiantes (Hunzicker, 2013). Además,
coordinan la puesta en marcha de políticas educativas, viéndose a sí mismos como
responsables de interpretar las formas de trabajo y las normativas en relación a los
objetivos a alcanzar (Koh et al., 2011; Lu et al., 2015; Ng y Chan, 2014).
Lo mismo ocurre para el caso nacional, ya que constata la centralidad de la figura de la
jefatura técnica pedagógica en escuelas chilenas (Aravena et al., 2019; Neves, 2020;
Quiroga y Aravena, 2017), así como la importancia de duplas psicosociales,
coordinación PIE (Morales et al., 2022; Ortiz y López, 2021; Queupil et al., 2021) y la
figura más reciente de facilitadores lingüísticos (Jiménez et al., 2020). Sin embargo, lo
revisado en este estudio permite vincular con fuerza progresiva la relación entre
liderazgos medios y educación inclusiva. Los líderes medios se responsabilizan de
traducir las políticas inclusivas en acciones concretas dentro de sus instituciones. Esto
posibilita que las prácticas inclusivas se lleven a cabo en el aula y en toda la comunidad
escolar. Al actuar como enlaces entre los docentes, los directores y otros líderes
educativos, facilitan la implementación efectiva de estrategias inclusivas para todo el
alumnado, en diversas dimensiones y en sintonía con el proyecto inclusivo de sus
escuelas. Además, la posibilidad de liderar espacios de sensibilización, permite la
creación de una cultura escolar inclusiva que promueve actitudes y prácticas positivas
con la diversidad y posibilidad de orquestar espacios de participación.
Es fundamental reconocer que, si bien los líderes medios desempeñan un papel
importante en sus instituciones, no se les puede considerar como los únicos
responsables de gestionar un trabajo colaborativo e inclusivo. Hay que evitar este
riesgo. Es más adecuado verlos como participantes clave que contribuyen al trabajo
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R. Valdés y N. Pérez Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 2023, 17(2), 21-36
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Nibaldo Pérez
Profesor de Educación Especial mención en Trastornos Específicos del Aprendizaje
y Trastornos Específicos del Lenguaje, Universidad Católica del Maule. Talca, Chile.
Magister en Educación mención Dirección y Liderazgo Educacional, Universidad
Católica de Chile. Santiago, Chile. Con experiencia laboral en supervisión de prácticas
y docencia universitarias en carreras de pedagogía de pregrado. Además, con amplia
experiencia como profesor de educación especial en Programa de Integración Escolar
(PIE) de escuelas públicas. Desde 2022, ejerce un cargo de responsabilidad directiva
en una escuela público-municipal de Lenguaje de la comuna de Providencia, Chile.
Email: nperez@colegioabelardoiturriaga.cl
ORCID ID: https://orcid.org/0000-0002-9711-0817
36
ISSN: 0718-7378
Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva
2023, 17(2), 37-54.
https://doi.org/10.4067/S0718-73782023000200037
RESUMEN:
La atención a la diversidad es uno de los mayores retos de la educación hoy, y la dirección escolar y
liderazgo que se ejerza, es un eje clave. En este trabajo queremos profundizar, desde la perspectiva de
las familias, sobre cómo perciben las prácticas directivas desde el prisma de la inclusión escolar. Para
ello, aplicamos el cuestionario LEI-Q “liderando la educación inclusiva en centros de educación
obligatoria”- Familia validado por López-López et al. (2021), a una muestra representativa de familias
de 4 provincias andaluzas (España) dentro de un proyecto más amplio. Los análisis realizados han sido
análisis estadísticos descriptivos e inferenciales. Los principales resultados y conclusiones apuntan a que
los líderes escolares en general, implementan acciones inclusivas, aunque todavía deben mejorar en su
desempeño, desde las percepciones de las familias. Parece que las percepciones respecto a las acciones
de apertura a la comunidad y de consideración de los centros como espacios inclusivos varían en función
de la titularidad de los centros y el nivel socioeconómico de las zonas. Esto nos ofrece una visión de la
realidad de las escuelas sobre la que debemos seguir trabajando.
DESCRIPTORES:
Liderazgo inclusivo, Familias, Educación secundaria, Educación inclusiva, Diversidad
ABSTRACT:
Attention to diversity is one of the greatest challenges in education today, and school management and
leadership is a key axis. In this paper we want to deepen, from the perspective of families, on how they
perceive management practices from the perspective of school inclusion. For this purpose, we applied
the LEI-Q questionnaire "Leading inclusive education in compulsory education centers"- Family
validated by López-López et al. (2021), to a representative sample of families from 4 Andalusian
provinces (Spain) within a broader project. The analyses performed were descriptive and inferential
statistical analyses. The main results point to the fact that school leaders, in general, implement inclusive
actions, although they still need to improve their performance, from the families' perceptions. It seems
that the perceptions regarding the actions of openness to the community and the consideration of the
centers as inclusive spaces vary according to the ownership of the centers and the socioeconomic level
of the areas. This offers us a vision of the reality of schools that we must continue to work on.
KEYWORDS:
Inclusive leadership, Families, Secondary education, Inclusive education, Diversity
CÓMO CITAR:
Gómez-Hurtado, I., García-Rodríguez, M. P., González-Falcón, I. y Coronel-Llamas, J. M. (2023). ¿Liderazgo inclusivo? La
mirada de las familias hacia las prácticas de los directores escolares. Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 17(2), 37-54.
https://doi.org/10.4067/S0718-73782023000200037
1. Introducción
La atención a la diversidad en la educación es un aspecto relevante a tratar en el campo
educativo. Los profesionales de la educación cada día se enfrentan a las diferencias de
las personas que comparten en la comunidad educativa y, concretamente, en su
alumnado. ¿Cómo atender a la diversidad en la escuela? Este es uno de los
interrogantes más debatidos en la investigación y práctica educativa. ¿Cómo podemos
dar respuesta a las necesidades derivadas de las diferencias de cada persona? ¿Qué
herramientas o ingredientes son necesarios para asegurar una educación para todos y
todas?
Garantizar una educación de calidad para todos y todas es hoy una preocupación de
todos los países del mundo. La Agenda 2030 recoge entre los objetivos de desarrollo
sostenible la importancia de conseguir una educación inclusiva para todo el alumnado
priorizando el derecho a la educación de todas las personas (UNESCO, 2021).
Desarrollar una educación basada en los principios de presencia, participación y éxito
del alumnado (Booth y Ainscow, 2015) implica la puesta en práctica de una cultura
inclusiva, una visión compartida de la inclusión escolar, un compromiso con los valores
inclusivos y una serie de acciones que deben ser promovidas por los líderes de la
institución educativa (Valdés y Gómez-Hurtado, 2019). La educación inclusiva se
presenta como una forma de entender la educación que aboga y defiende una respuesta
equitativa para responder a la idiosincrasia de cada persona.
Entre los elementos que influyen en el desarrollo de una escuela inclusiva se encuentra
el liderazgo educativo (Ainscow, 2012; León, 2012). Además, el liderazgo educativo ha
sido considerado por la investigación como un aspecto importante para que se dé la
mejora educativa. Por tanto, el liderazgo educativo se convierte en un factor relevante
a la hora de estudiar las prácticas inclusivas que se dan en la escuela.
Entre estas prácticas debemos destacar la colaboración entre las personas que
componen la comunidad educativa. Concretamente, nos preocupa la perspectiva de las
familias ante el desarrollo de las prácticas inclusivas y su papel en los centros
educativos, dado que numerosos autores corroboran la importancia de la conexión
entre la familia y la escuela para la promoción de una escuela inclusiva que vele por dar
respuesta a las demandas de todos los miembros de su comunidad.
En este artículo pretendemos conocer y analizar la perspectiva de las familias ante las
practicas directivas desarrolladas por los líderes formales para el desarrollo de una
escuela inclusiva, deteniéndonos en cómo perciben la gestión de la diversidad en los
centros educativos. Concretamente, queremos analizar las percepciones que tienen las
familias respecto a las acciones inclusivas que implementan los líderes educativos de
los centros en los que se hallan escolarizados sus hijos/as y si las visiones de las familias
respecto a la inclusividad de los directores varían en función de variables como el tipo
de centro (público/concertado/privado); el contexto geográfico en que se localice el
centro (centro urbano/rural); nivel educativo que imparten (Primaria, Secundaria;
Primaria y Secundaria), o el nivel sociocultural de las familias. De esta forma, este
estudio contribuye a la mejora de la gestión de la diversidad de los centros educativos
desde una mirada fundamentada en los principios inclusivos.
38
I. Gómez-Hurtado et al.. Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 2023, 17(1), 37-54
2. Marco teórico
Liderar escuelas que respondan a la heterogeneidad y riqueza de sus integrantes, lleva
consigo la promoción de una cultura inclusiva que se convierta en la base de una
gestión de la diversidad basada en los principios de ésta. La inclusión escolar implica
la puesta en práctica de políticas educativas y de una organización escolar que abogue
por llevar a cabo prácticas y actuaciones que se sustenten en la colaboración y los
valores inclusivos (De Matthews, Billingsley et al., 2020; De Matthews, Serafini et al.;
De Matthews y Mawhinney, 2014; Hoppey y Mcleskey, 2013; Valdés, 2018). Así, la
dirección escolar se convierte en un elemento fundamental en el desarrollo de escuelas
inclusivas (Gómez-Hurtado, 2012).
De esta forma, la investigación educativa que relaciona la educación inclusiva con el
liderazgo pone de relieve la importancia de éste en la construcción de escuelas que
luchen por la inclusión (Kungelmas y Ainscow, 2004; León, 2012; León et al., 2018;
Ryan, 2016; Valdés y Gómez-Hurtado, 2019). Sin duda alguna, la dirección escolar es
un factor clave para el desarrollo de escuelas inclusivas. Los equipos directivos se
convierten en agentes de especial relevancia en la gestión de la diversidad de los centros
educativos y la respuesta a la diversidad del alumnado, teniendo la responsabilidad de
velar y promover prácticas inclusivas que atiendan a las características del alumnado
(Ainscow y West, 2006; DeMatthews, Serafini, et al., 2020; DeMatthews, Billingsley, et
al., 2020; Fernández-Batanero y Hernández-Fernández, 2013; Leithwood, 2005; León,
2012; Lumby y Morrison, 2010; Ryan, 2006, etc.).
El liderazgo inclusivo se nutre de prácticas relacionadas con otros estilos de liderazgo
como el liderazgo democrático o participativo (Ryan, 2006) o el liderazgo colaborativo
o distribuido (Chapman et al., 2010; Harris, 2007; Hartley, 2007; Ruaric et al., 2013;
Spillane et al., 2001; Timperley, 2005). Así, en muchos casos, el liderazgo inclusivo se
relaciona con las prácticas y acciones que implica el liderazgo pedagógico (Boe et al.,
2022; Bolívar, 2019; Bush et al., 2019; Gumus et al., 2020; Sakr y O'Sullivan, 2022). No
obstante, las investigaciones coinciden en desatacar algunos aspectos que identifican al
liderazgo inclusivo tales como la visión compartida de la educación inclusiva, la defensa
de los valores inclusivos, la promoción de una cultura inclusiva, la colaboración de toda
la comunidad educativa, la gestión de la diversidad y la promoción de metodologías
activas en el aula (León et al., 2018; Murillo y Hernández, 2014; Valdés y Gómez-
Hurtado, 2019). La escuela como espacio inclusivo y como una organización abierta a
la comunidad, son dimensiones fundamentales para trazar líneas de trabajo futuro que
hagan que las instituciones escolares sean inclusivas. Estos ejes son nuestros referentes
en nuestro estudio y han sido estudiados mediante un cuestionario creado ad hoc
(López-López et al., 2021)
Es difícil pasar de un discurso superficial de defensa de la inclusión escolar a una
apuesta real por la misma. La educación inclusiva comienza a ser un objetivo serio para
la escuela cuando hablamos de cambiar valores y cultura (Booth y Ainscow, 2015).
Hablar de una cultura inclusiva es hablar de una visión compartida por una comunidad
educativa que les lleva a unos objetivos comunes basados en los principios inclusivos
(Plancarte, 2017); hablar de cultura inclusiva es creer en el valor positivo de la diferencia
y defender la diversidad como una característica que aporta a la comunidad (Valdés y
Pérez, 2021). La creación de una cultura inclusiva conlleva, por tanto, que las
direcciones escolares sean promotores de la misma (Ryan, 2006).
La colaboración es un elemento importante dentro de la promoción del liderazgo
inclusivo por parte de las direcciones escolares. Concretamente, la participación de las
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I. Gómez-Hurtado et al.. Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 2023, 17(1), 37-54
familias en las escuelas es un aspecto relevante a la hora de apostar por una escuela
inclusiva (Francis et al., 2016). Es cierto que la relación familia-escuela
tradicionalmente se ha caracterizado por el desacuerdo, la falta de confianza mutua a
veces, y por una actitud pasiva. El profesorado ha tenido una queja constante de la
falta de implicación de las familias y las familias, a su vez, se han quejado de las escasas
oportunidades de participación en las actividades pedagógicas de los centros
educativos (Barrientos et al., 2016; Kiyama y Harper, 2018). No obstante, es esencial
que esta relación familia-escuela se transforme y se dirija hacia la construcción de lazos
colaborativos (Collet y Tort, 2017; UNESCO, 2016).
El desarrollo de una escuela inclusiva que apueste por la equidad y la justicia conlleva
la colaboración y participación de las familias y sus contextos, facilitando la
participación, el sentimiento de pertenencia a la comunidad, el intercambio mutuo
dirigiéndonos hacia una corresponsabilidad en la educación (Simón y Barrios, 2019).
Es necesaria la construcción de una cultura colaborativa en la cual se apueste por una
implicación real de las familias y no una participación puntual en alguna actividad
(Liagng y Cohrssen, 2020). Esto implica nuevas formas de dirigir y gestionar las
escuelas que apuesten por una educación inclusiva para todos y todas (Harris et al.,
2017; Okoko, 2019; Valdés, 2018; Wang, 2018). Llevar acabo un liderazgo inclusivo
conlleva el desarrollo de relaciones familia y escuela basadas en una visión positiva de
la diversidad, creando lazos y vínculos de pertenencia con la institución educativa
donde se dé la confianza mutua, la colaboración y la corresponsabilidad, tomando
decisiones de forma conjunta y elaborando un proyecto educativo común que dé
respuesta a la diversidad del alumnado en favor de los valores compartidos basados en
la equidad y la justicia social (Simón y Barrios, 2019). La construcción de alianzas serias
entre familias, escuela y comunidad es prioritaria para la defensa de una escuela
inclusiva (Simón y Giné, 2016).
No obstante, el número de estudios realizados en relación de la importancia de la
participación de las familias en las escuelas para el desarrollo de una escuela inclusiva
es escaso (López-López et al. 2021). Estos autores ponen de relieve la importancia de
la presencia y de las percepciones de las familias respecto a los líderes e indican que
estos no dan suficiente voz a las familias en las actividades educativas de los centros
educativos. Este estudio revela que las familias de centros educativos con Educación
Infantil, Primaria y Secundaria concertados valoran más positivamente las actuaciones
de los equipos directivos en relación con la comunidad, convirtiendo las escuelas en
espacios más inclusivos. Este hecho puede darse, en principio, por mantener la imagen
social de la escuela, convirtiéndose esto en un tema que afecta directamente a las
decisiones que toman los líderes escolares en relación con las acciones que promueven
la inclusión (Poon-McBrayer, 2017; Szeto y Cheng, 2018). Es en este contexto en el
que planteamos nuestra investigación.
El planteamiento de este estudio nos lleva a definir dos objetivos:
• Analizar las percepciones que tienen las familias respecto a las acciones
inclusivas que implementan los líderes educativos de los centros en los que
se hallan escolarizados sus hijos/as.
• Analizar si las visiones de las familias respecto a la inclusividad de los
directores varían en función de variables como el tipo de centro
(público/concertado/privado); el contexto geográfico en que se localice el
centro (centro urbano/rural); nivel educativo que imparten (Primaria,
Secundaria; Primaria y Secundaria), o el nivel sociocultural de las familias.
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3. Método
Los resultados que presentamos forman parte del proyecto “El liderazgo de la
dirección escolar y su contribución a la mejora de la inclusión en Educación
Obligatoria”, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación de España 1. El
proyecto de investigación tiene como finalidad estudiar las acciones emprendidas por
las direcciones escolares para favorecer la inclusión en los centros de educación
obligatoria andaluces, así como impulsar la inclusión a través de procesos de
investigación acción participativa. Para ello, la investigación se basa en un diseño de
investigación con metodología mixta (Creswell, 2014), ya que compatibiliza el uso de
métodos cuantitativos y cualitativos. Concretamente, responde a lo que Wood y Smith
(2018, p. 83) denominan ‘método explicativo secuencial mixto’, ya que empieza por
caracterizar los asuntos a través de una recogida cuantitativa de datos más amplia y
después usa planteamientos cualitativos para añadir profundidad. La primera fase es
de carácter cuantitativo a través de cuestionarios. La segunda fase está dirigida a
profundizar en el objeto de estudio en contextos escolares concretos y promover
procesos de transformación dirigidos a hacer de la institución educativa un entorno
más inclusivo a través de investigación-acción. Y, en la tercera fase, trataremos de dotar
a los centros de instrumentos que ayuden a impulsar la inclusión e innovación. Este
manuscrito se centra en la primera fase de la investigación, la fase cuantitativa.
Población/muestra
Concretamente, recogemos datos de las familias de cuatro provincias andaluzas,
participantes en el proyecto: Granada, Huelva, Jaén y Sevilla. Tomamos como
referencia los datos del alumnado (partimos de un sujeto como padre/madre/tutor
legal), y de los centros en los que se hallan matriculados, para conocer de manera
aproximada el tamaño de la población de las familias (Cuadro 1).
Cuadro 1
Alumnado escolarizado en las provincias participantes en 2021-2022
Alumnado matriculado Nº de centros educativos de enseñanzas no universitarias
Granada 172.953 372
Huelva 98.874 507
Jaén 105.530 653
Sevilla 387.489 1593
Totales 764.846 3125
Nota. Junta de Andalucía, curso 2021-2022
Partiendo de estos referentes, el diseño del muestreo se diseñó en tres fases, aunque
como comentaremos más adelante, no se cumplieron estos parámetros:
• En primer lugar se diseñó un muestreo estratificado en el que se intentó lograr
una asignación proporcional de sujetos a partir de dos estratos concretos, por
una parte, para cada una de las provincias participantes en el estudio y, por
otra parte, atendiendo a la clasificación de los centros en base al contexto
(urbano/rural).
41
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Tras varios envíos, y recordatorios, obtuvimos una tasa de respuesta muy baja. Por
ello, procedimos a sucesivos muestreos que han definido de manera diferente las
características que definimos como ideales, y que sesgan la representatividad de la
muestra seleccionada, aunque por el tamaño finalmente obtenido, representativa de la
población (764.846); N=1514; nivel de confianza al 99 %; error 5). En total, obtuvimos
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Cuadro 3
Dimensiones e ítems del cuestionario LEI-Q “liderando la educación inclusiva en centros de
educación obligatoria”-Familias
Dimensión 1: Apertura a la comunidad. El equipo directivo…
Impulsa iniciativas que favorecen la participación de los miembros de la comunidad en el proceso
formativo y en la vida del centro
Establece un plan de actuaciones elaborado en colaboración con otros miembros de la
comunidad para fomentar las relaciones centro educativo/comunidad y responder a la diversidad
del alumnado
Participa en las acciones emprendidas por otras instituciones/organizaciones de la comunidad
con carácter educativo (actividades deportivas, jornada contra racismo,…)
Ofrece las instalaciones del centro y sus recursos para el desarrollo de actividades (culturales,
educativas, …) de interés para la comunidad
Informa a la familia de la propuesta curricular que orienta la acción educativa del centro a través
de distintos canales de comunicación
Impulsa acciones para sensibilizar a las familias sobre la importancia y beneficios de la inclusión
Promueve acciones que facilitan la comunicación y participación de todas las familias en las
actividades educativas emprendidas dentro y fuera del entorno escolar
Escucha y tiene en cuenta las demandas y necesidades de todas las familias
Promueve actividades que impulsan el conocimiento mutuo, el intercambio y la convivencia entre
las familias y los demás miembros de la institución educativa
Prevé medidas para contrarrestar la influencia negativa que pudiera tener la situación familiar en
el éxito de sus estudiantes (campañas de ayuda, apoyos al aprendizaje, escuela de padres, …)
Se preocupa de que los servicios que ofrece el centro respeten las diferentes necesidades del
alumnado (sensibilidades religiosas, intolerancias gastronómicas, problemas de salud, …)
Se preocupa por dotar al centro de recursos materiales y humanos (profesionales específicos)
para promover procesos de mejora
Trabaja para que exista un clima institucional en el que todo el alumnado es reconocido, atendido
y valorado
Promueve entre el profesorado y la comunidad educativa una visión compartida sobre la
organización, metas y actividades para hacerles partícipes de un proyecto educativo común
Dimensión 2: El centro educativo como espacio inclusivo. El equipo directivo…
Establece sanciones por el uso de símbolos y acciones que promueven la exclusión
Desarrolla programas educativos para prevenir actitudes discriminatorias entre el alumnado
Comparte la autoridad y responsabilidad con el profesorado
Genera oportunidades para que todos los miembros de la comunidad educativa participen de
forma efectiva en las decisiones
Promueve que los distintos miembros de la comunidad educativa participen en la evaluación de
las labores de dirección
La dirección promueve acciones de acogida para todo el alumnado
Promueve la participación del alumnado en los órganos de gobierno del centro
Establece mecanismos para impulsar la participación del alumnado en la regulación de conflictos
que surgen en el entorno educativo
Propicia que el alumnado pueda expresar libremente su opinión y necesidades (respecto de su
proceso educativo, normas y funcionamiento del centro, …)
Se interesa por garantizar la igualdad de oportunidades movilizando recursos (materiales y
humanos) con el fin de favorecer la inclusión
Ofrece información transparente respecto al proceso de admisión y matriculación para garantizar
que llega a todos los interesados por igual
Toma medidas para prevenir y evitar el absentismo escolar
Nota. López-López et al. (2021)
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Procedimiento
Tal y como adelantamos, los contactos se realizaron con las Delegaciones de
Educación y posteriormente con los equipos directivos. Tras la presentación del
proyecto al Claustro y Consejos Escolares, y su aprobación, iniciamos el trabajo de
campo. Las familias fueron informadas del propósito del estudio, así como del
tratamiento confidencial y anónimo que íbamos a garantizar.
El estudio recibió la debida autorización del Comité de Ética de la Universidad de
Granada (n_ 952/CEIH/2019)
En esta fase de implementación de la investigación, tuvimos serias limitaciones dado
que la normativa Covid nos impidió a los investigadores la entrada a los centros y ello
supuso, grandes dificultades.
Análisis
Los análisis realizados responden a los objetos de investigación. Para el objetivo 1,
hemos hecho un análisis descriptivo teniendo la media como medida de tendencia
central, y la desviación típica y los valores mínimos y máximos disponibles, como
medida de dispersión. Con la finalidad de analizar las diferencias de las opiniones de
las familias en función de variables sociodemográficas (tipo de centro, localización
geográfica, etapas educativas que imparten y el nivel socioeconómico; para el objetivo
2, hemos realizado comparaciones de medias aplicándose la t de student para 2 muestras
independientes. Los análisis se han realizado con el paquete estadístico SPSS Statistic
27.
4. Resultados
4.1. Análisis descriptivo (objetivo 1)
En este primer apartado abordamos la descripción de las opiniones de las familias
respecto a las acciones inclusivas que desarrollan los directores de los centros en los
que están escolarizados sus hijos. Presentamos las medias y desviaciones típicas por
ítems (Cuadro 4)
Cuadro 4
Medias por ítem
Ítems Medias (DT) Ítems Medias (DT)
1 3,00 (,937) 14 3,08 (,927)
2 2,98 (,923) 15 2,96 (1,032)
3 3,12 (,926) 16 3,08 (,949)
4 3,11 (,967) 17 3,23 (,896)
5 3,16 (,948) 18 3,04 (,940)
6 3,00 (,986) 19 2,87 (,992)
7 3,08 (,941) 20 3,22 (,918)
8 3,08 (,950) 21 2,85 (1,020)
9 2,96 (,992) 22 2,95 (,980)
10 2,89 (1,000) 23 3,03 (,971)
11 3,36 (,832) 24 3,20 (,892)
12 3,10 (,897) 25 3,44 (,815)
13 3,24 (,876) 26 3,39 (,853)
Nota. DT = Desviación típica; para todos los ítems se alcanzó el valor máximo y mínimo disponible.
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inclusivos, que las familias de centros públicos (M=3,04; DT=0,77 –dimensión 1–;
M=3,08; DT=0,77 –dimensión 2–), siendo esa diferencia significativa y de tamaño
medio a la luz de la d de Cohen (0,75 en ambos casos)
En el caso de las etapas educativas que imparte el centro
(Primaria/Secundaria/Primaria y Secundaria), aplicamos a ANOVA de un factor. En
este caso se encontró un efecto estadísticamente significativo, aunque poco intenso en
la primera dimensión. Para las acciones de apertura F(2)=8,05, p=0,00, η2=0,011; en la
segunda dimensión, centro como espacio inclusivo, no parecen existir diferencias
F(2)=4,12, p=0,01, η2=0,005.
Centrándonos en la primera dimensión, estudiamos la prueba robusta C de Dunnet
mediante la F de Welch (F(2, 281)=9,70, p<0,001, η2=0,011). Las relaciones indican que
en los centros que imparten Primaria y Secundaria son mejores las valoraciones de las
familias (M = 3,21; DT=0,64), que en los que imparten sólo Primaria (M=3,04;
DT=0,77) y que en los que imparten sólo Secundaria (M=2,96; DT=0,63).
Por último, estudiamos si los niveles socieconómicos de las zonas de los centros
participantes condicionan las acciones de los directores y por ende a las opiniones de
las familias. Diferenciamos entre centros de nivel alto y medio-alto, frente los de nivel
socioecómico medio-bajo o bajo. Y de nuevo, parecen existir diferencias significativas
en función de la t de Student. Apertura a la comunidad (t (gl=1512, bilateral)=-3,17,
p=0,002); Escuela como espacio inclusivo (t (gl=1512, bilateral)=-3,74, p=0,000). Para
ambas dimensiones asumimos varianzas iguales según la prueba de Levenne (p>0,05).
El tamaño del efecto en ambas dimensiones es de intensidad media (d de Cohen=0,75;
0,74 respectivamente para cada dimensión) Por tanto, podemos decir que las familias
de los centros más desfavorecidos por el contexto geográfico en el que se enclavan,
tienen mejores valoraciones respecto a las acciones directivas (dimensión 1: M=3,16;
DT=0,75; dimensión 2: M=3,19; DT = 0,73), que los de centros con mejores
contextos socioeconómicos (dimensión 1: M=3,03; DT=0,74; dimensión 2: M=3,05;
DT=0,73)
5. Discusión y conclusiones
En el presente estudio, nos marcamos como primer objetivo conocer las opiniones de
las familias respecto a las acciones inclusivas promovidas y ejecutadas por los
directores/as de los centros en los que se encuentran escolarizados sus hijos/as. En
este sentido, debemos decir que en general, los resultados señalan que estas opiniones
son bastante positivas, ya que consideran que la mayoría de las acciones a favor de la
respuesta a la diversidad están sustancialmente implementadas. Estudios como el de
Crisol Mora y Romero López (2020) coinciden en que las familias piensan que existen
acciones implementadas por parte de los equipos directivos, sin embargo, algunas
dicen estar aun parcialmente implantadas, o que deberían mejorarse. En el primer
grupo identificamos: establecer un plan de actuaciones realizado en colaboración con
la comunidad educativa; fomentar las relaciones entre el centro y la comunidad y
responder a la diversidad; participar en actividades realizadas por otras instituciones
del contexto; dar más información a las familias sobre la propuesta curricular; realizar
acciones de sensibilización a favor de la inclusión con las familias; promover acciones
que fomenten la representación real de la diversidad de familias en los centros;
promover actividades que desarrollen el conocimiento mutuo, el intercambio y la
convivencia y prever medidas de ayuda y apoyo el aprendizaje para contrarrestar
situaciones difíciles en las familias. En el segundo grupo de acciones mejorables, las
familias identifican: impulsar la colaboración con otros centros, conocer otras
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colaboración intra e inter escuela son claves para la construcción de una escuela
inclusiva.
Dado el enfoque cuantitativo de nuestro estudio, debemos tener en cuenta las
limitaciones relativas al sesgo de la deseabilidad social y las limitaciones asociadas a este
enfoque (la literatura nos indica la importancia del uso de metodologías cualitativas).
Es por ello por lo que esperamos completar este trabajo con las fases 2 y 3 de este
proyecto, ayudándonos a completar esta radiografía del ejercicio del liderazgo
inclusivo. Igualmente importante, es la limitación relativa al muestreo. Las
circunstancias de la pandemia han dificultado enormemente el trabajo de campo y la
determinación de las características de la muestra. Por ello, debemos analizar estos
datos e interpretarlos con cautela.
El liderazgo inclusivo implica una serie de acciones por parte de los líderes formales
(León et al., 2018), que como hemos visto, están íntimamente relacionadas con la
implicación y participación de las familias en los centros. Las investigaciones en este
ámbito ponen de relieve la importancia de éstas en la construcción de una escuela
inclusiva basada en la colaboración (Ainscow, 2016). Por tanto, debemos continuar
profundizando en aquellas acciones que las direcciones escolares deben mejorar para
garantizar una educación para todos y todas de calidad, donde todos los agentes que
conforman la comunidad educativa tengan voz y participación, siendo las familias una
pieza fundamental en el engranaje de la escuela.
Agradecimientos
“El liderazgo de la dirección escolar y su contribución a la mejora de la inclusión en
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Inmaculada Gómez-Hurtado
Titular del Departamento de Pedagogía de la Universidad de Huelva. Es coordinadora
del Proyecto INCLUREC: recursos para la inclusión. Además, ha participado
proyectos de innovación docente de larga trayectoria como el Proyecto de
“Intervención socioeducativa en los Campamentos de Refugiados Saharauis, el
Proyecto “Ciudad Arcoíris” y el Proyecto de “Ciudad Arcoíris”. Sus principales líneas
de investigación y docencia están ligadas a la atención a la diversidad, la educación
inclusiva, liderazgo pedagógico e innovación docente. Email:
inmaculada.gomez@dedu.uhu.es
ORCID ID: https://orcid.org/0000-0002-0843-5784
53
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ISSN: 0718-7378
Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva
2023, 17(2), 55-69.
https://doi.org/10.4067/S0718-73782023000200055
RESUMEN:
El desarrollo de acciones por parte de las personas directoras de centros educativos que promuevan
espacios de fortalecimiento de la cultura inclusiva es un reto que involucra la participación de la
comunidad educativa. La institución para poder atender la diversidad implica el reconocimiento de
diferentes estrategias, así como la participación de la comunidad educativa en la promoción de la cultura
inclusiva. El objetivo de este estudio es analizar la cultura sobre educación inclusiva inmersa en los
centros educativos desde la perspectiva de las personas directoras de centros públicos costarricenses. Se
llevó a cabo desde una metodología cuantitativa, con un diseño ex post facto y transversal. La
recolección de datos se realizó con un cuestionario en línea aplicado a una muestra probabilística simple
de 146 personas directivas. Los hallazgos muestran una cultura inclusiva adecuada en los centros
educativos. Se muestran puntuaciones altas tanto para la creación de comunidad como en valores
inclusivos, sin embargo, existen bajos porcentajes que requieren mayor formación sobre el tema.
Igualmente se han encontrado diferencias significativas de acuerdo con la formación recibida sobre
educación inclusiva.
DESCRIPTORES:
Gestión, Escuela, Educación inclusiva, Cultura, Personal directivo
ABSTRACT:
The development of actions by school principals to promote spaces for strengthening the inclusive
culture is a challenge involving the educational community's participation. To be able to attend to
diversity, institutions require the recognition of different strategies and the involvement of the
educational community in promoting an inclusive culture. This study aims to analyze the culture of
inclusive education immersed in educational institutions from principals’ perspectives in Costa Rican
public establishments. The study was conducted using a quantitative methodology with an ex post facto
and cross-sectional design. Data were collected through an online questionnaire administered to a simple
probabilistic sample of 146 principals. The findings showed an adequate inclusive culture in educational
centers. High scores were obtained for both community building and inclusive values. However, there
were low percentages that require further training on the subject. Significant differences were also found
depending on the training received on inclusive education.
KEYWORDS:
Management, School, Inclusive education, Culture, School management team
CÓMO CITAR:
García-Martínez, J. A., Chen, E., Ruíz-Chaves, W. y León-Carvajal, A. (2023). Cultura de educación inclusiva: análisis desde la
gestión de centros educativos costarricenses. Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 17(2), 55-69.
https://doi.org/10.4067/S0718-73782023000200055
1. Introducción
La promoción de espacios que fomenten la educación inclusiva sigue siendo un reto
para los centros educativos. Al respecto, la apertura de la escuela para poder atender la
diversidad implica el reconocimiento de diferentes acciones, expresiones y condiciones
de la comunidad educativa que deben ser consideradas para que se desarrolle una
cultura inclusiva. Señala Ainscow (2009) que los centros educativos deben atender “las
demandas de la sociedad y, por tanto, la atención a la diversidad. Para ello, se ha hecho
necesario la colaboración de profesorado, padres y madres, alumnado…” (p. 62), pero
también de quien ejerce la dirección de estos establecimientos. El rol de las personas
directoras es fundamental para la creación de una cultura inclusiva dado que desde su
liderazgo pueden promover un contexto que incida en la creación de valores y sentido
de comunidad y disminuyan las barreras o brechas dentro de los contextos educativos
que les corresponde gestionar.
Sobre el particular, se han realizado algunos estudios que evidencian la relación de la
cultura inclusiva con las personas directoras. Lledó (2010) determinó que “la
organización escolar, las características de los centros y la diversidad existente en ellos
favorecer o dificultar el cambio de la integración a la inclusión educativa” (p. 1).
Igualmente, Gómez-Hurtado (2013), encontró que “el liderazgo distribuido en la
dirección escolar es un factor para la inclusión; así como el perfil de los directivos para
una adecuada atención y gestión de la diversidad” (p. 61). En esta misma línea se ubican
los estudios de Ryan (2017), Valdés (2018), Valdés y Gómez-Hurtado (2019), quienes
señalan que las personas directoras, desde su liderazgo y modelo de gestión educativa,
pueden propiciar el fortalecimiento de una cultura inclusiva.
En relación con los valores inclusivos para la creación de comunidad desde el rol de
las personas directoras, León et. al. (2018) encontraron que las personas directoras
crean percepción de comunidad desde los valores inclusivos que promueven en sus
acciones. Aunado a lo anterior, Gómez-Hurtado (2014) señalan que los equipos
directivos pueden incidir en la creación de una cultura de valores inclusivos mediante
el liderazgo distribuido y colaborativo; no obstante, señala Valdés (2022) la necesidad
de desarrollar cultura y valores inclusivos a través de “nuevos líderes dentro del ámbito
escolar prestando especial atención a los equipos directivos (y otros liderazgos) que
promuevan el liderazgo inclusivo” (p. 6).
Por su lado, sobre las condiciones asociadas con la formación recibida por parte de las
personas directivas, Valdés (2018) encontró que una persona directora con alta
adscripción a la educación inclusiva desarrolla “capacidades profesionales, valores
inclusivos, lidera procesos de enseñanza y aprendizaje tendientes a una visión
compartida de la inclusión” (p. 213) en la comunidad educativa. En este sentido, se
puede catalogar el centro como espacio donde la “cultura inclusiva” era alta, sin
embargo, también encontró que “en el caso de la escuela con baja cultura inclusiva, las
prácticas estaban principalmente puestas en la gestión extraescolar de la convivencia
escolar” (p. 213). Al respecto, cabe destacar que este elemento en particular tiene pocos
estudios en la literatura hispanoamericana, siendo la relación entre gestión, perfil y
prácticas una temática aún poco explorada, dado que la mayor cantidad de
investigaciones ponen su atención en el profesorado.
De este modo, los estudios presentados muestran que la temática es pertinente para su
estudio en virtud de la cantidad limitada de investigaciones y en contextos diferentes
que amplíen la participación de la persona directora en el fortalecimiento de una cultura
inclusiva. Bajo este marco de análisis, que evidencia el desafío que genera la
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J. A. García Márquez et al. Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 2023, 17(2), 55-69
2. Revisión de literatura
El desarrollo de una cultura inclusiva en los centros educativos implica el compromiso
de las personas directoras para realizar acciones de gestión orientadas a la planificación,
organización, dirección, evaluación, seguimiento y control (Ruiz y Chen, 2021).
Igualmente, impulsar de forma coordinada esfuerzos dirigidos hacia las personas de la
comunidad educativa que permitan la implementación de prácticas que permitan
asegurar el derecho a la educación con equidad social en el marco de respeto a la
diversidad y libre de discriminación (MEP, 2017).
De acuerdo con Belén y Davis (2021), la educación inclusiva se debe entender desde
una perspectiva integral de atención a la diversidad, por lo tanto, implica valores y
prácticas que aplican para todas las personas involucradas en el proceso educativo,
incluyendo a la comunidad, la Junta de Educación, la Junta Administrativa, el personal
administrativo, el profesorado y el estudiantado. Para ello, las personas directoras
tienen la mayor responsabilidad, ya que su puesto implica que mediante su gestión se
aseguren oportunidades de aprendizaje y desarrollo sin ningún tipo de barrera (Ruiz-
Chaves et al., 2021).
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(UNESCO, 2022) trabaja este enfoque de educación inclusiva como un derecho
humano, planteando la importancia de que la gestión de la educación reconozca en
primera instancia la capilaridad, porosidad y omnipresencia de las instituciones
educativas dentro de su entorno, y a partir de esto realizar un diseño verdaderamente
inclusivo. Igualmente, insta a que los centros educativos trabajen bajo una ética de la
inclusión que abarque la marginalidad de todo tipo, promoviendo la interconexión
entre las instituciones, las personas actoras y los espacios educativos.
De acuerdo con lo anterior, la inclusión parte del principio de que todas las personas
son diferentes entre sí y estas diferencias son una fuente de aprendizaje y no un
problema que se deba superar para apegarse a una norma o un estándar. La cultura
inclusiva se conceptualiza como todos aquellos supuestos, principios, creencias y
valores con los que se guía la acción pedagógica, permitiendo que todas las personas
del centro educativo y de la comunidad tengan el mismo valor (Castro-Rubilar et al.,
2017). De acuerdo con Booth y Ainscow (2011) para lograr esta cultura inclusiva se
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J. A. García Márquez et al. Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 2023, 17(2), 55-69
3. Método
La selección metodológica consideró tanto aspectos teóricos como contextuales. El
enfoque de investigación utilizado es cuantitativo. En este sentido y de acuerdo con el
grado de manipulación, el diseño ha sido ex post facto (Hernández y Mendoza, 2018).
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J. A. García Márquez et al. Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 2023, 17(2), 55-69
Por otro lado, la recogida de datos se lleva a cabo en un solo momento mediante un
proceso transversal. Cabe destacar, que el alcance del estudio ha sido de carácter
exploratorio, teniendo en cuenta la escasa información en el ámbito nacional sobre el
tema; y descriptivo con la finalidad de conocer las variables propuestas en el estudio:
condiciones asociadas con la educación inclusiva; creación de comunidad y, valores
inclusivos inmersos en la cultura del centro.
Población y muestra
La población del presente estudio está compuesta por N=223 personas directoras;
cabe destacar que cada una dirige un solo centro educativo en la DRE de Heredia, la
cual se ubica en el Gran Área Metropolitana de Costa Rica. En cuanto a la selección
de la muestra, se caracteriza por ser probabilística simple. La misma asciende a N =
146 personas encuestadas. Para garantizar tanto la representatividad como un tamaño
adecuado, ha sido utilizada la fórmula para población finitas (Arnal et al., 1992). Al
respecto, con la población antes mencionada (N=223); un nivel de confianza ≥95 %,
error de muestreo ≤5% y con distribución estimada del 50 % de las respuestas, se
obtiene un resultado de 142, inferior al número final de la muestra. Por otro lado, las
respuestas válidas debían cumplir con dos características restrictivas: cumple a)
cumplimentar al menos el 75 % del instrumento y b) llevar laborando al menos un año
en el puesto de Dirección de la actual institución.
La muestra queda representada por 104 mujeres (71,7 %) y 41 hombres (28,3 %). La
edad promedio del grupo participante es de X=49,7 (DS=8,22) con un rango oscilante
entre los 29 y los 65 años. Un 20,7 % de las personas directoras tienen el nivel de
Licenciatura, la gran mayoría 73,1 % poseen una Maestría y solamente el 6,2% ha
finalizado un Doctorado. En cuanto al nivel educativo de los centros, un 9,7 % dirige
instituciones de preescolar, un 64,1 % de primaria y un 26,2 % de secundaria.
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4. Resultados
A continuación, se presentan los datos obtenidos de los análisis realizados retomando
cada uno de los objetivos planteados.
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Figura 1
Condiciones asociadas a la educación inclusiva
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Cuadro 2
Frecuencias relativas y descriptivos de la escala creando comunidad
Ítems 1 2 3 4 5 X DE
Toda la gente que llega al centro es bienvenida. 3,4 2,1 2,1 28,3 64,1 4,5 0,9
La persona directora y el profesorado coopera entre sí. 2,8 0,0 2,1 32,4 62,8 4,5 0,8
El estudiantado se ayuda mutuamente. 1,4 2,1 17,2 35,9 43,4 4,2 0,9
Los miembros de la comunidad educativa se respetan
1,4 3,5 12,5 47,9 34,7 4,1 0,9
mutuamente.
La persona directora, el profesorado y los
2,1 3,4 6,9 46,9 40,7 4,1 0,9
padres/tutores colaboraran.
La persona directora y la Junta del centro trabajan bien
2,1 0,7 4,8 33,1 59,3 4,5 0,8
juntos.
El centro escolar es un espacio para la convivencia
2,8 0,7 1,4 28,3 66,9 4,6 0,8
democrática.
El centro escolar fomenta la comprensión de las
4,1 0,7 8,3 44,8 42,1 4,2 0,9
interconexiones entre las personas de todo el mundo.
El personal del centro y el estudiantado son receptivos
2,1 2,1 10,3 33,8 51,7 4,3 0,9
a la variedad de identidades de género.
El centro escolar y la comunidad local se apoyan entre
2,1 2,8 13,8 43,4 37,9 4,1 0,9
sí.
La persona directora y el profesorado vincula lo que
sucede en el centro escolar con la vida del estudiantado 2,8 1,4 6,2 46,2 43,4 4,3 0,9
en el hogar.
Notas. 1 = Muy en desacuerdo; 2 = En desacuerdo; 3 = Indeciso; 4 = De acuerdo; 5 = Muy de acuerdo; X = media
y DS = Desviación estándar.
Cuadro 3
Frecuencias relativas y descriptivos de la escala valores inclusivos
Ítems 1 2 3 4 5 X DE
El centro escolar desarrolla valores inclusivos
2,1 3,8 2,4 35,6 56,2 4,2 0,8
compartidos.
El centro escolar fomenta el respeto de todos
2,1 0,7 2,1 26,2 69,0 4,6 0,8
los derechos humanos.
El centro escolar fomenta el respeto de la
2,1 0,0 0,7 38,6 58,6 4,5 0,7
integridad del planeta Tierra.
La inclusión se entiende como una mayor
2,8 2,8 5,5 36,9 62,1 4,4 0,9
participación de todos/as.
Las expectativas de educación inclusiva son
2,1 3,4 11,7 42,8 40,0 4,1 0,9
altas para todo el estudiantado.
El estudiantado es valorado por igual. 2,8 0,7 4,1 29,7 62,8 4,5 0,8
El centro escolar rechaza todas las formas de
3,4 0,7 0,0 21,4 74,5 4,6 0,8
discriminación.
El centro escolar promueve la convivencia y la
2,8 0,0 0,7 22,1 74,5 4,6 0,8
resolución pacífica de conflictos.
El centro escolar anima al personal y al
2,8 1,4 0,7 24,1 71,0 4,6 0,8
estudiantado a sentirse bien consigo mismos.
El centro escolar contribuye a la salud del
2,8 0,0 0,0 27,6 69,7 4,6 0,8
personal y del estudiantado.
Notas. 1 = Muy en desacuerdo; 2 = En desacuerdo; 3 = Indeciso; 4 = De acuerdo; 5 = Muy de acuerdo; X = media
y DS = Desviación estándar.
En cuanto a las puntuaciones medias más bajas, se han obtenido en las afirmaciones
“Las expectativas de educación inclusiva son altas para todo el estudiantado” (X=4,1,
DS=0,9) y al igual que anteriormente, se destaca un porcentaje de 11,7 % de respuestas
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J. A. García Márquez et al. Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 2023, 17(2), 55-69
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100
Porcentajes
Sí No
De las personas directoras que indican haber recibido algún tipo de formación, son
diferentes los principales ámbitos donde la adquieren, tanto desde espacios formales,
como informales o no formales. Concretamente, un 30,6 % la ha recibido en cursos
durante su paso por la Universidad (en los diferentes grados); un 45,5% a través de
charlas y talleres; solamente el 8,3 % en congresos o seminarios y el 38,6 % ha recibido
formación sobre educación inclusiva en capacitaciones proporcionadas por el MEP.
Además, cabe destacar que solamente el 5,3 % se ha formado en otros espacios
(circulares, Internet, asociaciones, etc.).
Una vez comprobada la normalidad y homogeneidad del conjunto de datos, se han
realizado pruebas para la comparación de medias para muestras independientes. En lo
respectivo a la variable formación en educación inclusiva, se presentan en la tabla 3,
los estadísticos de grupo y los resultados de las pruebas t de Student, donde se
visualizan diferencias significativas tanto en la escala de características asociadas, como
en las escalas relacionadas con la cultura inclusiva (creando comunidad y valores
inclusivos), obteniendo puntuaciones más altas aquellas personas que indican haber
recibido formación (universidad, charlas, congresos, etc.) con respecto a los que
afirman no haberlo recibido.
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J. A. García Márquez et al. Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 2023, 17(2), 55-69
Cuadro 4
Estadísticos de grupo y resultados de las pruebas t de Student de formación en educación
inclusiva y las diferentes escalas
Estadísticos de grupo Prueba T para la igualdad de medias
Escalas
Formación Media DT t gl Sig. (bilateral)
Sí 40,53 8,57
Características asociadas 3,627 141 0,000
No 34,35 11,25
Construyendo Sí 47,84 7,12
3,021 142 0,003
comunidad No 42,91 12,37
Sí 45,47 6,87
Valores inclusivos 3,196 143 0,002
No 40,63 11,24
5. Discusión y conclusiones
En cuanto a las condiciones asociadas a la inclusión desde la perspectiva de las
personas directivas (Figura 1) los datos muestran estar de acuerdo o muy de acuerdo
con las diez condiciones presentes en la educación inclusiva. Esta clara asociación
deriva en un potencial muy positivo para la generación de cultura inclusiva en los
centros educativos. No obstante, existe un grupo de personas directoras, aunque en
bajos porcentajes, que están muy en desacuerdo o indecisas con algunas condiciones.
Esto es una señal de que persisten todavía debilidades o poco conocimiento de
comprensión de la educación inclusiva, aspecto que puede dificultar la intervención de
políticas y prácticas de gestión educativa destinadas a una cultura inclusiva.
Al respecto, es importante señalar que otros estudios alertan de la asociación que se
hace del concepto de “educación inclusiva como sinónimo de la atención a las
necesidades educativas especiales. Esto lleva a pensar que hay un predominio en el
imaginario del paradigma rehabilitador (atención a la diferencia) o de integración
educativa” (Vargas et al., 2021, p. 80). Sin embargo, esta visión por parte del personal
directivo restringe en gran medida la exposición de las personas a la diversidad como
elemento estructurador de la cohesión social y la paz propios de una cultura inclusiva
(UNESCO, 2022).
En relación con la creación de comunidad para el desarrollo de la cultura inclusiva los
resultados evidencian puntuaciones altas en la subescala, derivando en una percepción
donde existe cooperación entre los diferentes agentes involucrados, los docentes y las
juntas, y además afirman que el centro escolar es un espacio para la democracia y de
bienvenida (Cuadro 2). Así las cosas, se puede señalar que los esfuerzos colectivos son
sustantivos para el desarrollo de una cultura inclusiva (Cerdas-Montano et al., 2018).
Los datos al respecto son alentadores, ya que la gestión educativa basada en la
participación y toma de decisiones democráticas contribuyen al buen desempeño y
logro de metas institucionales orientadas a una cultura inclusiva (Gutiérrez et al., 2018;
Tinajero y Solís, 2019). No obstante, la participación y la democracia en el ámbito
institucional puede reforzarse mediante acciones planificadas intencionalmente y
sostenidas en el tiempo por parte de las personas directoras.
En cuanto a los resultados relacionados para vincular lo que sucede con la vida del
estudiantado en el hogar, la ayuda mutua entre el estudiantado, a ser receptivos a la
variedad de identidades de género y la interconexión entre las personas del todo el
mundo, si bien se encuentran entre los rangos de acuerdo y muy de acuerdo, es
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J. A. García Márquez et al. Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 2023, 17(2), 55-69
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hacia otras condiciones que podrían generar vulnerabilidad (étnica, social, migratoria,
de identidad sexual, social, económica, religiosa, entre otras).
Desde una perspectiva de la educación inclusiva, la formación profesional de las
personas directoras tiene un rol estratégico para crear culturas inclusivas (León et al,
2018) y esta formación puede llevarse de muchas maneras, según Chen y Vargas (2007)
puede concretizarse mediante instrucción directa sobre el puesto, relación experto-
aprendiz, conferencias, audiovisuales y similares, simulación de condiciones reales,
sociodramas, estudios de casos, lecturas, estudios individuales, instrucción
programada, programas de sensibilización, entre otras. Los beneficios del desarrollo
profesional van desde la conducción a actitudes más positivas, elevación del estado de
ánimo, desarrollo de liderazgo pedagógico, promoción de la comunicación, hasta la
adopción de políticas institucionales orientadas a crear cultura inclusiva, paleando así
la escasez de oportunidades de actualización (Tinajero y Solís, 2019).
En general se puede concluir que la percepción de las personas directoras sobre las
condiciones asociadas con la educación inclusiva muestra una concepción amplia y
diversa del término, tal como se comprende desde el enfoque de derechos humanos
actual, es decir, relacionado con las condiciones de discapacidad, migración etnia,
identidad de género, religión, expresión de género, acceso a tecnología digital,
orientación sexual, lejanía del centro educativo y pobreza. No obstante, todavía
persiste, en un porcentaje menor, la idea de que las condiciones referidas a la lejanía
del centro educativo, la orientación sexual, la religión o la pobreza no son parte de la
diversidad. Esto puede tener implicaciones en la creación de culturas inclusivas más
integrales orientadas hacia ambientes seguros, acogedores y colaboradores (Booth y
Ainscow, 2011) debido a los vacíos en la comprensión sobre las condiciones asociadas
a la diversidad. La creación de cultura inclusiva donde se generen políticas y prácticas
que aseguren la participación de los estudiantes, docentes, administrativos y las
familias, en fin, de la comunidad escolar, permiten el desarrollo de los valores que
robustecen el respeto por los derechos humanos, el rechazo a las diversas formas de
discriminación, promoviendo la convivencia y la resolución de conflictos. Aunado a lo
anterior, los hallazgos demuestran que las personas directoras que recibieron
formación en educación inclusiva cuentan con mayores puntuaciones en cuanto al
conocimiento de las condiciones asociadas, a la construcción de comunidades y valores
inclusivos.
Cabe destacar que se han detectado algunas limitaciones de carácter metodológico.
Utilizar un enfoque cuantitativo, no ha permitido profundizar en aspectos relacionados
con la cultura en educación inclusiva. Además, la muestra pertenece a una provincia
en concreto, por lo que no se puede generalizar los datos a nivel nacional. Al respecto,
surge una línea de investigación desde un enfoque cualitativo y a nivel nacional que
permita comprender en mayor medida la relación de la educación inclusiva y la gestión
educativa, en la cual participe toda la comunidad interviniente del proceso educativo.
Igualmente, y de acuerdo con los datos de este estudio, se torna imperativo que el
sistema educativo desarrolle programas, proyectos, políticas públicas, entre otros, para
la actualización de las personas directoras en materia de educación inclusiva y por
consiguiente se planee, ejecute, de seguimiento y evalúen los beneficios de la cultura
inclusiva en las instituciones educativas.
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Agradecimientos
Este artículo surge en el marco de la investigación denominada “La gestión educativa
para la promoción de entornos inclusivos en centros educativos” (Código 0304-20)
desarrollada en la carrera de Administración Educativa, en la División de Educación
para el Trabajo (CIDE) de la Universidad Nacional y el proyecto PROY0019-2021 de
la Vicerrectoría de Investigación de la Universidad Estatal a Distancia.
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J. A. García Márquez et al. Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 2023, 17(2), 55-69
Evelyn Chen
Doctor en Ciencias de la Educación, Universidad Católica de Costa Rica. Máster en
Administración Educativa (Universidad de New México, Estados Unidos). Ejerce
como docente e investigadora de la carrera de Licenciatura en Administración
Educativa y coordinadora del posgrado en Gestión Educativa con énfasis en Liderazgo
de la División de Educación para el Trabajo (CIDE-UNA). Sus líneas de investigación
versan sobre gestión educativa, modelos de gestión, liderazgo pedagógico, educación,
educación inclusiva, educación ambiental, política educativa y competencias de
profesionalización. Email: evelyn.chen.quesada@una.cr
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-5280-3134
Warner Ruiz-Chaves
Máster en Tecnología e Informática Educativa y magíster en Administración
Educativa, académico del Centro de Investigaciones en Educación, UNED, y de la
División de Educación para el Trabajo del CIDE-UNA. Se dedica a la docencia en
investigación educativa y sus áreas de investigación versan sobre mediación
pedagógica, liderazgo educativo y tecnología aplicada a procesos pedagógicos. Email:
wruiz@uned.ac.cr
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-7875-8925
Arantxa León-Carvajal
Licenciada en Psicología por la Universidad de Costa Rica, estudiante de la maestría en
Gestión Educativa con énfasis en Liderazgo de la Universidad Nacional de Costa Rica.
Ejerce como docente e investigadora para diversas instituciones a nivel nacional y
regional. Sus temas de interés versan en tecnologías educativas, desarrollo de
competencias psicosociales y derechos humanos. Email: arantxalcarvajal@gmail.com
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-5512-7397
69
ISSN: 0718-7378
Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva
2023, 17(2), 71-87.
https://doi.org/10.4067/S0718-73782023000200071
RESUMEN:
Para construir escuelas más inclusivas, el liderazgo inclusivo puede tener un lugar fundamental. El
presente estudio busca comprender de qué forma las prácticas de liderazgo escolar inclusivo tienen lugar
en una escuela pública chilena. Estas prácticas fueron seguidas por medio de un estudio de caso
cualitativo, en base a entrevistas semiestructuradas a seis líderes escolares, y una observación a las
interacciones en una sala de clases. Todas las instancias fueron grabadas en formato de audio, y
posteriormente traspasadas a transcripciones o protocolos de observación para su análisis. Se utilizó la
teoría social de prácticas, con un análisis sobre los sentidos, competencias y materialidades implicadas.
Los resultados evidencian los componentes de las prácticas, reflejadas. Aquí caben el sentido de
“incluirse todos”, con los dilemas que ello representa; las competencias interpersonales de vínculo y
colaboración con otros, y las materialidades que permiten encontrarse y practicar la inclusión. Estos
resultados abren discusiones sobre la deseabilidad del discurso sobre inclusión, la dificultad de
implementarla políticas inclusivas; la necesidad de distribuir el liderazgo y potenciar la agencia de los
docentes, y la urgencia de seguir problematizando (y no reduciendo) las prácticas de liderazgo en la
investigación.
DESCRIPTORES:
Liderazgo, Inclusión, Diversidad, Estudio de caso, Prácticas
ABSTRACT:
Educational leadership can have a fundamental role in building more inclusive schools. The present
study seeks to understand how practices of school inclusive leadership take place within a public Chilean
school. These practices were followed from a qualitative study case approach, based on semi-structured
interviews to six school leaders, and one non-participant observation of classroom interactions. Data
was recorded in audio formats and translated to observation protocols or transcribed. Social theory of
practice was utilized, carrying an analysis on the senses, competencies and materiality’s that are
embedded. Results show these components in detail. Here, the sense around ‘including us all’ emerges,
with the dilemmas that this implies; interpersonal competencies related to bonding and collaborating
with others; and materiality’s that allow the encounter and practice of inclusion. These results open
discussions on the desirability of the inclusive discourse, the difficulties to implement inclusive policies,
the need to distribute leadership and foster teachers’ agency, and the urgency to keep problematizing
(and not reducing) leadership practices in research.
KEYWORDS:
Leadership, Inclusion, Diversity, Case study, Practices
CÓMO CITAR:
Améstica, J. (2023). “Incluirnos todos”: Estudio de un caso chileno sobre liderazgo escolar inclusivo. Revista Latinoamericana de
Educación Inclusiva, 17(2), 71-87.
https://doi.org/10.4067/S0718-73782023000200071
1. Introducción
Aunque la inclusión se ha instalado como imperativo moral y ético en la escuela, la
forma de implementarla suele ser confusa. Durante las últimas décadas se ha
movilizado una serie de movimientos y declaraciones para comprometer a los países a
asegurar mayores niveles de inclusión (p.e. UNESCO, 2016). Sin embargo, y más allá
de su deseabilidad, la implementación de estas declaraciones esconde complejidades
para la dinámica escolar.
Construir una escuela inclusiva implica revisar las barreras y dilemas que aparecen entre
los actores. Estas se traducen en valores y creencias (Ainscow et al., 2006) y, en el caso
latinoamericano, también dependen de las condiciones estructurales de los sistemas
educativos (Blanco, 2014). Para efectos de este trabajo, situado en el contexto chileno,
se debe sumar la complejidad nacional que presenta ciertas complejidades para
implementar las políticas de inclusión educativa (López et al., 2018). Además de lo
anterior, se debe considerar que la política chilena ha sido prolífera en propuestas y
normativas que apuntan a la inclusión de un grupo específico de la población: aquella
que presenta diagnósticos y necesidades educativas especiales (NEE). Mientras, la
inclusión de otros grupos (migrantes, diversidades sexuales, pueblos originarios) ha
sido menos atendida.
Este trabajo se propone analizar el papel que juega el liderazgo educativo en la
construcción de escuelas más inclusivas, por medio de un acercamiento particular a las
prácticas de liderazgo escolar inclusivo (Ryan, 2016). La preocupación por este ámbito
de práctica se basa en dos argumentos. El primero es el impacto que se reconoce en el
liderazgo para producir cambios en educación, principalmente, al impactar en actores
como, por ejemplo, docentes (Leithwood et al., 2006). El segundo argumento es el
conocimiento incipiente que se ha producido en Chile sobre la injerencia del liderazgo
en materia de inclusión. En efecto, la investigación sobre liderazgo inclusivo se ha
centrado en identificar prácticas y competencias que lo hacen efectivo (Gómez-
Hurtado et al., 2021; Valdés, 2020). Sin embargo, estas prácticas no se realizan en
escenarios aislados, sino que se relacionan entre ellas y con los contextos de cada
comunidad educativa. Esto abre la posibilidad de que existan contradicciones y
complejidades que la práctica adquiere cuando se busca promover cambios profundos
en la vida escolar que requieren mayor atención.
Dada la importancia del liderazgo educativo para la inclusión, y las complejidades para
implementar políticas inclusivas en Chile, este trabajo se basó en la siguiente pregunta:
¿cómo se organizan las prácticas de liderazgo para la inclusión educativa en una escuela
chilena?
Para responder esta pregunta, se realizó un estudio de caso ejemplar de un fenómeno
social más amplio (Stake, 1995). La investigación se llevó a cabo en un establecimiento
educacional público de la región de Valparaíso, cuyas características daban cuenta de
un fuerte sello en inclusión y de un rol protagónico del liderazgo educativo en este
proceso. Como se explicará más adelante, este estudio fue realizado desde una
perspectiva de prácticas que no solo las describe, sino que permite problematizarlas y
dar cuenta de la forma en que reproducen discursos y comprensiones sociales más
amplios (Fardella y Carvajal 2018; Wilkinson, 2017). Dicha perspectiva busca que las
prácticas de liderazgo puedan dialogar con una finalidad mayor: la creación de sistemas
escolares inclusivos.
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De acuerdo con los antecedentes planteados, el objetivo general de este trabajo fue
analizar las prácticas de liderazgo educativo para la inclusión implementadas en una
escuela chilena. En concordancia con lo anterior, los objetivos específicos fueron (i)
describir los sentidos, competencias y materialidades asociados al liderazgo para la
inclusión desde la perspectiva de distintos actores, y (ii) establecer relaciones entre los
sentidos, competencias y materialidades asociados al liderazgo para la inclusión.
De esta manera, el presente trabajo cobra relevancia teórica, metodológica y política.
La relevancia teórica se debe a que complementa la investigación existente sobre la
relación entre culturas inclusivas y prácticas de liderazgo (Valdés, 2020), para
profundizar la comprensión hacia el interior de las prácticas y sus interrelaciones. Por
otro lado, la relevancia metodológica se debe a que profundiza en un estudio de caso
ideal, pero al mismo tiempo incorpora un marco analítico que permiten romper la
deseabilidad social en los resultados, evidenciando contradicciones y dilemas.
Finalmente, la relevancia política radica en el rescate que se hace de la práctica desde
la perspectiva de quienes lideran, evidenciando cómo los discursos sobre inclusión y
los distintos enfoques de liderazgo requieren mayor articulación las políticas públicas
y sus consecuencias en la vida cotidiana de la escuela. Esto último ha sido explorado
desde las voces de los directivos (Rojas et al., 2021), y en esta ocasión incorpora la
mirada de otros actores, como las y los docentes y coordinadores del Programa de
Integración Escolar-PIE.
2. Revisión de literatura
La inclusión educativa ha sido parte de la agenda política chilena desde hace algunos
años. En concreto, en los últimos años se han promovido políticas educativas que
apuntan a la inclusión (Decreto 170, 2009; Decreto 83, 2015; Ley 20.845, 2015). Estas
políticas buscan la instalación de nuevas dinámicas dentro de las escuelas y han llamado
la atención de quienes ejercen el liderazgo escolar: por tanto, se ha abierto espacio a
preocupaciones, idearios y nuevas prácticas que permitan avanzar hacia una escuela
inclusiva.
Como se señaló, en Chile se han promulgado políticas que han cambiado. Esto se
tradujo en que las primeras políticas públicas tuvieran un énfasis en la diversidad
asociada a la presencia de necesidades educativas especiales (NEE). En concreto, se ha
facilitado el financiamiento e instalación de Programas de Integración Escolar (PIE)
para contratar profesionales que provean apoyos al aprendizaje y la participación
(Decreto 170, 2009). Posteriormente, otros cuerpos legales han apuntado a
reestructurar la escuela en términos más amplios y han promovido acciones como
flexibilizar los requisitos pedagógicos para la evaluación y promoción de estudiantes
(Decreto 83, 2015) e, incluso, han prohibido mecanismos segregadores a nivel de
sistema, como el lucro y el co-pago (Ley 20.845, 2015). Estas medidas han incitado
cambios en las culturas escolares y en las prácticas en quienes ocupan cargos directivos,
quienes comparten el sentido inclusivo, aunque reconocen necesidades de contar con
un mayor apoyo y desarrollo profesional para implementarlo en sus contextos (Rojas
et al., 2021).
Implementar estas políticas, inevitablemente, genera cambios en la dinámica escolar.
Para entender esto, diversos investigadores han indagado las prácticas educativas desde
una perspectiva inclusiva. Por ejemplo, analizar la colaboración entre profesionales
(Muñoz et al., 2015), las barreras culturales que afectan la inclusión (López et al., 2012)
e, incluso, discutir su relevancia para la formación docente (Infante, 2010). Sin
embargo, el conocimiento sobre el papel del liderazgo escolar para la inclusión aún es
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4. Metodología
Para responder a las preguntas de investigación, este estudio se basó en una perspectiva
cualitativa e interpretativa sobre las prácticas de liderazgo educativo inclusivo. Esta
aproximación es coherente con las discusiones de Donmoyer (2014) sobre su utilidad
para conocer las prácticas y su impacto en la reproducción de ciertas pautas y dinámicas
sociales. Específicamente, el autor incorpora la posibilidad de pensar la metodología
asumiendo el rol de la escuela (y, por ende, del liderazgo) en la reproducción o
transformación de la desigualdad social. Para responder a este rol, la perspectiva
cualitativa se vuelve relevante, dado que permite comprender fenómenos que no son
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5. Resultados
El análisis realizado en base al marco interpretativo de la teoría de prácticas profundizó
en los sentidos, las competencias y las materialidades presentes el liderazgo para la
inclusión educativa. En los siguientes apartados, cada aspecto se describe con
elementos puntuales y, además, se plantean relaciones entre ellos. Para dar cuenta de
estas relaciones, se ofrece el siguiente mapa temático:
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Figura 1
Mapa temático de sentidos, competencias y materialidades asociadas al liderazgo inclusivo
en una escuela pública chilena
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Nos hemos encontrado con comprensión cuando hay cierto diagnóstico, pero no
cuando hay otras situaciones donde los estudiantes viven en vulneración, tienen
maltrato. No ocurre la comprensión como sí ocurre cuando hay un niño TEA,
por ejemplo. A ese niño ‘sí, lo aguanto, lo entiendo porque tiene un diagnóstico
detrás’. Falta inclusión en ese aspecto... En entendimiento de los procesos que
hay detrás de esas conductas. (Entrevista 2, Coordinadora PIE)
Al enfatizar esto, las entrevistadas discuten el foco que la inclusión ha tenido en los
“diagnósticos”, y argumentan la necesidad de visibilizar otras necesidades que no
surgen al alero de lo biomédico. Ejemplos de esto son la vulnerabilidad social, la
afectividad o las realidades culturales.
Los liderazgos formales asumen su responsabilidad de incluir a todos los miembros de
la comunidad, lo que tiene consecuencias en el abordaje posterior de las necesidades
estudiantiles. En palabras de la Jefa de UTP, una mirada más restringida de la inclusión
se traduce en las acciones del profesorado, ya que “entonces la primera pregunta ya no
es cómo se llama el niño: la pregunta es qué diagnóstico tiene” (Entrevista 1, Equipo
de Gestión). Así, se aprecia que un excesivo enfoque en entender la inclusión como ‘el
reconocimiento de diagnósticos’ repercute en las actitudes para entender y acoger
necesidades desde otras perspectivas.
En tanto, las docentes reconocen dilemas importantes sobre los procesos de inclusión,
sobre todo cuando son colectivos. Los dilemas se orientan a implementar la inclusión
más allá del concepto, y asumir el riesgo de que se transforme en asistencialismo. En
específico, esto acarrea el desafío de acompañar a los estudiantes en su proceso de
aprender a aceptar las diversidades:
Muchos de ellos [estudiantes] entienden la palabra inclusión, pero esto requiere
fuerza de voluntad, porque es todos los días. Entonces, yo todos los días les estoy
diciendo 'chiquillos, ustedes saben que su compañero se comporta así, que su grito
y aleteo es una forma de calmarse' y explicarles que quizá no sea agradable para
ellos, pero que a él quizá lo calma. [...] tenemos que aprender y aceptar esto que
quizá a ustedes les molesta. Saber convivir con esa diferencia. (Entrevista 4,
Docente 3ro Básico)
En esta afirmación, la docente enfatiza la dimensión actitudinal de incluir, y atribuye
relevancia a las y los estudiantes como agentes inclusivos. Este desafío se observa
dentro del aula:
Antes de comenzar el cuento, entra una compañera que se sienta en la primera
fila. Uno de los estudiantes que se encuentra cerca mío se acerca y me dice que
me tape los oídos, porque va a empezar el griterío. (Observación de aula,
3ro básico)
Tanto la entrevista como la observación reflejan la experiencia de los docentes de
forma situada, y evidencian las tensiones con los sentidos que construye el equipo de
gestión. Aun cuando existe acuerdo sobre el valor de incluir, y mientras las docentes
favorecen la participación de los estudiantes en el aula, aparecen dificultades como la
valoración entre pares y sus repercusiones en la convivencia diaria. Entonces, el desafío
está en construir aprendizajes y disposiciones que sean transversales a la experiencia
del estudiantado y que modelen nuevas formas de relación.
En términos generales, los sentidos se mueven entre conceptos deseables, dilemas y
dificultades para implementar la inclusión. Dichos dilemas son abordados desde las
competencias que se detallan a continuación.
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bueno el apoyo que me hizo. Entraba a mi clase y después era como 'ya, dale,
sigue sola, si ya cachaste'. (Entrevista 3, Docente 2do)
Si bien la experiencia podría entenderse bajo el concepto de co-docencia, también da
pistas de la capacidad docente para liderar su propio desarrollo profesional. En una
línea muy similar, la relación con las familias también es un espacio en que los docentes
aplican competencias de colaboración y liderazgo claves para la inclusión. Así ocurre
cuando se organizan encuentros y celebraciones con los estudiantes. Así ocurre, por
ejemplo, con un estudiante que presenta dificultades alimenticias:
El otro día se celebró el aniversario de la escuela, 'tía, ya, yo tengo el dato de
dónde venden sin gluten' […]. De hecho, el agradecimiento que mandó la mamá
en la primera convivencia a todos nos llegó: 'es primera vez que el niño pudo
compartir lo mismo que el resto'. Él ese día estaba temeroso porque le ofrecíamos
queque, galletas, chocolate, y decía 'pero tía yo no puedo comer esto', y entonces
le dijimos 'sí puedes, es para ti, todo es sin gluten' y él estaba muy temeroso
porque sabe que no puede comer muchas cosas. Logramos mover a todos en torno
a un niño, y eso es incluir. (Entrevista 3, Docente 2do)
Aunque la docente atribuye esta acción a los apoderados, su testimonio refleja su
propia competencia para influir en las familias y generar propuestas colectivas en base
a las necesidades de los estudiantes. En efecto, señala el propósito de ‘mover a todos
en torno a un niño’, con lo cual sus habilidades ponen en acto los sentidos antes
descritos.
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P: ¿Cuáles son los recursos que tienes a la mano, por escasos que sean, que te
permiten hacer todo?
R: Cartulina y goma eva [ríe], es lo único que hay. De hecho, una vez le pregunté
a la UTP por algo y me dijo 'pero tengo goma eva, a lo mejor eso te sirve' y yo
dije 'no quiero eso, quiero juegos, tráigame un Bingo, no sé, material concreto'...
pero hay goma eva [ríe]
P: Pero y ¿qué pasa con los cambios que ha habido en infraestructura?
R: La dire siempre dice 'en pedir no hay engaño'. Eso es porque uno anda
pidiendo, uno se acostumbró a pedir. El pasto sintético lo donaron, los juegos los
donaron, la sala de computación fue por un programa. De hecho, los audífonos
para los chiquillos fueron pedidos por campaña por redes sociales, lo donan
particulares... (Entrevista 3, Docente 2do)
La materialidad aparece frágil dentro de la escuela, pero puede volverse abundante
cuando se recurre a donaciones y agentes externos. En contraste, otras materialidades
son viables y hacen posible su sintonía con competencias y sentidos. Por ejemplo, en
la observación de las interacciones de aula aparece un recurso material denominado
‘panel de anticipación’. Este se utiliza para orientar a los estudiantes en su participación
dentro de la clase, y mediar la conversación y el comportamiento. En principio, está
pensado como herramienta ocupacional para estudiantes con NEE. Sin embargo, su
uso se expande al total del estudiantado:
En la sala hubo tres adultos que acompañan a la docente: dos psicopedagogas y
un asistente social, que se mantienen toda la clase y apoyan de forma individual
a dos estudiantes con NEE permanentes. La docente hace preguntas a los demás
profesionales, e incluso a mí, para que demos nuestra opinión sobre el cuento.
Los asistentes incluso ocuparon el 'panel de anticipación'.
Después de mostrar el video, la docente invita a los estudiantes a trabajar de
forma individual, y los profesionales dan apoyo individual. (Observación de
clase, 3ro básico)
Finalmente, la materialidad considera las políticas que se implementan en la escuela.
En esta escuela, el Decreto 83 que flexibiliza las acciones de evaluación convive con la
rendición de pruebas estandarizadas con alta consecuencia (p.e. SIMCE). Ambas
constituyen un aspecto técnico e institucional que restringe las posibilidades de
promover la inclusión:
A pesar de todo lo difícil que puede ser trabajar, a nosotros nos piden resultados.
O sea, yo a veces me pregunto ¿qué tan inclusivo es el Ministerio de Educación
para que nos exija a nosotros resultados? […] y nos piden a nosotros ser tan
inclusivos. (Entrevista 4, Docente 3ro)
"P: Pero resulta que después de cada módulo -porque ahora no son unidades,
son módulos- te hacen hacer una prueba escrita donde trabajaste todo el módulo,
con material concreto, con juegos, y yo le adecué y si el niño escribió manzana con
S o con Z yo lo evalúo igual.
P: ¿Y puedes plantear otras formas de evaluar?
R: No, porque 'tenemos que prepararlos para cuando salgan de acá'. Que
también sí, lo puedo considerar... pero esto no se condice a la metodología que
usamos (Entrevista 3, Docente 2do)
Las docentes coinciden en que las formas de evaluar terminan siendo una barrera para
la inclusión y, al mismo tiempo, para su propio liderazgo. La falta de autonomía y la
contradicción inclusión y pruebas estandarizadas tiene efectos en las docentes, cuya
agencia se ve perjudicada. Esto permite entender que las materialidades ponen en juego
el diálogo necesario entre lo que ocurre dentro y fuera del aula, y que, en este caso,
parece ser un desafío pendiente.
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6. Discusión y conclusiones
El presente estudio de caso permite comprender la interrelación entre los sentidos,
competencias y materialidades implicadas en las prácticas de liderazgo para la inclusión,
cruzando la perspectiva de quienes lideran formal e informalmente. Para ello, se
produjeron datos sobre la experiencia de directivos, coordinadores del programa PIE
y docentes de primer ciclo básico.
Al respecto, es prudente recordar que un liderazgo para la inclusión requiere ser un
liderazgo inclusivo en sí, y que implica procesos distribuidos y colectivos (Ryan, 2016).
Un buen ejemplo de esto es pensar que las competencias destacadas por los
entrevistados no son individuales, sino relacionales, y llaman no solo al discurso, sino
a una actitud y disposición inclusivas. Lo anterior es coherente con el sentido de la
inclusión, que también se amplía desde los estudiantes hacia la comunidad general,
llevando a quienes lideran a legitimar todas las necesidades que se presentan en la vida
escolar. Al mismo tiempo, para la escuela el sentido es amplio ya que resiste las
perspectivas que enfatizan los diagnósticos patológicos como condición única para la
inclusión escolar (ej. Ceardi et al., 2016).
La comprensión amplia de la inclusión también desafía las formas de liderar una
escuela inclusiva. Esto es coherente con la importancia atribuida a las habilidades
interpersonales de quienes lideran, así como a las condiciones materiales que permiten
el despliegue del trabajo de las demás personas que pertenecen a la escuela, lo que se
condice con la experiencia internacional (Gümüş, 2021). De esta manera, liderar desde
una perspectiva inclusiva no es una práctica limitada a administrar planes o monitorear
acciones: sino que implica la articulación entre las distintas capas de la vida escolar,
para que cobren sentido. De la misma forma, el liderazgo se ve interpelado a mirar
críticamente a la escuela, y el propio ejercicio de quienes lo ejercen en cargos formales,
por lo que la reflexión ocupa un lugar primordial.
En coherencia con el carácter distribuido del liderazgo inclusivo, la incorporación de
las perspectivas docentes permiten entenderlo y añaden perspectivas interesantes. Los
sentidos que aparecían de manera coherente ahora adquieren un carácter dilemático,
en el que la inclusión es un valor difícil de poner en práctica. A la vez, se relevan
competencias que las docentes ponen en juego dentro del aula y con las familias, y que
permiten construir entornos de convivencia que faciliten la inclusión de los estudiantes.
Con ello, se releva el lugar central del liderazgo docente en los procesos de inclusión.
Finalmente, las materialidades aparecen como recursos o barreras para la inclusión en
la medida que amplían o restringen las prácticas docentes y su autonomía para poner
en juego las competencias de enseñanza que fomenten el aprendizaje y participación
con sus estudiantes.
El análisis de las prácticas da pie a algunas conclusiones que, dadas las limitaciones de
este estudio, requieren mayor desarrollo en futuros trabajos. El primero de ellos tiene
que ver con la posible tensión entre liderar la escuela para mejorar su eficiencia o para
alcanzar mayores niveles de justicia social, y con la forma en que los directivos priorizan
una finalidad sobre otra (DeMatthews et al., 2021) encarnando distintas miradas sobre
el liderazgo inclusivo en su práctica cotidiana. Como segundo elemento, resulta
importante preguntarse qué competencias se vuelven relevantes cuando los líderes
buscan atender a la inclusión más allá de las etiquetas médicas, tal como ha ocurrido
en experiencias en las que la pregunta ha sido dirigida a estudiantes que presentan otras
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Referencias
Améstica, J., Miranda, C. Medina, J. L., Abarca, R., Medina, J. y Pinto, E. (2018). Significados
sobre las diferencias individuales de los estudiantes construidos por profesores en un
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J. Améstica Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 2023, 17(2),77-87
José Améstica
Doctorante en Educación, Universidad Diego Portales-Universidad Alberto Hurtado.
Se ha desempeñado en diversos establecimientos educacionales, en los ámbitos de la
convivencia y la inclusión educativa. Posee experiencia en formación inicial de
docentes y formación continua de directivos escolares y asistentes de la educación. Sus
intereses de investigación abarcan la relación entre liderazgo educativo e inclusión,
desde un enfoque situado en las prácticas. Email: jose.amestica@mail.udp.cl
ORCID ID: https://orcid.org/ 0000-0002-7374-6503
87
ISSN: 0718-7378
Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva
2023, 17(2), 89-101.
https://doi.org/10.4067/S0718-73782023000200089
RESUMEN:
La investigación analiza las narrativas de profesorado de Educación Diferencial que se desempeña en
contextos no convencionales en la ciudad de Temuco, región de La Araucanía, sobre las habilidades
personales desarrolladas para ejercer el liderazgo inclusivo en diferentes instituciones como aulas
hospitalarias, clínicas psicológicas, entidades públicas de educación, programas de libertad asistida y
fundaciones educativas. El objetivo es identificar habilidades personales movilizadas por los profesores
y las profesoras de educación diferencial que se desempeñan en instituciones de contextos no
convencionales. El método fue cualitativo con alcance descriptivo-denso. El diseño es un estudio de
caso de tipo instrumental. Se aplicaron entrevistas semiestructuradas a los participantes: un profesor de
educación diferencial y seis profesoras de educación diferencial mediante codificación abierta y axial con
el software Atlas.ti 8.0. Los hallazgos indican que los profesores y las profesoras de educación diferencial
despliegan habilidades personales para asumir un liderazgo inclusivo, que permita la atención a la
diversidad de acuerdo a los requerimientos de estas instituciones.
DESCRIPTORES:
Liderazgo, Educación no formal, Profesor, Actitud, Habilidad
ABSTRACT:
The research analyzes the narratives of differential education teachers who work in non-conventional
contexts in the city of Temuco, La Araucanía region, regarding the personal skills developed to exercise
inclusive leadership in different institutions such as hospital classrooms, psychological clinics, public
education entities, assisted release programs, hospital classrooms, psychological clinics, public education
entities, assisted release programs. The objective is to identify personal skills mobilised by special
education teachers working in institutions in non-conventional contexts. The method used was
qualitative with a descriptive-dense scope. The design was a collective case study of the instrumental
type. Semi-structured interviews were applied, which were open and axial coding with the Atlas.ti 8.0
software. The main findings indicate that professionals display personal skills that allow them to assume
inclusive leadership to attend to diversity according to the requirements of these institutions.
KEYWORDS:
Leadership, Non-formal education, Teacher, Attitude, Ability
CÓMO CITAR:
Bravo-Villa, N. C., López-Mora, G. I., Acuña-Flores, C. L., Jara-Aguilera, I. B. y Nuñez Candia, H. S. (2023). Habilidades
personales en el liderazgo inclusivo de profesoras y profesores de educación diferencial en contextos no convencionales de la
región de La Araucanía, Chile. Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 17(2), 89-101.
https://doi.org/10.4067/S0718-73782023000200089
1. Introducción
Esta investigación aborda las habilidades personales que requiere el liderazgo inclusivo
en contextos educativos no convencionales. Ello forma parte fundamental de las
competencias profesionales movilizadas por los profesores y las profesoras de
educación diferencial en la promoción, coordinación, diseño y ejecución de acciones
que permitan el acceso y participación del estudiantado.
El avance en materia de inclusión se ha desarrollado principalmente desde contextos
escolarizantes, así la escuela tiende a transmitir ciertos valores que se consideran
buenos para la sociedad, lo que permite o facilita la transformación educativa y social
(Moreno et al., 2014). De igual modo, existen contextos no convencionales donde se
avanza en materia de inclusión lo que ha requerido la incorporación de profesionales
formados en este enfoque para responder de manera pertinente a las demandas de
grupos sistemáticamente excluidos.
La demanda por los profesores y las profesoras de educación diferencial ha presentado
un incremento importante en distintos contextos educativos, tanto convencionales
como no convencionales. En este estudio se entiende por contextos convencionales o
formales aquellos que se manifiestan de forma organizada desde los lineamientos del
sistema escolar; mientras que los contextos no convencionales o no formales son
aquellos que se dan fuera de la escuela, con el fin de atender a las necesidades que no
son atendidas en el sistema educativo formal (Martín, 2014).
Dicho lo anterior, el ser y quehacer de la profesora y el profesor de educación
diferencial puede realizarse en diversos contextos. Así se distingue el liderazgo
inclusivo en aulas hospitalarias, programas de rehabilitación de adolescentes
infractores de ley, centros de estimulación temprana, recintos penitenciarios, contextos
de libertad asistida, apoyo en políticas públicas sobre inclusión educativa y laboral.
El problema de investigación surge a partir de la escasa evidencia empírica- teórica
sobre las habilidades personales como elemento fundamental de las competencias
profesionales que moviliza el profesorado de educación diferencial en contextos no
convencionales. La pregunta de investigación es ¿Cuáles son las habilidades personales
presentes en las competencias profesionales que desempeñan los profesores y las
profesoras de educación diferencial que ejercen en contextos no convencionales en la
ciudad de Temuco?
El propósito de este estudio es identificar las habilidades personales del ser y quehacer
de los profesores y profesoras de educación diferencial presentes en el liderazgo
inclusivo en contextos no convencionales, en función de los roles que estos deben
asumir en base a las políticas educativas, realidades de la institución, características de
los usuarios y usuarias y del entorno inmediato en el que está inserta la institución.
Todos estos elementos deben articularse de tal manera que la diversidad de los
requerimientos profesionales y su orgánica interna, fomenten la mejora de los
resultados en respuesta a las necesidades de apoyo de aquellos grupos sistemáticamente
excluidos.
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2. Revisión de la literatura
2.1. Liderazgo inclusivo en contextos no convencionales
La educación históricamente se ha adaptado a las diversas demandas de la sociedad.
En la actualidad, la inclusión educativa constituye una de las más importantes. Para
ello, se requiere de profesionales competentes, que sean capaces de movilizar distintas
competencias, interpretar su entorno y contextualizar sus respuestas a las distintas
realidades en que se desempeñan. De este modo, el liderazgo escolar constituye uno
de los temas contingentes a nivel de políticas de las últimas décadas, en materia de
educación y cambio escolar. Donde comprender el ser y quehacer de los profesores y
las profesoras como agentes transformativos, es clave cuando se trata de prácticas
educativas. (Parrilla, 2021)
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2.3. Competencias
Desde el enfoque socioformativo complejo, las competencias son definidas como
“parte de la formación humana integral, a partir del proyecto ético de vida de cada
persona, dentro de escenarios educativos colaborativos y articulados con lo social, lo
económico, lo político, lo cultural, el arte, la ciencia y la tecnología” (Tobón et al., 2010,
p. 8).
Así, la formación de profesionales competentes hace necesario que se les involucre en
diversas situaciones, tanto de la vida cotidiana, como de su contexto laboral
profesional. De esta forma aportan a la construcción de la realidad mediante la
movilización de sus diferentes saberes (saber ser, el saber hacer y el saber conocer),
promoviendo que las respuestas a los problemas sean bajo un sentido común, en el
que movilicen el mejoramiento personal, como el compromiso ético.
Asimismo, Cantón (2007) menciona que un profesional que moviliza adecuadamente
conocimientos, habilidades y actitudes, será competente y desarrollará con éxito las
actividades que el contexto le demande. La formación de un liderazgo desde una
mirada ética e inclusiva, abierto al disenso, flexible, facilita la resolución de situaciones
emergentes frente al análisis de barreras y la toma de decisiones, con lineamientos
claros hacia el desarrollo inclusivo construido colaborativamente. (Figueroa et al, 2021)
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Otro contexto emergente de trabajo son los recintos penitenciarios en Chile, que
cuentan con microcentros educativos que imparten educación a personas adultas
privadas de libertad. En dichos contextos los servicios educativos que se brindan
pueden encontrarse dentro del penal o bien, los otorgan algunos establecimientos de
educación pública regular (De Rosas et al., 2016). Aquí los profesionales de la
Educación Especial aportan en que se lleve a cabo una colaboración entre el recinto
penal (se encuentra generalmente en el mismo recinto penitenciario) y el centro
educativo, diseñando y ejecutando las condiciones de funcionamiento ideales para la
implementación de apoyos, programas de estudio y actividades que permitan la
reinserción social (De Rosas et al., 2016).
Asimismo, la evidencia también sugiere la acción del profesorado de educación
diferencial en contextos de libertad asistida y libertad asistida especial. Actualmente
dichos contextos basan sus intervenciones en el Modelo Multidimensional de
Intervención Diferenciada con Adolescentes (MMIDA) (Muñoz et al., 2018), cuyos
referentes teóricos se condicen con las competencias con las que cuenta el profesor y
la profesora de educación especial, haciendo alusión principalmente al carácter
multidimensional y ecológico del desarrollo de la persona. Es por ello que también
existe evidencia del desempeño de estos profesionales en este contexto poco
estudiado.
Como es posible observar en este sistema educativo que varía y se transforma
constantemente, las habilidades personales de los profesionales de la educación
diferencial constituyen un elemento relevante al momento de liderar acciones que
promuevan la inclusión.
3. Método
Enfoque metodológico: El estudio es de tipo cualitativo, que según Flick (2007)
considera y estudia las experiencias, puntos de vista y las prácticas personales de
quienes participan en la investigación, pudiendo construir conocimientos y a partir de
ello la construcción de diferentes versiones de la realidad, en las cuales se manifiesta la
subjetividad y el contexto de quienes se estudian.
El carácter cualitativo de la investigación se evidencia al analizar las narrativas sobre
las habilidades personales que movilizan los profesores y las profesoras de Educación
Diferencial que se desempeñan en centros no convencionales, teniendo en cuenta sus
experiencias y vivencias que permitan comprender sus modos de entender la realidad
accediendo a sus historias, conocimientos y contextos en profundidad.
Al mismo tiempo, se enmarcó en el paradigma hermenéutico, el cual realizó una
interpretación de la realidad de un evento o un escrito que se estudia, comprendiendo
el contexto en el cual está inmerso y proporcionando una visión compartida del
fenómeno (Mansilla y Huaiquián, 2020) y un tipo de diseño correspondiente a un
estudio de caso instrumental de carácter colectivo. El estudio de caso para Simons
(2011) y Stake (1995, 2013) es un estudio que va de lo particular a lo general, es decir
que busca comprender un caso especial, donde se busca investigar la unicidad del caso,
por ende es de tipo inductivo, característica identitaria de las investigaciones
cualitativas, valorando la generosidad y sinceridad de quienes participan e intervienen
en el caso, donde la subjetividad es un parte integral, pues lograr comprender el caso a
investigar dependerá del análisis y las interpretaciones del pensar, sentir y actuar de las
personas.
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Sistema de Categorías
Habilidades personales: las competencias personales se refieren a los conocimientos,
valores y habilidades que son completamente individuales por lo que considera los
aspectos y características personales de cada sujeto, las cuales utiliza para desenvolverse
en su vida personal, social, académica o laboral.
Competencias profesionales: Estas se refieren a la aptitud de una persona para
desempeñar una misma función productiva en diferentes contextos y con bases en los
requerimientos de calidad esperados por un sector productivo. Esta aptitud se logra
con la adquisición y desarrollo de conocimientos, habilidades y capacidades que son
expresadas en el saber, el hacer y el saber hacer (González, 2002).
Instrumentos
La entrevista, según Kvale (2011), pretende entender el mundo desde el punto de vista
del sujeto mediante una conversación e interacción entre un entrevistado y un
entrevistador, que permite que los sujetos expresen y comuniquen al otro su propia
perspectiva y en sus palabras conocimientos sobre el tema de estudio. La entrevista es
de carácter semi-estructurada. En este tipo de entrevistas existe una guía de preguntas,
pero el entrevistador tiene la libertad de realizar otras preguntas que permitan obtener
y detallar mayor información (Kvale 2011). El instrumento fue un guion de entrevista
semiestructurado revisado y validado por un destacado académico e investigador a
nivel nacional y regional.
Plan de Análisis: Se consideraron diferentes fases, las que contemplan la transcripción
de la recogida de información, la organización de la información mediante la utilización
del software Atlas. Ti versión 8.0 y finalmente la codificación abierta y axial.
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4. Resultados
La figura 1 representa la red de Habilidades personales, la cual está conformada por
los códigos (1) comunicación afectiva, (2) autonomía, (3) adaptabilidad, (4) contención
socioemocional, (5) asertividad, (6) capacidad resolutiva, (7) empatía, (8) aprendizaje
continuo, (9) organización.
Figura 1
Network Habilidades (competencias personales)
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por los profesionales, dado que detallan que esta es una característica que les permite
enfrentar las interacciones con los demás en distintas circunstancias de manera
eficiente.
El código capacidad resolutiva se visualiza en la entrevista como:
esa capacidad resolutiva, (.) de que si algo tiene una solución no dar la vuelta…
si no que rápidamente actuar frente a la solicitud ya sea de un establecimiento,
sostenedor o (x) o de una familia. [E6:104]
Al respecto, D’Zurilla (como se citó en Bados y García, 2014), menciona que la
capacidad resolutiva “es un proceso cognitivo-afectivo-conductual mediante el cual
una persona intenta identificar o descubrir una solución o respuesta de afrontamiento
eficaz para un problema particular” (p.2). Tal es el caso de los profesionales
entrevistados, quienes manifiestan tener que estar constantemente practicando su
capacidad resolutiva ante las situaciones que se les presentan, sobre todo teniendo en
cuenta las constantes necesidades que se les presentan por parte de los distintos
usuarios y familias con quienes trabajan.
En cuanto al código empatía se extrae del siguiente fragmento:
(...) colocándote en el lugar de la persona que está al otro lado del teléfono…,
necesitando un apoyo:::, e:::h porque no puede resolver algo, no puede venir a
Temuco, no tiene conexión, entonces lo primero yo creo que es colocarse en el lugar
del otro y desde esa perspectiva (.) e:::h ya si tenemos un problema no es buscar
quien tiene la culpa sino que busquemos la solución. [E6:825]
Igualmente se visualiza en este extracto de entrevista:
lo que yo destaco harto el tema de la Empatía (.) e yo en este contexto nosotros
tenemos chiquillos que tu vas a llegar a un colegio y te van a hablar pestes de él,
porque es el chiquillo que es mas mal portado, el que llegó con consumo, el que
probablemente en algún momento se obo algo, o que viene de una familia
problemática del sector, los hermanos tuvieron en el colegio y los hermanos eran
super estigmatizados (X) tonse el acarrea esa mochila (X)onse nosotros como
que o sea (.) si no trabajamos con la empatía de base es como que no no podemos
hacer nada acá po. [E7:35]
En relación a lo anterior, la empatía es una de las habilidades que más énfasis otorgan
los profesionales dentro de los distintos contextos, puesto que es esta la capacidad que
permite acercarse al otro, sintonizar con él y, por tanto, es un aspecto clave en la
relación educativa social. Pérez (2011), menciona que “La educación, es un proceso de
naturaleza relacional en el que la empatía asume gran importancia tanto en la
construcción de significados compartidos, como en la aproximación, el encuentro, la
comprensión y el cambio personal” (p.178).
El código aprendizaje continuo, se manifiesta en la textualidad:
(...) Entonces como educadora diferencial una habilidad es estar↓ en <constante
búsqueda o de aprendizajes>, es decir, ir buscando autores, investigar, ya que,
es útil porque en nuestra área todo va cambiando, yo comencé a trabajar antes
del decreto 170, trabajaba de otra manera (.hhh) e:::h, cuando se implementó el
decreto 170 hubo que buscar, leer, asimilar y entablar toda esa nueva forma de
trabajo y no quedarse solo con un dicen que, sino que, ir a los artículos, leer los
decretos y son habilidades de investigación que uno aprende en la universidad.
[E5:990]
El aprendizaje continuo según Villa (2004) hace referencia a un aprendizaje, en que la
persona requiere formarse y manipular conocimiento, actualizarlo y elegir lo que es
adecuado a la realidad específica, se realiza permanentemente y se adapta conforme a
los requerimientos que demanda.
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5. Discusión y conclusiones
El liderazgo inclusivo requiere de habilidades personales presentes en las competencias
profesionales de los profesores y profesoras de educación diferencial que movilizan en
contextos no convencionales, así es posible mencionar que son consideradas
indispensables para el desarrollo de sus roles y funciones debido a que les permiten
responder situadamente a las características de los diversos contextos en que ejercen,
debido a que no solo se responde a la diversidad desde el punto de vista educacional,
sino que también desde la resolución de situaciones emergentes que demandan la
capacidad de solucionar, gestionar, realizar trabajo administrativo, atención
domiciliaria y un sin fin de multifunciones que los centros no convencionales requieren
desde su profesión.
De acuerdo al análisis es posible concluir, que las habilidades personales movilizadas
por los profesores y profesoras de educación diferencial están directamente orientadas
a reconocer el valor de la persona en sus contextos inmediatos, los cuales demandan
que estos profesionales mantienen con los usuarios, y además con las habilidades
orientadas hacia sí mismos. La primera va dirigida a las habilidades que desempeñan
en su quehacer para el otro, ya que pretenden generar ambientes positivos y saludables,
haciendo uso de la empatía y la asertividad, puesto que buscan solidarizar con la
realidad de los demás mediante una comunicación directa, amable y franca,
permitiendo a los profesores y profesoras de educación diferencial implementar
acciones adecuadas a cada realidad.
Por otro lado, respecto a las habilidades hacia sí mismo, es posible afirmar que estas
acciones van orientadas a la búsqueda continua de saberes que le permitan responder
a sus contextos y beneficiarios, entendiendo que el contexto es dinámico y que los
conocimientos de base no siempre son suficientes, debido a las múltiples funciones
que suelen desempeñar.
Las limitaciones de la investigación que surgieron en el proceso se encuentran en
primer lugar la escasa evidencia empírica presente sobre las habilidades personales de
las profesoras y los profesores de educación diferencial en esta modalidad de inclusión
educativa en contextos no convencionales, en segundo lugar, se presentó otra
limitación la que se relaciona con encontrar instituciones no convencionales y en ellos
a los participantes que se requerían para esta investigación. No obstante, lo anterior,
todos los profesionales contactados aceptaron participar del estudio.
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ISSN: 0718-7378
Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva
2023, 17(2), 103-117.
https://doi.org/10.4067/S0718-73782023000200103
RESUMEN:
La educación inclusiva es un objetivo importante a lograr en las instituciones educativas, por cuanto
permite el logro de una educación para todos y todas, acorde a sus características idiosincráticas y con
énfasis en el aprendizaje significativo. A pesar de ello, han sido muchas las dificultades para su
implementación en los centros escolares. Se propone una herramienta de gestión participativa,
denominada metacognición institucional, para que los líderes escolares puedan impulsar y mantener en
el tiempo, estrategias de educación inclusiva, monitoreando los obstáculos que puedan surgir en el
proceso. La metacognición institucional se compone de acciones participativas enfocadas en el
diagnóstico, toma de decisiones y evaluación de los resultados de dichas acciones, que permiten
determinar, por ejemplo, la implementación de modelos de educación inclusiva, así como su valoración.
Se concluye que, para el logro de una escuela inclusiva, la metacognición institucional es una herramienta
de gestión útil, permitiendo que los líderes escolares puedan implementar propuestas inclusivas, como
también evaluar su desarrollo, identificando participativamente tanto los aciertos como los obstáculos.
DESCRIPTORES:
Gestión escolar, Liderazgo, Inclusión, Participación, Transformación educativa
ABSTRACT:
Inclusive education is an important objective to be achieved in educational institutions, since it allows
the achievement of an education for all, according to their idiosyncratic characteristics and with an
emphasis on meaningful learning. Despite this, there have been many difficulties for its implementation
in schools. A participatory management tool, called institutional metacognition, is proposed so that
school leaders can promote and maintain inclusive education strategies over time, monitoring the
obstacles that may arise in the process. Institutional metacognition is made up of participatory actions
focused on diagnosis, decision-making, and evaluation of the results of said actions, which make it
possible to determine, for example, the implementation of inclusive education models, as well as their
assessment. It is concluded that, for the achievement of an inclusive school, institutional metacognition
is a useful management tool, allowing school leaders to implement inclusive proposals, as well as
evaluate their development, participatively identifying both successes and obstacles that arise and can
interrupt them.
KEYWORDS:
School management, Leadership, Inclusion, Participation, Education transformation
CÓMO CITAR:
Ossa-Cornejo, C. J., Balbontín-Alvarado, R. y Castro-Rubilar, J. I. (2023). Metacognición institucional: Herramienta de gestión
participativa para el liderazgo inclusivo en educación. Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 17(2), 103-117.
https://doi.org/10.4067/S0718-73782023000200103
1. Introducción
La educación inclusiva es uno de los grandes desafíos de nuestra sociedad actual, y se
ha convertido en uno de los ejes de la justicia social en el campo educativo, dado que
continuamente debe enfrentar situaciones de exclusión y pérdida de derechos de niños,
niñas y jóvenes (Sapon-Shevin, 2013).
En la actualidad, el avance de la conciencia democrática ha ido de la mano con la
sensibilidad a la participación y a la valoración de los derechos de las personas, por lo
que una educación que promueva la democracia y la justicia debiera ser una educación
que propicie la inclusión, la equidad y la convivencia positiva entre los miembros de la
comunidad educativa (Morcillo, 2018).
Sin embargo, se puede constatar diariamente que no ocurre lo anteriormente señalado
puesto que las experiencias y vivencias educativas, especialmente las del sistema
escolar, tienden muchas veces a reproducir antiguas formas de interacción y ciudadanía
como la exclusión, el etnocentrismo y el machismo. Esto ha llevado a la reflexión de
que el liderazgo de los directivos escolares para la promoción de un centro educativo
que desee promover la participación, la justicia y la inclusión debe ser colaborativo y
transformador de las prácticas escolares (Ahumada et al., 2017; Concha et al., 2022).
Se han planteado perfiles de los directivos escolares en relación con diferentes tipos de
liderazgo, a fin de lograr dirección efectiva y significativa para la comunidad escolar;
encontrándose enfoques como el liderazgo transformacional, el distribuido, el
inclusivo, el socioemocional (Ahumada et al., 2019; Ministerio de Educación-Chile,
2019a; Murillo, 2006; Valdés, 2018). Aunque se puede entender que estos son
diferentes conjuntos de competencias y prácticas que pueden utilizarse
estratégicamente (Ministerio de Educación-Chile, 2019a), otros autores han señalado
que la educación inclusiva y de justicia deben priorizar los enfoques denominados
distribuido e inclusivo, pues son los que potenciarían mayormente la participación y el
diálogo (Murillo, 2006; Valdés, 2018; Valdés y Gómez-Hurtado, 2019). Yendo incluso
algo más lejos, es posible reconocer que el liderazgo inclusivo sería el epítome del
liderazgo distribuido en la educación inclusiva.
Lo anterior puede contextualizarse desde el marco tradicional de la Teoría del
Liderazgo Situacional (TLS) de Hersey y Blanchard, que establece que liderazgo y
dirección no son lo mismo, pues toda decisión de liderazgo es consustancial a la
madurez del grupo de personas que constituyen la institución (Santa-Bárbara y
Rodríguez, 2010). A pesar de los más de 50 años de historia de esta teoría, así como de
las limitaciones y aportes que ha recibido, se ha de estar en acuerdo que el liderazgo
sigue siendo un proceso que no siempre es detentado por los directivos escolares, y
que la complejidad de las relaciones humanas en los centros educativos ha seguido
creciendo e influyendo en sus comunidades.
De este modo se propone que el liderazgo es un proceso dinámico, que debe ser
fortalecido en los equipos directivos, por cuanto la estructura del sistema educativo
sigue siendo jerárquica en general, y muchas veces unidireccional (Queupil y
Montecinos, 2020); además, los equipos directivos y de apoyos a la gestión pueden
aportar mucho más al logro de la inclusión y la justicia social en educación, a través de
prácticas que permitan la acción colaborativa para la mejora escolar, que solo el actuar
del Director/a o encargado del centro escolar (Valdés y Gómez-Hurtado, 2019).
En específico, se propone una práctica que permite y promueve la colaboración y el
diálogo para la mejora escolar llamada Metacognición Institucional (Ossa et al., 2016;
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3. Liderazgo y participación
El concepto de liderazgo escolar es un tema de interés recurrente dentro del campo de
la educación que ha sido ampliamente investigado por décadas. Para Leithwood (2009,
p.20) el liderazgo escolar puede ser definido como “la labor de movilizar e influenciar
a otros para articular y lograr intenciones y metas compartidas de la escuela”. Robinson
y colaboradores concluyen que “el liderazgo educativo es aquel que influye en otros
para hacer cosas que se espera mejorarán los resultados de aprendizaje de los
estudiantes” (Robinson et al., 2009, p.70). Ambas visiones de liderazgo coinciden en
que el líder escolar es alguien que logra influenciar a otras personas de su organización
para alcanzar ciertas metas de que frecuentemente se relacionan con la mejora de los
resultados del estudiantado, como dan cuenta numerosas investigaciones (Anderson,
2011; Bolívar, 2009; Day et al., 2002; Elmore, 2010; Leithwood et al., 2006; Leithwood,
2009; Marzano et al., 2005; OCDE, 2009; Robinson, 2007; Seashore et al., 2010;
Southworth, 2002).
Los resultados de la investigación de Leithwood y otros (2006) permitieron concluir
que el liderazgo escolar es la segunda variable que más influye en los resultados
estudiantiles, después del efecto de los profesores. Aunque la influencia del líder no se
configura dentro de una relación directa, sino que tiene lugar de manera indirecta y
mediada por otras variables, como concluyera Robinson (2007), al demostrar que
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de la organización, donde sea que puedan encontrarse experticia, visión, nuevas ideas
y compromiso” (Ancona et al., 2007, citado en Maureira et al., 2014, p.4).
Algunos estudios consideraban que el enfoque más tradicional de liderazgo centrado
en la figura y características del líder escolar debía reconfigurarse (Maureira et al., 2016),
así como también, admitir nuevas formas de gestión de las organizaciones escolares
que consideraran otros actores como piezas clave en el engranaje del funcionamiento
de los centros escolares. Investigadores como Gronn (2003), Harris (2009, 2012),
Spillane (2006) y Timperley (2005), entre otros, se abocan a la tarea de lograr
comprensión cabal del fenómeno de liderazgo distribuido, buscando conceptualizarlo
y aportar evidencia empírica que permita dar cuenta del efecto de este tipo de liderazgo
en la mejora de la organización escolar y los resultados del estudiantado.
En cuanto a definiciones del concepto de liderazgo distribuido, Spillane y otros (2001)
sugieren que en este tipo de liderazgo la unidad de análisis no son los líderes y su
quehacer, sino la práctica de liderazgo que se construye en la interacción entre líderes,
seguidores y sus circunstancias e incorpora las actividades de múltiples grupos de
individuos. Esto implica que el contexto social y las interrelaciones son una parte
integral de la práctica de liderazgo.
Yukl (2002), enfatiza que este tipo de liderazgo ofrece una nueva alternativa que se
contrapone a la perspectiva del líder heroico y se puede definir como un proceso
compartido que propende a la mejora de la capacidad individual y colectiva de los
individuos para cumplir con su trabajo de manera efectiva, dejando de lado la idea del
líder que puede cumplir con todas las tareas esenciales de liderazgo, para transitar a la
idea que estas tareas pueden ser distribuidas entre los diferentes miembros de la
organización. De acuerdo a Murillo (2006, p. 19)
el liderazgo comienza a verse menos como de un individuo y más como de una
comunidad, asumido por distintas personas según sus competencias y momentos.
En esta nueva visión la principal tarea del director es desarrollar la capacidad
de liderazgo de los demás, estimulando el talento y la motivación.
Este último punto es muy relevante, puesto que lo que se espera es precisamente
aprovechar capacidades, lo que se contrapone al hecho de delegar o asignar tareas
(Murillo, 2006).
Por su parte Gronn (2000) define el liderazgo distribuido como una propiedad
emergente de un grupo o una red de individuos que interactúan entre sí. Harris et al.
(2007), tomando las ideas de Gronn (2002) y Spillane y Camburn (2006), enfatiza que
se trata de un tipo de liderazgo lateral donde la práctica de éste es compartida entre los
miembros de la organización y donde la toma de decisiones está determinada por la
interacción de los individuos.
Maureira et al. (2016), basándose en los hallazgos de investigación de varios estudios
sugieren que en el enfoque de liderazgo distribuido en la organización escolar supone
el trabajo de múltiples líderes que pueden influir en la dinámica de enseñanza. A saber,
directores, jefes intermedios, coordinadores, profesores tutores y de aula (Anderson,
2012; Crawford, 2012; Spillane, 2006; Spillane et al., 2003).
La investigación sobre liderazgo eficaz ha dado cuenta que dentro de los aspectos que
caracterizan a los lideres exitosos se encuentran prácticas que promueven el liderazgo
distribuido (Anderson, 2012; Balbontin y Rivas, 2022; Crawford, 2012; Maureira y
Garay, 2019; Spillane, 2006; Spillane et al., 2003). Específicamente algunas de las
prácticas que frecuentemente se identifican en estudios sobre este tipo de liderazgo
son: búsqueda de la convergencia de metas compartidas, trabajo concertado y
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5. Conclusiones
La educación inclusiva es un ideal de justicia educativa, ya que busca atender a las
necesidades diversas de los integrantes de la comunidad escolar, por lo que se debería
promover como factor de calidad educativa (Morcillo, 2018; Sapon-Shevin, 2013). Sin
embargo, y a pesar de la importancia que tiene la creación de escuelas inclusivas y
justas, es un gran desafío y, en algunos casos, un lejano horizonte para muchos
establecimientos escolares.
La dificultad que muchos centros escolares presentan para lograr una educación
inclusiva es la falta de espacios de transformación de sus creencias y prácticas
educativas, muchas de ellas arraigadas en enfoques educativos tradicionales y
111
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Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva
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https://doi.org/10.4067/S0718-73782023000200119
RESUMEN:
El escenario actual de la Educación Superior se caracteriza por la marcada diversidad de sus
comunidades educativas. Se propone una revisión narrativa cuyo objetivo es analizar los fundamentos
teóricos y normativos, así como las experiencias que dan cuenta del desarrollo actual del liderazgo
inclusivo en la Educación Superior chilena, profundizando en tres elementos centrales: bases normativas
asociadas a inclusión que sustentan el liderazgo inclusivo; evolución del concepto y su incorporación en
el ámbito de la educación superior, y revisión de prácticas. Se concluye que existe un amplio desarrollo
en la temática, pero sin un foco particular en la Educación Superior, siendo necesario avanzar hacia un
corpus de conocimiento que dé cuenta de las particularidades de este nivel educativo y las diversidades
de culturas de cada institución, tomando como referencia los abundantes marcos normativos nacionales
e internacionales, para un análisis crítico en torno al liderazgo inclusivo, en términos de su difusión,
socialización y puesta en práctica.
DESCRIPTORES:
Derecho a la educación, Inclusión, Diversidad, Liderazgo, Educación superior
ABSTRACT:
The current scenario of Higher Education is characterized by the marked diversity of its educational
communities. A narrative review is proposed whose objective is to analyze the theoretical and normative
foundations, as well as the experiences that account for the current development of inclusive leadership
in Chilean Higher Education, delving into three central elements: normative bases associated with
inclusion that support inclusive leadership; evolution of the concept and its incorporation into the field
of higher education, and review of practices. It is concluded that there is a broad development in the
subject, but without a particular focus on Higher Education, making it necessary to move towards a
corpus of knowledge that accounts for the particularities of this educational level and the diversity of
cultures of each institution, taking as It references the abundant national and international regulatory
frameworks, for a critical analysis of inclusive leadership, in terms of its dissemination, socialization and
implementation
KEYWORDS:
School management, Leadership, Inclusion, Participation, Education transformation
CÓMO CITAR:
Sotomayor-Soloaga, P., Escobar-Mancilla, D. y Contreras-Torres, P. (2023). Bases para un liderazgo inclusivo en la educación
superior chilena: Una revisión narrativa de aspectos jurídicos, conceptuales y pragmáticos Revista Latinoamericana de Educación
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https://doi.org/10.4067/S0718-73782023000200119
1. Introducción
La inclusión educativa puede ser entendida desde distintas perspectivas y, en términos
generales, dice relación con la apertura de los sistemas escolares a la diversidad social
y cultural de sus estudiantes. Esta noción de inclusión en la actualidad ha sido ampliada
al concepto de diversidad que, en esencia, asocia la inclusión con la convivencia con
toda la gama de diversidades (Rojas et al., 2018), considerando aspectos de género,
multiculturalidad y discapacidad.
En este sentido, el concepto de inclusión junto con sus principios y valores asociados
se ha instalado con fuerza en la sociedad chilena, permeando hacia la agenda pública y
situándose como foco de atención en diversos contextos, siendo el ámbito educativo
donde ha tomado especial impulso. Así, la ley 20.845 de Inclusión Escolar (Ministerio
de Educación [MINEDUC], 2015) cuyo foco es la eliminación de prácticas
discriminatorias en los establecimientos educativos y que fomenta la diversidad e
inclusión social, constituye un claro ejemplo de cómo esta temática se ha instalado con
fuerza en la institucionalidad educativa. Por su parte, en el ámbito de la Educación
Superior [ES], la Ley 21.091 (MINEDUC, 2018) declara entre sus principios la
diversidad de proyectos educativos institucionales y la inclusión, reconociendo con
esto la pluralidad de visiones y valores de y sobre la sociedad, lo cual, conlleva el respeto
a los valores democráticos, la no discriminación arbitraria y la interculturalidad,
debiendo el sistema promover la inclusión del alumnado en las Instituciones de
Educación Superior [IES], velando por la eliminación y prohibición de todas las formas
de discriminación arbitraria, a través de una convivencia participativa y democrática.
Estas visiones se plasman en concreto con la reciente publicación de la Estrategia de
Chile para la Implementación de la Agenda 2030 (Gobierno de Chile, 2023), cuyas
proyecciones, desafíos y logros se articulan con lo propuesto en el Plan de
Aseguramiento a la Calidad de la Educación 2020-2023 (MINEDUC, 2020), dando
cuenta de una potente articulación entre los avances de la legislación y los planes
internos en relación a lo producido a nivel internacional en materia de derechos
humanos y desarrollo sustentable, dónde la Educación, desde su propia agenda,
concentra nuestro interés, al contemplar planteamientos como los de Espinoza Flores
et al. (2023), quienes hacen hincapié en que los desafíos que enfrenta América Latina
y el Caribe exigen plantear y replantear estrategias de acción futura para incidir y
transformar la sociedad, misión en la cual se postula a la educación como un pilar o
eje, relevando desde ahí el rol de la universidad en cuanto a “brindar una educación
competente, pertinente, inclusiva y socialmente orientada para todos” (p. 9), en el
mismo sentido que la Organización de las Naciones Unidas [ONU] plantea en el
principio dos de los valores universales comprendidos en la Agenda 2030 para el
desarrollo sustentable, No dejar a nadie atrás (ONU, 2019).
En este punto, resulta interesante preguntarnos ¿De qué forma las IES pueden transitar
hacia entornos educativos más inclusivos? ¿Es posible que los diferentes procesos que
desarrollan las IES estén alineados con los valores de la inclusión y la diversidad? Al
respecto, siguiendo a Dovigo y Casanova (2017), el enfoque inclusivo no ha tenido
suficiente debate en el ámbito de la ES en comparación con el desarrollo que se
evidencia en la enseñanza obligatoria, pues es en esta última donde han surgido
contundentes aproximaciones hacia las interrogantes planteadas.
Reconociendo esta contundente evidencia en el ámbito escolar ¿Podemos entonces
considerar al liderazgo educativo como un elemento clave para crear condiciones
institucionales que hagan más eficaces las organizaciones y logren “hacer carne” los
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es cuestionada por mantener una lógica binaria e incluso heteronormativa. Desde este
ángulo, en 2006 se genera la Declaración de los Principios de Yogyakarta: Principios
sobre la aplicación de la legislación internacional de derechos humanos en relación con
la orientación sexual y la identidad de género (CIJ, 2007), puntualizando en la
educación a través de su principio n°16, estableciendo una serie de responsabilidades
para asegurar el goce al derecho a la educación libre de violencia y discriminación por
motivos de sexo, género u orientación sexual, reconociendo las necesidades
particulares de las y los estudiantes como también de sus familias.
En esta cúspide, el hito de mayor relevancia política actual es la Agenda 2030 para el
Desarrollo Sostenible, cuyo plan de acción es adoptado por la Asamblea General de la
ONU el año 2015, en perspectiva de fortalecer la paz universal, la inclusión e igualdad,
la protección y promoción de los derechos humanos y la responsabilidad
medioambiental, concibiendo la erradicación de la pobreza como un eje central de
logro (ONU, 2015b).
Para llevar a cabo esta labor, se establecen 17 Objetivos de Desarrollo Sustentable
(ODS), dentro de los cuales consideramos esencial enfatizar en el Principio de
Inclusión, el cual permea a la totalidad de la propuesta, destacando en específico los
alcances de los ODS N°4 y 5: Educación de calidad e Igualdad de Género,
respectivamente.
En esta línea, el camino trazado desde la Convención relativa a la Lucha contra las
Discriminaciones en la Esfera de la Enseñanza teje sus más actuales pasajes con la
Agenda 2030 a través de la Declaración de Incheón, generada en el marco del Foro
Mundial sobre Educación celebrado en 2015, incorporando a nuevos actores como
ONU Mujeres, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados
(ACNUR), la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), la
Alianza Mundial para la Educación, como también de ONGs, instituciones públicas y
privadas, con la visión de incrementar las redes de cooperación y asociatividad para
alcanzar los ODS.
Lo anterior deriva en el Marco de Acción para la realización del Objetivo de Desarrollo
Sustentable 4, denominado como Agenda de Educación 2030 (UNESCO, 2015),
siendo profundizado de manera aún más específica en la Hoja de Ruta de ES hacia la
Agenda 2030 (HDE 2030 Roadmap en inglés) (UNESCO, 2022).
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de acceso y calidad esperadas para la educación chilena, en todos sus niveles, con un
carácter integral y equitativo (MINEDUC, 2009).
Pese a ello, actualmente aún se observan a nivel social una reproducción de narrativas
y prácticas excluyentes y/o discriminatorias, basadas en estereotipos de género, las
cuales se producen e impactan en múltiples niveles, tales como la dirección y gestión
universitaria, la dotación de planta académica, la investigación, desarrollo, innovación
y tecnología, el diseño curricular, el acceso, cobertura y matrícula, titulación y egreso,
proyección profesional, las prácticas pedagógicas y las dinámicas relacionales entre las
comunidades educativas, inclusive, en la propia infraestructura de las diferentes casas
de estudio a lo largo del país (Baeza y Lamadrid, 2018; Brito et. al, 2020; Colther, 2022;
Espinoza y Albornoz, 2023; Flores-Bernal, 2019; Garrido, 2023).
En este sentido, como un claro ejemplo de avance, surge en el año 2021 un hito de
gran relevancia: La promulgación de la Ley N°21.369, la cual que regula el acoso sexual,
la violencia y la discriminación de género en el ámbito de la educación superior
(MINEDUC, 2021), motivada por el punto de inflexión que marcaron las
movilizaciones feministas del año 2018, mandatando a las distintas IES a la
responsabilización y acción efectiva frente a estas problemáticas a través de la creación
de Políticas Integrales de Género.
Esta visión estatal se manifiesta en los desafíos señalados en la Estrategia de Chile para
la Implementación de la Agenda 2030 (Gobierno de Chile, 2023), conjugados con el
Plan de Aseguramiento a la Calidad de la Educación 2020-2023 (MINEDUC, 2020),
en miras a consolidar la formación de estudiantes con un alto sentido ciudadano e
inclusivo para el desarrollo sostenible (Gobierno de Chile, 2023).
Desde aquí, posicionamos el interés, relevancia y pertinencia del Liderazgo Inclusivo
para una positiva gestión, direccionamiento y superación de los desafíos propios de
este período político y socio-histórico.
3.1. ¿Qué entendemos entonces por liderazgo inclusivo? Una revisión del
concepto
Como pareciera sugerirlo su nombre, el liderazgo inclusivo tiene su foco en un aspecto
particular de la injusticia, la exclusión/inclusión, debiendo los líderes inclusivos
detectar prácticas excluyentes en sus organizaciones y sustituirlas por prácticas
inclusivas (Ryan, 2016). Si bien el liderazgo inclusivo ha sido visto desde distintas
perspectivas y con múltiples énfasis, es este mismo autor quien aporta una definición
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inclusivo, más allá del conocimiento y el valor moral. Esta falta de claridad puede dar
lugar a la confusión entre un liderazgo inclusivo y uno pedagógico. Se destaca la
necesidad de una exploración conceptual más amplia del liderazgo inclusivo,
considerando la permeabilidad cultural, las condiciones materiales, la atmósfera política
y otros elementos en las experiencias y prácticas asociadas.
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5. Comentarios finales
El presente trabajo pudo dar cuenta de cómo la educación se ha configurado como un
bastión internacional para la superación de la pobreza, respondiendo, en primer lugar,
a las necesidades de desarrollo individuales, comunitarias y sociales, a la vez que
impacta en la cultura territorial, teniendo la oportunidad de servir para la promoción
de la paz, la tolerancia y la inclusión. Desde aquí, se hace indispensable destacar los
esfuerzos nacionales, regionales y mundiales para garantizar su acceso en todos sus
niveles, cimentando de esa manera su consagración como derecho, lo cual, sin lugar a
duda, debe continuar desplegándose ante el complejo panorama global actual, donde
la pandemia Covid-19 incidió de forma crítica.
Sin embargo, resulta necesario ir más allá y posicionar la atención en la calidad de la
educación, dónde, además de profundizar en los aspectos relacionados a los procesos
de enseñanza-aprendizaje, debemos ampliar la consideración hacia las prácticas de
convivencia y las culturas organizacionales, promoviendo la inclusión. Reafirmamos
entonces el carácter indivisible que debe comprender la calidad de los proyectos
educativos con la inclusión social, desde un enfoque basado en los derechos humanos.
En este sentido, vemos positivamente el desarrollo de marcos normativos favorables
para el desarrollo de la Educación Inclusiva en las IES chilenas, logrando impulsarse
experiencias como los proyectos InES Género y las políticas de inclusión, así como
iniciativas particulares. No obstante, es sabido que las prácticas no sólo anteceden a las
leyes y políticas, sino que las preceden y, muchas veces también, las exceden, razones
por lo cual se requiere de un compromiso diario y sustancial para que la inclusión,
además de proclamarse y posicionarse institucionalmente, se practique y viva. En esta
labor, consideramos al Liderazgo Inclusivo como la mejor referencia conceptual para
el direccionamiento, diseño, gestión y ejecución de prácticas inclusivas desde las IES
chilenas, permitiendo el ordenamiento de éstas, cuyo desarrollo actual es considerado
más bien inconexo. Por tanto, el Liderazgo Inclusivo constituye una opción estratégica
sólida y viable para las IES, pudiendo contribuir desde allí al logro de la Agenda 2030
para el Desarrollo Sostenible y, más específicamente, a los desafíos de la propia Agenda
de Educación 2030.
Por otra parte, es relevante mencionar que el concepto de liderazgo inclusivo ha tenido
un fuerte posicionamiento en la literatura internacional, sobre todo en las últimas dos
décadas, con un marcado énfasis en la educación primaria y secundaria, no tanto así
para la educación superior, lo cual, sin duda conlleva un enorme desafío para la
132
P. Sotomayor Soloaga et al. Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 2023, 17(2), 119-138
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ISSN: 0718-7378
Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva
2023, 17(2), 139-155.
https://doi.org/10.4067/S0718-73782023000200139
RESUMEN:
La academia se encuentra en la actualidad marcada por una evidente orientación mercantil internacional
con nuevos retos. Entre estos se encuentra cómo avanzar en diversidad e inclusión siguiendo las
instancias de organismos internacionales como la Agenda 2030 desde Europa. Se presenta una
investigación de corte cualitativo desde la perspectiva constructivista de la Grounded Theory. El
objetivo del estudio ha sido explorar el discurso de quienes ejercen el liderazgo institucional en torno a
la atención inclusiva a la diversidad. El instrumento de investigación ha sido la entrevista
semiestructurada a 62 líderes de las universidades andaluzas (España). Los resultados muestran un mapa
situacional posicional que avanza en el análisis del modelo teórico de agendas de diversidad (García-
Cano et al., 2021). Para ello, se ha puesto en relación la concepción de universidad desde una postura
gerencialista y las propuestas manifestadas por las y los líderes en la universidad para avanzar en
inclusión en un rango desde ausencias de propuestas a un discurso más propositivo. Este mapa
situacional posicional ilustra que un enfoque gerencialista en el discurso de líderes para las políticas
inclusivas de la universidad implica una ausencia de propuestas para la institucionalización de la inclusión
en la universidad desde la justicia social.
DESCRIPTORES:
Diversidad, Inclusión, Universidad, Gobernanza, Justicia social
ABSTRACT:
The academy is currently marked by a clear international market orientation with new challenges at
different levels. Among these is how to advance in diversity and inclusion following the instances of
international organizations such as the 2030 Agenda from Europe. This is qualitative research from the
constructivist perspective of Grounded Theory. The research instrument was a semi-structured
interview with 62 university leaders from the autonomous community of Andalusia (Spain). The results
provide a situational positional map that advances in the analysis of the theoretical model of diversity
agendas formed by the three discursive lines of naturalization, difference, and inequality (García-Cano
et al., 2021). To this purpose, the conception of the university from a managerialist stance and the
proposals expressed by university leaders to advance inclusion in a range from an absence of proposals
to a more proactive discourse have been put in relation to each other. This positional situational map
illustrates that a managerialist approach in the discourse of leaders for the university's inclusive policies
implies an absence of proposals for the institutionalisation of attention to diversity and inclusion in the
university from a social justice perspective.
KEYWORDS:
Diversity, Inclusion, University, Governance, Social justice
CÓMO CITAR:
Jiménez-Millán, A. (2023). Posiciones del discurso de líderes sobre una universidad inclusiva. Revista Latinoamericana de Educación
Inclusiva, 17(2), 139-155.
https://doi.org/10.4067/S0718-73782023000200139
1. Introducción
La literatura especializada sobre gobernanza universitaria asegura que el modelo
organizativo universitario actual a escala global se encuentra en un momento delicado
entre cuyas dificultades se encuentra la de atender a los retos sociales, de ahí que
requiera una profunda reorganización. En Europa, y también en España, aunque en
menor medida, se impone el nuevo gerencialismo cuyos principios rectores son la
competitividad, eficiencia, rendimiento, centralización en la toma de decisiones con
débil representación académica, autonomía universitaria con instrumentos de
evaluación. Y en este contexto, la Universidad justifica el aumento de los controles
burocráticos con el fin de asegurar la “calidad” y eficacia de resultados docentes e
investigadores.
Aunque las diferencias con el mundo corporativo de las empresas son manifiestas, la
comunidad universitaria comienza a reconocer ciertas similitudes en sus prácticas
esenciales de docencia e investigación. Así, una cultura universitaria que presenta
tensiones en su modo de entenderla: colegial y participativa VS gerencial y
administrativa.
La fundamentación teórica muestra que el avance de la creciente burocratización
vinculado a un mayor control administrativo empeora la situación para todos los
implicados del mundo académico: alumnado, personal académico, las propias
universidades y la sociedad y del sentido propio del trabajo académico. Por ello, señala
una transformación hacia una reformulación de los principios organizativos a un
modelo híbrido más permeable a las necesidades de la sociedad y stakeholders mediante
instituciones colaborativas y participativas como alternativa, sin una mera obediencia
ciega a las demandas del mercado poniendo en marcha un diálogo en relación con los
objetivos prioritarios de una institución educativa e investigativa como la universidad.
Son sabidos los obstáculos que una institución de tan larga tradición supone para el
cambio como resistencia académica, insistencia en la especialización, falta de conexión
con las necesidades sociales, además de ser penalizados los trabajos interdisciplinares.
El cambio hacia universidades colaborativas va en la línea de resultados como
capacidad de movilizar conocimientos diversos e interdisciplinariedad para responder
a la complejidad de los cambios del entorno e involucrar a múltiples partes interesadas.
La complejidad subyace, además, por la paradoja que supone: mientras que el
gerencialismo está en aumento y cada vez más cerca e inmerso en los quehaceres
académicos, cada vez recibe más críticas y se promueve la necesidad de trabajo en
equipo y liderazgos distribuidos para atender las demandas sociales.
En este marco de gestión universitaria, se evidencia cómo la Universidad presenta una
tercera misión clave que atraviesa sus funciones principales de docencia e investigación
y que aborda su Responsabilidad Social universitaria con múltiples dimensiones en dos
direcciones: una hacia la sociedad con la transferencia del conocimiento con un
compromiso y valores vinculados a ODS y derechos humanos y otra vinculado al
EEES y su relación con los principios de la educación inclusiva en acceso, participación
y logro académico. Ambas direcciones constituyen las líneas de acción para la
construcción de una Universidad inclusiva.
En este caso, nos ha interesado los y las líderes instituciones universitarias en el sentido
de que se tratan de personas cuyos cargos ocupan posiciones capaces de crear discurso
y, consecuentemente, influir en las políticas de atención a la diversidad y la
construcción de una universidad inclusiva (Allan et al., 2006). Todavía es escasa la
investigación empírica con la convergencia de ambos conceptos: gestión universitaria-
140
A. Jiménez-Millán Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 2023, 17(2), 139-155
inclusión. Al respecto, en este estudio se pretende conocer ¿cuáles son los enfoques
desde los que se presentan las políticas y prácticas en diversidad en el ámbito
universitario por parte de sus líderes?
2. Revisión de la literatura
2.1. La Universidad y el gerencialismo a nivel global
La universidad, como una institución de gran historia y prestigio mundial, se enfrenta
actualmente a desafíos complejos, tal y como se ha descrito en trabajos previos (Sporn,
2007). La gobernanza y gobernabilidad de la universidad se ven influenciadas por una
evidente de orientación mercantil tanto al exterior como al interior, caracterizado por
los principios del nuevo gerencialismo como la competitividad, la eficacia, el
rendimiento o la centralización en la toma de decisiones, lo que está originando no
solo una reforma a nivel de gobernanza sino un cambio en la forma de conceptualizar
la propia institución (Gavana, 2018; Girotto et al., 2013). Esta perspectiva global
coincide con el panorama nacional en el cual las universidades mantienen cierta
autonomía, pero se enfrentan a una financiación estatal reducida, una creciente
competitividad internacional en un mundo digital globalizado, lo que ha dado lugar a
la mercantilización de la educación superior y una mayor profesionalización de la
gestión académica (Ferlie et al., 2009).
Este marco internacional se materializa en una gobernanza universitaria inmersa en
una complejidad institucional que implica la necesidad de mantener relaciones de
distinta índole entre Estado, Mercado y Sociedad. Tres dimensiones de un clásico
triángulo de gobernanza de Clark que la literatura especializada al respecto advierte de
cambios en las tendencias de la gobernanza de las instituciones a nivel mundial: una
vertiente gerencial, empresarial y administrativa, que se mantiene a nivel anglosajón,
mientras que Europa y Asia, desde su tradición académica, colegial y participativa,
también evolucionan en la misma dirección, aunque con distintos ritmos entre países.
Estas diferencias son reflejadas en estudios internacionales con la tendencia a respaldar
posturas mixtas de la confluencia que mantienen rasgos de ambos modelos con modos
híbridos (Veiga et al., 2015). Pero esta evolución de la gobernanza no está exenta de
dilemas por el conflicto de intereses contrapuestos entre estos dos modos de entender
la Universidad desde una cultura colegial y gerencial por lo que se reclama la necesidad
de estudios que clarifiquen este asunto a nivel conceptual (Gavana, 2018).
El contexto español camina en una dirección alineada a esta visión mercantilista de la
Universidad (Marini, 2020) aunque con particularidades contextuales. Por un lado, a
través de distintos organismos nacionales (Comisión Nacional Evaluadora de la
Actividad Investigadora, o la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y
Acreditación), se dispone de un Estado “evaluador” de las políticas públicas en la
educación superior como mecanismo de financiación y “calidad” que originan
prácticas gerenciales internas. Por otro lado, las dinámicas de Mercado transcienden a
las funciones fundamentales de la universidad: investigación, docencia y
responsabilidad social con un desequilibrio entre ellas (Manzano-Arrondo y Suárez,
2015). Además, en el ámbito de la investigación, no se percibe que tengan en cuenta el
impacto social por parte de las agencias estatales financiadoras al tiempo que se aprecia
exigencia empresarial de la aplicabilidad directa de los resultados de investigación y
aumento de los requerimientos de productividad causante del fenómeno conocido
“publica o perece”. Al respecto, la literatura está evidenciando la existencia de una
paradoja: aumento progresivo del gerencialismo en las instituciones universitarias a
141
A. Jiménez-Millán Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 2023, 17(2), 139-155
nivel global y de manera paralela crecen las críticas académicas reclamando otros
modos colaborativos de trabajar en la academia en equipos interdisciplinares y modos
de liderazgo distribuido (Marini, 2020).
Por otro lado, la Responsabilidad Social Universitaria se diluye en lo que debería
constituir un asunto transversal en la institución (Evans et al., 2019; Rahman et al.,
2019; Santos Rego, 2020). El compromiso ético y social inherente de esta tercera
misión de la universidad que configura una universidad comprometida y cívica queda
integrada en las otras funciones básicas constituyendo una universidad emprendedora
centrada en la transferencia entendida por el desarrollo económico basado en la
comercialización del conocimiento en el marco de políticas de mercado (García-
Gutiérrez y Corrales, 2021).
En este marco de demanda de rescatar esa tercera misión, se inscribe el papel central
de las universidades para la justicia social enunciado por la Organización de las
Naciones Unidas entre los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) en 2015 como
parte de la Agenda 2030 en torno a la inclusión social (Márquez et al., 2021). En este
sentido, desde el espacio europeo de educación superior (EEES) se expresa un
posicionamiento de “garantizar que la educación superior es inclusiva y que las
instituciones en las que se imparte esta formación están bien conectadas a sus
comunidades” (Comisión Europea, s.f.) constituyendo un proceso de
institucionalización de la atención a la diversidad y la inclusión en la universidad
entendido como proceso que alcance las políticas, prácticas y cultura institucional
(Hernández-Lloret y Jiménez-Millán, 2022).
142
A. Jiménez-Millán Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 2023, 17(2), 139-155
(Lumby, 2006). En este sentido, una imagen vanguardista es mostrada por las
universidades como la posibilidad de vivir experiencias multiculturales por parte del
colectivo estudiantil de todo el mundo, aunque con frecuencia sin incluir al colectivo
de profesorado y trabajadores (Kimura, 2014). Desde este planteamiento lleva incluso
a justificarse en estudios sobre diversidad que la interacción con “los diversos”
(tradicionalmente excluidos) permite el desarrollo de competencias y habilidades
sociales, promover la responsabilidad personal y social (French, 2017; Gleason, 2020).
Dadas estas tendencias, más de reputación que de compromiso real con unos
principios enunciados en las misiones universitarias (Baltaru, 2020), autoras como
Elizabeth Allan y otros (2006) o Susana Iverson (2008) advierten que detrás de este
tipo de discursos de diversidad de los campus, subyace una orientación gerencialista,
como venimos describiendo desde el comienzo, cuyo mensaje de excelencia vinculado
a la variedad representada en los campus no deja de ser un mercancía presentando o
“vendiendo” la institución como plural y abierta. Al respecto, Iverson (2008) mediante
el análisis del discurso de los planes de diversidad de 20 universidades americanas
elabora un modelo en el que demuestra la dicotomía que venimos argumentando: por
un lado, discurso de mercado de manera dominante con dos líneas discursivas
(excelencia y gerencialismo) en el que la diversidad es entendida como mercancía ya
que aporta valor económico a la institución en el sentido de que contribuye a mejorar
su posicionamiento en el mercado académico y, por otro, discurso de democracia, que
emerge como alternativa y potencial de cambio con ideas sobre inclusión y
oportunidad, responsabilidad cívica y razón, diálogo deliberativo defendiendo un
imperativo moral para la justicia, equidad e igualdad social y acceso y respeto por el
individuo dentro de la comunidad universitaria. De esta manera, pretende llamar la
atención sobre “cómo los planes de acción de diversidad en su forma actual pueden
(inconscientemente) comprometer el logro de sus propios objetivos” (p. 195) ya que
domina un discurso de mercado a pesar de los valores de democracia que sitúa el agente
de cambio en lo común, lo compartido, como reflejan los planes pues obvian
desigualdad estructural.
Este discurso de mercado es identificado por Goldstein y Meisenbach (2016) como
bussiness-case for diversity al explicar que detrás de las affirmative action que promueven la
presencia de colectivos no tradicionales en la universidad se articulan mecanismos que
en realidad son “an argument for the integration of minority students to help enhance the education
and professional preparation of predominantly White student populations, thus prioritizing White
interests over historically marginalized racial groups and perpetuating White entitlement” (p. 15). El
mismo enfoque siguen Aguirre y Martínez (2006) al hablar de window dress diversity como
oportunidades simbólicas o tokenismo (Baltaru, 2020) que enmascaran la diversidad al
seguir una agenda gerencial (Archer, 2007).
También, desde una perspectiva crítica en estos asuntos se encuentra el discurso de
Sara Ahmed (2021) pues considera que la simple presencia de estudiantes
tradicionalmente excluidos no implica directamente la eliminación de la desigualdad,
sino más bien, engalana la universidad con insignias que no reflejan lo que pretenden.
Porque, como advierte Bowl (2016), el contexto internacional de competencia entre
instituciones, como se reflejaba en el apartado previo, favorece la llamada de captación
estudiantil multicultural, pero con recursos económicos suficientes, lo que no supone
un compromiso real con la inclusión.
Frente a esta posición institucional simbólica con la inclusión, un discurso desde la
justicia social se enmarcaría en un modelo con un compromiso firme para la
eliminación de todo tipo de desigualdad. Constituiría, en este caso, lo que Iverson
143
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(2008) identifica como discurso de democracia al cual las universidades no han llegado
al no conseguir superar la discriminación presente, a pesar del acceso a determinados
grupos como minorías raciales o étnicas, mujeres o estudiantado con discapacidad o
condicionantes socioeconómicos desfavorecidos. De esta manera, diferentes trabajos
sobre el discurso de la diversidad evidencian que no solo no consiguen su propósito,
sino que lo reproducen con un mantenimiento del status quo (Archer, 2007; Thomas,
2020). Según Kezar y Quaye (2008) se ha avanzado a nivel organizativo en el trabajo
por la diversidad mediante la creación de consejos, comités y grupos de trabajo que
funcionan a modo de red cuyos líderes están creando alianzas en la gestión para
avanzar hacia el discurso de democracia, así como en estructuras con una persona
responsable en diversidad como cabeza visible (Baltaru, 2020). Sin embargo, se indica
entre las dificultades de este tipo de líderes una equity fatigue (Ahmed, 2021)
caracterizada por la frustración, el cansancio y la depresión que conlleva las prácticas
de diversidad para el personal que las llevan a cabo como únicos responsables de
“hacer diversidad”, pues supone para el resto de la institución considerar la creación
de estas unidades o servicios como un fin en sí mismo y eximirse de su responsabilidad
con la diversidad al disponer la institución de una persona encargada para este trabajo.
Desde este planteamiento, para el desarrollo de agendas de diversidad no basta con la
promoción de la presencia de “otros” o la expansión a nivel organizacional, sino de
ponerla en valor mediante posicionamientos de diálogo cross-difference y storytelling
(Iverson, 2008) para la comprensión, interpretación y compromiso (Aguirre y
Martinez, 2002) y esto significa en la práctica dedicar recursos humanos y económicos
(Ahmed, 2021).
De esta manera, el concepto de excelencia vinculado a diversidad de los campus es
presentado en la literatura desde dos posicionamientos. Desde una perspectiva menos
crítica, excelencia inclusiva asociada a pluralidad de los campus, como producto
mercantil de las universidades, de la mayoría de las universidades, pero sobre todo de
las universidades de élite (Baltaru, 2020); y por otro, como un proceso de
transformación desde el paradigma de justicia social de manera que ese compromiso
transcienda a la cultura de la institución para hacerla más accesible, justa y participativa
(Dorimé-Williams, 2018).
Los procesos de institucionalización de una agenda de diversidad son incipientes en el
contexto español (Álvarez Castillo y García-Cano, 2022). Recientemente, las
investigadoras Hernández-Lloret y Jiménez-Millán (2022) recapitulan las
contribuciones hasta el momento precisando cinco fases desde un primer diagnóstico,
a partir de la exploración de otras experiencias hasta su desarrollo, institucionalización
hacia la transformación de una cultura inclusiva y evaluación de los discursos y
prácticas implementadas. De manera concreta, distintos trabajos pretenden ser palanca
para transformar las aulas y las universidades desde la voz de diferentes actores. Al
respecto, desde la voz de estudiantado (por ejemplo, Hinojosa Pareja et al., 2022) o
desde la voz del profesorado facilitadores (por ejemplo, Moriña y Orozco, 2023), con
la finalidad de pasar de los ideales a los hechos.
Por tanto, con el objeto de contribuir al conocimiento para este proceso y conocer los
enfoques desde los que se pretenden avanzar en diversidad e inclusión en las
universidades españolas, las preguntas de investigación que guían el estudio han sido
¿qué posicionamiento sostienen las propuestas de los líderes de las instituciones
universidades españolas en diversidad e inclusión en un marco de creciente
gerencialismo en el ámbito universitario? Para ello, partimos de un estudio previo
(García-Cano et al., 2021) que avanzó en la definición de un modelo teórico de agendas
144
A. Jiménez-Millán Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 2023, 17(2), 139-155
3. Método
Se presenta un estudio desde el paradigma cualitativo desde el posicionamiento
constructivista de la Grounded Theory dado que se considera una metodología para la
investigación en justicia social y áreas de política social (Charmaz, 2012).
Desde esta postura constructivista, se ha utilizado el enfoque metodológico del análisis
situacional y, de manera más concreta, el mapa posicional (Clarke, 2022) como enfoque
cartográfico específico que presenta la mayor posición asumida o no asumida de los
datos sobre ejes discursivos particulares de variación y diferencia, preocupación y
controversia alrededor de asuntos complicados de la situación. Concretamente, en este
trabajo se ha presenta un mapa situacional posicional para conceptualizar las distintas
posiciones discursivas argumentadas por líderes en relación con la agenda diversidad e
inclusión en la universidad.
El trabajo de campo formado por 62 entrevistas semiestructuras (32 hombres y 30
mujeres) a personas que ocupaban un cargo de responsabilidad o representatividad de
todos los estamentos universitarios de las 9 universidades andaluzas se llevó a cabo de
manera presencial entre 2018 y 2020, a excepción de las realizadas de modo virtual a
partir del inicio de la pandemia por covid19 en dos universidades.
Siguiendo la Grounded Theory y con el apoyo del software específico ATLAS.ti v. 22 para
todas las fases del proceso de investigación, el proceso de análisis ha consistido en la
transcripción literal de todas las entrevistas, un proceso de codificación formado por
145
A. Jiménez-Millán Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 2023, 17(2), 139-155
varios ciclos: una primera codificación abierta de cuya lectura emergían códigos de
manera inductiva, una codificación axial en la que se estuvieron realizando relaciones
entre los códigos previos estableciendo categorías, y una codificación selectiva en la
que se fueron ubicando códigos, categorías y citas de manera organizada hasta la
saturación teórica y la constitución del mapa posicional. A lo largo de todo el proceso
se redactaron memos y elaboraron distintos mapas relacionales que iban permitiendo
la reflexión y el avance en el muestreo teórico con preguntas continuas a los datos
(Strauss y Corbin, 2008). El trabajo previo que dio lugar al modelo teórico
tridimensional de agendas de diversidad (García-Cano et al., 2021) se vuelve a
profundizar en él, volviendo a los datos, a través de un análisis de coocurrencias de las
categorías que constituyeron las tres tipologías discursivas (DN, DDif, DDes),
obteniendo las distintas intersecciones y nudos interpretativos que constituyen las
posiciones del mapa posicional que se presenta en resultados.
El análisis de los datos del trabajo previo de agendas de diversidad (García-Cano et al.,
2021) evidenció que no hay posicionamientos absolutos en los discursos de líderes en
torno a la diversidad y la inclusión en la universidad, es decir, ningún líder entrevistado
reflexiona desde el mismo modelo en referencia a todos los asuntos de gobernanza
universitaria, ámbitos de institucionalización o colectivos en situación de
vulnerabilidad o infrarrepresentación. Por ello, este artículo vuelve a profundizar en él,
volviendo a los datos, a través de un análisis de coocurrencias de las categorías que
constituyeron las tres tipologías discursivas, obteniendo las distintas intersecciones y
nudos interpretativos que constituyen las posiciones del mapa posicional que se
presenta en resultados.
146
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Figura 1
Mapa posicional del discurso de líderes de las agendas de la diversidad 1
Las dimensiones del modelo de agendas de diversidad (García-Cano et al., 2021) guían
la explicación del mapa situacional construido (véase Figura 1) a partir del discurso de
líderes institucionales universitarios.
La posición 1, en la que se sitúa la agenda de naturalización y cuyas dimensiones están
formadas por: una percepción conservadora (proporcionada y de logro) del alcance de
las políticas sociales de la Universidad; una percepción del nivel de sensibilización de
la comunidad universitaria alta; sensación de hartazgo de las medidas que se toman con
una manifestación de elevada carga burocrática para la elaboración de diagnósticos o
planes y coste en recursos por la percepción de una supuesta igualdad de trato
alcanzada, sin percepción de obstáculos para la institucionalización por una vida
universitaria normalizada y siendo complaciente con la institución aludiendo a la
responsabilidad individual.
Una nueva mirada de la explicación de la agenda de naturalización sitúa las citas
codificadas para esta agenda asociadas a una concepción de la universidad desde un
enfoque gerencialista que justifica las acciones en diversidad por los beneficios que
1 Elaborado a partir de Clarke, Situational Analysis 2e SAGE Publishing, 2018. Template de análisis
situacional descargada de https://study.sagepub.com/clarke2e/student-resources/templates (Clarke et
al., 2022).
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5. Discusión y conclusiones
En educación superior los compromisos por la diversidad, equidad e inclusión todavía
no han alcanzado la transformación de la cultura universitaria (Álvarez Castillo y
García-Cano, 2022; Didriksson y Márquez, 2023; Moriña y Orozco, 2023). Para ello,
es necesario que las instituciones reflexionen y autoevalúen de manera sincera las
personas, políticas y procesos destinados a la promoción de entornos educativos más
justos (Dorimé-Williams, 2018) planificando agendas de diversidad que forman parte
de las políticas universitarias en la actualidad y un desarrollo hacia la equidad necesita
de marcos amplios y transversales de actuación que atraviese toda la institución
(Baltaru, 2020).
Desde esta mirada, con un concepto de diversidad contextual, dinámico, desde la
interseccional, que complejiza el abordaje de la inclusión, se han definido seis
posiciones discursivas en un mapa situacional posicional que difuminan los límites
entre las tres tipologías discursivas de agendas de diversidad (García-Cano et al., 2021)
siguiendo la senda de las autoras de la no existencia de posicionamientos absolutos. El
abanico de posiciones discursivas desde la 1, discurso de naturalización, que concibe
la inclusión como alcanzada y posiciones discursivas intermedias, como la posición 4,
que perciben la existencia de Servicios Específicos como una justificación suficiente
de la inclusión alcanzada. Discursos que se alinean a posicionamientos de autoras como
Baltaru (2020) que argumenta el aumento de las estructuras organizadas en las
instituciones universitarias sin producirse un avance en posicionamientos críticos o
reflexivos de sus políticas desde la justicia social; lo que implicaría más políticas neutras,
un “no hacer nada” (Jones, 2014) que un posicionamiento más crítico que reclame que
el hecho de hablar de diversidad no fuera considerado en un fin en sí mismo (Ahmed,
2021).
Necesitamos preguntarnos qué modelo de Universidad queremos, qué estamos
dispuestos a poner en valor. El mapa posicional muestra que se ha aprendido
académicamente a decir que la diversidad tiene valor, y la institución sobrevalora
disponer de ciertas políticas y prácticas que muestran un compromiso con la inclusión
(posiciones intermedias). Si embargo, la profundización en los datos y el análisis de los
nudos analíticos donde coocurren rasgos de varias tipologías discursivas evidencia un
significado no siempre alineado a un posicionamiento desde la justicia social y la
desigualdad (posición 6). Los resultados evidencian unas concepciones de diversidad e
inclusión ambiguas en la Educación Superior, los cuales son coincidentes con trabajos
como los regímenes de desigualdad de Thomas (2020) o la convivencia de los discursos
de mercado y democracia de Iverson (2007).
Por otro lado, la agenda institucional sobre diversidad e inclusión en las universidades
españolas no tiene un posicionamiento de diversidad transversal desde la desigualdad
que interpele a toda la comunidad universitaria y a sus líderes, sino que predomina un
discurso que subyace un modelo de déficit con discursos sobre todo vinculados a
prácticas de adaptaciones curriculares de alumnado con discapacidad o necesidades
específicas que desarrolla un Servicio especializado (Posición 4). Además, se justifica
que “hace todo lo que puede” por la dificultad del desembolso de grandes inversiones
para pocas personas porque la universidad no tiene suficientes recursos, en una
academia inmersa en un modelo mercantil. El discurso más frecuente se muestra
benevolente con la institución. Se interpreta así que lo realmente importante en el
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Agradecimientos
El trabajo se ha desarrollado en el marco de un proyecto de investigación Estatal
I+D+I titulado “Atención a la diversidad y educación inclusiva en la universidad.
Diagnóstico y evaluación de indicadores de institucionalización” (Ref. EDU2017-
82867-R), financiado por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad, la
Agencia Estatal de Investigación y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional en la
convocatoria de ayudas de 2017 orientada a los Retos de la Sociedad (Resolución de
Concesión publicada el 14-6-2018). Además, ha tenido lugar en el marco de un
contrato predoctoral FPU concedido por el Ministerio de Ciencia, Innovación y
Universidades (Ref. FPU18/05361).
Referencias
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Breve CV de la autora
Azahara Jiménez-Millán
Profesora en el Departamento de Educación y PhD en Educación por la Universidad
de Córdoba. Sus líneas de investigación actuales son diversidad, inclusión y
universidad, liderazgo para la justicia social. Su tesis doctoral se ha desarrollado en estas
154
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155
ARTÍCULOS
TEMÁTICA LIBRE
Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva
ISSN: 0718-7378
Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva
2023, 17(2), 159-176.
https://doi.org/10.4067/S0718-73782023000200159
RESUMEN:
Esta revisión se realizó con el propósito de analizar las temáticas y metodologías empleadas en
investigaciones que consideran las experiencias y percepciones de estudiantes con sordera sobre la
inclusión educativa en escuelas ordinarias. Se examinaron 273 registros, de los cuales se identificaron 16
artículos que cumplían con los criterios de inclusión. Del proceso de análisis surgieron cuatro categorías
temáticas que analizan investigaciones acerca de los facilitadores y barreras para la inclusión desde las
perspectivas de las personas con sordera, las relaciones sociales, los espacios educativos y, las
experiencias educativas e identidad. Los resultados señalan, desde la perspectiva de los estudiantes con
sordera, la falta de coherencia acerca al proceso de inclusión en los diferentes espacios escolares. Se
discute la necesidad de considerar las experiencias y las narrativas de los estudiantes con sordera en las
investigaciones para potencializar los procesos inclusivos, desde una perspectiva activa y participativas
en estudios referidos a sus propios procesos de inclusión en el ámbito escolar. Para concluir, se revela
esencial avanzar en investigaciones que se desarrollen desde una perspectiva activa y participativa de
estos sujetos sobre sus propios procesos de inclusión escolar.
DESCRIPTORES:
Revisión sistemática, Estudiantes, Sordera, Educación inclusiva, Experiencia
ABSTRACT:
This review was carried out with the purpose of analyzing the themes and methodologies used in
research that considers the experiences and perceptions of deaf students regarding educational inclusion
in ordinary schools. 273 records were examined, of which 16 articles were identified that met the
inclusion criteria. From the analysis process, four thematic categories emerged that analyze research
about the facilitators and barriers to inclusion from the perspectives of people with deafness, social
relationships, educational spaces, and educational experiences and identity. The results indicate, from
the perspective of deaf students, the lack of coherence regarding the inclusion process in different
school spaces. The need to consider the experiences and narratives of deaf students in research is
discussed to enhance inclusive processes, from an active and participatory perspective in studies
referring to their own inclusion processes in the school environment. To conclude, it is essential to
advance research that is developed from an active and participatory perspective of these subjects on
their own inclusion processes.
KEYWORDS:
Systematic review, Students, Deafness, Inclusive education, Experience
CÓMO CITAR:
Dall’Asen, T. y San-Martín-Ulloa, C. A. (2023). Inclusión educativa desde la perspectiva de estudiantes con sordera: Una revisión
sistemática. Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 17(2), 159-176.
https://doi.org/10.4067/S0718-73782023000200159
1. Introducción
En las últimas décadas, distintos acuerdos han ido promoviendo y aportando al
desarrollo de una educación inclusiva (ONU, 2006; Unesco, 1994) y han relevado,
desde las políticas, el derecho a una educación de calidad que valorice y respete la
diversidad de todo el alumnado, el que debe ser reconocido con igualdad desde una
perspectiva de derecho (Arnaiz, 2019; Duk y Murillo, 2016; Echeita, 2022). Así, la
educación inclusiva se constituye en un paradigma y un principio que busca guiar las
políticas y prácticas educativas, teniendo como eje central el reconocimiento y la
valoración de la diversidad humana (Booth y Ainscow, 2015; Parrilla, 2002). Desde
esta perspectiva, se busca superar barreras que generan la exclusión de estudiantes y
generar oportunidades de aprendizaje accesibles para todas las personas, con la
finalidad de que cada estudiante participe, interactúe y aprenda en la escuela ordinaria
(Florian, 2013).
Con relación a la diversidad de funcionamientos de la especie humana, el paradigma
inclusivo adopta un modelo social (Forlin, 2010; Oliver, 1996) y cultural (Waldschmidt,
2017) para concebir al ser humano y a la discapacidad, alejándose de miradas
rehabilitadoras o individualistas desde donde esta última se comprende en torno a la
idea de un cuerpo defectuoso o con deficiencias que condicionan y restringen la
experiencia vital (Ferreira, 2010). En el caso de la sordera, este tránsito en la
comprensión de la misma no ha sido lineal, sino que ha generado tensiones, dilemas y
desafíos producto, entre otros aspectos, del modo de comprender a la persona sorda.
Así, por una parte, la sordera se ha comprendido como una patología que pretende
rehabilitar y normalizar a estas personas con el objetivo de tornarlas hablantes (Skliar,
1998). Por otra parte, el modelo socio-antropológico y culturalista pone énfasis en los
aspectos de la diferencia cultural, buscando desmitificar aspectos relacionados a la
cultura, identidad y a la lengua de la comunidad sorda (Bisol y Sperb, 2010). Estas
distintas visiones con relación a la sordera han permeado y conviven en distintos
ámbitos sociales, entre ellos el educativo, con lo cual en la actualidad el proceso escolar
de este grupo se sigue desarrollando tanto en centros de educación especial como
ordinaria (Alasim, 2021; Knoors y Marschark, 2014).
A nivel internacional, si bien aún las personas sordas siguen desarrollando su proceso
educativo en espacios segregados (escuelas o clases especiales), cada vez es mayor el
acceso a escuelas de educación ordinaria en las que conviven cotidianamente con
personas no sordas. En torno al proceso de inclusión educativa que se espera que
ocurra en dichos espacios, se ha desarrollado un campo investigativo considerando
distintos ámbitos. Así, se han realizado estudios centrados en los y las profesionales,
con énfasis en las actitudes hacia la inclusión (Alasim y Paul, 2019), en los procesos de
formación docente para el trabajo con personas sordas (Eriks-Brophy y Whittingham,
2013), en el rol de intérpretes de lengua de señas (Dorziat y Araújo, 2012) y en las
prácticas educativas y/o de apoyo que estos profesionales implementan en la escuela
(Kelly et al., 2020; McLinden y McCracken, 2016). Por otro lado, aunque en menor
medida, se cuenta con estudios centrados en las percepciones, necesidades y decisiones
de las familias de personas sordas en torno al proceso escolar (Most y Ingber, 2016).
Considerando los crecientes avances de la tecnología, también se cuenta con estudios
respecto al impacto del uso de dispositivos que buscan facilitar la comunicación dentro
del aula (Zanin y Rance, 2016), así como otros centrados en los beneficios del uso de
implante coclear en el ámbito comunicativo y educativo (Kelman y Branco, 2009;
Vermeulen et al., 2013). Además de lo señalado, se ha venido desarrollando
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T. Dall’Asen y C. A. San Martín Ulloa Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 2023, 17(2), 159-176
2. Método
Para este estudio se utilizó el método de revisión sistemática de literatura, por cuanto
permite integrar los hallazgos de estudios en torno a un campo específico de
investigación (Cooper, 2017; Petticrew y Roberts, 2006). Para el desarrollo de todo el
proceso, se utilizó como guía el conjunto de acciones propuesto por el protocolo
Statement – Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-Analyses
(PRISMA).
161
T. Dall’Asen y C. A. San Martín Ulloa Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 2023, 17(2), 159-176
Estrategia de búsqueda
La estrategia de búsqueda de publicaciones en revistas indexadas se aplicó en cuatro
bases de datos electrónicas: Education Resources Information Center (Eric), Scopus,
Scientific Electronic Library Online (Scielo) y, Web of Science (Wos).
Se utilizaron diferentes combinaciones de palabras clave y operadores booleanos
(AND, OR). Los términos de búsqueda y combinaciones se estructuraron en dos
componentes: educación inclusiva y estudiantes con sordera. En cada componente se
incluyeron y excluyeron dinámicamente nuevos términos a través de un proceso
iterativo que permitió familiarizarse con la evidencia y, de este modo, delimitar los
términos de búsqueda. Finalmente, los términos y estrategia de búsqueda aplicados a
títulos, resúmenes y palabras clave fue la siguiente: TITLE-ABS-KEY (“inclusive
education” OR “mainstream” OR “mainstream school” OR “inclusion schools” OR “inclusive
class” OR “inclusive practices” OR “mainstream education” OR “inclusive schoolling”) AND
(“deaf” OR “hearing loss” OR “deaf learners” OR “deaf children” OR “hearing impaired person”
OR “deaf child*” OR “deaf student” OR “students who are deaf or hard of hearing” OR “deaf
education” OR “hearing impairment”).
En la búsqueda inicial, durante el mes de abril de 2021, se identificaron 423 artículos.
Luego, fueron eliminados 145 artículos duplicados, 11 tesis doctorales, 1 libro y 1
ponencia en congreso. Como resultado, se determinó que 265 artículos pasarán a la
siguiente etapa (Figura 1).
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T. Dall’Asen y C. A. San Martín Ulloa Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 2023, 17(2), 159-176
conceptos o temas estudiados y los principales resultados del estudio. Para validar el
proceso y la decisión de incluir o excluir los trabajos en la siguiente etapa, se realizaron
tres sesiones de revisión conjunta. Como resultado, 16 artículos pasaron a la fase de
análisis temático. En la Figura 1 se presenta, sintéticamente, el proceso de búsqueda y
selección de documentos, siguiendo las directrices del protocolo PRISMA (Liberati et
al., 2009).
Figura 1
Diagrama de flujo de fases del proceso de selección de literatura según modelo PRISMA
Análisis temático
El análisis temático fue desarrollado en la última etapa, siguiendo las fases propuestas
por Braun y Clarke (2006). Ese abordaje inductivo proporcionó la estructura para un
análisis sistemático detallado acerca de la investigación educativa de los últimos diez
años que consideran al estudiantado sordo como participantes de estudios en torno a
los procesos de inclusión escolar (Dixon-Woods et al., 2008). El análisis temático
permitió identificar y analizar patrones o temas abordados en los estudios analizados,
por medio de la organización y descripción conjunta de los datos de manera detallada
(Braun y Clarke, 2006). Este proceso se llevó a cabo por las dos autoras de este trabajo,
primero de manera individual y luego, por medio de sesiones de trabajo conjuntas en
las cuales se definieron las categorías temáticas expuestas en el Cuadro 1. Es
importante destacar que, algunas investigaciones analizadas se centraron en más de una
de estas categorías temáticas.
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Cuadro 1
Categorías y subcategorías temáticas
Categoría Número de estudios
Facilitadores y barreras para la inclusión 5
Experiencias educativas e Identidad 3
Espacio educativo 7
Relaciones sociales 6
3. Resultados
3.1. Resultados descriptivos
En el Cuadro 2 se da a conocer la procedencia de los estudios, las metodologías
utilizadas y temas abordados, así como los participantes.
Una aproximación general permitió observar la existencia de una mayor cantidad de
estudios desarrollados en Europa (8), seguido por investigaciones realizadas en África
(4), América (3) y Oceanía (1). La mayoría de los estudios analizados se realizaron por
medio de metodologías cualitativas (8), seguido por investigaciones cuantitativas (7) y
del tipo mixto (1). Desde la perspectiva cualitativa los estudios han sido desarrollados
por medio de etnografías (3), entrevistas (2), entrevistas en conjunto con procesos de
observación (1) y estudios de caso (1). Cabe señalar que solo uno de los estudios
cualitativos analizado fue realizado desde un enfoque participativo (investigación
acción colaborativa), orientado al cambio y mejora de las prácticas profesionales
considerando al estudiantado como agentes activos del proceso. En cuanto a los
estudios cuantitativos, estos han sido desarrollados por medio de cuestionarios y
escalas. Finalmente, el estudio mixto analizado fue desarrollado por medio de
cuestionarios y grupos focales (1). Como se puede observar en la Tabla 2, todos los
estudios que forman parte del corpus de análisis de esta revisión sistemática cuentan
con la participación de estudiantes sordos o con hipoacusia. Al respecto, la mayoría de
los estudios consideran además como participantes a pares no sordos (6), seguido de
estudios que solo contemplan personas sordas (5) e investigaciones que incluyen a
docentes, ya sea de educación especial o de enseñanza regular (3) y, otros estudios que
incluyen a estudiantes sordos, no sordos y docentes de manera conjunta en sus
procesos de recogida y producción de información (2). Cabe destacar que hay estudios
que utilizan conceptos como “discapacidad”, “discapacidad sensorial”, “sin
discapacidad” para referirse a personas sordas o bien para identificar grupos de
participantes (2). La mayoría de los estudios hacen mención a personas sordas y/o con
pérdida auditiva y a personas no sordas (14). Sin embargo, en estudios en que se
refieren a discapacidad los datos expuestos en la Tabla 2 mantienen el concepto de la
fuente original, por cuanto ilustra perspectivas que pueden estar a la base de la
aproximación del estudio. En relación a la autoría de las investigaciones, cabe destacar
que se incluyen tres estudios de una misma autora (Wolters et al., 2011; Wolters et al.,
2012; Wolters et al., 2014) quien junto a otras personas han investigado el bienestar y
las relaciones sociales con foco en estudiantes con sordera.
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T. Dall’Asen y C. A. San Martín Ulloa Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 2023, 17(2), 159-176
Cuadro 2
Síntesis de estudios que constituyen el cuerpo base de la revisión sistemática
Referencia País Método Participantes Tema
2 estudiantes con sordera; 1
profesora especialista en personas
Slobodzian Estados Cualitativo Espacio
sordas; 20 estudiantes no sordos; 1
(2011) Unidos Etnografía educativo
profesora regular; 1 intérprete de
lengua de señas
29 estudiantes sordos/ hipoacusia Espacio
de clases especiales; 31 estudiantes educativo
Mulat et al., Cuantitativo sordos/ hipoacusia de escuelas
Etiopía Experiencias
(2018) Cuestionarios especiales; 43 estudiantes no sordos
de escuelas ordinarias con clases educativas e
especiales Identidad
6652 adolescentes, divididos en tres
grupos: Estudiantes sin
discapacidad1 (N=6268);
Olsson et Cuantitativo Espacio
Suecia estudiantes con sordera/hipoacusia
al., (2017) Cuestionario educativo
(N=255) y, estudiantes con
sordera/hipoacusia con
discapacidades adicionales (N=129)
McLlroy y Cualitativo Experiencias
Storbeck Sudáfrica 9 participantes sordos educativas e
(2011) Etnografía Identidad
Edmondson 5 estudiantes sordos/ pérdida
Reino Cualitativo Relaciones
y Howe auditiva que asistían a diferentes
Unido Entrevista sociales
(2019) escuelas ordinarias.
Espacio
Hintermair Cuantitativo 212 estudiantes sordos de escuelas
Alemania educativo
(2011) Cuestionario ordinarias
1
Autores del estudio utilizan el concepto discapacidad al diferenciar grupos de estudiantes
participantes.
165
T. Dall’Asen y C. A. San Martín Ulloa Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 2023, 17(2), 159-176
Rom y
Cuantitativo 20 estudiantes con sordera y 20 no Relaciones
Silvestre España
Cuestionario sordos sociales
(2012)
Facilitadores y
Kemp et al., Cualitativo 3 estudiantes con sordera y 3
Sudáfrica barreras para la
(2011) Etnografía docentes
inclusión
Mixto
Byrnes 73 estudiantes con Espacio
Australia Cuestionario
(2011) sordera/hipoacusia educativo
y grupo focal
Facilitadores y
Cualitativo barreras para la
Nikolaraizi Investigación 11 estudiantes con sordera, 8 inclusión
Grecia
et al., (2021) acción docentes y 4 investigadores Experiencias
colaborativa educativas e
Identidad
Cualitativo
Franco 7 estudiantes con sordera y 8 Relaciones
Brasil Estudio de
(2016) docentes sociales
caso
166
T. Dall’Asen y C. A. San Martín Ulloa Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 2023, 17(2), 159-176
En relación al rol del intérprete de lengua de señas, Bamu y otros (2017) concluyen
que este profesional es el principal recurso disponible para el estudiantado. Sin
embargo, no es suficiente para que la inclusión sea efectiva, visto que el profesorado
también interactúa con el intérprete, por lo tanto, es necesario que se coordinen para
que el proceso de aprendizaje sea más adecuado y significativo. Al respecto, los
estudiantes narran la necesidad de un proceso de reflexión acerca de la actuación de
estos profesionales, con el objetivo de establecer una reestructuración pedagógica para
atender sus necesidades (Bamu et al., 2017). Esto debido a que, la presencia de la lengua
de señas en el ambiente escolar también es un apoyo para que los estudiantes tengan
acceso a los conocimientos científicos democráticos (Ribeiro y Silva 2017). Se puede
considerar que los estudiantes con sordera están en conflicto con su proceso formativo
y prácticas veladas de inclusión escolar estructuradas para atender estudiantes no
sordos. Dicho eso, la participación del profesorado y otros profesionales, desde una
perspectiva colaborativa es un elemento central por cuanto contribuye a una educación
más accesible e inclusiva (Nikolaraizi et al., 2021).
167
T. Dall’Asen y C. A. San Martín Ulloa Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 2023, 17(2), 159-176
168
T. Dall’Asen y C. A. San Martín Ulloa Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 2023, 17(2), 159-176
escuela local, siendo menos los que prefieren los entornos congregados de las clases
de apoyo/especiales, seguido por la opción de las escuelas especiales. Con respecto al
nivel de sordera, los estudiantes con una pérdida de leve a moderada son más
propensos a preferir ser educados en su escuela ordinaria, mientras que aquellos con
una pérdida severa o profunda de audición prefieren, en mayor medida, las clases o
escuelas especiales. Finalmente, el estudio de Slobodzian (2011) da cuenta de la
relevancia del espacio educativo, por cuanto este tránsito que viven cotidianamente
estudiantes con sordera entre un aula especial y regular dentro de la jornada escolar en
la escuela ordinaria, afecta negativamente el sentido de pertenencia y la inclusión de
estudiantes con sordera quienes se transforman en sujetos nómades dentro del espacio
escolar.
4. Discusión y conclusiones
El objetivo de la revisión fue sistematizar las principales temáticas y metodologías
empleadas en investigaciones que consideran las experiencias y percepciones de
estudiantes con sordera sobre la inclusión educativa en escuelas ordinarias. Se observó
que, solo uno de los estudios considera a los estudiantes con sordera desde una
perspectiva activa y orientada al cambio, con un enfoque participativo/activo. Las
demás investigaciones otorgan relevancia a la perspectiva del estudiantado y las
consideran en el estudio respecto a las barreras y facilitadores para la inclusión, las
relaciones sociales, los distintos espacios y experiencias educativas e identidad sorda.
Respecto a las barreras y facilitadores, se ha identificado las barreras ambientales, las
cuales pueden ser clasificadas en tres áreas: organizacional, actitudinal y de
conocimiento. Las barreras organizacionales ponen énfasis a las estrategias de
enseñanza para los estudiantes, y cómo son estructuradas las clases para que todos
puedan participar (Darrow, 2009). En cuanto, las barreras actitudinales, están
relacionadas a las creencias y actitudes negativas que el profesorado enfrenta en
169
T. Dall’Asen y C. A. San Martín Ulloa Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 2023, 17(2), 159-176
relación a los servicios educacionales para los estudiantes con sordera (Darrow, 2009;
Echeita et al., 2020; Mella et al., 2016). Finalmente, las barreras de conocimientos se
relacionan a los conocimientos y habilidades que el profesorado necesita para ofrecer
prácticas más inclusivas a los estudiantes (Darrow, 2009). Por lo tanto, ofertar
matrícula no es sinónimo de inclusión escolar, puesto que no basta estar en el mismo
espacio que los demás estudiantes, eso porque se ha identificado que la presencia o
ausencia de determinados elementos (prácticas, actitudes y estructura) pueden actuar
como facilitadores y barreras para la inclusión escolar (Muccio, 2012). Sin embargo, se
hace necesaria la participación de todos los profesionales y estudiantes que actúen
desde una perspectiva colaborativa para tornar los procesos educativos más inclusivos
y significativos.
Otro tema relevante corresponde a las relaciones sociales en la educación inclusiva.
Las relaciones afectivas entre el profesorado y el estudiantado suelen fomentar la
inclusión escolar, puesto que incluir no se resume en tener logros académicos, sino que
fomentar y propiciar el desarrollo integral de todas las personas que frecuentan los
espacios educativos, contribuyendo para el comportamiento prosocial y bienestar de
los estudiantes. Para Lacerda y Lodi (2014), las relaciones sociales se configuran como
una práctica social necesaria para la construcción de los sujetos. Así, la interacción con
el entorno tejé una trama de significados que originan valores, creencias y mitos que
generan relaciones sociales (Damm y Silva, 2017). A partir de los estudios analizados,
se concluye que, las relaciones sociales son predictoras para la inclusión social e
influyen en las prácticas inclusivas, puesto que la educación inclusiva debe favorecer la
presencia, el aprendizaje y la participación de todo el alumnado (Echeita, 2012).
Conforme lo mencionado anteriormente, se logra identificar que los diferentes
espacios o contextos influyen en la calidad de vida, bienestar y satisfacción con la vida.
Los diferentes ambientes pueden o no aportar para una educación más inclusiva, eso
porque el verdadero sentido del derecho a la educación, que se basa en el concepto de
un proceso pedagógico significativo, participativo y culturalmente comprometido, no
es contemplado (Dorziat, 2008). Incluso, la misma autora señala que la escuela dificulta
el desarrollo de los estudiantes al no reconocerlos como sujetos capaces, ideologías
presentes en las escuelas que dificultan la inclusión, influido en la calidad de vida,
bienestar y satisfacción con la vida de los estudiantes. Se concluye que, los diferentes
espacios educativos necesitan disponer de prácticas que permitan una enseñanza
democrática con igualdad de condiciones para aprender, pues Dall’Asen y Pieczkowski
(2022), destacan que, pertenecer a un espacio que presenta características identificadas
como “normales” no son suficientes para que el espacio sea más inclusivo.
Desde la participación de los estudiantes con sordera en las investigaciones que hacen
parte de este estudio, las experiencias educativas del estudiantado reflejan intensificar
la importancia que las diferentes trayectorias escolares tienen para la construcción de
una identidad sorda. Resulta que, las narrativas son construcciones de significados y de
sentidos, puesto que la reflexión que acompaña la narración da cuenta de una
reconstrucción de la experiencia y contribuye a acceder a los significados de lo vivido,
proceso que sustenta una base temporal, marcando, articulando y clarificando la propia
experiencia humana (Ricoeur, 1999). Eso significa que la narración respecto a las
trayectorias escolares es parte de un proceso de autorreconocimiento y reconocimiento
ante sí mismo y ante sus compañeros de aula (Nikolaraizi et al., 2021). Así, se concluye
que las diferentes experiencias educativas que los estudiantes con sordera tienen
durante el proceso de escolarización suele ser un elemento responsable para la
construcción de la identidad sorda y la autoaceptación de “ser un sujeto con sordera”
170
T. Dall’Asen y C. A. San Martín Ulloa Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 2023, 17(2), 159-176
que utiliza una lengua, una cultura, por lo tanto, no se trata de un sujeto discapacitado,
sino que diferente.
Finalmente, se puede elucidar que, las investigaciones sobre la inclusión educativa de
estudiantes con sordera no suelen rescatar la participación activa de los estudiantes en
sus propios procesos de inclusión en el ambiente escolar. En coherencia a lo
mencionado, considerar las experiencias y la narrativa de estos sujetos es necesario y
relevante para potenciar el sistema de acciones acerca de los procesos inclusivos. Para
concluir, como proyecciones futuras, se requiere avanzar en investigaciones que se
desarrollen desde una perspectiva activa y participativa de los estudiantes con sordera
sobre sus propios procesos de inclusión en el ámbito escolar.
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T. Dall’Asen y C. A. San Martín Ulloa Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 2023, 17(2), 159-176
Taise Dall’Asen
Estudiante de Doctorado en Educación en la Universidad Diego Portales y la
Universidad Alberto Hurtado, Chile. Magíster en Educación por la Universidad
Comunitaria de la Región de Chapecó-UNOCHAPECÓ. Licenciada en Lenguaje -
Portugués y Español por la Universidad Federal de Frontera Sur. Especialista en
Lengua de Signos Brasileña - Enseñanza de Libras y Literatura Portuguesa en la
Facultad São Braz. Actualmente, es investigadora del Centro de Investigación
Iberoamericano en Educación CIIEDUC. Integrante del grupo de investigación
“Diversidades, educación inclusiva y prácticas educativas” de la Universidad
Comunitaria de la Región Chapecó. Email: taisedallasen@hotmail.com
ORCID ID: https://orcid.org/0000-0002-0716-7909
175
T. Dall’Asen y C. A. San Martín Ulloa Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 2023, 17(2), 159-176
176
ISSN: 0718-7378
Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva
2023, 17(2), 177-191.
https://doi.org/10.4067/S0718-73782023000200177
RESUMEN:
Varias han sido las declaraciones, normativas y orientaciones a nivel internacional y nacional para
cautelar los derechos de las personas, sin embargo, la sola existencia de ellas no asegura un trato inclusivo
y libre de violencia a estudiantes por su orientación sexual e identidad de género en las comunidades
educativas. La investigación que da origen a este artículo se propuso identificar las creencias de los y las
docentes acerca de la inclusión de estudiantes LGBTI de dos unidades educativas municipales chilenas.
Este estudio de enfoque cualitativo, a través de la aplicación de entrevistas semiestructuradas
individuales logró establecer que en ambos establecimientos los y las profesionales manifiestan
confusión en la comprensión de conceptos fundamentales en este ámbito, creencias asociadas a un
sentido de género binario y acciones de invisibilización que desfavorecen la participación de estudiantes
LGBTI. A partir de esto, se estima que las creencias de los docentes y sus prácticas limitan el desarrollo
de potencialidades sociales, emocionales y académicas de los estudiantes.
DESCRIPTORES:
Creencias, Identidad de género, Orientación sexual, Participación, Inclusión
ABSTRACT:
There have been several declarations, regulations, and training at an international and national level to
preserve human rights. However, their mere existence doesn't ensure inclusive treatment free of
violence to students because of their sexual orientation and gender identity in educational communities.
The investigation that brings origin to this article's purpose is to identify the teachers' beliefs about the
inclusion of LGBTI students from two Chilean public educational units. This study of qualitative focus,
through the application of semi-structured interviews, managed to establish that in both establishments
the professional manifest confusion in the comprehension of fundamental concepts on this ambit;
beliefs associated with a sense of a gender binary and actions of invisibility that disfavor the participation
of LGBTI students. From this, it is estimated that the beliefs of the teachers and their practices limit
the development of the social, emotional, and academic potentialities of their students.
KEYWORDS:
Management, School, Inclusive education, Culture, School management team
CÓMO CITAR:
Cerpa-Reyes, C., Vargas-Toledo, M. y García-Betanzo, V. (2023). Orientación sexual, identidad de género y participación de
estudiantes: creencias de docentes. Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 17(2), 177-191.
https://doi.org/10.4067/S0718-73782023000200177
1. Introducción
Fue en 1948 que los líderes mundiales decidieron garantizar los principios
fundamentales a todas las personas en cualquier lugar del mundo con la Declaración
Universal de los Derechos Humanos. Sin embargo, posteriormente, fue necesario
explicitar los derechos de lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersex, en adelante
LGBTI, a través de los principios de Yogyakarta donde se proclama eliminar toda
forma de “estigmatización y prejuicios debido a orientación sexual o identidad de
género” (Comisión Internacional de Juristas, 2007, p. 8), y la resolución N°2504 de
Derechos Humanos, Orientación Sexual e Identidad de Género (2009) en que se
solicita a los Estados parte que adopten medidas para responsabilizar a quienes
cometan actos de violencia en contra de personas a causa de su orientación sexual o
identidad de género.
Así, a nivel nacional y tal como lo plantea el MINEDUC (2017), el Estado debe
respetar y promover todos los tratados ratificados por Chile, regidos por principios
fundamentales que implican proceder en igualdad, con respeto y gestionar decisiones
que consideren el ejercicio pleno de derechos, bienestar, desarrollo y protección que
puedan concernir a los niños, niñas y adolescentes.
De este modo, normativas como la Ley N°20.845/2015 de Inclusión Escolar, las
Orientaciones para la Inclusión de las personas LGBTI en el sistema educativo chileno
(2017) y las circulares N°768/2017, N°812/2021 y N°707/2022, entre otras
normativas, aseguran el derecho de los estudiantes a participar con igualdad de
oportunidades y garantizar el acceso y trayectoria a una educación de calidad a todos y
todas (Duk y Murillo, 2022).
De esta forma, el Estado chileno se ha constituido en un actor clave en la visibilización
de la diversidad sexual como de género en nuestro país y particularmente en las
comunidades escolares, posicionando una perspectiva de antidiscriminación y de
promoción de derechos de los estudiantes LGBTI.
Sin embargo, diversos estudios detallan que los docentes expresan una relación causal
entre el sexo biológico y el género, no mencionan otras identidades de género y
determinan en las interacciones roles diferenciados, excluyendo a niños, niñas y
adolescentes que no se ajustan a la expectativa binaria (Barrientos et al., 2022; Catalán-
Marshall, 2021; Maturana et al., 2016; Melo et al., 2020). Por otro lado, de acuerdo con
Rehbein (2017), el 61 % de los estudiantes en Chile señala haber sido testigo de bullying
homofóbico por parte de los profesores y un 77% reconoce nunca haber conversado
del tema en clases (Barbero y Pichardo, 2016). A nivel profesional entonces, es
necesario entender las perspectivas de las personas LGBTI, a fin de analizar
críticamente las propias creencias, prejuicios y comportamientos que fomentan la
exclusión (UNESCO, 2021).
Comprender las creencias del profesorado, entendidas éstas como concepciones que
abarcan las dimensiones personal, afectivo y emocional del individuo, vinculadas a su
cultura y que influyen en su actuar (Oliver 2009) resulta pertinente, pues conocerlas e
identificarlas permitirá proyectar cómo aportar al legítimo derecho de participación de
los niños, niñas y adolescentes LGBTI. La relevancia, por su parte, radica en que lo
expresado por los y las docentes posee un sentido de género, que respaldan la práctica
y la cultura escolar que, según Ojeda (2016), pueden limitar el desarrollo de
potencialidades sociales, emocionales y académicas de la comunidad.
178
C. Cerpa Reyes et al. Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva, 2023, 17(2), 177-191
2. Antecedentes teóricos
Una parte importante de la integralidad del ser humano radica en la sexualidad,
afectividad y género. Desarrollar la sexualidad es fundamental para el bienestar
personal, interpersonal y social, así como también poder disponer de la experiencia
plena de ésta “sin discriminación, violencia o coerción por su orientación sexual,
identidad de género, expresión de género y/o características sexuales” (MINEDUC,
2017, p.13).
La sexualidad expresa diversas formas de sentirla y vivenciarla, permitiendo identificar
múltiples identidades y expresiones. La pertenencia a un sexo biológico u otro, sentirse
hombre o mujer es identidad de género, orientación sexual en tanto, hace referencia el
deseo natural, sexual, amoroso y erótico hacia otras personas, y sus denominaciones
según Movilh Chile (2010) son: orientación heterosexual, homosexual y bisexual.
Para esta investigación se emplea el acrónimo LGBTI, concepto que engloba la
diversidad de orientaciones e identidades de género, aludida a lesbiana, gay, bisexual,
trans e intersex, tal como es propuesto por el MINEDUC (2017).
Estudios del Instituto Nacional de Derechos Humanos (2017) y Centro de
Investigación y Desarrollo de la Educación de la Universidad Alberto Hurtado (2018)
corroboran la perseverancia de manifestaciones de discriminación, violencia física y
simbólica, expresada en la ausencia de reconocimiento en el currículo, opiniones
sexistas, homofóbicas y transfóbicas que transgreden derechos fundamentales y
principios educativos que impactan en la inclusión de estudiantes LGBTI.
Si bien la inclusión y la exclusión no son una realidad definida, sino un proceso en
continua tensión, de manera que el avance hacia uno se produce por la reducción del
otro (Duk y Murillo, 2022), la participación, como un principio fundamental de la
inclusión, debe propiciarse y ejercerse en todo su amplio sentido porque, como
plantean Booth y Ainscow (2015) conlleva que todas las personas sean reconocidas,
admitidas y aprendan en cooperación con otros.
En este contexto, los establecimientos educacionales deben ser instituciones que
favorezcan la participación de todos, sin embargo, se denuncia a las escuelas como un
lugar que no está libre de exclusión, explícita o implícita, hacia aquellas personas que
se saben con una orientación sexual e identidad de género distinta (Duk y Murillo,
2022).
Las prácticas de exclusión son variadas, una de ellas es directa y comienza cuando
estudiantes manifiestan su diversidad sexual, la otra es solapada y provoca que
estudiantes oculten su identidad de género u orientación sexual por temor al castigo
social avalado en lo cisnormativo, cuyo supuesto es la correspondencia biológica-
genital, respondiendo a la pauta sexo-género dominante (Bodenhofer, 2019); o porque
la orientación sexual no se corresponde con la heteronormatividad (Peribáñez, 2014).
La encuesta Nacional de Clima Escolar realizada por Todo Mejora (2016) respecto de
violencia e inseguridad escolar de estudiantes LGBT puntualiza relatos de
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3. Método
Este estudio se llevó a cabo bajo un paradigma interpretativo, cuyo objeto de estudio
fueron las creencias de los y las docentes acerca de la inclusión de estudiantes LGBTI,
indagando en el significado que otorgan a su realidad (Krausse, 1995), ya que se
examinan procesos no observables como las creencias (Sáez, 2017). En consecuencia,
se definió un enfoque cualitativo, ya que éste se orienta en comprender e interpretar la
realidad educativa desde los significados y las intenciones del profesorado respecto a
la temática en análisis (Bisquerra et al., 2009), incorporando la dimensión subjetiva del
investigado y su representación compartida con otros (Canales et al., 2006). De acuerdo
a Bisquerra y otros (2009), se enmarca en un diseño fenomenológico ya que, a través
de la recopilación de información detallada por las personas, pretende descubrir y
entender sus perspectivas, percepciones y experiencias en torno a las creencias del
profesorado respecto de la participación de estudiantes LGBTI en el nivel educativo
que se desempeña.
La investigación se llevó a cabo en dos establecimientos municipales de enseñanza
básica y de dependencia municipal, uno de la comuna de Arauco y otro de la comuna
de Coyhaique. La muestra considera al profesorado de estas dos instituciones, a partir
de un muestreo no probabilístico de tipo intencional (Sáez, 2017), en función de los
siguientes criterios de selección: ciclo en que imparte enseñanza, educación parvularia
y educación básica, con al menos un bienio y rol de profesor jefe, lo que permitió la
elección de sujetos fundamentales en la entrega de información con base a juicios
preestablecidos (Bisquerra et al., 2009).
De esta forma se trabajó con un total 10 participantes 5 hombres y 5 mujeres, sus años
de servicio fluctúan entre los 7 y 35 años, 2 educadoras de párvulos, 4 profesores jefes
de primer ciclo y 4 profesores jefes de segundo ciclo básico a quienes se les aplicó una
entrevista semiestructurada, intentando comprender vivencias y situaciones descritas
desde la perspectiva de los sujetos (Krausse, 1995; Kvale, 2011; Sáez, 2017). Se utilizó
registro tecnológico como recurso para garantizar información de calidad en el estudio
(Bisquerra et al., 2009). La entrevista se estructuró en base a preguntas guías orientadas
a dos dimensiones: creencias acerca de la identidad de género y orientación sexual y
creencias sobre la participación de estudiantes LGBTI, la que fue sometida a la
validación de especialistas como una forma de asegurar su fiabilidad interna (Erazo,
2011) respondiendo a las condiciones de carácter técnico como: claridad, coherencia,
suficiencia y relevancia. Se requirió autorización formal a los directivos de las unidades
educativas para la aplicación de las entrevistas y consentimiento informado de los
participantes voluntarios.
Desde una perspectiva ética y en adhesión al principio de confidencialidad, se sustituyó
el nombre de los participantes, se omitió el nombre de los establecimientos y se
resguardaron los archivos de audio y/o video. Durante el estudio se cumplió con
estándares de rigor científico como la adecuación o concordancia teórica -
epistemológica, señalada por la relación entre el tema de la investigación y la teoría,
presentes durante la totalidad del estudio; credibilidad, los resultados obtenidos reflejan
las vivencias y conocimientos como los distinguen los sujetos participantes en el
estudio; confirmabilidad, referido a la veracidad de la investigación y sus resultados,
por medio de la transcripción textual de las entrevistas, como a la reflexión y
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4. Resultados
4.1. Creencias acerca de identidad de género y orientación sexual
Las creencias de los docentes respecto a orientación sexual e identidad de género se
organizan en torno a tres aspectos relevantes: Configuración, Ideologías y
Conceptualización.
Respecto a la configuración de identidades de género y orientación sexual, los docentes
dan cuenta de dos creencias centrales, la primera que establece que la identidad y
orientación sexual viene definida genéticamente y vinculada a la dimensión biológica
de los individuos, lo que se puede observar en la siguiente cita: “nacen así, como se
dice nace con estas orientaciones con esta identidad que uno de chiquitito los puede
identificar” (Participante C).
De la misma forma asocian la exteriorización de la identidad de género u orientación
sexual, como parte del desarrollo, con foco en la adolescencia, como a un proceso de
exploración o descubrimiento, y no como expresión auténtica de su sexualidad.
Respecto a ello un entrevistado declara: “entonces están en esta etapa de desarrollo
diferente y van entendiendo este proceso que viene de cambio, de descubrir que ellos
mismos se están conociendo, conociéndose a sí mismos” (Participante C).
En cuanto a Ideologías de identidad de género y orientación sexual, las creencias de
los y las docentes dan cuenta de una comprensión de la diversidad desde la
heteronormatividad y el sesgo de género (Bodenhofer, 2019), vinculadas al contexto
familiar, social y/o religioso. De este modo, en el entorno familiar, por ejemplo, un
docente da cuenta de la tendencia a repetir lo aprendido, tal como se observa en la
siguiente cita:
La formación que tuvieron mis padres ¿Ya? Es muy distinta a la formación
que se tiene hoy en día, ¿Ya? súper conservador, mi mamá pensaba igual que
mi abuela, que mi bisabuela entonces …eh…fue difícil de hacer ese cambio,
porque igual son años si yo estoy pensando veinte años en lo mismo, no puedo
tampoco cambiar de un día para otro, es un proceso que se vive, es un proceso
que puedo entender, pero al otro día no lo entiendo de nuevo. (Participante F)
Bajo la misma lógica, en el contexto social escolar se observan expresiones que
permiten o restringen formas de ser, con roles que sólo consideran lo femenino y
masculino tal como lo manifiesta el siguiente extracto de entrevista: “escuché de una
educadora que ya lleva años, años y le dijo: siéntese como señorita” (Participante D).
En esta misma línea, las creencias dogmáticas vinculadas a la religión son visualizadas
como un obstáculo para la expresión de la diversidad sexual, como lo manifiesta un
entrevistado: “casi todas sus religiones es hombre y mujer, esas son las orientaciones
que para la religión existen” (Participante C).
Por otra parte, en cuanto a la conceptualización, si bien inicialmente los participantes
refieren conocer los conceptos de orientación sexual e identidad de género, avanzada
la investigación se observan de manera generalizada errores y desconocimiento de estas
nociones. Así por ejemplo un docente señala: “diversidad sexual de que hay diferentes
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yo creo que también tiene que ver un poco de…de los sentimientos, de las
emociones que puedan tener las personas ¿Ya? del hecho de que sí, yo veo a
alguien que está mal emocionalmente ¿Ya? y me doy cuenta que quizás eso es…
porque tiene que ver con la identidad de género o la orientación sexual que tenga,
eso también nos hace que podamos buscar y poder ayudar. (Participante F)
En esta línea de diálogo y actitud empática, los y las docentes creen que la construcción
de relaciones igualitarias y sin estereotipos de género, benefician directamente la
participación. Como se detalla en la entrevista: “el papá puede colgar la ropa, el abuelo
puede hacer un queque y todo este tipo de cosas” (Participante B)
Vinculado a la responsabilidad profesional, los y las docentes manifiestan tres creencias
relevantes, en primer lugar, señalan que el trabajo colaborativo, el compartir y analizar
experiencias pedagógicas junto a otros miembros del equipo de aula, permite buscar
estrategias adecuadas a las necesidades. Como lo plantea en entrevista: “primero para
abordar ese contenido en este caso con los niños, se tiene que hacer una reunión de
colaborativo, en este caso con la psicóloga” (Participante G).
El segundo elemento se refiere a la enseñanza de principios y valores que favorezcan
el desarrollo de conductas positivas en el estudiantado, sin perder de vista el currículum
oculto donde acciones docentes también generan aprendizajes: “los adultos somos el
modelo, van a comenzar a tratarse como, como uno también los trata y cómo uno los
motiva que puedan ser” (Participante E). El tercer elemento es conocer el contexto
familiar, emocional y social de los niños, niñas y adolescentes, así lo indica la siguiente
cita que corresponde a un extracto de lo expuesto por un entrevistado: “lo primero
que creo que deberíamos hacer como docentes es… ¿Qué piensan nuestros
estudiantes, conocemos a nuestros estudiantes, sabemos sus necesidades, sus
preferencias?” (Participante G), como inicio de prácticas con enfoque inclusivo, que
respondan a las necesidades de participación de todos y todas.
5. Discusión y conclusiones
Una primera cuestión importante a señalar es que, si bien la muestra estuvo constituida
por dos comunidades educativas diferentes, los resultados dan cuenta de creencias
similares en los y las participantes. A diferencia de los resultados de Rojas et al., (2019),
la edad no se constituyó en un factor diferenciador de creencias como tampoco lo
fueron el ciclo de desempeño, los años de servicio ni el género de los participantes. Sin
embargo, es relevante considerar que ambos establecimientos son de dependencia
municipal y se ubican en la zona sur y extremo sur del país, en el caso del estudio antes
indicado, sí resulta relevante en cuanto a que los resultados indican que las
comunidades educativas menos informadas se ubican en las zonas más aisladas del
país. Por otro lado, y como consecuencia de la segregación que caracteriza al sistema
educativo chileno, los establecimientos municipales tienden a reunir grupos con menor
capital cultural y social, constituyéndose esto en un factor que puede dar cuenta de una
mayor o menor tendencia a generar un discurso complejo en relación con la diversidad
sexual. En este sentido, si se exploran las creencias de docentes que ejercen en
establecimientos con otras dependencias, podría presentarse un escenario diferente al
de este estudio, lo que sería interesante de indagar.
En cuanto a las creencias docentes respecto a orientación sexual e identidad de género
se observa confusión y manejo precario de conceptos fundamentales, con
declaraciones asociadas a un sentido de género binario y cisheteronormativo que valora
la exteriorización de la identidad de género u orientación sexual, como una fase
exploratoria y no como expresión auténtica de la sexualidad, sin una problematización
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