PIA Traducción de Textos Jurídicos
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PARA SU TRADUCCIÓN
26 de noviembre 2024
La traducción jurídica, un ámbito especializado que exige un dominio profundo tanto del
lenguaje como del derecho, se encuentra inmersa en una compleja red de desafíos. La
naturaleza intrínsecamente técnica y formal de los textos legales, caracterizados por un léxico
especializado, una sintaxis rigurosa y una estructura lógica precisa, plantea obstáculos
significativos para la traducción.
Ana Borja Albi, en su análisis exhaustivo, desvela las particularidades discursivas que
distinguen al lenguaje jurídico. Su investigación nos sumerge en un universo semántico
donde cada término adquiere un significado específico y donde la precisión es una exigencia
ineludible. La traducción, en este contexto, no es una mera transposición de palabras, sino
una labor interpretativa que requiere una comprensión profunda de las nuances legales y
culturales.
La dificultad de encontrar equivalencias exactas entre sistemas jurídicos distintos es un
desafío adicional que enfrentan los traductores jurídicos. Enrique Alcaraz Varó, a través de su
concepto de anisomorfismo, pone de manifiesto la heterogeneidad de los ordenamientos
jurídicos y las implicaciones que esta diversidad tiene para la traducción. La comparación
entre sistemas como el estadounidense y el británico, con sus raíces históricas y tradiciones
legales profundamente arraigadas, ilustra la complejidad de esta tarea.
Las implicaciones de estas dificultades trascienden el ámbito estrictamente traductológico.
Alcaraz Varó ha subrayado en numerosas ocasiones la importancia de la traducción precisa
para el desarrollo de los estudios de derecho comparado. Una traducción fiel y rigurosa es
indispensable para comprender en profundidad las instituciones jurídicas de otros países y
para identificar tanto las convergencias como las divergencias entre sistemas jurídicos.
La traducción jurídica, por tanto, se erige como una disciplina puente entre diferentes culturas
legales y lingüísticas. Sin embargo, esta tarea no está exenta de retos. Las estrategias de
traducción para textos legales, propuestas por Borja Albi y otros autores, ofrecen
herramientas valiosas para abordar estos desafíos. Estas estrategias se centran en la
identificación de los elementos clave del texto original, en la búsqueda de equivalentes
culturales y lingüísticos adecuados, y en la verificación constante de la precisión y coherencia
de la traducción.
Este ensayo se propone analizar en profundidad los desafíos y las oportunidades que presenta
la traducción jurídica. A través de un estudio detallado de las características discursivas del
texto jurídico, de las dificultades de simetría entre sistemas jurídicos y de las estrategias de
traducción más adecuadas, se busca contribuir al avance de esta disciplina y a una mejor
comprensión de los textos legales en un mundo cada vez más globalizado.
1. Las Características Discursivas del Texto Jurídico
Primero que nada, dentro de los textos legales se imparten características de las cuales están
divididas por el lenguaje legal, cada una de estas características presenta una estructura muy
típica ya que fácilmente es reconocible por que lo individualiza como texto legal. Sin
embargo Ana Borja menciona “ Cada uno es un género independiente merced a una
estructura y a unas convenciones textuales que todo hablante de una lengua puede reconocer.
Estos tipos de textos o géneros tienen unas funciones precisas y unas características
discursivas diferenciadas”. Sin embargo la presencia de los textos micro signos dentro de los
textos legales se presenta en cada sistema jurídico, ya sea en los nombres de instituciones así
mismo como organismos oficiales dentro de ellos se encuentra (tribunales así como órganos
de la administración). Por otra parte la autora Ana Borja menciona “ Se entiende por
intertextualidad dependencia de unos textos de otros, y la inteligibilidad de los textos depende
de esta relación”. Con esta pequeña descripción nos dice que ambos textos dependen de esta
relación para poder llegar a comprender cada uno de las dichas definiciones. Sin embargo
todos los textos de esta misma especialidad se pueden llegar a organizar dentro en un marco
pero de referencia ya sea no solamente en forma conceptual si no también en forma de
conocimiento ya que los textos lo llegan a delimitar.
Ana Borjas nos señala que “ los textos legales ingleses presentan un léxico particular y
limitado junto con unas características morfosintácticas y textuales propias, que los
distinguen claramente de cualquier otro tipo de texto”. Dentro del problema de llegar a evitar
la ambigüedad tenemos en cuenta que los juristas llegan a utilizar frases ya sea en forma
largas para evitar la subordinación en forma múltiple con lo que se llegan a conseguir los
textos.
2. La Traducción Jurídica y las Dificultades de Simetría
Lo que quiere decir que se requiere de algo más que un equivalente para resolver un
problema de asimetría, en el momento que se presenten estas obstrucciones es necesario
tomar en cuenta el contexto en el que se emplean las palabras para comprender lo que se
busca transmitir y así adecuar la traducción. Tener estas precauciones mejorará en gran
manera la calidad de una traducción y, a pesar de que no es posible crear una traducción
jurídica que sea exactamente igual al texto original, si es posible mantener los aspectos más
importantes y establecer relaciones entre un texto y otro, la solución más eficaz es la
investigación y estudio exhaustivo de las leyes y textos paralelos relacionados al encargo o
texto a traducir.
Dentro las características de los textos legales nos podemos dar cuenta que están divididos
por grandes secciones ya sea en secciones de lenguaje legal al ser dividida por la estructura
en la que se presenta que es lenguaje legal, sin embargo si nos metemos más a fondo
podremos encontrar una gran variación de estructuras textuales que cualquier persona que
esté estudiando dentro del ámbito de los textos legales tiene que llegar a conocer.
Como afirmaba René David, “el derecho comparado es una disciplina esencial para la
formación de los juristas del siglo XXI”. Esta afirmación se reafirma al analizar las múltiples
implicaciones que esta práctica tiene tanto en el ámbito académico como profesional. El
derecho comparado se ha convertido en una herramienta indispensable tanto en el ámbito
académico como profesional. En el primero, amplía el conocimiento al permitir situar nuestro
propio sistema jurídico en un contexto global, fomentando así una comprensión más profunda
de sus principios y fundamentos. Además, desarrolla habilidades analíticas y comparativas
esenciales para cualquier investigador, enriqueciendo las teorías jurídicas al contrastar
soluciones a problemas similares y permitiendo identificar patrones más generales.
Los estudios del Derecho Comparado son fundamentales para comprender la complejidad y
diversidad de los sistemas jurídicos. Uno de los objetivos principales del Derecho
Comparado, según Zweigert y Kötz (1984), es comprender mejor nuestro propio derecho. Al
contrastar nuestro sistema con otros, podemos identificar sus fortalezas y debilidades, así
como las razones que subyacen a sus particularidades. Al comparar, analizamos y
aprendemos, enriqueciendo nuestro conocimiento y mejorando nuestra capacidad para
enfrentar los desafíos jurídicos del siglo XXI. Es una disciplina esencial para juristas,
historiadores, filósofos y cualquier persona interesada en comprender las bases y el
funcionamiento de los sistemas jurídicos. A través de la comparación, podemos identificar
patrones, tendencias y mejores prácticas, enriqueciendo nuestro conocimiento y
contribuyendo a la mejora de los sistemas jurídicos en todo el mundo.
Otro elemento diferenciador es la práctica del juicio por jurado. Aunque ambos sistemas lo
emplean, en Estados Unidos se utiliza con mayor frecuencia y en una variedad más amplia de
casos. Esto pone de manifiesto una visión más participativa de la justicia, que otorga a los
ciudadanos un papel activo en la resolución de conflictos. Sin embargo, también plantea
interrogantes sobre la posible influencia de factores subjetivos, como los prejuicios o
emociones, en las decisiones de los jurados.
Otro punto que podemos enfatizar es que ‘‘la documentación y el acceso a recursos
especializados son tan importantes como el conocimiento lingüístico en la traducción
jurídica’’ y que ‘‘la traducción jurídica es una disciplina en constante evolución; mantenerse
actualizado es una obligación para cualquier profesional del sector.’’, Ana Borjas Albi
(2007). No sólo menciona que es necesario contar con las herramientas adecuadas para
realizar un trabajo preciso, sino que también es importante la actualización y formación
continua, la adaptación a los cambios en el entorno legal.
Asimismo es fundamental recordar la ética profesional, uno como traductor debe actuar con
independencia, confidencialidad y responsabilidad en cada uno de sus encargos. Ana Borjas
Albi menciona: ‘‘El traductor jurídico no es un asesor legal, pero su trabajo puede tener
implicaciones legales significativas’’. Incluso el rechazar un trabajo que excede las
capacidades del traductor no sólo figura como acto ético, ‘‘sino una garantía de calidad para
el cliente’’.
Conclusión
Mattei, U., & McCahery, J. (2008). Comparative law. Stanford: Stanford University
Press.
Merryman, J. H. (1994). The civil law tradition. Stanford: Stanford University Press.
Von Mehren, A. T. (1989). The civil law system. Boston: Little, Brown and
Company.