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Pleno.

Sentencia 326/2024
EXP. N.° 00174-2024-PHC/TC
JUNÍN
VLADIMIR ROY CERRÓN
ROJAS, representado por JOSÉ
ENRIQUE LLUMPO AGAPITO
Y OTRO– ABOGADOS

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 3 días del mes de diciembre de 2024, en sesión de


Pleno Jurisdiccional, los magistrados Domínguez Haro (vicepresidente),
Morales Saravia, Gutiérrez Ticse, con fundamento de voto que se agrega
y Hernández Chávez han emitido la presente sentencia. Los magistrados
Pacheco Zerga, Monteagudo Valdez y Ochoa Cardich emitieron votos
singulares que se agregan. Los magistrados intervinientes firman
digitalmente en señal de conformidad con lo votado.
localizada en la sede digital del Tribunal Constitucional. La verificación puede ser efectuada a partir de la fecha
Esta es una representación impresa cuya autenticidad puede ser contrastada con la representación imprimible

de publicación web de la presente resolución. Base legal: Decreto Legislativo N.° 1412, Decreto Supremo N.°

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por don José


Enrique Llumpo Agapito y don José Miguel Mayhua Quispe, abogados
de don Vladimir Roy Cerrón Rojas, contra la resolución1 de fecha 14 de
diciembre de 2023, expedida por la Primera Sala Penal de Apelaciones
Permanente de Huancayo de la Corte Superior de Justicia de Junín, que
declaró improcedente la demanda de habeas corpus de autos.
URL: https://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2024/00174-2024-HC.pdf

ANTECEDENTES
029-2021-PCM y la Directiva N.° 002-2021-PCM/SGTD.

Con fecha 9 de octubre de 2023, don José Enrique Llumpo


Agapito y don José Miguel Mayhua Quispe interponen demanda de
habeas corpus2 a favor de don Vladimir Roy Cerrón Rojas contra los
señores Chipana Guillén, Carhuancho Mucha y Meza Reyes, jueces de la
Sala Penal de Apelaciones Transitoria Especializada en Delitos de
Corrupción de Funcionarios de la Corte Superior de Justicia de Junín.
Denuncian la vulneración de los derechos al debido proceso, de defensa,
a ser juzgado en un plazo razonable y a la motivación de las resoluciones
judiciales, conexos al derecho a la libertad personal.
1
Foja 769 del tomo II del expediente.
2
Foja 1 del tomo I del expediente.
EXP. N.° 00174-2024-PHC/TC
JUNÍN
VLADIMIR ROY CERRÓN
ROJAS, representado por JOSÉ
ENRIQUE LLUMPO AGAPITO
Y OTRO– ABOGADOS

Solicitan que se declare la nulidad de la Sentencia de vista 045-


2023-SPTEDCF/CSJJU/PJ3, Resolución 91, de fecha 6 de octubre de
2023, que confirmó la sentencia apelada que encontró “responsabilidad
penal en el acusado VLADIMIR ROY CERRON ROJAS, en calidad
de autor de la comisión del delito contra la Administración Pública, en la
modalidad de COLUSION, (…). IMPONEN (…) TRES AÑOS Y
SEIS MESES DE PENA PRIVATIVA DE LA LIBERTAD
EFECTIVA (…)”. Dicha nulidad se solicita respecto del extremo de su
punto resolutivo tres que declara infundada la excepción de la acción
penal deducida por el favorecido, en el marco del proceso seguido en su
contra por el delito de colusión4; y que, consecuentemente, se disponga
la emisión de una nueva resolución por otra Sala penal en cuanto al
punto tres de la sentencia de vista.

Al respecto, alegan que la resolución cuestionada carece de


motivación respecto de la prescripción de la acción penal alegada por el
beneficiario, tal como se desprende del texto del extremo cuya nulidad
se solicita, lo cual vulnera los derechos invocados. Afirman que la
alegada prescripción se basó en el marco legal expreso que regula el
delito de colusión simple imputado donde el verbo rector esencial es
concertar, a fin de determinar en el tiempo la consumación de dicho
ilícito. Refieren que la Sala penal señaló que el delito de colusión se
puede cometer en cualquier etapa de todo contrato administrativo o civil
que tenga naturaleza económica, con intervención estatal y que el
acuerdo es clandestino, de lo cual se desprende que dicho delito es de
naturaleza instantánea y que se consuma con la concertación en un solo
acto, por lo que resultaría arbitrario que se establezca que se pueda
configurar en distintas oportunidades.

Aducen que la fiscalía imputó que el acto colusorio se inició el


26 de julio de 2013 con la participación de su coimputada, por lo que
existe una fecha cierta y concreta para el cómputo de la consumación del
3
Foja 43 del tomo I del expediente.
4
Expediente 01978-2016-63-1501-JR-PE-01.
EXP. N.° 00174-2024-PHC/TC
JUNÍN
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ROJAS, representado por JOSÉ
ENRIQUE LLUMPO AGAPITO
Y OTRO– ABOGADOS

delito de colusión simple que se atribuye al favorecido a partir de la cual


se puede computar el plazo de prescripción de la persecución penal. Sin
embargo, la Sala demandada de manera arbitraria sostiene que al
beneficiario no solo se le ha imputado tal hecho, sino actos de ejecución
posteriores al pacto colusorio, como la emisión de un memorándum, de
ordenanzas regionales y la suscripción del contrato de fecha 4 de junio
de 2014, lo cual constituye una motivación aparente con la que el medio
de defensa técnico [de prescripción] fue desestimado pese a que la
acusación fiscal es la que delimita el objeto del proceso penal.

Alegan que, respecto del beneficiario, la imputación de cargo


concreta efectuada por la fiscalía definió como fecha de la consumación
de la colusión el 26 de julio del año 2013, por lo que el delito prescribió
el 25 de julio de 2023, antes de que se presentara la solicitud de
prescripción penal y se emitiera la sentencia de vista. Aseveran que el
delito de colusión simple que se le imputa tiene una pena conminada
máxima de seis años, por lo que la prescripción extraordinaria ocurre a
los nueve años, plazo al que debe agregarse un año adicional como
periodo de suspensión máxima. Refieren que el extremo cuestionado de
la sentencia de vista tiene la calidad de firme, ya que la prescripción de
la acción penal fue deducida como incidencia y no como una excepción,
por lo que la decisión judicial es inimpugnable conforme a lo prescrito
en el artículo 362 del nuevo Código Procesal Penal. Añaden que la
resolución de su pedido como excepción desnaturalizó su trámite
regular, entre otros alegatos.

El Juzgado Constitucional Permanente de Huancayo, mediante


la Resolución 15, de fecha 10 de octubre de 2023, admite a trámite la
demanda.

Realizada la investigación sumaria del habeas corpus, el


procurador público adjunto del Poder Judicial solicita que la demanda
5
Foja 166 del tomo I del expediente.
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ENRIQUE LLUMPO AGAPITO
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sea declarada improcedente6. Aduce que los actos lesivos invocados en


la demanda son susceptibles de ser dilucidados en la vía ordinaria y no
en la constitucional, ya que aquella no ha acreditado la fecha del pacto
colusorio, pues se advierte varias fechas en la decisión judicial
cuestionada y que al momento de invocar la parte procesada la
prescripción de la acción penal no tomó en cuenta el plazo de la
interrupción de la prescripción de la acción penal motivado con el inicio
de las diligencias preliminares. Por consiguiente, el juez constitucional
carece de competencia para pronunciarse sobre la prescripción de la
acción penal.

Afirma que para el caso del beneficiario la prescripción ordinaria


sería de seis años, tres años por extraordinaria y un año por la suspensión
que señala el artículo 339, inciso 1, del nuevo Código Procesal Penal,
totalizando diez años. En dicho escenario, al haberse dado el
requerimiento de la formalización de la investigación preparatoria el 28
de junio de 2016, la prescripción de la acción penal operará el 27 de
junio de 2026 y no el 25 de julio de 2023 como alega la demanda.

El Juzgado Constitucional Permanente de Huancayo, mediante


Sentencia 85-2023-JCP-HYO7, Resolución 2, de fecha 22 de octubre de
2023, declara infundada la demanda. Estima que del Sistema [Integrado]
Judicial (SIJ) se aprecia que el escrito del beneficiario sobre prescripción
de la acción penal fue presentado el 7 de setiembre de 2023 con la
sumilla que indica “interpongo excepción de prescripción de la acción
penal”, por lo que fue tramitada conforme a ley, cuya decisión se daría
conjuntamente con la sentencia, por lo que no se evidencia la afectación
de los derechos invocados. Señala que la sentencia de vista contiene una
debida fundamentación y que es un tema propio del fuero penal
ordinario el alegato de que en el proceso penal existe [una fecha] cierta y
concreta [para el cómputo de la prescripción].

6
Foja 326 del tomo I del expediente.
7
Fojas 614 del tomo II del expediente.
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Afirma que del SIJ también se aprecia que la sentencia penal de


vista fue notificada a las partes procesales el 6 de octubre de 2023, por lo
que a la fecha se encuentra latente el plazo para que contra ella se
interponga el recurso de casación que cuestione los fundamentos por los
que se desestimó la excepción de prescripción de la acción penal. Por
tanto, a la fecha no existe resolución judicial firme.

La Primera Sala Penal de Apelaciones Permanente de Huancayo


de la Corte Superior de Justicia de Junín revoca la resolución apelada, la
reforma y declara improcedente la demanda por similar fundamento
sobre la falta de firmeza de la resolución cuestionada. Precisa que la
demanda se interpuso el 10 de octubre de 2023, sustentada en que la
resolución resolvió la excepción de prescripción de la acción penal, pero
que en el marco del proceso penal lo resuelto respecto de la misma
excepción fue recurrido el 23 de octubre de 2023 vía el recurso de
casación. Es decir, que la determinación sobre la excepción de
prescripción de la acción penal, por decisión de la parte demandante, fue
sometida ante la judicatura penal ordinaria, por lo que no existe firmeza
de la resolución cuestionada.

FUNDAMENTOS

Delimitación del petitorio

1. El objeto de la demanda es que se declare la nulidad de la Sentencia


de vista 045-2023-SPTEDCF/CSJJU/PJ, Resolución 91, de fecha 6
de octubre de 2023, en el extremo que resuelve declarar infundada
la excepción de la acción penal deducida por don Vladimir Roy
Cerrón Rojas, en el marco del proceso seguido en su contra por el
delito de colusión8; y que, consecuentemente, se disponga la
emisión de una nueva resolución por otro colegiado penal en cuanto
al referido extremo de la sentencia de vista.
8
Expediente 01978-2016-63-1501-JR-PE-01.
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2. Se invoca la vulneración de los derechos al debido proceso, de


defensa, a ser juzgado en un plazo razonable y a la motivación de
las resoluciones judiciales, conexos al derecho a la libertad personal.

3. Con independencia de los derechos alegados, se evidencia que lo


que en el fondo se cuestiona es la debida motivación de las
resoluciones judiciales en relación a la prescripción de la acción
penal, en ese sentido, corresponde a esta Sala analizar la
controversia respecto a este agravio.

Acerca de la procedencia de la demanda

4. El artículo 9 del Nuevo Código Procesal Constitucional establece


que “el habeas corpus procede cuando una resolución judicial
firme vulnera en forma manifiesta la libertad individual y la tutela
procesal efectiva”. En ese sentido, uno de los presupuestos para que
se habilite la procedencia de un proceso constitucional donde se
cuestiona una resolución judicial, necesariamente es cumplir con el
requisito de firmeza.

5. Al respecto, este Tribunal recuerda que, en la sentencia recaída en el


Expediente 04107-2004-HC/TC, entiende como resolución judicial
firme a aquella contra la cual se han agotado los recursos previstos
por la ley procesal de la materia, lo que implica el agotamiento de
los recursos antes de la interposición de la demanda.

6. En el presente caso se solicita el control constitucional de una


resolución de segundo grado que resuelve un recurso de apelación.
No obstante, este Tribunal Constitucional ha tomado conocimiento
que frente a la resolución de vista se interpuso un recurso de
casación extraordinario. En ese sentido, si bien es cierto el Código
Procesal Penal establece en su artículo 427 inciso 2 que solo
procede el citado recurso cuando la pena abstracta del delito
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imputado tenga en su extremo mínimo una pena privativa de la


libertad mayor a seis años, esto no ocurre en el presente caso. Así
pues, tal como se aprecia de la sentencia impugnada, el favorecido
de este habeas corpus fue condenado por el delito de colusión
simple, ilícito que se castiga con una pena entre los tres a seis años.

7. Por lo expresado en el párrafo anterior, en principio, en el presente


caso la interposición del recurso de casación y su eventual
resolución, no es necesaria para considerar agotado el requisito de
firmeza. Aun cuando el inciso 4 del artículo 427 del Código
Procesal Penal, establezca la excepcionalidad de este recurso en
casos en los que no se cumpla con el requisito mínimo de la pena,
cuya procedibilidad depende de la discrecionalidad de la Corte
Suprema.

8. Sin embargo, el recurrente no solo ha planteado el recurso de


casación extraordinario, sino que de la lectura de este se aprecia que
se ha impugnado el extremo referido a la prescripción de la pena.
Aunado a esto, a través de los medios de comunicación de fecha 5
de octubre de 20249, se ha hecho de público conocimiento que la
Sala Penal Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la
República ha calificado el recurso de casación extraordinario
presentado, admitiéndolo, inclusive, en lo relativo al
cuestionamiento de la prescripción penal. En ese sentido, en tanto se
encuentra pendiente que la judicatura ordinaria resuelva sobre un
petitorio sustancialmente idéntico (la correcta aplicación de la
prescripción penal), la resolución cuestionada aún no sería firme.

9
Disponible en: https://rpp.pe/politica/judiciales/corte-suprema-revisara-condena-
contra-vladimir-cerron-por-el-caso-aerodromo-wanka-noticia-1589574?ref=rpp
(Última visita: 6 de noviembre de 2024). Asimismo, disponible en:
https://diariocorreo.pe/edicion/huancayo/declaran-bien-concedido-el-recurso-de-
casacion-que-presento-vladimir-cerron-noticia/?ref=dcr (Última visita: 6 de noviembre
de 2024).
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9. Respecto al carácter “firme” de las resoluciones judiciales como


requisito de procedibilidad del habeas corpus, no puede aplicarse
por igual a todos los supuestos en los que se interponga dicho
proceso constitucional, sino que el juez constitucional deberá
analizar el caso concreto a fin de dilucidar si la falta de agotamiento
de los medios impugnatorios se debe a una dilación indebida del
operador judicial. En consecuencia, a juicio del Tribunal
Constitucional, el requisito de procedibilidad referente a que el
proceso de hábeas contra una resolución judicial sólo cabe ser
interpuesto cuando ésta adquiere firmeza, admite la excepción
planteada, por cuanto el órgano jurisdiccional ha desconocido en
exceso el plazo establecido en la norma para emitir
pronunciamiento, poniendo en riesgo los derechos constitucionales
del recurrente, máxime si, como en el caso de autos, se discute la
prescripción de la acción penal, la cual “tiene relevancia
constitucional, toda vez que se encuentra vinculada con el contenido
del derecho al plazo razonable del proceso, el cual forma parte del
derecho fundamental al debido proceso” (Cfr. Sentencia emitida en
el Expediente 02407-2011-HC/TC, FJ 6).

10. En tal sentido, resulta importante señalar cuál es el plazo legal


establecido para resolver el recurso de casación. Así, elevado el
expediente a la Sala Penal de la Corte Suprema y corrido el traslado
del recurso a las demás partes por el plazo de 10 días, dicha Sala
expedirá resolución decidiendo si el recurso fue bien concedido
dentro del plazo de 20 días (artículo 430 inciso 6 del Nuevo Código
Procesal Penal); concedido el recurso de casación, el expediente
quedará diez días en la Secretaría de la Sala para que los interesados
puedan examinarlo y presentar, si lo estiman conveniente, alegatos
ampliatorios (artículo 431 inciso 1 del Nuevo Código procesal
Penal); vencido el plazo, se señalará día y hora para la audiencia de
casación (artículo 431 inciso 2 del Nuevo Código procesal Penal);
culminada la audiencia, la sentencia se expedirá en el plazo de
veinte días (artículo 431 inciso 4 del Nuevo Código procesal Penal).
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11. En el presente caso, se advierte que entre la interposición del


recurso de casación (23 de octubre de 2023) y el auto de calificación
que declara bien concedido el recurso (septiembre de 2024
aproximadamente), ha transcurrido casi un año, es decir, sólo para la
calificación del recurso de casación la justicia penal ordinaria se ha
tomado casi 1 año de los 3 años y 6 meses de condena impuesta,
pudiendo llegar a darse el caso que la resolución de la casación
interpuesta llegue a casi igualar o exceder el quantum de la pena, lo
que se agrava si se tiene en cuenta que sobre el beneficiario recae
una orden de captura, la cual considera inconstitucional. En tal
sentido, teniendo en cuenta el objetivo y razón de ser de los
procesos constitucionales, y en especial del habeas corpus, como un
proceso célere y sin dilaciones que tutele la libertad individual y
existiendo una dilación indebida por parte de la judicatura ordinaria
en resolver el recurso de casación interpuesto, este Colegiado es
competente para evaluar el fondo de la controversia

Análisis del caso

12. El artículo 139, inciso 3, de la Constitución establece los principios


y derechos de la función jurisdiccional y la observancia del debido
proceso y de la tutela jurisdiccional; en consecuencia, cuando el
órgano jurisdiccional imparte justicia, está obligado a observar los
principios, derechos y garantías que la norma fundamental establece
como límites al ejercicio de las funciones asignadas. De igual forma,
el mismo artículo, en su inciso 13, señala que la prescripción
produce los efectos de la cosa juzgada.

13. Sobre la prescripción la R.N. 404-2007 AYACUCHO, citado en el


considerando 15.3 de la cuestionada Sentencia de vista 045-2023-
SPTEDCF/CSJJU/PJ, expresa:

Segundo. Que la prescripción implica la cesación de la potestad


punitiva del Estado, al transcurrir un periodo de tiempo determinado,
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en virtud de que el propio Estado abdica su potestad punitiva, por razón


de que el tiempo anula el interés represivo, apaga la alarma social y
dificulta la adquisición de pruebas respecto a la realización del evento
delictivo; la prescripción penal, por la esencia misma del ordenamiento
punitivo opera coactivamente

14. Al respecto, este Tribunal ha precisado que la prescripción desde un


punto de vista general es la institución jurídica mediante la cual, por
el transcurso del tiempo, la persona adquiere derechos o se libera de
obligaciones. Y desde la óptica penal, es una causa de extinción de
la responsabilidad criminal fundada en la acción del tiempo sobre
los acontecimientos humanos o en la renuncia del Estado al ius
puniendi, bajo el supuesto de que el tiempo transcurrido borra los
efectos de la infracción, existiendo apenas memoria social de ella.
Dicho de otro modo, en una norma fundamental inspirada en el
principio pro homine, la ley penal material otorga a la acción penal
una función preventiva y resocializadora en la cual el Estado
autolimita su potestad punitiva, orientación que se funda en la
necesidad de que, pasado cierto tiempo, se elimine toda
incertidumbre jurídica y se abandone el castigo de quien se presume
lleva mucho tiempo viviendo honradamente, consagrando de esta
manera el principio de seguridad jurídica. Si la prescripción
extingue la potestad punitiva estatal por la renuncia del propio
Estado a ejercerla, entonces no implica impunidad del procesado,
quien no debe estar sometido a una incertidumbre jurídica
indefinida.

15. En este sentido, este Tribunal se ha pronunciado sobre el fondo de la


demanda de habeas corpus cuando se ha denunciado la vulneración
del principio constitucional de la prescripción de la acción penal,
máxime si guarda relación con el derecho al plazo razonable del
proceso10. Sin embargo, es preciso indicar que, no obstante, la
10
Expedientes 02506-2005-PHC/TC, 04900-2006-PHC/TC, 02466-2006-PHC/TC y
00331-2007-PHC/TC.
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relevancia constitucional de la prescripción de la acción penal, el


cálculo de dicho lapso requiere, en algunas ocasiones, una
dilucidación de asuntos que no son de competencia de la
jurisdicción constitucional, como en los casos en los que, a pesar de
que la demanda versa sobre prescripción de la acción penal, se exija
a la jurisdicción constitucional determinar la fecha en que se
consumó el delito11. En este orden de ideas, cuando en una demanda
de habeas corpus en la que se alegue la prescripción de la acción
penal el caso exija que el juez constitucional intervenga en la
dilucidación de asuntos que están reservados a la jurisdicción
ordinaria, no será posible realizar el análisis constitucional de fondo,
ya que ello excede los límites de la jurisdicción constitucional.

16. En autos se advierte que el delito imputado al beneficiario del


presente habeas corpus es de colusión simple. Así, la cuestionada
Sentencia de vista 045-2023-SPTEDCF/CSJJU/PJ expresó:

XII. MARCO SUSTANTIVO, PROCESAL Y OBJETO


DECISORIO.

12.1 Del tipo penal y desarrollo jurisprudencial. - Los hechos


postulados por el representante del Ministerio Público, han sido
tipificados en el artículo 384 del Código Penal vigente a la fecha de los
hechos, cuyo tenor literal era el siguiente:

Artículo 384. Colusión simple (modificado por la Ley N° 29758 de 21


Julio 2011)

El funcionario o servidor público que, interviniendo directa o


indirectamente, por razón de su cargo, en cualquier etapa de las
modalidades de adquisición o contratación pública de bienes, obras o
servicios, concesiones o cualquier operación a cargo del Estado concerta
con los interesados para defraudar al Estado o entidad u organismo del
Estado, según ley, será reprimido con pena privativa de libertad no menor
de tres ni mayor de seis años.

11
Expediente 05890-2006-PHC/TC.
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17. Tal como se puede apreciar de la resolución judicial impugnada, se


ha alegado la prescripción de la acción penal argumentando que,
según el requerimiento de acusación fiscal, el delito de colusión
imputado habría iniciado con los actos colusorios efectuados con
fecha 26 de julio de 2013. Así, habiendo transcurrido más de diez
(10) años desde esa fecha, el delito habría prescrito. Desarrolla la
defensa que de acuerdo a lo tipificado en el artículo 384 del Código
Penal, la pena máxima para este delito es de seis (06) años. Así,
teniendo en cuenta lo estipulado en el artículo 84 del Código Penal,
para el cómputo del plazo prescriptorio se debe adicionar, a la pena
máxima, la mitad de esta, es decir, tres (03) años. A ello, aun
adicionando un (01) año por suspensión, la suma prescriptoria
quedaría en diez (10) años. Siendo así, alega el recurrente, se debe
declarar extinguida la acción penal.

18. Respecto a esta excepción de prescripción el Ad quem ha resuelto de


la siguiente de manera12:

“16.3 Si bien es cierto, que el requerimiento de acusación fiscal puntualiza


que los actos colusorios entre Vladimir Cerrón Rojas y los extraneus se
iniciaron con la presentación de la iniciativa privada a cargo de Natali
Yanina De la Vega Estrada en fecha 26 de julio del 2014 (sic)13; también
no es menos cierto que, al acusado se le atribuye haber emitido el
Memorándum N° 452-2913-GRJ/PR del 27 de setiembre de 2013 dirigido
al Gerente General indicando iniciar trámites para que se declare de
necesidad pública y utilidad regional la construcción, desarrollo y
administración de un aeródromo regional en la región Junín"; además
haber suscrito la Ordenanza Regional N° 167-2013-GRJ/CR, 10 de
octubre del 2013, donde se acordó declarar de Necesidad e Interés
Regional el Desarrollo y Administración del Gran Aeródromo Wanka;
también la Ordenanza Regional que formaliza el Acuerdo Regional N°
130-2014-GRJ/CR de fecha 23 de abril del 2014 que aprobó la

12
Fs. 99 y 100
13
Se denota de la resolución judicial un error material o errata respecto a la fecha, pues
esta debería ser 26 de julio del 2014.
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Adjudicación Directa del proyecto para su financiamiento y construcción,


presentada por el Consorcio; y finalmente, la suscripción del “Contrato de
Título habilitante del Aeródromo Construcción, Administración y
Operación del Servicio Aeroportuario en la Región Junín mediante un
Nuevo Gran Aeródromo Regional Wanka", en fecha 04 de junio del 2014,
a favor del Consorcio Aeródromo Regional Wanka.

“16.4 Así las cosas, queda claro que desde emitidas las Ordenanzas
Regionales que declara de Necesidad e Interés Regional el Desarrollo y
Administración del Gran Aeródromo Wanka, así como la que otorga la
Adjudicación Directa a favor del Consorcio Aeródromo Wanka; y el acto
jurídico consistente en el “Contrato de Título habilitante del Aeródromo
Construcción, Administración y Operación del Servicio Aeroportuario en
la Región Junín mediante un Nuevo Gran Aeródromo Regional Wanka”,
suscrito entre Vladimir Cerrón Rojas (Presidente del Gobierno Regional de
Junín) y Luis García Morón (representante legal del Consorcio Aeródromo
Wanka), no han transcurrido los DIEZ AÑOS a fin que pueda operar la
prescripción extraordinaria de la acción penal, es decir, no se cumple con
las exigencias contenidas en los artículos 80 y 83 del Código Penal; por lo
que, el medio técnico de defensa debe ser desestimado. (sic)”

19. En ese sentido, podemos leer que para la Sala que emitió la
sentencia impugnada no existe controversia respecto a los años que
constituyen el plazo prescriptorio. En tanto para esta, lo que
realmente es incorrecto sería la fecha en que debe empezar a
transcurrir este lapso, mas no que el delito no prescriba a los diez
(10) años, con lo que manifiesta su conformidad respecto a este
punto. Así, el motivo por el que se desestima el medio técnico de
defensa, es que a interpretación de la Sala, si bien es cierto los actos
colusorios entre el beneficiario y los extrananeus se iniciaron con la
presentación de la iniciativa privada a cargo de Natali Yanina de la
Vega Estrada el 26 de julio de 2013, este no sería el único hecho
imputado por el Ministerio Público para corroborar la comisión del
delito de colusión simple, y que el plazo prescriptorio empezaría a
contarse a partir del último acto mencionado, la suscripción del
contrato de Título habilitante del Aeródromo Construcción,
Administración y Operación del Servicio Aeroportuario en la
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Región Junín mediante un Nuevo Gran Aeródromo Regional


Wanka, ocurrido en fecha 04 de junio de 2014.

20. Así, la Sala demandada, para efectos de evaluar el computo de la


prescripción de la acción penal, toma en consideración todos los
actos que han sido presentados por el Ministerio Público como
indicios para determinar el pacto colusorio. Pues, la colusión se
caracteriza porque los actos que constituyen la consumación del
hecho delictivo (acuerdo entre el funcionario y el extraneus), se
realizan de manera subrepticia, lo que dificulta la tarea del órgano
persecutor del delito al momento de presentar pruebas directas que
acrediten la responsabilidad penal de los imputados. Por este
motivo, en los delitos de colusión se vuelve indispensable acudir a
la prueba indiciaria con el fin de probar el pacto colusorio.

21. Entonces, con el objetivo de demostrar la configuración del hecho


delictivo, el Ministerio Público ha tomado una serie de
acontecimientos que demostrarían que el pacto colusorio habría
tenido lugar. Estos, justamente son los que la Sala ha mencionado al
momento de contabilizar el lapso prescriptorio. Sin embargo, tal
como se advierte, estos hechos no constituyen por sí mismos el acto
de colusión, sino que son indicios para determinar que este sucedió.

22. En esa línea de ideas, un aspecto fundamental para realizar el


cómputo del plazo de la prescripción de la acción penal es, según lo
establecido en el artículo 82 del Código Penal, establecer el tipo de
delito según su ejecución:

“Los plazos de prescripción de la acción de la acción penal comienzan:

1. En la tentativa, desde el día en que cesó la actividad delictuosa;


2. En el delito instantáneo, a partir del día en que se consumó;
3. En el delito continuado, desde el día en que terminó la actividad
delictuosa; y
4. En el delito permanente, a partir del día en que cesó la permanencia.”
EXP. N.° 00174-2024-PHC/TC
JUNÍN
VLADIMIR ROY CERRÓN
ROJAS, representado por JOSÉ
ENRIQUE LLUMPO AGAPITO
Y OTRO– ABOGADOS

23. A pesar de esto, la Sala ha obviado desarrollar qué tipo de delito es


el que se le imputó al beneficiario, aun siendo esto conditio sine qua
non para determinar la prescripción de la acción penal. Entiéndase
que el juzgado no puede llegar a una conclusión acerca del cómputo
del plazo, cuando explicitando una variedad de hechos, no ha sido
claro al determinar primero, desde qué hecho es que inicia a
contabilizarse el plazo y, segundo, en razón de la naturaleza del
delito, por qué este sería instantáneo, continuado y permanente, pues
para el caso en cuestión resulta sustancial. Toda vez que, por
ejemplo, si el delito fuera instantáneo, el plazo prescriptorio correría
desde el primer hecho. Lo expresado se torna aún más relevante si la
Casación 1648-2019/Moquegua, citado por la cuestionada Sentencia
de vista 045-2023-SPTEDCF/CSJJU/PJ, expresa que la colusión
simple se consuma con el acuerdo colusorio.

“(...)
Tercero. (...) El primer párrafo (colusión simple) importa que el
agente oficial se concierta con los Interesados para defraudar al
Estado o entidad u organismo del Estado. (...). Lo especialmente
relevante es el deber del oficial público (deber positivo) de velar por
los intereses patrimoniales del Estado en las contrataciones públicas.
Éste debe preservar los intereses patrimoniales del Estado,
excluyéndose acuerdos con los particulares que impliquen un abandono
de su posición de defensa [Ejecutoria Suprema RN 79-2003/Madre de
Dios, de 15 de febrero. (...).

El acuerdo colusorio se debe dar entre el agente oficial competente y el


extraneus. Éste supone un pacto o compromiso (generalmente oculto y,
por tanto, de acreditación mediante prueba por indicios; ex artículo
158, numeral 3, del Código Procesal Penal) que excluya una
negociación correcta con perjuicio para la Administración (condiciones
menos ventajosas), y puede tener lugar desde la generación de la
necesidad y el requerimiento, pasando por las etapas subsiguientes,
hasta la ejecución y la liquidación incluso.

La colusión simple se consuma con el acuerdo colusorio. No es


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JUNÍN
VLADIMIR ROY CERRÓN
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ENRIQUE LLUMPO AGAPITO
Y OTRO– ABOGADOS

necesario que se haya ejecutado lo acordado, ni que se haya generado


un peligro concreto de lesión o una lesión efectiva al patrimonio del
Estado (ha de ser un acuerdo colusorio idóneo para defraudar: peligro
abstracto)”.

24. Sin embargo, si bien a la justicia constitucional no le compete


determinar en qué momento se consuma el delito, o explicar su
tipología según su ejecución, pero en tanto se ha determinado que la
justicia ordinaria ha obviado pronunciarse sobre esto al resolver, lo
que implica una clara vulneración del derecho a la debida
motivación de las resoluciones judiciales, corresponde amparar la
demanda, ordenando que la Sala Superior, emita una nueva
resolución conforme a lo desarrollado en esta sentencia.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad


que le confiere la Constitución Política del Perú,

HA RESUELTO

Declarar FUNDADA la demanda de habeas corpus; en consecuencia,


NULA la sentencia de vista de fecha 6 de octubre de 2023, respecto al
beneficiario de esta demanda, en el extremo de su punto resolutivo tres
que declara infundada la excepción de la acción penal, debiendo emitirse
una nueva resolución.

Publíquese y notifíquese.

SS.

DOMÍNGUEZ HARO
MORALES SARAVIA
GUTIÉRREZ TICSE
HERNÁNDEZ CHÁVEZ

PONENTE DOMÍNGUEZ HARO


EXP. N.° 00174-2024-PHC/TC
JUNÍN
VLADIMIR ROY CERRÓN
ROJAS, representado por JOSÉ
ENRIQUE LLUMPO AGAPITO
Y OTRO– ABOGADOS

FUNDAMENTO DE VOTO DEL MAGISTRADO


GUTIÉRREZ TICSE

Sin perjuicio de suscribir la ponencia, considero relevante hacer las


siguientes precisiones en cuanto a la procedencia del presente habeas
corpus y la relevancia constitucional de la prescripción de la acción
penal.

§1. Razones por las que voto en el presente caso

1. No tengo vínculos de amistad con el beneficiario, pero durante


muchos años en la región Junín de la cual provengo, hemos tenido
distintas actividades en común en las cuales hemos coincidido,
debatido y en muchas otras nos hemos enfrentado como adversarios.

2. Estos hechos han sido comunicados por el suscrito al colegiado en


la sesión de pleno de fecha 21 de noviembre de 2024, por lo que
procedo a votar conforme a mi conciencia, con independencia e
imparcialidad.

§2. Petitorio

3. Mediante la presente demanda, el recurrente solicita que se declare


la nulidad de la Sentencia de vista 045-2023-SPTEDCF/CSJJU/PJ,
Resolución 91, de fecha 6 de octubre de 2023, en el extremo que
resuelve declarar infundada la excepción de la acción penal
deducida por don Vladimir Roy Cerrón Rojas, en el marco del
proceso seguido en su contra por el delito de colusión; y que,
consecuentemente, se disponga la emisión de una nueva resolución
por otro colegiado penal en cuanto al referido extremo de la
sentencia de vista.
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VLADIMIR ROY CERRÓN
ROJAS, representado por JOSÉ
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§3. Análisis de forma: la procedencia del presente habeas corpus

4. El problema constitucional es el siguiente. Tal como fluye del


petitorio de la demanda de habeas corpus14 de fecha 9 de octubre de
2023, se evidencia que en el fondo lo que cuestiona el recurrente se
relaciona con la debida motivación de la Sentencia de Vista en el
extremo referido a la prescripción de la acción penal. Así también se
desprende de su recurso de agravio constitucional presentado el 27
de diciembre de 202315. Sin embargo, es de notar que el 23 de
octubre de 2023, antes de interponer el RAC, el demandante había
interpuesto un recurso de casación extraordinario contra la sentencia
de grado que incluía el cuestionamiento relativo a la prescripción16.
Es decir, existe una identidad de petitorios. Por su parte, la Corte
Suprema mediante Auto de Calificación de septiembre de 2024
declaró bien concedido el recurso. Por tanto, surge la siguiente
interrogante:

¿La presente demanda de habeas corpus contra resolución


judicial cumple con el requisito de firmeza?

5. De manera preliminar, debería responderse en forma negativa.


Tanto el artículo 4 del Código Procesal Constitucional de 2004,
como actualmente el artículo 9 del Nuevo Código Procesal
Constitucional (NCPCo.), prescriben que “El habeas corpus
procede cuando una resolución judicial firme vulnera en forma
manifiesta la libertad individual y la tutela procesal efectiva”. Es
decir, si la resolución objeto de cuestionamiento no es firme, la
demanda deviene en improcedente.

6. Sobre la definición de la “firmeza” de una resolución judicial, la


STC 04107-2004-HC/TC (caso Leonel Richi Villar de la Cruz),
14
Ver fojas 2 a 6 del cuadernillo del Tribunal Constitucional.
15
Ver fojas 796 y siguientes.
16
Ver fojas 694 Tomo II
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estableció como regla general que esta se alcanza cuando contra la


resolución objetada “se ha agotado los recursos previstos por la ley
procesal de la materia” (f.j. 5). Sin embargo, esta misma sentencia
prescribió que la regla de procedibilidad “tan restrictiva” debía ser
“correctamente interpretada y morigerada” a la luz del principio pro
homine (f.j. 6). Por ende, aplicando en forma análoga las
excepciones al agotamiento de los recursos internos que contiene la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, habilitó
jurisprudencialmente las siguientes excepciones a la regla de
firmeza (f.j. 8):
a) Que no se haya permitido al justiciable el acceso a los recursos que
depara el proceso judicial de la materia;
b) Que haya retardo injustificado en la decisión sobre el mencionado
recurso;
c) Que por el agotamiento de los recursos pudiera convertirse en
irreparable la agresión;
d) Que no se resuelvan los recursos en los plazos fijados para su
resolución.

7. En el presente caso, se configuran tanto los supuestos b) y d). Y es


que aquí sucede una situación que debe llamar a la reflexión. La
pena efectiva impuesta al recurrente es de tres años y seis meses;
pero tan sólo en la calificación del recurso de casación la Corte
Suprema se ha demorado casi un año desde octubre de 2023 hasta
septiembre de 2024.

8. En ese sentido, coincido con el cálculo temporal que el fundamento


10 de la sentencia de autos realiza para ilustrar la demora excesiva
de la Corte Suprema en la presente causa. Según el Nuevo Código
Procesal Penal (NCPP), tras elevarse el expediente a la Sala Penal y
correr traslado a las partes por el plazo de 10 días, “acto seguido y
sin trámite alguno” debió emitirse el auto de calificación dentro del
plazo de 20 días, de conformidad con los artículos 430.5 y 430.6,
respectivamente. Es decir, el plazo legal no debió superar el mes de
duración.
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9. Es cierto que la carga procesal en los órganos de justicia puede


hacer que los casos se demoren más allá del plazo legal, pero esto
no implica otorgar una carta blanca para demoras excesivas e
irrazonables. Aquí se trata de una persona que está no habida porque
considera -con razón o sin ella- que su condena es inconstitucional,
lo cual imprimía al caso de mayor urgencia. Por lo demás, debe
quedar claro que en un Estado Constitucional de Derecho no se
puede trasladar al justiciable la culpa del letargo del sistema de
justicia, pues ello implicaría priorizar consideraciones carentes de
relevancia constitucional como los problemas administrativos o
logísticos para afrontar la carga procesal por encima de los derechos
fundamentales.

10. Otro argumento de índole procesal a considerar tal como se


desarrolla en los fundamentos 6 y 7 de la sentencia, reside en que
según el artículo 427.2 del NCPP el recurso de casación procede, en
principio, cuando el extremo mínimo de la pena sea mayor a seis
años. En el presente caso, el delito de colusión simple regulado en el
artículo 384 del Código Penal prevé una pena abstracta de tres a seis
años, inclusive la pena concreta que se le impuso al actor fue de tres
años y seis meses de prisión efectiva. Es decir, ni siquiera era
obligatorio que la parte recurrente interpusiera un recurso de
casación para considerar agotado el requisito de firmeza.

11. Por último, no puede perderse de vista que este caso reviste de una
especial relevancia constitucional. Es de notar que el foco central de
la controversia reside en la prescripción de la acción penal, la cual
se vincula con el derecho al debido proceso en su manifestación del
derecho al plazo razonable (STC Nos. 02407-2011, f.j. 6). Además,
se trata de una pena privativa de libertad de tres años y seis meses,
es decir, una pena efectiva de corta duración, las cuales por su
propia naturaleza generalmente deben ser suspendidas para
favorecer la resocialización del condenado.
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12. Por lo expuesto, en aplicación de los principios pro homine y de


flexibilidad procesal garantizados en los artículos VIII y III del
Título Preliminar del NCPCo., así como de las excepciones a la
regla de firmeza habilitadas mediante la STC 04107-2004-HC/TC,
considero que esta demanda sí es procedente y, por tanto, este
Tribunal es competente para resolver sobre el fondo.

§4. Consideraciones dogmáticas

13. En las líneas siguientes desarrollaré algunas consideraciones


dogmáticas que considero relevantes para resolver la presente causa.

4.1. Relevancia constitucional de la prescripción de la acción penal

14. Partamos por lo esencial: el Derecho Penal es violencia. Es la


violencia institucionalizada que ejerce el Estado a través de su ius
puniendi utilizando su instrumento de poder más riguroso, la pena
pública. Es precisamente debido a la intensidad de esta injerencia en
los derechos fundamentales de las personas (vida, libertad,
propiedad), que solo se ejerce en última ratio y tiene como finalidad
proteger bienes jurídicos imprescindibles para la convivencia de las
personas en comunidad17.

15. La historia humana demuestra que el poder punitivo del Estado tiene
tendencia a desbordarse. Por tanto, en un Estado Constitucional de
Derecho este tiene que limitarse. Una forma de limitarlo es a través
del instituto de la prescripción.

16. Este Tribunal ha señalado en la STC 01805-2005-HC/TC que en el


Derecho Penal la prescripción es una causa de extinción de la
responsabilidad criminal basada en que el tiempo transcurrido
“borra los efectos de la infracción, existiendo apenas memoria social
17
H.-H. JESCHECK; T. WEIGEND, Tratado de Derecho Penal. Parte General, vol. I, 5°
ed., Instituto Pacífico, Lima, 2014, pp. 3, 10.
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de la misma” (f.j. 6). La prescripción tiene dos vertientes puede ser


de la persecución penal; y, de la ejecución penal. La primera
impone una prohibición de iniciar o continuar con un proceso penal,
mientras que la segunda, extingue la ejecución de la pena que en su
momento se impuso (f.j. 12).

17. En cuanto a su relevancia constitucional, además de su ya señalada


vinculación con el derecho al plazo razonable (STC Nos. 02407-
2011, f.j. 6), debe agregarse que la prescripción penal es una
consagración del principio constitucional de seguridad jurídica
porque le brinda certeza al individuo de que el Estado ya no lo
investigará, acusará, juzgará, condenará ni que se ejecutará su pena,
en atención a que por imperio directo de la Constitución, esta
produce los efectos de la cosa juzgada, de conformidad con su
artículo 139.13 (STC 00985-2022-PHC/TC, f.j. 4).

4.2. El plazo de suspensión de la prescripción de la acción penal

18. No puedo dejar de advertir que sobre el tema de la suspensión de la


prescripción de la acción penal existe una controversia que se puede
resumir:

- La situación que existía antes era de inseguridad jurídica


porque se regía por acuerdos plenarios y un desarrollo
jurisprudencial disperso sobre el tema.
- Posteriormente, en fecha 24 de mayo de 2023, se
promulga la Ley N° 31751 Ley que modifica el Código
Penal y el Código Procesal Penal para modificar la
suspensión del plazo de prescripción, señalando el límite
máximo de 1 año.
- De ahí, el Poder Judicial aprobó el Acuerdo Plenario N°
05-2023/CIJ-112 donde establece que la Ley 31751 es
inconstitucional por desproporcional y, por tanto,
estableció como doctrina jurisprudencial que los jueces
deben inaplicar el plazo que esta establece.
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- Frente a ello, el Congreso aprobó la Ley 32104 publicada


el 28 de julio de 2024, que reitera lo señalado por la ley
anterior reafirmando que dicho plazo se dispone porque
guarda vinculación con el derecho al plazo razonable.
- Finalmente, el Poder Judicial en la Casación 2505-
2022/LAMBAYEQUE señaló que la Ley 32104 no le
agrega nada nuevo a la Ley 31751, por lo que el Acuerdo
Plenario 005-2023 sigue vigente.

19. En atención a las siguientes consideraciones, la determinación


abstracta del plazo se hará partiendo de la premisa de que dicha ley
sí es constitucional no sólo porque aún no hay un pronunciamiento
del Tribunal Constitucional sobre la materia, sino también porque
las partes, como se desprende de lo alegado en la audiencia pública
y como se observa en la resolución condenatoria de Sala, parten de
la premisa de que la ley sí es válida y sí se tiene que aplicar.
Entonces, teniendo en cuenta que no ha sido materia de discusión en
este caso la inconstitucionalidad de la ley, en esta instancia resulta
plenamente aplicable.

20. En primer lugar, hay que hacer las diferenciaciones pertinentes al


caso. Una cosa es la prescripción de la acción penal, cuyo plazo se
rige por las reglas del artículo 80 del Código Penal que señala que la
prescripción ordinaria es el máximo de la pena y la extraordinaria es
el máximo más la mitad de la pena; y otra cosa es el plazo de
suspensión de la acción penal, que actualmente es un año. Eso no
significa que el Ministerio Público y el Poder Judicial tienen
solamente 1 año para investigar, procesar y condenar, sino que,
adicional a la prescripción ordinaria y extraordinaria, tienen 1 año
más. En este caso concreto, al tratarse de un delito de colusión
simple que tiene una pena de 3 a 6 años, el plazo ordinario era de 6
años, el plazo extraordinario era de 9 años, y el plazo extraordinario
más la suspensión era 10 años. Es decir, plazo más que suficiente
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para que de ser culpable Cerrón Rojas se le procese, juzgue y


condene. Partiendo de eso, analizaremos el caso de autos.

21. No es materia de discusión que la fecha en que se consumó el delito


de colusión fue el 04 de junio del 2014 ya que esto ha sido sostenido
por la Fiscalía misma. Así, sumándole los 10 años de plazo
mencionados supra, ya habría prescrito el delito en junio de este
año. Es más, la propia Sala también hace el conteo de 10 años para
la prescripción, pero toma una fecha de inicio distinta a la fecha del
pacto colusorio. No obstante, según la doctrina y la normativa penal
(Casación 1648-2019/Moquegua), la fecha que debe tomarse en
cuenta es la fecha del pacto colusorio.

22. Con lo cual, toda vez que en la sentencia de vista el Poder Judicial
no motivo qué tipo de delito se le imputaba al demandante y si este
era de naturaleza permanente, instantáneo o continuado. Así, este
Colegiado, con criterio que suscribo, ha decidido anular la
sentencia. Por tanto, le corresponderá al PJ dictar una nueva
sentencia tomando en cuenta este extremo sobre la prescripción de
la acción penal.

4.3. Los efectos nocivos de las penas a prisión efectiva de corta


duración

23. En el presente caso se aprecia que hay una pena efectiva de corta
duración, de 3 años y 6 meses. Si bien es cierto que en la STC
05228-2022-PHC/TC, se señaló que la restricción de suspensión de
la ejecución de la pena era una política criminal del Estado para la
lucha contra la corrupción. No obstante, cierto es también que dicha
lucha no puede hacerse de cualquier manera y a cualquier costo en
forma draconiana. No todos los delitos tienen igual lesividad, ya que
algunos ni siquiera generan un perjuicio al patrimonio público,
tampoco todos los reos tienen iguales antecedentes, ni peligrosidad,
ni circunstancias personales, incluso es posible aplicar el control
difuso o en casos específicos, optar por una pena alternativa como la
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conversión a servicios comunitarios. Estos son aspectos que le


corresponderá evaluar a la justicia ordinaria.

4.4. La independencia judicial de los jueces ordinarios y


constitucionales

24. A manera de colofón, estimo necesario recordar que la


independencia judicial es un principio de la administración de
justicia contemplado en el artículo 139, inciso 2 de la
Constitución.

25. Los jueces ordinarios deben impartir justicia debiendo absolver


de responsabilidad penal cuando corresponda hacerlo, al margen
de si se trata de un caso mediático o bajo presión de la opinión
pública. Por su parte, los jueces constitucionales, incluyendo
desde luego a este Tribunal, deben tener presente que “la justicia
constitucional es una función de la República, no de la
democracia”18, por lo que la protección de derechos
fundamentales tiene un matiz plural y general.

S.

GUTIÉRREZ TICSE

18
G. ZAGREBELSKY, «¿Qué es ser juez contitucional?», Díkaion, vol. 15, 2, 2006, p.
167.
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VOTO SINGULAR DE LA MAGISTRADA


PACHECO ZERGA

Con el debido respeto hacia mis colegas magistrados, emito el presente


voto singular por las siguientes consideraciones:

1. El objeto de la demanda es que se declare la nulidad de la Sentencia


de vista 045-2023-SPTEDCF/CSJJU/PJ, Resolución 91, de fecha 6
de octubre de 2023, en el extremo que resuelve declarar infundada
la excepción de la acción penal deducida por don Vladimir Roy
Cerrón Rojas, en el marco del proceso seguido en su contra por el
delito de colusión19; y que, consecuentemente, se disponga la
emisión de una nueva resolución por otro colegiado penal en cuanto
al referido extremo de la sentencia de vista.

2. Se invoca la vulneración de los derechos al debido proceso, de


defensa, a ser juzgado en un plazo razonable y a la motivación de
las resoluciones judiciales, conexos al derecho a la libertad personal.

3. La Constitución establece expresamente en su artículo 200, inciso 1,


que el habeas corpus procede cuando se vulnera o amenaza la
libertad individual o sus derechos constitucionales conexos. Es
decir, para que proceda el habeas corpus el hecho denunciado de
inconstitucional necesariamente debe redundar en una afectación
negativa, real, directa y concreta en el derecho a la libertad personal
o en los derechos constitucionales conexos. Por esta razón el
artículo 7, inciso 1, del Nuevo Código Procesal Constitucional
señala que no proceden los procesos constitucionales cuando los
hechos y el petitorio de la demanda no están referidos en forma
directa al contenido constitucionalmente protegido del derecho
invocado.

19
Expediente 01978-2016-63-1501-JR-PE-01.
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4. Conforme a lo señalado en el artículo 9 del Nuevo Código Procesal


Constitucional, el control constitucional vía el habeas corpus de una
resolución judicial requiere que aquella cuente con la condición de
resolución judicial firme, lo cual implica que contra dicho
pronunciamiento judicial —restrictivo del derecho a la libertad
personal— se hayan agotado los recursos internos previstos en el
proceso penal a efectos de su reversión y que ello conste de autos.
Esta exigencia permite determinar que el avocamiento de la
judicatura constitucional, en el control constitucional de una
resolución judicial, es subsidiario al control y corrección que el
juzgador del caso pueda efectuar al interior del proceso subyacente,
pues, el juzgador ordinario, respetuoso de sus competencias
legalmente establecidas, es el primer garante de los derechos
fundamentales y de la Constitución.

5. En el presente caso, la demanda pretende que se declare la nulidad


del extremo de la sentencia penal de vista que resolvió declarar
infundada la excepción de la acción penal deducida por don
Vladimir Roy Cerrón Rojas, porque presuntamente vulnera los
derechos al debido proceso y a la motivación de las resoluciones
judiciales, entre otros.

6. Sin embargo, este Tribunal Constitucional advierte que el


cuestionado extremo de la sentencia penal de vista no constituye una
resolución judicial firme a efectos de su control constitucional, pues
de autos se tiene que antes de recurrir ante la judicatura
constitucional no se agotaron los recursos internos previstos en el
proceso penal, a fin de revertir sus efectos negativos en el derecho a
la libertad personal.

7. En esta línea de razonamiento, de autos se advierte que mediante el


recurso de casación20 fue recurrido, entre otros, el extremo de la
20
Fojas 694 del tomo II del expediente.
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sentencia penal de vista declaró infundada la excepción de la acción


penal deducida a favor del beneficiario, recurso que fue concedido
mediante la Resolución 10021, de fecha 31 de octubre de 2023. Es
decir, la demanda de habeas corpus fue interpuesta en forma
prematura, pues a efectos de interponerla no consta de autos que la
resolución que declaró infundada la solicitud de prescripción de la
acción penal cuente con el correspondiente pronunciamiento
denegatorio por parte de la instancia penal suprema a la cual
recurrió la parte demandante.

8. En ese sentido, en la medida que el recurso de casación presentado


aún se encuentra en trámite22, la sentencia de vista cuestionada en
autos no cuenta con el carácter de resolución judicial firme a efectos
de su control constitucional. Por consiguiente, la demanda debe ser
declarada improcedente, en atención al artículo 9 del Nuevo Código
Procesal Constitucional.

9. Sin perjuicio de lo expuesto, se advierte que la pretensión de autos,


si bien invoca, entre otros, la vulneración del derecho a la debida
motivación de las resoluciones judiciales, en realidad pretende
cuestionar la fecha en que los órganos jurisdiccionales determinaron
que se configuró el delito de colusión por el que fue sentenciado el
favorecido Cerrón Rojas. En efecto, se objeta que la fiscalía indicara
que el beneficiario cometió el acto colusorio el 26 de julio de 2013,
pero la sentencia de vista sostiene que al beneficiario no solo se le
ha imputado tal hecho, sino actos de ejecución posteriores al pacto
colusorio, como la emisión de un memorándum, de ordenanzas
regionales y la suscripción del contrato de fecha 4 de junio de 2014.

10. Al respecto, ya ha señalado este Tribunal Constitucional que la


determinación de la prescripción de la acción penal requerirá
previamente dilucidar la fecha en la que cesó la actividad delictiva o
21
Fojas 757 del tomo II del expediente.
22
Casación 03280-2023.
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ENRIQUE LLUMPO AGAPITO
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el momento de la consumación, lo que es competencia de la justicia


ordinaria23. Por tanto, lo pretendido no puede ser conocido en sede
constitucional.

En atención a lo expuesto, mi voto en el presente caso es por lo


siguiente:

Declarar IMPROCEDENTE la demanda de habeas corpus.

S.

PACHECO ZERGA

23
Cfr. STC. Expediente 02203-2008-PHC/TC.
EXP. N.° 00174-2024-PHC/TC
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ROJAS, representado por JOSÉ
ENRIQUE LLUMPO AGAPITO
Y OTRO– ABOGADOS

VOTO SINGULAR DEL MAGISTRADO


MONTEAGUDO VALDEZ

Con el debido respeto por la posición adoptada en la sentencia en


mayoría, emito el presente voto singular en base a las siguientes
consideraciones:

1. El objeto de la demanda es que se declare la nulidad de la Sentencia


de vista 045-2023-SPTEDCF/CSJJU/PJ, Resolución 91, de fecha 6
de octubre de 2023, en el extremo que resuelve declarar infundada
la excepción de la acción penal deducida por don Vladimir Roy
Cerrón Rojas, en el marco del proceso seguido en su contra por el
delito de colusión simple; y que, consecuentemente, se disponga la
emisión de una nueva resolución por otro colegiado penal en cuanto
al referido extremo de la sentencia de vista.

2. Así, lo que concretamente se cuestiona es la debida motivación de


las resoluciones judiciales en relación con la prescripción de la
acción penal. En ese sentido, corresponde analizar la controversia
respecto a este agravio.

3. El artículo 9 del Nuevo Código Procesal Constitucional establece


que “el hábeas corpus procede cuando una resolución judicial firme
vulnera en forma manifiesta la libertad individual y la tutela
procesal efectiva”. De este modo, uno de los presupuestos para que
se habilite la procedencia de un hábeas corpus que cuestiona una
resolución judicial, necesariamente, es cumplir con el requisito de
firmeza.

4. En la Sentencia recaída en el Expediente 04107-2004-HC/TC, el


Tribunal Constitucional precisó que entiende por resolución judicial
firme a aquella contra la cual se han agotado los recursos previstos
por la ley procesal de la materia, lo que implica el agotamiento de
los recursos antes de la interposición de la demanda.
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JUNÍN
VLADIMIR ROY CERRÓN
ROJAS, representado por JOSÉ
ENRIQUE LLUMPO AGAPITO
Y OTRO– ABOGADOS

5. En el presente caso se solicita el control constitucional de una


resolución de segundo grado que resuelve un recurso de apelación.
No obstante, frente a la resolución de vista se interpuso un recurso
de casación extraordinario. De la lectura de este, se aprecia que se
ha impugnado el extremo referido a la prescripción de la pena.
Dicho recurso ha sido admitido, motivo por el cual, a la fecha, se
encuentra pendiente que la judicatura ordinaria resuelva sobre un
alegato sustancialmente idéntico al planteado en el presente proceso.

6. En la sentencia en mayoría se señala que, como entre la


interposición del recurso de casación (23 de octubre de 2023) y el
auto de calificación que lo concede (septiembre de 2024,
aproximadamente), ha transcurrido casi un año, existe una dilación
indebida que permite al Tribunal Constitucional pronunciarse sobre
el fondo de la materia controvertida.

7. Discrepo de dicho razonamiento, pues ello supone apartarse de lo


establecido en el artículo 139, inciso 2, de la Constitución, que
establece que “[n]inguna autoridad puede avocarse a causas
pendientes ante el órgano jurisdiccional”.

8. En todo caso, si se considera que existe un retraso indebido en la


administración de justicia por parte del Poder Judicial,
correspondería al Tribunal Constitucional, establecer un plazo
pronto y perentorio para que aquel emita un pronunciamiento
definitivo, pero no avocarse a conocer y pronunciarse sobre el fondo
de una causa pendiente ante la judicatura ordinaria.

9. Por lo demás, ante la conocida carga procesal que afrontan los


órganos jurisdiccionales del país, es la primera vez que el Tribunal
Constitucional considera que un retraso de aproximadamente un año
en la resolución de un recurso constituye una violación del plazo
razonable para resolverlo.
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ROJAS, representado por JOSÉ
ENRIQUE LLUMPO AGAPITO
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10. De otra parte, con relación al fondo del asunto, el recurrente alega
que de acuerdo a lo tipificado en el artículo 384 del Código Penal, la
pena máxima para el delito de colusión simple por el que fue
procesado es de seis (06) años. Teniendo en cuenta lo estipulado en
el artículo 84 del Código Penal, para el cómputo del plazo
prescriptorio extraordinario se debe adicionar, a la pena máxima, la
mitad de esta, es decir, tres (03) años. A ello, aun adicionando un
(01) año por suspensión, la suma prescriptoria sería de diez (10)
años. Siendo así, dado que el cómputo de la prescripción de la
acción penal debió iniciarse cuando se verificaron los actos
colusorios efectuados con fecha 26 de julio de 2013, a su juicio, la
resolución impugnada de fecha 06 de octubre de 2023, debió
declarar prescrita la acción penal.

11. Respecto a esta excepción de prescripción el ad quem ha resuelto de


la siguiente de manera24:

“16.3 Si bien es cierto, que el requerimiento de acusación fiscal puntualiza


que los actos colusorios entre Vladimir Cerrón Rojas y los extraneus se
iniciaron con la presentación de la iniciativa privada a cargo de Natali
Yanina De la Vega Estrada en fecha 26 de julio del 2014 (sic)25; también
no es menos cierto que, al acusado se le atribuye haber emitido el
Memorándum N° 452-2913-GRJ/PR del 27 de setiembre de 2013 dirigido
al Gerente General indicando iniciar trámites para que se declare de
necesidad pública y utilidad regional la construcción, desarrollo y
administración de un aeródromo regional en la región Junín"; además
haber suscrito la Ordenanza Regional N° 167-2013-GRJ/CR, 10 de
octubre del 2013, donde se acordó declarar de Necesidad e Interés
Regional el Desarrollo y Administración del Gran Aeródromo Wanka;
también la Ordenanza Regional que formaliza el Acuerdo Regional N°
130-2014-GRJ/CR de fecha 23 de abril del 2014 que aprobó la
Adjudicación Directa del proyecto para su financiamiento y construcción,
presentada por el Consorcio; y finalmente, la suscripción del “Contrato de

24
Fs. 99 y 100
25
Se advierte en la resolución judicial un error material o errata respecto a la fecha,
pues esta debería ser 26 de julio del 2013.
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VLADIMIR ROY CERRÓN
ROJAS, representado por JOSÉ
ENRIQUE LLUMPO AGAPITO
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Título habilitante del Aeródromo Construcción, Administración y


Operación del Servicio Aeroportuario en la Región Junín mediante un
Nuevo Gran Aeródromo Regional Wanka", en fecha 04 de junio del 2014,
a favor del Consorcio Aeródromo Regional Wanka.

“16.4 Así las cosas, queda claro que desde emitidas las Ordenanzas
Regionales que declara de Necesidad e Interés Regional el Desarrollo y
Administración del Gran Aeródromo Wanka, así como la que otorga la
Adjudicación Directa a favor del Consorcio Aeródromo Wanka; y el acto
jurídico consistente en el “Contrato de Título habilitante del Aeródromo
Construcción, Administración y Operación del Servicio Aeroportuario en
la Región Junín mediante un Nuevo Gran Aeródromo Regional Wanka”,
suscrito entre Vladimir Cerrón Rojas (Presidente del Gobierno Regional de
Junín) y Luis García Morón (representante legal del Consorcio Aeródromo
Wanka), no han transcurrido los DIEZ AÑOS a fin que pueda operar la
prescripción extraordinaria de la acción penal, es decir, no se cumple con
las exigencias contenidas en los artículos 80 y 83 del Código Penal; por lo
que, el medio técnico de defensa debe ser desestimado. (sic)”

12. En ese sentido, el motivo por el que se desestima el medio técnico


de defensa consiste en que, a interpretación de la Sala, si bien es
cierto los actos colusorios entre el beneficiario y los extraneus se
iniciaron con la presentación de la iniciativa privada a cargo de
Natali Yanina de la Vega Estrada el 26 de julio de 2013, este no
sería el único hecho imputado por el Ministerio Público para
corroborar la comisión del delito de colusión simple, y que el plazo
prescriptorio empezaría a contarse a partir del último acto
mencionado, a saber, la suscripción del contrato de Título
habilitante del Aeródromo Construcción, Administración y
Operación del Servicio Aeroportuario en la Región Junín mediante
un Nuevo Gran Aeródromo Regional Wanka, ocurrido en fecha 04
de junio de 2014.

13. La sentencia en mayoría, sin embargo, considera que la resolución


impugnada ha violado el derecho a la debida motivación de las
resoluciones judiciales, porque, supuestamente, no ha sido clara al
determinar desde qué hecho es que inicia a contabilizarse el plazo y
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porque no ha determinado si el delito sería instantáneo, continuado


y permanente.

14. Con relación a ello, es bastante evidente, por un lado, que para la
Sala el delito se ha culminado de consumar con la suscripción del
“Contrato de Título habilitante del Aeródromo Construcción,
Administración y Operación del Servicio Aeroportuario en la
Región Junín mediante un Nuevo Gran Aeródromo Regional
Wanka", es decir, el 04 de junio del 2014.

15. Por otro lado, y más importante aún, el Tribunal Constitucional ha


señalado en reiteradas oportunidades que no es un asunto de
relevancia constitucional determinar la fecha en que se consumó el
delito, por lo que ese es un asunto en que no debe entrometerse la
jurisdiccional constitucional, siendo de exclusiva competencia de la
jurisdicción penal ordinaria26. En este orden de ideas, cuando en una
demanda de hábeas corpus en la que se alegue la prescripción de la
acción penal el caso exija que el juez constitucional intervenga en la
dilucidación de la fecha de inicio del cómputo de la prescripción
penal, no será posible realizar el análisis constitucional de fondo, ya
que ello excede los límites de la jurisdicción constitucional.

16. Finalmente, me permito precisar que en esta causa no fue puesta a


consideración del Pleno ninguna solicitud de abstención.

Por estas consideraciones, mi voto es por declarar IMPROCEDENTE


la demanda.

S.

MONTEAGUDO VALDEZ

26
Cfr. Sentencia recaída en el Expediente 05890-2006-PHC/TC, entre otras muchas.
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VOTO SINGULAR DEL MAGISTRADO


OCHOA CARDICH

Con el debido respeto por mis distinguidos colegas, emito el


presente voto singular, en tanto discrepo del fallo (declarando fundada la
demanda) adoptado en la ponencia, por las razones que expreso a
continuación.

Tal como se observa en el petitorio, el objeto del proceso es que


se declare la nulidad de la Sentencia de vista 045-2023-
SPTEDCF/CSJJU/PJ, Resolución 91, de fecha 6 de octubre de 2023, en
el extremo que resuelve declarar infundada la excepción de la acción
penal deducida por don Vladimir Roy Cerrón Rojas, en el marco del
proceso seguido en su contra por el delito de colusión, tras considerar
que en su caso es de aplicación la figura de la prescripción penal del
delito que se le imputa; y que, consecuentemente, se disponga la emisión
de una nueva resolución por otro colegiado penal en cuanto al referido
extremo de la sentencia de vista. El demandante además invoca la
vulneración de los derechos al debido proceso, de defensa, a ser juzgado
en un plazo razonable y a la motivación de las resoluciones judiciales,
conexos al derecho a la libertad personal.

Es preciso resaltar que la Constitución establece explícitamente


en su artículo 200, inciso 1, que el habeas corpus procede cuando se
vulnera o amenaza la libertad individual o sus derechos constitucionales
conexos. Así, para que proceda el habeas corpus el hecho denunciado de
inconstitucional necesariamente debe redundar en una afectación
negativa, real, directa y concreta en el derecho a la libertad personal o en
los derechos constitucionales conexos. Por esta razón el artículo 7, inciso
1, del Nuevo Código Procesal Constitucional señala claramente que no
proceden los procesos constitucionales cuando los hechos y el petitorio
de la demanda no están referidos en forma directa al contenido
constitucionalmente protegido del derecho invocado.
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VLADIMIR ROY CERRÓN
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ENRIQUE LLUMPO AGAPITO
Y OTRO– ABOGADOS

En lo respecta a la controversia específica del caso de autos, es


pertinente recordar que si bien el Tribual Constitucional se ha
pronunciado sobre asuntos concernientes a la alegada aplicación de la
prescripción penal al estar relacionada con el derecho al plazo razonable
del proceso, a su vez ha precisado enfáticamente que si el caso implicase
que el juez constitucional que tenga que dilucidar cuestiones que
reservadas a la judicatura ordinaria – tal como lo es, en mi opinión, lo
referido a si se trata de un delito instantáneo o continuado y la fecha a
partir de la cual se efectúa el cómputo del plazo en atención a la
aplicación de la prescripción penal - no será factible efectuar un análisis
constitucional del fondo del caso, pues ello lógicamente excede los
límites de la justicia constitucional e invade la competencia que le
corresponde a la judicatura ordinaria. Si se aceptase la pretensión del
recurrente el proceso de hábeas corpus contra resoluciones judiciales
resultaría desnaturalizado. En mi opinión, el Tribunal Constitucional
sólo debe garantizar que la interpretación y aplicación de la ley penal
fluctúe dentro de los márgenes de lo razonable.

En esa línea, el Colegiado ha sostenido lo siguiente en su


sentencia del Exp. 01063-2022-PHC/TC:

6. […] el Tribunal se ha pronunciado sobre el fondo de


demandas de habeas corpus en los casos en que se ha
denunciado la vulneración al principio constitucional de la
prescripción de la acción penal, más aún si guarda relación
con el derecho al plazo razonable del proceso (Cfr.
sentencias recaídas en los Expedientes 02506-2005 PHC/TC,
04900-2006-PHC/TC, 02466-2006-PHC/TC y 00331 2007-
PHC/TC). Sin embargo, es preciso indicar que, no obstante,
la relevancia constitucional de la prescripción de la
acción penal, el cálculo de dicho lapso requiere, en
algunas ocasiones, la dilucidación de asuntos que no son
de competencia de la justicia constitucional, como el caso
en que la demanda que verse sobre prescripción de la
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acción penal exija a la justicia constitucional que


determine la fecha en que se consumó el delito (Cfr.
sentencia recaída en el Expediente 05890-2006-PHC/TC), o
la determinación de si nos encontramos ante un delito
continuado o delito-masa (Cfr. sentencia recaída en el
Expediente 02320-2008-PHC/TC). En este orden de ideas,
cuando en una demanda de habeas corpus en la que se
alegue prescripción de la acción penal el caso exija al juez
constitucional que entre a dilucidar cuestiones que están
reservadas a la judicatura ordinaria, no será posible
realizar el análisis constitucional del fondo, ya que ello
excede los límites de la justicia constitucional (Cfr.
sentencias emitidas en los expedientes 03523-2008-PHC/TC,
02203-2008 PHC/TC, 00616-2008-HC/TC, 02320-2008-
PHC/TC).

7. En definitiva, a través del habeas corpus se podrá


cuestionar la prosecución de un proceso penal o la
emisión de una sentencia condenatoria cuando la
prescripción de la acción penal del delito imputado
hubiere operado; siempre que, obviamente, de manera
previa la justicia penal haya determinado los elementos
temporales que permitan el cómputo del plazo de
prescripción. [resaltado agregado].

Asimismo, en su sentencia del Exp. 02203-2008-PHC/TC,


afirmó, entre otros puntos, que si la judicatura ordinaria no determinase
los aspectos necesarios para el cómputo del plazo de prescripción penal,
la demanda deberá ser desestimada. En ese sentido indica:

7. […] es preciso indicar que no obstante la relevancia


constitucional de la prescripción de la acción penal, el
cálculo de dicho lapso requiere, en algunas ocasiones, la
dilucidación de aspectos que no corresponde determinar a la
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justicia constitucional. En efecto, conforme al artículo 82º


del Código Penal el cómputo del plazo de prescripción se
cuenta desde la fecha en que se consumó el delito (para el
delito instantáneo) o desde el momento en que cesó la
actividad delictuosa (en los demás casos). Como es de
verse, la determinación de la prescripción de la acción
penal requerirá previamente dilucidar la fecha en la que
cesó la actividad delictiva o el momento de la
consumación, lo que es competencia de la justicia
ordinaria.

8. En caso de que la justicia penal hubiera determinado


todos estos elementos que permiten el cómputo del plazo de
prescripción, podrá cuestionarse ante la justicia
constitucional la prosecución de un proceso penal a pesar de
que hubiera prescrito la acción penal. En caso contrario, la
pretensión deberá ser rechazada. [resaltado agregado].

Teniendo en cuenta lo expresado, debo advertir que, en el


presente caso, lo que realmente pretende el demandante es cuestionar la
fecha específica que los órganos jurisdiccionales consideraron para
determinar que se configuró el delito de colusión por el que fue
sentenciado. De esta forma se cuestiona que el Ministerio Público
señalara que se cometió el acto colusorio el 26 de julio de 2013, y que
por su parte en la sentencia de vista se sostenga que al beneficiario no
solo se le ha imputado tal hecho, sino actos de ejecución posteriores al
pacto colusorio; lo que supone realizar un análisis de mera legalidad
ordinaria sobre la naturaleza del delito por el que se lo procesó. En
coherencia con lo que el propio Tribunal Constitucional ha afirmado, la
determinación de la prescripción penal requerirá previamente dilucidar y
sustentar la fecha en la que cesó el acto delictivo o el momento de la
consumación, lo que a todas luces es competencia exclusiva de la
justicia ordinaria, operando la reserva de jurisdicción asignada por la
Constitución con relación a la interpretación del derecho ordinario,
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conforme al artículo 138 de la Norma Suprema y no de la constitucional,


por ende, la pretensión del demandante debe ser desestimada.

A mayor abundamiento, cabe observar que la demanda fue


interpuesta el 9 de octubre de 2023, y posteriormente a ello, con fecha
23 de octubre de 2023, interpuso recurso de casación cuestionando el
extremo de la sentencia penal de vista que declaró infundada la
excepción de la acción penal deducida a favor del beneficiario, recurso
que fue concedido mediante la Resolución 100, de fecha 31 de octubre
de 2023; por tanto, la demanda de habeas corpus habría sido interpuesta
en forma prematura. Considero necesario precisar además que, no
obstante, en la ponencia se hace alusión a la aplicación de una
excepción a la regla de la firmeza de las resoluciones judiciales que son
cuestionadas en el proceso constitucional (regla establecida en el
artículo 9 del Nuevo Código Procesal Constitucional), cabe precisar que
dicha excepción contemplada en la jurisprudencia del Tribunal
Constitucional (Cfr. Exp. 0633-2007-PA/TC), sería aplicada en
supuestos en los que la demanda constitucional es interpuesta luego de
que el demandante interpuso el recurso de impugnación (ya sea
apelación, casación, entre otros) sin que este haya sido resuelto, es decir,
se encontraba pendiente la emisión de un pronunciamiento judicial;
supuesto que no se configura en el presente caso pues el recurrente
interpuso la demanda antes de decidir impugnar la sentencia de vista
(incluyendo el extremo sobre la excepción de la acción penal) a través
del recurso de casación.

Por lo expuesto anteriormente, considero que la demanda debe ser


declarada IMPROCEDENTE.

S.

OCHOA CARDICH

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