UNIDAD X
UNIDAD X
UNIDAD X
DISTINTOS
SUPUESTOS.
1
V. el tomo I de la presente obra, introducción.
1
económico que se da contra todos y que permite en cierta forma, de
manera directa e inmediata al derechohabiente, al titular del derecho
subjetivo, el sacar su provecho, su beneficio de la cosa (del objeto
del derecho, de ese derecho intelectual).2
2
privilegio (en el derecho español, francés e inglés y hasta la revolución de 1789) a
considerarse la “propiedad” del autor.
7
“…todo autor o inventor es propietario exclusivo de su obra, invento o descubrimiento, por el término que
le acuerde la ley”.
8
PROPIEDAD INTELECTUAL. (Con las reformas de los decretos-leyes 12.063/57 y 1224/58 y las leyes
20.098, 23.479, 23.741, 24.249, 24.286 y 25.036)
9
Nobleza obliga debemos mencionar que la doctrina no es pacífica ni concordante respecto a la naturaleza de
los derechos intelectuales. Para importantes juristas estos derechos –desglosado lo referente a marcas,
patentes, nombre de comercio, etc., que formaría parte de la propiedad industrial- no podría considerarse parte
del tronco común sino que tendrían una suficiente autonomía en función de la mayor injerencia del poder
público, el grado más intenso que cuadra al interés colectivo, etc.. Esta autonomía debiera generar que todos
estos principios y reglas especiales puedan tener un marco legal orgánico y propio. V. LAFAILLE, Héctor -
3
La ley en su artículo primero establece que “las obras científicas,
literarias y artísticas, comprenden los escritos de toda naturaleza y extensión, entre ellos
los programas de computación fuente y objeto, las compilaciones de datos o de otros
materiales; las obras dramáticas, composiciones musicales, dramático-musicales; las
cinematográficas, coreográficas y pantomímicas; las obras de dibujos, pintura, escultura,
arquitectura; modelos y obras de arte o ciencia aplicadas al comercio o a la industria; los
impresos, planos y mapas; los plásticos, fotografías, grabados y fonogramas; en fin, toda
producción cinematográfica, literaria, artística o didáctica, sea cual fuere el
procedimiento de reproducción. La protección del derecho de autor abarcará la expresión
de ideas, procedimientos, métodos de operación y conceptos matemáticos pero no esas
ideas, procedimientos, métodos y conceptos en sí”.
ALTERINI, Jorge Horacio, Derecho Civil, Tratado de los Derechos Reales, 2º Edición actualizada y
ampliada, T III, La Ley-Ediar, Buenos Aires, junio 2010, p. 185/186.
4
se encuentran los de publicarla, exponerla en público y enajenarla (art. 2°, ley 11.723) por
la vía que estime más apropiada”.10
10
ZANNONI, Eduardo A. -KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, opus cit., 255.
11
“En el Registro Nacional de Propiedad Intelectual deberá depositar el editor de las obras comprendidas en
el artículo 1º tres ejemplares completos de toda obra publicada, dentro de los tres meses siguientes a su
aparición. Si la edición fuera de lujo o no excediera de 10 ejemplares, bastará con depositar un ejemplar. El
mismo término y condiciones regirán para las obras impresas en país extranjero, que tuvieren editor en la
República y se contará desde el primer día de ponerse en venta en territorio argentino. Para las pinturas,
arquitecturas, esculturas, etcétera, consistirá en depósito de un croquis o fotografía del original, con las
indicaciones suplementarias que permitan identificarlas. Para las películas cinematográficas, el depósito
consistirá en una relación del argumento, diálogos, fotografías y escenarios de sus principales escenas. Para
los programas de computación, consistirá en el depósito de los elementos y documentos que determine la
reglamentación”.
5
La titularidad de los derechos intelectuales se concede en virtud del
art. 4° a las siguientes personas:
a) Al autor de la obra;
b) A sus herederos o derechohabientes;
c) A los que con permiso del autor la traducen, refunden, adaptan,
modifican o transportan sobre la nueva obra intelectual resultante.
d) Y a las personas físicas o jurídicas cuyos dependientes contratados
para elaborar un programa de computación hubiesen producido un programa de
computación en el desempeño de sus funciones laborales, salvo estipulación en contrario.
6
aprovecharla de todos los modos posibles de explotación y a disponer de la obra, en todo
sentido, desde mantenerla inédita hasta enajenarla o gravarla, siempre conforme a su
naturaleza. Es decir, la doctrina de la propiedad intelectual concede al autor la clásica
trilogía románica del ius utendi, ius fruendi, ius abutendi.13
13
ZANNONI, Eduardo A. -KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, opus cit., 299 y 300.
14
V. ZANNONI, Eduardo A. -KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, opus cit., 324.
7
El art. 57 de la ley crea el denominado Registro Nacional de
Propiedad Intelectual, que en la actualidad está a cargo de la Dirección Nacional del
Derecho de Autor, bajo la órbita del Ministerio de Justicia de la Nación.
16
V. ZANNONI, Eduardo A. -KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, opus cit., 463.
8
provisorio, con los datos, fecha y circunstancias que sirven para identificar la obra,
haciendo constar su inscripción (art. 58).
9
h) El registro también inscribirá todo contrato de edición, traducción,
compraventa, cesión, participación y cualquier otro vinculado con el derecho de propiedad
intelectual, siempre que se hayan publicado las obras a que se refieren y no sea contrario a
las disposiciones de esta ley.
17
V. ZANNONI, Eduardo A. -KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, opus cit., 472.
10
- durante la prueba y a pedido de los interesados se podrá decretar
una audiencia pública, en la sala del tribunal donde las partes, sus letrados y peritos
expondrán sus alegatos u opiniones.
11
2. Derecho de aguas. Metodología legal.
En el art. 2340 del Código se dispone que son bienes del dominio
público:
3º Los ríos, sus cauces, las demás aguas que corren por cauces
naturales y toda otra agua que tenga o adquiera la aptitud de satisfacer usos de interés
general, comprendiéndose las aguas subterráneas, sin perjuicio del ejercicio regular del
derecho del propietario del fundo de extraer las aguas subterráneas en la medida de su
interés y con sujeción a la reglamentación;
4º Las playas del mar y las riberas internas de los ríos, entendiéndose
por tales la extensión de tierra que las aguas bañan o desocupan durante las altas mareas
normales o las crecidas medias ordinarias;
12
6º Las islas formadas o que se formen en el mar territorial o en toda
clase de río, o en los lagos navegables, cuando ellas no pertenezcan a particulares;
18
V. ZANNONI, Eduardo A. -KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, Código Civil, T° 10, 149.
19
V. LAFAILLE, Héctor - ALTERINI, Jorge Horacio, Derecho Civil, Tratado de los Derechos Reales, 2º
Edición actualizada y ampliada, T II, La Ley-Ediar, Buenos Aires, junio 2010, p. 571.
13
Mar territorial (jurisdicción nacional y provincial). Plataforma
continental.
20
Diccionario de la Real Academia: Del lat. mare). 1. amb. Masa de agua salada que cubre la mayor parte de
la superficie de la Tierra…. V. ZANNONI-KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, opus cit., T° 10, 150.
21
V. ZANNONI-KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, opus cit., T° 10, 150. La extensión del mar
territorial ha variado con el tiempo y con las legislaciones de cada país. Actualmente la III Conferencia sobre
Derecho del Mar (1982) estableció que la anchura del mar territorial tiene como límite doce millas marinas
medidas a partir de las líneas de base.
22
V. ZANNONI-KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, opus cit., T° 10, 151.
14
La ley 23.968 denominada de “espacios marítimos” define para
nuestro país algunos de los conceptos incorporados por el Código Civil. Así dispone que:
15
millas marinas medidas a partir de las líneas de base que se establecen en el artículo 1 de la
presente ley, en los casos en que el borde exterior no llegue a esa distancia (art. 6°).
A partir del inc. 3° del recién transcripto art. 2340 se dejan atrás las
“aguas marítimas” y se reputa del dominio público del Estado a los ríos, sus cauces, las
demás aguas que corren por cauces naturales y toda otra agua que tenga o adquiera la
aptitud de satisfacer usos de interés general, comprendiéndose las aguas subterráneas.
16
En igual sentido de atribución de propiedad al titular del fundo, el
Código dispone que las vertientes que nacen y mueren dentro de una misma heredad,
pertenecen, en propiedad, uso y goce, al dueño de la heredad.
Respecto a los lagos, aquellos que son navegables caen bajo la esfera
del dominio público. La derogación de la aclaración que tenía el texto originario (“lagos
navegables por buques de más de cien toneladas”) creo un importante problema en la
doctrina y en la jurisprudencia porque aún se sigue discutiendo cuáles son los fundamentos
objetivos para determinar la navegabilidad o no de un lago o laguna.
17
en principio, serían privados), cuando el poder administrador decide que un lago es o no
navegable, también está resolviendo si ese lago pertenece al dominio del Estado o al de los
particulares.25
Aguas subterráneas.
25
V. ZANNONI-KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, opus cit., T° 10, 159, con cita de ALLENDE.
26
V. ZANNONI-KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, opus cit., T° 10, 181.
27
V. ZANNONI-KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, opus cit., T° 10, 160.
28
LAFAILLE-ALTERINI, opus cit., T II, p. 600. Los autores definieron que “aguas surgentes” o “nacientes”
son las que originan los ríos y arroyos; son las que surgen a la superficie a través de un manantial, ojo de
agua, fuente o vertiente, siendo todos estos sinónimos que tienen la misma solución legal, aunque
técnicamente se hayan distinguido.
18
Con la reforma de la ley 17.711 no quedan dudas que las aguas
subterráneas son públicas con la salvedad que autoriza al dueño del fundo a extraer las
necesarias en la medida de su interés y con cumplimiento de la respectiva reglamentación
(inc. 3°, art. 2340).
3. Sepulcros.
29
V. ZANNONI-KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, opus cit., T° 10, 156, en donde se advierte que en
la actualidad los medios tecnológicos podrían permitir que algún propietario hiciera un aprovechamiento
abusivo e ilimitado porque modernos equipos de bombeo podrían agotar ricas napas subterráneas…”.
30
LAFAILLE, Héctor - ALTERINI, Jorge Horacio, Derecho Civil, Tratado de los Derechos Reales, 2º
Edición actualizada y ampliada, T III, La Ley-Ediar, Buenos Aires, junio 2010, p.122.
19
En primer lugar comenzaremos con la cuestión terminológica.
Cementerios son los lugares habilitados para inhumación de cadáveres. Tal inhumación
puede realizarse en meras sepulturas, ya en osarios o fosas comunes, en nichos o en la
tierra, o en construcciones levantadas en los cementerios, que genéricamente se conocen
como sepulcros y que comprende las bóvedas, los panteones y los mausoleos. 31
20
Entonces, la tendencia actual es a dejar bajo la órbita del derecho
administrativo todo el haz de facultades del Estado para regular los sepulcros en forma
directa o a través de concesiones.
21
Estas denominadas “propiedades especiales” fueron caracterizadas
como situaciones jurídicas comunitarias de índole funcional originadas en el
aprovechamiento que hace una pluralidad de sujetos de un inmueble o conjunto de
inmuebles, integrados por partes privativas y sectores, cosas y servicios comunes o de uso
común, indisolublemente unidos.35
Tanto los clubes de campos como los barrios cerrados han nacido –
entre otros motivos- como una forma de protegerse de la creciente inseguridad, y al amparo
de esta forma comunitaria han tenido un llamativo crecimiento en todo el país.
35
Conf. LAFAILLE-ALTERINI, ob. cit., T VI, p. 270.
36
Conf. LAFAILLE-ALTERINI, ob. cit., T VI, p. 303.
22
y el área deportiva, cultural y social una relación funcional y jurídica que convierta al club
de campo en un todo inescindible.37
Habida cuenta que aún no se dictó ninguna ley de fondo que defina la
naturaleza jurídica de estas nuevas formas de propiedad, es común que se aplique la ley
13.512 porque de los derechos reales vigentes es el que mejor se adecua –con ciertas
reservas- a la organización o estructuración del club de campo y del barrio cerrado.
37
PAPAÑO, Ricardo José- KIPER, Claudio Marcelo-DILLÓN, Gregorio Alberto y CAUSSE, Jorge Raúl,
Derechos Reales, T° II, Ed. Depalma, Buenos Aires, 1990, p. 138. Lo único que habría que actualizar
respecto a la definición que nos trae la obra es la referida a la transitoriedad de la vivienda, porque si bien así
fue en un principio, en la actualidad la realidad es que en la gran mayoría de los casos los propietarios viven
allí en forma permanente.
23
DERECHO TUTELADO. DERECHO A LA PUBLICACION. INTERES GENERAL.
INTIMIDAD DE LA PERSONA. PRESUNCION LEGAL.38
-“En este sentido, y como primera conclusión, se señala que la Cámara no yerra cuando
encuadra el caso dentro de este derecho a la imagen con la consiguiente aplicación de las
normas que a él se refieren. Por lo demás, ello no ha sido objeto de agravios concretos del
recurrente (el que expresamente consiente en que el tema debatido se circunscribe al
38
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA Sala Civil y Penal. Sentencia: 32 Fecha: 10/02/2004. ORTIZ
MIGUEL ANGEL Y OTRA Vs. LA GACETA S.A. S/DAÑOS Y PERJUICIOS. DRES.: GANDUR -
BRITO - AREA MAIDANA. Reg: 00015061-00
24
denominado derecho a la "propia imagen", conf. fs. 220), aunque sostiene que de ello no se
deriva un régimen especial, una responsabilidad objetiva, sino que la responsabilidad
correspondiente al caso es la subjetiva que requiere dolo o culpa para su configuración,
entendiendo que estos, junto al perjuicio reclamado, no han sido probados por la parte
actora ni considerados por la Cámara. Ahora bien, la ley 11.723 expresamente establece
que el retrato de una persona no puede ser puesto en el comercio sin el consentimiento
expreso de la persona misma (art. 31). Se prohíbe, por consiguiente la publicación de
retrato sin consentimiento de la persona. De allí que, en principio, la mera publicación sin
consentimiento del retrato de una persona sin causa que la justifique, es un acto indebido
que, como tal, genera responsabilidad”.
-“La ley no confunde la tutela que proyecta con la del honor, desde que no exige algún
ataque a la estima, fama o respetabilidad, y menos un delito de injuria o calumnia. Basta,
objetivamente, la utilización. Tampoco requiere que quede herida la vida íntima o peace of
mind -paz interior-. (Santos Cifuentes, "Derechos Personalísimos", Ed. Astrea, 1995, pág.
523) Asimismo, la CSJN ha decidido que "de una exégesis de la ley 11.723 se extrae que el
legislador ha prohibido -como regla- la reproducción de la imagen en resguardo del
correlativo derecho a ella, que sólo cede si se dan circunstancias que tengan en mira un
interés general que aconseje hacerlas prevalecer por sobre aquél derecho" (LL 1989-C-478;
JA, 1989-I-89)”.
25
-“A su vez, la carga de la prueba sobre el consentimiento, en virtud de que es una defensa y
una excepción de responsabilidad, recae sobre quien la alega para evitar las reclamaciones
del titular de la imagen. Frente al hecho violatorio del derecho personalísimo, entonces, la
autorización o la excusa debe ser probada por quien la alega como defensa”.
-“La jurisprudencia dominante ha entendido que la intromisión en la vida de otro debe ser
arbitraria pero que, en el caso de la publicación de retratos, la ley presume "iuris et de iure"
que siempre se viola la intimidad. La sola prueba de la publicación sin la autorización
correspondiente deviene arbitraria porque expresamente una previsión legal lo impide y
sanciona, a menos que exista una excepción legal, la que debe ser probada por el que la
afirma”.
-“Al brindarse protección legal y judicial al derecho a la imagen del hijo de los actores, la
libertad de prensa no se menoscaba en absoluto, pues no sólo que el joven no se encontró
en las circunstancias de hecho en que aparece en la fotografía, sino que tampoco se
vinculaba de modo alguno con el comentario de la nota que se ilustró, más aún, ésta podía
prescindir absolutamente de esa imagen del joven y no por ello (la nota) se hubiera visto
disminuida en su objetivo. La publicación específica de la imagen de este joven no
resguardaba ni procuraba ningún bien superior, o de interés general, científico o cultural,
por lo que no queda aprehendida en las excepciones del art. 31 de la ley 11.723. Aún esos
fines encuentran límites relativos a la efectiva necesidad de la reproducción de la imagen y
la real existencia de un interés de la sociedad que pueda prevalecer sobre el de la persona
retratada (Miguel Ángel Emery, Propiedad Intelectual, Ley 11.357, comentario art. 31, pág.
181)”.
39
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. Sentencia: 132 Fecha: 02/03/2010. MARTINEZ ENRIQUE JULIO
Vs. PROVINCIA DE TUCUMAN S/DAÑOS Y PERJUICIOS. DRES.:ESTOFAN-GOANE-BRITO-
GANDUR-SBDAR. Reg: 00027093-05
26
En otro interesante pronunciamiento la Corte tucumana extendió la tutela judicial e hizo
lugar a una demanda por daños y perjuicios en contra de quien había utilizado mapas de
autoría del actor. Entre otras cuestiones aclaró que:
-“Para examinar esta cuestión, resulta útil considerar los estándares sobre el concepto de
originalidad que la jurisprudencia ha elaborado. En tal sentido se ha expresado que “no
debe extremarse su apreciación a partir del hecho cierto de que en el estado actual del
conocimiento humano una creación intelectual no puede ser extraída de la nada;
inexorablemente existe una base de conocimientos previos que permite, al menos, añadir
algunos elementos como resultado de la actividad intelectual del autor… Asimismo, existe
creación novedosa, concepto con el que se satisface el ordenamiento legal para la concesión
de la tutela jurídica, aún cuando se utilicen elementos preexistentes, de manera que el autor
exteriorice su obra mediante la combinación del material que el conocimiento y su
imaginación le sugiera y concretamente lo incorpore en su obra. Lógicamente tiene que
darle una característica personal que deriva del mismo hacer, que diferencie la obra del
conjunto de conocimientos preexistentes, aunque más no sea a través de la diversa
ubicación de las distintas partes que componen la totalidad de la obra expresada en la
unidad del proceso creativo” (cfr. “Burzomi, Rita C. c. Editores Asociados S.A.”, CNCiv.
Sala G agosto 19-1998)”.
-“En relación a la copia de un mapa, se expresó que “para merecer protección legal…no se
exige una originalidad absoluta, una idea nueva, bastando con que medie aporte personal
del espíritu de carácter intelectual -ya sea literario, artístico, musical o técnico- que distinga
27
a lo creado de los elementos o ideas que se conocían, y que se utilizan combinándolas de un
modo distinto, aún cuando dicho enriquecimiento del caudal cultural anterior sea de
modesta magnitud (cfr. Borda en Derechos Reales, t. II, p. 535; Satanowsky, Isidro en
“Derecho intelectual” t. I p.164 y ss., núm. 107, Corte Suprema, E.D. 27-32 fallo 13.640;
“es dable recordar que el requisito de la creatividad puede estar presente en medida
modesta, aun cuando no represente un valor intelectual particularmente relevante, ya que no
es exigible un grado especial del requisito mismo” (CNCiv., sala C, E.D., 55-459, fallo
24.748) y que en materia de obras técnicas o científicas la originalidad no puede apreciarse
de la misma manera ni con el mismo rigor que con relación a las obras literarias, poéticas o
de ficción (C.Crim., Rosario, sala II, E.D., 60-793, núm. 84). Siempre que el trabajo
implique un esfuerzo intelectual con un mínimo de expresión personal del autor, ya sea en
su contenido, en su plan de desarrollo, en su presentación o en su recopilación, la obra es
protegida por la ley 11.723 (CNCrim y Correc. Sala IV, E.D., 33-302, fallo 16.476)”. (cfr.
C.N.Civil sala F, sentencia dictada en “Cosentino, Antonio c. La Razón S.A.”, de agosto
22-1977, publicado en L.L. 1978-B 190)”.
-“De todo lo expresado puede afirmarse que los mapas son una creación intelectual de su
autor, y merecen la protección de la ley 11.723. De los elementos probatorios señalados,
puede concluirse que los mapas de la Guía del autor ostentan rasgos de originalidad que
determinan su aprehensión en el concepto de obra protegida regulado por el art. 1 de la ley
11.723. Aún cuando se trate de una obra que en parte pueda considerarse derivada, en el
sentido de que se trabajó a partir de fuentes existentes, del trabajo llevado a cabo surgió una
obra distinta de las que existían con anterioridad, con rasgos de individualidad en relación a
otras cartografías. Debe considerarse que la originalidad no puede apreciarse de la misma
manera en todas las obras; en el caso, tratándose de mapas, es evidente que la creación
intelectual se realizó sobre la base de elementos previos. Sin embargo, se advierte que los
mapas constituyen una obra distinta de las que existían con anterioridad, expresan cierto
grado de creatividad y esfuerzo del autor. Por las razones expresadas, y desde la perspectiva
de los conceptos y estándares jurisprudenciales citados, los mapas elaborados para la obra
“Tucumán -Argentina Guía para invertir” del Sr. Enrique J. Martínez presentan la cualidad
28
de originalidad que determina que gocen de la protección al derecho de autor que consagra
la ley 11.723. A todo ello cabe añadir que el actor presentó la solicitud de inscripción de
Obra Publicada en la Dirección Nacional de Derechos de Autor, repartición que certificó la
autenticidad de la inscripción e informó que el autor de la obra es Enrique J. Martínez, la
traductora María Delfina López García de González Campero, coordinadora la señorita Inés
Martínez Luque, y la editorial Ediciones del Copista Oscar Roque Garzón (cfr. fs. 89 a 95).
La información sobre el ISBN de la Guía fue suministrada por la Cámara Argentina del
Libro agregado a fs. 106, que también registra la autoría de la publicación del Sr.
Martínez”.
--“No hay duda de que la reproducción indebida de los mapas contenidos en la Guía de la
que es titular de derechos de autor el actor, genera el deber de indemnizar reclamado en la
demanda. La Dra. Delia Lipszyc señala una distinción en materia de resarcimiento en el
derecho común y en el ámbito de derecho de autor, expresando que “para el derecho
común, aun en los casos en que media una conducta antijurídica puede no existir
responsabilidad civil resarcitoria. En cambio, en el derecho de autor y los derechos
conexos, el daño se genera por el solo hecho de la infracción (cfr. en Lipszyc, Delia en
“Derecho de autor y derechos conexos”, Ediciones UNESCO CERLALC Zavalía, 1993 p.
576). La autora mencionada expresa que “toda conducta antijurídica en infracción a los
derechos de autor o a los derechos conexos causa per se un daño que debe ser reparado. Las
particularidades de los derechos inmateriales exigen que se valoren todas las circunstancias
que tengan incidencia sobre el monto del resarcimiento, sin sujeción a fórmulas rígidas. El
titular del derecho de autor o del derecho conexo tiene que poder reclamar como
resarcimiento el beneficio que hubiera podido obtener de no mediar la utilización ilícita o la
mejor remuneración que hubiera podido percibir de haber autorizado la explotación. De
esta forma se evita que sea más rentable infringir el derecho de autor y los derechos
conexos que observarlos, pues si el utilizador consigue un precio más bajo en juicio que
negociando con el titular del derecho, se alientan las infracciones (Lipszyc, Delia, ob. cit.
p.577)”.
29
-“El Dr. Cifuentes cita a Satanowsky (Derecho Intelectual t. II p. 182), quien interpreta que
el autor no tiene que probar que la impresión ilícita ha disminuido su venta, porque nadie
tiene el derecho a enriquecerse con el trabajo intelectual ajeno. (cfr. Santos Cifuentes,
citado por Carlos Villalba y Delia Lipszyc en la obra “El derecho de autor en la Argentina”,
La Ley 2001 p. 289 y 293). Siguiendo la cita a este autor en la obra referida, resulta
importante destacar su opinión en el sentido de que “la falta de reglas claras y amoldadas al
encuadre de las figuras jurídicas sobre los hechos ilícitos que se cometen en su violación
coloca a los estudiosos, a sus defensores y juzgadores en verdaderas encrucijadas las que,
cuando no hay de parte de ellos -y no es raro ni excepcional que así ocurra- un verdadero
conocimiento de la sutil y grávida proyección de los especiales aspectos que están en juego,
al hacerse tabla rasa de tales singularidades, se suele caer en el error de no proceder con
tino, cometiendo el muy frecuente desquicio de tratar lo diferente como si fuera lo igual, lo
diverso como si fuera lo común y corriente. Cuando el derecho objetivo y sus aplicaciones
no distinguen lo diferente, dejan de serlo. De donde aparecen las soluciones que nada
solucionan al equiparar cualquier daño material o moral de un hecho general ilícito, con el
de la violación a los derechos de autor” (Cifuentes, S., “Los daños en materia de propiedad
intelectual”, trabajo presentado en el Seminario para la difusión del derecho de autor y la
propiedad intelectual, Iguazú, Misiones, 26 a 28 de agosto de 1999)”.
-“La doctrina también ha señalado que “debe reconocerse la dificultad de los jueces en
efectuar la valoración de todas las circunstancias que puedan incidir a efectos de fijar la
indemnización”, considerando que “al titular del derecho de autor le corresponde el
beneficio que hubiera podido obtener de no mediar la utilización ilícita o la mejor
remuneración que hubiera podido percibir de haber autorizado la explotación”, a lo que
agrega que para “la determinación del monto de la reparación por daños y perjuicios no
corresponde ceñirse a fórmulas rígidas, sino que deben valorarse todas las circunstancias
que tengan incidencia sobre el asunto (cfr. Emery, Miguel Ángel en “Propiedad
intelectual”, editorial Astrea, 1999 p. 117)”.
30
-“Corresponde hacer lugar al reclamo de indemnización por daño moral. El accionado debe
responder por el daño ocasionado por la reproducción no autorizada de nueve mapas
contenidos en la Guía del autor, pues no es dudoso el menoscabo del derecho del actor al
reconocimiento de su titularidad del derecho de autor sobre la obra. La utilización no
consentida de los mapas de la Guía, hecho constitutivo del ilícito, sin duda ha afectado
negativamente el ánimo y ha mortificado la sensibilidad del actor, provocando la necesidad
de obtener la reparación del sinsabor experimentado al descubrir circunstancialmente la
apropiación indebida de su obra”.
31
-“Tratándose de afecciones legítimas vinculadas con el parentesco y sobre todo si este es
cercano, la existencia del daño moral se presume y no necesita de mayor prueba por el
damnificado. Así fue ya reconocido por nuestra Suprema Corte local que ante la
desaparición de restos mortuorios destacó "...queda entonces una indispensable
incertidumbre sobre el destino de los restos de la progenitor del actor, que hiere a éste en lo
más intimo de sus aflicciones, todo lo cual hace procedente el agravio moral..." (in re
"Ianiero, Felix Antonio vs. Municipalidad de San Miguel de Tucumán", sent. n° 469 del
01/09/82). Y similar recepción jurisprudencial tuvo también en el ámbito nacional en los
casos -entre otros- "Riavec" y "Depaolini" (cfr. CNCiv., Sala F, Febrero 4-2000, "Riavec,
Carlos Pedro c. Ciudad Autónoma de Buenos Aires", ED 191-552 y "Depaolini, Jorge R. C.
Municipalidad de Buenos Aires", Agosto 5-1997, L.L. 1998-B-492) donde la Cámara Civil
resaltó que "...el hecho de la desaparición física de los restos mortales de [la madre] y, por
tanto, la imposibilidad de poder saber donde descansan los mismos, reviste suficiente
entidad y gravedad como para que esa sola circunstancia autorice a tener por acreditado el
daño moral que aquí se reclama (conf. Cifuentes, S. "Derechos Personalísimos", pág. 263 y
sigtes., cap. V., núm. 4)". En definitiva, habida cuenta la entidad e importancia del
incumplimiento en el mantenimiento de la seguridad dentro del Cementerio incurrido por la
accionada, como así también valorando las perturbaciones y alteraciones que le habría
producido el hecho de la desaparición de una gran cantidad de restos de la madre de la
actora, considero prudente fijar monto resarcitorio del daño moral”.
42
CAMARA CIVIL EN DOCUMENTOS Y LOCACIONES. Sentencia: 0 Fecha: 23/09/1982. MARTINEZ
TOMAS ESTEBAN Vs. FLORENTINA MARIA ANDRADE DE ARAUJO S/COBRO EJECUTIVO
(FICHA). Reg: 00001360-00.
32
-“Afectado el predio que se quiere cautelar, para sepulcro de los muertos, el artículo 2551
del C.C. cataloga a esos sitios como lugares públicos; por lo que si tienen ese carácter, son
inembargables”.
33