Mc. 7,24-30
Mc. 7,24-30
Mc. 7,24-30
Fuente: Centro Bblico Pastoral para la America Latina (CEBIPAL) del CELAM
Jess se haba apartado de Cafarnam a una regin que distaba aproximadamente unos 70 Km., con el fin de tener un momento de paz, como nos deja entrever el texto entrando en una casa quera que nadie lo supiese (24).
Parece que a Jess tampoco le salan bien todas las cosas y no logr pasar inadvertido. En pasajes anteriores se nos dice que la fama de Jess se haba extendido por toda la regin y hoy lo comprobamos.
Pero quin es esa persona que se atreve a importunar a Jess? Nada menos que una mujer, alguien socialmente no reconocido. Y en este caso, para colmo de males, una gentil, una pagana. Ya Mateo nos narra en su evangelio que los discpulos ante ese incmodo cuadro no dudan en pedirle a Jess: Despdela que viene gritando detrs de nosotros. (Mateo 15,23). Precisamente esto nos hace comprender ms la condicin de la mujer.
Con todo, esta mujer lleva dentro un gran dolor: su hija est enferma y, ms concretamente, est poseda por un demonio.
La respuesta un poco tajante de Jess no debi ser nada alentadora para la mujer: Espera que primero se sacien los hijos, pues no est bien tomar el pan de los hijos y echrselo a
los perritos (27). Sin embargo ella insisti. No se sinti ofendida, no se sinti menos, simplemente algo desde muy dentro la llevaba a creer que ese hombre que tena delante poda curar a su hija aunque tuviera que ser con las sobras de lo que dejaban los hijos y as se lo hizo saber a Jess.
Se ve que a Jess le llam poderosamente la atencin la respuesta de la mujer, pues sin ms rodeos le asegur que su hija estaba curada y que se poda volver tranquila, cosa que hizo inmediatamente. Cuando lleg a casa comprob que su hija haba sido curada y reposaba serenamente.
Esta mujer s que se merece plenamente el nombre de mam. Lo arriesgo todo con tal de encontrar a aquel hombre famoso que poda curar a su hija. Me viene espontneo pensar en la cantidad de nios que en estos das han copado las noticias de radio, televisin, prensa, no precisamente porque los padres y la sociedad sean solcitos y responsables en su tarea, sino precisamente por todo lo contrario. Con frecuencia descargan sobre los nios toda su agresividad maltratndolos duramente.
Para cultivar la semilla de la Palabra en la vida: 1. Qu fue lo que Jess alab en la actitud de esta mujer? 2. Preguntmonos como padre o madre de familia, en qu hacemos consistir nuestra acogida y preocupacin por los hijos? 3. Qu es lo que ms nos mueve al reprender a los hijos o al hacer una correccin?
Del Evangelio segn Marcos 7,24-30 Y partiendo de all, se fue a la regin de Tiro, y entrando en una casa quera que nadie lo supiese, pero no logr pasar inadvertido, sino que, en seguida, habiendo odo hablar de l una mujer, cuya hija estaba poseda de un espritu inmundo, vino y se postr a sus pies. Esta mujer era griega, sirofenicia de nacimiento, y le rogaba que expulsara de su hija al demonio. l le deca: Espera que primero se sacien los hijos, pues no est bien tomar el pan de los hijos y echrselo a los perritos. Pero ella le respondi: S, Seor; que tambin los perritos comen bajo la mesa migajas de los nios. l, entonces, le dijo: Por lo que has dicho, vete; el demonio ha salido de tu hija. Volvi a su casa y encontr que la nia estaba echada en la cama y que el demonio se haba ido.
3) Reflexin En el Evangelio de hoy, veremos cmo Jess atiende a una mujer extrajera de otra raza y de otra religin, lo cual estaba prohibido por la ley religiosa de aquella poca. Inicialmente, Jess no quera atenderle, pero la mujer insisti y consigui lo que quera: la curacin de la hija. Jess trata de abrir la mentalidad de los discpulos y de la gente ms all de la visin tradicional. En la multiplicacin de los panes, haba insistido en el compartir (Mc 6,30-44). En la discusin sobre lo que es puro e impuro, haba declarado puros todos los alimentos (Mc 7,1-23). Ahora, en este episodio de la Mujer Cananea, supera las fronteras del territorio nacional y acoge a una mujer extranjera que no pertenece al pueblo y con la que estaba prohibido conversar. Estas iniciativas de Jess, nacidas de su experiencia de Dios como Padre, eran extraas para la mentalidad de la gente de la poca. Jess ayuda a la gente a abrir su manera de experimentar a Dios en la vida. Marcos 7.24: Jess sale del territorio. En el evangelio de ayer (Mc 7,14-23) y de antes de ayer (Mc 7,1-13), Jess haba criticado la incoherencia de la Tradicin de los Antiguos y haba ayudado a la gente y a los discpulos a salir de la prisin de las leyes de la pureza. Aqu, en Mc 7,24, sale de Galilea. Parece querer salir de la prisin del territorio y de la raza. Est en el extranjero, y parece que no quiere ser conocido. Pero su fama haba llegado antes que l. La gente sabe y le busca. Marcos 7.25-26: La situacin. Una mujer llega cerca y empieza a pedir por la hija enferma. Marcos dice explcitamente que era de otra raza y de otra religin. Esto es, era pagana. Ella se lanza a los pies de Jess y empieza a suplicar para que cure a su hija poseda por un espritu impuro. Los paganos no tenan problema en recorrer a Jess. Los judos s que tenan problemas en convivir con los paganos! Marcos 7.27: La respuesta de Jess. Fiel a las normas de su religin, Jess dice que no conviene tirar el pan de los hijos y darlo a los cachorros. Frase dura. La comparacin est sacada de la vida familiar. Hasta hoy, nios y cachorros es lo que ms hay en los barrios pobres. Jess afirma una cosa que es cierta: ninguna madre saca el pan de la boca de los hijos para darlo a los cachorros. En este caso, los hijos eran los judos y los cachorros, los paganos. En la poca del AT, por causa de la rivalidad entre los pueblos, un pueblo acostumbraba llamar a otro cachorro (1Sam 17,43). En los otros evangelios Jess explica el porqu de su rechazo: No fui enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel (Mt 15,24). Es decir: El Padre no quiere que yo me ocupe de esta mujer Marcos 7,28: La reaccin de la mujer. Ella concuerda con Jess, pero ampla la
comparacin y la aplica a su caso: S, Seor; que tambin los perritos comen bajo la mesa migajas de los nios. Es como si dijera: Si soy perrito, entonces tengo los derechos de los perritos, es decir, las migajas me pertenecen! Ella sencillamente sac las conclusiones de la parbola que Jess cont y, mostr que, hasta en la casa de Jess, los perritos coman las migajas que caan de la mesa de los nios. Y en la casa de Jess, esto es, en la comunidad cristiana, la multiplicacin del pan para los hijos fue tan abundante que estaban sobrando doce cestos (Mc 6,42) para los cachorros, esto es, para ella, para los paganos! Marcos 7,29-30: La reaccin de Jess: Por lo que has dicho, vete; el demonio ha salido de tu hija. En los otros evangelios se explicita: Grande es tu fe! Que se cumpla tu deseo! (Mt 15,28). Si Jess atiende la splica de la mujer es porque comprende que, ahora, el Padre quiere que l escuche su peticin. Este episodio ayuda a percibir algo del misterio que envolva a la persona de Jess y como l conviva con el Padre. Era observando las reacciones de las personas y las actitudes de las personas, que Jess descubre la voluntad del Padre en los acontecimientos de la vida. La actitud de la mujer abre un nuevo horizonte en la vida de Jess. A travs de ella, l descubre mejor que el proyecto del Padre es para todos los que buscan la vida y quieren liberarse de las cadenas que aprisionan su energa. As, a lo largo de las pginas del evangelio de Marcos, hay una apertura creciente hacia los dems pueblos. De este modo, Marcos lleva a los lectores y a las lectoras a abrirse, poco a poco, a la realidad del mundo de alrededor y a superar ideas preconcebidas que impiden la convivencia pacfica entre la gente. Esta apertura hacia los paganos aparece de forma muy clara en la orden final que Jess da a los discpulos, despus de su resurreccin: Id por el mundo, proclamad el Evangelio a toda la creacin (Mc 16,15).
4) Para la reflexin personal T, qu haces concretamente, para convivir en paz con personas de otras iglesias cristianas? En el barrio donde vives hay gente de otras religiones? Cules? Hablas normalmente con personas de otras religiones? Cul es la apertura que este texto nos pide hoy a nosotros, en familia y en comunidad?
5) Oracin final Dichosos los que guardan el derecho, los que practican siempre la justicia! Acurdate de m, Yahv, hazlo por amor a tu pueblo, ven a ofrecerme tu ayuda. (Sal 106,3-4)