Eduardo Galeano y Mario Benedetti
Eduardo Galeano y Mario Benedetti
Eduardo Galeano y Mario Benedetti
PILAR EL SOL
Redactor de la revista marcha Director del diario Época
En 1973 en Argentina funda y dirige la revista
literaria “CRISIS”
• Publica en vida más de 40 libros. Varios de ellos han
sido traducidos a múltiples idiomas.
Algunas publicaciones
LAS VENAS ABIERTAS DE AMERICA LATINA (1971)
• Argumentaba mediante una serie de crónicas una suerte de historia
del saqueo de América Latina, que comenzaba en la época de la
Colonia española y seguía hasta nuestros días. La tesis era, a grandes
rasgos, que los 400 años de historia de la América mestiza se
reducían a una continua explotación de los recursos naturales de
nuestro continente con complicidad de la clase dominante.
Primera parte:
La pobreza del hombre como resultado de la riqueza de la tierra
"Fiebre del oro, fiebre de la plata": narra de forma sucinta toda la
fiebre del oro y de la plata, desde la llegada de Cristóbal Colón
hasta que estos metales se agotaron o perdieron su valor.
"El rey azúcar y otros monarcas agrícolas": el capítulo más extenso
del libro. En él se habla sobre las usurpaciones de los recursos en
distintas regiones a lo largo de los años en manos de las grandes
potencias (como son el caso del azúcar en Cuba, el caucho en
Brasil, la banana en Ecuador y Colombia, etc.).
"Las fuentes subterráneas del poder": capítulo dedicado a las
riquezas mineras y las atrocidades cometidas en su nombre.
• Segunda parte:
• El desarrollo es un viaje con más náufragos que navegantes
• "Historia de la muerte temprana": reseña histórica de América
Latina y sus vaivenes.
• "La estructura contemporánea del despojo": en contraste con el
capítulo anterior, éste trata cómo continúa el saqueo por vías
más indirectas pero no menos efectivas, mediante un sistema
colonial opresor hacia adentro y oprimido desde fuera.
Memoria del Fuego
(1982-1986)
• La trilogía cuenta la historia de América Latina, desde la creación del
mundo hasta nuestros días. Cada tomo está ordenado
cronológicamente:
• En 1780, se levantó contra todo este sistema de muerte y esclavitud, José Gabriel Condorcanqui, Tupaj Amaru,
que sublevó a los indígenas desde el valle del Cusco, se sublevó junto a miles de esclavos que servían en las
haciendas y en los obrajes. Era una espalda y otra espalda, y todas llenas de cicatrices. Por traición, Tupac
Amaru cayó en manos de los españoles. Lo llevaron a la plaza del Cusco, le cortaron la lengua, lo amarraron de
pies y manos a las cinchas de cuatro caballos.
• PREGONERO —¡Se prohíbe a los indios usar sus vestidos tradicionales!… ¡Se prohíben todas las pinturas de los
incas!...
• Los caballos corren hacia las cuatro esquinas de la plaza. Y tiran y tiran, pero no rompen el cuerpo del indio. No
pueden.
• PREGONERO —¡Se prohíbe a los indios celebrar sus fiestas! ¡Se prohíbe hablar en lengua quechua! ¡Se prohíbe
el sonido del pututu!
• Las espuelas de los jinetes desgarran los vientres de los caballos en un gran esfuerzo. Pero no pueden, no pueden romper su cuerpo. Tupaj Amaru
no se parte, no se parte nunca.
• PREGONERO —¡Se ordena a los indios vestirse según la costumbre española! ¡Se ordena a las indias peinarse según la costumbre española! ¡Se
ordena a los indios hablar la lengua española!
• Por fin, cuando el sol se oculta por no mirarlo, cortan el cuerpo del indio en pedazos y lo degüellan como hace dos siglos a Atahualpa, su
antepasado.
• PREGONERO —¡Se ordena que no quede semilla de este maldito nombre de Tupaj Amaru!!
• Así murió el padre de los pobres, Tupaj Amaru, por querer ver a sus hermanos indios libres de la esclavitud.
• De nuestros miedos
• nacen nuestros corajes
• y en nuestras dudas
• viven nuestras certezas.
• Los sueños anuncian
• otra realidad posible
• y los delirios otra razón.
• En los extravíos
• nos esperan hallazgos,
• porque es preciso perderse
• para volver a encontrarse.
• (De: El libro de los abrazos)
Día del Descubrimiento (Octubre, 12)
• Los que trabajan tienen miedo de perder el • Miedo de la mujer a la violencia del hombre
trabajo.
• y miedo del hombre a la mujer sin miedo.
• Los que no trabajan tienen miedo
• Miedo a los ladrones, miedo a la policía.
• de no encontrar nunca trabajo.
• Miedo a la puerta sin cerradura,
• Quien no tiene miedo al hambre, tiene
miedo a la comida. • al tiempo sin relojes,
• Los automovilistas tienen miedo de caminar • al niño sin televisión,
• y los peatones tienen miedo de ser • miedo a la noche sin pastillas para dormir
atropellados. • y miedo al día sin pastillas para despertar.
• La democracia tiene miedo de recordar • Miedo a la multitud,
• y el lenguaje tiene miedo de decir. • miedo a la soledad,
• Los civiles tienen miedo a los militares, • miedo a lo que fue
• los militares tienen miedo a la falta de • y a lo que puede ser,
guerras.
• miedo de morir,
• Es el tiempo del miedo.
• miedo de vivir...
• (En: Patas arriba, La escuela del mundo al
revés)
El mundo
Ojalá tengamos el coraje de estar solos • que la condición humana vale la pena,
• y la valentía de arriesgarnos a estar juntos, • porque hemos sido mal hechos, pero no estamos
terminados.
• porque de nada sirve un diente fuera de la boca
• Ojalá podamos ser capaces de seguir caminando
• ni un dedo fuera de la mano.
• los caminos del viento
• Ojalá podamos ser desobedientes
• a pesar de las caídas y las traiciones y las derrotas,
• cada vez que recibimos órdenes que humillan
nuestra conciencia • porque la historia continúa, más allá de nosotros,
• o violan nuestro sentido común. • y cuando ella dice adiós, está diciendo: hasta luego.
• Ojalá podamos merecer que nos llamen locos, • Ojalá podamos mantener viva la certeza
• como han sido llamadas locas las Madres de Plaza • de que es posible ser compatriota y contemporáneo
de Mayo,
• de todo aquel que viva animado por la voluntad de
• por cometer la locura de negarnos a olvidar justicia
• en los tiempos de la amnesia obligatoria. • y la voluntad de la belleza,
• Ojalá podamos ser tan porfiados para seguir • nazca donde nazca y viva cuando viva,
creyendo,
• porque no tienen fronteras los mapas
• contra toda evidencia,
• del alma ni del tiempo.
Ventana sobre el miedo
• Mario Orlando Hardy Hamlet Brenno Benedetti Farrugia, Mario Benedetti, nació en Paso de los
Toros el 14 de septiembre de 1920, integrante de la conocida como Generación del 45. Se educó
en Montevideo, donde trabajó desde los catorce años en una fábrica de repuestos de
automóviles. Posteriormente se trasladó a Buenos Aires, Argentina, donde, formando parte del
semanario Marcha, se formó como periodista. El exilio político (1973) lo lleva a Perú, luego a
Cuba y finalmente a España, donde sigue desarrollando su actividad literaria. Finalmente
consigue volver a Uruguay en 1983.
• En la obra de Mario Benedetti pueden diferenciarse al menos dos periodos marcados por sus
circunstancias vitales, así como por los cambios sociales y políticos de Uruguay y el resto de
América Latina. En el primero, Benedetti desarrolló una literatura realista de escasa
experimentación formal, sobre el tema de la burocracia pública, a la cual él mismo pertenecía, y
el espíritu pequeño-burgués que la anima.
• En el segundo periodo de este autor, sus obras se hicieron eco de la angustia y la esperanza de
amplios sectores sociales por encontrar salidas socialistas a una América Latina subyugada por
represiones militares. Durante más de diez años, Mario Benedetti vivió en Cuba, Perú y España
como consecuencia de esta represión. Su literatura se hizo formalmente más audaz. Escribió una
novela en verso: El cumpleaños de Juan Ángel (1971), así como cuentos fantásticos: La muerte y
otras sorpresas (1968). Trató el tema del exilio en la novela Primavera con una esquina rota
(1982).
• El día 17 de mayo de 2009 poco después de las 18:00, Benedetti muere en su casa de
Montevideo, a los 88 años de Su cortejo fúnebre fue encabezado por integrantes de la
Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay y la Central de Trabajadores (PIT -
CNT) entre otras personalidades y amigos del escritor, y cientos de ciudadanos que
acompañaron al mismo, quedando de manifiesto su fuerte arraigo popular. Fue sepultado
en el Panteón Nacional del Cementerio Central de Montevideo.
Decir que no
• Ya lo sabemos • ya lo sabemos
• es difícil • es difícil
• decir que no • decir que no
• decir no quiero • decir no quiero
• Cuando era como vos me enseñaron los • pobrecitos creían que libertad
viejos
• era tan solo una palabra aguda
• y también las maestras bondadosas y miopes
• que muerte era tan solo grave o llana
• que libertad o muerte era una redundancia
• y cárceles por suerte una palabra esdrújula.
• a quien se le ocurría en un país
• donde los presidentes andaban sin capangas.
• Olvidaban poner el acento en el hombre.
• Llorá
• pero no olvides.
Desaparecidos
estaré repartido
en cuatro o cinco pibes
de esos que vos mirás
y enseguida te siguen
Te propongo construir
un nuevo canal
sin esclusas
ni excusas
que comunique por fin
tu mirada
atlántica
con mi natural pacífico.
Soneto kitsch a una mengana