Este documento describe el empiema pleural, una acumulación de pus en la cavidad pleural que generalmente se origina a partir de una neumonía. Explica la epidemiología, etiología, factores de riesgo, fisiopatología, presentación clínica, diagnóstico y complicaciones de esta afección. El empiema pleural ha aumentado a nivel mundial y se asocia con una morbilidad significativa. Su diagnóstico requiere análisis del líquido pleural obtenido mediante toracocentesis.
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Este documento describe el empiema pleural, una acumulación de pus en la cavidad pleural que generalmente se origina a partir de una neumonía. Explica la epidemiología, etiología, factores de riesgo, fisiopatología, presentación clínica, diagnóstico y complicaciones de esta afección. El empiema pleural ha aumentado a nivel mundial y se asocia con una morbilidad significativa. Su diagnóstico requiere análisis del líquido pleural obtenido mediante toracocentesis.
Este documento describe el empiema pleural, una acumulación de pus en la cavidad pleural que generalmente se origina a partir de una neumonía. Explica la epidemiología, etiología, factores de riesgo, fisiopatología, presentación clínica, diagnóstico y complicaciones de esta afección. El empiema pleural ha aumentado a nivel mundial y se asocia con una morbilidad significativa. Su diagnóstico requiere análisis del líquido pleural obtenido mediante toracocentesis.
Este documento describe el empiema pleural, una acumulación de pus en la cavidad pleural que generalmente se origina a partir de una neumonía. Explica la epidemiología, etiología, factores de riesgo, fisiopatología, presentación clínica, diagnóstico y complicaciones de esta afección. El empiema pleural ha aumentado a nivel mundial y se asocia con una morbilidad significativa. Su diagnóstico requiere análisis del líquido pleural obtenido mediante toracocentesis.
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Empiema Pleural
• La palabra empiema proviene del griego ἐμπύημα (empiima) y hace
alusión a la acumulación de pus en la pleura. • En la mayoría de los casos, la infección suele originarse desde el parénquima pulmonar. • A pesar de los importantes avances en el campo de los antibióticos y las nuevas técnicas quirúrgicas, actualmente esta patología ha ido en aumento y se asocia a una importante morbimortalidad. EPIDEMIOLOGÍA • A nivel mundial, la incidencia del empiema pleural en la población adulta y pediátrica ha aumentado durante la última década. • En Estados Unidos y el Reino Unido se sabe que afecta alrededor de 80.000 pacientes cada año. • De estos el 20% requiere de una intervención quirúrgica (Scarci y otros, 2015). • Lamentablemente a nivel nacional no existen registros de la incidencia de esta patología. ETIOLOGÍA • El empiema pleural (EP) se define como la presencia de pus en el espacio pleural, la presencia de bacterias en la tinción Gram, o su crecimiento en cultivos, constituyendo una fase en la progresión del exudado inflamatorio, y ocurre primariamente asociado a un foco neumónico adyacente ETIOLOGÍA • La mayoría de los empiemas pleurales son secundarios a neumonías. • De todos los pacientes hospitalizados por neumonía, el 40% presenta derrame pleural, dentro de los cuales el 10% progresa a empiema • Por otra parte, existe un porcentaje no despreciable que es provocado por intervenciones quirúrgicas, traumas, instalación de drenajes pleurales, infecciones abdominales y otras causas menos frecuentes que se detallan a continuacion ETIOLOGÍA
• La bacteriología es muy variable y es
estrictamente dependiente de la causa que originó el empiema. ETIOLOGÍA • En aquellos casos secundarios a neumonías adquiridas en la comunidad, los microorganismos más frecuentemente aislados pertenecen al género Streptococcus con una frecuencia cercana al 45%, mientras que en aquellos provocados por neumonías asociadas a la atención en salud, trauma y cirugía torácica, el microorganismo predominante es el Staphylococcus aureus meticilino resistente. ETIOLOGÍA • En pacientes que sufren neumonías por aspiración, tienen mala higiene dental y/o son alcohólicos, es frecuente encontrar bacterias gram negativas o anaerobias (por ejemplo, Klebsiella pneumoniae). • También existen casos excepcionales secundarios a infecciones por hongos, virus, parásitos o micobacterias (Mycobacterium tuberculosis). • Pese a lo anterior, en la mayoría de las ocasiones no se logra aislar un microorganismo causal. FACTORES DE RIESGO • Dentro de los factores de riesgo se describen: • La edad avanzada • El género masculino • La diabetes mellitus • La enfermedad pulmonar obstructiva crónica • La infección por VIH • El alcoholismo • La terapia corticoesteroidal prolongada • El abuso de sustancias • Las enfermedades del sistema nervioso central y • La presencia de una neoplasia maligna FISIOPATOLOGÍA
• En condiciones fisiológicas, la cavidad
pleural contiene un promedio de 0,2 ml/kg de líquido, con un pH igual o mayor al plasma y una concentración de proteínas y linfocitos baja FISIOPATOLOGÍA • Frente a una infección primaria de la cavidad pleural, las bacterias y los detritus celulares afectan directamente a las células mesoteliales, las cuales aumentan la producción de citoquinas y moléculas de adhesión celular. • De forma paralela, los neutrófilos entran al espacio pleural desde los capilares submesoteliales con el fin de limitar la diseminación bacteriana, fagocitando a las bacterias y liberando concentraciones bactericidas de metabolitos tóxicos del oxígeno y del óxido nítrico. FISIOPATOLOGÍA • El derrame resultante es un medio ideal que permite a las bacterias ir a la deriva de las células fagocíticas y multiplicarse sin impedimentos, alcanzando concentraciones muy altas de bacterias por mililitro de líquido infectado. • Más aún, el líquido pleural infectado es deficitario en opsoninas y complemento (requeridos para una óptima función fagocítica) y desarrolla una hipoxia y acidez extrema que empeora aún más la función local de los neutrófilos y la actividad antibiótica. FISIOPATOLOGÍA
• En este contexto, la cavidad
pleural tiende a generar un ambiente procoagulante, que promueve el depósito de fibrina sobre la pleura visceral, parietal y el líquido pleural, determinando la formación de los lóculos pleurales. FISIOPATOLOGÍA • Más tardíamente, la fibrina, en conjunto con los factores de crecimiento liberados por las células mesoteliales, induce la proliferación fibroblástica sobre la superficie pleural (lo que se conoce comúnmente como corteza o “peel” pleural). FISIOPATOL OGÍA • El atrapamiento del pulmón (secundario a la corteza depositada en la pleura visceral) y la movilidad restringida de la pared torácica y el diafragma (secundaria a la corteza depositada en la pleura parietal), son hallazgos característicos del empiema pleural organizado. FISIOPATOLOGÍA • Considerando que el desarrollo del empiema pleural es un proceso continuo, en el año 1962, la Sociedad Torácica Americana (ATS) clasificó las infecciones pleurales en tres etapas, basada en la historia natural de la enfermedad • Etapa exudativa (I) • Fibrinopurulenta (II) y • Organizada (III). • Las características de cada una se detallan en la tabla CLÍNICA • La presentación clínica puede variar desde la ausencia de síntomas hasta una enfermedad febril con sepsis severa y shock. • Esto depende de la etapa de la enfermedad, la cantidad de pus en el espacio pleural, el estado inmunitario del huésped y la virulencia de los microorganismos involucrados. CLÍNICA • Los síntomas más frecuentes de encontrar son la disnea, dolor torácico, anorexia y compromiso del estado general. • En tanto que los signos predominantes son la fiebre, tos con esputo mucopurulento y baja de peso. • Al examen físico existe una disminución de la movilidad de hemitórax comprometido con disminución del murmullo pulmonar y matidez a la percusión. DIAGNÓSTICO • Además de los signos y síntomas mencionados previamente, se debe sospechar la presencia de un empiema pleural ante una neumonía que no responde de manera adecuada al tratamiento antibiótico en un periodo de 48–72 horas y en todos los pacientes que presentan una sepsis de foco no precisado. DIAGNÓSTICO
• Como primera aproximación
diagnóstica, se puede optar por una radiografía de tórax. • Cabe destacar que solo permite visualizar derrames mayores a 200 ml en proyección posteroanterior y 50 ml en proyección lateral. • Además, no logra diferenciar un derrame loculado de un foco de consolidación pulmonar. Considerando sus limitaciones, siempre se debe solicitar asociada a otro estudio imagenológico DIAGNÓSTICO • La Tomografía computada (TC) de tórax con contraste, es una de las herramientas más valiosas en el estudio del empiema pleural. Permite precisar con detalle las características del parénquima pulmonar, la pleura y la ubicación de las loculaciones dentro de la cavidad pleural • En el 68% de los casos muestra el signo de la división pleural, que corresponde a la separación de las pleuras engrosadas por un contenido líquido DIAGNÓSTICO • La ecografía torácica es una alternativa rápida, segura y eficaz para el estudio del empiema pleural. Se utiliza principalmente para guiar procedimientos como la toracocentesis o instalación de pleurostomías. • Permite estimar con mayor precisión que la tomografía computada, el volumen del derrame y engrosamiento pleural. • Además, tiene la ventaja de que puede ser realizada al lado de la cama del paciente y no irradia, sin embargo, es operador dependiente. DIAGNÓSTICO
• La ecografía torácica es una
alternativa rápida, segura y eficaz para el estudio del empiema pleural. Se utiliza principalmente para guiar procedimientos como la toracocentesis o instalación de pleurostomías. • Permite estimar con mayor precisión que la tomografía computada, el volumen del derrame y engrosamiento pleural. • Además, tiene la ventaja de que puede ser realizada al lado de la cama del paciente y no irradia, sin embargo, es operador dependiente. DIAGNÓSTICO • El análisis del líquido pleural, obtenido a través de una toracocentesis, juega un rol crítico en el estudio del empiema pleural. • En condiciones ideales, la toracocentesis debiese ser guiada por ecografía, para disminuir el riesgo de neumotórax iatrogénico. • El análisis de líquido debe incluir, como mínimo, la medición del pH, concentración de proteínas, LDH, glucosa y recuento diferencial de leucocitos. • Además, se deben enviar muestras para cultivo aerobio, anaerobio, hongos, Koch y tinción de Gram. DIAGNÓSTICO • Según el último consenso de la Sociedad Americana de Cirugía Torácica (AATS) del año 2017, los criterios para diagnosticar empiema pleural son los siguientes: • Presencia de pus. • Tinción de Gram. • Cultivo positivo. • Basta con la presencial de cualquiera de estas tres situaciones del examen del líquido pleural para establecer el diagnóstico de manera fehaciente. DIAGNÓSTICO • La presencia de un pH menor que 7,2 en un paciente con sospecha de empiema pleural no es diagnóstico, pero si predictor de una mala evolución clínica y con alta probabilidad de que en el futuro requiera de una pleurostomía o intervención quirúrgica. • Una concentración de LDH mayor que 1000 UI/L, glucosa menor que 40 mg/dL o la presencia de loculaciones, solo sugiere una baja probabilidad de que el derrame pueda ser resuelto exclusivamente con antibióticos. COMPLICACIONES • Si la infección no es tratada a tiempo o de manera adecuada, puede extenderse hasta la pared torácica, formando un absceso, que puede evolucionar fistulizándose a la piel. Esto es lo que se conoce como empiema necessitatis. • Otras complicaciones descritas son los abscesos mediastínicos, fístula broncopleural, osteomielitis costal o vertebral, pericarditis y fibrotórax. MANEJO MANEJO INICIAL • Los pilares del tratamiento del empiema pleural son: controlar el foco infeccioso, drenar la cavidad pleural y lograr una expansión pulmonar completa APROXIMACIÓN AL MANEJO COMPLETO ANTIBIÓTICOS • Para los empiemas pleurales adquiridos en la comunidad, se recomienda el uso de una cefalosporina de segunda o tercera generación, por ejemplo, ceftriaxona, asociado a clindamicina o metronidazol intravenoso. Otra alternativa es el uso de un betalactámico asociado a un inhibidor de betalactamasas endovenoso (ej: ampicilina/sulbactam). • En el caso de los empiemas asociados a la atención en salud, el esquema debe incluir un agente activo contra Staphylococcus aureus meticilino resistente y Pseudomona aeruginosa, como por ejemplo, vancomicina y piperaciclina/tazobactam. El tratamiento debe durar como mínimo entre 2 a 6 semanas DRENAJE POR TORACOCENTESIS • Según el último consenso de la Sociedad Europea de Cirugía Cardiotorácica (EACTS) del año 2015, la toracocentesis se perfila como una de las principales herramientas diagnósticas, sin embargo, se desconoce el rol que desempeña en relación al tratamiento del empiema pleural en etapa exudativa, dada la falta de estudios clínicos randomizados que lo comparen con otro método de evacuación pleural. DRENAJE POR PLEUROSTOMÍA • La pleurostomía cumple dos funciones: drenar el contenido y fusionar la pleura visceral con la parietal, con lo que se oblitera el espacio pleural. Está indicada en los empiemas en etapas tempranas (exudativa o fibrinopurulenta inicial), ya que en etapas más tardías el líquido viscoso ocluye el lumen del drenaje y los tabiques impiden un drenaje adecuado de las colecciones. DRENAJE POR PLEUROSTOMÍA • Pese a que tradicionalmente se han utilizado drenajes de gran calibre (sobre 28 french), existen algunas instituciones que optan por la instalación de drenajes más pequeños tipo “pigtail” (menores a14 french), guiados por ecografía o TC, considerando que son más cómodos para el paciente y que no existen estudios clínicos randomizados que demuestren su inferioridad. DRENAJE, DECORTICACIÓN Y ASEO POR VIDEOTORACOSCOPÍA ASISTIDA (VATS) • Consiste en acceder al tórax a través de una incisión menor a 4 cms. de longitud, sin separador intercostal, complementada con otros accesos mínimos para la visualización e instrumentalización toracoscópica. • Está indicada cuando falla el drenaje con pleurostomía en la etapa exudativa. DRENAJE, DECORTICACIÓN Y ASEO POR VIDEOTORACOSCOPÍA ASISTIDA (VATS) • Corresponde a la primera línea de tratamiento en la etapa fibrinopurulenta y puede utilizarse en algunos casos de empiema pleural organizado. Permite la remoción completa, bajo visión directa, de las loculaciones, fibrina y el peel pleural fino. • Además, logra posicionar los drenajes en los sitios proclives a formar nuevas colecciones. Se asocia a una menor estadía hospitalaria y dolor postoperatorio, con mejores resultados estéticos. DRENAJE, DECORTICACIÓN Y ASEO POR TORACOTOMÍA • Antiguamente el abordaje de elección, hoy en día está indicado en el empiema pleural organizado con un peel pleural grueso, en los pacientes incapaces de tolerar la ventilación monopulmonar y durante una VATS cuando el cirujano no logra cumplir con los pilares del tratamiento. USO DE FIBRINOLÍTICOS • La instilación de enzimas fibrinolíticas se realiza con el fin de disminuir la viscosidad del componente gelatinoso del líquidopleural y debridar la capa restrictiva de fibrina sobre la superficie pleural. Se administra Estreptoquinasa (250.000 UI) o Activador Tisular de Plasminógeno (4 mg) en 100 ml de solución fisiológica a través del drenaje pleural. • Se clampea la pleurostomía y se le pide al paciente que cambie de posición cada 20 minutos para distribuir de manera homogénea el agente instilado. • Luego de 6 horas se desclampea y se reestablece la aspiración. USO DE FIBRINOLÍTICOS • El procedimiento se puede repetir diariamente hasta obtener mejoría clínica, radiológica o disminuir significativamente la cantidad de líquido drenado desde la cavidad pleural. Algunos autores recomiendan su uso en los pacientes de alto riesgo en los cuales se desea evitar una intervención quirúrgica y como terapia complementaria a la cirugía. • Dentro de los efectos adversos se describe la hemorragia, dolor y fiebre. • En la actualidad su utilización es bastante controvertida dada la presencia de estudios con resultados contradictorios. Resumen de alternativas de tratamiento por etapas. PRONÓSTICO Y SEGUIMIENTO • La morbilidad de los pacientes con empiema pleural tratados quirúrgicamente alcanza el 20 a 30% y la mortalidad comunicada es del 3,5 al 20%. Las patologías asociadas y en particular las que producen inmunosupresión, corresponden a factores que se han asociado a mayor morbilidad y mortalidad postquirúrgica. PRONÓSTICO Y SEGUIMIENTO • Otros factores asociados a mal pronóstico son: edad mayor a 70 años, comorbilidad neoplásica, fiebre al momento de la cirugía, deterioro de conciencia, deterioro hemodinámico, infección por Staphylococcus aureus, Klebsiella pneumoniae o Acinetobacter baumannii y necesidad de reoperación o UCI. PRONÓSTICO Y SEGUIMIENTO • Una vez tratados, los pacientes deben ser controlados tanto clínica como radiológicamente. Se recomienda la realización de una radiografía de tórax cada 24–48 horas, hasta la resolución del cuadro agudo. La necesidad de realizar una nueva tomografía computada y exámenes de laboratorio que midan respuesta inflamatoria, va a estar determinada por la sospecha de una complicación posterior al tratamiento CONCLUSIÓN • El empiema pleural continúa siendo una patología prevalente en el medio. Para el diagnóstico se requiere de la presencia de pus, tinción de Gram o cultivo positivo. Los pilares del tratamiento son el control del foco infeccioso, drenaje de la cavidad pleural y lograr una expansión pulmonar completa. • Dentro de la amplia gama de tratamientos, la VATS se perfila como una herramienta capaz de resolver esta enfermedad en etapas iniciales e incluso tardías, obteniendo los beneficios de una cirugía mínimamente invasiva. • Pese a lo anterior, el aspecto clave radica tratar esta patología lo antes posible.