El fideicomiso comenzó como una disposición de última voluntad donde el disponente encomendaba a una persona de confianza realizar un encargo a favor de un tercero. Con el tiempo, se utilizó para conseguir resultados que no permitían la herencia o el legado, como beneficiar a extranjeros. Actualmente, es una figura muy flexible que permite diversos tipos de negocios a través de la creación de un patrimonio autónomo administrado por un fiduciario en beneficio de un fideicomisario.
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El fideicomiso comenzó como una disposición de última voluntad donde el disponente encomendaba a una persona de confianza realizar un encargo a favor de un tercero. Con el tiempo, se utilizó para conseguir resultados que no permitían la herencia o el legado, como beneficiar a extranjeros. Actualmente, es una figura muy flexible que permite diversos tipos de negocios a través de la creación de un patrimonio autónomo administrado por un fiduciario en beneficio de un fideicomisario.
El fideicomiso comenzó como una disposición de última voluntad donde el disponente encomendaba a una persona de confianza realizar un encargo a favor de un tercero. Con el tiempo, se utilizó para conseguir resultados que no permitían la herencia o el legado, como beneficiar a extranjeros. Actualmente, es una figura muy flexible que permite diversos tipos de negocios a través de la creación de un patrimonio autónomo administrado por un fiduciario en beneficio de un fideicomisario.
El fideicomiso comenzó como una disposición de última voluntad donde el disponente encomendaba a una persona de confianza realizar un encargo a favor de un tercero. Con el tiempo, se utilizó para conseguir resultados que no permitían la herencia o el legado, como beneficiar a extranjeros. Actualmente, es una figura muy flexible que permite diversos tipos de negocios a través de la creación de un patrimonio autónomo administrado por un fiduciario en beneficio de un fideicomisario.
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Fideicomisos
El fideicomiso, como indica la misma palabra, comenzó siendo
una disposición de última voluntad mediante la cual el disponente rogaba, encomendaba (commitere) a la buena fe y lealtad (fidei) de una persona de confianza, que realizara un encargo a favor de un tercero. Aunque el fideicomiso, dada su enorme ductilidad y adaptabilidad a cualquier fin que quisiera el testador, y dada la exclusión de formalidades, representaba enormes ventajas respecto al legado, no logró desbancarlo sino que ambas instituciones convivieron durante mucho tiempo. Se acude, en época republicana, al Es probable que, ya a finales de la época republicana, se recurriese a los fideicomisos para conseguir resultados que mediante la fideicomiso en institución de heredero o el legado no era posible alcanzar, por ejemplo, beneficiar con bienes de la herencia a un extranjero que detrimento de no podía ser instituido heredero ni legatario. la institución de heredero o legado La persona que dispone el fideicomiso se llama fiduciante, fiduciario es la persona que debe cumplir el deseo o encargo del fiduciante, y fideicomisario aquél beneficiado por el fideicomiso. Sujetos del 1.Terceros interesados: fideicomiso 1. El beneficiario: es quien recibe los beneficios del fideicomiso. 2. El fideicomisario: es el destinatario final de los bienes romano fideicomitidos. - El praetor fideicommissa Al principio el fiduciario sólo tenía una obligación moral, y no existía medio jurídico alguno para exigirle el cumplimiento del rius, encargo. Pero a partir de Augusto (s. I d.C.) se admitió que, cuando el fraude a la voluntad del disponente fuese particularmente encargado de reprobable, el fideicomisario podía dirigirse extra ordinem al las cuestiones magistrado (concretamente los cónsules) para obtener una ejecución mediante medidas coactivas. A partir de ahí, pronto fue referentes a los reconocida una fuerza obligatoria, creándose un Pretor especial (Praetor fideicommissarius) que tenía jurisdicción para ocuparse fideicomisos de todas aquéllas cuestiones atinentes a los fideicomisos. Los fideicomisos, aunque modelados a imagen y semejanza de los legados, originariamente los distanciaban notables diferencias: + El fideicomiso puede estar contenido tanto en un testamento como en un codicilo, mientras que el legado sólo podía ser ordenado por testamento. Diferencias + El legado sólo podía disponerse a cargo del heredero testamentario, mientras que el fideicomiso podía ser dispuesto a cargo del heredero testamentario o ab entre intestato, de un legatario o del propio fideicomisario, esto es, a cargo de cualquier persona que recibiese algo de la herencia. fideicomisos y + Originariamente, a diferencia del legado, el fideicomisario podía ser cualquiera,
legados en incluso personas privadas de testamentifactio, por ejemplo, extranjeros.
+ Mientras el legado debía ordenarse con palabras solemnes e imperativas Derecho (imperativis verbis) y utilizando la lengua latina, el fideicomiso no estaba sujeto a formalidad alguna (precativis verbis = a modo de ruego), podía encargarse por romano escrito o verbalmente, mediante cualquiera palabras, incluso por signos (Ulpiano, Reg. 25, 3), admitiendo también el uso del griego. Paulatinamente estas diferencias se atenuaron, y legados y fideicomisos que habían sido figuras netamente distintas y seguido caminos diferentes, fueron, por la identidad de sus funciones, avecinándose gradualmente, hasta casi su total unificación bajo Justiniano. Enfoque comercial de la figura: Una figura que en sus fundamentos conceptuales se presenta como un contrato de naturaleza jurídica, trasciende esta disciplina para convertirse en un negocio comercial y especialmente un negocio bancario en razón de la importancia que los bancos le han otorgado al mismo como fuente generadora de negocios. Lo anterior significa que se ha puesto el Fideicomiso al servicio de los clientes de los bancos para que estos puedan realizar nuevos negocios valiéndose de las ventajas y versatilidad que ofrece. Finalidad por cumplir: El segundo factor es que todo fideicomiso tiene implícita necesariamente una finalidad, esto es, que todo fideicomiso se realiza por algo y para algo. En un mundo donde tantas cosas se inician y no todas llegan a su término, creer que un negocio que se ha propuesto se lleve a cabo de la manera más fiel como se le ha encargado a Para que sirve un fiduciario, es una garantía que en vez de limitar las posibilidades de su desarrollo, lo estimula y le da un impulso renovador.
el fideicomiso Patrimonio autónomo: La conformación de un patrimonio autónomo o de afectación
constituye uno de los elementos más sobresalientes del fideicomiso, que permite que los recursos puestos en fideicomiso no se confundan contable ni jurídicamente con los del propio fiduciario, ni aun con otros recursos fideicomitidos que este pudiera tener bajo su administración. El establecimiento de tantos patrimonios autónomos como fideicomisos administrados por un fiduciario, rompe con el principio clásico del derecho civil referente a «una persona, un patrimonio» y da la posibilidad de que con estos se puedan llevar a cabo múltiples negocios. Elasticidad de la figura: Finalmente, la enorme flexibilidad que presenta la figura del fideicomiso permite que se puedan llevar a cabo múltiples negocios de acuerdo con las necesidades de los clientes. Por regla general, un fideicomiso cuenta, al menos, con las siguientes características:
Bilateral. Es necesario que existan dos partes, el fiduciante y el
Características fiduciario. básicas del Consensual. Queda perfeccionado desde el momento en que las partes hubieran dado su consentimiento. fideicomiso Oneroso. Salvo estipulación en contrario, el fiduciario tendrá derecho al reembolso de los gastos y a una retribución. Confianza. Es un aspecto fundamental en este contrato. El fiduciante deposita una total confianza en el fiduciario. Formal: El contrato deberá cumplir con ciertas exigencias establecidas en la Ley. Al fideicomiso se le puede resumir como un “encargo en confianza”, es decir, darle algo a alguien en quien se confía plenamente para que lo administre. Como ese algo puede ser cualquier cosa, desde un bien inmueble hasta dinero, las opciones o modalidades que presenta el fideicomiso pueden ser prácticamente innumerables. Se tienen, entre otros, los siguientes tipos: De Inversión. Que tiene por finalidad la inversión de recursos financieros. De Garantía. Se emplea para garantizar algún tipo de pago o cláusula de cumplimiento. De Administración. Se utiliza para ceder la administración a alguna persona natural o jurídica en cumplimiento de algún tipo de contrato. Inmobiliario. Esta modalidad de fideicomiso está dirigida tanto a personas naturales como a personas jurídicas. En la misma, el fideicomitente entrega al fiduciario, bienes inmuebles para que este los de en arrendamiento, venta, permuta, etc., de conformidad con lo señalado en el contrato y transfiera los beneficios netos al beneficiario. De Seguros. El fiduciante transfiere en propiedad fiduciaria la indemnización o capital provenientes de un contrato de seguro a otra persona (fiduciario), para que este administre según lo acordado en el contrato de fideicomiso. De Educación. Dirigido a personas naturales. Mediante el mismo el fideicomitente entrega una determinada cantidad de fondos al fiduciario para que este los invierta, y con el producto se garanticen los gastos de educación de los beneficiarios. Laboral. Dirigido a personas naturales. El fideicomitente, generalmente el empleador, canaliza hacia el fiduciario los aportes pertenecientes a los trabajadores por concepto de prestaciones sociales, cajas de ahorro o fondos de jubilación, para que este los invierta en la forma señalada en el contrato. Testamentario. Puede constituirse por contrato o testamento, y solo podrá ser hecho sobre bienes determinados. De esta manera, el fiduciante puede imponer la indivisión de los bienes fideicomitidos durante un plazo a partir de su deceso. Agropecuario. Es un contrato de inversión a futuro en el que particulares interesados en invertir en proyectos rentables vinculados a la producción del campo delegan en desarrolladores, instituciones y empresarios esa tarea mediante un acuerdo regulado. Derecho Privado Romano - Antonio Ortega Carrillo de Albornoz. • Betancourt, Fernando. Derecho romano clásico. Universidad de Sevilla, 2007. Referencias: • Díaz Camacho, Miguel Ángel. Soluciones al régimen fiscal del fideicomiso mexicano. IMCP, 2020.