Tema 20 Cesión de Partes Sociales.
Tema 20 Cesión de Partes Sociales.
Tema 20 Cesión de Partes Sociales.
Tema 20.
I.- En principio, las partes sociales no son cesibles. Dado el carácter “intuitus personae” del
contrato de sociedad, ninguno de los socios puede ceder a un tercero su cualidad de socio,
aunque puede cederle derecho de crédito derivados de su condición de socio, en la medida en
que el cesionario no adquiera aquella cualidad. Así, por ejemplo, un socio puede ceder a un
tercero el crédito que le corresponda frente a la sociedad por concepto de participación en las
ganancias habidas y aun futuras; pero el cesionario no adquiere la condición de socio, ni los
derechos de exigir exhibición de libros ni de pedir directamente rendición de cuentas. En todo
caso, la cesión de créditos contra la sociedad hecha por un socio para ser eficaz frente a
terceros debe ser notificada a la sociedad o aceptada por ésta, conforme al derecho común en
la materia.
II.- Sin embargo, la cesión de la parte social que produzca la cesión de la cualidad de socio es
posible en dos casos:
1° Cuando consienten con ello los socios, lo que implica una modificación del contrato
social, razón por la cual, salvo disposición contraria del contrato o de los estatutos, es
necesaria la unanimidad de los socios; y
2° Cuando el contrato social permita la cesión, libremente o con ciertas limitaciones. Es
usual que el contrato sujete la cesión al consentimiento de la simple mayoría de los socios o
de los administradores, o a otro requisito análogo. Igualmente suele establecerse un derecho
de preferencia o de tanteo en favor de los restantes socios en orden a la adquisición de la
parte social que se quiera enajenar.
2.- La ley no establece ningún caso de exclusión de un socio por coto de los restantes o
de la mayoría de ellos. Sólo está previsto que el incumplimiento de las obligaciones del socio
permite a cada uno de los demás exigir la extinción de la sociedad, aun cuando no se haya
vencido el término de la sociedad.
La opinión dominante es que la estipulación del contrato o de los estatutos conforme a
la cual puede excluirse a un socio (continuando la sociedad entre los demás), es nula.
EXTINCIÓN DE LA SOCIEDAD.
a.- Si uno de los socios ha prometido poner en común la propiedad de una cosa y esta
perece antes de haber sido aportada, la sociedad queda disuelta respecto de todos los socios
(art. 1.675 encabezado C.-C.V.)
b.- Queda igualmente disuelta en todos los casos por la pérdida de la cosa, cuando el solo
goce ha sido puesto en común y la propiedad continúa correspondiendo al socio (art. 1.675
aparte 1 C.C.V.). Y
C.- La muerte, interdicción, quiebra o insolvencia de uno de los socios; se observa que
no se ha incluido ni la inhabilitación ni la cesión de bienes, a pesar de que estos hechos
deberían producir efectos análogos ya que responden también a la idea de que los hechos que
impidan a los socios cumplir personalmente sus obligaciones, extinguen la sociedad en razón
del carácter “intuitis personae” de ésta. La omisión de la cesión de bienes es subsanable, ya
que queda comprendida dentro del caso de insolvencia.
La muerte, interdicción, quiebra o insolvencia de uno de los socios disuelve la sociedad
de pleno derecho, de manera que no se continúa ni con los herederos de los socios muertos, ni
entre los socios restante. Sin embargo “se puede estipular que en el caso de muerte de uno de
los socios continúe la sociedad con sus herederos o solo entre los socios sobrevivientes. En el
segundo caso los herederos no tienen derecho sino a que se haga la partición, refiriéndose al
día de la muerte de su causante y no participan de los derechos y obligaciones posteriores,
sino en cuanto sea consecuencia necesaria de las operaciones ejecutadas antes de la muerte
del socio a quien sucede” (art. 1.676 C.C.V.).
D.- La voluntad expresa de uno o varios socios de no querer continuar la sociedad. Esta
causal, en principio no surte efecto sino respecto de las sociedades de duración ilimitada: “la
disolución de la sociedad por voluntad de una de las partes, no se aplica sino a las sociedades
cuya duración es ilimitada, y se efectúa por una renuncia notificada a todos los socios con
tres meses de anticipación. En todo caso, la renuncia debe ser de buena fe y no intempestiva”
(art. 1.677 C.C.V.). Sin embargo, también puede disolverse por voluntad de uno de los socios,
antes del vencimiento del término, las sociedades de duración limitada, en los casos en que
existan “justos motivos” tales como el caso de que uno de los socios falte a su compromiso, o
de que una enfermedad habitual lo haga inhábil para los negocios de la sociedad u otros casos
semejantes (art. 1.,679 C.C.V.)
A.- Hace perder a la sociedad su capacidad jurídica en orden al cumplimiento del fin
para el que se creó (la obtención del objeto social); pero le confiere toda la capacidad jurídica
que requiera para los fines de la liquidación, o sea, para convertir el complejo de las relaciones
jurídicas de las que es titular la sociedad en un patrimonio susceptible de ser
repartido. Así pues, la disolución restringe la capacidad jurídica de la sociedad en cuanto que
ya no puede proseguir en la consecución del objeto social; pero lo amplia en cuanto que le
permite realizar las actividades necesarias para la liquidación, aun cuando impliquen
operaciones que no podrían realizarse durante el giro de la sociedad.
B.- Deja subsistente la personalidad jurídica de la sociedad para los fines de la liquidación
(“lato sensu”) hasta el fin de esta (art. 1.681 C.C.V.).
C.- Hace cesar los poderes de los administradores (art. 1.682 C.C.V. encabezado). Ya que
tales poderes sólo les fueron conferidos para la consecución del objeto social.
B.- Las principales operaciones de liquidación son: ocupación de los bienes, libros,
documentos y correspondencia de la sociedad por el liquidador; exigencia de los derechos de
la sociedad (especialmente cobro de los créditos que tuviere); pago de las deudas a los
acreedores sociales (entre las cuales debe contarse el reembolso de los gastos y anticipos que
hubiere adelantado cualquiera de los socios en interés de la sociedad) y conclusión de los
negocios de la sociedad pendientes al tiempo de su disolución.
2°.- Partición: pagado los acreedores sociales, separadas las sumas necesarias para el
pago de deudas no vencidas o litigiosas y reembolsados los gastos o anticipos que hubiere
hecho cualquiera de los socios en interés de la sociedad, el activo social, si lo hubiere, será
repartido entre los socios (art. 1.683 encabezado C.C.V.).
Si el contrato no estipulare otra cosa se procederá así:
A.- Si el liquido partible es suficiente para ello, cada socio tomará una suma igual al
valor de parte, a menos que éste haya consistido en su industria o en el uso o goce de una
cosa, y si aun quedare excedente éste será repartido entre los socios en proporción a la parte
de cada uno de los beneficios (art. 1.683 aparte 1 C.C.V.), sin que, a falta de pacto en
contrario, el socio que haya aportado una cosa en propiedad tenga derecho a exigir que se le
devuelva la misma cosa aun cuando esta subsista en el patrimonio social.
B.- Si el liquido partible fuera suficiente para cubrir la totalidad de aportes, la pérdida se
repartirá entre los socios en la proporción estipulada (art. 1.683 aparte 2 C.C.V.).
Las reglas concernientes a la participación en la herencia, a la forma de esta y a las
obligaciones que de ellas resulta entre los coherederos son aplicables en cuanto sea posible a
las particiones entre los socios. (art. 1.680 C.C.V.).