Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Oa 7 PPT2

Descargar como pptx, pdf o txt
Descargar como pptx, pdf o txt
Está en la página 1de 12

¿Qué hay en el almohadón de pluma?

Objetivos de Aprendizaje:
(OA 07) Formular una interpretación de los textos literarios, considerando: su experiencia personal y sus
conocimientos; un dilema presentado en el texto y su postura personal acerca del mismo; la relación de la
obra con la visión de mundo y el contexto histórico en el que se ambienta y/o en el que fue creada.
(OA 11) Aplicar estrategias de comprensión de acuerdo con sus propósitos de lectura.

Concepto Clave:
Contexto de producción
Resumen
Interpretación literaria
INICIO Habilidades: Reflexionar sobre el contenido (Recordar,
Analizar)

1. Responde las siguientes preguntas:

a) En términos generales, ¿te gustan los insectos o les temes?


__________________________________________________________________
__________________________________________________________________

b) ¿Imaginas cómo te sentirías si estuvieras en una habitación llena de insectos que suben por tu
cuerpo? Describe.
__________________________________________________________________
__________________________________________________________________
c) ¿Hay insectos que representen un peligro para el ser humano? Comenta.
__________________________________________________________________
__________________________________________________________________
Habilidades: Extraer información explícita e
implícita; Incremento de vocabulario;
DESARROLLO Reconocimiento de funciones gramaticales y usos
ortográficos (Recordar, Comprender, Analizar,
Evaluar, Aplicar)

1. Lee el siguiente texto.


El almohadón de plumas
Horacio Quiroga
NA DE miel fue un largo escalofrío. Rubia, angelical y tímida, el carácter duro de su marido heló sus soñadas niñería
Lo quería mucho, sin embargo, a veces con un ligero estremecimiento cuando volviendo de noche juntos por la calle
a una furtiva mirada a la alta estatura de Jordán, mudo desde hacía una hora. Él, por su parte, la amaba profundame
rlo a conocer.
urante tres meses —se habían casado en abril— vivieron una dicha especial. Sin duda hubiera ella deseado menos
d en ese rígido cielo de amor, más expansiva e incauta ternura; pero el impasible semblante de su marido la contení
.
casa en que vivían influía un poco en sus estremecimientos. La blancura del patio silencioso —frisos, columnas y
s de mármol— producía una otoñal impresión de palacio encantado. Dentro, el brillo glacial del estuco, sin el más lev
en las altas paredes, afirmaba aquella sensación de desapacible frío. Al cruzar de una pieza a otra, los pasos hallab
oda la casa, como si un largo abandono hubiera sensibilizado su resonancia
En ese extraño nido de amor, Alicia pasó todo el otoño. No obstante, había concluido por echar un velo sobre sus
os sueños, y aún vivía dormida en la casa hostil, sin querer pensar en nada hasta que llegaba su marido.
No es raro que adelgazara. Tuvo un ligero ataque de influenza que se arrastró insidiosamente días y
días; Alicia no se reponía nunca. Al fin una tarde pudo salir al jardín apoyada en el brazo de él. Miraba
indiferente a uno y otro lado. De pronto Jordán, con honda ternura, le pasó la mano por la cabeza, y Alicia
rompió en seguida en sollozos, echándole los brazos al cuello. Lloró largamente todo su espanto callado,
redoblando el llanto a la menor tentativa de caricia. Luego los sollozos fueron retardándose, y aún quedó
largo rato escondida en su cuello, sin moverse ni decir una palabra.
Fue ese el último día que Alicia estuvo levantada. Al día siguiente amaneció desvanecida. El médico de
Jordán la examinó con suma atención, ordenándole calma y descanso absolutos.
—No sé —le dijo a Jordán en la puerta de calle, con la voz todavía baja—. Tiene una gran debilidad que no
me explico, y sin vómitos, nada... Si mañana se despierta como hoy, llámeme enseguida.
Al otro día Alicia seguía peor. Hubo consulta. Constatóse una anemia de marcha agudísima,
completamente inexplicable. Alicia no tuvo más desmayos, pero se iba visiblemente a la muerte. Todo el día
el dormitorio estaba con las luces prendidas y en pleno silencio. Pasábanse horas sin oír el menor ruido.
Alicia dormitaba. Jordán vivía casi en la sala, también con toda la luz encendida. Paseábase sin cesar de un
extremo a otro, con incansable obstinación. La alfombra ahogaba sus pasos. A ratos entraba en el
dormitorio y proseguía su mudo vaivén a lo largo de la cama, mirando a su mujer cada vez que caminaba
en su dirección.
Pronto Alicia comenzó a tener alucinaciones, confusas y flotantes al principio, y que
descendieron luego a ras del suelo. La joven, con los ojos desmesuradamente abiertos, no hacía sino
mirar la alfombra a uno y otro lado del respaldo de la cama. Una noche se quedó de repente mirando
fijamente.
. Al rato abrió la boca para gritar, y sus narices y labios se perlaron de sudor.
—¡Jordán! ¡Jordán! —clamó, rígida de espanto, sin dejar de mirar la alfombra.

Jordán corrió al dormitorio, y al verlo aparecer Alicia dio un alarido de horror.


—¡Soy yo, Alicia, soy yo!

Alicia lo miró con extravió, miró la alfombra, volvió a mirarlo, y después de largo rato de estupefacta
confrontación, se serenó. Sonrió y tomó entre las suyas la mano de su marido, acariciándola temblando.

Entre sus alucinaciones más porfiadas, hubo un antropoide, apoyado en la alfombra sobre los dedos,
que tenía fijos en ella los ojos.
Los médicos volvieron inútilmente. Había allí delante de ellos una vida que se acababa,
desangrándose día a día, hora a hora, sin saber absolutamente cómo. En la última consulta Alicia yacía en
estupor mientras ellos la pulsaban, pasándose de uno a otro la muñeca inerte. La observaron largo rato en
silencio y siguieron al comedor.

—Pst... —se encogió de hombros desalentado su médico—. Es un caso serio... poco hay que hacer...

—¡Sólo eso me faltaba! —resopló Jordán. Y tamborileó bruscamente sobre la mesa.

Alicia fue extinguiéndose en su delirio de anemia, agravado de tarde, pero que remitía siempre en
las primeras horas. Durante el día no avanzaba su enfermedad, pero cada mañana amanecía lívida, en
síncope casi.
Parecía que únicamente de noche se le fuera la vida en nuevas alas de sangre. Tenía siempre al despertar
la sensación de estar desplomada en la cama con un millón de kilos encima. Desde el tercer día este
hundimiento no la abandonó más. Apenas podía mover la cabeza. No quiso que le tocaran la cama, ni aún
que le arreglaran el almohadón. Sus terrores crepusculares avanzaron en forma de monstruos que se
arrastraban hasta la cama y trepaban dificultosamente por la colcha.

Perdió luego el conocimiento. Los dos días finales deliró sin cesar a media voz. Las luces continuaban
fúnebremente encendidas en el dormitorio y la sala. En el silencio agónico de la casa, no se oía más que el deli
monótono que salía de la cama, y el rumor ahogado de los eternos pasos de Jordán.
Murió, por fin. La sirvienta, que entró después a deshacer la cama, sola ya, miró un rato extrañada el
almohadón.

—¡Señor! —llamó a Jordán en voz baja—. En el almohadón hay manchas que parecen de sangre.
Jordán se acercó rápidamente Y se dobló a su vez. Efectivamente, sobre la funda, a ambos lados del hueco
que había dejado la cabeza de Alicia, se veían manchitas oscuras.
—Parecen picaduras —murmuró la sirvienta después de un rato de inmóvil observación.
—Levántelo a la luz —le dijo Jordán.
La sirvienta lo levantó, pero enseguida lo dejó caer, y se quedó mirando a aquél, lívida y temblando. Sin sabe
qué, Jordán sintió que los cabellos se le erizaban.
—¿Qué hay? —murmuró con la voz ronca.
—Pesa mucho —articuló la sirvienta, sin dejar de temblar.
Jordán lo levantó; pesaba extraordinariamente. Salieron con él, y sobre la mesa del comedor Jordán cortó
funda y envoltura de un tajo. Las plumas superiores volaron, y la sirvienta dio un grito de horror con toda la
boca abierta, llevándose las manos crispadas a los bandos: —sobre el fondo, entre las plumas, moviendo
lentamente las patas velludas, había un animal monstruoso, una bola viviente y viscosa. Estaba tan hinchado
que apenas se le pronunciaba la boca.

Noche a noche, desde que Alicia había caído en cama, había aplicado sigilosamente su boca —su
trompa, mejor dicho— a las sienes de aquélla,

chupándole la sangre. La picadura era casi imperceptible. La remoción diaria del


almohadón había impedido sin duda su desarrollo, pero desde que la joven no pudo
moverse, la succión fue vertiginosa. En cinco días, en cinco noches, había vaciado a
Alicia.

Estos parásitos de las aves, diminutos en el medio habitual, llegan a adquirir en


ciertas condiciones proporciones enormes. La sangre humana parece serles
particularmente favorable, y no es raro hallarlos en los almohadones de pluma.
2. Realiza un resumen del cuento “El almohadón de plumas”, en el cual destaques los aspectos más
importantes de la narración.

______________________________________________________________________________________
______________________________________________
______________________________________________________________________________________
______________________________________________
______________________________________________________________________________________
______________________________________________

. Responde:
a) ¿Qué tienen en común los elementos que causan terror en este relato y el anterior? Compara y describe.

________________________________________________________________________________________
____________________________________________
b) Si fueses Jordán, ¿qué hubieses hecho con las almohadas de la casa?

_______________________________________________________________________________________
_____________________________________________
c) Este relato fue publicado en 1880, en Uruguay. ¿Qué aspectos del contexto de producción observas
en la narración? Identifica y describe.
__________________________________________________________________________________
__________________________________________________
d) Esta obra se basó en un hecho real. Con ayuda de Internet, averigua más sobre este
acontecimiento y entrega una interpretación del relato leído. A tu parecer, ¿le entregó suficiente
misterio al relato Horacio de Quiroga?
_________________________________________________________________________________
___________________________________________________
_________________________________________________________________________________
___________________________________________________
_________________________________________________________________________________
___________________________________________________
4.Incremento de vocabulario: en cada caso, selecciona el término que mejor reemplace a la palabra
destacada, según su contexto.
a) Honda
grotesca– profunda - vacía

b) Vaivén
constancia – oscilación - vagabundeo
c) Agravado
pesado – mejorado - empeorado

d) Crispadas
contraídas – amoratadas - irritadas

En las siguientes oraciones, reconoce la función gramatical que están cumpliendo las palabras
destacadas. ¿Son sustantivos, adjetivos, verbos o adverbios?
a) Noche a noche, desde que Alicia había caído en cama.
_____________________________________________________________________________________
_______________________________________________
b) Perdió luego el conocimiento.
__________________________________________________________________________________
__________________________________________________

c) Los médicos volvieron inútilmente.


________________________________________________________________________________
____________________________________________________

d) Pronto Alicia comenzó a tener alucinaciones


__________________________________________________________________________________
__________________________________________________
Habilidades: Reflexionar sobre el texto (Analizar,
CIERRE Evaluar)

1. Responde y comenta con tus compañeros y


compañeras:

a) ¿Qué sensaciones te produce leer cuentos de terror?


__________________________________________________________________________________
__________________________________________________

b) ¿Te sientes a gusto leyendo esta clase de relatos?, ¿por qué?


__________________________________________________________________________________
__________________________________________________

c) ¿Prefieres leer relatos de terror o películas?, ¿Cuál te causa mayor temor? Fundamenta.
__________________________________________________________________________________
__________________________________________________

También podría gustarte