El camello que transportaba a los tres reyes magos se pinchó con un cardo en el camino, cojeando gravemente. Mientras los reyes se retrasaban en llegar a Belén para adorar al niño Jesús, discutían sobre el estado del camello y lo lejos que quedaba su destino. Finalmente, el camello llegó a la entrada de Belén, pero se encontraba muy débil y triste.