El Tratado de Versalles de 1919 estableció la culpabilidad de Alemania por la Primera Guerra Mundial, obligándola a pagar reparaciones y perder territorio. También reorganizó el mapa de Europa con la creación de nuevas naciones y la desaparición de cuatro imperios, e intentó mantener la paz a través de la nueva Sociedad de Naciones y controlar la expansión del comunismo con un cinturón de países anticomunistas.