En la actualidad, cualquier persona que trabaje con un ordenador está acostumbrada al uso intensivo del color, tanto en las imágenes y gráficos que aparecen en la pantalla del monitor, como en las ,obtenidas en impresoras. Probablemente,...
moreEn la actualidad, cualquier persona que trabaje con un ordenador está acostumbrada al uso intensivo del color, tanto en las imágenes y gráficos que aparecen en la pantalla del monitor, como en las ,obtenidas en impresoras. Probablemente, casi nadie se pregunta cómo se produce el color en el monitor o en la impresora. Se da por hecho que el color está allí. Cuando alguien ve una imagen en su pantalla, y en ella una zona de color amarillo, casi con toda seguridad piensa que el monitor está emitiendo luz amarilla en esa zona, lo cual no es cierto en absoluto, dado que su monitor sólo puede emitir luz roja, verde o azul. En realidad se trata de una especie de engaño: cuando nuestro ojo recibe simultáneamente rayos de luces rojas y verdes, tiene la sensación de estar viendo amarillo. Lo mismo sucede en una imagen producida en una impresora (aunque el mecanismo visual es completamente distinto). Podemos ver una zona de color verde cuando realmente no existe ni una sola gota de tinta verde. La sensación del verde se tiene al ver por reflexión gotas de tinta cyan (turquesa) y amarillo, situadas muy cerca unas de otras. Para la mayoría de la gente, las anteriores son cuestiones meramente técnicas, que no necesita conocer ni considerar, de la misma forma que no necesita saber cómo funciona un motor de explosión para poder conducir un coche. Sin embargo, para todo aquél que trabaje en aplicaciones gráficas o sencillamente desarrolle aplicaciones que en definitiva van a mostrarse en la pantalla de un monitor y quizás en una impresora, es altamente conveniente conocer la forma en la que se genera el color en el monitor o se reproduce en una impresora. De este modo comprenderá por qué, por ejemplo, un monitor no puede mostrar muchos colores que existen en la naturaleza (menos aún una impresora) y por el contrario, puede emitir más colores de los que el ojo es capaz de diferenciar en determinadas tonalidades. Asímismo, es importante entender las diferentes sensibilidades del ojo a colores distintos. A modo de ejemplo, no debería diseñarse una aplicación en la que zonas de detalle fino o que requieran gran atención del usuario (cursores), sean de color azul: en la gama de los azules es donde el ojo es menos sensible. En las siguientes líneas nos apartaremos de los aspectos informáticos del color para adentrarnos en las causas que producen el color y cómo éste es percibido por el ojo humano. Con ello se tendrán las bases para entender cómo se genera el color en un monitor, cómo lo reproduce una impresora y las deficiencias de ambos dispositivos con respecto a las fuentes de emisión naturales y los receptores ópticos del ojo. Generación del Color Lo primero que debe hacerse a la hora de estudiar los orígenes del color y sus causas es constatar un hecho aparentemente contradictorio: el color no existe. No es una propiedad física de los objetos. En contra de lo que generalmente se piensa, las cosas no son de un color determinado. La hierba no es verde, sino que nos parece verde. Una amapola no es roja, nos parece roja. El color es una sensación subjetiva del cerebro y sólo perceptible para aquellos seres vivos con un cerebro suficientemente desarrollado (humanos, primates y algunas especies excepcionales).