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IDEAS PARA QUÉ, IDEAS PARA QUIÉN. DEBATE SOBRE LA HISTORIA DE LAS IDEAS EN AMÉRICA LATINA Daniel Inclán* de su comparación con otras formas de producción literaria en las que estén presentes tópicos y problemas de la reconstrucción histórica del pensamiento latinoameriano. La preocupación por la forma de producir ideas, por su circulación, su temporalidad y su incidencia en los procesos sociales, no sólo ha importado a los historiadores, también en la literatura de ficción se ha abordado el problema. No es casual esta coincidencia, pues el problema de las ideas latinoamericanas marca, entre otras cosas, las discusiones sobre lo que determina lo latinoamericano. El análisis comparativo permite establecer puentes entre las distintas formas narrativas y ayuda a encontrar los elementos claves de su historicidad y sus contenidos fundamentales. La relación entre historia de las ideas, como subdisciplina académica, y la literatura, como actividad creativa de contenidos simbólicos, no es ilustrativa, es una forma de encontrar los problemas que cruzan las distintas producciones narrativas, abordados en la especificidad de cada una de estas disciplinas pero intercomunicados por el contexto social en el que se producen. El cronista que hace la relación de los acontecimientos sin distinguir entre los grandes y los pequeños responde con ello a la verdad de que nada de lo que tuvo lugar alguna vez debe de darse por perdido para la historia. Aunque, por supuesto, sólo a la humanidad redimida se le ha vuelto citable su pasado en cada uno de sus momentos. WALTER BENJAMÍN, SOBRE EL CONCEPTO DE HISTORIA, TESIS III. Basta pensar en sentir/ para sentir al pensar./ Mi corazón hace reír/ a mi corazón de llorar./ Después de pararme y andar,/ después de quedarme e ir,/ he de ser quién va a llegar/ y luego quien quiere partir./ Vivir es no conseguir. FERNANDO PESSOA L a historia del pensamiento latinoamericano, mejor conocida como historia de las ideas, requiere de balances críticos que permitan recuperar sus elementos más importantes, al tiempo que ayuden a modificar sus carencias. Se puede hacer una revisión aproximativa a la historia de las ideas en América Latina a través * Doctorando de Estudios Latioamericanos, unam. 127 DANIEL INCLÁN LAS COINCIDENCIAS En la novela Respiración Artificial, Ricardo Piglia plantea el problema de saldar una deuda con el pasado argentino en una época de crisis. La vida de Enrique Osorio es el motivo para el intento genealógico de reconstrucción del pensamiento que fundamentaba a la Argentina militarizada. Aquel extraño protagonista de la novela es el eje de la (H)historia por reconstruirse a lo largo de la trama, que resulta análoga a la historia argentina del siglo XX. La tarea está a cargo de Renzi, un joven novelista que entra en contacto con su lejano tío Marcelo Maggi; la única relación entre ambos es epistolar, pero es lo suficientemente incitante para motivar el traslado del escritor a la provincia de Entre Ríos, donde vive su enigmático tío y donde está el material para la reconstrucción de la vida del extraño personaje del siglo XIX. Es en esa apartada región del país donde el contacto personal da materialidad al intercambio de ideas epistolares; esto sucede entre Renzi y el amigo polaco de su tío, Tardewski, un alumno dilecto de Wittgenstein que viaja a América incidentalmente. Entre tanto, aparecen singulares personajes como Arocena, el atemporal censor de las cartas de Osorio y de su nieto, que intenta descifrar los mensajes ocultos del porvenir. La vida de los cuatro personajes principales sirve para construir el nudo de la historia intelectual argentina: un político aventurero, un novelista, un historiador y un filósofo, que juntos intentan directa o indirectamente explicar un pasado lejano que sigue presente. Una suerte de fascinación por los fracasos sirve de motivación para “hacer la historia de las derrotas”.1 128 FUENTES HUMANÍSTICAS 37 CULTURA En la novela se tejen elementos que sirven para explicar la construcción del pensamiento en Latinoamérica, más allá de su localización argentina,2 que también han sido tratados de una u otra forma por la historiografía de las ideas, a saber: el europeísmo migrante, que en la novela tiene dos caras: la del que silenciosamente contribuye al proceso de las ideas y la que se convierte en un canon autoritario; la fundación del pensamiento local por la traducción y la cita de autoridad provenientes de las escuelas del pensamiento europeo;3 la institución de la originalidad intelectual por dos elementos interactuantes: lo local y lo extranjero; la figura del intelectual exiliado o autoexiliado en un espacio de utopía, representado en la novela por Maggi y Enrique Osorio;4 el acto de escribir para el porvenir; y, finalmente, la existencia de una lectura que intenta descifrar los contenidos opacos de las ideas, como lo hace Arocena en la novela. 1 2 3 4 Ricardo Piglia, Respiración artificial, Buenos Aires, Sudamericana, p.18. Cfr. Beatriz Sarlo, “Política, ideología y figuración literaria” en AA. VV., Ficción y política. La narrativa argentina durante el proceso militar. En un diálogo entre Renzi y Marconi, un poeta del club entrerriano de fracasados, el novelista se queja lamentablemente de que la literatura argentina, que inaugura el Facundo de Sarmiento, inicie con una cita en francés. Piglia, op. cit., p. 162. En los escritos autobiográficos de Osorio se podía encontrar una reflexión fechada el 14 de julio de 1850 en la se leía “¿Qué es la utopía? ¿El lugar perfecto? No se trata de eso. Antes que nada, para mí el exilio es la utopía. No hay tal lugar. El destierro, el éxodo, un espacio suspendido en el tiempo entre dos tiempos. Tenemos los recuerdos que nos han quedado del país y luego imaginamos cómo será (como va a ser) el país cuando volvamos a él. Este tiempo muerto entre el pasado y el futuro es la utopía para mí.” Ibid., p. 94. IDEAS PARA QUÉ, IDEAS PARA QUIÉN. DEBATE SOBRE LA HISTORIA DE LAS IDEAS EN A MÉRICA L ATINA Los tópicos que presenta Piglia en su discusión sobre la historia argentina, en un contexto de extrema violencia, han sido trabajados por la historia de las ideas, disciplina que intenta indagar la genealogía de los pensamientos que han motivado la fundación de los estados nacionales, la defensa política de una identidad regional latinoamericana y la construcción de un pensar propio y auténtico a partir de una realidad histórica definida. Estos tópicos, caracterizados de distintas maneras, han sido temas primordiales para establecer una discusión sobre las posibilidades de un pensamiento latinoamericano y sobre su génesis histórica. El problema de lo extranjero ha servido de eje para discutir los límites de la definición de las ideas latinoamericanas. En la articulación narrativa se distingue el uso preposicional del de, en y desde, para diferenciar los procesos de pensamiento en la región.5 Para poder delimitar lo auténtico de ese proceso en la historia de las ideas ha sido importante considerar los elementos extranjeros que interactúan con la realidad histórica latinoamericana. La presencia europea se ha discutido de varias formas o como un elemento de imitación, como lo analiza Augusto Salazar Bondy, ya sea como parte de la explicación de la dependencia de la construcción de saberes como lo teoriza Horacio Cerutti.6 En la lectura pesimista de Salazar Bondy, que Cerutti califica de antimodelo paradigmático del estudio de las 5 6 Una discusión amplia la desarrollan Horacio Cerutti y Mario Magallón en Historia de las ideas latinoamericanas. ¿Disciplina fenecida? Ver Augusto Salazar Bondy, ¿Existe una filosofía de nuestra América? y Horacio Cerutti, Filosofar desde nuestra América. Ensayo problematizador del modus operandi. ideas, se ve a la relación del pensamiento latinoamericano con el europeo como uno de los mayores lastres para poder lograr una producción auténtica y original de ideas. No obstante la lectura negativa de lo europeo, este elemento ha sido primordial para construir la cronología del pensar latinoamericano, que la mayoría de los autores ubica en el momento de la conquista europea, durante el siglo XVI. El tema de la presencia europea en la historia de las ideas latinoamericanas ha sido de los más difíciles de trabajar, sobre todo porque tiene detrás una carga valorativa y una demanda de autenticidad.7 Una forma de resolver la relación del mundo europeo con lo local es el componente mestizo del mundo intelectual latinoamericano, este componente ha sido importante para el estudio de las formas de traducir, releer y aplicar las teorías europeas en América Latina. En el análisis de la dualidad de la condición histórica ha sido pionera la obra de Leopoldo Zea, desde sus estudios del positivismo mexicano hasta sus discusiones sobre la posibilidad de un filosofar latinoamericano, a partir de los cuales intentó trascender la idea de una aplicación mecánica de las teorías importadas, para entender los contextos de uso y las formas de traducción-creación que se dieron en las distintas historias regionales.8 Este elemento ha servido 7 8 El filosofo polaco de la novela de Piglia reflexiona sobre su estancia en América y dice: “Vine a este pueblo hace más de treinta años y desde entonces estoy de paso, sólo que permanezco siempre en le mismo lugar. Permanezco siempre en el mismo lugar pero estoy de paso, le digo.” Respiración artificial, p. 140. Ver Leopoldo Zea, La filosofía latinoamericana como filosofía sin más y El positivismo y la circunstancia mexicana. FUENTES HUMANÍSTICAS 37 CULTURA 129 DANIEL INCLÁN para resaltar el origen dual de los contenidos, formas y procesos de las ideas latinoamericanas, que antes de ser concebidas como una influencia absoluta del pensamiento europeo intentan ser explicadas por la complejidad del entramado ideológico en el que funcionan y desde el cual dialogan. Además, ha servido para explicar las contribuciones que desde esta región se han hecho a la discusión filosófica en general. Lo mestizo es una demanda que funda el nuevo pensamiento nuestro americano y que conlleva la lucha por un cambio del espíritu de los pueblos de la región. “No hay odio de razas, porque no hay razas”, decía Martí, y agregaba “el alma emana, igual y eterna, de los cuerpos diversos en forma y color.” El lugar de la utopía es otro componente esencial para la discusión sobre las mediaciones con las que se ha construido el pensamiento latinoamericano, sobre todo por su relación con una condición histórica de abierta resistencia y en pugna por defender una diferencia constitutiva, y construirse como un espacio propio y auténtico, para lo que ha sido necesario pensar a América Latina no sólo como realidad, sino también como proyecto que contiene tanto a los procesos históricos que le dan contenido particular a la región, como a los sujetos colectivos que realizan el proyecto. América Latina como proyecto incluye un ser y un deber ser, como lo señala Arturo Roig,9 marcados 9 Ver Arturo Roig, Teoría y crítica del pensamiento latinoamericano, www.ensayistas.org/filosofos/argentina/roig/teoria/. Tal vez el historiador de las ideas que más se ha preocupado por el lugar de la utopía en el pensamiento latinoamericano ha sido Horacio Cerutti, que además de dedicar trabajos específicos al problema de la utopía, ha incorporado sus investigaciones al estudio de 130 FUENTES HUMANÍSTICAS 37 CULTURA por la inconmensurabilidad de las distintas temporalidades sociales. La utopía es el lugar de enunciación de la política de la emancipación, asociada a la presencia de saberes complejos y abigarrados de los distintos sujetos regionales. La utopía representa para el horizonte latinoamericano una condición de posibilidad de su historicidad, es un espacio de encuentro entre la memoria y lo posible, donde el pasado fundamenta una alternativa en el presente.10 La utopía es el lugar de la deixis del sujeto histórico latinoamericano, el horizonte de compresión del mundo y de sí, desde un punto lejano, que es el lugar de la construcción de un nombrar distinto.11 Escribir para el futuro es otro de los temas de la historia de las ideas latinoamericanas y está relacionado con las tres etapas que distingue Arturo Ardao sobre la idea de América Latina: la primera, donde no hay nombre ni idea de una realidad; la segunda, donde hay una idea pero no un nombre; y, finalmente, la tercera donde hay idea y nombre, destacándose la importancia de la discusión sobre el futuro desde un presente en construcción.12 El 10 11 12 la historia de la filosofía en América Latina, ver Filosofar desde nuestra América. Al respecto dice Enrique Osorio: “Yo escribiré sobre el futuro porque no quiero recordar el pasado. Uno piensa en lo que vendrá cuando dice: ¿Cómo puede ser que no haya podido ver entonces lo que ahora parece tan evidente? ¿Cómo puedo hacer para ver en el presente los signos que anuncian la dirección del porvenir?” Respiración artificial, p 84. Cfr. Roig, op. cit. La deixis es la parte de la lingüística, más específicamente de la pragmática, cuya función es el señalar hechos o cosas desde el contexto del hablante, desde lo lingüístico y lo extralingüístico. Ver Arturo Ardao, Génesis de la idea y el nombre de América Latina, en América Latina y la Latinidad. IDEAS PARA QUÉ, IDEAS PARA QUIÉN. DEBATE SOBRE LA HISTORIA DE LAS IDEAS EN A MÉRICA L ATINA futuro como espacio de diálogo entre el presente sostenido por un pasado, que intenta ser trascendido desde el todavía no devenido, en el sentido de Ernst Bloch, no como negación que olvida, sino como negación que proyecta construir. Escribir para el futuro es una forma de dislocar la linealidad del tiempo y la visión mecánica del suceder (del pasado en presente y el presente en porvenir); escribir para el futuro es una forma de contribuir a la fundación de un tiempo-espacio posible en el que confluyen distintas temporalidades, distintas memorias. El escribir para el porvenir mantiene una estrecha relación con las formas en las que serán leídos los mensajes.13 La construcción de las ideas en Latinoamérica no ha estado exenta de un complejo proceso de lectura y traducción. Un ejemplo de esto sería la forma en la que se construyó el nombre mismo de Latinoamérica –que se debate entre el origen francés o colombiano, Roig defenderá la primera posición mientras que Ardao la segunda– y las formas en que se leyeron sus contenidos, hasta lograr empatar una idea con un nombre, una idea con diversos proyectos políticos. La reconstrucción que hace Ardao sobre la idea de la América Latina, primero como contraposición a la América Sajona, y después como autodefinición de un proyecto político de intereses continentales, demuestra cómo la forma de leer las ideas es parte importante del proceso de construcción de las mismas.14 13 14 En este proceso se pueden distinguir dos momentos lingüísticos, el locucionario y el perlocucionario, el primero refiere al texto en su contexto y el segundo a su uso múltiple en el tiempo. Cfr. Ardao, op. cit. El argumento original de José María Torres Caicedo devino en múltiples ejercicios de apropiación, que más que buscar un mejor nombrar para la región, intentaba definir las características constitutivas de los distintos campos de producción intelectual. En la novela de Piglia la figura del lector se exacerba hasta convertirse en un lector obsesivo en la figura de Arocena, que descifra supuestos contenidos ocultos en las ideas de Osorio. Otro buen ejemplo de la lectura como problema central de la construcción de ideas en América Latina es el cuento de Borges El evangelio según Marcos, donde radicaliza el proceso de lectura y traducción que termina en la (re)construcción de una idea y de una realidad particular a partir de la interpretación creativa.15 No es casual que los tópicos arriba mencionados sean desarrollados tanto por la literatura como por la historia de las ideas, pues en ellos se encuentran varios de los problemas centrales sobre la construcción del orden de realidad posible a partir de una relación con un pasado y con un presente de acción. El interés por el proceso de construcción de ideas se expresa en la necesidad de construcción de una historia de América Latina en todos los espacios posibles, no únicamente en el filosófico. El problema de las ideas se ha desarrollado en todos los campos de producción simbólica en el intento de apuntalar lo latinoamericano como proyecto, como realidad, como forma de significar el mundo; todas dimensiones cruzadas por la historicidad local en relación con el orden global. En este sentido las ideas latinoamericanas son parte 15 Jorge Luis Borges, El evangelio según Marcos, en El informe de Brodie. FUENTES HUMANÍSTICAS 37 CULTURA 131 DANIEL INCLÁN sustancial del entendimiento de la historia y de la construcción de un mundo posible. La sutura con el pasado argentino que propone Piglia en Respiración artificial, se centra en la historia de vida de un personaje del que sólo quedan ideas, que dialogan con las ideas de otros sujetos vivos en tanto éstos recuperan las ideas de los muertos. Las ideas ocupan un lugar fundamental en el entendimiento de una compleja realidad continental, se realizan no al margen, ni fuera de lugar, sino en la construcción de un lugar propio de enunciación; en la imperante necesidad de alejarse de una naturalización de contenidos, como de la esencialización de características y de la reificación de proyectos.16 EL DIFERENDO Al tiempo, la novela de Piglia sirve para encontrar un cierto diálogo intertextual entre los elementos que fundamentan un reencuentro con el pasado intelectual, también sirve de ejemplo para establecer críticas a la forma en la que se ha construido la historia de las ideas en América Latina. La historización de la formas de pensamiento latinoamericano ha privilegiado sólo un punto del amplio campo de estudio posible, y en un intento por 16 Pensar el lugar que le corresponde a las ideas latinoamericanas es un reto pendiente como parte de su reconstrucción histórica, hasta la fecha se sigue situando el pensamiento latinoamericano desde un orden de verdad europeo. Elías José Palti ensaya una crítica propositiva a esta lógica de comparación, aplicando los análisis de la teoría política de Quentin Skinner y John Pocock, que veían a los textos como acciones localizadas en el lenguaje. Ver El problema de “las ideas fuera de lugar” revisitado. Más allá de la historia de las ideas. 132 FUENTES HUMANÍSTICAS 37 CULTURA justificar su labor se ha homologado la historia de las ideas con la historia de la filosofía y con el proceso mismo de filosofar. Desde una perspectiva historicista se ha intentado reducir el campo de estudio a las ideas de un pequeño sector de actores intelectuales, destacando la centralidad de un sujeto individual productor de saberes, que si bien es entendido desde su relación contextual con una complejidad social, es estudiado en su particularidad. La idea ortegiana de el hombre y sus circunstancias, que permea el estudio histórico de las ideas latinoamericanas, sirve para localizar y establecer las relaciones sociales en las que actúa el agente pensante, pero sigue reproduciendo la teoría de los grandes hombres, de los que desde circunstancias históricas determinadas pueden construir esquemas de conocimiento de la realidad.17 Un conocimiento en construcción desde un ámbito privilegiado de la totalidad de la estructura social. 17 Norbert Elias hacía una crítica similar a la idea de los paradigmas de Thomas Kuhn, quien intentaba presentar otros esquemas de explicación de la historia de la ciencia a partir de la diferenciación de lo interno y lo externo de la producción de saberes científicos, que finalmente se estudiaban desde la individualidad del científico o del grupo de científicos. Ver Norbert Elias “Teoría de la ciencia e historia de la ciencia”, en Conocimiento y poder, Madrid, La piqueta, 1994. En la novela de Piglia,hay un interesante diálogo entre Renzi y el polaco Tardewski que sirve para apuntalar esta idea: “Un académico sin academia, un universitario sin universidad, un polaco sin Polonia; un escritor sin lenguaje. Pero es difícil desterrar el instinto de propiedad. Hay pocas ideas en las universidades (hay pocas ideas en todos lados Wittgenstein tuvo dos en toda su vida) pero todos creen que eso que piensan es una idea. Ideas pocas, hipótesis originales escasísimas, oro fino; el robo es un fantasma que recorre las universidades europeas (y no sólo las europeas). Respiración artificial, p. 239. IDEAS PARA QUÉ, IDEAS PARA QUIÉN. DEBATE SOBRE LA HISTORIA DE LAS IDEAS EN A MÉRICA L ATINA Al igualar la historia de las ideas latinoamericanas a la historia de la filosofía se deja fuera a un amplio número de actores sociales que no pueden acceder a la grafía para contribuir a la producción de un pensamiento auténtico y original. Así, la historia de las ideas se convierte en una defensa del intelectual y de la exclusividad de su campo de trabajo; reproduciendo con ello una visión iluminista del intelectual que guía el camino de los pueblos y que es el poseedor de la verdad del ser latinoamericano. Esta lógica de trabajo de la genealogía del pensamiento latinoamericano es peligrosa en la medida que reproduce una colonialidad de saber; paradójicamente, un trabajo que pretende liberarse de los imperialismos de las categorías, reproduce acríticamente las pretendidas funciones del filósofo.18 En cambio, la aventura genealógica que construye Piglia en su novela, privilegia el intercambio verbal, más que el textual, como medio de construcción de saberesexperiencias colectivas sobre una realidad concreta. La indagación sobre la verdad de un pasado histórico la propone Piglia a partir de lo ausente, de lo suprimido, lo que está debajo de las derrotas y que constituye verdades relativas. Lo interesante de esas verdades es que nunca logran materializarse en el texto y su única vía de continuidad es la oralidad, los individuos pueden no lograr escribir su verdad, pero sus fracasos permiten rastrearla porque se inscriben en otros espacios de lo social, como la memoria.19 18 19 Cerruti, op. cit., p. 155. Cfr. Daniel Balderston, “El significado latente en Respiración artificial de Ricardo Piglia y En el corazón de junio de Luis Gusman”, en AA. VV., Ficción y política. La narrativa argentina durante el proceso militar. En la ficción que plantea Piglia la figura de la fantasmagoría es una constante en la construcción de ideas –metáfora del grado cero de la antropología histórica y de la antropología política que determinan los procesos de construcción de saberes en América Latina– la muerte como elemento constituyente de la utopía,20 muerte que se actualiza en el rememorar ideas pasadas. En este sentido, la forma en la que Piglia se acerca a la reconstrucción de un pasado intelectual no hay ideas mayores o menores, en la medida que todas toman parte del espacio público de la oralidad, lo que las diferencia es su potencial transformador basado en la densidad histórica de su articulación en el proceso de construcción de memorias sociales. En este proceso el todo de las ideas está en juego y no sólo las de los filósofos. Esta operación deshipoteca la historia de las ideas del filosofar mismo y se convierte en un proyecto político existencial, fundado en lo cotidiano, en lo próximo vivido y en lo pasado reactualizado. Al respecto hay proyectos latinoamericanos que han servido para ampliar el campo de estudio de la historia de las 20 Cfr. Edurdo Grüner, Las formas de la espada. Miserias de la teoría política de la violencia. Sobre este tema en Respiración artificial, hay un soliloquio del Senador Osorio muy importante sobre el tema de la muerte, en el que dice: “‘Es mentira que uno espera la muerte’, dijo ‘Es mentira’. Dijo que estaba convencido; que racionalmente eso era lo único que estábamos incapacitados de esperar… ‘Porque la muerte fluye, prolifera, se desborda a mi alrededor y yo soy un naufrago. Aislado en este islote rocoso. ¿A cuántos he visto morir yo?, dijo en Senador. ‘Inmóvil, seco, tratando de conservar mi lucidez y el uso de la palabra mientras la muerte navega a mi alrededor ¿a cuántos he visto morir yo?’ ¿A caso no se había convertido en el que debía dar testimonio de la proliferación incesante de la muerte, de su desborde?”, p. 58. FUENTES HUMANÍSTICAS 37 CULTURA 133 DANIEL INCLÁN ideas. El Taller de Historia Oral Andina, en Bolivia, es un ejercicio paradigmático sobre las formas en las que se puede reconstruir las ideas pasadas, utilizando otros medios que no son los de la grafía. La oralidad en este proyecto juega un papel preponderante ante la ausencia de espacios de escritura de la mayoría de los grupos indígenas bolivianos, expresión de las relaciones coloniales y neocoloniales en las que viven. Este proyecto se fundó en la autocrítica a las limitaciones de los esquemas tradicionales de las ciencias sociales para trabajar el pasado de sociedades abigarradas y organizadas por instituciones comunitarias. En la reconstrucción del pasado andino juegan un papel importante las ideas y los discursos, pero no los que tradicionalmente estudia la historia de las ideas; el mito, por ejemplo, es un eje articulador del desarrollo de la investigación sobre el pasado, es un elemento hermenéutico que permite acercarse a las formas de vida y, en sus casos, de resistencia de los grupos indios de la región. Este elemento es importante para la construcción de otro tipo de interpretación histórica, de dimensión cíclica, donde el pasado corre por distintos canales, según los campos sociales y los sujetos que se lo apropien; de manera que no hay historia, sino historias.21 En este tipo de investigación no hay sujetos y objetos de estudio, sólo sujetos que intercambian formas de ver el mundo para actualizarlas en prácticas, inauguran una nueva forma de investigación-participación en la que el papel de la sensualidad es preponderante, son seres vivientes que 21 Ver Silvia Rivera Cusicanqui, “El potencial epistemológico y teórico de la historia oral: de la lógica instrumental a la descolonización de la historia”, en Temas Sociales, núm. 11, pp. 49-75. 134 FUENTES HUMANÍSTICAS 37 CULTURA intercambia experiencias, y con ellas se constituyen y proyectan un tipo de historia diferencial de auto-identificación.22 Vuelven a cobrar importancia el mito y la utopía, como espacios por excelencia de la oralidad, lugares del intercambio comunitario por medio del habla y del escucha, en el que están presentes los saberes históricos en lucha y que actúan en la construcción de las identidades como parte de la etnogénesis, en la articulación ideológica y en la construcción de espacios de resistencia a las relaciones coloniales.23 Aquellos saberes que Foucault llamó los saberes sometidos encuentran su fundamento latinoamericano en el mito y la utopía oral, mismos que han estado sepultados, enmascarados en el interior de sistemas racionales de interpretación, y que sólo se hacen presentes como parte de un saber erudito; al tiempo que son calificados de insuficientes, de incompetentes.24 En esta lógica, las ideas que importan para la construcción de una historia del pensar latinoamericano no sólo están en el campo filosófico, sino que se ubican en el nivel de la experiencia cotidiana y política. Al mismo tiempo, se reformulan los sujetos de la historia, sus relaciones con el orden social vigente y su participación en la lucha por la construcción de la hegemonía. Para ello ocupan espacios de sig- 22 23 24 Cfr. Walter Mignolo, “El potencial epistemológico de la historia oral: algunas contribuciones de Silvia River Cusicanqui”, en: Daniel Mato, (coord.), Estudios y otras prácticas intelectuales latinoamericanas en cultura y poder. Alberto Flores Galindo ha desarrollo la importancia de las ideas míticas y utópicas en la construcción de la movilización popular en el Perú. Ver “Europa y el país de los incas: la utopía andina” en Buscando un inca. Identidad y utopía en los Andes. Cfr. Michel Foucault, Defender la sociedad. IDEAS PARA QUÉ, IDEAS PARA QUIÉN. DEBATE SOBRE LA HISTORIA DE LAS IDEAS EN A MÉRICA L ATINA nificación que trascienden los límites elitistas de la escritura y construyen espacios de sensibilidad, inauguran nuevas forma de racionalidad, que en el fondo subvierten la idea del sujeto kantiano-cartesiano, transparente y autoreflexivo.25 Este sujeto de la historia oral, a diferencia de la historia tradicional de las ideas, es un sujeto dislocado, constituido en la dualidad del colonialismo interno, que al tiempo que agudiza las formas de dominación y explotación sirve de plataforma para la construcción de discursos y prácticas políticas cada vez más densas y complejas. Este sujeto está anclado en la memoria y la experiencia, en la sensualidad por encima de la racionalidad instrumental. Por eso es difícil de localizarlo en los centros de producción académicos, en las universidades sólo se les estudia como objetos exóticos que sirven para fundamentar teorías sobre lo social. Es una gran limitante de la historia de las ideas en América Latina el centrarse sólo en la producción de los saberes institucionales, ya que degrada una compleja relación social de producción de ideas que contribuyen a un pensar auténtico y diferenciado. Esta recuperación de lo oral y de la experiencia testimonial no puede darse al margen de una crítica de sus contenidos y de sus formas,26 para lo que es importante hacer un seguimiento de los distintos sujetos sociales que se sirven de la oralidad como medio de construcción e intercambio de ideas, pues no es lo mismo una comunidad de indígenas andinos que un grupo de presos políticos en las dictaduras militares del Cono Sur, por ejemplo. Los lugares de enunciación son de suma importancia para entender la complejidad histórica desde la que se construyen los relatos orales, las formas en las que trabajan las mitologías y las ideologías. El locus de enunciación marca las posibilidades y los antecedentes de los distintos proyectos políticos. Acá aparece el tema de la colonialidad, que poco ha sido discutido por la historia de la ideas en América Latina, se le ha reducido a la discusión sobre las formas en que se adaptan e integran las doctrinas de los centros académicos hegemónicos, se ha omitido la dimensión geopolítica de la construcción de saberes, sobre todo en los ámbitos universitarios, que son los privilegiados por la visión historicista de la historia de las ideas latinoamericanas. Poco se ha estudiado la forma en la que la producción de sistemas de significación latinoamericanos ha puesto en entredicho la metafísica occidental, al desuniversalizarla o provincializarla, criticando el presupuesto de que la historia de las ideas es lo mismos que el filosofar y su reproducción de la metafísica iluminista del saber occidental.27 Recuperar la oralidad y sus contenidos simbólicos en el campo de la historia de las ideas, sería algo así como recuperar lo innombrable en la lógica occidental del pensamiento; y como dice Piglia: “Hablar de lo indecible es poner en peligro la supervivencia del lenguaje como portador de la verdad del hombre. Riesgo mortal.” Respiración artificial, p. 272. Beatriz Sarlo ha hecho una crítica sugerente sobre los límites del testimonio y de su capacidad para reconstruir un pasado, pero hay que tener en cuenta que ella hace la crítica con respecto al ejercicio exacerbado de las memorias de las víctimas de la dictadura. Ver Tiempo pasado. Cultura de la memoria y giro subjetivo. Walter Mignolo, “Introducción”, en Capitalismo y geopolítica del conocimiento. El eurocentrismo y la filosofía de la liberación en el debate intelectual contemporáneo. 25 26 27 FUENTES HUMANÍSTICAS 37 CULTURA 135 DANIEL INCLÁN Es muy sintomático que en los últimos textos sobre la historia de la filosofía latinoamericana no se hable del potencial de la filosofía de la liberación que durante años ha intentado construir Enrique Dussel. El análisis del discurso de la modernidad/ colonialidad y de su doble cara que ha hecho Dussel serviría mucho para entender los procesos de construcción de ideas y saberes en América Latina, dejando detrás el falso problema sobre la modernidad o no modernidad de la región. En la analéctica de Dussel, no hay puntos de llegada de la modernidad, sino puntos de partida.28 Para evitar convertir en una moda los estudios poscoloniales latinoamericanos y su teoría de la colonialidad, hay contrapuntos académicos que sirven para evitar la neutralización de los pensamientos descolonizantes, y evitar su entronización en el mundo académico, así como ubicarla en la dimensión política y social a la que pertenece. Una vez más la figura de Silvia Rivera Cusicanqui sirve de referencia, al igual que los trabajos de teoría sociológica de Pablo González Casanova, en los que la colonialidad interna se articula como una matriz generativa del orden capitalista del mundo latinoamericano.29 En este terreno es importante el aporte que hace Carlos Lenkersdorf sobre el pensamiento indígena tojolabal y sus posibilidades para la construcción de un sistema filosófico a partir de sus formas de signi- ficar el mundo y construir la realidad, que trasciende los límites de la metafísica occidental y de la idea del ser que funda en sus distintas expresiones.30 Partiendo del presupuesto de que toda lengua implica una cosmovisión, Lenkersdorf intenta reconstruir la cosmovisión tojolabal y a partir de ella articular la explicación filosófica no occidental de la realidad. El punto de partida es la partícula lingüística del nosotros, el tik en tojolabal, que es el grado cero de significación del orden lingüístico del mundo maya. Este nosotros deviene en una acción llamada nosótrica por Lenkersdorf, que es el punto de constitución de la sujetidad política y comunitaria del mundo maya. En esta lógica no existe una diferencia entre sujetos y objetos, la vida sensible no es una característica antropocéntrica, es una cualidad de todos los seres que ocupan un lugar en el espacio. En este sistema se logra con éxito, al menos momentáneamente en un orden capitalista y neoliberal, la construcción de un nosotros, que está por encima del yo individual cartesiano y del yo racional kantiano. Un nosotros que siempre fue un tema de la filosofía moderna, pero sólo como referencia mítica, que pretendía contar de otra manera la fragmentación individualista del mundo de la propiedad privada.31 El nosotros tojolabal se funda en 30 31 28 29 Enrique Dussel, “1492 el encubrimiento del otro (hacia el origen del mito de la modernidad)” en Latinoamérica. Anuario de estudios latinoamericanos, num. 25, pp. 7-122. Ver Silvia Rivera Cusicanqui, “Chhixinakax utxiwa. Una reflexión sobre las prácticas y discursos descolonizadores” en Mario Yapu, comp., Modernidad y pensamiento descolonizador. 136 FUENTES HUMANÍSTICAS 37 CULTURA Carlos Lenkersdorf, Filosofar en clave tojolabal. Cfr. Bolívar Echeverría, Las ilusiones de la modernidad. Incluso Arturo Roig cae en el juego de un nosotros moderno, el sujeto colectivo de una comunidad imaginaria, nuestramericanista. A este nosotros de Roig le falta una crítica las potenciales formas de construcción de identificaciones posibles, en términos de la materialidad histórica desde la que se realiza, de lo contrario se sigue reproduciendo la idea de identidades esenciales que no requieren de sujetos políticos colectivos que las actualicen. IDEAS PARA QUÉ, IDEAS PARA QUIÉN. DEBATE SOBRE LA HISTORIA DE LAS IDEAS EN A MÉRICA L ATINA una comunidad sensible de sujetos interactuantes, de intercambio constituyente de experiencias vitales, que funcionan en diversos órdenes de verdad y con variadas racionalidades. Las potenciales poéticas del saber de esta forma de construir y significar el mundo ponen en entre dicho el papel central del filósofo como constructor de ideas, trascienden los estrechos límites epistemológicos de la filosofía moderna. Para todos todo, sería el argumento cognoscitivo del pensar tojolabal, no sólo los humanos aprenden entre ellos, aprenden del entorno y enseñan al entorno. El trabajo de Lenkersdorf motiva a un amplio número de estudios posibles sobre la construcción de saberes latinoamericanos, o mejor dicho en la Latinoamérica indígena.32 ESCRIBIR PARA NO SER LEÍDO33 Una de las novelas más importantes de los últimos años en América Latina es Los detectives salvajes de Roberto Bolaño.34 En ella, el fallecido escritor chileno reconstruye la epopeya del grupo de poetas real visceralistas en su búsqueda por los textos perdidos de Cesaría Tinajero, la fundadora de su movimiento. El encuentro con 32 33 34 Por ejemplo, esta forma de constituirse como sujetos históricos que tienen los tojolabales marca un quiebre con el argumento psicoanalítico del exceso constituyente, ante la imposibilidad de acceso a lo real, que excede las posibilidades significativas del sujeto, se transita a la construcción de un orden simbólico que sutura la imposibilidad de lo real. En el mundo tojolabal lo real no excede, está junto, es parte de, ya que no hay una diferencia entre el sujeto y el objeto del trabajo, pues ambos están dotados de sensibilidad vital que los pone en un plano equiparable. En diálogo con las ideas de Gerardo de La Fuente. Roberto Bolaño, Los detectives salvajes. los poemas de la mítica escritora, motiva un segundo viaje hacia las tierras donde vivió sus últimos años. El viaje hacía el norte de México para localizar el espacio físico donde existió la autojubilada poetisa, una suerte de fenomenología del lugar de producción de la experiencia estética, motiva un viaje interminable por la búsqueda de sí, de los dos últimos representantes del movimiento real visceralista, Arturo Belano y Ulises Lima. La búsqueda nunca termina porque no se consigue el objetivo, que en principio no sabían cuál era. La novela es una rica metáfora de la modernidad latinoamericana y de la búsqueda incansable e inacabable de un elemento de identidad, a veces colectivo a veces individual, que se actualiza en un girar utópico incontenido, que se basa en la búsqueda de indicios, de pequeñas señales que motivan voluntades y construyen espacios de vida, poco convencionales, ligeramente esporádicos, reinados por la contingencia, pero fundados en una utopía incitante. Los indicios de saberes ocultos están en viejos textos que se sabe que existen, pero se desconoce el lugar dónde pueden estar. El escribir para no ser leído, es un elemento estructurante de la producción de conocimiento en América Latina, donde las ideas se archivan en anacrónicos y disfuncionales templos del saber. Como dicen que decía Edmundo O’Gorman, la historia pasa del olvido de los archivos al olvido de las bibliotecas. El saber académico latinoamericano antes que ser deficiente, dependiente, imitativo, poco original, etcétera, etcétera, es poco leído. No es que no haya una filosofía latinoamericana, el problema es que poco se lee, lo cual no es sólo un problema de FUENTES HUMANÍSTICAS 37 CULTURA 137 DANIEL INCLÁN organización de los saberes, sino también de las experiencias que motivan las ideas producidas en la región. Es por eso que la historia de las ideas está obligada a ampliar sus espacios de estudio, de lo contrario no será una disciplina fenecida, pero si una disciplina poco práctica. El proceso de producción de saberes está más allá del ámbito académico, se encuentra anclado en los movimientos sociales, en las aventuras personales, en la voluntad de hacer y construir. Por ello, es restrictivo pensar a la historia de la ideas como parte del filosofar, porque hay saberes que no construyen filosofías, hay ideas cuya función cumple un papel más existencial que racional, que sirven para la vida de los sujetos colectivos en lucha por la hegemonía o para la vida aventurada de hombres y mujeres que deciden hacer de la búsqueda del sentido de la vida su empresa. Muchas de las ideas latinoamericanas han sido escritas para no ser leídas o no han sido escritas y no son leídas, pero no por ello dejan de incitar a la acción. El real visceralismo es la metáfora perfecta, un movimiento intelectual que ocupó escasos números de Caborca, una revista utópica en todos sus sentidos, que sirvió de motivación para un grupo de jóvenes dispersos y abandonados por un sistema social decadente, para iniciar una investigación, para convertirse en detectives salvajes. El final de la novela, además de magistral, es la metáfora del proceso de construcción de saberes, ideas, conocimientos en América Latina, el final de la ficción está en ideogramas, que son a su vez criptogramas, que encierran una verdad no transparente, no directa y mucho menos esencial. La ideas se encriptan, no son continuas, ordenadas; por el contra138 FUENTES HUMANÍSTICAS 37 CULTURA rio, son caóticas, múltiples, el significado es relativo a quien lo construya. Pero sirven para generar emociones, saberes-experiencias, conocimientos sensibles. La historia de las ideas en América Latina debería preguntarse por la idea de la libertad, que no es exclusiva de ningún texto, ni de ninguna producción académica, y que no obstante es fundamental para entender el proceso de construcción de saberes en la región a través de la movilización popular que pugna por otro mundo posible. Un reto de la investigación histórica del pensamiento latinoamericano es trascender sus estrechas fronteras, delimitadas por la producción institucional, y empezar a contener aquellos saberes, pensamientos y dichos que de muchas formas han contribuido a la construcción de una particularidad e identidad en el pensamiento continental. Para ello hay que ubicar las motivaciones y las meditaciones entre los distintos procesos de producción de ideas, que dialogan e interactúan más allá de los ámbitos institucionales. Se requiere, una historia social de la construcción de ideas y no una visión idealistas e historicista que sólo se preocupe por las ideas de los grandes pensadores. Para ello es necesario recuperar y actualizar discusiones sobre temas claves a lo largo del debate sobre el estudio del pensamiento latinoamericano e integrar lo indecible dentro de la lógica de la razón instrumental BIBLIOGRAFÍA Ardao, Arturo. 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