IDEAS PARA QUÉ, IDEAS PARA QUIÉN.
DEBATE SOBRE LA HISTORIA DE LAS IDEAS EN AMÉRICA LATINA
Daniel Inclán*
de su comparación con otras formas de
producción literaria en las que estén presentes tópicos y problemas de la reconstrucción histórica del pensamiento latinoameriano. La preocupación por la forma
de producir ideas, por su circulación, su
temporalidad y su incidencia en los procesos sociales, no sólo ha importado a los
historiadores, también en la literatura de
ficción se ha abordado el problema. No es
casual esta coincidencia, pues el problema de las ideas latinoamericanas marca,
entre otras cosas, las discusiones sobre lo
que determina lo latinoamericano. El análisis comparativo permite establecer puentes entre las distintas formas narrativas y
ayuda a encontrar los elementos claves
de su historicidad y sus contenidos fundamentales. La relación entre historia de las
ideas, como subdisciplina académica, y
la literatura, como actividad creativa de
contenidos simbólicos, no es ilustrativa, es
una forma de encontrar los problemas
que cruzan las distintas producciones narrativas, abordados en la especificidad de
cada una de estas disciplinas pero intercomunicados por el contexto social en el
que se producen.
El cronista que hace la relación de los acontecimientos sin distinguir entre los grandes y los
pequeños responde con ello a la verdad de
que nada de lo que tuvo lugar alguna vez debe
de darse por perdido para la historia. Aunque,
por supuesto, sólo a la humanidad redimida
se le ha vuelto citable su pasado en cada uno
de sus momentos.
WALTER BENJAMÍN, SOBRE
EL CONCEPTO DE HISTORIA,
TESIS
III.
Basta pensar en sentir/ para sentir al pensar./
Mi corazón hace reír/ a mi corazón de llorar./
Después de pararme y andar,/ después de
quedarme e ir,/ he de ser quién va a llegar/
y luego quien quiere partir./
Vivir es no conseguir.
FERNANDO PESSOA
L
a historia del pensamiento latinoamericano, mejor conocida como historia de
las ideas, requiere de balances críticos
que permitan recuperar sus elementos
más importantes, al tiempo que ayuden a
modificar sus carencias. Se puede hacer
una revisión aproximativa a la historia
de las ideas en América Latina a través
*
Doctorando de Estudios Latioamericanos, unam.
127
DANIEL INCLÁN
LAS COINCIDENCIAS
En la novela Respiración Artificial, Ricardo Piglia plantea el problema de saldar
una deuda con el pasado argentino en una
época de crisis. La vida de Enrique Osorio
es el motivo para el intento genealógico
de reconstrucción del pensamiento que
fundamentaba a la Argentina militarizada.
Aquel extraño protagonista de la novela
es el eje de la (H)historia por reconstruirse
a lo largo de la trama, que resulta análoga a la historia argentina del siglo XX. La tarea está a cargo de Renzi, un joven novelista que entra en contacto con su lejano tío
Marcelo Maggi; la única relación entre
ambos es epistolar, pero es lo suficientemente incitante para motivar el traslado
del escritor a la provincia de Entre Ríos,
donde vive su enigmático tío y donde está
el material para la reconstrucción de la vida del extraño personaje del siglo XIX.
Es en esa apartada región del país donde el contacto personal da materialidad
al intercambio de ideas epistolares; esto
sucede entre Renzi y el amigo polaco de su
tío, Tardewski, un alumno dilecto de Wittgenstein que viaja a América incidentalmente. Entre tanto, aparecen singulares
personajes como Arocena, el atemporal
censor de las cartas de Osorio y de su
nieto, que intenta descifrar los mensajes
ocultos del porvenir. La vida de los cuatro personajes principales sirve para construir el nudo de la historia intelectual
argentina: un político aventurero, un novelista, un historiador y un filósofo, que
juntos intentan directa o indirectamente
explicar un pasado lejano que sigue presente. Una suerte de fascinación por los
fracasos sirve de motivación para “hacer
la historia de las derrotas”.1
128 FUENTES HUMANÍSTICAS 37
CULTURA
En la novela se tejen elementos que
sirven para explicar la construcción del
pensamiento en Latinoamérica, más allá
de su localización argentina,2 que también han sido tratados de una u otra
forma por la historiografía de las ideas,
a saber: el europeísmo migrante, que en
la novela tiene dos caras: la del que silenciosamente contribuye al proceso de las
ideas y la que se convierte en un canon
autoritario; la fundación del pensamiento
local por la traducción y la cita de autoridad provenientes de las escuelas del
pensamiento europeo;3 la institución de la
originalidad intelectual por dos elementos interactuantes: lo local y lo extranjero;
la figura del intelectual exiliado o autoexiliado en un espacio de utopía, representado en la novela por Maggi y Enrique
Osorio;4 el acto de escribir para el porvenir; y, finalmente, la existencia de una
lectura que intenta descifrar los contenidos opacos de las ideas, como lo hace
Arocena en la novela.
1
2
3
4
Ricardo Piglia, Respiración artificial, Buenos Aires,
Sudamericana, p.18.
Cfr. Beatriz Sarlo, “Política, ideología y figuración
literaria” en AA. VV., Ficción y política. La narrativa
argentina durante el proceso militar.
En un diálogo entre Renzi y Marconi, un poeta
del club entrerriano de fracasados, el novelista se queja lamentablemente de que la literatura argentina, que inaugura el Facundo de
Sarmiento, inicie con una cita en francés. Piglia,
op. cit., p. 162.
En los escritos autobiográficos de Osorio se podía encontrar una reflexión fechada el 14 de julio de 1850 en la se leía “¿Qué es la utopía?
¿El lugar perfecto? No se trata de eso. Antes
que nada, para mí el exilio es la utopía. No
hay tal lugar. El destierro, el éxodo, un espacio
suspendido en el tiempo entre dos tiempos.
Tenemos los recuerdos que nos han quedado del
país y luego imaginamos cómo será (como va a
ser) el país cuando volvamos a él. Este tiempo
muerto entre el pasado y el futuro es la utopía
para mí.” Ibid., p. 94.
IDEAS PARA QUÉ, IDEAS PARA QUIÉN. DEBATE SOBRE LA HISTORIA DE LAS IDEAS EN A MÉRICA L ATINA
Los tópicos que presenta Piglia en su
discusión sobre la historia argentina, en
un contexto de extrema violencia, han
sido trabajados por la historia de las ideas,
disciplina que intenta indagar la genealogía de los pensamientos que han motivado
la fundación de los estados nacionales, la
defensa política de una identidad regional latinoamericana y la construcción de
un pensar propio y auténtico a partir de una
realidad histórica definida. Estos tópicos,
caracterizados de distintas maneras, han
sido temas primordiales para establecer
una discusión sobre las posibilidades de un
pensamiento latinoamericano y sobre su
génesis histórica.
El problema de lo extranjero ha servido
de eje para discutir los límites de la definición de las ideas latinoamericanas. En
la articulación narrativa se distingue el
uso preposicional del de, en y desde, para
diferenciar los procesos de pensamiento
en la región.5 Para poder delimitar lo auténtico de ese proceso en la historia de
las ideas ha sido importante considerar
los elementos extranjeros que interactúan
con la realidad histórica latinoamericana.
La presencia europea se ha discutido de
varias formas o como un elemento de imitación, como lo analiza Augusto Salazar
Bondy, ya sea como parte de la explicación de la dependencia de la construcción
de saberes como lo teoriza Horacio Cerutti.6 En la lectura pesimista de Salazar Bondy, que Cerutti califica de antimodelo paradigmático del estudio de las
5
6
Una discusión amplia la desarrollan Horacio
Cerutti y Mario Magallón en Historia de las ideas
latinoamericanas. ¿Disciplina fenecida?
Ver Augusto Salazar Bondy, ¿Existe una filosofía de nuestra América? y Horacio Cerutti, Filosofar desde nuestra América. Ensayo problematizador del modus operandi.
ideas, se ve a la relación del pensamiento latinoamericano con el europeo como
uno de los mayores lastres para poder
lograr una producción auténtica y original de ideas. No obstante la lectura negativa de lo europeo, este elemento ha
sido primordial para construir la cronología del pensar latinoamericano, que la
mayoría de los autores ubica en el momento de la conquista europea, durante
el siglo XVI. El tema de la presencia europea en la historia de las ideas latinoamericanas ha sido de los más difíciles
de trabajar, sobre todo porque tiene detrás una carga valorativa y una demanda
de autenticidad.7
Una forma de resolver la relación del
mundo europeo con lo local es el componente mestizo del mundo intelectual latinoamericano, este componente ha sido
importante para el estudio de las formas
de traducir, releer y aplicar las teorías europeas en América Latina. En el análisis de
la dualidad de la condición histórica ha
sido pionera la obra de Leopoldo Zea, desde sus estudios del positivismo mexicano
hasta sus discusiones sobre la posibilidad de un filosofar latinoamericano, a partir de los cuales intentó trascender la idea
de una aplicación mecánica de las teorías
importadas, para entender los contextos
de uso y las formas de traducción-creación que se dieron en las distintas historias regionales.8 Este elemento ha servido
7
8
El filosofo polaco de la novela de Piglia reflexiona sobre su estancia en América y dice: “Vine a
este pueblo hace más de treinta años y desde
entonces estoy de paso, sólo que permanezco
siempre en le mismo lugar. Permanezco siempre
en el mismo lugar pero estoy de paso, le digo.”
Respiración artificial, p. 140.
Ver Leopoldo Zea, La filosofía latinoamericana
como filosofía sin más y El positivismo y la circunstancia mexicana.
FUENTES HUMANÍSTICAS 37
CULTURA
129
DANIEL INCLÁN
para resaltar el origen dual de los contenidos, formas y procesos de las ideas latinoamericanas, que antes de ser concebidas como una influencia absoluta del
pensamiento europeo intentan ser explicadas por la complejidad del entramado ideológico en el que funcionan y desde
el cual dialogan. Además, ha servido para
explicar las contribuciones que desde esta región se han hecho a la discusión filosófica en general. Lo mestizo es una
demanda que funda el nuevo pensamiento nuestro americano y que conlleva la
lucha por un cambio del espíritu de los
pueblos de la región. “No hay odio de
razas, porque no hay razas”, decía Martí,
y agregaba “el alma emana, igual y eterna,
de los cuerpos diversos en forma y color.”
El lugar de la utopía es otro componente esencial para la discusión sobre las
mediaciones con las que se ha construido el pensamiento latinoamericano, sobre
todo por su relación con una condición
histórica de abierta resistencia y en pugna
por defender una diferencia constitutiva,
y construirse como un espacio propio y
auténtico, para lo que ha sido necesario pensar a América Latina no sólo como
realidad, sino también como proyecto
que contiene tanto a los procesos históricos que le dan contenido particular a
la región, como a los sujetos colectivos
que realizan el proyecto. América Latina
como proyecto incluye un ser y un deber
ser, como lo señala Arturo Roig,9 marcados
9
Ver Arturo Roig, Teoría y crítica del pensamiento
latinoamericano, www.ensayistas.org/filosofos/argentina/roig/teoria/. Tal vez el historiador de las
ideas que más se ha preocupado por el lugar de
la utopía en el pensamiento latinoamericano ha
sido Horacio Cerutti, que además de dedicar
trabajos específicos al problema de la utopía,
ha incorporado sus investigaciones al estudio de
130 FUENTES HUMANÍSTICAS 37
CULTURA
por la inconmensurabilidad de las distintas temporalidades sociales.
La utopía es el lugar de enunciación de
la política de la emancipación, asociada
a la presencia de saberes complejos y
abigarrados de los distintos sujetos regionales. La utopía representa para el horizonte latinoamericano una condición
de posibilidad de su historicidad, es un
espacio de encuentro entre la memoria y
lo posible, donde el pasado fundamenta
una alternativa en el presente.10 La utopía es el lugar de la deixis del sujeto histórico latinoamericano, el horizonte de
compresión del mundo y de sí, desde un
punto lejano, que es el lugar de la construcción de un nombrar distinto.11
Escribir para el futuro es otro de los temas de la historia de las ideas latinoamericanas y está relacionado con las tres
etapas que distingue Arturo Ardao sobre la
idea de América Latina: la primera, donde
no hay nombre ni idea de una realidad; la
segunda, donde hay una idea pero no un
nombre; y, finalmente, la tercera donde
hay idea y nombre, destacándose la importancia de la discusión sobre el futuro
desde un presente en construcción.12 El
10
11
12
la historia de la filosofía en América Latina, ver
Filosofar desde nuestra América.
Al respecto dice Enrique Osorio: “Yo escribiré
sobre el futuro porque no quiero recordar el
pasado. Uno piensa en lo que vendrá cuando
dice: ¿Cómo puede ser que no haya podido
ver entonces lo que ahora parece tan evidente?
¿Cómo puedo hacer para ver en el presente los
signos que anuncian la dirección del porvenir?”
Respiración artificial, p 84.
Cfr. Roig, op. cit. La deixis es la parte de la
lingüística, más específicamente de la pragmática,
cuya función es el señalar hechos o cosas desde el contexto del hablante, desde lo lingüístico
y lo extralingüístico.
Ver Arturo Ardao, Génesis de la idea y el nombre de
América Latina, en América Latina y la Latinidad.
IDEAS PARA QUÉ, IDEAS PARA QUIÉN. DEBATE SOBRE LA HISTORIA DE LAS IDEAS EN A MÉRICA L ATINA
futuro como espacio de diálogo entre el
presente sostenido por un pasado, que
intenta ser trascendido desde el todavía
no devenido, en el sentido de Ernst Bloch,
no como negación que olvida, sino como
negación que proyecta construir. Escribir
para el futuro es una forma de dislocar la
linealidad del tiempo y la visión mecánica del suceder (del pasado en presente
y el presente en porvenir); escribir para
el futuro es una forma de contribuir a la
fundación de un tiempo-espacio posible
en el que confluyen distintas temporalidades, distintas memorias.
El escribir para el porvenir mantiene una
estrecha relación con las formas en las que
serán leídos los mensajes.13 La construcción de las ideas en Latinoamérica no ha
estado exenta de un complejo proceso de
lectura y traducción. Un ejemplo de esto
sería la forma en la que se construyó el
nombre mismo de Latinoamérica –que
se debate entre el origen francés o colombiano, Roig defenderá la primera posición mientras que Ardao la segunda– y
las formas en que se leyeron sus contenidos, hasta lograr empatar una idea con
un nombre, una idea con diversos proyectos políticos. La reconstrucción que
hace Ardao sobre la idea de la América
Latina, primero como contraposición a la
América Sajona, y después como autodefinición de un proyecto político de intereses continentales, demuestra cómo la forma de leer las ideas es parte importante del
proceso de construcción de las mismas.14
13
14
En este proceso se pueden distinguir dos momentos lingüísticos, el locucionario y el perlocucionario, el primero refiere al texto en su
contexto y el segundo a su uso múltiple en
el tiempo.
Cfr. Ardao, op. cit.
El argumento original de José María Torres Caicedo devino en múltiples ejercicios de apropiación, que más que buscar
un mejor nombrar para la región, intentaba definir las características constitutivas
de los distintos campos de producción intelectual. En la novela de Piglia la figura
del lector se exacerba hasta convertirse
en un lector obsesivo en la figura de Arocena, que descifra supuestos contenidos
ocultos en las ideas de Osorio. Otro buen
ejemplo de la lectura como problema
central de la construcción de ideas en
América Latina es el cuento de Borges El
evangelio según Marcos, donde radicaliza
el proceso de lectura y traducción que
termina en la (re)construcción de una idea
y de una realidad particular a partir de la
interpretación creativa.15
No es casual que los tópicos arriba mencionados sean desarrollados tanto por
la literatura como por la historia de las
ideas, pues en ellos se encuentran varios
de los problemas centrales sobre la construcción del orden de realidad posible
a partir de una relación con un pasado
y con un presente de acción. El interés
por el proceso de construcción de ideas
se expresa en la necesidad de construcción de una historia de América Latina
en todos los espacios posibles, no únicamente en el filosófico. El problema de
las ideas se ha desarrollado en todos los
campos de producción simbólica en el
intento de apuntalar lo latinoamericano
como proyecto, como realidad, como forma de significar el mundo; todas dimensiones cruzadas por la historicidad local en
relación con el orden global. En este sentido las ideas latinoamericanas son parte
15
Jorge Luis Borges, El evangelio según Marcos, en El
informe de Brodie.
FUENTES HUMANÍSTICAS 37
CULTURA
131
DANIEL INCLÁN
sustancial del entendimiento de la historia y de la construcción de un mundo posible.
La sutura con el pasado argentino que
propone Piglia en Respiración artificial,
se centra en la historia de vida de un
personaje del que sólo quedan ideas, que
dialogan con las ideas de otros sujetos
vivos en tanto éstos recuperan las ideas
de los muertos. Las ideas ocupan un lugar
fundamental en el entendimiento de una
compleja realidad continental, se realizan
no al margen, ni fuera de lugar, sino en la
construcción de un lugar propio de enunciación; en la imperante necesidad de
alejarse de una naturalización de contenidos, como de la esencialización de características y de la reificación de proyectos.16
EL DIFERENDO
Al tiempo, la novela de Piglia sirve para
encontrar un cierto diálogo intertextual
entre los elementos que fundamentan un
reencuentro con el pasado intelectual,
también sirve de ejemplo para establecer
críticas a la forma en la que se ha construido la historia de las ideas en América
Latina. La historización de la formas de
pensamiento latinoamericano ha privilegiado sólo un punto del amplio campo
de estudio posible, y en un intento por
16
Pensar el lugar que le corresponde a las ideas
latinoamericanas es un reto pendiente como parte
de su reconstrucción histórica, hasta la fecha se
sigue situando el pensamiento latinoamericano
desde un orden de verdad europeo. Elías José
Palti ensaya una crítica propositiva a esta lógica
de comparación, aplicando los análisis de la
teoría política de Quentin Skinner y John Pocock,
que veían a los textos como acciones localizadas en el lenguaje. Ver El problema de “las ideas
fuera de lugar” revisitado. Más allá de la historia
de las ideas.
132 FUENTES HUMANÍSTICAS 37
CULTURA
justificar su labor se ha homologado la
historia de las ideas con la historia de la filosofía y con el proceso mismo de filosofar.
Desde una perspectiva historicista se ha
intentado reducir el campo de estudio a
las ideas de un pequeño sector de actores
intelectuales, destacando la centralidad
de un sujeto individual productor de saberes, que si bien es entendido desde su
relación contextual con una complejidad
social, es estudiado en su particularidad.
La idea ortegiana de el hombre y sus circunstancias, que permea el estudio histórico de las ideas latinoamericanas, sirve
para localizar y establecer las relaciones
sociales en las que actúa el agente pensante, pero sigue reproduciendo la teoría de los grandes hombres, de los que
desde circunstancias históricas determinadas pueden construir esquemas de conocimiento de la realidad.17 Un conocimiento en construcción desde un ámbito
privilegiado de la totalidad de la estructura social.
17
Norbert Elias hacía una crítica similar a la idea de
los paradigmas de Thomas Kuhn, quien intentaba
presentar otros esquemas de explicación de la
historia de la ciencia a partir de la diferenciación
de lo interno y lo externo de la producción de saberes científicos, que finalmente se estudiaban
desde la individualidad del científico o del grupo de científicos. Ver Norbert Elias “Teoría de la
ciencia e historia de la ciencia”, en Conocimiento
y poder, Madrid, La piqueta, 1994. En la novela
de Piglia,hay un interesante diálogo entre Renzi
y el polaco Tardewski que sirve para apuntalar
esta idea: “Un académico sin academia, un universitario sin universidad, un polaco sin Polonia;
un escritor sin lenguaje. Pero es difícil desterrar
el instinto de propiedad. Hay pocas ideas en las
universidades (hay pocas ideas en todos lados
Wittgenstein tuvo dos en toda su vida) pero
todos creen que eso que piensan es una idea.
Ideas pocas, hipótesis originales escasísimas,
oro fino; el robo es un fantasma que recorre
las universidades europeas (y no sólo las europeas). Respiración artificial, p. 239.
IDEAS PARA QUÉ, IDEAS PARA QUIÉN. DEBATE SOBRE LA HISTORIA DE LAS IDEAS EN A MÉRICA L ATINA
Al igualar la historia de las ideas latinoamericanas a la historia de la filosofía se
deja fuera a un amplio número de actores
sociales que no pueden acceder a la grafía
para contribuir a la producción de un pensamiento auténtico y original. Así, la historia de las ideas se convierte en una
defensa del intelectual y de la exclusividad
de su campo de trabajo; reproduciendo
con ello una visión iluminista del intelectual que guía el camino de los pueblos
y que es el poseedor de la verdad del ser
latinoamericano. Esta lógica de trabajo
de la genealogía del pensamiento latinoamericano es peligrosa en la medida
que reproduce una colonialidad de saber; paradójicamente, un trabajo que pretende liberarse de los imperialismos de
las categorías, reproduce acríticamente las
pretendidas funciones del filósofo.18
En cambio, la aventura genealógica que
construye Piglia en su novela, privilegia el
intercambio verbal, más que el textual,
como medio de construcción de saberesexperiencias colectivas sobre una realidad
concreta. La indagación sobre la verdad
de un pasado histórico la propone Piglia
a partir de lo ausente, de lo suprimido,
lo que está debajo de las derrotas y que
constituye verdades relativas. Lo interesante de esas verdades es que nunca logran materializarse en el texto y su única
vía de continuidad es la oralidad, los individuos pueden no lograr escribir su verdad, pero sus fracasos permiten rastrearla porque se inscriben en otros espacios
de lo social, como la memoria.19
18
19
Cerruti, op. cit., p. 155.
Cfr. Daniel Balderston, “El significado latente
en Respiración artificial de Ricardo Piglia y En el
corazón de junio de Luis Gusman”, en AA. VV.,
Ficción y política. La narrativa argentina durante el
proceso militar.
En la ficción que plantea Piglia la figura
de la fantasmagoría es una constante en la
construcción de ideas –metáfora del grado cero de la antropología histórica y de la
antropología política que determinan los
procesos de construcción de saberes en
América Latina– la muerte como elemento constituyente de la utopía,20 muerte
que se actualiza en el rememorar ideas
pasadas. En este sentido, la forma en la que
Piglia se acerca a la reconstrucción de un
pasado intelectual no hay ideas mayores
o menores, en la medida que todas toman parte del espacio público de la oralidad, lo que las diferencia es su potencial
transformador basado en la densidad histórica de su articulación en el proceso de
construcción de memorias sociales. En
este proceso el todo de las ideas está en
juego y no sólo las de los filósofos. Esta
operación deshipoteca la historia de las
ideas del filosofar mismo y se convierte en
un proyecto político existencial, fundado
en lo cotidiano, en lo próximo vivido y en
lo pasado reactualizado.
Al respecto hay proyectos latinoamericanos que han servido para ampliar el
campo de estudio de la historia de las
20
Cfr. Edurdo Grüner, Las formas de la espada.
Miserias de la teoría política de la violencia.
Sobre este tema en Respiración artificial, hay un
soliloquio del Senador Osorio muy importante sobre el tema de la muerte, en el que dice:
“‘Es mentira que uno espera la muerte’, dijo
‘Es mentira’. Dijo que estaba convencido; que
racionalmente eso era lo único que estábamos
incapacitados de esperar… ‘Porque la muerte
fluye, prolifera, se desborda a mi alrededor y yo
soy un naufrago. Aislado en este islote rocoso.
¿A cuántos he visto morir yo?, dijo en Senador.
‘Inmóvil, seco, tratando de conservar mi lucidez
y el uso de la palabra mientras la muerte navega
a mi alrededor ¿a cuántos he visto morir yo?’ ¿A
caso no se había convertido en el que debía dar
testimonio de la proliferación incesante de la
muerte, de su desborde?”, p. 58.
FUENTES HUMANÍSTICAS 37
CULTURA
133
DANIEL INCLÁN
ideas. El Taller de Historia Oral Andina,
en Bolivia, es un ejercicio paradigmático
sobre las formas en las que se puede
reconstruir las ideas pasadas, utilizando
otros medios que no son los de la grafía.
La oralidad en este proyecto juega un
papel preponderante ante la ausencia de
espacios de escritura de la mayoría de los
grupos indígenas bolivianos, expresión de
las relaciones coloniales y neocoloniales
en las que viven. Este proyecto se fundó en la autocrítica a las limitaciones de
los esquemas tradicionales de las ciencias
sociales para trabajar el pasado de sociedades abigarradas y organizadas por instituciones comunitarias.
En la reconstrucción del pasado andino
juegan un papel importante las ideas y los
discursos, pero no los que tradicionalmente estudia la historia de las ideas; el mito,
por ejemplo, es un eje articulador del desarrollo de la investigación sobre el pasado,
es un elemento hermenéutico que permite acercarse a las formas de vida y, en sus
casos, de resistencia de los grupos indios
de la región. Este elemento es importante
para la construcción de otro tipo de interpretación histórica, de dimensión cíclica,
donde el pasado corre por distintos canales, según los campos sociales y los sujetos que se lo apropien; de manera que
no hay historia, sino historias.21 En este tipo de investigación no hay sujetos y objetos de estudio, sólo sujetos que intercambian formas de ver el mundo para
actualizarlas en prácticas, inauguran una
nueva forma de investigación-participación en la que el papel de la sensualidad
es preponderante, son seres vivientes que
21
Ver Silvia Rivera Cusicanqui, “El potencial epistemológico y teórico de la historia oral: de la lógica instrumental a la descolonización de la historia”, en Temas Sociales, núm. 11, pp. 49-75.
134 FUENTES HUMANÍSTICAS 37
CULTURA
intercambia experiencias, y con ellas se
constituyen y proyectan un tipo de historia diferencial de auto-identificación.22
Vuelven a cobrar importancia el mito
y la utopía, como espacios por excelencia
de la oralidad, lugares del intercambio comunitario por medio del habla y del escucha, en el que están presentes los saberes
históricos en lucha y que actúan en la construcción de las identidades como parte
de la etnogénesis, en la articulación ideológica y en la construcción de espacios de
resistencia a las relaciones coloniales.23
Aquellos saberes que Foucault llamó los
saberes sometidos encuentran su fundamento latinoamericano en el mito y la
utopía oral, mismos que han estado sepultados, enmascarados en el interior de sistemas racionales de interpretación, y que
sólo se hacen presentes como parte de un
saber erudito; al tiempo que son calificados de insuficientes, de incompetentes.24
En esta lógica, las ideas que importan
para la construcción de una historia del
pensar latinoamericano no sólo están en
el campo filosófico, sino que se ubican
en el nivel de la experiencia cotidiana y
política. Al mismo tiempo, se reformulan
los sujetos de la historia, sus relaciones con
el orden social vigente y su participación
en la lucha por la construcción de la hegemonía. Para ello ocupan espacios de sig-
22
23
24
Cfr. Walter Mignolo, “El potencial epistemológico
de la historia oral: algunas contribuciones de Silvia River Cusicanqui”, en: Daniel Mato, (coord.),
Estudios y otras prácticas intelectuales latinoamericanas en cultura y poder.
Alberto Flores Galindo ha desarrollo la importancia de las ideas míticas y utópicas en la construcción de la movilización popular en el Perú.
Ver “Europa y el país de los incas: la utopía
andina” en Buscando un inca. Identidad y utopía en los Andes.
Cfr. Michel Foucault, Defender la sociedad.
IDEAS PARA QUÉ, IDEAS PARA QUIÉN. DEBATE SOBRE LA HISTORIA DE LAS IDEAS EN A MÉRICA L ATINA
nificación que trascienden los límites elitistas de la escritura y construyen espacios de sensibilidad, inauguran nuevas
forma de racionalidad, que en el fondo
subvierten la idea del sujeto kantiano-cartesiano, transparente y autoreflexivo.25
Este sujeto de la historia oral, a diferencia de la historia tradicional de las
ideas, es un sujeto dislocado, constituido
en la dualidad del colonialismo interno,
que al tiempo que agudiza las formas de
dominación y explotación sirve de plataforma para la construcción de discursos
y prácticas políticas cada vez más densas y complejas. Este sujeto está anclado
en la memoria y la experiencia, en la sensualidad por encima de la racionalidad
instrumental. Por eso es difícil de localizarlo en los centros de producción académicos, en las universidades sólo se les
estudia como objetos exóticos que sirven
para fundamentar teorías sobre lo social.
Es una gran limitante de la historia de
las ideas en América Latina el centrarse
sólo en la producción de los saberes institucionales, ya que degrada una compleja relación social de producción de ideas
que contribuyen a un pensar auténtico
y diferenciado.
Esta recuperación de lo oral y de la
experiencia testimonial no puede darse al
margen de una crítica de sus contenidos y
de sus formas,26 para lo que es importante hacer un seguimiento de los distintos
sujetos sociales que se sirven de la oralidad como medio de construcción e intercambio de ideas, pues no es lo mismo una
comunidad de indígenas andinos que un
grupo de presos políticos en las dictaduras
militares del Cono Sur, por ejemplo. Los
lugares de enunciación son de suma importancia para entender la complejidad
histórica desde la que se construyen los
relatos orales, las formas en las que trabajan las mitologías y las ideologías. El locus
de enunciación marca las posibilidades y
los antecedentes de los distintos proyectos políticos.
Acá aparece el tema de la colonialidad,
que poco ha sido discutido por la historia
de la ideas en América Latina, se le ha reducido a la discusión sobre las formas en
que se adaptan e integran las doctrinas
de los centros académicos hegemónicos,
se ha omitido la dimensión geopolítica
de la construcción de saberes, sobre todo
en los ámbitos universitarios, que son los
privilegiados por la visión historicista de
la historia de las ideas latinoamericanas.
Poco se ha estudiado la forma en la que
la producción de sistemas de significación
latinoamericanos ha puesto en entredicho la metafísica occidental, al desuniversalizarla o provincializarla, criticando el
presupuesto de que la historia de las
ideas es lo mismos que el filosofar y su
reproducción de la metafísica iluminista
del saber occidental.27
Recuperar la oralidad y sus contenidos simbólicos
en el campo de la historia de las ideas, sería algo
así como recuperar lo innombrable en la lógica
occidental del pensamiento; y como dice Piglia:
“Hablar de lo indecible es poner en peligro la
supervivencia del lenguaje como portador de
la verdad del hombre. Riesgo mortal.” Respiración
artificial, p. 272.
Beatriz Sarlo ha hecho una crítica sugerente
sobre los límites del testimonio y de su capacidad
para reconstruir un pasado, pero hay que tener
en cuenta que ella hace la crítica con respecto
al ejercicio exacerbado de las memorias de las
víctimas de la dictadura. Ver Tiempo pasado.
Cultura de la memoria y giro subjetivo.
Walter Mignolo, “Introducción”, en Capitalismo y
geopolítica del conocimiento. El eurocentrismo
y la filosofía de la liberación en el debate intelectual contemporáneo.
25
26
27
FUENTES HUMANÍSTICAS 37
CULTURA
135
DANIEL INCLÁN
Es muy sintomático que en los últimos
textos sobre la historia de la filosofía latinoamericana no se hable del potencial
de la filosofía de la liberación que durante
años ha intentado construir Enrique Dussel.
El análisis del discurso de la modernidad/
colonialidad y de su doble cara que ha
hecho Dussel serviría mucho para entender los procesos de construcción de ideas
y saberes en América Latina, dejando
detrás el falso problema sobre la modernidad o no modernidad de la región. En
la analéctica de Dussel, no hay puntos de
llegada de la modernidad, sino puntos
de partida.28
Para evitar convertir en una moda los
estudios poscoloniales latinoamericanos y
su teoría de la colonialidad, hay contrapuntos académicos que sirven para evitar
la neutralización de los pensamientos descolonizantes, y evitar su entronización en
el mundo académico, así como ubicarla
en la dimensión política y social a la que
pertenece. Una vez más la figura de Silvia
Rivera Cusicanqui sirve de referencia, al
igual que los trabajos de teoría sociológica de Pablo González Casanova, en los
que la colonialidad interna se articula como una matriz generativa del orden capitalista del mundo latinoamericano.29
En este terreno es importante el aporte
que hace Carlos Lenkersdorf sobre el pensamiento indígena tojolabal y sus posibilidades para la construcción de un sistema
filosófico a partir de sus formas de signi-
ficar el mundo y construir la realidad,
que trasciende los límites de la metafísica
occidental y de la idea del ser que funda
en sus distintas expresiones.30 Partiendo
del presupuesto de que toda lengua implica una cosmovisión, Lenkersdorf intenta reconstruir la cosmovisión tojolabal
y a partir de ella articular la explicación
filosófica no occidental de la realidad. El
punto de partida es la partícula lingüística del nosotros, el tik en tojolabal, que
es el grado cero de significación del orden lingüístico del mundo maya. Este nosotros deviene en una acción llamada
nosótrica por Lenkersdorf, que es el punto
de constitución de la sujetidad política y
comunitaria del mundo maya.
En esta lógica no existe una diferencia
entre sujetos y objetos, la vida sensible
no es una característica antropocéntrica,
es una cualidad de todos los seres que
ocupan un lugar en el espacio. En este
sistema se logra con éxito, al menos momentáneamente en un orden capitalista
y neoliberal, la construcción de un nosotros, que está por encima del yo individual
cartesiano y del yo racional kantiano.
Un nosotros que siempre fue un tema
de la filosofía moderna, pero sólo como
referencia mítica, que pretendía contar
de otra manera la fragmentación individualista del mundo de la propiedad privada.31 El nosotros tojolabal se funda en
30
31
28
29
Enrique Dussel, “1492 el encubrimiento del otro
(hacia el origen del mito de la modernidad)” en
Latinoamérica. Anuario de estudios latinoamericanos, num. 25, pp. 7-122.
Ver Silvia Rivera Cusicanqui, “Chhixinakax utxiwa.
Una reflexión sobre las prácticas y discursos
descolonizadores” en Mario Yapu, comp., Modernidad y pensamiento descolonizador.
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CULTURA
Carlos Lenkersdorf, Filosofar en clave tojolabal.
Cfr. Bolívar Echeverría, Las ilusiones de la modernidad. Incluso Arturo Roig cae en el juego de un
nosotros moderno, el sujeto colectivo de una comunidad imaginaria, nuestramericanista. A este
nosotros de Roig le falta una crítica las potenciales formas de construcción de identificaciones
posibles, en términos de la materialidad histórica
desde la que se realiza, de lo contrario se sigue
reproduciendo la idea de identidades esenciales que no requieren de sujetos políticos colectivos que las actualicen.
IDEAS PARA QUÉ, IDEAS PARA QUIÉN. DEBATE SOBRE LA HISTORIA DE LAS IDEAS EN A MÉRICA L ATINA
una comunidad sensible de sujetos interactuantes, de intercambio constituyente
de experiencias vitales, que funcionan
en diversos órdenes de verdad y con variadas racionalidades.
Las potenciales poéticas del saber de
esta forma de construir y significar el mundo ponen en entre dicho el papel central
del filósofo como constructor de ideas,
trascienden los estrechos límites epistemológicos de la filosofía moderna. Para todos todo, sería el argumento cognoscitivo
del pensar tojolabal, no sólo los humanos
aprenden entre ellos, aprenden del entorno y enseñan al entorno. El trabajo de
Lenkersdorf motiva a un amplio número
de estudios posibles sobre la construcción de saberes latinoamericanos, o mejor dicho en la Latinoamérica indígena.32
ESCRIBIR PARA NO SER LEÍDO33
Una de las novelas más importantes de
los últimos años en América Latina es Los
detectives salvajes de Roberto Bolaño.34 En
ella, el fallecido escritor chileno reconstruye la epopeya del grupo de poetas real
visceralistas en su búsqueda por los textos
perdidos de Cesaría Tinajero, la fundadora de su movimiento. El encuentro con
32
33
34
Por ejemplo, esta forma de constituirse como
sujetos históricos que tienen los tojolabales marca
un quiebre con el argumento psicoanalítico del
exceso constituyente, ante la imposibilidad de
acceso a lo real, que excede las posibilidades
significativas del sujeto, se transita a la construcción de un orden simbólico que sutura la imposibilidad de lo real. En el mundo tojolabal lo
real no excede, está junto, es parte de, ya que no
hay una diferencia entre el sujeto y el objeto del
trabajo, pues ambos están dotados de sensibilidad vital que los pone en un plano equiparable.
En diálogo con las ideas de Gerardo de La Fuente.
Roberto Bolaño, Los detectives salvajes.
los poemas de la mítica escritora, motiva
un segundo viaje hacia las tierras donde
vivió sus últimos años. El viaje hacía el
norte de México para localizar el espacio
físico donde existió la autojubilada poetisa, una suerte de fenomenología del lugar de producción de la experiencia estética, motiva un viaje interminable por
la búsqueda de sí, de los dos últimos
representantes del movimiento real visceralista, Arturo Belano y Ulises Lima. La
búsqueda nunca termina porque no se
consigue el objetivo, que en principio no
sabían cuál era.
La novela es una rica metáfora de la
modernidad latinoamericana y de la búsqueda incansable e inacabable de un
elemento de identidad, a veces colectivo
a veces individual, que se actualiza en un
girar utópico incontenido, que se basa en
la búsqueda de indicios, de pequeñas señales que motivan voluntades y construyen espacios de vida, poco convencionales, ligeramente esporádicos, reinados por
la contingencia, pero fundados en una
utopía incitante.
Los indicios de saberes ocultos están
en viejos textos que se sabe que existen,
pero se desconoce el lugar dónde pueden estar. El escribir para no ser leído, es
un elemento estructurante de la producción de conocimiento en América Latina,
donde las ideas se archivan en anacrónicos y disfuncionales templos del saber.
Como dicen que decía Edmundo O’Gorman, la historia pasa del olvido de los
archivos al olvido de las bibliotecas. El
saber académico latinoamericano antes
que ser deficiente, dependiente, imitativo,
poco original, etcétera, etcétera, es poco
leído. No es que no haya una filosofía
latinoamericana, el problema es que poco
se lee, lo cual no es sólo un problema de
FUENTES HUMANÍSTICAS 37
CULTURA
137
DANIEL INCLÁN
organización de los saberes, sino también
de las experiencias que motivan las ideas
producidas en la región.
Es por eso que la historia de las ideas está
obligada a ampliar sus espacios de estudio, de lo contrario no será una disciplina
fenecida, pero si una disciplina poco práctica. El proceso de producción de saberes está más allá del ámbito académico,
se encuentra anclado en los movimientos
sociales, en las aventuras personales, en la
voluntad de hacer y construir. Por ello, es
restrictivo pensar a la historia de la ideas
como parte del filosofar, porque hay saberes que no construyen filosofías, hay
ideas cuya función cumple un papel más
existencial que racional, que sirven para la vida de los sujetos colectivos en lucha por la hegemonía o para la vida
aventurada de hombres y mujeres que deciden hacer de la búsqueda del sentido
de la vida su empresa.
Muchas de las ideas latinoamericanas
han sido escritas para no ser leídas o no han
sido escritas y no son leídas, pero no por
ello dejan de incitar a la acción. El real
visceralismo es la metáfora perfecta, un
movimiento intelectual que ocupó escasos números de Caborca, una revista
utópica en todos sus sentidos, que sirvió de motivación para un grupo de jóvenes dispersos y abandonados por un
sistema social decadente, para iniciar una
investigación, para convertirse en detectives salvajes. El final de la novela, además
de magistral, es la metáfora del proceso de construcción de saberes, ideas, conocimientos en América Latina, el final
de la ficción está en ideogramas, que son
a su vez criptogramas, que encierran una
verdad no transparente, no directa y mucho menos esencial. La ideas se encriptan,
no son continuas, ordenadas; por el contra138 FUENTES HUMANÍSTICAS 37
CULTURA
rio, son caóticas, múltiples, el significado
es relativo a quien lo construya. Pero sirven para generar emociones, saberes-experiencias, conocimientos sensibles.
La historia de las ideas en América Latina debería preguntarse por la idea de la
libertad, que no es exclusiva de ningún
texto, ni de ninguna producción académica, y que no obstante es fundamental
para entender el proceso de construcción
de saberes en la región a través de la
movilización popular que pugna por otro
mundo posible.
Un reto de la investigación histórica del
pensamiento latinoamericano es trascender sus estrechas fronteras, delimitadas por
la producción institucional, y empezar a
contener aquellos saberes, pensamientos
y dichos que de muchas formas han contribuido a la construcción de una particularidad e identidad en el pensamiento
continental. Para ello hay que ubicar las
motivaciones y las meditaciones entre los
distintos procesos de producción de ideas,
que dialogan e interactúan más allá de
los ámbitos institucionales. Se requiere,
una historia social de la construcción de
ideas y no una visión idealistas e historicista que sólo se preocupe por las ideas
de los grandes pensadores. Para ello es necesario recuperar y actualizar discusiones sobre temas claves a lo largo del debate sobre el estudio del pensamiento
latinoamericano e integrar lo indecible dentro de la lógica de la razón instrumental
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