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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE LA CIUDAD DE MEXICO COORDINACIÓN DE DIFUSIÓN CULTURAL Y EXTENSIÓN UNIVERSITARIA Presente colonial Asia, África y América Latina Tania Hogla Rodríguez Mora RECTORA Mariana Elkisch Martínez SECRETARIA GENERAL Wilda Celia Western Ximena Picallo Coordinadoras Fernando Francisco Félix y Valenzuela COORDINADOR DE DIFUSIÓN CULTURAL Y EXTENSIÓN UNIVERSITARIA José Ángel Leyva RESPONSABLE DE PUBLICACIONES Autoras y autores Wilda Celia Western Ximena Picallo Karina Kloster Rafael Demián Avila Amezola Daniela Rawicz María Eugenia Gantus Ángel Horacio Molina Andrea Esmeralda Reyes García Emiliano García Canal Mario Rufer Cristian Hermosilla Rivera Pablo Blanco Mariela Flores Torres UACM YUAS COLECCIÓN: CIENCIAS SOCIALES Presente colonial : Asia, África y América Latina / Wilda Celia Western y Ximena Picallo, coordinadoras. - Primera edición. -- México : Universidad Autónoma de la Ciudad de México : Universidad Autónoma de Sinaloa, 2023 450 paginas ; 21 cm. - (Ciencias Sociales) Incluye referencias bibliográficas Con textos de: Wilda Celia Western, Ximena Picallo, Karina Kloster, Rafuel Demián, Avila Amezola, Daniela Rawicz, María Eugenia Gantus, Angel Horacio Molina, Andrea Esmeralda Reyes García, Emiliano García Canal, Mario Rufer, Cristian Hermosilla Rivera, Pablo Blanco, Mariela Flores Torres, ISBN 978-607-8939-47-3 (UACM) ISBN 978-607-737-412-1 (UAS) Asia — Relaciones — Estados Unidos. - 2. África — Relaciones — Estados Unidos. 3. América Latina — Relaciones— Estados Unidos. -- 4. Imperialismo. — 1. Western, Wilda Celia, coordinadora. - II Picallo, Ximena, coord. LC DS63.2.U5 Dewey 327.73056 Wilda Celia Western y Ximena Picallo (coordinadoras), Presente colonial. Asia, África y América Latina Primera edición, 2023 DR. OWilda Celia Western, Ximena Picallo (coordinadoras) © Universidad Autónoma de la Ciudad de México Dr. García Diego, 168, col. Doctores, alcaldía Cuauhtémoc, 06720, Ciudad de México ISBN 978-607-8939-47-3 (UACM) © Universidad Autónoma de Sinaloa Blvd. Miguel Tamayo Espinoza de los Monteros 2358 Desarrollo Urbano 3 Rios, 80020, Culiacán de Rosales, Sinaloa www.uas.edu.mx Dirección de Editorial: http://editorial.uas.edu-mx ISBN 978-607-737-412-1 (UAS) publicaciones.uacm.edu.mx Imagen de portada: Collage de Aarón Ernesto Aguilar Almanza. Esta obra se sometió al sistema de evaluación por pares doble ciego y fue aprobada para su publicación por el Consejo Editorial de la UACM. Reservados todos los derechos. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida, archivada o transmitida, en cualquier sistema —electrónico, mecánico, de fotorrep roducción,de almacenamiento en memoria © cualquier otro—, sin hacerse acreedor a las sancionesestableci das en las leyes, salvo con el permiso expreso del titular del copyright. Las características tipográficas, de composici ón, diseño, formato, corrección son propiedad del editor. Hecho e impreso en México / Printed in Mexico Introducción Modos de leer el presente colonial WILDA CELIA WESTERN XIMENA PICALLO Introducción 1 espectacular despliegue de intervenciones imperiales de Estados Unidos y sus aliados después de 2001 renovó el debate teórico político y reavivó la necesidad de explicar estas reformuladas y, a la vez, nuevas formas de intervención y ocupación militar en Asia Sudoccidental. Jane Burbank y Frederick Cooper consideran que la pregunta no era si Estados Unidos calificaba como «imperio», sino examinar cuáles estrategias imperiales —de la amplia gama acumuladas a lo largo de su historia— se estaban usando para proyectar su au- toridad y asegurar su poder sobre espacios foráneos.' En otra ' Jane Burbank y Frederick Cooper, Imperios. 243 Teoría feminista y presente colonial Wilda Celia Western y Andrea Esmeralda Reyes García Territorios / Sujetos 273 Hordas invasoras: la reproduccién afectiva de lo irremediablemente otro Emiliano García Canal 301 Función escópica y duplicidad: la ambivalencia de la cultura en el presente colonial Mario Rufer 347 El presente colonial en Patagonia a partir de la construcción del desierto 1520-2020. Reflexiones en torno a la geografía imaginaria en Borges Cristian Hermosilla Rivera 377 405 Territorios del terror y nuevas fronteras en el norte del continente africano Pablo Blanco Movimiento(s) de Mujeres y Feminismo(s). Experiencias saharauis, palestinas y kurdas Mariela Flores Torres Agradecimientos Autoras y autores Hordas invasoras Violencia y representación de lo irremediablemente otro EMILIANO GARCÍA CANAL En la mañana del 3 de agosto de 2019, a eso de las 10:00 hrs., se registró un tiroteo en la ciudad fronteriza de El Paso, Texas. Patrick Wood Crusius, joven caucásico de 21 años, fue arrestado como presunto responsable de haber disparado múltiples ráfagas contra civiles con un arma de asalto semiautomática tipo AK-47. La llamada «Masacre de El Paso», misma que duró 20 minutos, se protagonizó en la ex- planada de la tienda Walmart, ubicada en las inmediaciones del centro comercial llamado El Cielo Vista, ubicado en esa misma ciudad. En el ataque fueron abatidas 22 personas y 24 resultaron heridas. La Cancillerfa mexicana corroboró el fallecimiento 273 274 | EMILIANO GARCÍA CANAL HORDAS INVASORAS de 8 connacionales e informó de la existencia de otras 7 pen nas de nacionalidad mexicana que habían resultado mente heridas. La masacre generó un amplio rechazo intei cional, debido a la percepción de un delibera do compone de odio racial que, presuntamente, explicar ía el móvil del tillero. 275 también se afirma que en dicho documento aparecen las si- guientes ideas respecto a la invasión hispana: «Los hllspané)s tomarén el control del Gobierno local y estatal de mi amado ‘Texas»; «La abundante poblacié: hisPan: en 3Texas [...] nos - Según la Redacción del portal de internet en español ¢ la BBC News Mundo del día 4 de agosto de 2019, el sospecl h 80, tras su detención, habría confesado que su intención . irá en un bastión de los demócratas». y Loné:;?seendesprende de las frases y afirmaciones anltei:u‘)ires, pareciera que la accion de disparar'contra una :‘ugln u…; «matara tantos mexicanos como le fuera posible».' Asim €se y otros medios de comunicación en internet afirmaro que si bien, no todos eran mexicanos, sí es muy p¡;) .alóe 'qos la mayoría se caracterizaba por poseer rasgos fisiológico concordantes con el imaginario de l'o latino o hlspano,' seri: la respuesta material derivada del miedo y la intolerancia a la ciudad norteamericana, que Crusius fue también el prob: Otrel?:ina entrevista, publicada también el 6 de agostcí gel con base en la información ofrecida por las autoridades d ble autor intelectual de un manifiesto anó nimo que apare en un portal digital minutos antes del aten tado. Si bien, documento ya no puede ser consultado y no ha sido repro ducido a cabalidad en ningún otro medio, en el sitio de ternet del New York Times en español del 4 de agosto de 2019 por la BBC News Mundo en su port'al de internet, e.das Rogelio Sáenz, especialista en demografi? dela Umversbll : in mismo año se destaca que, en dicho document o, se infor: maba de un ataque inminente dirigido a contrarrestar l «invasién hispana de Texas»; según la mis ma fuente, en manifiesto también puede leerse: «Si podemo s deshacerno de suficientes [migrantes], entonces nuestra forma de vida puede ser más sustentable».? Sobre el mis mo manifiesto, en el portal de internet de El País Internaciona l del 6 de agosto 2 —| Redacción, «Tiroteo en Walmart en El Paso, Texas: qué se sabe Patrick Crusius, el “supremacista blanco” de 21 años sospechoso del tiroteo que dejó al menos 22 muertos». ! Tim Arango, et al., «Una masacre y un manifiesto de 2300 palabras llenas de odio contra los migrantes hispa nos» en New York Times, de Texas, comentó que: «Desde hace 20 años h_a,y gentle blan ca que ha estado diciendo que ha‘y una invasión d? atus¡:)Í, principalmente mexicanos, que viene a tomar sus tierras bí¡_ Según otra información contenida en est? misma p; S cación de la BBC, información en la que se citan datos ;1 a Oficina de Censo de Estados Unidos como fuente, «la pol 0a— ción latina [en Texas] pasó de 25% en 1990 a 32% en 290 y 37% en 2010». Así también, se afirma que las'proyecc.lones oficiales hacen suponer que «para 2022 habrá por primera vez una mayoría de latinos en Texas».* 3 * 5 Antonia Laborde, «El asesino que condujo nueve horas para provod car un bañoñ de sangre en El Paso» en El País. “inva: de hablan algunf)s qué por Paso: El en «Tiroteo Brooks, Darío sión” de latinos en Texas (y qué dicen las estadísticas)». Ibid. 276 | EMILIANO GARCÍA CANAL HORDAS INVASORAS i rio y el territorio de los barbaros» no requiere que lo: ros reconozcan esa distinción. A «nosotros» nos basta con e tablecer esas fronteras en nuestras mentes; asi pues, «el.lgs; pasan a ser «ellos» y tanto su territorio como su mentali da supuesta invasión protagonizada por migrantes bárba ros que, de modo lento y silencioso, podrán convertirse mater ialmen: te en primera mayoría en pocos años, para tomar el cont ol son calificados como diferentes de los «'nu_e‘stros». Hasta cl:rto punto, las sociedades modernas y prm.ntwas parecen ;)º 6e ner negativamente el sentido de su identidad de ese modo. político del estado texano y usurpar las tierras y propied des de los «nativos» caucásicos [muchas comillas]. Este imaginario concuerda con cierta percepción que se tiene de este lado de la frontera. De alguna manera, el des envolvimiento demográfico en las últimas décadas de los la imagen victoriosa por la cual, dicho crecimiento demog rá= fico puede ser equiparado metafóricamente a la recup era= 277 totalmente arbitrarias. Utilizo la palabra «arbitraria» porc_qtue la geografía imaginaria que distingue entrle m“eSt;Ost;:b (;_ Los sucesos hasta aquí narrados permiten intuir la es tencia, en cierta población texana blanca, de un imagin; simbólico sobre la «invasión hispana»; imaginario sobre tinos, y principalmente de los mexicanos, en Estad os Unidos ha permitido, del lado sur de la frontera, confo rmar —| Con la categoría de «geografía imaginarimf, Sa'id propone que el espacio no familiar, es decir, ese espacio lejano, vago:;1 y anónimo de los «ellos», se constituye en una idea que apela sensiblemente al «nosotros», introduciendo rn?etaférlcam:lnte una serie de significados estéticos, por medio de los cu: es una se zozobran —negativa y emocionalmente—-t.odo conocimiento empírico de dicha otredad. Lo no famll¡ar al?lqu};red, ción del territorio anexado por los Estados Unido s durante el siglo XIX, otrora territorio mexicano. í Edward W. Said, en su texto Orientalismo, propone que, entonces, por conversión poética, una cierta familiari ͺ desde la que se da forma y sentido a lo amo'rfo; DA ¡_)o¡i) t'? , hechos y por medio del derecho internacional los límites te- mente, en la medida que puede ser imaginada y nombrada más allá de las fronteras materiales que determinan en los rritoriales, a partir de sus propias vicisitudes históricas, existe - una compleja construcción simbólica territorial que posibi- lita a los sujetos imaginar la otredad, al tiempo que también les permite imaginarse a sí mismos como la contraparte es- pecular de aquella. A ese proceso semiótico lo denom ina: «geografia imaginaria» y lo contextualiza sobre la relaci ón de poder que se establece entre Occidente y Oriente la práctica universal de establecer en la mente un espaci o fa- — la otredad termina siendo controlada y dlommada simbó, lcelx- contraparte inferior y no verdadera d(':l «nosotros»; co,nt're:)parte que si bien, como ya se dijo, gracias a este giro relto;m 3 puede ser imaginada y conformada —es dlec1r, f:unt'ro a at— esto último no descalifica que la «geografía imaginaria», J.un. 0 con su sociedad, cultura y poblacién, no engendren la ima- gen de un peligro latente que pudiera'l!egar a conltamllrtxar epidémica, racial, cultural, social o politicamente el territo- rio y la vida del «nosotros». miliar que es «nuestro» y uno no familiar que es el «suyo» es una manera de hacer distinciones geograficas que puede n ser la * Said, Orientalismo, p. 87. 278 | EMILIANO GARCÍA CANAL Cufmdo Said propone esta categoría de análi sis, lo h: con la intención de mostrarla como parte del efect(; si lico que a lo largo de la relación histórica y de poder:;) HORDAS INVASORAS N Occidente y Oriente, se ha suscitado ante la producción un cuerpo de múltiples discursividades y prácticas (estéti cas, pohtlicas, cientificas, antropológicas, entre otras) han funcionado para orientalizar a Orien te. Es decir, rag' a a ese complejo cuerpo de teorías Yy práct icas deno)ng¡in d Qr:tentalísma, ha sido posible «la elaboracién ::le una distain cién geogra’fica básica» y «la distribucién de una cierta coj ; cienc ia geopolítica», por las cuales acontece «cierta volunt ad o intención de comprender —y en algu nos casos de cont lar, de manipular e incluso incorporar— lo que ma.nifiestav‘ men'te esun mundo diferente»;” es decir , una multi lícidaá; de dispositivos, por los cuales se «pretend e dominarprestau 3 rar y tener autoridad sobre Oriente».* En ese mismo ,sentid 4 dp.or ana.lqgía, podríamos rastrear todo ese enorme cuerpo d(: ¡ ;;Í¡L :ss_…dades Y prácticas que han ayudado a latinizar a los El .análísis que presenta Said respecto a las representaciones 0 imaginarios simbólicos que se asoci an a la «geografía imaginaria» de Oriente, siempre en tensión y vínculo coÍrOctc¡den.t'e, €s Muy potente y productivo para pensar la cons- trucción de la otredad y su fuerza especular; sin embargo, leJos estd este trabajo de proponer un ejerc icio histórico si%n’ilar respecto a la «geografía imaginaria» que se ha construid | des_de finales del siglo XVIII, sobre la relac ión de Estati ; Unid os acorde a los territorios, sociedades, culturas y poblÍ 7 Ibid,p.34. Tbid., p. 21. | 279 ciones que conformarán en el siglo XIX ese complejo entramado llamado América Latina. Me basta poder mostrar que esa matriz simbólica existe e intentaré, como ya se anunció más arriba, vincular dicho orden social del sentido a lo que Derek Gregory denomina: presente colonial. Según este otro autor, el presente como actualidad mate- rial mantiene con la experiencia colonial una reminiscencia que no puede ser ignorada, pues dicha reminiscencia está asociada a la constante actualización de los dispositivos histó- ricos que posibilitan y han posibilitado el desarrollo de múltiples discursividades y prácticas, por medio de las que se elaboran, reelaboran y distribuyen constantemente las distintas geografías imaginarias. Para Gregory, la dimensión cultural debe ser comprendida como el ámbito vinculado a la pro- ducción, circulación y legitimación de los significados que hacen posible las representaciones y las prácticas que con- forman nuestra idea común de mundo.” Según Gregory, quien utiliza la idea de Said, son las geografías imaginarias y sus representaciones simbólicas vinculadas, así como sus prácticas culturales derivadas y sus efectos materiales, los aspectos definitorios de nuestra actualidad, misma que el autor denomina como presente colonial. La idea es que el presente puede ser definido como colonial, en la medida en que se ha mantenido siempre vigente y siem- pre actualizada la violencia, simbólica y material, de la experiencia colonial —que permitió la emergencia y adveni- miento de la Modernidad—, tal cual la conocemos hasta la actualidad. El presente colonial implica la capacidad constante que se otorga el «nosotros» de imponer e incorporar 9 Gregory, The Colonial Present, p. 8. 280 | EMILIANO GArcÍA CANAL HORDAS INVASORAS una marca semántica sobre los «ellos», para hacerlos emel ger como irremediablemente otros; dicha construccién de otredad como diferencia insalvable, según Gregory, legitim el uso de la violencia extrema y ejemplar sobre t(;das es Estos saberes se producen, reproducen, trasmiten y ac- tualizan al interior de las propias dinámicas y prácticas sociales. Lo que distingue a un momento histórico de otro, a una formación histórica de otra, según el autor francés, tiene que ver con el orden social del sentido, que establece jerarquías y oposiciones de sentido. A ese orden social domi- control y dominación. Por tanto, el acontecimiento arriba narrado y suscitado en El Paso, Texas, no puede simplificarse a un mero acto d nante del sentido y la significación lo nombra régimen del saber; implica todas las reglas discursivas y no discursivas que determinan lo que puede ser dicho y pensado, por un lado; xenofobia y racismo; sino a un complejo entramado de c.ursividades Y prácticas, que han venido actualizando y le tlurrfando, por vía de distintos dispositivos, la dicotomía entre Clvfl%zacién y barbarie en la relacién entre Norte y Sur de y lo que puede ser visto y percibido, por el otro. Cada formación histórica, entonces, se define por el lugar que ocupan continente americano. Es a partir de la existe ncia y actua ciertos saberes en detrimento de otros, constituyendo una matriz de relaciones de sentido que legitiman ciertas formas de existencia, mientras que descalifican o invisibilizan otros zací('Sn del régimen del saber,”? en el que se sustenta la «geografla imaginaria» planteada por Said, que podemos a.ñrmar,k — En sus textos La arqueología del saber (1997) y El orden - del discurso (1992), Michel Foucault propone que lo pensa—u ble, lo decible y lo que puede ser visto y percibido depen de, en cada momento y lugar, de un entramado significativ o que, 1 denomina el saber. El saber sería entonces el aglomerado y - ordenamiento histórico de conocimientos culturales, que se - trasmiten por vía del lenguaje y de las prácticas sociales; por mledio de los cuales, los sujetos en comunidad confo rmar,x sus pnncipif)s epistémicos, éticos, estéticos, entre otros. El saber de una época no se limita al conocimiento cientí fico, sino a todo saber que haya sido heredado y por medio del cual se 1 19 Michel Foucault, La arqueología del saber. 281 determinan los procesos de conformación identitaria, reconocimiento y actuación sobre el mundo. formas de existencia que acontecen fuera del «Nosotros» | sobre las cuales se pretende ejercer distintas estrategias d junto con Gregory, que el presente es un presente colonial, —| modos de subjetivación. Esos otros modos no desaparecen, sino que coexisten subsumidos en el orden jerarquizado del sentido, mismo que determina, de modo hegemónico, los valores de verdad como reglas discursivas y no discursivas de las prácticas sociales. Siguiendo con el ejemplo de la masacre de El Paso, de una manera bastante simplista, varios medios de comunicación en México han buscado vincular y responsabilizar de la masacre a la persona que ocupaba la Casa Blanca, Donald Trump, por considerarlo el principal promotor de un discurso de odio. Sin embargo, más allá de que la promoción desmedida de esos tipos de discursos ayuda a su legitimación y normalización, el discurso como tal, desde la postura de Foucault, no tiene a ningún sujeto como origen de su emanación. El discurso, o más correctamente el régimen del 282 | EMILIANO GARCÍA CANAL HORDAS INVASORAS saber, constituye las condiciones de posibilidad de t en el proceso de reconversión y salvación de los «otros» bárbaros, puesto que su irracionalidad constitutiva les impide ver la verdad y reconocer la necesidad de su sacrificio: ciones de posibilidad de todo lo que puede ser percibido. puede afirmar que la «geografía imaginaria», hasta a analizada, permite ver y reconocer rasgos específicos de reglas discursivas y perceptivas que constituyen el saber de Como el bárbaro se opone al proceso civilizador, la praxis moderna debe ejercer en último caso la violencia si fuera ne- nuestra época colonial; del régimen del saber de nues cia que el presidente anterior de los Estados Unidos sido, y siga siendo, un promotor incansable del discurso odio, pues ese discurso no emerge ni concluye con él; lo qu cesario, para destruir los obstáculos de la tal modernización (la guerra justa colonial) [...] Para el moderno, el bárbaro tie- ne una «culpa» (el oponerse al proceso civilizador) que permite a la «Modernidad» presentarse no sólo como inocente sino hay dí como «emancipadora» de esa «culpa» de sus propias victimas. [...] por el carácter «civilizatorio» de la «Modernidad», se interpretan como inevitables los sufrimientos o sacrificios (los costos) de la «modernización» de los otros pueblos «atrasa- interesa es que la discursividad que define a los hispano como una otredad peligrosa se actualiza constantemen respondiendo, podriamos decir, al régimen discursivo d presente colonial y de su «geografía imaginaria». La idea, y preocupación por una invasión hispana, com ya se comentaba, tiene por lo menos, según el Dr. Rogeli Sáenz, 20 años de existencia en el estado fronterizo de Tex: ésta no se límita a esa región, pues dicho saber también h venido generando mucha incertidumbre en un amplio se tor poblacional caucásico en todo el territorio de los Esti dos Unidos. A lo largo de toda la historia colonial, misma que está dí rectamente asociada al advenimiento de la modernidad ci pitalista, como acertadamente lo describe Enrique Dussel su texto Europa, modernidad y eurocentrismo (2000), lai gen del mundo se conforma eurocéntrica y, la violencia, "! Foucault, El orden del discurso. Conferencia inaugural. 283 cluso la extrema, pasa a situarse como un recurso necesario aquello que puede ser dicho y enunciado en un determin do momento histórico, pero, también constituye las cond presente colonial."' Desde la perspectiva foucaulteana, tiene poca importan 1 dos» (inmaduros), de las otras razas esclavizables, del otro sexo por débil, etcétera.' El miedo a la invasión de los cafés o, más especificamente, «the scare to the browns» ha funcionado como fundamento para proponer, entre otras cosas, la construcción del muro —principal promesa de campaña de la pasada administra- ción del gobierno norteamericano—. Bajo este régimen dis- cursivo, el muro fue, como lo fuera para la antigua China, el principal mecanismo de defensa contra la otredad latina; pues no hay que olvidar, como ya se dijo, que los «browns» son percibidos, desde siempre, como portadores de innumerables males biológicos y sociales; pero, sobre todo, son "? Enrique Dussel, «Europa, modernidad y eurocentrismo», en La co- lonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas latinoamericanas, p. 49. 284 EMILIANO GARCÍA CANAL reconocidos como erráticos e impredecibles. Para el disci so del presente colonial, los latinos a veces desean apropial se de los puestos de trabajo de la gente «de bien»; pero, otras ocasiones, quieren envenenar con su droga, violencit y enfermedades a los habitantes al norte del Río Bravo. L «geografía imaginada» que hasta aquí hemos venido pres tando, como estructuración simbólica que determina la cepción y comprensión del mundo, ha producido una clara: evidente separación entre Norte y Sur. En el Norte existe la ¢ vilización; al Sur la barbarie. Continuación analógica de ! confrontación simbólica entre Occidente vs Oriente, que e la base de la justificación y legalización de la violencia ma rial, propia del presente colonial. Esta estructura significativa de oposiciones y jerarq determina una organización social del sentido, que respol de a un entramado semiótico discursivo que no sólo pro ce efectos teóricos y materiales sobre el campo de la realida socialmente compartida, sino que, por lo mismo, condicil na los modos en los que los sujetos podemos percibirno al mundo, para actuar sobre él y sobre nosotros mismos, 4 modo de ejemplo, presento aquí las enunciaciones profei das el 7 de septiembre de 2019, por el usuario de twitt @truthdetector15: «Illegal invading hordes of disease ca ing people that have no respect for our laws. Send back»." Estas enunciaciones las seleccioné al azar y no ti mayor importancia quién las dijo. Lo interesante es lo quí dice, pues eso, efectivamente dicho y que ha quedado doci mentado, permite sustraernos al plano del régimen del s 13 Hordas invasoras de gente ilegal que carga enfermedades y que n tiene ningún respeto por nuestras leyes. Envienlas de regreso. HORDAS INVASORAS | 285 ber, para aproximarnos sobre la estructuración abstracta del orden social del sentido, por medio del cual se organiza toda «geografía imaginada». Si el miedo a la invasión hispana ya estaba instalado en el imaginario simbólico de una importante masa poblacional en el país vecino, las recientes caravanas migrantes, protagonizadas por miles de salvadoreños, hondureños y guatemaltecos, entre otros, han catalizado la proyección de una imagen terrorífica: las hordas de inmigrantes buscando invadir a los Estados Unidos, para apropiarse de un modo de vida que no les corresponde, que no les es propio y que terminarán por destruir. Hordas invasoras ha sido el modo en que el discurso social conservador percibe a este flujo mi- gratorio de «indeseables» en las distintas latitudes del mun- do; incluso este modo de percibir la migración centroamericana está presente en México. El 20 de enero de 2020, en la cuenta de twitter @kaozv78, se expresó el siguiente comen- tario, en alusión al cruce de indocumentados de estas cara- vanas: «Ya basta la migración no solo ilegal sino violenta y totalmente al azar. También es derecho de México garanti- zar que no entren delincuentes o traficantes». Las migraciones desde África o Asía hacia Europa se en- frentan a estos mismos dispositivos discursivos, sustentados en el saber del presente colonial, que articulan y actualizan en el presente la «geografía imaginada», que divide sensiblemente al mundo en dos categorías: civilizados y barbaros; éstas se ven reforzadas por las relaciones dicotómicas y jerárquicas entre: Occidente y Oriente; Norte y Sur; blanco y negro; desarrollo y subdesarrollo; cultura e incultura; verdad y falsedad; bondad y maldad; masculino y femenino; sabiduría e ignorancia; racionalidad y misticismo. 286 | EMILIANO GARCÍA CANAL HorDAs INVASORAS | 287 Lo importante de estas categorías, y de los dispositi que las ponen en acción, es que no sólo imponen una visió En el texto «El sujeto y el poder», Foucault propone analizar los dispositivos a partir de las relaciones de poder que de autoidentificación para asumir su ser más o menos civi subjetivación que buscan su autoconservación, no hay que olvidar que no existe relación de poder sin resistencia; es de- dominante del régimen del saber, pero esa misma cons námico de respuestas y de luchas; modulaciones que siempre sensible del mundo; sino que es, a partir de estos hábitos pel ceptuales, condicionados por el discurso hegemónico de presente colonial, que los sujetos construyen sus proceso lizado o bárbaro, según sea el caso. México, como geogra simbólica, es territorio de la barbarie, desde la perspectiy ción simbólica lo ubica y le permite ubicarse a sí como un territorio menos inhóspito, en comparación con imaginario sobre Centroamérica y otros territorios mundo. mism emergen en su seno. Si bien la institucionalidad tiene que ver con la materialización y cristalización de las prácticas de cir, sin la posibilidad de que la propia relación de poder pueda modularse de múltiples formas dentro de un campo dibuscan la conducción de la acción de otros: vivir en una sociedad es vivir de un modo tal que es posible que unos actúen sobre la acción de los otros. Una sociedad «sin relaciones de poder» sólo puede ser una abstracción. Lo Desde este entramado teórico, la matanza realizada cual, dicho sea de paso, hace políticamente mucho más nece- El Paso por Crusius no cabe ser descrita y juzgada simpl mente deriva de un básica sario el análisis de lo que dichas relaciones son en una socie- como un acto de locura irracional, sino como posible, lógica y justificada al interior del entramad régimen del saber que se sustenta en una dicotom y fundante: la diferencia entre el «nosotros» y «ellos»; Éste hace ver y sentir la huella colonial que sigue cl racterizando al presente como presente colonial. Esta dic tomía justifica y actualiza constantemente la violencia mat rial y simbólica, asociada a la diferencia entre civilización barbarie; potenciando el aparecer de múltiples ejercicios € poder y dominación de la primera sobre la segunda. El pre sente es colonial, no porque las históricas instituciones col niales sigan presentes sin cambios y transformaciones, porque la violencia constitutiva, de la que se habla más a ba, se actualiza y se ejerce constantemente en su diferenci como dispositivo del poder. dad dada, de su formación histórica [régimen del saber], de los que las vuelve sólidas o frágiles, de las condiciones necesarias para transformar unas, para abolir otras.'* Según él, una relación de poder se define por ser una en la que se ponen en juego acciones que buscan controlar las acciones presentes y futuras de otro. El poder siempre se ejerce en relaciones binarias al interior de dispositivos sociales que se instituyen y que, a partir del régimen del saber dominante, constituyen mecanismos diferenciadores que otorgan ventaja a alguno de los polos de la relación. Para que el poder se ejerza debe existir diferencia, por lo tanto, el entramado simbólico discursivo y no discursivo es indispensable “ Foucault, «El sujeto y el poder», p. 17. 288 | EMILIANO GARCÍA CANAL HORDAS INVASORAS | 289 para que esa diferencia pueda ser percibida, nombrada e adecuarse o intentar transformar las reglas instituidas de los sería otra cosa que la diferencia constitutiva que justifica la relación de poder del «nosotros» sobre el «ellos», que acon decir, las reglas del régimen del saber. institucionada. Siguiendo esta lógica, el presente colonial n ' tece como violencia necesaria y salvadora. Es importante indicar que las relaciones de poder no son unidireccionales y, que si bien el saber y sus dispositivos de poder conforman un entramado denso de estructuras institucionadas, tienden a conservarse unas a otras para garantizar los mecanismos de diferenciación que otorgan a los sujetos que puedan y deban situarse en el «nosotros»; aun así, Fou- cault es categórico al indicar que el correlato del poder está en la resistencia. No hay ejercicio de poder sin resistencia. El análisis de las relaciones de poder, por la naturaliza- ción de sus prácticas y de sus saberes en el campo social, debe realizarse a partir de la delimitación de sus resistencias implicadas. Del abanico de las resistencias posibles, las de mayor interés político, para Foucault, se ubican en aquellas luchas que intentan abolir o transformar los mecanismos y dispositivos que consolidan ciertos modos de individuación y de subjetivación y, por tanto, de diferenciación. Luchas que se desplazan en torno a la cuestión de: ¿quiénes somos y quiénes podríamos ser? Estudiar el saber y el poder encuentra pleno sentido cuando podemos entender qué efecto tiene la acción de conducir las acciones de otros en la conformación de una corporeidad subjetivada. El sujeto deja de ser comprendido como una entidad autosuficiente y fundante, para producirse como un producto del saber de una época, el cual necesariamente se emplaza al interior de dispositivos que determinan históricamente modos de diferenciación, para negociar, emplazamientos que constituyen la diferencia como tal; es Una vez explicado lo anterior, me interesa ejemplificar la dimensión de la resistencia al saber del presente colonial, en el contexto ya problematizado en este trabajo. Desde finales de 2018 se ha suscitado una reconfiguración en los modos de producirse el flujo migratorio, que va de Centroamérica hacia el norte del continente, y, por lo tanto, una reconfigura- ción en los procesos de subjetivación del migrante. La diferencia radica en la magnitud de personas que componen estos nuevos éxodos humanos, mismos que buscan visibili- dad, reconocimiento y legitimidad como tácticas para salvaguardar su integridad y seguridad. Otrora, el migrante auspiciado por el anonimato y la invisibilidad buscaba, no sin ayuda de una compleja y amplia red de tráfico de personas, ingresar a los Estados Unidos con la esperanza de hacerse, para sí y para los suyos, de mejores condiciones de vida, que el régimen del saber sigue prometiendo como posibilidad: el llamado sueño americano. El sigilo, el anonimato y la invisibilidad impuesta consti- tuían las principales herramientas para intentar cruzar las distintas fronteras; sin embargo, grandes y múltiples peligros se hacen presentes en las rutas de migración: el cruce del territorio mexicano, por ejemplo, entraña muchas dificultades y riesgos, pues, como grupo vulnerable, los migrantes se han vuelto presa fácil del creciente crimen organizado y de la extorsión, realizada por integrantes de distintos apa- ratos de seguridad del narco-Estado. Además del llamado narco, autoridades locales, federales, y hasta el ejército, protagonizan un entramado de acoso constante sobre aquellos 290 | EMILIANO GARCÍA CANAL que, en condiciones de ilegalidad, buscan alcanzar el desea- do sueño de una vida mejor. Ahora bien, a partir del 12 de octubre de 2018, un cambio importante aconteció en el flujo migratorio de sur a nor- te en el continente americano. Este cambio puede compren- derse como elemento material legitimador y actualizador del miedo a la invasión de la otredad. En esa fecha quedó regis- trado un éxodo de aproximadamente 1600 personas que se organizaron para conformar la primera Caravana de migran- tes, misma que en el tránsito por Guatemala alcanzaría, según una nota publicada el 27 de abril de 2019 en el periódico El Economista, una cifra cercana a 7000 mil personas.'5 Este HORDAS INVASORAS | 291 de Guatemala. Según el Instituto Nacional de Migracíón de México, en ella se contabilizaron 1895 personas que ingresaron a territorio nacional.'s El 31 de octubre de ese mismo año, inició otra Caravana, compuesta principalmente por salvadoreños. En esta ocasión, según una nota de ese mismo día, publicada en el portal Europa Press, 2000 personas via- jaban rumbo a los Estados Unidos.'” Otras tantas Caravanas se han registrado desde finales de 2018 hasta la fecha y, en todos los casos, en la composición de éstas se incluyen familias con niños y mujeres embarazadas, que apues.tan, si'n ningún grado de certidumbre, por escapar de la violencia y la éxodo masivo, provocado por las condiciones de amplia violencia e incertidumbre económica acontecidas en los pobreza que caracteriza sus propias regiones. Según la nota de Alberto Najar, publicada en el portal de la BBC News Mundo del 24 de abril de 2019: para gobiernos y ciudadanía, ser indiferentes ante la magnitud de dicho flujo de migrantes; que tenía la intención de so- México enfrenta un inédito fenómeno migratorio: según da- asilo político. El migrante buscaba dejar de ser un mero migrante, para constituirse en refugiado. Para la percepción del mundo al norte del Río Bravo, la sola idea de tener 7000 personas a las puertas del imperio, con la intención de solicitar asilo político, causó gran desconcierto. Los migrantes todavía ni ingresaban a México, pero ya eran descritos y percibidos como hordas bárbaras organizaciones civiles y autoridades, se trata de una c¡.fra histórica, ya que el promedio anual de personas en tránsito suele ser de entre 150,000 a 400,000."* países de origen, trasformó el tablero politico. Fue imposible, tos oficiales, entre enero y marzo más de 300,000 personas han licitar ingreso a los Estados Unidos, por vía de la figura del que, con intención o sin ella, causarían un daño irreparable a la seguridad nacional de aquel país. El día 21 de octubre de 2018 se da inicio a una segunda Caravana. Esta vez los migrantes comenzaron su éxodo des15 Lidia Arista, «Caravanas de migrantes en México». Seg¡lin cruzado el país con rumbo a los Estados Unidos [] Es esta misma nota se afirma que la Secretaria de Gobernación del gobierno mexicano, Olga Sánchez Cordero, reconoció públicamente que existe un fenómeno migratorio inédi16 17 1 Redacción, «La segunda caravana de migrantes entra en México, pero es detenida por la policía». y Reuters y José Cabezas, «Una nueva caravana con 2000 migrantes R . sale de El Salvador rumbo a EE.UU». inAlberto Najar, «Caravanas de migrantes: la “histórica” oleada de documentados de todo el mundo que está llegando a México». 292 | HORDAS INVASORAS EMILIANO GARCÍA CANAL to, conformado principalmente por centroamericanos; embargo, también se tiene registro de ciudadanos cubane haitianos, brasileños y de países africanos y asiáticos co Nigeria, Afganistán, Eritrea, Bangladesh, Nepal, Pakist India, China; todos migrantes que han ingresado por frontera sur de México en su intento de llegar a los Es Unidos. i Esta nueva modalidad de migración, por su magnitud: constante flujo, ha obligado, como ya mencioné, a una configuración en el tablero político. El discurso social asilo y protección de su humanidad. Según Jaques Ranciére, ese hacerse ver y percibir es el principio estético que inaugurara toda lucha política. Este autor establece un vínculo indiscernible entre estética y po- lítica, pues todo acto político implica siempre un accionar estético sobre las condiciones del régimen del saber que fijan el reparto de lo sensible;”' es decir, acciones que buscan irrumpir sobre las condiciones que determinan el: orden de los cuerpos que define las divisiones entre los mo- dos de hacer, los modos del ser y los modos del decir, que hace que tales cuerpos sean asignados por su nombre a tal lu- 86 al cúmulo cuando se insinuó que se estaba llegando punto necesario de declarar emergencia nacional y cerrar gar y a tal tarea; es un orden de lo visible y de lo decible que hace que tal actividad sea visible y que tal otra no lo sea, que tal frontera con México: «es una situación mucho peor de lo gl casi cualquier persona comprendería, ¡es una invasión!».19 - tes centroamericanos buscan sobrevivir y resistir a la muer- te que acecha su éxodo, pues les brinda la posibilidad hacer: ver y ofr como táctica politica. Misma que les ofrece recono- cimiento y existencia. Si los Estados Nación, y sus adminis- traciones, les reconoce la existencia, entonces se debe brindar protección a sus Derechos Humanos. Mientras, en antaño la migracién asumía la invisibilidad impuesta por el régimen del saber colonial como forma de subjetivación obliterada, a partir del 2018 se ha implementado la táctica resis- tente de hacerse ver y sentir como existencia ciudadana, que 19 AP, «Trump: Por el momento no se declarará « “emergencia. nacional”», 293 ante las condiciones de adversidad política y social, busca odio, alentado, entre otras, por las políticas antinmigra que ejerció la Casa Blanca en la pasada administración, El cambio, el flujo migratorio antes descrito, no se da casualidad, es el resultado de un complejo y organiza proceso de resistencia creativa, por el cual las y los migran- —| palabra sea entendida como perteneciente al discurso y tal otra al ruido.”! La división de lo sensible, como categoría, está directamente vinculada con la noción del régimen del saber, pero, con esta categoría, Ranciére busca enfatizar y apuntalar la di- mensión de la construcción perceptual estética que, configurada por el discurso, hace aparecer también lo no discursivo como régimen naturalizado de lo percibido y lo sentido. Como ya se dijo, el régimen del saber es también estético de lo per- cibible que, en su supuesta espontaneidad, legitima la exis- tencia y su división como verdad. En el entramado simbóli- co del presente colonial, lo latino, negro, oriental o cualquier 20 2 Ranciére, El reparto de lo sensible. Estética y politica. Ranciére, El desacuerdo. Política y filosofia, pp. 43-44. 294 | EMILIANO GARCÍA HORDAS INVASORAS CANAL otra otredad a occidente, se percibe como bárbara, malvada ylpeligrosa, etcétera, ya sea por sus acciones o por sus omi siones; incluso, la inocencia de la imagen del buen salvaje e| de'suya peligrosa, pues éste es un menor de edad que requiere ser educado y conducido, para evitar los peligros la- tentes de su propia irracionalidad. En ese sentido, esta percep;ión estética responde a la «geografia imaginada» que (ci(;g Pgºl.l¿'; ;s;lt;ituras de percepción territorial y de identi- —| 295 modificar las condiciones teórico-perceptivas que posibiliten un nuevo reparto de lo sensible, es, por definición, una actividad estética. Esto no quiere decir que sea artística en sí misma, pues el arte, como actividad productiva humana, no está exento a todas aquellas determinaciones que, en cada tiempo y espacio, definen sensiblemente lo que puede ser correctamente dicho y sentido, según el régimen del saber hegemónico; es decir, el arte puede ser político sólo en la estética, pues dicha política es siempre una confrontación medida que confronte al saber dominante en el que se inscribe, incluso, aquellos saberes que determinan qué puede ser percibido como artistico. ber, por medio de la cual se pretende una reconfiguración en - tuales, originarias de Centroamérica, ha introducido una lPlara Ranciére, la política está siempre vinculada con la contra el régimen sensible, estabilizado y hegemónico del sa- | la estructura perceptual y discursiva de la existencia; de las condiciones de la sensibilidad y de la comprensión, pz;ra que aquello que no tenía parte en lo social legítimo, que no tenía lugar ni voz en el escenario de lo cotidiano, más que como abyecto, pueda subjetivarse de otra manera, al tiempo que pueda producir nuevas condiciones de reconocimiento:q La nueva configuración material de las migraciones ac- distorsión política en el plano de la sensibilidad. Gobiernos regionales e instituciones locales e internacionales se han visto obligadas a ver y definir al actual flujo migratorio como una crisis humanitaria, equiparable a los desplazamientos forzados de miles de personas que han acontecido en distin- tos territorios y momentos históricos, derivados de la guerra: La caravana de migrantes proveniente de Honduras y otros países de Centroamérica es un desafío a las democracias de los países de tránsito y para la nación a la que aspira arribar. Es mucho más que el resguardo hermético o la eventual poro- La actividad politica [dice Ranciére] es la que desplaza a un cuerpo del lugar que le estaba asignado o cambia el destino del lugar; hace ver lo que no tenía razón de ser visto, hace es- cuchar un discurso donde sólo el ruido tenía lugar, h’ace escuchar: como discurso lo que no era escuchado más que ruido.? sidad de soberanías territoriales, es una crisis humanitaria que reivindica el derecho de migrar de quienes huyen de la — pobreza, la represión y la violación sistemática de los dere- chos humanos en las naciones de origen.” (?(?mo puede verse, desde la perspectiva de este autor, la política como actividad de disenso y confrontación, que busca 2 Ibid, p.45. 2 José Murat, «La caravana migrante. Crisis humanitaria». 296 | EMILIANO GARrcÍA CANAL HORDAS INVASORAS Siguiendo el planteamiento de Ranciére , la política com irrupción de una distorsión en el plano del régimen del ber, implica la recomposición del esce nario o del tablero, así como la puesta en escena de nuevas formas y lógicas de sub- jetivación; sin embargo, la nombrada «recomposición», derivada de la lucha política, no garantiza la trasformación dí la imagen del migrante ilegal y violento, ni el reco nocimiento de la otredad como humanidad en crisis ; como en toda lucha de poder, los polos enfrentados jueg an sus propias car- tas y buscan imponerse sobre sus adversar ios. 3 La lógica del régimen del saber —y de sus dispositivos de poder— tienden a ser altamente reac cionarias y conservadoras ante las formas de reconocimiento que impliquen igualdad y cesión de privilegios acumulad os. En ese sentido, la Masacre de El Paso puede leerse —lo que no la justifica: Como una reacción altamente conserva dora, que se produj ante la sensación de un evidente pelig ro que representa , para una amplia población texana, las «hordas invasoras de migrantes cafés». La reconfiguración de la división de lo sen: sible es un proceso lento e incierto, pues ambos polos conflicto ejercen sus capacidades, como en el ajedrez, pa buscar imponer a su adversario su visió n de mundo; para in- tentar controlarlo y, de ser posible, dominarl o, El orden social del sentido acontece como un c: cambio simbólico, en el que se n visibles con innume- rables tácticas, lo cierto es que el pres ente colonial sigue siendo una matriz simbólica estructurant e, por medio de la cual acontece la actualizacion del «nos otros», a partir del —| 297 sentido especulativo y diferenciado que otorgan la imagen de «ellos», de los salvajes. 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Miembro del comité directivo en el Instituto de Investigaciones Históricas y Sociales e integrante del Grupo de Estudios sobre Movilidades y Territorios (UNP). Integrante del Grupo Internacional de Investigación: Océanos, desplazamientos y resistencias en la literatura contemporánea, Uni- versidad de Playa Ancha-Chile y del Grupo de Investigación «Historias del Presente Colonial», Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Autor del libro Próxima estación: fron- AUTORAS Y AUTORES — | 441 MARÍA EUGENIA GANTUS Maestra en Estudios de Asia y África, especialidad en Medio Oriente, por El Colegio de México. Profesora de Historia, Universidad Nacional de Rosario. Miembro del Centro de Estudios sobre Diversidad Cultural y del Observatorio de Culturas Religiosas, Universidad Nacional de Rosario; Coordi- tera (2019) y coautor de los artículos «Pensar la ciudad yel nadora del Área de Asia y África para Argentina, del Centro de Estudios Islámicos Arabes y Persas «Dr. Osvaldo A. Machado Mouret». Coautora de «Libia: intervención extranjera cana: relaciones de poder, conflictos y resistencias» (2015), siciones críticas en el Medio Oriente y Norte de Africa, 2018. territorio en Patagonia desde una perspectiva latinoameri- «Experiéncias de articulacáo com a sociedade da Patagónia desde a universidade» (2021). MARIELA FLORES TORRES Doctoranda en Ciencias Sociales, Universidad Nacional de Quilmes. Docente- investigadora de la Universidad Nacional de la Patagonia. Miembro de la Cátedra Abierta Edward Said y Otros Estudios Subalternos; del Grupo Interdisciplinario de Teorías y Prácticas Criticas, Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco. Profesora invitada en la y descomposición estatal», Voces, tramas y trayectorias: tranAutora de «Sin treguas. La nueva persecución de los yazidíes de Irak», Istor, 2017; «Los usos políticos de Gaza», en Revista Páginas, 2016, Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario. EMILIANO GARCÍA CANAL Doctor en Ciencias Sociales, con especialidad en Comuni- cación y Politica, por la Universidad Autónoma Metropoli- tana-Xochimilco. Maestro en Filosofía, con especialidad en Estética, por la UNAM. Profesor-investigador Asociado Uni- Presente Colonial», UACM. Es autora del capítulo «Racismo versidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco. Integrante del grupo de investigación «Historias del Presente colonial» desde 2019. De 2014 a 2017, miembro del Consejo Académico Asesor de la UVA del Centro Cultural Universitario Tlatelolco UNAM. Coautor del libro Arte transversal: fórmulas equívocas. Experiencia y reflexión en la pedagogía de la transdisciplina (2012); coautor del libro Semiótica, proble- 2019. Morentín Universidad Nacional de Comahue (2017-2019) y en la Cá- tedra de Estudios Palestinos Edward Said, Universidad de Buenos Aires (2009-2019). Codirectora del Proyecto de In- vestigación «Primeras aproximaciones para el estudio de las representaciones de los territorios africanos y asiáticos en los siglos XIX y XX», UNS, e integra el proyecto «Historias del y subjetividad en las obras de Frantz Fanon y Edward Said», mas y perspectivas. Homenaje a Juan Ángel Magariños de (2013); autor del artículo «Táctica, memoria y