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UTORJDAD COMO FACTOR CONSTITUTIVO DE LA CONCIENCIA Y DEL MUNDO JURÍDICO: DE "COSCIENZA, LEGGE, AUTORITÁ" DE COTTA A LAS "RIFLESSIONI SULLA AUTORITÁ E LA SUA CRISI" DE CAPOGRASSI Ana Llano Resumen: En un tiempo en el que se intenta acallar o negar el deseo de verdad que late en todo hombre y en el que nuestra misma exigencia de libertad reclama una antropología y una praxis que eviten todo totalitarismo, se ha querido mostrar la actualidad del mensaje, realista, crítico y esperanzador de dos escritos de juventud de Cofta y Capograssi que abordan una cuestión crucial: la de la dialéctica verdad-libertad, autoridad-conciencia, en el mundo jurídico político. El reconocimiento del carácter metafísico de la autoridad y del carácter intrínsecamente religioso del obrar humano (Capograssi) o de la preexistencia del objeto de la conciencia a la conciencia y la relacionalidad ontológica del yo (Cotta) les permite recobrar un fundamento absoluto para el Derecho y, paradójicamente, devolver fuerza al individuo y a su libertad Palabras clave: Autoridad, conciencia, derecho, verdad, libertad, finito-infinito, modernidad, utopía, tradición, subjetividad, totalitarismo, vida, razón, empirismo, historia, estado moderno, ateísmo, relacionalidad, sentido común, dependencia, antropología, religión racionalismo, cristianismo, democracia, independencia, educación nihilismo. Sumario: 1. La actualidad del mensaje de dos maestros, 2. La historia de la relación entre autoridad y mundo jurídico político, 2.1. De la exaltación a la esclavitud de la conciencia en la modernidad, 2.2. Empirismo moderno, abolición de la conciencia individual y totalitarismo, 3. El protagonismo de la voluntad y la conciencia personal y la ambivalencia de la libertad y de la convivencia, 3.1. Una concepción de la conciencia que permite justificar existencialmente el Derecho y recuperar, desde categorías modernas, la primacía de la autoridad Persona y Derecho, 57 (2007**) 305-380 ISSN 0211-4526 306 ANA LLANO (Cotta), 3.2. De la voluntad como fuerza liberadora y de la tristeza moderna (Capograssi), 3.2.1. La voluntad y el mal en la teoría de la autoridad, 3.2.2. Tristeza y religiosidad del pensamiento moderno, 4. El camino de la restauración: el redescubrimiento del yo y de su dependencia originaria como condición para salvar la democracia, la civilización, el derecho. "¿Qué puede mover al hombre por encima de todo y en lo más íntimo, en el corazón?, ¿ama algo el alma con más ardor que la verdad?" San Agustín "No existe ideal por el que valga la pena sacrificarnos, porque de todos nosotros conocemos la mentira, nosotros que ya no sabemos qué es la verdad" Malraux 1. LA ACTUALIDAD DEL MENSAJE DE DOS MAESTROS Vivimos un tiempo en el que los poderes del mundo (desde la intelectualidad hasta los mass media, del poder político a las grandes multinacionales, del arte a la tecnología) parecen haberse aliado para acallar las evidencias más elementales y las exigencias de significado, belleza, justicia, amor y felicidad que mueven la vida humana. Hace ya tiempo advertía C.S. Lewis que "un paso previo para separar [al hombre] del Enemigo" [de Dios] es "apartarle de sí mismo", de su humanidad, ya que "los gustos y las inclinaciones más profundas de un hombre constituyen la materia prima, el punto de partida que el Enemigo le ha proporcionado. Alejar al hombre de ese punto de partida es siempre, pues, un tanto a nuestro favor" 1• l. LEWIS, C.S., Cartas del diablo a su sobrino, Rialp, Madrid, 2006, pp. 6667 (original de 1942). LA AUTORIDAD COMO FACTOR CONSTITUTfVO DE LA CONCIENCIA... 307 Silenciar el corazón equivale a eliminar esa dialéctica finitoinfinito a que aluden constantemente Capograssi y Cotta, que no es sino la impronta de lo divino en el hombre 2 , cuya censura hace 2. El carácter intrínseco de lo religioso como dimensión última de toda acción humana es clave en la obra de Capograssi, de la que resalto algunos lugares de sus Opere, Giuffré, Milano, 1959. Opere 1, p. 376: "si el espfritu puede volverse al Dios infinito y pedir la liberación, la liberación comienza ya ... ya que es Dios mismo quien pone en la mente finita esta voluntad de estar fuera de lo finito en el infinito''. En Opere 11, p. 56-57, señala que la idea de Dios aparece en plena acción y en la más sufrida vida del ánimo, desde el primer momento de la vida, más como un estado de deseo, esperanza y temor que como algo pe1fectamente claro y consciente, por lo que siendo el conocimiento más cierto, es a la vez el que más puede traicionarse, porque requiere que toda el alma se eleve hacia él; en p. 204-205, que "ese pensamiento infinito, que la idea en su profundidad afirma, y ese nexo profundo entre lo real y el pensamiento que ella muestra , no son sino la lejana huella de esa Mente absoluta y de esa Acción absoluta en la mente del sujeto", de modo que la "individualidad esencialmente permanente del sujeto" sólo encuentra "en la infinita personalidad del Ser infinito su razón y raíz secreta", pues "en el mundo sin Dios Creador, la individualidad, en su querer sustancial y permanente, es incomprensible e imposible". "En el fondo todo el esfuerzo que hace el sujeto para sostenerse en su impulso" , en su deseo de infinito, "no es sino la confianza íntima e indomable en esta divina voz, en esta divina promesa que la vida representa. Y ya en ella ... hay un reconocimiento secreto de esa Vida infinita que anuncia: porque ¿cómo habría preferido ese Infinito si no lo conociera?"; la acción humana termina, p. 207, con el reconocimiento por parte del sujeto de que no puede vencer por sí mismo, que necesita la ayuda divina: "en esta muerte, que es su más verdadero <feto de libertad, encuentra su liberación ... Aquí, con el deseo y la esperanza de un nuevo principio de vida , la acción humana verdaderamente termina. Sólo Dios puede continuarla. Y Cristo la continua''. En esta línea, son realmente espléndidos dos capítulos de Opere 111, "Che cosa veramente voglio?", p. 101 ss, y "Suicidio y oración", p. 129 ss. En Opere V, "Su alcuni bisogni dell ' individuo contemporaneo", pp. 525-534, vuelve a evidenciar que la apertura al Dios trascendente constituye una dimensión estructural de la acción, al aludir al "momento pascaliano de la vida del individuo", en el que "nace la pregunta" de si el valor de la vida se reducirá a "esta indigencia intrínseca y múltiple, a esta existencia sin consistencia que es la vida del individuo", momento terrible en el que "el individuo se da cuenta de que no puede hacer ya nada más por sí mismo'', momento, en fin , que "no es una deducción filosófica ... sino el momento en que el individuo, en el acto mismo del peligro, de la enfermedad, de la traición, de la crueldad, de todos los dolores tan variados y tan monótonos , de todas las desilu- 308 ANA LLANO toda referencia a Dios extrínseca y, a la larga, prescindible. Sin referencia a ella la entera praxis deviene incomprensible 3 • Este intento de la cultura contemporánea de acabar con todo rastro de la desproporción estructural 4 es apreciable en el tratamiento de los derechos humanos: ¿para qué prestar atención al anhelo de un amor para siempre, en vez de proteger el capricho siones de la vida, siente que toda su vida se reduce a una necesidad de salvarse", en el que "se da cuenta de la existencia de Dios" : "es el inevitable momento de la esperanza", de la esperanza como necesidad suprema "que constituye la humanidad del individuo" y que "no tiene nada de secundario o episódico". Como observa en su tesis BALLESTEROS, J., La filosofía jurídica de Giuseppe Capograssi, Delegación de Roma-Consejo Superior de Investigaciones científicas, RomaMadrid, 1973, p. 183 , la apelación a Dios no supone en Capograssi un salto en el vacío, responde a la lógica interna de las cosas. 3. Según COTTA, S., El derecho en la existencia humana, EUNSA, Pamplona, 1987, pp. 66-68 y 73 , en la base del carácter existencial del derecho está la estructura ontológica del hombre que consiste en una síntesis de dualidades, entre las que destaca la unidad dual finito-infinito , sin la cual no es posible entender la existencia humana y que hace del yo un ente en relación, fuera de la cual el yo no es. También CAPOGRASSI, G., Opere!, "Riflessioni sulla autoritá e la sua crisi", p. 153 ss, insiste en la exigencia de lo absoluto por parte de la voluntad como hecho central de la vida humana y de la historia: "si los problemas prácticos no se miran des~ esta altura la solución es imposible'', p. 158; Opere ll, Analisi dell ' es perienza comune, p. 22, critica la reducción de la historia humana a mecanismo, a "engranaje del espíritu absoluto que se desarrolla" o a "trama exterior de hechos empíricos que se realizan en una concatenación automática sin fin", en la que "son triturados sin reparo el individuo, el mal, la libertad, Dios , sin los cuales la experiencia común y su movimiento son incomprensibles''. 4. Cf. G1ussAN1, L. , El sentido religioso, Encuentro, Madrid, 2005 , pp. 75-78. "Cuanto más se adentra uno en el intento de responder a esas preguntas, mejor percibe su fuerza y más descubre su propia desproporción con la respuesta total. Es el tema dramático de los Pensamientos de Leopardi ... La imposibilidad de agotar esas preguntas exalta la contradicción que hay entre el ardor de la exigencia y la limitación de la capacidad humana para buscar.. . La imposibilidad de dar una respuesta exhaustiva a las exigencias que constituyen nuestro yo es estructural, es decir, tan inherente a nuestra naturaleza que conforma su característica esencial... Si uno está atento a esta dinámica con seriedad y empeño, cuanto más avanza, más evidente le resulta la inconmensurabilidad y la desproporción que hay entre la meta que alcanza la investigación y la profundidad de sus preguntas''. LA AUTORIDAD COMO FA CTOR CONSTITUTl \10 DE LA CONCIENCIA ... 309 del instante?, ¿por qué tomar en serio el valor infinito del propio yo o el de cualquier alter ego y no someterlos a la lógica del mercado?, ¿a qué queda reducida la lógica de la justicia, la medida y la proporción, cuando la moda de turno impone los valores y criterios que deben guiar nuestro obrar con independencia de lo que son las cosas , de los factores en juego, de las circunstancias y del caso concreto?, ¿por qué obedecer al dato de nuestra conciencia, que nos habla de nuestra finitud y contingencia a la par que de la infinitud de nuestro deseo, si nos incomoda?, ¿no es preferible empeñarse en una autonomía absoluta, sin considerar las múltiples formas de esclavitud a que nos has llevado tal quimera, dado que resulta tecnológica y económicamente "rentable"?, ¿por qué dar más peso a la diferencia sexual que a la posibilidad de manipular la naturaleza y promover la ideología de género?, ¿cómo confiar en el otro o en un tercero o dar crédito a nuestro íntimo deseo de verdad y de justicia, cuando la mentira y la opresión nos llevan a desesperar de su misma posibilidad?, ¿por qué escuchar la exigencia de que las relaciones duren en vez de dejarse arrastrar por la inmediatez del instinto y del instante? No podemos engañarnos. Schindler ha denunciado, al respecto, la ausencia del yo estructuralmente capax Dei en el liberalismo, cuyos máximos logros - y no niega que lo sean-, los derechos humanos y la tecnología, lo son sólo en la medida en que entendemos que tales conquistas implican una ausencia ontológica de Dios 5 • Cuando en la base de la distinción entre derecho y moral o en la práctica de los derechos humanos se sitúa la pérdida del Absoluto en la vida real de los hombres y los pueblos, el peligro de juridificar la vida entera o de sacralizar lo jurídico resulta inmi- 5. Cf. ScHINDLER, D .L. , "La naturaleza dramática de la vida: las sociedades liberales y los fundamentos de la dignidad humana'', Hu ellas , n. 11 (diciembre 2006) , pp. 48 ss. Cf. , con más detalle, lo., Heart of th e World, Center of th e Church. Co111111u11io Ecclesiology, liberalism and Liberation , T&T Clark, Edinburgh, 1996, especialmente la primera parte. 310 ANA LLANO nente 6 • No deberíamos olvidar la lección de quienes han sufrido el totalitarismo desde la disidencia: "es inherente a la racionalidad la vigilancia frente a una posible reducción a una vida sin interrogantes, desprovista de relación con el todo, a una vida hundida en el dominio de las cosas que se convierte a sí misma en cosa ... Es posible perder la propia humanidad, porque ésta no le es dada al hombre del mismo modo que, por ejemplo, la gravedad es dada a las cosas, sino que es preciso cultivarla" 7 • Es la misma exigencia de libertad, característica de la tradición europea y legado irrenunciable, la que reclama una comprensión del hombre y del derecho que eviten la tentación del totalitarismo, ya político, ya mental. En este sentido, creo que conviene evitar toda confianza excesiva en el Derecho, como si a través de sus instrumentos pudiera edificarse una nueva cultura o reconstruir una civilización en decadencia o, al menos, conservar los restos que quedan de ella 8 • Son distintas formas de utopía: los hombres que 6. Como con gran acierto, a mi juicio, resalta ALBERT MÁRQUEZ, M., "La pérdida del absoluto en la cultura jurídica europea", El Olivo XXIX, 61-62 (2005), pp. 7-18. Sobre religión y vida jurídica y política, cf. D'AGOSTINO, F., Diritto e Giustizia. Per una introduzione alfo studio del diritto, San Paolo , Torino, 2000, pp. 31-38, y PossENTI, V., Las sociedades liberales en la encrucijada, Eiunsa, Barcelona, 1997, pp. 131 ss; lo., Religione e vita civil e, Armando, Roma, 2002; lo., "Crescita della secolarizzazione o ripresa delle religioni? Religione e politica alla svolta del millennio", Doc. del 13-5-2005, en www.sifp.it. 7. BELOHRAOSKY, V., La vida como problema político, Encuentro, Madrid, 1988, pp. 135-136 8. Ya BERNANOS, G., "La ley y las costumbres", en George Bernanos, Essais et Écrits de Combar, vol. II., París, 1995, pp. 306-307, traducido al castellano en Huellas, n. 7 (2007), p. 54 ss, señalaba que "es posible que unas malas instituciones corrompan a los hombres, aunque ellas mismas no son, por lo general, sino una consecuencia de esa corrupción. Pero una vez que los hombres se han corrompido, la legislación es impotente para hacer otra cosa que no sea disimular unos males que, al no poderse desmTollar a la luz, se desarrollan en profundidad''. FINKIELKRAUT, A., "Il neo integrismo? É in salsa laica", en PESENTI, L. (ed.), La ragione e il desiderio. La battaglia cultura/e dei nuovi laici, Marietti, Genova-Milano, 2006, pp. 104-105, alerta contra el peligro de una memoria desvirtuada que LA AUTORIDAD COMO FACTOR CONSTITUTI\10 DE LA CONCIENCIA... 311 sucumben a la tentación utópica, ya obnubilados por un futuro proyectado o imaginado, ya invadidos por la nostalgia del pasado, ya aferrados a las consecuencias culturales de un cie1io tipo humano y una determinada actitud ante la vida y su misterio, prescindiendo de la antropología y la religión de la que manaron, coinciden en que no parten del presente, del hombre concreto y de lo que le alimenta, como única semilla de cultura y, por tanto, también de Derecho 9 • está llevando a Europa a repudiar su propia historia y sustituirla por una especie de "humanidad inmediata", por un derecho abstracto, que va a favorecer una deculturización general. Por su parte, ScoLA, A., Una nuova laicitá. Temi per una societá plurale, Marsilio, Venecia, 2007, p. 57 ss, advierte la falta de realismo y el apriorismo de quienes defienden las distintas identidades culturales hasta juzgar inevitable el choque de civilizaciones y de quienes sostienen una integración genérica y benévola de una ingenuidad no inocente. Frente a ambas, igualmente hijas de la modernidad, propone la categoría de mestizaje como hipótesis explicativa del actual momento histórico, a la par que denuncia la tendencia occidental a focal izar el debate en cuestiones jurídicas que, sin quitar importancia a éstas, esconde la tentación de crear sistemas tan perfectos que ya nadie tenga la necesidad de ser bueno -en términos de T. S. Eliot-. Frente a la tentación utópica, en pp. 26-27 y 96 ss, llama a desmitificar la acción política, cuya verdad es directamente proporcional a la conciencia de sus límites. Desmitificación y redimensionamiento positivo de lo político que permite el cristianismo. También D' AoosTINO, F., Diritto e giustizia, cit., p. 123 ss, critica la tesis de la comunicación jurídica como única posible entre extranjeros morales, por tentadora que sea. 9. Esta atención al hombre y a la historia concreta como condición de una teoría y una praxis adecuadas de los derechos humanos es una constante en los trabajos de Carozza, P., Comparative Legal Traditions: texts, materials and cases 011 Western Law, West Publishing, 3rd ed. 2007 (with Mary Ann Glendon and Colín B. Picker); "From Conquest to Constitutions: Retrieving a Latin American Tradition of the Idea of Human Rights", Human Rights Quaterly, vol. 25 (2003), pp. 281-313; "Subsidiarity as a Structural Principie of International Human Rights Law", American Journal of I11ternatio11al Law, vol. 97 (2003), pp. 38-79. Al preguntarse qué puede sostener una política liberal paradójicamente alimentada de pequeñas instituciones que crecen en virtudes diferentes de las que animan al régimen liberal mismo, qué puede asegurar que las fuentes de virtud, liberales o no, conduzcan al florecimiento de la virtud más que al vicio y cómo distinguir las flores de las hierbas, GLENDON, M.A., "Forgotten Quaestions", en GLENDON, M.A. & BLANKENHORN, D., Seedbeds of Virtue. Sources of Competence, Character & 312 ANA LLAN O Pues bien, frente a ese intento actual de reducir el deseo de infinito que late en todo ser humano y ha ~e rl e contentarse con menos, de detener el impulso originario que le lleva de particular en particular en busca de lo universal 10 , se alza el magisterio de Sergio Cotta, quien, tras las huellas de Giuseppe Capograssi 11 , considera el "yo sintético y relacional" el fundamento, criterio y fuente del Derecho. En efecto, transfiriendo a la estructura ontológica del h9mbre la dualidad de polos que caracteriza el método bergsoniano de explicación de los fenómenos, apunta que el ser humano está hecho de una unidad sintética de finitud-infinitud o universalidad-particularidad que determina la relacionalidad coexistencia! ego-alter ego. Este yo sintético relacional es la fuente de la libertad, debido a su tensión bipolar entre finitud e infinitud que le lleva a tener siempre que decidir de nuevo sin agotar nunca su sed de lo infinito, y a la par el límite de tal libertad, ya que ésta queda anulada cuando se opta por uno de los dos polos a costa de negar el otro 12 • El ser humano Citizenship in American Society , Madison Books, Maryland, 1995, p. 13, indica que "the answer to such questions -or at least the path to better than rather worse judgements- must ultimately be sought, not in the seedbed, but in the seed: the human person, uniquely individual yet inescapably social ; a creature of unruly passions who nevertheless possesses a certain ability to transcend an evento transform the passions: a knower and a chooser who constitutes himself, for better or worse, through his knowing and his choosing''. 10. Como Ulises se aventuró más allá de las fronteras de lo conocido en búsqueda de lo desconocido, el ser humano, cuando es fiel a la estructura de su razón, hecha de hambre y sed de significado, "no descansa jamás, porque todas las imágenes llevan escrito "más allá", en palabras de MüNTALE, E., "La agave en el escollo", en Huesos de Sepia, Alberto Corazón Editor, Madrid, 1975, p. 101. ll. CAPOGRASSI, G., Opere II, cit., p. ll2-113, nota (1) conecta la experiencia de la que está hecha la historia con el corazón inquieto de Fausto que, sustrayéndose al influjo de Mefistófeles, que querría detenerlo, no descansa en lo finito , no renuncia a su deseo de infinito, sino que lo busca sin descanso. 12. CüTTA, S. , El derecho en la existencia humana, cit., p. 66-68 , sobre la "finitización" e "infinitización" del hombre -afirmación unilateral de uno de los dos polos- que lleva a la destrucción de la existencia propiamente humana; p. 77: "la libertad se haya sujeta a la confrontación con la verdad sintética del LA AUTORIDAD COMO FACTOR CONSTITUTIVO DE LA CONCIENCIA.. 313 descubre que esa dialéctica es constitutiva de su existencia y de la de los otros que reconoce, por tanto, como iguales. La coexistencia resulta así una necesidad ontológica fundamental, fundamento y criterio del valor de los diversos modos de relación entre los hombres, que podrán desarrollarse conforme a aquélla o contrariándola, dada la ineliminable ambivalencia de la libertad humana 13 • La estructura ontológica del hombre cuyas notas son la sintesis de finitud-infinitud, contra la que se dirige toda violencia, y la relacionalidad ego-alter ego, a la que ataca todo daño al inocente, es el criterio universal de la justificación de la obligatoriedad del derecho empírico, que lo convierte en derecho natural vigente 14 ser humano, en la cual se encuentra el juicio crítico de la propia acción. El ser sintético y el deber ser de la existencia es lo que señala los límites de las posibilidades y lo que nos evita la salida nihilista. De ahí que el deber ser, aun antes de su consideración en relación con los valores morales ... haya de ser adscrito, desde el principio, a la exigencia para el hombre de adecuarse en su vivir a la estructura sintética de su ser. Separándose de ésta, ya no se libera, sino que inicia el proceso de su propia degradación, hasta llegar a su propia negación". 13. Cf. COTTA, S., "La coexistencialidad ontológica como fundamento del derecho", Persona y Derecho, n. 9 (1982), p. 13 ss. 14. Cf. COTTA, S., Diritto, persona, mondo 11111w10. Torino, Giappichelli, 1989, p. 185-211. Derecho natural vigente al que ya se refirió CAPOGRASSI, G., Opere V, Giuffré, Milano, 1959, p. 27 ss, mostrándose crítico con el "iusnaturalismo de los adoctrinados" que, en su abstracción, se separa de la vida. Cotta lo define en p. 209-211 como todo derecho fundado en el yo sintético relacional, respetuoso con él, de manera que la racionalidad resulta inmanente al derecho positivo. No es ni una abstracción intelectual, ni puro ideal, sino la viviente realidad del derecho elaborado por los hombres y para los hombres en conformidad con su naturaleza. Capograssi lo define en p. 31 como el ordenamiento jurídico mismo en la profunda objetividad de sus exigencias constitutivas que se revelan en la estructura misma de la acción y en el núcleo de valores inscritos en el corazón del hombre, en el impulso secreto con que el hombre tiende a desarrollar su humanidad. También CoTTA, S., "La coexistencialidad ... ", p. 13 ss, critica la insuficiencia de un neoiusnaturalismo que atribuye el valor a la naturaleza humana misma y sostiene que el fundamento de la obligatoriedad del derecho reside en la existencia que a la par pertenece y es distinta del ser del existente: de un lado, sus posibilidades provienen de la potencialidad del ser y de otro, éste 314 ANA LLANO y lo sustrae a la exterioridad de la imposición por la fuerza y a la arbitrariedad del poder 15 • El trabajo de Capograssi sobre la crisis y la restauración del principio de autoridad y el de Cotta sobre la relación entre autoridad, conciencia y ley, ambos escritos de juventud 16 , nos ofrecen dos respuestas llenas de actualidad, de la actualidad de la verdad 17 implica una falta de plenitud de ser en el existente. Así se explica el dinamismo dialéctico de la existencia. Ello no le impide hablar de naturaleza humana, ni de derecho natural o iusnaturalismo, como se ve, entre otros lugares ele su obra, en "Per un riesame clelle nozioni cli giusnaturalismo e cliritto naturale'', p. 157 ss de Diritto, persona, mondo umano, cit., traducido al español (ver nota siguiente). 15. Cf. CüTTA, S., "Para una revisión ele las nociones ele iusnaturalismo y derecho natural", en MASSINI, C.I. (ecl.), El i11s11aturalis1110 actual, Abeleclo Perrot, Buenos Aires, 1996, p. 48-51. 16. Las Rijlessioni sulla autoritá e la sua crisi ele Capograssi son ele 1921 y constituyen su segundo trabajo sistemático. Cf. D' ADDIO, M., "Storia e politica in G. Capograssi", en MERCADANTE, F. (ecl.), Due Convegni su Giuseppe Capograssi (Roma-S11l111011a 1986), Giuffré, Milano, 1990, p. 39, 44 y 48. Según DEL NoCE, A., "L'autoritá come valore costitutivo del mondo umano". En Due co11\1eg11i .. ., cit., p. 541, si las Rijlessioni sulla autoritá e la sua crisi pasaron desapercibidas cuando fueron publicadas en 1921 y tampoco llamó mucho la atención el libro al publicarse en las obras completas en 1959, "es mérito ele Mario D' Aclclio haberlo hecho publicar ele nuevo a parte -Giuffré, Milano, 1977-, precedido ele una óptima presentación", en la que señala que es preciso remontarse a él para entender el núcleo fundamental del pensamiento ele Capograssi. En cuanto a "Coscienza, legge, autoritá" ele Cotta, fue recogido junto a otros artículos suyos en los ltinerari esistenziali del diritto. Napoli, Morano, 1972, posteriores a La cittá politica di S. Agostino ele 1960 y a La sjida tecnologica ele 1968. Para una contextualización ele su obra, cf. MARTÍNEZ MUÑOZ, J.A., La ontofenomenología del derecho en la obra de Sergio Cotta, UCM-Facultacl ele Derecho, Maclricl, 1993, p. 29-50 y 437 -donde elata el artículo en 1947-, y la intervención ele D'AaosTINO, F., "Sergio Cotta, maestro invisibile", en In memoria di Sergio Cotta, en www.sifp.it. 17. No quisiera caer en el error del "Punto ele Vista Histórico" como ingeniosa arma para debilitar la fuerza ele la tradición, al que hace referencia LEWIS, C.S., Cartas del diablo .. ., cit., p. 123-124, que ante una afirmación ele un autor antiguo "se pregunta quién influyó en el antiguo escritor y hasta qué punto su afirmación es consistente con lo que elijo en otros libros y qué etapa ele la evolución del escritor o ele la historia en general ele! pensamiento ilustra y cómo LA AUTORIDAD COMO FACTOR CONSTITUTIVO DE LA CONCIENCIA... 315 de la que uno debe reapropiarse una y otra vez para no petrificarla 18. Quisiera en estas páginas hacerme eco humilde de ellas, sin más pretensión que la de agradecer la existencia de estos dos grandes maestros italianos que han sabido sintonizar con lo mejor del pensamiento contemporáneo, actualizar la tradición recibida y volver a proponer, con humildad y decisión, el amor a la verdad como motor de la vida. Amor a la verdad concreta, adquirida a través de la dolorosa experiencia de la historia personal y colectiva, no a una abstracción fácilmente manipulable e incapaz de tocar y movilizar nuestro frágil yo. Lejos del "horror a Lo Mismo de Siempre" 19 , sólo me interesa mostrar algo que he aprendido con la lectura de estos dos trabajos de Capograssi y Cotta, movida por una de esas "preguntas muy simples" y "relevantes" que aborrece el Escrutopo de Lewis 20 : "¿qué verdad nos enseñan?". Si al diablo, que no puede "engañar continuamente a toda la raza humana", le "resulta de máxima importan- afectó a escritores posteriores y con qué frecuencia ha sido mal interpretado (en especial por los propios colegas del erudito), y cuál ha sido la marcha general de su crítica durante los últimos diez años y cuál es el estado actual de la cuestión''. "La única cuestión que nunca se plantea es si es verdad''. 18. Porque menos aún quiero ignorar el drama constante en que consiste la vida del hombre, "una herida que no puede cerrarse", en palabras de ZAMBRANO, M., Filosofía y Educación. Manuscritos, Agora, Málaga, 2007, p. 147, que habla de una cierta actitud que debe tener el yo ante la realidad, de apertura, acogida y atención sostenida y renaciente, ya que "la realidad, que en cierto sentido se presenta por sí misma, arrolladora, inexorable, dada la condición humana, exige ser buscada. La vida humana es un viaje hacia la realidad". Sobre el reapropiarse del legado recibido para hacerlo nuevo y presente como sello de identidad de Europa, ha insistido BRAGUE, R., Europa: la vía romana, Gredos, Madrid, 1995, trad de J.M. Palacios, quien ha llamado "secundariedad" a esa actitud romana de acogida agradecida, crítica y renovadora de la cultura griega que le precedió, actitud que sería practicada también por el cristianismo para con las tradiciones judía y greco-latina. 19. LEwrs, C.S., Cartas del diablo .. ., cit., p. 115. 20. /bid.,pp.115-116. 316 ANA LLANO cia aislar así a cada generación de las demás" 21 , nada más oportuno que escuchar la voz de estos grandes maestros y acoger su legado, del que aquí -huelga decirlo- reflejaré sólo una pequeñísima parte. 2. LA HISTORIA DE LA RELACIÓN ENTRE AUTORIDAD Y MUNDO JURÍDICO POLÍTICO Frente a la interp~acó de la historia moderna como necesariamente -no sólo históricamente- abocada a la secularización total2 2, 21. !bid., p. 124. 22. Según SPAEMANN, R., "Naturaleza y responsabilidad", entrevista publicada en Nuestro Tiempo, n. 613-614 Uulio-agosto, 2005), frente a la interpretación de Nietzsche, conforme a la que "la Ilustración se acaba suprimiendo a sí misma ... suprime el concepto de Dios y con ello suprime la noción de verdad, y con ello acaba por suprimir las condiciones necesarias para que haya una voluntad de Ilustración", "los logros de la modernidad ... deben ser salvados de la autointerpretación de la modernidad. Para ello, ... tenemos que aprender a reintegrar nuestra propia época en el gran contexto de la historia humana. La modernidad vive precisamente de la idea de un peifecto comienzo de cero ... Este proyecto inacabado y tal vez inacabable de la modernidad se interpreta a sí mismo de modo tal que cualquier apelación a algo anterior es vista como una apelación a algo ya superado. Creo que esa interpretación de las cosas es propia de una visión exaltada e irracional. La modernidad es simplemente un paso importante en la historia humana: tiene lados positivos y negativos. Lo que hay que hacer es simplemente reubicar esta época en la gran corriente de la historia humana. Para ello hay que ser capaces de interpretar también la modernidad a partir de categorías que no sean ellas mismas desarrolladas sobre premisas puramente modernas, sino que sean anteriores. A pesar de que somos modernos, podemos hacer nuestras esas perspectivas. Eso es una liberación y un desengaño ... El nuevo paso consiste en un desengaño". Para DEL NocE, A., Posizioni del católico, texto manuscrito inedito del diario delnociano de Diciembre de 1943, ahora en Scritti Politici 1930-1950, a cura di T. Dell'Era. Rubbettino, Soveria Mannelli (CT), 2001, p. 227, "el problema de la espiritualidad moderna se plantea en estos té1111inos: en qué sentido puedo yo adherirme a la verdad en cuanto verdad. Al problema de la verdad le sustituye el problema de la forma de adhesión a la verdad; al problema de la idea verdadera el de la persona verdadera. Los católicos con frecuencia denuncian el carácter de crisis de la edad moderna, iniciada con el descubrimiento del hombre en el humanismo y con la ruptura de la unidad cris- LA AUTORIDAD COMO FACTOR CONSTITUTIVO DE LA CONCIENCIA... 317 Capograssi y Cotta figuran entre los pensadores católicos contemporáneos que han sabido discernir las dos caras de lo moderno, la inmanentista históricamente dominante en los últimos siglos y la tiana en la reforma. E indudablemente la edad moderna tiene, desde un punto de vista católico, carácter de crisis, en cuanto sus valores debieron afirmarse en gran parte contra el catolicismo; pero en la medida en que nos limitamos a sus rasgos que he mencionado, es decir, a su problemática, no hay huella de crisis, se trata de una profundización y de una agudización en sí meritorias de la idea de verdad. La era moderna, pues, no tiene carácter anticatólico en cuanto se limita a poner el problema del sujeto; tiene tal carácter sólo cuando al sujeto como problema le sustituye el sujeto como solución, es decir, cuando afirma una metafísica subjetivista e inmanentista, estoicista o historicista, contra la metafísica del objeto, cuando, en definitiva, se contrapone a la teología católica en cuanto teología"; ID., Principi di una politica cristiana, texto de 1944-45 publicado en Scritti Politici, cit., p. 232-233, distinguió dos tradiciones en el seno del liberalismo: la deístico optimista típica del siglo XVIII y otra más moderna, antiutópica, que juzgó compatible con el catolicismo, por su común percepción antropológica marcada por un relativo pesimismo, en oposición a todo maniqueísmo. Cf. BORGHESI, M., "Democrazia e modernitá in Augusto Del Noce (negli scritti da! 1930 al 1946)", 30 Giorni, n. 10 (2004), p. !-XXIV. Como apunta RICONDA, G., "Attualitá del pensiero di Augusto Del Noce", introducción de MINA, A. (ed.), Augusto Del Nace. Veritá e libertá nella storia. Antologia di scritti, BUR, Milano, 2007, pp. 25-26: "la crítica al ateísmo es crítica a su presupuesto racionalista: la negación del misterio y la negatividad de lo finito. Ahora bien, según Del Noce, existe en la modernidad una filosofía que ha ejercido esta crítica: el 'ontologismo' como forma moderna del pensamiento tradicional, siendo tal modernidad el desarrollo de virtualidades del pensamiento tradicional como respuestas creativas al desafío de la secularización. Es ésta la concepción bipolar de la filosofía moderna. A partir de la sustancial ambigüedad que se encuentra en la filosofía cartesiana, Del Noce remite a dos líneas de pensamiento: una que lleva de Descartes a Nietzsche, otra de Descartes a Rosmini. La segunda pasa a través de Pascal, Malebranche y Vico y se prolonga en un reclamo al tomismo contemporáneo (a Maritain, pero sobre todo a Gilson) y al existencialismo religioso". Si, según G. Ricconda, "11 problema dell'ateismo (1964) es en el fondo un claro ejemplo de que el ateísmo es el problema y no el destino de Occidente", p. 19. A. Mina subraya, en su Introducción al primer capítulo, p. 47, el carácter optativo o postulado que tenía para Del Noce el ateísmo moderno, que siempre va acompañado por la posibilidad de la opción religiosa. Cf. del propio DEL NocE, A., pp. 53-82: "Intorno al concetto di ateismo", fragmento extraido ele la introducción a 11 problema dell'ateismo. 318 ANA LLANO religiosa que. silenciada por los hechos y aparentemente fracasada, permite entender mejor su anhelo más profundo y recomenzar desde dentro de la misma modernidad sin censurar esa sed de infinito y de verdad constitutiva del ser humano, al margen de la cual ni se comprende ni se edifica el mundo humano 23 • Lejos de toda nostalgia medievalista y en las antípodas de la utopía del progreso, estos dos filósofos del Derecho tienen clara 23. Respecto a Capograssi, DEL NocE, A., "L'autoritá ... ", cit., p. 548, sintetiza así su intuición más profunda: "es en la autocrítica de este pensamiento moderno, en relación con su mismo intento, como se pueden recuperar, en su más pleno significado, las verdades de la tradición patrística y escolástica; es poniéndose sobre el mismo terreno del problema de la vida, reivindicado por la filosofía moderna, como su luz puede verdaderamente aparecer. A mí me parece que ésta es la intuición más profunda de su filosofía, a partir de la cual pueden comprenderse sus distintas tesis". A su juicio, "la reafirmación de la metafísica en el sentido de reafirmación de la trascendencia puede darse sólo a través de la superación del primado de lo gnoseológico, y en esta superación la guía no puede buscarse más que en Vico. Volvemos así al carácter de autocrítica del pensamiento moderno que, aunque separándose de la Neoescolástica .. ., no es de ningún modo modernismo, si por modernismo se entiende relectura del mensaje cristiano en términos de la filosofía moderna entendida como filosofía del devenir. En este sentido, se puede decir que su pensamiento es precisamente lo contrario de todo modernismo, tanto del de principio de siglo como del actual", p. 549. En cuanto a Cotta, en su artículo "Postmodernidad y bien común", traducido por J. A. Martínez Muñoz para la Revista de la Facultad de Derecho, n. 87 (1987), pp. 327-336, considera erróneo identificar moderno con antimetafísico y anticatólico, pues la modernidad cronológica no es homogénea, sino que comprende dos grandes orientaciones, la del principio de trascendencia, que actúa en continuidad con el pasado y da lugar a un renovado clasicismo y la del principio de inmanencia, que rompe con la tradición y da lugar a la modernidad en sí, cuyo sentido profundo es la negación de la verdad y de la moral objetiva y universal radicada en el ser mismo del hombre. En Diritto, persona, mondo umano, cit., p. 267, al tratar de Derecho y Moral y referirse a quienes consideran la amoralidad del Derecho como rasgo propiamente moderno, Cotta aclara que designa con el término "modernidad" "ese modo de entender la cultura que se ha desarrollado en la edad cronológicamente moderna que cree poderla reconducir a una unidad homogénea de sentido, no obstante su diversidad". LA AUTORIDAD COMO FACTOR CONSTITU71VO DE LA CONCIENCIA... 319 conciencia de la crisis en la que nos hallamos inmersos 24, sin por ello renegar en modo alguno del presente y sus logros, pero sin renunciar a la tradición tampoco, en la medida que apelar a la tradición es apelar a lo eterno, no al futuro -como el espíritu revolucionario sostiene-, pero tampoco al pasado o a un momento privilegiado del mismo -como le gusta al reaccionario-. Restaurar significa, enseñaba Del Noce, sustraer al olvido una verdad que es eterna y que puede expresarse de muy diversas maneras, permaneciendo idéntica. Ni utopía escatológica, ni arqueológica: lo que cuenta es la cotidiana lucha contra el mal, para que no prevalezca, lucha que durará hasta el fin de los tiempos 25 • 24. DALL BROLLO, A., "Pluralismo e fede cristiana'', en D'AGOSTINO, F. (ed.), Ontologia e fenomenologia del giuridico. Studi in onore di Sergio Cofta, Giappichelli, Torino, 1995, p. 175, describe la metafísica del sujeto, siguiendo a Cotta, como una "afirmación del sujeto separado de todo fundamento y percibido como verdad y medida últimas de todo lo real, relativización cada vez más radical y negación del ser (que funde y mida el devenir de los entes), de la (posibilidad y de la idea misma de) verdad o de la posición misma de su problema, de la posibilidad de fundamentación objetiva y absoluta de la moral, es decir, de los valores y de las normas. Así, desde la perspectiva política, todo pluralismo, como toda democracia y toda libe1iad vienen a tender la mano al totalitarismo". Cf. COITA, S., "L'idea di modemitá. Elementi per un esame critico", en Studi Cattolici, n. 235 (1980); Io., Perché la vio/enza? U11 'i11te1pretazio11e filosofica, L' Aquila, 1978, caps. V y VI; 1D., "11 senso del peccato nella coscienza dell'uomo d' oggi", en Studi Cattolici, n. 174-5 (1975). 25. Cf. RICONDA, G., "Attualitá ... ", cit., p. 32. En su estudio del valor y significado del derecho para la vida humana a la luz de la escatología cristiana y la revolucionaria, COTTA, S., "Sobre el significado escatológico del derecho", en Itinerarios ... , cit., p. 119-120, concluye afirmando que "una escatología laica no posee otros recursos fuera del mito y el fideísmo, lo que constituye la contradicción más flagrante para un humanismo separado de lo religioso ... El derecho sale reforzado de la prueba a que lo somete la problematización radical de la escatología. Victorioso estructuralmente sobre la revolución, resulta consolidado por su comparación con el eschaton religioso, que lo depura de toda pretensión abusiva, asignándole un puesto estable y una función limitada pero necesaria, necesaria pero abierta ... La perspectiva del Reino nos permite ver el derecho bajo el signo de la espera y la esperanza en la perfección final, proporcionándonos la conciencia de lo que el derecho otorga y de lo que a éste le falta". 320 ANA LLANO ;,Qué hace posible escapar a la queja, al resentimiento o a la ilusión de una vuelta atrás? 26 • A mi juicio, sólo la certeza de que el ser humano está bien hecho, de que las contradicciones de su voluntad no pueden apagar el deseo ardiente de vida verdadera que ellas mismas presuponen, de que su corazón es infalible y, por tanto, la mirada serena a la propia vida y a la historia como transidas de ese lagos profundo que impregna todo lo humano, cuando es mirado sin miopía: la infalibilidad del corazón como sede de las evidencias y exigencias últimas a la luz de las cuales podemos juzgar todo no implica la ausencia de las más graves injusticias e incluso auténticas catástrofes humanas, pero sí la imposibilidad de decretar que el mal es la última palabra, la ocasión de aprender de la experiencia propia y ajena, la presencia en nosotros de un criterio inextirpable que podemos ignorar y tratar de acallar, pero nunca eliminar por completo. Una certeza y una confianza en la positividad del ser plenamente razonables, si bien confirmadas por la fe de la que tanto Capograssi como Cotta dieron testimonio 27 • 26. RATZINGER, J., Una 111irada a Europa, Rialp, Madrid, 1993, advierte que "existe una especie de resentimiento respecto al mundo moderno que puede ... llegar a ser decididamente peligroso", p. 23, frente al cual "no tendría ningún sentido buscar la vuelta a un pasado. No existe ningún camino hacia atrás. Una idea de Europa que no consiguiera integrar la herencia de la época moderna no tendría futuro, se apoyaría en una concepción abstracta de la historia", p. 21. 27. BERTI, E., "Le forme del sapere nel passaggio dal premoderno al moderno", en lo. (ed.), La razionalita pratica. Modelli e proble111i, Marietti, Torino, 1989, p. 38-40, se refiere a esa confirmación preciosa que pueden recibir de una fe religiosa las indicaciones válidas por lo general y dignas de máxima consideración -por los legisladores, por ejemplo- que se obtienen de la filosofía práctica, dialéctica o comunicativa, si bien queda siempre la posibilidad de una comprensión y una colaboración, a la luz de la racionalidad práctica, entre todos los hombres de buena voluntad. D' AoosTINO, F., Diritto e giustizia, cit., pp. 125-130, insiste en la universalidad y comunicabilidad de la experiencia religiosa y de la ética y concluye afirmando la tarea común a todos los juristas de testimoniar la verdad del hombre, a la que los católicos prestan una sola con- LA AUTORIDAD COMO FA CTOR CONSTITUTI VO DE LA CONCIENCIA ... 321 2.1. De la exaltación a la esclavitud de la conciencia en la modenúdad Si se tiene en cuenta el horizonte voluntarista común -según Cotta28- a diversas teorías del Derecho contemporáneas, que remiten implícita o explícitamente al hobbesiano auctoritas non veritasfacit legem, el trabajo cronológicamente anterior "Coscienza, legge, autoritá" resulta de interés evidente, pues invita a preguntarse de nuevo qué autoridad está en condiciones de obligar y por qué, en qué consiste la obligatoriedad de la norma y qué papel juega la conciencia del sujeto en el mundo jurídico. Dado el carácter esencialmente mediador de la ley, que siempre presupone un autor, entre la autoridad de la que mana y aquél a quien va dirigida, la cuestión estriba en si la primacía corresponde a la conciencia o a la autoridad. Entender el paso de la secuencia clásica autoridad-ley-conciencia a la moderna conciencia-ley-autoridad, así como el proceso por el que ésta vuelve a transformarse en la secuencia autoridadley-conciencia, entendida ahora de modo radicalmente diverso al clásico, implica advertir el abismo que hay entre una concepción tribución: "la de la serena esperanza de que tal verdad se hará -cuando lleguen los tiempos fijados por Dios- transparente a todos los hombres". Los juristas católicos deben estar "dispuestos a dar razón de la esperanza de justicia que está implícita en el derecho" . 28 . Cf. COITA, S., "Senso comune e teorie giuridiche odierne", en JI Diritto ne/la esistenza, Giuffré, Milano, 1991, p. 21-38 . Ignoro por qué razones no fue traducido al español. BALLARINI, A., "Contributo alla comprensione dell'idea di modernitá", en D' AGOSTINO, F. , (ed), Ontología ... , citl, p. 60, habla del "paso del ser al hacer", de un prevalecer de la mentalidad para la que "el hacer es todo ... porque fa lta el ser". En el mismo volumen, CARCATERRA, G., "Per una fondazione dei valori", p. 67 , alude a " una crisis del pensamiento metaética" y observa que "si el decisionismo se ha encontrado con una resistencia nada despreciable y cada vez más se advierte hoy la nostalgia de la razón , no se puede no recordar que la filosofía de Sergio Cotta ha sido una de las que más sistemáticamente ha planteado el problema de la verdad y del fundamento en el mundo del derecho y, más en general, en el de los valores" . 322 ANA LLANO trascendente del cosmos, del hombre y de la vida jurídica y una concepción inmanente de los mismos 29 • Desde un punto de vista histórico, cabe afirmar aproximadamente que la edad clásico cristiana se inspira en la secuencia autoridad-ley-conciencia, sin ignorar los cambios decisivos que introduce el cristianismo en la comprensión de la vida jurídico política 30 • En cambio, la modernidad se inspira en la secuencia conciencia-ley-autoridad, a la que nos hemos acostumbrado de tal modo que se ha convertido en un presupuesto de nuestro modo de razonar. Así lo muestra el que, en política, por ejemplo, no concibamos la autoridad si no fundada en la ley, ni la ley si no fundada, 29. Las citas corresponderán a su versión española: "Conciencia, ley y autoridad", en Itinerarios humanos del Derecho, EUNSA, Pamplona, 1974, estudio introductorio y traducción de Jesús Ballesteros, p. 55 ss. 30. COTTA, S., "Diritto e Morale'', cit., p. 270 ss, señala que el orgánico sistema tomista de las leyes está centrado en la verdad de un ente, el hombre, que no se ha hecho a sí mismo, produciendo su propia naturaleza, sino que ha sido hecho o producido, creado. Esta verdad se esclarece en el pensamiento cristiano según una doble vía: la descendente (el exitus agustiniano) -Dios, naturaleza (hija de Dios!), hombre- y la ascendente o reflexivo existencial (el reditus) -hombre, naturaleza, Dios-, en la que el hombre cobra conciencia de sí según la propia naturaleza ontológica y por tanto de su origen y destino últimos. Este orden descendente-ascendente de las leyes corresponde pe1fectamente al orden ascendente-descendente en el que se desvela la verdad integral del ser humano. En este marco ontológico y gnoseológico, la pertenencia del derecho a la moral viene explícitamente confirmada. Pero precisamente el origen y destino último del hombre, inscrito en su misma estructura, constituyen el fundamento de la gran novedad que aporta el cristianismo a la autocomprensión del hombre y a una más plena comprensión de la moral: frente a la moral griega centrada en la justicia y el derecho de la polis, o mejor, confirmándola y asumiéndola, el cristianismo la enriquece y completa, distinguiendo, dentro del género de la moral -entendida como relación de respeto de la persona humana- dos especies: la moral del respeto recíproco y simétrico, que es la moral de la justicia o jurídica; y la moral del respeto total e incondicional al otro, de la entrega gratuita, de la acogida, el amor y el perdón, que no suprime ni contradice la primera, sino que la presupone y sobrepasa y constituye el nexo entre lo temporal y lo eterno del hombre. LA AUTORIDAD COMO FACTOR CONSTITUTl\10 DE LA CONCIENCIA... 323 al menos en teoría, en el libre consentimiento. Sin embargo, ni el principio de legalidad ni el democrático son exclusivamente modernos en sí mismos, sino sólo en cuanto su nuevo fundamento es el principio de la primacía de la conciencia moral autónoma 31 • El proceso a través del cual se ha afirmado históricamente la primacía de la conciencia se explica, en primer lugar, por la consideración de la conciencia no sólo como lugar o incluso instrumento de conocimiento, sino también como principio (autosuficiente y autónomo) del conocer y fundamento (autosuficiente y autónomo) de la verdad del conocer. Y, en segundo lugar, por la ruptura del nexo entre razón y fe, entre filosofía y religión. Si tras la irrupción del cristianismo, filosofía y religión se muestran concordes en el atribuir, cada cual a su modo, la primacía a la Autoridad, sea del Principio, sea de Dios, a partir de entonces, sólo cabe una alternativa: o la solidaridad, armonía y complementariedad entre discurso filosófico y discurso religioso, que puede asumir diversas formas; o la separación radical entre la esfera de lo filosófico y la de lo religioso que con el tiempo desemboca inevitablemente en la contraposición y el repudio de una u otra. Tanto el iffacionalismo religioso o fideísmo como el racionalismo irreligioso han provocado la inversión del orden de la serie o secuencia clásica, al otorgar la primacía a la conciencia. Pero sólo el racionalismo laicista justifica con coherencia tal inversión, pues, negando toda analogía y participación de la criatura racional en la inteligencia divina de las cosas, presenta a la conciencia como el principio suficiente del conocer y por tanto del juzgar, del legislar y del obligar. De esta manera, la primacía de la conciencia cognoscitiva y de la conciencia moral así como el carácter excluyente de la filosofía o de la razón medida de todas las cosas propia del racionalismo, representan el universo cultural en el que se apoya la secuencia moderna conciencia-ley-autoridad. La pregunta que plantea Cotta 31. Cf. COITA, S., "Conciencia, ley y autoridad", cit., pp. 57-58. 324 ANA LLANO enseguida es si tal proceso, además de coherente, resulta irreversible o no 32 . Pregunta a la que responde con una negativa en las páginas siguientes, dado que la historia muestra una nueva inversión de la serie dentro de la modernidad, una especie de retorno a la serie clásica autoridad-ley-conciencia sólo aparente, puesto que la comprensión de los términos y por tanto su sentido es radicalmente diverso 33 . En Kant culmina el proceso moderno de exaltación de la conciencia y de la autonomía, si bien, a pesar de las lecturas que se han hecho de la autonomía kantiana en clave subjetivista, el filósofo alemán justifica la primacía de la conciencia por la universalidad de su conocer y de su legislar. En el pensamiento kantiano, la conciencia es soberana y dicta auténticas leyes morales, no meras máximas, con dos condiciones: que no esté sometida a nada ni a nadie externo a ella y que constituya además una totalidad completa34. Ahora bien, alcanzada la cima, comienza el descenso y a lo largo del siglo XIX y del XX se cuestiona de forma cada vez más radical la universalidad atribuida por Kant a los juicios de la conciencia moral, por el carácter histórico del conocimiento, por los condicionamientos de la pertenencia a una nación, clase o grupo determinado, por la absolutización de la conciencia subjetiva, etc. En cualquier caso, la primacía de la conciencia no desaparece, sino todo lo contrario: desde los ataques de Hegel a la abstracción de la ética kantiana y su principio de autonomía, las críticas se dirigen ante todo a las pretensiones de universalidad atribuidas a la conciencia, no a su primacía. De hecho, la conciencia es exaltada más que nunca en el resultado extremo de la denominada 32. !bid., pp. 58-61. 33. /bid., pp. 61-65. 34. /bid., p. 61, puntualización que reitera, con mayor detenimiento, en "Diritto e Morale", cit., p. 279 ss. LA AUTORIDAD COMO FACTOR CONSTITUTI\10 DE LA CONCIENCIA... 325 por Heidegger "filosofía de la subjetividad", solo que su soberanía absoluta es obtenida a costa ele su universalidad cognoscitiva y normativa, a costa incluso de toda posibilidad de comunicación, "puesto que si la decisión totalizante es la del sujeto en su singularidad existencial... ésta se desarrolla bajo el signo de la clausura cuando no ele la dominación y la codicia. ¿Cómo puede ser comunicable esta totalidad, si es totalizante sólo en mí y por mí en la irrepetibilidad de mi existencia ?" 35 • Concebir la conciencia como creadora ele sí misma exalta indiscutiblemente el valor de la libertad, pero ¿qué libertad?, ¿a qué precio? En el plano óntico, al que se limita actualmente la conciencia, tal libertad pretendidamente absoluta es continuamente negada, por no decir reprimida, como la experiencia enseña. Se trata, pues, de una libertad soñada, de un mito o ilusión. Tampoco 35. /bid., p. 63. Cf., al respecto, COITA, S., "L'ambiguitá dei diritti umani", en Diritto, persona, mondo umano, cit., pp. 95 ss. En p. 112 ss señala la convergencia del colectivismo normativista y de la exaltación nihilista del derecho subjetivo en la común categoría de derecho del sujeto, entendida como soberanía absoluta, ya sea del todo, ya del individuo, que rompe el vínculo dialéctico que une lo social y lo individual y confina lo jurídico al reino de la arbitrariedad y de la incomunicabilidad. "Es precisamente la metafísica del sujeto con su prevalecer de la praxis sobre la verdad, la que nos ha arrastrado y encerrado en el universo voluntarista de lo arbitrario y del dominio y por tanto de la violencia", p. 117. En todo caso, en los puntos suspensivos de la cita en el texto principal, Cotta abre un paréntesis nada desdeñable: "(cabe preguntarse si es lícito después de Kierkegaard fundar la totalidad sobre el individuo)", que plantea la cuestión del conocimiento de lo singular y del carácter universalmente comunicable de la experiencia vivida en primera persona. En todo caso, COITA, S., Las raíces de la violencia: una interpretación filosófica, EUNSA, Pamplona, 1987, pp. 211-212, llama a discernir atentamente "lo que está vivo y lo que está muerto en la filosofía de la subjetividad''. BoRGHESI, M., El sujeto ausente, Encuentro, Madrid, 2005, p. 146 ss, se refiere al valor del mundo de la vida husserliano pre y extra científico, y pp. 154 ss, así como a la disociación ideológica entre teoría y mundo de la vida y a la necesidad de partir del hombre singular y concreto, unión de alma y cuerpo, de inteligencia y sensibilidad, de razón y afecto, para conocer integralmente el ser y no reducirlo a priori. 326 ANA LLANO se entiende bien, añade Cotta, cómo una conciencia encerrada en el exiguo espacio de la singularidad existencial puede pretenderse dueña o soberana 36 • La historia de la filosofía muestra, por su parte, que una vez que la conciencia se entiende como integral aseidad, o la secuencia moderna conciencia-ley-autoridad se anula o, más frecuentemente, se invierte: cuando la conciencia se cierra en el solipsismo, conciencia, ley y autoridad pierden su sentido propio y se disuelven en la indistinción de una conciencia subjetiva y cerrada en sí misma, que no afecta a los demás; cuando, en cambio, la conciencia expresa la voluntad de poder, con intención de someter a los otros, la autoridad del poder adquiere la primacía. Esta paradójica e inesperada vuelta a la preeminencia de la autoridad o del poder caracteriza, a juicio de Cotta, la situación cultural de su tiempo: en el mismo periodo histórico en que se lleva al extremo la exaltación de la conciencia, tiene lugar el opuesto proceso de restauración del primado de la autoridad, de la autoridad empírica del nosotros social, en este 36. Cf. CorrA, S., "Conciencia ... ", cit., pp. 63-64. Cf. ID., "La violenza e il diritto", en Diritto, persona, mondo umano, cit., p. 88-93, donde aborda las causas profundas del antijuridicismo actual que, ya sea desde la idea o hipótesis de una libertad natural, total e inocente (Foucault, Deleuze, Marcuse), ya sea desde el sueño de una libertad radicalmente subjetiva, incondicionada, creadora contra la naturaleza (Sartre), identifica derecho y violencia, cuando esa libertad en la que se funda, en uno y otro caso, no elimina la violencia más que en una situación mítica, es más, ella misma es violencia en su estado puro. En el fondo, observa ARENDT, H., Sobre la violencia, Alianza, Madrid, 2005, p. 23, todas las concepciones relativas a "la recreación del hombre por sí mismo tienen en común una rebelión contra la verdadera positividad de la condición humana -nada hay más obvio que el hecho de que el hombre, tanto como miembro de la especie, que como individuo, no debe su existencia a sí mismo-''. La actitud del hombre contemporáneo frente a la realidad no es ya la gratitud y el asombro ante el ser, dice la misma autora en The Burden of our Time, Secker and Warburg, London, 1951, p. 438, sino la duda y el resentimiento "contra todo lo que es dado, incluso contra la propia existencia", contra "el hecho de que él no es el creador del universo ni de sí mismo". LA AUTORIDAD COMO FACTOR CONSTITUTIVO DE LA CONCIENCIA... 327 caso. En los más variados campos se registra la primacía o prioridad de lo colectivo sobre lo individuaP 7 • La conciencia individual soberana cede el paso a la conciencia afectiva y racionalmente socializada, a excepción de la cada vez más angosta esfera privada. Este inesperado retorno de la primera secuencia reabre la discusión y la hace urgente, porque la autoridad a la que se reconoce primacía ahora es la de un colectivo histórica y concretamente dado y determinado, no la autoridad universal de antaño que, en su dimensión religiosa, queda relegada de forma precaria a la esfera privada: así, lo más decisivo en la existencia del individuo, lo que constituye el fundamento y el fin último de todo su obrar, apenas incide sobre su vida, apenas se le reconoce espacio, pues se lo arrincona al lado de los divertissements y los hobbies 38 • 37. Cf. ibid., pp. 64-65. Cotta observa que esta tendencia apuntaba ya en Comte, sólo que hoy lo colectivo no es el estadio final del progreso, sino que existe desde el principio, de modo que la historiografía concibe la historia como movida por fuerzas históricas a través de las cuales se hace comprensible la acción de los individuos, que han dejado de ser sus protagonistas; la psicología estudia, cada vez más, la conciencia colectiva; la sociología del conocimiento liga las ideas al hecho social más que al individual; la lingüística llama a partir del sistema, del todo, para comprender así los elementos, los individuos; la primacía del Estado, en lo político, pese a su profunda crisis, amenaza con ahogar todo atisbo de libertad; por algo se tacha de metafísica hoy a la filosofía de la subjetividad, que había hecho de ella un término negativo, como reprochándole su olvido de la "física social" comtiana. 38. Así trataba la religión, dándoselas de condescendiente SAVATER, F., "¿Ciudadanos o feligreses?", El Mundo (5-7-2007), reduciéndola a "convicciones" de "ilusos" "que, ay, ninguno de ellos ha adquirido por vía racional", cuya "liquidación" no considera "un objetivo deseable (además de que lo tengo por imposible)". Ya que ha "vivido lo suficiente para no pretender privar a nadie de ningún consuelo que pueda hallar frente a la desbandada del tiempo y el dolor, aunque yo no lo comparta", se limita a aconsejar a quienes "padecen exceso de celo religioso" que no pretendan "intervenir en cuestiones de hecho", pues tal "pretensión no es sólo la fuente de los conflictos de la religión con la ciencia y de las vanas y agrias controversias entre sectas; es también la causa de la impunidad y la incoherencia de la religión en el alma, cuando busca sus sanciones en la esfera de la realidad y olvida que su función propia es expresar el ideal''. 328 ANA LLANO No es extraño que Cotta considere tal retorno "car,gado de sombras"'9. Además, como el resultado nietzscheano de la filosofía de la subjetividad -la voluntad de poder y el poder como autoridad- y el colectivismo coinciden en el sometimiento de la conciencia, ésta parece hallarse ante un dilema terrible: debe elegir entre exaltar su primacía absoluta hasta perder todo significado y su subordinación, que implica sujeción plena. ¿No existe otra salida?, ¿no cabe armonizar libertad y autoridad, conciencia y realidad, individualidad y alteridad sin salirse de la modernidad, y encontrar un modo de justificar la humanidad del Derecho y de la Política como factores de civilización y no instrumentos opresores? Ajuicio de Cotta sí, y precisamente a partir de algunas conquistas de la cultura contemporánea, de manera que la respuesta resulte inteligible al hombre de hoy, como veremos más adelante. 2.2. Empirismo moderno, abolición de la conciencia individual y totalitarismo Para Capograssi, el esfuerzo de la autoridad "a lo largo de los siglos ha consistido en conformar su imperio a las exigencias fun- 39. CoTTA, S., "Conciencia... ", cit., p, 66. En "Il nome di Dio ne! linguaggio giuridico", también en ltinerari ... , cit., p. 168 observa que "el análisis de la ausencia nos muestra bastante claramente que la desaparición del nombre de Dios del lenguaje jurídico ha dejado un gran vacío del que los hombres no han creído poderse desinteresar. Con fatiga han intentado rellenarlo una y otra vez con el nombre de totalidades siempre distintas: el Rey, la Naturaleza, la Nación, el Pueblo, la Clase, la Ley". "El fallo, por lo demás inevitable, de todos estos subrogados del absoluto -comenta D' AaosTINO, F., "La norma absoluta: é sempre vietato dire il falso", en D'AaosTINO, F. (ed.), Ontologia ... , cit., p. 164-, de un lado, obliga a los sistemas jurídicos contemporáneos secularizados a la búsqueda desesperada de un fundamento y, de otro, expone a los sistemas jurídicos contemporáneos que se han quedado en los umbrales de la secularización, sin penetrar y comprender, al riesgo incalculable del fundamentalismo", LA AUTORIDAD COMO FACTOR CONSTITUTlVO DE LA CONCIENCIA... 329 damentales de la persona ... Toda la historia de la autoridad es la historia de la razón, que trabaja sin descanso para mostrar en los hechos la unidad esencial de naturaleza entre ella y la voluntad individual" 4º. Aquí precisamente hace residir la nobleza del pensamiento moderno, en que nació de la exigencia de volver a unir la realidad al pensamiento, de acercar la vida a la razón 4 1• Desde esta perspectiva valora la escuela de Derecho natural por haber intuido que la autoridad debe ser acto de la voluntad, que la razón se hace históricamente concreta y existente haciéndose acción 42 • La gran contribución del iusnaturalismo moderno, a su juicio, fue concebir la autoridad a partir del individuo y su voluntad, haciendo así de ella una cuestión de libertad43 . Su error, en cambio, entender el nacimiento del imperium como mero acto individual caracterizado por la particularidad y arbitrariedad de un acto singular, cayendo así en el dilema de todas las teorías contractualistas que rechazan el fundamento del Absoluto: o reducen el consenso dado al pacto social, a un acto singular de voluntad jurídica o multiplican los consensos, sin lograr salir de la inmediatez de la voluntad individual ni escapar a la arbitrariedad del pacto y del iniperiuni44 • Si los pensadores modernos reconocieron la voluntariedad del mundo social, fue a costa de despreciar la actividad individual45 • Capograssi tuvo la genialidad de ver el proceso moral y social que iba a desembocar en la sociedad secularizada y marcada por el primado de lo económico que se iba a imponer poco tiempo 40. C APOGRASSI , G., Opere / , cit., p. 285. 41. /bid., p. 331. 42. /bid ., cit., p. 222. "Dado que la autoridad es voluntad de justicia, justicia concreta, la conformación de todos los intereses humanos a los fines de la justicia, la adhesión a la autoridad es para el hombre una adhesión a sí mismo, a su yo más profundo", afirma a continuación, p. 223. 43. /bid., cit., pp. 214-215 . 44. /bid., cit., pp. 217-219. 45. /bid ., cit., p. 173. 330 ANA LLANO después 46 • A partir del reconocimiento del carácter metafísico de la idea de autoridad hizo su defensa del individuo concreto. Al ser la modernidad la época del predominio del hecho, el empirismo impide distinguir entre Estado y autoridad, llegar a una noción verdadera de autoridad: "el haber identificado autoridad y Estado es una de las consecuencias más graves del error fundamental de la cultura moderna, que consiste .. ., en vez de descender de la idea hasta lo concreto, en elevarse desde lo concreto a la idea. A partir del hecho, el pensamiento moderno no ha encontrado modo de distinguir entre derecho y hecho, entre hecho e idea, entre idea y el complejo oceánico de las existencias" 47 • En realidad, todas las concepciones del Estado como violencia, como medio de predominio de una clase sobre otras, como relación de conquista, etc, captan algo cierto: representan al Estado en su pura fase de "hecho". Pero, según Capograssi, la autoridad 46. El Estado reducido a hecho económico, a mero poder fáctico, temporal, sin principios, es un puro medio de lucha cuya sustancia es el número, la masa. Externamente, el Estado parece invadirlo todo, pero en el fondo, es la sociedad económica la que se ha extendido hasta no dejar espacio alguno a la libertad originaria del espíritu y de la vida racional. Cf. ibid., cit., pp. 316-321. También Del Noce, como señala MINA, A., Augusto Del Nace .. ., cit., pp. 253-254, cifró "el resultado histórico último del proceso de secularización" en "la sociedad opulenta", esa sociedad de bienestar y tecnicista, potente y cínica, cuyo principal rasgo es '"su irreligión natural': esa situación en la que el hombre no se siente solicitado a afrontar la cuestión de Dios y por tanto del sentido de la vida, para resolverla en un sentido u otro, sino que reconoce sobre todo la absoluta indiferencia hacia el problema. Como anticiparon Nietzsche y Sartre, la novedad del mundo secularizado es que el problema de Dios no es negado, sino ignorado, como algo sin interés para el hombre". Cf. DEL NocE, A., "L'irreligione occidentale", pp. 263-288, fragmento sacado de Il problema dell'ateismo, donde recuerda la siguiente definición de la sociedad opulenta de Franco Rodano: "la sociedad de los "hombres vacíos": seres ya sin fines, ya sin valores, sin ni siquiera el reclamo, el estímulo a la salvación, del sufrimiento material; seres que pueden sentirse vivos sólo en el furor abstracto del sexo o en los temblores repentinos e imprevisibles, en los arrebatos de una esporádica y fatua anarquía", p. 287. 47. CAPOGRASSI, G., Opere/, cit., p. 271. LA AUTORIDAD COlvJO FACTOR CONSTITUTl\10 DE LA CONCIENCIA... 331 tiene como función perenne combatir tal hecho y afirmarse a sí misma, de modo que desaparezca la pasividad de lo ya hecho y comience la creatividad de la vida verdadera y aparezca la razón como espiritualidad y libertad 48 • Para él, la crisis de la autoridad, de la sociedad y del Estado es una "crisis de la conciencia humana, que perdido su centro y equilibrio natural, ya no sabe ni cuál es la verdad ni si la verdad existe" 49 . La tragedia de la historia de la conciencia es este abandono de la ley de su naturaleza, de su verdad, y en la posibilidad de hacerlo radica la libertad de conciencia: la crisis de la autoridad, porque es falta de autoridad y crisis de conciencia, es crisis de libertad en su más profunda raíz 50 . Este deseo infinito de libertad caracteriza toda la época moderna y, tras la revolución francesa, 48. /bid., pp. 278-279. De ahí que valore la intuición subyacente al movimiento decimonónico alemán del Estado de Derecho, que entrevió la distinción entre los principios siempre activos de la justicia y de la ley y la mera actividad fáctica, solo que al concebir la ley en sentido positivista y quedarse, así, en el ámbito de lo "positivo", del hecho, echó a perder la vida y la verdad quepo~ía extraerse de su intuición, reduciendo el problema del Estado de Derecho a un problema técnico político. También BócKENFÓRDE, E.W., Estudios sobre el Estado de Derecho y la democracia, Trotta, Madrid, 2000, p. 22-23 y 30-31, advierte la reducción positivista que sufre el Estado de Derecho originario, a medida que se formaliza y vacía de contenido: "la referencia de la ley a la razón, que en el concepto temprano del Estado de Derecho constituía la legitimación interna del "imperio de la ley", se convierte en una categoría metajurídica. En la ley sólo es real el acto de voluntad de la instancia legislativa ... La ausencia de vacilaciones con que se vincula el concepto fundamental de la ley con su concepción puramente formal es índice del cambio que se ha producido en la conciencia respecto al Estado de Derecho. Richard Thoma ... defiende -frente a C. Schmitt- la omnipotencia jurídica del legislador constituyente", siempre por razón de "la función pacificadora del derecho positivo y de la decisión última del legislador cara a una sociedad que ha dejado de ser homogénea tanto en lo social como en su concepción del mundo". 49. CAPOGRASSI, G., Opere/, cit., p. 299. 50. /bid., pp. 300-301. "En la raíz del vasto mundo histórico está el acto fundamental del espíritu que forma su experiencia y permanece libre de elevarla a sus fines humanos o de dejarse engullir por ella", p. 302. 332 ANA LLANO ha hecho entrar en crisis a la sociedad contemporánea. Pero la verdadera crisis ya la llevaba consigo el espíritu individual, para quien la verdad absoluta ya no es la primera realidad de la historia. Abolida la primera autoridad, queda abolida la libertad humana y sólo queda dependencia, subordinación férrea, necesidad exterior. Cuanto más desea liberarse el sujeto de su dependencia originaria del absoluto, más esclavo de la inmediatez y más lejano de la libertad que anhela se hace 5 1• La desprestigiada idea de autoridad le permitió a Capograssi ofrecer una lectura de la historia y la filosofía modernas realmente novedosa en su tiempo. La abolición de toda autoridad, que cede ante el puro hecho sensible, lleva a otorgar al bien de la vida presente el carácter de bien supremo, con lo que "todo se hace affaire público" . De ahí que considere la modernidad como "una revolución religiosa" 52 . Al indagar cuáles son los motivos últimos de esta crisis de la autoridad, Capograssi destaca el papel clave de Descartes en la revolución moderna, la lucidez de Hobbes y Spinoza a la hora de describir el porvenir fáctico del Estado y la grandeza de Vico que supo captar la verdad de lo que sucedía en el momento histórico que le tocó vivir. En síntesis, considera que "abolida la conciencia del individuo ... queda abolido el principio de responsabilidad moral... Todo se resuelve en convenciones y declaraciones exteriores al individuo: nace el concepto legal de la libertad ... y se pierde el de una libertad distinta y más humana" 53 . Para Capograssi, la crisis del Estado es una crisis, en primer lugar, de la autoridad de la verdad y de la conciencia, cuyo origen está en la confusión de Descartes entre verdad y mente: "de esta subversión de toda la realidad nace la desequilibrada época mo- 51. /bid., pp. 302-303. 52. /bid. , p. 348. 53. /bid ., p. 350. LA AUTORIDAD COMO FACTOR CONSTITU T/ \10 DE LA CONCIENCIA ... 333 derna entera, sus revoluciones y sus destrucciones" 54 . El Estado, reducido a hecho o fuerza exterior, en el que manda la masa, la fuerza del número , es un régimen de auténtica tiranía 55 • Capograssi supo detectar la naturaleza de la tiranía moderna, distinguiéndola de la imposición externa de la fuerza antigüa y de la de.generación interna del gobemante-s: se trata de una degeneración de la voluntad en sí, de una crisis de la conciencia y de la voluntad que puede afectar a toda una época y convertirse en normal en la conciencia de un pueblo, cuya gravedad y tipicidad deriva del hecho de que "no es violencia, sino, por así decir, autoviolencia, una violencia voluntaria" 56 . Resulta indistinto que asuma la forma libertaria o la totalitaria: "Perdida toda dirección central, este mundo social no tiene ya ni centro, ni orieli.tación, ni base: ora disuelve todo en la masa disgregada de sus individuos , ora constriñe todo sobre la unidad ficticia y arbitraria de su organismo estatal. Pero en esta acción y reacción entre individuo y Estado por la que ya el Estado se reduce a la medida del individuo, ya el individuo queda suprimido en la abstracción del Estado, perece todo el orden social" 57 . Spinoza supo extraer todas las consecuencias del cogito cartesiano, pero se encontró con la dificultad de explicar la sociedad civil a partir de su acosmismo, panteísmo y determinismo: no se puede concebir el nacimiento del Estado sin nexo alguno con las exigencias del ser humano , "desprovisto de su prehistoria espiritual". La solución simple y meramente exterior que da al 54. !bid., p: 338. 55. " La soberanía es bajada del cielo a la tietTa, ha cortado todo nexo con el cielo y con el absoluto y se ha encontrado que, así, ha cortado todo nexo con la razón y sus leyes y se ha vuelto tierra, naturaleza, mera superioridad de hecho que nace de la mera superioridad de fu erza", ibid., p. 321. 56. Cf. CAPOGRASSI , G., Opere!, cit., p. 324-327. Como bien dijo RousSEAU, J.J., Emilio o De la Ed11cació11 , Méxi co, 1984, p. 73 , " no existe sometimiento más perfecto que aquél que conserva la apariencia de libertad". 57. !bid., p. 33 1. 334 ANA LLANO problema constituye, en parte, una vuelta al paganismo (el Estado se convierte en la fuente del Derecho) y, en parte, algo totalmente nuevo (con la ruina del individuo desaparece toda la sociedad y el Estado se pone en su lugar, despojando al individuo de su conciencia, de su razón y espíritu y a la sociedad de su experiencia concreta, quedando él como deus absconditus de todas las conciencias y destinos humanos) 58 • Hobbes, por su parte, tras proclamar la finitud del todo y desterrar toda noción de infinito del pensamiento, reduce la vida humana a placer y dolor. La voluntad es mero apetito o tendencia al placer y la razón puro miedo a la muerte en la guerra de todos contra todos y codicia de los bienes que sólo con la vida pacífica se pueden obtener59 • No se trata de la verdadera razón universal, sino que sigue siendo pasión. No hay diferencia alguna entre razón y pasión. "Una vez puesta como principio la razón humana separada de la verdad e identificada con la pasión, la degradación del individuo y la pérdida de su autonomía son la consecuencia ineludible. El individuo puede permanecer en el mundo social no aplastado por la masa y por sus grandes formaciones objetivas porque tiene en sí su salvación en esa adhesión a la verdad y a la ley del absoluto que constituye su autonomía y su valor original... Dada la negación de la razón y de la autonomía individual, el nacimiento del Leviatán es inevitable". Reuniendo poder espiritual y temporal en sí mismo, es "la conciencia del individuo", "un verdadero y propio dios mortal. .. definidor de lo verdadero y de lo falso" 60 . Si Capograssi confiesa su admiración hacia Spinoza y Hobbes, que "vieron desde el principio y resumieron toda la que sería la evolución del porvenir", no oculta su viquianismo. Sólo si se desciende por debajo de los hechos, si se supera la inmediatez histó- 58. Cf. ibid., pp. 338-343. 59. !bid., pp. 343-344. 60. !bid., pp. 346-347. LA AUTORIDAD COJ'v!O FACTOR CONSTITUTI\10 DE LA CONCIENCIA... 335 rica, se ve que, a pesar de la enorme experiencia contraria de tres siglos, Vico había dado testimonio de la verdad y que aquellos dos genios habían intuido sólo una situación histórica destinada a consumirse en el tiempo" 61 • Vico supo captar lo esencial y más noble del movimiento moderno, su deseo de llenar el pensamiento de la vida de lo concreto62, pero, a diferencia de Descartes, que buscó la verdad en la nuda existencia del sujeto pensante, Vico buscó los rastros de la mente humana en su plenitud dentro de la vida histórica en la plenitud de sus manifestaciones vitales 63 • Capograssi vio el corazón de la filosofía viquiana en el principio según el que "la mente se mueve por lo verdadero et semper a vero regitur" 64 , que facilita la solución al problema de la relación entre realidad y pensamiento. Si es cierto que se anticipó a ciertas intuiciones del positivismo y del pensamiento jurídico político moderno, con su noción de un desarrollo de la naturaleza humana, sin el primado de la verdad absoluta no se le puede entender: "su concepción nace de la visión trágica del contraste entre la verdad y la capacidad de la naturaleza humana misma" 65 . La verdad está en el origen, tanto que si no, la historia es un puro juego de fuerzas primitivas. El gran mérito de Vico fue encontrar en la historia viva las verdades elementales de la conciencia común de los hombres, 61. lbid.,p.341. 62. Para Vico, "la verdad debe ser amor, unirse a la vida y realizarse como vida y la verdad en cuanto vida y fuerza de la realidad es autoridad". Tal "autoridad comienza a vivir en el individuo" y "la historia de la civilización no es sino esta historia de la autoridad", cuya tarea es "actuar lo verdadero en las cosas civiles ... haciendo cierto lo verdadero". !bid., pp. 332-333. 63. !bid., p. 331. "Toda la objetiva formación de la vida de la sociedad, todos los concretos organismos éticos que la realidad presenta, nacen no del individuo ut sic, en su inmediatez, sino del individuo que tiene en su mente el resplandor del infinito y el deseo de captar el orden de la Verdad absoluta", p. 332. 64. !bid., p. 334. 65. !bid. 336 ANA LLANO en plena época moderna, al inicio de la más singular revolución del pensamiento 66 • Con el experimento del Estado moderno, nacido de la revolución cartesiana y del pensamiento europeo panteísta, vienen a contraponerse dos filosofías de la autoridad: la que identifica la autoridad con el Estado que la crea (como en la Declaración de los derechos del hombre de 1789) y la que entiende la autoridad como una sustancia moral y voluntaria que acompaña a toda actividad jurídica libre y lícita (como defienden las fuerzas sociales, reivindicando su autonomía frente al absolutismo del Estado) 67 • La experiencia revolucionaria obliga, así, a la filosofía a justificar la autoridad en todas las posiciones de la vida y adecuarla al mundo concreto, si no quiere verla desparecer. El desafío es claro: ¿cabe salvar la idea de autoridad y armonizarla con el impulso humano de libertad que agita a la sociedad actual? 68 • De un lado, Capograssi invita a partir con Vico de la vis veri a la hora de mirar la historia y la praxis en general. Frente al "etsi 66. !bid., p. 337. "La verdad no se forma, sino que es, y la civilización va acercándose a ella ... El derecho se forma, no porque se revista de una forma técnica, sino porque poco a poco logra hacer cierto lo verdadero", p. 335. Toda su doctrina del sentido común, escribe BüTIURI, F., "Vico e la filosofía prattica moderna", in LEPRI, L. (ed.), Jdentitá cultura/e e valori universali: Comenio e Vico, Nova Spes-Armando ed., Roma, 1998, p. 65 es una confirmación de lo dicho, pues "los contenidos del sentido común indican esas reglas de conducta esenciales para la constitución de la 'humanitas', del vivir como hombres''. "El sentido común viquiano es así un conjunto de disposiciones elementales y espontáneas aptas para ordenar el obrar humano: es 'criterio' interno a la 'sabiduría vulgar' del que las naciones son dotadas 'para definir lo cierto sobre el derecho natural de los pueblos'", p. 66. Y "lo que le permite ... pensar con coherencia la síntesis de trascendentalidad axiológica e historicidad comunicativa es, en última instancia, la apertura metafísica de la mente ... la relación con la verdad metafísica es la condición última de posibilidad para que la mente capte la verdad de las cosas. Los hombres pueden comunicarse porque 'antes' le es dada al hombre la comunicación de la luz metafísica", p. 71. 67. !bid., p. 256. 68. !bid., pp. 256-257. LA AUTORIDAD C01\!!0 FACTOR CONSTITUTIVO DE LA CONCIENCIA... 337 Deus non daretur" de ];;¡ modernictad históricamente dominante, basada únicamente en una opción 69 , afirma el carácter intrínsecamente religioso del obrar humano y la necesidad de la religión y de una filosofía abierta al Misterio trascendente como condición para que la sociedad actual no pierda el sentido de la justicia y del derecho y con ellos su misma humanidad 70 • De otro lado, resalta, también con Vico, la exigencia de obedecer a la pedagogía dolorosa y providencial de la historia, que permite mirar la vida moderna captando sus anhelos más profundos, sus enseñanzas y su malestar, para desde dentro de ella redescubrir el hambre de verdad y de absoluto, así como el sentido 69. DE BERTOLIS, O., TODESCAN, F., Tommaso d'Aquino, CEDAM, Padova, 2003, p. 9, señalan que históricamente no se ha demostrado la no pertinencia del problema teológico en relación con el jurídico y remiten a PRODI, P., Una storia della giustizia. Da! pluralismo deijori al modemo dualismo tra coscienza e diritto. Bologna, 2000. Ya DEL NocE, A., "Intorno al concetto di ateísmo", fragmento extraído de 11 problema dell'ateismo, en MINA, A. (ed.), Augusto Del Nace .. ., cit., p. 53-82, mostró el carácter postulado y opcional del ateísmo y el dogmatismo de las historias de la filosofía de planteamiento racionalista. También DE LUBAC, H., El drama del hu111a11is1110 ateo, Encuentro, Madrid, 1990, p. 21, señala que "el humanismo moderno ... empieza por una elección. Con Proudhon podemos llamarlo antiteísmo"; y en p. 43 recuerda que en un trabajo de gran resonancia en Alemania, "Max Scheler podía hablar de ateísmo postulatorio como de la característica esencial del hombre moderno". 70. Sin ceder a la "moda" imperante y sus censuras, Vico muestra en plena modernidad "un profundo sentir religioso tan radicado en su ánimo que nada de lo humano ni de lo que pertenece al mundo físico le parece comprensible y menos aún explicable fuera de una relación con la trascendencia", señala LEPRI, L. (ed.), ldentita .. ., cit., p. 10. En efecto, escribe BoTTURI, F., "Vico ... ", cit., p. 56-57, "la síntesis de la crítica viquiana al iusnaturalismo se concentra en la acusación de haber ignorado la Providencia. Formalmente hablando, no falta ... la referencia a Dios, pero de lo que habla Vico es de una relación intrínseca con la trascendencia, en acto desde el interior del actuar humano mismo ... El valor ético-jurídico perenne y la condición empírica del hombre permanecen yuxtapuestos e incomunicados en la teoría iusnaturalista porque le falta la idea de una relación de la mente con lo verdadero eterno, operativo como "vis veri'' desde dentro de las condiciones históricas concretas, de necesidad y de conflicto". 338 ANA LLANO de dependencia negado por el pensamiento. Enseguida v remos cómo entronca con la modernidad a la hora de buscar una salida que no sea la abolición del yo a la que el ateísmo moderno ha llevado 7 1• 3. EL PROTAGONISMO DE LA VOLUNTAD Y LA CONCIENCIA PERSONAL Y LA AMBIVALENCIA DE LA LIBERTAD Y DE LA CONVIVENCIA Frente a la abstracción del colectivismo moderno y a la pretendida neutralidad cientifista, Capograssi y Cotta no dudan en afirmar el protagonismo de la conciencia personal en la historia, el papel fundamental de la voluntad libre del individuo en el mundo humano . Un individuo , eso sí, abierto a la trascendencia -por pura fidelidad consigo mismo , con los datos que registra su conciencia: de ahí el carácter intrínseco de su religiosidad-; una libertad que es capacidad de amar la verdad -no esa independencia y autonomía absoluta que terminan esclavizándola o anulándola-; y una voluntad que no se reduce a apetito sin finalidad, 71. Cf. DE LUBAC, H., El drama .. . , cit., p. 43 ss, que recuerda en p. 47 las palabras de BERDIAEV, N., Le /lO!IVeau 1110yen age, p. 21: as istimos a la "autodestrucción del humanismo", al comprobar en la experiencia que "allí donde no hay Dios , no hay tampoco hombre" y las de SYNCHRONE, "Mort et résurretion" en Le Mot (5 de mayo 1943), p. 2: "El acontecimiento capital de nuestro tiempo es que hemos perdido al hombre .. . El hombre al que se le suprimía el Padre para hacer de él un alegre huérfano .. . no ha sabido aprovechar su felicidad .. . el hombre liberado no ha tenido éxito". También RATZINGER, J. , L'Europa di Benedetto ne/la crisi del/e culture, Librería Editrice Vaticana-Edizioni Cantagalli, Roma-Siena, 2005 , p. 62, señalaba que "el intento, llevado hasta el extremo, de plasmar las cosas humanas prescindiendo ele Dios nos conduce cada vez más al borde del abismo , hacia el olvido total del hombre. Deberemos entonces dar la vuelta al axioma de los ilustrados y decir: incluso quien no llega a encontrar el camino ele la aceptación ele Dios debería en todo caso tratar de vivir y dirigir su vida vel11ti si Deus daretur, como si Dios existiera". LA AUTORIDAD COMO FACTOR CONSTITUTI\10 DE LA CONCIENCIA... 339 sino que es el motor que encamina al ser humano hacia una vida plena y verdadera 72 • Lejos de toda actitud antimoderna o nostálgica, abstracta en su ilusión de mantenerse al margen de la historia, se saben seres históricos para los cuales no es posible conocerse ni conocer verdad alguna si no es desde dentro del drama de la historia y, por tanto, abriéndose a lo que cada época enseña. Y, a la vez, saben sintonizar con esa humanidad que late en todos los hombres de todas las épocas, que hace universalmente comunicable lo vivido en primera persona, sin escándalo ni menosprecio de los intentos de otros, tan aproximativos e imperfectos como los propios. Sintonía, en este caso, con ese ansia de libertad absoluta que caracteriza la época moderna y contemporánea, sin hacerse cargo de la cual no hay modo de interpelar y llegar a con-mover al hombre contemporáneo73. Hoy se aprecia con claridad que el yo no se mueve si 72. COITA, S., "Cinquanta anni di filosofia giuridica in Italia", en Diritto, persona, mondo umano, cit., p. 19-20, pone de relieve "el cambio radical de rumbo" que supuso Capograssi, al partir del sujeto, de su acción y de su voluntad, pero no del idealista yo trascendental, sino del yo común, testimonio seguro de la universal experiencia de la consistencia de lo real; y la acción es, para él, el momento que revela al sujeto su realidad y su relación con la realidad del mundo, por lo que "estamos en el polo opuesto a todo posible subjetivismo, si bien se parte del sujeto, es más, precisamente porque se parte del sujeto real, el de la experiencia común". Así, también la voluntad, término que comparte Capograssi con los idealistas, asume un significado nuevo, pues lo que cuenta no son sus determinaciones puntuales y variables sino "su capacidad reveladora de la verdad. La experiencia pone de relieve precisamente esto: la dependencia del sujeto, en la individualidad de su actuar y querer, de la verdad de su inmersión en la realidad existente en sí del mundo humano: un mundo caracterizado por la insuprimible relación intersubjetiva". En todo caso, añade en p. 28, "la tesis capograsiana de que voluntad y acción individual implican y revelan la verdad objetiva de la vida ... exige que la investigación se prolongue, pasando del análisis fenomenológico al ontológico, como hoy se está intentando hacer". 73. Para ScüLA, A., Una nuova laicitá, cit., p. 62 ss, sólo la lógica del testimonio y el riesgo implicado en el acto de la libertad resulta un camino convincente para el hombre postmoderno, pues se hace cargo de lo que subyace a las 340 ANA LLANO no percibe la pertinencia existencial de los reclamos que le llegan. Necesita vislumbrar el nexo entre su humanidad concreta, que sufre, trabaja y desea, y lo que se le exige. Si se censura el deseo de infinito que llevamos dentro, nosotros, "hombres sin corazón" 74 de nuestro tiempo, ¿de dónde sacaremos la energía para ser esos buenos ciudadanos que el mundo espera? 3.1. Una concepción de la conciencia que permite justificar existencialmente el Derecho y recupera1; desde categorías modernas, la primacía de la autoridad (Cotta) No obstante las reservas antes planteadas, Cotta considera que algunos resultados de la cultura contemporánea permiten plantear adecuadamente el problema del nexo entre conciencia, ley y autoridad a partir de: en primer lugar, el principio por el que "el objeto de la conciencia precede a la conciencia", según el cual la autoconciencia es, ante todo, conocimiento y no creación de lo que somos, puesto que el yo está, desde el comienzo, cargado de historia, de influjos y herencias biológicas, psicológicas, culturales, sociales, etc, que va advirtiendo, asumiendo y modelando a lo largo de su vida); y, en segundo término, el que afirma frente a toda comprensión idealista de un yo que es por sí mismo (causa sui) que "el yo es en la medida en que es en relación", no sólo en un sentido óntico-existencial, sino también ontológico, de manera que no hay individuo humano fuera de esa red de vínculos con la inquietudes relativistas y nihilistas que han surgido en conexión con el ateísmo entendido como destino de la modernidad, a la vez que consiente la búsqueda de la unidad de la familia humana, tan necesaria hoy; y en p. 74 ss cifra la actualidad del cristianismo en su capacidad de responder a ese hombre postmoderno traspasado por el deseo de infinito y de libertad. 74. Ya decía LEwrs, C.S., La abolición del hombre, Encuentro, Madrid, 1990, p. 29: "hacemos hombres sin corazón y esperamos de ellos virtud e iniciativa ... Castramos y exigimos que sean fecundos". LA AUTORIDAD COMO FACTOR CONSTITUT!\10 DE LA CONCIENCIA... 341 alteridad que la constituyen 75 . Como escribe en otro lugar, "el yo en cuanto ente en relación es receptividad, se comprende en rela .. ción con el otro y comprende al otro en relación consigo mismo", por lo que "la existencia humana encuentra su verdad en ese estatuto ontológico vinculante que la define como coexistencia" 76 • A partir de la preexistencia del objeto (incluido el yo) a la conciencia y de la relacionalidad esencial del yo, la conciencia se define como lugar de la acogida, como capacidad de acoger 77 • Pero esta capacidad no es una mera posibilidad, algo que puede o no ser, algo contingente, sino que Cotta la entiende como necesidad estructural: necesidad de la dimensión acogedora, no de acto o contenido concreto alguno, se entiende. "La conciencia es la capacidad de aprender lo otro-de-sí y la autoconciencia es la capacidad de captarse a sí mismo como yo-en-relación", capacidades y procesos que cabe distinguir en abstracto, no en la existencia concreta78 • Frente al hábito difundido de contraponer realidad y libertad, objetividad y subjetividad, necesidad y conciencia 79 , Cotta no 75. Cf. CüTTA, S., "Conciencia ... ", cit., p. 66-67. Sobre el carácter ontológicamente relacional del ser humano, clave en todo su pensamiento, abunda en El derecho en la existencia humana, cit., caps. II y III, p. 31 ss, 55 ss, en los que, con el fin de justificar el sentido existencial del Derecho para los hombres, trata de mostrar, primero, cómo en el mismo proceso de autoconciencia y desarrollo de la voluntad de realización en el que la metafísica de la subjetividad en su versión individualista se basa para justificar su antijuridicismo, el sujeto se descubre en relación y reconoce en los otros seres iguales a él, con los que puede llegar a una verdad y norma común y, segundo, corroborar el resultado obtenido mediante un razonamiento basado en la observación del yo en acción. 76. ID., El derecho en la existencia humana, cit., p. 74. 77. CoTTA, S., "Conciencia ... ", cit., p. 67. También en El derecho en la existencia humana, cit., p. 73-74, insiste en que el carácter constitutivamente relacional del yo permite entender la conciencia no como creadora ni como árbitro, sino como "el lugar donde se hace presente la relación ontológica". 78. !bid., p. 68 y nota 9 a pie de página. 79. Contraste al que se refiere en ibid., pp. 68-70 y que no considera justificado, siempre que nos mantengamos en el nivel ontológico o estructural: porque se trata de una necesidad interna y no externa al yo, que no existe fuera 342 ANA LLANO duda en afirmar la "fundamental e indisoluble dualidad estructural de la conciencia", en la que confluyen necesidad y libertad: no soy libre de ser abierto o no a todo lo otro, de estar llamado a acoger o no -por naturaleza soy esa capacidad de acogida, esa apertura-, pero no puedo acoger si no soy libre -como nos muestra la experiencia, son las personas libres de pretensiones, cálculos y miedos las que acogen a otros, en vez de simplemente soportarlos o, peor aún, odiarlos o ignorarlos con indiferencia-. La conciencia implica ambos factores, necesidad y libertad 80 • La cuestión se complica en el nivel existencial. Esta dualidad estructural del individuo -entre la tierra y el cielo, en términos religiosos pascalianos, a la vez relativo y absoluto, en términos filosóficos jaspersianos- que hace del hombre un ser libre en su obrar, se traduce en una ambivalencia existencial que es fruto precisamente de tal libertad: el otro puede mostrarse bien familiar, confiado, abierto, colaborador o amigo, bien extraño, suspicaz, cerrado, indiferente o enemigo. Esta posibilidad de que la alteridad, de la relación con el otro; porque tal necesidad de acoger constituye y garantiza nuestra recíproca dignidad de hombres, al no dejarla en manos de las opciones ideológicas o juicios de valor subjetivos; porque lo necesario es abrirse, estar disponible hacia la alteridad, de modo que se trata de una necesidad liberadora de las potencias individuales; y porque la acogida en acto -no ya sólo en cuanto capacidad- es una actividad libre, que implica la libertad, a diferencia del instinto, que o sufre la alteridad o la subyuga, pero no puede comprender y valorar la presencia del otro, como hace la conciencia ejerciendo su libertad al ir al encuentro del otro. CARPINTERO, F., Una introducción a la ciencia jurídica, Civitas, Madrid, 1989, p. 231 considera esta tensión entre realidad y libertad propia de una subjetividad enfermiza. 80. CoTTA, S., "Conciencia ... ", p. 70. Estima decisivo subrayar que es precisamente la presencia del otro lo que funda tanto el vínculo como la libertad -qué lejos del otro enemigo sartriano!-. La soledad total implicaría la ausencia de vínculos, sí, pero también ausencia de libertad, porque quien permanece cerrado en sí mismo, queda incomunicado y no adquiere conciencia de sí: un ser solo se pierde, no se entiende a sí mismo. Para ser, la conciencia exige la alteridad, pero una alteridad real, no puramente pensada o construida por mí. LA AUTORIDAD COlv!O FACTOR CONSTITUT!\10 DE LA CONC!ENC!A... 343 en vez de aparecer como positiva, se torne amenaza está siempre presente y hace dramáticas la vida humana y la convivencia social. El desfase entre estructura ontológica y situación existencial pone en peligro continuo, aunque no definitivo, a aquélla y hace de la inseguridad un elemento ineliminable en la vida social. "Es éste el drama mismo del hombre, un drama que puede venir encauzado, obstaculizado o impedido al máximo, pero no anulado, ya que en el hombre esencia y existencia no coinciden" 81 • Es aquí donde encuentra Cotta el fundamento de todas las leyes -en su más amplio sentido, como "momento de imperatividad", que abarca desde las reglas jurídicas al mandato del amor-: la necesidad de preservar la estructura de la conciencia como capacidad de acogida frente al peligro continuo de relaciones que atentan contra ella de un modo u otro exige la presencia y la intervención de la ley, cuya misión es garantizar existencialmente la apertura de la conciencia. De esta forma la ley y su primacía quedan justificadas por la exigencia misma de la conciencia. El inevitable desfase entre esencia y existencia, hace imprescindible la ley como mediadora entre lo ontológico y lo óntico; la incancelable ambivalencia existencial, confiere a la ley una obligatoriedad moral, frente al mero forzar -así se percibe la raíz moral también de las reglas jurídicas, sean cuales sean sus manifestaciones empíricas-; y, por último, la exigencia de la ley por el estatuto ontológico del yo conlleva la implicación mutua entre lo ontológico y lo deontológico 82 • Cotta plantea un nuevo problema: dado que la ley reenvía inevitablemente a una autoridad, la de su autor, debe tratarse de una autoridad capaz de hacer objetiva y objetivante a la ley de modo 81. Jbid., p. 72. En la pertinencia de una antropología dramática, que reconozca, sin renunciar a la importancia de la gran tradición del pensamiento clásico y del cristiano, que el hombre puede preguntarse acerca de la esencia sólo desde el interior de su existencia, insisten ScOLA, A., MARENGO, G., PRADES, J., La persona umana. Antropología teologica, Jaca Book, Milano, 2000, p. 59 ss 82. Jbid., pp. 72-73. 344 ANA LLANO que ponga a los distintos sujetos en una posición de igualdad en cuanto a la exigencia de apertura y acogida, es decir, de supera-ción de la posibilidad de la enemistad 83 • Pues bien, las doctrinas inmanentistas, más allá de las referencias a entidades abstractas, han identificado la autoridad con una colectividad empírica y particular sobrepuesta al individuo. Una primera objeción surge de la tendencia contradictoria de las sociedades políticas 84 • Pero además, para presentarse como autoridad suprema, un colectivo de ese tipo debe lograr una fusión ideológica y afectiva de los distintos sujetos en un nosotros, de modo que el resultado más probable será la opresión de la conciencia individual. En las sociedades con un grado mayor de civilización se evita este riesgo precisamente renunciando, acertadamente, a presentarse como autoridades soberanas y a atribuir a su propia ley una validez total y omnicomprensiva. En el primer caso, se elimina uno de los términos del problema, la conciencia. El segundo reenvía a una autoridad ulterior, que le sirve de fundamento y que es por tanto la verdadera autoridad. ¿Quién puede tener una autoridad semejante?, ¿quién es capaz de una fidelidad a la conciencia mayor de la que ella misma demuestra?, ¿qué o quién podrá lograr que seamos nosotros mismos contra eso que en nosotros mismos se resiste a pesar de desearlo más que nada? Cotta no se queda en una respuesta penúltima, por mucho que incomoden las respuestas últimas en un tiempo como 83. Jbid., pp. 73 SS. 84. Que, en síntesis, consiste en que cuanto más pequeñas sean, más pueden unir y vincular a los socios entre sí, a la par que los enemistan con el resto de extrajeras, mientras que, cuanto más se agrandan, menor es la posibilidad de la enemistad sociológica, pero menor también la intensidad del vínculo interno. De ello trata en el capítulo siguiente, al estudiar el común fundamento existencial de las relaciones jurídicas y las políticas, que constituyen respuestas asociativas, no basadas sobre el afecto -como la amistad o el amor- a la inseguridad que amenaza a la vida social, y los rasgos distintivos de una y otra forma de asociación. Cf. CoTTA, S., "Sobre la relación entre Política y Derecho", p. 77 ss. LJ\ AUTORIDAD C01HO FACTOR CONSTITUTI\10 DE LA CONCIENCIA... 345 el nuestro, inconscientemente ávido rle ellas· si la autoridad que buscamos debe poder obligar a la conciencia a mantenerse siempre abierta y acogedora en el plano existencial y al yo en disposición de comunicarse con todos, no consintiendo ni justificando su cerrazón o su hostilidad, de manera que existencia y esencia coincidan en el deber -aunque no en los hechos-, tal autoridad sólo puede ser la del Autor de la misma estructura ontológica de la conciencia. Lo que, en lenguaje religioso, significa que sólo Dios Creador y Padre -tan pater nema-, que nos ha llamado al amor filial y fraterno, puede impedir definitivamente, en el plano del deber, que nos convirtamos en enemigos unos de los otros, porque nos convierte, siempre en ese plano, en prójimos 85 . "La presencia escondida de Dios -acaba diciendo en otro trabajo- sostiene, pues, mi libertad y, abriéndole horizontes más amplios, siempre más amplios, la atrae a ese abismo (Abgrund) que, como dice Heidegger, es el Ser. En sí, es der Ab-grund, el sin causa; para nosotros, es el fundamento ( Urgrund) inagotable. Abyssus abyussum invocat: un abismo de verdad y libertad en el que, sin descanso, pero con confianza y esperanza, está comprometida la búsqueda humana" 86 • Como ha dicho uno de sus mejores discípulos, "el derecho no puede ... autofundarse: es una realidad humana que necesidad un fundamento más que humano, de un fundamento absoluto, para ser ella misma. La antropología viene aquí a entrecruzarse ineludiblemente con la teología" 87 • La exigencia de una autoridad trascendente brota así desde dentro del drama de la misma conciencia humana que, para ser plena 85. Cf. ibid., p. 75. 86. COITA, S., "Decisione, giudizio, libertá", en Itinerari ... , cit., p. 43. 87. D'AGOSTINO, F., "La norma absoluta ... , cit., p. 164. "La historia del derecho, leída desde esta perspectiva, contiene continuas confirmaciones de ... la exigencia de una raíz absoluta de una experiencia como la jurídica, consciente de la fragilidad del propio estatuto antropológico y por tanto antológicamente relativo", pp. 162-163 346 ANA LLANO y actualmente lo que ya es n potencia, requiere la presen ia de otro, la relación con otro distinto de sí misma y a la par capaz de moverla, de despertar su afecto y vencer su pasividad. Nuestra razón no se impone como medida de todas las cosas sólo si se amplía -según la invitación de Benedicto XVI en Ratisbona-, y eso sucede si la mueve el affectus a un acontecimiento al que se descubre de improviso apegada 88 • 3.2. De la voluntad como fuerza liberadora y de la tristeza moderna (Capograssi) 3.2.1. La voluntad y el mal en la teoría de la autoridad Frente a la contradicción del Estado moderno, que nace del reconocimiento y exaltación del valor del individuo y acaba concibiendo la autoridad al modo de los antiguos (sólo el Estado es soberano 89 ), y siguiendo las enseñanzas de Vico, Capograssi cifra la profunda y nueva sustancia moderna de la libertad en la absoluta obediencia a la autoridad de la verdad, en contra de la concepción revolucionaria de la libertad y en conformidad con el sentido común 90 • Dado que el origen de toda autoridad y de todos los derechos está en la autoridad de la verdad absoluta, sin esta depen- 88. Cf. G!USS ANI, L., ALBERTO, S., PRADES, J., Crear huellas en la historia del mundo , Encuentro, Madrid , 1999, p. 74. 89. Cf. CAPOGRASSI, G., Opere/, cit., p. 261-263. "Los modernos tienen el mérito de haber reconocido Ja voluntariedad del mundo social , pero a costa de despreci ar la actividad individual", p. 173. "El pensamiento moderno parte del espíritu individual, visto y reducido a su acto esencial de pensamiento, pero , apenas le revela este acto , declara al individuo que debe ser superado y, por tanto, lo corona para descoronado, Jo exalta para humillarlo, más aú n, para negarlo" , p. 371. 90. !bid., p. 178. LA AUTORIDAD COMO FACTO R CONSTITUT/ \10 DE LA CONCIENCIA... 347 dencia de la realidad, de las cosas, del absoluto , no cabe concebir dependencia alguna en la vida 91 • Esta primera autoridad no elimina la libertad del querer, pero imposibilita toda legitimación de la arbitrariedad y la subjetividad en el campo jurídico político. Es claro que cabe negar esa primera autoridad y ese primer derecho, pero entonces -advierte Capograssi- no es posible construir sobre la razón individual, como se ha intentado en la era moderna, la vida político jurídica, porque el individuo no puede pretender sustituir la autoridad de la naturaleza de las cosas y del sentido común de la humanidad por la suya privada. De ahí la ruina del Derecho moderno, que es consecuencia de la abolición de la primera autoridad, pues sin esa primera autoridad del absoluto, no hay una naturaleza común a las naciones , ni unidad del Derecho, ni una razón jurídica común, ni un origen común, ni universalidad del Derecho, ni verdadera sociedad, porque falta la universalidad de la justicia92 • 91 . "La religiosidad cristiana se plantea como condición única de lo humano . La elección del hombre radica en concebirse como libre de todo el universo y sólo dependiente de Dios o como libre de Dios y entonces se hace esclavo de cualquier circunstancia''. "La superioridad del yo se funda en la dependencia directa del principio que le da origen y da origen a todo , esto es, de Dios. La grandeza y la libertad del hombre proceden de la dependencia directa de Dios , condición para que el hombre se realice y se afirme", afirma GIUSSANI, L., Los orígenes de la prete11sió11 cristiana , Encuentro , Madrid , 2001 , pp. 107-108. 92. Cf. CAPOGRASSI, G., Opere / , cit., pp. 179-183. Ruina que no escapa a la mirada aguda de un laico como BARCELLONA, P. , /1 declino dello Stato . Rif!essio11i di fine seco/o sulla crisi del progetto moderno, Dedalo, Bari, 1998, p. 15 , para quien "la necesidad apremiante de afirmar que existen "derechos del hombre" que los Estados y los poderes constituidos no pueden violar ni sacrificar" se encuentra hoy con la incapacidad de "identificar el "portador" de tal pretensión: las mismas nociones de hombre y humanidad parecen generalidades insoportables ... la disolución del sujeto se ha llevado a cabo dejando tras de sí una constelación de sensaciones puntuales". "La carencia de todo fundamento metafísico o de toda legitimidad trascendente hace el orden jurídico contingente y artificial , privado de cualquier referencia a un orden natural en todo caso reconducible a la armonía del cosmos. Todo mandato es por su naturaleza arbitrario, sin justificación, ni medida", p. 34. 348 ANA LLANO Capograssi critica a la ética moderna por su desconocimiento del problema del fin del hombre al reducir la voluntad a mera actividad apetitiva 93 , por su desprecio y exaltación sin límites, a la par, de las pasiones 94 y por su pérdida de la razón como energía directriz de la vida, dado que ignora que la superioridad está en la razón humana concreta viviente, que es universalidad y objetividad y por ello vive en cuantas formaciones sociales existan 95 . En contraste, considera la voluntad el origen del mundo humano y la gran fuerza liberadora, subraya el carácter contradictorio y dramático de la vida de los hombres, siempre amenazada por el mal, ve en el mundo social la concreción y realización de la naturaleza humana en la historia y justifica, a partir de tales premisas, el necesario papel mediador de la autoridad. En efecto, al coincidir la voluntad con la razón que ha dominado las fuerzas prácticas del espíritu y tiende a sus fines, sólo con ella nace en el mundo humano y es ella la que abre la cuestión del fin del hombre, con frecuencia tan olvidada en la ética moderna 96 . Para Capograssi la voluntad es "el amor de realizar en el hombre la verdad absoluta, de dar a la actividad humana entera la impronta de la verdadera humanidad" 97 , de modo que el progreso consiste en "hacer la propia experiencia según la propia conciencia. En este sentido, el progreso es verdaderamente 93. CAPOGRASSI, G., Opere 1, cit., p. 155. 94. Cf. ibid., pp. 239 SS. 95. 1bid., p. 269. 96. 1bid., p. 153. Cf. también ID., Opere 111, cit., p. 101 ss. "Dime lo que quieres y te diré quién eres", afirma CECHOY, A., "Storia noiosa", en Racconti, vol. I,, Osear Mondadori Milano, 1996, p. 351. 97. CAPOGRASSI, G., Opere 1, cit., p. 154-155. D'ADDIO, M. "Storia e politica ... ", cit., p. 49, resalta el valor que confiere Capograssi a la individualidad del ser humano como criterio fundamental no sólo para entender e interpretar la realidad histórica, sino en cuanto que para él "la historia brota de una elección originaria del individuo, de la voluntad de salvarse y de realizar o actualizar su auténtico sí mismo". LA AUTORIDAD COMO FACTOR CONSTITUTl\10 DE LA CONCIENCIA... 349 creación , no creación de la verdad, como ha dicho el pensamiento moderno, sino creación de la propia vida adecuada a la verdad ... una tarea llena de dolor y de sacrificio atroz, precisamente porque el espíritu individual es finito" 98 . Superando la unilateralidad del racionalismo y del vitalismo, exalta la autoridad de la verdad, cuyo reconocimiento -ordenado por la ley- conlleva un aumento de la propia vida 99 y concibe la tarea magna de la autoridad como un poner al individuo entero al servicio de la verdad, un educar las pasiones 100 y mostrar la correspondencia profunda entre el interés esencial del individuo y la verdad, de modo que la pasión se convierte en la verdadera fuerza de la historia, pues no es sino la razón que logra hacerse vida y actualizar toda la fuerza moral y sensible del hombre 101 • 98. CAPOGRASSI, G., Opere !, cit., pp. 171-172. 99. fbid., p. 177 SS. 100. De ahí la importancia de l problema de la fuerza y Ja pasión para Ja teoría de Ja autoridad , como muestra ibid., p. 223 ss. "Todo el problema de la fuerza es inconcebible sin relacionarlo con la naturaleza y Ja trágica existencia de las pasiones en el mundo humano", p. 225, si bien "es preciso reconocer que la autoridad existe y es algo distinto de la amenaza a la que a veces recurre. Por muy imponente que sea la fuerza , no es el dato primero y reducir Ja autoridad a fuerza es dejarla sin justificación racional y convertir el recurso a Ja amenaza y demás motivos extrínsecos en obra maligna, condenable como negadora de Ja libertad humana, como se ha hecho", p. 229. 101. lbid., pp. 239-241. Entronca así con la filosofía cristiana y medieval, cuya estima por las pasiones contrasta con el estoicismo, y se separa de esa contradicción moderna por Ja que, una vez que Ja verdad deja de ser el centro y el fondo de la vida del espíritu, se condena en bloque las pasiones y, a la vez, se las exalta al máximo. Sobre el papel ele las pasiones y del interés y la utilidad en Ja concepción aristotélica ele Ja verdad práctica, cf. l NCIARTE , F., El reto del positivismo lógico , Rialp, Madrid, 1974, pp. 169-187. Frente a una concepción muy extendida de la fuer za ele voluntad como contrapuesta a las pasiones , LEWIS, C.S., Cartas .. ., cit., pp. 43-44, entiende la voluntad en el sentido más amplio y rico ele corazón; corazón al que se refiere ZAMBRA NO, M ., Filosofía y Educación, cit., p. 147 , para designar el centro viviente del hombre, el lugar privilegiado ele la acogida ele Ja realidad y la verdad, el recinto donde ésta es asimilada, que implica una atención renaciente en cada instante. 350 ANA LLANO Frente a todo deísmo y racionalismo, el mal juega un papel clave en su teoría de la autoriclad 102 : Capograssi concibe la vida humana hecha de la tendencia de la voluntad al Absoluto y de su insuficiencia para alcanzarlo, dominada, pues, por el doble misterio del Absoluto y del mal. El drama se origina porque el bien absoluto al que la voluntad tiende no está en ella, está fuera de ella, por lo que buscarlo es para ella un acto de fundamental humildad, ya que le exige reconocer la propia finitud, imperfección y miseria 103 • Dado que, para él, "la personalidad no es un estado, sino una actividad continua, por la cual "nace" en cada acto de la vida" 1º4 y de acuerdo con la tesis clásica del mal como privación y negación, identifi- 102. "La prueba más directa e inmediata de la existencia de Dios está en la necesidad de El sugerida por la experiencia del mal y del sufrimiento", afirma DEL NocE, A., "L'irreligione ... ", cit., p. 274, de modo que el racionalismo ateo necesita para vencer "ponerse desde el punto de vista de la praxis: el desorden puede ser verdaderamente eliminado del mundo ... por una acción que es nuestra acción. Con el corolario de que este progreso, precisamente porque depende sólo de nuestra acción, no se presenta como algo ineluctable y necesario'', implica "la ruptura con la tradición y el dualismo agónico de racional e irracional, con la denuncia de cuanto de irracional el mundo ha presentado hasta ahora" y "ha perdido ese carácter ético y humanitario del que había ido acompañado en el siglo XIX", pp. 275-276. Desde tal perspectiva, "la técnica es la negación más completa de la conciencia de pecado, en cuanto éste no lo puede curar técnica alguna, sino sólo la acción sobrenatural que es la gracia", p. 279. 103. CAPOGRASSI, G., Opere!, cit., pp. 159-160. 104. !bid., p. 195. "Actuar -escribe ARENDT, H., La condición humana, Paidós, Barcelona, 1993, p. 201-, en su sentido más general, significa tomar iniciativa, comenzar (como indica la palabra griega archéin, comenzar, conducir y finalmente gobernar), poner en movimiento algo (que es el significado original del latín agere)". Y tras retomar las palabras de SAN AGUSTÍN, De Civitate Dei, XII, 20: [lnitium] ergo ut esset, creatus hamo, ante quem 1111/lus fuit (para que hubiera un comienzo, fue creado el hombre, antes del cual no había nadie), añade: "Este comienzo no es el mismo que el del mundo, no es el comienzo de algo, sino de alguien, que es un principiante por sí mismo. Con la creación del hombre, el principio del comienzo entró en el propio mundo, que, claro está, no es más que otra forma de decir que el principio de la libertad se creó al crearse el hombre, no antes". También SANTO TOMAS, Suma Teológica, 11-Ilae, qu. 51, a.1, afirma que la vida del hombre consiste en sus acciones. LA AUTORIDAD COMO FACTOR CONSTITUTl\10 DE LA CONCIENCIA .. . 351 ca el infierno con una continua agitación sin fin ni contenido, con un actuar sin reposo que nada crea 1º5 • Si el hombre camina asediado perennemente por su misma naturaleza y lleva consigo el misterio de sus contradicciones, para Capograssi el hecho capital por el que nace todo el mundo humano es que la voluntad no se rinde, sino que lucha y con su mero existir afirma que su libertad es invencible 106 • Pues bien, el acto voluntario es siempre individual, porque expresa la personalidad del hombre que actúa, pero se lleva a cabo en medio de un mundo de cosas, de hombres y de exigencias sociales 1º7 • El mundo social es, en cuanto transido de voluntad, experiencia y mundo humanos, la misma complejidad de la naturaleza humana en la concreción de su acto de vida, hecha a la par de espiritualidad individual y de objetividad social, de modo que la humanidad y vitalidad del mundo social consiste precisamente en esta unidad dual, que la modernidad ha sido incapaz de entender, al consagrar el dualismo individuo/sociedad, de forma que lo social se ve ahora como extraño y contrapuesto al individuo 108 • Para Capograssi, como para el pensamiento cristiano en general, en el fondo de todos los problemas está el hombre 109 • El nexo entre autoridad e individuo es tal que, cuando el individuo pierde 105. CAPOGRASSI, G., Opere ! , cit., p. 162. Recuerda a la descripción del mundo completamente administrado que hiciera HoRKHEIMER , M. , "El anhelo de lo totalmente otro" . Entrevista con Helmut Gumnior (1970) , recogida ahora en Anhelo de justicia, teoría crítica y religión , Trotta , Barcelona, 2000, p. 183, en el que "habrá una gran actividad pero , pero una actividad sin sentido y por tanto aburrida". En relación con la alienación y el activismo de la sociedad opulenta, DEL NocE, A., "L'irreligione occidentale", cit. , p. 281, alude al nexo entre la forma quietista del solipsismo ("la realidad es un sueño") y la forma activista ("es por y en mi acción como el mundo adquiere realidad") 106. CAPOGRASSI, G. , Opere!, cit., pp. 163-164. 107. !bid., pp. 165-166. 108. /bid. , pp.168-173. 109. /bid., p. 289. 352 ANA LLANO la profunda objetividad de su experiencia y no advierte las exigencias más elevadas de su naturaleza y su espíritu se queda sin fuerzas , todo se hace hostil y opresor, la vida pierde unidad y belleza, y a la vileza del hombre le corresponde la barbarie de la vida social y el mundo social se convierte en prisión y tormento''º. El problema de la sociedad contemporánea, en la que el individuo es cada vez menos un sujeto libre y más un sujetado y, cuanto más se concentra en su individualidad, menos objetiva se le muestra la realidad, es, para Capograssi, el de reformar la objetividad y, por tanto, devolver fuerza al individuo'"· Precisamente por la continua presencia del mal y por la fundamental deficiencia del espíritu humano y porque "la experiencia demuestra y confirma a posteriori que ... las cosas fuera de su principio natural no viven ni duran" 11 2 , todo el mundo humano, fruto del drama de la libertad del individuo, reclama la existencia de una autoridad que garantice la fidelidad de las cosas, de los actos, de las relaciones, de las instituciones al propio ser, una autoridad que ejerza de mediadora: como Vico enseñó, los hombres que no pueden gobernarse por sí mismos deben hacerse gobernar por otros, 110. !bid. , p. 291. Para Capograssi , escribe P!GLIARU, A., " La lezione di Capograssi", a cura di A. De Logu , Spes-Fondazione Giuseppe Capograssi, Roma, 2000, p. 158-160, " el orden jurídico hace transparente todo el problema del hombre", pues " el fundamento propio y la función vital del orden jurídico, en la acepción integral del término, consiste en la reintegración al mismo de todo el contenido de la vida humana considerada en el pleno sistema de sus fines e intereses vitales , en toda la riqueza de su libertad , desde la vida económica hasta la suprema vida en Dios". Tras las huellas de Rosmini y su intuición profunda de que el derecho es persona , Capograssi tuvo "la certeza absoluta de que olvidar al individuo es olvidar al hombre, olvidar el derecho , porgue a su vez olvidar el derecho es olvidar al hombre, al individuo, la persona" . El derecho tiene, así, "el carácter de idea humana en el sentido viguiano del término (" es decir, generadora de humanidad en la vida y en la historia"). 111. CAPOGRASSI, G., Opere!, cit. , p. 315. 112. !bid., p. 282. LA AUTORIDAD COMO FACTOR CONST/TUTl\10 DE LA CONCIENCIA. .. 353 lo que constituye un principio de sentido común, tradicional y universal mente reconocido 11 3 • Dos son, pues, las premisas de la filosofía capograssiana de la autoridad: la insuprimible e íntima tendencia de la naturaleza humana en cuanto humana de adherirse a la verdad mediante la contemplación, de un lado, y la acción y el impedimento perenne que esta tendencia encuentra en una oscura ruina que el espíritu ha sufrido y que ha desordenado y quitado vigor a sus fuerzas, de otro: esta contradicción fundamental que está en el origen y raíz de la vida explica la necesidad de la autoridad 11 4 • Por desconcertante que pudiera resultar tal planteamiento en su momento o al lector actual, y por mucho que se intente interpretar su obra, a semejanza de lo que ha ocurrido con Vico, al margen de toda teología, metafísica y espiritualidad 11 5, no se pueden comprender las Riflessioni sino a partir de la profunda religiosidad del autor 116 • 113. /bid. , p. 185. La ciencia política aristotélica buscaba las leyes para el término medio de los ciudadanos de la polis, para la mayoría no especialmente virtuosa ni educada (ARISTOTELES , Política , VI, 11 , 1295 a) , que se deja convencer más por el temor al castigo que por amor al bien o por buenas razones (Etica a Nicó111aco, X, 9, 1180 a y b) . Leyes que deberán ser no sólo buenas sino eficaces, efectivamente obedecidas (Po!. VI, 8, 1294 a) y que serán útiles en la medida en que contribuyan a conservar el régimen correspondiente (Po!. VII, 9, 1309 b). 114. /bid., p. 186. Según una antropología no rousseaniana , ni maquiavélica o hobbesiana, sino cristiana, que afirma la falibilidad humana , esa que le hace observar al filósofo ruso Vladimir Soloviev que "el Estado no existe para transformar la vida sobre la tierra en un paraíso, sino para impedir que se transforme definitivamente en un infierno", como recuerda NEGRO PAVÓN, D., La tradición liberal y el Estado , Unión Editorial , Madrid , 1995 , p. 165. 115. Cf. DEL NocE, A., "L'autoritá come valore costitutivo del mondo umano", en Due convegni .. ., cit., p. 545 ss. 116. DEL NocE, A ., "L'autoritá .. .", cit., p. 542-544, señala que los Pensieri a Giulia , publicados entre 1978 y 1981 , fueron escritos entre 1918 y 1924, periodo en el que Capograssi escribió sus Rij/essioni s11lla autoritá e la sua crisi, por lo que ese "unicum ne/la corrispondenza tra fidanzati" (en palabras de Lombardi) suponen una ayuda preciosa para entender que con sus Riflessioni "Capograssi 354 ANA LLANO De acuerdo con la tradición agustiniana y tomista, considera necesario que la voz insuprimible de la naturaleza sea expresada y concretada, para que pueda ser entendida y seguida por los hombres 117 • ¿Qué ordena la ley eterna, si no reconocer el absoluto como absoluto y lo finito como finito? "En este reconocimiento está la verdad del absoluto y también la de lo finito. La autoridad afirma prácticamente la necesidad de este reconocimiento también respecto a la experiencia social" 118 • Porque si se elimina la verdad como destino para el que estamos hechos, la autoridad ya no tiene razón de ser, porque ya no existen dos mundos entre los cuales mediar: el infinito desaparece y, con él, la impotencia de lo finito, que carece de punto de partida y de llegada y cuya vida se reduce a pura inmediatez. En ella no queda rastro de la autoridad verdadera y se da, en cambio, espacio a autoridades concretas y dependientes, según la lógica de ese pensamiento dualista y disyuntivo, incapaz de armonizar los distintos factores de la rica realidad y de sintetizar unidad social y libertad individual, razón y tradiciones históricas, autoridad y libertad, libertad individual y formaciones naturales de la vida 119 • tenía la intención de hacer una obra religiosa, de manifestar su cada vez más profunda adhesión al catolicismo". La ayuda que prestan es esencial porque, sobre todo si se las refiere a los hábitos culturales de esos años, las Rijlessioni pueden parecer desconcertantes. Se abren con una serie de premisas que al lector ordinario podían y pueden parecer no adecuadamente justificadas en relación con las exigencias del llamado pensamiento crítico, no dogmático. Objeción de la que Capograssi se hacía cargo. Su libro contiene, pues, "la propuesta de mirar los problemas prácticos del momento o de un tiempo todavía no ciertamente agotado, tanto que hoy ha alcanzado su apogeo, desde la altura de la tradición metafísica, con la convicción de que fuera de este reclamo no pueden encontrarse soluciones'', p. 543. Su propósito de responder al "vacío oceánico que ha sacudido durante dos siglos nuestra historia" y de viajar "a través de las vueltas infernales del pensamiento moderno" lo expresa en la primera alusión que hace Capograssi al libro que tiene en mente en uno de sus primeros Pensieri .. ., cit., I, p. 38, n. 24. 117. CAPOGRASSI, G., Opere!, cit., p. 187. 118. !bid., p. 188. 119. !bid., pp. 189-192. LA AUTORIDAD COMO FACTOR CONSTITUTIVO DE LA CONCIENCIA... 355 3.2.2. Tristeza y religiosidad del pensamiento moderno Capograssi destaca la religiosidad profunda del pensamiento moderno, cuya primera y vital intuición es que "el espíritu, en cuanto espíritu, es conocimiento y debe ser conocimiento del absoluto". Solo que, en vez de abrirse y esperar una respuesta que le venga de otro, pretende hallar la respuesta en el presente y dentro del mundo humano 12º. El gran obstáculo con que se topa esta ética moderna es el individuo concreto, contingente, insatisfecho, para el que la dialéctica entre su finitud y su anhelo de infinito no se resuelve despojándole de su individualidad y despreciando la vida, como hace el pensamiento moderno 121 , el individuo a quien "la dura experiencia del mal le revela la desproporción entre finito y Absoluto" y que anhela un Dios que "no es la realidad misma 120. !bid., p. 365-366. Por eso "la ética moderna no es sino la abolición de la esperanza: el hombre es ya todo lo que es, no tiene porvenir... y todo su trabajo es actuar la infinita capacidad de su naturaleza ... Esta ética desciende directa y necesariamente de la revolución moderna misma. Abolido el Dios trascendente, absorbido Dios en el espíritu y puesto el mundo como desarrollo del espíritu ... la verdadera felicidad es vivir, simplemente vivir: no naufragar sino navegar en este mar del ser", p. 368. 121. Cf. ibid., pp. 370-371. "Si con tres pinchazos se quiere deshinchar el enorme globo que es el sistema hegeliano" --escribe, al respecto, VERNAUX, R., Historia de la Filosofía Moderna, Herder, Barcelona, 1980, 4ª ed., pp. 233234- "sólo hay que leer el Poscriptum de Kierkegaard: es una ejecución en regla del racionalismo. "No puede haber un sistema de la existencia": ésta es la idea fundamental de Kierkegaard. El sistema es un magnífico "palacio de ideas", pero el filósofo que lo ha construido vive al lado, en una choza. Porque él mismo no es una idea, y menos todavía una de las ideas de su sistema. Es un hombre concreto que ha escogido pasar su vida construyendo un sistema. De este modo el sistema explica todo, excepto el existente, que es siempre un individuo, absolutamente original, contingente y libre. Al "pensamiento objetivo", racional y sistemático, Kirkegaard opone el "pensamiento subjetivo", que intenta describir el existente tal como es. Y aunque, a nuestro parecer, esto sea caer de un exceso en otro, creemos que Kierkegaard aporta un excelente antídoto al prestigio del hegelianismo". 356 ANA LLANO sino algo diverso y fuera de ella", un "Dios que está sobre el mundo", en definitiva un verdadero Dios 122 . Surge así la tristeza moderna, nueva con respecto a la antigua, pues ya no es dolor por el mal y deseo de liberación, sino vanidad del yo mismo, su desaparición 123 • Tenso a valorar cualquier alternativa al racionalismo inmanentista, cuyo carácter problemático subraya, Capograssi resalta la grandeza del pesimismo moderno, que nace de la rebelión del yo concreto contra el pensamiento moderno, de modo que el yo o se rebela anárquicamente o desespera por completo. El valor del nuevo pesimismo consiste en su testimonio limpio de esa tristeza, en cuanto que extrae las consecuencias que el pensamiento moderno no se atreve a sacar 124 • 122. CAPOGRASSI, G., Opere/, cit., p. 375-376. Un Dios vivo, amante, del que nuestra alma tiene sed, como el grito de los más grandes espíritus contemporáneos no creyentes atestigua. VENTORINO, F., Dalla parte della ragione. Le grande questioni del vero e del ben e, Itacalibri, 2007, p. 9 ss, 123 ss, p. 209 ss, recoge algunos testimonios espléndidos de Moravia, Par Lagerkvist, Rilke, Leopardi, Wittgenstein, Pirandello, Bufalino, etc. "Nuestras experiencias, tomadas en serio, escribe GrussANI, L., El camino a la verdad es una experiencia, Encuentro, Madrid, 1997, p. 64, son una auténtica profecía (espera, esperanza ... ) de lo que todavía no se tiene. El sentido de todas nuestras experiencias: he aquí lo que todavía no tenemos. Y todos lo esperamos, quizás inconscientemente''. 123. CAPOGRASSI, G., Opere/, cit., p. 371. Sobre la deconstrucción del sujeto en el pensamiento contemporáneo, cf. BüRGHESI, M., El sujeto ausente .. ., cit., p. 47 ss. Ya en el prólogo señala que "al fundarse en la negación del sujeto, el modelo "posthumanista" impide la memoria y es cómplice, a pesar suyo, del nihilismo que define el actual horizonte histórico. La epoché del "mundo de la vida", la puesta entre paréntesis del factor humano (en literatura e historia), la destitución del problema del sentido y de la verdad (en filosofía), la deshistorización y formalización (en las ciencias), son otros tantos escollos que se interponen en la relación entre conocimiento e interés", p. 13. 124. CAPOGRASSI, G., Opere/, cit., p. 371-372. El pesimismo también fue objeto de estudios agudísimos por parte de Del Noce, como pone de relieve MINA, A., Augusto Del Nace .. ., cit., p. 259 de su introducción al capítulo IV: "Secolarizzazione, nichilismo e cristianesimo". En ellos demuestra que el pesimismo de Schopenhauer, Leopardi, Lequier, Rensi, Martinetti, Simone Weil... LA AUTORIDAD COMO FACTOR CONSTITUT!\!O DE LA CONCIENCIA... 357 La modernidad nos exige mirar a la cara nuestra vida y ver si es posible prescindir de la esperanza 125 , así como del misterio, el factor más real de toda experiencia humana tomada en serio, sin miopía 126 • Si la gloria del pensamiento moderno, al abolir el cristianismo y tratar de ofrecer su sustituto, ha sido haber comprendido que no se vive sin Dios, su tragedia ha sido su incapacidad radical de dar una solución. Con ello, nos obliga a optar entre replegarnos cada vez más en la finitud que nos ofrece una mirada voluntariamente miope o reconocer humildemente nuestra verdad 127 , es decir, ensanchar nuestra razón -como nos reclamó no es funcional al racionalismo, sino que, en cuanto afirmación de la inconciliabilidad con la realidad existente, por la contradicción que hay en ella, expresa una religiosidad, si bien sólo negativa. Es una posición que no se para frente a la imposibilidad de la respuesta, sino que afirma que -en palabras de RENSI, G., Lineamenti di filosofía scettica, Zanichelli, Bologna, 1921, p. 395- "la explicación no existe, pero constata a la vez que debería existir. Advierte que es imposible y a la vez necesaria" 125. Es el tema genialmente tratado por SARTRE, J. P., Barioná, el hijo del trueno. Misterio de Navidad ... , Voz de papel, Madrid, 2004, con un formidable estudio introductorio y notas de J. A. Agejas. 126. GrusSANI, L., El camino a la verdad es una experiencia, Encuentro, Madrid, 1997, p. 59-64, pone de relieve la dimensión auténticamente religiosa de toda experiencia humana vivida seriamente, sin censuras, lo cual es todo menos automático. "Hay que estar muy atentos porque demasiado fácilmente no partimos de nuestra verdadera experiencia, es decir, de la experiencia completa y genuina. En efecto, a menudo identificamos la experiencia con impresiones parciales, reduciéndola así a una caricatura. Y, más a menudo todavía, confundimos la experiencia con los prejuicios o con los esquemas quizás inconscientemente asimilados del ambiente que nos rodea. De ahí que en vez de abrirnos con esa actitud de espera, de atención sincera, de dependencia, que la experiencia nos sugiere y exige profundamente, le imponemos a la experiencia categorías y explicaciones que la bloquean y angustian, presumiendo de comprenderla. El mito del progreso científico ... es la fórmula moderna de esta presunción ... salvaje y repugnante ... Por eso la civilización de nuestros días hace que nos movamos ciegamente entre esta exasperada presunción y la más oscura desesperación", p. 60. 127. CAPOGRASSI, G., Opere!, cit., p. 377. 358 ANA LLANO Benedicto XVI en Ratisbona- y dejarnos herir por la belleza de la realidad 128 • Dentro de la modernidad Capograssi advierte dos filosofías opuestas: la que denomina filosofía de los adoctrinados y la de la vida 129 • Considera la vida moderna ciertamente mejor que el pensamiento moderno, aunque lleve a cabo su reconstrucción de la vida civil con sus mismos elementos y arrastrando sus mismos errores derivados de su empirismo violento. De hecho, es precisamente la existencia del Leviatán totalmente desvinculado de la voluntad individual y su economización progresiva lo que lleva a la reelaboración fatigosa de la autoridad a través de la lucha de las nacionalidades, la lucha de clases y la crisis de la democracia, hechos de la vida moderna en los que Capograssi percibe la rebe- 128. Alternativa que pone también de relieve O'BRIEN, M. D., "La herida de la belleza". Entrevista a cargo de E. Rialti, publicada en Huellas, n. 7, p. 57: "A medida que envejezco me doy más cuenta de que debo ... volver a ser como un niño pequeño ... La pobreza es mi única riqueza ... Hasta que no volvamos a ser como niños, somos como adolescentes inquietos que quieren "independencia", que rechazan la autoridad y los límites de cualquier tipo, pensando que así serán "más libres". En el peor de los casos esto genera uno modo de vivir que provoca una ceguera y graves malformaciones ... Una persona moderna sin fe está a la deriva en un cosmos desorientado ... que carece de sentido, aun estando lleno de estímulos poderosos y de mucho ruido. No se conoce a sí mismo y por eso intenta colmar su hambre de identidad con la inmediatez de las sensaciones físicas, a través del poder y la manipulación de los demás, de la droga de las ideologías de la revolución social, con falsas "espiritualidades" que tapan el vacío que se abre en su interior, o convirtiendo diferentes cosas en auténticos ídolos", p. 57. Como dijera GrussANI, L., "Ciertos de algunas grandes cosas", Huellas, n. 7 (2007), p. 1: "Pobre es aquel que está cierto de algunas grandes cosas ... Porque la certeza implica el abandono de uno mismo ... porque quiere decir que yo soy poca cosa, que no soy nada, y que lo verdadero, lo grande, es otro: ¡ésta es la pobreza!. Y dicha pobreza nos colma y nos libera, nos da vitalidad y energía, ya que la ley del hombre ... es justamente el amor y el amor es la afirmación de otro como significado de uno mismo ... La pobreza es una conquista muy adulta". 129. CAPOGRASSI, G., Opere!, cit., p. 377. LA AUTORIDAD COMO FACTOR CONSTITUTIVO DE LA CONCIENCIA... 359 lión de la voluntad individual frente a la abstracción 130 : "toda la humanidad contemporánea ... proclama que para que la vida sea humana ... hay que hacer salir a la voluntad humana de la red de los fines particulares que la sofoca" 131 • Animados por el principio de autonomía absoluta, pensamiento y democracia son los dos grandes intentos de liberar a la mente y a la praxis de la autoridad de la verdad, de manera que el espíritu pierde su contacto con las cosas y la voluntad se desvincula de la historia, las instituciones, las leyes y las costumbres, erigiéndose ella en criterio de verdad y justicia. Pero la nueva religión de la autonomía no logra "compaginarse con la triste verdad del individuo moderno, que cuanto más acepta ese principio de autonomía más esclavo se hace de su yo empírico y de las cosas presentes". "El principio fundamental del pensamiento moderno ... no logra entrar como motivo de la acción del individuo" y éste "sustituye esta libertad precisamente por su contrario, la independencia y en su engaño se sujeta perennemente a las pasiones y al oceánico movimiento de los hechos" 132 • Si en esta ausencia de verdad en la praxis y carencia de punto firme sobre el que anclar la voluntad individual consiste la tragedia de nuestra sociedad, "el gran mérito del pensamiento y de la democracia moderna es precisamente ... haber creado una vasta situación histórica en la que es absolutamente necesario que la actividad práctica del individuo se adecue a la verdad reconocida como tal. Así, la exigencia de la verdad, que fue negada en la cima, en el pensamiento, renace desde la base, en la vida. La vida reclama que la acción individual corresponda a la verdad. Y por la vida, no por el pensamiento, será llevada a cabo la reconstrucción de la verdad ... Sucede así en todas las épocas en las que el 130. /bid., pp. 379 SS. 131. !bid., p. 386. 132. !bid., pp. 387-389. 360 ANA LLANO pensamiento ha perdido su potencia y la vida pr domina sobre la mente" 133 • Capograssi ayuda, así, a captar el sustrato antropológico de la vida democrática moderna: un individuo que conserva de la revelación cristiana el elemento absoluto de la libertad originaria de la personalidad y sobre esta verdad secundaria, olvidada la primera, funda su autoconciencia. El gran peligro que esconde la democracia moderna, basada sobre la metafísica del sujeto, le resulta evidente: la masa y el instinto pasan a dirigir la vida individual y social. La barbarie es sólo consecuencia. Los hechos mismos muestran quién es ese individuo supuestamente soberano : un ' ser instintivo y egoísta pendiente sólo de su bienestar, que ha olvidado todo ideal y toda ley 134 • 4. EL CAMINO DE LA RESTAURACIÓN: EL REDESCUBRIMIENTO DEL YO Y DE SU DEPENDENCIA ORIGINARIA COMO CONDICIÓN PARA SALVAR LA DEMOCRACIA, LA CIVILIZACIÓN, EL DERECHO Vimos antes el recorrido racional que le permite a Cotta volver a la secuencia clásica autoridad-ley-conciencia, en unos términos y con un fundamento muy diferentes a los que definen el retorno a ella en la cultura contemporánea de la inmanencia. Términos, sin embargo, que puede comprender y sentir cercanos el hombre de hoy, en cuanto que nacen de la reflexión sobre nuestra experiencia actual, que ha evidenciado la preexistencia del objeto a la 133. Jbid., pp. 390-39 l. Para Capograssi, "el itinerario a recorrer es el de Dante, se trata de pasar del mal que es la muerte a la paz del amor infinito. Toda la historia moderna es como la preparación, vasta e inconsciente ... tiene en sí su ley secreta, una secreta dirección . En el seguirse de sus hechos contiene una justicia alta y lleva a la vida la verdad que había sido eliminada del pensamiento porque tiene en sí la verdad", p. 400. 134. Jbid. , pp. 391-393 . LA AUTORIDAD COMO FACTOR CONSTITUTl \10 DE LA CONCIENCIA... 36 1 conciencia y la relacionalidad ontológica del yo. En realidad, se trata de un modo y un fundamento nuevos a la par que antiguos y perennes. La autoridad que recobra la primacía es Dios mismo, el único que, por ser el autor de ese yo sintético y relacional y hallarse, por tanto, por encima de él, no sólo libera a la conciencia de toda posible cerrazón existencial -Cotta recuerda las palabras de Jesús: "la verdad os hará libres"-, sino que la constituye libre -porque tiene la posibilidad de responder, sin que nadie pueda hacerlo por ella, "Abba, Padre"-. Nada hay más misterioso que el hecho de un ser creado libre, de un ser que, dependiendo en todo de otro, siendo pura contingencia, sea llamado por su señor a la libertad, de una relación filial en la que el padre esté dispuesto a todo con tal de salvar la libertad del hijo. "Por qué ese acto creador deja sitio a su libre voluntad es el problema de los problemas -dice el Escrutopo de Lewis-, el secreto oculto tras las tonterías del Enemigo acerca del "Amor" 135 • En un plano ontológico y existencial, concluye Cotta, la conciencia queda fundamentada en su integridad sosteniendo la secuencia autoridad-ley-conciencia. En cambio, en el plano sociopolítico, es preciso afirmar la primacía de la conciencia, ya que 135. LEWIS , C.S. , Cartas ... , cit., p. 123. El diablo confiesa su "absoluta incapacidad para descubrir el motivo real. ¿Qué pretende conseguir de ellos? Esa es la cuestión insoluble", p. 90, y le advierte al sobrino que "nunca debemos olvidar que rasgo más repelente e inexplicable de nuestro Enemigo: El realmente ama a los bípedos sin pelo que El ha creado y siempre les devuelve con Su mano derecha lo que les ha quitado con la izquierda", p. 71. Y es que "toda la filosofía del Infierno descansa en la admisión del axioma de que una cosa no es otra y, en especial, de que un ser no es otro ser. Mi bien es mi bien y tu bien es el tuyo. Lo que gana uno, otro lo pierde ... Con los animales , la absorción adopta la forma de comer; para nosotros, representa la succión de la voluntad y la libertad de un ser más débil por uno más fuerte. "Ser" significa "ser compitiendo". La filosofía del Enemigo no es más ni menos que el intento continuo de eludir esta verdad evidente. Su meta es un a contradicción. Las cosas han de ser muchas pero también, de algún modo, sólo una. A esta imposibilidad El le llama Amor'', pp. 85-86. 362 ANA LLANO ninguna autoridad humana puede legítimamente someter a una conciencia que tiene el derecho de ser libre porque es el lugar privilegiado de la escucha y la acogida de la verdad, del significado, del Dios vivo 136 • Esta fundamentación de la libertad de conciencia en el carácter religioso o capax Dei, capax Veritatis, del ser humano, que hace del reconocimiento pleno de la libertad religiosa la única base firme para el florecimiento de las demás libertades 137 , es una aportación preciosa e insustituible del cristianismo a la democracia moderna, puesto que la liga a esa relación indisoluble entre verdad y libertad sin la cual se cae en el integrismo o en el nihilismo 138 • Frente a la 136. Cf. CüTTA, S., "Conciencia ... ", cit., p. 76. RATZINGER, J., Iglesia, ecumenismo, política, BAC , Madrid, 1987, p. 183, refiriéndose a una afirmación de Hitler, en la que éste prometía liberar al hombre "de las sucias y humillantes autoaflicciones de una quimera llamada conciencia" y a la de Güring, que gritaba "¡Yo carezco de conciencia!¡La mía se llama Adolf Hitler!", señala que "la destrucción de la conciencia es el verdadero presupuesto de una sujeción y de un dominio totalitario. Donde la conciencia vive, se le pone una barrera a la dominación del hombre por el hombre y a la arbitrariedad humana, porque algo sagrado permanece inatacable ... Lo absoluto de la conciencia se opone a lo absoluto de la tiranía y sólo el reconocimiento de su inviolabilidad protege al hombre de los demás y de sí mismo, su acatamiento es la única garantía de libertad". 137. Cf. Rumo, J. I., La primera de las libertades. La libertad religiosa en los EE.UU.: una libertad en tensión, Eunsa, Pamplona, 2006. 138. En tal sentido afirmaba CAPOGRASSI, G., "Liberali e cattolici", Opere VI, Giuffré, Milano, 1959, p. 111-112 que los católicos "aceptamos el principio de libertad, porque es verdadero, porque es la verdad misma. Y queremos la libertad como ley de la vida, no en sentido general, sino en el preciso y específico cuyo descubrimiento es la gloria del derecho público moderno" y que "aquí, en este valor absoluto del individuo ... está la profunda raíz, la verdadera raíz del principio de libertad". Mucho antes, en sus Pensieri .. ., cit., III, p. 562, n. 1803 decía que "esos grandes católicos, Julia mía, que ha tenido esta Gran Italia ... han sido todos liberales: todos ellos han amado la libertad, la santa libertad, la libertad que debe animar la vida entera, la única que da dignidad y vida a la vida,· como decía el gran santo irlandés de la libertad, San Colombano, 'Si tollis libertatem, to/lis dignitatem'. Justo así: es la libertad la que da dignidad al hombre: y todos los grandes pensadores católicos, todos los grandes espíritus LA AUTORIDAD C01'v!O FACTOR CONST!TUTl\10 DE LA CONCIENCIA... 363 moclerna 'metafísica ele la suhjetividad ', es preciso insistir en que el error del fundamentalismo no es reconocer un fundamento teológico al derecho, sino pretender que tal fundamento consista en un conjunto preciso y articulado de preceptos de carácter material, sin advertir que la verdad de la palabra de Dios no concierne a las cosas, sino al hombre, no afecta a la naturaleza, sino a la salvación 139 • El cristianismo, así, contribuye a revitalizar la democracia anclándola en el "respeto del individuo'', en una concepción del hombre definido no sólo por su carácter histórico y social, sino también por su vínculo con Dios. ¿Puede haber un régimen de libertad sin fe en Dios?, se preguntaba hace medio siglo Capograssi: "Aquí radica todo el problema de la libertad que ahonda sus raíces en el espíritu del individuo, en el que la libertad es acto de reflexión, de razón, de respeto, de tolerancia, es resistencia a la tentación, siempre presente en el ánimo, de oprimir a los otros, de múltiples modos, del escarnio a la violencia, es paciencia, victoria sobre la propia soberbia y debilidad. Sólo con individuos así puede durar un régimen de libertad (la cuestión para un régimen de libertad es durar!). ¿Cómo hacer para que el individuo tenga un dominio efectivo de sí mismo? Este es el problema de la libertad, de la democracia, del porvenir de la humanidad" 140 • En nuestros días, el redescubrimiento del yo y de su deseo de infinito, cuya experiencia es fuente de certezas y de un ejercicio inalienable de libertad y de cultura, aparece como condición de una democracia viva 141 • Sólo el ser humano, con la dignidad in- del catolicismo, todos, la han considerado como una gran conquista de la época moderna, una conquista cristiana del tiempo moderno". 139. Cf. D' AGOSTINO, F., "La norma ... ", cit., p. 164-165. 140. CAPOGRASSI, G., "Liberali e cattolici", cit., p. 113. 141. Por eso destaca CAPOGRASSI, G., Opere/, cit., p. 331 ss, que para Vico, cuyo punto de partida era la vis veri como último resplandor del absoluto en la naturaleza del hombre, "los concretos organismos ... y la sociedad no nacían del individuo ut sic, en su inmediatez", sino "del individuo que tiene en la mente el reflejo del infinito y el deseo de captar el orden de la verdad absoluta". 364 ANA LLANO violable que le confiere el ser capaz de reconocer la verdad de las cosas y adherirse a ella, es el fundamento absoluto que los derechos humanos requieren para constituir un factor eficaz de civilización. Una civilización requiere, además de tiempo, el esfuerzo y la voluntad de muchas libertades para ser edificada, por lo que no caerá en saco roto la invitación de Capograssi, "tras haber recorrido toda la experiencia de la vida moderna", a "entrar en uno mismo y volver a sentir aquellas antiguas y sencillas leyes de moralidad y de amor que han salvado tantas veces a la humanidad de la barbarie" 142 . Ahora bien, este sujeto y su dignidad, de cuyo reconocimiento pleno depende la vitalidad de la democracia, que implica la comunicación entre distintos, han dejado de ser hoy algo existencialmente evidente 143 • Sin embargo, es preciso reconocer con Capograssi que "la gran conquista y el significado profundo de la Declaración [universal de los derechos del hombre de 1948] está precisamente en esta condena [de todas las prácticas negadoras del individuo, de 142. !bid., pp. 385-386. 143. Tratando de captar lo que ha sucedido, sin empequeñecer la crisis, como si se tratara de una mera cuestión social, política o económica, CAPOGRASSI, G., "Il diritto dopo la catastrofe". Opere VI, cit., p. 155, señala que "el individuo ya no es libertad, sino pura pasividad". "Para definir esta humanidad sin propia naturaleza y verdad, puramente vacía e informe" no hay mejor forma que calificarla de "una humanidad disponible, disponibilidad como pura potencialidad, pura pasividad". Pero "lo más tremendo de la crisis es que esta falsa idea ... ha abolido en muchas conciencias la idea del hombre", les ha quitado "la persuasión de que todos los hombres son hombres". MERCADANTE, F., "L'individuo tra diritti e bisogni", en Due convegni .. ., cit., p. 1203, critica a quienes no han apreciado "las premisas antitotalitarias del aliud initium libertatis" que sentó Capograssi y en p. 1207 recuerda el pensamiento de Berdiaeff y Ortega y Gasset que, antes de la II Guerra Mundial, miraban "al hombre contemporáneo como a uno que se ha sustraído a la acción de la Libertad y de la Gracia y que por tanto resulta un enigma, suscitando incluso la duda de 'si el ser al que pertenecerá el porvenir continuará llamándose hombre". "La primera tragedia que hay que afrontar con urgencia -afirma SABATO, E., La resistencia, Seix Barrall, Barcelona, 2000, p. 104- es la pérdida de valor de sí mismo que experimenta el hombre". LA AUTORIDAD COMO FACTOR CONSTITUTIVO DE LA CONCIENCIA... 365 su libertad y de su dignidad] Qne esta condena y los principios en los que se funda, no desciendan aún a la praxis de toda la historia contemporánea es gravísimo, porque significa sangre y lágrimas de individuos y grupos; pero es algo grande que la verdad sea declarada ... Es algo fundamental, en suma, que la horrible duda, que parecía oscurecer y oscurece la conciencia de la humanidad, de que el hombre no tenga valor y se pueda hacer lo que se quiere, sea eliminada. Toda la humanidad de la vida está en este reconocer la verdad, es decir, en el discernir lo positivo de la vida de lo negativo, el bien del mal" 144 • No es poco, desde luego, que "en una época que, por la incertidumbre sobre los principios elementales de la vida, casi pierde la razón para vivir", se haya tenido la intuición de que "la mayor necesidad es la necesidad de la verdad, que la verdad debe ser confesada, debe ser repetida. No hay que cesar de repetirla". También fue ce1tera su intuición de "que conocer la verdad es ya el principio de su pleno cumplimiento. Nosotros hemos creído demasiado que repetir palabras y verdades es inútil. Hemos visto a qué lleva el abandonarse ciegamente a la acción. Verdad y justicia son lo mismo. No traicionarlas con las palabras es un ponerse en el camino de no traicionarlas en los hechos. Es ya, en lo que a nosotros respecta, un comenzar a transformar la historia. No son los Estados, somos nosotros mismos los que tenemos la responsabilidad de la historia" 145 • ¿Qué camino de lealtad para con la experiencia personal y las enseñanzas de la historia moderna, nos permitirá recuperar a la par el sentido de la autoridad, sin el cual no se puede comprender la humanidad del mundo jurídico político, y el protagonismo de la conciencia personal en la historia de los hombres, sin la que ésta se reduce a puro equilibrio de fuerzas y los individuos concretos se convierten en juguetes del destino? ¿Cómo armonizar la 144. CAPOGRASSI, G., "La Dichiarazione Universale dei diritti dell'uomo e il suo significato", en Opere V, cit., p. 47-48. 145. !bid., pp. 48-49. 366 ANA LLANO autoridad de la verdad y el anhelo de lihertad del hornhre contemporáneo, tantas veces artificialmente contrapuestos?, ¿cómo salir de la esclavitud que aflige al individuo proclamado soberano? En definitiva, ¿cómo redescubrir nuestro rostro humano y volver a dar al mundo histórico, obra nuestra, su humanidad? Creo que Spaemann nos pone sobre la pista cuando señala que "el rastro de Dios en el mundo, por el que hemos de orientarnos, es el hombre, somos nosotros mismos ... Pero si nosotros, cayendo víctimas del cientifismo, ya no nos creemos ni tan sólo a nosotros mismos ... si nos dejamos persuadir de que únicamente somos máquinas para la perpetuación de nuestros genes y si consideramos nuestra razón únicamente como un producto ajustado por la evolución -lo que nada tiene que ver con la verdad- y, en fin, si a ninguno nos asusta la propia contradicción de estas afirmaciones, entonces no podemos esperar que haya algo que pueda convencernos de la existencia de Dios ... Esa huella de Dios que nosotros mismos somos no existe sin que nosotros lo queramos, si bien es cierto que, gracias a Dios, Dios existe, es peifecto e independiente de nosotros, de nuestro reconocimiento y de nuestra gratitud. Únicamente nosotros podemos anularnos a nosotros mismos" 146 • El peso recae, más que nunca, en la libertad de cada ser humano: "la clave para comprender al hombre de hoy es la pascaliana de la apuesta ... La humanidad hoy está ante una encrucijada: por primera vez en la historia el hombre tiene en sus manos los medios para destruirse a sí mismo y su mundo. De Del Nace son las palabras inquietantes: "¿Qué hay de contradictorio en la desaparición moral e incluso física del hombre?". La idea del fin ... del hombre es hoy una posibilidad no sólo lógica, sino real. Pero a esta constatación se añade otra: por primera vez en la historia se ha hecho claro que la supervivencia física de la especie humana depende de 146. SPAEMANN, R., "¿Por qué si Dios no existe no podemos pensar en absoluto?". Nueva Revista, 102 (2005), traducción de J.M. Barrio Maestre, p. 120. LA AUTORIDAD COMO FACTOR CONSTITUTl\10 DE LA CONCIENCIA... 367 la transformación radical del corazón humano, es decir, por primera vez en la historia la supervivencia mundana le ha sido confiada al corazón, a la conversión religiosa" 147 • ¿Qué enseFía Capograssi al respecto? En primer lugar, que "nosotros una sola cosa tenemos, una sola cosa nuestra: es la libertad; tenemos eso que San Agustín llama "simulacro de omnipotencia", esto es nuestro como Dios tiene como suya su Divinidad, su Creación y todo", dice con fuerza 148 • Libertad cuya relevancia religiosa y política subraya: "alta, sobre todas las demás cuestiones, surge la cuestión de la libertad ... la verdadera gran cuestión, la cuestión que comprende en sí todas las cuestiones ... No hay otra más importante" 149 ; "el problema de la libertad y de la democracia, tan imponente en la época moderna, no significa otra cosa que esto, que nadie puede arrogarse el derecho tremendo de pensar y dirigirse por los otros, sino que lo más seguro es, en cambio, confiarse a la voluntad de todos, confiarse a la voluntad de la mayoría, de modo que se pueda estar seguros de llegar a una solución que no sea demasiado distante del interés general" 15º. Libertad que, "en cuanto principio constitutivo de la historia, que es el resultado de la acción libre del hombre, encuen- 147. RrcONDA, G., "Attualitá del pensiero di Augusto Del Noce", cit., p. 30. "Sólo la presencia de lo divino en el hombre lo hace digno de ese respeto que permite edificar una comunidad verdaderamente humana: si se prescinde de ella, sólo quedan relaciones instrumentales ... Defender al individuo de la invasión de la civilización tecnocrática sólo es posible desde un plano religioso", p. 34. 148. CAPOGRASSI, G., Pensieri .. ., cit., I, p. 89, n. 57. Para Capograssi, subraya D' Aomo, M., "Storia e politica in G. Capograssi", cit., p. 57, "la libertad es constitutiva de la individualidad, es el fundamento de su existir en el mundo como realidad substancial, es lo propio del hombre, su característica esencial". 149. CAPOGRASSI, G., Pensieri .. ., cit., III, p. 349, n. 1549. 150. !bid., pp. 391-392, n. 1601. 368 ANA LLANO tra su verdadera garantía en el respeto con que Dios considera la acción del hombre" 151 Lejos de toda afirmación abstracta de una libertad sin objeto ni fundamento, denuncia "la culpa original que la época moderna ha cometido en la práctica", que ha sido "el haber cambiado la libertad por la independencia" 152 . No en vano, al comenzar sus 151. En efecto, como observa D'Aooro, M., "Storia ... ", cit., p. 54, en los Pensieri a Giulia se encuentran los presupuestos teológico-religiosos de la concepción capograssiana de la historia que dan un sentido preciso al nexo íntimo que Capograssi reconoce entre historia y acción. Es el Cristianismo el que introduce la categoría y la posibilidad del progreso en la historia, algo inconcebible para los antiguos. Escribe CAPOGRASSI, G., Pensieri .. ., cit., III, p. 80, n. 1242: "El individuo vuelve así en la historia al punto central que le corresponde, vuelve a retomar esa libertad fundamental por la que somos nosotros mismos y no otros y no de otro modo. Dios mira pero deja la libertad a los hombres; los 'respeta' como dice con solemnidad la Biblia, y la libertad de los hombres hace la historia". "La libertad ha hecho posible la Redención: Jesús hombre fue libre de sacrificarse y su Sacrificio ha sido un acto divino ele su libertad: el máximo acto de libertad y por tanto de liberación": ibid., 1, p. 191, n. 149. 152. CAPOGRASSI, G., Opere/, cit., p. 395. Por algo LEWIS, C.S., Cartas ... , cit., se refiere al sentimiento de propiedad como uno ele los que el diablo trata de inculcar con mayor empeño al hombre, para apartarle de su dependencia original, con lo que consigue tenerle siempre irritado, porque "el hombre no puede ni hacer ni retener un instante de tiempo, todo el tiempo es un puro regalo", p. 98. Escrutopo le encarga a Orugario, respecto a su paciente "conservar celosamente en su cabeza la curiosa suposición: "Mi tiempo es mío". Déjale tener la sensación de que empieza cada día como el legítimo dueFío de veinticuatro horas. Haz que considere como una penosa carga la parte de esta propiedad que tiene que entregar ... Esta es una tarea delicada. La suposición que quieres que siga haciendo es tan absurda que, si alguna vez se pone en duda, ni siquiera nosotros podemos encontrar el menor argumento en su defensa ... Cuando hablo de conservar en su cabeza esta suposición, por tanto, lo último que quiero que hagas es darle argumentos en su defensa. No hay ninguno ... El sentimiento de propiedad debe estimularse siempre. Los humanos siempre están reclamando propiedades que resultan igualmente ridículas en el Cielo y en el Infierno, y debemos conseguir que lo sigan haciendo", p. 98. "Y durante todo este tiempo, lo divertido es que la palabra "mío", en su sentido plenamente posesivo, no puede pronunciarla un ser humano a propósito de nada", p. 99. Cursivas mías. LA AUTORIDAD COMO FACTOR CONSTITVTI\!O DE LA CONCIENCIA... 369 Riflessioni sulla autoritá retoma "la antigua proposición, la razón es la raíz de toda la libertad" y señala que, frente a la ética moderna, que ha creido que "los grandes interrogantes ... eran un puro recuerdo del pasado", "es la voluntad misma la que pone el problema del fin" y que "sólo la razón ama con auténtico amor al hombre, ya que sólo ella lo quiere llevar a la fuente de todo el ser, al absoluto" 153 • De ahí la crisis moderna de la autoridad, que es una crisis de libertad, de la conciencia humana, que ya no sabe qué es la verdad ni si existe la verdad. Ninguna época como la contemporánea ha exigido más afanosamente la libertad, a pesar de su radical negación de la misma en su primer principio: la conciencia humana, rechazando su libertad infinita, que está en la verdad absoluta, ha soñado con una libertad absoluta como liberación de todo vínculo social, contractual o legal 154 • Desde tal perspectiva, resulta decisivo redescubrir una autonomía de la persona radicada en la misma teonomía, lo que se ha denominado "el momento laico insuprimible en una perspectiva católica". Si de un lado, en cada ser humano "hay una intimidad, una soledad última que Dios respeta y que no puede ser de ningún modo violada", se trata de una libertad llamada a la verdad: "la misma idea de 'decidir en conciencia' no tiene sentido si no es por la presencia de la verdad en la conciencia; sin reenviar a esta verdad común como horizonte del diálogo, no se ve cómo puedan trascenderse las relaciones de imposición y de fuerza" 155 . En segundo lugar, deja claro cuál es el desafío ante el que nos encontramos: frente al error de creer que la inmediatez y los sen- 153. CAPOGRASSI, G., Opere 1, cit., p. 153-155. 154. Cf. ibid., pp. 299-302. 155. Cf. RICONDA, G., "Attualitá... ", cit., p. 33, que señala que Del Noce llegó a cifrar el mal en una libertad disociada de la verdad -que deriva en mero arbitrio y, al desvincularse de la verdad, se pierde a sí misma- y en una verdad disociada de la libertad -pura fuerza que, al perder la libertad, se pierde a sí misma-. 370 ANA LLANO tidos puedan decir una "palabra", el reto hoy está "en hacer nacer el verbo interior en este individuo, hacerle capaz de palabra humana" 156. En efecto, el voluntarismo es el secreto del racionalismo y, una vez que se pone en manos de la voluntad y la acción la suerte de la verdad del ser y el sentido del hombre, no hay que asombrarse de que la verdad se identifique con la acción y el derecho con la fuerza 157 • Ya Maritain a principios del siglo pasado radicó el mal de los tiempos modernos en la inteligencia e invitó a optar entre realismo integral o irracionalismo puro. Del Noce, por su parte, se esforzó en mostrar el carácter opcional y problemático del ateísmo moderno. También Cardona habló de opción intelectual y Maclntyre se refirió a la alternativa radical entre Aristóteles o Nietzsche 158 • Pues bien, para Capograssi, el problema de la democracia y de toda la cultura, en el fondo, es precisamente que el individuo recupere su capacidad de lagos, que redescubra su rostro humano, que es inteligencia y voluntad de verdad, que salga de la barbarie y pasividad en la que ha caído 159 • "El único trabajo político necesario -afirma- es reconstruir la sociedad, retomar sus bases, tratar de reanudar entre hombre y hombre esa elemental relación social, esa "socialidad" sin la cual el mundo social no es más que una coexistencia inerte y opaca 160 • Y para retomar los fundamentos de la sociedad es necesario des- 156. CAPOGRASSI, G., Opere!, cit., p. 393. 157. Cf. COITA, S., "Decisione, giudizio, libertá", cit., p. 11-43; ID., "Senso comune e teorie giuridiche odierne", cit. 158. Cf. MARITAIN, J., Humanismo integral: Problemas temporales y espirituales de una nueva cristiandad (1936), Palabra, Madrid, 1999; DEL NocE, A., II problema del ateismo (1964), 11 Mulino, Bologna, 1990, introduzione di N. Matteucci; CARDONA, C., Metafísica de la opción intelectual, Rialp, Madrid, 1973; MACINTYRE, A., Tras la virtud, Crítica, Barcelona, 1987, p. 141 ss. 159. !bid., p. 394. 160. Es ésta una insistencia continua del gran historiador del Derecho GROSSI, P., La primera lección de Derecho, Marcial Pons, Madrid-Barcelona, 2006. LA AUTORIDAD COMO FACTOR CONSTITUTIVO DE LA CONCIENC IA ... 37 1 cender al estrato profundo de las costumbres , a la moralidad social, y restablecer en la mente del hombre esa jerarquía de los bienes que ahora se halla totalmente subvertida" 161 • De ahí la urgencia de restablecer la dependencia de la vida humana de la verdad y la ley frente al engaño moderno que, exaltando una libertad entendida como ausencia de vínculos, una libertad sin fundamento , acaba disolviéndola 162 • 161. CAPOGRASSI, G., Opere !, cit., p. 395. Al respecto, es siempre aconsejable la lectura del libro ya clásico de LEWIS, C.S. , La abolición del hombre, cit., quien opta por llamar Tao a "lo que otros llaman Ley Natural o Moral tradicional, o Principios básicos de la Razón Práctica o Fundamentos últimos'', p. 47-48. El Tao "es la doctrina del valor objetivo, la convicción de que ciertas actitudes son realmente verdaderas y otras realmente falsas respecto a lo que es el universo y lo que somos nosotros ... Ningún sentimiento es , en sí mismo, un juicio .. . pero puede ser racional o irracional según se adecue a la Razón o no", p. 23-24. Lo decisivo es que el Tao "no es uno cualquiera ele entre los posibles sistemas ele valores . Es la fuente única de todo juicio de valor. Si se rechaza , se rechaza todo valor. Si se salva algún valor, todo él se salva. El esfuerzo por refutarlo y construir un nuevo sistema de valores en su lugar es contradictorio en sí mismo ... La rebelión de las nuevas ideologías contra el Tao es la rebelión de las ramas contra el árbol", p. 48. "Si no se obedece al Tao, o uno se suicida u obedecer al in1pulso .. . a lo "natural" es la única vía posible. De modo que , por el momento, de la victoria del Hombre sobre la Naturaleza se saca una conclusión: la sumisión ele toda la raza humana a algunos hombres, y estos hombres sujetos a lo que en ellos es puramente "natural": a sus impulsos irracionales", p. 67. 162. "Sólo hay dos tipos ele hombre -escribe G1uSSANI , L. , El sentido religioso, cit., pp. 25-26- que salvan enteramente la estatura del ser humano: el anarqui sta y el auténticamente religioso. La naturaleza del hombre es relación con el infinito : el anarquista es la afirmación de sí mismo hasta el infinito y el hombre auténticamente religioso es la aceptación del infinito como significado de sí... Realmente la anarquía constituye la tentación más fascinante, pero es tan fascinante como engañosa. Y la fuerza de su engaño radica precisamente en esa fascinación , que induce a olvidar que el hombre antes no existía y que luego morirá . Por tanto es pura violencia lo que puede permitirle decir: "yo me afirmo frente a todos y frente a todo". Es mucho más grave y más verdadero amar el infinito , es decir, abrazar la realidad y el ser, que afirmarse a uno mismo frente a cualquier realidad . Porque, además, el hombre se afirma a sí mismo verdaderamente sólo cuando acepta la realidad" . 372 ANA LLANO Si separados de la verdad, los modernos creyeron en el Estado corno aparato y los ordenamientos exteriores corno fuente de paz y convirtieron la política en administración de intereses en conflicto, después de la experiencia vivida, ha reaparecido la verdad, de antiguo elemental: el derecho, la justicia y la paz residen en la voluntad escondida de los hombres y no en la combinación exterior de las fuerzas sociales y la política es, en su sustancia, obra educativa 163 • El valor del derecho radica en su nexo con la justicia y con la autoridad de la verdad en la vida de las personas. La tercera idea que cabe extraer de su argumentación es la de trabajo o ascesis. Ajuicio de Capograssi, sólo la idea de trabajo y la idea de deber, restaurando la idea de autoridad, podrán salvar la democracia, es decir, la civilización moderna, porque la soberanía, corno la propiedad, debe ser merecida, conquistada: las ideas de gobierno y dominio no se sostienen por sí mismas, sino que requieren las de autogobierno y autodominio, corno enseñó Platón. Hay que redescubrir en la obediencia al deber "la verdadera actividad digna del valor infinito de la nueva personalidad. La personalidad, que se ha reconocido tan superior a las cosas, no debe después ponerse al servicio de las cosas, debe realizar en la vida esa superioridad que ha reconocido en su pensamiento. Esta es la única libertad. La conclusión de toda la ética que nace de esta sociedad llena de riquezas y goces es una exigencia de ascesis" 164 • 163. Cf. CAPOGRASSI, G., Opere/, cit., p. 394. 164. CAPOGRASSI, G., Opere/, cit., p. 396. Para GIUSSANI, L., El sentido religioso, cit., p. 22 y 26-27, la ascesis liberadora consiste en un "habituarnos a confrontarlo todo con la experiencia elemental", con ese "conjunto de evidencias y exigencias originales" con las que la naturaleza dota al hombre y que son "como una chispa que pone en marcha el motor humano", "tarea que no es nada fácil, que es más bien impopular. Normalmente, de hecho, todo se afronta con la mentalidad común que sostienen y propagan quienes detentan el poder en la sociedad ... El desafío más audaz a esa mentalidad que nos domina y que influye en nosotros ... es justamente habituarnos a juzgar todas las cosas a la luz de nuestras evidencias primeras y no estar a merced de nuestras reacciones ocasionales". LA AUTORIDAD COMO FACTOR CONSTITUTl\!O DE LA CONCIENCIA... 373 La grandeza del hombre moderno reside en que siente profundamente esta exigencia. En el bullen "las grandes cuestiones metafísicas y los grandes interrogantes del destino humano y los problemas que las religiones plantean y resuelven" 165 • ¿Qué nos puede permitir hacer ese trabajo, redescubrir nuestra verdad y la de todo lo que hacemos, recuperar esa sed y hambre de significado que nos constituye y parece haberse casi apagado?, ¿tenemos algún aliado para la ascesis que se nos exige? El primer aliado es nuestro mismo cansancio, tedio y malestar, en el que Capograssi ve el mayor signo de que nuestro corazón sigue latiendo, de que nuestra humanidad no ha podido ser abolida del todo. El malestar del hombre contemporáneo, más allá de las apariencias, es el origen de la crisis perenne de la democracia, incapaz de eliminar el tedio y el aburrimiento mortal que asedian al individuo. "El Estado intenta de todo para romper el tedio mortal que asedia al individuo, trata de distraerlo o de engañarlo, con el fracaso de las guerras o con la dulzura del bienestar, pero todo es inútil" 166 • Tal tedio no es sino "el grito que el espíritu, privado del Infinito, lanza hacia el Infinito", porque "la tragedia del espíritu moderno es ésta: ha conservado todas las exigencias, necesidades y perspectivas que abrió el Cristianismo en el alma humana, pero 165. CAPOGRASSI, G., Opere/, cit., p. 396. A la provocación de Jesús: "¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero si arruina su vida? o ¿qué puede dar el hombre a cambio de su alma?" (Mt. 16, 26), GIUSSANI, L., Los orígenes ... , cit., p. 104, responde: "la escucha de estas últimas preguntas ... representa la primera obediencia a nuestra naturaleza. Si nos hacemos sordos a ellas, se nos cierran las experiencias humanas más significativas. No nos podremos amar de verdad a nosotros mismos y seremos incapaces de amar a cualquier otro. Pues el motivo último que nos lleva a querernos a nosotros y a querer a los demás es el misterio del yo; cualquier otra razón remite a entrar en ésta". 166. /bid., p. 397; ID., Opere///, cit., "Suicidio y oración", punto 4., p. 241 ss, sobre la distracción y la diversión como formas de separar al hombre de sí mismo, de su sed de infinito. 374 ANA LLANO ha rechazado en cambio sus conclusiones y las soluciones que el Cristianismo daba a los problemas de la vida" 167 • Capograssi subraya la paradoja de una "edad de impetuosa actividad práctica" que acaba "en una sed de aniquilación", de una "edad del perenne tenor a la muerte" que desemboca en "el deseo secreto de la quietud final" 168 • Pero, precisamente por esto, comparte con Del Noce el aprecio por el pesimismo moderno, en el que, con inspiración leopardiana, ve "el mejor motivo de esperanza que presenta la época moderna" 169 • "En esta sociedad economizada ... el espíritu moderno tiene necesidad de orden en el mundo y de caridad en la historia, no encuentra ni uno ni otra ... pero no desespera. Y aquí verdaderamente el alma humana muestra esa fuerza insuprimible, esa prodigiosa a'..1tonomía y energía de su naturaleza, que los modernos han sentido potentemente ... De hecho, desde el corazón profundo del hombre, confusa, aún crepuscular, resurge la gran idea de la fraternidad ... La última palabra del pesimismo moderno no es "desespera por última vez", sino ésta: crear frente a la indiferencia del universo una vida concreta en la que el hombre se sienta hermano del otro hombre, en su misma miseria, en su misma necesidad y, sobre todo, en su misma voluntad de liberación ... Cuanto más se siente el hombre infeliz e insatisfecho por la vida, cuanto más ve en el ojo del otro hombre la misma infelicidad, tanto más cercana se hace la restauración de la verdad" 17º. 167. Jbid., pp. 397-398. 168. Jbid., pp. 398-399. 169. Jbid., p. 399. 170. Jbid., p. 399. En la misma línea, GrussANI, L., El camino ... , citl, p. 59 ss, subraya la soledad e impotencia, el sentido comunitario y la oración como rasgos característicos de toda experiencia íntegramente humana. "Nuestras experiencias, tomadas verdaderamente en serio, llevan consigo sufrir, descubrirse cargados de necesidades, de problemas sin solucionar, de dolor, de ignorancia; verdaderamente tomadas en serio, inexorablemente exigen algo 'distinto', algo 'fuera' de lo común: tienen, por tanto, una auténtica dimensión religiosa". LA AUTORIDAD COMO FACTOR CONSTITUTl\10 DE LA CONCIENCIA ... 375 El segundo y gran aliado es la misma realidad, esa realidad que - en palabras de Arendt- "no se puede derivar", sino sólo "aceptarla o rechazarla". Realidad que "en un mundo de apariencias se caracteriza en primer lugar por 'permanecer estática y mantenerse' así el tiempo suficiente como para poder ser objeto de identificación y reconocimiento por parte del sujeto". "A parte de lo lejos que el pensamiento pueda llegar y de todo lo que sea capaz de conseguir, el hecho cierto es que la realidad, tal como se le ofrece al sentido común, en su puro y simple 'estar ahí', siempre queda fuera de su alcance, inmutable ante su flujo" 171 • Ni el bienestar siempre en aumento, ni la alianza entre todos los poderes del mundo, pueden evitar que, en el impacto con el acontecer de la realidad, el corazón del hombre salga de su letargo 172 • Tras preguntarse cómo reencontrar la verdad que libera, sin salirse del cerco del mundo presente y transitorio, ve claro que sólo la imponencia de la realidad, tal como emerge en la experiencia, puede salvarnos 173 • 171. Cf. ARENDT, H., La vida del espíritu, CEC, Madrid, 1984, pp. 66, 62, 69. 172. Desde tal perspectiva, como dice ARENDT, H. , Entre el pasado y el futuro. Ocho ejercicios sobre la reflexión política, Península, Barcelona, 1996, pp. 182-183, "cada acto ... es un 'milagro ', o sea algo que no se podía esperar", que irrumpe "en el mundo como una ' infinita improbabilidad' y, con todo, es ese mismo improbable infinito lo que en rigor constituye la propia estructura de todo lo que llamamos real. Nuestra existencia entera, después de todo, descansa sobre una cadena ele milagros ... Por este elemento 'milagroso' presente en toda la realidad, los acontecimientos, no importa cuan anticipados por miedo o por esperanza, nos impactan con un golpe de sorpresa una vez que han ocuITido. El impacto mismo nunca es explicable del tocio; su factualidad trasciende en principio toda anticipación. La experiencia que nos dice que los acontecimientos son milagros no es arbitraria ni rebuscada; por el contrario, es natural y, sin duda, casi un lugar común en la vida corriente ... De modo que para nada constituye una superstición, sino incluso un propósito de realismo, la búsqueda de lo imprevisible e impredecible, estar preparado para ello y esperar 'milagros' en el campo de lo político''. 173. CAPOGRASSI, G., Opere ! , cit., p. 396. De forma semejante, tras examinar las diversas actitudes irrazonables frente al interrogante último, se pregunta GrusSANI , L., El sentido religioso , cit., p. 145: " puesto que las preguntas últimas son lo que constituye la trama , el tejido ele la conciencia humana, de la razón del hombre: 376 ANA LLANO En efecto, "la reconstrucción más profunda, la verdadera reconstrucción la hace la realidad. Es la realidad la que con las ruinas y el desorden que estas épocas de destrucción difunden quita a la vida su encanto, demuestra con el hacer vanas las cosas la vanidad misma de todas las cosas de la vida. A los hombres, que no quieren entender el verdadero valor de las cosas presentes, son las mismas cosas con su desaparecer, su desmoronarse, las que le demuestran su verdadero ser... Es la vida misma la que ... enseña a los hombres su propia verdad y les impone la ascesis que necesitan" 174 • "Es la trágica y dolorosa educación de la historia, esa que los genios que la han entrevisto han llamado la educación providencial... Cuando los hombres no quieren reconocer que el bien es bien y el mal es mal y todas las esperanzas se pierden, entonces es necesario pasar por el dolor y por la sangre ... Cuando los pueblos han perdido la luz de la verdad, sólo la vida de la historia puede reeducarles y los reeduca sumergiéndolos en la gran y fúnebre experiencia de la barbarie que ellos inconscientemente han elegido. Cuando los hombres se ha alejado tanto y se han hundido en el hecho con tan ardiente ¿cómo se produce su despertar?". Y responde: "la fórmula del itinerario hacia el significado último de la realidad" es "vivir intensamente lo real... sin cerrazón, es decir, sin renegar de nada ni olvidar nada", "mediante el impacto con la realidad", frente al "positivismo que domina la mentalidad del hombre moderno", que "pretende imponer al hombre que se quede sólo en lo aparente", pp. 155-156. 174. CAPOGRASSI, G., Opere!, cit., p. 400. Tan imponente es la fuerza de lo real, tan capaz de rescatarnos, que el Escrutopo de LEWIS, C.S., Cartas .. ., cit., p. 66, advierte a su sobrino el peligro que una pena y un dolor real entrañan, simplemente por ser reales: "Lo característico de las penas y de los placeres es que son inequívocamente reales y, en consecuencia, mientras duran, le proporcionan al hombre un patrón de la realidad" y le indica el proceder diverso que debe seguir para obnubilar al hombre según use el método romántico -contra el que un dolor real puede servir para despertar su yo- o el del Mundo -que debe evitar a toda costa un placer real e imbuir al "paciente" de vanidad, ajetreo, ironía y tedio costoso-. "El hombre que verdadera y desinteresadamente disfruta de algo por ello mismo y sin importarle un comino lo que digan los demás, está protegido, por eso mismo, contra algunos de nuestros métodos de ataque más sutiles", p. 67. Nada más diabólico que la abstracción que nos saca de la realidad. LA AUTORIDAD COMO FACTOR CONSTITUTl\10 DE LA CONCIENCIA.. 377 voluntad, sólo el hecho puede reportarles a la luz de la intelgc~ Si han rechazado el testimonio vivo de su propia palabra interior, ¿qué otra palabra puede persuadirles si no esa elemental, desnuda, inarticulada pero poderosa del hecho mismo?" 175 • Fue Vico, para Capograssi, el gran genio que supo ver en el misterio de la cruz de Cristo la ley de la vida no sólo individual, sino también de la histórica, advirtiendo que la Providencia en la historia es pasión y redención. Si en la base de la vida ve el hoITor de las pasiones y del mal, en la cima ve el retorno de la verdad y del bien. Como Dante, Vico es quien más esperanza tiene frente al enigma del mal y del mundo. No puede no mirar a la realidad sin la esperanza fiTme de la liberación: junto a Dante, él amplía la filosofía de la esperanza hasta comprender toda la filosofía de la historia. La conclusión de toda la historia es para él dolor y esperanza, miseria y misericordia 176 • "La experiencia, siendo para el hombre, pues, fuente de certeza, aumentando su esperanza y quitándole el temor, lo hace más seguro y experto en el obrar" 177 • Aunque hoy "todo conspira para callar de nosotros, un poco como se calla, tal vez, una vergüenza, un poco como se calla una esperanza inefable" 178 y reina la tesis de Hume: '\ve never do one 175. CAPOGRASSI, G., Opere 1, cit., p. 401. 176. CAPOGRASSI, G., Opere 1, cit., p. 401. "Sería preferible que no hubiera necesidad de las catástrofes para entender; pero el hombre está hecho de modo que necesita la terrible pedagogía de la historia. (Lo malo es que es condición necesaria, pero no suficiente, para entender!)", insiste en Opere VI, cit., p. 153. 177. VENTORINO, F., Dalla parte della ragio11e, cit., p. 127. "Experientia facit hominem magis potentem ad operandum, ideo, sicut auget spem, ita diminuit timorem", afirma SANTO TOMAS, Suma Teológica, 1-llae, qu. 42, a. 5, ad 1. "Spei obiectum est bonum arduum possibile adipisci. Potest ergo aliquid esse causa spei, vel quia facit homini aliquid esse possibile, vel quia facit eum existimare aliquid esse possibile. Primo modo est causa spei omne illud quod auget potestatern horninis [... ], etiam experiential, nam per experientiam horno acquirit facultatem aliquid de facili facienti, et ex hoc sequitur spes", ibid., qu. 40, a. 5, c. 178. RILKE, R. M., Elegía, JI, vv. 42-44, en Elegias del Duino, Lumen, Barcelona, 1984. 378 ANA LLANO step beyond ourselves", la realidad vuelve una y otra vez a damos una posibilidad de recomenzar. Posibilidad u ocasión que le es ofrecida, sugerida con suma delicadeza y discreción casi siempre, a la libertad, como un relato de Elsa Morante muestra: "había un miembro de las SS que, por sus delitos horrendos, era llevado al patíbulo un día al alba. Quedaban todavía unos cincuenta pasos hasta el punto de ejecución, que tenía lugar en el mismo patio de la cárcel. En este trayecto, por casualidad, su mirada se detuvo en el muro agrietado del patio, en el que había brotado una de aquellas flores sembradas por el viento, que nacen en cualquier sitio y se alimentan -parecería- de aire y de yeso. Era una florecilla miserable, compuesta de cuatro pétalos violetas y de un par de hojas pálidas, pero en aquella primera luz del día el SS no vio, con su esplendor, toda la belleza y la felicidad del universo y pensó: "Si pudiese volver atrás y detener el tiempo, estaría dispuesto a pasar toda mi vida en adoración ante esa florecilla. Entonces, como desdoblándose, sintió en su interior su propia voz, pero alegre, limpia y, sin embargo, lejana, venida de quién sabe dónde, que le gritaba: "En verdad te digo, por este último pensamiento que has tenido a las puertas de la muerte, te salvarás del infierno". He tardado un poco en contar todo esto, pero en aquel momento tuvo la duración de medio segundo. Entre el SS que pasaba en medio de la guardia y la flor que se asomaba en el muro, había más o menos la misma distancia inicial, apenas un paso. "¡No!" -gritó para sí el SS, dándose la vuelta con furia-. No voy a dejarme engañar por ciertos trucos". Y como tenía las manos atadas, arrancó la flor con los dientes , la arrojó a la tierra, la pisó y escupió encima" 179 • Lo que nos salva del nihilismo es ceder al atractivo de esa flor, de la realidad que nos sale al encuentro reclamando nuestro reconocimiento. Recibir, dejamos sorprender, aceptar nuestra dependencia o rechazar, cerrarnos en nosotros mismos y autoafirrµar- 179. MüRANTE , E. , La storia , Einaudi , Torino, 1974, p. 604-605 . LA AUTORIDAD COMO FACTOR CONSTITUTIVO DE LA CONCIENCIA... 379 nos en una falsa y abstracta autonomía: este es nuestro drama 180 • Porque corregir el voluntarismo que denunciábamos antes exige aprender de nuevo una mirada insistente, atenta y apasionada sobre la realidad a desentrañar, sin censurar ningún dato que ofrezca la experiencia, tampoco la exigencia de sentido, de fundamento. En este tiempo de nihilismo, nuestra mayor urgencia es recuperar el sentido de la realidad, volver a las cosas y dejamos interpelar por ellas 181 • Desde una perspectiva jurídica, recuperar el realismo, frente a todo constructivismo racionalista y al irracionalismo de la fuerza y la arbitrariedad, así como la racionalidad práctica clave de nuestra tradición prudencial romanista, exige, entre otras cosas, replantearse el tema de la autoridad y de la conciencia en el mundo jurídico. Si queremos que el Derecho no sea percibido como fuerza opresora, por muchos cálculos utilitaristas y consensos que pretendan suavizarlo y evitar la resistencia de la conciencia, sino como instrumento de comunicación entre los hombres y los pueblos, como ordenación de la convivencia conforme a la justicia, que da lugar a diversos vínculos y f01mas de obligatoriedad cuya pertinencia existencial o inadecuación pueden discernir los sujetos afectados en primera persona, hay que atreverse a preguntar de nuevo qué autoridad y en viliud de qué puede obligar a un hombre, dotado de inteligencia y libertad, a obedecer cie1ias reglas sin violentarle por ello. "Si el Derecho protege al hombre -escribió Cotta-, es éste, en la lucidez de la propia conciencia, el que da fuerza al Derecho" 182 • 180. "Dall'ignoranza alla certezza c'é un attimo intermedio di prescienza in cui é ancora possibile alla mente di negare l'accaduto", afirma Luzr, M., Libro di lpazia, Rizzoli, Milano, 1978, p. 79. 181. El grito de Husserl sigue resonando hoy, como muestra TERENZI, P. (ed.), 11 pensiero secando, cit., p. 5, aludiendo a una frase de ARENDT, H., Lettera a Kart Jaspers, 11 de giugno 1965, in Carteggio. Filosojia e politica, Feltrinelli, Milano, 1989, p. 218: '"Ser fieles a la realidad de las cosas' es una práctica que requiere humildad y aceptación, una práctica que juzga nuestro mismo amor a la verdad". 182. COTTA, S., Dirito, persona, mondo umano, cit., p. 315, de su trabajo sobre "Manzoni e il diritto". 380 ANA LLANO Capograssi llamó a "proceder a la lenta y dolorosa construcción del mundo humano de la historia; humano, es decir, justo, de una justicia realizada con medios justos, y libre, de una libertad realizada por medio de la libertad": tarea frente a la que nuestra época se encuentra incierta y como en una encrucijada; por un lado le tienta "la aparente y falsa rapidez de la violencia" y, por otro, "se da cuenta de que sólo con la lenta paciencia de una reeducación de la conciencia humana del individuo, llevada a la sencillez vital de sus fines perennes, puede alcanzar su fin''. Y concluye con palabras llenas de peso y una pregunta a la que todos debemos responder en primera persona, porque en la duda que despierta tal interrogante cifra el carácter trágico del presente: "nuestra época somos nosotros. La incertidumbre está en nosotros. Y en sustancia no es otra cosa que cansancio. Es relativamente clara en la conciencia práctica de la humanidad, la dirección hacia la que encaminar su historia si quiere salvarse a sí misma, su vida y las vivendi causas; las intuiciones de verdades que la catástrofe le ha hecho descubrir son ... lecciones de salvación. Pero llevarlas a la práctica, hacerlas pasar a la acción implica fatiga ... toda la fatiga que le cuesta al individuo el mantenerse fiel a su humanidad, el concretar y actualizar en sí su humanidad. Ahora bien, el individuo, este individuo lúe et nunc que cada uno de nosotros es, ¿tiene la voluntad, el ánimo y la fuerza adecuada para cargar con esa fatiga?" 183 • 183. CAPOGRASSI, G., Opere VI, cit., p. 195, en "11 cliritto cloppo la catastrofe". "Lo que por lo común permanece intacto en las épocas ele petrificación y ele ruina predestinada es la propia facultad ele libertad, la capacidad cabal ele empezar, lo que anima e inspira tocias las actividades humanas y es la fuente oculta ele producción ele tocias las cosas graneles y bellas ... [que] "en tales circunstancias, no se experimenta como un modo ele ser... sino como un don supremo que sólo el hombre, entre tocias las criaturas ele la tierra, parece haber recibido", ARENDT, H., Entre el pasado .. ., cit., pp. 181-182. De ahí que sea "un propósito ele realismo, la búsqueda ele lo imprevisible e impredecible, estar preparado para ello y esperar 'milagros' ... ", p. 183.