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UN ABISMO EN TU CEREBRO

2024, Un abismo en tu cerebro

El Gran GAP de las neurociencias es el salto en el vacío que deben dar desde el más alto estudio científico de la composición y funcionamiento del cerebro hasta el más básico de sus resultados: un recuerdo, un pensamiento, una emoción.

UN ABISMO EN TU CEREBRO EL GRAN GAP DE LAS NEUROCIENCIAS Juan Camps 2024 Capítulo 1 - Definiciones Gap es una palabra proveniente del idioma inglés, que, como suele ocurrir, se ha extendido y se usa con el mismo sentido en varios idiomas. En español hace referencia a una brecha, una apertura o un espacio vacío comprendido entre dos puntos de referencia. Puede ser una pequeña separación o un enorme abismo. Veremos a continuación el uso de esta palabra en diferentes disciplinas. 1. – En informática Se aplica en el mundo de los medios de almacenamiento como el espacio que hay en una cinta magnética entre el principio y final de dos bloques de datos. Es una distancia muy importante, porque es la que permite al software de lectura de datos reconocer que un bloque se acabó (y por tanto procesarlo) y esperar el siguiente bloque. También es aplicado, siempre considerando los espacios, a la distancia a la cual un flujo electromagnético es capaz de ser leído o grabado utilizando un determinado cabezal de lectura o de escritura, para poder hacer que la superficie de un disco duro pueda ser grabada o leída, a un cierto nivel de magnetización en la superficie afectada. Esto significa la separación entre la cabeza lectora o escritora y la superficie magnética del disco. También en informática, otra de las acepciones en las que se utiliza este concepto está relacionada a la planificación de sistemas. Contempla los requerimientos y las actualizaciones que deben cumplirse para que un sistema pueda ser aplicado dentro de una compañía, y evaluar si puede o no cumplir con las expectativas y la planificación empresarial luego de su desarrollo. Es allí cuando aparece el Gap Analysis, una herramienta que permite establecer una comparación entre los procesos del mercado, es decir, aquellos que están siendo utilizados en lo que respecta, por ejemplo, a la seguridad informática, con los que estén siendo aplicados en la compañía, estableciendo cuales son las falencias y la brecha que separa a un esquema propio de un estándar pre-establecido. Analizar el gap, significa establecer qué tan lejos está lo que tenemos en la compañía respecto de lo que se usa en el mercado. Existe una gran cantidad de análisis y evaluaciones que se tienen en cuenta para ello, por lo que para este caso, se marcará una diferencia entre el objetivo y lo que se tiene en el momento del análisis. Se deberá contemplar cuáles son los requisitos de negocio que debe tener el sistema de la compañía, mientras que se toma como punto de partida los que actualmente se tienen, obteniendo un estudio comparativo, una evaluación del Gap Esta evaluación debe ser documentada y tendremos que tener en cuenta que el resultado, luego de su aprobación, determinará el Gap Analysis o la brecha que existe entre las demandas del mercado y las aptitudes que se tienen. Nota 1 Una Brecha, una Apertura, una Distancia… Personalmente, me gusta mucho su empleo para definir la distancia entre las expectativas y la realidad. La brecha entre lo que el cliente espera o desea o cree que el programa hace (o se le prometió) y lo que el programa realmente hace. 1 Fuente http://www.mastermagazine.info/termino/5108.php Las razones por las que aprecio especialmente esta definición resultarán explicadas al final de este capítulo. Pero puedo ir dejando algunas indicaciones como para que vayan guardando en memoria estos conceptos: Es una distancia entre algo ideal y algo real. La brecha entre lo que necesitamos y lo que tenemos. Entre lo que esperamos y lo que realmente conseguimos. 2 – En la bolsa de valores En este ambiente, un gap es un hueco existente en el gráfico entre dos velas consecutivas, es decir si hablamos de un gap bajista sería el hueco entre el mínimo del día anterior y el máximo del día siguiente. La palabra “hueco” se refiere a la distancia que se deja en el gráfico diario, el espacio vacío que queda sin cubrir por el precio. Estos huecos pueden ser hacia arriba o hacia abajo y se dan en mayor o menor medida en todos los valores del mercado. Nota2 Buscamos información en internet para intentar explicar mejor el GAP en las cotizaciones de los valores en la bolsa: 2 Fuente: http://esbolsa.com/blog/analisis-tecnico/gap/ “La mayoría de los nuevos inversores que se topan con un gap por primera vez, piensan que se trata de algún error de su corredor, porque desconocen que el “Océano Bursátil” en el que nos movemos tiene sus mareas, tormentas, olas y corrientes. En la Bolsa, como en el mar, debemos tener en cuenta estos movimientos a la hora de sumergirnos en ella, porque aunque nosotros necesitemos dormir, descansar y desconectar, el mercado continúa su movimiento las 24 horas al día, los 365 días del año. ¡No se toma vacaciones! Y lo que hoy es un día soleado y tranquilo, mañana se transforma en una auténtica cocina del infierno, donde los pececitos, si no tienen cuidado y no se protegen, son devorados por los grandes tiburones sin miramientos.” Como se ve, una explicación confusa, con lindas metáforas pero que no aborda la causa real del gap. Nuevamente Hueco, Distancia… Bien, nada nuevo, todos sabemos lo que significa la palabra en el diccionario inglés. Pero lo interesante de este uso en las gráficas de valores de las acciones (esas “velas”) es su calidad de Inexplicable, de algo que existe, sin que se pueda explicar cómo, ni por qué. Solo hay que aceptar que está ahí. 3 – En la Biblia En la Biblia no pasé de la lectura del Génesis y el Éxodo. Nunca los interpreté muy al pie de la letra. Más bien los veía como narraciones mitológicas similares a la Ilíada o la Odisea. Pero buscando por todos lados usos de la palabra GAP, en el idioma español, me encontré con que los estudiosos de las enseñanzas bíblicas y los que SÍ la toman al pie de la letra estudian un vacío entre los versículos 1 y 2 del Génesis. Veamos de qué se trata. ¿Qué es la teoría del Gap? ¿Sucedió algo entre Génesis 1:1 y 1:2? Génesis 1:1-2 declara: (1) “En el principio creó Dios los cielos y la tierra.” (2) “Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.” La Teoría del Gap (o teoría del lapso), es la opinión de que Dios creó una tierra totalmente funcional, con todos los animales, incluyendo a otras criaturas que sólo conocemos por registros fósiles. Entonces, la teoría sigue, algo sucedió que destruyó completamente la tierra –algunos especulan que fue la caída de Satanás a la tierra –al punto de que la tierra se volvió informe y vacía. A este punto, Dios comenzó todo de nuevo, recreando al mundo en su forma de paraíso como se describe después en Génesis. Hay demasiados problemas con esta teoría para describirlos adecuadamente en este artículo, el menor de los cuales es que si algo importante hubiera ocurrido entre los dos versos, ¿no nos lo habría dicho Dios? ¿O nos dejaría especular en ignorancia acerca de eventos tan importantes? Segundo, Génesis 1:31 dice que Dios declaró que Su creación “era buena,” lo que ciertamente no hubiera podido decir si el mal ya hubiera entrado al mundo por medio de la caída de Satanás en el “gap”. Siguiendo la misma línea, si el registro de fósiles es la explicación por los millones de años del gap, eso significa que la muerte, la enfermedad y el sufrimiento, fueron comunes muchas edades antes de la caída de Adán. Pero la Biblia nos dice que fue el pecado de Adán lo que introdujo la muerte, la enfermedad y el sufrimiento a toda vida, especialmente la humana: “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte”…) ¿Cómo pudo existir muerte antes de Adán? Nota 3 Brecha, Lapso, Distancia, Hueco, Ausencia de explicación… todos los componentes que ya conocemos. 3 Fuente: https://www.gotquestions.org/Espanol/teoria-del-gap.html En esta acepción lo que me gusta es el Misterio y la Especulación, los siglos de intentos de rellenar ese GAP y especialmente el hecho de que aparezca nada más y nada menos que entre el primer y el segundo versículo de la Biblia. Casi como quien dice, desde el origen de los tiempos. Entre la primera y la segunda frase del libro más antiguo y más publicado de toda la historia de la humanidad. Es importante que exista toda una “Teoría del GAP” en el estudio de la Biblia y que se prefiera el uso de la palabra Gap, en español en vez de la palabra Lapso. 4 – En la filosofía Se considera, de algún modo, como los más antiguos pilares de la filosofía, los pensamientos y argumentaciones de Aristóteles y Platón. Para Aristóteles, precursor de la teoría del conocimiento, todo conocimiento nace de la experiencia sensible, la experiencia que obtenemos a través de los sentidos, del contacto con la realidad (empirismo). No podemos tener conocimiento del mundo si no tenemos contacto directo con él. Para Platón, primero surge la Idea y luego los objetos del Mundo Sensible, mientras que para Aristóteles vienen estos objetos previamente a las Ideas, este es un concepto que los seres humanos hemos formado a partir de la experiencia sensible. Nota 4 La “verdad más firme” de la filosofía. La locución latina «cogito ergo sum», que en español se traduce frecuentemente como «pienso, luego existo», siendo más precisa la traducción literal del latín «pienso, por lo tanto soy», es un 4 Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Epistemolog%C3%ADa planteamiento filosófico de René Descartes, el cual se convirtió en el elemento fundamental del racionalismo occidental. «Cogito ergo sum» es una traducción del planteamiento original de Descartes en francés: «Je pense, donc je suis», encontrado en su famoso Discurso del método (1637). La frase completa en su contexto es: Pero enseguida advertí que mientras de este modo quería pensar que todo era falso, era necesario que yo, quien lo pensaba, fuese algo. Y notando que esta verdad: yo pienso, por lo tanto soy, era tan firme y cierta, que no podían quebrantarla ni las más extravagantes suposiciones de los escépticos, juzgué que podía admitirla, sin escrúpulo, como el primer principio de la filosofía que estaba buscando. Nota 5 Es muy bueno que no saquemos de contexto esta famosa locución. ¿Ven al GAP en ese párrafo del Discurso del Método? La distancia entre todo lo que puede ser falso, (TODO, en principio, puesto que lo que llamo “realidad” es mi pensamiento, y todo mi pensamiento puede ser falso, solo idea, solo carga eléctrica en un grupo de neuronas) y la realidad, la certeza de mi existencia el “generador” de esos pensamientos. Aunque todo lo que creo real sea falso, solo creado por mis pensamientos, puedo tener al menos la seguridad de mi existencia, pues yo soy el que los crea, el que los piensa. Este GAP me encanta, está representado solamente por la palabra “ergo”, “por tanto”, “en consecuencia”, o “luego”, como se ha traducido a menudo. Y me gusta, especialmente como Descartes “admite, sin escrúpulos”, explícitamente, ese gap, ese vacío, esa distancia, como 5 Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Cogito_ergo_sum un AXIOMA, simplemente rellenándolo con una palabrita: Pienso, luego existo. En breve veremos científicos que ni siquiera lo rellenan. Hay un dibujo de Quino (genial, como siempre) donde se ve a Descartes de pie, en una vieja casa, diciendo su famosa frase: “Pienso, luego existo”. En el siguiente cuadro unos obreros de construcción con una escalera pasan a través de él, sin siquiera percatarse de que está ahí. En el tercero el fantasma de Descartes, se mira, mira a los obreros y en el cuarto, con expresión compungida dice: “Bueno, pero pensar, pienso”. Otro genio de la filosofía como Joaquín Lavado, Quino, nos muestra en qué consiste el GAP y por qué es tan complicado de definir. Porque una idea, un pensamiento, es como un fantasma… ¿Existe? 5 – En la epistemología. La teoría del conocimiento, la filosofía de la ciencia. Desde los antiguos pilares de la filosofía y la teoría del conocimiento hasta los más modernos epistemólogos, se ha vivido discutiendo sobre la validez del conocimiento humano. Se han establecido reglas, bases, principios que el conocimiento debería respetar para ser tenido en cuenta, para ser considerado un verdadero saber científico. Se adoptaron definiciones algunas muy simples, otras más grandilocuentes; algunas más complicadas, otras más claras. El objetivo: establecer una certeza en la que todos estuviéramos de acuerdo y que posibilitara la construcción de todo un enorme conocimiento sobre cualquier tema. Una de las definiciones más claras, establece que la ciencia es todo conocimiento ordenado y sistemático sobre un objeto real. La ciencia (del latín scientĭa ‘conocimiento’) es un sistema ordenado de conocimientos estructurados. Los conocimientos científicos se obtienen mediante observaciones y experimentaciones en ámbitos específicos sobre un objeto real. A partir de estos se generan preguntas y razonamientos, se construyen hipótesis, se deducen principios y se elaboran leyes generales y sistemas organizados por medio de un método científico. Existe, entonces, un criterio para establecer qué es una ciencia. Requiere un método, una estructura y un objeto. En esta definición vemos que el “objeto” del conocimiento debe ser algo “real”, lo que es crucial. Durante siglos se discutió si la matemática podría ser una ciencia, puesto que carecía de “objeto real”. Estudia los números, ¿verdad? Y los números no existen en la naturaleza. No vemos números saltando y corriendo, o girando alrededor del sol, o infectando nuestros cuerpos. Solo están en nuestra mente. Entonces, la matemática ¡no es una ciencia!, listo, se acabó… Cuando puedan capturar un número vivo, en la selva o en la pradera, o verlo con un telescopio o un microscopio, vuelvan y hablaremos. Veamos que dice a esto nuestra amiga la Wikipedia: Las matemáticas o la matemática (del latín mathematĭca, y éste del griego μαθηματικά, una ciencia derivado formal que, de partiendo μάθημα, ‘conocimiento’) de axiomas y siguiendo es el razonamiento lógico, estudia las propiedades y relaciones entre entidades abstractas como números, figuras geométricas o símbolos. La matemática en realidad es un conjunto de lenguajes formales que pueden ser usados como herramienta para plantear problemas de manera no ambigua en contextos específicos. Por ejemplo, el siguiente enunciado podemos decirlo de dos formas: X es mayor que Y e Y es mayor que Z; o forma simplificada podemos decir: X > Y > Z. Este es el motivo por el cual las matemáticas son tan solo un lenguaje simplificado con una herramienta para cada problema específico. ¿Ciencia formal? ¿Qué es eso? Entonces, ¿Es Ciencia o Herramienta? Las ciencias formales son conjuntos sistemáticos de conocimientos racionales y coherentes, (por lo que su objeto de estudio no es el mundo, ni la realidad físico-natural, sino formas vacías de contenido) pero cuyos conocimientos pueden ser aplicados a dicha realidad físiconatural. El método propio de las ciencias formales es el método deductivo. O sea que tiene todo lo necesario para ser una ciencia, excepto el objeto real (salvo que consideremos a los números reales, claro) (Eso fue un mal chiste, disculpen). Pero era tan obvio, para todo el mundo, que la matemática era una CIENCIA, así con todas sus letras mayúsculas, que se preocuparon por tratar de darle un objeto real. Y apareció entonces el grupo Bourbaki. https://es.wikipedia.org/wiki/Nicolas_Bourbaki Nicolas Bourbaki es el nombre colectivo de un grupo de matemáticos franceses que, en los años 1930, se propusieron revisar los fundamentos de la matemática con una exigencia de rigor mucho mayor que la que entonces era moneda corriente en esta ciencia. Fundado el grupo en 1935, inició la publicación de sus monumentales Elementos de matemática de acuerdo con el nuevo canon de rigor y el método axiomático, pretendiendo cubrir las bases de toda la matemática. Básicamente se estableció que el “objeto real” de la matemática son ciertas relaciones entre objetos físicos que se pueden apreciar en la realidad. Ocurre que como todos captamos esas relaciones desde antes de poder expresarlas verbalmente, se nos han “introyectado” y desde que tenemos uso de razón las manejamos como ideas abstractas, pero no; están ahí afuera, en la realidad, constituyen pues un objeto real de estudio. Esto convierte a la Matemática en una verdadera Ciencia. Ahora sí. ¡Tomá pa’ vo’! (o... Prenez vous!, mejor). Entonces el número existe en la naturaleza, se puede capturar, es real. Se llama “relación de agrupación”. Uno es algo aislado, cualquier objeto sólo, la unidad, Dos es otro igual a su lado, agrupamos objetos, y así surge la teoría de los números. Luego está la “relación de orden”, también un objeto natural que la matemática estudia. Dos es mayor que uno; y un montón, es mucho más. Y cuando son un montón, imponen su orden, como enseña la historia. Difícil encontrar algo más “real” que eso. Y finalmente las relaciones topológicas, también existentes en la realidad y son la base de toda una rama matemática que va desde las nociones más simples de la teoría de conjuntos, hasta las más complejas topologías algebraicas. Se basan prácticamente en la relación entre lo que está adentro y lo que está afuera, en la relación de “pertenencia”. - Este montón es mío, me pertenece y yo ordeno que la Matemática es una ciencia. ¿Está claro? ¡Ahora sí! Bien. El caso es que otros no tuvieron tanta suerte. Hay grandes desarrollos sistemáticos, estructurados, metodológicos, que no se consideran ciencia por falta del “objeto real” que estudiar. Así, por ejemplo la Parapsicología. Bueno, en realidad incluso la Psicología, como veremos en breve. La Astrología. Cuidado, no la Astronomía, que estudia los astros, sin la que estudia cómo los astros influyen sobre nuestra personalidad y nuestro destino, según el lugar, fecha y hora de nuestro nacimiento. La Homeopatía. Y tantas otras construcciones enormes de conocimiento, agrupadas bajo la peyorativa denominación común de Pseudociencias. https://es.wikipedia.org/wiki/Pseudociencia Para abordar la definición científica de Psicología recurrimos nuevamente a la Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Psicolog%C3%ADa La psicología (literalmente «estudio o tratado del alma»; del griego clásico ψυχή, transliterado psykhé, «psique», «alma», «actividad mental», y λογία, logía, «tratado» o «estudio») es, a la vez, una profesión, una disciplina académica y una ciencia que trata el estudio y análisis de la conducta y los procesos mentales de los individuos y grupos humanos en distintas situaciones, cuyo campo de estudio abarca todos los aspectos de la experiencia humana y lo hace para fines tanto de investigación como docentes y laborales, entre otros. Existen diversas perspectivas psicológicas, cada una con sus propias teorías y metodologías, y en comparativa pueden coincidir, influirse, solaparse o incluso ser contradictorias e incompatibles; esta variedad da pie a múltiples acepciones y abordajes. Algunos enfoques —como en el humanismo— consideran que el método científico no es adecuado para investigar la conducta; otros tales como el conductismo lo emplean para comportamientos observables que pueden ser objetivamente medidos. Por medio de sus diversos enfoques, la psicología explora conceptos como la percepción, la atención, la motivación, la emoción, el funcionamiento del personalidad, las cerebro, la inteligencia, relaciones el pensamiento, personales, la la conciencia y la inconsciencia. La psicología emplea métodos empíricos cuantitativos y cualitativos de investigación para analizar el comportamiento. También se pueden encontrar, especialmente en el ámbito clínico o de consultoría, otro tipo de métodos cualitativos y mixtos. Mientras que el conocimiento psicológico es empleado frecuentemente en la evaluación o tratamiento de las psicopatologías, en las últimas décadas los psicólogos también están siendo empleados en los departamentos de recursos humanos de las organizaciones, en áreas relacionadas con el desarrollo infantil y del envejecimiento, los deportes, los medios de comunicación, el mundo del derecho y las ciencias forenses. Aunque la mayor parte de los psicólogos están involucrados profesionalmente en actividades terapéuticas (clínica, consultoría, educación), una parte también se dedica a la investigación, desde las universidades, sobre un amplio rango de temas relacionados con el comportamiento y el pensamiento humano. Menudo problema… Al final… ¿Es una ciencia o no? Es un conjunto ordenado y sistemático obtenido con un método científico sobre… ¿qué?... ¿Cuál es el objeto de su estudio? ¿el “alma”, la emoción, la conciencia? Nuevamente acá el objeto de estudio determina si la Psicología es o no una ciencia. No nos dejemos atrapar por la etimología de la palabra “estudio del alma”. Si estudia el comportamiento humano como un objeto real medible, experimentable, entonces sí, es una ciencia. Si estudia los procesos mentales como el pensamiento, la conciencia, la emoción, la personalidad, los recuerdos, las percepciones, la inteligencia; estamos en problemas, esos no son objetos “reales”, existentes en el sentido aristotélico de algo tangible, medible, observable. Sin embargo, todo el mundo sabe lo que es un recuerdo, una percepción, un pensamiento, una emoción. Y sabemos que EXISTEN, que son reales. Bueno, no es tan sencillo. Parece que existen una serie de excitaciones eléctricas en nuestro cerebro, que se pueden captar, grabar, medir, hasta podemos ver en una pantalla, qué partes del cerebro se “iluminan” o se “encienden” cuando pensamos algo. Pero no podemos ver, o medir el pensamiento. Ni siquiera sabemos si lo que se ve en la pantalla es causa o efecto de ese pensamiento. O quizá hasta ocurre en paralelo sin que haya una relación causal. Pero somos científicos. No estudiamos Teología. No queremos conocer el alma humana y su origen divino. ¡NO! Estudiamos el cerebro humano y sus funciones, cuyo resultado son los pensamientos, los recuerdos, las emociones. El problema es que es un órgano muy complejo, pero muy, MUY, MUUUUYYYY complejo. Para que tengan una idea hay muchas más células en el cerebro de un solo hombre, que estrellas en la galaxia. Y lo que queremos estudiar es el resultado del funcionamiento de todo ese enorme complejo. Para mejor complicar las cosas, el que lo estudia es justamente un cerebro, y lo que elabora: el conocimiento sobre el funcionamiento del cerebro, es también el resultado de su propio funcionamiento. O sea que el cerebro es un órgano que intenta conocerse a sí mismo. Tal lo que expresa magistralmente el Dr. Facundo Manes en su libro: Usar el cerebro. Empieza por aclarar que “aunque sabemos mucho de procesos específicos… todavía no hay una teoría general del cerebro que explique su funcionamiento general, ni sabemos cómo las neuronas y sus conexiones dan lugar a ese proceso íntimo, personal, subjetivo que es propio de cada uno de nosotros al experimentar o vivir una situación dada” (las negritas son mías) Ahora el problema es ¿Cómo puede una ciencia o conjunto de ciencias tener como objeto de estudio algo “íntimo, personal, subjetivo, propio de cada uno”? ¿Ven el problema? ¡¿Dónde queda el requisito de que el objeto de estudio sea algo real y objetivo, medible, experimentable?! Esos procesos, el resultado del funcionamiento del cerebro, es lo que llamamos la MENTE humana. A lo que otros llaman “alma”. Pero sin embargo ambos conceptos se componen de algo tan irreal, subjetivo inmedible, como pensamientos, recuerdos, sentimientos, razones. Solo que parece más científico hablar de Mente y Cerebro, que de Alma o Espíritu y Cuerpo. Sobre todo porque, al cerebro sí lo podemos medir, pesar, escanear, y cuando está fuera de funcionamiento, analizar químicamente, observar al microscopio, disecar, etc. Y si encima pedimos ayuda a la neurología, a la endocrinología y a la bioquímica para entender esto del funcionamiento de la mente humana, aterrizamos en las modernas neurociencias, o también psiconeuro-bio-endócrino-inmunología. Aquí el GAP está entre la primera y la segunda partícula de la complicada palabrita. Como saltar del objeto inmaterial y subjetivo que estudia la psicología a los objetos reales y materiales de la neurología, la biología o la bioquímica, la endocrinología, el sistema inmunológico… Hasta que por fin llegamos a ver dónde está ese Gran GAP, ese abismo en tu cerebro, que hemos estado buscando definir desde el inicio de este libro. 6 – En las modernas neurociencias Es muy común referirse a esta actividad o esta rama del conocimiento humano en plural, porque como acabamos de ver involucra muchas ciencias. Y no solo las ya mencionadas. Hay muchas más ciencias y disciplinas que aportan a la enorme tarea del cerebro de conocerse a sí mismo. Desde la antropología, la lingüística, la historia, la geografía, la matemática, la física y la química, obviamente, la medicina, hasta la informática. Se reciben aportes hasta de la zoología y la botánica. Todo ayuda… “Cualquier monedita sirve”. En particular, disciplinas del pensamiento, como la filosofía y la teoría del conocimiento, tienen mucho que aportar. Personalmente creo que uno de los mayores aportes que pueden hacer es a reconocer que en la tarea del autoconocimiento existe un enorme GAP a rellenar y que ese hueco, ese vacío, esa distancia, esa apertura, esa brecha que yo llamo abismo se encuentra precisamente en los diferentes tipos de objetos de estudio de la Psicología y el resto de las neurociencias. Mientras que el objeto de estudio de una es inmaterial, subjetivo, inasible, inmedible, los objetos de estudio de todas las demás son materiales, objetivos, reales, experimentables. ¿Cuál es ese GAP, ese abismo en tu cerebro? Es justamente lo que hay entre un “recuerdo” y un grupo de neuronas y su actividad electroquímica. Un “pensamiento” y el sustrato físico y químico que lo genera. Un “sentimiento” y toda una situación neurobio-química y endócrina que lo provoca. Ya nadie duda de que los procesos físicos (eléctricos, especialmente), químicos y fisiológicos, perfectamente medibles, observables, objetivos son los que causan eso que en nuestro fuero interno vivimos como un “recuerdo”, un “pensamiento”, un “sentimiento”. En este sentido son invalorables los libros del Dr. Álvaro Lista Varela, “Ciencia de la Felicidad” y “Ciencia de la Depresión”. ¿Notan le belleza de esa yuxtaposición de términos?... Nuevamente el GAP en una sola frase. Es especialmente imprescindible el modelo de capas que el Dr. Lista utiliza, tomado de su amplia experiencia informática. En informática es muy común esquematizar sistemas complejos recurriendo a dibujos de capas superpuestas. En ocasiones incluso yuxtapuestas. Cada capa se ocupa de una particular tarea puntual y recibe o entrega a las otras capas con las que está en contacto un resultado de su tarea que (obviamente) depende de los objetos que haya recibido de las otras. Cuando una capa realiza un trabajo muy complejo, suele dividirse en otras, ya sea sucesivas, cuando cada una hace una porción menor del trabajo y la entrega a la otra “sub-capa”, o paralelas, cuando cada una se encarga de una parte del trabajo y entre todas logran un objetivo que permite pasar a la capa siguiente. En el siguiente esquema vemos a que nos referimos en informática con el modelo de capas de desarrollo. https://es.wikipedia.org/wiki/Programaci%C3%B3n_por_capas O también la famosa y mundialmente conocida estructura de 7 capas del modelo OSI para el protocolo de comunicaciones de Internet: Claro, que como esto es un modelo que se usa para entender la realidad, o para explicarla, y también hay realidades bastante más complejas, un modelo puede complicarse tanto como se necesite: Con capas dentro de capas, contactos laterales, agrupaciones, capas formadas por capas, etc. etc. etc. Existen en estos modelos dos importantes aspectos que me interesa especialmente destacar. Y para eso me voy a basar en el conocido modelo OSI. Cada capa dentro de un sistema, solamente puede comunicarse, “dialogar” con su capa adyacente, superior o inferior; con aquellas con las que está en contacto. Sin embargo, cuando dos sistemas diferentes “dialogan” entre sí, la información parece fluir de una capa del primer sistema a su homóloga del segundo. Cuando en realidad las únicas capas que “verdaderamente” se “tocan” son las capas físicas de cada sistema que comparten un medio físico común (el cable, la fibra, o la onda WiFi), en realidad cada capa de cada sistema parece estar comunicándose con su capa correspondiente del otro sistema con el que está “dialogando”. El verdadero “dato” fluye por las flechas azules, aunque el “diálogo” se produce entre capas homólogas como si ocurriera por las rojas. Esto es así porque se usa un sistema de encapsulado del “dato” a transmitir que hace que cada capa solo sea capaz de entender aquella porción de la información que va dirigida específicamente a ella. Y también recibe las instrucciones sobre qué hacer con el resto de la información, la “cápsula” destinada a la siguiente capa. El segundo aspecto interesante es que a nivel de cada capa (y aún más arriba) se maneja algo que se llama “información” y que en realidad no es un objeto real. Puede ser por ejemplo un nombre: “mesa” o un número: 12. Pero esta información solo tiene sentido para la capa que la decodifica. A partir de ahí cada dato solo es un “paquete” que debe ser “encapsulado” y entregado a la capa inmediata. Su contenido ya no importa, su sentido de “información” se perdió apenas la Aplicación, adquirió el dato, le dio una Presentación, y en el marco de una Sesión de trabajo, lo preparó para ser Transportado a través de una Red, por medio de un Enlace de datos que se establece usando un medio Físico de comunicaciones. Aquí no hay GAP, no hay huecos, no hay espacios vacíos, ni distancias inexplicables. Nuestro “dato”, termina convertido en una serie de pulsos electromagnéticos en un medio físico. Esos pulsos provocan exactamente las mismas alteraciones en la capa física del otro sistema y así la “mesa” o el 12, “viajan” de una aplicación a otra. Cuando la otra aplicación recibe el dato, ella entiende exactamente lo que le quisieron decir. Ya sea que es la Mesa 12, o que la mesa es el artículo número 12 o que la mesa tiene doce patas, o lo que sea que ambas aplicaciones se estén comunicando. Algo similar pasa cuando uno recupera un dato almacenado en un medio físico cualquiera, un disco duro, una memoria de pendrive, o incluso hasta un libro. Hay una “codificación” y una “decodificación”. Existe un criterio, unas instrucciones, una norma, para codificar la información de modo que pueda ser almacenada o transmitida (o ambas) y luego recuperada y entendida. Este es el GAP del que venimos hablando. El hueco, el vacío, está en averiguar cuál es el método, la forma de codificar la información que usa nuestro cerebro. Si yo le digo la palabra “mesa”, alcanza con que usted conozca mi idioma y de inmediato recupera de su memoria imágenes de distintos tipos de mesas. ¿Cuál es el medio físico en el que tiene almacenadas esas imágenes? ¿Guardadas con qué clase de código? Seguramente estarán asociadas a otros recuerdos. Las neurociencias saben eso. Ningún recuerdo es “químicamente puro” y aislado. Y usted verá la mesa principal de su fiesta de bodas, la mesita en la que hacía sus deberes de niño, la mesa donde su madre amasaba aquellas tortas fritas. Los recuerdos suelen asociarse más fácilmente a emociones. O la mesa del comedor de su casa, la mesa del café de la esquina. O quizá es un mozo de restaurante y ubica exactamente cada mesa en su lugar en el comercio en que trabaja. Todo este proceso mental de evocación de un recuerdo significa acceder a una cierta porción del cerebro donde una información está almacenada (¿podría ser, por ejemplo, en forma de proteínas?); leer (¿romper?, ¿consumir proteínas?) de modo que estas provoquen un cierto efecto electroquímico que excita ciertas otras neuronas de exactamente el mismo modo que se excitaron cuando se grabó esa información y entonces causan esa experiencia subjetiva, inmedible, irreal que llamamos recuerdo. Pensemos un momento las implicaciones de todo esto. En esta frase, el propio Descartes nos ilustra la comunicación entre capas del modelo OSI. La mente del pasado, pensó y elaboró razonamientos que luego codificó en letras que dibujó sobre hojas de papel. La mente de hoy, toma el medio físico (el libro) y al decodificar esa escritura recibe los pensamientos, razonamientos o emociones del escritor. Se crea la ilusión de una conexión entre mentes, cuando en realidad lo que existe es una conexión entre capas descendentes, del lado del escritor, hasta llegar al libro (sustrato físico, capa de permanencia) y luego una conexión ascendente en el lector desde la excitación de las células de los ojos, que generan la corriente necesaria para que captemos la escritura, luego la búsqueda en áreas de nuestro cerebro, de lo necesario para entender esos signos y finalmente la evocación de recuerdos, la creación de imágenes nuevas, o pensamientos nuevos, la decodificación o desencapsulado de los conceptos del escritor. Capítulo 2 - Grandes preguntas En el capítulo anterior creemos haber dejado claramente demostrada la existencia de un hueco en la investigación científica, al que llamamos el gran GAP, el abismo en tu cerebro. Ese gap es el salto en el vacío que la filosofía y todas las ciencias dan cuando intentan explicar cualquiera de las funciones del cerebro, que tengan que ver con lo que se llama la mente humana. Casi todas las funciones, en realidad, salvo quizá ciertos controles automáticos y totalmente inconscientes que caen en el área de la neurología, la bioquímica y biofísica, la endocrinología, el sistema nervioso y el sistema inmune. Es el pasaje de una teoría científica, lograda con un método científico, por medio de la observación sistemática, sobre un objeto real: el cerebro; cuyo resultado es un objeto NO real: un proceso mental; un recuerdo, un pensamiento, una sensación, hasta un sentimiento. En este capítulo intentaremos identificar las grandes preguntas que deberíamos plantearnos. Las que no solo están sin respuesta, sino que muchas veces ni siquiera se han planteado concreta y correctamente las preguntas mismas. Para empezar por lo más básico: un recuerdo puntual. Todos sabemos qué es un recuerdo ¿Verdad?... Pues no, no es así. Todos hemos experimentado un recuerdo, pero no sabemos QUÉ ES un recuerdo. Podemos ver qué áreas del cerebro se iluminan de actividad electronerviosa durante el proceso de recordar algo. A través del estudio del cerebro de animales de laboratorio, hemos logrado identificar componentes químicos que casi seguramente intervienen en la formación de recuerdos. Se logran aislar y al transferirlos a otro animal, notamos que este parece “recordar” cosas que nunca conoció. De su comportamiento de temor ante un sonido para el que no estaba entrenado a reconocer, o de su facilidad para recorrer un laberinto por el que nunca había transitado, deducimos que algo de la memoria del animal anterior se transfirió al nuevo, en esos compuestos químicos inyectados. Pero estamos muy lejos de saber si eso es un recuerdo. Por la sencilla razón de que el recuerdo está del otro lado del GAP, pasando el abismo. Lo que observamos es comportamiento. Eso sí es real, medible, verificable. ¿Qué es lo que ocurre en la “mente” del ratón? No lo podemos saber. Si “recuerda” un dolor o un camino o si actúa de forma automática, como por reflejo condicionado, es un misterio. El problema es que el recuerdo es la base de todo el funcionamiento de la mente. Es el principio, el apoyo, el ladrillo básico con el cual se construyen todos los demás procesos mentales. La forma como comenzamos a aprender, apenas empezamos a usar nuestro cerebro, incluso dentro del útero materno es a través de fijar recuerdos. La reiteración de estímulos es la manera como la naturaleza programa el cerebro. Pero ese “programa” que asocia un estímulo a algo que nos interesa obtener o evitar, debe ser “recordado”, guardado de algún modo en algún lugar del cerebro. Nótese la estrecha relación entre las palabras “recordar”, “registrar”, “grabar”, especialmente en el idioma inglés. Para guardar un recuerdo, se debe hacer una codificación sobre algún soporte físico. Y dado que todos los seres vivos estamos compuestos de Carbono, Hidrógeno, Oxígeno y Nitrógeno, que componen todas las moléculas de la química orgánica, es bastante razonable pensar que el soporte físico sobre el que se graba la información que guardamos en el cerebro, es alguna molécula orgánica. Bueno, en realidad un conjunto posiblemente muy grande de compuestos. Seguramente especializados. Algunos guardan un tipo de recuerdo, otros otro, no lo sabemos. Una serie de lindas preguntas a plantearse: ¿Será posible identificar en qué tipo de moléculas se guarda qué tipo de información? ¿Dónde se guarda un recuerdo olfativo? ¿Dónde un recuerdo visual, o sonoro? Enseguida nos preguntaremos por qué se prefieren ciertos sustratos para ciertos tipos de recuerdos. Porque eso puede arrojar luz sobre cómo se codifican y decodifican los distintos tipos de recuerdos. Aquí estamos hablando de recuerdos según su procedencia, según de qué sentido provienen. Pero también existen otras clasificaciones muy útiles y bien estudiadas por las neurociencias, según su horizonte de permanencia, por ejemplo, la memoria de corto plazo y la de largo plazo, la memoria operativa y la memoria de soporte. Actualmente esta clasificación usa otros términos más adecuados a la tarea que cada “capa” realiza: Memoria de trabajo o inmediata, que maneja información por algunos segundos o minutos. Memoria de largo plazo que preserva o almacena (y recupera) información de varios días a años. Memoria prospectiva, donde se guardan (recuerdan, registran) pensamientos que tienen que ver con el futuro. Seguramente estarán sobre soportes diferentes. Como en informática, la RAM y el disco duro. Notaremos que una es más “energética”, consume más recursos, es más “cara” en términos de lo que cuesta mantenerla, mientras que la otra es más estable, durable y está sobre un sustrato más “barato” de mantener o de mayor disponibilidad. Y habrá que estudiar los procesos por los cuales un tipo de memoria se transforma en la otra. Cómo un recuerdo reciente se “fija”. Y también como se pierde, se “olvida”. Y cómo, a veces parece que se pierde, pero está ahí en algún lugar causando un gran daño en nuestro comportamiento, aunque no podamos evocarlo a no ser bajo ciertas circunstancias. Todo esto nos indicará también la manera como se decodifican los recuerdos. Esos conjuntos de moléculas que “contienen” el recuerdo almacenado, deberán pasar por un proceso que transitoriamente llamaremos de “lectura”. Este proceso muy probablemente genera los mismos estímulos (que originalmente provenían de “afuera”, desde los sentidos), pero ahora desde “adentro”, liberando los mismos químicos, excitando similares grupos de neuronas, generando similares niveles de energía en ciertos centros nerviosos. El Dr. Manes expresa en su libro ya citado este proceso crucial, en una sola frase que creo que es imposible formularla mejor, por lo que la citaré textual: “Para que exista un proceso eficaz de aprendizaje, lo que se necesita es que la memoria cumpla con su rol clave, es decir, la posibilidad de persistencia de ese conocimiento para que la información sea conservada y recuperada más tarde cuando se la necesite”. Nuevamente las negritas son mías. Y continúa “La historia misma de cada uno de nosotros puede leerse en clave del conocimiento adquirido para adaptarse a situaciones nuevas por el hecho de haber conocido (y procesado [y almacenado]) situaciones viejas. Eso es aprender y solo es posible por obra de la memoria.” En esta frase son mías las negritas y la expresión entre paréntesis rectos. Como vemos está perfectamente asumido que hay algo que se almacena, se persiste, y que es fundamental poder recuperarlo para la supervivencia del ser humano como individuo y como especie. Sé que no es el sentido de la segunda frase, pero se asume también que nuestra propia historia puede leerse conociendo la clave, yo diría el código, con que se almacenaron esos recuerdos. ¿No será por tanto de una importancia crucial destinar esfuerzos científicos a determinar cuál es ese código y en que soporte físico se almacena? Parece obvio que no es algo tan simple como un código binario. Ni siquiera como el cuaternario ACTG del genoma, lo que explica la enormidad del gran GAP, del abismo. Los neurólogos también hablan de circuitos. Cada una de nuestros miles de millones de neuronas tiene miles de conexiones con sus vecinas. Eso eleva el posible número distinto de conexiones activas a billones. Si creemos que la manera, el sentido en el que un cierto impulso recorre esos circuitos, activando a su paso ciertos químicos que generan energía que se dispara en otros muchos sentidos, eso puede ser un “código”, un modo de fijar o evocar un recuerdo, entonces el tema se complica aún más. Ya no alcanza con identificar el soporte físico, el componente “material” del código, puede haber también un componente dinámico, un recorrido de un circuito, determinado, involucrado en el proceso. Algo que haga de ese proceso un tema muy personal, único de cada individuo; como la manera de hablar o de expresarse que es propia de cada uno, aunque compartamos ciertas reglas comunes. Esto implica que la memoria puede no tener exclusivamente un sustrato material, una o más moléculas donde se codifique un recuerdo. Podría ser que tenga también un componente dinámico, “circuital”. Por ejemplo que el “encendido” o activación de un cierto número de neuronas en una determinada secuencia, a través de un proceso electroquímico, que activa ciertas sinapsis en un orden determinado, constituya un recuerdo. De hecho los neurólogos usan mucho esta hipótesis y hasta la ilustran en animaciones de divulgación científica. El recorrido permanente de una carga electroquímica en un circuito, refuerza un dato, un recuerdo un comportamiento. El bloqueo de un cierto circuito, aunque no destruyamos material físico en el cerebro, también bloquea o hace inaccesibles ciertos recuerdos o procesos mentales. Ahora estamos en condiciones de aquilatar la verdadera magnitud de ese GAP entre la materia y el pensamiento. Para comenzar a estudiarlo, no alcanza con el estudio de los materiales que nuestro cerebro usa como soporte de almacenamiento, hay que determinar también el sentido que tiene en la codificación de datos el recorrido de ciertos circuitos de neuronas. Estudios muy recientemente publicados en las revistas Science e eLife están discutiendo, o intentando comprobar, la creencia de que los recuerdos se “almacenan” en las sinapsis de las neuronas. Hace ya tiempo que se ha identificado, gracias a desgracias ocurridas a algunas personas, el área del cerebro donde se almacenan diferentes tipos de recuerdos. Cuando por algún accidente alguien pierde alguna porción de su masa cerebral y se encuentra que cambia su comportamiento u olvida acontecimientos ocurridos o se vuelve incapaz de mantener memoria de cierto tipo, las neurociencias “deducen” que en esa área se registraban esos tipos de recuerdos. La moderna imagenología, que permite escanear un cerebro en actividad y registrar, incluso en movimiento, la actividad eléctrica de áreas del cerebro también ayudan a verificar esas hipótesis. De ese modo se formó la idea actualmente bastante aceptada de que las sinapsis, la unión, el contacto entre neuronas, es el “lugar” donde se almacenan los recuerdos. Sin embargo otros estudios recientemente publicados y realizados en la Universidad de California Los Ángeles, indican que NO SOLAMENTE las sinapsis intervienen en el almacenaje de recuerdos. El experimento consistió en estudiar neuronas sencillas de ciertos animales invertebrados, cultivadas en placas de laboratorio. A lo largo de varios días las neuronas formaban espontáneamente una cierta cantidad de sinapsis. Al aportar al cultivo un neurotransmisor, serotonina, la cantidad de sinapsis que se crean son muchas más. Este es el proceso por el cual todo ser vivo almacena recuerdos a largo plazo. Acto seguido se inhibió el aporte de enzimas que permiten formar recuerdos y las sinapsis se redujeron a la misma cantidad inicial, pero con una diferente configuración. Las sinapsis individuales, no eran las mismas. Esto parece indicar que el cuerpo de la neurona, de alguna manera gobierna la cantidad de sinapsis que debe formar. El mismo tipo de experimento se realizó con babosas de mar vivas, observando que un recuerdo de largo plazo podía ser “destruido” completamente (según el recuento de sinapsis) pero también podía ser vuelto a recrear más rápida y fácilmente que antes, con solo aportar un estímulo similar al original. O sea que efectivamente “algo” en el cuerpo de la neurona conservaba el código necesario para reconstruir el recuerdo. Según David Glanzman, investigador principal de este estudio, podríamos comparar las sinapsis a los dedos de un pianista. Si Chopin perdiera sus dedos, no podría reproducir sus sonatas, pero no las habría “olvidado”, aún seguiría sabiendo tocarlas. Tiene sentido. Sin embargo esto contradice algo aceptado ampliamente hasta ahora y deja abierta la interrogante de cómo determinan las neuronas cuantas sinapsis deben formar, su ubicación y su vigor. Desde mi punto de vista abre un campo aún mucho más interesante. Separa el almacenaje del recuerdo de su recuperación. Pensar que el recuerdo se almacena en las sinapsis sería como creer que los dedos de Chopin “saben” la melodía. Qué tecla debe presionarse con qué intensidad, en qué momento… ¡Esto es lo que no me cierra! Los dedos, su musculatura, sus articulaciones, sus nervios y la ejercitación, son imprescindibles para “reproducir” la melodía. Nosotros, desde afuera, que la escuchamos, podemos pensar que “sale de los dedos”. Pero sabemos que está en el cerebro del pianista. Tengo la sensación que es lo que hacemos cuando ante un escaneo del cerebro vemos su actividad eléctrica recorriendo sinapsis para almacenar o evocar algún recuerdo, vemos “los dedos ejecutando la melodía”, pero el lugar donde verdaderamente “reside” ese recuerdo no es ahí está en el cuerpo de la neurona. Esto es lo que está probando este tipo de experimentos. Por supuesto, a los efectos prácticos, si no puedo “reproducir” un recuerdo, es exactamente igual que si no existiera. Porque la expresión del recuerdo es su reproducción, no su almacenamiento. Si Chopin no puede ejecutar su sonata, ¿es idéntico a decir que ella no existe? Y Entonces, ¿Qué es esta partitura escrita en pentagramas que tengo acá? Capítulo 3 - Este lado del abismo El sustrato físico ¿Cuánto de la sonata de Chopin está en realidad “memorizado” en los dedos? Todos quienes hemos aprendido a tocar un instrumento, o a digitar al tacto en un teclado, o hasta a conducir un vehículo, sabemos que en realidad, luego de practicar bastante, se produce un cierto automatismo. Ese automatismo es justamente lo que se busca con la práctica y la repetición. Que no haya que ordenar conscientemente a cada dedo hacia donde debe ir que tecla debe pulsar y con qué intensidad… Los neurólogos explicarán que en realidad, esa práctica no se transfiere a los dedos, sino a otro grupo de neuronas, en el cerebro que se encargan del control de movimientos aprendidos y automatizados y que no requieren de un control consciente. Así es como aprendemos a caminar, a hablar, a… casi todo, en realidad… Lo hacen de forma especialmente consciente los que practican artes marciales. Repitiendo incansablemente los mismos movimientos hasta que puedan hacerlos en forma automática sin tener que pensarlos. Bien, pero si sospechamos como se estableció antes, que los recuerdos deben codificarse en moléculas orgánicas (CHON) y nuestras mejores candidatas para realizar esta tarea son las proteínas, deberíamos comenzar por conocer cuántas proteínas existen en el cuerpo humano. Se sabe que el ser humano tiene alrededor de 30.000 proteínas distintas, de las que sólo un 2% se ha descrito con detalle. (¿Leí bien? ¿Solo 600?) Vamos a ver esta página: http://www.ferato.com/wiki/index.php/Prote%C3%ADna CLASIFICACIÓN DE PROTEÍNAS HOLOPROTEÍNAS: Formadas solamente por aminoácidos HETEROPROTEÍNAS: Formadas por una fracción proteínica y por un grupo no proteínico, que se denomina "grupo prostético” HOLOPROTEÍNAS Globulares -Prolaminas:Zeína (maíza), gliadina (trigo), hordeína (cebada) -Gluteninas:Glutenina (trigo), orizanina (arroz). -Albúminas:Seroalbúmina (sangre), ovoalbúmina (huevo), lactoalbúmina (leche) -Hormonas: Insulina, hormona del crecimiento, prolactina, tirotropina -Enzimas: Hidrolasas, Oxidasas, Ligasas, Liasas, Transferasas...etc. Fibrosas -Colágenos: en tejidos conjuntivos, cartilaginosos -Queratinas: En formaciones epidérmicas: pelos, uñas, plumas, cuernos. -Elastinas: En tendones y vasos sanguineos -Fibroínas: En hilos de seda, (arañas, insectos) HETEROPROTEÍNAS -Glucoproteínas: Ribonucleasa, Mucoproteínas, Anticuerpos, Hormona luteinizante -Lipoproteínas: De alta, baja y muy baja densidad, que transportan lípidos en la sangre. -Nucleoproteínas: Nucleosomas de la cromatina, ribosomas -Cromoproteínas: Hemoglobina, hemocianina, mioglobina, que transportan oxígeno -Citocromos, que transportan electrones FUNCIONES Y EJEMPLOS DE PROTEÍNAS Estructural: -Como las glucoproteínas que forman parte de las membranas. -Las histonas que forman parte de los cromosomas -El colágeno, del tejido conjuntivo fibroso. -La elastina, del tejido conjuntivo elástico. -La queratina de la epidermis. Enzimática: Son las más numerosas y especializadas. Actúan como biocatalizadores de las reacciones químicas Hormonal: -Insulina y glucagón -Hormona del crecimiento -Calcitonina -Hormonas tropas Defensiva: -Inmunoglobulina -Trombina y fibrinógeno Transporte: -Hemoglobina -Hemocianina -Citocromos Reserva -Ovoalbúmina, de la clara de huevo -Gliadina, del grano de trigo -Lactoalbúmina, de la leche Fuente: http://www.ferato.com/wiki/index.php/Prote%C3%ADna Ver también: http://proteinas.org.es/tipos-de-proteinas Seguimos apreciando el tamaño del GAP. Porque si toca rellenarlo con proteínas, bueno, tenemos unas cuantas para estudiar. Si de las 30.000 que existen en nuestro cuerpo, solo se conocen en detalle unas 600, tenemos entonces 29.400 candidatas a contener código de recuerdos dentro de nuestras neuronas… Digo, porque de las 600 “conocidas”, todavía nadie ha detectado que se usen para eso… ¿O sí? La propia palabra “proteína” proviene (¿Cuándo no?) del griego “proteios”, que significa “de primera necesidad” o calidad, y está muy emparentada con la palabra “protos”, que significa primero, antiguo, como en protozoarios y prototipos. También es una palabra asociada con el cambio, a través del mito de Proteo, un dios marino que cambiaba de forma para evitar comunicar a los mortales sus conocimientos. Las proteínas ocupan un lugar de máxima importancia entre las moléculas constituyentes de los seres vivos (biomoléculas). Prácticamente todos los procesos biológicos dependen de la presencia o la actividad de este tipo de moléculas. Bastan algunos ejemplos para dar idea de la variedad y trascendencia de las funciones que desempeñan. Son proteínas:  La actina y la miosina, responsables finales del acortamiento del músculo durante la contracción  Los anticuerpos, encargados de acciones de defensa natural contra infecciones o agentes patógenos  Funciones de reserva. Como la ovoalbúmina en el huevo, o la caseína de la leche  El colágeno, integrante de fibras altamente resistentes en tejidos de sostén  Casi todas las enzimas, catalizadores de reacciones químicas en organismos vivientes  La hemoglobina y otras moléculas con funciones de transporte en la sangre  Muchas hormonas, reguladores de actividades celulares  Los receptores de las células, a los cuales se fijan moléculas capaces de desencadenar una respuesta determinada. Todas las proteínas realizan elementales funciones para la vida celular, pero además cada una de éstas cuenta con una función más específica de cara a nuestro organismo. Debido a sus funciones, se pueden clasificar en: 1. Catálisis: Está formado por enzimas proteicas que se encargan de realizar reacciones químicas de una manera más rápida y eficiente. Procesos que resultan de suma importancia para el organismo. Por ejemplo la pepsina, ésta enzima se encuentra en el sistema digestivo y se encarga de degradar los alimentos. 2. Reguladoras: Las hormonas son un tipo de proteínas que cuales ayudan a que exista un equilibrio entre las funciones que realiza el cuerpo. Tal es el caso de la insulina que se encarga de regular la glucosa que se encuentra en la sangre. 3. Estructural: Este tipo de proteínas tienen la función de dar resistencia y elasticidad que permite formar tejidos así como la de dar soporte a otras estructuras. Este es el caso de la tubulina que se encuentra en el citoesqueleto. 4. Defensiva: Son las encargadas organismo. Glicoproteínas que se de encargan defender de el producir inmunoglobulinas que defienden al organismo contra cuerpos extraños, o la queratina que protege la piel, así como es llevar el fibrinógeno y la protrombina que forman coágulos. 5. Transporte: La función de estas proteínas sustancias a través del organismo a donde sean requeridas. Proteínas como la hemoglobina que lleva el oxígeno por medio de la sangre. 6. Receptoras: Este tipo de proteínas se encuentran en la membrana celular y llevan a cabo la función de recibir señales para que la célula como acetilcolina que pueda recibe realizar señales para su función, producir la contracción. Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Prote%C3%ADna En el año 2015 la Universidad de Princeton publicó una serie de ensayos escritos por los principales neurocientíficos del mundo, recopilados y dirigidos por Gary Marcus y Jeremy Freeman, bajo el título: “The Future of the Brain” (El futuro del cerebro). La revista española Mente y Cerebro, parte del grupo Investigación y Ciencia publicó ese año una reseña: (ya no existe la revista, ni siquiera el sitio web) No me resisto a replicar acá alguno de sus párrafos. Como siempre las negritas y subrayados son míos. “Hay en el cerebro unos 85.000 millones de neuronas. Densamente empaquetadas en una matriz tridimensional, se calculan unas 100.000 neuronas y 900 millones de conexiones sinápticas por milímetro cúbico de tejido cerebral. Existen cientos, si no miles, de tipos de neuronas, dotado cada uno de características físicas, propiedades eléctricas y funciones computacionales peculiares, distintivas. Desconocemos los principios organizadores que gobiernan tamaña complejidad. No sabemos si el cerebro emplea algo tan sistemático como el ASCII, sistema que los ordenadores utilizan para codificar palabras. E ignoramos puntos fundamentales; por ejemplo, de qué modo el cerebro almacena los recuerdos y secuencia los acontecimientos en el curso del tiempo. No disponemos, por fin, de modelo animal para muchos logros característicamente humanos: lenguaje, razonamiento y adquisición de una cultura compleja. Además de neuronas hay otras células. En particular las de la glía, que se suponían dedicadas en exclusiva a funciones nutricionales y que ahora se les reconoce su importancia en el procesamiento de la información. Las neuronas establecen sinapsis sobre la glía y esta libera neurotransmisores que modulan el flujo de información entre neuronas vecinas. Cada célula (sea neurona, glial o de otro tipo) consta de una red de mecanismos moleculares auto-ensamblantes. Por otro lado, el cerebro plenamente funcional se autoorganiza, a partir de un precursor menos estructurado, durante el desarrollo y el aprendizaje. Las conexiones sinápticas pueden ser excitadoras o inhibidoras. Para transmitir información se sirven de más de un centenar de neurotransmisores distintos. Con el tiempo, esas conexiones cambian, se rompen o se reforman. Pueden trocar los neurotransmisores empleados en respuesta a la experiencia. Están, además, los mensajeros gaseosos, que atraviesan la membrana celular; ellos y las interacciones eléctricas de largo alcance podrían permitir la comunicación más allá de las sinapsis químicas y eléctricas. El cerebro procesa información; recibe entradas de información del mundo exterior y las transforma en modelos de ese mundo y en instrucciones que imparte a los sistemas motores que controlan nuestro cuerpo y nuestra voz. Aunque se da por sentado que el proceso principal por el que el cerebro realiza su cometido estriba en alguna forma de computación, están todavía por descubrirse las propiedades fundamentales de la computación neural.” Fin de la cita. ¡¡¡WOOOW!!! ¡¡ Si este no es el GAP… Entonces ¿dónde está? !! ¿Ven el tamaño del abismo? 100.000 neuronas y 900.000.000 de conexiones en un cubito de 1 mm que fácilmente cabría acá, dentro de esta ---> O <-- ¡Piénselo un poco! La ciencia lo reconoce, sabe muy bien el tamaño de todo lo que NO SABE. Y toca a la ciencia diseñar los estudios, experimentos, investigaciones, para rellenar ese GAP, o achicarlo. Acá lo que podemos hacer es especular, ese es papel de la filosofía. Asumiendo que los recuerdos se registran (“record”) en proteínas, tenemos un código compuesto de algunos cuantos miles de “letras”. Imaginemos ideogramas o pictogramas como en el antiguo lenguaje chino escrito. Simplificando, para no caer en elucubraciones muy absurdas, supongamos que para registrar un recuerdo, un grupo de neuronas sintetizan proteínas que sean capaces de reproducir lo más exactamente posible las particulares situaciones o configuraciones que existían en el momento que se quiere recordar. Buscan que las proteínas puedan generar en sus sinapsis los mismos pulsos eléctricos que recibieron cuando experimentaron la situación que desean recordar. Parece bastante razonable. Es algo parecido a como se registra un paisaje en un papel fotosensible. Se “congelan”, se “fijan” ciertos puntos de luz y sombra de modo que cuando el ojo los observe pueda reproducir las mismas sensaciones que había cuando se percibió el paisaje en cuestión. Todos sabemos que una foto no es lo mismo que la realidad… …ahora… La gente que asistió a las primeras reproducciones de los hermanos Lumière, de verdad se asustaba, y creía que el tren los iba a atropellar. Es claro que una foto o incluso un video nunca van a sustituir o reproducir con total exactitud la vivencia real. Bien, un recuerdo tampoco. Nunca es exactamente lo mismo que la realidad. ¿Verdad don Funes? Siempre es una imagen distorsionada, congelada, asociada a diferentes sensaciones muy personales que coexistieron o ayudaron a fijarlo. Y cuando lo evocamos, ocurre que tomamos una cierta porción de esas proteínas y las liberamos, las destruimos, las “partimos” de modo que provoquen en las neuronas y en sus miles de sinapsis, conexiones de cada una con otras, sensaciones similares a las que experimentaron cuando esas proteínas se sintetizaron. Este proceso es “recursivo”. El hecho de evocar, liberar, ejecutar, dar “PLAY” a un recuerdo, presiona simultáneamente el botón “REC”. Por lo que proteínas similares a las que se destruyen, vuelven a sintetizarse. De este modo volvemos a grabar, que estamos recordando, algo. Este proceso refuerza el recuerdo, pero a su vez lo distorsiona. Ya no es el recuerdo original, sino una recreación posterior similar al original que se evocó y se volvió a guardar. Es como si al tomar una hoja de un archivo, le sacamos una copia y volvemos a poner esa copia en el archivo, en lugar del original, previendo su posible destrucción. Este procedimiento así tan simplemente expresado (que obviamente es mucho más complejo) podría explicar una enorme cantidad de cosas que aún carecen de una explicación plausible. Por ejemplo, ¿Por qué un acontecimiento traumático, aparentemente olvidado, continúa afectando nuestro comportamiento? Como lo descubrió Sigmund Freud. Claro, las proteínas están ahí. La mente consciente bloquea el acceso a ese recuerdo, pero la existencia de esas proteínas en un grupo de neuronas, continúa liberando efectos del trauma original. ¿Por qué el evocarlo conscientemente puede producir efectos curativos? Las proteínas originales se destruyen, y se vuelven a crear otras que llevan una carga muchísimo menos traumática, quizá hasta una explicación consciente de la causa del dolor. Podríamos llegar a darle un sentido, físico y químico, al psicoanálisis. Casi con el efecto de un medicamento alopático. Pero sobre todo dotarlo de un OBJETO REAL que estudiar, lo que definitivamente lo pondría en la categoría de ciencia. Y así también con muchas otras de las actualmente llamadas Pseudociencias. Capítulo 4 - Rellenando el abismo ¿Existen recuerdos fuera del cerebro? Al final de un capítulo anterior preguntábamos si una sonata de Chopin podía existir fuera de su cerebro. Si Chopin no podía ejecutarla ¿existiría la sonata? Y terminamos preguntándonos que eran estos pentagramas con notación musical… Y podemos ir otro capítulo más atrás. René Descartes decía que leer buenos libros era como hablar con las mejores mentes del pasado. Lo mismo podría decirse de observar cuadros o películas, o ejecutar partituras. O sea que tenemos formas de “objetivar” y hacer perdurar en el tiempo, recuerdos, pensamientos, sensaciones, de modo que reproduzcan en los cerebros de los lectores, espectadores, músicos, etc. una buena parte de lo que pensaban, veían, escuchaban, recordaban o sentían los cerebros de sus autores. Podemos transmitir la fórmula, la receta, para que otros cerebros sinteticen las mismas proteínas que a nosotros nos hacen sentir o evocar algo. ¡Gran novedad! Ese es el objeto de la escritura, la música, la pintura desde las primeras imágenes rupestres. La novedad está en verlas como recetas para producir proteínas en el cerebro. Generadores de recuerdos. Y acá tenemos otro tema interesante: el valor “mágico” de las imágenes, la música, la escritura, el cine. Veamos. Todos los antropólogos y arqueólogos coinciden en que, en su origen, las pinturas rupestres tenían el sentido de “invocar mágicamente” lo que sus imágenes evocaban. Todos conocemos historias de imágenes sagradas o demoníacas. De religiones enteras que consideran un “pecado” poner imágenes en sus templos. Para no hablar de situaciones recientes como las de Charlie Hebdo. Lo mismo ha pasado con libros, sonidos, canciones, películas; se les otorga la capacidad mágica de invocar, reproducir o provocar efectos más allá del sentido original de su contenido. Muchos de nosotros, hoy en día, podemos evitar ese “pensamiento mágico” y somos capaces de apreciar una imagen, una música, un libro, un video y descubrir los mecanismos por los que nos hacen sintetizar esas proteínas en nuestro cerebro. Ver y hasta “vivir” lo que el autor quería transmitir, mientras somos conscientes de que lo estamos adquiriendo por un mecanismo de transmisión a distancia, o externo. Por medio de un “desdoblamiento” que cualquier psicólogo podría catalogar de esquizoide, experimentamos las sensaciones que el texto u objeto externo nos transmite y al mismo tiempo estamos conscientes de que es una recreación. Sintetizamos las proteínas con la receta que el autor nos brinda, pero las guardamos conociendo que es el resultado de la aplicación de una receta externa. De este desdoblamiento es de lo que carece el “pensamiento mágico” de las imágenes rupestres. La imagen y el acontecimiento “son lo mismo”, cada uno implica el otro. Ahora bien… ¿Qué pasaría si algunas de esas proteínas llegaran a nuestro cerebro sin que fuéramos conscientes de como lo hicieron? Podríamos tener “recuerdos” que los viviríamos como ajenos, extraños, no propios. ¿Posesiones? ¿Vidas anteriores? ¿Revelaciones? ¿Telepatía? Vaya uno a saber… ¿Como “vivieron” lo que se proyectaba en la pantalla los asistentes a las primeras proyecciones de los Lumière? Si es suficientemente viejo, ¿Cómo vivió usted el Cinemascope, la televisión, los primeros accesos gráficos a páginas web? ¿Acaso no tuvo una sensación de que el mundo de pronto se había hecho muchísimo más grande, de que la realidad se había expandido más allá de su comprensión? O también una sensación de que usted se había encogido, empequeñecido, lo que es prácticamente lo mismo. Pero aun así, aun experimentando esa extraña sensación de recibir transmisiones totalmente distintas a su experiencia anterior, usted estaba consciente de que venían de afuera, lo que hacía que las asimilara como un dato nuevo, extraño, pero entrante al sistema. Si en cambio su cerebro se encontrara de pronto con recuerdos en proteínas que no fueron sintetizadas a partir de una experiencia externa. ¿Cómo las interpretaría? Seguramente serían pocas, solo trazas, o sea recuerdos muy borrosos, distantes. Pero aun así deberían presentarse a la consciencia como “recuerdos”. Uno se preguntaría, ¿Pero qué hacen acá?, ¿Cómo puedo recordar algo que aparentemente ocurrió hace miles de años? Y tendería a interpretarlos como efecto de una re-encarnación. Con respecto al daño sobre su comportamiento actual tendrían el mismo efecto que un recuerdo traumático, “olvidado”, de la infancia. Y su eventual “evocación” a través de métodos como la regresión hipnótica, seguramente tendría el mismo efecto curativo. ¿O no es así, Dr. Brian Weiss? Capítulo 5 – El Abismo en el tiempo ... Y, ya que estamos... Por un lado admitimos que hay un gran desconocimiento general de cómo se las arregla nuestro cerebro para "almacenar" recuerdos y por lo tanto de como hace para "recuperar" esa información almacenada, volver a evocar los recuerdos en el momento en que los necesita. Por otro lado vemos que el ser humano se ha ingeniado desde hace unos cuantos cientos de miles de años para guardar información fuera de su propio cerebro. Primero transmitiéndola verbalmente, luego (o simultáneamente) haciendo dibujos en las paredes de las cuevas; más tarde con herramientas sobre rocas; luego con pintura y láminas de papiro... y así hasta llegar a esto que usted está leyendo: un texto codificado en ceros y unos en un medio magnético de algún servidor de la red Blogger, y luego desplegado en su pantalla como caracteres o imágenes; o leyendo un libro impreso. ¿Qué usa para leerlo? ¿Un notebook, un PC, un smartPhone, una tablet?... ¿En realidad importa? Lo que importa es que alguien (en este caso, yo) pensó algo, lo escribió y lo almacenó y varios días (o meses o años) después, otra persona (en este caso, usted) lo está leyendo y recibiendo o reproduciendo con mayor o menor precisión los pensamientos que yo elaboré y registré. La precisión con que los reproduzca dependerá de mi capacidad de expresión escrita y de su capacidad de comprensión lectora. Todo esto fácilmente adquirible a través del entrenamiento. Pero no nos vayamos del centro... El centro es que si durante miles de años nos hemos ingeniado para ir aumentando y mejorando nuestra capacidad de almacenamiento, comunicación y recuperación de recuerdos y pensamientos... ¿Qué tan avanzados podemos decir que estamos? Digamos de 1 a 100 siendo 1 los petroglifos o pinturas rupestres y 100 algún extremo superior que aún no podemos imaginar, no sé, por ejemplo la telepatía, la mente global planetaria, o cualquier otra elucubración de los grandes autores de ciencia ficción; ¿Qué número representaría nuestra situación actual? con celulares por doquier, con computadoras en cada casa, con internet invasiva, con radiotelescopios escaneando el cosmos... Sí, es una pregunta retórica, es una respuesta imposible. Alguien puede decir 20, o 75 y yo contestaría ¿y por qué no 5 o 6? Pero lo más interesante ¿Por qué no podría haber una forma de comunicación ya existente, que estemos usando y aún no podamos estudiar, controlar, dominar? ¿Le resulta muy poco aceptable? ¿Falto de rigurosidad científica? Podemos escribir sobre papel o en una pantalla y guardar en una estantería o en un servidor en internet pero no tenemos idea de cómo escribe nuestro cerebro sobre sí mismo. Y sabemos, perfectamente que lo hace, a cada segundo. Lo está haciendo en este momento. Y nadie puede decirle como logra esa "maravilla" de almacenar un recuerdo o un pensamiento, o interpretar esta lectura y acceder así a mi recuerdo o pensamiento transmitido por internet o por un libro impreso Ahora, claro, si nos creemos por encima del 50 % del conocimiento total alcanzable en términos de comunicación; seguramente dudaremos de que algún día exista algo tan asombrosamente superior a lo actual como la telepatía global. Pero... ¿Y si creemos que todo nuestro "avance" en comunicación nos ha traído unos 5 o 6 puntos por encima de los cavernícolas? Entonces en ese otro 95% desconocido puede caber mucha cosa rara. O sea que cuánto podamos creer, depende en realidad de una autoevaluación, bastante engañosa, porque el "techo" es invisible. Para este tipo de evaluaciones es mejor evitar esas escalas sin techo o sin puntos de referencia. Mejor pensar en el tamaño de lo que no sabemos para dentro de nosotros mismos. De eso es de lo que se trata el Gran GAP ¿Usted ha visto alguna vez el mapa de un estudio genómico de un ser humano? Pues yo sí. Es más tengo uno acá en mi computadora en este momento. No voy a aburrirlo cargando unos cuantos Kilobytes (si, solo KB) de información, pero se la describo. Son 46 bloques de letras en un archivo de texto que se puede abrir con cualquier editor. Cada bloque representa a uno de mis 46 cromosomas. Y se compone de una sucesión bastante larga de 4 letras: ACTG repetidas varias veces en diferentes posiciones: ACTGTGCACAGTTGACCAGTCGTAGACTTGCAACGTACTGAGCTATCGCGT AAGTCCACCTGCCAATTACA... Y así varios renglones... En fin, bastante aburrido, pero eso es todo. Esa es la tan mentada magia del genoma. La "receta" para sintetizar proteínas. Ahora, ¿Sabe usted cuántas proteínas diferentes hay en un ser humano? (si leyó capítulos anteriores ya lo sabe) aproximadamente unas 30.000. ¿Y cuántas de ellas se conocen completamente y se sabe para qué sirven o cuál es su función en el organismo? Pues apenas el 2%, si, leyó bien: 600. O sea que tenemos unas 29.400 proteínas más de las que sabemos poco. O bien no sabemos su composición o bien no conocemos su función o ambas cosas. Esta podría ser otra escala de comparación. Digamos que un cavernícola no sabía ni siquiera lo que era una proteína. Bueno, como podía saber lo que era la "carne humana", pongámosle generosamente un 0,01. Hoy conocemos a fondo el 2% de 30.000. O sea que nuestro conocimiento (en la escala proteica de 0 a 100) está en 2. ¿Qué descubriremos cuando nuestro conocimiento proteico esté en 50? Bueno... Pero ¿Serán proteínas mis recuerdos? o alguna otra cosa... Veamos el siguiente capítulo Capítulo 6 - Monismo Neutral Si han llegado hasta acá leyendo lo que llamo el GRAN GAP, deberían tener la idea de que mi opinión respecto de los pensamientos, recuerdos, sensaciones y emociones, todo eso que llamamos “la mente” humana, la “esencia” del ser humano, su “alma” o espíritu, son, en realidad proteínas; “materia”, en definitiva, que se sintetiza para almacenar un recuerdo y se descompone para evocarlo. Y también deberían estarse preguntando, ¡como lo hago yo!: ¿Es posible que nadie haya pensado en esto antes? ¿A nadie se le ha ocurrido que el que “piensa, luego existe” es mi cerebro? ¿Qué es ahí en esos cien mil millones de neuronas donde está TODO lo que soy, lo que recuerdo, lo que pienso, lo que siento, lo que creo, mi SER, mi personalidad, MI VIDA? Sí, sin duda. A eso, justamente, se dedican las neurociencias. Sabemos que si ese órgano se desconecta total o parcialmente, por alguna anomalía, una enfermedad, un accidente, el SER que continúa “viviendo” (si es que a eso se le puede llamar vida) ya no es el mismo. Más aún; si simplemente alteramos ligeramente su funcionamiento con alguna droga de efecto temporal como el alcohol o los alucinógenos, el ser que experimenta esas sensaciones, ya no es el mismo, incluso aunque después pueda recordar algunas de esas experiencias. Entonces, si está tan claro eso, ¿Por qué seguimos manteniendo esa separación, ese GRAN GAP entre mente y cerebro? Yo voy aún más lejos, ¿Por qué seguimos separando recuerdo o pensamiento de proteína? No puedo entender como nadie lo ha planteado antes. Y en medio de estas reflexiones me encuentro con escritos filosóficos de Bertrand Russell, con casi un siglo de antigüedad; basados a su vez en una filosofía todavía más antigua, de Baruch Spinoza, que vivió allá por el 1650, y conocidos como la teoría del Monismo Neutral para explicar el problema Mente - Cuerpo. Debo decir que aún no estoy muy seguro de entender a fondo su posición, especialmente la parte “Neutral”, pero me sentí ampliamente gratificado al encontrar que gran parte de lo planteado hasta acá, en realidad ya había sido pensado por otros. Como sé que ya había leído escritos de Bertrand Russell, asumo que seguramente algo de esa semilla quedó perdida por ahí en algunas neuronas germinando. "Sostengo una opinión que todos los demás filósofos consideran chocante: a saber, que los pensamientos de las personas están en sus cabezas". Bertrand Russell y su teoría de la Filosofía de la Mente (Monismo Neutral)- en términos generales, sostiene la opinión de que la conciencia es intrínseca a la materia. ¡Caramba! ¡Qué coincidencia! Eso de ahí arriba: “los pensamientos de las personas están en sus cabezas”, es maravilloso. Tan obvio. ¿Acaso no es lo que todos creemos? Sin embargo evitamos continuar la inferencia natural: Mis pensamientos están en mi cabeza, yo soy mis pensamientos, yo estoy en mi cabeza… Y mi cabeza, ocupada principalmente por mi cerebro (más algunos otros órganos y glándulas), se compone de materia orgánica: Prótidos, Lípidos y Glúcidos, que en su interacción como materia viva, genera algunos fenómenos físicos y químicos, electricidad, cambios de estados, nuevos compuestos. Y eso es lo que soy. Yo, el que piensa, existo… porque soy materia… (¿O es al revés?) Bueno, ahí está el Monismo: Materia y Pensamiento son lo mismo. Dependiendo de en cuál de los dos hagamos especial énfasis, estaremos sosteniendo un Monismo Materialista o Idealista. ¿Dónde aparece lo de “Neutral”? Y aquí es donde viene lo REALMENTE FANTÁSTICO de la posición de Bertrand Russell, donde se cita ni más ni menos que la primera ley de la dialéctica, para enorme regocijo de Heráclito: […] si supiéramos más de lo que sabemos, comprobaríamos que los planteamientos físicos y psicológicos son, simplemente, maneras diferentes de decir la misma cosa [...]. El antiguo problema de la dependencia de la mente al cerebro, o la dependencia del cerebro a la mente queda reducido a una conveniencia lingüística" La NEUTRALIDAD de su planteo monista, consiste, precisamente en reconocer que Mente y Materia son dos aspectos de la misma realidad. Que no existe preponderancia de ninguno sobre el otro. Apenas le faltó indicar que están en “unidad y en lucha” permanente. Algo muy similar a lo que plantea Spinoza 350 años antes: "Cuerpo y pensamiento sólo son lenguajes diferentes, pero paralelos de una misma substancia dado que "la ordenación y enlace de las ideas es igual que la ordenación y enlace de las cosas" (Spinoza, Ethica II, 7 en Jodi, F. (1951), "Spinoza", cap. XIII, Historia de la filosofía moderna, Losada, Buenos Aires, p. 207. Hay quienes interpretan esto como la postulación de una “tercera” sustancia, pero no es así. Bertrand Russell ya conocía muy bien La teoría de la relatividad, la fórmula de Einstein E = mc2 (en la que energía y materia son intercambiables) y los trabajos de los físicos que crearon e impulsaron la mecánica cuántica: el principio de incertidumbre, la función de onda, (y el colapso de la función de onda al intentar medirla), así como el entrelazamiento, tan criticado por Einstein como comprobado por los tres ganadores del premio Nobel del 2022. Lo que sostiene es que no es posible separar, ni cuantificar, qué tanto del pensamiento es materia, ni qué tanto de la materia está solo en nuestro pensamiento. Que esta separación solo es una "conveniencia lingüística”, o sea: solo separamos mente y materia en la medida en que nos resulta cómodo para referirnos a dos aspectos distintos de la MISMA COSA. (Pausa para releer y asombrarse durante un buen rato) Bueno. Y ya que estamos vinculando el Monismo Neutral de Bertrand Russell (y William James, debo agregar), ¿Por qué no buscar más Monistas en la Wikipedia (neutrales o no)?... Y no creerán con quién me encuentro: Buda (480-400 A.C.), fundador del budismo, no hizo una distinción entre la mente y el cuerpo y enseñó que el mundo se compone de la mente y la materia que trabajan juntos, de manera interdependiente. Su doctrina original Pratītyasamutpāda hace hincapié en que todas las cosas fenomenales, ya sean físicos o mentales, dependen de las condiciones no permanentes que están en un constante estado de flujo. Buda rechazó tanto la visión materialista, y la vista idealista que definió como vistas de la ignorancia. De acuerdo con el Buda, la realidad misma es sólo lo que es, y todas las ideas acerca de la naturaleza de la realidad están mal, ya que la idea es solamente un atributo y / u otra forma de aspecto condicional surgido, dependiente de la totalidad. En última instancia, la filosofía de Buda es que la mente y las formas están surgiendo condicionalmente como cualidades de un universo en constante cambio en el que, cuando se alcanza el nirvāṇa, toda experiencia fenoménica deja de existir. Según el anattā la doctrina de Buda, el auto conceptualismo es una manera de construcción mental de una persona física y es básicamente una ilusión permanente, sostenida por la forma, la sensación, la percepción, el pensamiento y la conciencia. Buda sostuvo que mentalmente se aferran a cualquier opinión que dará lugar a la ilusión y el estrés, ya que, de acuerdo con Buda, un ser real (auto conceptual, siendo la base de puntos de vista y las opiniones) no se puede encontrar cuando la mente tiene la claridad. En definitiva: hace miles de años que la filosofía tanto oriental como occidental sostiene que los PENSAMIENTOS son MATERIA. Pero la ciencia aún no se ha abocado a tratar de identificar QUÉ materia, y CÓMO se materializan, o se evocan, o sea cómo vuelven a transformarse en pensamientos a partir de la materia. ESO es el GRAN GAP. ESO es el ABISMO en tu CEREBRO. Capítulo 6 - ¿Cómo estudiar ese abismo? Supongamos por un momento que tengo razón y que los recuerdos se almacenan en proteínas; que los pensamientos son el producto de procesos físico-químicos de síntesis o consumo de proteínas. Entonces, para estudiar el GAP necesitamos conocer mejor la estructura y la función de esas 29.400 proteínas de las que sabemos poco. ¿Verdad? Pero no. No es tan simple. Porque aun cuando el recuerdo esté efectivamente “almacenado” en proteínas, con solo conocer a fondo esas proteínas no vamos a “ver” o “conocer” el recuerdo que almacenan. Si han seguido mi exposición hasta acá habrán visto que hablamos de “procesos” de almacenar y de evocar recuerdos. Es algo dinámico en el que una parte material se convierte en una experiencia inmaterial que ocurre en el cerebro. O, como decían los filósofos citados en el capítulo anterior, dos aspectos diferentes de la misma realidad: Materia-Pensamiento se intercambian, se convierten una en la otra. Este tipo de cosas, tanto el dinamismo de un proceso de transformación, como el hecho de que dos cosas diferentes sean lo mismo, no está fácil para que lo estudie nuestra ciencia, que, como hemos visto requiere un objeto real, físico, tangible, medible… Vamos a tener que profundizar un poco más en las herramientas con las que contamos para poder estudiar lo que hay en ese abismo que separa la materia de nuestro cerebro del resultado funcionamiento: los recuerdos, pensamientos, emociones. de su Una de las herramientas básicas para obtener conocimiento es la lógica. El conocimiento se obtiene observando, recogiendo datos, preferiblemente muchos datos, y luego procesándolos para extraer algo de información de ellos. La información es el resultado de procesar los datos obtenidos con la observación, medición, experimentación y es lo abstracto común a ese montón de datos; es lo que los datos nos dicen. A esa información se llega aplicando ciertas reglas del pensamiento que llamamos “lógica”. En el capítulo anterior mencionamos muy de pasada que lo que propone el Monismo tiene mucho que ver con la lógica dialéctica. Para que no quede en solo una mención lateral, necesitamos conocer más a fondo de qué se trata eso. Y ahí vamos; a conocer a los padres de la lógica dialéctica y a compararla con la otra lógica dominante en ciencias: la lógica aristotélica, clásica o formal. Capítulo 7 – Dialéctica –Heráclito La dialéctica era inicialmente el estudio o la práctica de una forma de discutir. Se basaba en presentar o descubrir las contradicciones en los argumentos del oponente. En su etimología la palabra se acompañaba siempre de la palabra técnica. Entonces se hablaba de la técnica dialéctica, como sinónimo de técnica de la conversación. Los antiguos filósofos, cuando conversaban, discutían, compartían o confrontaban ideas, usaban ciertas técnicas de argumentación, las que a su vez eran objeto de estudio por ellos mismos. Algunas de estas técnicas dialécticas se convirtieron en el arte de la oratoria y otras derivaron en el cuerpo de una rama de la lógica. Heráclito de Éfeso, fue un filósofo griego que vivió unos 500 años antes de Cristo. La filosofía griega anterior a Sócrates, Platón y Aristóteles, es poco conocida en la actualidad pero estableció fundamentos muy importantes para todas las ramas del conocimiento. Mucho de lo que nos llega de este pensamiento antiguo es filtrado por los filósofos y escritores posteriores. Un ejemplo es el famoso aforismo de Heráclito conocido en realidad a través de una cita de Platón, según el cual “un hombre no puede bañarse dos veces en el mismo río”. Esto se ha convertido en una explicación de la lógica dialéctica desde la cita de Platón, indicando que como el río fluye, nunca el agua es la misma y por tanto no podemos entrar en el mismo río, sino que cada vez que entramos, el río es otro, es distinto. Pero veamos la expresión de Heráclito como fue, en realidad. “En el mismo río entramos y no entramos, pues somos y no somos los mismos”. Parece que esta fue la expresión original. ¡Interesante! Un hombre no puede bañarse dos veces en el mismo río… porque ÉL no es el mismo en dos momentos distintos de su existencia. Además, claro está, de lo que agregó Platón, que el río también cambia. Pero detengámonos un poco en detalles todavía más interesantes. Heráclito expresa su aforismo con dos unidades de contrarios: “entramos y no entramos”, “somos y no somos”. Puede decirse que ahí están los dos cambios, que el quiere destacar que ocurren, para impedir que nos bañemos en el mismo río… En el MISMO río entramos y NO entramos, porque el río cambió, ya no es el mismo en el que entramos antes, por tanto, aunque creamos estar entrando en el mismo río, no entramos en el que creemos sino en otro, un río diferente, con otras aguas. Pero además nosotros SOMOS y NO somos los mismos. ¿Cómo podemos estar entrando en el mismo río si ya no somos el mismo que éramos antes? Ambos hemos cambiado, el río y nosotros. Es fantástica la capacidad de síntesis de este tipo. En esta simple frase está expresando que todo en la naturaleza es perpetuo cambio. Heráclito es citado muy a menudo como uno de los padres de la lógica dialéctica por su concepción de que tanto en la naturaleza como en el cosmos existe una continua lucha de opuestos. Algunas otras de sus frases conocidas: “Conviene saber que la guerra es común a todas las cosas y la justicia es discordia.” Primera ley de la dialéctica: unidad y lucha de contrarios. “…no habría armonía si no hubiese agudo y grave, ni animales si no hubiese hembra y macho, que están en oposición mutua.” “Lo contrapuesto concuerda, y de los discordantes se forma la más bella armonía, y todo se ha engendrado por la discordia.” Esta unidad y lucha de contrarios es productiva, es lo que genera todo. “Lo mismo es viviente y muerto, despierto y durmiendo, joven y viejo; pues esto al cambiar es aquello y aquello al cambiar es de nuevo esto” Tercera ley de la dialéctica: negación de la negación. En principio, parece que solo le faltó la ley de transformación de los cambios cuantitativos en cualitativos. La importancia de esta forma de pensar es que pone nuestro pensamiento en sintonía con la naturaleza. No intentamos reducir los hechos naturales a un esquema estático, o a una idea mecanicista de causa y efecto. Solo reconociendo la dinámica interna de todo lo natural como una lucha incesante entre opuestos que en realidad son UNO - no como partes diferentes de un objeto o hecho sino como diferentes aspectos del mismo objeto o diferentes visiones del mismo hecho - podemos captar la realidad. Capítulo 8 – Aristóteles – La negación de la dialéctica En el capítulo anterior vimos a Heráclito de Éfeso y explicamos su “constatación” de que todo es y no es, y que todo está en constante lucha consigo mismo. Esto fue la primera formulación conocida de la primera ley de la dialéctica: unidad y lucha de contrarios. Era bastante claro, sin embargo, que ese tipo de razonamiento no iba a permitir el estudio científico de una “entidad” cualquiera, de algo “que es”, puesto que si al mismo tiempo, esa entidad también “no es” ¿Cómo hacemos para estudiar qué es? El desarrollo de las ciencias, necesitaba por tanto de una lógica distinta, de algo que me permitiera saber con certeza que cornos estoy estudiando. Y ahí es donde interviene Aristóteles. El padre de la lógica formal. Un tipo al que vale la pena conocer. Por lo que vamos a desviarnos un momento del estudio de la dialéctica, para visitarlo, como siempre recomendando a quienes quieran profundizar, visitar las páginas de la Wikipedia de donde proceden muchas de estas citas. Nota 6 Dice que Aristóteles fue un polímata. Lo que significa que su sabiduría abarca conocimientos de muy diversas disciplinas. Vivió en los años 300 y pico antes de Cristo. Escribió cerca de 200 tratados sobre muy diversos temas, de los cuales solo nos han llegado 31. Y así, con solamente un 15% de su conocimiento, ejerció una influencia tan impresionante sobre el desarrollo de la ciencia que es imposible pensar lo que hubiera sido si se hubieran conservado todas sus contribuciones. 6 https://es.wikipedia.org/wiki/Arist%C3%B3teles#L%C3%B3gica_2 Solamente en el campo de la lógica formal, base de toda la ciencia moderna, fue tan grande su aporte que Immanuel Kant llegó a decir (milenios después, en el siglo XVIII) que desde los tiempos de Aristóteles, la lógica no ha dado ni un solo paso atrás, tal la solidez de su construcción; pero tampoco ni un solo paso adelante, tal la completitud de la elaboración de Aristóteles. Uno de los principios básicos establecidos por Aristóteles fue el principio de no contradicción, según el cual una proposición y su negación no pueden ser válidas al mismo tiempo. Este principio, junto con el principio de identidad y el de tercero excluido, forman la base de toda la lógica formal en la que se apoya todo el conocimiento científico. Estos tres principios son totalmente apuestos a los de la lógica dialéctica. Y, puesto que por vía de su enorme contribución a nuestro conocimiento científico adquirieron ¿deberíamos proclamarlos como certificado los únicos de autenticidad, válidos y como consecuencia descartar la lógica dialéctica? Eso es lo que ha hecho la filosofía de la ciencia (la Epistemología) desde la época de Aristóteles, pero esto amerita profundizar un poco más en la historia de ambas lógicas y para ello debemos ubicarnos en los temas que se discutían hace 24 siglos. Un viajecito en el tiempo. Vimos entre los llamados “pre-socráticos” a Heráclito que sostenía que todo cambia, y que por lo mismo todo es y no es a la misma vez. Es algo intrínseco a la idea del cambio. En el momento del cambio algo está dejando de ser lo que era hasta ese preciso instante para ser otra cosa que empieza en ese momento. También estaba Paraménides de Elea quien sostenía que el movimiento (y por tanto el cambio) era imposible. Con su famosa paradoja de que para ir de A a B, hay que pasar antes por la mitad de la distancia entre ambos puntos; llamémosle C, y para ir de A a C por la mitad y así sucesivamente. Como esto es un proceso infinito, siempre hay una mitad a la que llegar “antes”, entonces el movimiento no existe. Esto es el argumento ideal de los que aman procrastinar, posponer: Antes de hacer aquello, tengo que hacer esto, pero antes de esto tengo que hacer esto otro y como siempre tengo algo que hacer antes, nunca hago nada y todo queda para después. INTERVALO. Permítanme adelantar algo de lo que usaré más adelante como argumento. ¿Ven que en todas estas ideas y discusiones el tema del “tiempo” es fundamental? Ya volveremos sobre esto. Aristóteles propone zanjar la cuestión de una manera muy práctica, empírica, como todo lo suyo: algo cambia porque pasa de un estado potencial a un estado actual. En definitiva ya tenía en su interior la capacidad de ser algo diferente (la potencialidad) y la expresión de esa potencialidad es el cambio hacia una nueva realidad. Corresponde estudiar entonces las causas que producen el efecto de esa nueva realidad. No el “proceso” del cambio en sí mismo, sino la situación anterior, que causa la situación nueva. Formula así su teoría de causa-efecto que se basa en la teleología. Esto es una posición metafísica según la cual todo tiene una finalidad, un objetivo. Aristóteles encontró que para poder entender “algo que es”, necesitaba inmovilizarlo. No podía ser estudiado mientras estaba cambiando, porque en esa situación coexistían causas y efectos, elementos de la realidad anterior y de la futura. En su monumental obra Metafísica, propone lo que llama una ciencia de todo lo que es, una ontología. Y así la define al comienzo de su libro IV: “…una ciencia que estudia lo que es, en tanto que algo que es y los atributos que, por sí mismo, le pertenecen.” Pero esta ciencia, añade, “no se identifica con ninguna de las ciencias particulares, sino que posee el objeto de estudio más extenso y menos comprensible que pueda existir: el ser.” ¡OJO! Con esta palabrita: el SER. Vemos que deja fuera de su estudio, el DEVENIR. O también podríamos decir que propone estudiar el SER como algo que es, independientemente de su DEVENIR. En definitiva, el objeto de estudio de la ciencia debe ser algo ESTÁTICO, debe estar quieto, para que pueda ser estudiado. Y es justamente en eso que se basa toda su lógica fenomenal. El principio de no contradicción, por ejemplo, expresa que una proposición y su negación no pueden ser válidas “al mismo tiempo”, deja fuera de la lógica el pasaje del tiempo. Veámoslo de otro modo En el mismo momento, una cosa no puede ser ella misma y su contrario, entonces, en ese momento puede ser estudiada como lo que es. Pregunta: ¿Puede una proposición ser verdadera y al instante siguiente ser verdadera su negación? Claro que sí, eso está en perfecta armonía con el principio de Aristóteles. Ahora bien, si puede ser en un instante su contradicción, es que ya tenía la potencialidad de ser negada, como el propio Aristóteles propuso. O sea que el SER (como cualquier cosa que es) y su NEGACIÓN ya formaban parte de la misma realidad. Solo que desde un punto de vista formal, necesitamos abstraernos de esa realidad para quedarnos solamente con la mitad que ES, para poder estudiarla. Esto es un aporte fundamental para el desarrollo de las ciencias, pero es necesario destacar y reconocer que para poder utilizarlo estamos explícitamente renunciando a ver una parte de la realidad. Estamos aplicando un tipo de lógica ESTÁTICA, a una realidad que es DINÁMICA. Estamos, a propósito y a plena conciencia, dejando fuera del estudio de la ciencia nada más y nada menos que el devenir, el cambio, el tiempo. Pero lo que es más grave, para poder evitar tener que estudiar el cambio dentro del mismo ser de cada cosa “que es”, tenemos que asumir que no tiene contradicciones. O sea respetar el principio aristotélico de no contradicción. Una cosa no puede ser al mismo tiempo lo que era hasta ahora y lo que está empezando a ser a partir de ahora, si ambas son contradictorias. Eso es incorporar la dinámica, en el estudio y por tanto la lógica dialéctica. Y aquí llegamos al punto central (y final) de este capítulo. Fue tan impresionante el aporte de Aristóteles que por mucho tiempo se consideró el único tipo de razonamiento válido y por tanto se tuvo por falso o inútil a cualquier otro tipo de lógica, en particular a la dialéctica, y se ignoró el pequeño detalle de que dejaba afuera de su estudio nada más y nada menos que una parte fundamental de la realidad: el CAMBIO. No hay acá, no se confundan, ningún juicio de valor. Hay que reconocer, valorar y apreciar en toda su enorme contribución la lógica aristotélica. Lo que es importante es no creerla la única manera válida de razonar. Es importante usar ese razonamiento sabiendo que se aplica a un modelo estático de la realidad y que se necesita otro tipo de razonamiento para estudiar su dinamismo. Ambas formas de razonar son perfectamente válidas en su contexto y se aplican mejor o peor según lo que estemos estudiando o intentando comprender. Existen ciencias enteras que son estáticas, que se dedican a estudiar “lo que es”, como por ejemplo la Anatomía, mientras que otras son dinámicas, estudian el funcionamiento, el proceso, el cambio, como la Fisiología. Ahora bien, el estudio del ser humano necesariamente debe integrar Anatomía y Fisiología. Cómo “ES” un órgano y cómo “FUNCIONA”. En otros campos del saber humano, no es tan sencillo distinguir eso. La Física es el estudio de las propiedades de la materia (según una definición bastante antigua). Eso es bastante estático, aunque el estudio de esas propiedades incluyera las fuerzas que actúan sobre la materia y como se ejercen, teniendo incluso en cuenta una variable importante como es el tiempo. Pero esto cambió mucho desde que Einstein nos demostró que la materia es energía. La energía es dinámica por definición y encima, para complicarlo todo viene en forma de paquetes discretos llamados Quantum. Y la física cuántica es lo menos estático que pueda existir, por lo que la lógica aristotélica ya no le es aplicable. Un fotón es al mismo tiempo onda y partícula, ¿dónde quedan el principio de identidad y el de no contradicción? Si quiero mirar por cuál rendija pasa mando al diablo el principio del tercero excluido. Y finalmente tenemos ciencias que son dinámicas por definición: desde la Química a la Sociología, pasando por la medicina (como conjunto de ciencias, en realidad) la Historia y la Economía. Todas ellas se benefician del razonamiento formal aristotélico en una parte de su desarrollo, pero necesitan incorporar el razonamiento dialéctico cuando estudian procesos, cambios, el devenir de sus “objetos” de estudio. Capítulo 9 – Hegel – La dialéctica moderna Tan enorme fue el impacto de Aristóteles en la lógica y en el razonamiento científico, que se necesitaron veinte siglos para redescubrir el valor de la lógica y el razonamiento dialéctico. Y quien hizo ese redescubrimiento fue un gran admirador de Aristóteles, así como de Descartes, Spinoza, Kant y Rousseau: Georg Hegel. Hegel fue un filósofo que vivió en lo que hoy es Alemania entre 1770 y 1831. A principios del siglo XVII. Encontró que la explicación a los principales “problemas” de la sociedad y la historia requerían de una lógica diferente a la de Aristóteles. Era una lógica anterior a Aristóteles, pero cuyas bases nunca habían sido formuladas en términos de leyes estrictas de pensamiento, como supo hacer Aristóteles con las suyas. Y ese fue su gran aporte, dotar al pensamiento dialéctico de leyes correctamente definidas y perfectamente formuladas, de una “lógica”, como ciencia formal del pensamiento. En la lógica de Hegel el acto del conocimiento es la introducción de la contradicción. En el principio del tercero excluido, algo o es A o no es A, es la proposición que quiere rechazar la contradicción y al hacerlo incurre precisamente en contradicción: Si una cosa solo puede ser ella misma o su opuesto, hay algo más, que es lo abstracto común a esos dos opuestos y que los engloba. A debe ser +A ó -A, con lo cual ya queda introducido el tercer término, A, que no es ni + ni - y por lo mismo es +A y –A. Una cosa es ella misma y no es ella, porque en realidad toda cosa cambia y se transforma ella misma en otra cosa. Al rechazar el principio aristotélico del tercero excluido debe aceptar que todas las cosas son contradictorias en sí mismas y ello es profunda y plenamente esencial. La identidad es la determinación de lo simple inmediato y estático, mientras que la contradicción es la raíz de todo movimiento y vitalidad, el principio de todo automovimiento y, solamente aquello que encierra una contradicción se mueve. La lógica formal capta la identidad, la diferencia y la contradicción, pero no la transición de lo uno a lo otro, que es lo más importante, cómo lo uno se convierte en lo otro. Esta primera ley de la dialéctica se conoce como la ley de la unidad y lucha de contrarios. Puede verse como que cada cosa que existe es única, unida con su opuesto, o como que todo tiene un opuesto que forma parte de la misma realidad, de su esencia. Pero no solamente estos opuestos forman la misma cosa, sino que además están en lucha, en activa oposición. Esto es el motor del cambio. Revive así los postulados de Heráclito, todo lo que existe ES y No ES, y todo está en guerra permanente. Pero completa la construcción lógica con otras dos leyes. La segunda ley dialéctica expresa que los cambios cuantitativos se transforman en cualitativos. Aquí se introduce un concepto importante. No solo la contradicción es el motor del cambio sino que existen también diferentes tipos de cambios, y la simple acumulación de algo (cambio en cantidad) provoca un cambio en calidad. Para entender esta segunda ley ya hay que pensar en el tiempo. Esto ya no es estático como los principios de Aristóteles. Al contrario, aquí el pasaje del tiempo es inmanente a la ley misma. No puede darse una acumulación de cambios cuantitativos en forma instantánea o atemporal. Lo que nos dice es que sin importar en cuánto tiempo ocurran esas acumulaciones en cantidad, ellas, de por si, generarán un cambio en calidad. Es muy tentador recurrir a ejemplos de la realidad para ilustrar esta ley, pero intentaré abstenerme y pasar a la tercera, donde ya el tiempo se incorpora de manera explícita. La tercera ley de la lógica dialéctica se conoce como el principio de la negación de la negación. Esto implica un ciclo. De la unidad y lucha de contrarios surge una nueva realidad que es su negación, pero esta nueva realidad se compone a su vez de aspectos contrarios en lucha lo que llevará a una nueva negación. De ahí su expresión como Negación de la Negación. Esto se ve como un ciclo infinito de Tesis – Antítesis – Síntesis aunque Hegel no empleó personalmente esta clasificación en absoluto y en general discrepaba con una explicación que llamaba “mecanicista” de la ley. Esta lógica y sus tres leyes fueron discutidas ampliamente durante esos primeros años del siglo XVIII por Hegel y varios de sus contemporáneos y seguidores, pero siempre mezcladas en discusiones sobre filosofía, historia, ciencia, métodos científicos, política, por lo que no se encuentran expresadas con claridad hasta varios años después por Friedrich Engels en sus obras Dialéctica de la Naturaleza y el AntiDühring. La ley de negación de la negación completa las anteriores, explicando el modo en que se resuelve la contradicción, dando paso a una realidad nueva que contiene los aspectos positivos de lo negado. El primer momento del movimiento dialéctico, el de la afirmación, supone la mera existencia de una realidad; el segundo momento, el de la negación, supone la acción del elemento contrario que, en oposición con el primer momento, lo niega. El tercer momento, negando al segundo, que era ya, a su vez, la negación del primero, se presenta como el momento de la reconciliación, de la síntesis, recogiendo lo positivo de los dos momentos anteriores. En esas obras y otras escritas en colaboración con Karl Marx se formula una lógica dialéctica materialista, por oposición a la dialéctica hegeliana que se reputaba de idealista. Es así que ingresan al campo de la pura formulación de reglas de pensamiento lógico ciertos juicios de valor, que intentan descalificar una u otra forma de definir la manera en que se debe pensar Lo cierto es que Hegel aplicó esas leyes lógicas al estudio de temas religiosos y a la evolución del espíritu humano a partir de su creación por Dios, mientras que Marx y Engels, prescindieron de introducir en su descripción del funcionamiento de esta lógica de temas espirituales. De ahí la distinción entre el Materialismo Dialéctico y la dialéctica hegeliana. Pero independientemente del objeto para el cual se aplique, una lógica es un conjunto de reglas formales de pensamiento que se supone deben servirnos para entender la realidad o el funcionamiento del objeto que estudiemos, o para expresar con claridad nuestros pensamientos y transmitirlos “de una manera lógica”. La palabra viene de logike, que en griego antiguo significa dotado de razón, razonable. Relacionada a su vez con la más conocida palabra griega logos, que se traduce como conocimiento, pensamiento, idea, razón o principio. Si nos mantenemos fuera de cualquier discusión ajena a la pura lógica veremos que ambas formas de razonar: la lógica clásica, formal o aristotélica y la lógica dialéctica son complementarias y que no pueden existir la una sin la otra, si queremos tener un pensamiento completo. La lógica formal sirve para estudiar y describir un objeto o una realidad considerada de una manera estática y aislada del devenir, del tiempo. Nos ayudará a descubrir sus elementos principales, secundarios y accesorios. Nos permitirá diferenciarlo perfectamente de otros objetos o realidades por los principios de identidad, no contradicción y tercero excluido. La lógica dialéctica nos permitirá estudiar y describir un objeto o una realidad considerada de manera dinámica, en transformación, en devenir. Nos ayudará a identificar sus contradicciones, principales y secundarias y los procesos internos de lucha entre esas contradicciones que transforman el objeto de estudio en algo distinto, pero único consigo mismo, como aspectos diferentes de la misma realidad a estudiar. Entonces la lógica (cualquiera de ellas) es una herramienta para obtener conocimiento. Esto nos lleva a otro importante capítulo en este tema que es el método científico y como la lógica que usemos influye en el método a emplear. Es gracioso como ambas lógicas pueden considerarse también “opuestos en lucha”, cada una negación de la otra. Y como una simple acumulación de cambios cuantitativos (datos para describir un objeto o realidad) producen un cambio cualitativo (información, conocimiento). Esto es la segunda ley de la dialéctica. Y como esa información es base para nuevos desarrollos que producirán más conocimiento que negará aquel conocimiento inicial. La tercera ley. Todo esto es ni más ni menos que: El método científico. Capítulo 11 – El método científico Una cosa es la Lógica, como reglas o leyes que definen una forma de razonar ordenada y correctamente y otra cosa diferente es el Método Científico, considerado como un conjunto de pasos ordenados que se emplea para la adquisición de nuevos conocimientos en la ciencia. Son cosas diferentes pero que están muy relacionadas. Los “pasos” que se den usando un método científico para adquirir conocimiento, deben pensarse con las reglas de una lógica. El conocimiento adquirido debe expresarse y razonarse según las reglas de la lógica que se use. Nuevamente citaremos algunas frases de la Wikipedia. Aclarando que esta página se refiere a una gran cantidad de “métodos” diferentes que nosotros en realidad los vemos como conjuntos de técnicas que conforman un único método de adquisición de conocimientos. https://es.wikipedia.org/wiki/M%C3%A9todo_cient%C3%ADfico Como vimos anteriormente, Kant pensaba que Aristóteles no solo había formulado las bases de la lógica formal, sino que había completado totalmente su desarrollo, puesto que desde él poco o nada se había agregado al conocimiento, en esa rama. Aristóteles estableció también, usando sus reglas de lógica, ciertos métodos científicos de adquisición de conocimiento, que hoy se aceptan como “el método” científico por antonomasia. Fijó las reglas del razonamiento deductivo e inductivo, las reglas de la observación científica, etc. Así llegamos a una definición actualizada del método científico que se aplica en la gran mayoría de las ciencias y que consiste en: 1 – Observación (incluye medición, experimentación, descripción) 2 – Inducción (puede incluir también la deducción) consiste en formular una hipótesis que explique los fenómenos observados. 3 – Verificación, que contrasta la hipótesis formulada contra nuevas observaciones para confirmarla o refutarla. Este proceso lleva a la formulación de una teoría científica que se considera cierta hasta que un nuevo grupo de observaciones, inducciones y nuevas hipótesis la complementen o sustituyan. El método científico dialéctico no es muy diferente, solo que hace especial hincapié en un proceso continuo, progresivo, y acumulativo de conocimiento. No pretende llegar a una teoría única y verdadera (hasta que se demuestre lo contrario) sino que enfatiza el cambio, el movimiento permanente para asimilarse al objeto de estudio que se percibe como cambiante. Así se define el proceso del método científico dialéctico: 1 – Abstracción – Aquí se usan todas las técnicas de lógica formal conocidas y también las de la lógica dialéctica. Esta etapa consiste en conocer lo abstracto común a todos los fenómenos estudiados y formular una teoría. La teoría se ve siempre como una representación distorsionada de la realidad, puesto que se parte de la convicción que la realidad es siempre mucho más rica y al seleccionar y descartar algunos aspectos de la realidad para lograr una abstracción, necesariamente la estamos deformando. 2 – Concretización progresiva – Esto es el proceso inverso. Consiste en incorporar a la abstracción realizada cada vez más elementos de la realidad de modo de llevar esa visión distorsionada, lo más cerca posible de la realidad. Se asume que este es un proceso asintótico, en el sentido de que nunca se logrará describir totalmente la realidad. Importa mucho destacar la palabra “progresivo”. Cada nueva concretización del modelo abstracto, incorporará distorsiones a su interpretación, generándose así una serie de ciclos de abstracción – concretización. Importa concretización progresiva destacar no también implica que el proceso exclusivamente de incorporar aspectos antes descartados de la realidad que se estudia, sino que también puede implicar descartar aspectos antes considerados como importantes y poner otros en su lugar. 3 – Verificación – Cada ciclo de los dos pasos anteriores debe ser contrastado contra la observación de la realidad. Verificar, significa comparar la abstracción con nuevas observaciones y ver si las reglas o leyes deducidas se cumplen en esas nuevas observaciones. Como se ve ambos métodos no son tan diferentes. Observación – Inducción – Verificación; se parece bastante a Abstracción – Concretización progresiva – Verificación. La diferencia principal es que en el segundo, el énfasis está en el tiempo, o más bien en el ciclo temporal que “sube” desde la observación de la realidad hacia un modelo abstracto y luego vuelve a “bajar” hacia la realidad en forma “progresiva” o sea realizando avances, progresos, en ese ciclo. Mientras que el primer método plantea una situación idealmente estática: observar la realidad (experimentar hacer todas las pruebas que se necesiten) y luego generar una hipótesis, la que, si es correcta y no resulta refutada, será considerada la teoría que explique esa realidad. Así es como vemos que el tipo de lógica que se emplee para razonar, influye sobre el método de adquirir conocimientos. El uso de la lógica dialéctica, considerando especialmente el dinamismo de los procesos, tiende a hacernos razonar en forma dinámica también. Consideramos que como los objetos de estudio cambian, la forma de adquirir conocimiento sobre ellos también debe ser cambiante y hasta nuestro propio conocimiento estará siempre cambiando, adaptándose a ese objeto cambiante. Nuestro cerebro ya no busca estructuras sólidas e inmutables en las que apoyar su conocimiento sino patrones repetitivos y móviles, ciclos, periodicidades. Es más, llega incluso a sentirse incómodo con el conocimiento sólido e indiscutible. Le parece algo ajeno a la realidad, algo “irreal”. No me resisto a citar acá a uno de los mayores estudiosos y un referente ineludible de la dialéctica como es el Ing. Juan Grompone. En su libro “Marx Hoy” tiene todo un capítulo dedicado a la dialéctica como la entendieron y explicaron Marx y Engels y cito: “Un pensamiento no dialéctico se ve forzado a aceptar que la cadena causal comenzó en algún momento, hubo un pecado original, un acto de creación. […] las especies fueron creadas por un dios; el universo un buen día comenzó con un Big Bang. En la incapacidad de reconocer que la relación causal que describe el movimiento de la materia es cerrada y cíclica, se debe buscar un origen, un comienzo. Para este comienzo se vuelve necesario algo diferente al movimiento de la materia y aparece una causa primera.” Esto es lo que ha causado en nuestra mente el excesivo apego a la lógica aristotélica: la necesidad de buscar lo que el propio Aristóteles llamó un “motor primigenio”. No podemos ya imaginar siquiera, una realidad sin un inicio, en continuo cambio. Hemos perdido la capacidad de ver el cambio, de pensar en el cambio, el devenir, la dinámica de los procesos. Por eso vamos a detenernos un momento en los siguientes capítulos a tratar de aplicar la dialéctica y ver qué tal funciona en nuestra mente. A adaptar un poco nuestra mente a pensar en modo dialéctico. Capítulo 12 – Dialéctica en acción. Como hemos visto hasta ahora, la lógica dialéctica es un conjunto de reglas o leyes que nos ayudan a pensar en procesos dinámicos. Nos ayudan a captar y explicar el dinamismo de todos los fenómenos naturales y especialmente aquellos en los que hay intervención humana como la historia, la economía la psicología, etc. También vimos que se acompaña muy bien con un método científico de adquisición de conocimientos que también incorpore el concepto de movimiento, dinamismo, cambio en el tiempo. Llega pues el momento de ver como se aplica en la realidad y verificar si sirve para algo. La primera aplicación práctica del método dialéctico y su lógica fue realizada por Hegel para el estudio de la historia y los cambios sociales. Sus principales obras sobre el tema fueron: Fenomenología del Espíritu y Filosofía de la Historia Universal. Como se basó en estudiar las contradicciones y cambios en las ideas filosóficas, en el espíritu de las personas que integraban las sociedades desde la antigua Grecia hasta su época, fue luego criticado por intentar aplicar un método científico a un objeto no real: las ideas. De ahí que se dijera por sus críticos posteriores que su dialéctica era idealista. Surgió así el trabajo de Marx y Engels que aplicaron el mismo método y lógica al estudio de la historia, pero intentando encontrar un objeto real, un objeto material de estudio. Por eso llamaron a su disciplina Materialismo Dialéctico o Dialéctica Materialista. Este método, aplicado al estudio de la historia, luego profundizado por diversos teóricos, mucho de ellos rusos, se conoció como Materialismo Histórico. Su tarea principal consistió en encontrar algo material, medible, objetivo, en lo que aplicar el método científico, para estudiar las contradicciones que llevan a los cambios en la organización social a través de la historia. Realizan entonces una primera y muy importante Abstracción (recordemos que es el primer paso del método dialéctico de adquisición de conocimiento) consistente en ver a las sociedades humanas como la manera en que los hombres se organizan para producir y distribuir los bienes que necesitan para satisfacer sus necesidades. Entonces, para conocer el funcionamiento de una sociedad, captar su dinamismo interno y poder estudiarla con el método dialéctico lo que hay que estudiar son las “relaciones de producción”: como se organizan los seres humanos para producir lo que necesitan para satisfacer sus necesidades. Esto es historia y economía, ambas ciencias muy entrelazadas. Es necesario estudiar aspectos económicos, como el volumen total de bienes producidos por una sociedad, medir de algún modo las necesidades de esa sociedad, conocer las técnicas o métodos de producción que emplea, como se reparten o distribuyen esos bienes. Ver si además de relaciones de producción hay relaciones comerciales internas y/o con otras sociedades, si existen otro tipo de relaciones entre sus integrantes (políticas, religiosas, culturales) que afecten el acceso a los bienes, o sea que también es necesario un aporte de la sociología. Elaborar con todos estos datos un modelo abstracto del funcionamiento de esa sociedad. Ese modelo debe identificar, lo más claramente posible, las contradicciones que provocan los cambios. Aplicar la primera ley de la lógica dialéctica: unidad y lucha de contrarios. Detectar cuales son los aspectos opuestos del mismo objeto de estudio que en su lucha producen el movimiento. También se deben identificar los cambios cuantitativos que provocan cambios en calidad para poder finalmente encontrar la transformación de esa sociedad en algo diferente: la negación de la negación. Pero el materialismo histórico también recoge aportes de historiadores, economistas y estudiosos de todas las ciencias sociales, siendo su principal aporte el de integrarlos en un modelo abstracto elaborado según el método dialéctico y aplicando al estudio de cada modelo la lógica dialéctica. Comienza así por reconocer que cada sociedad cuenta con un conjunto relativamente acotado de MEDIOS para producir lo que necesita para satisfacer sus necesidades. Es lo que llaman los MEDIOS DE PRODUCCIÓN. El primero y más antiguo medio de producción identificable es la tierra, con sus diferentes capacidades de producción de alimento según la región que se estudie. Esto, por supuesto, determinará los recursos materiales con que contará la sociedad que habite en cada región. A la tierra y su productividad mayor o menor, habrá que agregar las herramientas y las diversas maneras de trabajarla lo que lleva a los fabricantes de esas herramientas y al conocimiento del trabajo de la tierra. Como vemos aquí se incorpora un nuevo concepto, el del trabajo necesario para producir los bienes. La producción agrícola como objeto de estudio ya tiene dos aspectos opuestos, en lucha, pero que forman la misma realidad. La tierra, sola, sin trabajo produce muy poco (lo que se pueda recolectar de plantas silvestres) se necesita aplicar trabajo, luchar contra el estado natural de la tierra para que exista producción agrícola. En este ejemplo vemos que el concepto de lucha de opuestos, no siempre es una “guerra” o una lucha en su sentido más tradicional. Puede ser como en este caso, una lucha positiva, del trabajo contra la improductividad de la tierra sin labrar, de la tierra que ofrece resistencia (física, pasiva) al trabajo que la modifica y otra resistencia (química, menos visible) al agotar sus recursos minerales a través de la extracción que se le aplica. Entonces los Medios de Producción y la Fuerza de Trabajo se integran en una unidad que se llama Fuerzas Productivas. Ambos, como vimos se encuentran en lucha, siendo aspectos distintos del mismo concepto. En esa oposición, se genera el movimiento permanente de las Fuerzas Productivas. Ambos elementos mejoran, se enriquecen evolucionan. Y por esta acumulación de la cantidad de mejoras en las fuerzas productivas se produce un salto en calidad. Se produce una nueva situación distinta de la anterior, donde la lucha continúa generando cambios y así sucesivamente: la negación de la negación. Basados entonces en las tres reglas de la lógica dialéctica, se postula la primera ley del Materialismo Histórico: Ley del desarrollo progresivo de las fuerzas productivas. Pero, bueno, esto no intenta ser un manual de materialismo dialéctico, sino solo un ejemplo de cómo aplicar el método y la lógica dialéctica a un estudio concreto, en este caso la historia económico-política de una sociedad. El problema del Materialismo Histórico fue su inmediata utilización como bandera política. Muchos de los estudios de Marx, Engels, Lenin y sus seguidores fueron la base filosófica de un movimiento político que se conoció en todo el mundo como comunismo. Como todo movimiento político genera una gran cantidad de oposición y resistencia, al estar tan embanderado con una corriente filosófica en particular, se crea resistencia también a esa base filosófica. Esa la razón por la cual aún hoy a mucha gente le rechinan los dientes cuando se mencionan cosas tan universales y generales como Dialéctica y Materialismo, y mucho más si van juntas. Por otra parte también al ser esa lógica y método científico aplicados a una finalidad política, fue necesario despojarlos de su capacidad de extrapolar, prever nuevas situaciones y nuevos cambios. Para el comunismo es “políticamente incorrecto” que haya algo mejor, posterior al sistema, porque entonces este sistema político debe ser reconocido como imperfecto, mejorable o, lo que es peor, contenedor de contradicciones internas que inexorablemente llevarán a nuevos cambios… Si se postula al comunismo como “el fin de la lucha de clases” y por tanto “el fin de la historia”; el máximo nivel de desarrollo alcanzable por la humanidad; no se puede permitir que se continúe estudiando contradicciones internas en esta sociedad: no las hay, es perfecta, inmutable… Aquí la dialéctica deja de tener sentido. La rueda deja de girar, la lucha se detiene, ya no habrá más cambios. De modo que también sus más acérrimos defensores tuvieron que negar la dialéctica. Una de las más interesantes contradicciones de todos los tiempos. Capítulo 13 – Tiempo y Espacio Las dos cosas de las que nunca tenemos suficiente, son infinitas. En el capítulo anterior vimos una aplicación de la lógica dialéctica y el método dialéctico de adquisición de conocimientos, al estudio de la historia y la economía. Esto dio como resultado una manera de entender la historia que se conoce como el Materialismo Histórico. Ahora vamos a intentar aplicar esa misma lógica y método de estudio a la Cosmología. Comenzaremos acá una serie de reflexiones sobre cosmología, mecánica cuántica, naturaleza del tiempo. Seres de mentalidad estrecha, o de curiosidad limitada, por favor ABSTENERSE. Cuando uno se acostumbra a pensar en términos dialécticos, a ver unidad y lucha de contrarios en todo lo que observa; a detectar acumulación de cambios cuantitativos que generan saltos cualitativos; a tratar de percibir negación de la negación en todos los procesos de cambio; se encuentra aplicando esta manera de ver la realidad en todos los órdenes de la vida. Como habitantes de un planeta con una forma aproximadamente esferoidal, habitamos una superficie “infinita” o, mejor dicho, una superficie curva cerrada. Como necesitamos poder determinar nuestra posición sobre esa superficie, establecimos algunas convenciones. Basándonos en que el planeta gira sobre un eje “imaginario”, lo que provoca la sucesión de días y noches, al completar un giro completo cada 24 horas, establecimos como “polos” los puntos en que el eje corta la superficie de la esfera. También adoptamos una serie de convenciones un poco más discutibles. Llamamos Polo Norte al que se encuentra cerca del polo norte magnético y Polo Sur al opuesto. Lo que aparentemente está en proceso de cambio, por estos días. Luego adoptamos la costumbre de representar al polo norte en la parte superior de todos los mapas y esquemas, lo que nos lleva a creer que el planeta gira, manteniendo esa posición. Joaquín Torres artista uruguayo discutió García, – bastante gran catalán, esa costumbre dibujando el Cono Sur del continente americano hacia arriba. Por lo que no deberíamos apegarnos al esquema mental de pensar el Polo Norte “hacia arriba” en el espacio. Al ser esférico el planeta y girar en el vacío enorme de la galaxia, podemos imaginarlo en cualquier posición o verlo como lo miran los astronautas desde el espacio, como en la fotografía siguiente, donde se ve el polo sur “hacia arriba”, tal como lo dibujó Joaquín Torres García. Aquí se puede ver el contorno de la península arábica, el cuerno de África Madagascar. y la Hacia isla de “arriba” cubierta por las nubes se ve el sur de África y continente antártico. todo el Como siempre Quino, genial. También establecimos la convención de llamarles “paralelos” a las líneas formadas por la intersección de varios planos, paralelos entre sí, y perpendiculares al eje de rotación. Y al equidistante de ambos polos le llamamos Ecuador. Como estas convenciones resultaron muy prácticas para determinar posiciones sobre esa superficie curva “infinita” creamos también líneas “imaginarias” sobre la superficie uniendo ambos polos, a las que llamamos meridianos. Que también pueden verse como intersecciones de la superficie con planos que contienen el eje de rotación. La famosa “paradoja” planteada por Stephen Hawking: “¿Qué hay más al Sur del Sur, o más al Norte del Norte?” Y que podríamos seguir ¿más al este del este, o más al oeste del oeste? O sea, al ser una superficie curva cerrada, cualquier trayecto en línea recta en una dirección, nos lleva indefectiblemente al punto de salida por lo que en algún momento del trayecto dejaremos de “ir” para empezar a “volver”. Por ejemplo; si caminamos hacia el norte por un meridiano, cuando lleguemos al polo norte (además de morirnos de frío) estaremos comenzando a caminar hacia el sur, a pesar de continuar caminando siempre en el mismo “sentido”. Podríamos haberles llamado a los polos: Punto A y Punto B o Alfa y Omega, aunque probablemente el resultado sería el mismo. Estas convenciones se nos introducen tan profundamente en la mente que influyen sobre nuestra manera de pensar y condicionan todos nuestros parámetros de ubicación: arriba, abajo, atrás, adelante, norte, sur, derecha izquierda. Algo similar ocurre con el tiempo, en el universo. Decimos que el Big Bang ocurrió hace 13.7 mil millones de años, porque calculamos su distancia en 13.7 mil millones de años luz. Pero existe una gran diferencia entre el tiempo y el espacio. Si la luz hubiera recorrido esa distancia en línea recta hacia nosotros desde un punto en donde se originó, seguramente habría “demorado” 13.7 mil millones de años. Pero no tenemos otra forma de calcular la verdadera distancia “métrica” sino a través del “tiempo”. Algo similar a lo que ocurriría si intentamos calcular la distancia entre los polos de la tierra. ¿Cómo lo haríamos? ¿Midiendo la mitad de un meridiano a través de toda la curvatura de la esfera? ¿Estaríamos midiendo la “panza” del planeta? ¿Es eso la distancia entre dos puntos opuestos unidos por una línea recta? ¿O queremos medir el eje de la tierra, su “diámetro”, en lugar de la mitad de su circunferencia? Cálculo que solo puede hacerse por medios indirectos, nunca “físicamente”. Ahora bien, si entendemos que así como somos habitantes de una superficie curva cerrada y que eso influye sobre nuestra manera de pensar, también entendemos que somos habitantes de un universo espacio-temporal curvo cerrado cuyas convenciones nos influyen aún más, quizá podamos empezar a reflexionar sobre lo que significa habitar en este universo. Algo de eso plantea Arthur Clarke (y Stanley Kubrik) en 2001, Odisea del Espacio. Cuando el astronauta traspasa el portal de las estrellas y pasa a una dimensión en la que el tiempo no lo determina, toda su mente, su percepción del universo, cambia. Lo mismo se plantea en “La llegada” de Denis Villeneuve, cuando la protagonista, buscando entender el lenguaje de los visitantes “heptápodos”, adquiere una manera especial de vivir el tiempo. En ambos casos lo viven, sin entenderlo. Lo cual es un recurso artístico de los autores, porque en realidad es inexplicable y por tanto no se entendería si quisieran explicarlo. Si como dice Stephen Hawking en “Breve historia del Tiempo, del Big Bang a los Agujeros Negros”, el tiempo empezó en el Big Bang, creando un universo en expansión explosiva, y nuestra percepción del tiempo depende de la posición que ocupamos en ese universo, tenemos que asumir que lo vivimos como una línea de Pasado a Futuro porque estamos todavía “alejándonos” del Big Bang. Tenemos que pensar en la posibilidad de que algo haya llegado ya a “dar la vuelta” y esté “volviendo” al Big Bang, para continuar con la analogía de la superficie curva cerrada del Espacio-Tiempo. Solo que esta no es tan sencilla como la superficie de una esfera. Acá hay una Hiper-Esfera, o lo que es lo mismo una esfera espacial expresada en la dimensión temporal, como muchas esferas diferentes superpuestas en el tiempo pero entrelazadas por las distorsiones que la materia puede realizar en el tiempo cuando alcanza concentraciones enormes. Como en los agujeros negros. Que entrelazan las hiperesferas, y de algún modo “vuelven” en el tiempo, al “caer” hacia el pasado debido a su enorme acumulación de masa. Hawking, lo plantea claramente, el Big Bang es un “polo” y los agujeros negros el “otro polo”. Su libro podría reducirse a la tercera dimensión como “Breve historia del espacio, del polo sur al polo norte”. El espacio en tercera dimensión es como la derivada del espacio tiempo: la situación del universo en un determinado punto del espacio-tiempo. También lo plantea (incluso antes) Ludwig Flamm, físico austríaco creador de la hipótesis de los agujeros de gusano. Sus agujeros de gusano no son otra cosa que los enlaces entre hiper-esferas, y por tanto túneles de tiempo. https://es.wikipedia.org/wiki/Agujero_de_gusano https://es.wikipedia.org/wiki/Espacio-tiempo https://es.wikipedia.org/wiki/Conjetura_de_protecci%C3%B3n_de_la _cronolog%C3%ADa Esto suele plantearse como respuesta a la inevitable pregunta: ¿Qué había ANTES del Big Bang? Luego de toda la disquisición que antecede puede que sea un poco más comprensible la respuesta científica: La pregunta es totalmente improcedente, puesto que el tiempo se crea en el Big Bang, por lo que no es posible utilizar un adverbio de tiempo, como “antes” para referirse a una situación en la que literalmente el tiempo no existe. Es como dividir por cero. Sabemos que la función f(x) = 1/x tiende a infinito, cuando x tiende a cero. Esto quiere decir que a medida que x (el denominador de la función) se hace más y más pequeño el resultado se hace más y más grande. Pero infinito (representado con ∞) no existe, en realidad. O sea que dividir por cero es imposible. No existe el resultado. No es posible decir que 1/0 = ∞. Esto es similar a plantearse qué había antes del Big Bang. Por otro lado también, cuando x tiende a infinito, o sea se hace más y más grande, la función tiende a cero, pero no existe ningún valor de x que cumpla esta igualdad: 1/x = 0 Hawking plantea “la historia del tiempo” y agrega “desde el Big Bang a los agujeros negros”. Y es que efectivamente los cosmólogos ven cada vez más a los agujeros negros como el FIN del Espacio-Tiempo. Este es un video muy interesante, entretenido y claro del Instituto de Física Teórica de España: https://www.youtube.com/watch?v=kq0g4xvynVI&t=12s Los agujeros negros supermasivos “rompen” el espacio (dice el profesor) y se olvida de agregar o de intentar explicar lo que significa, que también “rompen” el tiempo. En un agujero negro la masa es tan enorme que el espacio se rompe, se termina, no hay espacio. Y el tiempo también, se rompe, se termina, no hay tiempo… Pero que quiere decir esto en términos de “sentido común” (si es que fuera posible decirlo de algún modo). Una posible explicación sería que la enorme cantidad de masa de ese objeto tan peculiar “desaparece” del universo espacio temporal que conocemos. Pasa a un estado en que el tiempo y el espacio no existen. ¡Caramba! ¿No es esto lo mismo que ocurría “antes” del Big Bang? ¿Podríamos decir que de algún modo esa enorme cantidad de masa que los agujeros negros supermasivos “engullen”, como se suele decir, “vuelve” al Big Bang? No, no es posible, eso es contrario a todo sentido común. Sería como decir que 0 = ∞. El cero y el infinito son lo mismo. O que la hipérbola (curva que representa la gráfica de la función f(x) = 1/x) une sus extremos. Eso es claramente imposible en las dos dimensiones en que trazamos esa gráfica. Probemos de trazarla sobre coordenadas esféricas. Tomemos el ecuador como eje x, y un meridiano (Grenwich, idealmente) como eje y. Veamos que ocurre cuando x tiende a 0, por valores positivos o negativos. Sí, claro se necesita considerar las dos ramas de la hipérbola, o a más y menos infinito. En esos casos solo una línea (imaginaria) separa ambos valores, + y – ∞ o 0+ y 0-. Dos “viajeros” que intentaran recorrer esa hipérbola trazada sobre una esfera, acabarían fusionándose, pero invertidos. Podríamos decir que “chocando de frente”. En este video sobre el fin del espacio tiempo, se dice una frase, casi al final, que es sumamente sugerente: Podemos captar los restos lumínicos de la gran deflagración del Big Bang, porque “estamos justo en el medio”. Si fuera un poco más tarde, ya no podríamos ver el fondo de microondas porque estaríamos alejándonos a mayor velocidad. Esto resulta, al menos, muy sospechoso. Se parece al principio antrópico. Gracias a la “enorme casualidad” de que nos estamos haciendo estas preguntas justo a cerca de 14 mil millones de años de ocurrido el Big Bang y a que todavía podemos ver 14 mil millones de años “hacia atrás” en el tiempo, es que vemos ese fondo de microondas… ¿Usted no sospecharía? En definitiva, lo que podemos suponer es que si el Big Bang es el INICIO del tiempo (y del espacio) y los agujeros negros son el FIN del tiempo (y del espacio) ambos terminan uniéndose en la hiper esfera témporo-espacial o espacio-temporal del universo. También podría decirse que el Big Bang está a 14 mil millones de años luz de distancia de nuestra actual posición en el universo. Cuidado con esto, la distancia se expresa en términos de tiempo y eso confunde. Pero acabamos de ver en estos videos del IFT que el espacio depende de la masa y se curva a medida que la masa aumenta. Los agujeros negros producen una gran curvatura; como que “hunden” el espacio. Algo similar a cuando usted aprieta con el dedo una masa con levadura que está en expansión y también “comprimen” el tiempo. En las proximidades de un agujero negro supermasivo el Big Bang no está a 14 mil millones de años luz en el espacio, o a 14 mil millones de años en el tiempo, sino que está mucho más cerca. Como no podemos saber lo que ocurre “dentro” de un agujero negro supermasivo, podemos usar el mismo razonamiento de los límites que usábamos para la función f(x) = 1/x y suponer que esa distancia entre el “centro” de un Agujero Negro y el Big Bang “tiende a cero” cuando la masa del agujero negro tiende a infinito. En realidad esto debe pensarse en términos de la globalidad de la materia del universo, no solo con un agujero negro. La enunciación sería: La totalidad de la materia que forma los agujeros negros del universo, rompen el espacio-tiempo y por tanto está nuevamente en una situación similar a la existente en el Big Bang. O sea que el Big Bang no ocurrió hace 14 mil millones de años sino que está ocurriendo en este mismo momento a 14 mil millones de años luz de distancia de nuestra actual posición en el universo. Porque la materia que forma los agujeros negros, que muchas veces se dice “cae” dentro de los agujeros negros, está rompiendo la estructura del espacio-tiempo y por tanto volviendo al Big Bang. La propia denominación de esta acumulación de masa tan fenomenal, adquiere sentido con esta visión. Se les llamó agujeros negros, por la razón de que no se veía nada proveniente de ellos, y cada rayo de luz que pasaba cerca de un objeto tan masivo como este, resultaba atrapado y no podía continuar. Además su enorme gravedad atraía a otros objetos cercanos aumentando así su masa. ¿Por qué “agujero”? Porque parecía que la masa cercana “caía” en un agujero, pero en realidad es una gran estrella negra, que no emite luz, de una masa tan grande y tan compacta que un cm3 de su masa pesa varias toneladas. O sea: es un objeto, no es un “agujero”, que suele dar la idea de algo vacío. El sentido que este nombre adquiere con esta interpretación es que en realidad sí provoca un “agujero” una ruptura en la estructura del universo. Esa masa acaba “saliendo” del universo, tanto del espacio como del tiempo. Y acá podríamos hacernos la misma pregunta absurda: ¿A dónde va esa masa? Tan absurda como preguntar qué había antes del Big Bang. Porque la respuesta hará las mismas consideraciones: si rompe la estructura del espacio, no tiene a dónde ir, no hay espacio a donde dirigirse, no hay “ubicación” posible dentro del universo. Y si rompe la estructura del tiempo, no puede ir, “moverse” “dirigirse” con velocidad ninguna hacia ningún lado. Porque Velocidad es Distancia / Tiempo (v = d/t). La masa que “cae”, es “atrapada”, forma parte de un agujero negro, termina pues en una situación similar a lo que sea que hubiera antes del Big Bang. Pero ya vimos que es imposible decir “antes del Big Bang”, tan imposible como dividir por cero. Podríamos decir que “tiende” a estar como “antes del Big Bang”. Por tanto vuelve al preciso momento y lugar en que el Big Bang ocurre. El cero y el infinito se funden. En un entrelazamiento cuántico de proporciones cósmicas. El Big Bang y los agujeros negros son como los dos viajeros del ejemplo que vimos antes, recorriendo ambos brazos de una hipérbola trazada sobre una esfera. Cuando x tiende a 0 ambos se fusionan (uno por el norte y otro por el sur) sobre el meridiano que hayamos elegido para eje y, uno tendiendo a ∞ y el otro a -∞. Lo mismo ocurre cuando la y tiende a 0, ambos viajeros se funden de frente sobre el ecuador. No es tan absurdo. Solo tenemos que agregar a esta gráfica la cuarta dimensión. Crear una hiper esfera espacio-temporal e intentar trazar una hipérbola sobre ella. Eso es la estructura del universo. Nosotros, como seres tridimensionales, que recorremos la cuarta dimensión en un solo sentido, no podemos imaginarnos esta situación. Del mismo modo que un ser bidimensional (un plano) que recorriera la tercera dimensión en un sentido único, no podría imaginarse el “espacio”. O un ser monodimensional (un punto, una línea) que recorriera la segunda dimensión solo en un sentido no podría imaginarse el plano. Capítulo 14 - ¿Dónde se juntan las asíntotas? “Allá donde el diablo perdió el poncho” locución o proverbio que se usa para indicar un lugar muy lejano y de difícil acceso. En realidad un lugar que no existe ya que también en los relatos fantásticos el diablo NUNCA pierde el poncho. El mismo lugar donde se juntan las asíntotas. Por definición la asíntota es una recta que se acerca indefinidamente a una curva o función sin llegar nunca a tocarla. Se suele emplear también para nombrar a la curva o función que tiende al valor representado por una recta o un eje cartesiano sin llegar nunca a él. Es lo que vimos en el capítulo anterior como f(x) = 1/x, las hipérbolas. Sin importar lo enorme que sea x, f(x) NUNCA va a ser CERO. Eso es lo que da origen al concepto de límite en la matemática. El valor al que “tiende” una función, cuando una variable “tiende” a cierto valor. La gracia de esto es que en el punto exacto en que la variable vale 0, la función no existe… O también la variable x tiende a un valor inexistente como “infinito” ∞. Bueno, pero esto es solamente en el mundo ideal de las matemáticas. También vimos que para que la matemática pueda ser considerada una ciencia, necesita aplicarse sobre un objeto real. Y que eso llevó al grupo Bourbaki a estudiar sus fundamentos y plantearla como una ciencia de la naturaleza, que recoge relaciones que existen en la realidad y extrae de ahí sus axiomas básicos. Entonces, no deberíamos dejarnos envolver por la pureza ideal de la matemática y ver cuándo, en la realidad, las asíntotas se tocan. Cuando intentamos “bajar” a la realidad una función matemática, necesitamos recurrir a la física. La física nos muestra que en el intento de aplicar a la realidad funciones teóricas de indiscutible pureza matemática, Max Planck necesitó introducir un concepto que revolucionó completamente nuestra percepción de la realidad, el concepto de Cuanto de Acción, dando así nacimiento a toda una rama de la física conocida como la mecánica cuántica. Inicialmente fue solo una pequeña constante h que hacía coincidir una función con las observaciones de la realidad, respecto del color (frecuencia de onda) de la radiación de un cuerpo al calentarse… Una verdadera pavada. La gráfica de la función matemática pura, no coincidía con las observaciones realizadas. Pero al introducir esa pequeña constante ¡Voilá! ¡Todo coincide! ¿Cómo se explica eso? En realidad, es en esta última pregunta donde empezó todo el lío. Porque hasta ese momento todo era pura teoría matemática, sólida, funciones ya conocidas desde los griegos. El tema era saber, “en la realidad” qué significa esa h. Es lo mismo que estamos haciendo nosotros ahora al intentar saber si “en la realidad” las asíntotas nunca se tocan. Porque, para explicar el papel de esa h en la función, había que asumir que la energía no se liberaba ni se absorbía en forma continua sino en intervalos o paquetes que se llamaron cuantos (o Quantum) de acción. Eso cambió también el modelo del átomo. Niels Bohr definió los niveles de energía en los que se mueven los electrones, usando también la constante de Planck. Y para hacerla corta, tuvimos que asumir que nuestro mundo no es continuo, sino discreto. Que lo percibimos como continuo a nivel macroscópico, pero que en la realidad, allá, muy adentro, funciona a los saltos. Y que entre un punto y otro de esos saltos no hay nada, no puede haber puntos intermedios. Eso es lo que significa un mundo “discreto”. Entonces, nuestras funciones matemáticas, continuas, hasta el infinito, con asíntotas que nunca se tocan, no existen en la realidad. En la realidad, las asíntotas SI SE TOCAN… ¿Y DÓNDE? Pues es bastante obvio, cuando la distancia entre ellas se hace inferior a la constante de Planck. O sea, cuando están a menos de un cuanto de acción de distancia, ya no pueden considerarse separadas. Se fusionan. ¿Y eso dónde es? ¿Dónde el diablo perdió el poncho? Y si, cuando x = 6,62607015 ×10 34 entonces la gráfica de la función estará a una distancia del eje x de 6,62607015 ×10 -34 o sea h, la constante de Planck. Avance una cienmillonésima, cambie el último 5 por un 6, y ya las líneas serán una sola. Pero no en la teoría ¡EN LA REALIDAD!, porque la realidad es así, es cuántica, es discreta. No hay aproximación posible mayor a esa. Usted puede imaginar, o teorizar una distancia 7 ×10 -54 pero eso sencillamente no existe, es imposible. Me dirán: Bien, pero esto es a nivel sub atómico. En todo caso solo es relevante para los físicos de partículas. ¡Pero no! También afecta a nivel cósmico y puede cambiar toda nuestra concepción del universo. Si retomamos en este momento la línea de pensamiento que veníamos siguiendo en el capítulo anterior y pensamos en los agujeros negros supermasivos saliéndose de nuestro espacio-tiempo tetradimensional, tenemos que pensar que se dirigen a una velocidad cada vez mayor, y en forma asintótica hacia el Big Bang. También su velocidad es asintótica a la velocidad de la luz. Pero ahora sabemos que en la realidad las asíntotas si se juntan. O sea que en la realidad la velocidad de “caída” de un agujero negro hacia su origen, el origen de los tiempos, también alcanzará en un momento la velocidad de la luz. En ese momento su masa será “infinita”, su tiempo será CERO. ¿Por qué no vemos ese instante? Pues SI, ¡LO ESTAMOS VIENDO! Ese es el fondo de radiación de microondas que se genera en el último salto cuántico, en el momento en que se fusionan todos los agujeros negros, o, lo que es lo mismo, en el momento en que alcanzan la velocidad de la luz y su masa se hace infinita. Uno tendería a pensar: Ok, se fusionan nuevamente y vuelven a explotar. Esto es el modelo cíclico. Sucesión infinita de Big Bangs y Big Crunchs. PERO NO. Esto está sucediendo al mismo tiempo, no en ciclos. Incluso el modelo CCC – Cosmología Cíclica Conforme no puede concebir este “retroceso” del tiempo y postula un tiempo independiente del resto de las variables físicas del universo. Ah, entonces es el modelo estacionario. ¡Pues tampoco! Incluso teorías modernas de este modelo, se plantean absurdos como la existencia de un universo similar el nuestro “antes” del Big Bang, cosa que ya explicamos que es imposible. Y entonces, ¿Cómo se explica la expansión del universo? ¿La ley de Hubble? Las galaxias que se alejan a velocidades crecientes, el enrarecimiento de la materia. Pues, al igual que nosotros tenemos en el centro de nuestra galaxia un agujero negro supermasivo que nos está “tironeando” en su vuelta hacia el Big Bang, muchas galaxias tienen el suyo (o más de uno). También hay agujeros negros “sueltos” por ahí, sin ser el centro de ninguna galaxia y hay galaxias que no tienen un agujero negro en su interior. Pero la luz no recorre el universo en línea recta. Gracias a Einstein sabemos que se curva, siguiendo la curvatura que las grandes concentraciones de masa producen en el espacio-tiempo. Las galaxias, ya son una gran concentración de masa. Si además tienen un agujero negro supermasivo por ahí cerca o en su núcleo, más aún Así la luz de una galaxia lejana, sale como de un pozo, en el que esa galaxia está cayendo. Pozo más profundo si además es tironeada por la enorme masa de un agujero negro. Recorre una trayectoria curva y entra en nuestro pozo, el que forma nuestro propio agujero negro que también cae hace el mismo punto de la otra galaxia. En todo ese recorrido, además, la luz debe cubrir distancias que son “estiradas” por las enormes masas que distorsionan el espacio y el tiempo. Puede pasar relativamente cerca del horizonte de sucesos de otro agujero negro o de galaxias y nebulosas. Cuando esa luz llega a nuestra galaxia que se desplaza a solo una fracción de la velocidad de la luz, la recibimos como si nosotros estuviéramos “quietos”, detenidos en el espacio (y el tiempo) y su galaxia emisora se estuviera alejando, a velocidades crecientes, de la nuestra. La verdad, sin embargo, es que ambas galaxias están “cayendo” a lo largo de enormes “radios” del universo, hacia su “centro”, el Big Bang y la luz recorrió el camino de esta forma: por el radio de la galaxia emisora, en movimiento, luego por la superficie o la circunferencia exterior del universo y luego por el radio de “caída” de nuestra galaxia, también en movimiento… ¡Tremendo efecto Doppler! Podría preguntarse por qué la luz no hace una trayectoria recta desde la galaxia lejana hasta la nuestra. Aun asumiendo que ambas galaxias están en “pozos” que se prolongan hacia el centro, como radios, o depresiones del universo. Sabemos que la luz sigue trayectorias curvas, siguiendo la curvatura del universo. Sin embargo al recibirla, y estudiarla la interpretamos como rectilínea. Esto nos lleva a ubicar a las demás galaxias en posiciones “aparentes” y en aparente alejamiento. Algo que cualquiera que haya visto un espejismo lo entenderá. Deberíamos imaginar las galaxias que tienen agujeros negros supermasivos en su centro como un gran embudo, con el pico muy fino y estirado, casi como una pipeta. Como el embudo de un huracán. Ese objeto de enorme masa y gravedad hunde el espacio y el tiempo a su alrededor. Forma una gran “depresión” en esa zona del universo. Todo lo que entra dentro de su horizonte de sucesos comienza a desplazarse, atraído por esa enrome gravedad a velocidades cada vez mayores. El propio objeto que mal llamamos “agujero negro”, se desplaza a velocidades cada vez mayores, hasta hacerse cercanas a la de la luz. Normalmente nos preguntaríamos ¿Hacia dónde? Ahora sabemos que también hay que preguntar ¿Hacia cuándo? Podríamos tender a creer que “retroceden” en el tiempo, que “vuelven”. PERO NO. En realidad el tiempo se detiene, para ellos. Se “salen” del universo conocido y flechado por el tiempo o sea que vuelven a estar en la misma situación primigenia. Con toda su masa comprimida cada vez más y tendiendo a concentrarse en un punto y con su tiempo detenido. La asíntota que representa su gráfica de límites llegando a tocarse con la línea de constantes del Big Bang. O sea, en definitiva “fundiéndose” con el Big Bang. En el instante inmediato anterior a la fusión de las asíntotas, se produce una colosal liberación de energía, allá, muy lejos, a cerca de 14 mil millones de años luz de distancia, que todavía percibimos como el fondo de radiación de microondas. 1.37 x 1010 (años luz) x 3 x 108 m.s-1 (velocidad de la luz en metros por segundo) x 3.1536 x 107 s 365x24x60x60 (segundos que tiene un año) 1.3 x 1016 m (Distancia aproximada en metros al Big Bang) En mm serían 1.3 x 1019 y todavía estamos muy lejos del punto de unión de las asíntotas que determinamos al principio usando la constante de Planck. Quizá esto podría interpretarse como que todavía estamos alejándonos de ese punto. Pero al no ser especialista, esto también podría ser una interpretación “traída de los pelos”. Volviendo al Gran GAP; hace poco leí una cita de Schrödinger. Me encantó lo bien que ubica el concepto de GAP y con qué lo rellena. “La imagen del mundo que proponen los científicos que me rodean es muy deficiente. Proporciona mucha información factual, coloca toda nuestra experiencia en un orden magníficamente coherente, pero permanece en un lúgubre silencio acerca de todo lo que de verdad afecta a nuestro corazón, todo lo que realmente nos importa. No puede decirnos ni una palabra acerca de lo rojo y lo azul, lo amargo y lo dulce, los sentimientos de gozo y de pesar… No sabe nada sobre la belleza y la fealdad, lo bueno y lo malo, sobre Dios y la eternidad.” En definitiva, dice que podemos medir exactamente las longitudes de onda que asociamos al color rojo; pero no sabemos que significa la “experiencia vital” de ver un color. Hoy en día ocurre lo mismo con nuestros recuerdos o pensamientos; podemos ver qué áreas de nuestro cerebro participan al pensar en algo o al recordar algo: pero no tenemos la menor idea de la “experiencia vital” que significa un recuerdo o un pensamiento. Eso es “el gran GAP”. Schrödinger aún relacionaba esa “experiencia vital” al corazón. Hoy sabemos que está más bien vinculada al cerebro, a la actividad de neuronas… pero ¿Sabemos algo más?... No. El GAP es el mismo. Es entre una vivencia totalmente subjetiva propia e intransferible y algo externo, medible, comprobable. Lo que hace Schrödinger es meter a dios en ese GAP. Como no sabemos de qué modo una longitud de onda se transforma en la “experiencia vital” de ver un color; como no sabemos de qué forma una cierta molécula nos genera la “experiencia vital” de la felicidad o la depresión; como no sabemos de qué manera se almacena en nuestro cerebro un recuerdo y de qué modo se evoca, generando la “experiencia vital” de recordar o pensar o sentir; entonces eso debe ser dios… En general cuando se habla de la presencia de la idea de dios en la ciencia se trata de algo siempre muy parecido a esto. La fascinación del científico al encontrarse ante un abismo; la experiencia de descubrir la enormidad de su ignorancia, a pesar de ser considerado el genio que domina totalmente la materia de que se trate. Es entonces cuando se ve arrastrado a la idea de que esa maravilla inaprehensible, esa enormidad inabarcable, imposible de comprender debe ser algún tipo de “inteligencia superior”. Obviamente muy superior a la suya que se declara incapaz de continuar a pesar de haber llegado hasta allí. Hasta que no rellenemos ese GAP y podamos vincular una proteína o un circuito eléctrico entre neuronas con un recuerdo… Estaremos especulando sobre la existencia de un alma o de un dios.