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...... ...;;.F;¡ z ... -セ@ "" -e ¡; セ@ ¡¡ Huichapan. Tres momentos de su historia, nos presenta varias imágenes de los acontecimientos ocurridos en este terruño hidalguense en el Valle del Mezquital en tres diferentes periodos: el prehispánico, el colonial y el independentista. Personajes, cerros, caminos, construcciones, deidades, son los protagonistas de la historia y de los sucesos que ocurrieron en este territorio y son una muestra del carácter cambiante y discontinuo de su trayectoria así como de las diferentes motivaciones, prácticas e intereses de sus habitantes. La diversidad ) la pluralidad que nos muestra la historia en el detalle, ajena a los marcos preconcebidos de las historias nacionales y universales enriquece la comprensión del Huichapan de hov, que es el resultado de esas v otras muchas historias 。セ@ por devclar, aún sin discernir. = ¡¡ HUI CHAPAN tres momentos de su historia Fernando López Aguilar Haydeé López Hernándcz Editores FERNANDO LóPEZ AGUILAR (México, D. F. 1956) es licenciado en arqueología por la E AH ( 1984) y doctor en historia por la UNAM (1997). Investigador en eliNAH desde 1975 y profesor de tiempo completo-de la División de Posgrado de la ENAH desde 1990. Actualmente está adscrito al pッウァイセ@ en Arqueología. Fungió como director de investigaciones en la Ecole des Hautes Études en Sciencet So ciales de París y en la Universidad de Paris IV entre los años 2004 al 2007. Fue セ、・ャ@ segundo lugar del Premio Alfpnso Caso del INAH a las tesis de licenciatura en arqueológ(l ( 1985). Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores (nivel1), actualmente セ@ como vicepresidente de la Academia Mexicana de Ciencias Antropológicas y ・ウセ@ del cuerpo académico consolidado PROMEP de"Arqueología e Historia de las sッ」ゥN・、。セ@ jas". Sus investigaciones en el Valle de Mezquital han contado con linaaamiento del qoiセイエ@ Banco Mundial, Gobierno del Estado de Hidalgo, Universidad d la Sotboua Parit la Ecole des Hautes Études en Sciences Sociales de París. Actualinmte dirige los セ@ de investigación interdisciplinaria Proyecto Eje Valle del Mezqmtal y el Proyecto los seminarios Antropología Fractal (ENAH-Facultad de Ciencias de la UNAM} y セ@ CJ,:imáJ tico y Procesos Culturales (ENAH y Dirección de Etnología y Antropólop social) como la Línea de Generación de Conocimiento Epistemología Crítica de Mesoamérica, donde ha organizado tres cursos internacionales: Tecnología Utica, Temologla Cerámica y Arqueología de la Amazonía, con la participación del Centre ational de la Recherche Scielitifique, Archéologie des Amériques, la Universidad de París 1, El Colegio Franco Mexicano para la Investigación y la Innovación y el Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos Sus publicaciones y ponencias presentadas en México y en el extraiijéro, se centran en la teoría, metodología, epistemología e historia de la arqueología, así como en la arqueología de los sistemas complejos. Entre sus obras se destacan Simbolos del Tiempo.lntst4bi1idtuly b!{uicaciones en los pueblos de indios de/Valle del Mezquital (Consejo Estatal para la Cultura y las Artes del Estado de Hidalgo, 2005), Elementos para una construcaon teórJoo en arqueologla (ln.st:itu.t;o Nacional de Antropología e Historia, 1990) y Fractales y Antropologia, coordinado pqr Fernan do López Aguilar y Fernando Brambila (Sociedad Matemática Mexicana y CIMA: , 2007) Es miembro del consejo editorial de la revista Dimensión Antropológica deliNAH Pabñ*'- HUI CHAPAN tres momentos de su historia GoBIERNO DEL EsTADO DE HIDALGO CoNSEJO NACIONAL PARA LA CuLTURA Y LAS ARTES JOSÉ F RANCISCO Ü LVERA Rmz Gobernador Constitucional RAFAEL TOVAR Y DE TERESA Presidente ALFREDO BEJOS NICOLÁS Secretario de Turismo y Cultura JOSÉ VERGARA V ERGARA ANTONIO CRESTANI Director General de Vinculación Cultural Director General del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Hidalgo LUDMILLA SÁNCHEZ ÜLGUÍN Directora Técnica del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Hidalgo COORDINACIÓN DE PRODUCCIÓN Ludmilla Sánchez Olguín EDICIÓN Pablo Mayans CORRECCIÓN Adriana Cataño DISEÑO Mina Editorial DISEÑO DE PORTADA Pablo Mayans © Fernando López Aguilar, Haydeé López Hernández, editores D. R. © 2014, Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Hidalgo Plaza Juárez s/n, Centr o Histórico, C.P. 42000 Pachuca de Soto, Hidalgo, México www .cecultah.hidalgo.gob .mx Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta obra, por medios fotográfico, electrónico, informático o cualquier otra clase de copiado, sin autorización escrita del titular. ISBN: 978-607-7878-56-8 Impreso en México 1 Printed in Mexico CHAPAN HUI tres momentos de su historia Fernando López Aguilar Haydeé López Hernández Editores 1 INDICE PRESENTACIÓN 9 INTRODUCCIÓN 11 LA CULTURA XAJAY: desarrollo y territorio 23 UN PERSONAJE TOLTECA Ocho Ojo de reptil 39 EL COATEPEC y Huitzilopochtli 67 HUI CHAPAN en el camino 95 ESCENAS de GUERRA y BRONCE: Huichapan durante la Independencia 129 1 PRESENTACI O N Huichapan, tres momentos de su historia, editada por Fernando López Aguilar y Haydeé López Hernández, es tma obra sobre la historia regional y local articulada a partir de la arqueología, las crónicas y la etnología; cuyo ptmto de vista -su ángulo de observación- está fijado en este municipio del estado ele Hidalgo. Por esta razón se considera la pertinencia de incluirlo en la colección Historia y Patrimonio del Programa Editorial del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes ele Hidalgo (CECULTAH). Es interés ele esta institución diftmdir trabajos de investigación sobre lo que atañe a los hiclalguenses, su propia historia, que sin duda, contribuye y dialoga con la historia nacional. Los especialistas nos presentan textos planteados de manera escrupulosa, que nos ofrecen tm panorama de la región en donde se ubica Huichapan, justamente desde tres momentos: preshispánico, colonial y moderno. Pero además nos invitan a la reflexión y mirar muy ele cerca lo local. Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Hidalgo. 9 ' INTRODUCCION Fernando Lbpez Aguilar 1 Haydeé López Hernández 2 En la actualidad se ha vuelto casi un lugar común el pensar que la riqueza del detalle en la historia de las regiones y de las localidades difícilmente reflejará las visiones globales y homogéneas de la historia patria o universal. Efectivamente, la historia de lo local ofrece una perspectiva distinta que no aspira al recuento completo y absoluto, ni a la construcción de generalidades que expliquen la totalidad del espectro. Fijar la mirada en la historia detallada del terruño, por el contrario, pretende generar narrativas que evoquen la contingencia, la diversidad y todo aquello que logra escapar de la regulación central, cupular, y en las que la direccionalidad de la flecha del tiempo se disuelva en una serie de bifurcaciones y multifurcaciones, en tomas de decisión que impactan los grados de libertad en las acciones del futuro, en poblaciones con opiniones diversas y contradictorias, en la disolución de los límites y de las fronteras abruptas entre los grupos, sectores y clases sociales, los periodos y episodios de tiempo, y los territorios y espacios de acción. La riqueza de la localidad consiste no sólo en develar los detalles - sin duda n ecesarios para la comprensión histórica- , sino que tiene mucho que aportar a la comprensión y la refl exión de los procesos y las 11 historias generales. Como una suerte de espejos encontrados, la región puede mostrar aristas desconocidas セ ッ@ poco カゥウエ。 セ@ del espectro ge- neral, mientras, a la vez, se observa entre los márgenes de aquél. La región, el terruño y el tiempo, como conceptos monolíticos, aca- Retomando la metáfora de John Lewis Gaddis en El paisaje de la historia, 3 si podemos concebir el pasado como un paisaje que miramos al alejarnos, y a la historia como la forma de r epresentarlo, entonces el bados, no tienen cabida en la historicidad en general, y ello es, quizás, presente trabajo es "una suerte de confección de mapas", un conjunto de bosquejos セ エイ。コ、ッウ@ desde diferentes lugares y ュゥイ。、ウ セ@ que as- más evidente en lo local, en donde tales categorías simplemente se di- piran a representar algunas escenas de este terruño, reuniendo el cruce luyen . Difícilmente se puede percibir un arraigo esencial y fundamental de las inquietudes de la arqueología y la historia, develando escenas, de los pobladores a un territorio desde la ocurrencia de sus primeros lugares, caminos, procesos, pueblos y memorias, para abrir nuevos diá- asentamientos. También es difícil suponer una cerrazón genética (endogámica) y cultural de los habitantes, sin pensar en mestizajes bio- logos que observen a esta región desde el terruño, y no como periferia (y consecuencia natural) del centro nacional, es decir, para reflexionar lógicos e hibridizaciones culturales, en gente que va y viene llevando mas allá de las historias ya sabidas, ya contadas. consigo familia, proyectos, saberes, tesoros, recuerdos, cultos, vicios, mitos ... sü vida entera y la de sus antepasados. De la misma manera, oOo sería complicado pensar una región acabada, cuyas fronteras se mantengan inmutables a lo largo del tiempo y cuyos significados simbólicos El Valle del Mezquital es una región controvertida, pues en esencia no permanezcan al margen de los hombres, de los gobiernos y sus anhelos, se trata de un valle, sino de un sistema de cuencas hidrológicas que de los pueblos y sus vaivenes . .. de la historia y sus manías. vierten sus aguas hacia los cauces de los ríos Tula y San Juan . Quizá la Por el contrario, poner la mirada en lo local ofrece lugares privile- característica más importante que se puede destacar es que se trata de giados para observar las rupturas y discontinuidades que desde la pers- un espacio geográfico con clima semiárido, que se ha pensado que fue pectiva distante セ invariante a lo largo de los años y que fue ocupado por los otomíes des- ョ。」ゥッャ セ@ sólo pueden percibirse como irregula- ridades, anomalías o cortes abruptos y sin sentido. Desde la localidad se muestra la ausencia de linealidad, así como la suerte de decisiones y Nada más lejano a esas ideas. En realidad, se trata de un territorio acciones, las coyunturas y las soluciones de los habitantes en cada mo- enmarcado por las elevaciones de la sierra de Pachuca por el oriente y mento de tiempo, que gradualmente condujeron a la construcción de las que lo separan de la Cuenca de México por el sur. El límite poniente nuevas formas de organización, identidades, territorios, trayectorias y está formado por la sierra conocida como Cuautlalpan que separa las caminos, costumbres ... a nuevos escenarios y múltiples historias. aguas que se verterán hacia el río Lerma y al Pacífico de las que lo ha- En este sentido, y si bien todos los textos aquí reunidos responden rán hacia los ríos Tula y San Juan y al Golfo de México. Por el norte, el a las inquietudes teóricas de cada uno de los autores, comparten el an- límite se encuentra en las estribaciones de la sierra Gorda de Hidalgo helo de reflexionar y observar de cerca a la región huichapense, sin que y Q uerétaro. las miradas queden atrapadas entre los rígidos márgenes de la historia Dentro de esa región poco homogénea en términos fisiográficos y nacional, pero manteniendo un constante diálogo con aquella. Y es que ecológicos, así como en los culturales e históricos, Huichapan tuvo una no existe la pretensión de sofocar, sustituir o extinguir aquella historia, dinámica diferente a la del resto del Valle . A diferencia del Mezquital pues ambas posturas comparten el destino casi fatal de encarcelar al Árido, aquí se presentan áreas de bosques de pino-encino sobre suelos pasado セ・ョ@ desarrollados, fundamentalmente a partir de sustratos volcánicos . 5 Las su propio ィッイゥコョエ・ en realidad su representación . 12 de tiempos ancestrales. 4 セ@ al querer liberarlo, convirtiendo comunidades vegetales asociadas con sustrato calizo, sólo ocurren en 13 pequeños sectores en Tecozautla y al norte de Huichapan . En ese sentido, la gradiente altitudinal provoca una diversidad mayor de comunidades vegetales pues abar ca desde los 3100 msnm hasta la planicie en la confluencia de los ríosTula y San Juan a 1500 msnm; además, en las ban-ancas de los ríos Alfajayucan, Tecozautla y San Francisco que cruzan la región en dirección de sur a norte, se genera un ambiente tropical propicio para la presencia de árboles frutales. El agua captada en la caldera volcánica del Hualtepec emerge en dos lugares en forma de abundantes manantiales permanentes: en Huichapan - donde el más famoso es el de San José Atlán- y en Chapantongo. Por esta razón, estos lugares fueron preferidos para la ocupación humana y para la agricultura desde épocas tempranas . El paisaje del Mezquital Árido hada que el r ecurso acuífero resultara crítico para la ocupación humana, en especial para la producción agrícola, mientras que en la mayor parte de la región de H uichapan los ríos, los manantiales y la altitud, permitieron una ocupación con mayor posibilidad de sedentarismo y prácticas económicas diferentes a las que se dieron en cotas por debajo de los 2000 m. Para el sector oriental del Valle del Mezquital, ubicado en la sombra orográfica de las sierras de Hidalgo y de Pachuca y sujeto al efecto de fluctuación de los alisios y contralisios, con escasez de agua y sustratos aluviales en su mayoría de origen calizo, el efecto de desertificación es notorio. Bien decía Villaseñor y Sánchez cuando hablaba de la Teotlalpan en el siglo XVIII: "está situada al Norte [ ... ]a la entrada del Mezquital en donde cesa su caudal la República de las N u bes". 6 Así, las regiones con un factor de precipitación pluvial que permitiera la agricultura como una actividad redituable, aunque fuera complementada con la caza y la recolección, se convirtieron en los primeros lugares de ocupación en el Valle del Mezquital: hacia los inicios de nuestra era, ocurrió en la vertiente oriental de la sierra de Jilotepec y Villa del Carbón que se convirtió en un ámbito de interacciones en el eje norte -sur entre los grupos Chupícuaro de la región de Acámbaro (en la cuenca media del río Lerma) y los Ticomán de la Cuenca de México , e incluyó lugares como Cuautitlán, Tep eji del Río, la región de Tula y Atitalaquia. 7 Hacia el siglo m, grupos provenientes de Teotihuacan 14 inarcsaron desde el sureste a la región de Tula y del valle del Marqués, b bordeando posiblemente la ribera norte de los lagos de Zumpango y Tequixquiac y generando una franja ocupacional en Tetepango, Ajacuba y T laxiaca. 8 Por su parte, los herederos de la tradición ChupícuaroMixtlán, desde la región de Acámbaro y a través de San Juan del Río, con una r uta suroeste-noreste, ingresaron a la región de Huichapan. 9 El incremento de población y la expansión de los asentamientos durante el Epiclásico (alrededor de los años 650 a 900 de. nuestra era) hacia una zona anteriormente despoblada - la zona árida del Mezquital-- hace pensar en dos posibilidades no necesariamente excluyentes: los grupos hununos desarrollaron tecnologías y prácticas agrícolas novedosas para aprovechar ese espacio anteriormente despoblado, o bien, durante esos años y hasta el siglo X III se dio un clima más favorable para una agricultura permanente que permitió el avance poblacional y la fundación de asentamientos en zonas que anteriormente eran impensables. Los herederos de la tradición teotihuacana (llamados Coyotlatelco), avanzaron siguiendo el cauce del río Tula hacia el norte hasta aleanzar el valle de Ixmiquilpan, para dar lugar, en el Postclásico temprano, a la máxima expansión tolteca que tuvo su fin alrededor del año 1250. 10 A partir del siglo XIII, con el inicio de la pequeña edad de hielo, 11 el clima de la r egión pudo sufrir un nuevo proceso de desertificación y ser más parecido al que se vive en la actualidad. Pareciera ser que este desecamiento obligó a sus pobladores a desarrollar nuevas estrategias Yinculadas con la disper sión de los asentamientos y la ubicación de los poblados en lugares cercanos a los manantiales y a los cauces de agua permanente , despoblando amplias zonas. Así se configuró lo que se ha dado en llamar la frontera septentrional de Mesoamérica para el siglo XVI. Desde 1949, Sherburne Friend Cook propuso que esa modificación del clima y la acentuada desertificación se produjo como consecuencia de la explotación intensiva de los recursos bióticos durante la época prehispánica, lo que dio lugar a fuertes procesos erosivos y a la formación de las cárcavas y barrancas que caracterizan al Mezquital: [ ... ] el testimonio de grave erosión y destrucción generalizada de tierras en la Teotlalpan es tan completo como el que más pueda serlo. 15 Por tanto, puede concluirse que el cambio ambiental más profund o cau sado por poblaciones humanas ha sido la total devastación de casi todas las áreas productivas, aparte de las ll anuras y valles del fondo. La tierra de la estribación ha sido transportada cuantitativamente y depositada en los valles. 12 La ocupación azteca (caracterizada por el sistema de doble cabecera, nahua y otomí) requirió del uso intensivo de los recursos locales, dando lugar a un grave deterioro físico -químico d e los suelos que se expresó como un segundo proceso erosivo en la región árida del Mezquital. La sobreexplotación de los recursos, el desmonte de tierras y el consumo de leña para fuegos domésticos, producción de cal y diversos rituales aumentó la deforestación: "hay que considerar que el proceso estaba casi completo, y que si los españoles no hubiesen llegado cuando llegaron, de todos modos la Teotlalpan estaba ecológica y demogrijicamente condenada a la destrucción" . 13 La diferencia en la precipitación pluvial y en la desertificación entre las zonas árida y templada, fue aprovechada por los españoles y caciques indígenas que durante el siglo XVI desarrollaron prácticas económicas diferenciadas. En la cuenca del río Tula, desde la confluencia de los ríos Rosas y Salado hasta Ixmiquilpan, se dio preferencia a la introducción de ganado ovino y caprino para el pastoreo, en tal intensidad que el número de ovejas y cabras ha sido considerado como una plaga que ampli ficó la trayectoria originada desde la época prehispánica. 14 Por su parte, en Huichapan y en la zona templada se introdujo mayoritariamente el ganado caballar y bovino, dando lugar a la ganadería para el consumo de carne y lácteos. La deforestación de los montes y cerros fue consecuencia de la producción de carbón, cuyo consumo era alto en la capital de la Nueva España y en las minas e industria de las regiones aledañas . La llegada de los nuevos pobladores hispanos y el descubrimiento de los yacimientos de plata reafirmó los caminos y redes ancestrales que se habían configurado desde los primeros momentos de la ocupación: uno en dirección norte-sur, al poniente del Valle del Mezquital, que siglos después fue readaptado como el Camino Real de Tierra Adentro desde la Ciudad de México hasta Santa Fe en Nuevo México; y, el otro, 16 en dirección este-oeste, uniendo Ixmiquilpan con la r egión del bajío y la zona de los lagos de Michoacán, por la cuenca baja del río Tula, del San Juan y del Lerma Medio. Indudablemente, la antigua trayectoria teotihuacana por el norte de los lagos también se mantuvo en el largo plazo , vinculando el valle de Teotihuacan y Tizayuca con el Mezquital, y lo mismo ocurrió con otros ámbitos antiguos de interacción y r edes sociales que unían el semidesierto con la Huasteca y la Sierra Alta (Atotonilco, Meztitlán, Molango, Jacala). En est e libro se reúnen las miradas sobre los paisajes de esta historia regional. Se trata, de inicio, de la imagen que se puede construir a par tir de tres grandes panoramas: prehispánico, colonial y moderno. El primero, por el tipo de evidencias que construye y los datos con los que trata, suele ser menos detallado; mientras que los dos últimos, nos permiten abordar mayores precisiones en los acontecimientos, pero también genera mayor ambigüedad - una paradoja y una t ensión que, hasta la fecha, resultan imposibles de resolver. Los autores nos ofrecen en sus textos un gran nivel de análisis acerca de los periodos o los acontecimientos que tratan. En general, nos muestran que, a pesar de los personaj es , de la historia y de las perspectivas, lo que existe en común es la construcción de un t erritorio plagado de interacciones humanas, de r edes que rompen el ámbito local y que se insertan sistémicamente en un ambiente globalizado, sea el pequeño sist ema mundo del Formativo terminal, sea el gran sistema del mundo capitalista del siglo XIX. El territorio, el terruño, se convierte en lo común de la historia y es el personaje central de esta narrativa: es el espacio de las primeras ocupaciones Xajay y teotihuacanas . Es el ámbito donde Sabrina Farías y Alejandra Castañeda nos describen cómo se configuró esa comarca que en la modernidad designaremos como "Valle del Mezquital". Es la mirada arqueológica que trata d e entender para tiempos remotos la m anera en que determinados grupos sociales hicieron suyo un territor io que, observado desde su propia cosmovisión, se mostraba diferente y que, acotados por sus propias circunstancias y decisiones, definieron un patrón de poblamiento , un paisaje simbólico y un lugar de aprovechamiento de recursos . 17 La historia tras la muerte de "Un personaje tolteca. Ocho Ojo de Reptil", para Fernando López Aguilar, resulta el espacio idóneo que reúne dos inquietudes fundamentales para la arqueología: por un lado, las complejidades insertas en la investigación arqueológica y, por el otro, la utilidad de la interpretación de la localidad en la reflexión de los procesos generales. Apoyado en la excavación detallada de la sepultura de Ocho Ojo de Reptil en una de las habitaciones de una casa tolteca en Sabina Grande , el autor discute las diversas historias posibles que resultan de este proceso. La analogía etnográfica y la cosmovisión prehispánica pueden integrar elementos válidos y valiosos para complementar la interpretación. El entierro de dicho personaj e es un espacio sagrado autosim ilar a la habitación de uso cotidiano que muestra su r elación con el origen y orden del cosmos a través de la flor otomí Tutu. Ocho Ojo de Reptil se vincula con los antepasados y ostenta las fuertes interrelaciones sociales entre la periferia de Tula y lugares tan distantes como Nuevo México , Guatemala, el Golfo de México, Puebla y Acámbaro. Estos intensos vínculos cosmovisionales en la r egión son abordados con mayor profundidad en "El Coatepec y Huitzilopochtli", en donde el mismo autor propone una sugerente alternativa para observar a la Teotlalpan, integrando nuevamente la información procedente de la arqueología, las crónicas novohispanas y la etnografía. La "tierra de los dioses", sugiere, debe su nombre a la importancia que tuvieron los elementos geográficos de carácter simbólico para los grupos azteca y otomí, de tal suerte que la r egión comprendida entre Acámbaro y Yuriria, al poniente, y San Juan del Río y Huichapan, al oriente, fue el escenario de diversas migraciones, convirtiéndose en el eje simbólico de los mitos fundacionales vinculados al altépetl. Éste será el espaciosagrado que observa la peregrinación - quizás una de las más importantes- del pueblo azteca hasta la Cuenca de México. En su travesía por esta región y antes de llegar a Tula, los aztecas encontrarán en el Cerro Coatepec (Hualtepec) el lugar del nacimiento de Huitzilopochtli, de su lucha contra Coyolxauhqui y los Cuatrocientos Surianos, así como una primera imagen de la tierra prometida por su dios tutelar: Tenochtitlan. A la llegada de los españoles, Huichapan, ahora como parte de la provincia de Jilotepec, mantuvo su importancia en la r egión, pero integran18 do los nuevos intereses del orden virreinal. En "Huichapan en el camino", Fernando González Dávila muestra el papel protagónico que tuvo este poblado hasta bien entrado el siglo XVII en el marco de la avanzada hacia el norte, hacia la gran chichimeca, al formar parte de la ruta del m ovimiento del ganado hacia Querétaro, antes del descubrimiento de las minas de Zacatecas y Guanajuato y de la construcción del Camino de Tierra Adentro. El éxito de esta empresa coadyuvó a la importancia económica de la región y, a la vez, dio continuidad a los caminos prehispánicos que unían, de oriente a poniente, el Occidente con el Valle del Mezquital. Estas rutas ancestrales transcurrieron por un proceso de resignificación hasta perderse en el olvido frente a la creciente importancia que, con el tiempo, adquirió la trayectoria del norte al sur, por el Camino de Tierra Adentro. Finalm ente, Haydeé López H ernández nos ofrece una pieza para la reflexión de la historia en la que, desde la observación de un personaj e de la independencia nacional, se muestran, por un lado, los diferentes ámbitos de conflicto y decisiones que construyeron una trayectoria - quizá irreversible para el año de 1813- que culminaría en la independencia de México. Por el otro, se hace evidente el entramado de relaciones y redes que integraban las localidades en un flujo constante de información y en donde confluían los intereses individuales de los personajes, que adquieren significado por el conocimiento que tenían de los procesos que ocurrían en los ámbitos del virreinato, de las colo nias españolas y de los procesos a nivel mundial. Pensar en Julián Villagrán implica diferentes niveles de análisis que López Hernández trata de develar: el ámbito del antagonismo con la autoridad virreina] y las estrategias de guerra; los intereses, alianzas, conflictos locales y traiciones que se expresaron en la separación o muerte de los caudillos y, por encima de todo esto, la r eflexión historiográfica sobre la construcción de los mitos alrededor de los personajes que cimentaron la nación, el territorio y el terruño. Los paisaj es que mostramos en este libro son cuadros fijos de la historia de la región de Huichapan, útiles para entender que existen lazos y grandes rupturas que unen la historia. La comprensión cabal de cada episodio puede permitir la construcción de imágenes que tiendan 19 BIBLIOGRAFÍA puentes entre sí, y que abran a la imaginación las historias posibles de lo que pudo haber ocurrido entre cada momento significativo y cómo cada decisión tomada afectó, para bien o para mal, la capacidad de d ecisión de las generaciones siguientes. 1 1989. pッウセイ。、@ en Arqueología . Escuela Nacional de Antropología e His- tona. Dirección de Estudios Históricos. Instituto Nacional de Antropología e Historia. 3 Lewis John Gaddis, El paisaie de la historia Barcelona Anagrama 2 2002. + CooK, Sherburne Friend, "Demografía y ecología históricas de la Teotlalpan", en Cook, S. F. y W Borah, El pasado ele México: aspectos sociodemoar!ificos, México, Fondo de Cultura Económica, J , , , Fernando López Aguilar, Símbolos del tiempo. Inestabilidad)' bifurcaClones en los pueblos de indios del Valle del Mez quital, Pachuca, Consejo y las Artes de hゥ、セャァッL@ 2005, pp. 35-66. Estatal para la, cオャエイセ@ 5 lセオッ@ Gonzalez Qumtero, La veaetacion del Valle del Mezquital, Mex1co, INAI-I, 1968. 6 Joseph Antonio Villaseñor y Sánchez, Theatro Americano, descripción 。・セイャ@ de ャセ ウ@ re_ynos )' provincias de Nueva España J' sus jurisdicciones, Mexico, Editora Nacional, 1952, p. 139. 7 v・Qセッゥアオ@ Darras, "Las relaciones entre Chupícuaro y el Centro de セ・クQ」ッ@ 、オイ。ョエセ@ el Preclásico reciente. Una crítica de las interpretaCiones arqueologicas",joumal de la Societé des Américanistes volumen , 92, número 1 y 2, 2006, pp. 69-110. ' 8 Ferr:ando López Aguilar y Patric_ia Fournier, "Espacio, tiempo y asentamientos en el Valle del Mezqmtal: un enfoque comparativo con los desarrollos de William T. Sanders", Cuicuilco, volumen 16, número 4 7, 2009 . 9 Fernando López Aguilar, Gustavo Sandoval García y Sabrina Farías Pelayo, Pr::yecto Especial Pahñu. Guía para el viajero. Zona arqueolóaica del Pahnu, Hidalao, México, Instituto Nacional de Antropología e Historia, 2012. 1 f・イョ。セッ@ l￳ー・セ@ Aguilar y Patricia Fourni er, "Espacio, tiempo y asentamientos ... , op. cit. 11 Brian M. Fagan, La pequeña edad de hielo, Barcelona Editorial Gedisa · ° 2008. , ' O -\RR AS, Veronique, "Las relaciones entre Chupícuaro y el Centro de México durante el Preclásico reciente. Una crítica ele las interpretaciones ar9ueológicas",joumal de la Societé des Américanistes, volumen 92, numero 1 y 2, 2006, pp. 69-110. FAGAi': , Brian M., La pequeña edad de hielo, Barcelona, Editorial Geclisa, 2008. GADDIS , Lewis John, El paisaje de la historia, Barcelona, Anagrama, 2002. Go:\ZÁLEZ Quintero, Lauro, La veaetación del Valle del Mezquital' México, INA I-1, 1968. LóPEZ Aguilar, Fernando, Símbolos del tiempo. 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C., en el norponiente del Valle del Mezquital, en la cuenca de los ríos San Juan y Moctezuma y el parteaguas de la cuenca del río Lerma. Comenzó a definirse desde la década de los noventa del siglo pasado como unidad cultural autónoma, caracterizada por el asentamiento de sus centros ceremoniales sobre mesetas y las estructuras distribuidas en torno a una plaza, generalmente la de mayores dimensiones al norte, patrón que se reproduce por lo menos en los sitios Pahñu, Zethé y Cerrito. La pre sencia de petrograbados también es característica de este desarrollo, así como la cerámica Rojo Inciso Postcocción Xajay, de donde toma su nombre. 3 En estos sitios es notoria la ausencia de objetos y estilos de los asentamientos teotihuacanos como la tradición de elaboración de navajillas en obsidiana verde, pisos y acabados de estuco (conocido como pavimento teotihuacano), pintura mural, candelabros, cerámica Anaranjado Delgado y figurillas. En contraparte, en el contexto Xajay hallamos herramientas en materiales locales como la obsidiana negra, riolita y basalto , pisos de barro o de caliche triturado, acabados de barro y cerámica que difiere en gran medida de la teotihuacana. 23 tos que componen el espacio que habita el hombre forman una red de relaciones naturales [ ... ] dentro de la cual es posible la existencia". 7 La salida del sol del 29 al 30 de agosto en Pahñu marca la orientación general de los templos, de tal forma que el astro en esa fecha sale justo detrás del asiento central del Tecpan, edificio en el que se llevaba a cabo la toma de decisiones cívico-religiosas, y que en su interior tiene siete asientos o banquetas probablemente destinados para los representantes y gobernantes de los sitios Xajay. 8 Si bien no es viable hacer una generalización a partir de Pahñu hacia el resto de los sitios, consideramos que los rasgos como el estilo arquitectónico, el uso de materias primas y materiales, tanto cerámicos como líticos, diferencian a lo Xajay de los desarrollos contemporáneos de la región como el teotihuacano. Figura l . Ahora estamos en condiciones de ampliar la información a partir de las excavaciones r ealizadas en uno de sus sitios, Pahñu. Si bien no contamos con la fecha exacta de su fundación, si aplicamos los conceptos ante quem-post quem 4 y apoyados en el límite desde el cual el edificio principal fue cancelado, el año 512 d. C., 5 proponemos que las primeras construcciones debieron realizarse alrededor de los años 300-350 d . C. En Pahñu los trabajos iniciales consistieron en retirar el caliche 6 que cubría parte de la superficie y en nivelar la toba hasta lograr, mediante rellenos, el espacio necesario para edificar la estructura principal en el extremo norte de la meseta. Este edificio presenta un estilo arquitectónico caracterizado por una doble escalinata al norte y una sencilla al sur, ambas con acabados de barro y remate de dado en las alfardas (Fig. 1) . En su fachada norte tiene la representación del 3-Fuego y del 2-Agua, que se ha interpretado como la guerra sagrada entre ambos elementos. Las características de Pahñu tienen que ver con la manera en que sus habitantes configuraban el mundo, se apropiaban y le daban significado a los elementos topográficos y naturales, porque"[ ... ] debemos considerar que dentro del pensamiento prehispánico todos los elemen24 E L CO LAPSO TEOTIHUACANO Y EL SURGIMIE TO DE N UEVAS ENTIDADES La caída de Teotihuacan no fue un evento abrupto sino, tal y como se ha propuesto para otras regiones como el Valle de Querétaro, Tunal Grande y el Valle de Toluca, debió ser un proceso paulatino que llevaría consigo el reforzamiento de entidades que mantenían cierta autonomía. 9 El colapso teotihuacano ha conllevado una serie de cuestionamientos relacionados con el destino de sus pobladores, y con ello dio inicio al debate en torno al surgimiento del complejo cerámico Coyotlatelco, que ha dado origen a varias posturas. Una de éstas considera que se debió a la llegada de grupos foráneos que migraron hacia el centro de México durante el Epiclásico; 10 otra, relaciona el surgimiento de esta unidad social con las migraciones teotihuacanas, considerando que la baj a en la población de la Ciudad de los Dioses propició cambios y movimientos que derivaron en lo Coyotlatelco. 11 Esta última posición se basa en la persistencia de formas y atributos en la cerámica y en la idea de que la"[ ... ] tradición alfarera teotihuacana sobrevivió a la desestabilización y colapso de la ciudad, pese a que la industria especializada dejó de funcionar", suceso al que le siguió un proceso de "sincretismo de tradiciones y estilos cerámicos [como un] fenómeno heterogéneo pues 25 su naturaleza es híbrida y no se circunscribe a un bloque monolítico Teotihuacan -Coyotlatelco" . 12 En nuestra región de estudio, durante el Epiclásico el sistema Coyotlatelco conservó "parte de las pautas de la ciudad de los dioses [que] se preservaron en el marco del dinamismo de la reconformación identitaria de grupos otomíes que se gestó al no existir Teotihuacan como centro de filiación". 13 Bajo este escenario planteamos que la disgregación teotihuacana fue multidireccional, 14 y con ello algunos grupos de la zona periférica migraron hacia el área Xajay. Si tomamos en cuenta que ambos desarrollos compartían el semidesierto como m edio de subsist en cia y se con sider a la necesidad de realizar nuevas alianzas, entonces la movilización hacia recursos conocidos pudo no resultar tan radical. Los asentamientos teotihuacanos dentro del Valle del Mezquital se encontraban al sur del cerro Hualtepec, el cual marcaba el punto de frontera Xajay-Teotihuacan. 15 La población Xajay mantuvo contacto pero no estuvo sometida a la gran urbe, que alrededor de los años 400500 d.C. 16 comenzó a perder el control en el Mezquital cuando los sitios periféricos empezaron a despoblarse. Si bien el colapso teotihuacano fue un suceso que tuvo impacto sobre la población Xajay, no fue determinante para ésta, sino que se percibe como un periodo de crecimiento, tanto en el interior de los sitios (por el aumento de tamaño en las estructuras existentes en Pahñu y Zethé, además de la construcción de nuevos elementos arquitectónicos) como en el exterior, con la fundación de los sitios Cerrito yTaxangú. Alrededor del año 512 d. C. se realizaron procesos importantes de cambio en Pahñu: las paredes de adobe que sostenían el templo del edificio principal fueron destruidas, incendiaron el piso, el núcleo de la estructura fue removido (probablemente para extraer la ofrenda fundacional del sitio o el símbolo del dios tutelar del grupo) y los restos del templo se utilizaron como relleno; además, colocaron ofrendas en cada una de las esquinas para así sacralizar el inicio de un nuevo ciclo. Este momento implicó también eventos de reestructuración, aunque un poco más tardíos, en el sitio Zethé, localizado al norte del municipio de Huichapan. Hacia el año 600 d. C., sus habitantes clausuraron 26 Figura 2. un templo, también de adobe, que sepultaron con la edificación de una estructura rectangular localizada al oriente del sitio. De manera simultánea a la construcción del nuevo elemento incluyeron una caja-ofrenda que contenía nueve individuos sacrificados, ocho vasijas casi completas y dos collares de concha. La cerámica de ésta consistía en cuencos de la tradición rojo sobre bayo, una olla y un cajete que mezclan la bicrom ía mencionada con decoración al negativo, una vasija zoomorfa con la representación de un murciélago y una pieza del tipo cerámico Roj o Inciso Postcocción Xajay (Fig. 2). Quizá los cambios ocurridos tanto en Pahñu y Zethé como en la zona Xajay estuvieron relacionados con la pérdida de cohesión ocurrida a 27 finales del p eri odo Clásico. En este marco, proponemos su relación con los movimientos poblacionales consecu entes de la caída de Teotihuacan. T ERRITO RIO XAJAY: CRECIMIENTO Y RECONFIGURACIÓN Aunque descartamos la posibilidad de la adopción de todos los rasgos El crecimiento que observamos en los sitios Pahñu, z・セィ←L@ Zidadá, Ta' Cerrito pudo darse t ambién hacia el sur y pomente, donde lo xangu y , . . · . se había r eportado únicam ente como un grupo ceram1co sm asoX Q セ@ ll on arquitectura u otros elementos distintivos. Acerca de e o . ·' oaoon e , tenemos el caso de la región de Ixtlahuaca-San Juan del Rw, en la cual teotihuacanos sin filtro alguno a la r egión Xajay, podríamos reconocer se han identificado elem entos característicos y materiales concordantes el contacto entre ambos grupos en ciertos atributos que r ecuerdan ce - con los del periodo Epiclásico que se han descrito como "un desarrollo rámicas teotihuacanas, tales como cajetes de paredes r ectas ligeramente la arquitectura como la adquisición del estilo talud-tablero. Los ele- autónomo orienta d o h aC1a o aFy · , Si bien, la mayoría de los asentamientos se distribuyeron en un area · ·1 - en lo que se r efiere a las características fisiográficas (mesas y s1n11 ai , lles) medioambientales (el semidesierto) y de subsistencia (caza'a ' 1 l d. · r ecolección en conjunto con agricultura de tempora ) , as con !ClOnes m entos mencionados no se encuentran presentes durante el Clásico distintas no fueron impedimento para que el grupo avanzara hacia te- en los dos sitios excavados hasta el momento, y su emergencia marca- r ritorios como los valles de Acambay y de Ixtlahuaca. As:i, proponemos le el territorio XaJ· ay del Epiclásico que se hab:ia fortalecido como I NCORPORACIÓN DEL ESTILO EPICLÁSI CO EN LOS SITIOS XAJAY divergentes, decoración en esgrafiado, presencia de vasijas con la imagen de Tláloc y cerámica en rojo sobre bayo (sin que podamos asegurar su filiación a Coyotlatelco). Otras similitudes también se observan en ría la conjunción de dos tradiciones: la Xajay como predominante, que conservó un estilo tecnológico 17 propio en los materiales , así como en . 1 X . " 19 l qt 1 la disposición y orientación de sus sitios y, por otro lado, la tradición teotihuacana, que se encontraría presente en la r eproducción de ciertos cidente del Valle del Mezquital hasta el Valle de Acambay, y en la zona rasgos adecuados y fusionados con las nuevas condiciones de existencia. sur de la cuenca del do Lerma (Fig. 3). Como parte de la búsqueda de dichos limites territoriales, r esul- Si bien no conocemos la manera en la que se suscitó la entrada de los resuelto mediante alianzas entre los grupos, o bien procesos de con- ta pertinente destacar la polémica generada alrededor del Cerro de la Cruz en San Juan del R:io, Querétaro. El sitio se encuentra sobre una quista de los Xaj ay sobre los asentamientos que perdieron cohesión tras meseta y tien e varios rasgos que consideramos la caída de Teotihuacan. jay, tales como la orientación de la m esa al norte, p etroghfos en el centro ceremonial la estructura de mayor es dimensiones al est e , la zona estilos del Epiclásico a la zona Xajay consideramos que pudo haberse Este fenómeno no sería exclusivo de los habitantes de las mesas, 」ッョウエゥオセ@ de los Xa- ción local de vasijas estilo 'teotihuacanoide '" que denomina Complej o habitacional en' la parte baja, y los acabados y pisos de lodo. aオョ。 セP@ セ@ lo anterior presenta cerámica reportada para el Valle de San Juan, as1 ' 72 . como la p erteneciente al complejo del mism o nombre- que caracten- Atlán, y que fecha de manera provisional entre los años 550-600 d .C. za a los sitios epiclásicos del área, entre la que resaltamos el polémico Acerca de la producción de las piezas m enciona "que emulan a las teoti - Rojo Inciso Postcocción-Xajay (RlP) . , . . . Sobre la cronología de est e último tipo ceramJco, los mvest1gadores 20 puesto que en San José Atlán (al noroest e del cerro Hualtepec), Patricia Fournier detectó para el periodo Epiclásico "un énfasis hacia la produc- huacanas [y que ello] pudo deberse a que los objetos denotaron, afirmaron o r eforzaron simbólicamente los vínculos económicos con la ciudad de los Dioses (v. Cohodas, 1989)". 28 . consecuencia de la disminución del poder de Teotihuacan en a regwn de los valles de Tula y el Marqués (500-600 d .C .), se amplió del noroc- 18 R del Cerro de la Cruz argumentan fechas tardías basadas en su localización como un elemento intrusivo, sin vinculación ni asociación con los 29 en uso). Los usuarios de la morada recordaban permanentemente el Santiago de dnculo indisoluble con los muertos, las deidades y con el inframunclo, esto セ_ョヲッイュ。「@ una relación con la génesis y el fin trascendental humano. -o Querétaro Tomando en cuenta lo anterior, la cronología del RJP-Xajay podría co rresponder al menos con la parte final del Epiclásico, es decir, hacia el 950 d. C. Por otro lado, tanto el patrón de asentamiento como las características del centro ceremonial y la temporalidad de la cerámica permiten proponer la filiación del Cerro de la Cruz con el desarrollo x 。ェセ⦅ N@ SuRG IMIENTO DE Tu LA Y FIN DE LA cuLTURA XAJAY • Sitios Xajay • Sitios teotihuacanos • Sitios Huamango • Área Xajay Clásico • Área Xajay Epiclásico Figura 3. momentos constructivos del sitio, pues mencionan que "parece tratarse de cerámica usada por gente que llegó cuando el sitio estaba abandonado". La discrepancia cronológica surge de uno de los contextos en el 23 cual localizaron un entierro en un piso fechado hacia el 950 d. C., y que incluye una de estas piezas (RIP-Xajay). Por estas razones, han pro24 puesto que el RIP pertenece al año 1200 d. C. Sin embargo, describen como parte de las costumbres funerarias de estos grupos el enterrar a sus muertos dentro de las unidades arquitectónicas que aún se encontraban en uso. En esta unidad arquitectónica se daba una estrecha relación entre vivos y muertos (por el hecho de enterrar debajo de las unidades arquitectónicas 30 Hacia el año 900 d.C., Tula se instauró como nuevo centro rector. En el Valle del Mezquital se han registrado una serie de asentamientos nucleados que atestiguan su presencia en esta región. Tales sitios son considerados como "[ ... ] enclaves toltecas (Macuá Sayula Monta Albán ' ' ' Sabina Grande, Vitejé, La Herradura, Mandó y El Fraile) reubicados en torno a manantiales y sobre laderas de pendiente suave". 26 López Aguilar, Solar y Vilanova proponen que "[el] sistema tolteca [ . .. ] significó una 'bifurcación inversa' que implicó la integración, el incremento de los niveles de jerarquización y de control territorial y la reorganización formada por la coalición o alianza de grupos que estaban asentados en los sistemas menores". 27 La expansión de los toltecas hacia el área norponiente del Mezquital tuvo como consecuencia el debilitamiento de los sitios Xajay, alrededor de los años 1000-1100 d. C. Es probable que los centros ceremoniales hayan sido desmantelados y desacralizados por sus pobladores, quienes m igraron hacia los nuevos enclaves. El abandono no se percibe en el registro arqueológico como algún tipo de invasión por lo que es posible plantear que los habitantes fueron absorbidos por la nueva confederación, siendo ello una suerte de "estrategia política" generada a raíz de la presión que Tula ejercía con su rápida expansión. 31 Por otro lado, el abandono de los sitios epiclásicos del centro-sur de la cuenca de los ríos San Juan y Lerma pudo estar vinculado al desarrollo cultural denominado por Piña Chan, a partir del sitio con el mismo nombre, como Huamango, 28 centro cívico-ceremonial que mantuvo el control durante el Postclásico temprano del área del Valle de Acambay, también conocida como Valle de los Espejos, y que estuvo sujeto a la provincia de Tula-Jilotepec. 29 El avance Huamango hacia el norte sucedió por el mismo camino (el afluente del río San Juan) que en un inicio pudo ser una de las rutas que llevó a los grupos Xajay hacia el sur. La presencia de sitios como LosToritos30 (localizado entre los ríos La Estancia y el arroyo Maxnidó , y considerado como más norteño del área que abarcó el avance de este grupo en la región), y XajayTixhiñú (ubicado en el municipio de Aculco, Estado de México, donde la última etapa ocupacional está asociada a Huamango)31 proporcionan algunos datos que fundamentarían dicha ruta. Así, tanto la expansión de los pueblos toltecas como de los poblados sujetos a Tula, como el caso de Huamango, pudieron ser factores determinantes para el fin de la cultura Xajay. 1Doctorado en arqueología, Escuela Nacional de Antropología e Historia. 2 Maestría en arqueología, Escuela Nacional de Antropología e Historia. 3 Fernando López Aguilar, Laura Solar Val verde y Rodrigo Vilanova de Allende, "El Valle del Mezquital. Encrucijadas en la historia de los asentamientos humanos", Arqueología, vol. 20, 1998, p. 29; Gustavo Sandoval García, Un espacio autosimilar. 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Ana María Soler Arechalde, "Reporte de fechamiento electromagnético", en Luis Morett Alatorre, Desarrollo regional Xajay. Poniente del Valle del Mezquital, vol. IV: Arqueomagnetismo, Informe al Consejo de Arqueología, México, Escuela Nacional de Antropología e Historia/Instituto Nacional de Antropología e Historia, 2002. 6 Se trata de rocas blancas, formalmente llamadas calcretas, conformadas por carbonatos de calcio secundarios originados por procesos de intemperismo sobre las tobas volcánicas. 7 Manuel Alberto Morales Damián, "Hombre y medio ambiente en el pensamiento humano", en Patricia Fournier y Fernando López Aguilar (coords.), Patrimonio, identidad y complejidad social , México, Instituto Nacional de Antropología e Historia/Escuela Nacional de Antropología e Historia, 2010, p. 73. 8 Fernando López Aguilar, Gustavo Sandoval García y Sabrina Farías Pelayo, Proyecto Especial Pahñu. Guía para el viajero. Zona arqueológica del Pahñu, Hidalgo, México, Instituto Nacional de Antropología e Historia, 2012, pp . 8-11. 9 Ana María Crespo, "La expansión de la frontera norte (y la cronología oficial para Teotihuacán)", en Rosa Brambila y Rubén Cabrera (coords.), Los ritmos de cambio en Teotihuacán : niflexiones y discusiones de su cronología, México, Instituto Nacional de Antropología e Historia (Colección Científica núm . 336), 1998, pp. 323-334; Margarita Gaxiola González, "Tradición y estilo en el estudio de la variabilidad cerámica del Epiclásico en el centro de México"; y Yoko Sugiura Yakamoto, "¿Cambio gradual o discontinuidad en la cerámica? Discusión acerca del paso del Clásico al Epiclásico, visto desde el Valle de Toluca", en Laura Solar Valverde (ed.), Eljenómeno Coyotlatelco en el centro de México. Tiempo, espacio y significado. Memoria del primer Seminario- Taller sobre problemáticas regionales, México, Instituto Na- cional de Antropología e Historia (Colección Científica núm. 502), 2006, pp. 31-54y 127-162 . 10 Beatriz Braniff, "La frontera septentrional de Mesoamérica", en Linda Manzanilla y Leonardo López Luján (coords.), Historia an tigua de México, vol. 1, México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes 1 Instituto Nacional de Antropología セ@ Historia/ Uní versidad Nacional Autónoma de México/Miguel Anael Porrúa 1994 b ' ' pp.113-143. 11 Yoko Sugiura, "¿Cambio gradual o discontinuidad en la cerámica? .. . , op. cit., p. 128 . 12 Margarita Gaxiola, "Tradición y estilo en el estudio ... ", op . cit., pp. 49 y 48, respectivamente. 13 f・イョ。セッ@ López Aguilar y Patricia Fournier, "Espacio, tiempo y asentamientos en el Valle del Mezquital: un enfoque comparativo con los desarrollos de William T . Sanders", Cuicuilco, vol. 16, núm. 47,2009, pp. 130-131. 33 Cabe aclarar que coincidimos con laJJostura de que el desarrollo Coyotlatelco también pudo haberse erivado del desplazamiento poblacional teotihuacano, generando una "reconformación identitaria" que fortaleció entidades preexistentes y propició nuevas. 15 Los sitios teotihuacanos localizados por el Proyecto Eje Valle del Mezquital (durante las temporadas 1988, 1990, 1991 y 1996) son: El Cerrito Huizachal, Presa Marqués, Presa Nopala y Lomas Encinillas, Los Cuartos Ozocalpan, El Salto, El Marqués, Oleoducto Ozocalpan, El Gal';'án, Rancho Nuevo, Loma Zimapantongo, Cerrito Huizachal, Las Animas (Estación Sayula), Presa Rancho Nuevo y Loma Mogote. Véase Fernando López, Gustavo Sandoval y Sabrina Farías, Proyecto Especial Pahñu ... , op. cit. 16 Manuel Polgar, "La periferia en la continuidad y el colapso. Los asentamientos del periodo Clásico en el occidente del Valle del Mezquital", Arqueoloaía, vol. 20, 1998, p. 46. 17 El concepto de estilo tecnológico fue desarrollado por Letchman y se refiere al conjunto de opciones elegidas que son 1egadas de generación en generación, determinadas por el contexto temporal y espacial en el cual se desarrolla un grupo y transmitidas culturalmente. Tales elecciones conllevan una serie de actitudes que reflejan la relación entre un grupo y la naturaleza, así como los valores subyacentes a la conformación tecnológica. Véase M. A. Dobres y C. Hoffman, "Social Agency and the Dynamics of Prehistoric Technology",Joumal if Archaeoloaical Method and Theory, vol. 1, núm. 3, ri a del primer Seminario- Taller sobre problemáticas reaionales, México, l+ 1994, p. 218. 18 Fernando López y Patricia Fournier, "Espacio, tiempo y asentamientos ... ", op. cit., p. 127. 19 Bonfil menciona que los sitios localizados desde Valle San Juan hasta el Valle de lxtlahuaca podrían ser parte de "[ ... ] un sistema político económico propio e independiente que tiene セオ・@ ver con un grupo al que ahora llamamos, por su cerámica, Xajay '. Véase Alicia Bonfil Olvera, "La cerámica rojo sobre bayo y el complejo San Juan. Primeros acercamientos al Epiclásico del norte del Estado de México", en Laura Solar Valverde (ed.), Eljenómeno Coyotlatelco en el centro de México. Tiempo, espacio y sianiflcado. Memoria del primer Seminario- Taller sobre problemáticas reaionales, México, Instituto Nacional de Antropología e Historia (Colección Científica núm. 502), 2006, p. 307. 20 Juan Carlos Saint-Charles Zetina et al., "Entierros y ofrendas del Epiclásico en el Barrio de la Cruz, San Juan del Río", en María Elena Villegas Malina ( coord.), Estudios antropolóaicos de los pueblos oto míes y chichimecas de Q:;erétaro, México, Centro Regional INAH Querétaro, Instituto Nacional de Antropología e Historia (Colección Científica n úm. 502), 2006, pp. 309-326. 22 Alicia Bonfil, "La cerámica rojo sobre bayo . .. ", op. cit., pp. 297- 298. 23 Juan Carlos Saint-Charles y Roxana Enríquez, "Cerámica del Epi" op. Clt., . p. 317 . 1' . 2+ Juan Carlos Saint-Charles Zetina, "El reflejo del poder teotihuacano en el sur de Guanajuato y Querétaro", en Ana María Crespo y Carlos Viramontes (coords.), Tiempo y territorio en arqueoloaía. El centro norte de México, México, Instituto Nacional de Antropología e Historia (Colección Científica núm. 323), 1996, pp. 143-160. 25 El subrayado es nuestro. Juan Carlos Saint-Charles et al., "Entierros y ofrendas del Epiclásico ... ", op . cit ., p . 38 . " Fernando López Aguilar, Laura Solar y Rodrigo Vilanova, "El Valle del MezquitaL .. ", op. cit., p. 32. 27 !bidem, p. 33. 28 Román Piña Chan, ( coord. ), lnvestiaaciones sobre Huamanao y reaión vecina (Memoria del proyecto), México, Secretaría de Turismo del Estado de México, 1981. 29 Jbidem, p. 50; Lynda Florey-Folan y William J. Folan, "San Miguel de Huamango: un centro regional del antiguo estado de Tula-Jilotepec", en ibidem, p. 331. 30 En conjunto con una serie de sitios registrados de filiación Huamango. Véase Alicia Bonfil Olvera, hiforme técnico final del rescate aasoducto Palmillas- Toluca, vols. 1 y n, ms., México, 2001, pp. 37-38 y 103107; y "La muerte entre los otopames arqueológicos del norte del Estado de México. Un breve aná1isis de sus costumbres funerarias", Estudios Mesoamericanos, vol. 6, 2004, p. 33. 31 La secuencia ocupacional está conformada por tres periodos sucesivos. Durante el primero "[ ... ] existió una importante ocupación durante el Formativo Tardío-Protoclásico, vinculada a materiales que han sido reportados en la región centro-norte de México para esta misma época". El segundo momento ocupacional abarca el clásico tardío y el Epiclásico donde se inserta el complejo cerámico San Juan, asociado con el desarrollo Xajay, y la tercera ocupación "asociada al Posclásico temprano vinculada al complejo Huamango". Véase Alicia Bonfil, "La cerámica rojo sobre bayo ... ", op . cit., pp. C aSlCO ... , 294, 296-297. 2005, p. 32. 21 Enrique Nalda Hernández, UA San Juan del Río. 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EL SURGIMIENTO DE TULA La segregación de la sociedad teotihuacana, hacia el año 650 de nuestra era , trajo como resultado un incremento en la población y en los asentamientos en el Mezquital Árido y en la Teotlalpan, pues arribaron pobladores de tradición teotihuacana y filiación biológica otomí, conocidos en arqueología como Coyotlatelco. 2 Hacia el norte, los grupos Xajay, herederos de Chupícuaro, mantuvieron su hegemonía en la comarca de San Juan del Río yTecozautla, aunque se insertaron en la dinámica de regionalización local característica de este periodo, llamado Epiclásico en la arqueología. 3 Se ha pensado que el Epiclásico se caracteriza por una gran inestabilidad social y que las interacciones entre los diversos grupos y cabeceras pudieron haber sido de carácter conflictivo, alternando de forma oportunista las alianzas con la guerra, de forma tal que hacia el año 950, en un proceso que no fue necesariamente sincrónico, los centros de población como Chapantongo, la Mesa, Mesa Tanthé y Pahñu, entre otros, fueron abandonados mediante un proceso de desacralización. 4 La población se desplazó hacia la confluencia de los ríos Rosas y Salado, cuya unión da lugar al río Tula. Se trata de un espacio que resultaba propicio para la 38 39 fundación de lma gran cabecera de acuerdo con la cosmovisión prehispánica: el amaxac, la entrepierna, el entrecruzamiento de cañadas, el centro fem enino, un lugar que, por su misma configuración, era sagrado. 5 Tula se fundó tal vez como resultado de una confederación producto de la alianza entre las unidades políticas preexistentes en la región con otras que tuvieron diversos orígenes, incluida la nahua . Los estudios de ADN realizados en algunos enterramientos de Tula, así como la existen cia de prácticas funerarias, estilos y atavíos en figurillas, la iconografía y las esculturas muestran una gran variabilidad etnobiológica que hace pensar en la concurrencia de diversos grupos para la fundación tolteca. 6 Hacia el año 950 de nuestra era emergió Tula, un asentamiento de cerca de 17 km 2 • Este importante centro político y religioso en el sur occidente del Valle del Mezquital concentró la mayor parte de la población en el Valle de Tula . Algunos etnohistoriadores han propuesto que se trató del primer sistema de triple alianza (Excan Tlahtoloyan, en náhuatl) que conformaba el imperio colhua tolteca constituido porTula-Xicocotitlan, Otumba y Culhuacán . 7 En el Valle del Mezquital, los pobladores se agruparon en torno a manantiales y sistemas de cultivo para los que se construyeron terrazas en las laderas de los cerros con abundantes conjuntos r esidenciales separados entre sí. Se destacan, en las proximidades de Tula, el complejo Tepetitlán-Loma Taxhuada y en la r egión de Huichapan, alrededor de los manantiales de Sabina Grande, Huichapan y San José Atlán, se encontraba el complejo Sabina Grande-Estación Huichapan-Vitejé . セ@ Es posible, entonces, que el incremento de la población r especto al Epiclásico llevara a una intensificación de las prácticas agrícolas complementadas con la caza y la recolección, tal vez bajo un régimen pluvial más benigno que el actual. El desarrollo de las sociedades del Postclásico temprano de Mesoamérica se corresponde, grosso modo, con la modificación del clima conocida como Óptimo Climático Medieval (ocM), entre los años 900 y 1200 de nuestra era, que sustituyó el periodo más frío de los siglos 9 anteriores . Esta época de calor se encuentra m ejor documentada para Europa y el hemisferio norte, sin embargo, se sabe que tuvo impactos diferenciados a nivel planetario, pues mientras en el Polo Norte se generó 40 un deterioro de las condiciones de hielo que permitió el avance de los grupos nórdicos hacia la península del Labrador en Canadá, en otras regiones del mundo se produj eron sequías o un incremento en la precipitación pluvial. 10 Aunque los datos para Mesoamérica aún son dispersos y escasos, es relevante tomar en cuenta que , hacia la región de Mesa Verde, en el suroeste norteamericano, se dieron condiciones muy favo rables para la agricultura, 11 mientras que en el área maya se enfrentaban condiciones de sequía. 12 Hacia la región septentrional de Mesoamérica , que incluye Cuitzeo, Zacapu, Yuriria y Pátzcuaro, los datos sugieren que entre los años 800-1200 se dio un periodo m enos seco y erosivo que en los siglos anteriores y posteriores. 13 Estas condiciones favorables, con un clima cálido y húmedo, permitieron el desarrollo de la agricultura en el septentrión mesoamericano, en áreas donde anteriormente la baja precipitación pluvial obligaba a la intensificación de las actividades de caza-recolección. El sedentarismo se abrió paso hacia el norte, alcanzando los límites de Durango y permitiendo ubicar a Tula como capital imperial al norte del Altiplano Central. 14 No obstante, al norte de Tula los asentamientos no tuvieron el tamaño y la complejidad de los ubicados en la ribera de la Cuenca de México, como Tizayuca. 15 Más allá de la latitud de Sabina Grande y hacia el Mezquital árido, las dimensiones y densidad de los poblados disminuyen, pues la población se concentraba en torno a lugares específicos, dejando el resto del territorio sin ocupación . Los sitios localizados en el Mezquital son el complejo El Fraile, barranca sur de El Cubo, El Cubo (sitios 36, 38 y 39 PVM), en las inmediaciones de la barranca de Talantongo, PeñaActopan (sitio 41 PVM) y MontaAlbán (sitio 526 PVM) en el somontano bajo del cerro Xajay. SABINA GRAN O E A partir de las investigaciones del Proyecto Valle de Mezquital de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) realizadas en la región de Huichapan en el año 1989, se localizaron varios sitios toltecas relacionados con los manantiales de Sabina Grande, Huichapan, la Sabinita 41 y San José Atlán: Sabina Grande (342 PVM), Estación Huichapan E (344 PVM) y Vitejé S (345 PVM). Este complejo sistema de asentamiento consiste en un conjunto de terrazas, alineamientos y montículos d e tipo habitacional colocados sobre el norte de la ladera baja y de pendiente suave del cerro Nopala y el somontano bajo de la caldera del Hualtepec, pero arriba de los manantiales de Sabina Grande y San José Atlán . El asentamiento tolteca tuvo unos cinco kilómetros cuadrados con un ' patrón lineal en dirección suroeste-noreste, áreas de habitación y sistemas de terrazas de cultivo dispersos, con una mayor densidad y concentración hacia el noreste donde se ubicaba la zona ceremonial. 16 El centro 」セイ・ュッョゥ。ャ@ de Sabina Grande se encuentra al norte del manantial y conSiste en una estructura piramidal de por lo menos dos cuerpos construida encima de una plataforma de cerca de cuarenta metros de largo y un metro de alto. Al norte de este recinto existen evidencias de unidades habitacionales y de cultivo con abundante material cerámico y lítico especialmente de las fases Corral terminal y Tallan (850-1250 de nuestra era), aunque también se encontraron pequeñas muestras de cerámica del Preclásico superior. A 350 metros al poniente del pequeño basamento piramidal de El Cajón y equidistante con el arroyo Las Tinajas, en un terreno conocido 」セュッ@ El Tesoro, se encontraba la casa habitación de nuestro personaJe, muy destruida por fenómenos postdeposicionales. Esta unidad residencial, de la que apenas pudieron recuperarse algunos muros de laja y piedra bola que delimitaban los espacios internos, se encontraba orientada 16 grados al oeste del norte y las superficies ocupadas estaban recubiertas con pisos de lodo. La dimensión total de la estructura es imposible de conocer ya que se encontró muy destruida, pero es probable que fuera semejante a los conjuntos de casas toltecas excavadas en Tepetitlán, es decir, que se tratara de conjuntos de casas alrededor de un patio y altar central, 17 semejante al tipo de conj unto que Dan Healan denominó grupo de casas (house aroups), que incluye tres 0 más casas, con límites bien definidos, colocadas alrededor de un patio central. 18 En los r estos del cuarto que se encontraba destruido en su parte sur y que se delimitó por los primeros desplantes de los muros, se detectaron tres roturas del piso de lodo, correspondientes a tres fosas: una N 4 $ .... af 3 r \ELEM8 J ELEMENTO 13 2 セ@ セ@ + A 1 + + B l-o l セ@ e D E f, m Ilustración 1 . Planta de los restos de ]a casa y de los contornos de las fosas de forma elíptica de 0.82 m por 0.62 m (elemento 8), y otra de forma circular de O. 30 m de diámetro (elemento 1O), localizadas en la esquina del cuarto; y una más grande, de forma cuadrangular, de 1.5 m por lado 19 ( elen1ento 13), que ocupaba un lugar central. En el elemento 8, sobre la interfacie de destrucción que rompió el piso y que conformaba la superficie de la fosa de no más de veinte centímetros de profundidad, se depositaron los restos óseos de un individuo: las extremidades inferiores, sin los pies, un antebrazo, una vértebra y un cráneo. Sobre el cráneo y en su parte frontal se colocó una cuenta circular de concha. En la fosa había, además, un fragmento de cajete curvo convergente, una punta de proyectil de obsidiana y dos cuentas triangulares de concha. Los restos óseos se depositaron sobre un estrato 20 de lajas pequeñas y el cráneo sobre un conjunto de guijarros. 43 42 El elemento 1O, la fosa de forma circular, tuvo cerca de cuarenta centímetros de profundidad. Sobre el fond o de la interfacie se colocaron dos objetos: un coll ar de cuentas de concha encima de un artefacto bifacial de sílex. 2 1 En la interfacie de destrucción más grande (elemento 13) fue depositado un enterramiento humano , del que se encontró el cráneo, los brazos y piernas de un personaje. Entre la cabeza y las extremidades inferiores estaba un cajete boca abajo que contenía tierra amarilla y, debajo, un disco cerámico con pigmentos azul en el borde y negro en el centro, sobre un artefacto bifacial. Cerca del maxilar y formand o parte de un collar de jadeíta estaba una placa con una flgura tipo retrato que, además, tenía una placa con un glifo: 8 ojo de reptil. Entrelazados con las extremidades inferiores y superiores había un collar de concha y teselas de turquesa y un bivalvo bajo la mano. Asociado con est e nivel, se encontraron una pipa de cerámica, boca abajo y al sur del cráneo, dos orejeras de piedra verde , cuentas de concha (Strombus gigas) labradas en forma helicoidal con pigmento negro y rojo, cuatro cajetes completos ?? .. -y fragmen t os de otras vaSIJas. Sobre este nivel, se colocaron tres vasijas cerámicas, una urna de tecali, un hueso fragmentado con pigmento rojo, un cuchillo de obsidiana meca (negra con vetas rojas) de cerca de 30 cm de largo, un cuchillo de obsidiana orientado hacia el norte, un objeto de asta de venado labrado con imágenes de águila. Finalmente, la fosa fue tapada con grandes ro cas de cerca de 50 cm de longitud. 23 Un grupo de estratos de relleno, perturbados de manera desigual, cubrían la superficie del piso y el relleno de las fosas y constituyen los primeros estratos excavados. 1 . ' -) · Enterrami ento humano )' ofrenda en e l e lem ento 1 3 1l ust1.acwn sobre a la Jre aración del terreno natural, una superficie de エ・ーセL@ l seP construyeron l os muros d e las habitaciones; postenormente ue . 1se ; cllenaron los espacios con tierra al interior del área delimitada por muros, se depositaron algunas ofrendas y se cubrieron con un piso e arcilla (fa se 1). 24 セウ@ r Periodo 2. Dinámica posterior al abandono 1 Fase Acontecimiento Fecha 1 4 Actividad ag rícola reciente Presente 3 Construcción del silo セ@ 1 1 1 LA SECUENC IA DE EVENTOS 2 Actividad agrícola 1 Deposición natural y cultural 3 Enterramiento/co locación de ofrendas/abandono 2 Alrededor o antes de 1200 de nuestra era Ocupación/habitación Construcción de la vivienda. De acuerdo con el análisis estratigráfico de la excavación, el lugar tuvo dos grandes periodos: uno asociado con la ocupación de la vivienda y otro con los procesos de destrucción postdeposicionales que ocurrieron después del abandono. El p eriodo de ocupación de la estructura se inició en el año 800 de nuestra era o algún momento posterior, con Colocación de ofrendas en su interior l. Ocupación de la vivienda 1 Alrededor o despu és de 800 de nuestra era . tetJ , .co d e la ex ca\ ,aci·Ón d e Sabina Grande-' 5 C uad ro 1. Perioclificación )' fas co sm 44 45 Terminada la construccwn de esa vivienda, se habitó durante un tiempo indefinido y, al final del ciclo, pudo haber sido el lugar de habitación de nuestro p ersonaje (fase 2) . Antes del derrumbe de la unidad habitacional, el piso de arcilla fue roto al menos en cuatro ocasiones para colocar las ofrendas y los restos mortales del p ersonaje (fase 3). Como el piso de arcilla no fue restituido, es factible suponer que esta fase marca el abandono de la unidad habitacional por parte de sus moradores pero, con la evidencia estratigráfica disponible, resulta imposible establecer si la casa fue derrumbada de manera intencional o por procesos naturales y culturales posteriores al abandono. 26 Esta fase ocurrió antes del añ o 1200 de n uestra era . El p eriodo II, posterior al abandono, se dio entre los años 1200 hasta el presente y al menos se han podido reconocer los siguientes acontecimientos: una fase de deposición natural y cultural que hizo de las estructuras habitacionales un montículo cubierto de vegetación; una fase d e actividad agrícola reciente que destruyó la mayor parte de las evidencias de la casa por nivelación; la construcción de un silo durante la segunda mitad del siglo xx sobre los restos del montículo de El Tesoro y, finalmente, la continuación de las actividades agrícolas mediante el uso de tractor. La fase 3 del periodo 1 resulta de particular interés ya que la secuencia de eventos ocurrió en un intervalo muy corto, desde la muerte del personaje hasta el derrumbe de la estructura habitacional. Se trata de un lapso incierto, en el que varias alternativas históricas pudieron ocurrir y diversos acontecimientos alcanzaron a desarrollarse en unos cuantos días (si el derrumbe de la casa fue intencional) o en un periodo de años indeterminado (si la casa se derrumbó por procesos naturales y culturales). Una primera alternativa es que las tres fosas que rompen el piso pudieron haber sido manufacturadas simultáneamente. Luego, la disposición de las ofrendas y de los restos humanos se pudo hacer, también, de forma sincrónica. Posteriormente se derrumbó la casa y se abandonó. Si la secuencia de eventos fue así, la duración de esta fase fue muy breve (hablando en tiempo estratigráfico). Por el contrario, la otra posibilidad extrema es que sólo se excavó y se completó el ciclo de deposición, colocación de elementos y relleno de una fosa y, completado éste, se dio セ セ セist 1 P Mセᄋ@ ᅮric EVENTO ESTRATIGRÁFICO HISTÓRICO Construcc1on de casa Habitación Y ocupación del lugar Muerte del personaje セ@ Colocación de cuerpo y ofrendas. Relleno de las fosas Construcción de casa Habitación y ocupación del lugar Muerte del personaje . Sacrificio de acompañante Preparación de cuerpo de acompañante ofrenda Colocación de cuerpo de acompañante y ofrenda. Relleno de la fosa PISO DE LODO lnterfacie de ocupación Fosa 10 Fosa 8 Preparación de cuerpo Y ofrenda < EVENTO o N@ 1nterfacie de destrucción Ofrenda 8 Relleno de fosa Fosa 13 Fosa 8 de destrucción lnterfacie de destrucción lnterfacie de destrucción Ofrenda 10 Relleno de fosa Ofrenda 13 Relleno de fosa Ofrenda 8 Relleno de fosa 1nterfacie ·0 5 セ@ < Derrumbe del edificio y abandono de セキ l jiセ。ゥ ョセウエ。ャ」ゥ￳ aセ@ C/) m (') e m Fosa 10 Derrumbe de la casa セM Excavación de fosa セMャョエe・イヲ。[」ゥ Permutación 1 Permutación 2 Mエセ セ@ destrucción セ@ Preparación Fosa 13 Permutación 4 セ、・ウエイオ」ゥ￳ョ Ofrenda 13 Relleno de fosa Derrumbe de la casa Permutación 12 M ...z m ... )> Colocación de ofrenda. Relleno de la fosa Excavación de fosa Ofrenda 10 Relleno de fosa lnterfacie de Permutación セ z ;¡; (') K[ZMゥ Preparación del cuerpo Y ッZNヲイ・ョ[]、。ウMji@ Colocación del cuerpo Y de las ofrendas Derrumbe del edificio y abandono de la instalación , , cos Y eventos h.tS·t OltCO ' .· s : Opción de tiempo corto de C uadro 2. Re lación de eventos estratigrah . suceso s en la secuen cia sin cr ónica Y d e ti e mpo largo en la secuencia hn eal 46 47 inicio al ciclo de la siguiente fase y así de manera sucesiva. En este caso, son seis las variaciones o permutaciones de la secuencia dependiendo de con cuál de las fosas se dio inicio y con cuál se terminó el proceso. El tiempo estratigráfico que involucra el proceso que discurre entre la excavación de la primera fosa, el derrumbe y el abandono definitivo de la unidad habitacional es más largo. Por supuesto, la secuencia también pudo haber iniciado con la excavación de dos fosas al mismo tiempo y después la siguiente, lo cual agrega otras tres alternativas posibles a la secuencia histórica; o bien con una fosa y luego, de forma sincrónica, las dos restantes. Como puede obserYarse en el cuadro 2, cada nwdi ficación de la cadena implica cambios en la secuencia de los eventos históricos que le dieron origen y, por supuesto, afecta la posibilidad de interpretar el proceso ritual asociado con el entierro de nuestro personaje con sus ofrendas, el derrumbe y el abandono de la unidad habitacional. LA SECUENCIA DE LAS OFRENDAS El detallado estudio que nos ofrece Juan Carlos Olivares sobre el análisis de las ofrendas de Sabina Grande resulta crucial para entender las secuencias de deposición de los objetos y, de esta manera, aproximarnos a los procesos rituales que se realizaron de manera previa al abandono de la casa habitación. Para entender la secuencia de colocación, él divide la estratigrafía de las ofrendas en momentos de deposición que supone un conjunto de objetos que se colocaron de forma sincrónica sobre la superficie de un estrato y cuya secuencia nos da la pauta para entender el tiempo y la colocación de los objetos que forman la ofrenda dentro de un proceso ritual. 27 Así, para la preparación del elemento 8, se excavó una fosa de forma elíptica, rompiendo el piso y los rellenos previamente construidos, generando una superficie (interfacie) para contener los objetos de la ofrenda (momento 1) . En el momento 2, se colocaron tres piedras para contener el estrato de tierra que formará la cama del enterramiento y se rellena la mitad de la fosa con el estrato XXIII. Posteriormente, se depositó más 48 Ilustración 3. Enterramiento humano en el elemento 8 tierra (estrato XXIV) para nivelar la otra mitad de la fosa (momento 3). En el momento 4 se colocaron los guijarros que soportarían el cráneo. Después se puso el bulto mortuorio que contenía el cráneo y los huesos largos de las extremidades superiores e inferiores del individuo sobre (momento 5) y unas piedras para fijarlo a la pared de la fosa. Dentro del bulto mortuorio se incluyeron los ornamentos de concha y el fragmento de vértebra (que se localizó a un lado). En el momento 6 se plantó un dardo apuntando hacia el oriente, del cual sólo queda la punta del proyectil, así como dos colgantes de concha a su lado sur. Finalmente, el entierro se cubrió de tierra (estrato XVII) y se pusieron algunos guijarros al nivel de la superficie del piso original (momento 7). 28 49 El elemento 10 t uvo una secuen cia unilineal que com enzó, com o en cuenta helicoidal, una mandíbula, varias cuentas y una valva de concha el caso ant er ior, con la rotura del piso y de los estratos preexistentes, para con st r uir una oquedad d e forma circular de 35 cm de diámetro por (momento 5). Nuevamente, este nivel fue cubierto por un estrato de tierra (momento 6). En el momento 7 fueron colocados, en la esquina 40 cm de profundidad (momento 1) . En el momento 2 se plantó una noreste, un cuchillo de obsidiana meca (negra con vetas rojas), un re- punta de lanza y sobre ésta un collar de concha (momento 3); se rellenó cipiente cuadrangular, un cuenco y una olla miniaturas, un cajete, un con tierra (estrato xxx, momento 4) y se selló la boca de la fosa con una momento 5) . Se volvió a rellenar con la tie- incensario, un hueso con pigmento rojo y los fragmentos de una vasija de travertino. En la esquina suroeste se colocó un asta de venado y un que no sólo niveló la superficie del elemento, sino que conj unto de grandes lajas. Nuevamente se rellenó la fosa con un estrato también se dispersó sobre el piso hacia el sureste, noreste y noroeste del cu arto (momento 6) . 29 de tierra (momento 8) y en el momento 9 se colocaron grandes lajas en la esquina suroeste, mientras que en el noreste se colocaron un cajete La dep osición del elemento 13, el principal entier ro de la estructur a u ípoclc , dos raspadores , cuatro dardos ele las cuales sólo sobrevi \'ieron de El Tesoro, se inició, como en los casos anteriores, con la rotura del las puntas, dos molares, unas costillas y un par de lajas . Finalmente, en piso, la excavación de los rellenos preexistentes y la horadación del tepe- el momento 1O se rellenó la fosa con tierra hasta el nivel del piso. 30 capa de lodo (estrato rra del estrato XI, XXIX, tate con la forma de la fosa, de tal manera que se construyó una superfi- Es altamente probable que el primer objeto que fue colocado haya cie nivelada, de forma cuadrangular, que permitiera soportar las secuencias del ritual involucrado (momento 1). En general, la colocación de sido el del centro, es decir, el cajete y el bulto mortuorio. De ahí en adelante, el orden de colocación posible puede, en teoría, obedecer a los restos del personaje con su ofrenda se realizó en varios momentos, un número muy vasto de secuencias posibles, considerando 8 combina- poniendo estratos delgados de tierra para nivelar la interfacie de la fosa ciones de grupos de objetos depositados, y éstas se continúan en los si- y, sobre éstos, los objetos y restos que serían cubiertos a su vez por otro guientes niveles estratigráficos. Así que la interpretación de la secuencia estrato y una nueva distribución de objetos que nuevamente se cubriría de eventos ocurridos en cada momento toma elementos de la analogía con otro estrato, de forma sucesiva, hasta rellenar la fosa por completo, etnográfica y de algunos aspectos de la cosmovisión prehispánica. alcanzando diez momentos de deposición . En la esquina sureste de la fosa se depositó un pequeño estrato de tierra con la finalidad de nivelar la interfacie original (momento 2) . En el LA HISTORIA momento 3 se colocaron sobre este estrato cuatro cuentas helicoidales, 50 una placa de piedra verde, dos orej eras y un cuchillo de obsidiana; en el El personaje central de esta historia es aquel que fue enterrado dentro centro, un cajete y, sobre él, el bulto mortuorio de nuestro personaje de la unidad habitacional de El Tesoro, en la fosa central (elemento 13). con sus ornamentos (collar, placas de turquesa, coraza de concha); a su D e su vida sabemos pocas cosas, aunque se puede especular que debió alrededor se ubicaron objetos que probablemente fueron de su uso per- de haber sido un personaje de alto rango en la jerarquía social, ya fuera sonal: una pipa, un cuchillo de pedernal debajo de un disco de arcilla, como fundador de linaje o como un sacerdote-gobernante, que pudo dos grupos de cajetes (tal vez con alimento), uno con tres vasijas y otro haber nacido o haber tomado el nombre de la fecha de su nacimiento, con dos ; una navajilla prismática y una especie de yugo hecho de asta Ocho Ojo de Reptil. Portaba, como parte de su ajuar, un collar de de venado con la representación de cabezas de águila en los extremos . piedras preciosas que contenía una placa con ese glifo, así como una Posteriormente , se rellenó la fosa con un estrato de tierra (momento 4 ) efigie tipo retrato y un collar de cuentas de concha. Portaba, además, y, sobr e su superficie, se colocaron un húmero, un radio o cúbito, una adherido al cuerpo, tal vez en la espalda como llevan los discos solares 51 no fueron expuestos al fuego ni presentan huellas de corte, por lo que parece factible que las partes fueran desprendidas unos días después de la m uerte, al menos pasado el riaor mortis o unas semanas después, cuando se inicia la descomposición de las partes blandas. En ese momento, se quitaron costillas, vértebras, pelvis y extremidades superiores, de las cuales es imposible saber su destino: bien pudieron ser colocadas en otra ofrenda, incineradas o desechadas. A nuestro personaje se le colocó un p equeño fragmento de obsidiana al interior de la boca, que representaría una piedra preciosa, k' anaando en otomí, y la cabeza fue depositada Ilustración 4. Glifo Ocho Ojo de Reptil sobre el occipital derecho. Entre la cabeza y las extremidades inferiores los atlantes de Tula, un disco de cerámica recubierto de pirita en una de se colocaron su mano derecha, dos collares, uno de cuentas de concha sus caras y pintado de azul y negro en la otra. Fumaba tabaco en pipa y otro de jade muy elaborado que incluía una representación de cabeza de cerámica, usaba orejeras de piedra verde, así como una pequeña tela de jaguar, el glifo Ocho Ojo de Reptil, una efigie tipo retrato y la ca- con teselas de turquesa bordadas. Entre los símbolos de su estatus se b eza de un personaje. Las extremidades inferiores, sin los pies, fueron encontraban el yugo de asta de venado con imágenes de águila, la pipa, flexionadas. Así, con telas o algún petate, fue envuelto y se creó el bulto así como el cuchillo que se depositó debajo del disco de cerámica y mortuorio de nuestro personaje. algunas lanzas y flechas. El tiempo transcurrido entre la defunción de Ocho Ojo de Reptil y Ocho Ojo de Reptil habitó en la unidad residencial que hoy denominamos El Tesoro y murió entre los 35 y 45 años. 31 Resulta imposible sa- y el ritual de su inhumación. Entre su muerte y la deposición en la fosa ber las causas y el lugar de su muerte debido al tratamiento que hicieron del elemento 13 pudo haber muerto o haber sido sacrificado su acom- de su cadáver. Lo que es cierto es que las ceremonias involucradas pu- pañante, cuyo cadáver tuvo el mismo tratamiento para ser colocado en dieron implicar un rango de tiempo indeterminado. Olivares propone, su fosa al mismo tiempo que nuestro personaje. por analogía etnográfica con los otomíes, que nuestro personaje pudo La construcción de las fosas donde sería depositado Ocho Ojo de Rep- ser sujeto de un ritual que recibe el nombre de Makaponti, que se lleva til y sus ofrendas ocurrió en algún instante de ese lapso. Por su forma a cabo entre los siete y diez años posteriores a la muerte del individuo. cuadrangular, similar a la del espacio del cuarto donde fue erigida y la Después de haber sido enterrado, cuando los familiares se encontraban manera en que la cosmovisión prehispánica representaba el tiempo y es- perturbados y un augurio señalaba a uno de sus antepasados fallecidos, pacio cosmológico, es factible suponer un espacio autosimilar, donde la se manufacturaban objetos nuevos - como vasijas, cruces, alimentos y colocación de los objetos podría responder a los cuadrantes, rumbos y , se exhumaba el cadáver y se colocaban las nuevas ofrendas. ejes que en la cosmovisión otomí se sintetizan en la flor Tutu. 33 Así, se Este ritual recreaba algún mito de origen del mundo y convertía al di- pueden unir las esquinas opuestas y el centro de los lados de la fosa y petates- funto en un antepasado reconocido. 32 Tanto el enterramiento del elemento 8 como el de nuestro personaje, presentan características similares: los sujetos tenían la misma edad (entre 52 su enterramiento en El Tesoro fue suficiente para preparar las ofrendas recrear el quincunce, colocando el norte hacia la izquierda concebía en la cosmovisión prehispánica- como se para generar una nueva com- prensión de la colocación de los objetos y del entierro. 35 y 45 años), y de sus restos sólo se sepultaron los cráneos y los huesos De esta forma, la primera acción que pudo haber ocurrido en el de las extremidades inferiores. Para su desmembramiento, los cuerpos momento 3 de la ofrenda 13 fue la colocación del fragmento de orejera 53 de jacleíta, en el cTUCl' de todas las líneas, en el centro real, así como la Yasija boca abajo que puede representar el corazón, el centro del personaje, el centro de la ofrenda (a pesar de que fue colocada ligeramente al norte, en el cuadrante que corresponde a ese rumbo) . Ambos objetos estarían representando el corazón del mundo, la comunicación entre los espacios del inframundo y de los mundos superiores desde el plano terrestre : "En el centro, el Corazón del Mundo (Kungri ra Ximhai fen otomí]) , el Ombligo del Mundo (Ts'ai ra Ximhai), convergen todas las coordenadas espaciales. Ahí es el espacio de comunicación entre los diferentes mundos (Xi mhai): tres mundos aéreos, el plano terrestre y tres mundos subterráneos" . H El bulto mortuorio se depositó sobre la vasija en el cuadrante del norte, el cuadrante de la muerte, el lugar donde sopla el viento (Mahuifi), el lugar del azul y del solsticio de verano (21 de junio), 35 con una orientación este-oeste y la misma desviación que presentan tanto la fosa como el cuarto, lo que lo relaciona con el camino del sol y hace evidente su jerarquía de sacerdote-gobernante-guerrero, su vínculo con el sol. La cabeza se puso hacia el oriente y las extremidades hacia el po niente, lo cual hizo que el cráneo, colocado sobre el occipital derecho, apareciera mirando hacia el rumbo norte . La pipa, uno de los objetos más cercanos a su vida diaria, se situó a un lado de su cabeza, con la cazoleta boca abajo y al oriente, y la cánula al poniente como una m etáfora de su cuerpo. Muy cerca del lugar central se instaló el cuchillo y, encima de éste, el disco solar sobre el que estaban las teselas de turquesa, pero en un sentido inverso - el cuchillo con la orientación del camino del sol y el disco al poniente-, configurando una imagen especular entre la pipa y el cuerpo de Ocho Ojo de Reptil. Los objetos colocados en este nivel inferior del enterramiento apar ecen alineados en el eje del camino del sol, este-oeste, en torno a dos objetos centrales ordenados de sur a norte, sobre el camino del hombre: la orejera de jadeíta al centro y el cajete debajo del bulto mortuorio de Ocho Ojo de Reptil. Al este de la orejera fue colocado el grupo de obj etos asociados con la valva de concha, los obj etos entorchados de concha que formaban parte del yugo y el hueso del brazo, tal vez, envueltos en 54 ,. Ilustra ción S. Entierro y ofrenda de Ocho Ojo de Reptil con la recr eación del quincunce un pequeño paquete . Al oeste, la navajilla prismática. Todos ellos son representativos de su estatus y jerarquía. D espués , en las esquinas noroest e y suroeste, se colocaron obj etos que pudieron contener alimentos y otros enseres para el viaje al inframundo: dos caj et es al extremo oeste , en línea con sus extremidades, y luego seis cajetes más, tres en la esquina noroeste y otros tres en la suroeste . Así, en el nor oeste , el grupo de cinco caj etes muestra un conjunto de tres y otro de dos. En est e nivel, en las esquinas noreste y sureste , no se colocaron obj etos, aunque los obj etos entorchados de concha y las orejeras y placas de jadeíta se alinearon hacia la esquina sureste . Es factible imaginar la escena, al interior del cuarto, en semioscuridad, con los protagonistas del ritual incensando el ambiente, con el conjunto de objetos, los atavíos y el bulto mortuorio que habrían de ser 55 colocados en el fondo de la fosa y, una vez erigido este primer nivel, haciendo una pausa para iniciar el acarreo y deposición de la tierra que habría de cubrirlos. En este momento del ritual, resultaba significativo acentuar el centro de la fosa y la colocación en el cuadrante norte del bulto mortuorio de Ocho Ojo de Reptil, así como destacar el camino del sol, el rumbo del ocaso (lugar del ocultamiento Mi:ipuni, del rojo, del equinoccio de otoño; el espacio de los gigantes, los Uema, los ancestros, transformados en roca), 36 en especial las esquinas y el camino de la luna, del noroeste al sureste, así como los colores verde y azul (en las piedras y collares), el amarillo (en el centro, la pipa y el disco) y el blanco de las astas y huesos. Si bien muchos objetos y materiales perecederos pudieron estar presentes en este primer momento del ritual (alimentos, flores, plantas olorosas e incienso), dentro de la fosa, fuera de ella o al interior de los cajetes y vasijas, es importante subrayar que otros materiales sustituyeron a los de uso cotidiano. En el caso de la pipa, por ejemplo, el contenido de la cazoleta no era tabaco, como era de esperarse, sino una posible representación mineral de él, la limonita. 37 Después de recubrir con tierra, el segundo momento restringe los lugares de colocación de objetos, pues en la mayor parte del cuadrante oeste y sur se ubicaron sendas rocas y lajas que cubrían la mayor parte de la superficie. El ritual se desplazó hacia el este, en especial hacia la esquina norte. Un cuchillo ceremonial fue emplazado cerca de la esquina sureste, mientras que en el eje del cuerpo de Ocho Ojo de Reptil, al oriente de su cabeza, se sacrificó una vasija de travertino, a la que rompieron y pusieron su base y demás fragmentos en la cara oriental de la fosa. Un hueso de ave, pintado de rojo con cinabrio, se situó en la esquina noreste, mientras que en el eje del camino de Venus, del noreste hacia el suroeste, se colocaron un cuenco y una olla miniaturas, así como un incensario. En el cuadrante norte se depositó otro cuchillo ceremonial y un asta de venado. Estos elementos fueron nuevamente cubiertos con tierra y, sobre ella, se ubicaron otras rocas, esta vez en la esquina sureste y noreste. En las áreas con tierra fueron esparcidos dos raspadores, cuatro dardos, dos molares, un fragmento de costilla y, justo al centro del rumbo 56 norte, se dispuso un cajete trípode con el cuenco viendo hacia el sur. Al final, resulta significativa la ausencia de objetos en todos los niveles del cuadrante sur, el lugar del verdor, de la esmeralda, Mi:ik' angi, el verde del solsticio de invierno. 38 El momento 3 fue el más relevante cuando fue depositado Ocho Ojo de Reptil. Es posible que en la pausa vinculada con la colocación de la tierra fueran situadas las ofrendas de los elementos 8 y 1O, en especial el cadáver del acompañante, emplazado en la fosa del elemento 8. Al terminar el llenado de las fosas, el lugar no volvió a ser ocupado como residencia y, por lo tanto, no se volvieron a sellar los pisos que iueron rotos para colocar los restos mortales y su ofrenda. La unidad habitacional fue abandonada. Es poco probable que ésta fuera sincrónica a la muerte y enterramiento de Ocho Ojo de Serpiente. Más bien, pudo ocurrir con posterioridad, por lo que es posible que el edificio se derrumbara de forma intencional para confirmar la sacralización del espacio y el vínculo con los antepasados. REFLEXIONES El enterramiento de Ocho Ojo de Reptil abre una ventana de múltiples significados para el conocimiento de la vida de los toltecas en la región ele los manantiales de Huichapan. Por el enterramiento del personaje y por la colocación de sus ofrendas al interior de una habitación del espacio doméstico compuesto, el house group, hace pensar que ése era su lugar ele residencia y que, como unidad residencial mesoamericana, no sólo se utilizaba para las actividades de la vida cotidiana (que, en este caso, dejaron pocas evidencias), sino que era un espacio sagrado, síntesis del cosmos, una Di:ingu, casa grande, análoga a las casas de los otom íes ele la Sierra, 39 un espacio autosimilar al universo cosmológico. 40 Asimismo, la fosa donde fue sepultado Ocho Ojo de Reptil, por su forma cuadrada y orientación, fue configurada de manera autosimilar con la casa y el cosmos, destacando la importancia del personaj e. Ese cosmos muestra también que en el ámbito de un sitio periférico a Tula, las redes de interacción social permitían la posesión de objetos cuyas 57 n1aterias primas y manufactura se encontraban más allá del Valle del Mezquital y del Altiplano Central mesoamericano. Llama la atención, de manera particular, la turquesa, uno de los minerales más preciados por las culturas mesoamericanas, cuyo lugar de proveniencia más cercano puede encontrarse en Santa Rosa, Zacatecas, aunque algunas piezas bien pudieron ser traídas desde el suroeste norteamericano, especialmente de Nuevo México o Arizona. 4 1 En ese mismo nivel se encuentra el jade, que para las culturas prehispánicas incluía varios tipos de rocas de color verde y t extura semejante a los que agrupaban con el nombre náhuatl de chalchihuitl o k' angando en otomí, cuyos yacimientos m ás cer canos pudieron ubicar se en la Sierra Gorda de Querétaro. Así, además de la jadeíta, el jade lapidario incluía jaspe verde, cuarcita, albita, amazonita y jarosita. 42 Aunque el jade lapidario pudo haberse dado en diversas localidades de ambiente volcánico, es probable que se trajera el jade geológico desde la cuenca del río Motagua en Guatemala. 43 Los objetos de concha, elementos acuáticos, pudieron traerse de las costas más cercanas del Golfo de México, mientras que otras materias primas pudieron obtenerse de lugares más cercanos a la cuenca de México, el Valle del Mezquital y la r egión de Acámbaro, como la obsidiana y el sílex. El travertino de la vasija posiblemente provino de la región de Tecali, Puebla. Como en el caso de otros enterramientos toltecas localizados en el Valle de Tu la y en la región de Tizayuca, 44 el desarrollo cultural tolteca amplificó la red de interacciones mesoamericanas que se habían iniciado en el periodo anterior, el Epiclásico. Estos objetos hablan de una relación de proximidad entre lugares que territorialmente se encuen-. tran bastante lejanos y hacen pensar en un amplio espacio de relaciones en redes abiertas: con los objetos viajaron ideas e información. Tula y sus sitios periféricos mantenían una interacción con pocos grados de separación, con regiones tan distantes como Costa Rica ( cerámica papagayo), 45 Nuevo México (turquesa), Guatemala (cerámica tipo plum bate). 46 En el collar de jade de Ocho Ojo de Reptil no sólo se encontraba la placa con el glifo del que pudo haber sido su nombre, también había un 58 Ilustración 6. Collar de O cho O jo de Reptil 59 1 Ilustración 7. Detall e de la efigie en el collar jade figurativo con una efigie que se ha interpretado como un importante símbolo de estatus en diversos sitios mesoamericanos, quizá desde finales del Epiclásico, como el Valle del Mezquital y el Altiplano Central y también para las áreas sur y Maya . 47 Su aparición con ciertas variantes en . Xochicalco, Tula, Palenque y MonteAlbán, llamó la atención de diversos investigadores y pareciera reflejar un sÍmbolo de rango y jerarquía en una red de interacciones bastante amplia que trascendió su momento de origen para ser utilizado por los toltecas. Colocado en su collar y alcentro del mismo, Ocho Ojo de Reptil mostraba públicamente sus vínculos con los ancestros de la localidad y de diversas regiones de Mesoamérica y con aquellos que, como los toltecas contemporáneos a él, ostentaban la misma placa de jade figurativo. 60 Posgrado en Arqueología, Escuela Nacional de Antropología e Historia. 2 Fernando LópezAguilar y Patricia Fournier García, "Espacio, tiempo y asentamientos en el Valle del Mezquital: un enfoque comparativo con los desarrollos de William T. Sanders", Cuicuilco, vol. 16, núm. 47,2009, p. 128. 3 Fernando López Aguilar, Gustavo Sandoval García y Sabrina Farías Pe layo, _Proyecto Especiaf セ。ィ￱オN@ gセ■。@ para el. viajero. Zona 。イアオ・ッャ￳セゥ」@ del Pahnu, Hidalgo, Mex1co, Instituto Nacwnal de Antropolog1a e Historia, 2012, p. 15. 4 Fernando López Aguilar y Patricia Fournier García, "Espacio, tiempo y asentamientos ... ", op. cit., p. 131 . 5 Federico Fernández Christlieb, Gustavo Garza, Gabriela Wiener y Lorenzo Vázquez, "El altépetl de Mctztitlán y s,u señorío colonial temprano", en Federico Fernández Christlieb y Angel Julián García Zambrano (coords.), TerritoTialidady paisaje en el altépetl del siglo XVI, México, Fondo de Cultura Económica, 2006, p. 517. 6 Fernando LópezAguilar y Patricia Fournier García, "Espacio, tiempo y asentamientos ... ", op. cit., pp. 13 2-13 3. 7 Michel Graulich, "Los reyes de Tallan", Revista Española de Antropología Americana, núm . 32, 2002, p. 100. 8 Fernando López Aguilar y Patricia Fournier Garda, "Espacio, tiempo y asentamientos ... ", op cit., p. 131. 9 Fernando López AguiJar, "Cambios climáticos en la frontera septentrional de Mesoamérica", en preparación, Seminario Cambio climático y procesos culturales, Instituto Nacional de Antropología e Historia . 10 Brian Fagan, El gran ca lentamiento. Cómo irif1uyó el cambio climático en el apogeo y caída de las civilizaciones, Barcelona, Gedisa, 2008. 11 Carla R. van West y Jeffrey S. Dean, "Enviromental characteristics of the A. D. 900-1300 period in the Central Mesa Verde Region", KiFa, vol. 66, núm. 1, 2000, pp. 19-44. 12 Richardson Gill, Las grandes sequías mayas. Agua, vida y muerte, México, Fondo de Cultura Económica, 2008, pp. 380 y ss. 13 S. E. Metcalfe, S. L. O'Hara, M. Caballero y S. J. Davies, "Records of Late Pleistocene- Holocene climatic change in Mexico- a review", Qyatern01y Science ReFiews, vol. 19 , 2000, pp. 699-721. 1+ Richardson Gill, Las grandes sequías mayas ... , op. cit., p. 356. 1 ' Juan Carlos Ekiwa, comunicación personal, 2012. 16 Fernando López Aguilar (coord.), Pmyecto aTqueológico Valle del Mezquital. InjoTme de la octaFa temporada de campo, Escuela Nacional de Antropología e Historia, México, 2001. 17 Alba Guadalupe Mastache y Robert H. Cobean, "El sitio y la unidad habitacional excavada", en Robert H. Cobean y Alba Guadalupe Mastache ( coords .), Tepetitlán. Un espacio dom éstico rural en el área de TuJa, México, Instituto Nacional de Antropología e Historia /University ofPittsburgh, 1999, pp. 31-74. 61 D an M. Healan, "Patrones r esidenciales en la antigua ciudad de Tula", en Alba Guadalupe Mastachc, Ana María Crespo, Robert H. Cobean y Dan M. H ealan (coords.), Estudios sobre la antigua ciudad de lida, México, Instituto Nacional de Antropología e Historia (Colección Científica núm. 121), 1982, p. 141. 19 Mario Carrasco Teja y Sabrina Farías Pe layo, Pixeles y electrones, tesis de licenciatura en Arqueología, México, Escuela Nacional de Antropología e Historia, 2005, pp. 48-51. 2 ° Fernando López Aguilar (coord. ), Proyecto arqueológico Valle del IR 21 Mez quital ... , op. cit. lbidem. 22 Mario Carrasco Teja y Sabrina Farías Pelayo, Pixel es y electrones ... , op. pp. 54-55. Cit., 23 lbidem. 2 Juan Carlos Olinres Orozco, Una aproximación al sign!ficado de las セ_ヲイ・ョ、。ウ@ asociadas a entierros del sitio Sabina Grande en el Valle del aセ・ コ アオゥエ。ャL@ tesis de licenciatura en Arqu eología, México, Escuela Na-cwnal de Antropología e Historia, 2004, pp. 121-12 3. 2 ' La periodificación basada en la Matrix Harris de la excavación puede , encontrarse en Juan Carlos Olivares Orozco, ibidem, p. 121. -6 lb1dem, p. 124. 27 Juan Carlos Olivares Orozco, Una aproximación al sign!ficado .. . , op. Cit., pp. 130-131. 28 lbidem, pp. 154-157. 29 lbidem, pp. 159-162. 30 lbidem, pp. 140-142. 31 ャ「ゥ、セュL@ p. セPYN@ pッセ@ supuesto existe la posibilidad de que nuestro personaJ e hubrera habrtado en otro lugar y, a su muerte, que ocurrió ant:s del 、・イセュ「Z@ de la セ。ウ@ (que de alguna manera resultaba significativa en su hrstona de vrda, tal vez por ser el lugar de nacimiento), se excavaron セ。ウ@ fosas y se colocaron sus restos ¡las ofrendas; los pisos no se volvreron a sellar, la casa se abandono y las ofrendas fueron cubiertas por el colapso de la estructura. 32 lbidem, pp. 191-192. 33 Fernando López Aguilar, Gustavo Sandoval García y Sabrina Farías Pelayo, Proyecto Especial Pahñu ... , op. cit., p. 6. 34 Fra?cisco Luna Tavera, Anastasia Botho Gaspar y Fernando López Agmlar, Guión del museo de la cultura hñahñu, México, Consejo Estatal para la Cultura y las Artes del Estado de Hidalgo, 2006. + 35 36 37 lbidem. Jbidem. Mario Carrasco Teja y Sabrina Farías Pelayo, Pixeles y electrones ... , op. cit., p. 164. 38 Fra?cisco L,una Tavera, Anastasia Botho Gaspar y Fernando López Agmlar, Guzon del museo ... , op. cit. 39 Jacques Galinier, La mitad del mundo. Cuerpo y cosmos en los rituales otomíes, México, Universidad Nacional Autónoma de México/Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos/Instituto Nacional 62 Indigenista, 1990. Ng u "hace r eferencia a tres órdenes de realidades: la casa como conjunto arquitectónico con sus ane_xos ・ウエ。_ャ」ゥセッ@ en un espacio determinado, la casa en cuanto umdad res1dencral, es decir, una unidad cognática mínima, ya sea de tipo nuclear o extensa, la casa, en fin, como un marco simbólico y un soporte de representaciones cosmológicas", p. 144. +O Gustavo Sandoval García, Un espacio autosimilar. El altepetl, el centro ceremonial y la ifrenda, tesis de licenciatura en Arqueología, México , Escuela Nacional de Antropolo&ía e Historia, 2009. +l Phil C. Weigand, "La Turquesa', Arqueología Mexicana, vol. v, núm. 27, pp. 26-33. +2 Mario Carrasco Teja y Sabrina Farías Pe layo, Pixel es y electrones . .. , op. cit. p. 191. +l lbidem. ++ Juan Carlos Ekiwa, comunicación personal, 2012. +5 Robert H. Cobean, "The Ceramics ofTula", en Richard A. Diehl ( ed. ), Studies cj'Ancient Tallan: A Report cj' the University cj' Missouri Tul a Archaeol ogy Project, Columbia, University of Missouri (University of Missouri Monographs inAnthropology), 1974, p . 37. 46 Richard Diehl, Roger Lomas y Jack Wynn, "ToltecTrade with Central America", Archaeology, vol. 27, núm. 3, 1974, pp. 187. 47 Laura Solar Valverde, Interacción interregional en Mesoamérica. Una aproximación a la dinámica del Epiclásico, tesis de licenciatura en Arqueología, México, Escuela Nacional de Antropología e Historia, México, 2002. 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En este dilema se encuentran involucrados tres sitios clave de la narrativa azteca: Aztlán, Teoculhuacán Chicomoztoc y Coatepec. Sobre el primero, "el lugar de las Garzas y de la Blancura", Alfredo Chavero, acorde con Garda Cubas, en la segunda mitad del siglo XIX, había pro - puesto que estuviera ubicado en la localidad de Mexcaltitlán, Nayarit, donde existía un pueblecillo de nombre San Pedro Aztlán. 2 Durante la segunda mitad del siglo xx, Wigberto Jiménez Moreno opinó que estaba en Aztatlán, 3 Sinaloa, y Paul Kirchhoff en los alrededores del lago de Yuriria en Michoacán . 4 Posteriormente, otros autores han sugerido que se trataba de un lugar localizado en algún punto de la frontera norte, 67 en Zacat ecas, o bien cer ca de la r egión de Tula, en la provincia de Jilotepec, en el Valle del Mezquital, o que se trataba de algún lugar dentro de la Cuenca de México. ' Asociado con Aztlán se encuentra Teoculhuacan Chicomoztoc, el Lugar de las Siete Cuevas. Para algunos autores, se trata de la región ocupada por la cultura Chalchihuites en Zacat ecas y Durango, donde el sitio arqueológico La Quemada sería el mismo Chicomoztoc, 6 aunque existieron muchas réplicas manufacturadas por el hombre como la que se encuentra debajo de la Pirámide del Sol en Teotihuacan, 7 lo que ha hecho pensar que m ás que un lugar específico , sería una idea compartida desde la cosmovisión m esoamericana. Lo mismo ha ocurrido con Coatepec, el Cerro de la Serpiente, un lugar donde los aztecas o mexicas se establecieron antes de pasar por Tula, donde tuvo lugar el embarazo de la Coatlicue , el nacimiento de Huitzilopochtli, el sacrificio de la Coyolxauhqui y el combate con los centzohuitznahuas, los cuatrocientos surianos. Las fuentes lo ubican cerca de Tula, pero el concepto también se r epitió en diversas localidades que construían su paisaje sagrado asociado al culto a Huitzilopochtli. 8 Los argumentos y discusiones recientes sobre la localización de los principales lugares de la migración azteca9 no son distintos de las propuestas de los investigadores decimonónicos y que fueron sintetizados por Alfredo Chavero en la magna obra México a través de los sialos . Chicomoztoc estaría asociado con el Huehuetlapallan, una región en los estados de Sonora y Sinaloa, incluida la comarca entre el río Colorado y el Gila, 10 que los españoles pensaron que eran las siete ciudades de oro de Cíbola. 11 Para Alfredo Chavero era relevante que los jeroglíficos siempre comenzaran con una isla en medio de un lago junto a Culhuacán, lo cual llevó a que Fernando Ramírez confundieraAztlán con el lago de Chalco y a proponer su localización en la isla Mexcalla en el lago de Chapala, 12 para finalm ente decidirse por Mexcaltitlán. Por supuesto que la localización de estos lugares ha generado una discusión de largo aliento en la arqueología de México. 13 Las nuevas tecnologías y los conocimientos generados en los últimos cuarenta años en la frontera septentrional de Mesoamérica permiten postular nuevas hipótesis sobre el lugar de origen de los aztecas y la localización del 68 Ilustración l. Muerte de Coyolx auhqui , Códice Florentin o'+ Coatepec. Los argumentos que aquí se exponen parten de las investigaciones arqueológicas y antropológicas llevadas a cabo por la Escuela Nacional de Antropología e Historia en el Valle del Mezquital, en especial en la r egión de Huichapan -Tecozautla. EL COATEPEC EN LAS FUENTES La tradición r ecopilada por Sahagún acerca del nacimiento de Huitzilopochtli destaca que en la sierra del Coatepec, cerca de Tula, vivía una mujer llamada Coatlicue, madre de los centzohuitznahuas y de Coyolxauhqui. Un día, al hacer su peniten cia, que consistía en barrer la sierra, cayó una pelotilla de pluma que colocó en su r egazo y quedó preñada, causando la furia de sus hijos. Coatlicue se angustió al enterarse de que ellos querían matarla, pero el hijo que tenía en su seno le habló y la consoló diciendo que él sabía lo que tenía que hacer. Uno de los centzohuitznahuas, llamado Quauitlicac, le informaba a Huitzilopochtli 69 y a Coatlicue de los movimientos de sus hermanos, que se estaban armando y atando sus cabellos para pelear, acercándose por el rumbo de Tzompantitlán, Coaxalpa y Apétlac. Cuando estuvieron en medio de la sierra, nació Huitzilopochtli con los muslos y brazos pintados de azul, armado de una rodela (teueuelli), con un dardo y vara de color azul. Ordenó a Tochancalqui que encendiera una culebra hecha de teas llamada xiucóatl y con ella mató a Coyolxauhqui, destrozándola de forma tal que la cabeza quedó en la sierra y el cuerpo rodó hacia abajo hecho pedazos; persiguió a los centzonhuitznahuas expulsándolos de la sierra y luchó contra ellos hasta que prácticamente los exterminó. Los pocos sobrevivientes se refugiaron en un lugar llamado Huitzlampa, donde fueron despojados de sus armas. 15 En esa sierra, con su llano, el dios tutelar de los aztecas, Huitzilopochtli, les ordenó atajar el agua de un río caudaloso para que el agua rodease el cerro, con la promesa de mostrarles cómo sería el lugar que les había prometido. Con la construcción de la presa, el agua se extendió en forma de laguna en cuya ribera se sembraron sauces, álamos y sabinos, creció la juncia y la espadaña, hubo abundancia de pescado y llegaron aves marinas y diversas clases de pájaros. También se construyó el templo del dios, el Cuauhxicalli, el Tzompantli y el juego de pelota (¿Teotlachco?). 16 Lo ameno del lugar hizo pensar a algunos sacerdotes que debían quedarse ahí y que ése era el lugar definitivo para los aztecas, "pensaban 17 que allá en Coatepec, allá estará el poblado y allá será México". Esto molestó al dios que les había dicho que el Coatepec era sólo una imagen del lugar al cual habrían de llegar; les ordenó la destrucción de la presa, con lo que el llano se desecó y, al poco tiempo, realizó una ceremonia . de fuego nuevo, la atadura de la cuenta del año 2-caña y decretó el 18 abandono del sitio para continuar el camino rumbo a Tula. Diversas fuentes señalan que los otomíes poblaban los alrededores 70 quedaron allí y su guía y señor los llevó a las sierras para que poblaran las laderas e hicieran sacrificios en las cimas de los cerros. Los demás, toltecas, mexicanos nahoas y los otros, siguieron su camino. 19 De igual manera, en la imagen del libro de Juan de Tovar, Historia de la benida de los yndios a poblar a Mexico ... , se observan dos personajes que por el atado del pelo encima de sus cabezas pueden ser identificados como otomíes, uno asociado con el glifo conejo y otro con el nopal. 2°Cuando los aztecas llegaron al Cerro de la Serpiente, "los moradores de allá, los otomíes nomás los espantan, decían: '¿Quiénes serán éstos? ¿De dónde vinieron cuando se vinieron a asentar aquí? ¿Dónde es su morada?, pues no son gentes, que muy bellacos "'. 2 1 En la perspectiva de; varias versiones, la llegada de los aztecas a la Cuenca de México se realizó desde Michoacán. Después de estar en la laguna de Pátzcuaro los aztecas se dividen por un conflicto con los seguidores de la hermana de Huitzilopochtli, Malinalxóchitl, nombrada como hechicera. Al estar dormida, la abandonaron en el camino junto con sus adeptos y los aztecas continuaron hacia el rumbo de Tula. Malinalxóchitl, enojada, se dirigió hacia Malinalco. 22 La hechicera, embarazada del rey de Malinalco, Chimalcuauhtli, se estableció en la cima del Tezcaltepetl y ahí nació su vástago, de nombre Copil. 23 Dispuesto a vengar la afrenta a su madre, Copil se enfrentó con Huitzilopochtli, quien lo degolló y le abrió el pecho, tomó su corazón y se lo dio a uno de los sacerdotes, Cuahtlequetzqui, para que lo depositara dentro de un tular, en un carrizal con tepetate. 24 LA HIPÓTESIS CoATEPEC Durante la temporada de campo de 1991, el Proyecto Valle del Mez- del Coatepec antes de la llegada de los aztecas. En una narración que parece describir un suceso más antiguo a la llegada de los aztecas al quital realizó trabajos de prospección arqueológica en el municipio de Huichapan, Hidalgo, con la finalidad de comparar las dinámicas de los asentamientos entre las regiones nororiental y noroccidental del Valle Coatepec, Sahagún dice que desde Teotihuacan salieron los principales señores con su gente, su lengua y su dios. Encabezaban el viaje los toltecas y en segundo lugar los otomíes. Éstos, al llegar al Coatepec se (Ixmiquilpan-Cardonal y Huichapan-Tecozautla). En esa temporada fue localizado el sitio Hualtepec, identificado con el número 379 de la nomenclatura interna del proyecto, en las coordenadas 20° 19' 17"N, 71 99°29' 17"W, en la cima del cerro del mismo nombre, a una altura de La caldera del Hualtepec, también conocida como Huichapan o del 3160 msnm . Su localización en el paisaje no resultaba trivial. La caldera volcánica Astillero, es notable en el paisaje. Su cuenca de captación muestra un drenaje hacia el sur, con una cárcava que atraviesa la planicie en dirección del Hualtepec es un sistema de dos calderas conocidas como Donguinyó- noroeste-sureste, que seguramente se formó como consecuencia de la Huichapan, que se formó por varios eventos explosivos que se iniciaron hace cinco millones de años con una primera caldera (Donguinyó) que desecación de la paleolaguna y cuyo represamiento podría formar un espejo de agua cercano a la cota 2550 msnm. El domo volcánico del expulsó andesita y flujos piroclásticos que dieron lugar a ignimbritas den- Hualtepec se levanta seiscientos metros sobre su entorno, el interior de samente soldadas. Después, varios volcanes en escudo y pequeños conos la caldera, y presenta dos cimas separadas por un collado en orienta- de ceniza formaron el borde de la caldera, aportando flujos de lavaba- ción norte-sur. En la ladera poniente y en las proximidades de la cumbre sáltica y andesita. Hace 4.2 millones de años se formó la segunda caldera emerge del bosque de encino una gran roca, conocida con el nombre de asociada con la erupción de la Toba Huichapan, una secuencia riolítica pi - Peña de la Luna . Arriba, se encuentran los restos de un complejo cere- roclástica formada por ignimbritas menores no soldadas, caída de pómez monial consistente en dos basamentos piramidales ubicados en ambas e ignimbrita soldada, asociada con varios domos de lava traquidacítica que cúspides y unidos por una calzada de más de cuatrocientos metros de formaron el borde de la caldera de Huichapan, así como con cinco domos longitud que salva el desnivel existente entre una y otra. 27 de composición dacítica y traquidacítica dentro de la caldera, donde destaca el domo que forma propiamente el cerro Hualtepec. 25 tangular de 20 m de longitud, construido de piedra careada con ce- El colapso de la caldera de Huichapan dio lugar a esta espectacular mentante de cal y arena, sobre el que se construyeron dos capillas, una formación con forma de herradura semielíptica, alargada ligeramente actualmente destruida y la otra de manufactura reciente hecha de rocas en dirección NE-so, con diámetro máximo de 9 km y mínimo de 7.5 de basalto provenientes de las antiguas estructuras prehispánicas. Desde km, en cuyo centro se destaca la elevación del domo del cerro Hual- esta estructura, la calzada se dirige a la otra cima que se encuentra hacia tepec. Posterior al colapso de la caldera, se inició la denudación de la el norte franco y que desciende unos cincuenta metros hasta el puerto estructura y la formación de un lago en su parte interna. Finalmente, que la une con la otra cima. En el lado oriente se encuentran sistemas hace unos 2 . 5 millones de años, un evento de vulcanismo periférico se de plataformas con muros, construidos con piedras careadas, que die- desarrolló en forma de volcán en escudo en el borde poniente; se trata ron una forma escalonada a los taludes y justo en el puerto se desplanta del cerro N o pala que emergió aportando rocas de composición basal- una plataforma que une la calzada que asciende hacia la cima norte del to andesíticas. 26 Fuertes procesos erosivos posteriores a estos eventos volcánicos dieron forma al relieve, al construir sistemas de barrancas Hualtepec. En uno de los muros perimetrales de la cima sur se localizó una cabeza de serpiente labrada en piedra, tal vez representando a que cruzan la región de Huichapan-Tecozautla y que hacen suponer Xiuhcoatl, lo que hace pensar que la calzada estaba decorada con este que en algún momento del Cuaternario hubo un periodo de mayor tipo de elementos, una especie de Coatepantli. En la cima norte, se precipitación pluvial al existente en la actualidad y al que se enfren- encuentra un sistema complejo de terraceos que dio origen a un basa- taron las primeras ocupaciones prehispánicas del Valle del Mezquital. mento en forma piramidal, donde se alcanzan a distinguir hasta cuatro La mayor parte de las elevaciones por arriba de la cota 2500 presentan cuerpos, con evidencias de gruesos pisos de estuco y de pintura azul en una vegetación de bosque de encino (Qyercus) con abundante presencia los aplanados. 28 de árboles de tejocote (Crataegus) que, como comunidades secundarias, pueden ser resultado de la acción antrópica sobre el paisaje. 72 En la cima más alta, la del lado sur, se encuentra un basamento rec- Llama profundamente la atención uno de los elementos decorativos de las capillas dedicadas a la Santa Cruz y que se encuentra en el 73 basamento sur. El altar de cuatro metros de largo, 0.95 m de fondo y 0 .89 m de alto, ubicado al norte de la capilla, no sólo se adorna con banderitas azules, el color de Huitzilopochtli, sino que también está manufacturado con rocas provenientes de las estructuras prehispánicas sin cementante. Al frente del altar existen siete elementos arquitectónicos en forma ojival (0. 76 m de altura por 0.46 m de ancho), labrados en una sola de sus caras con motivos geométricos en forma de herradura o arco. Tienen, además, una espiga para ser integrados como elementos arquitectónicos. El conjunto decorativo comienza encima de la espiga con una franja de 12 centímetros de altura que contiene cuatro motivos en for ma de herradura, separados por espacios de un centÍnletro. Por encima, el motivo central consiste en una banda ancha en forma de arco y decorada con triángulos que rodea el borde del elemento decorativo. 29 Originalmente se pensó que eran almenas que culminaban las fachadas del templo de Huitzilopochtli, al sur del Coatepec, pero se ha visto su relación como ornamento en la imagen de Coyolxauhqui y tal vez fueran representaciones de plumas que formaban parte de un gran Cuauhxicalli. 30 Desde esa primera temporada, en 1991, los informantes de la localidad nos comunicaron que se trataba del cerro Coatepec, un hecho que, en la perspectiva de la investigación arqueológica, se apoyaba en la configuración del paisaje en forma de rinconada de altépetl, en la cercanía a Tula - distante a treinta kilómetros al sureste- y en los elementos arquitectónicos del sitio, incluidos los uema, pequeñas vasijas tipo Tláloc de cocción bastante burda. 31 La identificación del Coatepec en la caldera volcánica hizo suponer que la región aledaña pudo haber sido el escenario de los hechos legendarios narrados en las fuentes en torno al nacimiento de Huitzilopochtli y a la migración de los aztecas desde la mítica Aztlán-Teoculhuacán hacia la laguna de México. En la mayor parte de los cerros que conforman el entorno de la caldera del Hualtepec no se encontraron evidencias de zonas ceremoniales, a excepción del domo del Nopala, donde fueron localizados tres sitios: Nopala (sitio 369 PVM) y Los Huemás, (604 y 605 PYM). El primero consiste en dos basamentos asociados con actividades ceremoniales y 74 Ilustración 2. Centros ceremoniales sobre cerros alrededor de l Coatepec se encuentra muy destruido por la actividad de búsqueda de las vasijas conocidas cmno uema. 32 Más allá de la propia caldera, diversas cimas han evidenciado huellas de actividades ceremoniales: el cerro Ñatú, con uema y restos de un posible basamento destruido por una cruz (419 PVM) / 3 el Cerro de las Brujas (317 PYM), al noroeste, con evidencias de pequeños templetes y patios; el cerro Maravillas al suroeste, con dos basamentos ceremoniales orientados al norte y una ermita del siglo XVI (376 PYM); 34 y al noreste, el conjunto de Los Peñones (414 PVM) 35 muestra cinco estructuras cuadrangulares (una de las cuales con una plataforma adosada) que conforman una plaza. Este pequeño centro ceremonial con presencia de uema se edificó sobre una plataforma nivelada en la cima del cerro, y los basamentos hechos de piedras sin cementan te (a hueso) tienen un solo cuerpo. También al sureste, en la sierra de Xithi, se detectaron estructuras ceremoniales 36 y, finalmente, al este, el cerro del Elefante, en el que durante la década de los años ochenta del siglo pasado se excavó una plataforma y se encontraron restos de escultura. 37 Este último sitio 75 ha sido asociado con el cerro T ézcatl , el Tezcatepec , lugar de habitación . )) í 1 y fortaleza de Copil. Estos sitios ceremoniales pudieron haber sido un lugar de congregación de diversas poblaciones locales asentadas en sus inmediaciones para la realización de fiestas de carácter cíclico dedicadas a deidades relacionadas con la lluvia o las tutelares de esas comunidades. En esos rituales y ceremonias se podían establecer alianzas y reforzar los lazos de identidad. 38 Esta idea no es excluyente con la posibilidad de un sistema regio nal de ceremonias, en cuyo centro se situara el Coatepec, con un ciclo asociado a cultos vinculados con el calendario ritual, los ciclos solareslunares - especialmente solsticios y tránsitos cenitales- y las diversas advocaciones de las deidades, que culminara con la fiesta a Huitzilopo chtli en el cerro Coatepec, de una forma análoga al ciclo de fiestas y rituales que se realizan actualmente en la región deTecozautla-Alfajayucan vinculados con el Carnaval. Las advocaciones cristianas de las principales cabeceras y pueblos que se encuentran en torno al Coatepec ilustran las advocaciones y rituales a los que pudieron estar asociados los sitios arqueológicos que rodeaban el lugar de nacimiento de Huitzilopochtli. El ciclo podría iniciarse en Tula y en Atlán - cuya fiesta a San José es el 19 de marzo- con cere- Ilustración 3. Principa les advocaciones de las iglesias del siglo XVI alrededor del Coatepec monias de guerra entre jaguares y águilas, asociadas con el equinoccio de 76 primavera, y que coincide con el tiempo del combate a naranjazos que el día (8 -9 de agosto) en el que el sol se levanta por el horizonte en el se lleva a cabo en Alfajayucan durante el Carnaval. Podría seguir el 19 de mayo en Zimapantongo, advocado a san Isidro y relacionado con el mismo lugar que el 3 de mayo. Una parte de estas ceremonias pudo realizarse en las barrancas y cuevas primer paso cenital del sol en la región y fiestas que se hacían a Huitzi- de los alrededores de la caldera del Hualtepec donde, a la vez, pudieron lopochtli y Tezcatlipoca; y podría continuar en Nopala y Chapantongo, representarse por medio de pinturas rupestres algunos de los elementos cuyas advocaciones se relacionan con el segundo paso cenital del sol, . y componentes de los rituales celebrados en las cimas de los cerros. Esta el primero con santa María Magdalena (22 de julio) y el segundo con r elación, que vincula una representación pictórica con un ritual que se Santiago Apóstol (25 de julio) en la veintena Miccalhuitontli dedicada efectúa lejos de ahí, se puede observar en la ceremonia de culminación a Huitzilopochtli . El ciclo seguiría en Huichapan, cuyo santo patrón, del Carnaval de Bají y la pintura rupestre de la barranca de El Tendido. En san Mateo, del 24 de septiembre, se asocia con el equinoccio de otoño, esta comunidad se realiza un combate entre la caballería y la infantería, cuando se enramban los altares. Finalmente, el Coatepec, al centro de la así como la simulación de un desmembramiento o desollamiento r itual región, pudo haber tenido ceremonias y rituales el día 3 de mayo, como que, además, parece estar plasmado en las pinturas rupestres del sitio las que se realizaban hasta hace poco tiempo en las capillas de su cima, y registrado con el nombre de El Membrillo (324 durante el mes Miccalhuitontli (2 3 de julio al 11 de agosto), que incluye once kilómetros al suroeste. PVM), localizado a unos 77 Las representaciones pictográficas rupestres se registran práctica- En este sentido, resulta sintomático que algunas fuentes sólo men- mente en cada una de las barrancas que descienden del Coatepec y en cionen el Coatepec como un lugar cercano a Tula y que, por ejemplo, otras que forman las cuencas de los ríos Tecozautla y Alfajayucan. Nor- las Relaciones aeogréiflcas de las principales cabeceras de los alrededores malmente se distribuyen en forma de conjuntos discretos colocados en hayan desaparecido: Tula, Nopala, Huichapan, Alfajayucan, Chapanton- ambas paredes del cauce y pertenecen, sobre todo, al periodo Postclásico tardío y el virreinato. Las más notables por sus representaciones son: go e incluso la de la provincia a la que pertenecían: Jilotepec. En un perímetro más lejano tampoco existen las Relaciones de las cabeceras de La Barca (381 Boyé Tecozautla, Tasquillo, lxmiquilpan o Actopan, y resulta paradójico que además de los conjuntos del arroyo la Relación de Qgerétaro mencione los manantiales de San José Atlán, 39 y El Membrillo, ya mencionados. Entre las imágenes más frecuentes se que Torquemada hable de la representación de la gran cacería "al modo encuentran la del venado, las garzas y el Xocotl-Huetzi. De esta forma, antiguo" realizada en los llanos de Cazadero, cerca de San Juan del Río, 40 las prácticas rituales y ceremoniales pudieron conformar un sistema re- pero que no se refieran ambas al Coatepec. (373 PVM), PVM), El Chivato (385-387 Xindó (310 -312 PVM), PVM), Dañé (372 PVM), gional que comprendía, al menos, los centros religiosos en la cima de los Una situación análoga puede observarse sobre el Tezcatepec, donde cerros, así como las barrancas y cuevas de los alrededores de la caldera las fuentes ignoran su existencia y la propia Descripción de Tezcatepec, inte- del Hualtepec. grada a la Relación de Tomacuxtla, no menciona ninguna práctica ritual especial en torno al lugar de la fortaleza de Copil; Únicamente dice que "no tenían ningunos ídolos ni adoraban a cosa alguna: sólo miraban al cielo". 41 La cima del Coatepec, el cerro del Astillero, fue el lugar que ba- CoNSIDERACIONEs rría la Coatlicue, donde quedó preñada y tuvo lugar el nacimiento de El paisaje humanizado del Coatepec se construyó a partir de los ele - Huitzilopochtli. Por ello, los aztecas construyeron en ese lugar el centro mentos del mito del nacimiento de Huitzilopochtli, de la tradición de ceremonial que recordaba ese mito, con dos templos en la cima unidos la peregrinación azteca y su llegada a este lugar desde Aztlán-Teocul- mediante una calzada y pequeños basamentos en los flancos este y oeste huacán, y se nutrió con las constantes expresiones de las prácticas ri- del lado sur, que pudo haber estado adornada con cabezas de serpiente tuales que se dieron en cerros, planicies y barrancas, al menos desde en toda su longitud o, al menos, en derredor de los templos principales. el Postclásico temprano hasta el siglo momento en el cual un velo El gran Cuauxicalli, del cual quedan algunos elementos en la capilla ac- de oscuridad se colocó sobre este cerro sagrado, quizá uno de los más tual, quizá se encontraba en las inmediaciones del templo sur, que pudo importantes para la cosmovisión azteca, y sus alrededores. estar consagrado a Huitzilopochtli y, de ser cierta la imagen-espejo del XVI, Desde la perspectiva arqueológica, con investigaciones en el nivel de . 78 prospección y reconocimiento de superficie, es imposible saber cómo Templo Mayor de México-Tenochtitlan, el templo norte pudo estar dedicado a Tláloc. fue el proceso de abandono, desacralización y destrucción de los edi- Sobre la ladera poniente, donde pudo estar el acceso y la ruta de ficios y los elementos arquitectónicos construidos en la cima y en las ascenso a la zona ceremonial en la época prehispánica, Huitzilopochtli laderas del cerro, a propósito de las prácticas rituales relacionadas con mató y decapitó a su hermana Coyolxauhqui. Ahí emerge, de entre la Huitzilopochtli; y si la destrucción de los principales edificios de culto vegetación, la Peña de la Luna, la cual, desde una mirada lejana, recuerda se efectuó como parte del proceso de evangelización, o si fue realizada la cabeza de una mujer con la cabellera y los adornos en la mitad norte de forma intencional por grupos prehispánicos con la finalidad de ocul- y el perfil de su cara al sur. Se trata de la cabeza de la Coyolxauhqui. Es tarlos a la mirada de los conquistadores. posible, entonces, que en alguna parte de la base del domo volcánico 79 \ セBGM r\ M M セM@ \ ( ?\ i ' ., \, ) ( Ilustración 1 . Ladera poniente del Coatepec y la llanura de la caldera volcánica. A la mitad de la ladera, la Peña de la Luna. se encuentre la representación del cuerpo desmembrado de la hermana de Huitzilopochtli, que aún no ha sido detectada. Ilustración 2 . Localización de la presa y cota de embalse La imagen resultante del paisaje, con el agua rodeando al cerro, tuvo un carácter simbólico importante para los sitios lacustres del Postclá- La planicie formada por la doble caldera Donguinyó-Huichapan, en sico tardío ubicados en el Altiplano Central: Tenochtitlan, Xaltocan y la que se encontraba la paleolaguna, pudo haber sido represada en la Tzintzuntzan, no sólo por ser la materialización de concepto altépetl, cota 2550, donde la planicie se angosta, para actualmente verter sus el cerro -agua, y su profunda carga simbólica, 42 sino también porque aguas hacia el sureste. En ese lugar, cerca de la comunidad de San Isidro emulaba la noción que se tenía de la Tierra como un cuadro con una isla Astillero, existen los restos de un antiguo bordo que represaba el agua, rodeada de agua y hada referencia al mítico lugar Aztlán. manufacturado de piedra careada y con núcleo de adobes. Su longitud Más difíciles de reconocer son los lugares que se mencionan como par- es de 251 m y se orienta perpendicular al drenaj e a 131° Az, con una te de la aproximación de los cuatrocientos surianos hacia el Coatepec y el altitud de 2544 msnm . Su elevación actual sobre el nivel del terreno lugar del campo de batalla. En las planicies al norte de la caldera, entreAl- es de tan sólo un metro a 1 . 5 en su parte más alta, pero la destrucción fajayucan y Huichapan, todavía se siguen realizando rituales como el flo- postdeposicional es grande, por lo que fácilmente pudo alcanzar la cota 2550 msnm . reo de banderas (Panquetzaliztli) que hasta hace poco tiempo se llevaban N o tiene material arqueológico asociado, y su ubicación en el paisaje se representan batallas rituales como la del Carnaval en la comunidad de no lo relaciona con los sistemas de riego colonial o actual, que tienen El Espíritu, Alfajayucan, con el enfrentamiento a naranjazos, frente a un sus represas al norte de la caldera para irrigar la planicie cultivable (pre- quincunce, entre los bandos que representan al águila y al jaguar. sas Enrique y Astillero). Si se tratara de represar el cauce para la emulación de una laguna , este lugar r esultaría idóneo. 80 / a cabo en la cima del Coatepec el día del solsticio de invierno. También El campo de batalla, Teotlacho, hace alusión al recinto del juego de pelota donde se sacrificaba a las víctimas durante el Panquetzalztli, 43 81 que en el caso de las cerem onias otomíes actuales es simplemente un llano. El lugar más cer cano, en el rumbo oeste del Coatepec, es Huichapan, cuyo nombre original pudo haber sido Teochiapan, y que puede interpretarse como el sagrado lugar cenagoso (de chiauitl, ciénaga), 44 y también aludir a una ciénaga grasienta (de chiauitli, grasa), como una m etáfora de la sangre derramada en un combate. 45 Cabe destacar que, al parecer, la cabecera azteca de Huichapan estuvo ubicada en las inmediaciones del actual barrio de San Mateo, aunque se localizaron importantes evidencias al norte, alrededor de la comunidad de Dongoteay, en un lugar donde fluyen las aguas de los manantiales de San José Atlán, formando un espacio anegado y pantanoso conocido con1.o la Ciénaga (370, 372, 382, 383 391 y 393 PYM), que daría significado a Huichapan como el sagrado lugar cenagoso. El asentamiento en Dongoteay y el del barrio de San Mateo configuraron tal vez un patrón de dobles cabeceras, tan recurrentes en el Valle del Mezquital en donde, a la postre, la Ciénaga se congregó en los alrededores de la iglesia de San José Atlán. Sin embargo, ésta es, tan sólo, la última de las imágenes de ese paisaje . Otras historias pudieron ocurrir con anterioridad. La búsqueda del Coatepec por los aztecas al inicio de su peregrinación apunta que la montaña ya era un sitio sagrado desde épocas anteriores. La referencia de Sahagún, citada párrafos arriba, sugiere la existencia de una primera ocupación de gente otomí que salió de Teotihuacan y que se trató de un evento anterior a la llegada de los aztecas durante el Postclásico temprano. La evidencia arqueológica muestra que la ocupación Xajay y la teotihuacana en la región, entre el año 400 al 650, dejó un espacio vacío en cuyo centro se encuentra el Coatepec. El avance teotihuacano se acercó a las inmediaciones de la ladera sur . de la caldera con el sitio El Mogote (413 PVM), 46 que bien pudo ser una cabecera o una dependencia fronteriza del sitio mayor, ubicado en la región de Tula, Xingú, y los sitios Estación Aragón, (527 PYM), El Salto (439 PYM), El Marqués (449 PYM) y el Cerrito Huizachal (380 PYM). Estos sitios forman una franja que ocupa el valle del arroyo El Marqués, desde la comunidad de Jagüey (Nopala) hasta la cabecera de Chapantongo, con rumbo SO-NE, al norte de la cual no existen evidencias de ocupación teotihuacana. 82 Al norte sólo se encuentran los sitios del triángulo de la cabecera Xajay (Pahñu-Zethé-Zidada, 241, 248, 361 PYM), cuya ocupación temprana se fecha alrededor del año 450 de nuestra era. Uno de sus asentamientos, Zethé, se encuentra ubicado a tan sólo veinte kilómetros al noroeste del Coatepec. 47 Este patrón de distribución, que deja un hueco en la sierra del Hualtepec, sugiere varias posibilidades: 1) el Hualtepec, al ser la frontera entre ambos grupos, se construyó como zona sagrada al producirse las interacciones entre los teotihuacanos y Xajay; 2) la sacralización del sitio fue anterior a las interacciones de estos grupos con prácticas rituales de larga distancia, que ambos buscaran el control del cerro sagrado y que el mito que daba sentido a ese lugar se haya reconfigurado a partir de las interacciones Xajay-teotihuacanas; o 3) la construcción de esta frontera no estuvo asociada con la montaña sagrada: los teotihuacanos alcanzaron el límite de su expansión por ese r umbo, deteniéndose ahí por la presencia Xajay, mientras que la sacralización del Hualtepec fue producto de la cosmovisión azteca y de la construcción de su propia historia . La evidencia arqueológica no parece apoyar la última opción. Por el contrario, la ruta de la expansión teotihuacana rumbo a la región de Tula pudo haberse dado porTizayuca y la ribera norte de la laguna de Zumpango, para de ahí acceder al Valle del Mezquital con dirección surestenoroeste, alcanzando a ocupar el Valle del Marqués alrededor del año 200 de nuestra era. 48 El límite de la expansión teotihuacana hacia el norte pudo haber sido originado por la presencia del complejo Chupícuaro Mixtlán (400 antes de nuestra era-200 después de nuestra era), cuya cabecera se encontraba en la región de Acámbaro, Guanajuato, y que controlaba prácticamente la región comprendida entre Salvatierra-Yuriria, Moro león, Acámbaro y San Juan del Río, en la que ubicó uno de los asentamientos tardíos a cincuenta kilómetros del Coatepec. 49 Sin embargo, Chupícuaro-Mixtlán estaba en proceso de desmembramiento a la llegada de los teotihuacanos al Coatepec, por lo que aún quedan sin una explicación clara los sucesos ocurridos entre el año 200 y el450 de nuestra era, cuando emerge como cabecera el Pahñu, tal vez mediante un complejo proceso de segregación y segmentación de linajes de origen Chupícuaro. 50 83 Llama poderosamente la atención el territorio bajo control Chupícuaro-Mixtlán durante el Preclásico t erminal ya que incluye, en su . Mセ ᄋ@ . frontera noroeste, la laguna de Yuriria y el cerro Culiacán, lugares que han sido identificados por Paul Kirchhoff como Aztlán yTeoculhuacán. 51 La expansión territorial que llegó hasta San Juan del Río generó un patrón de propagación del suroeste hacia el noroeste que posiblemente dio lugar a fuertes ámbitos de interacción entre la región de los lagos de Michoacán, el sur de Guanajuato y el noroeste del Valle del Mezquital, entre los cuales pudo haber estado involucrada la idea del cerro Hualtepec como lugar sagrado, de carácter suprarregional y al cual se realizaban peregrinaciones en fechas determinadas. 52 Al menos, en e sa dirección, dos cerros llaman la atención, el Hualtepec-Coatepec y el Ilustración 3 . Rutas aztecas y otomíes entre el Mezquital y el Bajío Cerro del Águila . Este último, a 44 km al norte del anterior (Zimapán, una dirección de 60° al este del norte que, de prolongarse, alcanzaría el los otomíes, pero también del águila que condujo a los aztecas durante Cerro del Águila, formando una trayectoria semejante a la que en otra su periplo hacia la Cuenca de México. De ser cierta esta idea, los aztecas, al menos desde su estancia en región del Mezquital tiene el desplazamiento del asentamiento de lxmiquilpan del Epiclásico (Boxaxum) hacia el del Postclásico temprano, El Pátzcuaro, se dirigieron hacia el rumbo de San Juan del Río-Huichapan Fraile ( 61 ° al este del norte), y hacia el lugar de fundación del Postclási- por Acámbaro y Acahualcingo, 53 siguiendo una ancestral rut a de viaje, co tardío, Ixtacapa ( 61 ° al este del norte), que para esas latitudes es una de comercio e intercambio, de peregrinación y ritual, en la búsqueda orientación que se aproxima de manera significativa con la salida del sol del Coatepec. En este ámbito de reflexiones, en la escala suprarregio - cuando éste tiene un tránsito cenital (19-20 de mayo o 24-25 de julio). 57 nal, no puede ser desechada la idea de Kirchhoff de ubicarTeoculhuacán Se configuró así una región de fuertes intercambios y dinámicas cul- en el cerro Culiacán, como lo había propuesto Orozco y Berra en el turales que dio lugar a procesos de comunicación de larga duración, y a Aztlán en la laguna de Yuriria, a 166 km, ligeramente al incluyendo rutas y caminos ancestrales en sentido este-oeste. Es un sur del este del Hualtepec.Yuriria es un lago de origen volcánico que se espacio nuclear de interacciones que puede definirse como un r ectán- encontraba en proceso de desecación a principios del siglo gulo entre los paralelos 19°54' y 20°33'N y los meridianos 99°5' y siglo XIX, 54 XVI generan- . do una gran ciénaga que fue convertida en una laguna artificial por fray 10 1 °20'W, y que comprende la cuenca alta y m edia del río Lerma, la Diego de Chávez para combatir la malaria, conectándola con el agua del cuenca del río Tula y la cabecera alta del San Juan. Esta área nuclear, río Grande de Toluca (Lerma) que pasa cerca de ahí. Kirchhoff propuso que los aztecas fueron dos grupos principa- ubicada en la frontera mesoamericana del siglo les, uno que provenía de la región de Tonallan y Pátzcuaro (mexitin- can e Ixmiquilpan por el oriente, hasta el lago de Cuitzeo, Huandacareo, mexica) y que, al pasar por Aztlán, llevaron consigo al segundo grupo Moroleón, Yuriria, el Valle de Santiago y Salamanca por el poniente. De atlacachichimeca, liberándolos de los aztecas chicomoztoques que los manera más amplia, esta área nuclear pudo incorporar a las regiones de tenían sojuzgados. 56 la laguna de Chapala y del lago de Pátzcuaro. 55 84 En el caso de la r utaAcámbaro-San Juan del Río, los aztecas tomaron Hidalgo), desde la perspectiva del sur, aparece como el águila fundacional con sus alas extendidas y la cabeza de perfil. Se trata del NxQni de definición de Kirchhoff), 58 XVI (de acuerdo con la incluiría desde Tula, Mixquiahuala, Alfajayu- 85 Pedro Armillas destacó la importancia de esta región para entender Años después, a principios del siglo XVI, los pobladores otomíes también las dinámicas mesoamericanas y culturales a partir de los cambios cli- hicieron una migración de este a oeste, hacia el sol en el ocaso. Salieron 111áticos. 59 Los estudios recientes sobre el Preclásico de la región, enfo- de Ixmiquilpan rumbo a Acámbaro siguiendo al águila fundacional. Al cados en la cultura Chupícuaro, parecen reforzar las fuertes relaciones llegar a las inmediaciones de Amealco (Querétaro ), prácticamente a m e- entre el oriente y el occidente en esas latitudes de Mesoamérica60 y des- dio camino, se asentaron en una barranca, pero al águila no le gustó el tacan que, a principios del siglo XVI, mostraba complejas interacciones locales derivadas de las distintas identidades de sus pobladores. 61 Parece lugar, por lo que volvió a alzar el vuelo y se posó en el lugar donde pudo extender sus alas. Ese lugar es el actual pueblo de San Ildefonso. 63 ser entonces que, en esta parte de Mesoamérica, se dio, de manera La travesía de los aztecas no parece ser tan errática como se ha inter- local, un tipo de intercambios culturales singulares con marcada reite- pretado: siguieron una ruta solar del poniente hacia el oriente, el lugar ración hacia el eje este-oeste y en menor intensidad en el eje norte-sur. de la salida del sol, hacia un cerro sagrado, el Coatepec. Aún se ignora Desde los primeros asentamientos, la ocupación humana estableció a qué deidad estuvo consagrado el cerro, pero es posible que tuviera fuertes lazos entre Acámbaro y Yuriria por el occidente, con San Juan relación con cultos a las deidades heliacales. Por su parte, el grupo de del Río y Huichapan por el oriente, no sólo en los aspectos vinculados Malinalxóchitl posiblemente se separó en algún lugar entre Amealco con los intercambios de productos y mercancías, también en los aspectos mitológicos y cosmovisionales como los referentes a la fundación de ( Querétaro) y A tlacomulco (Estado de México) y siguió la cuenca del Lerma río arriba hasta llegar a Malinalco. altépetl. La Relación de la provincia de Acámbaro destaca su fundación por En la región oriente de esta gran área de peregrinaciones se encon- otomíes que siguieron una ruta este-oeste, inversa a la de los aztecas. Ese traban tres cerros que habían sido sacralizados como materialización proceso de fundación también es análogo al de la peregrinación azteca, de elementos cosmovisionales ancestrales y que adquirieron un nuevo pues implica el ritual de salida, tránsito, llegada y fundación, tan carac- significado con la llegada de los aztecas: el cerro Xithá (hoy Juárez, en terístico de los procesos prehispánicos del centro de México vinculados Ixmiquilpan), el cerro de los ancestros; el Coatepec, el cerro de las ser- con la sacralización del espacio de asentamiento: pientes; y el Tezcatepec, el cerro del espejo. En conjunto, éstos dieron sentido al nombre que tuvo la región del Valle del Mezquital hasta el La causa del nombre deste d[ic]ho pu[ebl]o de Acambaro fue que, de siglo xvm: la Teotlalpan, la tierra de los dioses, la tierra de los señores . muchos a[ñ]os a esta parte, cuatro principales, con sus mujeres según su ley, partieron de un sujeto de la provincia de Xilotepeq[ u e] llamado Hueychiapan, y éstos trujeron consigo hasta sesenta indios, ansimismo casados, los c[ua]les eran de nación otomí (y esa lengua hablaban); y estos cuatro principales, con los d[ic]hos indios, se fueron derechos al rey y s[ eño ]r que en aquella sazón señoreaba la provincia que dicen de Mechoacan, y le dijeron que ellos eran de nación otomí y que querían estar en su servicio, q[ue] les diese y señalase lugar y tierras donde poblasen. El cual, admitiéndolos, les señaló un sitio junto a la ciudad que dicen Guayangareo, y allí poblaron y estuvieron algunos días. Y, no hallándose bien, se vinieron de lugar en lugar, hasta llegar al río grande que pasa por este d[ic ]ho pu[ ebl]o, y allí poblaron. 62 86 1 Posgrado en Arqueología, Escuela Nacional de Antropología e Historia. Alfredo Chavero, "Los mexica. Historia antigua y de la Conquista", en México a través de los siglos, vol. 1, t. 11, libro IV, edición facsimilar, México, Editorial Cumbre, 1887, p. 6. 3 Wigberto Jiménez Moreno, "La migración mexica", en Actas del XL Congreso de Americanistas, Roma, 1972, pp. 167-177. 4 Paul Kirchhoff, "¿Se puede localizar Aztlán?", Anuario de Histori a, _vol. 1, México, 1961, pp. 59-67. " Susan D. Gillespie, The Aztec Kings : The Construction if Rulership in Mexica History, Tucson, University of Arizona Press, 1989. 2 87 6 Marie- Areti Her s, "Chicomostoc o el noroeste mesoamericano", Anales del Instituto de In vestiga ciones Estéticas, vol. XV I, núm. 62, México, 1991, pp. 1-22. 7 Doris Heyden, "An Interpretation of the Cave Underneath the Pyramid of the Sun in Teotihuacan, Mexico", American Antiquity, vol. 40, 1975, pp. 131 -147. 8 Para una comprensión del significado amplio del Coatepec, la montaña sagrada, ver Alfredo López Austin y Leonardo López Luján, Monte Sagrado. Templo Mayor, México, Instituto de iョカ・ウエゥセ。」ッᆳ n es Antropológicas, Universidad Nacional Autónoma de Mexico, 2011. 9 Rubén G. Mendoza, "Aztlan, Tamoanchan, and the Huastec Connection", ponencia presentada en Annual Meetings of the American AnthropologicalAssociation, 1994, pp. 7-8. 10 Alfredo Chavero, "Los Mexica ... ", op. cit., pp. 107- 108. 11 Ibídem, p. 7. 12 Ibídem, p. 9. 13 Rubén G. Mendoza, "Aztlan, Tamoanchan, and the Huastec ... ", op. cit., pp. 7-8. l + Bernardino de Sahagún, General History if the Things ifNew Spain The Florentine Codex, World Digital Library, http: 11www. wdl. org/ en/ item/10096/zoom/#group=1&page, consultado el28 de junio de 2013. 15 Bernardino de Sahagún, Historia general de las cosas de Nueva España, México, Porrúa (Cofección Sepan Cuantos ... , núm. 300), 1975, pp. 191-192. 16 Fernando de Alvarado Tezozómoc, Crónica Mexicáyotl, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1975, p. 32. 17 Ibídem, p. 36. 18 Fray Juan de Torquemada, Monarquía indiana, vol. 1, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 197 5, p. 118; Fernando de Alvarado, Crónica Mexicáyotl . . . , op. cit., p. 36. 19 Bernardino de Sahagún, Historia general ... , op. cit., p. 613. 20 Juan de Tovar, Historia de la benida de los yndios a poblar a Mexico de las partes remotas de Occidente los sucessos y ー・イゥァョ。セッウ@ del ca mino su gouierno, ydolos y templos dellos, ritos y cirimonias ... calandorios deJos tiempos, Rhode Island, The John Carter Brown Library-Brown University-Archive of Early American Images, http: 1 /jcb.lunaimaging.com/luna/ servlet/ detail! jcbセ@ 1 セ@ 1 セ@ 123 Yセ@ 1390002?qvq=q Zィゥウエッイ。K、・ャ「ョ[」jcbセ@ 1 セ@ 1 ,JCBBO 1 セ@ 1 ,J cbmapsセ@ 1 セ@ 1 ,J cbmapsセ@ 2 セ@ 2 ,J cbmapsセ@ 3 セ@ 3 &m O ksセ@ i=34&trs=52, consultado el 28 de marzo de 2013. 21 Fernando de Al varado, Crónica Mexicáyotl . .. , op. cit., p. 31. 22 José Fernando Ramírez, Códice Ramírez. 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", op. cit., p. 254. 57 Fernando López Aguilar, "Fundación y colapso. El altépetl Ixmiquilpan entre los siglos x y xvlll", en Juan García Targa y Patricia Fournier (coords. ), Arqueología colonial latinoamericana . Modelos de estudio, Oxford, _ British Archaeological Reports International Series, 2009, p. 22. 8 " Paul Kirchhoff, MesoaméTica. Sus límites geosréificos, composición étnica y caracteres cultumles, suplem ento de la Revista Tia toa ni, vol. 3, México, 1967. 90 59 Pedro Armillas, "Condiciones ambientales y movimientos de pueblos en la frontera sept entrional de Mesoamérica", en Teresa Rojas Rabiela ( ed.), Pedro Armillas: vida y obra II , México, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social/Instituto Nacional de Antropología e Historia, 1991, pp. 207-232. 60 Véronique Darras, "Las relaciones entre Chupícuaro . .. ", op. cit., pp. "La cultura Chupícua69-11 O; Véronique Darras y Brigitte f。オセ・イL@ ro en las dinámicas culturales cfel Preclasico reciente: una r evisión de los discursos", en B. Faugere ( coord .), Dinámicas culturales entre el Occidente, el Centro-Norte y la Cuenca de México del Preclásico al Epiclási- y Centroamericanos/El Colegio de Michoacán, 2007, pp. 51-84. 61 Karine Lefebvre, "Acámbaro, en los confines del reino tarasco: una aculturación discreta ( 1440-1521 d . C.)", Trace , vol. 59 , junio de 2011 , pp. 74-89. 62 René Acuña (ed.), "Relación de la Villa de Celaya y su partido. Provincia de Acámbaro", en Relaciones セ・ッウイ←ゥヲ」。@ del siglo XVI: Michoacán, México, Universidad NacionalAutonoma de México, 1987, p. 61. 63 Lydia van de Fliert, El otomí en busca de la vida .Ar ñañho hangar nz aki , México, Universidad Autónoma de Querétaro, 1988, p. 4 7. co, México, Centro de Estudios Mexicanos BIBLIOGRAFÍA AcuÑA, Ren é (ed.), "Relación de Tolnacuchtla y su partido. 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Este hecho, aparentemente formal, en realidad subraya la importancia geopolítica que el ámbito huichapense ha tenido en la zona centro de nuestro país a lo largo de su historia; y si para la época prehispánica pudieran faltar fuentes que nos ayuden a tener un mejor panorama sobre las particularidades y los detalles de la cotidianidad y quehaceres de los individuos, los elementos con que contamos para conocer su desarrollo durante del México colonial no dejan lugar a dudas sobre su protagonismo. Una vez que las tierras del Anáhuac y más allá fueron quedando bajo el dominio español, basado en un sistema excesivamente regulado - y de lo cual eran fundamento y posibilidad sus recursos escriturarios- , y alcanzó el territorio de nuestro municipio, su milenaria posición estratégica ofreció la posibilidad de dejar registro 94 95 de asuntos de todo tipo, incluso triviales por ser de carácter privado (como una infidelidad) o de una r ep eti vidad rutinaria (la matanza de ganado para consumo humano, la contratación de una recua, la venta de una mula). El pretext o para hablar en este libro sobre el pasado de C&lf& ,, イZエtセB@ L&O Huichapan me hace p ensar que pueden ensayarse o tra rutas que eviten caer en la tentación de buscar uno, dos, tres ... nombres, personas que hayan dejado un hecho notable en su paso por la historia local, y lo creo ocasión favorable para hablar de otro género de personajes y temas que nos sugieren andar por brechas distintas que las marcadas por las co lecciones documental es. Si extendemos nuestra noción de personajes 1111 . a aquellos factores no solamente humanos, sino a los parajes donde los hombres deciden asentarse o por donde se dirigen de un rumbo a otro; o bien, a aquella elevación montañosa elegida para r ealizar sus ceremo nias rituales; como también los lugares señalados para hacer sus intercambios, etcétera, forzoso será conocer las características específicas de esos espacios físicos y las vinculaciones entre ellos, para entender la razón de estar en un lugar y no en otro, o que se dirijan por determinada dirección y no hacia otra parte. Ilustración 1. Prim era carta geográfica oficial del estado de Hidalgo, 1869. Mapoteca Orozco y Berra . Servicio de Inform ación Agroalimentaria y Pesqu era, Estado de Hidalgo, Colección General, 18 39-CGE-7246-A . SAGARPA. EL CAMINO DE LAS FUENTES Advierto que la búsqueda de materiales para este capítulo no ha sido exhaustiva sino más bien general y diagnóstica . Por tanto, en el recorrido temático que aquí se ofrece, el curioso lector encontrará sugerencias, atisbos, reflexiones sobre tópicos que están pendientes de desarrollar y nos hablan de otra riqueza por explotar en este lar patrio: el conocimiento crítico y ampliado de su pasado colonial. Específicamente haré referencia a esa generosa fuente de información que es el Archivo General de la Nación, que sigue ofreciendo grandes posibilidades a los interesados en darle mayor ensanche a la historia regional. En este repositorio yacen innumerables expedientes que nos llevan a los caminos de Huichapan . Una primera llamada de atención es que la denominación de este lugar no ha sido unívoca a lo largo del tiempo. La búsqueda de materiales debe considerar variantes como éstas: Huichiapa, Guichapa, 96 Guichiapa, Hueychapa, Hueychiapa, que pueden convertirse en diez, si cada una añade al final una n . Casos análogos presentan Chapan tongo (Chiapantongo, Chapantonco ), Tlaxcalilla (Tascalilla, Tescalilla) o Acagualcingo ( Acahualcinco, Acahualcingo, Acahualtzinco), éste, por cierto, un p ersonaje central de este capítulo. D e pronto estamos frente a - por lo menos- un millar de referen- cias documentales que conducen a expedientes cuya extensión es difícil precisar a priori. Lo mismo se encuentra la confirmación de una merced real para posesión de tierras o un mapa en m edia hoja, que revisar un grueso volumen con 400 fojas escritas por ambas caras. Dominan asuntos relacionados con la ten encia de la tierra: títulos primigenios o mercedes reales, extensión, ubicación, litigios por límites o posesión; gracias a ellos podemos ten er la secuencia de propietarios de una determinada finca, el cambio o p ermanencia de un nombre o topónimo, el 97 proceso de ensanche del patrimonio inmobiliario y raíz de una familia, etcét era. Nos acercan a numerosos nombres de personajes esperando ser r elacionarlos con hechos de relevancia en el devenir local; aparecen diversas referencias a oficios que darán mejor idea de las actividades cotidianas, su relación con la economía regional y su inserción a la di- Xilotepec sufrió un primer ajuste, al quedar convertidas en encom iendas sus colindancias: por el sur el pueblo de Chiapa, en Jerónimo Ruiz de la Mota; Tula con sus pueblos suj etos (repartidos entre varios) y Chapantongo, en Hernán Sánchez de Ortigoza, hacia el sureste ; por el este Ixmiquilpan, asignada sucesivamente a Pedro Rodríguez de Escobar, námica general del reino. a Juan Gómez y Juan Bello. El pueblo de Soyaniquilpan quedó en Juan Antonio Navarro y herederos hasta 1571. Estos repartos se realizaron en conjunto entre 15 25 y 15 30 .5 Por toda la banda oeste , Xilotepec colindaba con la otra gran encomienda de la época, Acámbaro y Apaseo asignada a don Hernán Pérez de Bocanegra, en el ámbito propiamente tarasco. D esde los primeros tiempos coloniales Huichapan, siendo pueblo subordinado a la cabecera de Xilotepec, compartiría con ésta las tareas de centralizar y organizar ese vasto territorio y apoyo firm e en el proceso expansivo al norte, genéricamente llamado la Gran Chichimeca. Si en un principio se nombró un alcalde o justicia con jurisdicción para toda la provincia, a lo largo del siglo fue necesario delegar en un teniente los asuntos propios de nuestra localidad, al grado que para el siglo XVII se le llegó a denominar Alcaldía Mayor de la Provincia de Xilotepec y Huichapan, quedando este pueblo como residencia del alcalde. 6 El contacto inicial de los franciscanos con Xilotepec fue a partir de 15 29 y dos años después en Huichapan. En 1580 estaban terminados cuatro conventos ("de otomíes", los llamó fray Alonso Ponce) que se repartían el trabajo de atender la población comprendida entre ellos: San Pedro y San Pablo Xilotepec, San Martín Alfajayucan, San Bartolomé Tepetitlán y San Mateo Hueichiapa. 7 Del primer pueblo llamó la atención del religioso sus recursos acuíferos : un río que permitía la cría de pescado pequeño y "uno o dos lagos o lagunas de buen agua", el conjunto conventual terminado con claustro, iglesia, dormitorios y huerta, donde E CAMI NÁNDOSE HACIA EL NORTE Una vez que los españoles derrotaron a los n1.exicas (agosto de 15 21 ) , su avanzada hacia el norte topó inevitablemente con el mundo otomí. Si bien podemos encontrar a individuos de este grupo etnolingüístico en la cuenca de México, hacia las laderas de la sierra de Las Cruces o incluso por Tlaxcala, la parte central, su "riñón" - según expresión coloquial castellana de la época- corresponde al que se conoció como Señorío de Xilotepec que tuvo un papel importante en esa expansión. La extensión territorial y numérica de los habitantes de Xilotepec era tal que fue considerada la encomienda más grande, 2 siendo favorecido Juan J aramillo a partir de 15 3 3 (después de que fueron desechadas las pretensiones de otros conquistadores). Podemos inferir la importancia estratégica de la zona por el hecho de valorar al encomendero y su esposa: fue capitán de bergantín en el sitio a Tenochtitlan, hombre fiel y cercano a Hernán Cortés, a quien acompañó en 1522 en la expedición a Honduras; de paso por Orizaba se casó con la célebre Malinche, la excompañera y aliada principal del conquistador de México. Enviado por sus compañeros a España como pr ocurador en 15 2 6, a su regreso participó activamente en el cabildo de la capital virreina! y hacia 15 3 8 el r ey le concedió derecho a ostentar escudo de armas. 3 No creo que sea exagerado opinar que esa jugosa encomienda fue en premio a los servicios prestados por cada uno de ellos. Jaramillo volvió a casarse luego de morir Malinche, con Beatriz de Andrada, y al morir él, antes de 1550, su ahora viuda heredó los derechos a la encomienda y encontró un interesante marido: Francisco de Velasco, hermano del segundo virrey novohispano, accediendo así al disfrute de esos derechos. 4 98 destacaban sus peras y nueces. Residían cuatro religiosos que atendían numerosa población otomí y unos cuarenta de origen m exica y, aunque no menciona a españoles, sabemos por otras fuentes que, justamente, el crecido número de estancias de ganado mayor y m enor y muchas sementeras de trigo estaban en sus manos. Del segundo, que ofrece su denominación en otomí, Andaxitzo, también reporta que entonces estaba todo bien terminado "aunque pequeño"; apuntó que por la mala 99 calidad del suelo no se levantaba maíz, pero lo conseguían del intercam bio de "la miel que sacan de los magueyes", que "lo más del año comen mezquites" y que en este pueblo solamente vivían por entonces "cuatro o cinco españoles". Enfatizó que la vecindad de estos dos pueblos con territorio de grupos chichimecas los tenía en amago constante de sus ataques, habiendo padecido los de Xilotepec no pocos robos en sus haciendas y hasta el secuestro de mujeres. En Tepetitlán residían solamente dos religiosos, en condiciones desventajosas respecto de los otros tres: no tenía el claustro más que una planta que era "una casa vieja sin iglesia [ . . . ] tienen un aposento y capilla donde guardan el santísimo sacramento"; era reducido el vecindario indígena, pero con el respiro de estar "más seguros de los chichimecas que los de Alfajayuca". En contraste, San Mateo era "pueblo grande de indios otomíes" desde donde se asistía a otras comunidades que le estaban sujetos. Su composición poblacional para entonces ( 15 80) era más equilibrada que en los otros lugares, pues se contaban "en aquella comarca más de ciento y veinte españoles", recibiendo la administración religiosa con los indios en el convento franciscano. El imán no fueron las minas: "toda es tierra ternplada [ ... ] muy fértil, cógese en ella mucho trigo y maíz, y hay muchas estancias de ganado menor y algunas de mayor, y hácese mucho y muy bien queso. No están lejos de allí los chichimecas de guerra, y así no tienen mucha seguridad". El conjunto monástico estaba terminado con su iglesia. El "edificio del convento que es bueno" tenía claustro y dormitorios donde residían de fijo cuatro religiosos, con una productiva huerta hortícola y frutícola, que se proveía del agua que manaba de una generosa fuente dentro de ella. Le llamaron la atención las nueces que ahí se daban. Así que junto con los quesos, es muestra de hasta . dónde pueden extender su genealogía estos sabrosos productos que se expenden en el gran mercado dominical de cada semana en esta ciudad y en numerosos establecimientos de Atlán y Nopala. 8 De la precariedad de restos arquitectónicos prehispánicos en este municipio, si hemos de dar fe a Torquemada, lleva los primeros créditos de su desaparición fray Alonso de Rengel. Entró a sus labores evangélicas en 1529 "en las provincias de Xilotepec yTula, que eran las más populosas de indios otomíes y en sus comarcas [ .. . ] destruyó todos los ídolos 100 de aquellas provincias con sus templos y altares". Le acredita como el primero que aprendió otomí y con ella predicó a aquellos hombres. 9 Otra manera de sopesar la relación d e fuerzas entre Xilotepec y Huichapan es recordar brevemente los hechos de conquista atribuidos a Connín. Bautizado como Hernando de Tapia, este bien conocido aliado clave de los españoles, surgió de un lugar siempre identificado como sujeto a Huichapan: de Nopala partió un contingente encabezado por él ( 15 30-3 3) para convertirse en cacique de la población indígena que se fue asentando en La Cañada queretana y en el cerro del San Gremal (hoy Barrio de la Cruz). Gracias al paulatino control y la importancia que la parte del llano adquirió, por quedar en el camino de la expansión española hacia el norte y a las minas de Zacatecas y Guanajuato, así como las ventajas para la cría de ganados y explotación agrícola europeos, atrajo cada vez más población blanca, que motivó dar traza reticular al pueblo de Querétaro hacia 1550. 10 La familia Tapia logró mantener una importante presencia por lo menos hasta la primera década del siglo XVII. Baste decir que su rango de indio cacique lo mantuvo hasta su muerte, le sucedió su hijo Diego - ambos con algunas intermi tencias- y cierra el ciclo su aportación para la erección del convento de Santa Clara en donde profesó la hija de éste en calidad de fundadora . Tradicionalmente identificado como comerciante, debió conocer rutas y caminos por donde transitaban mercaderías que iban del ámbito mexica al tarasco, ligados al otomí y de éste al norte chichimeca. 11 Recordemos que desde tiempos remotos, el cobre mesoamericano y las guacamayas tropicales podían encontrarse en Paquimé (Chihuahua) o que la turquesa extraída en fuentes de Nuevo México era trabajada con 12 primor en Oaxaca; o que afinidades cerámicas entre Chupícuaro y la cuenca de México o las comparativas arquitectónicas a partir de Teotihuacan o Tula, nos dan cuenta de caminos andados de tiempo inmemorial de sur a norte y de este a oeste, que fueron bien aprovechados por los invasores europeos. Ya se ve que no es ocioso recordar a Connín en este contexto. Se ha discutido si había o no asentamiento regular en Querétaro previo a su llegada o si tenía las características de sedentarismo como para constituir una encomienda y a qué españoles fu e asignada. Lo cierto es que la 101 historia local lo señala como fundador, 13 condición que subrayan las dos A la vista de esto, conviene revisar su relación temprana con un im- esculturas que lo recuerdan monumentalmente, una sobre la autopista portante personaje de la época: Hernán Pérez de Bocanegra, titular México-Qu erétaro, antes de entrar a la ciudad, y otra en la plaza del de la otra gran encomienda de la época, la de Acámbaro-Apaseo, co- Templo de la Cruz. Esta exaltación ha devenido en una imagen de poca lindancia de Xilotepec. Las relaciones entre Bocanegra y Jaramillo no relevancia de los pobladores originarios y la dificultad para comprender eran en principio, precisamente, buenas pues el primero comenzó sus su verdadera situación. Da para pensar el potencial propio de la región actividades en Nueva España del lado de Nuño de Guzmán (el gran ri- de Huichapan, frente al que se suponía tenía la cabecera del señorío. val de Cortés) . Pero el motivo de mayor controversia entre ambos fue Connín avanzó con confianza, se constituyó en importante partícipe del la adjudicación de Querétaro a una u otra encomienda, teniendo que fomento para el crecimiento de esa población, siempre pretendió ser litigar no sólo con Jaramillo sino con los propios caciques de Xilotepec. independiente de los caciques centrales de Xilotepec, quienes le deman- Se explica así que Tapia recibió apoyo de Bocanegra en sus pretensiones daban sontetimiento, obediencia y tributación , asunto que generó re- de autonomía ya mencionadas, alianza sellada a lo largo de los años si- Se guientes, manifiesta en la estrecha relación que llevó con Juan Sánchez convirtió en propietario de tierras agrícolas y ganaderas . Entonces, no de Alanís, hombre muy ligado a la casa de don Hernán. 16 Alanís y Tapia parece coincidencia gratuita la concurrencia de varios factores. Así, al resultaron ser una mancuerna importantísima en el proceso de control momento de partir de N o pala, está ocurriendo la llegada de los frailes y colonización de ganados en el espacio comprendido entre la actual a la zona de Huichapan, los conquistadores van logrando mayor control ciudad de Querétaro, San Miguel de Allende y la actual de San José regional y comienza el asentamiento de colonos, como bien sugiere el Iturbide. Alanís (ya mencioné su participación en la traza de Queréta- reparto de encomiendas desde mediados de la década 1520, ya señalado. ro) destacó más al norte, haciéndose de numerosas propiedades (en los Otra relevante coincidencia es la forma como actuó Hernando de actuales municipios guanajuatenses de Doctor Mora, San Luis de la Paz, Tapia, en relación con los procedimientos y doctrina que acostumbró Tierra Blanca, Victoria) y actuando repetidas veces como autoridad, ya seguir la Corona para premiar a los conquistadores. Se condujo como fuera en San Miguel o San Felipe, viniendo a terminar sus días como todo un conquistador español capitán de hueste, poniéndose a la cabeza cura de Xichú (Victoria) a principios de la década de 15 70. 17 petidas tensiones entre ambos, de lo que hay registros fehacientes. de un grupo por su cuenta y a su costo ("motu proprio") que "era el ex- Al revisar brevemente las peticiones de mercedes de tierra que desde pediente al que se sujetaba la Corona luego del éxito de los conquista- 15 35 iniciara Hernán Pérez Bocanegra en beneficio propio y de sus hi- dores para premiarlos", y así recibió "reconocimiento por el gobierno jos parece que logró enlazar el corazón de su encomienda con San Juan español tanto de su cacicazgo como del repartimiento de tierras que del Río. Un ejemplo: las tierras y molino que su hijo Alonso ya estaba 15 ¿estaba huyendo de la opresión de los caciques de Xilotepec, como sue- explotando en las cercanías de San Juan del Río, entre 1580 y 1585 , tienen relación con el área comprendida en los alrededores del actual le manejarse, o fue una salida convenida? Esa ventajosa alianza con los Galindo, Querétaro, y del cerro Xingo, Xilotepec, Estado de México. españoles, ¿le aseguró mantener un corredor que como comerciante ya Luego, para la segunda década del siglo xvm, la hacienda llamada "San aprovechaba desde antes? O ¿acaso pudiera inscribirse su marcha en un Isidro de Lira" en jurisdicción de San Juan, la mantenía un descendien- proceso migratorio como los señalados en el capítulo previo siguiendo te, Francisco Pérez Bocanegra (que se ostentaba como capitán de caba- rutas y enlaces bien establecidos? El caso es que el grupo que salió de la llos corazas y alguacil mayor del Tribunal de la Santa Inquisición). 18 Es región de Huichapan es importante para entender el proceso de pene- posible que hubiera una ruta antigua que partiendo de San Juan del Río tocara Amealco, continuara por Coroneo y de aquí alcanzara Tarímoro ; había efectuado". De modo que hay que replantearse preguntas como: tración hacia el centro norte y la Gran Chichimeca. 102 14 103 este lugar está situado casi al centro de la encomienda de Bocanegra y a m edio camino entre Acámbaro y Apaseo. El tramo de San Juan a Amealco pasaría entre Galindo y Xingo. ¿Se quedó la familia Bocanegra con el control y beneficios de una de las rutas de antigua raigambre, que se señalan en capítulo precedente, que comunicaban a Huichapan con Acámbaro y más al occidente ? EL CAMl O DEL GANADO Vencida la resist encia de Tenochtitlan en agosto de 15 21, los españoles se fueron en tropel hacia el norte, por lo que antes de terminar esa década se contaba con condiciones favorables para avanzar más allá de los límites de la provincia de Xilotepec. Así, se fue generando una de las transformaciones más abruptas, tanto en la cotidianidad vital de los moradores nativos como en el paisaje. Con mencionar al toro y al caballo, llegados con los invasores, que son para nosotros imagen inseparable de nuestros campos, tendríamos para llenar varias páginas, eso sin añadir puercos, ovejas, cabras también recién importados. La dotación de productos para el consumo alimentario en carnes y lácteos, o la práctica de actividades campiranas devinieron en la tradición local de buenos quesos o en nuestra feliz costumbre de reunirnos con motivo de una celebración para disfrutar una barbacoa y jugosas carnitas, con el afortunado maridaje del ancestral pulque. Si hablamos de la charrería o de corridas de toros, no es gratuita coincidencia que en la arquitectura civil de Atlán y Huichapan destaque un lienzo charro, o que la crianza de ganado bravo en nuestro municipio esté bien representada por los encierros de que ha hecho gala Xajay durante décadas en plaza principales del país, topónimo compartido entre Huichapan y San Juan del Río, debido a la intensa interrelación que han guardado a lo largo de su historia. Durante la década 15 30-1540 destacan dos grandes espacios donde puede valorarse la problemática que generó el avance de los ganados mayores y menores y lo exitosa que resultó su reproducción. En 1539 se expidieron las primeras ordenanzas de la Mesta novohispana, estableciendo los valles de Matalcingo y Tepeapulco para las reuniones anuales 104 Jl.L- .0 セI [Z j@ MO -t:.SME M セtaャ J- 31. ⦅@ l Ilustración 2. Hidalgo monumental, 1931. Esta imagen está asociada al proyecto del prim er Catálogo de constwcciones religiosas del estado de Hidalgo, 1929- 1932, formado por Tousssaint y Azcué (vide Bibliografía). Mapoteca Orozco y Berra. Servicio de Informa ción Agroalimentarira y Pesquera, S!IGARPA. Estado de Hidalgo, Colección General, 18898-CGE-7246-A que debían llevar a efecto los ganaderos, ocasionando un flujo de animales hacia esos puntos de manera casi natural. El hecho mismo de que surja este ordenamiento revela la necesidad de tomar acciones regulatorias precisas para la naciente industria ganadera y que la presión demográfica de estos animales no solamente forzó la búsqueda de nuevos espacios hacia el septentrión, sino que posibilitó que las expediciones tuvieran fuentes alimentarias cercanas. En la documentación de la época ese valle de Matalcingo puede entenderse abarcando la cuenca del río Lerma y en su comprensión (siguiendo una dirección general sur a norte) Xiquipilco, Ixtlahuaca, Xocotitlán, Atlacomulco (hoy Estado de México) ; para entrar a Michoacán porTlalpujahua, Maravatío y de ahí, a un paso, Acámbaro, puerta hacia Guanajuato. Desde este pueblo, dirigiéndonos enteramente al norte, se llega a la actual ciudad de Celaya (fundada !OS en 1571 ), quedando en punto intermedio el valle de Tarímoro. Fueron constantes los conflictos en las décadas 1540 y 1550, ya fuera entre indios y ganaderos (éstos invadían sus tierras) como entre los mismos españoles. 19 Por ejemplo, el virrey Luis de Velasco, en septiembre de 155 3, se enteraba de "que en los términos del pueblo de Maravatio, Tarímbaro,Yndaparapeo y de otros pueblos de la provincia de Michoacán, están asentadas mucha cantidad de estancias de ganado mayor en gran daño y perjuicio de los naturales", 20 y mandó hacer una investigación. Entre los culpables estaban personas de cierto influjo, como Miguel López de Legaspi, Pedro Salcedo y Francisco de Mendoza, cuyos animales andaban en "termino de Mm·abatio e Hirin1bo y su comarca". 21 López de Legaspi era cercano a la corte virreina!, en cuya capital fue escribano, alcalde mayor, funcionario en la Casa de Moneda, beneficiado con varias estancias por el primer virrey, y encargado por el segundo de encabezar la expedición enviada a explorar el océano Pacífico (1564), que sumó a la Corona española las islas Filipinas. De Francisco de Mendoza baste decir que era hijo del primer virrey. 22 No discutiré si hubo efectos o sanciones contra los responsables, sino subrayar que, como en el caso de los titulares de la encomienda de Xilotepec, nos indica que el reparto de los espacios y el aseguramiento de su explotación tenían un control bien definido, pues la empresa de expansión colonizadora, si se la entiende como un proyecto del Estado español, debía contar con colaboradores que pertenecieran a familias que podían sostener con sus medios y prestigio el proceso de inversión inicial que supone la construcción de corrales y casas, cercar los campos, su mantenimiento, disponer de mano de obra, etcétera. En paralelo a esta "saturación temprana de ganados", se vivía en la región de Tepeapulco un proceso que inició hacia 15 30 y que llegó a su clímax veinte años después. Las quejas eran las mismas que en Matalcingo, Tarímbaro yTarímoro. Destaco algunas estancias señaladas como problemáticas en diciembre de 15 51 : las de Gonzalo de Salazar, la del Monasterio de la Madre de Dios de la ciudad de México, Luis Marín, Antonio de la Cadena, Diego de Villapadierna, Francisco de Santacruz, Juan Juárez, Pierres Gomes, Juan de Jaso, Antonio Isidro y Andrés de Barrios. El virrey ordenó ahora que, antes del siguiente marzo, sacaran 106 todo el ganado mayor o se aplicarían multas de cien pesos, permitiendo conservar sólo 5 000 cabezas de ganado menor, con un pastor por cada mil. 23 Más tarde, en septiembre de 15 53, ocurrió que los quejosos fueron los estancieros. Luis Moscoso, corregidor de Tepeapulco, fue a averiguar si los indios "maliciosamente" habrían r epartido más tierras de las que podían labrar, dentro de las cercas que rodeaban las estancias "para buscar pleito". 24 Incidentes de este tipo fueron lo común durante esos años, de modo que podemos hablar de un intenso conflicto cotidiano por el espacio a mediados de siglo XVI. Fue tan frecuente el número de denuncias que se presentaban por invasiones de ganados que, más allá de las m alas intenciones de que se p odían acu sar entre sí estancieros e indígenas, lo que parece evidente es que el problema había rebasado a todos; es decir, el número de cabezas de ganado era tal que ya resultaba prácticamente imposible controlar los hatos. 25 Con cierto margen de verosimilitud se puede reconstruir la ruta que en su expansión hacia el norte siguieron los ganados al paso por nuestra región . En el párrafo anterior mencioné, entre los estancieros con abundante ganado en Tepeapulco, a Andrés de Barrios, que fue uno de los conquistadores que incursionaron por Ixmiquilpan rumbo a Meztitlán a fines de la década de 1520, recibiendo en premio a sus fatigas parte de la encomienda de este último pueblo y el derecho a instalar estancias ganaderas. 26 Factor importante en la atracción de pobladores fue el hallazgo de minas en Ixmiquilpan (década de 1540), asunto relevante para este relato que retomaremos más adelante. Las fuentes también sugieren que desde Tepeapulco el flujo se dirigió hacia Tula por donde los ganados se fueron aproximando a Soyaniquilpan, Nopala y Huichapan, lo que los llevó al feliz encuentro con esa extensa planicie conocida posteriormente como Llanos del Cazadero, cuya mayor parte acabó quedando en la jurisdicción de Huichapan . La hipótesis de este trayecto puede encontrar sustento en varias circunstancias, como cuando los franciscanos reconocieron como un punto clave de su penetración su paso porTula. 27 Otra observación sería con los estancieros conflictivos de Tepeapulco: el monasterio de la Madre de Dios, Luis Marín, Juan Juárez, Pierres Gomes, Juan de Jaso - dos personas con este nombre, tío y sobrino- , beneficiados con más r epartos de tierras, 10 7 en el camino a Zacatecas ( 1549-15 52) en el tramo entre San Miguel y donde se fundaría San Felipe ( 15 6 2). Resulta muy útil revisar el caso de los Jasso. El sobrino, conocido como el Joven o el Mozo, recibió en encomienda el pueblo de Xipacoya, al sur de Tula ( 1542), 28 y autorización del virrey para instalar "un sitio y herido de molino en términos de Xipacoya"; 29 más tarde (septiembre de 1550), obtuvo confirmación de una estancia de ovejas en Tepeitqui, también cerca de Tula (comprada a Rodrigo de Albornoz en 1546). Hay testimonio de otra estancia para ovejas en un sitio "nombrado Teauebe en t érminos de Xipacoya" (abril de 155 3) . 30 La cercanía de estas pro piedades con Tula hace plausible asociar el nombre de la localidad de Jaso con la impronta de este personaje. El registro de una propiedad en la ciudad de México en 1543 lo confirma en su calidad de vecino de esta ciudad. 31 En tanto que, Jasso el Viejo, conquistador de Tenochtitlan y leal a Hernán Cortés, es al que se identifica con numerosas estancias en los alrededores de San Felipe, una de las cuales incluso quedó señalada en la "Pintura de las Villas de San Miguel y San Felipe" de 15 80 (primera expresión cartográfica de aquella región), denominada como "El potrero de Jasso", en un punto que prefigura una ruta desde San Felipe al mineral de Guanajuato a través de la sierra. 32 D estacan las que recibió en el extremo occidental del Bajío, donde sus her ed eras perdie ron tierras en beneficio de la fundación de León ( 15 7 4), por lo que se les vio muy activas demandando a la corte del rey que les compensara esta sustracción a su patrimonio. La distribución d e estas estancias hace comprensible que se le ubique entre los primeros descubridores de las vetas guanajuatenses . Hay otra alternativa para comprender los caminos que tomaron los ganados en su andar hacia el norte, una vez que entraron en la r egión de Huichapan y superar y enriquecer la ya tradicional ver sión de que los primeros pobladores y beneficiarios de mercedes de tierras fueron una familia de apellido Alejas, Juan Ramírez, Alonso de Hinojosa, Diego de Balza y Juan Garda Gamero, cuyas mercedes les fueron otorgadas entre los años de 1563 y 1594. Si nos adentramos más en los expedientes del Archivo General de la Nación (AGN), podemos aumentar los nombres de muchas otras personas que fom entaron la ganadería o iniciaron el cultivo 108 de la tierra con técnicas europeas . Añadamos por ahora a Juan Amador (ca. 1560), Hernando Galván (156 1), Juan de Pineda entre Huichapan y Tecozaulta (1563), Juan Antonio Hernández, PedroTrejo y Juan Orozco ( 1565), Cristóbal de la Cerda (1574), Juan Flores (15 75) , Juan Dávila ( 1577), Juan Fernández ( 1582), Francisca Solís, Juan Sánchez, Sebastián Moreno (1583 - 1584), Alonso Hernández, Juan Xerez, Diego Milian y Bartolomé Canal ( 1590), Juana Hernández ( 15 92) .. . ; o entre los indígenas muchos de los cuales suelen presentarse como principales o caciques: Juan Ramírez, principal de Xilotepec, en "términos de Guchiapa [ ... ] en la junta de dos arroyos grandes que el uno baxa de la estancia de Luis de Quesada y el otro se llama a bondojito"/ 3 a Gabriel Pérez, principal del pueblo de Santiago Tecozautla, en el pueblo de Taxcalilla (1580), Lucas Sánchez, de Huichapan en el paraj e Teuzco, a Gabriel de los Ángeles (1587), Lucas San Francisco (1588), etcétera, a los que más adelante volveremos. Las r eferencias que en conjunto nos dan todas esas fuentes posibilitan pensar que, desde Huichapan, los ganados hayan sido llevados por Tecozautla o Maney y de ahí por Bondojito, Dandhó, Atengo, San Joaquín (antes del actual límite con Quer étaro) y tocar Tequisquiapan, desde donde pueden seguirse al m enos dos rutas: una que llegue a la ciudad de Querétaro por La Cañada y otra que, evitando enteramente acercarse a ésta, llega al norte del municipio de Quer étaro a la altura de donde hoy se encuentra la bifurcación de la carretera que lleva a San Miguel Allende o a San Luis de la Paz . La otra posibilidad es que se llegara de Huichapan a Taxcalilla y San Juan del Río y de ahí en adelante. La posibilidad del trayecto desde Tequisquiapan la han manejado los autores de un estudio reciente , 34 pero siguen anclados en que la expansión se da necesariamente desde San Juan del Río procediendo desde la ruta que se conoció com o el Camino de Tierra. Sin embargo , hay que subrayar que éste se abrió hasta 1549- 1550, muy posterior a las vías planteadas por Matalcingo y Tepeapulco. Ha sido tan fuerte la marca de la historia posterior de esta ruta que pareciera que siempre estuvo ahí desde el principio. Hay t estimonios que permiten identificar el proceso de reparto en los extensos llanos del Cazadero y su importante posición estratégica . El trasiego de pasajeros y mercancías se volvió más intenso a partir de 109 que los descubrimientos de las minas de Zacatecas ( 1546) y Guanajuato (1550-1553) atrajeran el interés de un número cada vez mayor de españoles, que generó necesidades imperiosas como la dotación de bastimentas, sitios para descanso humano y animal, remudas de cabalgaduras, etcétera. Este hecho consolidó la centralidad del llamado Ca mino de Tierra Adentro que intencionalmente apenas he mencionado, que convirtió de hecho como sus rutas tributarias los dos corredores ya descritos y que, desde mi punto d e vista, lo preceden en el proceso de expansión hacia el norte, por veinte años por lo menos. Veamos esta consideración. La penetración por el centro de la provincia de Xilotepec de manera intensa debió ser posterior, al m enos, a 1546. Existe el espléndido relato que r ecogió Torquemada sobre la magna cacería que encabezó el virrey Mendoza "al modo que los indios antiguamente, lo hacían". 35 Se eligió un lugar donde "fuesen unos mui cumplidos, y extendidos Campos, que estan entre Xilotepec, y el pueblo de San Juan del Río (que hasta oi conserva el nombre del Cas;adero )", aclara el cronista y así se ha mantenido. Por la descripción que hace de esa zona, nos hacemos a la idea que, en contraste con lo que hoy vemos (extensos campos reticulados, divididos para señalar la p ertenencia a distintos propietarios y destinados a diversos usos agrícolas), se presentaría, a manera de bosque, una tupida vegetación de cactáceas, mezquites , huizaches, donde - otro contraste- en vez de caballos y reses lo común sería ver grupos de venados comiendo o abrevando de los recursos naturales. Volvamos al relato. El día señalado "salieron los indios mui de mañana, y cercaron más de cinco leguas de monte , porque eran los indios más de quince mil". En el transcurso de la mañana fueron cerrando el círculo hasta quedar hombro a hombro "antes del mediodía". En medio quedó gran cantidad de venados, coyotes, liebres, conejos "que parece increíble"; y como viera Mendoza que era excesivo su número, mandó abrir el círculo por dos o tres puntos "por donde salieron arandes manadas de estos animales". Lo volvieron a cerrar y "dexaron de cerco más de media legua, en quadro", quedando a manera de corral humano "para que ni los pajaros no se fuesen" . Dentro podían maniobrar jinetes, unos "alanceando; otros con arcabuces y ballestas, tirando y matando lo que querían"; tanto los que 110 estaban dentro como fu era del cerco, "no se daban mano a coger cas;a viva o muerta, andando a la vu elta los cocineros con sus asadores, porque se le venía la cas;a a la cocina". Así pasaron todo el día, alternando descansos para la gran faena. Al ponerse el sol "se halló que havian muerto seiscientos venados chicos y grandes", "mataron más de cien coyotes, <::orrilos, Liebres, y Conejos, mui aran multitud". Como deja de verse, en ese extenso círculo de más de cinco leguas no quedó atrapado un solo toro ni cabra ( 1 legua = + 1- 4. 5 km). Estamos hablando del área donde se consolidarían importantes haciendas y ranchos, cuyos nombres quedarían para nuestra toponimia actual: Arroyo Zarco, Encinillas, Ruano, Cazadero, Pahnillas. Debió ser muy grata experiencia, pues "engolosinado de ella el virrey don Antonio de Mendos;a la aplas;o para el año siguiente de 1542, aviendose hecho en este año de 1540". Ya no se repetiría; aquel año de 154 2, el virrey anduvo ocupado en otra cacería, la de indios cazcanes y teules (guerra del Mixtón) que a punto estuvieron de borrar del mapa el avance español por la Nueva Galicia. A su regreso se ocupó de las imperiosas tareas de consolidar lo re conquistado y atender las reacciones de los conquistadores y encomenderos a las limitaciones que imponían las Leyes Nuevas decretadas en España en 1542 . Siguió el relevante hallazgo de las minas zacatecanas a partir de 1546 (que dos años después ya prometía las riquezas tan codiciadas), y con ello la necesidad de asegurar un camino directo a esta zona . Los últimos años de su gobierno, el virrey Mendoza apuró diligentemente asunto de tal importancia política, según le comunicó a su sucesor, a fines del año 1550: "Juan de Muñoz de Zayas , vecino de Panuco, por mi mandado fue á descubrir el camino de los s;acatecas, y está descubierto". 36 A partir del arranque de la década intermedia de esa centuria, será frecuente la expresión "en el camino nuevo que agora se hace" 37 rumbo a Zacatecas, como referencia para sitios otorgados fundamentalmente a españoles para fines agrícolas y ganaderos. Es entonces que la provincia de Xilotepec será atravesada por su centro con el paso de los ganados, las carretas de los hombres extranj eros, la siembra de trigo y maíz en escala extensiva, y desaparecerá la abundancia del venado, las liebres y el coyote, modificándose el paisaje radicalmente. El trazo que a partir de San Francisco Soyaniquiplan alcanzará San Juan del Río (que puede 111 simular una diagonal en dirección noroeste) pareciera que no afectó era minero principal en Taxco, donde fungió como m áxima autoridad asentamientos que por ahí se encontraran, si me guío por la falta de civil (1542); 39 obtuvo el reconocimiento de la posesión de caballerías, indicios de conflictos al modo de Tepepapulco y Matalcingo. Casi todos ingenio y estancias en la zona de Pánuco y Valles (1550) 40 y con motivo los itinerarios que se pueden revisar de los siglos XVII al dan a Soyani- de la cuaresma de 1551, gestionó licencia para llevar p escado de Pánu- quilpan como último lugar con nombre indígena hasta San Juan del Río y -como arriba se dijo- solamente se encuentran denominaciones co a la ciudad de México, usando tamemes, pues el camino fragoso no resultaba propicio para arrias . Parece que treinta años después de la con- en castellano sobre el camino. A uno y otro lado quedaron a cierta dis- quista ya era costumbre bien establecida, atento al comentario de que se tancia Calpulalpan, A culeo, Acaxuchitlan, N opala, Santa María Macua. hacía "desde mucho tiempo a esta parte". 4 1 En la r egión de Pénjamo y Valga para esta ocasión, revisar un caso particular. Cuerámaro logró sumar más de 20 sitios de diversa índole. 42 XIX De Juan de Oñate hay mucho que decir. Éste debe ser hijo del conquistador hom ónin w . D ur ante los veinte años previos ambos estuYieron en las arduas jornadas de pacificación de la Nueva Galicia y, con Diego EN BUSCA DE UN PUEBLO PERDIDO !barra, se cuentan en el grupo de descubridores de Zacatecas. El padre Curiosamente a partir de 1550 y a lo largo del siguiente medio siglo logró poder y prestigio importantes al haber sido artífice de la victoria comienza a aparecer en las fuentes el señalamiento de un lugar en espe- de la guerra del Mixtón, recibiendo el reconocimiento correspondiente cial: Acahualcingo. Y - si no todas- la mayoría de las menciones van del virrey y obtuvo varias estancias en aquella gobernación. En el camino relacionadas con expresiones como el camino nuevo "que aaora se abre" nuevo a Zacatecas recibió merced para estancia diez leguas adelante de o "en términos de" éste. El más temprano que conozco es de lo más San Miguel (mayo de 1550), y a seis de distancia de otra otorgada a la interesante. En 1552, el virrey Luis de Velasco recibió la petición de un viuda de Juan Jaramillo. 43 Tuvo la lucrativa encomienda de Tacámbaro, grupo de personajes en zona minera, desde 15 2 8 que la familia retuvo hasta el siglo XVII; en este lugar y en Zitácuaro, instaló ingenios que requerían indios de r e [y] par timiento ( 100 y 25, respectivamente). 44 Ligadas por fl.1ertes intere- le han hecho relación que conviene y es muy necesario abrirse el ca- ses comerciales y políticos las familias Oñate e !barra t enían capacidad mino y aderezarse que va desde las dichas minas de Yzmiquilpa hasta para armar un tren de " cuarenta carretas con sus bueyes " , encargado [ ... ]que tienen minas en las minas de Yzmiquilpa y los subir al camino que va de esta ciudad [México] a la de セ。」エ・ウ@ セ。」エ・ウL@ para en Puebla (1551 y 1552) para llevarlo hasta Zacatecas . Interesa para el 38 proyecto del ramal que vengo comentando que Ortuño de !barra tenía que por él puedan ir y venir carretas por ser camino tan importante. entonces una hacienda en el Real de Nuestra Señora de Ixmiquilpan y 112 El trazo debía cubrir ocho o nueve leguas "por tierras muertas", hasta fungía como corregidor deTlacintla e Ixmiquilpan (1552 ).4 5 De Alonso entroncar con el camino principal antes de San Juan del Río y una legua de Villaseca es más conocida su trayectoria en el actual estado de Hidalgo adelante del pueblo de Acahualcinco. Sorprende sin duda la temprana y y era reputado ya en la segunda mitad del siglo oportuna petición, pero se vuelve comprensible cuando nos acercamos a las condiciones personales de los solicitantes. Luis de Castilla, Cristóbal rico de Nueva España. Consolidar la ruta Ixmiquilpan-Acagualcingo les aseguraba tener interconectados sus intereses de manera eficiente. de Oñate, Alonso de Villaseca, Alonso de Mérida y Rodrigo de Ribera El pueblo de Acahualcingo se verá copado cada vez más por ganados eran gente de peso, influjo y presencia en los asuntos generales del reino. europeos y agricultura extensiva, pues en sus "términos" el territorio se El primero de ellos contaba con encomiendas en la provincia de Oaxaca, irá repartiendo como propiedad privada. Entre 1560-1562 Juan Amador XVI como el minero más 113 se hizo titular de derecho a una estancia de ganado menor "al pie de un cerro llamado Atlapotepeque en términos de el pueblo de Acagualtzingo", y que en 1573 adquirió Alonso Ramírez de Arteaga. 46 Más tarde ( 15 8 3), Luis de Quesada r ecibió un sitio de ganado y cuatro para si e mbra y Juan Miguel dos para siembra; al año siguiente, Salvador García, uno para siembra; Pedro Yngeni, para siembra (1585); Leonor Zúñiga un sitio para ganado y dos de siembra (1588); Francisco Rodríguez uno para ganados y tres para siembra (1590) y Antonio Chávez dos para siembra (1595). 47 Ya adelanté que en estos llanos no he advertido pleitos como los de Tepeapulco o Tarímoro con los indios, pero sí entre españoles. Tomo el caso ocurrido entre Juan García Gamero y Alonso Ramírez de Arteaga. Ambos tenían estancias de ganado al menos desde 1562, y García ya tenía autorizado instalar una venta para atender viajeros, por lo que entabló controversia judicial contra la merced que autorizaba al otro a construir una más en 1574. García argumentaba que una venta bastaba y habiendo dos no habría provecho para ninguno, insistiendo en su preeminencia; Ramírez enfatizó que no era problema, al mediar entre ambas más de legua y media. El documento señala expresamente que las tierras de ambos quedan "a donde dice el Cazadero". Por un señalamiento de García se da a entender que una de ellas quedaba "entre los dos caminos, el viejo y el otro que va de Acagualcingo a Sant Juan ques en las peñuleas donde están unos charcos de agua junto a un corral en que encierran ganados que pasan", lo que sugiere que el trazo inicial dado en 15 5O había sufrido alguna alteración. Estas propiedades fueron reunidas en adquisiciones posteriores y para principios del siglo xvm formaban parte de la 48 Hacienda de Guadalupe alias El Cazadero. Este expediente nos informa de las características de una venta: El potencial de los llanos del Cazadero para la crianza y alimentación de ganado, junto al factor de quedar sobre un área que acortaba la distancia entre las minas norteñas y la capital virreina!, seguramente lo contempló el virrey Mendoza, pero fue su sucesor el encargado de comenzar a convertir el lugar en un gran establo. El litigio de tierras citado señalaba la existencia de un "corral antiguo grande hecho por mandado de nuestro Viso Rey don Luis de Velasco para encerrar y recoxer las novilladas y ganado que suele venir a esta ciudad [de México]". La guarda de ganados destinados a la ciudad de México fue una vocación para todas las propiedades ubicadas en esta gran llanura. Otra hacienda de la zona, Buenavista también conocida como Sití o Chití, tenía un paraj e denominado El Temascal, que el propietario alquilaba a los dueños de recuas de mulas, "arrieros de este pueblo" de Huichapan y al encargado de surtir ganado para el rastro de la ciudad de México (el "obligado de las carnes"), para que ahí agostasen sus animales; el testimonio que de esto nos informa es de 1748. 50 Se tiene aceptado que San Gerónimo Acahualcingo desapareció en la primera década del siglo XVII, en el contexto del proceso de congregaciones o reducciones de pueblos de indios. Creo que en este momento no estamos en condiciones de establecer con precisión la ubicación de dicho sitio, pero sin duda debió tener una situación relevante en la extensa llanura de El Cazadero. Hay varios documentos en que es recun-ente mencionar a Tlaxcalilla y Acahualcingo como cercanos a San Juan del Río lo que pudiera sugerir cierta vecindad. Todavía a principios del siglo XVIll aparece una mención a este lugar en el expediente que he venido citando con frecuencia, que produce cierto desconcierto. En una parte , cuando se describen los sitios que componen la Hacienda de Guadalupe del Cazadero, se señalan sus linderos de esta manera: "[ ... ] en una casa con los aposentos altos y vajos que convenga para el ospedaxe de los caminantes y pasajeros que al dicho sitio y venta fueren y con que tenga en ella por lo menos quatro camas las dos con cada dos colchones, dos savanas y dos frazadas y almoadas todo limpio y bien acondicionado y los bastimentas necesarios para el proveymiento de la dicha venta los quales venda conforme al arancel que se le diere por términos de tescalilla, san Juan Acagualcingo y otros sus sujetos y san Juan del Río". 5 1 Por una parte da a entender que algún paraje mantuvo dicha denominación, y, por otra, que el nombre español que se le daba en el XVI - San Jerónimo- ha sido cambiado. el alcalde mayor de la provincia de Xilotepec. 49 114 11 S En un momento de su largo periplo, los mexicas se detuvieron en un lugar llamado Acahualtzinco, según se lee en el párrafo セSY@ de la edición que sigo. Dice: ALGUNAS PISTAS Acahualcingo, como arriba adelanté, también enfrenta el problema de su diferente ortografía en las fuentes. Realmente resulta llamativo que, de pronto, fuera borrado del mapa y nos quedamos sin mayor noticia de él, luego de que había sido m encionado a todo lo largo del siglo xvr, pero también en fuentes prehispánicas. Al iniciar el siglo XVII desaparece de los registros y solamente he dado con la excepción señalada en el párrafo anterior. Tratar de dar con su paradero no es ocioso pues hay indicios de qu e fue un lugar con importancia significativa, que posiblemente haya mantenido hasta que las autoridades virreinales decidieron su supresión. Creo que para entender esto caben hasta tres vertientes: una, que los efectos de las epidemias en la disminución demográfica general en el primer siglo del contacto hubieran alcanzado a esta localidad en tal magnitud que, al comenzar el siglo XVII, las pocas familias sobrevivientes hubieran sido trasladadas a otros pueblos, situación que suele asumirse comúnmente como razonable para entender y explicar la desaparición y movimientos d e poblaciones de esos años. 52 Hasta ahora la propuesta más firm e es que las hayan trasladado a Atlán. 53 La segunda que, por sus características geográficas, resultara del mayor interés político su r eordenamiento y la explotación de sus recursos en beneficio de la economía hispana, volviendo un imperativo d esplazar a la población. Con lo que llevo expuesto, es plausible que en este caso haya ocurrido así (y perdonando el símil), como cuando modernamente hemos sabido que se debe desplazar una población a las partes altas para inundar su lugar y formar una presa o derribar casas porque ahí se ha decidido el trazo de una autopista. Una tercera posibilidad apuntaría a que Acahualcingo mantuviera cierto velo de significación para la población nativa en la región y que su desaparición fuera forzada por motivos más bien de carácter simbólicos. Para cerrar este capítulo arriesgaré algunas consideraciones sobre esto último. En el capítulo anterior quedó planteado que el ámbito hidalguense fue estancia del pueblo m exica, en su derrotero que concluyó con la fundación de Tenochtitlan. Retomé para lo que aquí me ocupa, algo de lo señalado en la interesante Crónica Mexicáyotl. 116 fu eron al lugar llamado Ocopipila, luego vinieron y se asentaron en el lugar llamado Acahualtzinco, en que permanecieron cuando tuvo lugar la "atadura de años" 9, o quizá 2-caña, según el cómputo de los ancianos. Ya se dijo qu e cuando salieron se asentaron en Ocopipila y en el sitio llamado Acahualtzinco, y en seguida vi nieron por eso a salir allá por Coatepec, hacia Tullan. S+ Antes de esto, la misma fuente asegura que venían procedentes de Michoacán; y sólo después de señalar su arribo a Acahualtzinco, tiene su primera aparición la expresión "los oto míes", quienes se preguntaban ¿qmenes seran estos.? ¿d e d'on d e ven d nan cuan d o se establecieron por aquí?" . 55 1 " 1 1 •l 39 y 40 se ocupan de narrar un episodio cuyo desenlace es Los セSXL@ vital en el discurso mítico de los mexicas : Huitzilopochtli al dejar Michoacán, abandona a su hermana, afrenta grande que tratará de vengar su hijo Copil, con las consecuencias que ya vimos. Luego, que en el lugar que se dice fue elegido para su permanencia en estas tierras, en las inmediaciones del Coatepec, suceden acontecimientos importantes como el nacimiento de Huitzilopochtli en este cerro, la lucha de est e dios con su hermana Coyolxauhqui a quien d esmembró y su decisión de abandonar el lugar para seguir hacia el sur, desapareciendo nuestro topónimo del relato. Quedan así relacionados dos momentos clave que revelan al Huitzilopochtli triunfante. Hay otros aspectos que también m erecen atención, para tratar de acercarnos a precisiones espacio-temporales. Uno es la pregunta sobre la duración de su estancia en nuestra r egión . En Acahualtzingo permanecían cuando se verificó una atadura de años, "9, o quizá 2-caña" según señala el セSW[@ y, cuando ocurre el momento de partir de esta región, los m exicanos "ataron [ ... ] allá en Coatepec, su cuenta anual, 2-caña" HセTXI[@ en tanto que el セTY@ inicia r elacionando 1-pedernal con 1168. No es ociosa esta consideración, si tenemos en cuenta que una atadura de 117 años no es otra cosa que el cumplimiento del siglo mesoamericano, es decir, el cierre del ciclo de S 2 años, lo que implicaba la realización de complejas ceremonias; no podemos ntenos que conceder que no podían sustraerse a tan importante acontecimiento. Relacionado con esto está el asunto de dar con algún indicio de una ocupación que pudiera relacionarse con el asentamiento de Acahualtzingo. Dice la Crónica Mexicáyotl que "cuando se asentaba en un lugar bueno permanecían como por unos veinte años; cuando se hallaban a gusto se establecían en el sitio por dos, tres, cuatro, cinco, diez, quince años; cuando no se sentían a gusto se establecían por veinte o cuarenta días". Y casi a r englón seguido: "D onde p erntanecían p or bastante tiem.po se hacían templos, erigían la morada de su dios, de Huitzilopochtli" y además los de los dioses correspondientes a los "siete 'calpulli' de los mexicanos que vinieron". Significativamente estas expresiones están contenidas en los セSU@ y 36, que son inmediatos anteriores a que comience la r elación de su estancia en nuestra región. En el セTRL@ que corresponde al transcurso de su establecimiento, dice claramente que: "Erigen luego los mexicanos su templo, morada de Huitzilopochtli, colocan ahí el 'cuauhxicalli', así como a los dioses de los calpullis"; y en el セTS@ habla de la construcción de juego de pelota y de un tzompantli. 56 En suma, está pendiente el ejercicio de relacionar los datos calendáricos indígenas mencionados con la cuenta occidental y estos últimos indicativos sobre el tiempo de permanencia en algún determinado lugar. Lo cierto es que todo lo anterior nos habla que la conexión Huichapan- = agua y co como locativo, respecto de caua dice que puede entrar en combinación para formar ideas de este tenor: de acabar, suspender, detenerse en alguna parte (ninno o nonnocaua); que acaba, se interrumpe (mocahua) y asocia con otras expresiones del tipo se ha detenido, dejar el camino, separarse de él. 57 El autor de otro diccionario de gran aliento, al registrar "Acahualtzinco" nos propone: "Acahual-tzinco, diminutivo de Acahualtepec; tenía por otro nombre Tlalixco, lugar en que hizo parada la peregrinación azteca, de la primera fiesta llamada Xiuhmolpilli atadura del ciclo, en que, según León y Gama, corrigieron sus años y determinaron contar los periodos de ellos desde el ce toctli, ó uno con ejo". 58 Quier o destacar que ambas parecen ser constantes con la tradición marcada por la fuente arriba citada, en tres sentidos. Uno, la etapa en que se deja el camino para hacer un alto, una estancia en el camino; otro, asociando tm acontecimiento con el agua, que pudiera relacionarse con la contención de aguas y la ulterior sequía forzada por el dios para seguir la marcha; y otro más, sería por las alusiones calendáricas. Gerhard, quien apunta la desaparición de este pueblo en 1603, propuso que "Acahualtzinco, Tecozauhtla, Tlachco y Tlauhtla podían haber sido subcabeceras de esta zona". En tanto que otra fuente colonial temprana del siglo XVI, cuando aún existía el asentamiento, establece que era parte de una zona de frontera: [la] tierra de los chichimecas, era su mojonera con los de Xilotepec Acahualtzinco corresponde a un muy significativo contexto del devenir del pueblo mexica, llámesele mítico o histórico, pero igualmente válido para la cosmovisión de los pueblos conquistados. los pueblos siguientes: Santiago Tecozaulta, San Mateo Gueychiapa, San José Atlan, Santa María Tleculuticatzlia, San Jerónimo Acagualcingo, San Lorenzo Tlechatitla, San Andrés Tiltmiepa; los cuales eran pue- Una herramienta más para acercarnos a su posible ubicación primitiva blos de la provincia de Xilotepec, y en ellos había guarnición de gente pudiera ser la exploración etimológica. Reconociendo mis limitaciones en este rubro, solamente recojo unas consideraciones. Rémi Siméon nos de guerra contra los indios chichimecos. ' 9 aproxima a Acahualco y remite a la composición Atlacahualco que significa "final del agua, de la lluvia" y, remitiéndonos a Clavijero, indica que Todo lo dicho nos está indicando que el pueblo que comento, durante los primeros años de la Colonia, tenía una visibilidad importante en lo puede ser un señalamiento calendárico, como primer mes del año prehispánico, que correspondería con nuestro mes de marzo. Al descom- político, además de los aspectos geográficos que ya apunté. Ya se ve que no debe descartarse que un lugar donde ocurrieron avatares tan importantes para la construcción del relato mítico de los poner la palabra propone, Atl, caua, co. Siendo conocida la equivalencia 118 atl 119 mexicas t uYiera, al mom ento del contacto con los esp año les, una vigen- 7 cia signi ficativa para ese grupo y, por qué n o, también para el otomí. La sugerencia de explor ar la temporalidad de la estancia m exica en esta r egión, así com o sobre el terren o para dar con la eventual presencia de algún elemento arquitectónico, junto con su asociación a lugares que pudieran t ener una correspondencia con la etimo logía de ese pueblo, n o me p ar ece ociosa . En suma, cr eo que queda por delante un suger ent e trabaj o de r econ strucción de rutas y emplazamientos que r elacionen Huichapan con Acagualcingo y en contrem os un mayor sentido a esa ext ensa llanura que los unía, para que pueda darnos más luces sobre las razones de su desapari ción . No está demás p ensar que este pue blo sea un eslabón p erdido en una ruta de larga tradición que comprendía Huichapan -Acahualcingo -Amealco -Jerécuaro-Chupícaro / Acámbaro, y que h aya sido cortada de tajo por en m edio para privilegiar con el Camino de Tierra Adentro la direccionalidad sur-norte , en detrimento de las dinámicas r egionales este- oeste (trascendiendo Acámbaro) . En este sentido, siguen siendo expediente abierto por explorar las implicacion es de que el encomendero de Acámbaro, H ernán Pérez de Bocanegra, un importante artífice d e la introducción de los sistemas de irrigación europeos en el Bajío, obtuviera sobre esa ruta una importante secuencia de propiedades , para sí y sus hijos. 1 Investigador del Centro INAH, Querétaro. Peter Gerhard , Geogrcifla histórica de la Nu eva España, 1519-1821. México, Univer sidad Nacional Autónoma de México, 1986, p. 394. La estimación más antigua de que se tiene noticia es de 1563 y señala más de 18 000 tributarios. 3 Peter Boyd-Bowman, Índi ce geobi ogréifico de más de 5 6 000 pobladores de la A mérica Hi spana, México, Fondo de Cultura Económica/ Universidad Nacional Autónoma de México, 1985, p. 21. セ lオゥウ@ de Velasco, el Viejo, gobernó Nueva España de 1550 a 1564. , Peter Gerhard, Geogrcifla histÓri ca . .. , op. cit. , pp. 159 y 393 . 6 lbidem , p. 394; Jesús Mendoza , El gobiern o virreina] de la provin cia de Xilotepec y Hui ch apan, Cadereyta, Fomento Histórico y Cultural de Cadercyta, 2007 . 2 120 Antonio de Ciudad Real, Tratado wrioso y docto de las grandez as de la N ueva España , t. 1, México , Universidad Nacional Autónoma de México, 1993 , pp. 136- 148 . 8 Loe. cit. 9 Fray Juan de Torquemada, Mo narquía indian a , 6a ed ., t . 3, México, Porrúa (Biblioteca Porrúa, núm. 41), 1986, p . 485. 10 René Acuña (ed.), Relaciones geogré;Jicas del siglo XVI: Mi choacán, t. 9, México, Universidad Nacional Autonoma de México, 1987, p. 232. Juan Sánchez de Alanís hizo la traza dejándolo "muy galanam ente fundado en forma de juego de ajedrez [ . . . J. con muy ァ イ。 セ[、・ウ@ y espaciosas call es , y puestas por muy buen conoerto y orden . 11 Hay un documento _q ue sugi er_e fuera エャ ⦅ 。ク」セエ ・」セN@ Al discutir las dudas que genera, Wnght r efl exiOna sus unphcacwnes:. recuerda アZセ・@ el cronista franciscano fray Pablo Beaumont , en el siglo XV III , diJO de él que B ウ・ァ エセ@ la tradición fue uno, de los アセ」@ 」ッョ ッ」 ゥ セ イ⦅ッョ@ セ。@ los ・ウ セ。￱ッャ ・ ウ@ 」 ッョアュウエ。セイ・}@ en Tlax_cala , ウオーッュ ・ ョ、ッャセ@ ッ ョセュ。イッN@ de alfí , y que la confuswn pueda denvar de que tal vez hab1a residido en Tlaxcala durante sus días de m er cader, antes de la fundaci ón de Querétaro". DavidWright, Conquistadores otomíes en la Guerra Chi chimeca, Quer étaro, Secretaría de Cultura y Bienestar Social (Docum entos de Querétaro, núm . 6), 1988 , p. 61. 12 Beatriz Braniff, "Comercio e interrelaciones entre Mesoamérica y ッ キ・ャL@ セ@ aュ。ャゥセ@ Att?lini Lec.Ón la gran chichimeca", en Janet lッセァt (coords.), Cammos )' mercados de Mex1co, Mex1co, Umvers1dad N aclünal Autónoma de México-Instituto de Investigaciones Históricas / Instituto Nacional de Antropología e Historia (Serie Historia Gene イセLRSIPYーN@ 27-50. 13 V gr. Ricardo Jiménez Gómez, Mercedes reales de セQ・イ←エ。ッ L@ Querétaro, Universidad Autónoma de Querétaro, 1996; Lourdes Somohano, "La ュ ッ カゥャセ、@ poblacional en [ャ。 」 セ」ッO@ qオ セ イ←セ。ッL@ ウゥセ@ los XV I y principios del XVII , Papeles de Poblacion, num. 49, JUbo-septiembre de 2006, Toluca, Universidad Autónoma del Estado de México, pp. 239-262 . l+ Ignacio Urquiola (estudio introductorio), Primeras noticias sobre la conquista, posesión, límites y encomenderos del pueblo de Qyerétaro, Quer étaro, Municipio de Querétaro / Universidad Autónoma de Quer étar o, 2005; J. Antonio Cruz et al., Indi os)' fran ciscanos en la construcciÓn (siglos XVI y XV II) , Quer étaro, Gobierno del de Santiago de セQ・イ←エ。ッ@ Estado de Querétaro, 1997 . 15 Ricardo Jiménez, Mercedes reales ... , op. cit., pp. 51-55 ; cfr. la probanza de m éritos de Tapia, David Wright, op. cit. 16 Habla también de la cercana colaboración de muchos años que Sánchez Alanís declaró a favor de Tapia cuando éste realizó su probanza de méritos ante la corona. Cfr. David Wright , Qy erétaro en el sigl o x v1, Querétaro, Secretaría de Cultura y Bienestar Social, 1989 , pp. 237-245 . 17 Fernando González Dávila, El rompimi ento de El Bajío, tesis de m aestría en Historia, México, Facultad de Filosofía y Letras, Univer sidad Nacional Autónoma de Méxi co, 200 3. 121 Michael E. Murphy, Irrigation in the Bajío Region cif the Colonial Mexico, Boulder, WestviewPress (Dellplain Latin American Studies, 19), 1986; cfr. Archivo General de la Nación (en adelante, AGN), Tierras, 2782, exp. 3, y Mercedes, 12, f. 110v y 28, f. 204, para no variar un expediente de controversia por tierras con los propietarios de la Hacienda del Cazadero. 19 Fernando González Dávila, op. cit., pp. 71-76. 2 ° Carlos Paredes Martínez (ed.), Y por mi visto... Mandamientos, ordenan zas, licencias y otras disposiciones viJTeinales del siglo .11 '/, México, Centro de Investigaciones¡ Estudios Superiores en Antropología Social-Morelia/Universida Michoacana de San Nicolás, 1997, pp. 156-157. Se dieron denuncias por casos de heridos y muertos por los toros 21 Se le dieron noventa días de plazo para cumplir su cometido. Desde el a1l.o anterior de 1552, ya se había dado una orden a los estancieros de Maravatío de que recogiesen y cercasen sus ganados, en ibidem, pp. 105-106. 22 Francisco de Mendoza también obtuvo estancias ganaderas aún más al norte, en la ribera del río Apaseo. Cfr. Fernando González, op. cit., pp. 61 -62. 23 Peter Gerhard, Síntesis e índice de los mandamientos virreinales, I548I553, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1992, núm. 395. 24 Ibidem, núm. 545. 25 José Miranda dedujo estas cantidades a partir de fuentes primarias: Matalcingo en 1SSS, sumaba más de 60 estancias superando las 1SO 000 cabezas; en términos de Jilotepec, Toluca y Tepeapulco, 1SS 1, hay quien tuviera hasta 10 000 animales. Véase "Notas sobre la introducción de la mesta en la Nueva España", Revista de Historia de América, núm. 17,junio de 1944, México, p. 8. 26 Cfr. Manuel Toussaint et al., Catálogo de construcciones religiosas, México, Dirección General de Bienes Nacionales, 1929-1932, p. 357; Toussaint sugiere la ruta Tula-Tepetitlán-Chiapantongo-Ixmiquilapan-Meztitlán. Véase una buena síntesis del proceso de control de esta zona en Peter Gerhard, Geogrcifía histórica ... , op. cit. (pp. 159160, 188-192), en donde se informa que Andrés de Barrios era cuñado de Hernán Cortés. 27 Vid supra Torquemada. 28 AGN, Mercedes, 2, exp. 285, f. 110-111, "EncomJ' del puo de Xipacoya a Juo de Jaso por via de dote", apostilla al margen izquierdo. El pueblo contaba con dos estancias, 838 casas, 1 793nombres casados, 165 solteros, 1 140 "muchachos"; asentado cerca de donde pasa "un rio grande; tienen mucha tierra de riego; alcanc;:an mucha cal". Francisco del Paso yTroncoso (ed.), Papeles de Nueva España, t. I: Suma de visitas de pueblos por órden alfabético, Madrid, Tip. Sucesores de Rivadeneyra, 1905, p. 318. 29 Peter Gerhard, Síntesis ... , op. cit., núm. 849. 30 Ibidem, núms. 783 y 860. 18 I22 31 Ji-aducción paleogréifica del libro cuarto de Actas de Cabildo de la ciudad de México, México, Imprenta y Litografía del Colegio de Artes y Oficios 32 en elTecpam de Santiago, 1874, p. 333. Una buena edición del mapa puede verse en Juan Carlos Ruiz Guadalajara, Dolores antes de la Independencia, t . I, Zamora, El Colegio de Michoacán/El Colegio de San Luis/ Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (Colección Imágenes) , 2004. En tamaño reducido, en R . Acuña (ed .) , Relaciones geogréificas del siglo X 1'1: Michoacán .. . , op. cit. AGN, Mercedes, vol. 7, f. 251 en 1561. 34 Lo urdes Somohano et al., "Primeras aproximaciones a la construcción de la zona queretana . . . 1S 36-1 SSO", en Tiempo y región, vol. V, Queré- 33 taro, Municipio de Querétaro/Instituto Nacional de Antropología e Historia/Universidad Autónoma de Querétaro, 2011, pp. 13-48 . 35 Fray Juan deTorquemacla, op. cit., t. 11, p. 611 -612. 36 Anselmo de la Portilla ( ed.), Instrucciones que los vi reyes de Nueva España dejaron a sus sucesores. t. I, México, Imprenta de Ignacio Escalan te (Biblioteca Histórica de la Iberia, núm. XIII), 1873, p. 40. 37 V gr., Mercedes, 3, f. 54; también en Gerhard, Síntesis ... , op. cit. , núm. 1596. 38 Cfr. Gerhard, Síntesis ... , op. cit., núms. 79 S y 797; y en Silvio Zavala, Libros de asientos de la gobernación de la Nueva España, México, Archivo General de la N ación, 198 2, p. 141 , que es de donde tomo la trascripción, y pp. 144-145. Señala que Acahualcinco fue trasladado al vecino pueblo de San José Atlán en 1601. 39 Según Paso y Troncoso en su edición de la Suma de visitas ... , op. cit ., pp. 247, 248, 255, 301; AGN, Mercedes, 2, exp. 320, f. 148; Ethelia Ruiz Medrana, "Los funcionarios coloniales en México como empresarios, el primer virrey Antonio de Mendoza (1 535-1 550)", en Carmen Castañeda (coord.), Circulas de poder en la Nueva España. Méy Estudios Superiores en Antropoloxico, Centro de iョカセウエゥァ。」ッ・@ gía Social! Miguel Angel Porrúa, 1998, p. 1S 8. +O Mercedes, 3, exp. 546, f. 197; también las señala Peter Gcrhard, Síntesis ... ,op.cit., núms. 1785 y 1786. + l Peter Gerbard, Síntesis ... op. cit., núms. 1793 y 1800 . 42 Archivo Histórico Municipal de León (Guanajuato), "1589/ Copias de dos cartas de venta. En una D. Luis de Castilla vende en treinta mili pesos, a su yerno D. Lope de Sosa y a la esposa de éste, Da. Inés Cabrera de Castilla, unas estancias de ganado mayor que poseía des de hacía mas de treinta y cinco años" . 43 AGN, Mercedes, 3, exp. 558, f. 202-203r y exp. 69, f. 32rv. Esa última venta de Jaramillo parece coincidir casi enteramente con la situación que tendría San Felipe doce años después. 4+ Sergio Navarrete Pellicer, "Las transformaciones de la economía indígena en Michoacán: siglo XVI", en Teresa Rojas ( coord. ), Agricultura indígena : pasado y presente, México, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, 1990, pp. 109-127. También se le asignó Culhuacán, pero pronto pasó a la Corona. 123 45 Peter Gerhard, Síntesis .. . , op. cit., núm . 1074, y e n Sil\'io Zavala, Libros de asientos .. . , op. cit. , pp. 156- 157 . 46 AG:-.J , Tierras, vol. 2118, exp. 1, f. 35rv. 47 AG N, Mercedes, vol. 11, f 294v; vol. 13, f 39; vol. 13, f. 51 v y 169v; vol. 14, f. 160v; vol. 15, f. 156, vol. 21, f. 69. AGN, Tierras, vol. 2118, exp. 1, f. 66. La foliación de este expediente es algo irregular, y haX un cuadernillo marcado con el número 5 cuyo encabezado dice' Títulos de la Hacienda del Cazadero". 49 AG N, Tierras, vol. 2118, ex¡). 1, a partir de la f. 44 se inserta documento del siglo XVI. Entre as condiciones que se imponían para una venta estaba tener todo construido antes de un año, no venderla antes de cuatro años, ni tenerla despoblada so pena de r evocación. セッ@ AGN , Tierras, vol. 2107, exp. 2, 92f. :,t AGN , Tierras , vol. 2118 , expl. 1, f. 24v . 1 ' Cfr. Alfred W. Crosby, El intercambio transoceáni co. Co nsecuen cias biolóaicas y culturales a partir de 1492, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1991; y S. Cook y W Borah, Ensayos sobre la historia de la poblaciÓn. México y el Caribe 1, vol. 1, México, Siglo XXI, 1998. 53 Peter Gerhard, Geoarcifía histórica ... , op. cit., p. 395, y Sil vio Zavala, +H ibidem. 54 Fernando de Al varado Tezozómoc, Crónica Mexicáyotl, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1999, p. 30. 55 lbidem, p. 31. 56 lbidem, p. 32. 57 Rémi Siméon, Diccionario de la lenaua náhuatl o mexicana, México, Siglo xx1, 1997, pp. 6, 39, 68 -69. 58 Antonio Peñafiel, Nomenclatura aeoaréiflca de México. Etimoloaías de los nombres de luaar correspondientes a los principales idiomas que se hablan en la República. Primera parte, México, Oficina Tipográfica de la Secreta59 ría de Fomento, 1897. René Acuña ( ed.), Relaciones aeoaréiflcas . .. , op. cit., pp. 21 7-2 18. 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Supuestamente dijo esto cuando los realistas le ofrecieron indultar a su hijo apresado en mayo de 1813- al que habían a cambio de su rendición. Don Julián re- chazó la oferta y Chito, su hijo, fue fusilado. Más allá de la polémica que pueda generar tal frase en las actuales disputas por género, quisiera detenerme en el acto conn1emorativo y el uso del personaje en la recreación de la memoria local del poblado. El busto del héroe fue erigido como parte de las celebraciones del primer 129 centenario de la independencia, en 191 O. 3 Fue colocado en el extremo sur de la plaza, de frente a la Plazuela de los Mártires, a un costado de la columna erigida 30 años antes (1880) en homenaj e a Manuel González, benefactor del pueblo. En 1989, sin embargo, el busto fue trasladado al lugar que antes ocupaba el quiosco de estilo colonial-californiano que, a su vez, había sustituido al de metal de fines del XIX.+ Desde este lugar, el busto de Villagrán, con el rostro sesgado hacia la derecha y el mentón ligeramente levantado, se enfrenta con orgullo al símbolo máximo del poder en el poblado: el edificio de la presidencia municipal. A su espalda, se encuentra la iglesia de San Mateo, refugio y ocaso de aquellos rebeldes ele la batalla de mayo ele 1813. El busto, r eali zado por F. Cafagna, casi oculto entre los arriates del jardín, se mantiene imperturbable, como si su derrota en 1813 hubiese sido momentánea y don Julián resurgiera victorioso entre sus enemigos; como si la historia le diera la razón: perdió a su hijo pero mantuvo viva a la Patria. En esta alegoría, Villagrán no está solo, como no lo estuvo durante las batallas que libró. Es por ello que el discurso histórico del poblado recuerda que la plaza, testigo de la guerra, también lo fue de los actos fundacionales de los principales héroes independentistas: se dice que en el balcón del Chapitel, en la esquina suroeste del espacio sacro, Ignacio López Rayón celebró, por vez primera, el 16 de septiembre de 1812, la conmemoración del grito de Dolores. 5 Quizás sea esta última escena la que ha dejado mayor impronta en la memoria de los huichapenses. Hasta la fecha, cada 16 de septiembre, los pobladores siguen reproduciendo, cual si fuera un ritual, este acto. Pero en la historia nacional, poco de esto quedó consignado. Así, en el ámbito local se observa la exaltación de los héroes - y del terruñoy, en el nacional, un vacío desconcertante. De tal suerte, se presenta ante nosotros un escenario complejo difícil de dilucidar, localizado en la frontera entre los referentes generales de la historia de la independencia, y las recreaciones evidentemente patrióticas en la localidad. Como si se tratase de un cuadro, la presencia de una figura de la talla de Rayón llamando a los huichapenses a no cejar en la lucha, y la de don Julián sacrificando a su propio hijo para conservar la Patria, saturan la escena. Son monumentos que colman el espacio de un patriotismo 13 0 Ilustración 1. Busto de Julián Villagrán en la Plaza Central de Hui chapan. 131 anclado en el terruño y, también, de recelo y desdén por parte del extranjero en esas tierras. Ingenuamente, anhelando conocer los detalles de la guerra, en un primer acercamiento consideré que la presencia de estos monumentos historiográficos me estorbaría. En el camino, al comprobar que el principal obstáculo era la complejidad del tema, felizmente me recordaron que tales símbolos también son útiles para observar los pormenores del transcurso del tiempo y, sobre todo, de la memoria. Así, sin disfrazar mis limitaciones, presento al lector el resultado de lo que para mí fue un atinado desafío. Las líneas que siguen son tan sólo un esbozo general de las batallas ocurridas en estas tierras (entre 181 O y 1813), como un largo preámbulo que, espero, sirva de apoyo a las reflexiones finales sobre los vaivenes historiográficos (siglos XIX y xx) del periodo. Con ello, pretendo sugerir que la comprensión del binomio forjado entre el patriotismo local y el desprecio desde el centro es fundamental para entender tanto la recreación de la memoria de este poblado, como para realizar una relectura de la guerra y sus implicaciones en estas tierras. En este camino, además de realizar una búsqueda - en absoluto exhaustiva- en aquellas obras escritas al respecto, hice una revisión general en los reportes de guerra de las fuerzas realistas localizados en el Ramo de Operaciones de Guerra del Archivo General de la Nación. Es claro que el cruce de ambas fuentes como base para la reconstrucción de los procesos de la guerra en el lugar es insuficiente para escuchar las voces de los insurgentes, o brindar siquiera un bosquejo de los procesos sociales y políticos implicados. De tal suerte, el lector especialista no encontrará aquí una respuesta al vacío historiográfico en la historia regional sobre la guerra de independencia ni una disquisición sobre la relevancia de la historia social y la revolución. 6 Sin embargo, creo que esta revisión general integra detalles interesantes a las narraciones ya conocidas sobre el periodo y brinda una plataforma válida que permite imaginar nuevos rumbos para la investigación de la región. Por otro lado, la revisión de las fuentes referidas apoya algunas reflexiones sobre la construcción de la memoria local vs. nacional. Así, este texto sólo presenta algunas breves escenas de la 132 guerra y la memoria, en un ir y venir entre las batallas ocurridas en Huichapan (181 0-1813), los monumentos y símbolos historiográficos, y las reflexiones sobre la construcción de la memoria local. PRIMERAS OPERACIONES DE GUERRA Tras el parteaguas que significó para los insurgentes la batalla del Cerro de las Cruces el 3 O de octubre de 181 O y la retirada del ejército de Hidalgo hacia Guadalajara al negarse a tomar la ciudad de México, el escenario de guerra se mantuyo en el Bajío. Este último, junto con los puertos, era un codiciado tesoro, tanto para realistas como para insurgentes y, en los siguientes años, ambos ejércitos se arrebatarán continuamente las tierras y caminos que conducían desde la capital al granero de Nueva España, asegurando con ello las caravanas y provisiones necesarias para ganar la guerra. Huichapan, así como los poblados aledaños de San Juan del Río e Ixmiquilpan, entre otros, pasaron de ser centros económicos a puntos estratégicos y de control necesarios en el camino del Bajío a la capital. 7 Fue por ello que, al menos desde noviembre de 181 O, el virrey Francisco Javier Venegas se mostraba preocupado por la información que circulaba sobre la salida de indios y mulatos rumbo a Huichapan. De buena fuente, sabía que esta tropa improvisada estaba respondiendo a la solicitud del comisionado Miguel Sánchez, quien entraría a dicho pueblo como capitán de los insurgentes. 8 También tenía conocimiento de la presencia de Julián Villagrán y su hijo en el poblado. Poco antes, Julián se unió a la causa insurgente y, junto con Sánchez, cortó la comunicación entre México y Querétaro. El objetivo era tomar esta última ciudad, pero no lo consiguieron. Antes bien, al poco tiempo se enfrentaron entre sí, resultando muerto Sánchez, por lo que Julián se refugió en la sierra y se convirtió al poco tiempo en uno de los principales cabecillas de la región, y mantuvo el control de la Huaxteca, la provincia de Santander y el norte de Veracruz. 9 Su hijo José María, llamado Chito, también se unió a la causa por las mismas fechas y en ocasiones colaboró junto con su padre en el cierre 133 de caminos, estableciendo su cuartel en Huichapan. 10 Pese a que ambos tuvieron serios problemas con los líderes insurgentes en numerosas ocasiones - porque no reconocían su autoridad- , al parecer contaban con un fuerte apoyo y lograron mantener el control en la franja comprendida entre Zimapán al este y Huichapan al oeste, alcanzando hacia el sur lxmiquilpan y Actopan por un lado, y Nopala yTula por el otro. Con esta posición, los Villagrán lograron impedir o dificultar el tránsito por las venas que comunicaban la capital y el norte (ciudad de México Tula-Nopala-Huichapan-San Juan del Río y ciudad de México-PachucaActopan-Ixmiquilpan-Huichapan-San Juan del Río). Por ello , a la par de las operacion es dirigidas por Félix María Calleja para detener las tropas de Miguel Hidalgo e Ignacio Allende que se dirigían a Guadalajara, el 16 de noviembre de 181 O el virrey Venegas mandó realizar las averiguaciones sobre los casos de infidencia entre varios vecinos de Huichapan, así como la persecución y captura de los Villagrán . El mariscal José de la Cruz, comisionado para tal efecto y nombrado general en jefe del ejército en las operaciones de guerra, al poco envió la lista de personas que se encontraban apoyando a los rebeldes en los pueblos de Aculco, San José Adán, San Sebastián (Tenochtitlan), Tlascalillo (Tlaxcalilla), Huichapan y Calpulalpan, así como los castigos que les fueron impuestos. Sin embargo, de los Villagrán Únicamente pudo informar sobre su estadía en Huichapan, así como de la partida de otros insurgentes hacia Ixmiquilpan. 11 A este último poblado serían comisionados José María Rico y Argumosa para enfrentar a los rebeldes. 12 13+ De la Cruz estimaba llegar a Huichapan en pocos días para controlar la zona, pero la marcha y, sobre todo, el traslado de la artillería, le provocó un retraso de casi un mes entero. No obstante, la pesadez de la jornada también podía ser aprovechada para detener, de punto en punto, a los rebeldes de cada poblado. En Nopala, por ejemplo, a decir de De la Cruz, se encontraban algunos de los rebeldes "más perversos", como el cura José María Correa, a quien, finalmente, no pudo aprehender y terminó siendo uno de los aliados más cercanos del presidente de . d e z·Itacuaro. r 1+ la JUnta De la Cruz llegó a Huichapan a fin de mes, el 23 de noviembre, sin encontrar ya a los Villagrán, quienes habían huido la noche anterior con 150 a 200 hombres a caballo. Los poblados entonces, sin duda, vivían en un estado esquizofrénico: del lado de la insurgencia cuando ésta tenía el control de la plaza, y del lado de la Corona cuando las tropas realistas conseguían la victoria. 15 Así, sin la presencia de los seguidores de Villagrán, De la Cruz fue recibido con cohetes y grandes demostraciones de júbilo desde una legua antes de su entrada a la plaza. Para mostrar el control de la Corona sobre el poblado, De la Cruz inició el desarme de la población (concediendo el uso de cuchillos de La zona vivía constantes brotes de motines y enfrentamientos .Al tiempo que De la Cruz se encontraba en la Hacienda de la Goleta notificando al virrey sobre el número de rebeldes, éstos atacaban a 150 lanceros del mesa sólo a aquellos honrados por gracia especial), y emitió un bando en el que invitaba a los vecinos a permanecer tranquilos en sus casas sin involucrarse en la revolución, porque, en caso contrario, serían pasados por las armas sin distinción de clases ni edades y sus casas serían reducidas a cenizas. Ante la amenaza, evidentemente, varios vecinos se presentaron a recibir el indulto, y aunque el cura afirmaba que los Villagrán querían indultarse, de haberlo hecho, De la Cruz no lo aceptaría por tratarse de los principales cabecillas del rumbo. 16 Además del desarme y la emisión del bando, era necesario demostrar rey y, en Calpulalpan, asesinaban al auditor Vélez y a sus acompañantes y cocheros, mientras la tropa realista les interceptaba 100 quintales de cobre para la fabricación de cañones (resultado de la fundición de las campanas de las iglesias). El alcance de las acciones de los insurgentes no era despreciable: De la Cruz, estimaba que tanto los Villagrán como Pe dro María Anaya y los otros rebeldes que se encontraban en Huichapan contaban con una fuerza de aproximadamente 7 000 hombres . 13 la presencia y fuerza del gobierno virreina!, por lo que una de las acciones principales de la comisión de De la Cruz en la región fue la de castigar a los rebeldes y, de paso, dar un ejemplo a la población. Así, 29 vecinos fueron pasados por armas y sus cuerpos colgados en los árboles a la orilla de los caminos, mientras que las casas de quienes lograron fugarse · - así como de las mujeres que tuvieron la infortunada idea de auxiliar a la tropa con sus tortillas a cambio de dinero- fueron convertidas en cenizas. 17 135 De la Cruz se sentía satisfecho con sus operaciones porque la mayor N o obstante, a principios de diciembre, las medidas tomadas por los parte de la población se había presentado para obtener el indulto y realistas comenzaron a dar fruto y la región de Huichapan parecía ce - aunque tenía información acerca de que los Villagrán se unirían con Hi- der paulatinamente a su control: se logró capturar y fusilar a miembros dalgo, pensaba que pronto podría aprehender al resto de los rebeldes, importantes de la tropa deAnaya (Manuel Navarrete y Santiago García, quienes, sin duda, regresarían confiados al poblado. Quizá basado en esta confianza, a fines de noviembre envió una fuerza de 120 hombres capitán y mensajero respectivamente; Pedro José Alanzo, gobernador para sorprender a los Anaya - quienes presumiblemente se habían re - Pérez); se vencieron las fuerzas rebeldes en Aculco, y el coronel Ro- fugiado en la sierra-, mientras remitía a Calleja, con una escolta bien dríguez estableció una contramarcha desde Jilotepec para restablecer custodiada, todo el armamento recuperado, desde las tiendas de cam- el orden; se recuperó el control de los caminos para mover libremente paña hasta las municiones, granadas y demás efectos de los insurgentes armas y cargamentos hacia Huichapan y Meztitlán (en donde hicieron (aproximadamente 600 fardas , 800 mulas y varios aparejos) , para apo- frente a Anaya) , y también hacia Qucrétaro y la capital, escoltados con , f antena ' y dragones.-)1 m yar las operaciones que aquél se encontraba realizando en Guanajuato. Las medidas se hicieron extensivas a las poblaciones vecinas de Jilote- Sin duda, este nuevo escenario debió tranquilizar al virrey, pues sal- pec e Ixmiquilpan, pasando por fuego y cuchillo a los rebeldes y arrestan- vo algunos incidentes en Villa del Carbón y Aculco, para diciembre de do a cualquiera que pudiese estar ligado con la insurgencia. En tanto, De 181 O las tropas realistas habían logrado posicionarse en Aculco, Jilote- la Cruz coordinaba el embargo de los bienes de los Villagrán y Anaya, así pec, Tula, Huichapan, Nopala, Ixmiquilpan y Meztitlán, mientras que como la incautación de la pólvora y municiones que los insurgentes ha- los rebeldes de la región se mantenían refugiados en Cerro Prieto. Por bían robado de Calpulalpan, y el cateo de las casas de las que se sospecha- su parte, José María Calleja había recuperado el control en Guanajuato ba tenían algún vínculo con los rebeldes. La confiscación estuvo apoyada y marchaba rumbo a Valladolid tras los líderes del movimiento. Al poco por los curas de Aculco y Alfajayucan quienes, como subdelegados, reco- tiempo, estos últimos verían una derrota más de la insurgencia en el 19 No obstante, retomar el control de la región no fue una tarea sen- Puente de Calderón, Guadalajara. El posicionamiento de las tropas realistas en la región no era absolu- cilla, pues todavía a fines de noviembre seguían sucediéndose ataques to pero, sin du da, resultaba una operación de menor envergadura frente insurgentes : en N o pala, la tropa de Anaya hizo prisionero a un sargento a la persecución de los líderes de la insurgencia. Por ello, De la Cruz re- y sus 12 hombres; las fuerzas apostadas en Cerro Prieto (al noroeste de cibió la orden de emprender la marcha hacia Querétaro para terminar Zimapán) cortaron el camino entre la capital y Huichapan, y la infor- con las ejecuciones de los presos y, posteriormente, dirigirse a Celaya e mación destinada a los comisionados para realizar la aprehensión de los integrarse a la tropa encargada de contener a Allende. 22 gieron y entregaron a De la Cruz todas las armas y pólvora incautadas. 136 18 de los indios de San Francisco y su hermano Luis Alanzo, y Mariano rebeldes fue interceptada. Sin duda, est os incidentes demostraban que En Huichapan, De la Cruz encargó realizar el alistamiento al capitán los insurgentes aún tenían capacidad y fuerza, por lo que, incluso, el Pablo de Sola, junto con 100 hombres de artillería y 40 caballos. 23 A la subdelegado interino de Huichapan, encargado de incautar sus bienes, par, envió un destacamento de 200 infantes del regimiento de Celaya, no quería embargar las haciendas de Villagrán sin que lo acompañara 100 lanceros y un cañón calibre 4 (bajo el mando del coronel Fernando una escolta para su protección . De la Cruz tuvo que enviar un destaca- Romero Martínez) a San Luis de la Paz, San José Casas Viejas y Sichú mento al mando del coronel Francisco Rodríguez para contraatacar los asaltos, pero sus fuerzas no eran suficientes para enfrentarlos: tan sólo para aplicar castigos a la población rebelde. 24 Y es que a partir de esta fecha las operaciones militares se mantu- contaba con 600 infantes, 240 caballos y 20 artilleros. 20 vieron casi sin interrupción. Se continuó la persecución de los Anaya 137 y Villagrán, de quienes se desconocía su paradero. Si bien desde inicios de diciembre, el cura Rodríguez había ofrecido a De la Cruz la rendición de los Villagrán y la oferta había sido aceptada por el virrey Venegas, pocos días después se dice que, junto con los Anaya, pasaron por Querétaro para reunirse con Allende en Valladolid. No obstante, la información sobre el paradero de los rebeldes fue sumamente confusa y contradictoria : al tiempo que se anunciaba la partida de aquéllos a Valladolid, el subdelegado Juan Cortés de Olarte notificaba que los Anaya habían entrado a Huichapan. 25 Los rumores comenzaron a despejarse a principios de 1811 : Chito se establecería en Huichapan, mientras que su padre lo haría en Zimapán. Se diseñaron varias persecuciones con la finalidad de atraparlos: en abril, mientras D e la Cruz cumplía órdenes en Valladolid, José María Calleja se hacía cargo de la región, enviando a los coroneles Miguel del Campo y José Antonio Andrade a Ixmiquilpan y Huichapan, respectivamente, para apresar a los rebeldes Villagrán y Alcántara . Ninguno de los dos lo consiguió. 26 Por otro lado, y en tanto se llevaba a cabo tal persecución, se mantuvieron las acciones militares para controlar la viabilidad de los caminos que conducían a la ciudad, pues continuamente los rebeldes se apoderaban de ellos. Así, en septiembre, los r ebeldes estaban nuevamente apostados en Huichapan impidiendo el tránsito de los atajos de mulas . 27 De igual manera, se emprendieron operaciones en los pueblos fronterizos a la Huaxteca, seguramente para recuperar el territorio que Julián Villagrán ocupaba: durante mayo y junio, se atacó Actopan, Cardona!, Ixmiquilpan, Zacualtipán y Zimapán; mientras que en los siguientes dos meses, el coronel José Antonio Andrade partió hacia Ixmiquilpan y Zimapán y, luego, a Calpulalpan y Jilotepec, para custodiar y controlar el camino hacia México. 28 A pesar de estas operaciones, los caminos continuamente caían presa de diferentes grupos. La región, a partir de entonces, estuvo marcada por las disputas entre insurgentes y realistas, quienes se arrebatan continuamente el control de las vías de comunicación. 138 LA RUPTURA ENTRE LOS LÍDERES La ciudad de Pachuca adquirió gran relevancia en las acciones militares, ya que su posición podía asegurar mayores recursos para sostener la hacienda y la tropa, ambas desgastadas tras más de un año de guerra continua. Así, desde los primeros meses de 1812, las tropas realistas se ocuparán de controlar tanto Pachuca como los poblados más importantes del camino hacia Querétaro : Actopan e Ixmiquilpan. Estos últimos, además, se encontraban en la frontera de los pueblos ocupados por Julián Villagrán en la Huaxteca y, por ende, también resultaba indispensable continuar las operaciones del año anterior para impedir que extendiera sus posiciones. 29 Al menos desde abril de 1812 los rebeldes tomaron Pachuca con numerosas provisiones de cargamento y 18 cañones, por lo que el virrey Venegas comisionó a Rafael Casasola, teniente de fragata, para recuperar esta importante ruta y asegurar que la ciudad de México recibiera los convoyes de plata provenientes de Querétaro. 30 Durante mayo y junio , junto con el teniente coronel Claverino Domingo y Fernández , Casasola organiza una serie de ataques y operaciones para tratar de derrotar a los rebeldes que se encontraban en varios puntos de esta región, logrando, para principios de mayo, apoderarse de Zimapán, Actopan e Ixmiquilpan. 31 Sin embargo, mantener el control absoluto de todo el camino resultaba lma tarea sumamente compleja, pues los ataques insurgentes brotaban continuamente en diversos lugares, apoderándose paulatinamente de la ruta occidental, de Tula hacia Querétaro, zona que además era colindante con la región michoacana, en donde los miembros de la Junta Suprema mantenían el control desde mediados de 1811 . Así, a pesar de tener asegurado el camino desde Ixmiquilpan hasta Pachuca, en septiembre los realistas enfrentaron el ataque de la división del ahora brigadier (cura) Manuel Correa, quien, junto con la tropa de Huichapan, atacó un convoy custodiado por 500 hombres procedente de México que se dirigía a San Juan del Río. El ataque se llevó a cabo en Calpulalpan y, aunque no lograron apoderarse del cargamento, provocaron la muerte de 23 dragones y tomaron 4 prisioneros, 27 pares de pistolas y otras tantas carabinas, sables y caballos. 32 Es posible que estos levantamientos en la parte occidental estuviesen respondiendo a las tropas de Ignacio López Rayón. Cabe recordar que 139 tras la aprehensión de los principales líder es del movimiento insurgente en marzo de 1811 , Rayón había logrado controlar Zacatecas y Michoacán, así como la unificación de los diferentes líderes de la insurgencia bajo su propuesta de constituir una Junta Suprema, junto con José Sixto Verdusco y José María Liceaga. Como presidente de la misma, y una vez perdida la plaza de Zitácuaro frente a Calleja (enero de 1812), Rayón había regresado a su campamento de Tlalpujahua para, desde ahí, seguir coordinando las operaciones en el occidente. Es posible que Rayón pretendiera una operación doble mientras el resto de los miembros de la Junta (con quienes ya comenzaba a tener fricciones) se ocupaban del occidente : contrarrestar la fuer za de Casasola en la zona oriental y hasta las Huaxtecas y, adicionalmente, someter y usar a los cabecillas locales . Para esta empresa, los Villagrán resultaron a los ojos de Rayón, al menos en un inicio, bastante oportunos: mientras Julián mantenía el con33 trol de la Huaxteca, Chito había logrado nuevamente ingresar a Huichapan venciendo a los realistas, quienes habían atacado previamente la plaza. A partir de esta victoria Rayón nombró teniente general a Julián, y mariscal de campo a su hijo José María. 34 Sin duda, el triunfo de Chito sobre Huichapan a mediados de 1812 le permitió a Rayón planificar su marcha hacia aquella región con la intención de recuperar Ixmiquilpan. La salida, aun cuando estaba programada para finales del mes, fue posponiéndose debido a las noticias sobre un posible ataque realista a Tlalpujahua. Por esta razón, primero (el 27 de agosto) envió la imprenta fuertemente custodiada por la caballería junto con el obús al campo de Nadó, para que en este punto se pudiera construir una cureña y un pertrecho mejores para el traslado. A los pocos días, emprendió la marcha, pasando por Aculco para llegar a Nopala el 12 de septiembre, y arribó a Huichapan el siguiente día. En tanto, el virrey Venegas, conocedor de est os plan es, destinó una op eración para observar los movimientos del rebelde. 36 Rayón arribó a una plaza fuertemente preparada para cualquier ataque del enemigo, con [... ] diez y seis cortaduras, cuya profLmdidad es de cinco varas y de otras tantas su latitud; diez y seis trincheras al borde de las cortaduras, y en cada Lma de ellas una tronera de cañón y varias de fusil, siendo el espesor de sus merlones dos varas poco más; veinte baluartes de adobe reparti- La relación de los Villagrán con Rayón fue, en muchas ocasiones, ríspida y ambigua . Si bien aquéllos mostraron en algunas ocasiones su intención de sumarse a la insurgencia comandada por Rayón y la Junta, al mismo tiempo pretendían mantener los privilegios y autoridad local que habían obtenido con base en sus propias batallas y recursos . Esta ambivalencia provocó varios y continuos enfrentamientos. Según Bustamante: Seguramente la fortificación había sido orquestada por Chito Villagrán. En este espacio, y antes de seguir su camino para enfrentarse con Ca- Los excesos de José María Villagrán (álias Chito) habían llegado á términos de hacerse insufribles: tanto él como su padre desacreditaban sasola en Ixmiquilpan, Rayón destinó algunos días para manifestar su poder en la región. Teniendo en mente los enfrentamientos que ya comenzaba a tener con Liceaga y Verdusco, me parece probable que Ra- la causa que defendían, y la hacían odiosa: eran inútiles las medidas yón aprovechara las fechas y su estadía para llevar a cabo sendos actos dictadas desde Tlalpujahua, y así pareció al presidente de la junta que para cortarlos en su raíz, convendría visitar los pueblos de Nodoó, que manifestaran su liderazgo como presidente de la Junta: el segundo aniversario del grito de Dolores y el natalicio de Miguel Hidalgo. La Aculco, Huichapam y Nopala, pasando al mismo tiempo revista á los destacamentos de tropa que había en ellos. 35 primera celebración se realizó : dos en las azoteas en las entradas de pueblo, su espesor una vara y recíprocamente protegidos, siéndolo también de las trincheras respectivas. 37 con un descargue de artillería y vuelta general de esquilas comenzó a También es cierto - aunque no sea destacado en la bibliografía sobre el tema- que Rayón usó en varias ocasiones la posición de los Villagrán. solemnizarse en la alba de este día el glorioso recuerdo del grito de libertad dado hace dos años en la congregación de Dolores, por los 14 0 14 1 ilustres hér oes y señores serenísimos Hidalgo y Allende, habi éndose anunciado por bando la víspera para qu e se iluminasen y colgasen todas las calles. Asisti ó SE con el lucido acompañamiento de su escolta, oficialidad y tropa a la misa de gracias, en que predicó el Dr. Brigadier don Francisco Guerrero, y al tiempo de ella hizo salva la artillería y la compañía de granaderos de Huichapa; a las doce, en la serenata, compitiendo entre sí las dos músicas, desempeñaron varias piezas selectas con gusto de SE y satisfacción de todo el público. 38 Para el día 29, se celebraron los años del serenísimo Sr. Don Miguel Hidalgo y Costilla, con una solemne misa de gracias, a la que asistió SE junto con Rayón se encontraban un cuerpo de infantería al mando del coronel Lobato, un trozo de caballería encabezado por Epitacio Sánchez, una escolta de gente escogida y la guerrilla del cura-brigadier Correa. Se colocaron en el cerro de la Media Luna, al poniente, a un tiro de cañón de lxmiquilpan. Ahí recibieron el primer ataque proveniente de un grupo de 100 hombres escondidos entre los árboles, pero la posición ventajosa que les brindaba la elevación ayudó a provocar numerosas pérdidas al ejército de Casasola (13 muertos y un prisionero) . Éste se retiró y buscó refugio en la iglesia. 4 1 Al día siguiente, la batalla inició desde las cinco de la mañana con el primer cañonazo en la plaza, avanzando Rayón , dos hor as después , con toda la infantería, dos cañones y la mayor parte de la caballería: con su escolta )' oficialidad y un inmenso concurso; predicó el Sr. Dr. Brigadier don [ .. . ]la acción fue muy obstinada, duró hasta las cuatro de la tarde, sin Francisco Lorenzo de Velasco un sermón lleno de unción y de ternu- haber un minuto de intermisión en el fuego: Los nuestros se apodera- ra, hizo salvas la artillería de Huichapa y la infantería de Zitácuaro: ron de dos baluartes, haciendo en el enemigo, a pesar de su compli- en la serenata tocó la música piezas de mucho gusto, y las colgaduras cada fortificación, un estrago increíble, siendo nuestra pérdida total 5 e iluminación de las calles en la noche, realzaron el brillo de una muertos y 7 heridos. 4 2 función dictada por el reconocimiento y gratitud, y dignísima de su ilustre, inmortal y benemérito objeto. 39 Terminados los actos de celebración y demostración de liderazgo, Rayón reunió a sus tropas para dirigirse hacia Ixmiquilpan. Sin duda, la de Huichapan era una tropa bien armada: tenía 85 artilleros, 122 plazas de infantería, 301 de caballería, 115 fusiles y 84lanzas; y a éstos se unían los 73 fusiles, 137 sables, 193 plazas de infantería y 54 de caballería de las tropas Rayón y Allende. Así, Rayón salió de Huichapan el 15 de octubre, con su escolta y la mayor parte de la tropa, rumbo a la Hacienda del Astillero para pernoctar y arribar al día siguiente a la Hacienda de Teneria, desde donde partiría a lxmiquilpan. Los Villagrán, al estimar superiores las fuerzas realistas apostadas en Tula, se habían adelantado, logrando, al menos, interceptar 2 700 cabezas de ganado menor, así como la resistencia de la guarnición apostada en Chilcuautla. 40 Entró a Alfajayuca el día 17 de octubre, y por la tarde recorrió los puntos de la plaza de Ixmiquilpan. Al día siguiente inició el combate: Correa se encontraba al frente de las fuerzas independientes y logró apoderarse de los parapetos avanzados, facilitando el asalto de la iglesia. No obstante, la difícil posición de Casasola lo llevó a solicitar refuerzos y, al caer la tarde, cuando parecía segura la victoria insurgente, ante al asombro y enfado de sus oficiales, Rayón ordenó de súbito la retirada, posiblemente temiendo enfrentar a los refuerzos solicitados por Casasola con una tropa fatigada y mermada. 4 3 Antes de regresar a Tlalpujahua, Rayón se detuvo en Huichapan para reprender a Chito Villagrán por no haber sumado su tropa al ataque de Ixmiquilpan, contraviniendo sus órdenes y facilitando la derrota. No obstante, al ingresar en el pueblo, Rayón se topó con un motín, conformado por más de 200 hombres que pretendía matarlo o desarmarlo. Chito [ ... ] alevoso, ingrato a los beneficios r ecibidos , atropellando con las consideraciones más respetables, y persuadido de que la división de 142 143 S. E., que aún no había llegado , estaba muy di stante y sin dirección a la plaza, esparció entre su tropa las calumnias más atroces contra S. E. para indisponerla, quitó los pue ntes de las cortaduras, hizo tocar generala, mandó hacer fuego a todo el que se acercase a los fosos, todo con la execrable intención, como deja verse, de sorprender al primer jefe de la nación y su escolta, para entregarse sin estorbo a su libertinaje, arbitrariedad y excesos con que ha desolado estos contornos.++ Rayón consiguió tranquilizar a los pobladores, recoger las armas y el pertrecho, y sumar la tropa a su escolta, no sin antes fusilar a 20 oficiales de Villagrán . Chito , en tanto , huyó con aproximadam ente 20 de sus seguidores, presumiblemente hacia Zimapán, con su padre. 45 A pesar de que la ruptura con Chito Villagrán a partir de este suceso fue contundente, Rayón aún consideraba la adhesión de Julián quien, pensaba, debía sentirse avergonzado por la actitud de su hijo. Al poco tiempo, Rayón declaraba en su diario el total anarquismo de los dos Villagrán, quienes habían intentado matar a su visitador general de campo en Zacatlán, Ignacio Martínez. La separación era rotunda. 46 LA ÚLTIMA BATALLA 144 tácuaro, los valles de Temascaltepec y Sultepec, así como parte de Toluca, causando estragos continuamente en el camino de México a Quer étaro; y, finalmente, Osorno estaba en Zacatlán rumbo a Veracruz, "dándose la mano con las partidas que se alzaban en la Huasteca y comunicándose por el occidente con los Villagranes que, como siempre, ocupaban Huichapan, Zimapán y el territorio que desde estas poblaciones se extiende hasta Huejutla". 48 Es posible que Venegas temiera el r eposicionamiento de Rayón. D e acuerdo con sus informantes, junto con el doctor Velasco y el coronel Lobato, Rayón se había dirigido a Tlalpujahua contando con 200 fusiles, 100 hombres de caballería, una culebrina, un obús y pedreros.49 Con10 respuesta, el Yirrey suspendió las operaciones en contra ele Mm·elos en Tierra Caliente, y a partir de noviembre concentró las fuerzas realistas en ese lugar. Sin embargo, fue en este momento cuando Ven egas recibió la orden de dimitir a su cargo para sumarse a las tropas reales en España, haciendo uso de sus conocimientos militares. Al ocupar su lugar en la cabeza del virreinato José María Calleja (el 4 de marzo de 1813), el ritmo de la guerra adquirió otro matiz. Julio Zárate considera que el nombramiento de este último significó un recrudecimiento en las maniobras realistas que, a partir de entonces, fueron dirigidas con mayor inteligencia y cru- Tras la derrota en Ixmiquilpan y la ruptura definitiva con los Villagrán, se canceló la posibilidad de Rayón de apoderarse de esa región. Por otro lado, las diferencias entre los miembros de la Junta Suprema se hicieron más profundas a partir de enero de 1813, cuando Verdusco y Liceaga, pese a la oposición de Rayón, atacaron Valladolid y Celaya - respectivamente- , perdiendo gran número de hombres. 47 deza. 50 Sin duda, las nuevas estrategias impuestas por Calleja imprimieron un nuevo ritmo a la batalla: por un lado trataría de recuperar la región occidental y, al mismo tiempo, derrotar a los miembros de la Junta; y, por el otro, aseguraría su posición en las Huaxtecas y tierras aledañas, acabando con los líderes locales. De tener éxito en ambas, Calleja conseguiría recuperar las dos rutas que comunicaban a la ciudad de México con Querétaro (Tula-Nopala-Huichapan-San Juan del Río; Pachuca- Pese a los severos problemas que atravesaban los miembros de la Junta, las posiciones ganadas por las fuerzas insurgentes resultaban preocupan tes para los realistas: Mm·elos ocupaba Oaxaca, gran parte de Puebla y todo el sur de México y Valladolid y, a finales de año, también el puerto de Acapulco; Bravo se encontraba en la zona meridional de Veracruz, interceptando la comunicación entre el puerto y las villas de Xalapa, Orizaba y Córdoba; Rayón continuaba en Tlalpujahua dominando la sierra de Zi- Actopan-Ixmiquilpan-Huichapan), es decir, aseguraría los cargamentos de plata necesarios para mantener la hacienda y ganar la guerra. Me parece que las pugnas de y entre los jefes insurgentes, conocidas por Calleja, facilitaron en mucho su estrategia: por tm lado, la desconfianza de los miembros de la Junta impediría cualquier apoyo entre sus tropas; y, por el otro, la separación de Rayón con los Villagrán dejaba a la Huaxteca y Huichapan en un estado de cierta indefensión. Este escenario 145 abonaría en las siguientes derrotas insurgentes, provocando la pérdida en efecto, el cerro del Gallo durante la noche anterior dejando una de varias de sus posiciones en el Bajío: con la derrota de Ramón Rayón pequeña fuerza encargada de incendiar el parque. 52 frente a Iturbide en Salvatierra y, luego, con la de su hermano Ignacio en Tlalpujahua, y la pérdida total de los territorios de Huichapan y Zimapán. Los realistas pudieron entonces ocupar Tlalpujahua y el cerro Nadó, Considero importante traer a cuento la serie de derrotas de Rayón mientras los insurgentes huían: Ramón emprendió la marcha hacia Zi- en sus posiciones de occidente, porque, sumada a su separación con tácuaro y, luego, al Bajío, mientras Ignacio se fue a Puruarán . los Villagrán, permite explicar la recuperación de estos territorios por A la par, una numerosa fuerza atacaba Huichapan y Zimapán: había las tropas realistas, tal como fue concebido por Calleja. Ramón Rayón sido enviado el batallón de Lovera apostado en Tula, al mando de Pedro llegó a Salvatierra el 14 de abril atendiendo las insistencias de Cos so- Monsalve, así como los batallones de patriotas de San Juan del Río, Tula bre llevar a cabo una reunión conciliatoria con Liceaga. La desconfianza de este últin10, sin embargo, lo hizo abandonar el punto tenüendo y Tlahuelilpan, la sección de Ixmiquilpan al mando de Casasola y la tropa de caballería -con Anastasia Bustamantc al frente- encargada de cus- un ataque de sus antiguos aliados, mientras Iturbide se dirigía hacia la todiar los convoyes de México-Querétaro. El día 2 de mayo, las tropas zona para atacarla. Rayón defendió la plaza durante varios días y, pese de Monsalve se situaron en un punto elevado, paralelo al fortín que es- a que Liceaga se encontraba a sólo unas leguas de distancia, no acudió taba al so de Huichapan y, con la ayuda de un grupo de indios zapadores en su ayuda, por lo que las pérdidas insurgentes fueron numerosas: 350 que los acompañaban, penetraron en la plaza del poblado con un ataque muertos y 7 4 prisioneros (de los cuales 16 fueron fusilados). 51 simultáneo, logrando que los rebeldes se refugiaran en las torres de la reunir fuerzas y planificar nuevas estrategias. Al llegar el día 21 de abril, iglesia. 53 Esa misma noche, Monsalve ofreció el ya conocido indulto a los in- se encontró con un campamento amenazado por un ataque inminente: surgentes comandados por Chito Villagrán. 54 Como respuesta, las fuer- como mencioné, Calleja estaba seguro de que Morelos, apostado en el zas de Chito contestaron con cañonazos. Algunos autores, tratando de puerto de Acapulco, no podría tomar la ciudad de México desde el sur, destacar el heroísmo de los pobladores, señalan que la defensa del po- por lo que resultaba imperante recuperar el noroeste de la capital ata- blado no llegaba a 200 hombres mal armados y sin municiones suficien- cando, de manera simultánea, Tlalpujahua y Huichapan. Así, a la llegada tes. 55 De acuerdo con Bustamante, los rebeldes permanecieron en la de Ramón Rayón, se dirigían al Cerro del Gallo 2 000 hombres prove- iglesia hasta la mañana del día 3, cuando se rindieron: Derrotado, Rayón emprendió la marcha hacia Tlalpujahua para nientes de Toluca, dirigidos por Castillo y Bustamante. El ataque de los realistas comenzó el 7 de mayo y, en poco tiempo, En el baluarte que Villagrán tenía construido como a trescientos pasos lograron cercar a los insurgentes hasta una mina abandonada con agua avanzados de lo principal de la población [había] un baluarte de ele- contaminada por numerosos cadáveres de combates anteriores. Res- vación de diez varas sobre piedra y lodo hasta la altura de ocho, y las tringido el acceso a otras fuentes de agua, los insurgentes tomaron una medida extrema: dos restantes de pared de cal y canto, cuya formación era un cuadro abierto por el oriente con rampla para subir la artillería, con frente de diez y seis varas por cada lado y cuatro troneras para cañón : había 146 Una terrible explosión que conmovió todos aquellos contornos en una culebrina calibre de a cuatro, y en los demás puntos del pueblo las primeras horas del 12 de mayo anunció a los realistas que algún el total de diez y siete cañones, los n1ás pequeños, todo lo cual fue suceso extraordinario ocurría en el campo enemigo. Don Ramón Ra- presa del enemigo. Si la defensa hubiera sido regulada por personas yón, conociendo que sin agua no era posible sostenerse, abandonó, inteligentes, este no obtuviera el triunfo; pero nadie de buena razón 147 • quería servir bajo las banderas de un jefe como Chito Villagrán, general desconceptuado. 56 NOMBRE B. Rafael Tabuada Trece años después, el cura de la parroquia, José Julián Teodoro González, recordará que la batalla duró aproximadamente cinco horas y que los pobladores que guardaban la plaza no t enían ninguna salida al en frentarse a los 2 000 infantes y caballos de la tropa de Monsalve. Otros autores, ya en el siglo xx, estimarán que la tropa de Monsalve alcanzaba los 3 000 hombres y que la batalla se extendió por un lapso de 28 ho57 ras. Como fuera, el desenlace fue desastroso para la población: José María Villagrán José Espinoza Villanueva José María Guerrero Lucio Moscoza* IDENTIFICACIÓN Casado con doña María de Uribe, con dos hijas Soltero, hijo de don Antonio Villagrán, difunto, y de doña María Santos De San Juan del Río casado con María de la Luz Chávez Hijo de don Cristóbal Guerrero y doña Vicenta Chávez Casado con Vicenta (*) Insurgente forzado. El saqueo ele las casas de esta Villa no tuvo comparación con ninguna Población, porq el dinero en Plata labrada, Id en pasta, onzas de oro y tejos, multitud de alajas preciosas de adorno de las señoras, indinita Ropa fina de ambos sexos, pues hasta desnudaban a [l]as señoras decentes dejándolas puramente en cueros [ ... J Entre los muertos en el ataque, alcavuceados de los prisioneros q se quintan pasarían de 150 y quisá pasarían de 200 entre ancianos, criaturas y mujeres, pues no se pudieron recoger todos los cadáveres de los q pr el campo mataron al tpo de su fuga y después han ido pareciendo en las cuevas y matorrales . 58 No se cu enta con datos para conocer la precisión de la estimación de daños y muertos. Los registros parroquiales Únicamente registraron la sepultura d e 71 personas, de las cuales, poco más de la mitad fueron fusiladas y acusadas d e p ertenecer a la insurgencia. En total, fueron sepultados 45 "insurgentes", pero sólo de cinco de ellos se registró el nombre. Españoles todos, fueron pasados por las armas como reos de infidencia, aunque de uno de ellos se aclara que era "insurgente por la fuerza". Fueron enterrados el 5 de mayo en "un pedazo de tierra que se vendijo en el campo"59 (véase tabla 1) . Tabla 1. Insurge ntes de nombre co nocido, fusil ados en la batalla de mayo de 18 13, Huichapan El resto, 26 inocentes muertos en batalla, eran hombres en su mayoría y españoles: sólo murieron dos mujeres y dos niños (españoles) y siete indios . El registro de sepultura de estos últimos, todos nativos de Huichapan, aclara que no eran insurgentes, lo que podría r esultar interesante para conocer la conformación social de los rebeldes .60 D el r esto, españoles, aunque la mayor parte de los r egistros aclaran que eran inocentes acaecidos en la guerra, sólo de tres de ellos se m enciona que "no eran insurgentes"61 (véase tabla 2). De acuerdo con el r egistro de sepulturas, tal parece que los estragos de la batalla se extendieron algunos días más, seguramente hasta apresar a los r ebeldes que pudieron escapar durante la contienda. Todavía a fin de m es, el día 27, fu eron sepultados seis hombres más que habían sido pasados por las armas y acusados de reos de infidencia, "en un pe dazo que se b endijo en el campo". Sólo quedó registrado el nombre de uno de ellos : Manuel Lozano, soltero de Ixmiquilpan. 62 Chito Villagrán era uno de los que alcanzaron a huir mientras se desarrollaba la batalla, apostándose primero en la cima de la profunda barranca del río de los Algibes para , luego, encaminarse a Zimapán, seguramente para guarecerse junto a su padre. Sin embargo, fue apre hendido en San Juan Amaza el día 13 de mayo por Cristóbal Ordóñez, quien había sido encomendado para realizar la persecución junto con su tropa, y gracias a la traición de sus propios oficiales. Se dice que antes 148 149 NOMBRE IDENTIFICACIÓN Irónicamente, en el Campo Santo de la Parroquia tambien fueron ' Indio h ·iud o de la Cabecera sepultados los soldados realistas, aun cuando ninguno de ellos murió Juan An ton io Indio / viudo de Rosa María como resultado de la batalla librada, sino posteriormente y por causas José Blas Indio/ soltero del pueblo muy diversas 64 (vease tabla 3). Alexandro Indio/ casado con María Concepción Vicente García Indio/ casado con María Brígida José Santos José Manuel 1 Indio/ soltero José Carlos Indio/ soltero María Estefanía de los Ángeles Española/ casada con don José Antonio 1 FECHA DE DEFUNCIÓN (cAUSA) TROPA/ NACIONALIDAD/ ESTADO CIVIL/ ORIGEN NOMBRE Soldado del rey de Santa María de Charcas 8 de junio Ignacio Arce Soldado de lovera de las tropas del rey, de Querétaro 14 de junio José de la Fuente Soldado dragón de San Luis Potosí 19 de junio (ahogado) Luis Tapia Soldado de las tropas del rey, soltero 20 de junio Ángel López Español casado con Rafaela, soldado del rey 20 de junio Guadalupe T éllez Español, soldado de las tropas del rey, casado 22 de junio Ramón López (por fiebre) Colchado Don José Anaya* Espaiiol!viu do de cuarenta a!l.o s Manuela Paz** Española/ casada con José María Ochoa José Antonio Mendiola Español 1casado con doña María Victoriana Arze 1 José Antonio Ortiz , Mestizo/ casado José María Pedraza Espaiiol! casado José María Pedraza Mestizo/ casado con María Dolores José Manuel Ojeda* Español! soltero José Antonio Hernández Mestizo/ casado Vicente García Espa!l.ol! soltero Vicente García Español! casado con María Josefa José Salazar Español, casado 23 de junio Vicente Esquibel Español! casado Ignacio Ramírez Soltero 23 de junio Bartola Anaya Español! soltero . José María González 127 de junio Ramón Anaya* Español! casado (?) Soldado del rey de San Luis Potosí Mariano Pérez Espaiioll viudo José Norberto Chaqueco Soldado del rey, ele Chalma 27 ele junio Franco Anchia Mariano Luna 1 Español! casado con Juliana de los Ángeles Español! casado Tabla 3. Soldados realistas sepultados en el Campo Santo de la Parroquia de Huichapan (*) N o eran msurgcntes (**) Se aclara que murió en compañía de dos "chiquitos" con quienes fue enterrada. Tabla 2. N o insurgentes fallecido s durante la batalla de mayo de 1813, en Huichapan De hecho, para dar cabida a la sepultura digna de los soldados realistas, fue necesario inaugurar el Campo Santo Nuevo el día 29 de junio 6 ' ciendole el indulto a cambio de la vida de aquel. Sin embargo , ante la (veas e tabla 4) Al igual que su hijo, Julián Villagrán tuvo que compartir el camposan- respuesta negativa de Julián Villagrán, Chito fue pasado por armas el 14 to con sus enemigos en vida. Al parecer, refugiado en Zimapán mientras y sepultado el mismo día en el camposanto de ocurría la batalla en Huichapan, estuvo dedicado a fortificar sus posicio- de fusilarlo, los realistas usaron a Chito para presionar a su padre, ofre- de mayo en Huichapan la iglesia parroquial. 63 150 o nes y allegarse de pertrechos y municiones, pero de poco le sirvieron sus 151 Muertos los Villagrán, disuelta la Junta de Zitácuaro y diezmadas FECHA DE DEFUNCIÓN IDENTIFICACIÓN NOMBRE Agustín Palma Agustín Parra José María García Joaquín Espinoza JSoldado 30 de junio 1Soldado dragón de Querétaro --- José Ponce Celso Valencia Francisco Fuentes José Ignacio Chá \ cz Apolonio Pér ez Mariano Pérez Juan Molina Guadalupe Rodrú:ruez 1Del regimiento de Nueva España 1 1 1 30 de junio -- - Soldado del rey del regimi ento de 1 de julio la Nueya España --- 1 Soldado del rey, Puebla Soldado Soldado 1 Soldado, soltero Soldado 1 1 -- - las posiciones rebeldes, la guerra se trasladó hacia el sur, con Morelos, dejando únicamente las tropas de Casasola para sofocar los constantes intentos de rebeldía en los caminos hacia Querétaro. 69 Hui chapan y la Huaxteca, entonces, gozaron de relativa tranquilidad en medio de los escombros de la guerra: 1 de julio [ ... ] quedo toda la villa echa un escombro q causaba orror, y com- 2 de julio 12 de julio pacion aun a los corazones mas insensibles y crueles. [ ... ]Ya se deja de julio 2 de julio 14 de julio 4 de julio 6 de julio ventanas no cerraduras hasta no dejar caja, estante , o vaul q no hicie - 1 7 Tabla 4. Soldados r ealistas sepultados en el Campo Santo Nuc,·o , Hui chapan enter. como quedaría esta Villa con las casas abandonadas sin puertas, ran pedazos. Sus infelices habitantes huyeron a los ranchos, a los montes y desiertos, y quedamos aquí quasi solo los funcionarios públicos, y tal cual vecinos q pr sus enfermedades, edad decrépita, o escasez de recursos, no se pudieron retirar. Mas a poco comenzaron los comandantes a ofrecer sus indultos, y a obligar con bandos y penas a todos los emigrados pa q se recogieran, y entonces se comenzó a renovar el vecindario, pero spre con n1.ucho demérito del N° de individuos q previsiones, pues sus tenientes Antonio Trejo y Casimiro Gómez, entre solo el transcurso del tpo podrá reemplazar. 70 otros, se acogieron al indulto a cambio de la información sobre su posición exacta. Fue apresado junto con 36 personas más en la hacienda de San JuanAmaxac la noche del13 de junio, y fusilado en la hacienda de Gi- MEMORIAS DE BRONCE Y PAPEL litla, jtmto con 22 insurgentes más. Finalmente, su cuerpo fue sepultado en el Campo Santo Nuevo de Huichapan: 66 Considerando que las letras escritas por el cura Teodoro González en 1826 fueron un informe presentado al cabildo gobernador del arzobis- En el camposanto nuevo, el seis de julio de mil ochocientos trece, pado una vez que la suerte de la lucha estuvo decidida, no sería raro que se le dio sepultura Ecca. al cadáver de Julián Villagrán, Español de se exageraran algunos detalles. No hay razón para dudar del panorama este Pueblo de Huichiapan, casado que fue con Doña María Anastasia general de desolación narrado por el párroco, ni de cuando afirma que [hexia ilegible] dejó dos hijos y seis hijas, recibió los santos saCI·amen- las consecuencias de la batalla de 181 3 alcanzaron los dos siguientes tos, fu e pasado por las armas por primer cavecilla de la insurrección años, con la peste del matla sagua (matlazáhuatl) y la de viruela, por en esta jurisdicción, y porque conste lo firmé. 67 la que murieron más de 2 300 personas, tanto adultos y niños, como indios 71 infidencia, dos hombres de nombre y procedencia desconocida, quienes blado al menos hasta 1815. Sus letras serán de las pocas que centren la atención en la guerra y también fueron sepultados en el Campo Santo Nuevo el12 de julio. 68 sus consecuencias para el poblado entero, y por ello, poco se sabe del Finalmente , fueron pasados por las armas, acusados de ser reos de 152 y españoles, incluidos los realistas que se mantuvieron en el po- 153 reacomodo de este último en el nuevo margen político-económico de la nación, salvo los datos que aporta el trabajo de Teodomiro Manzano para todo el estado de Hidalgo. 72 de cien años después de aquella guerra. Además del desastre dejado por las batallas, poblados como Huichapan fueron olvidados en los primeros De los muertos en la batalla, insurgentes o no, no quedó más me- recuentos históricos hechos por personajes como Lucas Alamán y Carlos María Bustamante, quienes centraron su atención en las grandes figuras de moria que el registro de su entierro. Aquellos que fueron enterrados la insurgencia y sus batallas. En estos primeros trabajos, desde la Huaxteca en un pedazo de tierra bendecida para tal efecto fueron olvidados y y hasta San Juan del Río, pasando por Ixmiquilpan y Huichapan, la región 73 De aquellos otros que fueron fue marginada al ligarse con el apellido Villagrán. Basados en el diario del acogidos en el Campo Santo viejo, también se desconoce el paradero propio López Rayón, estos historiadores aborrecerán la figura de Chito y de sus restos. Actualmente, con el piso del atrio enlosado, la iglesia de de su padre a raíz de la mal lograda batalla de Ixmiquilpan en 1812: actualmente se desconoce su ubicación. la plaza central no conserva ningún testimonio de las sepulturas que albergó como Campo Santo. Es p osible q ue los restos se hayan exhumad o Jamás podremos recordar la memoria de los Villagranes sin estreme - antes de enlosar el atrio y que fueran reunidos en un osario ex profeso; cernos; estaban reñidos con el orden, y eran incapaces de someterse o bien, que simplemente hayan quedado cubiertos y olvidados debajo del nuevo piso en el último cuarto del siglo pasado. a sus principios; fueron unas plagas tan funestas a la nación como los mismos españoles: burláronse de la autoridad suprema que goberna- Por otro lado, el actual Campo Santo, ubicado frente a la iglesia del ba entonces la República: comprometieron al presidente de la junta Calvario en el barrio del mismo nombre, no conserva resto alguno de Rayón: llenaron de escándalo y de calamidades a los pueblos sobre esos años. Las sepulturas más antiguas corresponden a la década de los quienes pesaron, y al fin corrieron la suerte común a los hombres años cuarenta del siglo producto de una epidemia de cólera, por anárquicos; siendo mucho de estrañar que no hubiesen perecido an- lo que, de tratarse de aquel espacio que fue inaugurado a mediados de tes por la perfidia y traición de sus asociados. Si hubiese habido algún 181 3, debió pasar por un proceso de exhumación de los restos de los arreglo en aquel departamento, ellos habrían bastado para poner en soldados realistas y de Julián Villagrán sin dejar rastro visible, lo cual no brida a las fuerzas de México y Querétaro, a impedir el tránsito de los parece factible. Me inclino a considerar que el .Campo Santo abierto en convoyes, y a estrechar a México por un espantoso asedio. Sobráron- aquellos años fuese colindante al ya existente, en el mismo predio del les recursos, y solo les faltó la voluntad de obrar bien. 75 XIX, atrio de la iglesia de San Mateo y, que al igual que aquél, haya quedado oculto debajo del enlosado. Como sea, actualmente no se conserva la ubicación de los restos fí- se le acusará de envidioso al no haber apoyado militarmente a Rayón. 76 sicos de aquellos que perdieron la vida en esos días. El Único referente Con ello se marcará la ruina histórica de este personaje, quien aun en simbólico a estos episodios lo constituye la actual Plazuela de los Már- los años recientes no ha conseguido ingresar al panteón cívico mexicano. tires de la Independencia, ubicada a un costado del Palacio Municipal, Lo escrito por Alamán será seriamente cuestionado y, algunas veces, la cual, de acuerdo con los historiadores del siglo pasado, sirvió como contradicho por la siguiente generación, por aquella que se ocupó de paredón de los fusilados. 74 Con esta plaza como Único referente luctuo- escribir la historia oficial después de la guerra de Reforma . En este con- so, actualmente son pocos quienes recuerdan la desolación dejada tras la batalla de mayo de 1 813. texto, la biografía de don Julián se integró al panteón oficial liberal de fi- Una suerte totalmente distinta tuvo el nombre de Villagrán, el cual fue rescatado de entre los escombros. Esto, sin embargo, ocurrió poco más 15 4 La sarta de acusaciones recaerá sobre todo en Chito a quien, incluso, nes del siglo nacional. 77 XIX como un modelo de civismo, heroicidad y martirologio El vuelco histórico fue desatado a partir de la convocatoria que lanzara Francisco Sosa en su columna del diario El Partido Liberal, en 155 1877, para colocar sobre el Paseo de la Reforma esculturas de personajes heroicos que estuviesen ligados al movimiento liberal de la Reforma. 78 Así, se convocó a todos los estados de la República para proponer dos figuras destacadas: Hidalgo propuso a Julián Villagrán. 79 N o debiera sorprender que la propuesta del estado haya contravenido la historia que hasta ese momento había sido narrada, pues las memorias locales suelen tener vida propia, algunas veces totalmente independiente a la dictada por el centro. El juicio de los primeros historiadores ponía en peligro la reputación de una entidad más valiosa que la de los personajes involucrados: al haber sido presa de las pasiones e intereses mezquinos de los rebeldes locales, estas tierras, pese a su histórica importancia, no podían considerarse partícipes de la justa heroica y su preciado logro : la nación. En este contexto, sin duda, el proyecto de Sosa constituyó la ocasión ideal para que el estado se repo sicionara en la historia nacional . Por otro lado, me parece posible sugerir que si Villagrán estaba presente en la m emoria luego de más de medio siglo de su muerte fue porque en el ámbito local se mantuvieron vínculos entre el rebelde y el círculo político e intelectual empoderado a fines del siglo XIX que, a su vez, contaba con el apoyo de los liberales porfirianos. Como fuera, la estatua enviada por el estado de Hidalgo estuvo entre las primeras 14 que se exhibieron en la inauguración del proyecto, en 1895. 80 Sobre la sencilla columna se encuentra una placa que r eza: "Julián Villagrán Insurgente. Nació en Huichapan hoy edo. de Hidalgo en el año de 17 55. Fue arriero y con valor peleó por la independencia en muchos combates. Murió fusilado en el año de 1813". La escultura, hecha por Juan Islas, muestra a un hombre sereno y, al mismo tiempo, al héroe decidido: de largas patillas, vestido de chinaco y con pañuelo al cuello, Villagrán se encuentra a punto de desenvainar su espada con la mano derecha, mientras mira tranquilamente su horizonte. El ingreso de Villagrán al panteón cívico no sólo quedó perpetuado en bronce. A la par, su imagen de rebelde irredento y egoísta fue transmutada por la del padre que es capaz de sacrificar a su propia sangre para salvar a la patria. La biografía escrita por Francisco Sosa セl。ウ@ estatuas de la rゥヲッイュ。 セ@ es el primer documento en el que encontramos 156 Ilustración 2. Estatua de Juli án Villagrán en el Paseo de la Reforma , Méx ico D.F. 157 testimonio sobre el ofrecimi ento de indulto a Villagrán a cambio de la vida de Chito. Para acentuar el dramatismo patriótico de este acto, Sosa incluso compara la escena con aquella sufrida por Alonso Pérez de Guzmán, defensor de Tarifa, en una situación casi idéntica. 8 1 Al tiempo, el proyecto liberal encabezado por Vicente Riva Palacio, México a través de los sialos, también integró a Villagrán y su sacrificio en el cauce de la historia. En esta ocasión, la pluma de Julio Zárate, evitando cualquier juicio de valor que pudiera poner en entredicho la participación de Villagrán, se limita a mencionar que se trata de un personaje polémico en la región. 82 Ser á Alejandro Villaseñor, con sus Bioarcifias ele los héroes y caudillos de la Independencia, quien realice la primera biografía detallada del personaje. Sin caer en el dramatismo de Sosa, Villaseñor trata de dar un juicio equilibrado: al describir los puntos relevantes de sus acciones en la guerra, reconoce sus excesos, pero también destaca sus aciertos, incluyendo el sacrificio de su hijo. Esta biografía se publicó en 191 O, el mismo año en que el estado de Hidalgo repitió el ejercicio de recuperación y reconstrucción de esta memoria histórica en su propio suelo, y colocó, como parte de los festejos del primer centenario de la independencia, el busto de mármol de Villagrán que se mantiene hasta el día de hoy en el jardín central de Huichapan, esculpido por el italümo F. Cafagna . En este momento, el sacrificio de don Julián quedó grabado sobre la piedra con la frase que lo inmortalizaría: "¡Que lo fusilen! Mujeres hay muchas para tener hijos, y patria sólo tengo una" . La imagen de Villagrán como mártir también quedó perpetuada en las letras gracias a una publicación que, recuperando esta historia de cuño liberal, trascendió los vientos de la revolución y exacerbó las escenas de bronce hasta el día de hoy: Apuntes históricos de Huichapan. Sin que haya sido publicado sino hasta fechas recientes (como parte de la conmemoración del bicentenario de la independencia), este trabajo es atribuido a Merced Pedraza, quien fuera notario público del poblado hasta su muerte en 1908. Se dice que este personaje, nacido en la segunda década del siglo XIX, escribió la obra como producto de sus propias experiencias y de los testimonios de sus contemporáneos. La obra permaneció inédita 15 8 hasta que José Antonio Cadena, originario de Maravillas, Nopala, la recuperó e integró los resultados de sus propias indagaciones. Abogado el primero y contador el segundo, incursionaron en la escritura de la historia sin tener experiencia profesional, por lo que resulta comprensible que la obra no siga los cánones académicos. Se calcula que el escrito de Pedraza fue concluido en los primeros años del siglo, mientras que Cadena completaría la obra cincuenta años después. 83 Sin embargo, sin conocer el texto original, resulta imposible distinguirlo de las supuestas aportaciones de Cadena, ya que el trabajo - que conserva el título original dado por Pedraza- no hace distinción entre las letras d e cada autor ni en estilo o in tención. Los Apuntes , de hecho, parecen haber surgido de una sola pluma. De ser cierto que Cadena únicamente completó el trabajo de Pedraza, logró mimetizarse en las letras de aquél-o mimetizarlo en las suyas- , logrando una completa fusión entre ambos momentos de escritura, así como una curiosa ironía: los Apuntes dan continuidad a la historia de bronce de fines del siglo XIX, es decir, insertan y consolidan la historia porfiriana en el discurso del partido de la revolución. Con Julián Villagrán como eje rector, el relato de Pedraza-Cadena debate a todos aquellos autores que han cuestionado la importancia del personaje en la historia de la independencia, e integra para ello numerosos detalles no referidos por los escritos previos: Julián escribiendo al cura Hidalgo semanas después de que éste diera el grito en Dolores; Rayón reconociendo la autoridad de los Villagrán sin que existiera conflicto alguno; Chito escapando a caballo de las tropas de Monsalve y tirando monedas a su paso; Julián rechazando el indulto y destacando el valor de la patria por encima del de su propio hijo; los cuerpos de los Villagrán decapitados y sus cabezas colgadas de las vigas frente a la Iglesia de San Mateo, etcétera. Así, Julián Villagrán, el caudillo local bosquejado por aquella historia decimonónica, es transmutado por los Apuntes en un insuraente pleno, equiparable, incluso, con Miguel Hidalgo: En una de las esquinas del Castillo de Granaditas quedó la cabeza del venerable Cura Hidalgo y en uno de los costados del Templo de San 159 Mateo en Huichapan, quedó prendida en un garfio y al extremo de mediados del siglo pasado, por lo que, en 1957, fueron colocadas dos una viga, la cabeza del Insurgente Don J ulián Villagrán; estos dos Héroes habían cumplido con su deber; la Patria les abría las Puertas del placas de bronce al frente de la parroquia de San Mateo, en el barrio del mismo nombre. En cada esquina se recuerda: Porvenir entre el incienso de los Altares de la Gloria y por el espacio se elevaban los cantos inmortales del Himno de la Libertad. 1 Hidal- A la memoria de los héroes insurgentes Gral. Julián Villagrán y José go y Villagrán vienen a formar un paralelo en el principio de nuestra "Guerra de Independencia". 84 María Villagrán (padre e hijo) sacrificados en esta tu tierra natal en 1813 y cuyas cabezas se expusieron en este paraje. Año de la constitución y del pensamiento liberal mexicano. Huichapan, Hgo. 5 de julio El relato también integra una figura femenina, contraparte de la de de 1957. Homenaje de amigos hidalguenses en el Distrito Federal. 87 Villagrán en el sacrificio por la Patria. Manuela Paz, quien muriera fusilada en la batalla del 3 de mayo, es cmwertida en una enérgica nudre Esta historia de bronce ha senido com o fuente prinuria para tr abajos que encara con furia a los realistas: posteriores - generalmente de producción y distribución local- sin que medie análisis historiográfico alguno, lo que muestra la amplia cirUn patético caso es el de doña Manuela Paz, quien vio rodar los ca- culación que ha tenido a lo largo del siglo y hasta la fecha - dáveres de sus dos hijos entre el montón de inmolados en aras de sión mecanoescrita- en su ver- , entre parte de la clase política e intelectual. 88 nuestra entonces sonada independencia. Se presentó ante el jefe del El reconocimiento del trabajo, de hecho, ha suscitado la circulación pelotón de los ejecutores, insistiendo que a ella también la fusilaran, de una versión con el título La historia de Huichapan, pero se señala porque ya de nada le servía la vida faltándole el amparo de sus hijos; como autor a Fernando Rubio Lugo, lo que hace aún más compleja la el jefe, creyendo ganar un galardón accediendo al pedimento ordenó: identificación y crítica del trabajo, 89 aunque, como señalé arriba, re- ¡fusilen también a esa vieja! ¡Y la vieja fue ejecutada! 85 cientemente, con motivo de la celebración del bicentenario de la inde pendencia, el Gobierno del Estado de Hidalgo lo publicó bajo la autoría Los pormenores que brinda este trabajo, sin duda, aportan un tono dramático a los hechos. No obstante, no contamos con evidencia que los El uso, reproducción (en bronce y papel), apropiación y, por tanto, apoye, por lo que es probable que se trate de relatos orales y míticos re- aprobación del escrito Pedraza-Cadena-Rubio (¿?),con la figura de don cuperados por Pedraza en el siglo XIX, o bien de agregados narrativos de Julián Villagrán como héroe-mártir, pretende evidenciar la participación los autores, con la Única finalidad de hacer más atractiva la historia . En de Huichapan en la justa independentista, en aquella que nos legó la el caso de los Villagrán, de haber sido decapitados, no es posible com - patria. Así, los monumentos, historiográficos y de piedra, se convierten prender por qué el hecho no consta en su partida de enterramiento, en símbolos que permiten insertar y reposicionar al lugar en la historia cuando de acuerdo con los registros parroquiales, sus cuerpos fueron nacional, es decir, en el pasado y presente de la nación. 90 enterrados casi inmediatamente después de su fusilamiento. Tampoco Pese a que este esfuerzo por recuperar la historia liberal porfiria- para el caso de Manuela Paz se especifica alguna relación filial con los na centrada en la figura de J ulián Villagrán, así como su consolidación dos "chiquitos" con los que fue enterrada. 86 Pese a los tintes dramáticos, el poco fundamento y el desbordante patriotismo - o quizá gracias a ello-, el escrito de Pedraza-Cadena tuvo una amplia aceptación, al menos entre parte de la clase política de 160 exclusiva de Pedraza-Cadena. en las últimas décadas, logra reforzar el orgullo patrio de la región, genera, a la vez, puntos oscuros en la memoria , coadyuvando sin proponérselo al olvido y maniqueísmo impuesto desde la historia patria centralista. 161 Un buen cjentplo al respecto es el reciente trabajo de Juan Manuel Menes, La guerra de la Independencia en el hoy territorio hidalguense. La lucha de una región por la libertad nacional. 9 1 Con la clara intención de reposicionar a la r egión en la historia nacional, el autor queda atrapado entre el centralismo de los primeros historiadores decimonónicos y la historia de bronce porfiriana-revolucionaria. 92 Sin un cotejo de fuentes primarias que le p ermita el equilibrio de una crítica historiográfica, el autor oscila entre dos argumentaciones: por un lado, se suma a buena parte de los juicios de Alamán y Bustamante aceptando que tales p er sonajes se mantuvieron "al margen de todo proyecto indep endentista" y fueron "un wrdadero obstáculo para el progreso del nlüYÜniento insurgente"; y, por otro, justifica (racional y moralmente) sus excesos explicando que carecieron de formación militar y concedieron una "generosa y hasta exagerada libertad" a sus "tropas de campesinos e indígenas y pobres". Quizá temiendo que su argumentación no sea suficiente para poner punto final a la polémica alrededor de los Villagrán, termina contradiciendo y forzando su propia narrativa para concluir que no es posible n egarles heroicidad a sus acciones - algunas de las cuales marcaron el rumbo de la historia- y, por tanto, tampoco sacarlos del pedestal de la gloria nacional porque fueron "el brazo fuerte de la Junta de Zitácuaro y en particular de Ignacio López Rayón" en Huichapan. 93 Nutrir el aliento que da vida a los héroes de bronce - locales o nacionales- no creo que sea, sin embargo, la salida para escapar del centralismo de nuestra historia patria. Para reposicionar a las localida- cilaba entre el beneficio mutuo y el enfrentamiento. Al parecer, Rayón pretendía aprovechar el control y los recursos de los líderes locales, mientras estos últimos querían ben eficiarse del poder y prestigio del primero. Conocer los posibles altibajos involucrados en esta relación ameritaría adentrarse en los planes p ersonales y las redes de intereses que se forjaron en cada momento de la lucha. El acercamiento general que he brindado permite considerar que estas tensiones entre los líderes (insurgentes y locales), así como el enfrentamiento entre sus intereses p ersonales, minimizó su fuerza y constituyó uno de los elementos que facilitó la victoria realista en la región, lo que permite Yislumb·ar parte de la heterogen eidad ele m o LiYos que alentaron la guerra de independencia, así como muchos de los tropiezos que la caracterizaron. Finalmente, me parece que este acercamiento p ermite r econsiderar el papel de esta región, pues las operaciones militares ocurridas aquí no fueron de menor importancia. Los líderes, al apoderarse de los caminos, dificultaban el acceso a los bienes que alimentaban la guerra y motivaron los enfrentamientos constantes, lo que explica la presencia casi permanente de las operaciones realistas, así como los grandes esfuerzos empeñados en la captura de los rebeldes. El sometimiento de estos poblados podía garantizar los insumas para continuar la guerra y también la posibilidad de concentrar las fuerzas en los puntos dominados por los grandes líderes de la insurgencia, economizando , por tanto, los cada vez más precarios bienes de la Corona. des hace falta explorar los detalles de los contextos, revalorar de forma crítica la participación d e la localidad en los sucesos nacionales y comprender la complejidad inserta en los procesos de la guerra, la revolución, los líderes y la sociedad. Poblados como Huichapan, pese a no haber sido protagonistas de las principales batallas como lo fueron las grandes ciudades de ese entonces, muestran, en buena medida, el ritmo y los matices del enfrentamiento bélico. Esta r egión, como otras del territorio, estaba dominada por rebeldes locales que, si bien se sumaron a la insurgencia, y posiblemente compartían algunos de sus anhelos, también mantuvieron vivos sus propios intereses coyunturales y regionales motivando una t ensión que osI62 1 Dirección de Estudios Históricos, Instituto Nacional de Antropología e Historia. 2 Así reza el bajo relieve del lado el lado sur de la columna: "Nació en esta Ciudad el 1° de enero de 1755"; y en el norte: "FuE FUSILADO FRENTE ASU CASA PLAZUELA DE LOS MÁRTIRES DE LA iNDEPENDEN CIA EL DÍA 6 DE JULIO DE 1813". 3 En el oeste: "AL HÉROE Y MÁRTIR Ii\SURGENTE GENERAL juLIÁNVILLAGRÁ\:. HOM ENAJE QUE SE LE TRIBUTA EN LA CELEBRACIÓN DEL 1ER CENTE:'-: ARI O DE LA INDEPENDENCIA". + Ignacio Mendoza Gómez y Fernando Jiménez Uribe, comunicación personal, 17 de junio de 2013. 163 Al parecer, la ubicación del busto fue intercambiada por la del quio sco, debido a la inconformidad de que este último se encontrara frente a la iglesia, cubriendo la Yista. Ignacio Mendoza Gómez, comunicación personal, 22 de junio de 2013 . En http: 11 patrimoniohuichapan. blogspot.mx/#! /2009/03/ la-historia-de-un-kiosco.html (consulta electrónica realizada el 18 de junio de 2013) se refiere erróneamente que el traslado de la escultura fue en la primera mitad del siglo pasado. Lamentablemente no existen datos detallados sobre estos elementos arquitectónicos y escultóricos. 5 No hay evidencia historiográfica que confirme que Rayón realizó esta celebración en el Chapitel. Sin embargo, así es asumido por los pobladores actualmente. De acuerdo con los elementos arquitectónicos , es posible considerar que el Chapitel fues e una de las capillas posas del convento franciscano (Fernando González Dávila, comunicación personal, mayo de 2013), pero se ignora su función al momento del paso de Rayón por el lugar, así como la historia de todas las remodelaciones del espacio conventual. 6 Una reflexión por demás interesante sobre los grandes problemas historiográficos en Luis Fernando Granados, "Independencia sin insurgentes. El bicentenario y la historiografía de nuestros días", Desacatos, núm. 34, septiembre-diciembre de 2010, México, pp. 11-26. 7 Desde el siglo XVI, Huichapan adquiere importancia económica gracias a las actividades ganaderas, convirtiéndose en un centro de mercancías importante. A ello se sumaba su posición estratégica, pues se encontraba sobre una de las rutas más tempranas que conectaban el Bajío y norte con la capital del virreinato, incluso, previo a la construcción del Camino de Tierra Adentro y el descubrimiento de las minas de Zacatecas. Véase Fernando González Dávila, "Huichapan en el ca1nino", en este mismo volumen. Por ejemplo, con la colonización del Nuevo Reino de León (con la migración de familias provenientes de Huichapan, entre otros poblados), se trazó un camino desde la capital del virreinato que cruzaba por Huichapan, con lo que se propició cierto desarrollo comercial en la región. La bonanza economica del poblado se observa, sobre todo, en el siglo XVIII, de acuerdo con la arquitectura prevaleciente de sus edificios más importantes y que datan de esta centuria. En este mismo siglo, la población se eleva al rango de Alcaldía Mayor y, más tarde, en Subdelegación. Al parecer, las principales actividades económicas eran matanza, haciendas de labor, crías de ganado de pelo y tejidos de lana . Véase ¡Si hubiera parque ... ! P. M. Anaya, México, Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana, 1993, pp. 28-30. 8 Archivo General de la Nación (en adelante, AGN), Instituciones Coloniales, Gobierno Virreina!, Operaciones de Guerra (081 ), vol. 141 , ex p. 1O. 9 Nacido de padres avecindados en Huichapan a mediados del siglo xvm, Julián Villagrán era un arriero de posición acomodada, y posibfemente 16+ un vecino reconocido del poblado, ya que había sido nombrado por el gobierno virreina! capitán del Regimiento de Tula, cuya compañía residía en H uichapan. Véase Alejandro Villaseñor )' Villaseñor, Biogrcifías de los héroes y caudillos de la Independencia, t. 1, Mexico, Imprenta de "El Tiempo" de Victoriano Agüeros, 191 O, pP· 141 - 146. Los Anales del estado de Hidalgo consignan que su adhesion al movimiento ocurrió el 9 de octubre de 181 O (Teodomiro Manzano, Anales del estado de Hidalgo, Primera parte (608-1868), México, [s .e.], 1922, p. 22). Por otro lado , Cadena considera que el asesinato de Sánchez fue justificado debido a la traición de éste. Asimismo, el autor asegura la existencia de correspondencia directa entre Julián y Miguel Hidalgo por estas fechas. Véase José Antonio Cadena Guerrero, Apuntes históricos de Huichapan, prefacio de José Almaquio García Cravioto, México, Gobierno del Estado de Hidalgo (Colección Bi centenario , núm. 10), 2009, pp . 40-47 . 10 A diferencia de su padre Julián, la participación de Chito en la independencia siempre ha sido cuestionada, pues algunos autores afirman que sólo se unió al movimiento por "el deseo de evitar caer en manos de la justicia, la que lo buscaba para castiparlo por el asesinato de un individuo de apellido Chávez, al que hab1a dado muerte cuando éste lo hospedaba en su casa". Véase Alejandro Villaseñor, "Francisco Villagrán", en Biogrciflas de los héroes ... , op. cit., p. 147. 11 AG:"<, Instituciones Coloniales, Gobierno Virreina!, Operaciones de Guerra (081), vol. 141, exp. 1, 2, 3, 4, 13, 22. Es posible que haya sido en este momento cuando Julián parte hacia la Huaxteca, quedándose Chito en Huichapan. 12 AGN, Instituciones Coloniales, Gobierno Virreina!, Operaciones de Guerra (081), vol. 141, exp. 20, 23. 13 AGN, Instituciones Coloniales, Gobierno Virreina!, Operaciones de Guerra (081), vol. 140, exp. 2, f. 3-12. l+ AGN, Instituciones Coloniales, Gobierno Virreina!, Operaciones de Guerra (081 ), vol. 141, exp. 24, f. 33-36; exp. 30, f. 49-50. En la operación エN。ュ「 Lゥセョ@ se pretendía 。ーイ・ウセ@ al カゥ」セイッ@ セ。イゥョッ@ aァセゥャ。イN@ Los datos bwgraf1cos de Correa en Alepndro Vtllasenor, Biogrcifias de los héroes ... , op. cit., pp. 255-258. 15 Y sin duda, era preferible este estado ambivalente antes que el desinterés, pues este último les podía costar la vida. 16 AGN, Instituciones Coloniales, Gobierno Virreina!, Operaciones de Guerra(08l),vol.l41 exp.5,31,32,33. 17 Esta medida fue aplicada en todos los poblados aledaños por los diversos comisionados. Por ejemplo, a fines de octubre del mismo año, el coronel Rodríguez informaba al brigadier De la Cruz sobre el fusilamiento de un indio rebelde de San Miguelito. Su cuerpo, al igual que el de los rebeldes de Huichapan, fue colgado de "un árbol a la entrada del camino". En el incendio de las casas, sólo se hizo una excepción con la casa del fiscal y su topil. AGN, Instituciones Coloniales, Gobierno Virreina!, Operaciones de Guerra (081), vol. 141 , exp. 6 y vol. 14 3, exp. 6 . 165 18 Instituciones Coloniales, Gobierno Virreina!, Operaciones de Guerra (081), vol. 141, exp. 32, 33, 36, 38, 39, 40 . Todo el armam ento incautado en estas operaciones fue remitido a Calleja, quien en este momento se encontraba persiguiendo a Hidalgo y Allende, y recuperando las posiciones en Guanajuato y Guaclalajara. 19 AGN, Instituciones Coloniales, Gobierno Virreina!, Operaciones ele Guerra (081), vol. 141, exp. 42, 45. 20 AGN, Instituciones Coloniales, Gobierno Virreina!, Operaciones de Guerra (081), vol. 141, exp. 49, 52, 57, 58, 59. 21 AG:'\, Instituciones Coloniales, Gobierno Virreina!, Operaciones ele Guerra (081 ), vol. 142, exp. 3, 4, 5, 6, 7, 9. Se enviaron 829 mulas, 182 tercios de tabaco en barra y 28 balones de papel hacia Querétaro; 261 caballos, pólvora, salitre y armas a México; diez cajones de yólvora , 34 caballos y armas a Huichapan procedentes de Aculco. ' AG:\ , Instituciones Coloniales, Gobierno Virreina], Operaciones de Guerra (081), vol. 142, exp. 27, 53, 54, 65, 104 y 105. Recuérdese que para este momento los líderes ele la insurgencia marchan hacia el norte, en donde finalmente serán hechos presos. 23 El último reporte de su operación fue ele 14 rebeldes fusilados, 2 Jor carrera de banquetas, 17 consignados a presidio y 33 puestos en ibertacl. AGN, Instituciones Coloniales, Gobierno Virreina], Operaciones de Guerra (081), vol. 142, exp. 91. 2+ AG:'-J, Instituciones Coloniales, Gobierno Virreina!, Operaciones de Guerra (081), vol. 142, exp. 85, 105. 25 AGr\, Instituciones Coloniales, Gobierno Virreina!, Operaciones de Guerra(081),vol.142,exp.44,61,86, 105, 121;yvol.146,exp.4. 26 Todavía en noviembre, el coronel José Antonio Andracle da parte de la persecución infructuosa. AGI\, Instituciones Coloniales, Gobierno Virreina!, Operaciones de Guerra (081), vol. 136, ex p. 2 5, 31 ; vol. 96, exp. 35; y vol. 97, exp. 19. · . 27 En este año, los realistas al mando de Arredondo toman Tula. Aunque la documentación no tiene fecha, es posible que la toma ele la villa se haya realizado alrededor de abril, al igual que las batallas en Actopan e lxmiquilpan. AG N, Instituciones Coloniales, Gobierno Virreina], Operaciones ele Guerra (081), vol. 21, exp. 6, 8; y vol. 96, exp. 13. 28 Al parecer, sólo en Zacualtipán lograron derrotar a los rebeldes. Por otro lado, los insurgentes no siempre fueron apoyados por los poblados que intentaban tomar: en Zimapán, fueron rechazados 4 000 indios seguidores ele Villagrán. AGN, Instituciones Coloniales, Gobierno Virreina!, Operaciones ele Guerra (081), vol. 205, exp. 13; vol.95,exp. 36,47,48,49,52. 29 Esta región era presa constante de ataques rebeldes: en marzo se informa, por ejemplo, sobre algunos rebeldes que se encontraban en Alfajayucan, y en mayo sobre otros que robaron ganado en el pueblo de Chilguantla. AGN, Instituciones Coloniales, Gobierno Virreina!, Operaciones ele Guerra (081 ), vol. 205, exp. 5, fojas 12-15 y exp. 6, fojas 16-18. .-\G N , ! 166 30 Al menos en principiO, con estas operaciones Casasola pretendía permitir que el cargamento ele plata, custodiado por Vicente Fernández, pudiera ingresar a la ciudad ele México. AG N, Instituciones Coloniales, Gobierno Virreina!, Operaciones de Guerra (081 ), vol. 205, exp. 8, fojas 25-27; exp. 9, fojas 28 -30. 31 AG:'-J, Instituciones Coloniales, Gobierno Virreinal, Operaciones ele Guerra (081), vol. 115, exp. 17, fojas 48-53; exp. 64, fojas 212 -216; vol. 205, exp. 12, fojas 40-42. 32 Las fuerzas realistas ( 500 hombres) intentaron atacar la plaza de Huichapan X antes de emprender la retirada "poseídos de un terror Yergonzos,o ',perdieron セo@ セッャ、。ウN@ セョ。」ゥッ@ Rax?n et al., La independencia segun Ignacw Rayan, mtroduccwn, seleccwn y complemento biográfico de Carlos Herrejón Pereclo, México, Secretaría ele Educación Pública (Colección Cultura . Cien de México) , 1985 , p. 58 . 11 El poder ele Villagrán alcanzó tal grado que se hacía llamar "Julián 1, Emperador de la Huaxteca", y mandó acuñar moneda con ese título. Véase Alejandro Villaseñor, Biogrcifias de los héroes . .. , op. cit., p. 144. S セiァョ。」ゥッ@ Rayón et al., La independencia según ... , op. cit., p. 66. 3 ' Carlos María Bustamante, Cuadro histórico de la reFoluciÓn mexicana, comenzada en 15 de septiembre de 1 81 O por el ciudadano Miguel Hidalgo y Costilla, cura del pueblo de los Dolores, en el obispado de Michoacán . Dedícalo al Exmo. Sr. D. Ignacio Trigueros, Secretario del Despacho y de Hacienda, 5 vols., 2a ed., México, Imprenta de J. Mariano Lara, 1844, t. 2, carta 7, p. 235. Ignacio Rayón et al., La independencia según ... , op. cit., pp. 63-64, 6869; AGN, Instituciones Coloniales, Gobierno Virreinal, Operaciones de Guerra (081), vol. 110, exp. 54, fojas 208-216. 37 Ignacio Rayón et al., La independencia según ... , op . cit, pp. 68-69. 38 /bidem, p. 69. Al parecer, el día 16 Rayón redactó aqUI la "Proclama de la Junta Su¡Jrema de la Nación, en el aniversario del 16 de septiembre", pub icada después, pero fechada el 16 de septiembre de este año. Con su presencia en el lu$ar, el poblado "fue considerado como sede del gobierno insurgente'. ¡Si hubiera parque ... ! .. . , op. cit., p. 32. 39 Ignacio Rayón et al., La independencia según ... , op. cit. , pp. 71-72. 36 +O 41 JlJidem. Julio Zárate, "Tercera época. La independencia", en Vicente Riva Palacio ( coord.), México a traFés de los siglos. Historia general y completa del desenFolFimiento social, político, religioso, ュゥャエセ@ artístico, cient!fico y literario de México desde la antigüedad más remota hasta la época actual, 1O vols., edición facsimilar, México, Editorial Cumbre, 1887, t. v, capítulo v, p. 3 37; Ignacio Rayón et al., La independencia según . . . , op. cit. , p. 7 5. +2 Rayón et al., La independencia según . .. , op. cit., p. 7 5. +3 La inesperada retirada de Rayón también se ha explicado aduciendo que recibió noticias セイ。カ・ウ@ de Tultenango que exigían su presencia. Véase Julio Zárate, Tercera época . La independencia . .. ", op. cit . , p. 3 3 8. En su diario, sin embargo, Rayón refiere que los motivos de la retirada fueron el cansancio ele la tropa, su corto número y la 167 insubordin ación el e algunos de sus jefes. Véase Ignacio Rayón et al., La independenci a seg ún ... , op. ch ., p. 7 5. El informe de Casasola sobre la batalla en AGN, Instituciones Col o niales, Gobi ern o Virreina! , Operaciones de Guerra (081 ), vol. 205, exp. 25 . -++ Ignacio Rayón et al., La independencia según . .. , op. cit., p. 77. La estimación del número de participantes en el motín correspond e a Carlos María Bustamante , Cuadro histórico de la reFolución _mexican a . .. , op. cit., t . 2, carta 7, p. 238. +o Así lo da por hecho Julio Zárate, "Tercera época. La independencia .. . ", op. cit., p. 338. El reporte de los fusilamientos en AG N, Institucion es Coloniales , Gobierno Virreina!, Operaciones de Guerra (081) , Yo l. 111, ex p. 61, 63 . Z セ i ァ ョ。 」 ゥ ッ@ Rayó n et al., La independencia según . . . , op. cit. , pp. 77-78 y 89 . Conncne recordar que tras las derrotas en Valladohcl y Celaya, se suced en varios incidentes de desconfianza entre los miembros de la Junta, que los llevan a enfrentarse con las armas en más de una ocasión. Como resultado, Verdusco r enuncia a su cargo de vocal en la Junta y, a la vez, denuncia y declara traidor a Rayón por "invadir" su posición en Michoacán y Guanajuato. Como respuesta, Rayón suspende a los vocales por desconocer su autoridad y publica una proclama para justificar sus acciones. Tanto Morelos como Cos tratan de n1anten erse al margen de este conflicto, recomendando continuamente la concordia entre los jefes insurgentes. Julio Zárate, "Tercera época . La independencia ... ", op. cit., pp. 369-370. +S lbidem, p. 373. 9 + De acuerdo con la información r ecibida por el virrey Venegas, como resultado de las desavenencias entre los insurgentes Rayón mandó a fusilar a 20 oficiales de Chito, haciéndolo huir hacia Zimapán. Véase AG N, Instituciones Coloniales, Gobi erno Virreina!, Operaciones de Guerra (081), vol. 111, exp. 61 y 63. 50 lbidem. 51 Julio Z ár ate, "Tercera época. La independencia ... ", op. cit., capítulo PP· 382 -383 . 52 lbidem, p. 383. 53 Carlos María Bustamante, Cuadro histórico de la reFoluciÓn mexicana ... , op. cit., tomo 2, carta 9, p. 3 54. Es de suponerse que se refugiaron en la torre de la iglesia principal, por ser este el punto más elevado. セZ cゥエ。、ッ@ de Merced Pedraza, en ¡Si hubiera parque . .. ! ... , op. cit., p. 34. , José Antonio Cadena, Apuntes históricos ... , pp. 55 -56. 56 Carlos María Bustamante, Cuadro histórico de la reFoluciÓn mexicana ... , _ op. cit., t. 2, carta 9, pp. 353-354. 7 ' Alejandro Villaseñor, Biogrcifías de los héroes ... , op. cit., p. 149. 58 José Julián Teodoro González, Huichapan. Segunda cuna de la independencia, M éxico, Ediciones Oficiales (Colección Documentos Históricos del Estado de Hidalgo), 194 3, p. 9. 59 Libro de difunciones de españoles de la Parroquia de Hui chapan, 181 3, ff. 88a, 88v, 89a, registros 182, 183, 187. VIl, 16 8 60 También fueron enterrados en "el campo en un pedazo que se bendijo" . Libro de difunciones de indios de la Parroquia de Huichapan, 1813, ff. 40v, 41 y 41v; registros 317-323. 61 Libro de dqunciones de españoles de la Parroquia de Huichapan, 1813, ff. 89-90, registros 189- 207. 62 Libro de difunciones de españoles de la Parroquia de Huichapan, 1813, f. 92a, registro 213. 63 En su registro, se aclara que estaba casado con doña María Guadalupe Nieva. Véase Libro de difun ciones de españoles de la Parroquia de Huichapan, 1813, f. 88v, registro 187. En el trabajo ¡Si hubiera parque . .. 1... (o p. cit., p. 3 7) se registra que el fusilamiento de Chito ocurrió en su casa. G+ Libro de difunciones de españoles, 1813, f. 92v, 93a, 93v, 94a, registros 217-229 . 65 Libro de difunciones de españoles de la Parroquia de Huichapan, 18 13 , f. 94v, 95a, 95v, 96a, 96v, registros 234-251. 66 Carlos María Bustamante, Cuadro histÓrico de la revolución mexicana . .. , op. cit ., t. 2, carta 9, p. 354; Alejandro Villaseñor, Biogrcifías de los héroes ... , op. cit., p. 146. En el trabajo ¡Si hubiera parque ... 1... , op. cit., p. 37, se registra que el fusilamiento de Villagrán el viejo ocurrió en la plaza de Huichapan. 67 Libro de difunciones de españoles de la Parroquia de Huichapan, 1 813, f. 97a, registro 252. 68 Jbidem, 1813, f. 98v, registros 264-265. 69 ¡Si hubiera parque ... 1... , op. cit., P· 37. De acuerdo con este trabajo, las tropas se quedaron en la region hasta 1815. 70 Teodoro González, Huichapan. Segunda cuna ... , op. cit., pp. 8 y 9. 71 lbidem, p. 1O. 72 Teodomiro Manzano, Anales del estado ... , op. cit . Sin duda el poblado no recuperó el lugar privilegiado que ocupara antes de la guerra, pero es muy probable que restableciera pronto su actividad económica, pues ya para fines del siglo encontramos un casino y actualmente el_ poblado sigue_ siendo un centro econón;ico importante para la regwn comprend1da entre San Juan del R10 e Ixmiquilpan. 73 Es posible que dicho predio se encuentre al norte del centro de Huichapan, hacia el Barrio de San Mateo, debido a que en este lugar accidentalmente se han localizado restos humanos. Cerca de dicno predio se encuentra la calle de los Insurgentes. 74 Dice la placa de bronce en el lugar: "PLAZUELA DE LOS MÁRTIR ES DE LA INDEPE NDENCIA 1 EL 5 DE MAYO DE 1813 LAS FUERZAS REALISTAS AL MANDO DEL GRAL. PEDRO MONSALVE FUSILARON EN ESTE LUGAR, TRAS DE DIEZMARLOS Y QUINTARLOS A 43 PATRIOTAS HUI CHAPEÑ OS QUE CO N VIZARRIA DEFENDIERON LA PLAZA, HALLÁNDOSE ENTRE ELLOS LA ESPARTANA MANUELA PAZ CON SUS DOS HIJOS. 1 CARIÑOSO HOMENAJE DE LA COLONIA HUICHAPA N EN MÉXICO. ABRIL 24 DE MCMXUX". 75 Carlos María Bustamante, Cuadro histórico de la reFolución mexicana . . . , op. cit., pp. 354-355. 169 76 Así lo señala Carlos María Bustamante en ibidem, t. 2, carta 7, p. 237 . 77 Ernesto de la Torre, "Prólogo", en Francisco Sosa, Las estatuas de la Riforma , México, UniYer siclad Nacional Autónoma de México, 1996, 7 PP· V-XX II . s V ease ' la resena - en FranCisco . Sosa , "J u ¡·' ' " , en Las estatuas 1an y·¡¡ 1 agran de la Riforma, prólogo de Ernesto de la Torre, México, Universidad Nacional Autónoma de México , 1996, pp. 52-58. La ウ・セ オョ、 。@ escultura representativa del estad o de Hidalgo fue la de Nicolas García de San Vicente (1793-1845). Ambas se encuentran en el tramo comprendido entre la glorieta de Colón y El Caballito. so Posterior a la inauguración fu eron colocadas las esculturas restantes: ocho en 1896; cuatro en 1897 ; dos en 1899; y dos más en 1902. S:onsulta electrónica en http: 1 /mexicom axico.org / Reforma / reformaEstatuas.htm , realizada el18 cle junio de 2013. SI El autor atribuye esta comparación a Andrés Quintana Roo. Véase , Francisco Sosa, Las estatuas . .. , op. cit., pp. 54 y ss. S)- Vease ' Ju ¡·w zarate, ' " 'T ' La m . el ep en el eneJa . . . . " , op. cit., 1er cera epoca. capítulo VIII, p. 384. s3 Los datos biobibliográficos en José Almaquio García Cravioto, "Prefacio", en José Antonio Cadena, Apuntes histÓricos ... , op. cit . , pp. 3-5. S+ José Antonio Cadena, Apuntes históricos . .. , op. cit ., p. 105 . 8 5 1bidem, p. 61. 86 El episodio se repite en la placa conmemorativa de la Plazuela de los Mártires. Véase supra, tabla 2 y nota 7 5. 87 Pedraza-Cadena señalan que: "[ ... ] sugetacla en la punta de una viga por m edio de un garfio, se puso a la expectación públi ca como una lección de escarmiento y de terror para los insurgent es, esta cabeza duró mucho tiempo en esa exhibi ción, en el costado norte y lado oriente de la cruz grande de cantera que aún existe, frente al Templo de San Mateo". No obstante, lo más probable es qu e se refiri era a la Iglesia central (y no a la del Barrio de San Mateo), la cual, todavía alrededor de la década de los años treinta del sigl o pasado, se encontraba advocada a san Mateo. Por otro lado, es mu y posible que esta fuente también haya sido la que inspiró la colocación de la placa conmemorativa de la Plazuela de los M a¡· tires de la Independencia pocos años atrás (supra). 88 Algunos de los trabajos que se basan en esta fuente son: ¡Si hubiera parque ... ! ... , op. cit. ; Abraham Pérez López, Diccionario bioaréifico hidalguense, México, Taller es Linotipográficos Unión, 1979; Blanca Estela Sánchez González, "Narracion Cle hechos qu e son el motivo por el que Huichapan se ganó el título de 'Heroica Ciudad de los mártires de la Libertad"', Mayahuel. Arte, Cultura y Sociedad, año v, núm. 8, noviembre-di ciembre de 2011, pp. 62-63. 89 Fernando Rubio Lugo , La historia de Huichapan, edición del autor, ms., s.f. 161 pp. 90 Este proceso de creación de símbolos, evidentemente, no es exclusivo del poblado sino afín (y necesario) a todo el desarrollo de 79 170 los estados nacionales y la construcción de sus historias patrias. En términos de Benedict Anderson, tales construcciones simbólicas son parte esencial de las "comunidades imaginadas". Véase al respecto, por ejem plo, el trabajo de Mauricio Tenorio Trillo co n motivo del bicentenario: Historia y celebración . México y sus centenarios, México, Tusquets, 2009. 91 Juan Manuel Menes Llaguno, La Guerra de Indep endencia en el hoy territorio hidalguense. La lucha de una región por la lib ertad nacional, México , Gobierno del Estado de Hidalgo (Colección Bicentenario núm. 7), 2009. 92 En general el autor retoma a Bustamante y Alamán, así como el trabajo de Alejandro Villaseñor y el de José María Miguel (Diccionario de insurgentes, México , Porrúa, 1969) para reconstruir la historia de los personajes desde su adh esión al movimi ent o insurgente en 181 O y hasta la batalla cle Rayón en lxmiquilpan en 1812. En cambio, retoma la obra de Pedraza, casi de forma exclusiva, para fundamentar la batalla en Huichapan en mayo de 1813, y la aprehensión y fusilamiento de los Villagrán . 93 Juan Manuel Menes, La guerra de Independencia ... , op. cit., p. 59 . La heroicidad de los personajes radica, según el autor, en el rechazo de Villagrán al indulto, mientras que el alcance nacional de sus acciones puede observarse en la intervención de los Villagrán en la liberación de los conspiradores de Querétaro y la destrucción de los documentos que los incriminaban (en 181 O), gracias a la captura de Collado, quien llevaba consigo las causas de aprehensión. Es posible que Menes retome este último dato del Diccionario de insurgentes de José María Miguel i Vergés. BIBLIOGRAFÍA ALAMÁN, Lucas, Historia de México desde los primeros movimientos que prepararon su independencia en el año de 1808 hasta la época presente, 5 vols., 3" ed., México , Jus, 1990. ANZURES, Rafael (e d.), Los héroes de la independencia. 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