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Huichapan. Tres momentos de su historia, nos presenta varias imágenes de los acontecimientos ocurridos en
este terruño hidalguense en el Valle del Mezquital en
tres diferentes periodos: el prehispánico, el colonial y el
independentista. Personajes, cerros, caminos, construcciones, deidades, son los protagonistas de la historia y
de los sucesos que ocurrieron en este territorio y son
una muestra del carácter cambiante y discontinuo de
su trayectoria así como de las diferentes motivaciones,
prácticas e intereses de sus habitantes. La diversidad ) la
pluralidad que nos muestra la historia en el detalle, ajena
a los marcos preconcebidos de las historias nacionales y
universales enriquece la comprensión del Huichapan de
hov, que es el resultado de esas v otras muchas historias
。セ@ por devclar, aún sin discernir.
=
¡¡
HUI
CHAPAN
tres momentos de su historia
Fernando López Aguilar
Haydeé López Hernándcz
Editores
FERNANDO LóPEZ AGUILAR
(México, D. F. 1956) es licenciado en arqueología por la E AH ( 1984) y doctor en historia
por la UNAM (1997). Investigador en eliNAH desde 1975 y profesor de tiempo completo-de
la División de Posgrado de la ENAH desde 1990. Actualmente está adscrito al pッウァイセ@
en
Arqueología.
Fungió como director de investigaciones en la Ecole des Hautes Études en Sciencet So
ciales de París y en la Universidad de Paris IV entre los años 2004 al 2007. Fue セ、・ャ@
segundo lugar del Premio Alfpnso Caso del INAH a las tesis de licenciatura en arqueológ(l
( 1985). Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores (nivel1), actualmente セ@
como vicepresidente de la Academia Mexicana de Ciencias Antropológicas y ・ウセ@
del
cuerpo académico consolidado PROMEP de"Arqueología e Historia de las sッ」ゥN・、。セ@
jas". Sus investigaciones en el Valle de Mezquital han contado con linaaamiento del qoiセイエ@
Banco Mundial, Gobierno del Estado de Hidalgo, Universidad d la Sotboua Parit
la
Ecole des Hautes Études en Sciences Sociales de París. Actualinmte dirige los セ@
de
investigación interdisciplinaria Proyecto Eje Valle del Mezqmtal y el Proyecto
los seminarios Antropología Fractal (ENAH-Facultad de Ciencias de la UNAM} y セ@
CJ,:imáJ
tico y Procesos Culturales (ENAH y Dirección de Etnología y Antropólop social)
como
la Línea de Generación de Conocimiento Epistemología Crítica de Mesoamérica, donde ha
organizado tres cursos internacionales: Tecnología Utica, Temologla Cerámica y Arqueología de la Amazonía, con la participación del Centre ational de la Recherche Scielitifique,
Archéologie des Amériques, la Universidad de París 1, El Colegio Franco Mexicano para la
Investigación y la Innovación y el Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos
Sus publicaciones y ponencias presentadas en México y en el extraiijéro, se centran en la
teoría, metodología, epistemología e historia de la arqueología, así como en la arqueología
de los sistemas complejos. Entre sus obras se destacan Simbolos del Tiempo.lntst4bi1idtuly b!{uicaciones en los pueblos de indios de/Valle del Mezquital (Consejo Estatal para la Cultura y las Artes
del Estado de Hidalgo, 2005), Elementos para una construcaon teórJoo en arqueologla (ln.st:itu.t;o
Nacional de Antropología e Historia, 1990) y Fractales y Antropologia, coordinado pqr Fernan
do López Aguilar y Fernando Brambila (Sociedad Matemática Mexicana y CIMA: , 2007) Es
miembro del consejo editorial de la revista Dimensión Antropológica deliNAH
Pabñ*'-
HUI
CHAPAN
tres momentos de su historia
GoBIERNO DEL EsTADO DE HIDALGO
CoNSEJO NACIONAL
PARA LA CuLTURA Y LAS ARTES
JOSÉ F RANCISCO Ü LVERA Rmz
Gobernador Constitucional
RAFAEL TOVAR Y DE TERESA
Presidente
ALFREDO BEJOS NICOLÁS
Secretario de Turismo y Cultura
JOSÉ VERGARA V ERGARA
ANTONIO CRESTANI
Director General
de Vinculación Cultural
Director General del Consejo Estatal
para la Cultura y las Artes de Hidalgo
LUDMILLA SÁNCHEZ ÜLGUÍN
Directora Técnica del Consejo Estatal
para la Cultura y las Artes de Hidalgo
COORDINACIÓN DE PRODUCCIÓN
Ludmilla Sánchez Olguín
EDICIÓN
Pablo Mayans
CORRECCIÓN
Adriana Cataño
DISEÑO
Mina Editorial
DISEÑO DE PORTADA
Pablo Mayans
© Fernando López Aguilar, Haydeé López Hernández, editores
D. R. © 2014, Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Hidalgo
Plaza Juárez s/n, Centr o Histórico, C.P. 42000
Pachuca de Soto, Hidalgo, México
www .cecultah.hidalgo.gob .mx
Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta obra,
por medios fotográfico, electrónico, informático o cualquier otra clase
de copiado, sin autorización escrita del titular.
ISBN: 978-607-7878-56-8
Impreso en México 1 Printed in Mexico
CHAPAN
HUI
tres momentos de su historia
Fernando López Aguilar
Haydeé López Hernández
Editores
1
INDICE
PRESENTACIÓN
9
INTRODUCCIÓN
11
LA CULTURA XAJAY:
desarrollo y territorio
23
UN PERSONAJE TOLTECA
Ocho Ojo de reptil
39
EL COATEPEC
y Huitzilopochtli
67
HUI CHAPAN
en el camino
95
ESCENAS de GUERRA
y BRONCE:
Huichapan durante
la Independencia
129
1
PRESENTACI O N
Huichapan, tres momentos de su historia, editada por Fernando López Aguilar
y Haydeé López Hernández, es tma obra sobre la historia regional y local
articulada a partir de la arqueología, las crónicas y la etnología; cuyo ptmto de vista -su ángulo de observación- está fijado en este municipio
del estado ele Hidalgo. Por esta razón se considera la pertinencia de incluirlo en la colección Historia y Patrimonio del Programa Editorial del
Consejo Estatal para la Cultura y las Artes ele Hidalgo
(CECULTAH).
Es interés ele esta institución diftmdir trabajos de investigación sobre lo
que atañe a los hiclalguenses, su propia historia, que sin duda, contribuye
y dialoga con la historia nacional. Los especialistas nos presentan textos
planteados de manera escrupulosa, que nos ofrecen tm panorama de la
región en donde se ubica Huichapan, justamente desde tres momentos:
preshispánico, colonial y moderno. Pero además nos invitan a la reflexión
y mirar muy ele cerca lo local.
Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Hidalgo.
9
'
INTRODUCCION
Fernando Lbpez Aguilar 1
Haydeé López Hernández 2
En la actualidad se ha vuelto casi un lugar común el pensar que la riqueza del detalle en la historia de las regiones y de las localidades difícilmente reflejará las visiones globales y homogéneas de la historia patria
o universal. Efectivamente, la historia de lo local ofrece una perspectiva
distinta que no aspira al recuento completo y absoluto, ni a la construcción de generalidades que expliquen la totalidad del espectro. Fijar la
mirada en la historia detallada del terruño, por el contrario, pretende
generar narrativas que evoquen la contingencia, la diversidad
y todo
aquello que logra escapar de la regulación central, cupular, y en las que
la direccionalidad de la flecha del tiempo se disuelva en una serie de
bifurcaciones
y multifurcaciones,
en tomas de decisión que impactan
los grados de libertad en las acciones del futuro, en poblaciones con
opiniones diversas y contradictorias, en la disolución de los límites y
de las fronteras abruptas entre los grupos, sectores y clases sociales, los
periodos y episodios de tiempo, y los territorios y espacios de acción.
La riqueza de la localidad consiste no sólo en develar los detalles
- sin duda n ecesarios para la comprensión histórica- , sino que tiene
mucho que aportar a la comprensión y la refl exión de los procesos y las
11
historias generales. Como una suerte de espejos encontrados, la región
puede mostrar aristas desconocidas セ
ッ@ poco カゥウエ。
セ@
del espectro ge-
neral, mientras, a la vez, se observa entre los márgenes de aquél.
La región, el terruño y el tiempo, como conceptos monolíticos, aca-
Retomando la metáfora de John Lewis Gaddis en El paisaje de la historia, 3 si podemos concebir el pasado como un paisaje que miramos al
alejarnos, y a la historia como la forma de r epresentarlo, entonces el
bados, no tienen cabida en la historicidad en general, y ello es, quizás,
presente trabajo es "una suerte de confección de mapas", un conjunto
de bosquejos セ エイ。コ、ッウ@
desde diferentes lugares y ュゥイ。、ウ
セ@
que as-
más evidente en lo local, en donde tales categorías simplemente se di-
piran a representar algunas escenas de este terruño, reuniendo el cruce
luyen . Difícilmente se puede percibir un arraigo esencial y fundamental
de las inquietudes de la arqueología y la historia, develando escenas,
de los pobladores a un territorio desde la ocurrencia de sus primeros
lugares, caminos, procesos, pueblos y memorias, para abrir nuevos diá-
asentamientos. También es difícil suponer una cerrazón genética (endogámica) y cultural de los habitantes, sin pensar en mestizajes bio-
logos que observen a esta región desde el terruño, y no como periferia
(y consecuencia natural) del centro nacional, es decir, para reflexionar
lógicos e hibridizaciones culturales, en gente que va y viene llevando
mas allá de las historias ya sabidas, ya contadas.
consigo familia, proyectos, saberes, tesoros, recuerdos, cultos, vicios,
mitos ... sü vida entera y la de sus antepasados. De la misma manera,
oOo
sería complicado pensar una región acabada, cuyas fronteras se mantengan inmutables a lo largo del tiempo y cuyos significados simbólicos
El Valle del Mezquital es una región controvertida, pues en esencia no
permanezcan al margen de los hombres, de los gobiernos y sus anhelos,
se trata de un valle, sino de un sistema de cuencas hidrológicas que
de los pueblos y sus vaivenes . .. de la historia y sus manías.
vierten sus aguas hacia los cauces de los ríos Tula y San Juan . Quizá la
Por el contrario, poner la mirada en lo local ofrece lugares privile-
característica más importante que se puede destacar es que se trata de
giados para observar las rupturas y discontinuidades que desde la pers-
un espacio geográfico con clima semiárido, que se ha pensado que fue
pectiva distante セ
invariante a lo largo de los años y que fue ocupado por los otomíes des-
ョ。」ゥッャ
セ@
sólo pueden percibirse como irregula-
ridades, anomalías o cortes abruptos y sin sentido. Desde la localidad
se muestra la ausencia de linealidad, así como la suerte de decisiones y
Nada más lejano a esas ideas. En realidad, se trata de un territorio
acciones, las coyunturas y las soluciones de los habitantes en cada mo-
enmarcado por las elevaciones de la sierra de Pachuca por el oriente y
mento de tiempo, que gradualmente condujeron a la construcción de
las que lo separan de la Cuenca de México por el sur. El límite poniente
nuevas formas de organización, identidades, territorios, trayectorias y
está formado por la sierra conocida como Cuautlalpan que separa las
caminos, costumbres ... a nuevos escenarios y múltiples historias.
aguas que se verterán hacia el río Lerma y al Pacífico de las que lo ha-
En este sentido, y si bien todos los textos aquí reunidos responden
rán hacia los ríos Tula y San Juan y al Golfo de México. Por el norte, el
a las inquietudes teóricas de cada uno de los autores, comparten el an-
límite se encuentra en las estribaciones de la sierra Gorda de Hidalgo
helo de reflexionar y observar de cerca a la región huichapense, sin que
y Q uerétaro.
las miradas queden atrapadas entre los rígidos márgenes de la historia
Dentro de esa región poco homogénea en términos fisiográficos y
nacional, pero manteniendo un constante diálogo con aquella. Y es que
ecológicos, así como en los culturales e históricos, Huichapan tuvo una
no existe la pretensión de sofocar, sustituir o extinguir aquella historia,
dinámica diferente a la del resto del Valle . A diferencia del Mezquital
pues ambas posturas comparten el destino casi fatal de encarcelar al
Árido, aquí se presentan áreas de bosques de pino-encino sobre suelos
pasado セ・ョ@
desarrollados, fundamentalmente a partir de sustratos volcánicos . 5 Las
su propio ィッイゥコョエ・
en realidad su representación .
12
de tiempos ancestrales. 4
セ@
al querer liberarlo, convirtiendo
comunidades vegetales asociadas con sustrato calizo, sólo ocurren en
13
pequeños sectores en Tecozautla y al norte de Huichapan . En ese sentido, la gradiente altitudinal provoca una diversidad mayor de comunidades vegetales pues abar ca desde los 3100 msnm hasta la planicie en la
confluencia de los ríosTula y San Juan a 1500 msnm; además, en las ban-ancas de los ríos Alfajayucan, Tecozautla y San Francisco que cruzan la
región en dirección de sur a norte, se genera un ambiente tropical propicio para la presencia de árboles frutales. El agua captada en la caldera
volcánica del Hualtepec emerge en dos lugares en forma de abundantes
manantiales permanentes: en Huichapan - donde el más famoso es el
de San José Atlán- y en Chapantongo. Por esta razón, estos lugares
fueron preferidos para la ocupación humana y para la agricultura desde
épocas tempranas .
El paisaje del Mezquital Árido hada que el r ecurso acuífero resultara crítico para la ocupación humana, en especial para la producción
agrícola, mientras que en la mayor parte de la región de H uichapan los
ríos, los manantiales y la altitud, permitieron una ocupación con mayor
posibilidad de sedentarismo y prácticas económicas diferentes a las que
se dieron en cotas por debajo de los 2000 m. Para el sector oriental del
Valle del Mezquital, ubicado en la sombra orográfica de las sierras de
Hidalgo y de Pachuca y sujeto al efecto de fluctuación de los alisios y
contralisios, con escasez de agua y sustratos aluviales en su mayoría de
origen calizo, el efecto de desertificación es notorio. Bien decía Villaseñor y Sánchez cuando hablaba de la Teotlalpan en el siglo XVIII: "está
situada al Norte [ ... ]a la entrada del Mezquital en donde cesa su caudal
la República de las N u bes". 6
Así, las regiones con un factor de precipitación pluvial que permitiera la agricultura como una actividad redituable, aunque fuera complementada con la caza y la recolección, se convirtieron en los primeros
lugares de ocupación en el Valle del Mezquital: hacia los inicios de nuestra era, ocurrió en la vertiente oriental de la sierra de Jilotepec y Villa
del Carbón que se convirtió en un ámbito de interacciones en el eje
norte -sur entre los grupos Chupícuaro de la región de Acámbaro (en
la cuenca media del río Lerma) y los Ticomán de la Cuenca de México , e incluyó lugares como Cuautitlán, Tep eji del Río, la región de Tula
y Atitalaquia. 7 Hacia el siglo m, grupos provenientes de Teotihuacan
14
inarcsaron desde el sureste a la región de Tula y del valle del Marqués,
b
bordeando posiblemente la ribera norte de los lagos de Zumpango y
Tequixquiac y generando una franja ocupacional en Tetepango, Ajacuba y T laxiaca. 8 Por su parte, los herederos de la tradición ChupícuaroMixtlán, desde la región de Acámbaro y a través de San Juan del Río,
con una r uta suroeste-noreste, ingresaron a la región de Huichapan. 9
El incremento de población y la expansión de los asentamientos durante el Epiclásico (alrededor de los años 650 a 900 de. nuestra era)
hacia una zona anteriormente despoblada - la zona árida del Mezquital-- hace pensar en dos posibilidades no necesariamente excluyentes:
los grupos hununos desarrollaron tecnologías y prácticas agrícolas novedosas para aprovechar ese espacio anteriormente despoblado, o bien,
durante esos años y hasta el siglo X III se dio un clima más favorable para
una agricultura permanente que permitió el avance poblacional y la
fundación de asentamientos en zonas que anteriormente eran impensables. Los herederos de la tradición teotihuacana (llamados Coyotlatelco), avanzaron siguiendo el cauce del río Tula hacia el norte hasta aleanzar el valle de Ixmiquilpan, para dar lugar, en el Postclásico temprano, a
la máxima expansión tolteca que tuvo su fin alrededor del año 1250. 10
A partir del siglo XIII, con el inicio de la pequeña edad de hielo, 11 el
clima de la r egión pudo sufrir un nuevo proceso de desertificación y
ser más parecido al que se vive en la actualidad. Pareciera ser que este
desecamiento obligó a sus pobladores a desarrollar nuevas estrategias
Yinculadas con la disper sión de los asentamientos y la ubicación de los
poblados en lugares cercanos a los manantiales y a los cauces de agua
permanente , despoblando amplias zonas. Así se configuró lo que se ha
dado en llamar la frontera septentrional de Mesoamérica para el siglo
XVI. Desde 1949, Sherburne Friend Cook propuso que esa modificación
del clima y la acentuada desertificación se produjo como consecuencia
de la explotación intensiva de los recursos bióticos durante la época
prehispánica, lo que dio lugar a fuertes procesos erosivos y a la formación de las cárcavas y barrancas que caracterizan al Mezquital:
[ ... ] el testimonio de grave erosión y destrucción generalizada de tierras en la Teotlalpan es tan completo como el que más pueda serlo.
15
Por tanto, puede concluirse que el cambio ambiental más profund o
cau sado por poblaciones humanas ha sido la total devastación de casi
todas las áreas productivas, aparte de las ll anuras y valles del fondo.
La tierra de la estribación ha sido transportada cuantitativamente y
depositada en los valles. 12
La ocupación azteca (caracterizada por el sistema de doble cabecera,
nahua y otomí) requirió del uso intensivo de los recursos locales, dando
lugar a un grave deterioro físico -químico d e los suelos que se expresó
como un segundo proceso erosivo en la región árida del Mezquital. La
sobreexplotación de los recursos, el desmonte de tierras y el consumo
de leña para fuegos domésticos, producción de cal y diversos rituales
aumentó la deforestación: "hay que considerar que el proceso estaba
casi completo, y que si los españoles no hubiesen llegado cuando llegaron, de todos modos la Teotlalpan estaba ecológica y demogrijicamente
condenada a la destrucción" . 13
La diferencia en la precipitación pluvial y en la desertificación entre
las zonas árida y templada, fue aprovechada por los españoles y caciques
indígenas que durante el siglo XVI desarrollaron prácticas económicas
diferenciadas. En la cuenca del río Tula, desde la confluencia de los ríos
Rosas y Salado hasta Ixmiquilpan, se dio preferencia a la introducción
de ganado ovino y caprino para el pastoreo, en tal intensidad que el número de ovejas y cabras ha sido considerado como una plaga que ampli ficó la trayectoria originada desde la época prehispánica. 14 Por su parte,
en Huichapan y en la zona templada se introdujo mayoritariamente el
ganado caballar y bovino, dando lugar a la ganadería para el consumo
de carne y lácteos. La deforestación de los montes y cerros fue consecuencia de la producción de carbón, cuyo consumo era alto en la capital
de la Nueva España y en las minas e industria de las regiones aledañas .
La llegada de los nuevos pobladores hispanos y el descubrimiento de
los yacimientos de plata reafirmó los caminos y redes ancestrales que
se habían configurado desde los primeros momentos de la ocupación:
uno en dirección norte-sur, al poniente del Valle del Mezquital, que
siglos después fue readaptado como el Camino Real de Tierra Adentro
desde la Ciudad de México hasta Santa Fe en Nuevo México; y, el otro,
16
en dirección este-oeste, uniendo Ixmiquilpan con la r egión del bajío y
la zona de los lagos de Michoacán, por la cuenca baja del río Tula, del
San Juan y del Lerma Medio. Indudablemente, la antigua trayectoria
teotihuacana por el norte de los lagos también se mantuvo en el largo
plazo , vinculando el valle de Teotihuacan y Tizayuca con el Mezquital,
y lo mismo ocurrió con otros ámbitos antiguos de interacción y r edes
sociales que unían el semidesierto con la Huasteca y la Sierra Alta (Atotonilco, Meztitlán, Molango, Jacala).
En est e libro se reúnen las miradas sobre los paisajes de esta historia regional. Se trata, de inicio, de la imagen que se puede construir a
par tir de tres grandes panoramas: prehispánico, colonial y moderno.
El primero, por el tipo de evidencias que construye y los datos con los
que trata, suele ser menos detallado; mientras que los dos últimos, nos
permiten abordar mayores precisiones en los acontecimientos, pero
también genera mayor ambigüedad - una paradoja y una t ensión que,
hasta la fecha, resultan imposibles de resolver.
Los autores nos ofrecen en sus textos un gran nivel de análisis acerca
de los periodos o los acontecimientos que tratan. En general, nos muestran que, a pesar de los personaj es , de la historia y de las perspectivas,
lo que existe en común es la construcción de un t erritorio plagado de
interacciones humanas, de r edes que rompen el ámbito local y que se
insertan sistémicamente en un ambiente globalizado, sea el pequeño
sist ema mundo del Formativo terminal, sea el gran sistema del mundo
capitalista del siglo XIX.
El territorio, el terruño, se convierte en lo común de la historia y
es el personaje central de esta narrativa: es el espacio de las primeras
ocupaciones Xajay y teotihuacanas . Es el ámbito donde Sabrina Farías
y Alejandra Castañeda nos describen cómo se configuró esa comarca
que en la modernidad designaremos como "Valle del Mezquital". Es
la mirada arqueológica que trata d e entender para tiempos remotos la
m anera en que determinados grupos sociales hicieron suyo un territor io que, observado desde su propia cosmovisión, se mostraba diferente
y que, acotados por sus propias circunstancias y decisiones, definieron
un patrón de poblamiento , un paisaje simbólico y un lugar de aprovechamiento de recursos .
17
La historia tras la muerte de "Un personaje tolteca. Ocho Ojo de
Reptil", para Fernando López Aguilar, resulta el espacio idóneo que
reúne dos inquietudes fundamentales para la arqueología: por un lado,
las complejidades insertas en la investigación arqueológica y, por el
otro, la utilidad de la interpretación de la localidad en la reflexión de los
procesos generales. Apoyado en la excavación detallada de la sepultura
de Ocho Ojo de Reptil en una de las habitaciones de una casa tolteca en
Sabina Grande , el autor discute las diversas historias posibles que resultan de este proceso. La analogía etnográfica y la cosmovisión prehispánica pueden integrar elementos válidos y valiosos para complementar
la interpretación. El entierro de dicho personaj e es un espacio sagrado
autosim ilar a la habitación de uso cotidiano que muestra su r elación con
el origen y orden del cosmos a través de la flor otomí Tutu. Ocho Ojo
de Reptil se vincula con los antepasados y ostenta las fuertes interrelaciones sociales entre la periferia de Tula y lugares tan distantes como
Nuevo México , Guatemala, el Golfo de México, Puebla y Acámbaro.
Estos intensos vínculos cosmovisionales en la r egión son abordados
con mayor profundidad en "El Coatepec y Huitzilopochtli", en donde el mismo autor propone una sugerente alternativa para observar a
la Teotlalpan, integrando nuevamente la información procedente de
la arqueología, las crónicas novohispanas y la etnografía. La "tierra de
los dioses", sugiere, debe su nombre a la importancia que tuvieron los
elementos geográficos de carácter simbólico para los grupos azteca y
otomí, de tal suerte que la r egión comprendida entre Acámbaro y Yuriria, al poniente, y San Juan del Río y Huichapan, al oriente, fue el
escenario de diversas migraciones, convirtiéndose en el eje simbólico
de los mitos fundacionales vinculados al altépetl. Éste será el espaciosagrado que observa la peregrinación - quizás una de las más importantes- del pueblo azteca hasta la Cuenca de México. En su travesía por
esta región y antes de llegar a Tula, los aztecas encontrarán en el Cerro
Coatepec (Hualtepec) el lugar del nacimiento de Huitzilopochtli, de su
lucha contra Coyolxauhqui y los Cuatrocientos Surianos, así como una
primera imagen de la tierra prometida por su dios tutelar: Tenochtitlan.
A la llegada de los españoles, Huichapan, ahora como parte de la provincia de Jilotepec, mantuvo su importancia en la r egión, pero integran18
do los nuevos intereses del orden virreinal. En "Huichapan en el camino", Fernando González Dávila muestra el papel protagónico que tuvo
este poblado hasta bien entrado el siglo XVII en el marco de la avanzada
hacia el norte, hacia la gran chichimeca, al formar parte de la ruta del
m ovimiento del ganado hacia Querétaro, antes del descubrimiento de
las minas de Zacatecas y Guanajuato y de la construcción del Camino
de Tierra Adentro. El éxito de esta empresa coadyuvó a la importancia
económica de la región y, a la vez, dio continuidad a los caminos prehispánicos que unían, de oriente a poniente, el Occidente con el Valle
del Mezquital. Estas rutas ancestrales transcurrieron por un proceso de
resignificación hasta perderse en el olvido frente a la creciente importancia que, con el tiempo, adquirió la trayectoria del norte al sur, por el
Camino de Tierra Adentro.
Finalm ente, Haydeé López H ernández nos ofrece una pieza para la
reflexión de la historia en la que, desde la observación de un personaj e
de la independencia nacional, se muestran, por un lado, los diferentes ámbitos de conflicto y decisiones que construyeron una trayectoria
- quizá irreversible para el año de 1813- que culminaría en la independencia de México. Por el otro, se hace evidente el entramado de
relaciones y redes que integraban las localidades en un flujo constante
de información y en donde confluían los intereses individuales de los
personajes, que adquieren significado por el conocimiento que tenían
de los procesos que ocurrían en los ámbitos del virreinato, de las colo nias españolas y de los procesos a nivel mundial. Pensar en Julián Villagrán implica diferentes niveles de análisis que López Hernández trata
de develar: el ámbito del antagonismo con la autoridad virreina] y las
estrategias de guerra; los intereses, alianzas, conflictos locales y traiciones que se expresaron en la separación o muerte de los caudillos y, por
encima de todo esto, la r eflexión historiográfica sobre la construcción
de los mitos alrededor de los personajes que cimentaron la nación, el
territorio y el terruño.
Los paisaj es que mostramos en este libro son cuadros fijos de la historia de la región de Huichapan, útiles para entender que existen lazos y grandes rupturas que unen la historia. La comprensión cabal de
cada episodio puede permitir la construcción de imágenes que tiendan
19
BIBLIOGRAFÍA
puentes entre sí, y que abran a la imaginación las historias posibles de
lo que pudo haber ocurrido entre cada momento significativo y cómo
cada decisión tomada afectó, para bien o para mal, la capacidad de d ecisión de las generaciones siguientes.
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histol)', volumen 33, número 1, 1990, pp. 24-53.
cf
cf
cf
--- -- -----,A plaaue sheep. Environmental consequences the conquest
Mexico, Nueva York, Cambridge University Press, 1994.
V!LLASEÑOR y Sánchez, Joseph Antonio, Theatro Americano, descripciÓn
aeneral de los reynos )'provincias de Nueva España)' sus JUrisdicciones,
México, Editora Nacional, 1952.
12
sィ・イ「オョセ@
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Teotlalpan ; en cッセォL⦅@
S. F. y W Borah, El pasado セ・@ México: aspectos
socwdemoar!ificos, Mex1co, Fondo de Cultura Economica, 1989, pp.
13
33 y SS.
ldem, p. 82
Elinor. m・ャカゥセ
・NG@ Beョカゥイッュ・セャ@
and social change in the Valle del
Mezqmtal, Mex1co, 15 21-1600 , Compamt1ve studies in society and histol)', volumen 33, número 1, 1990, p. 37; Elinor Melville, A plaaue cf
sheep. E?vironmental consequences cf the conquest cf Mexico, Nueva York,
Cambndge University Press, 1994.
14
20
21
LA CULTURA XAJAY:
desarrollo y territorio
Sabrina Farías Pe layo 1
Alejandra Castañeda Gómez del Campo 2
L A CULTURA XAJAY COMO DESARROLLO AUTÓNOMO
La cultura Xajay se desarrolló entre los años 300 d . C. y 1000 d. C., en
el norponiente del Valle del Mezquital, en la cuenca de los ríos San Juan
y Moctezuma y el parteaguas de la cuenca del río Lerma. Comenzó a
definirse desde la década de los noventa del siglo pasado como unidad
cultural autónoma, caracterizada por el asentamiento de sus centros ceremoniales sobre mesetas y las estructuras distribuidas en torno a una
plaza, generalmente la de mayores dimensiones al norte, patrón que se
reproduce por lo menos en los sitios Pahñu, Zethé y Cerrito. La pre sencia de petrograbados también es característica de este desarrollo,
así como la cerámica Rojo Inciso Postcocción Xajay, de donde toma su
nombre. 3 En estos sitios es notoria la ausencia de objetos y estilos de los
asentamientos teotihuacanos como la tradición de elaboración de navajillas en obsidiana verde, pisos y acabados de estuco (conocido como
pavimento teotihuacano), pintura mural, candelabros, cerámica Anaranjado Delgado y figurillas. En contraparte, en el contexto Xajay hallamos
herramientas en materiales locales como la obsidiana negra, riolita y basalto , pisos de barro o de caliche triturado, acabados de barro y cerámica
que difiere en gran medida de la teotihuacana.
23
tos que componen el espacio que habita el hombre forman una red de
relaciones naturales [ ... ] dentro de la cual es posible la existencia". 7
La salida del sol del 29 al 30 de agosto en Pahñu marca la orientación
general de los templos, de tal forma que el astro en esa fecha sale justo
detrás del asiento central del Tecpan, edificio en el que se llevaba a cabo
la toma de decisiones cívico-religiosas, y que en su interior tiene siete
asientos o banquetas probablemente destinados para los representantes
y gobernantes de los sitios Xajay. 8
Si bien no es viable hacer una generalización a partir de Pahñu hacia
el resto de los sitios, consideramos que los rasgos como el estilo arquitectónico, el uso de materias primas y materiales, tanto cerámicos
como líticos, diferencian a lo Xajay de los desarrollos contemporáneos
de la región como el teotihuacano.
Figura l .
Ahora estamos en condiciones de ampliar la información a partir de
las excavaciones r ealizadas en uno de sus sitios, Pahñu. Si bien no contamos con la fecha exacta de su fundación, si aplicamos los conceptos
ante quem-post quem 4 y apoyados en el límite desde el cual el edificio
principal fue cancelado, el año 512 d. C., 5 proponemos que las primeras
construcciones debieron realizarse alrededor de los años 300-350 d . C.
En Pahñu los trabajos iniciales consistieron en retirar el caliche 6 que
cubría parte de la superficie y en nivelar la toba hasta lograr, mediante
rellenos, el espacio necesario para edificar la estructura principal en el
extremo norte de la meseta. Este edificio presenta un estilo arquitectónico caracterizado por una doble escalinata al norte y una sencilla al sur,
ambas con acabados de barro y remate de dado en las alfardas (Fig. 1) .
En su fachada norte tiene la representación del 3-Fuego y del 2-Agua,
que se ha interpretado como la guerra sagrada entre ambos elementos.
Las características de Pahñu tienen que ver con la manera en que
sus habitantes configuraban el mundo, se apropiaban y le daban significado a los elementos topográficos y naturales, porque"[ ... ] debemos
considerar que dentro del pensamiento prehispánico todos los elemen24
E L CO LAPSO TEOTIHUACANO Y EL SURGIMIE TO DE N UEVAS ENTIDADES
La caída de Teotihuacan no fue un evento abrupto sino, tal y como se ha
propuesto para otras regiones como el Valle de Querétaro, Tunal Grande y el Valle de Toluca, debió ser un proceso paulatino que llevaría consigo el reforzamiento de entidades que mantenían cierta autonomía. 9
El colapso teotihuacano ha conllevado una serie de cuestionamientos
relacionados con el destino de sus pobladores, y con ello dio inicio al
debate en torno al surgimiento del complejo cerámico Coyotlatelco,
que ha dado origen a varias posturas. Una de éstas considera que se
debió a la llegada de grupos foráneos que migraron hacia el centro de
México durante el Epiclásico; 10 otra, relaciona el surgimiento de esta
unidad social con las migraciones teotihuacanas, considerando que la
baj a en la población de la Ciudad de los Dioses propició cambios y movimientos que derivaron en lo Coyotlatelco. 11 Esta última posición se
basa en la persistencia de formas y atributos en la cerámica y en la idea
de que la"[ ... ] tradición alfarera teotihuacana sobrevivió a la desestabilización y colapso de la ciudad, pese a que la industria especializada dejó
de funcionar", suceso al que le siguió un proceso de "sincretismo de
tradiciones y estilos cerámicos [como un] fenómeno heterogéneo pues
25
su naturaleza es híbrida y no se circunscribe a un bloque monolítico
Teotihuacan -Coyotlatelco" . 12
En nuestra región de estudio, durante el Epiclásico el sistema Coyotlatelco conservó "parte de las pautas de la ciudad de los dioses [que]
se preservaron en el marco del dinamismo de la reconformación identitaria de grupos otomíes que se gestó al no existir Teotihuacan como
centro de filiación". 13
Bajo este escenario planteamos que la disgregación teotihuacana fue
multidireccional, 14 y con ello algunos grupos de la zona periférica migraron hacia el área Xajay. Si tomamos en cuenta que ambos desarrollos
compartían el semidesierto como m edio de subsist en cia y se con sider a
la necesidad de realizar nuevas alianzas, entonces la movilización hacia
recursos conocidos pudo no resultar tan radical.
Los asentamientos teotihuacanos dentro del Valle del Mezquital se
encontraban al sur del cerro Hualtepec, el cual marcaba el punto de
frontera Xajay-Teotihuacan. 15 La población Xajay mantuvo contacto
pero no estuvo sometida a la gran urbe, que alrededor de los años 400500 d.C. 16 comenzó a perder el control en el Mezquital cuando los
sitios periféricos empezaron a despoblarse. Si bien el colapso teotihuacano fue un suceso que tuvo impacto sobre la población Xajay, no fue
determinante para ésta, sino que se percibe como un periodo de crecimiento, tanto en el interior de los sitios (por el aumento de tamaño en
las estructuras existentes en Pahñu y Zethé, además de la construcción
de nuevos elementos arquitectónicos) como en el exterior, con la fundación de los sitios Cerrito yTaxangú.
Alrededor del año 512 d. C. se realizaron procesos importantes de
cambio en Pahñu: las paredes de adobe que sostenían el templo del
edificio principal fueron destruidas, incendiaron el piso, el núcleo de la
estructura fue removido (probablemente para extraer la ofrenda fundacional del sitio o el símbolo del dios tutelar del grupo) y los restos del
templo se utilizaron como relleno; además, colocaron ofrendas en cada
una de las esquinas para así sacralizar el inicio de un nuevo ciclo.
Este momento implicó también eventos de reestructuración, aunque un poco más tardíos, en el sitio Zethé, localizado al norte del municipio de Huichapan. Hacia el año 600 d. C., sus habitantes clausuraron
26
Figura 2.
un templo, también de adobe, que sepultaron con la edificación de una
estructura rectangular localizada al oriente del sitio. De manera simultánea a la construcción del nuevo elemento incluyeron una caja-ofrenda
que contenía nueve individuos sacrificados, ocho vasijas casi completas
y dos collares de concha. La cerámica de ésta consistía en cuencos de
la tradición rojo sobre bayo, una olla y un cajete que mezclan la bicrom ía mencionada con decoración al negativo, una vasija zoomorfa con
la representación de un murciélago y una pieza del tipo cerámico Roj o
Inciso Postcocción Xajay (Fig. 2).
Quizá los cambios ocurridos tanto en Pahñu y Zethé como en la zona
Xajay estuvieron relacionados con la pérdida de cohesión ocurrida a
27
finales del p eri odo Clásico. En este marco, proponemos su relación con
los movimientos poblacionales consecu entes de la caída de Teotihuacan.
T ERRITO RIO XAJAY: CRECIMIENTO Y RECONFIGURACIÓN
Aunque descartamos la posibilidad de la adopción de todos los rasgos
El crecimiento que observamos en los sitios Pahñu, z・セィ←L@
Zidadá, Ta' Cerrito pudo darse t ambién hacia el sur y pomente, donde lo
xangu y
, .
.
· . se había r eportado únicam ente como un grupo ceram1co sm asoX
Q セ@
ll
on arquitectura u otros elementos distintivos. Acerca de e o
. ·'
oaoon e
,
tenemos el caso de la región de Ixtlahuaca-San Juan del Rw, en la cual
teotihuacanos sin filtro alguno a la r egión Xajay, podríamos reconocer
se han identificado elem entos característicos y materiales concordantes
el contacto entre ambos grupos en ciertos atributos que r ecuerdan ce -
con los del periodo Epiclásico que se han descrito como "un desarrollo
rámicas teotihuacanas, tales como cajetes de paredes r ectas ligeramente
la arquitectura como la adquisición del estilo talud-tablero. Los ele-
autónomo orienta d o h aC1a o aFy ·
,
Si bien, la mayoría de los asentamientos se distribuyeron en un area
· ·1 - en lo que se r efiere a las características fisiográficas (mesas y
s1n11 ai
, lles) medioambientales (el semidesierto) y de subsistencia (caza'a
'
1 l
d. ·
r ecolección en conjunto con agricultura de tempora ) , as con !ClOnes
m entos mencionados no se encuentran presentes durante el Clásico
distintas no fueron impedimento para que el grupo avanzara hacia te-
en los dos sitios excavados hasta el momento, y su emergencia marca-
r ritorios como los valles de Acambay y de Ixtlahuaca. As:i, proponemos
le el territorio XaJ· ay del Epiclásico que se hab:ia fortalecido como
I NCORPORACIÓN DEL ESTILO EPICLÁSI CO EN LOS SITIOS XAJAY
divergentes, decoración en esgrafiado, presencia de vasijas con la imagen de Tláloc y cerámica en rojo sobre bayo (sin que podamos asegurar
su filiación a Coyotlatelco). Otras similitudes también se observan en
ría la conjunción de dos tradiciones: la Xajay como predominante, que
conservó un estilo tecnológico 17 propio en los materiales , así como en
. 1 X . "
19
l
qt
1
la disposición y orientación de sus sitios y, por otro lado, la tradición
teotihuacana, que se encontraría presente en la r eproducción de ciertos
cidente del Valle del Mezquital hasta el Valle de Acambay, y en la zona
rasgos adecuados y fusionados con las nuevas condiciones de existencia.
sur de la cuenca del do Lerma (Fig. 3).
Como parte de la búsqueda de dichos limites territoriales, r esul-
Si bien no conocemos la manera en la que se suscitó la entrada de los
resuelto mediante alianzas entre los grupos, o bien procesos de con-
ta pertinente destacar la polémica generada alrededor del Cerro de la
Cruz en San Juan del R:io, Querétaro. El sitio se encuentra sobre una
quista de los Xaj ay sobre los asentamientos que perdieron cohesión tras
meseta y tien e varios rasgos que consideramos
la caída de Teotihuacan.
jay, tales como la orientación de la m esa al norte, p etroghfos en el centro ceremonial la estructura de mayor es dimensiones al est e , la zona
estilos del Epiclásico a la zona Xajay consideramos que pudo haberse
Este fenómeno no sería exclusivo de los habitantes de las mesas,
」ッョウエゥオセ@
de los Xa-
ción local de vasijas estilo 'teotihuacanoide '" que denomina Complej o
habitacional en' la parte baja, y los acabados y pisos de lodo. aオョ。
セP@ セ@
lo anterior presenta cerámica reportada para el Valle de San Juan, as1
'
72
.
como la p erteneciente al complejo del mism o nombre- que caracten-
Atlán, y que fecha de manera provisional entre los años 550-600 d .C.
za a los sitios epiclásicos del área, entre la que resaltamos el polémico
Acerca de la producción de las piezas m enciona "que emulan a las teoti -
Rojo Inciso Postcocción-Xajay (RlP) .
, .
.
.
Sobre la cronología de est e último tipo ceramJco, los mvest1gadores
20
puesto que en San José Atlán (al noroest e del cerro Hualtepec), Patricia
Fournier detectó para el periodo Epiclásico "un énfasis hacia la produc-
huacanas [y que ello] pudo deberse a que los objetos denotaron, afirmaron o r eforzaron simbólicamente los vínculos económicos con la ciudad
de los Dioses (v. Cohodas, 1989)".
28
.
consecuencia de la disminución del poder de Teotihuacan en a regwn
de los valles de Tula y el Marqués (500-600 d .C .), se amplió del noroc-
18
R
del Cerro de la Cruz argumentan fechas tardías basadas en su localización como un elemento intrusivo, sin vinculación ni asociación con los
29
en uso). Los usuarios de la morada recordaban permanentemente el
Santiago de
dnculo indisoluble con los muertos, las deidades y con el inframunclo, esto セ_ョヲッイュ。「@
una relación con la génesis y el fin trascendental
humano. -o
Querétaro
Tomando en cuenta lo anterior, la cronología del RJP-Xajay podría co rresponder al menos con la parte final del Epiclásico, es decir, hacia
el 950 d. C. Por otro lado, tanto el patrón de asentamiento como las
características del centro ceremonial y la temporalidad de la cerámica
permiten proponer la filiación del Cerro de la Cruz con el desarrollo
x
。ェセ⦅
N@
SuRG IMIENTO DE Tu LA Y FIN DE LA cuLTURA XAJAY
•
Sitios Xajay
•
Sitios teotihuacanos
•
Sitios Huamango
•
Área Xajay Clásico
•
Área Xajay Epiclásico
Figura 3.
momentos constructivos del sitio, pues mencionan que "parece tratarse
de cerámica usada por gente que llegó cuando el sitio estaba abandonado". La discrepancia cronológica surge de uno de los contextos en el
23
cual localizaron un entierro en un piso fechado hacia el 950 d. C., y
que incluye una de estas piezas (RIP-Xajay). Por estas razones, han pro24
puesto que el RIP pertenece al año 1200 d. C.
Sin embargo, describen como parte de las costumbres funerarias de
estos grupos el enterrar a sus muertos dentro de las unidades arquitectónicas que aún se encontraban en uso.
En esta unidad arquitectónica se daba una estrecha relación entre vivos
y muertos (por el hecho de enterrar debajo de las unidades arquitectónicas
30
Hacia el año 900 d.C., Tula se instauró como nuevo centro rector. En
el Valle del Mezquital se han registrado una serie de asentamientos nucleados que atestiguan su presencia en esta región. Tales sitios son considerados como "[ ... ] enclaves toltecas (Macuá Sayula Monta Albán
'
'
'
Sabina Grande, Vitejé, La Herradura, Mandó y El Fraile) reubicados en
torno a manantiales y sobre laderas de pendiente suave". 26
López Aguilar, Solar y Vilanova proponen que "[el] sistema tolteca
[ . .. ] significó una 'bifurcación inversa' que implicó la integración, el
incremento de los niveles de jerarquización y de control territorial y la
reorganización formada por la coalición o alianza de grupos que estaban
asentados en los sistemas menores". 27
La expansión de los toltecas hacia el área norponiente del Mezquital
tuvo como consecuencia el debilitamiento de los sitios Xajay, alrededor
de los años 1000-1100 d. C. Es probable que los centros ceremoniales
hayan sido desmantelados y desacralizados por sus pobladores, quienes
m igraron hacia los nuevos enclaves. El abandono no se percibe en el
registro arqueológico como algún tipo de invasión por lo que es posible
plantear que los habitantes fueron absorbidos por la nueva confederación, siendo ello una suerte de "estrategia política" generada a raíz de la
presión que Tula ejercía con su rápida expansión.
31
Por otro lado, el abandono de los sitios epiclásicos del centro-sur de
la cuenca de los ríos San Juan y Lerma pudo estar vinculado al desarrollo cultural denominado por Piña Chan, a partir del sitio con el mismo
nombre, como Huamango, 28 centro cívico-ceremonial que mantuvo el
control durante el Postclásico temprano del área del Valle de Acambay,
también conocida como Valle de los Espejos, y que estuvo sujeto a la
provincia de Tula-Jilotepec. 29
El avance Huamango hacia el norte sucedió por el mismo camino (el
afluente del río San Juan) que en un inicio pudo ser una de las rutas que
llevó a los grupos Xajay hacia el sur. La presencia de sitios como LosToritos30 (localizado entre los ríos La Estancia y el arroyo Maxnidó , y considerado como más norteño del área que abarcó el avance de este grupo
en la región), y XajayTixhiñú (ubicado en el municipio de Aculco, Estado de México, donde la última etapa ocupacional está asociada a Huamango)31 proporcionan algunos datos que fundamentarían dicha ruta.
Así, tanto la expansión de los pueblos toltecas como de los poblados
sujetos a Tula, como el caso de Huamango, pudieron ser factores determinantes para el fin de la cultura Xajay.
1Doctorado en arqueología, Escuela Nacional de Antropología e Historia.
2
Maestría en arqueología, Escuela Nacional de Antropología e Historia.
3
Fernando López Aguilar, Laura Solar Val verde y Rodrigo Vilanova de Allende, "El Valle del Mezquital. Encrucijadas en la historia
de los asentamientos humanos", Arqueología, vol. 20, 1998, p. 29;
Gustavo Sandoval García, Un espacio autosimilar. El altepetl, el centro
ceremonial y la ifrenda, tesis de licenciatura en Arqueología, México,
Escuela Nacional de Antropología e Historia-Instituto Nacional de
Antropología e Historia, 2009, pp. 116-117; Mónica Sabrina Farías Pelayo, IdentificaciÓn de la cultura de las mesas o Xajay, tesis de
maestría en Arqueología, México, Escuela Nacional de Antropología e Historia/Instituto Nacional de Antropología e Historia, 2010;
Jaime Cedeño Nicolás, "El culto al lugar central. Posibilidades en
torno a un problema arqueológico", Arqueología, vol. 20, 1998, pp.
53-64.
4
Philip Barker, The Techniques if Archaeological Excavation, Nueva
York, Universe Books, 1977, pp. 193-194.
5
Las dos muestras para fechamiento fueron tomadas del piso quemado de la subestructura del edificio principal y datadas por paleo32
magnetismo por el Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional
Autónoma de México. Los resultados fueron 512.5 a 600 d. C. y
512. 5 d. C. Ana María Soler Arechalde, "Reporte de fechamiento
electromagnético", en Luis Morett Alatorre, Desarrollo regional Xajay. Poniente del Valle del Mezquital, vol. IV: Arqueomagnetismo, Informe al Consejo de Arqueología, México, Escuela Nacional de Antropología e Historia/Instituto Nacional de Antropología e Historia,
2002.
6
Se trata de rocas blancas, formalmente llamadas calcretas, conformadas por carbonatos de calcio secundarios originados por procesos
de intemperismo sobre las tobas volcánicas.
7
Manuel Alberto Morales Damián, "Hombre y medio ambiente en
el pensamiento humano", en Patricia Fournier y Fernando López
Aguilar (coords.), Patrimonio, identidad y complejidad social , México,
Instituto Nacional de Antropología e Historia/Escuela Nacional de
Antropología e Historia, 2010, p. 73.
8
Fernando López Aguilar, Gustavo Sandoval García y Sabrina Farías
Pelayo, Proyecto Especial Pahñu. Guía para el viajero. Zona arqueológica
del Pahñu, Hidalgo, México, Instituto Nacional de Antropología e
Historia, 2012, pp . 8-11.
9
Ana María Crespo, "La expansión de la frontera norte (y la cronología oficial para Teotihuacán)", en Rosa Brambila y Rubén Cabrera
(coords.), Los ritmos de cambio en Teotihuacán : niflexiones y discusiones
de su cronología, México, Instituto Nacional de Antropología e Historia (Colección Científica núm . 336), 1998, pp. 323-334; Margarita
Gaxiola González, "Tradición y estilo en el estudio de la variabilidad
cerámica del Epiclásico en el centro de México"; y Yoko Sugiura
Yakamoto, "¿Cambio gradual o discontinuidad en la cerámica? Discusión acerca del paso del Clásico al Epiclásico, visto desde el Valle
de Toluca", en Laura Solar Valverde (ed.), Eljenómeno Coyotlatelco
en el centro de México. Tiempo, espacio y significado. Memoria del primer
Seminario- Taller sobre problemáticas regionales, México, Instituto Na-
cional de Antropología e Historia (Colección Científica núm. 502),
2006, pp. 31-54y 127-162 .
10
Beatriz Braniff, "La frontera septentrional de Mesoamérica", en
Linda Manzanilla y Leonardo López Luján (coords.), Historia an tigua de México, vol. 1, México, Consejo Nacional para la Cultura y
las Artes 1 Instituto Nacional de Antropología セ@ Historia/ Uní versidad Nacional Autónoma de México/Miguel Anael Porrúa 1994
b
'
'
pp.113-143.
11
Yoko Sugiura, "¿Cambio gradual o discontinuidad en la cerámica? .. . , op. cit., p. 128 .
12
Margarita Gaxiola, "Tradición y estilo en el estudio ... ", op . cit., pp.
49 y 48, respectivamente.
13
f・イョ。セッ@
López Aguilar y Patricia Fournier, "Espacio, tiempo y
asentamientos en el Valle del Mezquital: un enfoque comparativo
con los desarrollos de William T . Sanders", Cuicuilco, vol. 16, núm.
47,2009, pp. 130-131.
33
Cabe aclarar que coincidimos con laJJostura de que el desarrollo
Coyotlatelco también pudo haberse erivado del desplazamiento
poblacional teotihuacano, generando una "reconformación identitaria" que fortaleció entidades preexistentes y propició nuevas.
15
Los sitios teotihuacanos localizados por el Proyecto Eje Valle del
Mezquital (durante las temporadas 1988, 1990, 1991 y 1996) son:
El Cerrito Huizachal, Presa Marqués, Presa Nopala y Lomas Encinillas, Los Cuartos Ozocalpan, El Salto, El Marqués, Oleoducto
Ozocalpan, El Gal';'án, Rancho Nuevo, Loma Zimapantongo, Cerrito Huizachal, Las Animas (Estación Sayula), Presa Rancho Nuevo y
Loma Mogote. Véase Fernando López, Gustavo Sandoval y Sabrina
Farías, Proyecto Especial Pahñu ... , op. cit.
16
Manuel Polgar, "La periferia en la continuidad y el colapso. Los
asentamientos del periodo Clásico en el occidente del Valle del
Mezquital", Arqueoloaía, vol. 20, 1998, p. 46.
17
El concepto de estilo tecnológico fue desarrollado por Letchman
y se refiere al conjunto de opciones elegidas que son 1egadas de generación en generación, determinadas por el contexto temporal y
espacial en el cual se desarrolla un grupo y transmitidas culturalmente. Tales elecciones conllevan una serie de actitudes que reflejan la relación entre un grupo y la naturaleza, así como los valores
subyacentes a la conformación tecnológica. Véase M. A. Dobres y
C. Hoffman, "Social Agency and the Dynamics of Prehistoric Technology",Joumal if Archaeoloaical Method and Theory, vol. 1, núm. 3,
ri a del primer Seminario- Taller sobre problemáticas reaionales, México,
l+
1994, p. 218.
18
Fernando López y Patricia Fournier, "Espacio, tiempo y asentamientos ... ", op. cit., p. 127.
19
Bonfil menciona que los sitios localizados desde Valle San Juan hasta
el Valle de lxtlahuaca podrían ser parte de "[ ... ] un sistema político
económico propio e independiente que tiene セオ・@
ver con un grupo
al que ahora llamamos, por su cerámica, Xajay '. Véase Alicia Bonfil
Olvera, "La cerámica rojo sobre bayo y el complejo San Juan. Primeros acercamientos al Epiclásico del norte del Estado de México",
en Laura Solar Valverde (ed.), Eljenómeno Coyotlatelco en el centro de
México. Tiempo, espacio y sianiflcado. Memoria del primer Seminario- Taller
sobre problemáticas reaionales, México, Instituto Nacional de Antropología e Historia (Colección Científica núm. 502), 2006, p. 307.
20
Juan Carlos Saint-Charles Zetina et al., "Entierros y ofrendas del
Epiclásico en el Barrio de la Cruz, San Juan del Río", en María Elena
Villegas Malina ( coord.), Estudios antropolóaicos de los pueblos oto míes
y chichimecas de Q:;erétaro, México, Centro Regional INAH Querétaro,
Instituto Nacional de Antropología e Historia (Colección Científica
n úm. 502), 2006, pp. 309-326.
22
Alicia Bonfil, "La cerámica rojo sobre bayo . .. ", op. cit., pp. 297-
298.
23
Juan Carlos Saint-Charles y Roxana Enríquez, "Cerámica del Epi" op. Clt.,
. p. 317 .
1' .
2+ Juan Carlos Saint-Charles Zetina, "El reflejo del poder teotihuacano en el sur de Guanajuato y Querétaro", en Ana María Crespo
y Carlos Viramontes (coords.), Tiempo y territorio en arqueoloaía. El
centro norte de México, México, Instituto Nacional de Antropología e
Historia (Colección Científica núm. 323), 1996, pp. 143-160.
25
El subrayado es nuestro. Juan Carlos Saint-Charles et al., "Entierros
y ofrendas del Epiclásico ... ", op . cit ., p . 38 .
" Fernando López Aguilar, Laura Solar y Rodrigo Vilanova, "El Valle
del MezquitaL .. ", op. cit., p. 32.
27
!bidem, p. 33.
28
Román Piña Chan, ( coord. ), lnvestiaaciones sobre Huamanao y reaión
vecina (Memoria del proyecto), México, Secretaría de Turismo del Estado de México, 1981.
29
Jbidem, p. 50; Lynda Florey-Folan y William J. Folan, "San Miguel
de Huamango: un centro regional del antiguo estado de Tula-Jilotepec", en ibidem, p. 331.
30
En conjunto con una serie de sitios registrados de filiación Huamango. Véase Alicia Bonfil Olvera, hiforme técnico final del rescate aasoducto Palmillas- Toluca, vols. 1 y n, ms., México, 2001, pp. 37-38 y 103107; y "La muerte entre los otopames arqueológicos del norte del
Estado de México. Un breve aná1isis de sus costumbres funerarias",
Estudios Mesoamericanos, vol. 6, 2004, p. 33.
31
La secuencia ocupacional está conformada por tres periodos sucesivos. Durante el primero "[ ... ] existió una importante ocupación
durante el Formativo Tardío-Protoclásico, vinculada a materiales
que han sido reportados en la región centro-norte de México para
esta misma época". El segundo momento ocupacional abarca el clásico tardío y el Epiclásico donde se inserta el complejo cerámico
San Juan, asociado con el desarrollo Xajay, y la tercera ocupación
"asociada al Posclásico temprano vinculada al complejo Huamango".
Véase Alicia Bonfil, "La cerámica rojo sobre bayo ... ", op . cit., pp.
C aSlCO ... ,
294, 296-297.
2005, p. 32.
21
Enrique Nalda Hernández, UA San Juan del Río. Trabajos arqueolóaicos
preliminares, tesis de licenciatura en Arqueología, México, Escuela Nacional de Antropología e Historia, 1975; Juan Carlos SaintCharles Zetina y Roxana Enríquez Farías, "Cerámica del Epiclásico
en el sur de Querétaro", en Laura Solar Valverde (ed.), El fenómeno
Coyotlatelco en el centro de México . Tiempo, espacio y sianiflcado. Memo-
34
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EL SURGIMIENTO DE TULA
La segregación de la sociedad teotihuacana, hacia el año 650 de nuestra era , trajo como resultado un incremento en la población y en los
asentamientos en el Mezquital Árido y en la Teotlalpan, pues arribaron
pobladores de tradición teotihuacana y filiación biológica otomí, conocidos en arqueología como Coyotlatelco. 2 Hacia el norte, los grupos
Xajay, herederos de Chupícuaro, mantuvieron su hegemonía en la comarca de San Juan del Río yTecozautla, aunque se insertaron en la dinámica de regionalización local característica de este periodo, llamado
Epiclásico en la arqueología. 3
Se ha pensado que el Epiclásico se caracteriza por una gran inestabilidad social y que las interacciones entre los diversos grupos y cabeceras pudieron haber sido de carácter conflictivo, alternando de forma
oportunista las alianzas con la guerra, de forma tal que hacia el año 950,
en un proceso que no fue necesariamente sincrónico, los centros de población como Chapantongo, la Mesa, Mesa Tanthé y Pahñu, entre otros,
fueron abandonados mediante un proceso de desacralización. 4 La población se desplazó hacia la confluencia de los ríos Rosas y Salado, cuya unión
da lugar al río Tula. Se trata de un espacio que resultaba propicio para la
38
39
fundación de lma gran cabecera de acuerdo con la cosmovisión prehispánica: el amaxac, la entrepierna, el entrecruzamiento de cañadas, el centro
fem enino, un lugar que, por su misma configuración, era sagrado. 5
Tula se fundó tal vez como resultado de una confederación producto
de la alianza entre las unidades políticas preexistentes en la región con
otras que tuvieron diversos orígenes, incluida la nahua . Los estudios de
ADN realizados en algunos enterramientos de Tula, así como la existen cia de prácticas funerarias, estilos y atavíos en figurillas, la iconografía
y las esculturas muestran una gran variabilidad etnobiológica que hace
pensar en la concurrencia de diversos grupos para la fundación tolteca. 6
Hacia el año 950 de nuestra era emergió Tula, un asentamiento de
cerca de 17 km 2 • Este importante centro político y religioso en el sur
occidente del Valle del Mezquital concentró la mayor parte de la población en el Valle de Tula . Algunos etnohistoriadores han propuesto que se
trató del primer sistema de triple alianza (Excan Tlahtoloyan, en náhuatl)
que conformaba el imperio colhua tolteca constituido porTula-Xicocotitlan, Otumba y Culhuacán . 7
En el Valle del Mezquital, los pobladores se agruparon en torno a
manantiales y sistemas de cultivo para los que se construyeron terrazas
en las laderas de los cerros con abundantes conjuntos r esidenciales separados entre sí. Se destacan, en las proximidades de Tula, el complejo
Tepetitlán-Loma Taxhuada y en la r egión de Huichapan, alrededor de
los manantiales de Sabina Grande, Huichapan y San José Atlán, se encontraba el complejo Sabina Grande-Estación Huichapan-Vitejé . セ@ Es
posible, entonces, que el incremento de la población r especto al Epiclásico llevara a una intensificación de las prácticas agrícolas complementadas con la caza y la recolección, tal vez bajo un régimen pluvial
más benigno que el actual.
El desarrollo de las sociedades del Postclásico temprano de Mesoamérica se corresponde, grosso modo, con la modificación del clima conocida como Óptimo Climático Medieval (ocM), entre los años 900
y 1200 de nuestra era, que sustituyó el periodo más frío de los siglos
9
anteriores . Esta época de calor se encuentra m ejor documentada para
Europa y el hemisferio norte, sin embargo, se sabe que tuvo impactos diferenciados a nivel planetario, pues mientras en el Polo Norte se generó
40
un deterioro de las condiciones de hielo que permitió el avance de los
grupos nórdicos hacia la península del Labrador en Canadá, en otras
regiones del mundo se produj eron sequías o un incremento en la precipitación pluvial. 10 Aunque los datos para Mesoamérica aún son dispersos
y escasos, es relevante tomar en cuenta que , hacia la región de Mesa
Verde, en el suroeste norteamericano, se dieron condiciones muy favo rables para la agricultura, 11 mientras que en el área maya se enfrentaban
condiciones de sequía. 12 Hacia la región septentrional de Mesoamérica ,
que incluye Cuitzeo, Zacapu, Yuriria y Pátzcuaro, los datos sugieren que
entre los años 800-1200 se dio un periodo m enos seco y erosivo que en
los siglos anteriores y posteriores. 13
Estas condiciones favorables, con un clima cálido y húmedo, permitieron el desarrollo de la agricultura en el septentrión mesoamericano,
en áreas donde anteriormente la baja precipitación pluvial obligaba a la
intensificación de las actividades de caza-recolección. El sedentarismo se
abrió paso hacia el norte, alcanzando los límites de Durango y permitiendo ubicar a Tula como capital imperial al norte del Altiplano Central. 14
No obstante, al norte de Tula los asentamientos no tuvieron el tamaño y la complejidad de los ubicados en la ribera de la Cuenca de México, como Tizayuca. 15 Más allá de la latitud de Sabina Grande y hacia
el Mezquital árido, las dimensiones y densidad de los poblados disminuyen, pues la población se concentraba en torno a lugares específicos,
dejando el resto del territorio sin ocupación . Los sitios localizados en el
Mezquital son el complejo El Fraile, barranca sur de El Cubo, El Cubo
(sitios 36, 38 y 39 PVM), en las inmediaciones de la barranca de Talantongo, PeñaActopan (sitio 41 PVM) y MontaAlbán (sitio 526 PVM) en el
somontano bajo del cerro Xajay.
SABINA GRAN O E
A partir de las investigaciones del Proyecto Valle de Mezquital de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) realizadas en la región
de Huichapan en el año 1989, se localizaron varios sitios toltecas relacionados con los manantiales de Sabina Grande, Huichapan, la Sabinita
41
y San José Atlán: Sabina Grande (342 PVM), Estación Huichapan E (344
PVM) y Vitejé S (345 PVM). Este complejo sistema de asentamiento consiste en un conjunto de terrazas, alineamientos y montículos d e tipo
habitacional colocados sobre el norte de la ladera baja y de pendiente
suave del cerro Nopala y el somontano bajo de la caldera del Hualtepec,
pero arriba de los manantiales de Sabina Grande y San José Atlán .
El asentamiento tolteca tuvo unos cinco kilómetros cuadrados con un
'
patrón lineal en dirección suroeste-noreste, áreas de habitación y sistemas de terrazas de cultivo dispersos, con una mayor densidad y concentración hacia el noreste donde se ubicaba la zona ceremonial. 16 El centro
」セイ・ュッョゥ。ャ@
de Sabina Grande se encuentra al norte del manantial y conSiste en una estructura piramidal de por lo menos dos cuerpos construida encima de una plataforma de cerca de cuarenta metros de largo y un
metro de alto. Al norte de este recinto existen evidencias de unidades
habitacionales y de cultivo con abundante material cerámico y lítico especialmente de las fases Corral terminal y Tallan (850-1250 de nuestra
era), aunque también se encontraron pequeñas muestras de cerámica del
Preclásico superior.
A 350 metros al poniente del pequeño basamento piramidal de El
Cajón y equidistante con el arroyo Las Tinajas, en un terreno conocido 」セュッ@
El Tesoro, se encontraba la casa habitación de nuestro personaJe, muy destruida por fenómenos postdeposicionales. Esta unidad
residencial, de la que apenas pudieron recuperarse algunos muros de
laja y piedra bola que delimitaban los espacios internos, se encontraba
orientada 16 grados al oeste del norte y las superficies ocupadas estaban
recubiertas con pisos de lodo. La dimensión total de la estructura es
imposible de conocer ya que se encontró muy destruida, pero es probable que fuera semejante a los conjuntos de casas toltecas excavadas
en Tepetitlán, es decir, que se tratara de conjuntos de casas alrededor de
un patio y altar central, 17 semejante al tipo de conj unto que Dan Healan
denominó grupo de casas (house aroups), que incluye tres 0 más casas,
con límites bien definidos, colocadas alrededor de un patio central. 18
En los r estos del cuarto que se encontraba destruido en su parte sur
y que se delimitó por los primeros desplantes de los muros, se detectaron tres roturas del piso de lodo, correspondientes a tres fosas: una
N
4
$
....
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ELEMENTO 13
2
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+
A
1
+
+
B
l-o
l
セ@
e
D
E
f,
m
Ilustración 1 . Planta de los restos de ]a casa
y de los contornos de las fosas
de forma elíptica de 0.82 m por 0.62 m (elemento 8), y otra de forma
circular de O. 30 m de diámetro (elemento 1O), localizadas en la esquina
del cuarto; y una más grande, de forma cuadrangular, de 1.5 m por lado
19
( elen1ento 13), que ocupaba un lugar central.
En el elemento 8, sobre la interfacie de destrucción que rompió el
piso y que conformaba la superficie de la fosa de no más de veinte centímetros de profundidad, se depositaron los restos óseos de un individuo:
las extremidades inferiores, sin los pies, un antebrazo, una vértebra y
un cráneo. Sobre el cráneo y en su parte frontal se colocó una cuenta
circular de concha. En la fosa había, además, un fragmento de cajete
curvo convergente, una punta de proyectil de obsidiana y dos cuentas
triangulares de concha. Los restos óseos se depositaron sobre un estrato
20
de lajas pequeñas y el cráneo sobre un conjunto de guijarros.
43
42
El elemento 1O, la fosa de forma circular, tuvo cerca de cuarenta
centímetros de profundidad. Sobre el fond o de la interfacie se colocaron dos objetos: un coll ar de cuentas de concha encima de un artefacto
bifacial de sílex. 2 1
En la interfacie de destrucción más grande (elemento 13) fue depositado un enterramiento humano , del que se encontró el cráneo, los
brazos y piernas de un personaje. Entre la cabeza y las extremidades
inferiores estaba un cajete boca abajo que contenía tierra amarilla y,
debajo, un disco cerámico con pigmentos azul en el borde y negro en el
centro, sobre un artefacto bifacial. Cerca del maxilar y formand o parte
de un collar de jadeíta estaba una placa con una flgura tipo retrato que,
además, tenía una placa con un glifo: 8 ojo de reptil. Entrelazados con
las extremidades inferiores y superiores había un collar de concha y
teselas de turquesa y un bivalvo bajo la mano. Asociado con est e nivel,
se encontraron una pipa de cerámica, boca abajo y al sur del cráneo, dos
orejeras de piedra verde , cuentas de concha (Strombus gigas) labradas en
forma helicoidal con pigmento negro y rojo, cuatro cajetes completos
??
.. -y fragmen t os de otras vaSIJas.
Sobre este nivel, se colocaron tres vasijas cerámicas, una urna de tecali, un hueso fragmentado con pigmento rojo, un cuchillo de obsidiana
meca (negra con vetas rojas) de cerca de 30 cm de largo, un cuchillo de
obsidiana orientado hacia el norte, un objeto de asta de venado labrado
con imágenes de águila. Finalmente, la fosa fue tapada con grandes ro cas de cerca de 50 cm de longitud. 23 Un grupo de estratos de relleno,
perturbados de manera desigual, cubrían la superficie del piso y el relleno de las fosas y constituyen los primeros estratos excavados.
1
. ' -) · Enterrami ento humano )' ofrenda en e l e lem ento 1 3
1l ust1.acwn
sobre a
la Jre aración del terreno natural, una superficie de エ・ーセL@
l seP construyeron l os muros d e las habitaciones; postenormente
ue
.
1se
; cllenaron los espacios con tierra al interior del área delimitada por
muros, se depositaron algunas ofrendas y se cubrieron con un piso e
arcilla (fa se 1). 24
セウ@
r
Periodo
2. Dinámica posterior al
abandono
1
Fase
Acontecimiento
Fecha
1
4
Actividad ag rícola reciente
Presente
3
Construcción del silo
セ@
1
1
1
LA SECUENC IA DE EVENTOS
2
Actividad agrícola
1
Deposición natural y cultural
3
Enterramiento/co locación de
ofrendas/abandono
2
Alrededor o antes de 1200 de
nuestra era
Ocupación/habitación
Construcción de la vivienda.
De acuerdo con el análisis estratigráfico de la excavación, el lugar tuvo
dos grandes periodos: uno asociado con la ocupación de la vivienda y
otro con los procesos de destrucción postdeposicionales que ocurrieron después del abandono. El p eriodo de ocupación de la estructura
se inició en el año 800 de nuestra era o algún momento posterior, con
Colocación de ofrendas en su
interior
l. Ocupación de la vivienda
1
Alrededor o despu és de 800
de nuestra era
. tetJ
, .co d e la ex ca\ ,aci·Ón d e Sabina Grande-' 5
C uad ro 1. Perioclificación )' fas co sm
44
45
Terminada la construccwn de esa vivienda, se habitó durante un
tiempo indefinido y, al final del ciclo, pudo haber sido el lugar de habitación de nuestro p ersonaje (fase 2) . Antes del derrumbe de la unidad
habitacional, el piso de arcilla fue roto al menos en cuatro ocasiones
para colocar las ofrendas y los restos mortales del p ersonaje (fase 3).
Como el piso de arcilla no fue restituido, es factible suponer que esta
fase marca el abandono de la unidad habitacional por parte de sus moradores pero, con la evidencia estratigráfica disponible, resulta imposible
establecer si la casa fue derrumbada de manera intencional o por procesos naturales y culturales posteriores al abandono. 26 Esta fase ocurrió
antes del añ o 1200 de n uestra era .
El p eriodo II, posterior al abandono, se dio entre los años 1200 hasta
el presente y al menos se han podido reconocer los siguientes acontecimientos: una fase de deposición natural y cultural que hizo de las
estructuras habitacionales un montículo cubierto de vegetación; una
fase d e actividad agrícola reciente que destruyó la mayor parte de las
evidencias de la casa por nivelación; la construcción de un silo durante
la segunda mitad del siglo xx sobre los restos del montículo de El Tesoro y, finalmente, la continuación de las actividades agrícolas mediante
el uso de tractor.
La fase 3 del periodo 1 resulta de particular interés ya que la secuencia de eventos ocurrió en un intervalo muy corto, desde la muerte del
personaje hasta el derrumbe de la estructura habitacional. Se trata de un
lapso incierto, en el que varias alternativas históricas pudieron ocurrir
y diversos acontecimientos alcanzaron a desarrollarse en unos cuantos
días (si el derrumbe de la casa fue intencional) o en un periodo de años
indeterminado (si la casa se derrumbó por procesos naturales y culturales). Una primera alternativa es que las tres fosas que rompen el piso
pudieron haber sido manufacturadas simultáneamente. Luego, la disposición de las ofrendas y de los restos humanos se pudo hacer, también,
de forma sincrónica. Posteriormente se derrumbó la casa y se abandonó.
Si la secuencia de eventos fue así, la duración de esta fase fue muy breve
(hablando en tiempo estratigráfico). Por el contrario, la otra posibilidad
extrema es que sólo se excavó y se completó el ciclo de deposición, colocación de elementos y relleno de una fosa y, completado éste, se dio
セ
セ
セist
1
P Mセᄋ@
ᅮric
EVENTO ESTRATIGRÁFICO
HISTÓRICO
Construcc1on
de casa
Habitación Y
ocupación del
lugar
Muerte del
personaje
セ@
Colocación de
cuerpo y
ofrendas.
Relleno de las
fosas
Construcción
de casa
Habitación y
ocupación del
lugar
Muerte del
personaje .
Sacrificio de
acompañante
Preparación
de cuerpo de
acompañante
ofrenda
Colocación de
cuerpo de
acompañante
y ofrenda.
Relleno de la
fosa
PISO DE LODO
lnterfacie de ocupación
Fosa 10
Fosa 8
Preparación
de cuerpo Y
ofrenda
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EVENTO
o N@
1nterfacie
de
destrucción
Ofrenda 8
Relleno de
fosa
Fosa 13
Fosa 8
de
destrucción
lnterfacie
de
destrucción
lnterfacie
de
destrucción
Ofrenda 10
Relleno de
fosa
Ofrenda 13
Relleno de
fosa
Ofrenda 8
Relleno de
fosa
1nterfacie
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Derrumbe del
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Fosa 10
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Ofrenda 13
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M
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Colocación de
ofrenda.
Relleno de la
fosa
Excavación de
fosa
Ofrenda 10
Relleno de
fosa
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de
Permutación
セ
z
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(')
K[ZMゥ
Preparación
del cuerpo Y
ッZNヲイ・ョ[]、。ウMji@
Colocación del
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las ofrendas
Derrumbe del
edificio y
abandono de
la instalación
, , cos Y eventos h.tS·t OltCO
' .· s : Opción
de tiempo corto de
C uadro 2. Re lación de eventos estratigrah
.
suceso s en la secuen cia sin cr ónica Y d e ti e mpo largo en la secuencia hn eal
46
47
inicio al ciclo de la siguiente fase y así de manera sucesiva. En este caso,
son seis las variaciones o permutaciones de la secuencia dependiendo
de con cuál de las fosas se dio inicio y con cuál se terminó el proceso.
El tiempo estratigráfico que involucra el proceso que discurre entre la
excavación de la primera fosa, el derrumbe y el abandono definitivo de
la unidad habitacional es más largo.
Por supuesto, la secuencia también pudo haber iniciado con la excavación de dos fosas al mismo tiempo y después la siguiente, lo cual
agrega otras tres alternativas posibles a la secuencia histórica; o bien
con una fosa y luego, de forma sincrónica, las dos restantes. Como puede obserYarse en el cuadro 2, cada nwdi ficación de la cadena implica
cambios en la secuencia de los eventos históricos que le dieron origen
y, por supuesto, afecta la posibilidad de interpretar el proceso ritual
asociado con el entierro de nuestro personaje con sus ofrendas, el derrumbe y el abandono de la unidad habitacional.
LA SECUENCIA DE LAS OFRENDAS
El detallado estudio que nos ofrece Juan Carlos Olivares sobre el análisis de las ofrendas de Sabina Grande resulta crucial para entender las
secuencias de deposición de los objetos y, de esta manera, aproximarnos
a los procesos rituales que se realizaron de manera previa al abandono
de la casa habitación. Para entender la secuencia de colocación, él divide
la estratigrafía de las ofrendas en momentos de deposición que supone
un conjunto de objetos que se colocaron de forma sincrónica sobre la
superficie de un estrato y cuya secuencia nos da la pauta para entender
el tiempo y la colocación de los objetos que forman la ofrenda dentro de
un proceso ritual. 27
Así, para la preparación del elemento 8, se excavó una fosa de forma
elíptica, rompiendo el piso y los rellenos previamente construidos, generando una superficie (interfacie) para contener los objetos de la ofrenda
(momento 1) . En el momento 2, se colocaron tres piedras para contener
el estrato de tierra que formará la cama del enterramiento y se rellena
la mitad de la fosa con el estrato XXIII. Posteriormente, se depositó más
48
Ilustración 3. Enterramiento humano en el elemento 8
tierra (estrato XXIV) para nivelar la otra mitad de la fosa (momento 3).
En el momento 4 se colocaron los guijarros que soportarían el cráneo.
Después se puso el bulto mortuorio que contenía el cráneo y los huesos
largos de las extremidades superiores e inferiores del individuo sobre
(momento 5) y unas piedras para fijarlo a la pared de la fosa. Dentro del
bulto mortuorio se incluyeron los ornamentos de concha y el fragmento
de vértebra (que se localizó a un lado). En el momento 6 se plantó un
dardo apuntando hacia el oriente, del cual sólo queda la punta del proyectil, así como dos colgantes de concha a su lado sur. Finalmente, el
entierro se cubrió de tierra (estrato XVII) y se pusieron algunos guijarros
al nivel de la superficie del piso original (momento 7). 28
49
El elemento 10 t uvo una secuen cia unilineal que com enzó, com o en
cuenta helicoidal, una mandíbula, varias cuentas y una valva de concha
el caso ant er ior, con la rotura del piso y de los estratos preexistentes,
para con st r uir una oquedad d e forma circular de 35 cm de diámetro por
(momento 5). Nuevamente, este nivel fue cubierto por un estrato de
tierra (momento 6). En el momento 7 fueron colocados, en la esquina
40 cm de profundidad (momento 1) . En el momento 2 se plantó una
noreste, un cuchillo de obsidiana meca (negra con vetas rojas), un re-
punta de lanza y sobre ésta un collar de concha (momento 3); se rellenó
cipiente cuadrangular, un cuenco y una olla miniaturas, un cajete, un
con tierra (estrato xxx, momento 4) y se selló la boca de la fosa con una
momento 5) . Se volvió a rellenar con la tie-
incensario, un hueso con pigmento rojo y los fragmentos de una vasija
de travertino. En la esquina suroeste se colocó un asta de venado y un
que no sólo niveló la superficie del elemento, sino que
conj unto de grandes lajas. Nuevamente se rellenó la fosa con un estrato
también se dispersó sobre el piso hacia el sureste, noreste y noroeste del
cu arto (momento 6) . 29
de tierra (momento 8) y en el momento 9 se colocaron grandes lajas en
la esquina suroeste, mientras que en el noreste se colocaron un cajete
La dep osición del elemento 13, el principal entier ro de la estructur a
u ípoclc , dos raspadores , cuatro dardos ele las cuales sólo sobrevi \'ieron
de El Tesoro, se inició, como en los casos anteriores, con la rotura del
las puntas, dos molares, unas costillas y un par de lajas . Finalmente, en
piso, la excavación de los rellenos preexistentes y la horadación del tepe-
el momento 1O se rellenó la fosa con tierra hasta el nivel del piso. 30
capa de lodo (estrato
rra del estrato
XI,
XXIX,
tate con la forma de la fosa, de tal manera que se construyó una superfi-
Es altamente probable que el primer objeto que fue colocado haya
cie nivelada, de forma cuadrangular, que permitiera soportar las secuencias del ritual involucrado (momento 1). En general, la colocación de
sido el del centro, es decir, el cajete y el bulto mortuorio. De ahí en
adelante, el orden de colocación posible puede, en teoría, obedecer a
los restos del personaje con su ofrenda se realizó en varios momentos,
un número muy vasto de secuencias posibles, considerando 8 combina-
poniendo estratos delgados de tierra para nivelar la interfacie de la fosa
ciones de grupos de objetos depositados, y éstas se continúan en los si-
y, sobre éstos, los objetos y restos que serían cubiertos a su vez por otro
guientes niveles estratigráficos. Así que la interpretación de la secuencia
estrato y una nueva distribución de objetos que nuevamente se cubriría
de eventos ocurridos en cada momento toma elementos de la analogía
con otro estrato, de forma sucesiva, hasta rellenar la fosa por completo,
etnográfica y de algunos aspectos de la cosmovisión prehispánica.
alcanzando diez momentos de deposición .
En la esquina sureste de la fosa se depositó un pequeño estrato de tierra con la finalidad de nivelar la interfacie original (momento 2) . En el
LA HISTORIA
momento 3 se colocaron sobre este estrato cuatro cuentas helicoidales,
50
una placa de piedra verde, dos orej eras y un cuchillo de obsidiana; en el
El personaje central de esta historia es aquel que fue enterrado dentro
centro, un cajete y, sobre él, el bulto mortuorio de nuestro personaje
de la unidad habitacional de El Tesoro, en la fosa central (elemento 13).
con sus ornamentos (collar, placas de turquesa, coraza de concha); a su
D e su vida sabemos pocas cosas, aunque se puede especular que debió
alrededor se ubicaron objetos que probablemente fueron de su uso per-
de haber sido un personaje de alto rango en la jerarquía social, ya fuera
sonal: una pipa, un cuchillo de pedernal debajo de un disco de arcilla,
como fundador de linaje o como un sacerdote-gobernante, que pudo
dos grupos de cajetes (tal vez con alimento), uno con tres vasijas y otro
haber nacido o haber tomado el nombre de la fecha de su nacimiento,
con dos ; una navajilla prismática y una especie de yugo hecho de asta
Ocho Ojo de Reptil. Portaba, como parte de su ajuar, un collar de
de venado con la representación de cabezas de águila en los extremos .
piedras preciosas que contenía una placa con ese glifo, así como una
Posteriormente , se rellenó la fosa con un estrato de tierra (momento 4 )
efigie tipo retrato y un collar de cuentas de concha. Portaba, además,
y, sobr e su superficie, se colocaron un húmero, un radio o cúbito, una
adherido al cuerpo, tal vez en la espalda como llevan los discos solares
51
no fueron expuestos al fuego ni presentan huellas de corte, por lo que
parece factible que las partes fueran desprendidas unos días después de la
m uerte, al menos pasado el riaor mortis o unas semanas después, cuando
se inicia la descomposición de las partes blandas. En ese momento, se
quitaron costillas, vértebras, pelvis y extremidades superiores, de las
cuales es imposible saber su destino: bien pudieron ser colocadas en otra
ofrenda, incineradas o desechadas. A nuestro personaje se le colocó un
p equeño fragmento de obsidiana al interior de la boca, que representaría una piedra preciosa, k' anaando en otomí, y la cabeza fue depositada
Ilustración 4. Glifo Ocho Ojo de Reptil
sobre el occipital derecho. Entre la cabeza y las extremidades inferiores
los atlantes de Tula, un disco de cerámica recubierto de pirita en una de
se colocaron su mano derecha, dos collares, uno de cuentas de concha
sus caras y pintado de azul y negro en la otra. Fumaba tabaco en pipa
y otro de jade muy elaborado que incluía una representación de cabeza
de cerámica, usaba orejeras de piedra verde, así como una pequeña tela
de jaguar, el glifo Ocho Ojo de Reptil, una efigie tipo retrato y la ca-
con teselas de turquesa bordadas. Entre los símbolos de su estatus se
b eza de un personaje. Las extremidades inferiores, sin los pies, fueron
encontraban el yugo de asta de venado con imágenes de águila, la pipa,
flexionadas. Así, con telas o algún petate, fue envuelto y se creó el bulto
así como el cuchillo que se depositó debajo del disco de cerámica y
mortuorio de nuestro personaje.
algunas lanzas y flechas.
El tiempo transcurrido entre la defunción de Ocho Ojo de Reptil y
Ocho Ojo de Reptil habitó en la unidad residencial que hoy denominamos El Tesoro y murió entre los 35 y 45 años.
31
Resulta imposible sa-
y el ritual de su inhumación. Entre su muerte y la deposición en la fosa
ber las causas y el lugar de su muerte debido al tratamiento que hicieron
del elemento 13 pudo haber muerto o haber sido sacrificado su acom-
de su cadáver. Lo que es cierto es que las ceremonias involucradas pu-
pañante, cuyo cadáver tuvo el mismo tratamiento para ser colocado en
dieron implicar un rango de tiempo indeterminado. Olivares propone,
su fosa al mismo tiempo que nuestro personaje.
por analogía etnográfica con los otomíes, que nuestro personaje pudo
La construcción de las fosas donde sería depositado Ocho Ojo de Rep-
ser sujeto de un ritual que recibe el nombre de Makaponti, que se lleva
til y sus ofrendas ocurrió en algún instante de ese lapso. Por su forma
a cabo entre los siete y diez años posteriores a la muerte del individuo.
cuadrangular, similar a la del espacio del cuarto donde fue erigida y la
Después de haber sido enterrado, cuando los familiares se encontraban
manera en que la cosmovisión prehispánica representaba el tiempo y es-
perturbados y un augurio señalaba a uno de sus antepasados fallecidos,
pacio cosmológico, es factible suponer un espacio autosimilar, donde la
se manufacturaban objetos nuevos -
como vasijas, cruces, alimentos y
colocación de los objetos podría responder a los cuadrantes, rumbos y
, se exhumaba el cadáver y se colocaban las nuevas ofrendas.
ejes que en la cosmovisión otomí se sintetizan en la flor Tutu. 33 Así, se
Este ritual recreaba algún mito de origen del mundo y convertía al di-
pueden unir las esquinas opuestas y el centro de los lados de la fosa y
petates-
funto en un antepasado reconocido.
32
Tanto el enterramiento del elemento 8 como el de nuestro personaje,
presentan características similares: los sujetos tenían la misma edad (entre
52
su enterramiento en El Tesoro fue suficiente para preparar las ofrendas
recrear el quincunce, colocando el norte hacia la izquierda concebía en la cosmovisión prehispánica-
como se
para generar una nueva com-
prensión de la colocación de los objetos y del entierro.
35 y 45 años), y de sus restos sólo se sepultaron los cráneos y los huesos
De esta forma, la primera acción que pudo haber ocurrido en el
de las extremidades inferiores. Para su desmembramiento, los cuerpos
momento 3 de la ofrenda 13 fue la colocación del fragmento de orejera
53
de jacleíta, en el cTUCl' de todas las líneas, en el centro real, así como
la Yasija boca abajo que puede representar el corazón, el centro del
personaje, el centro de la ofrenda (a pesar de que fue colocada ligeramente al norte, en el cuadrante que corresponde a ese rumbo) . Ambos
objetos estarían representando el corazón del mundo, la comunicación
entre los espacios del inframundo y de los mundos superiores desde el
plano terrestre : "En el centro, el Corazón del Mundo (Kungri ra Ximhai
fen otomí]) , el Ombligo del Mundo (Ts'ai ra Ximhai), convergen todas
las coordenadas espaciales. Ahí es el espacio de comunicación entre los
diferentes mundos (Xi mhai): tres mundos aéreos, el plano terrestre y
tres mundos subterráneos" . H
El bulto mortuorio se depositó sobre la vasija en el cuadrante del
norte, el cuadrante de la muerte, el lugar donde sopla el viento (Mahuifi), el lugar del azul y del solsticio de verano (21 de junio), 35 con una
orientación este-oeste y la misma desviación que presentan tanto la fosa
como el cuarto, lo que lo relaciona con el camino del sol y hace evidente su jerarquía de sacerdote-gobernante-guerrero, su vínculo con el
sol. La cabeza se puso hacia el oriente y las extremidades hacia el po niente, lo cual hizo que el cráneo, colocado sobre el occipital derecho,
apareciera mirando hacia el rumbo norte .
La pipa, uno de los objetos más cercanos a su vida diaria, se situó a
un lado de su cabeza, con la cazoleta boca abajo y al oriente, y la cánula
al poniente como una m etáfora de su cuerpo. Muy cerca del lugar central se instaló el cuchillo y, encima de éste, el disco solar sobre el que
estaban las teselas de turquesa, pero en un sentido inverso - el cuchillo
con la orientación del camino del sol y el disco al poniente-, configurando una imagen especular entre la pipa y el cuerpo de Ocho Ojo de
Reptil.
Los objetos colocados en este nivel inferior del enterramiento apar ecen alineados en el eje del camino del sol, este-oeste, en torno a dos
objetos centrales ordenados de sur a norte, sobre el camino del hombre:
la orejera de jadeíta al centro y el cajete debajo del bulto mortuorio de
Ocho Ojo de Reptil. Al este de la orejera fue colocado el grupo de obj etos asociados con la valva de concha, los obj etos entorchados de concha
que formaban parte del yugo y el hueso del brazo, tal vez, envueltos en
54
,.
Ilustra ción S. Entierro y ofrenda de Ocho Ojo de Reptil con la recr eación del quincunce
un pequeño paquete . Al oeste, la navajilla prismática. Todos ellos son
representativos de su estatus y jerarquía. D espués , en las esquinas noroest e y suroeste, se colocaron obj etos que pudieron contener alimentos
y otros enseres para el viaje al inframundo: dos caj et es al extremo oeste ,
en línea con sus extremidades, y luego seis cajetes más, tres en la esquina noroeste y otros tres en la suroeste . Así, en el nor oeste , el grupo de
cinco caj etes muestra un conjunto de tres y otro de dos. En est e nivel, en
las esquinas noreste y sureste , no se colocaron obj etos, aunque los obj etos entorchados de concha y las orejeras y placas de jadeíta se alinearon
hacia la esquina sureste .
Es factible imaginar la escena, al interior del cuarto, en semioscuridad, con los protagonistas del ritual incensando el ambiente, con el
conjunto de objetos, los atavíos y el bulto mortuorio que habrían de ser
55
colocados en el fondo de la fosa y, una vez erigido este primer nivel,
haciendo una pausa para iniciar el acarreo y deposición de la tierra que
habría de cubrirlos. En este momento del ritual, resultaba significativo
acentuar el centro de la fosa y la colocación en el cuadrante norte del
bulto mortuorio de Ocho Ojo de Reptil, así como destacar el camino
del sol, el rumbo del ocaso (lugar del ocultamiento Mi:ipuni, del rojo, del
equinoccio de otoño; el espacio de los gigantes, los Uema, los ancestros,
transformados en roca), 36 en especial las esquinas y el camino de la luna,
del noroeste al sureste, así como los colores verde y azul (en las piedras
y collares), el amarillo (en el centro, la pipa y el disco) y el blanco de
las astas y huesos.
Si bien muchos objetos y materiales perecederos pudieron estar presentes en este primer momento del ritual (alimentos, flores, plantas
olorosas e incienso), dentro de la fosa, fuera de ella o al interior de
los cajetes y vasijas, es importante subrayar que otros materiales sustituyeron a los de uso cotidiano. En el caso de la pipa, por ejemplo, el
contenido de la cazoleta no era tabaco, como era de esperarse, sino una
posible representación mineral de él, la limonita. 37
Después de recubrir con tierra, el segundo momento restringe los
lugares de colocación de objetos, pues en la mayor parte del cuadrante
oeste y sur se ubicaron sendas rocas y lajas que cubrían la mayor parte
de la superficie. El ritual se desplazó hacia el este, en especial hacia la
esquina norte. Un cuchillo ceremonial fue emplazado cerca de la esquina sureste, mientras que en el eje del cuerpo de Ocho Ojo de Reptil,
al oriente de su cabeza, se sacrificó una vasija de travertino, a la que
rompieron y pusieron su base y demás fragmentos en la cara oriental
de la fosa. Un hueso de ave, pintado de rojo con cinabrio, se situó en
la esquina noreste, mientras que en el eje del camino de Venus, del noreste hacia el suroeste, se colocaron un cuenco y una olla miniaturas,
así como un incensario. En el cuadrante norte se depositó otro cuchillo
ceremonial y un asta de venado.
Estos elementos fueron nuevamente cubiertos con tierra y, sobre
ella, se ubicaron otras rocas, esta vez en la esquina sureste y noreste.
En las áreas con tierra fueron esparcidos dos raspadores, cuatro dardos, dos molares, un fragmento de costilla y, justo al centro del rumbo
56
norte, se dispuso un cajete trípode con el cuenco viendo hacia el sur. Al
final, resulta significativa la ausencia de objetos en todos los niveles del
cuadrante sur, el lugar del verdor, de la esmeralda, Mi:ik' angi, el verde
del solsticio de invierno. 38
El momento 3 fue el más relevante cuando fue depositado Ocho Ojo
de Reptil. Es posible que en la pausa vinculada con la colocación de la
tierra fueran situadas las ofrendas de los elementos 8 y 1O, en especial
el cadáver del acompañante, emplazado en la fosa del elemento 8.
Al terminar el llenado de las fosas, el lugar no volvió a ser ocupado
como residencia y, por lo tanto, no se volvieron a sellar los pisos que
iueron rotos para colocar los restos mortales y su ofrenda. La unidad
habitacional fue abandonada. Es poco probable que ésta fuera sincrónica a la muerte y enterramiento de Ocho Ojo de Serpiente. Más bien,
pudo ocurrir con posterioridad, por lo que es posible que el edificio se
derrumbara de forma intencional para confirmar la sacralización del
espacio y el vínculo con los antepasados.
REFLEXIONES
El enterramiento de Ocho Ojo de Reptil abre una ventana de múltiples
significados para el conocimiento de la vida de los toltecas en la región
ele los manantiales de Huichapan. Por el enterramiento del personaje
y por la colocación de sus ofrendas al interior de una habitación del
espacio doméstico compuesto, el house group, hace pensar que ése era
su lugar ele residencia y que, como unidad residencial mesoamericana,
no sólo se utilizaba para las actividades de la vida cotidiana (que, en este
caso, dejaron pocas evidencias), sino que era un espacio sagrado, síntesis del cosmos, una Di:ingu, casa grande, análoga a las casas de los otom íes ele la Sierra, 39 un espacio autosimilar al universo cosmológico. 40
Asimismo, la fosa donde fue sepultado Ocho Ojo de Reptil, por su
forma cuadrada y orientación, fue configurada de manera autosimilar
con la casa y el cosmos, destacando la importancia del personaj e. Ese
cosmos muestra también que en el ámbito de un sitio periférico a Tula,
las redes de interacción social permitían la posesión de objetos cuyas
57
n1aterias primas y manufactura se encontraban más allá del Valle del
Mezquital y del Altiplano Central mesoamericano. Llama la atención,
de manera particular, la turquesa, uno de los minerales más preciados por las culturas mesoamericanas, cuyo lugar de proveniencia más
cercano puede encontrarse en Santa Rosa, Zacatecas, aunque algunas
piezas bien pudieron ser traídas desde el suroeste norteamericano, especialmente de Nuevo México o Arizona. 4 1
En ese mismo nivel se encuentra el jade, que para las culturas prehispánicas incluía varios tipos de rocas de color verde y t extura semejante
a los que agrupaban con el nombre náhuatl de chalchihuitl o k' angando
en otomí, cuyos yacimientos m ás cer canos pudieron ubicar se en la Sierra Gorda de Querétaro. Así, además de la jadeíta, el jade lapidario
incluía jaspe verde, cuarcita, albita, amazonita y jarosita. 42 Aunque el
jade lapidario pudo haberse dado en diversas localidades de ambiente
volcánico, es probable que se trajera el jade geológico desde la cuenca
del río Motagua en Guatemala. 43
Los objetos de concha, elementos acuáticos, pudieron traerse de las
costas más cercanas del Golfo de México, mientras que otras materias
primas pudieron obtenerse de lugares más cercanos a la cuenca de México, el Valle del Mezquital y la r egión de Acámbaro, como la obsidiana
y el sílex. El travertino de la vasija posiblemente provino de la región
de Tecali, Puebla.
Como en el caso de otros enterramientos toltecas localizados en el
Valle de Tu la y en la región de Tizayuca, 44 el desarrollo cultural tolteca
amplificó la red de interacciones mesoamericanas que se habían iniciado en el periodo anterior, el Epiclásico. Estos objetos hablan de una
relación de proximidad entre lugares que territorialmente se encuen-.
tran bastante lejanos y hacen pensar en un amplio espacio de relaciones
en redes abiertas: con los objetos viajaron ideas e información. Tula
y sus sitios periféricos mantenían una interacción con pocos grados
de separación, con regiones tan distantes como Costa Rica ( cerámica papagayo), 45 Nuevo México (turquesa), Guatemala (cerámica tipo
plum bate). 46
En el collar de jade de Ocho Ojo de Reptil no sólo se encontraba la
placa con el glifo del que pudo haber sido su nombre, también había un
58
Ilustración 6. Collar de O cho O jo de Reptil
59
1
Ilustración 7. Detall e de la efigie en el collar
jade figurativo con una efigie que se ha interpretado como un importante símbolo de estatus en diversos sitios mesoamericanos, quizá desde finales del Epiclásico, como el Valle del Mezquital y el Altiplano Central y
también para las áreas sur y Maya . 47 Su aparición con ciertas variantes en .
Xochicalco, Tula, Palenque y MonteAlbán, llamó la atención de diversos
investigadores y pareciera reflejar un sÍmbolo de rango y jerarquía en
una red de interacciones bastante amplia que trascendió su momento de
origen para ser utilizado por los toltecas. Colocado en su collar y alcentro del mismo, Ocho Ojo de Reptil mostraba públicamente sus vínculos
con los ancestros de la localidad y de diversas regiones de Mesoamérica
y con aquellos que, como los toltecas contemporáneos a él, ostentaban
la misma placa de jade figurativo.
60
Posgrado en Arqueología, Escuela Nacional de Antropología e Historia.
2
Fernando LópezAguilar y Patricia Fournier García, "Espacio, tiempo
y asentamientos en el Valle del Mezquital: un enfoque comparativo
con los desarrollos de William T. Sanders", Cuicuilco, vol. 16, núm.
47,2009, p. 128.
3
Fernando López Aguilar, Gustavo Sandoval García y Sabrina Farías
Pe layo, _Proyecto Especiaf セ。ィオN@
gセ■。@
para el. viajero. Zona 。イアオ・ッャセゥ」@
del Pahnu, Hidalgo, Mex1co, Instituto Nacwnal de Antropolog1a e
Historia, 2012, p. 15.
4
Fernando López Aguilar y Patricia Fournier García, "Espacio, tiempo
y asentamientos ... ", op. cit., p. 131 .
5
Federico Fernández Christlieb, Gustavo Garza, Gabriela Wiener y
Lorenzo Vázquez, "El altépetl de Mctztitlán y s,u señorío colonial
temprano", en Federico Fernández Christlieb y Angel Julián García
Zambrano (coords.), TerritoTialidady paisaje en el altépetl del siglo XVI,
México, Fondo de Cultura Económica, 2006, p. 517.
6
Fernando LópezAguilar y Patricia Fournier García, "Espacio, tiempo
y asentamientos ... ", op. cit., pp. 13 2-13 3.
7
Michel Graulich, "Los reyes de Tallan", Revista Española de Antropología
Americana, núm . 32, 2002, p. 100.
8
Fernando López Aguilar y Patricia Fournier Garda, "Espacio, tiempo
y asentamientos ... ", op cit., p. 131.
9
Fernando López AguiJar, "Cambios climáticos en la frontera septentrional de Mesoamérica", en preparación, Seminario Cambio
climático y procesos culturales, Instituto Nacional de Antropología
e Historia .
10
Brian Fagan, El gran ca lentamiento. Cómo irif1uyó el cambio climático en
el apogeo y caída de las civilizaciones, Barcelona, Gedisa, 2008.
11
Carla R. van West y Jeffrey S. Dean, "Enviromental characteristics
of the A. D. 900-1300 period in the Central Mesa Verde Region",
KiFa, vol. 66, núm. 1, 2000, pp. 19-44.
12
Richardson Gill, Las grandes sequías mayas. Agua, vida y muerte, México, Fondo de Cultura Económica, 2008, pp. 380 y ss.
13
S. E. Metcalfe, S. L. O'Hara, M. Caballero y S. J. Davies, "Records
of Late Pleistocene- Holocene climatic change in Mexico- a review",
Qyatern01y Science ReFiews, vol. 19 , 2000, pp. 699-721.
1+ Richardson Gill, Las grandes sequías mayas ... , op. cit., p. 356.
1
' Juan Carlos Ekiwa, comunicación personal, 2012.
16
Fernando López Aguilar (coord.), Pmyecto aTqueológico Valle del
Mezquital. InjoTme de la octaFa temporada de campo, Escuela Nacional de
Antropología e Historia, México, 2001.
17
Alba Guadalupe Mastache y Robert H. Cobean, "El sitio y la unidad habitacional excavada", en Robert H. Cobean y Alba Guadalupe
Mastache ( coords .), Tepetitlán. Un espacio dom éstico rural en el área de
TuJa, México, Instituto Nacional de Antropología e Historia /University ofPittsburgh, 1999, pp. 31-74.
61
D an M. Healan, "Patrones r esidenciales en la antigua ciudad de
Tula", en Alba Guadalupe Mastachc, Ana María Crespo, Robert H.
Cobean y Dan M. H ealan (coords.), Estudios sobre la antigua ciudad de
lida, México, Instituto Nacional de Antropología e Historia (Colección Científica núm. 121), 1982, p. 141.
19
Mario Carrasco Teja y Sabrina Farías Pe layo, Pixeles y electrones, tesis
de licenciatura en Arqueología, México, Escuela Nacional de Antropología e Historia, 2005, pp. 48-51.
2
° Fernando López Aguilar (coord. ), Proyecto arqueológico Valle del
IR
21
Mez quital ... , op. cit.
lbidem.
22
Mario Carrasco Teja y Sabrina Farías Pelayo, Pixel es y electrones ... , op.
pp. 54-55.
Cit.,
23
lbidem.
2
Juan Carlos Olinres Orozco, Una aproximación al sign!ficado de
las セ_ヲイ・ョ、。ウ@
asociadas a entierros del sitio Sabina Grande en el Valle del
aセ・ コ アオゥエ。ャL@
tesis de licenciatura en Arqu eología, México, Escuela Na-cwnal de Antropología e Historia, 2004, pp. 121-12 3.
2
' La periodificación basada en la Matrix Harris de la excavación puede
, encontrarse en Juan Carlos Olivares Orozco, ibidem, p. 121.
-6 lb1dem, p. 124.
27
Juan Carlos Olivares Orozco, Una aproximación al sign!ficado .. . , op.
Cit., pp. 130-131.
28
lbidem, pp. 154-157.
29
lbidem, pp. 159-162.
30
lbidem, pp. 140-142.
31
ャ「ゥ、セュL@
p. セPYN@
pッセ@
supuesto existe la posibilidad de que nuestro personaJ e hubrera habrtado en otro lugar y, a su muerte, que ocurrió ant:s del 、・イセュ「Z@
de la セ。ウ@
(que de alguna manera resultaba significativa en su hrstona de vrda, tal vez por ser el lugar de nacimiento), se
excavaron セ。ウ@ fosas y se colocaron sus restos ¡las ofrendas; los pisos
no se volvreron a sellar, la casa se abandono y las ofrendas fueron
cubiertas por el colapso de la estructura.
32
lbidem, pp. 191-192.
33
Fernando López Aguilar, Gustavo Sandoval García y Sabrina Farías
Pelayo, Proyecto Especial Pahñu ... , op. cit., p. 6.
34
Fra?cisco Luna Tavera, Anastasia Botho Gaspar y Fernando López
Agmlar, Guión del museo de la cultura hñahñu, México, Consejo Estatal
para la Cultura y las Artes del Estado de Hidalgo, 2006.
+
35
36
37
lbidem.
Jbidem.
Mario Carrasco Teja y Sabrina Farías Pelayo, Pixeles y electrones ... , op.
cit., p. 164.
38
Fra?cisco L,una Tavera, Anastasia Botho Gaspar y Fernando López
Agmlar, Guzon del museo ... , op. cit.
39
Jacques Galinier, La mitad del mundo. Cuerpo y cosmos en los rituales
otomíes, México, Universidad Nacional Autónoma de México/Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos/Instituto Nacional
62
Indigenista, 1990. Ng u "hace r eferencia a tres órdenes de realidades:
la casa como conjunto arquitectónico con sus ane_xos ・ウエ。_ャ」ゥセッ@
en un espacio determinado, la casa en cuanto umdad res1dencral,
es decir, una unidad cognática mínima, ya sea de tipo nuclear o extensa, la casa, en fin, como un marco simbólico y un soporte de
representaciones cosmológicas", p. 144.
+O Gustavo Sandoval García, Un espacio autosimilar. El altepetl, el centro
ceremonial y la ifrenda, tesis de licenciatura en Arqueología, México ,
Escuela Nacional de Antropolo&ía e Historia, 2009.
+l Phil C. Weigand, "La Turquesa', Arqueología Mexicana, vol. v, núm.
27, pp. 26-33.
+2 Mario Carrasco Teja y Sabrina Farías Pe layo, Pixel es y electrones . .. , op.
cit. p. 191.
+l
lbidem.
++ Juan Carlos Ekiwa, comunicación personal, 2012.
+5 Robert H. Cobean, "The Ceramics ofTula", en Richard A. Diehl
( ed. ), Studies cj'Ancient Tallan: A Report cj' the University cj' Missouri Tul a
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Missouri Monographs inAnthropology), 1974, p . 37.
46
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47
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64
65
EL COATEPEC
y Huitzilopochtli
Fernando López Aguilar 1
ANTECEDENTES
El dilema del origen del pueblo azteca ha causado discusión y polémica
desde los albores de la arqueología mexicana, quizá porque fue un problema heredado desde los primeros cronistas de la conquista española
quienes, junto con sus informantes, se interrogaron acerca del lugar
de salida de los mexicas. En algunos momentos y para algunos autores,
éste pudo haber tenido un carácter mítico, mientras que para otros,
los sitios e incluso los eventos mencionados tuvieron un carácter real y
describen hechos históricos que, a la postre, fueron mitificados.
En este dilema se encuentran involucrados tres sitios clave de la narrativa azteca: Aztlán, Teoculhuacán Chicomoztoc y Coatepec. Sobre el
primero, "el lugar de las Garzas y de la Blancura", Alfredo Chavero,
acorde con Garda Cubas, en la segunda mitad del siglo
XIX,
había pro -
puesto que estuviera ubicado en la localidad de Mexcaltitlán, Nayarit,
donde existía un pueblecillo de nombre San Pedro Aztlán. 2 Durante la
segunda mitad del siglo xx, Wigberto Jiménez Moreno opinó que estaba en Aztatlán, 3 Sinaloa, y Paul Kirchhoff en los alrededores del lago de
Yuriria en Michoacán . 4 Posteriormente, otros autores han sugerido que
se trataba de un lugar localizado en algún punto de la frontera norte,
67
en Zacat ecas, o bien cer ca de la r egión de Tula, en la provincia de Jilotepec, en el Valle del Mezquital, o que se trataba de algún lugar dentro
de la Cuenca de México. '
Asociado con Aztlán se encuentra Teoculhuacan Chicomoztoc, el Lugar de las Siete Cuevas. Para algunos autores, se trata de la región ocupada por la cultura Chalchihuites en Zacat ecas y Durango, donde el sitio
arqueológico La Quemada sería el mismo Chicomoztoc, 6 aunque existieron muchas réplicas manufacturadas por el hombre como la que se
encuentra debajo de la Pirámide del Sol en Teotihuacan, 7 lo que ha hecho
pensar que m ás que un lugar específico , sería una idea compartida desde
la cosmovisión m esoamericana.
Lo mismo ha ocurrido con Coatepec, el Cerro de la Serpiente, un
lugar donde los aztecas o mexicas se establecieron antes de pasar por
Tula, donde tuvo lugar el embarazo de la Coatlicue , el nacimiento de
Huitzilopochtli, el sacrificio de la Coyolxauhqui y el combate con los
centzohuitznahuas, los cuatrocientos surianos. Las fuentes lo ubican cerca de Tula, pero el concepto también se r epitió en diversas localidades
que construían su paisaje sagrado asociado al culto a Huitzilopochtli. 8
Los argumentos y discusiones recientes sobre la localización de
los principales lugares de la migración azteca9 no son distintos de las
propuestas de los investigadores decimonónicos y que fueron sintetizados por Alfredo Chavero en la magna obra México a través de los sialos .
Chicomoztoc estaría asociado con el Huehuetlapallan, una región en los
estados de Sonora y Sinaloa, incluida la comarca entre el río Colorado
y el Gila, 10 que los españoles pensaron que eran las siete ciudades de
oro de Cíbola. 11 Para Alfredo Chavero era relevante que los jeroglíficos
siempre comenzaran con una isla en medio de un lago junto a Culhuacán, lo cual llevó a que Fernando Ramírez confundieraAztlán con el lago
de Chalco y a proponer su localización en la isla Mexcalla en el lago de
Chapala, 12 para finalm ente decidirse por Mexcaltitlán.
Por supuesto que la localización de estos lugares ha generado una
discusión de largo aliento en la arqueología de México. 13 Las nuevas tecnologías y los conocimientos generados en los últimos cuarenta años
en la frontera septentrional de Mesoamérica permiten postular nuevas
hipótesis sobre el lugar de origen de los aztecas y la localización del
68
Ilustración l. Muerte de Coyolx auhqui , Códice Florentin o'+
Coatepec. Los argumentos que aquí se exponen parten de las investigaciones arqueológicas y antropológicas llevadas a cabo por la Escuela Nacional de Antropología e Historia en el Valle del Mezquital, en especial
en la r egión de Huichapan -Tecozautla.
EL COATEPEC EN LAS FUENTES
La tradición r ecopilada por Sahagún acerca del nacimiento de Huitzilopochtli destaca que en la sierra del Coatepec, cerca de Tula, vivía
una mujer llamada Coatlicue, madre de los centzohuitznahuas y de
Coyolxauhqui. Un día, al hacer su peniten cia, que consistía en barrer
la sierra, cayó una pelotilla de pluma que colocó en su r egazo y quedó
preñada, causando la furia de sus hijos. Coatlicue se angustió al enterarse de que ellos querían matarla, pero el hijo que tenía en su seno le habló y la consoló diciendo que él sabía lo que tenía que hacer. Uno de los
centzohuitznahuas, llamado Quauitlicac, le informaba a Huitzilopochtli
69
y a Coatlicue de los movimientos de sus hermanos, que se estaban armando y atando sus cabellos para pelear, acercándose por el rumbo de
Tzompantitlán, Coaxalpa y Apétlac. Cuando estuvieron en medio de la
sierra, nació Huitzilopochtli con los muslos y brazos pintados de azul,
armado de una rodela (teueuelli), con un dardo y vara de color azul. Ordenó a Tochancalqui que encendiera una culebra hecha de teas llamada
xiucóatl y con ella mató a Coyolxauhqui, destrozándola de forma tal que
la cabeza quedó en la sierra y el cuerpo rodó hacia abajo hecho pedazos;
persiguió a los centzonhuitznahuas expulsándolos de la sierra y luchó
contra ellos hasta que prácticamente los exterminó. Los pocos sobrevivientes se refugiaron en un lugar llamado Huitzlampa, donde fueron
despojados de sus armas. 15
En esa sierra, con su llano, el dios tutelar de los aztecas, Huitzilopochtli, les ordenó atajar el agua de un río caudaloso para que el agua rodease el cerro, con la promesa de mostrarles cómo sería el lugar que les
había prometido. Con la construcción de la presa, el agua se extendió
en forma de laguna en cuya ribera se sembraron sauces, álamos y sabinos, creció la juncia y la espadaña, hubo abundancia de pescado y
llegaron aves marinas y diversas clases de pájaros. También se construyó
el templo del dios, el Cuauhxicalli, el Tzompantli y el juego de pelota
(¿Teotlachco?). 16
Lo ameno del lugar hizo pensar a algunos sacerdotes que debían quedarse ahí y que ése era el lugar definitivo para los aztecas, "pensaban
17
que allá en Coatepec, allá estará el poblado y allá será México". Esto
molestó al dios que les había dicho que el Coatepec era sólo una imagen
del lugar al cual habrían de llegar; les ordenó la destrucción de la presa,
con lo que el llano se desecó y, al poco tiempo, realizó una ceremonia .
de fuego nuevo, la atadura de la cuenta del año 2-caña y decretó el
18
abandono del sitio para continuar el camino rumbo a Tula.
Diversas fuentes señalan que los otomíes poblaban los alrededores
70
quedaron allí y su guía y señor los llevó a las sierras para que poblaran
las laderas e hicieran sacrificios en las cimas de los cerros. Los demás,
toltecas, mexicanos nahoas y los otros, siguieron su camino. 19 De igual
manera, en la imagen del libro de Juan de Tovar, Historia de la benida
de los yndios a poblar a Mexico ... , se observan dos personajes que por el
atado del pelo encima de sus cabezas pueden ser identificados como
otomíes, uno asociado con el glifo conejo y otro con el nopal. 2°Cuando
los aztecas llegaron al Cerro de la Serpiente, "los moradores de allá, los
otomíes nomás los espantan, decían: '¿Quiénes serán éstos? ¿De dónde
vinieron cuando se vinieron a asentar aquí? ¿Dónde es su morada?, pues
no son gentes, que muy bellacos "'. 2 1
En la perspectiva de; varias versiones, la llegada de los aztecas a la
Cuenca de México se realizó desde Michoacán. Después de estar en
la laguna de Pátzcuaro los aztecas se dividen por un conflicto con los
seguidores de la hermana de Huitzilopochtli, Malinalxóchitl, nombrada
como hechicera. Al estar dormida, la abandonaron en el camino junto
con sus adeptos y los aztecas continuaron hacia el rumbo de Tula. Malinalxóchitl, enojada, se dirigió hacia Malinalco. 22 La hechicera, embarazada del rey de Malinalco, Chimalcuauhtli, se estableció en la cima
del Tezcaltepetl y ahí nació su vástago, de nombre Copil. 23 Dispuesto
a vengar la afrenta a su madre, Copil se enfrentó con Huitzilopochtli,
quien lo degolló y le abrió el pecho, tomó su corazón y se lo dio a uno
de los sacerdotes, Cuahtlequetzqui, para que lo depositara dentro de un
tular, en un carrizal con tepetate. 24
LA HIPÓTESIS CoATEPEC
Durante la temporada de campo de 1991, el Proyecto Valle del Mez-
del Coatepec antes de la llegada de los aztecas. En una narración que
parece describir un suceso más antiguo a la llegada de los aztecas al
quital realizó trabajos de prospección arqueológica en el municipio de
Huichapan, Hidalgo, con la finalidad de comparar las dinámicas de los
asentamientos entre las regiones nororiental y noroccidental del Valle
Coatepec, Sahagún dice que desde Teotihuacan salieron los principales señores con su gente, su lengua y su dios. Encabezaban el viaje los
toltecas y en segundo lugar los otomíes. Éstos, al llegar al Coatepec se
(Ixmiquilpan-Cardonal y Huichapan-Tecozautla). En esa temporada
fue localizado el sitio Hualtepec, identificado con el número 379 de la
nomenclatura interna del proyecto, en las coordenadas 20° 19' 17"N,
71
99°29' 17"W, en la cima del cerro del mismo nombre, a una altura de
La caldera del Hualtepec, también conocida como Huichapan o del
3160 msnm .
Su localización en el paisaje no resultaba trivial. La caldera volcánica
Astillero, es notable en el paisaje. Su cuenca de captación muestra un
drenaje hacia el sur, con una cárcava que atraviesa la planicie en dirección
del Hualtepec es un sistema de dos calderas conocidas como Donguinyó-
noroeste-sureste, que seguramente se formó como consecuencia de la
Huichapan, que se formó por varios eventos explosivos que se iniciaron
hace cinco millones de años con una primera caldera (Donguinyó) que
desecación de la paleolaguna y cuyo represamiento podría formar un
espejo de agua cercano a la cota 2550 msnm. El domo volcánico del
expulsó andesita y flujos piroclásticos que dieron lugar a ignimbritas den-
Hualtepec se levanta seiscientos metros sobre su entorno, el interior de
samente soldadas. Después, varios volcanes en escudo y pequeños conos
la caldera, y presenta dos cimas separadas por un collado en orienta-
de ceniza formaron el borde de la caldera, aportando flujos de lavaba-
ción norte-sur. En la ladera poniente y en las proximidades de la cumbre
sáltica y andesita. Hace 4.2 millones de años se formó la segunda caldera
emerge del bosque de encino una gran roca, conocida con el nombre de
asociada con la erupción de la Toba Huichapan, una secuencia riolítica pi -
Peña de la Luna . Arriba, se encuentran los restos de un complejo cere-
roclástica formada por ignimbritas menores no soldadas, caída de pómez
monial consistente en dos basamentos piramidales ubicados en ambas
e ignimbrita soldada, asociada con varios domos de lava traquidacítica que
cúspides y unidos por una calzada de más de cuatrocientos metros de
formaron el borde de la caldera de Huichapan, así como con cinco domos
longitud que salva el desnivel existente entre una y otra. 27
de composición dacítica y traquidacítica dentro de la caldera, donde destaca el domo que forma propiamente el cerro Hualtepec.
25
tangular de 20 m de longitud, construido de piedra careada con ce-
El colapso de la caldera de Huichapan dio lugar a esta espectacular
mentante de cal y arena, sobre el que se construyeron dos capillas, una
formación con forma de herradura semielíptica, alargada ligeramente
actualmente destruida y la otra de manufactura reciente hecha de rocas
en dirección NE-so, con diámetro máximo de 9 km y mínimo de 7.5
de basalto provenientes de las antiguas estructuras prehispánicas. Desde
km, en cuyo centro se destaca la elevación del domo del cerro Hual-
esta estructura, la calzada se dirige a la otra cima que se encuentra hacia
tepec. Posterior al colapso de la caldera, se inició la denudación de la
el norte franco y que desciende unos cincuenta metros hasta el puerto
estructura y la formación de un lago en su parte interna. Finalmente,
que la une con la otra cima. En el lado oriente se encuentran sistemas
hace unos 2 . 5 millones de años, un evento de vulcanismo periférico se
de plataformas con muros, construidos con piedras careadas, que die-
desarrolló en forma de volcán en escudo en el borde poniente; se trata
ron una forma escalonada a los taludes y justo en el puerto se desplanta
del cerro N o pala que emergió aportando rocas de composición basal-
una plataforma que une la calzada que asciende hacia la cima norte del
to andesíticas. 26 Fuertes procesos erosivos posteriores a estos eventos
volcánicos dieron forma al relieve, al construir sistemas de barrancas
Hualtepec. En uno de los muros perimetrales de la cima sur se localizó una cabeza de serpiente labrada en piedra, tal vez representando a
que cruzan la región de Huichapan-Tecozautla y que hacen suponer
Xiuhcoatl, lo que hace pensar que la calzada estaba decorada con este
que en algún momento del Cuaternario hubo un periodo de mayor
tipo de elementos, una especie de Coatepantli. En la cima norte, se
precipitación pluvial al existente en la actualidad y al que se enfren-
encuentra un sistema complejo de terraceos que dio origen a un basa-
taron las primeras ocupaciones prehispánicas del Valle del Mezquital.
mento en forma piramidal, donde se alcanzan a distinguir hasta cuatro
La mayor parte de las elevaciones por arriba de la cota 2500 presentan
cuerpos, con evidencias de gruesos pisos de estuco y de pintura azul en
una vegetación de bosque de encino (Qyercus) con abundante presencia
los aplanados. 28
de árboles de tejocote (Crataegus) que, como comunidades secundarias,
pueden ser resultado de la acción antrópica sobre el paisaje.
72
En la cima más alta, la del lado sur, se encuentra un basamento rec-
Llama profundamente la atención uno de los elementos decorativos de las capillas dedicadas a la Santa Cruz y que se encuentra en el
73
basamento sur. El altar de cuatro metros de largo, 0.95 m de fondo y
0 .89 m de alto, ubicado al norte de la capilla, no sólo se adorna con
banderitas azules, el color de Huitzilopochtli, sino que también está
manufacturado con rocas provenientes de las estructuras prehispánicas
sin cementante. Al frente del altar existen siete elementos arquitectónicos en forma ojival (0. 76 m de altura por 0.46 m de ancho), labrados
en una sola de sus caras con motivos geométricos en forma de herradura o arco. Tienen, además, una espiga para ser integrados como elementos arquitectónicos. El conjunto decorativo comienza encima de la
espiga con una franja de 12 centímetros de altura que contiene cuatro
motivos en for ma de herradura, separados por espacios de un centÍnletro. Por encima, el motivo central consiste en una banda ancha en forma de arco y decorada con triángulos que rodea el borde del elemento
decorativo. 29
Originalmente se pensó que eran almenas que culminaban las fachadas del templo de Huitzilopochtli, al sur del Coatepec, pero se ha
visto su relación como ornamento en la imagen de Coyolxauhqui y tal
vez fueran representaciones de plumas que formaban parte de un gran
Cuauhxicalli. 30
Desde esa primera temporada, en 1991, los informantes de la localidad nos comunicaron que se trataba del cerro Coatepec, un hecho que,
en la perspectiva de la investigación arqueológica, se apoyaba en la configuración del paisaje en forma de rinconada de altépetl, en la cercanía
a Tula - distante a treinta kilómetros al sureste- y en los elementos
arquitectónicos del sitio, incluidos los uema, pequeñas vasijas tipo Tláloc de cocción bastante burda. 31 La identificación del Coatepec en la
caldera volcánica hizo suponer que la región aledaña pudo haber sido el
escenario de los hechos legendarios narrados en las fuentes en torno al
nacimiento de Huitzilopochtli y a la migración de los aztecas desde la
mítica Aztlán-Teoculhuacán hacia la laguna de México.
En la mayor parte de los cerros que conforman el entorno de la caldera del Hualtepec no se encontraron evidencias de zonas ceremoniales,
a excepción del domo del Nopala, donde fueron localizados tres sitios:
Nopala (sitio 369 PVM) y Los Huemás, (604 y 605 PYM). El primero
consiste en dos basamentos asociados con actividades ceremoniales y
74
Ilustración 2. Centros ceremoniales sobre cerros alrededor de l Coatepec
se encuentra muy destruido por la actividad de búsqueda de las vasijas
conocidas cmno uema. 32
Más allá de la propia caldera, diversas cimas han evidenciado huellas
de actividades ceremoniales: el cerro Ñatú, con uema y restos de un
posible basamento destruido por una cruz (419 PVM) / 3 el Cerro de las
Brujas (317 PYM), al noroeste, con evidencias de pequeños templetes y
patios; el cerro Maravillas al suroeste, con dos basamentos ceremoniales orientados al norte y una ermita del siglo XVI (376 PYM); 34 y al noreste, el conjunto de Los Peñones (414 PVM) 35 muestra cinco estructuras cuadrangulares (una de las cuales con una plataforma adosada) que
conforman una plaza. Este pequeño centro ceremonial con presencia
de uema se edificó sobre una plataforma nivelada en la cima del cerro,
y los basamentos hechos de piedras sin cementan te (a hueso) tienen un
solo cuerpo. También al sureste, en la sierra de Xithi, se detectaron estructuras ceremoniales 36 y, finalmente, al este, el cerro del Elefante, en
el que durante la década de los años ochenta del siglo pasado se excavó
una plataforma y se encontraron restos de escultura. 37 Este último sitio
75
ha sido asociado con el cerro T ézcatl , el Tezcatepec , lugar de habitación
. ))
í
1
y fortaleza de Copil.
Estos sitios ceremoniales pudieron haber sido un lugar de congregación de diversas poblaciones locales asentadas en sus inmediaciones para
la realización de fiestas de carácter cíclico dedicadas a deidades relacionadas con la lluvia o las tutelares de esas comunidades. En esos rituales
y ceremonias se podían establecer alianzas y reforzar los lazos de identidad. 38 Esta idea no es excluyente con la posibilidad de un sistema regio nal de ceremonias, en cuyo centro se situara el Coatepec, con un ciclo
asociado a cultos vinculados con el calendario ritual, los ciclos solareslunares -
especialmente solsticios y tránsitos cenitales-
y las diversas
advocaciones de las deidades, que culminara con la fiesta a Huitzilopo chtli en el cerro Coatepec, de una forma análoga al ciclo de fiestas y rituales que se realizan actualmente en la región deTecozautla-Alfajayucan
vinculados con el Carnaval.
Las advocaciones cristianas de las principales cabeceras y pueblos que
se encuentran en torno al Coatepec ilustran las advocaciones y rituales
a los que pudieron estar asociados los sitios arqueológicos que rodeaban
el lugar de nacimiento de Huitzilopochtli. El ciclo podría iniciarse en
Tula y en Atlán -
cuya fiesta a San José es el 19 de marzo-
con cere-
Ilustración 3. Principa les advocaciones de las iglesias del siglo
XVI
alrededor del Coatepec
monias de guerra entre jaguares y águilas, asociadas con el equinoccio de
76
primavera, y que coincide con el tiempo del combate a naranjazos que
el día (8 -9 de agosto) en el que el sol se levanta por el horizonte en el
se lleva a cabo en Alfajayucan durante el Carnaval. Podría seguir el 19
de mayo en Zimapantongo, advocado a san Isidro y relacionado con el
mismo lugar que el 3 de mayo.
Una parte de estas ceremonias pudo realizarse en las barrancas y cuevas
primer paso cenital del sol en la región y fiestas que se hacían a Huitzi-
de los alrededores de la caldera del Hualtepec donde, a la vez, pudieron
lopochtli y Tezcatlipoca; y podría continuar en Nopala y Chapantongo,
representarse por medio de pinturas rupestres algunos de los elementos
cuyas advocaciones se relacionan con el segundo paso cenital del sol, .
y componentes de los rituales celebrados en las cimas de los cerros. Esta
el primero con santa María Magdalena (22 de julio) y el segundo con
r elación, que vincula una representación pictórica con un ritual que se
Santiago Apóstol (25 de julio) en la veintena Miccalhuitontli dedicada
efectúa lejos de ahí, se puede observar en la ceremonia de culminación
a Huitzilopochtli . El ciclo seguiría en Huichapan, cuyo santo patrón,
del Carnaval de Bají y la pintura rupestre de la barranca de El Tendido. En
san Mateo, del 24 de septiembre, se asocia con el equinoccio de otoño,
esta comunidad se realiza un combate entre la caballería y la infantería,
cuando se enramban los altares. Finalmente, el Coatepec, al centro de la
así como la simulación de un desmembramiento o desollamiento r itual
región, pudo haber tenido ceremonias y rituales el día 3 de mayo, como
que, además, parece estar plasmado en las pinturas rupestres del sitio
las que se realizaban hasta hace poco tiempo en las capillas de su cima, y
registrado con el nombre de El Membrillo (324
durante el mes Miccalhuitontli (2 3 de julio al 11 de agosto), que incluye
once kilómetros al suroeste.
PVM),
localizado a unos
77
Las representaciones pictográficas rupestres se registran práctica-
En este sentido, resulta sintomático que algunas fuentes sólo men-
mente en cada una de las barrancas que descienden del Coatepec y en
cionen el Coatepec como un lugar cercano a Tula y que, por ejemplo,
otras que forman las cuencas de los ríos Tecozautla y Alfajayucan. Nor-
las Relaciones aeogréiflcas de las principales cabeceras de los alrededores
malmente se distribuyen en forma de conjuntos discretos colocados en
hayan desaparecido: Tula, Nopala, Huichapan, Alfajayucan, Chapanton-
ambas paredes del cauce y pertenecen, sobre todo, al periodo Postclásico tardío y el virreinato. Las más notables por sus representaciones son:
go e incluso la de la provincia a la que pertenecían: Jilotepec. En un
perímetro más lejano tampoco existen las Relaciones de las cabeceras de
La Barca (381
Boyé
Tecozautla, Tasquillo, lxmiquilpan o Actopan, y resulta paradójico que
además de los conjuntos del arroyo
la Relación de Qgerétaro mencione los manantiales de San José Atlán, 39 y
El Membrillo, ya mencionados. Entre las imágenes más frecuentes se
que Torquemada hable de la representación de la gran cacería "al modo
encuentran la del venado, las garzas y el Xocotl-Huetzi. De esta forma,
antiguo" realizada en los llanos de Cazadero, cerca de San Juan del Río, 40
las prácticas rituales y ceremoniales pudieron conformar un sistema re-
pero que no se refieran ambas al Coatepec.
(373
PVM),
PVM),
El Chivato (385-387
Xindó (310 -312
PVM),
PVM),
Dañé (372
PVM),
gional que comprendía, al menos, los centros religiosos en la cima de los
Una situación análoga puede observarse sobre el Tezcatepec, donde
cerros, así como las barrancas y cuevas de los alrededores de la caldera
las fuentes ignoran su existencia y la propia Descripción de Tezcatepec, inte-
del Hualtepec.
grada a la Relación de Tomacuxtla, no menciona ninguna práctica ritual especial en torno al lugar de la fortaleza de Copil; Únicamente dice que "no
tenían ningunos ídolos ni adoraban a cosa alguna: sólo miraban al cielo". 41
La cima del Coatepec, el cerro del Astillero, fue el lugar que ba-
CoNSIDERACIONEs
rría la Coatlicue, donde quedó preñada y tuvo lugar el nacimiento de
El paisaje humanizado del Coatepec se construyó a partir de los ele -
Huitzilopochtli. Por ello, los aztecas construyeron en ese lugar el centro
mentos del mito del nacimiento de Huitzilopochtli, de la tradición de
ceremonial que recordaba ese mito, con dos templos en la cima unidos
la peregrinación azteca y su llegada a este lugar desde Aztlán-Teocul-
mediante una calzada y pequeños basamentos en los flancos este y oeste
huacán, y se nutrió con las constantes expresiones de las prácticas ri-
del lado sur, que pudo haber estado adornada con cabezas de serpiente
tuales que se dieron en cerros, planicies y barrancas, al menos desde
en toda su longitud o, al menos, en derredor de los templos principales.
el Postclásico temprano hasta el siglo
momento en el cual un velo
El gran Cuauxicalli, del cual quedan algunos elementos en la capilla ac-
de oscuridad se colocó sobre este cerro sagrado, quizá uno de los más
tual, quizá se encontraba en las inmediaciones del templo sur, que pudo
importantes para la cosmovisión azteca, y sus alrededores.
estar consagrado a Huitzilopochtli y, de ser cierta la imagen-espejo del
XVI,
Desde la perspectiva arqueológica, con investigaciones en el nivel de .
78
prospección y reconocimiento de superficie, es imposible saber cómo
Templo Mayor de México-Tenochtitlan, el templo norte pudo estar dedicado a Tláloc.
fue el proceso de abandono, desacralización y destrucción de los edi-
Sobre la ladera poniente, donde pudo estar el acceso y la ruta de
ficios y los elementos arquitectónicos construidos en la cima y en las
ascenso a la zona ceremonial en la época prehispánica, Huitzilopochtli
laderas del cerro, a propósito de las prácticas rituales relacionadas con
mató y decapitó a su hermana Coyolxauhqui. Ahí emerge, de entre la
Huitzilopochtli; y si la destrucción de los principales edificios de culto
vegetación, la Peña de la Luna, la cual, desde una mirada lejana, recuerda
se efectuó como parte del proceso de evangelización, o si fue realizada
la cabeza de una mujer con la cabellera y los adornos en la mitad norte
de forma intencional por grupos prehispánicos con la finalidad de ocul-
y el perfil de su cara al sur. Se trata de la cabeza de la Coyolxauhqui. Es
tarlos a la mirada de los conquistadores.
posible, entonces, que en alguna parte de la base del domo volcánico
79
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Ilustración 1 . Ladera poniente del Coatepec y la llanura de la caldera volcánica. A la mitad de la ladera,
la Peña de la Luna.
se encuentre la representación del cuerpo desmembrado de la hermana
de Huitzilopochtli, que aún no ha sido detectada.
Ilustración 2 . Localización de la presa y cota de embalse
La imagen resultante del paisaje, con el agua rodeando al cerro, tuvo
un carácter simbólico importante para los sitios lacustres del Postclá-
La planicie formada por la doble caldera Donguinyó-Huichapan, en
sico tardío ubicados en el Altiplano Central: Tenochtitlan, Xaltocan y
la que se encontraba la paleolaguna, pudo haber sido represada en la
Tzintzuntzan, no sólo por ser la materialización de concepto altépetl,
cota 2550, donde la planicie se angosta, para actualmente verter sus
el cerro -agua, y su profunda carga simbólica, 42 sino también porque
aguas hacia el sureste. En ese lugar, cerca de la comunidad de San Isidro
emulaba la noción que se tenía de la Tierra como un cuadro con una isla
Astillero, existen los restos de un antiguo bordo que represaba el agua,
rodeada de agua y hada referencia al mítico lugar Aztlán.
manufacturado de piedra careada y con núcleo de adobes. Su longitud
Más difíciles de reconocer son los lugares que se mencionan como par-
es de 251 m y se orienta perpendicular al drenaj e a 131° Az, con una
te de la aproximación de los cuatrocientos surianos hacia el Coatepec y el
altitud de 2544 msnm . Su elevación actual sobre el nivel del terreno
lugar del campo de batalla. En las planicies al norte de la caldera, entreAl-
es de tan sólo un metro a 1 . 5 en su parte más alta, pero la destrucción
fajayucan y Huichapan, todavía se siguen realizando rituales como el flo-
postdeposicional es grande, por lo que fácilmente pudo alcanzar la cota
2550 msnm .
reo de banderas (Panquetzaliztli) que hasta hace poco tiempo se llevaban
N o tiene material arqueológico asociado, y su ubicación en el paisaje
se representan batallas rituales como la del Carnaval en la comunidad de
no lo relaciona con los sistemas de riego colonial o actual, que tienen
El Espíritu, Alfajayucan, con el enfrentamiento a naranjazos, frente a un
sus represas al norte de la caldera para irrigar la planicie cultivable (pre-
quincunce, entre los bandos que representan al águila y al jaguar.
sas Enrique y Astillero). Si se tratara de represar el cauce para la emulación de una laguna , este lugar r esultaría idóneo.
80
/
a cabo en la cima del Coatepec el día del solsticio de invierno. También
El campo de batalla, Teotlacho, hace alusión al recinto del juego de
pelota donde se sacrificaba a las víctimas durante el Panquetzalztli, 43
81
que en el caso de las cerem onias otomíes actuales es simplemente un
llano. El lugar más cer cano, en el rumbo oeste del Coatepec, es Huichapan, cuyo nombre original pudo haber sido Teochiapan, y que puede
interpretarse como el sagrado lugar cenagoso (de chiauitl, ciénaga), 44 y
también aludir a una ciénaga grasienta (de chiauitli, grasa), como una
m etáfora de la sangre derramada en un combate. 45
Cabe destacar que, al parecer, la cabecera azteca de Huichapan estuvo
ubicada en las inmediaciones del actual barrio de San Mateo, aunque se
localizaron importantes evidencias al norte, alrededor de la comunidad
de Dongoteay, en un lugar donde fluyen las aguas de los manantiales de
San José Atlán, formando un espacio anegado y pantanoso conocido con1.o
la Ciénaga (370, 372, 382, 383 391 y 393 PYM), que daría significado a
Huichapan como el sagrado lugar cenagoso. El asentamiento en Dongoteay y el del barrio de San Mateo configuraron tal vez un patrón de dobles
cabeceras, tan recurrentes en el Valle del Mezquital en donde, a la postre,
la Ciénaga se congregó en los alrededores de la iglesia de San José Atlán.
Sin embargo, ésta es, tan sólo, la última de las imágenes de ese paisaje . Otras historias pudieron ocurrir con anterioridad.
La búsqueda del Coatepec por los aztecas al inicio de su peregrinación apunta que la montaña ya era un sitio sagrado desde épocas anteriores. La referencia de Sahagún, citada párrafos arriba, sugiere la
existencia de una primera ocupación de gente otomí que salió de Teotihuacan y que se trató de un evento anterior a la llegada de los aztecas
durante el Postclásico temprano. La evidencia arqueológica muestra
que la ocupación Xajay y la teotihuacana en la región, entre el año 400
al 650, dejó un espacio vacío en cuyo centro se encuentra el Coatepec.
El avance teotihuacano se acercó a las inmediaciones de la ladera sur .
de la caldera con el sitio El Mogote (413 PVM), 46 que bien pudo ser una
cabecera o una dependencia fronteriza del sitio mayor, ubicado en la
región de Tula, Xingú, y los sitios Estación Aragón, (527 PYM), El Salto
(439 PYM), El Marqués (449 PYM) y el Cerrito Huizachal (380 PYM).
Estos sitios forman una franja que ocupa el valle del arroyo El Marqués,
desde la comunidad de Jagüey (Nopala) hasta la cabecera de Chapantongo, con rumbo SO-NE, al norte de la cual no existen evidencias de
ocupación teotihuacana.
82
Al norte sólo se encuentran los sitios del triángulo de la cabecera Xajay (Pahñu-Zethé-Zidada, 241, 248, 361 PYM), cuya ocupación
temprana se fecha alrededor del año 450 de nuestra era. Uno de sus
asentamientos, Zethé, se encuentra ubicado a tan sólo veinte kilómetros al noroeste del Coatepec. 47 Este patrón de distribución, que deja
un hueco en la sierra del Hualtepec, sugiere varias posibilidades: 1) el
Hualtepec, al ser la frontera entre ambos grupos, se construyó como
zona sagrada al producirse las interacciones entre los teotihuacanos y
Xajay; 2) la sacralización del sitio fue anterior a las interacciones de estos grupos con prácticas rituales de larga distancia, que ambos buscaran
el control del cerro sagrado y que el mito que daba sentido a ese lugar
se haya reconfigurado a partir de las interacciones Xajay-teotihuacanas;
o 3) la construcción de esta frontera no estuvo asociada con la montaña
sagrada: los teotihuacanos alcanzaron el límite de su expansión por ese
r umbo, deteniéndose ahí por la presencia Xajay, mientras que la sacralización del Hualtepec fue producto de la cosmovisión azteca y de la
construcción de su propia historia .
La evidencia arqueológica no parece apoyar la última opción. Por el
contrario, la ruta de la expansión teotihuacana rumbo a la región de Tula
pudo haberse dado porTizayuca y la ribera norte de la laguna de Zumpango, para de ahí acceder al Valle del Mezquital con dirección surestenoroeste, alcanzando a ocupar el Valle del Marqués alrededor del año
200 de nuestra era. 48
El límite de la expansión teotihuacana hacia el norte pudo haber sido
originado por la presencia del complejo Chupícuaro Mixtlán (400 antes
de nuestra era-200 después de nuestra era), cuya cabecera se encontraba
en la región de Acámbaro, Guanajuato, y que controlaba prácticamente
la región comprendida entre Salvatierra-Yuriria, Moro león, Acámbaro
y San Juan del Río, en la que ubicó uno de los asentamientos tardíos a
cincuenta kilómetros del Coatepec. 49 Sin embargo, Chupícuaro-Mixtlán
estaba en proceso de desmembramiento a la llegada de los teotihuacanos
al Coatepec, por lo que aún quedan sin una explicación clara los sucesos
ocurridos entre el año 200 y el450 de nuestra era, cuando emerge como
cabecera el Pahñu, tal vez mediante un complejo proceso de segregación
y segmentación de linajes de origen Chupícuaro. 50
83
Llama poderosamente la atención el territorio bajo control Chupícuaro-Mixtlán durante el Preclásico t erminal ya que incluye, en su
.
Mセ
ᄋ@
.
frontera noroeste, la laguna de Yuriria y el cerro Culiacán, lugares que
han sido identificados por Paul Kirchhoff como Aztlán yTeoculhuacán.
51
La expansión territorial que llegó hasta San Juan del Río generó un patrón de propagación del suroeste hacia el noroeste que posiblemente
dio lugar a fuertes ámbitos de interacción entre la región de los lagos
de Michoacán, el sur de Guanajuato y el noroeste del Valle del Mezquital, entre los cuales pudo haber estado involucrada la idea del cerro
Hualtepec como lugar sagrado, de carácter suprarregional y al cual se
realizaban peregrinaciones en fechas determinadas. 52 Al menos, en e sa
dirección, dos cerros llaman la atención, el Hualtepec-Coatepec y el
Ilustración 3 . Rutas aztecas y otomíes entre el Mezquital y el Bajío
Cerro del Águila . Este último, a 44 km al norte del anterior (Zimapán,
una dirección de 60° al este del norte que, de prolongarse, alcanzaría el
los otomíes, pero también del águila que condujo a los aztecas durante
Cerro del Águila, formando una trayectoria semejante a la que en otra
su periplo hacia la Cuenca de México.
De ser cierta esta idea, los aztecas, al menos desde su estancia en
región del Mezquital tiene el desplazamiento del asentamiento de lxmiquilpan del Epiclásico (Boxaxum) hacia el del Postclásico temprano, El
Pátzcuaro, se dirigieron hacia el rumbo de San Juan del Río-Huichapan
Fraile ( 61 ° al este del norte), y hacia el lugar de fundación del Postclási-
por Acámbaro y Acahualcingo, 53 siguiendo una ancestral rut a de viaje,
co tardío, Ixtacapa ( 61 ° al este del norte), que para esas latitudes es una
de comercio e intercambio, de peregrinación y ritual, en la búsqueda
orientación que se aproxima de manera significativa con la salida del sol
del Coatepec. En este ámbito de reflexiones, en la escala suprarregio -
cuando éste tiene un tránsito cenital (19-20 de mayo o 24-25 de julio). 57
nal, no puede ser desechada la idea de Kirchhoff de ubicarTeoculhuacán
Se configuró así una región de fuertes intercambios y dinámicas cul-
en el cerro Culiacán, como lo había propuesto Orozco y Berra en el
turales que dio lugar a procesos de comunicación de larga duración,
y a Aztlán en la laguna de Yuriria, a 166 km, ligeramente al
incluyendo rutas y caminos ancestrales en sentido este-oeste. Es un
sur del este del Hualtepec.Yuriria es un lago de origen volcánico que se
espacio nuclear de interacciones que puede definirse como un r ectán-
encontraba en proceso de desecación a principios del siglo
gulo entre los paralelos 19°54' y 20°33'N y los meridianos 99°5' y
siglo
XIX,
54
XVI
generan- .
do una gran ciénaga que fue convertida en una laguna artificial por fray
10 1 °20'W, y que comprende la cuenca alta y m edia del río Lerma, la
Diego de Chávez para combatir la malaria, conectándola con el agua del
cuenca del río Tula y la cabecera alta del San Juan. Esta área nuclear,
río Grande de Toluca (Lerma) que pasa cerca de ahí.
Kirchhoff propuso que los aztecas fueron dos grupos principa-
ubicada en la frontera mesoamericana del siglo
les, uno que provenía de la región de Tonallan y Pátzcuaro (mexitin-
can e Ixmiquilpan por el oriente, hasta el lago de Cuitzeo, Huandacareo,
mexica) y que, al pasar por Aztlán, llevaron consigo al segundo grupo
Moroleón, Yuriria, el Valle de Santiago y Salamanca por el poniente. De
atlacachichimeca, liberándolos de los aztecas chicomoztoques que los
manera más amplia, esta área nuclear pudo incorporar a las regiones de
tenían sojuzgados. 56
la laguna de Chapala y del lago de Pátzcuaro.
55
84
En el caso de la r utaAcámbaro-San Juan del Río, los aztecas tomaron
Hidalgo), desde la perspectiva del sur, aparece como el águila fundacional con sus alas extendidas y la cabeza de perfil. Se trata del NxQni de
definición de Kirchhoff),
58
XVI
(de acuerdo con la
incluiría desde Tula, Mixquiahuala, Alfajayu-
85
Pedro Armillas destacó la importancia de esta región para entender
Años después, a principios del siglo
XVI,
los pobladores otomíes también
las dinámicas mesoamericanas y culturales a partir de los cambios cli-
hicieron una migración de este a oeste, hacia el sol en el ocaso. Salieron
111áticos. 59 Los estudios recientes sobre el Preclásico de la región, enfo-
de Ixmiquilpan rumbo a Acámbaro siguiendo al águila fundacional. Al
cados en la cultura Chupícuaro, parecen reforzar las fuertes relaciones
llegar a las inmediaciones de Amealco (Querétaro ), prácticamente a m e-
entre el oriente y el occidente en esas latitudes de Mesoamérica60 y des-
dio camino, se asentaron en una barranca, pero al águila no le gustó el
tacan que, a principios del siglo XVI, mostraba complejas interacciones
locales derivadas de las distintas identidades de sus pobladores. 61 Parece
lugar, por lo que volvió a alzar el vuelo y se posó en el lugar donde pudo
extender sus alas. Ese lugar es el actual pueblo de San Ildefonso. 63
ser entonces que, en esta parte de Mesoamérica, se dio, de manera
La travesía de los aztecas no parece ser tan errática como se ha inter-
local, un tipo de intercambios culturales singulares con marcada reite-
pretado: siguieron una ruta solar del poniente hacia el oriente, el lugar
ración hacia el eje este-oeste y en menor intensidad en el eje norte-sur.
de la salida del sol, hacia un cerro sagrado, el Coatepec. Aún se ignora
Desde los primeros asentamientos, la ocupación humana estableció
a qué deidad estuvo consagrado el cerro, pero es posible que tuviera
fuertes lazos entre Acámbaro y Yuriria por el occidente, con San Juan
relación con cultos a las deidades heliacales. Por su parte, el grupo de
del Río y Huichapan por el oriente, no sólo en los aspectos vinculados
Malinalxóchitl posiblemente se separó en algún lugar entre Amealco
con los intercambios de productos y mercancías, también en los aspectos mitológicos y cosmovisionales como los referentes a la fundación de
( Querétaro) y A tlacomulco (Estado de México) y siguió la cuenca del
Lerma río arriba hasta llegar a Malinalco.
altépetl. La Relación de la provincia de Acámbaro destaca su fundación por
En la región oriente de esta gran área de peregrinaciones se encon-
otomíes que siguieron una ruta este-oeste, inversa a la de los aztecas. Ese
traban tres cerros que habían sido sacralizados como materialización
proceso de fundación también es análogo al de la peregrinación azteca,
de elementos cosmovisionales ancestrales y que adquirieron un nuevo
pues implica el ritual de salida, tránsito, llegada y fundación, tan carac-
significado con la llegada de los aztecas: el cerro Xithá (hoy Juárez, en
terístico de los procesos prehispánicos del centro de México vinculados
Ixmiquilpan), el cerro de los ancestros; el Coatepec, el cerro de las ser-
con la sacralización del espacio de asentamiento:
pientes; y el Tezcatepec, el cerro del espejo. En conjunto, éstos dieron
sentido al nombre que tuvo la región del Valle del Mezquital hasta el
La causa del nombre deste d[ic]ho pu[ebl]o de Acambaro fue que, de
siglo xvm: la Teotlalpan, la tierra de los dioses, la tierra de los señores .
muchos a[ñ]os a esta parte, cuatro principales, con sus mujeres según
su ley, partieron de un sujeto de la provincia de Xilotepeq[ u e] llamado
Hueychiapan, y éstos trujeron consigo hasta sesenta indios, ansimismo
casados, los c[ua]les eran de nación otomí (y esa lengua hablaban); y
estos cuatro principales, con los d[ic]hos indios, se fueron derechos al
rey y s[ eño ]r que en aquella sazón señoreaba la provincia que dicen de
Mechoacan, y le dijeron que ellos eran de nación otomí y que querían
estar en su servicio, q[ue] les diese y señalase lugar y tierras donde
poblasen. El cual, admitiéndolos, les señaló un sitio junto a la ciudad
que dicen Guayangareo, y allí poblaron y estuvieron algunos días. Y, no
hallándose bien, se vinieron de lugar en lugar, hasta llegar al río grande
que pasa por este d[ic ]ho pu[ ebl]o, y allí poblaron. 62
86
1
Posgrado en Arqueología, Escuela Nacional de Antropología e Historia.
Alfredo Chavero, "Los mexica. Historia antigua y de la Conquista",
en México a través de los siglos, vol. 1, t. 11, libro IV, edición facsimilar,
México, Editorial Cumbre, 1887, p. 6.
3
Wigberto Jiménez Moreno, "La migración mexica", en Actas del XL
Congreso de Americanistas, Roma, 1972, pp. 167-177.
4
Paul Kirchhoff, "¿Se puede localizar Aztlán?", Anuario de Histori a,
_vol. 1, México, 1961, pp. 59-67.
" Susan D. Gillespie, The Aztec Kings : The Construction if Rulership in
Mexica History, Tucson, University of Arizona Press, 1989.
2
87
6
Marie- Areti Her s, "Chicomostoc o el noroeste mesoamericano",
Anales del Instituto de In vestiga ciones Estéticas, vol. XV I, núm. 62, México, 1991, pp. 1-22.
7
Doris Heyden, "An Interpretation of the Cave Underneath the Pyramid of the Sun in Teotihuacan, Mexico", American Antiquity, vol. 40,
1975, pp. 131 -147.
8
Para una comprensión del significado amplio del Coatepec, la
montaña sagrada, ver Alfredo López Austin y Leonardo López Luján, Monte Sagrado. Templo Mayor, México, Instituto de iョカ・ウエゥセ。」ッᆳ
n es Antropológicas, Universidad Nacional Autónoma de Mexico,
2011.
9
Rubén G. Mendoza, "Aztlan, Tamoanchan, and the Huastec Connection", ponencia presentada en Annual Meetings of the American
AnthropologicalAssociation, 1994, pp. 7-8.
10
Alfredo Chavero, "Los Mexica ... ", op. cit., pp. 107- 108.
11
Ibídem, p. 7.
12
Ibídem, p. 9.
13
Rubén G. Mendoza, "Aztlan, Tamoanchan, and the Huastec ... ", op.
cit., pp. 7-8.
l + Bernardino de Sahagún, General History if the Things ifNew Spain The
Florentine Codex, World Digital Library, http: 11www. wdl. org/ en/
item/10096/zoom/#group=1&page, consultado el28 de junio de
2013.
15
Bernardino de Sahagún, Historia general de las cosas de Nueva España,
México, Porrúa (Cofección Sepan Cuantos ... , núm. 300), 1975, pp.
191-192.
16
Fernando de Alvarado Tezozómoc, Crónica Mexicáyotl, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1975, p. 32.
17
Ibídem, p. 36.
18
Fray Juan de Torquemada, Monarquía indiana, vol. 1, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 197 5, p. 118; Fernando de
Alvarado, Crónica Mexicáyotl . . . , op. cit., p. 36.
19
Bernardino de Sahagún, Historia general ... , op. cit., p. 613.
20
Juan de Tovar, Historia de la benida de los yndios a poblar a Mexico
de las partes remotas de Occidente los sucessos y ー・イゥァョ。セッウ@
del ca mino su gouierno, ydolos y templos dellos, ritos y cirimonias ... calandorios deJos tiempos, Rhode Island, The John Carter Brown Library-Brown University-Archive of Early American Images,
http: 1 /jcb.lunaimaging.com/luna/ servlet/ detail! jcbセ@
1 セ@ 1 セ@ 123
Yセ@
1390002?qvq=q Zィゥウエッイ。K、・ャ「ョ[」jcbセ@
1 セ@ 1 ,JCBBO
1 セ@ 1 ,J cbmapsセ@
1 セ@ 1 ,J cbmapsセ@
2 セ@ 2 ,J cbmapsセ@
3 セ@ 3 &m
O ksセ@
i=34&trs=52, consultado el 28 de marzo de 2013.
21
Fernando de Al varado, Crónica Mexicáyotl . .. , op. cit., p. 31.
22
José Fernando Ramírez, Códice Ramírez. Manuscrito Tovar,
http: 11 pueblosoriginarios. com/ textos/ tovar 1mexico. html, consultado el29 de marzo de 2013.
23
Fernando de Alvarado, Crónica Mexicáyotl .. . , op. cit., p. 31.
24
Ibídem, pp. 43-44.
88
25
Gerardo J. Aguirre Díaz y Margarita López Martínez, "Geologic
Evolution of die Donguinyó-Huichapan Caldera Complex, Central
Mexican Volcanic Belt, Mexico" ,journal if Volcanology and Geothermal
Research,vol.179,núm.1,2005,pp.133-148.
26
Servicio Geológico Mexicano, Carta Geológico-Minera Huichapan F14-C78, Hgo., escala 1:50,000, México, 2009, en http:/ 1
mapserver. sgm.gob.mx/ cartas_geoquim /metadatos/ geol50/
1653_huichapan_GL-MN_F14-C78.HTML. Consultado el 12 de
marzo de 2013 .
27
Fernando López Aguilar y Patricia Fournier, Proyecto Valle del Mezqui tal. Iriforme de la cuarta temporada de trabajo de campo: 1991, México,
Escuela Nacional de Antropología e Historia, 1992, p. 81 .
28
Ibidem,pp. 81-82.
29
Ibídem, p. 82 .
30
Yamil Gel o del Toro, El cerro Coatepec. Un acercami ento geográfico , tesis
de licenciatura en Arqueología, México, Escuela Nacional de Antropología e Historia, 2011 .
31
Fernando López y p。エイゥセ@
Fournier, Proyecto Valle del m・セアオゥエ。ャ@
.. ·: op.
cit., p. 82; Eduardo Yam1l Gelo del Toro y Fernando Lopez Agmlar,
"Hualtepec, Nonohualcatepec y Cohuatepec. Lecturas a un cerro
mítico", Arqueología, vol. 20, 1998, pp. 65-78.
32
Fernando López AguiJar y Patricia Fournier, Proyecto Valle del Mezquital ... , op. cit., p. 62.
33
Ibidem, pp. 126-127.
34
Ibidem, pp. 75-77.
35
Jbidem,p.118-119.
36
Fernando López Aguilar y Patricia Fournier Garda, "Espacio, tiempo y asentamientos en el Valle del Mezquital: un enfoque comparativo con los desarrollos de William T. Sanders", Cuicuilco, vof. 16,
núm . 47, 2009, p. 134.
7
'
Ricardo Martínez Magaña, "Un rescate en el cerro del Elefante,
Tunititlán, Hidalgo", en Enrique Fernández (coord.), Simposium sobre arqueología del estado de Hidalgo. Trabajos recientes, 1989, México,
Instituto Nacional de Antropología e Historia (Colección Científica
núm. 282), pp. 143-150.
38
Fernando López y Patricia Fournier, "Espacio, tiempo y asentamientos ... ", op. cit., p. 134 .
39
Rene Acuña (e d.), BLr・ャ。」Aセ@
de qエセ・イ←ッBL@
en セ・ャ。」ゥッョウ@
qeogréiflcas
del siglo XVI: Michoacan, Mex1co, Umvers1dad Nacwnal Autonoma de
México, 1987, p. 241.
+O Juan de Torquemada, Monarquía Indiana, t. 111, México, Universidad
Nacional Autónoma de México, 1976, pp. 222- 223.
+1 Rene Acuña (ed.), "Relación de Tolnacuchtla y su partido. Descripción del ーセ・「ャッ@
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y su ti.erra':, en r・ャ。セゥッョウ@
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siglo XVI: Mex1co, 3 vols., Mex1co, Umvers1dad Nacwnal Autonoma de
,
México, 1986, p. 147.
42
María Elena Bernal García y Angel Julián García Zambrano, "El
altépetl colonial y sus antecedentes prehispánicos: contexto teórico89
historiográfico", en Federico Fernández Christlieb y Ángel Julián
García Zambrano (coords.), Territorialidad y paisaje en el altépetl del
sial o xr ·¡, México, Fondo de Cultura Económica, pp. 31-112.
3
+ Rémi Siméon, Diccionario de la lensua náhuatl o mexicana, México,
Siglo XXI, 2002, p. 490.
++ lbidem , p . 94.
45
Francisco LunaTavera, comunicación personal, septiembre de 2012.
+G Manuel Polgar Salcedo, "La periferia en la continuidad y el colapso.
Los asentami entos del peri odo Clásico en el occidente del Valle del
Mezquital", Arqueología, vol. 20, 1998, pp. 41-52.
7
+ Fernando López Aguilar, Gustavo Sandoval García y Sabrina Farías
Pelayo, Proyecto Especial Pahñu . Guía para el viajero. Zona arqueológica del Pahñu, Hi dalao, México, Instituto Nacional de Antropología e
H istoria , 2012 , pp. 12-13 .
+s Manuel Polgar Salcedo, "La periferia en la continuidad y el colapso ... ", op. cit., p. 45; Fernando López y Patricia Fournier, "Espacio,
tiempo y asentamientos ... ", op. cit., p. 127 .
9
+ Veronique Darras, "Las r elacio nes entre Chupícuaro y el centro de
México durante el Preclásico reciente . Una crítica de las interpretaciones arqueológicas", Journal de la Société des A méricanistes, vol. 92,
_núms.1-2,pp.69-110.
'° Fernando López y Patricia Fournier, "Espacio, tiempo y asentamien tos ... , op. cit., p. 122.
Q@
セ Paul Kirchhoff, "¿Se pued e localizar Aztlán? ...", op. cit ., pp. 59-67.
2
' Fernando López Aguilar y Patricia Fournier García, "Peregrinaciones otomíes. Víncufos locales y regionales en el Valle del Mezquiᄋ。ァョ@
y Walb_urga wゥセウオ
・@
tal", en Patricia Fournier, Carlos mッイ[」ャセ
(coords.), Peregrmacwnes ayery hoy, MexiCO, El Colegw ae MexiCO,
México, 2012, p. 99.
53
Hasta la fecha no se ha localizado este pueblo, m encionado en di versas fuentes hasta el siglo XV II. Su ubicación pareciera encontrarse
en algún lugar dentro del triángulo formad o por San Juan del Río,
Huiclí.apan y Aculco.
54
Carlos Martínez Marín, "La cultura de los mexicas durante la migración", en Miguel León- Portilla, Antología . De Teotihuacan a los aztecas.
Fuentes e interpretaciones históricas, México, Universidad Nacional Autónoma de México (Lectur as Universitarias núm. 11), 1972, p. 254 .
55
Javier Ayala Calderón, Yuriria , 1522- 1580: orsanización del espacio J'
aculturación en un pueblo de indios, México, Ediciones La Rana, 2005,
pp. 66-67.
56
Carlos Martínez Marín, "La cultura de los mexicas ... ", op. cit., p. 254.
57
Fernando López Aguilar, "Fundación y colapso. El altépetl Ixmiquilpan entre los siglos x y xvlll", en Juan García Targa y Patricia Fournier
(coords. ), Arqueología colonial latinoamericana . Modelos de estudio, Oxford,
_ British Archaeological Reports International Series, 2009, p. 22.
8
" Paul Kirchhoff, MesoaméTica. Sus límites geosréificos, composición étnica y
caracteres cultumles, suplem ento de la Revista Tia toa ni, vol. 3, México,
1967.
90
59
Pedro Armillas, "Condiciones ambientales y movimientos de pueblos en la frontera sept entrional de Mesoamérica", en Teresa Rojas
Rabiela ( ed.), Pedro Armillas: vida y obra II , México, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social/Instituto
Nacional de Antropología e Historia, 1991, pp. 207-232.
60
Véronique Darras, "Las relaciones entre Chupícuaro . .. ", op. cit., pp.
"La cultura Chupícua69-11 O; Véronique Darras y Brigitte f。オセ・イL@
ro en las dinámicas culturales cfel Preclasico reciente: una r evisión
de los discursos", en B. Faugere ( coord .), Dinámicas culturales entre el
Occidente, el Centro-Norte y la Cuenca de México del Preclásico al Epiclási-
y Centroamericanos/El
Colegio de Michoacán, 2007, pp. 51-84.
61
Karine Lefebvre, "Acámbaro, en los confines del reino tarasco: una
aculturación discreta ( 1440-1521 d . C.)", Trace , vol. 59 , junio de
2011 , pp. 74-89.
62
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63
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Fernando González Dávila 1
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3&mi=34&trs=52, consultado el28 de marzo de 2013.
PRELIMINAR
El 15 de enero de 1869, un decreto expedido por el Congreso de la
Unión erigió el estado de Hidalgo, segregándose de la porción noreste
del Estado de México, con una división en 15 distritos. El distrito de
Huichapan quedó integrado por los municipios de Tecozautla (al norte), Chapantongo (al este), Nopala (al sur) y el propio de Huichapan
como cabecera distrital. Este hecho, aparentemente formal, en realidad
subraya la importancia geopolítica que el ámbito huichapense ha tenido
en la zona centro de nuestro país a lo largo de su historia; y si para la
época prehispánica pudieran faltar fuentes que nos ayuden a tener un
mejor panorama sobre las particularidades y los detalles de la cotidianidad y quehaceres de los individuos, los elementos con que contamos
para conocer su desarrollo durante del México colonial no dejan lugar a
dudas sobre su protagonismo. Una vez que las tierras del Anáhuac y más
allá fueron quedando bajo el dominio español, basado en un sistema excesivamente regulado - y de lo cual eran fundamento y posibilidad sus
recursos escriturarios-
, y alcanzó el territorio de nuestro municipio,
su milenaria posición estratégica ofreció la posibilidad de dejar registro
94
95
de asuntos de todo tipo, incluso triviales por ser de carácter privado
(como una infidelidad) o de una r ep eti vidad rutinaria (la matanza de
ganado para consumo humano, la contratación de una recua, la venta
de una mula). El pretext o para hablar en este libro sobre el pasado de
C&lf&
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L&O
Huichapan me hace p ensar que pueden ensayarse o tra rutas que eviten
caer en la tentación de buscar uno, dos, tres ... nombres, personas que
hayan dejado un hecho notable en su paso por la historia local, y lo creo
ocasión favorable para hablar de otro género de personajes y temas que
nos sugieren andar por brechas distintas que las marcadas por las co lecciones documental es. Si extendemos nuestra noción de personajes
1111 .
a aquellos factores no solamente humanos, sino a los parajes donde los
hombres deciden asentarse o por donde se dirigen de un rumbo a otro;
o bien, a aquella elevación montañosa elegida para r ealizar sus ceremo nias rituales; como también los lugares señalados para hacer sus intercambios, etcétera, forzoso será conocer las características específicas
de esos espacios físicos y las vinculaciones entre ellos, para entender la
razón de estar en un lugar y no en otro, o que se dirijan por determinada dirección y no hacia otra parte.
Ilustración 1. Prim era carta geográfica oficial del estado de Hidalgo, 1869.
Mapoteca Orozco y Berra . Servicio de Inform ación Agroalimentaria y Pesqu era,
Estado de Hidalgo, Colección General, 18 39-CGE-7246-A .
SAGARPA.
EL CAMINO DE LAS FUENTES
Advierto que la búsqueda de materiales para este capítulo no ha sido
exhaustiva sino más bien general y diagnóstica . Por tanto, en el recorrido temático que aquí se ofrece, el curioso lector encontrará sugerencias, atisbos, reflexiones sobre tópicos que están pendientes de desarrollar y nos hablan de otra riqueza por explotar en este lar patrio: el
conocimiento crítico y ampliado de su pasado colonial. Específicamente
haré referencia a esa generosa fuente de información que es el Archivo
General de la Nación, que sigue ofreciendo grandes posibilidades a los
interesados en darle mayor ensanche a la historia regional. En este repositorio yacen innumerables expedientes que nos llevan a los caminos
de Huichapan . Una primera llamada de atención es que la denominación
de este lugar no ha sido unívoca a lo largo del tiempo. La búsqueda de
materiales debe considerar variantes como éstas: Huichiapa, Guichapa,
96
Guichiapa, Hueychapa, Hueychiapa, que pueden convertirse en diez, si
cada una añade al final una n . Casos análogos presentan Chapan tongo
(Chiapantongo, Chapantonco ), Tlaxcalilla (Tascalilla, Tescalilla) o Acagualcingo ( Acahualcinco, Acahualcingo, Acahualtzinco), éste, por cierto,
un p ersonaje central de este capítulo.
D e pronto estamos frente a - por lo menos-
un millar de referen-
cias documentales que conducen a expedientes cuya extensión es difícil
precisar a priori. Lo mismo se encuentra la confirmación de una merced real para posesión de tierras o un mapa en m edia hoja, que revisar
un grueso volumen con 400 fojas escritas por ambas caras. Dominan
asuntos relacionados con la ten encia de la tierra: títulos primigenios o
mercedes reales, extensión, ubicación, litigios por límites o posesión;
gracias a ellos podemos ten er la secuencia de propietarios de una determinada finca, el cambio o p ermanencia de un nombre o topónimo, el
97
proceso de ensanche del patrimonio inmobiliario y raíz de una familia,
etcét era. Nos acercan a numerosos nombres de personajes esperando
ser r elacionarlos con hechos de relevancia en el devenir local; aparecen
diversas referencias a oficios que darán mejor idea de las actividades
cotidianas, su relación con la economía regional y su inserción a la di-
Xilotepec sufrió un primer ajuste, al quedar convertidas en encom iendas sus colindancias: por el sur el pueblo de Chiapa, en Jerónimo
Ruiz de la Mota; Tula con sus pueblos suj etos (repartidos entre varios) y
Chapantongo, en Hernán Sánchez de Ortigoza, hacia el sureste ; por el
este Ixmiquilpan, asignada sucesivamente a Pedro Rodríguez de Escobar,
námica general del reino.
a Juan Gómez y Juan Bello. El pueblo de Soyaniquilpan quedó en Juan
Antonio Navarro y herederos hasta 1571. Estos repartos se realizaron en
conjunto entre 15 25 y 15 30 .5 Por toda la banda oeste , Xilotepec colindaba con la otra gran encomienda de la época, Acámbaro y Apaseo asignada
a don Hernán Pérez de Bocanegra, en el ámbito propiamente tarasco.
D esde los primeros tiempos coloniales Huichapan, siendo pueblo
subordinado a la cabecera de Xilotepec, compartiría con ésta las tareas
de centralizar y organizar ese vasto territorio y apoyo firm e en el proceso expansivo al norte, genéricamente llamado la Gran Chichimeca.
Si en un principio se nombró un alcalde o justicia con jurisdicción para
toda la provincia, a lo largo del siglo fue necesario delegar en un teniente los asuntos propios de nuestra localidad, al grado que para el siglo
XVII se le llegó a denominar Alcaldía Mayor de la Provincia de Xilotepec
y Huichapan, quedando este pueblo como residencia del alcalde. 6 El
contacto inicial de los franciscanos con Xilotepec fue a partir de 15 29
y dos años después en Huichapan. En 1580 estaban terminados cuatro
conventos ("de otomíes", los llamó fray Alonso Ponce) que se repartían
el trabajo de atender la población comprendida entre ellos: San Pedro y
San Pablo Xilotepec, San Martín Alfajayucan, San Bartolomé Tepetitlán
y San Mateo Hueichiapa. 7 Del primer pueblo llamó la atención del religioso sus recursos acuíferos : un río que permitía la cría de pescado
pequeño y "uno o dos lagos o lagunas de buen agua", el conjunto conventual terminado con claustro, iglesia, dormitorios y huerta, donde
E
CAMI NÁNDOSE HACIA EL NORTE
Una vez que los españoles derrotaron a los n1.exicas (agosto de 15 21 ) ,
su avanzada hacia el norte topó inevitablemente con el mundo otomí.
Si bien podemos encontrar a individuos de este grupo etnolingüístico
en la cuenca de México, hacia las laderas de la sierra de Las Cruces
o incluso por Tlaxcala, la parte central, su "riñón" - según expresión
coloquial castellana de la época- corresponde al que se conoció como
Señorío de Xilotepec que tuvo un papel importante en esa expansión.
La extensión territorial y numérica de los habitantes de Xilotepec era
tal que fue considerada la encomienda más grande, 2 siendo favorecido
Juan J aramillo a partir de 15 3 3 (después de que fueron desechadas las
pretensiones de otros conquistadores). Podemos inferir la importancia
estratégica de la zona por el hecho de valorar al encomendero y su esposa: fue capitán de bergantín en el sitio a Tenochtitlan, hombre fiel y
cercano a Hernán Cortés, a quien acompañó en 1522 en la expedición
a Honduras; de paso por Orizaba se casó con la célebre Malinche, la
excompañera y aliada principal del conquistador de México. Enviado
por sus compañeros a España como pr ocurador en 15 2 6, a su regreso
participó activamente en el cabildo de la capital virreina! y hacia 15 3 8
el r ey le concedió derecho a ostentar escudo de armas. 3 No creo que
sea exagerado opinar que esa jugosa encomienda fue en premio a los
servicios prestados por cada uno de ellos. Jaramillo volvió a casarse
luego de morir Malinche, con Beatriz de Andrada, y al morir él, antes
de 1550, su ahora viuda heredó los derechos a la encomienda y encontró un interesante marido: Francisco de Velasco, hermano del segundo
virrey novohispano, accediendo así al disfrute de esos derechos. 4
98
destacaban sus peras y nueces. Residían cuatro religiosos que atendían
numerosa población otomí y unos cuarenta de origen m exica y, aunque
no menciona a españoles, sabemos por otras fuentes que, justamente,
el crecido número de estancias de ganado mayor y m enor y muchas
sementeras de trigo estaban en sus manos. Del segundo, que ofrece
su denominación en otomí, Andaxitzo, también reporta que entonces
estaba todo bien terminado "aunque pequeño"; apuntó que por la mala
99
calidad del suelo no se levantaba maíz, pero lo conseguían del intercam bio de "la miel que sacan de los magueyes", que "lo más del año comen
mezquites" y que en este pueblo solamente vivían por entonces "cuatro
o cinco españoles". Enfatizó que la vecindad de estos dos pueblos con
territorio de grupos chichimecas los tenía en amago constante de sus
ataques, habiendo padecido los de Xilotepec no pocos robos en sus haciendas y hasta el secuestro de mujeres. En Tepetitlán residían solamente dos religiosos, en condiciones desventajosas respecto de los otros
tres: no tenía el claustro más que una planta que era "una casa vieja sin
iglesia [ . . . ] tienen un aposento y capilla donde guardan el santísimo sacramento"; era reducido el vecindario indígena, pero con el respiro de
estar "más seguros de los chichimecas que los de Alfajayuca".
En contraste, San Mateo era "pueblo grande de indios otomíes" desde donde se asistía a otras comunidades que le estaban sujetos. Su composición poblacional para entonces ( 15 80) era más equilibrada que en
los otros lugares, pues se contaban "en aquella comarca más de ciento y
veinte españoles", recibiendo la administración religiosa con los indios
en el convento franciscano. El imán no fueron las minas: "toda es tierra
ternplada [ ... ] muy fértil, cógese en ella mucho trigo y maíz, y hay muchas estancias de ganado menor y algunas de mayor, y hácese mucho y
muy bien queso. No están lejos de allí los chichimecas de guerra, y así
no tienen mucha seguridad". El conjunto monástico estaba terminado
con su iglesia. El "edificio del convento que es bueno" tenía claustro y
dormitorios donde residían de fijo cuatro religiosos, con una productiva huerta hortícola y frutícola, que se proveía del agua que manaba de
una generosa fuente dentro de ella. Le llamaron la atención las nueces
que ahí se daban. Así que junto con los quesos, es muestra de hasta .
dónde pueden extender su genealogía estos sabrosos productos que se
expenden en el gran mercado dominical de cada semana en esta ciudad
y en numerosos establecimientos de Atlán y Nopala. 8
De la precariedad de restos arquitectónicos prehispánicos en este
municipio, si hemos de dar fe a Torquemada, lleva los primeros créditos
de su desaparición fray Alonso de Rengel. Entró a sus labores evangélicas
en 1529 "en las provincias de Xilotepec yTula, que eran las más populosas de indios otomíes y en sus comarcas [ .. . ] destruyó todos los ídolos
100
de aquellas provincias con sus templos y altares". Le acredita como el
primero que aprendió otomí y con ella predicó a aquellos hombres. 9
Otra manera de sopesar la relación d e fuerzas entre Xilotepec y Huichapan es recordar brevemente los hechos de conquista atribuidos a
Connín. Bautizado como Hernando de Tapia, este bien conocido aliado
clave de los españoles, surgió de un lugar siempre identificado como
sujeto a Huichapan: de Nopala partió un contingente encabezado por
él ( 15 30-3 3) para convertirse en cacique de la población indígena que
se fue asentando en La Cañada queretana y en el cerro del San Gremal
(hoy Barrio de la Cruz). Gracias al paulatino control y la importancia
que la parte del llano adquirió, por quedar en el camino de la expansión española hacia el norte y a las minas de Zacatecas y Guanajuato, así como las ventajas para la cría de ganados y explotación agrícola
europeos, atrajo cada vez más población blanca, que motivó dar traza
reticular al pueblo de Querétaro hacia 1550. 10 La familia Tapia logró
mantener una importante presencia por lo menos hasta la primera década del siglo XVII. Baste decir que su rango de indio cacique lo mantuvo
hasta su muerte, le sucedió su hijo Diego - ambos con algunas intermi tencias- y cierra el ciclo su aportación para la erección del convento
de Santa Clara en donde profesó la hija de éste en calidad de fundadora .
Tradicionalmente identificado como comerciante, debió conocer
rutas y caminos por donde transitaban mercaderías que iban del ámbito
mexica al tarasco, ligados al otomí y de éste al norte chichimeca. 11 Recordemos que desde tiempos remotos, el cobre mesoamericano y las
guacamayas tropicales podían encontrarse en Paquimé (Chihuahua) o
que la turquesa extraída en fuentes de Nuevo México era trabajada con
12
primor en Oaxaca; o que afinidades cerámicas entre Chupícuaro y la
cuenca de México o las comparativas arquitectónicas a partir de Teotihuacan o Tula, nos dan cuenta de caminos andados de tiempo inmemorial de sur a norte y de este a oeste, que fueron bien aprovechados por
los invasores europeos.
Ya se ve que no es ocioso recordar a Connín en este contexto. Se ha
discutido si había o no asentamiento regular en Querétaro previo a su
llegada o si tenía las características de sedentarismo como para constituir una encomienda y a qué españoles fu e asignada. Lo cierto es que la
101
historia local lo señala como fundador, 13 condición que subrayan las dos
A la vista de esto, conviene revisar su relación temprana con un im-
esculturas que lo recuerdan monumentalmente, una sobre la autopista
portante personaje de la época: Hernán Pérez de Bocanegra, titular
México-Qu erétaro, antes de entrar a la ciudad, y otra en la plaza del
de la otra gran encomienda de la época, la de Acámbaro-Apaseo, co-
Templo de la Cruz. Esta exaltación ha devenido en una imagen de poca
lindancia de Xilotepec. Las relaciones entre Bocanegra y Jaramillo no
relevancia de los pobladores originarios y la dificultad para comprender
eran en principio, precisamente, buenas pues el primero comenzó sus
su verdadera situación. Da para pensar el potencial propio de la región
actividades en Nueva España del lado de Nuño de Guzmán (el gran ri-
de Huichapan, frente al que se suponía tenía la cabecera del señorío.
val de Cortés) . Pero el motivo de mayor controversia entre ambos fue
Connín avanzó con confianza, se constituyó en importante partícipe del
la adjudicación de Querétaro a una u otra encomienda, teniendo que
fomento para el crecimiento de esa población, siempre pretendió ser
litigar no sólo con Jaramillo sino con los propios caciques de Xilotepec.
independiente de los caciques centrales de Xilotepec, quienes le deman-
Se explica así que Tapia recibió apoyo de Bocanegra en sus pretensiones
daban sontetimiento, obediencia y tributación , asunto que generó re-
de autonomía ya mencionadas, alianza sellada a lo largo de los años si-
Se
guientes, manifiesta en la estrecha relación que llevó con Juan Sánchez
convirtió en propietario de tierras agrícolas y ganaderas . Entonces, no
de Alanís, hombre muy ligado a la casa de don Hernán. 16 Alanís y Tapia
parece coincidencia gratuita la concurrencia de varios factores. Así, al
resultaron ser una mancuerna importantísima en el proceso de control
momento de partir de N o pala, está ocurriendo la llegada de los frailes
y colonización de ganados en el espacio comprendido entre la actual
a la zona de Huichapan, los conquistadores van logrando mayor control
ciudad de Querétaro, San Miguel de Allende y la actual de San José
regional y comienza el asentamiento de colonos, como bien sugiere el
Iturbide. Alanís (ya mencioné su participación en la traza de Queréta-
reparto de encomiendas desde mediados de la década 1520, ya señalado.
ro) destacó más al norte, haciéndose de numerosas propiedades (en los
Otra relevante coincidencia es la forma como actuó Hernando de
actuales municipios guanajuatenses de Doctor Mora, San Luis de la Paz,
Tapia, en relación con los procedimientos y doctrina que acostumbró
Tierra Blanca, Victoria) y actuando repetidas veces como autoridad, ya
seguir la Corona para premiar a los conquistadores. Se condujo como
fuera en San Miguel o San Felipe, viniendo a terminar sus días como
todo un conquistador español capitán de hueste, poniéndose a la cabeza
cura de Xichú (Victoria) a principios de la década de 15 70. 17
petidas tensiones entre ambos, de lo que hay registros fehacientes.
de un grupo por su cuenta y a su costo ("motu proprio") que "era el ex-
Al revisar brevemente las peticiones de mercedes de tierra que desde
pediente al que se sujetaba la Corona luego del éxito de los conquista-
15 35 iniciara Hernán Pérez Bocanegra en beneficio propio y de sus hi-
dores para premiarlos", y así recibió "reconocimiento por el gobierno
jos parece que logró enlazar el corazón de su encomienda con San Juan
español tanto de su cacicazgo como del repartimiento de tierras que
del Río. Un ejemplo: las tierras y molino que su hijo Alonso ya estaba
15
¿estaba huyendo de la opresión de los caciques de Xilotepec, como sue-
explotando en las cercanías de San Juan del Río, entre 1580 y 1585 ,
tienen relación con el área comprendida en los alrededores del actual
le manejarse, o fue una salida convenida? Esa ventajosa alianza con los
Galindo, Querétaro, y del cerro Xingo, Xilotepec, Estado de México.
españoles, ¿le aseguró mantener un corredor que como comerciante ya
Luego, para la segunda década del siglo xvm, la hacienda llamada "San
aprovechaba desde antes? O ¿acaso pudiera inscribirse su marcha en un
Isidro de Lira" en jurisdicción de San Juan, la mantenía un descendien-
proceso migratorio como los señalados en el capítulo previo siguiendo
te, Francisco Pérez Bocanegra (que se ostentaba como capitán de caba-
rutas y enlaces bien establecidos? El caso es que el grupo que salió de la
llos corazas y alguacil mayor del Tribunal de la Santa Inquisición). 18 Es
región de Huichapan es importante para entender el proceso de pene-
posible que hubiera una ruta antigua que partiendo de San Juan del Río
tocara Amealco, continuara por Coroneo y de aquí alcanzara Tarímoro ;
había efectuado".
De modo que hay que replantearse preguntas como:
tración hacia el centro norte y la Gran Chichimeca.
102
14
103
este lugar está situado casi al centro de la encomienda de Bocanegra
y a m edio camino entre Acámbaro y Apaseo. El tramo de San Juan a
Amealco pasaría entre Galindo y Xingo. ¿Se quedó la familia Bocanegra
con el control y beneficios de una de las rutas de antigua raigambre, que
se señalan en capítulo precedente, que comunicaban a Huichapan con
Acámbaro y más al occidente ?
EL CAMl O DEL GANADO
Vencida la resist encia de Tenochtitlan en agosto de 15 21, los españoles
se fueron en tropel hacia el norte, por lo que antes de terminar esa década se contaba con condiciones favorables para avanzar más allá de los
límites de la provincia de Xilotepec. Así, se fue generando una de las
transformaciones más abruptas, tanto en la cotidianidad vital de los moradores nativos como en el paisaje. Con mencionar al toro y al caballo,
llegados con los invasores, que son para nosotros imagen inseparable de
nuestros campos, tendríamos para llenar varias páginas, eso sin añadir
puercos, ovejas, cabras también recién importados. La dotación de productos para el consumo alimentario en carnes y lácteos, o la práctica de
actividades campiranas devinieron en la tradición local de buenos quesos
o en nuestra feliz costumbre de reunirnos con motivo de una celebración para disfrutar una barbacoa y jugosas carnitas, con el afortunado
maridaje del ancestral pulque. Si hablamos de la charrería o de corridas
de toros, no es gratuita coincidencia que en la arquitectura civil de Atlán
y Huichapan destaque un lienzo charro, o que la crianza de ganado bravo
en nuestro municipio esté bien representada por los encierros de que ha
hecho gala Xajay durante décadas en plaza principales del país, topónimo compartido entre Huichapan y San Juan del Río, debido a la intensa
interrelación que han guardado a lo largo de su historia.
Durante la década 15 30-1540 destacan dos grandes espacios donde
puede valorarse la problemática que generó el avance de los ganados
mayores y menores y lo exitosa que resultó su reproducción. En 1539
se expidieron las primeras ordenanzas de la Mesta novohispana, estableciendo los valles de Matalcingo y Tepeapulco para las reuniones anuales
104
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Ilustración 2. Hidalgo monumental, 1931.
Esta imagen está asociada al proyecto del prim er Catálogo de constwcciones religiosas del estado de Hidalgo,
1929- 1932, formado por Tousssaint y Azcué (vide Bibliografía). Mapoteca Orozco y Berra. Servicio
de Informa ción Agroalimentarira y Pesquera, S!IGARPA.
Estado de Hidalgo, Colección General, 18898-CGE-7246-A
que debían llevar a efecto los ganaderos, ocasionando un flujo de animales hacia esos puntos de manera casi natural. El hecho mismo de que surja este ordenamiento revela la necesidad de tomar acciones regulatorias
precisas para la naciente industria ganadera y que la presión demográfica
de estos animales no solamente forzó la búsqueda de nuevos espacios
hacia el septentrión, sino que posibilitó que las expediciones tuvieran
fuentes alimentarias cercanas. En la documentación de la época ese valle
de Matalcingo puede entenderse abarcando la cuenca del río Lerma y
en su comprensión (siguiendo una dirección general sur a norte) Xiquipilco, Ixtlahuaca, Xocotitlán, Atlacomulco (hoy Estado de México) ;
para entrar a Michoacán porTlalpujahua, Maravatío y de ahí, a un paso,
Acámbaro, puerta hacia Guanajuato. Desde este pueblo, dirigiéndonos
enteramente al norte, se llega a la actual ciudad de Celaya (fundada
!OS
en 1571 ), quedando en punto intermedio el valle de Tarímoro. Fueron
constantes los conflictos en las décadas 1540 y 1550, ya fuera entre
indios y ganaderos (éstos invadían sus tierras) como entre los mismos
españoles. 19 Por ejemplo, el virrey Luis de Velasco, en septiembre de
155 3, se enteraba de "que en los términos del pueblo de Maravatio, Tarímbaro,Yndaparapeo y de otros pueblos de la provincia de Michoacán,
están asentadas mucha cantidad de estancias de ganado mayor en gran
daño y perjuicio de los naturales", 20 y mandó hacer una investigación.
Entre los culpables estaban personas de cierto influjo, como Miguel López de Legaspi, Pedro Salcedo y Francisco de Mendoza, cuyos animales
andaban en "termino de Mm·abatio e Hirin1bo y su comarca". 21
López de Legaspi era cercano a la corte virreina!, en cuya capital fue
escribano, alcalde mayor, funcionario en la Casa de Moneda, beneficiado
con varias estancias por el primer virrey, y encargado por el segundo de
encabezar la expedición enviada a explorar el océano Pacífico (1564),
que sumó a la Corona española las islas Filipinas. De Francisco de Mendoza baste decir que era hijo del primer virrey. 22 No discutiré si hubo
efectos o sanciones contra los responsables, sino subrayar que, como en
el caso de los titulares de la encomienda de Xilotepec, nos indica que el
reparto de los espacios y el aseguramiento de su explotación tenían un
control bien definido, pues la empresa de expansión colonizadora, si se la
entiende como un proyecto del Estado español, debía contar con colaboradores que pertenecieran a familias que podían sostener con sus medios
y prestigio el proceso de inversión inicial que supone la construcción de
corrales y casas, cercar los campos, su mantenimiento, disponer de mano
de obra, etcétera.
En paralelo a esta "saturación temprana de ganados", se vivía en la
región de Tepeapulco un proceso que inició hacia 15 30 y que llegó a su
clímax veinte años después. Las quejas eran las mismas que en Matalcingo, Tarímbaro yTarímoro. Destaco algunas estancias señaladas como
problemáticas en diciembre de 15 51 : las de Gonzalo de Salazar, la del
Monasterio de la Madre de Dios de la ciudad de México, Luis Marín,
Antonio de la Cadena, Diego de Villapadierna, Francisco de Santacruz,
Juan Juárez, Pierres Gomes, Juan de Jaso, Antonio Isidro y Andrés de
Barrios. El virrey ordenó ahora que, antes del siguiente marzo, sacaran
106
todo el ganado mayor o se aplicarían multas de cien pesos, permitiendo conservar sólo 5 000 cabezas de ganado menor, con un pastor por
cada mil. 23 Más tarde, en septiembre de 15 53, ocurrió que los quejosos
fueron los estancieros. Luis Moscoso, corregidor de Tepeapulco, fue a
averiguar si los indios "maliciosamente" habrían r epartido más tierras
de las que podían labrar, dentro de las cercas que rodeaban las estancias
"para buscar pleito". 24 Incidentes de este tipo fueron lo común durante
esos años, de modo que podemos hablar de un intenso conflicto cotidiano por el espacio a mediados de siglo XVI. Fue tan frecuente el número de denuncias que se presentaban por invasiones de ganados que, más
allá de las m alas intenciones de que se p odían acu sar entre sí estancieros
e indígenas, lo que parece evidente es que el problema había rebasado a
todos; es decir, el número de cabezas de ganado era tal que ya resultaba
prácticamente imposible controlar los hatos. 25
Con cierto margen de verosimilitud se puede reconstruir la ruta
que en su expansión hacia el norte siguieron los ganados al paso por
nuestra región . En el párrafo anterior mencioné, entre los estancieros con abundante ganado en Tepeapulco, a Andrés de Barrios, que fue
uno de los conquistadores que incursionaron por Ixmiquilpan rumbo a
Meztitlán a fines de la década de 1520, recibiendo en premio a sus fatigas parte de la encomienda de este último pueblo y el derecho a instalar
estancias ganaderas. 26 Factor importante en la atracción de pobladores
fue el hallazgo de minas en Ixmiquilpan (década de 1540), asunto relevante para este relato que retomaremos más adelante. Las fuentes
también sugieren que desde Tepeapulco el flujo se dirigió hacia Tula
por donde los ganados se fueron aproximando a Soyaniquilpan, Nopala
y Huichapan, lo que los llevó al feliz encuentro con esa extensa planicie conocida posteriormente como Llanos del Cazadero, cuya mayor
parte acabó quedando en la jurisdicción de Huichapan . La hipótesis de
este trayecto puede encontrar sustento en varias circunstancias, como
cuando los franciscanos reconocieron como un punto clave de su penetración su paso porTula. 27 Otra observación sería con los estancieros
conflictivos de Tepeapulco: el monasterio de la Madre de Dios, Luis
Marín, Juan Juárez, Pierres Gomes, Juan de Jaso - dos personas con
este nombre, tío y sobrino- , beneficiados con más r epartos de tierras,
10 7
en el camino a Zacatecas ( 1549-15 52) en el tramo entre San Miguel y
donde se fundaría San Felipe ( 15 6 2).
Resulta muy útil revisar el caso de los Jasso. El sobrino, conocido
como el Joven o el Mozo, recibió en encomienda el pueblo de Xipacoya,
al sur de Tula ( 1542), 28 y autorización del virrey para instalar "un sitio
y herido de molino en términos de Xipacoya"; 29 más tarde (septiembre
de 1550), obtuvo confirmación de una estancia de ovejas en Tepeitqui,
también cerca de Tula (comprada a Rodrigo de Albornoz en 1546). Hay
testimonio de otra estancia para ovejas en un sitio "nombrado Teauebe
en t érminos de Xipacoya" (abril de 155 3) . 30 La cercanía de estas pro piedades con Tula hace plausible asociar el nombre de la localidad de
Jaso con la impronta de este personaje. El registro de una propiedad
en la ciudad de México en 1543 lo confirma en su calidad de vecino de
esta ciudad. 31 En tanto que, Jasso el Viejo, conquistador de Tenochtitlan
y leal a Hernán Cortés, es al que se identifica con numerosas estancias
en los alrededores de San Felipe, una de las cuales incluso quedó señalada en la "Pintura de las Villas de San Miguel y San Felipe" de 15 80
(primera expresión cartográfica de aquella región), denominada como
"El potrero de Jasso", en un punto que prefigura una ruta desde San
Felipe al mineral de Guanajuato a través de la sierra. 32 D estacan las que
recibió en el extremo occidental del Bajío, donde sus her ed eras perdie ron tierras en beneficio de la fundación de León ( 15 7 4), por lo que se
les vio muy activas demandando a la corte del rey que les compensara
esta sustracción a su patrimonio. La distribución d e estas estancias hace
comprensible que se le ubique entre los primeros descubridores de las
vetas guanajuatenses .
Hay otra alternativa para comprender los caminos que tomaron los
ganados en su andar hacia el norte, una vez que entraron en la r egión de
Huichapan y superar y enriquecer la ya tradicional ver sión de que los
primeros pobladores y beneficiarios de mercedes de tierras fueron una
familia de apellido Alejas, Juan Ramírez, Alonso de Hinojosa, Diego de
Balza y Juan Garda Gamero, cuyas mercedes les fueron otorgadas entre
los años de 1563 y 1594. Si nos adentramos más en los expedientes del
Archivo General de la Nación (AGN), podemos aumentar los nombres de
muchas otras personas que fom entaron la ganadería o iniciaron el cultivo
108
de la tierra con técnicas europeas . Añadamos por ahora a Juan Amador
(ca. 1560), Hernando Galván (156 1), Juan de Pineda entre Huichapan y
Tecozaulta (1563), Juan Antonio Hernández, PedroTrejo y Juan Orozco
( 1565), Cristóbal de la Cerda (1574), Juan Flores (15 75) , Juan Dávila
( 1577), Juan Fernández ( 1582), Francisca Solís, Juan Sánchez, Sebastián
Moreno (1583 - 1584), Alonso Hernández, Juan Xerez, Diego Milian y
Bartolomé Canal ( 1590), Juana Hernández ( 15 92) .. . ; o entre los indígenas muchos de los cuales suelen presentarse como principales o caciques: Juan Ramírez, principal de Xilotepec, en "términos de Guchiapa
[ ... ] en la junta de dos arroyos grandes que el uno baxa de la estancia
de Luis de Quesada y el otro se llama a bondojito"/ 3 a Gabriel Pérez,
principal del pueblo de Santiago Tecozautla, en el pueblo de Taxcalilla
(1580), Lucas Sánchez, de Huichapan en el paraj e Teuzco, a Gabriel de
los Ángeles (1587), Lucas San Francisco (1588), etcétera, a los que más
adelante volveremos. Las r eferencias que en conjunto nos dan todas
esas fuentes posibilitan pensar que, desde Huichapan, los ganados hayan
sido llevados por Tecozautla o Maney y de ahí por Bondojito, Dandhó,
Atengo, San Joaquín (antes del actual límite con Quer étaro) y tocar Tequisquiapan, desde donde pueden seguirse al m enos dos rutas: una que
llegue a la ciudad de Querétaro por La Cañada y otra que, evitando
enteramente acercarse a ésta, llega al norte del municipio de Quer étaro
a la altura de donde hoy se encuentra la bifurcación de la carretera que
lleva a San Miguel Allende o a San Luis de la Paz . La otra posibilidad es
que se llegara de Huichapan a Taxcalilla y San Juan del Río y de ahí en
adelante. La posibilidad del trayecto desde Tequisquiapan la han manejado los autores de un estudio reciente , 34 pero siguen anclados en que
la expansión se da necesariamente desde San Juan del Río procediendo
desde la ruta que se conoció com o el Camino de Tierra. Sin embargo , hay
que subrayar que éste se abrió hasta 1549- 1550, muy posterior a las vías
planteadas por Matalcingo y Tepeapulco. Ha sido tan fuerte la marca de
la historia posterior de esta ruta que pareciera que siempre estuvo ahí
desde el principio.
Hay t estimonios que permiten identificar el proceso de reparto en
los extensos llanos del Cazadero y su importante posición estratégica .
El trasiego de pasajeros y mercancías se volvió más intenso a partir de
109
que los descubrimientos de las minas de Zacatecas ( 1546) y Guanajuato (1550-1553) atrajeran el interés de un número cada vez mayor
de españoles, que generó necesidades imperiosas como la dotación de
bastimentas, sitios para descanso humano y animal, remudas de cabalgaduras, etcétera. Este hecho consolidó la centralidad del llamado Ca mino de Tierra Adentro que intencionalmente apenas he mencionado, que
convirtió de hecho como sus rutas tributarias los dos corredores ya
descritos y que, desde mi punto d e vista, lo preceden en el proceso de
expansión hacia el norte, por veinte años por lo menos. Veamos esta
consideración.
La penetración por el centro de la provincia de Xilotepec de manera
intensa debió ser posterior, al m enos, a 1546. Existe el espléndido relato
que r ecogió Torquemada sobre la magna cacería que encabezó el virrey
Mendoza "al modo que los indios antiguamente, lo hacían". 35 Se eligió
un lugar donde "fuesen unos mui cumplidos, y extendidos Campos, que
estan entre Xilotepec, y el pueblo de San Juan del Río (que hasta oi conserva el nombre del Cas;adero )", aclara el cronista y así se ha mantenido.
Por la descripción que hace de esa zona, nos hacemos a la idea que, en
contraste con lo que hoy vemos (extensos campos reticulados, divididos para señalar la p ertenencia a distintos propietarios y destinados a
diversos usos agrícolas), se presentaría, a manera de bosque, una tupida
vegetación de cactáceas, mezquites , huizaches, donde - otro contraste- en vez de caballos y reses lo común sería ver grupos de venados
comiendo o abrevando de los recursos naturales. Volvamos al relato.
El día señalado "salieron los indios mui de mañana, y cercaron más de
cinco leguas de monte , porque eran los indios más de quince mil". En el
transcurso de la mañana fueron cerrando el círculo hasta quedar hombro a hombro "antes del mediodía". En medio quedó gran cantidad de
venados, coyotes, liebres, conejos "que parece increíble"; y como viera
Mendoza que era excesivo su número, mandó abrir el círculo por dos o
tres puntos "por donde salieron arandes manadas de estos animales". Lo
volvieron a cerrar y "dexaron de cerco más de media legua, en quadro",
quedando a manera de corral humano "para que ni los pajaros no se
fuesen" . Dentro podían maniobrar jinetes, unos "alanceando; otros con
arcabuces y ballestas, tirando y matando lo que querían"; tanto los que
110
estaban dentro como fu era del cerco, "no se daban mano a coger cas;a
viva o muerta, andando a la vu elta los cocineros con sus asadores, porque se le venía la cas;a a la cocina". Así pasaron todo el día, alternando descansos para la gran faena. Al ponerse el sol "se halló que havian
muerto seiscientos venados chicos y grandes", "mataron más de cien coyotes, <::orrilos, Liebres, y Conejos, mui aran multitud". Como deja de
verse, en ese extenso círculo de más de cinco leguas no quedó atrapado
un solo toro ni cabra ( 1 legua = + 1- 4. 5 km). Estamos hablando del
área donde se consolidarían importantes haciendas y ranchos, cuyos
nombres quedarían para nuestra toponimia actual: Arroyo Zarco, Encinillas, Ruano, Cazadero, Pahnillas. Debió ser muy grata experiencia,
pues "engolosinado de ella el virrey don Antonio de Mendos;a la aplas;o
para el año siguiente de 1542, aviendose hecho en este año de 1540".
Ya no se repetiría; aquel año de 154 2, el virrey anduvo ocupado en otra
cacería, la de indios cazcanes y teules (guerra del Mixtón) que a punto
estuvieron de borrar del mapa el avance español por la Nueva Galicia.
A su regreso se ocupó de las imperiosas tareas de consolidar lo re conquistado y atender las reacciones de los conquistadores y encomenderos
a las limitaciones que imponían las Leyes Nuevas decretadas en España
en 1542 . Siguió el relevante hallazgo de las minas zacatecanas a partir de
1546 (que dos años después ya prometía las riquezas tan codiciadas), y
con ello la necesidad de asegurar un camino directo a esta zona . Los últimos años de su gobierno, el virrey Mendoza apuró diligentemente asunto de tal importancia política, según le comunicó a su sucesor, a fines del
año 1550: "Juan de Muñoz de Zayas , vecino de Panuco, por mi mandado
fue á descubrir el camino de los s;acatecas, y está descubierto". 36
A partir del arranque de la década intermedia de esa centuria, será
frecuente la expresión "en el camino nuevo que agora se hace" 37 rumbo
a Zacatecas, como referencia para sitios otorgados fundamentalmente a
españoles para fines agrícolas y ganaderos. Es entonces que la provincia
de Xilotepec será atravesada por su centro con el paso de los ganados,
las carretas de los hombres extranj eros, la siembra de trigo y maíz en
escala extensiva, y desaparecerá la abundancia del venado, las liebres y
el coyote, modificándose el paisaje radicalmente. El trazo que a partir
de San Francisco Soyaniquiplan alcanzará San Juan del Río (que puede
111
simular una diagonal en dirección noroeste) pareciera que no afectó
era minero principal en Taxco, donde fungió como m áxima autoridad
asentamientos que por ahí se encontraran, si me guío por la falta de
civil (1542); 39 obtuvo el reconocimiento de la posesión de caballerías,
indicios de conflictos al modo de Tepepapulco y Matalcingo. Casi todos
ingenio y estancias en la zona de Pánuco y Valles (1550) 40 y con motivo
los itinerarios que se pueden revisar de los siglos XVII al
dan a Soyani-
de la cuaresma de 1551, gestionó licencia para llevar p escado de Pánu-
quilpan como último lugar con nombre indígena hasta San Juan del Río
y -como arriba se dijo- solamente se encuentran denominaciones
co a la ciudad de México, usando tamemes, pues el camino fragoso no
resultaba propicio para arrias . Parece que treinta años después de la con-
en castellano sobre el camino. A uno y otro lado quedaron a cierta dis-
quista ya era costumbre bien establecida, atento al comentario de que se
tancia Calpulalpan, A culeo, Acaxuchitlan, N opala, Santa María Macua.
hacía "desde mucho tiempo a esta parte". 4 1 En la r egión de Pénjamo y
Valga para esta ocasión, revisar un caso particular.
Cuerámaro logró sumar más de 20 sitios de diversa índole. 42
XIX
De Juan de Oñate hay mucho que decir. Éste debe ser hijo del conquistador hom ónin w . D ur ante los veinte años previos ambos estuYieron
en las arduas jornadas de pacificación de la Nueva Galicia y, con Diego
EN BUSCA DE UN PUEBLO PERDIDO
!barra, se cuentan en el grupo de descubridores de Zacatecas. El padre
Curiosamente a partir de 1550 y a lo largo del siguiente medio siglo
logró poder y prestigio importantes al haber sido artífice de la victoria
comienza a aparecer en las fuentes el señalamiento de un lugar en espe-
de la guerra del Mixtón, recibiendo el reconocimiento correspondiente
cial: Acahualcingo. Y -
si no todas- la mayoría de las menciones van
del virrey y obtuvo varias estancias en aquella gobernación. En el camino
relacionadas con expresiones como el camino nuevo "que aaora se abre"
nuevo a Zacatecas recibió merced para estancia diez leguas adelante de
o "en términos de" éste. El más temprano que conozco es de lo más
San Miguel (mayo de 1550), y a seis de distancia de otra otorgada a la
interesante. En 1552, el virrey Luis de Velasco recibió la petición de un
viuda de Juan Jaramillo. 43 Tuvo la lucrativa encomienda de Tacámbaro,
grupo de personajes
en zona minera, desde 15 2 8 que la familia retuvo hasta el siglo
XVII;
en
este lugar y en Zitácuaro, instaló ingenios que requerían indios de r e [y]
par timiento ( 100 y 25, respectivamente). 44 Ligadas por fl.1ertes intere-
le han hecho relación que conviene y es muy necesario abrirse el ca-
ses comerciales y políticos las familias Oñate e !barra t enían capacidad
mino y aderezarse que va desde las dichas minas de Yzmiquilpa hasta
para armar un tren de " cuarenta carretas con sus bueyes " , encargado
[ ... ]que tienen minas en las minas de Yzmiquilpa y los
subir al camino que va de esta ciudad [México] a la de
セ。」エ・ウ@
セ。」エ・ウL@
para
en Puebla (1551 y 1552) para llevarlo hasta Zacatecas . Interesa para el
38
proyecto del ramal que vengo comentando que Ortuño de !barra tenía
que por él puedan ir y venir carretas por ser camino tan importante.
entonces una hacienda en el Real de Nuestra Señora de Ixmiquilpan y
112
El trazo debía cubrir ocho o nueve leguas "por tierras muertas", hasta
fungía como corregidor deTlacintla e Ixmiquilpan (1552 ).4 5 De Alonso
entroncar con el camino principal antes de San Juan del Río y una legua
de Villaseca es más conocida su trayectoria en el actual estado de Hidalgo
adelante del pueblo de Acahualcinco. Sorprende sin duda la temprana y
y era reputado ya en la segunda mitad del siglo
oportuna petición, pero se vuelve comprensible cuando nos acercamos a
las condiciones personales de los solicitantes. Luis de Castilla, Cristóbal
rico de Nueva España. Consolidar la ruta Ixmiquilpan-Acagualcingo les
aseguraba tener interconectados sus intereses de manera eficiente.
de Oñate, Alonso de Villaseca, Alonso de Mérida y Rodrigo de Ribera
El pueblo de Acahualcingo se verá copado cada vez más por ganados
eran gente de peso, influjo y presencia en los asuntos generales del reino.
europeos y agricultura extensiva, pues en sus "términos" el territorio se
El primero de ellos contaba con encomiendas en la provincia de Oaxaca,
irá repartiendo como propiedad privada. Entre 1560-1562 Juan Amador
XVI
como el minero más
113
se hizo titular de derecho a una estancia de ganado menor "al pie de un
cerro llamado Atlapotepeque en términos de el pueblo de Acagualtzingo", y que en 1573 adquirió Alonso Ramírez de Arteaga. 46 Más tarde
( 15 8 3), Luis de Quesada r ecibió un sitio de ganado y cuatro para si e mbra y Juan Miguel dos para siembra; al año siguiente, Salvador García,
uno para siembra; Pedro Yngeni, para siembra (1585); Leonor Zúñiga un
sitio para ganado y dos de siembra (1588); Francisco Rodríguez uno para
ganados y tres para siembra (1590) y Antonio Chávez dos para siembra
(1595). 47 Ya adelanté que en estos llanos no he advertido pleitos como
los de Tepeapulco o Tarímoro con los indios, pero sí entre españoles.
Tomo el caso ocurrido entre Juan García Gamero y Alonso Ramírez de
Arteaga. Ambos tenían estancias de ganado al menos desde 1562, y García ya tenía autorizado instalar una venta para atender viajeros, por lo
que entabló controversia judicial contra la merced que autorizaba al otro
a construir una más en 1574. García argumentaba que una venta bastaba
y habiendo dos no habría provecho para ninguno, insistiendo en su preeminencia; Ramírez enfatizó que no era problema, al mediar entre ambas
más de legua y media. El documento señala expresamente que las tierras
de ambos quedan "a donde dice el Cazadero". Por un señalamiento de
García se da a entender que una de ellas quedaba "entre los dos caminos,
el viejo y el otro que va de Acagualcingo a Sant Juan ques en las peñuleas
donde están unos charcos de agua junto a un corral en que encierran ganados que pasan", lo que sugiere que el trazo inicial dado en 15 5O había
sufrido alguna alteración. Estas propiedades fueron reunidas en adquisiciones posteriores y para principios del siglo xvm formaban parte de la
48
Hacienda de Guadalupe alias El Cazadero.
Este expediente nos informa de las características de una venta:
El potencial de los llanos del Cazadero para la crianza y alimentación de
ganado, junto al factor de quedar sobre un área que acortaba la distancia
entre las minas norteñas y la capital virreina!, seguramente lo contempló
el virrey Mendoza, pero fue su sucesor el encargado de comenzar a convertir el lugar en un gran establo. El litigio de tierras citado señalaba la
existencia de un "corral antiguo grande hecho por mandado de nuestro
Viso Rey don Luis de Velasco para encerrar y recoxer las novilladas y
ganado que suele venir a esta ciudad [de México]". La guarda de ganados
destinados a la ciudad de México fue una vocación para todas las propiedades ubicadas en esta gran llanura. Otra hacienda de la zona, Buenavista también conocida como Sití o Chití, tenía un paraj e denominado El
Temascal, que el propietario alquilaba a los dueños de recuas de mulas,
"arrieros de este pueblo" de Huichapan y al encargado de surtir ganado
para el rastro de la ciudad de México (el "obligado de las carnes"), para
que ahí agostasen sus animales; el testimonio que de esto nos informa es
de 1748. 50
Se tiene aceptado que San Gerónimo Acahualcingo desapareció en la
primera década del siglo XVII, en el contexto del proceso de congregaciones o reducciones de pueblos de indios. Creo que en este momento
no estamos en condiciones de establecer con precisión la ubicación de
dicho sitio, pero sin duda debió tener una situación relevante en la extensa llanura de El Cazadero. Hay varios documentos en que es recun-ente mencionar a Tlaxcalilla y Acahualcingo como cercanos a San Juan
del Río lo que pudiera sugerir cierta vecindad. Todavía a principios del
siglo XVIll aparece una mención a este lugar en el expediente que he venido citando con frecuencia, que produce cierto desconcierto. En una
parte , cuando se describen los sitios que componen la Hacienda de Guadalupe del Cazadero, se señalan sus linderos de esta manera: "[ ... ] en
una casa con los aposentos altos y vajos que convenga para el ospedaxe de los caminantes y pasajeros que al dicho sitio y venta fueren y
con que tenga en ella por lo menos quatro camas las dos con cada dos
colchones, dos savanas y dos frazadas y almoadas todo limpio y bien
acondicionado y los bastimentas necesarios para el proveymiento de
la dicha venta los quales venda conforme al arancel que se le diere por
términos de tescalilla, san Juan Acagualcingo y otros sus sujetos y san
Juan del Río". 5 1 Por una parte da a entender que algún paraje mantuvo
dicha denominación, y, por otra, que el nombre español que se le daba
en el XVI - San Jerónimo- ha sido cambiado.
el alcalde mayor de la provincia de Xilotepec. 49
114
11 S
En un momento de su largo periplo, los mexicas se detuvieron en
un lugar llamado Acahualtzinco, según se lee en el párrafo セSY@
de la
edición que sigo. Dice:
ALGUNAS PISTAS
Acahualcingo, como arriba adelanté, también enfrenta el problema de su
diferente ortografía en las fuentes. Realmente resulta llamativo que, de
pronto, fuera borrado del mapa y nos quedamos sin mayor noticia de él,
luego de que había sido m encionado a todo lo largo del siglo xvr, pero
también en fuentes prehispánicas. Al iniciar el siglo XVII desaparece de los
registros y solamente he dado con la excepción señalada en el párrafo
anterior. Tratar de dar con su paradero no es ocioso pues hay indicios de
qu e fue un lugar con importancia significativa, que posiblemente haya
mantenido hasta que las autoridades virreinales decidieron su supresión.
Creo que para entender esto caben hasta tres vertientes: una, que
los efectos de las epidemias en la disminución demográfica general en
el primer siglo del contacto hubieran alcanzado a esta localidad en tal
magnitud que, al comenzar el siglo XVII, las pocas familias sobrevivientes
hubieran sido trasladadas a otros pueblos, situación que suele asumirse
comúnmente como razonable para entender y explicar la desaparición
y movimientos d e poblaciones de esos años. 52 Hasta ahora la propuesta
más firm e es que las hayan trasladado a Atlán. 53 La segunda que, por
sus características geográficas, resultara del mayor interés político su
r eordenamiento y la explotación de sus recursos en beneficio de la economía hispana, volviendo un imperativo d esplazar a la población. Con
lo que llevo expuesto, es plausible que en este caso haya ocurrido así (y
perdonando el símil), como cuando modernamente hemos sabido que
se debe desplazar una población a las partes altas para inundar su lugar
y formar una presa o derribar casas porque ahí se ha decidido el trazo
de una autopista. Una tercera posibilidad apuntaría a que Acahualcingo
mantuviera cierto velo de significación para la población nativa en la
región y que su desaparición fuera forzada por motivos más bien de
carácter simbólicos. Para cerrar este capítulo arriesgaré algunas consideraciones sobre esto último.
En el capítulo anterior quedó planteado que el ámbito hidalguense
fue estancia del pueblo m exica, en su derrotero que concluyó con la
fundación de Tenochtitlan. Retomé para lo que aquí me ocupa, algo de
lo señalado en la interesante Crónica Mexicáyotl.
116
fu eron al lugar llamado Ocopipila, luego vinieron y se asentaron en
el lugar llamado Acahualtzinco, en que permanecieron cuando tuvo
lugar la "atadura de años" 9, o quizá 2-caña, según el cómputo de los
ancianos. Ya se dijo qu e cuando salieron se asentaron en Ocopipila y
en el sitio llamado Acahualtzinco, y en seguida vi nieron por eso a salir
allá por Coatepec, hacia Tullan. S+
Antes de esto, la misma fuente asegura que venían procedentes de Michoacán; y sólo después de señalar su arribo a Acahualtzinco, tiene su
primera aparición la expresión "los oto míes", quienes se preguntaban
¿qmenes seran estos.? ¿d e d'on d e ven d nan cuan d o se establecieron por
aquí?" . 55
1
"
1
1
•l
39 y 40 se ocupan de narrar un episodio cuyo desenlace es
Los セSXL@
vital en el discurso mítico de los mexicas : Huitzilopochtli al dejar Michoacán, abandona a su hermana, afrenta grande que tratará de vengar
su hijo Copil, con las consecuencias que ya vimos. Luego, que en el
lugar que se dice fue elegido para su permanencia en estas tierras, en
las inmediaciones del Coatepec, suceden acontecimientos importantes
como el nacimiento de Huitzilopochtli en este cerro, la lucha de est e
dios con su hermana Coyolxauhqui a quien d esmembró y su decisión
de abandonar el lugar para seguir hacia el sur, desapareciendo nuestro
topónimo del relato. Quedan así relacionados dos momentos clave que
revelan al Huitzilopochtli triunfante.
Hay otros aspectos que también m erecen atención, para tratar de
acercarnos a precisiones espacio-temporales. Uno es la pregunta sobre
la duración de su estancia en nuestra r egión . En Acahualtzingo permanecían cuando se verificó una atadura de años, "9, o quizá 2-caña" según
señala el セSW[@
y, cuando ocurre el momento de partir de esta región,
los m exicanos "ataron [ ... ] allá en Coatepec, su cuenta anual, 2-caña"
HセTXI[@
en tanto que el セTY@
inicia r elacionando 1-pedernal con 1168. No
es ociosa esta consideración, si tenemos en cuenta que una atadura de
117
años no es otra cosa que el cumplimiento del siglo mesoamericano, es
decir, el cierre del ciclo de S 2 años, lo que implicaba la realización de
complejas ceremonias; no podemos ntenos que conceder que no podían sustraerse a tan importante acontecimiento.
Relacionado con esto está el asunto de dar con algún indicio de una
ocupación que pudiera relacionarse con el asentamiento de Acahualtzingo. Dice la Crónica Mexicáyotl que "cuando se asentaba en un lugar bueno
permanecían como por unos veinte años; cuando se hallaban a gusto se
establecían en el sitio por dos, tres, cuatro, cinco, diez, quince años;
cuando no se sentían a gusto se establecían por veinte o cuarenta días".
Y casi a r englón seguido: "D onde p erntanecían p or bastante tiem.po se
hacían templos, erigían la morada de su dios, de Huitzilopochtli" y además los de los dioses correspondientes a los "siete 'calpulli' de los mexicanos que vinieron". Significativamente estas expresiones están contenidas en los セSU@
y 36, que son inmediatos anteriores a que comience la
r elación de su estancia en nuestra región. En el セTRL@
que corresponde
al transcurso de su establecimiento, dice claramente que: "Erigen luego
los mexicanos su templo, morada de Huitzilopochtli, colocan ahí el
'cuauhxicalli', así como a los dioses de los calpullis"; y en el セTS@
habla
de la construcción de juego de pelota y de un tzompantli. 56
En suma, está pendiente el ejercicio de relacionar los datos calendáricos indígenas mencionados con la cuenta occidental y estos últimos
indicativos sobre el tiempo de permanencia en algún determinado lugar.
Lo cierto es que todo lo anterior nos habla que la conexión Huichapan-
= agua y co como locativo, respecto de caua dice que puede entrar
en combinación para formar ideas de este tenor: de acabar, suspender,
detenerse en alguna parte (ninno o nonnocaua); que acaba, se interrumpe
(mocahua) y asocia con otras expresiones del tipo se ha detenido, dejar el
camino, separarse de él. 57
El autor de otro diccionario de gran aliento, al registrar "Acahualtzinco" nos propone: "Acahual-tzinco, diminutivo de Acahualtepec; tenía por
otro nombre Tlalixco, lugar en que hizo parada la peregrinación azteca,
de la primera fiesta llamada Xiuhmolpilli atadura del ciclo, en que, según
León y Gama, corrigieron sus años y determinaron contar los periodos
de ellos desde el ce toctli, ó uno con ejo". 58 Quier o destacar que ambas
parecen ser constantes con la tradición marcada por la fuente arriba citada, en tres sentidos. Uno, la etapa en que se deja el camino para hacer un
alto, una estancia en el camino; otro, asociando tm acontecimiento con
el agua, que pudiera relacionarse con la contención de aguas y la ulterior
sequía forzada por el dios para seguir la marcha; y otro más, sería por las
alusiones calendáricas.
Gerhard, quien apunta la desaparición de este pueblo en 1603, propuso que "Acahualtzinco, Tecozauhtla, Tlachco y Tlauhtla podían haber
sido subcabeceras de esta zona". En tanto que otra fuente colonial temprana del siglo XVI, cuando aún existía el asentamiento, establece que
era parte de una zona de frontera:
[la] tierra de los chichimecas, era su mojonera con los de Xilotepec
Acahualtzinco corresponde a un muy significativo contexto del devenir
del pueblo mexica, llámesele mítico o histórico, pero igualmente válido
para la cosmovisión de los pueblos conquistados.
los pueblos siguientes: Santiago Tecozaulta, San Mateo Gueychiapa,
San José Atlan, Santa María Tleculuticatzlia, San Jerónimo Acagualcingo,
San Lorenzo Tlechatitla, San Andrés Tiltmiepa; los cuales eran pue-
Una herramienta más para acercarnos a su posible ubicación primitiva
blos de la provincia de Xilotepec, y en ellos había guarnición de gente
pudiera ser la exploración etimológica. Reconociendo mis limitaciones
en este rubro, solamente recojo unas consideraciones. Rémi Siméon nos
de guerra contra los indios chichimecos. ' 9
aproxima a Acahualco y remite a la composición Atlacahualco que significa "final del agua, de la lluvia" y, remitiéndonos a Clavijero, indica que
Todo lo dicho nos está indicando que el pueblo que comento, durante
los primeros años de la Colonia, tenía una visibilidad importante en lo
puede ser un señalamiento calendárico, como primer mes del año prehispánico, que correspondería con nuestro mes de marzo. Al descom-
político, además de los aspectos geográficos que ya apunté.
Ya se ve que no debe descartarse que un lugar donde ocurrieron
avatares tan importantes para la construcción del relato mítico de los
poner la palabra propone, Atl, caua, co. Siendo conocida la equivalencia
118
atl
119
mexicas t uYiera, al mom ento del contacto con los esp año les, una vigen-
7
cia signi ficativa para ese grupo y, por qué n o, también para el otomí.
La sugerencia de explor ar la temporalidad de la estancia m exica en esta
r egión, así com o sobre el terren o para dar con la eventual presencia de
algún elemento arquitectónico, junto con su asociación a lugares que
pudieran t ener una correspondencia con la etimo logía de ese pueblo,
n o me p ar ece ociosa . En suma, cr eo que queda por delante un suger ent e trabaj o de r econ strucción de rutas y emplazamientos que r elacionen
Huichapan con Acagualcingo y en contrem os un mayor sentido a esa
ext ensa llanura que los unía, para que pueda darnos más luces sobre
las razones de su desapari ción . No está demás p ensar que este pue blo
sea un eslabón p erdido en una ruta de larga tradición que comprendía
Huichapan -Acahualcingo -Amealco -Jerécuaro-Chupícaro / Acámbaro,
y que h aya sido cortada de tajo por en m edio para privilegiar con el
Camino de Tierra Adentro la direccionalidad sur-norte , en detrimento de
las dinámicas r egionales este- oeste (trascendiendo Acámbaro) . En este
sentido, siguen siendo expediente abierto por explorar las implicacion es de que el encomendero de Acámbaro, H ernán Pérez de Bocanegra,
un importante artífice d e la introducción de los sistemas de irrigación
europeos en el Bajío, obtuviera sobre esa ruta una importante secuencia de propiedades , para sí y sus hijos.
1
Investigador del Centro INAH, Querétaro.
Peter Gerhard , Geogrcifla histórica de la Nu eva España, 1519-1821.
México, Univer sidad Nacional Autónoma de México, 1986, p. 394.
La estimación más antigua de que se tiene noticia es de 1563 y señala
más de 18 000 tributarios.
3
Peter Boyd-Bowman, Índi ce geobi ogréifico de más de 5 6 000 pobladores
de la A mérica Hi spana, México, Fondo de Cultura Económica/ Universidad Nacional Autónoma de México, 1985, p. 21.
セ lオゥウ@
de Velasco, el Viejo, gobernó Nueva España de 1550 a 1564.
, Peter Gerhard, Geogrcifla histÓri ca . .. , op. cit. , pp. 159 y 393 .
6
lbidem , p. 394; Jesús Mendoza , El gobiern o virreina] de la provin cia de
Xilotepec y Hui ch apan, Cadereyta, Fomento Histórico y Cultural de
Cadercyta, 2007 .
2
120
Antonio de Ciudad Real, Tratado wrioso y docto de las grandez as de la
N ueva España , t. 1, México , Universidad Nacional Autónoma de México, 1993 , pp. 136- 148 .
8
Loe. cit.
9
Fray Juan de Torquemada, Mo narquía indian a , 6a ed ., t . 3, México,
Porrúa (Biblioteca Porrúa, núm. 41), 1986, p . 485.
10
René Acuña (ed.), Relaciones geogré;Jicas del siglo XVI: Mi choacán, t. 9,
México, Universidad Nacional Autonoma de México, 1987, p. 232.
Juan Sánchez de Alanís hizo la traza dejándolo "muy galanam ente
fundado en forma de juego de ajedrez [ . . . J. con muy ァ イ。 セ[、・ウ@
y espaciosas call es , y puestas por muy buen conoerto y orden .
11
Hay un documento _q ue sugi er_e fuera エャ ⦅ 。ク」セエ
・」セN@
Al discutir las dudas que genera, Wnght r efl exiOna sus unphcacwnes:. recuerda アZセ・@
el cronista franciscano fray Pablo Beaumont , en el siglo XV III , diJO
de él que B ウ・ァ エセ@ la tradición fue uno, de los アセ」@
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en Tlax_cala , ウオーッュ
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de
alfí , y que la confuswn pueda denvar de que tal vez hab1a residido
en Tlaxcala durante sus días de m er cader, antes de la fundaci ón de
Querétaro". DavidWright, Conquistadores otomíes en la Guerra Chi chimeca, Quer étaro, Secretaría de Cultura y Bienestar Social (Docum entos de Querétaro, núm . 6), 1988 , p. 61.
12
Beatriz Braniff, "Comercio e interrelaciones entre Mesoamérica y
ッ キ・ャL@
セ@ aュ。ャゥセ@
Att?lini Lec.Ón
la gran chichimeca", en Janet lッセァt
(coords.), Cammos )' mercados de Mex1co, Mex1co, Umvers1dad N aclünal Autónoma de México-Instituto de Investigaciones Históricas /
Instituto Nacional de Antropología e Historia (Serie Historia Gene イセLRSIPYーN@
27-50.
13
V gr. Ricardo Jiménez Gómez, Mercedes reales de セQ・イ←エ。ッ
L@ Querétaro,
Universidad Autónoma de Querétaro, 1996; Lourdes Somohano, "La
ュ ッ カゥャセ、@
poblacional en [ャ。 」 セ」ッO@
qオ
セ イ←セ。ッL@
ウゥセ@ los XV I y principios
del XVII , Papeles de Poblacion, num. 49, JUbo-septiembre de 2006, Toluca, Universidad Autónoma del Estado de México, pp. 239-262 .
l+ Ignacio Urquiola (estudio introductorio), Primeras noticias sobre la
conquista, posesión, límites y encomenderos del pueblo de Qyerétaro, Quer étaro, Municipio de Querétaro / Universidad Autónoma de Quer étar o, 2005; J. Antonio Cruz et al., Indi os)' fran ciscanos en la construcciÓn
(siglos XVI y XV II) , Quer étaro, Gobierno del
de Santiago de セQ・イ←エ。ッ@
Estado de Querétaro, 1997 .
15
Ricardo Jiménez, Mercedes reales ... , op. cit., pp. 51-55 ; cfr. la probanza de m éritos de Tapia, David Wright, op. cit.
16
Habla también de la cercana colaboración de muchos años que Sánchez Alanís declaró a favor de Tapia cuando éste realizó su probanza
de méritos ante la corona. Cfr. David Wright , Qy erétaro en el sigl o
x v1, Querétaro, Secretaría de Cultura y Bienestar Social, 1989 , pp.
237-245 .
17
Fernando González Dávila, El rompimi ento de El Bajío, tesis de m aestría en Historia, México, Facultad de Filosofía y Letras, Univer sidad
Nacional Autónoma de Méxi co, 200 3.
121
Michael E. Murphy, Irrigation in the Bajío Region cif the Colonial Mexico, Boulder, WestviewPress (Dellplain Latin American Studies, 19),
1986; cfr. Archivo General de la Nación (en adelante, AGN), Tierras,
2782, exp. 3, y Mercedes, 12, f. 110v y 28, f. 204, para no variar un
expediente de controversia por tierras con los propietarios de la
Hacienda del Cazadero.
19
Fernando González Dávila, op. cit., pp. 71-76.
2
° Carlos Paredes Martínez (ed.), Y por mi visto... Mandamientos, ordenan zas, licencias y otras disposiciones viJTeinales del siglo .11 '/, México,
Centro de Investigaciones¡ Estudios Superiores en Antropología
Social-Morelia/Universida Michoacana de San Nicolás, 1997, pp.
156-157. Se dieron denuncias por casos de heridos y muertos por
los toros
21
Se le dieron noventa días de plazo para cumplir su cometido. Desde
el a1l.o anterior de 1552, ya se había dado una orden a los estancieros
de Maravatío de que recogiesen y cercasen sus ganados, en ibidem,
pp. 105-106.
22
Francisco de Mendoza también obtuvo estancias ganaderas aún más
al norte, en la ribera del río Apaseo. Cfr. Fernando González, op. cit.,
pp. 61 -62.
23
Peter Gerhard, Síntesis e índice de los mandamientos virreinales, I548I553, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1992,
núm. 395.
24
Ibidem, núm. 545.
25
José Miranda dedujo estas cantidades a partir de fuentes primarias:
Matalcingo en 1SSS, sumaba más de 60 estancias superando las 1SO
000 cabezas; en términos de Jilotepec, Toluca y Tepeapulco, 1SS 1,
hay quien tuviera hasta 10 000 animales. Véase "Notas sobre la introducción de la mesta en la Nueva España", Revista de Historia de
América, núm. 17,junio de 1944, México, p. 8.
26
Cfr. Manuel Toussaint et al., Catálogo de construcciones religiosas, México, Dirección General de Bienes Nacionales, 1929-1932, p. 357;
Toussaint sugiere la ruta Tula-Tepetitlán-Chiapantongo-Ixmiquilapan-Meztitlán. Véase una buena síntesis del proceso de control de
esta zona en Peter Gerhard, Geogrcifía histórica ... , op. cit. (pp. 159160, 188-192), en donde se informa que Andrés de Barrios era cuñado de Hernán Cortés.
27
Vid supra Torquemada.
28
AGN, Mercedes, 2, exp. 285, f. 110-111, "EncomJ' del puo de Xipacoya a Juo de Jaso por via de dote", apostilla al margen izquierdo. El
pueblo contaba con dos estancias, 838 casas, 1 793nombres casados,
165 solteros, 1 140 "muchachos"; asentado cerca de donde pasa "un
rio grande; tienen mucha tierra de riego; alcanc;:an mucha cal". Francisco del Paso yTroncoso (ed.), Papeles de Nueva España, t. I: Suma de
visitas de pueblos por órden alfabético, Madrid, Tip. Sucesores de Rivadeneyra, 1905, p. 318.
29
Peter Gerhard, Síntesis ... , op. cit., núm. 849.
30
Ibidem, núms. 783 y 860.
18
I22
31
Ji-aducción paleogréifica del libro cuarto de Actas de Cabildo de la ciudad de
México, México, Imprenta y Litografía del Colegio de Artes y Oficios
32
en elTecpam de Santiago, 1874, p. 333.
Una buena edición del mapa puede verse en Juan Carlos Ruiz Guadalajara, Dolores antes de la Independencia, t . I, Zamora, El Colegio
de Michoacán/El Colegio de San Luis/ Centro de Investigaciones y
Estudios Superiores en Antropología Social (Colección Imágenes) ,
2004. En tamaño reducido, en R . Acuña (ed .) , Relaciones geogréificas
del siglo X 1'1: Michoacán .. . , op. cit.
AGN, Mercedes, vol. 7, f. 251 en 1561.
34
Lo urdes Somohano et al., "Primeras aproximaciones a la construcción
de la zona queretana . . . 1S 36-1 SSO", en Tiempo y región, vol. V, Queré-
33
taro, Municipio de Querétaro/Instituto Nacional de Antropología e
Historia/Universidad Autónoma de Querétaro, 2011, pp. 13-48 .
35
Fray Juan deTorquemacla, op. cit., t. 11, p. 611 -612.
36
Anselmo de la Portilla ( ed.), Instrucciones que los vi reyes de Nueva España dejaron a sus sucesores. t. I, México, Imprenta de Ignacio Escalan te
(Biblioteca Histórica de la Iberia, núm. XIII), 1873, p. 40.
37
V gr., Mercedes, 3, f. 54; también en Gerhard, Síntesis ... , op. cit. ,
núm. 1596.
38
Cfr. Gerhard, Síntesis ... , op. cit., núms. 79 S y 797; y en Silvio Zavala,
Libros de asientos de la gobernación de la Nueva España, México, Archivo
General de la N ación, 198 2, p. 141 , que es de donde tomo la trascripción, y pp. 144-145. Señala que Acahualcinco fue trasladado al
vecino pueblo de San José Atlán en 1601.
39
Según Paso y Troncoso en su edición de la Suma de visitas ... , op. cit .,
pp. 247, 248, 255, 301; AGN, Mercedes, 2, exp. 320, f. 148; Ethelia
Ruiz Medrana, "Los funcionarios coloniales en México como empresarios, el primer virrey Antonio de Mendoza (1 535-1 550)", en
Carmen Castañeda (coord.), Circulas de poder en la Nueva España. Méy Estudios Superiores en Antropoloxico, Centro de iョカセウエゥァ。」ッ・@
gía Social! Miguel Angel Porrúa, 1998, p. 1S 8.
+O Mercedes, 3, exp. 546, f. 197; también las señala Peter Gcrhard, Síntesis ... ,op.cit., núms. 1785 y 1786.
+ l Peter Gerbard, Síntesis ... op. cit., núms. 1793 y 1800 .
42
Archivo Histórico Municipal de León (Guanajuato), "1589/ Copias
de dos cartas de venta. En una D. Luis de Castilla vende en treinta
mili pesos, a su yerno D. Lope de Sosa y a la esposa de éste, Da. Inés
Cabrera de Castilla, unas estancias de ganado mayor que poseía des de hacía mas de treinta y cinco años" .
43
AGN, Mercedes, 3, exp. 558, f. 202-203r y exp. 69, f. 32rv. Esa última
venta de Jaramillo parece coincidir casi enteramente con la situación
que tendría San Felipe doce años después.
4+ Sergio Navarrete Pellicer, "Las transformaciones de la economía indígena en Michoacán: siglo XVI", en Teresa Rojas ( coord. ), Agricultura
indígena : pasado y presente, México, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, 1990, pp. 109-127. También
se le asignó Culhuacán, pero pronto pasó a la Corona.
123
45
Peter Gerhard, Síntesis .. . , op. cit., núm . 1074, y e n Sil\'io Zavala,
Libros de asientos .. . , op. cit. , pp. 156- 157 .
46
AG:-.J , Tierras, vol. 2118, exp. 1, f. 35rv.
47
AG N, Mercedes, vol. 11, f 294v; vol. 13, f 39; vol. 13, f. 51 v y 169v;
vol. 14, f. 160v; vol. 15, f. 156, vol. 21, f. 69.
AGN, Tierras, vol. 2118, exp. 1, f. 66. La foliación de este expediente
es algo irregular, y haX un cuadernillo marcado con el número 5
cuyo encabezado dice' Títulos de la Hacienda del Cazadero".
49
AG N, Tierras, vol. 2118, ex¡). 1, a partir de la f. 44 se inserta documento del siglo XVI. Entre as condiciones que se imponían para una
venta estaba tener todo construido antes de un año, no venderla
antes de cuatro años, ni tenerla despoblada so pena de r evocación.
セッ@ AGN , Tierras, vol. 2107, exp. 2, 92f.
:,t AGN , Tierras , vol. 2118 , expl. 1, f. 24v .
1
' Cfr. Alfred W. Crosby, El intercambio transoceáni co. Co nsecuen cias biolóaicas y culturales a partir de 1492, México, Universidad Nacional
Autónoma de México, 1991; y S. Cook y W Borah, Ensayos sobre la
historia de la poblaciÓn. México y el Caribe 1, vol. 1, México, Siglo XXI,
1998.
53
Peter Gerhard, Geoarcifía histórica ... , op. cit., p. 395, y Sil vio Zavala,
+H
ibidem.
54
Fernando de Al varado Tezozómoc, Crónica Mexicáyotl, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1999, p. 30.
55
lbidem, p. 31.
56
lbidem, p. 32.
57
Rémi Siméon, Diccionario de la lenaua náhuatl o mexicana, México,
Siglo xx1, 1997, pp. 6, 39, 68 -69.
58
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de Querétaro/lnstituto Nacional de Antropología e Historia/
Universidad Autónoma de Querétaro, 2011, pp. 13-48.
TORQLI EMADA , fray Juan de, Monarquía indiana, 6" ed., 3 vols., México, Porrúa (Biblioteca Porrúa, núm. 41), 1986.
T OLISSAINT, Manuel, y Luis Azcué y Mance ra, Catálogo de construcciones religiosas del estado de Hidalgo, México, Dirección General
de Bienes Nacional es, Comisión de Inventarios de la Primera
Zona, 1929- 1932.
126
127
ESCENAS de GUERRA
y BRONCE:
Huichapan durante
la Independencia
Haydeé López Hernández 1
A Fernando López AguiJar
y Rcifael Guevara,
cómplices de estas letras.
Con la vista elevada, en el extremo norte del jardín central de Huichapan, se encuentra una sencilla columna de cantera rosa con el busto
en mármol de Julián Villagrán. Además de mostrar en los flancos de la
columna las fechas y circunstancias de nacimiento y muerte, 2 en bajo
relieve se encuentra la frase por la cual, gracias a los historiadores del
cambio de siglo antepasado, Villagrán es recordado en el panteón de
héroes de la independencia en México: "¡Que lo fusilen! Muj eres hay
muchas para tener hijos, y Patria sólo tengo una". Supuestamente dijo
esto cuando los realistas le ofrecieron indultar a su hijo apresado en mayo de 1813-
al que habían
a cambio de su rendición. Don Julián re-
chazó la oferta y Chito, su hijo, fue fusilado.
Más allá de la polémica que pueda generar tal frase en las actuales
disputas por género, quisiera detenerme en el acto conn1emorativo y el
uso del personaje en la recreación de la memoria local del poblado. El
busto del héroe fue erigido como parte de las celebraciones del primer
129
centenario de la independencia, en 191 O. 3 Fue colocado en el extremo
sur de la plaza, de frente a la Plazuela de los Mártires, a un costado de la
columna erigida 30 años antes (1880) en homenaj e a Manuel González,
benefactor del pueblo. En 1989, sin embargo, el busto fue trasladado al
lugar que antes ocupaba el quiosco de estilo colonial-californiano que,
a su vez, había sustituido al de metal de fines del XIX.+ Desde este lugar,
el busto de Villagrán, con el rostro sesgado hacia la derecha y el mentón
ligeramente levantado, se enfrenta con orgullo al símbolo máximo del
poder en el poblado: el edificio de la presidencia municipal. A su espalda, se encuentra la iglesia de San Mateo, refugio y ocaso de aquellos
rebeldes ele la batalla de mayo ele 1813. El busto, r eali zado por F. Cafagna, casi oculto entre los arriates del jardín, se mantiene imperturbable,
como si su derrota en 1813 hubiese sido momentánea y don Julián
resurgiera victorioso entre sus enemigos; como si la historia le diera la
razón: perdió a su hijo pero mantuvo viva a la Patria.
En esta alegoría, Villagrán no está solo, como no lo estuvo durante
las batallas que libró. Es por ello que el discurso histórico del poblado
recuerda que la plaza, testigo de la guerra, también lo fue de los actos fundacionales de los principales héroes independentistas: se dice
que en el balcón del Chapitel, en la esquina suroeste del espacio sacro,
Ignacio López Rayón celebró, por vez primera, el 16 de septiembre de
1812, la conmemoración del grito de Dolores. 5 Quizás sea esta última
escena la que ha dejado mayor impronta en la memoria de los huichapenses. Hasta la fecha, cada 16 de septiembre, los pobladores siguen
reproduciendo, cual si fuera un ritual, este acto.
Pero en la historia nacional, poco de esto quedó consignado. Así, en
el ámbito local se observa la exaltación de los héroes - y del terruñoy, en el nacional, un vacío desconcertante. De tal suerte, se presenta
ante nosotros un escenario complejo difícil de dilucidar, localizado en
la frontera entre los referentes generales de la historia de la independencia, y las recreaciones evidentemente patrióticas en la localidad.
Como si se tratase de un cuadro, la presencia de una figura de la talla
de Rayón llamando a los huichapenses a no cejar en la lucha, y la de
don Julián sacrificando a su propio hijo para conservar la Patria, saturan
la escena. Son monumentos que colman el espacio de un patriotismo
13 0
Ilustración 1. Busto de Julián Villagrán en la Plaza Central de Hui chapan.
131
anclado en el terruño y, también, de recelo y desdén por parte del extranjero en esas tierras.
Ingenuamente, anhelando conocer los detalles de la guerra, en un
primer acercamiento consideré que la presencia de estos monumentos
historiográficos me estorbaría. En el camino, al comprobar que el principal obstáculo era la complejidad del tema, felizmente me recordaron
que tales símbolos también son útiles para observar los pormenores del
transcurso del tiempo y, sobre todo, de la memoria.
Así, sin disfrazar mis limitaciones, presento al lector el resultado de
lo que para mí fue un atinado desafío. Las líneas que siguen son tan sólo
un esbozo general de las batallas ocurridas en estas tierras (entre 181 O
y 1813), como un largo preámbulo que, espero, sirva de apoyo a las reflexiones finales sobre los vaivenes historiográficos (siglos XIX y xx) del
periodo. Con ello, pretendo sugerir que la comprensión del binomio
forjado entre el patriotismo local y el desprecio desde el centro es fundamental para entender tanto la recreación de la memoria de este poblado, como para realizar una relectura de la guerra y sus implicaciones
en estas tierras.
En este camino, además de realizar una búsqueda - en absoluto
exhaustiva- en aquellas obras escritas al respecto, hice una revisión
general en los reportes de guerra de las fuerzas realistas localizados en
el Ramo de Operaciones de Guerra del Archivo General de la Nación. Es
claro que el cruce de ambas fuentes como base para la reconstrucción
de los procesos de la guerra en el lugar es insuficiente para escuchar las
voces de los insurgentes, o brindar siquiera un bosquejo de los procesos sociales y políticos implicados. De tal suerte, el lector especialista
no encontrará aquí una respuesta al vacío historiográfico en la historia
regional sobre la guerra de independencia ni una disquisición sobre la
relevancia de la historia social y la revolución. 6
Sin embargo, creo que esta revisión general integra detalles interesantes a las narraciones ya conocidas sobre el periodo y brinda una
plataforma válida que permite imaginar nuevos rumbos para la investigación de la región. Por otro lado, la revisión de las fuentes referidas
apoya algunas reflexiones sobre la construcción de la memoria local
vs. nacional. Así, este texto sólo presenta algunas breves escenas de la
132
guerra y la memoria, en un ir y venir entre las batallas ocurridas en
Huichapan (181 0-1813), los monumentos y símbolos historiográficos,
y las reflexiones sobre la construcción de la memoria local.
PRIMERAS OPERACIONES DE GUERRA
Tras el parteaguas que significó para los insurgentes la batalla del Cerro
de las Cruces el 3 O de octubre de 181 O y la retirada del ejército de Hidalgo hacia Guadalajara al negarse a tomar la ciudad de México, el escenario de guerra se mantuyo en el Bajío. Este último, junto con los puertos, era un codiciado tesoro, tanto para realistas como para insurgentes
y, en los siguientes años, ambos ejércitos se arrebatarán continuamente
las tierras y caminos que conducían desde la capital al granero de Nueva
España, asegurando con ello las caravanas y provisiones necesarias para
ganar la guerra.
Huichapan, así como los poblados aledaños de San Juan del Río e
Ixmiquilpan, entre otros, pasaron de ser centros económicos a puntos
estratégicos y de control necesarios en el camino del Bajío a la capital. 7
Fue por ello que, al menos desde noviembre de 181 O, el virrey Francisco Javier Venegas se mostraba preocupado por la información que
circulaba sobre la salida de indios y mulatos rumbo a Huichapan. De
buena fuente, sabía que esta tropa improvisada estaba respondiendo a la
solicitud del comisionado Miguel Sánchez, quien entraría a dicho pueblo como capitán de los insurgentes. 8
También tenía conocimiento de la presencia de Julián Villagrán y su
hijo en el poblado. Poco antes, Julián se unió a la causa insurgente y,
junto con Sánchez, cortó la comunicación entre México y Querétaro.
El objetivo era tomar esta última ciudad, pero no lo consiguieron. Antes
bien, al poco tiempo se enfrentaron entre sí, resultando muerto Sánchez,
por lo que Julián se refugió en la sierra y se convirtió al poco tiempo en
uno de los principales cabecillas de la región, y mantuvo el control de la
Huaxteca, la provincia de Santander y el norte de Veracruz. 9
Su hijo José María, llamado Chito, también se unió a la causa por las
mismas fechas y en ocasiones colaboró junto con su padre en el cierre
133
de caminos, estableciendo su cuartel en Huichapan. 10 Pese a que ambos tuvieron serios problemas con los líderes insurgentes en numerosas
ocasiones - porque no reconocían su autoridad- , al parecer contaban
con un fuerte apoyo y lograron mantener el control en la franja comprendida entre Zimapán al este y Huichapan al oeste, alcanzando hacia
el sur lxmiquilpan y Actopan por un lado, y Nopala yTula por el otro.
Con esta posición, los Villagrán lograron impedir o dificultar el tránsito
por las venas que comunicaban la capital y el norte (ciudad de México Tula-Nopala-Huichapan-San Juan del Río y ciudad de México-PachucaActopan-Ixmiquilpan-Huichapan-San Juan del Río).
Por ello , a la par de las operacion es dirigidas por Félix María Calleja
para detener las tropas de Miguel Hidalgo e Ignacio Allende que se
dirigían a Guadalajara, el 16 de noviembre de 181 O el virrey Venegas
mandó realizar las averiguaciones sobre los casos de infidencia entre
varios vecinos de Huichapan, así como la persecución y captura de los
Villagrán . El mariscal José de la Cruz, comisionado para tal efecto y
nombrado general en jefe del ejército en las operaciones de guerra, al
poco envió la lista de personas que se encontraban apoyando a los rebeldes en los pueblos de Aculco, San José Adán, San Sebastián (Tenochtitlan), Tlascalillo (Tlaxcalilla), Huichapan y Calpulalpan, así como los
castigos que les fueron impuestos. Sin embargo, de los Villagrán Únicamente pudo informar sobre su estadía en Huichapan, así como de la
partida de otros insurgentes hacia Ixmiquilpan. 11 A este último poblado
serían comisionados José María Rico y Argumosa para enfrentar a los
rebeldes. 12
13+
De la Cruz estimaba llegar a Huichapan en pocos días para controlar la zona, pero la marcha y, sobre todo, el traslado de la artillería, le
provocó un retraso de casi un mes entero. No obstante, la pesadez de
la jornada también podía ser aprovechada para detener, de punto en
punto, a los rebeldes de cada poblado. En Nopala, por ejemplo, a decir
de De la Cruz, se encontraban algunos de los rebeldes "más perversos",
como el cura José María Correa, a quien, finalmente, no pudo aprehender y terminó siendo uno de los aliados más cercanos del presidente de
.
d e z·Itacuaro.
r
1+
la JUnta
De la Cruz llegó a Huichapan a fin de mes, el 23 de noviembre, sin
encontrar ya a los Villagrán, quienes habían huido la noche anterior
con 150 a 200 hombres a caballo. Los poblados entonces, sin duda, vivían en un estado esquizofrénico: del lado de la insurgencia cuando ésta
tenía el control de la plaza, y del lado de la Corona cuando las tropas
realistas conseguían la victoria. 15 Así, sin la presencia de los seguidores
de Villagrán, De la Cruz fue recibido con cohetes y grandes demostraciones de júbilo desde una legua antes de su entrada a la plaza.
Para mostrar el control de la Corona sobre el poblado, De la Cruz
inició el desarme de la población (concediendo el uso de cuchillos de
La zona vivía constantes brotes de motines y enfrentamientos .Al tiempo que De la Cruz se encontraba en la Hacienda de la Goleta notificando
al virrey sobre el número de rebeldes, éstos atacaban a 150 lanceros del
mesa sólo a aquellos honrados por gracia especial), y emitió un bando
en el que invitaba a los vecinos a permanecer tranquilos en sus casas
sin involucrarse en la revolución, porque, en caso contrario, serían pasados por las armas sin distinción de clases ni edades y sus casas serían
reducidas a cenizas. Ante la amenaza, evidentemente, varios vecinos se
presentaron a recibir el indulto, y aunque el cura afirmaba que los Villagrán querían indultarse, de haberlo hecho, De la Cruz no lo aceptaría
por tratarse de los principales cabecillas del rumbo. 16
Además del desarme y la emisión del bando, era necesario demostrar
rey y, en Calpulalpan, asesinaban al auditor Vélez y a sus acompañantes
y cocheros, mientras la tropa realista les interceptaba 100 quintales de
cobre para la fabricación de cañones (resultado de la fundición de las
campanas de las iglesias). El alcance de las acciones de los insurgentes no
era despreciable: De la Cruz, estimaba que tanto los Villagrán como Pe dro María Anaya y los otros rebeldes que se encontraban en Huichapan
contaban con una fuerza de aproximadamente 7 000 hombres . 13
la presencia y fuerza del gobierno virreina!, por lo que una de las acciones
principales de la comisión de De la Cruz en la región fue la de castigar
a los rebeldes y, de paso, dar un ejemplo a la población. Así, 29 vecinos
fueron pasados por armas y sus cuerpos colgados en los árboles a la orilla
de los caminos, mientras que las casas de quienes lograron fugarse · - así
como de las mujeres que tuvieron la infortunada idea de auxiliar a la tropa con sus tortillas a cambio de dinero- fueron convertidas en cenizas. 17
135
De la Cruz se sentía satisfecho con sus operaciones porque la mayor
N o obstante, a principios de diciembre, las medidas tomadas por los
parte de la población se había presentado para obtener el indulto y
realistas comenzaron a dar fruto y la región de Huichapan parecía ce -
aunque tenía información acerca de que los Villagrán se unirían con Hi-
der paulatinamente a su control: se logró capturar y fusilar a miembros
dalgo, pensaba que pronto podría aprehender al resto de los rebeldes,
importantes de la tropa deAnaya (Manuel Navarrete y Santiago García,
quienes, sin duda, regresarían confiados al poblado. Quizá basado en
esta confianza, a fines de noviembre envió una fuerza de 120 hombres
capitán y mensajero respectivamente; Pedro José Alanzo, gobernador
para sorprender a los Anaya -
quienes presumiblemente se habían re -
Pérez); se vencieron las fuerzas rebeldes en Aculco, y el coronel Ro-
fugiado en la sierra-, mientras remitía a Calleja, con una escolta bien
dríguez estableció una contramarcha desde Jilotepec para restablecer
custodiada, todo el armamento recuperado, desde las tiendas de cam-
el orden; se recuperó el control de los caminos para mover libremente
paña hasta las municiones, granadas y demás efectos de los insurgentes
armas y cargamentos hacia Huichapan y Meztitlán (en donde hicieron
(aproximadamente 600 fardas , 800 mulas y varios aparejos) , para apo-
frente a Anaya) , y también hacia Qucrétaro y la capital, escoltados con
, f antena
' y dragones.-)1
m
yar las operaciones que aquél se encontraba realizando en Guanajuato.
Las medidas se hicieron extensivas a las poblaciones vecinas de Jilote-
Sin duda, este nuevo escenario debió tranquilizar al virrey, pues sal-
pec e Ixmiquilpan, pasando por fuego y cuchillo a los rebeldes y arrestan-
vo algunos incidentes en Villa del Carbón y Aculco, para diciembre de
do a cualquiera que pudiese estar ligado con la insurgencia. En tanto, De
181 O las tropas realistas habían logrado posicionarse en Aculco, Jilote-
la Cruz coordinaba el embargo de los bienes de los Villagrán y Anaya, así
pec, Tula, Huichapan, Nopala, Ixmiquilpan y Meztitlán, mientras que
como la incautación de la pólvora y municiones que los insurgentes ha-
los rebeldes de la región se mantenían refugiados en Cerro Prieto. Por
bían robado de Calpulalpan, y el cateo de las casas de las que se sospecha-
su parte, José María Calleja había recuperado el control en Guanajuato
ba tenían algún vínculo con los rebeldes. La confiscación estuvo apoyada
y marchaba rumbo a Valladolid tras los líderes del movimiento. Al poco
por los curas de Aculco y Alfajayucan quienes, como subdelegados, reco-
tiempo, estos últimos verían una derrota más de la insurgencia en el
19
No obstante, retomar el control de la región no fue una tarea sen-
Puente de Calderón, Guadalajara.
El posicionamiento de las tropas realistas en la región no era absolu-
cilla, pues todavía a fines de noviembre seguían sucediéndose ataques
to pero, sin du da, resultaba una operación de menor envergadura frente
insurgentes : en N o pala, la tropa de Anaya hizo prisionero a un sargento
a la persecución de los líderes de la insurgencia. Por ello, De la Cruz re-
y sus 12 hombres; las fuerzas apostadas en Cerro Prieto (al noroeste de
cibió la orden de emprender la marcha hacia Querétaro para terminar
Zimapán) cortaron el camino entre la capital y Huichapan, y la infor-
con las ejecuciones de los presos y, posteriormente, dirigirse a Celaya e
mación destinada a los comisionados para realizar la aprehensión de los
integrarse a la tropa encargada de contener a Allende. 22
gieron y entregaron a De la Cruz todas las armas y pólvora incautadas.
136
18
de los indios de San Francisco y su hermano Luis Alanzo, y Mariano
rebeldes fue interceptada. Sin duda, est os incidentes demostraban que
En Huichapan, De la Cruz encargó realizar el alistamiento al capitán
los insurgentes aún tenían capacidad y fuerza, por lo que, incluso, el
Pablo de Sola, junto con 100 hombres de artillería y 40 caballos. 23 A la
subdelegado interino de Huichapan, encargado de incautar sus bienes,
par, envió un destacamento de 200 infantes del regimiento de Celaya,
no quería embargar las haciendas de Villagrán sin que lo acompañara
100 lanceros y un cañón calibre 4 (bajo el mando del coronel Fernando
una escolta para su protección . De la Cruz tuvo que enviar un destaca-
Romero Martínez) a San Luis de la Paz, San José Casas Viejas y Sichú
mento al mando del coronel Francisco Rodríguez para contraatacar los
asaltos, pero sus fuerzas no eran suficientes para enfrentarlos: tan sólo
para aplicar castigos a la población rebelde. 24
Y es que a partir de esta fecha las operaciones militares se mantu-
contaba con 600 infantes, 240 caballos y 20 artilleros. 20
vieron casi sin interrupción. Se continuó la persecución de los Anaya
137
y Villagrán, de quienes se desconocía su paradero. Si bien desde inicios de diciembre, el cura Rodríguez había ofrecido a De la Cruz la
rendición de los Villagrán y la oferta había sido aceptada por el virrey
Venegas, pocos días después se dice que, junto con los Anaya, pasaron
por Querétaro para reunirse con Allende en Valladolid. No obstante, la
información sobre el paradero de los rebeldes fue sumamente confusa
y contradictoria : al tiempo que se anunciaba la partida de aquéllos a Valladolid, el subdelegado Juan Cortés de Olarte notificaba que los Anaya
habían entrado a Huichapan. 25
Los rumores comenzaron a despejarse a principios de 1811 : Chito
se establecería en Huichapan, mientras que su padre lo haría en Zimapán. Se diseñaron varias persecuciones con la finalidad de atraparlos: en
abril, mientras D e la Cruz cumplía órdenes en Valladolid, José María
Calleja se hacía cargo de la región, enviando a los coroneles Miguel del
Campo y José Antonio Andrade a Ixmiquilpan y Huichapan, respectivamente, para apresar a los rebeldes Villagrán y Alcántara . Ninguno de
los dos lo consiguió. 26
Por otro lado, y en tanto se llevaba a cabo tal persecución, se mantuvieron las acciones militares para controlar la viabilidad de los caminos
que conducían a la ciudad, pues continuamente los rebeldes se apoderaban de ellos. Así, en septiembre, los r ebeldes estaban nuevamente
apostados en Huichapan impidiendo el tránsito de los atajos de mulas . 27
De igual manera, se emprendieron operaciones en los pueblos fronterizos a la Huaxteca, seguramente para recuperar el territorio que Julián
Villagrán ocupaba: durante mayo y junio, se atacó Actopan, Cardona!,
Ixmiquilpan, Zacualtipán y Zimapán; mientras que en los siguientes dos
meses, el coronel José Antonio Andrade partió hacia Ixmiquilpan y Zimapán y, luego, a Calpulalpan y Jilotepec, para custodiar y controlar el
camino hacia México. 28
A pesar de estas operaciones, los caminos continuamente caían presa
de diferentes grupos. La región, a partir de entonces, estuvo marcada
por las disputas entre insurgentes y realistas, quienes se arrebatan continuamente el control de las vías de comunicación.
138
LA RUPTURA ENTRE LOS LÍDERES
La ciudad de Pachuca adquirió gran relevancia en las acciones militares, ya
que su posición podía asegurar mayores recursos para sostener la hacienda
y la tropa, ambas desgastadas tras más de un año de guerra continua. Así,
desde los primeros meses de 1812, las tropas realistas se ocuparán de
controlar tanto Pachuca como los poblados más importantes del camino
hacia Querétaro : Actopan e Ixmiquilpan. Estos últimos, además, se encontraban en la frontera de los pueblos ocupados por Julián Villagrán en la
Huaxteca y, por ende, también resultaba indispensable continuar las operaciones del año anterior para impedir que extendiera sus posiciones. 29
Al menos desde abril de 1812 los rebeldes tomaron Pachuca con numerosas provisiones de cargamento y 18 cañones, por lo que el virrey
Venegas comisionó a Rafael Casasola, teniente de fragata, para recuperar
esta importante ruta y asegurar que la ciudad de México recibiera los convoyes de plata provenientes de Querétaro. 30 Durante mayo y junio , junto
con el teniente coronel Claverino Domingo y Fernández , Casasola organiza una serie de ataques y operaciones para tratar de derrotar a los rebeldes que se encontraban en varios puntos de esta región, logrando, para
principios de mayo, apoderarse de Zimapán, Actopan e Ixmiquilpan. 31
Sin embargo, mantener el control absoluto de todo el camino resultaba
lma tarea sumamente compleja, pues los ataques insurgentes brotaban continuamente en diversos lugares, apoderándose paulatinamente de la ruta
occidental, de Tula hacia Querétaro, zona que además era colindante con
la región michoacana, en donde los miembros de la Junta Suprema mantenían el control desde mediados de 1811 . Así, a pesar de tener asegurado
el camino desde Ixmiquilpan hasta Pachuca, en septiembre los realistas
enfrentaron el ataque de la división del ahora brigadier (cura) Manuel Correa, quien, junto con la tropa de Huichapan, atacó un convoy custodiado
por 500 hombres procedente de México que se dirigía a San Juan del Río.
El ataque se llevó a cabo en Calpulalpan y, aunque no lograron apoderarse
del cargamento, provocaron la muerte de 23 dragones y tomaron 4 prisioneros, 27 pares de pistolas y otras tantas carabinas, sables y caballos. 32
Es posible que estos levantamientos en la parte occidental estuviesen
respondiendo a las tropas de Ignacio López Rayón. Cabe recordar que
139
tras la aprehensión de los principales líder es del movimiento insurgente
en marzo de 1811 , Rayón había logrado controlar Zacatecas y Michoacán, así como la unificación de los diferentes líderes de la insurgencia
bajo su propuesta de constituir una Junta Suprema, junto con José Sixto
Verdusco y José María Liceaga. Como presidente de la misma, y una vez
perdida la plaza de Zitácuaro frente a Calleja (enero de 1812), Rayón
había regresado a su campamento de Tlalpujahua para, desde ahí, seguir coordinando las operaciones en el occidente. Es posible que Rayón
pretendiera una operación doble mientras el resto de los miembros de
la Junta (con quienes ya comenzaba a tener fricciones) se ocupaban del
occidente : contrarrestar la fuer za de Casasola en la zona oriental y hasta
las Huaxtecas y, adicionalmente, someter y usar a los cabecillas locales .
Para esta empresa, los Villagrán resultaron a los ojos de Rayón, al menos en un inicio, bastante oportunos: mientras Julián mantenía el con33
trol de la Huaxteca, Chito había logrado nuevamente ingresar a Huichapan venciendo a los realistas, quienes habían atacado previamente la
plaza. A partir de esta victoria Rayón nombró teniente general a Julián,
y mariscal de campo a su hijo José María. 34
Sin duda, el triunfo de Chito sobre Huichapan a mediados de 1812 le
permitió a Rayón planificar su marcha hacia aquella región con la intención de recuperar Ixmiquilpan. La salida, aun cuando estaba programada para finales del mes, fue posponiéndose debido a las noticias sobre
un posible ataque realista a Tlalpujahua. Por esta razón, primero (el 27
de agosto) envió la imprenta fuertemente custodiada por la caballería
junto con el obús al campo de Nadó, para que en este punto se pudiera
construir una cureña y un pertrecho mejores para el traslado. A los pocos días, emprendió la marcha, pasando por Aculco para llegar a Nopala
el 12 de septiembre, y arribó a Huichapan el siguiente día. En tanto, el
virrey Venegas, conocedor de est os plan es, destinó una op eración para
observar los movimientos del rebelde. 36
Rayón arribó a una plaza fuertemente preparada para cualquier ataque del enemigo, con
[... ] diez y seis cortaduras, cuya profLmdidad es de cinco varas y de otras
tantas su latitud; diez y seis trincheras al borde de las cortaduras, y en
cada Lma de ellas una tronera de cañón y varias de fusil, siendo el espesor
de sus merlones dos varas poco más; veinte baluartes de adobe reparti-
La relación de los Villagrán con Rayón fue, en muchas ocasiones, ríspida y ambigua . Si bien aquéllos mostraron en algunas ocasiones su intención de sumarse a la insurgencia comandada por Rayón y la Junta, al
mismo tiempo pretendían mantener los privilegios y autoridad local que
habían obtenido con base en sus propias batallas y recursos . Esta ambivalencia provocó varios y continuos enfrentamientos. Según Bustamante:
Seguramente la fortificación había sido orquestada por Chito Villagrán.
En este espacio, y antes de seguir su camino para enfrentarse con Ca-
Los excesos de José María Villagrán (álias Chito) habían llegado á términos de hacerse insufribles: tanto él como su padre desacreditaban
sasola en Ixmiquilpan, Rayón destinó algunos días para manifestar su
poder en la región. Teniendo en mente los enfrentamientos que ya comenzaba a tener con Liceaga y Verdusco, me parece probable que Ra-
la causa que defendían, y la hacían odiosa: eran inútiles las medidas
yón aprovechara las fechas y su estadía para llevar a cabo sendos actos
dictadas desde Tlalpujahua, y así pareció al presidente de la junta que
para cortarlos en su raíz, convendría visitar los pueblos de Nodoó,
que manifestaran su liderazgo como presidente de la Junta: el segundo
aniversario del grito de Dolores y el natalicio de Miguel Hidalgo. La
Aculco, Huichapam y Nopala, pasando al mismo tiempo revista á los
destacamentos de tropa que había en ellos. 35
primera celebración se realizó :
dos en las azoteas en las entradas de pueblo, su espesor una vara y recíprocamente protegidos, siéndolo también de las trincheras respectivas. 37
con un descargue de artillería y vuelta general de esquilas comenzó a
También es cierto - aunque no sea destacado en la bibliografía sobre el
tema-
que Rayón usó en varias ocasiones la posición de los Villagrán.
solemnizarse en la alba de este día el glorioso recuerdo del grito de
libertad dado hace dos años en la congregación de Dolores, por los
14 0
14 1
ilustres hér oes y señores serenísimos Hidalgo y Allende, habi éndose
anunciado por bando la víspera para qu e se iluminasen y colgasen todas las calles. Asisti ó
SE
con el lucido acompañamiento de su escolta,
oficialidad y tropa a la misa de gracias, en que predicó el Dr. Brigadier
don Francisco Guerrero, y al tiempo de ella hizo salva la artillería y la
compañía de granaderos de Huichapa; a las doce, en la serenata, compitiendo entre sí las dos músicas, desempeñaron varias piezas selectas
con gusto de
SE
y satisfacción de todo el público. 38
Para el día 29,
se celebraron los años del serenísimo Sr. Don Miguel Hidalgo y Costilla, con una solemne misa de gracias, a la que asistió
SE
junto con Rayón se encontraban un cuerpo de infantería al mando del
coronel Lobato, un trozo de caballería encabezado por Epitacio Sánchez, una escolta de gente escogida y la guerrilla del cura-brigadier
Correa. Se colocaron en el cerro de la Media Luna, al poniente, a un
tiro de cañón de lxmiquilpan. Ahí recibieron el primer ataque proveniente de un grupo de 100 hombres escondidos entre los árboles, pero
la posición ventajosa que les brindaba la elevación ayudó a provocar numerosas pérdidas al ejército de Casasola (13 muertos y un prisionero) .
Éste se retiró y buscó refugio en la iglesia. 4 1
Al día siguiente, la batalla inició desde las cinco de la mañana con el
primer cañonazo en la plaza, avanzando Rayón , dos hor as después , con
toda la infantería, dos cañones y la mayor parte de la caballería:
con su escolta
)' oficialidad y un inmenso concurso; predicó el Sr. Dr. Brigadier don
[ .. . ]la acción fue muy obstinada, duró hasta las cuatro de la tarde, sin
Francisco Lorenzo de Velasco un sermón lleno de unción y de ternu-
haber un minuto de intermisión en el fuego: Los nuestros se apodera-
ra, hizo salvas la artillería de Huichapa y la infantería de Zitácuaro:
ron de dos baluartes, haciendo en el enemigo, a pesar de su compli-
en la serenata tocó la música piezas de mucho gusto, y las colgaduras
cada fortificación, un estrago increíble, siendo nuestra pérdida total 5
e iluminación de las calles en la noche, realzaron el brillo de una
muertos y 7 heridos. 4 2
función dictada por el reconocimiento y gratitud, y dignísima de su
ilustre, inmortal y benemérito objeto. 39
Terminados los actos de celebración y demostración de liderazgo,
Rayón reunió a sus tropas para dirigirse hacia Ixmiquilpan. Sin duda, la
de Huichapan era una tropa bien armada: tenía 85 artilleros, 122 plazas
de infantería, 301 de caballería, 115 fusiles y 84lanzas; y a éstos se unían
los 73 fusiles, 137 sables, 193 plazas de infantería y 54 de caballería de
las tropas Rayón y Allende. Así, Rayón salió de Huichapan el 15 de octubre, con su escolta y la mayor parte de la tropa, rumbo a la Hacienda
del Astillero para pernoctar y arribar al día siguiente a la Hacienda de
Teneria, desde donde partiría a lxmiquilpan. Los Villagrán, al estimar
superiores las fuerzas realistas apostadas en Tula, se habían adelantado,
logrando, al menos, interceptar 2 700 cabezas de ganado menor, así
como la resistencia de la guarnición apostada en Chilcuautla. 40
Entró a Alfajayuca el día 17 de octubre, y por la tarde recorrió los
puntos de la plaza de Ixmiquilpan. Al día siguiente inició el combate:
Correa se encontraba al frente de las fuerzas independientes y logró
apoderarse de los parapetos avanzados, facilitando el asalto de la iglesia.
No obstante, la difícil posición de Casasola lo llevó a solicitar refuerzos
y, al caer la tarde, cuando parecía segura la victoria insurgente, ante al
asombro y enfado de sus oficiales, Rayón ordenó de súbito la retirada,
posiblemente temiendo enfrentar a los refuerzos solicitados por Casasola con una tropa fatigada y mermada. 4 3
Antes de regresar a Tlalpujahua, Rayón se detuvo en Huichapan para
reprender a Chito Villagrán por no haber sumado su tropa al ataque de
Ixmiquilpan, contraviniendo sus órdenes y facilitando la derrota. No
obstante, al ingresar en el pueblo, Rayón se topó con un motín, conformado por más de 200 hombres que pretendía matarlo o desarmarlo.
Chito
[ ... ] alevoso, ingrato a los beneficios r ecibidos , atropellando con las
consideraciones más respetables, y persuadido de que la división de
142
143
S. E., que aún no había llegado , estaba muy di stante y sin dirección a
la plaza, esparció entre su tropa las calumnias más atroces contra S. E.
para indisponerla, quitó los pue ntes de las cortaduras, hizo tocar generala, mandó hacer fuego a todo el que se acercase a los fosos, todo
con la execrable intención, como deja verse, de sorprender al primer
jefe de la nación y su escolta, para entregarse sin estorbo a su libertinaje, arbitrariedad y excesos con que ha desolado estos contornos.++
Rayón consiguió tranquilizar a los pobladores, recoger las armas y el
pertrecho, y sumar la tropa a su escolta, no sin antes fusilar a 20 oficiales de Villagrán . Chito , en tanto , huyó con aproximadam ente 20 de sus
seguidores, presumiblemente hacia Zimapán, con su padre. 45
A pesar de que la ruptura con Chito Villagrán a partir de este suceso
fue contundente, Rayón aún consideraba la adhesión de Julián quien,
pensaba, debía sentirse avergonzado por la actitud de su hijo. Al poco
tiempo, Rayón declaraba en su diario el total anarquismo de los dos Villagrán, quienes habían intentado matar a su visitador general de campo
en Zacatlán, Ignacio Martínez. La separación era rotunda. 46
LA ÚLTIMA BATALLA
144
tácuaro, los valles de Temascaltepec y Sultepec, así como parte de Toluca,
causando estragos continuamente en el camino de México a Quer étaro;
y, finalmente, Osorno estaba en Zacatlán rumbo a Veracruz, "dándose la
mano con las partidas que se alzaban en la Huasteca y comunicándose
por el occidente con los Villagranes que, como siempre, ocupaban Huichapan, Zimapán y el territorio que desde estas poblaciones se extiende
hasta Huejutla". 48 Es posible que Venegas temiera el r eposicionamiento
de Rayón. D e acuerdo con sus informantes, junto con el doctor Velasco
y el coronel Lobato, Rayón se había dirigido a Tlalpujahua contando con
200 fusiles, 100 hombres de caballería, una culebrina, un obús y pedreros.49 Con10 respuesta, el Yirrey suspendió las operaciones en contra ele
Mm·elos en Tierra Caliente, y a partir de noviembre concentró las fuerzas realistas en ese lugar.
Sin embargo, fue en este momento cuando Ven egas recibió la orden
de dimitir a su cargo para sumarse a las tropas reales en España, haciendo
uso de sus conocimientos militares. Al ocupar su lugar en la cabeza del
virreinato José María Calleja (el 4 de marzo de 1813), el ritmo de la
guerra adquirió otro matiz. Julio Zárate considera que el nombramiento
de este último significó un recrudecimiento en las maniobras realistas
que, a partir de entonces, fueron dirigidas con mayor inteligencia y cru-
Tras la derrota en Ixmiquilpan y la ruptura definitiva con los Villagrán,
se canceló la posibilidad de Rayón de apoderarse de esa región. Por otro
lado, las diferencias entre los miembros de la Junta Suprema se hicieron
más profundas a partir de enero de 1813, cuando Verdusco y Liceaga,
pese a la oposición de Rayón, atacaron Valladolid y Celaya - respectivamente- , perdiendo gran número de hombres. 47
deza. 50
Sin duda, las nuevas estrategias impuestas por Calleja imprimieron
un nuevo ritmo a la batalla: por un lado trataría de recuperar la región
occidental y, al mismo tiempo, derrotar a los miembros de la Junta; y,
por el otro, aseguraría su posición en las Huaxtecas y tierras aledañas,
acabando con los líderes locales. De tener éxito en ambas, Calleja conseguiría recuperar las dos rutas que comunicaban a la ciudad de México
con Querétaro (Tula-Nopala-Huichapan-San Juan del Río; Pachuca-
Pese a los severos problemas que atravesaban los miembros de la Junta,
las posiciones ganadas por las fuerzas insurgentes resultaban preocupan tes
para los realistas: Mm·elos ocupaba Oaxaca, gran parte de Puebla y todo
el sur de México y Valladolid y, a finales de año, también el puerto de
Acapulco; Bravo se encontraba en la zona meridional de Veracruz, interceptando la comunicación entre el puerto y las villas de Xalapa, Orizaba
y Córdoba; Rayón continuaba en Tlalpujahua dominando la sierra de Zi-
Actopan-Ixmiquilpan-Huichapan), es decir, aseguraría los cargamentos
de plata necesarios para mantener la hacienda y ganar la guerra.
Me parece que las pugnas de y entre los jefes insurgentes, conocidas
por Calleja, facilitaron en mucho su estrategia: por tm lado, la desconfianza de los miembros de la Junta impediría cualquier apoyo entre sus
tropas; y, por el otro, la separación de Rayón con los Villagrán dejaba a la
Huaxteca y Huichapan en un estado de cierta indefensión. Este escenario
145
abonaría en las siguientes derrotas insurgentes, provocando la pérdida
en efecto, el cerro del Gallo durante la noche anterior dejando una
de varias de sus posiciones en el Bajío: con la derrota de Ramón Rayón
pequeña fuerza encargada de incendiar el parque. 52
frente a Iturbide en Salvatierra y, luego, con la de su hermano Ignacio en
Tlalpujahua, y la pérdida total de los territorios de Huichapan y Zimapán.
Los realistas pudieron entonces ocupar Tlalpujahua y el cerro Nadó,
Considero importante traer a cuento la serie de derrotas de Rayón
mientras los insurgentes huían: Ramón emprendió la marcha hacia Zi-
en sus posiciones de occidente, porque, sumada a su separación con
tácuaro y, luego, al Bajío, mientras Ignacio se fue a Puruarán .
los Villagrán, permite explicar la recuperación de estos territorios por
A la par, una numerosa fuerza atacaba Huichapan y Zimapán: había
las tropas realistas, tal como fue concebido por Calleja. Ramón Rayón
sido enviado el batallón de Lovera apostado en Tula, al mando de Pedro
llegó a Salvatierra el 14 de abril atendiendo las insistencias de Cos so-
Monsalve, así como los batallones de patriotas de San Juan del Río, Tula
bre llevar a cabo una reunión conciliatoria con Liceaga. La desconfianza de este últin10, sin embargo, lo hizo abandonar el punto tenüendo
y Tlahuelilpan, la sección de Ixmiquilpan al mando de Casasola y la tropa
de caballería -con Anastasia Bustamantc al frente- encargada de cus-
un ataque de sus antiguos aliados, mientras Iturbide se dirigía hacia la
todiar los convoyes de México-Querétaro. El día 2 de mayo, las tropas
zona para atacarla. Rayón defendió la plaza durante varios días y, pese
de Monsalve se situaron en un punto elevado, paralelo al fortín que es-
a que Liceaga se encontraba a sólo unas leguas de distancia, no acudió
taba al so de Huichapan y, con la ayuda de un grupo de indios zapadores
en su ayuda, por lo que las pérdidas insurgentes fueron numerosas: 350
que los acompañaban, penetraron en la plaza del poblado con un ataque
muertos y 7 4 prisioneros (de los cuales 16 fueron fusilados).
51
simultáneo, logrando que los rebeldes se refugiaran en las torres de la
reunir fuerzas y planificar nuevas estrategias. Al llegar el día 21 de abril,
iglesia. 53
Esa misma noche, Monsalve ofreció el ya conocido indulto a los in-
se encontró con un campamento amenazado por un ataque inminente:
surgentes comandados por Chito Villagrán. 54 Como respuesta, las fuer-
como mencioné, Calleja estaba seguro de que Morelos, apostado en el
zas de Chito contestaron con cañonazos. Algunos autores, tratando de
puerto de Acapulco, no podría tomar la ciudad de México desde el sur,
destacar el heroísmo de los pobladores, señalan que la defensa del po-
por lo que resultaba imperante recuperar el noroeste de la capital ata-
blado no llegaba a 200 hombres mal armados y sin municiones suficien-
cando, de manera simultánea, Tlalpujahua y Huichapan. Así, a la llegada
tes. 55 De acuerdo con Bustamante, los rebeldes permanecieron en la
de Ramón Rayón, se dirigían al Cerro del Gallo 2 000 hombres prove-
iglesia hasta la mañana del día 3, cuando se rindieron:
Derrotado, Rayón emprendió la marcha hacia Tlalpujahua para
nientes de Toluca, dirigidos por Castillo y Bustamante.
El ataque de los realistas comenzó el 7 de mayo y, en poco tiempo,
En el baluarte que Villagrán tenía construido como a trescientos pasos
lograron cercar a los insurgentes hasta una mina abandonada con agua
avanzados de lo principal de la población [había] un baluarte de ele-
contaminada por numerosos cadáveres de combates anteriores. Res-
vación de diez varas sobre piedra y lodo hasta la altura de ocho, y las
tringido el acceso a otras fuentes de agua, los insurgentes tomaron una
medida extrema:
dos restantes de pared de cal y canto, cuya formación era un cuadro
abierto por el oriente con rampla para subir la artillería, con frente
de diez y seis varas por cada lado y cuatro troneras para cañón : había
146
Una terrible explosión que conmovió todos aquellos contornos en
una culebrina calibre de a cuatro, y en los demás puntos del pueblo
las primeras horas del 12 de mayo anunció a los realistas que algún
el total de diez y siete cañones, los n1ás pequeños, todo lo cual fue
suceso extraordinario ocurría en el campo enemigo. Don Ramón Ra-
presa del enemigo. Si la defensa hubiera sido regulada por personas
yón, conociendo que sin agua no era posible sostenerse, abandonó,
inteligentes, este no obtuviera el triunfo; pero nadie de buena razón
147
•
quería servir bajo las banderas de un jefe como Chito Villagrán, general desconceptuado. 56
NOMBRE
B. Rafael Tabuada
Trece años después, el cura de la parroquia, José Julián Teodoro González, recordará que la batalla duró aproximadamente cinco horas y que
los pobladores que guardaban la plaza no t enían ninguna salida al en frentarse a los 2 000 infantes y caballos de la tropa de Monsalve. Otros
autores, ya en el siglo xx, estimarán que la tropa de Monsalve alcanzaba
los 3 000 hombres y que la batalla se extendió por un lapso de 28 ho57
ras. Como fuera, el desenlace fue desastroso para la población:
José María Villagrán
José Espinoza Villanueva
José María Guerrero
Lucio Moscoza*
IDENTIFICACIÓN
Casado con doña María de Uribe, con dos
hijas
Soltero, hijo de don Antonio Villagrán,
difunto, y de doña María Santos
De San Juan del Río casado con María de la
Luz Chávez
Hijo de don Cristóbal Guerrero y doña
Vicenta Chávez
Casado con Vicenta
(*) Insurgente forzado.
El saqueo ele las casas de esta Villa no tuvo comparación con ninguna
Población, porq el dinero en Plata labrada, Id en pasta, onzas de oro
y tejos, multitud de alajas preciosas de adorno de las señoras, indinita
Ropa fina de ambos sexos, pues hasta desnudaban a [l]as señoras decentes dejándolas puramente en cueros [ ... J Entre los muertos en el
ataque, alcavuceados de los prisioneros q se quintan pasarían de 150
y quisá pasarían de 200 entre ancianos, criaturas y mujeres, pues no
se pudieron recoger todos los cadáveres de los q pr el campo mataron al tpo de su fuga y después han ido pareciendo en las cuevas y
matorrales . 58
No se cu enta con datos para conocer la precisión de la estimación de
daños y muertos. Los registros parroquiales Únicamente registraron la
sepultura d e 71 personas, de las cuales, poco más de la mitad fueron
fusiladas y acusadas d e p ertenecer a la insurgencia.
En total, fueron sepultados 45 "insurgentes", pero sólo de cinco de
ellos se registró el nombre. Españoles todos, fueron pasados por las
armas como reos de infidencia, aunque de uno de ellos se aclara que
era "insurgente por la fuerza". Fueron enterrados el 5 de mayo en "un
pedazo de tierra que se vendijo en el campo"59 (véase tabla 1) .
Tabla 1. Insurge ntes de nombre co nocido, fusil ados en la batalla de mayo de 18 13, Huichapan
El resto, 26 inocentes muertos en batalla, eran hombres en su mayoría y españoles: sólo murieron dos mujeres y dos niños (españoles) y
siete indios . El registro de sepultura de estos últimos, todos nativos
de Huichapan, aclara que no eran insurgentes, lo que podría r esultar
interesante para conocer la conformación social de los rebeldes .60 D el
r esto, españoles, aunque la mayor parte de los r egistros aclaran que
eran inocentes acaecidos en la guerra, sólo de tres de ellos se m enciona
que "no eran insurgentes"61 (véase tabla 2).
De acuerdo con el r egistro de sepulturas, tal parece que los estragos
de la batalla se extendieron algunos días más, seguramente hasta apresar a los r ebeldes que pudieron escapar durante la contienda. Todavía a
fin de m es, el día 27, fu eron sepultados seis hombres más que habían
sido pasados por las armas y acusados de reos de infidencia, "en un pe dazo que se b endijo en el campo". Sólo quedó registrado el nombre de
uno de ellos : Manuel Lozano, soltero de Ixmiquilpan. 62
Chito Villagrán era uno de los que alcanzaron a huir mientras se desarrollaba la batalla, apostándose primero en la cima de la profunda
barranca del río de los Algibes para , luego, encaminarse a Zimapán,
seguramente para guarecerse junto a su padre. Sin embargo, fue apre hendido en San Juan Amaza el día 13 de mayo por Cristóbal Ordóñez,
quien había sido encomendado para realizar la persecución junto con su
tropa, y gracias a la traición de sus propios oficiales. Se dice que antes
148
149
NOMBRE
IDENTIFICACIÓN
Irónicamente, en el Campo Santo de la Parroquia tambien fueron
' Indio h ·iud o de la Cabecera
sepultados los soldados realistas, aun cuando ninguno de ellos murió
Juan An ton io
Indio / viudo de Rosa María
como resultado de la batalla librada, sino posteriormente y por causas
José Blas
Indio/ soltero del pueblo
muy diversas 64 (vease tabla 3).
Alexandro
Indio/ casado con María Concepción
Vicente García
Indio/ casado con María Brígida
José Santos
José Manuel
1
Indio/ soltero
José Carlos
Indio/ soltero
María Estefanía de los Ángeles
Española/ casada con don José Antonio
1
FECHA DE
DEFUNCIÓN
(cAUSA)
TROPA/ NACIONALIDAD/
ESTADO CIVIL/ ORIGEN
NOMBRE
Soldado del rey de Santa María
de Charcas
8 de junio
Ignacio Arce
Soldado de lovera de las tropas
del rey, de Querétaro
14 de junio
José de la Fuente
Soldado dragón de San Luis
Potosí
19 de junio
(ahogado)
Luis Tapia
Soldado de las tropas del rey,
soltero
20 de junio
Ángel López
Español casado con Rafaela,
soldado del rey
20 de junio
Guadalupe T éllez
Español, soldado de las tropas
del rey, casado
22 de junio
Ramón López
(por fiebre)
Colchado
Don José Anaya*
Espaiiol!viu do de cuarenta a!l.o s
Manuela Paz**
Española/ casada con José María Ochoa
José Antonio Mendiola
Español 1casado con doña María Victoriana Arze
1
José Antonio Ortiz
, Mestizo/ casado
José María Pedraza
Espaiiol! casado
José María Pedraza
Mestizo/ casado con María Dolores
José Manuel Ojeda*
Español! soltero
José Antonio Hernández
Mestizo/ casado
Vicente García
Espa!l.ol! soltero
Vicente García
Español! casado con María Josefa
José Salazar
Español, casado
23 de junio
Vicente Esquibel
Español! casado
Ignacio Ramírez
Soltero
23 de junio
Bartola Anaya
Español! soltero .
José María González
127 de junio
Ramón Anaya*
Español! casado (?)
Soldado del rey de San Luis
Potosí
Mariano Pérez
Espaiioll viudo
José Norberto
Chaqueco
Soldado del rey, ele Chalma
27 ele junio
Franco Anchia
Mariano Luna
1
Español! casado con Juliana de los Ángeles
Español! casado
Tabla 3. Soldados realistas sepultados en el Campo Santo de la Parroquia de Huichapan
(*) N o eran msurgcntes
(**) Se aclara que murió en compañía de dos "chiquitos" con quienes fue enterrada.
Tabla 2. N o insurgentes fallecido s durante la batalla de mayo de 1813, en Huichapan
De hecho, para dar cabida a la sepultura digna de los soldados realistas, fue necesario inaugurar el Campo Santo Nuevo el día 29 de junio 6 '
ciendole el indulto a cambio de la vida de aquel. Sin embargo , ante la
(veas e tabla 4)
Al igual que su hijo, Julián Villagrán tuvo que compartir el camposan-
respuesta negativa de Julián Villagrán, Chito fue pasado por armas el 14
to con sus enemigos en vida. Al parecer, refugiado en Zimapán mientras
y sepultado el mismo día en el camposanto de
ocurría la batalla en Huichapan, estuvo dedicado a fortificar sus posicio-
de fusilarlo, los realistas usaron a Chito para presionar a su padre, ofre-
de mayo en Huichapan
la iglesia parroquial. 63
150
o
nes y allegarse de pertrechos y municiones, pero de poco le sirvieron sus
151
Muertos los Villagrán, disuelta la Junta de Zitácuaro y diezmadas
FECHA DE
DEFUNCIÓN
IDENTIFICACIÓN
NOMBRE
Agustín Palma
Agustín Parra
José María García
Joaquín Espinoza
JSoldado
30 de junio
1Soldado dragón de Querétaro
---
José Ponce
Celso Valencia
Francisco Fuentes
José Ignacio Chá \ cz
Apolonio Pér ez
Mariano Pérez
Juan Molina
Guadalupe Rodrú:ruez
1Del regimiento de Nueva España
1
1
1
30 de junio
-- -
Soldado del rey del regimi ento de 1 de julio
la Nueya España
---
1
Soldado del rey, Puebla
Soldado
Soldado
1 Soldado, soltero
Soldado
1
1 -- -
las posiciones rebeldes, la guerra se trasladó hacia el sur, con Morelos,
dejando únicamente las tropas de Casasola para sofocar los constantes
intentos de rebeldía en los caminos hacia Querétaro.
69
Hui chapan y la
Huaxteca, entonces, gozaron de relativa tranquilidad en medio de los
escombros de la guerra:
1 de julio
[ ... ] quedo toda la villa echa un escombro q causaba orror, y com-
2 de julio
12 de julio
pacion aun a los corazones mas insensibles y crueles. [ ... ]Ya se deja
de julio
2 de julio
14 de julio
4 de julio
6 de julio
ventanas no cerraduras hasta no dejar caja, estante , o vaul q no hicie -
1
7
Tabla 4. Soldados r ealistas sepultados en el Campo Santo Nuc,·o , Hui chapan
enter. como quedaría esta Villa con las casas abandonadas sin puertas,
ran pedazos. Sus infelices habitantes huyeron a los ranchos, a los montes y desiertos, y quedamos aquí quasi solo los funcionarios públicos,
y tal cual vecinos q pr sus enfermedades, edad decrépita, o escasez de
recursos, no se pudieron retirar. Mas a poco comenzaron los comandantes a ofrecer sus indultos, y a obligar con bandos y penas a todos
los emigrados pa q se recogieran, y entonces se comenzó a renovar
el vecindario, pero spre con n1.ucho demérito del N° de individuos q
previsiones, pues sus tenientes Antonio Trejo y Casimiro Gómez, entre
solo el transcurso del tpo podrá reemplazar.
70
otros, se acogieron al indulto a cambio de la información sobre su posición exacta. Fue apresado junto con 36 personas más en la hacienda de
San JuanAmaxac la noche del13 de junio, y fusilado en la hacienda de Gi-
MEMORIAS DE BRONCE Y PAPEL
litla, jtmto con 22 insurgentes más. Finalmente, su cuerpo fue sepultado
en el Campo Santo Nuevo de Huichapan: 66
Considerando que las letras escritas por el cura Teodoro González en
1826 fueron un informe presentado al cabildo gobernador del arzobis-
En el camposanto nuevo, el seis de julio de mil ochocientos trece,
pado una vez que la suerte de la lucha estuvo decidida, no sería raro que
se le dio sepultura Ecca. al cadáver de Julián Villagrán, Español de
se exageraran algunos detalles. No hay razón para dudar del panorama
este Pueblo de Huichiapan, casado que fue con Doña María Anastasia
general de desolación narrado por el párroco, ni de cuando afirma que
[hexia ilegible] dejó dos hijos y seis hijas, recibió los santos saCI·amen-
las consecuencias de la batalla de 181 3 alcanzaron los dos siguientes
tos, fu e pasado por las armas por primer cavecilla de la insurrección
años, con la peste del matla sagua (matlazáhuatl) y la de viruela, por
en esta jurisdicción, y porque conste lo firmé. 67
la que murieron más de 2 300 personas, tanto adultos y niños, como
indios
71
infidencia, dos hombres de nombre y procedencia desconocida, quienes
blado al menos hasta 1815.
Sus letras serán de las pocas que centren la atención en la guerra y
también fueron sepultados en el Campo Santo Nuevo el12 de julio. 68
sus consecuencias para el poblado entero, y por ello, poco se sabe del
Finalmente , fueron pasados por las armas, acusados de ser reos de
152
y españoles, incluidos los realistas que se mantuvieron en el po-
153
reacomodo de este último en el nuevo margen político-económico de
la nación, salvo los datos que aporta el trabajo de Teodomiro Manzano
para todo el estado de Hidalgo. 72
de cien años después de aquella guerra. Además del desastre dejado por
las batallas, poblados como Huichapan fueron olvidados en los primeros
De los muertos en la batalla, insurgentes o no, no quedó más me-
recuentos históricos hechos por personajes como Lucas Alamán y Carlos
María Bustamante, quienes centraron su atención en las grandes figuras de
moria que el registro de su entierro. Aquellos que fueron enterrados
la insurgencia y sus batallas. En estos primeros trabajos, desde la Huaxteca
en un pedazo de tierra bendecida para tal efecto fueron olvidados y
y hasta San Juan del Río, pasando por Ixmiquilpan y Huichapan, la región
73
De aquellos otros que fueron
fue marginada al ligarse con el apellido Villagrán. Basados en el diario del
acogidos en el Campo Santo viejo, también se desconoce el paradero
propio López Rayón, estos historiadores aborrecerán la figura de Chito y
de sus restos. Actualmente, con el piso del atrio enlosado, la iglesia de
de su padre a raíz de la mal lograda batalla de Ixmiquilpan en 1812:
actualmente se desconoce su ubicación.
la plaza central no conserva ningún testimonio de las sepulturas que albergó como Campo Santo. Es p osible q ue los restos se hayan exhumad o
Jamás podremos recordar la memoria de los Villagranes sin estreme -
antes de enlosar el atrio y que fueran reunidos en un osario ex profeso;
cernos; estaban reñidos con el orden, y eran incapaces de someterse
o bien, que simplemente hayan quedado cubiertos y olvidados debajo
del nuevo piso en el último cuarto del siglo pasado.
a sus principios; fueron unas plagas tan funestas a la nación como los
mismos españoles: burláronse de la autoridad suprema que goberna-
Por otro lado, el actual Campo Santo, ubicado frente a la iglesia del
ba entonces la República: comprometieron al presidente de la junta
Calvario en el barrio del mismo nombre, no conserva resto alguno de
Rayón: llenaron de escándalo y de calamidades a los pueblos sobre
esos años. Las sepulturas más antiguas corresponden a la década de los
quienes pesaron, y al fin corrieron la suerte común a los hombres
años cuarenta del siglo
producto de una epidemia de cólera, por
anárquicos; siendo mucho de estrañar que no hubiesen perecido an-
lo que, de tratarse de aquel espacio que fue inaugurado a mediados de
tes por la perfidia y traición de sus asociados. Si hubiese habido algún
181 3, debió pasar por un proceso de exhumación de los restos de los
arreglo en aquel departamento, ellos habrían bastado para poner en
soldados realistas y de Julián Villagrán sin dejar rastro visible, lo cual no
brida a las fuerzas de México y Querétaro, a impedir el tránsito de los
parece factible. Me inclino a considerar que el .Campo Santo abierto en
convoyes, y a estrechar a México por un espantoso asedio. Sobráron-
aquellos años fuese colindante al ya existente, en el mismo predio del
les recursos, y solo les faltó la voluntad de obrar bien. 75
XIX,
atrio de la iglesia de San Mateo y, que al igual que aquél, haya quedado
oculto debajo del enlosado.
Como sea, actualmente no se conserva la ubicación de los restos fí-
se le acusará de envidioso al no haber apoyado militarmente a Rayón.
76
sicos de aquellos que perdieron la vida en esos días. El Único referente
Con ello se marcará la ruina histórica de este personaje, quien aun en
simbólico a estos episodios lo constituye la actual Plazuela de los Már-
los años recientes no ha conseguido ingresar al panteón cívico mexicano.
tires de la Independencia, ubicada a un costado del Palacio Municipal,
Lo escrito por Alamán será seriamente cuestionado y, algunas veces,
la cual, de acuerdo con los historiadores del siglo pasado, sirvió como
contradicho por la siguiente generación, por aquella que se ocupó de
paredón de los fusilados.
74
Con esta plaza como Único referente luctuo-
escribir la historia oficial después de la guerra de Reforma . En este con-
so, actualmente son pocos quienes recuerdan la desolación dejada tras
la batalla de mayo de 1 813.
texto, la biografía de don Julián se integró al panteón oficial liberal de fi-
Una suerte totalmente distinta tuvo el nombre de Villagrán, el cual fue
rescatado de entre los escombros. Esto, sin embargo, ocurrió poco más
15 4
La sarta de acusaciones recaerá sobre todo en Chito a quien, incluso,
nes del siglo
nacional.
77
XIX
como un modelo de civismo, heroicidad y martirologio
El vuelco histórico fue desatado a partir de la convocatoria
que lanzara Francisco Sosa en su columna del diario El Partido Liberal, en
155
1877, para colocar sobre el Paseo de la Reforma esculturas de personajes heroicos que estuviesen ligados al movimiento liberal de la Reforma. 78 Así, se convocó a todos los estados de la República para proponer
dos figuras destacadas: Hidalgo propuso a Julián Villagrán. 79
N o debiera sorprender que la propuesta del estado haya contravenido la historia que hasta ese momento había sido narrada, pues las
memorias locales suelen tener vida propia, algunas veces totalmente
independiente a la dictada por el centro. El juicio de los primeros historiadores ponía en peligro la reputación de una entidad más valiosa
que la de los personajes involucrados: al haber sido presa de las pasiones e intereses mezquinos de los rebeldes locales, estas tierras, pese a
su histórica importancia, no podían considerarse partícipes de la justa
heroica y su preciado logro : la nación. En este contexto, sin duda, el
proyecto de Sosa constituyó la ocasión ideal para que el estado se repo sicionara en la historia nacional .
Por otro lado, me parece posible sugerir que si Villagrán estaba presente en la m emoria luego de más de medio siglo de su muerte fue
porque en el ámbito local se mantuvieron vínculos entre el rebelde y el
círculo político e intelectual empoderado a fines del siglo XIX que, a su
vez, contaba con el apoyo de los liberales porfirianos.
Como fuera, la estatua enviada por el estado de Hidalgo estuvo entre las primeras 14 que se exhibieron en la inauguración del proyecto,
en 1895. 80 Sobre la sencilla columna se encuentra una placa que r eza:
"Julián Villagrán Insurgente. Nació en Huichapan hoy edo. de Hidalgo
en el año de 17 55. Fue arriero y con valor peleó por la independencia
en muchos combates. Murió fusilado en el año de 1813". La escultura,
hecha por Juan Islas, muestra a un hombre sereno y, al mismo tiempo,
al héroe decidido: de largas patillas, vestido de chinaco y con pañuelo al
cuello, Villagrán se encuentra a punto de desenvainar su espada con la
mano derecha, mientras mira tranquilamente su horizonte.
El ingreso de Villagrán al panteón cívico no sólo quedó perpetuado
en bronce. A la par, su imagen de rebelde irredento y egoísta fue transmutada por la del padre que es capaz de sacrificar a su propia sangre
para salvar a la patria. La biografía escrita por Francisco Sosa セl。ウ@
estatuas de la rゥヲッイュ。
セ@
es el primer documento en el que encontramos
156
Ilustración 2. Estatua de Juli án Villagrán en el Paseo de la Reforma , Méx ico D.F.
157
testimonio sobre el ofrecimi ento de indulto a Villagrán a cambio de la
vida de Chito. Para acentuar el dramatismo patriótico de este acto, Sosa
incluso compara la escena con aquella sufrida por Alonso Pérez de Guzmán, defensor de Tarifa, en una situación casi idéntica. 8 1
Al tiempo, el proyecto liberal encabezado por Vicente Riva Palacio,
México a través de los sialos, también integró a Villagrán y su sacrificio en
el cauce de la historia. En esta ocasión, la pluma de Julio Zárate, evitando cualquier juicio de valor que pudiera poner en entredicho la participación de Villagrán, se limita a mencionar que se trata de un personaje
polémico en la región. 82
Ser á Alejandro Villaseñor, con sus Bioarcifias ele los héroes y caudillos
de la Independencia, quien realice la primera biografía detallada del personaje. Sin caer en el dramatismo de Sosa, Villaseñor trata de dar un
juicio equilibrado: al describir los puntos relevantes de sus acciones
en la guerra, reconoce sus excesos, pero también destaca sus aciertos,
incluyendo el sacrificio de su hijo.
Esta biografía se publicó en 191 O, el mismo año en que el estado de
Hidalgo repitió el ejercicio de recuperación y reconstrucción de esta
memoria histórica en su propio suelo, y colocó, como parte de los festejos del primer centenario de la independencia, el busto de mármol
de Villagrán que se mantiene hasta el día de hoy en el jardín central de
Huichapan, esculpido por el italümo F. Cafagna . En este momento, el
sacrificio de don Julián quedó grabado sobre la piedra con la frase que
lo inmortalizaría: "¡Que lo fusilen! Mujeres hay muchas para tener hijos, y patria sólo tengo una" .
La imagen de Villagrán como mártir también quedó perpetuada en
las letras gracias a una publicación que, recuperando esta historia de cuño
liberal, trascendió los vientos de la revolución y exacerbó las escenas de
bronce hasta el día de hoy: Apuntes históricos de Huichapan. Sin que haya
sido publicado sino hasta fechas recientes (como parte de la conmemoración del bicentenario de la independencia), este trabajo es atribuido a
Merced Pedraza, quien fuera notario público del poblado hasta su muerte en 1908. Se dice que este personaje, nacido en la segunda década del
siglo XIX, escribió la obra como producto de sus propias experiencias y
de los testimonios de sus contemporáneos. La obra permaneció inédita
15 8
hasta que José Antonio Cadena, originario de Maravillas, Nopala, la recuperó e integró los resultados de sus propias indagaciones. Abogado el
primero y contador el segundo, incursionaron en la escritura de la historia sin tener experiencia profesional, por lo que resulta comprensible
que la obra no siga los cánones académicos. Se calcula que el escrito de
Pedraza fue concluido en los primeros años del siglo, mientras que Cadena completaría la obra cincuenta años después. 83
Sin embargo, sin conocer el texto original, resulta imposible distinguirlo de las supuestas aportaciones de Cadena, ya que el trabajo - que
conserva el título original dado por Pedraza- no hace distinción entre
las letras d e cada autor ni en estilo o in tención. Los Apuntes , de hecho,
parecen haber surgido de una sola pluma. De ser cierto que Cadena
únicamente completó el trabajo de Pedraza, logró mimetizarse en las
letras de aquél-o mimetizarlo en las suyas- , logrando una completa
fusión entre ambos momentos de escritura, así como una curiosa ironía: los Apuntes dan continuidad a la historia de bronce de fines del siglo
XIX, es decir, insertan y consolidan la historia porfiriana en el discurso
del partido de la revolución.
Con Julián Villagrán como eje rector, el relato de Pedraza-Cadena
debate a todos aquellos autores que han cuestionado la importancia del
personaje en la historia de la independencia, e integra para ello numerosos detalles no referidos por los escritos previos: Julián escribiendo
al cura Hidalgo semanas después de que éste diera el grito en Dolores;
Rayón reconociendo la autoridad de los Villagrán sin que existiera conflicto alguno; Chito escapando a caballo de las tropas de Monsalve y
tirando monedas a su paso; Julián rechazando el indulto y destacando
el valor de la patria por encima del de su propio hijo; los cuerpos de
los Villagrán decapitados y sus cabezas colgadas de las vigas frente a la
Iglesia de San Mateo, etcétera.
Así, Julián Villagrán, el caudillo local bosquejado por aquella historia
decimonónica, es transmutado por los Apuntes en un insuraente pleno,
equiparable, incluso, con Miguel Hidalgo:
En una de las esquinas del Castillo de Granaditas quedó la cabeza del
venerable Cura Hidalgo y en uno de los costados del Templo de San
159
Mateo en Huichapan, quedó prendida en un garfio y al extremo de
mediados del siglo pasado, por lo que, en 1957, fueron colocadas dos
una viga, la cabeza del Insurgente Don J ulián Villagrán; estos dos Héroes habían cumplido con su deber; la Patria les abría las Puertas del
placas de bronce al frente de la parroquia de San Mateo, en el barrio del
mismo nombre. En cada esquina se recuerda:
Porvenir entre el incienso de los Altares de la Gloria y por el espacio
se elevaban los cantos inmortales del Himno de la Libertad. 1 Hidal-
A la memoria de los héroes insurgentes Gral. Julián Villagrán y José
go y Villagrán vienen a formar un paralelo en el principio de nuestra
"Guerra de Independencia". 84
María Villagrán (padre e hijo) sacrificados en esta tu tierra natal en
1813 y cuyas cabezas se expusieron en este paraje. Año de la constitución y del pensamiento liberal mexicano. Huichapan, Hgo. 5 de julio
El relato también integra una figura femenina, contraparte de la de
de 1957. Homenaje de amigos hidalguenses en el Distrito Federal. 87
Villagrán en el sacrificio por la Patria. Manuela Paz, quien muriera fusilada en la batalla del 3 de mayo, es cmwertida en una enérgica nudre
Esta historia de bronce ha senido com o fuente prinuria para tr abajos
que encara con furia a los realistas:
posteriores -
generalmente de producción y distribución local- sin
que medie análisis historiográfico alguno, lo que muestra la amplia cirUn patético caso es el de doña Manuela Paz, quien vio rodar los ca-
culación que ha tenido a lo largo del siglo y hasta la fecha -
dáveres de sus dos hijos entre el montón de inmolados en aras de
sión mecanoescrita-
en su ver-
, entre parte de la clase política e intelectual. 88
nuestra entonces sonada independencia. Se presentó ante el jefe del
El reconocimiento del trabajo, de hecho, ha suscitado la circulación
pelotón de los ejecutores, insistiendo que a ella también la fusilaran,
de una versión con el título La historia de Huichapan, pero se señala
porque ya de nada le servía la vida faltándole el amparo de sus hijos;
como autor a Fernando Rubio Lugo, lo que hace aún más compleja la
el jefe, creyendo ganar un galardón accediendo al pedimento ordenó:
identificación y crítica del trabajo, 89 aunque, como señalé arriba, re-
¡fusilen también a esa vieja! ¡Y la vieja fue ejecutada! 85
cientemente, con motivo de la celebración del bicentenario de la inde pendencia, el Gobierno del Estado de Hidalgo lo publicó bajo la autoría
Los pormenores que brinda este trabajo, sin duda, aportan un tono dramático a los hechos. No obstante, no contamos con evidencia que los
El uso, reproducción (en bronce y papel), apropiación y, por tanto,
apoye, por lo que es probable que se trate de relatos orales y míticos re-
aprobación del escrito Pedraza-Cadena-Rubio (¿?),con la figura de don
cuperados por Pedraza en el siglo XIX, o bien de agregados narrativos de
Julián Villagrán como héroe-mártir, pretende evidenciar la participación
los autores, con la Única finalidad de hacer más atractiva la historia . En
de Huichapan en la justa independentista, en aquella que nos legó la
el caso de los Villagrán, de haber sido decapitados, no es posible com -
patria. Así, los monumentos, historiográficos y de piedra, se convierten
prender por qué el hecho no consta en su partida de enterramiento,
en símbolos que permiten insertar y reposicionar al lugar en la historia
cuando de acuerdo con los registros parroquiales, sus cuerpos fueron
nacional, es decir, en el pasado y presente de la nación. 90
enterrados casi inmediatamente después de su fusilamiento. Tampoco
Pese a que este esfuerzo por recuperar la historia liberal porfiria-
para el caso de Manuela Paz se especifica alguna relación filial con los
na centrada en la figura de J ulián Villagrán, así como su consolidación
dos "chiquitos" con los que fue enterrada.
86
Pese a los tintes dramáticos, el poco fundamento y el desbordante
patriotismo -
o quizá gracias a ello-, el escrito de Pedraza-Cadena
tuvo una amplia aceptación, al menos entre parte de la clase política de
160
exclusiva de Pedraza-Cadena.
en las últimas décadas, logra reforzar el orgullo patrio de la región,
genera, a la vez, puntos oscuros en la memoria , coadyuvando sin proponérselo al olvido y maniqueísmo impuesto desde la historia patria
centralista.
161
Un buen cjentplo al respecto es el reciente trabajo de Juan Manuel
Menes, La guerra de la Independencia en el hoy territorio hidalguense. La
lucha de una región por la libertad nacional. 9 1 Con la clara intención de
reposicionar a la r egión en la historia nacional, el autor queda atrapado
entre el centralismo de los primeros historiadores decimonónicos y la
historia de bronce porfiriana-revolucionaria. 92 Sin un cotejo de fuentes
primarias que le p ermita el equilibrio de una crítica historiográfica, el
autor oscila entre dos argumentaciones: por un lado, se suma a buena
parte de los juicios de Alamán y Bustamante aceptando que tales p er sonajes se mantuvieron "al margen de todo proyecto indep endentista"
y fueron "un wrdadero obstáculo para el progreso del nlüYÜniento insurgente"; y, por otro, justifica (racional y moralmente) sus excesos
explicando que carecieron de formación militar y concedieron una "generosa y hasta exagerada libertad" a sus "tropas de campesinos e indígenas y pobres". Quizá temiendo que su argumentación no sea suficiente
para poner punto final a la polémica alrededor de los Villagrán, termina contradiciendo y forzando su propia narrativa para concluir que no
es posible n egarles heroicidad a sus acciones - algunas de las cuales
marcaron el rumbo de la historia- y, por tanto, tampoco sacarlos del
pedestal de la gloria nacional porque fueron "el brazo fuerte de la Junta
de Zitácuaro y en particular de Ignacio López Rayón" en Huichapan. 93
Nutrir el aliento que da vida a los héroes de bronce - locales o
nacionales- no creo que sea, sin embargo, la salida para escapar del
centralismo de nuestra historia patria. Para reposicionar a las localida-
cilaba entre el beneficio mutuo y el enfrentamiento. Al parecer, Rayón
pretendía aprovechar el control y los recursos de los líderes locales,
mientras estos últimos querían ben eficiarse del poder y prestigio del
primero. Conocer los posibles altibajos involucrados en esta relación
ameritaría adentrarse en los planes p ersonales y las redes de intereses
que se forjaron en cada momento de la lucha.
El acercamiento general que he brindado permite considerar que
estas tensiones entre los líderes (insurgentes y locales), así como el enfrentamiento entre sus intereses p ersonales, minimizó su fuerza y constituyó uno de los elementos que facilitó la victoria realista en la región,
lo que permite Yislumb·ar parte de la heterogen eidad ele m o LiYos que
alentaron la guerra de independencia, así como muchos de los tropiezos que la caracterizaron.
Finalmente, me parece que este acercamiento p ermite r econsiderar
el papel de esta región, pues las operaciones militares ocurridas aquí
no fueron de menor importancia. Los líderes, al apoderarse de los caminos, dificultaban el acceso a los bienes que alimentaban la guerra y
motivaron los enfrentamientos constantes, lo que explica la presencia
casi permanente de las operaciones realistas, así como los grandes esfuerzos empeñados en la captura de los rebeldes. El sometimiento de
estos poblados podía garantizar los insumas para continuar la guerra y
también la posibilidad de concentrar las fuerzas en los puntos dominados por los grandes líderes de la insurgencia, economizando , por tanto,
los cada vez más precarios bienes de la Corona.
des hace falta explorar los detalles de los contextos, revalorar de forma
crítica la participación d e la localidad en los sucesos nacionales y comprender la complejidad inserta en los procesos de la guerra, la revolución, los líderes y la sociedad. Poblados como Huichapan, pese a no
haber sido protagonistas de las principales batallas como lo fueron las
grandes ciudades de ese entonces, muestran, en buena medida, el ritmo
y los matices del enfrentamiento bélico.
Esta r egión, como otras del territorio, estaba dominada por rebeldes locales que, si bien se sumaron a la insurgencia, y posiblemente
compartían algunos de sus anhelos, también mantuvieron vivos sus propios intereses coyunturales y regionales motivando una t ensión que osI62
1
Dirección de Estudios Históricos, Instituto Nacional de Antropología e Historia.
2
Así reza el bajo relieve del lado el lado sur de la columna: "Nació en
esta Ciudad el 1° de enero de 1755"; y en el norte: "FuE FUSILADO
FRENTE ASU CASA PLAZUELA DE LOS MÁRTIRES DE LA iNDEPENDEN CIA EL DÍA
6 DE JULIO DE 1813".
3
En el oeste: "AL HÉROE Y MÁRTIR Ii\SURGENTE GENERAL juLIÁNVILLAGRÁ\:.
HOM ENAJE QUE SE LE TRIBUTA EN LA CELEBRACIÓN DEL 1ER CENTE:'-: ARI O DE
LA INDEPENDENCIA".
+ Ignacio Mendoza Gómez y Fernando Jiménez Uribe, comunicación
personal, 17 de junio de 2013.
163
Al parecer, la ubicación del busto fue intercambiada por la del
quio sco, debido a la inconformidad de que este último se encontrara
frente a la iglesia, cubriendo la Yista. Ignacio Mendoza Gómez, comunicación personal, 22 de junio de 2013 .
En http: 11 patrimoniohuichapan. blogspot.mx/#! /2009/03/
la-historia-de-un-kiosco.html (consulta electrónica realizada el 18
de junio de 2013) se refiere erróneamente que el traslado de la escultura fue en la primera mitad del siglo pasado. Lamentablemente
no existen datos detallados sobre estos elementos arquitectónicos y
escultóricos.
5
No hay evidencia historiográfica que confirme que Rayón realizó
esta celebración en el Chapitel. Sin embargo, así es asumido por
los pobladores actualmente. De acuerdo con los elementos arquitectónicos , es posible considerar que el Chapitel fues e una de las
capillas posas del convento franciscano (Fernando González Dávila,
comunicación personal, mayo de 2013), pero se ignora su función
al momento del paso de Rayón por el lugar, así como la historia de
todas las remodelaciones del espacio conventual.
6
Una reflexión por demás interesante sobre los grandes problemas historiográficos en Luis Fernando Granados, "Independencia sin insurgentes. El bicentenario y la historiografía de nuestros días", Desacatos,
núm. 34, septiembre-diciembre de 2010, México, pp. 11-26.
7
Desde el siglo XVI, Huichapan adquiere importancia económica gracias a las actividades ganaderas, convirtiéndose en un centro de mercancías importante. A ello se sumaba su posición estratégica, pues se
encontraba sobre una de las rutas más tempranas que conectaban el
Bajío y norte con la capital del virreinato, incluso, previo a la construcción del Camino de Tierra Adentro y el descubrimiento de las
minas de Zacatecas. Véase Fernando González Dávila, "Huichapan
en el ca1nino", en este mismo volumen.
Por ejemplo, con la colonización del Nuevo Reino de León (con
la migración de familias provenientes de Huichapan, entre otros
poblados), se trazó un camino desde la capital del virreinato que
cruzaba por Huichapan, con lo que se propició cierto desarrollo comercial en la región. La bonanza economica del poblado se observa,
sobre todo, en el siglo XVIII, de acuerdo con la arquitectura prevaleciente de sus edificios más importantes y que datan de esta centuria.
En este mismo siglo, la población se eleva al rango de Alcaldía Mayor
y, más tarde, en Subdelegación. Al parecer, las principales actividades económicas eran matanza, haciendas de labor, crías de ganado
de pelo y tejidos de lana . Véase ¡Si hubiera parque ... ! P. M. Anaya,
México, Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución
Mexicana, 1993, pp. 28-30.
8
Archivo General de la Nación (en adelante, AGN), Instituciones Coloniales, Gobierno Virreina!, Operaciones de Guerra (081 ), vol.
141 , ex p. 1O.
9
Nacido de padres avecindados en Huichapan a mediados del siglo xvm,
Julián Villagrán era un arriero de posición acomodada, y posibfemente
16+
un vecino reconocido del poblado, ya que había sido nombrado por el
gobierno virreina! capitán del Regimiento de Tula, cuya compañía residía en H uichapan. Véase Alejandro Villaseñor )' Villaseñor, Biogrcifías
de los héroes y caudillos de la Independencia, t. 1, Mexico, Imprenta de "El
Tiempo" de Victoriano Agüeros, 191 O, pP· 141 - 146. Los Anales del estado de Hidalgo consignan que su adhesion al movimiento ocurrió el 9
de octubre de 181 O (Teodomiro Manzano, Anales del estado de Hidalgo,
Primera parte (608-1868), México, [s .e.], 1922, p. 22).
Por otro lado , Cadena considera que el asesinato de Sánchez fue
justificado debido a la traición de éste. Asimismo, el autor asegura la
existencia de correspondencia directa entre Julián y Miguel Hidalgo por estas fechas. Véase José Antonio Cadena Guerrero, Apuntes
históricos de Huichapan, prefacio de José Almaquio García Cravioto,
México, Gobierno del Estado de Hidalgo (Colección Bi centenario ,
núm. 10), 2009, pp . 40-47 .
10
A diferencia de su padre Julián, la participación de Chito en la independencia siempre ha sido cuestionada, pues algunos autores afirman que sólo se unió al movimiento por "el deseo de evitar caer en
manos de la justicia, la que lo buscaba para castiparlo por el asesinato
de un individuo de apellido Chávez, al que hab1a dado muerte cuando éste lo hospedaba en su casa". Véase Alejandro Villaseñor, "Francisco Villagrán", en Biogrciflas de los héroes ... , op. cit., p. 147.
11
AG:"<, Instituciones Coloniales, Gobierno Virreina!, Operaciones de
Guerra (081), vol. 141, exp. 1, 2, 3, 4, 13, 22. Es posible que haya
sido en este momento cuando Julián parte hacia la Huaxteca, quedándose Chito en Huichapan.
12
AGN, Instituciones Coloniales, Gobierno Virreina!, Operaciones de
Guerra (081), vol. 141, exp. 20, 23.
13
AGN, Instituciones Coloniales, Gobierno Virreina!, Operaciones de
Guerra (081), vol. 140, exp. 2, f. 3-12.
l+ AGN, Instituciones Coloniales, Gobierno Virreina!, Operaciones de
Guerra (081 ), vol. 141, exp. 24, f. 33-36; exp. 30, f. 49-50. En la
operación エN。ュ「
Lゥセョ@
se pretendía 。ーイ・ウセ@
al カゥ」セイッ@
セ。イゥョッ@
aァセゥャ。イN@
Los datos bwgraf1cos de Correa en Alepndro Vtllasenor, Biogrcifias de
los héroes ... , op. cit., pp. 255-258.
15
Y sin duda, era preferible este estado ambivalente antes que el desinterés, pues este último les podía costar la vida.
16
AGN, Instituciones Coloniales, Gobierno Virreina!, Operaciones de
Guerra(08l),vol.l41 exp.5,31,32,33.
17
Esta medida fue aplicada en todos los poblados aledaños por los
diversos comisionados. Por ejemplo, a fines de octubre del mismo
año, el coronel Rodríguez informaba al brigadier De la Cruz sobre
el fusilamiento de un indio rebelde de San Miguelito. Su cuerpo, al
igual que el de los rebeldes de Huichapan, fue colgado de "un árbol
a la entrada del camino".
En el incendio de las casas, sólo se hizo una excepción con la casa
del fiscal y su topil. AGN, Instituciones Coloniales, Gobierno Virreina!, Operaciones de Guerra (081), vol. 141 , exp. 6 y vol. 14 3, exp. 6 .
165
18
Instituciones Coloniales, Gobierno Virreina!, Operaciones de
Guerra (081), vol. 141, exp. 32, 33, 36, 38, 39, 40 . Todo el armam ento incautado en estas operaciones fue remitido a Calleja, quien
en este momento se encontraba persiguiendo a Hidalgo y Allende, y
recuperando las posiciones en Guanajuato y Guaclalajara.
19
AGN, Instituciones Coloniales, Gobierno Virreina!, Operaciones ele
Guerra (081), vol. 141, exp. 42, 45.
20
AGN, Instituciones Coloniales, Gobierno Virreina!, Operaciones de
Guerra (081), vol. 141, exp. 49, 52, 57, 58, 59.
21
AG:'\, Instituciones Coloniales, Gobierno Virreina!, Operaciones ele
Guerra (081 ), vol. 142, exp. 3, 4, 5, 6, 7, 9. Se enviaron 829 mulas,
182 tercios de tabaco en barra y 28 balones de papel hacia Querétaro; 261 caballos, pólvora, salitre y armas a México; diez cajones de
yólvora , 34 caballos y armas a Huichapan procedentes de Aculco.
' AG:\ , Instituciones Coloniales, Gobierno Virreina], Operaciones de
Guerra (081), vol. 142, exp. 27, 53, 54, 65, 104 y 105.
Recuérdese que para este momento los líderes ele la insurgencia marchan hacia el norte, en donde finalmente serán hechos presos.
23
El último reporte de su operación fue ele 14 rebeldes fusilados, 2
Jor carrera de banquetas, 17 consignados a presidio y 33 puestos en
ibertacl. AGN, Instituciones Coloniales, Gobierno Virreina], Operaciones de Guerra (081), vol. 142, exp. 91.
2+ AG:'-J, Instituciones Coloniales, Gobierno Virreina!, Operaciones de
Guerra (081), vol. 142, exp. 85, 105.
25
AGr\, Instituciones Coloniales, Gobierno Virreina!, Operaciones de
Guerra(081),vol.142,exp.44,61,86, 105, 121;yvol.146,exp.4.
26
Todavía en noviembre, el coronel José Antonio Andracle da parte de
la persecución infructuosa. AGI\, Instituciones Coloniales, Gobierno
Virreina!, Operaciones de Guerra (081), vol. 136, ex p. 2 5, 31 ; vol.
96, exp. 35; y vol. 97, exp. 19. ·
.
27
En este año, los realistas al mando de Arredondo toman Tula. Aunque la documentación no tiene fecha, es posible que la toma ele la
villa se haya realizado alrededor de abril, al igual que las batallas en
Actopan e lxmiquilpan. AG N, Instituciones Coloniales, Gobierno Virreina], Operaciones ele Guerra (081), vol. 21, exp. 6, 8; y vol. 96,
exp. 13.
28
Al parecer, sólo en Zacualtipán lograron derrotar a los rebeldes. Por
otro lado, los insurgentes no siempre fueron apoyados por los poblados que intentaban tomar: en Zimapán, fueron rechazados 4 000
indios seguidores ele Villagrán. AGN, Instituciones Coloniales, Gobierno Virreina!, Operaciones ele Guerra (081), vol. 205, exp. 13;
vol.95,exp. 36,47,48,49,52.
29
Esta región era presa constante de ataques rebeldes: en marzo se
informa, por ejemplo, sobre algunos rebeldes que se encontraban en
Alfajayucan, y en mayo sobre otros que robaron ganado en el pueblo
de Chilguantla. AGN, Instituciones Coloniales, Gobierno Virreina!,
Operaciones ele Guerra (081 ), vol. 205, exp. 5, fojas 12-15 y exp. 6,
fojas 16-18.
.-\G N ,
!
166
30
Al menos en principiO, con estas operaciones Casasola pretendía
permitir que el cargamento ele plata, custodiado por Vicente Fernández, pudiera ingresar a la ciudad ele México. AG N, Instituciones
Coloniales, Gobierno Virreina!, Operaciones de Guerra (081 ), vol.
205, exp. 8, fojas 25-27; exp. 9, fojas 28 -30.
31 AG:'-J, Instituciones Coloniales, Gobierno Virreinal, Operaciones ele
Guerra (081), vol. 115, exp. 17, fojas 48-53; exp. 64, fojas 212 -216;
vol. 205, exp. 12, fojas 40-42.
32
Las fuerzas realistas ( 500 hombres) intentaron atacar la plaza de
Huichapan X antes de emprender la retirada "poseídos de un terror
Yergonzos,o ',perdieron セo@ セッャ、。ウN@
セョ。」ゥッ@
Rax?n et al., La independencia segun Ignacw Rayan, mtroduccwn, seleccwn y complemento
biográfico de Carlos Herrejón Pereclo, México, Secretaría ele Educación Pública (Colección Cultura . Cien de México) , 1985 , p. 58 .
11
El poder ele Villagrán alcanzó tal grado que se hacía llamar "Julián 1,
Emperador de la Huaxteca", y mandó acuñar moneda con ese título.
Véase Alejandro Villaseñor, Biogrcifias de los héroes . .. , op. cit., p. 144.
S
セiァョ。」ゥッ@
Rayón et al., La independencia según ... , op. cit., p. 66.
3
' Carlos María Bustamante, Cuadro histórico de la reFoluciÓn mexicana,
comenzada en 15 de septiembre de 1 81 O por el ciudadano Miguel Hidalgo y
Costilla, cura del pueblo de los Dolores, en el obispado de Michoacán . Dedícalo al Exmo. Sr. D. Ignacio Trigueros, Secretario del Despacho y de Hacienda, 5 vols., 2a ed., México, Imprenta de J. Mariano Lara, 1844, t. 2,
carta 7, p. 235.
Ignacio Rayón et al., La independencia según ... , op. cit., pp. 63-64, 6869; AGN, Instituciones Coloniales, Gobierno Virreinal, Operaciones
de Guerra (081), vol. 110, exp. 54, fojas 208-216.
37
Ignacio Rayón et al., La independencia según ... , op . cit, pp. 68-69.
38
/bidem, p. 69. Al parecer, el día 16 Rayón redactó aqUI la "Proclama
de la Junta Su¡Jrema de la Nación, en el aniversario del 16 de septiembre", pub icada después, pero fechada el 16 de septiembre de
este año. Con su presencia en el lu$ar, el poblado "fue considerado
como sede del gobierno insurgente'. ¡Si hubiera parque ... ! .. . , op. cit.,
p. 32.
39
Ignacio Rayón et al., La independencia según ... , op. cit. , pp. 71-72.
36
+O
41
JlJidem.
Julio Zárate, "Tercera época. La independencia", en Vicente Riva Palacio ( coord.), México a traFés de los siglos. Historia general y completa del
desenFolFimiento social, político, religioso, ュゥャエセ@
artístico, cient!fico y literario de México desde la antigüedad más remota hasta la época actual, 1O vols.,
edición facsimilar, México, Editorial Cumbre, 1887, t. v, capítulo v,
p. 3 37; Ignacio Rayón et al., La independencia según . . . , op. cit. , p. 7 5.
+2 Rayón et al., La independencia según . .. , op. cit., p. 7 5.
+3 La inesperada retirada de Rayón también se ha explicado aduciendo
que recibió noticias セイ。カ・ウ@
de Tultenango que exigían su presencia.
Véase Julio Zárate, Tercera época . La independencia . .. ", op. cit . ,
p. 3 3 8. En su diario, sin embargo, Rayón refiere que los motivos
de la retirada fueron el cansancio ele la tropa, su corto número y la
167
insubordin ación el e algunos de sus jefes. Véase Ignacio Rayón et al.,
La independenci a seg ún ... , op. ch ., p. 7 5.
El informe de Casasola sobre la batalla en AGN, Instituciones
Col o niales, Gobi ern o Virreina! , Operaciones de Guerra (081 ), vol.
205, exp. 25 .
-++ Ignacio Rayón et al., La independencia según . .. , op. cit., p. 77.
La estimación del número de participantes en el motín correspond e a Carlos María Bustamante , Cuadro histórico de la reFolución
_mexican a . .. , op. cit., t . 2, carta 7, p. 238.
+o Así lo da por hecho Julio Zárate, "Tercera época. La independencia .. . ", op. cit., p. 338. El reporte de los fusilamientos en AG N, Institucion es Coloniales , Gobierno Virreina!, Operaciones de Guerra
(081) , Yo l. 111, ex p. 61, 63 .
Z セ i ァ ョ。 」 ゥ ッ@ Rayó n et al., La independencia según . . . , op. cit. , pp. 77-78 y 89 .
Conncne recordar que tras las derrotas en Valladohcl y Celaya, se
suced en varios incidentes de desconfianza entre los miembros de la
Junta, que los llevan a enfrentarse con las armas en más de una ocasión. Como resultado, Verdusco r enuncia a su cargo de vocal en la
Junta y, a la vez, denuncia y declara traidor a Rayón por "invadir" su
posición en Michoacán y Guanajuato. Como respuesta, Rayón suspende a los vocales por desconocer su autoridad y publica una proclama para justificar sus acciones. Tanto Morelos como Cos tratan de
n1anten erse al margen de este conflicto, recomendando continuamente la concordia entre los jefes insurgentes. Julio Zárate, "Tercera
época . La independencia ... ", op. cit., pp. 369-370.
+S lbidem, p. 373.
9
+ De acuerdo con la información r ecibida por el virrey Venegas, como
resultado de las desavenencias entre los insurgentes Rayón mandó a
fusilar a 20 oficiales de Chito, haciéndolo huir hacia Zimapán. Véase
AG N, Instituciones Coloniales, Gobi erno Virreina!, Operaciones de
Guerra (081), vol. 111, exp. 61 y 63.
50
lbidem.
51
Julio Z ár ate, "Tercera época. La independencia ... ", op. cit., capítulo
PP· 382 -383 .
52
lbidem, p. 383.
53
Carlos María Bustamante, Cuadro histórico de la reFoluciÓn mexicana ... ,
op. cit., tomo 2, carta 9, p. 3 54. Es de suponerse que se refugiaron en
la torre de la iglesia principal, por ser este el punto más elevado.
セZ cゥエ。、ッ@
de Merced Pedraza, en ¡Si hubiera parque . .. ! ... , op. cit., p. 34.
, José Antonio Cadena, Apuntes históricos ... , pp. 55 -56.
56
Carlos María Bustamante, Cuadro histórico de la reFoluciÓn mexicana ... ,
_ op. cit., t. 2, carta 9, pp. 353-354.
7
' Alejandro Villaseñor, Biogrcifías de los héroes ... , op. cit., p. 149.
58
José Julián Teodoro González, Huichapan. Segunda cuna de la independencia, M éxico, Ediciones Oficiales (Colección Documentos Históricos del Estado de Hidalgo), 194 3, p. 9.
59
Libro de difunciones de españoles de la Parroquia de Hui chapan, 181 3, ff.
88a, 88v, 89a, registros 182, 183, 187.
VIl,
16 8
60
También fueron enterrados en "el campo en un pedazo que se bendijo" . Libro de difunciones de indios de la Parroquia de Huichapan, 1813,
ff. 40v, 41 y 41v; registros 317-323.
61
Libro de dqunciones de españoles de la Parroquia de Huichapan, 1813, ff.
89-90, registros 189- 207.
62
Libro de difunciones de españoles de la Parroquia de Huichapan, 1813, f.
92a, registro 213.
63
En su registro, se aclara que estaba casado con doña María Guadalupe Nieva. Véase Libro de difun ciones de españoles de la Parroquia de
Huichapan, 1813, f. 88v, registro 187.
En el trabajo ¡Si hubiera parque . .. 1... (o p. cit., p. 3 7) se registra que
el fusilamiento de Chito ocurrió en su casa.
G+ Libro de difunciones de españoles, 1813, f. 92v, 93a, 93v, 94a, registros
217-229 .
65
Libro de difunciones de españoles de la Parroquia de Huichapan, 18 13 , f.
94v, 95a, 95v, 96a, 96v, registros 234-251.
66
Carlos María Bustamante, Cuadro histÓrico de la revolución mexicana . .. , op. cit ., t. 2, carta 9, p. 354; Alejandro Villaseñor, Biogrcifías de
los héroes ... , op. cit., p. 146.
En el trabajo ¡Si hubiera parque ... 1... , op. cit., p. 37, se registra que
el fusilamiento de Villagrán el viejo ocurrió en la plaza de Huichapan.
67
Libro de difunciones de españoles de la Parroquia de Huichapan, 1 813, f.
97a, registro 252.
68
Jbidem, 1813, f. 98v, registros 264-265.
69
¡Si hubiera parque ... 1... , op. cit., P· 37. De acuerdo con este trabajo,
las tropas se quedaron en la region hasta 1815.
70
Teodoro González, Huichapan. Segunda cuna ... , op. cit., pp. 8 y 9.
71
lbidem, p. 1O.
72
Teodomiro Manzano, Anales del estado ... , op. cit .
Sin duda el poblado no recuperó el lugar privilegiado que ocupara
antes de la guerra, pero es muy probable que restableciera pronto
su actividad económica, pues ya para fines del siglo encontramos un
casino y actualmente el_ poblado sigue_ siendo un centro econón;ico
importante para la regwn comprend1da entre San Juan del R10 e
Ixmiquilpan.
73
Es posible que dicho predio se encuentre al norte del centro de
Huichapan, hacia el Barrio de San Mateo, debido a que en este lugar
accidentalmente se han localizado restos humanos. Cerca de dicno
predio se encuentra la calle de los Insurgentes.
74
Dice la placa de bronce en el lugar: "PLAZUELA DE LOS MÁRTIR ES DE
LA INDEPE NDENCIA 1 EL 5 DE MAYO DE 1813 LAS FUERZAS REALISTAS AL
MANDO DEL GRAL. PEDRO MONSALVE FUSILARON EN ESTE LUGAR, TRAS DE
DIEZMARLOS Y QUINTARLOS A 43 PATRIOTAS HUI CHAPEÑ OS QUE CO N VIZARRIA DEFENDIERON LA PLAZA, HALLÁNDOSE ENTRE ELLOS LA ESPARTANA MANUELA PAZ CON SUS DOS HIJOS. 1 CARIÑOSO HOMENAJE DE LA COLONIA
HUICHAPA N EN MÉXICO. ABRIL 24 DE MCMXUX".
75
Carlos María Bustamante, Cuadro histórico de la reFolución mexicana . . . ,
op. cit., pp. 354-355.
169
76
Así lo señala Carlos María Bustamante en ibidem, t. 2, carta 7, p.
237 .
77
Ernesto de la Torre, "Prólogo", en Francisco Sosa, Las estatuas de la
Riforma , México, UniYer siclad Nacional Autónoma de México, 1996,
7
PP·
V-XX II .
s V ease
'
la resena
- en FranCisco
.
Sosa , "J u ¡·'
' " , en Las estatuas
1an y·¡¡
1 agran
de la Riforma, prólogo de Ernesto de la Torre, México, Universidad
Nacional Autónoma de México , 1996, pp. 52-58.
La ウ・セ オョ、
。@ escultura representativa del estad o de Hidalgo fue la de
Nicolas García de San Vicente (1793-1845). Ambas se encuentran
en el tramo comprendido entre la glorieta de Colón y El Caballito.
so Posterior a la inauguración fu eron colocadas las esculturas restantes:
ocho en 1896; cuatro en 1897 ; dos en 1899; y dos más en 1902.
S:onsulta electrónica en http: 1 /mexicom axico.org / Reforma / reformaEstatuas.htm , realizada el18 cle junio de 2013.
SI El autor atribuye esta comparación a Andrés Quintana Roo. Véase
, Francisco Sosa, Las estatuas . .. , op. cit., pp. 54 y ss.
S)- Vease
'
Ju ¡·w zarate,
'
" 'T
'
La m
. el ep en el eneJa
. . . . " , op. cit.,
1er cera epoca.
capítulo VIII, p. 384.
s3 Los datos biobibliográficos en José Almaquio García Cravioto, "Prefacio", en José Antonio Cadena, Apuntes histÓricos ... , op. cit . , pp. 3-5.
S+ José Antonio Cadena, Apuntes históricos . .. , op. cit ., p. 105 .
8 5 1bidem, p. 61.
86
El episodio se repite en la placa conmemorativa de la Plazuela de los
Mártires. Véase supra, tabla 2 y nota 7 5.
87
Pedraza-Cadena señalan que: "[ ... ] sugetacla en la punta de una viga
por m edio de un garfio, se puso a la expectación públi ca como una
lección de escarmiento y de terror para los insurgent es, esta cabeza
duró mucho tiempo en esa exhibi ción, en el costado norte y lado
oriente de la cruz grande de cantera que aún existe, frente al Templo
de San Mateo". No obstante, lo más probable es qu e se refiri era a la
Iglesia central (y no a la del Barrio de San Mateo), la cual, todavía
alrededor de la década de los años treinta del sigl o pasado, se encontraba advocada a san Mateo.
Por otro lado, es mu y posible que esta fuente también haya sido
la que inspiró la colocación de la placa conmemorativa de la Plazuela
de los M a¡· tires de la Independencia pocos años atrás (supra).
88
Algunos de los trabajos que se basan en esta fuente son: ¡Si hubiera parque ... ! ... , op. cit. ; Abraham Pérez López, Diccionario bioaréifico
hidalguense, México, Taller es Linotipográficos Unión, 1979; Blanca
Estela Sánchez González, "Narracion Cle hechos qu e son el motivo
por el que Huichapan se ganó el título de 'Heroica Ciudad de los
mártires de la Libertad"', Mayahuel. Arte, Cultura y Sociedad, año v,
núm. 8, noviembre-di ciembre de 2011, pp. 62-63.
89
Fernando Rubio Lugo , La historia de Huichapan, edición del autor,
ms., s.f. 161 pp.
90
Este proceso de creación de símbolos, evidentemente, no es exclusivo del poblado sino afín (y necesario) a todo el desarrollo de
79
170
los estados nacionales y la construcción de sus historias patrias. En
términos de Benedict Anderson, tales construcciones simbólicas son
parte esencial de las "comunidades imaginadas". Véase al respecto,
por ejem plo, el trabajo de Mauricio Tenorio Trillo co n motivo del
bicentenario: Historia y celebración . México y sus centenarios, México,
Tusquets, 2009.
91
Juan Manuel Menes Llaguno, La Guerra de Indep endencia en el hoy
territorio hidalguense. La lucha de una región por la lib ertad nacional,
México , Gobierno del Estado de Hidalgo (Colección Bicentenario
núm. 7), 2009.
92 En general el autor retoma a Bustamante y Alamán, así como el trabajo de Alejandro Villaseñor y el de José María Miguel (Diccionario
de insurgentes, México , Porrúa, 1969) para reconstruir la historia
de los personajes desde su adh esión al movimi ent o insurgente en
181 O y hasta la batalla cle Rayón en lxmiquilpan en 1812. En cambio,
retoma la obra de Pedraza, casi de forma exclusiva, para fundamentar la batalla en Huichapan en mayo de 1813, y la aprehensión y
fusilamiento de los Villagrán .
93
Juan Manuel Menes, La guerra de Independencia ... , op. cit., p. 59 . La
heroicidad de los personajes radica, según el autor, en el rechazo de
Villagrán al indulto, mientras que el alcance nacional de sus acciones
puede observarse en la intervención de los Villagrán en la liberación
de los conspiradores de Querétaro y la destrucción de los documentos que los incriminaban (en 181 O), gracias a la captura de Collado, quien llevaba consigo las causas de aprehensión. Es posible que
Menes retome este último dato del Diccionario de insurgentes de José
María Miguel i Vergés.
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la época actual, 1O vals., edición facsimilar, México, Editorial
Cumbre, t . V-VI, 1887.
172
. ,
.
.
. Huichapan, tres momen.tos de su historia,
termmo de unpnm1rse en el m es de septiembre de 2014
en los talleres de OFFSET REBOSÁN, S.A. de c.v.,
ubicados en Avenida Acueducto 115,
Colonia Huipilco Tlalpan, C.P. 14370, México, D.F.
En su composición tipográfica se utilizó la familia Perpetua.
El tü·aje consta de mil ejemplares,
impresos en papel Couché mate de 130 g.
Forros en Domtar de 216 g.
Cuidado de la edición: Pablo Mayans.
4&,
editorial