Universidad de Chile.
Facultad de Ciencias Sociales.
Escuela de Postgrado.
Magister en Ciencias Sociales, mención Sociología de la Modernización.
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EL SUSTENTO RELACIONAL DE LOS LIDERAZGOS LOCALES.
Análisis de la mediación política personalizada entre autoridades comunales y
sectores populares en la comuna de Santiago.
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Tesis para optar al grado de Magister en Ciencias Sociales con mención en Sociología de la
Modernización
EVELYN KARINA ARRIAGADA OYARZÚN.
PROFESORA GUÍA: EMMANUELLE BAROZET.
Santiago de Chile, Julio de 2009.
ÍNDICE
_____________________________________________________________________________________
INTRODUCCIÓN.................................................................................................................................. 4
CAPÍTULO I. ¿POR QUÉ ESTUDIAR LA INTERM EDIACIÓN CLIENTELAR EN LA COM UNA DE SANTIAGO?... 8
CAPÍTULO II. M ETODOLOGÍA ............................................................................................................ 15
II.1. Tipo de est udio y caráct er de la invest igación.............................................................................. 15
II.2. Universo, unidad de est udio, t ipo de muest reo y forma de selección de la muest ra. .................. 16
II.3. Definición y operacionalización de variables................................................................................ 17
II.3.1. Variable “ dependient e” . ................................................................................................. 17
II.3.2. Variables “ independient es” . ........................................................................................... 17
II.4. Técnicas de producción y recolección de los dat os....................................................................... 18
II.5. Descripción del trabajo de campo. ............................................................................................... 20
II.6. Técnicas de procesamient o y análisis de la información.............................................................. 23
CAPÍTULO III. CARACTERIZACIÓN DE LA COM UNA DE SANTIAGO. ...................................................... 24
III.1. Caract eríst icas generales de la comuna de Sant iago. ................................................................. 24
III.2. Las herramient as formales del municipio para vincularse con la comunidad............................. 26
III.2.1. Organización del Área Social. ......................................................................................... 26
III.2.2. El Depart ament o de Gest ión Comunit aria. .................................................................... 28
III.3. Evolución y caract eríst icas de la vida asociat iva en la comuna de Sant iago. ............................. 30
III.4. Relación ent re aut oridades comunales y organizaciones sociales de la comuna. ...................... 38
CAPÍTULO IV. LAS REDES CLIENTELARES EN LA COM UNA DE SANTIAGO. ............................................ 48
IV.1. Caract eríst icas y evolución del client elismo chileno.................................................................... 48
IV.1.1. El client elismo ant es de los ’90. ..................................................................................... 49
IV.1.2. Los cambios experiment ados con el ret orno a la democracia....................................... 52
IV.2. La est ruct ura act ual de las redes client elares en Sant iago. ........................................................ 54
IV.2.1. La int erm ediación polít ica part idist a. Ent re la est ruct ura formal de los part idos y los
vínculos personalizados de mediación polít ica. ........................................................................ 54
IV.2.2. Los nuevos act ores de la mediación polít ica: organizaciones y dirigent es sociales....... 63
CAPÍTULO V. REDES EN JUEGO: LA CAM PAÑA M UNICIPAL 2008......................................................... 71
V.1. Ant ecedent es elect orales de la comuna de Sant iago................................................................... 71
V.2. La present ación de los candidat os y la dist ribución de recursos.................................................. 73
V.2.1. Candidat os y result ados elect orales en los comicios m unicipales del 2008. .................. 73
V.2.2. Las performances de los candidat os. .............................................................................. 77
V.3. El rol de los int ermediarios polít icos............................................................................................. 86
V.3.1. Funcionarios municipales y dirigent es de part idos polít icos. ......................................... 88
V.3.2. Los dirigent es sociales..................................................................................................... 93
CAPÍTULO VI. LA INTERM EDIACIÓN DE LOS DIRIGENTES DE BASE COM O INTERCAM BIO DE BIENES
SIM BÓLICOS................................................................................................................................... 100
VI.1. La labor cot idiana de los dirigent es sociales. ............................................................................ 100
VI.1.1. Los dirigent es vecinales como “ gest ores” de soluciones............................................. 100
VI.1.2. La const rucción discursiva acerca de la labor dirigencial............................................. 104
2
VI.1.3. Las expect at ivas asociadas a la ent rega de bienes y servicios. .................................... 109
VI.2. La const rucción y la renovación de las relaciones con los agent es polít icos locales................. 115
VI.2.1. Favores fundacionales. ................................................................................................ 115
VI.2.2. La import ancia de la “ confianza” . ................................................................................ 120
VI.2.3. Las visit as a las organizaciones: act ualización y renovación de los vínculos. .............. 123
CONCLUSIONES. ............................................................................................................................. 129
BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................................................ 136
ANEXOS ......................................................................................................................................... 141
Paut as de ent revist a.......................................................................................................................... 141
1. CONCEJALES ELECTOS ......................................................................................................................... 141
2. FUNCIONARIOS M UNICIPALES .............................................................................................................. 141
3. DIRIGENTES SOCIALES. ........................................................................................................................ 142
3
Introducción
_____________________________________________________________________________________
En Chile existe una amplia variedad de estudios sobre los vínculos sociales de los sectores
populares, donde destacan estudios de capital social, de redes de reciprocidad, etc. No obstante, ha
existido un escaso interés por indagar en las relaciones entre los sectores populares y las esferas políticas.
Estudios recientes (Barozet, 2004; Durston, 2005; Espinoza, 2006) han retomado la línea trazada por
Arturo Valenzuela, a fines de los años ’60, sobre los vínculos de mediación política de tipo clientelístico.
Estas investigaciones se suman a tantas otras generadas en diversas latitudes, dando cuenta de que el
clientelismo es una institución que sigue influyendo de manera trascendental en los regímenes políticos
contemporáneos. A pesar de los avances logrados por dichas investigaciones, persisten muchas
interrogantes acerca de la manera en que se generan y se perpetúan los vínculos de mediación política
personalizada entre agentes que se ubican en puntos distantes dentro del espacio social.
Cuando comenzó la planificación de esta investigación, subyacía un interés (y una preocupación)
particular acerca de cómo “medir” el clientelismo político. Tras revisar varias encuestas de opinión y
constatar que las preguntas relativas a este fenómeno subestimaban su importancia para la política
nacional, se intentó –desde luego, sin mucho éxito– establecer dimensiones e indicadores que pudieran
conducir a elaborar las “preguntas correctas”, que se plasmarían en una encuesta destinada a evaluar el
fenómeno en toda su dimensión. Esta idea, bastante pretensiosa por cierto, también estaba motivada por el
afán de relevar el tema a través de las metodologías más legitimadas actualmente en las disciplinas
sociales. Finalmente, se desestimó esta opción por las dificultades y los costos que implicaba tratar de
hacer un estudio de tipo cuantitativo, levantando la información con recursos propios. Si bien en el camino
cambió el enfoque metodológico, la intención seguía estando puesta en objetivar el clientelismo,
describiendo cómo ocurrían en la realidad los intercambios de favores y/o recursos por votos. Para ello –se
pensaba– no habría momento más propicio que la campaña municipal del 2008 y el lugar escogido sería
la comuna capital: “la madre de todas las batallas”. El enorme despliegue de recursos que tienen lugar en
la comuna de Santiago en cada elección permitiría observar claramente estos intercambios.
Una vez en terreno, la fuerza de la realidad obligó a replantear la forma de abordar el tema. Si bien
se pudo apreciar algunos actos de entrega de recursos –desde los candidatos y sus equipos a los electores –
y también “muestras de apoyo” –en el sentido contrario– jamás se logró “observar” el clientelismo, en el
sentido que la mayor parte de la opinión pública y del mundo académico le otorgan al concepto. La idea
4
de que los recursos entregados podían “comprar el voto” se desdibujaba a medida que los concejales y
funcionarios municipales señalaban, tanto en conversaciones informales como en las propias entrevistas,
que buena parte de los dirigentes –y de las personas en general– recorrían el municipio pidiendo recursos
y favores. Surgía entonces un cuestionamiento acerca de los elementos que permitían a los electores
distinguir entre toda la oferta de recursos e inclinar el apoyo electoral hacia una determinada candidatura.
Motivada por esta interrogante, la investigación que aquí se presenta tiene como propósito central
analizar cómo se crean y recrean los vínculos clientelistas entre autoridades locales (alcalde y concejales)
y bases sociales en la comuna de Santiago, poniendo el énfasis en la mediación política personalizada1
ejercida por funcionarios municipales y dirigentes sociales. Nuestro interés por estos agentes cobra sentido
debido a que se trata de actores fundamentales en la continuidad de las relaciones entre autoridades y
bases, especialmente dado el alto nivel de rotación de alcaldes y concejales. Los objetivos específicos que
guiaron el estudio son:
a) Identificar estructuras de intermediación política (redes clientelares) entre autoridades locales y
bases sociales en la comuna de Santiago.
b) Describir y tipificar los vínculos que dan sustento a las redes clientelares, a partir de las formas y
contenidos del intercambio que estas relaciones producen.
c) Identificar a los actores intermediarios entre autoridades y bases sociales.
d) Explorar las significaciones que los actores otorgan a sus vínculos de mediación política,
poniendo especial atención a los mecanismos a través de los cuales se perpetúan los vínculos.
e) Analizar la “eficiencia” de las redes clientelares tanto en la resolución de problemas de los clientes
como en el apoyo político otorgado a las autoridades comunales.
La importancia de indagar en el fenómeno planteado radica en poner de relieve la influencia de las
redes y vínculos informales en la distribución de recursos, desde el gobierno local hacia los sectores
populares. Esta distribución muchas veces está mediada por las relaciones personalizadas que se generan
con parte de los sectores populares, particularmente con dirigentes y/u organizaciones de base que han
sido cooptadas por los políticos locales. Tales mecanismos pueden obstaculizar la redistribución de
recursos del Estado y, al mismo tiempo, podrían afectar en las formas de organización y en el desarrollo
1
El término “mediación política personalizada” (Auyero, 2001) será utilizado en ocasiones como sustituto del concepto de
clientelismo político.
5
de mayores grados empoderamiento y autonomía de los sectores populares, perpetuando su condición de
sectores dominados en la sociedad. Por otra parte, hay autores que plantean que las relaciones clientelistas
pueden ser un aliciente para la participación ciudadana, al romper la frialdad burocrática de la relación
entre ciudadanos y Estado (Corzo, 2002). Como vemos, aún existe una amplia discusión respecto de las
causas, los alcances y las consecuencias del clientelismo, especialmente en nuestro país, donde no se ha
consolidado el interés académico por este fenómeno, que puede contribuir a la mayor comprensión del
funcionamiento de la política chilena.
La investigación que se presenta a continuación se compone de seis capítulos. Los primeros tres
capítulos son más bien introductorios, en tanto aportan antecedentes relevantes para comprender el
fenómeno que intentamos analizar y la manera en que se realiza dicho análisis. Así, en el primer capítulo
se plantea y fundamenta el problema de investigación, señalando sus antecedentes y enunciando el objeto
de estudio. En el segundo capítulo, se detalla tanto la metodología como las técnicas empleadas para
producir2 y procesar la información. En el tercer capítulo se entregan algunos antecedentes del contexto
donde se realiza la investigación, caracterizando la comuna de Santiago y describiendo la manera en que
se han dado las relaciones formales entre el municipio y las organizaciones sociales en este espacio local.
A partir del cuarto capítulo comenzamos a indagar en el carácter de la mediación clientelar
ejercida en la comuna de Santiago. De esta manera, en dicha sección se describen las relaciones
informales entre autoridades, organizaciones sociales y bases sociales. La idea es visualizar una especie de
mapa general de cómo se estructuran las relaciones y de los roles que desempeñan los distintos agentes en
la red. A partir de ello, se busca fundamentar la importancia de la intermediación política personalizada
ejercida por funcionarios municipales claves y dirigentes de organizaciones sociales entre las autoridades
y las bases sociales. En el capítulo siguiente (capítulo V) se caracterizará la forma en que las redes
comunales se ponen en funcionamiento durante la campaña municipal del año 2008, describiendo las
performances de los candidatos y la participación de funcionarios y dirigentes sociales para conseguir
votos. Luego, en el capítulo VI, se detallarán los mecanismos a través de los cuáles dirigentes sociales
ejercen la intermediación política personalizada. El objetivo de tal apartado es caracterizar tanto los
recursos que poseen y la forma en que los movilizan para ejercer la mediación, como los bienes y
servicios que se “intercambian” con los distintos agentes de la red clientelar. Así, se realiza un análisis de
la manera en que se producen y reproducen los “intercambios” clientelísticos a través del tiempo. Ello
2
Cabe señalar que, además de la información generada a través de entrevistas y observaciones realizadas por la investigadora,
parte importante del estudio se basó en material producido en el marco del Proyecto Fondecyt 1030243 (“Instrumentalización de
redes sociales y lógicas electorales: la dimensión estructural de la movilización colectiva en movimientos neopopulistas chilenos”,
2003-2005), a cargo de la Dra. Emmanuelle Barozet.
6
implica analizar lo que está detrás de las performances, las prácticas y los discursos asociados a la entrega
y recepción de bienes y servicios.
Finalmente, se retoman las ideas centrales de la investigación y se resumen los principales
resultados, para plantear las conclusiones de la investigación.
7
Capítulo I. ¿Por qué e studiar la inte rme diación clie nte lar
e n la comuna de Santiago?
________________________________________________________________________________
Si bien existe un bajo grado de consenso acerca del significado del concepto de clientelismo
(Stokes, 2007), suele entenderse como un modo de vinculación política basado en el intercambio de bienes
–materiales y/o simbólicos – entre agentes que poseen y/o controlan recursos disímiles. Desde una mirada
más amplia, el clientelismo puede ser entendido como una forma de capital social (Durston, 2005), en el
sentido de Bourdieu. El capital social es, según este autor, una forma de poder que se constituye por el
conjunto de recursos (potenciales o actuales) asociados a la posesión de una red duradera de relaciones
(Bourdieu, 2000). El fundamento de estas relaciones es el intercambio permanente de bienes (materiales y
simbólicos), a partir del cual se obtienen los beneficios que fundamentan la solidaridad de la relación
(Bourdieu, 2000). A diferencia de otras formas de capital social, el clientelismo se sustenta en la
disparidad de recursos de los agentes que se vinculan. Por tanto, es una relación jerárquica y vertical,
marcada por la presencia de transacciones asimétricas (Rehren, 2000). Quien controla mayores recursos
distribuye bienes y otorga servicios a sujetos con menos recursos y status, “a cambio” de lealtad y apoyo
político. Este apoyo político se puede traducir en distintas formas: asistencia a actos, participación en
campañas, pero principalmente en apoyo electoral en las urnas (Auyero, 2001). Se trata de una relación
paradojal, puesto que implica reciprocidad y voluntarismo, pero también involucra explotación y
dominación (Stokes, 2007).
Aunque existe un relativo acuerdo en definir al clientelismo como intercambio de recursos, no
ocurre lo mismo al tratar de especificar el carácter de dicho intercambio y por tanto de las razones o
motivaciones que impulsan a los individuos a vincularse en este tipo de relaciones. De esta manera, cabe
preguntarse si el intercambio clientelar equivale a un intercambio de mercado dónde se transan favores por
votos o bien responde a la lógica de los intercambios simbólicos.
La visión tradicional sobre el clientelismo, caracterizada como una relación de sujeción casi
absoluta del cliente al patrón, ha sido cuestionada a la luz de las transformaciones ocurridas en los últimos
años en América Latina. En su lugar muchos autores plantean que las personas no se someten al
intercambio clientelar sino que deciden participar de él, motivados por el interés de satisfacción de sus
necesidades, elemento de vital importancia en contextos de privación material extrema (Auyero, 2001).
De esta manera, el clientelismo no puede comprenderse como una reacción pasiva de los electores más
8
necesitados, sino más bien como un cálculo racional-instrumental frente a las ofertas de los políticos en
tiempo de campaña electoral (Barozet, 2006). En esta visión el clientelismo sería una relación de
intercambio voluntaria entre actores que buscan obtener ventajas de la relación, por tanto estaría marcada
por una lógica económica donde se transan bienes o servicios inmediatos por apoyo político o votos3.
Como plantea De la Torre: “los pobres pueden abandonar una red clientelar, pueden votar de forma
diferente a lo que les propone un ‘broker’ (…) La posición de los ‘brokers’ es muy inestable y los pobres
no pueden verse como una base de votación cautiva y manipulable (…) La incertidumbre del apoyo
político da ciertas ventajas a los pobres. Para que el sistema funcione, los políticos tienen que al menos
distribuir recursos e información” (De la Torre: 2003: 57).
Por su parte, Javier Auyero (2001), uno de los principales estudiosos del fenómeno en los últimos
años, critica el supuesto que se encuentra detrás de la noción de clientelismo, es decir, el “intercambio de
favores por votos”. Señala que si bien es cierto que los bienes circulan desde los patrones a los clientes,
pasando por los mediadores, y la asistencia a actos y los votos circulan en sentido contrario, no se puede
asegurar con certeza que los primeros causen los segundos, es decir, que efectivamente el intercambio se
produzca. Además plantea que la visión que examina el clientelismo como una acción racional de los
sectores populares es incapaz de dar cuenta de las relaciones cotidianas que subyacen al vinculo clientelar
y que van más allá de una simple transacción de favores por votos. Así, Auyero va a poner el énfasis en el
“entramado de redes de relaciones y representaciones culturales construidas diariamente entre políticos y
clientes” (Auyero, 2001: 39). Esta óptica se acerca a un interpretación del clientelismo bajo la lógica del
don (Marcel Mauss) o de los intercambios de bienes simbólicos (Pierre Bourdieu). Sin embargo, no
excluye la acción racional-instrumental, señalando que al estudiar una relación clientelar se debe poner
atención al flujo de bienes y servicios que se intercambian, pero tanto o más importante es centrar el
énfasis en la manera en que se realiza (y se recibe) la distribución, es decir, en el conjunto de creencias,
estilos, habilidades y hábitos que acompañan a la transacción. En palabras del propio autor: “hay que tener
en cuenta el interés – el intercambio material – y la identidad – el intercambio simbólico –, hay que tener
en cuenta el dar y la manera de dar, las cosas y las palabras” (Auyero, 1998: 83). Emmanuelle Barozet
(2006) cita a Eisenstadt y Roniger, quienes señalan la manera en que ambas lógicas se imbrican en el
vínculo clientelar. Según estos autores las relaciones clientelares “son en general particularistas y difusas.
Descansan en interacciones caracterizadas por el intercambio simultáneo de varios tipos de recursos –
esencialmente recursos instrumentales, económicos y políticos (apoyo, lealtad, voto protección) – pero
también en promesas de reciprocidad, de solidaridad y de lealtad. Comúnmente, estos recursos van los
3
Esta manera de abordar el intercambio clientelar ha sido predominante en los estudios de la ciencia política. Para el caso chileno
ver Luna (2008); Calvo y Murillo (2009).
9
unos con los otros – no pueden ser intercambiadas de forma separada, sino que solamente dentro de un
conjunto que los incluye todos (…)” (Eisenstadt y Roniger, 1984: 48-49. En Barozet, 2006).
Coincidimos con tales autores en que el clientelismo envuelve lógicas de intercambio económico
y de intercambio simbólico. Esto puede ocurrir de forma simultánea o bien, el predominio de una sobre
otra puede dar cuenta de diversos grados de compromiso en la relación clientelística. Si bien abordaremos
ambas lógicas en nuestro estudio, nos centraremos en las formas simbólicas de intercambio, donde el
análisis del funcionamiento de las normas de reciprocidad será un elemento central. Así, el clientelismo
tiene un trasfondo ético que obliga el cumplimiento de los acuerdos, sustentado en el par
“honor/vergüenza” (González, 1997). Esta es la razón que explica el hecho de que el sólo reparto de
recursos, como sucede en tiempos de campaña electoral, no explique totalmente la adhesión política.
Otro elemento que nos interesa recalcar es que si bien las relaciones clientelistas se basan en un
vínculo diádico, su concatenación sucesiva genera verdaderas estructuras (redes clientelares), a través de
las cuales se vinculan redes informales de ayuda recíproca con redes políticas. Estas se pueden expresar en
interacciones entre dirigentes de los sectores populares y agentes de un partido político o funcionarios
estatales (Auyero, 2001). Dichas redes pueden operar de forma paralela o bien pueden enquistarse en las
estructuras formales de mediación política. El clientelismo se opone así a la relación burocrática
impersonal que debiera caracterizar el vínculo entre ciudadanos y el aparato estatal.
Dado el carácter organizado de la vinculación, en toda estructura clientelar existen roles bien
delimitados, a partir de los cuales se puede distinguir al menos a tres tipos de agentes: patrones,
mediadores y clientes. Si bien en los primeros estudios sobre el tema el acento estaba puesto en las
relación patrón/cliente, en la actualidad esta tendencia se ha ido revirtiendo en función de la creciente
importancia de los intermediarios o brokers4 políticos. Este fenómeno estaría dando cuenta de una
transformación en el carácter del clientelismo. Mientras el clientelismo tradicional se habría basado en una
relación de dependencia casi absoluta entre un patrón y un cliente, en su manifestación actual, este
fenómeno se caracterizaría por una dependencia funcional, más que política o económica (Corzo, 2002) y
por una mayor libertad en el establecimiento de vínculos. En este nuevo contexto, la relación
patrón/cliente habría sido reemplazada por relaciones de intermediación, donde los brokers adquieren
mayor relevancia (González, 1997; Auyero, 2001; Durston, 2005; Barozet, 2005; Espinoza, 2006).
4
Los mediadores tienen varias denominaciones según el país: padrino político o cacique (México); cabo eleitoral (Brasil);
referente o puntero peronista (Argentina); etc. (Auyero, 2001). En Chile la noción más cercana a este concepto es la de “operador
político”.
10
Pero, ¿cuál es la verdadera importancia de los intermediarios en el vínculo clientelar? La respuesta
es simple: el rol de los intermediarios políticos o brokers es vital para la conformación y la continuidad de
las relaciones clientelistas. Debido a su cercanía con las bases sociales, ellos encauzan los bienes y
servicios que los líderes políticos buscan distribuir a sus “clientes” (recursos económicos, favores,
protección). Asimismo, canalizan la lealtad y el apoyo político de estos hacia aquellos, como retribución a
los favores prestados (trabajar en campañas, asistir a actos, votación en las elecciones).
En Chile, al igual que en el resto de la región, el clientelismo se inserta tempranamente en los
campos y ciudades del país, como una manera de asegurar la articulación entre los sectores populares y la
oligarquía, a través de la clase media (Barozet, 2004). El clientelismo se convierte paulatinamente en una
herramienta fundamental para movilizar recursos del centro a la periferia, a medida que se va expandiendo
el sufragio y se va consolidando el sistema político chileno (Valenzuela, 1977). Como plantea Valenzuela,
desde fines de los años sesenta, el funcionamiento de las relaciones clientelares se basa en un sistema
donde predominan intermediarios políticos en competencia, más que en un clientelismo tradicional
patrón/cliente (Ibíd.)
Estudios recientes vuelven a relevar el rol de los mediadores políticos y las redes clientelares en la
vida local (Barozet, 2004 y 2005; Durston, 2005; Espinoza, 2006). Sin embargo, estas redes estarían hoy
en día menos ancladas en la estructura de los partidos políticos, siendo las organizaciones sociales de base
las entidades mediadoras más efectivas para articular a las autoridades con las comunidades.
El detrimento en la preponderancia de los partidos en la mediación clientelar se condice con la
escasa confianza en identificación de la ciudadanía con dichas estructuras políticas. En Chile, según el
Informe Latinobarómetro 2008, solo el 16% de los encuestados señala tener “algo” o “mucha” confianza
en los partidos políticos5. Estas cifras son corroboradas por el Estudio Nacional sobre Partidos Políticos y
Sistema Electoral (2008)6, donde la confianza en los partidos o coaliciones políticas existentes en el país
no supera el 15%7. En el mismo estudio se muestra que el 53% de los encuestados no se identifica con
5
Según la misma encuesta, en países tales como El Salvador, Uruguay y Venezuela, esta cifra se encuentra sobre el 30%. Informe
disponible en http://www.latinobarometro.org/docs/INFORME_LATINOBAROMETRO_2008.pdf
6
Estudio realizado como parte del proyecto “Iniciativa Chilena para la Modernización del Régimen Electoral”, a cargo de
CIEPLAN, Libertad y Desarrollo, PNUD, Proyectamérica y CEP.
7
Según los datos de este estudio, la “mucha” o “bastante” confianza en la Concertación alcanza un 14%, por su parte, en la
Alianza esta cifra llega al 12% y, finalmente sólo alcanza un 6% hacia el Juntos Podemos. Los partidos con mayor nivel de
confianza son el PPD (14%), seguido de RN y la UDI, ambos con un 13%. Fuente: Estudio Nacional sobre Partidos Políticos y
Sistema Electoral, 2008.
11
ningún partido8. A partir de esto, se puede plantear que la brecha entre partidos y bases sociales obliga a
los agentes políticos a buscar otras instancias más cercanas a los ciudadanos para captar su votación. Para
que ello se lleve a cabo, es fundamental la intervención de agentes intermediarios que sean capaces de
conectar a los candidatos y sus estructuras partidarias con las organizaciones sociales y los ciudadanos en
general.
Dada la importancia de los brokers en el complejo entramado de fenómenos que involucra el
clientelismo político, la presente investigación abordará la manera en que se crean y recrean los vínculos
clientelares entre autoridades comunales y bases sociales en la comuna de Santiago, poniendo el acento en
el rol de agentes intermediarios claves como son funcionarios municipales y dirigentes sociales. La
selección de esta comuna dice relación con su carácter de capital nacional, siendo uno de los territorios
más disputados por los partidos políticos. En nivel de visibilidad de la comuna de Santiago – en las
elecciones municipales se le llama “la madre de todas las batallas” – genera una alta competencia por los
escaños disponibles en el municipio, lo que lleva a candidatos y partidos políticos a invertir una gran
cantidad de recursos en sus campañas, incluso más allá de lo que permite la ley. Esto puede facilitar las
posibilidades de observar el peso de los recursos y el carácter de los “intercambios” clientelares. Esta
competencia también ha derivado en una gran rotación de alcaldes y concejales, pues para muchos la
municipalidad de Santiago es una plataforma para hacer una carrera política hacia el parlamento o hacia el
poder ejecutivo. Por otra parte, se trata de un espacio con una vida asociativa bastante rica y una extensa
tradición organizativa de los sectores populares. A pesar de que la recuperación del tejido social roto
durante la dictadura ha sido un proceso lento y muy condicionado por el carácter de la autoridad municipal
en ejercicio.
En términos específicos, el estudio se plantea responder a las siguientes interrogantes:
a) En una comuna con alta rotación de autoridades municipales como es el caso de Santiago ¿cómo
se estructuran los vínculos de mediación política personalizada entre autoridades municipales y
bases sociales? Con anterioridad, señalamos que la mayor parte de los estudios sobre clientelismo
plantean que la estructura de una red clientelar se compone, al menos, por tres tipos de agentes:
patrones, mediadores y clientes. Sin embargo, ésta no es una ecuación que pueda aplicarse por
igual en todos los contextos. Es posible que en un determinado territorio exista un patrón
claramente definido, con mediadores que “controlan” una cierta clientela. No obstante, la
8
La identificación con alguno de los partidos no supera el 10%. La cifra más alta de identificación la alcanza el PDC con un 9%,
seguido del PS y de RN, ambos con un 8%. Luego se ubica la UDI, con un 6% y, más abajo, el PPD con un 5%. Fuente: Estudio
Nacional sobre Partidos Políticos y Sistema Electoral, 2008.
12
estructura puede ser mucho más difusa en otros espacios. De ahí que la primera pregunta
planteada vuelva a adquirir relevancia para conocer la configuración particular de las redes
clientelares en Santiago, especialmente considerando la alta renovación de autoridades locales. En
concreto, cabe preguntarse si existen patrones políticos en la comuna o si sólo opera una
multiplicidad de intermediarios que buscan apoyo y recursos entre una amplia gama de
“proveedores”.
b) ¿Quiénes son los principales intermediarios dentro de estas estructuras? Del mismo modo, cabe
interrogarse sobre las características de los actores que desempeñan el rol de intermediarios. Si
bien los resultados de los estudios ya citados señalan que las organizaciones de base tendrían un
carácter predominante en la mediación, no se ha profundizado lo suficiente en el rol de otras
instancias intermedias y cómo estas se articulan entre sí. Cabe preguntarse, por ejemplo, por el
papel desempeñado por las estructuras partidarias locales en Santiago, por funcionarios
municipales claves, o por los propios concejales y su vínculo con las organizaciones de base.
c) ¿Cuáles son los recursos que los mediadores movilizan para dar sustento a su rol de mediación?
¿Qué tipo de bienes y servicios se intercambian a través de estas redes? Una vez identificadas la
estructura específica de la red clientelar y de los distintos agentes que ejercen la mediación
política, cabe preguntarse por las características concretas de la mediación ejercida por
funcionarios municipales y dirigentes sociales, que son nuestro foco de análisis. En concreto cabe
preguntarse qué tipo de recursos utilizan y cómo los movilizan para sustentar las relaciones con
los otros agentes de la red.
d) ¿Cuál es el nivel de afectividad involucrado en la relación? y ¿Cómo perciben los actores las
relaciones y obligaciones que se derivan de dicho intercambio? Si bien existe relativo consenso
en definir al clientelismo como un intercambio de recursos, no ocurre lo mismo al tratar de
especificar el carácter de dicho intercambio y por tanto de las razones o motivaciones que
impulsan a los individuos a vincularse en términos clientelares. Por una parte, existen autores que
plantean que la relación está mediada por el interés racional de las partes por maximizar el
beneficio, o el deseo de superación de la situación actual. Aquí se enmarcan estudios como los de
Susana Corzo (2002), quien se basa en los planteamientos de George Simmel sobre el poder y el
intercambio, o de Carlos de la Torre (2003), quien combate la idea de “masa disponible” asociada
a los sectores populares en los vínculos populistas y clientelares. Por otro lado, existe un grupo de
autores que se centra en las dimensiones simbólicas del intercambio (honor, afectividad,
identidad), señalando que la visión racional instrumental reduce su complejidad. De este lado se
13
encuentran autores como Javier Auyero (2001). En Chile, los escasos estudios han abordado de
modo general el carácter de la vinculación. Si bien, tanto Barozet (2005) como Durston (2005)
observan la existencia de una cierta obligación de reciprocar la ayuda entregada hacia los agentes
políticos locales, aún quedan en el aire muchos cuestionamientos relativos a la complejidad del
vínculo clientelar.
Para guiar nuestra investigación y dar una respuesta tentativa a estas interrogantes nos planteamos
las siguientes hipótesis:
a) En el caso de Santiago, la mediación política personalizada entre autoridades y bases sociales es
ejercida principalmente por funcionarios municipales y dirigentes sociales con una amplia
trayectoria de trabajo con las bases sociales en la comuna.
b) Los funcionarios municipales y dirigentes sociales con mayor trayectoria de trabajo comunal de
base (como dirigentes sociales y/o políticos) tienen mayores posibilidades de ejercer una
mediación política personalizada de carácter permanente, debido a: i) Su nivel de acceso a los
recursos municipales; ii) Su nivel de contactos a nivel comunal y, eventualmente, extra comunal
(capital social) y; iii) Su nivel de conocimiento y experticia sobre el funcionamiento del municipio
y del aparato público comunal (capital cultural).
c) La mediación política personalizada, ejercida por funcionarios municipales y dirigentes sociales,
se sustenta en: i) “Simpatías políticas” y; ii) Intercambios de tipo simbólico, donde la entrega de
recursos tales como favores personales, regalos, asesorías para proyectos, asistencia a actividades,
participación en talleres, etc. es retribuida con apoyo político, especialmente en momentos de
campaña electoral. Este apoyo puede traducirse en participación activa en los equipos de campaña
política, en apoyo público a candidatos y/o en el voto. Aquí la lealtad y la percepción de deuda
son elementos fundamentales.
A partir de estos ejes, en las páginas sucesivas se presentan los procedimientos a través de los
cuáles se buscó responder a las interrogantes planteadas, para luego analizar en qué medida nuestros
hallazgos corroboran o refutan las hipótesis propuestas.
14
Capítulo II. Me todología
_____________________________________________________________________________________
II.1 . Tipo de e studio y carácte r de la inve stigación
La investigación presentada anteriormente es de tipo descriptivo, puesto que se propuso identificar
y caracterizar los principales aspectos de la mediación política realizada por funcionarios municipales y
dirigentes sociales.
A su vez, la investigación es de carácter cualitativo, en tanto busca profundizar en la descripción
de la forma en las que se articulan y operan los vínculos de mediación política personalizada y en las
significaciones que los individuos le atribuyen. La investigación se sustenta en un enfoque etnográfico,
donde destaca la interacción del/la investigador/a con los sujetos de estudio. Las características de la
investigación etnográfica, de modo general, según Atkinson y Hammersley (1994) son:
a) Énfasis en la exploración de la naturaleza particular de los fenómenos sociales.
b) La tendencia a trabajar con datos “desestructurados”, es decir, datos que no se han codificado
previamente a su recolección en un conjunto de categorías analíticas cerradas.
c) Investigación de un número pequeño de casos, a veces solo un caso, en detalle.
d) Un análisis de datos que involucra la interpretación explícita de los significados y funciones de las
acciones humanas, a través de descripciones y explicaciones verbales principalmente, con un rol
de la cuantificación y el análisis subordinado al máximo.
La investigación se abordó como un estudio de caso. En este tipo de estudios, se explora un
fenómeno particular, buscando indagar en una trama que comprende los datos y el tipo de relaciones
teoréticas no observables que se establecen entre esos datos. En este tipo de estudios, se apunta a adquirir
la percepción más completa posible del objeto, considerándolo como un todo en lugar de analizar sus
partes por separado (Vieytes, 2004). Puesto que su finalidad es la búsqueda de la significación de los
datos, no de su representatividad, no obedece a la lógica estadística.
La importancia de utilizar este enfoque metodológico estriba en la escasa información disponible
sobre el tema. Algunas encuestas de opinión pública han incluido preguntas que intentan medir el
fenómeno, pero lo reducen a la recepción de recursos en momentos de campaña. Al tratarse de un
fenómeno complejo, que envuelve prácticas cotidianas y actos que permanecen ocultos, es muy difícil de
15
aprehender mediante metodologías cuantitativas. De ahí la importancia de abordar el fenómeno a través de
técnicas no invasivas aunque resguardando siempre los esquemas éticos, a través de observaciones
etnográficas.
II.2 . Unive rso, unidad de e studio, tipo de mue s tre o y forma de se le cción de la
mue stra.
El universo estuvo compuesto por todos los personeros políticos, funcionarios municipales
dirigentes sociales y miembros de los sectores populares de la comuna de Santiago.
La unidad de estudio fue conformada por individuos que eventualmente participan de vínculos de
mediación política personalizada, a saber:
a) Concejales de la comuna de Santiago;
b) Funcionarios municipales claves en la vinculación del municipio y la ciudadanía;
c) Dirigentes de partidos políticos de la comuna; y
d) Dirigentes de organizaciones de base de la comuna;
Remitiéndose a la estructura de los vínculos clientelares, el énfasis de la investigación estuvo
puesto en los intermediarios (brokers) políticos. Estos corresponden a las categorías b), c) y d), vale decir,
funcionarios, dirigentes de partidos políticos y dirigentes sociales.
Para la aplicación de entrevistas, los casos se seleccionaron a partir de un muestreo en cadena o
“bola de nieve”. En este tipo de muestreo, las unidades se van seleccionando de forma sucesiva a partir de
los sujetos a los que se ha accedido de forma inicial (Cea, 1998). Se trata de un procedimiento adecuado
para identificar redes cerradas (Hannemann, 2000), especialmente pertinente para identificar redes
clientelares.
16
II.3 . De finición y ope racionalización de variable s
II.3.1. Variable “dependiente”9 .
Variable
Definición conceptual
Definición operacional (indicadores)
Mediación
política
personalizada
(ejercida por
funcionarios
municipales y
dirigentes
sociales).
Forma de vinculación
política informal
caracterizada por un
intercambio de bienes,
materiales y/o simbólicos,
entre agentes que poseen
y controlan recursos
disímiles.
a) Identificación de actores, que proveen recursos a los mediadores
y que reciben recursos de parte de estos.
b) El tipo de bienes o servicios que se reciben/entregan.
c) El grado de personalización de la relación (Barozet, 2005), o el
nivel de cercanía entre quien entrega y quien recibe los bienes.
c) El conjunto de valoraciones y significaciones otorgadas al
intercambio, tales como el nivel de afectividad involucrado en la
relación y las percepciones sobre el grado de obligatoriedad de la
retribución.
II.3.2. Variables “independientes”.
Variable
Trayectoria
dirigencial/política.
Afinidad política
Nivel de acceso a recursos
municipales.
Capital social/político.
Indicadores
Historial de participación en organizaciones sociales y/o políticas en la comuna.
Cargos dirigenciales desempeñados.
Cargo actualmente desempeñado.
Duración en el cargo actual.
Identificación con partido/coalición de autoridades comunales.
Nivel de información o conocimiento sobre recursos disponibles para
organizaciones y para sectores vulnerables de la comuna.
Incidencia en la manera en que se administran estos recursos (en el caso de
concejales y funcionarios)
Fondos concursables adjudicados (en el caso de organizaciones sociales)
Nivel de información y nivel de cercanía sobre personas claves dentro del
municipio para conseguir recursos.
Conocimiento y nivel de cercanía con dirigentes sociales.
Conocimiento y nivel de cercanía con autoridades municipales.
Contactos y nivel de cercanía con personas del mundo político.
Contactos y nivel de cercanía con personas del mundo empresarial.
9
La distinción entre variable dependiente y variables independientes se utiliza aquí solo con la finalidad de facilitar la
operacionalización de los conceptos y la elaboración de las pautas de entrevistas. Esta distinción no es metodológicamente válida
por cuanto la investigación es descriptiva. Por tanto lo que se “mide” es una sola variable, en este caso la variable “dependiente”.
17
Capital cultural.
Contactos y nivel de cercanía con otras personas del tercer sector (ONGs,
fundaciones, iglesias, etc.)
Conocimiento y nivel de cercanía de otras personas que contribuyan en el
desempeño de su labor en la comuna.
Nivel de estudios.
Profesión u oficio.
Nivel de información sobre funcionamiento municipal y fuentes de recursos para
organizaciones o personas “vulnerables”.
Conocimientos sobre formulación de proyectos.
II.4 . Té cnicas de producción y re co le cción de los datos.
Para la identificación y caracterización de la mediación política en la comuna de Santiago, la
principal técnica aplicada fue la entrevista semi-estructurada. La entrevista es definida como una situación
construida con la finalidad de que un individuo pueda expresar en una conversación referencias pasadas o
presentes o bien, intenciones futuras (Vela Peón, 2001). A diferencia de otros tipos de entrevista, la
entrevista de investigación busca construir el sentido social de la conducta individual o del grupo de
referencia al que pertenece el entrevistado (Alonso, 1999). En la entrevista semi-estructurada (o no
estructurada) se diseña una pauta flexible de preguntas, para dar lugar a una conversación más abierta y
libre. Aquí el papel del entrevistado es no directivo, sino que apunta a ofrecer estímulos para provocar e
desenvolvimiento de los entrevistados (Vela Peón, 2001).
Para la presente investigación se realizaron 29 entrevistas, a diferentes informantes, según la
siguiente clasificación:
Tipo de sujeto
Cantidad
1)
Concejales de la comuna de Santiago
5
2)
Funcionarios municipales claves en la vinculación del municipio y la ciudadanía
3
3)
Dirigentes de partidos políticos de la comuna;
7
4)
Dirigentes de organizaciones de base de la comuna;
13
5)
Otros
1
TOTAL
29
En las entrevistas se indagó en los siguientes tópicos:
18
-
Trayectoria dirigencial y/o política de los sujetos, buscando profundizar en el trabajo con las bases
sociales en la comuna y las vinculaciones con autoridades municipales.
-
Descripción de las funciones y actividades cotidianas que desempeña actualmente en su rol.
-
Características de las relaciones con otros actores en el ámbito local, poniendo atención en los
mecanismos, los recursos y las dinámicas a partir de las cuales se originan y reproducen las
relaciones.
-
Significaciones y valoraciones otorgadas a los vínculos con autoridades, otros mediadores y
ciudadanos.
Además de las entrevistas llevadas a cabo por la investigadora, se pudo contar con entrevistas
adicionales, realizadas en el marco del Proyecto Fondecyt 1030243 (“Instrumentalización de redes
sociales y lógicas electorales: la dimensión estructural de la movilización colectiva en movimientos
neopopulistas chilenos”, 2003-2005) y Dicyt de la Vicerrectoría de Investigación de la Universidad de
Santiago, 2005 (“Instrumentalización de redes sociales y lógicas electorales: comparación de elecciones
municipales y parlamentarias chilenas (2000-2005)”). Estas entrevistas fueron realizadas por los equipos
de investigación a cargo de la Dra. Emmanuelle Barozet, quien me proporcionó el material señalado para
complementar este estudio.
Una segunda técnica empleada fue la observación participante. Esta técnica se destaca por que
involucra la interacción social entre el/la investigador/a y los informantes en la vida cotidiana de estos,
recogiendo datos de forma sistemática pero no intrusiva (Taylor y Bogdan, 1992). De este modo, con la
aplicación de esta técnica se buscaba entregar insumos para el análisis de las acciones a partir de las que se
crean y refuerzan los vínculos entre los actores señalados.
Las observaciones se realizaron asistiendo a diversas actividades que involucraban la interacción
entre autoridades y sectores populares, tales como actos, reuniones, asambleas barriales, etc., durante y
después del período de campaña municipal. Las observaciones, los datos y las interpretaciones generadas
fueron registrados en notas de campo y posteriormente transcritos a formato digital. Algunas imágenes e
interacciones ocurridas durante las actividades de campaña fueron registradas mediante fotografías y
videos y traspasadas luego a formatos digitales.
19
II.5 . De scripción de l trabajo de cam po.
El trabajo de campo se organizó en dos etapas. En una primera etapa, el énfasis estuvo puesto en
la participación en actividades de campaña, tales como reuniones con organizaciones, asistencia a actos,
observación en ferias y “puerta a puerta”. Esta etapa se inicia el 27 de septiembre del año 2008 y culmina
el 26 de octubre del mismo año, día de elecciones municipales. Debido al poco tiempo del que se disponía
para observar la fase final de la campaña (sólo un mes), se decidió –luego de consultar con la profesora
guía, Emmanuelle Barozet– focalizar la observación en la campaña concertacionista. Esto implicó mi
participación como observadora en actividades de dos candidatos a concejales: Ismael Calderón (PS) y
Manuel Acevedo (DC). Además se pudo asistir a varias actividades del comando de Jaime Ravinet
(candidato a alcalde DC). Debido a su mayor accesibilidad para los ciudadanos, el contacto inicial se
estableció con los candidatos a concejales, vía correo electrónico. El motivo del contacto era la solicitud
de una entrevista. Se pensó de esta forma para generar una conversación cara a cara con los candidatos
que permitiera explicitar los motivos de la investigación, indagar en su percepción del escenario comunal
y crear un clima de confianza previo a la observación de sus actividades. Estimamos que esta interacción
podría hacer que la autorización para acompañarlos en sus rutinas de campaña fuera lo más respetuosa y
transparente posible, lo cual facilitaría el trabajo de observación. De no haberme dado a conocer
previamente y no haber solicitado el “permiso” de los candidatos, se podría haber dado un clima hostil y
de desconfianza de los equipos de campaña ante mi presencia. A partir de esto, el acceso a las actividades
del comando de Jaime Ravinet fue fácil, dado que eran los propios candidatos a concejal los que me
invitaban a asistir. No obstante, si esta forma de acercamiento “abrió algunas puertas”, pudo “cerrarnos
otras”, en tanto la asistencia a las actividades estaba siempre condicionada por la invitación de nuestros
informantes. En otras palabras, en la mayor parte del tiempo, solo pudimos ver aquello que nuestros
informantes querían mostrar.
Paralelamente a la observación, se iban identificando actores clave y obteniendo sus datos de
contacto para futuras entrevistas. Así, al dar comienzo a la segunda etapa, ya se contaba con un buen
número de antecedentes para iniciar el muestreo en cadena. La segunda etapa, por tanto, se focalizó en la
realización de entrevistas a informantes claves, según las categorías antes señaladas. Las entrevistas
fueron realizadas cara a cara por la propia investigadora desde fines de septiembre de 2008, pero
concentrándose en los meses de diciembre de 2008 y enero de 2009. La duración de las entrevistas fue
desde los 30 a los 90 minutos. Es importante señalar que los entrevistados autorizaron el uso de la
información entregada a través de la firma de una “carta de consentimiento informado”.
20
Para resguardar la confidencialidad de la información, se reemplazaron los nombres reales de los
informantes, incluyendo el de las autoridades políticas, y se les individualizó a partir de categorías
genéricas (Concejal Alianza, Presidente Junta de Vecinos, etc.), de manera que no fuera posible identificar
a los sujetos entrevistados.
Las entrevistas realizadas por la investigadora fueron las siguientes:
Tipo de sujeto
Concejales de la
comuna de
Santiago
Entrevistados/as
Fecha
Conrado Isla, Concejal Concertación (2008-2012).
10 – 10 – 08
Laura Correa, Concejala Alianza (2008-2012).
14 – 01 – 09
Paula Canales, Concejala Juntos Podemos (2008-2012).
07 – 01 – 09
Alberto Errázuriz, Concejal Alianza (2008 – 2012)
17 – 04 – 09
Sara Lillo, Concejala Concertación (2008 – 2012).
22 – 04 – 09
Funcionarios
municipales claves
en la vinculación del
municipio y la
ciudadanía.
Isidora Fuentes, Asistente de concejales Concertación.
11 – 12 – 08
Cecilia González, Funcionaria municipal Santiago Sur (DC)
18 – 12 – 08
Francisco Páez, Funcionario Departamento Gestión Comunitaria (DC)
29 – 12 – 08
Dirigentes de
partidos políticos de
la comuna;
Miguel Aceituno, Dirigente Juventud DC y candidato a concejal del
mismo partido.
29 – 09 – 08
Loreto Guerra, Dirigente comunal DC, jefa de campaña del concejal DC.
04 – 12 – 08
Enzo Barría, Ex dirigente Juventud DC, candidato a concejal por el PRI.
15 – 10 – 08
Carlos Bañados, Dirigente Juventud PS, participante comando Jaime
Ravinet.
24 – 10 – 08
Manuel Torres, Vicepresidente Nacional DC, ex autoridad regional.
19 – 12 – 08
Nadia Melero, Ex dirigente UDI y actual militante RN.
26 – 12 – 08
José Ignacio Artiza, Dirigente Distrital UDI.
15 – 04 – 09
Marcia Pizarro, Dirigenta Centro Madres y Comité Adelanto (RN),
16 – 01 – 09
Tania Espinoza, Pdta. Junta de Vecinos.
10 – 12 – 08
Ismenia Cortés (pro Concertación), Pdta. Junta de Vecinos.
15 – 12 – 08
Héctor Oyarzo, Dirigente Unión Comunal Adultos Mayores.
22 – 12 – 08
José Robles, Dirigente CESCO, ex concejal.
18 – 12 – 08
Dirigentes de
organizaciones de
base de la comuna;
21
Otros
Patricio Núñez (UDI), Presidente Junta de Vecinos.
22 – 12 – 08
Víctor Velázquez (pro Concertación), Presidente Club deportivo.
16 – 12 – 08
Miriam Bañados (UDI), Presidenta Junta Vecinos.
09 – 01 – 09
Carolina Miranda (pro concertación), Presidenta Junta de Vecinos.
13 – 01 – 09
Hilda Téllez (pro DC), Presidenta Junta de Vecinos.
12 – 01 – 09
Raquel Carrasco (Juntos Podemos), Dirigenta Organización Barrial
12 – 01 – 09
Ana Gutiérrez (“puntera” DC), Dirigenta Unión Comunal Adultos
Mayores.
09 – 01 – 09
Juan Cáceres (pro Alianza), Dirigente Unión Comunal de Juntas de
Vecinos
13 – 01 – 09
Miguel Navarro, Fundación Comillas.
09 – 01 – 09
Si bien se intentó ampliar la muestra hacia personas afines a la Alianza por Chile, con el fin de
establecer comparaciones entre las formas de vinculación de las principales coaliciones políticas en
Santiago, como se puede apreciar en la tabla anterior, el propósito sólo se consiguió en el caso de los
dirigentes sociales. Así, la muestra final terminó siendo bastante distinta de lo estimado inicialmente, en
cuanto a la distribución de categorías de sujetos que se logró contactar. La coyuntura eleccionaria y el
posterior cambio de mando en la municipalidad generaron serias trabas en la posibilidad de contactar a
concejales y funcionarios municipales. Muchos concejales se negaron a dar entrevistas, argumentando
falta de tiempo. Lo mismo sucedió con algunos funcionarios, los cuales se excusaron ante la incertidumbre
de si seguirían en sus puestos tras la llegada del nuevo alcalde. Algunos de ellos efectivamente fueron
luego desvinculados de su trabajo. De esta manera, como resultado final, en dichas categorías, el número
que se logró entrevistar fue bastante inferior al número de dirigentes sociales (5 concejales y 3
funcionarios, versus 13 dirigentes sociales).
Si bien la coyuntura generó un efecto negativo en la recopilación de información, esta falencia se
pudo superar parcialmente gracias a las entrevistas dispuestas por la Dra. Barozet, entre las que se
contaban varias realizadas a funcionarios que se habían identificado como posibles entrevistados y que
permanecen aún dentro del municipio. Así, se completó la muestra utilizando 15 de las entrevistas
entregadas por la profesora Barozet, según la distribución que se señala a continuación:
Tipo de sujeto
Cantidad
Entrevistados/as
Fecha
22
Concejales de la
comuna de
Santiago
3
Funcionarios
municipales claves
en la vinculación del
municipio y la
ciudadanía.
6
Dirigentes de
partidos políticos
Dirigentes de
organizaciones
sociales
2
4
Álvaro Larraín, ex concejal Alianza
15 – 05 – 05
Rodrigo Pérez, ex concejal Concertación
18 – 10 – 03
Gastón Suarez, Funcionario Área Social
07 – 02 – 05
Mario Cárdenas, Funcionario Área Social
07 – 03 – 05
Margarita Saldivia, Funcionaria Área Social
07 – 03 – 05
Hilda Castro, Funcionaria Área Social
20 – 09 – 03
Roberto García, Coordinador territorial
18 – 03 – 05
Juan Soto, Coordinador territorial
04 – 02 – 05
José Ignacio Artiza, miembro directiva distrital UDI,
candidato a concejal
18 – 03 – 05
Ramón Hurtado, ex candidato a Diputado DC
15 – 11 – 05
Carol Velázquez, Pdta. Comité de Seguridad
27 – 10 – 04
Alba Quiñones, Pdta. Comité de Seguridad
04 – 11 – 04
Omar Acle, Pdte. Comité de Seguridad
28 – 10 – 04
Isidora Sánchez, dirigente Comité de Seguridad
19 – 01 – 05
Finalmente, cabe destacar que los momentos previos y posteriores a las entrevistas, así como los
momentos en los que se intentaba concertar algunas citas que no llegaron a concretarse, nutrieron también
la observación de interacciones y prácticas ligadas a la mediación política personalizada. De esta forma,
en ambas etapas del trabajo de campo, existió una simbiosis permanente entre las observaciones y las
entrevistas.
II.6 . Té cnicas de proce samie nto y análisis de la información
Las observaciones fueron registradas inicialmente de forma manuscrita en un cuaderno de campo
y más tarde fueron traspasadas a formato digital, para su posterior análisis. Las entrevistas, en tanto,
fueron registradas con grabadora y, con posterioridad, fueron transcritas en formato digital. Tanto las
observaciones como las entrevistas fueron procesadas con el software Atlas.ti especialmente diseñado para
el análisis cualitativo de datos.
23
Capítulo III. Caracte rización de la comuna de Santiago.
_____________________________________________________________________________________
III.1 . Caracte rísticas ge ne rale s de la comuna de Santiago.
La comuna de Santiago es el centro neurálgico de la región y del país, debido a que en ella se
concentran las principales actividades políticas, económicas y culturales. Posee una gran cantidad de
barrios tradicionales, los que se conjugan con las nuevas edificaciones que rápidamente han ido poblando
el Área Metropolitana. Es también una comuna de grandes contrastes, albergando en su seno a habitantes
de todas las clases sociales. A continuación señalaremos algunas de las principales características de la
comuna, con el fin de dibujar un panorama del “escenario” en el que se desenvuelven las relaciones de
mediación entre autoridades y bases sociales.
Santiago se sitúa en el centro de la Región Metropolitana. Su delimitación está marcada por los
siguientes puntos: al norte, el eje central de la Avda. Pdte. Eduardo Frei Montalva y su continuidad hacia
el oriente al eje de la Avda. Santa María; al oriente, el puente Pío Nono y su continuación hacia el sur por
el eje de la Avda. Vicuña Mackenna; al poniente, la línea eje del ferrocarril, Avda. Isabel Riquelme, San
Alfonso, Ramón hasta Diego Portales, Avda. Walker Martínez y Santo Domingo, para volver al eje central
de Matucana hasta donde se conecta con la Avda. Presidente Balmaceda; al sur el eje de la línea de
ferrocarril circunvalación hasta Bascuñán Guerrero, que se desplaza al sur desde el eje de Alcalde Carlos
Valdovinos hasta el empalme con la línea de ferrocarril10.
Según el Censo de 2002, la comuna de Santiago posee un total de 200.792 habitantes, cantidad
que ha mostrado una disminución importante desde el censo anterior11. Este decrecimiento se debió al
deterioro en las condiciones de vida que afectó a un amplio sector del Área Metropolitana. Según el
análisis realizado por el municipio, algunas de las razones que podrían explicar este fenómeno, son: a) la
ausencia de políticas urbanas y de una visión de ciudad por parte de sus actores principales y del gobierno;
b) la falta de un gobierno metropolitano, o bien de una instancia de coordinación intermunicipal; c) la
expansión espontánea de la ciudad, en la cual el sector público desempeñó un papel relevante, a través de
la ejecución de programas de vivienda social; d) el desinterés por el patrimonio acumulado en las áreas
centrales de la ciudad; e) la invasión del comercio informal en espacio público; f) la propagación de sitios
10
“Plan Estratégico de Desarrollo Comunal 2010”, Ilustre Municipalidad de Santiago, SECPLAN, 2006.
11
En el Censo de Población y Vivienda del año 1992, la población comunal alcanzaba los 230.977 habitantes.
24
improductivos o eriazos; g) las dificultades crecientes de accesibilidad al centro de la ciudad; y h) la
mezcla excesiva de usos de suelo12.
Otro aspecto demográfico relevante en la comuna es el envejecimiento de la población, dado el
nivel de disminución de la población de menores de quince años y el aumento de la población en edades
sobre los sesenta años. Si bien este es un fenómeno que se da a escala general en el país, en la comuna de
Santiago se evidencia de forma más marcada que en otras comunas13. Según el Censo del año 2002, la
población mayor de sesenta años alcanza los 32.161 habitantes, representando el 16,02 % de la población
total. Además, cabe destacar que, de los adultos mayores que habitan la comuna, el 62,3% está compuesto
por mujeres14.
En términos socioeconómicos, según la encuesta CASEN 200615, en la comuna de Santiago existe
un 7,34% pobreza. A pesar de que esta cifra puede parecer bastante baja, la percepción de funcionarios
municipales es que existe una gran “pobreza encubierta”, que no alcanza a ser identificada por los
instrumentos técnicos de medición16. Así lo grafica una funcionaria del Área Social:
“(…) esta comuna tiene una particularidad bien especial, detrás de una muy bonita fachada te
encuentras con veinte grupos familiares viviendo adentro y cuando se produce un incendio no es
un grupo familiar el que queda desalojado, sino que son veinte grupos familiares que arrendaban
pieza que quedan en la calle”17.
12
“Plan Estratégico de Desarrollo Comunal 2010”, Óp. Cit.
13
Santiago es la quinta comuna con mayor población de adultos mayores, siendo superada por Viña del Mar, Las Condes,
Valparaíso y La Florida. “Catastro de Población Adulta Mayor”, SENAMA, 2003.
14
La población mayor de sesenta años en el país asciende a 1.717.478 personas, lo que equivale al 11,4% de la población total.
De la población adulta mayor a nivel nacional, el 55,86% corresponde a mujeres. Fuente: CENSO de Población y Vivienda 2002.
Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Disponible en www.ine.cl
15
Al momento de dar a conocer sus resultados, la encuesta CASEN 2006 recibió varios cuestionamientos metodológicos por parte
de diversos actores. Entre los cuestionamientos realizados se encuentran el cambio de institución encargada del diseño muestral,
un cambio en la forma de empadronamiento, el desconocimiento sobre la metodología utilizada para el ajuste de ingresos, la no
incorporación de la actualización del valor de la Canasta de Satisfacción de Necesidades Básicas, Al respecto ver Candia,
Alejandra (2007). “Casen 2006: Análisis de los resultados preliminares y desafíos pendientes”. Disponible en el siguiente enlace:
http://www.institutolibertad.cl/ie_175_CASEN.pdf
16
Los funcionarios del Área Social han señalado por ejemplo, que la ficha CAS refleja de manera insuficiente la realidad de las
personas de la comuna, debido al nivel de educación y la apariencia de las viviendas.
17
Entrevista a Hilda Castro, funcionaria del Área Social, 20/09/03. Realizada por Emmanuelle Barozet en el marco del Proyecto
Fondecyt 1030243 (“Instrumentalización de redes sociales y lógicas electorales: la dimensión estructural de la movilización
colectiva en movimientos neopopulistas chilenos”, 2003-2005).
25
En términos territoriales, la comuna se divide en siete agrupaciones vecinales, cada una de las
cuales presenta ciertas particularidades en su composición poblacional. Los grupos más acomodados de la
comuna se concentran en la primera agrupación vecinal, ubicada en el sector del Parque Forestal (ver
Figura N° 1).
Las agrupaciones más cercanas al centro
Figura N° 1. Agrupaciones y unidades Vecinales de la
comuna de Santiago.
cívico (segunda, séptima y octava) albergan un
mayor porcentaje de personas de clase media. Sin
embargo, en muchos barrios de esas agrupaciones es
posible encontrar cités que esconden situaciones
económicas bastante precarias.
En tanto, el sector de menores ingresos de la
comuna
se
concentra
en
el
límite
sur,
correspondiente a la décima agrupación. También
en la novena agrupación y tercera se encuentran
importantes espacios de población vulnerable. Es de
estas zonas de donde proviene la mayor demanda
por beneficios hacia el municipio y las que poseen
también un mayor número de organizaciones sociales18.
III.2 . Las he rramie ntas formale s de l municipio para vincularse con la
comunidad.
III.2.1. Organización del Área Social.
La municipalidad de Santiago posee una estructura que se organiza a través de Unidades Asesoras
y cinco grandes Áreas19. La vinculación con la ciudadanía se concentra en el Área Social, la cual desde
marzo del presente año se ha fusionado con la Dirección de Desarrollo Comunitario20.
El Área Social del municipio se compone de los siguientes departamentos21:
18
Entrevista a Roberto García, coordinador territorial, 18/03/05. Proyecto Fondecyt 1030243.
19
Las Áreas son: 1) Administración y Finanzas, 2) Urbana, 3) Social, 4) Operaciones y 5) Fiscalización.
20
Documento
“Funciones
Municipales
año
2009”,
Municipalidad
de
Santiago.
http://intranet.munistgo.cl/integridad/web2/file/tei/personal/FUNCIONES%20IMS%202009.pdf
Disponible
en:
26
Subdirección de Desarrollo Social: concentra la demanda espontánea de los ciudadanos,
principalmente de la población más pobre de la comuna. Es aquí donde se entregan los beneficios de
la red social del Estado, como también algunos programas propios del municipio destinados a
solucionar los problemas más apremiantes de la población.
Dirección de Gestión Comunitaria: estimula y apoya la organización de la comunidad, siendo el
principal canal de comunicación entre el municipio y las agrupaciones sociales. Entrega asesoría
técnica y legal, además de controlar el cumplimiento de la legislación y los procedimientos que
regulan el funcionamiento de las organizaciones de base.
Subdirección de Estudios Sociales: administra los programas financiados por el Estado, encargándose
de la inscripción y selección de beneficiarios. Realiza mediciones a través de encuestas y aplica la
Ficha de Protección Social. También colabora con estudios relativos a los grupos sociales que atiende.
Dirección de Deportes y Recreación: impulsa el desarrollo físico, social y la integración de la
comunidad a través del deporte a la recreación, generando variados programas y actividades, así como
talleres y capacitaciones.
Subdirección de Promoción y Capacitación Laboral (OMIL): fomenta el desarrollo de las
posibilidades ocupacionales de los habitantes, entregando capacitación y haciendo el papel de
intermediario en la búsqueda de empleo.
Secretaría de la Mujer: promueve la participación de las mujeres en los distintos ámbitos del quehacer
comunal, implementando iniciativas destinadas a apoyar su rol en la sociedad.
Secretaría del Adulto Mayor: promociona la participación del adulto mayor en la comuna, a través de
sus Centros Gerontológicos. Desarrolla talleres formativos y promueve la asociatividad en este
segmento etario.
Secretaría de la Juventud: implementa y desarrolla políticas destinadas a los jóvenes de la comuna,
especialmente aquellos más vulnerables.
Secretaría de Fomento Productivo: fomenta el desarrollo de la microempresa en emprendedores
pobres y trabajadores por cuenta propia que son beneficiarios de programas del Área Social.
21
Según el documento antes citado (“Funciones Municipales año 2009”), las primeras 5 unidades corresponden a la Dirección de
Desarrollo Comunitario, las que sumadas a las 4 secretarías restantes, conforman el Área Social del municipio.
27
Si bien varias de estas unidades se abocan al trabajo con organizaciones (Secretaría del Adulto
Mayor, Dirección de Deportes y Recreación, etc.), nuestro foco de análisis estará puesto en el
Departamento de Gestión Comunitaria, dada su relevancia en la relación del municipio con las
organizaciones sociales.
III.2.2. El Departamento de Gestión Comunitaria.
Señalamos que este departamento es el principal canal de comunicación entre el municipio y las
organizaciones, debido a que en él se concentran tanto las asesorías como los recursos destinados a
potenciar la asociatividad comunal. Este departamento cuenta con un personal que bordea las treinta
personas, variando levemente su cifra en función de las distintas gestiones alcaldicias. Dentro de este
departamento existen dos unidades fundamentales para las organizaciones como son la Unidad de
Organizaciones Comunitarias y la Unidad de Fondos Concursables.
En la Unidad de Organizaciones Comunitarias se tratan todos los temas relativos a la
conformación de las organizaciones y la actualización de sus estatutos. Para ello, cuenta con una planta
funcionaria, donde destacan los coordinadores territoriales. Los coordinadores territoriales supervisan un
número determinado de agrupaciones vecinales, por tanto reciben las solicitudes de los dirigentes y las
canalizan hacia las instancias correspondientes dentro del municipio.
Cuando se formó esta área, en los años ’90, existía un número mayor de funcionarios (animadores
vecinales, administradores de sede, etc.), debido al énfasis en la promoción de la asociatividad comunal
que marcó la vuelta a la democracia. Hacia mediados de los noventa, existían entre diez y once
coordinadores territoriales, de los cuales posteriormente se fijó su número en ocho. Este número se
mantuvo hasta la gestión de Joaquín Lavín. Hasta esa época, su función era asesorar a todas las
agrupaciones que existen en un determinado espacio, dando prioridad a las juntas de vecinos, por su
carácter de organizaciones territoriales. Para ello, se planificaban visitas frecuentes a las sedes vecinales,
además de la realización del “trabajo de oficina”. Con la gestión de Raúl Alcaíno su número se reduce a
tres22, con lo cual se priorizan las tareas de escritorio, relegando a un plano muy menos las visitas a las
organización23.
22
Según nos explicó el jefe de la unidad de organizaciones comunitarias, la reducción de estos coordinadores se dio de forma
paulatina, ya sea por cambios internos del personal o porque algunos no hacían bien su trabajo.
23
Entrevista a Francisco Páez, funcionario Departamento de Gestión Comunitaria, 29/12/08.
28
Los coordinadores territoriales son figuras claves en la gestión municipal, al ser los interlocutores
directos de las organizaciones. Son ellos los que se vinculan cara a cara con los dirigentes y canalizan sus
demandas hacia el municipio. La naturaleza de su rol –son los intermediarios oficiales entre las
organizaciones y el municipio– los posiciona en un lugar políticamente relevante para los alcaldes. Son,
por tanto, los funcionarios más vulnerables a los cambios de administración: cada nuevo alcalde coloca
allí a “su gente de confianza”24. Así lo señala uno de los propios coordinadores territoriales:
“ (…) es que los coordinadores siempre ha sido un poco de confianza del alcalde, porque tiene, ya
sea en temas políticos, temas de comunicación con la gente porque nosotros somos los que
tenemos directa relación con las organizaciones, en general con toda la comuna, porque una
organización tiene mínimo quince, veinte socios, si lo multiplicas por mil, estamos hablando de
casi un universo de votantes que tiene esta comuna, ya, o sea, siempre ha sido muy de confianza
del alcalde (…)”25.
Por su parte, la unidad de Fondos Concursables también es una instancia vital para las
organizaciones sociales, pues, como su nombre lo señala, es la encargada de administrar la principal
fuente de financiamiento de la comunidad organizada26. Desde el año 2007, la cantidad de recursos
disponibles para los proyectos adjudicados asciende a $225.000.000 millones de pesos, cifra que se ha
mantenido hasta el presente año.
Actualmente, esta unidad somete a concurso dos tipos de fondos: a) La Modalidad Tradicional,
para organizaciones comunitarias que desarrollen actividades en la comuna, las que pueden recibir hasta
dos millones y deben aportar el 10% de su costo y; b) La Modalidad de Subvención Directa, para
instituciones sin fines de lucro que promuevan el desarrollo de Santiago, que pueden solicitar hasta tres
millones y la institución debe costear al menos el 5% del costo total del proyecto27.
Otros beneficios que el Departamento de Gestión Comunitaria pone a disposición de las
organizaciones sociales son los siguientes:
24
Ibíd.
25
Entrevista a Roberto García, coordinador territorial, 18/03/05. Proyecto Fondecyt 1030243.
26
Las juntas de vecinos además reciben una subvención directa de $300.000 anuales, para sus gastos operacionales. Las uniones
comunales también reciben una subvención directa que asciende a $1.000.000 al año.
27
http://www.municipalidaddesantiago.cl/noticias/noticias.php?Noticia_id=583&opc=showficha
29
Programa de Buses para la comunidad, al cual las organizaciones sociales pueden acceder hasta
dos veces por año, para lo cual el municipio disponía de $61.500.000 en el año 200728.
Entrega de útiles escolares para hijos (o nietos) de socios de las juntas de vecinos. Para esto el
presupuesto con el que se contaba en el año 2007 era de $12.000.000.
Entrega de juguetes para la navidad para hijos (o nietos) de socios de las juntas de vecinos. El
monto destinado a esta acción ascendía a $18.000.000.
Como veremos a continuación, tanto la organización de la estructura municipal como los recursos
que ésta moviliza, son factores que inciden de manera importante en la forma que adquiere la vida
asociativa en la comuna.
III.3 . Evolución y caracte rísticas de la vida asociativa e n la comuna de Santiago.
En términos históricos, la literatura sobre la vida comunitaria señala que los comités de vivienda y
arrendatarios son una de las organizaciones con mayor tradición en Chile (Espinoza, 1988). Estas
estructuras surgen en el país desde comienzos del siglo XX, apelando al Estado para la resolución de uno
de los conflictos clásicos del movimiento popular, como es el relativo a la vivienda y los servicios básicos
(Baño, 1985). Sin embargo, dado que su constitución se orienta a fines de corto y mediano plazo, es muy
difícil encontrar en la comuna de Santiago organizaciones de este tipo que se hayan creado antes de los
años ’90. Así, entre las organizaciones sociales activas en la comuna, son las juntas de vecinos y los
centros de madres las que llevan más años de funcionamiento. Ambas entidades nacen a fines de la década
del ’60, durante el gobierno de Eduardo Frei Montalva (1964 – 1970), que buscaba validar y orientar las
reivindicaciones de los pobladores a través de la “promoción popular” (Garcés, 2004). Estas agrupaciones
fueron consagradas jurídicamente al amparo de la ley 16.880 que potencia la formación de organizaciones
funcionales y territoriales de pobladores (Chateau y Pozo, 1987).
Durante la dictadura (1973-1989), estos espacios fueron intervenidos por el gobierno militar, con
el fin de mantener un cierto control territorial. Sus dirigentes eran designados por las autoridades de turno,
por tanto se buscaba que tuvieran afinidad con el régimen. Con el advenimiento de la democracia, se
intentan revitalizar estas organizaciones, impulsando la participación de los vecinos y sometiendo a
votación popular la elección de sus directivas.
28
Documento “Gestión del Área Social 2007”, Ilustre Municipalidad de Santiago, Dirección General Área Social, 2007.
Disponible en http://intranet.munistgo.cl/integridad/web2/file/tei/SOCIAL/2007%20Gestion%20Area%20Social.pdf. Utilizamos
el informe del año 2007 pues aún no se encuentra disponible el que corresponde al año 2008.
30
En Santiago, de las cuarenta y una juntas de vecinos con estatutos vigentes en la actualidad29,
treinta y siete fueron creadas en la década de los ’70, mientras las cuatro restantes se formaron tras la
vuelta a la democracia, durante los mandatos de Jaime Ravinet30 (ver Tabla N° 1). Estas entidades
comunitarias son las únicas que poseen un carácter territorial; esto implica que su tarea es abarcar todas
las demandas que surgen entre los habitantes dentro de un espacio geográfico acotado.
En Santiago, el territorio se divide en siete agrupaciones vecinales, las cuales se desagregan en
cuarenta y siete unidades vecinales, cada una con su respectiva junta de vecinos31. Dado su nivel de
alcance y las atribuciones que poseen, son organizaciones que cuentan con una buena cantidad de afiliados
en comparación con muchas organizaciones funcionales32. Esto las vuelve entidades prioritarias para el
municipio en la intermediación con la comunidad. Sin embargo, aunque en el papel registren una gran
cantidad de socios, la participación activa de los vecinos en estas organizaciones ha ido decreciendo con
los años. Esto obedecería, por una parte, a que fueron pensadas en un contexto social radicalmente
distinto, lo cual ha llevado plantear su poca adecuación a las necesidades e intereses de la población
actual. Por otra parte, se señala que se trata de bastiones donde ciertos dirigentes se han perpetuado por
años. Amparados en la elegibilidad indefinida que la ley les concede, se les atribuye una baja estimulación
a la incorporación de nuevos vecinos a las directivas. Otro aspecto relevante en estas organizaciones dice
relación son su afinidad política. Si bien la mayor parte de los dirigentes de juntas de vecinos no tiene
militancia política, muchos manifiestan cierta “simpatía” o “cercanía” con la Concertación.
Por su parte, los centros de madres son organizaciones funcionales que poseen una extensa
trayectoria de trabajo comunitario. Si bien se crean a fines de los ’60, es durante el régimen militar que
éstas adquieren mayor importancia, siendo una de las entidades absorbidas por el gobierno con mayor
presencia en la vida comunitaria (Chateau y Pozo, 1987). Agrupadas en la fundación CEMA-Chile33, que
dirigía la esposa del general Pinochet, se dedicaban a la capacitación, la producción y comercialización de
29
En los registros municipales existen 50 juntas de vecinos, sin embargo a diciembre de 2008 sólo 41 de ellas tenían regularizada
su situación.
30
Jaime Ravinet de la Fuente, militante demócrata cristiano, fue el primer alcalde de la comuna de Santiago tras la vuelta a la
democracia. En su primer período (1990-1992) fue designado por el Presidente de la República en este cargo. Más tarde, fue
elegido democráticamente por dos períodos consecutivos: de 1992 a 1996 y de 1996 a 2000.
31
En algunas unidades vecinales hay más de una junta de vecinos, lo cual explica que sumen un total de 50.
32
Para constituir una junta de vecinos se necesitan al menos 200 socios, a diferencia de una organización funcional donde sólo se
requiere la participación de 15 personas.
33
En 1983 esta entidad contaba con más de 230.000 socias en todo Chile (Chateau y Pozo, 1987).
31
productos artesanales y la realización de actividades asistenciales, a través de las cuales ejercían el
adoctrinamiento y transmitían la ideología oficial (Ibíd.).
Tabla N° 1. Número de organizaciones sociales vigentes en Santiago, por tipología y período.
CATEGORIA
ANTES DE
1990
RAVINET
(1990-1992)
RAVINET
(1993-1996)
RAVINET
(1997 – 2000)
LAVIN (2001
– 2004)
ALCAINO
(2005 – 2008)
TOTAL
Artesanos
--
--
Comité Adelanto
1
3
1
4
--
1
Club de Adulto Mayor
--
1
8
4
6
16
27
61
53
25
148
Centro Cultural
1
--
2
12
23
37
75
apoderados
--
--
--
14
5
--
19
Club deportivo
--
3
11
19
38
20
101
Centro de estudios
--
--
--
3
2
4
9
Centro folklórico
--
--
--
2
5
1
8
Centro Juvenil
--
--
--
2
1
1
4
12
4
3
8
9
--
36
--
--
--
9
41
6
56
4
5
10
--
Centro de padres y
Centro de Madres
Comité de seguridad y
prevención
Comité de vivienda
1
Junta de vecinos
37
1
--
3
--
--
41
Medio Ambiente
--
--
--
--
1
--
1
Organización Autoayuda
--
--
2
13
10
2
27
Organización de Mujeres
1
1
8
1
10
6
27
Otras organizaciones
--
--
1
16
48
52
117
1
2
1
2
6
29
178
261
178
717
Unión Comunal
TOTAL
54
17
Fuente: Unidad de Organizaciones Comunitarias, Departamento de Gestión Comunitarias, Ilustre Municipalidad de Santiago. Datos
proporcionados a fines de diciembre de 2008.
Actualmente en Santiago, existen treinta y seis centros de madres vigentes, de los cuales doce se
crearon en la década de los setenta (ver Tabla N°1). Siguen realizando similares actividades a las del
pasado, dejando de lado el adoctrinamiento ideológico. No obstante, en términos políticos siguen
prestando un apoyo mayoritario a la coalición de derecha34.
Los años ’90 ven florecer una cantidad creciente de organizaciones funcionales, impulsadas
abiertamente por la gestión municipal, quien disponía de funcionarios especialmente encargados de
34
Entrevista a Isidora Fuentes, asistente de concejales de la Concertación, 11/12/08
32
impulsar la asociatividad en los territorios. Ello generó una explosión de solicitudes de personalidad
jurídica en la primera mitad de la década de los ’90. Este proceso se fue estacando a partir del año ‘96, año
en el cual las solicitudes se mantuvieron en cerca de doscientos por año35. El crecimiento de
organizaciones funcionales fue evidenciando que los intereses asociativos se habían transformado, de la
mano con los cambios experimentados por la sociedad en general. Así, la participación de los ciudadanos
se fue desplazando de las entidades territoriales y más amplias hacia agrupaciones pequeñas, con fines
bien delimitados, donde destaca el interés por recrearse o bien por conseguir demandas concretas.
A los clubes deportivos, comités de vivienda, centros de madres, etc. se sumaron los clubes de
adulto mayor. Este tipo de organización surge como respuesta al “despertar de la tercera edad”36, en un
contexto donde la población se va envejeciendo y busca alternativas para mejorar su calidad de vida.
Observando este contexto, el municipio decide darle un fuerte impulso a la creación de este tipo de
organizaciones, a través de uno de las unidades más sólidas del Área Social como es la Secretaría del
Adulto Mayor37. Estas organizaciones, que siguieron creciendo en el período posterior, son actualmente
las más activas y visibles en la comuna de Santiago38. Su elevado número y su alto nivel de actividad (son
148 clubes vigentes), los transforma en otra de las organizaciones más relevantes en la intermediación con
la comunidad. Son un interlocutor privilegiado por el municipio y, desde luego, un foco importante a la
hora de realizar actividades durante las campañas políticas39. La valoración que tienen estas agrupaciones
para el municipio es relevada por el jefe de la Unidad de Organizaciones Comunitarias:
“Entonces al momento que el municipio quiere contar con organizaciones que realmente existan,
mira hacia el adulto mayor, obviamente, porque son los que tienen mayor incidencia en
funcionamiento (…) Por lo tanto, a nivel de importancia para nosotros, si bien no lo hemos
definido, pero sí identificamos a los adultos mayores como un receptáculo de cualquier influencia
o participación municipal”40.
35
Entrevista a Francisco Páez, funcionario Departamento Gestión Comunitaria, 29/12/08.
36
Entrevista a Isidora Fuentes, asistente de concejales de la Concertación, 11/12/08
37
Entrevista a Gastón Suárez, funcionario del Área Social, 07/02/05. Proyecto Fondecyt 1030243.
38
Según datos proporcionados por el jefe de la Unidad de Organizaciones Comunitarias, son el único tipo de organización que
tiene vigente a más del 50% de las entidades inscritas. Se observa una clara diferencia con respecto a los centros culturales, los
que en términos numéricos son más, sin embargo su nivel de vigencia es bastante menor. Mientras sólo el 42% de los centros
culturales se encuentra con sus procesos regularizados, en los clubes de adulto mayor dicha cifra alcanza el 72%. Entrevista a
Francisco Páez, funcionario Departamento Gestión Comunitaria, 29/12/08.
39
Durante la campaña municipal 2008 todos los candidatos e integrantes de equipos de campaña entrevistados señalaron que los
clubes de adulto mayor eran una de las organizaciones prioritarias a la hora de “hacer visitas”.
40
Entrevista a Francisco Páez, funcionario Departamento Gestión Comunitaria, 29/12/08.
33
A partir del año 2000 se vuelve a generar un aumento en la formación de agrupaciones
comunitarias. Como constata el estudio realizado por Emmanuelle Barozet (2005), en Santiago se da la
particularidad de que florecen un sinnúmero de comités de seguridad y prevención, bajo el impulso directo
del municipio. Estas organizaciones surgen en un contexto en que la seguridad ciudadana se había
instalado fuertemente en la opinión pública y que se crearon políticas gubernamentales destinadas a
potenciar esta área41. En el último mandato de Ravinet, existían menos de cincuenta de estas entidades, sin
embargo con la llegada de Joaquín Lavín al municipio su crecimiento se quintuplica, llegando a doscientas
cincuenta organizaciones inscritas a fines del año 200442. Así, el trabajo con este tipo de organizaciones
llegó a generar cierta competencia con las propias juntas de vecinos, dada la prioridad y el número
creciente de atribuciones que el municipio les otorgó.
En opinión de altos funcionarios del Área Social, la política hacia el fomento de los comités de
seguridad tuvo cierto grado de descontrol. Por tanto, con el correr del tiempo, se hacía necesaria un
reordenamiento de las funciones y atribuciones de estas organizaciones. Las palabras de una funcionaria
del Área Social al respecto son evidentes:
“Están entrando en un choque porque no están delimitadas, porque las delimitaciones no están
muy claras hoy día, eran mucho más claras cuando partió el tema pero en el correr del tiempo los
comités de seguridad están abarcando también otras funciones que son propias de la organización,
o de las estructuras locales, entonces ahí se empiezan a generar un conflicto que no es menor hoy
en día, o sea, las juntas de vecinos visualizan a los comités de seguridad como organizaciones
paralelas que entran en conflicto con ellos y que no se supeditan a las estructuras y al dominio de
las juntas de vecinos, entonces ahí se queda, empieza a haber una suerte de conflicto que no es
menor”43.
Esta situación no sólo ocurría con los comités de seguridad, sino que se hacía extensiva hacia otras
organizaciones funcionales. En el Departamento de Gestión Comunitaria veían que el crecimiento en las
solicitudes de personalidad jurídica no se condecía con el nivel de actividad posterior: de las cerca de
doscientas organizaciones que sacaban personalidad jurídica sólo unas setenta seguían funcionando
posteriormente. Así por ejemplo, en la actualidad existen alrededor de dos mil agrupaciones inscritas en el
41
Los comités de seguridad y protección surgen a fines de los ’90 potenciadas por el Ministerio del Interior, que intenta impulsar
medidas de coordinación entre vecinos, carabineros y municipios para combatir la delincuencia (Barozet, 2005).
42
Entrevista a Hilda Castro, funcionaria del Área Social, 20/09/03. Proyecto Fondecyt 1030243.
43
Entrevista a Mario Cárdenas, funcionario del Área Social, 07/03/05. Proyecto Fondecyt 1030243.
34
municipio de las cuales 717 mantienen sus directorios vigentes. Esas otras organizaciones dejaron de
trabajar, pero nunca caducaron su personalidad jurídica44. Los reclamos de algunos dirigentes no se
hicieron esperar, dado que aumentaba la competencia en beneficios municipales tales como los fondos
concursables y muchas de las organizaciones que se adjudicaban proyectos no seguían trabajando. Un
dirigente comunal grafica claramente la situación:
“Cuando se hace la constitución de la organización se juntan un grupo de personas bien
entusiastamente se dice vamos a hacer esto o lo otro, entonces se hace toda una cuestión de
objetivos. En la práctica cuando se llama a la constitución, por el entusiasmo que se tiene hay un
grupo de personas que está haciendo un cóctel para celebrar el evento, pueden ser tres o cuatro
personas, el resto está escuchando latamente lo que es el reglamento y después que el ministro de
fe lee y están todos de acuerdo, todos dicen que sí, pero están más preocupados del cóctel que de
lo que están haciendo. Vienen las firmas oficiales, firman el documento, toman los antecedentes,
viene el cóctel y de los estatutos nunca más se supieron. Viene un estatuto tipo donde vienen los
objetivos en blanco, donde los objetivos pueden ser apadrinar alguna institución, muchas veces ni
los llenan y esos estatutos quedan ahí”45.
A raíz de los problemas que se fueron suscitando46, en el año 2004 el Departamento de Gestión
Comunitaria acordó en conjunto con la Secretaría Municipal, rediseñar el procedimiento para solicitar
personalidad jurídica, poniendo mayores trabas a este trámite47. Según señala la ley, para sacar
personalidad jurídica sólo se requiere contar con quince personas, pedir un ministro de fe en la
municipalidad y llenar un acta que se presenta al otro día en la secretaría municipal. Lo que sucedía
anteriormente era que, al momento de constituir la organización, llegaba el ministro de fe y no lograban
reunir a las quince personas necesarias. Ante esa situación, los asistentes salían a buscar a los vecinos y
familiares para completar las firmas requeridas. Actualmente, según el nuevo procedimiento, el primer
paso es la reunión de los interesados con un funcionario municipal, el cual les explica los deberes y
44
Entrevista a Francisco Páez, funcionario Departamento Gestión Comunitaria, 29/12/08.
45
Entrevista a Héctor Oyarzo, Dirigente Unión Comunal de Clubes de Adulto Mayor, 22/12/08.
46
Además de los reclamos de varios dirigentes dentro del municipio se hizo un análisis crítico de la situación. Se detectó, por una
parte, que el riesgo de no caducar las personalidades jurídicas puede dar pie a que aparezca cualquier persona con un acta de
elecciones de la organización que estaba sin funcionar pidiendo su certificación. Con ello se pueden obtener recursos del Estado y
luego desaparecer, ya que el municipio no puede caducar esas personalidades jurídicas. Si esto sucede se persigue a la directiva
antigua y a los socios, asunto que ya había ocurrido en más de una oportunidad. Por otra parte, se vio que muchas organizaciones
dejaban de funcionar antes del año, por un gran desconocimiento de las responsabilidades que involucraba este trabajo. Entrevista
a Francisco Páez, funcionario Departamento Gestión Comunitaria. 29/12/08.
47
Entrevista a Francisco Páez, funcionario Departamento Gestión Comunitaria. 29/12/08..
35
derechos de las organizaciones. En base a eso, deciden si se sigue con el proceso. Si deciden continuar, se
envía el ministro de fe para proseguir con los trámites. Si desisten de la decisión, o no llegan las personas
requeridas, no se persiste con el procedimiento. Según señalan en el municipio, la adopción de este nuevo
sistema ha significado la reducción a cerca de setenta solicitudes que culminan el proceso. Esas
agrupaciones, además, tendrían una mayor continuidad en el tiempo48.
Adicionalmente se introdujeron mayores dificultades para la postulación a fondos concursables.
Actualmente, las organizaciones deben presentar el listado actualizado de socios, la rendición de cuentas
de los fondos adjudicados anteriormente y una libreta de ahorro con el 10% del monto total del proyecto49.
La comuna de Santiago cuenta con una enorme riqueza asociativa. No obstante, un análisis más
profundo de las características de la participación en organizaciones muestra que ésta se encuentra
bastante condicionada por las acciones que impulsa el municipio. Esto genera un tipo de asociatividad que
es muy permeable a los énfasis otorgados por las distintas gestiones alcaldicias. Son los propios
funcionarios municipales los que relevan el alto nivel de dependencia de las organizaciones de los
recursos que ellos les entregan:
“(…) yo acá a la gente la encuentro que es absolutamente demandante, pero no es proactiva, ya,
entonces tiene una necesidad y van y piden al municipio y exigen al municipio, que el municipio
les de los recursos para solucionar su tema”50.
Esto obedecería a la disponibilidad de recursos y a la estructura organizativa del municipio, que es
capaz de generar incentivos a la participación sin esperar que se genere la demanda desde los propios
vecinos51. Así, la mayor parte de personas que se organizan formalmente en la comuna lo hace motivada
por captar recursos del municipio52. Al respecto, las palabras de un funcionario municipal son categóricas:
48
Ibíd.
49
Esto para el Fondo Modalidad Tradicional. Para el Fondo de Subvención Directa la organización debe aportar con el 5% del
monto del proyecto.
50
Entrevista a Mario Cárdenas, funcionario del Área Social, 07/03/05. Proyecto Fondecyt.
51
Ibíd.
52
El municipio también es el que motiva a las organizaciones a buscar otras alternativas de financiamiento, como pueden ser
fondos regionales o sectoriales, como ocurrió con los fondos del Servicio Nacional del Adulto Mayor (SENAMA), que
constituyen una fuente importante de sustentación de muchos clubes de adulto mayor. Entrevista a Francisco Páez, funcionario
Departamento Gestión Comunitaria, 29/12/08.
36
“Hay dos razones por las cuales las personas se organizan para sacar personalidad jurídica. La
primera es para obtener recursos de los fondos concursables y la segunda es para usar los buses
del municipio para ir de paseo. Es tan así, que las organizaciones entran en receso en diciembre y
se reactivan con el comienzo de los fondos concursables”53.
Fines idénticos existirían entre las organizaciones para aglutinarse en instancias confederadas
como son las uniones comunales. Así lo grafica un dirigente de la Unión Comunal de Clubes de Adulto
Mayor:
“Cuando supieron las organizaciones que la unión comunal estaba organizando un paseo, entonces
comenzaron a golpear puertas para venirse a inscribir y pagar los 5 mil pesos que cobrábamos a la
fecha y yo me opuse tenazmente a que ningún club se uniera después de la fecha porque no
trabajamos el asistencialismo, trabajamos el fortalecimiento de la organización. Es re fácil venir y
decir pago 5 mil pesos y me llevo 3 dirigentes y los saco a pasear”54.
El balance crítico que hacen algunos funcionarios del municipio señala que elementos como los
fondos concursables han generado resultados que en cierto sentido son adversos para la participación
ciudadana. Si bien se buscaba que ellos fueran un aliciente para la participación, lo que se ha conseguido,
tras años de implementación, es que se conviertan en un fin en sí mismo. Por tanto, no es extraño escuchar
de boca de los dirigentes que si no se aprueban sus proyectos ellos no podrán seguir funcionando. Sin
desconocer que pueden existir organizaciones inscritas en el municipio que operen a través de la
autogestión, el panorama general muestra que uno de los rasgos destacables de las agrupaciones
comunitarias en la comuna de Santiago es el alto nivel de dependencia de los recursos municipales. Ello
ha creado un tipo de relación paternalista y asistencial desde el municipio hacia las organizaciones. Por su
parte, las organizaciones muestran escasos rasgos de autonomía o autogestión, por lo cual se han
convertido en entes “peticionistas” y muy condicionados por las directrices que emanan desde el
municipio. Esto los pone en una situación vulnerable, en tanto su capacidad de intermediación puede ser
instrumentalizada políticamente siendo potenciales (o actuales) clientes de las autoridades de turno. De ahí
la importancia de revisar cómo se han desarrollado las relaciones entre las autoridades locales y las
organizaciones en las distintas gestiones alcaldicias. Ello podrá brindarnos una perspectiva más detallada
de los énfasis puestos por cada coalición en la comuna y de la manera en que esto ha condicionado el
accionar de sus organizaciones sociales.
53
Entrevista a Francisco Páez, funcionario Departamento Gestión Comunitaria, 29/12/08.
54
Entrevista a Héctor Oyarzo, Dirigente Unión Comunal de Clubes de Adulto Mayor, 22/12/08.
37
III.4 . Re lación e ntre autoridade s com unale s y organizacione s sociale s de la
comuna.
Anteriormente se señaló que con el retorno a la democracia, una de las tareas encomendadas a los
municipios fue impulsar la participación de las bases sociales, elemento que se había visto mermado tras
diecisiete años de dictadura. Por una parte, los municipios fomentaron la creación de organizaciones
sociales que aglutinaran los diversos intereses de los ciudadanos. Por otra parte, se estimuló un proceso de
“democratización” de las organizaciones sociales, buscando que las entidades como las juntas de vecinos
– existentes en Chile desde fines de los ’60 – sometieran a mecanismos eleccionarios la designación de sus
directivas.
En la comuna de Santiago, fue bajo el mandato de Jaime Ravinet que se inició la tarea de
reconstruir el tejido social, tratando de resucitar algunos componentes de la “promoción popular”
impulsada en los ‘60. Si bien el énfasis de su gestión estuvo puesto en el desarrollo urbano, también se
caracterizó por un marcado interés en potenciar la organización social. De esta forma, en sus tres períodos
como alcalde, el fomento de la asociatividad se hizo palpable a través de una fuerte intervención
municipal. Fue así como en el año 1990 se convocó la primera Gran Convención de Santiago55, un
proceso diseñado para que las bases sociales plantearan sus demandas y expectativas respecto a la
comuna. Esto se realizó a través de cabildos vecinales, organizados por el municipio en cada unidad
vecinal. El procedimiento consistió en convocar a los vecinos de cada unidad a un concejo, donde
plantearon sus demandas y escogieron a los delegados para la Gran Convención, realizado en noviembre
de 1990. Agentes municipales, denominados “animadores vecinales”, eran los encargados de “activar la
participación” trabajando directamente con la comunidad en terreno56. En dicha época la comuna de
Santiago tenía una extensión mayor a la actual57 y contaba con cerca de doscientas juntas de vecinos, por
lo que la municipalidad dispuso de una gran cantidad de animadores vecinales (entre doscientos y
trescientos)58. A través de diversas actividades culturales, como peñas folclóricas, festivales de la voz, etc.,
los animadores buscaban “(…) motivar a estos caballeros que estaban sentados en la junta de vecinos
55
En el marco del Programa Municipio y Participación.
56
Entrevista a Isidora Fuentes, asistente de concejales de la Concertación, 11/12/08
57
Ibíd.
58
Ibíd.
38
dando certificados de residencia. Para ellos junta de vecinos era certificado de residencia y no más.
Entonces empezarlos a convencer, a salir a llamar a los vecinos, ayudarlos a que la gente se juntara”59.
Durante este proceso, se movilizaron alrededor de sesenta mil personas en los cabildos vecinales y
cerca de cinco mil dirigentes sociales, con lo cual se sentaron las bases para el proceso de
“democratización” de las organizaciones.
Mientras se potenciaba la organización social de los vecinos, en el municipio se fue estructurando
el Departamento de Desarrollo Comunitario, entidad encargada de la vinculación con la comunidad
organizada. Dentro de este departamento la figura del coordinador territorial se convirtió en una pieza
clave para mantener el trabajo en terreno con las organizaciones. Los coordinadores territoriales surgieron
tras la Primera Convención, a través de un proceso de selección de once animadores vecinales. Este
equipo fue escogido para realizar un apoyo permanente y tener un vínculo lo más fluido posible entre el
municipio y los dirigentes sociales. Cada una de estas personas estuvo a cargo de una agrupación vecinal
(formada cada una de estas por un conjunto de unidades vecinales. Entre 1991 y 1992, y tras la
promulgación de la ley de juntas de vecinos, la misión de estos funcionarios fue coordinar el proceso de
democratización de las organizaciones sociales. Este proceso no estuvo exento de dificultades, puesto que
tuvieron que convencer a los dirigentes designados que se sometan al proceso eleccionario de forma
limpia y sin trabas y, a la vez, debieron impulsar a otras personas a que asumieran roles dirigenciales. Los
coordinadores territoriales debían supervisar todo el proceso y ser ministros de fe en las elecciones.
Debido a las características sociodemográficas de la comuna, con un fuerte predominio de
población sobre los sesenta años, en la gestión de Ravinet también se dio un fuerte impulso a la formación
de clubes de adulto mayor60. Aquí también el papel del municipio fue preponderante, dada la existencia de
una Secretaría del Adulto Mayor, uno de los componentes más fuertes dentro del Área Social61, que tuvo
un rol activo en la formación y capacitación de los actuales dirigentes de dichas agrupaciones62.
Durante los ’90 se acotó el territorio comunal y algunas unidades vecinales se fusionaron, debido
al despoblamiento de Santiago. De esta manera, el trabajo territorial del Departamento de Gestión
Comunitaria se redujo a ocho coordinadores más la jefatura de la Unidad de Organizaciones Comunitaria.
59
Ibíd.
60
Entrevista a Ismenia Cortés, Presidenta de Junta de Vecinos, 15/12/08.
61
Entrevista a Gastón Suárez, funcionario del Área Social, 07/02/05. Proyecto Fondecyt 1030243.
62
Ibíd.
39
En esta etapa se potenció la formación de uniones comunales, se siguieron apoyando los procesos de
elecciones y se fueron creando más juntas de vecinos.
Si bien el Departamento de Gestión Comunitaria ejerció un fuerte trabajo en terreno durante las
gestiones de Jaime Ravinet, el alcalde también buscaba instancias para interactuar directamente con las
organizaciones sociales, especialmente con las juntas de vecinos. También se organizaban reuniones
permanentes con el alcalde. Ravinet, junto a algunos directores municipales, se reunía con los vecinos en
sus juntas de vecinos dos veces al año para atender sus demandas.
Al finalizar el tercer período de Ravinet, se impulsó otro proceso de participación que desembocó
en la Segunda Gran Convención de Santiago. Esta vez, el eje central fue la realización del plan de
desarrollo urbano, el cual rige hasta el día de hoy.
Cabe señalar que la participación que se promovió desde el municipio iba destinada a potenciar la
asociatividad más que una participación real de los ciudadanos en la gestión local. Además de las
consultas realizadas en el marco del Programa Municipio y Participación, no se crearon instancias más
permanentes que pudieran involucrar una mayor participación de los ciudadanos en las decisiones.
Por su parte, en esta época, el Consejo Económico y Social Comunal (CESCO) – instancia formal
creada tras el retorno de la democracia para impulsar la participación ciudadana – funcionaba como una
entidad coordinadora de las organizaciones sociales comunales y como uno de los canales formales de
comunicación entre estas y el alcalde. Agrupaba a representantes de las juntas de vecinos, de las
organizaciones funcionales, y organizaciones gremiales. Sin embargo, desde entonces, sólo tuvo un
carácter consultivo63. Como plantea un ex concejal y actual integrante de dicho concejo:
“Si bien la ley define que el concejo tiene que opinar respecto del presupuesto, de ciertas materias,
el plano regulador, en fin, sólo tienen que opinar y su opinión no es vinculante. Por lo tanto es un
organismo que no tiene mucha influencia en las decisiones, no tiene un perfil muy alto. Es un
instrumento que a los alcaldes les puede servir harto, a los dirigentes también les puede servir si
63
Según la Ley Orgánica de Municipalidades Vigente, el Consejo Económico y Social Comunal, también llamado CESCO, tiene
por objeto asegurar la participación de las organizaciones comunitarias de carácter territorial y funcional y de actividades
relevantes en el progreso económico, social y cultural de la comuna. Está presidido por el alcalde y su carácter es consultivo, por
tanto su nivel de incidencia en la gestión local está sometido a la voluntad del edil de turno.
40
está el alcalde y le pueden decir directamente las cosas que pasan, pero si no, no tiene mucha
importancia”64.
De esta forma, al igual que en el pasado, la gestión democratacristiana buscaba fomentar una
participación contenida dentro de los cánones establecidos por el gobierno comunal, privilegiando la
canalización de las demandas a través de organizaciones formales y de los órganos establecidos por ley
para ello.
Con el cambio de milenio, un nuevo alcalde rige los destinos de la comuna. Se trata de Joaquín
65
Lavín . Los cuatro años que dura su gestión (2000-2004) se caracterizan por un fuerte incremento en el
gasto social, destinado a satisfacer las demandas de los habitantes de la comuna. Se mantuvo gran parte de
los programas sociales y se implementaron otros más visibles mediáticamente, con un nivel de
presupuesto muy superior al que se tenía hasta entonces, gracias a la venta de los derechos de aguas de la
comuna. El grueso de la inversión municipal que se concentró en el área social apuntó a subsidiar el
empleo (permanente o de emergencia)66, a contribuciones directas a las personas y a financiar actividades
masivas de recreación. Así, en sus cuatros años de gestión, se invirtieron cerca de $2.500.000 sólo en el
Fondo de Asistencia Social de Emergencia, destinado a entregar subsidios directos para la compra de
alimentos, medicamentos, prótesis médicas de alto costo, boletos de metro, cuentas de agua, arriendo de
viviendas, útiles escolares y deudas académicas. Si bien muchas de estas medidas han sido criticadas tanto
dentro como fuera del municipio, principalmente por el déficit financiero que dejaron en la bancarrota a la
entidad comunal, el número de personas beneficiadas fue bastante alto67. El impacto de esta inyección de
recursos se hizo especialmente importante dado el contexto de crisis económica que imperaba en el país a
comienzos de la década del 2000.
64
Entrevista a José Robles, Dirigente CESCO y ex concejal, 18/12/08.
65
Joaquín Lavín Infante, militante del partido Unión Demócrata Independiente (UDI). Fue alcalde de la comuna de las Condes
durante dos períodos consecutivos (1992-1996 y 1996-1999). En 1999 renuncia a su cargo para postularse a la Presidencia de la
República, obteniendo una histórica votación para la derecha (47,51%). Tras la derrota presidencial se postula como alcalde por
Santiago, donde triunfa con una mayoría abrumadora (60,99%). En el año 2005 vuelve a presentarse a las elecciones
presidenciales, momento en el que no logra pasar a segunda vuelta, siendo superado por su compañero de coalición Sebastián
Piñera, quien finalmente pierde frente a Michelle Bachelet.
66
En los cuatro años de gestión de Joaquín Lavín, el plan de empleos de emergencia conocido como “Plan Pololo” benefició a
33.320 personas. Este plan consistía en “pagar” entre $10.000 y $15.000 a personas sin empleo por trabajos tales como pintura de
fachadas o limpieza de calles y centros comunitarios. Por su parte, el municipio también entregó subsidios para la contratación de
mano de obra, a través de los Planes de Empleo Permanente. Este plan, destinado principalmente a jefes de hogar, aportaba el
60% del sueldo para contratar personas por al menos tres meses. En los cuatro años benefició a 1.370 personas. Ver Documento
“Memoria Gestión Área Social 2000-2004”, Ilustre Municipalidad de Santiago, Área Social, 2004.
67
Documento “Memoria Gestión Área Social 2000-2004”, Op. Cit.
41
Algunos detractores de las políticas implementadas por Lavín han señalado que este tono
asistencial, y las actividades masivas de gran impacto mediático que caracterizaron su gestión,
obedecieron al interés de usar el municipio de Santiago como plataforma política para su posterior
campaña presidencial. Por tanto, el acento en medidas inmediatistas habría buscado impactar a nivel
individual (“resolver los problemas concretos de la gente”), más que potenciar la asociatividad, como fue
el acento del trabajo social en la gestión anterior. Así lo grafican las palabras de una funcionaria
municipal, que trabajó como encargada de las organizaciones comunitarias en el último período de
Ravinet:
“Ellos no pasan por las organizaciones sociales, no les interesa fomentar la participación como
capital, ellos más bien capitalizan el contacto vecino a vecino y subsidio. Nosotros un tiempo, los
cuatro años de Joaquín Lavín, por aquí por el costado del municipio, indignamente tuvimos que
ver como repartían sándwiches con mortadela y una bebida. Yo decía ‘no lo puedo creer, Chile,
siglo XXI’, arrojando como cual castillo comida pa’ afuera. Subsidios: vendió el agua, vendió
edificios municipales, vendió todo. Trajo arena, nieve, la gente lo pasaba chancho, mucho circo,
mucho circo, y pan, circo, circo y pan. Ese es, yo cómo podría graficarlo…ellos no tienen trabajo,
quizás… ¡no, si no hay ninguno! Ellos apuntan a que el ciudadano que recibe el subsidio es el
apoyo, porque esa gente le aprieta el bolsillo, obvio. Pero no les interesa, nosotros decimos ‘a la
gente hay que enseñarle a pescar’ no hay que darle las cosas, ellos no, ellos prefieren darles el
subsidio. Subsidio del agua, subsidio a la luz, subsidio para todo…el gallo es un ente que lo
manipulai para todo”68.
Del lado contrario, quienes apoyan las acciones realizadas por el ex edil, relevan su interés por
aliviar la situación de los más carenciados como justificación al nivel descomunal de gastos de su gestión.
Esto, sumado a su aparente cercanía con la gente, le habría impreso un sello distinto a su mandato. Así, lo
expresa una funcionaria del área social, al comparar las figuras de Ravinet y Lavín:
“(…) cuando él [Joaquín Lavín] le promete algo a los pobres, lo cumple, no me digas cómo, pero
él es de ese tono: ‘ustedes háganlo, yo me consigo la plata’. Y, sabe que los problemas sociales se
resuelven con recursos, no es el político tradicional (...) Yo nunca logré que Jaime [Ravinet] -es
mi amigo- yo nunca logré que Jaime llegara al campamento La Línea ponte tú ‘No, qué voy a
hacer con esos rotos, sácamelos de encima, no, no, no, no, no, no, no, no, sácamelos de encima’,
era como cuiquito para todas estas cuestiones, era cuiquito. En cambio a Joaquín tú le dices
68
Entrevista a Isidora Fuentes, asistente de concejales de la Concertación, 11/12/08.
42
‘necesito que vayas al campamento La Línea’ y al otro día me dice ‘ya vamos’ y se instala media
hora sentado con los gallos y todos los gallos conversan con él de todo, ¿me entendís?, o sea, era
una cuestión que le brota... situación distinta con Jaime (..). Jaime es más presidente de compañía,
él se maneja en volúmenes... a Jaime le gustan las cuestiones que se ven. Yo que he salido con él
[con Joaquín Lavín], a él le duele el corazón ver miseria y le duele en serio porque yo lo he visto
sacar billetes de su bolsillo. A Jaime le duele igual, pero trataba de no verlo”69.
Más allá de las disputas en torno a la figura de Joaquín Lavín, es interesante destacar que el nivel
de recursos municipales que se movilizó durante su mandato logró ampliar la “clientela municipal”,
incrementando el nivel de beneficiarios y, desde luego, yendo mucho más allá de los socios de las
organizaciones de base.
En términos asociativos, su mandato también vio crecer la demanda por formar agrupaciones
sociales, a pesar de que no existió un incentivo tan marcado desde el municipio como sí ocurrió tras volver
a la democracia. Este aumento en la cantidad de organizaciones, según plantea Barozet (2005), obedece a
muchos factores de carácter contextual, tales como el interés por captar recursos públicos en un contexto
de recesión económica. De este modo, la demanda por formar clubes de adulto mayor, clubes deportivos,
comités de vivienda, centros culturales, etc. siguió la tendencia de crecimiento manifestada desde fines de
los ’90 (Barozet, 2005). Si bien se sabe que no todas estas organizaciones siguen funcionando, el número
de organizaciones vigentes que se constituyeron durante el mandato de Joaquín Lavín, es bastante elevado
(ver Tabla N° 1).
Al revisar los datos, llama la atención el incremento de un tipo de organización funcional
particular como son los comités de seguridad y prevención. Tal como constata Barozet (2005), este
incremento alentado directamente por el municipio, obedece a una estrategia de inserción territorial de la
UDI, para contrarrestar la enorme penetración de la Concertación en organizaciones sociales de base,
especialmente en las juntas de vecinos. La intención de fomentar este tipo de comités también tuvo que
ver con el énfasis discursivo de la Alianza, y de Lavín en particular, en la lucha contra la delincuencia70.
Las palabras de un dirigente del CESCO y ex concejal grafican claramente la intervención política en la
formación de estas agrupaciones:
69
Entrevista a Hilda Castro, funcionaria del Área Social, 20/09/03. Proyecto Fondecyt.
70
Como señala Barozet (2005), este fue uno de sus principales estandartes durante las campañas presidenciales de Joaquín Lavín,
en 1999 y 2005.
43
“La verdad es que si cooptaron organizaciones, pero no muchas, si hubo un…claro en el comité de
seguridad hubo mucha gente de Lavín, ellos fomentaron eso (…) se juntó también con la política
del Ministerio del Interior se seguridad ciudadana y creo que ese fue un camino que usó Lavín
para penetrar en la organización y para levantar organizaciones paralelas a las juntas de vecinos y
que evidentemente fue un período en fueron efectivas. Se hicieron muchos proyectos, había plata
para hacer cosas, hubo mucha penetración, muy importante”71.
La coordinación de estos comités no estuvo a cargo del Departamento de Gestión Comunitaria,
como sucedía con todas las organizaciones funcionales y territoriales de la comuna, sino que se
engarzaban más bien en una estructura propia que dependía directamente de las oficinas centrales de la
municipalidad72 (Barozet, 2005). Se trata del Consejo Comunal de Seguridad, “integrado por el Alcalde,
los dos concejales más votados, la Policía de Investigaciones y Carabineros, además de miembros que
representan a la comunidad organizada, jueces del crimen y el Consejo de Defensa del Estado. Este
organismo es asesorado por un Secretario Técnico y presidido por el Alcalde”73. Se trata de una estructura
que permanece hasta hoy y que, además, cuenta con sus propios coordinadores para el trabajo en terreno74.
Cabe señalar que, a pesar de la cercanía de las juntas de vecinos con la Concertación, estas
entidades adquirieron un papel fundamental en la intermediación con la comunidad durante la gestión de
Lavín, siendo las encargadas de contratar a las personas que serían beneficiadas por los planes de empleo
de emergencia. Los dirigentes de estas organizaciones – y los dirigentes de los comités de seguridad y
prevención, por cierto– elaboraban los listados y gestionaban los trabajos temporales del Plan de Empleos
de Emergencia conocido como “Plan Pololo” (Barozet, 2005).
A pesar de que el sucesor de Lavín pertenecía a su misma coalición, se mantuvo la estructura del
Consejo Comunal de Seguridad creada anteriormente, pero se restó importancia al potenciamiento de los
comités de seguridad y prevención. Como se puede apreciar en la Tabla N° 1, actualmente siguen vigentes
sólo 56 de estas entidades. Una de las posibles explicaciones a este declive organizativo puede encontrarse
en el cambio de política impulsada por el Ministerio del Interior, que dejó de poner recursos a disposición
71
Entrevista a José Robles, Dirigente CESCO y ex concejal, 18/12/08.
72
La creación de esta estructura paralela cobra sentido por cuanto el Departamento de Organizaciones Comunitarias no sólo posee
funcionarios afines a la administración de la alianza. Si bien, los cargos de jefatura y los coordinadores territoriales suelen ser de
confianza del alcalde (por tanto afines políticamente), varios funcionarios contratados - y que ocupaban puestos de gran
relevancia- tienen militancia en partidos políticos de la Concertación, principalmente en el Partido Demócrata Independiente.
Algunos de ellos serán desvinculados de su trabajo con la llegada de Pablo Zalaquett al municipio.
73
http://www.municipalidaddesantiago.cl/seguridad/consejo-comunal.php
74
Entrevista a Francisco Páez, funcionario Departamento Gestión Comunitaria, 29/12/08.
44
de las organizaciones para tratar temas de seguridad. Hoy en día, los recursos van destinados directamente
a los municipios. Por tanto, los comités de seguridad y prevención de la comuna de Santiago se ven
obligados a someterse a las mismas formas de financiamiento que el resto de las organizaciones de base.
El impulso a este tipo de organizaciones en la gestión de Lavín ha recibido varias críticas,
principalmente de los dirigentes de las otras organizaciones de base, quienes percibieron de forma
negativa la instrumentalización política y el “favoritismo” del municipio hacia los comités de prevención
y seguridad. Estas críticas se han agudizado al observar el bajo nivel de actividad que presentan tales
organizaciones en la actualidad, siendo uno de los tipos de organizaciones “que más rápido crecieron y
más rápido desaparecieron”75.
Lo sucedido con los comités de seguridad y prevención grafica el tono en la gestión de Raúl
Alcaíno76 (2004-2008) respecto a las organizaciones sociales en general. Durante su mandato, el escenario
cambia drásticamente debido al enorme déficit financiero provocado por la gestión de Lavín. El énfasis en
este período, por tanto, estuvo puesto en mejorar la eficiencia de la administración interna del municipio y
en recortar todos los gastos excesivos. El Área Social fue uno de sus primeros blancos pues, como
planteaba un funcionario, esta área tiene una clientela que genera muchos gastos: “no nos reporta nada a
nosotros, solamente piden”77. De ahí que se realizara un violento recorte al presupuesto del Área Social,
suprimiendo buena parte de los subsidios, incluyendo los planes de empleo de emergencia.
Otra de las medidas adoptadas por Alcaíno tendiente a recortar el presupuesto fue el cambio en el
retiro diario de basura. Esto se mantuvo sólo en el caso del centro cívico, pero en los barrios y poblaciones
la basura se retiraba cada dos días, generando una sensación de malestar generalizado en la comunidad.
Fue tal el impacto de esta medida, que la reposición del servicio fue una de las principales promesas de
campaña de los candidatos a alcalde en las elecciones del año 2008.
También se disminuyeron los beneficios para las organizaciones sociales. Un ejemplo bien claro
se dio en el Programa de Buses, solicitados por dichas entidades para realizar paseos dentro y fuera de la
comuna. Anteriormente, cada organización disponía de tres o cuatro viajes anuales, lo cual se redujo a uno
o dos78. Otro aspecto que inquietaba a las organizaciones era la progresiva disminución en la cantidad de
75
Ibíd.
76
Raúl Alcaíno, empresario sin militancia política, se presenta como candidato independiente por la lista de la Alianza por Chile
(coalición de derecha) a las elecciones municipales del año 2004. Triunfa con un 49,04% sobre el ex PPD Jorge Schaulsohn.
77
Entrevista a Juan Soto, coordinador territorial, 04/02/05. Proyecto Fondecyt 1030243.
78
Entrevista a Conrado Isla, concejal Concertación 2008-2010, 10/10/08.
45
coordinadores territoriales en el Departamento de Gestión Comunitaria. De ocho coordinadores que
cubrían toda la comuna, en el año 2008 sólo quedaban tres, los cuales debían atender a todas las
organizaciones. Esta disminución redujo sus salidas a terreno al mínimo, relegando gran parte de su
trabajo a tareas de escritorio79.
El escaso interés de Alcaíno por interactuar con los dirigentes se expresó también en la manera de
trabajar con el CESCO. Por una parte, ordenó que las reuniones se realizaran cada dos meses (antes se
reunían mensualmente)80. Por otra parte, su participación en esta instancia, siendo por ley quien la preside,
se limitó a un par de sesiones durante sus cuatro años de mandato81.
Así, diversas señales entregadas por el alcalde, crearon la sensación de que era un “alcalde poco
sociable”82, que abandonó a las organizaciones. Así lo grafican las palabras de un funcionario municipal,
cuando señala:
“(…) una de las principales quejas de todas las organizaciones, inclusive de las juntas de vecinos,
era que el alcalde no los recibía, ni tampoco recibieron ayuda municipal, ni siquiera escucha
municipal, de las autoridades, por lo menos, entonces sienten que los dejaron botados, las
organizaciones”83.
Quienes defienden su gestión plantean que la toma de medidas “impopulares” por parte de
Alcaíno se explican por su perfil técnico, más que político, carente de toda aspiración por perpetuarse en
el poder comunal o de usar su puesto como trampolín hacia otros cargos. El ingeniero privilegió “ordenar
la casa”, cerrando las puertas a la interacción con la comunidad que habría recibido demasiados
privilegios. Esto se interpretó positivamente como un abandono del paternalismo y el asistencialismo que
marcaron la gestión anterior. Así lo plantea, al inicio del mandato, uno de los coordinadores territoriales:
79
Entrevista a Francisco Páez, funcionario Departamento Gestión Comunitaria, 29/12/08.
80
Entrevista a José Robles, Dirigente CESCO y ex concejal, 18/12/08.
81
Cabe señalar que, al inicio de su mandato, Joaquín Lavín desarticuló el CESCO, sin embargo debió recomponerlo tras las
presiones de las organizaciones de base. A pesar de ello, al igual que Alcaíno, desestimó su importancia y pocas veces recurrió a
él para realizar consultas (Barozet, 2005).
82
Entrevista a Isidora Fuentes, asistente de concejales de la Concertación, 11/12/08
83
Entrevista a Francisco Páez, funcionario Departamento Gestión Comunitaria, 29/12/08.
46
“yo creo que lo que está demostrando es no ser tan paternalista, es verdad, o sea, es el momento de
cortar un poco los lazos… tanta facilidad que se les da a las organizaciones para obtener cosas y
más que nada bajar eso, va a ser diferente, se va a notar”84.
A pesar de haber recortado muchos beneficios, en el municipio sostienen que gran parte de las
prestaciones sociales se mantuvieron durante la última gestión. Esto se habría logrado reduciendo personal
y consiguiendo recursos por otras vías85. Además, la estructura del Área Social permitiría que se sigan
ejecutando una gran cantidad de programas, los que funcionan casi de forma independiente y sin
necesidad de contar con un control tan directo del alcalde86.
Así, al terminar su gestión, Raúl Alcaíno dejó un municipio con claros avances en cuanto a
administración interna, con un déficit municipal en cero, pero con una evidente indiferencia por conquistar
a las organizaciones sociales y mantener la clientela municipal generada por su antecesor. A pesar de ello,
en las elecciones de octubre de 2008, la coalición de derecha vuelve a conquistar la alcaldía de Santiago,
con Pablo Zalaquett (UDI). Éste derrota por un amplio porcentaje al ex edil Jaime Ravinet (DC). Ante este
fenómeno, surgen varias preguntas: ¿cómo pudo un “desconocido” triunfar por sobre el gestor de la
reconstitución del tejido organizacional de la comuna?, ¿pone esto en cuestión la eficiencia de la
intermediación de los dirigentes sociales? Las posibles respuestas a estas interrogantes serán tratadas con
mayor detalle en los capítulos siguientes.
84
Roberto García, coordinador territorial, señaló que para optimizar el presupuesto el municipio estableció alianzas estratégicas
con el mundo privado y consiguió recursos con el “tercer sector” (Entrevista realizada el 18/03/05. Proyecto Fondecyt 1030243).
85
Entrevista a Mario Cárdenas, funcionario del Área Social, 07/03/05. Proyecto Fondecyt 1030243.
86
Entrevista a Francisco Páez, funcionario Departamento Gestión Comunitaria, 29/12/08.
47
Capítulo IV. Las re de s clie nte lare s e n la comuna de
Santiago.
_____________________________________________________________________________________
IV.1 . Caracte rísticas y e volución de l clie nte lismo chile no.
Ciertamente, si intentamos dilucidar la manera en que el gobierno local se articula con las
organizaciones sociales y los ciudadanos en general, el análisis de las estructuras y los procedimientos
formales será insuficiente. Como han subrayado algunos autores, en América Latina existen entidades
informales que poseen una enorme relevancia en el funcionamiento del sistema político. Se trata de
auténticas instituciones87 que conviven, en tensión o en simbiosis, con el organigrama y reglas
formalmente establecidas. Tal es el caso del clientelismo, el cual, a pesar de ser un fenómeno encubierto,
posee un carácter permanente y ubicuo, por tanto de enorme influencia en las poliarquías de la región
(O’Donnell, 1996: 221). Esta “institución informal”, como lo denomina O’Donnell, atraviesa el sistema
político, vinculando a autoridades políticas, funcionarios estatales, partidos políticos y bases sociales. De
esta manera, los “intercambios” clientelares se organizan a través de redes piramidales, en un sistema
estructurado, en el cual las redes políticas88 se enlazan con redes sociales de ayuda recíproca (Auyero,
2001).
Desde el punto de vista de las redes políticas, los vínculos clientelares son una extensión informal
de las estructuras formalmente establecidas pues, si bien no aparecen en los estatutos ni en los registros
oficiales de los partidos políticos, “constituyen el corazón de muchas organizaciones de partidos
latinoamericanos: reclutan a los militantes, seleccionan candidatos, consiguen dinero, son un vínculo con
diversos sectores de la sociedad y, lo más importante, facilitan votos” (Freidenberg y Levitsky, 2007:
539). Desde las bases sociales, en tanto, las redes clientelares manifiestan la prolongación de las redes de
ayuda mutua entre pares89, incorporando a sujetos que pueden encontrarse en círculos sociales distantes
87
Guillermo O’Donnell define institución como “una pauta regularizada de interacción conocida, practicada y aceptada (si bien
no necesariamente aprobada) por actores cuya expectativa es seguir actuando de acuerdo con las reglas sancionadas y sostenidas
por ella” (O’Donnell, 1996: 224).
88
Javier Auyero define, siguiendo a Knoke y Granovetter una red política como “un conjunto de contactos regulares o conexiones
sociales similares entre individuos o grupos en los cuales, al menos uno de ellos es miembro de un partido político o funcionario
estatal” (Auyero, 2001: 100).
89
Varios autores han señalado la importancia de las redes sociales en contextos de privación económica, donde la ayuda mutua
generada a través de estas conexiones, permite a los sectores populares enfrentar de mejor manera sus vidas (Lomnitz Adler,
1994, también Espinoza, 1999).
48
(Espinoza, 1999) y que pueden brindarles mayores posibilidades para dar solución a sus problemas. Como
plantea Emmanuelle Barozet, en el lado más evidente “(…) el clientelismo se articula históricamente en
base a redes formales que corresponden a la estructura de los partidos políticos que lo practican. En su
parte menos visible, descansa en redes informales que involucran los círculos que dependen de las
gestiones de la autoridad y que suelen pasar por las organizaciones de base” (Barozet, 2005: 210).
A pesar de que estas redes pueden ser más activas y visibles en tiempos de campaña electoral,
funcionan a través de intercambios constantes y cotidianos entre los agentes. Por tanto, el clientelismo no
puede ser reducido a las distribuciones masivas de recursos, propias de muchas campañas políticas. Muy
por el contrario, se ancla en relaciones duraderas donde priman los intercambios de tipo simbólico, en los
cuales aspectos morales como el honor, la lealtad y la reciprocidad son centrales.
IV.1.1. El clientelismo antes de los ’90.
En Chile, históricamente, el clientelismo se manifiesta de forma temprana desde fines del siglo
XIX, como una manera de asegurar la articulación entre los sectores populares y la oligarquía. Esta
vinculación se realiza a través de la clase media, que se instala en la burocracia estatal, gracias a su
articulación con partidos oligárquicos (Rehren, 2000). Este grupo social cumple un rol central en la
distribución de los recursos públicos (Barozet, 2004). Se va constituyendo así un “clientelismo selectivo”
(Rehren, 2000), el cual desde los años ‘30 se va consolidando junto con la expansión del sufragio y la
institucionalización de un sistema multipartidista que compite por captar la votación de sectores medios y
populares (Ibíd.). Así, paulatinamente, el clientelismo se convierte en una herramienta fundamental para
movilizar recursos del centro a la periferia (Valenzuela, 1977).
En esta época los partidos políticos jugaban un papel fundamental, tanto en el reclutamiento y la
carrera ascendente de los funcionarios públicos (Rehren, 2000), como en la articulación de la
intermediación desde la arena local hacia la central y viceversa (Valenzuela, 1977). A través de la
instrumentalización política de estas instancias, los partidos competían por capturar la representatividad de
los nuevos sectores sociales que se iban sumando a la participación electoral.
Como describe Arturo Valenzuela (Ibíd.), a fines de los años ’60, el clientelismo chileno muestra
algunos rasgos diferentes al enlace diádico patrón/cliente90. Por una parte, el sistema chileno presenta
características propias de esta forma clásica de asociación, tales como la existencia de pocos grupos
“horizontales”, el predominio de metas particularistas por sobre intereses colectivos y la presencia de una
90
Arturo Valenzuela se basa en la caracterización realizada por James Scott (1972), que distingue esta relación de otras formas de
asociación como son las de carácter tradicional (grupos étnicos) o modernos (grupos de interés o asociaciones de clases).
49
clientela multiclasista más semejante a un “conjunto de acción” (“action-set”)91 . Pero, por otra parte, en la
estructuras observadas por Valenzuela, los individuos que se vinculan pueden –o no– ser homogéneos en
estatus, lo que se opone a la verticalidad estricta de la relación clásica. Además, los acuerdos tomados en
el enlace patrón/cliente podrían ser definidos como “asimétricos”, poniendo en cuestión el grado de
voluntarismo asociado a la relación. Lo que al autor plantea al respecto es que las transacciones ocurridas
en Chile entre los dirigentes locales municipales están basadas casi exclusivamente en un proceso de
selección voluntaria. Los “clientes” podían elegir entre una variedad de líderes comunitarios, por tanto
eran libres de determinar por quiénes votarían. Así, Valenzuela señala que “(…) los favores de parte de un
líder particular implicaban reciprocidad alrededor del tiempo de elección. Pero no la garantizaban. Lo
mismo podía ser dicho para la relación entre alcaldes o regidores y parlamentarios. Cada uno podía
terminar una relación dependiendo del cálculo político del momento. Además, y más importantemente, las
transacciones conducían a varios niveles de la “pirámide” vertical en el caso chileno no era
exclusivamente entre individuos de diferentes clases sociales. En efecto, en Chile muchos regidores y
alcaldes compartían un estatus similar con un importante segmento de la comunidad (…) Muchos
electores, como “campesinos”, eran de “menos estatus”, pero esto no era de ningún modo una
característica esencial de la relación” (Valenzuela, 1977: 158)
A partir de esto, Valenzuela plantea que es más apropiado caracterizar a los dirigentes locales y
nacionales como intermediarios (brokers) políticos, los que se enlazan sucesivamente en redes verticales
conectando la vida local con el nivel central. Estos intermediarios debían su continuidad no a la capacidad
de imponer “respecto y afección” como describe Scott (1972) para el caso de los patrones, sino a su
habilidad para entregar bienes y servicios “a cambio” de votos. Al respecto, señala que “(…) la política
chilena era una política de intermediarios. Redes verticales de grupos de intermediación se extendían por
todas las comunidades de la nación hacia el centro. Los intermediarios locales interactuaban con sus
seguidores y el intermediario local, quienes sucesivamente interactuaban con el intermediario local y los
burócratas gubernamentales y ministros” (Valenzuela, 1977: 159).
Según el autor, este sistema puede ser mejor distinguido de otros focalizándose en las metas y la
naturaleza de la transacción, más que en el estatus de los actores o en el condicionamiento cultural de sus
actuaciones. Para Valenzuela las metas pueden ser: a) particularistas y, b) categóricas. Las metas
particularistas buscarían satisfacer las necesidades de un individuo o de su familia inmediata. Se trata de
91
La agrupación patrón cliente, según Scott, no es un grupo en lo absoluto sino más bien un “action-set” (que traduje como
conjunto de acción), es decir, un conjunto de personas que existe porque se vincula de forma vertical con un líder común, vínculos
que el líder puede activar total o parcialmente. Los seguidores no están comúnmente relacionados directamente unos con otros e
incluso pueden ser desconocidos entre sí. En contraste, un grupo categórico organizado, probablemente tenga vínculos
horizontales que unen a sus miembros de forma independiente del líder (James Scott, 1972. Citado por Valenzuela, 1977).
50
favores personales o “gauchás chicas”, tales como la obtención de un permiso de trabajo, papeles de
seguridad social, una porción de tierra, un perdón judicial o favores. Por su parte, las metas categóricas,
hacen alusión a las demandas de un grupo o grupos de individuos, tales como un plan de pensión para una
confederación de trabajadores, el reconocimiento legal de una iglesia, un nuevo puente para un pueblo,
etc. El clásico sistema patrón-cliente se focalizaría exclusivamente en obtener metas particularistas,
mientras un sistema político basado en grupos de interés político estaría orientado primariamente a la
obtención de metas categóricas o políticas.
En cuanto a la naturaleza de la transacción, Valenzuela distingue entre a) transacciones
individualistas y, b) transacciones colectivas. Las transacciones individualistas involucran la movilización
de los recursos propios de un patrón o de un broker o de los recursos obtenidos a través del contacto con
otros (patrones o intermediarios). Se trata, por tanto, de transacciones estructuradas de forma ascendente, a
través de diversas instancias de intermediación en una jerarquía vertical. Por su parte, las transacciones
colectivas involucran interacciones horizontales entre grupos e instituciones que se perciben como iguales.
Este tipo de transacciones suele ubicarse en el escenario legislativo e involucran consideraciones
programáticas e ideológicas.
La intermediación política descrita por Valenzuela se distingue de la política patrón/cliente en que
involucra tanto metas particularistas como categóricas. Sin embargo, a diferencia de lo que sucedería en
un sistema basado en clases o grupos de interés, lo distintivo del sistema de brokerage descrito por
Valenzuela sería que ambos tipos de metas son satisfechas a través de transacciones individualistas o
“gauchás chicas” (Ibíd.).
Durante el período dictatorial, los partidos políticos fueron suprimidos al igual que los procesos
eleccionarios. No obstante, algunas prácticas llevadas a cabo por parte de ciertos grupos que participaban
del régimen militar, generaron lealtades capitalizables políticamente una vez retornada la democracia. El
ejemplo más claro al respecto se dio en el caso de los gremialistas92, que se ubicaron en puesto claves
dentro del gobierno, tales como la Secretaría Nacional de la Juventud (SNJ), la Oficina de Planificación
Nacional (ODEPLAN) y los gobiernos locales, instancias que jugaron un papel fundamental en la creación
de una red social y política vinculada a los sectores populares (Huneeus, 2001 y 2002). Al respecto,
Huneeus plantea que las autoridades locales designadas “(…) pudieron establecer relaciones políticas con
92
Movimiento que surge en la Pontificia Universidad Católica de Chile en el año 1966. Liderado por Jaime Guzmán Errázuriz,
buscaba enfrentar la creciente politización que experimentaba la Universidad, materializado en el proceso de Reforma
Universitaria (Joignant y Navia, 2003). Basándose en el principio de subsidiariedad, el gremialismo “planteaba un retroceso del
Estado y de las organizaciones que buscan obtener el poder político, los partidos, poniendo una barrera a la invasión de éstos en
todas las actividades nacionales” (Dittborn, 1993:82). Este movimiento se transforma en los años ’80 en el partido Unión
Demócrata Independiente (UDI).
51
los sectores populares, consiguiendo respaldo a los nuevos gobernantes y que servían de base al desarrollo
del “gremialismo”. Estos ediles obtuvieron sus cargos gracias a su trabajo anterior en la Secretaría de la
Juventud, en el contexto del cual desarrollaron una intensa labor de apoyo a las organizaciones sociales de
las correspondientes localidades, creando así bases de sustentación para su futuro nombramiento como
jefes comunales” (Huneeus, 2001: 20).
Si bien, en estricto rigor no es posible hablar de la existencia de un intercambio clientelista –dado
que los clientes no podían reciprocar con el voto los favores y bienes entregados – es importante señalar
que los bienes y servicios entregados de forma personalizada por agentes municipales o estatales sentaron
las bases para la creación de vínculos duraderos de reconocimiento, lealtad y confianza. Así, se fue
creando una red social que sirvió como base de apoyo al gobierno militar y, más tarde, fue el principal
sustento del trabajo poblacional realizado por el partido Unión Demócrata Independiente. Muchos de los
brokers con los que este partido cuenta hoy a nivel territorial, fueron captados y formados durante el
gobierno militar (Arriagada, 2008).
IV.1.2. Los cambios experimentados con el retorno a la democracia.
A pesar de que el retorno a la democracia trajo consigo la reactivación de la vida partidaria y, por
supuesto, de las elecciones, los estudios sobre el clientelismo son escasos hasta comienzos del año 2000.
Estos estudios van a coincidir con los pioneros hallazgos de Valenzuela en cuanto a la relevancia de los
mediadores políticos, tanto en redes clientelares que sustentan liderazgos neopopulistas (Barozet, 2004 y
2005), como forma de intermediación de los partidos políticos en las zonas rurales (Durston, 2005) o bien,
para conectar agentes de espacios sociales diversos en las esferas locales (Espinoza, 2006). Para Barozet
(2005), si bien es posible establecer la presencia de caudillos políticos con tintes neopopulistas en los
espacios locales, son los entes mediadores (y no sólo el carisma de los líderes) los que dan un soporte
fundamental a las relaciones que aquellos establecen con las bases. En dichos contextos, son las
organizaciones sociales las que desempeñan el rol de intermediarios entre los líderes políticos y los
sectores populares. A través de estas redes fluyen los recursos públicos, en función de relaciones
personalizadas y sin la participación de los partidos políticos, como sucedió en épocas anteriores y como
sucede en otros países de la región (Ibíd.). Por su parte, Durston (2005) plantea que el clientelismo es un
elemento que incide enormemente en la aplicación de los programas, proyectos y concursos de desarrollo
rural y es determinante en la participación de las comunidades campesinas en los espacios locales rurales.
Al igual que Barozet, este autor señala que el reparto clientelar pasa más por organizaciones sociales
(organizaciones de campesinos micro-locales) que por mediadores de los partidos políticos (Durston,
2005). De esta forma, a diferencia de lo que observó Valenzuela en los años ’60, hoy en día el rol de los
52
partidos políticos en la mediación clientelar parece ser mucho menos determinante. A pesar de esto, la
vinculación no habría perdido su carácter político. Como señala Barozet: “(…) el clientelismo ya no
existiría bajo la forma tradicional de un vínculo masivo entre clases populares mayoritarias y partidos
políticos. Sin embargo, las redes clientelares siguen operando en los sectores populares de más escasos
recursos por otras vías, igualmente políticas, aunque la conexión partidista no sea la superestructura
visible en todos los casos, sino más bien organizaciones de base” (Barozet, 2004:212).
En los últimos años, se ha renovado interés por el tema del clientelismo político, debido al énfasis
puesto por la oposición en el intervencionismo electoral del gobierno93 y al conocimiento público de actos
de corrupción y cohecho94. Sin embargo, el debate público sobre el tema no ha estado exento de
consideraciones ideológicas y reduccionistas que más bien impiden dilucidar las distintas aristas de un
fenómeno complejo. Esto nos lleva a insistir en la urgencia por investigar la forma concreta en que este
tipo de relaciones ocurre y cómo son vividas y percibidas por los actores involucrados. Cabe destacar que,
desde la ciencia política, se están llevando a cabo importantes estudios que buscan abordar el fenómeno
desde una perspectiva más general, utilizando la información cuantitativa disponible y buscando
establecer comparaciones con otros países latinoamericanos95. Debido al enfoque utilizado, estos estudios
no logran dar cuenta de la manera en la que funciona el clientelismo en contextos particulares.
Tomando en cuenta lo anterior, cabe preguntarse ¿cómo es la estructura actual de las redes
clientelares que articulan a autoridades locales y bases sociales en la comuna de Santiago?, ¿quiénes son
los actores que la conforman? y ¿cuáles son sus roles?
93
El intervencionismo electoral puede ser entendido como la utilización del aparato estatal (ya sean ministerios, subsecretarías,
gobiernos regionales, municipalidades, etc.) en beneficio electoral del partido o coalición gobernante. Acerca de este fenómeno y
su relación con el clientelismo político, desde la perspectiva de la coalición de derecha, ver García, J. y Guzmán, I. (2007)
“Intervencionismo y garantías electorales”. Libertad y Desarrollo. Serie Informe Político N° 103. Disponible en el siguiente
enlace: www.lyd.org/lyd/controls/neochannels/neo_ch3800/deploy/sip-103-intervencionismo%20y%20garantias%20electoralesjfgarcia%20e%20iillanes-septiembre2007.pdf
94
Un caso emblemático fue el denominado “empleos brujos”, donde se utilizaron los puestos disponibles de los Planes Generales
de Empleo (PGE) para contratar a personas que trabajarían en las campañas parlamentarias del año 2005 en la V Región (Ver
http://www.lanacion.cl/prontus_noticias/site/artic/20060926/pags/20060926211726.html). También han salido a la luz pública
diversos problemas en gestiones alcaldicias tanto de la Alianza como de la Concertación. Al respecto, algunos casos de fraude al
fisco y de cohecho han pasado a manos de la justicia, estableciendo duras sanciones penales a los ediles. Dos de los casos más
mediáticos ocurrieron en el norte del Chile: el de la alcaldesa de la comuna de Camarones Silvia Salgado (DC) – quien finalmente
fue absuelta el año 2007 de los cargos que se le imputaban (http://diario.elmercurio.cl/detalle/index.asp?id={e7048f47-ef58-492cba71-b50f7fc1ffc0})– y el del ex alcalde de Iquique Jorge Soria (http://www.elmostrador.cl/index.php?/noticias/articulo/porfraude-al-fisco-y-cohecho-condenan-a-ex-alcalde-soria). Sobre las redes clientelares que sustentan el liderazgo de Soria ver los
trabajos de Emmanuelle Barozet (2003, 2004 y 2005).
95
Cabe destacar los estudios realizados por Juan Pablo Luna (2008) y por Ernesto Calvo y Victoria Murillo (2007 y 2009). Estos
autores, influidos por la discusión en la literatura norteamericana más reciente sobre el tema, han indagado en los vínculos no
programáticos entre partidos políticos y votantes.
53
IV.2 . La e structura actual de las re de s clie nte lare s e n Santiago.
Las relaciones entre autoridades municipales y bases sociales en la comuna de Santiago están lejos
de corresponder a una estructura patrón/cliente propia de los vínculos clientelares tradicionales. Si bien en
Chile es posible encontrar patrones políticos o caudillos a nivel local, encarnados por parlamentarios o por
alcaldes, en la comuna estudiada la alta rotación de alcaldes, la existencia de una orgánica municipal con
funciones bien delimitadas y la cercanía con las agencias burocráticas gubernamentales, entre otros
aspectos, ponen serias trabas al establecimiento de este tipo de relaciones de dependencia. Sin embargo, es
posible observar una importante presencia de intermediarios o brokers políticos, tanto dentro como fuera
de la estructura municipal. Estos intermediarios – que pueden ser concejales, militantes de partidos,
funcionarios municipales o dirigentes sociales – conectan a las bases sociales con el gobierno local,
instrumentalizando los canales formales existentes o generando vinculaciones “por fuera” de éstos. Así,
gestionan la solución de problemas específicos a través de las redes sociales que han logrado construir en
la comuna y que son instrumentalizadas para obtener el apoyo político necesario, especialmente en
tiempos electorales.
IV.2.1. La intermediación política partidista. Entre la estructura formal de los partidos y los vínculos
personalizados de mediación política.
Partiendo por la revisión del funcionamiento local de los partidos, hemos evidenciado que, en
Santiago, es posible encontrar unidades partidarias comunales que poseen un carácter formalizado, en
tanto cuentan con sedes y realizan elecciones de sus directivas de acuerdo a los estatutos. Sin embargo,
estas unidades comunales cobijan una escasa participación de los militantes, generan pocas actividades
durante el año y, tienen una penetración muy baja en las bases sociales. Como señala un militante
socialista:
“ (…) en general los partidos se vinculan poco, porque ahí hay un problema de los partidos, estos
se preocupan poco de la política concreta, del trabajo cotidiano, a veces están más interesados en
los temas más generales en la política qué sé yo, no hay mucha vinculación”96.
En algunos partidos, como son el Partido Socialista y el Partido Demócrata Cristiano, el trabajo de
los militantes en tiempos anteriores o posteriores a las campañas se reduce a la participación – bastante
baja por cierto – en reuniones esporádicas, donde se analiza y debate la coyuntura nacional. En el caso de
la Unión Demócrata Independiente, en tanto, la directiva comunal trata de generar algunas actividades
96
Entrevista a José Robles, dirigente CESCO, ex concejal.
54
durante el año, tales como capacitaciones a sus dirigentes97. Otras actividades que realiza la estructura
comunal tienen que ver con la entrega de recursos, de valor material y/o simbólico, a personas vulnerables
o ciudadanos en general. Estas prácticas, más cercanas a un trabajo de asistencia social, tienen muy poca
periodicidad, dado que dependen de las ideas espontáneas de algún integrante de la directiva o de la
disponibilidad coyuntural de ciertos recursos. Tal como señala un miembro de la directiva local de la UDI:
“A veces surge tan simple como gente que…el tema de los lentes: llegó una persona que tenía –
no me acuerdo por qué razón – tenía esa necesidad altruista de ayudar, y que tenía harta
posibilidad de atender y entregar lentes para la presbicia, que sé yo, en forma gratuita, dijimos
‘chuta, qué hacemos, veamos qué comunas están más necesitadas y se puede hacer una cosa de
entrega’. O bien algo que inventé yo y que después me lo copiaron felizmente en otras partes, que
en épocas de no campaña, salir a las ferias a entregar cositas, por ejemplo en el día de la madre, un
poema con un chocolate, una cosa sencilla que te permite, que cumple algunos objetivos, por
ejemplo mantener gente en tus bases y como, por así decirlo’ una capacidad de alistamiento ‘ya
organicémonos, hagamos algo’, porque va entrando gente nueva y uno tienen que inventarse cosas
para encantar a estas personas que tienen necesidad de trabajar políticamente y a la vez con un
sentido social. Entonces se busca entregar en ese tipo de actividades, sino nos inventamos algo,
porque no podemos estar parados”98.
De esta manera, las unidades partidarias comunales suelen movilizarse más bien en momentos
inmediatamente anteriores a las elecciones municipales, parlamentarias y presidenciales. Dicha
movilización no tiene relación con los procesos de determinación de los candidatos más idóneos99, sino
más bien, con poner a disposición los recursos con los que cuenta el partido en el territorio, tales como la
infraestructura de las sedes, o el trabajo voluntario de algunos miembros de la militancia comunal. La baja
participación a nivel de estructuras locales es graficada por un concejal de la Concertación:
97
Entrevistas a: a) Conrado Isla, concejal Concertación (10/10/08); b) Miguel Aceituno, dirigente Juventud y candidato a concejal
DC (29/09/08) y; c) Loreto Guerra, dirigente comunal DC (04/12/08).
98
Entrevista a José Ignacio Artiza, miembro directiva distrital UDI, 15/04/09.
99
Aquí opera un marcado centralismo en la toma de decisiones. Las figuras más destacadas que son llevadas como candidatos a
alcalde y concejales en la comuna, generalmente, no son dirigentes que surgen del trabajo territorial, sino más bien figuras de
renombre nacional. Eso ocurre tanto en el caso de la UDI como de la DC y el PS. Al respecto un concejal señaló: “Claro, uno
puede estar tranquilo porque efectivamente uno puede mostrar las cosas que hizo, las cosas que uno trató de impulsar, pero, al fin
y al cabo, las decisiones partidarias pasan por otras cosas. Por los lotes internos del partido, fundamentalmente, si tú no tienes un
lote que te apoya al interior del partido no eres nadie, a no ser que tengas un buen apellido o seas hijo de, que no es el caso mío
por cierto. Pero si no es así, cuesta mucho ganarse el tema del prestigio y el respeto de tus pares” (Entrevista a Conrado Isla,
concejal Concertación, 10/10/08.). En la elección de los candidatos a concejales también interviene la cercanía con el candidato a
alcalde, pues muchas veces son éstos los que le piden a ciertos personeros que los “acompañen” en una eventual gestión.
55
“Cuesta mucho activar a un partido en esta comuna, donde fundamentalmente hay muchos
compañeros de avanzada edad. Esta vez yo creo que ha sido solamente porque soy concejal en
ejercicio, no tiene, no hay… lamentablemente en la mayoría de los partidos políticos no hay una
evaluación de gestión de los mandatarios. O sea nosotros hemos dado cuenta pública en el partido
a los militantes. Cuando dimos cuenta pública a los militantes, o sea, un padrón de 1.300
compañeros, en esa cuenta pública no había más de treinta personas. Entonces uno hace esfuerzos
para llegar a la base social y a la base militante y la gente tampoco muestra mucho interés”100.
Lo anterior trae consecuencias importantes que afectan la forma que adquieren las redes en la
comuna de Santiago. En primer lugar, debido a la brecha entre partidos y bases sociales, aquéllos, por sí
solos, no pueden articular a los distintos niveles de intermediación que existen entre autoridades y
ciudadanos. Este escenario es, como vimos más arriba, radicalmente distinto al descrito por Arturo
Valenzuela. Bajo estas condiciones, entonces, los militantes más activos se ven obligados a generar y
mantener vínculos informales (fuera de la estructura del partido) con otros intermediarios, que se
encuentran en posiciones superiores, iguales o inferiores, tales como las autoridades locales, los
funcionarios municipales y los dirigentes de organizaciones sociales de base. Así, la posibilidad de que las
estructuras partidarias comunales sean más o menos activas en el territorio está condicionada por la
eficiencia en la construcción y reproducción de tales redes informales. En términos simples: las redes
clientelares son vitales en la inserción comunal de los partidos, puesto que sin estas articulaciones
informales una de las sus principales metas, como es ganar elecciones, sería prácticamente imposible. Así
lo expresan las palabras de un ex candidato a diputado de la DC:
“(…) nosotros [en la DC] tenemos una alta cantidad de dirigentes sociales, que funciona no por
una orden del partido, al contrario, muchas veces trabajan al margen del partido, por eso te digo,
mira, Ravinet como alcalde fue un gran alcalde (…) él trabajó con una pata con el partido pero el
partido era insuficiente para todo eso, entonces creó una gran red social, esta cosa que es la que tú
mencionas, entonces de esa red, es donde la Ximena Lyon [ex concejala, esposa de Jaime
Ravinet], que trabajó al lado de su marido, es la que ella mantuvo esos vínculos y por eso se
explica que la Ximena haya sacado el 18% de los votos en la elección pasada y Gerardo Guzmán,
que es el presidente del partido aquí, sacó el 2%, ¿te fijas? O sea, hay una manera de relacionarse
en que son las dos patas en que la DC se mueve, una es el dirigente social se siente que es
100
Entrevista a Conrado Isla, concejal Concertación, 10/10/08.
56
postergado por el dirigente propiamente político del partido, y segundo quiere mantener su propio
espacio de independencia porque además es su espacio de legitimidad en el entorno”101.
A pesar de lo anterior, existen en la comuna algunos dirigentes políticos locales, que no poseen
cargos formales en el municipio ni en las organizaciones sociales, que operan como mediadores políticos
entre la ciudadanía y las autoridades de su partido. Ellos canalizan tanto demandas de individuos como de
otros mediadores – principalmente dirigentes sociales – destinadas hacia miembros de la estructura
municipal. Como plantea un dirigente comunal de la UDI:
“(…) siempre a nosotros nos ven como directiva, como partido, como un puente de plata, por así
decirlo, más cercana a la autoridad municipal, porque tenemos cercanía con los concejales, con el
alcalde (…) entonces ‘pucha sabe qué, mi señora tiene no sé qué enfermedad y pucha’, o a veces
llegan directamente, no han pasado siquiera por la municipalidad sino que tratamos de que
primero hagan el trámite lógico (…). No se trata de que uno sea el pituto, pero claro, si tienen
algún problema vienen a hablar conmigo, si no lo ayudaron con el tema de no sé po’ de los
remedios o alguna cosa que se requiera, pero desde que no sé po’, niños que quieren quedar en los
colegios. Usualmente es complicado eso porque todos quieren el [Instituto] Nacional y el
[Instituto] Nacional tiene su propia forma de hacer y uno les dice, ‘pucha lo siento pero en esta
cosa tienes que ceñirte a lo que pide el Instituto Nacional y uno no puede hacer mucho’. Ahora,
claro, si te estás quedando sin colegio y no tienes donde meterlo esa ya es otra historia digamos y
pucha y hablaremos con el concejal o con alguien que internamente que nosotros tengamos algún
conocido que nos pueda ayudar con eso digamos”102.
Como más adelante relata este dirigente, si los problemas que las personas le plantean no pueden
ser solucionados dentro del municipio, él recurre a su red de contactos personales, recurriendo
especialmente a otros militantes o dirigentes de su partido:
“Mi polola me dice ‘pero oye ¿tú eres asistente social o qué onda, bolsa de trabajo?’. Eso es lo que
más llega, sobre todo en esta época, o nos piden ‘oye, cuándo parten las campañas, porque ya
quiero, estoy sin pega’. En realidad tratamos, por lo menos en el caso personal mío, de entre los
contactos que uno pueda tener de amistad del mismo partido o de dirigentes, porque como te digo,
101
Entrevista a Ramón Hurtado, ex candidato a diputado DC, realizada por Emmanuelle Barozet en el marco del Proyecto Dicyt
de la Vicerrectoría de Investigación de la Universidad de Santiago, 2005 (“Instrumentalización de redes sociales y lógicas
electorales: comparación de elecciones municipales y parlamentarias chilenas (2000-2005)”, 15/11/05.
102
Entrevista a José Ignacio Artiza, miembro directiva distrital UDI, 15/04/09.
57
cortamos transversalmente a la sociedad hay gente que no sé po’ una señora es gerente de Puma,
otro señor tiene una microempresa, una oficina de contabilidad ‘oye, sabís que necesitas tú una
persona, porque mira este cabro que salió el colegio, que no tiene pega’, ‘ah, pucha, mándamelo,
déjame ver si acaso me sirve’, y uno va distribuyendo el curriculum, que sé yo…”103.
Otros agentes políticos vitales en la intermediación local son algunos funcionarios municipales.
Antes que todo, cabe señalar que la mayor parte de los informantes entrevistados durante esta
investigación coincidió en señalar que la estructura burocrática municipal de la comuna de Santiago
funciona de manera relativamente eficiente y transparente, siguiendo procedimientos estandarizados y
criterios mayoritariamente universalistas. Como señala Barozet, en esta comuna “existe un aparato
burocrático mucho más desarrollado, que lleva a un modelo de intermediación más difícil de desdibujar”
(Barozet, 2005: 383). De esta manera, a pesar de que existen funcionarios con una marcada filiación o
afinidad política, esto no generaría grandes sesgos en la atención a dirigentes y ciudadanos en general, ni
en la relación con las autoridades políticas.
Sin embargo, lo anterior no implica que el trato entre funcionarios y otros agentes locales sólo
responda a lógicas racionalizadas y universalistas. Estas formas de vinculación conviven con relaciones
informales y personalizadas de mediación que son instrumentalizadas políticamente. Estas relaciones se
construyen a través del tiempo, a partir del trabajo conjunto en la solución de determinados problemas y
dónde las cercanías políticas juegan un rol fundamental. Al respecto, un ex concejal señaló que, para
poder cumplir esas labores “informales” a las que hacíamos alusión anteriormente, la construcción de una
“red de relaciones” con los funcionarios municipales era fundamental:
“(…) pero ahí depende mucho, es clave la red que uno tenga. Se tiende a respetar mucho en el
caso de los concejales, porqué en los concejales, bueno y en Santiago hay una tradición, a los
funcionarios no les gusta ser criticados por el concejo, entonces ellos tiene una cierta
preocupación de que los concejales no se enojen con ellos, tener una buena relación, por lo menos
en Santiago. Entonces uno tiene posibilidades de hacer cosas, de pedir, de hacer gestión y por lo
general reciben buenas respuestas, salvo cuando es un tema muy duro, pero en general resulta.
(…) Obviamente, de repente, más bien notas diferencias por el lado del favoritismo, a lo mejor un
director puede favorecer un poco más a las personas que están más cerca de su posición política,
pero tampoco es una cosa tan grosera, siempre se trata de mantener ciertos equilibrios porque si no
uno reclama. Como te digo en el caso de Santiago es distinto, es muy institucional, se pueden
103
Ibíd.
58
hacer muchas cosas, pero para eso tú tienes que haber abierto esta cuestión, tienes que tener una
red con el municipio, hay que estar con los distintos departamentos, conocerlos, tratarlos bien, no
pelear con ellos, eso depende del trabajo que uno haga”104.
El nivel de cercanía en la relación con ciertos funcionaros claves también puede ser vital para los
dirigentes sociales, dado que muchas de las gestiones que ellos realizan para solucionar problemas de los
vecinos pasan por las oficinas municipales. De esta manera, los lazos van desde la camaradería y el
reconocimiento – que puede incluir un cierto grado de estima – por los años de conocimiento y de trabajo
conjunto entre funcionarios y dirigentes, hasta la instrumentalización política de las relaciones. En el
primer caso, las relaciones traspasan la “frialdad burocrática”, en tanto involucran conversaciones
cotidianas o demostraciones de respeto y afecto entre personas que se conocen y se reconocen como
actores claves en la vida local. En el segundo caso, en tanto, las relaciones existentes se basan en el
intercambio recíproco de favores y apoyo político, haciendo que los funcionarios incidan en el
otorgamiento de mayores beneficios hacia aquellos dirigentes que les son afines políticamente y que, por
tanto, pertenecen a una misma red clientelar. En este nivel, los favoritismos se pueden traducir en “tráfico
de influencias”105 en la asignación de beneficios, como en los recursos para realizar ciertas actividades o
en la asignación de fondos concursables. Al respecto, las acusaciones son cruzadas: los dirigentes de la
Concertación acusan a los funcionarios de la Alianza de poner cortapisas a sus proyectos y viceversa. Esto
se grafica en las palabras de dos presidentas de juntas de vecinos de tendencias opuestas:
“(…) los directores de servicio sí [favorecen a ciertos dirigentes] y persiguen a ciertos grupos, los
persigue (…). La directora [de un área importante del municipio, proclive a la Alianza], favorece
totalmente a las otras juntas de vecinos y a nosotros nada, en navidad les da dulces y nosotros
tenemos que buscar los recursos para darles a los niños, no nos da nada, el puro juguete y a la
[presidenta de la junta de vecinos contigua] le dan la fiesta y no sólo eso, directamente ella la
protege”106.
“(…) postulé [a un fondo concursable] y presenté un proyecto precioso, generalmente los fondos
no pasan de los ochocientos mil pesos, pero yo postulé al máximo por primera vez en dieciséis
años al de un millón doscientos treinta mil. El proyecto valía mucho más que eso, valía más de
104
Entrevista a José Robles, dirigente CESCO, ex concejal.
105
Entrevista a Paula Canales, concejala Juntos Podemos, 07/01/09.
106
Entrevista a Tania Espinoza, Pdta. Junta de Vecinos, 10/12/08.
59
cinco millones y medio, pero yo por aquí por allá tenía conseguida la diferencia, lo que me
importaba era que la municipalidad me diera su apoyo y ese millón y medio digamos y lo presenté
y este fresco de [un funcionario del departamento de gestión comunitaria militante de la DC], que
era él quien elegía (…) me lo rebajó de este millón trescientos a seiscientos mil pesos. Sabes que
se lo devolví, no acepto limosnas en ningún caso (…). Así que se los devolví y le manifesté al
señor este que se los metiera donde mejor le cupiera, porque no sabes la indignación que me dio
(…). Entonces no sé si funciona el tema del pituto, pero sí la simpatía o la tendencia política eso
sí”107.
Además de los funcionarios que trabajan en departamentos claves del municipio, existen otros
empleados municipales que desempeñan un rol político más evidente y que son fundamentales en la
continuidad de los vínculos que sustentan las redes clientelares, en la comuna de Santiago. Se trata de los
secretarios y los/as asistentes de concejales108, figuras que, en algunos casos, trascienden a la gestión de un
concejal en particular, siendo los nexos fundamentales en la vinculación de las bases sociales con las
autoridades. Su nivel de conocimiento de la realidad comunal y las relaciones que han tejido con los
agentes locales son claves en momentos de campaña política, especialmente en la presentación de
candidatos nuevos, direccionando hacia ellos el cumplimiento de la reciprocidad de los favores entregados
históricamente, a través del voto. Al respecto, un concejal de la Alianza que se presentaba por primera vez
en Santiago, señala la importancia de la trayectoria de su asistente en la comuna:
“Pasa mucho que los equipos se mantienen y cambia la autoridad. Mi asistente es mucho más
conocida que yo en la comuna, la saluda desde el perro hasta todo el mundo, en todas las ferias la
conocen, en todas partes, porque trabajó primero como jefe de gabinete de Alberto Cardemil,
después de mi hermano [ex concejal por Santiago] y después mío. Tiene un conocimiento de los
barrios de las calles, es un mapa andante, además de todas las habilidades sociales…”109.
Una vez que los candidatos se transforman en autoridades, la función de estos nodos consiste en
“introducir [a los concejales] al municipio y ayudarlos en su relación con las organizaciones sociales:
acercarlos a las organizaciones, potenciar su nombre dentro de las organizaciones, generarles un diseño de
107
Entrevista a Miriam Bañados, Pdta. Junta Vecinos, 09/01/09.
108
En la municipalidad de Santiago todos los concejales cuentan con, al menos una secretaria y un asistente, que forman parte del
personal del municipio. Algunos de ellos son funcionarios de planta y otros son funcionarios a contrata.
109
Entrevista a Alberto Errázuriz, concejal Alianza, 17/04/09.
60
cómo llegar a las organizaciones eso, así en macro líneas”110. De esta manera, son actores centrales en la
renovación de las relaciones de intercambio simbólico, en tanto son los que garantizan la existencia previa
de vinculaciones y la confiabilidad en la reproducción futura de éstas.
A pesar del nivel de rotación que presentan en la comuna de Santiago, los concejales también son
intermediarios políticos importantes a nivel local, en tanto agentes de un partido político que buscan
capitalizar su labor hacia su organización o hacia la coalición a la que pertenecen. Este rol como agente de
un partido político, y la articulación con los otros intermediarios de su orgánica política que operan en la
comuna, se hacen más visibles en momentos de campaña electoral. Lo anterior se expresa en las palabras
de una militante DC. Al ser consultada por la relación entre la estructura comunal de su partido y el
trabajo de los concejales, señaló:
“Son dos carriles paralelos, que el cruce se da cuando hay campaña. Pero el concejal, se entiende,
que está haciendo testimonio de un proyecto humanista cristiano en la comuna. Y en las
elecciones se juntan, ¿ya?, y ahí en las elecciones cuando se juntan trabajan en apoyo los
militantes con el candidato que vaya, pero después vuelven a abrirse y cada uno hace su pega. La
persona tiene que hacer…entonces la verdad es que sólo se reúne ahí, y después se separan de
nuevo, y el concejal tiene que volver a su labor propia: representación de la comunidad que lo
sacó electo”111.
En tanto intermediarios políticos locales, los concejales no sólo se encargan de los asuntos propios
de su labor como autoridades112, sino que también realizan transacciones particulares para solucionar
problemáticas específicas de sus “clientes”. Al igual que en el caso de los dirigentes de partido, ellos
pueden recurrir tanto a la estructura municipal como a agentes externos que les provean los recursos
necesarios para satisfacer las demandas. La mayoría de las solicitudes que reciben los concejales – y sus
asistentes – dicen relación con la realización de trámites dentro del municipio o en otras agencias estatales.
En estos casos los concejales y sus equipos asesores orientan a las personas sobre los pasos que deben
seguir e interceden por ellos ante otras reparticiones, de forma telefónica o presencial. Así lo relata una
asistente de concejales de la Concertación:
110
Entrevista a Isidora Fuentes, asistente de concejales de la Concertación, 11/12/08
111
Ibíd.
112
La tarea principal de los concejales es “fiscalizar el cumplimiento de los planes y programas de inversión municipal y la
ejecución del presupuesto, pronunciarse sobre el plan comunal de desarrollo, y hacer efectiva la participación de la comunidad
local, entre otras funciones”. http://www.bcn.cl/guias/elecciones-municipales
61
“Yo creo que la oficina de concejales para la ciudadanía son como ocho OIRS, o sea, ocho
oficinas de informaciones, reclamos y sugerencias. Si les fue mal, te vienen a denunciar ‘mire, yo
fui al departamento tanto, me atendió la señorita tanto, me trató pésimo’, ‘sabe que yo fui y hace
tres semanas me tienen esperando con mi tema’. Entonces, lo que uno hace, las gestiones, ‘¿qué
pasó con el caso de la señora?’ y uno empieza a ser como el embajador de la persona frente a ese
departamento, fundamentalmente eso, si en el fondo un concejal es el puente entre la comunidad.
Sí nosotros, a todo el mundo, por fe al sistema, le decimos: ‘usted vaya, como cualquier ciudadano
y haga el trámite, ingrese los documentos y nos diga cuanto fue el plazo, si usted nos dice cinco
días, eso es lo que se demora el trámite, no espere a que nosotros se lo vamos a sacar en
veinticuatro horas porque no existe esa posibilidad. Pero si usted me dice mire sabe que llevo un
mes, evidentemente eso se aleja absolutamente de todo lo que pudiese ser apto para darle
cumplimiento al ciudadano’. Entonces ahí entramos a batallar nosotros de repente, gente que hay,
directores que les cuesta tomar decisiones porque son decisiones muy complejas, hay que estar
presionando, apurando peticiones que de repente son muy demorosas y engorrosas, porque no
dependen sólo del municipio, sino que dependen de organismos externos al municipio”113.
Un concejal de la Alianza plantea algo similar, como parte de sus tareas cotidianas. Al ser
consultado por la forma en que da solución a las problemáticas que le plantean los ciudadanos que se
acercan a solicitarle ayuda, él respondió:
“(…) trato de explicarles de quien es la responsabilidad, pero les explico también que si ellos van
solos probablemente ni los reciban, entonces trato de acompañarlos mucho. He acompañado gente
a ver al presidente del Metro, para ver una estación que no se abre, he acompañado a gente donde
el alcalde, donde el intendente, porque para mí es más fácil que me den la audiencia y que los
escuchen”114.
En otras ocasiones, los concejales no sólo hacen gestiones o “presionan” a la burocracia municipal
o estatal, sino que dentro de sus funciones informales, reparten recursos materiales para solucionar
necesidades puntuales. En estos casos, al igual que los intermediarios de partidos políticos, ellos no son
los proveedores de recursos, sino que son sólo los canalizadores. Una concejala de la Alianza relata una de
estas actividades, en la que consiguió y entregó regalos navideños a unos doscientos niños de la comuna:
113
Entrevista a Isidora Fuentes, asistente de concejales de la Concertación, 11/12/08
114
Entrevista a Alberto Errázuriz, concejal Alianza, 17/04/09.
62
“(…) en navidad me pasó que nos solicitaban juguetes, hay niños en esta comuna que por distintos
motivos no tenían acceso a las juntas de vecinos (…) habían grupos de personas que cuentan con
varios niños y no tenían juguetes para la navidad, entonces imagínate lo triste que es para una mamá,
una familia, no poder darle ningún juguete a sus hijos. Llegaron acá muchas peticiones, me contacté
con algunas empresas que generosamente nos regalaron juguetes, nos los donaron y para mí fue muy
gratificante poder ir y saludar y llevarle los juguetes a estas personas, ¡hubieras visto sus caras!, ¡cómo
estaban de felices y contentos! O sea si no hubiéramos hecho esa gestión, que a lo mejor para mí no
era gran cosa, pero para ellos era un imposible, una muralla imposible de saltar, para ellos no hubieran
tenido juguetes (…) Esas son, a lo mejor no es parte de nuestra función legal como concejales, pero
creo que si uno está en esto es para ayudar, y en definitiva lo pudimos hacer y yo estoy sumamente
feliz de haberlos ayudado, cosas así como esas hacemos casi todas las semanas y son la final del día o
de la semana o del mes lo que a ti te permite decir qué bien, qué bueno que uno está aquí porque uno
puede ayudar”115.
Así, aunque los concejales de la comuna de Santiago invierten parte importante de su tiempo es
desempeñar su “rol legal”, también funcionan como agentes intermediarios que buscan satisfacer
demandas a través de transacciones personalizadas. Por tanto, son parte fundamental en la articulación de
las redes clientelares en la comuna. Cabe señalar que, sin embargo, no todos los ciudadanos recurren
directamente a ellos, sino que suelen pasar antes por otras instancias de intermediación, mucho más
cercanas y arraigadas en la comunidad como son las organizaciones sociales de base. Esto es
especialmente cierto en Santiago, donde, como ya hemos señalado, el nivel de recambio de las autoridades
locales es bastante alto.
IV.2.2. Los nuevos actores de la mediación política: organizaciones y dirigentes sociales.
En los años ’90, el nivel de penetración de los partidos en la dirigencia social era bastante alto.
Durante el proceso de democratización de las organizaciones sociales y la promoción a la asociatividad
impulsados por Jaime Ravinet, muchos militantes recibieron el mandato de presentarse a elecciones de las
directivas de organizaciones tales como las juntas de vecinos116. Como señala un dirigente actual de la
Unión Comunal:
115
Entrevista a Laura Correa, concejala Alianza, 14/01/09.
116
“En esa época bien marcada políticamente, ya se había hecho el plebiscito y los partidos políticos habían dado órdenes a sus
dirigentes que se postularan como dirigentes vecinales, como una estrategia a la democracia”. Entrevista a Héctor Oyarzo,
Dirigente Unión Comunal de Clubes de Adulto Mayor, 22/12/08.
63
“Todos los dirigentes los ponían los partidos. En estos cargos de dirigentes de la unión comunal,
el partido tanto daba uno, el partido tanto daba el otro, el partido tanto decidía quien era el
presidente, algo que no corresponde, eso se estilaba mucho eso. A la primera reunión que vine me
defraudó, todos ya sabían quién iba a ser el presidente porque el partido había mandado por quien
tenían que votar, habían como tres o cuatro partidos que tenían su feudo”117.
Al amparo de la gestión alcaldicia, durante los ’90, la DC era uno de los partidos con mayor
cantidad de dirigentes sociales en la base. Si bien, algunos ejercían el trabajo político de forma soterrada,
otros no tenían problemas en hacer un uso abiertamente proselitista de sus cargos, operando como
auténticos “punteros políticos”
118
(Auyero, 2001). Un caso ilustrativo ocurría en la Unión Comunal de
Adulto Mayor que, en la práctica, funcionaba en la oficina de un parlamentario DC a cargo de una
dirigente de ese partido119. Como la propia dirigente reconoce:
“(…) trabajé en la casa parlamentaria de Enrique Krauss, cuando fue diputado por Santiago. Ahí
yo trabajaba en forma política, pero a la vez exigía a la diputación la integración para conseguir
los beneficios para el adulto mayor. He utilizado la política para conseguir lo que es la política en
sí. La política tiene que estar al servicio de la gente y no al servicio de uno y eso es lo que
hecho”120.
Con los sucesivos triunfos de la Alianza, el partido democratacristiano experimentó “una baja
importante a nivel de presidentes de juntas de vecinos, por el mismo hecho que los militantes no están
cercanos a la gente y los dirigentes tampoco”121, al tiempo que fue creciendo la inserción territorial de la
coalición de derecha, particularmente de la UDI. Este partido logró atraer a sus filas a algunos dirigentes
117
Entrevista a Juan Cáceres (pro Alianza), Dirigente Unión Comunal de Juntas de Vecinos, 13/01/09.
118
Los punteros políticos son intermediarios que forman parte de un partido político y que desempeñan su labor con una
pretensión política explícita (Durston, 2005). En Argentina se le llama punteros o referentes a los mediadores del Partido
Justicialista que trabajan en los barrios pobres (Auyero, 2001).
119
Un actual dirigente de esa Unión Comunal, militante DC, señaló que este hecho puso serias trabas al trabajo entre la oficina
municipal del Adulto Mayor y la Unión Comunal, durante las gestiones de la Alianza. Así lo plantea “nosotros hasta
prácticamente al año pasado, nosotros éramos aparte del vínculo de la secretaría del adulto mayor, siempre y a pesar que la
secretaría apadrinó la creación de esta unión comunal, llegó un momento en que se desvinculó. El tema es que una vez
conversando encontré razón, ellos manifestaron que la unión comunal se había politizado mucho y efectivamente era así, estaban
con una tendencia muy clara, muy definida en el tema y eso es fatal, cuando se mete la política o la religión dentro de una
organización”. Entrevista a Héctor Oyarzo, Dirigente Unión Comunal de Clubes de Adulto Mayor, 22/12/08.
120
Entrevista a Ana Gutiérrez (DC), Dirigenta Unión Comunal Adultos Mayores, 09/01/09.
121
Entrevista a dirigente Loreto Guerra, dirigente comunal DC, jefa de campaña de candidato a concejal DC, 04/12/08.
64
sociales122, pudo captar simpatías de otros que eran independientes y levantar liderazgos nuevos entre
personas más proclives a sus ideas123. Este último proceso se generó a través del impulso a los comités de
seguridad y prevención:
“Como fue una organización nueva, que no existía antes se fue dando…no es que uno lo haya
buscado manipular o generar de esa forma, pero con el tinte político que tenía Joaquín Lavín, con
la perspectiva y proyección nacional que tenía. O sea, si tú te acercai a él y le aceptas ‘mira, oye,
armemos tal cosa’, sabes más o menos que este señor es proclive a cierta tendencia, entonces se
iban acercando o eran más proclives a hacer este tipo de cosas, la gente que era más cercana a
nosotros (…) Surgió como necesidad de crear los comités de seguridad, porque además las juntas
de vecinos, cuando asumió Joaquín Lavín, por lo mismo que te comenté, muchas en ese instante
estaban cercanas a la gestión que había hecho Ravinet, entonces dejó sus dirigentes, su gente
puesta ahí, entonces no se podía trabajar los temas sociales y de seguridad con ellos”124.
A pesar de la penetración territorial de la UDI, la visión generalizada de nuestros entrevistados
indica que, en la actualidad, los partidos políticos tienen escasa presencia en la vida comunitaria local. De
este modo, otras instancias de intermediación han ido adquiriendo mayor protagonismo en la articulación
entre autoridades y bases sociales. Como plantean los hallazgos de Emmanuelle Barozet (2005), en la
comuna de Santiago son las organizaciones sociales de base las que de alguna manera reemplazan el rol de
los partidos en la mediación política destinada a solucionar problemas de los ciudadanos, principalmente
de los sectores más vulnerables de la población. Las organizaciones sociales, “además de conformar
espacios de sociabilidad propia, entran en contacto con distintas instituciones, en particular para obtener
beneficios que luego reparten a sus miembros” (Barozet, 2007: 372). Como señala la autora –y como
vimos en el tercer capítulo– algunas organizaciones sociales de base, como las juntas de vecinos y los
comités de seguridad, cumplieron roles protagónicos en la intermediación laboral durante la gestión de
Joaquín Lavín. Por otra parte, las juntas de vecinos son vehículos de acceso a una variedad de recursos
provistos por el municipio, tales como útiles escolares, regalos de navidad, cajas de mercadería, descuento
en piscinas, entradas al parque de entretenciones de la comuna, prestaciones funerarias, etc. Otras
organizaciones, además de aquellas, pueden optar a otros beneficios municipales tales como arriendo de
buses y el financiamiento obtenido a través de los fondos concursables.
122
El caso emblemático se da en el caso de un ex militante DC que es expulsado de su partido tras apoyar a Joaquín Lavín en las
elecciones presidenciales de 1999. Más tarde se convierte en militante UDI sumándose incluso a la directiva distrital.
123
Entrevista a José Ignacio Artiza, miembro directiva distrital UDI, 15/04/09.
124
Ibíd.
65
La creciente importancia del rol mediador de las organizaciones sociales, sumado al escaso
recambio de las directivas, ha transformado a los dirigentes de base en nodos centrales en la articulación
entre municipio y ciudadanía. Al respecto, Emmanuelle Barozet señala que “los intermediarios de
Santiago son los dirigentes de las organizaciones locales, quienes trabajan en coordinación con los
funcionarios municipales” (Barozet, 2005: 385). Dada su amplia trayectoria de trabajo comunitario, ellos
suelen personalizar la entrega de recursos que pasan por las organizaciones que dirigen.
Además de las prestaciones mencionadas, que son de igual acceso para todas las organizaciones,
parte importante del rol intermediario de los dirigentes pasa por la realización de gestiones individuales en
el municipio tendientes a solucionar problemas particulares de los vecinos de su territorio. Esta labor no
está contemplada dentro de sus atribuciones legales125, por tanto su ejecución no se realiza a través de los
canales establecidos, sino más bien recurriendo a la relación directa que mantienen con algunos agentes
municipales, como son las autoridades (alcalde y concejales) o con funcionarios. Sobre esto, un ex
concejal señala: “lo que yo he notado en el poco tiempo que llevo, es que existe un grupo de dirigentes
que son como gestionadores de beneficios y ellos tienen instalada en la población la sensación de que para
obtener un beneficio hay que tener un pituto, ser amigo de un concejal, o del director de algún área y ellos
tienen esa, ese contacto, entonces finalmente hay personas que uno aquí encuentra dentro del municipio
que están dando vueltas en las oficinas permanentemente, gestionando permisos y cosas para terceros y
son ahí eso ha pasado a ser como una profesión de gerentes de permisos de ventas, de fondos
concursables, de cuanta cosa, beneficios que a uno se le ocurra”126.
Algunos dirigentes sociales, a menudo los que son políticamente proclives a la gestión de turno,
tienen una relación directa con el alcalde, lo que les permite gestionar asuntos sin intermediación de otros
agentes. Una dirigente social militante de un partido de la Alianza, señala al respecto:
125
Según el Artículo 42 de la ley 19418 “Las juntas de vecinos tienen por objetivo promover la integración, la participación y el
desarrollo de los habitantes de la unidad vecinal. En particular, les corresponderá: 1.- Representar a los vecinos ante cualesquiera
autoridades, instituciones o personas para celebrar o realizar actos, contratos, convenios o gestiones conducentes al desarrollo
integral de la unidad vecinal. 2.- Aportar elementos de juicio y proposiciones que sirvan de base a las decisiones municipales. 3.Gestionar la solución de los asuntos o problemas que afecten a la unidad vecinal, representando las inquietudes e intereses de sus
miembros en estas materias, a través de los mecanismos que la ley establezca. 4.- Colaborar con las autoridades comunales, y en
particular con las jefaturas de los servicios públicos, en la satisfacción y cautela de los intereses y necesidades básicas de la
comunidad vecinal. 5.- Ejecutar, en el ámbito de la unidad vecinal, las iniciativas y obras que crean convenientes, previa
información oportuna de la autoridad, de acuerdo con las leyes, reglamentos y ordenanzas correspondientes. 6.- Ejercer el derecho
a una plena información sobre los programas y actividades municipales y de servicios públicos que afecten a su comunidad
vecinal. 7.- Proponer programas y colaborar con las autoridades en las iniciativas tendientes a la protección del medio ambiente de
la comuna y, en especial, de la unidad vecinal”.
126
Entrevista a Rodrigo Pérez, ex concejal Concertación, 25/01/05. Proyecto Fondecyt 1030243.
66
“(…) cuando tengo un problema más serio voy directo al alcalde, lo mejor es ir a la cabeza, si no
te empiezan a tramitar, tú sabes que la burocracia es la reina de las oficinas públicas”127.
Debido a que el alcalde muchas veces es un personaje poco asequible para muchos dirigentes, las
oficinas de concejales se transforman en importantes fuentes de reclamos o búsqueda de información,
servicios y recursos. De esta forma, un concejal concertacionista nos señalaba:
“[En los dirigentes] es una práctica instalada, la del clientelismo. Lo ven como normal…o sea,
olvídate, a nosotros nos piden premios para rifas, nos piden plata… Todas esas cosas son bastante
habituales, entonces eso ya como es parte de lo cotidiano”128.
Una funcionaria que trabaja como asistente de concejales complementa la descripción de estas
prácticas:
“Todos los dirigentes sociales buscan en los concejales un apoyo a su gestión, todos, y es parte de
su gestión, o sea, van a la oficina del diputado, van a la oficina del senador correspondiente, les
tratan de sacar, si es que hay un niño enfermo, un regalo para un bingo, para ayudarlo a comprar
los remedios; los comités de vivienda se organizan, que les faltaron no sé cuantos fondos para las
libreta de vivienda de dos señoras, y hacen bingos y les piden regalos, sino que les compren
entradas o si no que vayas a la peña que organizaron, es parte de la gestión”129.
Los dirigentes también se contactan con otros intermediarios locales dentro de la estructura
municipal, como es el caso de funcionarios claves que llevan años de desempeño en el gobierno local.
Estas relaciones pueden fundarse en el conocimiento y reconocimiento mutuos, dado que son ambos los
agentes mediadores que tienen más continuidad de trabajo en la comuna de Santiago. Esto se produce a
través de un proceso en el que los dirigentes se van interiorizando en el funcionamiento informal de la
estructura municipal, como señaló un ex concejal:
“(…) porque ellos también aprenden de estas cosas y también empiezan a meterse al municipio y
conocen qué hay que hacer, cómo hacer ciertos trámites y van conociendo a los funcionarios,
entonces los buenos dirigentes son personas capaces de hacer muchas cosas, porque se abren
127
Entrevista a Miriam Bañados, Pdta. Junta Vecinos, 09/01/09.
128
Entrevista a Conrado Isla, concejal Concertación, 10/10/08.
129
Entrevista a Isidora Fuentes, asistente de concejales de la Concertación, 11/12/08.
67
espacios, se llevan bien, abren vinculaciones con la gente de obras, ellos pueden hacer esa gestión.
Tú vas construyendo redes de vinculación que te permiten hacer tareas”130.
Ratificando lo anterior, un dirigente planteaba:
“[Para resolver ciertos problemas urgentes de los vecinos me contacto directamente] con las
asistentes sociales o el [funcionario]131 que está a cargo de Vivienda y esas cosas, emergencias.
Tienen un teléfono y llamo y como me conocen, soluciono problemas de los vecinos”132.
Cuando no es posible establecer estas relaciones directas con las autoridades o los funcionarios
municipales, los dirigentes recurren a otros brokers locales como son los dirigentes comunales de los
partidos, quienes intentan conectarlos con los agentes de la estructura municipal que se requiera. Como
grafica un miembro de la directiva comunal de la UDI:
“En el día a día, nosotros recibimos muchas veces peticiones de los dirigentes sociales ‘oiga sabe
qué, tengo un problema con la sede, tengo un problema con la calle, por A, B,C, no me toman
suficientemente en cuenta los funcionarios municipales y tratan de llegar por la vía política, que es
juntarse con nosotros o directamente al concejal y si no han llegado por ahí nosotros lo acercamos
al concejal, al alcalde, al jefe de gabinete y tratamos de canalizar hacia arriba, traspasando un tema
que por alguna razón de repente algún funcionario que se le ocurrió que no, que trata de atornillar
un poco al revés, pone cortapisas a los vecinos, y tratamos de salvar esas distancias”133.
Según hemos observado, la articulación dirigente social/dirigente partidario/estructura municipal,
es más bien escasa y se considera casi como la “última instancia”, dado que la mayor parte de los
dirigentes sociales más activos de Santiago tiene llegada directa con algún concejal (o con sus asistentes)
o, en el caso de algunos pocos, con el propio alcalde.
El rol de intermediación desempeñado por los dirigentes sociales los convierte en focos
prioritarios para los partidos políticos. Éstos se empeñan en captarlos como militantes, con el fin de tener
un mayor control sobre el territorio. Al formalizar la participación política, el comportamiento de los
130
Entrevista a José Robles, dirigente CESCO, ex concejal.
131
La entrevistada da el nombre del funcionario, el cual omitimos para salvaguardar la confidencialidad de la información.
132
Patricio Núñez (UDI), Presidente Junta de Vecinos, 22/12/08.
133
Entrevista a José Ignacio Artiza, miembro directiva distrital UDI, 15/04/09.
68
dirigentes debe ceñirse a los estatutos, los cuales establecen claramente las sanciones frente a las
deslealtades134. A diferencia de la militancia formal, las vinculaciones que sustentan las redes clientelares
– que están sometidas a sanciones sociales – pueden ser más frágiles, en tanto pueden romperse al
momento que una de las partes sienta que no está siendo retribuida de la manera esperada135.
Pero ¿cómo se logra conjugar el rol de dirigente de una organización social con la militancia
política? ¿Es el puesto de dirigente una herramienta proselitista para el partido? Al respecto, el discurso
suele ser más o menos generalizado. En el caso de la UDI, por ejemplo, a pesar de que reconocer la
militancia y la cercanía de muchos dirigentes, la directiva comunal recalca que éstos no pueden
instrumentalizar políticamente sus puestos. Esto se basaría en el hecho de que su ideología se basa en la
doctrina gremialista. Este tipo de conducta, además está sancionada por ley136. Al respecto, un integrante
de la directiva comunal de la UDI plantea:
“(…) si hay algún militante que tiene que asumir la presidencia o hacer cabeza en alguna
organización social de base, no puede, no está permitido instrumentalizarla para hacerle oposición
al gobierno, por ejemplo, o para asistir a la marcha de tal o cual cosa, porque su fin de su
organización no es eso, es preocuparse de la junta de vecinos por ejemplo, entonces no tienen
nada que estar haciendo en un marcha del primero de mayo –estoy inventando digamos –.
Entonces siempre tenemos eso muy presente”137.
Sin embargo, esta distinción entre el trabajo social y el trabajo estrictamente político parece ser
sólo discursiva, pues en la práctica no es tan fácil diferenciar ambos aspectos del trabajo con la
134
En el último tiempo hemos visto cómo dirigentes nacionales de partidos que han infringido los estatutos han sido sometidos a
los dictámenes de los tribunales supremos de sus partidos, lo que ha traído como consecuencia su expulsión (es el caso de Adolfo
Zaldívar y gran parte de la “facción colorina” de la DC); otros, ante la amenaza de pasar a esta instancia partidaria han renunciado
a la militancia (es el caso de Marco Enríquez-Ominami y Carlos Ominami, PS). A nivel local, se dio un proceso similar previo a
las elecciones presidenciales de 1999, en el cual un dirigente DC de base apoyó públicamente al candidato presidencial de la UDI,
lo que provocó su expulsión del partido.
135
Las obligaciones y sanciones derivadas de los vínculos de intercambio simbólico serán tratadas con mayor detalle en el
capítulo IV.
136
Según establece el Artículo 3 de la ley 19.418 “Las juntas de vecinos y demás organizaciones comunitarias no podrán
perseguir fines de lucro y deberán respetar la libertad religiosa y política de sus integrantes, quedando prohibida toda acción
proselitista por parte de dichas organizaciones en tales materias”. Recientemente se ha revitalizado la discusión sobre el rol
político de las juntas de vecinos a partir del dictamen N° 32289 de la Contraloría general de la República (con fecha 19 de junio
de 2009) que prohíbe a estas organizaciones la participación activa en campañas electorales. Esta resolución ha suscitado un
amplio rechazo por parte de las autoridades políticas y representantes de las entidades territoriales, quienes acusan que la medida
restrige la participación ciudadana. Al respecto, el candidato presidencial de la DC señaló: "Así como nos reunimos habitualmente
con los consorcios gremiales o como todos los candidatos se lo pasan en CasaPiedra, creo que los candidatos tienen derecho a
visitar
las
juntas
de
vecinos"
(La
Nación,
22/07/09.
Disponible
en:
www.lanacion.cl/prontus_noticias_v2/site/artic/20090721/pags/20090721220034.html
137
Entrevista a José Ignacio Artiza, miembro directiva distrital UDI, 15/04/09.
69
comunidad. Esto es especialmente difícil dado la alta personalización de los dirigentes sociales, su nivel
de reconocimiento en la comunidad y los recursos materiales, sociales y simbólicos que ellos controlan.
En efecto, el mismo dirigente de la UDI señala, sobre su relación con un connotado dirigente vecinal del
sector sur:
“ (…) recuerdo que un par de reuniones que hicimos con él, eh, y aprovechamos los vínculos que
él tiene y la posibilidad de atraer personas, por ejemplo en la campaña de Raúl Alcaíno, pero nos
reunimos en otro lugar, físicamente no utilizamos la sede de él, o sea, como quien dice, utilizamos
sus contactos y lo que es y él sabía a quién podía convocar que eran proclives a nuestras ideas o
proclives de convencer de nuestras ideas, pero no, no mezcló el trabajo propio de su junta de
vecinos con lo nuestro138.
Como veremos en el próximo capítulo, en momentos de campaña electoral, la instrumentalización
política de los cargos dirigenciales se hace casi inevitable, tanto para quienes son cercanos a la Alianza
como a la Concertación y al pacto Juntos Podemos. Sin embargo, cabe destacar que, a pesar de que existen
dirigentes de base con clara militancia política, la mayor parte de ellos prefiere mantenerse como
“independiente”, estableciendo afinidades políticas más generales, en relación a las coaliciones más que a
los partidos. De esta manera, nuestras observaciones concuerdan con los hallazgos de Emmanuelle
Barozet, cuando señala que en la comuna de Santiago existe “una superposición parcial entre estructuras
partidarias y redes comunitarias (…). No obstante, cabe señalar que estas redes no están construidas sobre
la base del reclutamiento de militantes. El declive de este tipo de organización limitaría mucho la
presencia de los partidos políticos en los barrios, por lo cual la modalidad de “simpatía” y captación del
voto es la más frecuente” (Barozet, 2005: 380). Así, la estructura de las redes clientelares en la comuna de
Santiago es el resultado del encadenamiento vertical de vínculos de mediación política personalizada,
basados en intercambios particularistas destinados a solucionar problemas “a cambio” de apoyo político.
Estos vínculos conectan a los ciudadanos con la estructura municipal, principalmente a través de los
dirigentes sociales de base. Según el nivel de “cercanía política” y de trayectoria de trabajo en la comuna,
estos dirigentes pueden tener llegada directa hacia las autoridades locales, o bien, pueden llegar hasta ellos
a través de la intermediación de funcionarios municipales o –en menos medida – de dirigentes comunales
de partidos políticos. Se trata de una estructura informal que va más allá de las orgánicas partidarias
territoriales y que atraviesa la institucionalidad burocrática del municipio, en tanto se cimenta en
relaciones cotidianas y perdurables en el tiempo.
138
Entrevista a José Ignacio Artiza, miembro directiva distrital UDI, 18/03/05. Proyecto Fondecyt 1030243.
70
Capítulo V. Re de s e n jue go: la campaña m unicipal 2 0 0 8 .
_____________________________________________________________________________________
V.1 . Ante ce de nte s e le ctorale s de la comuna de Santiago.
Antes de abordar los principales aspectos de la campaña municipal del año 2008, es necesario
tomar en cuenta algunos antecedentes electorales de la comuna. Esto brindará un panorama del contexto
en el cual se desenvuelven las estrategias que analizaremos más adelante.
Un primer elemento a considerar dice relación con el porcentaje de votación obtenido por los
alcaldes en la comuna de Santiago. Jaime Ravinet (PDC), quien tras ser alcalde designado por el
Presidente de la República en 1989139, fue el primer alcalde electo en 1992 con un 38,03% de los votos. Es
reelecto en 1996, aumentando su votación a un 45,38%. En el año 2000, la alcaldía pasa a manos de la
Alianza, con un avasallador 60,99%. En las elecciones posteriores, y tras una estrecha campaña, la
alcaldía sigue en manos de la Alianza, a través del candidato independiente Raúl Alcaíno, quien obtiene
un 49,04%. Esta coalición logra un nuevo triunfo en el año 2008, con Pablo Zalaquett (UDI), quien
alcanza un 47,33%140. La Alianza ha ido conquistando progresivamente al electorado comunal en los
comicios municipales. Esto se aprecia al observar la evolución en la votación obtenida a nivel de
concejales. En la tabla N° 2 se puede apreciar que, más allá del “efecto Lavín”, en el año 2000, la
coalición de derecha se ha consolidado con una votación por sobre el 46%, mientras que la Concertación
ha decaído en el porcentaje de apoyo en las urnas.
139
En Chile, hasta 1990, los alcaldes de la comuna de Santiago eran cargos designados por el Presidente de la República. Esto
ocurría en todos los municipios del país hasta 1989. Con el retorno de la democracia una serie de negociaciones abrieron la
posibilidad de someter estos cargos a elección popular. Sin embargo esto puedo hacerse recién hasta 1992. De 1990 a 1992,
exceptuando quince comunas entre las que se contaba Santiago, los alcaldes existentes seguían siendo los designados por el
Gobierno Militar. A partir de 1992, se abre la posibilidad para que los ciudadanos puedan escoger a sus autoridades comunales.
(Mardones, 2006).
140
En 1992 el concejal más votado de la lista más votada que sobrepasara el 35% de los votos era proclamado alcalde. Si no se
alcanzaba este porcentaje, debía ser escogido por los concejales electos. A partir de 1996 la fórmula cambió: el candidato que
obtuviese la primera mayoría con al menos el 40% de los votos, o bien, la primera mayoría de la lista más votada, sería
proclamado alcalde. Sólo para los comicios municipales del año 2004 los alcaldes y los concejales comenzaron a escogerse a
través de elecciones separadas (Ibíd.)
71
Tabla N° 2. Porcentaje y número de concejales elegidos en la comuna de Santiago por coalición,
desde 1992 a 2008.
ELECCIONES
PACTO
Mun. 1992
%
N°
Mun. 1996
%
N°
Mun. 2000
%
N°
Mun. 2004
%
N°
Mun.2008
%
N°
Concertación
58,75
6
62,32
6
32,79
4
45,07
4
36,83***
3
Alianza
30,29*
3
28,01**
3
61,79
3
47,05
4
46,16
4
Izq. Extraparlamentaria
4,77
--
9,67
--
5,15
--
7,87
--
12,86
1
TOTAL
9
9
7
8
8
* En aquel momento el pacto se denominaba Participación y Progreso
** En este período el pacto se denomina Unión por Chile, e incluye al partido Unión de Centro Centro (UCC)
*** Concertación Democrática + Concertación progresista.
Fuente: Elaboración propia con datos del Ministerio del Interior (www.elecciones.gov.cl).
En términos de las características del electorado de la comuna, muchos entrevistados señalaron
que una parte importante de los inscritos en la comuna no reside en ella141, por lo tanto existiría un grupo
de población votante que no puede ser captado a través de las técnicas de inserción territorial de los
partidos o de los candidatos. Otro aspecto importante de considerar, es que la mayor parte de la población
votante tiene sobre cincuenta años (50,69% inscritos al año 2007)142.
Finalmente, se debe tomar en cuenta el creciente desinterés por votar en las elecciones comunales.
El número de inscritos disminuyó de 141.002 en el año 2004 a 137.163, en el año 2008. La cantidad de
votos válidamente emitidos, también ha disminuido. En la elección de alcaldes del año 2004, la diferencia
entre los votos emitidos (contando nulos y blancos) y los votos válidos alcanzaba los 11.527. En los
comicios del año 2008 esta cifra aumentaba a 15.232 votos. Algo similar ocurre en las elecciones a
concejales, donde la diferencia entre votos válidos y votos emitidos pasa de 7.950 en al año 2004 a 9.660
en el año 2008. Por último, se observa una disminución en la participación en las urnas. Tomando en
cuenta sólo las elecciones de alcaldes, la población inscrita que se abstiene de votar pasa de un 17,6% en
el año 2004 a un 19,3% en el año 2008.
141
No contamos con cifras exactas sobre la proporción de personas no residentes que están inscritas en la comuna.
142
Fuente Servicio Electoral (www.servel.cl). A la fecha no están aún disponibles las estadísticas comunales por tramo etario para
el año 2008. Fuente Servicio Electoral (www.servel.cl).
72
Tabla N° 3. Participación electoral en la comuna de Santiago, en elecciones municipales 2004 y
2008.
CONCEJALES 2004
ALCALDES 2004
CONCEJALES 2008
ALCALDES 2008
Votos válidos
104.459
108.200
88.103
101.005
Votos emitidos
115.986
116.120
103.335
110.665
N° de inscritos
141.022
141.022
137.163
137.163
NOMBRE CANDIDATO
Fuente: Elaboración propia con datos del Servicio Electoral (www.servel.cl) y del Ministerio del Interior (www.elecciones.gov.cl).
V.2 . La pre se ntació n de los candidatos y la distribución de re cursos.
V.2.1. Candidatos y resultados electorales en los comicios municipales del 2008.
La comuna de Santiago es siempre uno de los principales focos en los que se centra la contienda
municipal, a pesar de no ser la comuna con el mayor padrón electoral del país. Su carácter de capital
nacional, y la enorme visibilidad que de esto se deriva, llevan a los partidos a poner extrema atención en la
definición de las candidaturas a alcaldes y a desplegar una enorme cantidad de recursos para conseguir el
triunfo.
Las elecciones del año 2008 estuvieron marcadas por la lucha de dos liderazgos que representaban
diferentes estilos de hacer política y de vincularse con la ciudadanía. Por una parte, la Concertación
buscaba recuperar el sillón edilicio perdido tras la elección de Joaquín Lavín. En esta ocasión, el cupo
correspondería al PDC, partido dentro del cual surgieron varios nombres para enfrentar la llamada “madre
de todas las batallas”. Tras un largo proceso de negociaciones y decisiones internas, la tarea fue
encomendada el ex alcalde Jaime Ravinet, quien se percibía como la carta más segura para recuperar el
mando de la comuna, por el alto apoyo que obtuvo en las dos elecciones que enfrentó en los años ’90 y la
“amplia red social” que había creado durante sus gestiones como alcalde. Esta red se había formado a
través de un fuerte incentivo municipal a las organizaciones sociales, especialmente las juntas de vecinos
y los clubes de adulto mayor. Así, la candidatura de Ravinet se gestó en parte, a través de la articulación
de intermediarios municipales de la DC y dirigentes de juntas de vecinos, quienes firmaron una carta
masiva de apoyo a su proclamación143. De esta manera, tanto el slogan –“Que vuelva Ravinet”– como el
contenido de la campaña, buscaban restaurar las políticas que habían marcado su gestión y que se habrían
143
Se trata de una carta firmada por cerca de 60 dirigentes de juntas de vecinos, que piden la presentación de Jaime Ravinet como
candidato a alcalde. La carta se puede ver en el siguiente enlace: www.ravinet.cl/content/view/264333/Presidentes-de-Juntas-deVecinos-de-Santiago-reafirman-apoyo-a-Ravinet.html
73
abandonado “tras ocho años de pirotecnia y populismo de la derecha”144. El descontento que existía entre
los vecinos y los dirigentes sociales por la gestión “a puertas cerradas” de Raúl Alcaíno, sumaba un
ingrediente más a la sensación que rondaba inicialmente en el equipo concertacionista de que el candidato
democratacristiano obtendría un triunfo seguro.
Del lado de la Alianza, la decisión de Raúl Alcaíno de no ir a la reelección y la candidatura de
Jaime Ravinet generaron un escenario complejo en la determinación del candidato llamado a mantener la
alcaldía de la comuna capital. Se testeó la posibilidad de que Joaquín Lavín se volviera a presentar, dado
que mantenía un alto nivel de popularidad entre los electores. Sin embargo, éste se negó, complicando aún
más la definición de la coalición. Finalmente, tras varias rencillas y con poco convencimiento145, se
decidió que el candidato sería Pablo Zalaquett (UDI), quien en ese entonces estaba, por segundo período
consecutivo, a la cabeza de la comuna de La Florida. Si bien en un principio hasta en su propio sector lo
daban como derrotado, logró insertarse prontamente en la comuna e ir remontando, paulatinamente, en las
encuestas.
El despliegue de la campaña de Zalaquett y otros factores coyunturales, fueron generando una
rápida transformación en el escenario electoral. El posicionamiento del candidato Ricardo Israel146 del
Pacto Chile Limpio147, y la poca extensión del pacto por omisión con el PC148, hacían peligrar la solidez
del triunfo de Jaime Ravinet. De esta forma, hacia el final de la campaña, la prensa y los propios
comandos señalaban que la diferencia entre Zalaquett y Ravinet sería milimétrica. En el comando de
Ravinet, en tanto, reinaba la incertidumbre y no eran pocas las voces que reconocían la probabilidad de
perder la batalla electoral. Finalmente, estas predicciones se cumplieron y le otorgaron un avasallador
triunfo al candidato de la UDI. Como se aprecia en la siguiente tabla, el ex edil de La Florida logró
sobrepasar a Ravinet por 11,41 puntos.
144
Palabras señaladas en el “Encuentro de Profesionales y Técnicos con Ravinet”, 27 de Septiembre de 2008.
145
La decisión de llevar adelante la candidatura de Pablo Zalaquett por sobre la de Roberto Fantuzzi (RN) se basó en los
resultados de una encuesta realizada por la empresa Feedback, a 800 personas en la comuna de Santiago, el 28 de junio de 2008
(http://diario.elmercurio.cl/detalle/index.asp?id=%7B2286e409-7488-4b56-84a2-c1559bb55ed7%7D). Roberto Fantuzzi, más
tarde, apoyaría públicamente a Jaime Ravinet.
146
Cientista político, ex comentarista de Televisión.
147
Pacto formado por el Partido Regionalista Independiente (PRI), al que se sumaron los disidentes de la DC que seguían al
senador Adolfo Zaldívar, más el movimiento “Chile Primero”, comandado por los ex PPD Fernando Flores y Jorge Schaulsohn.
148
La Concertación llega a un acuerdo con el PC de para “omitirse” en determinadas comunas, a cambio de que este partido
apoye a candidaturas de la Concertación en otras
74
Tabla N° 3. Resumen votación obtenida por candidatos a alcalde, en la comuna de Santiago
durante los comicios municipales de 2008.
PARTIDO
VOTOS
PORCENTAJE
Pablo Zalaquett
UDI
47.807
47,33
Jaime Ravinet
PDC
36.282
35,92
Ricardo Israel
ILA
9.762
9,66
PCCH
7.154
7,08
NOMBRE CANDIDATO
Manuel Hernández
Fuente: Ministerio del Interior (www.elecciones.gov.cl).
En cuanto a la elección de concejales, los comicios del año 2008 fueron especialmente
competitivos. La división de la Concertación en dos listas, más la incorporación del Pacto por un Chile
Limpio, hicieron que la oferta de candidatos se ampliara de forma considerable. En Santiago se
presentaron en total 38 candidatos: 8 de la Alianza (RN, UDI e Independientes); 6 de la Concertación
Democrática (PS, PDC e Independientes); 8 de la Concertación Progresista (PRSD, PPD e
Independientes); 8 del pacto Juntos Podemos (PCCH, IC, PH e Independientes) y; 8 del pacto Por Un
Chile Limpio (PRI e Independientes). Este hecho hacía fundamental el diseño de una estrategia electoral
que combinara la presentación de buenos candidatos con exitosas actividades de campaña.
En la Alianza, apostaron por colocar a varias figuras fuertes a competir entre sí, a diferencia de las
elecciones anteriores, donde la campaña se focalizaba en una candidatura preponderante, cuya votación
arrastrara a los otros candidatos149. Esta estrategia de designación de los candidatos mostró ser
particularmente exitosa, dado que gran parte de los miembros de la lista eran figuras vinculadas a
personajes de renombre en el servicio público, tanto en la comuna como en el país. De esta forma,
lograron obtener cuatro de los ocho cupos en el concejo, triunfando los siguientes candidatos: Jorge
Alessandri (UDI), hermano del saliente concejal RN Felipe Alessandri; Carolina Lavín (UDI), prima del
ex alcalde Joaquín Lavín; Bruno Baranda (RN), hermano del Director Social del Hogar de Cristo, Benito
Baranda y; Rodrigo Mekis (Independiente RN), hijo del ex alcalde de Santiago Patricio Mekis (ver
votación en tabla N° 5). Los otros candidatos de la lista eran intermediarios políticos150 con cierta
149
En las elecciones anteriores, por ejemplo, la estrategia fue potenciar la candidatura de María Estela León, esposa de Joaquín
Lavín.
150
Se trata de Álvaro Undurraga (RN), concejal en ejercicio que estuvo a 116 votos de Rodrigo Mekis; Erick Carrera (RN),
miembro del CESCO; Cristián Parraguez (UDI), ex asistente de la concejal María Estela León y; Juan Álvaro Arce (UDI),
presidente distrital de su partido.
75
trayectoria de trabajo territorial en la comuna. Sin embargo, según un entrevistado, no poseían los recursos
ni los apellidos necesarios para obtener una mayor votación151.
En la Concertación, la estrategia de las listas separadas provocó una proliferación excesiva de
candidatos, lo que, lejos de contribuir a aumentar la votación, más bien generó confusiones que influyeron
negativamente en los resultados obtenidos. En Santiago, los candidatos de la Concertación Democrática –
especialmente los democratacristianos- buscaron plegarse lo más posible a la figura de Jaime Ravinet.
También se optó por colocar un par de figuras fuertes que arrastraran a los otros integrantes de la lista152.
Las figuras de mayor renombre eran el ex Ministro de Salud, Pedro García (DC) y María Teresa Viera
Gallo (Independiente PS), hija de José Antonio Viera Gallo153. Además, iban a la reelección los concejales
Ismael Calderón (PS)154 y Gerardo Guzmán (DC)155. En la Concertación Progresista figuraban algunos
personajes conocidos, tales como el abogado Alfredo Morgado (PPD), las figuras televisivas del PRSD
Tamara Sepúlveda y Adela Calderón (ex presentadora de televisión y actriz, respectivamente); y los ex
concejales Mario Farías (PRSD) y Loreto Schnake (PPD). La estrategia de las listas separadas sólo
contribuyó a que la Concertación en su conjunto bajara la votación obtenida en la comuna y, por ende,
disminuyera el número de representantes en el concejo de cuatro concejales en el 2004 a tres concejales en
el 2008 (ver tabla N°2). Como se observa en la tabla siguiente, el cupo restante fue obtenido por la
representante del Pacto Juntos Podemos, Claudia Pascual (PC).
Tabla N° 5. Concejales elegidos en la comuna de Santiago en los comicios municipales de 2008.
PARTIDO
VOTOS
PORCENTAJE
Jorge Alessandri
UDI
12.741
14,46
Claudia Pascual
PCCH
7.109
8,06
Carolina Lavín
UDI
7.084
8,04
Bruno Baranda
RN
6.994
7,93
NOMBRE CANDIDATO
151
Entrevista a José Ignacio Artiza, miembro directiva distrital UDI, 15/04/09.
152
Entrevista a Miguel Aceituno, dirigente Juventud y candidato a concejal DC, 29/09/08.
153
Ex senador y actual Ministro Secretario General de la Presidencia
154
Quien asumió el cargo tras la renuncia del concejal Jaime Tohá (PS), en mayo de 2007.
155
Los otros dos candidatos eran Michel Hernández y Manuel Acevedo, ambos dirigentes nacionales y comunales de juventud
DC.
76
Rodrigo Mekis
ILE
5.216
5,92
Pedro García
PDC
5.217
5,92
Ismael Calderón
PS
4.663
5,2
Loreto Schnake
PPD
3.527
4,00
Fuente: Ministerio del Interior (www.elecciones.gov.cl).
V.2.2. Las performances de los candidatos.
La forma en que los candidatos se presentan ante sus electores y la imagen que a partir de ella son
capaces de crear, son componentes esenciales de las campañas políticas. Su forma de vestir, los gestos
faciales y las actitudes corporales que emplean al interactuar con los votantes pueden contribuir a hacer de
unos candidatos “más creíbles”, “más cercanos” o “más eficientes”, que otros. De este modo, las
propuestas y planteamientos señalados en sus discursos, deben estar acompañados de un modo de actuar
que le corresponda. La noción de performance o actuación (Goffman, 1959) nos aporta una herramienta
analítica para observar las interacciones de los candidatos con sus electores, poniendo atención en las
impresiones que estos buscan dar para influir en aquellos. Estas prácticas son importantes para nuestro
análisis por cuanto es a través de ellas que se construyen y reconstruyen los elementos que dan sustento a
los vínculos clientelistas (Auyero, 2001). En las campañas municipales, los candidatos a alcalde llevan a
cabo determinadas actuaciones, mediante las cuales buscan erigirse como “solucionadores de problemas”,
demostrando su capacidad para constituirse en patrones políticos. En el caso de los candidatos a
concejales, las performances buscan demostrar su capacidad como intermediarios políticos, es decir, como
agentes que canalizan los problemas y gestionan – o, excepcionalmente, producen– sus soluciones.
Las performances de los candidatos pueden analizarse “en terreno”, ya sea a través de actividades
masivas en las que tengan la posibilidad de dirigir su discurso hacia un auditorio multitudinario (reuniones
con organizaciones, actos en plazas o parques, etc.), o bien, mediante interacciones cara a cara, en
acciones como visitas a ferias o “casa a casa”. Las actuaciones que los candidatos puedan desempeñar en
estas ocasiones son componentes esenciales de la imagen que los electores se forman de ellos y, por tanto,
de las representaciones, las identidades y las expectativas que están en juego a la hora de optar por uno u
otro. Desde luego, en las campañas políticas, la mayor parte de estas actuaciones se realizan de forma
consciente, a partir de pautas establecidas por el diseño estratégico que realizan los comandos políticos156.
156
Esto no implica que los candidatos “finjan” una determinada personalidad o “mientan” sobre sus intenciones. Simplemente se
trata de actuaciones que tal vez son menos espontáneas que actuaciones que desempeñan las personas en forma cotidiana. Esto se
77
Un primer punto a destacar es que tanto la campaña de Jaime Ravinet, como la de Pablo Zalaquett,
se cimentaron en la imagen personal de los candidatos, más que en las ideas que promulgan sus partidos o
coaliciones157. Sin embargo, el perfil que pretendieron construir ante el electorado muestra elementos
opuestos. Asimismo, sus interacciones con los ciudadanos, expresan diferentes actuaciones que tienden a
reforzar la notable polaridad de sus perfiles.
Jaime Ravinet era un personaje conocido a nivel comunal y a nivel nacional. No sólo había sido
alcalde de Santiago por diez años, sino que también fue Ministro de Gobierno158. Por tanto, para gran parte
de la población votante, se trataba de una gestión probada, con sus aspectos positivos y negativos. Sobre
esta base, la presentación pública de Ravinet se destacaba por una gran seguridad sobre su capacidad
como alcalde y sobre los logros de su gestión. Esta seguridad tomaba, frecuentemente, rasgos de soberbia
y menosprecio frente a las gestiones de la Alianza y frente a su contendor Pablo Zalaquett, señalando, por
ejemplo que “Santiago le quedaba grande”159.
En sus intervenciones públicas, Jaime Ravinet se mostraba como una persona extremadamente
seria y fría, siempre con el ceño fruncido y criticando con firmeza el estado en el que se encontraba la
comuna desde que él dejó la alcaldía. En estas instancias, solía pronunciar un discurso bien elaborado, con
un aire de solemnidad, señalando su planificación para la comuna desde la altura que proporcionaba su
carácter de ex autoridad del Estado. En algunas interacciones cara a cara –durante las visitas a ferias o
“puerta a puerta”–, sin embargo, trataba de mostrarse un poco más relajado y sonriente. Se presentaba con
vestimentas más ligeras (sin terno ni corbata), intentaba sonreír y acercarse lo más posible a los electores,
entregando besos o abrazos a quienes mostraban cierta disposición a dejarse tocar. Un extracto del relato
de la observación realizada en una visita a la feria de Fray Camilo Henríquez con Marín, resume esta
presentación del candidato:
debe a que las campañas políticas son instancias donde las impresiones que se proyectan al auditorio deben ser extremadamente
cuidadosas, evitando caer en contradicciones que puedan poner en duda la veracidad del “papel” que se está desempeñando.
157
Este es un aspecto que se viene repitiendo progresivamente en las elecciones tanto locales como nacionales.
158
En las entrevistas realizadas, algunas personas señalaron que la imagen de experiencia en el gobierno fue un arma de doble filo
para el ex edil. Por una parte, la edad que tenía (65 años), su aspecto físico, su paso lento, y su hablar pausado, mostraban una
imagen “como de persona mayor, que venía de vuelta en política”. Otras personas señalaron que su trayectoria hizo que su imagen
se asociara a los errores de la Concertación, por lo cual habría recibido un voto de castigo por ello. A esto se sumó el rumor de
que tenía negocios sucios con una conocida inmobiliaria, lo que habría motivado su constante interés por la renovación urbana y
el repoblamiento de Santiago. Por tanto, sus detractores lograron que algunos electores le atribuyeran una imagen desgastada y
proclive a prácticas de corrupción.
159
http://www.terra.cl/actualidad/especiales/2008/municipales/index.cfm?Id_cat=2736&id_reg=1038772
78
“Llego a la feria antes de las 13:00 hrs. En la intersección se encuentran cerca de 6 personas del
equipo de propaganda de Zalaquett, repartiendo el periódico del candidato y entregando globos.
Comienzo a avanzar por la feria. Mi idea es recorrerla para ver si hay algún candidato dando
vueltas. En Santa Isabel con Fray Camilo hay puestas algunas “palomas” de varios candidatos,
entre ellos Ravinet. En la cuadra siguiente veo que se acerca el camión del candidato DC. Desde la
cabina, con el megáfono, una persona anuncia la pronta llegada de Ravinet al lugar. Desde el
fondo de la feria (lado sur) se divisa un pequeño tumulto. Efectivamente es Jaime Ravinet que
viene acompañado por parte de su comando y de la diputada Carolina Tohá. El candidato repite la
misma performance que en otras actividades a las que he asistido: mira a las personas e identifica
muy rápidamente a quien debe acercarse, debiendo ser personas con cierta disposición a ser
saludados o bien, quienes están desprevenidos. Cuando se aproxima a alguien le mira los ojos, le
toca el hombro como preguntándole con la mirada ¿nos conocemos? Le saluda, y si hay buena
recepción le da un beso en la cara o un abrazo, o ambos. Se deja llevar por la situación, pero busca
la cercanía. Su imagen y su actuación contrastan con ese semblante duro y serio que proyecta en
las fotos y a través de las cámaras de TV. En el “cara a cara”, Ravinet es una persona muy
cercana, afectuosa y amistosa. Muestra un gran manejo escénico: pareciera como si conociera a
las personas “desde siempre”. Pareciera también escuchar a la gente, pero en general no se queda
mucho rato conversando con nadie. Intercambia las palabras, los gestos y las bromas estrictamente
necesarias. También entrega algunas bolsas con su nombre, para que las personas de las ferias
lleven las frutas y verduras que van comprando. Me llama la atención la forma en la que viste
Ravinet en sus actividades cara a cara, puesto que dista bastante de su vestimenta en actividades
televisivas. En éstas aparece siempre de terno y corbata, con un discurso muy claro y un rostro
serio. En aquellas, lleva la camisa desprendida, sin corbata, y se muestra como una persona afable
y cercana”160.
A medida que se acercaban los comicios municipales, y que podía observar otras interacciones
cara a cara entre candidatos y electores, me fui dando cuenta de que las actuaciones cara a cara de Jaime
Ravinet ya no parecían ser tan espontáneas. Como plantea Goffman (1959), cuando una persona
desempeña un rol y busca controlar la situación a través del manejo de las impresiones, debe procurar no
caer en posibles incoherencias o gestos involuntarios que hagan dudar del papel que se está
desempeñando. En el caso de los candidatos, no bastaba con saludar y tocar a la gente – todos los
candidatos lo hacen – sino que esas pequeñas interacciones deben ser capaces de demostrar una cercanía
160
Observación Feria Marín con Fray Camilo Henríquez, 10/10/08.
79
efectiva y un interés real por las personas y sus problemas. Un candidato que pretenda generar la
sensación de cercanía debe obviar momentáneamente las distancias sociales existentes entre una posible
autoridad y los ciudadanos comunes, creando un ambiente de horizontalidad entre ambos. Si quiere
proyectar una imagen de persona comprensiva y empática, debe poner atención a las palabras y gestos de
su interlocutor y darse el tiempo suficiente para escuchar sus inquietudes. Así, como se destacó en el
relato anterior, un primer elemento que ponía en duda la veracidad de la actuación de Ravinet como un
candidato cercano era la contradicción entre la imagen televisiva del ex alcalde – y la que se proyectaba en
actos masivos– y la imagen que mostraba en las interacciones personales. Otro elemento, también
señalado en el mismo relato, se daba en las propias interacciones personales con los electores, las cuales
eran demasiado rápidas y breves para demostrar un interés real por la persona a la que se estaba
acercando. Ambos aspectos se hacían más evidentes al contrastar sus performances con las de Pablo
Zalaquett.
En contraposición con la figura de Jaime Ravinet, Pablo Zalaquett recalcó sus cualidades como
candidato joven, con “ganas de hacer cosas”161, con una fuerte presencia en terreno, que se manifestaba en
largas jornadas en que el candidato recorría sin parar cada rincón de la comuna162. Se le atribuía, tanto en
su sector como en el bando opuesto la cualidad de ser un excelente “campañero”, dada su alta presencia en
las calles y el nivel de contacto que lograba con los electores. Así lo grafican las palabras de un militante
del PS que trabajó en el comando de Jaime Ravinet:
“(…) lo que le favorece al candidato Zalaquett es que es un muy buen candidato, simpático,
saluda a todo el mundo, los abraza, la otra vez saludó a las abuelitas, entonces ese tipo de
candidatos es entrador, es un candidato se saca fotos hasta con quien no quiere, es así el tipo”163.
Contrariamente a la actuación de Ravinet, tanto la imagen que el candidato UDI proyectaba en los
medios, y en actividades masivas, como la que se veía en sus interacciones cara a cara, eran absolutamente
coherentes. Siempre se mostraba entusiasta, alegre y con una apariencia más informal que la que
proyectaba el ex ministro DC. Además, en todas las instancias empleaba un lenguaje simple y directo,
enfocado a dar soluciones a problemas específicos de las personas. Este es un tipo de imagen cultivado
por muchos personeros de la UDI, siendo Joaquín Lavín su máximo exponente (Arriagada, 2005). A
161
“Ganas por Santiago” era el slogan de su campaña.
162
Por su desbordante energía, la prensa escrita lo bautizó como “Ritalin Zalaquett”.
163
Entrevista a Carlos Bañados, dirigente juventud PS, integrante comando de Jaime Ravinet, 24/10/08.
80
diferencia de la actuación pública de Jaime Ravinet, Zalaquett lograba transmitir “efectivamente” la
sensación de horizontalidad con los electores. Un ejemplo de ello se pudo observar durante una de las
visitas que realizó a una organización de mujeres, donde señaló querer construir un municipio de puertas
abiertas:
“(…) quizás un día yo no pueda venir y ustedes quieran conversar conmigo por algo importante y
quieren ir tres o quieran ir las veinte, se pueden ir las veinte, se sientan ahí, nos tomamos una
bebida o un café y conversamos, ¿me entienden o no?, o sea, porque la alcaldía también es de
ustedes. Hay gente que cree que la alcaldía es una cosa que está allá lejos, que no se puede entrar,
¡no! (…) También ustedes tienen que sentir que de alguna forma como yo vengo acá ustedes
también pueden ir para allá, así lo siento yo por lo menos, así lo siento yo. Yo de mí feliz que
ustedes de sienten en el suelo o yo en el suelo y ustedes…o sea, da lo mismo, ahí lo
arreglamos”164.
Si bien Zalaquett llevaba años cultivando el “estilo Lavín”, en su comando se plantearon como
estrategia el reforzamiento de la asociación del candidato con el ex edil de Santiago. Esto se hizo debido a
lo exitosa que había demostrado ser la fórmula anteriormente, con la candidatura del propio Lavín en el
año 2000, y la alta popularidad que éste seguía teniendo en la comuna. Las palabras de un dirigente
comunal del partido al respecto, son elocuentes:
“Si había algo que la gente pudiera percibir, nosotros lo profundizábamos y hacíamos que fuera
obvio y notorio. Por qué, porque Joaquín Lavín era un líder de Santiago, o sea de moros y
cristianos, (…) decían ‘este gallo hace cosas, hace cosas, de que soluciona problemas, soluciona
problemas, tenía una necesidad, ahí estaba, se quemó la casa, estaba al tiro ayudando, estaba con
colchones, con la municipalidad, con operativos sociales, pucha, entonces este gallo es el que
necesitamos, alguien así, de izquierda, derecha, de centro, me da lo mismo, pero si tenemos a
alguien que sea de ese estilo, me gusta’ (…). Entonces ¿quién vende en Santiago?: Lavín y Piñera,
o sea, con quien nos sacamos fotos, con Lavín, nos las jugamos con Lavín (…). Entonces, la
figura de él, la idea era que se produjera esa asociación y siempre dijo Pablo Zalaquett que
comenzó a ser alcalde al ejemplo de Lavín, siguiendo su concepto. O sea, el heredero natural era
Pablo Zalaquett y sus concejales”165.
164
Un video de esta presentación está disponible en: http://www.youtube.com/watch?V=wtknefscpni
165
Entrevista a José Ignacio Artiza, miembro directiva distrital UDI, 15/04/09.
81
El peso de la figura de Lavín en la comuna no sólo tenía que ver con su lenguaje y la imagen
cercana que proyectaba, sino con la forma concreta en la que realizó su gestión como alcalde. La
apelación directa hacia los sectores más vulnerables y la política asistencialista que marcaron su gestión
(Barozet, 2005) lo constituyeron como un solucionador eficiente de problemas inmediatos, aspectos
paternalistas que son indispensables en un “patrón político” y que son, además, característicos de un
liderazgo neopopulista (Barozet 2004, Arriagada, 2008). Como planteó un candidato a concejal de la
Concertación, este elemento era uno de los principales temores que enfrentaba la coalición frente a la
candidatura de Zalaquett:
“(…) en ciertos sectores populares recuerdan la gestión de Lavín, por todo el asistencialismo que
existía en la comuna: las prebendas, las cajas de mercadería, los bonos que se daban, los planes
pololo, etcétera. Y esa es la preocupación actual que tenemos en la elección que se nos avecina, ya
que Zalaquett tiene un perfil muy parecido a Lavín”166.
Estas palabras son complementadas por un integrante del CESCO:
“Si tu trabajas el asistencialismo, la gente se acostumbra al asistencialismo, entonces después está
más demandante de sus temas, el populismo vende. Zalaquett que traía además, que estaba muy
vinculado con Lavín, Zalaquett es un populista, era lo mismo, tú sabes que con eso vas a
conseguir cosas. Cosas que se perdieron con Alcaíno, porque él cortó varios programas de ayuda y
de beneficios para la gente y se espera que con Zalaquett se vuelvan a poner, esas son
expectativas, si no está el tema ideológico, el tema político, si la gente está menos comprometida,
le empiezan a importar más esto, es lógico”167.
El empleo de esta estrategia de presentación de la candidatura también se sustenta en una lectura
de las características de buena parte del electorado, menos interesado en las grandes gestiones que en la
eficiencia de las autoridades en atender sus necesidades. Así lo expresa un concejal de la Alianza, al
plantear por qué la campaña de su sector se cimentó en la figura de Lavín, relegando los posibles logros de
la gestión de Alcaíno:
“Qué le importa a la señora que vive en la calle Cumming, que tiene una jubilación de ochenta mil
pesos, que el municipio haya tenido una deuda por doce mil millones o por mil, le da lo mismo, lo
que le importa a ella es tener un buen convenio de salud con el consultorio, que los remedios le
166
Entrevista a Conrado Isla, concejal Concertación, 10/10/08.
167
Entrevista a José Robles, dirigente CESCO, ex concejal.
82
lleguen a la casa, que el doctor del consultorio de barrio vaya a su casa, que sea bueno, que
atienda rápido, que haya seguridad ciudadana, que haya luz, que le retiren la basura todos los días,
esos son los temas que le importaban a la gente”168.
Estas características del electorado, que se presentarían especialmente en sectores populares,
llevan a los candidatos a añadir a sus performances el despliegue y entrega de recursos, algunos con un
valor económico importante, otros, simplemente con un valor simbólico. Si bien, tanto Ravinet como
Zalaquett realizaron actos masivos para atraer al público, con música en vivo, “teams” de baile y otras
actividades, el despliegue de recursos en ambos casos fue notoriamente distinto. Aunque no lo
observamos directamente, algunos entrevistados de la Concertación y del Pacto Juntos Podemos señalaron
que el comando de Zalaquett efectuó entrega de regalos importantes en algunos de estos actos. También lo
hicieron los concejales Rodrigo Mekis y Bruno Baranda, en actividades que incluso aparecieron en
televisión169. Un integrante del comando de Ravinet realiza las comparaciones para señalar los errores de
estrategia del equipo en el que él participaba:
“ (…) además que Zalaquett ha gastado harta plata en la campaña, regala bicicletas en las plazas,
hace shows gratis, trae grupos internacionales, nacionales que son caros, en cambio la campaña de
Ravinet era mucho más económica, eran puros grupos pequeños, nunca llevó un grupo agradable,
en cambio el otro comando se preocupó de eso, el comando de Zalaquett trajo a un grupo
argentino que es ‘Garras de Amor’ que llega mucho al público popular, a la gente, por ahí igual
llevó a los ‘Reggaeton boys’ que igual llega al público masivo, llevó gente de la ‘Nueva Ola’,
entonces era un costo mucho más elevado, donde no quiso asumir los…no creo que porque no
tuviera plata, tenía otra orientación la campaña”170.
Los resquemores ante este tipo de artimañas electorales fueron planteados por otra integrante del
comando de Jaime Ravinet, señalando que éste habría sido uno de los principales factores de la derrota de
su candidato:
“Imagínate lo que puede ser para Santiago que te pares en una plaza como la Yarur a sortear
bicicletas. Que a los condominios les llamaran, les llevaran mesas de pin pon. O sea a mí cuando
me llamaban ‘mire es que acá trajo…va a sortear un plasma acá en la plaza’, le dije ‘mira, el día
168
Entrevista a Alberto Errázuriz, Concejal Alianza, 17/04/09.
169
En el primer caso se trató de un sorteo de electrodomésticos, durante su acto de cierre de campaña. En el segundo caso se
realizó una entrega de lentes a adultos mayores.
170
Entrevista a Carlos Bañados, dirigente juventud PS, integrante comando de Jaime Ravinet, 24/10/08.
83
en que yo tenga que decir: tu plasma y dos plasmas más o tu mesa de pin pon y dos mesas de pin
pon más me retiro de la política, porque para esto no vine. O sea, no entré al mundo de la política
para eso y yo así pierda. Durante mucho tiempo motivé con este concepto, o sea, no, no estoy para
eso, no me voy a prestar jamás, creo que no tiene lógica. Creo que el ejercicio de uno es
convencer a más gente que lo que importa es un ser humano lo más digno posible en su situación
socioeconómica que esté. Es como lo de Farkas171. O sea, me parece vergonzoso, me da vergüenza
ajena que tengamos una ciudadanía que cae desplomada, yo entiendo que hay un problema
económico, entiendo que hay…todos tenemos ajustes financieros. Esta cuestión, cual más cual
menos a todos les afecta. Pero el día que te empieza a pasar eso no vale mucho este ejercicio, no
es que no valga, cuesta más, yo lo voy a seguir haciendo, pero te va a costar mucho más
convencer a la gente de que tiene que participar, mucho más”172.
A pesar de que se trata de una práctica negada y ocultada, los candidatos de la Concertación
también efectuaron regalos o realizaron favores, aunque a menor escala y de menor valor económico. Por
ejemplo, en ambos bandos era casi un requisito llegar con tortas y otros comestibles y bebestibles a las
visitas a organizaciones. Otra práctica recurrente era canalizar demandas concretas hacia profesionales que
trabajan en los comandos o gestionar trámites y acciones con “contactos” personales de los equipos o de
los propios candidatos. La forma en que se canalizaban las solicitudes que surgían en los “puerta a puerta”
que realizaban los trabajadores del comando de Ravinet es descrita por uno de sus integrantes:
“Es que ese tipo de cosas [las solicitudes de ayuda para solucionar problemas específicos] se
derivan directamente al comando, o sea si tienen problemas legales hay un equipo jurídico en el
comando, si tiene problemas de otro tipo igual se deriva a una asistente social y hay todo un
equipo que trabaja detrás de la campaña, nosotros teníamos una hoja donde anotábamos todos los
problemas extras o las reuniones que solicitaban los dirigentes sociales con el candidato y
nosotros lo hacíamos llegar”173.
Sobre la efectividad de la entrega de recursos, la opinión de candidatos y dirigentes es que sí
ayudan a captar votos. Sin embargo, se distingue entre quienes venden su voto al mejor postor – sectores
donde la entrega masiva de recursos podría ser efectiva – y quienes reciben estos recursos como gestos,
donde no importa tanto el valor económico sino lo que ellos representan. En este último caso, los recursos
171
Empresario chileno que se ha hecho famoso por regalar grandes sumas de dinero a ciudadanos comunes y corrientes.
172
Entrevista a Isidora Fuentes, asistente de concejales de la Concertación. 11/12/08
173
Entrevista Carlos Bañados, dirigente juventud PS, integrante comando de Jaime Ravinet, 24/10/08.
84
o los favores son auténticos dones que sirven para “fundar” o para “recrear” una vinculación clientelista,
obedeciendo a una lógica distinta a la del simple intercambio económico. Esta tensión que subyace a la
entrega de recursos, es planteada por un dirigente de clubes de adulto mayor:
“No, te lo digo francamente lo que encuentro sí muchas veces la gente cuando tiene hambre,
servirse algo, ser atendida, ser tratada como persona, vale la pena porque no todo el tiempo tienen
la posibilidad de llegar a ello, pero sí es una manera que desgraciadamente nosotros fuimos los
culpables, hicimos que si venían a los clubes tenían que llegar con torta antiguamente, porque
ellos no tiene esa posibilidad de hacerlo y muchas veces una torta compra un voto, eso es relativo
y vamos a ver qué les ofrecieron, ya sé qué les ofrecieron por lo tanto voy a empezar a cobrar de
marzo para adelante”174.
Las palabras de un integrante del comando de Jaime Ravinet también muestran esta dualidad y la
incertidumbre del efecto que la entrega de recursos genera en las personas:
“Yo no sé el efecto que causará en la gente, yo creo que igual puede generar cercanía como un
gesto de agradecimiento quizás, pero el voto es secreto, o sea yo lo puedo recibir y usar para el
beneficio, pero el voto es secreto, igual es complicado porque la gente, la masa común, de repente
se pierde con respecto a esto, el circo puede más, es complicado, creo que ensucia la democracia
eso, el tema de los regalos”175
A pesar de las opiniones y las especulaciones sobre la compra del voto, como bien plantea Javier
Auyero (2001), es imposible evidenciar en terreno si la entrega de recursos materiales y simbólicos causa
apoyo electoral en las urnas, más aún cuando no existen claros mecanismos de control de la efectividad de
ello, dado que la votación es secreta. Coincidimos con este autor y con otros que han seguido la misma
línea, en que el establecimiento y el mantenimiento de los vínculos clientelistas dice relación con una
forma de intercambio que se rige por la reciprocidad de los dones, más que por el valor monetario de lo
que se entrega. Esto implica que, junto a la entrega de recursos, importa tanto o más la manera en que esta
distribución se realiza (Ibíd.). Y esta “manera de dar” no sólo debe expresarse en las performances
efectuadas en momentos de campaña política, sino que debe ser sostenibles en el tiempo, atravesando las
contiendas electorales específicas (Barozet, 2005). Es aquí donde la capacidad de intermediación de los
174
Entrevista a Héctor Oyarzo, Dirigente Unión Comunal Adultos Mayores, 22/12/08.
175
Entrevista a Carlos Bañados, dirigente juventud PS, integrante comando de Jaime Ravinet, 24/10/08.
85
brokers políticos se hace relevante, dado que son ellos quienes mantienen la vinculación cotidiana con las
bases.
Al respecto, es interesante observar las presentaciones de los candidatos a concejales. Además de
querer mostrar cercanía, empatía y otras cualidades que buscan resaltar todos los candidatos, los aspirantes
al concejo municipal ponen especial atención en demostrar su capacidad como intermediarios eficientes
para satisfacer necesidades o agilizar gestiones ante el municipio. Este elemento es parte esencial de sus
performances, a pesar de que estas funciones no son las que les corresponden por ley. Esto puede hacerse
para ayudar en la labor de otros agentes intermediarios, como son las organizaciones sociales, o bien, en
las interacciones cara a cara. A continuación veremos con mayor profundidad qué características asume la
intermediación política durante las campañas electorales y quiénes son los principales actores que ocupan
este rol.
V.3 . El rol de los inte rme diarios políticos.
Anteriormente se señaló que los intercambios clientelares se conectan en redes piramidales, donde
se acoplan redes políticas con redes informales de ayuda recíproca (Auyero, 2001). Se señaló también que,
en tales interacciones, la presencia de mediadores o brokers176 políticos se hace fundamental,
especialmente en un contexto que ha evidenciado el paso de un sistema clientelar tradicional –
patrón/cliente – a uno de intermediarios o brokers políticos en competencia (Valenzuela, 1977; Barozet,
2004; Durston, 2005). Recordemos que un mediador o broker es el agente intermediario en la relación que
se establece entre uno o varios patrones políticos y sus clientes. Los mediadores pueden pertenecer al
mismo estrato social que los clientes o bien pueden situarse en una posición superior en la estructura
social. Por tanto, no es el capital económico lo que distingue a ciertos actores como intermediarios
políticos, sino la posesión de otros elementos: a) una red duradera de relaciones o “contactos” (Auyero,
2001) o capital social acumulado en Bourdieu (2000) y; b) el reconocimiento y prestigio, o capital
simbólico (Ibíd.). Esta distinción es importante dado que, como plantea Bourdieu, el capital económico
puede colaborar en la obtención de los otros tipos de capital, sin embargo esto puede hacerse solamente al
precio de un determinado esfuerzo de transformación. Así, existen ciertos bienes y servicios que sólo
pueden obtenerse a través de un capital social de relaciones y obligaciones, donde la posibilidad de
obtener beneficios exige un esfuerzo de sociabilidad planteada a largo plazo.
176
El concepto proviene de la economía, definiendo a un operario económico que articula demandas particulares con un mercado
mayorista. Su función tiene algunos paralelos con las de un representante político local, que intermedia entre un caudillo y su
clientela (Durston, 2005).
86
En el caso de las relaciones clientelares, la distinción realizada es especialmente relevante en la
definición de la posición de los intermediarios, dado el carácter de su labor: canalizar las demandas y
encontrar los contactos que puedan proveer posibles soluciones a ellas. Lo anterior implica que, por
ejemplo, no cualquier dirigente intermedio se convierte en un mediador político; sólo logran hacerlo
quienes, teniendo una amplia red de contactos con agentes que ocupan lugares iguales o superiores en la
estructura social, son capaces de establecer relaciones permanentes de intercambio material y simbólico
con su clientela y que, gracias a este tipo de vínculo, logran canalizar lealtades políticas hacia sus
patrones. La importancia del capital simbólico177 también es vital en la conversión de dirigentes en
mediadores políticos, puesto que al tratarse de un “rol informal”, estos agentes se construyen y se
mantienen como tales sólo gracias al reconocimiento de patrones y clientes. Parafraseando a Carlos de la
Torre (1998), el surgimiento de un mediador político legítimo es un proceso de creación mutua, donde
mediador se produce a sí mismo y es, a la vez, una creación de sus seguidores178.
En momentos de campaña política, la participación de brokers con cuantioso capital social y
prestigio, puede llegar a ser tan importante como el carisma del candidato y el marketing electoral. De esta
forma, no hay candidato que pretenda insertarse en un territorio que no busque contactarse con
mediadores reconocidos por la comunidad, ya sea para integrarlos a su equipo de campaña o para que
puedan ayudarlo a gestionar y realizar actividades.
En la comuna de Santiago, hemos podido apreciar que existen tres tipos de mediadores
fundamentales para las campañas municipales. Estos son: a) funcionarios municipales; b) dirigentes
comunales de partidos políticos y; c) dirigentes de organizaciones sociales. Para los candidatos a alcaldes,
también pueden ser actores relevantes los concejales o ex concejales. Del mismo modo, para los
candidatos a concejales también son importantes ciertos “líderes de opinión”, que no desempeñan cargos
formales a nivel social o político, pero que tienen un cierto conocimiento y reconocimiento de sus
barrios179. El trabajo de estos intermediarios políticos es movilizar su capital social y su capital simbólico
en función de determinadas candidaturas. Además de ello, ponen a disposición de éstas el amplio nivel de
177
Es la forma que adoptan los diferentes tipos de capital una vez que son percibidos y reconocidos como legítimos (Bourdieu,
2000).
178
Sobre la base de los planteamientos weberianos, el autor utiliza esta frase para dar cuenta del proceso de surgimiento de los
liderazgos populistas. A nuestro juicio, es una idea que también puede aplicarse para explicar el desarrollo de liderazgos a escala
menor, como es el caso de los intermediarios políticos.
179
El tipo de intermediario relevante para cada campaña dependerá del nivel del cargo al que se postula. Por ejemplo, en una
campaña presidencial, los senadores, diputados y alcaldes son intermediarios fundamentales con la comunidad. En un menos
nivel, como en las campañas parlamentarias, alcaldes y concejales serán los actores más relevantes. Así, sucesivamente, se van
estructurando redes informales con diversos niveles de intermediarios para llegar a la mayor parte de ciudadanos en la conquista
del voto.
87
conocimiento que poseen sobre los problemas de cada sector de la comuna, de las características
socioeconómicas y de las afinidades políticas de sus habitantes. Estos recursos son fundamentales para no
“dar palos de ciego” en un territorio que puede ser completamente desconocido para un postulante180. Se
trata de recursos que reducen la incertidumbre a la hora de pedir apoyo electoral, sirviendo para focalizar
esfuerzos en determinados sectores y para disminuir la desconfianza hacia los candidatos, pues un
postulante recomendado por alguien conocido y reconocido puede tener mayores chances de conseguir
apoyo que un postulante que no tiene más antecedentes que su propia presentación.
V.3.1. Funcionarios municipales y dirigentes de partidos políticos.
En Chile, la existencia de un estatuto administrativo para funcionarios municipales, con una
normativa bien detallada, pone varias trabas a la instrumentalización política del aparato municipal181. Si
bien un nuevo alcalde puede nombrar a personas de su confianza en algunos cargos relevantes, está
impedido de remover completamente la estructura municipal, especialmente a los funcionarios de planta.
Es importante hacer esta aclaración de antemano, dado que en comunas grandes – como es el caso de
Santiago – es prácticamente imposible modificar la estructura interna del gobierno local a favor de un
alcalde determinado.
No obstante lo anterior, el hecho de que existan vacantes para que los alcaldes puedan poner en
cargos importantes a personas de su confianza al instalarse en el municipio, puede generar condiciones
fundamentales para el desarrollo de su gestión y, ciertamente, para las contiendas políticas futuras. Esto se
debe a que cierta parte de la burocracia municipal no necesariamente desempeña su labor con indiferencia
de las consecuencias políticas que ésta tenga. Si bien existen muchos funcionarios que realizan su trabajo
sin que sus opiniones políticas incidan en él, también existen empleados municipales que son militantes o
simpatizantes de partidos políticos, que incluso han sido “colocados” allí por esa cualidad. Esta es una
realidad que no se puede pasar por alto a la hora de analizar las redes que operan durante las campañas
políticas ya que – a pesar de las restricciones legales182 – incluso algunos funcionarios que pueden ser
intachables en su labor cotidiana, logran movilizar los recursos sociales y de prestigio que han logrado
capitalizar desde sus puestos durante las contiendas electorales.
180
Entrevista a Alberto Errázuriz, Concejal Alianza, 17/04/09.
181
Corresponde a la Ley 18.883, cuya última modificación fue realizada en el año 2007. Disponible en la página de la Biblioteca
del Congreso nacional: http://www.bcn.cl/leyes/30256
182
Según el Estatuto Administrativo para Funcionarios Municipales, los funcionarios no pueden utilizar sus puestos como
herramientas de proselitismo político. Ley 18.883.
88
En la municipalidad de Santiago, existe una planta funcionaria183 compuesta por personas que se
han ido incorporando a ella desde la época dictatorial. Dada la alternancia de las gestiones políticas desde
el año ‘90 en adelante, actualmente la estructura municipal contiene tanto a partidarios de la coalición de
derecha como de la Concertación, además de varios funcionarios que no manifiestan abiertamente su
tendencia política. Estos funcionarios trabajan sin conflictos la mayor parte del tiempo, tratando de que su
afiliación o afinidad política no incida en las relaciones entre ellos y con la ciudadanía184. Esta relativa
normalidad se altera en tiempos de campaña, momento en el cual muchos funcionarios solicitan permiso
sin goce de sueldo para trabajar abiertamente en los comandos políticos185. Otros simplemente ejercen, de
forma implícita o explícita, su influencia desde el propio municipio. La motivación de estos agentes por
participar en los equipos de los candidatos es explicada por un dirigente comunal y candidato a concejal
de la Alianza, cuyo jefe de campaña era un funcionario del municipio:
“ (…) pidió permiso sin goce de sueldo porque no puede ser funcionario municipal y estar
trabajando en una campaña política, no se le obliga a él, porque le gusta, porque se entusiasma,
porque tiene un interés distinto, no le da lo mismo que alcalde salga, hay de derecha, de izquierda,
de centro, de todos lados, en todos los municipios están repartidos y estos personajes se suelen
asociar más al candidato que responda y ese personaje le paga el sueldo mientras tanto está con
permiso. Usualmente no se lo niegan, porque también es un problema, ‘claro, por qué le dieron a
unos sí…’, yo creo que le dan a todo el mundo y ese tipo de personas son las que nos ayudan
también a trabajar más cercanamente a las bases”186.
Un caso emblemático ocurre en el Departamento de Gestión Comunitaria. Debido al tipo de
trabajo que desempeñan – mantener la vinculación con las organizaciones sociales – parte importante del
personal de dicha entidad se transforma en agentes vitales para los comandos de unos y otros candidatos.
La importancia que pueden adquirir estos personajes para cualquier candidatura, incluso si no forman
parte explícitamente de los equipos de campaña, es graficada por una concejala:
183
Sólo en el Área Municipal. esto es sin contar las Áreas de Salud y Educación, trabajan más de 2000 personas. Los funcionarios
de planta alcanzan los 1539, los funcionarios a contrata, llegan a los 384 y los funcionarios a honorarios suman 239. Fuente:
Municipalidad de Santiago. El desglose total de cargos y remuneraciones está disponible en el siguiente enlace:
http://intranet.munistgo.cl/integridad/web2/articles.php?lng=es&pg=182
184
Este es un hecho que fue destacado por la mayor parte de los entrevistados, tanto de la Alianza como de la Concertación.
185
Entrevista a Francisco Páez, funcionario Departamento Gestión Comunitaria. 29/12/08.
186
Entrevista a José Ignacio Artiza, miembro directiva distrital UDI, 15/04/09.
89
“(…) si yo soy funcionario del departamento de organizaciones comunitarias y tengo mi postura
política, conozco a casi todos los dirigentes de la comuna y en períodos de campaña me van a
preguntar a mí también. Es una gran influencia que se tiene”.
Así ocurrió en las recientes elecciones municipales, donde buena parte de la plana mayor del
comando de Jaime Ravinet (PDC) estaba compuesta por funcionarios del mencionado departamento
municipal. Se trataba, principalmente, de funcionarios que habían ingresado al municipio durante su
gestión (1992 – 1999) y que permanecieron allí durante las administraciones siguientes. En el comando de
Pablo Zalaquett (UDI) también hubo presencia de funcionarios municipales, donde destacaban algunos
coordinadores territoriales y funcionarios de otras reparticiones187.
En ambos casos se trata, fundamentalmente, de personas que sucesivamente han formado parte de
los comandos de las principales coaliciones en la comuna, por tanto se trata de un círculo relativamente
cerrado de funcionarios que se han ido consolidando como intermediarios políticos y que, debido a dicho
carácter, son convocados a participar en las distintas campañas electorales. Cabe mencionar, que el hecho
de que se conozcan entre sí y que “en tiempos normales” deban trabajar en conjunto dentro del municipio,
hace que quienes pertenecen a uno u otro bando compartan cierta camaradería al encontrarse en las
actividades electorales en terreno. Esta camaradería lleva a que incluso se coordinen para no encontrarse
en determinadas actividades como los clásicos “puerta a puerta”188.
La cordialidad que opera a nivel horizontal entre funcionarios que actúan como mediadores para
bandos contrarios no se replica a nivel vertical. En lo que refiere a la relación de los alcaldes de turno con
los funcionarios que ejercen la mediación política, algunos entrevistados señalaron que ha existido cierta
persecución de sus adversarios, amenazándolos, despidiéndolos o bien, relegándolos a un cargo de menos
importancia. Esto último habría ocurrido durante la gestión de Ravinet, quien habría mandado a personas a
subterráneos ordenando papeles, mientras ponía a su gente189. Por su parte, el entrante alcalde Pablo
Zalaquett desvinculó a varios funcionarios democratacristianos que trabajaban en cargos de jefatura dentro
187
Algunos funcionarios y ex funcionarios también formaron parte de los equipos de campaña de los concejales de la coalición de
derecha
188
Entrevista a Isidora Fuentes, asistente de concejales de la Concertación. 11/12/08
189
Entrevista a José Ignacio Artiza, miembro directiva distrital UDI, 15/04/09.
90
del Departamento de Gestión Comunitaria190. Esta medida habría sido advertida por el edil entrante apenas
asumió el cargo. Una concejala de oposición lo plantea así:
“(…) de hecho Zalaquett lo dijo a la semana de estar adentro y cuando estuvimos todos nosotros,
‘yo sé bien quienes trabajaron y quienes no por mi y no se les olvide, no les voy a hacer nada’, o
sea clarita la amenaza”191.
La amenaza potencial de perder el trabajo – o de perder el grado de influencia que se ejerce a
través de determinado puesto – también opera como un aliciente a la participación activa de funcionarios
en las campañas políticas, generando una especie de alineación casi espontánea de los equipos de
campaña. Las palabras de un dirigente de la Alianza son ilustrativas al respecto:
“(…) entonces también hay tal vez algún sentido perverso digamos, que alguien que tiene una
determinada línea política, que era proclive a nosotros, entró con Joaquín Lavín tal vez y hacía la
gestión municipal en beneficio de los vecinos se siente amenazado ‘chuta yo soy súper marcado
de acá’, entonces sí, a lo mejor no me van a echar’- algunos sí, puede que perdieran la pega- ‘pero
si yo no apoyo al que es de mi línea, voy a terminar archivando y corcheteando cosas todo el día’,
entonces se produce un poco que la gente se va activando sola, o sea, tú no lo vas a buscar, si no
que empiezan ‘oye, entonces que va a pasar, ¿quién va a ser el candidato?, no, pero es que ese es
muy malo, busquemos otro candidato’, porque claro le da que va a tener un jefe que va a trapear
con él, que era el gran temor que tenían muchos funcionarios municipales y muchos vecinos que
también se nos acercaron, ‘oiga a este señor yo no lo quiero’”192.
La importancia de contar con funcionarios que ejerzan el papel de intermediarios políticos podría
tener una estrecha relación con la poca presencia de los partidos políticos a nivel de base. Tanto las células
comunales de los partidos de la Concertación como las de la Alianza, no realizan un trabajo sistemático
con las bases sociales. Si bien muchos militantes participan activamente en las campañas, el rol de las
estructuras partidarias formales en la vinculación con las bases es prácticamente nulo. A pesar de esto,
190
Durante las gestiones de Joaquín Lavín y Raúl Alcaíno, la planta municipal no sufrió mayores modificaciones. Incluso algunos
funcionarios concertacionistas asumieron cargos de jefatura durante esos años. Esto se explicaría, en el caso de Joaquín Lavín, por
su interés de “gobernar con los mejores, independientemente de su color político”, un elemento clave en su discurso como
candidato presidencial. En el caso de Raúl Alcaíno, el escaso interés por colocar gente de su sector habría tenido relación con su
carácter “técnico” y sus escasas pretensiones de seguir una carrera política. Entrevista a José Ignacio Artiza, miembro directiva
distrital UDI, 15/04/09.
191
Entrevista a Paula Canales, concejala Juntos Podemos, 07/01/09. Dato corroborado por asistentes de concejales Concertación.
192
Entrevista a José Ignacio Artiza, miembro directiva distrital UDI, 15/04/09.
91
algunos dirigentes comunales de los partidos operan como intermediarios políticos, canalizando demandas
desde ciudadanos u organizaciones hacia las autoridades de sus partidos, o hacia otros actores que pueden
proveerle soluciones. Es importante insistir en que la canalización de demandas y lealtades no se realiza a
través del organigrama establecido por la estructura local del partido, sino más bien mediante vínculos
informales que se concatenan sucesivamente hasta formar redes clientelares. Estas redes, y no las
estructuras formales del partido, son las que sustentan las campañas políticas en la comuna de Santiago.
Un claro ejemplo de la constitución de estas redes informales se puede apreciar en el relato de una
militante DC que se desempeñaba como jefa de campaña de un candidato a concejal de su partido. Su
labor de articulación es descrita así:
“Dirigente: A ver, la función era hacerme cargo de los casos sociales de personas que aparecieran
con problemas de operaciones que no se realizaron o listas de espera de mucho tiempo, muchos
meses para una operación o tratar de hacer algún contacto con algún servicio para apurar alguna
operación, cosas así ese era mi pega como base de esta cosa, pero todo te lleva a generar
reuniones, a hacer entrevistas para juntar gente que lo reciba.
Entrevistadora: Y los contactos que ustedes tenían para resolver los problemas ¿eran gente
militante de su partido o, contactos suyos?
Dirigente: Contactos de él [del candidato a concejal].
Entrevistadora: ¿Y él tenía como un listado de gente a la que llamar?
Dirigente: No, él me decía llama a tal número que apure esta cosa o ve qué pasa con esta señora
que se está demorando mucho la operación, cosas así (…). Nosotros teníamos determinadas
personas en distintas partes que eran como contactos para apurar las cosas, en salud teníamos a
alguien, en la municipalidad teníamos a otra persona, que se podía apurar”193.
Los concejales en ejercicio también son agentes partidarios que operan como intermediarios
políticos esenciales en tiempos de campaña. Si bien tienen una presencia menos duradera que varios
funcionarios municipales, en el caso de Santiago, estas autoridades desempeñan roles claves a la hora de
capturar votos para los candidatos a alcaldes o para sus sucesores en el concejo municipal, dado el capital
social y el capital simbólico que han logrado acumular. De esta manera, durante las campañas políticas,
193
Entrevista a Loreto Guerra, dirigente comunal DC, jefa de campaña de candidato a concejal DC, 04/12/08.
92
ellos ponen en funcionamiento sus vínculos informales, ya sea con otros intermediarios (funcionarios,
dirigentes sociales, etc.) o directamente con los ciudadanos. Así, en las elecciones municipales del año
2008, concejales salientes como Ximena Lyon (PDC) y Felipe Alessandri (RN), jugaron un papel crucial
en la campaña municipal, apoyando las actividades de alcaldes y concejales194.
V.3.2. Los dirigentes sociales.
Como se señaló con anterioridad, en la comuna de Santiago la mayor parte de las organizaciones
sociales funciona al alero de las políticas del municipio. Es esta la entidad que financia sus gastos
operativos, además de entregarles los principales recursos técnicos y económicos que requieren para
ejercer su labor. Otro aspecto que se debe recordar es la escasa renovación de los dirigentes sociales. Tras
el proceso de democratización llevado a cabo a principios de los ’90 no han existido mayores cambios en
las cabezas de las organizaciones195. La generalidad de los dirigentes ha sido reelegida por varios períodos,
especialmente en el caso de las juntas de vecinos, donde el porcentaje de presidentes nuevos – de dos a
cuatro años en el cargo – no sobrepasa el 1%196. A partir de esto, se construyen importantes vinculaciones
informales entre autoridades comunales, agentes municipales y los dirigentes, las que son
instrumentalizadas para conseguir apoyo político en tiempos electorales.
Cuando un candidato decide llevar adelante una campaña política, una de las primeras tareas a
realizar es hacer un mapeo de los contactos con los que se cuenta en las organizaciones. Los equipos de
campaña tratan de comunicarse con dirigentes actuales o ex dirigentes, dado el nivel de recursos sociales y
de prestigio que ellos pueden aportar para llegar al electorado. De este modo, los dirigentes sociales
operan como “guardabarreras” (Auyero, 2001), poniendo o sacando obstáculos fundamentales para el
acceso de los candidatos a las bases sociales. Esta función queda claramente expuesta en las palabras de
un candidato a concejal, acerca de su forma de contactarse con ciertos dirigentes sociales:
“(…) hay dirigentes que son claves en algunos sectores que después van abriendo puertas en otro
lado. O sea yo me acuerdo que hay una persona clave en adulto mayor que a ella tú le caes muy
194
Ximena Lyon fue un pilar fundamental en la campaña de Jaime Ravinet, apoyando también a algunos candidatos a concejales
del PDC. Por su parte, Felipe Alessandri, fue el jefe de campaña de su hermano Jorge (UDI), apoyando juntos la campaña de
Pablo Zalaquett.
195
Cabe aclarar que la posibilidad de reelección indefinida fue promulgada por el parlamento, en el año 1999, a través de una
modificación a la ley 19.418. Dicha iniciativa fue planteada por un conjunto de diputados donde destacaba el diputado por
Santiago Enrique Krauss (PDC). La promulgación de esta ley se puede interpretar como un intento por mantener el control
territorial a través de la vinculación de los políticos con los dirigentes de base. Entrevista a Francisco Páez, funcionario
Departamento Gestión Comunitaria. 29/12/08.
196
Datos proporcionados por el jefe de la Unidad de Organizaciones Comunitarias.
93
bien o le caes muy mal y ella te puede abrir o cerrar puertas. Entonces si uno no ha tenido un
trabajo con ella anteriormente, claro que no te va a abrir las puertas, pero si tú no eres de su línea
política te las va a cerrar”197.
La misma función se puede apreciar en el relato de una dirigente vecinal adepta a la coalición de
derecha, sobre la visita del candidato a alcalde de la DC a su sede vecinal
“Le dije mira Jaime, cuando quieras venir a la sede ven con gusto, te dije denante que tengo el
primer lunes de cada mes mi sesión ordinaria. ‘Sí’, me dijo, que consideraras este dato que te doy,
‘ah, no te preocupes’, me dijo (…) entonces me llama alguien de su comando y me pregunta si
podía venir y él pensó que le iba a tener la sede llena: ¿sabes cuánta gente llegó? Incluso DC, de
su partido, no vinieron…siete personas vinieron, tú le hubieras visto la cara a Ravinet, en ese
salón de la entrada se hacen las sesiones, la cara la tenía de este tamaño y más encima una persona
que no puede ver a los DC le hizo una serie de preguntas que lo dejaron apabullado y cuando se
fue casi no me saludó”198
El apoyo solicitado por los candidatos a los intermediarios que colaboran con sus equipos puede
expresarse en distintos niveles. Un primer nivel de “facilidades” otorgadas por los dirigentes, es generar
posibilidades para que ellos y los socios de sus organizaciones se reúnan con todos –o la mayoría– de los
candidatos que lo soliciten. Esta práctica es la más frecuente de encontrar en el discurso de los dirigentes,
incluso en aquellos que son reconocidos como simpatizantes de una u otra coalición. Las palabras de una
dirigente son ilustrativas al respecto:
“Aquí se recibe a todo el mundo, porque tenemos gente [en la organización] de todos los sectores
(...) Mi voto, tiene que ver con la persona, no con la tendencia política… es por la impresión que
me dan, si yo veo que van a hacer una buena gestión”199.
Es evidente que esta camaradería puede ser sólo una “fachada” (Goffman, 1959) que se muestra
ante desconocidos, como es el caso de una persona que realiza entrevistas en el marco de un estudio. No
obstante, hay quienes plantean que esta fachada también se mantiene ante agentes municipales y
candidatos. La poca certeza en conocer quiénes serán las próximas autoridades, y el temor de que se les
cierren algunas puertas, motivarían a ciertos dirigentes a mostrarse ambiguos o indiferentes en público.
197
Entrevista a Miguel Aceituno, dirigente Juventud y candidato a concejal DC, 29/09/08.
198
Entrevista a Miriam Bañados, Pdta. Junta Vecinos, 09/01/09.
199
Entrevista a Ismenia Cortés, Presidenta de Junta de Vecinos, 15/12/08.
94
Esta postura se ve como parte del “oportunismo” que impera en ciertos dirigentes sociales, lo cuales
buscarían obtener el máximo de beneficio posible de todo el que les pueda proveer recursos.
“O sea, yo puedo ir a hablar con un dirigente vecinal y me dice ‘lo voy a apoyar’ y después viene
otro colega y le dice lo mismo. Entonces, claro, hay algunos preferidos, si bien es cierto, pero
ellos le piden a los ocho concejales, que le dé y le dé, y el que no…”200
No obstante, dado que el núcleo de los dirigentes sociales de la comuna es relativamente pequeño,
al igual que en el círculo de funcionarios que operan como intermediarios, existe cierto ordenamiento de
las afinidades políticas. Los agentes municipales, y los militantes que se han constituido como
intermediarios políticos relevantes, distinguen entre quienes pueden otorgarles un verdadero apoyo y
quiénes prefieren no involucrarse mucho con nadie. Aunque algunos de estos dirigentes tienen militancia
política, la mayoría se declara como independiente y reconoce cierta cercanía a una de las dos grandes
coaliciones mayoritarias del país.
"Nosotros como sabemos quién es quién sabemos a quién le pedimos apoyo, o sea por decirlo de
alguna manera. Tú sabes a quien decirle ‘¿sabes qué?, va a ir de candidato tal persona, nos
gustaría contar con tu apoyo, ¿lo conoces?, ¿no lo conoces? Uno como que hace el link con ellos,
con todas las dimensiones, o sea, con las organizaciones vecinales, las territoriales y las
funcionales. Muchas veces, además, te son como conocidos y como que además también hay un
segmento que tiene cercanía, cercanías con algunos candidatos, se ordenan, o sea ponte tú, está el
que siempre dice ‘ah no, con la derecha nada’, hay otros que dicen ‘ah no, comunistas no’ (…)”201.
En este esquema, la izquierda extra parlamentaria y otras opciones alternativas quedan más bien
excluidas del apoyo más explícito de los dirigentes sociales. Al respecto, una candidata a concejal del
Pacto Juntos Podemos señaló:
“Aquí hubo una guerra de dirigentes sociales en esta comuna en la última elección, quienes
estaban por Ravinet y quienes por Zalaquett, eso fue una guerra campal. Por lo mismo también
cuando se enfoca en sólo dos personas, el resto queda dentro del peligro real de quedar
invisibilizado que es la crítica que se hace al binominal. Entre comillas no crecen las alternativas
200
Entrevista a Conrado Isla, concejal Concertación, 10/10/08.
201
Entrevista a Isidora Fuentes, asistente de concejales de la Concertación. 11/12/08
95
en tanto siempre se sigue manteniendo el voto útil por los dos grandes conglomerados que son los
que le dan los porcentajes para elegir gente.” 202
Así, en Santiago existen ciertas organizaciones donde se alojan dirigentes más proclives a uno u
otro sector. En el caso de las juntas de vecinos y los clubes de adulto mayor, la mayor parte de los
dirigentes son afines a la Concertación. En los centros de madres y los comités de seguridad y prevención,
hay una mayor preponderancia de dirigentes de la Alianza. Esto obedece a la vinculación histórica entre
las distintas gestiones municipales y la formación de dichas organizaciones203.
Cuando los dirigentes apoyan de forma más explícita a ciertas candidaturas, operan de una forma
diferente en las reuniones que organizan con ellos en sus sedes. En este caso se puede realizar un apoyo
abierto de los dirigentes, resaltando ante los auditores las cualidades del postulante y las posibles
conexiones anteriores con la persona del dirigente o la organización, pero se resguarda –al menos de
forma discursiva – el rol de cada uno: el candidato es candidato por una coalición o partido político, el
dirigente es el que encabeza una organización social. De esta forma, el dirigente señala que se trata de su
preferencia personal, no de la postura de la organización, tratando de diferenciar lo que es su rol social –
aparentemente “apolítico” – de su opinión política. Sin embargo, al manifestar su preferencia, también
marca una pauta a seguir para su “círculo íntimo” y para sus “clientes”. Este tipo de apoyo se ilustra en las
palabras de dos presidentes de junta de vecinos:
“No trabajé en la campaña, voté por él [por Pablo Zalaquett], asistí a todas las manifestaciones
que hizo, he hablado a favor de él, no dentro de la junta porque aquí no se habla de nada que
pueda dividir a las personas, pero fuera hablo lo que me parezca, así que le hice una campaña sin
estar regida por nadie, sino que he trabajado en esa forma, él lo sabe y sabe que soy de derecha así
que le da tranquilidad, pero [junto a otras juntas de vecinos] somos de la misma tendencia, incluso
[en una de las juntas de vecinos, la presidenta] pertenece a un partido, de la Alianza por supuesto,
así que ahí nos unimos para trabajar en conjunto”204.
“(…) ahora apoyé a Zalaquett. Aquí inició la campaña antes de ser candidato, alguien lo conectó
conmigo y partió aquí (…). Vino para acá, yo pertenezco al CESCO y una presidenta que está ahí
202
Entrevista a Paula Canales, concejala Juntos Podemos, 07/01/09.
203
Ver capítulo III.
204
Entrevista a Miriam Bañados, Pdta. Junta Vecinos, 09/01/09. Las dos últimas aclaraciones en corchetes se realizaron para
resguardar la confidencialidad de los dirigentes aludidos.
96
de la junta de vecinos, cuando se inauguró esto vino Zalaquett y el alcalde y comenzó a funcionar,
dijo que habían dirigentes que estaban haciendo campaña. Yo pedí la palabra y le dije que quien lo
había invitado había sido yo, estaba con él así que no hubo problemas, cuando hago algo lo hago
abiertamente, siempre he sido así (…) Conversé con un señor de una panadería que es tesorero de
los comerciantes. Yo fui a pedirle ayuda para atender a don Pablo y me dio doscientos canapés,
diez botellas de bebidas, porque es de derecha el hombre.”205
Existen también dirigentes que adquieren un mayor compromiso con ciertas candidaturas,
incorporándose directamente a las campañas. Éstos –y otros dirigentes que no trabajan explícitamente en
las campañas, por cierto– suelen incorporar también a socios de sus organizaciones, motivados por la
posibilidad de conseguirles una remuneración, aunque sea de forma temporal. De esta manera, los
momentos de campaña también son, para aquellos, oportunidades para realizar favores personales a su
clientela, renovando así su rol como intermediarios. Cabe destacar que, muchas veces, la clientela final no
necesariamente es un grupo de adherentes, pues a veces no tienen la edad o el interés para participar en los
comicios municipales. Así lo grafican las palabras de dos dirigentes que trabajaron directamente en las
campañas de determinados candidatos:
“[A Jaime Ravinet] lo acompañábamos en la campaña, trabajamos con los chiquillos en la
campaña, éramos parte visible de la campaña de él. (…) Yo hablo en mi calidad personal, de
persona natural, mis cargos me han servido porque es un ingreso, te pagan una mensualidad por
trabajar, es un trabajo, dure 3, 4 meses es un trabajo, muchas cabros están cesantes y uno los lleva,
los hace partícipes, pero no van porque les guste más este o este otro, ellos son apolíticos, pero en
el fondo es la parte laboral”206.
“(…) yo le dije [a un determinado candidato a concejal] que no me interesaba ningún alcalde, pero
sí te voy a ayudar en tu campaña y a los jóvenes les dije que me ayudaran, pero sin plata, les
compro una bebida, un sándwich, ‘ya tía’, y partíamos a la feria, así le hicimos la campaña,
directo. La gente se reía porque los cabros no tenían derecho a voto, quince años, les dimos a unos
comerciantes y siempre íbamos, fuimos como cinco o seis sábados y le hablábamos a la gente en
la feria”207.
205
Entrevista a Patricio Núñez (UDI), Pdte. Junta de Vecinos. 22/12/08.
206
Entrevista a Víctor Velázquez (pro Concertación), Pdte. Club deportivo. 16/12/08.
207
Entrevista a Tania Espinoza, Pdta. Junta de Vecinos. 10/12/08.
97
En la mayor parte de los casos, el apoyo abierto de los dirigentes a las candidaturas responde a una
cierta trayectoria de trabajo con ellos o con sus equipos. No se trata de una adhesión que se pueda obtener
a cambio de la entrega de ciertos recursos en un momento puntual de la campaña. Al contrario, son
acciones que responden a la lógica de los dones y contradones en política. Así lo resumen las palabras de
una intermediaria política que trabaja en el municipio, al señalar: “(…) yo creo que muchos de ellos
retribuyen con este apoyo [el voto] el agradecimiento por el apoyo que ha existido históricamente.
Entonces siempre existe un público cautivo, por decirlo así”208.
De esta forma, la afinidad de los dirigentes – y su apoyo explícito hacia ciertos candidatos – debe
distinguirse de los votos que puedan conseguirse en actos masivos de entrega de recursos, en tanto
obedecen a relaciones duraderas, formando parte de un proceso de creación y recreación constante de los
lazos informales que dan sustento a las relaciones clientelares. Las palabras de algunos militantes que se
desempeñan como intermediarios políticos grafican claramente cómo se van construyendo estos vínculos
entre las autoridades y los intermediarios políticos a nivel de bases:
“Ha habido organizaciones que nos han invitado producto de esto, que también ha habido
vinculación previa a ser candidato a concejal (…). Hay dirigentes sociales que, nosotros en lo
particular, cuando estaba Marta Larraechea como concejal y Ximena Lyon en algunos puntos
específicos, nos pedían ayuda ‘oye vayan a ayudar a esta organización porque necesitan
presentarse a unos fondos concursables’. Yo soy administrador público, tengo experiencia en los
fondos concursables, desarrollo y evaluación de proyectos. Íbamos, le ayudábamos a las
organizaciones y ahí había un cierto conocimiento”209.
“La gran cantidad de dirigentes que entra en la dirigencia social son cercanos a un partido o a un
sector político o al final se meten en el cuento igual, se acercan al tiro, por ejemplo si yo soy
presidente de una junta de vecinos y tengo un problema voy al tiro a hablar con mi concejal RN si
soy RN, ahí se inicia el círculo de los favores y si te declaraste RN siempre vas a trabajar con
ellos, y cuando los de la concerta’ te vengan a pedir un favor te cierran la puerta diciendo que no
aceptan a los políticos”210
208
Entrevista a Isidora Fuentes, Asistente de concejales de la Concertación. 11/12/08
209
Entrevista a Miguel Aceituno, dirigente Juventud y candidato a concejal DC, 29/09/08.
210
Entrevista a Carlos Bañados, dirigente juventud PS, integrante comando de Jaime Ravinet, 24/10/08.
98
Es importante insistir, como lo han planteado varios autores, en el hecho de que las relaciones
clientelares son vínculos rutinarios de sociabilidad, trabajados durante todo el año y no sólo en tiempo de
campaña electoral (Barozet, 2005). Como veremos en el capítulo siguiente, a pesar de que estas relaciones
pueden ser inauguradas por un “favor fundacional”, deben ser cultivadas y practicadas de manera
constante (Auyero, 2001), a través de actos permanentes de intercambio, los que reafirman y renuevan el
reconocimiento mutuo (Bourdieu, 2000).
99
Capítulo VI. La inte rme diación de los dirige nte s de base
como inte rcambio de bie ne s simbólicos
_____________________________________________________________________________________
VI.1 . La labor cotidiana de los dirige nte s s ociale s.
VI.1.1. Los dirigentes vecinales como “gestores” de soluciones.
Una de las tareas centrales de la labor mediadora de los dirigentes sociales es buscar soluciones a
los problemas de sus “clientes”. La mayor parte de estos problemas tienen que ver con necesidades
relativas a la carencia de recursos económicos, tales como conseguir cajas de mercadería, pagar cuentas,
conseguir pensiones asistenciales, pago de servicios funerarios, atención en salud, etc. De forma general,
los dirigentes no proveen directamente los recursos que se requieren, sino que más bien canalizan las
demandas y “gestionan” las soluciones, dirigiéndose hacia las fuentes donde estas pueden ser resueltas.
Las fuentes de resolución de problemas más recurrentes suelen ser los distintos departamentos
municipales. Por ejemplo, si se trata de búsqueda de empleo, se deriva a la Oficina Municipal de
Intermediación Laboral (OMIL); si se requieren subvenciones o bienes específicos (mercadería,
medicamentos, etc.), se acude al Departamento de Desarrollo Social, etc.
“Lo que también que a uno le piden que interceda en el departamento de desarrollo social. Pueden
haber personas, por ejemplo, si fallece una persona, el departamento de desarrollo social le puede
conseguir en el cementerio general o con asistentes sociales que les salga más barato el pedazo
donde enterrar a la persona, también le consiguen el servicio fúnebre, también los dirigentes
cuando los viejitos no pueden asistir al departamento donde le consiguen los remedios, le pueden
dar los pañales, esa pega la hacen los dirigentes (…)”211.
Algunos intermediarios nos señalaron que la “necesidad de la intermediación” respondería, en
gran medida, a un desconocimiento de los ciudadanos, especialmente en los sectores más vulnerables,
sobre los servicios que se entregan en el gobierno comunal. Si bien muchas personas recurren
directamente a las instancias municipales, otros prefieren acudir hacia los dirigentes sociales de su sector.
De esta manera, los dirigentes sociales – y otros intermediarios – vendrían a cubrir una especie de vacío de
información en la vinculación entre ciudadanos y municipio. Así lo grafican una concejala y un dirigente:
211
Entrevista a Juan Cáceres (pro Alianza), Dirigente Unión Comunal de Juntas de Vecinos, 13/01/09.
100
“Es que esta es la organización que tiene una municipalidad. Primero el ciudadano común y
corriente, después este ciudadano se organiza en las juntas de vecinos y las juntas de vecinos son
los cuerpos intermedios y los concejales también, porque muchos dirigentes pueden no saber
donde recurrir, muchos vecinos pueden no saber donde recurrir, si necesitan hacer un plano de su
casa para que se lo aprueben no falta el que va a un consultorio, ¿te fijas?, todos necesitamos en
algún minuto de la vida ayuda y conocimiento, nadie tiene el conocimiento absoluto de todo lo
que pasa y todo lo que hay, entonces es la fórmula en que se resuelven los problemas”212.
“Hay gente que no tiene idea que en el municipio tiene una OMIL que existen en todas las
municipalidades que es lo que realmente molesta y podría porque todo el mundo tiene acceso a
Internet, eso las autoridades deberían darse cuenta, así como hay avisos que no le sirven a nadie en
la televisión, podrían haber avisos de la OMIL, en todas las municipalidades hay, el dirigente le
dice donde tiene que ir si quiere buscar un trabajo o conseguir remedios para la alimentación para
todas esas cosas”213.
En tales casos, si bien la intermediación se hace a través de vías formales, los vínculos que los
dirigentes han logrado generar y mantener con autoridades o con los propios funcionarios del municipio
son importantes para agilizar las gestiones. Un extracto de la entrevista a un dirigente vecinal plantea esto
de forma elocuente:
“- Entrevistadora: ¿Se consiguen cosas más rápido si llamo directamente a un dirigente?
- Dirigente: Obvio, sí. Por ejemplo, muchas veces mueren personas y resulta que la familia,
apurados, tienen para llegar en micro al cementerio, entonces el dirigente viene y le consigue un
bus. Si el municipio dispone de plata como para poner un bus, pero el dirigente es el responsable
del bus, el lo pide y lo pasa a la familia. Esas cosas hace también un dirigente”214.
Cabe señalar que, algunos dirigentes también mantienen contactos con entidades externas al
municipio, como agencias estatales de mayor envergadura o, incluso entidades privadas. Tal es el caso de
una “puntera” DC, que posee una red de contactos en el Ministerio de Salud. Ella describe así la manera
en que funciona el proceso de intermediación:
212
Entrevista a Laura Correa, Concejala Alianza, 14/01/09.
213
Entrevista a Juan Cáceres (pro Alianza), Dirigente Unión Comunal de Juntas de Vecinos, 13/01/09.
214
Ibíd.
101
“(…) me vienen a plantear el problema, por ejemplo una operación de cataratas, tiene una
patología que se demora dos años en tener la atención, pero si esperamos dos años ese adulto
mayor puede quedar ciego, entonces yo sencillamente lo derivo al Ministerio de Salud o a la
Superintendencia, donde apuro la atención que corresponde con esos contactos que tengo.
Felizmente, como trabajé como veinte años en salud, tengo bastantes contactos a nivel de
salud”215.
Una “puntera” de RN corrobora esta manera en que funciona la intermediación que ellas ejercen:
“(…) por ejemplo hay gente para la salud, se busca, se va al consultorio, ahí uno tiene sus
contactos, las cosas se pueden hacer más rápido, cuando hay problemas de vivienda, también se
les explica lo que tiene que hacer, cuando hay problemas de colegio, con los cambios (…) siempre
uno manipula contactos para cualquier cosa, de gobiernos, de todas partes, y bueno esto no me da
vergüenza”216.
También se dan casos en que los dirigentes son contactados por entidades o personas externas que
quieren entregar algún servicio a la comunidad, puesto que reconocen en ellos una mayor cercanía con la
realidad que se vive en los barrios de Santiago. Así lo ejemplifican las palabras de un dirigente de la
Unión Comunal de Juntas de Vecinos:
“Por ejemplo ahora hay una fundación me llamaron para ofrecerme sillas de ruedas, bastones, voy
a tener que organizar todo con las juntas de vecinos y cuánta gente que no conozco va a conseguir
una silla de ruedas, pero me hace feliz porque sé que esa persona no tiene para comprar una silla
de ruedas y nosotros se la vamos a poder conseguir, como con otras organizaciones que ya hemos
entregado veinte sillas de ruedas junto con carabineros (…) [Desde la Unión Comunal] se hacen
convenios con empresas, doctores, oculistas, les hacen atenciones a personas de edad, tenemos
convenio con ópticas. Tengo una podóloga que la llevo donde la gente que está postrada y la
atienden enteramente gratis, esas clases de cosas hacen bien al dirigente…”217
Al contrario de lo que puede pensarse, este tipo de intermediación se ejerce incluso en juntas de
vecinos que corresponden a los sectores más acomodados de la comuna, como es el caso del área cercana
al Parque Forestal. Según relata una presidenta de junta de vecinos de ese sector, en su unidad vecinal
215
Entrevista a Ana Gutiérrez (DC), Dirigenta Unión Comunal Adultos Mayores, 09/01/09.
216
Entrevista a Marcia Pizarro, Dirigenta Centro Madres y Comité Adelanto (RN), 19/01/09.
217
Entrevista a Juan Cáceres (pro Alianza), Dirigente Unión Comunal de Juntas de Vecinos, 13/01/09.
102
existen muchas carencias – aunque tal vez se encuentran más escondidas – que la motivan a intermediar
en la búsqueda de algún tipo de ayuda que pueda paliar estas situaciones. En su caso se trata de gestiones
más complicadas, dado que las personas carenciadas están lejos de calzar dentro de las mediciones de
pobreza o vulnerabilidad que manejan las agencias estatales. Es allí donde las relaciones personales
establecidas con funcionarios o autoridades se hacen fundamentales
“Acá lo que tiene el sector y no te lo había comentado es que hay mucha miseria disfrazada. He
conseguido un montón de pensiones asistenciales que da la municipalidad, que no es nada, son
cincuenta y cinco mil pesos, no es nada, pero para el que no tiene nada es mucha plata y consigo
las canastas familiares que las dan por tres meses, luego la suspenden según como vaya la
situación de la persona que las recibe se las vuelven o dar o no, porque es gente que ha tenido,
generalmente son mujeres viudas que su marido o lo que fuera logró comprarse un
departamento”218.
En los casos en que los dirigentes tienen una posición socioeconómica mejor que sus “clientes” –y
que los problemas que se les presentan no requieran movilizar grandes recursos– ellos mismos pueden
operar como fuente de bienes o servicios, echando mano a recursos personales. Al respecto es frecuente
apreciar en el relato de varios dirigentes que, para dar una solución rápida a los problemas que se les
presentan, muchas veces ellos han tenido que “sacar plata de sus propios bolsillos”. Las palabras de una
dirigente son ilustrativas al respecto:
“Yo he pagado tantos teléfonos porque como les vas a quitar el único medio que tienen de
comunicarse, imposible, eso no sale de la junta de vecinos, si me pagaran yo podría hacer todas
esas cosas, pero como no me pagan y tengo que pagarlo yo, porque me muero de pena ver señoras
muy arregladitas con un traje a lo mejor del año treinta, pero impecables, pero no tienen un
peso”219.
De esta manera, los dirigentes sociales se erigen como intermediarios a partir de las necesidades
que tienen las personas que participan en sus organizaciones o residen en los sectores aledaños. No se
trata, por tanto, de figuras impuestas o captadas por un patrón político o por las jerarquías partidarias.
Aunque no responden a vínculos políticos explícitos, su labor no está despolitizada. El carácter político de
su labor se expresa tanto en el poder que ellos pueden llegar a tener en la movilización de sus “clientes”
218
Entrevista a Miriam Bañados, Pdta. Junta Vecinos, 09/01/09.
219
Ibíd.
103
como en las negociaciones y articulaciones con agentes partidistas que actúan el espacio local. A pesar de
esto, ellos construyen su imagen y se presentan públicamente – diría Auyero (2001) – como “gestores de
soluciones”, poniendo énfasis en los aspectos morales de la intermediación, desligando su labor de toda
pretensión de aprovechamiento personal o de instrumentalización política.
VI.1.2. La construcción discursiva acerca de la labor dirigencial.
Un primer elemento que llama la atención en la construcción discursiva de la imagen de los
dirigentes sociales es la separación, casi maniquea, entre las esferas social y política. A pesar de que la
mayor parte de los dirigentes, entra en relación con el sistema político para “gestionar” las soluciones de
sus “clientes”, ellos niegan la posibilidad de visualizar sus acciones como una intermediación política.
Muy por el contrario, incluso aquellos que son militantes de partidos, conciben las gestiones que realizan
como una labor puramente “social”. Esta distinción discursiva dice relación con los aspectos negativos
que ellos – y una buena parte de la población, por cierto – atribuyen al ejercicio político. Para los
dirigentes sociales, la política es un ámbito que “tiene sus propios códigos”, donde intervienen los
intereses y el beneficio de unos pocos. Se trataría, por una parte, de una actividad “particularista”, en tanto
operaría con incentivos selectivos destinados sólo hacia su público cautivo. Por otra parte, la política
equivaldría a “instrumentalización”, puesto que cada “buena” acción en beneficio de la comunidad
siempre tendría como finalidad la búsqueda explícita de votos. Esta visión sitúa a la política como una
actividad que funciona bajo la lógica utilitarista de maximización del beneficio individual. Por
contraposición, lo social es para ellos el ámbito del “bien común”, donde impera la entrega de ayuda a los
más necesitados, sin discriminación y sin la búsqueda de retribuciones personales.
A partir de esta distinción, los dirigentes plantean que el trabajo social no debe ser intervenido por
la política, pues esto destruiría la finalidad de su labor. Al igual que lo observado por Javier Auyero para
el caso argentino, en los dirigentes sociales de la comuna de Santiago “la política es definida como una
acción extraña a las preocupaciones cotidianas” (Auyero, 2001:122). Las palabras de estos dirigentes
vecinales, dos de los cuales son militantes de partidos, ilustran claramente este punto de vista:
“Cada uno tiene una posición clara de política, pero la política hay que saberla manejar, tener su
criterio, su ética, es un tema. Yo digo que para eso están los partidos políticos porque ellos hacen
política y mi organización es para ayudar a los demás”220.
220
Entrevista a Héctor Oyarzo, Dirigente Unión Comunal de Clubes de Adulto Mayor, 22/12/08.
104
“No, [la militancia en el partido y la junta de vecinos son asuntos ]separados, si él [el alcalde]
viene aquí, yo converso con él un asunto político es aparte, lo que es social es social, de la junta de
vecinos y ese ha sido siempre mi norte, dirigente social aparte, lo que es político es político”221.
“(…) a mí la política no me molesta, pero cuando se antepone la política a lo social, ahí me
molesta”222.
La imagen de la “labor social” es construida a partir de un juego retórico que hace hincapié en “la
solidaridad” como cualidad innata de las personas que se dedican al trabajo comunitario. Se trataría de un
valor moral en el que la ayuda se realiza anteponiendo el bien de los demás al bienestar personal. La idea
de solidaridad que está implícita aquí se opone a la de interés, en el sentido “utilitarista” del término.
El énfasis en este tipo de valores, como fundamento de la asociatividad (y del capital social223 de
las sociedades) ha sido subrayado por varios autores. Al respecto Francis Fukuyama (1996), ha defendido
la importancia de los valores y hábitos culturales en la prosperidad económica de los países. Señala que el
énfasis puesto por la economía neoliberal en las acciones orientadas de forma racional y egoísta ha
reducido la interpretación del comportamiento humano a dicho modelo. Si bien este modelo sería certero
en un ochenta por ciento de las veces, plantea que “el ser humano actúa con fines no utilitarios en forma
racional y con orientación grupal con suficiente frecuencia como para afirmar que el modelo neoclásico
nos presenta una imagen incompleta de la naturaleza humana” (Fukuyama, 1996: 41). Luego, muestra una
serie de ejemplos que dan cuenta de que la solidaridad puede ser un objetivo en sí mismo, donde las
personas actúan motivadas por fines superiores al interés individual. Fukuyama subraya que tanto la
solidaridad como la confianza son valores inherentes a una sociedad determinada, que se expresan en
hábitos transmitidos de generación en generación, por tanto están profundamente enraizadas en las
culturas y son difíciles de modificar.
La mayoría de los dirigentes sociales de la comuna de Santiago coincidiría con el planteamiento
de Fukuyama, sin embargo ellos ven que estos valores también pueden expresarse como atributos
individuales. Ellos destacan el hecho de que la solidaridad no es un valor dominante en nuestra sociedad,
221
Patricio Núñez (UDI), Presidente Junta de Vecinos, 22/12/08.
222
Entrevista a Juan Cáceres (pro Alianza), Dirigente Unión Comunal de Juntas de Vecinos, 13/01/09.
223
El concepto de capital social aludido refiere a un atributo colectivo, de la forma en que lo han desarrollado autores como
Coleman, Putnam y Fukuyama. Esta acepción del concepto difiere del utilizado por Bourdieu, y que nosotros hemos privilegiado
para caracterizar los vínculos clientelares. En el definición de Bourdieu, el capital social es un recurso que puede ser utilizado por
los individuos.
105
lo cual hace mucho más destacable la labor que ellos desempeñan. Pero sus planteamientos van mucho
más allá, puesto que ellos “naturalizan” su vocación. Los dirigentes, a diferencia de Fukuyama, creen que
la motivación por ayudar a los demás no se puede aprender, sino que es una cualidad innata. Para aquellos
dirigentes que son cristianos, además, esta cualidad ha sido otorgada o bien les fue “revelada” por Dios.
Así lo expresan las palabras de algunos de ellos:
“Yo no le puedo enseñar a una persona a ser buena, la persona que nace con gana de servir a los
demás, lo que se le puede enseñar son algunas cosas legales, pero no se le puede enseñar a ser
buena, buena vecina, que se preocupe de su vecino enfermo, que le pida un asistente social, y haga
los trámites, muchas cosas así hacen a un dirigente, cosas que vienen de adentro (…)No aspiro a
que me hagan una estatua o me publiquen en la prensa, lo tomo como algo que Dios me dio y que
nunca lo busqué y como nunca lo busqué qué voy a exigir después. Estuve por casualidad en el
momento indicado no más”224.
“Yo he tenido vocación social desde siempre. A los doce años fui catequista, yo estudié en un
colegio de monjas y siempre me gustó participar en las cosas sociales. Era una hija de María, que
cultivaba una forma de ser bien recatada y con mucho carisma, en el sentido religioso (…) Yo soy
muy cristiana, yo pienso que Dios me tiene en esto”225.
“(…) y más aún tengo un compromiso, yo soy muy católica, yo tengo a mi hijo que es ingeniero,
tuvo cinco tumores cancerosos, en esa época me dejó casi en la calle, pero me comprometí ante
Dios, que mientras yo me mantuviera viva y pudiera hacer trabajo en beneficio de la gente lo iba a
hacer, y así llevo todos estos años, porque jamás he sacado beneficios personales de esto, ni para
mí ni para mi familia, todo el trabajo que yo hago es para la gente”226.
El énfasis discursivo en el desinterés de las acciones también se refleja en la narración sobre cómo
ocurre su transformación en dirigentes sociales. En la mayor parte de los entrevistados, la motivación por
presentarse a elecciones en sus organizaciones no surge por iniciativa propia, sino más bien a petición de
otros. Estos “otros” – que pueden ser autoridades locales227, funcionarios municipales228, dirigentes de
224
Ibíd.
225
Entrevista a Ismenia Cortés, Presidenta de Junta de Vecinos, 15/12/08.
226
Entrevista a Ana Gutiérrez (DC), Dirigente Unión Comunal Adultos Mayores, 09/01/09.
227
Es el caso de Hilda Téllez (militante RN), Pdta. Junta de Vecinos.
228
Es el caso de Ismenia Cortés, (pro Concertación), Presidenta Junta de Vecinos.
106
partidos políticos229 o, principalmente, socios de las organizaciones – son los que aprecian inicialmente
sus cualidades y los incitan a ponerse a la cabeza de las organizaciones. El relato de un dirigente grafica
claramente cómo ocurren estas peticiones:
“La cuestión es que se acercaron las elecciones, estamos hablando del [año] noventa y tantos, hace
como veinte años atrás, ya ni me acuerdo, y unas mujeres que son mis amigas de mi niñez, de la
juventud, me dijeron: ‘porqué no te metes a candidato a presidente y nosotros te apoyamos’. Yo
les dije: ‘pero si yo no cuento con el apoyo de nadie, si a mí no me gusta hacerme campaña’ – les
dije – ‘a mí no me gusta eso, como no me gusta militar en partidos políticos, tampoco me gusta
eso. Bueno si ustedes quieren yo me inscribo, pero yo a nadie voy a andar convenciendo para que
después no me vengan a pedir favores, a nadie le voy a golpear la puerta y vote por mí, no, si
salgo, salgo y si no, me da lo mismo’. Y me acuerdo que gané por paliza y fue gracias a esa gente
también a ver que yo podía hacer algo, a lo mejor por mis antecedentes que tenía en la junta de
vecinos y a mi carácter que no es precisamente muy simpático cuando las cosas son serias. La
cuestión es que me eligieron y empecé a hacer lo que había prometido (…)”230.
La insistencia de los otros en que ellos sean los que den continuidad al trabajo de las
organizaciones se renovaría cada vez que se realizan nuevas elecciones de directiva, puesto que ellos
preferirían no seguir siendo dirigentes, dado el nivel de sacrificio que su labor requiere. Sin embargo,
acceden a presentarse nuevamente sólo porque “la gente se los pide”. Para ilustrar esto, reproduciremos el
extracto de una entrevista realizada a un dirigente en la que interviene un socio de la organización,
hablando en su favor:
“- Dirigente: (…) no todos pueden andar contentos, yo también tengo detractores, como llevo
tantos años, me dicen que soy vitalicio, que estoy apernado, porque hay mucha gente que habla,
pero a la hora de los ‘quiubos’ – como dicen – nadie quiere asumir los puestos de dirigente. Me
han tocado en varias campañas y períodos estar casi solo, he estado, pero vengo enfermo como sea
vengo y atiendo, entonces ya la gente me conoce, está conforme con lo que hago. Ahora mismo
termino en septiembre, pero ya vamos a ver [si sigo]. La mayor votación que tengo es de los
adultos mayores…
- Socio: Si ya estamos acostumbradas con don Patricio…
229
Es el caso de Patricio Núñez (UDI), Presidente Junta de Vecinos.
230
Entrevista a Juan Cáceres (pro Alianza), Dirigente Unión Comunal de Juntas de Vecinos, 13/01/09.
107
- Entrevistadora: ¿No se atreven con otro?
- Socio: No, sabe qué, si no está don Patricio, la junta de vecinos se va abajo”231.
Al señalar que “la junta de vecinos se va abajo” sin la presencia de su presidente – que, por cierto,
lleva cerca de veinte años en el cargo – el socio de la organización deja entrever otro aspecto trascendental
de la presentación pública de los dirigentes: la personalización, tanto de los servicios entregados como de
las relaciones a través de los cuales estos se gestionan. Los dirigentes sociales comunales tienden a
concentrar en su persona el quehacer de las organizaciones que lideran. En sus relatos sobre las cosas que
se han logrado para dar solución a las demandas de su sector, jamás aparece un sujeto colectivo: no se
habla de un “nosotros, la organización X”, sino de un “yo, como dirigente”. Las palabras de dos dirigentes
sobre las gestiones que realizan, ilustran que las acciones son siempre relatadas en primera persona:
“(…) he sepultado como diez o doce personas que no han tenido cementerio y hago las gestiones
en la municipalidad, tengo un convenio con una funeraria, tramito, hago las gestiones en la
municipalidad, voy al cementerio. Ahora estoy a cargo de un hogar y estoy cabreado, un hogar
de…que necesita tiempo…”232.
“Con [el ex diputado] Krauss conseguí atención oftalmológica para todos los institutos del adulto
mayor, de esa época no estaba en el plan AUGE, tenían atención gratuita para el adulto mayor.
Trabajé en el ministerio con el superintendente de salud Manuel Hinostroza, he trabajado
con…Lagos a nivel del ministerio de salud, que es en la cual yo le derivo los pacientes que son
tramitados en los consultorios. Trabajo más o menos con veinte consultorios, trabajo con el
consultorio uno, cinco el hospital San Borja Arriarán, el hospital San Juan de Dios – donde trabajé
–y todos los hospitales donde pueda llegar, para solucionar los conflictos de los adultos
mayores”233.
De esta manera, podemos apreciar que, mientras los dirigentes recalcan constantemente la
motivación moral y desinteresada de sus acciones, otros rasgos de su discurso los muestran como los
únicos responsables de que las cosas funcionen y que los problemas se solucionen. Estos aspectos dejan
entrever, de manera implícita, que su ausencia traería como consecuencia la desaparición de todos los
231
Patricio Núñez (UDI), Presidente Junta de Vecinos, 22/12/08.
232
Ibíd.
233
Entrevista a Ana Gutiérrez (DC), Dirigenta Unión Comunal Adultos Mayores, 09/01/09.
108
beneficios obtenidos. Así, parafraseando a Auyero, en una parte esencial de su presentación pública, los
dirigentes sociales “se erigen como los sinónimos de las cosas” (Auyero, 2001: 135), pero también como
sinónimo de la organización.
VI.1.3. Las expectativas asociadas a la entrega de bienes y servicios.
Si bien no reciben gratificaciones económicas por su labor, los dirigentes sociales esperan recibir
otros incentivos, que son más bien de carácter simbólico. Muchos señalan “sentirse pagados” sólo con la
satisfacción personal que les trae solucionar problemas y ayudar a otros, aunque reconocen que los
beneficiarios de sus gestiones muchas veces no retribuyen de manera satisfactoria el enorme trabajo que
ellos realizan:
“Yo estoy un poquito cansada, no del trabajo que produce la junta, sino de la incomprensión de los
vecinos, ellos desgraciadamente, conversamos con los otros dirigentes –porque cada sector tiene
sus problemas, y los manifiesta– pero todos coincidimos en que es un trabajo ingrato, porque no
se trata de hacer cosas para que te digan lo regio que lo haces, sino para que al menos sientas una
actitud de agradecimiento por las cosas que se logran”234.
“(…) jamás he visto que le den las gracias a un dirigente, pero jamás he escuchado que ‘gracias a
esta persona yo estoy bien’. Por eso que la gente es reacia a hacer algo por la sociedad (…) yo
digo que es bonito ser dirigente, tiene sus cosas bonitas y malas, pero nunca es mencionado el
dirigente. A mí no me interesa que me premien, pero sería bonito que de repente tomaran a una
señora y la llevaran a cualquier parte y la pusieran en el diario, ‘esta fue una dirigente vecinal, es
un ejemplo para las demás comunas’”235.
Podemos apreciar en estas palabras que los dirigentes tienen expectativas bien claras sobre su
labor. Ellos esperan recibir reconocimiento y prestigio, pero también agradecimiento y lealtad por la
asistencia entregada a sus “clientes”. Esto podría llevarnos a pensar que los dirigentes no entregan sus
servicios de forma gratuita, y que su accionar también estaría motivado por el interés individual. En estas
prestaciones, la utilidad consistiría en la búsqueda del “placer psíquico” (Fukuyama, 1996). No obstante,
esta sería una forma reduccionista de comprender la manera en que actúan las personas. Como critica
Bourdieu (1997), el utilitarismo plantea, por una parte, que los agentes se moverían por razones
conscientes, como si se plantearan (conscientemente) los fines de su acción y actuaran para conseguir la
234
Entrevista a Miriam Bañados, Pdta. Junta Vecinos, 09/01/09.
235
Entrevista a Juan Cáceres (pro Alianza), Dirigente Unión Comunal de Juntas de Vecinos, 13/01/09.
109
máxima eficacia al menor coste. A partir de esta premisa, se reducen todas las motivaciones de los agentes
al interés económico y a su finalidad en el beneficio material. Como vimos en el apartado anterior, los
dirigentes consideran que este modelo es el que predomina en el ámbito político, donde el reparto de
recursos realizado en períodos cercanos a las elecciones, como búsqueda de un intercambio explícito e
inmediato de bienes/favores por votos, sería su ejemplo más evidente.
Siguiendo esta crítica y, como hemos sostenido anteriormente, lo que vemos en las interacciones
entre los mediadores y sus “clientes” no es una transacción económica travestida, sino una serie de
prácticas y discursos que obedecen a la “economía de los bienes simbólicos” (Bourdieu, 1997). Esta lógica
económica representa, según Bourdieu, la negación del interés236, en el sentido utilitarista. Podríamos
decir, entonces, que las expectativas de los dirigentes frente a las prestaciones entregadas expresan su
creencia en la reglamentación social asociada a la “reciprocidad de los dones”. Como bien descubrió
Marcel Mauss (1979), el intercambio de dones es un sistema de obligaciones mutuas compuesto por la
triada dar/recibir/devolver, donde, a diferencia de las transacciones mercantiles, su importancia no radica
en el valor material de los regalos, sino en su valor simbólico.
Otro aspecto en el que este tipo de intercambio difiere de la lógica de mercado es el manejo de los
plazos de restitución de la deuda. Como plantea Mauss: “una comida en común, una distribución de kava,
el talismán que se lleva consigo, incluso por definición, no pueden devolverse inmediatamente. El
‘tiempo’ es elemento necesario para poder llevar a cabo una contraprestación” (Mauss, 1979: 198). De
esta manera, la real importancia del intercambio de obsequios radica en el intervalo temporal que sucede
al don y antecede al contra-don237. En la mayor parte de las sociedades, se admite que devolver de
inmediato lo entregado equivaldría a rechazarlo. El intervalo temporal opera, por tanto, como pantalla
entre obsequio y contraobsequio, de manera de que ambos actos, siendo perfectamente simétricos,
parecieran actos únicos y desvinculados. Esto le permite al receptor vivir su obsequio “como un obsequio
sin devolución y a la [persona] que devuelve, vivir su obsequio como gratuito y no determinado por el
obsequio inicial” (Bourdieu, 1997: 162).
236
Cabe desatacar que para Bourdieu no existe acto desinteresado, sin embargo cuando él habla de interés no se refiere a la
reducción utilitarista del término, sino a un interés ligado al concepto de illusio, que implica “el hecho de estar metido en el juego,
cogido por el juego, el creer que el juego merece la pena, que vale la pena jugar” (Bourdieu, 1997: 141). Interés, en tal sentido,
significa participar, reconocer el juego y reconocer los envites. Más adelante agrega: “Los juegos sociales son juegos que se hacen
olvidar en tanto que juegos y la illusio es esa relación de fascinación con un juego que es fruto de una relación de complicidad
ontológica entre las estructuras mentales las estructuras objetivas del espacio social” (Ibíd.: 141-142).
237
Cabe señalar que, según Bourdieu, Marcel Mauss describía el intercambio de obsequios como una serie discontinua de actos.
Señala que, “tanto Mauss como Lévi-Strauss – quien definía al intercambio como una estructura de reciprocidad trascendente a
los actos de intercambio – no subrayaron de forma suficiente en su análisis el papel del intervalo temporal entre el obsequio y el
contraobsequio” (Bourdieu, 1998: 161).
110
La necesidad de esta aislar las prestaciones radica en que se trata de intercambios que, al decir de
Bourdieu, siempre poseen verdades dobles, difíciles de unir, caracterizadas por la dualidad entre una
propiedad subjetiva y una realidad objetiva. El acto inicial de entregar un regalo o realizar un favor es una
agresión a la libertad de quien recibe, pues “es una forma de atar haciendo que la gente se sienta obligada”
(Bourdieu, 1997: 162). Como bien sintetiza un entrevistado:
“Esta persona que le pide a la junta de vecinos queda en una situación de vinculación que yo te
agradezco por haberme hecho esto, no es por convicción, no es por derecho, no es porque es tu rol
que si yo tengo un problema puedo acceder hacia ti, sino que es: ‘como yo te pedí algo, te debo
algo’. Y el presidente de junta de vecinos tiene una disposición como de que ‘vengan a pedirme,
yo soy como el mesías, yo les doy, pero después yo le voy a cobrar, ya sea en votos por mí, o por
la persona a la que yo apoye en las próximas elecciones’, se da ese juego, y ese mismo juego se
replica en la relación entre la sociedad civil y la elite política. En el fondo hay una suerte de que
nosotros no le exigimos a la elite política como que ellos son nuestros representantes sino que
cada cosa que hacen es como agradecerles, como que le debemos algo, y no es que ellos tienen
que hacer su pega, ser representantes de nosotros en ciertos procesos de toma de decisiones. Esa
sensación es un proceso que se vive en la calle, es real, sobre todo con la gente más humilde”238.
Sin embargo, existe el “tabú de la explicitación”, a partir del cual esta verdad estructural está
colectivamente reprimida. Se niega el carácter real de este intercambio que aparenta ser “desinteresado”, a
través del autoengaño individual y colectivo: “se hace lo que se hace, haciendo como que no se hace”
(Bourdieu, 1997: 168). De este modo, para Bourdieu quien da y quien recibe colaboran – sin saberlo – en
una labor que disimula la verdad subyacente, pues hacer explícita esa verdad representaría la aniquilación
del intercambio de obsequios. Este autoengaño opera al nivel del habitus, como orientaciones no
conscientes de las acciones de los agentes. “Así, el intercambio de obsequios, concebido como paradigma
de la economía de los bienes simbólicos, se opone al toma y daca, de la economía económica, en tanto que
se basa no en un sujeto calculador sino en un agente predispuesto a entrar, sin intención ni cálculo, en el
juego del intercambio” (Bourdieu, 1997: 167).
Al instaurarse entre agentes desiguales, el intercambio de dones instituye relaciones duraderas de
dominación simbólica (Bourdieu, 1997). Esto transforma a la relación de mediación política personalizada
en una poderosa herramienta de sujeción material y simbólica, que implica protección y/o beneficios “a
cambio” de lealtad y obediencia (Lomnitz Adler y Melnick, 1998; Stokes, 2007). Como la dominación no
238
Entrevista a Miguel Navarro, Director Ejecutivo Fundación Comillas, 09/01/09.
111
es explícita, para que se logre “atar” al dominado no basta con realizar un favor o entregar un bien. Es
preciso que la relación se “hechice”, transformándose en una relación de familiaridad, a través de una
serie continua de actos. Como señala Wolf (1966), en el clientelismo es necesaria la existencia de afecto
entre las partes, de no ser posible su existencia este debe ser fingido. Así, se añade un componente
emotivo al vínculo que impide visualizar de forma explícita la dominación subyacente.
Las descripciones realizadas por los dirigentes de la comuna de Santiago sobre su labor están
siempre teñidas de elementos afectivos, a través de los cuales ellos buscan legitimar su labor
presentándola como desinteresada (en el sentido utilitarista de interés). La conmoción ante el sufrimiento
ajeno, sumado al “sentido innato de solidaridad”, generaría un fuerte compromiso emocional con la
función desempeñada, al punto que ellos no sólo entregan servicios o gestionan la solución de problemas,
sino que también pueden convertirse en un soporte afectivo fundamental para las personas a las que
asisten, estableciendo hacia ellas un vínculo de protección. Esto ocurre especialmente en el caso de los
vecinos que se encuentran solos, como ocurre con muchos adultos mayores de la comuna:
“Sabe usted que el paño de lágrimas de los viejitos son los dirigentes, lamentablemente uno se da
cuenta de que los viejitos después ya no tienen familiares, no tienen nada ahí los dirigentes pasan
a ser la persona que les ayuda, si no fuera el dirigente que le hace eso, le consigue las cosas, todo
eso lo hace el dirigente porque le vecino una vez le podrá hacer una cosa, porque no tiene ninguna
obligación”239
“Tengo uno [un vecino que acude a la sede de la junta vecinal], noventa y cinco años, un hombre
[que fue] muy rico, que nunca pensó que le iba a faltar, ahora no tiene un peso, le conseguí la
pensión, yo le tengo mucho afecto e imagínate noventa y cinco años, él era de la época donde
estaba rozagante y pasaban cosas entretenidas en este país, entonces no me corresponde a mí, pero
lo tomé bajo mi tutela, me cuenta cosas entretenidísimas”240.
El afecto es un elemento que no sólo se plantea a nivel discursivo, sino también se puede observar
en las interacciones cotidianas entre los dirigentes y sus bases. Los dirigentes saludan a sus “clientes” de
forma cariñosa, con un beso en la cara y mirándoles a los ojos; los llaman con apelativos como “viejita
querida”, o por sus nombres en diminutivo (Juanita, Martita, Pedrito, etc.); les preguntan por sus
problemas o los de sus familiares más cercanos, dando la impresión de estar siempre al día en la
239
Entrevista a Juan Cáceres (pro Alianza), Dirigente Unión Comunal de Juntas de Vecinos, 13/01/09.
240
Entrevista a Miriam Bañados, Pdta. Junta Vecinos, 09/01/09.
112
información sobre sus asuntos y mostrando una preocupación constante por tratar de ayudarlos en lo que
les sea posible.
Por otra parte, Bourdieu señala que, para que la alquimia – la transfiguración de relaciones de
dominación en relaciones de afecto – funcione, debe estar apoyada por toda la estructura social y, por
tanto, por las estructuras mentales y las disposiciones producidas por dicha estructura. Así, la
transfiguración sólo se hace efectiva si los agentes que están involucrados en la relación comparten las
mismas categorías de percepción y valoración. Esto les permite percibir – a todos – el intercambio como
un sistema de obligaciones recíprocas de carácter moral y estar “interesado” por los elementos que se
intercambian, es decir, “entrar en el juego” del intercambio. En consecuencia, se hace necesaria la
existencia de un “mercado” para las acciones simbólicas correctas, donde existan las recompensas
correspondientes. En palabras de Bourdieu: “tiene que poder ser interesante el desinterés” (Bourdieu,
1997: 171).
Para los dirigentes de la comuna de Santiago es “interesante el desinterés”, en tanto existe un
reconocimiento a su labor por parte de la mayoría de todos los actores claves en el espacio político local, a
partir del cual se legitima el discurso del “trabajo social” solidario y desmarcado de la actividad políticopartidista. Este tipo de reconocimiento se grafica en las palabras de una concejala, que alaba el trabajo
desarrollado por los dirigentes:
“En realidad si uno lo piensa, el cargo de ser presidente de una junta de vecinos, o de un comité
paritario o de seguridad, es tremendamente difícil. Yo admiro a cada uno de esos dirigentes, son
cuestionados todos los días, les llegan el triple de problemas y son más cercanos aún, porque son
del mismo vecindario, yo los considero admirables que tengan la fuerza para poder ayudar a sus
vecinos, a sus pares y en general. Son todos muy eficientes, preocupados, la gran mayoría de ellos
son adultos mayores que tienen tiempo para dedicarse a esto y nosotros trabajamos con ellos y los
apoyamos en lo que más podemos, tengo la mejor de las opiniones de ellos”241.
En los “clientes”, por su parte “el reconocimiento de deuda se convierte en agradecimiento,
sentimiento duradero respecto al autor del acto generoso, que puede llegar hasta el afecto, el amor (…)”
(Bourdieu, 1997: 172). De este modo, la transfiguración de la relación produce un capital de
reconocimiento que trae “consecuencias simbólicas” para quien ha hecho el favor. Esto es lo que Bourdieu
241
Entrevista a Laura Correa, Concejala Alianza, 14/01/09.
113
llama capital simbólico. Como vimos en el capítulo anterior, el capital simbólico con el que cuentan los
dirigentes es fundamental a la hora de canalizar el apoyo político hacia determinados candidatos.
Pero, el agradecimiento que resulta del reconocimiento de la deuda también puede ir más allá, al
traducirse en lealtad y en una cierta influencia en las decisiones. Esta última va a depender del grado de
asimetría entre los agentes que realizan el intercambio. En palabras simples: mientras más grande el favor,
mayor la deuda y, por tanto, la posibilidad de establecer una relación de dominación. Según nuestro
análisis, la lealtad con la que cuentan los mediadores se expresa, en primer lugar, en su ratificación formal
en las directivas de sus organizaciones, las que –en la mayor parte de los casos– supera los cinco períodos.
Esta forma de reciprocar lo recibido ocurre casi espontáneamente, es decir, sin la necesidad de insinuar la
deuda, dado que la mayor parte de los dirigentes vecinales suele no “hacer campaña” para las elecciones
de directivas. Un ejemplo de este tipo de apoyo es manifestado claramente por una socia de cierta junta de
vecinos, quien señaló haber ido a votar por su presidente estando convaleciente. Según nos relató, su
marido y su hijo la tuvieron que llevar a votar, porque ella no podía desplazarse por sí sola. A la hora de
explicar las razones de este acto de lealtad, ella planteó lo siguiente:
“Yo a Patricio lo adoro porque es un hombre muy esforzado, porque ha dado su vida por esa junta
de vecinos. (…) Es un hombre que en realidad vale, que se sacrifica sin ninguna recompensación,
porque las juntas de vecinos no tienen, no hay sueldo, entonces él lo está haciendo por amor al
arte, porque él tiene su jubilación. A veces Patricio ha ido con unas chalitas con sus deditos,
porque tiene diabetes, y le ha dado infección a sus deditos y cuando uno es diabético eso es más
peligroso y él va igual con su patita mala, yo le digo ‘pucha Patito andai con tu patita mala, ‘sí –
me dice, pero es que me necesitan, tengo que venir a ver esto, aquí, allá’ (…). Yo le he dicho
‘cualquier cosa Patito llámame yo te lo vengo a hacer’ (…)Yo me saco el sombrero por Patricio
(…) La otra vez me encontraba parada esperando y llegó una señora y digo ‘qué este caballero
aquí, este caballero allá, qué se yo’, yo le dije ‘señora no se malagradecida, mire todo lo que hay,
hay una cancha, tienen juegos para los niños ahí y todo lo que él ayuda’, porque Patricio a veces
compra mercadería y le entrega a la gente, de la plata que él recibe…ellos creen que es obligación
de las juntas de vecinos tapar esas cosas y eso no es obligación”242.
Por otra parte, el grado de influencia que tienen los mediadores en las decisiones de su clientela se
traduce en orientaciones sobre cómo votar, o más bien, a qué candidato apoyar en las elecciones243. En
242
Socia junta de vecinos, actual militante RN, 26/12/08.
243
Ver capítulo V.
114
este caso, el convencimiento es sutil y no opera como una obligación explícita de retribución de las
prestaciones entregadas. Como describe una “puntera” democratacristiana:
“Cuando [la gente] está indecisa ahí está el dirigente para hacerles ver el por qué conviene apoyar
a cual candidato, qué compromiso tiene ese candidato con la gestión que uno lleva, porque cuando
[las autoridades] ya son reconocidos y han sacado su beneficio, ahí va el dirigente por detrás y va
a pedir las obligaciones a la cual ellos se comprometieron y si no, eso se da a conocer después
ante la opinión pública”244.
Si observamos la manera en que funciona la intermediación de los dirigentes a partir de la
perspectiva de la economía de los bienes simbólicos, es posible comprender la contradicción entre la
negación discursiva que ellos hacen del intercambio políticamente interesado y la realización de dicho
intercambio, sin catalogarla como una actitud cínica o falsa (que “escondería” el cálculo). Se trata más
bien, según nuestra interpretación, de un habitus predispuesto al desinterés (utilitarista), que actúa en un
campo donde el desinterés está recompensado como capital simbólico, el cual puede utilizarse, además,
como capacidad de influir en las decisiones electorales de los otros.
VI.2 . La construcción y la re novació n de las re lacio ne s con los age nte s políticos
locale s 245.
VI.2.1. Favores fundacionales.
Javier Auyero (2001) destaca la importancia del “favor fundacional” como momento inicial en la
creación del vínculo clientelar. En algunos casos la entrega de un primer servicio es sólo el don que abre
la posibilidad de establecer una relación de intercambios simbólicos de largo aliento, estableciendo la
obligación de retribución que ya hemos descrito. Como hemos destacado antes, en este tipo de
intercambios, señala el autor, no sólo importa lo que se da sino también el cómo se da. Esto implica que se
debe poner atención tanto en los objetos de intercambio como en las experiencias subjetivas, los gestos y
las palabras que “hechizan” (transfiguran, diría Bourdieu) la transacción. Al realizar la entrega de dones,
los agentes políticos “deben respetar la susceptibilidad de los electores: deben tener cuidado de no ofender
la dignidad de éstos, al adoptar ellos mismos una postura digna de la redistribución clientelar (…) El
aprecio y la consideración que los ciudadanos tendrán respecto a sus dirigentes (…) dependen de esas
244
Entrevista a Ana Gutiérrez (DC), Dirigente Unión Comunal Adultos Mayores, 09/01/09.
245
Aquí se entiende por agentes políticos, a los intermediarios militantes de partidos políticos distintos de los dirigentes de
organizaciones sociales de base.
115
cualidades imperceptibles, que corresponden al primer nivel de ‘estilo político’, en especial de la
economía simbólica del don y del contra don: son éstos los que dan a la transacción electoral su carácter
‘encantado’” (Banégas, en Briquet y Sawicki, 1998:107. En Barozet, 2006). Para ilustrar la manera en que
ocurre entra entrega de dones, describiremos una escena de interacción entre un concejal concertacionista
y una presidenta de junta de vecinos, donde se despliegan ciertos recursos buscando re-crear una relación
de carácter más permanente:
“Entramos a la sede vecinal por un pasillo largo. Al final del pasillo se encuentra una mesa llena
de propaganda, tanto de programas de gobierno como de candidatos a concejales y alcaldes. El
concejal y su acompañante saludan afectuosamente a una señora bajita y delgada, de unos sesenta
años, quien sale al pasillo a encontrarnos. Ella es la presidenta de la junta de vecinos. El asistente
del concejal lleva una bolsa en la mano, de la cual saca una plancha nueva, en su caja, y se la
entrega. La presidenta de la junta de vecinos les agradece. Por conversaciones posteriores asumo
que la plancha es un premio para un bingo que están organizando. En la entrevista que le hice al
concejal, este me señaló que los dirigentes suelen pedir este tipo de recursos para las actividades
que realizan, aunque no mencionó que los concejales respondían positivamente a estas peticiones.
Me llama la atención el trato entre el concejal y la dirigente. Él la tutea a ella, a pesar de que ella
debe ser al menos veinte años mayor. Ella se dirige hacia él con un cierto respeto por su calidad de
autoridad: lo llama “concejal”. No obstante, se relacionan con mucha cordialidad y confianza,
como si se conocieran de hace mucho tiempo. El concejal se expresa de forma distendida en la
conversación, preguntándole sobre distintos temas. Le pregunta si han recibido visitas de muchos
candidatos y si les han pedido cosas para sus actividades. Ella señala que les han pedido cosas a
todos los candidatos que han aparecido por su sede. Ante esto yo espero que el concejal le haga
ver alguna distinción entre su entrega y la que pudiesen realizar los otros, pero no manifiesta
palabra alguna, como si fuera “natural” el ejercicio de aprovechar la instancia electoral para
recibir más recursos. Tal vez la omisión puede obedecer a qué el concejal conoce las reglas de los
intercambios y tiene claridad sobre el “tabú de la explicitación” (…).
Más adelante, mientras sigue fluyendo la conversación, la dirigente le pregunta al concejal si
‘tiene algún contacto’ para conseguirle un empleo a su hija. Le cuenta que su hija es profesora y
trabaja en la comuna de Independencia, y desea trasladarse a Santiago. El concejal le dice: ‘ah, tu
hija, la que vive contigo, si la conozco’. Ella le señala que es una profesora de vocación, pero que
no ha tendido suerte para encontrar trabajo. Entonces el concejal procede a sacar un papel de su
bolsillo y le dice que le iría mejor si hablara con Ravinet. Sin embargo le señala: ‘nosotros
116
tenemos algunos amigos en el DEM’, y le anota un nombre y un teléfono. Le dice que vaya al
DEM a hablar con el funcionario nombrado, ‘dile que vas de parte mía. Él te puede dar más
información’- le señala-”.
La escena descrita pone de manifiesto la entrega de un recurso material para la organización (una
plancha para un bingo) y la realización de un favor personal (contacto para conseguir trabajo para su hija)
de parte del concejal a la presidenta de la junta de vecinos. Tal como describimos, esta actuación ocurre
con completa naturalidad entre las partes, sin la necesidad de hacer un “cobro inmediato” de la prestación
entregada. En toda la interacción es importante el despliegue de recursos, pero también la propia
performance de los actores, en tanto envuelve una relación de cercanía y confianza y no una simple
transacción. Actos como este son los que, más tarde, posibilitan la búsqueda de apoyo en tiempos
electorales. Sin embargo, como ya hemos señalado, esta prestación no asegura que la retribución se
transforme en un voto y en apoyo hacia el concejal. Como hemos descrito, siguiendo a Auyero (2001), la
circulación de bienes en un sentido y de apoyo político, en otro, no implica que los primeros causen los
segundos. Por otro lado, es necesario insistir en que una prestación no puede ser suficiente para crear
vínculos cotidianos de lealtad y confianza. Se requiere, como ya hemos subrayado, de un intercambio
permanente de recursos y de un intervalo de tiempo entre una prestación y otra.
A diferencia de estos intercambios que son un tanto difusos, existen casos en los que la
significación de un favor fundacional puede llegar a ser tan importante, que logra generar por sí sola una
lealtad que no requiere de la renovación continua del vínculo. En nuestra investigación evidenciamos la
importancia de este tipo de favores de parte de algunos agentes políticos hacia dirigentes sociales. Al
respecto, algunos intermediarios políticos locales describieron los procesos a través de los cuales pudieron
establecer relaciones de reciprocidad que se capitalizarían en los momentos de campaña. En estos casos el
apoyo político por parte del destinatario del favor es explícito, y ocurre como una retribución casi obvia,
donde no existe la necesidad de “cobro”. Tal es el caso de un dirigente comunal de la UDI que relata la
forma en que consiguió empleo para una señora que se encontraba cesante:
“Me me llamó un amigo y fue el revés: ‘sabes qué, tú conoces a una persona porque tengo un
amigo muy amigo, que es un dentista y que su secretaria que le ve toda su oficina se le va esta
semana y el tipo está destruido, no haya que hacer porque no va a poder parar la oficina y necesita
con urgencia una secretaria, alguien de confianza, ¿tú conoces a alguien que puedas recomendar?’.
Ya po’, justo llegó una persona buscando trabajo, también recomendada, que conocía a otra
persona amiga mía y pucha ‘don José, si usted sabe de alguna cosa, yo soy vendedora y no sé qué’
y yo digo así ¡clic!, ‘oiga y usted ha sido secretaria’, ‘no no he sido secretaria, pero…’, ‘sabe
117
cómos e hace’, ‘si, más o menos, algo me defiendo’, ‘y por qué no se prueba como secretaria, mire
tengo esta cosa’, ‘¡usted cree’?, ‘vaya, no pierde nada’, le dije yo. Resulta que fue, estaba
empezando la campaña, y yo casi se me había olvidado el tema, me llama a los dos tres días, ‘oiga
don José’, ‘sí, ah, señora Mirta, como está, como le fue’, ‘no, no sabe nada, yo le quiero dar las
gracias porque el dentista tan buena persona, fíjese que yo le serví justo lo que necesitaba y ahí
empiezo a trabajar mañana, así que hasta el día de hoy la señora está trabajando. Me manda
saludos, me manda típicos correos, cadenas de agradecimiento, ‘que yo gracias a usted estoy
trabajando hace un año y tanto’, entonces es suerte”246.
Otro relato similar se da entre una funcionaria municipal y una ex dirigente, a quien la primera
estimuló constantemente para que ella continuara sus estudios y “sacara adelante” a su familia:
“O sea a mí me han tocado cosas como por ejemplo cuando yo llegué en año 90 el territorio
vecinal que tuve que intervenir [la presidenta de junta de vecinos] era una señora que te morís, era
un brazo de mar, o sea, trabajadora, trabajadora, trabajadora. Primero no le gustó nada que yo le
dijera que se eligiera democráticamente, lo hizo. (…) Conversando, ella no había terminado su
cuarto medio. ‘Pucha, por qué no termina usted su cuarto medio, usted tiene que terminar su
cuarto medio’ (…) Cuento corto, la señora terminó siendo profesora y yo la agarré cuando ella
tenía como 45 años. Y ella fue capaz no sólo de ella titularse, ser profesional, ser profesora, sino
que su hija es asistente social y sus hijos son todos profesionales (…). O sea efectivamente la galla
‘hay es que mi marido se enoja’, ‘mala pata, déjalo que se enoje, enséñale a cocinar’ (…) Ella
terminó siendo profesora. Me acuerdo que me pidió que le ayudara con sus dos hijos para entrar al
Instituto Nacional, los chicos eran bien dedicados. La hija es asistente social, uno es ingeniero y el
otro es periodista, y vivían en un cité que tenía un baño colectivo, el cité completo, era un
conventillo. De ahí, que vivía en Santa Isabel con Carmen, saltar a tener su casa propia y tres hijos
profesionales, con la satisfacción que le produce a los padres tener hijos profesionales. Con eso
una está pagada. ¿Te dai’ cuenta? Pero esa gente por ejemplo, ella te busca cuando hay campaña,
te dice ‘yo, dónde usted esté’, ¿cachai?, o sea ‘donde usted esté, yo ahí con usted’. Entonces claro,
tu decís ya po’”247.
246
Entrevista a José Ignacio Artiza, miembro directiva distrital UDI, 15/04/09.
247
Entrevista a Isidora Fuentes, asistente de concejales de la Concertación, 11/12/08
118
El peso de estos favores puede ser tan trascendental que logra traspasar las barreras políticopartidistas248. Tal es el caso de una “puntera” de la Alianza que, a pesar de ser militante de un partido de
esa coalición en las elecciones municipales de 2008 apoyó abiertamente al candidato de la DC Jaime
Ravinet. La razón de este apoyo, según sus palabras se debe al enorme agradecimiento que ella tiene hacia
el ex alcalde, quien le brindó las herramientas para transformarse en microempresaria.
“Yo estoy media enojada con la derecha, porque me hicieron una mala jugada (…) soy media
vengativa, espero el momento y le di el favor a Ravinet, es como ir en contra a mis principios, no
sé si el partido me habrá echado (…). Estoy muy agradecida de Ravinet, por muy de derecha que
sea, porque a mí me hizo microempresaria, me acuerdo que me llama y me dice ‘Marcia hay un
proyecto de microempresaria de treinta millones para diez personas’. Ahí la pensé, no quería, y
después me dijo que tenía que ser con tres personas más. ‘Ah, no – le dije – a mí me gusta trabajar
con mi familia’, ‘Hágalo con su familia’. Entonces mis dos microempresarios son mis dos hijos,
uno hacía las masas y el otro repartía, y me fue re bien (…)”249.
La cita demuestra que este “favor fundacional”, que dio un rumbo distinto a la vida de esta
dirigente y de su familia, sumado a la deslealtad de agentes políticos de su sector, hicieron posible el
cambio de orientación sobre su apoyo político. Otros dirigentes, militantes de la Alianza, señalaron que en
las elecciones pasadas retribuyeron con su voto hacia el candidato DC el agradecimiento por todas las
cosas que consiguieron durante su gestión para sus organizaciones y para su propia formación como
dirigentes250.
En casos excepcionales la prestación significativa inicial puede ocurrir de parte de los dirigentes
hacia las autoridades. Un caso emblemático al respecto ocurrió con un dirigente vecinal
democratacristiano que decidió apoyar públicamente a Joaquín Lavín en las elecciones presidenciales de
1999. Esto le valió la expulsión de su partido. Sin embargo, cuando Joaquín Lavín fue elegido alcalde de
Santiago, este dirigente recibió enormes retribuciones gracias a su arriesgada jugada. En este caso las
retribuciones personales tuvieron que ver más con el reconocimiento y el prestigio, al punto de ser
considerado como “el favorito de los alcaldes” de la Alianza. También consiguió importantes recursos
248
Desde luego, este tipo de favores puede ser más frecuentes entre las autoridades y militantes de un mismo partido. Tal es el
caso de una ex dirigente vecinal que actualmente se desempeña como funcionaria municipal, gracias al ex alcalde Ravinet, quien
también hizo gestiones para que ella consiguiera una casa propia. Sin embargo, nos interesa resaltar el peso del favor en contraste
con convicciones políticas.
249
Entrevista a Marcia Pizarro, Dirigente Centro Madres y Comité Adelanto (RN), 19/01/09.
250
Es el caso de Hilda Téllez (militante UDI), Pdta. Junta de Vecinos.
119
para su organización, siendo su sede vecinal actualmente una de las más imponentes de la comuna, en
términos de infraestructura251.
VI.2.2. La importancia de la “confianza”.
Hemos visto que la estructura de las redes clientelares en Santiago está marcada por la presencia
de diversos tipos de mediadores que no obedecen a patrones políticos particulares, sino que más bien
recurren a fuentes diversas para solucionar las demandas que les plantean su “clientes”. Si consideramos,
además, que los principales intermediarios son dirigentes de organizaciones sociales de base sin militancia
partidista, podemos observar que estos agentes cuentan con relativa soltura para desenvolverse y poseen
cierto grado de independencia sobre cómo orientar sus apoyos políticos. No obstante, su vinculación con
otros intermediarios –principalmente militantes de partidos políticos que son parte importante de la
estructura clientelar, incluyendo a algunas autoridades locales – también están sometidas a las
obligaciones propias del intercambio de bienes simbólicos.
En la mayor parte de los casos los vínculos que los dirigentes sociales utilizan para satisfacer las
demandas, se fundamentan en las afinidades políticas generales, distinguiendo entre el apoyo a la Alianza
y el apoyo a la Concertación. Estas afinidades operan como un rasgo que puede “filtrar” las orientaciones
de voto. Sin embargo, los lazos construidos y mantenidos con los agentes político-partidistas locales
pueden ser mucho más importantes a la hora de decidir hacia quien se destina el favorecimiento electoral.
Estos vínculos se reconocen (en ambos sentidos del término) a partir de una trayectoria de intercambios
simbólicos, a través de los cuales se entregan recursos materiales o se realizan favores “a cambio” del
apoyo político en momentos electorales. Como hemos descrito, en el caso de los dirigentes sociales, este
apoyo no sólo se traduce en el voto propio, sino también en la influencia en la orientación electoral de sus
“clientes”. De ahí el énfasis puesto por las autoridades y los mediadores partidistas locales en vincularse
con los dirigentes y ayudarlos a resolver los problemas que ellos canalizan. Un ex concejal
concertacionista describe la importancia de construir estos lazos:
“[Cuando era concejal] yo recorrí todas las organizaciones, porque ése es también un tema, porque
creo que una de las funciones importantes de un concejal es vincularse con las organizaciones.
Ahora, eso demanda mucho tiempo, no es fácil, pero uno tiene que vincularse con las
organizaciones, creo que es la única manera de conocer lo que pasa, los problemas, las
251
Es el caso de Patricio Núñez (UDI), Presidente Junta de Vecinos.
120
necesidades que hay, de cómo uno puede ir teniendo opiniones o juicios más sólidos respecto de
las decisiones que se toman”252.
Para que se construyan vínculos de mediano y largo plazo entre los agentes mencionados es
necesaria la presencia (y el cultivo constante) de los aspectos “cognitivos” de la vinculación social. Al
respecto, tanto el conocimiento como el reconocimiento mutuo son un paso fundamental, sin embargo se
requiere un componente adicional que permita “creer” en el cumplimiento de las reglas de reciprocidad.
Este componente es la confianza, elemento que varios autores han señalado como el contenido esencial
del “capital social”. La confianza, puede ser entendida como un sentimiento o como un valor que se basa
en la expectativa sobre el (buen) comportamiento de los otros. Así, Claus Offe la define como “la creencia
en que otros, a través de acción o inacción, contribuirán a mi/nuestro bienestar y se abstendrán de
ocasionar daño sobre mí/nosotros” (Offe, 1999: 4)253. En una línea similar –aunque la entiende más bien
como un atributo colectivo – Fukuyama señala que se trata de “la expectativa que surge dentro de una
comunidad de comportamiento normal254, honesto y cooperativo basada en normas comunes, compartidas
por todos los miembros de dicha comunidad” (Fukuyama, 1996: 45).
La manera en que este elemento da un soporte a los vínculos generados entre los agentes políticos
y los dirigentes sociales, ha sido muy bien descrita por una funcionaria demócrata cristiana de la
municipalidad de Santiago:
“Yo creo que tú te ganas la confianza de los dirigentes, absolutamente…relaciones absolutamente
de confianza, y yo creo que todavía uno en los dirigentes encuentra gente de piel, como…no sólo
creen en ti sino que tienes que ganarte el cariño de ellos, sino esto no es fácil. Las relaciones con
los dirigentes sociales tienen que ser súper recíprocas. Si hay una dimensión donde las relaciones
tienen que ser recíprocas es con los dirigentes sociales. Ellos esperan de ti y no podís defraudarlos
y en base a eso también la permanencia en el tiempo, sino no se daría. Pero es de amistad que se
construye, si uno pudiera decir la amistad…no soy amiga de cumpleaños de todos o sea no voy a
los cumpleaños…pero es de cercanía y es de confianza, fundamentalmente, de saberles responder
y de no decepcionarlos en sus aspiraciones y expectativas. Así que yo diría que es eso lo que ha
252
Entrevista a José Robles, Dirigente CESCO y ex concejal, 18/12/08.
253
Publicado en Warren, Mark E. (ed.), Democracy and Trust. Cambridge: Cambridge University Press, 1999: 42-87. La cita
corresponde a una versión electrónica disponible en el siguiente enlace: http://www.colbud.hu/honesty-trust/offe/pub01.PDF
254
La idea de “comportamiento normal” es un tanto ambigua y es cuestionada incluso por el propio Fukuyama, quien plantea que
en ciertas sociedades la expectativa normal que las personas se estafen unas a otras. Por esto plantea que no es una condición
suficiente (Fukuyama, 1996. Ver notas al capítulo 3, página 395).
121
hecho posible que uno mantenga relaciones con ellos por mucho tiempo. Yo conozco dirigentes
que han dejado de ser dirigentes y todavía sé de ellos”255.
Como bien expresan las palabras de esta funcionaria, la confianza es el “cemento” a partir del cual
se fundamentan las relaciones de intercambio simbólico, en tanto posibilita la mantención del vínculo
entre la prestación entregada y la restitución de la deuda. Como vimos, en este tipo de intercambios existe
intervalo temporal que media entre el don y el contra-don, por tanto, al momento de generar la entrega
inicial no existe la certeza absoluta de que la deuda se saldará, sólo existe la expectativa, la “confianza” en
que la persona beneficiada actuará de acuerdo a las normas morales que exigen devolver de alguna forma
lo recibido. Una vez que la deuda se ha saldado, y es posible generar varios intercambios sucesivos, la
confianza puesta en la relación se va reforzando. Esto permite la reducción de la incertidumbre frente a las
actuaciones y, por tanto, facilita la toma de decisiones por parte de los actores.
La posibilidad de existencia de este elemento en las vinculaciones entre agentes políticos locales y
dirigentes sociales se ve incrementada por la presencia de redes densas y cerradas, donde existen pocos
nodos pero que están altamente relacionados. Como han subrayado Coleman y Putnam –dos de los autores
más importantes en los estudios sobre capital social – este tipo de redes estimula la cooperación y las
actitudes “honestas”. Esta posibilidad ocurre, según los autores, por la existencia de reputaciones (capital
simbólico, diría Bourdieu) que deben cuidarse. Coleman (1990) plantea, al respecto, que la reputación no
puede surgir en estructuras demasiado abiertas, puesto que implica que en ese tipo de redes las sanciones
colectivas ante el incumplimiento de las reglas no se pueden aplicar. La importancia de las sanciones
como elemento que potencia la confianza en “círculos cerrados” de personas, es subrayado por
Granovetter cuando señala: “Mi mortificación por engañar a un buen amigo puede ser enorme incluso sin
ser descubierta. Y puede ser mayor aún cuando mi amigo lo sabe. Pero puede ser simplemente
insoportable si nuestros amigos mutuos descubren el engaño y se lo cuentan entre ellos” (Granovetter,
1985, 1992: 44. Citado en Burt, 2004: 247).
El hecho de que, como hemos subrayado en el capítulo IV, la mayoría de los agentes se conocen y
reconocen a partir de una trayectoria de trabajo de mediano y largo plazo, hace que, a pesar de la enorme
planta funcionaria y de la gran cantidad de organizaciones existentes en la comuna, las redes clientelares
ligadas al trabajo municipal sean relativamente cerradas. Ello facilita la existencia y aplicación de
sanciones sociales destinadas a resguardar las reputaciones y las lealtades entre los agentes. Como
describió una funcionaria:
255
Entrevista a Isidora Fuentes, asistente de concejales de la Concertación, 11/12/08.
122
“Santiago es una comunidad que la gente que está vinculada a los municipios es una comunidad,
que si bien muy grande, a ver para nosotros que llevamos tiempo, yo como funcionaria y además
como militante de un partido político que también tengo vida aparte de mi trabajo, es
absolutamente conocido, absolutamente conocido. No es tan grande finalmente, porque somos los
mismos, o sea ponte tú te topas en la calle, son las mismas personas que están en campaña por el
candidato contrario, al punto que nos saludamos y hacemos tregua: ‘oye, tratemos de que
tengamos una buena campaña, no nos agarremos, porque además sabís que esto termina y
volvemos a caminar juntos en otro lugar’256.
De esta forma, aunque autoridades y funcionarios atienden diariamente a muchos dirigentes y
personas particulares, pueden priorizar y focalizar la entrega de ayuda, teniendo como garantía el trabajo
conjunto realizado en el pasado. Como relata la misma funcionaria citada en el párrafo anterior:
“(…) tú puedes venir acá a pedir ayuda y toda la cosa, pero todos sabemos quién es quién, o sea
nadie tiene que andar aquí diciendo ‘mire yo siempre estuve con usted’, no funciona así”257.
VI.2.3. Las visitas a las organizaciones: actualización y renovación de los vínculos.
Para que la no explicitación de las prestaciones y retribuciones sea innecesaria, es imprescindible
haber sido capaz de mantener las relaciones más allá de los momentos fundacionales y, desde luego,
traspasando los períodos electorales. En el caso de las relaciones entre autoridades o intermediarios
municipales y dirigentes sociales, no basta con la dinámica “favores por votos” para estrechar los vínculos
de cooperación. Es preciso que las reglas de reciprocidad se apliquen a través de otros actos, que pueden
parecer de menor relevancia, pero que son tremendamente significativos para poner a prueba la
autenticidad de los lazos. Un ex concejal describe algunos de estos actos como parte esencial del trabajo
realizado con las organizaciones de base:
“Entonces yo me recorrí casi todas las organizaciones, trataba de ir a todos los eventos a los que
me invitaban los dirigentes. Hay mucha actividad y hay períodos donde todas las organizaciones
hacen sus eventos a fin de año, entonces mi vinculación fue bastante fuerte y eso fue lo que de
alguna manera se tradujo en que después continuara en el concejo porque igual yo tenía bastante
vinculación con las organizaciones”258.
256
Entrevista a Isidora Fuentes, asistente de concejales de la Concertación, 11/12/08.
257
Ibíd.
258
Entrevista a José Robles, Dirigente CESCO y ex concejal, 18/12/08.
123
Como describe este informante, las invitaciones que los dirigentes realizan para asistir a las
actividades como son los cierres de cursos y talleres, las celebraciones de navidad, día del niño o día de la
madre, etc., muchas veces van destinadas a varias autoridades y funcionarios municipales, sin distinguir su
tendencia política. Sin embargo, quienes asisten a ellas pueden tomar ventaja en términos del
estrechamiento de los lazos. De esta manera, a pesar de que las actividades tienen un carácter formal (son
eventos de la organización, a menudo financiadas a través de fondos concursables), son instancias
significativas para la continuidad de las relaciones.
Del lado de autoridades y funcionarios, la asistencia a estos actos es fundamental para demostrar
la preocupación por el trabajo que realizan las organizaciones durante el año y la importancia que tiene la
vinculación directa con las bases. Así también pueden cultivar de mejor forma la imagen de “cercanía con
la gente” y de real interés en sus problemas, desdibujando la visión de instrumentalización que los
dirigentes y la mayor parte de las personas asocian a las autoridades políticas. De esta manera, con la
asistencia a estas actividades, aunque presenten una baja concurrencia, las autoridades pueden dar la
impresión de que “siempre han estado ahí” y que no sólo aparecen cada cuatro años para buscar votos. Al
respecto, un concejal de la Alianza, que capitalizó el trabajo realizado por su hermano (concejal en el
período anterior), señaló la importancia de asistir a las actividades realizadas por las organizaciones:
“El mismo hecho de que Alcaíno fuera un alcalde de escritorio y la cercana amistad que tenía mi
hermano con Alcaíno, le permitió a mi hermano salir a la calle, entonces era él la autoridad
municipal que estaba más en la calle. Y al final, desde la mitad del período hacia adelante,
Alcaíno lo empezó a mandar en representación de él. Entonces era Felipe el que iba a las juntas de
vecinos y que después le transmitía las noticias al alcalde. Por eso, teniendo un alcalde encerrado
en la municipalidad, mi hermano pudo hacer un trabajo social importante y ser un poco la voz de
los vecinos con el alcalde”259.
La manera en que las visitas a las organizaciones sirven para cultivar vínculos fuertes y de largo
plazo es ilustrada por una dirigente vecinal, que relata cómo fue cultivando el estrecho lazo que mantiene
actualmente con un concejal. Cuando ambos se conocieron ella estaba en su primer período como
presidenta de junta de vecinos y encontró en él todo el apoyo que necesitaba para fortalecer el trabajo de
su organización:
259
Entrevista a Alberto Errázuriz, concejal Alianza, 17/04/09.
124
“[El concejal] venía los días sábado y hablábamos de todos los problemas que teníamos,
tomábamos tecito con [el concejal] y él estaba aquí con gente que sabía del tema y nos hablaban
de todos los problemas y de cómo podíamos solucionarlos, ah y salíamos a la calle, porque cuando
salió elegido nosotros teníamos un pánico de que estábamos rodeados de delincuentes y nos
demostraron ellos,[el concejal y su asistente] salimos a la calle a diferentes horas, fuimos a la
plaza, hablamos con los marihuaneros de la plaza y nos mostraron que no era tan así. Entonces [el
concejal] de todo el período que estuvo, estuvo aquí, los sábados, nosotros también sacrificábamos
los sábados porque era interesante los temas que hablábamos, formábamos comisiones, hicimos
equipos de fútbol…”260.
Más tarde, cuando este concejal se presentó a la reelección, la dirigente trabajó directamente en su
equipo de campaña, junto a otros socios de la junta de vecinos. De esta manera, ella retribuyó el
agradecimiento por la presencia continua del concejal en su organización. Pero además, al saldar la deuda,
ella generó la posibilidad de continuar la cadena de dones y contra-dones. Más tarde, volvería a recurrir a
él para solucionar un problema que se le presentaba, como era obtener recursos para celebrar la fiesta de
navidad de los niños del sector. Como describió esta intermediaria, el concejal no solo aportaría con un
recurso vital para la actividad (una torta), sino que participaría en ella para interactuar con los socios de la
organización:
“Yo voy a llamar [al concejal] para pedirle una torta para ese día, pero él quiere tomar once con
las mamás, porque él es muy agradable con los temas, las preguntas, se forma un ambiente muy
agradable, entonces después de la fiesta de los niños vamos a juntarnos con él para ver cómo ha
estado porque él es del inventario, yo aseguro que si sale otra directiva [en la junta de vecinos], y
lo conocen, igual van a trabajar con él”261.
Los dirigentes, por su parte, a través de estos actos buscan visibilizar el trabajo realizado durante
el año, justificando como forma de garantizar la confiabilidad en el financiamiento de actividades futuras.
Como señaló una asistente de concejales:
“[Los dirigentes] siempre andan generando actividades, rifas, actividades en la calle, actividades
para que participen ellos e invitan a los concejales [y a los funcionarios municipales, por cierto],
porque en la medida que efectivamente estos conocen su labor, se convierten en promotores y
260
Entrevista a Tania Espinoza, Pdta. Junta de Vecinos, 10/12/08.
261
Ibíd.
125
defensores de lo que ellos piden: ‘oye, yo he visto el trabajo de esta persona’, si en el fondo es
eso”262.
Un ejemplo de este tipo de actuación pudo ser observada en un acto de clausura de un taller de
peluquería en una sede vecinal, a la que asistieron dos funcionarios del Departamento de Gestión
Comunitaria de la Municipalidad, un fragmento de la descripción etnográfica de la situación nos ayudará a
comprender cómo las palabras y los gestos se ponen en práctica para reforzar las vinculaciones:
“Son cerca de las 18:00 hrs. y el acto de clausura del taller de peluquería está pronto a comenzar.
En el centro de la sede hay una pasarela artesanal, por donde desfilarán las mujeres que
participaron del taller. Hasta ahora sólo han llegado cuatro y un aire de preocupación y
nerviosismo ronda en el ambiente. La presidenta de la junta de vecinos se mueve de un lado hacia
otro con desesperación, puesto que necesita que lleguen más personas y contar con más público
para cuando llegue la ‘gente de la municipalidad’. No tiene certeza de quien puede venir, puesto
que en este tipo de actos aparecen desde funcionarios hasta autoridades. Me pide que por favor me
quede para que no esté tan vacío el lugar. Al pasar me cuenta que ha estado llorando porque siente
que la gente es muy mal agradecida, que ella solo les pidió que estuvieran allí a esa hora, porque
era importante.
Poco a poco comienzan a llegar más mujeres, algunas no participaron del taller, pero igual las
arreglan para el acto. Mientras tanto la presidenta y la tesorera de la organización van arreglando
las mesas con adornos, y platos con comestibles ‘para picotear’ (…).
Más allá de las 19:00 hrs. llegan dos funcionarios del Departamento de Organizaciones
Comunitarias, uno de ellos es uno de los directivos. Se inicia entonces el desfile (…). Luego, la
presidenta le pide al director que haga entrega de los diplomas a las mujeres capacitadas. Al
culminar la ceremonia, la presidenta agradece la presencia de todos y llena de elogios al director.
Le manifiesta su deseo de que continúe en su cargo con la llegada del nuevo alcalde, señalando
que si lo remueven ‘ellas van a reclamar’. La dirigente busca mostrar su cercanía con las
autoridades, contando una serie de anécdotas sobre las visitas que aquellas han realizado a la
organización (…)
Más tarde, cuando los funcionarios están por retirarse, la dirigente toma del brazo al funcionario y
le pregunta por la posibilidad de que les presten un bus para un paseo. El funcionario le señala que
262
Entrevista a Isidora Fuentes, asistente de concejales de la Concertación, 11/12/08.
126
ellos [la organización] ya ocuparon los cupos disponibles. La dirigente insiste, señalándole la
importancia para los socios de la organización. Él le sugiere que haga la solicitud a través de uno
de los clubes de adulto mayor que funcionan en la sede (…).
Cuando ya se retiran del lugar, una de las socias se acerca al director para pedirle si puede
conseguir una beca para que su hijo participe en un programa tecnológico para niños que
desarrolla el municipio. El funcionario le responde que no hay ningún problema, pero que
canalice la solicitud con la presidenta de la junta de vecinos (…)”263.
Esta descripción grafica la forma en que a través de estas instancias los dirigentes buscan reforzar
la impresión de que son gestores eficientes, sacrificados y con una preocupación genuina por los
problemas de su sector, a través de la manera en que interactúan con la clientela y con los propios agentes
municipales, mostrándose especialmente afectuosos y amables con éstos. A través de estas actuaciones,
los mediadores hacen visible el nivel personalización de las relaciones y ponen a prueba la capacidad de
intermediación de los agentes y de ellos mismos.
A partir lo descrito en este capítulo, podemos observar que, el rol de los dirigentes de
organizaciones sociales es fundamental en la mediación política que las autoridades requieren para
vincularse con la ciudadanía. Pero el que los dirigentes sociales se conviertan en mediadores políticos de
las autoridades requiere un cierto “trabajo”. Si bien la cercanía política es una llave que abre la primera
puerta, no asegura la lealtad inmediata. Tampoco basta con la entrega de ciertos bienes o servicios cómo
buscando explícitamente la “compra” del apoyo político. Lo que se requiere es un esfuerzo de
construcción y recreación permanente de los vínculos, a través de intercambios de carácter simbólico,
donde el valor económico de los recursos puede ser menos importante que la forma en la que estos
recursos de movilizan. De no ser así, la ruptura de los vínculos puede ocurrir en cualquier momento y las
lealtades que se han conseguido pueden ser canalizadas por otros candidatos, partidos o coaliciones. Así,
por ejemplo, un dirigente que ha trabajado en sucesivas campañas de la Concertación señala que la poca
respuesta que ha tenido a su colaboración con otros candidatos, elementos que lo hacen dudar de renovar
el apoyo hacia dicha coalición:
“(…) nosotros trabajamos también en el período de la Carolina Tohá, apoyándola. Ella se acercó a
nosotros y nos pidió ayuda en las elecciones parlamentarias y ocurre que también, después que
salen elegidos es como un karma, un síntoma de rechazo, de enfermedad, de baja estima y se
263
Observación actividad de cierre de taller de peluquería (junta de vecinos del sector sur). 05/12/2008.
127
olvidan de uno, con suerte te mandan una carta de saludos para la pascua. (…). Imagínate nosotros
hicimos un torneo a nombre de la Carolina Tohá. Con cue’a recibimos seis tortas, para un torneo
donde hubo más de 400 personas. Habla muy mal de ella, o debe tener muy pocos recursos la
Carolina para eso”264.
La relativa fragilidad de las vinculaciones informales, queda demostrada en tanto no hay otra
forma de mantenerlas vigentes que no sea la dinámica interna de los intercambios simbólicos y la amenaza
de las sanciones sociales que puedan recibirse como producto de las deslealtades. Ello implica la
generación de relaciones de cercanía, confianza e incluso de relaciones afectivas, pero también un cierto
nivel de conocimiento y reconocimiento de las reglas de reciprocidad de los dones. Esto conlleva, a su
vez, una forma especial de desenvolverse en las interacciones, pues también el cobro explícito e inmediato
de las prestaciones entregadas puede disolver en un instante los lazos construidos.
264
Entrevista a Víctor Velázquez (pro Concertación), Pdte. Club deportivo. 16/12/08
128
Conclusione s.
_____________________________________________________________________________________
Algunas re fle xione s sobre e l proce s o de inve stigación.
A estas alturas es preciso retomar algunas de las preguntas planteadas al comienzo de la
investigación. Al respecto cabe señalar que todo el estudio estuvo atravesado por los problemas que
suscitaba la amplia comprensión del clientelismo político. Así, existió una tensión constante entre abordar
el clientelismo como “compra del voto” o bien entenderlo como un tipo de vinculación con reglas
diferentes a la transacción económica. El primer significado parecía ser dominante tanto a nivel académico
como de la “opinión pública”, incluyendo a los propios actores locales. Según esta idea la relación entre
políticos, dirigentes sociales y bases estaría mediada por el interés de todos en obtener beneficios propios.
En una de las entrevistas realizadas, por ejemplo, un dirigente planteaba que sus pares eran “auténticos
mendigos del municipio”. Por otra parte, era común que los/as dirigentes señalaran que todos los
candidatos llegaban con tortas y regalos a sus reuniones, para buscar su voto. Al mismo tiempo, ellos/as
señalaban que los políticos “sólo aparecen cuando hay campaña, a buscar el voto”. Si seguíamos esta
lógica, la pregunta que surgía entonces era: si los momentos de campaña electoral eran “aprovechados”
por la mayoría de los actores para entregar o solicitar recursos, ¿dónde residía la posibilidad de inclinar la
balanza hacia unos u otros candidatos?
Una posible respuesta a esta pregunta se buscó en un texto clave sobre el clientelismo: “La
política de los pobres”, de Javier Auyero (2001). En este y otros textos, Auyero plantea que tanto la
discusión académica como los debates en la opinión pública sobre el clientelismo, han centrado demasiada
atención a los aspectos objetivos del fenómeno (la transacción) y han dejado de lado todos los aspectos
subjetivos que lo envuelven. En una entrevista, el autor señala que “cuando se habla de clientelismo, de
patronazgo, de imágenes políticas, de la monopolización de los recursos del Estado, de una máquina
política, se hace mucho hincapié en la “conquista el voto”, para usar el título del libro de Amparo
Menéndez-Carrión. Lo que no se tiene en cuenta en muchas de estas discusiones es toda la dimensión
simbólica que atraviesa la distribución de recursos. ¿Qué quiero decir con formas simbólicas? Las
maneras de dar, por ejemplo. Los discursos que acompañan a los recursos, las solidaridades, las lealtades,
las relaciones interpersonales que se juegan. En todo ello, no existe la idea de que hay patrones y clientes
totalmente desarraigados de las relaciones interpersonales. Toda esta cuestión tiene que ver con la
etnografía, pero al mismo tiempo tiene que ver con la mirada relacional a la política” (En Hurtado, 2005:
116).
129
Cómo el mismo autor plantea, no es posible comprobar empíricamente si el reparto de recursos
influye en el apoyo político otorgado hacia determinados candidatos. Por tanto, si el interés
es
comprender de mejor forma cómo funciona el clientelismo político, lo que debe cambiar es la pregunta de
investigación y, por tanto, la forma de abordar el fenómeno. A partir de esto, el énfasis del estudio pasó a
centrarse en los elementos que hacen posible que ciertos actores locales se vinculen más allá del momento
puntual de las elecciones. El énfasis estuvo puesto, entonces, en dar cuenta de las relaciones cotidianas
que llevan a las personas a “vivir” la política de forma mucho más frecuente de lo que ellos mismos
incluso pueden llegar a creer, y en todos los aspectos simbólicos involucrados en la construcción y
mantención de tales relaciones.
Es preciso confesar que, si bien el enfoque de la investigación se transformó de forma pertinente
(y a tiempo) no ocurrió lo mismo con el empleo de las técnicas de investigación. Aunque las entrevistas
brindaron, en la mayor parte de los casos, una gran cantidad de información, se generaron algunos
“agujeros negros” que fueron casi imposibles de soslayar. El hecho de que el clientelismo sea un
fenómeno oculto, complejo y plagado de “verdades dobles” –al decir de Bourdieu– hace de la etnografía
una técnica necesariamente protagónica para abordarlo. Este punto también ha sido subrayado por
Emmanuelle Barozet (2006). En tal sentido, creo que tanto los períodos cómo la forma en que se realizó el
trabajo de observación no fueron los más adecuados para profundizar el análisis al punto que se esperaba
(ver Capítulo II). A pesar de esto, las pocas interacciones analizadas fueron de enorme importancia y
brindaron una riqueza heurística imprescindible para esta investigación.
Los re sultados.
A estas alturas es necesario retomar algunos de los aspectos más importantes que se han señalado
en los capítulos anteriores y ver en qué medida se han respondido las preguntas planteadas al comienzo
del estudio.
En el primer capítulo se delimitó el concepto de clientelismo, señalando sus principales
características, algunas de las cuales siguen suscitando un profundo debate hasta el día de hoy. Lo
distintivo de este fenómeno es que se trata de un vínculo de mediación política, de carácter personalizado,
entre agentes desiguales. Si bien se trata de una relación jerárquica, puede ser comprendida como una
forma de capital social, en el sentido de Bourdieu. También se enfatizó que se trata de un modo de
vinculación complejo, que involucra relaciones de tipo instrumental como elementos morales. Estos
últimos aspectos, agrupados dentro de lo que Bourdieu (1997) llama la “economía de los bienes
simbólicos”, fueron el prisma teórico prioritario. Además, se subrayó el carácter estructurado de las
130
relaciones, las que se concatenan sucesivamente hasta formar redes. Éstas, atraviesan u operan de forma
paralela a las estructuras formales de mediación política. A partir de estos lineamientos generales se
procedió, más tarde a la tarea de analizar la manera concreta que asumían estos vínculos en la comuna de
Santiago, poniendo espacial atención en los agentes que intermediaban entre autoridades y bases sociales.
Luego de describir la metodología utilizada (Capítulo II) y de realizar una breve caracterización
de la comuna y de las vinculaciones formales entre el municipio y las organizaciones sociales en los
últimos años (Capítulo III), se pudo corroborar que la riqueza asociativa que caracteriza a Santiago no
tiene como correlato una participación social autónoma y vinculante en el gobierno local. Muy por el
contrario, como ya había observado Barozet (2005), y cómo manifestaron muchos entrevistados, la
participación a nivel comunitario se encuentra muy condicionada por el afán de captar recursos y es, por
tanto, muy vulnerable a las acciones impulsadas desde el municipio (y a los énfasis puestos por cada una
de las gestiones alcaldicias). Pero este análisis no daba cuenta de todo el repertorio de vinculaciones
existentes entre agentes municipales y organizaciones sociales.
A partir de lo anterior, en el capítulo IV se puso de relieve la presencia de vinculaciones
informales y particularistas entre el gobierno local, los partidos políticos y las organizaciones de base,
tanto para solucionar los problemas de los “clientes” como para canalizar el apoyo político hacia las
autoridades (actuales o potenciales). Luego, se señaló el carácter organizado de estas relaciones y la
manera específica en la que se encadenan, formando una estructura clientelar con roles bien delimitados.
Se pudo apreciar la inexistencia de patrones políticos arraigados, siendo una multiplicidad de
intermediarios los que generan continuidad en las relaciones. Estos intermediarios eran, principalmente
militantes de partidos (concejales, funcionarios municipales o dirigentes de la estructura comunal) o bien,
dirigentes de organizaciones sociales de base. Éstos últimos son los que han alcanzado un mayor
protagonismo en la mediación, dado el creciente nivel de desafección política que existe en las esferas
locales y la larga trayectoria que tienen en sus cargos. Tales agentes se conectan en una red, que funciona
a través de vínculos personalizados y que atraviesan las estructuras partidarias y la burocracia municipal.
Se señaló también que las relaciones no se fundamentan en la militancia partidaria, aunque sí están
condicionadas por una cierta afinidad política en torno a las dos coaliciones principales. Sin embargo, son
lazos de re-conocimiento mutuo y de intercambios simbólicos permanentes los que le dan el verdadero
soporte a estas relaciones.
En el capítulo siguiente se analizó cómo estas redes entran en juego en momentos de campaña
electoral. Se describieron las performances llevadas a cabo por los candidatos, a partir de las cuales no
sólo intentaban mostrar cercanía y preocupación sino también erigirse como solucionadores de problemas
131
(en el caso de los alcaldes) o como intermediarios eficientes (en el caso de los concejales). También se
pudo apreciar la forma en que otros intermediarios claves jugaban roles fundamentales en la llegada de los
candidatos a todos los sectores para buscar votos. En tal sentido, los brokers ponían a disposición de las
candidaturas el capital social y el capital simbólico que ellos habían logrado acumular. Se pudo constatar
que, debido a la escasa participación de las militancias partidistas a nivel comunal, el rol de los
intermediarios es vital en la articulación de las campañas políticas. El apoyo otorgado a los candidatos
puede ir desde el abrir las puertas de la organización para reuniones, hasta formar parte de su equipo. Se
pudo observar también que, en estas instancias, los intermediarios realizan favores personales a su
“clientela”, a través de la consecución de un empleo temporal en los dispositivos de campaña.
En el último capítulo se ahondó en el rol intermediario de los dirigentes. Aunque se logró esbozar
el tipo de acciones que ellos realizan para resolver los problemas de los socios de sus organizaciones, el
acento estuvo puesto en la manera en que construían su imagen como gestores eficientes, motivados por
un sentimiento de solidaridad y desinterés. Se analizó, más tarde, la manera en que esta imagen entraba en
conflicto con la personalización de las gestiones (y de las organizaciones) y con las expectativas de
retribución simbólica asociadas a su labor. Además, se pudo apreciar que, siguiendo la lógica de los
intercambios simbólicos, las prestaciones entregadas generaban reconocimiento y agradecimiento, los
cuales podían convertirse en lealtad e influencia en las decisiones. Así, los dones se convertían en
herramientas para incrementar el poder de negociación con los agentes municipales y de influencia en los
clientes. Finalmente, se analizaron los mecanismos a través de los cuáles los dirigentes construían y
mantenían lazos de intercambio permanente con otros intermediarios y con autoridades locales, a través de
los cuales se renovaba la confianza y el reconocimiento mutuo. A partir de estos actos (favores
fundacionales, asistencia a actividades de las organizaciones, apoyo en las gestiones, etc.), tanto las
autoridades como los dirigentes sentaban las bases para dar continuidad a los vínculos que posteriormente
podían ser capitalizados tanto para la gestión de los problemas de la clientela como para el apoyo político
en momentos electorales.
Conside racione s finale s y de safíos pe ndie nte s.
Todo lo expuesto anteriormente lleva a plantear que el vinculo clientelar establecido entre
autoridades/intermediarios político-partidistas (funcionarios municipales o dirigentes comunales)
/dirigentes sociales y bases no puede reducirse a la entrega de recursos en momentos puntuales, como son
las campañas electorales. Aunque no es posible negar que existan personas particulares y dirigentes
sociales que puedan “vender” su voto al mejor postor, los lazos que generan las redes clientelares que se
han analizado tienen un carácter mucho más sólido y permanente en el tiempo. Al tratarse de redes
132
relativamente densas y cerradas, la existencia de un capital simbólico que cuidar juega un rol
preponderante en el respeto de las reglas de reciprocidad asociada al intercambio de dones.
Otros elemento importante de relevar es que, la no presencia de patrones políticos y la alta
rotación de autoridades generan que las relaciones de clientela basadas en intercambios simbólicos se
generen
entre
los
mediadores
que
ocupan
distintas
posiciones
(concejal/dirigente
social;
funcionario/dirigente social, etc.) o bien, entre mediadores y bases sociales. Aquí, la confianza adquiere un
rol fundamental, en tanto brinda la posibilidad de reducir la incertidumbre en las prestaciones entregadas y
en los apoyos políticos. Este rasgo es especialmente importante en un contexto como el chileno, donde la
confianza interpersonal suele ser baja y donde predomina un discurso que atribuye a actitudes
individualistas e interesadas a las otras personas.
Si bien hemos podido dar cuenta de cómo funcionan las relaciones de clientela, queda pendiente la
pregunta por la eficiencia de la intermediación de los dirigentes sociales en el éxito electoral de un
candidato o coalición. En el caso particular de Santiago, surge la interrogante respecto del triunfo de Pablo
Zalaquett a pesar del apoyo mayoritario que concitaba Jaime Ravinet entre los dirigentes sociales.
Recordando que no es nuestro objetivo indagar en el comportamiento electoral de los ciudadanos de
Santiago, podemos aventurar algunas interpretaciones y posibles respuestas. Por un lado, podría plantearse
como interrogante si contar con una red de vínculos informales con una importante presencia de dirigentes
sociales como intermediarios políticos asegura el éxito electoral de un candidato. Ciertamente la respuesta
es que no, dado que:
a) Tanto la Alianza como la Concertación cuentan con importantes dirigentes que son intermediarios
políticos;
b) La mayor cantidad de dirigentes a favor de uno u otro sector no se puede multiplicar de forma
proporcional por la cantidad de socios que pueden responder a esos dirigentes;
c) Existen redes que, con menos nodos, pueden movilizar más o mejor los recursos económicos, sociales,
técnicos, etc. y;
d) Las redes clientelares no son el único soporte de una campaña política, también hay elementos el
carisma de los candidatos, el marketing, el tipo de actividades que se realizan, el papel de otros
intermediarios políticos, etc. que pueden incidir en los resultados electorales. Como lo plantea
claramente un intermediario político de la DC:
133
“En términos de convocatoria hay una cosa que es de ciencia política que nos enseñó esta última
elección. La mayoría, todos los dirigentes de las juntas de vecinos estuvieron con don Jaime para
la elección, la mayoría de las organizaciones comunitarias también, pero don Jaime perdió
aplastantemente, por lo tanto significa que el vecino que vota en Santiago, por lo menos, no está
relacionado con las organizaciones comunitarias. Porque antiguamente se hacían las campañas
pensando ‘mira, un club de adulto mayor son veinte viejitas, las veinte viejitas influyen en su casa,
por lo menos en dos a tres votos, eso significa que tenemos sesenta votos’. Ese cuadro ya se
rompió. O era ‘no, no te preocupes si tenemos al presidente de la junta de vecinos y él nos va a
ayudar a hacer propaganda, por lo tanto ahí tenemos por lo menos cien votos asegurados’ (…).
Por lo tanto el nivel de representatividad depende, del vecino común, puede ser, del vecino
votante, derechamente no, o por lo menos ya no”265.
La respuesta anterior no puede derivar en una negación de la eficiencia de la intermediación
realizada por los dirigentes. A pesar de que la mayor presencia de estos en una red clientelar no asegura un
triunfo en las urnas, su rol los transforma en importantes agentes de transmisión y canalización de
demandas y soluciones. Como se describió en el capítulo V, los dirigentes son nodos esenciales en la
articulación de las campañas políticas de los candidatos, puesto que sin su ayuda sería muy dificultoso
darse a conocer e informarse sobre lo que pasa en determinados sectores de la comuna. Además, tanto los
vínculos informales que generan estos intermediarios con otros agentes (autoridades y otros mediadores
políticos), como los recursos que circulan a través de estas redes, son fundamentales para dar solución a
una serie de demandas de los habitantes de la comuna, principalmente entre los sectores populares. Esta
intermediación cobra aún mayor relevancia en un contexto con escasa presencia de los partidos a nivel de
las bases sociales.
No podemos obviar el hecho de que los vínculos clientelares son tremendamente paradojales, no
sólo por el hecho de que implican dominación y obediencia a la vez que generan lazos afectivos, como
lealtad confianza e incluso afecto. También generan tensiones constantes entre el sentido utilitarista de las
relaciones y las reglamentaciones simbólicas asociadas a la entrega y recepción constante de servicios. Por
otra parte, si bien generan lazos de confianza y cooperación, que logran acercar la política a los
ciudadanos y acortar las distancias burocráticas, también provocan la exclusión de los sectores que no
están integrados en las redes clientelares. Esto sin mencionar que pueden ser un caldo de cultivo muy fértil
para prácticas que rayan en la ilegalidad, como son los actos de corrupción o cohecho. Pero, a pesar de
todo esto, se trata de un fenómeno profundamente arraigado en las prácticas cotidianas de muchas
265
Entrevista a Francisco Páez, funcionario Departamento Gestión Comunitaria. 29/12/08.
134
personas, aunque no sean relevadas de manera consciente y que no aparezcan tan representadas en las
encuestas. Esto pone de manifiesto la necesidad de seguir investigando las distintas aristas del fenómeno.
Como tareas pendientes podemos mencionar la necesidad de seguir indagando en el repertorio de
motivaciones, percepciones, expectativas y obligaciones asociadas a la vinculación clientelista, pues estos
son los aspectos que han sido menos tratados por la literatura sobre el fenómeno en nuestro país. Si bien
este estudio es un intento por avanzar un paso en esta línea, ciertamente sus resultados son insuficientes
para dar cuenta de la complejidad de los modos de articulación política que el clientelismo involucra.
También queda en el aire el desafío de profundizar más en la visión de los “clientes”, que han sido los
actores menos considerados en este tipo de estudios a pesar de ser quienes brindan el apoyo electoral que
las autoridades necesitan para llegar y mantenerse en el poder.
135
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140
Ane xos
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Pautas de e ntre vis ta
1. Concejales electos
I.
Trayectoria
Me gustaría comenzar por preguntarle acerca de su trayectoria política, como nace su interés por la política, qué
cargos dirigenciales ha desempeñado y cuál ha sido su trabajo político en la comuna.
II. Evaluación de la campaña municipal.
Sobre la votación obtenida en las últimas elecciones ¿en qué segmentos poblacionales o sectores de la comuna
obtuvo usted mayor votación?
¿Por qué cree usted que logró una mayor adhesión en esos sectores?
III. Sobre vínculos de mediación y capital social.
¿De qué forma usted se vincula con las bases sociales? (Indagar en si atiende en su oficina requerimientos
particulares, sale a terreno, programa reuniones con organizaciones, etc.)
En sus visitas a terrenos, en conversaciones u otras instancias ¿Cuál es el tipo de requerimientos que la gente de
la comuna suele plantearle?
¿Cómo se relaciona con las organizaciones sociales de la comuna?
Se sabe que los dirigentes sociales visitan bastante a los candidatos y luego a los concejales electos para
plantearle problemas de sus socios o derechamente conseguir recursos ¿Ha experimentado usted esa situación?
(Si ha experimentado esta situación)¿Quiénes se acercan a usted son más bien personas que usted conoce desde
hace tiempo, simpatizantes de su coalición o vienen dirigentes de todos los sectores?
¿Cómo enfrenta usted esas situaciones?
A su juicio ¿cuáles serían las razones que motivan estas prácticas en los dirigentes sociales?
Ahora, viéndolo desde el otro lado, se sabe que algunos candidatos regalan algunas cosas o focalizan recursos
para ir en ayuda de organizaciones y personas en general ¿usted usó alguna de estas estrategias durante su
campaña?
Algunos plantean que no hay otra forma de conseguir votos si no es entregando algunos regalitos, aunque sean
simbólicos, o haciendo algunos favores… ¿qué piensa usted al respecto? ¿Son efectivas estas estrategias para
conseguir más votos? ¿Por qué?
Para finalizar, me gustaría preguntarle si usted conoce a algún/a dirigente político o social relevante en la
comuna que pudiera ser importante entrevistar para esta investigación.
2. Funcionarios Municipales
Me gustaría comenzar por preguntarle acerca de su trayectoria personal. ¿Cuál es su profesión? ¿desde cuándo
trabaja vinculado/a al área social en la municipalidad de Santiago? ¿cómo llega a trabajar acá?
¿Cuáles son sus funciones?
¿Cómo se organiza el área social del municipio y este departamento/unidad en particular?
¿Cómo se han manifestado en esta área del municipio los cambios en la gestión de los distintos alcaldes que han
ejercido durante los últimos años?
¿Cómo se establecen los vínculos con las organizaciones sociales y con las personas en general?
¿Cuántas organizaciones sociales existen en Santiago? ¿Cuántas están activas?
141
¿Cuáles diría usted que son las organizaciones sociales más importantes en la comuna, en términos de su “peso”
en la municipalidad y el nivel de llegada con las bases sociales?
¿Cuál es el estado actual de los comités de seguridad y prevención?
¿Hay otro tipo de organizaciones emergentes en Santiago?
¿Cuáles son las vías de financiamiento de las organizaciones sociales en Santiago?
¿Qué tipo de demandas o solicitudes son las que reciben más a menudo de parte de los dirigentes sociales?
¿Cómo se canalizan esas demandas?
Preguntar por la instrumentalización de los fondos…
¿Cuál es el rol del CESCO y del Consejo Comunal de Seguridad en la vinculación entre municipio y
ciudadanos?
Podría nombrarme algunos de los dirigentes más destacados de la comuna, a quien yo podría entrevistar.
3. Dirigentes sociales.
I.
Trayectoria.
Me gustaría comenzar por preguntarle acerca de su trayectoria como dirigente social, ¿cuando partió en esta
labor?
¿Desde cuándo tiene este cargo?
II. Sobre la organización.
Ahora me gustaría que me contara un poco de su organización ¿cuántos socios tiene esta organización? ¿qué
actividades realizan? (ACTIVIDADES DE FIN DE AÑO)
¿Cómo es la participación de los vecinos en las actividades que realizan?
¿Cómo se financia su organización? ¿Reciben algún aporte del municipio? ¿Cuánto es el aporte y en qué se
invierte?
III. Sobre vínculos de mediación y capital social.
¿Cuál es el tipo de problemas que la gente del sector (socios de la organización) le plantean con mayor
frecuencia? (Poner énfasis en problemas que requieren acudir a personas del municipio, autoridades u otro tipo
de colaboración, por ejemplo, problemas de infraestructura, conseguir fondos, buscar empleo para alguien, etc.)
Cuando necesita solucionar alguno de esos problemas ¿con quién se contacta?
Y cuando hay que hacer los proyectos para presentar al municipio, por ejemplo en los fondos concursables ¿se
las arreglan solos acá en la organización o busca algún tipo de asesoría? ¿a quién/es acude?
Y, en tiempo de campaña, me imagino que le deben llover las ofertas de cosas para buscar votos acá en su
organización ¿cómo se dio esa vinculación con los candidatos en esta elección? ¿quiénes vinieron a pedir
apoyo?
Y cuándo venían, ¿ofrecían cosas, traían regalos…?
Y, ¿ustedes aprovechaban esa instancia para plantearle algunas inquietudes, pedirles algún favor o alguna cosa
que necesitaran?
¿Cómo era la respuesta que obtenían?
Y, ¿finalmente decidió apoyar a algún candidato en particular? (Si la respuesta es afirmativa, indagar en razones
del apoyo).
Bueno, y con todas las campañas políticas que usted ha visto, ¿qué pasa después con las cosas que los
candidatos les ofrecen? ¿las cumplen?
¿Cuál es su opinión sobre los candidatos que reparte mercadería o regalan cosas? ¿Cree usted que con eso captan
más votos de la gente? ¿Por qué?
Para finalizar, me gustaría preguntarle si usted conoce a algún/a otro/a dirigente o persona importante en
la comunidad a quien yo pudiera entrevistar.
142
PREGUNTAS EXTRA (Si alcanza el tiempo, la disposición, etc.)
Cuándo surgen problemas acá en su organización, o la gente le plantea algún problema ¿Se contacta con alguien
en la municipalidad? (Ver si se conecta con autoridades u otras personas)
(Si no los menciona en la respuesta anterior) ¿Cómo ha sido su relación con los concejales? ¿Con cuál/es ha
relacionado más?
(Si nombra a alguno) ¿Desde cuándo lo/s conoce? ¿Le ayudan a solucionar problemas? ¿De qué forma?
(Si no los menciona espontáneamente con anterioridad) Y con los alcaldes, ¿cómo ha sido su relación?
(preguntar uno por uno)
Si no encuentra respuesta a sus demandas en el municipio, ¿con qué otras personas u organizaciones se contacta
usted para solucionar los problemas que le plantea la gente?
(Si no los menciona en la respuesta anterior) ¿Alguna vez ha tenido que solicitar algún tipo de ayuda a
dirigentes o militantes de partidos políticos?
(Si no los menciona en la respuesta anterior) ¿Y a otras autoridades, como diputados y senadores?
143