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EL SUSTENTO RELACIONAL DE LOS LIDERAZGOS LOCALES

Esta investigación tiene como propósito central analizar cómo se crean y recrean los vínculos clientelistas entre autoridades locales (alcalde y concejales) y bases sociales en la comuna de Santiago, poniendo el énfasis en la mediación política personalizada ejercida por funcionarios municipales y dirigentes sociales. El interés por estos agentes dice relación con el hecho de que se trata de actores fundamentales en la continuidad de las relaciones entre autoridades y bases, especialmente dado el alto nivel de rotación de alcaldes y concejales. El estudio define las relaciones de mediación política personalizada desde la óptica del clientelismo, destacando que se trata de un modo de vinculación complejo, que involucra relaciones de tipo instrumental como elementos morales. Estos últimos aspectos, agrupados dentro de lo que Bourdieu (1997) llama la “economía de los bienes simbólicos”, constituyen el prisma teórico prioritario de la investigación. En cuanto a la metodología, se trata de un estudio de tipo descriptivo basado en un enfoque etnográfico. Las técnicas de investigación utilizadas son la entrevista semi-estructuradas y la observación participante. El universo del estudio está compuesto por todos los personeros políticos, funcionarios municipales dirigentes sociales y miembros de los sectores populares de la comuna de Santiago. Remitiéndose a la estructura de los vínculos clientelares, el énfasis de la investigación está puesto en los intermediarios (brokers) políticos. El estudio concluye, en primer lugar, que el vinculo clientelar establecido entre autoridades/intermediarios político-partidistas (funcionarios municipales o dirigentes comunales) /dirigentes sociales y bases no puede reducirse a la entrega de recursos en momentos puntuales, como son las campañas electorales. Aunque no es posible negar que existan personas particulares y dirigentes sociales que puedan “vender” su voto al mejor postor, los lazos que generan las redes clientelares que se han analizado tienen un carácter mucho más sólido y permanente en el tiempo. Al tratarse de redes relativamente densas y cerradas, la existencia de un capital simbólico que cuidar juega un rol preponderante en el respeto de las reglas de reciprocidad asociada al intercambio de dones. En segundo lugar, destaca la no presencia de patrones políticos y la alta rotación de autoridades hace que las relaciones de clientela basadas en intercambios simbólicos se generen entre los mediadores que ocupan distintas posiciones (concejal/dirigente social; funcionario/dirigente social, etc.) o bien, entre mediadores y bases sociales. Aquí, la confianza adquiere un rol fundamental, en tanto brinda la posibilidad de reducir la incertidumbre en las prestaciones entregadas y en los apoyos políticos.

Universidad de Chile. Facultad de Ciencias Sociales. Escuela de Postgrado. Magister en Ciencias Sociales, mención Sociología de la Modernización. ______________________________________________________________________________ EL SUSTENTO RELACIONAL DE LOS LIDERAZGOS LOCALES. Análisis de la mediación política personalizada entre autoridades comunales y sectores populares en la comuna de Santiago. ______________________________________________________________________________ Tesis para optar al grado de Magister en Ciencias Sociales con mención en Sociología de la Modernización EVELYN KARINA ARRIAGADA OYARZÚN. PROFESORA GUÍA: EMMANUELLE BAROZET. Santiago de Chile, Julio de 2009. ÍNDICE _____________________________________________________________________________________ INTRODUCCIÓN.................................................................................................................................. 4 CAPÍTULO I. ¿POR QUÉ ESTUDIAR LA INTERM EDIACIÓN CLIENTELAR EN LA COM UNA DE SANTIAGO?... 8 CAPÍTULO II. M ETODOLOGÍA ............................................................................................................ 15 II.1. Tipo de est udio y caráct er de la invest igación.............................................................................. 15 II.2. Universo, unidad de est udio, t ipo de muest reo y forma de selección de la muest ra. .................. 16 II.3. Definición y operacionalización de variables................................................................................ 17 II.3.1. Variable “ dependient e” . ................................................................................................. 17 II.3.2. Variables “ independient es” . ........................................................................................... 17 II.4. Técnicas de producción y recolección de los dat os....................................................................... 18 II.5. Descripción del trabajo de campo. ............................................................................................... 20 II.6. Técnicas de procesamient o y análisis de la información.............................................................. 23 CAPÍTULO III. CARACTERIZACIÓN DE LA COM UNA DE SANTIAGO. ...................................................... 24 III.1. Caract eríst icas generales de la comuna de Sant iago. ................................................................. 24 III.2. Las herramient as formales del municipio para vincularse con la comunidad............................. 26 III.2.1. Organización del Área Social. ......................................................................................... 26 III.2.2. El Depart ament o de Gest ión Comunit aria. .................................................................... 28 III.3. Evolución y caract eríst icas de la vida asociat iva en la comuna de Sant iago. ............................. 30 III.4. Relación ent re aut oridades comunales y organizaciones sociales de la comuna. ...................... 38 CAPÍTULO IV. LAS REDES CLIENTELARES EN LA COM UNA DE SANTIAGO. ............................................ 48 IV.1. Caract eríst icas y evolución del client elismo chileno.................................................................... 48 IV.1.1. El client elismo ant es de los ’90. ..................................................................................... 49 IV.1.2. Los cambios experiment ados con el ret orno a la democracia....................................... 52 IV.2. La est ruct ura act ual de las redes client elares en Sant iago. ........................................................ 54 IV.2.1. La int erm ediación polít ica part idist a. Ent re la est ruct ura formal de los part idos y los vínculos personalizados de mediación polít ica. ........................................................................ 54 IV.2.2. Los nuevos act ores de la mediación polít ica: organizaciones y dirigent es sociales....... 63 CAPÍTULO V. REDES EN JUEGO: LA CAM PAÑA M UNICIPAL 2008......................................................... 71 V.1. Ant ecedent es elect orales de la comuna de Sant iago................................................................... 71 V.2. La present ación de los candidat os y la dist ribución de recursos.................................................. 73 V.2.1. Candidat os y result ados elect orales en los comicios m unicipales del 2008. .................. 73 V.2.2. Las performances de los candidat os. .............................................................................. 77 V.3. El rol de los int ermediarios polít icos............................................................................................. 86 V.3.1. Funcionarios municipales y dirigent es de part idos polít icos. ......................................... 88 V.3.2. Los dirigent es sociales..................................................................................................... 93 CAPÍTULO VI. LA INTERM EDIACIÓN DE LOS DIRIGENTES DE BASE COM O INTERCAM BIO DE BIENES SIM BÓLICOS................................................................................................................................... 100 VI.1. La labor cot idiana de los dirigent es sociales. ............................................................................ 100 VI.1.1. Los dirigent es vecinales como “ gest ores” de soluciones............................................. 100 VI.1.2. La const rucción discursiva acerca de la labor dirigencial............................................. 104 2 VI.1.3. Las expect at ivas asociadas a la ent rega de bienes y servicios. .................................... 109 VI.2. La const rucción y la renovación de las relaciones con los agent es polít icos locales................. 115 VI.2.1. Favores fundacionales. ................................................................................................ 115 VI.2.2. La import ancia de la “ confianza” . ................................................................................ 120 VI.2.3. Las visit as a las organizaciones: act ualización y renovación de los vínculos. .............. 123 CONCLUSIONES. ............................................................................................................................. 129 BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................................................ 136 ANEXOS ......................................................................................................................................... 141 Paut as de ent revist a.......................................................................................................................... 141 1. CONCEJALES ELECTOS ......................................................................................................................... 141 2. FUNCIONARIOS M UNICIPALES .............................................................................................................. 141 3. DIRIGENTES SOCIALES. ........................................................................................................................ 142 3 Introducción _____________________________________________________________________________________ En Chile existe una amplia variedad de estudios sobre los vínculos sociales de los sectores populares, donde destacan estudios de capital social, de redes de reciprocidad, etc. No obstante, ha existido un escaso interés por indagar en las relaciones entre los sectores populares y las esferas políticas. Estudios recientes (Barozet, 2004; Durston, 2005; Espinoza, 2006) han retomado la línea trazada por Arturo Valenzuela, a fines de los años ’60, sobre los vínculos de mediación política de tipo clientelístico. Estas investigaciones se suman a tantas otras generadas en diversas latitudes, dando cuenta de que el clientelismo es una institución que sigue influyendo de manera trascendental en los regímenes políticos contemporáneos. A pesar de los avances logrados por dichas investigaciones, persisten muchas interrogantes acerca de la manera en que se generan y se perpetúan los vínculos de mediación política personalizada entre agentes que se ubican en puntos distantes dentro del espacio social. Cuando comenzó la planificación de esta investigación, subyacía un interés (y una preocupación) particular acerca de cómo “medir” el clientelismo político. Tras revisar varias encuestas de opinión y constatar que las preguntas relativas a este fenómeno subestimaban su importancia para la política nacional, se intentó –desde luego, sin mucho éxito– establecer dimensiones e indicadores que pudieran conducir a elaborar las “preguntas correctas”, que se plasmarían en una encuesta destinada a evaluar el fenómeno en toda su dimensión. Esta idea, bastante pretensiosa por cierto, también estaba motivada por el afán de relevar el tema a través de las metodologías más legitimadas actualmente en las disciplinas sociales. Finalmente, se desestimó esta opción por las dificultades y los costos que implicaba tratar de hacer un estudio de tipo cuantitativo, levantando la información con recursos propios. Si bien en el camino cambió el enfoque metodológico, la intención seguía estando puesta en objetivar el clientelismo, describiendo cómo ocurrían en la realidad los intercambios de favores y/o recursos por votos. Para ello –se pensaba– no habría momento más propicio que la campaña municipal del 2008 y el lugar escogido sería la comuna capital: “la madre de todas las batallas”. El enorme despliegue de recursos que tienen lugar en la comuna de Santiago en cada elección permitiría observar claramente estos intercambios. Una vez en terreno, la fuerza de la realidad obligó a replantear la forma de abordar el tema. Si bien se pudo apreciar algunos actos de entrega de recursos –desde los candidatos y sus equipos a los electores – y también “muestras de apoyo” –en el sentido contrario– jamás se logró “observar” el clientelismo, en el sentido que la mayor parte de la opinión pública y del mundo académico le otorgan al concepto. La idea 4 de que los recursos entregados podían “comprar el voto” se desdibujaba a medida que los concejales y funcionarios municipales señalaban, tanto en conversaciones informales como en las propias entrevistas, que buena parte de los dirigentes –y de las personas en general– recorrían el municipio pidiendo recursos y favores. Surgía entonces un cuestionamiento acerca de los elementos que permitían a los electores distinguir entre toda la oferta de recursos e inclinar el apoyo electoral hacia una determinada candidatura. Motivada por esta interrogante, la investigación que aquí se presenta tiene como propósito central analizar cómo se crean y recrean los vínculos clientelistas entre autoridades locales (alcalde y concejales) y bases sociales en la comuna de Santiago, poniendo el énfasis en la mediación política personalizada1 ejercida por funcionarios municipales y dirigentes sociales. Nuestro interés por estos agentes cobra sentido debido a que se trata de actores fundamentales en la continuidad de las relaciones entre autoridades y bases, especialmente dado el alto nivel de rotación de alcaldes y concejales. Los objetivos específicos que guiaron el estudio son: a) Identificar estructuras de intermediación política (redes clientelares) entre autoridades locales y bases sociales en la comuna de Santiago. b) Describir y tipificar los vínculos que dan sustento a las redes clientelares, a partir de las formas y contenidos del intercambio que estas relaciones producen. c) Identificar a los actores intermediarios entre autoridades y bases sociales. d) Explorar las significaciones que los actores otorgan a sus vínculos de mediación política, poniendo especial atención a los mecanismos a través de los cuales se perpetúan los vínculos. e) Analizar la “eficiencia” de las redes clientelares tanto en la resolución de problemas de los clientes como en el apoyo político otorgado a las autoridades comunales. La importancia de indagar en el fenómeno planteado radica en poner de relieve la influencia de las redes y vínculos informales en la distribución de recursos, desde el gobierno local hacia los sectores populares. Esta distribución muchas veces está mediada por las relaciones personalizadas que se generan con parte de los sectores populares, particularmente con dirigentes y/u organizaciones de base que han sido cooptadas por los políticos locales. Tales mecanismos pueden obstaculizar la redistribución de recursos del Estado y, al mismo tiempo, podrían afectar en las formas de organización y en el desarrollo 1 El término “mediación política personalizada” (Auyero, 2001) será utilizado en ocasiones como sustituto del concepto de clientelismo político. 5 de mayores grados empoderamiento y autonomía de los sectores populares, perpetuando su condición de sectores dominados en la sociedad. Por otra parte, hay autores que plantean que las relaciones clientelistas pueden ser un aliciente para la participación ciudadana, al romper la frialdad burocrática de la relación entre ciudadanos y Estado (Corzo, 2002). Como vemos, aún existe una amplia discusión respecto de las causas, los alcances y las consecuencias del clientelismo, especialmente en nuestro país, donde no se ha consolidado el interés académico por este fenómeno, que puede contribuir a la mayor comprensión del funcionamiento de la política chilena. La investigación que se presenta a continuación se compone de seis capítulos. Los primeros tres capítulos son más bien introductorios, en tanto aportan antecedentes relevantes para comprender el fenómeno que intentamos analizar y la manera en que se realiza dicho análisis. Así, en el primer capítulo se plantea y fundamenta el problema de investigación, señalando sus antecedentes y enunciando el objeto de estudio. En el segundo capítulo, se detalla tanto la metodología como las técnicas empleadas para producir2 y procesar la información. En el tercer capítulo se entregan algunos antecedentes del contexto donde se realiza la investigación, caracterizando la comuna de Santiago y describiendo la manera en que se han dado las relaciones formales entre el municipio y las organizaciones sociales en este espacio local. A partir del cuarto capítulo comenzamos a indagar en el carácter de la mediación clientelar ejercida en la comuna de Santiago. De esta manera, en dicha sección se describen las relaciones informales entre autoridades, organizaciones sociales y bases sociales. La idea es visualizar una especie de mapa general de cómo se estructuran las relaciones y de los roles que desempeñan los distintos agentes en la red. A partir de ello, se busca fundamentar la importancia de la intermediación política personalizada ejercida por funcionarios municipales claves y dirigentes de organizaciones sociales entre las autoridades y las bases sociales. En el capítulo siguiente (capítulo V) se caracterizará la forma en que las redes comunales se ponen en funcionamiento durante la campaña municipal del año 2008, describiendo las performances de los candidatos y la participación de funcionarios y dirigentes sociales para conseguir votos. Luego, en el capítulo VI, se detallarán los mecanismos a través de los cuáles dirigentes sociales ejercen la intermediación política personalizada. El objetivo de tal apartado es caracterizar tanto los recursos que poseen y la forma en que los movilizan para ejercer la mediación, como los bienes y servicios que se “intercambian” con los distintos agentes de la red clientelar. Así, se realiza un análisis de la manera en que se producen y reproducen los “intercambios” clientelísticos a través del tiempo. Ello 2 Cabe señalar que, además de la información generada a través de entrevistas y observaciones realizadas por la investigadora, parte importante del estudio se basó en material producido en el marco del Proyecto Fondecyt 1030243 (“Instrumentalización de redes sociales y lógicas electorales: la dimensión estructural de la movilización colectiva en movimientos neopopulistas chilenos”, 2003-2005), a cargo de la Dra. Emmanuelle Barozet. 6 implica analizar lo que está detrás de las performances, las prácticas y los discursos asociados a la entrega y recepción de bienes y servicios. Finalmente, se retoman las ideas centrales de la investigación y se resumen los principales resultados, para plantear las conclusiones de la investigación. 7 Capítulo I. ¿Por qué e studiar la inte rme diación clie nte lar e n la comuna de Santiago? ________________________________________________________________________________ Si bien existe un bajo grado de consenso acerca del significado del concepto de clientelismo (Stokes, 2007), suele entenderse como un modo de vinculación política basado en el intercambio de bienes –materiales y/o simbólicos – entre agentes que poseen y/o controlan recursos disímiles. Desde una mirada más amplia, el clientelismo puede ser entendido como una forma de capital social (Durston, 2005), en el sentido de Bourdieu. El capital social es, según este autor, una forma de poder que se constituye por el conjunto de recursos (potenciales o actuales) asociados a la posesión de una red duradera de relaciones (Bourdieu, 2000). El fundamento de estas relaciones es el intercambio permanente de bienes (materiales y simbólicos), a partir del cual se obtienen los beneficios que fundamentan la solidaridad de la relación (Bourdieu, 2000). A diferencia de otras formas de capital social, el clientelismo se sustenta en la disparidad de recursos de los agentes que se vinculan. Por tanto, es una relación jerárquica y vertical, marcada por la presencia de transacciones asimétricas (Rehren, 2000). Quien controla mayores recursos distribuye bienes y otorga servicios a sujetos con menos recursos y status, “a cambio” de lealtad y apoyo político. Este apoyo político se puede traducir en distintas formas: asistencia a actos, participación en campañas, pero principalmente en apoyo electoral en las urnas (Auyero, 2001). Se trata de una relación paradojal, puesto que implica reciprocidad y voluntarismo, pero también involucra explotación y dominación (Stokes, 2007). Aunque existe un relativo acuerdo en definir al clientelismo como intercambio de recursos, no ocurre lo mismo al tratar de especificar el carácter de dicho intercambio y por tanto de las razones o motivaciones que impulsan a los individuos a vincularse en este tipo de relaciones. De esta manera, cabe preguntarse si el intercambio clientelar equivale a un intercambio de mercado dónde se transan favores por votos o bien responde a la lógica de los intercambios simbólicos. La visión tradicional sobre el clientelismo, caracterizada como una relación de sujeción casi absoluta del cliente al patrón, ha sido cuestionada a la luz de las transformaciones ocurridas en los últimos años en América Latina. En su lugar muchos autores plantean que las personas no se someten al intercambio clientelar sino que deciden participar de él, motivados por el interés de satisfacción de sus necesidades, elemento de vital importancia en contextos de privación material extrema (Auyero, 2001). De esta manera, el clientelismo no puede comprenderse como una reacción pasiva de los electores más 8 necesitados, sino más bien como un cálculo racional-instrumental frente a las ofertas de los políticos en tiempo de campaña electoral (Barozet, 2006). En esta visión el clientelismo sería una relación de intercambio voluntaria entre actores que buscan obtener ventajas de la relación, por tanto estaría marcada por una lógica económica donde se transan bienes o servicios inmediatos por apoyo político o votos3. Como plantea De la Torre: “los pobres pueden abandonar una red clientelar, pueden votar de forma diferente a lo que les propone un ‘broker’ (…) La posición de los ‘brokers’ es muy inestable y los pobres no pueden verse como una base de votación cautiva y manipulable (…) La incertidumbre del apoyo político da ciertas ventajas a los pobres. Para que el sistema funcione, los políticos tienen que al menos distribuir recursos e información” (De la Torre: 2003: 57). Por su parte, Javier Auyero (2001), uno de los principales estudiosos del fenómeno en los últimos años, critica el supuesto que se encuentra detrás de la noción de clientelismo, es decir, el “intercambio de favores por votos”. Señala que si bien es cierto que los bienes circulan desde los patrones a los clientes, pasando por los mediadores, y la asistencia a actos y los votos circulan en sentido contrario, no se puede asegurar con certeza que los primeros causen los segundos, es decir, que efectivamente el intercambio se produzca. Además plantea que la visión que examina el clientelismo como una acción racional de los sectores populares es incapaz de dar cuenta de las relaciones cotidianas que subyacen al vinculo clientelar y que van más allá de una simple transacción de favores por votos. Así, Auyero va a poner el énfasis en el “entramado de redes de relaciones y representaciones culturales construidas diariamente entre políticos y clientes” (Auyero, 2001: 39). Esta óptica se acerca a un interpretación del clientelismo bajo la lógica del don (Marcel Mauss) o de los intercambios de bienes simbólicos (Pierre Bourdieu). Sin embargo, no excluye la acción racional-instrumental, señalando que al estudiar una relación clientelar se debe poner atención al flujo de bienes y servicios que se intercambian, pero tanto o más importante es centrar el énfasis en la manera en que se realiza (y se recibe) la distribución, es decir, en el conjunto de creencias, estilos, habilidades y hábitos que acompañan a la transacción. En palabras del propio autor: “hay que tener en cuenta el interés – el intercambio material – y la identidad – el intercambio simbólico –, hay que tener en cuenta el dar y la manera de dar, las cosas y las palabras” (Auyero, 1998: 83). Emmanuelle Barozet (2006) cita a Eisenstadt y Roniger, quienes señalan la manera en que ambas lógicas se imbrican en el vínculo clientelar. Según estos autores las relaciones clientelares “son en general particularistas y difusas. Descansan en interacciones caracterizadas por el intercambio simultáneo de varios tipos de recursos – esencialmente recursos instrumentales, económicos y políticos (apoyo, lealtad, voto protección) – pero también en promesas de reciprocidad, de solidaridad y de lealtad. Comúnmente, estos recursos van los 3 Esta manera de abordar el intercambio clientelar ha sido predominante en los estudios de la ciencia política. Para el caso chileno ver Luna (2008); Calvo y Murillo (2009). 9 unos con los otros – no pueden ser intercambiadas de forma separada, sino que solamente dentro de un conjunto que los incluye todos (…)” (Eisenstadt y Roniger, 1984: 48-49. En Barozet, 2006). Coincidimos con tales autores en que el clientelismo envuelve lógicas de intercambio económico y de intercambio simbólico. Esto puede ocurrir de forma simultánea o bien, el predominio de una sobre otra puede dar cuenta de diversos grados de compromiso en la relación clientelística. Si bien abordaremos ambas lógicas en nuestro estudio, nos centraremos en las formas simbólicas de intercambio, donde el análisis del funcionamiento de las normas de reciprocidad será un elemento central. Así, el clientelismo tiene un trasfondo ético que obliga el cumplimiento de los acuerdos, sustentado en el par “honor/vergüenza” (González, 1997). Esta es la razón que explica el hecho de que el sólo reparto de recursos, como sucede en tiempos de campaña electoral, no explique totalmente la adhesión política. Otro elemento que nos interesa recalcar es que si bien las relaciones clientelistas se basan en un vínculo diádico, su concatenación sucesiva genera verdaderas estructuras (redes clientelares), a través de las cuales se vinculan redes informales de ayuda recíproca con redes políticas. Estas se pueden expresar en interacciones entre dirigentes de los sectores populares y agentes de un partido político o funcionarios estatales (Auyero, 2001). Dichas redes pueden operar de forma paralela o bien pueden enquistarse en las estructuras formales de mediación política. El clientelismo se opone así a la relación burocrática impersonal que debiera caracterizar el vínculo entre ciudadanos y el aparato estatal. Dado el carácter organizado de la vinculación, en toda estructura clientelar existen roles bien delimitados, a partir de los cuales se puede distinguir al menos a tres tipos de agentes: patrones, mediadores y clientes. Si bien en los primeros estudios sobre el tema el acento estaba puesto en las relación patrón/cliente, en la actualidad esta tendencia se ha ido revirtiendo en función de la creciente importancia de los intermediarios o brokers4 políticos. Este fenómeno estaría dando cuenta de una transformación en el carácter del clientelismo. Mientras el clientelismo tradicional se habría basado en una relación de dependencia casi absoluta entre un patrón y un cliente, en su manifestación actual, este fenómeno se caracterizaría por una dependencia funcional, más que política o económica (Corzo, 2002) y por una mayor libertad en el establecimiento de vínculos. En este nuevo contexto, la relación patrón/cliente habría sido reemplazada por relaciones de intermediación, donde los brokers adquieren mayor relevancia (González, 1997; Auyero, 2001; Durston, 2005; Barozet, 2005; Espinoza, 2006). 4 Los mediadores tienen varias denominaciones según el país: padrino político o cacique (México); cabo eleitoral (Brasil); referente o puntero peronista (Argentina); etc. (Auyero, 2001). En Chile la noción más cercana a este concepto es la de “operador político”. 10 Pero, ¿cuál es la verdadera importancia de los intermediarios en el vínculo clientelar? La respuesta es simple: el rol de los intermediarios políticos o brokers es vital para la conformación y la continuidad de las relaciones clientelistas. Debido a su cercanía con las bases sociales, ellos encauzan los bienes y servicios que los líderes políticos buscan distribuir a sus “clientes” (recursos económicos, favores, protección). Asimismo, canalizan la lealtad y el apoyo político de estos hacia aquellos, como retribución a los favores prestados (trabajar en campañas, asistir a actos, votación en las elecciones). En Chile, al igual que en el resto de la región, el clientelismo se inserta tempranamente en los campos y ciudades del país, como una manera de asegurar la articulación entre los sectores populares y la oligarquía, a través de la clase media (Barozet, 2004). El clientelismo se convierte paulatinamente en una herramienta fundamental para movilizar recursos del centro a la periferia, a medida que se va expandiendo el sufragio y se va consolidando el sistema político chileno (Valenzuela, 1977). Como plantea Valenzuela, desde fines de los años sesenta, el funcionamiento de las relaciones clientelares se basa en un sistema donde predominan intermediarios políticos en competencia, más que en un clientelismo tradicional patrón/cliente (Ibíd.) Estudios recientes vuelven a relevar el rol de los mediadores políticos y las redes clientelares en la vida local (Barozet, 2004 y 2005; Durston, 2005; Espinoza, 2006). Sin embargo, estas redes estarían hoy en día menos ancladas en la estructura de los partidos políticos, siendo las organizaciones sociales de base las entidades mediadoras más efectivas para articular a las autoridades con las comunidades. El detrimento en la preponderancia de los partidos en la mediación clientelar se condice con la escasa confianza en identificación de la ciudadanía con dichas estructuras políticas. En Chile, según el Informe Latinobarómetro 2008, solo el 16% de los encuestados señala tener “algo” o “mucha” confianza en los partidos políticos5. Estas cifras son corroboradas por el Estudio Nacional sobre Partidos Políticos y Sistema Electoral (2008)6, donde la confianza en los partidos o coaliciones políticas existentes en el país no supera el 15%7. En el mismo estudio se muestra que el 53% de los encuestados no se identifica con 5 Según la misma encuesta, en países tales como El Salvador, Uruguay y Venezuela, esta cifra se encuentra sobre el 30%. Informe disponible en http://www.latinobarometro.org/docs/INFORME_LATINOBAROMETRO_2008.pdf 6 Estudio realizado como parte del proyecto “Iniciativa Chilena para la Modernización del Régimen Electoral”, a cargo de CIEPLAN, Libertad y Desarrollo, PNUD, Proyectamérica y CEP. 7 Según los datos de este estudio, la “mucha” o “bastante” confianza en la Concertación alcanza un 14%, por su parte, en la Alianza esta cifra llega al 12% y, finalmente sólo alcanza un 6% hacia el Juntos Podemos. Los partidos con mayor nivel de confianza son el PPD (14%), seguido de RN y la UDI, ambos con un 13%. Fuente: Estudio Nacional sobre Partidos Políticos y Sistema Electoral, 2008. 11 ningún partido8. A partir de esto, se puede plantear que la brecha entre partidos y bases sociales obliga a los agentes políticos a buscar otras instancias más cercanas a los ciudadanos para captar su votación. Para que ello se lleve a cabo, es fundamental la intervención de agentes intermediarios que sean capaces de conectar a los candidatos y sus estructuras partidarias con las organizaciones sociales y los ciudadanos en general. Dada la importancia de los brokers en el complejo entramado de fenómenos que involucra el clientelismo político, la presente investigación abordará la manera en que se crean y recrean los vínculos clientelares entre autoridades comunales y bases sociales en la comuna de Santiago, poniendo el acento en el rol de agentes intermediarios claves como son funcionarios municipales y dirigentes sociales. La selección de esta comuna dice relación con su carácter de capital nacional, siendo uno de los territorios más disputados por los partidos políticos. En nivel de visibilidad de la comuna de Santiago – en las elecciones municipales se le llama “la madre de todas las batallas” – genera una alta competencia por los escaños disponibles en el municipio, lo que lleva a candidatos y partidos políticos a invertir una gran cantidad de recursos en sus campañas, incluso más allá de lo que permite la ley. Esto puede facilitar las posibilidades de observar el peso de los recursos y el carácter de los “intercambios” clientelares. Esta competencia también ha derivado en una gran rotación de alcaldes y concejales, pues para muchos la municipalidad de Santiago es una plataforma para hacer una carrera política hacia el parlamento o hacia el poder ejecutivo. Por otra parte, se trata de un espacio con una vida asociativa bastante rica y una extensa tradición organizativa de los sectores populares. A pesar de que la recuperación del tejido social roto durante la dictadura ha sido un proceso lento y muy condicionado por el carácter de la autoridad municipal en ejercicio. En términos específicos, el estudio se plantea responder a las siguientes interrogantes: a) En una comuna con alta rotación de autoridades municipales como es el caso de Santiago ¿cómo se estructuran los vínculos de mediación política personalizada entre autoridades municipales y bases sociales? Con anterioridad, señalamos que la mayor parte de los estudios sobre clientelismo plantean que la estructura de una red clientelar se compone, al menos, por tres tipos de agentes: patrones, mediadores y clientes. Sin embargo, ésta no es una ecuación que pueda aplicarse por igual en todos los contextos. Es posible que en un determinado territorio exista un patrón claramente definido, con mediadores que “controlan” una cierta clientela. No obstante, la 8 La identificación con alguno de los partidos no supera el 10%. La cifra más alta de identificación la alcanza el PDC con un 9%, seguido del PS y de RN, ambos con un 8%. Luego se ubica la UDI, con un 6% y, más abajo, el PPD con un 5%. Fuente: Estudio Nacional sobre Partidos Políticos y Sistema Electoral, 2008. 12 estructura puede ser mucho más difusa en otros espacios. De ahí que la primera pregunta planteada vuelva a adquirir relevancia para conocer la configuración particular de las redes clientelares en Santiago, especialmente considerando la alta renovación de autoridades locales. En concreto, cabe preguntarse si existen patrones políticos en la comuna o si sólo opera una multiplicidad de intermediarios que buscan apoyo y recursos entre una amplia gama de “proveedores”. b) ¿Quiénes son los principales intermediarios dentro de estas estructuras? Del mismo modo, cabe interrogarse sobre las características de los actores que desempeñan el rol de intermediarios. Si bien los resultados de los estudios ya citados señalan que las organizaciones de base tendrían un carácter predominante en la mediación, no se ha profundizado lo suficiente en el rol de otras instancias intermedias y cómo estas se articulan entre sí. Cabe preguntarse, por ejemplo, por el papel desempeñado por las estructuras partidarias locales en Santiago, por funcionarios municipales claves, o por los propios concejales y su vínculo con las organizaciones de base. c) ¿Cuáles son los recursos que los mediadores movilizan para dar sustento a su rol de mediación? ¿Qué tipo de bienes y servicios se intercambian a través de estas redes? Una vez identificadas la estructura específica de la red clientelar y de los distintos agentes que ejercen la mediación política, cabe preguntarse por las características concretas de la mediación ejercida por funcionarios municipales y dirigentes sociales, que son nuestro foco de análisis. En concreto cabe preguntarse qué tipo de recursos utilizan y cómo los movilizan para sustentar las relaciones con los otros agentes de la red. d) ¿Cuál es el nivel de afectividad involucrado en la relación? y ¿Cómo perciben los actores las relaciones y obligaciones que se derivan de dicho intercambio? Si bien existe relativo consenso en definir al clientelismo como un intercambio de recursos, no ocurre lo mismo al tratar de especificar el carácter de dicho intercambio y por tanto de las razones o motivaciones que impulsan a los individuos a vincularse en términos clientelares. Por una parte, existen autores que plantean que la relación está mediada por el interés racional de las partes por maximizar el beneficio, o el deseo de superación de la situación actual. Aquí se enmarcan estudios como los de Susana Corzo (2002), quien se basa en los planteamientos de George Simmel sobre el poder y el intercambio, o de Carlos de la Torre (2003), quien combate la idea de “masa disponible” asociada a los sectores populares en los vínculos populistas y clientelares. Por otro lado, existe un grupo de autores que se centra en las dimensiones simbólicas del intercambio (honor, afectividad, identidad), señalando que la visión racional instrumental reduce su complejidad. De este lado se 13 encuentran autores como Javier Auyero (2001). En Chile, los escasos estudios han abordado de modo general el carácter de la vinculación. Si bien, tanto Barozet (2005) como Durston (2005) observan la existencia de una cierta obligación de reciprocar la ayuda entregada hacia los agentes políticos locales, aún quedan en el aire muchos cuestionamientos relativos a la complejidad del vínculo clientelar. Para guiar nuestra investigación y dar una respuesta tentativa a estas interrogantes nos planteamos las siguientes hipótesis: a) En el caso de Santiago, la mediación política personalizada entre autoridades y bases sociales es ejercida principalmente por funcionarios municipales y dirigentes sociales con una amplia trayectoria de trabajo con las bases sociales en la comuna. b) Los funcionarios municipales y dirigentes sociales con mayor trayectoria de trabajo comunal de base (como dirigentes sociales y/o políticos) tienen mayores posibilidades de ejercer una mediación política personalizada de carácter permanente, debido a: i) Su nivel de acceso a los recursos municipales; ii) Su nivel de contactos a nivel comunal y, eventualmente, extra comunal (capital social) y; iii) Su nivel de conocimiento y experticia sobre el funcionamiento del municipio y del aparato público comunal (capital cultural). c) La mediación política personalizada, ejercida por funcionarios municipales y dirigentes sociales, se sustenta en: i) “Simpatías políticas” y; ii) Intercambios de tipo simbólico, donde la entrega de recursos tales como favores personales, regalos, asesorías para proyectos, asistencia a actividades, participación en talleres, etc. es retribuida con apoyo político, especialmente en momentos de campaña electoral. Este apoyo puede traducirse en participación activa en los equipos de campaña política, en apoyo público a candidatos y/o en el voto. Aquí la lealtad y la percepción de deuda son elementos fundamentales. A partir de estos ejes, en las páginas sucesivas se presentan los procedimientos a través de los cuáles se buscó responder a las interrogantes planteadas, para luego analizar en qué medida nuestros hallazgos corroboran o refutan las hipótesis propuestas. 14 Capítulo II. Me todología _____________________________________________________________________________________ II.1 . Tipo de e studio y carácte r de la inve stigación La investigación presentada anteriormente es de tipo descriptivo, puesto que se propuso identificar y caracterizar los principales aspectos de la mediación política realizada por funcionarios municipales y dirigentes sociales. A su vez, la investigación es de carácter cualitativo, en tanto busca profundizar en la descripción de la forma en las que se articulan y operan los vínculos de mediación política personalizada y en las significaciones que los individuos le atribuyen. La investigación se sustenta en un enfoque etnográfico, donde destaca la interacción del/la investigador/a con los sujetos de estudio. Las características de la investigación etnográfica, de modo general, según Atkinson y Hammersley (1994) son: a) Énfasis en la exploración de la naturaleza particular de los fenómenos sociales. b) La tendencia a trabajar con datos “desestructurados”, es decir, datos que no se han codificado previamente a su recolección en un conjunto de categorías analíticas cerradas. c) Investigación de un número pequeño de casos, a veces solo un caso, en detalle. d) Un análisis de datos que involucra la interpretación explícita de los significados y funciones de las acciones humanas, a través de descripciones y explicaciones verbales principalmente, con un rol de la cuantificación y el análisis subordinado al máximo. La investigación se abordó como un estudio de caso. En este tipo de estudios, se explora un fenómeno particular, buscando indagar en una trama que comprende los datos y el tipo de relaciones teoréticas no observables que se establecen entre esos datos. En este tipo de estudios, se apunta a adquirir la percepción más completa posible del objeto, considerándolo como un todo en lugar de analizar sus partes por separado (Vieytes, 2004). Puesto que su finalidad es la búsqueda de la significación de los datos, no de su representatividad, no obedece a la lógica estadística. La importancia de utilizar este enfoque metodológico estriba en la escasa información disponible sobre el tema. Algunas encuestas de opinión pública han incluido preguntas que intentan medir el fenómeno, pero lo reducen a la recepción de recursos en momentos de campaña. Al tratarse de un fenómeno complejo, que envuelve prácticas cotidianas y actos que permanecen ocultos, es muy difícil de 15 aprehender mediante metodologías cuantitativas. De ahí la importancia de abordar el fenómeno a través de técnicas no invasivas aunque resguardando siempre los esquemas éticos, a través de observaciones etnográficas. II.2 . Unive rso, unidad de e studio, tipo de mue s tre o y forma de se le cción de la mue stra. El universo estuvo compuesto por todos los personeros políticos, funcionarios municipales dirigentes sociales y miembros de los sectores populares de la comuna de Santiago. La unidad de estudio fue conformada por individuos que eventualmente participan de vínculos de mediación política personalizada, a saber: a) Concejales de la comuna de Santiago; b) Funcionarios municipales claves en la vinculación del municipio y la ciudadanía; c) Dirigentes de partidos políticos de la comuna; y d) Dirigentes de organizaciones de base de la comuna; Remitiéndose a la estructura de los vínculos clientelares, el énfasis de la investigación estuvo puesto en los intermediarios (brokers) políticos. Estos corresponden a las categorías b), c) y d), vale decir, funcionarios, dirigentes de partidos políticos y dirigentes sociales. Para la aplicación de entrevistas, los casos se seleccionaron a partir de un muestreo en cadena o “bola de nieve”. En este tipo de muestreo, las unidades se van seleccionando de forma sucesiva a partir de los sujetos a los que se ha accedido de forma inicial (Cea, 1998). Se trata de un procedimiento adecuado para identificar redes cerradas (Hannemann, 2000), especialmente pertinente para identificar redes clientelares. 16 II.3 . De finición y ope racionalización de variable s II.3.1. Variable “dependiente”9 . Variable Definición conceptual Definición operacional (indicadores) Mediación política personalizada (ejercida por funcionarios municipales y dirigentes sociales). Forma de vinculación política informal caracterizada por un intercambio de bienes, materiales y/o simbólicos, entre agentes que poseen y controlan recursos disímiles. a) Identificación de actores, que proveen recursos a los mediadores y que reciben recursos de parte de estos. b) El tipo de bienes o servicios que se reciben/entregan. c) El grado de personalización de la relación (Barozet, 2005), o el nivel de cercanía entre quien entrega y quien recibe los bienes. c) El conjunto de valoraciones y significaciones otorgadas al intercambio, tales como el nivel de afectividad involucrado en la relación y las percepciones sobre el grado de obligatoriedad de la retribución. II.3.2. Variables “independientes”. Variable Trayectoria dirigencial/política. Afinidad política Nivel de acceso a recursos municipales. Capital social/político. Indicadores       Historial de participación en organizaciones sociales y/o políticas en la comuna. Cargos dirigenciales desempeñados. Cargo actualmente desempeñado. Duración en el cargo actual. Identificación con partido/coalición de autoridades comunales.  Nivel de información o conocimiento sobre recursos disponibles para organizaciones y para sectores vulnerables de la comuna. Incidencia en la manera en que se administran estos recursos (en el caso de concejales y funcionarios) Fondos concursables adjudicados (en el caso de organizaciones sociales)     Nivel de información y nivel de cercanía sobre personas claves dentro del municipio para conseguir recursos. Conocimiento y nivel de cercanía con dirigentes sociales. Conocimiento y nivel de cercanía con autoridades municipales. Contactos y nivel de cercanía con personas del mundo político. Contactos y nivel de cercanía con personas del mundo empresarial.   9 La distinción entre variable dependiente y variables independientes se utiliza aquí solo con la finalidad de facilitar la operacionalización de los conceptos y la elaboración de las pautas de entrevistas. Esta distinción no es metodológicamente válida por cuanto la investigación es descriptiva. Por tanto lo que se “mide” es una sola variable, en este caso la variable “dependiente”. 17   Capital cultural.     Contactos y nivel de cercanía con otras personas del tercer sector (ONGs, fundaciones, iglesias, etc.) Conocimiento y nivel de cercanía de otras personas que contribuyan en el desempeño de su labor en la comuna. Nivel de estudios. Profesión u oficio. Nivel de información sobre funcionamiento municipal y fuentes de recursos para organizaciones o personas “vulnerables”. Conocimientos sobre formulación de proyectos. II.4 . Té cnicas de producción y re co le cción de los datos. Para la identificación y caracterización de la mediación política en la comuna de Santiago, la principal técnica aplicada fue la entrevista semi-estructurada. La entrevista es definida como una situación construida con la finalidad de que un individuo pueda expresar en una conversación referencias pasadas o presentes o bien, intenciones futuras (Vela Peón, 2001). A diferencia de otros tipos de entrevista, la entrevista de investigación busca construir el sentido social de la conducta individual o del grupo de referencia al que pertenece el entrevistado (Alonso, 1999). En la entrevista semi-estructurada (o no estructurada) se diseña una pauta flexible de preguntas, para dar lugar a una conversación más abierta y libre. Aquí el papel del entrevistado es no directivo, sino que apunta a ofrecer estímulos para provocar e desenvolvimiento de los entrevistados (Vela Peón, 2001). Para la presente investigación se realizaron 29 entrevistas, a diferentes informantes, según la siguiente clasificación: Tipo de sujeto Cantidad 1) Concejales de la comuna de Santiago 5 2) Funcionarios municipales claves en la vinculación del municipio y la ciudadanía 3 3) Dirigentes de partidos políticos de la comuna; 7 4) Dirigentes de organizaciones de base de la comuna; 13 5) Otros 1 TOTAL 29 En las entrevistas se indagó en los siguientes tópicos: 18 - Trayectoria dirigencial y/o política de los sujetos, buscando profundizar en el trabajo con las bases sociales en la comuna y las vinculaciones con autoridades municipales. - Descripción de las funciones y actividades cotidianas que desempeña actualmente en su rol. - Características de las relaciones con otros actores en el ámbito local, poniendo atención en los mecanismos, los recursos y las dinámicas a partir de las cuales se originan y reproducen las relaciones. - Significaciones y valoraciones otorgadas a los vínculos con autoridades, otros mediadores y ciudadanos. Además de las entrevistas llevadas a cabo por la investigadora, se pudo contar con entrevistas adicionales, realizadas en el marco del Proyecto Fondecyt 1030243 (“Instrumentalización de redes sociales y lógicas electorales: la dimensión estructural de la movilización colectiva en movimientos neopopulistas chilenos”, 2003-2005) y Dicyt de la Vicerrectoría de Investigación de la Universidad de Santiago, 2005 (“Instrumentalización de redes sociales y lógicas electorales: comparación de elecciones municipales y parlamentarias chilenas (2000-2005)”). Estas entrevistas fueron realizadas por los equipos de investigación a cargo de la Dra. Emmanuelle Barozet, quien me proporcionó el material señalado para complementar este estudio. Una segunda técnica empleada fue la observación participante. Esta técnica se destaca por que involucra la interacción social entre el/la investigador/a y los informantes en la vida cotidiana de estos, recogiendo datos de forma sistemática pero no intrusiva (Taylor y Bogdan, 1992). De este modo, con la aplicación de esta técnica se buscaba entregar insumos para el análisis de las acciones a partir de las que se crean y refuerzan los vínculos entre los actores señalados. Las observaciones se realizaron asistiendo a diversas actividades que involucraban la interacción entre autoridades y sectores populares, tales como actos, reuniones, asambleas barriales, etc., durante y después del período de campaña municipal. Las observaciones, los datos y las interpretaciones generadas fueron registrados en notas de campo y posteriormente transcritos a formato digital. Algunas imágenes e interacciones ocurridas durante las actividades de campaña fueron registradas mediante fotografías y videos y traspasadas luego a formatos digitales. 19 II.5 . De scripción de l trabajo de cam po. El trabajo de campo se organizó en dos etapas. En una primera etapa, el énfasis estuvo puesto en la participación en actividades de campaña, tales como reuniones con organizaciones, asistencia a actos, observación en ferias y “puerta a puerta”. Esta etapa se inicia el 27 de septiembre del año 2008 y culmina el 26 de octubre del mismo año, día de elecciones municipales. Debido al poco tiempo del que se disponía para observar la fase final de la campaña (sólo un mes), se decidió –luego de consultar con la profesora guía, Emmanuelle Barozet– focalizar la observación en la campaña concertacionista. Esto implicó mi participación como observadora en actividades de dos candidatos a concejales: Ismael Calderón (PS) y Manuel Acevedo (DC). Además se pudo asistir a varias actividades del comando de Jaime Ravinet (candidato a alcalde DC). Debido a su mayor accesibilidad para los ciudadanos, el contacto inicial se estableció con los candidatos a concejales, vía correo electrónico. El motivo del contacto era la solicitud de una entrevista. Se pensó de esta forma para generar una conversación cara a cara con los candidatos que permitiera explicitar los motivos de la investigación, indagar en su percepción del escenario comunal y crear un clima de confianza previo a la observación de sus actividades. Estimamos que esta interacción podría hacer que la autorización para acompañarlos en sus rutinas de campaña fuera lo más respetuosa y transparente posible, lo cual facilitaría el trabajo de observación. De no haberme dado a conocer previamente y no haber solicitado el “permiso” de los candidatos, se podría haber dado un clima hostil y de desconfianza de los equipos de campaña ante mi presencia. A partir de esto, el acceso a las actividades del comando de Jaime Ravinet fue fácil, dado que eran los propios candidatos a concejal los que me invitaban a asistir. No obstante, si esta forma de acercamiento “abrió algunas puertas”, pudo “cerrarnos otras”, en tanto la asistencia a las actividades estaba siempre condicionada por la invitación de nuestros informantes. En otras palabras, en la mayor parte del tiempo, solo pudimos ver aquello que nuestros informantes querían mostrar. Paralelamente a la observación, se iban identificando actores clave y obteniendo sus datos de contacto para futuras entrevistas. Así, al dar comienzo a la segunda etapa, ya se contaba con un buen número de antecedentes para iniciar el muestreo en cadena. La segunda etapa, por tanto, se focalizó en la realización de entrevistas a informantes claves, según las categorías antes señaladas. Las entrevistas fueron realizadas cara a cara por la propia investigadora desde fines de septiembre de 2008, pero concentrándose en los meses de diciembre de 2008 y enero de 2009. La duración de las entrevistas fue desde los 30 a los 90 minutos. Es importante señalar que los entrevistados autorizaron el uso de la información entregada a través de la firma de una “carta de consentimiento informado”. 20 Para resguardar la confidencialidad de la información, se reemplazaron los nombres reales de los informantes, incluyendo el de las autoridades políticas, y se les individualizó a partir de categorías genéricas (Concejal Alianza, Presidente Junta de Vecinos, etc.), de manera que no fuera posible identificar a los sujetos entrevistados. Las entrevistas realizadas por la investigadora fueron las siguientes: Tipo de sujeto Concejales de la comuna de Santiago Entrevistados/as Fecha Conrado Isla, Concejal Concertación (2008-2012). 10 – 10 – 08 Laura Correa, Concejala Alianza (2008-2012). 14 – 01 – 09 Paula Canales, Concejala Juntos Podemos (2008-2012). 07 – 01 – 09 Alberto Errázuriz, Concejal Alianza (2008 – 2012) 17 – 04 – 09 Sara Lillo, Concejala Concertación (2008 – 2012). 22 – 04 – 09 Funcionarios municipales claves en la vinculación del municipio y la ciudadanía. Isidora Fuentes, Asistente de concejales Concertación. 11 – 12 – 08 Cecilia González, Funcionaria municipal Santiago Sur (DC) 18 – 12 – 08 Francisco Páez, Funcionario Departamento Gestión Comunitaria (DC) 29 – 12 – 08 Dirigentes de partidos políticos de la comuna; Miguel Aceituno, Dirigente Juventud DC y candidato a concejal del mismo partido. 29 – 09 – 08 Loreto Guerra, Dirigente comunal DC, jefa de campaña del concejal DC. 04 – 12 – 08 Enzo Barría, Ex dirigente Juventud DC, candidato a concejal por el PRI. 15 – 10 – 08 Carlos Bañados, Dirigente Juventud PS, participante comando Jaime Ravinet. 24 – 10 – 08 Manuel Torres, Vicepresidente Nacional DC, ex autoridad regional. 19 – 12 – 08 Nadia Melero, Ex dirigente UDI y actual militante RN. 26 – 12 – 08 José Ignacio Artiza, Dirigente Distrital UDI. 15 – 04 – 09 Marcia Pizarro, Dirigenta Centro Madres y Comité Adelanto (RN), 16 – 01 – 09 Tania Espinoza, Pdta. Junta de Vecinos. 10 – 12 – 08 Ismenia Cortés (pro Concertación), Pdta. Junta de Vecinos. 15 – 12 – 08 Héctor Oyarzo, Dirigente Unión Comunal Adultos Mayores. 22 – 12 – 08 José Robles, Dirigente CESCO, ex concejal. 18 – 12 – 08 Dirigentes de organizaciones de base de la comuna; 21 Otros Patricio Núñez (UDI), Presidente Junta de Vecinos. 22 – 12 – 08 Víctor Velázquez (pro Concertación), Presidente Club deportivo. 16 – 12 – 08 Miriam Bañados (UDI), Presidenta Junta Vecinos. 09 – 01 – 09 Carolina Miranda (pro concertación), Presidenta Junta de Vecinos. 13 – 01 – 09 Hilda Téllez (pro DC), Presidenta Junta de Vecinos. 12 – 01 – 09 Raquel Carrasco (Juntos Podemos), Dirigenta Organización Barrial 12 – 01 – 09 Ana Gutiérrez (“puntera” DC), Dirigenta Unión Comunal Adultos Mayores. 09 – 01 – 09 Juan Cáceres (pro Alianza), Dirigente Unión Comunal de Juntas de Vecinos 13 – 01 – 09 Miguel Navarro, Fundación Comillas. 09 – 01 – 09 Si bien se intentó ampliar la muestra hacia personas afines a la Alianza por Chile, con el fin de establecer comparaciones entre las formas de vinculación de las principales coaliciones políticas en Santiago, como se puede apreciar en la tabla anterior, el propósito sólo se consiguió en el caso de los dirigentes sociales. Así, la muestra final terminó siendo bastante distinta de lo estimado inicialmente, en cuanto a la distribución de categorías de sujetos que se logró contactar. La coyuntura eleccionaria y el posterior cambio de mando en la municipalidad generaron serias trabas en la posibilidad de contactar a concejales y funcionarios municipales. Muchos concejales se negaron a dar entrevistas, argumentando falta de tiempo. Lo mismo sucedió con algunos funcionarios, los cuales se excusaron ante la incertidumbre de si seguirían en sus puestos tras la llegada del nuevo alcalde. Algunos de ellos efectivamente fueron luego desvinculados de su trabajo. De esta manera, como resultado final, en dichas categorías, el número que se logró entrevistar fue bastante inferior al número de dirigentes sociales (5 concejales y 3 funcionarios, versus 13 dirigentes sociales). Si bien la coyuntura generó un efecto negativo en la recopilación de información, esta falencia se pudo superar parcialmente gracias a las entrevistas dispuestas por la Dra. Barozet, entre las que se contaban varias realizadas a funcionarios que se habían identificado como posibles entrevistados y que permanecen aún dentro del municipio. Así, se completó la muestra utilizando 15 de las entrevistas entregadas por la profesora Barozet, según la distribución que se señala a continuación: Tipo de sujeto Cantidad Entrevistados/as Fecha 22 Concejales de la comuna de Santiago 3 Funcionarios municipales claves en la vinculación del municipio y la ciudadanía. 6 Dirigentes de partidos políticos Dirigentes de organizaciones sociales 2 4 Álvaro Larraín, ex concejal Alianza 15 – 05 – 05 Rodrigo Pérez, ex concejal Concertación 18 – 10 – 03 Gastón Suarez, Funcionario Área Social 07 – 02 – 05 Mario Cárdenas, Funcionario Área Social 07 – 03 – 05 Margarita Saldivia, Funcionaria Área Social 07 – 03 – 05 Hilda Castro, Funcionaria Área Social 20 – 09 – 03 Roberto García, Coordinador territorial 18 – 03 – 05 Juan Soto, Coordinador territorial 04 – 02 – 05 José Ignacio Artiza, miembro directiva distrital UDI, candidato a concejal 18 – 03 – 05 Ramón Hurtado, ex candidato a Diputado DC 15 – 11 – 05 Carol Velázquez, Pdta. Comité de Seguridad 27 – 10 – 04 Alba Quiñones, Pdta. Comité de Seguridad 04 – 11 – 04 Omar Acle, Pdte. Comité de Seguridad 28 – 10 – 04 Isidora Sánchez, dirigente Comité de Seguridad 19 – 01 – 05 Finalmente, cabe destacar que los momentos previos y posteriores a las entrevistas, así como los momentos en los que se intentaba concertar algunas citas que no llegaron a concretarse, nutrieron también la observación de interacciones y prácticas ligadas a la mediación política personalizada. De esta forma, en ambas etapas del trabajo de campo, existió una simbiosis permanente entre las observaciones y las entrevistas. II.6 . Té cnicas de proce samie nto y análisis de la información Las observaciones fueron registradas inicialmente de forma manuscrita en un cuaderno de campo y más tarde fueron traspasadas a formato digital, para su posterior análisis. Las entrevistas, en tanto, fueron registradas con grabadora y, con posterioridad, fueron transcritas en formato digital. Tanto las observaciones como las entrevistas fueron procesadas con el software Atlas.ti especialmente diseñado para el análisis cualitativo de datos. 23 Capítulo III. Caracte rización de la comuna de Santiago. _____________________________________________________________________________________ III.1 . Caracte rísticas ge ne rale s de la comuna de Santiago. La comuna de Santiago es el centro neurálgico de la región y del país, debido a que en ella se concentran las principales actividades políticas, económicas y culturales. Posee una gran cantidad de barrios tradicionales, los que se conjugan con las nuevas edificaciones que rápidamente han ido poblando el Área Metropolitana. Es también una comuna de grandes contrastes, albergando en su seno a habitantes de todas las clases sociales. A continuación señalaremos algunas de las principales características de la comuna, con el fin de dibujar un panorama del “escenario” en el que se desenvuelven las relaciones de mediación entre autoridades y bases sociales. Santiago se sitúa en el centro de la Región Metropolitana. Su delimitación está marcada por los siguientes puntos: al norte, el eje central de la Avda. Pdte. Eduardo Frei Montalva y su continuidad hacia el oriente al eje de la Avda. Santa María; al oriente, el puente Pío Nono y su continuación hacia el sur por el eje de la Avda. Vicuña Mackenna; al poniente, la línea eje del ferrocarril, Avda. Isabel Riquelme, San Alfonso, Ramón hasta Diego Portales, Avda. Walker Martínez y Santo Domingo, para volver al eje central de Matucana hasta donde se conecta con la Avda. Presidente Balmaceda; al sur el eje de la línea de ferrocarril circunvalación hasta Bascuñán Guerrero, que se desplaza al sur desde el eje de Alcalde Carlos Valdovinos hasta el empalme con la línea de ferrocarril10. Según el Censo de 2002, la comuna de Santiago posee un total de 200.792 habitantes, cantidad que ha mostrado una disminución importante desde el censo anterior11. Este decrecimiento se debió al deterioro en las condiciones de vida que afectó a un amplio sector del Área Metropolitana. Según el análisis realizado por el municipio, algunas de las razones que podrían explicar este fenómeno, son: a) la ausencia de políticas urbanas y de una visión de ciudad por parte de sus actores principales y del gobierno; b) la falta de un gobierno metropolitano, o bien de una instancia de coordinación intermunicipal; c) la expansión espontánea de la ciudad, en la cual el sector público desempeñó un papel relevante, a través de la ejecución de programas de vivienda social; d) el desinterés por el patrimonio acumulado en las áreas centrales de la ciudad; e) la invasión del comercio informal en espacio público; f) la propagación de sitios 10 “Plan Estratégico de Desarrollo Comunal 2010”, Ilustre Municipalidad de Santiago, SECPLAN, 2006. 11 En el Censo de Población y Vivienda del año 1992, la población comunal alcanzaba los 230.977 habitantes. 24 improductivos o eriazos; g) las dificultades crecientes de accesibilidad al centro de la ciudad; y h) la mezcla excesiva de usos de suelo12. Otro aspecto demográfico relevante en la comuna es el envejecimiento de la población, dado el nivel de disminución de la población de menores de quince años y el aumento de la población en edades sobre los sesenta años. Si bien este es un fenómeno que se da a escala general en el país, en la comuna de Santiago se evidencia de forma más marcada que en otras comunas13. Según el Censo del año 2002, la población mayor de sesenta años alcanza los 32.161 habitantes, representando el 16,02 % de la población total. Además, cabe destacar que, de los adultos mayores que habitan la comuna, el 62,3% está compuesto por mujeres14. En términos socioeconómicos, según la encuesta CASEN 200615, en la comuna de Santiago existe un 7,34% pobreza. A pesar de que esta cifra puede parecer bastante baja, la percepción de funcionarios municipales es que existe una gran “pobreza encubierta”, que no alcanza a ser identificada por los instrumentos técnicos de medición16. Así lo grafica una funcionaria del Área Social: “(…) esta comuna tiene una particularidad bien especial, detrás de una muy bonita fachada te encuentras con veinte grupos familiares viviendo adentro y cuando se produce un incendio no es un grupo familiar el que queda desalojado, sino que son veinte grupos familiares que arrendaban pieza que quedan en la calle”17. 12 “Plan Estratégico de Desarrollo Comunal 2010”, Óp. Cit. 13 Santiago es la quinta comuna con mayor población de adultos mayores, siendo superada por Viña del Mar, Las Condes, Valparaíso y La Florida. “Catastro de Población Adulta Mayor”, SENAMA, 2003. 14 La población mayor de sesenta años en el país asciende a 1.717.478 personas, lo que equivale al 11,4% de la población total. De la población adulta mayor a nivel nacional, el 55,86% corresponde a mujeres. Fuente: CENSO de Población y Vivienda 2002. Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Disponible en www.ine.cl 15 Al momento de dar a conocer sus resultados, la encuesta CASEN 2006 recibió varios cuestionamientos metodológicos por parte de diversos actores. Entre los cuestionamientos realizados se encuentran el cambio de institución encargada del diseño muestral, un cambio en la forma de empadronamiento, el desconocimiento sobre la metodología utilizada para el ajuste de ingresos, la no incorporación de la actualización del valor de la Canasta de Satisfacción de Necesidades Básicas, Al respecto ver Candia, Alejandra (2007). “Casen 2006: Análisis de los resultados preliminares y desafíos pendientes”. Disponible en el siguiente enlace: http://www.institutolibertad.cl/ie_175_CASEN.pdf 16 Los funcionarios del Área Social han señalado por ejemplo, que la ficha CAS refleja de manera insuficiente la realidad de las personas de la comuna, debido al nivel de educación y la apariencia de las viviendas. 17 Entrevista a Hilda Castro, funcionaria del Área Social, 20/09/03. Realizada por Emmanuelle Barozet en el marco del Proyecto Fondecyt 1030243 (“Instrumentalización de redes sociales y lógicas electorales: la dimensión estructural de la movilización colectiva en movimientos neopopulistas chilenos”, 2003-2005). 25 En términos territoriales, la comuna se divide en siete agrupaciones vecinales, cada una de las cuales presenta ciertas particularidades en su composición poblacional. Los grupos más acomodados de la comuna se concentran en la primera agrupación vecinal, ubicada en el sector del Parque Forestal (ver Figura N° 1). Las agrupaciones más cercanas al centro Figura N° 1. Agrupaciones y unidades Vecinales de la comuna de Santiago. cívico (segunda, séptima y octava) albergan un mayor porcentaje de personas de clase media. Sin embargo, en muchos barrios de esas agrupaciones es posible encontrar cités que esconden situaciones económicas bastante precarias. En tanto, el sector de menores ingresos de la comuna se concentra en el límite sur, correspondiente a la décima agrupación. También en la novena agrupación y tercera se encuentran importantes espacios de población vulnerable. Es de estas zonas de donde proviene la mayor demanda por beneficios hacia el municipio y las que poseen también un mayor número de organizaciones sociales18. III.2 . Las he rramie ntas formale s de l municipio para vincularse con la comunidad. III.2.1. Organización del Área Social. La municipalidad de Santiago posee una estructura que se organiza a través de Unidades Asesoras y cinco grandes Áreas19. La vinculación con la ciudadanía se concentra en el Área Social, la cual desde marzo del presente año se ha fusionado con la Dirección de Desarrollo Comunitario20. El Área Social del municipio se compone de los siguientes departamentos21: 18 Entrevista a Roberto García, coordinador territorial, 18/03/05. Proyecto Fondecyt 1030243. 19 Las Áreas son: 1) Administración y Finanzas, 2) Urbana, 3) Social, 4) Operaciones y 5) Fiscalización. 20 Documento “Funciones Municipales año 2009”, Municipalidad de Santiago. http://intranet.munistgo.cl/integridad/web2/file/tei/personal/FUNCIONES%20IMS%202009.pdf Disponible en: 26  Subdirección de Desarrollo Social: concentra la demanda espontánea de los ciudadanos, principalmente de la población más pobre de la comuna. Es aquí donde se entregan los beneficios de la red social del Estado, como también algunos programas propios del municipio destinados a solucionar los problemas más apremiantes de la población.  Dirección de Gestión Comunitaria: estimula y apoya la organización de la comunidad, siendo el principal canal de comunicación entre el municipio y las agrupaciones sociales. Entrega asesoría técnica y legal, además de controlar el cumplimiento de la legislación y los procedimientos que regulan el funcionamiento de las organizaciones de base.  Subdirección de Estudios Sociales: administra los programas financiados por el Estado, encargándose de la inscripción y selección de beneficiarios. Realiza mediciones a través de encuestas y aplica la Ficha de Protección Social. También colabora con estudios relativos a los grupos sociales que atiende.  Dirección de Deportes y Recreación: impulsa el desarrollo físico, social y la integración de la comunidad a través del deporte a la recreación, generando variados programas y actividades, así como talleres y capacitaciones.  Subdirección de Promoción y Capacitación Laboral (OMIL): fomenta el desarrollo de las posibilidades ocupacionales de los habitantes, entregando capacitación y haciendo el papel de intermediario en la búsqueda de empleo.  Secretaría de la Mujer: promueve la participación de las mujeres en los distintos ámbitos del quehacer comunal, implementando iniciativas destinadas a apoyar su rol en la sociedad.  Secretaría del Adulto Mayor: promociona la participación del adulto mayor en la comuna, a través de sus Centros Gerontológicos. Desarrolla talleres formativos y promueve la asociatividad en este segmento etario.  Secretaría de la Juventud: implementa y desarrolla políticas destinadas a los jóvenes de la comuna, especialmente aquellos más vulnerables.  Secretaría de Fomento Productivo: fomenta el desarrollo de la microempresa en emprendedores pobres y trabajadores por cuenta propia que son beneficiarios de programas del Área Social. 21 Según el documento antes citado (“Funciones Municipales año 2009”), las primeras 5 unidades corresponden a la Dirección de Desarrollo Comunitario, las que sumadas a las 4 secretarías restantes, conforman el Área Social del municipio. 27 Si bien varias de estas unidades se abocan al trabajo con organizaciones (Secretaría del Adulto Mayor, Dirección de Deportes y Recreación, etc.), nuestro foco de análisis estará puesto en el Departamento de Gestión Comunitaria, dada su relevancia en la relación del municipio con las organizaciones sociales. III.2.2. El Departamento de Gestión Comunitaria. Señalamos que este departamento es el principal canal de comunicación entre el municipio y las organizaciones, debido a que en él se concentran tanto las asesorías como los recursos destinados a potenciar la asociatividad comunal. Este departamento cuenta con un personal que bordea las treinta personas, variando levemente su cifra en función de las distintas gestiones alcaldicias. Dentro de este departamento existen dos unidades fundamentales para las organizaciones como son la Unidad de Organizaciones Comunitarias y la Unidad de Fondos Concursables. En la Unidad de Organizaciones Comunitarias se tratan todos los temas relativos a la conformación de las organizaciones y la actualización de sus estatutos. Para ello, cuenta con una planta funcionaria, donde destacan los coordinadores territoriales. Los coordinadores territoriales supervisan un número determinado de agrupaciones vecinales, por tanto reciben las solicitudes de los dirigentes y las canalizan hacia las instancias correspondientes dentro del municipio. Cuando se formó esta área, en los años ’90, existía un número mayor de funcionarios (animadores vecinales, administradores de sede, etc.), debido al énfasis en la promoción de la asociatividad comunal que marcó la vuelta a la democracia. Hacia mediados de los noventa, existían entre diez y once coordinadores territoriales, de los cuales posteriormente se fijó su número en ocho. Este número se mantuvo hasta la gestión de Joaquín Lavín. Hasta esa época, su función era asesorar a todas las agrupaciones que existen en un determinado espacio, dando prioridad a las juntas de vecinos, por su carácter de organizaciones territoriales. Para ello, se planificaban visitas frecuentes a las sedes vecinales, además de la realización del “trabajo de oficina”. Con la gestión de Raúl Alcaíno su número se reduce a tres22, con lo cual se priorizan las tareas de escritorio, relegando a un plano muy menos las visitas a las organización23. 22 Según nos explicó el jefe de la unidad de organizaciones comunitarias, la reducción de estos coordinadores se dio de forma paulatina, ya sea por cambios internos del personal o porque algunos no hacían bien su trabajo. 23 Entrevista a Francisco Páez, funcionario Departamento de Gestión Comunitaria, 29/12/08. 28 Los coordinadores territoriales son figuras claves en la gestión municipal, al ser los interlocutores directos de las organizaciones. Son ellos los que se vinculan cara a cara con los dirigentes y canalizan sus demandas hacia el municipio. La naturaleza de su rol –son los intermediarios oficiales entre las organizaciones y el municipio– los posiciona en un lugar políticamente relevante para los alcaldes. Son, por tanto, los funcionarios más vulnerables a los cambios de administración: cada nuevo alcalde coloca allí a “su gente de confianza”24. Así lo señala uno de los propios coordinadores territoriales: “ (…) es que los coordinadores siempre ha sido un poco de confianza del alcalde, porque tiene, ya sea en temas políticos, temas de comunicación con la gente porque nosotros somos los que tenemos directa relación con las organizaciones, en general con toda la comuna, porque una organización tiene mínimo quince, veinte socios, si lo multiplicas por mil, estamos hablando de casi un universo de votantes que tiene esta comuna, ya, o sea, siempre ha sido muy de confianza del alcalde (…)”25. Por su parte, la unidad de Fondos Concursables también es una instancia vital para las organizaciones sociales, pues, como su nombre lo señala, es la encargada de administrar la principal fuente de financiamiento de la comunidad organizada26. Desde el año 2007, la cantidad de recursos disponibles para los proyectos adjudicados asciende a $225.000.000 millones de pesos, cifra que se ha mantenido hasta el presente año. Actualmente, esta unidad somete a concurso dos tipos de fondos: a) La Modalidad Tradicional, para organizaciones comunitarias que desarrollen actividades en la comuna, las que pueden recibir hasta dos millones y deben aportar el 10% de su costo y; b) La Modalidad de Subvención Directa, para instituciones sin fines de lucro que promuevan el desarrollo de Santiago, que pueden solicitar hasta tres millones y la institución debe costear al menos el 5% del costo total del proyecto27. Otros beneficios que el Departamento de Gestión Comunitaria pone a disposición de las organizaciones sociales son los siguientes: 24 Ibíd. 25 Entrevista a Roberto García, coordinador territorial, 18/03/05. Proyecto Fondecyt 1030243. 26 Las juntas de vecinos además reciben una subvención directa de $300.000 anuales, para sus gastos operacionales. Las uniones comunales también reciben una subvención directa que asciende a $1.000.000 al año. 27 http://www.municipalidaddesantiago.cl/noticias/noticias.php?Noticia_id=583&opc=showficha 29  Programa de Buses para la comunidad, al cual las organizaciones sociales pueden acceder hasta dos veces por año, para lo cual el municipio disponía de $61.500.000 en el año 200728.  Entrega de útiles escolares para hijos (o nietos) de socios de las juntas de vecinos. Para esto el presupuesto con el que se contaba en el año 2007 era de $12.000.000.  Entrega de juguetes para la navidad para hijos (o nietos) de socios de las juntas de vecinos. El monto destinado a esta acción ascendía a $18.000.000. Como veremos a continuación, tanto la organización de la estructura municipal como los recursos que ésta moviliza, son factores que inciden de manera importante en la forma que adquiere la vida asociativa en la comuna. III.3 . Evolución y caracte rísticas de la vida asociativa e n la comuna de Santiago. En términos históricos, la literatura sobre la vida comunitaria señala que los comités de vivienda y arrendatarios son una de las organizaciones con mayor tradición en Chile (Espinoza, 1988). Estas estructuras surgen en el país desde comienzos del siglo XX, apelando al Estado para la resolución de uno de los conflictos clásicos del movimiento popular, como es el relativo a la vivienda y los servicios básicos (Baño, 1985). Sin embargo, dado que su constitución se orienta a fines de corto y mediano plazo, es muy difícil encontrar en la comuna de Santiago organizaciones de este tipo que se hayan creado antes de los años ’90. Así, entre las organizaciones sociales activas en la comuna, son las juntas de vecinos y los centros de madres las que llevan más años de funcionamiento. Ambas entidades nacen a fines de la década del ’60, durante el gobierno de Eduardo Frei Montalva (1964 – 1970), que buscaba validar y orientar las reivindicaciones de los pobladores a través de la “promoción popular” (Garcés, 2004). Estas agrupaciones fueron consagradas jurídicamente al amparo de la ley 16.880 que potencia la formación de organizaciones funcionales y territoriales de pobladores (Chateau y Pozo, 1987). Durante la dictadura (1973-1989), estos espacios fueron intervenidos por el gobierno militar, con el fin de mantener un cierto control territorial. Sus dirigentes eran designados por las autoridades de turno, por tanto se buscaba que tuvieran afinidad con el régimen. Con el advenimiento de la democracia, se intentan revitalizar estas organizaciones, impulsando la participación de los vecinos y sometiendo a votación popular la elección de sus directivas. 28 Documento “Gestión del Área Social 2007”, Ilustre Municipalidad de Santiago, Dirección General Área Social, 2007. Disponible en http://intranet.munistgo.cl/integridad/web2/file/tei/SOCIAL/2007%20Gestion%20Area%20Social.pdf. Utilizamos el informe del año 2007 pues aún no se encuentra disponible el que corresponde al año 2008. 30 En Santiago, de las cuarenta y una juntas de vecinos con estatutos vigentes en la actualidad29, treinta y siete fueron creadas en la década de los ’70, mientras las cuatro restantes se formaron tras la vuelta a la democracia, durante los mandatos de Jaime Ravinet30 (ver Tabla N° 1). Estas entidades comunitarias son las únicas que poseen un carácter territorial; esto implica que su tarea es abarcar todas las demandas que surgen entre los habitantes dentro de un espacio geográfico acotado. En Santiago, el territorio se divide en siete agrupaciones vecinales, las cuales se desagregan en cuarenta y siete unidades vecinales, cada una con su respectiva junta de vecinos31. Dado su nivel de alcance y las atribuciones que poseen, son organizaciones que cuentan con una buena cantidad de afiliados en comparación con muchas organizaciones funcionales32. Esto las vuelve entidades prioritarias para el municipio en la intermediación con la comunidad. Sin embargo, aunque en el papel registren una gran cantidad de socios, la participación activa de los vecinos en estas organizaciones ha ido decreciendo con los años. Esto obedecería, por una parte, a que fueron pensadas en un contexto social radicalmente distinto, lo cual ha llevado plantear su poca adecuación a las necesidades e intereses de la población actual. Por otra parte, se señala que se trata de bastiones donde ciertos dirigentes se han perpetuado por años. Amparados en la elegibilidad indefinida que la ley les concede, se les atribuye una baja estimulación a la incorporación de nuevos vecinos a las directivas. Otro aspecto relevante en estas organizaciones dice relación son su afinidad política. Si bien la mayor parte de los dirigentes de juntas de vecinos no tiene militancia política, muchos manifiestan cierta “simpatía” o “cercanía” con la Concertación. Por su parte, los centros de madres son organizaciones funcionales que poseen una extensa trayectoria de trabajo comunitario. Si bien se crean a fines de los ’60, es durante el régimen militar que éstas adquieren mayor importancia, siendo una de las entidades absorbidas por el gobierno con mayor presencia en la vida comunitaria (Chateau y Pozo, 1987). Agrupadas en la fundación CEMA-Chile33, que dirigía la esposa del general Pinochet, se dedicaban a la capacitación, la producción y comercialización de 29 En los registros municipales existen 50 juntas de vecinos, sin embargo a diciembre de 2008 sólo 41 de ellas tenían regularizada su situación. 30 Jaime Ravinet de la Fuente, militante demócrata cristiano, fue el primer alcalde de la comuna de Santiago tras la vuelta a la democracia. En su primer período (1990-1992) fue designado por el Presidente de la República en este cargo. Más tarde, fue elegido democráticamente por dos períodos consecutivos: de 1992 a 1996 y de 1996 a 2000. 31 En algunas unidades vecinales hay más de una junta de vecinos, lo cual explica que sumen un total de 50. 32 Para constituir una junta de vecinos se necesitan al menos 200 socios, a diferencia de una organización funcional donde sólo se requiere la participación de 15 personas. 33 En 1983 esta entidad contaba con más de 230.000 socias en todo Chile (Chateau y Pozo, 1987). 31 productos artesanales y la realización de actividades asistenciales, a través de las cuales ejercían el adoctrinamiento y transmitían la ideología oficial (Ibíd.). Tabla N° 1. Número de organizaciones sociales vigentes en Santiago, por tipología y período. CATEGORIA ANTES DE 1990 RAVINET (1990-1992) RAVINET (1993-1996) RAVINET (1997 – 2000) LAVIN (2001 – 2004) ALCAINO (2005 – 2008) TOTAL Artesanos -- -- Comité Adelanto 1 3 1 4 -- 1 Club de Adulto Mayor -- 1 8 4 6 16 27 61 53 25 148 Centro Cultural 1 -- 2 12 23 37 75 apoderados -- -- -- 14 5 -- 19 Club deportivo -- 3 11 19 38 20 101 Centro de estudios -- -- -- 3 2 4 9 Centro folklórico -- -- -- 2 5 1 8 Centro Juvenil -- -- -- 2 1 1 4 12 4 3 8 9 -- 36 -- -- -- 9 41 6 56 4 5 10 -- Centro de padres y Centro de Madres Comité de seguridad y prevención Comité de vivienda 1 Junta de vecinos 37 1 -- 3 -- -- 41 Medio Ambiente -- -- -- -- 1 -- 1 Organización Autoayuda -- -- 2 13 10 2 27 Organización de Mujeres 1 1 8 1 10 6 27 Otras organizaciones -- -- 1 16 48 52 117 1 2 1 2 6 29 178 261 178 717 Unión Comunal TOTAL 54 17 Fuente: Unidad de Organizaciones Comunitarias, Departamento de Gestión Comunitarias, Ilustre Municipalidad de Santiago. Datos proporcionados a fines de diciembre de 2008. Actualmente en Santiago, existen treinta y seis centros de madres vigentes, de los cuales doce se crearon en la década de los setenta (ver Tabla N°1). Siguen realizando similares actividades a las del pasado, dejando de lado el adoctrinamiento ideológico. No obstante, en términos políticos siguen prestando un apoyo mayoritario a la coalición de derecha34. Los años ’90 ven florecer una cantidad creciente de organizaciones funcionales, impulsadas abiertamente por la gestión municipal, quien disponía de funcionarios especialmente encargados de 34 Entrevista a Isidora Fuentes, asistente de concejales de la Concertación, 11/12/08 32 impulsar la asociatividad en los territorios. Ello generó una explosión de solicitudes de personalidad jurídica en la primera mitad de la década de los ’90. Este proceso se fue estacando a partir del año ‘96, año en el cual las solicitudes se mantuvieron en cerca de doscientos por año35. El crecimiento de organizaciones funcionales fue evidenciando que los intereses asociativos se habían transformado, de la mano con los cambios experimentados por la sociedad en general. Así, la participación de los ciudadanos se fue desplazando de las entidades territoriales y más amplias hacia agrupaciones pequeñas, con fines bien delimitados, donde destaca el interés por recrearse o bien por conseguir demandas concretas. A los clubes deportivos, comités de vivienda, centros de madres, etc. se sumaron los clubes de adulto mayor. Este tipo de organización surge como respuesta al “despertar de la tercera edad”36, en un contexto donde la población se va envejeciendo y busca alternativas para mejorar su calidad de vida. Observando este contexto, el municipio decide darle un fuerte impulso a la creación de este tipo de organizaciones, a través de uno de las unidades más sólidas del Área Social como es la Secretaría del Adulto Mayor37. Estas organizaciones, que siguieron creciendo en el período posterior, son actualmente las más activas y visibles en la comuna de Santiago38. Su elevado número y su alto nivel de actividad (son 148 clubes vigentes), los transforma en otra de las organizaciones más relevantes en la intermediación con la comunidad. Son un interlocutor privilegiado por el municipio y, desde luego, un foco importante a la hora de realizar actividades durante las campañas políticas39. La valoración que tienen estas agrupaciones para el municipio es relevada por el jefe de la Unidad de Organizaciones Comunitarias: “Entonces al momento que el municipio quiere contar con organizaciones que realmente existan, mira hacia el adulto mayor, obviamente, porque son los que tienen mayor incidencia en funcionamiento (…) Por lo tanto, a nivel de importancia para nosotros, si bien no lo hemos definido, pero sí identificamos a los adultos mayores como un receptáculo de cualquier influencia o participación municipal”40. 35 Entrevista a Francisco Páez, funcionario Departamento Gestión Comunitaria, 29/12/08. 36 Entrevista a Isidora Fuentes, asistente de concejales de la Concertación, 11/12/08 37 Entrevista a Gastón Suárez, funcionario del Área Social, 07/02/05. Proyecto Fondecyt 1030243. 38 Según datos proporcionados por el jefe de la Unidad de Organizaciones Comunitarias, son el único tipo de organización que tiene vigente a más del 50% de las entidades inscritas. Se observa una clara diferencia con respecto a los centros culturales, los que en términos numéricos son más, sin embargo su nivel de vigencia es bastante menor. Mientras sólo el 42% de los centros culturales se encuentra con sus procesos regularizados, en los clubes de adulto mayor dicha cifra alcanza el 72%. Entrevista a Francisco Páez, funcionario Departamento Gestión Comunitaria, 29/12/08. 39 Durante la campaña municipal 2008 todos los candidatos e integrantes de equipos de campaña entrevistados señalaron que los clubes de adulto mayor eran una de las organizaciones prioritarias a la hora de “hacer visitas”. 40 Entrevista a Francisco Páez, funcionario Departamento Gestión Comunitaria, 29/12/08. 33 A partir del año 2000 se vuelve a generar un aumento en la formación de agrupaciones comunitarias. Como constata el estudio realizado por Emmanuelle Barozet (2005), en Santiago se da la particularidad de que florecen un sinnúmero de comités de seguridad y prevención, bajo el impulso directo del municipio. Estas organizaciones surgen en un contexto en que la seguridad ciudadana se había instalado fuertemente en la opinión pública y que se crearon políticas gubernamentales destinadas a potenciar esta área41. En el último mandato de Ravinet, existían menos de cincuenta de estas entidades, sin embargo con la llegada de Joaquín Lavín al municipio su crecimiento se quintuplica, llegando a doscientas cincuenta organizaciones inscritas a fines del año 200442. Así, el trabajo con este tipo de organizaciones llegó a generar cierta competencia con las propias juntas de vecinos, dada la prioridad y el número creciente de atribuciones que el municipio les otorgó. En opinión de altos funcionarios del Área Social, la política hacia el fomento de los comités de seguridad tuvo cierto grado de descontrol. Por tanto, con el correr del tiempo, se hacía necesaria un reordenamiento de las funciones y atribuciones de estas organizaciones. Las palabras de una funcionaria del Área Social al respecto son evidentes: “Están entrando en un choque porque no están delimitadas, porque las delimitaciones no están muy claras hoy día, eran mucho más claras cuando partió el tema pero en el correr del tiempo los comités de seguridad están abarcando también otras funciones que son propias de la organización, o de las estructuras locales, entonces ahí se empiezan a generar un conflicto que no es menor hoy en día, o sea, las juntas de vecinos visualizan a los comités de seguridad como organizaciones paralelas que entran en conflicto con ellos y que no se supeditan a las estructuras y al dominio de las juntas de vecinos, entonces ahí se queda, empieza a haber una suerte de conflicto que no es menor”43. Esta situación no sólo ocurría con los comités de seguridad, sino que se hacía extensiva hacia otras organizaciones funcionales. En el Departamento de Gestión Comunitaria veían que el crecimiento en las solicitudes de personalidad jurídica no se condecía con el nivel de actividad posterior: de las cerca de doscientas organizaciones que sacaban personalidad jurídica sólo unas setenta seguían funcionando posteriormente. Así por ejemplo, en la actualidad existen alrededor de dos mil agrupaciones inscritas en el 41 Los comités de seguridad y protección surgen a fines de los ’90 potenciadas por el Ministerio del Interior, que intenta impulsar medidas de coordinación entre vecinos, carabineros y municipios para combatir la delincuencia (Barozet, 2005). 42 Entrevista a Hilda Castro, funcionaria del Área Social, 20/09/03. Proyecto Fondecyt 1030243. 43 Entrevista a Mario Cárdenas, funcionario del Área Social, 07/03/05. Proyecto Fondecyt 1030243. 34 municipio de las cuales 717 mantienen sus directorios vigentes. Esas otras organizaciones dejaron de trabajar, pero nunca caducaron su personalidad jurídica44. Los reclamos de algunos dirigentes no se hicieron esperar, dado que aumentaba la competencia en beneficios municipales tales como los fondos concursables y muchas de las organizaciones que se adjudicaban proyectos no seguían trabajando. Un dirigente comunal grafica claramente la situación: “Cuando se hace la constitución de la organización se juntan un grupo de personas bien entusiastamente se dice vamos a hacer esto o lo otro, entonces se hace toda una cuestión de objetivos. En la práctica cuando se llama a la constitución, por el entusiasmo que se tiene hay un grupo de personas que está haciendo un cóctel para celebrar el evento, pueden ser tres o cuatro personas, el resto está escuchando latamente lo que es el reglamento y después que el ministro de fe lee y están todos de acuerdo, todos dicen que sí, pero están más preocupados del cóctel que de lo que están haciendo. Vienen las firmas oficiales, firman el documento, toman los antecedentes, viene el cóctel y de los estatutos nunca más se supieron. Viene un estatuto tipo donde vienen los objetivos en blanco, donde los objetivos pueden ser apadrinar alguna institución, muchas veces ni los llenan y esos estatutos quedan ahí”45. A raíz de los problemas que se fueron suscitando46, en el año 2004 el Departamento de Gestión Comunitaria acordó en conjunto con la Secretaría Municipal, rediseñar el procedimiento para solicitar personalidad jurídica, poniendo mayores trabas a este trámite47. Según señala la ley, para sacar personalidad jurídica sólo se requiere contar con quince personas, pedir un ministro de fe en la municipalidad y llenar un acta que se presenta al otro día en la secretaría municipal. Lo que sucedía anteriormente era que, al momento de constituir la organización, llegaba el ministro de fe y no lograban reunir a las quince personas necesarias. Ante esa situación, los asistentes salían a buscar a los vecinos y familiares para completar las firmas requeridas. Actualmente, según el nuevo procedimiento, el primer paso es la reunión de los interesados con un funcionario municipal, el cual les explica los deberes y 44 Entrevista a Francisco Páez, funcionario Departamento Gestión Comunitaria, 29/12/08. 45 Entrevista a Héctor Oyarzo, Dirigente Unión Comunal de Clubes de Adulto Mayor, 22/12/08. 46 Además de los reclamos de varios dirigentes dentro del municipio se hizo un análisis crítico de la situación. Se detectó, por una parte, que el riesgo de no caducar las personalidades jurídicas puede dar pie a que aparezca cualquier persona con un acta de elecciones de la organización que estaba sin funcionar pidiendo su certificación. Con ello se pueden obtener recursos del Estado y luego desaparecer, ya que el municipio no puede caducar esas personalidades jurídicas. Si esto sucede se persigue a la directiva antigua y a los socios, asunto que ya había ocurrido en más de una oportunidad. Por otra parte, se vio que muchas organizaciones dejaban de funcionar antes del año, por un gran desconocimiento de las responsabilidades que involucraba este trabajo. Entrevista a Francisco Páez, funcionario Departamento Gestión Comunitaria. 29/12/08. 47 Entrevista a Francisco Páez, funcionario Departamento Gestión Comunitaria. 29/12/08.. 35 derechos de las organizaciones. En base a eso, deciden si se sigue con el proceso. Si deciden continuar, se envía el ministro de fe para proseguir con los trámites. Si desisten de la decisión, o no llegan las personas requeridas, no se persiste con el procedimiento. Según señalan en el municipio, la adopción de este nuevo sistema ha significado la reducción a cerca de setenta solicitudes que culminan el proceso. Esas agrupaciones, además, tendrían una mayor continuidad en el tiempo48. Adicionalmente se introdujeron mayores dificultades para la postulación a fondos concursables. Actualmente, las organizaciones deben presentar el listado actualizado de socios, la rendición de cuentas de los fondos adjudicados anteriormente y una libreta de ahorro con el 10% del monto total del proyecto49. La comuna de Santiago cuenta con una enorme riqueza asociativa. No obstante, un análisis más profundo de las características de la participación en organizaciones muestra que ésta se encuentra bastante condicionada por las acciones que impulsa el municipio. Esto genera un tipo de asociatividad que es muy permeable a los énfasis otorgados por las distintas gestiones alcaldicias. Son los propios funcionarios municipales los que relevan el alto nivel de dependencia de las organizaciones de los recursos que ellos les entregan: “(…) yo acá a la gente la encuentro que es absolutamente demandante, pero no es proactiva, ya, entonces tiene una necesidad y van y piden al municipio y exigen al municipio, que el municipio les de los recursos para solucionar su tema”50. Esto obedecería a la disponibilidad de recursos y a la estructura organizativa del municipio, que es capaz de generar incentivos a la participación sin esperar que se genere la demanda desde los propios vecinos51. Así, la mayor parte de personas que se organizan formalmente en la comuna lo hace motivada por captar recursos del municipio52. Al respecto, las palabras de un funcionario municipal son categóricas: 48 Ibíd. 49 Esto para el Fondo Modalidad Tradicional. Para el Fondo de Subvención Directa la organización debe aportar con el 5% del monto del proyecto. 50 Entrevista a Mario Cárdenas, funcionario del Área Social, 07/03/05. Proyecto Fondecyt. 51 Ibíd. 52 El municipio también es el que motiva a las organizaciones a buscar otras alternativas de financiamiento, como pueden ser fondos regionales o sectoriales, como ocurrió con los fondos del Servicio Nacional del Adulto Mayor (SENAMA), que constituyen una fuente importante de sustentación de muchos clubes de adulto mayor. Entrevista a Francisco Páez, funcionario Departamento Gestión Comunitaria, 29/12/08. 36 “Hay dos razones por las cuales las personas se organizan para sacar personalidad jurídica. La primera es para obtener recursos de los fondos concursables y la segunda es para usar los buses del municipio para ir de paseo. Es tan así, que las organizaciones entran en receso en diciembre y se reactivan con el comienzo de los fondos concursables”53. Fines idénticos existirían entre las organizaciones para aglutinarse en instancias confederadas como son las uniones comunales. Así lo grafica un dirigente de la Unión Comunal de Clubes de Adulto Mayor: “Cuando supieron las organizaciones que la unión comunal estaba organizando un paseo, entonces comenzaron a golpear puertas para venirse a inscribir y pagar los 5 mil pesos que cobrábamos a la fecha y yo me opuse tenazmente a que ningún club se uniera después de la fecha porque no trabajamos el asistencialismo, trabajamos el fortalecimiento de la organización. Es re fácil venir y decir pago 5 mil pesos y me llevo 3 dirigentes y los saco a pasear”54. El balance crítico que hacen algunos funcionarios del municipio señala que elementos como los fondos concursables han generado resultados que en cierto sentido son adversos para la participación ciudadana. Si bien se buscaba que ellos fueran un aliciente para la participación, lo que se ha conseguido, tras años de implementación, es que se conviertan en un fin en sí mismo. Por tanto, no es extraño escuchar de boca de los dirigentes que si no se aprueban sus proyectos ellos no podrán seguir funcionando. Sin desconocer que pueden existir organizaciones inscritas en el municipio que operen a través de la autogestión, el panorama general muestra que uno de los rasgos destacables de las agrupaciones comunitarias en la comuna de Santiago es el alto nivel de dependencia de los recursos municipales. Ello ha creado un tipo de relación paternalista y asistencial desde el municipio hacia las organizaciones. Por su parte, las organizaciones muestran escasos rasgos de autonomía o autogestión, por lo cual se han convertido en entes “peticionistas” y muy condicionados por las directrices que emanan desde el municipio. Esto los pone en una situación vulnerable, en tanto su capacidad de intermediación puede ser instrumentalizada políticamente siendo potenciales (o actuales) clientes de las autoridades de turno. De ahí la importancia de revisar cómo se han desarrollado las relaciones entre las autoridades locales y las organizaciones en las distintas gestiones alcaldicias. Ello podrá brindarnos una perspectiva más detallada de los énfasis puestos por cada coalición en la comuna y de la manera en que esto ha condicionado el accionar de sus organizaciones sociales. 53 Entrevista a Francisco Páez, funcionario Departamento Gestión Comunitaria, 29/12/08. 54 Entrevista a Héctor Oyarzo, Dirigente Unión Comunal de Clubes de Adulto Mayor, 22/12/08. 37 III.4 . Re lación e ntre autoridade s com unale s y organizacione s sociale s de la comuna. Anteriormente se señaló que con el retorno a la democracia, una de las tareas encomendadas a los municipios fue impulsar la participación de las bases sociales, elemento que se había visto mermado tras diecisiete años de dictadura. Por una parte, los municipios fomentaron la creación de organizaciones sociales que aglutinaran los diversos intereses de los ciudadanos. Por otra parte, se estimuló un proceso de “democratización” de las organizaciones sociales, buscando que las entidades como las juntas de vecinos – existentes en Chile desde fines de los ’60 – sometieran a mecanismos eleccionarios la designación de sus directivas. En la comuna de Santiago, fue bajo el mandato de Jaime Ravinet que se inició la tarea de reconstruir el tejido social, tratando de resucitar algunos componentes de la “promoción popular” impulsada en los ‘60. Si bien el énfasis de su gestión estuvo puesto en el desarrollo urbano, también se caracterizó por un marcado interés en potenciar la organización social. De esta forma, en sus tres períodos como alcalde, el fomento de la asociatividad se hizo palpable a través de una fuerte intervención municipal. Fue así como en el año 1990 se convocó la primera Gran Convención de Santiago55, un proceso diseñado para que las bases sociales plantearan sus demandas y expectativas respecto a la comuna. Esto se realizó a través de cabildos vecinales, organizados por el municipio en cada unidad vecinal. El procedimiento consistió en convocar a los vecinos de cada unidad a un concejo, donde plantearon sus demandas y escogieron a los delegados para la Gran Convención, realizado en noviembre de 1990. Agentes municipales, denominados “animadores vecinales”, eran los encargados de “activar la participación” trabajando directamente con la comunidad en terreno56. En dicha época la comuna de Santiago tenía una extensión mayor a la actual57 y contaba con cerca de doscientas juntas de vecinos, por lo que la municipalidad dispuso de una gran cantidad de animadores vecinales (entre doscientos y trescientos)58. A través de diversas actividades culturales, como peñas folclóricas, festivales de la voz, etc., los animadores buscaban “(…) motivar a estos caballeros que estaban sentados en la junta de vecinos 55 En el marco del Programa Municipio y Participación. 56 Entrevista a Isidora Fuentes, asistente de concejales de la Concertación, 11/12/08 57 Ibíd. 58 Ibíd. 38 dando certificados de residencia. Para ellos junta de vecinos era certificado de residencia y no más. Entonces empezarlos a convencer, a salir a llamar a los vecinos, ayudarlos a que la gente se juntara”59. Durante este proceso, se movilizaron alrededor de sesenta mil personas en los cabildos vecinales y cerca de cinco mil dirigentes sociales, con lo cual se sentaron las bases para el proceso de “democratización” de las organizaciones. Mientras se potenciaba la organización social de los vecinos, en el municipio se fue estructurando el Departamento de Desarrollo Comunitario, entidad encargada de la vinculación con la comunidad organizada. Dentro de este departamento la figura del coordinador territorial se convirtió en una pieza clave para mantener el trabajo en terreno con las organizaciones. Los coordinadores territoriales surgieron tras la Primera Convención, a través de un proceso de selección de once animadores vecinales. Este equipo fue escogido para realizar un apoyo permanente y tener un vínculo lo más fluido posible entre el municipio y los dirigentes sociales. Cada una de estas personas estuvo a cargo de una agrupación vecinal (formada cada una de estas por un conjunto de unidades vecinales. Entre 1991 y 1992, y tras la promulgación de la ley de juntas de vecinos, la misión de estos funcionarios fue coordinar el proceso de democratización de las organizaciones sociales. Este proceso no estuvo exento de dificultades, puesto que tuvieron que convencer a los dirigentes designados que se sometan al proceso eleccionario de forma limpia y sin trabas y, a la vez, debieron impulsar a otras personas a que asumieran roles dirigenciales. Los coordinadores territoriales debían supervisar todo el proceso y ser ministros de fe en las elecciones. Debido a las características sociodemográficas de la comuna, con un fuerte predominio de población sobre los sesenta años, en la gestión de Ravinet también se dio un fuerte impulso a la formación de clubes de adulto mayor60. Aquí también el papel del municipio fue preponderante, dada la existencia de una Secretaría del Adulto Mayor, uno de los componentes más fuertes dentro del Área Social61, que tuvo un rol activo en la formación y capacitación de los actuales dirigentes de dichas agrupaciones62. Durante los ’90 se acotó el territorio comunal y algunas unidades vecinales se fusionaron, debido al despoblamiento de Santiago. De esta manera, el trabajo territorial del Departamento de Gestión Comunitaria se redujo a ocho coordinadores más la jefatura de la Unidad de Organizaciones Comunitaria. 59 Ibíd. 60 Entrevista a Ismenia Cortés, Presidenta de Junta de Vecinos, 15/12/08. 61 Entrevista a Gastón Suárez, funcionario del Área Social, 07/02/05. Proyecto Fondecyt 1030243. 62 Ibíd. 39 En esta etapa se potenció la formación de uniones comunales, se siguieron apoyando los procesos de elecciones y se fueron creando más juntas de vecinos. Si bien el Departamento de Gestión Comunitaria ejerció un fuerte trabajo en terreno durante las gestiones de Jaime Ravinet, el alcalde también buscaba instancias para interactuar directamente con las organizaciones sociales, especialmente con las juntas de vecinos. También se organizaban reuniones permanentes con el alcalde. Ravinet, junto a algunos directores municipales, se reunía con los vecinos en sus juntas de vecinos dos veces al año para atender sus demandas. Al finalizar el tercer período de Ravinet, se impulsó otro proceso de participación que desembocó en la Segunda Gran Convención de Santiago. Esta vez, el eje central fue la realización del plan de desarrollo urbano, el cual rige hasta el día de hoy. Cabe señalar que la participación que se promovió desde el municipio iba destinada a potenciar la asociatividad más que una participación real de los ciudadanos en la gestión local. Además de las consultas realizadas en el marco del Programa Municipio y Participación, no se crearon instancias más permanentes que pudieran involucrar una mayor participación de los ciudadanos en las decisiones. Por su parte, en esta época, el Consejo Económico y Social Comunal (CESCO) – instancia formal creada tras el retorno de la democracia para impulsar la participación ciudadana – funcionaba como una entidad coordinadora de las organizaciones sociales comunales y como uno de los canales formales de comunicación entre estas y el alcalde. Agrupaba a representantes de las juntas de vecinos, de las organizaciones funcionales, y organizaciones gremiales. Sin embargo, desde entonces, sólo tuvo un carácter consultivo63. Como plantea un ex concejal y actual integrante de dicho concejo: “Si bien la ley define que el concejo tiene que opinar respecto del presupuesto, de ciertas materias, el plano regulador, en fin, sólo tienen que opinar y su opinión no es vinculante. Por lo tanto es un organismo que no tiene mucha influencia en las decisiones, no tiene un perfil muy alto. Es un instrumento que a los alcaldes les puede servir harto, a los dirigentes también les puede servir si 63 Según la Ley Orgánica de Municipalidades Vigente, el Consejo Económico y Social Comunal, también llamado CESCO, tiene por objeto asegurar la participación de las organizaciones comunitarias de carácter territorial y funcional y de actividades relevantes en el progreso económico, social y cultural de la comuna. Está presidido por el alcalde y su carácter es consultivo, por tanto su nivel de incidencia en la gestión local está sometido a la voluntad del edil de turno. 40 está el alcalde y le pueden decir directamente las cosas que pasan, pero si no, no tiene mucha importancia”64. De esta forma, al igual que en el pasado, la gestión democratacristiana buscaba fomentar una participación contenida dentro de los cánones establecidos por el gobierno comunal, privilegiando la canalización de las demandas a través de organizaciones formales y de los órganos establecidos por ley para ello. Con el cambio de milenio, un nuevo alcalde rige los destinos de la comuna. Se trata de Joaquín 65 Lavín . Los cuatro años que dura su gestión (2000-2004) se caracterizan por un fuerte incremento en el gasto social, destinado a satisfacer las demandas de los habitantes de la comuna. Se mantuvo gran parte de los programas sociales y se implementaron otros más visibles mediáticamente, con un nivel de presupuesto muy superior al que se tenía hasta entonces, gracias a la venta de los derechos de aguas de la comuna. El grueso de la inversión municipal que se concentró en el área social apuntó a subsidiar el empleo (permanente o de emergencia)66, a contribuciones directas a las personas y a financiar actividades masivas de recreación. Así, en sus cuatros años de gestión, se invirtieron cerca de $2.500.000 sólo en el Fondo de Asistencia Social de Emergencia, destinado a entregar subsidios directos para la compra de alimentos, medicamentos, prótesis médicas de alto costo, boletos de metro, cuentas de agua, arriendo de viviendas, útiles escolares y deudas académicas. Si bien muchas de estas medidas han sido criticadas tanto dentro como fuera del municipio, principalmente por el déficit financiero que dejaron en la bancarrota a la entidad comunal, el número de personas beneficiadas fue bastante alto67. El impacto de esta inyección de recursos se hizo especialmente importante dado el contexto de crisis económica que imperaba en el país a comienzos de la década del 2000. 64 Entrevista a José Robles, Dirigente CESCO y ex concejal, 18/12/08. 65 Joaquín Lavín Infante, militante del partido Unión Demócrata Independiente (UDI). Fue alcalde de la comuna de las Condes durante dos períodos consecutivos (1992-1996 y 1996-1999). En 1999 renuncia a su cargo para postularse a la Presidencia de la República, obteniendo una histórica votación para la derecha (47,51%). Tras la derrota presidencial se postula como alcalde por Santiago, donde triunfa con una mayoría abrumadora (60,99%). En el año 2005 vuelve a presentarse a las elecciones presidenciales, momento en el que no logra pasar a segunda vuelta, siendo superado por su compañero de coalición Sebastián Piñera, quien finalmente pierde frente a Michelle Bachelet. 66 En los cuatro años de gestión de Joaquín Lavín, el plan de empleos de emergencia conocido como “Plan Pololo” benefició a 33.320 personas. Este plan consistía en “pagar” entre $10.000 y $15.000 a personas sin empleo por trabajos tales como pintura de fachadas o limpieza de calles y centros comunitarios. Por su parte, el municipio también entregó subsidios para la contratación de mano de obra, a través de los Planes de Empleo Permanente. Este plan, destinado principalmente a jefes de hogar, aportaba el 60% del sueldo para contratar personas por al menos tres meses. En los cuatro años benefició a 1.370 personas. Ver Documento “Memoria Gestión Área Social 2000-2004”, Ilustre Municipalidad de Santiago, Área Social, 2004. 67 Documento “Memoria Gestión Área Social 2000-2004”, Op. Cit. 41 Algunos detractores de las políticas implementadas por Lavín han señalado que este tono asistencial, y las actividades masivas de gran impacto mediático que caracterizaron su gestión, obedecieron al interés de usar el municipio de Santiago como plataforma política para su posterior campaña presidencial. Por tanto, el acento en medidas inmediatistas habría buscado impactar a nivel individual (“resolver los problemas concretos de la gente”), más que potenciar la asociatividad, como fue el acento del trabajo social en la gestión anterior. Así lo grafican las palabras de una funcionaria municipal, que trabajó como encargada de las organizaciones comunitarias en el último período de Ravinet: “Ellos no pasan por las organizaciones sociales, no les interesa fomentar la participación como capital, ellos más bien capitalizan el contacto vecino a vecino y subsidio. Nosotros un tiempo, los cuatro años de Joaquín Lavín, por aquí por el costado del municipio, indignamente tuvimos que ver como repartían sándwiches con mortadela y una bebida. Yo decía ‘no lo puedo creer, Chile, siglo XXI’, arrojando como cual castillo comida pa’ afuera. Subsidios: vendió el agua, vendió edificios municipales, vendió todo. Trajo arena, nieve, la gente lo pasaba chancho, mucho circo, mucho circo, y pan, circo, circo y pan. Ese es, yo cómo podría graficarlo…ellos no tienen trabajo, quizás… ¡no, si no hay ninguno! Ellos apuntan a que el ciudadano que recibe el subsidio es el apoyo, porque esa gente le aprieta el bolsillo, obvio. Pero no les interesa, nosotros decimos ‘a la gente hay que enseñarle a pescar’ no hay que darle las cosas, ellos no, ellos prefieren darles el subsidio. Subsidio del agua, subsidio a la luz, subsidio para todo…el gallo es un ente que lo manipulai para todo”68. Del lado contrario, quienes apoyan las acciones realizadas por el ex edil, relevan su interés por aliviar la situación de los más carenciados como justificación al nivel descomunal de gastos de su gestión. Esto, sumado a su aparente cercanía con la gente, le habría impreso un sello distinto a su mandato. Así, lo expresa una funcionaria del área social, al comparar las figuras de Ravinet y Lavín: “(…) cuando él [Joaquín Lavín] le promete algo a los pobres, lo cumple, no me digas cómo, pero él es de ese tono: ‘ustedes háganlo, yo me consigo la plata’. Y, sabe que los problemas sociales se resuelven con recursos, no es el político tradicional (...) Yo nunca logré que Jaime [Ravinet] -es mi amigo- yo nunca logré que Jaime llegara al campamento La Línea ponte tú ‘No, qué voy a hacer con esos rotos, sácamelos de encima, no, no, no, no, no, no, no, no, sácamelos de encima’, era como cuiquito para todas estas cuestiones, era cuiquito. En cambio a Joaquín tú le dices 68 Entrevista a Isidora Fuentes, asistente de concejales de la Concertación, 11/12/08. 42 ‘necesito que vayas al campamento La Línea’ y al otro día me dice ‘ya vamos’ y se instala media hora sentado con los gallos y todos los gallos conversan con él de todo, ¿me entendís?, o sea, era una cuestión que le brota... situación distinta con Jaime (..). Jaime es más presidente de compañía, él se maneja en volúmenes... a Jaime le gustan las cuestiones que se ven. Yo que he salido con él [con Joaquín Lavín], a él le duele el corazón ver miseria y le duele en serio porque yo lo he visto sacar billetes de su bolsillo. A Jaime le duele igual, pero trataba de no verlo”69. Más allá de las disputas en torno a la figura de Joaquín Lavín, es interesante destacar que el nivel de recursos municipales que se movilizó durante su mandato logró ampliar la “clientela municipal”, incrementando el nivel de beneficiarios y, desde luego, yendo mucho más allá de los socios de las organizaciones de base. En términos asociativos, su mandato también vio crecer la demanda por formar agrupaciones sociales, a pesar de que no existió un incentivo tan marcado desde el municipio como sí ocurrió tras volver a la democracia. Este aumento en la cantidad de organizaciones, según plantea Barozet (2005), obedece a muchos factores de carácter contextual, tales como el interés por captar recursos públicos en un contexto de recesión económica. De este modo, la demanda por formar clubes de adulto mayor, clubes deportivos, comités de vivienda, centros culturales, etc. siguió la tendencia de crecimiento manifestada desde fines de los ’90 (Barozet, 2005). Si bien se sabe que no todas estas organizaciones siguen funcionando, el número de organizaciones vigentes que se constituyeron durante el mandato de Joaquín Lavín, es bastante elevado (ver Tabla N° 1). Al revisar los datos, llama la atención el incremento de un tipo de organización funcional particular como son los comités de seguridad y prevención. Tal como constata Barozet (2005), este incremento alentado directamente por el municipio, obedece a una estrategia de inserción territorial de la UDI, para contrarrestar la enorme penetración de la Concertación en organizaciones sociales de base, especialmente en las juntas de vecinos. La intención de fomentar este tipo de comités también tuvo que ver con el énfasis discursivo de la Alianza, y de Lavín en particular, en la lucha contra la delincuencia70. Las palabras de un dirigente del CESCO y ex concejal grafican claramente la intervención política en la formación de estas agrupaciones: 69 Entrevista a Hilda Castro, funcionaria del Área Social, 20/09/03. Proyecto Fondecyt. 70 Como señala Barozet (2005), este fue uno de sus principales estandartes durante las campañas presidenciales de Joaquín Lavín, en 1999 y 2005. 43 “La verdad es que si cooptaron organizaciones, pero no muchas, si hubo un…claro en el comité de seguridad hubo mucha gente de Lavín, ellos fomentaron eso (…) se juntó también con la política del Ministerio del Interior se seguridad ciudadana y creo que ese fue un camino que usó Lavín para penetrar en la organización y para levantar organizaciones paralelas a las juntas de vecinos y que evidentemente fue un período en fueron efectivas. Se hicieron muchos proyectos, había plata para hacer cosas, hubo mucha penetración, muy importante”71. La coordinación de estos comités no estuvo a cargo del Departamento de Gestión Comunitaria, como sucedía con todas las organizaciones funcionales y territoriales de la comuna, sino que se engarzaban más bien en una estructura propia que dependía directamente de las oficinas centrales de la municipalidad72 (Barozet, 2005). Se trata del Consejo Comunal de Seguridad, “integrado por el Alcalde, los dos concejales más votados, la Policía de Investigaciones y Carabineros, además de miembros que representan a la comunidad organizada, jueces del crimen y el Consejo de Defensa del Estado. Este organismo es asesorado por un Secretario Técnico y presidido por el Alcalde”73. Se trata de una estructura que permanece hasta hoy y que, además, cuenta con sus propios coordinadores para el trabajo en terreno74. Cabe señalar que, a pesar de la cercanía de las juntas de vecinos con la Concertación, estas entidades adquirieron un papel fundamental en la intermediación con la comunidad durante la gestión de Lavín, siendo las encargadas de contratar a las personas que serían beneficiadas por los planes de empleo de emergencia. Los dirigentes de estas organizaciones – y los dirigentes de los comités de seguridad y prevención, por cierto– elaboraban los listados y gestionaban los trabajos temporales del Plan de Empleos de Emergencia conocido como “Plan Pololo” (Barozet, 2005). A pesar de que el sucesor de Lavín pertenecía a su misma coalición, se mantuvo la estructura del Consejo Comunal de Seguridad creada anteriormente, pero se restó importancia al potenciamiento de los comités de seguridad y prevención. Como se puede apreciar en la Tabla N° 1, actualmente siguen vigentes sólo 56 de estas entidades. Una de las posibles explicaciones a este declive organizativo puede encontrarse en el cambio de política impulsada por el Ministerio del Interior, que dejó de poner recursos a disposición 71 Entrevista a José Robles, Dirigente CESCO y ex concejal, 18/12/08. 72 La creación de esta estructura paralela cobra sentido por cuanto el Departamento de Organizaciones Comunitarias no sólo posee funcionarios afines a la administración de la alianza. Si bien, los cargos de jefatura y los coordinadores territoriales suelen ser de confianza del alcalde (por tanto afines políticamente), varios funcionarios contratados - y que ocupaban puestos de gran relevancia- tienen militancia en partidos políticos de la Concertación, principalmente en el Partido Demócrata Independiente. Algunos de ellos serán desvinculados de su trabajo con la llegada de Pablo Zalaquett al municipio. 73 http://www.municipalidaddesantiago.cl/seguridad/consejo-comunal.php 74 Entrevista a Francisco Páez, funcionario Departamento Gestión Comunitaria, 29/12/08. 44 de las organizaciones para tratar temas de seguridad. Hoy en día, los recursos van destinados directamente a los municipios. Por tanto, los comités de seguridad y prevención de la comuna de Santiago se ven obligados a someterse a las mismas formas de financiamiento que el resto de las organizaciones de base. El impulso a este tipo de organizaciones en la gestión de Lavín ha recibido varias críticas, principalmente de los dirigentes de las otras organizaciones de base, quienes percibieron de forma negativa la instrumentalización política y el “favoritismo” del municipio hacia los comités de prevención y seguridad. Estas críticas se han agudizado al observar el bajo nivel de actividad que presentan tales organizaciones en la actualidad, siendo uno de los tipos de organizaciones “que más rápido crecieron y más rápido desaparecieron”75. Lo sucedido con los comités de seguridad y prevención grafica el tono en la gestión de Raúl Alcaíno76 (2004-2008) respecto a las organizaciones sociales en general. Durante su mandato, el escenario cambia drásticamente debido al enorme déficit financiero provocado por la gestión de Lavín. El énfasis en este período, por tanto, estuvo puesto en mejorar la eficiencia de la administración interna del municipio y en recortar todos los gastos excesivos. El Área Social fue uno de sus primeros blancos pues, como planteaba un funcionario, esta área tiene una clientela que genera muchos gastos: “no nos reporta nada a nosotros, solamente piden”77. De ahí que se realizara un violento recorte al presupuesto del Área Social, suprimiendo buena parte de los subsidios, incluyendo los planes de empleo de emergencia. Otra de las medidas adoptadas por Alcaíno tendiente a recortar el presupuesto fue el cambio en el retiro diario de basura. Esto se mantuvo sólo en el caso del centro cívico, pero en los barrios y poblaciones la basura se retiraba cada dos días, generando una sensación de malestar generalizado en la comunidad. Fue tal el impacto de esta medida, que la reposición del servicio fue una de las principales promesas de campaña de los candidatos a alcalde en las elecciones del año 2008. También se disminuyeron los beneficios para las organizaciones sociales. Un ejemplo bien claro se dio en el Programa de Buses, solicitados por dichas entidades para realizar paseos dentro y fuera de la comuna. Anteriormente, cada organización disponía de tres o cuatro viajes anuales, lo cual se redujo a uno o dos78. Otro aspecto que inquietaba a las organizaciones era la progresiva disminución en la cantidad de 75 Ibíd. 76 Raúl Alcaíno, empresario sin militancia política, se presenta como candidato independiente por la lista de la Alianza por Chile (coalición de derecha) a las elecciones municipales del año 2004. Triunfa con un 49,04% sobre el ex PPD Jorge Schaulsohn. 77 Entrevista a Juan Soto, coordinador territorial, 04/02/05. Proyecto Fondecyt 1030243. 78 Entrevista a Conrado Isla, concejal Concertación 2008-2010, 10/10/08. 45 coordinadores territoriales en el Departamento de Gestión Comunitaria. De ocho coordinadores que cubrían toda la comuna, en el año 2008 sólo quedaban tres, los cuales debían atender a todas las organizaciones. Esta disminución redujo sus salidas a terreno al mínimo, relegando gran parte de su trabajo a tareas de escritorio79. El escaso interés de Alcaíno por interactuar con los dirigentes se expresó también en la manera de trabajar con el CESCO. Por una parte, ordenó que las reuniones se realizaran cada dos meses (antes se reunían mensualmente)80. Por otra parte, su participación en esta instancia, siendo por ley quien la preside, se limitó a un par de sesiones durante sus cuatro años de mandato81. Así, diversas señales entregadas por el alcalde, crearon la sensación de que era un “alcalde poco sociable”82, que abandonó a las organizaciones. Así lo grafican las palabras de un funcionario municipal, cuando señala: “(…) una de las principales quejas de todas las organizaciones, inclusive de las juntas de vecinos, era que el alcalde no los recibía, ni tampoco recibieron ayuda municipal, ni siquiera escucha municipal, de las autoridades, por lo menos, entonces sienten que los dejaron botados, las organizaciones”83. Quienes defienden su gestión plantean que la toma de medidas “impopulares” por parte de Alcaíno se explican por su perfil técnico, más que político, carente de toda aspiración por perpetuarse en el poder comunal o de usar su puesto como trampolín hacia otros cargos. El ingeniero privilegió “ordenar la casa”, cerrando las puertas a la interacción con la comunidad que habría recibido demasiados privilegios. Esto se interpretó positivamente como un abandono del paternalismo y el asistencialismo que marcaron la gestión anterior. Así lo plantea, al inicio del mandato, uno de los coordinadores territoriales: 79 Entrevista a Francisco Páez, funcionario Departamento Gestión Comunitaria, 29/12/08. 80 Entrevista a José Robles, Dirigente CESCO y ex concejal, 18/12/08. 81 Cabe señalar que, al inicio de su mandato, Joaquín Lavín desarticuló el CESCO, sin embargo debió recomponerlo tras las presiones de las organizaciones de base. A pesar de ello, al igual que Alcaíno, desestimó su importancia y pocas veces recurrió a él para realizar consultas (Barozet, 2005). 82 Entrevista a Isidora Fuentes, asistente de concejales de la Concertación, 11/12/08 83 Entrevista a Francisco Páez, funcionario Departamento Gestión Comunitaria, 29/12/08. 46 “yo creo que lo que está demostrando es no ser tan paternalista, es verdad, o sea, es el momento de cortar un poco los lazos… tanta facilidad que se les da a las organizaciones para obtener cosas y más que nada bajar eso, va a ser diferente, se va a notar”84. A pesar de haber recortado muchos beneficios, en el municipio sostienen que gran parte de las prestaciones sociales se mantuvieron durante la última gestión. Esto se habría logrado reduciendo personal y consiguiendo recursos por otras vías85. Además, la estructura del Área Social permitiría que se sigan ejecutando una gran cantidad de programas, los que funcionan casi de forma independiente y sin necesidad de contar con un control tan directo del alcalde86. Así, al terminar su gestión, Raúl Alcaíno dejó un municipio con claros avances en cuanto a administración interna, con un déficit municipal en cero, pero con una evidente indiferencia por conquistar a las organizaciones sociales y mantener la clientela municipal generada por su antecesor. A pesar de ello, en las elecciones de octubre de 2008, la coalición de derecha vuelve a conquistar la alcaldía de Santiago, con Pablo Zalaquett (UDI). Éste derrota por un amplio porcentaje al ex edil Jaime Ravinet (DC). Ante este fenómeno, surgen varias preguntas: ¿cómo pudo un “desconocido” triunfar por sobre el gestor de la reconstitución del tejido organizacional de la comuna?, ¿pone esto en cuestión la eficiencia de la intermediación de los dirigentes sociales? Las posibles respuestas a estas interrogantes serán tratadas con mayor detalle en los capítulos siguientes. 84 Roberto García, coordinador territorial, señaló que para optimizar el presupuesto el municipio estableció alianzas estratégicas con el mundo privado y consiguió recursos con el “tercer sector” (Entrevista realizada el 18/03/05. Proyecto Fondecyt 1030243). 85 Entrevista a Mario Cárdenas, funcionario del Área Social, 07/03/05. Proyecto Fondecyt 1030243. 86 Entrevista a Francisco Páez, funcionario Departamento Gestión Comunitaria, 29/12/08. 47 Capítulo IV. Las re de s clie nte lare s e n la comuna de Santiago. _____________________________________________________________________________________ IV.1 . Caracte rísticas y e volución de l clie nte lismo chile no. Ciertamente, si intentamos dilucidar la manera en que el gobierno local se articula con las organizaciones sociales y los ciudadanos en general, el análisis de las estructuras y los procedimientos formales será insuficiente. Como han subrayado algunos autores, en América Latina existen entidades informales que poseen una enorme relevancia en el funcionamiento del sistema político. Se trata de auténticas instituciones87 que conviven, en tensión o en simbiosis, con el organigrama y reglas formalmente establecidas. Tal es el caso del clientelismo, el cual, a pesar de ser un fenómeno encubierto, posee un carácter permanente y ubicuo, por tanto de enorme influencia en las poliarquías de la región (O’Donnell, 1996: 221). Esta “institución informal”, como lo denomina O’Donnell, atraviesa el sistema político, vinculando a autoridades políticas, funcionarios estatales, partidos políticos y bases sociales. De esta manera, los “intercambios” clientelares se organizan a través de redes piramidales, en un sistema estructurado, en el cual las redes políticas88 se enlazan con redes sociales de ayuda recíproca (Auyero, 2001). Desde el punto de vista de las redes políticas, los vínculos clientelares son una extensión informal de las estructuras formalmente establecidas pues, si bien no aparecen en los estatutos ni en los registros oficiales de los partidos políticos, “constituyen el corazón de muchas organizaciones de partidos latinoamericanos: reclutan a los militantes, seleccionan candidatos, consiguen dinero, son un vínculo con diversos sectores de la sociedad y, lo más importante, facilitan votos” (Freidenberg y Levitsky, 2007: 539). Desde las bases sociales, en tanto, las redes clientelares manifiestan la prolongación de las redes de ayuda mutua entre pares89, incorporando a sujetos que pueden encontrarse en círculos sociales distantes 87 Guillermo O’Donnell define institución como “una pauta regularizada de interacción conocida, practicada y aceptada (si bien no necesariamente aprobada) por actores cuya expectativa es seguir actuando de acuerdo con las reglas sancionadas y sostenidas por ella” (O’Donnell, 1996: 224). 88 Javier Auyero define, siguiendo a Knoke y Granovetter una red política como “un conjunto de contactos regulares o conexiones sociales similares entre individuos o grupos en los cuales, al menos uno de ellos es miembro de un partido político o funcionario estatal” (Auyero, 2001: 100). 89 Varios autores han señalado la importancia de las redes sociales en contextos de privación económica, donde la ayuda mutua generada a través de estas conexiones, permite a los sectores populares enfrentar de mejor manera sus vidas (Lomnitz Adler, 1994, también Espinoza, 1999). 48 (Espinoza, 1999) y que pueden brindarles mayores posibilidades para dar solución a sus problemas. Como plantea Emmanuelle Barozet, en el lado más evidente “(…) el clientelismo se articula históricamente en base a redes formales que corresponden a la estructura de los partidos políticos que lo practican. En su parte menos visible, descansa en redes informales que involucran los círculos que dependen de las gestiones de la autoridad y que suelen pasar por las organizaciones de base” (Barozet, 2005: 210). A pesar de que estas redes pueden ser más activas y visibles en tiempos de campaña electoral, funcionan a través de intercambios constantes y cotidianos entre los agentes. Por tanto, el clientelismo no puede ser reducido a las distribuciones masivas de recursos, propias de muchas campañas políticas. Muy por el contrario, se ancla en relaciones duraderas donde priman los intercambios de tipo simbólico, en los cuales aspectos morales como el honor, la lealtad y la reciprocidad son centrales. IV.1.1. El clientelismo antes de los ’90. En Chile, históricamente, el clientelismo se manifiesta de forma temprana desde fines del siglo XIX, como una manera de asegurar la articulación entre los sectores populares y la oligarquía. Esta vinculación se realiza a través de la clase media, que se instala en la burocracia estatal, gracias a su articulación con partidos oligárquicos (Rehren, 2000). Este grupo social cumple un rol central en la distribución de los recursos públicos (Barozet, 2004). Se va constituyendo así un “clientelismo selectivo” (Rehren, 2000), el cual desde los años ‘30 se va consolidando junto con la expansión del sufragio y la institucionalización de un sistema multipartidista que compite por captar la votación de sectores medios y populares (Ibíd.). Así, paulatinamente, el clientelismo se convierte en una herramienta fundamental para movilizar recursos del centro a la periferia (Valenzuela, 1977). En esta época los partidos políticos jugaban un papel fundamental, tanto en el reclutamiento y la carrera ascendente de los funcionarios públicos (Rehren, 2000), como en la articulación de la intermediación desde la arena local hacia la central y viceversa (Valenzuela, 1977). A través de la instrumentalización política de estas instancias, los partidos competían por capturar la representatividad de los nuevos sectores sociales que se iban sumando a la participación electoral. Como describe Arturo Valenzuela (Ibíd.), a fines de los años ’60, el clientelismo chileno muestra algunos rasgos diferentes al enlace diádico patrón/cliente90. Por una parte, el sistema chileno presenta características propias de esta forma clásica de asociación, tales como la existencia de pocos grupos “horizontales”, el predominio de metas particularistas por sobre intereses colectivos y la presencia de una 90 Arturo Valenzuela se basa en la caracterización realizada por James Scott (1972), que distingue esta relación de otras formas de asociación como son las de carácter tradicional (grupos étnicos) o modernos (grupos de interés o asociaciones de clases). 49 clientela multiclasista más semejante a un “conjunto de acción” (“action-set”)91 . Pero, por otra parte, en la estructuras observadas por Valenzuela, los individuos que se vinculan pueden –o no– ser homogéneos en estatus, lo que se opone a la verticalidad estricta de la relación clásica. Además, los acuerdos tomados en el enlace patrón/cliente podrían ser definidos como “asimétricos”, poniendo en cuestión el grado de voluntarismo asociado a la relación. Lo que al autor plantea al respecto es que las transacciones ocurridas en Chile entre los dirigentes locales municipales están basadas casi exclusivamente en un proceso de selección voluntaria. Los “clientes” podían elegir entre una variedad de líderes comunitarios, por tanto eran libres de determinar por quiénes votarían. Así, Valenzuela señala que “(…) los favores de parte de un líder particular implicaban reciprocidad alrededor del tiempo de elección. Pero no la garantizaban. Lo mismo podía ser dicho para la relación entre alcaldes o regidores y parlamentarios. Cada uno podía terminar una relación dependiendo del cálculo político del momento. Además, y más importantemente, las transacciones conducían a varios niveles de la “pirámide” vertical en el caso chileno no era exclusivamente entre individuos de diferentes clases sociales. En efecto, en Chile muchos regidores y alcaldes compartían un estatus similar con un importante segmento de la comunidad (…) Muchos electores, como “campesinos”, eran de “menos estatus”, pero esto no era de ningún modo una característica esencial de la relación” (Valenzuela, 1977: 158) A partir de esto, Valenzuela plantea que es más apropiado caracterizar a los dirigentes locales y nacionales como intermediarios (brokers) políticos, los que se enlazan sucesivamente en redes verticales conectando la vida local con el nivel central. Estos intermediarios debían su continuidad no a la capacidad de imponer “respecto y afección” como describe Scott (1972) para el caso de los patrones, sino a su habilidad para entregar bienes y servicios “a cambio” de votos. Al respecto, señala que “(…) la política chilena era una política de intermediarios. Redes verticales de grupos de intermediación se extendían por todas las comunidades de la nación hacia el centro. Los intermediarios locales interactuaban con sus seguidores y el intermediario local, quienes sucesivamente interactuaban con el intermediario local y los burócratas gubernamentales y ministros” (Valenzuela, 1977: 159). Según el autor, este sistema puede ser mejor distinguido de otros focalizándose en las metas y la naturaleza de la transacción, más que en el estatus de los actores o en el condicionamiento cultural de sus actuaciones. Para Valenzuela las metas pueden ser: a) particularistas y, b) categóricas. Las metas particularistas buscarían satisfacer las necesidades de un individuo o de su familia inmediata. Se trata de 91 La agrupación patrón cliente, según Scott, no es un grupo en lo absoluto sino más bien un “action-set” (que traduje como conjunto de acción), es decir, un conjunto de personas que existe porque se vincula de forma vertical con un líder común, vínculos que el líder puede activar total o parcialmente. Los seguidores no están comúnmente relacionados directamente unos con otros e incluso pueden ser desconocidos entre sí. En contraste, un grupo categórico organizado, probablemente tenga vínculos horizontales que unen a sus miembros de forma independiente del líder (James Scott, 1972. Citado por Valenzuela, 1977). 50 favores personales o “gauchás chicas”, tales como la obtención de un permiso de trabajo, papeles de seguridad social, una porción de tierra, un perdón judicial o favores. Por su parte, las metas categóricas, hacen alusión a las demandas de un grupo o grupos de individuos, tales como un plan de pensión para una confederación de trabajadores, el reconocimiento legal de una iglesia, un nuevo puente para un pueblo, etc. El clásico sistema patrón-cliente se focalizaría exclusivamente en obtener metas particularistas, mientras un sistema político basado en grupos de interés político estaría orientado primariamente a la obtención de metas categóricas o políticas. En cuanto a la naturaleza de la transacción, Valenzuela distingue entre a) transacciones individualistas y, b) transacciones colectivas. Las transacciones individualistas involucran la movilización de los recursos propios de un patrón o de un broker o de los recursos obtenidos a través del contacto con otros (patrones o intermediarios). Se trata, por tanto, de transacciones estructuradas de forma ascendente, a través de diversas instancias de intermediación en una jerarquía vertical. Por su parte, las transacciones colectivas involucran interacciones horizontales entre grupos e instituciones que se perciben como iguales. Este tipo de transacciones suele ubicarse en el escenario legislativo e involucran consideraciones programáticas e ideológicas. La intermediación política descrita por Valenzuela se distingue de la política patrón/cliente en que involucra tanto metas particularistas como categóricas. Sin embargo, a diferencia de lo que sucedería en un sistema basado en clases o grupos de interés, lo distintivo del sistema de brokerage descrito por Valenzuela sería que ambos tipos de metas son satisfechas a través de transacciones individualistas o “gauchás chicas” (Ibíd.). Durante el período dictatorial, los partidos políticos fueron suprimidos al igual que los procesos eleccionarios. No obstante, algunas prácticas llevadas a cabo por parte de ciertos grupos que participaban del régimen militar, generaron lealtades capitalizables políticamente una vez retornada la democracia. El ejemplo más claro al respecto se dio en el caso de los gremialistas92, que se ubicaron en puesto claves dentro del gobierno, tales como la Secretaría Nacional de la Juventud (SNJ), la Oficina de Planificación Nacional (ODEPLAN) y los gobiernos locales, instancias que jugaron un papel fundamental en la creación de una red social y política vinculada a los sectores populares (Huneeus, 2001 y 2002). Al respecto, Huneeus plantea que las autoridades locales designadas “(…) pudieron establecer relaciones políticas con 92 Movimiento que surge en la Pontificia Universidad Católica de Chile en el año 1966. Liderado por Jaime Guzmán Errázuriz, buscaba enfrentar la creciente politización que experimentaba la Universidad, materializado en el proceso de Reforma Universitaria (Joignant y Navia, 2003). Basándose en el principio de subsidiariedad, el gremialismo “planteaba un retroceso del Estado y de las organizaciones que buscan obtener el poder político, los partidos, poniendo una barrera a la invasión de éstos en todas las actividades nacionales” (Dittborn, 1993:82). Este movimiento se transforma en los años ’80 en el partido Unión Demócrata Independiente (UDI). 51 los sectores populares, consiguiendo respaldo a los nuevos gobernantes y que servían de base al desarrollo del “gremialismo”. Estos ediles obtuvieron sus cargos gracias a su trabajo anterior en la Secretaría de la Juventud, en el contexto del cual desarrollaron una intensa labor de apoyo a las organizaciones sociales de las correspondientes localidades, creando así bases de sustentación para su futuro nombramiento como jefes comunales” (Huneeus, 2001: 20). Si bien, en estricto rigor no es posible hablar de la existencia de un intercambio clientelista –dado que los clientes no podían reciprocar con el voto los favores y bienes entregados – es importante señalar que los bienes y servicios entregados de forma personalizada por agentes municipales o estatales sentaron las bases para la creación de vínculos duraderos de reconocimiento, lealtad y confianza. Así, se fue creando una red social que sirvió como base de apoyo al gobierno militar y, más tarde, fue el principal sustento del trabajo poblacional realizado por el partido Unión Demócrata Independiente. Muchos de los brokers con los que este partido cuenta hoy a nivel territorial, fueron captados y formados durante el gobierno militar (Arriagada, 2008). IV.1.2. Los cambios experimentados con el retorno a la democracia. A pesar de que el retorno a la democracia trajo consigo la reactivación de la vida partidaria y, por supuesto, de las elecciones, los estudios sobre el clientelismo son escasos hasta comienzos del año 2000. Estos estudios van a coincidir con los pioneros hallazgos de Valenzuela en cuanto a la relevancia de los mediadores políticos, tanto en redes clientelares que sustentan liderazgos neopopulistas (Barozet, 2004 y 2005), como forma de intermediación de los partidos políticos en las zonas rurales (Durston, 2005) o bien, para conectar agentes de espacios sociales diversos en las esferas locales (Espinoza, 2006). Para Barozet (2005), si bien es posible establecer la presencia de caudillos políticos con tintes neopopulistas en los espacios locales, son los entes mediadores (y no sólo el carisma de los líderes) los que dan un soporte fundamental a las relaciones que aquellos establecen con las bases. En dichos contextos, son las organizaciones sociales las que desempeñan el rol de intermediarios entre los líderes políticos y los sectores populares. A través de estas redes fluyen los recursos públicos, en función de relaciones personalizadas y sin la participación de los partidos políticos, como sucedió en épocas anteriores y como sucede en otros países de la región (Ibíd.). Por su parte, Durston (2005) plantea que el clientelismo es un elemento que incide enormemente en la aplicación de los programas, proyectos y concursos de desarrollo rural y es determinante en la participación de las comunidades campesinas en los espacios locales rurales. Al igual que Barozet, este autor señala que el reparto clientelar pasa más por organizaciones sociales (organizaciones de campesinos micro-locales) que por mediadores de los partidos políticos (Durston, 2005). De esta forma, a diferencia de lo que observó Valenzuela en los años ’60, hoy en día el rol de los 52 partidos políticos en la mediación clientelar parece ser mucho menos determinante. A pesar de esto, la vinculación no habría perdido su carácter político. Como señala Barozet: “(…) el clientelismo ya no existiría bajo la forma tradicional de un vínculo masivo entre clases populares mayoritarias y partidos políticos. Sin embargo, las redes clientelares siguen operando en los sectores populares de más escasos recursos por otras vías, igualmente políticas, aunque la conexión partidista no sea la superestructura visible en todos los casos, sino más bien organizaciones de base” (Barozet, 2004:212). En los últimos años, se ha renovado interés por el tema del clientelismo político, debido al énfasis puesto por la oposición en el intervencionismo electoral del gobierno93 y al conocimiento público de actos de corrupción y cohecho94. Sin embargo, el debate público sobre el tema no ha estado exento de consideraciones ideológicas y reduccionistas que más bien impiden dilucidar las distintas aristas de un fenómeno complejo. Esto nos lleva a insistir en la urgencia por investigar la forma concreta en que este tipo de relaciones ocurre y cómo son vividas y percibidas por los actores involucrados. Cabe destacar que, desde la ciencia política, se están llevando a cabo importantes estudios que buscan abordar el fenómeno desde una perspectiva más general, utilizando la información cuantitativa disponible y buscando establecer comparaciones con otros países latinoamericanos95. Debido al enfoque utilizado, estos estudios no logran dar cuenta de la manera en la que funciona el clientelismo en contextos particulares. Tomando en cuenta lo anterior, cabe preguntarse ¿cómo es la estructura actual de las redes clientelares que articulan a autoridades locales y bases sociales en la comuna de Santiago?, ¿quiénes son los actores que la conforman? y ¿cuáles son sus roles? 93 El intervencionismo electoral puede ser entendido como la utilización del aparato estatal (ya sean ministerios, subsecretarías, gobiernos regionales, municipalidades, etc.) en beneficio electoral del partido o coalición gobernante. Acerca de este fenómeno y su relación con el clientelismo político, desde la perspectiva de la coalición de derecha, ver García, J. y Guzmán, I. (2007) “Intervencionismo y garantías electorales”. Libertad y Desarrollo. Serie Informe Político N° 103. Disponible en el siguiente enlace: www.lyd.org/lyd/controls/neochannels/neo_ch3800/deploy/sip-103-intervencionismo%20y%20garantias%20electoralesjfgarcia%20e%20iillanes-septiembre2007.pdf 94 Un caso emblemático fue el denominado “empleos brujos”, donde se utilizaron los puestos disponibles de los Planes Generales de Empleo (PGE) para contratar a personas que trabajarían en las campañas parlamentarias del año 2005 en la V Región (Ver http://www.lanacion.cl/prontus_noticias/site/artic/20060926/pags/20060926211726.html). También han salido a la luz pública diversos problemas en gestiones alcaldicias tanto de la Alianza como de la Concertación. Al respecto, algunos casos de fraude al fisco y de cohecho han pasado a manos de la justicia, estableciendo duras sanciones penales a los ediles. Dos de los casos más mediáticos ocurrieron en el norte del Chile: el de la alcaldesa de la comuna de Camarones Silvia Salgado (DC) – quien finalmente fue absuelta el año 2007 de los cargos que se le imputaban (http://diario.elmercurio.cl/detalle/index.asp?id={e7048f47-ef58-492cba71-b50f7fc1ffc0})– y el del ex alcalde de Iquique Jorge Soria (http://www.elmostrador.cl/index.php?/noticias/articulo/porfraude-al-fisco-y-cohecho-condenan-a-ex-alcalde-soria). Sobre las redes clientelares que sustentan el liderazgo de Soria ver los trabajos de Emmanuelle Barozet (2003, 2004 y 2005). 95 Cabe destacar los estudios realizados por Juan Pablo Luna (2008) y por Ernesto Calvo y Victoria Murillo (2007 y 2009). Estos autores, influidos por la discusión en la literatura norteamericana más reciente sobre el tema, han indagado en los vínculos no programáticos entre partidos políticos y votantes. 53 IV.2 . La e structura actual de las re de s clie nte lare s e n Santiago. Las relaciones entre autoridades municipales y bases sociales en la comuna de Santiago están lejos de corresponder a una estructura patrón/cliente propia de los vínculos clientelares tradicionales. Si bien en Chile es posible encontrar patrones políticos o caudillos a nivel local, encarnados por parlamentarios o por alcaldes, en la comuna estudiada la alta rotación de alcaldes, la existencia de una orgánica municipal con funciones bien delimitadas y la cercanía con las agencias burocráticas gubernamentales, entre otros aspectos, ponen serias trabas al establecimiento de este tipo de relaciones de dependencia. Sin embargo, es posible observar una importante presencia de intermediarios o brokers políticos, tanto dentro como fuera de la estructura municipal. Estos intermediarios – que pueden ser concejales, militantes de partidos, funcionarios municipales o dirigentes sociales – conectan a las bases sociales con el gobierno local, instrumentalizando los canales formales existentes o generando vinculaciones “por fuera” de éstos. Así, gestionan la solución de problemas específicos a través de las redes sociales que han logrado construir en la comuna y que son instrumentalizadas para obtener el apoyo político necesario, especialmente en tiempos electorales. IV.2.1. La intermediación política partidista. Entre la estructura formal de los partidos y los vínculos personalizados de mediación política. Partiendo por la revisión del funcionamiento local de los partidos, hemos evidenciado que, en Santiago, es posible encontrar unidades partidarias comunales que poseen un carácter formalizado, en tanto cuentan con sedes y realizan elecciones de sus directivas de acuerdo a los estatutos. Sin embargo, estas unidades comunales cobijan una escasa participación de los militantes, generan pocas actividades durante el año y, tienen una penetración muy baja en las bases sociales. Como señala un militante socialista: “ (…) en general los partidos se vinculan poco, porque ahí hay un problema de los partidos, estos se preocupan poco de la política concreta, del trabajo cotidiano, a veces están más interesados en los temas más generales en la política qué sé yo, no hay mucha vinculación”96. En algunos partidos, como son el Partido Socialista y el Partido Demócrata Cristiano, el trabajo de los militantes en tiempos anteriores o posteriores a las campañas se reduce a la participación – bastante baja por cierto – en reuniones esporádicas, donde se analiza y debate la coyuntura nacional. En el caso de la Unión Demócrata Independiente, en tanto, la directiva comunal trata de generar algunas actividades 96 Entrevista a José Robles, dirigente CESCO, ex concejal. 54 durante el año, tales como capacitaciones a sus dirigentes97. Otras actividades que realiza la estructura comunal tienen que ver con la entrega de recursos, de valor material y/o simbólico, a personas vulnerables o ciudadanos en general. Estas prácticas, más cercanas a un trabajo de asistencia social, tienen muy poca periodicidad, dado que dependen de las ideas espontáneas de algún integrante de la directiva o de la disponibilidad coyuntural de ciertos recursos. Tal como señala un miembro de la directiva local de la UDI: “A veces surge tan simple como gente que…el tema de los lentes: llegó una persona que tenía – no me acuerdo por qué razón – tenía esa necesidad altruista de ayudar, y que tenía harta posibilidad de atender y entregar lentes para la presbicia, que sé yo, en forma gratuita, dijimos ‘chuta, qué hacemos, veamos qué comunas están más necesitadas y se puede hacer una cosa de entrega’. O bien algo que inventé yo y que después me lo copiaron felizmente en otras partes, que en épocas de no campaña, salir a las ferias a entregar cositas, por ejemplo en el día de la madre, un poema con un chocolate, una cosa sencilla que te permite, que cumple algunos objetivos, por ejemplo mantener gente en tus bases y como, por así decirlo’ una capacidad de alistamiento ‘ya organicémonos, hagamos algo’, porque va entrando gente nueva y uno tienen que inventarse cosas para encantar a estas personas que tienen necesidad de trabajar políticamente y a la vez con un sentido social. Entonces se busca entregar en ese tipo de actividades, sino nos inventamos algo, porque no podemos estar parados”98. De esta manera, las unidades partidarias comunales suelen movilizarse más bien en momentos inmediatamente anteriores a las elecciones municipales, parlamentarias y presidenciales. Dicha movilización no tiene relación con los procesos de determinación de los candidatos más idóneos99, sino más bien, con poner a disposición los recursos con los que cuenta el partido en el territorio, tales como la infraestructura de las sedes, o el trabajo voluntario de algunos miembros de la militancia comunal. La baja participación a nivel de estructuras locales es graficada por un concejal de la Concertación: 97 Entrevistas a: a) Conrado Isla, concejal Concertación (10/10/08); b) Miguel Aceituno, dirigente Juventud y candidato a concejal DC (29/09/08) y; c) Loreto Guerra, dirigente comunal DC (04/12/08). 98 Entrevista a José Ignacio Artiza, miembro directiva distrital UDI, 15/04/09. 99 Aquí opera un marcado centralismo en la toma de decisiones. Las figuras más destacadas que son llevadas como candidatos a alcalde y concejales en la comuna, generalmente, no son dirigentes que surgen del trabajo territorial, sino más bien figuras de renombre nacional. Eso ocurre tanto en el caso de la UDI como de la DC y el PS. Al respecto un concejal señaló: “Claro, uno puede estar tranquilo porque efectivamente uno puede mostrar las cosas que hizo, las cosas que uno trató de impulsar, pero, al fin y al cabo, las decisiones partidarias pasan por otras cosas. Por los lotes internos del partido, fundamentalmente, si tú no tienes un lote que te apoya al interior del partido no eres nadie, a no ser que tengas un buen apellido o seas hijo de, que no es el caso mío por cierto. Pero si no es así, cuesta mucho ganarse el tema del prestigio y el respeto de tus pares” (Entrevista a Conrado Isla, concejal Concertación, 10/10/08.). En la elección de los candidatos a concejales también interviene la cercanía con el candidato a alcalde, pues muchas veces son éstos los que le piden a ciertos personeros que los “acompañen” en una eventual gestión. 55 “Cuesta mucho activar a un partido en esta comuna, donde fundamentalmente hay muchos compañeros de avanzada edad. Esta vez yo creo que ha sido solamente porque soy concejal en ejercicio, no tiene, no hay… lamentablemente en la mayoría de los partidos políticos no hay una evaluación de gestión de los mandatarios. O sea nosotros hemos dado cuenta pública en el partido a los militantes. Cuando dimos cuenta pública a los militantes, o sea, un padrón de 1.300 compañeros, en esa cuenta pública no había más de treinta personas. Entonces uno hace esfuerzos para llegar a la base social y a la base militante y la gente tampoco muestra mucho interés”100. Lo anterior trae consecuencias importantes que afectan la forma que adquieren las redes en la comuna de Santiago. En primer lugar, debido a la brecha entre partidos y bases sociales, aquéllos, por sí solos, no pueden articular a los distintos niveles de intermediación que existen entre autoridades y ciudadanos. Este escenario es, como vimos más arriba, radicalmente distinto al descrito por Arturo Valenzuela. Bajo estas condiciones, entonces, los militantes más activos se ven obligados a generar y mantener vínculos informales (fuera de la estructura del partido) con otros intermediarios, que se encuentran en posiciones superiores, iguales o inferiores, tales como las autoridades locales, los funcionarios municipales y los dirigentes de organizaciones sociales de base. Así, la posibilidad de que las estructuras partidarias comunales sean más o menos activas en el territorio está condicionada por la eficiencia en la construcción y reproducción de tales redes informales. En términos simples: las redes clientelares son vitales en la inserción comunal de los partidos, puesto que sin estas articulaciones informales una de las sus principales metas, como es ganar elecciones, sería prácticamente imposible. Así lo expresan las palabras de un ex candidato a diputado de la DC: “(…) nosotros [en la DC] tenemos una alta cantidad de dirigentes sociales, que funciona no por una orden del partido, al contrario, muchas veces trabajan al margen del partido, por eso te digo, mira, Ravinet como alcalde fue un gran alcalde (…) él trabajó con una pata con el partido pero el partido era insuficiente para todo eso, entonces creó una gran red social, esta cosa que es la que tú mencionas, entonces de esa red, es donde la Ximena Lyon [ex concejala, esposa de Jaime Ravinet], que trabajó al lado de su marido, es la que ella mantuvo esos vínculos y por eso se explica que la Ximena haya sacado el 18% de los votos en la elección pasada y Gerardo Guzmán, que es el presidente del partido aquí, sacó el 2%, ¿te fijas? O sea, hay una manera de relacionarse en que son las dos patas en que la DC se mueve, una es el dirigente social se siente que es 100 Entrevista a Conrado Isla, concejal Concertación, 10/10/08. 56 postergado por el dirigente propiamente político del partido, y segundo quiere mantener su propio espacio de independencia porque además es su espacio de legitimidad en el entorno”101. A pesar de lo anterior, existen en la comuna algunos dirigentes políticos locales, que no poseen cargos formales en el municipio ni en las organizaciones sociales, que operan como mediadores políticos entre la ciudadanía y las autoridades de su partido. Ellos canalizan tanto demandas de individuos como de otros mediadores – principalmente dirigentes sociales – destinadas hacia miembros de la estructura municipal. Como plantea un dirigente comunal de la UDI: “(…) siempre a nosotros nos ven como directiva, como partido, como un puente de plata, por así decirlo, más cercana a la autoridad municipal, porque tenemos cercanía con los concejales, con el alcalde (…) entonces ‘pucha sabe qué, mi señora tiene no sé qué enfermedad y pucha’, o a veces llegan directamente, no han pasado siquiera por la municipalidad sino que tratamos de que primero hagan el trámite lógico (…). No se trata de que uno sea el pituto, pero claro, si tienen algún problema vienen a hablar conmigo, si no lo ayudaron con el tema de no sé po’ de los remedios o alguna cosa que se requiera, pero desde que no sé po’, niños que quieren quedar en los colegios. Usualmente es complicado eso porque todos quieren el [Instituto] Nacional y el [Instituto] Nacional tiene su propia forma de hacer y uno les dice, ‘pucha lo siento pero en esta cosa tienes que ceñirte a lo que pide el Instituto Nacional y uno no puede hacer mucho’. Ahora, claro, si te estás quedando sin colegio y no tienes donde meterlo esa ya es otra historia digamos y pucha y hablaremos con el concejal o con alguien que internamente que nosotros tengamos algún conocido que nos pueda ayudar con eso digamos”102. Como más adelante relata este dirigente, si los problemas que las personas le plantean no pueden ser solucionados dentro del municipio, él recurre a su red de contactos personales, recurriendo especialmente a otros militantes o dirigentes de su partido: “Mi polola me dice ‘pero oye ¿tú eres asistente social o qué onda, bolsa de trabajo?’. Eso es lo que más llega, sobre todo en esta época, o nos piden ‘oye, cuándo parten las campañas, porque ya quiero, estoy sin pega’. En realidad tratamos, por lo menos en el caso personal mío, de entre los contactos que uno pueda tener de amistad del mismo partido o de dirigentes, porque como te digo, 101 Entrevista a Ramón Hurtado, ex candidato a diputado DC, realizada por Emmanuelle Barozet en el marco del Proyecto Dicyt de la Vicerrectoría de Investigación de la Universidad de Santiago, 2005 (“Instrumentalización de redes sociales y lógicas electorales: comparación de elecciones municipales y parlamentarias chilenas (2000-2005)”, 15/11/05. 102 Entrevista a José Ignacio Artiza, miembro directiva distrital UDI, 15/04/09. 57 cortamos transversalmente a la sociedad hay gente que no sé po’ una señora es gerente de Puma, otro señor tiene una microempresa, una oficina de contabilidad ‘oye, sabís que necesitas tú una persona, porque mira este cabro que salió el colegio, que no tiene pega’, ‘ah, pucha, mándamelo, déjame ver si acaso me sirve’, y uno va distribuyendo el curriculum, que sé yo…”103. Otros agentes políticos vitales en la intermediación local son algunos funcionarios municipales. Antes que todo, cabe señalar que la mayor parte de los informantes entrevistados durante esta investigación coincidió en señalar que la estructura burocrática municipal de la comuna de Santiago funciona de manera relativamente eficiente y transparente, siguiendo procedimientos estandarizados y criterios mayoritariamente universalistas. Como señala Barozet, en esta comuna “existe un aparato burocrático mucho más desarrollado, que lleva a un modelo de intermediación más difícil de desdibujar” (Barozet, 2005: 383). De esta manera, a pesar de que existen funcionarios con una marcada filiación o afinidad política, esto no generaría grandes sesgos en la atención a dirigentes y ciudadanos en general, ni en la relación con las autoridades políticas. Sin embargo, lo anterior no implica que el trato entre funcionarios y otros agentes locales sólo responda a lógicas racionalizadas y universalistas. Estas formas de vinculación conviven con relaciones informales y personalizadas de mediación que son instrumentalizadas políticamente. Estas relaciones se construyen a través del tiempo, a partir del trabajo conjunto en la solución de determinados problemas y dónde las cercanías políticas juegan un rol fundamental. Al respecto, un ex concejal señaló que, para poder cumplir esas labores “informales” a las que hacíamos alusión anteriormente, la construcción de una “red de relaciones” con los funcionarios municipales era fundamental: “(…) pero ahí depende mucho, es clave la red que uno tenga. Se tiende a respetar mucho en el caso de los concejales, porqué en los concejales, bueno y en Santiago hay una tradición, a los funcionarios no les gusta ser criticados por el concejo, entonces ellos tiene una cierta preocupación de que los concejales no se enojen con ellos, tener una buena relación, por lo menos en Santiago. Entonces uno tiene posibilidades de hacer cosas, de pedir, de hacer gestión y por lo general reciben buenas respuestas, salvo cuando es un tema muy duro, pero en general resulta. (…) Obviamente, de repente, más bien notas diferencias por el lado del favoritismo, a lo mejor un director puede favorecer un poco más a las personas que están más cerca de su posición política, pero tampoco es una cosa tan grosera, siempre se trata de mantener ciertos equilibrios porque si no uno reclama. Como te digo en el caso de Santiago es distinto, es muy institucional, se pueden 103 Ibíd. 58 hacer muchas cosas, pero para eso tú tienes que haber abierto esta cuestión, tienes que tener una red con el municipio, hay que estar con los distintos departamentos, conocerlos, tratarlos bien, no pelear con ellos, eso depende del trabajo que uno haga”104. El nivel de cercanía en la relación con ciertos funcionaros claves también puede ser vital para los dirigentes sociales, dado que muchas de las gestiones que ellos realizan para solucionar problemas de los vecinos pasan por las oficinas municipales. De esta manera, los lazos van desde la camaradería y el reconocimiento – que puede incluir un cierto grado de estima – por los años de conocimiento y de trabajo conjunto entre funcionarios y dirigentes, hasta la instrumentalización política de las relaciones. En el primer caso, las relaciones traspasan la “frialdad burocrática”, en tanto involucran conversaciones cotidianas o demostraciones de respeto y afecto entre personas que se conocen y se reconocen como actores claves en la vida local. En el segundo caso, en tanto, las relaciones existentes se basan en el intercambio recíproco de favores y apoyo político, haciendo que los funcionarios incidan en el otorgamiento de mayores beneficios hacia aquellos dirigentes que les son afines políticamente y que, por tanto, pertenecen a una misma red clientelar. En este nivel, los favoritismos se pueden traducir en “tráfico de influencias”105 en la asignación de beneficios, como en los recursos para realizar ciertas actividades o en la asignación de fondos concursables. Al respecto, las acusaciones son cruzadas: los dirigentes de la Concertación acusan a los funcionarios de la Alianza de poner cortapisas a sus proyectos y viceversa. Esto se grafica en las palabras de dos presidentas de juntas de vecinos de tendencias opuestas: “(…) los directores de servicio sí [favorecen a ciertos dirigentes] y persiguen a ciertos grupos, los persigue (…). La directora [de un área importante del municipio, proclive a la Alianza], favorece totalmente a las otras juntas de vecinos y a nosotros nada, en navidad les da dulces y nosotros tenemos que buscar los recursos para darles a los niños, no nos da nada, el puro juguete y a la [presidenta de la junta de vecinos contigua] le dan la fiesta y no sólo eso, directamente ella la protege”106. “(…) postulé [a un fondo concursable] y presenté un proyecto precioso, generalmente los fondos no pasan de los ochocientos mil pesos, pero yo postulé al máximo por primera vez en dieciséis años al de un millón doscientos treinta mil. El proyecto valía mucho más que eso, valía más de 104 Entrevista a José Robles, dirigente CESCO, ex concejal. 105 Entrevista a Paula Canales, concejala Juntos Podemos, 07/01/09. 106 Entrevista a Tania Espinoza, Pdta. Junta de Vecinos, 10/12/08. 59 cinco millones y medio, pero yo por aquí por allá tenía conseguida la diferencia, lo que me importaba era que la municipalidad me diera su apoyo y ese millón y medio digamos y lo presenté y este fresco de [un funcionario del departamento de gestión comunitaria militante de la DC], que era él quien elegía (…) me lo rebajó de este millón trescientos a seiscientos mil pesos. Sabes que se lo devolví, no acepto limosnas en ningún caso (…). Así que se los devolví y le manifesté al señor este que se los metiera donde mejor le cupiera, porque no sabes la indignación que me dio (…). Entonces no sé si funciona el tema del pituto, pero sí la simpatía o la tendencia política eso sí”107. Además de los funcionarios que trabajan en departamentos claves del municipio, existen otros empleados municipales que desempeñan un rol político más evidente y que son fundamentales en la continuidad de los vínculos que sustentan las redes clientelares, en la comuna de Santiago. Se trata de los secretarios y los/as asistentes de concejales108, figuras que, en algunos casos, trascienden a la gestión de un concejal en particular, siendo los nexos fundamentales en la vinculación de las bases sociales con las autoridades. Su nivel de conocimiento de la realidad comunal y las relaciones que han tejido con los agentes locales son claves en momentos de campaña política, especialmente en la presentación de candidatos nuevos, direccionando hacia ellos el cumplimiento de la reciprocidad de los favores entregados históricamente, a través del voto. Al respecto, un concejal de la Alianza que se presentaba por primera vez en Santiago, señala la importancia de la trayectoria de su asistente en la comuna: “Pasa mucho que los equipos se mantienen y cambia la autoridad. Mi asistente es mucho más conocida que yo en la comuna, la saluda desde el perro hasta todo el mundo, en todas las ferias la conocen, en todas partes, porque trabajó primero como jefe de gabinete de Alberto Cardemil, después de mi hermano [ex concejal por Santiago] y después mío. Tiene un conocimiento de los barrios de las calles, es un mapa andante, además de todas las habilidades sociales…”109. Una vez que los candidatos se transforman en autoridades, la función de estos nodos consiste en “introducir [a los concejales] al municipio y ayudarlos en su relación con las organizaciones sociales: acercarlos a las organizaciones, potenciar su nombre dentro de las organizaciones, generarles un diseño de 107 Entrevista a Miriam Bañados, Pdta. Junta Vecinos, 09/01/09. 108 En la municipalidad de Santiago todos los concejales cuentan con, al menos una secretaria y un asistente, que forman parte del personal del municipio. Algunos de ellos son funcionarios de planta y otros son funcionarios a contrata. 109 Entrevista a Alberto Errázuriz, concejal Alianza, 17/04/09. 60 cómo llegar a las organizaciones eso, así en macro líneas”110. De esta manera, son actores centrales en la renovación de las relaciones de intercambio simbólico, en tanto son los que garantizan la existencia previa de vinculaciones y la confiabilidad en la reproducción futura de éstas. A pesar del nivel de rotación que presentan en la comuna de Santiago, los concejales también son intermediarios políticos importantes a nivel local, en tanto agentes de un partido político que buscan capitalizar su labor hacia su organización o hacia la coalición a la que pertenecen. Este rol como agente de un partido político, y la articulación con los otros intermediarios de su orgánica política que operan en la comuna, se hacen más visibles en momentos de campaña electoral. Lo anterior se expresa en las palabras de una militante DC. Al ser consultada por la relación entre la estructura comunal de su partido y el trabajo de los concejales, señaló: “Son dos carriles paralelos, que el cruce se da cuando hay campaña. Pero el concejal, se entiende, que está haciendo testimonio de un proyecto humanista cristiano en la comuna. Y en las elecciones se juntan, ¿ya?, y ahí en las elecciones cuando se juntan trabajan en apoyo los militantes con el candidato que vaya, pero después vuelven a abrirse y cada uno hace su pega. La persona tiene que hacer…entonces la verdad es que sólo se reúne ahí, y después se separan de nuevo, y el concejal tiene que volver a su labor propia: representación de la comunidad que lo sacó electo”111. En tanto intermediarios políticos locales, los concejales no sólo se encargan de los asuntos propios de su labor como autoridades112, sino que también realizan transacciones particulares para solucionar problemáticas específicas de sus “clientes”. Al igual que en el caso de los dirigentes de partido, ellos pueden recurrir tanto a la estructura municipal como a agentes externos que les provean los recursos necesarios para satisfacer las demandas. La mayoría de las solicitudes que reciben los concejales – y sus asistentes – dicen relación con la realización de trámites dentro del municipio o en otras agencias estatales. En estos casos los concejales y sus equipos asesores orientan a las personas sobre los pasos que deben seguir e interceden por ellos ante otras reparticiones, de forma telefónica o presencial. Así lo relata una asistente de concejales de la Concertación: 110 Entrevista a Isidora Fuentes, asistente de concejales de la Concertación, 11/12/08 111 Ibíd. 112 La tarea principal de los concejales es “fiscalizar el cumplimiento de los planes y programas de inversión municipal y la ejecución del presupuesto, pronunciarse sobre el plan comunal de desarrollo, y hacer efectiva la participación de la comunidad local, entre otras funciones”. http://www.bcn.cl/guias/elecciones-municipales 61 “Yo creo que la oficina de concejales para la ciudadanía son como ocho OIRS, o sea, ocho oficinas de informaciones, reclamos y sugerencias. Si les fue mal, te vienen a denunciar ‘mire, yo fui al departamento tanto, me atendió la señorita tanto, me trató pésimo’, ‘sabe que yo fui y hace tres semanas me tienen esperando con mi tema’. Entonces, lo que uno hace, las gestiones, ‘¿qué pasó con el caso de la señora?’ y uno empieza a ser como el embajador de la persona frente a ese departamento, fundamentalmente eso, si en el fondo un concejal es el puente entre la comunidad. Sí nosotros, a todo el mundo, por fe al sistema, le decimos: ‘usted vaya, como cualquier ciudadano y haga el trámite, ingrese los documentos y nos diga cuanto fue el plazo, si usted nos dice cinco días, eso es lo que se demora el trámite, no espere a que nosotros se lo vamos a sacar en veinticuatro horas porque no existe esa posibilidad. Pero si usted me dice mire sabe que llevo un mes, evidentemente eso se aleja absolutamente de todo lo que pudiese ser apto para darle cumplimiento al ciudadano’. Entonces ahí entramos a batallar nosotros de repente, gente que hay, directores que les cuesta tomar decisiones porque son decisiones muy complejas, hay que estar presionando, apurando peticiones que de repente son muy demorosas y engorrosas, porque no dependen sólo del municipio, sino que dependen de organismos externos al municipio”113. Un concejal de la Alianza plantea algo similar, como parte de sus tareas cotidianas. Al ser consultado por la forma en que da solución a las problemáticas que le plantean los ciudadanos que se acercan a solicitarle ayuda, él respondió: “(…) trato de explicarles de quien es la responsabilidad, pero les explico también que si ellos van solos probablemente ni los reciban, entonces trato de acompañarlos mucho. He acompañado gente a ver al presidente del Metro, para ver una estación que no se abre, he acompañado a gente donde el alcalde, donde el intendente, porque para mí es más fácil que me den la audiencia y que los escuchen”114. En otras ocasiones, los concejales no sólo hacen gestiones o “presionan” a la burocracia municipal o estatal, sino que dentro de sus funciones informales, reparten recursos materiales para solucionar necesidades puntuales. En estos casos, al igual que los intermediarios de partidos políticos, ellos no son los proveedores de recursos, sino que son sólo los canalizadores. Una concejala de la Alianza relata una de estas actividades, en la que consiguió y entregó regalos navideños a unos doscientos niños de la comuna: 113 Entrevista a Isidora Fuentes, asistente de concejales de la Concertación, 11/12/08 114 Entrevista a Alberto Errázuriz, concejal Alianza, 17/04/09. 62 “(…) en navidad me pasó que nos solicitaban juguetes, hay niños en esta comuna que por distintos motivos no tenían acceso a las juntas de vecinos (…) habían grupos de personas que cuentan con varios niños y no tenían juguetes para la navidad, entonces imagínate lo triste que es para una mamá, una familia, no poder darle ningún juguete a sus hijos. Llegaron acá muchas peticiones, me contacté con algunas empresas que generosamente nos regalaron juguetes, nos los donaron y para mí fue muy gratificante poder ir y saludar y llevarle los juguetes a estas personas, ¡hubieras visto sus caras!, ¡cómo estaban de felices y contentos! O sea si no hubiéramos hecho esa gestión, que a lo mejor para mí no era gran cosa, pero para ellos era un imposible, una muralla imposible de saltar, para ellos no hubieran tenido juguetes (…) Esas son, a lo mejor no es parte de nuestra función legal como concejales, pero creo que si uno está en esto es para ayudar, y en definitiva lo pudimos hacer y yo estoy sumamente feliz de haberlos ayudado, cosas así como esas hacemos casi todas las semanas y son la final del día o de la semana o del mes lo que a ti te permite decir qué bien, qué bueno que uno está aquí porque uno puede ayudar”115. Así, aunque los concejales de la comuna de Santiago invierten parte importante de su tiempo es desempeñar su “rol legal”, también funcionan como agentes intermediarios que buscan satisfacer demandas a través de transacciones personalizadas. Por tanto, son parte fundamental en la articulación de las redes clientelares en la comuna. Cabe señalar que, sin embargo, no todos los ciudadanos recurren directamente a ellos, sino que suelen pasar antes por otras instancias de intermediación, mucho más cercanas y arraigadas en la comunidad como son las organizaciones sociales de base. Esto es especialmente cierto en Santiago, donde, como ya hemos señalado, el nivel de recambio de las autoridades locales es bastante alto. IV.2.2. Los nuevos actores de la mediación política: organizaciones y dirigentes sociales. En los años ’90, el nivel de penetración de los partidos en la dirigencia social era bastante alto. Durante el proceso de democratización de las organizaciones sociales y la promoción a la asociatividad impulsados por Jaime Ravinet, muchos militantes recibieron el mandato de presentarse a elecciones de las directivas de organizaciones tales como las juntas de vecinos116. Como señala un dirigente actual de la Unión Comunal: 115 Entrevista a Laura Correa, concejala Alianza, 14/01/09. 116 “En esa época bien marcada políticamente, ya se había hecho el plebiscito y los partidos políticos habían dado órdenes a sus dirigentes que se postularan como dirigentes vecinales, como una estrategia a la democracia”. Entrevista a Héctor Oyarzo, Dirigente Unión Comunal de Clubes de Adulto Mayor, 22/12/08. 63 “Todos los dirigentes los ponían los partidos. En estos cargos de dirigentes de la unión comunal, el partido tanto daba uno, el partido tanto daba el otro, el partido tanto decidía quien era el presidente, algo que no corresponde, eso se estilaba mucho eso. A la primera reunión que vine me defraudó, todos ya sabían quién iba a ser el presidente porque el partido había mandado por quien tenían que votar, habían como tres o cuatro partidos que tenían su feudo”117. Al amparo de la gestión alcaldicia, durante los ’90, la DC era uno de los partidos con mayor cantidad de dirigentes sociales en la base. Si bien, algunos ejercían el trabajo político de forma soterrada, otros no tenían problemas en hacer un uso abiertamente proselitista de sus cargos, operando como auténticos “punteros políticos” 118 (Auyero, 2001). Un caso ilustrativo ocurría en la Unión Comunal de Adulto Mayor que, en la práctica, funcionaba en la oficina de un parlamentario DC a cargo de una dirigente de ese partido119. Como la propia dirigente reconoce: “(…) trabajé en la casa parlamentaria de Enrique Krauss, cuando fue diputado por Santiago. Ahí yo trabajaba en forma política, pero a la vez exigía a la diputación la integración para conseguir los beneficios para el adulto mayor. He utilizado la política para conseguir lo que es la política en sí. La política tiene que estar al servicio de la gente y no al servicio de uno y eso es lo que hecho”120. Con los sucesivos triunfos de la Alianza, el partido democratacristiano experimentó “una baja importante a nivel de presidentes de juntas de vecinos, por el mismo hecho que los militantes no están cercanos a la gente y los dirigentes tampoco”121, al tiempo que fue creciendo la inserción territorial de la coalición de derecha, particularmente de la UDI. Este partido logró atraer a sus filas a algunos dirigentes 117 Entrevista a Juan Cáceres (pro Alianza), Dirigente Unión Comunal de Juntas de Vecinos, 13/01/09. 118 Los punteros políticos son intermediarios que forman parte de un partido político y que desempeñan su labor con una pretensión política explícita (Durston, 2005). En Argentina se le llama punteros o referentes a los mediadores del Partido Justicialista que trabajan en los barrios pobres (Auyero, 2001). 119 Un actual dirigente de esa Unión Comunal, militante DC, señaló que este hecho puso serias trabas al trabajo entre la oficina municipal del Adulto Mayor y la Unión Comunal, durante las gestiones de la Alianza. Así lo plantea “nosotros hasta prácticamente al año pasado, nosotros éramos aparte del vínculo de la secretaría del adulto mayor, siempre y a pesar que la secretaría apadrinó la creación de esta unión comunal, llegó un momento en que se desvinculó. El tema es que una vez conversando encontré razón, ellos manifestaron que la unión comunal se había politizado mucho y efectivamente era así, estaban con una tendencia muy clara, muy definida en el tema y eso es fatal, cuando se mete la política o la religión dentro de una organización”. Entrevista a Héctor Oyarzo, Dirigente Unión Comunal de Clubes de Adulto Mayor, 22/12/08. 120 Entrevista a Ana Gutiérrez (DC), Dirigenta Unión Comunal Adultos Mayores, 09/01/09. 121 Entrevista a dirigente Loreto Guerra, dirigente comunal DC, jefa de campaña de candidato a concejal DC, 04/12/08. 64 sociales122, pudo captar simpatías de otros que eran independientes y levantar liderazgos nuevos entre personas más proclives a sus ideas123. Este último proceso se generó a través del impulso a los comités de seguridad y prevención: “Como fue una organización nueva, que no existía antes se fue dando…no es que uno lo haya buscado manipular o generar de esa forma, pero con el tinte político que tenía Joaquín Lavín, con la perspectiva y proyección nacional que tenía. O sea, si tú te acercai a él y le aceptas ‘mira, oye, armemos tal cosa’, sabes más o menos que este señor es proclive a cierta tendencia, entonces se iban acercando o eran más proclives a hacer este tipo de cosas, la gente que era más cercana a nosotros (…) Surgió como necesidad de crear los comités de seguridad, porque además las juntas de vecinos, cuando asumió Joaquín Lavín, por lo mismo que te comenté, muchas en ese instante estaban cercanas a la gestión que había hecho Ravinet, entonces dejó sus dirigentes, su gente puesta ahí, entonces no se podía trabajar los temas sociales y de seguridad con ellos”124. A pesar de la penetración territorial de la UDI, la visión generalizada de nuestros entrevistados indica que, en la actualidad, los partidos políticos tienen escasa presencia en la vida comunitaria local. De este modo, otras instancias de intermediación han ido adquiriendo mayor protagonismo en la articulación entre autoridades y bases sociales. Como plantean los hallazgos de Emmanuelle Barozet (2005), en la comuna de Santiago son las organizaciones sociales de base las que de alguna manera reemplazan el rol de los partidos en la mediación política destinada a solucionar problemas de los ciudadanos, principalmente de los sectores más vulnerables de la población. Las organizaciones sociales, “además de conformar espacios de sociabilidad propia, entran en contacto con distintas instituciones, en particular para obtener beneficios que luego reparten a sus miembros” (Barozet, 2007: 372). Como señala la autora –y como vimos en el tercer capítulo– algunas organizaciones sociales de base, como las juntas de vecinos y los comités de seguridad, cumplieron roles protagónicos en la intermediación laboral durante la gestión de Joaquín Lavín. Por otra parte, las juntas de vecinos son vehículos de acceso a una variedad de recursos provistos por el municipio, tales como útiles escolares, regalos de navidad, cajas de mercadería, descuento en piscinas, entradas al parque de entretenciones de la comuna, prestaciones funerarias, etc. Otras organizaciones, además de aquellas, pueden optar a otros beneficios municipales tales como arriendo de buses y el financiamiento obtenido a través de los fondos concursables. 122 El caso emblemático se da en el caso de un ex militante DC que es expulsado de su partido tras apoyar a Joaquín Lavín en las elecciones presidenciales de 1999. Más tarde se convierte en militante UDI sumándose incluso a la directiva distrital. 123 Entrevista a José Ignacio Artiza, miembro directiva distrital UDI, 15/04/09. 124 Ibíd. 65 La creciente importancia del rol mediador de las organizaciones sociales, sumado al escaso recambio de las directivas, ha transformado a los dirigentes de base en nodos centrales en la articulación entre municipio y ciudadanía. Al respecto, Emmanuelle Barozet señala que “los intermediarios de Santiago son los dirigentes de las organizaciones locales, quienes trabajan en coordinación con los funcionarios municipales” (Barozet, 2005: 385). Dada su amplia trayectoria de trabajo comunitario, ellos suelen personalizar la entrega de recursos que pasan por las organizaciones que dirigen. Además de las prestaciones mencionadas, que son de igual acceso para todas las organizaciones, parte importante del rol intermediario de los dirigentes pasa por la realización de gestiones individuales en el municipio tendientes a solucionar problemas particulares de los vecinos de su territorio. Esta labor no está contemplada dentro de sus atribuciones legales125, por tanto su ejecución no se realiza a través de los canales establecidos, sino más bien recurriendo a la relación directa que mantienen con algunos agentes municipales, como son las autoridades (alcalde y concejales) o con funcionarios. Sobre esto, un ex concejal señala: “lo que yo he notado en el poco tiempo que llevo, es que existe un grupo de dirigentes que son como gestionadores de beneficios y ellos tienen instalada en la población la sensación de que para obtener un beneficio hay que tener un pituto, ser amigo de un concejal, o del director de algún área y ellos tienen esa, ese contacto, entonces finalmente hay personas que uno aquí encuentra dentro del municipio que están dando vueltas en las oficinas permanentemente, gestionando permisos y cosas para terceros y son ahí eso ha pasado a ser como una profesión de gerentes de permisos de ventas, de fondos concursables, de cuanta cosa, beneficios que a uno se le ocurra”126. Algunos dirigentes sociales, a menudo los que son políticamente proclives a la gestión de turno, tienen una relación directa con el alcalde, lo que les permite gestionar asuntos sin intermediación de otros agentes. Una dirigente social militante de un partido de la Alianza, señala al respecto: 125 Según el Artículo 42 de la ley 19418 “Las juntas de vecinos tienen por objetivo promover la integración, la participación y el desarrollo de los habitantes de la unidad vecinal. En particular, les corresponderá: 1.- Representar a los vecinos ante cualesquiera autoridades, instituciones o personas para celebrar o realizar actos, contratos, convenios o gestiones conducentes al desarrollo integral de la unidad vecinal. 2.- Aportar elementos de juicio y proposiciones que sirvan de base a las decisiones municipales. 3.Gestionar la solución de los asuntos o problemas que afecten a la unidad vecinal, representando las inquietudes e intereses de sus miembros en estas materias, a través de los mecanismos que la ley establezca. 4.- Colaborar con las autoridades comunales, y en particular con las jefaturas de los servicios públicos, en la satisfacción y cautela de los intereses y necesidades básicas de la comunidad vecinal. 5.- Ejecutar, en el ámbito de la unidad vecinal, las iniciativas y obras que crean convenientes, previa información oportuna de la autoridad, de acuerdo con las leyes, reglamentos y ordenanzas correspondientes. 6.- Ejercer el derecho a una plena información sobre los programas y actividades municipales y de servicios públicos que afecten a su comunidad vecinal. 7.- Proponer programas y colaborar con las autoridades en las iniciativas tendientes a la protección del medio ambiente de la comuna y, en especial, de la unidad vecinal”. 126 Entrevista a Rodrigo Pérez, ex concejal Concertación, 25/01/05. Proyecto Fondecyt 1030243. 66 “(…) cuando tengo un problema más serio voy directo al alcalde, lo mejor es ir a la cabeza, si no te empiezan a tramitar, tú sabes que la burocracia es la reina de las oficinas públicas”127. Debido a que el alcalde muchas veces es un personaje poco asequible para muchos dirigentes, las oficinas de concejales se transforman en importantes fuentes de reclamos o búsqueda de información, servicios y recursos. De esta forma, un concejal concertacionista nos señalaba: “[En los dirigentes] es una práctica instalada, la del clientelismo. Lo ven como normal…o sea, olvídate, a nosotros nos piden premios para rifas, nos piden plata… Todas esas cosas son bastante habituales, entonces eso ya como es parte de lo cotidiano”128. Una funcionaria que trabaja como asistente de concejales complementa la descripción de estas prácticas: “Todos los dirigentes sociales buscan en los concejales un apoyo a su gestión, todos, y es parte de su gestión, o sea, van a la oficina del diputado, van a la oficina del senador correspondiente, les tratan de sacar, si es que hay un niño enfermo, un regalo para un bingo, para ayudarlo a comprar los remedios; los comités de vivienda se organizan, que les faltaron no sé cuantos fondos para las libreta de vivienda de dos señoras, y hacen bingos y les piden regalos, sino que les compren entradas o si no que vayas a la peña que organizaron, es parte de la gestión”129. Los dirigentes también se contactan con otros intermediarios locales dentro de la estructura municipal, como es el caso de funcionarios claves que llevan años de desempeño en el gobierno local. Estas relaciones pueden fundarse en el conocimiento y reconocimiento mutuos, dado que son ambos los agentes mediadores que tienen más continuidad de trabajo en la comuna de Santiago. Esto se produce a través de un proceso en el que los dirigentes se van interiorizando en el funcionamiento informal de la estructura municipal, como señaló un ex concejal: “(…) porque ellos también aprenden de estas cosas y también empiezan a meterse al municipio y conocen qué hay que hacer, cómo hacer ciertos trámites y van conociendo a los funcionarios, entonces los buenos dirigentes son personas capaces de hacer muchas cosas, porque se abren 127 Entrevista a Miriam Bañados, Pdta. Junta Vecinos, 09/01/09. 128 Entrevista a Conrado Isla, concejal Concertación, 10/10/08. 129 Entrevista a Isidora Fuentes, asistente de concejales de la Concertación, 11/12/08. 67 espacios, se llevan bien, abren vinculaciones con la gente de obras, ellos pueden hacer esa gestión. Tú vas construyendo redes de vinculación que te permiten hacer tareas”130. Ratificando lo anterior, un dirigente planteaba: “[Para resolver ciertos problemas urgentes de los vecinos me contacto directamente] con las asistentes sociales o el [funcionario]131 que está a cargo de Vivienda y esas cosas, emergencias. Tienen un teléfono y llamo y como me conocen, soluciono problemas de los vecinos”132. Cuando no es posible establecer estas relaciones directas con las autoridades o los funcionarios municipales, los dirigentes recurren a otros brokers locales como son los dirigentes comunales de los partidos, quienes intentan conectarlos con los agentes de la estructura municipal que se requiera. Como grafica un miembro de la directiva comunal de la UDI: “En el día a día, nosotros recibimos muchas veces peticiones de los dirigentes sociales ‘oiga sabe qué, tengo un problema con la sede, tengo un problema con la calle, por A, B,C, no me toman suficientemente en cuenta los funcionarios municipales y tratan de llegar por la vía política, que es juntarse con nosotros o directamente al concejal y si no han llegado por ahí nosotros lo acercamos al concejal, al alcalde, al jefe de gabinete y tratamos de canalizar hacia arriba, traspasando un tema que por alguna razón de repente algún funcionario que se le ocurrió que no, que trata de atornillar un poco al revés, pone cortapisas a los vecinos, y tratamos de salvar esas distancias”133. Según hemos observado, la articulación dirigente social/dirigente partidario/estructura municipal, es más bien escasa y se considera casi como la “última instancia”, dado que la mayor parte de los dirigentes sociales más activos de Santiago tiene llegada directa con algún concejal (o con sus asistentes) o, en el caso de algunos pocos, con el propio alcalde. El rol de intermediación desempeñado por los dirigentes sociales los convierte en focos prioritarios para los partidos políticos. Éstos se empeñan en captarlos como militantes, con el fin de tener un mayor control sobre el territorio. Al formalizar la participación política, el comportamiento de los 130 Entrevista a José Robles, dirigente CESCO, ex concejal. 131 La entrevistada da el nombre del funcionario, el cual omitimos para salvaguardar la confidencialidad de la información. 132 Patricio Núñez (UDI), Presidente Junta de Vecinos, 22/12/08. 133 Entrevista a José Ignacio Artiza, miembro directiva distrital UDI, 15/04/09. 68 dirigentes debe ceñirse a los estatutos, los cuales establecen claramente las sanciones frente a las deslealtades134. A diferencia de la militancia formal, las vinculaciones que sustentan las redes clientelares – que están sometidas a sanciones sociales – pueden ser más frágiles, en tanto pueden romperse al momento que una de las partes sienta que no está siendo retribuida de la manera esperada135. Pero ¿cómo se logra conjugar el rol de dirigente de una organización social con la militancia política? ¿Es el puesto de dirigente una herramienta proselitista para el partido? Al respecto, el discurso suele ser más o menos generalizado. En el caso de la UDI, por ejemplo, a pesar de que reconocer la militancia y la cercanía de muchos dirigentes, la directiva comunal recalca que éstos no pueden instrumentalizar políticamente sus puestos. Esto se basaría en el hecho de que su ideología se basa en la doctrina gremialista. Este tipo de conducta, además está sancionada por ley136. Al respecto, un integrante de la directiva comunal de la UDI plantea: “(…) si hay algún militante que tiene que asumir la presidencia o hacer cabeza en alguna organización social de base, no puede, no está permitido instrumentalizarla para hacerle oposición al gobierno, por ejemplo, o para asistir a la marcha de tal o cual cosa, porque su fin de su organización no es eso, es preocuparse de la junta de vecinos por ejemplo, entonces no tienen nada que estar haciendo en un marcha del primero de mayo –estoy inventando digamos –. Entonces siempre tenemos eso muy presente”137. Sin embargo, esta distinción entre el trabajo social y el trabajo estrictamente político parece ser sólo discursiva, pues en la práctica no es tan fácil diferenciar ambos aspectos del trabajo con la 134 En el último tiempo hemos visto cómo dirigentes nacionales de partidos que han infringido los estatutos han sido sometidos a los dictámenes de los tribunales supremos de sus partidos, lo que ha traído como consecuencia su expulsión (es el caso de Adolfo Zaldívar y gran parte de la “facción colorina” de la DC); otros, ante la amenaza de pasar a esta instancia partidaria han renunciado a la militancia (es el caso de Marco Enríquez-Ominami y Carlos Ominami, PS). A nivel local, se dio un proceso similar previo a las elecciones presidenciales de 1999, en el cual un dirigente DC de base apoyó públicamente al candidato presidencial de la UDI, lo que provocó su expulsión del partido. 135 Las obligaciones y sanciones derivadas de los vínculos de intercambio simbólico serán tratadas con mayor detalle en el capítulo IV. 136 Según establece el Artículo 3 de la ley 19.418 “Las juntas de vecinos y demás organizaciones comunitarias no podrán perseguir fines de lucro y deberán respetar la libertad religiosa y política de sus integrantes, quedando prohibida toda acción proselitista por parte de dichas organizaciones en tales materias”. Recientemente se ha revitalizado la discusión sobre el rol político de las juntas de vecinos a partir del dictamen N° 32289 de la Contraloría general de la República (con fecha 19 de junio de 2009) que prohíbe a estas organizaciones la participación activa en campañas electorales. Esta resolución ha suscitado un amplio rechazo por parte de las autoridades políticas y representantes de las entidades territoriales, quienes acusan que la medida restrige la participación ciudadana. Al respecto, el candidato presidencial de la DC señaló: "Así como nos reunimos habitualmente con los consorcios gremiales o como todos los candidatos se lo pasan en CasaPiedra, creo que los candidatos tienen derecho a visitar las juntas de vecinos" (La Nación, 22/07/09. Disponible en: www.lanacion.cl/prontus_noticias_v2/site/artic/20090721/pags/20090721220034.html 137 Entrevista a José Ignacio Artiza, miembro directiva distrital UDI, 15/04/09. 69 comunidad. Esto es especialmente difícil dado la alta personalización de los dirigentes sociales, su nivel de reconocimiento en la comunidad y los recursos materiales, sociales y simbólicos que ellos controlan. En efecto, el mismo dirigente de la UDI señala, sobre su relación con un connotado dirigente vecinal del sector sur: “ (…) recuerdo que un par de reuniones que hicimos con él, eh, y aprovechamos los vínculos que él tiene y la posibilidad de atraer personas, por ejemplo en la campaña de Raúl Alcaíno, pero nos reunimos en otro lugar, físicamente no utilizamos la sede de él, o sea, como quien dice, utilizamos sus contactos y lo que es y él sabía a quién podía convocar que eran proclives a nuestras ideas o proclives de convencer de nuestras ideas, pero no, no mezcló el trabajo propio de su junta de vecinos con lo nuestro138. Como veremos en el próximo capítulo, en momentos de campaña electoral, la instrumentalización política de los cargos dirigenciales se hace casi inevitable, tanto para quienes son cercanos a la Alianza como a la Concertación y al pacto Juntos Podemos. Sin embargo, cabe destacar que, a pesar de que existen dirigentes de base con clara militancia política, la mayor parte de ellos prefiere mantenerse como “independiente”, estableciendo afinidades políticas más generales, en relación a las coaliciones más que a los partidos. De esta manera, nuestras observaciones concuerdan con los hallazgos de Emmanuelle Barozet, cuando señala que en la comuna de Santiago existe “una superposición parcial entre estructuras partidarias y redes comunitarias (…). No obstante, cabe señalar que estas redes no están construidas sobre la base del reclutamiento de militantes. El declive de este tipo de organización limitaría mucho la presencia de los partidos políticos en los barrios, por lo cual la modalidad de “simpatía” y captación del voto es la más frecuente” (Barozet, 2005: 380). Así, la estructura de las redes clientelares en la comuna de Santiago es el resultado del encadenamiento vertical de vínculos de mediación política personalizada, basados en intercambios particularistas destinados a solucionar problemas “a cambio” de apoyo político. Estos vínculos conectan a los ciudadanos con la estructura municipal, principalmente a través de los dirigentes sociales de base. Según el nivel de “cercanía política” y de trayectoria de trabajo en la comuna, estos dirigentes pueden tener llegada directa hacia las autoridades locales, o bien, pueden llegar hasta ellos a través de la intermediación de funcionarios municipales o –en menos medida – de dirigentes comunales de partidos políticos. Se trata de una estructura informal que va más allá de las orgánicas partidarias territoriales y que atraviesa la institucionalidad burocrática del municipio, en tanto se cimenta en relaciones cotidianas y perdurables en el tiempo. 138 Entrevista a José Ignacio Artiza, miembro directiva distrital UDI, 18/03/05. Proyecto Fondecyt 1030243. 70 Capítulo V. Re de s e n jue go: la campaña m unicipal 2 0 0 8 . _____________________________________________________________________________________ V.1 . Ante ce de nte s e le ctorale s de la comuna de Santiago. Antes de abordar los principales aspectos de la campaña municipal del año 2008, es necesario tomar en cuenta algunos antecedentes electorales de la comuna. Esto brindará un panorama del contexto en el cual se desenvuelven las estrategias que analizaremos más adelante. Un primer elemento a considerar dice relación con el porcentaje de votación obtenido por los alcaldes en la comuna de Santiago. Jaime Ravinet (PDC), quien tras ser alcalde designado por el Presidente de la República en 1989139, fue el primer alcalde electo en 1992 con un 38,03% de los votos. Es reelecto en 1996, aumentando su votación a un 45,38%. En el año 2000, la alcaldía pasa a manos de la Alianza, con un avasallador 60,99%. En las elecciones posteriores, y tras una estrecha campaña, la alcaldía sigue en manos de la Alianza, a través del candidato independiente Raúl Alcaíno, quien obtiene un 49,04%. Esta coalición logra un nuevo triunfo en el año 2008, con Pablo Zalaquett (UDI), quien alcanza un 47,33%140. La Alianza ha ido conquistando progresivamente al electorado comunal en los comicios municipales. Esto se aprecia al observar la evolución en la votación obtenida a nivel de concejales. En la tabla N° 2 se puede apreciar que, más allá del “efecto Lavín”, en el año 2000, la coalición de derecha se ha consolidado con una votación por sobre el 46%, mientras que la Concertación ha decaído en el porcentaje de apoyo en las urnas. 139 En Chile, hasta 1990, los alcaldes de la comuna de Santiago eran cargos designados por el Presidente de la República. Esto ocurría en todos los municipios del país hasta 1989. Con el retorno de la democracia una serie de negociaciones abrieron la posibilidad de someter estos cargos a elección popular. Sin embargo esto puedo hacerse recién hasta 1992. De 1990 a 1992, exceptuando quince comunas entre las que se contaba Santiago, los alcaldes existentes seguían siendo los designados por el Gobierno Militar. A partir de 1992, se abre la posibilidad para que los ciudadanos puedan escoger a sus autoridades comunales. (Mardones, 2006). 140 En 1992 el concejal más votado de la lista más votada que sobrepasara el 35% de los votos era proclamado alcalde. Si no se alcanzaba este porcentaje, debía ser escogido por los concejales electos. A partir de 1996 la fórmula cambió: el candidato que obtuviese la primera mayoría con al menos el 40% de los votos, o bien, la primera mayoría de la lista más votada, sería proclamado alcalde. Sólo para los comicios municipales del año 2004 los alcaldes y los concejales comenzaron a escogerse a través de elecciones separadas (Ibíd.) 71 Tabla N° 2. Porcentaje y número de concejales elegidos en la comuna de Santiago por coalición, desde 1992 a 2008. ELECCIONES PACTO Mun. 1992 % N° Mun. 1996 % N° Mun. 2000 % N° Mun. 2004 % N° Mun.2008 % N° Concertación 58,75 6 62,32 6 32,79 4 45,07 4 36,83*** 3 Alianza 30,29* 3 28,01** 3 61,79 3 47,05 4 46,16 4 Izq. Extraparlamentaria 4,77 -- 9,67 -- 5,15 -- 7,87 -- 12,86 1 TOTAL 9 9 7 8 8 * En aquel momento el pacto se denominaba Participación y Progreso ** En este período el pacto se denomina Unión por Chile, e incluye al partido Unión de Centro Centro (UCC) *** Concertación Democrática + Concertación progresista. Fuente: Elaboración propia con datos del Ministerio del Interior (www.elecciones.gov.cl). En términos de las características del electorado de la comuna, muchos entrevistados señalaron que una parte importante de los inscritos en la comuna no reside en ella141, por lo tanto existiría un grupo de población votante que no puede ser captado a través de las técnicas de inserción territorial de los partidos o de los candidatos. Otro aspecto importante de considerar, es que la mayor parte de la población votante tiene sobre cincuenta años (50,69% inscritos al año 2007)142. Finalmente, se debe tomar en cuenta el creciente desinterés por votar en las elecciones comunales. El número de inscritos disminuyó de 141.002 en el año 2004 a 137.163, en el año 2008. La cantidad de votos válidamente emitidos, también ha disminuido. En la elección de alcaldes del año 2004, la diferencia entre los votos emitidos (contando nulos y blancos) y los votos válidos alcanzaba los 11.527. En los comicios del año 2008 esta cifra aumentaba a 15.232 votos. Algo similar ocurre en las elecciones a concejales, donde la diferencia entre votos válidos y votos emitidos pasa de 7.950 en al año 2004 a 9.660 en el año 2008. Por último, se observa una disminución en la participación en las urnas. Tomando en cuenta sólo las elecciones de alcaldes, la población inscrita que se abstiene de votar pasa de un 17,6% en el año 2004 a un 19,3% en el año 2008. 141 No contamos con cifras exactas sobre la proporción de personas no residentes que están inscritas en la comuna. 142 Fuente Servicio Electoral (www.servel.cl). A la fecha no están aún disponibles las estadísticas comunales por tramo etario para el año 2008. Fuente Servicio Electoral (www.servel.cl). 72 Tabla N° 3. Participación electoral en la comuna de Santiago, en elecciones municipales 2004 y 2008. CONCEJALES 2004 ALCALDES 2004 CONCEJALES 2008 ALCALDES 2008 Votos válidos 104.459 108.200 88.103 101.005 Votos emitidos 115.986 116.120 103.335 110.665 N° de inscritos 141.022 141.022 137.163 137.163 NOMBRE CANDIDATO Fuente: Elaboración propia con datos del Servicio Electoral (www.servel.cl) y del Ministerio del Interior (www.elecciones.gov.cl). V.2 . La pre se ntació n de los candidatos y la distribución de re cursos. V.2.1. Candidatos y resultados electorales en los comicios municipales del 2008. La comuna de Santiago es siempre uno de los principales focos en los que se centra la contienda municipal, a pesar de no ser la comuna con el mayor padrón electoral del país. Su carácter de capital nacional, y la enorme visibilidad que de esto se deriva, llevan a los partidos a poner extrema atención en la definición de las candidaturas a alcaldes y a desplegar una enorme cantidad de recursos para conseguir el triunfo. Las elecciones del año 2008 estuvieron marcadas por la lucha de dos liderazgos que representaban diferentes estilos de hacer política y de vincularse con la ciudadanía. Por una parte, la Concertación buscaba recuperar el sillón edilicio perdido tras la elección de Joaquín Lavín. En esta ocasión, el cupo correspondería al PDC, partido dentro del cual surgieron varios nombres para enfrentar la llamada “madre de todas las batallas”. Tras un largo proceso de negociaciones y decisiones internas, la tarea fue encomendada el ex alcalde Jaime Ravinet, quien se percibía como la carta más segura para recuperar el mando de la comuna, por el alto apoyo que obtuvo en las dos elecciones que enfrentó en los años ’90 y la “amplia red social” que había creado durante sus gestiones como alcalde. Esta red se había formado a través de un fuerte incentivo municipal a las organizaciones sociales, especialmente las juntas de vecinos y los clubes de adulto mayor. Así, la candidatura de Ravinet se gestó en parte, a través de la articulación de intermediarios municipales de la DC y dirigentes de juntas de vecinos, quienes firmaron una carta masiva de apoyo a su proclamación143. De esta manera, tanto el slogan –“Que vuelva Ravinet”– como el contenido de la campaña, buscaban restaurar las políticas que habían marcado su gestión y que se habrían 143 Se trata de una carta firmada por cerca de 60 dirigentes de juntas de vecinos, que piden la presentación de Jaime Ravinet como candidato a alcalde. La carta se puede ver en el siguiente enlace: www.ravinet.cl/content/view/264333/Presidentes-de-Juntas-deVecinos-de-Santiago-reafirman-apoyo-a-Ravinet.html 73 abandonado “tras ocho años de pirotecnia y populismo de la derecha”144. El descontento que existía entre los vecinos y los dirigentes sociales por la gestión “a puertas cerradas” de Raúl Alcaíno, sumaba un ingrediente más a la sensación que rondaba inicialmente en el equipo concertacionista de que el candidato democratacristiano obtendría un triunfo seguro. Del lado de la Alianza, la decisión de Raúl Alcaíno de no ir a la reelección y la candidatura de Jaime Ravinet generaron un escenario complejo en la determinación del candidato llamado a mantener la alcaldía de la comuna capital. Se testeó la posibilidad de que Joaquín Lavín se volviera a presentar, dado que mantenía un alto nivel de popularidad entre los electores. Sin embargo, éste se negó, complicando aún más la definición de la coalición. Finalmente, tras varias rencillas y con poco convencimiento145, se decidió que el candidato sería Pablo Zalaquett (UDI), quien en ese entonces estaba, por segundo período consecutivo, a la cabeza de la comuna de La Florida. Si bien en un principio hasta en su propio sector lo daban como derrotado, logró insertarse prontamente en la comuna e ir remontando, paulatinamente, en las encuestas. El despliegue de la campaña de Zalaquett y otros factores coyunturales, fueron generando una rápida transformación en el escenario electoral. El posicionamiento del candidato Ricardo Israel146 del Pacto Chile Limpio147, y la poca extensión del pacto por omisión con el PC148, hacían peligrar la solidez del triunfo de Jaime Ravinet. De esta forma, hacia el final de la campaña, la prensa y los propios comandos señalaban que la diferencia entre Zalaquett y Ravinet sería milimétrica. En el comando de Ravinet, en tanto, reinaba la incertidumbre y no eran pocas las voces que reconocían la probabilidad de perder la batalla electoral. Finalmente, estas predicciones se cumplieron y le otorgaron un avasallador triunfo al candidato de la UDI. Como se aprecia en la siguiente tabla, el ex edil de La Florida logró sobrepasar a Ravinet por 11,41 puntos. 144 Palabras señaladas en el “Encuentro de Profesionales y Técnicos con Ravinet”, 27 de Septiembre de 2008. 145 La decisión de llevar adelante la candidatura de Pablo Zalaquett por sobre la de Roberto Fantuzzi (RN) se basó en los resultados de una encuesta realizada por la empresa Feedback, a 800 personas en la comuna de Santiago, el 28 de junio de 2008 (http://diario.elmercurio.cl/detalle/index.asp?id=%7B2286e409-7488-4b56-84a2-c1559bb55ed7%7D). Roberto Fantuzzi, más tarde, apoyaría públicamente a Jaime Ravinet. 146 Cientista político, ex comentarista de Televisión. 147 Pacto formado por el Partido Regionalista Independiente (PRI), al que se sumaron los disidentes de la DC que seguían al senador Adolfo Zaldívar, más el movimiento “Chile Primero”, comandado por los ex PPD Fernando Flores y Jorge Schaulsohn. 148 La Concertación llega a un acuerdo con el PC de para “omitirse” en determinadas comunas, a cambio de que este partido apoye a candidaturas de la Concertación en otras 74 Tabla N° 3. Resumen votación obtenida por candidatos a alcalde, en la comuna de Santiago durante los comicios municipales de 2008. PARTIDO VOTOS PORCENTAJE Pablo Zalaquett UDI 47.807 47,33 Jaime Ravinet PDC 36.282 35,92 Ricardo Israel ILA 9.762 9,66 PCCH 7.154 7,08 NOMBRE CANDIDATO Manuel Hernández Fuente: Ministerio del Interior (www.elecciones.gov.cl). En cuanto a la elección de concejales, los comicios del año 2008 fueron especialmente competitivos. La división de la Concertación en dos listas, más la incorporación del Pacto por un Chile Limpio, hicieron que la oferta de candidatos se ampliara de forma considerable. En Santiago se presentaron en total 38 candidatos: 8 de la Alianza (RN, UDI e Independientes); 6 de la Concertación Democrática (PS, PDC e Independientes); 8 de la Concertación Progresista (PRSD, PPD e Independientes); 8 del pacto Juntos Podemos (PCCH, IC, PH e Independientes) y; 8 del pacto Por Un Chile Limpio (PRI e Independientes). Este hecho hacía fundamental el diseño de una estrategia electoral que combinara la presentación de buenos candidatos con exitosas actividades de campaña. En la Alianza, apostaron por colocar a varias figuras fuertes a competir entre sí, a diferencia de las elecciones anteriores, donde la campaña se focalizaba en una candidatura preponderante, cuya votación arrastrara a los otros candidatos149. Esta estrategia de designación de los candidatos mostró ser particularmente exitosa, dado que gran parte de los miembros de la lista eran figuras vinculadas a personajes de renombre en el servicio público, tanto en la comuna como en el país. De esta forma, lograron obtener cuatro de los ocho cupos en el concejo, triunfando los siguientes candidatos: Jorge Alessandri (UDI), hermano del saliente concejal RN Felipe Alessandri; Carolina Lavín (UDI), prima del ex alcalde Joaquín Lavín; Bruno Baranda (RN), hermano del Director Social del Hogar de Cristo, Benito Baranda y; Rodrigo Mekis (Independiente RN), hijo del ex alcalde de Santiago Patricio Mekis (ver votación en tabla N° 5). Los otros candidatos de la lista eran intermediarios políticos150 con cierta 149 En las elecciones anteriores, por ejemplo, la estrategia fue potenciar la candidatura de María Estela León, esposa de Joaquín Lavín. 150 Se trata de Álvaro Undurraga (RN), concejal en ejercicio que estuvo a 116 votos de Rodrigo Mekis; Erick Carrera (RN), miembro del CESCO; Cristián Parraguez (UDI), ex asistente de la concejal María Estela León y; Juan Álvaro Arce (UDI), presidente distrital de su partido. 75 trayectoria de trabajo territorial en la comuna. Sin embargo, según un entrevistado, no poseían los recursos ni los apellidos necesarios para obtener una mayor votación151. En la Concertación, la estrategia de las listas separadas provocó una proliferación excesiva de candidatos, lo que, lejos de contribuir a aumentar la votación, más bien generó confusiones que influyeron negativamente en los resultados obtenidos. En Santiago, los candidatos de la Concertación Democrática – especialmente los democratacristianos- buscaron plegarse lo más posible a la figura de Jaime Ravinet. También se optó por colocar un par de figuras fuertes que arrastraran a los otros integrantes de la lista152. Las figuras de mayor renombre eran el ex Ministro de Salud, Pedro García (DC) y María Teresa Viera Gallo (Independiente PS), hija de José Antonio Viera Gallo153. Además, iban a la reelección los concejales Ismael Calderón (PS)154 y Gerardo Guzmán (DC)155. En la Concertación Progresista figuraban algunos personajes conocidos, tales como el abogado Alfredo Morgado (PPD), las figuras televisivas del PRSD Tamara Sepúlveda y Adela Calderón (ex presentadora de televisión y actriz, respectivamente); y los ex concejales Mario Farías (PRSD) y Loreto Schnake (PPD). La estrategia de las listas separadas sólo contribuyó a que la Concertación en su conjunto bajara la votación obtenida en la comuna y, por ende, disminuyera el número de representantes en el concejo de cuatro concejales en el 2004 a tres concejales en el 2008 (ver tabla N°2). Como se observa en la tabla siguiente, el cupo restante fue obtenido por la representante del Pacto Juntos Podemos, Claudia Pascual (PC). Tabla N° 5. Concejales elegidos en la comuna de Santiago en los comicios municipales de 2008. PARTIDO VOTOS PORCENTAJE Jorge Alessandri UDI 12.741 14,46 Claudia Pascual PCCH 7.109 8,06 Carolina Lavín UDI 7.084 8,04 Bruno Baranda RN 6.994 7,93 NOMBRE CANDIDATO 151 Entrevista a José Ignacio Artiza, miembro directiva distrital UDI, 15/04/09. 152 Entrevista a Miguel Aceituno, dirigente Juventud y candidato a concejal DC, 29/09/08. 153 Ex senador y actual Ministro Secretario General de la Presidencia 154 Quien asumió el cargo tras la renuncia del concejal Jaime Tohá (PS), en mayo de 2007. 155 Los otros dos candidatos eran Michel Hernández y Manuel Acevedo, ambos dirigentes nacionales y comunales de juventud DC. 76 Rodrigo Mekis ILE 5.216 5,92 Pedro García PDC 5.217 5,92 Ismael Calderón PS 4.663 5,2 Loreto Schnake PPD 3.527 4,00 Fuente: Ministerio del Interior (www.elecciones.gov.cl). V.2.2. Las performances de los candidatos. La forma en que los candidatos se presentan ante sus electores y la imagen que a partir de ella son capaces de crear, son componentes esenciales de las campañas políticas. Su forma de vestir, los gestos faciales y las actitudes corporales que emplean al interactuar con los votantes pueden contribuir a hacer de unos candidatos “más creíbles”, “más cercanos” o “más eficientes”, que otros. De este modo, las propuestas y planteamientos señalados en sus discursos, deben estar acompañados de un modo de actuar que le corresponda. La noción de performance o actuación (Goffman, 1959) nos aporta una herramienta analítica para observar las interacciones de los candidatos con sus electores, poniendo atención en las impresiones que estos buscan dar para influir en aquellos. Estas prácticas son importantes para nuestro análisis por cuanto es a través de ellas que se construyen y reconstruyen los elementos que dan sustento a los vínculos clientelistas (Auyero, 2001). En las campañas municipales, los candidatos a alcalde llevan a cabo determinadas actuaciones, mediante las cuales buscan erigirse como “solucionadores de problemas”, demostrando su capacidad para constituirse en patrones políticos. En el caso de los candidatos a concejales, las performances buscan demostrar su capacidad como intermediarios políticos, es decir, como agentes que canalizan los problemas y gestionan – o, excepcionalmente, producen– sus soluciones. Las performances de los candidatos pueden analizarse “en terreno”, ya sea a través de actividades masivas en las que tengan la posibilidad de dirigir su discurso hacia un auditorio multitudinario (reuniones con organizaciones, actos en plazas o parques, etc.), o bien, mediante interacciones cara a cara, en acciones como visitas a ferias o “casa a casa”. Las actuaciones que los candidatos puedan desempeñar en estas ocasiones son componentes esenciales de la imagen que los electores se forman de ellos y, por tanto, de las representaciones, las identidades y las expectativas que están en juego a la hora de optar por uno u otro. Desde luego, en las campañas políticas, la mayor parte de estas actuaciones se realizan de forma consciente, a partir de pautas establecidas por el diseño estratégico que realizan los comandos políticos156. 156 Esto no implica que los candidatos “finjan” una determinada personalidad o “mientan” sobre sus intenciones. Simplemente se trata de actuaciones que tal vez son menos espontáneas que actuaciones que desempeñan las personas en forma cotidiana. Esto se 77 Un primer punto a destacar es que tanto la campaña de Jaime Ravinet, como la de Pablo Zalaquett, se cimentaron en la imagen personal de los candidatos, más que en las ideas que promulgan sus partidos o coaliciones157. Sin embargo, el perfil que pretendieron construir ante el electorado muestra elementos opuestos. Asimismo, sus interacciones con los ciudadanos, expresan diferentes actuaciones que tienden a reforzar la notable polaridad de sus perfiles. Jaime Ravinet era un personaje conocido a nivel comunal y a nivel nacional. No sólo había sido alcalde de Santiago por diez años, sino que también fue Ministro de Gobierno158. Por tanto, para gran parte de la población votante, se trataba de una gestión probada, con sus aspectos positivos y negativos. Sobre esta base, la presentación pública de Ravinet se destacaba por una gran seguridad sobre su capacidad como alcalde y sobre los logros de su gestión. Esta seguridad tomaba, frecuentemente, rasgos de soberbia y menosprecio frente a las gestiones de la Alianza y frente a su contendor Pablo Zalaquett, señalando, por ejemplo que “Santiago le quedaba grande”159. En sus intervenciones públicas, Jaime Ravinet se mostraba como una persona extremadamente seria y fría, siempre con el ceño fruncido y criticando con firmeza el estado en el que se encontraba la comuna desde que él dejó la alcaldía. En estas instancias, solía pronunciar un discurso bien elaborado, con un aire de solemnidad, señalando su planificación para la comuna desde la altura que proporcionaba su carácter de ex autoridad del Estado. En algunas interacciones cara a cara –durante las visitas a ferias o “puerta a puerta”–, sin embargo, trataba de mostrarse un poco más relajado y sonriente. Se presentaba con vestimentas más ligeras (sin terno ni corbata), intentaba sonreír y acercarse lo más posible a los electores, entregando besos o abrazos a quienes mostraban cierta disposición a dejarse tocar. Un extracto del relato de la observación realizada en una visita a la feria de Fray Camilo Henríquez con Marín, resume esta presentación del candidato: debe a que las campañas políticas son instancias donde las impresiones que se proyectan al auditorio deben ser extremadamente cuidadosas, evitando caer en contradicciones que puedan poner en duda la veracidad del “papel” que se está desempeñando. 157 Este es un aspecto que se viene repitiendo progresivamente en las elecciones tanto locales como nacionales. 158 En las entrevistas realizadas, algunas personas señalaron que la imagen de experiencia en el gobierno fue un arma de doble filo para el ex edil. Por una parte, la edad que tenía (65 años), su aspecto físico, su paso lento, y su hablar pausado, mostraban una imagen “como de persona mayor, que venía de vuelta en política”. Otras personas señalaron que su trayectoria hizo que su imagen se asociara a los errores de la Concertación, por lo cual habría recibido un voto de castigo por ello. A esto se sumó el rumor de que tenía negocios sucios con una conocida inmobiliaria, lo que habría motivado su constante interés por la renovación urbana y el repoblamiento de Santiago. Por tanto, sus detractores lograron que algunos electores le atribuyeran una imagen desgastada y proclive a prácticas de corrupción. 159 http://www.terra.cl/actualidad/especiales/2008/municipales/index.cfm?Id_cat=2736&id_reg=1038772 78 “Llego a la feria antes de las 13:00 hrs. En la intersección se encuentran cerca de 6 personas del equipo de propaganda de Zalaquett, repartiendo el periódico del candidato y entregando globos. Comienzo a avanzar por la feria. Mi idea es recorrerla para ver si hay algún candidato dando vueltas. En Santa Isabel con Fray Camilo hay puestas algunas “palomas” de varios candidatos, entre ellos Ravinet. En la cuadra siguiente veo que se acerca el camión del candidato DC. Desde la cabina, con el megáfono, una persona anuncia la pronta llegada de Ravinet al lugar. Desde el fondo de la feria (lado sur) se divisa un pequeño tumulto. Efectivamente es Jaime Ravinet que viene acompañado por parte de su comando y de la diputada Carolina Tohá. El candidato repite la misma performance que en otras actividades a las que he asistido: mira a las personas e identifica muy rápidamente a quien debe acercarse, debiendo ser personas con cierta disposición a ser saludados o bien, quienes están desprevenidos. Cuando se aproxima a alguien le mira los ojos, le toca el hombro como preguntándole con la mirada ¿nos conocemos? Le saluda, y si hay buena recepción le da un beso en la cara o un abrazo, o ambos. Se deja llevar por la situación, pero busca la cercanía. Su imagen y su actuación contrastan con ese semblante duro y serio que proyecta en las fotos y a través de las cámaras de TV. En el “cara a cara”, Ravinet es una persona muy cercana, afectuosa y amistosa. Muestra un gran manejo escénico: pareciera como si conociera a las personas “desde siempre”. Pareciera también escuchar a la gente, pero en general no se queda mucho rato conversando con nadie. Intercambia las palabras, los gestos y las bromas estrictamente necesarias. También entrega algunas bolsas con su nombre, para que las personas de las ferias lleven las frutas y verduras que van comprando. Me llama la atención la forma en la que viste Ravinet en sus actividades cara a cara, puesto que dista bastante de su vestimenta en actividades televisivas. En éstas aparece siempre de terno y corbata, con un discurso muy claro y un rostro serio. En aquellas, lleva la camisa desprendida, sin corbata, y se muestra como una persona afable y cercana”160. A medida que se acercaban los comicios municipales, y que podía observar otras interacciones cara a cara entre candidatos y electores, me fui dando cuenta de que las actuaciones cara a cara de Jaime Ravinet ya no parecían ser tan espontáneas. Como plantea Goffman (1959), cuando una persona desempeña un rol y busca controlar la situación a través del manejo de las impresiones, debe procurar no caer en posibles incoherencias o gestos involuntarios que hagan dudar del papel que se está desempeñando. En el caso de los candidatos, no bastaba con saludar y tocar a la gente – todos los candidatos lo hacen – sino que esas pequeñas interacciones deben ser capaces de demostrar una cercanía 160 Observación Feria Marín con Fray Camilo Henríquez, 10/10/08. 79 efectiva y un interés real por las personas y sus problemas. Un candidato que pretenda generar la sensación de cercanía debe obviar momentáneamente las distancias sociales existentes entre una posible autoridad y los ciudadanos comunes, creando un ambiente de horizontalidad entre ambos. Si quiere proyectar una imagen de persona comprensiva y empática, debe poner atención a las palabras y gestos de su interlocutor y darse el tiempo suficiente para escuchar sus inquietudes. Así, como se destacó en el relato anterior, un primer elemento que ponía en duda la veracidad de la actuación de Ravinet como un candidato cercano era la contradicción entre la imagen televisiva del ex alcalde – y la que se proyectaba en actos masivos– y la imagen que mostraba en las interacciones personales. Otro elemento, también señalado en el mismo relato, se daba en las propias interacciones personales con los electores, las cuales eran demasiado rápidas y breves para demostrar un interés real por la persona a la que se estaba acercando. Ambos aspectos se hacían más evidentes al contrastar sus performances con las de Pablo Zalaquett. En contraposición con la figura de Jaime Ravinet, Pablo Zalaquett recalcó sus cualidades como candidato joven, con “ganas de hacer cosas”161, con una fuerte presencia en terreno, que se manifestaba en largas jornadas en que el candidato recorría sin parar cada rincón de la comuna162. Se le atribuía, tanto en su sector como en el bando opuesto la cualidad de ser un excelente “campañero”, dada su alta presencia en las calles y el nivel de contacto que lograba con los electores. Así lo grafican las palabras de un militante del PS que trabajó en el comando de Jaime Ravinet: “(…) lo que le favorece al candidato Zalaquett es que es un muy buen candidato, simpático, saluda a todo el mundo, los abraza, la otra vez saludó a las abuelitas, entonces ese tipo de candidatos es entrador, es un candidato se saca fotos hasta con quien no quiere, es así el tipo”163. Contrariamente a la actuación de Ravinet, tanto la imagen que el candidato UDI proyectaba en los medios, y en actividades masivas, como la que se veía en sus interacciones cara a cara, eran absolutamente coherentes. Siempre se mostraba entusiasta, alegre y con una apariencia más informal que la que proyectaba el ex ministro DC. Además, en todas las instancias empleaba un lenguaje simple y directo, enfocado a dar soluciones a problemas específicos de las personas. Este es un tipo de imagen cultivado por muchos personeros de la UDI, siendo Joaquín Lavín su máximo exponente (Arriagada, 2005). A 161 “Ganas por Santiago” era el slogan de su campaña. 162 Por su desbordante energía, la prensa escrita lo bautizó como “Ritalin Zalaquett”. 163 Entrevista a Carlos Bañados, dirigente juventud PS, integrante comando de Jaime Ravinet, 24/10/08. 80 diferencia de la actuación pública de Jaime Ravinet, Zalaquett lograba transmitir “efectivamente” la sensación de horizontalidad con los electores. Un ejemplo de ello se pudo observar durante una de las visitas que realizó a una organización de mujeres, donde señaló querer construir un municipio de puertas abiertas: “(…) quizás un día yo no pueda venir y ustedes quieran conversar conmigo por algo importante y quieren ir tres o quieran ir las veinte, se pueden ir las veinte, se sientan ahí, nos tomamos una bebida o un café y conversamos, ¿me entienden o no?, o sea, porque la alcaldía también es de ustedes. Hay gente que cree que la alcaldía es una cosa que está allá lejos, que no se puede entrar, ¡no! (…) También ustedes tienen que sentir que de alguna forma como yo vengo acá ustedes también pueden ir para allá, así lo siento yo por lo menos, así lo siento yo. Yo de mí feliz que ustedes de sienten en el suelo o yo en el suelo y ustedes…o sea, da lo mismo, ahí lo arreglamos”164. Si bien Zalaquett llevaba años cultivando el “estilo Lavín”, en su comando se plantearon como estrategia el reforzamiento de la asociación del candidato con el ex edil de Santiago. Esto se hizo debido a lo exitosa que había demostrado ser la fórmula anteriormente, con la candidatura del propio Lavín en el año 2000, y la alta popularidad que éste seguía teniendo en la comuna. Las palabras de un dirigente comunal del partido al respecto, son elocuentes: “Si había algo que la gente pudiera percibir, nosotros lo profundizábamos y hacíamos que fuera obvio y notorio. Por qué, porque Joaquín Lavín era un líder de Santiago, o sea de moros y cristianos, (…) decían ‘este gallo hace cosas, hace cosas, de que soluciona problemas, soluciona problemas, tenía una necesidad, ahí estaba, se quemó la casa, estaba al tiro ayudando, estaba con colchones, con la municipalidad, con operativos sociales, pucha, entonces este gallo es el que necesitamos, alguien así, de izquierda, derecha, de centro, me da lo mismo, pero si tenemos a alguien que sea de ese estilo, me gusta’ (…). Entonces ¿quién vende en Santiago?: Lavín y Piñera, o sea, con quien nos sacamos fotos, con Lavín, nos las jugamos con Lavín (…). Entonces, la figura de él, la idea era que se produjera esa asociación y siempre dijo Pablo Zalaquett que comenzó a ser alcalde al ejemplo de Lavín, siguiendo su concepto. O sea, el heredero natural era Pablo Zalaquett y sus concejales”165. 164 Un video de esta presentación está disponible en: http://www.youtube.com/watch?V=wtknefscpni 165 Entrevista a José Ignacio Artiza, miembro directiva distrital UDI, 15/04/09. 81 El peso de la figura de Lavín en la comuna no sólo tenía que ver con su lenguaje y la imagen cercana que proyectaba, sino con la forma concreta en la que realizó su gestión como alcalde. La apelación directa hacia los sectores más vulnerables y la política asistencialista que marcaron su gestión (Barozet, 2005) lo constituyeron como un solucionador eficiente de problemas inmediatos, aspectos paternalistas que son indispensables en un “patrón político” y que son, además, característicos de un liderazgo neopopulista (Barozet 2004, Arriagada, 2008). Como planteó un candidato a concejal de la Concertación, este elemento era uno de los principales temores que enfrentaba la coalición frente a la candidatura de Zalaquett: “(…) en ciertos sectores populares recuerdan la gestión de Lavín, por todo el asistencialismo que existía en la comuna: las prebendas, las cajas de mercadería, los bonos que se daban, los planes pololo, etcétera. Y esa es la preocupación actual que tenemos en la elección que se nos avecina, ya que Zalaquett tiene un perfil muy parecido a Lavín”166. Estas palabras son complementadas por un integrante del CESCO: “Si tu trabajas el asistencialismo, la gente se acostumbra al asistencialismo, entonces después está más demandante de sus temas, el populismo vende. Zalaquett que traía además, que estaba muy vinculado con Lavín, Zalaquett es un populista, era lo mismo, tú sabes que con eso vas a conseguir cosas. Cosas que se perdieron con Alcaíno, porque él cortó varios programas de ayuda y de beneficios para la gente y se espera que con Zalaquett se vuelvan a poner, esas son expectativas, si no está el tema ideológico, el tema político, si la gente está menos comprometida, le empiezan a importar más esto, es lógico”167. El empleo de esta estrategia de presentación de la candidatura también se sustenta en una lectura de las características de buena parte del electorado, menos interesado en las grandes gestiones que en la eficiencia de las autoridades en atender sus necesidades. Así lo expresa un concejal de la Alianza, al plantear por qué la campaña de su sector se cimentó en la figura de Lavín, relegando los posibles logros de la gestión de Alcaíno: “Qué le importa a la señora que vive en la calle Cumming, que tiene una jubilación de ochenta mil pesos, que el municipio haya tenido una deuda por doce mil millones o por mil, le da lo mismo, lo que le importa a ella es tener un buen convenio de salud con el consultorio, que los remedios le 166 Entrevista a Conrado Isla, concejal Concertación, 10/10/08. 167 Entrevista a José Robles, dirigente CESCO, ex concejal. 82 lleguen a la casa, que el doctor del consultorio de barrio vaya a su casa, que sea bueno, que atienda rápido, que haya seguridad ciudadana, que haya luz, que le retiren la basura todos los días, esos son los temas que le importaban a la gente”168. Estas características del electorado, que se presentarían especialmente en sectores populares, llevan a los candidatos a añadir a sus performances el despliegue y entrega de recursos, algunos con un valor económico importante, otros, simplemente con un valor simbólico. Si bien, tanto Ravinet como Zalaquett realizaron actos masivos para atraer al público, con música en vivo, “teams” de baile y otras actividades, el despliegue de recursos en ambos casos fue notoriamente distinto. Aunque no lo observamos directamente, algunos entrevistados de la Concertación y del Pacto Juntos Podemos señalaron que el comando de Zalaquett efectuó entrega de regalos importantes en algunos de estos actos. También lo hicieron los concejales Rodrigo Mekis y Bruno Baranda, en actividades que incluso aparecieron en televisión169. Un integrante del comando de Ravinet realiza las comparaciones para señalar los errores de estrategia del equipo en el que él participaba: “ (…) además que Zalaquett ha gastado harta plata en la campaña, regala bicicletas en las plazas, hace shows gratis, trae grupos internacionales, nacionales que son caros, en cambio la campaña de Ravinet era mucho más económica, eran puros grupos pequeños, nunca llevó un grupo agradable, en cambio el otro comando se preocupó de eso, el comando de Zalaquett trajo a un grupo argentino que es ‘Garras de Amor’ que llega mucho al público popular, a la gente, por ahí igual llevó a los ‘Reggaeton boys’ que igual llega al público masivo, llevó gente de la ‘Nueva Ola’, entonces era un costo mucho más elevado, donde no quiso asumir los…no creo que porque no tuviera plata, tenía otra orientación la campaña”170. Los resquemores ante este tipo de artimañas electorales fueron planteados por otra integrante del comando de Jaime Ravinet, señalando que éste habría sido uno de los principales factores de la derrota de su candidato: “Imagínate lo que puede ser para Santiago que te pares en una plaza como la Yarur a sortear bicicletas. Que a los condominios les llamaran, les llevaran mesas de pin pon. O sea a mí cuando me llamaban ‘mire es que acá trajo…va a sortear un plasma acá en la plaza’, le dije ‘mira, el día 168 Entrevista a Alberto Errázuriz, Concejal Alianza, 17/04/09. 169 En el primer caso se trató de un sorteo de electrodomésticos, durante su acto de cierre de campaña. En el segundo caso se realizó una entrega de lentes a adultos mayores. 170 Entrevista a Carlos Bañados, dirigente juventud PS, integrante comando de Jaime Ravinet, 24/10/08. 83 en que yo tenga que decir: tu plasma y dos plasmas más o tu mesa de pin pon y dos mesas de pin pon más me retiro de la política, porque para esto no vine. O sea, no entré al mundo de la política para eso y yo así pierda. Durante mucho tiempo motivé con este concepto, o sea, no, no estoy para eso, no me voy a prestar jamás, creo que no tiene lógica. Creo que el ejercicio de uno es convencer a más gente que lo que importa es un ser humano lo más digno posible en su situación socioeconómica que esté. Es como lo de Farkas171. O sea, me parece vergonzoso, me da vergüenza ajena que tengamos una ciudadanía que cae desplomada, yo entiendo que hay un problema económico, entiendo que hay…todos tenemos ajustes financieros. Esta cuestión, cual más cual menos a todos les afecta. Pero el día que te empieza a pasar eso no vale mucho este ejercicio, no es que no valga, cuesta más, yo lo voy a seguir haciendo, pero te va a costar mucho más convencer a la gente de que tiene que participar, mucho más”172. A pesar de que se trata de una práctica negada y ocultada, los candidatos de la Concertación también efectuaron regalos o realizaron favores, aunque a menor escala y de menor valor económico. Por ejemplo, en ambos bandos era casi un requisito llegar con tortas y otros comestibles y bebestibles a las visitas a organizaciones. Otra práctica recurrente era canalizar demandas concretas hacia profesionales que trabajan en los comandos o gestionar trámites y acciones con “contactos” personales de los equipos o de los propios candidatos. La forma en que se canalizaban las solicitudes que surgían en los “puerta a puerta” que realizaban los trabajadores del comando de Ravinet es descrita por uno de sus integrantes: “Es que ese tipo de cosas [las solicitudes de ayuda para solucionar problemas específicos] se derivan directamente al comando, o sea si tienen problemas legales hay un equipo jurídico en el comando, si tiene problemas de otro tipo igual se deriva a una asistente social y hay todo un equipo que trabaja detrás de la campaña, nosotros teníamos una hoja donde anotábamos todos los problemas extras o las reuniones que solicitaban los dirigentes sociales con el candidato y nosotros lo hacíamos llegar”173. Sobre la efectividad de la entrega de recursos, la opinión de candidatos y dirigentes es que sí ayudan a captar votos. Sin embargo, se distingue entre quienes venden su voto al mejor postor – sectores donde la entrega masiva de recursos podría ser efectiva – y quienes reciben estos recursos como gestos, donde no importa tanto el valor económico sino lo que ellos representan. En este último caso, los recursos 171 Empresario chileno que se ha hecho famoso por regalar grandes sumas de dinero a ciudadanos comunes y corrientes. 172 Entrevista a Isidora Fuentes, asistente de concejales de la Concertación. 11/12/08 173 Entrevista Carlos Bañados, dirigente juventud PS, integrante comando de Jaime Ravinet, 24/10/08. 84 o los favores son auténticos dones que sirven para “fundar” o para “recrear” una vinculación clientelista, obedeciendo a una lógica distinta a la del simple intercambio económico. Esta tensión que subyace a la entrega de recursos, es planteada por un dirigente de clubes de adulto mayor: “No, te lo digo francamente lo que encuentro sí muchas veces la gente cuando tiene hambre, servirse algo, ser atendida, ser tratada como persona, vale la pena porque no todo el tiempo tienen la posibilidad de llegar a ello, pero sí es una manera que desgraciadamente nosotros fuimos los culpables, hicimos que si venían a los clubes tenían que llegar con torta antiguamente, porque ellos no tiene esa posibilidad de hacerlo y muchas veces una torta compra un voto, eso es relativo y vamos a ver qué les ofrecieron, ya sé qué les ofrecieron por lo tanto voy a empezar a cobrar de marzo para adelante”174. Las palabras de un integrante del comando de Jaime Ravinet también muestran esta dualidad y la incertidumbre del efecto que la entrega de recursos genera en las personas: “Yo no sé el efecto que causará en la gente, yo creo que igual puede generar cercanía como un gesto de agradecimiento quizás, pero el voto es secreto, o sea yo lo puedo recibir y usar para el beneficio, pero el voto es secreto, igual es complicado porque la gente, la masa común, de repente se pierde con respecto a esto, el circo puede más, es complicado, creo que ensucia la democracia eso, el tema de los regalos”175 A pesar de las opiniones y las especulaciones sobre la compra del voto, como bien plantea Javier Auyero (2001), es imposible evidenciar en terreno si la entrega de recursos materiales y simbólicos causa apoyo electoral en las urnas, más aún cuando no existen claros mecanismos de control de la efectividad de ello, dado que la votación es secreta. Coincidimos con este autor y con otros que han seguido la misma línea, en que el establecimiento y el mantenimiento de los vínculos clientelistas dice relación con una forma de intercambio que se rige por la reciprocidad de los dones, más que por el valor monetario de lo que se entrega. Esto implica que, junto a la entrega de recursos, importa tanto o más la manera en que esta distribución se realiza (Ibíd.). Y esta “manera de dar” no sólo debe expresarse en las performances efectuadas en momentos de campaña política, sino que debe ser sostenibles en el tiempo, atravesando las contiendas electorales específicas (Barozet, 2005). Es aquí donde la capacidad de intermediación de los 174 Entrevista a Héctor Oyarzo, Dirigente Unión Comunal Adultos Mayores, 22/12/08. 175 Entrevista a Carlos Bañados, dirigente juventud PS, integrante comando de Jaime Ravinet, 24/10/08. 85 brokers políticos se hace relevante, dado que son ellos quienes mantienen la vinculación cotidiana con las bases. Al respecto, es interesante observar las presentaciones de los candidatos a concejales. Además de querer mostrar cercanía, empatía y otras cualidades que buscan resaltar todos los candidatos, los aspirantes al concejo municipal ponen especial atención en demostrar su capacidad como intermediarios eficientes para satisfacer necesidades o agilizar gestiones ante el municipio. Este elemento es parte esencial de sus performances, a pesar de que estas funciones no son las que les corresponden por ley. Esto puede hacerse para ayudar en la labor de otros agentes intermediarios, como son las organizaciones sociales, o bien, en las interacciones cara a cara. A continuación veremos con mayor profundidad qué características asume la intermediación política durante las campañas electorales y quiénes son los principales actores que ocupan este rol. V.3 . El rol de los inte rme diarios políticos. Anteriormente se señaló que los intercambios clientelares se conectan en redes piramidales, donde se acoplan redes políticas con redes informales de ayuda recíproca (Auyero, 2001). Se señaló también que, en tales interacciones, la presencia de mediadores o brokers176 políticos se hace fundamental, especialmente en un contexto que ha evidenciado el paso de un sistema clientelar tradicional – patrón/cliente – a uno de intermediarios o brokers políticos en competencia (Valenzuela, 1977; Barozet, 2004; Durston, 2005). Recordemos que un mediador o broker es el agente intermediario en la relación que se establece entre uno o varios patrones políticos y sus clientes. Los mediadores pueden pertenecer al mismo estrato social que los clientes o bien pueden situarse en una posición superior en la estructura social. Por tanto, no es el capital económico lo que distingue a ciertos actores como intermediarios políticos, sino la posesión de otros elementos: a) una red duradera de relaciones o “contactos” (Auyero, 2001) o capital social acumulado en Bourdieu (2000) y; b) el reconocimiento y prestigio, o capital simbólico (Ibíd.). Esta distinción es importante dado que, como plantea Bourdieu, el capital económico puede colaborar en la obtención de los otros tipos de capital, sin embargo esto puede hacerse solamente al precio de un determinado esfuerzo de transformación. Así, existen ciertos bienes y servicios que sólo pueden obtenerse a través de un capital social de relaciones y obligaciones, donde la posibilidad de obtener beneficios exige un esfuerzo de sociabilidad planteada a largo plazo. 176 El concepto proviene de la economía, definiendo a un operario económico que articula demandas particulares con un mercado mayorista. Su función tiene algunos paralelos con las de un representante político local, que intermedia entre un caudillo y su clientela (Durston, 2005). 86 En el caso de las relaciones clientelares, la distinción realizada es especialmente relevante en la definición de la posición de los intermediarios, dado el carácter de su labor: canalizar las demandas y encontrar los contactos que puedan proveer posibles soluciones a ellas. Lo anterior implica que, por ejemplo, no cualquier dirigente intermedio se convierte en un mediador político; sólo logran hacerlo quienes, teniendo una amplia red de contactos con agentes que ocupan lugares iguales o superiores en la estructura social, son capaces de establecer relaciones permanentes de intercambio material y simbólico con su clientela y que, gracias a este tipo de vínculo, logran canalizar lealtades políticas hacia sus patrones. La importancia del capital simbólico177 también es vital en la conversión de dirigentes en mediadores políticos, puesto que al tratarse de un “rol informal”, estos agentes se construyen y se mantienen como tales sólo gracias al reconocimiento de patrones y clientes. Parafraseando a Carlos de la Torre (1998), el surgimiento de un mediador político legítimo es un proceso de creación mutua, donde mediador se produce a sí mismo y es, a la vez, una creación de sus seguidores178. En momentos de campaña política, la participación de brokers con cuantioso capital social y prestigio, puede llegar a ser tan importante como el carisma del candidato y el marketing electoral. De esta forma, no hay candidato que pretenda insertarse en un territorio que no busque contactarse con mediadores reconocidos por la comunidad, ya sea para integrarlos a su equipo de campaña o para que puedan ayudarlo a gestionar y realizar actividades. En la comuna de Santiago, hemos podido apreciar que existen tres tipos de mediadores fundamentales para las campañas municipales. Estos son: a) funcionarios municipales; b) dirigentes comunales de partidos políticos y; c) dirigentes de organizaciones sociales. Para los candidatos a alcaldes, también pueden ser actores relevantes los concejales o ex concejales. Del mismo modo, para los candidatos a concejales también son importantes ciertos “líderes de opinión”, que no desempeñan cargos formales a nivel social o político, pero que tienen un cierto conocimiento y reconocimiento de sus barrios179. El trabajo de estos intermediarios políticos es movilizar su capital social y su capital simbólico en función de determinadas candidaturas. Además de ello, ponen a disposición de éstas el amplio nivel de 177 Es la forma que adoptan los diferentes tipos de capital una vez que son percibidos y reconocidos como legítimos (Bourdieu, 2000). 178 Sobre la base de los planteamientos weberianos, el autor utiliza esta frase para dar cuenta del proceso de surgimiento de los liderazgos populistas. A nuestro juicio, es una idea que también puede aplicarse para explicar el desarrollo de liderazgos a escala menor, como es el caso de los intermediarios políticos. 179 El tipo de intermediario relevante para cada campaña dependerá del nivel del cargo al que se postula. Por ejemplo, en una campaña presidencial, los senadores, diputados y alcaldes son intermediarios fundamentales con la comunidad. En un menos nivel, como en las campañas parlamentarias, alcaldes y concejales serán los actores más relevantes. Así, sucesivamente, se van estructurando redes informales con diversos niveles de intermediarios para llegar a la mayor parte de ciudadanos en la conquista del voto. 87 conocimiento que poseen sobre los problemas de cada sector de la comuna, de las características socioeconómicas y de las afinidades políticas de sus habitantes. Estos recursos son fundamentales para no “dar palos de ciego” en un territorio que puede ser completamente desconocido para un postulante180. Se trata de recursos que reducen la incertidumbre a la hora de pedir apoyo electoral, sirviendo para focalizar esfuerzos en determinados sectores y para disminuir la desconfianza hacia los candidatos, pues un postulante recomendado por alguien conocido y reconocido puede tener mayores chances de conseguir apoyo que un postulante que no tiene más antecedentes que su propia presentación. V.3.1. Funcionarios municipales y dirigentes de partidos políticos. En Chile, la existencia de un estatuto administrativo para funcionarios municipales, con una normativa bien detallada, pone varias trabas a la instrumentalización política del aparato municipal181. Si bien un nuevo alcalde puede nombrar a personas de su confianza en algunos cargos relevantes, está impedido de remover completamente la estructura municipal, especialmente a los funcionarios de planta. Es importante hacer esta aclaración de antemano, dado que en comunas grandes – como es el caso de Santiago – es prácticamente imposible modificar la estructura interna del gobierno local a favor de un alcalde determinado. No obstante lo anterior, el hecho de que existan vacantes para que los alcaldes puedan poner en cargos importantes a personas de su confianza al instalarse en el municipio, puede generar condiciones fundamentales para el desarrollo de su gestión y, ciertamente, para las contiendas políticas futuras. Esto se debe a que cierta parte de la burocracia municipal no necesariamente desempeña su labor con indiferencia de las consecuencias políticas que ésta tenga. Si bien existen muchos funcionarios que realizan su trabajo sin que sus opiniones políticas incidan en él, también existen empleados municipales que son militantes o simpatizantes de partidos políticos, que incluso han sido “colocados” allí por esa cualidad. Esta es una realidad que no se puede pasar por alto a la hora de analizar las redes que operan durante las campañas políticas ya que – a pesar de las restricciones legales182 – incluso algunos funcionarios que pueden ser intachables en su labor cotidiana, logran movilizar los recursos sociales y de prestigio que han logrado capitalizar desde sus puestos durante las contiendas electorales. 180 Entrevista a Alberto Errázuriz, Concejal Alianza, 17/04/09. 181 Corresponde a la Ley 18.883, cuya última modificación fue realizada en el año 2007. Disponible en la página de la Biblioteca del Congreso nacional: http://www.bcn.cl/leyes/30256 182 Según el Estatuto Administrativo para Funcionarios Municipales, los funcionarios no pueden utilizar sus puestos como herramientas de proselitismo político. Ley 18.883. 88 En la municipalidad de Santiago, existe una planta funcionaria183 compuesta por personas que se han ido incorporando a ella desde la época dictatorial. Dada la alternancia de las gestiones políticas desde el año ‘90 en adelante, actualmente la estructura municipal contiene tanto a partidarios de la coalición de derecha como de la Concertación, además de varios funcionarios que no manifiestan abiertamente su tendencia política. Estos funcionarios trabajan sin conflictos la mayor parte del tiempo, tratando de que su afiliación o afinidad política no incida en las relaciones entre ellos y con la ciudadanía184. Esta relativa normalidad se altera en tiempos de campaña, momento en el cual muchos funcionarios solicitan permiso sin goce de sueldo para trabajar abiertamente en los comandos políticos185. Otros simplemente ejercen, de forma implícita o explícita, su influencia desde el propio municipio. La motivación de estos agentes por participar en los equipos de los candidatos es explicada por un dirigente comunal y candidato a concejal de la Alianza, cuyo jefe de campaña era un funcionario del municipio: “ (…) pidió permiso sin goce de sueldo porque no puede ser funcionario municipal y estar trabajando en una campaña política, no se le obliga a él, porque le gusta, porque se entusiasma, porque tiene un interés distinto, no le da lo mismo que alcalde salga, hay de derecha, de izquierda, de centro, de todos lados, en todos los municipios están repartidos y estos personajes se suelen asociar más al candidato que responda y ese personaje le paga el sueldo mientras tanto está con permiso. Usualmente no se lo niegan, porque también es un problema, ‘claro, por qué le dieron a unos sí…’, yo creo que le dan a todo el mundo y ese tipo de personas son las que nos ayudan también a trabajar más cercanamente a las bases”186. Un caso emblemático ocurre en el Departamento de Gestión Comunitaria. Debido al tipo de trabajo que desempeñan – mantener la vinculación con las organizaciones sociales – parte importante del personal de dicha entidad se transforma en agentes vitales para los comandos de unos y otros candidatos. La importancia que pueden adquirir estos personajes para cualquier candidatura, incluso si no forman parte explícitamente de los equipos de campaña, es graficada por una concejala: 183 Sólo en el Área Municipal. esto es sin contar las Áreas de Salud y Educación, trabajan más de 2000 personas. Los funcionarios de planta alcanzan los 1539, los funcionarios a contrata, llegan a los 384 y los funcionarios a honorarios suman 239. Fuente: Municipalidad de Santiago. El desglose total de cargos y remuneraciones está disponible en el siguiente enlace: http://intranet.munistgo.cl/integridad/web2/articles.php?lng=es&pg=182 184 Este es un hecho que fue destacado por la mayor parte de los entrevistados, tanto de la Alianza como de la Concertación. 185 Entrevista a Francisco Páez, funcionario Departamento Gestión Comunitaria. 29/12/08. 186 Entrevista a José Ignacio Artiza, miembro directiva distrital UDI, 15/04/09. 89 “(…) si yo soy funcionario del departamento de organizaciones comunitarias y tengo mi postura política, conozco a casi todos los dirigentes de la comuna y en períodos de campaña me van a preguntar a mí también. Es una gran influencia que se tiene”. Así ocurrió en las recientes elecciones municipales, donde buena parte de la plana mayor del comando de Jaime Ravinet (PDC) estaba compuesta por funcionarios del mencionado departamento municipal. Se trataba, principalmente, de funcionarios que habían ingresado al municipio durante su gestión (1992 – 1999) y que permanecieron allí durante las administraciones siguientes. En el comando de Pablo Zalaquett (UDI) también hubo presencia de funcionarios municipales, donde destacaban algunos coordinadores territoriales y funcionarios de otras reparticiones187. En ambos casos se trata, fundamentalmente, de personas que sucesivamente han formado parte de los comandos de las principales coaliciones en la comuna, por tanto se trata de un círculo relativamente cerrado de funcionarios que se han ido consolidando como intermediarios políticos y que, debido a dicho carácter, son convocados a participar en las distintas campañas electorales. Cabe mencionar, que el hecho de que se conozcan entre sí y que “en tiempos normales” deban trabajar en conjunto dentro del municipio, hace que quienes pertenecen a uno u otro bando compartan cierta camaradería al encontrarse en las actividades electorales en terreno. Esta camaradería lleva a que incluso se coordinen para no encontrarse en determinadas actividades como los clásicos “puerta a puerta”188. La cordialidad que opera a nivel horizontal entre funcionarios que actúan como mediadores para bandos contrarios no se replica a nivel vertical. En lo que refiere a la relación de los alcaldes de turno con los funcionarios que ejercen la mediación política, algunos entrevistados señalaron que ha existido cierta persecución de sus adversarios, amenazándolos, despidiéndolos o bien, relegándolos a un cargo de menos importancia. Esto último habría ocurrido durante la gestión de Ravinet, quien habría mandado a personas a subterráneos ordenando papeles, mientras ponía a su gente189. Por su parte, el entrante alcalde Pablo Zalaquett desvinculó a varios funcionarios democratacristianos que trabajaban en cargos de jefatura dentro 187 Algunos funcionarios y ex funcionarios también formaron parte de los equipos de campaña de los concejales de la coalición de derecha 188 Entrevista a Isidora Fuentes, asistente de concejales de la Concertación. 11/12/08 189 Entrevista a José Ignacio Artiza, miembro directiva distrital UDI, 15/04/09. 90 del Departamento de Gestión Comunitaria190. Esta medida habría sido advertida por el edil entrante apenas asumió el cargo. Una concejala de oposición lo plantea así: “(…) de hecho Zalaquett lo dijo a la semana de estar adentro y cuando estuvimos todos nosotros, ‘yo sé bien quienes trabajaron y quienes no por mi y no se les olvide, no les voy a hacer nada’, o sea clarita la amenaza”191. La amenaza potencial de perder el trabajo – o de perder el grado de influencia que se ejerce a través de determinado puesto – también opera como un aliciente a la participación activa de funcionarios en las campañas políticas, generando una especie de alineación casi espontánea de los equipos de campaña. Las palabras de un dirigente de la Alianza son ilustrativas al respecto: “(…) entonces también hay tal vez algún sentido perverso digamos, que alguien que tiene una determinada línea política, que era proclive a nosotros, entró con Joaquín Lavín tal vez y hacía la gestión municipal en beneficio de los vecinos se siente amenazado ‘chuta yo soy súper marcado de acá’, entonces sí, a lo mejor no me van a echar’- algunos sí, puede que perdieran la pega- ‘pero si yo no apoyo al que es de mi línea, voy a terminar archivando y corcheteando cosas todo el día’, entonces se produce un poco que la gente se va activando sola, o sea, tú no lo vas a buscar, si no que empiezan ‘oye, entonces que va a pasar, ¿quién va a ser el candidato?, no, pero es que ese es muy malo, busquemos otro candidato’, porque claro le da que va a tener un jefe que va a trapear con él, que era el gran temor que tenían muchos funcionarios municipales y muchos vecinos que también se nos acercaron, ‘oiga a este señor yo no lo quiero’”192. La importancia de contar con funcionarios que ejerzan el papel de intermediarios políticos podría tener una estrecha relación con la poca presencia de los partidos políticos a nivel de base. Tanto las células comunales de los partidos de la Concertación como las de la Alianza, no realizan un trabajo sistemático con las bases sociales. Si bien muchos militantes participan activamente en las campañas, el rol de las estructuras partidarias formales en la vinculación con las bases es prácticamente nulo. A pesar de esto, 190 Durante las gestiones de Joaquín Lavín y Raúl Alcaíno, la planta municipal no sufrió mayores modificaciones. Incluso algunos funcionarios concertacionistas asumieron cargos de jefatura durante esos años. Esto se explicaría, en el caso de Joaquín Lavín, por su interés de “gobernar con los mejores, independientemente de su color político”, un elemento clave en su discurso como candidato presidencial. En el caso de Raúl Alcaíno, el escaso interés por colocar gente de su sector habría tenido relación con su carácter “técnico” y sus escasas pretensiones de seguir una carrera política. Entrevista a José Ignacio Artiza, miembro directiva distrital UDI, 15/04/09. 191 Entrevista a Paula Canales, concejala Juntos Podemos, 07/01/09. Dato corroborado por asistentes de concejales Concertación. 192 Entrevista a José Ignacio Artiza, miembro directiva distrital UDI, 15/04/09. 91 algunos dirigentes comunales de los partidos operan como intermediarios políticos, canalizando demandas desde ciudadanos u organizaciones hacia las autoridades de sus partidos, o hacia otros actores que pueden proveerle soluciones. Es importante insistir en que la canalización de demandas y lealtades no se realiza a través del organigrama establecido por la estructura local del partido, sino más bien mediante vínculos informales que se concatenan sucesivamente hasta formar redes clientelares. Estas redes, y no las estructuras formales del partido, son las que sustentan las campañas políticas en la comuna de Santiago. Un claro ejemplo de la constitución de estas redes informales se puede apreciar en el relato de una militante DC que se desempeñaba como jefa de campaña de un candidato a concejal de su partido. Su labor de articulación es descrita así: “Dirigente: A ver, la función era hacerme cargo de los casos sociales de personas que aparecieran con problemas de operaciones que no se realizaron o listas de espera de mucho tiempo, muchos meses para una operación o tratar de hacer algún contacto con algún servicio para apurar alguna operación, cosas así ese era mi pega como base de esta cosa, pero todo te lleva a generar reuniones, a hacer entrevistas para juntar gente que lo reciba. Entrevistadora: Y los contactos que ustedes tenían para resolver los problemas ¿eran gente militante de su partido o, contactos suyos? Dirigente: Contactos de él [del candidato a concejal]. Entrevistadora: ¿Y él tenía como un listado de gente a la que llamar? Dirigente: No, él me decía llama a tal número que apure esta cosa o ve qué pasa con esta señora que se está demorando mucho la operación, cosas así (…). Nosotros teníamos determinadas personas en distintas partes que eran como contactos para apurar las cosas, en salud teníamos a alguien, en la municipalidad teníamos a otra persona, que se podía apurar”193. Los concejales en ejercicio también son agentes partidarios que operan como intermediarios políticos esenciales en tiempos de campaña. Si bien tienen una presencia menos duradera que varios funcionarios municipales, en el caso de Santiago, estas autoridades desempeñan roles claves a la hora de capturar votos para los candidatos a alcaldes o para sus sucesores en el concejo municipal, dado el capital social y el capital simbólico que han logrado acumular. De esta manera, durante las campañas políticas, 193 Entrevista a Loreto Guerra, dirigente comunal DC, jefa de campaña de candidato a concejal DC, 04/12/08. 92 ellos ponen en funcionamiento sus vínculos informales, ya sea con otros intermediarios (funcionarios, dirigentes sociales, etc.) o directamente con los ciudadanos. Así, en las elecciones municipales del año 2008, concejales salientes como Ximena Lyon (PDC) y Felipe Alessandri (RN), jugaron un papel crucial en la campaña municipal, apoyando las actividades de alcaldes y concejales194. V.3.2. Los dirigentes sociales. Como se señaló con anterioridad, en la comuna de Santiago la mayor parte de las organizaciones sociales funciona al alero de las políticas del municipio. Es esta la entidad que financia sus gastos operativos, además de entregarles los principales recursos técnicos y económicos que requieren para ejercer su labor. Otro aspecto que se debe recordar es la escasa renovación de los dirigentes sociales. Tras el proceso de democratización llevado a cabo a principios de los ’90 no han existido mayores cambios en las cabezas de las organizaciones195. La generalidad de los dirigentes ha sido reelegida por varios períodos, especialmente en el caso de las juntas de vecinos, donde el porcentaje de presidentes nuevos – de dos a cuatro años en el cargo – no sobrepasa el 1%196. A partir de esto, se construyen importantes vinculaciones informales entre autoridades comunales, agentes municipales y los dirigentes, las que son instrumentalizadas para conseguir apoyo político en tiempos electorales. Cuando un candidato decide llevar adelante una campaña política, una de las primeras tareas a realizar es hacer un mapeo de los contactos con los que se cuenta en las organizaciones. Los equipos de campaña tratan de comunicarse con dirigentes actuales o ex dirigentes, dado el nivel de recursos sociales y de prestigio que ellos pueden aportar para llegar al electorado. De este modo, los dirigentes sociales operan como “guardabarreras” (Auyero, 2001), poniendo o sacando obstáculos fundamentales para el acceso de los candidatos a las bases sociales. Esta función queda claramente expuesta en las palabras de un candidato a concejal, acerca de su forma de contactarse con ciertos dirigentes sociales: “(…) hay dirigentes que son claves en algunos sectores que después van abriendo puertas en otro lado. O sea yo me acuerdo que hay una persona clave en adulto mayor que a ella tú le caes muy 194 Ximena Lyon fue un pilar fundamental en la campaña de Jaime Ravinet, apoyando también a algunos candidatos a concejales del PDC. Por su parte, Felipe Alessandri, fue el jefe de campaña de su hermano Jorge (UDI), apoyando juntos la campaña de Pablo Zalaquett. 195 Cabe aclarar que la posibilidad de reelección indefinida fue promulgada por el parlamento, en el año 1999, a través de una modificación a la ley 19.418. Dicha iniciativa fue planteada por un conjunto de diputados donde destacaba el diputado por Santiago Enrique Krauss (PDC). La promulgación de esta ley se puede interpretar como un intento por mantener el control territorial a través de la vinculación de los políticos con los dirigentes de base. Entrevista a Francisco Páez, funcionario Departamento Gestión Comunitaria. 29/12/08. 196 Datos proporcionados por el jefe de la Unidad de Organizaciones Comunitarias. 93 bien o le caes muy mal y ella te puede abrir o cerrar puertas. Entonces si uno no ha tenido un trabajo con ella anteriormente, claro que no te va a abrir las puertas, pero si tú no eres de su línea política te las va a cerrar”197. La misma función se puede apreciar en el relato de una dirigente vecinal adepta a la coalición de derecha, sobre la visita del candidato a alcalde de la DC a su sede vecinal “Le dije mira Jaime, cuando quieras venir a la sede ven con gusto, te dije denante que tengo el primer lunes de cada mes mi sesión ordinaria. ‘Sí’, me dijo, que consideraras este dato que te doy, ‘ah, no te preocupes’, me dijo (…) entonces me llama alguien de su comando y me pregunta si podía venir y él pensó que le iba a tener la sede llena: ¿sabes cuánta gente llegó? Incluso DC, de su partido, no vinieron…siete personas vinieron, tú le hubieras visto la cara a Ravinet, en ese salón de la entrada se hacen las sesiones, la cara la tenía de este tamaño y más encima una persona que no puede ver a los DC le hizo una serie de preguntas que lo dejaron apabullado y cuando se fue casi no me saludó”198 El apoyo solicitado por los candidatos a los intermediarios que colaboran con sus equipos puede expresarse en distintos niveles. Un primer nivel de “facilidades” otorgadas por los dirigentes, es generar posibilidades para que ellos y los socios de sus organizaciones se reúnan con todos –o la mayoría– de los candidatos que lo soliciten. Esta práctica es la más frecuente de encontrar en el discurso de los dirigentes, incluso en aquellos que son reconocidos como simpatizantes de una u otra coalición. Las palabras de una dirigente son ilustrativas al respecto: “Aquí se recibe a todo el mundo, porque tenemos gente [en la organización] de todos los sectores (...) Mi voto, tiene que ver con la persona, no con la tendencia política… es por la impresión que me dan, si yo veo que van a hacer una buena gestión”199. Es evidente que esta camaradería puede ser sólo una “fachada” (Goffman, 1959) que se muestra ante desconocidos, como es el caso de una persona que realiza entrevistas en el marco de un estudio. No obstante, hay quienes plantean que esta fachada también se mantiene ante agentes municipales y candidatos. La poca certeza en conocer quiénes serán las próximas autoridades, y el temor de que se les cierren algunas puertas, motivarían a ciertos dirigentes a mostrarse ambiguos o indiferentes en público. 197 Entrevista a Miguel Aceituno, dirigente Juventud y candidato a concejal DC, 29/09/08. 198 Entrevista a Miriam Bañados, Pdta. Junta Vecinos, 09/01/09. 199 Entrevista a Ismenia Cortés, Presidenta de Junta de Vecinos, 15/12/08. 94 Esta postura se ve como parte del “oportunismo” que impera en ciertos dirigentes sociales, lo cuales buscarían obtener el máximo de beneficio posible de todo el que les pueda proveer recursos. “O sea, yo puedo ir a hablar con un dirigente vecinal y me dice ‘lo voy a apoyar’ y después viene otro colega y le dice lo mismo. Entonces, claro, hay algunos preferidos, si bien es cierto, pero ellos le piden a los ocho concejales, que le dé y le dé, y el que no…”200 No obstante, dado que el núcleo de los dirigentes sociales de la comuna es relativamente pequeño, al igual que en el círculo de funcionarios que operan como intermediarios, existe cierto ordenamiento de las afinidades políticas. Los agentes municipales, y los militantes que se han constituido como intermediarios políticos relevantes, distinguen entre quienes pueden otorgarles un verdadero apoyo y quiénes prefieren no involucrarse mucho con nadie. Aunque algunos de estos dirigentes tienen militancia política, la mayoría se declara como independiente y reconoce cierta cercanía a una de las dos grandes coaliciones mayoritarias del país. "Nosotros como sabemos quién es quién sabemos a quién le pedimos apoyo, o sea por decirlo de alguna manera. Tú sabes a quien decirle ‘¿sabes qué?, va a ir de candidato tal persona, nos gustaría contar con tu apoyo, ¿lo conoces?, ¿no lo conoces? Uno como que hace el link con ellos, con todas las dimensiones, o sea, con las organizaciones vecinales, las territoriales y las funcionales. Muchas veces, además, te son como conocidos y como que además también hay un segmento que tiene cercanía, cercanías con algunos candidatos, se ordenan, o sea ponte tú, está el que siempre dice ‘ah no, con la derecha nada’, hay otros que dicen ‘ah no, comunistas no’ (…)”201. En este esquema, la izquierda extra parlamentaria y otras opciones alternativas quedan más bien excluidas del apoyo más explícito de los dirigentes sociales. Al respecto, una candidata a concejal del Pacto Juntos Podemos señaló: “Aquí hubo una guerra de dirigentes sociales en esta comuna en la última elección, quienes estaban por Ravinet y quienes por Zalaquett, eso fue una guerra campal. Por lo mismo también cuando se enfoca en sólo dos personas, el resto queda dentro del peligro real de quedar invisibilizado que es la crítica que se hace al binominal. Entre comillas no crecen las alternativas 200 Entrevista a Conrado Isla, concejal Concertación, 10/10/08. 201 Entrevista a Isidora Fuentes, asistente de concejales de la Concertación. 11/12/08 95 en tanto siempre se sigue manteniendo el voto útil por los dos grandes conglomerados que son los que le dan los porcentajes para elegir gente.” 202 Así, en Santiago existen ciertas organizaciones donde se alojan dirigentes más proclives a uno u otro sector. En el caso de las juntas de vecinos y los clubes de adulto mayor, la mayor parte de los dirigentes son afines a la Concertación. En los centros de madres y los comités de seguridad y prevención, hay una mayor preponderancia de dirigentes de la Alianza. Esto obedece a la vinculación histórica entre las distintas gestiones municipales y la formación de dichas organizaciones203. Cuando los dirigentes apoyan de forma más explícita a ciertas candidaturas, operan de una forma diferente en las reuniones que organizan con ellos en sus sedes. En este caso se puede realizar un apoyo abierto de los dirigentes, resaltando ante los auditores las cualidades del postulante y las posibles conexiones anteriores con la persona del dirigente o la organización, pero se resguarda –al menos de forma discursiva – el rol de cada uno: el candidato es candidato por una coalición o partido político, el dirigente es el que encabeza una organización social. De esta forma, el dirigente señala que se trata de su preferencia personal, no de la postura de la organización, tratando de diferenciar lo que es su rol social – aparentemente “apolítico” – de su opinión política. Sin embargo, al manifestar su preferencia, también marca una pauta a seguir para su “círculo íntimo” y para sus “clientes”. Este tipo de apoyo se ilustra en las palabras de dos presidentes de junta de vecinos: “No trabajé en la campaña, voté por él [por Pablo Zalaquett], asistí a todas las manifestaciones que hizo, he hablado a favor de él, no dentro de la junta porque aquí no se habla de nada que pueda dividir a las personas, pero fuera hablo lo que me parezca, así que le hice una campaña sin estar regida por nadie, sino que he trabajado en esa forma, él lo sabe y sabe que soy de derecha así que le da tranquilidad, pero [junto a otras juntas de vecinos] somos de la misma tendencia, incluso [en una de las juntas de vecinos, la presidenta] pertenece a un partido, de la Alianza por supuesto, así que ahí nos unimos para trabajar en conjunto”204. “(…) ahora apoyé a Zalaquett. Aquí inició la campaña antes de ser candidato, alguien lo conectó conmigo y partió aquí (…). Vino para acá, yo pertenezco al CESCO y una presidenta que está ahí 202 Entrevista a Paula Canales, concejala Juntos Podemos, 07/01/09. 203 Ver capítulo III. 204 Entrevista a Miriam Bañados, Pdta. Junta Vecinos, 09/01/09. Las dos últimas aclaraciones en corchetes se realizaron para resguardar la confidencialidad de los dirigentes aludidos. 96 de la junta de vecinos, cuando se inauguró esto vino Zalaquett y el alcalde y comenzó a funcionar, dijo que habían dirigentes que estaban haciendo campaña. Yo pedí la palabra y le dije que quien lo había invitado había sido yo, estaba con él así que no hubo problemas, cuando hago algo lo hago abiertamente, siempre he sido así (…) Conversé con un señor de una panadería que es tesorero de los comerciantes. Yo fui a pedirle ayuda para atender a don Pablo y me dio doscientos canapés, diez botellas de bebidas, porque es de derecha el hombre.”205 Existen también dirigentes que adquieren un mayor compromiso con ciertas candidaturas, incorporándose directamente a las campañas. Éstos –y otros dirigentes que no trabajan explícitamente en las campañas, por cierto– suelen incorporar también a socios de sus organizaciones, motivados por la posibilidad de conseguirles una remuneración, aunque sea de forma temporal. De esta manera, los momentos de campaña también son, para aquellos, oportunidades para realizar favores personales a su clientela, renovando así su rol como intermediarios. Cabe destacar que, muchas veces, la clientela final no necesariamente es un grupo de adherentes, pues a veces no tienen la edad o el interés para participar en los comicios municipales. Así lo grafican las palabras de dos dirigentes que trabajaron directamente en las campañas de determinados candidatos: “[A Jaime Ravinet] lo acompañábamos en la campaña, trabajamos con los chiquillos en la campaña, éramos parte visible de la campaña de él. (…) Yo hablo en mi calidad personal, de persona natural, mis cargos me han servido porque es un ingreso, te pagan una mensualidad por trabajar, es un trabajo, dure 3, 4 meses es un trabajo, muchas cabros están cesantes y uno los lleva, los hace partícipes, pero no van porque les guste más este o este otro, ellos son apolíticos, pero en el fondo es la parte laboral”206. “(…) yo le dije [a un determinado candidato a concejal] que no me interesaba ningún alcalde, pero sí te voy a ayudar en tu campaña y a los jóvenes les dije que me ayudaran, pero sin plata, les compro una bebida, un sándwich, ‘ya tía’, y partíamos a la feria, así le hicimos la campaña, directo. La gente se reía porque los cabros no tenían derecho a voto, quince años, les dimos a unos comerciantes y siempre íbamos, fuimos como cinco o seis sábados y le hablábamos a la gente en la feria”207. 205 Entrevista a Patricio Núñez (UDI), Pdte. Junta de Vecinos. 22/12/08. 206 Entrevista a Víctor Velázquez (pro Concertación), Pdte. Club deportivo. 16/12/08. 207 Entrevista a Tania Espinoza, Pdta. Junta de Vecinos. 10/12/08. 97 En la mayor parte de los casos, el apoyo abierto de los dirigentes a las candidaturas responde a una cierta trayectoria de trabajo con ellos o con sus equipos. No se trata de una adhesión que se pueda obtener a cambio de la entrega de ciertos recursos en un momento puntual de la campaña. Al contrario, son acciones que responden a la lógica de los dones y contradones en política. Así lo resumen las palabras de una intermediaria política que trabaja en el municipio, al señalar: “(…) yo creo que muchos de ellos retribuyen con este apoyo [el voto] el agradecimiento por el apoyo que ha existido históricamente. Entonces siempre existe un público cautivo, por decirlo así”208. De esta forma, la afinidad de los dirigentes – y su apoyo explícito hacia ciertos candidatos – debe distinguirse de los votos que puedan conseguirse en actos masivos de entrega de recursos, en tanto obedecen a relaciones duraderas, formando parte de un proceso de creación y recreación constante de los lazos informales que dan sustento a las relaciones clientelares. Las palabras de algunos militantes que se desempeñan como intermediarios políticos grafican claramente cómo se van construyendo estos vínculos entre las autoridades y los intermediarios políticos a nivel de bases: “Ha habido organizaciones que nos han invitado producto de esto, que también ha habido vinculación previa a ser candidato a concejal (…). Hay dirigentes sociales que, nosotros en lo particular, cuando estaba Marta Larraechea como concejal y Ximena Lyon en algunos puntos específicos, nos pedían ayuda ‘oye vayan a ayudar a esta organización porque necesitan presentarse a unos fondos concursables’. Yo soy administrador público, tengo experiencia en los fondos concursables, desarrollo y evaluación de proyectos. Íbamos, le ayudábamos a las organizaciones y ahí había un cierto conocimiento”209. “La gran cantidad de dirigentes que entra en la dirigencia social son cercanos a un partido o a un sector político o al final se meten en el cuento igual, se acercan al tiro, por ejemplo si yo soy presidente de una junta de vecinos y tengo un problema voy al tiro a hablar con mi concejal RN si soy RN, ahí se inicia el círculo de los favores y si te declaraste RN siempre vas a trabajar con ellos, y cuando los de la concerta’ te vengan a pedir un favor te cierran la puerta diciendo que no aceptan a los políticos”210 208 Entrevista a Isidora Fuentes, Asistente de concejales de la Concertación. 11/12/08 209 Entrevista a Miguel Aceituno, dirigente Juventud y candidato a concejal DC, 29/09/08. 210 Entrevista a Carlos Bañados, dirigente juventud PS, integrante comando de Jaime Ravinet, 24/10/08. 98 Es importante insistir, como lo han planteado varios autores, en el hecho de que las relaciones clientelares son vínculos rutinarios de sociabilidad, trabajados durante todo el año y no sólo en tiempo de campaña electoral (Barozet, 2005). Como veremos en el capítulo siguiente, a pesar de que estas relaciones pueden ser inauguradas por un “favor fundacional”, deben ser cultivadas y practicadas de manera constante (Auyero, 2001), a través de actos permanentes de intercambio, los que reafirman y renuevan el reconocimiento mutuo (Bourdieu, 2000). 99 Capítulo VI. La inte rme diación de los dirige nte s de base como inte rcambio de bie ne s simbólicos _____________________________________________________________________________________ VI.1 . La labor cotidiana de los dirige nte s s ociale s. VI.1.1. Los dirigentes vecinales como “gestores” de soluciones. Una de las tareas centrales de la labor mediadora de los dirigentes sociales es buscar soluciones a los problemas de sus “clientes”. La mayor parte de estos problemas tienen que ver con necesidades relativas a la carencia de recursos económicos, tales como conseguir cajas de mercadería, pagar cuentas, conseguir pensiones asistenciales, pago de servicios funerarios, atención en salud, etc. De forma general, los dirigentes no proveen directamente los recursos que se requieren, sino que más bien canalizan las demandas y “gestionan” las soluciones, dirigiéndose hacia las fuentes donde estas pueden ser resueltas. Las fuentes de resolución de problemas más recurrentes suelen ser los distintos departamentos municipales. Por ejemplo, si se trata de búsqueda de empleo, se deriva a la Oficina Municipal de Intermediación Laboral (OMIL); si se requieren subvenciones o bienes específicos (mercadería, medicamentos, etc.), se acude al Departamento de Desarrollo Social, etc. “Lo que también que a uno le piden que interceda en el departamento de desarrollo social. Pueden haber personas, por ejemplo, si fallece una persona, el departamento de desarrollo social le puede conseguir en el cementerio general o con asistentes sociales que les salga más barato el pedazo donde enterrar a la persona, también le consiguen el servicio fúnebre, también los dirigentes cuando los viejitos no pueden asistir al departamento donde le consiguen los remedios, le pueden dar los pañales, esa pega la hacen los dirigentes (…)”211. Algunos intermediarios nos señalaron que la “necesidad de la intermediación” respondería, en gran medida, a un desconocimiento de los ciudadanos, especialmente en los sectores más vulnerables, sobre los servicios que se entregan en el gobierno comunal. Si bien muchas personas recurren directamente a las instancias municipales, otros prefieren acudir hacia los dirigentes sociales de su sector. De esta manera, los dirigentes sociales – y otros intermediarios – vendrían a cubrir una especie de vacío de información en la vinculación entre ciudadanos y municipio. Así lo grafican una concejala y un dirigente: 211 Entrevista a Juan Cáceres (pro Alianza), Dirigente Unión Comunal de Juntas de Vecinos, 13/01/09. 100 “Es que esta es la organización que tiene una municipalidad. Primero el ciudadano común y corriente, después este ciudadano se organiza en las juntas de vecinos y las juntas de vecinos son los cuerpos intermedios y los concejales también, porque muchos dirigentes pueden no saber donde recurrir, muchos vecinos pueden no saber donde recurrir, si necesitan hacer un plano de su casa para que se lo aprueben no falta el que va a un consultorio, ¿te fijas?, todos necesitamos en algún minuto de la vida ayuda y conocimiento, nadie tiene el conocimiento absoluto de todo lo que pasa y todo lo que hay, entonces es la fórmula en que se resuelven los problemas”212. “Hay gente que no tiene idea que en el municipio tiene una OMIL que existen en todas las municipalidades que es lo que realmente molesta y podría porque todo el mundo tiene acceso a Internet, eso las autoridades deberían darse cuenta, así como hay avisos que no le sirven a nadie en la televisión, podrían haber avisos de la OMIL, en todas las municipalidades hay, el dirigente le dice donde tiene que ir si quiere buscar un trabajo o conseguir remedios para la alimentación para todas esas cosas”213. En tales casos, si bien la intermediación se hace a través de vías formales, los vínculos que los dirigentes han logrado generar y mantener con autoridades o con los propios funcionarios del municipio son importantes para agilizar las gestiones. Un extracto de la entrevista a un dirigente vecinal plantea esto de forma elocuente: “- Entrevistadora: ¿Se consiguen cosas más rápido si llamo directamente a un dirigente? - Dirigente: Obvio, sí. Por ejemplo, muchas veces mueren personas y resulta que la familia, apurados, tienen para llegar en micro al cementerio, entonces el dirigente viene y le consigue un bus. Si el municipio dispone de plata como para poner un bus, pero el dirigente es el responsable del bus, el lo pide y lo pasa a la familia. Esas cosas hace también un dirigente”214. Cabe señalar que, algunos dirigentes también mantienen contactos con entidades externas al municipio, como agencias estatales de mayor envergadura o, incluso entidades privadas. Tal es el caso de una “puntera” DC, que posee una red de contactos en el Ministerio de Salud. Ella describe así la manera en que funciona el proceso de intermediación: 212 Entrevista a Laura Correa, Concejala Alianza, 14/01/09. 213 Entrevista a Juan Cáceres (pro Alianza), Dirigente Unión Comunal de Juntas de Vecinos, 13/01/09. 214 Ibíd. 101 “(…) me vienen a plantear el problema, por ejemplo una operación de cataratas, tiene una patología que se demora dos años en tener la atención, pero si esperamos dos años ese adulto mayor puede quedar ciego, entonces yo sencillamente lo derivo al Ministerio de Salud o a la Superintendencia, donde apuro la atención que corresponde con esos contactos que tengo. Felizmente, como trabajé como veinte años en salud, tengo bastantes contactos a nivel de salud”215. Una “puntera” de RN corrobora esta manera en que funciona la intermediación que ellas ejercen: “(…) por ejemplo hay gente para la salud, se busca, se va al consultorio, ahí uno tiene sus contactos, las cosas se pueden hacer más rápido, cuando hay problemas de vivienda, también se les explica lo que tiene que hacer, cuando hay problemas de colegio, con los cambios (…) siempre uno manipula contactos para cualquier cosa, de gobiernos, de todas partes, y bueno esto no me da vergüenza”216. También se dan casos en que los dirigentes son contactados por entidades o personas externas que quieren entregar algún servicio a la comunidad, puesto que reconocen en ellos una mayor cercanía con la realidad que se vive en los barrios de Santiago. Así lo ejemplifican las palabras de un dirigente de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos: “Por ejemplo ahora hay una fundación me llamaron para ofrecerme sillas de ruedas, bastones, voy a tener que organizar todo con las juntas de vecinos y cuánta gente que no conozco va a conseguir una silla de ruedas, pero me hace feliz porque sé que esa persona no tiene para comprar una silla de ruedas y nosotros se la vamos a poder conseguir, como con otras organizaciones que ya hemos entregado veinte sillas de ruedas junto con carabineros (…) [Desde la Unión Comunal] se hacen convenios con empresas, doctores, oculistas, les hacen atenciones a personas de edad, tenemos convenio con ópticas. Tengo una podóloga que la llevo donde la gente que está postrada y la atienden enteramente gratis, esas clases de cosas hacen bien al dirigente…”217 Al contrario de lo que puede pensarse, este tipo de intermediación se ejerce incluso en juntas de vecinos que corresponden a los sectores más acomodados de la comuna, como es el caso del área cercana al Parque Forestal. Según relata una presidenta de junta de vecinos de ese sector, en su unidad vecinal 215 Entrevista a Ana Gutiérrez (DC), Dirigenta Unión Comunal Adultos Mayores, 09/01/09. 216 Entrevista a Marcia Pizarro, Dirigenta Centro Madres y Comité Adelanto (RN), 19/01/09. 217 Entrevista a Juan Cáceres (pro Alianza), Dirigente Unión Comunal de Juntas de Vecinos, 13/01/09. 102 existen muchas carencias – aunque tal vez se encuentran más escondidas – que la motivan a intermediar en la búsqueda de algún tipo de ayuda que pueda paliar estas situaciones. En su caso se trata de gestiones más complicadas, dado que las personas carenciadas están lejos de calzar dentro de las mediciones de pobreza o vulnerabilidad que manejan las agencias estatales. Es allí donde las relaciones personales establecidas con funcionarios o autoridades se hacen fundamentales “Acá lo que tiene el sector y no te lo había comentado es que hay mucha miseria disfrazada. He conseguido un montón de pensiones asistenciales que da la municipalidad, que no es nada, son cincuenta y cinco mil pesos, no es nada, pero para el que no tiene nada es mucha plata y consigo las canastas familiares que las dan por tres meses, luego la suspenden según como vaya la situación de la persona que las recibe se las vuelven o dar o no, porque es gente que ha tenido, generalmente son mujeres viudas que su marido o lo que fuera logró comprarse un departamento”218. En los casos en que los dirigentes tienen una posición socioeconómica mejor que sus “clientes” –y que los problemas que se les presentan no requieran movilizar grandes recursos– ellos mismos pueden operar como fuente de bienes o servicios, echando mano a recursos personales. Al respecto es frecuente apreciar en el relato de varios dirigentes que, para dar una solución rápida a los problemas que se les presentan, muchas veces ellos han tenido que “sacar plata de sus propios bolsillos”. Las palabras de una dirigente son ilustrativas al respecto: “Yo he pagado tantos teléfonos porque como les vas a quitar el único medio que tienen de comunicarse, imposible, eso no sale de la junta de vecinos, si me pagaran yo podría hacer todas esas cosas, pero como no me pagan y tengo que pagarlo yo, porque me muero de pena ver señoras muy arregladitas con un traje a lo mejor del año treinta, pero impecables, pero no tienen un peso”219. De esta manera, los dirigentes sociales se erigen como intermediarios a partir de las necesidades que tienen las personas que participan en sus organizaciones o residen en los sectores aledaños. No se trata, por tanto, de figuras impuestas o captadas por un patrón político o por las jerarquías partidarias. Aunque no responden a vínculos políticos explícitos, su labor no está despolitizada. El carácter político de su labor se expresa tanto en el poder que ellos pueden llegar a tener en la movilización de sus “clientes” 218 Entrevista a Miriam Bañados, Pdta. Junta Vecinos, 09/01/09. 219 Ibíd. 103 como en las negociaciones y articulaciones con agentes partidistas que actúan el espacio local. A pesar de esto, ellos construyen su imagen y se presentan públicamente – diría Auyero (2001) – como “gestores de soluciones”, poniendo énfasis en los aspectos morales de la intermediación, desligando su labor de toda pretensión de aprovechamiento personal o de instrumentalización política. VI.1.2. La construcción discursiva acerca de la labor dirigencial. Un primer elemento que llama la atención en la construcción discursiva de la imagen de los dirigentes sociales es la separación, casi maniquea, entre las esferas social y política. A pesar de que la mayor parte de los dirigentes, entra en relación con el sistema político para “gestionar” las soluciones de sus “clientes”, ellos niegan la posibilidad de visualizar sus acciones como una intermediación política. Muy por el contrario, incluso aquellos que son militantes de partidos, conciben las gestiones que realizan como una labor puramente “social”. Esta distinción discursiva dice relación con los aspectos negativos que ellos – y una buena parte de la población, por cierto – atribuyen al ejercicio político. Para los dirigentes sociales, la política es un ámbito que “tiene sus propios códigos”, donde intervienen los intereses y el beneficio de unos pocos. Se trataría, por una parte, de una actividad “particularista”, en tanto operaría con incentivos selectivos destinados sólo hacia su público cautivo. Por otra parte, la política equivaldría a “instrumentalización”, puesto que cada “buena” acción en beneficio de la comunidad siempre tendría como finalidad la búsqueda explícita de votos. Esta visión sitúa a la política como una actividad que funciona bajo la lógica utilitarista de maximización del beneficio individual. Por contraposición, lo social es para ellos el ámbito del “bien común”, donde impera la entrega de ayuda a los más necesitados, sin discriminación y sin la búsqueda de retribuciones personales. A partir de esta distinción, los dirigentes plantean que el trabajo social no debe ser intervenido por la política, pues esto destruiría la finalidad de su labor. Al igual que lo observado por Javier Auyero para el caso argentino, en los dirigentes sociales de la comuna de Santiago “la política es definida como una acción extraña a las preocupaciones cotidianas” (Auyero, 2001:122). Las palabras de estos dirigentes vecinales, dos de los cuales son militantes de partidos, ilustran claramente este punto de vista: “Cada uno tiene una posición clara de política, pero la política hay que saberla manejar, tener su criterio, su ética, es un tema. Yo digo que para eso están los partidos políticos porque ellos hacen política y mi organización es para ayudar a los demás”220. 220 Entrevista a Héctor Oyarzo, Dirigente Unión Comunal de Clubes de Adulto Mayor, 22/12/08. 104 “No, [la militancia en el partido y la junta de vecinos son asuntos ]separados, si él [el alcalde] viene aquí, yo converso con él un asunto político es aparte, lo que es social es social, de la junta de vecinos y ese ha sido siempre mi norte, dirigente social aparte, lo que es político es político”221. “(…) a mí la política no me molesta, pero cuando se antepone la política a lo social, ahí me molesta”222. La imagen de la “labor social” es construida a partir de un juego retórico que hace hincapié en “la solidaridad” como cualidad innata de las personas que se dedican al trabajo comunitario. Se trataría de un valor moral en el que la ayuda se realiza anteponiendo el bien de los demás al bienestar personal. La idea de solidaridad que está implícita aquí se opone a la de interés, en el sentido “utilitarista” del término. El énfasis en este tipo de valores, como fundamento de la asociatividad (y del capital social223 de las sociedades) ha sido subrayado por varios autores. Al respecto Francis Fukuyama (1996), ha defendido la importancia de los valores y hábitos culturales en la prosperidad económica de los países. Señala que el énfasis puesto por la economía neoliberal en las acciones orientadas de forma racional y egoísta ha reducido la interpretación del comportamiento humano a dicho modelo. Si bien este modelo sería certero en un ochenta por ciento de las veces, plantea que “el ser humano actúa con fines no utilitarios en forma racional y con orientación grupal con suficiente frecuencia como para afirmar que el modelo neoclásico nos presenta una imagen incompleta de la naturaleza humana” (Fukuyama, 1996: 41). Luego, muestra una serie de ejemplos que dan cuenta de que la solidaridad puede ser un objetivo en sí mismo, donde las personas actúan motivadas por fines superiores al interés individual. Fukuyama subraya que tanto la solidaridad como la confianza son valores inherentes a una sociedad determinada, que se expresan en hábitos transmitidos de generación en generación, por tanto están profundamente enraizadas en las culturas y son difíciles de modificar. La mayoría de los dirigentes sociales de la comuna de Santiago coincidiría con el planteamiento de Fukuyama, sin embargo ellos ven que estos valores también pueden expresarse como atributos individuales. Ellos destacan el hecho de que la solidaridad no es un valor dominante en nuestra sociedad, 221 Patricio Núñez (UDI), Presidente Junta de Vecinos, 22/12/08. 222 Entrevista a Juan Cáceres (pro Alianza), Dirigente Unión Comunal de Juntas de Vecinos, 13/01/09. 223 El concepto de capital social aludido refiere a un atributo colectivo, de la forma en que lo han desarrollado autores como Coleman, Putnam y Fukuyama. Esta acepción del concepto difiere del utilizado por Bourdieu, y que nosotros hemos privilegiado para caracterizar los vínculos clientelares. En el definición de Bourdieu, el capital social es un recurso que puede ser utilizado por los individuos. 105 lo cual hace mucho más destacable la labor que ellos desempeñan. Pero sus planteamientos van mucho más allá, puesto que ellos “naturalizan” su vocación. Los dirigentes, a diferencia de Fukuyama, creen que la motivación por ayudar a los demás no se puede aprender, sino que es una cualidad innata. Para aquellos dirigentes que son cristianos, además, esta cualidad ha sido otorgada o bien les fue “revelada” por Dios. Así lo expresan las palabras de algunos de ellos: “Yo no le puedo enseñar a una persona a ser buena, la persona que nace con gana de servir a los demás, lo que se le puede enseñar son algunas cosas legales, pero no se le puede enseñar a ser buena, buena vecina, que se preocupe de su vecino enfermo, que le pida un asistente social, y haga los trámites, muchas cosas así hacen a un dirigente, cosas que vienen de adentro (…)No aspiro a que me hagan una estatua o me publiquen en la prensa, lo tomo como algo que Dios me dio y que nunca lo busqué y como nunca lo busqué qué voy a exigir después. Estuve por casualidad en el momento indicado no más”224. “Yo he tenido vocación social desde siempre. A los doce años fui catequista, yo estudié en un colegio de monjas y siempre me gustó participar en las cosas sociales. Era una hija de María, que cultivaba una forma de ser bien recatada y con mucho carisma, en el sentido religioso (…) Yo soy muy cristiana, yo pienso que Dios me tiene en esto”225. “(…) y más aún tengo un compromiso, yo soy muy católica, yo tengo a mi hijo que es ingeniero, tuvo cinco tumores cancerosos, en esa época me dejó casi en la calle, pero me comprometí ante Dios, que mientras yo me mantuviera viva y pudiera hacer trabajo en beneficio de la gente lo iba a hacer, y así llevo todos estos años, porque jamás he sacado beneficios personales de esto, ni para mí ni para mi familia, todo el trabajo que yo hago es para la gente”226. El énfasis discursivo en el desinterés de las acciones también se refleja en la narración sobre cómo ocurre su transformación en dirigentes sociales. En la mayor parte de los entrevistados, la motivación por presentarse a elecciones en sus organizaciones no surge por iniciativa propia, sino más bien a petición de otros. Estos “otros” – que pueden ser autoridades locales227, funcionarios municipales228, dirigentes de 224 Ibíd. 225 Entrevista a Ismenia Cortés, Presidenta de Junta de Vecinos, 15/12/08. 226 Entrevista a Ana Gutiérrez (DC), Dirigente Unión Comunal Adultos Mayores, 09/01/09. 227 Es el caso de Hilda Téllez (militante RN), Pdta. Junta de Vecinos. 228 Es el caso de Ismenia Cortés, (pro Concertación), Presidenta Junta de Vecinos. 106 partidos políticos229 o, principalmente, socios de las organizaciones – son los que aprecian inicialmente sus cualidades y los incitan a ponerse a la cabeza de las organizaciones. El relato de un dirigente grafica claramente cómo ocurren estas peticiones: “La cuestión es que se acercaron las elecciones, estamos hablando del [año] noventa y tantos, hace como veinte años atrás, ya ni me acuerdo, y unas mujeres que son mis amigas de mi niñez, de la juventud, me dijeron: ‘porqué no te metes a candidato a presidente y nosotros te apoyamos’. Yo les dije: ‘pero si yo no cuento con el apoyo de nadie, si a mí no me gusta hacerme campaña’ – les dije – ‘a mí no me gusta eso, como no me gusta militar en partidos políticos, tampoco me gusta eso. Bueno si ustedes quieren yo me inscribo, pero yo a nadie voy a andar convenciendo para que después no me vengan a pedir favores, a nadie le voy a golpear la puerta y vote por mí, no, si salgo, salgo y si no, me da lo mismo’. Y me acuerdo que gané por paliza y fue gracias a esa gente también a ver que yo podía hacer algo, a lo mejor por mis antecedentes que tenía en la junta de vecinos y a mi carácter que no es precisamente muy simpático cuando las cosas son serias. La cuestión es que me eligieron y empecé a hacer lo que había prometido (…)”230. La insistencia de los otros en que ellos sean los que den continuidad al trabajo de las organizaciones se renovaría cada vez que se realizan nuevas elecciones de directiva, puesto que ellos preferirían no seguir siendo dirigentes, dado el nivel de sacrificio que su labor requiere. Sin embargo, acceden a presentarse nuevamente sólo porque “la gente se los pide”. Para ilustrar esto, reproduciremos el extracto de una entrevista realizada a un dirigente en la que interviene un socio de la organización, hablando en su favor: “- Dirigente: (…) no todos pueden andar contentos, yo también tengo detractores, como llevo tantos años, me dicen que soy vitalicio, que estoy apernado, porque hay mucha gente que habla, pero a la hora de los ‘quiubos’ – como dicen – nadie quiere asumir los puestos de dirigente. Me han tocado en varias campañas y períodos estar casi solo, he estado, pero vengo enfermo como sea vengo y atiendo, entonces ya la gente me conoce, está conforme con lo que hago. Ahora mismo termino en septiembre, pero ya vamos a ver [si sigo]. La mayor votación que tengo es de los adultos mayores… - Socio: Si ya estamos acostumbradas con don Patricio… 229 Es el caso de Patricio Núñez (UDI), Presidente Junta de Vecinos. 230 Entrevista a Juan Cáceres (pro Alianza), Dirigente Unión Comunal de Juntas de Vecinos, 13/01/09. 107 - Entrevistadora: ¿No se atreven con otro? - Socio: No, sabe qué, si no está don Patricio, la junta de vecinos se va abajo”231. Al señalar que “la junta de vecinos se va abajo” sin la presencia de su presidente – que, por cierto, lleva cerca de veinte años en el cargo – el socio de la organización deja entrever otro aspecto trascendental de la presentación pública de los dirigentes: la personalización, tanto de los servicios entregados como de las relaciones a través de los cuales estos se gestionan. Los dirigentes sociales comunales tienden a concentrar en su persona el quehacer de las organizaciones que lideran. En sus relatos sobre las cosas que se han logrado para dar solución a las demandas de su sector, jamás aparece un sujeto colectivo: no se habla de un “nosotros, la organización X”, sino de un “yo, como dirigente”. Las palabras de dos dirigentes sobre las gestiones que realizan, ilustran que las acciones son siempre relatadas en primera persona: “(…) he sepultado como diez o doce personas que no han tenido cementerio y hago las gestiones en la municipalidad, tengo un convenio con una funeraria, tramito, hago las gestiones en la municipalidad, voy al cementerio. Ahora estoy a cargo de un hogar y estoy cabreado, un hogar de…que necesita tiempo…”232. “Con [el ex diputado] Krauss conseguí atención oftalmológica para todos los institutos del adulto mayor, de esa época no estaba en el plan AUGE, tenían atención gratuita para el adulto mayor. Trabajé en el ministerio con el superintendente de salud Manuel Hinostroza, he trabajado con…Lagos a nivel del ministerio de salud, que es en la cual yo le derivo los pacientes que son tramitados en los consultorios. Trabajo más o menos con veinte consultorios, trabajo con el consultorio uno, cinco el hospital San Borja Arriarán, el hospital San Juan de Dios – donde trabajé –y todos los hospitales donde pueda llegar, para solucionar los conflictos de los adultos mayores”233. De esta manera, podemos apreciar que, mientras los dirigentes recalcan constantemente la motivación moral y desinteresada de sus acciones, otros rasgos de su discurso los muestran como los únicos responsables de que las cosas funcionen y que los problemas se solucionen. Estos aspectos dejan entrever, de manera implícita, que su ausencia traería como consecuencia la desaparición de todos los 231 Patricio Núñez (UDI), Presidente Junta de Vecinos, 22/12/08. 232 Ibíd. 233 Entrevista a Ana Gutiérrez (DC), Dirigenta Unión Comunal Adultos Mayores, 09/01/09. 108 beneficios obtenidos. Así, parafraseando a Auyero, en una parte esencial de su presentación pública, los dirigentes sociales “se erigen como los sinónimos de las cosas” (Auyero, 2001: 135), pero también como sinónimo de la organización. VI.1.3. Las expectativas asociadas a la entrega de bienes y servicios. Si bien no reciben gratificaciones económicas por su labor, los dirigentes sociales esperan recibir otros incentivos, que son más bien de carácter simbólico. Muchos señalan “sentirse pagados” sólo con la satisfacción personal que les trae solucionar problemas y ayudar a otros, aunque reconocen que los beneficiarios de sus gestiones muchas veces no retribuyen de manera satisfactoria el enorme trabajo que ellos realizan: “Yo estoy un poquito cansada, no del trabajo que produce la junta, sino de la incomprensión de los vecinos, ellos desgraciadamente, conversamos con los otros dirigentes –porque cada sector tiene sus problemas, y los manifiesta– pero todos coincidimos en que es un trabajo ingrato, porque no se trata de hacer cosas para que te digan lo regio que lo haces, sino para que al menos sientas una actitud de agradecimiento por las cosas que se logran”234. “(…) jamás he visto que le den las gracias a un dirigente, pero jamás he escuchado que ‘gracias a esta persona yo estoy bien’. Por eso que la gente es reacia a hacer algo por la sociedad (…) yo digo que es bonito ser dirigente, tiene sus cosas bonitas y malas, pero nunca es mencionado el dirigente. A mí no me interesa que me premien, pero sería bonito que de repente tomaran a una señora y la llevaran a cualquier parte y la pusieran en el diario, ‘esta fue una dirigente vecinal, es un ejemplo para las demás comunas’”235. Podemos apreciar en estas palabras que los dirigentes tienen expectativas bien claras sobre su labor. Ellos esperan recibir reconocimiento y prestigio, pero también agradecimiento y lealtad por la asistencia entregada a sus “clientes”. Esto podría llevarnos a pensar que los dirigentes no entregan sus servicios de forma gratuita, y que su accionar también estaría motivado por el interés individual. En estas prestaciones, la utilidad consistiría en la búsqueda del “placer psíquico” (Fukuyama, 1996). No obstante, esta sería una forma reduccionista de comprender la manera en que actúan las personas. Como critica Bourdieu (1997), el utilitarismo plantea, por una parte, que los agentes se moverían por razones conscientes, como si se plantearan (conscientemente) los fines de su acción y actuaran para conseguir la 234 Entrevista a Miriam Bañados, Pdta. Junta Vecinos, 09/01/09. 235 Entrevista a Juan Cáceres (pro Alianza), Dirigente Unión Comunal de Juntas de Vecinos, 13/01/09. 109 máxima eficacia al menor coste. A partir de esta premisa, se reducen todas las motivaciones de los agentes al interés económico y a su finalidad en el beneficio material. Como vimos en el apartado anterior, los dirigentes consideran que este modelo es el que predomina en el ámbito político, donde el reparto de recursos realizado en períodos cercanos a las elecciones, como búsqueda de un intercambio explícito e inmediato de bienes/favores por votos, sería su ejemplo más evidente. Siguiendo esta crítica y, como hemos sostenido anteriormente, lo que vemos en las interacciones entre los mediadores y sus “clientes” no es una transacción económica travestida, sino una serie de prácticas y discursos que obedecen a la “economía de los bienes simbólicos” (Bourdieu, 1997). Esta lógica económica representa, según Bourdieu, la negación del interés236, en el sentido utilitarista. Podríamos decir, entonces, que las expectativas de los dirigentes frente a las prestaciones entregadas expresan su creencia en la reglamentación social asociada a la “reciprocidad de los dones”. Como bien descubrió Marcel Mauss (1979), el intercambio de dones es un sistema de obligaciones mutuas compuesto por la triada dar/recibir/devolver, donde, a diferencia de las transacciones mercantiles, su importancia no radica en el valor material de los regalos, sino en su valor simbólico. Otro aspecto en el que este tipo de intercambio difiere de la lógica de mercado es el manejo de los plazos de restitución de la deuda. Como plantea Mauss: “una comida en común, una distribución de kava, el talismán que se lleva consigo, incluso por definición, no pueden devolverse inmediatamente. El ‘tiempo’ es elemento necesario para poder llevar a cabo una contraprestación” (Mauss, 1979: 198). De esta manera, la real importancia del intercambio de obsequios radica en el intervalo temporal que sucede al don y antecede al contra-don237. En la mayor parte de las sociedades, se admite que devolver de inmediato lo entregado equivaldría a rechazarlo. El intervalo temporal opera, por tanto, como pantalla entre obsequio y contraobsequio, de manera de que ambos actos, siendo perfectamente simétricos, parecieran actos únicos y desvinculados. Esto le permite al receptor vivir su obsequio “como un obsequio sin devolución y a la [persona] que devuelve, vivir su obsequio como gratuito y no determinado por el obsequio inicial” (Bourdieu, 1997: 162). 236 Cabe desatacar que para Bourdieu no existe acto desinteresado, sin embargo cuando él habla de interés no se refiere a la reducción utilitarista del término, sino a un interés ligado al concepto de illusio, que implica “el hecho de estar metido en el juego, cogido por el juego, el creer que el juego merece la pena, que vale la pena jugar” (Bourdieu, 1997: 141). Interés, en tal sentido, significa participar, reconocer el juego y reconocer los envites. Más adelante agrega: “Los juegos sociales son juegos que se hacen olvidar en tanto que juegos y la illusio es esa relación de fascinación con un juego que es fruto de una relación de complicidad ontológica entre las estructuras mentales las estructuras objetivas del espacio social” (Ibíd.: 141-142). 237 Cabe señalar que, según Bourdieu, Marcel Mauss describía el intercambio de obsequios como una serie discontinua de actos. Señala que, “tanto Mauss como Lévi-Strauss – quien definía al intercambio como una estructura de reciprocidad trascendente a los actos de intercambio – no subrayaron de forma suficiente en su análisis el papel del intervalo temporal entre el obsequio y el contraobsequio” (Bourdieu, 1998: 161). 110 La necesidad de esta aislar las prestaciones radica en que se trata de intercambios que, al decir de Bourdieu, siempre poseen verdades dobles, difíciles de unir, caracterizadas por la dualidad entre una propiedad subjetiva y una realidad objetiva. El acto inicial de entregar un regalo o realizar un favor es una agresión a la libertad de quien recibe, pues “es una forma de atar haciendo que la gente se sienta obligada” (Bourdieu, 1997: 162). Como bien sintetiza un entrevistado: “Esta persona que le pide a la junta de vecinos queda en una situación de vinculación que yo te agradezco por haberme hecho esto, no es por convicción, no es por derecho, no es porque es tu rol que si yo tengo un problema puedo acceder hacia ti, sino que es: ‘como yo te pedí algo, te debo algo’. Y el presidente de junta de vecinos tiene una disposición como de que ‘vengan a pedirme, yo soy como el mesías, yo les doy, pero después yo le voy a cobrar, ya sea en votos por mí, o por la persona a la que yo apoye en las próximas elecciones’, se da ese juego, y ese mismo juego se replica en la relación entre la sociedad civil y la elite política. En el fondo hay una suerte de que nosotros no le exigimos a la elite política como que ellos son nuestros representantes sino que cada cosa que hacen es como agradecerles, como que le debemos algo, y no es que ellos tienen que hacer su pega, ser representantes de nosotros en ciertos procesos de toma de decisiones. Esa sensación es un proceso que se vive en la calle, es real, sobre todo con la gente más humilde”238. Sin embargo, existe el “tabú de la explicitación”, a partir del cual esta verdad estructural está colectivamente reprimida. Se niega el carácter real de este intercambio que aparenta ser “desinteresado”, a través del autoengaño individual y colectivo: “se hace lo que se hace, haciendo como que no se hace” (Bourdieu, 1997: 168). De este modo, para Bourdieu quien da y quien recibe colaboran – sin saberlo – en una labor que disimula la verdad subyacente, pues hacer explícita esa verdad representaría la aniquilación del intercambio de obsequios. Este autoengaño opera al nivel del habitus, como orientaciones no conscientes de las acciones de los agentes. “Así, el intercambio de obsequios, concebido como paradigma de la economía de los bienes simbólicos, se opone al toma y daca, de la economía económica, en tanto que se basa no en un sujeto calculador sino en un agente predispuesto a entrar, sin intención ni cálculo, en el juego del intercambio” (Bourdieu, 1997: 167). Al instaurarse entre agentes desiguales, el intercambio de dones instituye relaciones duraderas de dominación simbólica (Bourdieu, 1997). Esto transforma a la relación de mediación política personalizada en una poderosa herramienta de sujeción material y simbólica, que implica protección y/o beneficios “a cambio” de lealtad y obediencia (Lomnitz Adler y Melnick, 1998; Stokes, 2007). Como la dominación no 238 Entrevista a Miguel Navarro, Director Ejecutivo Fundación Comillas, 09/01/09. 111 es explícita, para que se logre “atar” al dominado no basta con realizar un favor o entregar un bien. Es preciso que la relación se “hechice”, transformándose en una relación de familiaridad, a través de una serie continua de actos. Como señala Wolf (1966), en el clientelismo es necesaria la existencia de afecto entre las partes, de no ser posible su existencia este debe ser fingido. Así, se añade un componente emotivo al vínculo que impide visualizar de forma explícita la dominación subyacente. Las descripciones realizadas por los dirigentes de la comuna de Santiago sobre su labor están siempre teñidas de elementos afectivos, a través de los cuales ellos buscan legitimar su labor presentándola como desinteresada (en el sentido utilitarista de interés). La conmoción ante el sufrimiento ajeno, sumado al “sentido innato de solidaridad”, generaría un fuerte compromiso emocional con la función desempeñada, al punto que ellos no sólo entregan servicios o gestionan la solución de problemas, sino que también pueden convertirse en un soporte afectivo fundamental para las personas a las que asisten, estableciendo hacia ellas un vínculo de protección. Esto ocurre especialmente en el caso de los vecinos que se encuentran solos, como ocurre con muchos adultos mayores de la comuna: “Sabe usted que el paño de lágrimas de los viejitos son los dirigentes, lamentablemente uno se da cuenta de que los viejitos después ya no tienen familiares, no tienen nada ahí los dirigentes pasan a ser la persona que les ayuda, si no fuera el dirigente que le hace eso, le consigue las cosas, todo eso lo hace el dirigente porque le vecino una vez le podrá hacer una cosa, porque no tiene ninguna obligación”239 “Tengo uno [un vecino que acude a la sede de la junta vecinal], noventa y cinco años, un hombre [que fue] muy rico, que nunca pensó que le iba a faltar, ahora no tiene un peso, le conseguí la pensión, yo le tengo mucho afecto e imagínate noventa y cinco años, él era de la época donde estaba rozagante y pasaban cosas entretenidas en este país, entonces no me corresponde a mí, pero lo tomé bajo mi tutela, me cuenta cosas entretenidísimas”240. El afecto es un elemento que no sólo se plantea a nivel discursivo, sino también se puede observar en las interacciones cotidianas entre los dirigentes y sus bases. Los dirigentes saludan a sus “clientes” de forma cariñosa, con un beso en la cara y mirándoles a los ojos; los llaman con apelativos como “viejita querida”, o por sus nombres en diminutivo (Juanita, Martita, Pedrito, etc.); les preguntan por sus problemas o los de sus familiares más cercanos, dando la impresión de estar siempre al día en la 239 Entrevista a Juan Cáceres (pro Alianza), Dirigente Unión Comunal de Juntas de Vecinos, 13/01/09. 240 Entrevista a Miriam Bañados, Pdta. Junta Vecinos, 09/01/09. 112 información sobre sus asuntos y mostrando una preocupación constante por tratar de ayudarlos en lo que les sea posible. Por otra parte, Bourdieu señala que, para que la alquimia – la transfiguración de relaciones de dominación en relaciones de afecto – funcione, debe estar apoyada por toda la estructura social y, por tanto, por las estructuras mentales y las disposiciones producidas por dicha estructura. Así, la transfiguración sólo se hace efectiva si los agentes que están involucrados en la relación comparten las mismas categorías de percepción y valoración. Esto les permite percibir – a todos – el intercambio como un sistema de obligaciones recíprocas de carácter moral y estar “interesado” por los elementos que se intercambian, es decir, “entrar en el juego” del intercambio. En consecuencia, se hace necesaria la existencia de un “mercado” para las acciones simbólicas correctas, donde existan las recompensas correspondientes. En palabras de Bourdieu: “tiene que poder ser interesante el desinterés” (Bourdieu, 1997: 171). Para los dirigentes de la comuna de Santiago es “interesante el desinterés”, en tanto existe un reconocimiento a su labor por parte de la mayoría de todos los actores claves en el espacio político local, a partir del cual se legitima el discurso del “trabajo social” solidario y desmarcado de la actividad políticopartidista. Este tipo de reconocimiento se grafica en las palabras de una concejala, que alaba el trabajo desarrollado por los dirigentes: “En realidad si uno lo piensa, el cargo de ser presidente de una junta de vecinos, o de un comité paritario o de seguridad, es tremendamente difícil. Yo admiro a cada uno de esos dirigentes, son cuestionados todos los días, les llegan el triple de problemas y son más cercanos aún, porque son del mismo vecindario, yo los considero admirables que tengan la fuerza para poder ayudar a sus vecinos, a sus pares y en general. Son todos muy eficientes, preocupados, la gran mayoría de ellos son adultos mayores que tienen tiempo para dedicarse a esto y nosotros trabajamos con ellos y los apoyamos en lo que más podemos, tengo la mejor de las opiniones de ellos”241. En los “clientes”, por su parte “el reconocimiento de deuda se convierte en agradecimiento, sentimiento duradero respecto al autor del acto generoso, que puede llegar hasta el afecto, el amor (…)” (Bourdieu, 1997: 172). De este modo, la transfiguración de la relación produce un capital de reconocimiento que trae “consecuencias simbólicas” para quien ha hecho el favor. Esto es lo que Bourdieu 241 Entrevista a Laura Correa, Concejala Alianza, 14/01/09. 113 llama capital simbólico. Como vimos en el capítulo anterior, el capital simbólico con el que cuentan los dirigentes es fundamental a la hora de canalizar el apoyo político hacia determinados candidatos. Pero, el agradecimiento que resulta del reconocimiento de la deuda también puede ir más allá, al traducirse en lealtad y en una cierta influencia en las decisiones. Esta última va a depender del grado de asimetría entre los agentes que realizan el intercambio. En palabras simples: mientras más grande el favor, mayor la deuda y, por tanto, la posibilidad de establecer una relación de dominación. Según nuestro análisis, la lealtad con la que cuentan los mediadores se expresa, en primer lugar, en su ratificación formal en las directivas de sus organizaciones, las que –en la mayor parte de los casos– supera los cinco períodos. Esta forma de reciprocar lo recibido ocurre casi espontáneamente, es decir, sin la necesidad de insinuar la deuda, dado que la mayor parte de los dirigentes vecinales suele no “hacer campaña” para las elecciones de directivas. Un ejemplo de este tipo de apoyo es manifestado claramente por una socia de cierta junta de vecinos, quien señaló haber ido a votar por su presidente estando convaleciente. Según nos relató, su marido y su hijo la tuvieron que llevar a votar, porque ella no podía desplazarse por sí sola. A la hora de explicar las razones de este acto de lealtad, ella planteó lo siguiente: “Yo a Patricio lo adoro porque es un hombre muy esforzado, porque ha dado su vida por esa junta de vecinos. (…) Es un hombre que en realidad vale, que se sacrifica sin ninguna recompensación, porque las juntas de vecinos no tienen, no hay sueldo, entonces él lo está haciendo por amor al arte, porque él tiene su jubilación. A veces Patricio ha ido con unas chalitas con sus deditos, porque tiene diabetes, y le ha dado infección a sus deditos y cuando uno es diabético eso es más peligroso y él va igual con su patita mala, yo le digo ‘pucha Patito andai con tu patita mala, ‘sí – me dice, pero es que me necesitan, tengo que venir a ver esto, aquí, allá’ (…). Yo le he dicho ‘cualquier cosa Patito llámame yo te lo vengo a hacer’ (…)Yo me saco el sombrero por Patricio (…) La otra vez me encontraba parada esperando y llegó una señora y digo ‘qué este caballero aquí, este caballero allá, qué se yo’, yo le dije ‘señora no se malagradecida, mire todo lo que hay, hay una cancha, tienen juegos para los niños ahí y todo lo que él ayuda’, porque Patricio a veces compra mercadería y le entrega a la gente, de la plata que él recibe…ellos creen que es obligación de las juntas de vecinos tapar esas cosas y eso no es obligación”242. Por otra parte, el grado de influencia que tienen los mediadores en las decisiones de su clientela se traduce en orientaciones sobre cómo votar, o más bien, a qué candidato apoyar en las elecciones243. En 242 Socia junta de vecinos, actual militante RN, 26/12/08. 243 Ver capítulo V. 114 este caso, el convencimiento es sutil y no opera como una obligación explícita de retribución de las prestaciones entregadas. Como describe una “puntera” democratacristiana: “Cuando [la gente] está indecisa ahí está el dirigente para hacerles ver el por qué conviene apoyar a cual candidato, qué compromiso tiene ese candidato con la gestión que uno lleva, porque cuando [las autoridades] ya son reconocidos y han sacado su beneficio, ahí va el dirigente por detrás y va a pedir las obligaciones a la cual ellos se comprometieron y si no, eso se da a conocer después ante la opinión pública”244. Si observamos la manera en que funciona la intermediación de los dirigentes a partir de la perspectiva de la economía de los bienes simbólicos, es posible comprender la contradicción entre la negación discursiva que ellos hacen del intercambio políticamente interesado y la realización de dicho intercambio, sin catalogarla como una actitud cínica o falsa (que “escondería” el cálculo). Se trata más bien, según nuestra interpretación, de un habitus predispuesto al desinterés (utilitarista), que actúa en un campo donde el desinterés está recompensado como capital simbólico, el cual puede utilizarse, además, como capacidad de influir en las decisiones electorales de los otros. VI.2 . La construcción y la re novació n de las re lacio ne s con los age nte s políticos locale s 245. VI.2.1. Favores fundacionales. Javier Auyero (2001) destaca la importancia del “favor fundacional” como momento inicial en la creación del vínculo clientelar. En algunos casos la entrega de un primer servicio es sólo el don que abre la posibilidad de establecer una relación de intercambios simbólicos de largo aliento, estableciendo la obligación de retribución que ya hemos descrito. Como hemos destacado antes, en este tipo de intercambios, señala el autor, no sólo importa lo que se da sino también el cómo se da. Esto implica que se debe poner atención tanto en los objetos de intercambio como en las experiencias subjetivas, los gestos y las palabras que “hechizan” (transfiguran, diría Bourdieu) la transacción. Al realizar la entrega de dones, los agentes políticos “deben respetar la susceptibilidad de los electores: deben tener cuidado de no ofender la dignidad de éstos, al adoptar ellos mismos una postura digna de la redistribución clientelar (…) El aprecio y la consideración que los ciudadanos tendrán respecto a sus dirigentes (…) dependen de esas 244 Entrevista a Ana Gutiérrez (DC), Dirigente Unión Comunal Adultos Mayores, 09/01/09. 245 Aquí se entiende por agentes políticos, a los intermediarios militantes de partidos políticos distintos de los dirigentes de organizaciones sociales de base. 115 cualidades imperceptibles, que corresponden al primer nivel de ‘estilo político’, en especial de la economía simbólica del don y del contra don: son éstos los que dan a la transacción electoral su carácter ‘encantado’” (Banégas, en Briquet y Sawicki, 1998:107. En Barozet, 2006). Para ilustrar la manera en que ocurre entra entrega de dones, describiremos una escena de interacción entre un concejal concertacionista y una presidenta de junta de vecinos, donde se despliegan ciertos recursos buscando re-crear una relación de carácter más permanente: “Entramos a la sede vecinal por un pasillo largo. Al final del pasillo se encuentra una mesa llena de propaganda, tanto de programas de gobierno como de candidatos a concejales y alcaldes. El concejal y su acompañante saludan afectuosamente a una señora bajita y delgada, de unos sesenta años, quien sale al pasillo a encontrarnos. Ella es la presidenta de la junta de vecinos. El asistente del concejal lleva una bolsa en la mano, de la cual saca una plancha nueva, en su caja, y se la entrega. La presidenta de la junta de vecinos les agradece. Por conversaciones posteriores asumo que la plancha es un premio para un bingo que están organizando. En la entrevista que le hice al concejal, este me señaló que los dirigentes suelen pedir este tipo de recursos para las actividades que realizan, aunque no mencionó que los concejales respondían positivamente a estas peticiones. Me llama la atención el trato entre el concejal y la dirigente. Él la tutea a ella, a pesar de que ella debe ser al menos veinte años mayor. Ella se dirige hacia él con un cierto respeto por su calidad de autoridad: lo llama “concejal”. No obstante, se relacionan con mucha cordialidad y confianza, como si se conocieran de hace mucho tiempo. El concejal se expresa de forma distendida en la conversación, preguntándole sobre distintos temas. Le pregunta si han recibido visitas de muchos candidatos y si les han pedido cosas para sus actividades. Ella señala que les han pedido cosas a todos los candidatos que han aparecido por su sede. Ante esto yo espero que el concejal le haga ver alguna distinción entre su entrega y la que pudiesen realizar los otros, pero no manifiesta palabra alguna, como si fuera “natural” el ejercicio de aprovechar la instancia electoral para recibir más recursos. Tal vez la omisión puede obedecer a qué el concejal conoce las reglas de los intercambios y tiene claridad sobre el “tabú de la explicitación” (…). Más adelante, mientras sigue fluyendo la conversación, la dirigente le pregunta al concejal si ‘tiene algún contacto’ para conseguirle un empleo a su hija. Le cuenta que su hija es profesora y trabaja en la comuna de Independencia, y desea trasladarse a Santiago. El concejal le dice: ‘ah, tu hija, la que vive contigo, si la conozco’. Ella le señala que es una profesora de vocación, pero que no ha tendido suerte para encontrar trabajo. Entonces el concejal procede a sacar un papel de su bolsillo y le dice que le iría mejor si hablara con Ravinet. Sin embargo le señala: ‘nosotros 116 tenemos algunos amigos en el DEM’, y le anota un nombre y un teléfono. Le dice que vaya al DEM a hablar con el funcionario nombrado, ‘dile que vas de parte mía. Él te puede dar más información’- le señala-”. La escena descrita pone de manifiesto la entrega de un recurso material para la organización (una plancha para un bingo) y la realización de un favor personal (contacto para conseguir trabajo para su hija) de parte del concejal a la presidenta de la junta de vecinos. Tal como describimos, esta actuación ocurre con completa naturalidad entre las partes, sin la necesidad de hacer un “cobro inmediato” de la prestación entregada. En toda la interacción es importante el despliegue de recursos, pero también la propia performance de los actores, en tanto envuelve una relación de cercanía y confianza y no una simple transacción. Actos como este son los que, más tarde, posibilitan la búsqueda de apoyo en tiempos electorales. Sin embargo, como ya hemos señalado, esta prestación no asegura que la retribución se transforme en un voto y en apoyo hacia el concejal. Como hemos descrito, siguiendo a Auyero (2001), la circulación de bienes en un sentido y de apoyo político, en otro, no implica que los primeros causen los segundos. Por otro lado, es necesario insistir en que una prestación no puede ser suficiente para crear vínculos cotidianos de lealtad y confianza. Se requiere, como ya hemos subrayado, de un intercambio permanente de recursos y de un intervalo de tiempo entre una prestación y otra. A diferencia de estos intercambios que son un tanto difusos, existen casos en los que la significación de un favor fundacional puede llegar a ser tan importante, que logra generar por sí sola una lealtad que no requiere de la renovación continua del vínculo. En nuestra investigación evidenciamos la importancia de este tipo de favores de parte de algunos agentes políticos hacia dirigentes sociales. Al respecto, algunos intermediarios políticos locales describieron los procesos a través de los cuales pudieron establecer relaciones de reciprocidad que se capitalizarían en los momentos de campaña. En estos casos el apoyo político por parte del destinatario del favor es explícito, y ocurre como una retribución casi obvia, donde no existe la necesidad de “cobro”. Tal es el caso de un dirigente comunal de la UDI que relata la forma en que consiguió empleo para una señora que se encontraba cesante: “Me me llamó un amigo y fue el revés: ‘sabes qué, tú conoces a una persona porque tengo un amigo muy amigo, que es un dentista y que su secretaria que le ve toda su oficina se le va esta semana y el tipo está destruido, no haya que hacer porque no va a poder parar la oficina y necesita con urgencia una secretaria, alguien de confianza, ¿tú conoces a alguien que puedas recomendar?’. Ya po’, justo llegó una persona buscando trabajo, también recomendada, que conocía a otra persona amiga mía y pucha ‘don José, si usted sabe de alguna cosa, yo soy vendedora y no sé qué’ y yo digo así ¡clic!, ‘oiga y usted ha sido secretaria’, ‘no no he sido secretaria, pero…’, ‘sabe 117 cómos e hace’, ‘si, más o menos, algo me defiendo’, ‘y por qué no se prueba como secretaria, mire tengo esta cosa’, ‘¡usted cree’?, ‘vaya, no pierde nada’, le dije yo. Resulta que fue, estaba empezando la campaña, y yo casi se me había olvidado el tema, me llama a los dos tres días, ‘oiga don José’, ‘sí, ah, señora Mirta, como está, como le fue’, ‘no, no sabe nada, yo le quiero dar las gracias porque el dentista tan buena persona, fíjese que yo le serví justo lo que necesitaba y ahí empiezo a trabajar mañana, así que hasta el día de hoy la señora está trabajando. Me manda saludos, me manda típicos correos, cadenas de agradecimiento, ‘que yo gracias a usted estoy trabajando hace un año y tanto’, entonces es suerte”246. Otro relato similar se da entre una funcionaria municipal y una ex dirigente, a quien la primera estimuló constantemente para que ella continuara sus estudios y “sacara adelante” a su familia: “O sea a mí me han tocado cosas como por ejemplo cuando yo llegué en año 90 el territorio vecinal que tuve que intervenir [la presidenta de junta de vecinos] era una señora que te morís, era un brazo de mar, o sea, trabajadora, trabajadora, trabajadora. Primero no le gustó nada que yo le dijera que se eligiera democráticamente, lo hizo. (…) Conversando, ella no había terminado su cuarto medio. ‘Pucha, por qué no termina usted su cuarto medio, usted tiene que terminar su cuarto medio’ (…) Cuento corto, la señora terminó siendo profesora y yo la agarré cuando ella tenía como 45 años. Y ella fue capaz no sólo de ella titularse, ser profesional, ser profesora, sino que su hija es asistente social y sus hijos son todos profesionales (…). O sea efectivamente la galla ‘hay es que mi marido se enoja’, ‘mala pata, déjalo que se enoje, enséñale a cocinar’ (…) Ella terminó siendo profesora. Me acuerdo que me pidió que le ayudara con sus dos hijos para entrar al Instituto Nacional, los chicos eran bien dedicados. La hija es asistente social, uno es ingeniero y el otro es periodista, y vivían en un cité que tenía un baño colectivo, el cité completo, era un conventillo. De ahí, que vivía en Santa Isabel con Carmen, saltar a tener su casa propia y tres hijos profesionales, con la satisfacción que le produce a los padres tener hijos profesionales. Con eso una está pagada. ¿Te dai’ cuenta? Pero esa gente por ejemplo, ella te busca cuando hay campaña, te dice ‘yo, dónde usted esté’, ¿cachai?, o sea ‘donde usted esté, yo ahí con usted’. Entonces claro, tu decís ya po’”247. 246 Entrevista a José Ignacio Artiza, miembro directiva distrital UDI, 15/04/09. 247 Entrevista a Isidora Fuentes, asistente de concejales de la Concertación, 11/12/08 118 El peso de estos favores puede ser tan trascendental que logra traspasar las barreras políticopartidistas248. Tal es el caso de una “puntera” de la Alianza que, a pesar de ser militante de un partido de esa coalición en las elecciones municipales de 2008 apoyó abiertamente al candidato de la DC Jaime Ravinet. La razón de este apoyo, según sus palabras se debe al enorme agradecimiento que ella tiene hacia el ex alcalde, quien le brindó las herramientas para transformarse en microempresaria. “Yo estoy media enojada con la derecha, porque me hicieron una mala jugada (…) soy media vengativa, espero el momento y le di el favor a Ravinet, es como ir en contra a mis principios, no sé si el partido me habrá echado (…). Estoy muy agradecida de Ravinet, por muy de derecha que sea, porque a mí me hizo microempresaria, me acuerdo que me llama y me dice ‘Marcia hay un proyecto de microempresaria de treinta millones para diez personas’. Ahí la pensé, no quería, y después me dijo que tenía que ser con tres personas más. ‘Ah, no – le dije – a mí me gusta trabajar con mi familia’, ‘Hágalo con su familia’. Entonces mis dos microempresarios son mis dos hijos, uno hacía las masas y el otro repartía, y me fue re bien (…)”249. La cita demuestra que este “favor fundacional”, que dio un rumbo distinto a la vida de esta dirigente y de su familia, sumado a la deslealtad de agentes políticos de su sector, hicieron posible el cambio de orientación sobre su apoyo político. Otros dirigentes, militantes de la Alianza, señalaron que en las elecciones pasadas retribuyeron con su voto hacia el candidato DC el agradecimiento por todas las cosas que consiguieron durante su gestión para sus organizaciones y para su propia formación como dirigentes250. En casos excepcionales la prestación significativa inicial puede ocurrir de parte de los dirigentes hacia las autoridades. Un caso emblemático al respecto ocurrió con un dirigente vecinal democratacristiano que decidió apoyar públicamente a Joaquín Lavín en las elecciones presidenciales de 1999. Esto le valió la expulsión de su partido. Sin embargo, cuando Joaquín Lavín fue elegido alcalde de Santiago, este dirigente recibió enormes retribuciones gracias a su arriesgada jugada. En este caso las retribuciones personales tuvieron que ver más con el reconocimiento y el prestigio, al punto de ser considerado como “el favorito de los alcaldes” de la Alianza. También consiguió importantes recursos 248 Desde luego, este tipo de favores puede ser más frecuentes entre las autoridades y militantes de un mismo partido. Tal es el caso de una ex dirigente vecinal que actualmente se desempeña como funcionaria municipal, gracias al ex alcalde Ravinet, quien también hizo gestiones para que ella consiguiera una casa propia. Sin embargo, nos interesa resaltar el peso del favor en contraste con convicciones políticas. 249 Entrevista a Marcia Pizarro, Dirigente Centro Madres y Comité Adelanto (RN), 19/01/09. 250 Es el caso de Hilda Téllez (militante UDI), Pdta. Junta de Vecinos. 119 para su organización, siendo su sede vecinal actualmente una de las más imponentes de la comuna, en términos de infraestructura251. VI.2.2. La importancia de la “confianza”. Hemos visto que la estructura de las redes clientelares en Santiago está marcada por la presencia de diversos tipos de mediadores que no obedecen a patrones políticos particulares, sino que más bien recurren a fuentes diversas para solucionar las demandas que les plantean su “clientes”. Si consideramos, además, que los principales intermediarios son dirigentes de organizaciones sociales de base sin militancia partidista, podemos observar que estos agentes cuentan con relativa soltura para desenvolverse y poseen cierto grado de independencia sobre cómo orientar sus apoyos políticos. No obstante, su vinculación con otros intermediarios –principalmente militantes de partidos políticos que son parte importante de la estructura clientelar, incluyendo a algunas autoridades locales – también están sometidas a las obligaciones propias del intercambio de bienes simbólicos. En la mayor parte de los casos los vínculos que los dirigentes sociales utilizan para satisfacer las demandas, se fundamentan en las afinidades políticas generales, distinguiendo entre el apoyo a la Alianza y el apoyo a la Concertación. Estas afinidades operan como un rasgo que puede “filtrar” las orientaciones de voto. Sin embargo, los lazos construidos y mantenidos con los agentes político-partidistas locales pueden ser mucho más importantes a la hora de decidir hacia quien se destina el favorecimiento electoral. Estos vínculos se reconocen (en ambos sentidos del término) a partir de una trayectoria de intercambios simbólicos, a través de los cuales se entregan recursos materiales o se realizan favores “a cambio” del apoyo político en momentos electorales. Como hemos descrito, en el caso de los dirigentes sociales, este apoyo no sólo se traduce en el voto propio, sino también en la influencia en la orientación electoral de sus “clientes”. De ahí el énfasis puesto por las autoridades y los mediadores partidistas locales en vincularse con los dirigentes y ayudarlos a resolver los problemas que ellos canalizan. Un ex concejal concertacionista describe la importancia de construir estos lazos: “[Cuando era concejal] yo recorrí todas las organizaciones, porque ése es también un tema, porque creo que una de las funciones importantes de un concejal es vincularse con las organizaciones. Ahora, eso demanda mucho tiempo, no es fácil, pero uno tiene que vincularse con las organizaciones, creo que es la única manera de conocer lo que pasa, los problemas, las 251 Es el caso de Patricio Núñez (UDI), Presidente Junta de Vecinos. 120 necesidades que hay, de cómo uno puede ir teniendo opiniones o juicios más sólidos respecto de las decisiones que se toman”252. Para que se construyan vínculos de mediano y largo plazo entre los agentes mencionados es necesaria la presencia (y el cultivo constante) de los aspectos “cognitivos” de la vinculación social. Al respecto, tanto el conocimiento como el reconocimiento mutuo son un paso fundamental, sin embargo se requiere un componente adicional que permita “creer” en el cumplimiento de las reglas de reciprocidad. Este componente es la confianza, elemento que varios autores han señalado como el contenido esencial del “capital social”. La confianza, puede ser entendida como un sentimiento o como un valor que se basa en la expectativa sobre el (buen) comportamiento de los otros. Así, Claus Offe la define como “la creencia en que otros, a través de acción o inacción, contribuirán a mi/nuestro bienestar y se abstendrán de ocasionar daño sobre mí/nosotros” (Offe, 1999: 4)253. En una línea similar –aunque la entiende más bien como un atributo colectivo – Fukuyama señala que se trata de “la expectativa que surge dentro de una comunidad de comportamiento normal254, honesto y cooperativo basada en normas comunes, compartidas por todos los miembros de dicha comunidad” (Fukuyama, 1996: 45). La manera en que este elemento da un soporte a los vínculos generados entre los agentes políticos y los dirigentes sociales, ha sido muy bien descrita por una funcionaria demócrata cristiana de la municipalidad de Santiago: “Yo creo que tú te ganas la confianza de los dirigentes, absolutamente…relaciones absolutamente de confianza, y yo creo que todavía uno en los dirigentes encuentra gente de piel, como…no sólo creen en ti sino que tienes que ganarte el cariño de ellos, sino esto no es fácil. Las relaciones con los dirigentes sociales tienen que ser súper recíprocas. Si hay una dimensión donde las relaciones tienen que ser recíprocas es con los dirigentes sociales. Ellos esperan de ti y no podís defraudarlos y en base a eso también la permanencia en el tiempo, sino no se daría. Pero es de amistad que se construye, si uno pudiera decir la amistad…no soy amiga de cumpleaños de todos o sea no voy a los cumpleaños…pero es de cercanía y es de confianza, fundamentalmente, de saberles responder y de no decepcionarlos en sus aspiraciones y expectativas. Así que yo diría que es eso lo que ha 252 Entrevista a José Robles, Dirigente CESCO y ex concejal, 18/12/08. 253 Publicado en Warren, Mark E. (ed.), Democracy and Trust. Cambridge: Cambridge University Press, 1999: 42-87. La cita corresponde a una versión electrónica disponible en el siguiente enlace: http://www.colbud.hu/honesty-trust/offe/pub01.PDF 254 La idea de “comportamiento normal” es un tanto ambigua y es cuestionada incluso por el propio Fukuyama, quien plantea que en ciertas sociedades la expectativa normal que las personas se estafen unas a otras. Por esto plantea que no es una condición suficiente (Fukuyama, 1996. Ver notas al capítulo 3, página 395). 121 hecho posible que uno mantenga relaciones con ellos por mucho tiempo. Yo conozco dirigentes que han dejado de ser dirigentes y todavía sé de ellos”255. Como bien expresan las palabras de esta funcionaria, la confianza es el “cemento” a partir del cual se fundamentan las relaciones de intercambio simbólico, en tanto posibilita la mantención del vínculo entre la prestación entregada y la restitución de la deuda. Como vimos, en este tipo de intercambios existe intervalo temporal que media entre el don y el contra-don, por tanto, al momento de generar la entrega inicial no existe la certeza absoluta de que la deuda se saldará, sólo existe la expectativa, la “confianza” en que la persona beneficiada actuará de acuerdo a las normas morales que exigen devolver de alguna forma lo recibido. Una vez que la deuda se ha saldado, y es posible generar varios intercambios sucesivos, la confianza puesta en la relación se va reforzando. Esto permite la reducción de la incertidumbre frente a las actuaciones y, por tanto, facilita la toma de decisiones por parte de los actores. La posibilidad de existencia de este elemento en las vinculaciones entre agentes políticos locales y dirigentes sociales se ve incrementada por la presencia de redes densas y cerradas, donde existen pocos nodos pero que están altamente relacionados. Como han subrayado Coleman y Putnam –dos de los autores más importantes en los estudios sobre capital social – este tipo de redes estimula la cooperación y las actitudes “honestas”. Esta posibilidad ocurre, según los autores, por la existencia de reputaciones (capital simbólico, diría Bourdieu) que deben cuidarse. Coleman (1990) plantea, al respecto, que la reputación no puede surgir en estructuras demasiado abiertas, puesto que implica que en ese tipo de redes las sanciones colectivas ante el incumplimiento de las reglas no se pueden aplicar. La importancia de las sanciones como elemento que potencia la confianza en “círculos cerrados” de personas, es subrayado por Granovetter cuando señala: “Mi mortificación por engañar a un buen amigo puede ser enorme incluso sin ser descubierta. Y puede ser mayor aún cuando mi amigo lo sabe. Pero puede ser simplemente insoportable si nuestros amigos mutuos descubren el engaño y se lo cuentan entre ellos” (Granovetter, 1985, 1992: 44. Citado en Burt, 2004: 247). El hecho de que, como hemos subrayado en el capítulo IV, la mayoría de los agentes se conocen y reconocen a partir de una trayectoria de trabajo de mediano y largo plazo, hace que, a pesar de la enorme planta funcionaria y de la gran cantidad de organizaciones existentes en la comuna, las redes clientelares ligadas al trabajo municipal sean relativamente cerradas. Ello facilita la existencia y aplicación de sanciones sociales destinadas a resguardar las reputaciones y las lealtades entre los agentes. Como describió una funcionaria: 255 Entrevista a Isidora Fuentes, asistente de concejales de la Concertación, 11/12/08. 122 “Santiago es una comunidad que la gente que está vinculada a los municipios es una comunidad, que si bien muy grande, a ver para nosotros que llevamos tiempo, yo como funcionaria y además como militante de un partido político que también tengo vida aparte de mi trabajo, es absolutamente conocido, absolutamente conocido. No es tan grande finalmente, porque somos los mismos, o sea ponte tú te topas en la calle, son las mismas personas que están en campaña por el candidato contrario, al punto que nos saludamos y hacemos tregua: ‘oye, tratemos de que tengamos una buena campaña, no nos agarremos, porque además sabís que esto termina y volvemos a caminar juntos en otro lugar’256. De esta forma, aunque autoridades y funcionarios atienden diariamente a muchos dirigentes y personas particulares, pueden priorizar y focalizar la entrega de ayuda, teniendo como garantía el trabajo conjunto realizado en el pasado. Como relata la misma funcionaria citada en el párrafo anterior: “(…) tú puedes venir acá a pedir ayuda y toda la cosa, pero todos sabemos quién es quién, o sea nadie tiene que andar aquí diciendo ‘mire yo siempre estuve con usted’, no funciona así”257. VI.2.3. Las visitas a las organizaciones: actualización y renovación de los vínculos. Para que la no explicitación de las prestaciones y retribuciones sea innecesaria, es imprescindible haber sido capaz de mantener las relaciones más allá de los momentos fundacionales y, desde luego, traspasando los períodos electorales. En el caso de las relaciones entre autoridades o intermediarios municipales y dirigentes sociales, no basta con la dinámica “favores por votos” para estrechar los vínculos de cooperación. Es preciso que las reglas de reciprocidad se apliquen a través de otros actos, que pueden parecer de menor relevancia, pero que son tremendamente significativos para poner a prueba la autenticidad de los lazos. Un ex concejal describe algunos de estos actos como parte esencial del trabajo realizado con las organizaciones de base: “Entonces yo me recorrí casi todas las organizaciones, trataba de ir a todos los eventos a los que me invitaban los dirigentes. Hay mucha actividad y hay períodos donde todas las organizaciones hacen sus eventos a fin de año, entonces mi vinculación fue bastante fuerte y eso fue lo que de alguna manera se tradujo en que después continuara en el concejo porque igual yo tenía bastante vinculación con las organizaciones”258. 256 Entrevista a Isidora Fuentes, asistente de concejales de la Concertación, 11/12/08. 257 Ibíd. 258 Entrevista a José Robles, Dirigente CESCO y ex concejal, 18/12/08. 123 Como describe este informante, las invitaciones que los dirigentes realizan para asistir a las actividades como son los cierres de cursos y talleres, las celebraciones de navidad, día del niño o día de la madre, etc., muchas veces van destinadas a varias autoridades y funcionarios municipales, sin distinguir su tendencia política. Sin embargo, quienes asisten a ellas pueden tomar ventaja en términos del estrechamiento de los lazos. De esta manera, a pesar de que las actividades tienen un carácter formal (son eventos de la organización, a menudo financiadas a través de fondos concursables), son instancias significativas para la continuidad de las relaciones. Del lado de autoridades y funcionarios, la asistencia a estos actos es fundamental para demostrar la preocupación por el trabajo que realizan las organizaciones durante el año y la importancia que tiene la vinculación directa con las bases. Así también pueden cultivar de mejor forma la imagen de “cercanía con la gente” y de real interés en sus problemas, desdibujando la visión de instrumentalización que los dirigentes y la mayor parte de las personas asocian a las autoridades políticas. De esta manera, con la asistencia a estas actividades, aunque presenten una baja concurrencia, las autoridades pueden dar la impresión de que “siempre han estado ahí” y que no sólo aparecen cada cuatro años para buscar votos. Al respecto, un concejal de la Alianza, que capitalizó el trabajo realizado por su hermano (concejal en el período anterior), señaló la importancia de asistir a las actividades realizadas por las organizaciones: “El mismo hecho de que Alcaíno fuera un alcalde de escritorio y la cercana amistad que tenía mi hermano con Alcaíno, le permitió a mi hermano salir a la calle, entonces era él la autoridad municipal que estaba más en la calle. Y al final, desde la mitad del período hacia adelante, Alcaíno lo empezó a mandar en representación de él. Entonces era Felipe el que iba a las juntas de vecinos y que después le transmitía las noticias al alcalde. Por eso, teniendo un alcalde encerrado en la municipalidad, mi hermano pudo hacer un trabajo social importante y ser un poco la voz de los vecinos con el alcalde”259. La manera en que las visitas a las organizaciones sirven para cultivar vínculos fuertes y de largo plazo es ilustrada por una dirigente vecinal, que relata cómo fue cultivando el estrecho lazo que mantiene actualmente con un concejal. Cuando ambos se conocieron ella estaba en su primer período como presidenta de junta de vecinos y encontró en él todo el apoyo que necesitaba para fortalecer el trabajo de su organización: 259 Entrevista a Alberto Errázuriz, concejal Alianza, 17/04/09. 124 “[El concejal] venía los días sábado y hablábamos de todos los problemas que teníamos, tomábamos tecito con [el concejal] y él estaba aquí con gente que sabía del tema y nos hablaban de todos los problemas y de cómo podíamos solucionarlos, ah y salíamos a la calle, porque cuando salió elegido nosotros teníamos un pánico de que estábamos rodeados de delincuentes y nos demostraron ellos,[el concejal y su asistente] salimos a la calle a diferentes horas, fuimos a la plaza, hablamos con los marihuaneros de la plaza y nos mostraron que no era tan así. Entonces [el concejal] de todo el período que estuvo, estuvo aquí, los sábados, nosotros también sacrificábamos los sábados porque era interesante los temas que hablábamos, formábamos comisiones, hicimos equipos de fútbol…”260. Más tarde, cuando este concejal se presentó a la reelección, la dirigente trabajó directamente en su equipo de campaña, junto a otros socios de la junta de vecinos. De esta manera, ella retribuyó el agradecimiento por la presencia continua del concejal en su organización. Pero además, al saldar la deuda, ella generó la posibilidad de continuar la cadena de dones y contra-dones. Más tarde, volvería a recurrir a él para solucionar un problema que se le presentaba, como era obtener recursos para celebrar la fiesta de navidad de los niños del sector. Como describió esta intermediaria, el concejal no solo aportaría con un recurso vital para la actividad (una torta), sino que participaría en ella para interactuar con los socios de la organización: “Yo voy a llamar [al concejal] para pedirle una torta para ese día, pero él quiere tomar once con las mamás, porque él es muy agradable con los temas, las preguntas, se forma un ambiente muy agradable, entonces después de la fiesta de los niños vamos a juntarnos con él para ver cómo ha estado porque él es del inventario, yo aseguro que si sale otra directiva [en la junta de vecinos], y lo conocen, igual van a trabajar con él”261. Los dirigentes, por su parte, a través de estos actos buscan visibilizar el trabajo realizado durante el año, justificando como forma de garantizar la confiabilidad en el financiamiento de actividades futuras. Como señaló una asistente de concejales: “[Los dirigentes] siempre andan generando actividades, rifas, actividades en la calle, actividades para que participen ellos e invitan a los concejales [y a los funcionarios municipales, por cierto], porque en la medida que efectivamente estos conocen su labor, se convierten en promotores y 260 Entrevista a Tania Espinoza, Pdta. Junta de Vecinos, 10/12/08. 261 Ibíd. 125 defensores de lo que ellos piden: ‘oye, yo he visto el trabajo de esta persona’, si en el fondo es eso”262. Un ejemplo de este tipo de actuación pudo ser observada en un acto de clausura de un taller de peluquería en una sede vecinal, a la que asistieron dos funcionarios del Departamento de Gestión Comunitaria de la Municipalidad, un fragmento de la descripción etnográfica de la situación nos ayudará a comprender cómo las palabras y los gestos se ponen en práctica para reforzar las vinculaciones: “Son cerca de las 18:00 hrs. y el acto de clausura del taller de peluquería está pronto a comenzar. En el centro de la sede hay una pasarela artesanal, por donde desfilarán las mujeres que participaron del taller. Hasta ahora sólo han llegado cuatro y un aire de preocupación y nerviosismo ronda en el ambiente. La presidenta de la junta de vecinos se mueve de un lado hacia otro con desesperación, puesto que necesita que lleguen más personas y contar con más público para cuando llegue la ‘gente de la municipalidad’. No tiene certeza de quien puede venir, puesto que en este tipo de actos aparecen desde funcionarios hasta autoridades. Me pide que por favor me quede para que no esté tan vacío el lugar. Al pasar me cuenta que ha estado llorando porque siente que la gente es muy mal agradecida, que ella solo les pidió que estuvieran allí a esa hora, porque era importante. Poco a poco comienzan a llegar más mujeres, algunas no participaron del taller, pero igual las arreglan para el acto. Mientras tanto la presidenta y la tesorera de la organización van arreglando las mesas con adornos, y platos con comestibles ‘para picotear’ (…). Más allá de las 19:00 hrs. llegan dos funcionarios del Departamento de Organizaciones Comunitarias, uno de ellos es uno de los directivos. Se inicia entonces el desfile (…). Luego, la presidenta le pide al director que haga entrega de los diplomas a las mujeres capacitadas. Al culminar la ceremonia, la presidenta agradece la presencia de todos y llena de elogios al director. Le manifiesta su deseo de que continúe en su cargo con la llegada del nuevo alcalde, señalando que si lo remueven ‘ellas van a reclamar’. La dirigente busca mostrar su cercanía con las autoridades, contando una serie de anécdotas sobre las visitas que aquellas han realizado a la organización (…) Más tarde, cuando los funcionarios están por retirarse, la dirigente toma del brazo al funcionario y le pregunta por la posibilidad de que les presten un bus para un paseo. El funcionario le señala que 262 Entrevista a Isidora Fuentes, asistente de concejales de la Concertación, 11/12/08. 126 ellos [la organización] ya ocuparon los cupos disponibles. La dirigente insiste, señalándole la importancia para los socios de la organización. Él le sugiere que haga la solicitud a través de uno de los clubes de adulto mayor que funcionan en la sede (…). Cuando ya se retiran del lugar, una de las socias se acerca al director para pedirle si puede conseguir una beca para que su hijo participe en un programa tecnológico para niños que desarrolla el municipio. El funcionario le responde que no hay ningún problema, pero que canalice la solicitud con la presidenta de la junta de vecinos (…)”263. Esta descripción grafica la forma en que a través de estas instancias los dirigentes buscan reforzar la impresión de que son gestores eficientes, sacrificados y con una preocupación genuina por los problemas de su sector, a través de la manera en que interactúan con la clientela y con los propios agentes municipales, mostrándose especialmente afectuosos y amables con éstos. A través de estas actuaciones, los mediadores hacen visible el nivel personalización de las relaciones y ponen a prueba la capacidad de intermediación de los agentes y de ellos mismos. A partir lo descrito en este capítulo, podemos observar que, el rol de los dirigentes de organizaciones sociales es fundamental en la mediación política que las autoridades requieren para vincularse con la ciudadanía. Pero el que los dirigentes sociales se conviertan en mediadores políticos de las autoridades requiere un cierto “trabajo”. Si bien la cercanía política es una llave que abre la primera puerta, no asegura la lealtad inmediata. Tampoco basta con la entrega de ciertos bienes o servicios cómo buscando explícitamente la “compra” del apoyo político. Lo que se requiere es un esfuerzo de construcción y recreación permanente de los vínculos, a través de intercambios de carácter simbólico, donde el valor económico de los recursos puede ser menos importante que la forma en la que estos recursos de movilizan. De no ser así, la ruptura de los vínculos puede ocurrir en cualquier momento y las lealtades que se han conseguido pueden ser canalizadas por otros candidatos, partidos o coaliciones. Así, por ejemplo, un dirigente que ha trabajado en sucesivas campañas de la Concertación señala que la poca respuesta que ha tenido a su colaboración con otros candidatos, elementos que lo hacen dudar de renovar el apoyo hacia dicha coalición: “(…) nosotros trabajamos también en el período de la Carolina Tohá, apoyándola. Ella se acercó a nosotros y nos pidió ayuda en las elecciones parlamentarias y ocurre que también, después que salen elegidos es como un karma, un síntoma de rechazo, de enfermedad, de baja estima y se 263 Observación actividad de cierre de taller de peluquería (junta de vecinos del sector sur). 05/12/2008. 127 olvidan de uno, con suerte te mandan una carta de saludos para la pascua. (…). Imagínate nosotros hicimos un torneo a nombre de la Carolina Tohá. Con cue’a recibimos seis tortas, para un torneo donde hubo más de 400 personas. Habla muy mal de ella, o debe tener muy pocos recursos la Carolina para eso”264. La relativa fragilidad de las vinculaciones informales, queda demostrada en tanto no hay otra forma de mantenerlas vigentes que no sea la dinámica interna de los intercambios simbólicos y la amenaza de las sanciones sociales que puedan recibirse como producto de las deslealtades. Ello implica la generación de relaciones de cercanía, confianza e incluso de relaciones afectivas, pero también un cierto nivel de conocimiento y reconocimiento de las reglas de reciprocidad de los dones. Esto conlleva, a su vez, una forma especial de desenvolverse en las interacciones, pues también el cobro explícito e inmediato de las prestaciones entregadas puede disolver en un instante los lazos construidos. 264 Entrevista a Víctor Velázquez (pro Concertación), Pdte. Club deportivo. 16/12/08 128 Conclusione s. _____________________________________________________________________________________ Algunas re fle xione s sobre e l proce s o de inve stigación. A estas alturas es preciso retomar algunas de las preguntas planteadas al comienzo de la investigación. Al respecto cabe señalar que todo el estudio estuvo atravesado por los problemas que suscitaba la amplia comprensión del clientelismo político. Así, existió una tensión constante entre abordar el clientelismo como “compra del voto” o bien entenderlo como un tipo de vinculación con reglas diferentes a la transacción económica. El primer significado parecía ser dominante tanto a nivel académico como de la “opinión pública”, incluyendo a los propios actores locales. Según esta idea la relación entre políticos, dirigentes sociales y bases estaría mediada por el interés de todos en obtener beneficios propios. En una de las entrevistas realizadas, por ejemplo, un dirigente planteaba que sus pares eran “auténticos mendigos del municipio”. Por otra parte, era común que los/as dirigentes señalaran que todos los candidatos llegaban con tortas y regalos a sus reuniones, para buscar su voto. Al mismo tiempo, ellos/as señalaban que los políticos “sólo aparecen cuando hay campaña, a buscar el voto”. Si seguíamos esta lógica, la pregunta que surgía entonces era: si los momentos de campaña electoral eran “aprovechados” por la mayoría de los actores para entregar o solicitar recursos, ¿dónde residía la posibilidad de inclinar la balanza hacia unos u otros candidatos? Una posible respuesta a esta pregunta se buscó en un texto clave sobre el clientelismo: “La política de los pobres”, de Javier Auyero (2001). En este y otros textos, Auyero plantea que tanto la discusión académica como los debates en la opinión pública sobre el clientelismo, han centrado demasiada atención a los aspectos objetivos del fenómeno (la transacción) y han dejado de lado todos los aspectos subjetivos que lo envuelven. En una entrevista, el autor señala que “cuando se habla de clientelismo, de patronazgo, de imágenes políticas, de la monopolización de los recursos del Estado, de una máquina política, se hace mucho hincapié en la “conquista el voto”, para usar el título del libro de Amparo Menéndez-Carrión. Lo que no se tiene en cuenta en muchas de estas discusiones es toda la dimensión simbólica que atraviesa la distribución de recursos. ¿Qué quiero decir con formas simbólicas? Las maneras de dar, por ejemplo. Los discursos que acompañan a los recursos, las solidaridades, las lealtades, las relaciones interpersonales que se juegan. En todo ello, no existe la idea de que hay patrones y clientes totalmente desarraigados de las relaciones interpersonales. Toda esta cuestión tiene que ver con la etnografía, pero al mismo tiempo tiene que ver con la mirada relacional a la política” (En Hurtado, 2005: 116). 129 Cómo el mismo autor plantea, no es posible comprobar empíricamente si el reparto de recursos influye en el apoyo político otorgado hacia determinados candidatos. Por tanto, si el interés es comprender de mejor forma cómo funciona el clientelismo político, lo que debe cambiar es la pregunta de investigación y, por tanto, la forma de abordar el fenómeno. A partir de esto, el énfasis del estudio pasó a centrarse en los elementos que hacen posible que ciertos actores locales se vinculen más allá del momento puntual de las elecciones. El énfasis estuvo puesto, entonces, en dar cuenta de las relaciones cotidianas que llevan a las personas a “vivir” la política de forma mucho más frecuente de lo que ellos mismos incluso pueden llegar a creer, y en todos los aspectos simbólicos involucrados en la construcción y mantención de tales relaciones. Es preciso confesar que, si bien el enfoque de la investigación se transformó de forma pertinente (y a tiempo) no ocurrió lo mismo con el empleo de las técnicas de investigación. Aunque las entrevistas brindaron, en la mayor parte de los casos, una gran cantidad de información, se generaron algunos “agujeros negros” que fueron casi imposibles de soslayar. El hecho de que el clientelismo sea un fenómeno oculto, complejo y plagado de “verdades dobles” –al decir de Bourdieu– hace de la etnografía una técnica necesariamente protagónica para abordarlo. Este punto también ha sido subrayado por Emmanuelle Barozet (2006). En tal sentido, creo que tanto los períodos cómo la forma en que se realizó el trabajo de observación no fueron los más adecuados para profundizar el análisis al punto que se esperaba (ver Capítulo II). A pesar de esto, las pocas interacciones analizadas fueron de enorme importancia y brindaron una riqueza heurística imprescindible para esta investigación. Los re sultados. A estas alturas es necesario retomar algunos de los aspectos más importantes que se han señalado en los capítulos anteriores y ver en qué medida se han respondido las preguntas planteadas al comienzo del estudio. En el primer capítulo se delimitó el concepto de clientelismo, señalando sus principales características, algunas de las cuales siguen suscitando un profundo debate hasta el día de hoy. Lo distintivo de este fenómeno es que se trata de un vínculo de mediación política, de carácter personalizado, entre agentes desiguales. Si bien se trata de una relación jerárquica, puede ser comprendida como una forma de capital social, en el sentido de Bourdieu. También se enfatizó que se trata de un modo de vinculación complejo, que involucra relaciones de tipo instrumental como elementos morales. Estos últimos aspectos, agrupados dentro de lo que Bourdieu (1997) llama la “economía de los bienes simbólicos”, fueron el prisma teórico prioritario. Además, se subrayó el carácter estructurado de las 130 relaciones, las que se concatenan sucesivamente hasta formar redes. Éstas, atraviesan u operan de forma paralela a las estructuras formales de mediación política. A partir de estos lineamientos generales se procedió, más tarde a la tarea de analizar la manera concreta que asumían estos vínculos en la comuna de Santiago, poniendo espacial atención en los agentes que intermediaban entre autoridades y bases sociales. Luego de describir la metodología utilizada (Capítulo II) y de realizar una breve caracterización de la comuna y de las vinculaciones formales entre el municipio y las organizaciones sociales en los últimos años (Capítulo III), se pudo corroborar que la riqueza asociativa que caracteriza a Santiago no tiene como correlato una participación social autónoma y vinculante en el gobierno local. Muy por el contrario, como ya había observado Barozet (2005), y cómo manifestaron muchos entrevistados, la participación a nivel comunitario se encuentra muy condicionada por el afán de captar recursos y es, por tanto, muy vulnerable a las acciones impulsadas desde el municipio (y a los énfasis puestos por cada una de las gestiones alcaldicias). Pero este análisis no daba cuenta de todo el repertorio de vinculaciones existentes entre agentes municipales y organizaciones sociales. A partir de lo anterior, en el capítulo IV se puso de relieve la presencia de vinculaciones informales y particularistas entre el gobierno local, los partidos políticos y las organizaciones de base, tanto para solucionar los problemas de los “clientes” como para canalizar el apoyo político hacia las autoridades (actuales o potenciales). Luego, se señaló el carácter organizado de estas relaciones y la manera específica en la que se encadenan, formando una estructura clientelar con roles bien delimitados. Se pudo apreciar la inexistencia de patrones políticos arraigados, siendo una multiplicidad de intermediarios los que generan continuidad en las relaciones. Estos intermediarios eran, principalmente militantes de partidos (concejales, funcionarios municipales o dirigentes de la estructura comunal) o bien, dirigentes de organizaciones sociales de base. Éstos últimos son los que han alcanzado un mayor protagonismo en la mediación, dado el creciente nivel de desafección política que existe en las esferas locales y la larga trayectoria que tienen en sus cargos. Tales agentes se conectan en una red, que funciona a través de vínculos personalizados y que atraviesan las estructuras partidarias y la burocracia municipal. Se señaló también que las relaciones no se fundamentan en la militancia partidaria, aunque sí están condicionadas por una cierta afinidad política en torno a las dos coaliciones principales. Sin embargo, son lazos de re-conocimiento mutuo y de intercambios simbólicos permanentes los que le dan el verdadero soporte a estas relaciones. En el capítulo siguiente se analizó cómo estas redes entran en juego en momentos de campaña electoral. Se describieron las performances llevadas a cabo por los candidatos, a partir de las cuales no sólo intentaban mostrar cercanía y preocupación sino también erigirse como solucionadores de problemas 131 (en el caso de los alcaldes) o como intermediarios eficientes (en el caso de los concejales). También se pudo apreciar la forma en que otros intermediarios claves jugaban roles fundamentales en la llegada de los candidatos a todos los sectores para buscar votos. En tal sentido, los brokers ponían a disposición de las candidaturas el capital social y el capital simbólico que ellos habían logrado acumular. Se pudo constatar que, debido a la escasa participación de las militancias partidistas a nivel comunal, el rol de los intermediarios es vital en la articulación de las campañas políticas. El apoyo otorgado a los candidatos puede ir desde el abrir las puertas de la organización para reuniones, hasta formar parte de su equipo. Se pudo observar también que, en estas instancias, los intermediarios realizan favores personales a su “clientela”, a través de la consecución de un empleo temporal en los dispositivos de campaña. En el último capítulo se ahondó en el rol intermediario de los dirigentes. Aunque se logró esbozar el tipo de acciones que ellos realizan para resolver los problemas de los socios de sus organizaciones, el acento estuvo puesto en la manera en que construían su imagen como gestores eficientes, motivados por un sentimiento de solidaridad y desinterés. Se analizó, más tarde, la manera en que esta imagen entraba en conflicto con la personalización de las gestiones (y de las organizaciones) y con las expectativas de retribución simbólica asociadas a su labor. Además, se pudo apreciar que, siguiendo la lógica de los intercambios simbólicos, las prestaciones entregadas generaban reconocimiento y agradecimiento, los cuales podían convertirse en lealtad e influencia en las decisiones. Así, los dones se convertían en herramientas para incrementar el poder de negociación con los agentes municipales y de influencia en los clientes. Finalmente, se analizaron los mecanismos a través de los cuáles los dirigentes construían y mantenían lazos de intercambio permanente con otros intermediarios y con autoridades locales, a través de los cuales se renovaba la confianza y el reconocimiento mutuo. A partir de estos actos (favores fundacionales, asistencia a actividades de las organizaciones, apoyo en las gestiones, etc.), tanto las autoridades como los dirigentes sentaban las bases para dar continuidad a los vínculos que posteriormente podían ser capitalizados tanto para la gestión de los problemas de la clientela como para el apoyo político en momentos electorales. Conside racione s finale s y de safíos pe ndie nte s. Todo lo expuesto anteriormente lleva a plantear que el vinculo clientelar establecido entre autoridades/intermediarios político-partidistas (funcionarios municipales o dirigentes comunales) /dirigentes sociales y bases no puede reducirse a la entrega de recursos en momentos puntuales, como son las campañas electorales. Aunque no es posible negar que existan personas particulares y dirigentes sociales que puedan “vender” su voto al mejor postor, los lazos que generan las redes clientelares que se han analizado tienen un carácter mucho más sólido y permanente en el tiempo. Al tratarse de redes 132 relativamente densas y cerradas, la existencia de un capital simbólico que cuidar juega un rol preponderante en el respeto de las reglas de reciprocidad asociada al intercambio de dones. Otros elemento importante de relevar es que, la no presencia de patrones políticos y la alta rotación de autoridades generan que las relaciones de clientela basadas en intercambios simbólicos se generen entre los mediadores que ocupan distintas posiciones (concejal/dirigente social; funcionario/dirigente social, etc.) o bien, entre mediadores y bases sociales. Aquí, la confianza adquiere un rol fundamental, en tanto brinda la posibilidad de reducir la incertidumbre en las prestaciones entregadas y en los apoyos políticos. Este rasgo es especialmente importante en un contexto como el chileno, donde la confianza interpersonal suele ser baja y donde predomina un discurso que atribuye a actitudes individualistas e interesadas a las otras personas. Si bien hemos podido dar cuenta de cómo funcionan las relaciones de clientela, queda pendiente la pregunta por la eficiencia de la intermediación de los dirigentes sociales en el éxito electoral de un candidato o coalición. En el caso particular de Santiago, surge la interrogante respecto del triunfo de Pablo Zalaquett a pesar del apoyo mayoritario que concitaba Jaime Ravinet entre los dirigentes sociales. Recordando que no es nuestro objetivo indagar en el comportamiento electoral de los ciudadanos de Santiago, podemos aventurar algunas interpretaciones y posibles respuestas. Por un lado, podría plantearse como interrogante si contar con una red de vínculos informales con una importante presencia de dirigentes sociales como intermediarios políticos asegura el éxito electoral de un candidato. Ciertamente la respuesta es que no, dado que: a) Tanto la Alianza como la Concertación cuentan con importantes dirigentes que son intermediarios políticos; b) La mayor cantidad de dirigentes a favor de uno u otro sector no se puede multiplicar de forma proporcional por la cantidad de socios que pueden responder a esos dirigentes; c) Existen redes que, con menos nodos, pueden movilizar más o mejor los recursos económicos, sociales, técnicos, etc. y; d) Las redes clientelares no son el único soporte de una campaña política, también hay elementos el carisma de los candidatos, el marketing, el tipo de actividades que se realizan, el papel de otros intermediarios políticos, etc. que pueden incidir en los resultados electorales. Como lo plantea claramente un intermediario político de la DC: 133 “En términos de convocatoria hay una cosa que es de ciencia política que nos enseñó esta última elección. La mayoría, todos los dirigentes de las juntas de vecinos estuvieron con don Jaime para la elección, la mayoría de las organizaciones comunitarias también, pero don Jaime perdió aplastantemente, por lo tanto significa que el vecino que vota en Santiago, por lo menos, no está relacionado con las organizaciones comunitarias. Porque antiguamente se hacían las campañas pensando ‘mira, un club de adulto mayor son veinte viejitas, las veinte viejitas influyen en su casa, por lo menos en dos a tres votos, eso significa que tenemos sesenta votos’. Ese cuadro ya se rompió. O era ‘no, no te preocupes si tenemos al presidente de la junta de vecinos y él nos va a ayudar a hacer propaganda, por lo tanto ahí tenemos por lo menos cien votos asegurados’ (…). Por lo tanto el nivel de representatividad depende, del vecino común, puede ser, del vecino votante, derechamente no, o por lo menos ya no”265. La respuesta anterior no puede derivar en una negación de la eficiencia de la intermediación realizada por los dirigentes. A pesar de que la mayor presencia de estos en una red clientelar no asegura un triunfo en las urnas, su rol los transforma en importantes agentes de transmisión y canalización de demandas y soluciones. Como se describió en el capítulo V, los dirigentes son nodos esenciales en la articulación de las campañas políticas de los candidatos, puesto que sin su ayuda sería muy dificultoso darse a conocer e informarse sobre lo que pasa en determinados sectores de la comuna. Además, tanto los vínculos informales que generan estos intermediarios con otros agentes (autoridades y otros mediadores políticos), como los recursos que circulan a través de estas redes, son fundamentales para dar solución a una serie de demandas de los habitantes de la comuna, principalmente entre los sectores populares. Esta intermediación cobra aún mayor relevancia en un contexto con escasa presencia de los partidos a nivel de las bases sociales. No podemos obviar el hecho de que los vínculos clientelares son tremendamente paradojales, no sólo por el hecho de que implican dominación y obediencia a la vez que generan lazos afectivos, como lealtad confianza e incluso afecto. También generan tensiones constantes entre el sentido utilitarista de las relaciones y las reglamentaciones simbólicas asociadas a la entrega y recepción constante de servicios. Por otra parte, si bien generan lazos de confianza y cooperación, que logran acercar la política a los ciudadanos y acortar las distancias burocráticas, también provocan la exclusión de los sectores que no están integrados en las redes clientelares. Esto sin mencionar que pueden ser un caldo de cultivo muy fértil para prácticas que rayan en la ilegalidad, como son los actos de corrupción o cohecho. Pero, a pesar de todo esto, se trata de un fenómeno profundamente arraigado en las prácticas cotidianas de muchas 265 Entrevista a Francisco Páez, funcionario Departamento Gestión Comunitaria. 29/12/08. 134 personas, aunque no sean relevadas de manera consciente y que no aparezcan tan representadas en las encuestas. Esto pone de manifiesto la necesidad de seguir investigando las distintas aristas del fenómeno. Como tareas pendientes podemos mencionar la necesidad de seguir indagando en el repertorio de motivaciones, percepciones, expectativas y obligaciones asociadas a la vinculación clientelista, pues estos son los aspectos que han sido menos tratados por la literatura sobre el fenómeno en nuestro país. Si bien este estudio es un intento por avanzar un paso en esta línea, ciertamente sus resultados son insuficientes para dar cuenta de la complejidad de los modos de articulación política que el clientelismo involucra. También queda en el aire el desafío de profundizar más en la visión de los “clientes”, que han sido los actores menos considerados en este tipo de estudios a pesar de ser quienes brindan el apoyo electoral que las autoridades necesitan para llegar y mantenerse en el poder. 135 Bibliografía _____________________________________________________________________________________ Alonso, Luis. (1999). “Sujeto y Discurso: El lugar de la entrevista abierta en las prácticas de la sociología cualitativa”. En Métodos y Técnicas Cualitativas de Investigación en Ciencias Sociales. Editorial Síntesis, Madrid, p. 225 – 238. Arriagada, Evelyn. (2005). “UDI: ¿Partido Popular o Partido Populista?”. Colección Ideas, Fundación Chile 21. Vol. 51, Marzo 2005. En: www.chile21.cl/medios/Ideas/Col51.pdf ______________ (2008). “Neopopulismo y Clientelismo en la derecha chilena”. Memoria para optar al título de antropólogo social. Universidad de Chile, Facultad de Ciencias Sociales. 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Evaluación de la campaña municipal.             Sobre la votación obtenida en las últimas elecciones ¿en qué segmentos poblacionales o sectores de la comuna obtuvo usted mayor votación? ¿Por qué cree usted que logró una mayor adhesión en esos sectores? III. Sobre vínculos de mediación y capital social. ¿De qué forma usted se vincula con las bases sociales? (Indagar en si atiende en su oficina requerimientos particulares, sale a terreno, programa reuniones con organizaciones, etc.) En sus visitas a terrenos, en conversaciones u otras instancias ¿Cuál es el tipo de requerimientos que la gente de la comuna suele plantearle? ¿Cómo se relaciona con las organizaciones sociales de la comuna? Se sabe que los dirigentes sociales visitan bastante a los candidatos y luego a los concejales electos para plantearle problemas de sus socios o derechamente conseguir recursos ¿Ha experimentado usted esa situación? (Si ha experimentado esta situación)¿Quiénes se acercan a usted son más bien personas que usted conoce desde hace tiempo, simpatizantes de su coalición o vienen dirigentes de todos los sectores? ¿Cómo enfrenta usted esas situaciones? A su juicio ¿cuáles serían las razones que motivan estas prácticas en los dirigentes sociales? Ahora, viéndolo desde el otro lado, se sabe que algunos candidatos regalan algunas cosas o focalizan recursos para ir en ayuda de organizaciones y personas en general ¿usted usó alguna de estas estrategias durante su campaña? Algunos plantean que no hay otra forma de conseguir votos si no es entregando algunos regalitos, aunque sean simbólicos, o haciendo algunos favores… ¿qué piensa usted al respecto? ¿Son efectivas estas estrategias para conseguir más votos? ¿Por qué? Para finalizar, me gustaría preguntarle si usted conoce a algún/a dirigente político o social relevante en la comuna que pudiera ser importante entrevistar para esta investigación. 2. Funcionarios Municipales       Me gustaría comenzar por preguntarle acerca de su trayectoria personal. ¿Cuál es su profesión? ¿desde cuándo trabaja vinculado/a al área social en la municipalidad de Santiago? ¿cómo llega a trabajar acá? ¿Cuáles son sus funciones? ¿Cómo se organiza el área social del municipio y este departamento/unidad en particular? ¿Cómo se han manifestado en esta área del municipio los cambios en la gestión de los distintos alcaldes que han ejercido durante los últimos años? ¿Cómo se establecen los vínculos con las organizaciones sociales y con las personas en general? ¿Cuántas organizaciones sociales existen en Santiago? ¿Cuántas están activas? 141         ¿Cuáles diría usted que son las organizaciones sociales más importantes en la comuna, en términos de su “peso” en la municipalidad y el nivel de llegada con las bases sociales? ¿Cuál es el estado actual de los comités de seguridad y prevención? ¿Hay otro tipo de organizaciones emergentes en Santiago? ¿Cuáles son las vías de financiamiento de las organizaciones sociales en Santiago? ¿Qué tipo de demandas o solicitudes son las que reciben más a menudo de parte de los dirigentes sociales? ¿Cómo se canalizan esas demandas? Preguntar por la instrumentalización de los fondos… ¿Cuál es el rol del CESCO y del Consejo Comunal de Seguridad en la vinculación entre municipio y ciudadanos? Podría nombrarme algunos de los dirigentes más destacados de la comuna, a quien yo podría entrevistar. 3. Dirigentes sociales. I.   Trayectoria. Me gustaría comenzar por preguntarle acerca de su trayectoria como dirigente social, ¿cuando partió en esta labor? ¿Desde cuándo tiene este cargo? II. Sobre la organización.    Ahora me gustaría que me contara un poco de su organización ¿cuántos socios tiene esta organización? ¿qué actividades realizan? (ACTIVIDADES DE FIN DE AÑO) ¿Cómo es la participación de los vecinos en las actividades que realizan? ¿Cómo se financia su organización? ¿Reciben algún aporte del municipio? ¿Cuánto es el aporte y en qué se invierte? III. Sobre vínculos de mediación y capital social.            ¿Cuál es el tipo de problemas que la gente del sector (socios de la organización) le plantean con mayor frecuencia? (Poner énfasis en problemas que requieren acudir a personas del municipio, autoridades u otro tipo de colaboración, por ejemplo, problemas de infraestructura, conseguir fondos, buscar empleo para alguien, etc.) Cuando necesita solucionar alguno de esos problemas ¿con quién se contacta? Y cuando hay que hacer los proyectos para presentar al municipio, por ejemplo en los fondos concursables ¿se las arreglan solos acá en la organización o busca algún tipo de asesoría? ¿a quién/es acude? Y, en tiempo de campaña, me imagino que le deben llover las ofertas de cosas para buscar votos acá en su organización ¿cómo se dio esa vinculación con los candidatos en esta elección? ¿quiénes vinieron a pedir apoyo? Y cuándo venían, ¿ofrecían cosas, traían regalos…? Y, ¿ustedes aprovechaban esa instancia para plantearle algunas inquietudes, pedirles algún favor o alguna cosa que necesitaran? ¿Cómo era la respuesta que obtenían? Y, ¿finalmente decidió apoyar a algún candidato en particular? (Si la respuesta es afirmativa, indagar en razones del apoyo). Bueno, y con todas las campañas políticas que usted ha visto, ¿qué pasa después con las cosas que los candidatos les ofrecen? ¿las cumplen? ¿Cuál es su opinión sobre los candidatos que reparte mercadería o regalan cosas? ¿Cree usted que con eso captan más votos de la gente? ¿Por qué? Para finalizar, me gustaría preguntarle si usted conoce a algún/a otro/a dirigente o persona importante en la comunidad a quien yo pudiera entrevistar. 142         PREGUNTAS EXTRA (Si alcanza el tiempo, la disposición, etc.) Cuándo surgen problemas acá en su organización, o la gente le plantea algún problema ¿Se contacta con alguien en la municipalidad? (Ver si se conecta con autoridades u otras personas) (Si no los menciona en la respuesta anterior) ¿Cómo ha sido su relación con los concejales? ¿Con cuál/es ha relacionado más? (Si nombra a alguno) ¿Desde cuándo lo/s conoce? ¿Le ayudan a solucionar problemas? ¿De qué forma? (Si no los menciona espontáneamente con anterioridad) Y con los alcaldes, ¿cómo ha sido su relación? (preguntar uno por uno) Si no encuentra respuesta a sus demandas en el municipio, ¿con qué otras personas u organizaciones se contacta usted para solucionar los problemas que le plantea la gente? (Si no los menciona en la respuesta anterior) ¿Alguna vez ha tenido que solicitar algún tipo de ayuda a dirigentes o militantes de partidos políticos? (Si no los menciona en la respuesta anterior) ¿Y a otras autoridades, como diputados y senadores? 143