2016, 25(2), 1-17
ISSN impreso: 0716-8039
ISSN en línea: 0719-0581
www.revistapsicologia.uchile.cl
Revista de Psicología
UNIVERSIDAD DE CHILE
Validación argentina de la Escala de Balance Afectivo
Argentine Validation of the Affect Balance Scale
Hugo Simkina, Mercedes Oliverab, & Susana Azzollinia,c
a
Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires, Argentina
b
Universidad de Flores, Buenos Aires, Argentina
c
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet)
Resumen: A pesar de que en la actualidad la Escala
de Balance Afectivo (EBA) desarrollada por
Bradburn (1969) es considerada uno de los instrumentos de mayor relevancia para evaluar el componente afectivo del bienestar subjetivo en la literatura
internacional, aún no se registran adaptaciones en el
contexto argentino. El presente trabajo evaluó las
propiedades psicométricas de la EBA en una muestra
no probabilística integrada por 336 estudiantes universitarios en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Los resultados obtenidos sugieren propiedades psicométricas aceptables en la muestra que se utilizó.
El análisis factorial confirmatorio permite observar
un buen ajuste a los datos del modelo bidimensional
que se observa en la literatura. Por este motivo, se
considera que el presente estudio contribuye a evaluar el bienestar subjetivo en el contexto local. Asimismo, se recomienda para futuros estudios que se
propongan emplear la EBA utilicen poblaciones diferentes, de modo de ofrecer mayor apoyo empírico
al constructo.
Palabras clave: Escala de Balance Afectivo, bienestar subjetivo, validación.
Abstract: Although the Affect Balance Scale
(ABS) developed by Bradburn (1969) is considered one of the most relevant scales to assess affective component of subjective well being, there
are no adaptations in the Argentine context. For
this reason, this study evaluated the psychometric
properties of the ABS in a nonrandom sample
composed of 336 university students in Ciudad
Autónoma de Buenos Aires. The results suggest
acceptable psychometric properties. Confirmatory factor analysis suggests a good fit to the data
of the two-dimensional model observed in the literature. For this reason, it is considered that this
study enables the assessment of subjective wellbeing in the local context. It is also recommended
that future studies which intend to use the ABS
use different populations, providing better empirical support.
Keywords: Affect Balance Scale, subjective wellbeing, validation.
El presente trabajo se enmarca en el proyecto de investigación Ubacyt 20020150200259BA. Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires, Argentina.
Contacto: H. Simkin. Universidad de Buenos Aires (UBA). Santiago del Estero 1029, C1075AAU, Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). Correo electrónico: hugosimkin@psi.uba.ar
Cómo citar: Simkin, H., Olivera, M., & Azzollini, S. (2016). Validación argentina de la Escala de Balance Afectivo.
Revista de Psicología, 25(2), 1-17.
http://dx.doi.org/ 10.5354/0719-0581.2016.44774
Simkin, Olivera, & Azzollini
Introducción
En los últimos años, diferentes estudios
han contribuido a identificar numerosos
factores personales, económicos y sociales que afectan la percepción del bienestar subjetivo (Diener, 2012; Diener &
Ryan, 2009; Diener & Tay, 2015). Estos
trabajos resultan tener amplia relevancia,
debido a su trascendencia en la planificación de políticas públicas (Diener, 2000,
2013; Diener, Oishi, & Lucas, 2015).
Desde el surgimiento de la psicología positiva a finales de la década de 1990, se
han identificado numerosos trabajos en el
contexto argentino relativos a la indagación del bienestar subjetivo (Castellá
Sarriera et al., 2012; Castro Solano,
2014; Sortheix & Lönnqvist, 2015). Sin
embargo, a pesar de que en el contexto
local se cuenta con medidas válidas y
confiables para la evaluación del componente cognitivo del bienestar subjetivo,
como la Escala de Satisfacción con la
Vida (Dimitrova & Dominguez Espinosa,
2015; Moyano, Martínez Tais, & Muñoz,
2013; Zubieta & Delfino, 2010), todavía
resultan escasos los instrumentos que
permiten evaluar su componente afectivo.
Por este motivo, a partir de un diseño instrumental (Montero & León, 2007), el
presente estudio se propone adaptar y validar la Escala de Balance Afectivo
(EBA) al contexto argentino, escala utilizada comúnmente para evaluar el componente afectivo del bienestar subjetivo.
Para ello se analizarán evidencias de validez de constructo (análisis factorial
confirmatorio) y la confiabilidad (consistencia interna mediante el estadístico alfa
ordinal). De esta manera, se espera aportar una versión argentina del instrumento
que cuente con propiedades psicométricas
aceptables para su administración local
(Yela, 1996).
2
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Bienestar subjetivo y psicológico: hacia
una definición conceptual
Desde sus inicios, el interés principal de la
psicología clínica se focalizó en la evaluación y el tratamiento de los síntomas psicopatológicos (Maddux, 2008; Seligman &
Csikszentmihalyi, 2000), tal como se clasifican en el Manual diagnóstico y estadístico
de los trastornos mentales de la asociación
estadounidense de psiquiatría, que actualmente se encuentra en su quinta edición
(DSM-V; American Psychiatric Association, 2013). Sin embargo, cabe destacar que
el interés por estudiar los aspectos positivos
de la experiencia humana ha estado presente
desde los inicios de la disciplina (e.g., James, 1890), y que, con el correr de los años,
y a partir del surgimiento de la psicología
positiva, se han incrementado los estudios
que procuran estudiar, no solo los déficits de
las personas, sino también sus fortalezas
(Diener, 2009a; Myers, 1993; Rusk & Waters, 2013; Seligman, 2002; Seligman & Peterson, 2003). Desde este enfoque, la salud
mental no solo se define como la ausencia
de síntomas psicopatológicos (e.g., depresión, ansiedad), sino también por la experiencia de bienestar (Diener, Oishi, &
Lucas, 2009; Lamers, 2012; Lamers,
Westerhof, Glas, & Bohlmeijer, 2015).
Estos trabajos han contribuido a formular
las nociones de bienestar psicológico (BP)
y de bienestar subjetivo (BS; Diener, 2000;
Efklides & Moraitou, 2013). La distinción
entre estos términos tiene sus raíces en la
filosofía griega (Haybron, 2008; Ryan &
Deci, 2001; Snyder & Lopez, 2009), ya
que desde la visión aristotélica, el bienestar puede disociarse en componentes hedonistas y eudaimonicos: el bienestar
hedonista implica la experiencia de placer
momentáneo, mientras que el bienestar eudonómico supone la capacidad de actuar de
una manera constructiva, percibida como
socialmente beneficiosa, y el crecimiento
Validación de la Escala de Balance Afectivo
personal (Deci & Ryan, 2008; Ryff &
Singer, 2008; Wood, Joseph, & Maltby,
2009).
Desde una perspectiva psicológica, el hedonismo ha sido operacionalizado como BS, e
implica una experiencia frecuente de afecto
positivo, una baja experiencia de afecto negativo y una sensación de satisfacción con
la vida (Diener, 2009b; Diener & Larsen,
1984; Diener, Napa Scollon, & Lucas,
2003; Diener & Scollon, 2014). En contraste, BP supone la percepción de autoaceptación, de construcción de relaciones
positivas con los demás, de crecimiento
personal, de propósito en la vida, de dominio del medio ambiente, y de autonomía
(Ryff, 1989, 2014; Ryff & Keyes, 1995).
Conceptualmente, el BS evalúa una vida
emocionalmente agradable, mientras que el
BP evalúa una vida llena de sentido y crecimiento (Chen, Jing, Hayes, & Lee, 2013;
Ryff, 1989; Ryff & Keyes, 1995; Ryff &
Singer, 2008). Por esta razón, numerosos
estudios han sugerido que, aunque el BS y
el BP se encuentran asociados (Grant,
Langan-Fox, & Anglim, 2009; Linley,
Maltby, Wood, Osborne, & Hurling, 2009),
representan aspectos distintos del bienestar
(Chen et al., 2013; Keyes, Shmotkin, &
Ryff, 2002).
De acuerdo con la literatura, el bienestar
subjetivo integra un componente cognitivo,
la satisfacción con la vida; y un componente emocional, el afecto positivo y negativo (Diener, 1984; Schimmack, 2008).
Afecto positivo y negativo: hacia una definición conceptual
El estudio psicológico del afecto ha concentrado el interés de numerosos investigadores en diferentes áreas de la
psicología (Manstead, 2012). Según Zajonc (1980) el afecto es conceptualizado
como un elemento disposicional en el cual
coexisten dos grandes clases de experiencias: aquellas que poseen una emocionalidad positiva y aquellas que poseen una
emocionalidad negativa. A las primeras
experiencias se las denomina afecto positivo (Dunkley, Ma, Lee, Preacher, &
Zuroff, 2014; Gargurevich, 2010) y representan un conjunto de emociones tales
como la alegría, la motivación, la energía
o la autoconfianza (López-Gómez,
Hervás, & Vázquez, 2015; Salsman et al.,
2013; Zanon, Bastianello, Pacico, & Hutz,
2013). Por su parte, el afecto negativo refleja una dimensión general de malestar
subjetivo que incluye diferentes estados
emocionales aversivos, como la tristeza, la
ansiedad, el enojo o la culpa (Lucas,
Diener, & Suh, 1996; Sandín et al., 1999;
Watson, Clark, & Tellegen, 1988).
Si bien puede considerarse que, tanto el
afecto positivo como el afecto negativo,
resultan extremos de una misma dimensión, diferentes estudios han sugerido que
deben comprenderse como constructos independientes (Diener & Emmons, 1984;
Robles & Páez, 2003). Una de las razones
que explican tal distinción radica en que
ambos son afectados por diferentes factores (Bradburn, 1969; Diener, Sandvik,
Seidlitz, & Diener, 1993; Headey, Kelley,
& Wearing, 1993; Watson et al., 1988).
Por ejemplo, la posibilidad de disfrutar de
la cultura y de las artes podría aumentar el
afecto positivo, mientras que la falta de acceso a estas no necesariamente conducen a
experimentar un afecto negativo; del
mismo modo aunque experimentar violencia en la pareja puede causar afecto negativo, la ausencia de violencia no conduce
directamente a experimentar un afecto positivo (Sirgy, 2012).
A continuación, se describen los instrumentos de evaluación de mayor relevancia
en el contexto internacional para estos
constructos.
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Escala de Afecto Positivo y Negativo
(PANAS). La PANAS (por su nombre en
inglés Positive and Negative Affect Schedule, Watson et al., 1988) evalúa el afecto
tanto de la experiencia inmediata como
de las experiencias más remotas a partir
de 20 ítems de los cuales 10 evalúan el
afecto positivo y 10 el negativo. El instrumento ha sido adaptado a diferentes
poblaciones en distintos contextos como
Italia (Terracciano, McCrae, & Costa,
2003), Francia (Gaudreau, Sanchez, &
Blondin, 2006); y tanto en niños (Laurent
et al., 1999) como adultos (Terracciano et
al., 2003) y adultos mayores (Isaacowitz &
Smith, 2003). De acuerdo con el buscador
Google Académico, la validación original
del instrumento presenta más de 22.000 citas, lo que refleja la relevancia de la escala
para la evaluación del constructo. Los resultados sugieren propiedades psicométricas aceptables en cuanto a la consistencia
interna (α > ,70). Además, los análisis
confirmatorios indicaron ajustes adecuados (Browne & Cudeck, 1993; Hu &
Bentler, 1999).
Escala de Intensidad y Temporalidad
del Afecto (ITAS). La ITAS (Diener,
Smith, & Fujita, 1995) es un instrumento
de 24 ítems que evalúan la frecuencia de
diferentes estados afectivos positivos
como la alegría, y negativos como la ira o
el miedo. Si bien son escasos los trabajos
que incluyen el ITAS, la medida ha sido
empleada en distintos países, como Estados Unidos (McMahan & Estes, 2011b;
McMahan & Renken, 2011) o Corea (Yu
& Kim, 2008; Yu & Lee, 2008) en poblaciones de diferente género y edad
(McMahan & Estes, 2012), principalmente
en relación con variables relativas a la psicología positiva (Lucas, Diener, & Larsen,
2009; McMahan & Estes, 2011a). Estos
estudios han reportado propiedades psicométricas aceptables (α > ,78) y ajustes
adecuados, de acuerdo con la literatura
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(Browne & Cudeck, 1993; Hu & Bentler,
1999).
EBA. Entre los primeros instrumentos que
exploran el balance afectivo se encuentra
la EBA (Bradburn, 1969), diseñada para
evaluar las experiencias afectivas a partir
de 10 ítems que exploran el afecto percibido durante las últimas semanas, de los
cuales cinco evalúan experiencias afectivas positivas, y cinco experiencias afectivas negativas. Posteriormente, a partir de
las críticas recibidas en la literatura respecto de la redacción de dos ítems (Cherlin
& Reeder, 1975), Warr, Barter y
Brownbridge (1983) revisan y amplían el
instrumento original hasta completar 18
reactivos. La EBA ha sido empleada en
más de 38 países (Macintosh, 1998) tales
como Canadá (Helmes, Goffin, &
Chrisjohn, 2010), Inglaterra (Harding,
1982) y Polonia (Żemojtel-Piotrowska et
al., 2013); y en diferentes poblaciones, que
incluyen desde adolescentes (ŻemojtelPiotrowska et al., 2013) hasta adultos mayores (Moriwaki, 1974). Los resultados
sugieren propiedades psicométricas aceptables en cuanto a la consistencia interna
(α > ,70). Además, si bien se ha discutido
la dimensionalidad de la escala
(Macintosh, 1998), en la mayoría de los estudios confirmatorios los valores de los índices de ajuste (índice de ajuste
incremental, IFI, por su nombre en inglés
Incremental Fit Index; índice de ajuste no
normado, NNFI por su nombre en inglés
Non-Normed Fit Index; y el error cuadrático medio de aproximación, RMSEA por
su nombre en inglés Root Mean Square
Error of Approximation) alcanzaron los
guarismos esperados para cada uno de
ellos, aportando apoyo empírico para el
modelo bidimensional propuesto por
Bradburn (1969).
Estos antecedentes dan cuenta de la relevancia que el instrumento presenta para la
Validación de la Escala de Balance Afectivo
evaluación de estos constructos, siendo
empleada en mayor frecuencia que otras
escalas similares, como la PANAS
(Watson et al., 1988). Por estos motivos se
ha optado por realizar una adaptación y validación al contexto local de la técnica.
Método
Diseño y participantes
Se trata de un diseño instrumental
(Montero & León, 2007). La muestra empleada fue de tipo intencional e integra a
336 estudiantes universitarios de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires (CABA) con
edades que oscilan entre los 19 y 55 años
(M = 25,16; DE = 6,08) y de ambos sexos
(hombres = 43,1%; mujeres = 56,9%).
Instrumentos
EBA. Para la evaluación del componente
afectivo del bienestar subjetivo se utiliza la
EBA (Warr et al., 1983), un cuestionario
autoadministrable de 18 ítems de los cuales 10 pertenecen a la escala original
(Bradburn, 1969), y ocho a los añadidos
por Warr et al., (1983) con el fin de fortalecer la escala de Bradburn. El instrumento
evalúa de forma directa tanto la experimentación de afecto positivo (“¿Te has
sentido muy alegre?”) como negativo
(“¿Te has sentido con ganas de llorar?”).
Los ítems presentan un formato de respuesta tipo Likert con cinco anclajes de
respuesta en función del grado de acuerdo
de los participantes que oscilan entre 1
(nunca) y 5 (generalmente o mucho). Para
la adaptación al español se siguieron los
estándares metodológicos internacionales
sugeridos por la International Test Commission (ITC) para la adaptación adecuada
de un instrumento de un contexto idiomático a otro (Muñiz, Elosua, & Hambleton,
2013; Muñiz, 2000). De esta manera, la
traducción no fue desarrollada literalmente, sino que se buscó mantener el sentido psicológico del tema.
Procedimiento
Para la adaptación y validación de la EBA
se realizó una retrotraducción de la escala
de Warr et al. (1983) en la que participaron
tres traductores independientes, siguiendo
las recomendaciones propuestas por la literatura (Hambleton & Patsula, 1999;
Haynes, Richard, & Kubany, 1995; Muñiz
et al., 2013). Una vez completado el proceso de retrotraducción, se consiguió la
aprobación del Comité de Ética de la Universidad de Buenos Aires. Luego se procedió a administrar el cuestionario en la
muestra, compuesta por estudiantes universitarios de la CABA. Los sujetos fueron
invitados a participar en la investigación
de forma voluntaria. Se les administró un
consentimiento informado previo a la aplicación de los instrumentos, en donde se les
informó que el cuestionario garantizaba el
anonimato de los participantes. A lo largo
de la administración de los cuestionarios,
los investigadores permanecieron en presencia de los participantes. Antes de responder al instrumento de evaluación, se les
hizo constar a los participantes que los datos derivados de esta investigación se utilizarían con fines exclusivamente
científicos bajo la Ley Nacional 25.326 de
protección de los datos personales.
Análisis de datos
Para realizar el análisis estadístico de los
datos se utilizaron los programas SPSS 22
y EQS 6.1. En primer lugar, se analizó la
confiabilidad de EBA a partir del análisis
de consistencia interna, empleando el estadístico alfa ordinal. En segundo lugar, la
validez de constructo fue evaluada empleando un análisis factorial confirmatorio
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Simkin, Olivera, & Azzollini
(AFC). Por otro lado, dado que las variables observables no presentan un nivel de
medición continuo, se decidió utilizar el
método mínimos cuadrados generalizados
arbitraria (AGLS, por su nombre en inglés
Arbitrary Generalized Least Squares), siguiendo recomendaciones previas en la literatura especializada (SchermellehEngel, Moosbrugger, & Müller, 2003).
Resultados
En primer lugar, se evaluó la consistencia interna de los factores a partir del estadístico
alfa ordinal siguiendo las recomendaciones
de la literatura (Elosua Oliden & Zumbo,
2008), tanto para el afecto positivo (α = ,77),
como para el afecto negativo (α = ,86).
Posteriormente, se procedió a realizar el
AFC, que fue evaluado a partir de los índices de bondad de ajuste χ2, IFI, NNFI y
RMSEA, tal como ha sido sugerido en los
antecedentes (Holgado-Tello, ChacónMoscoso, Barbero-García, & Vila-Abad,
2010; Schumacker & Lomax, 2004). Este
análisis permitió comprobar que el modelo
propuesto se ajusta a los datos recabados
en campo (Hair, Black, Babin, &
Anderson, 2009; Schreiber, Nora, Stage,
Barlow, & King, 2006), tal como se observa en la tabla 1. Se puede advertir que
los índices IFI, NNFI y CFI alcanzaron valores superiores a ,90 y RMSEA inferior a
,08, guarismos indicados como puntos de
corte que diferencian un buen ajuste de
uno mediocre, de acuerdo con la literatura
(Schreiber et al., 2006; Schumacker &
Lomax, 2004). Dada la naturaleza ordinal
de los ítems, se decidió aplicar el análisis a
partir de una matriz de correlaciones policóricas.
De acuerdo con los resultados del AFC, en
la figura 1 puede observarse el modelo de
la EBA. Los parámetros estimados estandarizados fueron todos significativos (p <
,05) (Jackson, Gillaspy, & PurcStephenson, 2009). Sin embargo, se observa que 13 de ellos no alcanzan valores
óptimos (r > ,70) (Schreiber et al., 2006).
Discusión
La EBA (Warr et al., 1983) ha demostrado
propiedades adecuadas para ser administrada en el contexto local. La misma presenta 18 ítems similares a los originales
propuestos por sus creadores (ver anexo).
A partir de la aplicación del AFC se ha podido comprobar que el modelo bifactorial
de la EBA ha presentado un ajuste adecuado a los datos obtenidos en la población
estudiada, de manera similar a lo que se ha
reportado en otros contextos (GodoyIzquierdo, Martínez, & Godoy, 2008). Si
bien el valor inferior a ,50 de la covarianza
entre las dos variables latentes (afecto positivo-afecto negativo) podría ser considerada como evidencia de validez
discriminante, llevando a contemplar la
posibilidad de incluir una nueva variable
latente e hipotetizar un modelo trifactorial
(Lévy-Mangin & Varela, 2006), es necesario considerar que modelos de más de dos
factores no cuentan con suficiente apoyo
teórico que pueda ofrecer un marco explicativo para estos hallazgos empíricos.
Tabla 1
Análisis factorial confirmatorio - Modelo bidimensional de la
Escala de Balance Afectivo (EBA)
X2(gl)
NNFI CFI IFI RMSEA (IC)
EBA 2587,50(153) ,94
,94
,95 ,05 (,04; ,06)
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Figura 1. Modelo estructural de la Escala de Balance Afectivo
*p < ,05
Por otra parte, a pesar de que los parámetros estimados no alcanzan valores óptimos, se sugiere considerar su admisión,
debido a que en el marco de la psicología
las cargas factoriales tienden oscilar en
torno a ,50 (Beauducel & Herzberg, 2006).
Por lo expuesto, se destaca la validez interna, de amplia relevancia en el proceso
de adaptación de técnicas en diferentes
contextos culturales (American Educational Research Association, American
Psychological Association, & National
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Council on Measurement in Education,
2014; Cizek, Bowen, & Church, 2010).
El presente estudio ha contribuido a contar
con herramientas válidas y confiables para
la evaluación del afecto positivo y negativo en el contexto local, lo que puede favorecer a identificar los factores que
afectan la percepción del bienestar subjetivo en Argentina, que presenta diferencias
socioculturales significativas respecto del
contexto anglosajón (Castro Solano, 2014;
Suh, Diener, Oishi, & Triandis, 1998). A la
vez, tal como ocurre en otros contextos, es-
tas líneas de investigación podrían contribuir al diseño de políticas públicas nacionales (Diener, 2000, 2013; Diener et al.,
2015). Sin embargo, en cuanto a las limitaciones muestrales, se observa que el trabajo
emplea la población de estudiantes universitarios. Por este motivo, se recomienda que
futuros estudios que se propongan emplear
la EBA utilicen poblaciones diferentes, de
modo de ofrecer mayor apoyo empírico al
constructo. Por ejemplo, se sugiere incluir
estudiantes de otras carreras, explorar las
propiedades en población general y ampliar
las edades de los participantes.
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Fecha de recepción: 30 de abril de 2016
Fecha de aceptación: 28 de noviembre de 2016
16
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Validación de la Escala de Balance Afectivo
Anexo
Generalmente
o mucho
Bastantes
veces
A veces
Escasas veces
Poco o nunca
Ítems de la Escala de Balance Afectivo adaptada al contexto argentino
1. ¿Te has sentido molesto/a por alguien?
1
2
3
4
5
2. ¿Te has sentido muy solo o distante de la gente?
1
2
3
4
5
3. ¿Has sentido que las cosas iban como vos querías?
1
2
3
4
5
4. ¿Te has sentido muy preocupado/a?
1
2
3
4
5
5. ¿Te has sentido contento/a por tener buenos amigos
o amigas?
1
2
3
4
5
6. ¿Has tenido miedo de lo que pudiera suceder?
1
2
3
4
5
7. ¿Te has sentido particularmente interesado/a o estimulado/a por algo?
1
2
3
4
5
8. ¿Te has sentido muy infeliz?
1
2
3
4
5
9. ¿Te has sentido lleno/a de energía?
1
2
3
4
5
10. ¿Te has sentido muy cansado/a?
1
2
3
4
5
11. ¿Te has sentido tan inquieto/a que no podrías permanecer en una silla?
1
2
3
4
5
12. ¿Has sentido que estabas divirtiéndote mucho?
1
2
3
4
5
13. ¿Te has sentido muy alegre?
1
2
3
4
5
14. ¿Te has sentido con ganas de llorar?
1
2
3
4
5
15. ¿Te has sentido muy eufórico/a (muy alegre o dichoso/a)?
1
2
3
4
5
16. ¿Te has sentido seguro/a respecto al futuro?
1
2
3
4
5
17. ¿Te has sentido aburrido/a?
1
2
3
4
5
2
3
4
5
18. ¿Te has sentido contento/a o satisfecho por haber
logrado algo?
Revista de Psicología
2016, 25(2), 1-17
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