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EVIDENCIAS
RADIOCARBÓNICAS PARA LAS
TRANSFORMACIONES CULTURALES
RECUAY
GEORGE F. LAU
Universidad de East Anglia
George.Lau@uea.ac.uk
INTRODUCCIÓN
Desde los principios de la arqueología científica en el Perú, la cultura Recuay ha
sido uno de los desarrollos más conocidos en la arqueología peruana (Tello, 1929,
1940; Bennett, 1944). A pesar de su identificación temprana, se conoce muy poco
sobre el carácter socio-económico de Recuay y su posición cronológica en la
prehistoria de los Andes Centrales. Problemas políticos y económicos, a fines del
siglo XX, y la tendencia general hacia estudios arqueológicos costeños contribuyeron
a limitar el conocimiento diacrónico de la cultura Recuay.
El presente trabajo detalla las evidencias disponibles para caracterizar las
transformaciones cronológicas en la tradición cultural Recuay.1 Se presentan los
datos culturales y radiocarbónicos para entender los componentes de la secuencia
Recuay como parte de patrones generales en la prehistoria andina, es decir, durante
los períodos Intermedio Temprano (o Desarrollos Regionales) y Horizonte Medio,
asociado con la expansión de la influencia Wari (Lumbreras, 1974 y 1999; Rowe y
Menzel, 1967).
CULTURA Y SOCIEDAD RECUAY
La cultura Recuay se desarrolló durante el Período Intermedio Temprano (200
a.C.– 700 d.C.) en el departamento de Ancash2. Ancash presenta una diversidad
de zonas ecológicas: el litoral Pacífico, valles costeños, la sierra andina y la zona
oriente de ceja de selva (Fig. 1). Las poblaciones Recuay utilizaron patrones
tradicionales para fines económicos en estas zonas de producción, como agricultura
(Tello, 1929), ganadería (Lau, 2001a), y comercio interregional (por ejemplo, Gero,
1992; Grieder, 1978; Smith, 1978).
Se identifica la cultura Recuay por su estilo artístico que surgió después de
la época Chavín. A pesar de su desarrollo en la misma región, la cerámica y
litoescultura, Recuay no tiene vinculaciones claras con la civilización Chavín.
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Evidencias radiocarbónicas para las transformaciones culturales Recuay
La iconografía, con temas humanos y ancestros importantes, parece ser bien
diferente, en comparación al énfasis y composición de las imagenes de mito y
transformación supernatural evidente en el arte Chavín. Además, hubo distintas
innovaciones tecnologicas y elaboración de la alfarería Recuay. Se incluyen el uso
de kaolinita en engobes y arcilla cruda, pintura polícroma y negativa, formas en
efigie y representaciones de modelos arquitectónicos (Grieder, 1978; Reichert, 1977;
Smith, 1978). Wegner (1981) documentó evidencias de basurales Recuay,
incluyendo kaolinita y fragmentos de alfarería tosca.
Los Recuay también son famosos por su litoescultura (Tello, 1929; Bennett,
1944; Schaedel, 1948; 1952). En los ejemplares, se manifiestan representaciones de
figuras importantes e imagenes de su propia cosmología y religión. En muchos
casos, los Recuay utilizaron los monolitos para adornar sus construcciones
ceremoniales. Estos monolitos estaban asociados con prácticas funerarias y cultos
a los ancestros (Tello, 1929; Lau, 2000, 2001a).
La cultura Recuay mantuvo conexiones culturales con sociedades coetáneas,
como los Mochica (Bankmann, 1979; Bruñís, 1976; Reichert, 1982), Salinar y
Gallinazo (Bennett, 1950; Fogel, 1993; Larco, 1945, 1948); Cajamarca (Julien, 1988;
Matsumoto, 1988); Lima (Makowski y Rucabado, 2000; Patterson, 1966) y con grupos
en el oriente (Church, 1996; Kauffmann Doig, s.f.). En tiempos más tardíos, hubo
interacción cultural con el Estado Wari (Lau, 2001a; Schaedel, 1952, 1993). La
posición geográfica de Recuay entre varios grupos y regiones andinas en la zona
norperuana facilitó intercambios estilísticos importantes.
Es probable que las relaciones culturales tuvieran dimensiones socioeconómicas, especifícamente el comercio entre las zonas interandinas. Para los
Recuay, conchas marinas, cerámica fina, y productos como algodón, sal, ají, y coca
fueron, probablemente, extraidos de la costa. De la zona oriente, podemos anticipar
el intercambio de plumas, pieles (especialmente de jaguares) y otros objetos preciosos
extraordinarios. El tráfico incluyó mercancias serranas como metales y productos
agrícolas como la papa, oca, olluco y/o camélidos (vivos o en forma de ch’arki).
Tambien se trafico textiles y lana o fibra de camélidos, que también fueron productos
importantes de las comunidades pastoriles (Lau, 2001a: 416-417). Muchos sitios
Recuay se ubican en rutas de comercio, frecuentemente como fortalezas en las
cimas de los cerros o centros económicos regionales en los valles – por ejemplo, en
el Callejón de Huaylas y las faldas occidentales de los Andes (Grieder, 1978; Proulx,
1982; Smith, 1978). Aldeas, como Chinchawas, se ubican en zonas intermedias,
del tipo «ecotone», para el cultivo en las alturas y también para la ganadería de
camélidos (Lau, 2001a).
Como en otras culturas del Intermedio Temprano, la guerra es un tema
importante en la comprensión de la cultura Recuay (Lumbreras, 1974: 112-116).
Guerreros, armas, y cabezas trofeos son motivos comunes en el arte recuay,
especialmente en litoescultura (Lau, 2000; Makowski y Rucabado, 2000; Tello,
1929: 75-80; Schaedel, 1948: Figs. 56-57). Algunas escenas pintadas en vasijas
pueden representar conflictos entre guerreros Mochica y Recuay (identificado por
Steven Wegner, en Proulx, 1982: 90). Además, los sitios arqueológicos Recuay
frecuentemente se caracterizan por su ubicación estratégica, acceso restringido, y
George F. Lau
Fig. 1. Chinchawas y los sitios arqueológicos de Callejón de Huaylas y Conchucos.
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Evidencias radiocarbónicas para las transformaciones culturales Recuay
fortificaciones, tal como se han representado en vasijas (por ejemplo, Lumbreras,
1978: 113). Investigaciones arqueológicas en las fortalezas han recuperado
evidencia de armas, como mazas, piedras redondas para hondas, lanzas, y estólicas
(Antúnez, 1941; Lau, 2001a; Tello, 1929). Tal como en la cultura Mochica y Nasca,
el surgimiento de la iconografía de temas guerreros en el arte Recuay aparentemente
refleja maneras para distinguir o mostrar nuevas relaciones sociales y representar
el poder político y prestigio de líderes.
A mediados del Período Intermedio Temprano, parece que hubo un número
de facciones políticas Recuay, probablemente organizadas, como los curacazgos o
señorios de los tiempos etnohistóricos. No se sabe definitivamente si hubo
organización bien centralizada y estratificada, como algunos arqueólogos han
propuesto (Smith, 1978; Shimada, 1994: 86, 258). No obstante, se puede definir,
por lo menos, una serie de sociedades complejas bien adaptadas a las zonas
interandinas que se caracterizan por atributos similares en cultura, iconografía y
patrones de vida – como prácticas funerarias, comercio, y sistemas de asentamiento.
Al igual que los Mochica y Nasca, la cultura Recuay forma parte de los
Desarrollos Regionales que se dieron durante el Período Intermedio Temprano.
Sin embargo, a diferencia de sus culturas coetáneas, falta mucha evidencia en la
reconstrucción diacrónica de los Recuay– es decir, datos que necesitamos para
definir mejor la emergencia y carácter de grupos recuay. El presente trabajo aborda
el problema fundamental: no se puede entender la prehistoria Recuay sin mejorar
la reconstrucción de las transformaciones culturales y sus relaciones cronológicas
con otras culturas; Por ello,queremos mostrar un amplio y preciso panorama de la
época post-Formativa en el Perú.
ESTILO Y CRONOLOGÍA POST-CHAVÍN EN EL
CALLEJÓN DE HUAYLAS
Utilizamos datos disponibles para detallar una cronología absoluta post-Chavín
de la sierra del departamento de Ancash. Está basada en las asociaciones
estilísticas de contextos arqueológicos (Cuadro 1 y 2). Todos los fechados
radiocarbónicos se reportarán en años A.P. (antes del presente), calibradas a rangos
2-sigma a.C. o d.C. (utilizando Calibre versión 4.3, Stuiver y Pearson,1993 y/o los
rangos mencionados en Zió³kowski, et al. 1994).3
En algunas partes del presente trabajo nos referiremos a la «tradición»
cultural Recuay como un término general para describir cuatro componentes
distintos en la evolución de Recuay, es decir: fases de Huarás, Recuay, Recuay
Tardío e influencia Wari Temprano. Estimamos que la tradición duró
aproximadamente del 1 al 800 d.C. Estudios sistemáticos con énfasis a sub-fases y
variación de culturas regionales deben mejorar la reconstrucción presente.
George F. Lau
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Estilo Huarás (200 a.C. – 250 d.C.)
Desde el planteamiento original de Bennett (1944), la cultura Huarás y su posición
temporal ha sido problemática. La mayoría de los arqueólogos están de acuerdo
que la cerámica de tipo Huarás (o Huaraz) blanco-sobre-rojo ocurre antes de
materiales Recuay (Bennett,1944; Grieder, 1978; Lumbreras, 1970, 1974) o forma
parte temprana de una secuencia general recuay, cuyo inicio empezó a fines del
Horizonte Temprano (Lanning, 1965; Gambini, 1984).
Se considera Huarás como componente temprano de la tradición Recuay a
través de su cultura. Las preferencias de alfareros Huarás por cuencos abiertos y
jarras pequeñas, engobes de color rojo, y decoración en líneas verticales y
horizontales (en los exteriores de bordes) se mantienen en el período Recuay. Otros
elementos culturales, como prácticas funerarias, iconografía en litoescultura, y
mampostería, también muestran afinidades con Recuay (Bennett, 1944: 36 -50;
Lanning, 1965:140; Lumbreras, 1970: 69-74).
En Chavín de Huántar, Huaricoto, y posiblemente en Pashash, se han
encontrado materiales Recuay estratigráficamente sobre alfarería blanco-sobrerojo (Burger, 1985: 125; Grieder, 1978: 63-65; Lumbreras, 1970). Otros estudios
hacen más clara la distribución y contextos de uso de la cerámica Huarás (Gero,
1992; Isbell, 1989, 1991; Lynch, 1980; Ponte, 1999). Los datos de excavación
comprueban la hipótesis de Bennett (1944: 109) que el período Huarás debe ser
considerado hacia los finales Chavín y los inicios de las fases de cerámica kaolinita
Recuay. No se puede detallar precisamente los cambios culturales entre HuarásRecuay, pero es evidente que la transición se caracteriza por elementos de
continuidad (Gero, 1992, 2001b; Lanning, 1965; Lumbreras, 1970).
Hay diez fechados radiocarbónicos encontrados con asociaciones de
cerámica blanco-sobre-rojo. Investigaciones en Chavín de Huántar reportaron
tres fechados: 2640 ± 70 A.P. (HAR-1104, 919-562 a.C.); 2480 ± 70 A.P. (HAR1109, 801-398 a.C.); 2100 ± 100 B.P. (Gif-1079, 390 a.C.- 123 d.C.) (Amat, 1976b;
Lumbreras, 1989). Las excavaciones en el sitio de Cueva Guitarrero encontraron
una muestra, 2315 ± 125 A.P. (SI-1504, 790 – 52 a.C.) (Lynch, 1980: 43). Un
fechado del sitio de Chunta Ranra Punta, por la Mina Pierina, demuestra 2230
± 55 A.P. (AA32484, 399 – 124 a.C.) (Ponte, 1999: 106). Gero (1992: 17) analizó
siete fechados de Queyash Alto, los dos más tempranos asociados a cerámica
Huarás son de 2220 ± 150 A.P. (Beta-31354, 763 a.C. – 79 d.C.) y 2140 ± 90 A.P.
(Beta-31357, 396 a.C. – 54 d.C.).4 Hay dos fechados de Pashash: 1640 ± 80 A.P.
(Tx-944, 237 – 601 d.C.) y 1610 ± 170 A.P. (Tx-1332, 34 – 768 d.C.) (Grieder,
1978). Finalmente, las excavaciones en La Pampa recuperaron una muestra en
la estructura circular, referido como la «RCC», con un fechado de 640 ± 50 A.P.
(TK-173, 1279-1410 d.C.) – asociado con un estilo blanco-sobre-rojo (Terada,
1979: 178).
En base de estas fechas absolutas, la cerámica con decoración blancosobre-rojo parece tener una larga duración de fabricación y uso. Sin embargo,
es evidente que la cultura Huarás tiene sus inicios a finales del Horizonte
Temprano.
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Evidencias radiocarbónicas para las transformaciones culturales Recuay
Estilo Recuay ( 250 – 650 d.C.)
La evidencia radiocarbónica define la duración del estilo Recuay entre 250 a 650
d.C. La mayoría de los estudios recuay se han especializado en el valle interandino
del Río Santa, es decir, el Callejón de Huaylas, ubicado entre las Cordilleras Negra
y Blanca (Fig. 1). Centros importantes de grupos Recuay surgieron en: Aija y Katak
en el sur del Callejón de Huaylas (Bennett,1944; Tello, 1929, 1940), Huaraz y Caraz
hasta Cabana (Pashash) en el norte (Grieder, 1978; Smith, 1978).
Ocupación intensa también ocurrió en las faldas occidentales de la Cordillera
Negra, en particular en los valles altos de Santa (Grieder, 1978; Larco, 1962; Wilson,
1988), Nepeña (Gambini, 1984; Proulx, 1982), y en menor nivel, Casma (Lau, 2001a;
Mejía, 1941) y Huarmey (Tello, 1929; Wegner, 1981). Por tal razón, algunos
consideran que Recuay tuvo sus orígenes en la costa (Gambini, 1984: 130-133;
Larco, 1962: 15). La influencia Recuay también es fuerte en los valles tributarios
del Marañon, al este de la Cordillera Blanca, conocido como el Callejón de
Conchucos. Tello (1929, 1960), Bennett (1944), Lumbreras (1970) y Burger (1982,
1984) recuperaron materiales Recuay en el sitio de Chavín de Huántar y sus
cercanías. También, restos de tumbas y patrones de asentamiento manifiestan
ocupaciones intensivas en los Conchucos por comunidades Recuay (Espejo, 1957;
Amat, 1976b; Herrera, 1999; Wegner, 2001).
Se define la cerámica Recuay «clásica» por un repertorio de atributos
diagnósticos: de pasta fina y delgada, el uso de arcilla blanca (kaolinita), pintura
bi-croma y tri-croma, decoración negativa, diseños escultóricos, formas distintas y
un grupo de motivos característicos (Eisleb, 1987; Grieder, 1978; Makowski y
Rucabado, 2001; Reichert, 1977; Smith, 1978). Seriaciones estilísticas han sido
presentadas, pero todavía no hay consenso sobre su validez a causa de la falta de
documentación, control estratigráfico y fechados radiocarbónicos (Amat, 1976b:
534; Bennett, 1944: 99-104; Gambini, 1984: 144-147; Kroeber, 1944: 93-96; Tello,
1929: 85-98).
Nuestro trabajo está basado en determinaciones radiocarbónicas con
asociaciones claras a la cerámica del estilo Recuay. Los contextos arqueológicos
de Pashash, ubicado en Cabana (Pallasca), ofrecen la mejor colección de fechados,
asociados con cerámica fina y otras ofrendas en tumbas muy elaboradas del mundo
conocido Recuay. Grieder (1978) define tres sub-fases del período Recuay: Quimít,
Yaiá y Huacohú. Fechados para el período general Recuay incluyen: 1400 ± 60
A.P. (Tx-1329, 541 – 765 d.C.), 1500 ± 90 A.P. (Tx-940, 386 – 685 d.C.), y 1580 ± 70
A.P. (Tx-942, 263 – 639 d.C.). Dos fechados ayudan a definir la fase Yaiá [1590 ± 60
A.P. (Tx-1824, 264 – 616 d.C.) y 1380 ± 100 A.P. (Tx-943, 435 – 886 d.C.)] y la fase
Huacohú [1490 ± 70 A.P. (Tx-941, 420 – 664 d.C.) y 1110 ± 270 A.P. (Tx-1331, 412 –
1401 d.C.)]. A través de estas muestras, se puede estimar que la ocupación principal
representada en la cronología absoluta de Pashash ocurrió entre los años 350 a
650 d.C.
Fechados también se reportaron para las investigaciones en la región
Carhuaz-Marcara del Callejón de Huaylas, hechas por Gary Vescelius y Hernán
Amat en los sesenta, pero sin llegar a publicar los contextos y asociaciones
George F. Lau
Cerámica Kayán
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Fig. 2
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Evidencias radiocarbónicas para las transformaciones culturales Recuay
culturales completamente (Buse, 1965; Ravines, 1982; Ziólkowski, et al. 1994). No
obstante, cabe mencionar la existencia de dos fechados con rangos razonables
para el período Recuay: 1541 ± 125 B.P. (I-1353, 240 – 758 d.C.) y 1621 ± 145 A.P. (I1359, 81 – 676 d.C.).
La zona de Huaraz, ubicada entre la confluencia de los ríos Santa y Quillcay,
constituyó otro centro importante para desarrollos Recuay (Bennett, 1944; Schaedel,
1948, 1952). Investigaciones en el sitio de Balcón de Judas recuperaron cantidades
de alfarería de kaolinita del estilo Recuay, con pintura monocroma y polícroma en
líneas sobre los bordes exteriores (Wegner, 1981). Desgraciadamente, fechas
absolutas todavía no existen para los contextos arqueológicos. Eisleb (1987)
describió alfarería similar de la Colección Macedo (Museum Für Völkerkunde,
Berlin), una colección de materiales extraidos de las tumbas de Roko Amá en Katak.
El término «Recuay» deriva de los materiales de este cementerio y su ubicación
cerca al pueblo de Recuay en el Callejón de Huaylas (Bennett, 1944: 64).
En los niveles más bajos del sitio Chinchawas, ubicado al oeste de Huaraz,
se encontró cerámica muy similar a los materiales de Katak y Balcón de Judas (Lau,
2001a). La cerámica llamada «Kayán», pertenece a una ocupación local recuay
(Fig. 2). Existe un sólo fechado para esta fase: 1710 ± 50 A.P. (AA32365, 229-429
d.C.). Toda la evidencia radiocarbónica indica que la cerámica «clásica» Recuay
sólo fue fabricada durante un período relativamente breve, entre los años 250 a
600/650 d.C, aproximadamente.
Estilo Recuay Tardío (600 – 700 d.C.)
A fines del siglo VI d.C, la cerámica kaolinita y de pasta fina desapareció dando
lugar a la proliferación de una alfarería más rústica. Se caracteriza por su poca
calidad y decoración local. Se conoce como «Chinchawasi 1 Ware A» (Fig. 3, 4, 5)
en el sitio de Chinchawas (Lau, 2001a: 187-196). En Pashash, un estilo asociado,
llamado «Usú», se manifiesta en la secuencia local (Grieder, 1978: 70). En la zona
de la Mina Pierina, existen algunos ejemplos en las fases Cotojirca III y IV (Ponte,
1999: Figs. 55, 61). Ejemplos de vasijas asociados al estilo Recuay Tardío ocurren
en Chacas; en la zona de Conchucos (Wegner, 2000: 16) y quizás en Katak (Eisleb,
1987: figs. 23, 38, 92). También tiene semejanzas en la cerámica de estilo «Callejón»
identificada en el valle del río Mosna (Lumbreras, 1970: 67).
Basándonos en comparaciones estilísticas, los cambios culturales
manifiestan la disolución gradual de la alfarería fina recuay «clásica». La alfarería
de Recuay Tardío utiliza pastas más toscas, de color beige o rojizo y manifiesta la
desaparición general de la kaolinita. El uso de decoración escultórica y pintura en
negativo no es tan común como antes. La decoración pintada no es tan fina: las
líneas son más anchas, con menos detalle y frecuentemente, se usa sólo el color
rojo. Normalmente, los alfareros pintaban en los exteriores de cuencos y jarras.
Los diseños comunes son variaciones del repertorio Recuay: meandros
horizontales, líneas paralelas verticales u horizontales y motivos básicos
George F. Lau
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Fig. 3 Cerámica Chinchawasi 1
Evidencias radiocarbónicas para las transformaciones culturales Recuay
Fig. 4 Cerámica Chinchawasi 1
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George F. Lau
Fig. 5 Cerámica Chinchawasi 1
geométricos (rectángulos, triángulos, y círculos). En suma, se puede considerar
estos rasgos como componentes tardíos de la tradición Recuay.
En base a la evidencia radiocarbónica, la alfarería Recuay Tardío fue usada
hasta el inicio del siglo VIII d.C. La fase Chinchawasi 1 tiene tres fechados: 1395
± 45 D.P. (AA32369, 598 – 689 d.C.), 1375 ± 45 A.P. (AA32371, 602 – 763 d.C.) y
1305 ± 45 A.P. (AA32368, 652–801 d.C.). También, se puede considerar
provisionalmente dos fechados del sitio de Queyash Alto, asociados con materiales
denominados «post-Recuay»: 1350 ± 80 A.P. (Beta-30112, 543 – 879 d.C.) y 1360 ±
90 A.P. (Beta-31353, 537 – 886 d.C.).5
Estilos de Influencia Wari Temprano (700 – 850 d.C.)
Durante el desarrollo final de Recuay, influencias culturales extranjeras se hicieron
presentes, en particular de la zona de la Sierra Central de Ayacucho. Se inicia la
influencia Wari en el Callejón de Huaylas, como parte de la fase «Early Honco» (o
Honco Temprano) llamado por Vescelius (Lanning, 1965: 140; Buse, 1965: 327).
Isbell (1991) describe tres fechados en niveles asociados con materiales Wari: 1380
± 70 A.P. (n/a 3, 541 – 777 d.C.), 1280 ± 70 A.P. (n/a 5, 642 – 937 d.C.), y 1240 ± 90
146
Evidencias radiocarbónicas para las transformaciones culturales Recuay
A.P. (n/a 1, 642 – 993 d.C.). También, en Honcopampa, Isbell (1989: 112; 1991: 34)
menciona una muestra asociada con la construcción de edad Wari (grupo-patio
AC-5) en una trinchera con contenido de cerámica del tipo «Recuay» y «Huarás»:
1330 ± 100 B.P. (n/a 2, 539 – 943 d.C.).6 Las fechas indican que la irrupción Wari
ocurrió a inicios del siglo VIII d.C. y estimuló varios proyectos arquitectónicos en el
Callejón de Huaylas, mejor conocidos como estructuras en forma «D» y los recintos
tipo «patio-groups» (Isbell, 1989; 1991). Lamentablemente, todavía no existe una
descripción comprensiva de la cerámica de Honcopampa para hacer
comparaciones cronológicas.
Transformaciones culturales existen para la transición entre las fases de
Chinchawasi 1 a Chinchawasi 2 (Lau, 2001a). Patrones en arquitectura,
implementos líticos y objetos de comercio de larga distancia indican
transformaciones culturales importantes pero, la cerámica decorada local, ofrece
la mejor evidencia. Básicamente, la manera principal de fabricación y decoración
sigue siendo la pintura roja oscura sobre engobe de color crema o beige. Sin embargo,
hay nuevos patrones en la popularidad de formas de vasijas. También, la cerámica
se caracteriza por una pasta de un rojo intenso (color ladrillo), decayendo totalmente
la preferencia (o acceso ) a arcillas finas y blanquecinas, tipificada por la kaolinita.
Los alfareros de esta época prefirieron pintar los diseños en el interior de los cuencos
(en la anterior , prefirieron pintar en los bordes externos). Patrones en diseños
pintados existen, con énfasis en la doble cara con dientes (interior), presencia de
diamantes interpuestos y la desaparición de motivos anteriores (Fig. 6, 7 y 8).
Fig. 6 Cerámica Chinchawasi 2
George F. Lau
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Finalmente, la alfarería local tipo blanco-sobre-rojo (llamado Chinchawasi 1 Ware
B) pasó de moda.
En Chinchawasi y otros sitios del Callejón de Huaylas, la alfarería local
predomina sobre la cerámica exótica con mayor frecuencia que en las fases
anteriores. Materiales importados incluyen Chakipampa B y los estilos Cajamarca
(Bennett, 1944: figs. 9,10,13; Lanning, 1965: 140; Lau, 2001a; Menzel, 1964), Moche
Tardío y otros estilos de la Costa Norte (Lau, 2001a; Ponte, 1999) y cerámica de
kaolinita no-Recuay (Lau, 2001a) – típicamente de contextos funerarios (Lau, 2001a:
283-334). La frecuencia de cerámica importada indica interacción importante de
larga distancia, probablemente facilitada por la expansión temprana y organización
económica de Wari (ver Castillo, 1993, 2001; Menzel, 1964; Shimada, 1994).
Existen tres fechados para la fase Chinchawasi 2: 1290 ± 45 A.P. (AA32367,
657 – 863 d.C.), 1255 ± 45 A.P. (AA32366, 663 – 890 d.C.), y 1180 ± 45 A.P. (AA32372,
694 – 980 d.C.). Al parecer, los fechados de Honcopampa son ubicados,
básicamente, dentro el rango del siglo VIII d.C. Ponte (1999) muestra un fechado
del sitio de Ancosh Punta, asociado a Ancosh/Cotojirca IV, del período de influencia
Wari (AA32481, 686-981 d.C.). Una muestra de Queyash Alto, de asociación «postRecuay», puede pertenecer al período de influencia Wari Temprano: 1210 ± 80 A.P
(Beta-30115, 659 – 998 d.C.).
Estilos de Influencia Wari Tardío ( 850 – 950 d.C.)
Se caracterizan por la desaparición completa de los atributos Recuay en la
producción de alfarería local en Ancash. En cambio, se ve la emergencia de cerámica
nueva con semejanza a los estilos seculares de derivación Wari (Lumbreras, 1974;
Menzel, 1964).
En las cabeceras de Casma, a mediados del siglo IX d.C., la fase Chinchawasi
2 fue reemplazada por una cultura asociada con la cerámica «Warmi» (Lau, 2001a).
La cerámica Warmi utiliza una pasta roja o naranja, ocasionalmente con engobe
del mismo color. El tratamiento decorativo no es tan elaborado como antes,
frecuentemente se encuentran líneas o estriaciones de fabricación sin pulir. Los
alfareros pintaban principalmente en el interior de los cuencos, con colores negro
y purpura. Los principales diseños son tipo «lattice», «wing» (o «ala»), bandas,
meandros y arcos agrupados. La decoración plástica se usa más frecuente, en
forma de puntuaciones e incisiones lineales agrupadas en las asas y/o cuellos de
jarras/cántaros (Fig. 9, 10 y 11). Adornos de apliqué con incisiones también se
hicieron más populares que antes. Poseen semejanzas con esta fase algunas piezas
de la fase Cotojirca IV de la zona Pierina (Ponte, 1999: fig. 24). Parece que la fase
Warmi tiene mejor relación con la fase «Late Honco», descrito por Vescelius para
la zona Carhuaz-Marcará en el Callejón de Huaylas (Lanning, 1965: 140).
La posición temporal de Warmi y otros estilos emparentados de finales del
Horizonte Medio, está asociada a tumbas o mausoleos, es decir chullpas (Bennett,
1944: Fig. 4; Lau, 2001a). Artefactos exóticos recuperados en excavaciones en
chullpas pertenecen a estilos de derivación Wari no temprano, como Viñaque (Tello,
Evidencias radiocarbónicas para las transformaciones culturales Recuay
Fig. 7 Cerámica Chinchawasi 2
148
George F. Lau
149
Fig. 8 Cerámica Chinchawasi 2
Cerámica Warmi
Evidencias radiocarbónicas para las transformaciones culturales Recuay
Fig. 9
150
George F. Lau
151
1929: 27; Terada, 1979: plate 73b; Isbell, 1991: 34); Middle Cajamarca (Matsumoto,
1988; Terada, 1979: plate 73a), y Nievería (Lau, 2001a: 289-290). Es muy interesante
notar la frecuencia de cerámica tipo estampado (Lanning, 1965; Lau, 2001a),
probablemente de producción costeña, como de Supe, Huarmey (Thompson, 1966),
Casma (Collier, 1962), y los valles al norte, como Santa (Wilson, 1988), Virú (Collier
1955), Moche y Chicama (Larco, 1948).
Las determinaciones radiocarbónicas de los niveles Warmi en Chinchawasi
datan de la segunda mitad del siglo IX d.C. (Lau, 2001a: 263-264). Los fechados,
recuperados en excavaciones de diversos pozos de prueba son: 1170 ± 55 A.P.
(AA32373, 692 – 994 d.C.), 1160 ± 45 A.P. (AA32374, 730 – 985 d.C.), y 1150 ± 50
A.P. (AA32370, 731 – 998 d.C.). Hay fechados de ocupación tardía en Yarcok,
Pierina (AA32490, 1125 ± 50 A.P., 778 – 1018 d.C.) y en Queyash Alto (Beta-30114,
1160 ± 80 A.P., 679 – 1022 d.C.) que tienen rangos similares a las fechas de
Chinchawas (Gero, 1992; Ponte, 1999).7 Ver nota 4. Este grupo de fechados indica
que el período de influencia Wari Tardío surgió y terminó rápidamente.
Estilo Aquillpo (d.C. 950 – Inka)
En el Callejón de Huaylas proliferó una cultura después de la expansión Wari,
denominada «Aquillpo» o «Akilpo», llamado así por la Quebrada Aquillpo en la
Cordillera Blanca (Vescelius, en Lanning ,1965). La cerámica del estilo Aquillpo se
conoce en muchos sitios arqueológicos de los andes nor-centrales, como la zona de
Pierina (Ponte, 1999), Honcopampa (Isbell, 1989, 1991), Balcón de Judas (Wegner,
1981), y Pójoc (Burger, 1982). En Chinchawas, identificamos una manifestación
local llamada estilo «Chakwas» (Lau, 2001b: Fig. 7).
La alfarería Chakwas tiene elementos comunes: pasta tosca de color ladrillo
y rojo, tratamiento superficial mínimo y decoración plástica. Puntuaciones,
incisiones, y adiciones en apliqué son comunes en los exteriores y bordes de
cuencos, así como en asas y bordes de jarras/cántaros. Ocasionalmente, se agregan
líneas y putuaciones. Si bien es cierto que el uso de la pintura se reduce en la
alfarería Chakwas, algunos ejemplares tienen color oscuro con diseños geométricos
al interior de los cuencos abiertos (Fig.12,13). Basándose en asociaciones,
semejanzas estilísticas y la superposición estratigráfica, se interpreta que las
manifestaciones del estilo Chakwas surgieron después de la influencia Wari y
pertenecen básicamente al Período Intermedio Tardío.
No hay fechados en contextos de ocupación residencial Chakwas o Aquillpo.
Estudios en sitios de la Mina Pierina han producido algunas determinaciones que
tienen rangos tardíos, sugeriendo una ocupación pre-Inka entre los 1200 – 1450
d.C. (Ponte, 1999). Es notable ciertos fechados en contextos funerarios en el Callejón
de Huaylas (por ejemplo, AA32376 y AA32377) que, a pesar de las asociaciones
culturales (Recuay Tardío e Influencia Wari), pertenecen a la fase Aquillpo. Es
probable que las fechas representen episodios de reutilización de las tumbas para
nuevos entierros durante la época Pre-Inka en la sierra de Ancash.
Cerámica Warmi
Evidencias radiocarbónicas para las transformaciones culturales Recuay
Fig. 10
152
George F. Lau
Cerámica Warmi
153
Fig. 11
154
Evidencias radiocarbónicas para las transformaciones culturales Recuay
Fig. 12 Cerámica Chakwas
También notamos que existe un sólo fechado, para el período de influencia
Inka en el Callejón de Huaylas; que pertenece a la fase Caserones de La Pampa: 500
± 70 A.P. (TK-193, 1302 – 1609 d.C.) (Terada, 1979).
CONCLUSIONES
El presente trabajo reconstruye una secuencia cultural y absoluta para la cultura
Recuay y sus transformaciones basándonos en la evidencia cultural y fechados
radiocarbónicos. Además señalamos algunos problemas importantes que quedan
en la arqueología norperuana.
En primer lugar, todavía es muy difícil comprender el componente temprano
de la tradición Recuay, es decir, la fase Huarás, a través de los datos disponibles.
Los fechados de contextos con cerámica blanco-sobre-rojo tienen bastante
variabilidad en el tiempo. Sorprendentemente, parece que las fechas de su uso
comenzaron temprano y quizás terminó tarde en la secuencia. Se debe tener una
mejor definición de la cerámica Huarás. En el sitio de Chinchawas, se encontró
una cerámica estilísticamente de la tradición «blanco-sobre-rojo» (Lau, 2001a: Fig.
7.7; Lau, 2001b: Fig. 4n-p), pero no es del tipo Huarás, sensu (Bennett, 1944). Por
155
George F. Lau
Fig. 13 Cerámica Chakwas
sus asociaciones definidas en la fase Chinchawasi 1 (y por fechas), es claro que
este tipo de cerámica – es decir, de una alfarería no-Huarás que utiliza pintura
blanca sobre una pasta roja – fue fabricada hasta los fines del período Recuay.
En segundo lugar, se aprecia una interrupción de ocupación entre los años
100 a.C. hasta 200 d.C., que se manifiesta por los contextos fechados. Este período
es normalmente interpretado como la fase Huarás pero, es notable que todavía los
diez fechados de asociación cerámica Huarás no lo cubran. No se sabe si la
interrupción deriva a causa de la muestra de estudio o refleja una ausencia cultural
de ocupación despúes de la influencia Chavín.
La evidencia presente sugiere que la manufactura de cerámica Recuay,
definida por la combinación de atributos «clásicos» (como kaolinita, pintura
negativa, diseños y formas particulares, etc.), tuvo un período de popularidad
breve. No se puede decir definitivamente, pero es posible que el uso de Recuay
clásico fue limitado a unos cuatro siglos. Es necesario tener mejores contextos
arqueológicos para identificar subfases de la cultura Recuay provenientes de
excavaciones estratigráficas en basurales y contextos residenciales y no sólo de
contextos funerarios.
156
Evidencias radiocarbónicas para las transformaciones culturales Recuay
La secuencia absoluta que ahora tenemos para Recuay Tardío tiene relaciones
importantes con los nuevos estudios cronológicos de Moche y Wari (Cuadro 3). En
base a la nueva evidencia es muy probable que la ocupación Moche IV duró hasta
los 700 d.C. en los valles de Moche y Chicama (Chapdelaine, 1998; Russell et al.
1998). Esta observación estaría de acuerdo con la mayoría de los fechados de
Moche V en el octavo siglo a.C. (Shimada, 1994).
La aparición de la influencia Wari en Moche V y Chinchawasi 2, evidenciado
por los fechados radiocarbónicos, sugiere que el Horizonte Medio en la costa norte
y la sierra de Ancash se inició aproximadamente en el año 700 d.C., como es el caso
de la cultura Moche (Castillo, 2001) y, en Chinchawasi, los vestigios finales de la
tradición Recuay aparecen cerca del año 800 d.C. (Lau, 2001a). Al parecer, hubo
una época transicional cuando grupos Recuay y Wari estuvieron en interacción,
como se nota en mezclas estilísticas en litoescultura y cerámica (Grieder, 1978;
Lau, 2001a; Schaedel, 1952; Wegner, 2001). Aparentemente, la influencia Wari
ocurrió más temprano en la zona de Huamachuco, si nos basamos en las muestras
radiocarbónicas tomadas por John y Theresa Topic (J. Topic y T. Topic 1983; T.
Topic y J. Topic 1984).
No obstante, es claro que los cambios culturales de este período no ocurrieron
aislados, a pesar de varias expresiones locales y regionales de influencia Wari. Es
necesario desarrollar hipótesis para explicar la presencia de Wari y las
transformaciones culturales fundamentales en muchas zonas del norte del Perú.
Al parecer la interacción, comercio regional, la variabilidad en autonomía local, y
trayectorias diacrónicas simultáneas serán útiles para dar luz al fenómeno complejo
de Wari en la zona norperuana (Castillo, 2001; Lumbreras, 1999; Schreiber, 1992;
Shady, 1988; Shimada, 1994; Topic, 1991).
Una cronología cultural es básica para la comparación temporal de
desarrollos regionales coetáneos. Este trabajo está enfocado en las transformaciones
culturales en Ancash, después de la desintegración de la civilización Chavín. Sin
duda, las observaciones del presente trabajo son preliminares e investigaciones
arqueológicas en el futuro deben mejorar el carácter y cronología de la prehistoria
de la Sierra Norte de Ancash.
(Notas)
1
Agradecimientos: Quisiera agradecer al Instituto Nacional de Cultura de Lima y Huaraz por la
supervisión y ayuda logística durante las investigaciones de campo, bajo Resolución Directoral
Nacional 419-96/INC. A los Arqueólogos Victor Ponte y Joan Gero que me hicieron disponibles
datos todavía inéditos. Quisiera agradecer también a Richard Burger, Steven Wegner, y Bebel
Ibarra por la ayuda en la realización de este trabajo. Partes de este artículo están basados en el
manuscrito inédito por el autor, titulado «A Review of Recuay Chronology».
2
En el presente artículo, me refiero a fechas en escala calibrada a.C. (antes de Cristo) o d.C.
(despúes de Cristo).
3
Para la presente contribución, he re-analizado las fechas de Chinchawas, usando Calib. versión 4.3.
Las fechas mencionadas en Lau (2001) usaron Calib. versión 3.0.3 (Stuiver y Pearson, 1993).
4
Informacion no publicada, por Joan Gero, Febrero 2001. Dos fechados son mencionados en Gero
(1992).
5
Ver nota 4.
6
No hay números de identificación de laboratorio para las muestras de Honcopampa (Isbell, 1989,
1991).
157
George F. Lau
Sitio y referencia
14
No. de
C edad
Laboratorio (años A.P.)
1-sigma
2-sigma
Asociación
cultural
Contexto (material)
HUARÁS
Chavín de Huántar (Lumbreras 1989)
HAR-1104
832-791 A.C.
919-562 A.C.
Chavín de Huántar (Lumbreras 1989)
HAR-1109
2480±70
787-409 A.C.
801-398 A.C.
Huarás
Si-1504
2315±125
517-204 A.C.
790-52 A.C.
Huarás-Recuay
Unidad 47, fogón (madera)
386-201 A.C.
399-124 A.C.
Cotojirca II
Locus 137 (carbón vegetal)
Guitarrero Cave (Lynch 1980)
Chunta Ranra Punta (Ponte 1999)
2640±70
Huarás
Carbón Vegetal, entierro 7
Carbón vegetal, basura del período Huarás
AA32484
2230±55
Queyash Alto (Gero 1992)
Beta-31354
2220±150
403-54 A.C.
763 A.C.-D.C.79
Huarás
Queyash Alto (n/a)
Beta-31357
2140±90
357-46 A.C.
396 A.C.-D.C.54
Huarás
Nivel blanco sobre rojo (carbón vegteal)
Gif-1079
2100±100
350 A.C.-D.C.16
390 A.C.-D.C.123
Huarás
Sector NE de atrio del templo viejo, nivel 5 (carbón)
Chavín de Huántar (Amat 1976)
D.C. 263-534
D.C. 237-601
Quinú
Nivel blanco sobre rojo (carbón vegteal)
Pashash (Grieder 1978)
Tx-944
1640±80
Pashash (Grieder 1978)
Tx-1332
1610±170
D.C. 243-638
D.C. 34-768
Quinú
La Pampa (Terada 1979)
TK-173
640±50
D.C. 1293-1396
D.C. 1279-1410
white-on-red
Relleno/nivel Quinú -Corte 4 Nivel 4 (carbón vegetal)
Chinchawas (Lau 2001)
AA32365
1710±50
D.C. 256-408
D.C. 229-429
Kayán
Àrea quemada, OP9 .Niv. J, Terr. 1 (carbón vegetal)
Pashash (Grieder 1978)
Tx-1824
1590±60
D.C. 411-540
D.C. 264-616
Recuay-Yaiá
Relleno/entierro capilla, Cte 12 Niv 4 (carbón vegetal)
Pashash (Grieder 1978)
Tx-942
1580±70
D.C. 411-559
D.C. 263-639
Recuay
Aluvial, Corte 3, Nivel 2 (carbón vegetal)
Pashash (Grieder 1978)
Tx-940
1500±90
D.C. 433-647
D.C. 386-685
Recuay
Aluvial/superficie, Corte 3 Nivel 2(carbón vegetal)
Pashash (Grieder 1978)
Tx-941
1490±70
D.C. 475-643
D.C. 420-664
Huacohú
Viga quemada, Corte 4 Nivel 2 (carbón vegetal)
Pashash (Grieder 1978)
Tx-1329
1400±60
D.C. 604-669
D.C. 541-765
Pashash (Grieder 1978)
Tx-943
1380±100
D.C. 600-764
D.C. 435-886
Yaiá
Relleno/estruturas, Corte 3, nivel 4(carbón vegetal)
Pashash (Grieder 1978)
Tx-1331
1110±270
D.C. 658-1216
D.C. 412-1401
Huacohú
Relleno piso/casa, Corte 9, nivel 3 (carbón vegetal)
AA32369
Relleno/piedra, C9, N4, Blanco/rojo (carbón vegetal)
Estructura RCC , sobre pico (carbón vegetal)
RECUAY
mid-Recuay (Yaiá) Relleno/entierro, Corte 12, Nivel. 6 (carbón vegetal)
RECUAY TARDÍO
Chinchawas (Lau 2001)
1395±45
D.C. 622-664
D.C. 598-689
Chinchawasi 1
Mitad de la base, OP19 Nivel L (madera/hueso)
AA32371
1375±45
D.C. 642-677
D.C. 602-763
Chinchawasi 1
Bajo batan - OP49 Nivel (carbón vegetal)
Queyash Alto (n/a)
Beta-31353
1360±90
D.C. 618-768
D.C. 537-886
Post-Recuay
Asociación Post-Recuay (carbón vegetal)
Queyash Alto (n/a)
Beta-30112
1350±80
D.C. 640-768
D.C. 543-879
Post-Recuay
Chinchawas (Lau 2001)
AA32368
1305±45
D.C. 663-773
D.C. 652-801
Chinchawasi 1
Piso con desechos, OP31 Nivel H (carbón vegetal)
Chinchawas (Lau 2001)
AA32376
675±50
D.C.1283-1386
D.C. 1263-1400
Chinchawasi 1
Tumba ST-3, OP65 Nivel B (carbón vegetal)
Chinchawas (Lau 2001)
Asociación Post-Recuay (carbón vegetal)
INFLUENCIA WARI TEMPRANO
Honcopampa (Isbell 1989)
n/a 3
1380±70
D.C. 618-687
D.C. 541-777
Late E.I.P./MH1
Patio-group AC-8, Exc.2, Fogón (carbón vegetal)
Honcopampa (Isbell 1989)
n/a 2
1330±100
D.C. 640-778
D.C. 539-943
Huarás-bearing
Patio-group AC-5, Exc. 1, Nivel. 11 (carbón vegetal)
AA32367
1290±45
D.C. 668-776
D.C. 657-863
Chinchawasi 2
Depósito de desechos, OP4 Nivel G (carbón vegetal)
Chinchawas (Lau 2001)
Honcopampa (Isbell 1989)
Chinchawas (Lau 2001)
Honcopampa (Isbell 1989)
Queyash Alto (n/a)
n/a 5
1280±70
D.C. 663-804
D.C. 642-937
AA32366
1255±45
D.C. 688-804
D.C. 663-890
n/a 1
1240±90
D.C. 673-892
D.C. 642-993
Beta-30115
1210±80
D.C. 690-942
D.C. 659-998
Middle Horizon 1-2 Patio-group AC-2, Exc.4, piso roto (carbón vegetal)
Chinchawasi 2
Desecho/relleno, OP21 Nivel I (carbón vegetal)
Middle Horizon 2 Patio-group AC-5, Exc.1, piso SO (carbón vegetal)
Post-Recuay
Ancosh Punta (Ponte 1999)
AA32481
1195±55
D.C. 734-937
D.C. 686-981
Cotojirca IV
Chinchawas (Lau 2001)
AA32372
1180±45
D.C. 778-940
D.C. 694-980
Chinchawasi 2
Asociación Post-Recuay (carbón vegetal)
Locus 599 (carbón vegetal)
Depósito de desechos, OP26G (carbón vegetal)
INFLUENCIA WARI TARDÍO
Chinchawas (Lau 2001)
AA32373
1170±55
D.C. 778-960
D.C. 692-994
Warmi
Desecho sobre el piso, OP36G (carbón vegetal)
Chinchawas (Lau 2001)
AA32374
1160±45
D.C. 781-961
D.C. 730-985
Warmi
Desecho quemado, piso, OP43I (carbón vegetal)
D.C. 679-1022
Post-Recuay
Queyash Alto (n/a)
Beta-30114
1160±80
D.C. 776-982
Asociación Post-Recuay (carbón vegetal)
Chinchawas (Lau 2001)
AA32370
1150±50
D.C. 782-977
D.C. 731-998
Warmi
Yarcok (Ponte 1999)
AA32490
1125±50
D.C. 886-983
D.C. 778-1018
Cotojirca IV
Chullpa Tumba 11, Capa 2 (hueso humano)
Chinchawas (Lau 2001)
AA32377
655±50
D.C. 1288-1392
D.C. 1276-1405
Warmi
Chullpa CT-2, OP57 Nivel A (hueso humano)
TK-193
500±70
D.C. 1334-1445
D.C. 1302-1609
Tx-1330
420±80
D.C. 1425-1622
D.C. 1331-1649
3060±50
1405-1224 A.C.
AQUILLPO
Hoyo quemado, OP20 Nivel F (carbón vegetal)
N/A
INKA
La Pampa (Terada 1979)
(Late) Caserones Contenido de una vasija bajo el piso (carbón vegetal)
COLONIAL
Pashash (Grieder 1978)
Colonial
Base de la pared, corte 7, nivel 4 (carbón vegetal)
Locus 3924 (cerámica)
FECHADOS ADICIONALES
1430-1131 A.C.
Ancosh
Quitapampa C (Ponte 1999)
AA32488
2305±55
401-262 A.C.
478-262 A.C.
Cotojirca III
Llacamá (Ponte 1999)
Urpaycoto (Ponte 1999)
AA32489
AA32492
1300±55
D.C. 662-776
D.C. 644-880
-
Sedimentos de ceniza (carbón vegetal)
Maquellouán (Ponte 1999)
AA32480
660±40
D.C. 1280-1390
D.C. 1275-1395
-
Locus 443 (carbón vegetal)
Cotojirca IV
Estructura circular quemada (carbón vegetal)
Hornojirca C (Ponte 1999)
AA32491
615±50
D.C. 1298-1402
D.C. 1284-1421
Llacamá (Ponte 1999)
AA32485
535±70
D.C. 1325-1438
D.C. 1296-1476
-
Carhuac Punta (Ponte 1999)
AA32482
535±50
D.C. 1330-1433
D.C. 1303-1444
Cotojirca IV
Locus 641 (carbón vegetal)
Amá (Ponte 1999)
AA32486
520±55
D.C. 1333-1438
D.C. 1304-1453
Cotojirca III
Estructura funeraria A, con cobre (carbón vegetal)
Auquish Corral (Ponte 1999)
AA32483
250±50
D.C. 1637-1796
D.C. 1494-1947
Cotojirca IV
Fogón en patio (carbón vegetal)
I-1352
2086±225
White-on-red
Carbón vegetal/hueso
Marcará area (Ziółkowski, et al. 1994)
393 A.C.-D.C.131 777 A.C.-D.C.419
Tumba subterránea (hueso humano)
Capa 1, Sector IV (carbón vegetal)
Cuadro 1. Lista de Fechados radiocarbónicos post-chavín
1600
1500
1400
1300
1200
1100
1000
900
800
700
600
500
400
300
200
100
ca l D C /AC
0
100
-100
200
-200
300
-300
400
-400
500
-500
600
-600
700
-700
800
-800
-900
H AR -11 04
H AR -1 10 9
Si-1 50 4
AA3 24 84
Gif-1 07 9
Huarás
Beta-31 35 4
Be ta -31 35 7
Tx-9 44
Tx-1 33 2
TK-17 3
AA32 36 5
Recuay
Tx-18 2 4
Tx-9 4 2
Tx-94 0
Tx-94 1
Tx-13 29
Tx-9 43
Tx-13 31
Recuay
Tardío
AA32 36 9
AA32 37 1
Be ta -3 13 53
Be ta -3 01 12
AA3 23 68
AA3 23 76
n/a 3
AA32 36 7
n/a 5
AA3 23 66
n /a 1
Be ta-30 11 5
AA3 24 81
AA3 23 72
AA3 23 7 3
AA3 23 7 4
Be ta -30 11 4
AA32 37 0
AA3 24 90
AA3 23 77
Aquillpo
Inka
Post-Inka
TK-19 3
Tx-1 33 0
158
Influencia
W ari
Tardío
GFL, 2002
Evidencia radiocarbónica
post-Chavín, sierra de Ancash
Cuadro 2
(Fechados calibrados, 1-sigma)
Influencia
W ari
Tem prano
n/a 2
Evidencias radiocarbónicas para las transformaciones culturales Recuay
P eríodo
A ños
A nc as h
P as has h
P ierina
COS TA
Chinc hawas
Cajam arc a
Huam ac huc o
M oc he
V iru
S anta
Cas m a
S az ón
Chim u-Ink a
E s tero
Tardío
Tam bo Real
M anc hán
Toro
Chim ú
La P lata
1532
A quillpo
Ink a
Horiz onte
Tardío
P ierina
Ink a
1476
P eríodo
Interm edio
Tardío
1200
George F. Lau
S IERRA
Cajam arc a
Final
A quillpo
A quillpo
Tam bo Real
Tem prano
1000
900
Horiz onte
M edio
Chak was
Influenc ia W ari
Tardía
Cotojirc a
IV
Cajam arc a
Tardío
W arm i
800
Influen cia Wari
Chinc hawas i 2
Tem prana
700
600
Chinc hawas i 1
400
Rec uay
Interm edio
300
Tem prano
200
100
GFL.2002
d.C. 1
Huarás
Tradic ión Rec uay
Huac ohu
P eríodo
Tus c an
Tanguc he
Tardío
Chim ú
Tem prano
Urpay
Cham is
A m aru
Tom aval
Tanguc he
Tem prano
M oc he V
Tardío
Choloque
Us u
Rec uay
Tardío
500
B
Cajam arc a
M edio
Tradic ión Cajam arca
Cas m a
Quim it
A
IV
Huam ac huc o
Cotojirc a
III
Y aia
Nivin
III
K ay án
C
Cajam arc a
Tem prano
B
M oc he
Tem prano
Gallinaz o
P urpuc ala
Cajam arc a
Inic ial
II
Gallinaz o
Tardío
S uc him anc illo
Tardío
Gallinaz o
M edio
Tem prano
S uc him anc illo Cac hipam pa
Tem prano
I
A
Quinu
Cotojirc a
II
Guadalipito
Huanc ac o
M oc he
M edio
S alinar
159
Cuadro 3. Secuencias culturales en la zona norte y nor-central de Perú.
160