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135 EVIDENCIAS RADIOCARBÓNICAS PARA LAS TRANSFORMACIONES CULTURALES RECUAY GEORGE F. LAU Universidad de East Anglia George.Lau@uea.ac.uk INTRODUCCIÓN Desde los principios de la arqueología científica en el Perú, la cultura Recuay ha sido uno de los desarrollos más conocidos en la arqueología peruana (Tello, 1929, 1940; Bennett, 1944). A pesar de su identificación temprana, se conoce muy poco sobre el carácter socio-económico de Recuay y su posición cronológica en la prehistoria de los Andes Centrales. Problemas políticos y económicos, a fines del siglo XX, y la tendencia general hacia estudios arqueológicos costeños contribuyeron a limitar el conocimiento diacrónico de la cultura Recuay. El presente trabajo detalla las evidencias disponibles para caracterizar las transformaciones cronológicas en la tradición cultural Recuay.1 Se presentan los datos culturales y radiocarbónicos para entender los componentes de la secuencia Recuay como parte de patrones generales en la prehistoria andina, es decir, durante los períodos Intermedio Temprano (o Desarrollos Regionales) y Horizonte Medio, asociado con la expansión de la influencia Wari (Lumbreras, 1974 y 1999; Rowe y Menzel, 1967). CULTURA Y SOCIEDAD RECUAY La cultura Recuay se desarrolló durante el Período Intermedio Temprano (200 a.C.– 700 d.C.) en el departamento de Ancash2. Ancash presenta una diversidad de zonas ecológicas: el litoral Pacífico, valles costeños, la sierra andina y la zona oriente de ceja de selva (Fig. 1). Las poblaciones Recuay utilizaron patrones tradicionales para fines económicos en estas zonas de producción, como agricultura (Tello, 1929), ganadería (Lau, 2001a), y comercio interregional (por ejemplo, Gero, 1992; Grieder, 1978; Smith, 1978). Se identifica la cultura Recuay por su estilo artístico que surgió después de la época Chavín. A pesar de su desarrollo en la misma región, la cerámica y litoescultura, Recuay no tiene vinculaciones claras con la civilización Chavín. 136 Evidencias radiocarbónicas para las transformaciones culturales Recuay La iconografía, con temas humanos y ancestros importantes, parece ser bien diferente, en comparación al énfasis y composición de las imagenes de mito y transformación supernatural evidente en el arte Chavín. Además, hubo distintas innovaciones tecnologicas y elaboración de la alfarería Recuay. Se incluyen el uso de kaolinita en engobes y arcilla cruda, pintura polícroma y negativa, formas en efigie y representaciones de modelos arquitectónicos (Grieder, 1978; Reichert, 1977; Smith, 1978). Wegner (1981) documentó evidencias de basurales Recuay, incluyendo kaolinita y fragmentos de alfarería tosca. Los Recuay también son famosos por su litoescultura (Tello, 1929; Bennett, 1944; Schaedel, 1948; 1952). En los ejemplares, se manifiestan representaciones de figuras importantes e imagenes de su propia cosmología y religión. En muchos casos, los Recuay utilizaron los monolitos para adornar sus construcciones ceremoniales. Estos monolitos estaban asociados con prácticas funerarias y cultos a los ancestros (Tello, 1929; Lau, 2000, 2001a). La cultura Recuay mantuvo conexiones culturales con sociedades coetáneas, como los Mochica (Bankmann, 1979; Bruñís, 1976; Reichert, 1982), Salinar y Gallinazo (Bennett, 1950; Fogel, 1993; Larco, 1945, 1948); Cajamarca (Julien, 1988; Matsumoto, 1988); Lima (Makowski y Rucabado, 2000; Patterson, 1966) y con grupos en el oriente (Church, 1996; Kauffmann Doig, s.f.). En tiempos más tardíos, hubo interacción cultural con el Estado Wari (Lau, 2001a; Schaedel, 1952, 1993). La posición geográfica de Recuay entre varios grupos y regiones andinas en la zona norperuana facilitó intercambios estilísticos importantes. Es probable que las relaciones culturales tuvieran dimensiones socioeconómicas, especifícamente el comercio entre las zonas interandinas. Para los Recuay, conchas marinas, cerámica fina, y productos como algodón, sal, ají, y coca fueron, probablemente, extraidos de la costa. De la zona oriente, podemos anticipar el intercambio de plumas, pieles (especialmente de jaguares) y otros objetos preciosos extraordinarios. El tráfico incluyó mercancias serranas como metales y productos agrícolas como la papa, oca, olluco y/o camélidos (vivos o en forma de ch’arki). Tambien se trafico textiles y lana o fibra de camélidos, que también fueron productos importantes de las comunidades pastoriles (Lau, 2001a: 416-417). Muchos sitios Recuay se ubican en rutas de comercio, frecuentemente como fortalezas en las cimas de los cerros o centros económicos regionales en los valles – por ejemplo, en el Callejón de Huaylas y las faldas occidentales de los Andes (Grieder, 1978; Proulx, 1982; Smith, 1978). Aldeas, como Chinchawas, se ubican en zonas intermedias, del tipo «ecotone», para el cultivo en las alturas y también para la ganadería de camélidos (Lau, 2001a). Como en otras culturas del Intermedio Temprano, la guerra es un tema importante en la comprensión de la cultura Recuay (Lumbreras, 1974: 112-116). Guerreros, armas, y cabezas trofeos son motivos comunes en el arte recuay, especialmente en litoescultura (Lau, 2000; Makowski y Rucabado, 2000; Tello, 1929: 75-80; Schaedel, 1948: Figs. 56-57). Algunas escenas pintadas en vasijas pueden representar conflictos entre guerreros Mochica y Recuay (identificado por Steven Wegner, en Proulx, 1982: 90). Además, los sitios arqueológicos Recuay frecuentemente se caracterizan por su ubicación estratégica, acceso restringido, y George F. Lau Fig. 1. Chinchawas y los sitios arqueológicos de Callejón de Huaylas y Conchucos. 137 138 Evidencias radiocarbónicas para las transformaciones culturales Recuay fortificaciones, tal como se han representado en vasijas (por ejemplo, Lumbreras, 1978: 113). Investigaciones arqueológicas en las fortalezas han recuperado evidencia de armas, como mazas, piedras redondas para hondas, lanzas, y estólicas (Antúnez, 1941; Lau, 2001a; Tello, 1929). Tal como en la cultura Mochica y Nasca, el surgimiento de la iconografía de temas guerreros en el arte Recuay aparentemente refleja maneras para distinguir o mostrar nuevas relaciones sociales y representar el poder político y prestigio de líderes. A mediados del Período Intermedio Temprano, parece que hubo un número de facciones políticas Recuay, probablemente organizadas, como los curacazgos o señorios de los tiempos etnohistóricos. No se sabe definitivamente si hubo organización bien centralizada y estratificada, como algunos arqueólogos han propuesto (Smith, 1978; Shimada, 1994: 86, 258). No obstante, se puede definir, por lo menos, una serie de sociedades complejas bien adaptadas a las zonas interandinas que se caracterizan por atributos similares en cultura, iconografía y patrones de vida – como prácticas funerarias, comercio, y sistemas de asentamiento. Al igual que los Mochica y Nasca, la cultura Recuay forma parte de los Desarrollos Regionales que se dieron durante el Período Intermedio Temprano. Sin embargo, a diferencia de sus culturas coetáneas, falta mucha evidencia en la reconstrucción diacrónica de los Recuay– es decir, datos que necesitamos para definir mejor la emergencia y carácter de grupos recuay. El presente trabajo aborda el problema fundamental: no se puede entender la prehistoria Recuay sin mejorar la reconstrucción de las transformaciones culturales y sus relaciones cronológicas con otras culturas; Por ello,queremos mostrar un amplio y preciso panorama de la época post-Formativa en el Perú. ESTILO Y CRONOLOGÍA POST-CHAVÍN EN EL CALLEJÓN DE HUAYLAS Utilizamos datos disponibles para detallar una cronología absoluta post-Chavín de la sierra del departamento de Ancash. Está basada en las asociaciones estilísticas de contextos arqueológicos (Cuadro 1 y 2). Todos los fechados radiocarbónicos se reportarán en años A.P. (antes del presente), calibradas a rangos 2-sigma a.C. o d.C. (utilizando Calibre versión 4.3, Stuiver y Pearson,1993 y/o los rangos mencionados en Zió³kowski, et al. 1994).3 En algunas partes del presente trabajo nos referiremos a la «tradición» cultural Recuay como un término general para describir cuatro componentes distintos en la evolución de Recuay, es decir: fases de Huarás, Recuay, Recuay Tardío e influencia Wari Temprano. Estimamos que la tradición duró aproximadamente del 1 al 800 d.C. Estudios sistemáticos con énfasis a sub-fases y variación de culturas regionales deben mejorar la reconstrucción presente. George F. Lau 139 Estilo Huarás (200 a.C. – 250 d.C.) Desde el planteamiento original de Bennett (1944), la cultura Huarás y su posición temporal ha sido problemática. La mayoría de los arqueólogos están de acuerdo que la cerámica de tipo Huarás (o Huaraz) blanco-sobre-rojo ocurre antes de materiales Recuay (Bennett,1944; Grieder, 1978; Lumbreras, 1970, 1974) o forma parte temprana de una secuencia general recuay, cuyo inicio empezó a fines del Horizonte Temprano (Lanning, 1965; Gambini, 1984). Se considera Huarás como componente temprano de la tradición Recuay a través de su cultura. Las preferencias de alfareros Huarás por cuencos abiertos y jarras pequeñas, engobes de color rojo, y decoración en líneas verticales y horizontales (en los exteriores de bordes) se mantienen en el período Recuay. Otros elementos culturales, como prácticas funerarias, iconografía en litoescultura, y mampostería, también muestran afinidades con Recuay (Bennett, 1944: 36 -50; Lanning, 1965:140; Lumbreras, 1970: 69-74). En Chavín de Huántar, Huaricoto, y posiblemente en Pashash, se han encontrado materiales Recuay estratigráficamente sobre alfarería blanco-sobrerojo (Burger, 1985: 125; Grieder, 1978: 63-65; Lumbreras, 1970). Otros estudios hacen más clara la distribución y contextos de uso de la cerámica Huarás (Gero, 1992; Isbell, 1989, 1991; Lynch, 1980; Ponte, 1999). Los datos de excavación comprueban la hipótesis de Bennett (1944: 109) que el período Huarás debe ser considerado hacia los finales Chavín y los inicios de las fases de cerámica kaolinita Recuay. No se puede detallar precisamente los cambios culturales entre HuarásRecuay, pero es evidente que la transición se caracteriza por elementos de continuidad (Gero, 1992, 2001b; Lanning, 1965; Lumbreras, 1970). Hay diez fechados radiocarbónicos encontrados con asociaciones de cerámica blanco-sobre-rojo. Investigaciones en Chavín de Huántar reportaron tres fechados: 2640 ± 70 A.P. (HAR-1104, 919-562 a.C.); 2480 ± 70 A.P. (HAR1109, 801-398 a.C.); 2100 ± 100 B.P. (Gif-1079, 390 a.C.- 123 d.C.) (Amat, 1976b; Lumbreras, 1989). Las excavaciones en el sitio de Cueva Guitarrero encontraron una muestra, 2315 ± 125 A.P. (SI-1504, 790 – 52 a.C.) (Lynch, 1980: 43). Un fechado del sitio de Chunta Ranra Punta, por la Mina Pierina, demuestra 2230 ± 55 A.P. (AA32484, 399 – 124 a.C.) (Ponte, 1999: 106). Gero (1992: 17) analizó siete fechados de Queyash Alto, los dos más tempranos asociados a cerámica Huarás son de 2220 ± 150 A.P. (Beta-31354, 763 a.C. – 79 d.C.) y 2140 ± 90 A.P. (Beta-31357, 396 a.C. – 54 d.C.).4 Hay dos fechados de Pashash: 1640 ± 80 A.P. (Tx-944, 237 – 601 d.C.) y 1610 ± 170 A.P. (Tx-1332, 34 – 768 d.C.) (Grieder, 1978). Finalmente, las excavaciones en La Pampa recuperaron una muestra en la estructura circular, referido como la «RCC», con un fechado de 640 ± 50 A.P. (TK-173, 1279-1410 d.C.) – asociado con un estilo blanco-sobre-rojo (Terada, 1979: 178). En base de estas fechas absolutas, la cerámica con decoración blancosobre-rojo parece tener una larga duración de fabricación y uso. Sin embargo, es evidente que la cultura Huarás tiene sus inicios a finales del Horizonte Temprano. 140 Evidencias radiocarbónicas para las transformaciones culturales Recuay Estilo Recuay ( 250 – 650 d.C.) La evidencia radiocarbónica define la duración del estilo Recuay entre 250 a 650 d.C. La mayoría de los estudios recuay se han especializado en el valle interandino del Río Santa, es decir, el Callejón de Huaylas, ubicado entre las Cordilleras Negra y Blanca (Fig. 1). Centros importantes de grupos Recuay surgieron en: Aija y Katak en el sur del Callejón de Huaylas (Bennett,1944; Tello, 1929, 1940), Huaraz y Caraz hasta Cabana (Pashash) en el norte (Grieder, 1978; Smith, 1978). Ocupación intensa también ocurrió en las faldas occidentales de la Cordillera Negra, en particular en los valles altos de Santa (Grieder, 1978; Larco, 1962; Wilson, 1988), Nepeña (Gambini, 1984; Proulx, 1982), y en menor nivel, Casma (Lau, 2001a; Mejía, 1941) y Huarmey (Tello, 1929; Wegner, 1981). Por tal razón, algunos consideran que Recuay tuvo sus orígenes en la costa (Gambini, 1984: 130-133; Larco, 1962: 15). La influencia Recuay también es fuerte en los valles tributarios del Marañon, al este de la Cordillera Blanca, conocido como el Callejón de Conchucos. Tello (1929, 1960), Bennett (1944), Lumbreras (1970) y Burger (1982, 1984) recuperaron materiales Recuay en el sitio de Chavín de Huántar y sus cercanías. También, restos de tumbas y patrones de asentamiento manifiestan ocupaciones intensivas en los Conchucos por comunidades Recuay (Espejo, 1957; Amat, 1976b; Herrera, 1999; Wegner, 2001). Se define la cerámica Recuay «clásica» por un repertorio de atributos diagnósticos: de pasta fina y delgada, el uso de arcilla blanca (kaolinita), pintura bi-croma y tri-croma, decoración negativa, diseños escultóricos, formas distintas y un grupo de motivos característicos (Eisleb, 1987; Grieder, 1978; Makowski y Rucabado, 2001; Reichert, 1977; Smith, 1978). Seriaciones estilísticas han sido presentadas, pero todavía no hay consenso sobre su validez a causa de la falta de documentación, control estratigráfico y fechados radiocarbónicos (Amat, 1976b: 534; Bennett, 1944: 99-104; Gambini, 1984: 144-147; Kroeber, 1944: 93-96; Tello, 1929: 85-98). Nuestro trabajo está basado en determinaciones radiocarbónicas con asociaciones claras a la cerámica del estilo Recuay. Los contextos arqueológicos de Pashash, ubicado en Cabana (Pallasca), ofrecen la mejor colección de fechados, asociados con cerámica fina y otras ofrendas en tumbas muy elaboradas del mundo conocido Recuay. Grieder (1978) define tres sub-fases del período Recuay: Quimít, Yaiá y Huacohú. Fechados para el período general Recuay incluyen: 1400 ± 60 A.P. (Tx-1329, 541 – 765 d.C.), 1500 ± 90 A.P. (Tx-940, 386 – 685 d.C.), y 1580 ± 70 A.P. (Tx-942, 263 – 639 d.C.). Dos fechados ayudan a definir la fase Yaiá [1590 ± 60 A.P. (Tx-1824, 264 – 616 d.C.) y 1380 ± 100 A.P. (Tx-943, 435 – 886 d.C.)] y la fase Huacohú [1490 ± 70 A.P. (Tx-941, 420 – 664 d.C.) y 1110 ± 270 A.P. (Tx-1331, 412 – 1401 d.C.)]. A través de estas muestras, se puede estimar que la ocupación principal representada en la cronología absoluta de Pashash ocurrió entre los años 350 a 650 d.C. Fechados también se reportaron para las investigaciones en la región Carhuaz-Marcara del Callejón de Huaylas, hechas por Gary Vescelius y Hernán Amat en los sesenta, pero sin llegar a publicar los contextos y asociaciones George F. Lau Cerámica Kayán 141 Fig. 2 142 Evidencias radiocarbónicas para las transformaciones culturales Recuay culturales completamente (Buse, 1965; Ravines, 1982; Ziólkowski, et al. 1994). No obstante, cabe mencionar la existencia de dos fechados con rangos razonables para el período Recuay: 1541 ± 125 B.P. (I-1353, 240 – 758 d.C.) y 1621 ± 145 A.P. (I1359, 81 – 676 d.C.). La zona de Huaraz, ubicada entre la confluencia de los ríos Santa y Quillcay, constituyó otro centro importante para desarrollos Recuay (Bennett, 1944; Schaedel, 1948, 1952). Investigaciones en el sitio de Balcón de Judas recuperaron cantidades de alfarería de kaolinita del estilo Recuay, con pintura monocroma y polícroma en líneas sobre los bordes exteriores (Wegner, 1981). Desgraciadamente, fechas absolutas todavía no existen para los contextos arqueológicos. Eisleb (1987) describió alfarería similar de la Colección Macedo (Museum Für Völkerkunde, Berlin), una colección de materiales extraidos de las tumbas de Roko Amá en Katak. El término «Recuay» deriva de los materiales de este cementerio y su ubicación cerca al pueblo de Recuay en el Callejón de Huaylas (Bennett, 1944: 64). En los niveles más bajos del sitio Chinchawas, ubicado al oeste de Huaraz, se encontró cerámica muy similar a los materiales de Katak y Balcón de Judas (Lau, 2001a). La cerámica llamada «Kayán», pertenece a una ocupación local recuay (Fig. 2). Existe un sólo fechado para esta fase: 1710 ± 50 A.P. (AA32365, 229-429 d.C.). Toda la evidencia radiocarbónica indica que la cerámica «clásica» Recuay sólo fue fabricada durante un período relativamente breve, entre los años 250 a 600/650 d.C, aproximadamente. Estilo Recuay Tardío (600 – 700 d.C.) A fines del siglo VI d.C, la cerámica kaolinita y de pasta fina desapareció dando lugar a la proliferación de una alfarería más rústica. Se caracteriza por su poca calidad y decoración local. Se conoce como «Chinchawasi 1 Ware A» (Fig. 3, 4, 5) en el sitio de Chinchawas (Lau, 2001a: 187-196). En Pashash, un estilo asociado, llamado «Usú», se manifiesta en la secuencia local (Grieder, 1978: 70). En la zona de la Mina Pierina, existen algunos ejemplos en las fases Cotojirca III y IV (Ponte, 1999: Figs. 55, 61). Ejemplos de vasijas asociados al estilo Recuay Tardío ocurren en Chacas; en la zona de Conchucos (Wegner, 2000: 16) y quizás en Katak (Eisleb, 1987: figs. 23, 38, 92). También tiene semejanzas en la cerámica de estilo «Callejón» identificada en el valle del río Mosna (Lumbreras, 1970: 67). Basándonos en comparaciones estilísticas, los cambios culturales manifiestan la disolución gradual de la alfarería fina recuay «clásica». La alfarería de Recuay Tardío utiliza pastas más toscas, de color beige o rojizo y manifiesta la desaparición general de la kaolinita. El uso de decoración escultórica y pintura en negativo no es tan común como antes. La decoración pintada no es tan fina: las líneas son más anchas, con menos detalle y frecuentemente, se usa sólo el color rojo. Normalmente, los alfareros pintaban en los exteriores de cuencos y jarras. Los diseños comunes son variaciones del repertorio Recuay: meandros horizontales, líneas paralelas verticales u horizontales y motivos básicos George F. Lau 143 Fig. 3 Cerámica Chinchawasi 1 Evidencias radiocarbónicas para las transformaciones culturales Recuay Fig. 4 Cerámica Chinchawasi 1 144 145 George F. Lau Fig. 5 Cerámica Chinchawasi 1 geométricos (rectángulos, triángulos, y círculos). En suma, se puede considerar estos rasgos como componentes tardíos de la tradición Recuay. En base a la evidencia radiocarbónica, la alfarería Recuay Tardío fue usada hasta el inicio del siglo VIII d.C. La fase Chinchawasi 1 tiene tres fechados: 1395 ± 45 D.P. (AA32369, 598 – 689 d.C.), 1375 ± 45 A.P. (AA32371, 602 – 763 d.C.) y 1305 ± 45 A.P. (AA32368, 652–801 d.C.). También, se puede considerar provisionalmente dos fechados del sitio de Queyash Alto, asociados con materiales denominados «post-Recuay»: 1350 ± 80 A.P. (Beta-30112, 543 – 879 d.C.) y 1360 ± 90 A.P. (Beta-31353, 537 – 886 d.C.).5 Estilos de Influencia Wari Temprano (700 – 850 d.C.) Durante el desarrollo final de Recuay, influencias culturales extranjeras se hicieron presentes, en particular de la zona de la Sierra Central de Ayacucho. Se inicia la influencia Wari en el Callejón de Huaylas, como parte de la fase «Early Honco» (o Honco Temprano) llamado por Vescelius (Lanning, 1965: 140; Buse, 1965: 327). Isbell (1991) describe tres fechados en niveles asociados con materiales Wari: 1380 ± 70 A.P. (n/a 3, 541 – 777 d.C.), 1280 ± 70 A.P. (n/a 5, 642 – 937 d.C.), y 1240 ± 90 146 Evidencias radiocarbónicas para las transformaciones culturales Recuay A.P. (n/a 1, 642 – 993 d.C.). También, en Honcopampa, Isbell (1989: 112; 1991: 34) menciona una muestra asociada con la construcción de edad Wari (grupo-patio AC-5) en una trinchera con contenido de cerámica del tipo «Recuay» y «Huarás»: 1330 ± 100 B.P. (n/a 2, 539 – 943 d.C.).6 Las fechas indican que la irrupción Wari ocurrió a inicios del siglo VIII d.C. y estimuló varios proyectos arquitectónicos en el Callejón de Huaylas, mejor conocidos como estructuras en forma «D» y los recintos tipo «patio-groups» (Isbell, 1989; 1991). Lamentablemente, todavía no existe una descripción comprensiva de la cerámica de Honcopampa para hacer comparaciones cronológicas. Transformaciones culturales existen para la transición entre las fases de Chinchawasi 1 a Chinchawasi 2 (Lau, 2001a). Patrones en arquitectura, implementos líticos y objetos de comercio de larga distancia indican transformaciones culturales importantes pero, la cerámica decorada local, ofrece la mejor evidencia. Básicamente, la manera principal de fabricación y decoración sigue siendo la pintura roja oscura sobre engobe de color crema o beige. Sin embargo, hay nuevos patrones en la popularidad de formas de vasijas. También, la cerámica se caracteriza por una pasta de un rojo intenso (color ladrillo), decayendo totalmente la preferencia (o acceso ) a arcillas finas y blanquecinas, tipificada por la kaolinita. Los alfareros de esta época prefirieron pintar los diseños en el interior de los cuencos (en la anterior , prefirieron pintar en los bordes externos). Patrones en diseños pintados existen, con énfasis en la doble cara con dientes (interior), presencia de diamantes interpuestos y la desaparición de motivos anteriores (Fig. 6, 7 y 8). Fig. 6 Cerámica Chinchawasi 2 George F. Lau 147 Finalmente, la alfarería local tipo blanco-sobre-rojo (llamado Chinchawasi 1 Ware B) pasó de moda. En Chinchawasi y otros sitios del Callejón de Huaylas, la alfarería local predomina sobre la cerámica exótica con mayor frecuencia que en las fases anteriores. Materiales importados incluyen Chakipampa B y los estilos Cajamarca (Bennett, 1944: figs. 9,10,13; Lanning, 1965: 140; Lau, 2001a; Menzel, 1964), Moche Tardío y otros estilos de la Costa Norte (Lau, 2001a; Ponte, 1999) y cerámica de kaolinita no-Recuay (Lau, 2001a) – típicamente de contextos funerarios (Lau, 2001a: 283-334). La frecuencia de cerámica importada indica interacción importante de larga distancia, probablemente facilitada por la expansión temprana y organización económica de Wari (ver Castillo, 1993, 2001; Menzel, 1964; Shimada, 1994). Existen tres fechados para la fase Chinchawasi 2: 1290 ± 45 A.P. (AA32367, 657 – 863 d.C.), 1255 ± 45 A.P. (AA32366, 663 – 890 d.C.), y 1180 ± 45 A.P. (AA32372, 694 – 980 d.C.). Al parecer, los fechados de Honcopampa son ubicados, básicamente, dentro el rango del siglo VIII d.C. Ponte (1999) muestra un fechado del sitio de Ancosh Punta, asociado a Ancosh/Cotojirca IV, del período de influencia Wari (AA32481, 686-981 d.C.). Una muestra de Queyash Alto, de asociación «postRecuay», puede pertenecer al período de influencia Wari Temprano: 1210 ± 80 A.P (Beta-30115, 659 – 998 d.C.). Estilos de Influencia Wari Tardío ( 850 – 950 d.C.) Se caracterizan por la desaparición completa de los atributos Recuay en la producción de alfarería local en Ancash. En cambio, se ve la emergencia de cerámica nueva con semejanza a los estilos seculares de derivación Wari (Lumbreras, 1974; Menzel, 1964). En las cabeceras de Casma, a mediados del siglo IX d.C., la fase Chinchawasi 2 fue reemplazada por una cultura asociada con la cerámica «Warmi» (Lau, 2001a). La cerámica Warmi utiliza una pasta roja o naranja, ocasionalmente con engobe del mismo color. El tratamiento decorativo no es tan elaborado como antes, frecuentemente se encuentran líneas o estriaciones de fabricación sin pulir. Los alfareros pintaban principalmente en el interior de los cuencos, con colores negro y purpura. Los principales diseños son tipo «lattice», «wing» (o «ala»), bandas, meandros y arcos agrupados. La decoración plástica se usa más frecuente, en forma de puntuaciones e incisiones lineales agrupadas en las asas y/o cuellos de jarras/cántaros (Fig. 9, 10 y 11). Adornos de apliqué con incisiones también se hicieron más populares que antes. Poseen semejanzas con esta fase algunas piezas de la fase Cotojirca IV de la zona Pierina (Ponte, 1999: fig. 24). Parece que la fase Warmi tiene mejor relación con la fase «Late Honco», descrito por Vescelius para la zona Carhuaz-Marcará en el Callejón de Huaylas (Lanning, 1965: 140). La posición temporal de Warmi y otros estilos emparentados de finales del Horizonte Medio, está asociada a tumbas o mausoleos, es decir chullpas (Bennett, 1944: Fig. 4; Lau, 2001a). Artefactos exóticos recuperados en excavaciones en chullpas pertenecen a estilos de derivación Wari no temprano, como Viñaque (Tello, Evidencias radiocarbónicas para las transformaciones culturales Recuay Fig. 7 Cerámica Chinchawasi 2 148 George F. Lau 149 Fig. 8 Cerámica Chinchawasi 2 Cerámica Warmi Evidencias radiocarbónicas para las transformaciones culturales Recuay Fig. 9 150 George F. Lau 151 1929: 27; Terada, 1979: plate 73b; Isbell, 1991: 34); Middle Cajamarca (Matsumoto, 1988; Terada, 1979: plate 73a), y Nievería (Lau, 2001a: 289-290). Es muy interesante notar la frecuencia de cerámica tipo estampado (Lanning, 1965; Lau, 2001a), probablemente de producción costeña, como de Supe, Huarmey (Thompson, 1966), Casma (Collier, 1962), y los valles al norte, como Santa (Wilson, 1988), Virú (Collier 1955), Moche y Chicama (Larco, 1948). Las determinaciones radiocarbónicas de los niveles Warmi en Chinchawasi datan de la segunda mitad del siglo IX d.C. (Lau, 2001a: 263-264). Los fechados, recuperados en excavaciones de diversos pozos de prueba son: 1170 ± 55 A.P. (AA32373, 692 – 994 d.C.), 1160 ± 45 A.P. (AA32374, 730 – 985 d.C.), y 1150 ± 50 A.P. (AA32370, 731 – 998 d.C.). Hay fechados de ocupación tardía en Yarcok, Pierina (AA32490, 1125 ± 50 A.P., 778 – 1018 d.C.) y en Queyash Alto (Beta-30114, 1160 ± 80 A.P., 679 – 1022 d.C.) que tienen rangos similares a las fechas de Chinchawas (Gero, 1992; Ponte, 1999).7 Ver nota 4. Este grupo de fechados indica que el período de influencia Wari Tardío surgió y terminó rápidamente. Estilo Aquillpo (d.C. 950 – Inka) En el Callejón de Huaylas proliferó una cultura después de la expansión Wari, denominada «Aquillpo» o «Akilpo», llamado así por la Quebrada Aquillpo en la Cordillera Blanca (Vescelius, en Lanning ,1965). La cerámica del estilo Aquillpo se conoce en muchos sitios arqueológicos de los andes nor-centrales, como la zona de Pierina (Ponte, 1999), Honcopampa (Isbell, 1989, 1991), Balcón de Judas (Wegner, 1981), y Pójoc (Burger, 1982). En Chinchawas, identificamos una manifestación local llamada estilo «Chakwas» (Lau, 2001b: Fig. 7). La alfarería Chakwas tiene elementos comunes: pasta tosca de color ladrillo y rojo, tratamiento superficial mínimo y decoración plástica. Puntuaciones, incisiones, y adiciones en apliqué son comunes en los exteriores y bordes de cuencos, así como en asas y bordes de jarras/cántaros. Ocasionalmente, se agregan líneas y putuaciones. Si bien es cierto que el uso de la pintura se reduce en la alfarería Chakwas, algunos ejemplares tienen color oscuro con diseños geométricos al interior de los cuencos abiertos (Fig.12,13). Basándose en asociaciones, semejanzas estilísticas y la superposición estratigráfica, se interpreta que las manifestaciones del estilo Chakwas surgieron después de la influencia Wari y pertenecen básicamente al Período Intermedio Tardío. No hay fechados en contextos de ocupación residencial Chakwas o Aquillpo. Estudios en sitios de la Mina Pierina han producido algunas determinaciones que tienen rangos tardíos, sugeriendo una ocupación pre-Inka entre los 1200 – 1450 d.C. (Ponte, 1999). Es notable ciertos fechados en contextos funerarios en el Callejón de Huaylas (por ejemplo, AA32376 y AA32377) que, a pesar de las asociaciones culturales (Recuay Tardío e Influencia Wari), pertenecen a la fase Aquillpo. Es probable que las fechas representen episodios de reutilización de las tumbas para nuevos entierros durante la época Pre-Inka en la sierra de Ancash. Cerámica Warmi Evidencias radiocarbónicas para las transformaciones culturales Recuay Fig. 10 152 George F. Lau Cerámica Warmi 153 Fig. 11 154 Evidencias radiocarbónicas para las transformaciones culturales Recuay Fig. 12 Cerámica Chakwas También notamos que existe un sólo fechado, para el período de influencia Inka en el Callejón de Huaylas; que pertenece a la fase Caserones de La Pampa: 500 ± 70 A.P. (TK-193, 1302 – 1609 d.C.) (Terada, 1979). CONCLUSIONES El presente trabajo reconstruye una secuencia cultural y absoluta para la cultura Recuay y sus transformaciones basándonos en la evidencia cultural y fechados radiocarbónicos. Además señalamos algunos problemas importantes que quedan en la arqueología norperuana. En primer lugar, todavía es muy difícil comprender el componente temprano de la tradición Recuay, es decir, la fase Huarás, a través de los datos disponibles. Los fechados de contextos con cerámica blanco-sobre-rojo tienen bastante variabilidad en el tiempo. Sorprendentemente, parece que las fechas de su uso comenzaron temprano y quizás terminó tarde en la secuencia. Se debe tener una mejor definición de la cerámica Huarás. En el sitio de Chinchawas, se encontró una cerámica estilísticamente de la tradición «blanco-sobre-rojo» (Lau, 2001a: Fig. 7.7; Lau, 2001b: Fig. 4n-p), pero no es del tipo Huarás, sensu (Bennett, 1944). Por 155 George F. Lau Fig. 13 Cerámica Chakwas sus asociaciones definidas en la fase Chinchawasi 1 (y por fechas), es claro que este tipo de cerámica – es decir, de una alfarería no-Huarás que utiliza pintura blanca sobre una pasta roja – fue fabricada hasta los fines del período Recuay. En segundo lugar, se aprecia una interrupción de ocupación entre los años 100 a.C. hasta 200 d.C., que se manifiesta por los contextos fechados. Este período es normalmente interpretado como la fase Huarás pero, es notable que todavía los diez fechados de asociación cerámica Huarás no lo cubran. No se sabe si la interrupción deriva a causa de la muestra de estudio o refleja una ausencia cultural de ocupación despúes de la influencia Chavín. La evidencia presente sugiere que la manufactura de cerámica Recuay, definida por la combinación de atributos «clásicos» (como kaolinita, pintura negativa, diseños y formas particulares, etc.), tuvo un período de popularidad breve. No se puede decir definitivamente, pero es posible que el uso de Recuay clásico fue limitado a unos cuatro siglos. Es necesario tener mejores contextos arqueológicos para identificar subfases de la cultura Recuay provenientes de excavaciones estratigráficas en basurales y contextos residenciales y no sólo de contextos funerarios. 156 Evidencias radiocarbónicas para las transformaciones culturales Recuay La secuencia absoluta que ahora tenemos para Recuay Tardío tiene relaciones importantes con los nuevos estudios cronológicos de Moche y Wari (Cuadro 3). En base a la nueva evidencia es muy probable que la ocupación Moche IV duró hasta los 700 d.C. en los valles de Moche y Chicama (Chapdelaine, 1998; Russell et al. 1998). Esta observación estaría de acuerdo con la mayoría de los fechados de Moche V en el octavo siglo a.C. (Shimada, 1994). La aparición de la influencia Wari en Moche V y Chinchawasi 2, evidenciado por los fechados radiocarbónicos, sugiere que el Horizonte Medio en la costa norte y la sierra de Ancash se inició aproximadamente en el año 700 d.C., como es el caso de la cultura Moche (Castillo, 2001) y, en Chinchawasi, los vestigios finales de la tradición Recuay aparecen cerca del año 800 d.C. (Lau, 2001a). Al parecer, hubo una época transicional cuando grupos Recuay y Wari estuvieron en interacción, como se nota en mezclas estilísticas en litoescultura y cerámica (Grieder, 1978; Lau, 2001a; Schaedel, 1952; Wegner, 2001). Aparentemente, la influencia Wari ocurrió más temprano en la zona de Huamachuco, si nos basamos en las muestras radiocarbónicas tomadas por John y Theresa Topic (J. Topic y T. Topic 1983; T. Topic y J. Topic 1984). No obstante, es claro que los cambios culturales de este período no ocurrieron aislados, a pesar de varias expresiones locales y regionales de influencia Wari. Es necesario desarrollar hipótesis para explicar la presencia de Wari y las transformaciones culturales fundamentales en muchas zonas del norte del Perú. Al parecer la interacción, comercio regional, la variabilidad en autonomía local, y trayectorias diacrónicas simultáneas serán útiles para dar luz al fenómeno complejo de Wari en la zona norperuana (Castillo, 2001; Lumbreras, 1999; Schreiber, 1992; Shady, 1988; Shimada, 1994; Topic, 1991). Una cronología cultural es básica para la comparación temporal de desarrollos regionales coetáneos. Este trabajo está enfocado en las transformaciones culturales en Ancash, después de la desintegración de la civilización Chavín. Sin duda, las observaciones del presente trabajo son preliminares e investigaciones arqueológicas en el futuro deben mejorar el carácter y cronología de la prehistoria de la Sierra Norte de Ancash. (Notas) 1 Agradecimientos: Quisiera agradecer al Instituto Nacional de Cultura de Lima y Huaraz por la supervisión y ayuda logística durante las investigaciones de campo, bajo Resolución Directoral Nacional 419-96/INC. A los Arqueólogos Victor Ponte y Joan Gero que me hicieron disponibles datos todavía inéditos. Quisiera agradecer también a Richard Burger, Steven Wegner, y Bebel Ibarra por la ayuda en la realización de este trabajo. Partes de este artículo están basados en el manuscrito inédito por el autor, titulado «A Review of Recuay Chronology». 2 En el presente artículo, me refiero a fechas en escala calibrada a.C. (antes de Cristo) o d.C. (despúes de Cristo). 3 Para la presente contribución, he re-analizado las fechas de Chinchawas, usando Calib. versión 4.3. Las fechas mencionadas en Lau (2001) usaron Calib. versión 3.0.3 (Stuiver y Pearson, 1993). 4 Informacion no publicada, por Joan Gero, Febrero 2001. Dos fechados son mencionados en Gero (1992). 5 Ver nota 4. 6 No hay números de identificación de laboratorio para las muestras de Honcopampa (Isbell, 1989, 1991). 157 George F. Lau Sitio y referencia 14 No. de C edad Laboratorio (años A.P.) 1-sigma 2-sigma Asociación cultural Contexto (material) HUARÁS Chavín de Huántar (Lumbreras 1989) HAR-1104 832-791 A.C. 919-562 A.C. Chavín de Huántar (Lumbreras 1989) HAR-1109 2480±70 787-409 A.C. 801-398 A.C. Huarás Si-1504 2315±125 517-204 A.C. 790-52 A.C. Huarás-Recuay Unidad 47, fogón (madera) 386-201 A.C. 399-124 A.C. Cotojirca II Locus 137 (carbón vegetal) Guitarrero Cave (Lynch 1980) Chunta Ranra Punta (Ponte 1999) 2640±70 Huarás Carbón Vegetal, entierro 7 Carbón vegetal, basura del período Huarás AA32484 2230±55 Queyash Alto (Gero 1992) Beta-31354 2220±150 403-54 A.C. 763 A.C.-D.C.79 Huarás Queyash Alto (n/a) Beta-31357 2140±90 357-46 A.C. 396 A.C.-D.C.54 Huarás Nivel blanco sobre rojo (carbón vegteal) Gif-1079 2100±100 350 A.C.-D.C.16 390 A.C.-D.C.123 Huarás Sector NE de atrio del templo viejo, nivel 5 (carbón) Chavín de Huántar (Amat 1976) D.C. 263-534 D.C. 237-601 Quinú Nivel blanco sobre rojo (carbón vegteal) Pashash (Grieder 1978) Tx-944 1640±80 Pashash (Grieder 1978) Tx-1332 1610±170 D.C. 243-638 D.C. 34-768 Quinú La Pampa (Terada 1979) TK-173 640±50 D.C. 1293-1396 D.C. 1279-1410 white-on-red Relleno/nivel Quinú -Corte 4 Nivel 4 (carbón vegetal) Chinchawas (Lau 2001) AA32365 1710±50 D.C. 256-408 D.C. 229-429 Kayán Àrea quemada, OP9 .Niv. J, Terr. 1 (carbón vegetal) Pashash (Grieder 1978) Tx-1824 1590±60 D.C. 411-540 D.C. 264-616 Recuay-Yaiá Relleno/entierro capilla, Cte 12 Niv 4 (carbón vegetal) Pashash (Grieder 1978) Tx-942 1580±70 D.C. 411-559 D.C. 263-639 Recuay Aluvial, Corte 3, Nivel 2 (carbón vegetal) Pashash (Grieder 1978) Tx-940 1500±90 D.C. 433-647 D.C. 386-685 Recuay Aluvial/superficie, Corte 3 Nivel 2(carbón vegetal) Pashash (Grieder 1978) Tx-941 1490±70 D.C. 475-643 D.C. 420-664 Huacohú Viga quemada, Corte 4 Nivel 2 (carbón vegetal) Pashash (Grieder 1978) Tx-1329 1400±60 D.C. 604-669 D.C. 541-765 Pashash (Grieder 1978) Tx-943 1380±100 D.C. 600-764 D.C. 435-886 Yaiá Relleno/estruturas, Corte 3, nivel 4(carbón vegetal) Pashash (Grieder 1978) Tx-1331 1110±270 D.C. 658-1216 D.C. 412-1401 Huacohú Relleno piso/casa, Corte 9, nivel 3 (carbón vegetal) AA32369 Relleno/piedra, C9, N4, Blanco/rojo (carbón vegetal) Estructura RCC , sobre pico (carbón vegetal) RECUAY mid-Recuay (Yaiá) Relleno/entierro, Corte 12, Nivel. 6 (carbón vegetal) RECUAY TARDÍO Chinchawas (Lau 2001) 1395±45 D.C. 622-664 D.C. 598-689 Chinchawasi 1 Mitad de la base, OP19 Nivel L (madera/hueso) AA32371 1375±45 D.C. 642-677 D.C. 602-763 Chinchawasi 1 Bajo batan - OP49 Nivel (carbón vegetal) Queyash Alto (n/a) Beta-31353 1360±90 D.C. 618-768 D.C. 537-886 Post-Recuay Asociación Post-Recuay (carbón vegetal) Queyash Alto (n/a) Beta-30112 1350±80 D.C. 640-768 D.C. 543-879 Post-Recuay Chinchawas (Lau 2001) AA32368 1305±45 D.C. 663-773 D.C. 652-801 Chinchawasi 1 Piso con desechos, OP31 Nivel H (carbón vegetal) Chinchawas (Lau 2001) AA32376 675±50 D.C.1283-1386 D.C. 1263-1400 Chinchawasi 1 Tumba ST-3, OP65 Nivel B (carbón vegetal) Chinchawas (Lau 2001) Asociación Post-Recuay (carbón vegetal) INFLUENCIA WARI TEMPRANO Honcopampa (Isbell 1989) n/a 3 1380±70 D.C. 618-687 D.C. 541-777 Late E.I.P./MH1 Patio-group AC-8, Exc.2, Fogón (carbón vegetal) Honcopampa (Isbell 1989) n/a 2 1330±100 D.C. 640-778 D.C. 539-943 Huarás-bearing Patio-group AC-5, Exc. 1, Nivel. 11 (carbón vegetal) AA32367 1290±45 D.C. 668-776 D.C. 657-863 Chinchawasi 2 Depósito de desechos, OP4 Nivel G (carbón vegetal) Chinchawas (Lau 2001) Honcopampa (Isbell 1989) Chinchawas (Lau 2001) Honcopampa (Isbell 1989) Queyash Alto (n/a) n/a 5 1280±70 D.C. 663-804 D.C. 642-937 AA32366 1255±45 D.C. 688-804 D.C. 663-890 n/a 1 1240±90 D.C. 673-892 D.C. 642-993 Beta-30115 1210±80 D.C. 690-942 D.C. 659-998 Middle Horizon 1-2 Patio-group AC-2, Exc.4, piso roto (carbón vegetal) Chinchawasi 2 Desecho/relleno, OP21 Nivel I (carbón vegetal) Middle Horizon 2 Patio-group AC-5, Exc.1, piso SO (carbón vegetal) Post-Recuay Ancosh Punta (Ponte 1999) AA32481 1195±55 D.C. 734-937 D.C. 686-981 Cotojirca IV Chinchawas (Lau 2001) AA32372 1180±45 D.C. 778-940 D.C. 694-980 Chinchawasi 2 Asociación Post-Recuay (carbón vegetal) Locus 599 (carbón vegetal) Depósito de desechos, OP26G (carbón vegetal) INFLUENCIA WARI TARDÍO Chinchawas (Lau 2001) AA32373 1170±55 D.C. 778-960 D.C. 692-994 Warmi Desecho sobre el piso, OP36G (carbón vegetal) Chinchawas (Lau 2001) AA32374 1160±45 D.C. 781-961 D.C. 730-985 Warmi Desecho quemado, piso, OP43I (carbón vegetal) D.C. 679-1022 Post-Recuay Queyash Alto (n/a) Beta-30114 1160±80 D.C. 776-982 Asociación Post-Recuay (carbón vegetal) Chinchawas (Lau 2001) AA32370 1150±50 D.C. 782-977 D.C. 731-998 Warmi Yarcok (Ponte 1999) AA32490 1125±50 D.C. 886-983 D.C. 778-1018 Cotojirca IV Chullpa Tumba 11, Capa 2 (hueso humano) Chinchawas (Lau 2001) AA32377 655±50 D.C. 1288-1392 D.C. 1276-1405 Warmi Chullpa CT-2, OP57 Nivel A (hueso humano) TK-193 500±70 D.C. 1334-1445 D.C. 1302-1609 Tx-1330 420±80 D.C. 1425-1622 D.C. 1331-1649 3060±50 1405-1224 A.C. AQUILLPO Hoyo quemado, OP20 Nivel F (carbón vegetal) N/A INKA La Pampa (Terada 1979) (Late) Caserones Contenido de una vasija bajo el piso (carbón vegetal) COLONIAL Pashash (Grieder 1978) Colonial Base de la pared, corte 7, nivel 4 (carbón vegetal) Locus 3924 (cerámica) FECHADOS ADICIONALES 1430-1131 A.C. Ancosh Quitapampa C (Ponte 1999) AA32488 2305±55 401-262 A.C. 478-262 A.C. Cotojirca III Llacamá (Ponte 1999) Urpaycoto (Ponte 1999) AA32489 AA32492 1300±55 D.C. 662-776 D.C. 644-880 - Sedimentos de ceniza (carbón vegetal) Maquellouán (Ponte 1999) AA32480 660±40 D.C. 1280-1390 D.C. 1275-1395 - Locus 443 (carbón vegetal) Cotojirca IV Estructura circular quemada (carbón vegetal) Hornojirca C (Ponte 1999) AA32491 615±50 D.C. 1298-1402 D.C. 1284-1421 Llacamá (Ponte 1999) AA32485 535±70 D.C. 1325-1438 D.C. 1296-1476 - Carhuac Punta (Ponte 1999) AA32482 535±50 D.C. 1330-1433 D.C. 1303-1444 Cotojirca IV Locus 641 (carbón vegetal) Amá (Ponte 1999) AA32486 520±55 D.C. 1333-1438 D.C. 1304-1453 Cotojirca III Estructura funeraria A, con cobre (carbón vegetal) Auquish Corral (Ponte 1999) AA32483 250±50 D.C. 1637-1796 D.C. 1494-1947 Cotojirca IV Fogón en patio (carbón vegetal) I-1352 2086±225 White-on-red Carbón vegetal/hueso Marcará area (Ziółkowski, et al. 1994) 393 A.C.-D.C.131 777 A.C.-D.C.419 Tumba subterránea (hueso humano) Capa 1, Sector IV (carbón vegetal) Cuadro 1. Lista de Fechados radiocarbónicos post-chavín 1600 1500 1400 1300 1200 1100 1000 900 800 700 600 500 400 300 200 100 ca l D C /AC 0 100 -100 200 -200 300 -300 400 -400 500 -500 600 -600 700 -700 800 -800 -900 H AR -11 04 H AR -1 10 9 Si-1 50 4 AA3 24 84 Gif-1 07 9 Huarás Beta-31 35 4 Be ta -31 35 7 Tx-9 44 Tx-1 33 2 TK-17 3 AA32 36 5 Recuay Tx-18 2 4 Tx-9 4 2 Tx-94 0 Tx-94 1 Tx-13 29 Tx-9 43 Tx-13 31 Recuay Tardío AA32 36 9 AA32 37 1 Be ta -3 13 53 Be ta -3 01 12 AA3 23 68 AA3 23 76 n/a 3 AA32 36 7 n/a 5 AA3 23 66 n /a 1 Be ta-30 11 5 AA3 24 81 AA3 23 72 AA3 23 7 3 AA3 23 7 4 Be ta -30 11 4 AA32 37 0 AA3 24 90 AA3 23 77 Aquillpo Inka Post-Inka TK-19 3 Tx-1 33 0 158 Influencia W ari Tardío GFL, 2002 Evidencia radiocarbónica post-Chavín, sierra de Ancash Cuadro 2 (Fechados calibrados, 1-sigma) Influencia W ari Tem prano n/a 2 Evidencias radiocarbónicas para las transformaciones culturales Recuay P eríodo A ños A nc as h P as has h P ierina COS TA Chinc hawas Cajam arc a Huam ac huc o M oc he V iru S anta Cas m a S az ón Chim u-Ink a E s tero Tardío Tam bo Real M anc hán Toro Chim ú La P lata 1532 A quillpo Ink a Horiz onte Tardío P ierina Ink a 1476 P eríodo Interm edio Tardío 1200 George F. Lau S IERRA Cajam arc a Final A quillpo A quillpo Tam bo Real Tem prano 1000 900 Horiz onte M edio Chak was Influenc ia W ari Tardía Cotojirc a IV Cajam arc a Tardío W arm i 800 Influen cia Wari Chinc hawas i 2 Tem prana 700 600 Chinc hawas i 1 400 Rec uay Interm edio 300 Tem prano 200 100 GFL.2002 d.C. 1 Huarás Tradic ión Rec uay Huac ohu P eríodo Tus c an Tanguc he Tardío Chim ú Tem prano Urpay Cham is A m aru Tom aval Tanguc he Tem prano M oc he V Tardío Choloque Us u Rec uay Tardío 500 B Cajam arc a M edio Tradic ión Cajam arca Cas m a Quim it A IV Huam ac huc o Cotojirc a III Y aia Nivin III K ay án C Cajam arc a Tem prano B M oc he Tem prano Gallinaz o P urpuc ala Cajam arc a Inic ial II Gallinaz o Tardío S uc him anc illo Tardío Gallinaz o M edio Tem prano S uc him anc illo Cac hipam pa Tem prano I A Quinu Cotojirc a II Guadalipito Huanc ac o M oc he M edio S alinar 159 Cuadro 3. Secuencias culturales en la zona norte y nor-central de Perú. 160