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Dep. legal ppi 201502ZU4636 Esta publicación cientíica en formato digital es continuidad de la revista impresa Depósito Legal: pp 199202ZU44 ISSN:1315-0006 Universidad del Zulia Cuaderno Venezolano de Sociología En foco: América latina. “Progresismo” y “restauración conservadora” Auspiciada por la International Sociological Association (ISA), la Asociación Latinoamericana de Sociología (ALAS) y la Asociación Venezolana de Sociología (AVS) Vol.27 Enero - Marzo 2018 1 Dep. legal ppi 201502ZU4636 Esta publicación cientíica en formato digital es continuidad de la revista impresa Depósito Legal: pp 199202ZU44 ISSN:1315-0006 Universidad del Zulia Dep. legal ppi 201502ZU4636 Esta publicación cientíica en formato digital es continuidad de la revista impresa Depósito Legal: pp 199202ZU44 ISSN:1315-0006 Cuaderno Venezolano de Sociología Vol. 27 Nº 1. Enero - Marzo 2018 Contenido Darío Salinas Figueredo Cambios políticos en América Latina: la problemática dinámica de los avances antineoliberales y la restauración conservadora Political changes in Latin America: the dynamic solution of anti-neoliberal advances and the restoration of the conservative solution 23 Luiz Fernando Da Silva y Gisele C. Costa Fim do ciclo político dos governos de Frente Popular (“Progressistas”) Sul-americanos? End of the political cycle of the Popular Front governments (“Progressives”) South American? 37 María Susana Bonetto, Escenarios democráticos alternativos en la Argentina contemporánea. Alternative Democratic Scenarios in Contemporary Argentina 51 Luis Fernando Mack. ¿Primavera o invierno democrático? La crisis guatemalteca desde la óptica del concepto de Anomia del Estado. Democratic spring or winter? The Guatemalan crisis from the perspective of the concept of Anomia of the State.. 61 Jorge Hernández Martínez Una visión latinoamericana de Estados Unidos: crisis cultural y tendencias conservadoras en el entorno geopolítico hemisférico A Latin American View of the U.S.: Cultural crisis and conservative trends in the hemispheric geopolitical context 81 María Pilar García-Guadilla La experiencia de la Democracia Participativa. Poder popular y planes de desarrollo comunitario en Venezuela. The experience of Participatory Democracy. Popular power and community development plans in Venezuela. Semestre: 105 Daniel Castro Aniyar La maldición de la abundancia: Los problemas de la absorción económica como factor del bajo desempeño de la economía venezolana. (I Parte) The Curse of abundance: the problems of economic absorption as a factor of the low performance of the Venezuelan economy. (I part) Ricardo López Salazar y Sergio A. Sandoval Godoy La seguridad alimentaria en México: el reto inconcluso de reducir la pobreza y el hambre Food security in Mexico: The uninished challenge of reducing poverty and hunger 149 Angélica María Razo González, Ricardo Díaz Castillo y Martha Patricia López González Construcción de las Representaciones Sociales de la Calidad de Vida en diferentes etapas de la edad adulta. Construction of the Social Representations of the Quality of Life in diferent stages of adulthood 169 Luciano Schmitz. Marcelo Noronha De Mello, Marsal Ávila Alves Branco, Mary Sandra Guerra Ashton Las ciudades creativas: una mirada sobre las iniciativas artísticas, creativas y culturales de Ivoti, RS, Brasil Creative cities: a look on the artistic, creative and cultural initiatives of Ivoti, RS, Brazil Separata: 201 Theotonio Dos Santos La cuestión de la Teoría de la Dependencia The question of the Theory of Dependence Libros: 239 Catalina Toro Pérez y Facundo Martín Alimonda, Héctor, Toro Pérez, Catalina y Martín, Facundo –Coordinadores – (2017) Ecología política latinoamérica. Pensamiento crítico, diferencia latinoamericana y rearticulación epistémica. 245 José Javier Capera Figueroa Sandoval, Raico (2017). Economía extractivista en Colombia: Modelo minero energético destruyendo naturaleza y sociedad. 251 Isaac López. Varios autores (3016) Gente de palabra. 265 Irma Salcedo Romero Salazar, Juan José (2018) Gerencia, una paradoja epistemológica. Revistas: 271 ESTUDIOS SOCIOLÓGICOS, Vol. XXXIV, Nº 101 / ÍCONOS, Vol.20 Nº 54. / CONVERGENCIA, Año 23, Nº 72 / ESTUDIOS, Nº 36 / CUADERNOS EUROPEOS DE DEUSTO, Nº 55 Vol. 27 Nº 1. Enero - Marzo 2018 5 125 espacio abierto En foco: América latina. “Progresismo” y “restauración conservadora” Cuaderno Venezolano de Sociología En foco: América latina. “Progresismo” y “restauración conservadora” Auspiciada por la International Sociological Association (ISA), la Asociación Latinoamericana de Sociología (ALAS) y la Asociación Venezolana de Sociología (AVS) Vol.27 Enero - Marzo 2018 1 ESPACIO ABIERTO Cuaderno Venezolano de Sociología es una revista arbitrada e indizada que se fundó en 1991, en la actualidad son publicados 4 números al año, temáticos y con temas libres. Su estructura básica está conformada por las siguientes secciones: En Foco (tema central), Semestre (temas libres y diversos), Separata (relexiones sociológicas de trascendental relevancia), Recensiones de Libros y Reseñas de Revistas, La Revista tiene como objetivo la publicación de trabajos inéditos en el campo de las Ciencias Sociales, particularmente de la Sociología y, en tal sentido está abierta a la discusión de los múltiples problemas que caracterizan la realidad social. Los trabajos son evaluados por expertos en el área en la cual se inscriban y pueden ser presentados fundamentalmente como reporte de investigación, y en algunos casos como relexión teórica o comentario analítico de propuestas en el campo de la Sociología y disciplinas aines. Editor Alexis Romero Salazar Comité Editorial Fanny Sánchez, Alexis Romero Salazar Comité Asesor Alain Touraine (Escuela de Altos Estudios en Cs. Sociales – Francia) Alberto Martinelli (Universidad de Milán – Italia) Carmen Teresa García (Universidad de los Andes – Venezuela) Claus Ofe (Humboldt University – Alemania) Eduardo Sandoval Forero (Universidad Autónoma del Estado de México – México) Gustavo Chourio (LUZ – Venezuela) Jennifer Platt (University of Sussex – Reino Unido) Hélgio Trindade (Instituto Latinoamericano de Estudos Avançados – Brasil) Ignasy Pons Y Antón (Universidad de Barcelona – España) Immanuel Wallerstein (Binghamton University – Estados Unidos) María Cristina Parra Sandoval (LUZ – Venezuela) María Pilar García (Universidad Simón Bolívar-Venezuela) Maritza Montero (UCV – Venezuela) Roberto Briceño-León (UCV – Venezuela) Valia Pereira (LUZ-Venezuela) ESPACIO ABIERTO. Apartado Postal: 15288. Maracaibo, Venezuela. Telf/Fax: (+58) 0261.7529724 /0414.616.9590. E – mail: eabierto.revista@gmail.com Cuadro de la portada. Autora: Dina Atencio, Técnica: Acrílico/lienzo Medidas: 120 x 80 cm Arte y selección de obras: Alexis Romero Salazar Dina Atencio nació en Maracaibo, Venezuela, en 1981. Realizó estudios de dibujo y pintura en la Casa de la Cultura de la Concepción durante dos años hasta el 2001. Entre 2002 y 2006 cursa en la Escuela Nacional de Artes plásticas “Julio Arraga”, egresanso con una mención en arte puro. Ha participado de varias muestras colectivas nacionales y entre 2014 y 2016 expuso su trabajo en la Galería Latin Art en Praga y otras salas de la Republica Checa. Obtuvo el Primer Premio en el Salón Intercambio, Maracaibo 2006 y la Mención Especial en la VIII Bienal San José de la Matilla, La Concepción 2007. Carlos Ferrer, crítico de arte, dice: “En sus cuadros encontramos un mundo de bohemia vagamente atemporal: músicos, modelos, actrices, bailarinas, arlequines, aislados de cualquier escenario que pudiera situarlos y ataviados con atuendos que recuerdan más bien a la moda de principios del siglo XX, un periodo por el que Atencio coniesa sentirse atraída. Los personajes, mujeres o individuos asexuados en todos los casos, no son exactamente retratos, en cuanto a que no representan a nadie real. En muchos casos los lienzos son homenajes más o menos velados a los clásicos, en otros es evidente, por ejemplo, el trazo difuso y sucio, pero al mismo tiempo realista de los maestros holandeses. El resultado es sin embargo fuertemente contemporáneo y catalogable dentro de lo que se ha venido a llamar la nueva iguración. La tensión entre lo abstracto y lo igurativo ha llegado a un nuevo nivel con estas últimas obras pintadas en Praga”. Completa Yarleny Añez: “Dina Atencio logra recrear un mundo imaginario que subyace a las historias monárquicas, de arlequines y reyes, donde escenarios difusos generan un ambiente sigiloso, que le otorgan carácter a las iguras alargadas con aire de grandeza, plasmadas a través de un dibujo prodigioso. Los rostros femeninos presentes en su obra poseen grafía en la mirada, están como conectadas al pensamiento y las ideas, dicen algo, se comunican. Narran una situación temporalizada. Once años después de su primera exposición individual, hoy encontramos a una artista crecida en su capacidad plástica, disciplinada en un trabajo diario de taller, convencida del arte como único camino para llegar a la felicidad, deinida como expresionista, en cuyos rostros consigue decir lo que ella misma durante toda la vida ha callado, según sus propias palabras, ‘con personajes agresivos, imponentes, audaces, arrogantes y fuertes’, como si en ella habitase dos mujeres; en la pintura consigue ser libre, sin límites ni reglas, redimiendo su yo interno”. Dep. legal ppi 201502ZU4636 Esta publicación cientíica en formato digital es continuidad de la revista impresa Depósito Legal: pp 199202ZU44 ISSN:1315-0006 espacio abierto Cuaderno Venezolano de Sociología Volumen 27 Nº 1 (Enero - Marzo 2018) Auspiciada por la International Sociological Association (ISA), la Asociación Latinoamericana de Sociología (ALAS) y la Asociación Venezolana de Sociología (AVS) Incorporada al Núcleo Básico de Publicaciones Cientíicas del Programa de Estímulo a la Investigación (PEI) Incluida en los Indices y en las Bases de Datos: • CLASE. Citas Latinoamericanas en Ciencias Sociales y Humanidades • DARE – UNESCO • DIALNET • EBSCO • INTERNATIONAL BIBLIOGRAPHY OF THE SOCIAL SCIENCE • LATINDEX • REVENCYT • REDALYC • RevistALAS • SCIELO • SOCIOLOGICAL ABSTRACTS • SOCIOLÓGICA HUMANITATIS • THOMSON GALE – Informe Académico • ULRICH’S Periodical Directory © Universidad del Zulia. 2017 Dep. legal ppi 201502ZU4636 Home: http://produccioncientiica.luz.edu.ve/index.php/espacio E-mail: eabierto.revista@gmail.com Esta revista fue editada en formato digital y publicada en dicembre de 2017, por el Fondo Editorial Serbiluz, Universidad del Zulia. Maracaibo-Venezuela Dep. legal ppi 201502ZU4636 Vol.27 No.1 Enero - Marzo 2018 Contenido En foco: América latina. “Progresismo” y “restauración conservadora” 5 23 37 51 61 81 Darío Salinas Figueredo Cambios políticos en América Latina: la problemática dinámica de los avances anti-neoliberales y la restauración conservadora Political changes in Latin America: the dynamic solution of anti-neoliberal advances and the restoration of the conservative solution Luiz Fernando Da Silva y Gisele C. Costa Fim do ciclo político dos governos de Frente Popular (“Progressistas”) Sul-americanos? End of the political cycle of the Popular Front governments (“Progressives”) South American? María Susana Bonetto, Escenarios democráticos alternativos en la Argentina contemporánea. Alternative Democratic Scenarios in Contemporary Argentina Luis Fernando Mack. ¿Primavera o invierno democrático? La crisis guatemalteca desde la óptica del concepto de Anomia del Estado. Democratic spring or winter? The Guatemalan crisis from the perspective of the concept of Anomia of the State.. Jorge Hernández Martínez Una visión latinoamericana de Estados Unidos: crisis cultural y tendencias conservadoras en el entorno geopolítico hemisférico A Latin American View of the U.S.: Cultural crisis and conservative trends in the hemispheric geopolitical context María Pilar García-Guadilla La experiencia de la Democracia Participativa. Poder popular y planes de desarrollo comunitario en Venezuela. The experience of Participatory Democracy. Popular power and community development plans in Venezuela. Semestre: 105 125 149 Daniel Castro Aniyar La maldición de la abundancia: Los problemas de la absorción económica como factor del bajo desempeño de la economía venezolana. (I Parte) The Curse of abundance: the problems of economic absorption as a factor of the low performance of the Venezuelan economy. (I part) Ricardo López Salazar y Sergio A. Sandoval Godoy La seguridad alimentaria en México: el reto inconcluso de reducir la pobreza y el hambre Food security in Mexico: The uninished challenge of reducing poverty and hunger Angélica María Razo González, Ricardo Díaz Castillo y Martha Patricia López González Construcción de las Representaciones Sociales de la Calidad de Vida en diferentes etapas de la edad adulta. Construction of the Social Representations of the Quality of Life in diferent stages of adulthood 169 Luciano Schmitz. Marcelo Noronha De Mello, Marsal Ávila Alves Branco, Mary Sandra Guerra Ashton Las ciudades creativas: una mirada sobre las iniciativas artísticas, creativas y culturales de Ivoti, RSs, Brasil Creative cities: a look on the artistic, creative and cultural initiatives of Ivoti, RS, Brazil Separata: 201 Theotonio Dos Santos La cuestión de la Teoría de la Dependencia The question of the Theory of Dependence Libros: 239 Catalina Toro Pérez y Facundo Martín Alimonda, Héctor, Toro Pérez, Catalina y Martín, Facundo –Coordinadores – (2017) Ecología política latinoamérica. Una pensamiento crítico, diferencia latinoamericana y rearticulación epistémica. 245 José Javier Capera Figueroa Sandoval, Raico (2017). Economía extractivista en Colombia: Modelo minero energético destruyendo naturaleza y sociedad. 251 Isaac López. Varios autores (3016) Gente de palabra. 265 Irma Salcedo Romero Salazar, Juan José (2018) Gerencia, una paradoja epistemológica. Revistas: 271 ESTUDIOS SOCIOLÓGICOS, Vol. XXXIV, Nº 101 / ÍCONOS, Vol.20 Nº 54. / CONVERGENCIA, Año 23, Nº 72 / ESTUDIOS, Nº 36 / CUADERNOS EUROPEOS DE DEUSTO, Nº 55 En foco: América latina. “Progresismo” y “restauración conservadora” Espacio Abierto Cuaderno Venezolano de Sociología Vol.27 No.1 (enero - marzo, 2018): 5-21 Cambios políticos en América Latina: la problemática dinámica de los avances anti-neoliberales y la restauración conservadora Darío Salinas Figueredo* Resumen El trabajo se estructura a partir de un eje de preocupación que tiene que ver con los procesos políticos en la región y los conlictos que se desarrollan en el contexto de un modelo de sociedad de mercado bajo múltiples señales de crisis. Se enfoca el movimiento de la región, so reserva de todos los matices y singularidades particulares, colocando el acento relexivo en las tendencias políticas más globales. Con ello se busca una presentación general para sugerir algunos principios analíticos de discusión que resultan relevantes para el estudio del escenario regional actual. Se aborda el neoliberalismo como expresión del capitalismo de este tiempo, en crisis, aunque vigente y con un historial de triunfos frente al campo popular. Hablamos de procesos políticos como campos de fuerza y cambiantes correlaciones que se dinamizan alrededor de objetivos políticos y estratégicos en pugna, en conlictiva interrelación con un contexto hemisféricos caracterizado actualmente por un reacomodo agresivo y conservador de la política estadounidense. Palabras clave:Neoliberalismo; crisis; conlicto; hegemonía; América Latina; política estadounidense Recibido: 15-10-2017 / Aceptado: 05-12-2017 *Universidad Iberoamericana, México. E-mail: dario.salinas@ibero.mx 6/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 5-21 Political changes in Latin America: the dynamic solution of anti-neoliberal advances and the restoration of the conservative solution Abstract The work is structured around an axis of concern that is related to the political processes and conlicts of the region that are developed in the context of a market society model under multiple signs of crisis. The movement of the region is focused, so it reserves all the nuances and particular singularities, placing the relective accent on the most global political tendencies. A general presentation is sought to suggest some analytical principles of discussion that are relevant for the study of the current regional scenario. Neoliberalism is approached as an expression of capitalism of this time, in crisis, although in force and with a history of triumphs over the popular ield. We speak of political processes as force ields and correlations of changes that are directed against political and strategic objectives in conlict, interrelation with a hemispheric context, currently for the present and conservative of American government policy. Keywords:Neoliberalism; crisis; conlict; hegemony; Latin America; United States politics. La región como escenario de experimentos políticos La historia política reciente no se entiende sin el proceso de neo liberalización que envuelve a las sociedades latinoamericanas. El modelo en que se funda se impone como resultado de un triunfo de las fuerzas más conservadoras del capitalismo. Sin el menor ánimo de teorizar sobre la reestructuración sistémica que le es consustancial, conviene decir que su sola formulación, como preocupación de análisis, ya nos coloca frente a un esquema económico-político e ideológico de regularidad que corresponde al capitalismo de este tiempo provisto de un sistema de denominación. América Latina y el Caribe fue la porción del planeta que se ha convertido en el laboratorio privilegiado de experimentos neoliberales, acompañados de políticas desregulatorias y de apertura comercial, coincidente en el tiempo con la crisis y derrumbe del socialismo. Con el beneicio del tiempo transcurrido y las profundas transformaciones claramente decantadas, nuestra región puede verse en la actualidad como el espacio social donde ese Cambios políticos en América Latina: la problemática dinámica de los avances anti-neoliberales y la restauración conservadora Darío Salinas Figueredo /7 modelo adquirió las formas más radicales desde el punto de vista de la reorganización del Estado, la política y la sociedad. Así también, el ensayo social alternativo de respuesta y propuestas políticas, en registros muy diversos, contra ese proyecto tuvo en estas mismas latitudes años después sus expresiones más nítidas. Conectadas entre sí, dos de sus ejes fundamentales de instrumentación, y consecuencias a la vez, son la desregulación de la economía que modiicó el parón de acumulación, la precarización extrema de las relaciones laborales y el proceso de pérdida de derechos sociales. La democracia en aquellas condiciones fue asumida como negociaciones acotadas en el espacio de un nuevo capitalismo, de mercados interconectados, de libre concurrencia global, pero con condiciones laborales precarizadas. América Latina se vio completamente envuelta por la “ley de hierro” de esa competitividad generalizada, inducida por la “mano invisible” cuya voracidad fue creando la necesidad de una masa de pobres y excluidos, para sostener la nueva inserción, sortear las precariedades del desarrollo tecnológico, el intercambio desigual y la histórica “heterogeneidad estructural”. Ese modelo mercadocéntrico, mucho más que el anterior estructurado bajo la lógica de los “Estados de bienestar”, colocó la exigencia funcional de una cuota estructural de pobres, una “población sobrante” al decir de Cademartori (2004), como garantía de sostén para la competitividad. El sometimiento a brutales exigencias externas en los mercados ha sido su tónica y que en la experiencia de América Latina no ha hecho más que producir un ahondamiento incomparable de las históricas desigualdades de clases, regionales, culturales y étnicas. La sensación de la derrota que se adueñó del progresismo y la izquierda fue el correlato del proceso de articulación de ideas y expectativas que fueron construyendo la hegemonía neoliberal. El carácter involutivo y revolucionario a la vez del cambio impuesto resultaba alarmantemente formidable. Sus efectos sociales fueron devastadores. Desde ese ángulo se argumentaba que todo aquello no era deseable, pero por la fuerza de su facticidad era el único mundo posible. Ir contra la corriente, por tanto, aparecía como una irresponsabilidad ante la historia misma. Esa forma de asumir la realidad desde las percepciones sociales se fue convirtiendo en la visión hegemónica del neoliberalismo. Un agudo fenómeno que se fue acentuando en el transcurso de aquel complejo cambio en desarrollo, cuya tendencia continua hasta nuestros días, es el diagnóstico que asigna a esta porción del planeta como el domicilio de la mayor desigualdad social junto con los niveles más altos de concentración de la riqueza (Puchet y Puyana, 2018). Colocado en el tiempo, esto no constituye solo un saldo o resultado de determinadas políticas, sino de un prerrequisito adherido irmemente a la maquinaria que como totalidad reproduce las condiciones de una sociedad neoliberal. Como proceso, todo esto ha ocurrido en vinculación con el reordenamiento del sistema mundial y sus núcleos de referencias tanto en términos económicos, comerciales como el terreno en que dinamizan las expresiones de fuerzas. Desde aquella portentosa reestructuración la región se enfrenta a un período muy agresivo de la globalización capitalista. Inscrita en la dinámica mundial que se impulsa entre 1989 con el Consenso de Washington y la década de 1990, recién hoy parece percibirse mejor que nunca aquella 8/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 5-21 conocida noción de Marx, según la cual el mundo entero sería un gran sistema de mercados interconectados. Una especie de “aldea global” donde los capitales, el trabajo y, en general, todas las mercancías, legales e ilegales, gozarían del espacio necesario y de las garantías de apertura, explícitas o implícitas, para circular con unas condiciones de libertad nunca antes vista. El ingreso a esta fase tuvo implicancias profundas en diferentes direcciones. Por un lado, el proceso difícil y socialmente doloroso de desmontaje de la estructura previamente existente, y que en la experiencia de América Latina y el Caribe signiicó una fuerte arremetida, intra-sistémica, en contra todo vestigio del llamado “Estado benefactor” o Estado de compromiso. Entre tanto, el desarrollo de los mercados en favor de las nuevas formas de acumulación cuya dinámica, junto con imponer una ampliación extendida de la esfera mercantil en detrimento de las garantías públicas, supuso la implementación de profundas reestructuraciones en el ámbito de las relaciones sociales. Esto signiica que, junto con la globalización de los mercados, el nuevo modelo al imponer su hegemonía trajo consigo, tempranamente, la exigencia imperativa de lexibilizar la estructura contractual e institucional de las relaciones laborales, con el consiguiente debilitamiento en la capacidad de negociación y de representación de la ancha franja social donde se reconoce a quienes viven del trabajo. La imposición de aquella lógica mercado-céntrica se ha caracterizado por presentar difíciles conciliaciones con organizaciones políticas sustentadas en fórmulas que han implicado algún esquema de participación ciudadana. Es más, el propio concepto de ciudadanía ha sido trastocado. En efecto, bajo el protagonismo del mercado, fueron desplazadas desde el mundo del trabajo para domiciliar a sus ciudadanos en el mundo del consumo y del mundo de la participación al de la exclusión. La mercantilización social que de todo ello deviene no tiene precedentes en la historia del capitalismo en América Latina. El resultado fue una remodelación completa de la sociedad desde su base hasta su cúspide. La proyección de “El in de la historia” (Fukuyama, 1994) tuvo su prosecución en versión criolla con “La utopía desarmada” (Castañeda, 1995) y “El otro sendero” (Soto, 1987), sendas elaboraciones que le otorgaron atractivas pistas de aterrizaje a la revolución del pensamiento único. Estos poderosos referentes intelectuales, se presentaron bajo diversos ropajes de un “pensamiento renovado y actualizado” cuya eicacia produjo todo tipo de espejismos en la sociedad. La trama de empobrecimiento, exclusión social, represión y desideologización de la política generó a su turno modiicaciones drásticas en la expectativa de la población y en última instancia en los comportamientos, todo lo cual explica cómo este sistema ha podido instalarse bajo regímenes claramente dictatoriales, como en Chile, o bajo el funcionamiento de instituciones democráticas como en México. Esa capacidad de domiciliarse que tuvo el neoliberalismo “como forma de vida”, sin que importe demasiado la cualidad del régimen político, constituye una dimensión crucial para estudiar su legitimación y en deinitiva para generar las condiciones sociales de su reproducción como modelo de sociedad. Tomo aquí prestado una línea argumental de Harvey (2007) para pensar que las mutaciones en la percepción de los sujetos, dentro de ese complejo movimiento de traslación que va de lo social a lo individual, so pretexto de un concepto de libertad para “decidir”, fue generando la cuota de consenso en favor de Cambios políticos en América Latina: la problemática dinámica de los avances anti-neoliberales y la restauración conservadora Darío Salinas Figueredo /9 un orden social que de hecho termina aceptándose como tal. Todo está en la esfera de libertad para ser discutido democráticamente, menos el orden social. Si es así, no resulta descabellado suponer que el mayor triunfo estratégico del neoliberalismo fue haber logrado formatear la conciencia social. Las políticas que se impulsaron para enraizar este modelo con las llamadas reformas de “primera generación” que, como en el caso de Chile se aplicaron “sin anestesias” bajo dictadura militar, se orientaron al debilitamiento y al despojo de las empresas estatales, la privatización y la apertura al exterior vinculando la organización de las economías al ciclo exportador, eliminando el funcionamiento de los controles reguladores sobre el mercado (Salinas y Tetelboin, 2005). Las siguientes reformas, las de “segunda generación”, impulsadas en contextos de democracias electorales, introdujeron variantes de inanciamientos en la capacidad institucional del Estado, con campos de afectación en la salud, la educación y la seguridad social. En todo caso, lo cierto es que todas las reformas subsecuentes se hicieron manteniendo incólumes los fundamentos sistémicos de la privatización, apertura, desregulación inanciera y la renuncia al principio del pleno empleo (French-Davis, 2005). Sus tendencias fundamentales hasta nuestros días se mantienen intactas y se sostienen dogmáticamente en la idea de que el Estado sólo debe procurar que el mercado funcione de manera adecuada para evitar las restricciones y los impedimentos a la libre y plena competencia (Tello e Ibarra, 2012). El complejo juego de tendencias y la recomposición del mapa político regional Es en las coordenadas de aquella trayectoria donde localizamos las expresiones de resistencia, las pugnas en torno a los proyectos y la crisis del neoliberalismo en América Latina. En medio de las diversas señales de cuestionamientos a la política predominante, así como al modelo que lo genera, surgieron preguntas sobre los límites de los programas neoliberales (Estay et al., 2012). Lo que en términos de debate logró expresarse ocurría en medio de un complejo proceso de luchas sociales frente al modelo de desarrollo hegemónico. Los propios organismos internacionales como la CEPAL y el Banco Mundial no escaparon a este juego de ideas y diagnósticos. Un eje del mismo se situó alrededor de la hipótesis sobre el agotamiento del modelo en que se apoya la sociedad de mercado (Sader, 2010). Un nivel importante de las preguntas formuladas en esa perspectiva alcanzó incluso a colocar la idea de pensar en una fase post-neoliberal. Los hechos (estructuras, instituciones y el mundo de las convicciones predominantes) fueron más gravitantes que el alcance real de aquellas ideas. Aun así, pensar fuera del modelo hegemónico tuvo su importancia, porque en esa medida se asumía un cuestionamiento tanto de los fundamentos como de los resultados del neoliberalismo que llegaban en algunos casos hasta diferentes formas de rechazo. Detrás de todo, y dependiendo del país en concreto, se podía rescatar la dinámica de un conjunto más o menos heterogéneo de fuerzas en el juego de las alianzas o coincidencias que estaban en favor de impulsar nuevos proyectos. Puede advertirse en este sentido el despliegue de un proceso transversal que, aunque de potencialidades y articulaciones diferentes, cruza a toda la región latino-caribeña. 10/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 5-21 Entre sus variados referentes puede considerarse a los procesos gubernamentales en franjas importantes de la región, cuyas proyecciones fueron alimentando el sentido de un accionar político en una perspectiva de cuestionamiento al orden social predominante. Sin perjuicio de los sistemas de liderazgos o de nuevas dirigencias, en una revisión más cuidadosa es importante considerar el peso renovado de las luchas sociales, sus singularidades y articulaciones hacia proyectos alternativos dentro de un rango de esferas y escenarios muy diversos. Estos referentes se encuentran en el caracazo de 1989, que fue el resultado de la respuesta social contra un paquete fondomonetarista, el levantamiento zapatista de 1994, la llamada guerra del agua y el gas en Bolivia con un sentido social y político antiprivatizador que culmina con la renuncia en 2003 del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, la destitución ese mismo año del presidente Carlos Andrés Pérez que puso de maniiesto la isura del sistema institucional venezolano, el derrocamiento por fuerzas populares movilizadas de gobiernos neoliberales en Ecuador y Bolivia entre abril y junio de 2005, así como el desarrollo del movimiento estudiantil en Chile ante el fracaso de la educación de mercado, especialmente durante el 2006 y 2011 y, a no dudarlo, el inusitado movimiento de resistencia y protesta popular en Brasil en junio de 2013. En la trayectoria de este arco temporal (que sin ser exhaustivo registra importantes revueltas populares, de signos ideológicos diversos y composiciones sociales muy heterogéneas, híbridas incluso en algunas experiencias, las cuales llegaron incluso en muchos casos hasta interrumpir el mandato de gobiernos de inspiración neoliberal como en Perú, Bolivia, Paraguay, Ecuador, Argentina y Haití), se puede construir un espacio analítico para dar cuenta de importantes modiicaciones en las relaciones de fuerza, tanto desde el punto de vista social como político ideológico. Sin que sean desde luego idénticas las experiencias de lucha que se pueden registrar, puede dibujarse en todas ellas un elemento común que se vincula a contenidos populares y nacionales, que en cada caso se articuló para bloquear o desmontar la aplicación o profundización de programas neoliberales o para mostrar la insuiciencia de las políticas de contrapeso. En un ejercicio de jerarquización sobre el contenido de las demandas y las invocaciones en los procesos de lucha, es muy probable que la sensibilidad social de mayor alcance frente al neoliberalismo, tenga su eje de articulación alrededor de los derechos sociales en el sentido más amplio que permite la categoría (Pleyers, 2015; Favela y Guillén, 2009; Almeida y Cordero, 2017). Desde una mirada esquemática es poco lo que se puede entender de lo que se ha logrado cultivar en el desarrollo de aquellas experiencias. No hay que olvidar que las expresiones sociales de lucha venían cargando importantes reveces y duras derrotas, como el golpe de Estado en Chile en 1973, las invasiones militares estadounidenses a Granada en 1983 y a Panamá en 1989 y la derrota electoral sandinista en las elecciones de 1990. Completaba aquel devastado cuadro político el derrumbe del campo socialista y el despliegue del poder omnímodo de las estrategias estadounidenses a nivel global. La revolución cubana era en aquel momento el único referente para preservar al menos una perspectiva diferente. Como sea, es desde aquel desolador escenario político regional el lugar analítico desde cual hay que partir para valorar ponderadamente el desarrollo de los procesos políticos Cambios políticos en América Latina: la problemática dinámica de los avances anti-neoliberales y la restauración conservadora Darío Salinas Figueredo /11 actuales (Regalado, 2012). Después de un largo y farragoso debate sobre el tema de las vías, especialmente durante el segundo quinquenio de los sesentas, paradójicamente un factor considerable posibilidad, inserto en la propia institucionalidad de nuestros países, fue el espacio electoral que permitió repensar la política y encausar las luchas sociales. En esa proyección no se desconoció el hecho de que el sistema político en que se desenvolvía el neoliberalismo, por regla general, ha logrado redeinir la democracia hasta reducirla a sus meros procedimientos electorales (Vázquez e Aibar, 2013). Democracias vaciadas de contenido o reducidas a lo mínimo y que en las relexiones hegemónicas aparecía como una “superestructura natural” del neoliberalismo. Soisticadas construcciones politológicas, como las de Krauze (2016) buscaron solventar, infructuosamente, la idea de una democracia sin adjetivos. Nada pudo impedir que el desencanto social se incubara y se multiplicaran las formas de rechazo a la política predominante. A partir de las desastrosas experiencias de mandatarios que operaban en un sentido completamente distinto a lo proyectado en las campañas electorales, se dibujó un posible camino democrático que fuera diferente. En el terreno de las percepciones y las luchas sociales, la crítica al neoliberalismo había germinado inicialmente de este modo. Se podía cuestionar a un mandatario por incumplimiento con el mandato de los gobernados e incluso exigir su revocación. De allí surgieron algunos entendimientos políticos para ensayar el apoyo a plataformas gubernamentales con la decisión de elegir gobiernos con el mandato de instrumentar otras políticas. Por aquella senda se dibujó un mapa político electoral diferente que comenzó a modiicar el balance de fuerzas a nivel regional. Su proyección abrió posibilidades de cambios políticos importantes, llegando incluso en algunos procesos a la necesidad de plantearse la reconiguración institucional en medio de fuertes conlictos, con demandas políticas cada vez más articuladas, resistencias oligárquicas y arremetidas mediáticas conservadoras de los grandes monopolios comunicacionales. Instrumentar una asamblea constituyente, seguida de un referéndum constitucional, como en Venezuela en 1999 y 2017, Bolivia en el 2006 o Ecuador en 2007, ha implicado colocarse en el umbral de las transformaciones del poder. Plantearse modiicar el diseño institucional de un país era el anticipo de cambios sustantivos. Llegar a ese punto signiicó haber logrado forjar una determinada voluntad política, aglutinar fuerzas y capacidad de convocatoria social para hacerlo. El Estado fue pensado más allá de sus funciones para recuperar una perspectiva fundacional en el sentido de la participación como un asunto central del poder político. En la medida en que estas tendencias apuntaron hacia su profundización, también fueron mostrando contradictoriamente los pilares de la dominación neoliberal en sus fundamentos internos, así como los límites o desafíos de los procesos de transformación (Salinas, 2007). Es en la complejidad de estas experiencias de lucha, de resistencia, oposición y estructuración de alternativas, el lugar de donde surgen las referencias para preguntarse sobre el signiicado de los gobiernos electoralmente triunfantes. Alimentando el desarrollo de este nuevo proceso alternativo se registran germinalmente los triunfos electorales de Venezuela en 1998, con Hugo Chávez, y el de Brasil en 2002 con Lula en la presidencia. Son un punto de arranque importante que habrá de alimentar el desarrollo de una tendencia 12/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 5-21 transformadora, y que en conjunto con otras experiencias similares fueron constituyendo abigarradamente la nueva realidad política de la región. Son gobiernos que han hecho su lectura a partir de considerar que el neoliberalismo ya no alcanzaba a producir el consenso, o la expectativa que alimentaron la conformación de una mayoría necesaria para el triunfo de su oferta política, por ejemplo, Fujimori en la experiencia peruana. Las invocaciones de la modernización neoliberal han topado, en aquellas circunstancias, con ciertos límites de su capacidad hegemónica en la producción de la cuota de legitimidad y consenso alrededor de su proyecto. Aquella capacidad ideológica que impulsara dejó servir para ganar elecciones (Elías, 2006). Las nuevas coniguraciones de fuerzas movilizadas aportaron los ingredientes para entender por qué no han podido avanzar más aquellas políticas de “libre mercado” y sus tratados comerciales durante la primera década del presente siglo. En el marco de ese complejo juego de pesos y contrapesos, un momento político primordial constituye el freno que se le ha puesto en diciembre de 2005 a las pretensiones hegemónicas de llevar a todo el continente el proyecto “Acuerdo de Libre Comercio para las Américas” (ALCA) en Mar del Plata. Allí se pudo dimensionar el cuestionamiento a las concepciones neoliberales de integración, seguridad regional y cooperación hemisférica. Cabe destacar que, dentro del conjunto de países latinoamericanos, los que reportaban en aquel entonces un mayor porcentaje de comercio con Estados Unidos no son precisamente aquellos que irmaron tratados bilaterales de libre comercio (TLC). Son los casos de Brasil y Venezuela. No deja de llamar la atención que hayan sido precisamente estos gobiernos los que ya en aquellas circunstancias se caracterizaron por mantener una distancia crítica, en grados distintos, con respecto a la política comercial con la marca registrada por los objetivos de Washington. Frente a los valores cultivados por el mercantilismo, la “competitividad” y las oportunidades del “libre comercio” (entre desiguales, claro está), han surgido referentes distintos como el principio del “comercio justo” o el del “intercambio solidario”. Allí están los que han coincidido en el plano regional para el impulso de propuestas diferentes de integración que se ratiicaron en la Alternativa Bolivariana para Nuestra América (ALBA) fundada en La Habana en 2004, la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) creado en Venezuela el 2007 y su tratado constitutivo al año siguiente, el Proyecto del Banco del Sur y suscrito en Buenos Aires en 2007, el Consejo Sudamericano de Defensa formulado por los miembros de UNASUR en Costa de Sauipé, Brasil en 2008. Estas nuevas instancias de cooperación, aunadas a otros proyectos como PETROCARIBE, son respuestas políticas y diplomáticas en la coniguración de nuevos formatos de integración, para el impulso de referentes multilaterales y el tratamiento de los desafíos comunes frente a la hegemonía estadounidense (Katz, 2006). En un estudio más pormenorizado, y en perspectiva histórica de la larga duración, no debe constituir una sorpresa absoluta el empeño latinoamericano por forjar estos instrumentos de concertación. Hay en el acervo latinoamericano referentes de fortaleza para hilvanar posicionamientos en favor de la unidad regional desde los instrumentos propios que conciernen a la política y la diplomacia (Salinas, 2016). La recuperación de esta trayectoria puede ser larga. Baste recordar para lo que aquí interesa, por ejemplo, como Cambios políticos en América Latina: la problemática dinámica de los avances anti-neoliberales y la restauración conservadora Darío Salinas Figueredo /13 en el 2008 el Grupo de Río adquirió su actual isonomía con la incorporación de Guyana, Haití y un poco más tarde Cuba. En 2010 durante la celebración de su 21 reunión, en la denominada “Cumbre de la Unidad” celebrada en la Riviera Maya, dio el paso más deinido al generar la nueva Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). La Declaración de Cancún, suscrita por todos los países de la región latinoamericana, se ratiica en la Cumbre de Caracas (CELAC, 2011). Por su naturaleza y composición, en su análisis cabe la consideración de un punto de quiebre si consideramos la trayectoria de la región desde las pretensiones del monroísmo. Sus propósitos fundacionales están orientados hacia los requerimientos de la integración política, económica, social y cultural, así como sus objetivos están proyectados para la defensa del multilateralismo como medio para incidir en el manejo de los grandes temas de la región y los acontecimientos de la agenda global. En el apartado dedicado a crisis económica el nuevo organismo se pronuncia a favor de la creación de una nueva arquitectura inanciera regional, incluyendo la posibilidad de realizar pagos en monedas nacionales y evaluar la creación de una moneda común, así como la cooperación entre bancos nacionales y regionales de fomento. Los dos aspectos centrales y probablemente los más concretos que irmaron los presidentes en Cancún son los rubros dedicados a “energía” y a la “integración física en infraestructura”. Sin perder de vista que se trata de un proceso, no es menos signiicativo que haya aparecido con especial fuerza el desafío energético. Son planteamientos, no exentos de diicultades, muy avanzados e imprescindibles, si se considera la importancia estratégica de promover la expansión de fuentes de energía, la socialización de experiencias y transferencia de tecnología sobre programas nacionales de biocombustibles y el impacto de la producción de etanol (Rojas Aravena, 2012). Sin embargo, por arduos que hayan sido los esfuerzos multiformes de trazar esta nueva ruta continental, al margen del liderazgo hegemónico hemisférico, su notable signiicado político y potencial democratizador fueron dejando grandes interrogantes a la hora en que se enfrentan a la arremetida conservadora. Para todos aquellos gobiernos que han ido tejiendo estos nuevos referentes, más allá de la Organización de Estados Americanos, OEA, resultaba crucial aianzar sus proyectos, consolidar los vínculos entre gobernantes y gobernados, ganar las elecciones y consolidar las condiciones un “buen gobierno” que recomponga el tejido social desmembrado por el neoliberalismo. Ese “buen gobierno”, conforme fue avanzando en la implementación de su programa se ido enfrentando de manera inevitable con el sistema de dominación en la compleja trama de sus articulaciones institucionales y no institucionales, internas y externas. El reconocer en este juego de tendencias y contratendencias la parte benéica que se viene conigurando en el escenario político regional, en favor de la democracia y la soberanía y la posibilidad de articular intereses populares en la acción gubernamental, no es desde luego para sacar cuentas alegres. Menos aún si lo consideramos desde el escenario actual. La heterogénea oposición al neoliberalismo no implica en todas las experiencias un cuestionamiento a su sistema de dominación. Este es un debate inconcluso que concierne a la problemática de las alternativas políticas. Los golpes de Estado como en Venezuela (2002), (2009) y el “golpe parlamentario” que culmina con la destitución 14/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 5-21 del presidente Fernando Lugo en Paraguay (2012) y Dilma Roussef (2016), las políticas de desestabilización o intentos de golpes, como en Bolivia (2008) y Ecuador (2010) y la amañada inhabilitación política de Lula (2018) se han convertido en agudos referentes de los procesos de cambio y sus desafíos democráticos. Es más, estos antecedentes son muestras de la capacidad disponible en el acervo de los recursos institucionales y políticos de la derecha, cuyo accionar encuentra sus correspondientes ligámenes con la disposición coadyuvante y a veces francamente impulsora de la política estadounidense hacia la región. Una constante de la política estadounidense Si comparamos los dos periodos del gobierno demócrata bajo Barak Obama y el tiempo que lleva la actual administración encabezada por Donald Trump podemos establecer, sin desconocer las características especíicas de cada gestión y sus respectivas circunstancias políticas, una clara línea de continuidad en lo que se reiere a sus criterios estratégicos con respecto a nuestra región. Aunque no haya expresa deinición de una política hacia América Latina y el Caribe en el encuadre de esa jerarquización exterior, conviene considerar que históricamente ningún gobierno estadounidense se ha apartado de las premisas estratégicas que direccionan las relaciones hemisféricas. Nuestra región es la franja del planeta donde se encuentra domiciliado el mayor número de intervenciones estadounidenses. Su frontera sur, ha sido y sigue siendo de hecho considerado una suerte de prolongación de su territorio. El concepto de “patio trasero” se encuentra completamente ratiicado en la índole de sus decisiones en diversas materias que competen a la relación con nuestra región. Más allá de cualquier ámbito de concreción, lo que encierra esa proyección es constitutivo de un expediente de regularidad que no se puede desligar de la actual contraofensiva desestabilizadora y golpista contra aquellos procesos y gobiernos que han diseñado sus proyectos nacionales y regionales sin el consentimiento de la política norteamericana. Esta constante aparece reairmada y endurecida en la actual administración republicana. En la medida en que estos procesos antineoliberales tiendan a modiicar aquella tradicional forma relación entre EE.UU. y América Latina, dentro de la cual se concebía la normalidad basada en la subordinación o el acatamiento de los países en la región, no hay que desmerecer ninguna estrategia de respuesta por parte de la política norteamericana. Asistimos a un proceso involutivo de recomposición en América Latina. En ese marco hay que entender la activación de iniciativas concertadas para clausurar todo vestigio de gobiernos progresistas en la región, para lo cual ya se ha conformado una franja de gobiernos aliados a los designios de Washington. El intento de desmontar UNASUR y el impulso a un llamado “Grupo de Lima” son parte de la nueva estrategia en desarrollo. Desde una lectura latinoamericana es preocupante observar el discurso de las drogas y su radical proceder frente al tema migratorio, lo cual resulta completamente coherente con la militarización de su política que se ratiica en el incremento del presupuesto para la seguridad. Su insistencia en la construcción del muro en la frontera con México resulta inherente a una concepción militarista de la política. Es más, toda la política exterior y su Cambios políticos en América Latina: la problemática dinámica de los avances anti-neoliberales y la restauración conservadora Darío Salinas Figueredo /15 diplomacia se proyectan desde posiciones de fuerza, secretando una constante expresión de superioridad y prepotencia en las relaciones internacionales. Su enfoque sobre temas de seguridad y defensa tiene prosecución en una verdadera guerra comercial internacional, uno de cuyos ingredientes, por ejemplo, tiene que ver con los impuestos a la importación de acero y aluminio bajo invocación ideológica precisamente de la seguridad nacional. En esta misma trayectoria se localiza la aplicación de impuestos notablemente incrementados a la importación China. Un índice inequívoco de los intereses a los que expresa su gestión se asocia a su temprana reforma iscal, que al reducir drásticamente los impuestos establece el umbral desde el cual se proyectan beneicios sustantivos para las empresas y gran capital. El rechazo a los acuerdos previos con Irán, las sanciones y luego los bombardeos a la República Árabe Siria y las agresivas propuestas de relación con la República Popular Democrática de Corea, así como los pronunciamientos sobre renovación de los armamentos nucleares, y las peligrosas tensiones con Rusia ponen, con todo, en entredicho la institucionalidad internacional y trastocan aspectos extremadamente delicados como la cuestión nuclear. Venezuela, en el marco de un entorno regresivo, es hoy por hoy punto más sensible de la política regional. Allí está en juego la supervivencia de un proyecto de transformación y autodeterminación. No es antojadizo pensar que puede sucumbir por el accionar de la intervención y por los errores en la conducción del proceso que se enfrenta diariamente a enemigos muy poderosos. Estados Unidos no está por contribuir a la distensión del conlicto en Venezuela. Las decisiones adoptadas contra la economía venezolana, como las sanciones con implicancias extraterritoriales y el deliberado empantanamiento que ha provocado al inicio de las relaciones diplomáticas de su gobierno con Cuba, reairmando el bloqueo, ya no son señales de una posible política, sino las características de una forma de relación que de hecho se ha venido imponiendo. La conducta norteamericana hacia estos países, aunque no haya una expresa formulación de política en tal sentido, constituye una luz verde para la activación conservadora, habida cuenta de la reconstitución de sus aliados preferenciales en una franja gubernamental importante de América Latina. Su política es parte fundamental de la lucha por la hegemonía y el reposicionamiento de su liderazgo en la región (Gandasegui y Preciado, 2017). Si alguien tuviera todavía alguna duda sobre el sentido que busca imprimirle a la política la administración republicana bastaría con observar, desde sus respectivas esferas de inluencia o procedencia, los nítidos periles políticos que caracterizan a la composición de su gabinete y los recambios instrumentados en el transcurso de su gestión. Aunque haya formulado recientemente un nuevo documento de seguridad, su lectura no descarta aquella idea de “buscar a los terroristas en cada rincón del planeta”. La expansión de las bases, misiones militares y sus sistemas de espionaje por todo el mundo son rasgos de su presencia atestiguadas por las relaciones internacionales. Deine a conveniencia las amenazas a su seguridad, de igual modo como construye al enemigo al que hay que invadir o aniquilar. (Rodríguez, 2017). De allí la importancia de tener en un lugar prioritario de la discusión el hecho de que, en la actual correlación de fuerzas, la política de Washington, 16/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 5-21 más allá de su cuota de desprestigio internacional y su crisis económica y inanciera, conserva la supremacía militar, los instrumentos de coacción económica y inanciera internacionales, así como una gran capacidad de incidir en las conciencias a través del poderío mediático del que dispone. No sería exagerado, entonces, proponer que, ante un debilitamiento relativo del imperio en la arena mundial frente a un proceso policéntrico de reordenamiento internacional y las isuras en su hegemonía global, todo su empeño propenda a aferrarse con más fuerza a “su patio trasero” y su estratégico entorno inmediato de seguridad territorial (Gandásegui, 2017). De ahí que su relativo declive global no necesariamente signiique un deterioro equivalente de su capacidad para controlar su tradicional “zona de inluencia”. Es indudable que el predominio que Estados Unidos tenía antes en la región hoy ciertamente no es exactamente el mismo. No todo lo que ocurre en la región se encuentra bajo los radares de su control. Aun así, sería un grave error minimizar o subestimar su capacidad y su disposición para incidir en cada uno de los acontecimientos fundamentales de nuestros países. Relexiones inales: algunos cuestionamientos hacia adentro De esta historia política reciente se desprenden cuestiones importantes que buscan reinterpretar el carácter de las transformaciones en curso, sus avances y retrocesos y cuya tendencia general no deja de cuestionar, en grados organicidad diversos, el propio sistema de dominación. En ese contexto los procesos democratizadores que han sufrido reversiones importantes sirven para pensar en la emergencia de nuevos mecanismos construidos para impedir el desarrollo de los cambios políticos. Algunos análisis argumentan incluso la articulación de un proceso de “restauración conservadora”. Esta noción puede ser discutible, pero tiene la cualidad descriptiva para designar la contraofensiva de la derecha que con intensidades distintas desarrollan objetivos políticos y estratégicos a in de retrotraer los cambios anti-neoliberales que han avanzado durante el primer quinquenio del presente siglo. Honduras, miembro de la Alianza Bolivariana de los Pueblos, fue en 2009 el escenario del primer experimento incruento que derrocó al mandatario constitucionalmente electo, Manuel Zelaya. La razón más directamente vinculada al hecho se reiere al lanzamiento de un proyecto encaminada hacia una reforma de la constitución que le hubiera permitido de nuevo presentarse como candidato a la presidencia. La paradoja estriba en que el presidente que electoralmente le sucede, Juan Orlando Hernández, nada pudo impedir su reelección ni tampoco requirió de una modiicación constitucional. Más aún, a pesar de las graves acusaciones de fraude pudo consolidar su triunfo y retomar la continuidad del proyecto neoliberal. Un antecedente que no puede minimizarse tiene que ver con la promesa en durante su campaña hiciera Zelaya en el sentido de que abriría un espacio de decisión para revisar la vigencia de la base militar del Pentágono en Soto Cano Cambios políticos en América Latina: la problemática dinámica de los avances anti-neoliberales y la restauración conservadora Darío Salinas Figueredo /17 Paraguay en 2012, con el golpe, igualmente “blando” en contra de Fernando Lugo, presidente electo, ocurrió bajo la acusación de culpabilidad en una masacre de campesinos en Curuguaty, cuya investigación posterior concluyó que su gobierno nunca tuvo que ver con aquel trágico acontecimiento. Desde entonces, y hoy con mayor fuerza después del triunfo de Mario Abdo Benítez, heredero en línea directa de la dictadura de Alfredo Stroessner, el redespliegue neoliberal retomará su senda programada en una de las sociedades de mayor pobreza en la región. Un antecedente importante tiene relación con los increíbles términos de la acusación en la que se imputó al presidente por haber incurrido “…en mal desempeño de sus funciones en razón de haber ejercido el cargo que ostenta de una manera impropia, negligente e irresponsable, trayendo el caos y la inestabilidad política a toda la República, generando así la constante confrontación y lucha de clases sociales…” El otro antecedente, poco discutido, fue la intención del Pentágono de asegurar una base militar en “Mariscal Estigarribia”, estratégica zona del Chaco, colindante con Bolivia, a la que se opuso el gobierno de Fernando Lugo a través de su Ministro de Defensa Luis Bareiro Spaini, quien tras enfrentar un juicio político en la que aparece involucrada la embajadora estadunidense acreditada en Asunción, termina renunciando a su responsable en dicho Ministerio. Argentina y el triunfo electoral de Macri busca, sin conseguirlo, erigirse en el rostro exitoso de la derecha de ese país y de la región. Su gobierno no ha podido irradiar por el desprestigio que le acarrea sus drásticas políticas neoliberales y la respuesta social de rechazo que con ello ha generado. El siguiente eslabón en la cadena de retrocesos fue Brasil. Un amañado impeachment culmina con la destitución de la presidenta Dilma Roussef en el 20016, anticipando un segundo golpe judicial en el 2018 que termina encarcelando e inhabilitando políticamente a Lula. Ambos procesos se caracterizaron por la falta de pruebas que pudieran avalar la acusación, todo lo cual no fue necesario para que la derecha lograra su objetivo. Estas experiencias, aunque sean diferentes en sus circunstancias especíicas, pertenecen a un momento del proceso de lucha pautado de un modo general por la impronta antineoliberal. Un acercamiento que pretende escudriñar los problemas que afrontan tales procesos nos coloca frente a la problemática de los niveles de confrontación y la capacidad de defender los avances. La inquietud se dirige, antes que nada, a la valoración de aquella construcción de la conciencia en el desarrollo de los diversos momentos del proceso y el sujeto portador de esa conciencia en la lucha anti-neoliberal. La contraofensiva conservadora no ignora este debate. Ellos avanzan no solo porque tienen sus objetivos deinidos y la disponibilidad de fuerzas estructurales, políticas y aliados poderosos. Avanzan porque pueden hacerlo y nadie se lo puede impedir. La eicacia que logran en la contraofensiva se explica a partir de las debilidades del progresismo. Esta oleada, que hoy vive su relujo y que se agigantó después de 2005, post-Mar del Plata, sugiere que el cambio anti-neoliberal avanza hasta donde la conciencia anti-neoliberal lo viene permitiendo. 18/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 5-21 Si algo va arrojando la experiencia de los procesos más avanzados es que el neoliberalismo es mucho más que un conjunto de políticas económicas y sociales. Es mucho más que una trama de variables económicas. Desde los gobiernos electoralmente triunfantes y que se opusieron con diversos grados de radicalidad a ese modelo, aplicaron políticas diferentes cuyo impacto ha logreado corregir el neoliberalismo. El importante cambio que se introdujo en el sentido de la producción y en la esfera de la distribución ha generado, de un modo general, una recuperación social signiicativa importante en el campo del acceso al consumo, lo cual aparece asimilado en términos de derechos sociales que conciernen a la condición ciudadana. Siendo una conquista importante el derecho al consumo y a la distribución de la riqueza socialmente generada, lentamente va quedando claro que la lucha contra la pobreza y la desigualdad no genera por sí sola una conciencia anti-neoliberal. Sin esa cualidad en la construcción de la conciencia difícilmente las conquistas lograrían ser determinante para gravitar de modo sustancial en la trayectoria del cambio. Se trata de un dato económico con implicancias en el modo de pensar. La organización para el desarrollo de una gestión económica diferente no logra la fuerza política requerida sin el desarrollo de una de una conciencia diferente. Si esto es así, hay que recapitular la trama de las tendencias y contra-tendencias que se coniguran en torno a los grandes objetivos en pugna. Lo de Brasil puede ser paradigmático. Importantes intereses han sido derrotados en sendas jornadas electorales desde el 2002 hasta el 2014. La existencia de un nuevo bloque en el ejercicio gubernamental del poder no iba ser fácilmente asimilado por la clase dominante brasileña. Hoy puede verse con mayor nitidez que el cálculo estratégico para instrumentar la involución no ha sido repentino. La derecha sabe que los resortes institucionales fundamentales del Estado están intactos, maneja con destreza la distancia entre ganara elecciones y contralar el poder político y sobre todo el peso real de la conciencia posible de la ciudadanía. Un colosal desafío vigente en la política latinoamericana. Aquí radica un foco de atención para profundizar en las actuales condiciones del proceso político regional. (Oliver, 2016) Bastó que un núcleo parlamentario de derecha, apoyado por la cúpula del poder judicial con capacidad de deinir el ejercicio de la justicia, bajo el resguardo atento de las instituciones castrenses, el poderoso accionar coordinado del oligopolio mediático, el gran empresariado, el gran capital, más los dispositivos de una aparato de inteligencia y espionajes que aportaron insumos de información política desde mucho antes, para que convergiera un veredicto – sin que hubiera un crimen veriicable – en la instalación de un exitoso impeachment bajo ropaje legal. Los dos golpes sucesivos a los que hemos hecho referencia son paradigmáticos para un análisis de la movilización de la dimensión de las conciencias anti-neoliberales antes, durante y después de los antidemocráticos. Esta forma de colar la reconstitución de la crisis y los procesos de reversión sirven para pensar desde un ángulo de preocupación mayor. Porque hoy todos los procesos que se han construido están en peligro, no por el mal llamado “in de ciclo progresista” o “in del giro a la izquierda” (Torrico, 2017). Tampoco por el impacto de la crisis económica y inanciera que cerró la llamada “bonanza primario-exportadora”, ni la política injerencista de EEUU Cambios políticos en América Latina: la problemática dinámica de los avances anti-neoliberales y la restauración conservadora Darío Salinas Figueredo /19 que no constituye en sí misma una novedad, sino por lo que está ocurriendo allí donde se produce la relexión, el diagnóstico político y la acumulación de fuerzas en la franja progresista y particularmente en el seno de la izquierda. frente a los procesos de cambio que registran una pérdida de iniciativa. Se pensó y se sigue pensando en perspectiva post-neoliberal. El modelo bajo el inlujo de políticas progresistas ha experimentado correcciones, pero el neoliberalismo no ha muerto (Garretón, 2013). Los gobiernos que se han conformado con el apoyo de coaliciones de fuerzas diferentes y que al coincidir en la proyección de objetivos programáticos sólo han conseguido imponer su hegemonía cuando sus propuestas obtuvieron, más allá de los escrutinios, consensos importantes en la sociedad. Cuando han perdido esa capacidad de incidir, las fuerzas sociales que habían construido se fueron resquebrajando y las alianzas se tornaron inservibles. Algo de esto ha sucedió, por ejemplo, cuando el gobierno kirchnerista se debilitó abriendo espacios que no tardaron en traducirse en condiciones favorables para su derrota electoral. El gobierno del Partido de los Trabajadores, en Brasil, igualmente se debilitó después de que, desprovisto de la movilización de masas que no desarrolló y en aras de pretender una base mayor de alianzas políticas con fuerzas de dudosa lealtad, que no tardaron en desestabilizarlo generando las condiciones para los sucesos regresivos. Paraguay, Brasil y Ecuador, siendo procesos diferentes, tienen en su momento de regresión un común denominador precipitante en el accionar político de sus respectivos vice presidentes. Cercano a la conducta traidora, en cada caso ese lugar político se convirtió en un formidable instrumento para la operación de la restauración conservadora. Siguiendo el sentido de la línea relexiva hasta aquí hilvanada, conviene volver a preguntarse sobre el trasfondo de estos procesos recientes de derechización. Los triunfos de estas fuerzas están más relacionados con las debilidades del progresismo y la consistencia social de sus propuestas anti-neoliberales, habida cuenta de los errores, que con las cualidades de la derecha. Si se revisa cuidadosamente el contenido de las políticas que comenzaron a aplicar los gobiernos de Brasil, desde el golpe de 2016 y el de Argentina desde el mismo día en se impuso por la mínima de menos de tres puntos porcentuales en las elecciones de 2015, no diieren de las aplicadas durante los claros periodos neoliberales de Fernando Henrique Cardoso y Carlos Saúl Menen, respectivamente. Las respuestas y las movilizaciones de resistencias ante las políticas sociales regresivas anticipan un cambio importante en el sentir de la población. Las ciudadanías de ambos países han identiicado prontamente sus desafíos actuales. Aquel consenso activo de los gobernados con que contó el neoliberalismo durante la década de 1990 actualmente ya no es posible reeditar. La derecha donde ha llegado al gobierno, no ha podido ofrecer una plataforma diferente a la que ya hemos conocido frente a los problemas sociales y políticos que cruzan a nuestros países y que ellos impulsaron con el modelo reconstituido. Es importante revalorar que el neoliberalismo no ha resuelto ninguno de los problemas que se ha propuesto atender. Su sistema político no ha demostrado capacidad alguna para absorber y resolver los conlictos sociales. A esto se añade una dimensión que sin ser nueva en la actualidad adquiere una notable visibilidad: la corrupción gubernamental y política prevaleciente, por regla general, es apreciada como un engranaje sin el cual su sistema político no puede funcionar. 20/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 5-21 Bibliografía ALMEIDA, P., et al. (2017) Movimientos sociales en América Latina: perspectivas, tendencias y casos. Buenos Aires: CLACSO. CASTAÑEDA, J. (1995) La Utopía Desarmada. Barcelona: Ariel. CADEMARTORI, J. 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México: FLACSO México Espacio Abierto Cuaderno Venezolano de Sociología Vol.27 No.1 (enero - marzo, 2018): 23-35 Fim do ciclo político dos governos de Frente Popular (“Progressistas”) Sul-americanos? Luiz Fernando Da Silva y Gisele C. Costa* Resumo O descontentamento dos trabalhadores e das camadas sociais mais empobrecidas na América Latina frente às políticas neoliberais provocaram a emersão de forças políticas que, gestadas nas direções do movimento operário e popular, reconstituíram a ordem democrático-burguesa. Composto por movimentos sociais, partidos de esquerda e por frações do Capital, surgiram em diversos países sul-americanos governos cuja natureza foi a conciliação de classes. Favorecidos pelo crescimento econômico mundial entre o início e a metade da primeira década do século XXI, esses governos promoveram em países como o Brasil, Venezuela, Argentina, Bolívia, Uruguai e Equador políticas compensatórias que, inicialmente, possibilitaram o atendimento das necessidades elementares dos setores mais pobres, fato que criou para tais forças políticas uma grande base social e política. No entanto, com o agravamento da crise econômica internacional, a partir de 2008, e com a aplicação de políticas de austeridade por parte dos próprios “governos progressistas”, abriu-se em alguns desses países uma tríplice crise, econômica, social e política, na qual tais governos perderam parte signiicativa de sua base de apoio. Nesse sentido, o objetivo do presente trabalho é apresentar a trajetória, Recibido: 11-10-2017 / Aceptado: 05-12-2017 *Universidade Estadual Paulista. São Paulo, Brasil. E-mail: lf-silva@faac.unesp.br 24/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 23-35 a natureza política e as determinações que provocaram os primeiros, mas severos sinais de enfraquecimento dos chamados “governos progressistas” sul-americanos. Palavras-chaves: América do Sul; governos; crise econômica; política e social End of the political cycle of the Popular Front governments (“Progressives”) South American? Abstract The discontent of the workers and social strata more impoverished in Latin America in front of the neoliberal policies provoked the emergence of political forces that, in the direction of the workers’ and popular movements, reconstituted the bourgeoisdemocratic order. Composed of social movements, parties of the left and fractions of Capital, governments in various South American countries emerged whose nature was the conciliation of classes. Favored by global economic growth between the beginning and the middle of the irst decade of the twenty-irst century, these governments promoted compensatory policies in countries such as Brazil, Venezuela, Argentina, Bolivia, and Ecuador, which at irst allowed the basic needs of the poorest sectors, a fact that created for such social forces a great social and political base. However, with the worsening of the international economic crisis and the application of austerity policies by the “progressive governments”, elected with an antineo-liberal discourse, a triple economic, social and political crisis has opened up in some of these countries, in which such governments have lost a signiicant part of their support base. In this sense, the objective of this paper is to present the trajectory, political nature and determinations that provoked the irst but severe signs of weakening the so-called “progressive governments” of South America. Keywords:South America; governments; economic; political and social crisis Fim do ciclo político dos governos de Frente Popular (“Progressistas”) Sul-americanos? Luiz F. da Silva y Gisele C. Costa /25 Introdução O presente artigo é parte de pesquisa acadêmica1 que analisa o enfraquecimento político dos projetos e experiências sul-americanas conhecidas como “progressistas” que se desenvolveram nos últimos quinze anos. Examinamos a hipótese do debilitamento político desses projetos, os quais deinimos como governos de frente popular. Esses governos constituíram-se como frentes políticas em torno de representantes de setores populares (operários, assalariados, camponeses) e frações do empresariado, com a promessa de reverter as políticas neoliberais na região. Cabe analisar, então, as dimensões e determinações presentes nesse enfraquecimento e perscrutar o cenário que se conigura com a retomada dos projetos ultraliberais na região. Ademais, é possível perguntarmonos: Essas experiências signiicaram uma ruptura com o chamado “neoliberalismo? Avançaram para um processo de superação da dependência estrutural, a qual secularmente estão submetidos os povos latino-americanos? Tais governos, de fato, possibilitaram o fortalecimento dos movimentos sociais populares? Para responder as interrogantes, delimitamos um quadro comparativo entre os ex – governos da Argentina e do Brasil, e a experiência ainda em curso na Venezuela. E em termos teórico-metodológico, partimos da expressão fenomênica do objeto, isto é, a dimensão imediata de tal crise: a perda do apoio político das camadas sociais populares (proletariado, juventude empobrecida, estratos médios assalariados e pequena burguesia urbana e rural) e de frações do empresariado, e, por outro lado, a exacerbação das propostas liberais ortodoxas na região. O início da crise política e descontentamento popular Em nossa compreensão, o estopim dessa enervação ocorreu nos últimos três anos e meio, quando inúmeras manifestações sociais de caráter reivindicatório (passeatas, greves e mobilizações) tiveram crescimento signiicativo nos países analisados. Essas manifestações expressaram na América Latina a natureza social da crise capitalista internacional e desnudaram as opções políticas e econômicas que foram adotadas pelos chamados “governos progressistas”. Deveras, tais governos privilegiaram setores do Capital, em prejuízo das camadas sociais populares. O declínio e enfraquecimento dessas experiências políticas guardam entre si aproximações e distinções. Em 2013, a vitória do ex-presidente Hugo Chávez por uma quantidade ínima de votos sobre o opositor de direita, Henrique Capriles, acenou para uma crescente perda de base social e política que se acentuou na derrota eleitoral do chavismo na Assembleia Nacional, em dezembro de 2015. Sob um massivo protagonismo da classe média venezuelana, mas também de diversos setores sociais populares prejudicados com o desabastecimento de alimentos e alta inlacionária, nos anos seguintes a polarização se transformou em uma tríplice crise (econômica, política e social), para a 1Pesquisa desenvolvida no Grupo de Pesquisa América Latina e Marx: Movimentos Sociais, Partidos, Estado e Cultura – vinculado ao CNPq. 26/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 23-35 qual a resposta do Governo Nicólas Maduro, sucessor de Chávez, foi aumentar a repressão contra seus opositores. Na Argentina, a eleição presidencial no ano de 2015 expressou o desgaste da perspectiva kirchenerista, quando o seu candidato Daniel Scioli perdeu para Maurício Macri. Esse enfraquecimento do kirchenerismo, que desde 2003 governava o país, também teve como eixo a crise econômica. A queda das exportações de bens primários no mercado mundial e o crescente endividamento público estimularam as escolhas políticas do governo, o qual não hesitou em aplicar ajustes econômicos antipopulares como forma de restituição dos setores mais importantes do Capital. Como consequência, houve rupturas na base política e social de Cristina Kirchner, agravadas pelas crescentes mobilizações trabalhistas que tiveram como marca duas greves gerais (2012 e 2014). O caso brasileiro referência também a hipótese de enfraquecimento desses governos sul-americanos. O processo de impeachment da presidenta Dilma Roussef, que encabeçou a frente política liderada pelo PT, ultrapassa em muito a questão da existência de “golpe branco” contra um governo. Com forte base popular, em especial da juventude pauperizada, as mobilizações de junho de 2013 liberaram forças sociais e rearticularam as forças políticas e econômicas no país. A síntese desse processo foi o duplo e antagônico rompimento político e social com o governo petista. Setores empresariais (frações burguesas), até então agraciados, deslocaram gradualmente para a oposição ultraliberal, sendo o caso mais signiicativo o capital inanceiro. Por sua vez, a política de austeridade adotada por Dilma, sobretudo em seu segundo e interrompido mandato, provocou expressivo desgaste junto aos setores de trabalhadores, juventude e camadas sociais populares. Frente a isso criou-se no Brasil duas narrativas tautológicas para explicar o afastamento de Dilma, uma de direita e outra de centro-esquerda. A primeira tratou-se da orquestração entre setores midiáticos e setores do judiciário que enfatizaram junto à classe média que o impeachment era parte de um programa de combate à corrupção. Por outro lado, os velhos e novos arautos do petismo buscaram explicar a queda do Governo Dilma como idêntica e intrínseca a um processo de ataque às liberdades democráticas em geral; ascensão de bandos fascistas; etc. Em comum, está o fato de que apesar de sedutoras e apelativas, nenhuma dessas ideologias conseguiram até o momento conquistar e mobilizar as camadas mais empobrecidas da sociedade brasileira, seja para defender o projeto de Frente Popular ou para legitimar os projetos de austeridades e conservadores escondidos pelo discurso de anticorrupção. Características dos atuais governos de Frente Popular na América do Sul Esses governos sul-americanos originaram-se de forças políticas e sociais que expressaram a crítica às propostas neoliberais e apoiaram-se em setores importantes Fim do ciclo político dos governos de Frente Popular (“Progressistas”) Sul-americanos? Luiz F. da Silva y Gisele C. Costa /27 de movimentos sociais e partidos de esquerda, além de receberem apoio de frações do empresariado. Como traços aproximativos cabe indicar que são governos que (a) emergem da descrença popular com as instituições estatais, corroídas pelo período neoliberal, especialmente na década de 1990; (b) constituíram referência e/ou base social e política em signiicativos movimentos sociais (sindical e popular) e partidos de esquerda; (c) no caso argentino, venezuelano, boliviano e equatoriano resultaram de profundas crises institucionais que se desdobraram em levantes populares, (d) constituíram-se como frentes populares, no sentido de coalizão governamental envolvendo setores do Capital e representações políticas de esquerda e movimentos sociais; (e) as frações do grande capital (capital inanceiro, transnacionais e agronegócios) mantêm seus interesses econômicos e políticos acomodados no bloco no poder de Estado. Ao nosso entender, nesse âmbito apresentam-se intrínsecas contradições. Esses novos governos lograram canalizar os anseios populares e restabelecer a ordem social, contendo as lutas sociais nos parâmetros institucionais, por meio de programas sociais e pelo envolvimento/contenção dos movimentos sociais e sindicais no ritmo e lógica estatal. Ao mesmo tempo rearticulam as funções do Estado e sua forma de representação política liberal. Por um lado, a lógica institucional desses governos mantém como centralidade os mecanismos institucionais liberais de representação política, mesmo quando eles desenvolvem de maneira subordinada formas de democracia participativa. Dessa maneira, incorporam os movimentos sociais à lógica e ao ritmo estatal, desmobiliza-os e/ou neutralizam suas agendas de reivindicações e formas de organização próprias. Por outro lado, o eixo central das políticas governamentais volta-se para setores empresariais, para setores da burocracia estatal e/ou para uma burguesia nativa, ao exemplo da boliburguesia venezuelana. Desta maneira, o bloco de poder no Estado (Poulantzas, 1986) permanece concentrado em setores hegemônicos do Capital. Essa determinação estatal implica em permanente condensação de políticas econômicas e sociais negociadas e contidas pelos interesses empresariais majoritários por meio das mediações da burocracia estatal. As experiências políticas atuais permitem indicar traços que debilitam iniciativas de transformação e/ou de ruptura integral com as propostas neoliberais, que são por demais explícitas no caso brasileiro, argentino, uruguaio, equatoriano e boliviano. O que tem se evidenciado em nossa investigação sobre os atuais governos sulamericanos é a orgânica articulação dentro do bloco de poder do Estado dos interesses centrais do capital inanceiro internacional e das transnacionais, especialmente aqueles ligados às atividades de extração mineral, energético e agrícola. Isso evidencia que os governos que deinimos na investigação apresentam-se originários de movimentos sociais e da própria esquerda política, que tiveram muitas críticas, mobilizações e lutas contra aqueles interesses econômicos na década de 1990, constituíram relações orgânicas com essas forças econômicas. Temos observado, a partir dos países analisados (Argentina, Bolívia, Brasil, Equador, Venezuela), que de fato se desenvolveu desde o inal da década de 1990 uma tendência política regional, com a eleição de governos nacionais com base de apoio popular e em 28/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 23-35 movimentos sociais. Observa-se que essa tendência regional de governos nacionais com apoio popular emergiu e se consolidou a partir do inal da década de 1990 e no transcorrer da década de 2000. Tais governos expressam contornos que se aproximam entre si, ao exemplo da base social constituída em setores populares e em setores da esquerda. Tal fenômeno político ganhou diversas conceituações, como aquelas que caracterizam esses governos como populistas, progressistas ou de centro-esquerda (Laclau, 2005; Borón, 2004; PETRAS, 2005; Katz, 2008). Outras caracterizações (LOWY, 2000) os classiicam em dois blocos: progressistas (Venezuela, Equador e Bolívia) e social-liberais (Brasil, Uruguai, Peru e outros). Em nossa análise, evidenciamos, por um lado, a maneira como esses governos foram originados politicamente; por outro lado, observamos que em suas trajetórias conseguiram manter graus de concessões sociais e o apoio de amplos setores de movimentos sociais. Por essa razão, caracterizamo-los como governos de frente popular, acompanhando uma deinição clássica presente em Trotsky (2007), Moreno (2002) e Poulantzas (1986), entre outros, pois tais governos são expressões de forças políticas e sociais que se apoiaram em setores importantes dos movimentos sociais e partidos de esquerda e, ao mesmo tempo, realizaram alianças políticas com frações do empresariado. Essa tendência política regional emergente a partir do inal da década de 1990 generalizou-se pela maioria dos países da região e, em sua maioria, conseguiram uma consolidação com apoio de setores populares. Diversos indicadores podem nos sustentar essa airmação, mas especialmente as reeleições ocorridas na região que possibilitaram a reprodução institucional dessas novas forças políticas. O período inaugurado pelo ex-presidente Hugo Chávez, em sua vitória eleitoral em 1998 na Venezuela, é signiicativo dentro da coniguração das forças políticas emergentes nos países sul-americanos que ganharam eleições nacionais com uma posição antineoliberal radical ou moderada. Essa coniguração política antineoliberal generalizou-se pela maioria dos países da região – Brasil, Argentina, Bolívia, Uruguai, Equador e Peru – , tendo também conseguido sua reprodução institucional por meio de reeleições sucessivas. Na Venezuela, o ex-presidente Hugo Chávez foi reeleito por quatro mandatos. No Brasil, o Partido dos Trabalhadores (PT) e seus aliados elegeram Luiz Inácio Lula da Silva em dois mandatos (2003-2006; 2007-2010) e Dilma Roussef (2010-2014). Na Argentina, o falecido Néstor Kirchner elegeu-se em 2003 e, na impossibilidade de sua reeleição, conseguiu indicar e eleger sua esposa a então senadora peronista Cristina Kirchner em 2007, que se reelegeu em 2012. Na Bolívia, Evo Morales elegeu-se pelo Movimento para o Socialismo (MAS), em 2006, e reelegeu-se em 2010, disputando seu terceiro mandato em 2014. No Equador, Rafael Correa venceu as eleições presidenciais em 2007 e, em fevereiro de 2013, conseguiu nova vitória eleitoral para o Executivo Nacional, e elegeu seu sucessor Lenin Moreno, em 2017. Finalmente, no Uruguai, a Frente Ampla foi vitoriosa por duas vezes com Tabaré Vásquez (2005-2008; 2008-2010); José Mujica (2011-2014); e novamente Tabaré Vásquez, cujo mandato iniciou-se em 2015 e com previsão até 2010. No caso do Paraguai, Fernando Lugo teve interrompido seu mandato por um processo de impeachment que sofreu em 2011. Fim do ciclo político dos governos de Frente Popular (“Progressistas”) Sul-americanos? Luiz F. da Silva y Gisele C. Costa /29 Entre 1999 e 2008, essas experiências governamentais beneiciaram-se do contexto internacional, que lhes permitiram grandes excedentes comerciais com saldos em conta corrente, acumulando reservas monetárias que lhes permitiram inclusive redução da dívida externa e relativa capacidade de iniciativa inanceira. Isso favoreceu reeleições sucessivas de governos com a mesma orientação ideológica e política. O que se apresenta nesse quadro a partir de 2008, com a crise capitalista internacional, que se aprofundou em 2010, é uma dimensão que aos poucos foi vislumbrada nos horizontes e impasses para tais governos. Êxito maior dessa tendência política concentrouse principalmente entre 2002 e 2008, período no qual com a economia internacional aquecida permitiu uma melhoria relativa aos setores populares e aos trabalhadores assalariados por meio de elevação de nível de empregos, embora em geral precarizados, e a constituição de diversos programas sociais compensatórios. Os pilares dessas melhorias sociais concentraram-se em acompanhar a divisão internacional de trabalho, na qual os países sul-americanos desempenharam importante papel de exportadores de commodities agrícolas, pecuária, e de energias, como também receberem investimentos de capitais estrangeiros. Com a segunda onda da crise internacional, evidenciam-se os efeitos do quadro econômico internacional nesses países. A limitada possibilidade de continuar com as políticas compensatórias foi uma das questões e desaio para esse ciclo de governos. As pressões inlacionárias, crescente dívida pública e queda nas exportações os expuseram às pressões do grande capital (inanceiro e transnacional), ao mesmo tempo que diversos movimentos populares e trabalhistas passaram a se mobilizar. Os casos nacionais: comparações A comparação entre os governos dessa tendência política permite-nos considerar que existem traços particulares na dinâmica política, ideológica e social. O que ressaltamos é a constituição e reprodução diferenciadas nos casos concretos, na relação estabelecida com os movimentos sociais e as frações do grande capital. Essas experiências possivelmente terão desdobramentos diferenciados, em relação aos destinos gerais dessas formas de governo na região. Veriicamos que existem diferenças entre aqueles governos em relação ao quadro político brasileiro anterior ao ano 2002, ou seja, antes da vitória eleitoral de Luis Inácio Lula da Silva. No caso brasileiro, o descontentamento social não havia transgredido o quadro institucional (Silva, 2012), pois não estava em aberto uma crise no regime político, como ocorrera na Venezuela desde 1989 a partir do caracazo (Maya, 2006; Lander, 2005) e na Argentina a partir de dezembro de 2001 (Sartelli, 2003; Almeyra, 2004; Bonnet, 2008). O regime político brasileiro não entrou em crise, como naqueles países, embora no Brasil tenham ocorrido mobilizações sociais nacionais em 1992 que levaram à queda do então presidente Collor de Mello. Essas mobilizações diferenciam-se do caracazo e do argentinazo, visto que as mobilizações multitudinárias brasileiras não envolveram revoltas populares, negação do regime político e repressão militar. 30/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 23-35 Os ciclos de mobilização social acentuaram-se desde 1995, no caso argentino, especialmente com a ampliação nacional do movimento piqueteiro (desempregados) e com forte presença política em Buenos Aires (Cravino, 2007; Soane, 2005 e 2007; Petras e Veltmeyer, 2005). Isso se deveu ao intenso processo de privatizações ocorridas no setor de Energia, Ferrovias, Petróleo, Comunicação, entre outros setores (Basualdo e Arceo, 2006). Na Venezuela, por sua vez, esse ciclo acompanhou uma evolução desde o caracazo, especialmente marcado por saques a supermercados, quebra-quebras e confrontos com a repressão policial, em decorrência dos ajustes econômicos do então recém-eleito presidente Carlos Perez. Essa tendência não se apresentou no caso brasileiro, no período que antecedeu a eleição de Lula em 2002. O Movimento dos Trabalhadores sem Terra (MST), especialmente entre 1997 e 2001, tornou-se ao lado do PT a principal referência nacional de oposição política ao Governo Fernando Henrique Cardoso (1995-2002). No entanto, não ocorreram no país revoltas populares com a intensidade e dimensões argentina e venezuelana. Em 1998, a crise inanceira internacional sacudira os países da região. É certo que em parte essa crise contribui com a vitória de Hugo Chávez Frías (Venezuela) e Fernando De La Rúa (Argentina) naquele ano e abriu caminho para a vitória de Lula em 2002, uma vez que o ciclo da crise econômica esteve aberto até esse período (Crespo e outros, 2008; Natanson, 2009). Em relação ao movimento sindical, nos países em foco houve uma postura contraditória, em meio às ofensivas governamentais e patronais. Contraditória porque operou em processos de negociação com as medidas de privatizações, reformas trabalhista e previdenciária (Murillo, 2008). As principais Centrais Sindicais desses países, a argentina Central Geral dos Trabalhadores (CGT) e a Central dos Trabalhadores da Venezuela (CTV), tiveram papéis destacados nos acordos realizados com Carlos Saúl Menem (Argentina) e com Carlos André Perez (Venezuela). De qualquer maneira, acentuaram-se as greves argentinas a partir de 1995, no setor público, e que se transformaram em greves nacionais nos anos seguintes (Bonnet, 2008). No caso venezuelano, as greves se ampliaram. No Brasil, as greves não tiveram papel destacado no período, sendo que as direções majoritárias das centrais sindicais, especialmente a Central Única dos Trabalhadores (CUT), mantiveram um papel “comportado” ou não tiveram força para se confrontar ao desemprego massivo, as privatizações, a primeira reforma previdenciária e a lexibilização trabalhista (Garcia, 2011; Oliveira, 2003). As mobilizações sociais não se estenderam territorialmente nem se ampliaram em termos de categorias proissionais. No período anterior a 2002, não ocorreram greves nacionais, ao contrário do que veriicamos nos dados estatísticos sobre movimento sindical na Venezuela, Argentina, Bolívia e Equador. Nesse quadro histórico podemos assinalar que, no caso brasileiro, não se desenvolveram dinâmicas anti-sistêmicas ou revolucionárias, no período que antecede a vitória eleitoral à Presidência da República do candidato petista Ao nosso entender, a principal explicação para esse caso encontra-se na dimensão ideológica, política e organizativa advinda da constituição e airmação de uma referência política nacional em torno de um partido político (PT) e da projeção nacional de muitas de suas lideranças políticas, em torno da qual gravitaram ou se organizaram distintas tradições da esquerda brasileira e dos movimentos sociais. Esse fenômeno político possibilitou, entre o inal da década de 1970 Fim do ciclo político dos governos de Frente Popular (“Progressistas”) Sul-americanos? Luiz F. da Silva y Gisele C. Costa /31 e década de 1990, canalizar parte importante das lideranças operárias e populares que surgiram com o ascenso das lutas sociais no período e por sua vez permitiu canalizar as organizações e militantes de esquerda que vinham de um período de derrota política diante da ditadura militar (1964-1984). Esse projeto impediu a fragmentação política e ideológica na esquerda e nos movimentos sociais, como também possibilitou a orientação em torno de um projeto político que canalizou o descontentamento e os anseios presentes nos setores mais proletarizados para o âmbito institucional-eleitoral. Nos outros países, isso não ocorreu, não foi possível. Na Argentina, a repressão imposta pela ditadura militar sobre a esquerda política e as diferenças político-ideológicas nessa esquerda impossibilitaram qualquer forma de uniicação como ocorrera no caso brasileiro. No entanto, cabe lembrar, que na década de 1980 surgiu o Movimento para o Socialismo (MAS) que se transformou em terceira força política argentina, depois do Partido Justicialista (PJ) e da União Cívica Radical (UCR). O MAS, contudo, entrou em uma profunda crise entre o inal dos anos de 1980 e início de 1990, sem conseguir manter-se como principal força política da esquerda e dos movimentos sociais. A fragmentação ocorrida impossibilitou um campo político orgânico para o período histórico que o país entrava com o neoliberalismo de Carlos Menem, eleito em 1989. Na Venezuela, o caracazo de 1989, que signiicou o início do colapso do Punto Fijo, acordo institucional entre os principais partidos da Ordem em 1957 para estabilizar o regime político, não trouxe em seus desdobramentos a constituição de uma corrente política e ideológica sólida o suiciente para canalizar as correntes políticas e organizações sociais surgidas naqueles levantes. A uniicação somente ocorreu no plano eleitoral, com o Movimento V República, para o apoio à primeira candidatura de Hugo Chávez. No entanto, não houve a consolidação orgânica, política e ideológica. A tentativa de uniicação aconteceu em 2007 quando Chávez lançou o Partido Socialista Uniicado da Venezuela (PSUV). Nesse caso, um partido que foi estruturado a partir do governo chavista e no qual muitos movimentos sociais e organizações de esquerda foram levadas a aderir com a ilusão de que o PSUV se tornaria um espaço político de participação nas deinições das políticas governamentais. A eleição do Governo Lula em 2002, em ampla e contraditória aliança, envolveu frações do empresariado e amplo leque de movimentos e organizações de esquerda. A própria contradição dessa aliança desdobrou-se nas inúmeras inlexões políticas e sociais, condicionando/subordinando a atuação do governo e de muitos movimentos sociais e organizações de esquerda que permaneceram na lógica e ritmo do Estado brasileiro. Este por sua vez manteve-se hegemonizado por frações do capital no bloco no poder, como é o caso dos grupos econômicos transnacionais, capital inanceiro, setores do agronegócio e da construção civil. De maneira contraditória, os programas sociais permitiram a ampliação substancial da base social e política do Governo Lula. As centrais sindicais brasileiras mantiveram amplo apoio ao governo, como também inúmeros movimentos sociais e culturais. Diferente dos governos argentino e venezuelano, o governo brasileiro consolidou uma ampla base de 32/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 23-35 apoio não somente social e parlamentar, mas também junto aos setores empresariais, em decorrência das políticas econômicas adotadas. Essa foi a experiência de frente popular que melhor se articulou nesse período histórico na região sul-americana. Logrou conter os setores trabalhistas e populares organizados em sindicatos e movimentos sociais mais fortes, impedindo o caráter explosivo de suas reivindicações, não somente salariais como também relacionadas às reivindicações estruturais, como a gritante situação da reforma agrária. Especialmente isso ocorreu por meio da constituição de espaços institucionais e fóruns de discussão com o governo federal e da participação de principais direções dos movimentos sindicais e populares na esfera governamental. Por sua vez, a constituição de base congressual (na Câmara Federal e no Senado) utilizando mecanismos políticos tradicionais em troca de cargos em ministérios, destinação de verbas ministeriais para regiões e mesmo formas ilícitas como compra de votos para apoio/aprovação de emendas provisórias demonstraram-se eicazes na manutenção da estabilidade governamental. No entanto, o agravamento da crise econômica internacional e seus desdobramentos políticos e sociais na conjuntura sul-americana aproxima os vários países governados por projetos de frente popular. Em geral, a fragilidade e submissão desses governos diante da crise internacional do Capital desdobrou-se em descontentamentos populares materializados pelo aumento de protestos que questionaram as políticas econômicas e alianças estratégicas adotadas por esses governos e voltadas para frações burguesas hegemônicas. As expectativas internacionais de que o chamado BRICS – Brasil, Rússia, Índia, China e a recente África do Sul – fosse o impulsionador econômico para um novo quadro internacional demonstrou que de fato não seria bem assim. Esses países sofreram com o processo recessivo internacional. China considerada o motor de alavancagem para as economias de commodities entrou-se em crescente desaceleração econômica depois de 2014. O fator chinês representa para as economias latino-americanas e, em especial sulamericanas, grande impacto econômico. Os limites presentes em tal coniguração sul-americana revelaram problemas estruturais, entre os quais alguns podemos assinalar. Por um lado, impuseram-se limites nessa forma de capitalismo em relação à sua planiicação, soberania e construção de um mercado de massas orientado pela lógica do grande capital. Para superá-los, haveria de estender o processo de nacionalização e expropriação estratégicos, em particular o setor inanceiro. Mesmo no caso venezuelano grande parte dos ativos bancários permaneceram em mãos do setor privado nacional e internacional. Por outro lado, apresentou-se como limitada a estratégia de inserção internacional a partir da renda petrolífera, o que deveria se vincular à articulação de um acordo produtivo que diversiicasse a produção nacional e a cesta de exportações e garantisse a gestão cientíica e tecnológica dos recursos naturais assim como a soberania alimentar. Por último, as limitações dos processos nacionais para satisfazer as necessidades de desenvolvimento das grandes massas latino-americanas. A construção de uma estrutura Fim do ciclo político dos governos de Frente Popular (“Progressistas”) Sul-americanos? Luiz F. da Silva y Gisele C. Costa /33 produtiva complexa, a diversiicação da cesta de exportação, a soberania alimentar e o estabelecimento de um eixo inanceiro soberano requerem escalas de desenvolvimento dos processos regionais. No entanto, o que se observa nesses anos foi uma constante dependência ao capital inanceiro internacional. Considerações inais O quadro de agravamento das vicissitudes sociais estruturais da América Latina provocou dois movimentos contraditórios no indar do século XX e início do século XXI. A radicalização do liberalismo trouxe como consequência o aumento da pobreza, do desemprego, da violência no campo e ataque aos direitos trabalhistas. Essas condições provocaram um profundo sentimento de revolta nas camadas populares, isto é, no proletariado em geral e em estratos da pequena burguesia empobrecida. Por outro lado, a resposta para a estabilização do sistema surgiu justamente das lideranças dos movimentos populares em convergência com setores do Capital. Dessa maneira, nas últimas décadas os governos de Frente Popular na América Latina reservaram para si a tarefa de recompor as instituições do Estado liberal, de modo a condicionar as reivindicações sociais ao funcionamento e à lógica do aparato estatal, ao passo que no bloco do poder se manteve as principais frações do grande Capital. Entretanto, a natureza política de conciliação de classes é insuiciente para suportar a relatividade estabilidade desses governos depois da crise capitalista internacional de 2008. Para além de sua caraterística de impedir a independência do movimento operário e popular, os governos de frente popular foram auxiliados, em grande parte, pelo crescimento econômico mundial. A partir da aceitação da condição de países primárioexportadores, os governos de Frente Popular no Brasil, na Argentina, Venezuela, Bolívia, Equador e Uruguai, se beneiciaram do aumento dos preços das commodities no mercado mundial. Essa situação possibilitou até a metade da primeira década dos anos 2000, uma série de políticas compensatórias que atenderam as necessidades imediatas e mais sentidas pelo conjunto da classe trabalhadora, contudo sem que isso implicasse em mudanças estruturais na matriz econômica e na hierarquia social desses países. Integrada irreversivelmente à economia mundial, na medida em que esta última entrou em processo de crise, as economias dos países sul-americanos foram incapazes de seguir a sustentar um projeto político de aliança de classes, ainda que mesmo nos tempos de crescimento econômico a distribuição de renda e outras políticas sociais tenham sido ínimas, para não dizer irrisórias. A partir, então, da crise econômica que assola boa parte da América Latina que emergiram os primeiros sinais de descontentamento popular com os chamados “governos progressistas”. Entretanto, não foram somente os efeitos das agruras econômicas em si que provocaram a ruptura na base social de tais governos. A política de austeridade que foram adotadas pelo petismo, chavismo e kirchenerismo contra os setores mais empobrecidos da população, não apenas demonstraram a face burguesa desses governos, 34/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 23-35 como também foram decisivas para que a crise econômica se dedobrasse em crise social e concomitantemente em crise política. Frente a esse quadro, na ausência de uma sólida direção política que apontasse alternativas anti-sistêmicas e por fora da ordem institucional liberal, a desilusão dos setores populares passaram a ser direcionadas para oposição de direita, cujo programa é o liberalismo ortodoxo. A vitória de Maurício Macri é emblemática, nesse sentido. Todavia, o aprofundamento das (contra) reformas, como a trabalhista no Brasil e da Previdência na Argentina, apontou para um rápido desgaste também da direita tradicional no poder executivo. Nesse possível cenário, coloca-se, então, a possibilidade de retorno pelas vias institucionais dos projetos de Frente Popular, entretanto condicionados agora por dois problemas elementares e complementares: sem os subsídios do crescimento econômicos, tais governos não poderiam garantir a estabilidade social de outrora por meio de mínimas concessões sociais; por outro lado, em um contexto de crise aguda do Capital seus compromissos com as principais frações burguesas terão que ser mais consequentes e sem vacilações, o que implica em ter uma atuação ainda mais severa contra a classe trabalhadora do que foi em seus dias de glória. Referências bibliográicas ALMEYRA, Guillermo. (2004) La protesta social en la Argentina (1990-2004). Buenos Aires: Ediciones Continente. BASUALDO, Eduardo M. y ARCEO, Enrique (comp.). (2006) Neoliberalismo y sectores dominantes. Tendencias globales y experiencias nacionales. Buenos Aires: Clacso, 2006. BONNET, Alberto. (2008) La hegemonía menemista. 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Espacio Abierto Cuaderno Venezolano de Sociología Vol.27 No.1 (enero - marzo, 2018): 37-50 Escenarios democráticos alternativos en la Argentina contemporánea1 María Susana Bonetto* Resumen Se analizan los “escenarios democráticos alternativos” al interpretar, a partir de asumir un diagnóstico nacional, regional y mundial, la disputa entre dos propuestas políticas y económicas: la democrática y la neoliberal. Para eso se proponen algunos núcleos orientadores para el desarrollo argumentativo: 1) desde qué perspectiva se opta por analizar los actuales proceso en la región; 2) qué dimensiones analíticas se seleccionan desde la propia perspectiva para dar cuenta críticamente de los mismos; 3) el análisis de algunos núcleos centrales del discurso del neoliberalismo y las nuevas dimensiones de la construcción hegemónica de la derecha neoliberal. 4) qué se requiere recuperar de las construcciones democráticas alternativas al neoliberalismo. Palabras clave: Democracia; Argentina neoliberalismo; Sudamérica; 1Una versión preliminar de este artículo se presentó en el Congreso organizado por la Asociación Latinoamericana de Ciencia Política. (ALACIP), en la Pontiicia Universidad Católica del Perú, Lima, 22 al 24 de julio de 2015. Recibido: 13-10-2017 / Aceptado: 05-12-2017 *Universidad Nacional de Córdoba y de la Universidad Nacional de Villa María. Argentina E-mail: msbonetto@hotmail.com 38/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 37-50 Alternative Democratic Scenarios in Contemporary Argentina Abstract This article analyzes the “alternative democratic scenarios” when interpreting, starting from assuming a national, regional and global diagnosis, the dispute between two political and economic proposals: the democratic and the neoliberal. For that, some guiding nuclei for argumentative development are proposed: 1) from which perspective one chooses to analyze the current process in the región; 2) what analytical dimensions are selected from the perspective to critically account for them; 3) the analysis of some central nuclei of the discourse of neoliberalism and the new dimensions of the hegemonic construction of the neoliberal right; 4) what is required to recover from alternative democratic constructions to neoliberalism Keywords: Democracy; Argentina Neoliberalism; South America; Presentación En este trabajo se proponen algunos núcleos orientadores para su desarrollo argumentativo: 1) desde qué perspectiva se opta por analizar los actuales proceso en la región; 2) qué dimensiones analíticas se seleccionan desde la propia perspectiva para dar cuenta críticamente de los mismos ; 3) el análisis de algunos núcleos centrales del discurso del neoliberalismo y las nuevas dimensiones de la construcción hegemónica de la derecha neoliberal ; 4) qué se requiere recuperar de las construcciones democráticas alternativas al neoliberalismo. Las transformaciones políticas que se están gestando en América Latina permiten advertir “un giro a la derecha”, frente a las construcciones democráticas de inicios del siglo veintiuno que constituyeron “la nueva izquierda latinoamericana” (Arditi 2009). Urge analizar estas nuevas realidades democráticas y sobre todo interrogarse ¿qué tipo de democracia están construyendo? Por ello, en las actuales circunstancias de avance mundial del capitalismo inanciero y gobiernos neoliberales de derecha, es posible plantear que innovar políticamente es recuperar lo que se piensa y se sigue intentando, lo que no impide dar cuenta de los errores y requerir a quienes resultaron derrotados por la derecha, o sea a las construcciones Escenarios democráticos alternativos en la Argentina contemporánea María Susana Bonetto/39 concretas de distintos gobiernos regionales, especialmente el argentino su propia autocrítica. Sin embargo, se deja este tema para discutirlo en otro trabajo, a in de focalizar nuestro análisis, sobre lo que se entiende sigue siendo el eje del conlicto a partir de asumir un diagnóstico nacional, regional y mundial: la disputa entre dos propuestas políticas y económicas: la democrática y la neoliberal. Mirada regional y descolonizada Este análisis se plantea desde una mirada regional que intenta ser descolonizada, por ello los presentes comentarios están tomados de Luis Tapia, Raúl Prada Alcoreza, Walter Mignolo y Atilio Borón. Pero, además, no se renuncia a destacados aportes críticos europeos tales como Moufe o Ranciére. Así, se trabaja desde una mirada entremezclada por las perspectivas de la decolonización y los aportes del neomarxismo y post marxismo regional y europeo. Desde esta perspectiva, es preciso reiterar que las democracias latinoamericanas requieren una lectura desde un pensamiento propio, que implica la ardua tarea de desmontar la universalización de los saberes modernos hegemónicos en los países centrales, disputarles la matriz de control colonial y reivindicar el análisis de formas de convivencia socio – políticas y económicas que la matriz colonial marginó y no pocas veces demonizó. Por ello, el abordaje desde una mirada decolonial, de las resistencias y las luchas por la emancipación, sigue marcando la diferencia de un pensamiento regional emancipatorio, alternativo a la universalización del individualismo eurocéntrico, y por tanto, se compromete en su análisis y los acompaña, en sus plurales historias en gran parte signadas por sincretismos y mestizajes. Este pensamiento regional, no se aísla sino que se relaciona desde su propio lugar, con otras formas de conocimientos y saberes, y en esa vinculación, logra enriquecer su particular construcción. Por ello trata de relacionarse con los aportes de otras teorías críticas, evaluando sus alcances, buscando cruzar sus umbrales y sus límites. Así se vincula con los aportes de relexiones y saberes de otros pueblos y de sus teóricos que trabajan pretendiendo construcciones alternativas a las consideradas “universales” (Prada, 2007). En contra de esa recuperación epistémica-analítica siguiendo a Tapia (2008) se puede distinguir un eje de explotación-dominación de carácter colonial que en clave política consiste en el desconocimiento y negación de igualdad entre los principios organizadores y de gobierno de sociedades diferentes. Esto termina estableciendo relaciones de dominación entre ellas, a partir de la supuesta superioridad de unas sobre otras, convirtiéndose en una derrota cultural de los colonizados con la introyección de la desvalorización de las sociedades dominadas por el discurso de los saberes centrales hegemónicos. 40/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 37-50 En este marco, esta deslegitimación de las construcciones “colonizadas” asumida por gran parte de una intelectualidad impregnada y expansiva del “colonialismo interno”2 justiica el establecimiento de una estructura de dominación económica de orden colonial lo que legitima, no solo la apropiación del excedente de las sociedades dominadas, sino también el destinado a la reproducción simple. Así, el colonialismo legitima la imposición de una política de reducción del tiempo y los recursos para el propio desarrollo de esas sociedades, excluyendo al pueblo del consumo del producto social, incorporando únicamente parte de esa apropiación a algunas élites locales o grupos de mediación descendentes (Tapia, 2009). Esta deslegitimación implica también la exclusión de autonomía de los procesos de gobierno político para los miembros de las sociedades dominadas. Por eso, en un todo de acuerdo con Tapia “las modernas luchas sociales y políticas por la conquista de la ciudadanía o democratización del estado, por un lado, y por la descolonización política por el otro, están ligadas a la lucha por el control local de excedente en el segundo caso y por la redistribución progresiva del mismo en el primero” (Tapia, 2008:25) Por ello, se requiere apelar a otros marcos analíticos trabajados desde los supuestos de las perspectivas de la decolonización y la interculturalidad. Para sintetizar sus sentidos, citamos brevemente los supuestos expresados por Mignolo “el giro decolonial consiste en desprenderse del chaleco de fuerza de las categorías de pensamiento que naturalizan la colonialidad del saber y del ser y los justiican en la retórica de la Modernidad, el progreso y la gestión democrática imperial” (2003:15). Si no se superase éste estatuto del conocimiento, el mismo operaría en la teoría política dando prioridad a los conceptos de democracia y libertad articulados en la supuesta universalización de la “racionalidad” de la democracia liberal – capitalista occidental. Por el contrario, en este texto se propone una relexión sobre las realidades regionales, desde una teoría política decolonial que parte de la diferencia colonial, pero “se apropia desvergonzadamente del discurso imperial con el cual tiene que necesariamente entrar en diálogo y confrontación” Mignolo (2009:10) De esta experiencia surgen análisis de un nuevo tipo de pensamiento fronterizo crítico y diferencial que no excluye el conocimiento europeo, porque es imposible sepultar las contribuciones de occidente ya internalizadas en nuestros “saberes”, pero recupera y trabaja en un paradigma diverso y pluriversal. De este modo es posible proponer un análisis diferente al proveniente de los marcos teóricos generados por las Ciencias Sociales de la tradición canónica de la racionalidad universalista liberal, hegemónica en los estudios de la democracia. Esta tentativa exige y/o supone la necesidad de deconstrucción respecto a arraigadas conceptualizaciones tradicionales, y también de tradiciones académicas, reiterativas de las dimensiones eurocéntricas. Sólo a partir de ese esfuerzo es posible desmitiicar la universalidad de los valores que sustentan 2Para una mayor explicación de este concepto ver BONETTO y GARAY “Recuperación del Pensamiento Social Latinoamericano en la construcción de una relexión crítica” Revista Estudios Julio –Diciembre 2013 Número 30. Escenarios democráticos alternativos en la Argentina contemporánea María Susana Bonetto/41 el canon hegemónico de la democracia liberal y analizar críticamente la adecuación de sus marcos analíticos para dar cuenta de las democracias del Sur3. Analizando las democracias desde Sudamérica: conocimiento situado Tomamos como eje de análisis la democracia, focalizando su estudio en la región. Desde esta perspectiva, esta cuestión nos remite a discutir sus tradiciones teóricas y sus prácticas, las que indagamos no en el marco de la universalización de la democracia liberal, sino a partir de esos escenarios democráticos alternativos como los existentes en Sudamérica Así, la historia de la democracia, en especial en Latinoamérica no comprende solamente la lucha por el reconocimiento de derechos políticos y de representación, como sostienen los liberales, sino que se trata también de procesos de disputa por el control del excedente y por la reorganización de las condiciones políticas y sociales de la apropiación legítima de una mayor porción del mismo (Tapia, 2009). Si no hay un acceso ampliado a la obtención de éste es posible airmar que no hay democratización. Por ello, coincidiendo con el análisis de Tapia se entiende que “la institucionalización de la representación y separación de poderes, pueden ser parte signiicativa en el desarrollo de un estado de derecho pero no son necesariamente democratizaciones si no hay un consumo más colectivizado del excedente” (Tapia, 2009:29). En este contexto, la historia de las democratizaciones en la región, ha consistido en luchas por conquistar márgenes más amplios de igualdad política, que a la vez se proyecta para atacar las desigualdades socioeconómicas y buscar la ampliación de derechos de los grupos excluidos. Desde esta perspectiva se puede abandonar la inescindible vinculación entre democracia y liberalismo como lo plantea Lefort (1988) y postularla como una cuestión contingente como lo sostiene Moufe (2003). El actual discurso neoliberal Corresponde en primer lugar precisar (Tapia, 2008) que lo que distingue al neoliberalismo económico y político del liberalismo clásico, no es el contenido normativo, el modelo social o la antropología política que básicamente son los mismos. La diferencia consiste en que los primeros liberales fueron ideólogos de reformas y experiencias de la nueva sociedad frente a la antigua estamental y de la libertad individual frente al absolutismo. 3Para una mayor explicación de estas referencias Bonetto y Garay (2013) “Recuperación del pensamiento social Latinoamericano en la construcción de una relexión crítica”, en Revista Estudios, julio – Diciembre, nro. 30, pp. 53-68, http://revistas.unc.edu.ar/index.php/restudios/article/view/7395/8487 42/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 37-50 El neoliberalismo, en cambio, es un discurso y una política negadores de los desarrollos históricos de la igualdad en lo político y lo económico experimentada en las sociedades contemporáneas por el avance de la democracia, sobre todo en los siglos diecinueve y veinte. Así también lo peculiar del discurso neoliberal, es que interpreta que los problemas y crisis contemporáneas se deben al desvío producido por las políticas igualitarias, de la natural meritocracia, y no que estos provienen del resultado de las estructuras impuestas por las relaciones del mercado capitalista. Por el contrario las soluciones propuestas por el neoliberalismo consisten en reintroducir reformuladas a las actuales estructuras económicas y tecnológicas, la universalización de las convicciones sobre la naturaleza humana y el tipo de instituciones políticas y económicas develadas ya, como las únicas naturales por el antiguo liberalismo Para el liberalismo la política es el medio para organizar la sociedad y dar seguridad en sus transacciones a los individuos que necesitan el espacio social para la satisfacción de sus necesidades e intereses. Por ello se piensa la política a partir de una función de vigilancia jurídica de esas transacciones, la protección de la propiedad, y el castigo de los transgresores. Se exalta el modelo de individuos emprendedores y en competencia que arriesgan y ganan bajo la vigilancia del Estado para que esa realización no tenga interferencias. En este marco, el eje neoliberal actual se focaliza y dirige al desconocimiento del grado de democratización política y social que la historia moderna produjo en la región, como sumatoria de los procesos de reforma que en cierta medida redujeron los monopolios políticos y económicos que son constitutivos de las sociedades capitalistas modernas. En ese sentido es una estrategia de reconstrucción oligárquica y opresora de las sociedades, orientada a la reversión de los procesos de democratización y a una reducción de la ciudadanía. Para países periféricos como el nuestro, que han tenido ampliación de derechos a partir de constantes luchas populares, el neoliberalismo es una estrategia de inmovilización de estas luchas sociales, deslegitimando también políticas interventoras del Estado, que permitieron una mayor inserción de poder de los trabajadores, y habilitaron por algún tiempo una mayor participación política y un mayor apropiación del excedente por esos sectores. En especial la avanzada neoliberal ha tratado, con considerable éxito, de modiicar el sentido común, entendido este como un conjunto de creencias que organizan de modo predominante las relaciones intersubjetivas, producen certidumbres y reproducen legítimamente el orden social. Se busca transformar la memoria histórica nacional-popular que ordenó los hechos sociales de acuerdo a una determinada estructura ideológica, y desorganizar así, las condiciones de reconocimiento entre sujetos sociales. El neoliberalismo trata de desmontar las convicciones que legitiman los procesos históricos de transformación soberana tales como la nacionalización de los recursos naturales, la reforma de las instituciones y la producción igualitaria de acceso a los servicios públicos a través de políticas estatales que modiican la desigualdad. Se trata Escenarios democráticos alternativos en la Argentina contemporánea María Susana Bonetto/43 de desestructurar esas convicciones para que se acepte el contenido privatizador de las políticas públicas, sobre todo las económicas que amplían la desigualdad social. Además se trata de eliminar, con un discurso “racionalizador” la posibilidad de pensar alternativas, argumentado la superioridad de la racionalidad instrumental-tecnocrática del liberalismo. Así, también, el neoliberalismo, con sus distintos matices y discursos, ha constituido un itinerario de exitosa organización sistemática de entrega de la soberanía a poderes económicos externos sobre los países periféricos y sus habitantes. Y esto ha sido y sigue siendo efectivizado por agentes internos a través de diversas reformas del estado que en la medida que entrega el excedente, se consolida como un orden político-institucional de represión de los trabajadores y de generación de instituciones que permiten un mayor control y reproducción de los monopolios económicos. En ese contexto, los programas de “ajuste” auspiciados con obstinación por el Fondo Monetario Internacional, producen el beneplácito de los empresarios, pero generan recesión, desempleo y una sensible caída en el nivel de vida de los sectores populares. Coincidiendo con Borón (2003) también son gravísimos los efectos más retardados y persistentes que fueron desprestigiando a las democracias, ya que los sectores populares contemplan que bajo ese régimen sus demandas son desoídas, mientras que un reducido estrato empresarial se enriquecía gracias a sus relaciones privilegiadas con el estado. Por ello, recuperando algunas cuestiones centrales propuestas por Tapia en “Política Salvaje” se evidencia que el neoliberalismo es el pensamiento y la acción de desmontaje de los escenarios de democratización modernos. Lo neoliberal es la negación política del principio de igualdad posible o alcanzable en la sociedad, ya que “en esencia” somos iguales jurídicamente pero desiguales como competidores. En tanto la contingencia de la desigualdad se articula con una idea de individuo egoísta y calculador en competencia con los demás, se justiica una meritocracia desigual en la sociedad. Sólo se piensa la interacción individual a partir de la intersubjetividad instrumental. Se quiere así, que la política cumpla funciones diferentes al mercado, pero bajo la lógica del mercado. Si tratamos de dar cuenta de ciertos rasgos de una nueva reinstalación del neoliberalismo en la región y en especial los procesos de “cambio” en Argentina, podemos intentar demarcar algunas características distintivas de la nueva versión de esta propuesta en su resigniicación del relato sobre la relación de la política con la democracia, con el Estado, el mercado, lo público y lo privado y en última instancia su concepción de la solidaridad social. En principio, si aceptamos, que la construcción de identidades es relacional se advierte que “lo otro” de esta nueva versión del neoliberalismo y que resigniica su discurso, es el populismo. Se vincula conceptualmente este modo de construcción política, con la pervivencia de acciones populares masivas, en muchos casos colectivas y organizadas, como la militancia que son “irracionales” e “ineicientes”, en tanto buscan inluir, en contra de la espontánea libertad, en la acción del Estado. En particular resultan descaliicadas por ser contrarias al “orden natural”, aquellas que pretenden otorgarle al Estado un rol activo en la estructuración socio-económica. En la región y en especial en Argentina, 44/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 37-50 desde el triunfo del actual gobierno, el neoliberalismo se constituye en una ofensiva para descaliicar las políticas soberanas, a través de las cuales, la mayoría de la población organizó la comprensión social del país, la región y el mundo político y económico, que emergieron con las políticas nacional-populares y se encarnaron en la Unasur. En ese marco, se consideran a las políticas redistributivas como típicamente populistas y destructoras de la “natural” meritocracia social. Así también resulta totalmente despreciado por autoritario, el convocar a participar al pueblo en la discusión y participación movilizada y en muchos casos a la decisión a través del voto de quienes lo representan en asuntos que están fuera de su comprensión, lo que resulta inadmisible desde una visión “republicana neoliberal”. En este escenario, se destaca el acertado diagnóstico de Forster (2013) en tanto advierte que los intentos de transformación se ven descaliicados por una derecha que mantiene sus objetivos neoliberales pero es lo bastante creativa para adaptarse a los nuevos tiempos, resigniicando memorias y gramáticas democráticas. En ese marco buscan apropiarse de tradiciones populares en nombre de un modelo normativo de democracia que propone sustituir la soberanía popular por un “republicanismo virtuoso”, custodio de la institucionalidad existente como una construcción inmodiicable por la voluntad del pueblo (a pesar que es esta construcción política neoliberal quien más desconoce y aún viola cínicamente la legalidad del Estado de Derecho). Se proclama sin embargo, como autoritario todo proyecto que invoque valores de emancipación y equidad no autorizados por la legalidad funcional a la propiedad, y a la vez garantizadora del desenvolvimiento del mercado. El populismo se enfrenta así a la nueva idea neoliberal de “república,” que se remite a la edad dorada en la cual la argentina había sido un país política y económicamente exitoso, gobernado por las elites oligárquicas que sabían cuál era el rumbo apropiado, en nuestra inserción en el mundo. Esa era una verdadera república fundada en valores morales que sólo la élite económica por su educación puede conocer, cuestión que la democracia plebeya no puede encarnar. Por ello la democracia debe tener un valor subordinado a la “república”. Sólo se puede aceptar una democracia puramente liberal-institucional, implementando también en este discurso una identidad pos-ideológica, ya que su acción de gobierno es “técnica” y no tiene nada que ver con las ideologías. Por ello la gestión al servicio del ciudadano, pero no por el ciudadano, es “técnica”. Alejada de las estériles luchas políticas plebeyas, que producen “crispación” e impiden el consenso de toda la sociedad en instituciones que protegen los “esencialmente naturales” derechos individuales. La disputa ideológica es propia de partidos o movimientos perimidos que pretenden cuestionar equivocadamente el orden natural. Por ello, no pueden representar el cambio exitoso, que signiica principalmente el abandono de la intervención política por el manejo “técnico” de las estructuras socio-económicas. Esto posiciona a la “vieja política”, alejada de “una visión política moderna”, cuya gestión es superadora de estériles confrontaciones. Escenarios democráticos alternativos en la Argentina contemporánea María Susana Bonetto/45 Así el agotamiento del interventor estado populista, puede ser sustituida por una estrecha colaboración del ámbito público y privado que se lograría a través de una gestión eicaz para la resolución de los “problemas de la gente” a través de la búsqueda de consensos de estos distintos ámbitos, orientados por una lógica empresarial que posibilita el éxito individual de los ciudadanos. Por eso, en este nuevo discurso neoliberal si bien el mercado es la mejor institución para generar un orden dinámico de crecimiento eiciente, podría ser necesaria una mesurada intervención del estado en ciertos espacios, ya que si bien el mercado y la propiedad privada constituyen la modalidad más eiciente de coordinación económica y la condición necesaria para la libertad de los individuos, puede haber intervencionismo estatal en lo social en algunas áreas que lo requieran, por incapacidad en la competencia meritocrática. Por ejemplo, en las decisiones socio.-económicas sólo se acepta la intervención de los sindicatos si han logrado producir cambios socioculturales para promover comportamientos basados en la autorresponsabilidad y en la moderación de las demandas, acordes con su menor jerarquía social. Se pueden aceptar valores de solidaridad y empatía, pero sin perder nunca de vista la eiciencia. O sea una idea de solidaridad más vinculada con las ideas de caridad y asistencia subsidiaria, lo que supone una relación jerárquica y no igualitaria, entre el que da ayuda y quien la recibe. Se plantea una idea detractora del “falso progresismo plebeyo”, por demagógico e incapaz, frente al verdadero progresismo responsable y eiciente de quienes conocen el “natural” funcionamiento de una sociedad de mercado. Restauración del neoliberalismo Coincidiendo con Borón (2008), luego de una nueva restauración del neoliberalismo le queda a los gobiernos y las militancias políticas que plantean alternativas al mismo, enfrentar esa coyuntura con las armas que la memoria y los aprendizajes obtenidas en las pasadas luchas le permitan construir. En el caso argentino, para Borón (2004) responder exitosamente a este nuevo desafío requiere resolver una de las grandes paradojas que han postergado el desarrollo social y político: la coexistencia de una formidable capacidad de protesta y movilización popular ratiicadas una y otra vez por el pueblo, pero infelizmente combinada con una abismal ineptitud de la dirigencia social y política a la hora de crear coaliciones democráticas abiertas y plurales requeridas para canalizar esa energía social que estalla en múltiples protestas y movilizaciones en una dirección apropiada y políticamente productiva. Dadas las actuales circunstancias regionales de golpes institucionales, derrotas electorales reforzadas por la colonización mediática de las percepciones de los procesos en la región, 10 resulta pertinente recuperar la propuesta que estas plantearon a través del apoyo teórico-analítico de autores cuyos aportes intelectuales comprendieron y legitimaron las construcciones democráticas regionales emergentes a inicios del presente siglo. 46/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 37-50 Para analizar las transformaciones del sentido de la democracia que develaron estas nuevas experiencias, en este texto se reitera la necesidad de relexionar sobre las realidades democráticas regionales fuera de los marcos teóricos de la Ciencia Política de la tradición canónica de la racionalidad universalista liberal, hegemónica en los estudios de la democracia. A esos ines este análisis transita desde una recuperación intencionalmente ecléctica, cuestionable y discutible de algunas dimensiones analíticas que consideramos necesario incluir como fundamento de “instrumentos explicativos” para iniciar aproximaciones hacia la interpretación –construcción de una propuesta de democracia regional alternativa a la neoliberal. En primer término corresponde destacar que el fundamento de estas nuevas democracias se articula con una reconiguración del rol de la política, ampliamente trabajado por intelectuales provenientes de perspectivas post-fundacionalistas como Moufe, para quien todo orden es “la articulación temporaria y precaria de prácticas contingentes” y puede denominarse “político” ya que es “la expresión particular de relaciones de poder” además se establece un “determinado orden” así como “se ija el sentido de las instituciones sociales” a partir de “prácticas hegemónicas” (2001:25). En ese marco, estas nuevas construcciones se constituyen identitariamente por oposición agonista al “ellos” neoliberal, en cuyo marco la política es una mera gestión de la economía. Por eso se evidencia el temor y rechazo, que los grupos dominantes, sienten frente a procesos de protagonismo popular, cuando el pueblo se lanza a la escena pública para reclamar ampliación de derechos. Así, los gobiernos que intentan transformaciones democráticas que de algún modo tratan de limitar la absoluta libertad de mercado, recortando el poder de algunos intereses socioeconómicos, para promover una mayor igualdad, son acusados de autoritarios. Recuperando el notable aporte de Rancière, (1996)) es posible sostener, que una vez que se tornó innecesario para el “occidente liberal” el sentido que se atribuyó al totalitarismo durante la guerra fría, sus rasgos pudieron ser desarticulados y luego rehabilitados para designar justamente su opuesto: la democracia: entendiendo como tal el momento en el cual irrumpe la política-en-escena. Es decir el momento de la política, pensada como el desarmado de un estado de policía, cambiando las posiciones de los sujetos y otorgando voz a aquellos que solo hacía ruido. La policía se reiere a lo que Rancière (1996) denomina “la partición de lo sensible”, que establece la distinción entre lo visible y lo invisible, y entre lo que se oye y lo inaudible. La sociedad no tiene vacíos, todo el mundo ya tiene un puesto asignado y no hay más espacios por asignar. La política altera ese arreglo e introduce la parte de los que no tienen parte, la parte de los que no cuentan (Rancière, 1996). En ese contexto, estos gobiernos, denominados por Arditi (2009) “la nueva izquierda latinoamericana”, construyen este sentido de la democracia que implica la ruptura de los arreglos previos, instalando una mayor igualdad. Escenarios democráticos alternativos en la Argentina contemporánea María Susana Bonetto/47 Por ello, resulta altamente plausible tomar las categorías analíticas de la democracia de Moufe y Rancière, para dar cuenta y comprender las democracias regionales, en tanto la tradición democrática latinoamericana está vinculada a luchas populares, con una conlictividad agonista en términos de Moufe. Esto es así, porque la violencia del conlicto se orienta por marcos institucionales y con objetivos vinculados a la ampliación de derechos y una mayor igualdad, lo que constituye un “desacuerdo” con la democracia liberal4. Relexiones Finales En América latina, y en Argentina en particular, los que lucharon contra el neoliberalismo y pugnaron por la instauración de democracias alternativas encarnaron un re-encantamiento de la política, que radica en la fuerza movilizadora de una promesa de construcciones capaces de reformular un orden excluyente de los sectores populares, estas acciones, además de conlictos por el reconocimiento y de distribución en el sentido habitual, fueron más que eso, se produjeron asociados a procesos de subjetivación política. Es decir, diferentes tipo de exclusiones raciales, de género y políticas se orientaron a la búsqueda de desclasiicación del lugar que ocupaban que había sido asignado por otros, y por otra parte, se formula un reclamo por una identiicación con un nombre que aún no resultaba ser un nombre válido aplicable a la situación en el orden existente. Así el proceso de subjetivación no consiste sólo reairmar una identidad, sino también rechazar la impuesta por otros (Rancière, 2001). Si se trata de partes que no son partes, signiica que sólo podrán serlo si pueden generar una re-partición del mundo-comunidad. Esto es así en tanto la praxis de las luchas populares en la región se enmarca en un escenario posible de explicar según el pensamiento de Rancière (2006) como la interrupción de un orden de policía, como la forma disensual del actuar que convoca a la parte de los sin-parte. Así es posible dar otra signiicación a las palabras y las cosas y poner en cuestión los horizontes acostumbrados. Se reconigura así, la división de lo sensible, a partir de una irrupción inesperada de la igualdad. Puede pensarse que esta irrupción la realiza el pueblo como aquellos “no contados” los que no son considerados o tenidos en cuenta. En ese marco la emancipación toma la igualdad como una presuposición que sirve de base a su propia práctica, permite así, deshacer la naturalidad de los órdenes jerárquicos establecidos, inteririendo la división de las identidades, las fronteras de clases y saberes. Hay en los proyectos “nacional–populares” y más precisamente en toda la amplitud de “la nueva izquierda” expresada por Arditi, un desacuerdo en la interpretación-repartición del orden existente. Esto emerge en un escenario que ha habilitado una efervescencia entre 4 “[…] se entenderá por desacuerdo un tipo determinado de situación de habla: aquella en la que uno de los interlocutores entiende y a la vez no entiende lo que dice el otro […] no es un conlicto entre quien dice “blanco” y quien dice “negro”. Es el existente entre quien dice blanco y quien dice blanco pero no entiende lo mismo” (Ranciére, 1996:8). 48/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 37-50 quienes han sido excluidos por ser pobres, indígenas, mujeres, jóvenes o afrodescendientes. En ese marco la construcción post-liberal permite el re-encantamiento de la política, en tanto funciona como medio para generar sentido de pertenencia de tantas partes que no estaban incluidas en la representación y aspiran a múltiples canales de consulta, participación y diálogo, porque ya las elecciones y la ciudadanía electoral, no tienen que ser vistas como la jaula de hierro de la participación democrática. Resulta relevante airmar, a partir de Rancière (1996) que la democracia “es la acción que arranca incesantemente a los gobiernos oligárquicos su monopolio de la vida pública y a la riqueza su omnipresencia en las vidas”. Esta formulación parece tener una notable coincidencia con las acciones de quienes luchan por una democracia emancipatoria en la región, y esta requiere de la imposición de la igualdad. Teniendo en cuenta algunas de las cuestiones previamente abiertas a la discusión es posible pensar que puede plantearse como eje de conlicto, en especial en Argentina, la oposición entre “republicanismo neoliberal” meritocrático y tecnocrático, actual discurso legitimador del neoliberalismo y “democracia nacional popular” (populista) que reivindica la igualdad y el autogobierno popular, a partir de diferentes estrategias. En deinitiva estos últimos valores constituyen, todavía en gran parte del pueblo, la base de la construcción identitaria actual de la democracia en la región, y “lo otro”, de la desigualdad “meritocráticatecnocrática” del “republicanismo liberal”. Bibliografía ARDITI, B. 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Espacio Abierto Cuaderno Venezolano de Sociología Vol.27 No.1 (enero - marzo, 2018): 51-60 ¿Primavera o invierno democrático? La crisis guatemalteca desde la óptica del concepto de Anomia del Estado. Luis Fernando Mack* Resumen Desde que en abril del 2015, la ciudadanía guatemalteca se volcó a las calles para protestar en contra de las más altas autoridades del Gobierno de Otto Pérez Molina (2012-2015), la sociedad guatemalteca se ha visto envuelta en un proceso de crisis y cambio que intenta modiicar la matriz institucional vigente, caracterizada por el concepto de anomia del Estado: una situación paradigmática en la que se promete lo que no se cumple, y se ejecuta lo que no se puede nombrar. Esa característica anómica, que tiene ramiicaciones en todas las manifestaciones de la sociedad, es el auténtico problema de fondo para encontrar una salida a la crisis extendida que vive Guatemala: los esfuerzos de cambio chocan con los valores y prácticas, hondamente arraigadas, y las fuerzas opuestas al cambio se han ido reagrupando con el paso del tiempo, haciendo complejo el panorama político actual. Relexionar sobre esta situación compleja y contradictoria es el objetivo de estas breves relexiones. Palabras clave: Lucha contra la impunidad; anomia del Estado; participación y movilización ciudadana; crisis del Estado y de la sociedad. Recibido: 14-10-2017 / Aceptado: 05-12-2017 *Universidad de San Carlos/ FLACSO. Guatemala. E: mail: lfmack@lacso.edu.gt 52/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 51-60 Democratic spring or winter? The Guatemalan crisis from the perspective of the concept of Anomia of the State. Abstract Since in April 2015, Guatemalan citizens turned to the streets to protest against the highest authorities of the Government of Otto Pérez Molina (2012-2015), the Guatemalan society has been involved in a process of crisis and change that tries to modify the current institutional matrix, characterized by the concept of anomie of the State: a paradigmatic situation in which what is not fulilled is promised, and what cannot be named is what is done in reality. This anomic characteristic, which has ramiications in all the manifestations of society, is the real underlying problem to ind a way out of Guatemala’s extended crisis: the eforts of change clash with the values and practices, deeply rooted, and the forces opposed to the change have been regrouping with the passage of time, making the current political panorama complex. Relecting on this complex and contradictory situation is the objective of these brief relections. Keywords:Fight against impunity; state anomie; participation and citizen mobilization; crisis of the State and society. Introducción: ¿Crisis global de la civilización? La modernidad tardía está desatando fuerzas que, durante siglos, la sociedad ha intentado controlar desde diversas fuentes del orden, y esto ha tenido como consecuencia directa la imposibilidad creciente para garantizar la cohesión del tejido social: nuestras sociedades se encuentran en un proceso acelerado de descomposición y recomposición que apenas estamos empezando a relexionar, especialmente por el hecho de que nuestras relexiones siempre son tardías, a posteriori de muchos conlictos y problemas sociales. Estas fuerzas centrifugas de la sociedad que están destruyendo las bases sobre las que se asienta la convivencia humana tienen directa relación con lo que algunos teóricos consideraron la fragilización y demolición de las bases sobre las que se asientan las relaciones humanas (Beriain, 1996, pp. 10-11), proceso que muchos años después fue desarrollado por Zygmunt Baumann denominó la modernidad líquida (Bauman, 2004, ¿Primavera o invierno democrático? La crisis guatemalteca desde la óptica del concepto de Anomia del Estado Luis Fernando Mack /53 pp. 13-14): la profundización de las bases individualistas y egocéntricas que se expresan desde el lado económico en el llamado “capitalismo salvaje”, que ha llevado como nunca a una situación de una concentración brutal de la riqueza (Hardoon, 2017), aspecto que según Thomas Piketty, es el rasgo característico del capitalismo actual (Piketty, 2015). Este proceso de concentración del poder y la riqueza tiene como consecuencia directa el aumento de las posibilidades de inluencia política, económica y social de una élite muy pequeña: lo que se podría llamar el “efecto trumph1”, o lo que Noam Chmomsky denuncia en su último documental como la “muerte del sueño americano” (Chomsky, 2017), reiriéndose al atentado sistemático que realiza el sistema capitalista contra el sistema democrático. Lo que se percibe, entonces, como una crisis de la democracia, podría ser descrito como la emergencia de factores y procesos profundos de disociación social que están amenazando a la sociedad, tal como la conocemos o la concebimos. Hoy, más que nunca, es indispensable alentar la “imaginación sociológica” de la que nos habló Wrigth Mills (Wright Mills, 1999). Esta relexión sociológica sirve de marco analítico para entender la crisis social e institucional que vive Guatemala desde el año 2015: una situación compleja y caótica que aún es difícil pronosticar cómo podría evolucionar en el futuro. Para entender la complejidad de la situación, es pertinente introducir un concepto que sirve de guía para toda la exposición posterior: la aplicación del concepto de anomia para entender el desajuste institucional, social, cultural, político y económico que prevalece en sociedades como la guatemalteca; la meta, intentar describir el llamado “Tsunami guatemalteco” del 2015 y 2016 desde la lógica y la perspectiva del concepto de anomia del Estado. La anomia del Estado El concepto de anomia tiene una amplia trayectoria en ciencias sociales, por lo que es un concepto ampliamente conocido. Aplicado al Estado, sin embargo, parece contradictorio, ya que su uso dominante en sociología se aplica a las prácticas sociales y a la crisis que se vive en el mundo de vida cuando los individuos no tienen marcos normativos sólidos, o adaptados a los cambios constantes de la estructura: usualmente, no se usa para comprender las relaciones políticas dominantes, ni tampoco los condicionantes estructurales e institucionales que están vigente en una sociedad determinada. La anomia del Estado, por lo tanto, es un concepto que en primer lugar, nos presenta una situación social en la que existen al menos, dos tipos de normas y prácticas: aquellas que están públicamente sancionadas (reglas formales), pero que tienen poca capacidad cohercitiva y capacidad de ponerse en práctica; y a quellas que están socialmente aceptadas, pero que nadie reconoce públicamente (reglas informales), ya que la mayor 1El impacto de lo que signiica la victoria de un personaje contradictorio como Donald Trump en una de las democracias más antiguas del planeta tiene consecuencias que darían para escribir un documento adicional: baste decir que es una muestra de lo que el poder, el dinero y el uso de redes sociales pueden alcanzar. 54/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 51-60 parte de las veces contradicen las reglas vigentes. En ésta situación particular, el concepto de anomia permite visualizar esta realidad dual: una estructura formal inoperante, y una estructura informal que en la práctica, es la que realmente determina la acción, aunque de manera oculta y subrepticia: lo que el politólogo Guillermo O’Donnell llamó la otra institucionalidad (O’Donnell, 1996). Esta suerte de dualidad estructural, en la que se decía lo que no se cumplía, mientras se hacía lo que no se podía nombrar ni reconocer públicamente, es la herencia directa sobre la que se cimentó el sistema político en la transición a la democracia ocurrida en el período 1982-1985, y se explica desde el concepto de anomia del Estado (Mack, 2017), que básicamente se sintetiza en contexto complejo en el que existen dos tipos de normas vigentes: las que son de dominio público (formales), usualmente elaboradas con poco rigor cientíico y sin ningun sustento social, llenas de vacíos conceptuales, contradicciones entre diversos cuerpos legales y un sinfín de defectos que las vuelven inviables de aplicar; y las reglas que pertenecen al ámbito privado (informales), que son las que efectivamente regulan el comportamiento individual y colectivo. Dichas reglas son ampliamente conocidas, pero que nadie se atreve a nombrar públicamente, y la mayor parte de las veces contradicen las reglas formales vigentes, abriendo entonces un descomunal abismo entre lo que públicamente se dice, y lo que en privado se busca. Este quiebre entre lo que se promulga oicialmente y lo que se hace en la realidad ha sido objeto de numerosos trabajos y ensayos, uno de los más relevantes es el desarrollado por la socióloga Sara Sefchovich (Sefchovich, 2008), trabajo que documenta a lo largo de sus páginas la distancia entre el discurso y las declaraciones oiciales, y la realidad de la sociedad mexicana, al punto que algunos autores han caracterizado este tipo de comportamiento con el nombre de “cultura de la transgresión”: un sustrato de valores, prácticas y actitudes que favorece el irrespeto a las reglas formalmente sancionadas, en detrimento de los marcos de interacción y las reglas de convivencia sancionadas en una sociedad. “La inexistencia de normas adecuadas a las diversas situaciones, la vigencia de normatividades confusas, vagas o contradictorias, así como la no vigencia práctica de códigos que se dicen aceptados, y la superposición de códigos operativos e ideales, son todas formas de auspiciar la transgresión recurrente y por lo tanto son caldo de cultivo para la anomia”. (Girola, 2011, pág. 114) La principal consecuencia política e institucional que se deriva de esta cultura de la transgresión, ampliamente documentada y discutida para nuestros países, es que se desarrolló un tipo de entramado institucional – legal que formalmente se apegaba a las características del Estado de Derecho y la cultura de la legalidad, pero que informalmente alentaba todos los comportamientos que supuestamente estaban prohibidos, lo cual desarrolló una nueva dimensión de la cultura de la transgresión: la anomia del Estado, una situación ampliamente paradójica, ya que el principal agente que debería alentar la cultura de la legalidad en el ámbito formal, es precisamente el que sigue los caminos de la transgresión en la acción cotidiana informal: de ahí se deriva la característica híbrida ¿Primavera o invierno democrático? La crisis guatemalteca desde la óptica del concepto de Anomia del Estado Luis Fernando Mack /55 que siempre han señalado politólogos de la talla de Guillermo O`Donnell, pero que también ha sido enfatizada por muchos otros autores como Steven Levistky y Lucan Way (Levistky, 2004). El proceso de cambio institucional en el contexto de una sociedad con tal dualidad estructural vuelve complejo y difuso el panorama: en la práctica, es imposible a primera vista identiicar los enemigos y los aliados del cambio, especialmente porque se multiplican los intereses ocultos que intentan defenderse y reagruparse. Entender esta situación caótica y compleja es la inalidad de las siguientes páginas. La complejidad de la acción social en un entorno anómico Los desafíos que enfrenta Guatemala en la actualidad son muchos: contradictoriamente, las protestas que asombraron al mundo entero, son vistas con el paso del tiempo por muchos ciudadanos guatemaltecos con un signo de duda: ¿no habrá sido mejor seguir en la situación anterior? La lógica perversa que subyace tiene mucho que ver con el viejo adagio: es mejor lo viejo conocido que lo nuevo por conocer. Inluye en esta percepción pesimista los múltiples intentos por bloquer y revertir los cambios, ya que los intereses que fueron afectados son muy poderosos: el poder político se ejerció siempre de forma antiética y amañada: la acción política acostumbrada era operar de forma solapada, ya que pese a que los discursos condenaban la corrupción, en la práctica realmente se alentaban las redes clientelares, el tráico de inliuencias, el nepotismo y el uso de recuros públicos para favorecer interese privados, prácticas que estaban profundamente arrigadas en el diseño institucional del Estado guatemalteco2. El problema de este tipo de institucionalidad es que condiciona enormemente las posibilidades de cambio, ya que existe toda una inercia institucional que sistemáticamente produce corrupción e impunidad. En ese sentido, el amargo despertar de los guatemaltecos es que pese a que se logró destituir a los más altos funcionarios del gobierno de Otto Pérez Molina, en la realidad todo el movimiento de protesta solamente favoreció que llegara otro personaje gris: el actual Presidente Jimmy Morales ganó la Presidencia prometiendo un cambio que nunca generó, por lo que en la actualidad, es visto nacional e internacionalmente como un enemigo de los proceso de cambio que iniciaron en abril del 2015. Este primer desafío, el reacomodo de fuerzas convervadoras, lo denominaremos #PactodeCorruptos, y lo explicaremos con mayor detalle más adelante. El segundo desafío tiene relación con el anterior, pero atañe más al ciudadano en general: debido a lo arraigado de las prácticas antiéticas, existe una angustia invisible que puede sintetizarse e lo que se podría llamar el “síndrome Centeno”3: la duda sobre cuando 2Las prácticas duales, en la que se decía lo que no se cumplía, mientras se hacía lo que no se podía nombrar ni reconocer públicamente, es la herencia directa sobre la que se cimentó el sistema político en la transición a la democracia ocurrida en el período 1982-1985, y se explica desde el concepto de anomia del Estado (Mack, La anomia del Estado, 2017). 3Pavel Centeno fue el Ministro de Finanzas en el gobierno de Otto Pérez Molina. En la mañana del 28 de octubre del 2016, Pavel se enfrentó a las autoridades cuando vio llegar a las fuerzas de seguridad a tocar a su puerta, suponiendo quizá que 56/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 51-60 los entes investigadores llegarán a afectar a un familiar o amigo. En muchas conversaciones cotidianas se comenta que en el pasado, las prácticas antiéticas eran comunes, por lo que el contexto obligó a muchos ciudadanos a colaborar de manera directa o indirecta con tales prácticas recurrentes. El discurso de uno de los embajadores residentes en Guatemala lo sintetizó magistralmente: “No es cierto que la gente en “países muy corruptos” internalizan la corrupción como algo normal en su vida. Por el contrario muchos estudios muestran que la gran mayoría toma una posición clara en contra de la corrupción. Es cierto que muchas veces participan en hechos corruptos pero es porque no perciben que tienen otra alternativa. Si la única manera de conseguir socorro médico para su niño es sobornar al médico, la mayoría de la gente lo hará. Pero no signiica que ellos piensan que es moralmente aceptable” (Kompas, 2018) En ese sentido muchos políticos y ciudadanos comunes han estado relacionados directa o indirectamente con acciones que pudieran haber estado reñidas con la ley, por lo que en el fondo, existe una oposición silenciosa al trabajo de investigación condicida por la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG). La sombra del gatopardismo Uno de los conceptos más utilizados en sociedades como la guatemalteca es el concepto de gatopartismo: una situación en la que todo cambia, para que nada cambie en realidad (Recondo, 2007). Dicho concepto explica, de hecho, lo que vive Guatemala desde el 2016: la llegada del nuevo Gobierno del Presidente Jimmy Morales (2016-2019) que había prometido cambios, pero que muy pronto demostró que era únicamente una continuidad del estilo de gobierno y de acción política que caracterizó al gobierno de Otto Pérez Molina (2012-2015). El año 2017, de hecho, se visualizó con fuerza esta lógica contradictoria y gatopartista: El domingo 27 de agosto del 2017, el actual Presidente de Guatemala, Jimmy Morales, sorprendió a toda la ciudadanía con un video corto en el que ordenaba la expulsión de una de las iguras más emblemáticas en la lucha contra la corrupción y la impunidad en Guatemala: el comisionado colombiano Iván Velásquez. Dicha medida provocó una inmediata movilización ciudadana y de diversos actores políticos y sociales que inalmente evitó la salida del colombiano. Ese intento infructuoso, sin embargo, profundizó aún más la crisis institucional que vive Guatemala desde el año 2015, produciendo un nuevo clivaje de conlicto en una sociedad ya de por sí, altamente polarizada y dividida. Esta nueva faceta de la tensión en Guatemala se sintetiza en dos bandos, cada vez más claramente deinidos: los que apoyan abiertamente el trabajo de la CICIG con Velásquez al frente, y los que aunque discursivamente apoyen el trabajo del ente internacional, en lo iban a arrestar. En realidad, los investigadores recababan evidencias para un caso que no lo involucraba a él, sino al dueño del inmueble donde vivía. ¿Primavera o invierno democrático? La crisis guatemalteca desde la óptica del concepto de Anomia del Estado Luis Fernando Mack /57 realidad buscan el relevo de mando para generar una CICIG más sumisa y controlable. El efecto inmediato sin embargo, fue que la credibilidad de Morales llegó a su punto más bajo: desde entonces, el Presidente se atrincheró en los muros del Palacio Presidencial, evitando hasta donde puede dar declaraciones públicas y recibiendo numerosas críticas ciudadanas. Desde entonces, existen numerosos intentos por detener y revertir los procesos de cambio, empezando por retomar el control de las instituciones nacionales desde las que se podrían impulsar o detener los cambios: El Congreso de la República, el Ministerio Público (MP), la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), la Corte de Constitucionalidad y la Corte Suprema de Justicia (CSJ), entre otras entidades relevantes. Paralelamente, los grupos de poder dominantes intentan poner de su lado a los principales actores internacionales que sustentan los cambios: la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), y la Embajada de los Estados Unidos en Guatemala (la Embajada). Para describir este reacomodo institucional a favor de la impunidad, se popularizó una frase proveniente de las redes sociales: el #PactoDeCorruptos, que no es más que la alianza sui-generis que ahora aglutina a numerosas personalidades y iguras de autoridad, quienes con el tiempo se han ido conformando una alianza política y social que tiene su origen en lo que se podría llamar el “síndrome Centeno4”, y que en lo inmediato busca evitar que las investigaciones de la CICIG y el MP sigan develando más casos y ordenando más capturas. Si el reacomodo institucional y el realineamiento de los factores de poder es contrario al proceso de cambio, también lo és la débil coalición ciudadana que está intentando consolidar los cambios: en una sociedad altamente polarizada y con pocos mecanismos de cohesión social, sentar las bases de consenso y articular las acciones contra el régimen no es tarea fácil, especialmente cuando se empiezan a tender puentes entre la diversidad de actores sociales que tienen diferente postura ideológica y una variedad muy grande de intereses. Para entender esta airmación, hay que recordar que desde la fundación del Estado de Guatemala, se sentaron las bases de exclusión y racismo que aún hoy son muy evidentes5, aspecto que se ha ido profundizando con el tiempo en una sociedad que nunca desarrolló demasiados lazos de solidaridad. Esta característica centrífuga es el principal desafío a superar en Guatemala, ya que aunque han existido importantes proyectos por construir una agenda de país, dichos esfuerzos han chocado con la realidad de una sociedad que 4Nos referimos al caso de Pavel Centeno, quién a inicios del Gobierno de Otto Pérez Molina (2012-2015) fungió como Ministro de Finanzas: en un operativo de la Policia Nacional Civil (PNC) gestado en las investigaciones desarrolladas por la CICIG y el MP, Centeno fue abatido en un confuso incidente cuando presuntamente intentó escapar de las fuerzas de seguridad. Lo trágico del asunto es que en el momento del incidente no existía ninguna investigación ni orden de captura en su contra, y la presencia de las fuerzas de seguridad se debía a que Centeno simplemente residía en la propiedad de uno de los investigados por casos de corrupción: aunque existe aún dudas sobre lo que realmente ocurrió, la idea es que habiendo sido Centeno un alto funcionario de un Gobierno en el que sus más altas autoridades estaban para entonces en la cárcel, el temor de ser procesado y públicamente desacreditado llevó a disparar antes de preguntar. 5Al respecto hay que recordar al menos dos autores importantes que retratan muy bien la característica excluyente con la que se conformó la sociedad guatemalteca: el clásico libro de Severó Martínez Peláez, “La Patria del Criollo” (Martínez Pelaéz, 1998), y la muy citada obra de Marta Elena Casaus, “Guatemala: Linaje y Racismo” (Casaus, 2010). 58/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 51-60 no cree mucho en la unidad ni en el consenso, sino que apuesta decididamente por el conlicto y la polarización. El más notable de dichos esfuerzos fue la irma del acuerdo de Paz Firme y Duradero que puso in a 36 años de guerra civil, el 29 de diciembre de 1996; en el año 2003 se irmó igualmente la llamada Agenda Nacional Compartida, irmada por más de 20 secretarios de partidos políticos. El último de tales esfuerzos fue desarrollado bajo la presidencia de Otto Pérez Molina (2012-2015), bajo la conducción de la Secretaría de Planiicación y Programación de la Presidencia (SEGEPLAN): la agenda de desarrollo Katún 2032. El cumplimiento y seguimiento de tales acuerdos, sin embargo, siempre ha sido muy deicitario, por lo que aún hoy, no existe un proyecto de nación que aglutine las acciones de los diversos actores de la sociedad. ¿Quo Vadis, Guatemala? Desde la trinchera ciudadana que busca cambios estructurales, aquellos que apoyan la labor del MP y la CICIG, se están producido alianzas que antes era impensables: diversos actores e instituciones provenientes de una diversidad de trincheras ideológicas, han empezado a coincidir en impulsar este proceso de cambio estructural, ya que se percibe que la lucha contra la corrupción pasa primero por eliminar la muy arraigada impunidad: la costumbre de muchos personajes públicos que han detentado el poder, de dispensar privilegios, bienes y servicios de forma discrecional, utilizando la ley de forma amañada para alcanzar sus objetivos y para castigar a los enemigos, sin ninguna posibilidad de que posteriormente rindan cuenta de sus actos. La buena noticia, sin embargo, es que pese a que este #PactoDeCorruptos demostró su poder y su capacidad de aglutinarse para defender sus intereses, permitió que quienes desean un cambio, tengan ya claramente la vista de quienes son sus adversarios, aspecto que ha permitido a quienes impulsan el cambio, la posibilidad de ir sentando las nuevas bases de cohesión social que son indispensables para mantener el proceso de cambio. Contribuye igualmente el hecho de que uno de los factores de poder tradicional, se encuentra temporalmente del lado del cambio: hablamos de la Embajada Norteamericana, que desde siempre ha sido un iel de la balanza muy importante que ha favorecido o impedido ciertos procesos en Guatemala. El balance inal, sin embargo, es muy difícil de pronosticar: ni los partidarios de Jimmy Morales y del #PactoDeCorruptos lograron detener la lucha contra la corrupción, ni los partidarios de Iván Velásquez y la CICIG han logrado impulsar los cambios legales ni estructurales que permitan disminuir la marcada anomia del Estado, que es la auténtica falla de origen que produjo la impunidad y la corrupción. El resultado: una suerte de tregua forzada, que deja aún abiertas muchas interrogantes sobre hacia donde se dirige la sociedad guatemalteca. ¿Primavera o invierno democrático? Un balance incierto A inales de la década de los años ochenta, Daniel Bell (Bell, 1987, p. 14) había advertido que se acercaba una potencial crisis del Estado-Nación, debido a la pérdida de importancia ¿Primavera o invierno democrático? La crisis guatemalteca desde la óptica del concepto de Anomia del Estado Luis Fernando Mack /59 del ámbito nacional en el contexto de un mundo cada vez más globalizado: “El Estadonación se está volviendo demasiado pequeño para los problemas grandes de la vida y demasiado grande para los problemas pequeños”. Los sucesos que conmocionan a la sociedad guatemalteca desde el año 2015, ilustran muy bien esta característica transnacional del poder: para nadie es un secreto que uno de los mayores impulsores del cambio son los intereses y directrices que emanan de la Embajada norteamericana en Guatemala6. El otro factor que inluye en la crisis global de la democracia guatemalteca es la brutal concentración de la riqueza: si en el mundo, el 1 % tiene más recursos, más poder y más inluencia que el 50 % de la población mundial, tal situación igualmente describe el enorme abismo que diferencia a los actores de poder en Guatemala, y los movimientos sociales que intentan desde hace muchos años cambiar la situación: es conocido que la sociedad guatemalteca es una de las más desiguales de América Latina7. Lo que está en disputa desde el año 2015, entonces, es la posibilidad de cambiar esta larga herencia desigual y autoritaria que ha caracterizado a Guatemala desde su fundación, permitiendo que emerja un tipo de Estado y sociedad cualitativamente diferente a la que provocó la crisis institucional que afecta a Guatemala desde el 2015, y cuyo desenlace aún está pendiente de visualizarse. Lo que está en juego es el mismo diseño de la democracia, empezando por la Ley Electoral y de Partidos Políticos: las reglas del sistema electoral determinan, en muchas circunstancias, a los ganadores y a los perdedores, tal como volvió a ocurrir en Estados Unidos: Hillary Clinton gana en el conteo de los votos, pero Trump gana en el diseño de los distritos electorales. La tentación autoritaria, por lo tanto, casi siempre recae en el control de los Parlamentos, de manera que se propicien de forma maliciosa cambios en el sistema electoral o constitucional que favorezcan lo que la teoría llama autoritarismo competitivo, como ha ocurrido en muchos países de América Latina: la iebre reformadora se ha extendido por todo el continente gracias al ejemplo que diseminó la Venezuela de Hugo Chávez. La conclusión es que la democracia guatemalteca está inmersa en equilibrio frágil, que está sujeta a las crisis recurrentes, pese a lo cual es imposible pensar en un mejor sistema de gobierno: la democracia sigue siendo un ideal que, lejos de desecharse, debe perseguirse sistemáticamente, ya que es el único sistema que resguarda la libertad al favorecer la creación de consensos y proyectos compartidos. Como dijo el gran teórico argentino Guillermo O´Donnel «la capacidad de esperanza es el gran atributo de la democracia, una que bajo las circunstancias correctas puede y debe nutrir otras y más especíicas capacidades que pueden promover mejorías en la calidad democrática» (O´Donnell, 2007, p. 20). Igualmente, uno de los padres fundadores del sistema estadounidense, Thomas Jeferson, lo popularizó con una frase ampliamente repetida: El precio de la libertad es su eterna vigilancia. La batalla por Guatemala apenas empieza. 6Para entender este interés norteamericano en Guatemala y la región centroamericana, (Bolaños, 2016) 7El informe de la CEPAL (Medina, 2008) demostró que Guatemala es uno de los países con un coeiciente de Gini muy alto, que demuestra la gran inequidad que prevalece desde hace muchos años. 60/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 51-60 Bibliografía Bauman, Z. (2004). Modernidad liquida y fragilidad humana. Buenos Aires, Argentina: Fondo de Cultura Económica. Bell, D. (1987). The World and the United States in 2013”. Daedalus, No. 3, Vol 116, 1-32. Beriain, J. (1996). Las consecuencias perversas de la modernidad. Modernidad, contingencia y riesgo. Barcelona: Anthropos. Bolaños, R. (2016). La asistencia técnica internacional como mecanismo de democratización en Guatemala: La democracia tutelada y la acción colectiva de las jornadas ciudadanas en #RenunciaYa. Onteaiken N° 21 , 57-69. Casaus, M. (2010). Guatemala: Linaje y racismo. 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Espacio Abierto Cuaderno Venezolano de Sociología Vol.27 No.1 (enero - marzo, 2018): 61-79 Una visión latinoamericana de Estados Unidos: crisis cultural y tendencias conservadoras en el entorno geopolítico hemisférico Jorge Hernández Martínez* Resumen El artículo analiza con una visión basada en la actualidad latinoamericana las principales bases históricas de la sociedad norteamericana y las condiciones que hicieron posible el triunfo electoral de Donald Trump en las elecciones presidenciales de noviembre de 2016. Se argumenta que ese país vive una larga transición durante las últimas cuatro décadas, que el proyecto nacional formulado por la Revolución Conservadora está en crisis y que no aparece un nuevo proyecto. Las causas del llamado “Trumpism” no se explican sólo por la coyuntura electoral. Se sugiere tomar en cuenta además las tendencias históricas que explican el desarrollo del capitalismo y de la cultura política en los Estados Unidos. Palabras clave: Estados Unidos; América Latina; crisis; transición; conservadurismo; cultura política. Recibido: 12-10-2017 / Aceptado: 05-12-2017 *Universidad de La Habana, Cuba. E Mail: jhernand@cehseu.uh.cu 62/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 61-79 A Latin American View of the U.S.: Cultural crisis and conservative trends in the hemispheric geopolitical context Abstract The article analyzes from the current situation in Latin America the main historical bases of the American society and the conditions that made possible the electoral triumph of Donald Trump in the presidential elections of November 2016. It is argued that the country has a long transition during the last four decades, that the national project formulated by the Conservative Revolution is in crisis and no new project appears. The causes of the so-called “Trumpism” are not only explained by the electoral situation. It is suggested to take into account also the historical trends that explain the evolution of capitalism and political culture in the United States. Keywords:United States; Latinamerica; crisis; transition; conservatism; political culture “La contradicción de los Estados Unidos – -la que les dio la vida y puede causar su muerte- – se resume en una pareja de frases: al mismo tiempo son una democracia plutocrática y una república imperial” (Octavio Paz, El espejo indiscreto) Introducción En sus esfuerzos dirigidos a la comprensión de la sociedad norteamericana, C. Wright Mills dirigió su mirada hacia la complejidad estructural y funcional de la vida política y las interpretaciones que desde el conocimiento sociológico pretendían arrojar luz sobre la misma, advirtiendo contra las tentaciones intelectuales del “empirismo abstracto”, por un lado, y de la “gran teoría”, por el otro. En sus antológicas obras sometió a escrutinio tanto el proceso político como el contexto social en que el mismo se desarrollaba y las corrientes de pensamiento que prevalecían en los estudios al respecto en los Estados Unidos. Exponente de una ciencia social crítica y comprometida con los imperativos éticos del investigador honesto, más allá de limitaciones conceptuales o metodológicas que se le puedan atribuir, Mills contribuyó a estimular una tradición de búsqueda acuciosa de evidencias empíricas, Una visión latinoamericana de Estados Unidos: crisis cultural y tendencias conservadoras en el entorno geopolítico hemisférico Jorge Hernández Martínez /63 captadas con artesanía teórica intelectual, que desmitiicaran las visiones apologéticas y complacientes de una nación polarizada, excluyente y opresiva, con el mérito de destacar el estado – -bastante generalizado- – de falsa conciencia existente en la sociedad norteamericana. Su obra no dejaba dudas acerca del criterio de que en una sociedad de clases, las ciencias sociales poseen un elevado coeiciente ideológico, descartando así el afán objetivista del positivismo comtiano y la pretensión de neutralidad que proponía el comprensivismo weberiano, como vertientes que lideraban aún, bajo nuevas expresiones, el universo sociológico a mediados del siglo XX (1969 y 1973). Como lo sugería Mills – -cuya manera de asumir el rol como sociólogo y su activismo militante lo denotan cual intelectual orgánico, según la precisión gramsciana--, la “promesa” que tenía ante sí el pensamiento crítico comprometía a las ciencias sociales con el empeño de ampliar la conciencia colectiva, mostrando esa conexión entre “la biografía y la historia”. A partir de ese reconocimiento, se trataba de ampliar la conciencia colectiva sobre la forma en que la vida cotidiana (incluida la esfera de las relaciones personales) era afectada por los grandes movimientos sociales de nuestra época. Con razón se ha expresado que dicho autor “esperaba que con esa mayor conciencia pudiéramos resistir con mayor efectividad las presiones organizadas que pesan sobre nosotros y también ejercer con mayor efectividad una inluencia humana y no someterse al impulso aparentemente incontrolado de los acontecimientos” (Worsley, 1978: 11). Está claro que entre los factores que han tenido mayor impacto y trascendencia en la situación mundial a lo largo y ancho de la sociedad contemporánea, el dinamismo de los Estados Unidos, tanto interno como externo, se ubica como uno de primerísimo orden, dada su condición de país líder del sistema capitalista de relaciones internacionales, y sobre todo, a partir de la connotación que el imperialismo asume allí, con todos los rasgos y tendencias que lo denotan como fenómeno integral. El siglo XX inaliza y el XXI se ha venido desarrollando bajo el condicionamiento de los procesos económicos, políticos, militares y culturales que la proyección exterior norteamericana irradia e impone en el acontecer mundial. Tanto por su efecto directo y explícito, como por su consecuencia indirecta e implícita, lo que pareciera ser el aludido “impulso incontrolado de los acontecimientos” que acompaña la conducta imperialista de los Estados Unidos en el hemisferio requiere de la profundización de esa conciencia necesaria de la que hablaba Mills. Bajo esa premisa cobra sentido el presente análisis, ya que en América Latina el conocimiento sobre los Estados Unidos no responde sólo a la curiosidad legítima que ese país puede despertar en otras latitudes, sino a imperativos de la identidad cultural, la conciencia nacional y la soberanía. La conocida frase con la que Poririo Díaz resumió la signiicación del poderoso Vecino del Norte para México es válida para todo el ámbito latinoamericano: “tan lejos de Dios, y tan cerca de los Estados Unidos”. De ahí que el presente trabajo se proponga destacar algunas claves históricas y metodológicas imprescindibles para la comprensión de la sociedad estadounidense desde una perspectiva latinoamericana, cuyas contradicciones se han puesto de maniiesto con fuerza en los resultados de las elecciones de 2016, al colocar a Donald Trump en la presidencia. Ello estimula a relexionar sobre esa suerte de laberinto, en el que se cruzan y superponen factores y procesos políticos, ideológicos y culturales cuyo examen debe realizarse bajo una mirada dialéctica que establezca tanto 64/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 61-79 las pautas históricas que permitan comprender el movimiento que conduce al presente como las características de la crisis cultural y las tendencias conservadoras en curso como las perspectivas. El entorno geopolítico hemisférico La mirada a los Estados Unidos debe proyectarse, necesariamente, desde el entorno geopolítico imperante hoy en América Latina, deinido cual escenario en disputa. El debate al respecto gira alrededor de una interrogante: ¿Llega a su in el ciclo de auge de los procesos progresistas, emancipadores, revolucionarios, de izquierda, que inició la Revolución Bolivariana dentro de los marcos electorales de la democracia liberal representativa a inales del pasado siglo, y se abren paso, más allá de circunstancias efímeras, tendencias de derecha y de centro-derecha, que deinirán la escena futura entre el corto, mediano y largo plazo? El año 2017 nació marcado por acontecimientos cuyas implicaciones le imprimen una gran complejidad a la situación internacional, y en particular, a las relaciones interamericanas, cuya cabal ponderación sería aún hoy precipitada, prematura e incompleta. Por un lado, los efectos de la victoria electoral republicana en los Estados Unidos, que convierte a Donald Trump en el Presidente de ese país, con toda la carga regresiva interna y exterior que implican su retórica de extrema derecha, de índole populista, nativista, racista, xenófoba, y misógina, acompañada de una proyección internacional imperial resumida en las consignas America First y Make Great America Again. Hasta el momento resulta difícil calibrar las posibles acciones de Trump hacia América Latina como muy diferentes a la de sus antecesores, al mantenerle la condición de “patio trasero”, si bien, al mismo tiempo, la región está fuertemente impactada por la nueva Administración. Por otro lado, la muerte de Fidel Castro, con el enorme impacto y simbolismo que lleva consigo su desaparición física para las luchas populares y las utopías revolucionarias. Aunque de cierta manera podría considerarse que se trata más de una signiicación subjetiva que objetiva, sus consecuencias han sido reales. Las valoraciones oscilan entre aquellas que auguran efectos desmovilizadores para los procesos que buscan alternativas emancipadoras y antiimperialistas frente al neoliberalismo, y las que hacen suyo el legado del líder cubano, vaticinando un estímulo para los procesos de cambio – -reformistas o revolucionarios--, ante las nuevas amenazas y oportunidades que ya enfrentan (Borón, 2016). Como trasfondo, la dinámica política que tenía y sigue teniendo lugar en América Latina expresa un cambio en el escenario que se coniguró a inales del decenio de 1990. La respuesta a la pregunta planteada tiene que ver con la determinación de la signiicación o profundidad del cambio. Más que un nuevo ciclo, pareciera que se conforma una nueva etapa, bajo el “impulso incontrolado de acontecimientos”, donde se mezcla la dinámica interna de distintos países con el contexto regional y con la política norteamericana seguida por Obama, reajustada por Trump. Desde hace unos cuatros años, América Latina se estremece – -y ello no es nuevo en su historia contemporánea--, como sujeto, con factores endógenos, en interacción con los impactos externos que recibe de los cambios Una visión latinoamericana de Estados Unidos: crisis cultural y tendencias conservadoras en el entorno geopolítico hemisférico Jorge Hernández Martínez /65 geopolíticos y geoeconómicos internacionales, sobre todo como objeto del proyecto de dominación estadounidense. Así, dinámicas mundiales, cambios estructurales y procesos hemisféricos en los que la proyección imperialista desempeña un rol decisivo, impactan el nuevo mapa latinoamericano, cuya heterogeneidad propicia que el efecto de las tendencias globales sea diferenciado. Varía de una subregión a otra o incluso de un país a otro, dependiendo de las características particulares de su economía, régimen político, estructura social, fortaleza institucional o aún de la cohesión social frente a problemas como la desigualdad, la pobreza, la inseguridad o la corrupción, o de la importancia que le atribuya la estrategia estadounidense. En el sentido más amplio, la arquitectura del sistema internacional se ha transformado sensiblemente a partir del derrumbe de los precios del petróleo y de los commodities, que han incidido en las economías emergentes y producido una desaceleración económica global, en medio de disímiles fenómenos, como la crisis en Europa, la relativa recuperación norteamericana, el dinamismo del área de Asia y el Pacíico, el ímpetu de China y Rusia, la amenaza del terrorismo islámico y la prolongada conlictividad en Medio Oriente, entre los principales, con el telón de fondo de la globalización en una era de revolución tecnológica e informática (Feinberg et al, 2015 y Serbin 2016). Se registra una tendencia que conjuga elementos de crisis de diversos signos, reacomodos partidistas y gubernamentales, junto a rearticulaciones geopolíticas que expresan cambios en las correlaciones de fuerzas o rivalidades asociadas a las estructuras de poder. Se trata de contradicciones en pleno desarrollo, de procesos cambiantes, cuyos contextos de transforman y marcan puntos de inlexión en la historia reciente, colocando un antes y un después, donde el futuro aún no está totalmente deinido. El contraste – -a modo de ejemplo del dinamismo y luidez del entorno- – entre las circuntanscias, procesos y tendencias que acompañaron las dos últimas reuniones de las Cumbres de las Américas realizadas en Ciudad de Panamá y Lima, ilustran muy bien los hitos implicados. En ese marco, los cambios globales relacionados con tendencias económicas diferenciadas en los Estados Unidos y en China, por ejemplo, han afectado de distinto modo a maneras a diferentes regiones de América Latina, en tanto los países miembros de la Unión Europea, sin perder su importancia, han sido desplazados a un segundo plano por esos dos países. La inserción internacional de América Latina se viene enfrentando, entonces, a intensos cambios en las pautas de distribución del poder y de la riqueza, asociadas con un desplazamiento del centro de gravedad político y económico hacia el área Asia-Pacíico. A las tradicionales disparidades de desempeño económico y estructura social, se le han añadido otros factores de diferenciación relacionados con los modelos políticos, las estrategias de desarrollo, o las opciones de política exterior y de inserción internacional. Esa heterogeneidad, particularmente visible en el ámbito de los procesos de lo que se ha caliicado como nuevo regionalismo post-liberal o post-hegemónico, tiene lugar asimismo en el marco de una serie de iniciativas globales promovidas por los Estados Unidos y China, vinculadas con la irma e impulso de mega-acuerdos – reconsiderados recientemente por la actual Administración norteamericana--, en función de sus implicaciones geopolíticas a nivel global y de su impacto en la región, en tanto 66/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 61-79 introducen un conjunto de fuerzas centrífugas que tienden a profundizar las fracturas regionales, más allá de la creciente relevancia de la región en el contexto internacional y de su participación en la gobernanza global a través de diversos mecanismos (Reid, 2015). En este sentido, pese a que para algunos actores y organismos internacionales América Latina se ha considerado como la zona más promisoria del planeta, su situación actual releja graves diicultades internas, tanto en términos de las heterogeneidades mencionadas como en función de su crecimiento estimado para los próximos años y de su capacidad de participar en el sistema internacional con una posición uniicada como región (Hershberg et al, 2014). Un nuevo orden mundial parece estar emergiendo o a punto de redeinirse, con su consiguiente expresión hemisférica, pero no es fácil predecir su nueva coniguración, su perdurabilidad ni los fundamentos sobre los que se pueda basar, entre contradicciones, turbulencias e incertidumbres. Al examinar tal situación, es inevitable recordar la perspectiva gramsciana, referida a desarrollos como los implicados: transiciones, crisis, cambios. Según Grasmsci, se trataba de procesos históricos donde lo nuevo no acababa de nacer, lo viejo no terminaba de morir, y donde nacían los peores monstruos (Gramsci, 1999). Con similar mirada, Walter Benjamin, lo expresaba a través de la concepción de lo que denominaba como carácter destructivo, en tanto recurso explicativo de una relación dialéctica entre lo nuevo y lo viejo, concebida mediante la antinomia entre escombros y caminos. Para este autor, “el carácter destructivo no veía nada duradero, y por eso mismo, veía caminos por todas partes, hace escombros de lo existente, y no por los escombros mismos, sino por el camino que pasa a través de ellos” (Benjamín, 1999). Esa aproximación permite comprender el actual escenario en América Latina y en sentido más amplio, en las relaciones interamericanas, con una visión que considera los procesos en curso como inconclusos, en pleno despliegue o transición, compartiendo el criterio de que desde el punto de vista analítico, el futuro es un campo de batalla, y la disputa por el poder, los proyectos de nación y modelos económicos, la representa mejor la imagen de un forcejeo o pulseo que la de un cambio de ciclo. En términos ideológicos, ha ido ganando espacio la visión de que en América Latina se ha cerrado (o está cerrando) el ciclo progresista iniciado a ines del siglo XX. En términos políticos, ello propicia desmovilización y estimula, desde el punto de vista intelectual una idea de determinismo histórico, que tributa a un pensamiento derrotista (Zibechi, 2015). Mientras ocurre tal metamorfosis en América Latina, se encuentra en curso en los Estados Unidos una transición signada por el agotamiento – -no el fracaso- – de la tradición política liberal y deinición de una creciente espiral conservadora que se expresa en el sistema político, la sociedad civil, la opinión pública, la cultura y la proyección exterior, con antecedentes visibles desde inales de la década de 1970. Ese proceso se aianza en el siguiente decenio y es palpable sobre todo en el desempeño de los gobiernos republicanos que se establecen a partir de las elecciones presidenciales de 1980 hasta el presente, más su cosecha política y cultural se ha mantenido en los períodos en los que el Partido Demócrata ha ocupado la Casa Blanca. Así, la derechización que se despliega durante la doble Administración Reagan, seguida por el único mandato de Bush (padre), Una visión latinoamericana de Estados Unidos: crisis cultural y tendencias conservadoras en el entorno geopolítico hemisférico Jorge Hernández Martínez /67 quien fuera su Vicepresidente, se reaviva con notoriedad maniiesta con el doble gobierno de Bush (hijo) y luego hoy con el de Trump, pero subsiste de modo latente y alora con intermitencias bajo los repetidos períodos demócratas de Clinton y Obama (Hernández Martínez, 2017). Una visión latinoamericana de Estados Unidos: historia y contemporaneidad Los Estados Unidos fueron la primera nación moderna, anticipada en su gestación incluso a la sociedad burguesa que nace de la revolución francesa, un decenio después. La formación de la nación norteamericana que sigue a la revolución de independencia se funda en la segunda mitad del siglo XVIII a partir del conocimiento maduro de la teoría política más avanzada en el momento en que se da el proceso de constitución de su Estado nacional, que coincide con su independencia de Gran Bretaña. Su surgimiento, empero, se plasma en un matizado entramado sociodemográico, etnocultural y político-jurídico, donde se distingue la coexistencia, en la práctica, de “dos repúblicas”, cuyo desarrollo se extiende desde el decenio de 1780 hasta los años de 1860: una en el Norte, más liberal, pero que entre otras cosas, por ejemplo, negaba el sufragio a los inmigrantes católicos alemanes e irlandeses; y otra en el Sur, muy conservadora, donde prevalecía el racismo contra la población de origen africano, inspirado en las concepciones elitistas acerca de la superioridad blanca. Además de ser un país que nació con un régimen político liberal que permanece y se reproduce, los Estados Unidos pueden asumirse al mismo tiempo como una nación que ha conocido, en lo fundamental un sólo modo de producción, el capitalista, que desde sus inicios tiende a reproducir (a partir de las experiencias, de la inluencia de las relaciones sociales de producción de que eran portadores, aún sin conciencia de serlo, y del imaginario colectivo que poseían los colonos ingleses), en otro territorio, las estructuras de la sociedad británica de procedencia. Estas airmaciones no pueden considerarse, desde luego, sin las matizaciones obligadas que exige la propia naturaleza contradictoria y compleja de la realidad histórica. En este sentido, sería simpliicadora y errada, por una parte, la visión de los Estados Unidos cual paradigma liberal, desconociendo el hecho de que, si bien el liberalismo solía signiicar la forma republicana de gobierno y la libertad personal, en ese país existía, en efecto, una república, pero conquistadora y esclavista. Es decir, no debe confundirse la imagen que construye y difunde la propaganda liberal – -sobre todo hasta los años de 1930- – y la cultura política realmente existente en la sociedad norteamericana. Por otra parte, es imprescindible tener en cuenta que ningún modo de producción se conforma cual fenómeno químicamente puro, sino a través de procesos que de manera ecléctica y dialéctica mezclan diversas relaciones sociales de producción. Así, no quedarían fuera del mosaico histórico-concreto que deine al capitalismo en los Estados Unidos como modo de producción, las contradicciones y particularidades que introducen elementos como los inherentes a los tipos de “productores propietarios (farmers and mechanics)” 68/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 61-79 y al régimen de esclavitud, consustancial a la economía de plantación que sostenía la producción algodonera en los estados sureños. En ese proceso histórico, el mercantilismo y el capitalismo inglés trasladan al ámbito norteamericano un conjunto de prácticas, de visiones y concepciones, es decir, una cultura. En cierto modo, la sociedad norteamericana responde a un tipo peculiar de colonización – -diferenciada de la que se aianza en América Latina--, que Louis Hartz denomina la “sociedad fragmentada”, es decir, países nuevos, que surgen lejos de la metrópoli, pero fundados a imagen y semejanza de ésta; sociedades que no conocen el proceso de mestizaje, que no tienen relación con los pueblos nativos, como sí sucedió en distintos lugares de América Latina como resultado de la conquista y colonización española o portuguesa, que produjo sociedades claramente diferenciadas (Hartz, 1991). Otra característica se relaciona con el hecho de que, si bien los Estados Unidos han sido tradicionalmente un país laico en cuanto a su sistema político, están fuertemente inluenciados por una penetrante orientación religiosa, que se instala como factor orgánico en la cultura política nacional. En este sentido, aunque religión y política están separados a nivel de las estructuras políticas gubernamentales, en el ámbito de la cultura política aparecen mezclados, con frecuencia, especialmente ante situaciones difíciles o de crisis. Recuérdense las invocaciones religiosas de Truman, y su airmación de que el documento político más importante en la historia estadounidense era la Biblia. En la década de 1980, Reagan hacía muchas alusiones al Todopoderoso en sus discursos sobre temas internacionales. Las frases de Bush, después del 11 de septiembre de 2001, fueron numerosas y bien conocidas. De este modo, determinadas e importantes acciones de política exterior norteamericana no sólo se vinculan al interés nacional, a la seguridad nacional, sino al tema del bien y el mal, a la voluntad divina. Los Estados Unidos vivieron su etapa de gestación y crecimiento como nación lejos de los centros de poder fundamentales en esas etapas. Al inicio, el mundo era euro-céntrico, mediterráneo-céntrico. Eso le permitió regular su grado de participación en conlictos internacionales. Cuando se hizo independiente, en la última parte del siglo XVIII, fue un país que no quedó inmerso en la dinámica de las disputas internacionales. Se sustrajo a los conlictos en Europa y se consagró al desarrollo de las fuerzas productivas, al desarrollo productivo, tecnológico, cientíico, interno, sacando obvia ventaja a las potencias europeas y en particular, a Gran Bretaña, la nación hegemónica en el siglo XIX. A la par, los Estados Unidos siempre han librado todas sus guerras en territorios ajenos, y la destrucción bélica la han cargado otros países. Por el contrario, han podido reforzar su economía en tiempos de guerra, tener grandes avances industriales y ningún daño en su territorio. De ahí que hasta el 11 de septiembre de 2001 el país gozara de un alto grado de seguridad interna, en la medida que, con pocas excepciones – -la guerra con Gran Bretaña en 1814 (en que la capital misma de la nación estuvo asediada), y de la guerra civil, entre 1861 y 1865 – -, los conlictos se libraron fuera de sus fronteras. Las condiciones en que se gesta la guerra de independencia, de las cuales emerge la nación norteamericana con su isonomía peculiar y se consolida el país con un Estado centralizado único, junto al cuadro histórico que completan la guerra de secesión, al concluir Una visión latinoamericana de Estados Unidos: crisis cultural y tendencias conservadoras en el entorno geopolítico hemisférico Jorge Hernández Martínez /69 tareas pendientes de la revolución burguesa inconclusa y la posterior reconstrucción, que propician la transición al imperialismo, coniguran el marco de referencia que explica la orientación que asumen tales tendencias y tradiciones, implantadas en la historia política y cultural de Estados Unidos, junto a lãs peculiaridades del fenômeno imperialista en ese país. Las expresiones ideológicas del capitalismo monopolista generado por las condiciones del imperialismo se amalgaman con determinados valores y corrientes del pensamiento social norteamericano, cuyo sustrato material remite a los siglos XVIII y XIX. El universo de características económicas, socioclasistas, demográicas, culturales y territoriales que deinen las particularidades de las relaciones de producción burguesas que se instauran desde las décadas de 1870 y 1880, consolidan el federalismo y la división de poderes bajo la forma de gobierno republicana. Ello singulariza al sistema político norteamericano, desde entonces hasta la contemporaneidad, constituyendo, adicionalmente, un contexto histórico-social propicio para la incorporación a la letra original de la Constitución, vigente hasta hoy desde el punto de vista de sus enunciados y contenidos, los tradicionales atributos de la democracia liberal burguesa: la libertad de palabra, el derecho de reunión, la libre adscripción religiosa y otros, que en calidad de enmiendas legislativas (bills)se añaden luego mediante la llamada Carta de Derechos. Las principales fuentes teóricas que nutren las concepciones de seguridad nacional en los Estados Unidos se hallan en el proceso histórico que sigue a la formación de la nación y se conectan orgánicamente, en calidad de nutrientes intelectuales, con las raíces sociales mencionadas, consustanciales a la evolución, como ya se ha señalado, del único modo de producción que han conocido los Estados Unidos, en su interacción con las especiicidades del medio geográico, la población, economía y cultura. Así se funden en la historia de la cultura política norteamericana y permiten esclarecer el impacto de ciertas tradiciones, por un lado, que aportan bases ideológicas a la doctrina de seguridad nacional y a la legitimidad del empleo de la violencia, bajo determinadas circunstancias. En sentido general, los antecedentes que se integran en ese ideario y le van dando cuerpo a tales deiniciones doctrinales remiten a las ideas de los “padres fundadores”, como George Washington, John Adams, Thomas Jeferson, james Madison, John Quincy Adams, Andrew Jackson, Alexander Hamilton, John Calhoun y otros, cuyos planteamientos, en algunos casos, conducen hasta el pensamiento político norteamericano actual. Desde ese punto de vista, es un lugar casi común en la historiografía estadounidense la argumentación de que, a pesar de todas sus discrepancias, Hamilton y Jeferson (es decir, la tradición federalista y la republicana) se acercaban asombrosamente, por ejemplo, en la comprensión de los principios generales de la política exterior y de las proyecciones militares, habida cuenta de que como común denominador compartían la defensa de los intereses nacionales, codiicados desde una perspectiva tempranamente expansionista y geopolítica. Bajo esa perspectiva, la fuerza militar há sido considerada como el medio principal para resolver y regular los problemas que surgían en la política mundial, estimándose que los Estados Unidos no eran un Estado más en las relaciones internacionales, sino uno de 70/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 61-79 características únicas y especiales, llamado además a cumplir una vocación mesiánica, lo que daría lugar al mito del Excepcionalismo Norteamericano y del Destino Maniiesto. Así se puntualizan, sumariamente, los postulados de la cosmovisión original y vigente que, en materia de conceptos internacionales, se halla como telón de fondo en la historia de la cultura política norteamericana. La ascendencia histórica en los Estados Unidos del pensamiento europeo generado por iguras de inclinación conservadora, como Edmund Burke, Thomas Hobbes, o por exponentes de un liberalismo que no era antagónico con lo anterior, resulta bien conocida. Determinados preceptos formulados por estos autores, junto con algunos principios esbozados por la ideología liberal del pequeño propietario, representada por John Locke y los federalistas, se hacían compatibles o conciliables entre sí, y conformaban una suerte de espina dorsal que jerarquizaba seis grandes temas. Los mismos han mantenido su sitio en la cultura política estadounidense a lo largo de su historia, y complementan la secuencia dentro de la cual encajan, coherentemente, los aspectos antes mencionados: creencia en un signo divino, que va a regir el comportamiento y destino de la humanidad: un dios supremo, concepción con la cual se rompe la tríada Dios-el Rey-Hombre; nclinación hacia la vida tradicional, un alto respeto por la concepción de los valores existentes a lo largo de los siglos; convicción en que la libertad y la propiedad están intrínsecamente ligadas; creencia en la necesidad del orden y de las clases en la sociedad civilizada; absoluta fe en el valor de las normas consuetudinarias; las cosas deben ser dominadas por la razón, no por los sentimientos;convicción en la posibilidad y viabilidad de los cambios, siempre y cuando sean graduales, y no signiiquen ruptura con la estabilidad estructural existente. La persistencia de estos temas releja, por supuesto, una connotación tanto de carácter clasista como cultural, en el sentido de que se derivan de una coniguración peculiar de las relaciones de producción capitalistas, y de todo el sistema de político y social norteamericano. Ello permitiría airmar, con el apoyo de numerosas investigaciones históricas, su expresión generalizada por la ideología dominante (es decir, a través de los aparatos ideológicos del Estado burgués), palpable en la conciencia social de masas. En un nivel general, se relejan valores compartidos que se reieren a la naturaleza de la forma de gobierno, al régimen político y a los acuerdos económicos básicos de la sociedad estadounidense. Este conjunto de valores y principios aceptados mayoritariamente por las diversas clase, grupos y capas sociales, deine un cuerpo o soporte altamente consensual, a lo cual se hacía referencia en el epígrafe anterior, cuya validez comprende desde el período de fundación de la nación, hasta la actualidad de los Estados Unidos. En opinión de Gunnar Myrdal, este fenómeno constituye un consenso esencial o “credo” norteamericano, que integra tanto dimensiones políticas como econômicas (Myrdal, 1972). En el nivel político –-subrayado por Myrdal- – se incluyen los elementos básicos de la democracia liberal y la tradición intelectual del liberalismo, tal y como fue transmitido por las obras de Locke, Montesquieu, Smith y Tocqueville. En el nivel conómico se hace referencia a las instituciones y a las medidas básicas del liberalismo: el mercado libre y el capitalismo. Lo que le da al “credo americano” su peculiar sabor es su creencia en la Una visión latinoamericana de Estados Unidos: crisis cultural y tendencias conservadoras en el entorno geopolítico hemisférico Jorge Hernández Martínez /71 relación necesaria entre ambos niveles: democracia liberal y capitalismo serían las dos caras de la misma moneda. En dirección similar se pronuncia Luis Maira, complementando el juicio anterior: “La evolución política de cada país va conigurando una cierta isonomía histórica y Estados Unidos ciertamente tiene la suya. Esta tiene en cuenta la modalidad de democracia liberal presidencial que ha regido desde la aprobación de la Constitución de Filadelia en 1787 y una progresiva despreocupación por las orientaciones ideológicas que contribuyen a imponer ese estilo político pragmático que con el tiempo se ha ido acentuando. A ello se suma una gran estabilidad en los valores fundamentales que promueve el sistema político: individualismo, legalismo, respeto por las creencias religiosas, consagración del principio de seguridad, respeto al derecho de propiedad y repulsa a la ampliación de las tareas del Estado” (2014, 235). De esta manera, el “credo” norteamericano ha desempeñado un papel como factor de cohesión que ha permitido consolidar y mantener, entre otras cosas, un enfoque político basado en el nacionalismo y en la legitimación del nexo o unión entre los valores del capitalismo y la democracia burguesa representativa. La profunda presencia de ese “credo” en la cultura política norteamericana hace posible entender el tan alto grado de aceptación que se encuentra en la sociedad estadounidense respecto a la secuencia de valores básicos (nacionalismo/patriotismo/libre empresa/puritanismo y ética protestante/defensa ante la amenaza exterior comunista) que la componen. Están dados e implicados los elementos para la delimitación de nociones de interés nacional y, consiguientemente, de seguridad nacional, con ribetes de legitimidad. Estas últimas nociones se articulan en estrecha relación con el marco históricosocial de la segunda postguerra, relejan los imperativos de expansión del imperialismo norteamericano y se profundizan y ensanchan bajo la inluencia de una serie de corrientes ilosóicas, sociológicas y políticas, que le imprimen mayor racionalidad a esas demandas expansionistas, como las que provienen de la geopolítica, el positivismo, el social darwinismo, el pragmatismo. Ello se expresa tanto a nivel interno como internacional, dentro de los cánones del referido “credo”, cuyas bases permiten el acercamiento, en las condiciones especíicas de los Estados Unidos, de matrices ideológicas, como el liberalismo y el conservadurismo, que en otros ámbitos, resultarían incompatibles. Los acontecimientos del 11 de septiembre propician el despliegue, ampliación y consolidación de una plataforma ideológica que si bien focaliza un “nuevo” enemigo – -el terrorismo--, que viene a ocupar el lugar del eje articulador de la política exterior que durante la guerra fría clásica lo constituía el comunismo internacional, retoma elementos de continuidad que están en la base de la cultura política norteamericana, y que al mismo tiempo brindan legitimidad a la política interna. En los Estados Unidos prevalece un conjunto de percepciones, ideas y doctrinas políticas, constitutivas de una suerte de tronco común, que pueden considerarse como manifestaciones que forman un tejido ideológico, psicológico, cultural. Desde una 72/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 61-79 perspectiva histórica y sociológica, en la cultura política estadounidense contemporánea se siguen reproduciendo muchos de los códigos de la Guerra Fría. Esa cultura política puede ser entendida como el conjunto de valores y convicciones que se expresan desde inales de los años de 1940, a través de la ideología y la psicología social, marcando a nivel interno y externo una cosmovisión simpliicadora de intolerancia, chauvinismo, puritanismo, expansionismo y agresividad, que incluso antecede a la segunda guerra mundial. Por supuesto, este proceso no tendría lugar de manera lineal, masiva, homogénea, sino que se conforma a través de un proceso contradictorio de socialización, en el que se mezclan los aparatos ideológicos del Estado. Es en el caldo de cultivo que va cuajando entre inales de la década de 1970 y comienzos de la siguiente donde se desarrolla un proceso que (como rechazo de lo que se consideraba como excesos de las concepciones y políticas liberales, y portador de propuestas que restablecerían el orden tradicional y superarían las debilidades de los gobiernos demócratas que las habían auspiciado), reactiva las tendencias y organizaciones conservadoras. El movimiento resultante es el que apoya la nominación de Ronald Reagan en las elecciones de 1980 e impulsa la Revolución Conservadora, en un esfuerzo por devolverle a la nación la autoestima, por recuperar la imagen de los Estados Unidos ante el mundo y reparar las grietas en su sistema de dominación. Un proceso análogo, sobre la base de la acumulación histórica y de nuevas condiciones, es lo que acontece hoy en ese país y propicia el “fenómeno Trump” (Castorena, 2017 y Gandásegui, 2017). Crisis cultural y tiempo de transición Con la culminación de la pasada centuria, puede airmarse que los Estados Unidos lograron, en sentido general (dentro del panorama mundial, y comparado con el decurso del país en el decenio precedente), avanzar en el proceso de restauración hegemónica en que se encontraba empeñado desde los años de 1980, que se extendió algo más de un decenio. Los acontecimientos que marcaron los inicios de la década de 1990 marcaron simbólicamente, de modo favorable, un nuevo momento para el imperialismo norteamericano, a pesar de los tropiezos e inconsecuencias de Clinton, al inalizar el período. Al desplome del socialismo como sistema, anticipado en los países de Europa del Este y representado para muchos en el derribo del muro de Berlín, unido a la ulterior desintegración de la Unión Soviética, siguió la Guerra del Golfo Arábigo-Pérsico, en la que los Estados Unidos hicieron gala de su tecnología bélica y de su maquinaria propagandística. En los años siguientes, la consolidación del poderío militar y mediático norteamericano, junto a una relativa recuperación económica, vigorización del consenso político interno y redeinición de las relaciones de concertación y alianza con los aliados imperialistas, condujo a una superación relativa de la crisis hegemónica que enfrentaban los Estados Unidos desde ines de la década de 1970. Así, aun y cuando ese proceso no pueda asumirse con una connotación absoluta, sino caracterizada por contradicciones y reacomodos, ese país arribó al siglo XXI con una posición de hegemonía internacional renovada, en medio de un mundo unipolar Una visión latinoamericana de Estados Unidos: crisis cultural y tendencias conservadoras en el entorno geopolítico hemisférico Jorge Hernández Martínez /73 desde el punto de vista político, y con rasgos de multipolaridad en el orden económico, deinido por la globalización neoliberal. Ese es el marco general dentro del cual tiene lugar el escandaloso proceso electoral del 2000 en la sociedad norteamericana, en que se establece la Administración republicana y conservadora de George W. Bush, en que tienen lugar los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001; en que se despliega la beligerante ofensiva internacional de los Estados Unidos – -a través de su presunta lucha contra el terrorismo, del nuevo enfoque de la política exterior militarista, denominada como “guerra preventiva”, que lleva primero a la invasión en Afganistán, y después a la prolongada guerra en Irak. Con ese telón de fondo es que, además, se llevan a cabo en 2004 las elecciones presidenciales, como resultado de las cuales se mantiene a Bush en la Casa Blanca por un segundo período, con mayor turbulencia y conlicto en las relaciones internacionales. El escenario en que se desarrolla luego el proceso electoral de 2008, tiene lugar la victoria de Barack Obama y el retorno del partido demócrata a la presidencia, responde a un contexto de agotamiento de la opción conservadora y de rechazo al doble gobierno republicano anterior. La reelección de Obama en 2012 releja la esperanza que aún despertaba entonces el liderazgo de un inusual gobernante, de piel negra. Las contradicciones de la sociedad norteamericana se pusieron de maniiesto, una vez más en su historia reciente, en los resultados de las elecciones de 2016, al colocar a Donald Trump en la presidencia. Al evaluarlas en su conjunto, la imagen que resulta es la de una prolongada crisis cultural, en la que se registra, según se señalaba al inicio, una transición ideológica visible en el creciente alejamiento de la tradición política liberal y en una sostenida onda expansiva conservadora que se expresa tanto en los partidos como en las organizaciones sociales, los medios de comunicación, las instituciones académicas y en la producción intelectual, artística y literaria. Ese proceso es palpable sobre todo en el desempeño de los gobiernos republicanos que se establecen a partir de las elecciones presidenciales de 1980 hasta el presente, más su cosecha política y cultural se ha mantenido en los períodos en los que el Partido Demócrata ha ocupado la Casa Blanca. Así, la derechización que se advierte durante la doble Administración Reagan, seguida por el único mandato de Bush (padre), quien fuera su Vicepresidente, se reaviva con notoriedad maniiesta con el doble gobierno de Bush (hijo) y luego hoy con el de Trump, pero subsiste de modo latente y alora con intermitencias bajo los repetidos períodos demócratas de Clinton y Obama. A la luz del marco político y cultural que se ha expuesto es que debe realizarse el análisis del triunfo electoral de Donald Trump en las elecciones realizadas en los Estados Unidos el 8 de noviembre de 2016 y de su desempeño durante el primer año de gobierno. Ello expresa el auge del movimiento conservador, del populismo, del nativismo, la xenofobia, las corrientes de extrema derecha, como reacciones de desencanto, rechazo y ajuste de cuentas con la política de la doble Administración Obama. Esa espiral ideológica tiene su antesala a inales de los años de 1970 e inicios de los de 1980, al inaugurarse la “era de Reagan”, al arremeterse contra el liberalismo tradicional y las prácticas de gobiernos demócratas, considerados como débiles (Wilentz, 2008). Lo que resulta novedoso a mediados del segundo decenio del siglo XXI y que en buena medida explica la victoria de Trump es que se agrega el disgusto de sectores de la clase media blanca, protestante 74/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 61-79 – -afectada desde el punto de vista socioeconómico con Obama--, cuyos resentimientos se enfocaron no sólo contra el gobierno demócrata que terminaba su mandato, sino de modo especíico contra la igura presidencial en el plano personal – -un hombre de piel negra, de origen africano--, con beligerantes expresiones de racismo y xenofobia que había anticipado el Tea Party, y que Trump retoma con fuerza, añadiendo intolerancia étnica, misoginia, machismo, homofobia y sentimientos antiinmigrantes, con un discurso patriotero que decía defender a los “olvidados” (Preciado Coronado, 2017). La retórica “trumpista” promete restaurar el espíritu de la nación, fortaleciendo el rol mundial de los Estados Unidos, a través de las consignas America First y Make Great America Again, con las cuales se ha deinido su identidad ideológica durante el primer año de gobierno, reavivando los mitos del Destino Maniiesto y el Excepcionalismo Norteamericano (Lipset, 2000). Las posiciones del actual presidente apelan a una conjugación de miedo y rechazo a todo lo que supuestamente amenaza la supremacía blanca en esa sociedad, incluyendo a los latinoamericanos indocumentados, a los que promete una deportación masiva, y a los árabes, declarando una especie de cruzada contra el mundo musulmán Trump ha dejado claro quiénes son las personas de segunda categoría o non gratas en esa sociedad, atendiendo a su pertenencia étnica, condición racial, idioma que hablan, procedencia geográica, ailiación religiosa, ideología política, identidad cultural. Sobre todo, por el hecho de que rivalizan con quienes son considerados como los auténticos norteamericanos (blancos, anglosajones, trabajadores, disciplinados, individualistas, protestantes) ante áreas como el empleo, a los que les están robando el país y su cultura. La prometida expulsión de más de 12 millones de inmigrantes, por ejemplo, atrajo el voto de una población temerosa del diferente, del otro, es decir, al que se criminaliza por su origen étnico, nacional, racial. La victoria de Trump, que movilizó el voto nacionalista, de clase media y obrero blanco, refuerza a los grupos sociales y clasistas que “alertan” del presunto, manipulado, declive de la raza blanca en el país y combaten la inmigración. Así, el Ku Klux Klan, los grupos neonazis y otras voces destacadas de la derecha más radical, como la Asociación Nacional del Rile y la Sociedad John Birch, han celebrado el éxito del republicano y se sienten reconocidos en su agenda (Hernández Martínez, 2017). La sociedad norteamericana, como marco dentro del cual sucede todo eso, bajo la inluencia de la llamada Era de Reagan, vive un auge de la orientación ideológica conservadora, y el “trumpismo” – -como se le está denominando a la línea de pensamiento y acción que promueve el actual Presidente- – es una expresión de ello, que recibe legítimamente tanto las etiquetas de conservadurismo como las de extremismo derechista y de populismo. Los Estados Unidos se encuentran inmersos en un proceso de transición, en el que se mezclan elementos objetivos y subjetivos, económicos, políticos, ideológicos, que se expresan tanto a nivel interno como internacional. El proyecto de nación en torno al cual se ha troquelado el sistema desde los años de 1980 está exhausto. Uno de los problemas más serios que puede afrontar un sistema político es el del agotamiento del proyecto nacional que le sirve de fundamento sin que exista oportunamente uno alternativo para reemplazarlo. Cuando esta posibilidad ocurre, tanto el Estado y sus Una visión latinoamericana de Estados Unidos: crisis cultural y tendencias conservadoras en el entorno geopolítico hemisférico Jorge Hernández Martínez /75 aparatos como la sociedad en que aquellos se insertan comienza a funcionar a la deriva, en un cuadro dominado por la simple administración de la crisis; semejante situación produce, como primer efecto, un completo desajuste entre las tendencias de corto y largo plazo del proceso político. Esa es la situación que deine hoy a la sociedad estadounidense, y que se ha venido expresando desde comienzos del siglo. Hasta entonces, estuvo vigente el proyecto que nació con Reagan, en el decenio de 1980, como sucesor del que había estructurado la nación desde los años de 1930, establecido por Franklin D. Roosevelt. Los gobiernos de doble período, de George W. Bush y de Barack Obama, fueron incapaces de formular un nuevo proyecto nacional. Sobre esas bases, la Administración de Donald Trump se establece en un contexto de desajustes, signado por una larga e inconclusa transición en la esfera cultural, sociopolítica, ideológica (Hernández Martínez, 2017). ¿Cómo se expresa?. En la involución democrática de la sociedad norteamericana, el in del mito de los Estados Unidos como paradigma del liberalismo, la crisis de los partidos y de los políticos tradicionales, la revitalización del populismo el nativismo, la xenofobia, el conservadurismo tradicional y la derecha radical. La silueta de las tendencias que ello lleva consigo, se proyecta más allá de la coyuntura de las elecciones presidenciales de 2016, en camino hacia 2020. Como sentencio tempranamente Octavio Paz, “perplejos, entre su doble naturaleza histórica, los norteamericanos hoy no saben qué camino tomar; la disyuntiva es mortal: si escogen el destino imperial, dejarán de ser una democracia y así perderán su razón de ser como nación” (Paz, 1983: 225). Relexiones inales La transición que se despliega en los Estados Unidos comprende una prolongada crisis y hondas transformaciones en la estructura de su sociedad y economía, llevando consigo importantes mutaciones tecnológicas, socioclasistas, demográicas, con implicaciones también sensibles para las infraestructuras industriales y urbanas, los programas y servicios sociales gubernamentales, la educación, la salud, la composición étnica y el papel de la nación en el mundo. Se trata de cambios graduales y acumulados, que durante cerca de cuarenta años han venido modiicando la isonomía integral de la sociedad norteamericana. Sin embargo, a pesar de que en buena medida ha dejado de ser monocromática – -el país del white-anglosaxon-protestant (wasp)--, y se puede caliicar de multicultural multirracial y multiétnica, ello no signiica que se haya diluido o mucho menos, perdido, esa naturaleza wasp, cuya representación esencial es la de la clase media. Sin ignorar la heterogénea estructura clasista estadounidense, en la cual coexisten la gravitación de la gran burguesía monopolista, de la oligarquía inanciera, la clase obrera, los trabajadores de servicios, un amplio sector asociado al desempleo, subempleo y la marginalidad, es esa la imagen que presentan buena parte de los textos de historia, la literatura, el cine y los medios de comunicación. El desarrollo del proceso electoral de 2016 en los Estados Unidos y sus resultados puso de maniiesto con periles más acentuados la crisis que vive el país desde la década 76/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 61-79 de 1980 y que se ha hecho visible de modo sostenido, con ciertas pausas, más allá de las coyunturas electorales. La pugna política entre demócratas y republicanos, así como las divisiones ideológicas internas dentro de ambos partidos, junto a la búsqueda de un nuevo rumbo o proyecto de nación, deinió la campaña presidencial, profundizando la transición inconclusa en los patrones tradicionales que hasta la Revolución Conservadora caracterizaban el imaginario, la cultura y el mainstream político-ideológico de la sociedad norteamericana. Los procesos electorales que tienen lugar en ese país al inalizar el siglo XX y los que acontecen durante la década y media transcurrida en el XXI (las de 2004, 2008, 2012 y 2016), como en parte ya se ha aludido, han relejado una penetrante crisis que trasciende el ámbito económico, se expresa en el sistema político y además, en la cultura. En el contexto de la citada Revolución Conservadora se resquebrajó la imagen mundial que ofrecían los Estados Unidos como sociedad en la que el liberalismo se expresaba de manera ejemplar, emblemática, al ganar creciente presencia el movimiento conservador que se articuló como reacción ante las diversas crisis que se manifestaron desde mediados de la década precedente, y que respaldó la campaña presidencial de Ronald Reagan, como candidato republicano victorioso. Con ello, como ya se señaló, se evidenciaba el agotamiento del proyecto nacional que en la sociedad norteamericana se había establecido desde los tiempos del New Deal, y concluía el predominio del liberalismo. Así, el conservadurismo aparecería como una opción que, para no pocos autores, constituía una especie de sorpresa, al considerarle como una ruptura del mainstream cultural, signado por el pensamiento y la tradición política liberal. En la medida en que el país era concebido en términos de los mitos fundacionales que acompañaron la formación de la nación, y percibido como la cuna y como modelo del liberalismo, el hecho de que se registrara su quiebra era un hecho sin precedentes en la historia norteamericana. Así, la acumulación de frustraciones que desde los años de 1960 estremecieron al país, con la conjugación del auge del movimiento por los derechos civiles, el nacionalismo negro, la contracultura, el fenómeno hippie, las drogas, la canción protesta y el sentimiento antibelicista, junto al cuestionamiento de la eiciencia de los gobiernos demócratas y de las políticas liberales para proteger la fortaleza económica, política y moral del imperio, conducen a inales de la década de 1970 a la búsqueda de alternativas que pudiesen superar las sensaciones de desencanto o decepción asociadas a las debilidades atribuidas a la Administración Carter, y devolverle tanto a la opinión pública, a la sociedad civil y a los círculos gubernamentales, la habitual autoestima nacional. Las expectativas que se crearon desde los comicios de 2008 y de 2012, cuando Obama se proyectaba como candidato demócrata, esgrimiendo primero la consigna del cambio (change) y luego la de seguir adelante (go forward), formulando las promesas que en su mayoría no cumplió, son expresión de lo anterior, a partir de la frustración que provocara la falta de correspondencia entre su retórica y su real desempeño en su doble período de gobierno, junto a otros acontecimientos traumáticos que conllevaron afectaciones en la credibilidad y conianza popular, como las impactantes iltraciones de miles de documentos del Departamento de Estado a través de Wikileaks. Ese contrapunto relejaba Una visión latinoamericana de Estados Unidos: crisis cultural y tendencias conservadoras en el entorno geopolítico hemisférico Jorge Hernández Martínez /77 tanto las esperanzas como las desilusiones de una sociedad que, desde el punto de vista objetivo se ha venido alejando cada vez más del legado de la Revolución de Independencia y de ideario de los “padres fundadores”, en la medida en que valores como la democracia, la libertad, el anhelo de paz y la igualdad de oportunidades se desdibujan de manera casi constante y creciente; pero que en el orden subjetivo es moldeable, inluenciable por las coyunturas políticas, como las electorales, y sus manipulaciones. De hecho, si bien las proyecciones político-ideológicas de Obama desde sus campañas presidenciales en 2008 y 2012 sugerían un retorno liberal, en la práctica su desempeño nunca cristalizó en un renacimiento del proyecto liberal tradicional, el cual también parece estar agotado o haber perdido funcionalidad cultural. Con Obama se abrieron espacio concepciones de un conservadurismo pragmático, donde se ponían de maniiesto enfoques neoconservadores junto a otros, de una derecha moderada o centrista (Russell Mead, 2017). En la contienda presidencial de 2016 se reaviva un abanico de opciones de derecha, que incluyen las del protestantismo religioso evangélico, el populismo nativista, el nacionalismo jacksoniano, el conservadurismo tradicional, la derecha radical y tendencias fascistas, que encuentran, en su conjunto, una funcional caja de resonancia en el discurso y en la práctica de Trump. La sociedad norteamericana se halla atrapada en una crisis recurrente cuyas contradicciones en términos ideológicos y políticos colocan al sistema ante dilemas que los partidos, con sus rivalidades, no están en capacidad de enfrentar, y que no llegan a cristalizar en un nuevo consenso nacional. La relación histórica de los Estados Unidos con América Latina ha estado signada por una suerte de patrón, que si bien no ha permanecido inmutable, se reitera como una pauta recurrente. El historiador y latinoamericanista estadounidense, Lars Shoultz, airma que tres consideraciones siempre han determinado la política norteamericana hacia América Latina: primero, la presión de la política doméstica; segundo, la promoción del bienestar económico; y tercero, la protección de la seguridad (Schoultz, 1999). Esta perspectiva describe y explica muy gráicamente la tendencia que aún prevalece hoy, a mediados de la segunda década del siglo XXI. Aunque se advierten etapas y momentos de cambios, lo cierto es que en líneas generales, los criterios aludidos siguen estando presentes, marcando la proyección de los Estados Unidos hacia América Latina, hasta la presente década, de cara a 2020. En resumen, el contexto es complicado, contradictorio y cambiante. No debe perderse de vista que, además, las estructuras gubernamentales estadounidenses no conforman un actor racional uniicado, ya que los criterios del Ejecutivo, el Legislativo y los grupos de presión que les rodean no son monolíticos. Sobre la región latinoamericana han existido y existen diversas ópticas. La política estadounidense hacia América Latina, como tendencia, ha oscilado entre el pragmatismo y el principismo ideológico (Lowenthal, 2010). Queda claro que la escena actual – -coincidiendo con el in de la Administración Obama y el primer año de la e Trump- – es distinta a otros períodos, pero no deja de relejar el contrapunto aludido, que en la mayor parte de los casos, no se maniiesta cual antinomia, sino en términos de complementación y hasta de superposición. 78/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 61-79 Los ajustes observados en el discurso y la práctica política del gobierno de los Estados Unidos para la región hasta Trump, tienden a conirmar la continuidad de la política señalada por Schoultz, basada en la asimetría, la defensa de sus intereses económicos, de política interna y sus deiniciones de seguridad nacional, pero adaptados a las nuevas circunstancias y ajustados a cada caso en correspondencia con la mayor independencia de la región. Trump no es la excepción en la historia norteamericana, sino la expresión hasta ahora más perversa del imperialismo estadounidense. Su política representa una suerte de retorno, bajo nuevas condiciones, a una de las fases constitutivas de su rol imperialista, en las que se combinaron las lógicas de poder territorial y capitalista, la atracción de fuerza de trabajo, capital y empresarios europeos, pero con alta restricción a la importación d eproductos. Es decir, los Estados Unidos nunca han creído real o coherentemente, como Gran Bretaña, en el libre comercio en sentido puro, sino que como regla han conjugado medidas de libre comercio con regulaciones proteccionistas (Arrighi, 1999 y Harvey, 2003). Referencias bibliográicas ARKONADA, K. (2015). “¿Fin del ciclo progresista o relujo del cambio de época en América Latina? Siete tesis para el debate”, en Rebelión, 8 de septiembre. http:// www.rebelion.org/noticia.php?id=203029. ARRIGHI, G. (1999), El largo siglo XX, Editorial Akal, Madrid. BENJAMIN, W. (1999). Discursos interrumpidos I, Taurus Ediciones, Madrid. BORÓN, A. (2014). 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Poder popular y planes de desarrollo comunitario en Venezuela. María Pilar García-Guadilla* Resumen El objetivo del presente trabajo es evaluar la experiencia de la democracia participativa en Venezuela así como también la viabilidad de la democracia directa a nivel local a través del análisis de los Consejos Comunales y más especíicamente haciendo seguimiento al proceso de elaboración de los planes comunitarios. Se investigó si los lineamientos metodológicos del Ciclo Comunal, propuestos en la Ley Orgánica de los Consejos Comunales (LOCC) de 2009 para la elaboración de los Planes de Desarrollo comunitarios, estimulan o no la participación y la inclusión. Los resultados permitieron identiicar tanto las múltiples posibilidades que ofrecen como espacios de participación para impulsar el mejoramiento del hábitat y de las condiciones de vida comunitarias como las limitaciones y distorsiones tales como el clientelismo, la cooptación y la falta de transparencia que surgen dentro del contexto de alta polarización social y política que existe en Venezuela. La información básica proviene del trabajo de campo realizados en treinta y cuatro consejos entre 2006-2011 donde se elaboraron unos quince planes estratégicos comunales, se hicieron treinta y cuatro entrevistas semi-estructuradas a los miembros y más de quince entrevistas en profundidad a los líderes comunitarios. Recibido: 06-12-2016 / Aceptado: 11-07-2017 *Universidad Simón Bolívar. Caracas, Venezuela. E-mail: mpgarcia@usb.ve 82/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 81-102 Palabras clave: Planes comunitarios participativos; democracia directa; democracia participativa; organizaciones sociales comunitarias; consejos comunales; planiicación estratégica The experience of Participatory Democracy. Popular power and community development plans in Venezuela Abstract The objective of this paper is evaluate the experience of participatory democracy in Venezuela as well as to assess the viability of direct democracy at the local level through the analysis of the Communal Councils and more speciically, the follow-up of the elaboration of community plans. We analyzed if the methodological guidelines of the so-called · “communal cycle” proposed in the Organic Law of the Communal Councils (LOCC) of 2009 to elaborate those plans stimulate or not participation and the inclusion. The results highlight the many opportunities that Communal Councils ofer as spaces of participation to promote the improvement of the habitat and community living conditions; they also show some distortions such as patronage, co-optation and the lack of transparency that arise within the context of the high socio-political polarization that exists in Venezuela. Information come from ield-work made in thirty four councils between 2006-2011where some ifteen strategic communal plans were designed; additionally, we made thirty four semi-structured interviews to members and more than ifteen in depth interviews to community leaders. Keywords: Community plans; direct democracy; participatory democracy; social community organizations; communal councils; strategic planning La experiencia de la Democracia Participativa. Poder popular y planes de desarrollo comunitario en Venezuela. María Pilar García-Guadilla /83 La planiicación estratégica y el ciclo comunal La mayoría de los venezolanos y las venezolanas están de acuerdo con el mandato constitucional que promueve la democracia “participativa y protagónica”; sin embargo, no existe el mismo consenso con respecto a las bondades de las organizaciones sociales bolivarianas que han sido creadas para tal in. Dentro de esta divergencia, el objetivo del presente trabajo fue evaluar el alcance y las limitaciones de la experiencia de la democracia participativa en Venezuela a través del seguimiento y evaluación de los consejos comunales, los cuales paradójicamente fueron promovidos por el Presidente Chávez en el año 2006 precisamente para apuntalar la democracia participativa y ejercer la democracia directa. Ellos representan la igura organizativa más importante que existe en la actualidad en los sectores populares a juzgar por la importancia de sus objetivos y funciones, por la gran cantidad de consejos que han sido creados y por la elevada cuantía de los recursos económicos que se les ha transferido1. Los consejos comunales tienen sus adeptos y detractores dependiendo de si se resaltan las múltiples posibilidades que ofrecen como espacios de participación para impulsar el mejoramiento del hábitat y de las condiciones de vida comunitarias o si, por el contrario, se destacan las limitaciones y distorsiones tales como el clientelismo, la cooptación y la falta de transparencia que surgen dentro del contexto de alta polarización social y política que existe en Venezuela. Uno de los argumentos utilizados por los autores que deienden las bondades del modelo de planiicación participativa es la necesidad de descentralizar el poder y transferirlo a las organizaciones de base (Friedmann, 1992). Por ello, también se analizará si los lineamientos metodológicos del Ciclo Comunal, propuestos en la Ley Orgánica de los Consejos Comunales (LOCC) de 2009 para la elaboración de los Planes de Desarrollo comunitarios, estimulan o no la participación y la inclusión. El Ciclo Comunal como propuesta metodológica que intenta activar la democracia participativa y directa se comparará con el potencial de participación e inclusión que deriva de la metodología de planiicación estratégica que se viene aplicando desde hace varios años para la elaboración de los Planes Estratégicos de las organizaciones comunitarias. La planiicación estratégica, propuesta por Carlos Matus (1972, 1977) ofrece un enfoque interdisciplinario y parte de la visión del plan como un proceso político que debe tomar en cuenta las relaciones de poder y, por tanto, la dinámica de los actores que conluyen en un determinado ámbito alrededor de los problemas de la comunidad; el enfoque se actualizó con las críticas y sugerencias hechas por Poggiese (2000), y se adaptó a los ámbitos locales y micro-locales donde actúan los CC. Dado que la planiicación estratégica diiere en alguna medida de la metodología del Ciclo Comunal (LOCC, 2009), se utilizaron ambas para enriquecer el análisis sobre el alcance y los límites de la participación de los CC en la gestión comunitaria. Las preguntas que orientan este trabajo son en qué medida los CC tienen la capacidad de desarrollar prácticas democráticas, participativas e incluyentes en la elaboración del plan de desarrollo comunitario y si el contexto de aguda polarización socio-política en 1Las Comunas que fueron creadas posteriormente enfrentan serias diicultades constitucionales, territoriales, económicas y de diversa índole para su conformación y consolidación. 84/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 81-102 que estas organizaciones surgen y se desarrollan, afecta al ejercicio de la democracia participativa y a la inclusión. La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999 (CRBV) la cual fue producto de un proceso constituyente, incorporó mecanismos de democracia directa o “protagónica” y de participación en la gestión pública, los cuales abrieron el camino para la autogestión de los problemas comunitarios. La investigación realizada por el Centro Gumilla (2011) revela que estos mecanismos han sido apropiados sobre todo por los sectores populares con la esperanza de resolver los problemas locales y lograr la inclusión y equidad social. Los sectores populares identiican a la democracia participativa con los CC asociando el denominado Socialismo del Siglo XXI con participación y autogobierno; la gente también vincula al Socialismo con la atención eiciente del Estado a sus necesidades y demandas y lo relaciona con las Misiones, con los programas sociales del gobierno y con el concepto de bienestar social. La evaluación de los CC se basa en el trabajo de campo desarrollado en treinta y cuatro CC durante el periodo 2006-2011 donde se levantaron unos quince planes estratégicos comunales y se hicieron treinta y cuatro entrevistas semi-estructuradas a los miembros de los CC y quince entrevistas en profundidad a los líderes comunitarios. En la mayoría de los casos, se llevó a cabo un acompañamiento de tres a seis meses de duración a través de la Cátedra de Planiicación Estratégica, de los talleres de planiicación y de las pasantías y trabajos prácticos de grado de los estudiantes de la carrera de Urbanismo de la Universidad Simón. La ventaja de este acompañamiento desde diversos espacios docentes y de investigación es la inclusión de un mayor número de experiencias que si bien no nos permiten generalizar en términos estadísticos, sirven para identiicar una mayor diversidad de prácticas de los consejos comunales. Adicionalmente, esta evaluación se ha nutrido del extenso material hemerográico y documental existente sobre los CC y de la base de datos sobre las organizaciones sociales venezolanas del Laboratorio Interdisciplinario de Investigación en Gestión Ambiental, Urbana y Sociopolítica de la Universidad Simón Bolívar (GAUS, 2001-2011). El ámbito geográico abarca la Región Capital de Caracas con sus cinco municipios (Libertador, Chacao, Sucre, Baruta y el Hatillo); el municipio Sucre del Estado Sucre, el municipio Caroní del Estado Bolívar y los municipios Carrizal y Los Salias del Estado Miranda. Al menos nueve de los treinta consejos analizados son rurales y si bien la mayoría de ellos provienen de los sectores populares, también se han incluido cinco consejos pertenecientes a las urbanizaciones de clase media. Antecedentes de las organizaciones ciudadanas: 1961-1999 A comienzos de los años sesenta, con la inauguración de la democracia formal y principalmente representativa que siguió a la caída del dictador Pérez Giménez, se iniciaron en Venezuela algunas experiencias de participación de las comunidades en la gestión de sus problemas locales (García-Guadilla, 2005). Dada la alta inestabilidad política existente para el momento, la Constitución venezolana de 1961 sacriicó la participación a favor de La experiencia de la Democracia Participativa. Poder popular y planes de desarrollo comunitario en Venezuela. María Pilar García-Guadilla /85 la estabilidad; por esta razón, el alcance de la participación fue limitado pues la mayoría de las experiencias se desarrollaron bajo el enfoque de la integración de los marginados y muchas de las organizaciones populares terminaron siendo cooptadas por los partidos políticos de turno. Las incipientes asociaciones de vecinos de comienzos de los años setenta que actuaban principalmente en las urbanizaciones de la clase media y alta, se articularon en un movimiento ciudadano que en los ochenta logró convocar, en una especie de red informal, a los demás movimiento sociales tanto de los sectores populares como de las urbanizaciones de clase media, a través de la Federación de Asociaciones de Comunidades Urbanas (FACUR). Bajo el lema de la “profundización de la democracia”; una de las demandas de esta red fue la derogatoria de la Ley Orgánica del Régimen Municipal (LORM) sancionada en 1978 la cual tenía un carácter centralista y no daba cabida a la participación ciudadana (Gómez Calcaño, 1987; Santana, 1988). La demanda de profundizar la democracia representativa se insertó dentro del objetivo más amplio del movimiento ciudadano como lo fue la descentralización del Estado. Por tanto, los objetivos de esta red ciudadana no solo fueron la reforma de LORM para incluir la participación ciudadana, sino también la reforma de otras leyes centralizadas como la del Sufragio y la erogación de nueva legislación que estimulara la descentralización. En 1984, el presidente Jaime Lusinchi creó por decreto la Comisión para la Reforma del Estado (COPRE); sin embargo, la aprobación de la descentralización como proceso político y la erogación de leyes que la institucionalizaran, quedaron congeladas en el Congreso de la República. No fue sino hasta ines de los años ochenta y después del “Caracazo” o de las fuertes explosiones sociales contra las medidas macroeconómicas de ajuste estructural exigidas por el Fondo Monetario Internacional comúnmente conocidas como el “paquete económico” (López Maya, 1999), que frente a las graves tensiones sociales y la falta de mecanismos institucionales para canalizar los conlictos resultantes, el Presidente Carlos Andrés Pérez presionó al Congreso para que se aprobara la descentralización y se promulgaran las leyes correspondientes que abrieran el camino a la participación. Algunas de las leyes reformuladas en 1989 como la LORM y la Ley Orgánica del Sufragio otorgaron una mayor participación política a la población en la elección directa de sus representantes; otras leyes nuevas, como la Ley Orgánica de Descentralización, Delimitación y Transferencia de Competencias del Poder Público, también de 1989, transirieron competencias del ámbito nacional hacia los estados y municipios. No obstante, la participación social fue limitada pues se restringió principalmente a la información y a la consulta (García-Guadilla, 2005) La constitucionalizarían de la democracia participativa y los CC: 2000-2011 La década de los noventa se caracterizó por una aguda crisis económica y política y estuvo signada por múltiples conlictos y movilizaciones sociales. Por esta razón, a ines de la década, las distintas organizaciones y movimientos sociales conluyeron para apoyar 86/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 81-102 el Proceso Constituyente propuesto, a comienzos de 1999, por el recién inaugurado presidente Hugo Chávez y del cual salió una nueva Constitución donde la democracia participativa ocupa un rol protagónico y donde se incluyeron las demandas, principios y valores promovidos por las organizaciones y movimientos sociales. Tal como se destaca en el preámbulo de la CRBV de 1999, el objetivo de la soberanía o del “ejercicio democrático de la voluntad popular” (Art. 2), es el establecimiento de “una sociedad democrática, participativa y protagónica”. La democracia participativa se interpreta como el instrumento para lograr la transformación social cuyos valores son “la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político” (Art. 2). En esta constitución, la participación es un derecho humano y el instrumento para la transformación y el logro de la equidad y justicia social. Para ello, la Carta Magna incluyó mecanismos directos de ejercer la democracia como las asambleas ciudadanas y los referéndums derogatorio y aprobatorio, entre otros. Adicionalmente, el Art. 326 de la constitución nombra a la sociedad civil como corresponsable con el Estado en las decisiones, lo que signiica que se institucionaliza la participación de la sociedad civil en el diseño de las políticas públicas. Una vez que la participación y los principios, valores y derechos que la sustentan adquirieron rango constitucional, se crearon nuevas organizaciones sociales. De las organizaciones pre-existentes, algunas se desmovilizaron y otras, se desdibujaron al ser cooptadas por los partidos políticos de la oposición o del gobierno. Estas últimas actuaron temporalmente como organizaciones políticas y se aliaron o bien con la agenda de los partidos políticos de oposición que durante el periodo 2000-2004 promovieron salidas insurreccionales (López Maya, 2005) con el lema “Chávez, vete ya” o se mimetizaron con el gobierno y su brazo político el partido MVR y luego el PSUV, a través de los Batallones Electorales y los Comités de Defensa de la Revolución entre otras iguras (García-Guadilla, 2007, 2008). La polarización política se ha extendido a muchas de las organizaciones sociales ciudadanas las cuales han tomado partido a favor o en contra del proyecto de Socialismo del Siglo XXI que lidera el Presidente Chávez. La Constitución de 1999 también abrió la posibilidad de que la población participe en la elaboración y diseño de las políticas públicas mediante una variedad de mecanismos tales como las asambleas de ciudadanos/as, la elaboración de presupuestos participativos, los referéndums y otras formas. Con este in, el gobierno ha venido estimulando una gran variedad de organizaciones sociales que se han enfocado en diferentes objetivos: entre las más conocidas y exitosas se encuentran las Mesas Técnicas del Agua, Energía y Transporte, los Comités de Tierra Urbana y desde el 2006, los CC, los cuales han tendido a absorber la diversidad de organizaciones sociales existentes en el espacio comunitario. El Art. 2 de la Ley de los Consejos Comunales (LCC) de 2006 los deinió como “instancias de participación, articulación e integración” para ejercer la gestión de las políticas públicas y la Ley Orgánica de los Consejos Comunales (LOCC) de 2009 que substituyó a la anterior y la cual tiene como función “regular la constitución, conformación, organización y funcionamiento” (Art. 1) los deine como: La experiencia de la Democracia Participativa. Poder popular y planes de desarrollo comunitario en Venezuela. María Pilar García-Guadilla /87 “instancias de participación, articulación e integración entre los ciudadanos, ciudadanas y las diversas organizaciones comunitarias, movimientos sociales y populares, que permiten al pueblo organizado ejercer el gobierno comunitario y la gestión directa de las políticas públicas y proyectos orientados a responder a las necesidades, potencialidades y aspiraciones de las comunidades, en la construcción del nuevo modelo de sociedad socialista de igualdad, equidad y justicia social (Art. 2, LOCC 2009)”2. Los CC surgieron desde arriba hacia abajo y fueron adscritos a la Comisión Presidencial del Poder Popular que se creó con este in. Dada la relevancia que tienen en el proyecto socio-político del presidente Chávez, su activación ha traído como consecuencia que la participación popular para la gestión comunitaria haya tendido a desplazarse de las organizaciones anteriormente creadas hacia estos consejos (García-Guadilla, 2006, 2008). A pesar que su desarrollo ha sido mayor en los sectores populares, estas organizaciones también se propusieron para las urbanizaciones de clase media. El máximo organismo de deliberación y decisión es la Asamblea de Ciudadanos y Ciudadanas, la cual se deine como la instancia por excelencia “para el ejercicio del poder comunitario, la participación y el protagonismo popular; sus decisiones son de carácter vinculante para el Consejo Comunal en el marco de esta Ley” (LOCC, Art. 20). A esta asamblea le corresponde entre otras funciones, la aprobación del plan de desarrollo y de los proyectos presentados al CC, el ejercicio de la contraloría social y la toma de decisiones esenciales para la vida en comunidad, incluyendo la aprobación de las normas de convivencia. Puesto que los CC están dirigidos a que la población participe en la gestión del hábitat local, su actividad principal ha sido la formulación de proyectos que beneicien a su ámbito territorial con el in de recibir los recursos que ofrece el gobierno, más que la elaboración de planes integrales de desarrollo comunitario. En contraste con las demás organizaciones sociales ciudadanas, éstos tienen un espectro más amplio de funciones delegadas desde el poder central, algunas de las cuales se solapan con las del municipio, juntas parroquiales, consejos locales de planiicación y otras instancias del ámbito local, creándose conlictos de competencia difíciles de resolver. Con la erogación de la LOCC de 2009, se obligó a los CC constituidos entre 2006 y 2009 a “adecuarse” a la nueva normativa legal, lo que implicó diversos procesos burocráticos que en algunos casos los desactivó debido al desconocimiento de la normativa de transición por parte de los miembros que componían los comités, al hecho que muchos de estos comités estaban a punto de inalizar su mandato y requerían ser reelegidos pero desconocían los procedimientos para llevar a cabo tal “adecuación” y al mandato que esta ley le dio a los CC de construir el “modelo de sociedad socialista”, mandato que no era compartido por todos los CC. 2Debe destacarse que a diferencia de la LOCC de 2009 que orienta a los CC hacia “la construcción del nuevo modelo de sociedad socialista”, la LCC de 2006 no incluye este mandato. 88/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 81-102 Planes participativos de desarrollo comunitario: metodología del Ciclo Comunal y de Planiicación Estratégica El ejercicio de la participación sea para la elaboración del Plan de Desarrollo comunitario que señala la LOCC de 2009 o del Plan Estratégico comunal que venimos facilitando en algunos CC, supone la construcción colectiva de una visión compartida sobre el hábitat y de proyectos y planes viables que concreten tal visión: ¿pero cómo se construye una visión donde todos/as se sientan incluidos/as y como se elaboran, instrumentan y viabilizan tales planes de forma participativa?, ¿cuáles son las ventajas y limitaciones de estos CC para lograr tales objetivos?, ¿facilita la metodología del Ciclo Comunal la elaboración de planes comunitarios participativos e incluyentes?. Para responder a estas interrogantes los cuales nos permiten evaluar cuáles son las fortalezas y limitaciones de los CC como espacios de democratización e inclusión, describiremos someramente los enunciados del Ciclo Comunal que propone la LOCC de 2009 para elaborar el Plan de Desarrollo Comunitario; también se describirán las etapas para la elaboración del Plan Estratégico comunal. Puesto que la LOCC establece lineamientos generales que no excluyen la posibilidad de reinarlos mediante el uso de distintas metodologías, incluyendo la de planiicación estratégica, la evaluación del potencial que tienen estos consejos para elaborar un plan participativo, incluyente y viable políticamente se realizará mediante el análisis de la experiencia de aplicación de la metodología de planiicación estratégica. Ciclo Comunal y planes de desarrollo comunitario Una de las funciones asignadas a los CC en la LOCC de 2009 fue la de elaborar, instrumentar, evaluar y rendir cuentas sobre los planes de desarrollo del ámbito local por cuanto se les considera como instancias para “ la formulación, ejecución, control y evaluación de las políticas públicas, así como los planes y proyectos vinculados al desarrollo comunitario” (Art. 1). Estos planes y proyectos se elaboran mediante la planiicación participativa y siguiendo el denominado “Ciclo Comunal”, el cual debe responder a las necesidades de la comunidad. El Ciclo Comunal como forma de participación y gestión de los CC propone unos lineamientos o metodología, la cual fue elaborada por el Presidente Chávez y por la Asamblea Nacional, para orientar las actividades de planiicación. Dicha metodología se concreta en las siguientes cinco fases que deben verse como complementarias e interrelacionadas: 1. Elaboración del Diagnóstico donde se “caracteriza integralmente a las comunidades, se identiican las necesidades, las aspiraciones, los recursos, las potencialidades y las relaciones sociales propias de la localidad” (Art. 45 LOCC). La experiencia de la Democracia Participativa. Poder popular y planes de desarrollo comunitario en Venezuela. María Pilar García-Guadilla /89 2. Deinición del Plan donde se “determina las acciones, programas y proyectos” para dar respuesta a las necesidades identiicadas en el diagnóstico y así lograr el “bienestar integral de la comunidad” (Art. 45, LOCC, 2009). 3. Elaboración del Presupuesto el cual contempla la identiicación de “los fondos, costos y recursos inancieros y no inancieros con los que cuenta y requiere la comunidad, destinados a la ejecución de las políticas, programas y proyectos establecidos en el plan comunitario de desarrollo integral” (Art. 45, LOCC, 2009). 4. Ejecución del Plan el cual “garantiza la concreción de las políticas, programas y proyectos en espacio y tiempo establecidos en el plan comunitario de desarrollo integral, garantizando la participación activa, consciente y solidaria de la comunidad” (Art. 45, LOCC, 2009). 5. Contraloría Social la cual se deine como “la acción permanente de prevención, vigilancia, supervisión, seguimiento, control y evaluación de las fases del ciclo comunal para la concreción del plan comunitario de desarrollo Integral y en general, sobre las acciones realizadas por el consejo comunal, ejercida articuladamente por los habitantes de la comunidad, la Asamblea de Ciudadanos y Ciudadanas, las organizaciones comunitarias y la Unidad de Contraloría Social del consejo comunal” (Art. 45, LOCC, 2009). Planiicación Estratégica Si bien el proceso de elaboración del Plan Estratégico Comunal que venimos realizando con las comunidades se percibe como continuo y no lineal, por razones analíticas, lo hemos dividido en las siguientes cuatro etapas o “momentos metodológicos” de manera de facilitar el análisis sobre las limitaciones y/o distorsiones en la participación que pueden surgir en cada etapa: 1. Momento Explicativo donde se realiza el diagnóstico situacional-estratégico el cual incluye no solo el diagnóstico de los miembros del CC sobre sus necesidades colectivas sino también de todos los actores políticos, económicos, institucionales, sociales y técnicos que afectan o son afectados por los proyectos, planes o políticas que se desarrollen en dicho ámbito. Este diagnóstico situacional es muy similar al planteado en el Ciclo Comunal pero en este caso se enriquece con el diagnóstico técnico que realizan los profesionales sobre el estado y capacidad de las redes de servicios básicos y de infraestructura social, la vivienda y las áreas peatonales y vehiculares entre otros temas. 2. Deinición de la Imagen Objetivo comunitaria que orienta el Plan o Momento Normativo. Ésta etapa no aparece de forma explícita en los lineamientos del Ciclo Comunal a pesar que es una de las más importante para asegurar la inclusión y la viabilidad del Plan. 90/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 81-102 3. Momento Estratégico propiamente dicho, donde se elaboran las propuestas y planes para enfrentar los nudos críticos de los problemas y se construyen los escenarios para evaluar la viabilidad política y también técnica y económica de tales propuestas. Este momento diiere de la segunda y tercera etapas propuestas en el Ciclo Comunal donde se elabora una especie de Plan Libro. En la metodología de Planiicación Estratégica, el Plan siempre es un proceso inconcluso al que nos aproximamos en la medida que vamos resolviendo los nudos críticos de los problemas y asegurando la viabilidad no solo económica o presupuestaria como en el caso del Ciclo Comunal, sino también la viabilidad política. 4. Momento Táctico-Situacional el cual incluye la evaluación de cada etapa para ir direccionando o reorientando el Plan. Este momento de la planiicación incorpora las etapas de ejecución del plan y contraloría social especiicados en los lineamientos del Ciclo Comunal. No obstante, debido a que utiliza una perspectiva no lineal o procesual de la planiicación, la evaluación debe darse en todas las etapas o Momentos para reconducirlo y asegurar su viabilidad. La praxis del Plan Comunitario según el Ciclo Comunal y la Planiicación Estratégica El diagnóstico integral del Ciclo Comunal concuerda con el diagnóstico situacional de la planiicación estratégica en lo que respecta a la identiicación y priorización de los problemas de forma participativa. Sin embargo, este último diagnóstico es más completo puesto que debe de contener, además, un diagnóstico técnico en el caso de aquellos problemas que lo ameriten, la identiicación de las causas de los problemas y la deinición de los nudos críticos o problemas estructurales que los originan, el mapa de todos los actores (internos y externos) que se vinculan con la comunidad sea porque afectan o porque son afectados por tales problemas y la evaluación del grado de poder o recursos de cualquier tipo que tiene cada actor para apoyar o para rechazar los distintos escenarios o soluciones que se propongan en la etapa propiamente estratégica. Es justamente mediante la deinición de los nudos críticos y del mapa de actores estratégicos que la comunidad se concientiza sobre las cadenas explicativas de los problemas que la afectan, e identiica a los organismos públicos y a los otros actores responsables a los que debe dirigirse para posteriormente deinir una estrategia “viable” que permita resolver sus problemas. Según los resultados de nuestro estudio, una de las bondades de este diagnóstico participativo, el cual en ambos casos, debe ser aprobado por la Asamblea ciudadana, es el conocimiento que la comunidad adquiere sobre sí misma, sus problemas y su entorno en general, la construcción de una identidad comunitaria a través de la recolección de su historia y de su relación con la ciudad, el reconocimiento de sus derechos ciudadanos incluyendo el derecho a la inclusión en la trama urbana y en los beneicios que ofrece la ciudad, la mayor visibilidad política frente al estado al organizarse para reclamar no solo la satisfacción de las necesidades básicas sino también una mejor calidad de vida y el bienestar integral. Otro de los resultados de la participación en este proceso de diagnóstico y en las La experiencia de la Democracia Participativa. Poder popular y planes de desarrollo comunitario en Venezuela. María Pilar García-Guadilla /91 asambleas que se realizan para tal in, es el aprendizaje y el ejercicio de la democracia y de los valores asociados tales como la tolerancia y el respeto hacia las demás personas. No obstante, en el proceso de acompañamiento y facilitación de este proceso, hemos encontrado que en ocasiones pueden surgir problemas que hagan que el diagnóstico no releje las necesidades y aspiraciones de toda la comunidad. Ello se debe a las diicultades de recursos, de tiempo y, en algunos casos, topográicas, para hacer una convocatoria amplia de manera que en la Asamblea ciudadana se releje la diversidad de sectores geográicos y el amplio espectro de intereses de las familias que habitan en la comunidad. También se debe a la baja asistencia a las Asambleas lo que no necesariamente es causado por la “apatía” como señalan las instituciones gubernamentales sino debido a que las convocatorias son incompletas, se convoca preferentemente a los amigos y aines políticamente, los horarios para realizar estas actividades no son los más convenientes, algunas personas no tienen tiempo disponible pues tienen que trabajar, no cuentan con los recursos para trasladarse o, incluso, si las reuniones se hacen en las noches o los ines de semana, deben resolver en esos horarios los problemas derivados de la de escasez de servicios como la recolección del agua u otras tareas domésticas. De acuerdo con las entrevistas realizadas por el GAUS (2006-2011), muchos de los habitantes de al menos tres CC populares del municipio Baruta y dos del municipio Sucre de Caracas manifestaron no sentirse convocados o desconocer los proyectos en los que trabaja el CC: “no me enteré de la reunión” (Entrevista No. 4), “no acudí a la asamblea porque no sabía de qué iban a hablar… y a veces eso es una pérdida de tiempo” (E10), “el consejo ni convoca ni se reúne” (E28). Otro habitante del municipio Sucre de Caracas señaló: la tendencia es a “convocar a los amigos y compadres” (E12) mientras que los oponentes se abstienen de asistir a las reuniones. Según Marta Harneker (2009), asesora del gobierno en esta materia, uno de los problemas de la antigua LCC de 2006 era la representatividad de las Asambleas de Ciudadanos pues frecuentemente no existía poder de convocatoria, había apatía y se desconocían las convocatorias” (págs. 28-29). Se suponía que la LOCC de 2009 resolvería el problema pero como discutiremos más adelante, más bien los ha agudizado. Por otro lado, el hecho que las decisiones de la Asamblea sean vinculantes para toda la comunidad a pesar que frecuentemente se instalan con el mínimo del 20% exigido por la ley3, hace que tales decisiones puedan quedarse sin el necesario apoyo y seguimiento a la hora de ejecutarlas o de pedir la rendición de cuentas. El entusiasmo y la expectativa que en sus inicios genera la creación de un nuevo CC, atrae suiciente población para constituir fácilmente la Asamblea, requisito legal indispensable. No obstante, una vez constituido el CC, las decisiones tienden a dejarse a los miembros más activos de los comités quienes deben asumir todas las tareas y responsabilidades. De la misma forma, en las distintas etapas de elaboración del Plan, la asistencia asamblearia dependerá de si existen recursos o no del gobierno lo cual diiculta 3La LOCC requiere el 30% de los censados en primera convocatoria y el 20 % en segunda convocatoria. El tamaño de los CC se deine según sea rural, urbano o indígena. 92/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 81-102 la posibilidad de concentrar las acciones en esta tarea y elaborar un plan incluyente que vaya más allá de una suma de proyectos puntuales y/o individuales. Cuando los recursos esperados no llegan, estas instancias tienden a desmovilizarse y entran en hibernación quedando a cargo de una o dos personas que se autodenominan “líderes y representantes” frente a la apatía de la comunidad. Algunas diicultades para concentrarse en el Plan se deben a la falta de sincronización entre los tiempos del gobierno, la comunidad y la planiicación. Los tiempos del gobierno responden a la coyuntura política y los de la comunidad, sobre todo los sectores populares, son también de corto plazo pues sus demandas básicas requieren ser satisfechas de manera inmediata; por esta razón, la participación es espasmódica. Por el contrario, la planiicación estratégica actúa en la coyuntura pero requiere tomar en cuenta las incertidumbres del mediano y largo plazo y sobre todo, requiere de la continuidad de la participación. Por ejemplo, una de las prácticas del gobierno central y/o de las demás instancias que otorgan los recursos tales como las alcaldías y las gobernaciones, es la de informar sin previo aviso que se trasladarán recursos en plazos muy cortos, los cuales deben ser ejecutados casi de inmediato, sea por razones electorales o porque inaliza el año iscal o por otra razón En estos casos, el CC en vez de seguir las metodologías participativas y elaborar un diagnóstico integral que enmarque el Plan Estratégico y oriente las prioridades, convoca rápidamente a la comunidad para gastar los recursos en las necesidades más apremiantes. En esas circunstancias, se tiende a imponer la lógica clientelar ya que muchas de las personas asistentes hacen peticiones de carácter individual (pintar la fachada de la casa o arreglar el piso, paredes o techo), las cuales resultan más fácil de satisfacer de inmediato sin la necesidad de un diagnóstico integral y menos, aun, de un Plan de Desarrollo. Es preciso destacar que la falta de un diagnóstico integral participativo puede ocasionar conlictos intracomunitarios los cuales podrían resolverse si hubiera una mayor convocatoria y se dispusiera de más tiempo para tomar las decisiones asamblearias. Por ejemplo, en uno de los CC rurales del municipio Baruta, la Asamblea ciudadana identiicó como uno de los principales problemas de la comunidad, la falta de agua y decidió aprobar el proyecto de instalación de una tubería en el sector más bajo y accesible de la comunidad de manera que cada familia pudiera surtirse individualmente. La instalación de ésta originó tensiones y conlictos con el sector que vivía más arriba el cual tampoco tenía agua pues la disponibilidad de este preciado líquido se redujo en los surtideros públicos de ese sector. El problema se debió que la población del sector más alto no se sintió suicientemente convocada y no participó en la Asamblea, por lo tanto sus necesidades no se vieron relejadas; tampoco se hizo un diagnóstico integral que incluyera la capacidad de las redes de agua para surtir a ambos sectores lo que hubiera llevado a una propuesta de ampliación de la red para lograr una distribución más equitativa, y todo ello, hubiera llevado a la necesidad de elaborar el Plan. De acuerdo con la metodología de Planiicación Estratégica, una vez deinidas las causas estructurales y coyunturales de los nudos críticos de los problemas identiicados en el diagnóstico situacional-estratégico, la comunidad debe construir la imagen compartida de futuro hacia la cual se orienta el Plan. Esta imagen-objetivo tiene un carácter transformador La experiencia de la Democracia Participativa. Poder popular y planes de desarrollo comunitario en Venezuela. María Pilar García-Guadilla /93 y debe ser suicientemente general de manera de incluir los valores, visiones, identidades y expectativas alrededor de los cuales se pueda concertar el consenso comunitario. Hemos encontrado que la deinición de la imagen objetivo o del futuro de la comunidad como eje de orientación de los planes, consolida e institucionaliza la identidad de problemas, historia, geografía, marcos de relación con la ciudad entre otras características compartidas, las cuales se deinen en el diagnóstico. Dicha imagen debe elaborarse mediante mecanismos democráticos como lo son las mesas de trabajo, los talleres y otras formas participativas y debe ser aprobada por la Asamblea ciudadana. Una de las limitaciones es que esta etapa no se explicita en los lineamientos del Ciclo Comunal aunque sería muy útil incorporarla para reorientar el enfoque de Plan Libro hacia un enfoque por procesos. En ocasiones existen diicultades para que la comunidad se ponga de acuerdo alrededor de una imagen objetivo suicientemente general para ser compartida por todos/as. La experiencia con los CC muestra que enunciados u objetivos como “mejorar la calidad de vida o el bienestar integral” son fácilmente aceptados por toda la comunidad y han servido para identiicarse y sobre todo, para sentirse incluidos en tal “sueño, visión o utopía”. No ocurre lo mismo con enunciados u objetivos discursivos “como el Socialismo”, los cuales tienden a dividir y excluir a grupos de la comunidad. En la evaluación que hiciera Harneker (2009) a propósito de la modiicación de la LCC de 2006, se señala que podía darse la exclusión de aquellos CC que “no comparten las mismas ideas o no siguen a los mismos liderazgos” (págs. 28-29). Sin embargo, la LOCC de 2009 no resolvió este problema puesto que el norte propuesto es la “construcción del socialismo” cuyo objetivo no necesariamente es compartido por toda la comunidad. El Socialismo y más concretamente, el Socialismo del Siglo XXI, propuesto por el Presidente Chávez, parece ser un signiicante vacío que se traduce de múltiples formas; en ocasiones, los CC de la clase media lo interpretan como “comunismo” cualquiera sea la imagen que tienen sobre este concepto y en algunos CC de los sectores populares localizados en los municipios donde ganó la oposición, el concepto de Socialismo ha creado fricciones políticas entre la comunidad. La LOCC de 2009 asignó a los CC la tarea de construir “el nuevo modelo de sociedad socialista” (Art. 2) destacando que los planes y proyectos comunales deben seguir la línea del Primer Plan Socialista (Art. 4) e introduciendo, de este modo, un referente ajeno a la comunidad y deinido desde arriba para elaborar los lineamientos del Plan de Desarrollo. Este mandato abre la posibilidad de que aquellas organizaciones sociales ciudadanas que no comparten este Plan Socialista, se autoexcluyan como ha sido el caso de algunos CC de clase media, o bien sean excluidos en el proceso de registro obligatorio ante el Ministerio del Poder Popular con competencia en participación, como es el caso de algunos CC que no aceptaron registrarse en el PSUV. Las organizaciones ciudadanas de las urbanizaciones de clase media localizadas en las Alcaldías gobernadas por la oposición política, funcionan formalmente como CC y bajo la vieja igura organizativa de asociaciones de vecinos. La clase media ha tenido poco éxito como CC con el gobierno central puesto que éste se ha volcado en las comunidades populares; por ello, en ocasiones ha recurrido a la igura organizativa de las asociaciones de vecinos, la cual tiene todavía vigencia legal, como mecanismo de interlocución con las 94/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 81-102 autoridades locales o las Alcaldías de la oposición. Sin embargo, la Alcaldía no tiene la facultad de transferir recursos económicos a las asociaciones de vecinos ni a los CC de forma directa pero puede hacerlo a través del presupuesto participativo; por esta razón se ha desarrollado una “doble membrecía” en los municipios gobernados por la oposición política dado que se tiende a utilizar las dos iguras organizativas, asociación de vecinos y CC, dependiendo de la instancia donde se desea dirigir sus demandas. No obstante, los sectores populares donde las asociaciones de vecinos como igura jurídica no fueron tan activas en el pasado y donde muchas juntas vecinales (igura substitutiva de las asociaciones de vecinos) fueron cooptadas partidariamente, no han podido desplegar esta dualidad y han debido mantenerse como CC y enfrentar con mayor fuerza las prácticas de exclusión. Se ha observado que la LOCC de 2009 también ha abierto la posibilidad en algunos casos de negar la “adecuación” obligatoria a esta ley, lo que implica prácticamente un nuevo registro, a aquellos CC creados antes de 2009 que no sean aines ideológicamente con el proyecto de Socialismo del gobierno. En ocasiones, los CC de la oposición no recibieron respuesta por parte de las instancias gubernamentales pertinentes acerca de su solicitud de “adecuación” o su solicitud fue rechazada, lo que signiica su exclusión de la distribución de los recursos que otorga el Estado: “no nos dieron respuesta” (E23), “me respondieron que me faltan requisitos” (E29) a pesar que según los propios consejos, entregaron todos los requisitos solicitados. En otros casos, la aprobación se supedita a la inscripción partidaria en el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV); tal como lo expresara una lideresa del CC de La Mata en el Municipio Baruta: “fui a hacer el papeleo para lo del CC y me dijeron que tenía primero que inscribirme en el PSUV” (E21). Según otro de los entrevistados, el gobierno excluye a los CC “siguiendo criterios de conveniencia política” (E12). La organización de derechos humanos PROVEA destacó en su Informe Anual 2010 la existencia de: “…un número importante de denuncias y casos en que hubo negaciones tanto de adecuaciones como de registros a nuevos CC por motivaciones políticoideológicas. La Ley, al establecer la construcción del socialismo, da carta blanca para que se creen métodos de exclusión en detrimento de las comunidades y en violación lagrante de la CRBV” (p. 376). Finalmente, la deinición de la imagen-objetivo también puede estar afectada por las diferencias sociales y políticas. Hemos observado que si bien los CC tienden a ser homogéneos en términos de clase social, existen algunos como el de la Pastora en el Municipio Libertador, donde además de las diferencias de clase social, existen diferencias políticas lo que diiculta aún más el logro del consenso. La metodología de planiicación estratégica no solo toma en cuenta la disponibilidad de recursos económicos o “viabilidad económica” para poder implementar el Plan sino que además evalúa su viabilidad política para que éste no se quede en letra muerta no solo por falta de recursos económicos sino también porque falta el consenso necesario sobre el Plan; en contraste, el Ciclo Comunal toma en cuenta la viabilidad económica al La experiencia de la Democracia Participativa. Poder popular y planes de desarrollo comunitario en Venezuela. María Pilar García-Guadilla /95 destacar la necesidad de determinar los recursos económicos que requerirá el Plan pero no la viabilidad política. Otra diferencia entre ambas es que en la planiicación estratégica, las estrategias del Plan van dirigidas a resolver los nudos críticos de manera de atacar las causas “estructurales de los problemas” y abrirle “viabilidad” mientras que en el Ciclo Comunal no existe esta etapa pues se elabora lo que se denomina un Plan “Normativo” o el “Plan Libro”. Finalmente, la planiicación estratégica incorpora el análisis de viabilidad en todo el proceso de planiicación incluyendo la ejecución y evaluación de forma de redireccionar el plan en caso de ser necesario, mientras que, tal como lo hemos señalado, la metodología del Ciclo Comunal no lo contempla. El momento estratégico es uno de los más afectados por la polarización política pues cuanto más distante ideológicamente se deina el CC con respecto al gobierno, mayores serán las diicultades para asegurar los recursos y la viabilidad política del Plan. Por otro lado, la “conveniencia política” (E12) puede llevar al gobierno a pasar por encima de las decisiones y prioridades de la comunidad inanciando los proyectos más visibles y “que dan más votos” (E7) y no necesariamente los que la comunidad considera como más importantes. Esta práctica puede dividir a la comunidad y hace inviable el Plan y las propuestas comunitarias. Al respecto, algunos de los voceros y voceras de los CC entrevistados señalaron lo siguiente: “…el gobierno o el PSUV quieren imponer sus prioridades dependiendo de cuales proyectos le dan más votos” (E7). Según otro vocero comunal, para que se inancie un proyecto que haya aprobado la comunidad, éste debe generar interés en las “personalidades de la administración pública donde se presente, de lo contrario, lo bloquean” (E12). Finalmente, para que un proyecto obtenga inanciamiento debe existir una relación de ainidad político entre la comunidad que lo propone, “o al menos un miembro de la comunidad, y la instancia administrativa que otorga los recursos” (E1). Dadas las múltiples necesidades que tienen los CC de los sectores populares, éstos rara vez rechazan un proyecto donde se ofrece inanciamiento aunque los recursos se destinen a proyectos que no se han priorizado. El análisis de viabilidad también incluye la predicción de incertidumbres que pueden afectar la viabilidad de los planes propuestos. Por ejemplo, las elecciones de 2008 donde se eligieron autoridades locales y estadales trajeron cambios en la orientación política en algunas alcaldías y gobernaciones observándose que en aquellas donde hubo cambios políticos y, sobre todo, en las que la oposición desplazó al gobierno, los CC, que con frecuencia son heterogéneos políticamente, sufrieron una paralización estratégica debido a la confusión sobre quién era el interlocutor legítimo a dirigirse para solicitar los recursos. Después de estas elecciones, los CC dudaron acerca de si debían continuar dirigiéndose a las alcaldías y gobernaciones que cambiaron de orientación política y ahora eran opuestas al gobierno, pues tenían miedo que si lo hacían, no podrían recibir recursos del gobierno central. Por ejemplo en el Municipio Sucre de Caracas donde ganó un candidato de oposición, algunos CC manifestaron: “no sabemos qué hacer pues tenemos proyectos inanciados por la alcaldía anterior” (E10); cuando se les preguntó hacia dónde dirigirían la petición de inanciamiento de proyectos, dudaron pues pensaban que no se podrían dirigir al gobierno central si lo hacían hacia las alcaldías ya que la decisión que tomaran implicaba que “había un compromiso ideológico” (E19). 96/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 81-102 Otro hecho a destacar una vez que se implementó la LOCC de 2009, fue la disminución de la transferencia de recursos por parte del gobierno hacia los CC no afectos políticamente que estaban localizados en los municipios de oposición; contrariamente, los consejos aines al gobierno que también estaban localizados en los municipios de oposición recibieron más recursos que su contraparte. En este último caso, el gobierno a través de su brazo político, el PSUV desplegó con más fuerza sus redes clientelares en un intento por cooptar a los consejos y movilizarlos políticamente contra el poder local municipal. Sin embargo, muchos de los CC sin una ainidad política clara de la parroquia Petare del municipio Sucre de Caracas. donde tal como se señaló ganó un alcalde de la oposición en las elecciones de 2008, continuaron vinculándose con el municipio por lo que el gobierno central se orientó hacia otras organizaciones de la comunidad aines políticamente e incluso creó organizaciones paralelas tales como los Comités de Batalla Social a las cuales dirigió preferentemente los recursos económicos. Una diferencia notable de los CC con las demás organizaciones sociales bolivarianas es la transferencia por parte del gobierno de los recursos económicos para llevar a cabo sus planes y proyectos así como también la ejecución directa de tales recursos. Según las experiencias analizadas, estas transferencias se vinculan en algunos casos con la aparición de nexos clientelares con el gobierno y su brazo político, el PSUV, con el surgimiento de prácticas de corrupción y con la falta de autonomía de algunas organizaciones (Álvarez y García Guadilla, 2011; García-Guadilla, 2008). El ejercicio de la contraloría social como práctica de participación ciudadana ocupa un lugar destacado tanto en el Ciclo Comunal como en la planiicación estratégica quizás porque los recursos transferidos son cuantiosos4. No obstante, en la planiicación estratégica se contempla la posibilidad de reorientar o re-direccionar el plan para garantizar su viabilidad. Tal contraloría exige de una normativa legal clara que permita la rendición de cuentas. También requiere de la existencia de programas de formación y capacitación de los voceros/as encargados/as de ejercer tales funciones. La LOCC de 2009 estableció una normativa más clara que la existente en la LCC de 2006 en lo que reiere al ejercicio de la contraloría social al interior de los CC pero no es suiciente para garantizar la transparencia debido a que se limita al ámbito de la propia comunidad y no existe una contraloría externa o iscal. Por otro lado, el lujo de información que los miembros del consejo encargados de la función contralora, transieren al resto de la comunidad es muy reducido y en ocasiones, inexistente, lo que diiculta la participación de los demás miembros en esta etapa y explica la permisividad con algunas prácticas de corrupción encontradas en los CC. Tal como lo destacó un miembro de un CC del Municipio Libertador “aquí hay mucha podredumbre porque los encargados de los dineros se prestan y se dan el vuelto” (E 6), un dicho popular para referirse a que no le rinden cuentas a nadie. 4La cuantía de los recursos transferidos a los CC puede incluso ser superior a los presupuestos de las alcaldías. Según la Memoria y Cuenta de la Vicepresidencia de la República, en el año 2010, los CC recibieron del Estado 2,3 millardos de bolívares mientras que las alcaldías solo obtuvieron 2,1 millardos (Jaua, 2010). La experiencia de la Democracia Participativa. Poder popular y planes de desarrollo comunitario en Venezuela. María Pilar García-Guadilla /97 Con respecto a la formación y capacitación, la cual resulta imprescindible para ejercer la función de contraloría social, se ha encontrado que falta experticia y “conocimiento técnico” (E8) por parte de los CC para ejercer una auditoria social bien sea de las funciones o de los recursos asignados.Tal como lo señaló el Contralor General de la República: “Diariamente observamos las serias debilidades en la administración y manejo de los recursos públicos por parte de comunidades organizadas, especialmente en los consejos comunales, a los cuales no se les suministró oportunamente la información y capacitación necesarias para realizar con eicacia y eiciencia el manejo de tales recursos, así como las debilidades de la propia Administración para llevar el control de los mismos” (CGR, 2008: VII). Algunas consideraciones inales sobre la democracia, la inclusión y las metodologías participativas La participación, tal como se desprende de la Constitución de 1999, del discurso presidencial y de la conformación de los principales espacios organizativos promovidos por el gobierno, constituye la piedra angular de la democracia participativa en Venezuela. Una de las diicultades es como concretar tal participación puesto que su éxito no puede medirse solamente a partir del gran número de organizaciones sociales que han sido estimulados por el Presidente Chávez en el ámbito local y micro-local, sino que hay que evaluarlo en sus múltiples facetas: la democratización, la inclusión, la autonomía. Un primer interrogante que surge es si las limitaciones encontradas en los CC para elaborar planes comunitarios incluyentes y participativos, están vinculadas con su estructura y funciones, derivan de la metodología utilizada, o sus causas deben buscarse fuera de éstos aspectos. Uno de los mayores aciertos de los CC es que son la voz de los que no tenían voz. Hasta el momento, sin embargo, se trata, de una voz limitada a la denuncia de los problemas básicos y de sobrevivencia y, en algunos casos, a la satisfacción de necesidades puntuales, sin que tal voz trascienda más allá del entorno limitado en que actúan los consejos. Es necesario potenciar esta voz de la comunidad a través de la articulación de estas instancias con los niveles local, estadal y nacional para incorporar los CC al proceso de decisión donde existe poder, como lo es “el proceso de deinición de las políticas públicas”. Para ello, se requiere en primer lugar, que los CC se aboquen a la elaboración de un Plan Estratégico de Desarrollo Comunal que contribuya a integrar a la comunidad alrededor de una imagenobjetivo fundamentada en la deinición de su identidad colectiva, en vez de quedarse en la deinición de proyectos puntuales y muchas veces, de carácter individual. A través del seguimiento a los CC y utilizando la metodología estratégica, hemos encontrado las siguientes limitaciones para llevar a cabo el Plan de Desarrollo comunitario según la metodología del Ciclo Comunal: diagnósticos incompletos que no representan la problemática de toda la comunidad, diicultades de tiempo y capacitación por parte de los y las integrantes del CC para participar más allá de la constitución asamblearia del CC o del diagnóstico comunitario, la no incorporación de la imagen-objetivo de la comunidad ni 98/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 81-102 del análisis de viabilidad política en los lineamientos del Ciclo Comunal, el hecho que no está contemplado el acompañamiento técnico en algunas etapas de la planiicación que así lo requieren como lo son la ejecución y direccionamiento del Plan, la falta de capacitación técnica para participar en algunas etapas del Ciclo Comunal como la contraloría social de los proyectos y de los recursos económicos asignados, la falta transparencia en la gestión y la corrupción debido a los deicientes mecanismos legales de contraloría social entre otros factores, el potencial de cooptación partidaria a través del inanciamiento, y las posibilidades de exclusión debido a la polarización política. Dado que la participación se restringe en muchos casos a la dotación de los servicios básicos y al mejoramiento del hábitat puesto que los recursos otorgados por el gobierno a los CC se han destinado a resolver necesidades básicas, la participación implícita resulta muy limitada; se estimula a participar en la deinición y satisfacción de los problemas de servicios básicos y sociales los cuales implican derechos sociales constitucionales cuya satisfacción no puede delegarse exclusivamente a la participación porque le corresponde al Estado resolverlos de la manera más eiciente e incluyente. Si bien este tipo de participación no es suiciente para concretar la democracia participativa, la misma no es desdeñable porque constituye una experiencia de ciudadanía y un aprendizaje de los derechos constitucionales y de los mecanismos de la democracia y, sobre todo, sirve para reforzar el tejido social popular y reconstruir a “la comunidad” como un sujeto colectivo alrededor del cual se elabora la identidad ciudadana. Sin embargo, la participación no debe constituir una carga más para la población de los sectores populares ni percibirse como obligatoria: asistir a una asamblea del CC puede signiicar una obligación porque se pasan listas y si no se está presente, se puede quedar excluido/a de las prebendas clientelares e individuales que en ocasiones se ofrecen como parte de tal participación. La participación tampoco puede plantearse como generadora de beneicios e incluir solo a los que pueden o quieren participar, pues se trataría de una participación excluyente. Además, debe dar la posibilidad de que aquellos que no desean participar, independientemente de sus razones, no sean sancionados ni se les excluya de los recursos y beneicios que se distribuyen. Tal como se ha señalado, la obligatoriedad de la participación como requisito para otorgar fondos a las organizaciones comunitarias, pudiera traer como consecuencia la exclusión de algunos grupos, o de comunidades enteras, por parte del gobierno; sobre todo, si además se condiciona la transferencia de los recursos económicos a la adopción de determinados postulados partidarios. Si para tener acceso al agua potable, a las escaleras comunitarias, al servicio de aseo urbano y a la seguridad entre otros, debe hacerse cabildeo partidario, entonces la participación se desnaturaliza y se convierte en herramienta para justiicar la exclusión a través de las prácticas clientelares del gobierno. Por ejemplo, con motivo de las elecciones de 2008 para alcaldes, gobernadores y representantes locales y estadales, los recursos económicos del gobierno fueron distribuidos con criterio netamente clientelar en un intento por afectar la decisión de los votantes; en ocasiones, incluso, se utilizaron para resolver problemas netamente individuales. La facultad que tiene el Ministerio del Poder Popular para las Comunas y Protección Social (MPPCPS) de aprobar o rechazar el registro del consejo comunal para otorgarle La experiencia de la Democracia Participativa. Poder popular y planes de desarrollo comunitario en Venezuela. María Pilar García-Guadilla /99 personalidad jurídica de acuerdo con el artículo 17 de la LOCC, crea una discrecionalidad que tiende a reforzar la exclusión y cooptación y limita la autonomía que deben tener estas organizaciones sociales para promover la democracia participativa. Una condición para que el CC se haga sentir como un sujeto que incluye a todos y todas la voces de la población y transcienda a las esferas del poder es que la misma no sea cooptada por instancias partidarias o por el gobierno pues en estos casos, sus objetivos se desvirtúan y su carácter como organización se desdibuja, aunque sea temporalmente. Se ha encontrado que cuanto mas incluyentes sean los CC, mayores las diicultades para la cooptación partidaria de cualquier signo. El grado de diversidad y pluralismo social y político que tienen los CC es otra de las variables que se vincula inversamente con la cooptación partidaria. La participación en los CC no sigue los lineamientos ni de la democracia representativa ni de la participativa pues en la LOCC no existe tal representatividad e independientemente que se cumpla con el porcentaje legal para constituir las asambleas del 30% en primera convocatoria o del 20% en la segunda, dicha participación resulta bastante limitada no solo cuantitativamente hablando, sino también a lo largo de las distintas etapas del Plan. La Asamblea ciudadana del CC prácticamente se desactiva con el otorgamiento de los recursos y su ejecución queda en manos de un reducido número de “líderes y/o voceros o voceras”, quienes se reúnen informalmente pero rara vez convocan a la Asamblea para hacer el seguimiento del plan o de los proyectos, menos aún, para rendir cuentas a la comunidad de los recursos obtenidos. Por lo general, la participación en el CC no va más allá de la etapa de diagnóstico y de la deinición de proyectos puntuales y, en algunos casos, de la ejecución de aquellos proyectos que reciben inanciamiento. Ello signiica que tal como están concebidos, los CC tienen severas limitaciones para cumplir con el objetivo de desarrollar un Plan Estratégico comunitario; además, la metodología propuesta en la LOCC de 2009 resulta insuiciente pues no concibe el Plan como un proceso estratégico. El problema metodológico es de menor importancia pues cabe la posibilidad de utilizar otras metodologías más efectivas como lo son la de planiicación estratégica; su aplicación, sin embargo, requiere de un acompañamiento técnico lo cual no está contemplado. La participación asamblearia donde una minoría numérica puede tomar decisiones vinculantes no solo para los que no asisten sino también para todo el ámbito geográico en que actúa el CC, contradice los principios de la democracia participativa y niega la esencia de la democracia representativa. Aquellas decisiones del CC donde están involucrados una multiplicidad de actores, deben tomarse, además, por la vía de la democracia representativa para poder incorporar los intereses de todos los ciudadanos, independientemente de si forman parte o no del CC, o de si asisten o no a las asambleas. Adicionalmente, debe considerarse que la participación frecuentemente involucra problemas técnicos que no pueden resolverse solamente con acuerdos asamblearios. Por ejemplo, los problemas de infraestructura, servicios básicos, vivienda y ordenamiento del hábitat entre otros, deben resolverse optimizando los recursos que son escasos y mediante mecanismos técnicos que garanticen su calidad y la inclusión de todas las personas que conviven en la comunidad. Por otro lado, la eiciencia entendida como la optimización de los recursos económicos 100/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 81-102 escasos que reciben los CC, se vincula directamente con la capacitación técnica y legal a estas instancias y con el acompañamiento técnico – profesional en aquellas etapas que por su complejidad o nivel de especialización, así lo requieran Cuanto más distante políticamente se deina el CC con respecto al gobierno, mayores serán las diicultades para lograr consensos y obtener los recursos necesarios para llevar a cabo el Plan. Adicionalmente, cuanto más heterogéneos social y políticamente sea un CC, mayores las diicultades para lograr el consenso necesario para deinir la imagen objetivo y poder pasar a las otras etapas del Plan. Por ello, es imprescindible el análisis de viabilidad política del Plan pues su deinición y ejecución están afectadas por la aguda polarización socio-política: hemos encontrado que el consenso alrededor del diagnóstico y el éxito en la obtención de los recursos para la ejecución de los proyectos tácticos del Plan dependen en gran medida de la homogeneidad política al interior del CC y de la ainidad que éste o uno/a de sus miembros tenga con el gobierno así como también de su capacidad para activar el aparato administrativo público que se requiere para ceder los recursos. La forma de enfrentar esta limitación no es solo reforzando la contraloría social interna como lo hizo la LOCC de 2009 pues ello no ha resultado suiciente; tampoco creando una contraloría social externa, la cual prácticamente no existe y se requiere con urgencia de mantenerse el marco legal actual, pues el manejo de los recursos económicos que otorga el gobierno por parte de unos pocos miembros de la comunidad tiene un potencial de cooptación, además de crear desconianza y estimular la corrupción. Si se desea atacar estas diicultades, se requiere de una revisión legal en lo que respecta al otorgamiento directo de los recursos económicos que recibe el CC: este cambio implica la transferencia de la competencia de ejecutar los recursos, que según la ley les corresponde a los CC, hacia organismos técnicos ajenos a éstos. El ejercicio de la contraloría social y la exigencia a los organismos gubernamentales que ejecutan los recursos comunitarios para que rindan cuentas en Asamblea de ciudadanos/as, representa una práctica participativa-democrática que está imbuida de tanto o más poder que la simple ejecución de los recursos económicos. Este cambio el cual implica una modiicación de la ley, reduciría las posibilidades de cooptación partidaria y contribuiría a aumentar la conianza intracomunitaria y sobre todo, la autonomía. Si se comparan los CC con otras iguras sociales organizativas bolivarianas que tienen funciones similares y que no reciben inanciamiento directo como es el caso de los Comités de Tierra Urbana (CTU), se observa que éstos mantienen un mayor grado de autonomía (García-Guadilla 2007). Es preciso destacar que hasta el momento, los CTU representan el tipo de organización más autónoma y exitosa en lo que respecta a la participación comunitaria lo cual se debe, en parte, a su rechazo al inanciamiento gubernamental. Adicionalmente, una participación no cooptada es imprescindible para asegurar la transparencia de la gestión de los CC. La inclusión es un rasgo inherente a los CC que responde al espacio geográico que se comparte, a las carencias y condición de marginalidad con respecto a la ciudad y los derechos de ciudadanía, y a la identidad común que se construye con relación al hábitat. Por tanto, las prácticas de autoexclusión y exclusión no responden a la dinámica interna de los CC sino que son consecuencia por un lado de la LOCC de 2009 que tiende a La experiencia de la Democracia Participativa. Poder popular y planes de desarrollo comunitario en Venezuela. María Pilar García-Guadilla /101 promoverlas y, por otro, de la cooptación partidaria. Una forma de resolver esta limitación sería volviendo a la deinición del CC según la LCC de 2006 la cual no hace referencia a “la construcción del nuevo modelo de sociedad socialista” y por ello resulta más incluyente; también eliminando tal referencia en el Art. 2 de la LOCC de 2009. Los resultados de este estudio muestran que la participación en Venezuela se viene utilizando con dos resultados distintos: la inclusión que permite simbólicamente empoderar a la población más desfavorecida dándole visibilidad, recursos económicos y promoviendo y valorizando su identidad a través de organizaciones sociales tales como los CC y la exclusión resultante de la subordinación de estas organizaciones a intereses partidarios sobre todo en periodos electorales y de crisis política. Una democracia participativa así esté legitimada en la constitución y sea el leif-motiv de los discursos gubernamentales, no garantiza ni la participación ni la inclusión ni, en última instancia, la propia democracia participativa pues puede ser profundamente excluyente y antidemocrática. La diferencia encontrada entre el deber ser de los CC cuyo objetivo es estimular la participación y la inclusión, y su praxis, indica que los problemas de la democracia y de la participación no se resuelven solamente otorgando poder constitucional y recursos económicos a las organizaciones sociales para que participen en la deinición de sus problemas y los resuelvan; máxime si el resultado, voluntario o involuntario, es la pérdida de autonomía y las prácticas de exclusión. Si bien el estado puede promover la participación, debe tener cuidado de no cooptar a las organizaciones sea a través del control de su registro o del posible inanciamiento; una organización sin autonomía, difícilmente puede ser democrática ya que responderá en primer lugar a los intereses del gobierno o del partido gobernante y no a los intereses de la comunidad o a la identidad de la organización. Además de fortalecer los CC estimulando su autonomía, se deben atender las causas que diicultan la realización de un Plan Comunitario incluyente dentro de un contexto de polarización política y reinar las metodologías participativas para superar tales limitaciones y lograr los objetivos propuestos. Bibliografía Álvarez, R. y García-Guadilla, MP. (2011). “Contraloría Social y clientelismo: la praxis de los Consejos Comunales en Venezuela”. Trabajo presentado al XI Simposio Nacional de Ciencia Política. Universidad Simón Bolívar. Caracas. Asamblea Nacional de Venezuela (2009). 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En esta I parte se enfocan los problemas teóricos derivados de la invisibilidad de la idea de abundancia per se en Venezuela. Palabras clave: Abundancia; dependencia; alimentaria; seguridad humana. seguridad Recibido: 21-10-2016 / Aceptado: 05-12-2017 * Universidad Laica “Eloy Alfaro” de Manabi. Manta, Ecuador. 106/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 105-123 The Curse of abundance: the problems of economic absorption as a factor of the low performance of the Venezuelan economy. (I part) Abstract We propose a theoretical-philosophical refocus to evaluate the performance of the economy in light of the problems of abundance. The evidence comes from the available data on Venezuelan food security, public spending and economic absorption during Chavismo. In terms of policy evaluation, we concluded that unbridled abundance and the invisibility of this problem since the 70s, is a determining factor in the low performance of the indicators. In ethical-philosophical terms, we conclude on the need for a new democratic hermeneutics that relieves the inherent threats of the abundance per se in society. In this part I, we focused the theoretical problems derived from the invisibility of the idea of abundance per se in Venezuela. Keywords: Abundance; dependence; food security; human security. La mayoría de los economistas que conozco tienen poco tiempo para la Filosofía de la Economía como disciplina intelectual (...) Por ejemplo, es una crítica común de la economía moderna expresada por aquellos que se sienten incómodos con ella, que el tema se vuelve cada vez más matemático, de hecho, que la brecha entre los modelos económicos y la “realidad” es cada vez mayor. Dasgupta Partha. Introducción: Acerca de la maldición de la abundancia Es común leer que se ha deinido a la economía como la ciencia de la escasez, por cuanto los recursos que son objeto de la materia económica son inmanentemente escasos y, consecuentemente, susceptibles de administración política. Un recurso escaso que se hace abundante provee de riquezas a una demanda ansiosa en conseguirlo, pero, si su abundancia es constante, la demanda se adapta y se degrada su valor de cambio. A pesar de ello, la política económica muchas veces suele caer en la tentación de provocar abundancia La maldición de la abundancia: Los problemas de la absorción económica como factor del bajo desempeño de la economía venezolana. (I Parte) Daniel Castro Aniyar /107 per se como un sinónimo de provocar crecimiento. Tal necesidad de transformar la escasez en abundancia, sin mayores implicaciones sobre la naturaleza de la abundancia per se, parece la motivación que deine el debate sobre economía y las políticas económicas contemporáneas. La abundancia, junto a su categoría hermana, la acumulación, se ha convertido en un principio económico tan determinante sobre otras variables de enorme trascendencia, como el equilibrio político (Dreze, 2011; Dahl, 1974; Jessop, 2008) o la desigualdad (Pikkety, 2014; Milanovic & Branko, 2001), que se ha hecho difícil explicar que no solo no lo es, sino que, además, no debe serlo. A la deinición de abundancia le es implícita, además de esta connotación administrativa y económica, una dimensión ilosóica y antropológica atendida locuazmente por la historia universal del pensamiento y la cultura. En las fuentes judeo-cristianas se debate el tema de múltiples maneras. Una de ellas se expresa a través de la serpiente del Edén, la cual es maldecida a arrastrarse y comer polvo todos los días de su vida, mientras que Dios declara a Adam (el ser humano o el ser rojo): “¡maldita sea la tierra por tu causa, con sufrimiento comerás de ella todos los días de tu vida!” (Sigal, 2008: vers.7:17). En este relato, lo que lucía abundante súbitamente se convierte en escaso y, a la vez, es la base sobre la que se construye la idea de evolución de la especie. El vocablo Adam proviene del hebreo adumah, que hace referencia en hebreo al color rojo del barro con el que fue hecho, así como a la similitud con el creador. Adam es separado de la tierra abundante para que construya la cultura humana con base en el sufrimiento, el trabajo y la escasez. La maldición sobre la tierra lo es sobre la materia con la que él mismo está hecho. La serpiente, en cambio, es maldecida, y debe comer de la tierra, el polvo omnipresente sobre el que se arrastrará todos los días de su vida. La maldición de la serpiente es la abundancia, la cual la sumerge en una suerte de laberinto sin salida, y la lección divina de Adam (Adam y Havah no son maldecidos) será la escasez, la cual le brindará la oportunidad de la evolución (Toker, s/f). Esta idea judeocristiana, también revelable a su modo en el budismo, el sintoísmo, el confucionismo y otras importantes ilosofías antiguas, por la cual la naturaleza humana requiere de la escasez para fortalecerse en el trabajo y la humildad, sigue pareciendo una idea persistente, aunque no siempre popular, en el pensamiento económico occidental moderno. Son conocidas las premisas weberianas según las cuales el capitalismo tendría sus raíces en los principios de trabajo y el ahorro calvinista-protestante (Weber, 1969), los problemas de recalentamiento económico estudiados por Keynes durante el gasto público durante la guerra (Keynes 2010; 1939), o la idea promocionada por cierta teoría de la dependencia en la que abundancia de la periferia es una desventaja estructural frente a las necesidades de desarrollo que se impulsan por la escasez de recursos en los procesos centrales de producción (Karl. 1997), o las advertencias de hipertroia que pueden derivar de una distribución social del excedente en sociedades periféricas no preparadas (Prebisch, 1981: 293-294), o bien la idea neo-marxista en la que la restauración del modo 108/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 105-123 de producción capitalista depende de la capacidad del sistema en aprovechar sus periodos de escasez para restablecer los monopolios que permiten los cambios de ciclo (Wallerstein, 2006; Arrighi, 2002). También en la teoría arqueológica tradicional se ha debatido si la génesis de las civilizaciones lo constituye la escasez o si lo es la abundancia relativa a un contexto escaso (University of East Anglia, 2006). Economistas del relieve de Marshall Sahlins no buscaban desconectar las evidencias cientíicas con el carácter ilosóico que tanto da signiicado a la abundancia: “(…) las necesidades del hombre son grandes, por no decir ininitas, mientras que sus medios son limitados, aunque pueden aumentar. Es así que la brecha que se produce entre medios y ines puede reducirse mediante la productividad industrial, al menos hasta hacer que los «productos de primera necesidad» se vuelvan abundantes. Pero existe también un camino Zen hacia la opulencia por parte de premisas algo diferentes de las nuestras: que las necesidades materiales humanas son initas y escasas y los medios técnicos, inalterables pero por regla general adecuados” (Sahlins,1977: 13-14) El mismo Marx entendía que, antes del capitalismo, las crisis eran resultado de la escasez, el hambre y las contingencias. Sin embargo, el capitalismo ha colocado nuevas reglas que explicarán la crisis de la economía contemporánea en relación con la abundancia regida por el monetarismo y el deseo de las clases dominantes en aumentar sus ganancias. Por ello, para Marx, las crisis inales del capitalismo son crisis de la abundancia. En sus propias palabras: “(…) Lo que sí ocurre es que se producen periódicamente demasiados medios de trabajo y demasiados medios de subsistencia para poder emplearlos como medio de explotación de los obreros a base de una determinada cuota de ganancia (…) No se produce demasiada riqueza. Pero periódicamente se produce demasiada riqueza en sus formas capitalistas, antagónicas (…) Si desciende la cuota de ganancia tenemos, de una parte, tensión del capital para que el capitalista individual mediante el empleo de métodos mejores, etc., reduzca el valor individual de sus distintas mercancías por debajo del valor medio social; por otro lado, especulación y fomento general de la especulación mediante ensayos apasionados de nuevos métodos de producción, nuevas inversiones de capital, nuevas aventuras, a in de asegurarse cualquier ganancia extraordinaria (…)” (Marx, 2007: 339-340) Visto de este modo, la abundancia no parece ser materia de una economía sin ilosofía, donde lo imperativo haya sido la regeneración ininita de las riquezas. Por el contrario, el tratamiento del tema parece ser más adecuado a través de la continuación de grandes tradiciones ilosóicas que advierten de los peligros de la abundancia, cuando ésta no está al servicio de las necesidades humanas fundamentales, incluyendo el espíritu y el trabajo. Resulta por ello pertinente construir una comprensión instrumental de la abundancia, una que contribuya a colocar esta idea al servicio de la correcta existencia, o existencia deseada, de la condición humana. Del mismo modo, es pertinente revelar su inadecuidad La maldición de la abundancia: Los problemas de la absorción económica como factor del bajo desempeño de la economía venezolana. (I Parte) Daniel Castro Aniyar /109 operativa como in último de la economía, a través de la identiicación empírica de sus debilidades en contextos concretos. Propósito central Este artículo propone un ordenamiento de las bases teóricas generales para ayudar a la interpretación de emprendimiento para la seguridad alimentaria venezolana a la luz de los problemas generados por la abundancia. Las evidencias serán suministradas en la segunda entrega de este artículo a través de la data disponible del subsistema de seguridad alimentaria, gasto público y otras evidencias de los problemas de absorción económica durante el chavismo entre 1999 y el 2018. Sostenemos que la experiencia venezolana es de una enorme riqueza para comprender los problemas relativos a la abundancia en términos generales. Sus evidencias, lejos de ser teóricas o puramente interpretativas, pueden ser remitidas a variables concretas, esto es, experimentales y ponderables. Entre los diversos campos donde estas evidencias pueden ser recogidas, el relativo al desarrollo de emprendimientos para la seguridad alimentaria es uno de los más reveladores por cuanto constituye un foco de atención permanente de la política pública del chavismo, desde la primera elección ganada por Hugo Chávez en 1998 hasta los efectos durante la sucesión de Nicolás Maduro, al menos, hasta el 2018. Este foco permitió la disponibilidad de abundante data oicial, un esfuerzo permanente en diseñar e implementar múltiples políticas dirigidas al desarrollo de emprendimientos autónomos o soberanistas de seguridad y soberanía alimentaria, todas con un mismo marco conceptual durante casi dos décadas, con resultados medibles y un impacto importante en el grueso de la población en esa nación. Este esfuerzo se llevará a cabo en la segunda entrega de este artículo, llamada La maldición de la abundancia (II Parte): Los problemas de la absorción económica y hundimiento de la seguridad alimentaria en Venezuela (1999-2018). En cambio, en esta entrega se enfocará la experiencia venezolana por cuanto cuenta con una relexión valiosa desde sus ciencias económicas y políticas a partir del problema de absorción del gasto público. Nos referiremos como problemas de absorción del gasto público en el caso venezolano, a la imposibilidad que presenta el aparato productivo nacional para convertir los ingresos petroleros derivados por el Estado hacia la sociedad en parte constitutiva de la economía. Al no poder convertir los nuevos recursos, por causa de la inmadurez de su aparato productivo y empresarial u otros factores asociados, éstos se desplazan fuera del subsistema en diferentes formas como la inlación, importaciones, devaluación, fuga de capital inanciero, contrabando, etc. El proceso resulta en una descapitalización económica y social de la economía objeto de ese gasto. Entre sus múltiples nombres, se trata de un proceso que tiene sus antecedentes originales en el concepto de “recalentamiento” en la economía keynesiana y que se ha desarrollado bajo conceptos como “la enfermedad holandesa”, “el efecto Potosí” o “el efecto Venezuela” (Keynes, 2010; 1939; Dilliard, 1973; Pérez Alfonzo, 1976; Karl, 1997; Mendoza Potellá, 2010; Pérez Castillo, 2006). 110/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 105-123 Este artículo se enmarca dentro del debate transdisciplinario sobre la llamada maldición del recurso, a partir del cual se ha generado el principio de que “los países ricos en recursos suelen tener un desempeño precario en sus indicadores socioeconómicos comparado con países con recursos naturales menos abundantes” (Cappelen et al., 2018, p. 2; Venables, 2016). Esta asociación entre maldición y abundancia del recurso puede ser extendida, por extensión, a una institucionalidad democrática más débil, corrupta y violenta. En el caso venezolano se trata de un fenómeno que se mostró por primera vez con toda su dimensión durante la Gran Venezuela del primer gobierno de Carlos Andrés Pérez. El debate sobre la abundancia en Venezuela La explotación petrolera y de otros hidrocarburos colocó a Venezuela, sobre todo a partir de la II Guerra Mundial, en la posición de ser una de las naciones con mayor abundancia relativa en la región latinoamericana. En la práctica politológica y económica venezolana esta abundancia fue objeto de un importante debate, aun inconcluso, acerca de cómo administrarla para generar desarrollo estructural. El leit motiv que acompañó este debate consistió en la frase “sembrar el petróleo” acuñada por Arturo Uslar Pietri en los años 30. La importancia de “sembrar el petróleo” es constatada en el espíritu y la letra en cada uno de los planes gubernamentales desde los años 40 (Crazut, 2006). De hecho, en la llamada V República o “chavismo” (1999 – 2018 –la fecha-), dos ejemplos explícitos son el Plan de Desarrollo productivo impulsado por PDVSA en el 2007 el cual se llamó “Siembra Petrolera” (PDVSA SA. y sus Filiales, 2008) y el Proyecto de Ley de Endeudamiento del Ministerio de Planiicación para el 2011 que se llama “Abono a la Siembra Petrolera” (Giordani, 2011) Pero a pesar del aparente consenso alrededor de “Sembrar el Petróleo”, esta idea tuvo varias vertientes: La vertiente optimista de los primeros años de la industrialización, el desarrollismo Perezjimenista y el desarrollismo en tiempos de la Democracia de la IV República. Numerosos estudios se han hecho sobre esta vertiente, por cuanto forma parte de los discursos más relevantes de los gobiernos venezolanos durante al menos 60 años (Mommer & Baptista, 1992; Cartay, 1998; Vallenilla, 1998; Crazut, 2006). Esta primera vertiente intenta interpretar los problemas de abundancia con el despilfarro, esto es, como la consecuencia de actores políticos y económicos displicentes y/o implícitamente interesados en mantener la dependencia los procesos de enriquecimiento establecidos en el subsistema. De este modo, los problemas de absorción reposan en problemas de la estructura económica, tal como fue entendida por el desarrollismo cepalino y en la carencia de una cultura política y ciudadana con la habilidad de dirigir el gasto hacia el cambio estructural mediante la administración racional de sus recursos (Vilda, 2004; Molina & Álvarez Díaz, 2004; Lander & López Maya, 1999; España, 1989). La maldición de la abundancia: Los problemas de la absorción económica como factor del bajo desempeño de la economía venezolana. (I Parte) Daniel Castro Aniyar /111 La vertiente de cierta izquierda desde los años 30 del siglo XX hasta al menos el 2018 la cual acusa a las oligarquías nacionales e internacionales de impedir la distribución de la renta petrolera que produciría el desarrollo (Betancourt,1937; Mieres, 2010; Malavé Mata,1980; Mendoza Potellá, 2010; Rodríguez Araque & Müller Rojas, 2009). La discusión se desplazó al área de la antropología y la cultura donde tuvo representantes (Quintero,1972) y una sub-vertiente que interpreta la imposibilidad de crecimiento como un problema propio del proyecto modernista (Coronil,1997). La evolución de la vertiente “anti-oligarquía” también se alimenta de este discurso, pero fue consolidándose hacia una importante generación de autores de orientación marxista como Ramón Rivero (1979), Francisco Mieres (2010) y la primera época de Carlos Mendoza Potellá (1995). Ellos se erigieron, de algún modo, como herederos del diagnóstico de Pérez Alfonso acerca de los problemas estructurales de sembrar el petróleo, pero, a de manera radicalmente diferente, no encontraban la solución en la reducción del ingreso nacional de origen petrolero, sino en la redirección del ingreso hacia el desarrollo social y económico de las clases más excluidas del país, así como en la lucha contra el rol “entreguista” de los gobiernos productores del Tercer Mundo ante los intereses de los países centrales consumidores de hidrocarburos. Por ello, esta vertiente encuentra la solución en la toma del poder en el Estado, con el in de dirigir políticas hacia el socialismo anti-monopólico, antiimperialista y democrático. Solo una transformación profunda en las estructuras de intereses podría permitir “la siembra petrolera”. Las banderas de la izquierda electoral y académica incluían para sí esta renovación del pensamiento petrolero (Mieres,1976), antes del primer triunfo de Chávez. Estas ideas, por muchos años fuera del juego político gubernamental, encontraron eco en el consistente fracaso de las políticas de los gobiernos democráticos de la IV República y su esquema pactista en provocar desarrollo y mayor bienestar social. El triunfo de Hugo Chávez en las elecciones de Diciembre de 1998, y la convocatoria a una nueva Constitución (1999-2000), permitieron hacer eco de esas ideas las cuales inalmente encontraron cuerpo en políticas públicas como el Sistema Socialista de Soberanía Alimentaria (Castro-Aniyar, 2017). Con el objetivo de reconocer la vertiente “anti-oligarquía” de la Siembra Petrolera en el pensamiento bolivariano, destacamos el análisis de Alí Rodríguez Araque, ex-presidente de PDVSA y ex Ministro de Petróleo durante la V República, junto a Müller Rojas, expresidente del MBR200, el Movimiento V República y el Partido Socialista Unido de Venezuela, los partidos abanderados por el presidente Chávez en su carrera política. Los planteamientos se enfocan en objetivos de largo plazo, tal como la transformación del modelo de acumulación a escala nacional y regional. “De manera que, con toda propiedad, se puede hablar de un capitalismo rentístico, lo que resulta muy peculiar dentro de los procesos de acumulación 112/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 105-123 capitalista en el mundo. Este mecanismo de acumulación dio lugar a una burguesía parasitaria…” (Rodríguez & Müller Rojas, 2009: 22). Tal capitalismo gira con los demás países de la región hacia el neoliberalismo. En ese proceso los activos y los derechos obtenidos bajo el capitalismo rentístico fueron sistemáticamente despojados a la ciudadanía: primero se produjo la “apertura” para los productos agropecuarios, luego la creación de las condiciones políticas para la ofensiva neoliberal, luego la privatización de la industria y la internacionalización, luego la ofensiva jurídica dentro del Parlamento y, inalmente, PDVSA empezó a reducir su liquidez desde adentro con el in de venderse al capital extranjero. “Pero todo cambió a partir (…) de 1998 con Hugo Chávez Frías, quien llegó al poder para abrir una nueva etapa en la historia política del país, la del establecimiento de la soberanía nacional en todos los ámbitos de la nación y sus relaciones” (Rodríguez & Müller Rojas, 2009: 24). De tal modo que los problemas de desarrollo estarían vinculados a un plan de enriquecimiento a corto y mediano plazo por parte de oligarquías nacionales e internacionales que habrían utilizado el aparato rentístico para su provecho. El modelo pactista sería la estrategia de la sociedad política para permitir el enriquecimiento de estas oligarquías. Rodríguez Araque y Müller Rojas explican cómo el rentismo produjo una “burocracia parasitaria” en la IV República (1959-1998). La explicación consiste en reconocer los mecanismos que, según ellos, hicieron posible una oligarquía a la sombra del rentismo. Estos mecanismos son fundamentalmente políticos, y son producidos por el Estado de la IV República voluntaria y progresivamente. Esta perspectiva de Rodríguez Araque y Müller Rojas, auto-enmarcada en la izquierda, coincide con la postura del ex presidente Betancourt en los años 301. Los autores reconocen que las nuevas y viejas oligarquías se convirtieron en nuevos actores económicos “parasitarios”, dependientes del Gasto Público, y luego dieron forma política al modelo de Estado: “Ese mecanismo de acumulación [el rentismo] dio lugar a la formación de una burguesía parasitaria, conjuntamente con el enriquecimiento de castas propietarias y comerciantes, en conjunto agregadas en una estructura corporativa sui generis, cuya acumulación se nutrió principalmente de esa renta por parte del Estado, privatizada a través de los mecanismos ya antes comentados, como la sobrevaluación de la moneda, la capitalización de la casi totalidad de las ganancias debido a la bajísima nula [posible error del original] presión tributaria, el otorgamiento de créditos a bajo interés así como distintas políticas de subsidios a la producción, la protección de su producción estableciendo virtualmente un mercado cautivo, distintos mecanismos de 1 Ídem Betancourt, 1937. La maldición de la abundancia: Los problemas de la absorción económica como factor del bajo desempeño de la economía venezolana. (I Parte) Daniel Castro Aniyar /113 corrupción y el favoritismo político, junto a muchos otros (…) De manera creciente, una vez alcanzado cierto nivel de desarrollo, sectores favorecidos de esa burguesía fueron participando directamente, o a través de sus agentes, muy notablemente del sector inanciero, en la conducción económica y política del Estado con lo cual tomaban no solamente el control de la economía, sino también de la política” (Rodríguez & Müller Rojas, 2009: 22-23). La tercera y última vertiente consideró la imposibilidad absoluta de “sembrar el petróleo” pues el impacto de los altos ingresos petroleros siempre paralizaría el esfuerzo productivo (Pérez Alfonzo, 1976; Pérez Castillo, 2006, Mendoza, 2010). Pérez Alfonzo no parecía estar en contra de las ideas anti-oligarquía, pero acentuaba el problema, no en el papel de sectores económico-políticos, sino en el efecto mismo del gasto en la sociedad. Esta simpatía teórica también era mutua, por lo que la izquierda antioligarquía procura reinterpretar a Pérez Alfonzo a su favor. Así lo hace Mieres (1976) en su introducción al libro “Hundiéndonos en el Excremento del Diablo” de Pérez Alfonzo: “…si el lector se toma el trabajo de interrelacionar los diagnósticos y las soluciones que ofrece el Dr. Pérez Alfonzo (…) no le será demasiado difícil descubrir que el hilo conductor apunta inequívocamente hacia el socialismo”. De tal modo que el pensamiento de Pérez Alfonzo es: “…una evolución perfectamente natural en un humanista que ha conocido y enfrentado en primera persona (…) la irracionalidad antihumana de este reino de los monopolios”. Y termina inalmente de manera lapidaria: “[la verdadera causa del rentismo]…es la mentalidad colonialista” y la “acelerada concentración de poder económico y político que intoxica con delirios de grandeza y avidez desaforada de riqueza a las oligarquías, así como el centralismo ejecutivista, apoplético” Pérez Alfonzo, en el mismo libro, lo expresa de otro modo: “La única medida eicaz contra el despilfarro de esa riqueza se concentra en reducir drásticamente su liquidación [liquidez] para poner un techo al ingreso iscal proveniente de la liquidación [liquidez] de ese activo nacional” (Pérez Alfonzo, 1976: 288) A pesar de las evidencias de simpatía política que ofrecía Mieres en su introducción, Pérez Alfonzo observaba el comportamiento de la economía venezolana como un Estado periférico afectado por el juego económico más que por el geopolítico. Para él, los gobiernos caen por causa de la absorción económica, independientemente de los intereses en la política: 114/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 105-123 “…entre 1956 y 1957 la dictadura otorgó concesiones en la afamada ‘Gold Lane’ (…) los dos años sumaron 1760 millones de dólares contra un promedio anual de los 512 millones de los 5 años anteriores. Se produce así el desbordamiento del despilfarro que terminó con la propia dictadura” (Pérez Alfonzo, 1976: 23-24). De hecho, cuando el gasto público declinó en 1958, “…se vivieron tiempos difíciles que debieron haber servido a la enseñanza. La contracción económica ocasionó ajustes bastante irmes y el despilfarro Perezjimenista parecía haber sido superado. Se observó también la capacidad de ajuste de las actividades económicas del país porque para 1963 se constataba una clara y sana recuperación.” De tal modo que las oligarquías, o élites en el poder, eran en el peor de los casos un escollo importante, pero no eran propiamente la causa del problema. Por ello, cuando una de las medidas adoptadas fue la devaluación del bolívar en 1964, esto “…produjo una reserva iscal que en vez de servir de garantía contra nuevas diicultades petroleras, fue inyectada de una vez al gasto público (…) produciendo (…) indigestión económica (…) se cubre la crisis petrolera post-Pérez Jiménez aumentando la producción e integrando más dinero al isco” (Pérez Alfonzo, 1976: 26). El gasto público indigerido fue entonces la causa de la crisis política. Él percibe a la oligarquía como un resultado del rentismo, por lo que sustituirla no garantiza la desaparición del rentismo. “El despilfarro general se tiende a atribuir a vicios o defectos de los responsables en el gobierno, o en el sector privado aprovechador del petróleo. Así se mantienen las ilusorias esperanzas de continuar tras una siembra del petróleo. Para seguir nadando en divisas se pretexta aprovecharlas mejor. Cambios en las instalaciones y en los hombres, nuevos programas o instrumentos de ejecución harían el milagro de atender a las múltiples necesidades nacionales, encaminando el país hacia un programa irme y acelerado. La verdad no se quiere comprender en toda su profundidad, no obstante las repetidas demostraciones de que el despilfarro es un efecto o manifestación causado por los excesos de divisas generados en cierta forma fuera de la actividad económica, propia del país” (Pérez Alfonzo, 1976: 144). Pérez Alfonzo incorporó de manera determinante y, al parecer por vez primera en la literatura académica venezolana, ideas acerca que explicaban la crisis venezolana a partir de la naturaleza misma de la abundancia, y no a partir de los errores o perversiones de los operadores políticos. Sin embargo, la claridad de su planteamiento, paradójicamente, no fue entendida ni digerida por la clase política de las siguientes 5 décadas que decía continuar con sus enseñanzas. La maldición de la abundancia: Los problemas de la absorción económica como factor del bajo desempeño de la economía venezolana. (I Parte) Daniel Castro Aniyar /115 La Gran Venezuela (1974-1979) y Pérez Alfonzo. Carlos Andrés Pérez recibe un gobierno con ingresos petroleros sin precedentes y una longevidad relativa de la industria venezolana, para seguir el camino exitoso de su par mexicano, Lázaro Cárdenas, hacia la nacionalización del petróleo. Con el petróleo nacionalizado y bajo el efecto de la bonanza, el país se llena de augurios de desarrollo y las luces de un claro liderazgo internacional en la periferia. Sin embargo, Juan Pablo Pérez Alfonzo, fundador de Acción Democrática, ministro de Fomento durante el trienio, Ministro de Petróleo de Betancourt en el 59, y además artíice e impulsor mismo del proyecto colectivo de la OPEP, se baja solitariamente del vehículo del optimismo. Pérez Alfonzo estudia lo que cierta academia noruega denomina el Efecto Venezuela (a conocerse mayormente luego como The Dutch Disease)2, y asegura que “en diez, veinte años, el petróleo será la ruina de Venezuela” (Pérez Alfonzo, 1976). Lo llama “el excremento del Diablo” (en relación a la manera como eran denominados despectivamente por los españoles los yacimientos supericiales de hidrocarburos, generalmente asfaltos y betún en Venezuela). Finalmente abandona el gobierno de Carlos Andrés Pérez, así como al partido Acción Democrática, cuando no percibe voluntad política en reconvertir el modelo desarrollista a la escala adecuada. Su hijo, el economista Juan Pablo Pérez Castillo actualiza su visión del llamado Efecto Venezuela: “Nuestra industria petrolera utiliza muy pocos recursos nacionales como insumos para la inversión, producción y comercialización del petróleo, como lo comprueba la escasa matriz insumo/producto (muy bajos coeicientes netos de importaciones que relejan las relaciones de compraventa entre los sectores de la economía nacional), los bajos componentes nacionales de las inversiones y de los insumos utilizados por el sector y el bajo multiplicador del sector neto de importaciones.” “Estos indicadores (entre otros) comprueban que los ingresos iscales provenientes de las divisas petroleras no tienen contrapartida nacional signiicativa, siendo ínima la cuantía que podría considerarse orgánica por derivarse del propio crecimiento de la economía” 2El economista Carlos Mendoza Potellá da seguimiento a las teorías venezolanas y noruegas anteriores a la Dutch Disease y a la “Paradoja de la Abundancia” de Karl. Alberto Adriani ya describe los efectos del petróleo en los años 30: “… por su índole y por la estructura particular que ofrece en Venezuela, esa industria es, desde el punto de vista económico, una provincia extranjera enclavada en nuestro territorio…En cambio, la producción de artículos de exportación vernáculos, los que verdaderamente aumentan la riqueza del país, ha permanecido estacionaria (Adriani, 1930: 138)”. El periodista Ernesto Peltzer supone que: “… el autor del término haya sido el economista noruego Erling Eide, quien ha especulado acerca de los efectos inflacionarios de la súbita riqueza de ese país escandinavo…Podría hablarse de un “efecto Potosí” para describir lo que le sucedió a la economía española en los siglos XVI y XVII”. (Peltzer en Mendoza Potellá, 1995: 138). 116/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 105-123 Pérez Castillo reairma la inquietante idea de su padre al incorporar el sistema económico en el problema venezolano, y no solo adosando responsabilidades a los agentes productivos. “…cuando al sistema económico se le inyectan más recursos líquidos de origen externo de los que puede absorber productivamente, el excedente presiona sobre los precios por insuiciencia de oferta interna para satisfacer la inlada demanda monetaria. Las divisas acumuladas permiten aliviar la presión inlacionaria con importaciones, preferiblemente de bienes y servicios inales, contribuyendo a descapitalizar al país” (Pérez Castillo, 2006). A continuación, se expone el comportamiento del PIB petrolero en relación a la Agricultura y la Manufactura. En el gráico 1 puede notarse cómo en 1973 las importaciones crecen de manera desproporcionada a los niveles relativamente estables que presentaban desde 1950. El efecto de los precios petroleros provocó un descentramiento de la importancia de las exportaciones no petroleras en relación a la nueva capacidad de consumo que experimentaba la sociedad. Gráico 1. Relación Exportaciones petroleras, no petroleras e Importaciones a precios corrientes en Miles de Millones de bolívares. 1950-1978 A partir de Antivero, Ignacio y BCV (1995). Con el caudal del dinero petrolero los gobiernos venezolanos, sobre todo desde 1973, compraban la ilusión de fortaleza estatal cuando realmente se estaban empobreciendo los tejidos de los emprendimientos que constituían el cuerpo del mismo Estado, tanto por los problemas de absorción de divisas que experimentaba el país (creando sectores La maldición de la abundancia: Los problemas de la absorción económica como factor del bajo desempeño de la economía venezolana. (I Parte) Daniel Castro Aniyar /117 sociales económicamente más dependientes y menos capaces de desarrollo), como por la depredación que hacía el pactismo de los espacios técnicos, políticos y sociales naturales de desarrollo. Tal debilidad conspiraba haciendo opaca y susceptible la industria petrolera y sus políticas a un mayor control de las transnacionales. Como resultado de esta debilidad solapada detrás de la ilusión, los gobiernos se han encontrado recurrentemente con la realidad de no poder coaccionar física ni políticamente a la sociedad en función de sus objetivos (Waldmann, 2003). Estos empobrecimientos relacionales en Venezuela no tardaron en convertirse en empobrecimientos de la efectividad y vinculación de la participación política, técnica y social y, por consiguiente, en amenazas para superar la creciente inseguridad alimentaria. Tal situación puso en contexto una convulsión social sin precedentes en la historia democrática de ese país. Tal como se entiende de la descripción de los ciclos de participación y cambio social, la incapacidad de las élites en responder por fuera de su propia dinámica de acumulación política y económica, preparó a la sociedad civil para una transformación de los fundamentos políticos de la sociedad nacional que conocían. Tales tejidos encontraron cauce entre 1998 y el 2000 a través de nuevas formas políticas como la Constitución Bolivariana. El tema alimentario, incluyendo las nuevas discusiones sobre seguridad alimentaria se alimentaron del nuevo modelo de Estado que surgió de este proceso y, por tanto, se inspiró de su contexto. Los efectos estructurales del shock económico vivido desde el 73, tal como lo describió Pérez Alfonzo, no tuvo el impacto necesario en el discurso político de su época ni en las épocas por venir. El shock fue interpretado fundamentalmente como un problema de despilfarro y corrupción, y escasas veces desde la perspectiva del subsistema económico mismo. El discurso político venezolano rescataba la imagen del pensador, sin embargo, paradójicamente, no se referían a sus ideas ni mucho menos le proveían de un marco interpretativo para la acción política. Pérez Alfonzo fue asimilado a la dinámica de la contienda político-electoral, donde ideas como “la ilusión de la siembra petrolera”, “contener el gasto” o “recortar la producción para reducir la renta”, no eran atractivas para conseguir votantes. A continuación, se ofrecen ejemplos del discurso político y académico que dominó en la práctica el diagnóstico sobre el efecto de la renta petrolera en la sociedad. “Poco signiicaba un superávit –como aquel ocasionado por la renta adicional proveniente de la realización petrolera – si no se instruían pautas de inversión iscal que evitaran su desperdicio. No son pocas las evidencias que conirman la orientación estéril de muchas erogaciones públicas ordinarias. Basta señalar al respecto la proliferación del gasto burocrático, el incremento de los desembolsos gubernamentales en obras de insolvencia económica, la aplicación de los mismos recursos en infraestructuras suntuarias” (Malavé Mata, 1980: 263). Nótese en estos discursos cómo se indican problemas de desorden, despilfarro y corrupción, como si provinieran de una maldad original en alma corrompida o 118/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 105-123 emborrachada de los venezolanos, o bien en un tema de cultura ciudadana, sin explorar las perversiones en un marco mayor, de tipo estructural. Esta tendencia del discurso reubica a Pérez Alfonzo dentro de la imagen de un profeta contra el despilfarro, pero no como un economista que sugiere la contención del gasto o la renta por problemas de absorción que son estructurales al país: “Frente al estilo relativamente dispendioso de los gobiernos que se sucedieron en el ejercicio del poder en aquellos años de inusitada prosperidad, el elevado e incontrolado endeudamiento, las donaciones a terceros países, las inversiones poco acertadas y la inquebrantable fe de que los precios del petróleo se incrementarían ad ininitum, surgieron sensatas observaciones (…) se les caliicó ‘profetas del desastre’ (…) Pérez Alfonzo (…) pronosticó sin saciedad el in al cual nos acercábamos (…) Se otorgaban generosas dádivas mientras se desatendía la solución de perentorias necesidades nacionales” (Crazut, 2006: 256) El discurso de esa época hizo eco en los análisis hechos desde fuera de Venezuela, esto es, desdibujando los problemas de absorción y recalentamiento hacia un diagnóstico centralmente administrativo. “El programa se ceñía a los patrones entonces en boga del desarrollismo a ultranza y ponía el acento en el sector secundario, ignorando los criterios liberales sobre el manejo cuidadoso de los recursos inancieros, los cuales, a tenor de la coyuntura petrolera, el Gobierno y muchos fuera de él estimaban inagotables” (CIDOB, 2010). Los textos reproducidos arriba son una muestra argumental clásica, de modo que es posible reconocer sus inlexiones a lo largo del discurso político de la IV República. La incapacidad de ver el problema como un problema subsistémico, esto es, no como un recambio de relaciones en la política, en virtudes y actores políticos, ni como un problema del gran sistema histórico capitalista, como se destacará en cierta izquierda y que continuará durante el período bolivariano (Mieres, 2010; Malavé Mata, 1980), sino como una enfermedad económica que es independiente de la ideología capitalista del gobierno o de las virtudes del liderazgo político, parece ser la señal característica del discurso desde la Gran Venezuela hasta la V República. Se trata de un discurso cuyas inlexiones van a acompañar a la democracia venezolana desde entonces (Coronil, 1997): Carlos Andrés Pérez, el gran artíice del despilfarro lucía mágico, extraordinario y por tanto, innatural, opacando la respuesta económica de la industria y el sector agrícola del análisis. Pocos parecían atender con detalle los problemas propios a una oferta local que no podía crecer al ritmo de la nueva y galopante demanda. “Pero entonces llegó el otro Pérez, Carlos Andrés Pérez, y encontramos la frase que nos deinía. Estábamos construyendo la Gran Venezuela. Carlos Andrés Pérez no fue un presidente. Fue un mago, un mago capaz de propulsarnos hasta La maldición de la abundancia: Los problemas de la absorción económica como factor del bajo desempeño de la economía venezolana. (I Parte) Daniel Castro Aniyar /119 una alucinación que hacía palidecer por comparación el exhibicionismo de Pérez Jiménez ” (Cabrujas en Coronil, 1997). El relato hacía difícil poner en contexto lo que señalaba Pérez Alfonzo acerca de la imposibilidad de sembrar del petróleo, traduciéndolo otra vez a simples problemas de política y escenario. Incluso fue corriente encontrar en autores de referencia sobre el pensamiento petrolero la idea de que Pérez Alfonzo abogaba por la siembra del petróleo, como su antecesor Uslar Pietri (Crazut, 2006:265). Con ese caudal de dinero el gobierno compraba la ilusión de fortaleza política, cuando realmente se estaban empobreciendo los tejidos del emprendimiento social y económico, tanto por los problemas de absorción de divisas que experimentaba el país (creando sectores sociales económicamente más dependientes), como por la depredación que hacía el pactismo de sus espacios políticos y sociales naturales de desarrollo (Castro-Aniyar, Cruz Marte & Hidalgo Villar, 2017). En cualquier caso, se estaba gestando un proceso de profunda vulnerabilidad del subsistema ante la crisis por venir, que el modelo de pactos no podría controlar, aunque entonces luciese imbatible. Un proceso que permearía toda la estructura institucional y moral, producto del deterioro de los tejidos que el pactismo y las importaciones sustituyen falsamente. Durante el boom petrolero que duró de 1973 a 1983 la renta petrolera excedió largamente la habilidad del país en absorber capital. La “fortaleza” del gobierno pronto se convirtió en debilidad estructural del Estado. Luego del llamado “Viernes Negro”, el 28 de Febrero de 1983, con una emblemática devaluación del bolívar, la capacidad distributiva del aparato de gobierno declinó. Paradójicamente entonces, el modelo de pactos e importaciones que mantenía ilusoriamente la estabilidad política del subsistema, se prolongó, esta vez, para seguir manteniendo la ilusión sobre la creciente crisis social. Este proceso aceleró la depredación de los tejidos producidos por los emprendimientos sociales y económicos del país, los empobreció a una velocidad aún mayor, y los marginalizó de manera peligrosa del ámbito de acción del Estado, preparando así la llegada al chavismo (Castro-Aniyar, Cruz Marte & Hidalgo Villar, 2017, p. 189-191). La invisibilidad de la dimensión macro-estructural del problema permitió que se cometiesen nuevamente los errores advertidos por Pérez Alfonzo durante el chavismo. En la segunda entrega de este artículo se analizarán las evidencias relativas al efecto de abundancia per se en el desempeño de los emprendimientos y la seguridad alimentaria venezolana hasta el 2018. 120/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 105-123 Fuentes Antivero, Ignacio y BCV (1995). Series Estadísticas de Venezuela de los Últimos Cincuenta Años. Tomo VI: Indicadores Macroeconómicos de Venezuela Período 1940-1990. Ediciones del 50 Aniversario del BCV. Caracas. 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México Espacio Abierto Cuaderno Venezolano de Sociología Vol.27 No.1 (enero - marzo, 2018): 125-147 La seguridad alimentaria en México: el reto inconcluso de reducir la pobreza y el hambre Ricardo López Salazar* y Sergio A. Sandoval Godoy** Resumen En México la seguridad alimentaria de sus habitantes es uno de los retos más importantes del Estado. Sin embargo, el hambre y la pobreza (contraparte de la seguridad alimentaria) siguen representando uno de los problemas más agudos que enfrentan los mexicanos, a pesar de la implementación de múltiples políticas y planes para su combate en las últimas cuatro décadas. Como causa de lo anterior, identiicamos al notable estancamiento del salario mínimo, el incremento en los precios de los alimentos básicos, la creciente dependencia y la pérdida de soberanía alimentaria del país. Se propone una agenda que coloque en el centro de las estrategias de política económica y social, no sólo la disminución de los desequilibrios en el intercambio de alimentos con el exterior y el fortalecimiento del aparato productivo nacional, sino, que, además incluya el diseño de mecanismos que permitan una vinculación efectiva entre los programas asistenciales con aquéllos programas y políticas enfocados a la distribución y el acceso de los alimentos, de tal manera que la seguridad alimentaria se conigure en un objetivo gubernamental de primer orden y con ello, favorezca la reducción de la pobreza, el hambre y la desnutrición. Recibido: 11-05-2016 / Aceptado: 23-11-2017 * ** Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. Chihuahua, México. E-mail: ricardo.lopez@uacj.mx Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD). Chihuahua, México. E-mail: ssandoval@ciad.mx 126/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 125-147 Palabras clave: Seguridad alimentaria; política alimentaria; pobreza alimentaria; programas sociales de asistencia Food security in Mexico: The uninished challenge of reducing poverty and hunger Abstract In México, the food security of their population is one of the most signiicant challenges of the State. However, the poverty and the hunger (the opposite of food security) are one of the deepest problems that the Mexican’s sufers, despite the great variety of policies and plans implemented during the last four decades. The main causes identiied are, the clear stagnation of the minimum wage, the rises in the prices of basic food, the continuous growth of food dependency and the lost of food sovereignty. We propose an agenda that primary focus the strategies of social and economic policies, not only the diminution of the food dependency of Mexico, but also includes measures to build a stronger national food system, It also includes the design of mechanisms that allow an efective link between the cash transfer programs and those programs and policies focused on the distribution and access of food, in such a way that food security be conigured as a main government goal and in a lever to reduce the problems of poverty, hunger and undernourishment. Keywords: Food security; Food policies; Food poverty; Social assistance programs Introducción México está catalogado en la actualidad como el segundo país en América Latina con mayor seguridad alimentaria, sólo por detrás de Chile. En una escala de 105 países ocupa el lugar 30 en dicha clasiicación (Economist Intelligence Unit, 2012). No obstante, a poco más de tres décadas de distancia, la incapacidad del aparato productivo nacional para responder a la apertura comercial, aunada a la caída progresiva que ha sufrido el salario La seguridad alimentaria en México: el reto inconcluso de reducir la pobreza y el hambre Ricardo López y Sergio A. Sandoval /127 real, además de situaciones coyunturales asociadas al aumento de los precios del petróleo, las crisis agrícolas, los cambios climáticos y los problemas sanitarios releja, sin embargo, un aumento en las condiciones de pobreza (Boltvinik y Marín, 2003), carencias de todo tipo y deterioro nutricional, combinado con una recomposición de los hábitos alimenticios que generan mayores riesgos de salud para la familias. Al inalizar la década del 2000, entre los años de 2008-2010, México fue el país que más pobres alimentarios generó en América Latina, llegando a la cifra de cinco millones (CEPAL, 2013). Estudios efectuados en la década pasada, como los de Torres (2003), Trápaga (2003), Gasca (2003), Delgadillo y Cortéz (2003) y Torres y Arroyo (2003), entre otros, corroboran lo anterior a partir de diagnósticos teóricos y empíricos sobre las condiciones regionales de la seguridad alimentaria en México. Identiican los puntos de tensión que ha requerido la intervención gubernamental para atenuar las asimetrías sociales y reducir el estado de vulnerabilidad en que se encuentra la seguridad alimentaria, a la vez que han propuesto rediscutir el fenómeno alimentario como un problema de soberanía nacional, entre muchos otros aspectos. Nuestra posición en este escrito, es que la seguridad alimentaria, además de ser un fenómeno multidimensional, es también un concepto polisémico, un constructo histórico social inluenciado por coyunturas económicas, políticas y sociales, con una amplia determinación disciplinaria; lo que nos permite asumir aquí una posición desde el enfoque de la economía política, orientado a la comprensión de dicho concepto como un modelo conceptual que signiica y releja un problema de distribución y de equidad social, pero sobre todo, de relaciones de poder. En este sentido, compartimos la idea de que en México, las inconsistencias y limitaciones de las políticas y programas de asistencia social para lograr la llamada seguridad alimentaria han estado asociadas al fracaso de un modelo de desarrollo económico que ve en los subsidios indirectos y las transferencias económicas hacia los grupos más desprotegidos una amenaza para los equilibrios del mercado y la competencia (Meseguer, 1998). La vía institucional de las reformas estructurales enfocadas a mejorar la planeación estratégica, incrementar el presupuesto y reorientar los programas de asistencia social, ha resultado, en consecuencia, insuiciente y limitada. Al menos durante los últimos cinco sexenios, como veremos más adelante, la política alimentaria ha funcionado más con una lógica de control social que con mecanismos de eiciencia; con ines de clientelismo político, de imagen institucional y de control corporativo, antes que con criterios eicaces de autosuiciencia y seguridad nacional. La escasa coordinación de los ámbitos local y nacional, los enfoques centralistas y las deiniciones erróneas en el tratamiento del problema alimentario han ocasionado diagnósticos poco coniables y resultados inaceptables, mismos que no han logrado traducir la riqueza económica en mínimos de bienestar en alimentación, salud, nutrición adecuada y vivienda. En este escrito se ofrece un panorama del estado que guarda en México la seguridad alimentaria durante las últimas cuatro décadas. Se destacan las concepciones oiciales institucionales que dominan el ámbito de las políticas alimentarias y se discute su viabilidad y efectividad para resolver los problemas del hambre y la pobreza. Se pretende llamar la atención acerca de la importancia que reviste el análisis de las instituciones 128/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 125-147 del Estado como una de las principales fuerzas políticas que organizan y controlan los recursos productivos y inancieros en torno a la cadena alimentaria. De ahí la necesidad de considerar no únicamente las consecuencias o resultados de los programas de asistencia, sino también y fundamentalmente, la forma en que son concebidos. Como corolario del análisis, se relexiona sobre el futuro de la alimentación en México, a la vez que se propone un marco de lineamientos generales que debieran guiar las actuales estrategias de seguridad alimentaria 1. La seguridad alimentaria: las limitaciones de las políticas públicas frente a un problema multidimensional. Como parte de los intentos por generar instrumentos de política social a partir de los cuales se puedan establecer parámetros mínimos de bienestar, las agendas políticas del siglo XXI de los gobiernos y de las organizaciones internacionales encargadas de atender la alimentación y la salud, continúan enfocándose en la disminución del hambre, de la pobreza extrema, la inseguridad alimentaria, los obstáculos para establecer un sistema de producción sostenible que aminore el cambio climático, así como de solucionar la paradoja del sobrepeso y la obesidad. Así, en 2015, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas estableció los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) en los que se presentan los desafíos de la Agenda 2030 para los países de la región. Estos se plantean erradicar el hambre y la malnutrición, como una manera de hacer frente a la inseguridad alimentaria en la región de América Latina y el Caribe mediante el desarrollo de la agricultura sostenible y la adopción de patrones alimentarios saludables; esto último por el aumento global del sobrepeso y la obesidad. Asimismo, de acuerdo al reporte inal del proyecto sobre “El Futuro de la Alimentación y la Agricultura”, publicado por la Oicina Gubernamental para la Ciencia de Gran Bretaña (The Government Oice for Science, 2011), durante los próximos cuarenta años el sistema alimentario global experimentará la conluencia de presiones sin precedentes. Los cinco retos fundamentales identiicados en este reporte son los siguientes: 1) El balance de la demanda futura y la sustentabilidad de la oferta; 2) Asegurar una adecuada estabilidad en la oferta de alimentos y proteger a la población más vulnerable; 3) Alcanzar acceso global de alimentos y terminar con el hambre; 4) Conducir la contribución del sistema alimentario a la mitigación del cambio climático; y 5) Mantener la biodiversidad y los servicios ecosistémicos, a la vez que se alimenta al mundo (cit. en Sandoval y Wong, 2017). Es evidente que todas estas preocupaciones, por su enorme complejidad, rebasan los aspectos meramente biológicos y técnicos, tocando otros de tipo económico, social, político, cultural y ambiental, por lo que el problema de la alimentación y la nutrición mundial se ha convertido ante todo en un problema de seguridad alimentaria. Quizás por eso, desde hace por lo menos tres décadas, la seguridad alimentaria ha permanecido como preocupación pública central entre los gobiernos y de la sociedad civil. Parte de dicha preocupación ha estado en el reconocimiento de que la sustentabilidad de la vida humana, en la cual la alimentación es una parte fundamental, debe estar en el centro de la economía y de la organización de la sociedad. Las propuestas de la Organización de las Naciones La seguridad alimentaria en México: el reto inconcluso de reducir la pobreza y el hambre Ricardo López y Sergio A. Sandoval /129 Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO por sus siglas en inglés), no solo han guiado estas inquietudes, sino también, han sido objeto de múltiples debates en el medio oicial y académico. Efectivamente, desde inicios de los 80s, la idea de la seguridad alimentaria empezó a cobrar vigencia, cuando dicha organización planteó que la inalidad estratégica de los diferentes gobiernos en este ámbito, debía ser garantizar a toda la población el acceso material y económico a los alimentos básicos. Para ello se sugería incorporar políticas económicas orientadas al desarrollo agrícola y rural, así como distintos mecanismos de estabilidad interna y macroeconómica, y una mayor participación en el comercio mundial, a in de lograr la suiciencia, estabilidad y seguridad de los suministros alimentarios. No obstante, después de ríspidos debates y ajustes importantes en sus estrategias en pro de la alimentación mundial, en 1996, durante la Cumbre Mundial sobre la Alimentación, la FAO aceptó que la seguridad alimentaria debía ser considerada un problema multidimensional, por lo que añade la dimensión nutricional, como un elemento más en el que interviene la higiene, la sanidad, el aprovechamiento biológico y la calidad (Ruehl, 2015). Así, “La Seguridad Alimentaria y Nutricional (SAN) existe cuando todas personas tienen, en todo momento, acceso físico, social y económico a alimentos suicientes, inocuos y nutritivos que satisfacen sus necesidades energéticas diarias y preferencias alimentarias para llevar una vida activa y sana” (FAO, 1996). Sin embargo, se reconoce que para hacer efectivo este principio implicaría combatir cuatro aspectos estrechamente relacionados: a) hambre por falta de disponibilidad y acceso alimentario; b) desnutrición (hambre oculta), ocasionada por ingesta suiciente de alimentos, pero carente de ciertos micronutrimentos como la vitamina A o hierro; c) malnutrición, que se puede dar no sólo por ingesta insuiciente sino también por exceso de grasas e hidratos de carbono; d) pobreza extrema por ingreso insuiciente para alimentos. Con esto se garantizaría que la población más pobre pudiese estar en condiciones de resolver los problemas de disponibilidad y acceso a los alimentos, siempre y cuando los gobiernos de los distintos países estén en condiciones de cumplir los siguientes requisitos: suiciencia, estabilidad, autonomía, sustentabilidad y equidad. Recientemente, en 2015, se ha señalado que para avanzar con el propósito de la sustentabilidad implica “interactuar en armonía con los ecosistemas del planeta y beneiciarse de sus servicios, manteniendo y usando de forma sostenible la biodiversidad y los recursos naturales para las generaciones presentes y futuras” (FAO, 2015). Asimismo, se agrega que “en los alimentos –en cómo se cultivan, producen, consumen, intercambian, transportan, almacenan y comercializan– se encuentra la conexión fundamental entre las personas y el planeta, y la vía hacia el crecimiento económico inclusivo y sostenible” (ibid). Cabe aclarar que al igual que la FAO, existen otros organismos internacionales que han abordado este problema. Entre estos se encuentran la Declaración Universal sobre la Erradicación del Hambre y la Mal Nutrición en 1974; el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales en 1976 y las Cumbres Mundiales sobre Alimentación en 1996 y 2002; la Cumbre del Milenio del 2000; y la Iniciativa América Latina y el Caribe Sin Hambre, entre otras. Todos ellos han establecido distintos parámetros para entender 130/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 125-147 la situación de los alimentos en relación a la población de cada país y del mundo, al mismo tiempo que han ijado sus posiciones. Así, por ejemplo, la declaración de Roma, del Foro de las ONG/OSC de junio de 2002, señala que para garantizar una “seguridad alimentaria genuina”, ésta debe pasar por la Soberanía Alimentaría. La declaración señala: “…el derecho de los pueblos, comunidades y países a deinir sus propias políticas agrícolas, pastoriles, laborales, de pesca, alimentarias y agrarias que sean ecológica, social, económica y culturalmente apropiadas a sus circunstancias exclusivas. Esto incluye el derecho real a la alimentación y a la producción de alimentos, lo que signiica que todos los pueblos tienen el derecho de tener alimentos y recursos para la producción de alimentos seguros, nutritivos y culturalmente apropiados, así como la capacidad de mantenerse a sí mismos y a sus sociedades” Otra parte del debate, según algunos autores (Alpha y Fouilleux,2017) va en el sentido de que las políticas públicas en diferentes foros han provocado una fragmentación de las discusiones sobre las estrategias de política social, ya no en el sentido de cuestionar la seguridad alimentaria multidimensional sino de la forma en que se coniguran e implementan las políticas de seguridad alimentaria y las reformas institucionales, cuya falta de coordinación intersectorial y entre los distintos niveles de la toma de decisiones, generalmente conducen al fracaso. A esto se agrega las limitaciones para explicar las transformaciones recientes del patrón alimentario que integra la canasta alimentaria moderna y las nuevas disponibilidades y accesos reales, así como la garantía del derecho a la alimentación (Du Plooy, Schönfeldt, y Hall, 2016). Ciertamente, los resultados en materia de pobreza alimentaria asociada con la vulnerabilidad de los sistemas agro productivos y las crisis alimentarias recientes, contradicen la efectividad de las regulaciones de comercio de los estados nacionales, la instrumentación de programas sociales hacia los grupos vulnerables, o incluso las recomendaciones orientadas a reactivar la producción local con base en las tradiciones de los pueblos. La resistencia de los gobiernos y las instituciones para aceptar los fenómenos de riesgo global contribuye muy poco con el tratamiento del problema. Es quizá por eso que hasta el momento, las políticas públicas y las instituciones del Estado se han visto limitadas para dar respuesta y encontrar soluciones factibles a las demandas de grupos y organizaciones de la sociedad civil que pugnan por un cambio radical en las estrategias de política económica y agroalimentaria. La Conferencia Internacional sobre la Reforma Agraria y el Desarrollo Rural, celebrada en marzo de 2006 en Porto Alegre, Brasil (FAO, 2006), advierte incluso, acerca de los inconvenientes de continuar con el enfoque del Banco Mundial basado en el mercado, pues no sólo se pone en riesgo el derecho de los pueblos a una alimentación adecuada, sino además, la seguridad y soberanía alimentaria A manera de proponer acciones prácticas sobre cómo evaluar este problema, en 2012 la propia FAO publica el manual con los lineamientos para el uso de la Escala Latinoamericana y Caribeña de Seguridad Alimentaria (ELCSA). Su objetivo se orienta a conocer la experiencia de los hogares respecto a la calidad y/o cantidad de alimentos, pues algunos estudios demuestran que, además de la pobreza, la incertidumbre por el La seguridad alimentaria en México: el reto inconcluso de reducir la pobreza y el hambre Ricardo López y Sergio A. Sandoval /131 suministro de alimentos puede aumentar el riesgo de padecer inseguridad alimentaria (FAO, 2012; Melgar-quiñonez, 2013). La diicultad para trazar acciones deinitivas en esta materia son comprensibles debido a que la seguridad alimentaria es un fenómeno complejo, cuya comprensión y estrategias de acción están inluenciadas por coyunturas económicas, políticas y sociales, en las que inevitablemente están presentes los problemas de distribución, de equidad social y de relaciones de poder, tanto de orden nacional como internacional. Quizás por eso, como veremos enseguida, ante las diicultades que presenta la seguridad alimentaria en dichos ámbitos, los programas sociales instrumentados con ese propósito se han visto limitados para dar soluciones efectivas. 2. Programas alimentarios y políticas asistenciales para la seguridad alimentaria Según Barquera et al (2001) en México se han implementado prácticamente todos los programas posibles en relación a la búsqueda de la seguridad alimentaria y la producción de alimentos. De esta forma, los autores identiican en el periodo 1922-1994 al menos trece programas abocados al cumplimiento de dicho cometido, desde políticas de subsidios a la producción agrícola, hasta subsidios en los precios, o programas asistenciales tendientes a favorecer el acceso a productos básicos como la tortilla de maíz o la leche. No obstante, dentro de dicho cúmulo de programas, la excepción la marca quizá el Sistema Alimentario Mexicano (SAM), instaurado durante el sexenio de López Portillo (19761982) con el propósito de promover la autosuiciencia alimentaria, y con ello atacar los problemas del hambre, la pobreza, la salud y la desnutrición de los estratos marginados de la sociedad mexicana. Con este propósito se impulsaron dispositivos de asistencia técnica, inanciamiento oportuno, capacitación y transferencia de tecnología, inversión en infraestructura hidráulica, de almacenamiento, procesamiento, empaque y transporte; así como la instrumentación de un sistema de distribución y abasto de alimentos. No obstante, existen algunas contradicciones respecto al SAM, ya que para Meseguer (1998) representó el único intento de planeación estratégica más o menos exitoso en materia de política social alimentaria concebido en las últimas décadas, ya que logró asegurar una articulación favorable entre la producción, acopio, transformación, abasto y consumo de alimentos mediante una coordinación eicaz de los programas de política social y económica. Por su parte, Arteaga (1985) señala que el programa básicamente representó una respuesta gubernamental a la crisis agrícola de los 70´s, que generó diversas demandas por parte de grupos de interés organizados que presionaron a la acción estatal, sin que se hayan propuesto soluciones estructurales de largo espectro, por lo que Crisis del 85 la abrupta caída de los precios internacionales del petróleo en 1982 redujo el ingreso de divisas en perjuicio del presupuesto federal, ocasionó el retiro de recursos a dicho programa, y retiró de la agenda gubernamental la búsqueda de seguridad alimentaria a través de la canasta básica accesible. 132/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 125-147 En 1983, durante el gobierno de Miguel de la Madrid (1982-1988), se puso en marcha el Programa Nacional de Alimentación (PRONAL) que sustituyó al SAM, aunque con objetivos y metas más modestos, incluyendo fuertes recortes a los apoyos y subsidios para el campo y para la venta (Spalding, 1983). Desde ese momento, la política alimentaria nacional se enfocó en la compra de alimentos requeridos sin importar su origen, quién y cómo se produjeran, lo que signiicó cambiar el concepto de autosuiciencia alimentaria por el de “soberanía alimentaria” (Vázquez et al., 2005). A inicios de los 80´s, la situación alimentaria del país, se podía resumir en un escenario de altos precios en los productos básicos, ejempliicada en la alta dependencia hacia el maíz importado de EE.UU. que repercutió en una de las tasas de inlación más altas en la historia de México. Si con De la Madrid se inició el tránsito de la economía nacional hacia el llamado “neoliberalismo” con el arribo al poder de Salinas de Gortari (1988-1994) se alcanza quizá el punto más álgido con la venta de empresas emblema del anterior modelo, como Telmex y Mexicana de Cobre cobijadas por el discurso de las reformas estructurales. Según Ornelas (2005) con el neoliberalismo económico se instaura el enfoque de focalización de las políticas públicas, consistentes en identiicar sujetos o poblaciones consideradas como vulnerables, en detrimento del enfoque universalista que primaba en la época del modelo de desarrollo estatista. Claro ejemplo de lo anterior, lo constituye Solidaridad (PRONASOL), programa clave de la política social de atención a los pobres, que incluía todas las acciones que las instituciones del Estado habían desarrollado décadas atrás, como el establecimiento de tiendas rurales, lecherías, despensas, subsidio a la tortilla y desayunos escolares. Como parte de los lineamientos generales de estos programas, al inal del sexenio operaban en el país 23 programas menores de asistencia alimentaria los cuales ejercían en conjunto un presupuesto cercano a los dos mil millones de dólares. Los saldos desfavorables del gobierno salinista no impidieron, sin embargo, continuar con la estrategia de seguridad alimentaria. En el sexenio de Ernesto Zedillo, ésta se concretó, inicialmente, en el Programa de Alimentación y Nutrición Familiar (PANF), dado a conocer el 16 de febrero de 1995, a partir de tres ejes fundamentales: a) desayunos escolares, b) canasta básica alimentaria para las familias más pobres del medio rural, y c) canasta y apoyos a familias de áreas urbanas marginadas. Con la idea de duplicar las metas cuantitativas del sexenio anterior, algunas de las acciones particulares del programa consistieron en repartir un millón de despensas familiares al mes y dos millones de desayunos escolares en las zonas de mayor marginación. Asimismo, se proponía combatir la desnutrición en las comunidades indígenas, rurales y zonas urbanas marginadas facilitando el acceso a una canasta básica alimentaria a partir de una erogación mayor de recursos en subsidios y programas de asistencia social. Para agosto de 1997 se lanza el Programa de Educación, Salud y Alimentación (PROGRESA), que re direccionaba las metas y funcionamiento técnico en favor del combate a la pobreza extrema en las zonas rurales, así como el “fortalecimiento de la seguridad alimentaria” mediante el acceso a alimentos inocuos y de calidad nutricional a un mayor número de familias, sólo que ahora bajo un esquema de subsidios directos. Algunas cifras indican que durante el bienio de 1998-1999 Progresa gastó 3,769.6 millones La seguridad alimentaria en México: el reto inconcluso de reducir la pobreza y el hambre Ricardo López y Sergio A. Sandoval /133 de pesos en ayuda alimentaria directa, es decir, 31% del total del presupuesto de este programa gubernamental (Scott, 1999). Con el gobierno identiicado como de alternancia, Vicente Fox (2000-2006) curiosamente no provocó un cambio drástico en el abordaje de los problemas de la pobreza y el hambre en el país. Su política social adoptó al Progresa como su hijo predilecto, y a partir de marzo del 2002 lo rebautizó con el nombre de Oportunidades. Entre 2000 y 2006, creció su presupuesto de 9,518.2 a 33,532.7 millones de pesos y se buscó legitimar al programa mediante la estrategia “Contigo” que incluía medidas adicionales a las transferencias de efectivo, como el fomento al empleo, protección social y la creación de patrimonio (Tetreault, 2012). El programa Oportunidades, sin embargo, como sus antecesores Progresa y Solidaridad, no han resistido la crítica de una parte de la clase política mexicana, que los considera un instrumento del aparato de Estado y del partido en el poder para coaccionar el voto y la participación ciudadana durante los periodos electorales. De hecho, la campaña electoral del 2006 fue una de las más ríspidas en señalamientos a la Secretaría de Desarrollo Social y a la Presidencia de la República por utilizar y dirigir los recursos de dicho programa con ines partidistas. Distintos analistas políticos (Cervantes, 2006; Delgado, 2006) señalaron la incorporación de miles de familias al programa Oportunidades en los últimos meses de gobierno del presidente Fox para favorecer al candidato del Partido Acción Nacional. Asimismo, señalaban el uso del padrón de ailiados de dicho programa para conseguir apoyos que requerían municipios y localidades urbanas y rurales, además de elaborar discursos de campaña con base en las necesidades de cada grupo demográico. Incluso evaluaciones oiciales recientes como la efectuada por la Auditoría Superior de la Federación al Programa de Apoyo Alimentario de Diconsa, incluido en el programa Oportunidades dependiente de la Secretaría de Desarrollo Social, encontró que éste atendió apenas 18% de las comunidades de alta marginación en el país. Incorporó a familias que no necesitaban el apoyo y entregó recursos a hogares que no contaban con los requisitos de elegibilidad dispuestos en las reglas de operación del programa, lo que dejó fuera a 17% de los beneiciarios objetivo, además de que concentró los recursos en sólo cuatro estados de la república: Veracruz, Chiapas, Oaxaca y Guerrero. Al inalizar el sexenio de Fox, y con ello, la continuación del partido de la alternancia en el poder encabezado por Felipe Calderón, se prosiguió con estrategias similares para el combate a la pobreza. Así, se potenció de nueva cuenta el programa Oportunidades que incrementó su cobertura en cerca de seis millones quinientas mil familias. Además se creó de emergencia el Programa de Apoyo Alimentario (PAL) y el Programa de Apoyo Rural (PAR), el cual tuvo una cobertura de setecientas mil familias. No obstante, en esta administración, al igual que la de su predecesor se enfrentó un escenario económico complejo caracterizado por la desaceleración económica estadounidense que impactó de manera negativa en la economía nacional al grado de registrar un decrecimiento negativo del PIB de 6.5% para 2009.Adicionalmente, algunos productos básicos como: pan, tortillas, cereales, leche, aceites vegetales, carnes, entre otros, exhibieron un incremento acumulado de 28% durante el periodo de junio de 2006 a junio de 2008, aspecto que 134/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 125-147 según López Salazar (2010) era una clara señal de la crisis alimentaria acontecida en el país. De tal manera, que Oportunidades y sus programas que le antecedieron, no han sido eicaces en un sentido amplio, que consiste en reducir la pobreza, la desnutrición, mediante el favorecimiento al acceso a los alimentos con sentido de justicia social para las capas de población más desfavorecidas. En el sexenio actual del gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018), la apuesta para enfrentar la seguridad alimentaria inicia con objetivos aparentemente más ambiciosos. Esta se engloba en un proyecto de política social llamado Cruzada Nacional contra el Hambre, que desde el inicio mostró un fuerte sesgo hacia su implementación hacia los estados del sur y sureste del país como Oaxaca y Chiapas (inicialmente agruparon más del 50% del total de los municipios a cubrir por parte del programa).Asimismo, se toman diversas medidas de política social encaminadas a simpliicar y eliminar duplicidades entre programas, así se elimina el PAR y el PAL, y Oportunidades, se sustituye por un programa nuevo conocido como “Prospera”. Respecto a los resultados de la Cruzada Contra el Hambre, un informe reciente de CONEVAL (2016) identiica diversos avances y retos. Como avance, señala la disminución de la pobreza en dos puntos porcentuales, aunque sin reducción en la carencia por alimentación. Como reto central, se observa la necesidad de incorporar mecanismos más eicientes para implementar el programa en zonas urbanas, que también albergan un número importante de hogares y personas en condición de pobreza extrema y carencias por alimentación. 3. Evolución de indicadores asociados con la pobreza, el hambre y la seguridad alimentaria La parte más difícil del desarrollo económico, sin duda alguna, lo constituye el generar condiciones permanentes de crecimiento, redistribución del ingreso y con ello, paulatinamente aminorar la desigualdad. El reto se magniica, cuando dicha premisa se traslada a los países en desarrollo como México, que generalmente tienden a ser inestables en cuanto a crecimiento económico se reiere y altamente desiguales en la distribución del ingreso. Asimismo, es necesario, generar todo un sistema que funcione en garantizar que todas las personas disfruten de una vida digna con posibilidades de ascender dentro de la escalera del desarrollo social (Sachs, 2005). En el caso particular de México, existen notables contradicciones en cuanto a la generación de más y mejores oportunidades para sus ciudadanos, puesto que la evolución de la pobreza así lo denota, y algunas otras variables asociadas como el ingreso también muestra un claro estancamiento. Adicionalmente, una variable sensible para mejorar el bienestar de las clases sociales más desfavorecidas como la producción nacional de alimentos básicos ha disminuido y la importación de éstos provenientes del exterior se ha multiplicado drásticamente. Junto con ello, los programas de combate a la pobreza alimentaria siguen mostrado, entre otros aspectos, una escasa preocupación por incluir mecanismos sustentables de carácter regional y local que permitan a los beneiciarios generar sus propios recursos económicos y La seguridad alimentaria en México: el reto inconcluso de reducir la pobreza y el hambre Ricardo López y Sergio A. Sandoval /135 depender cada vez menos de las trasferencias monetarias, limitando con ello sus opciones de romper el ciclo del asistencialismo y paternalismo mexicano. 3.1.-Evolución del hambre y la pobreza en México Como se ha venido repitiendo, desde que existen datos oiciales, la pobreza ha sido uno de los problemas públicos más graves a los que se ha enfrentado el Estado mexicano. Muestra de ello, lo representa que a inicios de la década de los 60´s (identiicada como parte esencial del milagro mexicano) casi el 70% de la población se encontraba en condiciones de pobreza extrema, mientras que solo 22.5% de la población no sufrían dicha situación. Lo anterior, claramente, evidenciaba que el modelo de crecimiento interno o de desarrollo estabilizador, puesto en marcha en el país desde inales de la década de los 30´s hasta inicios de los 80´s, cumplió de manera parcial su objetivo de generar crecimiento y desarrollo incluyente e igualitario. Sin embargo, a partir de la década de los 70´s es posible visualizar como comienzan a invertirse los niveles de pobreza. Así, buena parte de los pobres extremos o alimentarios (aquellos que no tienen el ingreso mínimo para alimentarse) paulatinamente dejan de serlo, para convertirse en pobres patrimoniales (se alimentan, pero carecen de otros satisfactores como vivienda digna, salud, educación de calidad, etc.). El auge petrolero experimentado por el país desde inales de la década de los 70´s que implicó un crecimiento importante en el gasto público gubernamental, contribuyó a la disminución de las cifras referidas. De la década de los 80´s hasta los 90´s es notable el poco avance en cuanto a la reducción de la pobreza se reiere, puesto que la misma se incrementó durante el periodo 1988-1996 en 7.5% la extrema-alimentaria y en 30.1% la no extrema o patrimonial. Lo anterior, sencillamente se puede encauzar en las condiciones económicas que imperaron en dichos años en México. Por ejemplo, las tasas de inlación acumuladas durante el sexenio de Miguel De la Madrid (1982-1988) alcanzaron seiscientos por ciento, el peso se devaluó en más de 160% tan solo en 1987. Asimismo, dicha administración federal se caracterizó por una política de austeridad en el gasto público, limitación del crecimiento de los salarios, y el desmantelamiento del anterior modelo de desarrollo hacia uno orientado a privatizar a las empresas estatales, y abrir al país hacia el comercio con el exterior (véase gráica 1). Gráica 1: Evolución de la pobreza en México, 1963-2014 Gráica 1: Evolución de la pobreza en México, 1963-2014 ç 136/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 125-147 Gráica 1: Evolución de la pobreza en México, 1963-2014 Fuente: elaboración propia con base en Hernández-Laos y Coneval Durante la década del 2000 se observan dos escenarios diametralmente opuestos, el primero de ellos caracterizado por el decrecimiento de la pobreza en todas sus categorías, lo que puede ser explicada por el aumento del ingreso por persona en 6.9 puntos porcentuales, producto básicamente de las remesas que los mexicanos en el extranjero enviaron a nuestro país durante los últimos años (lo que en la actualidad ha llegado a signiicar la segunda fuente de ingresos después del petróleo). Aunado a lo anterior, el crecimiento poblacional mostró una tendencia a la baja, mientras que el PIB registró una tendencia positiva a la alza. El segundo escenario se caracteriza por un crecimiento de los niveles de pobreza iniciado a partir del 2006, lo que se explica como resultado del mal desempeño económico y la reducción del crecimiento, que se vieron relejados en la pérdida de empleos de sectores exportadores como la industria electrónica, la industria automotriz, y el sector manufacturero en general. Aunado a lo anterior, las políticas de contención salarial provocaron un deterioro sin precedentes del poder adquisitivo del salario (véase gráica 2 y 3). La seguridad alimentaria en México: el reto inconcluso de reducir la pobreza y el hambre Ricardo López y Sergio A. Sandoval /137 Gráica 2: Tasa de crecimiento del PIB en México, 1963-2016. Fuente: elaboración propia con datos del Banco Mundial, 2016 Gráica 3: Evolución del salario mínimo real en México, 1963-2016. Fuente: Elaboración propia con base en INEGI, 2017 138/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 125-147 Lo anterior, sin lugar a dudas, exhibe una relación inexorable entre el desempeño económico del país y la evolución de la pobreza, sin embargo, más allá de la airmación tautológica, es pertinente airmar que los avances logrados en el combate a la pobreza, conlleva muchos años de estabilidad económica, pero que, son altamente vulnerables en los momentos de crisis o recesión, que denota una alta vulnerabilidad de la población ante ese tipo de sucesos. Lo anterior, sencillamente se visualiza con los incrementos de la pobreza en las épocas de crisis, como el 82, 85, 1994 y 2009. Por lo que su combate y erradicación, debe de incluir además de mejorar el crecimiento económico y cuidar de su estabilidad, diseñar e implementar una estrategia más contundente de recuperación del salario mínimo, fomentar el trabajo formal y generar mejores mecanismos en la cadena de producción y distribución de alimentos hacia las clases más vulnerables del país. Es decir, de manera prioritaria, México debe avanzar hacia la conformación de un tejido de protección mínimo, que garantice a las personas de manera permanente, la posibilidad de acceder a un buen empleo, con seguridad social, y disminuir la vulnerabilidad de buena parte de la sociedad que en la actualidad se encuentra en una posición opuesta, expuesta a empleos precarios, salarios bajísimos e incluso insuicientes para alcanzar a cubrir la Canasta Mínima Alimentaria. 3.2.-Producción de alimentos y déicit alimentario Como se mencionó en la sección anterior, uno de los elementos que debe de situarse en el centro de cualquier estrategia orientada a disminuir la pobreza, necesariamente conlleva a analizar la cadena alimentaria del país. Como es sabido, el sector agrícola mexicano entró en crisis a principios de los años setenta, luego del colapso del modelo económico estabilizador que agravó la caída de la rentabilidad del sector, intensiicó la reducción de los recursos inancieros canalizados a las actividades primarias y aceleró el crecimiento de la deuda hasta convertirlo en el más deteriorado de todos los sectores productivos. Posteriormente, en los ochenta, se sumó la privatización de los créditos y un proceso de reforma agraria que convirtió a los pequeños agricultores y campesinos en asalariados de sus propias tierras, mediante la comercialización y renta de terrenos a particulares y empresas privadas. Asimismo, la irma del TLCAN en 1994 y la consiguiente liberalización del sector agrícola, generaron una entrada masiva de alimentos baratos que socavaron la viabilidad de la agricultura y la economía campesina en los mercados locales. Todo ello generó la conformación de cadenas de producción agrícola de insumos y productos, concentrada en un limitado grupo de corporaciones transnacionales que ijaron costos y precios y fomentaron el abandono de la agricultura y la emigración de la población rural hacia las zonas urbanas y hacia el extranjero. Como consecuencia, al iniciar el siglo XXI, 8.2 millones de mexicanos que trabajaban en el campo vivían en pobreza extrema, mientras que dos de cada tres personas eran indigentes. En 1992, 35% de la población rural estaba en pobreza alimentaria y para el 2004 pasó a 52.4% (CIEPAC, 2005). Se calcula que desde inicios de la década pasada, poco más de 500 mil mexicanos migran cada año hacia los centros urbanos y a los Estados Unidos buscando empleos (NFFC, 2008). La seguridad alimentaria en México: el reto inconcluso de reducir la pobreza y el hambre Ricardo López y Sergio A. Sandoval /139 Todo parece indicar que el campo y la producción agrícola han dejado de tener importancia estratégica para el Estado mexicano. El balance de las políticas agrícolas y de comercialización registra saldos deicitarios en alimentos básicos del exterior, cuyas importaciones llegaron a ascender en el 2003 a 40% de los granos y oleaginosas que se consumen en México: 95% de soya, 58.5% de arroz y 49% de trigo. En ese mismo año, como parte de los acuerdos del TLCAN, se desgravaron por completo todas las importaciones agroalimentarias procedentes de Canadá y Estados Unidos, con excepción del frijol, el maíz y la leche en polvo (Juárez, 2001). El comportamiento de los cuatro principales alimentos que componen la canasta básica, como son el maíz, frijol, arroz y trigo, muestra que la producción nacional de éstos ha venido disminuyendo y las compras al exterior han ido aumentado. Asimismo, el consumo per cápita ha disminuido, aparejado con un incremento porcentual de los precios al consumidor que registra una tendencia por encima de la variación porcentual del salario real ( véase cuadro 1). Cuadro 1. México: producción nacional de granos básicos (miles de toneladas) Año Maíz Frijol Arroz Trigo Sorgo 1994 18,236 1,364 374 4,151 3,701 2000 17,191 876 351 3,476 5,842 2004 21,686 1,163 279 2,321 7,004 2010 22,383 1,148 217 3,679 7,000 Var. % 94-00 -5.7 -35.8 -6.1 -16.3 57.8 Var. % 04-10 3.21 -1.28 -22 58 -.05 Fuente: Anuarios Estadísticos de los Estados Unidos Mexicanos, ediciones 2002 y 2005 y 2010. Buena parte de la disminución en la producción de los granos básicos, así como de otros alimentos esenciales en la canasta básica, ha sido provista por productos de origen norteamericano. De esta manera, claramente la irma y puesta en marcha del TLCAN impulsó de manera dramática el crecimiento de las importaciones de pollo, cerdo, carne, leche, y de granos como el arroz y el frijol (véase gráica 4). Lo anterior, sitúa al país en una posición de pérdida de soberanía alimentaria y de vulnerabilidad, puesto que se depende de la producción exógena, sometida a las fuerzas de mercado, con todas las implicaciones que ello conlleva. Basta recordar, que el tipo de cambio, desde la irma del TLCAN pasó de 3.30 pesos alrededor de 19 pesos por dólar, aspecto que encarece el costo de los productos importados. En la misma línea, actualmente, se experimenta uno de los momentos económicos de mayor incertidumbre en México, gracias a la renegociación del tratado, que ha tenido implicaciones en movimientos abruptos en el tipo de cambio y en las expectativas del crecimiento económico nacional. 140/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 125-147 Gráica 4: Importaciones de productos básicos provenientes de EE.UU. 1984-2016 Fuente: elaboración propia con información de GATS, 2017 Aunque México es uno de los principales compradores de productos agroalimentarios para Estados Unidos, particularmente de pollo y leche, carne de res y cerdo1, adicionalmente el país se ha convertido en un importador neto de alimentos, ante la incapacidad del sistema alimentario nacional de satisfacer la demanda interna. La trayectoria de la balanza agroalimentaria, es señal inequívoca de ello, aunque en los últimos dos años, por primera vez en la última década arroja saldo positivo. El saldo total durante el periodo de referencia (1997-2016) se ubica en alrededor de menos 901 millones de dólares, sin embargo, al comparar exclusivamente el comercio alimentario con EE.UU. dicho déicit se dispara hasta 43 mil millones de dólares (véase gráica 5). 1 Por ejemplo, el mercado mexicano es destino de un poco más del 50% del total de las exportaciones de leche que realiza EE.UU. a nivel mundial. Otro dato de la dependencia, lo representa que en 2004, México absorbió el 74% del total de las exportaciones de carne de res que EE.UU. realizó dicho año. La seguridad alimentaria en México: el reto inconcluso de reducir la pobreza y el hambre Ricardo López y Sergio A. Sandoval /141 Gráica 5. Balanza Agroalimentaria de México con EE.UU. y el resto del Mundo, 1997-2017 Fuente: elaboración propia con datos del SIAP y GATS. Por lo que se experimenta una situación aguda y difícil respecto a la producción y abasto de alimentos, sobre todo de aquellos que forman parte de la dieta básica del mexicano, y que por tanto, deberían tener una atención y tratamiento especial en función de lo estratégico de los mismos. La evolución en el precio y consumo de productos que tienen un fuerte demanda hacia los mercados externos, da señal de como, cada vez más, se diiculta el acceso a éstos, sobre todo por las fuertes alzas en sus precios. Por ejemplo, el consumo de tortillas de maíz, durante el periodo 2006-2016 mostró un incremento del 21.42% acompañado de una alza del 25% en su precio. Casos más drásticos encarnan el arroz, el frijol y la carne de bovino, los cuales no solamente disminuyó su consumo en 21%, 42.46% y 20.25%, respectivamente, sino que adicionalmente sus precios crecieron en 85% y 51% y 158%. En ese sentido, las familias mexicanas, en promedio, no solamente consumieron menos arroz o carne, sino que el gasto total anual destinado a consumir dichos productos fue un 45% y 200% más caro para 2016 en comparación al 2006 (véase cuadro 2). 142/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 125-147 Cuadro 2. Evolución del consumo y precio de alimentos básicos en México, 2006-2016 Consumo Consumo Cambio % Kg. Kg. (2006) (2016) (20062016) Tortillas maíz 70 85 Arroz 11.02 Maíz 283.64 Frijol Carne de bovino Carne de cerdo Precio Precio Cambio% (2006) (2016) (2006-2016) 21.42 12 15 25 8.66 -21 12.25 22.75 85 304 7.17% 2.95 5.51 86 14.60 8.4 -42.46 10.04 15.21 51 18.56 14.8 -20.25 27.5 71.06 158.4 12.96 17.49 34.95 18.33 41.19 124.7 Pollo 27.73 31.2 12.51 16.22 32.44 100 Huevo 22.39 22.2 -.08 10.13 19.24 89.9 Producto Fuente: elaboración propia con datos de SNIIM y FIRA, 2016. Como se mostró en la sección antecedente, el salario mínimo en México ha mostrado una profunda pérdida de poder adquisitivo en un primer momento, y posteriormente un estancamiento marcado. Lo anterior, parcialmente, obedece al citado encarecimiento de algunos productos básicos como los referidos y a la escasa capacidad del aparato productivo nacional para generar empleos de calidad y de buena remuneración. De esta manera, si comparamos el crecimiento porcentual que ha experimentado el salario mínimo con la evolución en los precios de los productos contenidos en el cuadro 2, se observa una diferencia de – 36% (véase cuadro 3). Cuadro 3.Evolución de los salarios y precio de los alimentos en México Salarios-Alimentos (2006-2016) Cambio % Evolución del Salario 52.89 Evolución de productos básicos 89.75 Diferencia -36.86 Fuente: elaboración propia con datos del SNIIM e INEGI Aunado a lo anterior, el encarecimiento promedio de 20% en los precios de las gasolinas y del 60% del gas L.P. en 2017, provocó una inlación anualizada del 6.67%, la mayor en poco más de una década. Por lo que buena parte del aumento al salario mínimo del 2017 (9.58%) se erosionó con el incremento en los precios de los combustibles, y de los alimentos, que también mostraron un incremento superior a la inlación general al ubicarse en 9.25%. La seguridad alimentaria en México: el reto inconcluso de reducir la pobreza y el hambre Ricardo López y Sergio A. Sandoval /143 A manera de conclusiones: La producción agroalimentaria, el abasto y el consumo de alimentos deberán ser algunos de los temas relevantes en la agenda del gobierno mexicano durante los próximos años. Si en verdad se desea hacer efectiva la reciente estrategia de seguridad alimentaria conocida como “cruzada contra el hambre”, deberá poner en práctica el diseño de estrategias de política y acciones orientadas a la solución de problemas como el hambre, la pobreza y la exclusión social, entre otros. Ello implica entender que el problema de la alimentación y la nutrición de los mexicanos son fenómenos de enorme complejidad que rebasan los aspectos meramente biológicos y técnicos, tocando otros de tipo económico, social, político, cultural y ambiental. Asimismo, la notable desigualdad en cuanto a la distribución del ingreso provoca un crecimiento en la vulnerabilidad de las personas ubicadas en los deciles de menor poder adquisitivo, por lo que una buena parte del deterioro en los niveles de vida de la población y el crecimiento de la pobreza alimentaria está relacionada inexorablemente con los bajos ingresos. De esta manera, la dimensión del ingreso juega un papel fundamental para explicar el crecimiento de la pobreza alimentaria en el país, puesto que el primero ha crecido de manera limitada, y sobre todo, indexado a la inlación medida a través del INPC, pero por su parte la inlación alimentaria (bienes a los cuales destinan una mayor proporción de su ingreso las personas pobres), ha mostrado una evolución muy superior a la del índice general de inlación. El problema se exacerba debido a que los salarios en general se ajustan con la inlación promedio, cada vez que el crecimiento de los precios de los alimentos es mayor que la inlación, hay una pérdida importante del poder adquisitivo del ingreso respecto a la canasta básica alimentaria. Además, una tarea urgente se relaciona con el diseño de mecanismos que permitan una vinculación efectiva entre los programas orientados al combate a la pobreza alimentaria con aquéllos programas y políticas enfocados a la distribución y el acceso de los alimentos, de tal manera que la seguridad alimentaria se conigure en un principio de política social y en una palanca para disminuir los problemas de pobreza, hambre y desnutrición en el país. Sin embargo, lo anterior solo puede ser posible si ello viene asociado con un modelo nacional de seguridad alimentaria con enfoque inter y transdisciplinario que permita incidir en la disminución de los problemas de riesgo alimentario con instrumentos de intervención de política social a escala regional y global. De hecho, parte de los esfuerzos institucionales desde el gobierno podrían estar encaminados a fortalecer los vínculos internacionales con las organismos oiciales y organizaciones no gubernamentales preocupadas por las tradiciones locales de producción y la alimentación mundial, en un intento por fortalecer visiones de mediano y largo plazo más efectivas que las que hasta ahora se han instrumentado desde los ámbitos locales. Estos retos representan, desde nuestro punto de vista, generar una visión de largo plazo que coloque en el centro de las estrategias de política económica y social, no sólo la disminución de los desequilibrios en el intercambio de alimentos con el exterior y el fortalecimiento del aparato productivo nacional, sino también, una visión de las diferencias 144/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 125-147 y vocaciones regionales y locales. Ésta debe de conigurarse como una de las premisas centrales de coordinación y de impulso de los tres órdenes de gobierno, en colaboración con la sociedad civil y los productores de alimentos nacionales. Si bien es cierto que buena parte de los esfuerzos por conseguir la seguridad alimentaria de los mexicanos se han visto truncados, entre otros aspectos, por la emergencia de fenómenos como las crisis económicas y agrícolas, el cambio climático y las particularidades de los acuerdos comerciales, también es cierto que ésta no dado los resultados esperados debido a la ausencia de una estrategia clara de planiicación nacional y regional con sentido social, que ponga en correspondencia las cadenas de valor de los sistemas agroalimentarios nacionales con el bienestar de las familias. Bibliografía Alpha, A., & Fouilleux, E. (2017). How to diagnose institutional conditions conducive to inter-sectoral food security policies? The example of Burkina Faso. NJAS – Wageningen Journal of Life Sciences, (March 2016), 0–1. https://doi. org/10.1016/j.njas.2017.07.005. Arteaga, Pérez, J. (1985). El Sistema Alimentario Mexicano (SAM): Una perspectiva política. Revista Estudios Sociológicos. 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Espacio Abierto Cuaderno Venezolano de Sociología Vol.27 No.1 (enero - marzo, 2018): 149-167 Construcción de las Representaciones Sociales de la Calidad de Vida en diferentes etapas de la edad adulta. Angélica María Razo González, Ricardo Díaz Castillo y Martha Patricia López González* Resumen El objetivo fue comprender de qué manera los sujetos construyen el concepto Calidad de Vida (CV) a partir de la teoría de las Representaciones Sociales (RS) e identiicar si existen diferencias de acuerdo con la etapa de la edad adulta en que se encuentran los participantes. El manejo metodológico fue mixto, en 2 fases: una cuantitativa bajo el enfoque estructural de las RS, para identiicar el núcleo central y los elementos periféricos a través de Redes Semánticas Naturales. Participaron 220 personas: 57 adultos jóvenes (18 a 29 años); 57 Adultos maduros (29 a 59 años) y 106 adultos mayores (60 y más años). La segunda fase, cualitativa, permitió comprender las RS desde un enfoque procesual, a partir de 3 grupos focales, uno de cada grupo etario. Los participantes fueron alumnos de la Licenciatura en Gerontología de la Universidad Estatal del Valle de Ecatepec (UNEVE). Se encontraron 6 elementos comunes a los 3 grupos que forman el “núcleo central” de la RS de la CV: Salud, Familia, Bienestar, Economía (dinero), Amor y Trabajo. Existen elementos periféricos que giran más en torno a la etapa de vida e intereses de cada grupo. Cualitativamente la RS de la Recibido: 20-10-2016 / Aceptado: 11-12-2017 * Universidad Estatal del Valle de Ecatepec. México. E-mail: anrago@hotmail.com psi.diaz.castillo@gmail.com / martha2119@yahoo.com 150/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 149-167 CV se va construyendo en el curso de la vida y se convierte en el resultado de la responsabilidad sobre las propias acciones. Las RS de la calidad de vida se objetiviza, ancla y naturaliza, sintetizándose en las decisiones de los individuos y en el autocuidado de la propia salud. Se concluye que los elementos de política pública y de medición gubernamental con que este concepto nació se pierden en el pensamiento de sentido común. Palabras Clave: Calidad de Vida; Representaciones Sociales; Adultez. Construction of the Social Representations of the Quality of Life in diferent stages of adulthood Abstract The objective was to understand how the subjects construct the concept of Quality of Life (CV) from the theory of Social Representations (SR) and identify if there are diferences according to the stage of adulthood in which the participants are. The methodological management was mixed, in 2 phases: a quantitative one under the structural approach of the RS, to identify the central nucleus and the peripheral elements through Natural Semantic Networks. 220 people participated: 57 young adults (18 to 29 years old); 57 Mature adults (29 to 59 years old) and 106 older adults (60 and over). The second phase, qualitative, allowed to understand the SR from a processual approach, from 3 focus groups, one from each age group. The participants were students of the Bachelor of Gerontology at the State University of Valle de Ecatepec (UNEVE). We found 6 elements common to the 3 groups that form the “core nucleus” of the SR of the CV: Health, Family, Welfare, Economy (money), Love and Work. There are peripheral elements that revolve more around the stage of life and interests of each group. Qualitatively the SR of the CV is built in the course of life and becomes the result of responsibility for one’s actions. The SR of the quality of life is objectiied, anchored and naturalized, synthesized in the decisions of individuals and self-care of their own health. It is concluded that the elements of public policy and government Construcción de las Representaciones Sociales de la Calidad de Vida en diferentes etapas de la edad adulta. Angélica Razo, et al. /151 measurement with which this concept was born are lost in common sense thinking. Keywords: Quality of Life; Social Representations; Adulthood. Introducción La calidad de vida es un constructo teórico complejo que la Organización Mundial de la Salud considera “universal”, describiéndolo como la “percepción individual de la posición en la vida en el contexto de la cultura y sistema de valores en el cual se vive” (World Health Organization, 1995) por lo tanto, es indispensable conocer cómo se construye esta percepción individual en grupos especíicos de la población. Se trata de una aproximación a partir de los estudiantes y adultos mayores que asisten a la licenciatura en Gerontología de la Universidad Estatal del Valle de Ecatepec (UNEVE), con la intención de vislumbrar las discrepancias entre diferentes grupos etarios más o menos homogéneos. Para tal in la teoría de las representaciones sociales como unidad de análisis aportó valiosos esquemas que enriquecieron el entendimiento en la construcción social que este concepto, a partir de la información, valoración e imágenes mentales de los participantes del estudio. En la actualidad, la calidad de vida forma parte de un discurso institucional, centrado en la promesa de una vida mejor y de un modelo aspiracional que además es aprovechado por los medios de comunicación y la mercadotecnia. En consecuencia, resulta un concepto complejo que requiere que las personas lo adhieran a su esquema mental, para comprenderlo de mejor manera. Al haber un objeto de la representación (la calidad de vida) un sujeto que lo representa (población de adultos jóvenes, adultos maduros y adultos mayores) y un contexto (un discurso oicial, complejo y politizado, y un discurso cotidiano presente en los medios de comunicación y en la vida de las personas), existen las condiciones de emergencia para las representaciones sociales. En adición, las diferencias, objetivos y aspiraciones propias de cada una de las etapas del desarrollo psico-social inluyen en cómo se construyen las representaciones sociales, es decir, es de esperarse que cada etapa de la vida presente particularidades respecto a los elementos que, considera, debe contener la Calidad de Vida. Considerando lo anterior, el objetivo del presente estudio es comprender las representaciones sociales de la calidad de vida en tres grupos de edad que se encuentran en un contexto especíico a partir de la pregunta ¿Cómo se construyen las representaciones sociales de la calidad de vida en adultos jóvenes, adultos maduros y adultos mayores que convergen en la Licenciatura en Gerontología de la UNEVE? Calidad de Vida El concepto de Calidad de Vida se ha convertido en el eje de la investigación del campo de las ciencias sociales e incluye componentes tan variados como el modo de vida: toda 152/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 149-167 actividad socializada, sistemática y necesaria que vincula al individuo con la producción; el nivel de vida, referido sólo a los aspectos económicos y materiales; las condiciones de vida, que abarca los contextos sociales y de actividad en la vida de las personas; y el estilo de vida, como la expresión social a través de la actividad individual de la personalidad (Aranibar, 2001). .Estos componentes conceptuales de la calidad de vida, han hecho de ella un constructo para la investigación al que varios autores le han ido agregando diferentes componentes y nuevos enfoques. Levi y Anderson, la entienden como una medida compuesta por el bienestar físico, mental y social, así como por la felicidad, satisfacción y recompensa, tal y como la percibe cada individuo y cada grupo (Levi & Anderson, 1980). Giusti la deine como un estado de bienestar físico, social, emocional, espiritual, intelectual y ocupacional, que además le permite al individuo satisfacer apropiadamente sus necesidades individuales y colectivas (Giusti, 1991). Velarde-Jurado y Ávila-Figueroa deinieron la Calidad de Vida como un estado de bienestar que recibe la inluencia de factores como empleo, vivienda, acceso a servicios públicos, comunicaciones, urbanización, criminalidad, contaminación del ambiente y otros que conforman el entorno social y que inluyen sobre el desarrollo humano de una comunidad (Velarde-Jurado & Ávila-Figueroa, 2002). En suma, para la mayoría de los investigadores el concepto, incluye todos los aspectos de la vida humana, es decir las funciones físicas, emocionales y sociales. Se relaciona con diferentes aspectos de la vida y no sólo con enfermedades y derecho a los servicios de salud, sino con el desarrollo satisfactorio de las aspiraciones en todos los órdenes de la vida. Por esta razón se ha considerado que no existe una deinición unánimemente aceptada, sino multitud de ellas con diferentes puntos en común. Se ha llegado a considerar que la Calidad de Vida incluye factores objetivos y medibles, pero también factores subjetivos que dependen de la percepción de las personas y, por tanto, más complejos de comprender. Con el tiempo se ha convertido en un vago y etéreo concepto, polivalente y multidisciplinario, cuyas acepciones principales se han efectuado desde diferentes disciplinas y saberes: médicas, ilosóicas, económicas, éticas, sociológicas, políticas y ambientales (Cardona & Agudelo, 2005). En 1995 la Organización Mundial de la Salud (OMS), deinió la calidad de vida como la “percepción individual de la posición en la vida en el contexto de la cultura y sistema de valores en el cual se vive y su relación con las metas, expectativas, estándares e intereses” (World Health Organization, 1995). Queda claro que ésta dependerá de la individualidad y subjetividad de cada persona, es decir, la percepción que cada persona tiene sobre la calidad de su vida está inluenciada por su subjetividad, lo que representa una diicultad para su medición, sin embargo, se han establecido estándares que se deberían de alcanzar si desea tener calidad de vida. Dada la necesidad de delimitar el concepto de calidad de vida, Razo et. al., a partir de una revisión de la literatura señalan que es un concepto multidimensional, que incluye: situación económica, estilos de vida, condiciones de salud, vivienda, satisfacciones personales, entorno social, entre otros parámetros. Asimismo, señalan que dichos tópicos se conceptualizan de acuerdo con un sistema de valores, estándares o perspectivas, los Construcción de las Representaciones Sociales de la Calidad de Vida en diferentes etapas de la edad adulta. Angélica Razo, et al. /153 cuales naturalmente, varían de persona a persona, de grupo a grupo y de lugar a lugar. Concluyen que la Calidad de Vida consiste en la sensación de bienestar que puede ser experimentada por las personas y que representa la suma de situaciones personales objetivas y sensaciones subjetivas que abarcan todos los aspectos de la vida humana, es decir, las funciones físicas, emocionales, sociales e incluso espirituales, relacionadas con diferentes aspectos de la vida incluyendo el desarrollo satisfactorio de las propias aspiraciones y de su sentido de vida (Razo-González, Díaz-Castillo, Morales-Rossell, & Cerda-Bareló, 2014). Un aspecto relevante del constructo es el hecho de que está en los discursos de la cotidianidad y suele ser más parte de una perorata que utiliza el término como un constructo útil para la investigación y la justiicación de la aplicación de las políticas públicas. Por ejemplo, lo mismo se habla de buscar la calidad de vida para ofrecer más y mejores servicios a una comunidad; para otorgar mejor atención en una institución; como parte de una promesa de campaña política; al vender un producto (una crema antiage, una medicina o un alimento novedoso); o al promover un hábito saludable como el ejercicio y el descanso. Es decir, la Calidad de Vida está en diversos discursos e imaginarios y en muchas de las acciones cotidianas, por lo que exige una respuesta o representación en el pensamiento de sentido común de las personas. El desarrollo psico-social en la adultez Es clara la distinción de las etapas que atraviesa el ser humano, a lo largo de su historia individual y colectiva. Por lo que es importante señalar que existen diferencias fundamentales en cuanto al desarrollo psico-evolutivo, las necesidades y experiencias especíicas para cada etapa de la vida humana, especíicamente la edad adulta. A la fecha existen distintas investigaciones que van desde lo biológico hasta lo psicosocial. Cada una con distintas visiones de lo que debiera ser un desarrollo adecuado. Se parte de que cada etapa tiene características que la deinen y diferencian de las otras, por lo tanto, la forma de interactuar con los individuos que atraviesan una etapa, será distinta de la de los otros, incluso se presenta como alternativa a la psicología del desarrollo la perspectiva contextual dialéctica del transcurso vital, dicha perspectiva es más integradora en el desarrollo del envejecimiento (Dulcey-Ruíz, 2010). Dentro de la extensa gama de clasiicaciones de las etapas del desarrollo humano, destaca la propuesta por Erick Erickson (1950/1986) Las etapas psicosociales del desarrollo. Es la única que rebasa más allá de la mitad de la vida, proponiendo que el desarrollo psicosocial humano continúa hasta la vejez. Erikson propone que a través de 8 etapas de desarrollo psicosocial el Yo lucha por alcanzar metas especíicas y resolver crisis básicas, al mismo tiempo que desarrolla virtudes especíicas que le permiten aprender algo de cada etapa para afrontar con mayores recursos las siguientes (Erikson, 2011). Es importante señalar que la teoría de Erikson sigue siendo una teoría importante, trabajada y enriquecida, por numerosos autores (Bordignon, 2005). El interés de este trabajo se centra básicamente en las tres últimas etapas propuestas por Erikson, correspondientes a la adultez. 154/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 149-167 De acuerdo con Erikson al llegar a la adultez joven se impone la búsqueda de la intimidad en todas sus expresiones. Se intensiican sus deseos de vivir por tratarse de una etapa llena de decisiones importantes y avances sustanciales en el camino de vida. “Pero la intimidad que está en juego es la capacidad de comprometerse con ailiaciones concretas que puedan requerir sacriicios y compromisos signiicativos” (Erikson, 2011:75). Debido a la vitalidad de esta etapa se esperaría la calidad de vida esté más relacionada con aquellas variables que se reieren a “sentir la vida”, disfrutar todo aquello que pasa y que se descubre cada día a través de las cosas y vivencias compartidas, situación que salva al adulto joven del aislamiento y la soledad. Con el in de lograr esto, los adultos jóvenes deben comprender que “personas de antecedentes muy diferentes deben fusionar sus modos habituales de vida para formar un nuevo ambiente para sí mismas y para sus descendientes: un ambiente que releje el cambio (gradual o radical) de costumbres y variaciones en las pautas dominantes de identidad que va produciendo el cambio histórico” (Erikson, 2011:76-77). Al llegar a la adultez madura lo que toca a la persona es alcanzar todo aquello que se propuso en las otras etapas de la vida, trabajar para obtener estabilidad económica, formar una familia, establecer relaciones interpersonales, viajar, crear, sentirse capaz de generar y construir su vida, esta etapa abarca la procreación, la productividad y la creatividad. El adulto maduro tiene que descubrir si todo lo que hace tiene sentido porque tiene una dirección, un punto hacia dónde ir, una meta que cumplir, un porqué y un para quién avanzar. De acuerdo con Erikson en esta etapa se cultiva la virtud del cuidado, como un “compromiso ampliado de cuidar de las personas, los productos y las ideas”, la madurez sirve de faro que guía los más jóvenes, su camino está trazado puesto que es la generación destinada a “transformarse en un modelo numinoso para la próxima generación” (Erikson, E. 2011:75), estas circunstancias pueden traducirse en una preocupación por la productividad y la supervivencia. Comienza en la etapa de la madurez cierta conciencia de que se aproxima a la última etapa de su ciclo de vida “el hombre (que por ser maduro resulta virtuoso y, por lo tanto, ya es prudente y así conoce el contenido de la realidad) sabe que está destinado a la decadencia” (Aranguren Echevarría, 2000:2017). Dentro de los estudios relacionados con las etapas de madurez y vejez propuestas por Erikson están el de Sheldon y Kasser, 2001; citados en Asili (Asili, 2004), quienes analizaron la madurez psicológica a partir de las etapas 7 (adultez madura) y 8 (vejez) propuestas por Erikson. Estos autores hipotetizaron, que la madurez psicológica y la edad estaban correlacionadas con el bienestar subjetivo. En la vejez, la persona llega a la búsqueda de un sentido último de la vida, Víktor Frankl expresa que es una época en la cual se requiere relexionar y valorar la película completa, “un signiicado del todo del <universo>, al menos un sentido a la vida de cada uno entendida como un todo; en todo caso un signiicado en sentido amplio (Frankl, 2004:190)”. En esta etapa del ciclo vital lo importante es saber si la vida que se vive tiene sentido porque tiene un signiicado, se necesita responder a la pregunta de si ¿la vida ha valido la pena de ser vivida? y que sigue habiendo una razón para seguir. Para Frankl los caminos básicos para llegar a este sentido de vida son tres: el trabajo, el amor incondicional y el sufrimiento que se ha sido capaz de soportar para aprender y seguir viviendo. Construcción de las Representaciones Sociales de la Calidad de Vida en diferentes etapas de la edad adulta. Angélica Razo, et al. /155 Bajo estas premisas es posible asumir que cada etapa de la vida adulta tiene su propia óptica vital y cada persona percibe sus necesidades de acuerdo con su historia e intereses, por lo que las representaciones sociales sobre lo que constituye la calidad de vida presentarán variaciones en las diferentes etapas de la vida adulta. La Construcción de las Representaciones Sociales El concepto de Representaciones Sociales se deriva de la propuesta de representaciones colectivas que Durkheim acuñó en 1895 (Vera, 2002) airmando que son formas de conocimiento o ideación construidas socialmente, que no pueden explicarse como fenómenos de la vida individual o recurriendo a una psicología individual. Basado en esta diferenciación Serge Moscovici hizo algunas consideraciones sobre las representaciones sociales (Moscovici, 1993), en su trabajo denominado El psicoanálisis, su imagen y su público, les otorga una función organizativa para el individuo que interactúa con su medio social, la representación social es una modalidad particular del conocimiento, cuya función es la elaboración de los comportamientos y la comunicación entre los individuos. Es un corpus organizado de conocimientos y una de las actividades psíquicas gracias a las cuales los hombres hacen tangible la realidad física y social, se integran en un grupo o en una relación cotidiana de intercambios, liberan los poderes de su imaginación (Mora, 2002). Algunos discípulos de Moscovici, como Jodelet, retoman esta línea de su pensamiento al asegurar que “la noción de representación social nos sitúa en el punto donde se interceptan lo psicológico y lo social” (Jodelet, 1993:473). La deinición de esta autora ofrece un panorama más delimitado sobre el sentido y función de las representaciones sociales en el pensamiento práctico: “El concepto de representación social designa una forma de conocimiento especíico, el saber de sentido común, cuyos contenidos maniiestan la operación de procesos generativos y funcionales socialmente caracterizados. En sentido más amplio, designa una forma de pensamiento social” (Jodelet, 1993:474). Así la representación social es a in de cuentas la interpretación de lo social en el individuo que recrea (representa) una imagen mental de un hecho social, y a partir de esta representación se relaciona con el mundo, actúa en consecuencia. Para Moscovici, las Representaciones Sociales tienen tres condiciones en que emergen: 1. La dispersión de información: Cuando la información que se tiene para responder a una pregunta o formar un concepto no es suiciente o está desorganizada; 2. La focalización del sujeto individual y colectivo: Se reiere a la implicación o atractivo social que se mueven de acuerdo con los intereses de los individuos, y que hacen que las ideas y opiniones se focalicen; y, 3. La presión a la inferencia del objeto socialmente deinido: Hace alusión a la presión social que reclama opiniones, posturas y acciones de hechos focalizados por el interés público (Materán, 2008). Por otra parte no hay representación social sin objeto, es así como se establece el proceso de objetivación. En palabras de Moscovici “Objetivar es reabsorber un exceso de signiicados materializándolos”. La objetivación comprende tres fases: 1. Adquirir información social que gira alrededor de un objeto determinado; 2. Formar el núcleo 156/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 149-167 igurativo, es decir establecen aquéllas características “ijas” del objeto, con las que se forman una estructura conceptual o la elaboración de una imagen; 3. La naturalización, en ella el individuo “dota a la representación de un estatus de evidencia” (Álvarez Bermúdez, 2004:42). El hecho es que al pasar el tiempo y acumular experiencia e incorporar información nueva sobre el objeto, las personas van ainando su representación sobre éste en una dinámica constante, hasta que el objeto está suicientemente interiorizado, es decir “naturalizado”, por lo que otra característica es que las representaciones ocurren sólo sobre las personas, hechos u objetos que son signiicativos para el individuo. El segundo proceso importante dentro de las representaciones sociales, además de la objetivación es el anclaje, “consiste en integrar la información de un objeto dentro del sistema de pensamiento ya constituido” (Álvarez Bermúdez, 2004:43). A través del anclaje, la representación social integra el contenido desde donde el sujeto construye su mundo, a partir de la experiencia vivida y la información preexistente, condicionadas por el contexto social e histórico. Algunos autores como Mora basados en el trabajo de Moscovici exponen las tres dimensiones básicas para el análisis de las representaciones sociales: 1) La dimensión informativa: se reiere a la forma de conocimiento cuali-cuantitativo inherente al objeto de una representación; 2) La dimensión actitudinal: consiste en una postura evaluativaafectiva que se toma ante el objeto; 3) El campo de la representación: nos remite a la idea de imagen, de modelo social (Mora, 2002). En consecuencia, una representación es una apreciación, visión o percepción de un objeto, un sujeto o situación. Esta representación cambia la realidad del individuo una vez que integra características objetivas del objeto tomando en consideración sus experiencias anteriores y su sistema de normas y actitudes (Hernández & Pargas, 2005). Método Las representaciones sociales pueden estudiarse desde un enfoque procesual, es decir descansar en postulados cualitativos y privilegiar lo cultural y las interacciones sociales; o bien desde un enfoque estructural, buscar metodologías que identiiquen su estructura y su núcleo, para lo cual recurre a técnicas cuantitativas (Banchs, 2000). También existen enfoques mixtos que toman en cuenta “la naturaleza compleja de la representación social en sí misma, en la que se mezclan cuestiones de diversa índole, como esquemas cognitivos, interacciones sociales y sistemas simbólico afectivos” (Mireles-Vargas, 2011:4). En este trabajo la técnica de Redes Semánticas Naturales dio cuenta de la estructura del núcleo central, esta técnica ha demostrado que puede proveer datos cuantitativos factibles de analizarse para lograr una interpretación más explicativa de la estructura de las representaciones (González Aguilar F., 2004; Cabalín Silva y Navarro Hernández, 2008; Razo González A., 2012; Mireles Vargas O., 2014; Razo González A., 2016). Por otro lado, la técnica de grupos focales sirvió para comprender, desde el análisis más cualitativo, cómo se objetivizan y anclan estas representaciones y si desde estas Construcción de las Representaciones Sociales de la Calidad de Vida en diferentes etapas de la edad adulta. Angélica Razo, et al. /157 representaciones existe alguna diferencia relacionada con la etapa del ciclo vital que atraviesan. Población La población estuvo constituida por adultos jóvenes, adultos maduros y adultos mayores de la Licenciatura en Gerontología de la Universidad Estatal del Valle de Ecatpec (UNEVE) México, partiendo de que éstos sujetos construyen la representación de la Calidad de Vida a través de los intercambios y las conductas cotidianas, por ser un área de atención a la salud, esta construcción está formada dentro de un contexto general, que se encuentra en los discursos oiciales, complejos y politizados, y los discursos cotidianos presentes en los medios de comunicación y en la vida de las personas. Recolección de datos En la fase cuantitativa que buscó desentrañar la estructura de la Representaciones Sociales a través de las Redes Semánticas Naturales, participaron 220 personas: 57 adultos jóvenes (18 a 29 años); 57 Adultos maduros (29 a 59 años) y 106 adultos mayores (60 y más años). De acuerdo con Valdez-Medina (2000) la técnica consiste seleccionar una o más palabras estímulo de las cuales se quiere saber el signiicado que le dan los sujetos miembros de algún grupo en particular. Para ello se les pidió que deinieran el concepto “Calidad de Vida”, mediante un mínimo de cinco palabras sueltas, que podían ser verbos, adverbios, adjetivos, sustantivos, nombres o pronombres, sin utilizar artículos ni proposiciones. Una vez que los sujetos hicieron su lista de palabras deinidoras se les pidió que, de manera individual, las jerarquizaran de acuerdo con la cercanía o importancia que tiene cada una de las palabras elegidas con el concepto Calidad de Vida, es decir que le asignarán el número uno a la palabra más cercana al concepto, el dos a la siguiente, y así sucesivamente, hasta agotar todas las palabras deinidoras (Valdez-Medina, 1991; Hinojosa, 2008). En una fase más cualitativa, se establecieron 3 grupos focales: Grupo 1 (8 Adultos jóvenes de 19 a 29 años, estudiantes de segundo y sexto semestre de la licenciatura en gerontología, 2 hombres y 6 mujeres); Grupo 2 (8 Adultas maduras de 30 a 59 años, estudiantes de primer y tercer semestre de la licenciatura en gerontología, todas mujeres); Grupo 3 (6 Adultas mayores de 60 años y más, usuarias de los talleres y actividades de la licenciatura en gerontología, todas mujeres). El trabajo de los grupos focales partió de una Guía de Preguntas Disparó. Cabe aclarar que estás preguntas sólo sirvieron como estímulo para la discusión, pero los participantes del grupo focal tenían la libertad de comentar y agregar otros elementos que consideraron importantes, estás preguntas fueron las siguientes: 158/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 149-167 1. ¿Consideran que su vida tiene calidad? 2. ¿Qué es la calidad de vida? 3. ¿Qué elementos (características) componen la calidad de vida? 4. ¿Dónde han escuchado el término calidad de vida? 5. ¿La calidad de vida es un tema que esté en las conversaciones cotidianas? 6. ¿Qué tenemos que hacer para tener calidad de vida? 7. ¿Por qué aspirar a tener calidad de vida? 8. ¿Cómo se sienten las personas que tienen calidad de vida? 9. ¿Es posible vivir sin calidad de vida? 10. Describan a una persona que tiene calidad de vida 11. ¿Conocen a alguien así? 12. Cada uno de su propia deinición de calidad de vida Resultados Los núcleos igurativos Existieron seis características estables que, con independencia de la etapa de vida en que se encuentran los grupos, forman parte de su concepto de calidad de vida, éstas son: Salud, Familia, Bienestar, Economía (dinero), Amor y Trabajo. Sin embargo, el puntaje asignado presenta ciertas diferencias entra cada grupo. Además, se encontraron algunas particularidades propias de cada etapa, por ejemplo, la alimentación, se vuelve una característica especialmente importante de calidad de vida hasta la edad madura y se torna más signiicativa en la vejez, lo que va de la mano con el estado de salud, que poco a poco va minándose con la edad. También observó que el concepto felicidad, está ausente entre los adultos mayores, pero presente en adultos jóvenes y maduros (Ver tabla 1). Construcción de las Representaciones Sociales de la Calidad de Vida en diferentes etapas de la edad adulta. Angélica Razo, et al. /159 Tabla 1: Contenido del Núcleo Figurativo (Técnica Redes Semánticas Naturales).Comparativo de las palabras deinidoras para “Calidad de Vida” por grupo de edad. ADULTOS JÓVENES ADULTOS MADUROS 18-29 AÑOS 30 – 59 AÑOS ADULTOS MAYORES 60 AÑOS Y MÁS Salud 198 100% Salud 191 100% salud 351 100% Familia 151 76.26% Familia 111 58.11% Familia (hijos, nietos, esposo, hermanos) 184 52.42% Bienestar 51 25.75% Trabajo 59 30.89% economía, dinero 152 43.30% 51 25-75% Economía 58 30.36% alimentación 89 25.35% Amor 41 20.70% Amor 48 25.13% amor 79 22.50% Amistad, Amigos 27 13.63% Plenitud 38 19.89% paz tranquilidad 75 21.36% Buena Vida 26 13.13% Alimentación 33 17.27% trabajo 67 19.08% Felicidad 25 12.62% Felicidad 25 13.08% bienestar 61 17.37% Emoción 17 8.58% Bienestar 21 10.99% amistad/amigos 53 15.09% Trabajo 16 8.08% Respeto 16 8.37% hogar 30 8.54% Responsabilidad 16 8.37% Economía Dinero Discusión El siguiente análisis da cuenta de esta construcción de las Representaciones Sociales de la Calidad de Vida en cada grupo de edad. La discusión se realizó partiendo de los núcleos igurativos (establecidos a través de las Redes Semánticas Naturales) y las discusiones dentro de los grupos focales, siempre retomando la teoría de las Representaciones Sociales y en contraste con los postulados del desarrollo Psicosocial de Erik Erikson. El análisis se desglosó por grupo de edad. La construcción de las representaciones sociales de la calidad de vida en los adultos jóvenes Como en las otras etapas de la edad adulta, en el centro del núcleo igurativo de los jóvenes se encuentran conceptos como “Salud”, “Familia”, “Bienestar”, “Economía”, “Amor” y “Trabajo”, en ese orden de importancia, al parecer obtener un trabajo todavía no es una preocupación. Sin embargo, algunos elementos como “amistad” (que también aparece en la adultez mayor) tiene una fuerte posición dentro del núcleo de los jóvenes, 160/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 149-167 junto con otros conceptos como el de “buena vida” y “emoción” que sólo aparecen en la población adulta joven, en este sentido, la juventud es una etapa del ciclo vital donde la vida sentida y emocional se vivencia con mayor fuerza que en otras etapas. Existe información que tiene que ver con algunos elementos que les otorga estar estudiando una licenciatura en el área de la salud, este conocimiento les hace tener una posición al respecto, tal posición está cargada de subjetividades y de opiniones más relacionadas con su experiencia de vida y con el sentido común. Existe el discurso de un concepto que todavía no está claro, puede deberse a que no es un concepto natural sino una construcción utilizada de manera artiicial para medir los mínimos de bienestar, donde el bienestar contiene un fuerte componente subjetivo y personal. En consecuencia tal discurso gira alrededor de “sentirse bien” y “estar bien en la vida”. Por otra parte, la dimensión actitudinal o valorativa está formada tanto por la predisposición a actuar como por el sentimiento, real o imaginario, de las personas que ellos perciben como que tienen calidad de vida. Las acciones para lograr esta calidad son vistas básicamente en dos niveles: la conducta adecuada a través de los hábitos de vida saludables como la alimentación, la actividad física, la actividad social, el ahorro y el desarrollo de actividades que se disfruten. Y la actitud ante la vida que tiene más tintes psicoemocionales como el optimismo, el juicio, mantener la dignidad y la actitud positiva ante la vida, trabajando en las deiciencias para alcanzar lo bueno. Al mismo tiempo enfatizan la necesidad de evitar los aspectos negativos como la economía precaria, las preocupaciones y el realizar actividades que no le hacen gustan o que se realizan por obligación. “…más que trabajar los hábitos, disfrutar y encontrarle un sentido a esos hábitos… me pueden poner a hacer ejercicio para mejorar mi calidad de vida, pero ¿y si no me gusta? o sea, hacer algo que realmente a ti te guste y que le encuentres un sentido, que lo disfrutes”. [Clave de informante AJ/S8]. “Trabajar en las deiciencias, ¿no? En lo que te preocupe, una economía precaria, pues trabajas en pro de ella, ya sea ahorrando o trabajando más. Si tienes una salud, cultivándola. Si las deiciencias que tienes a lo mejor son sociales pues buscas, ya sea en la religión o algo, estrechar vínculos”. [Clave de informante AJ/S2]. En síntesis, la calidad de vida en los adultos jóvenes es vista como una meta cuyo logro requiere esfuerzo y trabajo sobre la propia vida. Esta meta suele verse como una aspiración personal, donde cada individuo pone el límite. Sobresalen ideas como felicidad, satisfacción, plenitud y tranquilidad. En especial la satisfacción personal está en el centro de la valoración de los sentimientos que deben prevalecer en las personas que tienen calidad de vida. Sin embargo, no se observa en ellos un análisis crítico, hablan de un sentimiento utópico que al no haberse alcanzado no se puede describir del todo, por no poder ubicar bien su signiicado. Por otro lado, en el núcleo igurativo se describen la imagen de una persona realizada, segura, feliz y con buena actitud hacia la vida y con sus necesidades básicas cubiertas. Construcción de las Representaciones Sociales de la Calidad de Vida en diferentes etapas de la edad adulta. Angélica Razo, et al. /161 “Una persona realizada profesionalmente, con una vida tranquila, sintiéndose segura, me reiero a la inseguridad de la que hablábamos, feliz, llevando a cabo sus metas, pero siempre con una buena actitud… No necesariamente tienes que ser un profesionista para tenerla, pero con que te sientas bien con lo que haces”. [Clave de informante AJ/S4] La construcción de las representaciones sociales de la calidad de vida en los adultos maduros El núcleo igurativo en este grupo esta constituido, por “salud”, “familia”, “trabajo”, “economía”, “amor” y “bienestar”. Aquí se resalta que, aunque son los mismos elementos que para los jóvenes, el orden de importancia se modiica, siendo el trabajo y la economía más importantes que el amor. Se observa que existen entre esta población madura, conceptos especíicos como “plenitud”, “respeto” y “responsabilidad”, que no aparecen en los otros grupos, lo cual estaría de acuerdo con lo propuesto por Erikson, quien indica que se trata de una etapa dedicada al cuidado y educación de las generaciones jóvenes. cuyas características principales son la procreación, la productividad y la creación. De acuerdo con Erikson (Erikson, 2011) al llegar a la adultez madura lo que toca a la persona es alcanzar todo aquello que se propuso en las otras etapas de la vida, trabajar para obtener estabilidad económica, formar una familia, establecer relaciones interpersonales, viajar, crear, sentirse capaz de generar y construir su vida, esta etapa abarca la procreación, la productividad y la creatividad. El adulto maduro tiene que descubrir si todo lo que hace sólo tiene sentido porque tiene una dirección, un punto hacia dónde ir, una meta que cumplir, un porqué y un para quién avanzar. Para describir la calidad de vida y sus componentes en primer lugar mencionan sentimientos y actitudes hacia la vida, sentirse pleno y saberse responsable de los actos realizados para con ello enfrentar la vida. Por otra parte, hablan de valorar las relaciones y disfrutar de la vida en la madurez como componentes importantes de la calidad de vida. En general, ponen énfasis en un balance o equilibrio en todas las condiciones vitales. Un punto importante en esta etapa es que existe la certeza de que la calidad de vida es algo que se logra activamente, haciendo cambios y tomando decisiones adecuadas. Cuando se logra aparece la fortaleza para salir a la vida y compartir con otros. Sin embargo, resalta en esta etapa un mayor conocimiento y experiencia que se relejan en una posición más crítica hacia el constructo. Al desglosar los elementos que contiene la calidad de vida, queda con mayor claridad su conocimiento empírico de la complejidad de la vida misma. Así en el discurso incluyen lo material, lo emocional, lo social tanto como el entorno y la espiritualidad, ponen énfasis en la actitud ante las adversidades. Se percibe la idea clara de acciones concretas para mejorar. como cambiar de perspectiva, cambiar las emociones y los sentimientos, ser consciente y tener una buena actitud que permita adaptarse y sacar lo positivo de cualquier situación. 162/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 149-167 “A pesar de los problemas es cómo toma uno los problemas, cómo los va transformando uno… Entonces es el hecho de cambiar nuestra emoción, como nuestros sentimientos cercanos” [Clave de informante AMd/S4]. En la cotidianidad el concepto calidad de vida va asociado a los espacios de la salud y la educación, por ejemplo, se observa que dentro de su núcleo igurativo aparece la “alimentación” como un elemento importante de la “buena salud”. También perciben ciertas acciones gubernamentales como tendientes a re-educar a la población en acciones de prevención de la salud. Sin embargo, existe un análisis más crítico con respecto a que la calidad de vida es un constructo establecido desde la OMS en el que resaltan sus ines políticos y de mercadotecnia. Este análisis los lleva a percibir el concepto como algo impuesto que trata de que las personas consuman o sientan que sólo se tiene calidad de vida si se adquieren ciertas cosas ya establecidas por intereses mercantiles o políticos, a través del gobierno. Enfatizan que el constructo como tal sólo se maneja en ciertas esferas, como la salud y la política pública. Al mismo tiempo, identiican la vida como valiosa en sí misma, como algo profundo del ser, “un ente espiritual que tenemos dentro y que nos hace querer trascender”. El grupo analizó también las situaciones extremas en que la vida, aún en condiciones muy difíciles, puede considerarse que tiene calidad, y la relacionan con el propósito o sentido que se le da a la vida. Grondin habla de la existencia de un sentido relexivo, de alguna manera más juiciosa, el sentido connota una apreciación relexiva en la que se mezclan la naturaleza, la experiencia, el instinto, una apreciación relexiva de las cosas (Grondin, 2012). Para completar la imagen, el grupo de adultos maduros expresa que la longevidad con una vida plena y gozosa es el ideal en una persona que tiene calidad de vida. De hecho, las cuestiones son poco mencionadas, se dan por sentadas en una vida saludable. Al inal, la objetivación del grupo de maduros parte del concepto de autocuidado, pero también agregan elementos más psicoemocionales como el auto respeto y el respeto por otros, el tener un propósito en la vida y mantener la dignidad como personas, son elementos que forman parte importante del éxito de la calidad de vida. La construcción de las representaciones sociales de la calidad de vida en los adultos mayores Desde el núcleo igurativo de las personas mayores los conceptos más estables son “salud”, “familia”, “economía”, “amor”, “trabajo” y “bienestar”. Si bien comparten estos mismos elementos con los otros grupos, para ellos también son importantes la “alimentación”, preocupación que aumenta pues se observa un mayor puntaje dentro de las redes semánticas, que el que asignan los que están en la edad madura. (ver tabla 1). También se pueden observar elementos únicos de esta edad como “paz”, “tranquilidad” y “hogar” que no son mencionados en las otras etapas vitales, podría indicar que se requiere de tiempo y espacio para relexionar sobre la vida misma y sus circunstancias. Todo parece que en esta etapa del ciclo vital lo importante es saber si la vida que se vive tiene sentido porque tiene un signiicado, se necesita responder a la pregunta de si Construcción de las Representaciones Sociales de la Calidad de Vida en diferentes etapas de la edad adulta. Angélica Razo, et al. /163 la vida ha valido la pena de ser vivida y que sigue habiendo una razón para seguir. Para Frankl los caminos básicos para llegar a este sentido de vida son tres: el trabajo, el amor incondicional y el sufrimiento que se ha sido capaz de soportar para aprender y seguir viviendo (Frankl, 2004). El desarrollo de la percepción de una vida llena de satisfacción, debido a los aprendizajes y las nuevas valoraciones vitales, requiere una nueva percepción de aquellas cosas que dan calidad de vida. Dentro de los elementos de la calidad de vida los adultos mayores incluyen aspectos más psico-emocionales, sociales y espirituales. La paz, la armonía, la felicidad y el amor propio resaltan. En segundo plano se nombra el entorno, el trabajo y en general el aspecto inanciero. Pero también se percibe la calidad de vida como el resultado de la planeación y de las decisiones que se tomaron en etapas anteriores de la vida. Para que la calidad de vida forme parte de las interacciones cotidianas, generalmente tiene que verse relacionada con charlas alrededor de las condiciones de salud, los riesgos de padecer algunas enfermedades y los hábitos de autocuidado. Incluso cuando mencionan que el concepto está en los medios de comunicación, lo asociación más a las campañas sobre cuidar la alimentación y hacer ejercicio para que las personas tengan calidad de vida. “Si se oye más en los medios de comunicación, porque lo primero que dicen, este comer bien y hacer ejercicio, como dijo ella no comer grasas, no comer carne roja y éste y hacer ejercicio, pero también mucha fruta y verdura. Pero en los medios de comunicación, que son los que están tomando todo, pero no todo mundo lo hacemos”. [Clave de informante AMy/S5] Si bien en la adultez madura la idea central es tener calidad de vida para dar a otros, en esta etapa del ciclo vital la idea parece centrarse en tener calidad de vida para “no dar molestias” o “no depender de otros”. Otro aspecto por lo que la calidad de vida es valorada es porque es algo a lo que se aspira para sentirse amada, feliz, para vivir más y mejor. “Para vivir mejor, para querer vivir muchos años, que ya lo traemos el paquete integrado de las enfermedades que van saliendo, pero, yo lo que quiero es seguir viendo crecer a mis nietos, y, agradecerles toda la vida los hijos la ayuda que me han brindado después de la muerte de mi esposo”. [Clave de informante AMy/S1]. Los sentimientos que genera la idea de calidad de vida van de la mano con el sentimiento de felicidad y de logro, junto con la idea del disfrute de cada momento, de afrontar cada día con lo que implique, la calidad de vida como la felicidad que resulta de un esfuerzo consciente por conseguirla. También se marca la idea de un ser supremo “Dios” al que se debe agradecer cada nuevo día. De esta forma se construye una imagen muy clara en la que la inal se ven relejadas como personas, a la pregunta expresa ¿describan a una persona que tiene calidad de vida? abiertamente se describen a sí mismas. “Sería como yo (risas), yo pienso que una persona con calidad de vida tiene una buena actitud con su familia, con la gente que le rodea, este, se enoja, pero controla las emociones”. [Clave de informante AMy/S6] 164/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 149-167 En esta etapa la calidad de vida se ha objetivado, naturalizado y anclado, el núcleo igurativo de la calidad de vida puede llegar a ser, la culminación de una buena vida que se sigue cuidando y disfrutando mientras se tiene. De tal suerte que la persona se convierte en el ejemplo vivo de tener Calidad de Vida. Conclusiones La presente investigación tuvo como objetivo comprender cómo se construyen las representaciones sociales de la calidad de vida en adultos jóvenes, adultos maduros y adultos mayores, que estudian y conviven en los programas de estudio y actividades de la Licenciatura en Gerontología de la UNEVE. De acuerdo con la revisión del signiicado semántico de la Calidad de Vida, dentro de la los elementos que forman el “núcleo central” se pueden observar parámetros generales y comunes, con independencia de la etapa de vida en que se encuentran, entre ellos están Salud, Familia, Bienestar, Economía (dinero), Amor y Trabajo, a partir de las cuales se han establecido las dimensiones con que comúnmente se lleva a cabo la medición del concepto calidad de vida. Existen elementos periféricos giran más en torno a la etapa de vida, intereses y circunstancias que la persona experimenta. La “emoción” por vivir y la “buena vida”, en el sentido del disfrute, están presentes entre los jóvenes, quienes se encuentran en una etapa un poco más hedónica en la que vivir “al máximo” y “con intensidad” es la prioridad. En el caso de los adultos maduros los elementos especíicos son “plenitud”, “respeto” y “responsabilidad” acordes con la etapa de generatividad y productividad que marca Erikson, una etapa llena de responsabilidades que requiere ganarse el respeto de los jóvenes para poder seguir siendo su guía. Finalmente, los elementos que de manera particular asocian los adultos mayores al concepto Calidad de Vida son “hogar”, “Paz” y “tranquilidad”, más arraigados a una posición de sabiduría en la vida, fruto de la experiencia y de la relexión sobre el sentido de vida. Otros elementos periféricos que llaman la atención son la “alimentación”, como componente de la Calidad de Vida observado solamente en las etapas de madurez y vejez; o la “amistad”, que sólo se presenta en los jóvenes y los viejos, en contraste la “felicidad” que es un concepto ausente en la vejez, pero presente en la juventud y la madurez. De manera general, los participantes consideran que tienen calidad de vida. Sin embargo, en los casos en que no lo consideran así, se debe, por un lado, a que la juventud no les ha permitido alcanzar ciertas metas que consideran los llevarían la calidad de vida. O bien, en el otro extremo del ciclo vital, a percibir que en su situación de vida la persona ha tenido que lidiar con conlictos familiares y con decisiones no acertadas, que han dado como resultado la insatisfacción con la propia vida. Es importante señalar que en los tres grupos apareció la posibilidad de tener calidad de vida pese a las adversidades, por ejemplo, las enfermedades. En este sentido, la resiliencia aparece como un elemento importante que permite disfrutar de una buena vida superando la adversidad y construyendo sobre ella. Construcción de las Representaciones Sociales de la Calidad de Vida en diferentes etapas de la edad adulta. Angélica Razo, et al. /165 Si consideramos a cada grupo de edad tenemos que la construcción de la Representación Social de la Calidad de Vida en los adultos jóvenes se encuentra matizada por el discurso de un concepto que todavía no está claro, donde prevalecen la idea de bienestar y equilibrio. Contiene un fuerte componente subjetivo y personal donde la vida en sí misma no se percibe tan valiosa per se, sino como una consecuencia directa de las condiciones de vida y de las actitudes y decisiones que se toman en el curso vital. Esta imagen se ha objetivado como un objeto aspiracional que los motiva a ser una persona realizada, segura, feliz, con buena actitud hacia la vida y con sus necesidades básicas cubiertas. Por otro lado, la representación social de la calidad de vida para los adultos maduros se construye en la cotidianidad donde el concepto se ve asociado a los espacios de la salud y la educación. También perciben ciertas acciones gubernamentales como tendientes a re-educar a la población en acciones de prevención de la salud. Desde una postura más crítica, para ellos, el concepto es algo impuesto que trata de que las personas consuman o sientan que sólo tienen calidad de vida si adquieren ciertas cosas ya establecidas por intereses mercantiles o políticos, a través del gobierno. Al inal, la objetivación es este grupo se da a partir del concepto de autocuidado, pero también se agregan elementos más psicoemocionales como el auto respeto y el respeto por otros, el tener un propósito en la vida y mantener la dignidad como personas. Finalmente, en el campo de la representación social de la calidad de vida de las personas adultas mayores se observa el pensamiento de que se tiene calidad de vida cuando se han realizado una serie metas, o se han alcanzado ciertos logros en la vida, lo que les otorga la sensación de estar viviendo una vida feliz, tranquila, plena, con buena actitud, es entonces que se “introyecta” la idea de que se ha alcanzado una vida con calidad y se interpreta como tener calidad de vida. Al inal, la representación social de la calidad de vida se va construyendo con el tiempo de vida, se asimila de acuerdo con la historia y las necesidades vitales y se convierte en el resultado de la responsabilidad y la actitud hacia la propia vida. De tal suerte que los elementos de política pública y de medición gubernamental con el que este concepto nació, se pierden en el pensamiento de sentido común. La representación social de la calidad de vida se objetiviza, ancla y naturaliza, sintetizándose en las decisiones de los individuos, y en el autocuidado de la propia salud. Para el pensamiento de sentido común tener calidad de vida ya no es tanto responsabilidad del Estado, como de las propias acciones. Referencias Bibliográicas ÁLVAREZ BERMÚDEZ, J. (2004). «El contexto social y teórico del surgimiento de la teoría de las representaciones sociales». En E. Romero Rodríguez, Representaciones Sociales: Atisbos y cavilaciones del devenir de cuatro décadas, 29- 53. México: Benemérita Universidad de Puebla. ARANGUREN ECHEVERRÍA, J. (2000) “Resistir en el bien, razones de la virtud de la fortaleza en Santo Tomás de Aquino. España: Eunza. 166/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 149-167 ARANIBAR, P. (2001). Acercamiento conceptual a la situacion del adulto mayor en América Latina. Santiago de Chile: Cepal. ASILI, N. (2004).Vida plena en la vejez. México: Pax México. BANCHS, M. 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Desse modo, o estudo propõe uma relexão sobre as iniciativas artísticas, criativas e culturais nas diferentes comunidades da cidade de Ivoti, RS, de acordo com o conceito de cidades criativas desenvolvido pelos autores do referencial teórico. Para tanto, a partir do Plano da Secretaria da Economia Criativa, delimitou-se o Escopo dos Setores Criativos do Ministério da Cultura (2011), do qual se propôs uma relação com as iniciativas reconhecidas pelo departamento municipal correspondente. Assim, utilizou-se o método de pesquisa exploratória descritiva e qualitativa, que incluiu procedimentos metodológicos como revisão bibliográica baseada em autores sobre o conceito de cidades criativas apontado por Marinho (2009), Reis e Marco (2009), Reis e Kageyama (2011), Reis (2012), Vivant (2012) e Landry (2013), pesquisa de campo que Recibido: 15-02-2017 / Aceptado: 06-10-2017 * Universidade Feevale, Novo Hamburgo/RS, Brasil E-mail: lucianos@feevale.br noronha@feevale.br / marsal@feevale.br marysga@feevale.br 170/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 169-198 contou com entrevistas junto ao poder público de Ivoti, RS, coleta de informações via internet e in loco, em que realizouse um levantamento sobre as iniciativas artísticas, criativas e culturais no município. Entre os resultados observou-se que Ivoti, RS possui iniciativas convergentes ao conceito de cidades criativas conforme proposto pelos autores pesquisados, bem como potencial para desenvolver-se como uma cidade criativa. Palavras-chave: Arte e cultura; cidades criativas; setores criativos, indústria criativa; economia criativa; Ivoti, RS. Creative cities: a look on the artistic, creative and cultural initiatives of Ivoti, RS, Brazil Abstract the concept of creative cities is deined as a joint process between creativity, culture and the city, able to continuously transform their socioeconomic structure based on the creativity of its people, combined with their cultural singularities. In this way, the paper ofers a relection of the artistic, creative and cultural initiatives in diferent communities of the city of Ivoti, RS, according to the concept of creative cities developed by the authors of the theoretical reference. Therefore, the Creative Economy Plan of the Ministry of Culture, delimited to the Scope of the Creative Industries (2011), which proposed a relationship with the initiatives recognized by the corresponding municipal departamento. Thus, it was used the method of descriptive and exploratory qualitative research that included methodological procedures as author-based literature reviewing on the concept of creative cities appointed by Marino (2009), Reis and Marco (2009), Reis and Kageyama (2011), Reis (2012), Vivant (2012) and Landry (2013), ield research that included interviews with Department of Culture and Tourism of Ivoti, RS, information gathered via internet and on-site carried out a survey of the artistic, creative and cultural initiatives in the city. Among the results it was observed that Ivoti, RS initiatives have converged to the concept of creative cities proposed by the researched authors, as well as has potential to develop as a creative city. Las ciudades creativas: una mirada sobre las iniciativas artísticas, creativas y culturales de Ivoti, RS, Brasil Luciano Schmitz, et al. /171 Keywords: Art and culture; creative cities; ctive sectors, reacreative industry; creative economy; Ivoti, RS. 1. Introdução Ao relacionar iniciativas artísticas, criativas e culturais nas diferentes comunidades de Ivoti, RS, partiu-se de Reis e Marco (2009) para abordar o conceito de cidades criativas, que seria aquela que tem capacidade de transformar constantemente a sua estrutura socioeconômica, baseada na criatividade de seus habitantes, por meio de uma aliança entre as suas singularidades culturais e vocações econômicas. Nesta perspectiva, em uma economia criativa, ao se considerar que “as transformações nas formas de produção, consumo e convivência social nas sociedades modernas têm no conhecimento e na criatividade sua base dinamizadora” (MINC, 2011: 9), os campos do escopo dos setores criativos “constituem fator de altíssima relevância no desenvolvimento social, econômico e político de um país” (MINC, 2011: 9). É importante considerar o engajamento entre as pessoas e os espaços urbanos, visto que tal processo gera uma profunda conexão entre sua identidade e a essência da cidade (REIS; KAGEYAMA, 2011). A escolha do município de Ivoti, RS deu-se em função do seu potencial cultural e por sua localização na região do Vale dos Sinos. A memória da imigração alemã e japonesa é parte do seu legado imaterial e material, que contribui para o fortalecimento turístico na região, em função do representativo acervo patrimonial, histórico e cultural da cidade. Ivoti, RS destaca-se pela valorização e preservação do legado cultural histórico desta comunidade, como é o caso das antigas casas construídas por imigrantes, em estilo enxaimel1. Culinária, artesanato, língua, arquitetura, eventos, dança e outros costumes, também podem ser vivenciados neste município que compõe a Rota Romântica, caminho colonial localizado na serra ao norte do Estado e corta o interior deste município e de municípios vizinhos (DHEIN, 2012: 14-15). Neste artigo, além de tratar de uma revisão teórica sobre o conceito de cidades criativas, é realizado um estudo teórico e empírico por meio da pesquisa de campo, em que procurou-se identiicar em Ivoti iniciativas artísticas, criativas e culturais, a partir do Escopo dos Setores Criativos (MINC, 2011: 21), relacionando o levantamento realizado com as iniciativas reconhecidas pelo poder público local. Entre os resultados parciais, observou-se que Ivoti possui iniciativas artísticas, criativas e culturais, convergentes ao conceito de cidades criativas, indicativo de que há uma aproximação teórica-empírica em relação ao tema investigado. 1 O termo denomina a construção de casas que são utilizadas madeiras com encaixes para formar estruturas rígidas, e depois de ser colocado o telhado, seus vãos são preenchidos com taipas, barro e/ou tijolos (ENXAIMEL, [2013?]). 172/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 169-198 2. Metodologia Como procedimentos adotados, partiu-se de uma revisão bibliográica por meio de pesquisa exploratória descritiva e qualitativa (PRODANOV; FREITAS, 2013), com a inalidade de conceituar as cidades criativas, em que utilizou-se autores como Marinho (2009), Reis e Marco (2009), Reis e Kageyama (2011), Reis (2012), Vivant (2012) e Landry (2013). Também realizou-se uma pesquisa de campo, processo que envolveu uma entrevista elaborada a partir de um roteiro semiestruturado, aplicada junto ao Departamento da Cultura e do Turismo de Ivoti, RS (com gestores e agentes públicos), entre os dias 27/06/2015 e 02/07/2015. Para complementar o objetivo proposto, também se fez um levantamento de informações na internet, a partir de canais oiciais da prefeitura de Ivoti, como sites e redes sociais utilizadas para divulgação de atividades relacionadas à temática desse estudo. Quanto a delimitação de pesquisa de iniciativas artísticas, criativas e culturais de Ivoti, RS, utilizou-se o Escopo dos Setores Criativos (MINC, 2011: 21)2, deinidos a partir dos seguintes campos: patrimônio, expressões culturais, artes de espetáculos, áudio visual e livro, da leitura e da literatura, e das criações funcionais. Assinala-se que, durante a pesquisa exploratória, também localizou-se indicadores voltados para medir e monitorar cidades criativas nas seguintes bibliograias: o Índice da Cidade Criativa, criado por Landry e Hyams (LANDRY, 2013: 65)3; e, o Índice de Criatividade das Cidades, desenvolvido pela Federação do Comércio de Bens, Serviços e Turismo do Estado de São Paulo (FECOMERCIO SP, 2012a; 2012b, online)4. Todavia, optamos pela adoção de indicadores reconhecidos e adaptados pelo Ministério da Cultura, elemento empírico compreendido 2 O Plano da Secretaria da Economia Criativa foi desenvolvido pelo Ministério da Cultura (MINC), a partir de textos de autores e especialistas como: Celso Furtado, Oswaldo de Rivero, Pablo Ortellado, Allan Rocha de Souza, Roberto Freitas Filho, Marcos Wachowikz, Roberto Fragalle Filho, Humberto Cunha, Tânia Bacelar Araújo, Isaura Botelho, Paulo Miguez, César Ricardo Siqueira Bolaño, Enrique Jeronimo Saravia, Ana Carla Fonseca Reis, Frederico Barbosa, Cristina Pereira de Carvalho Lins, Jurema Machado, Adolfo Melito, Lala Deheinzelin, Lia Calabre, Francisco Humberto Cunha, Carlos Lopes, Adolfo Menezes Melito; e, de conceitos e modelos de instituições como: ONU, UNCTAD, PNUD, UNESCO, BNDES, IBGE, FIRJAN, RAIS, BNDES, CEF, Banco do Brasil, do Nordeste e da Amazônia, Petrobras, Eletrobras, Correios, Furnas, CHESF, SEBRAE, SENAC, CNI, SESI, SESC, UNITAR, OEI, FINEP, CNPq, APEX, Equipe da SEC, CNPC; ministérios: MDIC, MTE, MJ, MMA, MTR, ME, MC, MCTI, MEC, MRE, MCID, MDCF, Gabinete da Presidência; secretarias: SAE, SPM, SECOM, SEMPE, SPC, SAV, SCDC, SEFIC, FUNARTE, IPHAN, IBRAM, Fundação Cultural Palmares, Fundação Casa de Rui Barbosa, DRI, representações regionais, secretarias estaduais e municipais de cultura: 21 estados e 13 municípios. 3 Direcionado por dez domínios, a proposta consultiva dos autores visa avaliar por meio de uma grande quantidade de perguntas aspectos diversos, dentre os quais, pode-se airmar que este artigo atende em boa parte ao segundo indicador, que representa as características distintivas, a diversidade, a vitalidade e a expressão de uma cidade. 4 Visa analisar o potencial criativo de uma cidade através das condições sociais, econômicas e de emprego destas, diferentemente da proposição deste artigo, que visa identiicar iniciativas potenciais de uma cidade criativa. Las ciudades creativas: una mirada sobre las iniciativas artísticas, creativas y culturales de Ivoti, RS, Brasil Luciano Schmitz, et al. /173 como relevante para este estudo, uma vez que, esta é a proposta adotada como política pública da Secretaria de Economia Criativa5. Os dados obtidos foram analisados conforme proposta de Bardin (2011), por meio dos seguintes passos: 1) pré-análise, que neste estudo baseou-se nos autores citados; 2) exploração do material, em que foi realizada a identiicação dos campos relacionados à delimitação, a partir do levantamento de dados, pesquisa in loco e entrevistas; 3) tratamento dos resultados obtidos, realizado por meio do enquadramento das iniciativas identiicas com os campos relacionados na delimitação; e, 4) inferência e interpretação, através de análise e comparação entre o conceito de cidades criativas e o levantamento realizado pelo escopo deinido. 3. Cidades Criativas: Identidade, Cultura e Inovação Para se chegar à correlações do conceito de cidades criativas com as iniciativas artísticas, criativas e culturais de uma cidade, adota-se inicialmente, o que Landry (2013) desenvolveu quanto às transformações que um ambiente urbano pode trazer, e, que diante da complexidade do tecido humano que se apresenta, não pode haver uma atitude de conformidade. Ao contrário, uma vez que os modos de funcionamento de uma cidade reletem em sua cultura elementos essenciais da personalidade que elas têm, merecem uma capacidade criativa maior, aim de incentivar e legitimar o uso dessa criatividade dentro das esferas pública, privada e comunitária. Conforme o autor sugere, cidades criativas precisam ser mais resilientes e sustentáveis, rompendo positivamente barreiras e adversidades, por meio de um processo de adaptação e evolução criativa. A solução que o autor (ibid.) aponta, centra-se na mudança de mentalidade, que deve estar disposta a reavaliar as coisas abertamente de forma lexível e criativa, a im de alavancar novas perspectivas de futuro geradas a partir da valorização da cultura local. Logo, compreendese que A cidade criativa é um sentimento […]. É um [...] movimento, […] de energia; [...] em repouso, [ou] aguardando para ser liberada, [...] “eletricidade solta”, que estimula seus cidadãos. Tanto cidades grandes quanto pequenas podem ter esse ambiente. […] A cidade se torna criativa ao dar vazão a um conjunto de condições, por meio das quais […] pequenos atos podem acontecer e vão se somando mais rápido do que os problemas que lhes fazem de contraponto. (KAGEYAMA, 2009: 55-56). 5 Durante a revisão deste artigo, veriicou-se que a Secretaria da Economia Criativa (SEC) do MINC foi extinta, conforme aponta Cláudia Leitão (AGENCIA SENADO, 2015, online; LEITÃO, 2015, online), e pela identiicação de sua aparente substituição pela Secretaria de Educação e Formação Artística e Cultural (MINC, 2015, online). Entretanto, o MINC não deixa transparente tal processo de transição: institucional, organograma, fale-como-minc e economia-da-economia-criativa-sec (MINC, [2016~a]; [2016~b]), tal como o contato da SEC (61) 2024-2818 / 2942, sendo que, inclusive, identiicou-se a SEC referenciado como unidade administrativa com um limite de movimento no valor de R$ 570 mil reais para concessão de diárias e passagens no exercício de 2016 (DOU, 2016, online). 174/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 169-198 Ao ressaltar a importância em repensar o papel e a inalidade das cidades, em termos econômicos, culturais e sociais, Landry (2013) indica a urgência em rever como administrar sua crescente complexidade. Aponta a necessidade de uma nova abordagem para que sejam criadas oportunidades interessantes, por meio da curiosidade, imaginação e criatividade de seus membros, para que possam desenvolver conjuntamente invenções na resolução de problemas urbanos incontroláveis. Ao que acrescenta, para a cidade reagir de forma apropriada faz-se necessário uma infraestrutura, além do hardware, com funcionalidades nos diferentes luxos e estruturas. Logo, o autor (ibid.) sugere que o elemento essencial para esta transformação, centra-se em seu software, como relexo de como as comunidades se sentem, intuem, interagem, se identiicam e veem oportunidades de se desenvolverem aproveitando suas habilidades e talentos. A criatividade, matéria-prima e base de valor, dependerá de um senso de apropriação que empoderem os cidadãos a partir de soluções próprias, a im de rever como as diiculdades são vistas. Conforme indica (ibid.), somente a partir da liberação da criatividade dos cidadãos, das organizações e da cidade, é que pessoas comuns poderão fazer o extraordinário acontecer, ao terem a chance de que um processo democrático potencializador se instaure, por meio da delegação de poderes, em um contexto de imaginação aplicada. Assim, a criação de poder, riqueza, prosperidade e o acesso das pessoas à felicidade estarão relacionados a novos modelos de desenvolvimento, baseados em aspectos qualitativos, […] nossa viabilidade como espécie depende de um novo modo de entender o desenvolvimento, no qual a criatividade tem papel fundamental para [os] desaios da humanidade. (PARDO, 2009: 88). Para provocar transformações, Howkins (2009) destaca a necessidade de uma ecologia criativa, envolvendo a integração de quatro elementos: diversidade, mudança, aprendizado e adaptação. Já Pardo (2009) indica que não estamos diante de uma crise econômica, mas sim, de uma mudança de paradigmas relacionada à desaios ambientais, demográicos e culturais, baseado em um modelo de crescimento quantitativo e especulativo, que considerava apenas o emprego, a exploração e o aumento da demanda, excedendo os limites da capacidade do planeta. Conforme Martins (2009), os 3 Cs de Landry mostram-se imprescindíveis neste contexto de cidade criativa, sendo estes: (1) Cultura, enquanto identidade da cidade, seu patrimônio, seu passado e a imagem que esta projeta no seu presente e induz seu futuro; (2) Comunicação, enquanto modelos de aproximação (físicos, tecnológicos) dos seus habitantes e minimização dos conlitos e afastamentos; e, (3) Cooperação, enquanto interação e aceitação explícita da diversidade. Para Landry (2013), o ambiente construído é crucial para criar um meio social, pois depende de um ambiente físico diverso, o qual promova a sociabilidade, o intercâmbio e a mistura para maximizar seu potencial, visto como aceleradora de oportunidades, ou seja, precondições físicas ou uma plataforma para o meio social criativo gerar um luxo de ideias e invenções. Essa mudança de mentalidade deve ser vista mais como um processo do que um plano não estático, mas dinâmico, Las ciudades creativas: una mirada sobre las iniciativas artísticas, creativas y culturales de Ivoti, RS, Brasil Luciano Schmitz, et al. /175 continuamente alerta e estrategicamente ágil. E, ao que acrescenta Kageyama (2009), para se atingir esse ponto de ruptura, faz-se necessária uma camada extra de liderança formada por ativistas urbanos e agentes de mudança, [...] por necessidade, quando o sistema falha em responder às suas necessidades [...] agem de modo muito localizado, mas ao verem que não precisam de permissão para agir e que podem fazer a diferença, eles começam a impor sua vontade a outras áreas. Quando [...] atuam em rede, seu impacto cresce, sua coniança aumenta e eles inspiram outros agentes de mudança em suas comunidades. (KAGEYAMA, 2009: 57-58). Uma cidade criativa requer uma mentalidade que ofereça condições para as pessoas tornarem-se agentes da mudança em vez de vítimas, ao utilizarem qualidades como inteligência, capacidade inventiva e aprendizado ao longo do caminho. Do contrário, há uma tendência dessa mentalidade se tornar estreita, sem imaginação e inlexível (LANDRY, 2013). A cidade criativa, [...] é um sistema social, cultural e econômico de natureza urbana, no qual a criação de oportunidades, prosperidade e riqueza está baseada na habilidade de gerar valor com a força de ideias, informação, conhecimento e talento. (PARDO, 2009: 88). Veriica-se que o valor agregado nas cidades criativas ocorre por meio de ações voltadas para a diversidade cultural, que enriquece o capital simbólico pela criatividade e inovação. Dessa forma, gera-se consumo de bens culturais que promovem renda, inclusão e desenvolvimento humano. Considera-se ainda, que quase um terço dos ativos nas economias ocidentais são pertencentes a classe criativa, dominante numérica, econômica, social e cultural (Florida, 2011). Logo, a transformação socioeconômica passa a ocorrer por meio da valoração, potencialização e multiplicação intangível da produção e do consumo de bens culturais e sua riqueza simbólica. Assim, torna-se importante viabilizar uma sistemática que atenda às necessidades dos meios de produção, circulação e consumo de experiências culturais. Ao que ressalta Reis (2009), para compreender a criatividade no espaço urbano, a cidade deve ser vista como um ser vivo em constante mutação, pois sua formação é concretizada por pessoas e suas relações físicas, sociais, culturais e econômicas. Neste contexto, aponta que a criatividade [...] impulsiona a busca de novos arranjos de governança entre público, privado e sociedade civil; de formas alternativas de inanciamento (mais voltadas ao capital de conhecimento do que às garantias físicas); de inovações na gestão da cidade; de valorização da criatividade; e de busca de modelos colaborativos, nos quais todos ganham (ao invés de competitivos, nos quais um ganha no curto prazo e todos perdem). (REIS, 2009: 240). Ao que indica Reis (2012), nunca antes se discutiu tanto a cidade e suas problemáticas, mesmo que estas apresentem-se intransponíveis a desaios próprios. Dinamismo e capacidade de reinventar-se permitiria alinhar o tecido urbano para possíveis expansões 176/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 169-198 e retrações, de forma que questões estruturantes como educação e o acesso à tecnologia e mobilidade, estimulem o engajamento e proporcionem elos fortes para que os habitantes apropriem-se da cidade. Assim, [...] expandir os mapas mentais e afetivos que cada um de nós faz de sua cidade a torna una. Cuidar do micro, sentindo-se parte do macro. E esse deslocamento do olhar, da parte para o todo, do produto para o processo, da criatividade individual [e] dos mapas individuais para os coletivos, que iça as velas da cidade criativa. (REIS, 2012: 152). Pode-se dizer que, nas cidades criativas, ocorre uma inversão de valores em relação as cidades industriais e pós-industriais, em que o consumo de bens simbólicos prevalece sobre o consumo de bens materiais, o que gera impacto econômico e cultural, visto que os ativos criativos promovem crescimento e desenvolvimento. Todavia, a mudança de software, ou seja, a mentalidade relacionada a uma cidade criativa, conforme sugerem os autores estudados, parece exigir um esforço comunal, uma vez que há necessidade de um engajamento por parte de muitos atores inseridos em comunidades e áreas diversas, uma complexidade ímpar que, sobretudo, depende de um processo de transformação cultural intenso e profundo. Tal processo, parece estar muito distante da realidade brasileira, visto que também envolve instâncias políticas conectadas aos interesses que devem partir de todos em prol de todos. Pardo (2009) ressalta que, a cidade criativa deve se voltar para a cultura da inovação. No fator cultural das comunidades como dimensão a social, indica a necessidade de um estímulo natural para promoção de talentos individuais e coletivos, base para a cooperação estratégica entre agentes econômicos, sociais e culturais. Enquanto Verhagen (2009), reforça que a cidade criativa deve ser limpa, verde e segura, mas acima de tudo, deve compor uma identidade distintiva e atividades suicientes para oferecer aos moradores algo que lhes deixem orgulhosos. Conforme sugere Marinho (2009), a cidade criativa é um conceito ainda em formulação. Apresenta características diversas que estimulariam uma economia especíica, baseada na cultura e na tecnologia, com a diferença que o conhecimento (criatividade e capital intelectual) se tornariam os principais recursos de produção, pois seriam inesgotáveis. Logo, ao incentivá-los, seria possível gerar potencial de desenvolvimento com estímulo de serviços, do turismo, da moda, das mídias, do entretenimento e de centros tecnológicos. Lerner (2009) sugere que embora nem todas as cidades sejam criativas, todas têm esse potencial, visto que, em essência, dependem da mobilização dos esforços de seus cidadãos com habilidades para construir e realizar um sonho coletivo. Assim, aponta que deve ser fortalecida e estimulada a solidariedade, a coexistência da sociodiversidade com qualidade de vida, conectada a um sentimento compartilhado pela identidade, autoestima e pertencimento, ou seja, uma capacidade mais humana e criativa. Cidades e territórios criativos são [...] espaços de articulação das diversas formas de manifestações e segmentos culturais. A integração de infraestrutura física e imaterial, em suportes tecnológicos, cria novas inteligências e gera economias Las ciudades creativas: una mirada sobre las iniciativas artísticas, creativas y culturales de Ivoti, RS, Brasil Luciano Schmitz, et al. /177 de escala de difícil mensuração. As cidades criativas ampliam oportunidades de ofertas culturais; utilizam elementos simbólicos para a geração de produtos, serviços e negócios; criam novos mercados [...]. (MARINHO, 2009: 251-252). Rotem (2009) sugere que haja nas cidades criativas um esforço em inspirar todas as pessoas por meio de um valor social mais humano, baseado em uma energia positiva da criatividade e na oferta de “ambientes estimulantes para todos, ao invés de se concentrar em uma clientela mercurial, [que] nem ao menos consiste na maioria de seus habitantes” (ibid.: 139-140). Neste sentido, Verhagen (2009) retrata a atratividade de uma cidade criativa, que além de oferecer oportunidades de desenvolvimento por meio da economia criativa, deveria buscar um melhor desempenho conduzido por expressões criativas, já que a criatividade precisa de inspiração. Logo, deveria existir uma preocupação com a arquitetura e o patrimônio, importantes ferramentas de identidade que precisam estar abertas para que ocorram interações. Percebe-se que a promoção de inúmeros benefícios socioeconômicos dependem do incentivo de uma gestão descentralizada, a qual potencializaria uma produção criativa por meio de uma identidade local com um posicionamento claro e forte. O que Vivant (2012) indica ao explicar que satisfazer as necessidades dos habitantes deve ser o objetivo primeiro das políticas culturais, a im de oferecer aos cidadãos momentos de relaxamento e de distração, de descontração pessoal e de relexão, de prazer estético e de deleite. Guaramiranga, no Brasil é exemplo de cidade que incentiva a criatividade. Conforme Reis (2009), neste caso veriica-se alguns elementos comuns em ações bem sucedidas, tais como: a governança clara e políticas públicas com continuidade, a convergência de interesses públicos, privados e da sociedade civil, o engajamento da comunidade e o investimento em educação e cultura. Visão de uma cidade criativa apontada por Carvalho (2009), que seria Aquela capaz de transformar seu contexto socioeconômico com base na valorização da cultura local, das particularidades que fazem a diferença de cada um e de cada parte. O que é fruto da criatividade se transforma em potencial econômico individual e coletivo. A economia criativa tem o poder de transformar, de mudar, de dividir, de repartir e de incluir. [...] estimula os talentos, a diversidade e dá condições para que se agregue valor econômico e se dê vazão à geração de negócios [...]. (CARVALHO, 2009: 18). Para Pardo (2009), não há dúvida que uma governança democrática é essencial, pois além de gerar consenso e coniança, diminuiria riscos diversos. Sem um processo equitativo, o progresso gerado além de inferior, geraria custos elevados e um esforço superior por parte de todos os agentes. Assim, Martins (2009) indica que o esforço isolado de governantes para tornar lugares em cidades criativas, não valeria à pena sem a adesão dos que vão usá-las e vivê-las. Portanto, é importante integrar e criar uma relação harmoniosa entre os que têm a força das ideias e aqueles que têm o poder para que as cidades criativas se desenvolvam, a considerar movimentos autônomos de dinâmicas 178/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 169-198 criativas, que deveriam ser apoiados, reconhecidos, promovidos e incentivados pelos poderes públicos das cidades. Verhagen comenta: A economia criativa prospera com o talento. […] formada por empresas novas e pequenas. Quando os governos se perguntam como podem [estimulá-la] [...], uma das respostas é: criando um clima amistoso para as empresas iniciantes, de modo que mais pessoas comecem seus próprios negócios. [...] capaz de se reinventar continuamente. (VERHAGEN, 2009: 114-115) Conforme veriica Pardo (2009), é na comunicação das novas ideias que se veriicaria um facilitador para o desenvolvimento e a transformação de novos produtos e serviços. Assim, o fator inovativo deveria ser visto como resultado da viabilidade para geração de uma criatividade, que também promoveria valores de mudança, melhoria e progresso em todas as atividades econômicas, sociais e culturais, aprimorando a qualidade de vida socioambiental e contribuindo para elevar atratividade de uma cidade em um cenário econômico. Neste contexto, caberia uma relexão a cerca da sustentabilidade, que possui intrincada as dimensões socioambientais, por vezes percebidas como contraproducentes diante da dimensão econômica, unidimensional se considerada como mais nobre. Desta maneira, para ins evolutivos, ao que parece os meios acabam por justiicarem alguns ins, uma relação direta à gentriicação6 como consequência de uma proposta de renovação urbana que não seja democrática e participativa. Como problemática, ocorre a remoção de antigas comunidades de camadas sociais sem poder aquisitivo ou não conectadas culturalmente a um projeto urbano proposto, sendo expurgados normalmente pelos que detêm força política e poder aquisitivo, sem se preocuparem em oferecer proposições mais humanizadas e respeitosas. Projetos condizentes ao próprio discurso de estímulo à criatividade, um ativo considerado universal, deveriam propor transformações e acima de tudo serem inclusivos, visando capacitar esses atores de forma justa na busca de resoluções concretas e pertinentes, inserindo-os em um processo inovativo e transformador para que participem ativamente na construção de uma cidade criativa. Para além de resolver problemas de forma incomum, o desaio crucial está em como as cidades podem tornar visíveis seus atributos criativos no seu ambiente físico, e assim, a capacidade de se comunicar de forma icônica torna-se fundamental. É o que indica Landry (2013). Ao se pensar sobre as narrativas das cidades, Vivant (2012) ressalta que as descobertas cientíicas e os pequenos prazeres da vida estão no coração desses núcleos 6 Ver MONTEIRO, C; LIMEIRA, J. Revitalização, Habitação e Gentriicação. In: LACERDA, N.; ZANCHETI, S. M. Plano de Gestão da Conservação Urbana: Conceitos e Métodos. Olinda, PE: CECI, 2012. p. 262-278. Disponível ct.ceci-br.org/ceci/br/publicacoes/livros/164-livros.html Acesso 09 mai. 2016. Las ciudades creativas: una mirada sobre las iniciativas artísticas, creativas y culturales de Ivoti, RS, Brasil Luciano Schmitz, et al. /179 urbanos e deinem-se pela qualidade de serendipidade7 8. Um caráter próprio da caminhada e deambulação, em que os acasos na cidade oferecem ao passante surpresas, associações inéditas, encontros improváveis e fortuitos. Elementos que alimentam a criatividade, momentos em que os criadores fazem emergir novas ideias, e que propõem novas formas e maneiras de fazer. Conforme aponta o autor (ibid.: 83), o “passante, ao sabor de seu humor, circula, demora-se, volta-se e descobre, na esquina de uma rua, uma passagem coberta, uma loja inédita, uma construção surpreendente”. Para Rotem (2009), os territórios em espaços públicos são deinidos pela sua regulação espacial, portanto, ao analisá-los, são reveladas atividades potenciais esperadas e/ou inesperadas, em que vários encontros e movimentos podem ocorrer. A diferença encontrase na mentalidade das pessoas quanto ao uso que fazem destes espaços, que devem oferecer a possibilidade de atividades diversas que possibilitem a liberdade de escolha, como participar de manifestações políticas, de procissões religiosas, apenas cruzar a rua para pegar o ônibus, ou correr no parque ouvindo música. Ou seja, “o que fazer, com quem, como e por quê. Essa liberdade é o que as pessoas criativas querem” (ROTEM, 2009: 141; 147). Fica claro que a história de uma cidade criativa dá-se através de experiências culturais, um fenômeno global que nitidamente oportuniza a distinção de um lugar, em função de virtudes percebidas e narradas. Reis (2012) airma, a cultura nas cidades criativas representa sua digital. É justamente o que lhes oferece singularidade e uma ininidade de entrelaçamentos que geram impactos e benefícios socioeconômicos, que favorecem a construção de ambientes criativos para o que é diferente. As cidades criativas são generosas quanto às suas conexões com a região, seu país e com o restante do mundo, logo, “conexões entre público e privado; conexões entre diversidades; conexões entre o tangível e o intangível; conexões entre as chamadas ‘áreas de saber’, já que a criatividade é transversal a todas elas” (REIS, 2012: 151). É importante ressaltar que, o aspecto crucial nas cidades criativas não centra-se sobre qual setor aplicar essa criatividade, mas sim, de qual fonte esta emana, isto é, seus talentos criativos. Aponta portanto que, Esse deslocamento de ênfase – do destino para a origem – e sua potencial mobilidade entre setores e proissões trazem impactos profundos na forma como capacitamos nossos talentos. [A] cidade criativa [está] em permanente estado de transformação; é uma cidade em processo, em vez de uma cidade que se oferece como produto; tem uma cultura própria [...], com abundância 7 Serendipidade é a aptidão, faculdade ou dom de atrair o acontecimento de coisas felizes ou úteis, ou de descobrilas por acaso. A etimologia da palavra inglesa serendipity que foi cunhada em 1754 pelo escritor inglês Horace Walpole, advém de um antigo conto persa intitulado ‘Os três príncipes de Serendip’, cujos heróis sempre davam com coisas sem ter procurado por elas. Disponível houaiss.uol.com.br/busca?palavra=serendipity Acesso 09 mai. 2016. 8 A deinição de serendipidade associa-se ao termo lâneur, que representa andar ociosamente, sem rumo ou sentido certo, lanear ou lainear é um vaguear, perambular ou deambular, seria um avançar lentamente e sem direção certa. Do francês lâner (1808) e na forma lanner, o vocábulo de origem em dialeto documentado em 1645 na Normandia, só tardiamente entrou no uso geral. Disponível houaiss.uol.com.br/busca?palavra=lanar Acesso 09 mai. 2016. 180/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 169-198 de inovações e múltiplas conexões. [...] [Portanto, uma] mudança de prisma e necessária, se quisermos encontrar soluções para nossos problemas de conexões intraurbanas – o pior deles, a mobilidade. (REIS, 2012: 151). Para Vivant (2012), a importância das cenas e dos espaços da criatividade artística of, na constituição de um sistema de produção através de zonas de intemperança, lugares de imprevistos e surpresas urbanas. Uma forma de respiro para que seus habitantes e visitantes saiam da rotina e dos hábitos cotidianos. A reputação of ultrapassa a comunidade e inscreve-se numa história coletiva da vida cultural e artística da cidade, que vai além da representação da cidade, elementos essenciais de sua imagem, que, por meio dessas cenas oferecidas em espaço de expressão para diversos gêneros musicais, revitalizam e reinventam a paisagem cultural e noturna das cidades. O que pode sugerir uma ideologia elitista, a qual Reis (2012) esclarece, [nas] cidades criativas, de modo mais amplo, e [na] economia criativa, de modo mais especiico, só serão mais inclusivas se forem realizados investimentos que capacitem e gerem um ambiente favorável a participação das classes desfavorecidas na dinâmica criativa. A criatividade tem pouco impacto, se não se converter em inovação – econômica, social, cultural, urbana. A inclusão não requer medidas assistencialistas e sim de empreendedorismo, capacitação, pesquisa e infraestrutura. (REIS, 2012: 103). Landry (2013) airma que nas regiões urbanas com foco estratégico adequado, a criatividade atua como roteiro para os diversos fatores, o que contribui para explorar os recursos socioambientais, desenvolvendo-os cada vez mais. Portanto, a cultura da curiosidade deveria ser uma competência utilizada para moldar tecnicalidades do planejamento e desenvolvimento urbano, suas normas e regimes de incentivos. Assim, o estímulo criativo não viria a ser um complemento marginal para avaliação de assuntos importantes, do contrário, determina o modo de pensar de uma cidade, sobre si mesma, e contribui para sua visão de futuro. Todavia, Vivant (2012) alerta, instrumentalizar a cultura não tem sentido algum se não houver a devida apropriação da história local e a construção de uma política cultural alinhada. A criação de novos equipamentos culturais visa dotar a cidade de uma infraestrutura de prestígio, em torno da qual se articula o conjunto do projeto urbano. [...] certos atrativos, como os museus, constituem destinações turísticas por si sós e geram recursos econômicos, beneiciando toda a cidade. [...] esses equipamentos são concebidos como ferramentas de reestruturação urbana, criando novas centralidades e novos luxos e contribuindo para [...] reabilitação simbólica da cidade. (VIVANT, 2012: 71-72). Reis (2012) enfatiza, a ludicidade é o modo de incremento da criatividade nas cidades criativas, fazendo-as serem sentidas e conferindo-as sentido. Ênfase que Vivant (2012: 71) também aborda ao airmar que “a cultura desempenha um papel predominante, como vantagem comparativa em matéria de oferta de serviços e, ao mesmo tempo, como ferramenta de transformação e de desenvolvimento econômico”. Portanto, conforme Las ciudades creativas: una mirada sobre las iniciativas artísticas, creativas y culturales de Ivoti, RS, Brasil Luciano Schmitz, et al. /181 ressalta Landry (2013), faz-se necessário compreender o urbanismo, assim como a dinâmica e o iconismo das cidades criativas de forma holística, por meio de uma cultura de franqueza e curiosidade essencial, o que envolve adotar um espírito que valorize o debate, o pensamento crítico e o aprendizado, para que então as cidades criativas ofereçam algo para a sociedade e o mundo. Há de se reletir quanto aos processos evolutivos instaurados, visto que mecanismos exógenos nem sempre são devidamente apropriados para uma realidade endógena, gerando o expurgo daqueles que não são compreendidos como apropriados para um projeto urbano. Como relexo direto que afeta densamente diversas camadas não percebidas, faz-se necessário que o verdadeiro sentido de narrativa seja compreendido como aquela que descreve como as coisas são, promovendo transformações e mudanças de forma propositivas e não puramente desenvolvimentistas e intervencionistas. Na perspectiva benjaminiana, como abordado por Rocha e Eckert (2000), situação que é [...] agonizante das tradições e a morte da narrativa, torna-se uma ameaça uma vez que a perda signiicativa da transmissão de experiências que dizem respeito à compreensão e interpretação do passado, cujo ato de rememoração resgata, tende a sobrepujar a angústia do esquecimento, numa orgulhosa inscrição das obras humanas para além das funções sociais que cumprem e os lugares históricos que ocupam. (ibid.: 3-4). Ou seja, um roteiro de virtudes econômicas, sociais e ambientais, deve ser um processo orgânico e idedigno, sem que ocorram esquecimentos sem limites como subterfúgio para obras ditas como mais nobres. Considera-se que a narrativa de uma cidade está atrelada a cultura, as tradições e as experiências históricas, tal como pela sua possibilidade de (re) construção de uma identidade social em tempo que nela própria se debruça a condição ideologicamente instauradora para uma identidade pessoal, tornando-se formadora de jogos de memória (ibid.: 3), percebidas como lúdicas e de compromisso humano. Marinho (2009) enfatiza que há a necessidade de uma cultura de tradição estética, de um entendimento antropológico de que tudo é cultura, e de uma visão de mercados culturais como lugares de trocas. Assim, se fundaria a lógica de uma economia culturalmente diversiicada, para subsidiar uma economia criativa e cidades criativas baseadas no modo contemporâneo de produzir em uma sociedade do conhecimento. Tal ênfase centra-se na busca da remuneração simbólica, do intangível e do imaterial, em consonância com as expectativas do mundo atual, para que se construam cidades criativas ou para que revitalizem os usos das cidades tradicionais com criatividade. Aponta-se que, a economia da criatividade e do conhecimento precisam [...] identiicar novas forças produtivas; utilizar mão-de-obra preparada, formada e consciente de suas crenças e valores. As cidades e territórios passam a ser vistos como cenários que facilitam a diversidade cultural através da arquitetura, dos equipamentos de entretenimento, da museologia e a da arqueologia. Tais elementos favorecem o intercâmbio, a troca e estimulam a competitividade a partir de cadeias de valor. (MARINHO, 2009: 258-259). 182/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 169-198 Reis (2009) esclarece sobre as transformações pelo mundo, em que a criatividade fora considerada de suma importância, oportunizando o surgimento de novos modelos de entendimento e de organização por meio dos setores criativos. Estes incutiram um novo vigor econômico e cultural nos setores industriais tradicionais, ancorados no reconhecimento intangível da criatividade. Se formaria daí uma economia criativa, na qual apresenta-se [...] uma nova lógica econômica, fomentadora de modelos alternativos de organização de negócios, de proissões antes inexistentes, fortemente respaldada pela expansão do conceito de cadeia setorial para o de redes de valor integradas, por processos colaborativos e pela valorização das singularidades locais. Os resultados econômicos, culturais e sociais obtidos pelas cidades mais atentas a essas dinâmicas são muito inspiradores. [...] No Brasil, [há] uma perniciosa falta de articulação entre as políticas necessárias ao desenvolvimento de um programa concatenado de economia criativa, envolvendo desenvolvimento, tecnologia, educação, turismo e [...] a própria cultura. (REIS, 2012: 150). Vivencia-se um momento de transição dos padrões culturais, que reletem diretamente na forma como se consome. Ao mudar os princípios, provavelmente novos hábitos ditarão as regras. E como airma Howkins (2009), a criatividade pode desabrochar em qualquer local, mas [...] precisamos de diversidade, mudança, aprendizado e adaptação, com abrangência e escala suicientemente amplos. Precisamos de lugares com mais pessoas, mercados mais ativos, um ambiente construído adequado e [...] redes de banda larga. [...]. [Assim.] o aprendizado é mais rápido, a colaboração é mais fácil e a novidade é mais estimulante. Em outras palavras, [esses locais] são cidades criativas. (HOWKINS, 2009: 126). Pardo (2009) reforça que a economia criativa pode ser eicaz para promover equidade e felicidade, se for gerida por políticas que incorporem os critérios de inclusão social e desenvolvimento. Entretanto, são as pessoas o ativo mais importante que com suas capacidades: criativa, cultural, cientíica, técnica e artística, poderiam se tornar a base para as cidades se transformarem em sistemas inovadores, sendo fundamental: Tradição e força cultural; abertura a novas ideias e mestiçagem cultural; qualidade de educação básica e superior; infraestrutura de pesquisas, básicas e aplicadas; dinamismo empreendedor do tecido empresarial, institucional e cidadão; condições para gerar sinergias [entre] iniciativas públicas e privadas. (PARDO, 2009: 89). Conforme Marinho (2009), esse fenômeno pode ser compreendido a partir de dois eixos. No primeiro, a economia da cultura, entendida como um conjunto de atividades cuja essência é a interação entre patrimônio imaterial e tecnologia de ponta, em que a preocupação centra-se no desenvolvimento de mecanismos que garantam a propriedade intelectual. Tal corrente de pensamento foca prioritariamente nas cadeias produtivas Las ciudades creativas: una mirada sobre las iniciativas artísticas, creativas y culturales de Ivoti, RS, Brasil Luciano Schmitz, et al. /183 da música, do audiovisual, das mídias, da animação, das artes plásticas e cênicas e da publicidade, como setores que impulsionam a economia. E no segundo eixo, a culturização da economia, percebida como uma corrente que esforça-se em concentrar a utilização de informações culturais para agregação de valor à segmentos tradicionais, como turismo, moda, decoração, artesanato, patrimônio arquitetônico, entre outros, que permitam o surgimento do turismo cultural derivado da revitalização de áreas históricas e da preservação do patrimônio arquitetônico (MARINHO, 2009: 253-255). Para o autor (ibid.), a cultura é considerada o novo pilar de desenvolvimento, visto que o binômio da cultura e da educação assume um papel central na construção e consolidação de uma sociedade do conhecimento. A cultura como sistema propicia interdependência para ser estabelecida uma economia diferenciada. Neste sentido, alguns paradigmas são fundamentais: (1) articular diferentes formas de manifestações culturais que se complementam, gerando economias de escala; (2) ampliar as oportunidades de ofertas culturais em determinadas regiões, atraindo consumidores que buscam turismo e entretenimento responsável; (3) promover a convergência de ações para a criação de novos mercados; e (4) validar que os insumos básicos desse mercado são a inovação e a imaterialidade para a geração de novos produtos e negócios. (MARINHO, 2009: 257-258). Com o propósito de elaborar e disponibilizar uma ferramenta para organização no âmbito das expressões culturais e de aplicações funcionais, considerando aspectos nacionais vinculados aos modos de produção sociais e econômicos, o Ministério da Cultura indica o escopo dos setores criativos a serem contemplado por políticas públicas. 184/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 169-198 Quadro 1: Escopo dos Setores Criativos Quadro 1: Escopo dos Setores Criativos (MINC, 2011: 21). Entende-se que a economia criativa é sedimentada por elementos intangíveis e imateriais, como o conhecimento, a criatividade e a cultura. Tais elementos, representam capacidades, habilidades e talentos, ora inatos ora incentivados, aptos a serem aplicados em inúmeros setores, sejam eles criativos ou não. Se uma sociedade encontra-se arraigada à uma cultura industrial, moderna e evoluída, há de se esperar que suas instâncias econômicas respondam coerentemente, de forma que sejam abertas, construtivas, equitativas, lexíveis e luídas. Ao que parece, nossa sociedade se apresenta ainda distante de tais qualidades, longe da possibilidade de colocar em prática um discurso compreendido como pós-industrial, pós-moderno e equilibrado. Portanto, deve-se atentar para as colocações apresentadas pelo Ministério da Cultura, dada a percepção da sustentabilidade e diversidade cultural como fatores de desenvolvimento, a inovação pode ser entendida como vetor da cultura e de expressões de vanguarda, que depende de uma inclusão produtiva. Assim, a cidade criativa com uma economia criativa forte depende de dinâmicas socioculturais estabelecidas por meio de ciclos de criação, produção, circulação e fruição de bens e serviços, caracterizados pela prevalência de sua dimensão simbólica. Las ciudades creativas: una mirada sobre las iniciativas artísticas, creativas y culturales de Ivoti, RS, Brasil Luciano Schmitz, et al. /185 Oriundo dos setores criativos, tal processo depende de atividades produtivas que têm neste, principalmente, atos criativos geradores de valor simbólico, elemento formador de preços e resultante da produção de riqueza cultural e econômica (MINC, 2011: 22-23; 32). 4. Contexto Histórico e Cultural de Ivoti, RS O munícipio de Ivoti localiza-se a 55,7 km de Porto Alegre via BR-116, principal rota de ligação das cidades metropolitanas e a capital do Rio Grande do Sul, no Brasil. A população estimada é de 21 mil habitantes, sendo 91% alfabetizados, possui um índice de IDHM de 0,784. Em uma área de 63,15 km², já conta com uma frota de 14.090 mil veículos (9.116 automóveis e 1.657 motocicletas) circulando em seus 98 km de vias públicas pavimentadas e 80,74 km não. Seus habitantes contam com 6 escolas de educação infantil (6 municipais e 4 particulares), 12 escolas de ensino fundamental (2 estaduais, 9 municipais e 1 particular), 2 escolas de ensino médio (1 estadual e 1 particular) e 1 escola particular de ensino superior (IVOTI, [201-], online). Atualmente, o desenvolvimento econômico do município é baseado, principalmente, nos setores primário e secundário, a partir do cultivo de acácia negra, hortifrutigranjeiros, lores, laticínios, sucos, milho, mandioca, feijão e ração, além das indústrias de calçados, couros e malhas. O PIB per capita é de R$ 29.689,27 mil reais e conta com 1.173 mil empresas locais, 7.435 mil pessoas assalariadas que recebem em média de 2,3 salários mínimos e um total de 9.176 mil pessoas ocupadas (IBGE, [201-], online). Em relação a comunicação, atualmente conta com um jornal diário, uma revista mensal e uma rádio comunitária. Ivoti conta ainda com 4.308 mil linhas telefônicas e internet (IVOTI, [201-], online). Com altitude de 127 metros acima do nível do mar, é uma das primeiras cidades da encosta da serra, roteiro turístico que contempla outras cidades (IVOTI, [201-], online). [...] São Leopoldo, Novo Hamburgo, Estância Velha, Ivoti, Dois Irmãos, Morro Reuter, Santa Maria do Herval, Presidente Lucena, Linha Nova, Picada Café, Nova Petrópolis, Gramado, Canela e São Francisco de Paula são as cidades que compõe a Rota Romântica. Um caminho emocionante, com fortes valores culturais e diversos atrativos a oferecer. Identiicada ao longo do roteiro, a preservação da cultura germânica herdada dos imigrantes é percebida nas festas típicas, jardins esplendorosos, feiras coloniais, bandinhas típicas, grupos folclóricos... Além da viagem cultural, a região propicia o contato com a natureza exuberante. As atividades são variadas, como ecoturismo, prática de esportes radicais e trilhas. Oferecendo igualmente para os visitantes mais urbanos, excelentes atrativos citadinos e badaladas noites, além de feiras comerciais e oportunidade de turismo de negócios. (AMRR, [201-], online). De colonização predominante alemã, a cidade se emancipou em 1964 e em 1966 recebeu imigrantes japoneses que hoje formam a maior colônia japonesa do estado. As culturas alemã e japonesa mesclam-se em torno de uma identidade própria. Fica em Ivoti 186/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 169-198 o maior núcleo de casas do Brasil construídas no estilo enxaimel, local que deu origem à Linha 48, uma das colônias formadoras de Ivoti, e que hoje abrigam o Museu Municipal, os Departamentos de Cultura e de Turismo, bem como a Casa do Artesão. Com suas belezas naturais e suas riquezas culturais a cidade faz parte da Rota Romântica (IVOTI, [201-], online). Inicialmente, a região era habitada por nômades, indígenas Kaigang que se deslocavam do Uruguai até os campos e planaltos do Rio Grande do Sul, em busca de alimentos. Recebeu em meados de 1826, diversas famílias de origem germânica e aos poucos a colônia foi crescendo. Assim, ocorreram as ocupações territoriais: a área anteriormente utilizada pelos índios para coleta de alimentos passava a ser ocupada pelas plantações dos imigrantes, e portanto, “os índios só se inserem na história do município como o agente perturbador da ordem social, o saqueador, o selvagem sem respeito, que ousava incomodar gente de bem” (KREUTZ, 2013). Tal relato, resgata um recorte histórico que aponta como estes fatos podem ter inluenciado a cultura atual, percebida ao senso comum como fechada, tanto os alemães como no caso dos japoneses. Mais tarde, pela ação de bandeirantes paulistas, foram criadas estradas e a região passou a ser percorrida no século XVIII por tropeiros, quando foi inserida no processo de colonização do país. Em função de sua localização geográica e proximidade com a estrada principal que ligava o Vale dos Sinos a Porto Alegre, a cidade passou a servir de entreposto comercial para agricultores que trocavam milho, feijão e aipim por outros produtos como tecidos, tamancos de madeira e louças. Em 1867, a região passou a ser conhecida como Bom Jardim, época que ainda era distrito de São Leopoldo – RS. O nome Ivoti surgiu em 1938, como referência ao tupi-guarani ipoti-catu, que signiica lor bonita (KREUTZ, 2013), uma forte identidade com a tradição do plantio de lores, razão pela qual Ivoti é considerada a cidade das lores (IBGE, [201-], online). Assim, tem-se que a riqueza cultural da região se traduz em iniciativas artísticas, criativas e culturais, com traços das heranças europeia e asiática, que destaca a tradição cultural, a identidade local e sua história distinta, única e não copiável. Aspectos estes de maior relevância e importância para o processo de reconhecimento do seu potencial como uma cidade criativa, o que se veriica na sequência de informações a seguir sobre os dados da pesquisa de campo. 4.1 Levantamento de iniciativas artísticas, criativas e culturais em Ivoti, RS Na visitação à cidade, realizou-se entrevistas através de um roteiro semiestruturado, junto à equipe do Departamento da Cultura e do Turismo de Ivoti, RS, com base no Quadro 1 apresentado acima, para compor a Tabela 1 apresentada abaixo. Las ciudades creativas: una mirada sobre las iniciativas artísticas, creativas y culturales de Ivoti, RS, Brasil Luciano Schmitz, et al. /187 Tabela 1: Pesquisa de iniciativas artísticas, criativas e culturais Escopo Setores Criativos Iniciativas artísticas, criativas e culturais apontadas pelos departamentos da cultura e do turismo de ivoti, rs, em entrevistas realizadas entre junho e julho de 2015 Campo do Patrimônio Patrimônio Material Ponte do Imperador (1857-1864); Núcleo de Casa Enxaimel; Museu Municipal Cláudio Oscar Becker; Casa Amarela; Antiga Igreja Matriz; Casa Holler (maior casa enxaimel do RS); Casa Bervian; Casa Staudt; Antiga Subprefeitura (atualmente funciona o CRAS); Casa de Heinrich Müller; Casa Albino Müller; e, Sociedade de Canto Concórdia; Belvedere com mirante para vista panorâmica; O Buraco do Diabo (Teufelsloch); O Pórtico no acesso principal, construído em pedra arenito e estrutura enxaimel; Paredões de escalada localizados no Camping do Bene. Patrimônio Imaterial A cultura japônica e germânica, costumes e comida típica; Sociedade Concórdia de Canto (1924); Sociedade de Canto Harmonia que reúne bandinhas típicas (1920); manifestações das Religiões Afro Descendentes e a cultura de oferendas realizadas próximo ao Rio Feitoria. Arquivos A Biblioteca Machado de Assis guarda inúmeros registros. Museus O Museu Municipal Cláudio Oscar Becker, que mantém um acervo doado pela comunidade ivotiense, retrata aspectos de decoração e utensílios domésticos de época. Campo das Expressões Culturais Artesanato Associação das Bordadeiras de Ivoti; Casa do Artesão; Bambu Japonês da Colônia Japonesa. Culturas Populares Kerb realizado em janeiro; Feira do Mel da Rosca e da Nata realizada em maio; Entreposto e Casa do Mel; Bailes típicos nas sociedades da região; Festas tradicionais realizadas no Memorial da Colônia Japonesa; Feira Colonial realizada no quarto domingo de cada mês; Feira Agroecológica realizada nas quartas-feiras na Praça Emancipação; Feiras de produtos coloniais, que ocorrem no segundo e terceiro domingo todos meses no Núcleo de Casas Enxaimel; Kolonistenfest que comemora a imigração alemã no estado; Em setembro comemora-se a semana Farroupilha; Em outubro o dia das crianças; A Feira das Flores, que valoriza o hábito dos moradores que cultivam jardins em frente às suas casas e comemoração do aniversário da cidade em 19 de outubro; Festa de Natal realizada no Núcleo de Casas Enxaimel; Feira Municipal do Livro realizada em maio; Comemoração de São Pedro e Festa de São Cristóvão; o Oktoberfest realizado em outubro. Também são citados empreendimentos como a Cachaçaria Weber Haus que a mais de meio século começou com sua produção orgânica artesanal e hoje referência nacional; e os Vinhos Berwian, que utiliza em sua produção técnicas de fabricação alemã; Empresa de embutidos de Ewald Pahler que preserva a tradição da linguiça alemã. C. Indígena N/A Cul. Afro Manifestações Afro são realizadas nas proximidades do Rio Feitoria. Artes Visuais Existe um registro documentário sobre os 180 anos de imigração na cidade. Também foi apontado o artista Mauricio Weber no campo das artes visuais. Campo das Artes de Espetáculo Dança e Teatro Raízes da Paz, grupo de dança folclórico brasileiro; Programa Lazer Unindo Gerações (PLUG), oferece oicinas de teatro e dança para mais de 1.000 mil crianças, jovens, adultos e idosos. 188/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 169-198 Tabela 1: Pesquisa de iniciativas artísticas, criativas e culturais (Cont.) Escopo Setores Criativos Iniciativas artísticas, criativas e culturais apontadas pelos departamentos da cultura e do turismo de ivoti, rs, em entrevistas realizadas entre junho e julho de 2015 Música Banda Toar, Casual Rock e Sociedade de Canto Harmonia e Concórdia. Instituto ASCARTE, atua com instrumentos de corda, oferece convênio com escolas municipais, e projetos que beneiciam a região. Bandas marciais escolares. São realizadas apresentações de música ao vivo nos Bares Santa Avenida, Pub Garagem 23 e no Boliche. Circo N/A Campo do Áudio Visual e do Livro, da Leitura e da Literatura Cinema e Vídeo Existe um registro documentário fílmico sobre a cidade, que retrata os 180 anos de imigração germânica; Não há um cinema na cidade, porém existem apresentações nos ginásios locais dos curtas produzidos pelas escolas com apoio do PLUG (Programa Lazer Unindo Gerações). Publicações e Mídias Impressas Livros: Lea Cassol; Herta Sporket Patro; Dramas, Comédias e Tragédias nas picadas de Bom Jardim/Ivoti; Marcia Funke Dieter escritora de literatura Infantil; Liane Veiga Copke; Roque Amadeu Kreutz – Bom Jardim – Ivoti; Jornal Destak; O Diário; e, Revista Mix Social. Campo das Criações Funcionais Moda Empresas do segmento de confecção que criam e comercializam seus produtos, entre estas empresas foram citadas: Viva Bordados; Dass Outlet (West Coast); e, Miss Blue. Design Instituto Superior de Educação de Ivoti oferece cursos técnicos em Informática e Design; Oicina da madeira (especializada em móveis); CF Stands (atua com cenograia para feiras e eventos). Arquitetura Ponte do Imperador (1857-1864); Núcleo de Casa Enxaimel (1826-1950); Praça das Flores; do Skate; Emancipação; Concórdia; Neldo Holler. Arte Digital N/A Fonte: Elaborado pelos autores. Durante a pesquisa de campo, também foram realizadas visitas em locais icônicos relatados e/ou identiicados em divulgações (IVOTI, [201-], online), com intuito de acrescer ao estudo maior apropriação empírica, somando-se aos registros fotográicos9 que seguem abaixo. 9 Outras imagens podem ser localizadas em: RS – O Buraco do Diabo (Teufelsloch), a Ponte do Imperador ... (em 88 fotos). Disponível skyscrapercity.com/showthread.php?t=1434134 Acesso 09 mai. 2016. Las ciudades creativas: una mirada sobre las iniciativas artísticas, creativas y culturales de Ivoti, RS, Brasil Luciano Schmitz, et al. /189 Figura 1: Núcleo de Casas Enxaimel Fonte: Registro fotográico realizado pelos autores. Nas imagens da Figura 1, pode-se veriicar as antigas moradias construídas por imigrantes alemães, que segundo dados da prefeitura, o município conta com o maior número núcleo de casas enxaimel do Brasil. Figura 2: Feira Colonial e Diversidade do Município Fonte: Registro fotográico realizado pelos autores. As imagens apresentadas na Figura 2 mostram o local onde são realizadas a feira de produtos coloniais e o tradicional jogo de baseball na Colônia Japonesa, onde são proporcionadas oportunidades de experimentação e de vivências que a diversidade cultural oferece. 190/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 169-198 Figura 3: Praça Neldo Holler Fonte: Registro fotográico realizado pelos autores. Na Figura 3 destaca-se a Praça Neldo Holler, projetada por Roberto Burle Marx, em 1990, projeto único realizado no estado pelo reconhecido arquiteto brasileiro. Também estão em seu currículo, jardins como o do Palácio Itamaraty, do Aterro do Flamengo e da Unesco em Paris. Figura 4: Ponte do Imperador Fonte: Registro fotográico realizado pelos autores. As imagens da Ponte do Imperador podem ser vistas na Figura 4. Obra realizada entre os anos de 1857 e 1864, para promover o escoamento da produção local, possibilitando o desenvolvimento da região. Em 1986, tornou-se patrimônio histórico nacional, tombado pelo Instituto do Patrimônio Histórico e Artístico Nacional (IPHAN). A construção, localiza-se à 1 km do centro da cidade, mede 148 metros de comprimento e possui largura que varia de 7,7 a 14,2 metros, recebe este nome em homenagem a D. Pedro II (IVOTI, [201-], online). Las ciudades creativas: una mirada sobre las iniciativas artísticas, creativas y culturales de Ivoti, RS, Brasil Luciano Schmitz, et al. /191 Figura 5: Vias de escalada em parede de arenito, localizadas no Camping do Bene Fonte: Registro fotográico realizado pelos autores. Pode-se apontar dois outros exemplos de iniciativas com potencial para o desenvolvimento da cultura, do entretenimento e da gastronomia para a comunidade local e para os seus visitantes: o Pub Garagem 23, reconhecido por oferecer cervejas artesanais da região e de todo o mundo, e, pelo acesso aos cervejeiros e os amantes da produção artesanal cervejeira; e ainda, o Camping do Bene, reconhecido pelos seus tradicionais paredões de rocha utilizados para escalada esportiva que, em 2014, ofereceu uma competição paralela de escalada, a “Piscino Blox”10, um muro montado na borda de uma piscina em que o competidor que não completar o circuito cai na água. Além dos diversos esportistas que vêm de todo o País para conhecer seus paredões e vias de escalada, respectivamente reconhecidos como referência em seus setores de atuação, esses locais também atraem pessoas interessadas em provar as novas cervejas artesanais oferecidas ou para vivenciar uma das maiores vias de escalada em rochedo do país. A partir do conceito de cidades criativas, as relações com o escopo dos setores criativos a que se fez o levantamento proposto, juntamente com entrevistas realizadas e os registros fotográicos apresentados, encaminha-se para uma análise comparativa que segue. 5. Relexões de Apoio Conforme identiicado nesta pesquisa observa-se que Ivoti tem as características mencionadas e presentes nas cidades criativas, de acordo com o apresentado e comentado na sustentação teórica, a saber: 1. Potencial de iniciativas criativas. 2. Existência de comunicação e cooperação entre os atores locais. 3. Mentalidade onde as pessoas se convertem em agentes de transformação. 4. Mobilização cidadã. 5. Existência de uma classe criativa em Ivoti. 6. Ivoti é mantida limpa, verde e segura, como mencionado importante 10 Evento de montanhismo acontece em Ivoti: Caldeirão do Behne reúne escaladores de todo o Brasil na cidade. Disponível redeglobo.globo.com/rs/rbstvrs/patrola/noticia/2014/12/dica-do-patrola-evento-de-montanhismo-acontece-em-ivoti.html Acesso 09 mai. 2015 192/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 169-198 para as cidades criativas. 7. Possui relevantes valores sociais e mais humanos. 8. Ivoti tem governança democrática. 9. Ivoti possui elevada qualidade de vida socioambiental. No campo do patrimônio, veriica-se que Ivoti, RS preserva seu patrimônio material, apesar ter sido identiicado, durante a pesquisa de campo, notícias sobre enchentes11 que agravam a conservação12 de algumas das estruturas listadas como as mais importantes, apesar da indicação de ações que visem sua salvaguarda13. Outras tantas estruturas arquitetônicas localizadas no município indicam a relevância deste aspecto. Em relação ao patrimônio imaterial, tem-se o incentivo das tradições como os imigrantes japoneses e alemães, e outras não reconhecidas como as manifestações religiosas de afro descendentes. Em arquivo, identiicou-se em uma biblioteca o resguardo de inúmeros registros culturais e históricos. Em museus, localizou-se o museu municipal que preserva acervos e narra histórias de antigos moradores do local. Reis (2009) cita, Guaramiranga, no Brasil, como exemplo de cidade que incentiva a criatividade através da recuperação de áreas degradadas, convidando habitantes e turistas a utilizarem esses ambientes. Pode-se veriicar, como retratado na Figura 1, o zelo pelo seu patrimônio histórico material e imaterial, a exemplo da conservação do Núcleo de Casas Enxaimel, bem como o fomento de iniciativas culturais por meio de apresentações realizadas neste local. Tal como é o caso da Figura 5, que retrata atividades ao ar livre no Camping do Bene, local que proporciona um forte desempenho turístico em novos atrativos, alternativas destacadas por Marinho (2009) e Vivant (2012). Ao que Landry (2013) aponta, é importante que os cidadãos percebam-se como construtores, formadores e cocriadores de sua experiência, sendo o resultado desta percepção evidenciado em alguns eventos identiicados, como a Feira do Produtor, por exemplo, que atrai em torno de 50 mil pessoas para a cidade em cada evento realizado, trazendo desenvolvimento cultural e socioeconômico. A exemplo de outras feiras e eventos que são promovidas no município, tanto Reis e Marco (2009) quanto Reis e Kageyama (2011), apontam para as possibilidades criativas a partir das transformações geradas pela diversidade cultural. Tal diversidade é apontada por Vivant (2012), como sendo capaz de gerar uma transformação na estrutura socioeconômica, por meio de suas singularidades, identidade e essência, como força revelada pelo dinamismo artístico e cultural. Sobre os eventos e feiras, pode-se citá-los ainda como sendo também do campo das expressões culturais, pois além de produtos típicos coloniais também são oferecidos produtos do artesanato local, o que possibilitam trocas da cultura da região pela sociabilização entre moradores e produtores junto aos turistas que visitam o município, principalmente durante estes eventos. Em dias festivos, são realizadas apresentações 11 Dia de trabalho no Núcleo de Casas Enxaimel. Disponível odiario.net/noticia/3167/Dia-de-trabalho-no-Nucleo-de-CasasEnxaimel Acesso 09 mai. 2016 12 Arroio Feitoria transborda e causa transtornos em Ivoti e Lindolfo Collor. Disponível youtube.com/watch?v=JTd8_ MRKq4w Acesso 09 mai. 2016. 13 Prefeitura trabalha na remoção de entulhos da Ponte do Imperador para amenizar a situação. Disponível defender.org.br/ noticias/rio-grande-do-sul/ivoti-rs-construcoes-do-nucleo-de-casas-enxaimel-icam-embaixo-dagua/ Acesso 09 mai. 2016. Las ciudades creativas: una mirada sobre las iniciativas artísticas, creativas y culturales de Ivoti, RS, Brasil Luciano Schmitz, et al. /193 de bandas musicais e danças típicas, como ocorrem nos casos do Kerb (festa germânica típica) e da Kolonistenfest (festa da colonização germânica), em que geralmente estão conectadas à datas importantes, como a criação e emancipação de Ivoti, RS. Estas festas reúnem milhares de pessoas que vêm em busca de entretenimento, cultura e interação social, as quais são oferecidas em ambientes únicos e altamente propensos para o comércio e o turismo. Neste sentido, as iniciativas culturais identiicadas e apresentadas na Tabela 1, mostram que a diversidade das culturas germânica, japonesa e afro brasileira, podem gerar um ambiente apontado pelos autores, como sendo propício para o desenvolvimento criativo local. Percebe-se que as expressões culturais também recebem algum aporte. No caso do artesanato há uma associação e um espaço especíico para divulgação e comercialização. As culturas populares são intensiicadas por meio de diversas atividades realizadas em calendários festivos, em que a comunidade celebra datas comemorativas e tradicionais, além de fortalecer iniciativas produtivas de produtos alimentícios e artesanais. As culturas indígenas, são reconhecidas apenas em registros históricos, não localizaram-se evidências e/ou manifestações oiciais remanescentes. Nas culturas afro brasileiras, identiicouse manifestações religiosas nas proximidades do Rio Feitoria, apesar de não haver um reconhecimento por parte do poder público local, conforme relatado em entrevista. Nas artes visuais, além de um documentário tido como uma forma de expressão cultural, foi indicado um artista local como reconhecido, o que talvez indique a necessidade de maior atenção, visto que devem existir outros artistas plásticos e/ou visuais na localidade. Nas artes de espetáculo, a dança e o teatro contam com iniciativas de diversos grupos folclóricos, além de oicinas oferecidas para a comunidade. Na música, diversas bandas atuam de forma independente ou com apoio realizado em projetos, que realizam apresentações ao vivo tanto em bares quanto em escolas. Não foram identiicadas iniciativas relacionadas à atividades circenses. Essas grandes feiras realizadas pelo poder público local em parceria com a comunidade, favorecem a cultura, o comércio e oportunidades de sociabilização. Segundo Vivant (2012), tais oportunidades também se voltariam como incentivo para instalação de empresas em setores intensivos em conhecimento e criatividade, como tecnologia da informação, mídia e novas energias, com o objetivo de gerar empregos, arrecadação tributária e programas educacionais, o que fortalece a participação cidadã na criação cultural, favorecendo também o surgimento de pequenos negócios, talentos, pousadas, restaurantes e cafés, como programas paralelos e novos segmentos que, conforme constatado, podem ser melhor aproveitados e desenvolvidos em Ivoti, RS. A partir de Vivant (2012) ainda é possível airmar que, existe potencial de desenvolvimento de todos os setores criativos identiicados, ora em maior ora menor grau, sendo que este desenvolvimento poderia criar um ambiente surpreendente e inédito, atraindo ainda mais pessoas para o comércio e o turismo, além de gerar alternativas de renda. Tal como Marinho (2009) assinala, as diversas características que estimulam uma economia especíica, baseada na cultura e na tecnologia, sendo possível reforçar as possibilidades de desenvolvimento em todos os campos criativos analisados, foram 194/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 169-198 encontradas oportunidades de desenvolvimento de novas iniciativas relacionadas. A exemplo do campo audiovisual, livro, leitura e literatura, em que localizou-se um documentário sobre Ivoti, RS. Todavia, o município não oferece um cinema, mas são realizadas exibições de produções feitas por estudantes, além de diversas publicações e mídias de escritores e empresas locais, como livros, um jornal e uma revista. Já no campo das criações funcionais, o município abriga diversas empresas do setor de moda e design, incluindo instituições de educação. Como principal iniciativa, tem-se a conservação arquitetônica formada pelo núcleo de casas enxaimel, a Praça Neldo Holler que foi projetada por Burle Marx de acordo com o indicado na Figura 3, além da Ponte do Imperador, que representa uma referência da arquitetura de época, tal como patrimônio material e imaterial conforme indicado na Figura 4. Entretanto, não se identiicou iniciativas relativas à arte digital. Como apontam Reis e Marco (2009), veriica-se também oportunidades de investimento na atração de empresas de setores intensivos em conhecimento, já que não constatou-se esse tipo de enfoque no levantamento realizado. Logo, a contrapartida do poder público local seria, segundo Reis (2009), dispor de uma governança clara, políticas públicas com continuidade, que convirjam os interesses públicos, privados e da sociedade civil, por meio do engajamento da comunidade e investimento em educação e cultura, a im de manter uma estrutura atrativa para os setores criativos. Alinhado com o que Landry (2013) indica, entender o urbanismo, a dinâmica e o iconismo de forma holística de lugares como Ivoti, deve se dar por meio de uma cultura de franqueza e curiosidade essencial, que envolveria adotar um espírito que valorize o debate, o pensamento crítico e o aprendizado, para que as cidades criativas ofereçam algo à sociedade ou ao mundo. Neste estudo, baseado no levantamento de iniciativas artísticas, criativas e culturais de Ivoti, buscou-se como objetivo explorar aspectos destacados na delimitação de pesquisa, a im de se localizar ou não convergências entre o conceito de cidade criativa e o munícipio pesquisado. 6. Considerações A justiicativa para o aprofundamento do tema proposto pode ser observada através dos movimentos da economia mundial, tanto indicado pelos autores, quanto na mídia em geral, que demostram repetidamente os resultados de iniciativas nos campos patrimoniais, artísticos, criativos e culturais, bem como nas divisas geradas por estes setores, em função da capacidade de fortalecimento e desenvolvimento socioeconômico, quando criadas ações de médio e longo prazo com a participação das comunidades de uma cidade em consonância aos princípios de uma cidade criativa. Temos que uma cidade criativa é representada, para além da sua capacidade atrativa e turística, por uma força cultural diversiicada que promove o desenvolvimento econômico e geração de trabalho e renda. Sobretudo, considera-se de grande relevância a capacidade em promover talentos criativos locais, a partir do provimento de uma estrutura que dialogue de forma inventiva e promova competências para a promoção dessa inventividade Las ciudades creativas: una mirada sobre las iniciativas artísticas, creativas y culturales de Ivoti, RS, Brasil Luciano Schmitz, et al. /195 de e em espaços produtivos e urbanos em vista de uma cidade criativa. De qualquer forma, faz-se necessário assinalar a necessidade de um cuidado acurado, no sentido do conceito de cidades criativas apontar para um discurso idealista, promovido muitas vezes por interesses ambíguos, justapondo o próprio sentido do que se propõe a ser. É possível que ocorram casos de gentriicação, em que diversas comunidades de interesse econômico promoveriam discursos diversos para ins especulativos, o que poderia ocorrer facilmente no ramo imobiliário, ou, em outros casos, em que um patrimônio histórico é utilizado como fonte de recurso para projetos também gentriicadores, que se disfarçam como inovativos e/ou positivos, entretanto coniguram-se para beneiciar alguns e enriquecer poucos. Entende-se que a partir do levantamento realizado, gera-se novas perspectivas para que Ivoti, RS inclua em seu planejamento programas e investimentos no escopo dos setores criativos, com maior ênfase no fomento de iniciativas vinculadas ao conceito das cidades criativas, a im de gerar oportunidades para empreendedores e empreendimentos ligados aos setores criativa, tal como o fomento de talentos nas áreas artísticas, criativas e culturais. As políticas públicas, bem como suas respectivas legislações conexas, devem considerar para além do discurso, reais condições de equilíbrio e de sustentabilidade para geração de valor econômico. Neste sentido, o próprio Plano de Economia Criativa (MINC, 2011: 138-146) considera diversas demandas, a exemplo do levantamento realizado que apresenta em uma matriz estratégica as relações entre os setores criativos e os desaios para uma economia criativa. Ao se tomar o município de Ivoti, RS como estudo, o qual já compreende diversas iniciativas relacionadas ao escopo de setores criativos, existem possibilidades de implementação de projetos que incentivem novas iniciativas artísticas, criativas e culturais, à considerar a inclusão da sua comunidade no processo de reconhecimento de uma cidade criativa, de acordo com o conceito desenvolvido pelos autores e apresentado neste estudo. Por im, é preciso enfatizar que em uma perspectiva endógena, mais natural e orgânica, faz-se necessário que sejam realizadas futuras pesquisas junto à comunidade local com a inalidade de compreender suas demandas latentes e/ou suprimidas, talvez, e inclusive, entendidas pelos seus membros como prioritárias. Acima de tudo, o que também é de suma importância, a cultura de um lugar deve ser respeitada, e assim, projetos orientados a partir de ferramentas exógenas devem ser devidamente apropriados prioritariamente para a realidade local, com a participação cidadã por um viés consultivo, integrativo e democrático. O conceito adotado em um projeto de cidade criativa deve ser visto com cautela, desta maneira, sugere-se que sejam realizados mapeamentos densos e em profundidade quanto as potencialidades inerentes às diversas comunidades de um cidade, que apesar da possibilidade de convergirem com o conceito de cidades criativas, devem engajar-se na promoção de iniciativas como as que foram levantadas neste estudo. Desta forma, poderão ocorrer contribuições para um desenvolvimento urbano humanizado, por meio de um processo democrático que fomente uma sustentabilidade multidimensional, e não unidimensional de força apenas econômica, sem que se abra mão da valorização da identidade local, da cultura, de um ambiente equitativo, e claro, de uma trajetória social e memória coletiva profícuas. 196/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 169-198 Referências aMRR, Associação dos Municípios da Rota Romântica. A Rota Romântica. [Nova Petrópolis – RS]: [s.n.], [201-]. 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Separata: Theotonio Dos Santos. La Teoría de la dependencia Espacio Abierto Cuaderno Venezolano de Sociología Vol.27 No.1 (enero - marzo, 2018): 201-236 Nota del editor. Theotonio Dos Santos. Sociólogo e investigador brasileño nació en Carangola, Minas Gerais, en 1936 y falleció en Río de Janeiro, el pasado 27 de febrero de 2018. Es considerado uno de los fundadores de la Teoría de la Dependencia y son invalorables sus aportes al enfoque del Sistema Mundo. Después de 4 años de estudios, en 1961 egresa de la Universidad Federal de Minas Gerais como Bachiller en Sociología y Política y en Administración Pública. Para culminar su curso en Filosofía, hasta 1964 se dedica al estudio del marxismo. Realizó la Maestría en Ciencia Política en la Universidad de Brasilia dónde fue profesor en los años 60; allí inicia con Ruy Mauro Marini y Vânia Bambirra, entre otros un seminario de lectura de El Capital, que posteriormente se reorganizó en Chile. Dos Santos llegó a ese país en 1966, como asilado político y académico, en el contexto de gran efervescencia política y de solidaridad internacional. Se incorporó a la planta académica del Centro de Estudios Socio Económicos (CESO) de la Facultad de Economía y Administración de la Universidad de Chile, donde formó y dirigió el Grupo de Investigación sobre la Dependencia, organizó seminarios generales sobre cuestiones teóricas y análisis críticos de la realidad latinoamericana; rápidamente convirtiéndose ese instituto en referencia que atrae la presencia de reconocidos estudiosos de América Latina, Estados Unidos y de Europa. En los primeros días de la dictadura de Pinochet, el gobierno cerró el CESO, declarándolo subversivo. La transcendencia del trabajo académico y los alcances políticos de la producción de Dos Santos llevan a que se le incluya en la primera lista de perseguidos políticos. 202/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 201-236 Viaja a México y unos meses después retoma sus actividades académicas al integrarse como investigador al Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM; en 1975, Dos Santos coordina el doctorado en Economía y en 1978 asume la Jefatura de la División de Estudios de Posgrado de la misma. También fue profesor en las Facultades de Ciencias Políticas y de Filosofía de esa universidad. En 1980 deja México y regresa a su patria, se incorpora a la Universidad Federal Fluminense (UFF) y en esa década obtiene el doctorado en Economía por la Universidad Federal de Minas Gerais y trabaja intensamente en la coordinación de la Cátedra y Red UNESCO y Universidad de las Naciones Unidas sobre Economía Global y Desarrollo Sostenible. Entre otros, publicó los siguientes libros: “O Conceito de Classes Sociais”, (1955); “Crisis Económica y Crisis Política”, Chile (1966); “El Nuevo Carácter de la Dependencia”, Chile. /1067); “Socialismo o Fascismo: el dilema latinoamericano” (1969); .”Dependencia y Cambio Social.” (1972); “Forças Produtivas e Relações de Produção; Imperialismo y Dependencia”, México; “Revolução Cientíico-Técnica e Capitalismo Contemporâneo”, Brasil; “Teorias do Capitalismo Contemporâneo”, Brasil. (1983); “Revolução Cientíico-Técnica e Acumulação de Capital”, Brasil; “Democracia e Socialismo no Capitalismo Dependente”, Brasil.; “Economía Mundial, Integração Regional e Desenvolvimento Sustentável.” Brasil; “A Teoria da Dependência: Balanço e Perspectivas”, (2000); “Do terror à esperança – auge e declínio do neoliberalismo” (2004);” A Evolução Histórica no Brasil da Colônia à Crise da Nova República”. Con la publicación del capítulo que sigue, Espacio Abierto rinde un modesto homenaje al sociólogo latinoamericano que, con un riguroso método histórico-dialéctico, explicó el atraso material y económico como resultado de una profunda situación de dependencia estructural de la economía mundial. ARS La cuestión de la teoría de la dependencia Theotonio Dos Santos /203 La cuestión de la teoría de la dependencia Theotonio Dos Santos (Capítulos XIX y XX del libro “Imperialismo y Dependencia”. Ediciones Era. México, 1986). En la década del 60, la actividad intelectual latinoamericana estuvo profundamente inluida por la revolución cubana y la crítica a las concepciones nacionalistas que atribuían una tarea revolucionaria a la burguesía nacional. En la segunda mitad de la década un buen número de estos cientíicos se concentraron en Santiago de Chile y dieron origen a varias discusiones y seminarios que conluyeron con la fuerte agitación social que vino a desembocar en la victoria de la Unidad Popular y en su experiencia de gobierno hasta el golpe de Estado de septiembre de 1973. En los capítulos anteriores hemos hecho referencia a gran parte de estos trabajos y en el ítem inmediatamente anterior criticamos la obra principal de Gunder Frank, que recogió gran parte de este ambiente y debate. Sin embargo, al inal de la década, el tema ganó un nuevo nivel en la medida en que se empezaron a producir trabajos empíricos,1 de un lado, y obras de mayor aliento teórico, de otro, que asimilaban esta inquietud.2 Poco tiempo después surgieron varios trabajos críticos de los planteamientos sobre la dependencia; pretendían realizar una superación teórica de una teoría que aún no había madurado.3 Desgraciadamente estas críticas no han contribuido en mucho al estudio del problema, pues no sólo revelaron un gran desconocimiento de la literatura reciente, sino también de las obras clásicas y aun de los datos sobre la situación de los países dependientes. El desvirtuamiento en el enfoque del problema ha provocado una gran confusión sobre el concepto de dependencia, la relación entre dependencia e imperialismo, la existencia de la situación de dependencia, el status teórico del concepto, etcétera. No tenemos ninguna motivación para responder a esas críticas, pues, como dijimos, no ayudan a enfocar correctamente el problema, pero nos vemos en la necesidad de intentar esclarecer las posiciones que tenemos sobre un conjunto de problemas planteados en ellas, problemas oscurecidos antes que esclarecidos por estas críticas. Cabe señalar también que tales críticas se caracterizan por intentar agrupar en una misma “teoría” a toda una corriente de ideas donde hay enormes divergencias internas, usando un increíble y deshonesto transvasamiento de textos, ideas y opiniones entre los distintos autores y produciendo una repelente promiscuidad intelectual. 1. ¿Existe una situación de dependencia? Muchos autores y críticos han negado la existencia de una situación de dependencia que pudiese justiicar una teoría especial de este fenómeno. Parece así necesario hacer algunas consideraciones sobre la existencia del fenómeno y su alcance. 204/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 201-236 De inicio constatamos empíricamente la existencia de algunos pueblos que alcanzaron niveles de producción y consumo mucho más altos que otros. Este fenómeno puede sin embargo ser tratado bajo el concepto de adelanto y atraso, desarrollo y subdesarrollo, civilización y barbarie, capitalismo y precapitalismo, modernización y tradicionalismo, etcétera. De hecho, históricamente hemos encontrado estas parejas conceptuales en muchos trabajos: todas ellas corresponden a algún grado de descripción del fenómeno pero son en general parciales o referidas a determinados prejuicios. Asimismo, encontramos muchas diferencias entre los países que se agrupan bajo cada uno de esos conceptos. Dependiendo del aspecto que se pretende destacar, se han diferenciado entre los países más o menos desarrollados, entre aquellos que por la época de su conquista por Europa tenían una población autóctona implantada con un régimen social desarrollado, aquellos que tenían una población autóctona menos desarrollada pero importante y, en in, aquellas regiones de colonización típica donde existía una población autóctona muy escasa y que se convirtieron en tierras de colonizadores blancos y de esclavos trasplantados. Es indudable que esas características inluyeron fuertemente en los regímenes socioeconómicos implantados en estos países, su grado de desarrollo capitalista y su modernidad cultural. Es necesario señalar el carácter no cientíico de las derivaciones raciales y culturales de carácter determinista que se han hecho de esas diferenciaciones, fundamentadas en general en observaciones supericiales sobre las características biológicas y los comportamientos de los pueblos. La antropología sajona y la etnología francesa están plagadas de esas sistematizaciones de los prejuicios e intereses económicos de la dominación y el conservadurismo. Por otro lado, varias circunstancias regionales inluyeron también para un mayor aprovechamiento de los recursos locales, como la existencia de un mercado potencial cerca, el desarrollo de ciertos productos locales, así como fenómenos de orden natural a los cuales se aferraron muchos estudiosos del siglo pasado y comienzo del XX. Es evidente sin embargo que la utilización de los recursos existentes depende del grado de desarrollo cultural y socioeconómico de la población. La liberación colonial y el desarrollo del socialismo en las regiones antes “atrasadas” han hecho trizas los determinismos geográicos, raciales, culturales, etcétera. Asimismo, en épocas más recientes, los análisis cientíicos empezaron a diferenciar los países y regiones según su grado de desarrollo industrial y por lo tanto de desarrollo capitalista. Particularmente la literatura marxista y nacionalista revolucionaria ha insistido en la relación estrecha entre industrialización, existencia de la burguesía y del proletariado, lucha democrática y revolucionaria. A pesar de la contribución que tales tipologías puedan ofrecer al estudio del fenómeno no pueden agotar su comprensión. Muchos sectores han pretendido reducir el estudio de las condiciones generales del crecimiento económico a la relación entre economías precapitalistas y desarrollo del capitalismo o, en términos marxistas, a la acumulación primitiva del capital. Saltándose épocas históricas enteras, se ha pretendido reducir el La cuestión de la teoría de la dependencia Theotonio Dos Santos /205 problema de la superación del atraso, del subdesarrollo y de la barbarie a un fenómeno de proceso civilizatorio, desarrollo económico o acumulación primitiva. A pesar de la contribución histórica que destacamos de Lenin, Stalin, Vargas, Mao, M. N. Roy, Trotsky y tantos otros marxistas contemporáneos que situaron la cuestión del atraso de ciertos países en el contexto de la economía internacional capitalista entendida como la etapa imperialista de su desarrollo; a pesar de los nuevos cambios en este enfoque en la posguerra, determinados por el nuevo carácter del imperialismo pero también por el avance del socialismo en escala internacional y particularmente en los países atrasados, hay todavía en nuestros días “marxistas” y “cientíicos sociales” tan desubicados que pretenden “superar” un conjunto de estudios recientes que buscaron desarrollar aquella línea de enfoque teórico, haciendo retroceder la teoría a planteamientos atrasados teóricamente en más de 50 años4. Es evidente que el fenómeno del “atraso” no puede ser comprendido desde un punto de vista analítico como una cuestión de diferencias de grado de desarrollo entre países. Todos sabemos que los países que se llaman atrasados, subdesarrollados, bárbaros, precapitalistas, tradicionales, no tienen esas características diferentes que dan origen a esos conceptos solamente porque se estableció en la teoría una relación comparativa puramente abstracta de ellos con los adelantados, desarrollados, civilizados, capitalistas, modernos, etcétera. Si establecemos una comparación entre estos dos tipos de países es porque ambos forman parte de una misma economía mundial. Al establecer esta relación relejamos el carácter universalista, racionalista y evolucionista de la cultura del modo de producción dominante en esta economía mundial. Según esta cultura el mundo evoluciona hacia el progreso, el racionalismo, hacia, en in, el capitalismo liberal como modelo ideal de comportamiento. Lo que se llama “ciencias sociales”, políticas o económicas, no van más allá del estudio meticulosamente deinido y medido del modo según el cual todas las sociedades se ajustan a ese modelo de cuya perennidad y universalismo ninguno de estos “cientíicos” duda. Sabemos que las ideas de las clases dominantes son también dominantes en una sociedad dada. No hay pues que sorprenderse de que personas progresistas, simpatizantes de los intereses de las clases dominantes, adopten los esquemas teóricos y de razonamiento de la clase dominante para defender ideales relativamente diferentes. No es pues de extrañar que muchos “marxistas” se encuadren en los esquemas de razonamiento formales y antidialécticos dominantes en nuestras universidades. Algunos con mayor brillo, otros con menor capacidad y lagrante mediocridad. Pero no basta con establecer el principio de que las sociedades “atrasadas” sólo pueden ser estudiadas dentro de esta economía mundial que acelera y deforma sus procesos de cambio y conforma sus estructuras, en base evidentemente a sus elementos internos. Hay que precisar el carácter de esta economía internacional, su evolución y más especíicamente el carácter de los vínculos que se establecen entre los elementos internos diferentes y especíicos de las unidades socioeconómicas estudiadas y esta economía mundial. Hay que precisar las formas posibles de estos vínculos y su grado de inluencia sobre la sociedad, la economía, la política y la cultura. Hay que deinir el desarrollo histórico de los mismos y 206/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 201-236 analizarlos en sus distintos aspectos. Hay que especiicar los diferentes tipos de relaciones y de estructuras socioeconómicas resultantes. El tomar en consideración el fenómeno internacional nos lleva no sólo al concepto de economía mundial sino a un conjunto de conceptos duales como países imperialistas y coloniales, dominantes y dependientes, centrales y periféricos. Al establecer tales conceptos entramos de lleno en una problemática mucho más dialéctica y claramente política: vamos hacia el concepto de capital inanciero, concentración y centralización económicos y del poder, militarismo, capitalismo monopolista de Estado, exportación de capitales, burguesías nacionales o dependientes, enclaves, economías exportadoras, mercado interno, movimiento de liberación nacional, reforma agraria, relaciones entre clase obrera y campesinado, etcétera. Salimos así de las oscuras y neutrales regiones teóricas del crecimiento económico en sí, de la modernización, burocratización y racionalización en sí, de los agentes del desarrollo en sí, de los “empresarios”, etcétera. No es que estos problemas no tengan relevancia, sino que hay que insertarlos en el contexto del proceso histórico concreto que se maniiesta bajo la forma de una economía y sociedad internacionales en proceso de desarrollo bajo el impacto de los intereses del capitalismo y, en la mitad de nuestros siglo, de las economías socialistas. De esta manera, el problema del desarrollo económico se concreta en la cuestión nacional, en la cuestión del Estado, de la cultura y de la lucha de clases bajo las condiciones especíicas de inserción de los países dependientes en la economía y sociedad internacionales. Sólo así podemos superar las versiones burguesa, pequeñoburguesa y proletaria del fenómeno, cuyas características principales son las siguientes: La gran burguesía, bajo su forma más desarrollada, continúa imponiendo las condiciones para un intercambio internacional más o menos “libre” de bienes, capitales e ideas. El carácter desigual de la economía que resulta del liberalismo sólo la asusta en la medida en que lleva a fuertes conlictos internacionales. Asimismo, le incomoda el hecho de que, en contra de lo que plantea la teoría liberal (antigua o neoliberal), el desarrollo del capitalismo en los países dependientes no rompa los límites del atraso y pase a imponer nuevas barreras a sus inversiones. Apoya pues los estudios sobre la teoría del desarrollo, entendido como desarrollo universal del capitalismo. El fenómeno del subdesarrollo y de la dependencia aparece así para esa teoría como una incómoda resistencia de los sectores precapitalistas a la modernización. En la práctica la imposibilidad de aplicación de este esquema racionalista lleva al pragmatismo y a la necesidad de compromisos con otras corrientes. En las sociedades dependientes esta teoría encuentra su expresión en el liberalismo conservador local apoyado en la vieja oligarquía agraria-exportadora o en el neoliberalismo tecnocrático-autoritario de los tecnócratas y burócratas (civiles y militares), agentes del gran capital internacional y en parte nacional y del capitalismo de Estado. Ese neoliberalismo confía en un libre funcionamiento del mercado bajo fuerte inluencia y control de la acción de las grandes corporaciones y del capitalismo de Estado La cuestión de la teoría de la dependencia Theotonio Dos Santos /207 (expresado tanto en la empresa estatal como en la política económica y la programación estatal para garantizar la acumulación del capital). Este pensamiento se apoya irmemente en la teoría de los costos comparados y las ventajas de la división internacional del trabajo. Al lado de esta concepción burguesa dominante, plenamente coniada en el libre juego de las fuerzas económicas y políticas por ellas controladas, se perilan las tendencias pequeñoburguesas y de los sectores más débiles de la burguesía en el sentido de controlar estos factores espontáneos. Ellas saben que el libre juego de1 mercado puede destruirlas muchas veces de un solo golpe. Sus intereses son en el sentido de oponer, a través del Estado, un fuerte dique a la libertad de comercio internacional, proteger el capital nacional y asegurar canales de acceso del pequeño y mediano capitalista a este Estado. La ideología pequeñoburguesa ha saltado en distintas condiciones de un liberalismo semianárquico que corresponde a su fase artesanal y. de propietario independiente hacia un autoritarismo burocrático, militarista y tecnocrático (que acepte directamente o no su intervención, bajo formas corporativas o semifascistas). Su apoyo al capitalismo de Estado tiene tintes distintos del gran capital. Ven en él a un proteccionista, que se opone al monopolio y al gran capital para defender a “los ciudadanos”. Al contrario del ecumenismo y cosmopolitismo del racionalismo puro del gran capital, su noción de la circulación de bienes, capitales, servicios e ideas busca restringir esa circulación, someterla a control, reairmar el sentido de lo nacional sobre lo internacional, de lo romántico sobre lo “racional”, de lo patriótico sobre lo ecuménico, del “compromiso” sobre la indiferencia política que fomenta el gran burgués, etcétera Las tesis que unen lo nacional con lo pequeñoburgués pueden atraer sectores importantes del gran y medio capital de los países dependientes en la medida en que los capitalistas locales tienen que preocuparse por la defensa de sus mercados locales de mercancías, inanciamiento, etcétera, pero, en lo sustancial, esas tesis corresponden, en su pleno desarrollo romántico, al pensamiento pequeñoburgués. En nuestros días, la pequeña burguesía se hace, aun en los países dependientes, cada vez más dependiente del gran capital local y principalmente internacional. Por esa razón sus tesis se van debilitando en la medida en que todas las manifestaciones del capital local se van convirtiendo cada vez más nítidamente en servidores o cuando mucho “socios menores” del gran capital internacional, dominador incontrastable de las mejores oportunidades de inversión a través de sus dinámicas corporaciones transnacionales y el apoyo internacional con que cuentan. En este contexto el proletariado industrial y rural aún inmaduro se encuentra frente a complejos problemas ideológicos. Hijo de la revolución industrial y del liberalismo, el proletariado como clase universal ha tendido a radicalizar las ideas de la burguesía liberal, desde el punto de vista de su concepción general de la historia. Pero, al mismo tiempo, no puede liberarse de su origen e intereses nacionales, con riesgo de convertirse en algo históricamente lotante. De ahí cierta tendencia a desarrollar un pragmatismo frente a estos problemas, buscando guiarse por sus intereses inmediatos. La situación es aún más compleja en los países atrasados y dependientes. Ya en la Alemania de Bismarck, Marx y Engels pudieron observar con terror las tendencias de los obreros a simpatizar con el socialismo nacional de Lasalle, apoyando el proteccionismo, 208/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 201-236 las nacionalizaciones, etcétera. Posteriormente, vamos a asistir a la disolución de la II Internacional bajo la fuerte presión de los intereses nacionales desatados por la guerra imperialista. Pero en los países coloniales la relación del proletariado con las burguesías es aún más compleja. Sea porque estas burguesías han mantenido una llama revolucionaria o reformista antimperialista y antifeudal hasta los años 50; sea porque buscaban desesperadamente el apoyo de los trabajadores urbanos y rurales para sus intentos de independencia nacional; sea por el importante desarrollo ideológico eclecticista que tienen que realizar estas burguesías para orientar sus intereses, inluyendo así en el conjunto del pensamiento progresista; sea por la debilidad ideológica y teórica de los cuadros dirigentes e intelectuales socialistas, así como de la organización y conciencia del proletariado; por todas o algunas de estas razones el proletariado de los países dependientes ha tendido fuertemente a aceptar el “nacionalismo revolucionario” como su doctrina básica. Es evidente que un pensamiento socialista revolucionario sólo puede superar esta tendencia de la clase si logra superar también un “marxismo” formalista que desconoce la especiicidad de la situación colonial o dependiente. Mao Tse-tung, Ho Chi Minh, Che Guevara y Fidel Castro son brillantes ejemplos de reconocimiento de la especiicidad del problema colonial y dependiente, de la estructura de clases propias de esos países, de la relación especíica entre revolución democrática y socialista en su tiempo y en su país, de las diversidades y novedades de las formas de lucha en las condiciones históricas y socioeconómicas locales. El punto de vista obrero sobre el fenómeno de la dependencia recoge parte de la crítica burguesa y pequeñoburguesa a la dominación económica, pero busca profundizar esta crítica al mostrar el papel determinante de la exportación de capital sobre la economía internacional; al señalar que las pérdidas por concepto de intercambio no son la causa fundamental de la dependencia, sino la estructura económica y social de los países dominados; al demostrar la complicidad de sectores fundamentales de la burguesía y de la pequeña burguesía con el imperialismo; mostrando, en resumen, que la dependencia, el atraso y el subdesarrollo no pueden superarse dentro del régimen de producción capitalista. La crítica marxista al concepto burgués de dependencia no puede darse desde el punto de vista del aislamiento frente a la realidad nacional sino, dialécticamente, estableciendo correctamente la relación entre lo interno y lo externo, entre lo nacional y lo internacional, entre el antimperialismo y el anticapitalismo, entre el análisis de las relaciones económicas internacionales y el de clases y entre las tendencias históricas generales y lo inmediato. Tenemos así los elementos suicientes para airmar la necesidad de realizar un discurso teórico sobre el fenómeno de la dependencia como forma necesaria de aproximación al estudio de la realidad de los países que son objeto de explotación capitalista en escala internacional. La cuestión de la teoría de la dependencia Theotonio Dos Santos /209 2. Hacia un estudio dialéctico de la dependencia Con las relexiones presentadas en el .ítem anterior podemos dar un paso adelante. Empezamos por analizar la crítica de la teoría burguesa del desarrollo y proponer un concepto integrador para analizar nuestra realidad como parte de la etapa imperialista del capitalismo: este concepto es el de dependencia. En seguida, apuntamos los elementos estructurales de la sociedad dependiente para pasar a un balance de los principales antecedentes teóricos del concepto. Realizamos, en in, una discusión sobre la validez del concepto. Creemos que podemos ahora establecer muy sumariamente los elementos fundamentales que deben servir de objeto a una teoría de la dependencia. Teoría del imperialismo y teoría de la dependencia Teoría del imperialismo y teoría de la dependencia Si entendemos por teoría un discurso abstracto sistemático y coherente sobre las leyes de funcionamiento y desarrollo de un fenómeno concreto, podemos decir que, a partir del libro de Lenin sobre El imperialismo, fase superior del capitalismo, tenemos un cuerpo teórico fundamental para analizar el imperialismo, con la ventaja de haber logrado mantener, en un periodo de 60 años aproximadamente de su aplicación, un alto grado de corrección y coherencia. Desgraciadamente, no pasa lo mismo con el fenómeno de la dependencia. Gran parte de la teoría de las relaciones de dependencia, del carácter de las sociedades resultantes, de las leyes que rigen su desarrollo, fue elaborada por las burguesías o pequeñas burguesías de los países dependientes o coloniales. Como lo vimos, las internacionales y los teóricos obreros sólo se ocuparon marginalmente de este fenómeno. Fue el propio desarrollo de la revolución colonial a partir de los años 20 y la intensa participación del movimiento obrero en ella lo que empezó a dar origen a documentos políticos y algunos análisis más detenidos sobre el fenómeno de la dependencia. En las universidades, sean de los países dominantes, sean de los dependientes, fue solamente en la posguerra cuando se empezó a considerar la cuestión del desarrollo y del subdesarrollo. Asimismo, por esta hora, los organismos de las Naciones Unidas y otras agencias internacionales tuvieron que aumentar su conocimiento de esos países por razones económicas y políticas. Las universidades y agencias del gobierno norteamericano se vieron impulsadas a aumentar el caudal de información empírica y estudios sobre los pueblos subdesarrollados. Con el correr del tiempo y la ampliación del debate internacional sobre las razones del subdesarrollo, su carácter y sus manifestaciones se fueron constituyendo en una problemática que nos permite deinir los elementos de la dependencia y las áreas temáticas de la investigación sobre el caso: En primer lugar se hace imprescindible, en el actual estado del debate, ligar el estudio de la dependencia al del imperialismo y de la economía internacional que genera. En ese estudio hay particular interés en deinir la actual etapa de desarrollo del capitalismo, su estructura, sus elementos celulares (empresa transnacional), sus formas de actuación y las contradicciones que provoca. Se ha hecho cada vez más patente la necesidad de precisar la forma del movimiento actual del imperialismo y en particular el rol de los ciclos económicos y sus vanas coyunturas en la 210/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 201-236 dinámica de los países dependientes. Enseguida se ha empezado a prestar especial atención a los mecanismos del comercio y de la economía mundiales, con especial interés en los movimientos comerciales, de servicios, de capitales y en el endeudamiento. Ese estudio puede poner el énfasis tanto en las relaciones económicas internacionales de los países dominantes como en las de los dependientes, sin reducir evidentemente las relaciones internacionales a aquellas entre países dominantes y dependientes y no olvidando las contradicciones interimperialistas y del capitalismo con el socialismo, las cuales son partes esenciales de la realidad internacional en la cual se insertan las relaciones de dependencia. En un plano teórico hay que derribar los errores que se encuentran en la obra de Emmanuel sobre el intercambio desigual y que fundamentan en los bajos salarios el origen del intercambio desigual y responsabilizan al proletariado de los países dominantes de la miseria de sus compañeros subdesarrollados. Así también hay que desvirtuar las teorías de Prebisch sobre la necesaria pérdida en los términos de intercambio entre países desarrollados y subdesarrollados a consecuencia de la estructura de consumo de los primeros. Hay que combatir cualquier tendencia a explicar el subdesarrollo y la dependencia a través de los mecanismos de intercambio. Por esta razón hay que asegurar la corrección del paso del plano de las relaciones económicas internacionales al tercer nivel del análisis, que establece los vínculos de esas relaciones internacionales dependientes con la estructura económico-social interna de los países dependientes. Sobre este tema hay que desarrollar más extensamente algunas consideraciones: La primera precisión necesaria nos esclarece que hay que ver la relación entre lo nacional y lo internacional no como dos contrarios que se excluyen sino como dos polos de una unidad internacional capitalista que se basa al mismo tiempo en la internacionalización y en la nacionalización de la economía. La airmación nacional de la burguesía en la etapa de la acumulación primitiva se hizo en contra del localismo feudal. En las colonias políticamente liberadas como América Latina, la burguesía imperialista busca en general dividir y dispersar a las fuerzas regionales, tribales, culturales, etcétera. La airmación nacional se hace en estos países como manera de romper esta dominación y asumir una forma esencialmente antimperialista a pesar de que también lucha en contra de los localismos y regionalismos que encuentran su fuente en las estructuras agrarias ligadas al autoconsumo o marginales en el proceso exportador. La oligarquía exportadora era en general cosmopolita y liberal. Los burgueses nacionales eran nacionalistas y proteccionistas. Tratase de una clara inversión de los términos históricos del surgimiento del capitalismo. En este contexto se plantea la cuestión del desarrollo del mercado interno, de la reforma agraria, etcétera. En segundo lugar, el carácter especíico de esas relaciones también debe ser considerado en lo que respecta al papel del Estado. Para los industriales, la intervención estatal es condición de su posibilidad de existencia. Se hacen así estatistas y pueden incluso recurrir La cuestión de la teoría de la dependencia Theotonio Dos Santos /211 a una retórica socializante. Ellos nada pierden con que el Estado intervenga en sectores en que no podrían jamás invertir y que sirven de infraestructura sobre la cual se puede levantar una estructura industrial moderna. Proteccionismo y estatismo, organización de las masas para alcanzar estos objetivos, ampliación de su participación política bajo control del nacionalismo revolucionario o reformista, airmación cultural nacional, utilización de un pensamiento más lexible y dialéctico para cumplir esas tareas de liberación, simpatías por los países del tercer mundo que siguieron el camino socialista, admiración por la capacidad de construcción nacional y crecimiento de la URSS y otros países socialistas, política externa independiente: todo esto forma un conjunto de posiciones programáticas que deinen el progresismo burgués en los países dependientes. Pero todas esas posiciones se van atenuando en la medida en que el gran capital se posesiona de alguna de esas banderas, reorienta sus inversiones hacia el mercado interno y posteriormente hacia las nuevas exportaciones manufactureras. Asimismo, esas posiciones se ven inluidas por los ciclos económicos internacionales que determinan la mayor o menor capacidad del gran capital internacional para invertir en los países dependientes y realizar presiones económicas y políticas. En tercer lugar, el problema nacional se hace aún más complicado si se considera el grado de independencia relativa que asumen las masas en que se apoya el nacionalismo revolucionario. Si empiezan a ganar autonomía, se radicalizan política e ideológicamente y aumentan su presión sobre los gobiernos existentes y el aparato del Estado, empieza a romperse la hegemonía burguesa y la burguesía busca afanosamente controlar la situación a través de la represión aunque sea a costa de sus objetivos nacionales e independientes. Históricamente el proceso se orienta en el sentido de disminuir el margen de opción de la burguesía local prensada entre el avance del capital internacional y la autonomización política e ideológica del movimiento popular. En esa medida, la lucha antiimperialista, las banderas de la airmación nacional, del proteccionismo a la industria, de la intervención estatal, de la reforma agraria y de la formación del mercado interno, de la democracia social y política, se van pasando hacia el movimiento obrero, el campesinado y la pequeña burguesía. El movimiento popular no rompe de inmediato con esas tareas programáticas democrático-revolucionarias que todavía continúan en el orden del día, sino que las radicaliza y las inserta en un programa de transformación social más profundo de carácter socialista. En el transcurso de este libro veremos cómo se van confrontando esas alternativas históricas. En este capítulo nos interesa señalar las implicaciones teóricas del problema. La perspectiva obrera y revolucionaria en los países dependientes no debe ser vista pues como una simple aplicación del marxismo considerado como una teoría general y formal a las condiciones de los países dependientes. Tal enfoque nos llevaría al formalismo intelectualista en lo ideológico y a un europeísmo en lo político. De cualquier forma nos separaría de una visión cientíica de la realidad y del sentir de las masas. 212/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 201-236 La elaboración de un pensamiento cientíico y revolucionario en esas condiciones sólo puede darse a través del encuentro vivo y dialéctico entre la crítica de la visión y del programa nacionalista-burgués, pequeñoburgués y en parte inluido por el proletariado (uso de la retórica dialéctica y del concepto de clases, concesiones al proletariado organizado, etcétera) que forma nuestro eclecticismo ideológico (crítica que tiene que hacerse en sentido dialéctico: superar una realidad es tomar sus polos negativos y airmarlos en una nueva unidad de contrarios) y el aparato conceptual del marxismo como ciencia general de la historia. Sólo así podrá airmarse un pensamiento revolucionario con el uso dialéctico de las categorías del marxismo. De esta manera, el programa nacionalista no es simplemente abandonado sino que cambia de signo. De programa inal y objetivo central se convierte en etapa inicial, condición necesaria de la creación de una economía y sociedad socialistas. Se cambian algunos de sus objetivos y se cambia su sentido general. Ésta es una forma dialéctica de realizar la superación del pensamiento burgués y pequeñoburgués sobre la dependencia, el desarrollo y el subdesarrollo. No podrán realizar esta superación aquellos que quieren fundar una teoría de la dependencia en oposición formal a los contenidos temáticos del “desarrollismo” burgués. Como si la revolución rusa fuese posible fuera de la lucha contra el zarismo, la China fuera de la revolución democrática y de la lucha contra la agresión japonesa e imperialista, la cubana fuera de la lucha contra la dictadura de Batista y del imperialismo. O, en un plano más teórico, como si el marxismo, en vez de superar el hegelianismo, el materialismo francés, el socialismo utópico y la economía política, hubiese pretendido fundar una ciencia completamente aparte de su punto de partida anterior. En buena medida éstas fueron las ideas estructuralistas en que se fundamentó el intento althuseriano. Poco a poco la clase obrera de nuestros países va a imponer su temática a la ciencia social y en la medida en que avance el proceso de industrialización dependiente se irá superando la temática desarrollista y proponiéndose una nueva temática socialista impuesta por la reacción de las masas ya no a los obstáculos al desarrollo (preocupación fundamental de nuestros pueblos hasta ahora) sino a su carácter y su forma. Vemos así que la teoría no puede separarse del movimiento social so pena de convertirse en ejercicio formal y en juego de ideas. Con esto no queremos decir que no se pueda y deba realizar tales ejercicios desde que haya recursos humanos sobrantes y se tenga plena conciencia de sus limitaciones. En nuestros días, la temática que tenemos que enfrentar es la del carácter actual del imperialismo, las relaciones económicas internacionales en esta fase, las formas de relación con las estructuras nacionales, las contradicciones que genera, las alternativas que plantea a las clases sociales, las formas de lucha que se desarrollan en consecuencia, las perspectivas programáticas hacia una nueva sociedad (en este sentido, la temática de la transición al socialismo gana gran actualidad). La cuestión de la teoría de la dependencia Theotonio Dos Santos /213 Dependencia y crisis economica 1. El problema teórico Después de haber discutido las crisis económicas en una economía capitalista desarrollada y dominante, y los elementos generales del concepto de dependencia, nos toca discutir hasta qué punto se puede hablar de crisis económica en los países dependientes y qué formas asume. La cuestión no es simple, por varias razones. En primer lugar, los países dependientes no son simples economías precapitalistas que pudiesen soslayarse a las crisis económicas. Por el contrario, estos países (particularmente en el caso latinoamericano) forman parte de una economía mundial capitalista y, más que eso, tienen el grueso de su economía dedicada a la producción para el mercado mundial. Así es que las crisis del mercado mundial los afectan muy directamente. En segundo lugar, hay que considerar que al integrarse en la economía mundial como exportadores de materias primas y productos agrícolas, desarrollan una economía de mercado, pero no pueden desarrollar todas las características del modo de producción capitalista por diversas razones: escasez de mano de obra caliicada, mercado interno poco desarrollado y copado por los productos manufacturados extranjeros, bajo desarrollo tecnológico limitado a un sector especializado que no le permite tener una posición de vanguardia en la creación de tecnología, ausencia de una industria bien integrada que permita un dinamismo autónomo de crecimiento, etcétera. Siendo así, esos países no disponen de mecanismos internos que generen y compensen las crisis, quedando casi completamente dependientes del mercado mundial. La baja de consumo de ciertos productos en el periodo colonial y aun en el siglo XIX signiicó la desaparición de economías enteras en los países dependientes, así como la destrucción de poderosos centros económicos y su trasplante hacia otras regiones o su retroceso a una economía natural. También en Europa o Estados Unidos ocurren tales retrocesos, pero lo que aparece en Europa o Estados Unidos como fenómeno regional y localizado, en los países dependientes asume a veces la forma de una crisis global y una estagnación económica general. Después de la segunda mitad del siglo XIX tales retrocesos ya no serán tan deinitivos para las economías dependientes. Fue sobre todo la aparición de un sector industrial en algunos países a partir de ines del siglo XIX lo que les permitió invertir el sentido de las crisis y buscar otros focos de desarrollo. Solamente entonces se puede hablar de mecanismos internos relativa mente autónomos, creadores de crisis autóctonas o capaces de compensar las crisis mundiales. Nuestro análisis sobre las crisis en los países dependientes debe pues partir de dos modelos básicos: el de una economía esencialmente exportadora y el de una economía exportadora combinada con un sector industrial importante. Después de un estudio 214/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 201-236 teórico de estos dos modelos puros podremos hacer un examen de la crisis latinoamericana para llegar a una comprensión más global de sus perspectivas en el contexto de la nueva crisis mundial. 2. La economía exportadora Hasta 1930 podemos decir que el sector exportador era la clave del dinamismo económico y, por lo tanto, de los cambios sociopolíticos en América Latina. En tales circunstancias la economía se componía esencialmente de tres sectores: a. Un sector exportador agrario o minero, compuesto en general de grandes latifundios o grandes empresas mineras (hay casos excepcionales de empresas medianas, como el café en Colombia) que crece particularmente a partir de la segunda mitad del siglo XIX debido al gran aumento de la demanda de materias primas y productos agrícolas en los países industrializados. Hay que señalar que este sector se había desarrollado en la época de la colonia para la producción de minerales nobles (oro y plata) y productos tropicales (como la caña de azúcar), que representaron la principal producción de este período. Pero el desarrollo de la segunda mitad del siglo XIX frustró cualquier intento (y hubo muchos) de reorientación de la actividad económica de estos países y reairmó en condiciones de una economía mundial capitalista en pleno auge el desarrollo de economías exportadores bastantes exitosas. Sólo a ines del siglo XIX se empezaron a ver las limitaciones de este camino económico, al sentirse los efectos de las crisis económicas sobre los precios de los productos exportados. Pero la industria no representaba aún una alternativa importante al desarrollo del sector exportador. La guerra de 1914-18 va a ser el punto más crítico del sistema, y la crisis de 1929 va a dar el golpe más profundo a este tipo de desarrollo en los países que ya disponían de una base industrial que permitiera aprovecharse de la situación. En los países de base industrial muy pequeña la crisis se prolongó hasta la segunda guerra mundial y sólo después de 1945 presentan un desarrollo industrial importante. b. Un segundo sector que llamamos complementario atendía a la demanda generada por el sector exportador. El ganado, algunos sectores agrícolas, la artesanía y las manufacturas coloniales (los obrajes), y, en in, las industrias modernas a ines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, las estructuras de transporte, que crecieron bastante a ines del siglo XIX, etcétera, todos estos sectores conforman una economía que es altamente dependiente del sector exportador y sigue sus impulsos de crecimiento y sus momentos de ascenso o decadencia. Sólo cuando son muy desarrollados logran reorientarse en los momentos de crisis y buscan mercados diferentes cuando les falta el mercado exterior. c. Existía un tercer sector de subsistencia, que aún sobrevive paralelamente a los sectores destinados al cosecha, baja la demanda de mano de obra agrícola (periodos de oscilaciones de la producción exportadora, sea agrícola, pastoril o minera). Este La cuestión de la teoría de la dependencia Theotonio Dos Santos /215 sector fue muy importante en la colonia y va disminuyendo su importancia con el gran auge de la exportación en la segunda mitad del siglo XIX y en el siglo XX. La reunión de estos tres sectores en un mismo sistema económico conforma una formación socioeconómica de carácter muy distinto a la formación capitalista dominante, sin dejar de estar condicionada por ella. ¿Cómo se justiica la existencia de una formación económica de este tipo? La ideología liberal capitalista lo explica muy bien. Según la teoría de los costos comparados esta economía era un producto regional de una economía mundial racional. Si hay una distribución determinada de factores a nivel internacional, será lo más “racional” que cada región se especialice en la producción de aquellos productos que le permitan alcanzar los costos más baratos y cambiarlos por los productos distintos de otras regiones donde sus costos sean también más baratos. Siendo así, se aprovechan racionalmente las posibilidades de producción de las varias economías; y el comercio mundial dejado a su libre funcionamiento tenderá a equilibrarse y determinará esta distribución racional de recursos productivos. La ideología económica liberal produce, pues, la justiicación teórica más coherente de esta articulación económica mundial. Dentro de ella, los ciclos aparecen como un proceso de ajuste de este sistema productivo. El pensamiento de las clases burguesas industriales de los países dominantes se ajustaba al pensamiento de las burguesías agrarias o mineras exportadoras de nuestros países. Era muy fácil demostrar dentro del pensamiento liberal la “irracionalidad” de un desarrollo industrial en nuestros países y, además, el carácter inlacionario de este desarrollo. Y por inlacionario se entiende no sólo un fenómeno monetario, sino el hecho de que los productos se vendían a precios no competitivos que exigían un proteccionismo y que, en realidad, hacía bajar el poder adquisitivo de los sectores de la población que se veían obligados a consumirlos. De hecho, y con mucha razón, los liberales ya mostraban a ines del siglo pasado las características necesariamente inlacionarias de un desarrollo industrial en nuestros países. Sería importante escuchar su razonamiento para comprender la esencia de la lucha entre liberalismo y proteccionismo, que tan amplia repercusión tiene en nuestra historia y que ilumina la comprensión del ciclo económico en los países dependientes. El brasileño Joaquín Murtinho (1848-1911) escribe en su Informe del Ministerio de los Negocios de la Hacienda, del año 1902: Estudiando el mecanismo por el cual las emisiones desvalorizan nuestra circulación, no es difícil comprender cómo por un mecanismo similar se desvalorizara nuestra producción. La seudoabundancia de capitales por ellas producida promovió la creación de un sinnúmero de industrias y desarrolló de modo extraordinario la actividad agrícola. 216/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 201-236 De ahí viene el establecimiento de industrias artiiciales y la organización agrícola para la producción exagerada del café, los dos factores de la desvalorización de nuestra producción. El empleo de capitales y obreros en industrias artiiciales representa un verdadero desperdicio de la fortuna nacional. La venta de los productos de esas industrias sólo se hace apartando artiicialmente del mercado productos similares extranjeros. El costo de producción en esas industrias, siendo muy alto en relación al de los que nos vienen del exterior, eleva por medio de tasas ultraproteccionistas en las tarifas de la Aduana el precio de los productos extranjeros, creando así un mercado falso en que los productos internos vencen en la competencia a los productos del exterior. Todo consumidor resulta, pues, perjudicado, y la diferencia entre lo que él paga por los objetos en ese régimen y lo que pagaría en un régimen libre representa un impuesto que le es arrancado para el mantenimiento de aquellas industrias. Y como el plantador de café y el productor de caucho, de mate, de algodón (ipecacuanha) y otros géneros, que constituyen nuestra riqueza de exportación, son también consumidores, no es difícil ver que en el costo de la producción de todos estos géneros entra como elemento de depreciación ese impuesto en favor de las industrias artiiciales. La extensión de la cita se justiica plenamente por su claridad lógica. Los maestros liberales europeos no podían tener mejores discípulos y no hay prueba más cabal de la estrecha comunidad de intereses entre las clases dominantes-dominadas dependientes y las dominadoras. El argumento es sólido desde el punto de vista: hay que mantener el librecambio porque los productos que, “nosotros” (las oligarquías, las clases medias en formación en las ciudades) consumimos serán mas baratos y mejores Joaquín Murtinho representa la esencial de tales intereses. Para él, siguiendo las tendencias del comercio capitalista: “el ideal económico de un país no debe ser importar poco, sino importar y exportar mucho”. ¿Cómo veía él las crisis económicas que relejaban los movimientos de la economía mundial? En una economía exportadora pura, como él la deseaba, para el buen aprovechamiento de los recursos nacionales desde el punto de vista de las clases dominantes, la experiencia no era completamente positiva. Al crecer la demanda mundial de los productos exportados crecía desordenadamente la producción nacional llevando a un exceso de oferta y por tanto a un abaratamiento del precio de los productos en el mercado mundial. La solución liberal es bastante simple: las propias leyes del mercado llevarán a un aumento del consumo y se restablecerá el equilibrio. Así lo expresaba él: Cuando la producción excede en poco al consumo, la absorción del producto no puede ser completa: se forma una pequeña estagnación, un pequeño La cuestión de la teoría de la dependencia Theotonio Dos Santos /217 éxtasis en la circulación, produciéndose un “stock”, pero el exceso de oferta determina bajas en el precio del objeto, y esta baja provoca aumento de consumo, regularizándose de esta forma la circulación. Pero había que explicar la tendencia a la baja progresiva de los precios: Cuando, sin embargo, la producción es excesivamente grande en relación al consumo, se da entonces un gran “éxtasis” en la circulación, formándose un gran “stock”. El aumento del consumo producido por la baja del precio ya no es suiciente para regularizar la circulación. Los compradores se aprovechan de la situación e imponen un precio más bajo de carácter especulativo. Disminuye la capacidad de negociación de los exportadores. Tienen que vender su producto a precio más bajo para obtener papel moneda y pagar sus deudas. Los países dependientes responden a través de un movimiento de emisiones exageradas y la formación de los “stocks” que favorecen la especulación. Se producen los déicits presupuestarios que se profundizan por otras razones y se recurre a las deudas externas. Tales deudas llevan a concesiones para la construcci6n de ferrocarriles “artiiciales” y onerosos para el Estado, según el punto de vista de la clase dominante, y otros gastos estatales aumentan aún más el déicit. Se llega a la necesidad de pagar las deudas anteriores con nuevas deudas. Es la “catástrofe inanciera”. La causa fundamental de la “catástrofe” está en la defensa estatal “artiiciosa” de la industria y de productores de baja productividad. Su razonamiento lógico liberal nos diría que al defender el nivel de empleo en el interior de las economías en vez de aceptar el ajuste que el mercado libre provoca, se creó una crisis crónica inlacionaria de carácter distinto, llevando a un aumento de la deuda externa. Joaquín Murtinho acertó en el clavo. Los países dependientes, imposibilitados de seguir la dinámica liberal en su integridad, por lo que representaba desde el punto de vista de la población ya empleada, tuvieron que realizar un compromiso con los sectores de baja productividad y las industrias nacientes, así como con los intereses inancieros e industriales internacionales y aceptar los riesgos de una inlación crónica. El liberal sueña con el equilibrio ideal, pero en la realidad tiene que seguir la dinámica de la dependencia y del compromiso interno y externo que la formación económica dependiente exige. as crisis de las economías dependientes exportadoras asumen pues esta forma: Crecimiento de la demanda mundial – aumento de la exportación-, crecimiento de la producción excesiva en relación a la demanda – formación de un sector exportador de baja productividad-, estímulos a sectores complementarios –disminución del sector de subsistencia-, tendencia a la baja de los precios – crisis. Frente a la crisis hay dos respuestas: Primera: tendencia a la quiebra de los sectores marginales, defensa “artiicial” de esos sectores por el proteccionismo y la emisión, déicit presupuestario, endeudamiento externo. Segunda respuesta: quiebra real de estos sectores, con posible recuperación del precio. Y aquí aparece un elemento importante de la situación de dependencia. Una quiebra de los 218/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 201-236 sectores marginales puede no llevar a una recuperación. La causa de esto es que estamos en una economía mundial en la cual se controla solamente una unidad productora frente a un comprador único y un poder monopólico. La baja de la producción en el país exportador puede no signiicar una baja de la oferta mundial del producto. El país comprador puede estimular la producción en otras regiones y lograr una oferta abundante del producto a precios relativamente bajos. La respuesta natural de los países dependientes será pues la primera alternativa, es decir, la crisis crónica, que es una especie de política anticiclica de los pobres. La otra alternativa implícita es la diversiicación de la producción en el interior, la cual tanto asusta a los liberales. De hecho, la crisis del comercio mundial después de la primera guerra mundial hará cada vez más necesaria esta alternativa que es la consecuencia lógica de la primera. Pero para que esto se haga conscientemente será necesaria la formación de un sector social capaz de impulsarla. Este sector surge a la sombra de la crisis crónica del sector exportador, pero aprovechándose también de sus momentos de auge, cuando se hace suicientemente fuerte para imponer una política proteccionista del desarrollo industrial. Esta política será impuesta conscientemente como una política dominante del Estado solamente a partir de ines de la década del 30, en los países que habían alcanzado un importante desarrollo industrial anteriormente. El razonamiento es bastante dialéctico: la crisis de la economía exportadora la obliga a negarse a sí misma. Para evitar que las oscilaciones cíclicas lleven a crisis internas inmediatas muy graves se hace necesario negar el pleno funcionamiento de la economía liberal. Esta negación conduce a una crisis crónica que crea una situación de compromiso y permite el desarrollo de un nuevo sector productor hacia el mercado interno. Este sector se crea a la sombra del proteccionismo, no siempre practicado de buena gana, y de la inlación que funciona como su estimulante. Poco a poco se va presentando como una alternativa a la crisis crónica, pero, como lo veremos, sólo podrá hacerlo a través de una profundización de esa crisis. Pero no siempre las cosas siguieron este modelo. Las oscilaciones cíclicas del sistema exportador tienen una forma más compleja que es necesario profundizar en una segunda aproximación del problema. Las economías dominantes tienen una forma de desarrollo cíclico, como vimos en la primera parte. ¿Cómo se integra ese comportamiento en las estructuras dependientes exportadoras y sus oscilaciones propias? El ciclo económico en las economías dominantes tiene un carácter mundial cada vez más pronunciado. A ines del siglo pasado ya se presentaron como oscilaciones mundiales. Después de la primera guerra mundial. Estados Unidos va a asumir un rol hegemónico muy importante sobre parte de las economías latinoamericanas y éstas pasan a relejar muy directamente las oscilaciones cíclicas del centro dominante. Después de la segunda guerra mundial la hegemonía norteamericana será el elemento integrador fundamental de la economía mundial, pero en esta oportunidad los ciclos económicos sufren importantes cambios, tanto en el centro hegemónico como en los países dependientes. La cuestión de la teoría de la dependencia Theotonio Dos Santos /219 En las etapas de auge económico de los países centrales, la importación tiende a crecer y hay un gran estímulo a las exportaciones en los países dependientes. Las economías dominantes tienden a exportar su capital hacia estos sectores exportadores aprovechándose de su auge. Hay así una tendencia al auge económico en los países dependientes en concomitancia con el de los países dominantes. Asimismo, en los periodos de recesión o caída de la producción los efectos sobre el comercio mundial son contrarios. Los países dominantes tienden a disminuir las importaciones y buscan aumentar las exportaciones cuando la crisis aún no es muy grave y entonces, consecuentemente, se produce una desorganización del comercio mundial (como pasó de manera casi total en la crisis del 29). En estas fases, las economías exportadoras entran en una severa crisis económica, agravada por una tendencia al retiro de ganancias por parte de los países dominantes para cubrir los déicits de su balanza de pagos. La capacidad de reaccionar frente a estas crisis depende en gran parte de la composición interna de los países dependientes. Si hay en ellos un sector complementario industrial muy importante, éste puede aprovecharse de la crisis de la siguiente manera: durante la crisis se debilita el sector exportador, bajan las exportaciones y tiende a subir su costo debido a la crisis inanciera que desvaloriza las monedas nacionales. La inlación garantiza una remuneración razonablemente alta al sector exportador y el auxilio del gobierno a este sector permite mantener los factores empleados y asegurar una demanda interna razonablemente alta. La consecuencia es pues un estímulo a la industria nacional, que dispone de un mercado relativamente grande, de un precio de venta alto, de una competencia internacional débil; si este sector tiene alguna capacidad ociosa podrá ciertamente ocuparla inmediatamente y a través de una política estatal favorable podrá usar las pocas divisas existentes para la importación de maquinarias baratas, pues el exceso de producción en los países dominantes hace bajar relativamente sus precios. La primera guerra mundial funcionó muy bien en este sentido. La crisis del 29 también creó estos estímulos. Cuando empezó la recuperación de las economías dominantes en 1933-34 provocando un ascenso en los precios de materias primas, ya se había iniciado un importante proceso de desarrollo industrial en algunos países (Brasil, Argentina, Chile, México, y Colombia un poco más tarde) que se prolonga hasta nuestros días. La situación fue sin embargo diferente en los países que no había diversiicado suicientemente su producción. Ellos tuvieron que esperar la recuperación de la economía mundial para obtener una mejoría del ingreso nacional y una nueva oportunidad de desarrollo industrial, que será solamente complementario al sector exportador.1 3. Comparación con algunas teorías. No hay duda de que Celso Furtado fue el primero en sistematizar la dinámica entre el sector exportador y el sector industrial. Economistas de los años 30, como Roberto Simonsen en Brasil, había percibido la relación entre las crisis y una especie de proteccionismo indirecto a los productores industriales nacionales. Celso Furtado transformó esta observación empírica en una teoría sistemática. En su ensayo 220/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 201-236 subdesarrollo y estancamiento en América Latina2 busca teorizar más ampliamente sobre los mecanismos que había encontrado en el desarrollo brasileño. Divide la economía subdesarrollada en tres sectores: P1, la agricultura precapitalista; P2, actividades que directamente producen para la exportación; P3, actividades responsables de la expansión de la capacidad de P2, y trata de relacionar los procesos de desarrollo con las combinaciones e intercambios entre estos sectores, buscando mostrar los efectos del crecimiento de las exportaciones en las relaciones entre ellos. Pero la crisis del 29 aparece como elemento que quiebra esta integración: La crisis mundial de 1929 y la prolongada depresión que la siguió interrumpieron en casi toda América Latina el proceso de integración en el sistema de división internacional del trabajo; se inició entonces un proceso de reversión, por el cual la mayoría de las economías nacionales de la región tuvo, de una u otra manera, que reducir su coeiciente de integración en el mercado mundial. Ese proceso de “cierre” de las economías nacionales asumió dos formas. La primera consistió en una simple reversión de los factores aplicados en actividades dependientes del sector exterior al ámbito de la economía precapitalista, como la agricultura o la artesanía. La segunda consistió en la industrialización (p. 81). Tenemos así un modelo en que la expansión del comercio mundial provoca un aumento del sector exportador con varios efectos secundarios en los otros sectores. Cuando hay una contracción hay una tendencia a volver al sector precapitalista o una respuesta a través de las inversiones industriales3 Las teorías sobre las crisis en los países subdesarrollados no asimilan en general estas constataciones. Enrique Padilla Aragón es uno de los pocos (quizás el único), latinoamericano que se ha especializado en el estudio del ciclo económico. En su libro sobre Ciclos económicos y políticas de estabilización4 encuentra una relación positiva entre auge y recuperación de los países desarrollados y auge y recuperación de los países subdesarrollados y entre recesión en los dos tipos de países. Busca explicar por qué las oscilaciones cíclicas de los países subdesarrollados no son intensas considerando la especiicidad de los ciclos en los países dependientes: Las principales causas generadoras de ciclo son de origen externo. En la fase de prosperidad hay un desplazamiento de la población de niveles bajos a niveles altos de productividad y en la fase de depresión es al contrario. La agricultura es el refugio de los desocupados. Las exportaciones determinan el volumen de ocupación. Durante la fase descendente del ciclo se acelera el desarrollo económico. Existen mecanismos suavizadores de las luctuaciones cíclicas; por ejemplo, la estructura del aparato productivo con mayor desarrollo de las industrias de bienes de consumo que las industrias de bienes de capital. Alta propensión al consumo que se traduce en un alto multiplicador y que es la base de un gran efecto ampliicador de las obras públicas. La cuestión de la teoría de la dependencia Theotonio Dos Santos /221 La recuperación se inicia rápidamente debido a estos mecanismos y a que la población se traslada hacia arriba a disfrutar de un nivel de vida más alto. Las depresiones disminuyen el nivel de la productividad retrasando el desarrollo económico. El autor ignora así los efectos de cambio de estructura que involucran las depresiones y explica la rapidez de la recuperación en los países dependientes básicamente a través de las inversiones en obras públicas y de la movilidad ascendente de la mano de obra. Esta línea de interpretación sigue las huellas de los planteamientos básicos de Raúl Prebisch, que elaboró esa teoría de la transmisión de las luctuaciones cíclicas a los países de la periferia, afectándolos de dos maneras: a. Los precios de las materias primas luctúan con mayor amplitud, tanto en la prosperidad como en la depresión, que los de los productos acabados. b. Hay un retraso en el ajuste de exportaciones e importaciones en las fases del ciclo: en la prosperidad las exportaciones aumentan primero que las importaciones generando un fuerte aumento de ingresos y de precios; en la depresión, las importaciones bajan después que las exportaciones generando una fuerte disminución de ingresos y delación.5 Las crisis cíclicas harían así profundizarse ciertas tendencias del comercio mundial y de la dependencia externa según la teoría de la CEPAL: empeorarían todavía más los términos de intercambio y aumentarían las rigideces de las pautas de importación. J. V. Levin6 sigue la misma línea de argumentación; pone especial énfasis en lo que él llama dominio de los factores externos (capital extranjero en forma de enclaves) e internos (control de capital nacional privado o estatal) en las economías consideradas. En el caso de dominio externo del capital (los enclaves) los periodos de auge no repercuten en el resto de la economía debido a las exportaciones de ganancias. Asimismo, al analizar el caso de Birmania, muestra cómo el control estatal sobre los excedentes generados en los auges exportadores puede reorientar este excedente hacia el desarrollo, evitando sus efectos inlacionarios. Su esquema lleva a una gran acentuación de las políticas iscales sobre el sector exportador, en tanto el modelo de Prebisch se dirige básicamente hacia una reorientación del comercio internacional en su conjunto a través de una política de presión sobre los países industrializados para obtener una mayor estabilidad de los precios de las materias primas y productos agrícolas. En ambos casos, sin embargo, no se muestra de dónde surgen las fuerzas modiicadoras del sistema. Este es también un defecto básico del esquema de Celso Furtado, que atribuye a las crisis externas un rol de creador de las industrias nacionales. Para comprender cómo es posible la reorientación de la división internacional del trabajo y el desarrollo de la industrialización en los países sub desarrollados, es necesario destacar que la dinámica de la industrialización no es compatible con el rol de subordinación al sector exportador que le reserva el desarrollo dentro del esquema exportador. 222/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 201-236 Así, las industrias que se habían generado en los periodos de auge exportador tienden a rebasar su función de subordinadas. La crisis del mercado mundial simplemente favorece la resolución de esta contradicción a favor de la industrialización en los países que ya habían creado una cierta base industrial anteriormente. Las fuerzas que llevaron a un cambio tan sustancial en las políticas económicas de los países subdesarrollados desde los años 30 y la segunda guerra mundial hacia acá, son esencialmente internas. Fue la propia dependencia comercial exportadora que generó su antítesis industrial inmediata y creó los gérmenes del proceso de industrialización. Tales condiciones se cumplieron en mayor o menor proporción en función del carácter de las economías exportadoras. Donde predominaron los enclaves, el proceso de desarrollo industrial fue menor que donde el control nacional de los medios de producción ideó las condiciones para la absorción del excedente en el interior y una base de desarrollo industrial autóctono. Cabría una referencia inal al riguroso esquema trazado por Mario Arrubla en sus Ensayos sobre el desarrollo de Colombia,7 donde considera la crisis del 29 y las condiciones teóricas que permitían utilizar las divisas de la exportación para el desarrollo industrial. Paul Singer sigue un camino idéntico en el libro ya citado. Samir Amin8 hace un interesante análisis sobre el carácter internacional de los ciclos, pero hace de los países periféricos un simple apéndice de la economía mundial, negando su dinámica interna propia. Creemos haber establecido así los elementos fundamentales de las luctuaciones en el modelo de desarrollo exportador. Recapitulemos: 1. Las luctuaciones de las economías desarrolladas tienen efectos inmediatos sobre las economías exportadoras debido a su alta dependencia del comercio mundial. 2. En los periodos de auge de las economías desarrolladas éstas aumentan las importaciones ampliando así la demanda de productos primarios. 3. Las economías exportadoras reaccionan a través de un aumento de sus exportaciones y de la producción, que debido a las condiciones monopsónicas de la demanda puede generar una oferta excesiva, la cual podría por sí sola llevar a una baja de los precios aun cuando continuara el auge exportador. 4. La tendencia liberal a dejar que las leyes del mercado resuelvan esta situación no es aceptada en general debido a las presiones políticas y sociales que impulsan una política de desarrollo. 5. Los gobiernos se ven obligados a intervenir para garantizar los factores empleados y tienden hacia una política inlacionaria para inanciar las pérdidas que favorecen La cuestión de la teoría de la dependencia Theotonio Dos Santos /223 la producción de bienes dirigidos hacia el mercado interno, particularmente los industriales. 6. Esta política tiende a evitar las oscilaciones cíclicas, que son además atenuadas por la existencia de un sector de subsistencia hacia donde se retira la mano de obra en los momentos de baja del nivel de empleo en los sectores exportadores (sean agrícolas o mineros). Sin embargo, lleva a una institucionalización de la crisis haciéndola crónica a través de una inlación constante. 7. Cuando se produce una recesión internacional hay una tendencia a bajar el volumen y los precios de los productos exportados acentuando la crisis de sobreproducción de estos productos. Donde hay un sector industrial dirigido hacia el mercado interno, tiende a crecer debido al proteccionismo “natural” creado por el aumento relativo de los precios de los productos importados y se va constituyendo como una alternativa a la crisis permanente del sector externo. Se crean estímulos a la industrialización con cambios en el tipo de productos importados, orientándolos hacia la importación de maquinarias que sirven para la formación de capital del sector industrial. Queda claro el ambiente inlacionario que permite el desarrollo industrial y su dependencia del sector externo. 8. Cuando no hay un importante sector industrial productor para el mercado interno, las depresiones conducen a una crisis aguda y a retiro de mano de obra hacia el sector de subsistencia, atenuándose parte del efecto de la crisis. 9. El Estado tiende a intervenir tanto en los periodos de auge (asegurando la reorientación de los excedentes generados por la exportación hacia la importación de maquinaria y materias primas elaboradas) como en los periodos de depresión (asegurando la demanda interna, sea a través de políticas de sustentación del sector exportador, sea a través de un patrocinio, incluso inlacionario, a las inversiones productivas o a la construcción de obras públicas). 5. Los cambios de la posguerra y los ciclos de coyuntura internos El análisis de los ciclos de la economía exportadora nos ha demostrado que no se pueden reducir estas economías a una simple prolongación de la economía mundial que responde de manera mecánica y automática a sus movimientos cíclicos. Vimos que la estructura interna que la dependencia exportadora condiciona, en combinación con los factores internos, presenta distintas respuestas a las luctuaciones de la economía mundial, sea en un sentido regresivo, sea en un sentido progresivo. Vimos también que el proceso de industrialización se desarrolla a la sombra de esas crisis y los sectores a él ligados se van imponiendo y van dando los marcos del desarrollo de esta economía. Hay que suponer, por tanto, que las nuevas estructuras internas creadas por la industrialización y que alcanzaron un carácter determinante en el desarrollo de ciertos países latinoamericanos 224/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 201-236 se inscriben también dentro de un movimiento cíclico, sea por su dependencia del sector exportador, sea también por la propia dinámica de la acumulación de capital que realizan. Debemos empezar por estudiar los efectos de las luctuaciones del comercio mundial sobre las estructuras industriales nuevas que se crean. Para comprender bien estos movimientos cíclicos hay que hacer una pequeña síntesis del carácter de estas estructuras. Como es sabido, la industrialización que se produjo en los países dependientes asumió la forma de una sustitución de importaciones. Es decir, las industrias que se crearon venían a sustituir manufacturas importadas debido a diicultades cambiarias creadas espontáneamente por la situación mundial o deliberadamente por una política proteccionista. Esta industrialización dependió de maquinarias y materias primas elaboradas importadas, pues empezó a hacerse a partir del mercado existente de bienes de consumo y no disponía de una oferta interna de bienes de producción. El desarrollo industrial de los países dependientes genera, en primer término, una demanda de productos básicos en los países dominantes. Esta demanda se acentúa en el periodo de posguerra con las inversiones basadas en tecnologías nuevas que dependían de manera cada vez más estrecha de productos intermedios, principalmente de materias primas elaboradas, que sólo se encuentran en el exterior, particularmente en las casas matrices de los grupos económicos que controlan la tecnología empleada. Se crea así una dependencia estrecha del comercio exterior, de la que no se ha liberado aún ningún país dependiente. Su origen está en el uso de una tecnología que supone un mundo industrial internacional muy amplio sobre el cual estos países no tienen ningún control. El capital extranjero (o el nacional de él dependiente por ausencia de opción tecnológica propia) pasa a determinar un tipo de desarrollo que acentúa la dependencia comercial en nuevos niveles. Esta dependencia del comercio exterior signiica que la economía se encuentra dependiente del sector exportador, ya el comercial, ya el agrario o minero. Este sector continúa jugando un rol estratégico en la economía a pesar de su pérdida relativa de posición respecto del sector industrial. La supervivencia de la importancia estratégica del sector exportador se maniiesta asimismo en el rol de consumidor importante que continúa jugando. Concentrando en sus manos gran parte del ingreso nacional, constituye un importante mercado de bienes de consumo que las industrias nacionales atienden aun en los países menos industrializados. Con la pérdida relativa de posición del sector exportador y el crecimiento de una amplia parte del ingreso nacional generado en el sector industrial y sus economías externas, la importancia de aquel sector como fuente de demanda va disminuyendo para dar paso a la función estratégica de ser fuente de divisas necesarias para importar máquinas y productos intermedios para la industrialización. Tal estructura industrial supone por lo tanto los siguientes elementos: 1. La demanda generada por el sector exportador. 2. La oferta internacional muy monopolizada de la tecnología, las máquinas y los productos intermedios. La cuestión de la teoría de la dependencia Theotonio Dos Santos /225 3. La dependencia de las divisas generadas por el sector exportador, que inancian gran parte de las inversiones en el interior del país: lo que se puede llamar una acumulación externa de capitales. 4. La dependencia tecnológica profunda que lleva a una mayor dependencia a cada nueva inversión. 5. La dependencia del “inanciamiento externo” para poder suplir la ausencia relativa de divisas para importar estos productos. 6. La sensibilidad de la balanza de pagos a los movimientos de entrada y salidas de capitales, ganancias, intereses, royalties, pagos de servicios técnicos, etcétera. ¿Qué conclusiones podemos sacar de esta rápida visión de la estructura del desarrollo industrial dependiente? En primer lugar, hay que destacar la dependencia en general que el proceso de industrialización tiene de las luctuaciones de la economía mundial. Si nuestras relaciones con la economía mundial se diesen en el nivel puramente del comercio de mercancías sería válido establecer como esquema general que a una oscilación positiva de las economías dominantes correspondería en los países dependientes un auge de divisas que, dependiendo del control suyo sobre ellas a través de la política gubernamental, permitiría un aumento de las inversiones en el sector industrial, por un aumento de la demanda así como de la oferta. De hecho, en algunos países esto se produjo durante la segunda guerra mundial y en parte durante el auge de la guerra de Corea. Pero esta ley de desarrollo no es una realidad concreta. La causa de esto es la dependencia tecnológica y sus efectos sobre la estructura de la balanza de pagos. La dependencia tecnológica, como vimos, crea una necesidad de máquinas y productos intermedios importados del exterior. Los dueños de estas máquinas no las venden como factores de producción libremente disponibles en el mercado mundial. Las grandes empresas monopólicas se reservan el derecho de utilizar estas máquinas y el know-how en ellas incorporado como instrumento de la expansión de sus propias inversiones. Sólo las transieren como parte de sus propios capitales. Desde el punto de vista capitalista esto es plenamente comprensible. Por otro lado, los países dependientes no disponen de monedas duras para importar; esto les restringe su capacidad de importación solamente a los países a los cuales exportan. En estos países, la oferta de los productos que permiten realizar inversiones importantes está monopolizada; así también lo están el know – how y las patentes. Esto impide la fabricación de casi todos los productos importantes sin pagar la licencia y la asistencia técnica. La venta de las máquinas y del know-how ofrece un ingreso relativamente reducido en relación a la posibilidad de utilizar este monopolio para abrir una ilial que explote la fuerza de trabajo de los países dependientes sacando directamente toda la plusvalía que puede generar para sus propios bolsillos. Hay que considerar aún la posibilidad de aumentar no sólo la venta del producto al producir en el interior del mercado, sino también la posibilidad de aumentar las ventas de productos 226/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 201-236 intermedios, lo cual se hace en general en el interior del mismo grupo económico con todas las facilidades iscales para generar un sobreprecio de estos productos, que permite aumentar las ventas y la tasa de ganancia de las matrices. Las consecuencias son pues altamente signiicativas: 1. Aumento de los precios de los productos importados que lleva a una baja del valor de las divisas. Esta tendencia a largo plazo se encuentra con otra tendencia a la baja de los precios de las exportaciones de materias primas y productos agrícolas por varias razones que no nos cabe analizar aquí. Los dos factores operando juntos llevan a una “pérdida de los términos de intercambio”. 2. Aumento de la dependencia de las importaciones, cada vez más ligadas al proceso de acumulación interno. Lo que se ha llamado “inelasticidad de la pauta de importaciones”. 3. Aumento de los egresos en relación a los ingresos (exportación de ganancias, royalties, servicios técnicos) – tendencia al déicit de la balanza de pagos y necesidad de endeudamiento para cubrir tales déicits-, aumento progresivo acentuado de los egresos (pagos del servicio de la deuda externa) – más déicit-, más dependencia del capital extranjero y del endeudamiento, etcétera. Por lo descrito anteriormente, se puede notar cómo la crisis del sector inanciero y de servicios de las relaciones económicas externas de América Latina ganó una autonomía relativa, que la hace suplantar al sector comercial como el más importante elemento de las oscilaciones cíclicas. De hecho, así como las oscilaciones del sector comercial llevaron a una crisis crónica a través de la solución inlacionaria y disminuyeron el poder de utilización de las divisas obtenidas con la exportación, la dependencia tecnológica lleva también a una crisis crónica de la balanza de pagos y a un endeudamiento progresivo que compromete hoy día un monto enorme de nuestras divisas. Según los cálculos de la CEPAL.9 las remesas de utilidades, intereses, amortizaciones y otros pagos de capitales extranjeros, representa más del 35% del valor corriente de sus exportaciones de bienes y servicios. Lo paradójico de la situación es que ¡se continúa proponiendo un aumento de la inversión extranjera para resolver los problemas cambiarios que ella misma genera y profundiza! Las estructuras económicas dependientes en esta nueva fase pasan a ser extremadamente sensibles a los movimientos de capital y sus luctuaciones. De manera incompleta, Enrique Padilla Aragón llama la atención sobre este fenómeno: Puede airmarse que en una época histórica de México, la inversión extranjera directa representó un impulso para la economía y la generación de ingresos internos aceleró el desarrollo; pero a partir de 1958 su carácter luctuante y la descapitalización que representa la han convertido en un obstáculo. Podemos asociar los años de prosperidad de la economía mexicana con aluencia de inversiones directas y los años de depresión con salida de capital extranjero. Es decir, que este tipo de inversiones acentúa la inestabilidad de la economía La cuestión de la teoría de la dependencia Theotonio Dos Santos /227 mexicana, que se ha vuelto tan sensible a las inversiones extranjeras que las reservas del Banco de México luctúan al mismo tiempo que aquéllas. El autor exagera el rol del capital extranjero en las luctuaciones. Estos capitales en general traen muy pocos recursos a la economía. Solamente cerca del 14%10 del total de las inversiones norteamericanas en el exterior son resultado de transferencias de capitales norteamericanos al exterior; el resto de sus fondos son capitalización en el interior de las economías dependientes. ¿Por qué hay entonces una correlación estadística entre prosperidad y depresión en los países dependientes y mayor entrada de capital extranjero y salida de ganancias? Por el motivo opuesto: exactamente porque hoy día hay una oscilación cíclica en el interior del capitalismo industrial de los países dependientes hay también una oscilación cíclica del lujo del capital extranjero hacia esas economías. Al desplazarse hacia las industrias y servicios que atienden el mercado interno de estos países,11 el capital extranjero queda también dependiente de sus movimientos cíclicos internos, que él de hecho acentúa. En los momentos de auge el capital imperialista penetra aprovechándose de las mejores posibilidades de inversión. En los momentos de recesión o depresión, retira sus ganancias en búsqueda de mejores posibilidades de inversión en otras partes, acentuando la depresión interna. Un ejemplo práctico de esta situación se produjo en el caso brasileño. Después del golpe de 1964, el gobierno de Castelo Branco abrió las mejores perspectivas al capital extranjero en el país; sin embargo éste no entró en el país hasta 1966 y 1967, cuando las medidas anticíclicas del gobierno permitieron retomar las inversiones. Lo mismo pasa hoy día en Chile después del golpe de Estado de septiembre de 1973. Esto no impidió que durante la depresión este capital hiciera una gran centralización inanciera, utilizando sus excedentes internos para comprar las empresas nacionales en quiebra. Nosotros llamamos la atención sobre estos nuevos fenómenos en 1963 y realizamos una elaboración teórica en un trabajo en 1966.12 La elaboración teórica es aún insuiciente y en este trabajo no avanzaremos mucho más sobre el tema porque lamentablemente los estudios de fenómenos cíclicos son extremadamente escasos en nuestros países. La tesis básica es la de que el desarrollo del capitalismo industrial en los países dependientes los hace incorporar un movimiento cíclico en su interior que sigue de forma especíica las leyes generales de la acumulación capitalista. Debido a la escasez de mano de obra caliicada y al aumento de demanda de este tipo de mano de obra que las inversiones capitalistas nuevas plantean, y debido a sus efectos sobre la estructura general de salarios, el capitalismo dependiente se hace bastante sensible a los movimientos salariales. Por otro lado, el carácter inlacionario tan acentuado del desarrollo capitalista dependiente estimula la organización sindical para luchar por mantener sus niveles salariales. La estructura política latinoamericana, donde la burguesía industrial nacional (y la extranjera hasta cierto punto) tuvo que utilizar el movimiento sindical y popular como fuerza de presión política para atenuar las resistencias económicas y políticas de las oligarquías exportadoras al desarrollo industrial, favorecía también la capacidad reivindicativa de este movimiento sindical. Por otro lado se combina un tercer factor: las necesidades de acumulación de capital de los países dependientes son muy 228/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 201-236 grandes porque sufren una gran descapitalización debido a los egresos como servicios del capital extranjero. Estas necesidades de acumulación son también muy grandes porque el desarrollo de estos países supone grandes saltos tecnológicos e inversiones altamente concentradas, con una alta relación capital-trabajo, lo que exige grandes concentraciones inancieras. La conjugación de todos estos factores hace a la economía muy sensible a los movimientos salariales. Se puede suponer que un periodo de acumulación de capital intensivo encuentre un mercado de mano de obra especializada y semiespecializada reducido y una alta presión sindical. Se da así un rápido agotamiento del ejército industrial de reserva utilizable, conservándose una vasta población desempleada y subdesempleada que no tiene caliicación suiciente para integrarse inmediatamente en la producción (los casos más típicos son los de México, Brasil y Colombia, que tienen vastas poblaciones agrícolas analfabetas, y los menos típicos son los de Argentina, Uruguay y Chile, que tienen la mayor parte de la fuerza de trabajo alfabetizada y en las ciudades). Los efectos de esta situación estructural sobre los movimientos cíclicos tienen que ser en el sentido de una tendencia a la oscilación cíclica más o menos limitada. Estas limitaciones se deben básicamente a 4 factores: la importancia del capital extranjero; la importancia de las inversiones estatales; la importancia de un sector de servicios y trabajadores improductivos altamente inlado, que asegura una demanda poco lexible para abajo; los efectos de una política inlacionaria crónica que mantiene una demanda artiicial a costa de un endeudamiento crónico interno y externo cuya explosión se aplaza hacia un futuro aparentemente ilimitado. Todos estos factores actúan como factores estabilizadores hacia abajo que llevan a una crónica incapacidad para romper el subdesarrollo y la dependencia y a una relativa: estagnación económica que se muestra en una paradójica secuencia entre el desarrollo de la industrialización en América Latina y una disminución de las tasas de desarrollo como consecuencia. Esto no quiere decir que la región camine hacia una falta total de crecimiento. Ni signiica tampoco que hayan desaparecido las oscilaciones cíclicas. Simplemente signiica que, a largo plazo, la región tiende a una tasa de crecimiento más baja en la medida en que se vincula su crecimiento económico a la dominación del capital extranjero con los efectos descapitalizadores que genera. Cuando la industrialización se hizo con el capital nacional, del 30 al 46, y sobre todo cuando se aprovechó la coyuntura de auge de la guerra, no habiendo aún establecido su dinámica dependiente del mercado interno, el crecimiento era mucho más alto que hoy día. Esto signiica que el proceso de industrialización se ha ahogado en una estructura de endeudamiento crónico y crisis cíclica que explican el comportamiento y la dinámica económica, social y política de América Latina industrializada, en los últimos años. Pero los países de menor industrialización no están libres de este fenómeno. En ellos se opera un proceso de industrialización muy rápido y aún más intensivo, cuyos efectos se empezarán a sentir muy pronto y ya se apuntan en varios casos. La cuestión de la teoría de la dependencia Theotonio Dos Santos /229 Nuestro objetivo en este ensayo es sobre todo el de llamar la atención de los economistas, sociólogos y cientíicos políticos latinoamericanos y de los demás países dependientes hacia estos fenómenos y hacia la necesidad de estudiarlos empíricamente y de revisar los esquemas teóricos superados de las teorías del desarrollo. 5. Hacia una teoría de las crisis en los países dependientes De las discusiones anteriores emerge una extensa problemática que no podemos desarrollar suicientemente en este ensayo: ¿Cuáles son las relaciones entre las crisis del sector exportador y las crisis del sector industrial capitalista? ¿Qué relación existe entre el carácter estructural de la crisis latinoamericana, establecido en el cuadro de una estagnación relativa con soluciones de crecimiento inlacionario y/o con endeudamiento internacional, y las crisis de coyuntura provenientes del ciclo capitalista interno? ¿Qué mecanismos sociales y políticos son accionados por estas crisis y cómo actúan estas esferas sobre los movimientos cíclicos? Presentaremos enseguida algunos apuntes generales para un desarrollo posterior más profundo del tema, que creemos deberá ser una labor colectiva de varios investigadores. 1. El desarrollo de nuestros países acentúa en forma particular el carácter desigual y combinado del desarrollo capitalista. En ellos, las nuevas estructuras productivas desarrolladas en otros centros, los procesos de organización empresarial y sus efectos sobre los mercados, se van introduciendo y combinando con estructuras anteriores para formar una unidad socioeconómica nueva y especíica que llamamos dependiente. A pesar de que estas estructuras sean contradictorias entre sí, su combinación se hace posible en el interior de una misma unidad porque ellas no se desarrollan hasta las últimas consecuencias. Cuando el desarrollo de una formación estructural va muy lejos, se produce una incompatibilidad que exige una solución radical a través de la eliminación de las estructuras más retrógradas. Muchas veces, esta eliminación se tiene que hacer a través de la introducción de formas estructurales superiores. A las nuevas estructuras se van agregando otras más avanzadas antes de que agoten su desarrollo interno y van surgiendo nuevas dinámicas, muy desconcertantes para los teóricos y cientíicos sociales, pero altamente importantes en la práctica económica, social y política.13 De ahí que los ciclos económicos en las formaciones socioeconómicas dependientes asuman formas combinadas y que la economía busque soslayarlos a través de un estímulo inlacionario a las inversiones porque, en caso contrario, se ahogaría en una estagnación. 2. Los ciclos económicos ligados al sector exportador son generados en parte por los movimientos de auge y depresión en la economía mundial, pero las economías dependientes tienen una dinámica propia en su interior. Esta dinámica está relacionada con la oferta de los productos exportados en el sector externo de la economía que, como vimos, tiende a generar una sobreproducción a nivel de las economías dependientes, lo cual se hace más evidente cuando hay una retracción de las importaciones de los países desarrollados debido a sus recesiones. Para mantener a los productores del sector exportador generando 230/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 201-236 ingreso interno y para aminorar las bajas de los precios de los productos exportados y los efectos de los movimientos cíclicos, el Estado burgués, se ve obligado a sustentar estos sectores a través de políticas inlacionarias y del endeudamiento externo. Por otro lado, el desarrollo del sector industrial es dependiente del sector exportador por dos motivos: porque necesita de sus ingresos que forman una demanda de los productos industriales y porque las exportaciones crean los recursos en forma de divisas para la importación de maquinarias y bienes intermedios necesarios a la industria, necesidad que aumenta debido a la dependencia tecnológica. Esta dependencia hace el crecimiento del sector industrial extremadamente dependiente de la balanza de pagos y por lo tanto de los efectos de los auges y recesiones de las economías centrales. La aparición del capital extranjero en el sector industrial y otros que producen hacia el mercado interno, que se acentúa en la posguerra, hace que el desarrollo económico sea extremadamente sensible a los movimientos de capital. Estos movimientos de capital son condicionados por la dinámica de los ciclos del sector industrial capitalista en el interior de los países dependientes. Estos ciclos se independizan cada vez más del movimiento del comercio externo y son condicionados por las leyes de la acumulación de capital modiicadas por las especiicidades de los mercados de mano de obra y del contexto sociopolítico de los países dependientes. En todo caso, la acción del capital extranjero profundiza los movimientos cíclicos, sea en los momentos de auge, al introducir un elemento capitalizador nuevo, sea en los momentos de crisis, al retirar las ganancias hacia el exterior. Tales movimientos cíclicos son otra vez compensados, en parte, por un proceso inlacionario y de endeudamiento externo acumulativo que aplaza hacia el futuro los efectos de la crisis, haciendo la crónica, manifestándose ésta bajo la forma de la inlación y el endeudamiento internacional, única forma de neutralizar la tendencia a una estagnación relativa o baja secular de la tasa de crecimiento. 3. Hay que considerar, sin embargo, que esta estagnación relativa, a pesar de los optimismos que las coyunturas favorables provocan, es altamente explosiva pues acentúa las contradicciones internas del sistema y las aplaza hasta un momento cualquiera en que, por efecto de una coyuntura desfavorable a nivel internacional o nacional, explotan. No hay duda de que estos mecanismos de adaptación por la vía del aplazamiento (inlación y endeudamiento) se van mostrando insuicientes y abren paso a una crisis no sólo institucional sino también de las alternativas reformistas del sistema, lo que hace prever una evolución muy rápida hacia una radicalización social y política profunda y hacia un inmovilismo político relativo de la clase dominante en los momentos de crisis internacional y nacional. 4. Vemos así que la crisis estructural del sistema va siendo aplazada con mecanismos esencialmente pragmáticos cuya expresión más directa está en el proceso inlacionario y en el endeudamiento internacional. En ellos y en las formas de solucionarlos se encuentran condensados y sintetizados todos los conlictos del sistema. La cuestión de la teoría de la dependencia Theotonio Dos Santos /231 De parte de las clases dominantes no queda otra alternativa que la de apelar a una política de estabilización monetaria que haga caer los salarios y aumentar la acumulación de capital para posibilitar nuevas inversiones en un futuro próximo. Sólo en países donde se alcanza una situación privilegiada de la balanza de pagos se puede reducir la inlación hasta un nivel relativamente bajo de “inlación estructural” abierta u oculta, y esto se hace en general con sacriicio de las importaciones para los sectores de inversión de capital o de importaciones de productos de consumo popular. 5. Al tener que enfrentarse a una situación de este tipo, las clases dominantes se ven obligadas a aplicar una política extensivamente antipopular, y enfrentadas a un movimiento popular cada vez más hostil e independiente: la clase obrera y los asalariados en general, que reaccionan contra la pérdida de su poder de consumo y la concentración del capital; los hijos de los obreros, los jóvenes de clase media y el subproletariado urbano y rural que no ven posibilidades de trabajo por la ausencia de un desarrollo efectivo; los campesinos, que no ven la posibilidad de una política de reforma agraria realmente sustancial; la pequeña burguesía, que ve sus ahorros consumidos por la inlación o la amenaza de proletarización por consecuencia de las quiebras en los momentos de estabilización. Se crean así las condiciones para la formación de un amplio frente popular antiimperialista cuya formación y dirección dependerán básicamente de la existencia de un liderazgo proletario consecuente o, en algunos casos, de sectores pequeñoburgueses que buscarán formar y orientar este frente en un sentido reformista vagamente nacionalista y democrático. Teóricamente, se puede suponer, que este frente, tácito algunas veces, abiertamente realizados en otros casos, tiende aumentar su capacidad de lucha en los momentos de crisis en los centros dominantes, que se releja también en una crisis aguda en la orientación política de las clases dominantes-dominadas en los países dependientes (que en muchos casos está representada por los propios gerentes de las empresas extranjeras, que tienden a controlar hoy día el grueso del sector más dinámico de nuestras economías). Se puede concebir también teóricamente que en ausencia de una organización de masas amplia, sean sectores del aparato estatal, particularmente los militares, los que intentan representar estos intereses buscando chantajear al imperialismo y obligados a hacer las inversiones que se creen favorables al desarrollo económico interno, dejándolo siempre abierto al capital extranjero. Este último tomado en una coyuntura desfavorable, se ve obligado a ceder buscando resguardar sus posiciones relativas de fuerza para una posterior defensiva en una coyuntura económica y política más favorable. 6. Se puede establecer así algunas relaciones e interdependencias entre los ciclos económicos y los movimientos sociales y políticos. La posibilidad de aprovechar favorablemente de las coyunturas dependerá de la organización dependerá del movimiento popular, su conciencia política y su sensibilidad. Los esquematismos teóricos, el doctrinarismo vacío, las tendencias cuadillescas pequeñoburguesas que paralizan las iniciativas de las masas, son factores muy fuertes en la vida política de los movimientos populares latinoamericanos y se han manifestado en grupos políticos tanto izquierdistas 232/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 201-236 como reformistas. Tales factores han perjudicado enormemente su capacidad de aprovechamiento de las coyunturas favorables. NOTAS 1 Entre los estudios de aspectos especíicos de la realidad latinoamericana o de universos más restringidos geográica o temáticamente realizados bajo el impacto de planteamientos teóricos más abstractos y metodológicos sobre la teoría de la dependencia podemos destacar: Bambirra, Vania, El capitalismo dependiente en América Latina. Ídem, La Revolución Cubana: una reinterpretación. Ídem (introducción y compilación), Diez años de experiencia insurreccional en América Latina. Pizarro, Roberto y Caputto, Orlando, Imperialismo, dependencia y relaciones económicas internacionales. Ídem, Desarrollo y capital extranjero: las nuevas formas del imperialismo en Chile. Ramos, Sergio, Chile: ¿Una economía en transición? Briones, Álvaro. Empresas transnacionales y dependencia tecnológica. “Los conglomerados transnacionales, la tecnología y el mercado de bienes intermedios.” Economía y Ciencias Sociales, n. extraordinario en acuerdo con el CESO, Caracas, diciembre de 1973. Sepúlveda, Cristian, Desarrollo económico en Chile. Cuadernos del CESO, 1973, (mimeo.) Bizelli, Edimilson, “La política norteamericana para América Latina”. Economía y Ciencias Sociales. n. extraordinario en acuerdo con el CESO, Caracas, diciembre de 1973. González. Estanislao, “Venezuela: nueva política petrolera y dependencia.” Economía y Ciencias Sociales, ibid. Ackermann, María das Gracas, Les entrepreneurs et le développement (étude d’un groupe d’industriels métallurgiques au Chili), memoria presentada a la École Pratique des Hautes Études, París, septiembre de 1970 (mimeo.). Bacha, Claire Savit, “A dependencia nas relacoes internacionais: uma introducáo a experiencia brasileira”, tesis de maestría presentada al IUPERJ, Rio, 1971. Bambirra, Vania, “Integración monopólica mundial e industrialización: sus contradicciones”, Sociedad y desarrollo, vol. I n. 1, Santiago, 1972. Cinta, Ricardo, “Burguesía nacional y desarrollo”, en El peril de México en 1980. Durand P., Víctor Manuel, “México: dependencia o independencia en 1980” en El peril de México en 1980. Faria, Vilmar E., “Dépendence et idéologie des dirigeants industriels brésiliens”, Sociologie du Travail, n. 3, julioseptiembre de 1971, París; Faria escribió también una monografía todavía inédita sobre el mismo tema-. Schmidt, Benicio Viero, “Um teste de duas estrategias políticas: a dependencia ea autonomia”, tesis de maestría, mimeo, Belo Horizonte, 1970. Sunkel, Oswaldo, “Política nacional de desarrollo y dependencia externa”, Revista de Estudios Internacionales, vol. I, n. 1, mayo, 1967. Santiago de Chile. Vasconi, T., Dependencia y superestructura y otros ensayos, en colaboración con Inés Recca, Modernización y crisis en la Universidad Latinoamericana. Villa, M., “Las bases del Estado mexicano y su problemática actual” en El peril de México en 1980. Wefort, F. C., “Clases populares y desarrollo social”. ILPES, febrero, 1968. Es imposible citar el conjunto de trabajos sobre los distintos temas. En particular en el campo de estudios sobre marginalidad hay varios importantes, como los de Currieri, Contreras, Humberto La cuestión de la teoría de la dependencia Theotonio Dos Santos /233 Muñoz, Orlandina Oliveira y otros (sin mencionar los de Quijano) que por sí mismos constituyen todo un campo teórico relacionado con la perspectiva de dependencia pero considerado aparte. Cardoso, F. H., Imperialismo e dependencia, 1972, mimeo. Pinto A., “El modelo de desarrollo reciente en América Latina”, en El Trimestre Económico, n. 150, México, 1970. Vuskovic, P., “Distribución del ingreso y opciones de desarrollo”, en CEREN, Universidad Católica de Chile, 1970. Fajnzylber, F., Sistema industrial en Brasil, 1970. Distribución del ingreso, Fishlow, 1973. Pereira, Y. E., Endeudamiento exterior. Cardoso, F. H., Estado y sociedad. Luciano, Martins, Politique et développement économique: structures de pouvoir et systeme de décisions au Brésil. Córdova, Arnaldo, La política de masas del cardenismo. Campos, M. N., Transferencia de tecnología, dependencia del exterior y desarrollo económico. Bitar, Sergio, Inversión extranjera en la industria manufacturera de Chile. Fajnzylber, Fernando, Sistema industrial y exportación de manufacturas. Vaitsos, C., Comercialización de tecnología en el Pacto Andino. Katz, Y., Oligopolio, irmas nacionales y empresas multinacionales, la industria farmacéutica argentina. – Los libros-antología citados como América Latina: dependencia y subdesarrollo, Problemas del subdesarrollo latinoamericano, el n. especial citado de Trimestre Económico, n. 150, la antología organizada por Robert 1. Rhodes, Imperialism and Underdevelopment, otra organizada por K. T. Kann y D. C. Hodges ,(eds.) Readíngs in U.S. Imperialism, el Symposium de Stanford editado por Frank Bonilla y Robert Girling sobre Structures of Dependency, 1973, la de Dieter Senghaas sobre Imperialismus und Structurelle Gewalt, y muchos artículos dispersos en revistas especializadas, recogen gran parte de los innumerables estudios realizados sobre el tema que sería imposible compilar en una nota. Llamamos especialmente la atención de los lectores a las investigaciones realizadas en el CESO, el CEBRAP, el Programa Centroamericano de Ciencias Sociales, el Instituto de Investigaciones Sociales, el Instituto de Investigaciones Económicas y el CELA de la UNAM. 2 Entre los innúmeros trabajos que al in de la década del 60 y al comienzo de la del 70 continuaron el proceso de elaboración teórica que hemos citado en los capítulos anteriores, se encuentran: a] Varios, Problemas del subdesarrollo latinoamericano. Se trata de trabajos enviados al encuentro de Dakar, en 1972, entre los cuales se cuentan sobre el tema: Bagú, Sergio, “Las clases sociales del subdesarrollo”; Cardoso, Fernando Henrique, “Notas sobre el estado actual de los estudios de la dependencia”; Héctor Silva Michelena, “Del subdesarrollo al socialismo: la única estrategia”. b] América Latina: dependencia y subdesarrollo, introducción, selección y notas de Antonio Murga Frasinetti y Guillermo Boils. Este libro reúne gran parte de la bibliografía sobre el tema, entre la cual se encuentran los siguientes artículos pertinentes al tema: Introducción de los presentadores, Aguilar M., Alonso, “Relexiones sobre el subdesarrollo (originalmente publicado en 1973); Cardoso, Fernando H. y Wefort, 234/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 201-236 Francisco C., “Ciencia y conciencia social” (originalmente publicado en 1970); Quijano, Aníbal, “Dependencia y cambio social” (originalmente publicado en 1968); Ianni, Octavio, “La dependencia estructural” (ensayo inédito traducido para el libro) ; González Casanova, Pablo, “La nueva sociología y la crisis de América Latina” (publicado originalmente en 1968) ; García, Antonio, “Hacia una teoría latinoamericana de las ciencias sociales del desarrollo” (publicado originalmente en 1972). el El número especial de Trimestre Económico de abriljunio de 1971 (n. 1501 – publicó algunosartículos que forman parte del debate teórico mencionado: Furtado Celso, “Dependencia externa y teoría económica”; González Casanova, Pablo, “Las reformas de estructura en la América Latina”; Pinto, Aníbal, “El modelo de desarrollo reciente en América Latina”; Sunkel, Osvaldo, “Capitalismo transnacional y desintegración nacional en la América Latina”. Otros textos del mismo periodo: Bagú, Sergio, “Dependencia y subdesarrollo en América Latina, comentarios”, Problemas del desarrollo, México, UNAM, 1970, n. 4. Pinto, Aníbal, “Notas sobre desarrollo, subdesarrollo y dependencia”, El Trimestre Económico, vol. 39, n. 154, México, 1972. Idem, “El sistema centroperiferia 20 años después”, International Economics. Ensayos en honor de Raúl Prebisch, Estados Unidos, Ed. L.E.D. Marco, Academic Press, 1972. Aguilar M., Alonso, Teoría y política del desarrollo latinoamericano. García, Antonio, “Atraso y dependencia en América Latina”, Hacia una teoría latinoamericana de las ciencias sociales del desarrollo. Maza Zavala, D. F., Los mecanismos de la dependencia. Moreno, José, CEPAL, reformismo e imperialismo. Carmona de la Peña, Fernando, Dependencia y cambios estructurales. Ceceña Cervantes, José Luis, Superexplotación, dependencia y desarrollo. Fernandes, Florestan, “Patrones de dominación externa en América Latina”, Revista Mexicana de Sociología, vol. XXXII, n. 6, noviembrediciembre de 1970. Hinkelammert, Franz, El subdesarrollo latinoamericano. Un caso de desarrollo capitalista. Ídem, “Teoría de la dialéctica del desarrollo desigual”, Cuadernos de la Realidad Nacional, Santiago de Chile. n. 6, diciembre de 1970. Ídem, “La teoría clásica del imperialismo, el subdesarrollo y la acumulación socialista”, Cuadernos de la Realidad Nacional, Santiago de Chile, n. 4, junio de 1970. Ianni, Octavio, Imperialismo y cultura de la violencia en América Latina. Ídem, Sociología del imperialismo. Ídem, “La sociología de la dependencia en América Latina”. Revista Paraguaya de Sociología, vol. 1, n. 21, Asunción, mayoagosto de 1971. Cardoso, Fernando Henrique, “¿Teoría de la dependencia o análisis de situaciones concretas de dependencia?” Revista Latinoamericana de Ciencia Política, 1, diciembre de 1971. Graciarena, Jorge, “La dinámica del capitalismo del subdesarrollo en América Latina”, Foro Internacional, XIII, México, abril-junio de 1973 Malavé-Mata, Héctor, “Dialéctica del subdesarrollo y dependencia”, Problemas del Desarrollo, México, agosto-octubre de 1972. Marini, Ruy Mauro, Dialéctica de la dependencia. Stavenhagen, Rodolfo, “The Future of Latin America: Between Underdevelopment and Revolution”. Latin American Perspectives, vol. 1, n. 1, 1974. Ídem, “;Cómo descolonizar las ciencias sociales?”, Sociología y subdesarrollo. Furtado, Celso, O mito do desenvolvimento economico. Córdoba, Armando y Silva La cuestión de la teoría de la dependencia Theotonio Dos Santos /235 Michelena, Héctor, Aspectos teóricos del subdesarrollo. Córdoba, Armando, El capitalismo subdesarrollado de A.G. Frank. 3 La revista Latin American Perspectives, vol. I, n. 1, primavera de 1974, recogió un debate sobre la “teoría de la dependencia”, con amplias notas bibliográicas. Desgraciadamente el debate giró en torno de un trabajo de nivel escolar de R. A. Fernández y José F. Ocampo, lo que no permitió avanzar en nada sobre el tema. Recoge artículos de Timothy Harding, Fernando H. Cardoso, Marvin Sternberg, Andre Gunder Frank, Guy J. Gilbert y una introducción de Ronald H. Chilcote. El XI Congreso Latinoamericano, realizado en Costa Rica, debatió ampliamente el tema. Fueron presentados ensayos críticos de Agustín Cueva, Fernando Arauco (publicados posteriormente en Historia y Sociedad, n. 3) y Gerard Pierre Charles, un balance crítico de Pablo González Casanova y un ensayo muy confuso de José Luis de Imaz. La revista norteamericana Journal of Interamerican Studies and World Afairs dedicó un número al tema con artículos de David Ray, Russell Martin Moore, William G. Tyler y Peter Wayart, febrero de 1973. El n. IV (primavera) de la Review of Radical Economics también fue dedicado al tema. El debate sobre el concepto de dependencia partió de 2 artículos autocríticos (desgraciadamente muy confusos, pues los errores se generalizaban a los demás autores) de Francisco Wefort “Notas sobre la teoría de la dependencia: teoría de clase o ideología nacional”, Revista Latinoamericana de Ciencia Política, Santiago, n. 1, 1971, y de Andre Gunder Frank, “La dependencia ha muerto: viva la dependencia y la lucha de clases. Una respuesta a críticas”. Sociedad y Desarrollo, n. 3, Santiago, 1972. Algunos estudios críticos y de síntesis general más importantes: Alschuler Lawrence R., “A Sociological Theory of Latin American Underdevelopment”, Comparative Studies, VI, 1973. Bodenheimer, Suzanne, “Dependency and Imperialism: The Roots of Latin American Underdevelopment”. NACLA Newsletter, 1970. Fausto, Ayrton, “La nueva situación de dependencia y el análisis sociopolítico de Theotonio Dos Santos”, Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, n. 1-2, Santiago, 1971. Lebedinsky, Mauricio, Del subdesarrollo al desarrollo. Ídem, América Latina en la encrucijada de la década del setenta. Le Roy, Cis y otros, “Toward a Resolution of the Weakness of Dependency Theory”, Riverside, Collective Paper of Graduate Students, University of California, 1973. Meeropol, Michael, “Towards a Political Economy Analysis of Underdevelopment”, Review of Radical Economy, IV, 1972. Murga, Antonio, “Dependency: A Latin American View”, NACLA Newsletter, N, febrero de 1971. Alberti, Blas M. y Alejandro Horowicz, “La penetración imperialista en las ciencias sociales en América Latina. A propósito de Andre Gunder Frank y Theotonio Dos Santos”. Documento lleno de confusiones e insidias presentado al X Congreso Latinoamericano de Sociología, Santiago, 1972. Filippi, Alberto hizo un excelente resumen crítico de la teoría de la dependencia en su presentación a la edición italiana de Lumpenburguesia de A. Frank. Andre Gunder Frank hizo una bibliografía muy amplia de las críticas a su obra y otros trabajos relacionados en su artículo citado sobre “La dependencia ha muerto”. Entre las muchas tesis académicas escritas sobre el tema, quiero destacar la reciente de Jean-Paul Gravel, Sous developpement et dépendence, marzo de 1974. Université de Laval, Quebec, Canadá. Es importante destacar también el excelente resumen de Tilman 236/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 201-236 Tönnics Evers y Peter von Wogan: “Dependencia: Lateinamerikanische Beiträge zur Theorie der Unterentwicklung.” 3 Me reiero en especial al artículo de Fernández y Ocampo que sirvió de base a la discusión de Latin American Perspectives. A pesar de su mejor nivel, el artículo citado de Cueva no sólo no ayuda sino que hace retroceder la discusión. 4. Paul Singer ainó mucho más el análisis de esas relaciones con aportes nuevos en Desenvolvimento e crise. En pág 381- – – 30 5 Enrique Padilla Aragón, Ciclos económicos y políticas de estabilización. En pág 381----30 6 Citado por Padilla Aragón, op. cit., pp. 178-89. 7 Las economías de exportación. 8 Mario Arrubla, Ensayos sobre el desarrollo de Colombia. 9 Samir Amin, “La teoría de la coyuntura internacional y el papel de la periferia del sistema en el desarrollo del ciclo capitalista”. La acumulación a escala mundial 10 La economía de América Latina en 1969, Naciones Unidas, 1970. El estudio de Orlando Caputto y Roberto Pizarro, Imperialismo, dependencia y relaciones económicas internacionales. Muestra con amplio rigor técnico y empírico el rol creciente de los servicios y, particularmente, del movimiento de capitales en el déicit de nuestra balanza de pagos. 11 Véase los datos de Survey of Current Business estudiados por Orlando Caputto y Roberto Pizarro en la obra citada. 12 Sobre este fenómeno véase nuestro Socialismo o fascismo: el nuevo carácter de la dependencia y el dilema de América Latina 13 Véase Socialismo o fascismo: el nuevo carácter de la dependencia y el dilema de América Latina. La primera edición mimeograiada con el título de Crisis económica y crisis política se publicó en 1966 para los seminarios del CESO, sobre América Latina, Santiago. Paul Singer fue el único economista brasileño que trabajó en la misma línea de pensamiento. Ob. cit. 14 Hay que señalar de paso los efectos que tal discontinuidad opera sobre el pensamiento social, obligándolo a un constante empirismo y pragmatismo debido a su imposibilidad de inscribir esos cambios en una teoría general sin incluir en ella ni un análisis muy profundo de la economía mundial y de las tendencias estructurales de los centros imperialistas ni hoy día, una evaluación del socialismo. Considerando los limitados recursos humanos de nuestros países para el desarrollo cientíico y las inluencias perniciosas del pensamiento burgués y reformista pequeñoburgués, es fácil entender nuestras diicultades teóricas. Libros Espacio Abierto Cuaderno Venezolano de Sociología Vol.27 No.1 (enero - marzo, 2018): 239-244 Alimonda, Héctor, Toro Pérez, Catalina y Martín, Facundo (Coordinadores) (2017) Ecología política latinoamérica. Pensamiento crítico, diferencia latinoamericana y rearticulación epistémica. CLACSO/Universidad Autónoma Metropolitana. México En pocos años, la Ecología Política en América Latina ha dejado de ser una propuesta algo exótica de algunos especialistas para ir adquiriendo, al mismo tiempo que una airmación de su presencia legítima en el medio académico, una relevancia notable en las demandas del espacio público. Esto, evidentemente, acompaña la conlictividad creciente del tema ambiental en la región y en el mundo. Según opiniones autorizadas (como la de Joan Martínez-Alier) la Ecología Política latinoamericana es “un terreno de pensamiento propio con relevancia internacional”. Se trata de un campo de análisis, crítica y enunciación plural, que se fue constituyendo a partir de la conformación de redes académicas latinoamericanas, ubicadas en relación de continuidad con las tradiciones regionales de pensamiento crítico y con la problemática compleja de la construcción de la identidad de nuestras sociedades. Esta Ecología Política es tributaria de la historia latinoamericana, y se propone reescribir la historia de la región, en diferentes dimensiones, a partir de la reconstrucción de las relaciones entre sociedades, culturas y naturalezas. A partir del abordaje de las relaciones sociedad – naturaleza bajo una perspectiva teórica interdisciplinaria construida en la intersección entre la historia ambiental y política, la geografía crítica, los estudios culturales y el pensamiento ambiental, busca ajustar cuentas hacia atrás, expandir el presente y diseñar futuros al patrón occidental-moderno. Al mismo tiempo, la Ecología Política de América Latina desde su emergencia se viene constituyendo en una relación 240/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 239-244 activa de permanente intercambio y retroalimentación con los muy diversos movimientos y luchas que protagonizan conlictos en diferentes escalas y circunstancias, recogiendo las críticas a los modelos de desarrollo de vigencia hegemónica y delineando con ellos otros futuros posibles. En este sentido, los dos volúmenes que presentamos mantienen el diálogo sobre los debates epistemológicos de la Ecología Política Latinoamericana a la vez que se entrocan con las prácticas teóricas, políticas y territoriales, que han caracterizado a nuestra región. Esta marca de origen, se basa en la convicción del vínculo, por momentos tenso y conlictivo pero también creativo y productivo, entre el imperativo del reinamiento de las herramientas teórico-políticas para asumir el análisis crítico y la construcción sostenida de alternativas frente al saqueo, el despojo y la devastación socio-ambiental. Existe en América Latina todo un pensamiento político ambiental complejo (Lef), que no sólo aporta a la comprensión de estas dinámicas en nuestra región, sino que contribuye a la comprensión global e histórica de estos problemas (Alimonda, Castro H., Palacio). Igualmente existe un acumulado de experiencias de lucha por la rexistencia territorial desde los movimientos sociales frente al despojo y la devastación socio-ambiental (PortoGonçalves). Uno de los grandes desafíos de esta obra reciente de investigadores y activistas latinoamericanos es el de recoger y acompañar las dinámicas del ecologismo popular del continente, que renuevan y muchas veces desafían las propuestas de los autores más citados en los círculos académicos. Consideramos que hace falta reconocer, fortalecer y legitimar estos saberes, marcos teóricos-políticos y prácticas contra-hegemónicas que emergen de las experiencias de lucha y resistencia de nuestra región. Este es el principal desafío académico y político que se propuso asumir el Grupo de Trabajo Ecología Política desde América Latina / Abya Yala. Por otra parte, sostenemos que es necesario superar la concepción y denominación de “recursos naturales”, que supone por un lado un marcado antropocentrismo jerárquico, y por otro, fortalece la ideología funcionalista que tiene el capital sobre estos bienes, concebidos como meros recursos. Considerar estos bienes, como como comunes, signiica que no puede recaer sobre ellos ninguna forma de privatización. Disputar de entrada esta noción, permite abrirle paso a la idea de bienes comunes, coloca en el centro de la discusión el carácter relacional comunitario y colectivo que histórica y geográicamente los pueblos han establecido con los bienes comunes y otras fuentes y medios de existencia, para garantizar la reproducción de la vida. Un importante desafío teórico-político y práctico del Grupo de Trabajo consiste en fortalecer un diálogo constructivo de saberes entre la academia y los movimientos sociales, pues en América Latina y el Caribe, estos movimientos, especialmente los de base territorial campesina e indígena, vienen haciendo importantes aportes a la comprensión de estas dinámicas y a la acción organizada de resistencia activa. Las pautas colocadas por el pacto campesino-indígena atrás del ascenso del gobierno de Evo Morales en Bolivia, las reivindicaciones de la Conaie en Ecuador, los postulados de los Zapatistas en México o del movimiento indígena del Cauca, para citar solo algunos ejemplos, constituyen un acumulado de aportes políticos y epistémicos de estos movimientos sociales reconocidos mundialmente (Santos, Alier), pero no siempre suicientemente valorizados por la academia. Este Grupo apuesta por un verdadero y fructífero diálogo de saberes al interior de la Ecología Política, por ello el apellido del GT no es casual, Ecología Política desde Ecología política latinoamérica. Una pensamiento crítico, diferencia latinoamericana y rearticulación epistémica. Alimonda, Héctor, Toro Pérez, Catalina y Martín, Facundo (Coordinadores) (2017) Catalina Toro Pérez y Facundo Martín /241 América Latina /Abya Yala, pues se coloca del lado crítico, tanto del capitalismo, como de los nuevos/viejos colonialismos. El lector tiene en sus manos el fruto de relexiones y debates presentados en una serie de encuentros que se desarrollaron entre los años 2014 y 2017 en el marco del Grupo de Trabajo. En mayo de 2014, como Coordinadora del Grupo de Trabajo Catalina Toro Pérez organiza en Bogotá y San Andrés, Colombia el seminario Desarrollo, extractivismo y conlicto en América Latina y el Caribe: una mirada desde la Ecología Política. El evento se llevó a cabo con la participación de varios invitados internacionales, nacionales y locales y fue coorganizado en conjunto con la Universidad Nacional de Colombia: Instituto de Estudios Caribeños, Grupo Estado y Sociedad del Caribe, Sede Caribe; el Grupo Derecho y Política Ambiental, UNIJUS – Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales, Sede Bogotá y; el Instituto de Estudios Ambientales IDEA, Observatorio del Caribe. En noviembre de 2014, Héctor Alimonda, con el apoyo de muchos colegas y varias Universidades públicas de Rio de Janeiro, organizó el Seminario Internacional Ecologia Política na América Latina: Desaios práticos e teóricos. En aquella oportunidad Enrique Lef tuvo a su cargo la Conferencia Magistral donde desarrolló algunos de los aspectos que se presentan en su capítulo. Asimismo presentaron versiones previas de sus contribuciones Carlos Walter Porto-Gonçalves, Henri Acselrad, Gian Carlo Delgado Ramos, Gabriela Merlinsky, Mina Lorena Navarro, Melissa Moreano y Horacio Machado Aráoz. En noviembre de 2015, tuvo lugar en Medellín, Colombia la VII Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales, organizada por CLACSO. En ese marco el Grupo de Trabajo desarrolló una serie de paneles y mesas redondas donde estuvieron presentes Arturo Escobar, Guillermo Castro H., Ana Patricia Noguera de Echeverri, Carlos Walter Porto-Gonçalves, Héctor Alimonda, Gabriela Merlinsky, Catalina Toro Pérez, Milson Betancourt y Elisabeth Bravo. VOLUMEN I Este primer volumen titulado Ecología Política Latinoamericana. Pensamiento Crítico, Diferencia Latinoamericana y Rearticulación Epistémica contiene 16 capítulos organizados en tres partes. La Primera parte Pensamiento Crítico e Identidades Geo-Históricas, aborda desde distintas trayectorias y perspectivas las formas de pensar y ser en relación con la historia y las identidades latinoamericanas. Como apertura presentamos el trabajo de Héctor Alimonda donde nos ofrece uno de sus últimos esfuerzos intelectuales buscando pensar la noción de “vanguardia enraizada” en referencia al campo teóricopolítico de la Ecología Política Latinoamericana. La emergencia de este campo se daría en un marco plural pero con características muy propias y vinculadas a la tradición del pensamiento crítico latinoamericano. En un diálogo directo con Héctor Alimonda, a continuación, Arturo Escobar discute acerca de la vitalidad del pensamiento crítico latinoamericano (PCL) y el desafío que este importa para a la estructura epistémica de la modernidad. Sostiene entonces que cualquier ejercicio de balance del PCL del tiene que incluir – por fuerza mayor – a las categorías, 242/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 239-244 saberes y conocimientos de las comunidades y sus organizaciones como una de sus expresiones más potentes. En el tercer capítulo, Ana Patricia Noguera de Echeverry y Omar Felipe Giraldo, se preguntan ¿para qué poetas en tiempos de extractivismo ambiental? Y nos ofrecen como respuesta una lúcida y estética invitación a incorporar la poética como parte del “pensamiento ambiental sur”. Nos convocan a un “parar en seco” que se oponga de forma contundente a la actitud de devastar calculadoramente cambiándolo por un habitar poéticamente el mundo. En el capítulo cuarto, Guillermo Castro H. relexiona acerca de las temporalidades simultáneas en Nuestra América. En efecto, nos propone comprender la crisis ambiental de América Latina desde sí misma al mismo tiempo que la entendemos en su relación con la crisis global. Sostiene así que el principal desafío que conlleva la comprensión de la crisis radica en el modo en que en ella operan a un tiempo “todos los tiempos del proceso histórico”. Como cierre de la primera parte, el quinto capítulo a cargo de Germán Palacio C. cuestiona, desde el campo de la historia ambiental, la consolidada pero – a su juicio – obsoleta división Latino/ Anglo. Nos invita así a tomar nota del carácter poroso e interconectado de nuestra historia ambiental haciendo énfasis en las relaciones transnacionales. La Segunda parte Repensar el mundo (de)sde la Ecología Política se abre con el aporte esclarecedor y erudito de Enrique Lef. Allí el autor traza una detallada y argumentada genealogía de la Ecología Política Latinoamericana en un claro diálogo de contrapunto con la versión anglófona, la Political Ecology. Busca entonces problematizar y radicalizar las líneas de indagación fundantes y constitutivas del campo de la ecología política, abriendo un diálogo contextualizado sobre algunos de los principios, ideas y propuestas fundamentales. Concluye con un cuestionamiento al núcleo epistémico-pragmático de esta corriente al mismo tiempo que nos estimula a una relexión más cosmopolita y crítica para enfrentar los poderes hegemónicos que hoy conducen al mundo hacia su degradación. Gian Carlo Delgado Ramos aborda, a continuación, un análisis del surgimiento de las perspectivas socio-ecológicas que buscan superar el dualismo y el funcionalismo de las relaciones sociedad-naturaleza. Destaca, en base a la perspectiva del metabolismo social, que el reto cognitivo de los nuevas perspectivas ecológicas críticas radica en desarrollar enfoques interdisciplinarios que habiliten a poner en tela de juicio las mismas preguntas que tradicionalmente han servido para deinir el problema y sus alcances. Por su parte, Melissa Moreano, Francisco Molina y Raymond Bryant se proponen contribuir a un mejor entendimiento de la dimensión política de la cuestión ambiental, analizando los aportes de la Ecología Política Latinoamericana (EPL) a la Ecología Política global. Allí identiican a la decolonialidad, la posicionalidad y el territorio como tres “marcadores de identidad” centrales de la EPL que les permiten delinear lo que la distingue de la ecología política anglosajona. En cuarto lugar, el teólogo y profesor brasileño Leonardo Bof nos ofrece un análisis del desafío ecológico que tenemos por delante considerando la Encíclica papal Laudato Sí y la Carta da terra frente a los pobres resultados de la COP21 (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático) realizada en París a ines de 2015. Ecología política latinoamérica. Una pensamiento crítico, diferencia latinoamericana y rearticulación epistémica. Alimonda, Héctor, Toro Pérez, Catalina y Martín, Facundo (Coordinadores) (2017) Catalina Toro Pérez y Facundo Martín /243 Cuestionando los presupuestos sobre los que se fundan las convenciones internacionales así como sus esquemas de gobernanza, el autor recupera la profundidad de las tareas para reconstruir un nuevo paradigma ecológico. En el quinto y último capítulo de esta segunda parte, Henri Acselrad aborda la génesis y coniguración de las luchas por la justicia ambiental en Brasil. A través de una detallada genealogía el autor sostiene que las luchas por justicia ambiental en ese país han combinado la defensa de los derechos a ambientes culturalmente especíicos, la protección ambiental y la defensa de los derechos de acceso a los recursos ambientales, al mismo tiempo que han reclamado por los derechos de las generaciones futuras. Esto lo habrían hecho enfrentando la transferencia de los costos ambientales del desarrollo hacia los más pobres. Es allí donde se daría una clara Ecología Política, o en palabras del autor, una “junción estratégica entre justicia ambiental y protección ambiental”. La Tercera y última parte Crisis, resistencias y desafíos geo-políticos comienza con un trabajo de Carlos Walter Porto-Gonçalves acerca de la dimensión geopolítica de la crisis brasileña. En su contribución el autor pone en debate las implicaciones que un nuevo cuadro geopolítico coloca para los grupos/clases sociales en condición de subalternidad, lo que muchas veces queda por fuera de los análisis geopolíticos. Estos habitualmente ignoran los procesos subalternos o lo hacen desde la perspectiva de la dominación y control de grupos y clases de nivel nacional y supranacional. De esta forma nos alerta sobre las implicancias que tiene este proceso no sólo para Brasil sino para el conjunto de América Latina y la urgencia de oír lo que nos dicen los pueblos en lucha por la vida, por la dignidad y por el territorio. A continuación, en diálogo con el trabajo anterior, Felipe Milanez presenta una relexión crítica de dos políticas recientes en el Brasil: el Programa de Aceleracao do Crecimento y el Ponte para o Futuro. Contraponiendo esta perspectiva extractivista y gubernamental con los aportes de intelectuales indígenas y de sacerdotes del candomblé, el autor delinea posibles intresecciones entre las perspectivas del decrecimiento y la de las luchas indígena, afrobrasilera y campesina. Carlos Bittencourt presenta, en tercer lugar, un análisis de caso sobre el desastre que implicó la ruptura del dique de cola de la mina Samarco en la ciudad de Mariana, en el estado de Mina Gerais, Brasil. Desde la teoría del riesgo y con un foco en las relaciones institucionales de la empresa minera con el Estado, el autor coloca en el centro de su crítica a los mecanismos antidemocráticos de control y decisión sobre la instalación de emprendimientos extractivos. Por su parte, María Cecilia Roa García, Tatiana Roa Avendaño y Alberto Acosta abordan la cuestión de la democratización ambiental como elemento central para el proceso de paz en el pos-conlicto colombiano. Advierten así, acerca de los despliegues que puede tener este proceso histórico en términos de ampliación de la frontera extractiva y sus formas de violencia asociadas. A continuación Mario Pérez-Rincón, Zulma Crespo-Marín y Julieth Vargas-Morales con un informado análisis sobre la dinámica económica de especialización productiva y los conlictos ambientales en los países andinos. Buscando evidenciar estas relaciones el trabajo se desarrolla desde las perspectivas conceptuales del estudio de la 244/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 239-244 conlictividad ambiental; el estudio de la dinámica económica en términos crematísticos; y el estudio del meta – bolismo social. Los autores concluyen que los crecientes conlictos ambientales son manifestaciones claras y concretas de la intensiicación del uso del territorio debido a la especialización productiva en el sector primario extractivo. Finalmente, cierra esta Tercera y última parte, un trabajo de Luis Humberto Hernández sobre una experiencia sistematización de la Asamblea Nacional por la Paz de Colombia. Desde una perspectiva crítica el autor elabora una propuesta de la política pública del sector petrolero colombiano Catalina Toro Pérez y Facundo Martín Universidad Nacional de Colombia. Bogotá /Universidad Nacional de Cuyo. Mendoza, Argentina. E-mail: fmartin@mendoza-conicet.gob.ar Espacio Abierto Cuaderno Venezolano de Sociología Vol.27 No.1 (enero - marzo, 2018): 245-249 Sandoval, Raico (2017). Economía extractivista en Colombia: Modelo minero energético destruyendo naturaleza y sociedad. Bogotá. Stilo Impresores Ltda. La obra intitulada “Economía extractivista en Colombia: Modelo minero energético destruyendo naturaleza y sociedad” escrita por el investigador social colombiano Raico Sandoval Forero constituye un aporte fundamental en el campo de los estudios socioambientales en el camino de seguir relexionando sobre las dinámicas de la sociedad de consumo, el modelo extractivista, el Estado neoliberal y la era del capital basado en la explotación, la mercantilización y la fetichización de los mal denominados “recursos naturales”, dinámicas que responden a los tiempos modernos de las sociedades contemporáneas. El libro está compuesto de la siguiente manera: 1) el proceso de larga duración que implica el extractivismo o explotación de los recursos naturales. 2) la inluencia del sector energético minero y el plan nacional de desarrollo (PND). 3) el impacto de la agricultura, ganadería, deforestación, represas, minería y petróleo en los páramos. 4) la diversidad biológica mundial y el sustento de la vida humana, y en última instancia 5) los conlictos, resistencias y propuestas sociales como alternativas comunitarias. Dicha coniguración responde a las necesidades reales que enfrenta una de las sociedades más desiguales del mundo como es la colombiana, aquí Raico menciona la necesidad de reconocer que el actual modelo minero –energético implementado en América Latina y en particular en Colombia obedece a una geopolítica del capital sustentada en una economía extractivista (destructiva) y un modelo de sociedad de consumo que se articula 246/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 245-249 bajo los intereses reales de las políticas neoliberales en función de privatizar las economías populares de los territorios. Por esta razón, parte de reconocer que los fenómenos extractivistas, de explotación y mercantilización de los recursos naturales no resulta ser algo nuevo, por el contrario, responde a un antecedente histórico desde la época de la colonia que se basó en la destrucción, expulsión y dominación sobre las comunidades étnicas. La razón de esta situación, tiene que ver con los procesos que ejercen los grupos hegemónicos sobre los territorios de los sectores más oprimidos de la nación que los usan como capitales periféricos al servicio del sistema mundo colonial. La situación actual que evidencia la sociedad colombiana que convive bajo un modelo minero energético que se posibilita a través de la estipulación de una economía extractivista, se convierte en un complejo panorama dado que permite la existencia de fenómenos sociales en distintas dimensiones locales, regionales y nacional, tal como sucede con la violencia, la desigualdad social, la crisis de soberanía, la dependencia minero energética y la crisis del imaginario colectivo en función de cambiar la vocación agrícola para dar paso a una actividad pro-sistémica basada en la explotación acérrima de los recursos naturales. Este libro nos aporta elementos importantes en el campo de los estudios socioambientales, debido a su análisis crítico sobre la articulación de una realidad entre el modelo, la economía y las prácticas políticas de las élites, gamonales y hacendados sobre los territorios, aquí entra en juego el choque de racionalidades por parte de los actores tradicionales y los alternativos que se disputa una lucha por superar la crisis o profundizar en la mismas bajo la lógica que impone el gran capital transnacional. De esta manera, Raico señala que las políticas extractivistas realizadas por el gobierno nacional auspiciadas mediante códigos, leyes, decretos y acuerdos a las multinacionales, la implementación de actividades extractivitas en las regiones bajo los megaproyectos, la invalidez/legalidad de la consulta previa adelantada por las comunidades, la aplicación de actividades que afectan la soberanía alimentaria, la persecución, criminalización y asesinato sistemáticos contra los líderes, defensores y actividades ambientales sobre el territorio social hacen parte de las acciones negadas e invisibilizadas que promueven la estructura sociopolítica del modelo minero energético en la sociedad colombiana. La contextualización que nos presenta Raico sobre el dinamismo adquirido por el modelo extractivista, tiene que ver con el sistema mundo colonial que se impuso en América Latina, aquí la ceguera y ambición por tener oro, plata y explotar la naturaleza fueron los principios con que se constituyó esa forma de economía en la región, por ello, considera que la crisis ambiental radical que vive Colombia no es un fenómeno de ahora sino un resultado de la historia colonial, moderna y extractiva impulsada por los grupos hegemónico sobre los territorios. Un aspecto fundamental que existe en la obra, responde a la posición estratégica y las actividades que vienen ejecutado los imperios de los países y corporaciones trasnacionales, puesto que es producto del esclavismo del siglo XXI, estipulado por los procesos políticos colonialistas e incorporados bajo las nuevas instituciones, acuerdos internacionales, Sandoval, Raico (2017). Economía extractivista en Colombia: Modelo minero energético destruyendo naturaleza y sociedad. José Javier Capera Figueroa /247 mecanismos mundiales o en su defecto la creación de entidades que son funcionales a los intereses sistémicos del capital y los gobiernos neoliberales. Por esta razón, maniiesta que frente a esta ola de proyectos de muerte y economías de la miseria, como las comunidades suelen señalar, se despierta todo un proceso de resistencia caracterizado por la reivindicación social, cultural, económica y pedagógica realizada por los pueblos en su lucha anticolonial que tiene como sustento la vida, el territorio, la autonomía y la justicia social que son parte del sentípensar de una soberanía que haga ruptura con la dependencia del capital, el modelo extractivista y la sociedad neoliberal fundamentada en los valores de la racionalidad moderna –occidental propia del sistema mundo capitalista. La situación histórica de la nación colombiana producto de la acción política de los gamonales, hacendados, terratenientes, las guerrillas, los grupos paramilitares y las maias entre otros, se reconocen como actores tradicionales permeados en las estructuras socioculturales de distintos grupos de la sociedad civil, puesto que son los encargados de mantener los intereses, demandas y dinámicas de la economía capitalista, los valores de la sociedad neoliberal y la validez de los acuerdos por parte de organizaciones internacionales, esta serie de antecedentes han permitido que se establezca una economía extractivista bajo la expansión de megaproyectos encaminados a dar preferencia a cualquier actividad minera, ganadera, energética, gasífera y petrolera sobre los territorios pasando por encima de la autonomía de los mismos. El juego político es otro factor que inluye en la dinamización del modelo extractivista, debido a que a partir de las instituciones y los grupos que pertenecen a ellas, se conigura pragmáticamente un régimen basado en la violencia sobre cualquier tipo de reivindicación social, cultural, económica y comunitaria proveniente de los pueblos en su lucha por la defensa de la vida, la soberanía y la justicia desde y para los territorios, dicho panorama según Raico, responde a la disputa de dos racionalidades: la primera, caracterizada por concebir a la naturaleza como un objeto de explotación, privatización y mercantilización bajo los intereses de un sector dominante; y la segunda, al imaginario de democratizar, defender, dialogar y establecer puntos en común que conduzcan a un escenario en donde el sujeto pueda construir una soberanía sobre el territorio, una justicia sobre los bienes naturales y un diálogo horizontal a favor de la vida en comunidad. Asimismo, el autor menciona de manera somera dado que no profundiza en este tema, que la resistencia promovida por las comunidades hace parte de la lucha social contra el modelo neoliberal y el gobierno extractivista, siendo un aliciente qué permite reconocer las movilización populares, los paros, los movimientos, los colectivos y los grupos subalternos identiicados con las luchas territoriales, ambientales y comunitarias, al ser, los actores subalternos que ponen en jaque las formas tradicionales del poder sistémica e institucionalista que han mercantilizado la naturaleza e implementado un tipo de economía basada en los proyectos de muerte sobre las comunidades. Una manera de abonar a la crisis existente resultado del modelo económico contemplado en el Plan Nacional de Desarrollo (PND), tiene que ver con las políticas impulsadas por 248/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 245-249 el gobierno nacional y realizadas en contravía de los intereses, demandas y necesidades estructurales de las comunidades, es decir, que problemas como la concentración de la tierra, la violencia territorial, la acumulación del poder político y la invisibilidad del sujeto víctima del conlicto armado responde a la razón central con que se ha fundamentado el extractivismo a gran escala y el modelo minero energético destruyendo los territorios de las comunidades étnicas. Por ende, la política estatal en sectores como la minería, agrocombustibles, petróleo, explotación de carbón, los metales (oro, níquel, esmeraldas), los megaproyectos extractivos hidroeléctricos, el agua, la agricultura y la ecología son campos en donde las actividades al interior han sido sustentadas bajo códigos, leyes, agencias, decretos y ministerios que son funcionales en sus procesos políticos internos/externos a los principios del capital transnacional y las políticas sistemáticas de la globalización (neoliberal). Las causas de contar con sociedades vulnerables y expuestas a todas las formas de violencias en Colombia, tiene que ver con lo manifestado por Raico que muestra el proyecto fallido e incongruente de optar por un modelo económico extractivista que entra en choque con las raíces, principios, identidades y estructuras socioculturales de las comunidades que son los actores que conviven en el territorio, sin embargo, las acciones planteadas por los grupos hegemónicos desconocen las denuncias colectivas y dan paso a impulsar este tipo de actividad económica debido a su linealidad con la dinámica del sistema mundo capitalista, colonial y propio de la sociedad moderna extractivista. Teniendo en cuenta esta serie de problemáticas, el autor llega al punto de resaltar que la acción política de los actores a través de las comunidades, ha sido un detonante para dejar en el escenario público las denuncias orientadas a señalar las demandas, necesidades y proyectos promovidos por los distintos actores en sus territorios, lo que signiica, dar un giro real, popular y desde abajo que contemple la participación ciudadana, el respeto a la soberanía de las comunidades, la ejecución sin causales de la voluntad colectiva manifestada en la consulta previa, los cabildos, las asambleas, los referendos y los plebiscitos ejercidos por las comunidades. De esta manera, Raico Sandoval considera que “el modelo minero energético permite mediante legislaciones y violencia el despojo de las tierras que fuerza a abandonar los territorios, consiente todas las modalidades que utilizan las empresas y el Estado para apropiarse del territorio. Tolera la catástrofe ambiental, la destrucción de los ecosistemas, la deforestación, el destrozo de los bosques y coberturas vegetales. Todo lo permite en aras del negocio, la rentabilidad, la acumulación del capital y la apropiación de los ingresos que deja el extractivismo. Para este estándar económico y político no existe la naturaleza como sujeto de derechos”. La compleja situación de crisis civilizatoria, ambiental y social que presenta la sociedad colombiana, tiene que ver con un proceso de larga duración en donde los gobiernos que han estado por más de medio siglo, han sido promotores de políticas estatales orientadas a violentar sistemáticamente la naturaleza, los territorio y la vida humana, siendo un antecedente conigurado bajo los intereses de las élites en su afán de acumular capital, Sandoval, Raico (2017). Economía extractivista en Colombia: Modelo minero energético destruyendo naturaleza y sociedad. José Javier Capera Figueroa /249 auspiciar un escenario de violencia, incentivar la neoliberalización del Estado y en particular desconocer la resistencia comunitaria, subalterna y desde abajo ejercidas por los grupos oprimidos del país. El sentido de reconocer los discursos, pensamientos y prácticas alternativas como resulta ser el buen vivir (Sumak Kawsay), la minga comunitaria, la ecología de saberes y el cambio de paradigma sobre la naturaleza hacen parte del conjunto de propuestas que podrían cuestionar la economía extractivista y el modelo minero energético que presencia la sociedad colombiana, por ende, el autor considera necesario optar por esta vía buscando una oposición contra los proyectos minero-energéticos, el distanciamiento de las políticas de saqueo, la defensa del agua como bien público, la autonomía de los territorios, la defensa territorial de las comunidades, la soberanía alimentaria, la oposición al fracking, la ejecución sin prerrogativas de las consultas populares entre otras, este conjunto de actividades/iniciativas son parte de las acciones subalternas necesarias para contrarrestar los proyectos de muerte que presencian los territorios de las comunidades y los grupos sociales víctimas de las múltiples violencias entre ella la institucional en el ámbito nacional e internacional. La importancia teórica, conceptual y analítica expuesta en esta obra, se convierte en un referente para el campo de los estudios socioambientales en Colombia, y permite pensar de manera relexiva en otros países de Nuestra América, es decir, que los elementos de análisis propuestos por Raico Sandoval, simbolizan una apuesta por cuestionar los modelos económicos sustentados en la violencia contra el ser humano y la naturaleza, la preponderancia sobre la explotación a gran escala de los “recursos naturales” y la iniciativa estatal orientada a fortalecer de manera legal los megaproyectos que vulneran radicalmente la soberanía de los territorios en su derecho de contemplar el buen vivir comunalmente. En últimas, la obra “Economía extractivista en Colombia: Modelo minero energético destruyendo naturaleza y sociedad” pasará a ser considerada en los próximos años un referente de análisis crítico, autocrítico y relexivo desde la investigación social, transformativa y comprometida con la justicia comunitaria en la región, a su vez, signiica un aporte necesario en complejizar y generar nuevas rutas de investigar desde el sujeto colectivo y su relación con la naturaleza, un aspecto fundamental que permitirá seguir construyendo caminos en función de subvertir los modelos coloniales, extractivistas y hegemónicos para dar paso a un escenario subalterno, descolonizador y popular al servicio de los intereses de las comunidades en sus territorios. José Javier Capera Figueroa Universidad del Tolima. Ibagué, Colombia. E-mail: caperaiguero Espacio Abierto Cuaderno Venezolano de Sociología Vol.27 No.1 (enero - marzo, 2018): 251-264 Varios autores (2016) Gente de palabra. Edición 13 aniversario Diario Nuevo Día. Coro-Punto Fijo, Editorial Nuevo Día, 104 pp. A Belford Moré y Dunia Galindo, universitarios. Un ambiente intelectual se muestra a través de su producción, de allí la importancia de calibrar realizaciones: atributos de ejecutorias, soporte de contribuciones, y honestidad del trabajo frente a sus receptores. En un tiempo marcado por la sociedad del espectáculo, por exhibición desmedida, trepadorismo académico, vanidad publicitaria, mediocridad sin exigencia, y frivolidad sancionada como valor, la crítica se convierte en ejercicio fundamental no sólo como instrumento de valoración académica, sino también de defensa de memoria y cultura. Saber recibir la crítica y sopesar sus señalamientos también exhibe calidad de un ambiente intelectual, una comunidad académica o un grupo de investigación. Sirvan las líneas precedentes para acercarnos a una edición especial que con el título de Gente de Palabra publicó en el año 2016 la editorial Nuevo Día, asentada en las ciudades de Coro y Punto Fijo, en el Estado Falcón, cuyo emblema principal es el diario del mismo nombre. El caso de Gente de Palabra se trata de una muestra más de un hacer que lleva varias ediciones de igual factura, entre cuyos títulos podemos mencionar: CRP El coloso de Falcón de María Alejandra Carrillo y Mariela Quintero Leal (2008), Josefa Camejo soy yo de Berta Vega (2011), El Anima que surgió del hambre de Juan Bravo (2012), y El despertar de la sierra de María Alejandra Carrillo (2015). Si los autores de los productos antes mencionados son periodistas o investigadores zulianos que por encargo realizaron tareas sobre la historia falconiana para la empresa editora, Gente de Palabra contiene entre los responsables de sus artículos nombres representativos de creación, investigación 252/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 251-264 y docencia falconiana, en un material cuyo propósito es, de acuerdo al jefe de la empresa: “Abrazados a la literatura y a sus protagonistas, ahondamos en las distintas épocas de las letras, en sus autores, y principalmente, en las corrientes que marcaron la expresión siglo tras siglo en el panorama literario regional. Y lo hicimos con el fundamental aporte de quienes se dedican a la investigación y a la enseñanza de la disciplina literaria desde nuestras universidades, centros de investigación literaria y nuestros acuciosos periodistas. (…) Aquí continuamos enarbolando el esfuerzo por ofrecer una información de calidad para un público de calidad que hoy conocerá a los literatos de un Falcón que si tiene quien le escriba en letras de oro.”(1) El suplemento especial, cuyo concepto editorial es trabajo de la periodista Isvelys Bracho y del equipo del diario Nuevo Día, la corrección del poeta y docente Gilmer Contín, agrupa textos de los investigadores: Oly Morales Hurtado, Maylen Sosa, Emilis González, José Barroso, Gilmer Contín, José Manuel Navas, Raquel Tirado, Jesús Madriz y Egla Charmell; en su mayoría docentes de la Licenciatura en Educación, Mención Lengua, Literatura y Latín de la Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda y miembros de su Centro de Investigaciones Lingüísticas y Literarias “Lydda Franco Farías”. Acompañan a los artículos de los educadores e investigadores, escritos de los comunicadores Raquel Chirinos, Adriana Pérez Gilson, Isvelys Bracho, Gerardo Morón, Yaneth Chacón y María Gabriela García. Interesante determinar los lazos de trabajo con los cuales se concibió este proyecto conjunto entre profesionales de la comunicación social y de la investigación literaria. ¿Cómo se concibió y estructuró el esquema de estudio? ¿Cómo se repartieron los temas entre profesores y periodistas? ¿Cómo se trazaron las pautas de investigación, redacción y corrección de materiales en una región donde apenas existen esbozos de trabajos que abordan panorámicas de conjunto, y donde no hay textos de referencia como Diccionarios o Repertorios de Autores? Lamentablemente, esos esenciales asuntos no se explican en ninguna parte del material. Gente de Palabra está compuesto de veinticinco trabajos, divididos en cuatro capítulos, los cuales atienden a temáticas y períodos como: 1º. Las Letras falconianas en el siglo XIX; 2º. El siglo XX como un período de transiciones; 3º. Las expresiones literarias en Paraguaná; y 4º. Los autores del siglo XXI. Los criterios de tan arbitraria división tampoco se explican. Unas temáticas y períodos tienen mayor interés y extensión de páginas que otros, pero tampoco se nos advierte el porqué. Dentro de esa división se tratan temas, movimientos, grupos e individualidades que van desde las letras falconianas en el siglo XIX, las tan manoseadas sociedades Alegría y Armonía, prensa y literatura en el siglo XIX, vanguardias falconianas, el romanticismo en Falcón, Elías David Curiel, el pugnaz clima de los 20, la década de 1930 como retorno a la tierra, Agustín García, Francisco Domínguez, el Grupo Coro de 1956, Reyna Rivas, los 60 y la explosión literaria, Rafael José Alvarez, Lydda Franco, el sentir y la nostalgia de los 70, los 80 en las letras, mítica, cotidianidad y relexión en la Poesía, Hugo Fernández Oviol, de la calle a la noche de los 90, de los diarios al libro en la escritura de Paraguaná, Guillermo De León Calles, los nóveles, corajudos y eclécticos, hasta la propuesta de la joven Cristina Gutiérrez Leal. Varios autores (2016) Gente de palabra. Isaac López / 253 Comencemos formulando interrogantes que consideramos cardinales: ¿Existen investigaciones que hayan abordado el proceso de la literatura falconiana como totalidad? ¿Cuáles son las contribuciones parciales sobre tendencias, períodos, temáticas o autores? ¿Cuáles son las limitaciones a la hora de abordar un trabajo de divulgación sobre la historia de la literatura en Falcón? ¿Existen una crítica e investigación literaria sostenida sobre la producción falconiana? ¿Cuál fue la contribución al esclarecimiento del panorama de nuestras letras realizada a través de espacios como la Bienal de Literatura Elías David Curiel o los Simposios de Literatura Falconiana? ¿Puede investigarse en literatura sin acudir a los esfuerzos precedentes por evaluar la historiografía literaria? Y para comenzar el acercamiento a este material producido por periodistas e investigadores sobre el hacer literario en el Estado Falcón, teniendo en cuenta el esquema citado nos preguntamos: ¿Comienzan las letras falconianas en el siglo XIX? ¿No hay registros para los siglos y períodos anteriores? ¿Por qué se privilegian las expresiones de la Península de Paraguaná por sobre otras subregiones como la Sierra o la Costa? ¿Cómo se consagró el canon literario falconiano que tiene como iguras recurrentes a Elías David Curiel, Agustín García, Rafael José Álvarez, Lydda Franco Farías, Hugo Fernández Oviol o Guillermo De León Calles? ¿Qué papel jugaron espacios académicos como la Escuela de Letras de la Universidad del Zulia en tal proceso? ¿Tiene una orientación programática de izquierda esa canonización? La periodista zuliana Isvelys Bracho abre el conjunto de Gente de Palabra con un texto titulado «Las letras desnudan la existencia», en el cual entre otros asuntos señala: “Desde 1990 y 2000 la literatura asume una visión global que rompe con todos los modelos anteriores, recrea las experiencias sociales y personales, fusiona nuevos géneros literarios como el testimonio narrativo. Lo representan Mario Vargas Llosa, Juan Villoro, Daniel Kranze, Carlos Fuentes, Julio Cortázar, Carlos Monsiváis y Gabriel García Márquez.» (2) El texto de Bracho presenta, con el característico estilo del diario Nuevo Día: problemas de redacción, pretensión de principio de autoridad, precaria utilización de fuentes, desfasado manejo de información, descuido en la edición, errada utilización de comas y paréntesis... En el Diccionario Enciclopédico de las Letras de América Latina (1995) se señala el inicio de las publicaciones de Vargas Llosa para 1959, tres años después del nacimiento de Juan Villoro. Eso se puede corroborar en cualquier página web que trate al autor de Los Jefes o La ciudad y los perros, o al de La noche navegable y Efectos personales. Ante aseveraciones como las de Isvelys Bracho cabe preguntarnos: ¿Pertenecen Vargas Llosa, Fuentes, Monsiváis y Villoro a la misma generación? ¿19902000? ¿Quién es Daniel Kranze? ¿Se tratará del narrador mexicano Daniel Krauze, hijo del historiador Enrique Krauze, y nacido en 1982, es decir más de veinte años después de las primeras publicaciones de Vargas Llosa? ¿No se da en la Universidad Francisco de Miranda, de Coro, Literatura Hispanoamericana? ¿Dónde quedó el trabajo de corrección en este texto? ¿No pudo ninguno de los profesores e investigadores asesorar a la periodista Bracho, con quien trabajaron, y explicarle que hay una gran distancia entre las propuestas narrativas de Fuentes y las de Monsivais? ¿Quién critica la difusión de semejante material a la población falconiana? Prosigue el trabajo de la Licenciada en Letras por la Universidad de Los Andes, Oly Morales Hurtado, docente de la cátedra de Literatura Falconiana en la Escuela de 254/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 251-264 Educación de la Universidad Francisco de Miranda. Señala la docente que: “La Literatura falconiana aún (sic) cuando mantiene en vigencia una de las manifestaciones culturalliteraria, como el Baile de las Turas, en la población de Mapararí, asume su origen en los textos producidos durante la Guerra de Independencia, por cuanto relejaban el ansia y la necesidad de un pueblo por ser libre.”(4) Argumento para el debate. ¿Son el Baile de las Turas, el comer arepa de maíz y las construcciones de barro manifestaciones culturales literarias? Por otra parte, desconcierta que en esta revista de divulgación general una docente universitaria pretenda borrar y desconocer la importancia de la etapa colonial de la región. Al hacer la aseveración de que la Literatura Falconiana asume su origen en textos producidos durante la Guerra de Independencia, reairma Morales Hurtado la manida y anacrónica manipulación de la historia dirigida a desconocer el período anterior a 1830 como parte de lo que hoy llamamos Venezuela, y a fundar nuestro proceso como pueblo en la separación con respecto a España. En 1990, la Universidad Francisco de Miranda publicó un número monográico de su revista Cultura Falconiana dedicado a la “Cultura y Poesía en la Coro Española”, fruto de las investigaciones del historiador Carlos González Batista. Allí el reconocido profesional hace seguimiento desde 1685 a las letras corianas. ¿No es o era Morales Hurtado la encargada de dictar Literatura Falconiana en la Universidad Francisco de Miranda? ¿Por qué los investigadores de la Literatura de la región no conocen ni reconocen esta producción que muestra González Batista? ¿Por qué señala la Profesora Morales Hurtado que la Literatura de la región asume su origen en la Independencia? ¿No contiene acaso un libro emblemático como Antología de Escritores del Estado Falcón (1955) de Luis Arturo Domínguez, los nombres de Agustín de Quevedo y Villegas, Mariano de Talavera y Garcés, Juana Zárraga de Heredia y Pilón, y José Heriberto García de Quevedo? ¿Por qué esos nombres están ausentes en este trabajo sobre la Literatura Falconiana? ¿Qué interés mueve a investigadores de la Literatura regional a no considerar esta etapa de nuestra historia? Eso es improcedente y denota falta de seriedad en la investigación. Cuando trata la obra de Polita De Lima, la profesora Oly Morales Hurtado señala que: “será una igura fundamental en el desarrollo de la actividad literaria-cultural de Falcón. Aun cuando trató de abarcar algunos géneros literarios, su mayor brillo fue en la poesía...”(4) ¿Acaso la poesía no es un género literario? ¿Escriben así nuestros investigadores y docentes, o se impuso el estilo periodístico del diario Nuevo Día sin que los autores reclamaran? Texto truncado y cortado en sus citas, el de Oly Morales Hurtado para Gente de Palabra, señala que “...a inales del siglo XIX (1890) hasta los tres primeros lustros del siglo XX (1915) (…) Para esos años la ciudad de Coro era una apacible y silenciosa ciudad. Se necesitaba un despertar y qué mejor hacerlo, que a través de las distintas manifestaciones culturales y que la igura cultural fuera el coriano. Así tendrán cabida no sólo los textos poéticos y narrativos, sino también la danza, el canto, la epístola, el teatro y de esta manera se constituyen las Sociedades Alegría y Armonía.”(5) No comparto con la profesora Morales Hurtado su señalamiento de que en la producción literaria de la época a la cual hace alusión se diera el énfasis en la igura cultural del coriano. No sé a qué producción en particular se reiere, pero una revisión de periódicos corianos Varios autores (2016) Gente de palabra. Isaac López / 255 de esos años arroja la presencia de copias de cánones y iguras que nada tienen que ver con la ciudad o la entidad. Sería interesante se hicieran ejempliicaciones puntuales, pues llaman la atención e invitan a la duda tales aseveraciones sin establecer su base probatoria. Luego de hacer la descripción de los integrantes de las Sociedades Alegría y Armonía, Oly Morales Hurtado señala: “De esta manera, nos dejaron varias revistas: Flores y Letras, Armonía Literaria, Mes Literario, La Cítara, Penumbra. Así como publicaciones: Auras de Occidente, Violetas, Diario de Coro, El Verbo Democrático, Gaceta Comercial, La Montaña, Primicias, Prometeo, El Día, El Conciliador, Médanos y Leyendas.”(5) No es cierto. Publicaciones como “El Verbo Democrático” (1909), “Prometeo” (1912), “El Día” (1913) o “El Conciliador” (1903) no fueron producidas por esas Sociedades. Son publicaciones que se declaran “de interés general”, y no encaminadas exclusivamente a la difusión de las artes. Si se quiere remitir a un origen del periodismo en la región hay que reseñar a “El Observador”, de 1843, “semanario de tendencia liberal”. La revisión en la Biblioteca Oscar Beaujon, de Coro, en la Biblioteca Febres Cordero, de Mérida, en Hemeroteca Nacional y Hemeroteca de la Academia Nacional de la Historia, en Caracas, daría respuestas sobre el particular. ¿Por qué entonces se hace tal aseveración? Insisto en la responsabilidad de investigadores y docentes de la Universidad Francisco de Miranda en ofrecer este tipo de información a través de un medio de difusión masiva como el diario Nuevo Día. Lo menos que los falconianos esperamos de nuestra Universidad es respeto por la tradición cultural de la región y el derecho a ser informados con veracidad. Más adelante se presenta el trabajo de Emilis González, Licenciada en Educación por la Universidad Francisco de Miranda y con Maestría en Literatura de la Universidad Simón Bolívar, titulado “Armonía y Alegría. La modernización en clave femenina”. González señala que: “Estas señoritas son sujetos activos en el espacio público, sujetos que se encargaron de escribir la historia de la patria y de reproducirlo (sic) en sus revistas. Por ello es lógico encontrar artículos sobre historia, especíicamente sobre la del estado Falcón. Y también la tocan en las conferencias que dictan, acerca de las heroínas de la patria. Hay que recordar que durante inales del siglo XIX se hizo patente la necesidad de construir la nación moderna, la patria civilizada, y para ello fue menester acudir a las mujeres. Quienes debían fungir de madres protectoras, que ayudan a educar al pueblo/hijo.”(8) Además de evidentes problemas de escritura en este texto – “sujetos que se encargaron de escribir la historia de la patria y de reproducirlo en sus revistas...”-, nos parece exagerado el señalamiento de la importancia otorgada a la reconstrucción de la historia nacional y especíicamente la del Estado Falcón en las revistas de dichas sociedades, y en especial las de las heroínas de la patria. Asunto quizás de apreciación, que valdría la pena constatar con una nueva revisión de las colecciones existentes. El apuntar que no es una cuestión exclusivamente coriana el de “la necesidad de crear la nación moderna, la patria civilizada”, es elemental para escapar de posturas parroquiales y de exaltación regionalista. Sigue Emilis González, indicando: “Así que ellas esgrimen un discurso aparentemente inofensivo, pero debajo de él subyace todo un entramado de pensamiento que le hacía potencialmente peligroso. Se trata entonces de que “las muchachas” de las sociedades utilizan para su favor el discurso esgrimido desde el poder. Pues lograron 256/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 251-264 desmontar sus supuestos y utilizarlos para su beneicio. Lograron trabajar en un espacio tensional, a medio camino entre los ideales católicos y los nuevos discursos sobre la mujer; las damas corianas avanzan al apropiarse de nuevos roles, más allá del simple adorno.”(8) Irremediablemente miramos al pasado con ojos del presente, pero entre otros empeños fundamentales del investigador debe estar ubicarse en el contexto de ideas del tiempo que pretende reconstruir. Ya Emilis González había indicado en un trabajo de mayor extensión – Las escritoras corianas del período inisecular (XIX) y su agenda oculta, Caracas, CELARG, 2010 – que detrás del pensamiento expresado en las publicaciones de Armonía y Alegría existió otro “potencialmente peligroso”, una agenda oculta. Ni en aquel trabajo ni en éste se indican los supuestos sobre los cuales se basa tal aseveración. ¿Cómo lograron “las muchachas” corianas de inales del siglo XIX apropiarse del discurso del poder y utilizarlo en beneicio propio? no queda claro en los trabajos de González. ¿Cómo y en qué testimonios observa la investigadora tal “entramado de pensamiento” que asigna a las señoritas de Coro? ¿Cuáles eran los nuevos roles para esa mujer del siglo XIX que las corianas pretendían ejercer?, tampoco se dice. Es simpático y atractivo difundir una imagen de mujeres subversivas en la Coro del siglo XIX – y en cualquier otra época-, pero cuando el argumento no tiene base, cuando no se evidencia el desmontaje del discurso del poder que hicieron “las muchachas” de Armonía y Alegría en el cual se insiste, eso ni es Historia, ni es Literatura, quizás pueda ser icción. Y más adelante, vuelve González sobre el particular: “Aunque ni los textos ni los artículos son, verdaderamente transgresores, feministas a ultranza o revolucionarios en grado sumo, si es rescatable que con el gesto, con el decir pero como si no dijeran, se abren paso, nos abren paso al resto, se osan y muestran el camino para las osadas. Para ello las damas corianas les indican a sus congéneres cuál es su espacio y su radio de acción y no sólo lo señalan sino que lo actúan, lo ponen en escena y, muy importante, lo amplían incorporando otros territorios: ya no solo son madres, esposas o hijas, también son poetas, dramaturgas, novelistas, redactoras, traductoras, editoras, heroínas.”(9) Una notoria ambigüedad muestran esas aseveraciones. Mientras en párrafos anteriores de su artículo Emilis González ha señalado “el discurso potencialmente peligroso” de las damas de las Sociedades Alegría y Armonía, al inal de sus escrito indica que “si, pero como si no”. Además de llamarnos la atención tal redacción, es importante destacar – ante el empeño de esgrimir una imagen subversiva de las señoritas de Coro de inales del siglo XIX frente a imposiciones sociales-, que los planteamientos feministas se arraigan en Venezuela en la década del setenta del siglo XX. Ni siquiera en la participación de la mujer en la lucha armada guerrillera de los sesenta encontramos tales reivindicaciones. La participación femenina en las artes y las letras en la segunda mitad del siglo XIX no es exclusiva de las integrantes de las asociaciones corianas, y eso debía saberlo la profesora Emilis González. No hacer tal señalamiento sobreestima el caso coriano, – que aunque relevante no es único ni en Venezuela ni en el mundo-, y convierte en excesivamente parroquial su análisis. El primer artículo de Emilis González para Gente de palabra presenta un anexo con la mención a 11 asociaciones corianas registradas para inales del siglo XIX. Entre otras la Sociedad Marsal, la Sociedad Fraternidad Escolar, la Sociedad Misteriosa y la Sociedad Varios autores (2016) Gente de palabra. Isaac López / 257 Mutuo Auxilio Hijos del Pueblo. No hay fuentes de referencia. Pero ni están todas las que son, ni son todas las que están. La sola mención en un diario de época no indica que muchas de esas asociaciones realmente funcionaran o que permanecieran en el tiempo. Algunas veces no lograban mantenerse y muchos de sus integrantes pasaban a formar otras. No señalar eso contribuye a crear una falsa idea de un sin número de asociaciones actuando en la Coro de ines del siglo XIX. Hay que dejar claro también que no todas esas asociaciones pretendían la divulgación de las artes. Algunas eran de carácter político partidista, otras dirigidas a la caridad y al beneicio de sectores populares depauperados. Es decir, sometidos por la práctica comercial de los maridos, hermanos y padres de las damas de las Sociedades Armonía y Alegría, así como de otras asociaciones. Señores con tal excedente numerario que podían inanciar las empresas en pro del arte de sus damas. Nada de eso se señala, inquiere o delibera en un artículo donde la sociedad coriana de inales del siglo XIX parece el mismo “jardín de lores” que cantaran sus distinguidas señoritas en sus veladas y tenidas. Así, lo pretendidamente cuestionador en el retrato y la actitud, termina siendo más bien condescendiente. En otro trabajo para la misma publicación titulado “Prensa y Literatura en el siglo XIX”, la docente Emilis González expresa: “Es necesario señalar que entre 1888 y 1895 (período que acá nos ocupa), existe un movimiento intelectual que propicia el periodismo en Falcón y el intenso movimiento cultural que tiene lugar en la ciudad de Coro durante el período inisecular.”(12) Además de los problemas de redacción, llama la atención que una investigadora que revisa la prensa del siglo XIX – así lo señala el título – no exprese que el primer periódico coriano es “El Observador” de 1843, y que existe un trabajo como el de Zénemig Giménez Periódicos y Periodistas del Estado Falcón 1843-1953 (Caracas, UCV, 1997) que da cuenta de los periódicos que circularon en la región por ella trabajada. Además, tal como está escrito el texto de González parece que es la existencia de un movimiento intelectual determinado, a inales del siglo XIX, lo que “propicia el periodismo en Falcón”. Eso es incierto, pues la mayoría de los periódicos del momento – como para el resto de las regiones venezolanas – son de carácter eleccionario, y de promoción económica. En este trabajo, como en los dos anteriores presentes en esta publicación, se presenta una visión desvirtuada de la historia regional. Más adelante indica González: “Al realizar una revisión de estas publicaciones periódicas se puede percatar que, aquellos intelectuales que realizan labor periodística son los grandes intelectuales de la época. Entre ellos tenemos a José David Curiel y Justiniano Graterol y Morles, quienes junto al General Silvestre Colina H., Claudio Teodocio Chirino, David López Fonseca, Salomón López Fonseca, Arístides Tellería, Ceferino Castillo y José del Carmen Manzanares (Todos miembros de la llamada Sociedad Marsal, quien (sic) funge como epicentro ideológico, político e intelectual del partido liberal), quienes pertenecieron al partido liberal y quienes, desde 1881, se erigieron en la directiva del partido liberal de la seccional Falcón.”(12) ¿Seccional Falcón? ¿De qué nos habla la Profesora González? ¿Había seccionales del Partido Liberal, tipo la Seccional de AD? ¿O nos habla de la Sección Falcón del Estado Falcón-Zulia, creado mediante convenio o pacto por zulianos y falconianos para ganar el favor político de Guzmán Blanco? Recomiendo a la autora revisar los trabajos de Manuel Vicente Magallanes sobre historia de los partidos políticos 258/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 251-264 en Venezuela, también de Inés Quintero El ocaso de una estirpe, de Arlene Urdaneta El Zulia en el septenio de Guzmán Blanco, de Reyber Parra Contreras sobre Intelectuales de Maracaibo y la centralización gubernamental de Venezuela (1890-1926), de Hancer González Creación y disgregación de los grandes estados venezolanos (1881-1899), y en general los trabajos contenidos en la revista Presente y Pasado, Escuela de Historia ULA, número 37, coordinada por el historiador Robinzon Meza, y dedicada a la administración territorial en el último cuarto del siglo XIX. Expresa Emilis González: ““Los “hombres de letras” que se encuentran haciendo vida pública en la ciudad de Coro, durante el inal del siglo XIX, llevan en sí mismos la dicotomía intelectual/político: son hombres de armas, hombres de acción y de palabra, como ya hemos dicho. Este grupo, aunque en apariencia variopinto: periodistas, militares, comerciantes, hacendados, políticos, liberales, masones y hombres, constituyen un grupo bastante cohesionado. Decidido a construir la nación a través de las letras y de las acciones. Ligados directamente al periodismo y la literatura.”(13) Hombres que eran hombres, hombres y hombres. Que estuvieran decididos a crear la nación a través de letras y acciones no es exclusivo del caso coriano. Eso debe establecerse, dejarse claro, pues sino se impone un regionalismo trasnochado, un parroquialismo que dista mucho del ser universitario. Y precisamente si algo distinguió a quienes escribieron en Coro en el siglo XIX fue su constante discurso antiparroquial y su pretensión de diálogo y confrontación con otros círculos de escritores del país. Por lo demás, recalco que hay un desconocimiento del contexto. ¿Cohesionados? Sugerimos a la Profesora González revisar lo que fueron – según la historiografía regional – los Independientes y los Incondicionales en las tendencias liberales de la política coriana. Y averiguar porqué Bruno Riera mató a Ángel Evaristo Tellería en el Palacio Federal Legislativo de Caracas, quedándose Falcón sin diputados en 1891. Ese asesinato, ampliamente reseñado en la prensa de la época, contradice las generalizaciones de la docente sobre cohesión y ines comunes entre los hombres de la política y las letras corianas de inales del XIX. Culmina Emilis González su artículo señalando: “Son militares de armas, que incluso luchan en las guerras federales, pero que a su vez escriben y publican, poemas, biografías, cuentos con la intención de construir una patria moderna. El intelectual orgánico y el político que vivía en la ciudad en el siglo diecinueve está empeñado en construir la nación a través de la literatura y la prensa”.(13) ¿Hay militares que no son de armas? ¿Cuántas guerras federales vivió Venezuela además de la de 1859-1863? ¿Qué concepción de patria moderna tendrían hombres como Silvestre Colina, Diego Colina o Ceferino Castillo, caudillos macheteros sin ninguna formación intelectual a decir del historiador Pedro Manuel Arcaya en sus Memorias? Hasta tanto no se argumente con rigor al respecto, pareciera exagerado atribuir tal intención de creación de nación moderna a los escritores, políticos y generales corianos de inales del siglo XIX. Insisto, esta escritura está signada por un afán de exaltación regional que no parece coriano. El trabajo de Emilis González para el suplemento Gente de Palabra incluye un listado de “Publicaciones del siglo XIX”. No hay referencia a fuentes de dónde se extrae tal lista. ¿Es tomada de la Biblioteca Febres Cordero de Mérida o de la Biblioteca Oscar Beaujon de Coro, donde existe una colección microilmada de los materiales recopilados por Tulio Febres Cordero? Pero, contradiciendo Varios autores (2016) Gente de palabra. Isaac López / 259 esa lista, – y de acuerdo al trabajo de Zénemig Giménez, ya citado-, existieron en el siglo XIX en Paraguaná mucho más que dos periódicos. Por ejemplo el periódico “Perlas y Flores” de 1894, administrado por Corina Mórrell, madre de la poeta Genoveva De Castro. Pero también en fecha anterior periódicos manuscritos en Buena Vista y Moruy. Si los anteriores son trabajos de investigadoras en literatura, la periodista Adriana Pérez Gilson es capaz de decirnos que: “El siglo XX llegó a Coro arrastrando la melancolía. Sus habitantes se recuperaban de la Guerra Federal, un conlicto civil que durante cinco años (1859-1863) azotó la región.”(22) ¿Cuántos años hay entre 1863 y 1900? ¿40 años? ¿Tanto tardó Coro en recuperarse de la Guerra Federal? ¿Y entonces en que se basaba el auge de publicaciones que otros trabajos aquí presentados reseñan para inales del siglo XIX? Más adelante apunta Pérez Gilson: “La obra literaria de las dos primeras décadas del siglo XX heredó características del romanticismo francés que a esta región entraba por las Antillas, especialmente por Curazao, a donde algunos jóvenes corianos iban a estudiar. Ese romanticismo, como explica la profesora Oly Morales, catedrática de literatura falconiana, pasaba por una especie de iltro afroantillano para dar lugar al propio romanticismo hispanoamericano con un contenido nacionalista, ‘es que la literatura venezolana sale de los textos de los independentistas’.”(22) Pareciera que cualquier cosa puede escribirse. Por ejemplo decir que en las primeras décadas del siglo XX hubo en Coro una gran inluencia de la literatura de Francia a través de Curazao, que los descendientes del grupo sefardita traían libros de la Biblioteca Betancourt a Coro, que la existencia en la región de apellidos de origen holandés supone la lectura de libros en ese idioma. El asunto es demostrar lo que se señala. Apuntar la presencia de un romanticismo francés en Coro a través de Curazao por los estudiantes que allá iban a cursar estudios, requiere comprobación, demostración, argumentación, sino parece invento. Y volver con que “la literatura venezolana sale de los textos de los independentistas”, es un intento de borrar la historia literaria de este país, que produce pena. Me pregunto: ¿Lo que leemos en Gente de Palabra es lo que se imparte en clases de literatura de la Mención Lengua, Literatura y Latín de la Universidad Francisco de Miranda? El texto “La palabra multifacética y sentimental”, de Adriana Pérez Gilson sostiene que: “Polita y Virginia estuvieron acompañadas de otras insignes mujeres, entre ellas, Antonia De Lima quien resaltó en el ensayo literario. También fundadora de la Sociedad Alegría, Carmen Brigé (1868-1943) forma parte de esta generación en cuya obra, como reiere Nancy Moreno de Gutiérrez en su publicación Presencia de la mujer coriana en las letras venezolanas, se produce ‘la conjunción de la herencia francesa y el alma criolla’.”(23) Repito, todo puede decirse, el asunto es demostrar esa inluencia de la herencia francesa en las letras corianas. Adriana Pérez Gilson – al contrario de las investigadoras Morales y González – si coloca en su texto para Gente de Palabra las “fuentes consultadas”. Se trata del Diccionario General de la Literatura Venezolana, publicado por el Instituto de Investigaciones Literarias “Gonzalo Picón Febres” de la ULA, una compilación de poesía femenina falconiana de Luis Alfonso Bueno, el trabajo de Emilis González sobre las escritoras corianas de inales del siglo XIX, un trabajo sobre Elías David Curiel de María 260/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 251-264 Cristina Solaeche Galera, otro de Dunia Galindo – que no Duria como lo escribe Pérez Gilson – en torno a las Sociedades Armonía y Alegría, y otro de Laura Antillano sobre mujer y escritura. Llama la atención que se escriba “Diccionario General de la Literatura Venezolana Tomo I. Libro de la Universidad de Los Andes...”(23) ¿Dónde se cita así? ¿Dónde aprendieron los periodistas de Nuevo Día el oicio de la redacción de textos? La periodista Yaneth Chacón escribe en Gente de Palabra un artículo dedicado a “De los diarios al libro. Paraguaná en puño y letra”. Allí comienza señalando: “En las clases de los institutos San Rafael y Fermín Toro de Punto Fijo en la década de los 50, dos profesores Carmelo Duarte (Canaria-España) y Vladimiro Rivas (Colombia) enseñaron buena literatura y despertaron en sus alumnos el amor por la escritura. En ese contexto se habla del nacimiento de la literatura en Paraguaná.”(86) Siembra de falsa memoria. Irresponsabilidad a la hora de ofrecer información por profesionales formados en las aulas universitarias, un trabajo lamentable ofrece aquí Yaneth Chacón. Señalando para 1950 el nacimiento de la literatura en Paraguaná con Rivas y Duarte, eliminando Chacón iguras como las de Justiniano Madriz, Telasco Sierraalta, León Bienvenido Wefer, Rafael Cayama Martínez – al que otro trabajo de esta revista menciona-, Guillermo Croes, o Genoveva De Castro – a quien se coloca de 11 en listado adjunto de su artículo-, cuya obra se publicó décadas antes que Carmelo Duarte y Vladimiro Rivas llegaran a Paraguaná. ¿Qué pasó con el trabajo de corrección del profesor Gilmer Contín en esta revista de Nuevo Día? ¿Qué pasó con la necesaria corrección de unos textos que iban a ser difundidos en grandes cantidades a toda la geografía falconiana? ¿No hubo realmente trabajo de equipo en la realización de este proyecto? Más adelante, Yaneth Chacón vuelve a la siembra de desinformación, al indicar que: “El poeta Guillermo De León Calles precisa que Vladimiro Rivas publicó el primer poemario que se conoció en Paraguaná: Rebato de la tierra (1960), que está referido a la situación de Punto Fijo y al ámbito petrolero. También publicó una novela llamada Cuando maduren los mangos.”(86) ¿Ósea que el poeta Guillermo De León Calles es el responsable de tal desinformación? ¿Desconoce el escritor la existencia de publicaciones como Peregrinación de León B. Wefer en 1905, de Pájaro de barro de Genoveva De Castro en 1942, o Vendimias del ayer de Guillermo Croes en 1947? ¿Ósea que Guillermo De León Calles no sabe de la obra de poetas de inales del siglo XIX e inicios del siglo XX en Paraguaná como Justiniano Madriz o Telasco Sierraalta, quienes publicaron en las páginas de El Peninsular en 1888? ¿Hasta cuándo escritores que nos merecen la mayor estima como Guillermo De León Calles se prestan esta siembra de desmemoria? ¿Que mueve a estas voces públicas a participar sin crítica en la difusión de semejantes contenidos? Lamento profundamente, de ser cierta, esta actitud de Guillermo De León Calles. Lo desconozco. Luego de hacer mención a la actividad y libro titulados Presencia Puntual de los Amigos, organizado y editado – en ese orden – por el Grupo Tiquiba en Paraguaná, Yaneth Chacón recoge las palabras del escritor Víctor Hugo Bolívar para decir: “Hoy en día ese encuentro ha dado muchos frutos, (...) Es un trabajo literario muy importante en el que tienen cabida muchos jóvenes que ingresan en el mundo del arte.”(86) Tal aseveración es incierta. El Encuentro Puntual de los Amigos se organizó entre 1996 y 2005 por el Grupo Varios autores (2016) Gente de palabra. Isaac López / 261 Tiquiba, es decir hace más de una década que no se celebra. No era un trabajo literario, aunque incluyera actividades de creación, relexión y divulgación. Era un encuentro de la gente de Paraguaná con creadores del país, organizado por el Grupo Tiquiba con quienes trabajo desde 1985. Como otras actividades de ese colectivo se vio afectado y desapareció por la intolerancia y presiones del chavismo en el poder. ¿Le estoy dando demasiada importancia a un material como Gente de Palabra, publicación aniversaria de del diario falconiano-marabino Nuevo Día?, donde Yaneth Chacón primero señala que el primer libro de poesía en Paraguaná es Rebato de la tierra de 1960, de Vladimiro Rivas (86), y luego que: “La historia en la web registra la primera publicación de la paraguanera Genoveva de Castro en 1942. Bajo el seudónimo Yajaira sale su poemario Pájaro de Barro en el volumen Nº 34 de los Cuadernos Literarios de la Asociación de Escritores Venezolanos...”(88) ¿Cuántos ejemplares de este material circularon por el Estado Falcón cargados de desinformación, desmemoria e inventos, avalados por investigadores y docentes de Literatura de la Universidad Francisco de Miranda? ¿Si se distribuía una revista con cada diario, de cuántas revistas estamos hablando? ¿Puede llamarse a todo esto “información de calidad” como lo hace el dueño de la empresa en el Editorial? Para completar el cuadro, la investigadora Egla Charmell, egresada de la Escuela de Historia de la Universidad de Los Andes, presenta el trabajo «Elías David Curiel: la ciudad en su poesía». Comienza Charmell señalando: «Al inal del siglo XIX y principios del XX Coro brilló en Venezuela por su intelectualidad, su discurso cultural femenino, sus juristas, sus médicos, sus poetas y su paisaje. No fue una ciudad oculta ni olvidada. Así lo atestigua El Cojo Ilustrado, revista caraqueña que circuló entre 1892 y 1915 a nivel intercontinental.”(26) ¿De verdad eso es exclusivo para Coro? ¿No puede decirse lo mismo de Barquisimeto, Maracaibo o Mérida para el mismo momento? ¿No son muy localistas y provincianas esas miradas? Ese «reconocimiento de lo nuestro» no puede hacer que miremos lo «nuestro» como algo exclusivo, como si en otras partes del país no se hubiera dado igual. No hay nada peor para el investigador que produce y difunde contenidos que caer en la exaltación regionalista, el parroquialismo o el chauvinismo. Eso no es parte de la tradición coriana. Egla Charmell señala: «Entre sus nativos está Elías David Curiel (1871-1924), educador, catedrático de Latín y poeta, quien en ese año de 1893 arribaba a sus 22 años. Ya él se había iniciado en la literatura y el periodismo con el rigor que el oicio exigía: pureza de expresión. Destacará entre sus compañeros y contemporáneos por un estilo inigualable, al otorgar a su cantar poético – género al que se dedicó – un tratamiento a partir de los asuntos cotidianos, mostrados en temas existenciales y, iguras y formas literarias que extienden la musicalidad buscada.»(26) ¿Esto es realmente cierto? ¿No hay aquí exageración y falta de contraste con referentes de otras partes del país? ¿Exaltación de personajes, regionalismo a ultranza, limitada visión del fenómeno? Más adelante señala la autora: «Curiel se diferencia de la mayoría de los poetas de su época en que no publicó en vida un libro con sus obras, tampoco fue un escritor oicialista, vivió apartado del poder y la política. Sin embargo, obtuvo reconocimiento oicial con 262/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 251-264 la designación que hizo el Presidente del estado Falcón Pedro Linares en 1905 para que compusiese el himno del estado, y ahí está la huella de lo popular, oído y cantado por la población de nuestra entidad regional, como un desafío a la sentencia de Juan Ángel Mogollón en su ensayo «Un poeta hechizado», cuando señala que ‘Curiel (...) nunca fue popular y tal vez, no lo será nunca’».(27) Contradictorio e incoherente ese planteamiento. Idealización extrema de un elemento, asunto que también extrañamos en el hacer de una investigadora como Egla Charmell, egresada en 1984 de la Escuela de Historia de la Universidad de Los Andes. No sé si Curiel sería «oicialista», pero lo cierto es que gozaba del aprecio oicial, de la estima de una élite social y política, por lo cual pareciera haber evidencia de que convivió con los círculos del poder político y social de su momento. No otra cosa dice su participación en variedad de revistas y periódicos de la época. Si publicaba y participaba de los eventos de las Sociedades Literarias de inales del siglo XIX, cómo podía ser un hombre apartado de los círculos que esas organizaciones representaban. Interesadamente, desde la izquierda regional, se ha construido, sin embargo, una imagen de Curiel como poeta extraño y huraño, asocial, e irreverente. Egla Charmell complace la estrategia. Igual – como acabo de hacerlo – podría decirse lo contrario, pero mientras no se presenten evidencias cualquier cosa podemos decir desde nuestra perspectiva de construir un personaje a nuestro antojo. Pero eso no es historia. En ese sentido la reconstrucción del momento coriano de Elías David Curiel es fundamental. Esa es tarea de los historiadores, y no la de secundar versiones interesadamente instituidas. Como sabemos, el Himno del Estado Falcón, – y esto lo subrayan Luis Alfonso Bueno por una parte en Desde aquí salió Falcón (2002), y Carlos González Batista por la otra en “Juan Crisóstomo Falcón y su tierra” (2009) – cuya letra escribe Elías David Curiel, más que un canto a la historia y características de la región, es una loa o exaltación a Juan Crisóstomo Falcón y a la Guerra Federal. Es decir: a los círculos de poder político de la región, que tenían a Falcón como su símbolo. Al respecto es importante seguir el debate en la prensa regional sobre la vuelta a la Constitución de 1864, y lo que allí se esgrimía. Por otra parte, como Curiel es para algunos investigadores centro de adoración y no admite críticas, hay que señalar sin embargo su extraño proceder con semejante canto adulatorio – a pesar de las justiicaciones que quieren darnos tanto González Batista como Bueno – ante una Comunidad Judía de Coro cuyos descendientes – y Curiel lo era – siempre sostuvieron una memoria que vinculaba a Juan Crisóstomo Falcón con los disturbios en su contra de 1855. ¿Popular, Curiel y el himno regional? Me recordó tal disquisición a Conny Méndez con aquello del arrullo de las madres venezolanas con el Himno Nacional. Si te obliga el sistema educativo a cantarlo durante seis años desde que tienes siete años, de se queda se queda. La periodista Adriana Pérez Gilson tiene a su cargo otro de los artículos de Gente de Palabra, se titula «Coro del 56. Semillero de poesía falconiana». En el mismo expresa: «Mientras que en Caracas se forjaba Sardio, en la capital falconiana, otro grupo cobraba vida. El Coro del «56» se constituyó como una referencia de esa década en cuanto a su producción y promoción literaria.»(40) Y más adelante apunta la autora: «Mucho se ha dicho sobre el grupo literario Coro, al que también han llamado Coro del 56, pero como dice el poeta Luis Alfonso Bueno, miembro fundador de esta agrupación, «más daño Varios autores (2016) Gente de palabra. Isaac López / 263 que el olvido hace la inexactitud»».(40-41) Y luego de dar la nómina de sus principales integrantes, indica Pérez Gilson: «Otros poetas darían a conocer su trabajo ese año, Juan Estevez, (sic) nativo de Adícora, publicaría Itinerio Lírico...».(41) Si de inexactitudes se trata, esta publicación Gente de Palabra es nociva, dañina, perjudicial para la memoria cultural falconiana. El poeta Bueno señala en conversación con nosotros que jamás se dio a ese grupo el nombre de «El Coro del 56», y como es constatable con sólo revisar la tapa de alguno de sus libros, Juan C. Esteves era nativo de El Hato, no de Adícora. Sin embargo, hay que decir que entre las fuentes de este trabajo se anota: «Entrevista con Luis Alfonso Bueno (22/08/2016)». Así que tendríamos que hacer a Luis Alfonso Bueno igual requerimiento que a Guillermo De León Calles. Mientras nuestros hombres de letras e investigadores literarios se presten a estos manejos, y no exijan seriedad de sus ejecutantes, serán cómplices de tales vilezas contra la cultura falconiana. ¿Cómo se hace periodismo en Falcón? ¿Cómo se concibe y monta un especial sobre la Historia de la Literatura Falconiana con tantas deiciencias? ¿Dónde están los estudiantes y profesores de Educación, Mención Lengua, Literatura y Latín que no critican estos contenidos? ¿Por qué escritores y promotores culturales no critican ni cuestionan la difusión de contenidos como estos? ¿Por el poder que representa el diario Nuevo Día en la región? Mientras Adriana Pérez Gilson señala que «El accionar del Grupo Literario Coro marcó pauta en la región convirtiéndose en una referencia del quehacer artístico de esa época»(41); otro periodista, Gerardo Morón, indica páginas más adelante que: «Kasega surgió después del Grupo Coro, fundado en 1956 en torno al neo romanticismo y surrealismo, grupo que no tuvo mucha trascendencia debido a las incongruencias de su temática, liderazgo, rumbo y destino.»(48) ¿En qué quedamos? Me imagino este material en manos de profesores de los liceos de Churuguara, Punto Fijo, Cumarebo, San Juan de los Cayos, Santa Cruz de Bucaral o Capatárida. Preferimos dejar hasta aquí la consignación de nuestra lectura. La mayoría del contenido de la revista Gente de Palabra tiene las mismas características de los textos anotados. Si bien es justo señalar otras contribuciones menos desafortunadas que las indicadas, las cuales ofrecen semblanzas y aproximaciones a períodos, obras y autores, dirigidas a un público no especializado, pero con base a información rigurosamente planteada y escrita, como las de José Barroso sobre la poeta Reyna Rivas, la de Maylen Sosa sobre Rafael José Álvarez, o la de Raquel Tirado sobre Francisco Domínguez, aunque un anexo de su artículo contiene una numeración de creadores falconianos de los años cuarenta bastante cuestionable, donde se presenta a Rafael Cayama quien escribió desde inales del siglo XIX, y Obdulia Pulido que parece no haber existido nunca. Gente de Palabra, revista editada por la Editorial Nuevo Día, elaborada por periodistas y docentes de la Universidad Francisco de Miranda, está dedicada a presentar una panorámica de la literatura regional para conmemorar el aniversario del periódico en 2016. Hay que ser franco: produce malestar, asombro y tristeza que esa publicación responda al hacer de nuestra universidad. Produce malestar, asombro y tristeza que nuestros escritores y docentes no se hayan manifestado criticando la calidad de esta publicación. La base de esta reseña son los contenidos de varios post compartidos en mi página de Facebook el 264/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 251-264 año pasado. Lamento que mis contactos implicados en Gente de Palabra hayan guardado silencio o dado tímidas y escurridizas respuestas, también que algunos me hayan eliminado y bloqueado de esa red social por mis señalamientos. Pero lo que más lamento es la terrible labor de la Editorial Nuevo Día y sus implicaciones en nuestras jóvenes generaciones. Desde la lectura de la obra de Germán Carrera Damas soy consciente de lo que el ejercicio de la crítica historiográica reporta, pero sigo considerando una responsabilidad ejercerla, en especial sobre materiales que en forma masiva llegan a todos los rincones de la región coriana sembrando desmemoria y falsedad. Ser universitario implica una responsabilidad con nuestro pueblo, con nuestras comunidades, nuestras regiones y el país. Por no asumirla hemos llegado a este estado de cosas en que hoy vivimos. Material grotescamente plagado de publicidad oicial y comercial, uno supone que una edición especial no está signada por la inmediatez del diarismo, supone una preparación, y más cuando en las propias páginas de la publicación se subraya el aporte de expertos provenientes de centros de investigación literaria de nuestras universidades. Llama la atención el que especialistas en Literatura de la UNEFM secunden proyectos tan precarios como este. Cuando los estudiantes de liceos y universidades falconianos leen este material en ediciones de cientos de ejemplares, ¿no copian y difunden acaso semejantes formas? ¿Cuál es entonces la labor cultural del diario Nuevo Día? ¿Cuál la responsabilidad de los profesores de la Universidad Francisco de Miranda implicados en esta publicación? ¿Qué tipo de investigación se hace en la Universidad Francisco de Miranda en el área de Literatura entonces? Textos descuidados, nombres cambiados de autores y libros, fallas de redacción, problemas de expresión y coherencia, sistema de citas anacrónico e infuncional, son parte de las características que a nivel formal tienen los trabajos contenidos en la edición aniversario de Nuevo Día 2016. Escritores, docentes, e investigadores de Falcón han sido cómplices al no hacer pública su voz de protesta por un material –que salvo las contadas excepciones apuntadas – es limitado y carente de rigor investigativo. La mejor actitud que pueden tener los docentes e investigadores presentes en este material titulado Gente de Palabra que hoy reseñamos no es la de coincidir con nosotros o la de someter a la invisibilidad sus señalamientos, sino saber recibir la crítica y sopesar los argumentos. El mejor aporte que Editorial Nuevo Día pudiera hacer a la memoria cultural falconiana sería recogerlo e incinerarlo, por respeto a un pueblo que no merece semejante cúmulo de desinformación. Isaac López. Universidad de Los Andes. Mérida, Venezuela. E-mail: isaacabraham75@gmail.com Espacio Abierto Cuaderno Venezolano de Sociología Vol.27 No.1 (enero - marzo, 2018): 265-267 Romero Salazar, Juan José (2018) Gerencia, una paradoja epistemológica. Editorial Académica Española. Madrid, España. Pp: 153 Desde hace algunos años el sociólogo Juan José Romero Salazar, quien es Master en Gestión Universitaria, Doctor en Ciencias Económicas y Profesor Titular de la Universidad Nacional Experimental de Guayana, ha venido desarrollando un novedoso abordaje sobre la gerencia, convencido de la necesidad de sustituir el etnocentrismo que impera en ese campo. Su interés ha estado centrado en promover una lectura crítica de la realidad de las organizaciones productivas, para producir conocimientos encaminados hacia la construcción de un nuevo modelo humanoproductivo en la industria venezolana. En este libro Romero incorpora un análisis inédito sobre la relación compleja que se establece entre racionalidad, gerencia y sociedad. Comienza por describir cómo la matriz epistemológica de la racionalidad tecno-burocrática, se fundamenta en los aportes vertidos por Taylor en la organización de la cadena productiva con su visión pragmática del trabajo, y luego explaya su argumentación sobre la vinculación del taylorismo con el modelo legal-racional de Max Weber, que sirvió de soporte para el manejo del poder en la estructura empresarial. Considera que estos aportes se orientaron hacia un eicientismo carente de sensibilidad social, que obvia el rol conciente del trabajador y lo limitan a participar en una jornada laboral despersonalizada, dentro de una división técnica del trabajo que fomenta el individualismo y aleja todos los vínculos de la solidaridad y la cooperación en la empresa. Contextualizando lo que él considera una visión estereotipada de la gerencia, Romero incorpora su idea fuerza sobre la paradoja epistemológica, al decir que esta “se convierte 266/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 265-267 en una aporía, que es una especie de “callejón sin salida”, que pudiera llegar a ser una antinomia, porque en si misma constituye una contradicción imposibilitada para aportar conocimientos que estén orientados a la realización integral del trabajador”. Esto lo conlleva a proponer una ruptura epistemológica para superar el modelo tecnoburocrático, ya que considera que desde la perspectiva de este modelo no existe ninguna posibilidad de producir avances en el terreno del conocimiento, porque lo que se pretende es convertir a la gerencia en una metadisciplina centrada en un instrumentalismo que impide la humanización del trabajo y la búsqueda de una rentabilidad social centrada en la calidad de vida. En este sentido Romero enfatiza su crítica al carácter pragmático del taylorismo, y expresa su convicción de que esta corriente ha limitado la gerencia a la aplicación de técnicas para la reducción de costos de la fuerza laboral y el uso intensivo de las operaciones en beneicio de la obtención de ganancias particulares. Nos habla de un tema de alto interés cientíico alrededor del surgimiento del paradigma humano productivo, como una alternativa viable para enfrentar la teleología productivista implícita en la racionalidad tecno-burocrática que predomina hoy en día en la dirección empresarial. En palabras de Romero se trata de “crear un nuevo esquema gerencial, donde participan los trabajadores en la deinición de la ilosofía de gestión y la conducción del ciclo productivo […] una gerencia constructiva que trabaje por la vida y el ambiente, que promueva una vinculación orgánica de las empresas con la sociedad, pues se trata de un nuevo paradigma humanista en el mundo productivo”. Según él, esto se logrará cuando dentro de la empresa se incorpore una nueva cultura con sólidos valores, para enfrentar el carácter alienante del proceso productivo, con una integración dialéctica del saber técnico y del saber social, que permitirán avanzar hacia una dimensión holística y cosmovisionaria, que vincula el desarrollo industrial con el equilibrio ecológico y territorial. A partir de esta premisa realizó una investigación acción participativa en la industria del aluminio en Venezuela (CVG Venalum) años 2007-2008, en la búsqueda de obtener resultados claves para la participación de los trabajadores, la productividad y la calidad de vida, en los subsistemas técnico-operativo, administrativo-gerencial y humano-social, lo cual pudiera contribuir a reorientar la industria hacia una nueva racionalidad humanoproductiva. Sostiene que se requiere una transformación profunda con la integración de las cadenas productivas dentro de un nuevo enfoque ecológico para la fabricación de productos terminados con mayor valor agregado nacional, pues se trata de fortalecer el sector transformador de la industrial nacional, con un ejercicio de la soberanía tecnológica y una investigación cientíica que permita alcanzar la diversiicación productiva, al lado del desarrollo de una política ecológica para minimizar el impacto ambiental. El contenido de este libro se expone en cinco capítulos; En el primer capítulo se aborda el estatuto epistemológico de la gerencia, partiendo de las enseñanzas legadas por Gaston Bachelard, lo cual permitió proponer una relexión original en torno a la relación racionalidad, gerencia y sociedad. En el segundo capítulo se describen los aspectos clave de la racionalidad tecno-burocrática y se caracteriza su surgimiento en el modelo tayloristafordista, también se hace referencia a la genialidad de Chaplin con su crítica cinematográica a este modelo. Luego se despliega un análisis profundo sobre la burocracia weberiana, Comunicar la tecnociencia. Una propuesta desde el análisis de sus prácticas discursivas. Pineda, Alicia (2018) Alicia Pineda Torres /267 vista por Marcuse, Merton y Crozier, y a continuación se aporta la crítica que sobre ella realizan Mills y Kliksberg. En el tercero y cuarto capítulo, se incorpora una caracterización del paradigma Humano-productivo, sus principios y enfoque metodológico, así como el peril y las líneas de conocimiento para desarrollar este paradigma en la gerencia. En el quinto capítulo se plantea la transformación de la industria venezolana del sector aluminio hacia un paradigma humano-productivo, a través de la identiicación de los problemas esenciales que obstaculizan la integración de su cadena productiva, y, a partir de allí, se formulan recomendaciones para incorporar la racionalidad humano-productiva en el sector aluminio con propuestas concretas, surgidas del proceso de investigación realizado por el autor. Finalmente, como señala Romero, el debate sobre el desarrollo paradójico de la gerencia debe apartarla del instrumentalismo y de los criterios excluyentes del elitismo empresarial. Por ello damos la bienvenida a este aporte intelectual y esperamos que se encamine hacia la búsqueda de una rentabilidad centrada en la calidad de vida del trabajador y al compromiso de las empresas con el desarrollo humano. Irma Salcedo. Mg. en Gerencia de RRHH Universidad Nacional Experimental de Guayana. UNEG. Puerto Ordaz, Venezuela. E.-mail: irma.salcedo58@gmail.com Revistas Espacio Abierto Cuaderno Venezolano de Sociología Vol.27 No.1 (enero - marzo, 2018): 271-276 ESTUDIOSOCIOLÓGICOS Revista de El Colegio de México. Pedregal de Santa Teresa. México Director: Patricio Solís Vol. XXXIV, Nº 101, mayo-agosto de 2016 Contenido Recursos del Estado mexicano contra los movimientos sociales: las distintas manos de leviatán. Mario Alberto Velázquez García. Propuestas de un nuevo enfoque para afrontar las crisis de deuda soberana. Jorge Fernández. Política de software y servicios de TI en Brasil: condicionantes sociales, políticos y económicos. Daniela Albini Pinheiro y Milena Pavan Seraim. El trabajo de las ONG y el trabajo en las ONG a la luz del análisis sociológico de las profesiones. Marina Félix de Melo. Autonomía integrada y el poder discrecional de las burocracias: evidencias de un programa de riesgo geológico en Belo Horizonte, Brasil. Silvio Salej Higgins, Ana Marcela Ardila Pinto y Josiane Bragato. Empleo, desempleo e identidades de los trabajadores despedidos del sistema siderúrgico mexicano. Eleocadio Martínez Silva. Justiicaciones sobre las desigualdades sociales. Notas sobre el caso salvadoreño. Irene Lungo Rodríguez. 272/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 271-276 ÍCONOS Revista de Ciencias Sociales. Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). Quito – Ecuador. Directora: Susana Wappenstein. Vol.20 Nº 54 Enero 2016. Contenido La contingencia del cambio social en la agricultura y la alimentación en América Latina. Myriam Paredes, Stephen Sherwood y Alberto Arce. Construcción social del maíz transgénico: grupos sociales relevantes en Chihuahua. Marco Antonio Fernández Nava. Caminando hacia adelante, mirando hacia atrás: en la primera línea de las transformaciones alimentarias en Ecuador. Joan Gross, Carla Guerrón Montero, Peter Berti y Michaela Hammer. Mundos equivocados: cuando la “abundancia” y la “carencia” se encuentran en la Amazonía colombiana. Gerard Verschoor y Camilo Torres. Agricultura ecológica al sur de Brasil: de alternativa a contratendencia. Flávia Charao Marques y Daniela Oliveira. Paro Nacional Agrario: paradojas de la acción política para el cambio social. Mónica Arias y Manuel Preciado. Intersubjetividad y domesticación en el devenir de una región global: territorialización del salmón en la Patagonia chilena. Gustavo Blanco Wells, Alberto Arce y Eleanor Fisher. Cambio de políticas en América Latina: ampliando el debate. María Velasco. Análisis del desarrollo sostenible en espacios locales. Aplicación de la teoría de conjuntos difusos. María Luisa García Bátiz, Lucio Flores Payan y Beatriz Adriana Venegas Sahagún. Análisis político del discurso de Ernesto Laclau: una propuesta para la investigación social transdisciplinaria. Hernán Fair. Revistas /273 CONVERGENCIA Revista de Ciencias Sociales. Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. Universidad Autónoma del Estado de México. Toluca – México Directora Editorial: Dra. Guillermina Díaz Pérez Año 23, Nº 72 / SeptiembreDiciembre 2016 Contenido Alcances y límites del multiculturalismo liberal desde un enfoque de género interseccional. Sabina García-Peter y Luis Villavicencio-Miranda. She-austerity. Precariedad y desigualdad laboral de las mujeres en el sur de Europa. Mercedes Alcañiz y Rosa Monteiro. Proyectos sociales. Notas sobre su diseño y gestión en territorios rurales. Norma Baca-Tavira y Francisco Herrera-Tapia. Desigualdades socioecológicas y sufrimiento ambiental en el conlicto “Polimetales” en Arica. María Teresa Cid Vázquez. Fortalecer la educación de los hijos. Mayarí Castillo-Gallardo. Interculturalismo quebequense: ¿versión del multiculturalismo canadiense o modelo con estructura institucional propia?. Isabel Wences. Papel de las instituciones en los territorios subnacionales. Gustavo Rodríguez-Albor, José Luís Ramos-Ruiz y Néstor Juan SanabriaLandazábal. Atención socioeducativa y trastorno mental severo: la vivienda como base de intervención. Omar García-Pérez, José Vicente Peña-Calvo, Susana Torío – López. Equivalencia y valor en procesos de reciprocidad e intercambio entre los mapuches. Julio Tereucán – Angulo, Claudio Briceño-Olivera, José Gálvez – Nieto. 274/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 271-276 ESTUDIOS Revista del Centro de Estudios Avanzados. Universidad Nacional de Córdoba. Facultad de Ciencias Sociales. Argentina. Director: César Tcach. Julio-Diciembre 2016. Nº 36 Contenido En torno a la dimensión internacional de los fenómenos políticos. César Tcach. Cabotaje interamericano. Una propuesta de solidaridad continental en tiempos de guerra elaborada por el Museo Social Argentino (1914-1916) Guillermina Zanzottera. Los diplomáticos argentinos frente a las transformaciones políticas en España: de la proclamación de la II República a la Guerra Civil (1931-1936). Alejandra Noemí Ferreyra. Política exterior autonómica y el boicot argentino al embargo de Estados Unidos a Cuba. María Teresa Piñero. Conlicto político interno, política exterior y el rol de América Latina: tensiones abiertas en el tercer gobierno peronista. María Cecilia Miguez. La política exterior de la dictadura cívicomilitar argentina hacia Guatemala (1976-1983). Julieta Rostica. Malvinas. Política exterior argentina (1989-2015). Alberto Martínez del Pezzo. Revistas /275 ARXIUS Revista de Ciències Socials. Facultat de Ciències Socials. Universitat de València, España. Directora: María M. Poveda Rosa Nº 35/ Desembre / 2016. Contenido El impacto de la crisis en los países del sur de Europa: porque las diferencias. Anna Giulia Ingellis. Crisis y desequilibrios estructurales en Europa y sus implicaciones para los países del Sur. Josep Banyuls Llopis y Albert Recio Andreu. Education in a crisis. Italy within Southern Europe: trends and the way forward. Maddalena Colombo y Mariagrazia Santagati. Estado de Bienestar bajo ataque: consecuencias esperadas y disimuladas de la troika. Beatriz Padilla, Alejandra Ortiz y Vera Rodrigues. Génesis y realidad del precariado intelectual en Francia. Un peril de la crisis. Cyprien Tasset. Times they are a-changing’ for Portuguese emigration? A comparision of emigrants that departure before and after the economic crisis. Pedro Candeias. Migration in Southern Europe: The Peripheral Incorporation in Crisis. Rocío Blanco Gregory, Domenico Maddaloni y Grazia Mofa. No se puede detener el progreso! El trabajo de los clientes en el marco de la automatización de las cajas de pago en las grandes supericies. Guillaume Tifon. Mujeres en la estiba. El caso de las estibadoras portuarias del Puerto de Valencia. Empar Aguado. Análisis y evolución de los delitos de odio en España (2011-2015). Anna I. López Ortega Las familias simbióticas. Una respuesta a la crisis de la masculinidad proveedora desempleada en el área metropolitana de Valencia. Juan Antonio Rodríguez del Pino. 276/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 271-276 CUADERNOS EUROPEOS DE DEUSTO Universidad de Deusto. Bilbao – España Nº 55 / 2016. Contenido Coniguración de la Agenda en la Unión Europea. Petya Alexandrova y Marcello Carammia. Enmarcar, narrar y convencer: el papel de la información y las ideas en el proceso político de la UE. Luis Bouza García. Negociaciones intergubernamentales en la Unión Europea: estrategias y poder. Gemma Mateo González. Vol 27, N°1 Esta revista fue editada en formato digital y publicada en marzo de 2018, por el Fondo Editorial Serbiluz, Universidad del Zulia. Maracaibo-Venezuela www.luz.edu.ve www.serbi.luz.edu.ve produccioncientiica.luz.edu.ve