Dep. legal ppi 201502ZU4636
Esta publicación cientíica en formato digital es continuidad de la revista impresa
Depósito Legal: pp 199202ZU44 ISSN:1315-0006
Universidad del Zulia
Cuaderno Venezolano de Sociología
En foco: América latina. “Progresismo” y
“restauración conservadora”
Auspiciada por la International Sociological Association (ISA),
la Asociación Latinoamericana de Sociología (ALAS)
y la Asociación Venezolana de Sociología (AVS)
Vol.27
Enero - Marzo
2018
1
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es continuidad de la revista impresa
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Cuaderno Venezolano de Sociología
Vol. 27 Nº 1. Enero - Marzo 2018
Contenido
Darío Salinas Figueredo
Cambios políticos en América Latina: la
problemática dinámica de los avances antineoliberales y la restauración conservadora
Political changes in Latin America: the
dynamic solution of anti-neoliberal advances
and the restoration of the conservative solution
23
Luiz Fernando Da Silva y Gisele C. Costa
Fim do ciclo político dos governos de Frente
Popular (“Progressistas”) Sul-americanos?
End of the political cycle of the Popular Front
governments (“Progressives”) South American?
37
María Susana Bonetto,
Escenarios democráticos alternativos en la
Argentina contemporánea.
Alternative Democratic Scenarios in
Contemporary Argentina
51
Luis Fernando Mack.
¿Primavera o invierno democrático? La crisis
guatemalteca desde la óptica del concepto de
Anomia del Estado.
Democratic spring or winter? The Guatemalan
crisis from the perspective of the concept of
Anomia of the State..
61
Jorge Hernández Martínez
Una visión latinoamericana de Estados Unidos:
crisis cultural y tendencias conservadoras en el
entorno geopolítico hemisférico
A Latin American View of the U.S.: Cultural
crisis and conservative trends in the
hemispheric geopolitical context
81
María Pilar García-Guadilla
La experiencia de la Democracia Participativa.
Poder popular y planes de desarrollo
comunitario en Venezuela.
The experience of Participatory Democracy.
Popular power and community development
plans in Venezuela.
Semestre:
105
Daniel Castro Aniyar
La maldición de la abundancia: Los problemas
de la absorción económica como factor del bajo
desempeño de la economía venezolana. (I Parte)
The Curse of abundance: the problems of
economic absorption as a factor of the low
performance of the Venezuelan economy.
(I part)
Ricardo López Salazar y Sergio A.
Sandoval Godoy
La seguridad alimentaria en México: el reto
inconcluso de reducir la pobreza y el hambre
Food security in Mexico: The uninished
challenge of reducing poverty and hunger
149
Angélica María Razo González, Ricardo
Díaz Castillo y Martha Patricia López
González
Construcción de las Representaciones Sociales
de la Calidad de Vida en diferentes etapas de
la edad adulta.
Construction of the Social Representations
of the Quality of Life in diferent stages of
adulthood
169
Luciano Schmitz. Marcelo Noronha De
Mello, Marsal Ávila Alves Branco, Mary
Sandra Guerra Ashton
Las ciudades creativas: una mirada sobre las
iniciativas artísticas, creativas y culturales de
Ivoti, RS, Brasil
Creative cities: a look on the artistic, creative
and cultural initiatives of Ivoti, RS, Brazil
Separata:
201
Theotonio Dos Santos
La cuestión de la Teoría de la Dependencia
The question of the Theory of Dependence
Libros:
239
Catalina Toro Pérez y Facundo Martín
Alimonda, Héctor, Toro Pérez, Catalina y
Martín, Facundo –Coordinadores – (2017)
Ecología política latinoamérica. Pensamiento
crítico, diferencia latinoamericana y
rearticulación epistémica.
245
José Javier Capera Figueroa
Sandoval, Raico (2017). Economía extractivista
en Colombia: Modelo minero energético
destruyendo naturaleza y sociedad.
251
Isaac López.
Varios autores (3016) Gente de palabra.
265
Irma Salcedo
Romero Salazar, Juan José (2018) Gerencia,
una paradoja epistemológica.
Revistas:
271
ESTUDIOS SOCIOLÓGICOS, Vol.
XXXIV, Nº 101 / ÍCONOS, Vol.20 Nº
54. / CONVERGENCIA, Año 23, Nº 72
/ ESTUDIOS, Nº 36 / CUADERNOS
EUROPEOS DE DEUSTO, Nº 55
Vol. 27 Nº 1. Enero - Marzo 2018
5
125
espacio abierto
En foco:
América latina. “Progresismo” y
“restauración conservadora”
Cuaderno Venezolano de Sociología
En foco: América latina. “Progresismo” y
“restauración conservadora”
Auspiciada por la International Sociological Association (ISA),
la Asociación Latinoamericana de Sociología (ALAS)
y la Asociación Venezolana de Sociología (AVS)
Vol.27
Enero - Marzo
2018
1
ESPACIO ABIERTO Cuaderno Venezolano de Sociología es una revista arbitrada
e indizada que se fundó en 1991, en la actualidad son publicados 4 números al año, temáticos
y con temas libres. Su estructura básica está conformada por las siguientes secciones: En
Foco (tema central), Semestre (temas libres y diversos), Separata (relexiones sociológicas
de trascendental relevancia), Recensiones de Libros y Reseñas de Revistas, La Revista
tiene como objetivo la publicación de trabajos inéditos en el campo de las Ciencias Sociales,
particularmente de la Sociología y, en tal sentido está abierta a la discusión de los múltiples
problemas que caracterizan la realidad social. Los trabajos son evaluados por expertos en el
área en la cual se inscriban y pueden ser presentados fundamentalmente como reporte de
investigación, y en algunos casos como relexión teórica o comentario analítico de propuestas
en el campo de la Sociología y disciplinas aines.
Editor
Alexis Romero Salazar
Comité Editorial
Fanny Sánchez, Alexis Romero Salazar
Comité Asesor
Alain Touraine (Escuela de Altos Estudios en Cs. Sociales – Francia)
Alberto Martinelli (Universidad de Milán – Italia)
Carmen Teresa García (Universidad de los Andes – Venezuela)
Claus Ofe (Humboldt University – Alemania)
Eduardo Sandoval Forero (Universidad Autónoma del Estado de México – México)
Gustavo Chourio (LUZ – Venezuela)
Jennifer Platt (University of Sussex – Reino Unido)
Hélgio Trindade (Instituto Latinoamericano de Estudos Avançados – Brasil)
Ignasy Pons Y Antón (Universidad de Barcelona – España)
Immanuel Wallerstein (Binghamton University – Estados Unidos)
María Cristina Parra Sandoval (LUZ – Venezuela)
María Pilar García (Universidad Simón Bolívar-Venezuela)
Maritza Montero (UCV – Venezuela)
Roberto Briceño-León (UCV – Venezuela)
Valia Pereira (LUZ-Venezuela)
ESPACIO ABIERTO. Apartado Postal: 15288. Maracaibo, Venezuela.
Telf/Fax: (+58) 0261.7529724 /0414.616.9590. E – mail: eabierto.revista@gmail.com
Cuadro de la portada.
Autora: Dina Atencio,
Técnica: Acrílico/lienzo
Medidas: 120 x 80 cm
Arte y selección de obras: Alexis Romero Salazar
Dina Atencio nació en Maracaibo, Venezuela, en 1981. Realizó estudios de dibujo y pintura
en la Casa de la Cultura de la Concepción durante dos años hasta el 2001. Entre 2002 y 2006
cursa en la Escuela Nacional de Artes plásticas “Julio Arraga”, egresanso con una mención en
arte puro. Ha participado de varias muestras colectivas nacionales y entre 2014 y 2016 expuso
su trabajo en la Galería Latin Art en Praga y otras salas de la Republica Checa. Obtuvo el Primer
Premio en el Salón Intercambio, Maracaibo 2006 y la Mención Especial en la VIII Bienal San
José de la Matilla, La Concepción 2007.
Carlos Ferrer, crítico de arte, dice: “En sus cuadros encontramos un mundo de bohemia
vagamente atemporal: músicos, modelos, actrices, bailarinas, arlequines, aislados de
cualquier escenario que pudiera situarlos y ataviados con atuendos que recuerdan más bien a
la moda de principios del siglo XX, un periodo por el que Atencio coniesa sentirse atraída. Los
personajes, mujeres o individuos asexuados en todos los casos, no son exactamente retratos,
en cuanto a que no representan a nadie real. En muchos casos los lienzos son homenajes más
o menos velados a los clásicos, en otros es evidente, por ejemplo, el trazo difuso y sucio, pero
al mismo tiempo realista de los maestros holandeses. El resultado es sin embargo fuertemente
contemporáneo y catalogable dentro de lo que se ha venido a llamar la nueva iguración. La
tensión entre lo abstracto y lo igurativo ha llegado a un nuevo nivel con estas últimas obras
pintadas en Praga”.
Completa Yarleny Añez: “Dina Atencio logra recrear un mundo imaginario que subyace
a las historias monárquicas, de arlequines y reyes, donde escenarios difusos generan un
ambiente sigiloso, que le otorgan carácter a las iguras alargadas con aire de grandeza,
plasmadas a través de un dibujo prodigioso. Los rostros femeninos presentes en su obra
poseen grafía en la mirada, están como conectadas al pensamiento y las ideas, dicen algo, se
comunican. Narran una situación temporalizada. Once años después de su primera exposición
individual, hoy encontramos a una artista crecida en su capacidad plástica, disciplinada en
un trabajo diario de taller, convencida del arte como único camino para llegar a la felicidad,
deinida como expresionista, en cuyos rostros consigue decir lo que ella misma durante toda la
vida ha callado, según sus propias palabras, ‘con personajes agresivos, imponentes, audaces,
arrogantes y fuertes’, como si en ella habitase dos mujeres; en la pintura consigue ser libre,
sin límites ni reglas, redimiendo su yo interno”.
Dep. legal ppi 201502ZU4636
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espacio abierto
Cuaderno Venezolano de Sociología
Volumen 27 Nº 1 (Enero - Marzo 2018)
Auspiciada por la International Sociological Association (ISA),
la Asociación Latinoamericana de Sociología (ALAS)
y la Asociación Venezolana de Sociología (AVS)
Incorporada al Núcleo Básico de Publicaciones Cientíicas del Programa
de Estímulo a la Investigación (PEI)
Incluida en los Indices y en las Bases de Datos:
• CLASE. Citas Latinoamericanas en Ciencias Sociales y Humanidades
• DARE – UNESCO
• DIALNET
• EBSCO
• INTERNATIONAL BIBLIOGRAPHY OF THE SOCIAL SCIENCE
• LATINDEX
• REVENCYT
• REDALYC
• RevistALAS
• SCIELO
• SOCIOLOGICAL ABSTRACTS
• SOCIOLÓGICA HUMANITATIS
• THOMSON GALE – Informe Académico
• ULRICH’S Periodical Directory
© Universidad del Zulia. 2017
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Esta revista fue editada en formato digital y publicada en dicembre de 2017, por el
Fondo Editorial Serbiluz, Universidad del Zulia. Maracaibo-Venezuela
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Vol.27 No.1
Enero - Marzo 2018
Contenido
En foco:
América latina. “Progresismo” y “restauración conservadora”
5
23
37
51
61
81
Darío Salinas Figueredo
Cambios políticos en América Latina: la problemática dinámica de los avances anti-neoliberales y la
restauración conservadora
Political changes in Latin America: the dynamic solution of anti-neoliberal advances and the restoration
of the conservative solution
Luiz Fernando Da Silva y Gisele C. Costa
Fim do ciclo político dos governos de Frente Popular (“Progressistas”) Sul-americanos?
End of the political cycle of the Popular Front governments (“Progressives”) South American?
María Susana Bonetto,
Escenarios democráticos alternativos en la Argentina contemporánea.
Alternative Democratic Scenarios in Contemporary Argentina
Luis Fernando Mack.
¿Primavera o invierno democrático? La crisis guatemalteca desde la óptica del concepto de Anomia del
Estado.
Democratic spring or winter? The Guatemalan crisis from the perspective of the concept of Anomia of
the State..
Jorge Hernández Martínez
Una visión latinoamericana de Estados Unidos: crisis cultural y tendencias conservadoras en el entorno
geopolítico hemisférico
A Latin American View of the U.S.: Cultural crisis and conservative trends in the hemispheric
geopolitical context
María Pilar García-Guadilla
La experiencia de la Democracia Participativa. Poder popular y planes de desarrollo comunitario en
Venezuela.
The experience of Participatory Democracy. Popular power and community development plans in
Venezuela.
Semestre:
105
125
149
Daniel Castro Aniyar
La maldición de la abundancia: Los problemas de la absorción económica como factor del bajo desempeño
de la economía venezolana. (I Parte)
The Curse of abundance: the problems of economic absorption as a factor of the low
performance of the Venezuelan economy. (I part)
Ricardo López Salazar y Sergio A. Sandoval Godoy
La seguridad alimentaria en México: el reto inconcluso de reducir la pobreza y el hambre
Food security in Mexico: The uninished challenge of reducing poverty and hunger
Angélica María Razo González, Ricardo Díaz Castillo y Martha Patricia
López González
Construcción de las Representaciones Sociales de la Calidad de Vida en diferentes etapas de
la edad adulta.
Construction of the Social Representations of the Quality of Life in diferent stages of adulthood
169
Luciano Schmitz. Marcelo Noronha De Mello, Marsal Ávila Alves
Branco, Mary Sandra Guerra Ashton
Las ciudades creativas: una mirada sobre las iniciativas artísticas, creativas y culturales de
Ivoti, RSs, Brasil
Creative cities: a look on the artistic, creative and cultural initiatives of Ivoti, RS, Brazil
Separata:
201
Theotonio Dos Santos
La cuestión de la Teoría de la Dependencia
The question of the Theory of Dependence
Libros:
239 Catalina Toro Pérez y Facundo Martín
Alimonda, Héctor, Toro Pérez, Catalina y Martín, Facundo –Coordinadores – (2017) Ecología política
latinoamérica. Una pensamiento crítico, diferencia latinoamericana y rearticulación epistémica.
245 José Javier Capera Figueroa
Sandoval, Raico (2017). Economía extractivista en Colombia: Modelo minero energético destruyendo
naturaleza y sociedad.
251
Isaac López.
Varios autores (3016) Gente de palabra.
265 Irma Salcedo
Romero Salazar, Juan José (2018) Gerencia, una paradoja epistemológica.
Revistas:
271
ESTUDIOS SOCIOLÓGICOS, Vol. XXXIV, Nº 101 / ÍCONOS, Vol.20 Nº 54. /
CONVERGENCIA, Año 23, Nº 72 / ESTUDIOS, Nº 36 / CUADERNOS EUROPEOS DE
DEUSTO, Nº 55
En foco:
América latina. “Progresismo” y
“restauración conservadora”
Espacio Abierto Cuaderno Venezolano de Sociología
Vol.27 No.1 (enero - marzo, 2018): 5-21
Cambios políticos en América
Latina: la problemática dinámica
de los avances anti-neoliberales y la
restauración conservadora
Darío Salinas Figueredo*
Resumen
El trabajo se estructura a partir de un eje de preocupación
que tiene que ver con los procesos políticos en la región y los
conlictos que se desarrollan en el contexto de un modelo de
sociedad de mercado bajo múltiples señales de crisis. Se enfoca
el movimiento de la región, so reserva de todos los matices y
singularidades particulares, colocando el acento relexivo en
las tendencias políticas más globales. Con ello se busca una
presentación general para sugerir algunos principios analíticos
de discusión que resultan relevantes para el estudio del escenario
regional actual. Se aborda el neoliberalismo como expresión
del capitalismo de este tiempo, en crisis, aunque vigente y con
un historial de triunfos frente al campo popular. Hablamos
de procesos políticos como campos de fuerza y cambiantes
correlaciones que se dinamizan alrededor de objetivos políticos
y estratégicos en pugna, en conlictiva interrelación con un
contexto hemisféricos caracterizado actualmente por un
reacomodo agresivo y conservador de la política estadounidense.
Palabras clave:Neoliberalismo; crisis; conlicto; hegemonía;
América Latina; política estadounidense
Recibido: 15-10-2017 / Aceptado: 05-12-2017
*Universidad Iberoamericana, México.
E-mail: dario.salinas@ibero.mx
6/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 5-21
Political changes in Latin America: the dynamic
solution of anti-neoliberal advances and the
restoration of the conservative solution
Abstract
The work is structured around an axis of concern that is related
to the political processes and conlicts of the region that are
developed in the context of a market society model under
multiple signs of crisis. The movement of the region is focused,
so it reserves all the nuances and particular singularities, placing
the relective accent on the most global political tendencies.
A general presentation is sought to suggest some analytical
principles of discussion that are relevant for the study of the
current regional scenario. Neoliberalism is approached as an
expression of capitalism of this time, in crisis, although in force
and with a history of triumphs over the popular ield. We speak
of political processes as force ields and correlations of changes
that are directed against political and strategic objectives in
conlict, interrelation with a hemispheric context, currently for
the present and conservative of American government policy.
Keywords:Neoliberalism; crisis; conlict; hegemony; Latin
America; United States politics.
La región como escenario de experimentos políticos
La historia política reciente no se entiende sin el proceso de neo liberalización que
envuelve a las sociedades latinoamericanas. El modelo en que se funda se impone como
resultado de un triunfo de las fuerzas más conservadoras del capitalismo. Sin el menor
ánimo de teorizar sobre la reestructuración sistémica que le es consustancial, conviene
decir que su sola formulación, como preocupación de análisis, ya nos coloca frente a un
esquema económico-político e ideológico de regularidad que corresponde al capitalismo
de este tiempo provisto de un sistema de denominación.
América Latina y el Caribe fue la porción del planeta que se ha convertido en el laboratorio
privilegiado de experimentos neoliberales, acompañados de políticas desregulatorias y
de apertura comercial, coincidente en el tiempo con la crisis y derrumbe del socialismo.
Con el beneicio del tiempo transcurrido y las profundas transformaciones claramente
decantadas, nuestra región puede verse en la actualidad como el espacio social donde ese
Cambios políticos en América Latina: la problemática dinámica de los avances
anti-neoliberales y la restauración conservadora
Darío Salinas Figueredo /7
modelo adquirió las formas más radicales desde el punto de vista de la reorganización del
Estado, la política y la sociedad. Así también, el ensayo social alternativo de respuesta y
propuestas políticas, en registros muy diversos, contra ese proyecto tuvo en estas mismas
latitudes años después sus expresiones más nítidas.
Conectadas entre sí, dos de sus ejes fundamentales de instrumentación, y consecuencias
a la vez, son la desregulación de la economía que modiicó el parón de acumulación, la
precarización extrema de las relaciones laborales y el proceso de pérdida de derechos
sociales. La democracia en aquellas condiciones fue asumida como negociaciones acotadas
en el espacio de un nuevo capitalismo, de mercados interconectados, de libre concurrencia
global, pero con condiciones laborales precarizadas. América Latina se vio completamente
envuelta por la “ley de hierro” de esa competitividad generalizada, inducida por la “mano
invisible” cuya voracidad fue creando la necesidad de una masa de pobres y excluidos,
para sostener la nueva inserción, sortear las precariedades del desarrollo tecnológico, el
intercambio desigual y la histórica “heterogeneidad estructural”. Ese modelo mercadocéntrico, mucho más que el anterior estructurado bajo la lógica de los “Estados de
bienestar”, colocó la exigencia funcional de una cuota estructural de pobres, una “población
sobrante” al decir de Cademartori (2004), como garantía de sostén para la competitividad.
El sometimiento a brutales exigencias externas en los mercados ha sido su tónica y que
en la experiencia de América Latina no ha hecho más que producir un ahondamiento
incomparable de las históricas desigualdades de clases, regionales, culturales y étnicas.
La sensación de la derrota que se adueñó del progresismo y la izquierda fue el correlato
del proceso de articulación de ideas y expectativas que fueron construyendo la hegemonía
neoliberal. El carácter involutivo y revolucionario a la vez del cambio impuesto resultaba
alarmantemente formidable. Sus efectos sociales fueron devastadores. Desde ese ángulo
se argumentaba que todo aquello no era deseable, pero por la fuerza de su facticidad era el
único mundo posible. Ir contra la corriente, por tanto, aparecía como una irresponsabilidad
ante la historia misma. Esa forma de asumir la realidad desde las percepciones sociales se
fue convirtiendo en la visión hegemónica del neoliberalismo.
Un agudo fenómeno que se fue acentuando en el transcurso de aquel complejo cambio
en desarrollo, cuya tendencia continua hasta nuestros días, es el diagnóstico que asigna
a esta porción del planeta como el domicilio de la mayor desigualdad social junto con los
niveles más altos de concentración de la riqueza (Puchet y Puyana, 2018).
Colocado en el tiempo, esto no constituye solo un saldo o resultado de determinadas
políticas, sino de un prerrequisito adherido irmemente a la maquinaria que como
totalidad reproduce las condiciones de una sociedad neoliberal. Como proceso, todo esto
ha ocurrido en vinculación con el reordenamiento del sistema mundial y sus núcleos de
referencias tanto en términos económicos, comerciales como el terreno en que dinamizan
las expresiones de fuerzas. Desde aquella portentosa reestructuración la región se enfrenta
a un período muy agresivo de la globalización capitalista.
Inscrita en la dinámica mundial que se impulsa entre 1989 con el Consenso de
Washington y la década de 1990, recién hoy parece percibirse mejor que nunca aquella
8/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 5-21
conocida noción de Marx, según la cual el mundo entero sería un gran sistema de mercados
interconectados. Una especie de “aldea global” donde los capitales, el trabajo y, en general,
todas las mercancías, legales e ilegales, gozarían del espacio necesario y de las garantías
de apertura, explícitas o implícitas, para circular con unas condiciones de libertad nunca
antes vista. El ingreso a esta fase tuvo implicancias profundas en diferentes direcciones.
Por un lado, el proceso difícil y socialmente doloroso de desmontaje de la estructura
previamente existente, y que en la experiencia de América Latina y el Caribe signiicó una
fuerte arremetida, intra-sistémica, en contra todo vestigio del llamado “Estado benefactor”
o Estado de compromiso.
Entre tanto, el desarrollo de los mercados en favor de las nuevas formas de
acumulación cuya dinámica, junto con imponer una ampliación extendida de la esfera
mercantil en detrimento de las garantías públicas, supuso la implementación de
profundas reestructuraciones en el ámbito de las relaciones sociales. Esto signiica que,
junto con la globalización de los mercados, el nuevo modelo al imponer su hegemonía trajo
consigo, tempranamente, la exigencia imperativa de lexibilizar la estructura contractual e
institucional de las relaciones laborales, con el consiguiente debilitamiento en la capacidad
de negociación y de representación de la ancha franja social donde se reconoce a quienes
viven del trabajo. La imposición de aquella lógica mercado-céntrica se ha caracterizado
por presentar difíciles conciliaciones con organizaciones políticas sustentadas en fórmulas
que han implicado algún esquema de participación ciudadana. Es más, el propio concepto
de ciudadanía ha sido trastocado. En efecto, bajo el protagonismo del mercado, fueron
desplazadas desde el mundo del trabajo para domiciliar a sus ciudadanos en el mundo del
consumo y del mundo de la participación al de la exclusión. La mercantilización social que
de todo ello deviene no tiene precedentes en la historia del capitalismo en América Latina.
El resultado fue una remodelación completa de la sociedad desde su base hasta su
cúspide. La proyección de “El in de la historia” (Fukuyama, 1994) tuvo su prosecución
en versión criolla con “La utopía desarmada” (Castañeda, 1995) y “El otro sendero” (Soto,
1987), sendas elaboraciones que le otorgaron atractivas pistas de aterrizaje a la revolución
del pensamiento único. Estos poderosos referentes intelectuales, se presentaron bajo
diversos ropajes de un “pensamiento renovado y actualizado” cuya eicacia produjo
todo tipo de espejismos en la sociedad. La trama de empobrecimiento, exclusión social,
represión y desideologización de la política generó a su turno modiicaciones drásticas en
la expectativa de la población y en última instancia en los comportamientos, todo lo cual
explica cómo este sistema ha podido instalarse bajo regímenes claramente dictatoriales,
como en Chile, o bajo el funcionamiento de instituciones democráticas como en México.
Esa capacidad de domiciliarse que tuvo el neoliberalismo “como forma de vida”, sin
que importe demasiado la cualidad del régimen político, constituye una dimensión crucial
para estudiar su legitimación y en deinitiva para generar las condiciones sociales de su
reproducción como modelo de sociedad. Tomo aquí prestado una línea argumental de
Harvey (2007) para pensar que las mutaciones en la percepción de los sujetos, dentro de
ese complejo movimiento de traslación que va de lo social a lo individual, so pretexto de
un concepto de libertad para “decidir”, fue generando la cuota de consenso en favor de
Cambios políticos en América Latina: la problemática dinámica de los avances
anti-neoliberales y la restauración conservadora
Darío Salinas Figueredo /9
un orden social que de hecho termina aceptándose como tal. Todo está en la esfera de
libertad para ser discutido democráticamente, menos el orden social. Si es así, no resulta
descabellado suponer que el mayor triunfo estratégico del neoliberalismo fue haber
logrado formatear la conciencia social.
Las políticas que se impulsaron para enraizar este modelo con las llamadas reformas
de “primera generación” que, como en el caso de Chile se aplicaron “sin anestesias”
bajo dictadura militar, se orientaron al debilitamiento y al despojo de las empresas
estatales, la privatización y la apertura al exterior vinculando la organización de las
economías al ciclo exportador, eliminando el funcionamiento de los controles reguladores
sobre el mercado (Salinas y Tetelboin, 2005). Las siguientes reformas, las de “segunda
generación”, impulsadas en contextos de democracias electorales, introdujeron variantes
de inanciamientos en la capacidad institucional del Estado, con campos de afectación
en la salud, la educación y la seguridad social. En todo caso, lo cierto es que todas las
reformas subsecuentes se hicieron manteniendo incólumes los fundamentos sistémicos
de la privatización, apertura, desregulación inanciera y la renuncia al principio del pleno
empleo (French-Davis, 2005). Sus tendencias fundamentales hasta nuestros días se
mantienen intactas y se sostienen dogmáticamente en la idea de que el Estado sólo debe
procurar que el mercado funcione de manera adecuada para evitar las restricciones y los
impedimentos a la libre y plena competencia (Tello e Ibarra, 2012).
El complejo juego de tendencias y la recomposición del
mapa político regional
Es en las coordenadas de aquella trayectoria donde localizamos las expresiones de
resistencia, las pugnas en torno a los proyectos y la crisis del neoliberalismo en América
Latina. En medio de las diversas señales de cuestionamientos a la política predominante,
así como al modelo que lo genera, surgieron preguntas sobre los límites de los programas
neoliberales (Estay et al., 2012). Lo que en términos de debate logró expresarse ocurría
en medio de un complejo proceso de luchas sociales frente al modelo de desarrollo
hegemónico. Los propios organismos internacionales como la CEPAL y el Banco Mundial
no escaparon a este juego de ideas y diagnósticos. Un eje del mismo se situó alrededor
de la hipótesis sobre el agotamiento del modelo en que se apoya la sociedad de mercado
(Sader, 2010). Un nivel importante de las preguntas formuladas en esa perspectiva alcanzó
incluso a colocar la idea de pensar en una fase post-neoliberal. Los hechos (estructuras,
instituciones y el mundo de las convicciones predominantes) fueron más gravitantes
que el alcance real de aquellas ideas. Aun así, pensar fuera del modelo hegemónico
tuvo su importancia, porque en esa medida se asumía un cuestionamiento tanto de los
fundamentos como de los resultados del neoliberalismo que llegaban en algunos casos
hasta diferentes formas de rechazo. Detrás de todo, y dependiendo del país en concreto,
se podía rescatar la dinámica de un conjunto más o menos heterogéneo de fuerzas en el
juego de las alianzas o coincidencias que estaban en favor de impulsar nuevos proyectos.
Puede advertirse en este sentido el despliegue de un proceso transversal que, aunque
de potencialidades y articulaciones diferentes, cruza a toda la región latino-caribeña.
10/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 5-21
Entre sus variados referentes puede considerarse a los procesos gubernamentales en
franjas importantes de la región, cuyas proyecciones fueron alimentando el sentido de un
accionar político en una perspectiva de cuestionamiento al orden social predominante.
Sin perjuicio de los sistemas de liderazgos o de nuevas dirigencias, en una revisión
más cuidadosa es importante considerar el peso renovado de las luchas sociales, sus
singularidades y articulaciones hacia proyectos alternativos dentro de un rango de esferas
y escenarios muy diversos.
Estos referentes se encuentran en el caracazo de 1989, que fue el resultado de la
respuesta social contra un paquete fondomonetarista, el levantamiento zapatista de
1994, la llamada guerra del agua y el gas en Bolivia con un sentido social y político antiprivatizador que culmina con la renuncia en 2003 del presidente Gonzalo Sánchez de
Lozada, la destitución ese mismo año del presidente Carlos Andrés Pérez que puso de
maniiesto la isura del sistema institucional venezolano, el derrocamiento por fuerzas
populares movilizadas de gobiernos neoliberales en Ecuador y Bolivia entre abril y junio
de 2005, así como el desarrollo del movimiento estudiantil en Chile ante el fracaso de la
educación de mercado, especialmente durante el 2006 y 2011 y, a no dudarlo, el inusitado
movimiento de resistencia y protesta popular en Brasil en junio de 2013.
En la trayectoria de este arco temporal (que sin ser exhaustivo registra importantes
revueltas populares, de signos ideológicos diversos y composiciones sociales muy
heterogéneas, híbridas incluso en algunas experiencias, las cuales llegaron incluso en
muchos casos hasta interrumpir el mandato de gobiernos de inspiración neoliberal como
en Perú, Bolivia, Paraguay, Ecuador, Argentina y Haití), se puede construir un espacio
analítico para dar cuenta de importantes modiicaciones en las relaciones de fuerza,
tanto desde el punto de vista social como político ideológico. Sin que sean desde luego
idénticas las experiencias de lucha que se pueden registrar, puede dibujarse en todas
ellas un elemento común que se vincula a contenidos populares y nacionales, que en cada
caso se articuló para bloquear o desmontar la aplicación o profundización de programas
neoliberales o para mostrar la insuiciencia de las políticas de contrapeso. En un ejercicio
de jerarquización sobre el contenido de las demandas y las invocaciones en los procesos de
lucha, es muy probable que la sensibilidad social de mayor alcance frente al neoliberalismo,
tenga su eje de articulación alrededor de los derechos sociales en el sentido más amplio
que permite la categoría (Pleyers, 2015; Favela y Guillén, 2009; Almeida y Cordero, 2017).
Desde una mirada esquemática es poco lo que se puede entender de lo que se ha logrado
cultivar en el desarrollo de aquellas experiencias. No hay que olvidar que las expresiones
sociales de lucha venían cargando importantes reveces y duras derrotas, como el golpe de
Estado en Chile en 1973, las invasiones militares estadounidenses a Granada en 1983 y a
Panamá en 1989 y la derrota electoral sandinista en las elecciones de 1990. Completaba
aquel devastado cuadro político el derrumbe del campo socialista y el despliegue del poder
omnímodo de las estrategias estadounidenses a nivel global. La revolución cubana era en
aquel momento el único referente para preservar al menos una perspectiva diferente.
Como sea, es desde aquel desolador escenario político regional el lugar analítico desde
cual hay que partir para valorar ponderadamente el desarrollo de los procesos políticos
Cambios políticos en América Latina: la problemática dinámica de los avances
anti-neoliberales y la restauración conservadora
Darío Salinas Figueredo /11
actuales (Regalado, 2012). Después de un largo y farragoso debate sobre el tema de las
vías, especialmente durante el segundo quinquenio de los sesentas, paradójicamente un
factor considerable posibilidad, inserto en la propia institucionalidad de nuestros países,
fue el espacio electoral que permitió repensar la política y encausar las luchas sociales. En
esa proyección no se desconoció el hecho de que el sistema político en que se desenvolvía
el neoliberalismo, por regla general, ha logrado redeinir la democracia hasta reducirla
a sus meros procedimientos electorales (Vázquez e Aibar, 2013). Democracias vaciadas
de contenido o reducidas a lo mínimo y que en las relexiones hegemónicas aparecía
como una “superestructura natural” del neoliberalismo. Soisticadas construcciones
politológicas, como las de Krauze (2016) buscaron solventar, infructuosamente, la idea de
una democracia sin adjetivos. Nada pudo impedir que el desencanto social se incubara y se
multiplicaran las formas de rechazo a la política predominante. A partir de las desastrosas
experiencias de mandatarios que operaban en un sentido completamente distinto a
lo proyectado en las campañas electorales, se dibujó un posible camino democrático
que fuera diferente. En el terreno de las percepciones y las luchas sociales, la crítica al
neoliberalismo había germinado inicialmente de este modo. Se podía cuestionar a un
mandatario por incumplimiento con el mandato de los gobernados e incluso exigir su
revocación. De allí surgieron algunos entendimientos políticos para ensayar el apoyo a
plataformas gubernamentales con la decisión de elegir gobiernos con el mandato de
instrumentar otras políticas.
Por aquella senda se dibujó un mapa político electoral diferente que comenzó a
modiicar el balance de fuerzas a nivel regional. Su proyección abrió posibilidades de
cambios políticos importantes, llegando incluso en algunos procesos a la necesidad de
plantearse la reconiguración institucional en medio de fuertes conlictos, con demandas
políticas cada vez más articuladas, resistencias oligárquicas y arremetidas mediáticas
conservadoras de los grandes monopolios comunicacionales. Instrumentar una asamblea
constituyente, seguida de un referéndum constitucional, como en Venezuela en 1999 y
2017, Bolivia en el 2006 o Ecuador en 2007, ha implicado colocarse en el umbral de las
transformaciones del poder. Plantearse modiicar el diseño institucional de un país era
el anticipo de cambios sustantivos. Llegar a ese punto signiicó haber logrado forjar una
determinada voluntad política, aglutinar fuerzas y capacidad de convocatoria social para
hacerlo. El Estado fue pensado más allá de sus funciones para recuperar una perspectiva
fundacional en el sentido de la participación como un asunto central del poder político.
En la medida en que estas tendencias apuntaron hacia su profundización, también
fueron mostrando contradictoriamente los pilares de la dominación neoliberal en sus
fundamentos internos, así como los límites o desafíos de los procesos de transformación
(Salinas, 2007).
Es en la complejidad de estas experiencias de lucha, de resistencia, oposición y
estructuración de alternativas, el lugar de donde surgen las referencias para preguntarse
sobre el signiicado de los gobiernos electoralmente triunfantes. Alimentando el desarrollo
de este nuevo proceso alternativo se registran germinalmente los triunfos electorales de
Venezuela en 1998, con Hugo Chávez, y el de Brasil en 2002 con Lula en la presidencia. Son
un punto de arranque importante que habrá de alimentar el desarrollo de una tendencia
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transformadora, y que en conjunto con otras experiencias similares fueron constituyendo
abigarradamente la nueva realidad política de la región. Son gobiernos que han hecho
su lectura a partir de considerar que el neoliberalismo ya no alcanzaba a producir el
consenso, o la expectativa que alimentaron la conformación de una mayoría necesaria
para el triunfo de su oferta política, por ejemplo, Fujimori en la experiencia peruana. Las
invocaciones de la modernización neoliberal han topado, en aquellas circunstancias, con
ciertos límites de su capacidad hegemónica en la producción de la cuota de legitimidad
y consenso alrededor de su proyecto. Aquella capacidad ideológica que impulsara dejó
servir para ganar elecciones (Elías, 2006).
Las nuevas coniguraciones de fuerzas movilizadas aportaron los ingredientes para
entender por qué no han podido avanzar más aquellas políticas de “libre mercado” y sus
tratados comerciales durante la primera década del presente siglo. En el marco de ese
complejo juego de pesos y contrapesos, un momento político primordial constituye el
freno que se le ha puesto en diciembre de 2005 a las pretensiones hegemónicas de llevar a
todo el continente el proyecto “Acuerdo de Libre Comercio para las Américas” (ALCA) en
Mar del Plata. Allí se pudo dimensionar el cuestionamiento a las concepciones neoliberales
de integración, seguridad regional y cooperación hemisférica. Cabe destacar que, dentro
del conjunto de países latinoamericanos, los que reportaban en aquel entonces un mayor
porcentaje de comercio con Estados Unidos no son precisamente aquellos que irmaron
tratados bilaterales de libre comercio (TLC). Son los casos de Brasil y Venezuela. No deja
de llamar la atención que hayan sido precisamente estos gobiernos los que ya en aquellas
circunstancias se caracterizaron por mantener una distancia crítica, en grados distintos,
con respecto a la política comercial con la marca registrada por los objetivos de Washington.
Frente a los valores cultivados por el mercantilismo, la “competitividad” y las
oportunidades del “libre comercio” (entre desiguales, claro está), han surgido referentes
distintos como el principio del “comercio justo” o el del “intercambio solidario”. Allí están
los que han coincidido en el plano regional para el impulso de propuestas diferentes de
integración que se ratiicaron en la Alternativa Bolivariana para Nuestra América (ALBA)
fundada en La Habana en 2004, la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) creado
en Venezuela el 2007 y su tratado constitutivo al año siguiente, el Proyecto del Banco del
Sur y suscrito en Buenos Aires en 2007, el Consejo Sudamericano de Defensa formulado
por los miembros de UNASUR en Costa de Sauipé, Brasil en 2008. Estas nuevas instancias
de cooperación, aunadas a otros proyectos como PETROCARIBE, son respuestas políticas
y diplomáticas en la coniguración de nuevos formatos de integración, para el impulso de
referentes multilaterales y el tratamiento de los desafíos comunes frente a la hegemonía
estadounidense (Katz, 2006).
En un estudio más pormenorizado, y en perspectiva histórica de la larga duración,
no debe constituir una sorpresa absoluta el empeño latinoamericano por forjar estos
instrumentos de concertación. Hay en el acervo latinoamericano referentes de fortaleza
para hilvanar posicionamientos en favor de la unidad regional desde los instrumentos
propios que conciernen a la política y la diplomacia (Salinas, 2016). La recuperación de esta
trayectoria puede ser larga. Baste recordar para lo que aquí interesa, por ejemplo, como
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en el 2008 el Grupo de Río adquirió su actual isonomía con la incorporación de Guyana,
Haití y un poco más tarde Cuba. En 2010 durante la celebración de su 21 reunión, en la
denominada “Cumbre de la Unidad” celebrada en la Riviera Maya, dio el paso más deinido
al generar la nueva Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). La
Declaración de Cancún, suscrita por todos los países de la región latinoamericana, se
ratiica en la Cumbre de Caracas (CELAC, 2011).
Por su naturaleza y composición, en su análisis cabe la consideración de un punto de
quiebre si consideramos la trayectoria de la región desde las pretensiones del monroísmo.
Sus propósitos fundacionales están orientados hacia los requerimientos de la integración
política, económica, social y cultural, así como sus objetivos están proyectados para la
defensa del multilateralismo como medio para incidir en el manejo de los grandes
temas de la región y los acontecimientos de la agenda global. En el apartado dedicado
a crisis económica el nuevo organismo se pronuncia a favor de la creación de una nueva
arquitectura inanciera regional, incluyendo la posibilidad de realizar pagos en monedas
nacionales y evaluar la creación de una moneda común, así como la cooperación entre
bancos nacionales y regionales de fomento. Los dos aspectos centrales y probablemente los
más concretos que irmaron los presidentes en Cancún son los rubros dedicados a “energía”
y a la “integración física en infraestructura”. Sin perder de vista que se trata de un proceso,
no es menos signiicativo que haya aparecido con especial fuerza el desafío energético.
Son planteamientos, no exentos de diicultades, muy avanzados e imprescindibles, si se
considera la importancia estratégica de promover la expansión de fuentes de energía, la
socialización de experiencias y transferencia de tecnología sobre programas nacionales de
biocombustibles y el impacto de la producción de etanol (Rojas Aravena, 2012).
Sin embargo, por arduos que hayan sido los esfuerzos multiformes de trazar esta nueva
ruta continental, al margen del liderazgo hegemónico hemisférico, su notable signiicado
político y potencial democratizador fueron dejando grandes interrogantes a la hora en
que se enfrentan a la arremetida conservadora. Para todos aquellos gobiernos que han
ido tejiendo estos nuevos referentes, más allá de la Organización de Estados Americanos,
OEA, resultaba crucial aianzar sus proyectos, consolidar los vínculos entre gobernantes
y gobernados, ganar las elecciones y consolidar las condiciones un “buen gobierno” que
recomponga el tejido social desmembrado por el neoliberalismo. Ese “buen gobierno”,
conforme fue avanzando en la implementación de su programa se ido enfrentando de
manera inevitable con el sistema de dominación en la compleja trama de sus articulaciones
institucionales y no institucionales, internas y externas.
El reconocer en este juego de tendencias y contratendencias la parte benéica que
se viene conigurando en el escenario político regional, en favor de la democracia y la
soberanía y la posibilidad de articular intereses populares en la acción gubernamental,
no es desde luego para sacar cuentas alegres. Menos aún si lo consideramos desde el
escenario actual. La heterogénea oposición al neoliberalismo no implica en todas las
experiencias un cuestionamiento a su sistema de dominación. Este es un debate inconcluso
que concierne a la problemática de las alternativas políticas. Los golpes de Estado como
en Venezuela (2002), (2009) y el “golpe parlamentario” que culmina con la destitución
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del presidente Fernando Lugo en Paraguay (2012) y Dilma Roussef (2016), las políticas
de desestabilización o intentos de golpes, como en Bolivia (2008) y Ecuador (2010) y la
amañada inhabilitación política de Lula (2018) se han convertido en agudos referentes
de los procesos de cambio y sus desafíos democráticos. Es más, estos antecedentes son
muestras de la capacidad disponible en el acervo de los recursos institucionales y políticos
de la derecha, cuyo accionar encuentra sus correspondientes ligámenes con la disposición
coadyuvante y a veces francamente impulsora de la política estadounidense hacia la región.
Una constante de la política estadounidense
Si comparamos los dos periodos del gobierno demócrata bajo Barak Obama y el tiempo
que lleva la actual administración encabezada por Donald Trump podemos establecer, sin
desconocer las características especíicas de cada gestión y sus respectivas circunstancias
políticas, una clara línea de continuidad en lo que se reiere a sus criterios estratégicos con
respecto a nuestra región.
Aunque no haya expresa deinición de una política hacia América Latina y el Caribe en
el encuadre de esa jerarquización exterior, conviene considerar que históricamente ningún
gobierno estadounidense se ha apartado de las premisas estratégicas que direccionan
las relaciones hemisféricas. Nuestra región es la franja del planeta donde se encuentra
domiciliado el mayor número de intervenciones estadounidenses. Su frontera sur, ha sido y
sigue siendo de hecho considerado una suerte de prolongación de su territorio. El concepto
de “patio trasero” se encuentra completamente ratiicado en la índole de sus decisiones en
diversas materias que competen a la relación con nuestra región. Más allá de cualquier
ámbito de concreción, lo que encierra esa proyección es constitutivo de un expediente
de regularidad que no se puede desligar de la actual contraofensiva desestabilizadora y
golpista contra aquellos procesos y gobiernos que han diseñado sus proyectos nacionales
y regionales sin el consentimiento de la política norteamericana. Esta constante aparece
reairmada y endurecida en la actual administración republicana. En la medida en que
estos procesos antineoliberales tiendan a modiicar aquella tradicional forma relación
entre EE.UU. y América Latina, dentro de la cual se concebía la normalidad basada en la
subordinación o el acatamiento de los países en la región, no hay que desmerecer ninguna
estrategia de respuesta por parte de la política norteamericana.
Asistimos a un proceso involutivo de recomposición en América Latina. En ese marco
hay que entender la activación de iniciativas concertadas para clausurar todo vestigio
de gobiernos progresistas en la región, para lo cual ya se ha conformado una franja de
gobiernos aliados a los designios de Washington. El intento de desmontar UNASUR y el
impulso a un llamado “Grupo de Lima” son parte de la nueva estrategia en desarrollo.
Desde una lectura latinoamericana es preocupante observar el discurso de las drogas
y su radical proceder frente al tema migratorio, lo cual resulta completamente coherente
con la militarización de su política que se ratiica en el incremento del presupuesto para
la seguridad. Su insistencia en la construcción del muro en la frontera con México resulta
inherente a una concepción militarista de la política. Es más, toda la política exterior y su
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diplomacia se proyectan desde posiciones de fuerza, secretando una constante expresión
de superioridad y prepotencia en las relaciones internacionales. Su enfoque sobre temas de
seguridad y defensa tiene prosecución en una verdadera guerra comercial internacional,
uno de cuyos ingredientes, por ejemplo, tiene que ver con los impuestos a la importación
de acero y aluminio bajo invocación ideológica precisamente de la seguridad nacional. En
esta misma trayectoria se localiza la aplicación de impuestos notablemente incrementados
a la importación China. Un índice inequívoco de los intereses a los que expresa su gestión
se asocia a su temprana reforma iscal, que al reducir drásticamente los impuestos
establece el umbral desde el cual se proyectan beneicios sustantivos para las empresas y
gran capital.
El rechazo a los acuerdos previos con Irán, las sanciones y luego los bombardeos
a la República Árabe Siria y las agresivas propuestas de relación con la República
Popular Democrática de Corea, así como los pronunciamientos sobre renovación de los
armamentos nucleares, y las peligrosas tensiones con Rusia ponen, con todo, en entredicho
la institucionalidad internacional y trastocan aspectos extremadamente delicados como la
cuestión nuclear.
Venezuela, en el marco de un entorno regresivo, es hoy por hoy punto más sensible de
la política regional. Allí está en juego la supervivencia de un proyecto de transformación
y autodeterminación. No es antojadizo pensar que puede sucumbir por el accionar de la
intervención y por los errores en la conducción del proceso que se enfrenta diariamente
a enemigos muy poderosos. Estados Unidos no está por contribuir a la distensión del
conlicto en Venezuela. Las decisiones adoptadas contra la economía venezolana, como
las sanciones con implicancias extraterritoriales y el deliberado empantanamiento que ha
provocado al inicio de las relaciones diplomáticas de su gobierno con Cuba, reairmando el
bloqueo, ya no son señales de una posible política, sino las características de una forma de
relación que de hecho se ha venido imponiendo. La conducta norteamericana hacia estos
países, aunque no haya una expresa formulación de política en tal sentido, constituye una
luz verde para la activación conservadora, habida cuenta de la reconstitución de sus aliados
preferenciales en una franja gubernamental importante de América Latina. Su política es
parte fundamental de la lucha por la hegemonía y el reposicionamiento de su liderazgo
en la región (Gandasegui y Preciado, 2017). Si alguien tuviera todavía alguna duda sobre
el sentido que busca imprimirle a la política la administración republicana bastaría con
observar, desde sus respectivas esferas de inluencia o procedencia, los nítidos periles
políticos que caracterizan a la composición de su gabinete y los recambios instrumentados
en el transcurso de su gestión.
Aunque haya formulado recientemente un nuevo documento de seguridad, su lectura no
descarta aquella idea de “buscar a los terroristas en cada rincón del planeta”. La expansión
de las bases, misiones militares y sus sistemas de espionaje por todo el mundo son rasgos
de su presencia atestiguadas por las relaciones internacionales. Deine a conveniencia las
amenazas a su seguridad, de igual modo como construye al enemigo al que hay que invadir
o aniquilar. (Rodríguez, 2017). De allí la importancia de tener en un lugar prioritario de la
discusión el hecho de que, en la actual correlación de fuerzas, la política de Washington,
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más allá de su cuota de desprestigio internacional y su crisis económica y inanciera,
conserva la supremacía militar, los instrumentos de coacción económica y inanciera
internacionales, así como una gran capacidad de incidir en las conciencias a través del
poderío mediático del que dispone.
No sería exagerado, entonces, proponer que, ante un debilitamiento relativo del
imperio en la arena mundial frente a un proceso policéntrico de reordenamiento
internacional y las isuras en su hegemonía global, todo su empeño propenda a aferrarse
con más fuerza a “su patio trasero” y su estratégico entorno inmediato de seguridad
territorial (Gandásegui, 2017). De ahí que su relativo declive global no necesariamente
signiique un deterioro equivalente de su capacidad para controlar su tradicional “zona
de inluencia”. Es indudable que el predominio que Estados Unidos tenía antes en la
región hoy ciertamente no es exactamente el mismo. No todo lo que ocurre en la región
se encuentra bajo los radares de su control. Aun así, sería un grave error minimizar o
subestimar su capacidad y su disposición para incidir en cada uno de los acontecimientos
fundamentales de nuestros países.
Relexiones inales: algunos cuestionamientos
hacia adentro
De esta historia política reciente se desprenden cuestiones importantes que buscan
reinterpretar el carácter de las transformaciones en curso, sus avances y retrocesos y cuya
tendencia general no deja de cuestionar, en grados organicidad diversos, el propio sistema
de dominación. En ese contexto los procesos democratizadores que han sufrido reversiones
importantes sirven para pensar en la emergencia de nuevos mecanismos construidos
para impedir el desarrollo de los cambios políticos. Algunos análisis argumentan incluso
la articulación de un proceso de “restauración conservadora”. Esta noción puede ser
discutible, pero tiene la cualidad descriptiva para designar la contraofensiva de la derecha
que con intensidades distintas desarrollan objetivos políticos y estratégicos a in de
retrotraer los cambios anti-neoliberales que han avanzado durante el primer quinquenio
del presente siglo.
Honduras, miembro de la Alianza Bolivariana de los Pueblos, fue en 2009 el escenario
del primer experimento incruento que derrocó al mandatario constitucionalmente electo,
Manuel Zelaya. La razón más directamente vinculada al hecho se reiere al lanzamiento de
un proyecto encaminada hacia una reforma de la constitución que le hubiera permitido
de nuevo presentarse como candidato a la presidencia. La paradoja estriba en que el
presidente que electoralmente le sucede, Juan Orlando Hernández, nada pudo impedir
su reelección ni tampoco requirió de una modiicación constitucional. Más aún, a pesar
de las graves acusaciones de fraude pudo consolidar su triunfo y retomar la continuidad
del proyecto neoliberal. Un antecedente que no puede minimizarse tiene que ver con la
promesa en durante su campaña hiciera Zelaya en el sentido de que abriría un espacio de
decisión para revisar la vigencia de la base militar del Pentágono en Soto Cano
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Paraguay en 2012, con el golpe, igualmente “blando” en contra de Fernando Lugo,
presidente electo, ocurrió bajo la acusación de culpabilidad en una masacre de campesinos
en Curuguaty, cuya investigación posterior concluyó que su gobierno nunca tuvo que ver con
aquel trágico acontecimiento. Desde entonces, y hoy con mayor fuerza después del triunfo
de Mario Abdo Benítez, heredero en línea directa de la dictadura de Alfredo Stroessner, el
redespliegue neoliberal retomará su senda programada en una de las sociedades de mayor
pobreza en la región. Un antecedente importante tiene relación con los increíbles términos
de la acusación en la que se imputó al presidente por haber incurrido
“…en mal desempeño de sus funciones en razón de haber ejercido el cargo
que ostenta de una manera impropia, negligente e irresponsable, trayendo el
caos y la inestabilidad política a toda la República, generando así la constante
confrontación y lucha de clases sociales…”
El otro antecedente, poco discutido, fue la intención del Pentágono de asegurar una
base militar en “Mariscal Estigarribia”, estratégica zona del Chaco, colindante con Bolivia,
a la que se opuso el gobierno de Fernando Lugo a través de su Ministro de Defensa Luis
Bareiro Spaini, quien tras enfrentar un juicio político en la que aparece involucrada la
embajadora estadunidense acreditada en Asunción, termina renunciando a su responsable
en dicho Ministerio.
Argentina y el triunfo electoral de Macri busca, sin conseguirlo, erigirse en el rostro
exitoso de la derecha de ese país y de la región. Su gobierno no ha podido irradiar por
el desprestigio que le acarrea sus drásticas políticas neoliberales y la respuesta social de
rechazo que con ello ha generado. El siguiente eslabón en la cadena de retrocesos fue
Brasil. Un amañado impeachment culmina con la destitución de la presidenta Dilma
Roussef en el 20016, anticipando un segundo golpe judicial en el 2018 que termina
encarcelando e inhabilitando políticamente a Lula. Ambos procesos se caracterizaron por
la falta de pruebas que pudieran avalar la acusación, todo lo cual no fue necesario para que
la derecha lograra su objetivo.
Estas experiencias, aunque sean diferentes en sus circunstancias especíicas, pertenecen
a un momento del proceso de lucha pautado de un modo general por la impronta antineoliberal. Un acercamiento que pretende escudriñar los problemas que afrontan tales
procesos nos coloca frente a la problemática de los niveles de confrontación y la capacidad
de defender los avances. La inquietud se dirige, antes que nada, a la valoración de aquella
construcción de la conciencia en el desarrollo de los diversos momentos del proceso y
el sujeto portador de esa conciencia en la lucha anti-neoliberal. La contraofensiva
conservadora no ignora este debate. Ellos avanzan no solo porque tienen sus objetivos
deinidos y la disponibilidad de fuerzas estructurales, políticas y aliados poderosos.
Avanzan porque pueden hacerlo y nadie se lo puede impedir. La eicacia que logran en la
contraofensiva se explica a partir de las debilidades del progresismo. Esta oleada, que hoy
vive su relujo y que se agigantó después de 2005, post-Mar del Plata, sugiere que el cambio
anti-neoliberal avanza hasta donde la conciencia anti-neoliberal lo viene permitiendo.
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Si algo va arrojando la experiencia de los procesos más avanzados es que el
neoliberalismo es mucho más que un conjunto de políticas económicas y sociales. Es
mucho más que una trama de variables económicas. Desde los gobiernos electoralmente
triunfantes y que se opusieron con diversos grados de radicalidad a ese modelo, aplicaron
políticas diferentes cuyo impacto ha logreado corregir el neoliberalismo. El importante
cambio que se introdujo en el sentido de la producción y en la esfera de la distribución
ha generado, de un modo general, una recuperación social signiicativa importante en el
campo del acceso al consumo, lo cual aparece asimilado en términos de derechos sociales
que conciernen a la condición ciudadana. Siendo una conquista importante el derecho al
consumo y a la distribución de la riqueza socialmente generada, lentamente va quedando
claro que la lucha contra la pobreza y la desigualdad no genera por sí sola una conciencia
anti-neoliberal.
Sin esa cualidad en la construcción de la conciencia difícilmente las conquistas
lograrían ser determinante para gravitar de modo sustancial en la trayectoria del cambio.
Se trata de un dato económico con implicancias en el modo de pensar. La organización
para el desarrollo de una gestión económica diferente no logra la fuerza política requerida
sin el desarrollo de una de una conciencia diferente.
Si esto es así, hay que recapitular la trama de las tendencias y contra-tendencias que se
coniguran en torno a los grandes objetivos en pugna. Lo de Brasil puede ser paradigmático.
Importantes intereses han sido derrotados en sendas jornadas electorales desde el 2002
hasta el 2014. La existencia de un nuevo bloque en el ejercicio gubernamental del poder no
iba ser fácilmente asimilado por la clase dominante brasileña. Hoy puede verse con mayor
nitidez que el cálculo estratégico para instrumentar la involución no ha sido repentino.
La derecha sabe que los resortes institucionales fundamentales del Estado están intactos,
maneja con destreza la distancia entre ganara elecciones y contralar el poder político y
sobre todo el peso real de la conciencia posible de la ciudadanía. Un colosal desafío vigente
en la política latinoamericana. Aquí radica un foco de atención para profundizar en las
actuales condiciones del proceso político regional. (Oliver, 2016)
Bastó que un núcleo parlamentario de derecha, apoyado por la cúpula del poder
judicial con capacidad de deinir el ejercicio de la justicia, bajo el resguardo atento de
las instituciones castrenses, el poderoso accionar coordinado del oligopolio mediático, el
gran empresariado, el gran capital, más los dispositivos de una aparato de inteligencia y
espionajes que aportaron insumos de información política desde mucho antes, para que
convergiera un veredicto – sin que hubiera un crimen veriicable – en la instalación de un
exitoso impeachment bajo ropaje legal. Los dos golpes sucesivos a los que hemos hecho
referencia son paradigmáticos para un análisis de la movilización de la dimensión de las
conciencias anti-neoliberales antes, durante y después de los antidemocráticos.
Esta forma de colar la reconstitución de la crisis y los procesos de reversión sirven para
pensar desde un ángulo de preocupación mayor. Porque hoy todos los procesos que se han
construido están en peligro, no por el mal llamado “in de ciclo progresista” o “in del giro
a la izquierda” (Torrico, 2017). Tampoco por el impacto de la crisis económica y inanciera
que cerró la llamada “bonanza primario-exportadora”, ni la política injerencista de EEUU
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que no constituye en sí misma una novedad, sino por lo que está ocurriendo allí donde
se produce la relexión, el diagnóstico político y la acumulación de fuerzas en la franja
progresista y particularmente en el seno de la izquierda. frente a los procesos de cambio
que registran una pérdida de iniciativa. Se pensó y se sigue pensando en perspectiva
post-neoliberal. El modelo bajo el inlujo de políticas progresistas ha experimentado
correcciones, pero el neoliberalismo no ha muerto (Garretón, 2013).
Los gobiernos que se han conformado con el apoyo de coaliciones de fuerzas diferentes
y que al coincidir en la proyección de objetivos programáticos sólo han conseguido
imponer su hegemonía cuando sus propuestas obtuvieron, más allá de los escrutinios,
consensos importantes en la sociedad. Cuando han perdido esa capacidad de incidir, las
fuerzas sociales que habían construido se fueron resquebrajando y las alianzas se tornaron
inservibles. Algo de esto ha sucedió, por ejemplo, cuando el gobierno kirchnerista se
debilitó abriendo espacios que no tardaron en traducirse en condiciones favorables para
su derrota electoral. El gobierno del Partido de los Trabajadores, en Brasil, igualmente se
debilitó después de que, desprovisto de la movilización de masas que no desarrolló y en
aras de pretender una base mayor de alianzas políticas con fuerzas de dudosa lealtad, que
no tardaron en desestabilizarlo generando las condiciones para los sucesos regresivos.
Paraguay, Brasil y Ecuador, siendo procesos diferentes, tienen en su momento de
regresión un común denominador precipitante en el accionar político de sus respectivos
vice presidentes. Cercano a la conducta traidora, en cada caso ese lugar político se convirtió
en un formidable instrumento para la operación de la restauración conservadora.
Siguiendo el sentido de la línea relexiva hasta aquí hilvanada, conviene volver
a preguntarse sobre el trasfondo de estos procesos recientes de derechización. Los
triunfos de estas fuerzas están más relacionados con las debilidades del progresismo y la
consistencia social de sus propuestas anti-neoliberales, habida cuenta de los errores, que
con las cualidades de la derecha. Si se revisa cuidadosamente el contenido de las políticas
que comenzaron a aplicar los gobiernos de Brasil, desde el golpe de 2016 y el de Argentina
desde el mismo día en se impuso por la mínima de menos de tres puntos porcentuales en
las elecciones de 2015, no diieren de las aplicadas durante los claros periodos neoliberales
de Fernando Henrique Cardoso y Carlos Saúl Menen, respectivamente. Las respuestas y
las movilizaciones de resistencias ante las políticas sociales regresivas anticipan un cambio
importante en el sentir de la población. Las ciudadanías de ambos países han identiicado
prontamente sus desafíos actuales. Aquel consenso activo de los gobernados con que contó
el neoliberalismo durante la década de 1990 actualmente ya no es posible reeditar.
La derecha donde ha llegado al gobierno, no ha podido ofrecer una plataforma diferente
a la que ya hemos conocido frente a los problemas sociales y políticos que cruzan a nuestros
países y que ellos impulsaron con el modelo reconstituido. Es importante revalorar que el
neoliberalismo no ha resuelto ninguno de los problemas que se ha propuesto atender. Su
sistema político no ha demostrado capacidad alguna para absorber y resolver los conlictos
sociales. A esto se añade una dimensión que sin ser nueva en la actualidad adquiere
una notable visibilidad: la corrupción gubernamental y política prevaleciente, por regla
general, es apreciada como un engranaje sin el cual su sistema político no puede funcionar.
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Espacio Abierto Cuaderno Venezolano de Sociología
Vol.27 No.1 (enero - marzo, 2018): 23-35
Fim do ciclo político dos governos
de Frente Popular (“Progressistas”)
Sul-americanos?
Luiz Fernando Da Silva y Gisele C. Costa*
Resumo
O descontentamento dos trabalhadores e das camadas sociais
mais empobrecidas na América Latina frente às políticas
neoliberais provocaram a emersão de forças políticas que,
gestadas nas direções do movimento operário e popular,
reconstituíram a ordem democrático-burguesa. Composto por
movimentos sociais, partidos de esquerda e por frações do
Capital, surgiram em diversos países sul-americanos governos
cuja natureza foi a conciliação de classes. Favorecidos pelo
crescimento econômico mundial entre o início e a metade da
primeira década do século XXI, esses governos promoveram
em países como o Brasil, Venezuela, Argentina, Bolívia,
Uruguai e Equador políticas compensatórias que, inicialmente,
possibilitaram o atendimento das necessidades elementares dos
setores mais pobres, fato que criou para tais forças políticas uma
grande base social e política. No entanto, com o agravamento
da crise econômica internacional, a partir de 2008, e com a
aplicação de políticas de austeridade por parte dos próprios
“governos progressistas”, abriu-se em alguns desses países uma
tríplice crise, econômica, social e política, na qual tais governos
perderam parte signiicativa de sua base de apoio. Nesse sentido,
o objetivo do presente trabalho é apresentar a trajetória,
Recibido: 11-10-2017 / Aceptado: 05-12-2017
*Universidade Estadual Paulista. São Paulo, Brasil.
E-mail: lf-silva@faac.unesp.br
24/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 23-35
a natureza política e as determinações que provocaram os
primeiros, mas severos sinais de enfraquecimento dos chamados
“governos progressistas” sul-americanos.
Palavras-chaves: América do Sul; governos; crise econômica;
política e social
End of the political cycle of the Popular Front
governments (“Progressives”) South American?
Abstract
The discontent of the workers and social strata more impoverished
in Latin America in front of the neoliberal policies provoked
the emergence of political forces that, in the direction of the
workers’ and popular movements, reconstituted the bourgeoisdemocratic order. Composed of social movements, parties of
the left and fractions of Capital, governments in various South
American countries emerged whose nature was the conciliation
of classes. Favored by global economic growth between the
beginning and the middle of the irst decade of the twenty-irst
century, these governments promoted compensatory policies
in countries such as Brazil, Venezuela, Argentina, Bolivia,
and Ecuador, which at irst allowed the basic needs of the
poorest sectors, a fact that created for such social forces a great
social and political base. However, with the worsening of the
international economic crisis and the application of austerity
policies by the “progressive governments”, elected with an antineo-liberal discourse, a triple economic, social and political
crisis has opened up in some of these countries, in which
such governments have lost a signiicant part of their support
base. In this sense, the objective of this paper is to present the
trajectory, political nature and determinations that provoked
the irst but severe signs of weakening the so-called “progressive
governments” of South America.
Keywords:South America; governments; economic; political
and social crisis
Fim do ciclo político dos governos de Frente Popular (“Progressistas”)
Sul-americanos?
Luiz F. da Silva y Gisele C. Costa /25
Introdução
O presente artigo é parte de pesquisa acadêmica1 que analisa o enfraquecimento
político dos projetos e experiências sul-americanas conhecidas como “progressistas” que
se desenvolveram nos últimos quinze anos. Examinamos a hipótese do debilitamento
político desses projetos, os quais deinimos como governos de frente popular.
Esses governos constituíram-se como frentes políticas em torno de representantes de
setores populares (operários, assalariados, camponeses) e frações do empresariado, com a
promessa de reverter as políticas neoliberais na região. Cabe analisar, então, as dimensões
e determinações presentes nesse enfraquecimento e perscrutar o cenário que se conigura
com a retomada dos projetos ultraliberais na região. Ademais, é possível perguntarmonos: Essas experiências signiicaram uma ruptura com o chamado “neoliberalismo?
Avançaram para um processo de superação da dependência estrutural, a qual secularmente
estão submetidos os povos latino-americanos? Tais governos, de fato, possibilitaram o
fortalecimento dos movimentos sociais populares?
Para responder as interrogantes, delimitamos um quadro comparativo entre os ex –
governos da Argentina e do Brasil, e a experiência ainda em curso na Venezuela. E em
termos teórico-metodológico, partimos da expressão fenomênica do objeto, isto é, a
dimensão imediata de tal crise: a perda do apoio político das camadas sociais populares
(proletariado, juventude empobrecida, estratos médios assalariados e pequena burguesia
urbana e rural) e de frações do empresariado, e, por outro lado, a exacerbação das propostas
liberais ortodoxas na região.
O início da crise política e descontentamento popular
Em nossa compreensão, o estopim dessa enervação ocorreu nos últimos três anos
e meio, quando inúmeras manifestações sociais de caráter reivindicatório (passeatas,
greves e mobilizações) tiveram crescimento signiicativo nos países analisados. Essas
manifestações expressaram na América Latina a natureza social da crise capitalista
internacional e desnudaram as opções políticas e econômicas que foram adotadas pelos
chamados “governos progressistas”. Deveras, tais governos privilegiaram setores do
Capital, em prejuízo das camadas sociais populares.
O declínio e enfraquecimento dessas experiências políticas guardam entre si
aproximações e distinções. Em 2013, a vitória do ex-presidente Hugo Chávez por uma
quantidade ínima de votos sobre o opositor de direita, Henrique Capriles, acenou para
uma crescente perda de base social e política que se acentuou na derrota eleitoral do
chavismo na Assembleia Nacional, em dezembro de 2015. Sob um massivo protagonismo
da classe média venezuelana, mas também de diversos setores sociais populares
prejudicados com o desabastecimento de alimentos e alta inlacionária, nos anos seguintes
a polarização se transformou em uma tríplice crise (econômica, política e social), para a
1Pesquisa desenvolvida no Grupo de Pesquisa América Latina e Marx: Movimentos Sociais, Partidos, Estado e
Cultura – vinculado ao CNPq.
26/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 23-35
qual a resposta do Governo Nicólas Maduro, sucessor de Chávez, foi aumentar a repressão
contra seus opositores.
Na Argentina, a eleição presidencial no ano de 2015 expressou o desgaste da perspectiva
kirchenerista, quando o seu candidato Daniel Scioli perdeu para Maurício Macri. Esse
enfraquecimento do kirchenerismo, que desde 2003 governava o país, também teve como
eixo a crise econômica. A queda das exportações de bens primários no mercado mundial
e o crescente endividamento público estimularam as escolhas políticas do governo, o qual
não hesitou em aplicar ajustes econômicos antipopulares como forma de restituição dos
setores mais importantes do Capital. Como consequência, houve rupturas na base política
e social de Cristina Kirchner, agravadas pelas crescentes mobilizações trabalhistas que
tiveram como marca duas greves gerais (2012 e 2014).
O caso brasileiro referência também a hipótese de enfraquecimento desses governos
sul-americanos. O processo de impeachment da presidenta Dilma Roussef, que encabeçou
a frente política liderada pelo PT, ultrapassa em muito a questão da existência de “golpe
branco” contra um governo.
Com forte base popular, em especial da juventude pauperizada, as mobilizações de
junho de 2013 liberaram forças sociais e rearticularam as forças políticas e econômicas
no país. A síntese desse processo foi o duplo e antagônico rompimento político e social
com o governo petista. Setores empresariais (frações burguesas), até então agraciados,
deslocaram gradualmente para a oposição ultraliberal, sendo o caso mais signiicativo o
capital inanceiro. Por sua vez, a política de austeridade adotada por Dilma, sobretudo em
seu segundo e interrompido mandato, provocou expressivo desgaste junto aos setores de
trabalhadores, juventude e camadas sociais populares.
Frente a isso criou-se no Brasil duas narrativas tautológicas para explicar o afastamento
de Dilma, uma de direita e outra de centro-esquerda. A primeira tratou-se da orquestração
entre setores midiáticos e setores do judiciário que enfatizaram junto à classe média que o
impeachment era parte de um programa de combate à corrupção. Por outro lado, os velhos
e novos arautos do petismo buscaram explicar a queda do Governo Dilma como idêntica
e intrínseca a um processo de ataque às liberdades democráticas em geral; ascensão de
bandos fascistas; etc.
Em comum, está o fato de que apesar de sedutoras e apelativas, nenhuma dessas
ideologias conseguiram até o momento conquistar e mobilizar as camadas mais
empobrecidas da sociedade brasileira, seja para defender o projeto de Frente Popular ou
para legitimar os projetos de austeridades e conservadores escondidos pelo discurso de
anticorrupção.
Características dos atuais governos de Frente Popular na
América do Sul
Esses governos sul-americanos originaram-se de forças políticas e sociais que
expressaram a crítica às propostas neoliberais e apoiaram-se em setores importantes
Fim do ciclo político dos governos de Frente Popular (“Progressistas”)
Sul-americanos?
Luiz F. da Silva y Gisele C. Costa /27
de movimentos sociais e partidos de esquerda, além de receberem apoio de frações do
empresariado. Como traços aproximativos cabe indicar que são governos que (a) emergem
da descrença popular com as instituições estatais, corroídas pelo período neoliberal,
especialmente na década de 1990; (b) constituíram referência e/ou base social e política
em signiicativos movimentos sociais (sindical e popular) e partidos de esquerda; (c) no
caso argentino, venezuelano, boliviano e equatoriano resultaram de profundas crises
institucionais que se desdobraram em levantes populares, (d) constituíram-se como
frentes populares, no sentido de coalizão governamental envolvendo setores do Capital e
representações políticas de esquerda e movimentos sociais; (e) as frações do grande capital
(capital inanceiro, transnacionais e agronegócios) mantêm seus interesses econômicos e
políticos acomodados no bloco no poder de Estado.
Ao nosso entender, nesse âmbito apresentam-se intrínsecas contradições. Esses
novos governos lograram canalizar os anseios populares e restabelecer a ordem social,
contendo as lutas sociais nos parâmetros institucionais, por meio de programas sociais
e pelo envolvimento/contenção dos movimentos sociais e sindicais no ritmo e lógica
estatal. Ao mesmo tempo rearticulam as funções do Estado e sua forma de representação
política liberal.
Por um lado, a lógica institucional desses governos mantém como centralidade
os mecanismos institucionais liberais de representação política, mesmo quando eles
desenvolvem de maneira subordinada formas de democracia participativa. Dessa maneira,
incorporam os movimentos sociais à lógica e ao ritmo estatal, desmobiliza-os e/ou
neutralizam suas agendas de reivindicações e formas de organização próprias. Por outro
lado, o eixo central das políticas governamentais volta-se para setores empresariais, para
setores da burocracia estatal e/ou para uma burguesia nativa, ao exemplo da boliburguesia
venezuelana. Desta maneira, o bloco de poder no Estado (Poulantzas, 1986) permanece
concentrado em setores hegemônicos do Capital. Essa determinação estatal implica em
permanente condensação de políticas econômicas e sociais negociadas e contidas pelos
interesses empresariais majoritários por meio das mediações da burocracia estatal.
As experiências políticas atuais permitem indicar traços que debilitam iniciativas de
transformação e/ou de ruptura integral com as propostas neoliberais, que são por demais
explícitas no caso brasileiro, argentino, uruguaio, equatoriano e boliviano.
O que tem se evidenciado em nossa investigação sobre os atuais governos sulamericanos é a orgânica articulação dentro do bloco de poder do Estado dos interesses
centrais do capital inanceiro internacional e das transnacionais, especialmente aqueles
ligados às atividades de extração mineral, energético e agrícola. Isso evidencia que os
governos que deinimos na investigação apresentam-se originários de movimentos sociais
e da própria esquerda política, que tiveram muitas críticas, mobilizações e lutas contra
aqueles interesses econômicos na década de 1990, constituíram relações orgânicas com
essas forças econômicas.
Temos observado, a partir dos países analisados (Argentina, Bolívia, Brasil, Equador,
Venezuela), que de fato se desenvolveu desde o inal da década de 1990 uma tendência
política regional, com a eleição de governos nacionais com base de apoio popular e em
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movimentos sociais. Observa-se que essa tendência regional de governos nacionais com
apoio popular emergiu e se consolidou a partir do inal da década de 1990 e no transcorrer
da década de 2000. Tais governos expressam contornos que se aproximam entre si, ao
exemplo da base social constituída em setores populares e em setores da esquerda.
Tal fenômeno político ganhou diversas conceituações, como aquelas que caracterizam
esses governos como populistas, progressistas ou de centro-esquerda (Laclau, 2005; Borón,
2004; PETRAS, 2005; Katz, 2008). Outras caracterizações (LOWY, 2000) os classiicam
em dois blocos: progressistas (Venezuela, Equador e Bolívia) e social-liberais (Brasil,
Uruguai, Peru e outros). Em nossa análise, evidenciamos, por um lado, a maneira como
esses governos foram originados politicamente; por outro lado, observamos que em suas
trajetórias conseguiram manter graus de concessões sociais e o apoio de amplos setores de
movimentos sociais. Por essa razão, caracterizamo-los como governos de frente popular,
acompanhando uma deinição clássica presente em Trotsky (2007), Moreno (2002) e
Poulantzas (1986), entre outros, pois tais governos são expressões de forças políticas e
sociais que se apoiaram em setores importantes dos movimentos sociais e partidos de
esquerda e, ao mesmo tempo, realizaram alianças políticas com frações do empresariado.
Essa tendência política regional emergente a partir do inal da década de 1990
generalizou-se pela maioria dos países da região e, em sua maioria, conseguiram uma
consolidação com apoio de setores populares. Diversos indicadores podem nos sustentar
essa airmação, mas especialmente as reeleições ocorridas na região que possibilitaram a
reprodução institucional dessas novas forças políticas.
O período inaugurado pelo ex-presidente Hugo Chávez, em sua vitória eleitoral em 1998
na Venezuela, é signiicativo dentro da coniguração das forças políticas emergentes nos
países sul-americanos que ganharam eleições nacionais com uma posição antineoliberal
radical ou moderada. Essa coniguração política antineoliberal generalizou-se pela
maioria dos países da região – Brasil, Argentina, Bolívia, Uruguai, Equador e Peru – ,
tendo também conseguido sua reprodução institucional por meio de reeleições sucessivas.
Na Venezuela, o ex-presidente Hugo Chávez foi reeleito por quatro mandatos. No Brasil,
o Partido dos Trabalhadores (PT) e seus aliados elegeram Luiz Inácio Lula da Silva em
dois mandatos (2003-2006; 2007-2010) e Dilma Roussef (2010-2014). Na Argentina,
o falecido Néstor Kirchner elegeu-se em 2003 e, na impossibilidade de sua reeleição,
conseguiu indicar e eleger sua esposa a então senadora peronista Cristina Kirchner em
2007, que se reelegeu em 2012. Na Bolívia, Evo Morales elegeu-se pelo Movimento para
o Socialismo (MAS), em 2006, e reelegeu-se em 2010, disputando seu terceiro mandato
em 2014. No Equador, Rafael Correa venceu as eleições presidenciais em 2007 e, em
fevereiro de 2013, conseguiu nova vitória eleitoral para o Executivo Nacional, e elegeu seu
sucessor Lenin Moreno, em 2017. Finalmente, no Uruguai, a Frente Ampla foi vitoriosa
por duas vezes com Tabaré Vásquez (2005-2008; 2008-2010); José Mujica (2011-2014);
e novamente Tabaré Vásquez, cujo mandato iniciou-se em 2015 e com previsão até 2010.
No caso do Paraguai, Fernando Lugo teve interrompido seu mandato por um processo de
impeachment que sofreu em 2011.
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Sul-americanos?
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Entre 1999 e 2008, essas experiências governamentais beneiciaram-se do contexto
internacional, que lhes permitiram grandes excedentes comerciais com saldos em conta
corrente, acumulando reservas monetárias que lhes permitiram inclusive redução da
dívida externa e relativa capacidade de iniciativa inanceira. Isso favoreceu reeleições
sucessivas de governos com a mesma orientação ideológica e política.
O que se apresenta nesse quadro a partir de 2008, com a crise capitalista internacional,
que se aprofundou em 2010, é uma dimensão que aos poucos foi vislumbrada nos
horizontes e impasses para tais governos. Êxito maior dessa tendência política concentrouse principalmente entre 2002 e 2008, período no qual com a economia internacional
aquecida permitiu uma melhoria relativa aos setores populares e aos trabalhadores
assalariados por meio de elevação de nível de empregos, embora em geral precarizados, e
a constituição de diversos programas sociais compensatórios.
Os pilares dessas melhorias sociais concentraram-se em acompanhar a divisão
internacional de trabalho, na qual os países sul-americanos desempenharam importante
papel de exportadores de commodities agrícolas, pecuária, e de energias, como também
receberem investimentos de capitais estrangeiros. Com a segunda onda da crise
internacional, evidenciam-se os efeitos do quadro econômico internacional nesses países.
A limitada possibilidade de continuar com as políticas compensatórias foi uma das
questões e desaio para esse ciclo de governos. As pressões inlacionárias, crescente dívida
pública e queda nas exportações os expuseram às pressões do grande capital (inanceiro
e transnacional), ao mesmo tempo que diversos movimentos populares e trabalhistas
passaram a se mobilizar.
Os casos nacionais: comparações
A comparação entre os governos dessa tendência política permite-nos considerar que
existem traços particulares na dinâmica política, ideológica e social. O que ressaltamos é a
constituição e reprodução diferenciadas nos casos concretos, na relação estabelecida com
os movimentos sociais e as frações do grande capital. Essas experiências possivelmente
terão desdobramentos diferenciados, em relação aos destinos gerais dessas formas de
governo na região.
Veriicamos que existem diferenças entre aqueles governos em relação ao quadro
político brasileiro anterior ao ano 2002, ou seja, antes da vitória eleitoral de Luis Inácio
Lula da Silva. No caso brasileiro, o descontentamento social não havia transgredido o
quadro institucional (Silva, 2012), pois não estava em aberto uma crise no regime político,
como ocorrera na Venezuela desde 1989 a partir do caracazo (Maya, 2006; Lander, 2005)
e na Argentina a partir de dezembro de 2001 (Sartelli, 2003; Almeyra, 2004; Bonnet,
2008). O regime político brasileiro não entrou em crise, como naqueles países, embora
no Brasil tenham ocorrido mobilizações sociais nacionais em 1992 que levaram à queda
do então presidente Collor de Mello. Essas mobilizações diferenciam-se do caracazo e
do argentinazo, visto que as mobilizações multitudinárias brasileiras não envolveram
revoltas populares, negação do regime político e repressão militar.
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Os ciclos de mobilização social acentuaram-se desde 1995, no caso argentino,
especialmente com a ampliação nacional do movimento piqueteiro (desempregados) e
com forte presença política em Buenos Aires (Cravino, 2007; Soane, 2005 e 2007; Petras
e Veltmeyer, 2005). Isso se deveu ao intenso processo de privatizações ocorridas no setor
de Energia, Ferrovias, Petróleo, Comunicação, entre outros setores (Basualdo e Arceo,
2006). Na Venezuela, por sua vez, esse ciclo acompanhou uma evolução desde o caracazo,
especialmente marcado por saques a supermercados, quebra-quebras e confrontos
com a repressão policial, em decorrência dos ajustes econômicos do então recém-eleito
presidente Carlos Perez. Essa tendência não se apresentou no caso brasileiro, no período
que antecedeu a eleição de Lula em 2002. O Movimento dos Trabalhadores sem Terra
(MST), especialmente entre 1997 e 2001, tornou-se ao lado do PT a principal referência
nacional de oposição política ao Governo Fernando Henrique Cardoso (1995-2002).
No entanto, não ocorreram no país revoltas populares com a intensidade e dimensões
argentina e venezuelana. Em 1998, a crise inanceira internacional sacudira os países
da região. É certo que em parte essa crise contribui com a vitória de Hugo Chávez Frías
(Venezuela) e Fernando De La Rúa (Argentina) naquele ano e abriu caminho para a vitória
de Lula em 2002, uma vez que o ciclo da crise econômica esteve aberto até esse período
(Crespo e outros, 2008; Natanson, 2009).
Em relação ao movimento sindical, nos países em foco houve uma postura
contraditória, em meio às ofensivas governamentais e patronais. Contraditória porque
operou em processos de negociação com as medidas de privatizações, reformas trabalhista
e previdenciária (Murillo, 2008). As principais Centrais Sindicais desses países, a argentina
Central Geral dos Trabalhadores (CGT) e a Central dos Trabalhadores da Venezuela (CTV),
tiveram papéis destacados nos acordos realizados com Carlos Saúl Menem (Argentina)
e com Carlos André Perez (Venezuela). De qualquer maneira, acentuaram-se as greves
argentinas a partir de 1995, no setor público, e que se transformaram em greves nacionais
nos anos seguintes (Bonnet, 2008). No caso venezuelano, as greves se ampliaram. No Brasil,
as greves não tiveram papel destacado no período, sendo que as direções majoritárias das
centrais sindicais, especialmente a Central Única dos Trabalhadores (CUT), mantiveram
um papel “comportado” ou não tiveram força para se confrontar ao desemprego massivo,
as privatizações, a primeira reforma previdenciária e a lexibilização trabalhista (Garcia,
2011; Oliveira, 2003). As mobilizações sociais não se estenderam territorialmente nem
se ampliaram em termos de categorias proissionais. No período anterior a 2002, não
ocorreram greves nacionais, ao contrário do que veriicamos nos dados estatísticos sobre
movimento sindical na Venezuela, Argentina, Bolívia e Equador.
Nesse quadro histórico podemos assinalar que, no caso brasileiro, não se desenvolveram
dinâmicas anti-sistêmicas ou revolucionárias, no período que antecede a vitória eleitoral
à Presidência da República do candidato petista Ao nosso entender, a principal explicação
para esse caso encontra-se na dimensão ideológica, política e organizativa advinda da
constituição e airmação de uma referência política nacional em torno de um partido
político (PT) e da projeção nacional de muitas de suas lideranças políticas, em torno
da qual gravitaram ou se organizaram distintas tradições da esquerda brasileira e dos
movimentos sociais. Esse fenômeno político possibilitou, entre o inal da década de 1970
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e década de 1990, canalizar parte importante das lideranças operárias e populares que
surgiram com o ascenso das lutas sociais no período e por sua vez permitiu canalizar
as organizações e militantes de esquerda que vinham de um período de derrota política
diante da ditadura militar (1964-1984). Esse projeto impediu a fragmentação política e
ideológica na esquerda e nos movimentos sociais, como também possibilitou a orientação
em torno de um projeto político que canalizou o descontentamento e os anseios presentes
nos setores mais proletarizados para o âmbito institucional-eleitoral. Nos outros países,
isso não ocorreu, não foi possível.
Na Argentina, a repressão imposta pela ditadura militar sobre a esquerda política e
as diferenças político-ideológicas nessa esquerda impossibilitaram qualquer forma de
uniicação como ocorrera no caso brasileiro. No entanto, cabe lembrar, que na década
de 1980 surgiu o Movimento para o Socialismo (MAS) que se transformou em terceira
força política argentina, depois do Partido Justicialista (PJ) e da União Cívica Radical
(UCR). O MAS, contudo, entrou em uma profunda crise entre o inal dos anos de 1980 e
início de 1990, sem conseguir manter-se como principal força política da esquerda e dos
movimentos sociais. A fragmentação ocorrida impossibilitou um campo político orgânico
para o período histórico que o país entrava com o neoliberalismo de Carlos Menem,
eleito em 1989.
Na Venezuela, o caracazo de 1989, que signiicou o início do colapso do Punto Fijo,
acordo institucional entre os principais partidos da Ordem em 1957 para estabilizar
o regime político, não trouxe em seus desdobramentos a constituição de uma corrente
política e ideológica sólida o suiciente para canalizar as correntes políticas e organizações
sociais surgidas naqueles levantes. A uniicação somente ocorreu no plano eleitoral, com
o Movimento V República, para o apoio à primeira candidatura de Hugo Chávez. No
entanto, não houve a consolidação orgânica, política e ideológica. A tentativa de uniicação
aconteceu em 2007 quando Chávez lançou o Partido Socialista Uniicado da Venezuela
(PSUV). Nesse caso, um partido que foi estruturado a partir do governo chavista e no
qual muitos movimentos sociais e organizações de esquerda foram levadas a aderir com
a ilusão de que o PSUV se tornaria um espaço político de participação nas deinições das
políticas governamentais.
A eleição do Governo Lula em 2002, em ampla e contraditória aliança, envolveu
frações do empresariado e amplo leque de movimentos e organizações de esquerda. A
própria contradição dessa aliança desdobrou-se nas inúmeras inlexões políticas e sociais,
condicionando/subordinando a atuação do governo e de muitos movimentos sociais e
organizações de esquerda que permaneceram na lógica e ritmo do Estado brasileiro. Este
por sua vez manteve-se hegemonizado por frações do capital no bloco no poder, como é o
caso dos grupos econômicos transnacionais, capital inanceiro, setores do agronegócio e
da construção civil.
De maneira contraditória, os programas sociais permitiram a ampliação substancial da
base social e política do Governo Lula. As centrais sindicais brasileiras mantiveram amplo
apoio ao governo, como também inúmeros movimentos sociais e culturais. Diferente dos
governos argentino e venezuelano, o governo brasileiro consolidou uma ampla base de
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apoio não somente social e parlamentar, mas também junto aos setores empresariais, em
decorrência das políticas econômicas adotadas. Essa foi a experiência de frente popular
que melhor se articulou nesse período histórico na região sul-americana. Logrou conter
os setores trabalhistas e populares organizados em sindicatos e movimentos sociais mais
fortes, impedindo o caráter explosivo de suas reivindicações, não somente salariais como
também relacionadas às reivindicações estruturais, como a gritante situação da reforma
agrária.
Especialmente isso ocorreu por meio da constituição de espaços institucionais e
fóruns de discussão com o governo federal e da participação de principais direções dos
movimentos sindicais e populares na esfera governamental. Por sua vez, a constituição
de base congressual (na Câmara Federal e no Senado) utilizando mecanismos políticos
tradicionais em troca de cargos em ministérios, destinação de verbas ministeriais para
regiões e mesmo formas ilícitas como compra de votos para apoio/aprovação de emendas
provisórias demonstraram-se eicazes na manutenção da estabilidade governamental.
No entanto, o agravamento da crise econômica internacional e seus desdobramentos
políticos e sociais na conjuntura sul-americana aproxima os vários países governados
por projetos de frente popular. Em geral, a fragilidade e submissão desses governos
diante da crise internacional do Capital desdobrou-se em descontentamentos populares
materializados pelo aumento de protestos que questionaram as políticas econômicas
e alianças estratégicas adotadas por esses governos e voltadas para frações burguesas
hegemônicas.
As expectativas internacionais de que o chamado BRICS – Brasil, Rússia, Índia,
China e a recente África do Sul – fosse o impulsionador econômico para um novo quadro
internacional demonstrou que de fato não seria bem assim. Esses países sofreram com
o processo recessivo internacional. China considerada o motor de alavancagem para as
economias de commodities entrou-se em crescente desaceleração econômica depois de
2014. O fator chinês representa para as economias latino-americanas e, em especial sulamericanas, grande impacto econômico.
Os limites presentes em tal coniguração sul-americana revelaram problemas
estruturais, entre os quais alguns podemos assinalar. Por um lado, impuseram-se limites
nessa forma de capitalismo em relação à sua planiicação, soberania e construção de um
mercado de massas orientado pela lógica do grande capital. Para superá-los, haveria de
estender o processo de nacionalização e expropriação estratégicos, em particular o setor
inanceiro. Mesmo no caso venezuelano grande parte dos ativos bancários permaneceram
em mãos do setor privado nacional e internacional. Por outro lado, apresentou-se como
limitada a estratégia de inserção internacional a partir da renda petrolífera, o que deveria
se vincular à articulação de um acordo produtivo que diversiicasse a produção nacional e
a cesta de exportações e garantisse a gestão cientíica e tecnológica dos recursos naturais
assim como a soberania alimentar.
Por último, as limitações dos processos nacionais para satisfazer as necessidades de
desenvolvimento das grandes massas latino-americanas. A construção de uma estrutura
Fim do ciclo político dos governos de Frente Popular (“Progressistas”)
Sul-americanos?
Luiz F. da Silva y Gisele C. Costa /33
produtiva complexa, a diversiicação da cesta de exportação, a soberania alimentar e o
estabelecimento de um eixo inanceiro soberano requerem escalas de desenvolvimento
dos processos regionais. No entanto, o que se observa nesses anos foi uma constante
dependência ao capital inanceiro internacional.
Considerações inais
O quadro de agravamento das vicissitudes sociais estruturais da América Latina
provocou dois movimentos contraditórios no indar do século XX e início do século XXI.
A radicalização do liberalismo trouxe como consequência o aumento da pobreza, do
desemprego, da violência no campo e ataque aos direitos trabalhistas. Essas condições
provocaram um profundo sentimento de revolta nas camadas populares, isto é, no
proletariado em geral e em estratos da pequena burguesia empobrecida. Por outro lado, a
resposta para a estabilização do sistema surgiu justamente das lideranças dos movimentos
populares em convergência com setores do Capital. Dessa maneira, nas últimas décadas
os governos de Frente Popular na América Latina reservaram para si a tarefa de recompor
as instituições do Estado liberal, de modo a condicionar as reivindicações sociais ao
funcionamento e à lógica do aparato estatal, ao passo que no bloco do poder se manteve
as principais frações do grande Capital. Entretanto, a natureza política de conciliação de
classes é insuiciente para suportar a relatividade estabilidade desses governos depois da
crise capitalista internacional de 2008.
Para além de sua caraterística de impedir a independência do movimento operário
e popular, os governos de frente popular foram auxiliados, em grande parte, pelo
crescimento econômico mundial. A partir da aceitação da condição de países primárioexportadores, os governos de Frente Popular no Brasil, na Argentina, Venezuela, Bolívia,
Equador e Uruguai, se beneiciaram do aumento dos preços das commodities no mercado
mundial. Essa situação possibilitou até a metade da primeira década dos anos 2000, uma
série de políticas compensatórias que atenderam as necessidades imediatas e mais sentidas
pelo conjunto da classe trabalhadora, contudo sem que isso implicasse em mudanças
estruturais na matriz econômica e na hierarquia social desses países.
Integrada irreversivelmente à economia mundial, na medida em que esta última
entrou em processo de crise, as economias dos países sul-americanos foram incapazes de
seguir a sustentar um projeto político de aliança de classes, ainda que mesmo nos tempos
de crescimento econômico a distribuição de renda e outras políticas sociais tenham sido
ínimas, para não dizer irrisórias.
A partir, então, da crise econômica que assola boa parte da América Latina que
emergiram os primeiros sinais de descontentamento popular com os chamados “governos
progressistas”. Entretanto, não foram somente os efeitos das agruras econômicas em
si que provocaram a ruptura na base social de tais governos. A política de austeridade
que foram adotadas pelo petismo, chavismo e kirchenerismo contra os setores mais
empobrecidos da população, não apenas demonstraram a face burguesa desses governos,
34/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 23-35
como também foram decisivas para que a crise econômica se dedobrasse em crise social e
concomitantemente em crise política.
Frente a esse quadro, na ausência de uma sólida direção política que apontasse
alternativas anti-sistêmicas e por fora da ordem institucional liberal, a desilusão dos
setores populares passaram a ser direcionadas para oposição de direita, cujo programa é o
liberalismo ortodoxo. A vitória de Maurício Macri é emblemática, nesse sentido. Todavia,
o aprofundamento das (contra) reformas, como a trabalhista no Brasil e da Previdência
na Argentina, apontou para um rápido desgaste também da direita tradicional no
poder executivo.
Nesse possível cenário, coloca-se, então, a possibilidade de retorno pelas vias
institucionais dos projetos de Frente Popular, entretanto condicionados agora por dois
problemas elementares e complementares: sem os subsídios do crescimento econômicos,
tais governos não poderiam garantir a estabilidade social de outrora por meio de
mínimas concessões sociais; por outro lado, em um contexto de crise aguda do Capital
seus compromissos com as principais frações burguesas terão que ser mais consequentes
e sem vacilações, o que implica em ter uma atuação ainda mais severa contra a classe
trabalhadora do que foi em seus dias de glória.
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Espacio Abierto Cuaderno Venezolano de Sociología
Vol.27 No.1 (enero - marzo, 2018): 37-50
Escenarios democráticos alternativos en la
Argentina contemporánea1
María Susana Bonetto*
Resumen
Se analizan los “escenarios democráticos alternativos” al
interpretar, a partir de asumir un diagnóstico nacional, regional y
mundial, la disputa entre dos propuestas políticas y económicas:
la democrática y la neoliberal. Para eso se proponen algunos
núcleos orientadores para el desarrollo argumentativo: 1) desde
qué perspectiva se opta por analizar los actuales proceso en la
región; 2) qué dimensiones analíticas se seleccionan desde la
propia perspectiva para dar cuenta críticamente de los mismos;
3) el análisis de algunos núcleos centrales del discurso del
neoliberalismo y las nuevas dimensiones de la construcción
hegemónica de la derecha neoliberal. 4) qué se requiere
recuperar de las construcciones democráticas alternativas al
neoliberalismo.
Palabras clave: Democracia;
Argentina
neoliberalismo;
Sudamérica;
1Una versión preliminar de este artículo se presentó en el Congreso organizado por la Asociación Latinoamericana
de Ciencia Política. (ALACIP), en la Pontiicia Universidad Católica del Perú, Lima, 22 al 24 de julio de 2015.
Recibido: 13-10-2017 / Aceptado: 05-12-2017
*Universidad Nacional de Córdoba y de la Universidad Nacional de Villa María. Argentina
E-mail: msbonetto@hotmail.com
38/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 37-50
Alternative Democratic Scenarios in
Contemporary Argentina
Abstract
This article analyzes the “alternative democratic scenarios”
when interpreting, starting from assuming a national, regional
and global diagnosis, the dispute between two political and
economic proposals: the democratic and the neoliberal. For
that, some guiding nuclei for argumentative development are
proposed: 1) from which perspective one chooses to analyze the
current process in the región; 2) what analytical dimensions are
selected from the perspective to critically account for them; 3) the
analysis of some central nuclei of the discourse of neoliberalism
and the new dimensions of the hegemonic construction of the
neoliberal right; 4) what is required to recover from alternative
democratic constructions to neoliberalism
Keywords: Democracy;
Argentina
Neoliberalism;
South
America;
Presentación
En este trabajo se proponen algunos núcleos orientadores para su desarrollo
argumentativo: 1) desde qué perspectiva se opta por analizar los actuales proceso en la
región; 2) qué dimensiones analíticas se seleccionan desde la propia perspectiva para dar
cuenta críticamente de los mismos ; 3) el análisis de algunos núcleos centrales del discurso
del neoliberalismo y las nuevas dimensiones de la construcción hegemónica de la derecha
neoliberal ; 4) qué se requiere recuperar de las construcciones democráticas alternativas
al neoliberalismo.
Las transformaciones políticas que se están gestando en América Latina permiten
advertir “un giro a la derecha”, frente a las construcciones democráticas de inicios del
siglo veintiuno que constituyeron “la nueva izquierda latinoamericana” (Arditi 2009).
Urge analizar estas nuevas realidades democráticas y sobre todo interrogarse ¿qué tipo de
democracia están construyendo?
Por ello, en las actuales circunstancias de avance mundial del capitalismo inanciero
y gobiernos neoliberales de derecha, es posible plantear que innovar políticamente es
recuperar lo que se piensa y se sigue intentando, lo que no impide dar cuenta de los errores
y requerir a quienes resultaron derrotados por la derecha, o sea a las construcciones
Escenarios democráticos alternativos en la Argentina contemporánea
María Susana Bonetto/39
concretas de distintos gobiernos regionales, especialmente el argentino su propia
autocrítica. Sin embargo, se deja este tema para discutirlo en otro trabajo, a in de focalizar
nuestro análisis, sobre lo que se entiende sigue siendo el eje del conlicto a partir de asumir
un diagnóstico nacional, regional y mundial: la disputa entre dos propuestas políticas y
económicas: la democrática y la neoliberal.
Mirada regional y descolonizada
Este análisis se plantea desde una mirada regional que intenta ser descolonizada,
por ello los presentes comentarios están tomados de Luis Tapia, Raúl Prada Alcoreza,
Walter Mignolo y Atilio Borón. Pero, además, no se renuncia a destacados aportes críticos
europeos tales como Moufe o Ranciére. Así, se trabaja desde una mirada entremezclada
por las perspectivas de la decolonización y los aportes del neomarxismo y post marxismo
regional y europeo.
Desde esta perspectiva, es preciso reiterar que las democracias latinoamericanas
requieren una lectura desde un pensamiento propio, que implica la ardua tarea de
desmontar la universalización de los saberes modernos hegemónicos en los países
centrales, disputarles la matriz de control colonial y reivindicar el análisis de formas de
convivencia socio – políticas y económicas que la matriz colonial marginó y no pocas
veces demonizó.
Por ello, el abordaje desde una mirada decolonial, de las resistencias y las luchas por la
emancipación, sigue marcando la diferencia de un pensamiento regional emancipatorio,
alternativo a la universalización del individualismo eurocéntrico, y por tanto, se
compromete en su análisis y los acompaña, en sus plurales historias en gran parte signadas
por sincretismos y mestizajes.
Este pensamiento regional, no se aísla sino que se relaciona desde su propio lugar,
con otras formas de conocimientos y saberes, y en esa vinculación, logra enriquecer su
particular construcción. Por ello trata de relacionarse con los aportes de otras teorías
críticas, evaluando sus alcances, buscando cruzar sus umbrales y sus límites. Así se vincula
con los aportes de relexiones y saberes de otros pueblos y de sus teóricos que trabajan
pretendiendo construcciones alternativas a las consideradas “universales” (Prada, 2007).
En contra de esa recuperación epistémica-analítica siguiendo a Tapia (2008) se puede
distinguir un eje de explotación-dominación de carácter colonial que en clave política
consiste en el desconocimiento y negación de igualdad entre los principios organizadores y
de gobierno de sociedades diferentes. Esto termina estableciendo relaciones de dominación
entre ellas, a partir de la supuesta superioridad de unas sobre otras, convirtiéndose en
una derrota cultural de los colonizados con la introyección de la desvalorización de las
sociedades dominadas por el discurso de los saberes centrales hegemónicos.
40/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 37-50
En este marco, esta deslegitimación de las construcciones “colonizadas” asumida por
gran parte de una intelectualidad impregnada y expansiva del “colonialismo interno”2
justiica el establecimiento de una estructura de dominación económica de orden colonial
lo que legitima, no solo la apropiación del excedente de las sociedades dominadas, sino
también el destinado a la reproducción simple. Así, el colonialismo legitima la imposición
de una política de reducción del tiempo y los recursos para el propio desarrollo de
esas sociedades, excluyendo al pueblo del consumo del producto social, incorporando
únicamente parte de esa apropiación a algunas élites locales o grupos de mediación
descendentes (Tapia, 2009).
Esta deslegitimación implica también la exclusión de autonomía de los procesos de
gobierno político para los miembros de las sociedades dominadas. Por eso, en un todo
de acuerdo con Tapia “las modernas luchas sociales y políticas por la conquista de la
ciudadanía o democratización del estado, por un lado, y por la descolonización política por
el otro, están ligadas a la lucha por el control local de excedente en el segundo caso y por la
redistribución progresiva del mismo en el primero” (Tapia, 2008:25)
Por ello, se requiere apelar a otros marcos analíticos trabajados desde los supuestos de
las perspectivas de la decolonización y la interculturalidad. Para sintetizar sus sentidos,
citamos brevemente los supuestos expresados por Mignolo “el giro decolonial consiste
en desprenderse del chaleco de fuerza de las categorías de pensamiento que naturalizan
la colonialidad del saber y del ser y los justiican en la retórica de la Modernidad, el
progreso y la gestión democrática imperial” (2003:15). Si no se superase éste estatuto del
conocimiento, el mismo operaría en la teoría política dando prioridad a los conceptos de
democracia y libertad articulados en la supuesta universalización de la “racionalidad” de
la democracia liberal – capitalista occidental.
Por el contrario, en este texto se propone una relexión sobre las realidades regionales,
desde una teoría política decolonial que parte de la diferencia colonial, pero “se apropia
desvergonzadamente del discurso imperial con el cual tiene que necesariamente entrar
en diálogo y confrontación” Mignolo (2009:10) De esta experiencia surgen análisis de un
nuevo tipo de pensamiento fronterizo crítico y diferencial que no excluye el conocimiento
europeo, porque es imposible sepultar las contribuciones de occidente ya internalizadas
en nuestros “saberes”, pero recupera y trabaja en un paradigma diverso y pluriversal. De
este modo es posible proponer un análisis diferente al proveniente de los marcos teóricos
generados por las Ciencias Sociales de la tradición canónica de la racionalidad universalista
liberal, hegemónica en los estudios de la democracia. Esta tentativa exige y/o supone la
necesidad de deconstrucción respecto a arraigadas conceptualizaciones tradicionales, y
también de tradiciones académicas, reiterativas de las dimensiones eurocéntricas. Sólo a
partir de ese esfuerzo es posible desmitiicar la universalidad de los valores que sustentan
2Para una mayor explicación de este concepto ver BONETTO y GARAY “Recuperación del Pensamiento Social
Latinoamericano en la construcción de una relexión crítica” Revista Estudios Julio –Diciembre 2013
Número 30.
Escenarios democráticos alternativos en la Argentina contemporánea
María Susana Bonetto/41
el canon hegemónico de la democracia liberal y analizar críticamente la adecuación de sus
marcos analíticos para dar cuenta de las democracias del Sur3.
Analizando las democracias desde Sudamérica:
conocimiento situado
Tomamos como eje de análisis la democracia, focalizando su estudio en la región.
Desde esta perspectiva, esta cuestión nos remite a discutir sus tradiciones teóricas y
sus prácticas, las que indagamos no en el marco de la universalización de la democracia
liberal, sino a partir de esos escenarios democráticos alternativos como los existentes en
Sudamérica
Así, la historia de la democracia, en especial en Latinoamérica no comprende solamente
la lucha por el reconocimiento de derechos políticos y de representación, como sostienen
los liberales, sino que se trata también de procesos de disputa por el control del excedente
y por la reorganización de las condiciones políticas y sociales de la apropiación legítima de
una mayor porción del mismo (Tapia, 2009).
Si no hay un acceso ampliado a la obtención de éste es posible airmar que no hay
democratización. Por ello, coincidiendo con el análisis de Tapia se entiende que “la
institucionalización de la representación y separación de poderes, pueden ser parte
signiicativa en el desarrollo de un estado de derecho pero no son necesariamente
democratizaciones si no hay un consumo más colectivizado del excedente” (Tapia,
2009:29).
En este contexto, la historia de las democratizaciones en la región, ha consistido en
luchas por conquistar márgenes más amplios de igualdad política, que a la vez se proyecta
para atacar las desigualdades socioeconómicas y buscar la ampliación de derechos de los
grupos excluidos. Desde esta perspectiva se puede abandonar la inescindible vinculación
entre democracia y liberalismo como lo plantea Lefort (1988) y postularla como una
cuestión contingente como lo sostiene Moufe (2003).
El actual discurso neoliberal
Corresponde en primer lugar precisar (Tapia, 2008) que lo que distingue al
neoliberalismo económico y político del liberalismo clásico, no es el contenido normativo,
el modelo social o la antropología política que básicamente son los mismos. La diferencia
consiste en que los primeros liberales fueron ideólogos de reformas y experiencias de la nueva
sociedad frente a la antigua estamental y de la libertad individual frente al absolutismo.
3Para una mayor explicación de estas referencias Bonetto y Garay (2013) “Recuperación del pensamiento social
Latinoamericano en la construcción de una relexión crítica”, en Revista Estudios, julio – Diciembre, nro. 30,
pp. 53-68, http://revistas.unc.edu.ar/index.php/restudios/article/view/7395/8487
42/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 37-50
El neoliberalismo, en cambio, es un discurso y una política negadores de los desarrollos
históricos de la igualdad en lo político y lo económico experimentada en las sociedades
contemporáneas por el avance de la democracia, sobre todo en los siglos diecinueve y veinte.
Así también lo peculiar del discurso neoliberal, es que interpreta que los problemas
y crisis contemporáneas se deben al desvío producido por las políticas igualitarias, de la
natural meritocracia, y no que estos provienen del resultado de las estructuras impuestas
por las relaciones del mercado capitalista.
Por el contrario las soluciones propuestas por el neoliberalismo consisten en
reintroducir reformuladas a las actuales estructuras económicas y tecnológicas, la
universalización de las convicciones sobre la naturaleza humana y el tipo de instituciones
políticas y económicas develadas ya, como las únicas naturales por el antiguo liberalismo
Para el liberalismo la política es el medio para organizar la sociedad y dar seguridad en
sus transacciones a los individuos que necesitan el espacio social para la satisfacción de sus
necesidades e intereses. Por ello se piensa la política a partir de una función de vigilancia
jurídica de esas transacciones, la protección de la propiedad, y el castigo de los transgresores.
Se exalta el modelo de individuos emprendedores y en competencia que arriesgan y ganan
bajo la vigilancia del Estado para que esa realización no tenga interferencias.
En este marco, el eje neoliberal actual se focaliza y dirige al desconocimiento del grado
de democratización política y social que la historia moderna produjo en la región, como
sumatoria de los procesos de reforma que en cierta medida redujeron los monopolios
políticos y económicos que son constitutivos de las sociedades capitalistas modernas.
En ese sentido es una estrategia de reconstrucción oligárquica y opresora de las
sociedades, orientada a la reversión de los procesos de democratización y a una reducción
de la ciudadanía.
Para países periféricos como el nuestro, que han tenido ampliación de derechos a partir
de constantes luchas populares, el neoliberalismo es una estrategia de inmovilización de
estas luchas sociales, deslegitimando también políticas interventoras del Estado, que
permitieron una mayor inserción de poder de los trabajadores, y habilitaron por algún
tiempo una mayor participación política y un mayor apropiación del excedente por
esos sectores.
En especial la avanzada neoliberal ha tratado, con considerable éxito, de modiicar el
sentido común, entendido este como un conjunto de creencias que organizan de modo
predominante las relaciones intersubjetivas, producen certidumbres y reproducen
legítimamente el orden social. Se busca transformar la memoria histórica nacional-popular
que ordenó los hechos sociales de acuerdo a una determinada estructura ideológica, y
desorganizar así, las condiciones de reconocimiento entre sujetos sociales.
El neoliberalismo trata de desmontar las convicciones que legitiman los procesos
históricos de transformación soberana tales como la nacionalización de los recursos
naturales, la reforma de las instituciones y la producción igualitaria de acceso a los
servicios públicos a través de políticas estatales que modiican la desigualdad. Se trata
Escenarios democráticos alternativos en la Argentina contemporánea
María Susana Bonetto/43
de desestructurar esas convicciones para que se acepte el contenido privatizador de las
políticas públicas, sobre todo las económicas que amplían la desigualdad social.
Además se trata de eliminar, con un discurso “racionalizador” la posibilidad de pensar
alternativas, argumentado la superioridad de la racionalidad instrumental-tecnocrática
del liberalismo. Así, también, el neoliberalismo, con sus distintos matices y discursos, ha
constituido un itinerario de exitosa organización sistemática de entrega de la soberanía a
poderes económicos externos sobre los países periféricos y sus habitantes.
Y esto ha sido y sigue siendo efectivizado por agentes internos a través de diversas
reformas del estado que en la medida que entrega el excedente, se consolida como un orden
político-institucional de represión de los trabajadores y de generación de instituciones que
permiten un mayor control y reproducción de los monopolios económicos.
En ese contexto, los programas de “ajuste” auspiciados con obstinación por el Fondo
Monetario Internacional, producen el beneplácito de los empresarios, pero generan
recesión, desempleo y una sensible caída en el nivel de vida de los sectores populares.
Coincidiendo con Borón (2003) también son gravísimos los efectos más retardados y
persistentes que fueron desprestigiando a las democracias, ya que los sectores populares
contemplan que bajo ese régimen sus demandas son desoídas, mientras que un reducido
estrato empresarial se enriquecía gracias a sus relaciones privilegiadas con el estado.
Por ello, recuperando algunas cuestiones centrales propuestas por Tapia en “Política
Salvaje” se evidencia que el neoliberalismo es el pensamiento y la acción de desmontaje
de los escenarios de democratización modernos. Lo neoliberal es la negación política
del principio de igualdad posible o alcanzable en la sociedad, ya que “en esencia” somos
iguales jurídicamente pero desiguales como competidores. En tanto la contingencia de
la desigualdad se articula con una idea de individuo egoísta y calculador en competencia
con los demás, se justiica una meritocracia desigual en la sociedad. Sólo se piensa la
interacción individual a partir de la intersubjetividad instrumental. Se quiere así, que la
política cumpla funciones diferentes al mercado, pero bajo la lógica del mercado.
Si tratamos de dar cuenta de ciertos rasgos de una nueva reinstalación del
neoliberalismo en la región y en especial los procesos de “cambio” en Argentina, podemos
intentar demarcar algunas características distintivas de la nueva versión de esta propuesta
en su resigniicación del relato sobre la relación de la política con la democracia, con
el Estado, el mercado, lo público y lo privado y en última instancia su concepción de la
solidaridad social.
En principio, si aceptamos, que la construcción de identidades es relacional se advierte
que “lo otro” de esta nueva versión del neoliberalismo y que resigniica su discurso, es
el populismo. Se vincula conceptualmente este modo de construcción política, con la
pervivencia de acciones populares masivas, en muchos casos colectivas y organizadas,
como la militancia que son “irracionales” e “ineicientes”, en tanto buscan inluir, en contra
de la espontánea libertad, en la acción del Estado. En particular resultan descaliicadas
por ser contrarias al “orden natural”, aquellas que pretenden otorgarle al Estado un rol
activo en la estructuración socio-económica. En la región y en especial en Argentina,
44/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 37-50
desde el triunfo del actual gobierno, el neoliberalismo se constituye en una ofensiva para
descaliicar las políticas soberanas, a través de las cuales, la mayoría de la población
organizó la comprensión social del país, la región y el mundo político y económico, que
emergieron con las políticas nacional-populares y se encarnaron en la Unasur.
En ese marco, se consideran a las políticas redistributivas como típicamente populistas
y destructoras de la “natural” meritocracia social. Así también resulta totalmente
despreciado por autoritario, el convocar a participar al pueblo en la discusión y participación
movilizada y en muchos casos a la decisión a través del voto de quienes lo representan en
asuntos que están fuera de su comprensión, lo que resulta inadmisible desde una visión
“republicana neoliberal”. En este escenario, se destaca el acertado diagnóstico de Forster
(2013) en tanto advierte que los intentos de transformación se ven descaliicados por
una derecha que mantiene sus objetivos neoliberales pero es lo bastante creativa para
adaptarse a los nuevos tiempos, resigniicando memorias y gramáticas democráticas. En
ese marco buscan apropiarse de tradiciones populares en nombre de un modelo normativo
de democracia que propone sustituir la soberanía popular por un “republicanismo
virtuoso”, custodio de la institucionalidad existente como una construcción inmodiicable
por la voluntad del pueblo (a pesar que es esta construcción política neoliberal quien más
desconoce y aún viola cínicamente la legalidad del Estado de Derecho). Se proclama sin
embargo, como autoritario todo proyecto que invoque valores de emancipación y equidad
no autorizados por la legalidad funcional a la propiedad, y a la vez garantizadora del
desenvolvimiento del mercado.
El populismo se enfrenta así a la nueva idea neoliberal de “república,” que se remite
a la edad dorada en la cual la argentina había sido un país política y económicamente
exitoso, gobernado por las elites oligárquicas que sabían cuál era el rumbo apropiado, en
nuestra inserción en el mundo.
Esa era una verdadera república fundada en valores morales que sólo la élite económica
por su educación puede conocer, cuestión que la democracia plebeya no puede encarnar.
Por ello la democracia debe tener un valor subordinado a la “república”. Sólo se puede
aceptar una democracia puramente liberal-institucional, implementando también en este
discurso una identidad pos-ideológica, ya que su acción de gobierno es “técnica” y no tiene
nada que ver con las ideologías.
Por ello la gestión al servicio del ciudadano, pero no por el ciudadano, es “técnica”.
Alejada de las estériles luchas políticas plebeyas, que producen “crispación” e impiden el
consenso de toda la sociedad en instituciones que protegen los “esencialmente naturales”
derechos individuales.
La disputa ideológica es propia de partidos o movimientos perimidos que pretenden
cuestionar equivocadamente el orden natural. Por ello, no pueden representar el cambio
exitoso, que signiica principalmente el abandono de la intervención política por el manejo
“técnico” de las estructuras socio-económicas. Esto posiciona a la “vieja política”, alejada
de “una visión política moderna”, cuya gestión es superadora de estériles confrontaciones.
Escenarios democráticos alternativos en la Argentina contemporánea
María Susana Bonetto/45
Así el agotamiento del interventor estado populista, puede ser sustituida por una
estrecha colaboración del ámbito público y privado que se lograría a través de una
gestión eicaz para la resolución de los “problemas de la gente” a través de la búsqueda de
consensos de estos distintos ámbitos, orientados por una lógica empresarial que posibilita
el éxito individual de los ciudadanos.
Por eso, en este nuevo discurso neoliberal si bien el mercado es la mejor institución para
generar un orden dinámico de crecimiento eiciente, podría ser necesaria una mesurada
intervención del estado en ciertos espacios, ya que si bien el mercado y la propiedad
privada constituyen la modalidad más eiciente de coordinación económica y la condición
necesaria para la libertad de los individuos, puede haber intervencionismo estatal en lo
social en algunas áreas que lo requieran, por incapacidad en la competencia meritocrática.
Por ejemplo, en las decisiones socio.-económicas sólo se acepta la intervención
de los sindicatos si han logrado producir cambios socioculturales para promover
comportamientos basados en la autorresponsabilidad y en la moderación de las demandas,
acordes con su menor jerarquía social.
Se pueden aceptar valores de solidaridad y empatía, pero sin perder nunca de vista la
eiciencia. O sea una idea de solidaridad más vinculada con las ideas de caridad y asistencia
subsidiaria, lo que supone una relación jerárquica y no igualitaria, entre el que da ayuda
y quien la recibe. Se plantea una idea detractora del “falso progresismo plebeyo”, por
demagógico e incapaz, frente al verdadero progresismo responsable y eiciente de quienes
conocen el “natural” funcionamiento de una sociedad de mercado.
Restauración del neoliberalismo
Coincidiendo con Borón (2008), luego de una nueva restauración del neoliberalismo
le queda a los gobiernos y las militancias políticas que plantean alternativas al mismo,
enfrentar esa coyuntura con las armas que la memoria y los aprendizajes obtenidas en las
pasadas luchas le permitan construir.
En el caso argentino, para Borón (2004) responder exitosamente a este nuevo desafío
requiere resolver una de las grandes paradojas que han postergado el desarrollo social y
político: la coexistencia de una formidable capacidad de protesta y movilización popular
ratiicadas una y otra vez por el pueblo, pero infelizmente combinada con una abismal
ineptitud de la dirigencia social y política a la hora de crear coaliciones democráticas
abiertas y plurales requeridas para canalizar esa energía social que estalla en múltiples
protestas y movilizaciones en una dirección apropiada y políticamente productiva.
Dadas las actuales circunstancias regionales de golpes institucionales, derrotas
electorales reforzadas por la colonización mediática de las percepciones de los procesos
en la región, 10 resulta pertinente recuperar la propuesta que estas plantearon a través del
apoyo teórico-analítico de autores cuyos aportes intelectuales comprendieron y legitimaron
las construcciones democráticas regionales emergentes a inicios del presente siglo.
46/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 37-50
Para analizar las transformaciones del sentido de la democracia que develaron
estas nuevas experiencias, en este texto se reitera la necesidad de relexionar sobre las
realidades democráticas regionales fuera de los marcos teóricos de la Ciencia Política de
la tradición canónica de la racionalidad universalista liberal, hegemónica en los estudios
de la democracia.
A esos ines este análisis transita desde una recuperación intencionalmente ecléctica,
cuestionable y discutible de algunas dimensiones analíticas que consideramos necesario
incluir como fundamento de “instrumentos explicativos” para iniciar aproximaciones
hacia la interpretación –construcción de una propuesta de democracia regional alternativa
a la neoliberal.
En primer término corresponde destacar que el fundamento de estas nuevas democracias
se articula con una reconiguración del rol de la política, ampliamente trabajado por
intelectuales provenientes de perspectivas post-fundacionalistas como Moufe, para quien
todo orden es “la articulación temporaria y precaria de prácticas contingentes” y puede
denominarse “político” ya que es “la expresión particular de relaciones de poder” además
se establece un “determinado orden” así como “se ija el sentido de las instituciones
sociales” a partir de “prácticas hegemónicas” (2001:25).
En ese marco, estas nuevas construcciones se constituyen identitariamente por
oposición agonista al “ellos” neoliberal, en cuyo marco la política es una mera gestión de
la economía. Por eso se evidencia el temor y rechazo, que los grupos dominantes, sienten
frente a procesos de protagonismo popular, cuando el pueblo se lanza a la escena pública
para reclamar ampliación de derechos.
Así, los gobiernos que intentan transformaciones democráticas que de algún modo
tratan de limitar la absoluta libertad de mercado, recortando el poder de algunos intereses
socioeconómicos, para promover una mayor igualdad, son acusados de autoritarios.
Recuperando el notable aporte de Rancière, (1996)) es posible sostener, que una vez que
se tornó innecesario para el “occidente liberal” el sentido que se atribuyó al totalitarismo
durante la guerra fría, sus rasgos pudieron ser desarticulados y luego rehabilitados para
designar justamente su opuesto: la democracia: entendiendo como tal el momento en el
cual irrumpe la política-en-escena. Es decir el momento de la política, pensada como el
desarmado de un estado de policía, cambiando las posiciones de los sujetos y otorgando
voz a aquellos que solo hacía ruido. La policía se reiere a lo que Rancière (1996) denomina
“la partición de lo sensible”, que establece la distinción entre lo visible y lo invisible, y entre
lo que se oye y lo inaudible. La sociedad no tiene vacíos, todo el mundo ya tiene un puesto
asignado y no hay más espacios por asignar. La política altera ese arreglo e introduce la
parte de los que no tienen parte, la parte de los que no cuentan (Rancière, 1996).
En ese contexto, estos gobiernos, denominados por Arditi (2009) “la nueva izquierda
latinoamericana”, construyen este sentido de la democracia que implica la ruptura de los
arreglos previos, instalando una mayor igualdad.
Escenarios democráticos alternativos en la Argentina contemporánea
María Susana Bonetto/47
Por ello, resulta altamente plausible tomar las categorías analíticas de la democracia
de Moufe y Rancière, para dar cuenta y comprender las democracias regionales, en tanto
la tradición democrática latinoamericana está vinculada a luchas populares, con una
conlictividad agonista en términos de Moufe. Esto es así, porque la violencia del conlicto
se orienta por marcos institucionales y con objetivos vinculados a la ampliación de derechos
y una mayor igualdad, lo que constituye un “desacuerdo” con la democracia liberal4.
Relexiones Finales
En América latina, y en Argentina en particular, los que lucharon contra el
neoliberalismo y pugnaron por la instauración de democracias alternativas encarnaron
un re-encantamiento de la política, que radica en la fuerza movilizadora de una promesa
de construcciones capaces de reformular un orden excluyente de los sectores populares,
estas acciones, además de conlictos por el reconocimiento y de distribución en el sentido
habitual, fueron más que eso, se produjeron asociados a procesos de subjetivación política.
Es decir, diferentes tipo de exclusiones raciales, de género y políticas se orientaron a
la búsqueda de desclasiicación del lugar que ocupaban que había sido asignado por otros,
y por otra parte, se formula un reclamo por una identiicación con un nombre que aún no
resultaba ser un nombre válido aplicable a la situación en el orden existente.
Así el proceso de subjetivación no consiste sólo reairmar una identidad, sino también
rechazar la impuesta por otros (Rancière, 2001). Si se trata de partes que no son partes,
signiica que sólo podrán serlo si pueden generar una re-partición del mundo-comunidad.
Esto es así en tanto la praxis de las luchas populares en la región se enmarca en
un escenario posible de explicar según el pensamiento de Rancière (2006) como la
interrupción de un orden de policía, como la forma disensual del actuar que convoca a la
parte de los sin-parte. Así es posible dar otra signiicación a las palabras y las cosas y poner
en cuestión los horizontes acostumbrados. Se reconigura así, la división de lo sensible, a
partir de una irrupción inesperada de la igualdad. Puede pensarse que esta irrupción la
realiza el pueblo como aquellos “no contados” los que no son considerados o tenidos en
cuenta.
En ese marco la emancipación toma la igualdad como una presuposición que sirve de
base a su propia práctica, permite así, deshacer la naturalidad de los órdenes jerárquicos
establecidos, inteririendo la división de las identidades, las fronteras de clases y saberes.
Hay en los proyectos “nacional–populares” y más precisamente en toda la amplitud de
“la nueva izquierda” expresada por Arditi, un desacuerdo en la interpretación-repartición
del orden existente. Esto emerge en un escenario que ha habilitado una efervescencia entre
4 “[…] se entenderá por desacuerdo un tipo determinado de situación de habla: aquella en la que uno de los
interlocutores entiende y a la vez no entiende lo que dice el otro […] no es un conlicto entre quien dice “blanco”
y quien dice “negro”. Es el existente entre quien dice blanco y quien dice blanco pero no entiende lo mismo”
(Ranciére, 1996:8).
48/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 37-50
quienes han sido excluidos por ser pobres, indígenas, mujeres, jóvenes o afrodescendientes.
En ese marco la construcción post-liberal permite el re-encantamiento de la política, en
tanto funciona como medio para generar sentido de pertenencia de tantas partes que
no estaban incluidas en la representación y aspiran a múltiples canales de consulta,
participación y diálogo, porque ya las elecciones y la ciudadanía electoral, no tienen que
ser vistas como la jaula de hierro de la participación democrática.
Resulta relevante airmar, a partir de Rancière (1996) que la democracia “es la acción
que arranca incesantemente a los gobiernos oligárquicos su monopolio de la vida pública
y a la riqueza su omnipresencia en las vidas”. Esta formulación parece tener una notable
coincidencia con las acciones de quienes luchan por una democracia emancipatoria en la
región, y esta requiere de la imposición de la igualdad.
Teniendo en cuenta algunas de las cuestiones previamente abiertas a la discusión es
posible pensar que puede plantearse como eje de conlicto, en especial en Argentina, la
oposición entre “republicanismo neoliberal” meritocrático y tecnocrático, actual discurso
legitimador del neoliberalismo y “democracia nacional popular” (populista) que reivindica
la igualdad y el autogobierno popular, a partir de diferentes estrategias. En deinitiva estos
últimos valores constituyen, todavía en gran parte del pueblo, la base de la construcción
identitaria actual de la democracia en la región, y “lo otro”, de la desigualdad “meritocráticatecnocrática” del “republicanismo liberal”.
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Vol.27 No.1 (enero - marzo, 2018): 51-60
¿Primavera o invierno democrático? La
crisis guatemalteca desde la óptica del
concepto de Anomia del Estado.
Luis Fernando Mack*
Resumen
Desde que en abril del 2015, la ciudadanía guatemalteca se
volcó a las calles para protestar en contra de las más altas
autoridades del Gobierno de Otto Pérez Molina (2012-2015),
la sociedad guatemalteca se ha visto envuelta en un proceso
de crisis y cambio que intenta modiicar la matriz institucional
vigente, caracterizada por el concepto de anomia del Estado:
una situación paradigmática en la que se promete lo que
no se cumple, y se ejecuta lo que no se puede nombrar. Esa
característica anómica, que tiene ramiicaciones en todas las
manifestaciones de la sociedad, es el auténtico problema de
fondo para encontrar una salida a la crisis extendida que vive
Guatemala: los esfuerzos de cambio chocan con los valores y
prácticas, hondamente arraigadas, y las fuerzas opuestas al
cambio se han ido reagrupando con el paso del tiempo, haciendo
complejo el panorama político actual. Relexionar sobre esta
situación compleja y contradictoria es el objetivo de estas
breves relexiones.
Palabras clave: Lucha contra la impunidad; anomia del
Estado;
participación
y
movilización
ciudadana; crisis del Estado y de la sociedad.
Recibido: 14-10-2017 / Aceptado: 05-12-2017
*Universidad de San Carlos/ FLACSO. Guatemala.
E: mail: lfmack@lacso.edu.gt
52/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 51-60
Democratic spring or winter? The Guatemalan
crisis from the perspective of the concept of
Anomia of the State.
Abstract
Since in April 2015, Guatemalan citizens turned to the streets
to protest against the highest authorities of the Government of
Otto Pérez Molina (2012-2015), the Guatemalan society has been
involved in a process of crisis and change that tries to modify
the current institutional matrix, characterized by the concept of
anomie of the State: a paradigmatic situation in which what is not
fulilled is promised, and what cannot be named is what is done
in reality. This anomic characteristic, which has ramiications in
all the manifestations of society, is the real underlying problem
to ind a way out of Guatemala’s extended crisis: the eforts of
change clash with the values and practices, deeply rooted, and
the forces opposed to the change have been regrouping with
the passage of time, making the current political panorama
complex. Relecting on this complex and contradictory situation
is the objective of these brief relections.
Keywords:Fight against impunity; state anomie; participation
and citizen mobilization; crisis of the State
and society.
Introducción: ¿Crisis global de la civilización?
La modernidad tardía está desatando fuerzas que, durante siglos, la sociedad ha
intentado controlar desde diversas fuentes del orden, y esto ha tenido como consecuencia
directa la imposibilidad creciente para garantizar la cohesión del tejido social: nuestras
sociedades se encuentran en un proceso acelerado de descomposición y recomposición
que apenas estamos empezando a relexionar, especialmente por el hecho de que nuestras
relexiones siempre son tardías, a posteriori de muchos conlictos y problemas sociales.
Estas fuerzas centrifugas de la sociedad que están destruyendo las bases sobre las
que se asienta la convivencia humana tienen directa relación con lo que algunos teóricos
consideraron la fragilización y demolición de las bases sobre las que se asientan las
relaciones humanas (Beriain, 1996, pp. 10-11), proceso que muchos años después fue
desarrollado por Zygmunt Baumann denominó la modernidad líquida (Bauman, 2004,
¿Primavera o invierno democrático? La crisis guatemalteca desde la óptica del
concepto de Anomia del Estado
Luis Fernando Mack /53
pp. 13-14): la profundización de las bases individualistas y egocéntricas que se expresan
desde el lado económico en el llamado “capitalismo salvaje”, que ha llevado como nunca
a una situación de una concentración brutal de la riqueza (Hardoon, 2017), aspecto que
según Thomas Piketty, es el rasgo característico del capitalismo actual (Piketty, 2015).
Este proceso de concentración del poder y la riqueza tiene como consecuencia directa el
aumento de las posibilidades de inluencia política, económica y social de una élite muy
pequeña: lo que se podría llamar el “efecto trumph1”, o lo que Noam Chmomsky denuncia
en su último documental como la “muerte del sueño americano” (Chomsky, 2017),
reiriéndose al atentado sistemático que realiza el sistema capitalista contra el sistema
democrático. Lo que se percibe, entonces, como una crisis de la democracia, podría ser
descrito como la emergencia de factores y procesos profundos de disociación social que
están amenazando a la sociedad, tal como la conocemos o la concebimos. Hoy, más que
nunca, es indispensable alentar la “imaginación sociológica” de la que nos habló Wrigth
Mills (Wright Mills, 1999).
Esta relexión sociológica sirve de marco analítico para entender la crisis social e
institucional que vive Guatemala desde el año 2015: una situación compleja y caótica que
aún es difícil pronosticar cómo podría evolucionar en el futuro.
Para entender la complejidad de la situación, es pertinente introducir un concepto
que sirve de guía para toda la exposición posterior: la aplicación del concepto de anomia
para entender el desajuste institucional, social, cultural, político y económico que
prevalece en sociedades como la guatemalteca; la meta, intentar describir el llamado
“Tsunami guatemalteco” del 2015 y 2016 desde la lógica y la perspectiva del concepto de
anomia del Estado.
La anomia del Estado
El concepto de anomia tiene una amplia trayectoria en ciencias sociales, por lo
que es un concepto ampliamente conocido. Aplicado al Estado, sin embargo, parece
contradictorio, ya que su uso dominante en sociología se aplica a las prácticas sociales
y a la crisis que se vive en el mundo de vida cuando los individuos no tienen marcos
normativos sólidos, o adaptados a los cambios constantes de la estructura: usualmente, no
se usa para comprender las relaciones políticas dominantes, ni tampoco los condicionantes
estructurales e institucionales que están vigente en una sociedad determinada.
La anomia del Estado, por lo tanto, es un concepto que en primer lugar, nos presenta
una situación social en la que existen al menos, dos tipos de normas y prácticas: aquellas
que están públicamente sancionadas (reglas formales), pero que tienen poca capacidad
cohercitiva y capacidad de ponerse en práctica; y a quellas que están socialmente
aceptadas, pero que nadie reconoce públicamente (reglas informales), ya que la mayor
1El impacto de lo que signiica la victoria de un personaje contradictorio como Donald Trump en una de las democracias más
antiguas del planeta tiene consecuencias que darían para escribir un documento adicional: baste decir que es una muestra
de lo que el poder, el dinero y el uso de redes sociales pueden alcanzar.
54/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 51-60
parte de las veces contradicen las reglas vigentes. En ésta situación particular, el concepto
de anomia permite visualizar esta realidad dual: una estructura formal inoperante, y una
estructura informal que en la práctica, es la que realmente determina la acción, aunque
de manera oculta y subrepticia: lo que el politólogo Guillermo O’Donnell llamó la otra
institucionalidad (O’Donnell, 1996).
Esta suerte de dualidad estructural, en la que se decía lo que no se cumplía, mientras
se hacía lo que no se podía nombrar ni reconocer públicamente, es la herencia directa
sobre la que se cimentó el sistema político en la transición a la democracia ocurrida en
el período 1982-1985, y se explica desde el concepto de anomia del Estado (Mack, 2017),
que básicamente se sintetiza en contexto complejo en el que existen dos tipos de normas
vigentes: las que son de dominio público (formales), usualmente elaboradas con poco
rigor cientíico y sin ningun sustento social, llenas de vacíos conceptuales, contradicciones
entre diversos cuerpos legales y un sinfín de defectos que las vuelven inviables de aplicar;
y las reglas que pertenecen al ámbito privado (informales), que son las que efectivamente
regulan el comportamiento individual y colectivo. Dichas reglas son ampliamente
conocidas, pero que nadie se atreve a nombrar públicamente, y la mayor parte de las veces
contradicen las reglas formales vigentes, abriendo entonces un descomunal abismo entre
lo que públicamente se dice, y lo que en privado se busca.
Este quiebre entre lo que se promulga oicialmente y lo que se hace en la realidad ha
sido objeto de numerosos trabajos y ensayos, uno de los más relevantes es el desarrollado
por la socióloga Sara Sefchovich (Sefchovich, 2008), trabajo que documenta a lo largo
de sus páginas la distancia entre el discurso y las declaraciones oiciales, y la realidad
de la sociedad mexicana, al punto que algunos autores han caracterizado este tipo de
comportamiento con el nombre de “cultura de la transgresión”: un sustrato de valores,
prácticas y actitudes que favorece el irrespeto a las reglas formalmente sancionadas,
en detrimento de los marcos de interacción y las reglas de convivencia sancionadas
en una sociedad.
“La inexistencia de normas adecuadas a las diversas situaciones, la vigencia
de normatividades confusas, vagas o contradictorias, así como la no vigencia
práctica de códigos que se dicen aceptados, y la superposición de códigos
operativos e ideales, son todas formas de auspiciar la transgresión recurrente y
por lo tanto son caldo de cultivo para la anomia”. (Girola, 2011, pág. 114)
La principal consecuencia política e institucional que se deriva de esta cultura de
la transgresión, ampliamente documentada y discutida para nuestros países, es que se
desarrolló un tipo de entramado institucional – legal que formalmente se apegaba a las
características del Estado de Derecho y la cultura de la legalidad, pero que informalmente
alentaba todos los comportamientos que supuestamente estaban prohibidos, lo cual
desarrolló una nueva dimensión de la cultura de la transgresión: la anomia del Estado,
una situación ampliamente paradójica, ya que el principal agente que debería alentar la
cultura de la legalidad en el ámbito formal, es precisamente el que sigue los caminos de
la transgresión en la acción cotidiana informal: de ahí se deriva la característica híbrida
¿Primavera o invierno democrático? La crisis guatemalteca desde la óptica del
concepto de Anomia del Estado
Luis Fernando Mack /55
que siempre han señalado politólogos de la talla de Guillermo O`Donnell, pero que
también ha sido enfatizada por muchos otros autores como Steven Levistky y Lucan Way
(Levistky, 2004).
El proceso de cambio institucional en el contexto de una sociedad con tal dualidad
estructural vuelve complejo y difuso el panorama: en la práctica, es imposible a primera
vista identiicar los enemigos y los aliados del cambio, especialmente porque se multiplican
los intereses ocultos que intentan defenderse y reagruparse. Entender esta situación
caótica y compleja es la inalidad de las siguientes páginas.
La complejidad de la acción social en un entorno anómico
Los desafíos que enfrenta Guatemala en la actualidad son muchos: contradictoriamente,
las protestas que asombraron al mundo entero, son vistas con el paso del tiempo por
muchos ciudadanos guatemaltecos con un signo de duda: ¿no habrá sido mejor seguir
en la situación anterior? La lógica perversa que subyace tiene mucho que ver con el viejo
adagio: es mejor lo viejo conocido que lo nuevo por conocer. Inluye en esta percepción
pesimista los múltiples intentos por bloquer y revertir los cambios, ya que los intereses
que fueron afectados son muy poderosos: el poder político se ejerció siempre de forma
antiética y amañada: la acción política acostumbrada era operar de forma solapada, ya que
pese a que los discursos condenaban la corrupción, en la práctica realmente se alentaban
las redes clientelares, el tráico de inliuencias, el nepotismo y el uso de recuros públicos
para favorecer interese privados, prácticas que estaban profundamente arrigadas en el
diseño institucional del Estado guatemalteco2.
El problema de este tipo de institucionalidad es que condiciona enormemente las
posibilidades de cambio, ya que existe toda una inercia institucional que sistemáticamente
produce corrupción e impunidad. En ese sentido, el amargo despertar de los guatemaltecos
es que pese a que se logró destituir a los más altos funcionarios del gobierno de Otto
Pérez Molina, en la realidad todo el movimiento de protesta solamente favoreció que
llegara otro personaje gris: el actual Presidente Jimmy Morales ganó la Presidencia
prometiendo un cambio que nunca generó, por lo que en la actualidad, es visto nacional
e internacionalmente como un enemigo de los proceso de cambio que iniciaron en abril
del 2015. Este primer desafío, el reacomodo de fuerzas convervadoras, lo denominaremos
#PactodeCorruptos, y lo explicaremos con mayor detalle más adelante.
El segundo desafío tiene relación con el anterior, pero atañe más al ciudadano en
general: debido a lo arraigado de las prácticas antiéticas, existe una angustia invisible que
puede sintetizarse e lo que se podría llamar el “síndrome Centeno”3: la duda sobre cuando
2Las prácticas duales, en la que se decía lo que no se cumplía, mientras se hacía lo que no se podía nombrar ni reconocer
públicamente, es la herencia directa sobre la que se cimentó el sistema político en la transición a la democracia ocurrida en
el período 1982-1985, y se explica desde el concepto de anomia del Estado (Mack, La anomia del Estado, 2017).
3Pavel Centeno fue el Ministro de Finanzas en el gobierno de Otto Pérez Molina. En la mañana del 28 de octubre del 2016,
Pavel se enfrentó a las autoridades cuando vio llegar a las fuerzas de seguridad a tocar a su puerta, suponiendo quizá que
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los entes investigadores llegarán a afectar a un familiar o amigo. En muchas conversaciones
cotidianas se comenta que en el pasado, las prácticas antiéticas eran comunes, por lo que
el contexto obligó a muchos ciudadanos a colaborar de manera directa o indirecta con tales
prácticas recurrentes. El discurso de uno de los embajadores residentes en Guatemala lo
sintetizó magistralmente:
“No es cierto que la gente en “países muy corruptos” internalizan la corrupción
como algo normal en su vida. Por el contrario muchos estudios muestran que la
gran mayoría toma una posición clara en contra de la corrupción. Es cierto que
muchas veces participan en hechos corruptos pero es porque no perciben que
tienen otra alternativa. Si la única manera de conseguir socorro médico para su
niño es sobornar al médico, la mayoría de la gente lo hará. Pero no signiica que
ellos piensan que es moralmente aceptable” (Kompas, 2018)
En ese sentido muchos políticos y ciudadanos comunes han estado relacionados
directa o indirectamente con acciones que pudieran haber estado reñidas con la ley, por lo
que en el fondo, existe una oposición silenciosa al trabajo de investigación condicida por la
Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG).
La sombra del gatopardismo
Uno de los conceptos más utilizados en sociedades como la guatemalteca es el concepto
de gatopartismo: una situación en la que todo cambia, para que nada cambie en realidad
(Recondo, 2007). Dicho concepto explica, de hecho, lo que vive Guatemala desde el 2016:
la llegada del nuevo Gobierno del Presidente Jimmy Morales (2016-2019) que había
prometido cambios, pero que muy pronto demostró que era únicamente una continuidad
del estilo de gobierno y de acción política que caracterizó al gobierno de Otto Pérez Molina
(2012-2015).
El año 2017, de hecho, se visualizó con fuerza esta lógica contradictoria y gatopartista:
El domingo 27 de agosto del 2017, el actual Presidente de Guatemala, Jimmy Morales,
sorprendió a toda la ciudadanía con un video corto en el que ordenaba la expulsión de
una de las iguras más emblemáticas en la lucha contra la corrupción y la impunidad
en Guatemala: el comisionado colombiano Iván Velásquez. Dicha medida provocó una
inmediata movilización ciudadana y de diversos actores políticos y sociales que inalmente
evitó la salida del colombiano. Ese intento infructuoso, sin embargo, profundizó aún más
la crisis institucional que vive Guatemala desde el año 2015, produciendo un nuevo clivaje
de conlicto en una sociedad ya de por sí, altamente polarizada y dividida.
Esta nueva faceta de la tensión en Guatemala se sintetiza en dos bandos, cada vez más
claramente deinidos: los que apoyan abiertamente el trabajo de la CICIG con Velásquez
al frente, y los que aunque discursivamente apoyen el trabajo del ente internacional, en
lo iban a arrestar. En realidad, los investigadores recababan evidencias para un caso que no lo involucraba a él, sino al
dueño del inmueble donde vivía.
¿Primavera o invierno democrático? La crisis guatemalteca desde la óptica del
concepto de Anomia del Estado
Luis Fernando Mack /57
realidad buscan el relevo de mando para generar una CICIG más sumisa y controlable. El
efecto inmediato sin embargo, fue que la credibilidad de Morales llegó a su punto más bajo:
desde entonces, el Presidente se atrincheró en los muros del Palacio Presidencial, evitando
hasta donde puede dar declaraciones públicas y recibiendo numerosas críticas ciudadanas.
Desde entonces, existen numerosos intentos por detener y revertir los procesos de
cambio, empezando por retomar el control de las instituciones nacionales desde las que se
podrían impulsar o detener los cambios: El Congreso de la República, el Ministerio Público
(MP), la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), la Corte de Constitucionalidad
y la Corte Suprema de Justicia (CSJ), entre otras entidades relevantes. Paralelamente,
los grupos de poder dominantes intentan poner de su lado a los principales actores
internacionales que sustentan los cambios: la Comisión Internacional contra la Impunidad
en Guatemala (CICIG), y la Embajada de los Estados Unidos en Guatemala (la Embajada).
Para describir este reacomodo institucional a favor de la impunidad, se popularizó una
frase proveniente de las redes sociales: el #PactoDeCorruptos, que no es más que la alianza
sui-generis que ahora aglutina a numerosas personalidades y iguras de autoridad, quienes
con el tiempo se han ido conformando una alianza política y social que tiene su origen en
lo que se podría llamar el “síndrome Centeno4”, y que en lo inmediato busca evitar que las
investigaciones de la CICIG y el MP sigan develando más casos y ordenando más capturas.
Si el reacomodo institucional y el realineamiento de los factores de poder es contrario
al proceso de cambio, también lo és la débil coalición ciudadana que está intentando
consolidar los cambios: en una sociedad altamente polarizada y con pocos mecanismos
de cohesión social, sentar las bases de consenso y articular las acciones contra el
régimen no es tarea fácil, especialmente cuando se empiezan a tender puentes entre la
diversidad de actores sociales que tienen diferente postura ideológica y una variedad muy
grande de intereses.
Para entender esta airmación, hay que recordar que desde la fundación del Estado de
Guatemala, se sentaron las bases de exclusión y racismo que aún hoy son muy evidentes5,
aspecto que se ha ido profundizando con el tiempo en una sociedad que nunca desarrolló
demasiados lazos de solidaridad. Esta característica centrífuga es el principal desafío a
superar en Guatemala, ya que aunque han existido importantes proyectos por construir
una agenda de país, dichos esfuerzos han chocado con la realidad de una sociedad que
4Nos referimos al caso de Pavel Centeno, quién a inicios del Gobierno de Otto Pérez Molina (2012-2015) fungió como Ministro
de Finanzas: en un operativo de la Policia Nacional Civil (PNC) gestado en las investigaciones desarrolladas por la CICIG
y el MP, Centeno fue abatido en un confuso incidente cuando presuntamente intentó escapar de las fuerzas de seguridad.
Lo trágico del asunto es que en el momento del incidente no existía ninguna investigación ni orden de captura en su
contra, y la presencia de las fuerzas de seguridad se debía a que Centeno simplemente residía en la propiedad de uno de
los investigados por casos de corrupción: aunque existe aún dudas sobre lo que realmente ocurrió, la idea es que habiendo
sido Centeno un alto funcionario de un Gobierno en el que sus más altas autoridades estaban para entonces en la cárcel, el
temor de ser procesado y públicamente desacreditado llevó a disparar antes de preguntar.
5Al respecto hay que recordar al menos dos autores importantes que retratan muy bien la característica excluyente con la que se
conformó la sociedad guatemalteca: el clásico libro de Severó Martínez Peláez, “La Patria del Criollo” (Martínez Pelaéz,
1998), y la muy citada obra de Marta Elena Casaus, “Guatemala: Linaje y Racismo” (Casaus, 2010).
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no cree mucho en la unidad ni en el consenso, sino que apuesta decididamente por el
conlicto y la polarización. El más notable de dichos esfuerzos fue la irma del acuerdo de
Paz Firme y Duradero que puso in a 36 años de guerra civil, el 29 de diciembre de 1996;
en el año 2003 se irmó igualmente la llamada Agenda Nacional Compartida, irmada por
más de 20 secretarios de partidos políticos. El último de tales esfuerzos fue desarrollado
bajo la presidencia de Otto Pérez Molina (2012-2015), bajo la conducción de la Secretaría
de Planiicación y Programación de la Presidencia (SEGEPLAN): la agenda de desarrollo
Katún 2032. El cumplimiento y seguimiento de tales acuerdos, sin embargo, siempre ha
sido muy deicitario, por lo que aún hoy, no existe un proyecto de nación que aglutine las
acciones de los diversos actores de la sociedad.
¿Quo Vadis, Guatemala?
Desde la trinchera ciudadana que busca cambios estructurales, aquellos que apoyan la
labor del MP y la CICIG, se están producido alianzas que antes era impensables: diversos
actores e instituciones provenientes de una diversidad de trincheras ideológicas, han
empezado a coincidir en impulsar este proceso de cambio estructural, ya que se percibe
que la lucha contra la corrupción pasa primero por eliminar la muy arraigada impunidad:
la costumbre de muchos personajes públicos que han detentado el poder, de dispensar
privilegios, bienes y servicios de forma discrecional, utilizando la ley de forma amañada
para alcanzar sus objetivos y para castigar a los enemigos, sin ninguna posibilidad de que
posteriormente rindan cuenta de sus actos.
La buena noticia, sin embargo, es que pese a que este #PactoDeCorruptos demostró
su poder y su capacidad de aglutinarse para defender sus intereses, permitió que quienes
desean un cambio, tengan ya claramente la vista de quienes son sus adversarios, aspecto
que ha permitido a quienes impulsan el cambio, la posibilidad de ir sentando las nuevas
bases de cohesión social que son indispensables para mantener el proceso de cambio.
Contribuye igualmente el hecho de que uno de los factores de poder tradicional, se
encuentra temporalmente del lado del cambio: hablamos de la Embajada Norteamericana,
que desde siempre ha sido un iel de la balanza muy importante que ha favorecido o
impedido ciertos procesos en Guatemala.
El balance inal, sin embargo, es muy difícil de pronosticar: ni los partidarios de Jimmy
Morales y del #PactoDeCorruptos lograron detener la lucha contra la corrupción, ni los
partidarios de Iván Velásquez y la CICIG han logrado impulsar los cambios legales ni
estructurales que permitan disminuir la marcada anomia del Estado, que es la auténtica
falla de origen que produjo la impunidad y la corrupción. El resultado: una suerte de
tregua forzada, que deja aún abiertas muchas interrogantes sobre hacia donde se dirige la
sociedad guatemalteca.
¿Primavera o invierno democrático? Un balance incierto
A inales de la década de los años ochenta, Daniel Bell (Bell, 1987, p. 14) había advertido
que se acercaba una potencial crisis del Estado-Nación, debido a la pérdida de importancia
¿Primavera o invierno democrático? La crisis guatemalteca desde la óptica del
concepto de Anomia del Estado
Luis Fernando Mack /59
del ámbito nacional en el contexto de un mundo cada vez más globalizado: “El Estadonación se está volviendo demasiado pequeño para los problemas grandes de la vida y
demasiado grande para los problemas pequeños”. Los sucesos que conmocionan a la
sociedad guatemalteca desde el año 2015, ilustran muy bien esta característica transnacional
del poder: para nadie es un secreto que uno de los mayores impulsores del cambio son los
intereses y directrices que emanan de la Embajada norteamericana en Guatemala6.
El otro factor que inluye en la crisis global de la democracia guatemalteca es la brutal
concentración de la riqueza: si en el mundo, el 1 % tiene más recursos, más poder y más
inluencia que el 50 % de la población mundial, tal situación igualmente describe el enorme
abismo que diferencia a los actores de poder en Guatemala, y los movimientos sociales
que intentan desde hace muchos años cambiar la situación: es conocido que la sociedad
guatemalteca es una de las más desiguales de América Latina7.
Lo que está en disputa desde el año 2015, entonces, es la posibilidad de cambiar esta
larga herencia desigual y autoritaria que ha caracterizado a Guatemala desde su fundación,
permitiendo que emerja un tipo de Estado y sociedad cualitativamente diferente a la que
provocó la crisis institucional que afecta a Guatemala desde el 2015, y cuyo desenlace aún
está pendiente de visualizarse.
Lo que está en juego es el mismo diseño de la democracia, empezando por la Ley
Electoral y de Partidos Políticos: las reglas del sistema electoral determinan, en muchas
circunstancias, a los ganadores y a los perdedores, tal como volvió a ocurrir en Estados
Unidos: Hillary Clinton gana en el conteo de los votos, pero Trump gana en el diseño de
los distritos electorales. La tentación autoritaria, por lo tanto, casi siempre recae en el
control de los Parlamentos, de manera que se propicien de forma maliciosa cambios en
el sistema electoral o constitucional que favorezcan lo que la teoría llama autoritarismo
competitivo, como ha ocurrido en muchos países de América Latina: la iebre reformadora
se ha extendido por todo el continente gracias al ejemplo que diseminó la Venezuela de
Hugo Chávez.
La conclusión es que la democracia guatemalteca está inmersa en equilibrio frágil,
que está sujeta a las crisis recurrentes, pese a lo cual es imposible pensar en un mejor
sistema de gobierno: la democracia sigue siendo un ideal que, lejos de desecharse, debe
perseguirse sistemáticamente, ya que es el único sistema que resguarda la libertad al
favorecer la creación de consensos y proyectos compartidos. Como dijo el gran teórico
argentino Guillermo O´Donnel «la capacidad de esperanza es el gran atributo de la
democracia, una que bajo las circunstancias correctas puede y debe nutrir otras y más
especíicas capacidades que pueden promover mejorías en la calidad democrática»
(O´Donnell, 2007, p. 20). Igualmente, uno de los padres fundadores del sistema
estadounidense, Thomas Jeferson, lo popularizó con una frase ampliamente repetida: El
precio de la libertad es su eterna vigilancia.
La batalla por Guatemala apenas empieza.
6Para entender este interés norteamericano en Guatemala y la región centroamericana, (Bolaños, 2016)
7El informe de la CEPAL (Medina, 2008) demostró que Guatemala es uno de los países con un coeiciente de Gini muy alto,
que demuestra la gran inequidad que prevalece desde hace muchos años.
60/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 51-60
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Espacio Abierto Cuaderno Venezolano de Sociología
Vol.27 No.1 (enero - marzo, 2018): 61-79
Una visión latinoamericana de
Estados Unidos: crisis cultural y
tendencias conservadoras en el entorno
geopolítico hemisférico
Jorge Hernández Martínez*
Resumen
El artículo analiza con una visión basada en la actualidad
latinoamericana las principales bases históricas de la sociedad
norteamericana y las condiciones que hicieron posible el triunfo
electoral de Donald Trump en las elecciones presidenciales de
noviembre de 2016. Se argumenta que ese país vive una larga
transición durante las últimas cuatro décadas, que el proyecto
nacional formulado por la Revolución Conservadora está en
crisis y que no aparece un nuevo proyecto. Las causas del llamado
“Trumpism” no se explican sólo por la coyuntura electoral. Se
sugiere tomar en cuenta además las tendencias históricas que
explican el desarrollo del capitalismo y de la cultura política en
los Estados Unidos.
Palabras clave: Estados Unidos; América Latina; crisis;
transición; conservadurismo; cultura política.
Recibido: 12-10-2017 / Aceptado: 05-12-2017
*Universidad de La Habana, Cuba.
E Mail: jhernand@cehseu.uh.cu
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A Latin American View of the U.S.: Cultural
crisis and conservative trends in the hemispheric
geopolitical context
Abstract
The article analyzes from the current situation in Latin
America the main historical bases of the American society and
the conditions that made possible the electoral triumph of
Donald Trump in the presidential elections of November 2016.
It is argued that the country has a long transition during the
last four decades, that the national project formulated by the
Conservative Revolution is in crisis and no new project appears.
The causes of the so-called “Trumpism” are not only explained
by the electoral situation. It is suggested to take into account
also the historical trends that explain the evolution of capitalism
and political culture in the United States.
Keywords:United States; Latinamerica; crisis; transition;
conservatism; political culture
“La contradicción de los Estados Unidos – -la que les dio la
vida y puede causar su muerte- – se resume en una pareja de
frases: al mismo tiempo son una democracia plutocrática y
una república imperial”
(Octavio Paz, El espejo indiscreto)
Introducción
En sus esfuerzos dirigidos a la comprensión de la sociedad norteamericana, C. Wright
Mills dirigió su mirada hacia la complejidad estructural y funcional de la vida política y
las interpretaciones que desde el conocimiento sociológico pretendían arrojar luz sobre la
misma, advirtiendo contra las tentaciones intelectuales del “empirismo abstracto”, por un
lado, y de la “gran teoría”, por el otro. En sus antológicas obras sometió a escrutinio tanto el
proceso político como el contexto social en que el mismo se desarrollaba y las corrientes de
pensamiento que prevalecían en los estudios al respecto en los Estados Unidos. Exponente
de una ciencia social crítica y comprometida con los imperativos éticos del investigador
honesto, más allá de limitaciones conceptuales o metodológicas que se le puedan atribuir,
Mills contribuyó a estimular una tradición de búsqueda acuciosa de evidencias empíricas,
Una visión latinoamericana de Estados Unidos: crisis cultural y tendencias
conservadoras en el entorno geopolítico hemisférico
Jorge Hernández Martínez /63
captadas con artesanía teórica intelectual, que desmitiicaran las visiones apologéticas
y complacientes de una nación polarizada, excluyente y opresiva, con el mérito de
destacar el estado – -bastante generalizado- – de falsa conciencia existente en la sociedad
norteamericana. Su obra no dejaba dudas acerca del criterio de que en una sociedad de
clases, las ciencias sociales poseen un elevado coeiciente ideológico, descartando así el
afán objetivista del positivismo comtiano y la pretensión de neutralidad que proponía el
comprensivismo weberiano, como vertientes que lideraban aún, bajo nuevas expresiones,
el universo sociológico a mediados del siglo XX (1969 y 1973).
Como lo sugería Mills – -cuya manera de asumir el rol como sociólogo y su activismo
militante lo denotan cual intelectual orgánico, según la precisión gramsciana--, la
“promesa” que tenía ante sí el pensamiento crítico comprometía a las ciencias sociales con
el empeño de ampliar la conciencia colectiva, mostrando esa conexión entre “la biografía
y la historia”. A partir de ese reconocimiento, se trataba de ampliar la conciencia colectiva
sobre la forma en que la vida cotidiana (incluida la esfera de las relaciones personales)
era afectada por los grandes movimientos sociales de nuestra época. Con razón se ha
expresado que dicho autor “esperaba que con esa mayor conciencia pudiéramos resistir con
mayor efectividad las presiones organizadas que pesan sobre nosotros y también ejercer
con mayor efectividad una inluencia humana y no someterse al impulso aparentemente
incontrolado de los acontecimientos” (Worsley, 1978: 11).
Está claro que entre los factores que han tenido mayor impacto y trascendencia en la
situación mundial a lo largo y ancho de la sociedad contemporánea, el dinamismo de los
Estados Unidos, tanto interno como externo, se ubica como uno de primerísimo orden,
dada su condición de país líder del sistema capitalista de relaciones internacionales, y
sobre todo, a partir de la connotación que el imperialismo asume allí, con todos los rasgos y
tendencias que lo denotan como fenómeno integral. El siglo XX inaliza y el XXI se ha venido
desarrollando bajo el condicionamiento de los procesos económicos, políticos, militares
y culturales que la proyección exterior norteamericana irradia e impone en el acontecer
mundial. Tanto por su efecto directo y explícito, como por su consecuencia indirecta e
implícita, lo que pareciera ser el aludido “impulso incontrolado de los acontecimientos”
que acompaña la conducta imperialista de los Estados Unidos en el hemisferio requiere
de la profundización de esa conciencia necesaria de la que hablaba Mills. Bajo esa premisa
cobra sentido el presente análisis, ya que en América Latina el conocimiento sobre los
Estados Unidos no responde sólo a la curiosidad legítima que ese país puede despertar
en otras latitudes, sino a imperativos de la identidad cultural, la conciencia nacional y la
soberanía. La conocida frase con la que Poririo Díaz resumió la signiicación del poderoso
Vecino del Norte para México es válida para todo el ámbito latinoamericano: “tan lejos
de Dios, y tan cerca de los Estados Unidos”. De ahí que el presente trabajo se proponga
destacar algunas claves históricas y metodológicas imprescindibles para la comprensión de
la sociedad estadounidense desde una perspectiva latinoamericana, cuyas contradicciones
se han puesto de maniiesto con fuerza en los resultados de las elecciones de 2016, al
colocar a Donald Trump en la presidencia. Ello estimula a relexionar sobre esa suerte
de laberinto, en el que se cruzan y superponen factores y procesos políticos, ideológicos
y culturales cuyo examen debe realizarse bajo una mirada dialéctica que establezca tanto
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las pautas históricas que permitan comprender el movimiento que conduce al presente
como las características de la crisis cultural y las tendencias conservadoras en curso
como las perspectivas.
El entorno geopolítico hemisférico
La mirada a los Estados Unidos debe proyectarse, necesariamente, desde el entorno
geopolítico imperante hoy en América Latina, deinido cual escenario en disputa. El debate
al respecto gira alrededor de una interrogante: ¿Llega a su in el ciclo de auge de los procesos
progresistas, emancipadores, revolucionarios, de izquierda, que inició la Revolución
Bolivariana dentro de los marcos electorales de la democracia liberal representativa a
inales del pasado siglo, y se abren paso, más allá de circunstancias efímeras, tendencias
de derecha y de centro-derecha, que deinirán la escena futura entre el corto, mediano y
largo plazo?
El año 2017 nació marcado por acontecimientos cuyas implicaciones le imprimen
una gran complejidad a la situación internacional, y en particular, a las relaciones
interamericanas, cuya cabal ponderación sería aún hoy precipitada, prematura e
incompleta. Por un lado, los efectos de la victoria electoral republicana en los Estados
Unidos, que convierte a Donald Trump en el Presidente de ese país, con toda la carga
regresiva interna y exterior que implican su retórica de extrema derecha, de índole
populista, nativista, racista, xenófoba, y misógina, acompañada de una proyección
internacional imperial resumida en las consignas America First y Make Great America
Again. Hasta el momento resulta difícil calibrar las posibles acciones de Trump hacia
América Latina como muy diferentes a la de sus antecesores, al mantenerle la condición
de “patio trasero”, si bien, al mismo tiempo, la región está fuertemente impactada por la
nueva Administración. Por otro lado, la muerte de Fidel Castro, con el enorme impacto y
simbolismo que lleva consigo su desaparición física para las luchas populares y las utopías
revolucionarias. Aunque de cierta manera podría considerarse que se trata más de una
signiicación subjetiva que objetiva, sus consecuencias han sido reales. Las valoraciones
oscilan entre aquellas que auguran efectos desmovilizadores para los procesos que buscan
alternativas emancipadoras y antiimperialistas frente al neoliberalismo, y las que hacen
suyo el legado del líder cubano, vaticinando un estímulo para los procesos de cambio
– -reformistas o revolucionarios--, ante las nuevas amenazas y oportunidades que ya
enfrentan (Borón, 2016).
Como trasfondo, la dinámica política que tenía y sigue teniendo lugar en América
Latina expresa un cambio en el escenario que se coniguró a inales del decenio de 1990.
La respuesta a la pregunta planteada tiene que ver con la determinación de la signiicación
o profundidad del cambio. Más que un nuevo ciclo, pareciera que se conforma una nueva
etapa, bajo el “impulso incontrolado de acontecimientos”, donde se mezcla la dinámica
interna de distintos países con el contexto regional y con la política norteamericana
seguida por Obama, reajustada por Trump. Desde hace unos cuatros años, América Latina
se estremece – -y ello no es nuevo en su historia contemporánea--, como sujeto, con
factores endógenos, en interacción con los impactos externos que recibe de los cambios
Una visión latinoamericana de Estados Unidos: crisis cultural y tendencias
conservadoras en el entorno geopolítico hemisférico
Jorge Hernández Martínez /65
geopolíticos y geoeconómicos internacionales, sobre todo como objeto del proyecto de
dominación estadounidense. Así, dinámicas mundiales, cambios estructurales y procesos
hemisféricos en los que la proyección imperialista desempeña un rol decisivo, impactan
el nuevo mapa latinoamericano, cuya heterogeneidad propicia que el efecto de las
tendencias globales sea diferenciado. Varía de una subregión a otra o incluso de un país
a otro, dependiendo de las características particulares de su economía, régimen político,
estructura social, fortaleza institucional o aún de la cohesión social frente a problemas
como la desigualdad, la pobreza, la inseguridad o la corrupción, o de la importancia que le
atribuya la estrategia estadounidense.
En el sentido más amplio, la arquitectura del sistema internacional se ha transformado
sensiblemente a partir del derrumbe de los precios del petróleo y de los commodities,
que han incidido en las economías emergentes y producido una desaceleración económica
global, en medio de disímiles fenómenos, como la crisis en Europa, la relativa recuperación
norteamericana, el dinamismo del área de Asia y el Pacíico, el ímpetu de China y Rusia, la
amenaza del terrorismo islámico y la prolongada conlictividad en Medio Oriente, entre los
principales, con el telón de fondo de la globalización en una era de revolución tecnológica e
informática (Feinberg et al, 2015 y Serbin 2016).
Se registra una tendencia que conjuga elementos de crisis de diversos signos,
reacomodos partidistas y gubernamentales, junto a rearticulaciones geopolíticas que
expresan cambios en las correlaciones de fuerzas o rivalidades asociadas a las estructuras
de poder. Se trata de contradicciones en pleno desarrollo, de procesos cambiantes, cuyos
contextos de transforman y marcan puntos de inlexión en la historia reciente, colocando
un antes y un después, donde el futuro aún no está totalmente deinido. El contraste – -a
modo de ejemplo del dinamismo y luidez del entorno- – entre las circuntanscias, procesos
y tendencias que acompañaron las dos últimas reuniones de las Cumbres de las Américas
realizadas en Ciudad de Panamá y Lima, ilustran muy bien los hitos implicados.
En ese marco, los cambios globales relacionados con tendencias económicas
diferenciadas en los Estados Unidos y en China, por ejemplo, han afectado de distinto
modo a maneras a diferentes regiones de América Latina, en tanto los países miembros
de la Unión Europea, sin perder su importancia, han sido desplazados a un segundo plano
por esos dos países. La inserción internacional de América Latina se viene enfrentando,
entonces, a intensos cambios en las pautas de distribución del poder y de la riqueza,
asociadas con un desplazamiento del centro de gravedad político y económico hacia el
área Asia-Pacíico. A las tradicionales disparidades de desempeño económico y estructura
social, se le han añadido otros factores de diferenciación relacionados con los modelos
políticos, las estrategias de desarrollo, o las opciones de política exterior y de inserción
internacional. Esa heterogeneidad, particularmente visible en el ámbito de los procesos
de lo que se ha caliicado como nuevo regionalismo post-liberal o post-hegemónico,
tiene lugar asimismo en el marco de una serie de iniciativas globales promovidas por
los Estados Unidos y China, vinculadas con la irma e impulso de mega-acuerdos –
reconsiderados recientemente por la actual Administración norteamericana--, en función
de sus implicaciones geopolíticas a nivel global y de su impacto en la región, en tanto
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introducen un conjunto de fuerzas centrífugas que tienden a profundizar las fracturas
regionales, más allá de la creciente relevancia de la región en el contexto internacional y de
su participación en la gobernanza global a través de diversos mecanismos (Reid, 2015). En
este sentido, pese a que para algunos actores y organismos internacionales América Latina
se ha considerado como la zona más promisoria del planeta, su situación actual releja
graves diicultades internas, tanto en términos de las heterogeneidades mencionadas
como en función de su crecimiento estimado para los próximos años y de su capacidad de
participar en el sistema internacional con una posición uniicada como región (Hershberg
et al, 2014).
Un nuevo orden mundial parece estar emergiendo o a punto de redeinirse, con su
consiguiente expresión hemisférica, pero no es fácil predecir su nueva coniguración, su
perdurabilidad ni los fundamentos sobre los que se pueda basar, entre contradicciones,
turbulencias e incertidumbres. Al examinar tal situación, es inevitable recordar la
perspectiva gramsciana, referida a desarrollos como los implicados: transiciones, crisis,
cambios. Según Grasmsci, se trataba de procesos históricos donde lo nuevo no acababa
de nacer, lo viejo no terminaba de morir, y donde nacían los peores monstruos (Gramsci,
1999). Con similar mirada, Walter Benjamin, lo expresaba a través de la concepción de lo
que denominaba como carácter destructivo, en tanto recurso explicativo de una relación
dialéctica entre lo nuevo y lo viejo, concebida mediante la antinomia entre escombros y
caminos. Para este autor, “el carácter destructivo no veía nada duradero, y por eso mismo,
veía caminos por todas partes, hace escombros de lo existente, y no por los escombros
mismos, sino por el camino que pasa a través de ellos” (Benjamín, 1999).
Esa aproximación permite comprender el actual escenario en América Latina y en
sentido más amplio, en las relaciones interamericanas, con una visión que considera los
procesos en curso como inconclusos, en pleno despliegue o transición, compartiendo el
criterio de que desde el punto de vista analítico, el futuro es un campo de batalla, y la
disputa por el poder, los proyectos de nación y modelos económicos, la representa mejor
la imagen de un forcejeo o pulseo que la de un cambio de ciclo. En términos ideológicos,
ha ido ganando espacio la visión de que en América Latina se ha cerrado (o está cerrando)
el ciclo progresista iniciado a ines del siglo XX. En términos políticos, ello propicia
desmovilización y estimula, desde el punto de vista intelectual una idea de determinismo
histórico, que tributa a un pensamiento derrotista (Zibechi, 2015).
Mientras ocurre tal metamorfosis en América Latina, se encuentra en curso en los
Estados Unidos una transición signada por el agotamiento – -no el fracaso- – de la
tradición política liberal y deinición de una creciente espiral conservadora que se expresa
en el sistema político, la sociedad civil, la opinión pública, la cultura y la proyección
exterior, con antecedentes visibles desde inales de la década de 1970. Ese proceso se
aianza en el siguiente decenio y es palpable sobre todo en el desempeño de los gobiernos
republicanos que se establecen a partir de las elecciones presidenciales de 1980 hasta el
presente, más su cosecha política y cultural se ha mantenido en los períodos en los que
el Partido Demócrata ha ocupado la Casa Blanca. Así, la derechización que se despliega
durante la doble Administración Reagan, seguida por el único mandato de Bush (padre),
Una visión latinoamericana de Estados Unidos: crisis cultural y tendencias
conservadoras en el entorno geopolítico hemisférico
Jorge Hernández Martínez /67
quien fuera su Vicepresidente, se reaviva con notoriedad maniiesta con el doble gobierno
de Bush (hijo) y luego hoy con el de Trump, pero subsiste de modo latente y alora con
intermitencias bajo los repetidos períodos demócratas de Clinton y Obama (Hernández
Martínez, 2017).
Una visión latinoamericana de Estados Unidos: historia y
contemporaneidad
Los Estados Unidos fueron la primera nación moderna, anticipada en su gestación
incluso a la sociedad burguesa que nace de la revolución francesa, un decenio después.
La formación de la nación norteamericana que sigue a la revolución de independencia se
funda en la segunda mitad del siglo XVIII a partir del conocimiento maduro de la teoría
política más avanzada en el momento en que se da el proceso de constitución de su Estado
nacional, que coincide con su independencia de Gran Bretaña. Su surgimiento, empero,
se plasma en un matizado entramado sociodemográico, etnocultural y político-jurídico,
donde se distingue la coexistencia, en la práctica, de “dos repúblicas”, cuyo desarrollo se
extiende desde el decenio de 1780 hasta los años de 1860: una en el Norte, más liberal,
pero que entre otras cosas, por ejemplo, negaba el sufragio a los inmigrantes católicos
alemanes e irlandeses; y otra en el Sur, muy conservadora, donde prevalecía el racismo
contra la población de origen africano, inspirado en las concepciones elitistas acerca de la
superioridad blanca.
Además de ser un país que nació con un régimen político liberal que permanece y se
reproduce, los Estados Unidos pueden asumirse al mismo tiempo como una nación que
ha conocido, en lo fundamental un sólo modo de producción, el capitalista, que desde sus
inicios tiende a reproducir (a partir de las experiencias, de la inluencia de las relaciones
sociales de producción de que eran portadores, aún sin conciencia de serlo, y del imaginario
colectivo que poseían los colonos ingleses), en otro territorio, las estructuras de la sociedad
británica de procedencia.
Estas airmaciones no pueden considerarse, desde luego, sin las matizaciones obligadas
que exige la propia naturaleza contradictoria y compleja de la realidad histórica. En este
sentido, sería simpliicadora y errada, por una parte, la visión de los Estados Unidos cual
paradigma liberal, desconociendo el hecho de que, si bien el liberalismo solía signiicar la
forma republicana de gobierno y la libertad personal, en ese país existía, en efecto, una
república, pero conquistadora y esclavista. Es decir, no debe confundirse la imagen que
construye y difunde la propaganda liberal – -sobre todo hasta los años de 1930- – y la
cultura política realmente existente en la sociedad norteamericana.
Por otra parte, es imprescindible tener en cuenta que ningún modo de producción se
conforma cual fenómeno químicamente puro, sino a través de procesos que de manera
ecléctica y dialéctica mezclan diversas relaciones sociales de producción. Así, no quedarían
fuera del mosaico histórico-concreto que deine al capitalismo en los Estados Unidos como
modo de producción, las contradicciones y particularidades que introducen elementos
como los inherentes a los tipos de “productores propietarios (farmers and mechanics)”
68/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 61-79
y al régimen de esclavitud, consustancial a la economía de plantación que sostenía la
producción algodonera en los estados sureños.
En ese proceso histórico, el mercantilismo y el capitalismo inglés trasladan al ámbito
norteamericano un conjunto de prácticas, de visiones y concepciones, es decir, una cultura.
En cierto modo, la sociedad norteamericana responde a un tipo peculiar de colonización
– -diferenciada de la que se aianza en América Latina--, que Louis Hartz denomina la
“sociedad fragmentada”, es decir, países nuevos, que surgen lejos de la metrópoli, pero
fundados a imagen y semejanza de ésta; sociedades que no conocen el proceso de mestizaje,
que no tienen relación con los pueblos nativos, como sí sucedió en distintos lugares de
América Latina como resultado de la conquista y colonización española o portuguesa, que
produjo sociedades claramente diferenciadas (Hartz, 1991).
Otra característica se relaciona con el hecho de que, si bien los Estados Unidos han
sido tradicionalmente un país laico en cuanto a su sistema político, están fuertemente
inluenciados por una penetrante orientación religiosa, que se instala como factor
orgánico en la cultura política nacional. En este sentido, aunque religión y política están
separados a nivel de las estructuras políticas gubernamentales, en el ámbito de la cultura
política aparecen mezclados, con frecuencia, especialmente ante situaciones difíciles
o de crisis. Recuérdense las invocaciones religiosas de Truman, y su airmación de que
el documento político más importante en la historia estadounidense era la Biblia. En la
década de 1980, Reagan hacía muchas alusiones al Todopoderoso en sus discursos sobre
temas internacionales. Las frases de Bush, después del 11 de septiembre de 2001, fueron
numerosas y bien conocidas. De este modo, determinadas e importantes acciones de
política exterior norteamericana no sólo se vinculan al interés nacional, a la seguridad
nacional, sino al tema del bien y el mal, a la voluntad divina.
Los Estados Unidos vivieron su etapa de gestación y crecimiento como nación lejos de
los centros de poder fundamentales en esas etapas. Al inicio, el mundo era euro-céntrico,
mediterráneo-céntrico. Eso le permitió regular su grado de participación en conlictos
internacionales. Cuando se hizo independiente, en la última parte del siglo XVIII, fue un
país que no quedó inmerso en la dinámica de las disputas internacionales. Se sustrajo a los
conlictos en Europa y se consagró al desarrollo de las fuerzas productivas, al desarrollo
productivo, tecnológico, cientíico, interno, sacando obvia ventaja a las potencias europeas
y en particular, a Gran Bretaña, la nación hegemónica en el siglo XIX. A la par, los Estados
Unidos siempre han librado todas sus guerras en territorios ajenos, y la destrucción bélica
la han cargado otros países. Por el contrario, han podido reforzar su economía en tiempos
de guerra, tener grandes avances industriales y ningún daño en su territorio. De ahí que
hasta el 11 de septiembre de 2001 el país gozara de un alto grado de seguridad interna, en
la medida que, con pocas excepciones – -la guerra con Gran Bretaña en 1814 (en que la
capital misma de la nación estuvo asediada), y de la guerra civil, entre 1861 y 1865 – -, los
conlictos se libraron fuera de sus fronteras.
Las condiciones en que se gesta la guerra de independencia, de las cuales emerge la
nación norteamericana con su isonomía peculiar y se consolida el país con un Estado
centralizado único, junto al cuadro histórico que completan la guerra de secesión, al concluir
Una visión latinoamericana de Estados Unidos: crisis cultural y tendencias
conservadoras en el entorno geopolítico hemisférico
Jorge Hernández Martínez /69
tareas pendientes de la revolución burguesa inconclusa y la posterior reconstrucción, que
propician la transición al imperialismo, coniguran el marco de referencia que explica la
orientación que asumen tales tendencias y tradiciones, implantadas en la historia política
y cultural de Estados Unidos, junto a lãs peculiaridades del fenômeno imperialista en ese
país. Las expresiones ideológicas del capitalismo monopolista generado por las condiciones
del imperialismo se amalgaman con determinados valores y corrientes del pensamiento
social norteamericano, cuyo sustrato material remite a los siglos XVIII y XIX. El universo
de características económicas, socioclasistas, demográicas, culturales y territoriales que
deinen las particularidades de las relaciones de producción burguesas que se instauran
desde las décadas de 1870 y 1880, consolidan el federalismo y la división de poderes bajo
la forma de gobierno republicana.
Ello singulariza al sistema político norteamericano, desde entonces hasta la
contemporaneidad, constituyendo, adicionalmente, un contexto histórico-social propicio
para la incorporación a la letra original de la Constitución, vigente hasta hoy desde el
punto de vista de sus enunciados y contenidos, los tradicionales atributos de la democracia
liberal burguesa: la libertad de palabra, el derecho de reunión, la libre adscripción
religiosa y otros, que en calidad de enmiendas legislativas (bills)se añaden luego mediante
la llamada Carta de Derechos.
Las principales fuentes teóricas que nutren las concepciones de seguridad nacional en
los Estados Unidos se hallan en el proceso histórico que sigue a la formación de la nación
y se conectan orgánicamente, en calidad de nutrientes intelectuales, con las raíces sociales
mencionadas, consustanciales a la evolución, como ya se ha señalado, del único modo de
producción que han conocido los Estados Unidos, en su interacción con las especiicidades
del medio geográico, la población, economía y cultura. Así se funden en la historia de la
cultura política norteamericana y permiten esclarecer el impacto de ciertas tradiciones,
por un lado, que aportan bases ideológicas a la doctrina de seguridad nacional y a la
legitimidad del empleo de la violencia, bajo determinadas circunstancias.
En sentido general, los antecedentes que se integran en ese ideario y le van dando cuerpo
a tales deiniciones doctrinales remiten a las ideas de los “padres fundadores”, como George
Washington, John Adams, Thomas Jeferson, james Madison, John Quincy Adams, Andrew
Jackson, Alexander Hamilton, John Calhoun y otros, cuyos planteamientos, en algunos
casos, conducen hasta el pensamiento político norteamericano actual. Desde ese punto de
vista, es un lugar casi común en la historiografía estadounidense la argumentación de que,
a pesar de todas sus discrepancias, Hamilton y Jeferson (es decir, la tradición federalista
y la republicana) se acercaban asombrosamente, por ejemplo, en la comprensión de los
principios generales de la política exterior y de las proyecciones militares, habida cuenta
de que como común denominador compartían la defensa de los intereses nacionales,
codiicados desde una perspectiva tempranamente expansionista y geopolítica.
Bajo esa perspectiva, la fuerza militar há sido considerada como el medio principal
para resolver y regular los problemas que surgían en la política mundial, estimándose que
los Estados Unidos no eran un Estado más en las relaciones internacionales, sino uno de
70/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 61-79
características únicas y especiales, llamado además a cumplir una vocación mesiánica, lo
que daría lugar al mito del Excepcionalismo Norteamericano y del Destino Maniiesto.
Así se puntualizan, sumariamente, los postulados de la cosmovisión original y vigente
que, en materia de conceptos internacionales, se halla como telón de fondo en la historia
de la cultura política norteamericana. La ascendencia histórica en los Estados Unidos del
pensamiento europeo generado por iguras de inclinación conservadora, como Edmund
Burke, Thomas Hobbes, o por exponentes de un liberalismo que no era antagónico con
lo anterior, resulta bien conocida. Determinados preceptos formulados por estos autores,
junto con algunos principios esbozados por la ideología liberal del pequeño propietario,
representada por John Locke y los federalistas, se hacían compatibles o conciliables
entre sí, y conformaban una suerte de espina dorsal que jerarquizaba seis grandes temas.
Los mismos han mantenido su sitio en la cultura política estadounidense a lo largo de
su historia, y complementan la secuencia dentro de la cual encajan, coherentemente, los
aspectos antes mencionados: creencia en un signo divino, que va a regir el comportamiento
y destino de la humanidad: un dios supremo, concepción con la cual se rompe la tríada
Dios-el Rey-Hombre; nclinación hacia la vida tradicional, un alto respeto por la concepción
de los valores existentes a lo largo de los siglos; convicción en que la libertad y la propiedad
están intrínsecamente ligadas; creencia en la necesidad del orden y de las clases en la
sociedad civilizada; absoluta fe en el valor de las normas consuetudinarias; las cosas
deben ser dominadas por la razón, no por los sentimientos;convicción en la posibilidad y
viabilidad de los cambios, siempre y cuando sean graduales, y no signiiquen ruptura con
la estabilidad estructural existente.
La persistencia de estos temas releja, por supuesto, una connotación tanto de
carácter clasista como cultural, en el sentido de que se derivan de una coniguración
peculiar de las relaciones de producción capitalistas, y de todo el sistema de político y
social norteamericano. Ello permitiría airmar, con el apoyo de numerosas investigaciones
históricas, su expresión generalizada por la ideología dominante (es decir, a través de
los aparatos ideológicos del Estado burgués), palpable en la conciencia social de masas.
En un nivel general, se relejan valores compartidos que se reieren a la naturaleza de la
forma de gobierno, al régimen político y a los acuerdos económicos básicos de la sociedad
estadounidense. Este conjunto de valores y principios aceptados mayoritariamente por las
diversas clase, grupos y capas sociales, deine un cuerpo o soporte altamente consensual, a
lo cual se hacía referencia en el epígrafe anterior, cuya validez comprende desde el período
de fundación de la nación, hasta la actualidad de los Estados Unidos. En opinión de Gunnar
Myrdal, este fenómeno constituye un consenso esencial o “credo” norteamericano, que
integra tanto dimensiones políticas como econômicas (Myrdal, 1972).
En el nivel político –-subrayado por Myrdal- – se incluyen los elementos básicos de
la democracia liberal y la tradición intelectual del liberalismo, tal y como fue transmitido
por las obras de Locke, Montesquieu, Smith y Tocqueville. En el nivel conómico se hace
referencia a las instituciones y a las medidas básicas del liberalismo: el mercado libre y
el capitalismo. Lo que le da al “credo americano” su peculiar sabor es su creencia en la
Una visión latinoamericana de Estados Unidos: crisis cultural y tendencias
conservadoras en el entorno geopolítico hemisférico
Jorge Hernández Martínez /71
relación necesaria entre ambos niveles: democracia liberal y capitalismo serían las dos
caras de la misma moneda.
En dirección similar se pronuncia Luis Maira, complementando el juicio anterior: “La
evolución política de cada país va conigurando una cierta isonomía histórica y Estados
Unidos ciertamente tiene la suya. Esta tiene en cuenta la modalidad de democracia liberal
presidencial que ha regido desde la aprobación de la Constitución de Filadelia en 1787
y una progresiva despreocupación por las orientaciones ideológicas que contribuyen a
imponer ese estilo político pragmático que con el tiempo se ha ido acentuando. A ello se
suma una gran estabilidad en los valores fundamentales que promueve el sistema político:
individualismo, legalismo, respeto por las creencias religiosas, consagración del principio
de seguridad, respeto al derecho de propiedad y repulsa a la ampliación de las tareas del
Estado” (2014, 235).
De esta manera, el “credo” norteamericano ha desempeñado un papel como factor de
cohesión que ha permitido consolidar y mantener, entre otras cosas, un enfoque político
basado en el nacionalismo y en la legitimación del nexo o unión entre los valores del
capitalismo y la democracia burguesa representativa. La profunda presencia de ese “credo”
en la cultura política norteamericana hace posible entender el tan alto grado de aceptación
que se encuentra en la sociedad estadounidense respecto a la secuencia de valores básicos
(nacionalismo/patriotismo/libre empresa/puritanismo y ética protestante/defensa ante
la amenaza exterior comunista) que la componen. Están dados e implicados los elementos
para la delimitación de nociones de interés nacional y, consiguientemente, de seguridad
nacional, con ribetes de legitimidad.
Estas últimas nociones se articulan en estrecha relación con el marco históricosocial de la segunda postguerra, relejan los imperativos de expansión del imperialismo
norteamericano y se profundizan y ensanchan bajo la inluencia de una serie de corrientes
ilosóicas, sociológicas y políticas, que le imprimen mayor racionalidad a esas demandas
expansionistas, como las que provienen de la geopolítica, el positivismo, el social
darwinismo, el pragmatismo. Ello se expresa tanto a nivel interno como internacional,
dentro de los cánones del referido “credo”, cuyas bases permiten el acercamiento, en las
condiciones especíicas de los Estados Unidos, de matrices ideológicas, como el liberalismo
y el conservadurismo, que en otros ámbitos, resultarían incompatibles.
Los acontecimientos del 11 de septiembre propician el despliegue, ampliación y
consolidación de una plataforma ideológica que si bien focaliza un “nuevo” enemigo – -el
terrorismo--, que viene a ocupar el lugar del eje articulador de la política exterior que
durante la guerra fría clásica lo constituía el comunismo internacional, retoma elementos
de continuidad que están en la base de la cultura política norteamericana, y que al mismo
tiempo brindan legitimidad a la política interna.
En los Estados Unidos prevalece un conjunto de percepciones, ideas y doctrinas
políticas, constitutivas de una suerte de tronco común, que pueden considerarse como
manifestaciones que forman un tejido ideológico, psicológico, cultural. Desde una
72/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 61-79
perspectiva histórica y sociológica, en la cultura política estadounidense contemporánea
se siguen reproduciendo muchos de los códigos de la Guerra Fría.
Esa cultura política puede ser entendida como el conjunto de valores y convicciones
que se expresan desde inales de los años de 1940, a través de la ideología y la psicología
social, marcando a nivel interno y externo una cosmovisión simpliicadora de intolerancia,
chauvinismo, puritanismo, expansionismo y agresividad, que incluso antecede a la segunda
guerra mundial. Por supuesto, este proceso no tendría lugar de manera lineal, masiva,
homogénea, sino que se conforma a través de un proceso contradictorio de socialización,
en el que se mezclan los aparatos ideológicos del Estado.
Es en el caldo de cultivo que va cuajando entre inales de la década de 1970 y
comienzos de la siguiente donde se desarrolla un proceso que (como rechazo de lo que
se consideraba como excesos de las concepciones y políticas liberales, y portador de
propuestas que restablecerían el orden tradicional y superarían las debilidades de los
gobiernos demócratas que las habían auspiciado), reactiva las tendencias y organizaciones
conservadoras. El movimiento resultante es el que apoya la nominación de Ronald Reagan
en las elecciones de 1980 e impulsa la Revolución Conservadora, en un esfuerzo por
devolverle a la nación la autoestima, por recuperar la imagen de los Estados Unidos ante
el mundo y reparar las grietas en su sistema de dominación. Un proceso análogo, sobre la
base de la acumulación histórica y de nuevas condiciones, es lo que acontece hoy en ese
país y propicia el “fenómeno Trump” (Castorena, 2017 y Gandásegui, 2017).
Crisis cultural y tiempo de transición
Con la culminación de la pasada centuria, puede airmarse que los Estados Unidos
lograron, en sentido general (dentro del panorama mundial, y comparado con el decurso del
país en el decenio precedente), avanzar en el proceso de restauración hegemónica en que se
encontraba empeñado desde los años de 1980, que se extendió algo más de un decenio. Los
acontecimientos que marcaron los inicios de la década de 1990 marcaron simbólicamente,
de modo favorable, un nuevo momento para el imperialismo norteamericano, a pesar
de los tropiezos e inconsecuencias de Clinton, al inalizar el período. Al desplome del
socialismo como sistema, anticipado en los países de Europa del Este y representado
para muchos en el derribo del muro de Berlín, unido a la ulterior desintegración de la
Unión Soviética, siguió la Guerra del Golfo Arábigo-Pérsico, en la que los Estados Unidos
hicieron gala de su tecnología bélica y de su maquinaria propagandística. En los años
siguientes, la consolidación del poderío militar y mediático norteamericano, junto a una
relativa recuperación económica, vigorización del consenso político interno y redeinición
de las relaciones de concertación y alianza con los aliados imperialistas, condujo a una
superación relativa de la crisis hegemónica que enfrentaban los Estados Unidos desde
ines de la década de 1970.
Así, aun y cuando ese proceso no pueda asumirse con una connotación absoluta,
sino caracterizada por contradicciones y reacomodos, ese país arribó al siglo XXI con
una posición de hegemonía internacional renovada, en medio de un mundo unipolar
Una visión latinoamericana de Estados Unidos: crisis cultural y tendencias
conservadoras en el entorno geopolítico hemisférico
Jorge Hernández Martínez /73
desde el punto de vista político, y con rasgos de multipolaridad en el orden económico,
deinido por la globalización neoliberal. Ese es el marco general dentro del cual tiene
lugar el escandaloso proceso electoral del 2000 en la sociedad norteamericana, en que
se establece la Administración republicana y conservadora de George W. Bush, en que
tienen lugar los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001; en que se despliega la
beligerante ofensiva internacional de los Estados Unidos – -a través de su presunta lucha
contra el terrorismo, del nuevo enfoque de la política exterior militarista, denominada
como “guerra preventiva”, que lleva primero a la invasión en Afganistán, y después a la
prolongada guerra en Irak. Con ese telón de fondo es que, además, se llevan a cabo en
2004 las elecciones presidenciales, como resultado de las cuales se mantiene a Bush en la
Casa Blanca por un segundo período, con mayor turbulencia y conlicto en las relaciones
internacionales. El escenario en que se desarrolla luego el proceso electoral de 2008, tiene
lugar la victoria de Barack Obama y el retorno del partido demócrata a la presidencia,
responde a un contexto de agotamiento de la opción conservadora y de rechazo al doble
gobierno republicano anterior. La reelección de Obama en 2012 releja la esperanza que
aún despertaba entonces el liderazgo de un inusual gobernante, de piel negra.
Las contradicciones de la sociedad norteamericana se pusieron de maniiesto, una
vez más en su historia reciente, en los resultados de las elecciones de 2016, al colocar a
Donald Trump en la presidencia. Al evaluarlas en su conjunto, la imagen que resulta es
la de una prolongada crisis cultural, en la que se registra, según se señalaba al inicio, una
transición ideológica visible en el creciente alejamiento de la tradición política liberal y
en una sostenida onda expansiva conservadora que se expresa tanto en los partidos como
en las organizaciones sociales, los medios de comunicación, las instituciones académicas
y en la producción intelectual, artística y literaria. Ese proceso es palpable sobre todo en
el desempeño de los gobiernos republicanos que se establecen a partir de las elecciones
presidenciales de 1980 hasta el presente, más su cosecha política y cultural se ha
mantenido en los períodos en los que el Partido Demócrata ha ocupado la Casa Blanca. Así,
la derechización que se advierte durante la doble Administración Reagan, seguida por el
único mandato de Bush (padre), quien fuera su Vicepresidente, se reaviva con notoriedad
maniiesta con el doble gobierno de Bush (hijo) y luego hoy con el de Trump, pero subsiste
de modo latente y alora con intermitencias bajo los repetidos períodos demócratas de
Clinton y Obama.
A la luz del marco político y cultural que se ha expuesto es que debe realizarse el análisis
del triunfo electoral de Donald Trump en las elecciones realizadas en los Estados Unidos
el 8 de noviembre de 2016 y de su desempeño durante el primer año de gobierno. Ello
expresa el auge del movimiento conservador, del populismo, del nativismo, la xenofobia,
las corrientes de extrema derecha, como reacciones de desencanto, rechazo y ajuste de
cuentas con la política de la doble Administración Obama. Esa espiral ideológica tiene
su antesala a inales de los años de 1970 e inicios de los de 1980, al inaugurarse la “era
de Reagan”, al arremeterse contra el liberalismo tradicional y las prácticas de gobiernos
demócratas, considerados como débiles (Wilentz, 2008). Lo que resulta novedoso a
mediados del segundo decenio del siglo XXI y que en buena medida explica la victoria
de Trump es que se agrega el disgusto de sectores de la clase media blanca, protestante
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– -afectada desde el punto de vista socioeconómico con Obama--, cuyos resentimientos
se enfocaron no sólo contra el gobierno demócrata que terminaba su mandato, sino de
modo especíico contra la igura presidencial en el plano personal – -un hombre de piel
negra, de origen africano--, con beligerantes expresiones de racismo y xenofobia que
había anticipado el Tea Party, y que Trump retoma con fuerza, añadiendo intolerancia
étnica, misoginia, machismo, homofobia y sentimientos antiinmigrantes, con un discurso
patriotero que decía defender a los “olvidados” (Preciado Coronado, 2017).
La retórica “trumpista” promete restaurar el espíritu de la nación, fortaleciendo el rol
mundial de los Estados Unidos, a través de las consignas America First y Make Great
America Again, con las cuales se ha deinido su identidad ideológica durante el primer
año de gobierno, reavivando los mitos del Destino Maniiesto y el Excepcionalismo
Norteamericano (Lipset, 2000).
Las posiciones del actual presidente apelan a una conjugación de miedo y rechazo a
todo lo que supuestamente amenaza la supremacía blanca en esa sociedad, incluyendo
a los latinoamericanos indocumentados, a los que promete una deportación masiva,
y a los árabes, declarando una especie de cruzada contra el mundo musulmán Trump
ha dejado claro quiénes son las personas de segunda categoría o non gratas en esa
sociedad, atendiendo a su pertenencia étnica, condición racial, idioma que hablan,
procedencia geográica, ailiación religiosa, ideología política, identidad cultural. Sobre
todo, por el hecho de que rivalizan con quienes son considerados como los auténticos
norteamericanos (blancos, anglosajones, trabajadores, disciplinados, individualistas,
protestantes) ante áreas como el empleo, a los que les están robando el país y su cultura.
La prometida expulsión de más de 12 millones de inmigrantes, por ejemplo, atrajo el voto
de una población temerosa del diferente, del otro, es decir, al que se criminaliza por su
origen étnico, nacional, racial. La victoria de Trump, que movilizó el voto nacionalista,
de clase media y obrero blanco, refuerza a los grupos sociales y clasistas que “alertan” del
presunto, manipulado, declive de la raza blanca en el país y combaten la inmigración. Así,
el Ku Klux Klan, los grupos neonazis y otras voces destacadas de la derecha más radical,
como la Asociación Nacional del Rile y la Sociedad John Birch, han celebrado el éxito del
republicano y se sienten reconocidos en su agenda (Hernández Martínez, 2017).
La sociedad norteamericana, como marco dentro del cual sucede todo eso, bajo
la inluencia de la llamada Era de Reagan, vive un auge de la orientación ideológica
conservadora, y el “trumpismo” – -como se le está denominando a la línea de pensamiento
y acción que promueve el actual Presidente- – es una expresión de ello, que recibe
legítimamente tanto las etiquetas de conservadurismo como las de extremismo derechista
y de populismo. Los Estados Unidos se encuentran inmersos en un proceso de transición,
en el que se mezclan elementos objetivos y subjetivos, económicos, políticos, ideológicos,
que se expresan tanto a nivel interno como internacional. El proyecto de nación en
torno al cual se ha troquelado el sistema desde los años de 1980 está exhausto. Uno de
los problemas más serios que puede afrontar un sistema político es el del agotamiento
del proyecto nacional que le sirve de fundamento sin que exista oportunamente uno
alternativo para reemplazarlo. Cuando esta posibilidad ocurre, tanto el Estado y sus
Una visión latinoamericana de Estados Unidos: crisis cultural y tendencias
conservadoras en el entorno geopolítico hemisférico
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aparatos como la sociedad en que aquellos se insertan comienza a funcionar a la deriva,
en un cuadro dominado por la simple administración de la crisis; semejante situación
produce, como primer efecto, un completo desajuste entre las tendencias de corto y largo
plazo del proceso político.
Esa es la situación que deine hoy a la sociedad estadounidense, y que se ha venido
expresando desde comienzos del siglo. Hasta entonces, estuvo vigente el proyecto que
nació con Reagan, en el decenio de 1980, como sucesor del que había estructurado la
nación desde los años de 1930, establecido por Franklin D. Roosevelt. Los gobiernos de
doble período, de George W. Bush y de Barack Obama, fueron incapaces de formular
un nuevo proyecto nacional. Sobre esas bases, la Administración de Donald Trump se
establece en un contexto de desajustes, signado por una larga e inconclusa transición en la
esfera cultural, sociopolítica, ideológica (Hernández Martínez, 2017).
¿Cómo se expresa?. En la involución democrática de la sociedad norteamericana, el in
del mito de los Estados Unidos como paradigma del liberalismo, la crisis de los partidos y
de los políticos tradicionales, la revitalización del populismo el nativismo, la xenofobia, el
conservadurismo tradicional y la derecha radical. La silueta de las tendencias que ello lleva
consigo, se proyecta más allá de la coyuntura de las elecciones presidenciales de 2016,
en camino hacia 2020. Como sentencio tempranamente Octavio Paz, “perplejos, entre
su doble naturaleza histórica, los norteamericanos hoy no saben qué camino tomar; la
disyuntiva es mortal: si escogen el destino imperial, dejarán de ser una democracia y así
perderán su razón de ser como nación” (Paz, 1983: 225).
Relexiones inales
La transición que se despliega en los Estados Unidos comprende una prolongada
crisis y hondas transformaciones en la estructura de su sociedad y economía, llevando
consigo importantes mutaciones tecnológicas, socioclasistas, demográicas, con
implicaciones también sensibles para las infraestructuras industriales y urbanas, los
programas y servicios sociales gubernamentales, la educación, la salud, la composición
étnica y el papel de la nación en el mundo. Se trata de cambios graduales y acumulados,
que durante cerca de cuarenta años han venido modiicando la isonomía integral de la
sociedad norteamericana. Sin embargo, a pesar de que en buena medida ha dejado de ser
monocromática – -el país del white-anglosaxon-protestant (wasp)--, y se puede caliicar
de multicultural multirracial y multiétnica, ello no signiica que se haya diluido o mucho
menos, perdido, esa naturaleza wasp, cuya representación esencial es la de la clase media.
Sin ignorar la heterogénea estructura clasista estadounidense, en la cual coexisten la
gravitación de la gran burguesía monopolista, de la oligarquía inanciera, la clase obrera,
los trabajadores de servicios, un amplio sector asociado al desempleo, subempleo y la
marginalidad, es esa la imagen que presentan buena parte de los textos de historia, la
literatura, el cine y los medios de comunicación.
El desarrollo del proceso electoral de 2016 en los Estados Unidos y sus resultados
puso de maniiesto con periles más acentuados la crisis que vive el país desde la década
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de 1980 y que se ha hecho visible de modo sostenido, con ciertas pausas, más allá de
las coyunturas electorales. La pugna política entre demócratas y republicanos, así como
las divisiones ideológicas internas dentro de ambos partidos, junto a la búsqueda de un
nuevo rumbo o proyecto de nación, deinió la campaña presidencial, profundizando la
transición inconclusa en los patrones tradicionales que hasta la Revolución Conservadora
caracterizaban el imaginario, la cultura y el mainstream político-ideológico de la
sociedad norteamericana.
Los procesos electorales que tienen lugar en ese país al inalizar el siglo XX y los que
acontecen durante la década y media transcurrida en el XXI (las de 2004, 2008, 2012 y
2016), como en parte ya se ha aludido, han relejado una penetrante crisis que trasciende
el ámbito económico, se expresa en el sistema político y además, en la cultura.
En el contexto de la citada Revolución Conservadora se resquebrajó la imagen mundial
que ofrecían los Estados Unidos como sociedad en la que el liberalismo se expresaba de
manera ejemplar, emblemática, al ganar creciente presencia el movimiento conservador
que se articuló como reacción ante las diversas crisis que se manifestaron desde mediados
de la década precedente, y que respaldó la campaña presidencial de Ronald Reagan,
como candidato republicano victorioso. Con ello, como ya se señaló, se evidenciaba el
agotamiento del proyecto nacional que en la sociedad norteamericana se había establecido
desde los tiempos del New Deal, y concluía el predominio del liberalismo.
Así, el conservadurismo aparecería como una opción que, para no pocos autores,
constituía una especie de sorpresa, al considerarle como una ruptura del mainstream
cultural, signado por el pensamiento y la tradición política liberal. En la medida en que el
país era concebido en términos de los mitos fundacionales que acompañaron la formación
de la nación, y percibido como la cuna y como modelo del liberalismo, el hecho de que
se registrara su quiebra era un hecho sin precedentes en la historia norteamericana. Así,
la acumulación de frustraciones que desde los años de 1960 estremecieron al país, con
la conjugación del auge del movimiento por los derechos civiles, el nacionalismo negro,
la contracultura, el fenómeno hippie, las drogas, la canción protesta y el sentimiento
antibelicista, junto al cuestionamiento de la eiciencia de los gobiernos demócratas y de
las políticas liberales para proteger la fortaleza económica, política y moral del imperio,
conducen a inales de la década de 1970 a la búsqueda de alternativas que pudiesen
superar las sensaciones de desencanto o decepción asociadas a las debilidades atribuidas a
la Administración Carter, y devolverle tanto a la opinión pública, a la sociedad civil y a los
círculos gubernamentales, la habitual autoestima nacional.
Las expectativas que se crearon desde los comicios de 2008 y de 2012, cuando Obama
se proyectaba como candidato demócrata, esgrimiendo primero la consigna del cambio
(change) y luego la de seguir adelante (go forward), formulando las promesas que en su
mayoría no cumplió, son expresión de lo anterior, a partir de la frustración que provocara
la falta de correspondencia entre su retórica y su real desempeño en su doble período
de gobierno, junto a otros acontecimientos traumáticos que conllevaron afectaciones
en la credibilidad y conianza popular, como las impactantes iltraciones de miles de
documentos del Departamento de Estado a través de Wikileaks. Ese contrapunto relejaba
Una visión latinoamericana de Estados Unidos: crisis cultural y tendencias
conservadoras en el entorno geopolítico hemisférico
Jorge Hernández Martínez /77
tanto las esperanzas como las desilusiones de una sociedad que, desde el punto de vista
objetivo se ha venido alejando cada vez más del legado de la Revolución de Independencia
y de ideario de los “padres fundadores”, en la medida en que valores como la democracia,
la libertad, el anhelo de paz y la igualdad de oportunidades se desdibujan de manera casi
constante y creciente; pero que en el orden subjetivo es moldeable, inluenciable por las
coyunturas políticas, como las electorales, y sus manipulaciones.
De hecho, si bien las proyecciones político-ideológicas de Obama desde sus campañas
presidenciales en 2008 y 2012 sugerían un retorno liberal, en la práctica su desempeño
nunca cristalizó en un renacimiento del proyecto liberal tradicional, el cual también
parece estar agotado o haber perdido funcionalidad cultural. Con Obama se abrieron
espacio concepciones de un conservadurismo pragmático, donde se ponían de maniiesto
enfoques neoconservadores junto a otros, de una derecha moderada o centrista (Russell
Mead, 2017). En la contienda presidencial de 2016 se reaviva un abanico de opciones de
derecha, que incluyen las del protestantismo religioso evangélico, el populismo nativista, el
nacionalismo jacksoniano, el conservadurismo tradicional, la derecha radical y tendencias
fascistas, que encuentran, en su conjunto, una funcional caja de resonancia en el discurso
y en la práctica de Trump.
La sociedad norteamericana se halla atrapada en una crisis recurrente cuyas
contradicciones en términos ideológicos y políticos colocan al sistema ante dilemas que
los partidos, con sus rivalidades, no están en capacidad de enfrentar, y que no llegan a
cristalizar en un nuevo consenso nacional.
La relación histórica de los Estados Unidos con América Latina ha estado signada por
una suerte de patrón, que si bien no ha permanecido inmutable, se reitera como una pauta
recurrente. El historiador y latinoamericanista estadounidense, Lars Shoultz, airma que
tres consideraciones siempre han determinado la política norteamericana hacia América
Latina: primero, la presión de la política doméstica; segundo, la promoción del bienestar
económico; y tercero, la protección de la seguridad (Schoultz, 1999). Esta perspectiva
describe y explica muy gráicamente la tendencia que aún prevalece hoy, a mediados de
la segunda década del siglo XXI. Aunque se advierten etapas y momentos de cambios, lo
cierto es que en líneas generales, los criterios aludidos siguen estando presentes, marcando
la proyección de los Estados Unidos hacia América Latina, hasta la presente década, de
cara a 2020.
En resumen, el contexto es complicado, contradictorio y cambiante. No debe perderse
de vista que, además, las estructuras gubernamentales estadounidenses no conforman un
actor racional uniicado, ya que los criterios del Ejecutivo, el Legislativo y los grupos de
presión que les rodean no son monolíticos. Sobre la región latinoamericana han existido y
existen diversas ópticas. La política estadounidense hacia América Latina, como tendencia,
ha oscilado entre el pragmatismo y el principismo ideológico (Lowenthal, 2010). Queda
claro que la escena actual – -coincidiendo con el in de la Administración Obama y el
primer año de la e Trump- – es distinta a otros períodos, pero no deja de relejar el
contrapunto aludido, que en la mayor parte de los casos, no se maniiesta cual antinomia,
sino en términos de complementación y hasta de superposición.
78/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 61-79
Los ajustes observados en el discurso y la práctica política del gobierno de los
Estados Unidos para la región hasta Trump, tienden a conirmar la continuidad de
la política señalada por Schoultz, basada en la asimetría, la defensa de sus intereses
económicos, de política interna y sus deiniciones de seguridad nacional, pero adaptados
a las nuevas circunstancias y ajustados a cada caso en correspondencia con la mayor
independencia de la región.
Trump no es la excepción en la historia norteamericana, sino la expresión hasta ahora
más perversa del imperialismo estadounidense. Su política representa una suerte de
retorno, bajo nuevas condiciones, a una de las fases constitutivas de su rol imperialista, en
las que se combinaron las lógicas de poder territorial y capitalista, la atracción de fuerza
de trabajo, capital y empresarios europeos, pero con alta restricción a la importación d
eproductos. Es decir, los Estados Unidos nunca han creído real o coherentemente, como
Gran Bretaña, en el libre comercio en sentido puro, sino que como regla han conjugado
medidas de libre comercio con regulaciones proteccionistas (Arrighi, 1999 y Harvey, 2003).
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Espacio Abierto Cuaderno Venezolano de Sociología
Vol.27 No.1 (enero - marzo, 2018): 81-102
La experiencia de la Democracia
Participativa. Poder popular y planes de
desarrollo comunitario en Venezuela.
María Pilar García-Guadilla*
Resumen
El objetivo del presente trabajo es evaluar la experiencia de
la democracia participativa en Venezuela así como también
la viabilidad de la democracia directa a nivel local a través del
análisis de los Consejos Comunales y más especíicamente
haciendo seguimiento al proceso de elaboración de los planes
comunitarios. Se investigó si los lineamientos metodológicos del
Ciclo Comunal, propuestos en la Ley Orgánica de los Consejos
Comunales (LOCC) de 2009 para la elaboración de los Planes
de Desarrollo comunitarios, estimulan o no la participación
y la inclusión. Los resultados permitieron identiicar tanto
las múltiples posibilidades que ofrecen como espacios de
participación para impulsar el mejoramiento del hábitat y de
las condiciones de vida comunitarias como las limitaciones y
distorsiones tales como el clientelismo, la cooptación y la falta de
transparencia que surgen dentro del contexto de alta polarización
social y política que existe en Venezuela. La información básica
proviene del trabajo de campo realizados en treinta y cuatro
consejos entre 2006-2011 donde se elaboraron unos quince
planes estratégicos comunales, se hicieron treinta y cuatro
entrevistas semi-estructuradas a los miembros y más de quince
entrevistas en profundidad a los líderes comunitarios.
Recibido: 06-12-2016 / Aceptado: 11-07-2017
*Universidad Simón Bolívar. Caracas, Venezuela.
E-mail: mpgarcia@usb.ve
82/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 81-102
Palabras clave: Planes
comunitarios
participativos;
democracia directa; democracia participativa;
organizaciones
sociales
comunitarias;
consejos comunales; planiicación estratégica
The experience of Participatory Democracy.
Popular power and community development
plans in Venezuela
Abstract
The objective of this paper is evaluate the experience of
participatory democracy in Venezuela as well as to assess the
viability of direct democracy at the local level through the
analysis of the Communal Councils and more speciically, the
follow-up of the elaboration of community plans. We analyzed if
the methodological guidelines of the so-called · “communal cycle”
proposed in the Organic Law of the Communal Councils (LOCC)
of 2009 to elaborate those plans stimulate or not participation and
the inclusion. The results highlight the many opportunities that
Communal Councils ofer as spaces of participation to promote
the improvement of the habitat and community living conditions;
they also show some distortions such as patronage, co-optation
and the lack of transparency that arise within the context of
the high socio-political polarization that exists in Venezuela.
Information come from ield-work made in thirty four councils
between 2006-2011where some ifteen strategic communal plans
were designed; additionally, we made thirty four semi-structured
interviews to members and more than ifteen in depth interviews
to community leaders.
Keywords: Community plans; direct democracy; participatory
democracy; social community organizations;
communal councils; strategic planning
La experiencia de la Democracia Participativa. Poder popular y planes de
desarrollo comunitario en Venezuela.
María Pilar García-Guadilla /83
La planiicación estratégica y el ciclo comunal
La mayoría de los venezolanos y las venezolanas están de acuerdo con el mandato
constitucional que promueve la democracia “participativa y protagónica”; sin embargo,
no existe el mismo consenso con respecto a las bondades de las organizaciones sociales
bolivarianas que han sido creadas para tal in. Dentro de esta divergencia, el objetivo del
presente trabajo fue evaluar el alcance y las limitaciones de la experiencia de la democracia
participativa en Venezuela a través del seguimiento y evaluación de los consejos comunales,
los cuales paradójicamente fueron promovidos por el Presidente Chávez en el año 2006
precisamente para apuntalar la democracia participativa y ejercer la democracia directa.
Ellos representan la igura organizativa más importante que existe en la actualidad en
los sectores populares a juzgar por la importancia de sus objetivos y funciones, por la
gran cantidad de consejos que han sido creados y por la elevada cuantía de los recursos
económicos que se les ha transferido1. Los consejos comunales tienen sus adeptos y
detractores dependiendo de si se resaltan las múltiples posibilidades que ofrecen como
espacios de participación para impulsar el mejoramiento del hábitat y de las condiciones
de vida comunitarias o si, por el contrario, se destacan las limitaciones y distorsiones
tales como el clientelismo, la cooptación y la falta de transparencia que surgen dentro del
contexto de alta polarización social y política que existe en Venezuela.
Uno de los argumentos utilizados por los autores que deienden las bondades
del modelo de planiicación participativa es la necesidad de descentralizar el poder y
transferirlo a las organizaciones de base (Friedmann, 1992). Por ello, también se analizará
si los lineamientos metodológicos del Ciclo Comunal, propuestos en la Ley Orgánica de
los Consejos Comunales (LOCC) de 2009 para la elaboración de los Planes de Desarrollo
comunitarios, estimulan o no la participación y la inclusión. El Ciclo Comunal como
propuesta metodológica que intenta activar la democracia participativa y directa se
comparará con el potencial de participación e inclusión que deriva de la metodología de
planiicación estratégica que se viene aplicando desde hace varios años para la elaboración
de los Planes Estratégicos de las organizaciones comunitarias. La planiicación estratégica,
propuesta por Carlos Matus (1972, 1977) ofrece un enfoque interdisciplinario y parte de la
visión del plan como un proceso político que debe tomar en cuenta las relaciones de poder
y, por tanto, la dinámica de los actores que conluyen en un determinado ámbito alrededor
de los problemas de la comunidad; el enfoque se actualizó con las críticas y sugerencias
hechas por Poggiese (2000), y se adaptó a los ámbitos locales y micro-locales donde actúan
los CC. Dado que la planiicación estratégica diiere en alguna medida de la metodología
del Ciclo Comunal (LOCC, 2009), se utilizaron ambas para enriquecer el análisis sobre el
alcance y los límites de la participación de los CC en la gestión comunitaria.
Las preguntas que orientan este trabajo son en qué medida los CC tienen la capacidad
de desarrollar prácticas democráticas, participativas e incluyentes en la elaboración del
plan de desarrollo comunitario y si el contexto de aguda polarización socio-política en
1Las Comunas que fueron creadas posteriormente enfrentan serias diicultades constitucionales, territoriales,
económicas y de diversa índole para su conformación y consolidación.
84/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 81-102
que estas organizaciones surgen y se desarrollan, afecta al ejercicio de la democracia
participativa y a la inclusión.
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999 (CRBV) la cual fue
producto de un proceso constituyente, incorporó mecanismos de democracia directa o
“protagónica” y de participación en la gestión pública, los cuales abrieron el camino para
la autogestión de los problemas comunitarios. La investigación realizada por el Centro
Gumilla (2011) revela que estos mecanismos han sido apropiados sobre todo por los
sectores populares con la esperanza de resolver los problemas locales y lograr la inclusión
y equidad social. Los sectores populares identiican a la democracia participativa con los
CC asociando el denominado Socialismo del Siglo XXI con participación y autogobierno; la
gente también vincula al Socialismo con la atención eiciente del Estado a sus necesidades
y demandas y lo relaciona con las Misiones, con los programas sociales del gobierno y con
el concepto de bienestar social.
La evaluación de los CC se basa en el trabajo de campo desarrollado en treinta y cuatro
CC durante el periodo 2006-2011 donde se levantaron unos quince planes estratégicos
comunales y se hicieron treinta y cuatro entrevistas semi-estructuradas a los miembros
de los CC y quince entrevistas en profundidad a los líderes comunitarios. En la mayoría
de los casos, se llevó a cabo un acompañamiento de tres a seis meses de duración a
través de la Cátedra de Planiicación Estratégica, de los talleres de planiicación y de las
pasantías y trabajos prácticos de grado de los estudiantes de la carrera de Urbanismo de la
Universidad Simón. La ventaja de este acompañamiento desde diversos espacios docentes
y de investigación es la inclusión de un mayor número de experiencias que si bien no
nos permiten generalizar en términos estadísticos, sirven para identiicar una mayor
diversidad de prácticas de los consejos comunales.
Adicionalmente, esta evaluación se ha nutrido del extenso material hemerográico y
documental existente sobre los CC y de la base de datos sobre las organizaciones sociales
venezolanas del Laboratorio Interdisciplinario de Investigación en Gestión Ambiental,
Urbana y Sociopolítica de la Universidad Simón Bolívar (GAUS, 2001-2011). El ámbito
geográico abarca la Región Capital de Caracas con sus cinco municipios (Libertador,
Chacao, Sucre, Baruta y el Hatillo); el municipio Sucre del Estado Sucre, el municipio
Caroní del Estado Bolívar y los municipios Carrizal y Los Salias del Estado Miranda. Al
menos nueve de los treinta consejos analizados son rurales y si bien la mayoría de ellos
provienen de los sectores populares, también se han incluido cinco consejos pertenecientes
a las urbanizaciones de clase media.
Antecedentes de las organizaciones ciudadanas: 1961-1999
A comienzos de los años sesenta, con la inauguración de la democracia formal y
principalmente representativa que siguió a la caída del dictador Pérez Giménez, se iniciaron
en Venezuela algunas experiencias de participación de las comunidades en la gestión de
sus problemas locales (García-Guadilla, 2005). Dada la alta inestabilidad política existente
para el momento, la Constitución venezolana de 1961 sacriicó la participación a favor de
La experiencia de la Democracia Participativa. Poder popular y planes de
desarrollo comunitario en Venezuela.
María Pilar García-Guadilla /85
la estabilidad; por esta razón, el alcance de la participación fue limitado pues la mayoría
de las experiencias se desarrollaron bajo el enfoque de la integración de los marginados
y muchas de las organizaciones populares terminaron siendo cooptadas por los partidos
políticos de turno.
Las incipientes asociaciones de vecinos de comienzos de los años setenta que actuaban
principalmente en las urbanizaciones de la clase media y alta, se articularon en un
movimiento ciudadano que en los ochenta logró convocar, en una especie de red informal, a
los demás movimiento sociales tanto de los sectores populares como de las urbanizaciones
de clase media, a través de la Federación de Asociaciones de Comunidades Urbanas
(FACUR). Bajo el lema de la “profundización de la democracia”; una de las demandas de
esta red fue la derogatoria de la Ley Orgánica del Régimen Municipal (LORM) sancionada
en 1978 la cual tenía un carácter centralista y no daba cabida a la participación ciudadana
(Gómez Calcaño, 1987; Santana, 1988).
La demanda de profundizar la democracia representativa se insertó dentro del objetivo
más amplio del movimiento ciudadano como lo fue la descentralización del Estado. Por
tanto, los objetivos de esta red ciudadana no solo fueron la reforma de LORM para incluir
la participación ciudadana, sino también la reforma de otras leyes centralizadas como
la del Sufragio y la erogación de nueva legislación que estimulara la descentralización.
En 1984, el presidente Jaime Lusinchi creó por decreto la Comisión para la Reforma del
Estado (COPRE); sin embargo, la aprobación de la descentralización como proceso político
y la erogación de leyes que la institucionalizaran, quedaron congeladas en el Congreso de
la República.
No fue sino hasta ines de los años ochenta y después del “Caracazo” o de las fuertes
explosiones sociales contra las medidas macroeconómicas de ajuste estructural exigidas por
el Fondo Monetario Internacional comúnmente conocidas como el “paquete económico”
(López Maya, 1999), que frente a las graves tensiones sociales y la falta de mecanismos
institucionales para canalizar los conlictos resultantes, el Presidente Carlos Andrés
Pérez presionó al Congreso para que se aprobara la descentralización y se promulgaran
las leyes correspondientes que abrieran el camino a la participación. Algunas de las leyes
reformuladas en 1989 como la LORM y la Ley Orgánica del Sufragio otorgaron una mayor
participación política a la población en la elección directa de sus representantes; otras
leyes nuevas, como la Ley Orgánica de Descentralización, Delimitación y Transferencia de
Competencias del Poder Público, también de 1989, transirieron competencias del ámbito
nacional hacia los estados y municipios. No obstante, la participación social fue limitada
pues se restringió principalmente a la información y a la consulta (García-Guadilla, 2005)
La constitucionalizarían de la democracia participativa y los
CC: 2000-2011
La década de los noventa se caracterizó por una aguda crisis económica y política y
estuvo signada por múltiples conlictos y movilizaciones sociales. Por esta razón, a ines
de la década, las distintas organizaciones y movimientos sociales conluyeron para apoyar
86/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 81-102
el Proceso Constituyente propuesto, a comienzos de 1999, por el recién inaugurado
presidente Hugo Chávez y del cual salió una nueva Constitución donde la democracia
participativa ocupa un rol protagónico y donde se incluyeron las demandas, principios y
valores promovidos por las organizaciones y movimientos sociales.
Tal como se destaca en el preámbulo de la CRBV de 1999, el objetivo de la soberanía
o del “ejercicio democrático de la voluntad popular” (Art. 2), es el establecimiento de
“una sociedad democrática, participativa y protagónica”. La democracia participativa
se interpreta como el instrumento para lograr la transformación social cuyos valores
son “la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político” (Art.
2). En esta constitución, la participación es un derecho humano y el instrumento para
la transformación y el logro de la equidad y justicia social. Para ello, la Carta Magna
incluyó mecanismos directos de ejercer la democracia como las asambleas ciudadanas
y los referéndums derogatorio y aprobatorio, entre otros. Adicionalmente, el Art. 326
de la constitución nombra a la sociedad civil como corresponsable con el Estado en las
decisiones, lo que signiica que se institucionaliza la participación de la sociedad civil en el
diseño de las políticas públicas.
Una vez que la participación y los principios, valores y derechos que la sustentan
adquirieron rango constitucional, se crearon nuevas organizaciones sociales. De las
organizaciones pre-existentes, algunas se desmovilizaron y otras, se desdibujaron al ser
cooptadas por los partidos políticos de la oposición o del gobierno. Estas últimas actuaron
temporalmente como organizaciones políticas y se aliaron o bien con la agenda de los
partidos políticos de oposición que durante el periodo 2000-2004 promovieron salidas
insurreccionales (López Maya, 2005) con el lema “Chávez, vete ya” o se mimetizaron con
el gobierno y su brazo político el partido MVR y luego el PSUV, a través de los Batallones
Electorales y los Comités de Defensa de la Revolución entre otras iguras (García-Guadilla,
2007, 2008). La polarización política se ha extendido a muchas de las organizaciones
sociales ciudadanas las cuales han tomado partido a favor o en contra del proyecto de
Socialismo del Siglo XXI que lidera el Presidente Chávez.
La Constitución de 1999 también abrió la posibilidad de que la población participe en
la elaboración y diseño de las políticas públicas mediante una variedad de mecanismos
tales como las asambleas de ciudadanos/as, la elaboración de presupuestos participativos,
los referéndums y otras formas. Con este in, el gobierno ha venido estimulando una gran
variedad de organizaciones sociales que se han enfocado en diferentes objetivos: entre las
más conocidas y exitosas se encuentran las Mesas Técnicas del Agua, Energía y Transporte,
los Comités de Tierra Urbana y desde el 2006, los CC, los cuales han tendido a absorber la
diversidad de organizaciones sociales existentes en el espacio comunitario.
El Art. 2 de la Ley de los Consejos Comunales (LCC) de 2006 los deinió como “instancias
de participación, articulación e integración” para ejercer la gestión de las políticas públicas
y la Ley Orgánica de los Consejos Comunales (LOCC) de 2009 que substituyó a la anterior
y la cual tiene como función “regular la constitución, conformación, organización y
funcionamiento” (Art. 1) los deine como:
La experiencia de la Democracia Participativa. Poder popular y planes de
desarrollo comunitario en Venezuela.
María Pilar García-Guadilla /87
“instancias de participación, articulación e integración entre los ciudadanos,
ciudadanas y las diversas organizaciones comunitarias, movimientos sociales y
populares, que permiten al pueblo organizado ejercer el gobierno comunitario
y la gestión directa de las políticas públicas y proyectos orientados a responder
a las necesidades, potencialidades y aspiraciones de las comunidades, en la
construcción del nuevo modelo de sociedad socialista de igualdad, equidad y
justicia social (Art. 2, LOCC 2009)”2.
Los CC surgieron desde arriba hacia abajo y fueron adscritos a la Comisión Presidencial
del Poder Popular que se creó con este in. Dada la relevancia que tienen en el proyecto
socio-político del presidente Chávez, su activación ha traído como consecuencia que
la participación popular para la gestión comunitaria haya tendido a desplazarse de las
organizaciones anteriormente creadas hacia estos consejos (García-Guadilla, 2006, 2008).
A pesar que su desarrollo ha sido mayor en los sectores populares, estas organizaciones
también se propusieron para las urbanizaciones de clase media. El máximo organismo
de deliberación y decisión es la Asamblea de Ciudadanos y Ciudadanas, la cual se deine
como la instancia por excelencia “para el ejercicio del poder comunitario, la participación
y el protagonismo popular; sus decisiones son de carácter vinculante para el Consejo
Comunal en el marco de esta Ley” (LOCC, Art. 20). A esta asamblea le corresponde entre
otras funciones, la aprobación del plan de desarrollo y de los proyectos presentados al
CC, el ejercicio de la contraloría social y la toma de decisiones esenciales para la vida en
comunidad, incluyendo la aprobación de las normas de convivencia.
Puesto que los CC están dirigidos a que la población participe en la gestión del hábitat
local, su actividad principal ha sido la formulación de proyectos que beneicien a su ámbito
territorial con el in de recibir los recursos que ofrece el gobierno, más que la elaboración
de planes integrales de desarrollo comunitario. En contraste con las demás organizaciones
sociales ciudadanas, éstos tienen un espectro más amplio de funciones delegadas desde el
poder central, algunas de las cuales se solapan con las del municipio, juntas parroquiales,
consejos locales de planiicación y otras instancias del ámbito local, creándose conlictos
de competencia difíciles de resolver.
Con la erogación de la LOCC de 2009, se obligó a los CC constituidos entre 2006 y 2009
a “adecuarse” a la nueva normativa legal, lo que implicó diversos procesos burocráticos que
en algunos casos los desactivó debido al desconocimiento de la normativa de transición por
parte de los miembros que componían los comités, al hecho que muchos de estos comités
estaban a punto de inalizar su mandato y requerían ser reelegidos pero desconocían los
procedimientos para llevar a cabo tal “adecuación” y al mandato que esta ley le dio a los
CC de construir el “modelo de sociedad socialista”, mandato que no era compartido por
todos los CC.
2Debe destacarse que a diferencia de la LOCC de 2009 que orienta a los CC hacia “la construcción del nuevo modelo
de sociedad socialista”, la LCC de 2006 no incluye este mandato.
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Planes participativos de desarrollo comunitario:
metodología del Ciclo Comunal y de Planiicación Estratégica
El ejercicio de la participación sea para la elaboración del Plan de Desarrollo comunitario
que señala la LOCC de 2009 o del Plan Estratégico comunal que venimos facilitando en
algunos CC, supone la construcción colectiva de una visión compartida sobre el hábitat y
de proyectos y planes viables que concreten tal visión: ¿pero cómo se construye una visión
donde todos/as se sientan incluidos/as y como se elaboran, instrumentan y viabilizan tales
planes de forma participativa?, ¿cuáles son las ventajas y limitaciones de estos CC para
lograr tales objetivos?, ¿facilita la metodología del Ciclo Comunal la elaboración de planes
comunitarios participativos e incluyentes?.
Para responder a estas interrogantes los cuales nos permiten evaluar cuáles son
las fortalezas y limitaciones de los CC como espacios de democratización e inclusión,
describiremos someramente los enunciados del Ciclo Comunal que propone la LOCC
de 2009 para elaborar el Plan de Desarrollo Comunitario; también se describirán las
etapas para la elaboración del Plan Estratégico comunal. Puesto que la LOCC establece
lineamientos generales que no excluyen la posibilidad de reinarlos mediante el uso de
distintas metodologías, incluyendo la de planiicación estratégica, la evaluación del
potencial que tienen estos consejos para elaborar un plan participativo, incluyente y
viable políticamente se realizará mediante el análisis de la experiencia de aplicación de la
metodología de planiicación estratégica.
Ciclo Comunal y planes de desarrollo comunitario
Una de las funciones asignadas a los CC en la LOCC de 2009 fue la de elaborar,
instrumentar, evaluar y rendir cuentas sobre los planes de desarrollo del ámbito local
por cuanto se les considera como instancias para “ la formulación, ejecución, control y
evaluación de las políticas públicas, así como los planes y proyectos vinculados al desarrollo
comunitario” (Art. 1). Estos planes y proyectos se elaboran mediante la planiicación
participativa y siguiendo el denominado “Ciclo Comunal”, el cual debe responder a las
necesidades de la comunidad.
El Ciclo Comunal como forma de participación y gestión de los CC propone unos
lineamientos o metodología, la cual fue elaborada por el Presidente Chávez y por la
Asamblea Nacional, para orientar las actividades de planiicación. Dicha metodología
se concreta en las siguientes cinco fases que deben verse como complementarias e
interrelacionadas:
1.
Elaboración del Diagnóstico donde se “caracteriza integralmente a las comunidades,
se identiican las necesidades, las aspiraciones, los recursos, las potencialidades y
las relaciones sociales propias de la localidad” (Art. 45 LOCC).
La experiencia de la Democracia Participativa. Poder popular y planes de
desarrollo comunitario en Venezuela.
María Pilar García-Guadilla /89
2.
Deinición del Plan donde se “determina las acciones, programas y proyectos”
para dar respuesta a las necesidades identiicadas en el diagnóstico y así lograr el
“bienestar integral de la comunidad” (Art. 45, LOCC, 2009).
3.
Elaboración del Presupuesto el cual contempla la identiicación de “los fondos,
costos y recursos inancieros y no inancieros con los que cuenta y requiere la
comunidad, destinados a la ejecución de las políticas, programas y proyectos
establecidos en el plan comunitario de desarrollo integral” (Art. 45, LOCC, 2009).
4.
Ejecución del Plan el cual “garantiza la concreción de las políticas, programas y
proyectos en espacio y tiempo establecidos en el plan comunitario de desarrollo
integral, garantizando la participación activa, consciente y solidaria de la
comunidad” (Art. 45, LOCC, 2009).
5.
Contraloría Social la cual se deine como “la acción permanente de prevención,
vigilancia, supervisión, seguimiento, control y evaluación de las fases del ciclo
comunal para la concreción del plan comunitario de desarrollo Integral y en general,
sobre las acciones realizadas por el consejo comunal, ejercida articuladamente
por los habitantes de la comunidad, la Asamblea de Ciudadanos y Ciudadanas,
las organizaciones comunitarias y la Unidad de Contraloría Social del consejo
comunal” (Art. 45, LOCC, 2009).
Planiicación Estratégica
Si bien el proceso de elaboración del Plan Estratégico Comunal que venimos realizando
con las comunidades se percibe como continuo y no lineal, por razones analíticas, lo
hemos dividido en las siguientes cuatro etapas o “momentos metodológicos” de manera de
facilitar el análisis sobre las limitaciones y/o distorsiones en la participación que pueden
surgir en cada etapa:
1.
Momento Explicativo donde se realiza el diagnóstico situacional-estratégico el
cual incluye no solo el diagnóstico de los miembros del CC sobre sus necesidades
colectivas sino también de todos los actores políticos, económicos, institucionales,
sociales y técnicos que afectan o son afectados por los proyectos, planes o políticas
que se desarrollen en dicho ámbito. Este diagnóstico situacional es muy similar al
planteado en el Ciclo Comunal pero en este caso se enriquece con el diagnóstico
técnico que realizan los profesionales sobre el estado y capacidad de las redes de
servicios básicos y de infraestructura social, la vivienda y las áreas peatonales y
vehiculares entre otros temas.
2.
Deinición de la Imagen Objetivo comunitaria que orienta el Plan o Momento
Normativo. Ésta etapa no aparece de forma explícita en los lineamientos del Ciclo
Comunal a pesar que es una de las más importante para asegurar la inclusión y la
viabilidad del Plan.
90/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 81-102
3.
Momento Estratégico propiamente dicho, donde se elaboran las propuestas
y planes para enfrentar los nudos críticos de los problemas y se construyen los
escenarios para evaluar la viabilidad política y también técnica y económica de
tales propuestas. Este momento diiere de la segunda y tercera etapas propuestas
en el Ciclo Comunal donde se elabora una especie de Plan Libro. En la metodología
de Planiicación Estratégica, el Plan siempre es un proceso inconcluso al que
nos aproximamos en la medida que vamos resolviendo los nudos críticos de los
problemas y asegurando la viabilidad no solo económica o presupuestaria como en
el caso del Ciclo Comunal, sino también la viabilidad política.
4.
Momento Táctico-Situacional el cual incluye la evaluación de cada etapa para ir
direccionando o reorientando el Plan. Este momento de la planiicación incorpora
las etapas de ejecución del plan y contraloría social especiicados en los lineamientos
del Ciclo Comunal. No obstante, debido a que utiliza una perspectiva no lineal
o procesual de la planiicación, la evaluación debe darse en todas las etapas o
Momentos para reconducirlo y asegurar su viabilidad.
La praxis del Plan Comunitario según el Ciclo Comunal y la
Planiicación Estratégica
El diagnóstico integral del Ciclo Comunal concuerda con el diagnóstico situacional
de la planiicación estratégica en lo que respecta a la identiicación y priorización de los
problemas de forma participativa. Sin embargo, este último diagnóstico es más completo
puesto que debe de contener, además, un diagnóstico técnico en el caso de aquellos
problemas que lo ameriten, la identiicación de las causas de los problemas y la deinición
de los nudos críticos o problemas estructurales que los originan, el mapa de todos los
actores (internos y externos) que se vinculan con la comunidad sea porque afectan o
porque son afectados por tales problemas y la evaluación del grado de poder o recursos de
cualquier tipo que tiene cada actor para apoyar o para rechazar los distintos escenarios o
soluciones que se propongan en la etapa propiamente estratégica. Es justamente mediante
la deinición de los nudos críticos y del mapa de actores estratégicos que la comunidad se
concientiza sobre las cadenas explicativas de los problemas que la afectan, e identiica a
los organismos públicos y a los otros actores responsables a los que debe dirigirse para
posteriormente deinir una estrategia “viable” que permita resolver sus problemas.
Según los resultados de nuestro estudio, una de las bondades de este diagnóstico
participativo, el cual en ambos casos, debe ser aprobado por la Asamblea ciudadana, es
el conocimiento que la comunidad adquiere sobre sí misma, sus problemas y su entorno
en general, la construcción de una identidad comunitaria a través de la recolección de
su historia y de su relación con la ciudad, el reconocimiento de sus derechos ciudadanos
incluyendo el derecho a la inclusión en la trama urbana y en los beneicios que ofrece la
ciudad, la mayor visibilidad política frente al estado al organizarse para reclamar no solo la
satisfacción de las necesidades básicas sino también una mejor calidad de vida y el bienestar
integral. Otro de los resultados de la participación en este proceso de diagnóstico y en las
La experiencia de la Democracia Participativa. Poder popular y planes de
desarrollo comunitario en Venezuela.
María Pilar García-Guadilla /91
asambleas que se realizan para tal in, es el aprendizaje y el ejercicio de la democracia y de
los valores asociados tales como la tolerancia y el respeto hacia las demás personas.
No obstante, en el proceso de acompañamiento y facilitación de este proceso, hemos
encontrado que en ocasiones pueden surgir problemas que hagan que el diagnóstico no
releje las necesidades y aspiraciones de toda la comunidad. Ello se debe a las diicultades de
recursos, de tiempo y, en algunos casos, topográicas, para hacer una convocatoria amplia
de manera que en la Asamblea ciudadana se releje la diversidad de sectores geográicos y el
amplio espectro de intereses de las familias que habitan en la comunidad. También se debe
a la baja asistencia a las Asambleas lo que no necesariamente es causado por la “apatía”
como señalan las instituciones gubernamentales sino debido a que las convocatorias son
incompletas, se convoca preferentemente a los amigos y aines políticamente, los horarios
para realizar estas actividades no son los más convenientes, algunas personas no tienen
tiempo disponible pues tienen que trabajar, no cuentan con los recursos para trasladarse
o, incluso, si las reuniones se hacen en las noches o los ines de semana, deben resolver en
esos horarios los problemas derivados de la de escasez de servicios como la recolección del
agua u otras tareas domésticas.
De acuerdo con las entrevistas realizadas por el GAUS (2006-2011), muchos de los
habitantes de al menos tres CC populares del municipio Baruta y dos del municipio Sucre
de Caracas manifestaron no sentirse convocados o desconocer los proyectos en los que
trabaja el CC: “no me enteré de la reunión” (Entrevista No. 4), “no acudí a la asamblea
porque no sabía de qué iban a hablar… y a veces eso es una pérdida de tiempo” (E10),
“el consejo ni convoca ni se reúne” (E28). Otro habitante del municipio Sucre de Caracas
señaló: la tendencia es a “convocar a los amigos y compadres” (E12) mientras que los
oponentes se abstienen de asistir a las reuniones.
Según Marta Harneker (2009), asesora del gobierno en esta materia, uno de los
problemas de la antigua LCC de 2006 era la representatividad de las Asambleas de
Ciudadanos pues frecuentemente no existía poder de convocatoria, había apatía y se
desconocían las convocatorias” (págs. 28-29). Se suponía que la LOCC de 2009 resolvería
el problema pero como discutiremos más adelante, más bien los ha agudizado. Por otro
lado, el hecho que las decisiones de la Asamblea sean vinculantes para toda la comunidad
a pesar que frecuentemente se instalan con el mínimo del 20% exigido por la ley3, hace
que tales decisiones puedan quedarse sin el necesario apoyo y seguimiento a la hora de
ejecutarlas o de pedir la rendición de cuentas.
El entusiasmo y la expectativa que en sus inicios genera la creación de un nuevo
CC, atrae suiciente población para constituir fácilmente la Asamblea, requisito legal
indispensable. No obstante, una vez constituido el CC, las decisiones tienden a dejarse
a los miembros más activos de los comités quienes deben asumir todas las tareas y
responsabilidades. De la misma forma, en las distintas etapas de elaboración del Plan, la
asistencia asamblearia dependerá de si existen recursos o no del gobierno lo cual diiculta
3La LOCC requiere el 30% de los censados en primera convocatoria y el 20 % en segunda convocatoria. El tamaño
de los CC se deine según sea rural, urbano o indígena.
92/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 81-102
la posibilidad de concentrar las acciones en esta tarea y elaborar un plan incluyente que
vaya más allá de una suma de proyectos puntuales y/o individuales. Cuando los recursos
esperados no llegan, estas instancias tienden a desmovilizarse y entran en hibernación
quedando a cargo de una o dos personas que se autodenominan “líderes y representantes”
frente a la apatía de la comunidad.
Algunas diicultades para concentrarse en el Plan se deben a la falta de sincronización
entre los tiempos del gobierno, la comunidad y la planiicación. Los tiempos del gobierno
responden a la coyuntura política y los de la comunidad, sobre todo los sectores populares,
son también de corto plazo pues sus demandas básicas requieren ser satisfechas de manera
inmediata; por esta razón, la participación es espasmódica. Por el contrario, la planiicación
estratégica actúa en la coyuntura pero requiere tomar en cuenta las incertidumbres del
mediano y largo plazo y sobre todo, requiere de la continuidad de la participación. Por
ejemplo, una de las prácticas del gobierno central y/o de las demás instancias que otorgan
los recursos tales como las alcaldías y las gobernaciones, es la de informar sin previo aviso
que se trasladarán recursos en plazos muy cortos, los cuales deben ser ejecutados casi de
inmediato, sea por razones electorales o porque inaliza el año iscal o por otra razón En
estos casos, el CC en vez de seguir las metodologías participativas y elaborar un diagnóstico
integral que enmarque el Plan Estratégico y oriente las prioridades, convoca rápidamente
a la comunidad para gastar los recursos en las necesidades más apremiantes. En esas
circunstancias, se tiende a imponer la lógica clientelar ya que muchas de las personas
asistentes hacen peticiones de carácter individual (pintar la fachada de la casa o arreglar
el piso, paredes o techo), las cuales resultan más fácil de satisfacer de inmediato sin la
necesidad de un diagnóstico integral y menos, aun, de un Plan de Desarrollo.
Es preciso destacar que la falta de un diagnóstico integral participativo puede
ocasionar conlictos intracomunitarios los cuales podrían resolverse si hubiera una mayor
convocatoria y se dispusiera de más tiempo para tomar las decisiones asamblearias. Por
ejemplo, en uno de los CC rurales del municipio Baruta, la Asamblea ciudadana identiicó
como uno de los principales problemas de la comunidad, la falta de agua y decidió aprobar
el proyecto de instalación de una tubería en el sector más bajo y accesible de la comunidad
de manera que cada familia pudiera surtirse individualmente. La instalación de ésta
originó tensiones y conlictos con el sector que vivía más arriba el cual tampoco tenía
agua pues la disponibilidad de este preciado líquido se redujo en los surtideros públicos
de ese sector. El problema se debió que la población del sector más alto no se sintió
suicientemente convocada y no participó en la Asamblea, por lo tanto sus necesidades no
se vieron relejadas; tampoco se hizo un diagnóstico integral que incluyera la capacidad
de las redes de agua para surtir a ambos sectores lo que hubiera llevado a una propuesta
de ampliación de la red para lograr una distribución más equitativa, y todo ello, hubiera
llevado a la necesidad de elaborar el Plan.
De acuerdo con la metodología de Planiicación Estratégica, una vez deinidas las causas
estructurales y coyunturales de los nudos críticos de los problemas identiicados en el
diagnóstico situacional-estratégico, la comunidad debe construir la imagen compartida de
futuro hacia la cual se orienta el Plan. Esta imagen-objetivo tiene un carácter transformador
La experiencia de la Democracia Participativa. Poder popular y planes de
desarrollo comunitario en Venezuela.
María Pilar García-Guadilla /93
y debe ser suicientemente general de manera de incluir los valores, visiones, identidades
y expectativas alrededor de los cuales se pueda concertar el consenso comunitario. Hemos
encontrado que la deinición de la imagen objetivo o del futuro de la comunidad como eje de
orientación de los planes, consolida e institucionaliza la identidad de problemas, historia,
geografía, marcos de relación con la ciudad entre otras características compartidas, las
cuales se deinen en el diagnóstico. Dicha imagen debe elaborarse mediante mecanismos
democráticos como lo son las mesas de trabajo, los talleres y otras formas participativas y
debe ser aprobada por la Asamblea ciudadana. Una de las limitaciones es que esta etapa
no se explicita en los lineamientos del Ciclo Comunal aunque sería muy útil incorporarla
para reorientar el enfoque de Plan Libro hacia un enfoque por procesos.
En ocasiones existen diicultades para que la comunidad se ponga de acuerdo alrededor
de una imagen objetivo suicientemente general para ser compartida por todos/as. La
experiencia con los CC muestra que enunciados u objetivos como “mejorar la calidad de
vida o el bienestar integral” son fácilmente aceptados por toda la comunidad y han servido
para identiicarse y sobre todo, para sentirse incluidos en tal “sueño, visión o utopía”. No
ocurre lo mismo con enunciados u objetivos discursivos “como el Socialismo”, los cuales
tienden a dividir y excluir a grupos de la comunidad. En la evaluación que hiciera Harneker
(2009) a propósito de la modiicación de la LCC de 2006, se señala que podía darse la
exclusión de aquellos CC que “no comparten las mismas ideas o no siguen a los mismos
liderazgos” (págs. 28-29). Sin embargo, la LOCC de 2009 no resolvió este problema puesto
que el norte propuesto es la “construcción del socialismo” cuyo objetivo no necesariamente
es compartido por toda la comunidad. El Socialismo y más concretamente, el Socialismo
del Siglo XXI, propuesto por el Presidente Chávez, parece ser un signiicante vacío que se
traduce de múltiples formas; en ocasiones, los CC de la clase media lo interpretan como
“comunismo” cualquiera sea la imagen que tienen sobre este concepto y en algunos CC de
los sectores populares localizados en los municipios donde ganó la oposición, el concepto
de Socialismo ha creado fricciones políticas entre la comunidad.
La LOCC de 2009 asignó a los CC la tarea de construir “el nuevo modelo de sociedad
socialista” (Art. 2) destacando que los planes y proyectos comunales deben seguir la línea
del Primer Plan Socialista (Art. 4) e introduciendo, de este modo, un referente ajeno a la
comunidad y deinido desde arriba para elaborar los lineamientos del Plan de Desarrollo.
Este mandato abre la posibilidad de que aquellas organizaciones sociales ciudadanas que
no comparten este Plan Socialista, se autoexcluyan como ha sido el caso de algunos CC de
clase media, o bien sean excluidos en el proceso de registro obligatorio ante el Ministerio
del Poder Popular con competencia en participación, como es el caso de algunos CC que
no aceptaron registrarse en el PSUV.
Las organizaciones ciudadanas de las urbanizaciones de clase media localizadas en las
Alcaldías gobernadas por la oposición política, funcionan formalmente como CC y bajo
la vieja igura organizativa de asociaciones de vecinos. La clase media ha tenido poco
éxito como CC con el gobierno central puesto que éste se ha volcado en las comunidades
populares; por ello, en ocasiones ha recurrido a la igura organizativa de las asociaciones
de vecinos, la cual tiene todavía vigencia legal, como mecanismo de interlocución con las
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autoridades locales o las Alcaldías de la oposición. Sin embargo, la Alcaldía no tiene la
facultad de transferir recursos económicos a las asociaciones de vecinos ni a los CC de
forma directa pero puede hacerlo a través del presupuesto participativo; por esta razón
se ha desarrollado una “doble membrecía” en los municipios gobernados por la oposición
política dado que se tiende a utilizar las dos iguras organizativas, asociación de vecinos
y CC, dependiendo de la instancia donde se desea dirigir sus demandas. No obstante, los
sectores populares donde las asociaciones de vecinos como igura jurídica no fueron tan
activas en el pasado y donde muchas juntas vecinales (igura substitutiva de las asociaciones
de vecinos) fueron cooptadas partidariamente, no han podido desplegar esta dualidad y
han debido mantenerse como CC y enfrentar con mayor fuerza las prácticas de exclusión.
Se ha observado que la LOCC de 2009 también ha abierto la posibilidad en algunos
casos de negar la “adecuación” obligatoria a esta ley, lo que implica prácticamente un
nuevo registro, a aquellos CC creados antes de 2009 que no sean aines ideológicamente
con el proyecto de Socialismo del gobierno. En ocasiones, los CC de la oposición no
recibieron respuesta por parte de las instancias gubernamentales pertinentes acerca de
su solicitud de “adecuación” o su solicitud fue rechazada, lo que signiica su exclusión
de la distribución de los recursos que otorga el Estado: “no nos dieron respuesta” (E23),
“me respondieron que me faltan requisitos” (E29) a pesar que según los propios consejos,
entregaron todos los requisitos solicitados. En otros casos, la aprobación se supedita a la
inscripción partidaria en el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV); tal como lo
expresara una lideresa del CC de La Mata en el Municipio Baruta: “fui a hacer el papeleo
para lo del CC y me dijeron que tenía primero que inscribirme en el PSUV” (E21). Según
otro de los entrevistados, el gobierno excluye a los CC “siguiendo criterios de conveniencia
política” (E12).
La organización de derechos humanos PROVEA destacó en su Informe Anual 2010 la
existencia de:
“…un número importante de denuncias y casos en que hubo negaciones tanto
de adecuaciones como de registros a nuevos CC por motivaciones políticoideológicas. La Ley, al establecer la construcción del socialismo, da carta blanca
para que se creen métodos de exclusión en detrimento de las comunidades y en
violación lagrante de la CRBV” (p. 376).
Finalmente, la deinición de la imagen-objetivo también puede estar afectada por
las diferencias sociales y políticas. Hemos observado que si bien los CC tienden a ser
homogéneos en términos de clase social, existen algunos como el de la Pastora en el
Municipio Libertador, donde además de las diferencias de clase social, existen diferencias
políticas lo que diiculta aún más el logro del consenso.
La metodología de planiicación estratégica no solo toma en cuenta la disponibilidad
de recursos económicos o “viabilidad económica” para poder implementar el Plan sino
que además evalúa su viabilidad política para que éste no se quede en letra muerta no
solo por falta de recursos económicos sino también porque falta el consenso necesario
sobre el Plan; en contraste, el Ciclo Comunal toma en cuenta la viabilidad económica al
La experiencia de la Democracia Participativa. Poder popular y planes de
desarrollo comunitario en Venezuela.
María Pilar García-Guadilla /95
destacar la necesidad de determinar los recursos económicos que requerirá el Plan pero
no la viabilidad política. Otra diferencia entre ambas es que en la planiicación estratégica,
las estrategias del Plan van dirigidas a resolver los nudos críticos de manera de atacar
las causas “estructurales de los problemas” y abrirle “viabilidad” mientras que en el Ciclo
Comunal no existe esta etapa pues se elabora lo que se denomina un Plan “Normativo” o
el “Plan Libro”. Finalmente, la planiicación estratégica incorpora el análisis de viabilidad
en todo el proceso de planiicación incluyendo la ejecución y evaluación de forma de redireccionar el plan en caso de ser necesario, mientras que, tal como lo hemos señalado, la
metodología del Ciclo Comunal no lo contempla.
El momento estratégico es uno de los más afectados por la polarización política pues
cuanto más distante ideológicamente se deina el CC con respecto al gobierno, mayores
serán las diicultades para asegurar los recursos y la viabilidad política del Plan. Por
otro lado, la “conveniencia política” (E12) puede llevar al gobierno a pasar por encima
de las decisiones y prioridades de la comunidad inanciando los proyectos más visibles
y “que dan más votos” (E7) y no necesariamente los que la comunidad considera como
más importantes. Esta práctica puede dividir a la comunidad y hace inviable el Plan y
las propuestas comunitarias. Al respecto, algunos de los voceros y voceras de los CC
entrevistados señalaron lo siguiente: “…el gobierno o el PSUV quieren imponer sus
prioridades dependiendo de cuales proyectos le dan más votos” (E7). Según otro vocero
comunal, para que se inancie un proyecto que haya aprobado la comunidad, éste debe
generar interés en las “personalidades de la administración pública donde se presente, de
lo contrario, lo bloquean” (E12). Finalmente, para que un proyecto obtenga inanciamiento
debe existir una relación de ainidad político entre la comunidad que lo propone, “o al
menos un miembro de la comunidad, y la instancia administrativa que otorga los recursos”
(E1). Dadas las múltiples necesidades que tienen los CC de los sectores populares, éstos
rara vez rechazan un proyecto donde se ofrece inanciamiento aunque los recursos se
destinen a proyectos que no se han priorizado.
El análisis de viabilidad también incluye la predicción de incertidumbres que pueden
afectar la viabilidad de los planes propuestos. Por ejemplo, las elecciones de 2008 donde
se eligieron autoridades locales y estadales trajeron cambios en la orientación política en
algunas alcaldías y gobernaciones observándose que en aquellas donde hubo cambios
políticos y, sobre todo, en las que la oposición desplazó al gobierno, los CC, que con
frecuencia son heterogéneos políticamente, sufrieron una paralización estratégica debido
a la confusión sobre quién era el interlocutor legítimo a dirigirse para solicitar los recursos.
Después de estas elecciones, los CC dudaron acerca de si debían continuar dirigiéndose
a las alcaldías y gobernaciones que cambiaron de orientación política y ahora eran
opuestas al gobierno, pues tenían miedo que si lo hacían, no podrían recibir recursos del
gobierno central. Por ejemplo en el Municipio Sucre de Caracas donde ganó un candidato
de oposición, algunos CC manifestaron: “no sabemos qué hacer pues tenemos proyectos
inanciados por la alcaldía anterior” (E10); cuando se les preguntó hacia dónde dirigirían
la petición de inanciamiento de proyectos, dudaron pues pensaban que no se podrían
dirigir al gobierno central si lo hacían hacia las alcaldías ya que la decisión que tomaran
implicaba que “había un compromiso ideológico” (E19).
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Otro hecho a destacar una vez que se implementó la LOCC de 2009, fue la disminución
de la transferencia de recursos por parte del gobierno hacia los CC no afectos políticamente
que estaban localizados en los municipios de oposición; contrariamente, los consejos
aines al gobierno que también estaban localizados en los municipios de oposición
recibieron más recursos que su contraparte. En este último caso, el gobierno a través de
su brazo político, el PSUV desplegó con más fuerza sus redes clientelares en un intento
por cooptar a los consejos y movilizarlos políticamente contra el poder local municipal.
Sin embargo, muchos de los CC sin una ainidad política clara de la parroquia Petare del
municipio Sucre de Caracas. donde tal como se señaló ganó un alcalde de la oposición en
las elecciones de 2008, continuaron vinculándose con el municipio por lo que el gobierno
central se orientó hacia otras organizaciones de la comunidad aines políticamente e
incluso creó organizaciones paralelas tales como los Comités de Batalla Social a las cuales
dirigió preferentemente los recursos económicos.
Una diferencia notable de los CC con las demás organizaciones sociales bolivarianas
es la transferencia por parte del gobierno de los recursos económicos para llevar a cabo
sus planes y proyectos así como también la ejecución directa de tales recursos. Según las
experiencias analizadas, estas transferencias se vinculan en algunos casos con la aparición
de nexos clientelares con el gobierno y su brazo político, el PSUV, con el surgimiento de
prácticas de corrupción y con la falta de autonomía de algunas organizaciones (Álvarez y
García Guadilla, 2011; García-Guadilla, 2008).
El ejercicio de la contraloría social como práctica de participación ciudadana ocupa
un lugar destacado tanto en el Ciclo Comunal como en la planiicación estratégica quizás
porque los recursos transferidos son cuantiosos4. No obstante, en la planiicación estratégica
se contempla la posibilidad de reorientar o re-direccionar el plan para garantizar su
viabilidad. Tal contraloría exige de una normativa legal clara que permita la rendición de
cuentas. También requiere de la existencia de programas de formación y capacitación de
los voceros/as encargados/as de ejercer tales funciones. La LOCC de 2009 estableció una
normativa más clara que la existente en la LCC de 2006 en lo que reiere al ejercicio de la
contraloría social al interior de los CC pero no es suiciente para garantizar la transparencia
debido a que se limita al ámbito de la propia comunidad y no existe una contraloría externa
o iscal. Por otro lado, el lujo de información que los miembros del consejo encargados de
la función contralora, transieren al resto de la comunidad es muy reducido y en ocasiones,
inexistente, lo que diiculta la participación de los demás miembros en esta etapa y explica
la permisividad con algunas prácticas de corrupción encontradas en los CC. Tal como lo
destacó un miembro de un CC del Municipio Libertador “aquí hay mucha podredumbre
porque los encargados de los dineros se prestan y se dan el vuelto” (E 6), un dicho popular
para referirse a que no le rinden cuentas a nadie.
4La cuantía de los recursos transferidos a los CC puede incluso ser superior a los presupuestos de las alcaldías.
Según la Memoria y Cuenta de la Vicepresidencia de la República, en el año 2010, los CC recibieron del Estado
2,3 millardos de bolívares mientras que las alcaldías solo obtuvieron 2,1 millardos (Jaua, 2010).
La experiencia de la Democracia Participativa. Poder popular y planes de
desarrollo comunitario en Venezuela.
María Pilar García-Guadilla /97
Con respecto a la formación y capacitación, la cual resulta imprescindible para ejercer
la función de contraloría social, se ha encontrado que falta experticia y “conocimiento
técnico” (E8) por parte de los CC para ejercer una auditoria social bien sea de las funciones
o de los recursos asignados.Tal como lo señaló el Contralor General de la República:
“Diariamente observamos las serias debilidades en la administración y manejo
de los recursos públicos por parte de comunidades organizadas, especialmente
en los consejos comunales, a los cuales no se les suministró oportunamente la
información y capacitación necesarias para realizar con eicacia y eiciencia el
manejo de tales recursos, así como las debilidades de la propia Administración
para llevar el control de los mismos” (CGR, 2008: VII).
Algunas consideraciones inales sobre la democracia, la
inclusión y las metodologías participativas
La participación, tal como se desprende de la Constitución de 1999, del discurso
presidencial y de la conformación de los principales espacios organizativos promovidos
por el gobierno, constituye la piedra angular de la democracia participativa en Venezuela.
Una de las diicultades es como concretar tal participación puesto que su éxito no puede
medirse solamente a partir del gran número de organizaciones sociales que han sido
estimulados por el Presidente Chávez en el ámbito local y micro-local, sino que hay que
evaluarlo en sus múltiples facetas: la democratización, la inclusión, la autonomía. Un
primer interrogante que surge es si las limitaciones encontradas en los CC para elaborar
planes comunitarios incluyentes y participativos, están vinculadas con su estructura y
funciones, derivan de la metodología utilizada, o sus causas deben buscarse fuera de éstos
aspectos.
Uno de los mayores aciertos de los CC es que son la voz de los que no tenían voz. Hasta
el momento, sin embargo, se trata, de una voz limitada a la denuncia de los problemas
básicos y de sobrevivencia y, en algunos casos, a la satisfacción de necesidades puntuales,
sin que tal voz trascienda más allá del entorno limitado en que actúan los consejos. Es
necesario potenciar esta voz de la comunidad a través de la articulación de estas instancias
con los niveles local, estadal y nacional para incorporar los CC al proceso de decisión donde
existe poder, como lo es “el proceso de deinición de las políticas públicas”. Para ello, se
requiere en primer lugar, que los CC se aboquen a la elaboración de un Plan Estratégico de
Desarrollo Comunal que contribuya a integrar a la comunidad alrededor de una imagenobjetivo fundamentada en la deinición de su identidad colectiva, en vez de quedarse en la
deinición de proyectos puntuales y muchas veces, de carácter individual.
A través del seguimiento a los CC y utilizando la metodología estratégica, hemos
encontrado las siguientes limitaciones para llevar a cabo el Plan de Desarrollo comunitario
según la metodología del Ciclo Comunal: diagnósticos incompletos que no representan la
problemática de toda la comunidad, diicultades de tiempo y capacitación por parte de los
y las integrantes del CC para participar más allá de la constitución asamblearia del CC o
del diagnóstico comunitario, la no incorporación de la imagen-objetivo de la comunidad ni
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del análisis de viabilidad política en los lineamientos del Ciclo Comunal, el hecho que no
está contemplado el acompañamiento técnico en algunas etapas de la planiicación que así
lo requieren como lo son la ejecución y direccionamiento del Plan, la falta de capacitación
técnica para participar en algunas etapas del Ciclo Comunal como la contraloría social de
los proyectos y de los recursos económicos asignados, la falta transparencia en la gestión
y la corrupción debido a los deicientes mecanismos legales de contraloría social entre
otros factores, el potencial de cooptación partidaria a través del inanciamiento, y las
posibilidades de exclusión debido a la polarización política.
Dado que la participación se restringe en muchos casos a la dotación de los servicios
básicos y al mejoramiento del hábitat puesto que los recursos otorgados por el gobierno a
los CC se han destinado a resolver necesidades básicas, la participación implícita resulta
muy limitada; se estimula a participar en la deinición y satisfacción de los problemas
de servicios básicos y sociales los cuales implican derechos sociales constitucionales cuya
satisfacción no puede delegarse exclusivamente a la participación porque le corresponde
al Estado resolverlos de la manera más eiciente e incluyente. Si bien este tipo de
participación no es suiciente para concretar la democracia participativa, la misma no
es desdeñable porque constituye una experiencia de ciudadanía y un aprendizaje de los
derechos constitucionales y de los mecanismos de la democracia y, sobre todo, sirve para
reforzar el tejido social popular y reconstruir a “la comunidad” como un sujeto colectivo
alrededor del cual se elabora la identidad ciudadana. Sin embargo, la participación no debe
constituir una carga más para la población de los sectores populares ni percibirse como
obligatoria: asistir a una asamblea del CC puede signiicar una obligación porque se pasan
listas y si no se está presente, se puede quedar excluido/a de las prebendas clientelares e
individuales que en ocasiones se ofrecen como parte de tal participación. La participación
tampoco puede plantearse como generadora de beneicios e incluir solo a los que pueden
o quieren participar, pues se trataría de una participación excluyente. Además, debe dar la
posibilidad de que aquellos que no desean participar, independientemente de sus razones,
no sean sancionados ni se les excluya de los recursos y beneicios que se distribuyen.
Tal como se ha señalado, la obligatoriedad de la participación como requisito para
otorgar fondos a las organizaciones comunitarias, pudiera traer como consecuencia la
exclusión de algunos grupos, o de comunidades enteras, por parte del gobierno; sobre
todo, si además se condiciona la transferencia de los recursos económicos a la adopción de
determinados postulados partidarios. Si para tener acceso al agua potable, a las escaleras
comunitarias, al servicio de aseo urbano y a la seguridad entre otros, debe hacerse cabildeo
partidario, entonces la participación se desnaturaliza y se convierte en herramienta para
justiicar la exclusión a través de las prácticas clientelares del gobierno. Por ejemplo, con
motivo de las elecciones de 2008 para alcaldes, gobernadores y representantes locales y
estadales, los recursos económicos del gobierno fueron distribuidos con criterio netamente
clientelar en un intento por afectar la decisión de los votantes; en ocasiones, incluso, se
utilizaron para resolver problemas netamente individuales.
La facultad que tiene el Ministerio del Poder Popular para las Comunas y Protección
Social (MPPCPS) de aprobar o rechazar el registro del consejo comunal para otorgarle
La experiencia de la Democracia Participativa. Poder popular y planes de
desarrollo comunitario en Venezuela.
María Pilar García-Guadilla /99
personalidad jurídica de acuerdo con el artículo 17 de la LOCC, crea una discrecionalidad
que tiende a reforzar la exclusión y cooptación y limita la autonomía que deben tener estas
organizaciones sociales para promover la democracia participativa. Una condición para
que el CC se haga sentir como un sujeto que incluye a todos y todas la voces de la población
y transcienda a las esferas del poder es que la misma no sea cooptada por instancias
partidarias o por el gobierno pues en estos casos, sus objetivos se desvirtúan y su carácter
como organización se desdibuja, aunque sea temporalmente. Se ha encontrado que cuanto
mas incluyentes sean los CC, mayores las diicultades para la cooptación partidaria de
cualquier signo. El grado de diversidad y pluralismo social y político que tienen los CC es
otra de las variables que se vincula inversamente con la cooptación partidaria.
La participación en los CC no sigue los lineamientos ni de la democracia representativa
ni de la participativa pues en la LOCC no existe tal representatividad e independientemente
que se cumpla con el porcentaje legal para constituir las asambleas del 30% en primera
convocatoria o del 20% en la segunda, dicha participación resulta bastante limitada no
solo cuantitativamente hablando, sino también a lo largo de las distintas etapas del Plan.
La Asamblea ciudadana del CC prácticamente se desactiva con el otorgamiento de los
recursos y su ejecución queda en manos de un reducido número de “líderes y/o voceros
o voceras”, quienes se reúnen informalmente pero rara vez convocan a la Asamblea para
hacer el seguimiento del plan o de los proyectos, menos aún, para rendir cuentas a la
comunidad de los recursos obtenidos.
Por lo general, la participación en el CC no va más allá de la etapa de diagnóstico y
de la deinición de proyectos puntuales y, en algunos casos, de la ejecución de aquellos
proyectos que reciben inanciamiento. Ello signiica que tal como están concebidos, los CC
tienen severas limitaciones para cumplir con el objetivo de desarrollar un Plan Estratégico
comunitario; además, la metodología propuesta en la LOCC de 2009 resulta insuiciente
pues no concibe el Plan como un proceso estratégico. El problema metodológico es de
menor importancia pues cabe la posibilidad de utilizar otras metodologías más efectivas
como lo son la de planiicación estratégica; su aplicación, sin embargo, requiere de un
acompañamiento técnico lo cual no está contemplado.
La participación asamblearia donde una minoría numérica puede tomar decisiones
vinculantes no solo para los que no asisten sino también para todo el ámbito geográico en
que actúa el CC, contradice los principios de la democracia participativa y niega la esencia
de la democracia representativa. Aquellas decisiones del CC donde están involucrados una
multiplicidad de actores, deben tomarse, además, por la vía de la democracia representativa
para poder incorporar los intereses de todos los ciudadanos, independientemente de
si forman parte o no del CC, o de si asisten o no a las asambleas. Adicionalmente, debe
considerarse que la participación frecuentemente involucra problemas técnicos que no
pueden resolverse solamente con acuerdos asamblearios. Por ejemplo, los problemas de
infraestructura, servicios básicos, vivienda y ordenamiento del hábitat entre otros, deben
resolverse optimizando los recursos que son escasos y mediante mecanismos técnicos que
garanticen su calidad y la inclusión de todas las personas que conviven en la comunidad.
Por otro lado, la eiciencia entendida como la optimización de los recursos económicos
100/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 81-102
escasos que reciben los CC, se vincula directamente con la capacitación técnica y legal a
estas instancias y con el acompañamiento técnico – profesional en aquellas etapas que por
su complejidad o nivel de especialización, así lo requieran
Cuanto más distante políticamente se deina el CC con respecto al gobierno, mayores
serán las diicultades para lograr consensos y obtener los recursos necesarios para llevar a
cabo el Plan. Adicionalmente, cuanto más heterogéneos social y políticamente sea un CC,
mayores las diicultades para lograr el consenso necesario para deinir la imagen objetivo y
poder pasar a las otras etapas del Plan. Por ello, es imprescindible el análisis de viabilidad
política del Plan pues su deinición y ejecución están afectadas por la aguda polarización
socio-política: hemos encontrado que el consenso alrededor del diagnóstico y el éxito en
la obtención de los recursos para la ejecución de los proyectos tácticos del Plan dependen
en gran medida de la homogeneidad política al interior del CC y de la ainidad que éste
o uno/a de sus miembros tenga con el gobierno así como también de su capacidad para
activar el aparato administrativo público que se requiere para ceder los recursos.
La forma de enfrentar esta limitación no es solo reforzando la contraloría social interna
como lo hizo la LOCC de 2009 pues ello no ha resultado suiciente; tampoco creando una
contraloría social externa, la cual prácticamente no existe y se requiere con urgencia de
mantenerse el marco legal actual, pues el manejo de los recursos económicos que otorga
el gobierno por parte de unos pocos miembros de la comunidad tiene un potencial de
cooptación, además de crear desconianza y estimular la corrupción. Si se desea atacar
estas diicultades, se requiere de una revisión legal en lo que respecta al otorgamiento
directo de los recursos económicos que recibe el CC: este cambio implica la transferencia
de la competencia de ejecutar los recursos, que según la ley les corresponde a los CC, hacia
organismos técnicos ajenos a éstos. El ejercicio de la contraloría social y la exigencia a
los organismos gubernamentales que ejecutan los recursos comunitarios para que rindan
cuentas en Asamblea de ciudadanos/as, representa una práctica participativa-democrática
que está imbuida de tanto o más poder que la simple ejecución de los recursos económicos.
Este cambio el cual implica una modiicación de la ley, reduciría las posibilidades de
cooptación partidaria y contribuiría a aumentar la conianza intracomunitaria y sobre todo,
la autonomía. Si se comparan los CC con otras iguras sociales organizativas bolivarianas
que tienen funciones similares y que no reciben inanciamiento directo como es el caso
de los Comités de Tierra Urbana (CTU), se observa que éstos mantienen un mayor grado
de autonomía (García-Guadilla 2007). Es preciso destacar que hasta el momento, los
CTU representan el tipo de organización más autónoma y exitosa en lo que respecta a
la participación comunitaria lo cual se debe, en parte, a su rechazo al inanciamiento
gubernamental. Adicionalmente, una participación no cooptada es imprescindible para
asegurar la transparencia de la gestión de los CC.
La inclusión es un rasgo inherente a los CC que responde al espacio geográico que
se comparte, a las carencias y condición de marginalidad con respecto a la ciudad y los
derechos de ciudadanía, y a la identidad común que se construye con relación al hábitat.
Por tanto, las prácticas de autoexclusión y exclusión no responden a la dinámica interna
de los CC sino que son consecuencia por un lado de la LOCC de 2009 que tiende a
La experiencia de la Democracia Participativa. Poder popular y planes de
desarrollo comunitario en Venezuela.
María Pilar García-Guadilla /101
promoverlas y, por otro, de la cooptación partidaria. Una forma de resolver esta limitación
sería volviendo a la deinición del CC según la LCC de 2006 la cual no hace referencia a “la
construcción del nuevo modelo de sociedad socialista” y por ello resulta más incluyente;
también eliminando tal referencia en el Art. 2 de la LOCC de 2009.
Los resultados de este estudio muestran que la participación en Venezuela se viene
utilizando con dos resultados distintos: la inclusión que permite simbólicamente empoderar
a la población más desfavorecida dándole visibilidad, recursos económicos y promoviendo
y valorizando su identidad a través de organizaciones sociales tales como los CC y la
exclusión resultante de la subordinación de estas organizaciones a intereses partidarios
sobre todo en periodos electorales y de crisis política. Una democracia participativa así
esté legitimada en la constitución y sea el leif-motiv de los discursos gubernamentales, no
garantiza ni la participación ni la inclusión ni, en última instancia, la propia democracia
participativa pues puede ser profundamente excluyente y antidemocrática. La diferencia
encontrada entre el deber ser de los CC cuyo objetivo es estimular la participación y la
inclusión, y su praxis, indica que los problemas de la democracia y de la participación
no se resuelven solamente otorgando poder constitucional y recursos económicos a
las organizaciones sociales para que participen en la deinición de sus problemas y los
resuelvan; máxime si el resultado, voluntario o involuntario, es la pérdida de autonomía
y las prácticas de exclusión. Si bien el estado puede promover la participación, debe
tener cuidado de no cooptar a las organizaciones sea a través del control de su registro
o del posible inanciamiento; una organización sin autonomía, difícilmente puede ser
democrática ya que responderá en primer lugar a los intereses del gobierno o del partido
gobernante y no a los intereses de la comunidad o a la identidad de la organización. Además
de fortalecer los CC estimulando su autonomía, se deben atender las causas que diicultan
la realización de un Plan Comunitario incluyente dentro de un contexto de polarización
política y reinar las metodologías participativas para superar tales limitaciones y lograr
los objetivos propuestos.
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Semestre:
Espacio Abierto Cuaderno Venezolano de Sociología
Vol.27 No.1 (enero - marzo, 2018): 105-123
La maldición de la abundancia: Los
problemas de la absorción económica
como factor del bajo desempeño de la
economía venezolana. (I Parte)
Daniel Castro Aniyar*
Resumen
Se propone un reenfoque teórico-ilosóico para evaluar el
desempeño de la economía a la luz de los problemas de la
abundancia. Las evidencias provienen de la data disponible sobre
seguridad alimentaria venezolana, gasto público y absorción
económica durante el chavismo. En términos de evaluación de
políticas, se concluye que la abundancia irrefrenada, resultado
de la invisibilidad del problema desde los 70, es un factor
determinante en el bajo desempeño de los indicadores. En
esta I parte se enfocan los problemas teóricos derivados de la
invisibilidad de la idea de abundancia per se en Venezuela.
Palabras clave: Abundancia;
dependencia;
alimentaria; seguridad humana.
seguridad
Recibido: 21-10-2016 / Aceptado: 05-12-2017
*
Universidad Laica “Eloy Alfaro” de Manabi. Manta, Ecuador.
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The Curse of abundance: the problems of
economic absorption as a factor of the low
performance of the Venezuelan economy. (I part)
Abstract
We propose a theoretical-philosophical refocus to evaluate
the performance of the economy in light of the problems of
abundance. The evidence comes from the available data on
Venezuelan food security, public spending and economic
absorption during Chavismo. In terms of policy evaluation,
we concluded that unbridled abundance and the invisibility of
this problem since the 70s, is a determining factor in the low
performance of the indicators. In ethical-philosophical terms,
we conclude on the need for a new democratic hermeneutics that
relieves the inherent threats of the abundance per se in society.
In this part I, we focused the theoretical problems derived from
the invisibility of the idea of abundance per se in Venezuela.
Keywords: Abundance; dependence; food security; human
security.
La mayoría de los economistas que conozco tienen poco
tiempo para la Filosofía de la Economía como disciplina
intelectual (...) Por ejemplo, es una crítica común de la
economía moderna expresada por aquellos que se sienten
incómodos con ella, que el tema se vuelve cada vez más
matemático, de hecho, que la brecha entre los modelos
económicos y la “realidad” es cada vez mayor.
Dasgupta Partha.
Introducción: Acerca de la maldición de la abundancia
Es común leer que se ha deinido a la economía como la ciencia de la escasez, por
cuanto los recursos que son objeto de la materia económica son inmanentemente escasos
y, consecuentemente, susceptibles de administración política. Un recurso escaso que se
hace abundante provee de riquezas a una demanda ansiosa en conseguirlo, pero, si su
abundancia es constante, la demanda se adapta y se degrada su valor de cambio. A pesar de
ello, la política económica muchas veces suele caer en la tentación de provocar abundancia
La maldición de la abundancia: Los problemas de la absorción económica como factor
del bajo desempeño de la economía venezolana. (I Parte)
Daniel Castro Aniyar /107
per se como un sinónimo de provocar crecimiento. Tal necesidad de transformar la escasez
en abundancia, sin mayores implicaciones sobre la naturaleza de la abundancia per se,
parece la motivación que deine el debate sobre economía y las políticas económicas
contemporáneas.
La abundancia, junto a su categoría hermana, la acumulación, se ha convertido en un
principio económico tan determinante sobre otras variables de enorme trascendencia,
como el equilibrio político (Dreze, 2011; Dahl, 1974; Jessop, 2008) o la desigualdad
(Pikkety, 2014; Milanovic & Branko, 2001), que se ha hecho difícil explicar que no solo no
lo es, sino que, además, no debe serlo.
A la deinición de abundancia le es implícita, además de esta connotación administrativa
y económica, una dimensión ilosóica y antropológica atendida locuazmente por la historia
universal del pensamiento y la cultura.
En las fuentes judeo-cristianas se debate el tema de múltiples maneras. Una de ellas
se expresa a través de la serpiente del Edén, la cual es maldecida a arrastrarse y comer
polvo todos los días de su vida, mientras que Dios declara a Adam (el ser humano o el ser
rojo): “¡maldita sea la tierra por tu causa, con sufrimiento comerás de ella todos los días
de tu vida!” (Sigal, 2008: vers.7:17). En este relato, lo que lucía abundante súbitamente se
convierte en escaso y, a la vez, es la base sobre la que se construye la idea de evolución de
la especie. El vocablo Adam proviene del hebreo adumah, que hace referencia en hebreo
al color rojo del barro con el que fue hecho, así como a la similitud con el creador. Adam
es separado de la tierra abundante para que construya la cultura humana con base en el
sufrimiento, el trabajo y la escasez. La maldición sobre la tierra lo es sobre la materia con la
que él mismo está hecho. La serpiente, en cambio, es maldecida, y debe comer de la tierra,
el polvo omnipresente sobre el que se arrastrará todos los días de su vida. La maldición
de la serpiente es la abundancia, la cual la sumerge en una suerte de laberinto sin salida,
y la lección divina de Adam (Adam y Havah no son maldecidos) será la escasez, la cual le
brindará la oportunidad de la evolución (Toker, s/f).
Esta idea judeocristiana, también revelable a su modo en el budismo, el sintoísmo, el
confucionismo y otras importantes ilosofías antiguas, por la cual la naturaleza humana
requiere de la escasez para fortalecerse en el trabajo y la humildad, sigue pareciendo
una idea persistente, aunque no siempre popular, en el pensamiento económico
occidental moderno.
Son conocidas las premisas weberianas según las cuales el capitalismo tendría sus
raíces en los principios de trabajo y el ahorro calvinista-protestante (Weber, 1969), los
problemas de recalentamiento económico estudiados por Keynes durante el gasto público
durante la guerra (Keynes 2010; 1939), o la idea promocionada por cierta teoría de la
dependencia en la que abundancia de la periferia es una desventaja estructural frente a
las necesidades de desarrollo que se impulsan por la escasez de recursos en los procesos
centrales de producción (Karl. 1997), o las advertencias de hipertroia que pueden
derivar de una distribución social del excedente en sociedades periféricas no preparadas
(Prebisch, 1981: 293-294), o bien la idea neo-marxista en la que la restauración del modo
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de producción capitalista depende de la capacidad del sistema en aprovechar sus periodos
de escasez para restablecer los monopolios que permiten los cambios de ciclo (Wallerstein,
2006; Arrighi, 2002). También en la teoría arqueológica tradicional se ha debatido si la
génesis de las civilizaciones lo constituye la escasez o si lo es la abundancia relativa a un
contexto escaso (University of East Anglia, 2006).
Economistas del relieve de Marshall Sahlins no buscaban desconectar las evidencias
cientíicas con el carácter ilosóico que tanto da signiicado a la abundancia:
“(…) las necesidades del hombre son grandes, por no decir ininitas, mientras
que sus medios son limitados, aunque pueden aumentar. Es así que la brecha
que se produce entre medios y ines puede reducirse mediante la productividad
industrial, al menos hasta hacer que los «productos de primera necesidad» se
vuelvan abundantes. Pero existe también un camino Zen hacia la opulencia por
parte de premisas algo diferentes de las nuestras: que las necesidades materiales
humanas son initas y escasas y los medios técnicos, inalterables pero por regla
general adecuados” (Sahlins,1977: 13-14)
El mismo Marx entendía que, antes del capitalismo, las crisis eran resultado de la
escasez, el hambre y las contingencias. Sin embargo, el capitalismo ha colocado nuevas
reglas que explicarán la crisis de la economía contemporánea en relación con la abundancia
regida por el monetarismo y el deseo de las clases dominantes en aumentar sus ganancias.
Por ello, para Marx, las crisis inales del capitalismo son crisis de la abundancia. En sus
propias palabras:
“(…) Lo que sí ocurre es que se producen periódicamente demasiados medios de
trabajo y demasiados medios de subsistencia para poder emplearlos como medio
de explotación de los obreros a base de una determinada cuota de ganancia (…)
No se produce demasiada riqueza. Pero periódicamente se produce demasiada
riqueza en sus formas capitalistas, antagónicas (…) Si desciende la cuota de
ganancia tenemos, de una parte, tensión del capital para que el capitalista
individual mediante el empleo de métodos mejores, etc., reduzca el valor
individual de sus distintas mercancías por debajo del valor medio social; por
otro lado, especulación y fomento general de la especulación mediante ensayos
apasionados de nuevos métodos de producción, nuevas inversiones de capital,
nuevas aventuras, a in de asegurarse cualquier ganancia extraordinaria (…)”
(Marx, 2007: 339-340)
Visto de este modo, la abundancia no parece ser materia de una economía sin ilosofía,
donde lo imperativo haya sido la regeneración ininita de las riquezas. Por el contrario,
el tratamiento del tema parece ser más adecuado a través de la continuación de grandes
tradiciones ilosóicas que advierten de los peligros de la abundancia, cuando ésta no está
al servicio de las necesidades humanas fundamentales, incluyendo el espíritu y el trabajo.
Resulta por ello pertinente construir una comprensión instrumental de la abundancia,
una que contribuya a colocar esta idea al servicio de la correcta existencia, o existencia
deseada, de la condición humana. Del mismo modo, es pertinente revelar su inadecuidad
La maldición de la abundancia: Los problemas de la absorción económica como factor
del bajo desempeño de la economía venezolana. (I Parte)
Daniel Castro Aniyar /109
operativa como in último de la economía, a través de la identiicación empírica de sus
debilidades en contextos concretos.
Propósito central
Este artículo propone un ordenamiento de las bases teóricas generales para ayudar
a la interpretación de emprendimiento para la seguridad alimentaria venezolana a la luz
de los problemas generados por la abundancia. Las evidencias serán suministradas en la
segunda entrega de este artículo a través de la data disponible del subsistema de seguridad
alimentaria, gasto público y otras evidencias de los problemas de absorción económica
durante el chavismo entre 1999 y el 2018.
Sostenemos que la experiencia venezolana es de una enorme riqueza para comprender
los problemas relativos a la abundancia en términos generales. Sus evidencias, lejos de ser
teóricas o puramente interpretativas, pueden ser remitidas a variables concretas, esto es,
experimentales y ponderables. Entre los diversos campos donde estas evidencias pueden
ser recogidas, el relativo al desarrollo de emprendimientos para la seguridad alimentaria
es uno de los más reveladores por cuanto constituye un foco de atención permanente de la
política pública del chavismo, desde la primera elección ganada por Hugo Chávez en 1998
hasta los efectos durante la sucesión de Nicolás Maduro, al menos, hasta el 2018.
Este foco permitió la disponibilidad de abundante data oicial, un esfuerzo permanente
en diseñar e implementar múltiples políticas dirigidas al desarrollo de emprendimientos
autónomos o soberanistas de seguridad y soberanía alimentaria, todas con un mismo
marco conceptual durante casi dos décadas, con resultados medibles y un impacto
importante en el grueso de la población en esa nación. Este esfuerzo se llevará a cabo en
la segunda entrega de este artículo, llamada La maldición de la abundancia (II Parte):
Los problemas de la absorción económica y hundimiento de la seguridad alimentaria en
Venezuela (1999-2018).
En cambio, en esta entrega se enfocará la experiencia venezolana por cuanto cuenta
con una relexión valiosa desde sus ciencias económicas y políticas a partir del problema
de absorción del gasto público.
Nos referiremos como problemas de absorción del gasto público en el caso
venezolano, a la imposibilidad que presenta el aparato productivo nacional para convertir
los ingresos petroleros derivados por el Estado hacia la sociedad en parte constitutiva de
la economía. Al no poder convertir los nuevos recursos, por causa de la inmadurez de su
aparato productivo y empresarial u otros factores asociados, éstos se desplazan fuera del
subsistema en diferentes formas como la inlación, importaciones, devaluación, fuga de
capital inanciero, contrabando, etc. El proceso resulta en una descapitalización económica
y social de la economía objeto de ese gasto. Entre sus múltiples nombres, se trata de un
proceso que tiene sus antecedentes originales en el concepto de “recalentamiento” en
la economía keynesiana y que se ha desarrollado bajo conceptos como “la enfermedad
holandesa”, “el efecto Potosí” o “el efecto Venezuela” (Keynes, 2010; 1939; Dilliard, 1973;
Pérez Alfonzo, 1976; Karl, 1997; Mendoza Potellá, 2010; Pérez Castillo, 2006).
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Este artículo se enmarca dentro del debate transdisciplinario sobre la llamada maldición
del recurso, a partir del cual se ha generado el principio de que “los países ricos en recursos
suelen tener un desempeño precario en sus indicadores socioeconómicos comparado con
países con recursos naturales menos abundantes” (Cappelen et al., 2018, p. 2; Venables,
2016). Esta asociación entre maldición y abundancia del recurso puede ser extendida, por
extensión, a una institucionalidad democrática más débil, corrupta y violenta.
En el caso venezolano se trata de un fenómeno que se mostró por primera vez con toda
su dimensión durante la Gran Venezuela del primer gobierno de Carlos Andrés Pérez.
El debate sobre la abundancia en Venezuela
La explotación petrolera y de otros hidrocarburos colocó a Venezuela, sobre todo
a partir de la II Guerra Mundial, en la posición de ser una de las naciones con mayor
abundancia relativa en la región latinoamericana. En la práctica politológica y económica
venezolana esta abundancia fue objeto de un importante debate, aun inconcluso, acerca
de cómo administrarla para generar desarrollo estructural. El leit motiv que acompañó
este debate consistió en la frase “sembrar el petróleo” acuñada por Arturo Uslar Pietri en
los años 30.
La importancia de “sembrar el petróleo” es constatada en el espíritu y la letra en cada
uno de los planes gubernamentales desde los años 40 (Crazut, 2006).
De hecho, en la llamada V República o “chavismo” (1999 – 2018 –la fecha-), dos
ejemplos explícitos son el Plan de Desarrollo productivo impulsado por PDVSA en el 2007
el cual se llamó “Siembra Petrolera” (PDVSA SA. y sus Filiales, 2008) y el Proyecto de Ley
de Endeudamiento del Ministerio de Planiicación para el 2011 que se llama “Abono a la
Siembra Petrolera” (Giordani, 2011)
Pero a pesar del aparente consenso alrededor de “Sembrar el Petróleo”, esta idea tuvo
varias vertientes:
La vertiente optimista de los primeros años de la industrialización, el desarrollismo
Perezjimenista y el desarrollismo en tiempos de la Democracia de la IV República.
Numerosos estudios se han hecho sobre esta vertiente, por cuanto forma parte de los
discursos más relevantes de los gobiernos venezolanos durante al menos 60 años (Mommer
& Baptista, 1992; Cartay, 1998; Vallenilla, 1998; Crazut, 2006).
Esta primera vertiente intenta interpretar los problemas de abundancia con el
despilfarro, esto es, como la consecuencia de actores políticos y económicos displicentes y/o
implícitamente interesados en mantener la dependencia los procesos de enriquecimiento
establecidos en el subsistema. De este modo, los problemas de absorción reposan en
problemas de la estructura económica, tal como fue entendida por el desarrollismo
cepalino y en la carencia de una cultura política y ciudadana con la habilidad de dirigir
el gasto hacia el cambio estructural mediante la administración racional de sus recursos
(Vilda, 2004; Molina & Álvarez Díaz, 2004; Lander & López Maya, 1999; España, 1989).
La maldición de la abundancia: Los problemas de la absorción económica como factor
del bajo desempeño de la economía venezolana. (I Parte)
Daniel Castro Aniyar /111
La vertiente de cierta izquierda desde los años 30 del siglo XX hasta al menos el 2018
la cual acusa a las oligarquías nacionales e internacionales de impedir la distribución de
la renta petrolera que produciría el desarrollo (Betancourt,1937; Mieres, 2010; Malavé
Mata,1980; Mendoza Potellá, 2010; Rodríguez Araque & Müller Rojas, 2009). La
discusión se desplazó al área de la antropología y la cultura donde tuvo representantes
(Quintero,1972) y una sub-vertiente que interpreta la imposibilidad de crecimiento como
un problema propio del proyecto modernista (Coronil,1997).
La evolución de la vertiente “anti-oligarquía” también se alimenta de este discurso,
pero fue consolidándose hacia una importante generación de autores de orientación
marxista como Ramón Rivero (1979), Francisco Mieres (2010) y la primera época de
Carlos Mendoza Potellá (1995).
Ellos se erigieron, de algún modo, como herederos del diagnóstico de Pérez Alfonso
acerca de los problemas estructurales de sembrar el petróleo, pero, a de manera
radicalmente diferente, no encontraban la solución en la reducción del ingreso nacional de
origen petrolero, sino en la redirección del ingreso hacia el desarrollo social y económico
de las clases más excluidas del país, así como en la lucha contra el rol “entreguista” de
los gobiernos productores del Tercer Mundo ante los intereses de los países centrales
consumidores de hidrocarburos.
Por ello, esta vertiente encuentra la solución en la toma del poder en el Estado, con el
in de dirigir políticas hacia el socialismo anti-monopólico, antiimperialista y democrático.
Solo una transformación profunda en las estructuras de intereses podría permitir “la
siembra petrolera”.
Las banderas de la izquierda electoral y académica incluían para sí esta renovación del
pensamiento petrolero (Mieres,1976), antes del primer triunfo de Chávez. Estas ideas, por
muchos años fuera del juego político gubernamental, encontraron eco en el consistente
fracaso de las políticas de los gobiernos democráticos de la IV República y su esquema
pactista en provocar desarrollo y mayor bienestar social. El triunfo de Hugo Chávez en las
elecciones de Diciembre de 1998, y la convocatoria a una nueva Constitución (1999-2000),
permitieron hacer eco de esas ideas las cuales inalmente encontraron cuerpo en políticas
públicas como el Sistema Socialista de Soberanía Alimentaria (Castro-Aniyar, 2017).
Con el objetivo de reconocer la vertiente “anti-oligarquía” de la Siembra Petrolera en el
pensamiento bolivariano, destacamos el análisis de Alí Rodríguez Araque, ex-presidente
de PDVSA y ex Ministro de Petróleo durante la V República, junto a Müller Rojas, expresidente del MBR200, el Movimiento V República y el Partido Socialista Unido de
Venezuela, los partidos abanderados por el presidente Chávez en su carrera política.
Los planteamientos se enfocan en objetivos de largo plazo, tal como la transformación
del modelo de acumulación a escala nacional y regional.
“De manera que, con toda propiedad, se puede hablar de un capitalismo
rentístico, lo que resulta muy peculiar dentro de los procesos de acumulación
112/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 105-123
capitalista en el mundo. Este mecanismo de acumulación dio lugar a una
burguesía parasitaria…” (Rodríguez & Müller Rojas, 2009: 22).
Tal capitalismo gira con los demás países de la región hacia el neoliberalismo. En
ese proceso los activos y los derechos obtenidos bajo el capitalismo rentístico fueron
sistemáticamente despojados a la ciudadanía: primero se produjo la “apertura” para los
productos agropecuarios, luego la creación de las condiciones políticas para la ofensiva
neoliberal, luego la privatización de la industria y la internacionalización, luego la ofensiva
jurídica dentro del Parlamento y, inalmente, PDVSA empezó a reducir su liquidez desde
adentro con el in de venderse al capital extranjero.
“Pero todo cambió a partir (…) de 1998 con Hugo Chávez Frías, quien llegó
al poder para abrir una nueva etapa en la historia política del país, la del
establecimiento de la soberanía nacional en todos los ámbitos de la nación y sus
relaciones” (Rodríguez & Müller Rojas, 2009: 24).
De tal modo que los problemas de desarrollo estarían vinculados a un plan de
enriquecimiento a corto y mediano plazo por parte de oligarquías nacionales e
internacionales que habrían utilizado el aparato rentístico para su provecho. El modelo
pactista sería la estrategia de la sociedad política para permitir el enriquecimiento de estas
oligarquías.
Rodríguez Araque y Müller Rojas explican cómo el rentismo produjo una “burocracia
parasitaria” en la IV República (1959-1998). La explicación consiste en reconocer los
mecanismos que, según ellos, hicieron posible una oligarquía a la sombra del rentismo.
Estos mecanismos son fundamentalmente políticos, y son producidos por el Estado de la
IV República voluntaria y progresivamente.
Esta perspectiva de Rodríguez Araque y Müller Rojas, auto-enmarcada en la izquierda,
coincide con la postura del ex presidente Betancourt en los años 301. Los autores reconocen
que las nuevas y viejas oligarquías se convirtieron en nuevos actores económicos
“parasitarios”, dependientes del Gasto Público, y luego dieron forma política al modelo
de Estado:
“Ese mecanismo de acumulación [el rentismo] dio lugar a la formación
de una burguesía parasitaria, conjuntamente con el enriquecimiento de
castas propietarias y comerciantes, en conjunto agregadas en una estructura
corporativa sui generis, cuya acumulación se nutrió principalmente de esa
renta por parte del Estado, privatizada a través de los mecanismos ya antes
comentados, como la sobrevaluación de la moneda, la capitalización de la
casi totalidad de las ganancias debido a la bajísima nula [posible error del
original] presión tributaria, el otorgamiento de créditos a bajo interés así como
distintas políticas de subsidios a la producción, la protección de su producción
estableciendo virtualmente un mercado cautivo, distintos mecanismos de
1
Ídem Betancourt, 1937.
La maldición de la abundancia: Los problemas de la absorción económica como factor
del bajo desempeño de la economía venezolana. (I Parte)
Daniel Castro Aniyar /113
corrupción y el favoritismo político, junto a muchos otros (…) De manera
creciente, una vez alcanzado cierto nivel de desarrollo, sectores favorecidos
de esa burguesía fueron participando directamente, o a través de sus agentes,
muy notablemente del sector inanciero, en la conducción económica y política
del Estado con lo cual tomaban no solamente el control de la economía, sino
también de la política” (Rodríguez & Müller Rojas, 2009: 22-23).
La tercera y última vertiente consideró la imposibilidad absoluta de
“sembrar el petróleo” pues el impacto de los altos ingresos petroleros siempre paralizaría
el esfuerzo productivo (Pérez Alfonzo, 1976; Pérez Castillo, 2006, Mendoza, 2010).
Pérez Alfonzo no parecía estar en contra de las ideas anti-oligarquía, pero acentuaba
el problema, no en el papel de sectores económico-políticos, sino en el efecto mismo del
gasto en la sociedad. Esta simpatía teórica también era mutua, por lo que la izquierda antioligarquía procura reinterpretar a Pérez Alfonzo a su favor.
Así lo hace Mieres (1976) en su introducción al libro “Hundiéndonos en el Excremento
del Diablo” de Pérez Alfonzo:
“…si el lector se toma el trabajo de interrelacionar los diagnósticos y las
soluciones que ofrece el Dr. Pérez Alfonzo (…) no le será demasiado difícil
descubrir que el hilo conductor apunta inequívocamente hacia el socialismo”.
De tal modo que el pensamiento de Pérez Alfonzo es:
“…una evolución perfectamente natural en un humanista que ha conocido y
enfrentado en primera persona (…) la irracionalidad antihumana de este reino
de los monopolios”.
Y termina inalmente de manera lapidaria:
“[la verdadera causa del rentismo]…es la mentalidad colonialista” y la
“acelerada concentración de poder económico y político que intoxica con
delirios de grandeza y avidez desaforada de riqueza a las oligarquías, así como
el centralismo ejecutivista, apoplético”
Pérez Alfonzo, en el mismo libro, lo expresa de otro modo:
“La única medida eicaz contra el despilfarro de esa riqueza se concentra en
reducir drásticamente su liquidación [liquidez] para poner un techo al ingreso
iscal proveniente de la liquidación [liquidez] de ese activo nacional” (Pérez
Alfonzo, 1976: 288)
A pesar de las evidencias de simpatía política que ofrecía Mieres en su introducción,
Pérez Alfonzo observaba el comportamiento de la economía venezolana como un Estado
periférico afectado por el juego económico más que por el geopolítico. Para él, los
gobiernos caen por causa de la absorción económica, independientemente de los intereses
en la política:
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“…entre 1956 y 1957 la dictadura otorgó concesiones en la afamada ‘Gold Lane’
(…) los dos años sumaron 1760 millones de dólares contra un promedio anual de
los 512 millones de los 5 años anteriores. Se produce así el desbordamiento del
despilfarro que terminó con la propia dictadura” (Pérez Alfonzo, 1976: 23-24).
De hecho, cuando el gasto público declinó en 1958,
“…se vivieron tiempos difíciles que debieron haber servido a la enseñanza.
La contracción económica ocasionó ajustes bastante irmes y el despilfarro
Perezjimenista parecía haber sido superado. Se observó también la capacidad
de ajuste de las actividades económicas del país porque para 1963 se constataba
una clara y sana recuperación.”
De tal modo que las oligarquías, o élites en el poder, eran en el peor de los casos un
escollo importante, pero no eran propiamente la causa del problema. Por ello, cuando una
de las medidas adoptadas fue la devaluación del bolívar en 1964, esto
“…produjo una reserva iscal que en vez de servir de garantía contra nuevas
diicultades petroleras, fue inyectada de una vez al gasto público (…) produciendo
(…) indigestión económica (…) se cubre la crisis petrolera post-Pérez Jiménez
aumentando la producción e integrando más dinero al isco” (Pérez Alfonzo,
1976: 26).
El gasto público indigerido fue entonces la causa de la crisis política. Él percibe
a la oligarquía como un resultado del rentismo, por lo que sustituirla no garantiza la
desaparición del rentismo.
“El despilfarro general se tiende a atribuir a vicios o defectos de los responsables
en el gobierno, o en el sector privado aprovechador del petróleo. Así se
mantienen las ilusorias esperanzas de continuar tras una siembra del petróleo.
Para seguir nadando en divisas se pretexta aprovecharlas mejor. Cambios
en las instalaciones y en los hombres, nuevos programas o instrumentos de
ejecución harían el milagro de atender a las múltiples necesidades nacionales,
encaminando el país hacia un programa irme y acelerado.
La verdad no se quiere comprender en toda su profundidad, no obstante las
repetidas demostraciones de que el despilfarro es un efecto o manifestación
causado por los excesos de divisas generados en cierta forma fuera de la
actividad económica, propia del país” (Pérez Alfonzo, 1976: 144).
Pérez Alfonzo incorporó de manera determinante y, al parecer por vez primera en la
literatura académica venezolana, ideas acerca que explicaban la crisis venezolana a partir
de la naturaleza misma de la abundancia, y no a partir de los errores o perversiones de
los operadores políticos. Sin embargo, la claridad de su planteamiento, paradójicamente,
no fue entendida ni digerida por la clase política de las siguientes 5 décadas que decía
continuar con sus enseñanzas.
La maldición de la abundancia: Los problemas de la absorción económica como factor
del bajo desempeño de la economía venezolana. (I Parte)
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La Gran Venezuela (1974-1979) y Pérez Alfonzo.
Carlos Andrés Pérez recibe un gobierno con ingresos petroleros sin precedentes y
una longevidad relativa de la industria venezolana, para seguir el camino exitoso de su
par mexicano, Lázaro Cárdenas, hacia la nacionalización del petróleo. Con el petróleo
nacionalizado y bajo el efecto de la bonanza, el país se llena de augurios de desarrollo y las
luces de un claro liderazgo internacional en la periferia.
Sin embargo, Juan Pablo Pérez Alfonzo, fundador de Acción Democrática, ministro de
Fomento durante el trienio, Ministro de Petróleo de Betancourt en el 59, y además artíice
e impulsor mismo del proyecto colectivo de la OPEP, se baja solitariamente del vehículo
del optimismo.
Pérez Alfonzo estudia lo que cierta academia noruega denomina el Efecto Venezuela
(a conocerse mayormente luego como The Dutch Disease)2, y asegura que “en diez, veinte
años, el petróleo será la ruina de Venezuela” (Pérez Alfonzo, 1976). Lo llama “el excremento
del Diablo” (en relación a la manera como eran denominados despectivamente por los
españoles los yacimientos supericiales de hidrocarburos, generalmente asfaltos y betún
en Venezuela). Finalmente abandona el gobierno de Carlos Andrés Pérez, así como al
partido Acción Democrática, cuando no percibe voluntad política en reconvertir el modelo
desarrollista a la escala adecuada.
Su hijo, el economista Juan Pablo Pérez Castillo actualiza su visión del llamado Efecto
Venezuela:
“Nuestra industria petrolera utiliza muy pocos recursos nacionales como insumos para
la inversión, producción y comercialización del petróleo, como lo comprueba la escasa
matriz insumo/producto (muy bajos coeicientes netos de importaciones que relejan
las relaciones de compraventa entre los sectores de la economía nacional), los bajos
componentes nacionales de las inversiones y de los insumos utilizados por el sector y el
bajo multiplicador del sector neto de importaciones.”
“Estos indicadores (entre otros) comprueban que los ingresos iscales provenientes
de las divisas petroleras no tienen contrapartida nacional signiicativa, siendo ínima
la cuantía que podría considerarse orgánica por derivarse del propio crecimiento de la
economía”
2El economista Carlos Mendoza Potellá da seguimiento a las teorías venezolanas y noruegas anteriores a la Dutch Disease
y a la “Paradoja de la Abundancia” de Karl. Alberto Adriani ya describe los efectos del petróleo en los años 30: “… por
su índole y por la estructura particular que ofrece en Venezuela, esa industria es, desde el punto de vista económico,
una provincia extranjera enclavada en nuestro territorio…En cambio, la producción de artículos de exportación
vernáculos, los que verdaderamente aumentan la riqueza del país, ha permanecido estacionaria (Adriani, 1930:
138)”. El periodista Ernesto Peltzer supone que: “… el autor del término haya sido el economista noruego Erling
Eide, quien ha especulado acerca de los efectos inflacionarios de la súbita riqueza de ese país escandinavo…Podría
hablarse de un “efecto Potosí” para describir lo que le sucedió a la economía española en los siglos XVI y XVII”.
(Peltzer en Mendoza Potellá, 1995: 138).
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Pérez Castillo reairma la inquietante idea de su padre al incorporar el sistema
económico en el problema venezolano, y no solo adosando responsabilidades a los agentes
productivos.
“…cuando al sistema económico se le inyectan más recursos líquidos de origen
externo de los que puede absorber productivamente, el excedente presiona
sobre los precios por insuiciencia de oferta interna para satisfacer la inlada
demanda monetaria. Las divisas acumuladas permiten aliviar la presión
inlacionaria con importaciones, preferiblemente de bienes y servicios inales,
contribuyendo a descapitalizar al país” (Pérez Castillo, 2006).
A continuación, se expone el comportamiento del PIB petrolero en relación a la
Agricultura y la Manufactura. En el gráico 1 puede notarse cómo en 1973 las importaciones
crecen de manera desproporcionada a los niveles relativamente estables que presentaban
desde 1950. El efecto de los precios petroleros provocó un descentramiento de la
importancia de las exportaciones no petroleras en relación a la nueva capacidad de
consumo que experimentaba la sociedad.
Gráico 1. Relación Exportaciones petroleras, no petroleras e Importaciones
a precios corrientes en Miles de Millones de bolívares. 1950-1978 A partir de
Antivero, Ignacio y BCV (1995).
Con el caudal del dinero petrolero los gobiernos venezolanos, sobre todo desde 1973,
compraban la ilusión de fortaleza estatal cuando realmente se estaban empobreciendo
los tejidos de los emprendimientos que constituían el cuerpo del mismo Estado, tanto
por los problemas de absorción de divisas que experimentaba el país (creando sectores
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del bajo desempeño de la economía venezolana. (I Parte)
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sociales económicamente más dependientes y menos capaces de desarrollo), como por la
depredación que hacía el pactismo de los espacios técnicos, políticos y sociales naturales
de desarrollo. Tal debilidad conspiraba haciendo opaca y susceptible la industria petrolera
y sus políticas a un mayor control de las transnacionales. Como resultado de esta debilidad
solapada detrás de la ilusión, los gobiernos se han encontrado recurrentemente con la
realidad de no poder coaccionar física ni políticamente a la sociedad en función de sus
objetivos (Waldmann, 2003).
Estos empobrecimientos relacionales en Venezuela no tardaron en convertirse en
empobrecimientos de la efectividad y vinculación de la participación política, técnica y
social y, por consiguiente, en amenazas para superar la creciente inseguridad alimentaria.
Tal situación puso en contexto una convulsión social sin precedentes en la historia
democrática de ese país. Tal como se entiende de la descripción de los ciclos de
participación y cambio social, la incapacidad de las élites en responder por fuera de su
propia dinámica de acumulación política y económica, preparó a la sociedad civil para una
transformación de los fundamentos políticos de la sociedad nacional que conocían. Tales
tejidos encontraron cauce entre 1998 y el 2000 a través de nuevas formas políticas como
la Constitución Bolivariana.
El tema alimentario, incluyendo las nuevas discusiones sobre seguridad alimentaria se
alimentaron del nuevo modelo de Estado que surgió de este proceso y, por tanto, se inspiró
de su contexto.
Los efectos estructurales del shock económico vivido desde el 73, tal como lo describió
Pérez Alfonzo, no tuvo el impacto necesario en el discurso político de su época ni en las épocas
por venir. El shock fue interpretado fundamentalmente como un problema de despilfarro
y corrupción, y escasas veces desde la perspectiva del subsistema económico mismo.
El discurso político venezolano rescataba la imagen del pensador, sin embargo,
paradójicamente, no se referían a sus ideas ni mucho menos le proveían de un marco
interpretativo para la acción política. Pérez Alfonzo fue asimilado a la dinámica de la
contienda político-electoral, donde ideas como “la ilusión de la siembra petrolera”,
“contener el gasto” o “recortar la producción para reducir la renta”, no eran atractivas para
conseguir votantes. A continuación, se ofrecen ejemplos del discurso político y académico
que dominó en la práctica el diagnóstico sobre el efecto de la renta petrolera en la sociedad.
“Poco signiicaba un superávit –como aquel ocasionado por la renta adicional
proveniente de la realización petrolera – si no se instruían pautas de inversión
iscal que evitaran su desperdicio. No son pocas las evidencias que conirman la
orientación estéril de muchas erogaciones públicas ordinarias. Basta señalar al
respecto la proliferación del gasto burocrático, el incremento de los desembolsos
gubernamentales en obras de insolvencia económica, la aplicación de los
mismos recursos en infraestructuras suntuarias” (Malavé Mata, 1980: 263).
Nótese en estos discursos cómo se indican problemas de desorden, despilfarro
y corrupción, como si provinieran de una maldad original en alma corrompida o
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emborrachada de los venezolanos, o bien en un tema de cultura ciudadana, sin explorar las
perversiones en un marco mayor, de tipo estructural. Esta tendencia del discurso reubica
a Pérez Alfonzo dentro de la imagen de un profeta contra el despilfarro, pero no como un
economista que sugiere la contención del gasto o la renta por problemas de absorción que
son estructurales al país:
“Frente al estilo relativamente dispendioso de los gobiernos que se sucedieron
en el ejercicio del poder en aquellos años de inusitada prosperidad, el
elevado e incontrolado endeudamiento, las donaciones a terceros países,
las inversiones poco acertadas y la inquebrantable fe de que los precios del
petróleo se incrementarían ad ininitum, surgieron sensatas observaciones
(…) se les caliicó ‘profetas del desastre’ (…) Pérez Alfonzo (…) pronosticó sin
saciedad el in al cual nos acercábamos (…) Se otorgaban generosas dádivas
mientras se desatendía la solución de perentorias necesidades nacionales”
(Crazut, 2006: 256)
El discurso de esa época hizo eco en los análisis hechos desde fuera de Venezuela,
esto es, desdibujando los problemas de absorción y recalentamiento hacia un diagnóstico
centralmente administrativo.
“El programa se ceñía a los patrones entonces en boga del desarrollismo a
ultranza y ponía el acento en el sector secundario, ignorando los criterios
liberales sobre el manejo cuidadoso de los recursos inancieros, los cuales, a
tenor de la coyuntura petrolera, el Gobierno y muchos fuera de él estimaban
inagotables” (CIDOB, 2010).
Los textos reproducidos arriba son una muestra argumental clásica, de modo que es
posible reconocer sus inlexiones a lo largo del discurso político de la IV República. La
incapacidad de ver el problema como un problema subsistémico, esto es, no como un
recambio de relaciones en la política, en virtudes y actores políticos, ni como un problema
del gran sistema histórico capitalista, como se destacará en cierta izquierda y que
continuará durante el período bolivariano (Mieres, 2010; Malavé Mata, 1980), sino como
una enfermedad económica que es independiente de la ideología capitalista del gobierno
o de las virtudes del liderazgo político, parece ser la señal característica del discurso desde
la Gran Venezuela hasta la V República.
Se trata de un discurso cuyas inlexiones van a acompañar a la democracia venezolana
desde entonces (Coronil, 1997): Carlos Andrés Pérez, el gran artíice del despilfarro lucía
mágico, extraordinario y por tanto, innatural, opacando la respuesta económica de la
industria y el sector agrícola del análisis. Pocos parecían atender con detalle los problemas
propios a una oferta local que no podía crecer al ritmo de la nueva y galopante demanda.
“Pero entonces llegó el otro Pérez, Carlos Andrés Pérez, y encontramos la frase
que nos deinía. Estábamos construyendo la Gran Venezuela. Carlos Andrés
Pérez no fue un presidente. Fue un mago, un mago capaz de propulsarnos hasta
La maldición de la abundancia: Los problemas de la absorción económica como factor
del bajo desempeño de la economía venezolana. (I Parte)
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una alucinación que hacía palidecer por comparación el exhibicionismo de
Pérez Jiménez ” (Cabrujas en Coronil, 1997).
El relato hacía difícil poner en contexto lo que señalaba Pérez Alfonzo acerca de la
imposibilidad de sembrar del petróleo, traduciéndolo otra vez a simples problemas de
política y escenario. Incluso fue corriente encontrar en autores de referencia sobre el
pensamiento petrolero la idea de que Pérez Alfonzo abogaba por la siembra del petróleo,
como su antecesor Uslar Pietri (Crazut, 2006:265).
Con ese caudal de dinero el gobierno compraba la ilusión de fortaleza política, cuando
realmente se estaban empobreciendo los tejidos del emprendimiento social y económico,
tanto por los problemas de absorción de divisas que experimentaba el país (creando
sectores sociales económicamente más dependientes), como por la depredación que hacía
el pactismo de sus espacios políticos y sociales naturales de desarrollo (Castro-Aniyar,
Cruz Marte & Hidalgo Villar, 2017).
En cualquier caso, se estaba gestando un proceso de profunda vulnerabilidad del
subsistema ante la crisis por venir, que el modelo de pactos no podría controlar, aunque
entonces luciese imbatible. Un proceso que permearía toda la estructura institucional
y moral, producto del deterioro de los tejidos que el pactismo y las importaciones
sustituyen falsamente.
Durante el boom petrolero que duró de 1973 a 1983 la renta petrolera excedió
largamente la habilidad del país en absorber capital. La “fortaleza” del gobierno pronto se
convirtió en debilidad estructural del Estado. Luego del llamado “Viernes Negro”, el 28 de
Febrero de 1983, con una emblemática devaluación del bolívar, la capacidad distributiva
del aparato de gobierno declinó.
Paradójicamente entonces, el modelo de pactos e importaciones que mantenía
ilusoriamente la estabilidad política del subsistema, se prolongó, esta vez, para seguir
manteniendo la ilusión sobre la creciente crisis social. Este proceso aceleró la depredación
de los tejidos producidos por los emprendimientos sociales y económicos del país, los
empobreció a una velocidad aún mayor, y los marginalizó de manera peligrosa del ámbito
de acción del Estado, preparando así la llegada al chavismo (Castro-Aniyar, Cruz Marte &
Hidalgo Villar, 2017, p. 189-191).
La invisibilidad de la dimensión macro-estructural del problema permitió que se
cometiesen nuevamente los errores advertidos por Pérez Alfonzo durante el chavismo.
En la segunda entrega de este artículo se analizarán las evidencias relativas al efecto de
abundancia per se en el desempeño de los emprendimientos y la seguridad alimentaria
venezolana hasta el 2018.
120/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 105-123
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Vol.27 No.1 (enero - marzo, 2018): 125-147
La seguridad alimentaria en México: el
reto inconcluso de reducir la pobreza y
el hambre
Ricardo López Salazar* y Sergio A. Sandoval Godoy**
Resumen
En México la seguridad alimentaria de sus habitantes es uno de
los retos más importantes del Estado. Sin embargo, el hambre
y la pobreza (contraparte de la seguridad alimentaria) siguen
representando uno de los problemas más agudos que enfrentan
los mexicanos, a pesar de la implementación de múltiples
políticas y planes para su combate en las últimas cuatro
décadas. Como causa de lo anterior, identiicamos al notable
estancamiento del salario mínimo, el incremento en los precios
de los alimentos básicos, la creciente dependencia y la pérdida
de soberanía alimentaria del país. Se propone una agenda que
coloque en el centro de las estrategias de política económica
y social, no sólo la disminución de los desequilibrios en el
intercambio de alimentos con el exterior y el fortalecimiento
del aparato productivo nacional, sino, que, además incluya el
diseño de mecanismos que permitan una vinculación efectiva
entre los programas asistenciales con aquéllos programas y
políticas enfocados a la distribución y el acceso de los alimentos,
de tal manera que la seguridad alimentaria se conigure en un
objetivo gubernamental de primer orden y con ello, favorezca la
reducción de la pobreza, el hambre y la desnutrición.
Recibido: 11-05-2016 / Aceptado: 23-11-2017
*
**
Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. Chihuahua, México.
E-mail: ricardo.lopez@uacj.mx
Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD). Chihuahua, México.
E-mail: ssandoval@ciad.mx
126/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 125-147
Palabras clave: Seguridad alimentaria; política alimentaria;
pobreza alimentaria; programas sociales de
asistencia
Food security in Mexico: The uninished challenge
of reducing poverty and hunger
Abstract
In México, the food security of their population is one of the
most signiicant challenges of the State. However, the poverty
and the hunger (the opposite of food security) are one of the
deepest problems that the Mexican’s sufers, despite the great
variety of policies and plans implemented during the last four
decades. The main causes identiied are, the clear stagnation
of the minimum wage, the rises in the prices of basic food,
the continuous growth of food dependency and the lost of
food sovereignty. We propose an agenda that primary focus
the strategies of social and economic policies, not only the
diminution of the food dependency of Mexico, but also includes
measures to build a stronger national food system, It also
includes the design of mechanisms that allow an efective link
between the cash transfer programs and those programs and
policies focused on the distribution and access of food, in such a
way that food security be conigured as a main government goal
and in a lever to reduce the problems of poverty, hunger and
undernourishment.
Keywords: Food security; Food policies; Food poverty; Social
assistance programs
Introducción
México está catalogado en la actualidad como el segundo país en América Latina con
mayor seguridad alimentaria, sólo por detrás de Chile. En una escala de 105 países ocupa
el lugar 30 en dicha clasiicación (Economist Intelligence Unit, 2012). No obstante, a poco
más de tres décadas de distancia, la incapacidad del aparato productivo nacional para
responder a la apertura comercial, aunada a la caída progresiva que ha sufrido el salario
La seguridad alimentaria en México: el reto inconcluso de reducir la
pobreza y el hambre
Ricardo López y Sergio A. Sandoval /127
real, además de situaciones coyunturales asociadas al aumento de los precios del petróleo,
las crisis agrícolas, los cambios climáticos y los problemas sanitarios releja, sin embargo,
un aumento en las condiciones de pobreza (Boltvinik y Marín, 2003), carencias de todo
tipo y deterioro nutricional, combinado con una recomposición de los hábitos alimenticios
que generan mayores riesgos de salud para la familias. Al inalizar la década del 2000,
entre los años de 2008-2010, México fue el país que más pobres alimentarios generó en
América Latina, llegando a la cifra de cinco millones (CEPAL, 2013).
Estudios efectuados en la década pasada, como los de Torres (2003), Trápaga
(2003), Gasca (2003), Delgadillo y Cortéz (2003) y Torres y Arroyo (2003), entre otros,
corroboran lo anterior a partir de diagnósticos teóricos y empíricos sobre las condiciones
regionales de la seguridad alimentaria en México. Identiican los puntos de tensión que ha
requerido la intervención gubernamental para atenuar las asimetrías sociales y reducir el
estado de vulnerabilidad en que se encuentra la seguridad alimentaria, a la vez que han
propuesto rediscutir el fenómeno alimentario como un problema de soberanía nacional,
entre muchos otros aspectos.
Nuestra posición en este escrito, es que la seguridad alimentaria, además de ser un
fenómeno multidimensional, es también un concepto polisémico, un constructo histórico
social inluenciado por coyunturas económicas, políticas y sociales, con una amplia
determinación disciplinaria; lo que nos permite asumir aquí una posición desde el enfoque
de la economía política, orientado a la comprensión de dicho concepto como un modelo
conceptual que signiica y releja un problema de distribución y de equidad social, pero
sobre todo, de relaciones de poder. En este sentido, compartimos la idea de que en México,
las inconsistencias y limitaciones de las políticas y programas de asistencia social para
lograr la llamada seguridad alimentaria han estado asociadas al fracaso de un modelo de
desarrollo económico que ve en los subsidios indirectos y las transferencias económicas
hacia los grupos más desprotegidos una amenaza para los equilibrios del mercado y la
competencia (Meseguer, 1998). La vía institucional de las reformas estructurales enfocadas
a mejorar la planeación estratégica, incrementar el presupuesto y reorientar los programas
de asistencia social, ha resultado, en consecuencia, insuiciente y limitada. Al menos
durante los últimos cinco sexenios, como veremos más adelante, la política alimentaria
ha funcionado más con una lógica de control social que con mecanismos de eiciencia;
con ines de clientelismo político, de imagen institucional y de control corporativo, antes
que con criterios eicaces de autosuiciencia y seguridad nacional. La escasa coordinación
de los ámbitos local y nacional, los enfoques centralistas y las deiniciones erróneas en
el tratamiento del problema alimentario han ocasionado diagnósticos poco coniables y
resultados inaceptables, mismos que no han logrado traducir la riqueza económica en
mínimos de bienestar en alimentación, salud, nutrición adecuada y vivienda.
En este escrito se ofrece un panorama del estado que guarda en México la seguridad
alimentaria durante las últimas cuatro décadas. Se destacan las concepciones oiciales
institucionales que dominan el ámbito de las políticas alimentarias y se discute su
viabilidad y efectividad para resolver los problemas del hambre y la pobreza. Se pretende
llamar la atención acerca de la importancia que reviste el análisis de las instituciones
128/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 125-147
del Estado como una de las principales fuerzas políticas que organizan y controlan los
recursos productivos y inancieros en torno a la cadena alimentaria. De ahí la necesidad de
considerar no únicamente las consecuencias o resultados de los programas de asistencia,
sino también y fundamentalmente, la forma en que son concebidos. Como corolario
del análisis, se relexiona sobre el futuro de la alimentación en México, a la vez que se
propone un marco de lineamientos generales que debieran guiar las actuales estrategias
de seguridad alimentaria
1. La seguridad alimentaria: las limitaciones de las políticas
públicas frente a un problema multidimensional.
Como parte de los intentos por generar instrumentos de política social a partir de los
cuales se puedan establecer parámetros mínimos de bienestar, las agendas políticas del
siglo XXI de los gobiernos y de las organizaciones internacionales encargadas de atender
la alimentación y la salud, continúan enfocándose en la disminución del hambre, de la
pobreza extrema, la inseguridad alimentaria, los obstáculos para establecer un sistema
de producción sostenible que aminore el cambio climático, así como de solucionar la
paradoja del sobrepeso y la obesidad. Así, en 2015, la Asamblea General de la Organización
de las Naciones Unidas estableció los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) en los
que se presentan los desafíos de la Agenda 2030 para los países de la región. Estos se
plantean erradicar el hambre y la malnutrición, como una manera de hacer frente a la
inseguridad alimentaria en la región de América Latina y el Caribe mediante el desarrollo
de la agricultura sostenible y la adopción de patrones alimentarios saludables; esto último
por el aumento global del sobrepeso y la obesidad.
Asimismo, de acuerdo al reporte inal del proyecto sobre “El Futuro de la Alimentación
y la Agricultura”, publicado por la Oicina Gubernamental para la Ciencia de Gran Bretaña
(The Government Oice for Science, 2011), durante los próximos cuarenta años el sistema
alimentario global experimentará la conluencia de presiones sin precedentes. Los cinco
retos fundamentales identiicados en este reporte son los siguientes: 1) El balance de la
demanda futura y la sustentabilidad de la oferta; 2) Asegurar una adecuada estabilidad
en la oferta de alimentos y proteger a la población más vulnerable; 3) Alcanzar acceso
global de alimentos y terminar con el hambre; 4) Conducir la contribución del sistema
alimentario a la mitigación del cambio climático; y 5) Mantener la biodiversidad y los
servicios ecosistémicos, a la vez que se alimenta al mundo (cit. en Sandoval y Wong, 2017).
Es evidente que todas estas preocupaciones, por su enorme complejidad, rebasan
los aspectos meramente biológicos y técnicos, tocando otros de tipo económico, social,
político, cultural y ambiental, por lo que el problema de la alimentación y la nutrición
mundial se ha convertido ante todo en un problema de seguridad alimentaria. Quizás por
eso, desde hace por lo menos tres décadas, la seguridad alimentaria ha permanecido como
preocupación pública central entre los gobiernos y de la sociedad civil. Parte de dicha
preocupación ha estado en el reconocimiento de que la sustentabilidad de la vida humana,
en la cual la alimentación es una parte fundamental, debe estar en el centro de la economía
y de la organización de la sociedad. Las propuestas de la Organización de las Naciones
La seguridad alimentaria en México: el reto inconcluso de reducir la
pobreza y el hambre
Ricardo López y Sergio A. Sandoval /129
Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO por sus siglas en inglés), no solo han
guiado estas inquietudes, sino también, han sido objeto de múltiples debates en el medio
oicial y académico.
Efectivamente, desde inicios de los 80s, la idea de la seguridad alimentaria empezó
a cobrar vigencia, cuando dicha organización planteó que la inalidad estratégica de los
diferentes gobiernos en este ámbito, debía ser garantizar a toda la población el acceso
material y económico a los alimentos básicos. Para ello se sugería incorporar políticas
económicas orientadas al desarrollo agrícola y rural, así como distintos mecanismos de
estabilidad interna y macroeconómica, y una mayor participación en el comercio mundial,
a in de lograr la suiciencia, estabilidad y seguridad de los suministros alimentarios. No
obstante, después de ríspidos debates y ajustes importantes en sus estrategias en pro de la
alimentación mundial, en 1996, durante la Cumbre Mundial sobre la Alimentación, la FAO
aceptó que la seguridad alimentaria debía ser considerada un problema multidimensional,
por lo que añade la dimensión nutricional, como un elemento más en el que interviene
la higiene, la sanidad, el aprovechamiento biológico y la calidad (Ruehl, 2015). Así, “La
Seguridad Alimentaria y Nutricional (SAN) existe cuando todas personas tienen, en todo
momento, acceso físico, social y económico a alimentos suicientes, inocuos y nutritivos
que satisfacen sus necesidades energéticas diarias y preferencias alimentarias para llevar
una vida activa y sana” (FAO, 1996).
Sin embargo, se reconoce que para hacer efectivo este principio implicaría combatir
cuatro aspectos estrechamente relacionados: a) hambre por falta de disponibilidad y
acceso alimentario; b) desnutrición (hambre oculta), ocasionada por ingesta suiciente
de alimentos, pero carente de ciertos micronutrimentos como la vitamina A o hierro; c)
malnutrición, que se puede dar no sólo por ingesta insuiciente sino también por exceso de
grasas e hidratos de carbono; d) pobreza extrema por ingreso insuiciente para alimentos.
Con esto se garantizaría que la población más pobre pudiese estar en condiciones de
resolver los problemas de disponibilidad y acceso a los alimentos, siempre y cuando los
gobiernos de los distintos países estén en condiciones de cumplir los siguientes requisitos:
suiciencia, estabilidad, autonomía, sustentabilidad y equidad.
Recientemente, en 2015, se ha señalado que para avanzar con el propósito de la
sustentabilidad implica “interactuar en armonía con los ecosistemas del planeta y
beneiciarse de sus servicios, manteniendo y usando de forma sostenible la biodiversidad
y los recursos naturales para las generaciones presentes y futuras” (FAO, 2015). Asimismo,
se agrega que “en los alimentos –en cómo se cultivan, producen, consumen, intercambian,
transportan, almacenan y comercializan– se encuentra la conexión fundamental entre las
personas y el planeta, y la vía hacia el crecimiento económico inclusivo y sostenible” (ibid).
Cabe aclarar que al igual que la FAO, existen otros organismos internacionales que
han abordado este problema. Entre estos se encuentran la Declaración Universal sobre la
Erradicación del Hambre y la Mal Nutrición en 1974; el Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales en 1976 y las Cumbres Mundiales sobre Alimentación
en 1996 y 2002; la Cumbre del Milenio del 2000; y la Iniciativa América Latina y el Caribe
Sin Hambre, entre otras. Todos ellos han establecido distintos parámetros para entender
130/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 125-147
la situación de los alimentos en relación a la población de cada país y del mundo, al mismo
tiempo que han ijado sus posiciones. Así, por ejemplo, la declaración de Roma, del Foro
de las ONG/OSC de junio de 2002, señala que para garantizar una “seguridad alimentaria
genuina”, ésta debe pasar por la Soberanía Alimentaría. La declaración señala:
“…el derecho de los pueblos, comunidades y países a deinir sus propias políticas
agrícolas, pastoriles, laborales, de pesca, alimentarias y agrarias que sean ecológica, social,
económica y culturalmente apropiadas a sus circunstancias exclusivas. Esto incluye el
derecho real a la alimentación y a la producción de alimentos, lo que signiica que todos los
pueblos tienen el derecho de tener alimentos y recursos para la producción de alimentos
seguros, nutritivos y culturalmente apropiados, así como la capacidad de mantenerse a sí
mismos y a sus sociedades”
Otra parte del debate, según algunos autores (Alpha y Fouilleux,2017) va en el sentido
de que las políticas públicas en diferentes foros han provocado una fragmentación de
las discusiones sobre las estrategias de política social, ya no en el sentido de cuestionar
la seguridad alimentaria multidimensional sino de la forma en que se coniguran e
implementan las políticas de seguridad alimentaria y las reformas institucionales, cuya
falta de coordinación intersectorial y entre los distintos niveles de la toma de decisiones,
generalmente conducen al fracaso. A esto se agrega las limitaciones para explicar las
transformaciones recientes del patrón alimentario que integra la canasta alimentaria
moderna y las nuevas disponibilidades y accesos reales, así como la garantía del derecho a
la alimentación (Du Plooy, Schönfeldt, y Hall, 2016).
Ciertamente, los resultados en materia de pobreza alimentaria asociada con la
vulnerabilidad de los sistemas agro productivos y las crisis alimentarias recientes,
contradicen la efectividad de las regulaciones de comercio de los estados nacionales,
la instrumentación de programas sociales hacia los grupos vulnerables, o incluso las
recomendaciones orientadas a reactivar la producción local con base en las tradiciones de
los pueblos. La resistencia de los gobiernos y las instituciones para aceptar los fenómenos
de riesgo global contribuye muy poco con el tratamiento del problema. Es quizá por eso
que hasta el momento, las políticas públicas y las instituciones del Estado se han visto
limitadas para dar respuesta y encontrar soluciones factibles a las demandas de grupos
y organizaciones de la sociedad civil que pugnan por un cambio radical en las estrategias
de política económica y agroalimentaria. La Conferencia Internacional sobre la Reforma
Agraria y el Desarrollo Rural, celebrada en marzo de 2006 en Porto Alegre, Brasil (FAO,
2006), advierte incluso, acerca de los inconvenientes de continuar con el enfoque del
Banco Mundial basado en el mercado, pues no sólo se pone en riesgo el derecho de los
pueblos a una alimentación adecuada, sino además, la seguridad y soberanía alimentaria
A manera de proponer acciones prácticas sobre cómo evaluar este problema, en
2012 la propia FAO publica el manual con los lineamientos para el uso de la Escala
Latinoamericana y Caribeña de Seguridad Alimentaria (ELCSA). Su objetivo se orienta
a conocer la experiencia de los hogares respecto a la calidad y/o cantidad de alimentos,
pues algunos estudios demuestran que, además de la pobreza, la incertidumbre por el
La seguridad alimentaria en México: el reto inconcluso de reducir la
pobreza y el hambre
Ricardo López y Sergio A. Sandoval /131
suministro de alimentos puede aumentar el riesgo de padecer inseguridad alimentaria
(FAO, 2012; Melgar-quiñonez, 2013).
La diicultad para trazar acciones deinitivas en esta materia son comprensibles debido
a que la seguridad alimentaria es un fenómeno complejo, cuya comprensión y estrategias
de acción están inluenciadas por coyunturas económicas, políticas y sociales, en las que
inevitablemente están presentes los problemas de distribución, de equidad social y de
relaciones de poder, tanto de orden nacional como internacional. Quizás por eso, como
veremos enseguida, ante las diicultades que presenta la seguridad alimentaria en dichos
ámbitos, los programas sociales instrumentados con ese propósito se han visto limitados
para dar soluciones efectivas.
2. Programas alimentarios y políticas asistenciales para la
seguridad alimentaria
Según Barquera et al (2001) en México se han implementado prácticamente todos los
programas posibles en relación a la búsqueda de la seguridad alimentaria y la producción
de alimentos. De esta forma, los autores identiican en el periodo 1922-1994 al menos trece
programas abocados al cumplimiento de dicho cometido, desde políticas de subsidios
a la producción agrícola, hasta subsidios en los precios, o programas asistenciales
tendientes a favorecer el acceso a productos básicos como la tortilla de maíz o la leche. No
obstante, dentro de dicho cúmulo de programas, la excepción la marca quizá el Sistema
Alimentario Mexicano (SAM), instaurado durante el sexenio de López Portillo (19761982) con el propósito de promover la autosuiciencia alimentaria, y con ello atacar los
problemas del hambre, la pobreza, la salud y la desnutrición de los estratos marginados
de la sociedad mexicana. Con este propósito se impulsaron dispositivos de asistencia
técnica, inanciamiento oportuno, capacitación y transferencia de tecnología, inversión en
infraestructura hidráulica, de almacenamiento, procesamiento, empaque y transporte; así
como la instrumentación de un sistema de distribución y abasto de alimentos.
No obstante, existen algunas contradicciones respecto al SAM, ya que para Meseguer
(1998) representó el único intento de planeación estratégica más o menos exitoso en
materia de política social alimentaria concebido en las últimas décadas, ya que logró
asegurar una articulación favorable entre la producción, acopio, transformación, abasto
y consumo de alimentos mediante una coordinación eicaz de los programas de política
social y económica. Por su parte, Arteaga (1985) señala que el programa básicamente
representó una respuesta gubernamental a la crisis agrícola de los 70´s, que generó
diversas demandas por parte de grupos de interés organizados que presionaron a la acción
estatal, sin que se hayan propuesto soluciones estructurales de largo espectro, por lo que
Crisis del 85
la abrupta caída de los precios internacionales
del petróleo en 1982 redujo el ingreso
de divisas en perjuicio del presupuesto federal, ocasionó el retiro de recursos a dicho
programa, y retiró de la agenda gubernamental la búsqueda de seguridad alimentaria a
través de la canasta básica accesible.
132/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 125-147
En 1983, durante el gobierno de Miguel de la Madrid (1982-1988), se puso en marcha
el Programa Nacional de Alimentación (PRONAL) que sustituyó al SAM, aunque con
objetivos y metas más modestos, incluyendo fuertes recortes a los apoyos y subsidios para
el campo y para la venta (Spalding, 1983). Desde ese momento, la política alimentaria
nacional se enfocó en la compra de alimentos requeridos sin importar su origen, quién y
cómo se produjeran, lo que signiicó cambiar el concepto de autosuiciencia alimentaria
por el de “soberanía alimentaria” (Vázquez et al., 2005). A inicios de los 80´s, la situación
alimentaria del país, se podía resumir en un escenario de altos precios en los productos
básicos, ejempliicada en la alta dependencia hacia el maíz importado de EE.UU. que
repercutió en una de las tasas de inlación más altas en la historia de México.
Si con De la Madrid se inició el tránsito de la economía nacional hacia el llamado
“neoliberalismo” con el arribo al poder de Salinas de Gortari (1988-1994) se alcanza
quizá el punto más álgido con la venta de empresas emblema del anterior modelo, como
Telmex y Mexicana de Cobre cobijadas por el discurso de las reformas estructurales. Según
Ornelas (2005) con el neoliberalismo económico se instaura el enfoque de focalización
de las políticas públicas, consistentes en identiicar sujetos o poblaciones consideradas
como vulnerables, en detrimento del enfoque universalista que primaba en la época del
modelo de desarrollo estatista. Claro ejemplo de lo anterior, lo constituye Solidaridad
(PRONASOL), programa clave de la política social de atención a los pobres, que incluía
todas las acciones que las instituciones del Estado habían desarrollado décadas atrás,
como el establecimiento de tiendas rurales, lecherías, despensas, subsidio a la tortilla y
desayunos escolares. Como parte de los lineamientos generales de estos programas, al
inal del sexenio operaban en el país 23 programas menores de asistencia alimentaria los
cuales ejercían en conjunto un presupuesto cercano a los dos mil millones de dólares.
Los saldos desfavorables del gobierno salinista no impidieron, sin embargo, continuar
con la estrategia de seguridad alimentaria. En el sexenio de Ernesto Zedillo, ésta se
concretó, inicialmente, en el Programa de Alimentación y Nutrición Familiar (PANF),
dado a conocer el 16 de febrero de 1995, a partir de tres ejes fundamentales: a) desayunos
escolares, b) canasta básica alimentaria para las familias más pobres del medio rural, y
c) canasta y apoyos a familias de áreas urbanas marginadas. Con la idea de duplicar las
metas cuantitativas del sexenio anterior, algunas de las acciones particulares del programa
consistieron en repartir un millón de despensas familiares al mes y dos millones de
desayunos escolares en las zonas de mayor marginación. Asimismo, se proponía combatir
la desnutrición en las comunidades indígenas, rurales y zonas urbanas marginadas
facilitando el acceso a una canasta básica alimentaria a partir de una erogación mayor de
recursos en subsidios y programas de asistencia social.
Para agosto de 1997 se lanza el Programa de Educación, Salud y Alimentación
(PROGRESA), que re direccionaba las metas y funcionamiento técnico en favor del
combate a la pobreza extrema en las zonas rurales, así como el “fortalecimiento de la
seguridad alimentaria” mediante el acceso a alimentos inocuos y de calidad nutricional
a un mayor número de familias, sólo que ahora bajo un esquema de subsidios directos.
Algunas cifras indican que durante el bienio de 1998-1999 Progresa gastó 3,769.6 millones
La seguridad alimentaria en México: el reto inconcluso de reducir la
pobreza y el hambre
Ricardo López y Sergio A. Sandoval /133
de pesos en ayuda alimentaria directa, es decir, 31% del total del presupuesto de este
programa gubernamental (Scott, 1999).
Con el gobierno identiicado como de alternancia, Vicente Fox (2000-2006)
curiosamente no provocó un cambio drástico en el abordaje de los problemas de la pobreza
y el hambre en el país. Su política social adoptó al Progresa como su hijo predilecto, y a
partir de marzo del 2002 lo rebautizó con el nombre de Oportunidades. Entre 2000 y
2006, creció su presupuesto de 9,518.2 a 33,532.7 millones de pesos y se buscó legitimar
al programa mediante la estrategia “Contigo” que incluía medidas adicionales a las
transferencias de efectivo, como el fomento al empleo, protección social y la creación de
patrimonio (Tetreault, 2012).
El programa Oportunidades, sin embargo, como sus antecesores Progresa y Solidaridad,
no han resistido la crítica de una parte de la clase política mexicana, que los considera un
instrumento del aparato de Estado y del partido en el poder para coaccionar el voto y la
participación ciudadana durante los periodos electorales. De hecho, la campaña electoral
del 2006 fue una de las más ríspidas en señalamientos a la Secretaría de Desarrollo Social
y a la Presidencia de la República por utilizar y dirigir los recursos de dicho programa
con ines partidistas. Distintos analistas políticos (Cervantes, 2006; Delgado, 2006)
señalaron la incorporación de miles de familias al programa Oportunidades en los últimos
meses de gobierno del presidente Fox para favorecer al candidato del Partido Acción
Nacional. Asimismo, señalaban el uso del padrón de ailiados de dicho programa para
conseguir apoyos que requerían municipios y localidades urbanas y rurales, además de
elaborar discursos de campaña con base en las necesidades de cada grupo demográico.
Incluso evaluaciones oiciales recientes como la efectuada por la Auditoría Superior de
la Federación al Programa de Apoyo Alimentario de Diconsa, incluido en el programa
Oportunidades dependiente de la Secretaría de Desarrollo Social, encontró que éste atendió
apenas 18% de las comunidades de alta marginación en el país. Incorporó a familias que
no necesitaban el apoyo y entregó recursos a hogares que no contaban con los requisitos
de elegibilidad dispuestos en las reglas de operación del programa, lo que dejó fuera a 17%
de los beneiciarios objetivo, además de que concentró los recursos en sólo cuatro estados
de la república: Veracruz, Chiapas, Oaxaca y Guerrero.
Al inalizar el sexenio de Fox, y con ello, la continuación del partido de la alternancia
en el poder encabezado por Felipe Calderón, se prosiguió con estrategias similares para
el combate a la pobreza. Así, se potenció de nueva cuenta el programa Oportunidades
que incrementó su cobertura en cerca de seis millones quinientas mil familias. Además
se creó de emergencia el Programa de Apoyo Alimentario (PAL) y el Programa de Apoyo
Rural (PAR), el cual tuvo una cobertura de setecientas mil familias. No obstante, en esta
administración, al igual que la de su predecesor se enfrentó un escenario económico
complejo caracterizado por la desaceleración económica estadounidense que impactó de
manera negativa en la economía nacional al grado de registrar un decrecimiento negativo
del PIB de 6.5% para 2009.Adicionalmente, algunos productos básicos como: pan,
tortillas, cereales, leche, aceites vegetales, carnes, entre otros, exhibieron un incremento
acumulado de 28% durante el periodo de junio de 2006 a junio de 2008, aspecto que
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según López Salazar (2010) era una clara señal de la crisis alimentaria acontecida en el
país. De tal manera, que Oportunidades y sus programas que le antecedieron, no han
sido eicaces en un sentido amplio, que consiste en reducir la pobreza, la desnutrición,
mediante el favorecimiento al acceso a los alimentos con sentido de justicia social para las
capas de población más desfavorecidas.
En el sexenio actual del gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018), la apuesta para
enfrentar la seguridad alimentaria inicia con objetivos aparentemente más ambiciosos.
Esta se engloba en un proyecto de política social llamado Cruzada Nacional contra el
Hambre, que desde el inicio mostró un fuerte sesgo hacia su implementación hacia los
estados del sur y sureste del país como Oaxaca y Chiapas (inicialmente agruparon más
del 50% del total de los municipios a cubrir por parte del programa).Asimismo, se toman
diversas medidas de política social encaminadas a simpliicar y eliminar duplicidades
entre programas, así se elimina el PAR y el PAL, y Oportunidades, se sustituye por un
programa nuevo conocido como “Prospera”.
Respecto a los resultados de la Cruzada Contra el Hambre, un informe reciente de
CONEVAL (2016) identiica diversos avances y retos. Como avance, señala la disminución
de la pobreza en dos puntos porcentuales, aunque sin reducción en la carencia por
alimentación. Como reto central, se observa la necesidad de incorporar mecanismos más
eicientes para implementar el programa en zonas urbanas, que también albergan un
número importante de hogares y personas en condición de pobreza extrema y carencias
por alimentación.
3. Evolución de indicadores asociados con la pobreza, el
hambre y la seguridad alimentaria
La parte más difícil del desarrollo económico, sin duda alguna, lo constituye el
generar condiciones permanentes de crecimiento, redistribución del ingreso y con ello,
paulatinamente aminorar la desigualdad. El reto se magniica, cuando dicha premisa se
traslada a los países en desarrollo como México, que generalmente tienden a ser inestables
en cuanto a crecimiento económico se reiere y altamente desiguales en la distribución
del ingreso. Asimismo, es necesario, generar todo un sistema que funcione en garantizar
que todas las personas disfruten de una vida digna con posibilidades de ascender dentro
de la escalera del desarrollo social (Sachs, 2005). En el caso particular de México, existen
notables contradicciones en cuanto a la generación de más y mejores oportunidades
para sus ciudadanos, puesto que la evolución de la pobreza así lo denota, y algunas otras
variables asociadas como el ingreso también muestra un claro estancamiento.
Adicionalmente, una variable sensible para mejorar el bienestar de las clases sociales
más desfavorecidas como la producción nacional de alimentos básicos ha disminuido y la
importación de éstos provenientes del exterior se ha multiplicado drásticamente. Junto
con ello, los programas de combate a la pobreza alimentaria siguen mostrado, entre
otros aspectos, una escasa preocupación por incluir mecanismos sustentables de carácter
regional y local que permitan a los beneiciarios generar sus propios recursos económicos y
La seguridad alimentaria en México: el reto inconcluso de reducir la
pobreza y el hambre
Ricardo López y Sergio A. Sandoval /135
depender cada vez menos de las trasferencias monetarias, limitando con ello sus opciones
de romper el ciclo del asistencialismo y paternalismo mexicano.
3.1.-Evolución del hambre y la pobreza en México
Como se ha venido repitiendo, desde que existen datos oiciales, la pobreza ha sido
uno de los problemas públicos más graves a los que se ha enfrentado el Estado mexicano.
Muestra de ello, lo representa que a inicios de la década de los 60´s (identiicada como
parte esencial del milagro mexicano) casi el 70% de la población se encontraba en
condiciones de pobreza extrema, mientras que solo 22.5% de la población no sufrían dicha
situación. Lo anterior, claramente, evidenciaba que el modelo de crecimiento interno o de
desarrollo estabilizador, puesto en marcha en el país desde inales de la década de los 30´s
hasta inicios de los 80´s, cumplió de manera parcial su objetivo de generar crecimiento
y desarrollo incluyente e igualitario. Sin embargo, a partir de la década de los 70´s es
posible visualizar como comienzan a invertirse los niveles de pobreza. Así, buena parte
de los pobres extremos o alimentarios (aquellos que no tienen el ingreso mínimo para
alimentarse) paulatinamente dejan de serlo, para convertirse en pobres patrimoniales
(se alimentan, pero carecen de otros satisfactores como vivienda digna, salud, educación
de calidad, etc.). El auge petrolero experimentado por el país desde inales de la década
de los 70´s que implicó un crecimiento importante en el gasto público gubernamental,
contribuyó a la disminución de las cifras referidas.
De la década de los 80´s hasta los 90´s es notable el poco avance en cuanto a la
reducción de la pobreza se reiere, puesto que la misma se incrementó durante el periodo
1988-1996 en 7.5% la extrema-alimentaria y en 30.1% la no extrema o patrimonial. Lo
anterior, sencillamente se puede encauzar en las condiciones económicas que imperaron
en dichos años en México. Por ejemplo, las tasas de inlación acumuladas durante el
sexenio de Miguel De la Madrid (1982-1988) alcanzaron seiscientos por ciento, el peso
se devaluó en más de 160% tan solo en 1987. Asimismo, dicha administración federal se
caracterizó por una política de austeridad en el gasto público, limitación del crecimiento de
los salarios, y el desmantelamiento del anterior modelo de desarrollo hacia uno orientado
a privatizar a las empresas estatales, y abrir al país hacia el comercio con el exterior (véase
gráica 1).
Gráica 1: Evolución de la pobreza en México, 1963-2014
Gráica 1: Evolución de la pobreza en México, 1963-2014
ç
136/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 125-147
Gráica 1: Evolución de la pobreza en México, 1963-2014
Fuente: elaboración propia con base en Hernández-Laos y Coneval
Durante la década del 2000 se observan dos escenarios diametralmente opuestos, el
primero de ellos caracterizado por el decrecimiento de la pobreza en todas sus categorías,
lo que puede ser explicada por el aumento del ingreso por persona en 6.9 puntos
porcentuales, producto básicamente de las remesas que los mexicanos en el extranjero
enviaron a nuestro país durante los últimos años (lo que en la actualidad ha llegado a
signiicar la segunda fuente de ingresos después del petróleo). Aunado a lo anterior, el
crecimiento poblacional mostró una tendencia a la baja, mientras que el PIB registró una
tendencia positiva a la alza. El segundo escenario se caracteriza por un crecimiento de
los niveles de pobreza iniciado a partir del 2006, lo que se explica como resultado del
mal desempeño económico y la reducción del crecimiento, que se vieron relejados en la
pérdida de empleos de sectores exportadores como la industria electrónica, la industria
automotriz, y el sector manufacturero en general. Aunado a lo anterior, las políticas de
contención salarial provocaron un deterioro sin precedentes del poder adquisitivo del
salario (véase gráica 2 y 3).
La seguridad alimentaria en México: el reto inconcluso de reducir la
pobreza y el hambre
Ricardo López y Sergio A. Sandoval /137
Gráica 2: Tasa de crecimiento del PIB en México, 1963-2016.
Fuente: elaboración propia con datos del Banco Mundial, 2016
Gráica 3: Evolución del salario mínimo real en México, 1963-2016.
Fuente: Elaboración propia con base en INEGI, 2017
138/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 125-147
Lo anterior, sin lugar a dudas, exhibe una relación inexorable entre el desempeño
económico del país y la evolución de la pobreza, sin embargo, más allá de la airmación
tautológica, es pertinente airmar que los avances logrados en el combate a la pobreza,
conlleva muchos años de estabilidad económica, pero que, son altamente vulnerables en
los momentos de crisis o recesión, que denota una alta vulnerabilidad de la población
ante ese tipo de sucesos. Lo anterior, sencillamente se visualiza con los incrementos de
la pobreza en las épocas de crisis, como el 82, 85, 1994 y 2009. Por lo que su combate y
erradicación, debe de incluir además de mejorar el crecimiento económico y cuidar de su
estabilidad, diseñar e implementar una estrategia más contundente de recuperación del
salario mínimo, fomentar el trabajo formal y generar mejores mecanismos en la cadena de
producción y distribución de alimentos hacia las clases más vulnerables del país.
Es decir, de manera prioritaria, México debe avanzar hacia la conformación de un tejido
de protección mínimo, que garantice a las personas de manera permanente, la posibilidad
de acceder a un buen empleo, con seguridad social, y disminuir la vulnerabilidad de buena
parte de la sociedad que en la actualidad se encuentra en una posición opuesta, expuesta
a empleos precarios, salarios bajísimos e incluso insuicientes para alcanzar a cubrir la
Canasta Mínima Alimentaria.
3.2.-Producción de alimentos y déicit alimentario
Como se mencionó en la sección anterior, uno de los elementos que debe de situarse en
el centro de cualquier estrategia orientada a disminuir la pobreza, necesariamente conlleva
a analizar la cadena alimentaria del país. Como es sabido, el sector agrícola mexicano
entró en crisis a principios de los años setenta, luego del colapso del modelo económico
estabilizador que agravó la caída de la rentabilidad del sector, intensiicó la reducción de
los recursos inancieros canalizados a las actividades primarias y aceleró el crecimiento
de la deuda hasta convertirlo en el más deteriorado de todos los sectores productivos.
Posteriormente, en los ochenta, se sumó la privatización de los créditos y un proceso de
reforma agraria que convirtió a los pequeños agricultores y campesinos en asalariados
de sus propias tierras, mediante la comercialización y renta de terrenos a particulares y
empresas privadas. Asimismo, la irma del TLCAN en 1994 y la consiguiente liberalización
del sector agrícola, generaron una entrada masiva de alimentos baratos que socavaron
la viabilidad de la agricultura y la economía campesina en los mercados locales. Todo
ello generó la conformación de cadenas de producción agrícola de insumos y productos,
concentrada en un limitado grupo de corporaciones transnacionales que ijaron costos y
precios y fomentaron el abandono de la agricultura y la emigración de la población rural
hacia las zonas urbanas y hacia el extranjero. Como consecuencia, al iniciar el siglo XXI, 8.2
millones de mexicanos que trabajaban en el campo vivían en pobreza extrema, mientras
que dos de cada tres personas eran indigentes. En 1992, 35% de la población rural estaba
en pobreza alimentaria y para el 2004 pasó a 52.4% (CIEPAC, 2005). Se calcula que desde
inicios de la década pasada, poco más de 500 mil mexicanos migran cada año hacia los
centros urbanos y a los Estados Unidos buscando empleos (NFFC, 2008).
La seguridad alimentaria en México: el reto inconcluso de reducir la
pobreza y el hambre
Ricardo López y Sergio A. Sandoval /139
Todo parece indicar que el campo y la producción agrícola han dejado de tener
importancia estratégica para el Estado mexicano. El balance de las políticas agrícolas y
de comercialización registra saldos deicitarios en alimentos básicos del exterior, cuyas
importaciones llegaron a ascender en el 2003 a 40% de los granos y oleaginosas que
se consumen en México: 95% de soya, 58.5% de arroz y 49% de trigo. En ese mismo
año, como parte de los acuerdos del TLCAN, se desgravaron por completo todas las
importaciones agroalimentarias procedentes de Canadá y Estados Unidos, con excepción
del frijol, el maíz y la leche en polvo (Juárez, 2001). El comportamiento de los cuatro
principales alimentos que componen la canasta básica, como son el maíz, frijol, arroz y
trigo, muestra que la producción nacional de éstos ha venido disminuyendo y las compras
al exterior han ido aumentado. Asimismo, el consumo per cápita ha disminuido, aparejado
con un incremento porcentual de los precios al consumidor que registra una tendencia por
encima de la variación porcentual del salario real ( véase cuadro 1).
Cuadro 1. México: producción nacional de granos básicos
(miles de toneladas)
Año
Maíz
Frijol
Arroz
Trigo
Sorgo
1994
18,236
1,364
374
4,151
3,701
2000
17,191
876
351
3,476
5,842
2004
21,686
1,163
279
2,321
7,004
2010
22,383
1,148
217
3,679
7,000
Var. % 94-00
-5.7
-35.8
-6.1
-16.3
57.8
Var. % 04-10
3.21
-1.28
-22
58
-.05
Fuente: Anuarios Estadísticos de los Estados Unidos Mexicanos, ediciones 2002 y 2005 y 2010.
Buena parte de la disminución en la producción de los granos básicos, así como de
otros alimentos esenciales en la canasta básica, ha sido provista por productos de origen
norteamericano. De esta manera, claramente la irma y puesta en marcha del TLCAN
impulsó de manera dramática el crecimiento de las importaciones de pollo, cerdo, carne,
leche, y de granos como el arroz y el frijol (véase gráica 4). Lo anterior, sitúa al país en
una posición de pérdida de soberanía alimentaria y de vulnerabilidad, puesto que se
depende de la producción exógena, sometida a las fuerzas de mercado, con todas las
implicaciones que ello conlleva. Basta recordar, que el tipo de cambio, desde la irma del
TLCAN pasó de 3.30 pesos alrededor de 19 pesos por dólar, aspecto que encarece el costo
de los productos importados. En la misma línea, actualmente, se experimenta uno de los
momentos económicos de mayor incertidumbre en México, gracias a la renegociación del
tratado, que ha tenido implicaciones en movimientos abruptos en el tipo de cambio y en
las expectativas del crecimiento económico nacional.
140/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 125-147
Gráica 4: Importaciones de productos básicos provenientes de EE.UU.
1984-2016
Fuente: elaboración propia con información de GATS, 2017
Aunque México es uno de los principales compradores de productos agroalimentarios
para Estados Unidos, particularmente de pollo y leche, carne de res y cerdo1, adicionalmente
el país se ha convertido en un importador neto de alimentos, ante la incapacidad del
sistema alimentario nacional de satisfacer la demanda interna. La trayectoria de la
balanza agroalimentaria, es señal inequívoca de ello, aunque en los últimos dos años, por
primera vez en la última década arroja saldo positivo. El saldo total durante el periodo
de referencia (1997-2016) se ubica en alrededor de menos 901 millones de dólares, sin
embargo, al comparar exclusivamente el comercio alimentario con EE.UU. dicho déicit se
dispara hasta 43 mil millones de dólares (véase gráica 5).
1
Por ejemplo, el mercado mexicano es destino de un poco más del 50% del total de las exportaciones de leche que realiza
EE.UU. a nivel mundial. Otro dato de la dependencia, lo representa que en 2004, México absorbió el 74% del total de las
exportaciones de carne de res que EE.UU. realizó dicho año.
La seguridad alimentaria en México: el reto inconcluso de reducir la
pobreza y el hambre
Ricardo López y Sergio A. Sandoval /141
Gráica 5. Balanza Agroalimentaria de México con EE.UU. y el resto del
Mundo, 1997-2017
Fuente: elaboración propia con datos del SIAP y GATS.
Por lo que se experimenta una situación aguda y difícil respecto a la producción y abasto
de alimentos, sobre todo de aquellos que forman parte de la dieta básica del mexicano,
y que por tanto, deberían tener una atención y tratamiento especial en función de lo
estratégico de los mismos. La evolución en el precio y consumo de productos que tienen un
fuerte demanda hacia los mercados externos, da señal de como, cada vez más, se diiculta
el acceso a éstos, sobre todo por las fuertes alzas en sus precios. Por ejemplo, el consumo
de tortillas de maíz, durante el periodo 2006-2016 mostró un incremento del 21.42%
acompañado de una alza del 25% en su precio. Casos más drásticos encarnan el arroz, el
frijol y la carne de bovino, los cuales no solamente disminuyó su consumo en 21%, 42.46%
y 20.25%, respectivamente, sino que adicionalmente sus precios crecieron en 85% y 51%
y 158%. En ese sentido, las familias mexicanas, en promedio, no solamente consumieron
menos arroz o carne, sino que el gasto total anual destinado a consumir dichos productos
fue un 45% y 200% más caro para 2016 en comparación al 2006 (véase cuadro 2).
142/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 125-147
Cuadro 2. Evolución del consumo y precio de alimentos básicos en México,
2006-2016
Consumo
Consumo
Cambio %
Kg.
Kg.
(2006)
(2016)
(20062016)
Tortillas maíz
70
85
Arroz
11.02
Maíz
283.64
Frijol
Carne de
bovino
Carne de cerdo
Precio
Precio
Cambio%
(2006)
(2016)
(2006-2016)
21.42
12
15
25
8.66
-21
12.25
22.75
85
304
7.17%
2.95
5.51
86
14.60
8.4
-42.46
10.04
15.21
51
18.56
14.8
-20.25
27.5
71.06
158.4
12.96
17.49
34.95
18.33
41.19
124.7
Pollo
27.73
31.2
12.51
16.22
32.44
100
Huevo
22.39
22.2
-.08
10.13
19.24
89.9
Producto
Fuente: elaboración propia con datos de SNIIM y FIRA, 2016.
Como se mostró en la sección antecedente, el salario mínimo en México ha mostrado
una profunda pérdida de poder adquisitivo en un primer momento, y posteriormente un
estancamiento marcado. Lo anterior, parcialmente, obedece al citado encarecimiento de
algunos productos básicos como los referidos y a la escasa capacidad del aparato productivo
nacional para generar empleos de calidad y de buena remuneración. De esta manera,
si comparamos el crecimiento porcentual que ha experimentado el salario mínimo con
la evolución en los precios de los productos contenidos en el cuadro 2, se observa una
diferencia de – 36% (véase cuadro 3).
Cuadro 3.Evolución de los salarios y precio de los alimentos en México
Salarios-Alimentos (2006-2016)
Cambio %
Evolución del Salario
52.89
Evolución de productos básicos
89.75
Diferencia
-36.86
Fuente: elaboración propia con datos del SNIIM e INEGI
Aunado a lo anterior, el encarecimiento promedio de 20% en los precios de las
gasolinas y del 60% del gas L.P. en 2017, provocó una inlación anualizada del 6.67%, la
mayor en poco más de una década. Por lo que buena parte del aumento al salario mínimo
del 2017 (9.58%) se erosionó con el incremento en los precios de los combustibles, y de
los alimentos, que también mostraron un incremento superior a la inlación general al
ubicarse en 9.25%.
La seguridad alimentaria en México: el reto inconcluso de reducir la
pobreza y el hambre
Ricardo López y Sergio A. Sandoval /143
A manera de conclusiones:
La producción agroalimentaria, el abasto y el consumo de alimentos deberán ser
algunos de los temas relevantes en la agenda del gobierno mexicano durante los próximos
años. Si en verdad se desea hacer efectiva la reciente estrategia de seguridad alimentaria
conocida como “cruzada contra el hambre”, deberá poner en práctica el diseño de
estrategias de política y acciones orientadas a la solución de problemas como el hambre,
la pobreza y la exclusión social, entre otros. Ello implica entender que el problema de la
alimentación y la nutrición de los mexicanos son fenómenos de enorme complejidad que
rebasan los aspectos meramente biológicos y técnicos, tocando otros de tipo económico,
social, político, cultural y ambiental.
Asimismo, la notable desigualdad en cuanto a la distribución del ingreso provoca
un crecimiento en la vulnerabilidad de las personas ubicadas en los deciles de menor
poder adquisitivo, por lo que una buena parte del deterioro en los niveles de vida de la
población y el crecimiento de la pobreza alimentaria está relacionada inexorablemente con
los bajos ingresos. De esta manera, la dimensión del ingreso juega un papel fundamental
para explicar el crecimiento de la pobreza alimentaria en el país, puesto que el primero
ha crecido de manera limitada, y sobre todo, indexado a la inlación medida a través del
INPC, pero por su parte la inlación alimentaria (bienes a los cuales destinan una mayor
proporción de su ingreso las personas pobres), ha mostrado una evolución muy superior
a la del índice general de inlación. El problema se exacerba debido a que los salarios en
general se ajustan con la inlación promedio, cada vez que el crecimiento de los precios de
los alimentos es mayor que la inlación, hay una pérdida importante del poder adquisitivo
del ingreso respecto a la canasta básica alimentaria.
Además, una tarea urgente se relaciona con el diseño de mecanismos que permitan una
vinculación efectiva entre los programas orientados al combate a la pobreza alimentaria
con aquéllos programas y políticas enfocados a la distribución y el acceso de los alimentos,
de tal manera que la seguridad alimentaria se conigure en un principio de política social
y en una palanca para disminuir los problemas de pobreza, hambre y desnutrición en el
país. Sin embargo, lo anterior solo puede ser posible si ello viene asociado con un modelo
nacional de seguridad alimentaria con enfoque inter y transdisciplinario que permita
incidir en la disminución de los problemas de riesgo alimentario con instrumentos de
intervención de política social a escala regional y global. De hecho, parte de los esfuerzos
institucionales desde el gobierno podrían estar encaminados a fortalecer los vínculos
internacionales con las organismos oiciales y organizaciones no gubernamentales
preocupadas por las tradiciones locales de producción y la alimentación mundial, en un
intento por fortalecer visiones de mediano y largo plazo más efectivas que las que hasta
ahora se han instrumentado desde los ámbitos locales.
Estos retos representan, desde nuestro punto de vista, generar una visión de largo
plazo que coloque en el centro de las estrategias de política económica y social, no sólo
la disminución de los desequilibrios en el intercambio de alimentos con el exterior y el
fortalecimiento del aparato productivo nacional, sino también, una visión de las diferencias
144/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 125-147
y vocaciones regionales y locales. Ésta debe de conigurarse como una de las premisas
centrales de coordinación y de impulso de los tres órdenes de gobierno, en colaboración
con la sociedad civil y los productores de alimentos nacionales.
Si bien es cierto que buena parte de los esfuerzos por conseguir la seguridad
alimentaria de los mexicanos se han visto truncados, entre otros aspectos, por la
emergencia de fenómenos como las crisis económicas y agrícolas, el cambio climático
y las particularidades de los acuerdos comerciales, también es cierto que ésta no dado
los resultados esperados debido a la ausencia de una estrategia clara de planiicación
nacional y regional con sentido social, que ponga en correspondencia las cadenas de
valor de los sistemas agroalimentarios nacionales con el bienestar de las familias.
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Espacio Abierto Cuaderno Venezolano de Sociología
Vol.27 No.1 (enero - marzo, 2018): 149-167
Construcción de las Representaciones
Sociales de la Calidad de Vida en diferentes
etapas de la edad adulta.
Angélica María Razo González, Ricardo Díaz Castillo y Martha Patricia
López González*
Resumen
El objetivo fue comprender de qué manera los sujetos
construyen el concepto Calidad de Vida (CV) a partir de la teoría
de las Representaciones Sociales (RS) e identiicar si existen
diferencias de acuerdo con la etapa de la edad adulta en que
se encuentran los participantes. El manejo metodológico fue
mixto, en 2 fases: una cuantitativa bajo el enfoque estructural
de las RS, para identiicar el núcleo central y los elementos
periféricos a través de Redes Semánticas Naturales. Participaron
220 personas: 57 adultos jóvenes (18 a 29 años); 57 Adultos
maduros (29 a 59 años) y 106 adultos mayores (60 y más
años). La segunda fase, cualitativa, permitió comprender las RS
desde un enfoque procesual, a partir de 3 grupos focales, uno
de cada grupo etario. Los participantes fueron alumnos de la
Licenciatura en Gerontología de la Universidad Estatal del Valle
de Ecatepec (UNEVE). Se encontraron 6 elementos comunes a
los 3 grupos que forman el “núcleo central” de la RS de la CV:
Salud, Familia, Bienestar, Economía (dinero), Amor y Trabajo.
Existen elementos periféricos que giran más en torno a la etapa
de vida e intereses de cada grupo. Cualitativamente la RS de la
Recibido: 20-10-2016 / Aceptado: 11-12-2017
*
Universidad Estatal del Valle de Ecatepec. México.
E-mail: anrago@hotmail.com psi.diaz.castillo@gmail.com / martha2119@yahoo.com
150/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 149-167
CV se va construyendo en el curso de la vida y se convierte en
el resultado de la responsabilidad sobre las propias acciones.
Las RS de la calidad de vida se objetiviza, ancla y naturaliza,
sintetizándose en las decisiones de los individuos y en el
autocuidado de la propia salud. Se concluye que los elementos
de política pública y de medición gubernamental con que este
concepto nació se pierden en el pensamiento de sentido común.
Palabras Clave: Calidad de Vida; Representaciones Sociales;
Adultez.
Construction of the Social Representations of the
Quality of Life in diferent stages of adulthood
Abstract
The objective was to understand how the subjects construct
the concept of Quality of Life (CV) from the theory of Social
Representations (SR) and identify if there are diferences
according to the stage of adulthood in which the participants
are. The methodological management was mixed, in 2 phases:
a quantitative one under the structural approach of the RS,
to identify the central nucleus and the peripheral elements
through Natural Semantic Networks. 220 people participated:
57 young adults (18 to 29 years old); 57 Mature adults (29 to 59
years old) and 106 older adults (60 and over). The second phase,
qualitative, allowed to understand the SR from a processual
approach, from 3 focus groups, one from each age group. The
participants were students of the Bachelor of Gerontology at
the State University of Valle de Ecatepec (UNEVE). We found 6
elements common to the 3 groups that form the “core nucleus”
of the SR of the CV: Health, Family, Welfare, Economy (money),
Love and Work. There are peripheral elements that revolve more
around the stage of life and interests of each group. Qualitatively
the SR of the CV is built in the course of life and becomes the
result of responsibility for one’s actions. The SR of the quality
of life is objectiied, anchored and naturalized, synthesized in
the decisions of individuals and self-care of their own health. It
is concluded that the elements of public policy and government
Construcción de las Representaciones Sociales de la Calidad de Vida en diferentes
etapas de la edad adulta.
Angélica Razo, et al. /151
measurement with which this concept was born are lost in
common sense thinking.
Keywords: Quality of Life; Social Representations; Adulthood.
Introducción
La calidad de vida es un constructo teórico complejo que la Organización Mundial de la
Salud considera “universal”, describiéndolo como la “percepción individual de la posición
en la vida en el contexto de la cultura y sistema de valores en el cual se vive” (World
Health Organization, 1995) por lo tanto, es indispensable conocer cómo se construye esta
percepción individual en grupos especíicos de la población. Se trata de una aproximación
a partir de los estudiantes y adultos mayores que asisten a la licenciatura en Gerontología
de la Universidad Estatal del Valle de Ecatepec (UNEVE), con la intención de vislumbrar
las discrepancias entre diferentes grupos etarios más o menos homogéneos. Para tal in la
teoría de las representaciones sociales como unidad de análisis aportó valiosos esquemas
que enriquecieron el entendimiento en la construcción social que este concepto, a partir de
la información, valoración e imágenes mentales de los participantes del estudio.
En la actualidad, la calidad de vida forma parte de un discurso institucional, centrado
en la promesa de una vida mejor y de un modelo aspiracional que además es aprovechado
por los medios de comunicación y la mercadotecnia. En consecuencia, resulta un
concepto complejo que requiere que las personas lo adhieran a su esquema mental,
para comprenderlo de mejor manera. Al haber un objeto de la representación (la calidad
de vida) un sujeto que lo representa (población de adultos jóvenes, adultos maduros y
adultos mayores) y un contexto (un discurso oicial, complejo y politizado, y un discurso
cotidiano presente en los medios de comunicación y en la vida de las personas), existen las
condiciones de emergencia para las representaciones sociales. En adición, las diferencias,
objetivos y aspiraciones propias de cada una de las etapas del desarrollo psico-social
inluyen en cómo se construyen las representaciones sociales, es decir, es de esperarse que
cada etapa de la vida presente particularidades respecto a los elementos que, considera,
debe contener la Calidad de Vida.
Considerando lo anterior, el objetivo del presente estudio es comprender las
representaciones sociales de la calidad de vida en tres grupos de edad que se encuentran en
un contexto especíico a partir de la pregunta ¿Cómo se construyen las representaciones
sociales de la calidad de vida en adultos jóvenes, adultos maduros y adultos mayores que
convergen en la Licenciatura en Gerontología de la UNEVE?
Calidad de Vida
El concepto de Calidad de Vida se ha convertido en el eje de la investigación del campo
de las ciencias sociales e incluye componentes tan variados como el modo de vida: toda
152/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 149-167
actividad socializada, sistemática y necesaria que vincula al individuo con la producción;
el nivel de vida, referido sólo a los aspectos económicos y materiales; las condiciones de
vida, que abarca los contextos sociales y de actividad en la vida de las personas; y el estilo
de vida, como la expresión social a través de la actividad individual de la personalidad
(Aranibar, 2001).
.Estos componentes conceptuales de la calidad de vida, han hecho de ella un constructo
para la investigación al que varios autores le han ido agregando diferentes componentes
y nuevos enfoques. Levi y Anderson, la entienden como una medida compuesta por el
bienestar físico, mental y social, así como por la felicidad, satisfacción y recompensa, tal y
como la percibe cada individuo y cada grupo (Levi & Anderson, 1980). Giusti la deine como
un estado de bienestar físico, social, emocional, espiritual, intelectual y ocupacional, que
además le permite al individuo satisfacer apropiadamente sus necesidades individuales y
colectivas (Giusti, 1991). Velarde-Jurado y Ávila-Figueroa deinieron la Calidad de Vida
como un estado de bienestar que recibe la inluencia de factores como empleo, vivienda,
acceso a servicios públicos, comunicaciones, urbanización, criminalidad, contaminación
del ambiente y otros que conforman el entorno social y que inluyen sobre el desarrollo
humano de una comunidad (Velarde-Jurado & Ávila-Figueroa, 2002).
En suma, para la mayoría de los investigadores el concepto, incluye todos los aspectos
de la vida humana, es decir las funciones físicas, emocionales y sociales. Se relaciona con
diferentes aspectos de la vida y no sólo con enfermedades y derecho a los servicios de salud,
sino con el desarrollo satisfactorio de las aspiraciones en todos los órdenes de la vida.
Por esta razón se ha considerado que no existe una deinición unánimemente aceptada,
sino multitud de ellas con diferentes puntos en común. Se ha llegado a considerar que la
Calidad de Vida incluye factores objetivos y medibles, pero también factores subjetivos que
dependen de la percepción de las personas y, por tanto, más complejos de comprender. Con
el tiempo se ha convertido en un vago y etéreo concepto, polivalente y multidisciplinario,
cuyas acepciones principales se han efectuado desde diferentes disciplinas y saberes:
médicas, ilosóicas, económicas, éticas, sociológicas, políticas y ambientales (Cardona &
Agudelo, 2005).
En 1995 la Organización Mundial de la Salud (OMS), deinió la calidad de vida como
la “percepción individual de la posición en la vida en el contexto de la cultura y sistema de
valores en el cual se vive y su relación con las metas, expectativas, estándares e intereses”
(World Health Organization, 1995). Queda claro que ésta dependerá de la individualidad
y subjetividad de cada persona, es decir, la percepción que cada persona tiene sobre la
calidad de su vida está inluenciada por su subjetividad, lo que representa una diicultad
para su medición, sin embargo, se han establecido estándares que se deberían de alcanzar
si desea tener calidad de vida.
Dada la necesidad de delimitar el concepto de calidad de vida, Razo et. al., a partir de
una revisión de la literatura señalan que es un concepto multidimensional, que incluye:
situación económica, estilos de vida, condiciones de salud, vivienda, satisfacciones
personales, entorno social, entre otros parámetros. Asimismo, señalan que dichos tópicos
se conceptualizan de acuerdo con un sistema de valores, estándares o perspectivas, los
Construcción de las Representaciones Sociales de la Calidad de Vida en diferentes
etapas de la edad adulta.
Angélica Razo, et al. /153
cuales naturalmente, varían de persona a persona, de grupo a grupo y de lugar a lugar.
Concluyen que la Calidad de Vida consiste en la sensación de bienestar que puede ser
experimentada por las personas y que representa la suma de situaciones personales
objetivas y sensaciones subjetivas que abarcan todos los aspectos de la vida humana,
es decir, las funciones físicas, emocionales, sociales e incluso espirituales, relacionadas
con diferentes aspectos de la vida incluyendo el desarrollo satisfactorio de las propias
aspiraciones y de su sentido de vida (Razo-González, Díaz-Castillo, Morales-Rossell, &
Cerda-Bareló, 2014).
Un aspecto relevante del constructo es el hecho de que está en los discursos de
la cotidianidad y suele ser más parte de una perorata que utiliza el término como un
constructo útil para la investigación y la justiicación de la aplicación de las políticas
públicas. Por ejemplo, lo mismo se habla de buscar la calidad de vida para ofrecer más
y mejores servicios a una comunidad; para otorgar mejor atención en una institución;
como parte de una promesa de campaña política; al vender un producto (una crema antiage, una medicina o un alimento novedoso); o al promover un hábito saludable como el
ejercicio y el descanso. Es decir, la Calidad de Vida está en diversos discursos e imaginarios
y en muchas de las acciones cotidianas, por lo que exige una respuesta o representación en
el pensamiento de sentido común de las personas.
El desarrollo psico-social en la adultez
Es clara la distinción de las etapas que atraviesa el ser humano, a lo largo de su
historia individual y colectiva. Por lo que es importante señalar que existen diferencias
fundamentales en cuanto al desarrollo psico-evolutivo, las necesidades y experiencias
especíicas para cada etapa de la vida humana, especíicamente la edad adulta.
A la fecha existen distintas investigaciones que van desde lo biológico hasta lo
psicosocial. Cada una con distintas visiones de lo que debiera ser un desarrollo adecuado.
Se parte de que cada etapa tiene características que la deinen y diferencian de las otras, por
lo tanto, la forma de interactuar con los individuos que atraviesan una etapa, será distinta
de la de los otros, incluso se presenta como alternativa a la psicología del desarrollo la
perspectiva contextual dialéctica del transcurso vital, dicha perspectiva es más integradora
en el desarrollo del envejecimiento (Dulcey-Ruíz, 2010).
Dentro de la extensa gama de clasiicaciones de las etapas del desarrollo humano,
destaca la propuesta por Erick Erickson (1950/1986) Las etapas psicosociales del
desarrollo. Es la única que rebasa más allá de la mitad de la vida, proponiendo que el
desarrollo psicosocial humano continúa hasta la vejez. Erikson propone que a través de 8
etapas de desarrollo psicosocial el Yo lucha por alcanzar metas especíicas y resolver crisis
básicas, al mismo tiempo que desarrolla virtudes especíicas que le permiten aprender
algo de cada etapa para afrontar con mayores recursos las siguientes (Erikson, 2011). Es
importante señalar que la teoría de Erikson sigue siendo una teoría importante, trabajada
y enriquecida, por numerosos autores (Bordignon, 2005). El interés de este trabajo se
centra básicamente en las tres últimas etapas propuestas por Erikson, correspondientes
a la adultez.
154/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 149-167
De acuerdo con Erikson al llegar a la adultez joven se impone la búsqueda de la intimidad
en todas sus expresiones. Se intensiican sus deseos de vivir por tratarse de una etapa llena
de decisiones importantes y avances sustanciales en el camino de vida. “Pero la intimidad
que está en juego es la capacidad de comprometerse con ailiaciones concretas que puedan
requerir sacriicios y compromisos signiicativos” (Erikson, 2011:75). Debido a la vitalidad
de esta etapa se esperaría la calidad de vida esté más relacionada con aquellas variables
que se reieren a “sentir la vida”, disfrutar todo aquello que pasa y que se descubre cada
día a través de las cosas y vivencias compartidas, situación que salva al adulto joven del
aislamiento y la soledad. Con el in de lograr esto, los adultos jóvenes deben comprender
que “personas de antecedentes muy diferentes deben fusionar sus modos habituales de vida
para formar un nuevo ambiente para sí mismas y para sus descendientes: un ambiente que
releje el cambio (gradual o radical) de costumbres y variaciones en las pautas dominantes
de identidad que va produciendo el cambio histórico” (Erikson, 2011:76-77).
Al llegar a la adultez madura lo que toca a la persona es alcanzar todo aquello que se
propuso en las otras etapas de la vida, trabajar para obtener estabilidad económica, formar
una familia, establecer relaciones interpersonales, viajar, crear, sentirse capaz de generar
y construir su vida, esta etapa abarca la procreación, la productividad y la creatividad.
El adulto maduro tiene que descubrir si todo lo que hace tiene sentido porque tiene una
dirección, un punto hacia dónde ir, una meta que cumplir, un porqué y un para quién
avanzar. De acuerdo con Erikson en esta etapa se cultiva la virtud del cuidado, como un
“compromiso ampliado de cuidar de las personas, los productos y las ideas”, la madurez
sirve de faro que guía los más jóvenes, su camino está trazado puesto que es la generación
destinada a “transformarse en un modelo numinoso para la próxima generación”
(Erikson, E. 2011:75), estas circunstancias pueden traducirse en una preocupación por la
productividad y la supervivencia.
Comienza en la etapa de la madurez cierta conciencia de que se aproxima a la última
etapa de su ciclo de vida “el hombre (que por ser maduro resulta virtuoso y, por lo tanto,
ya es prudente y así conoce el contenido de la realidad) sabe que está destinado a la
decadencia” (Aranguren Echevarría, 2000:2017). Dentro de los estudios relacionados con
las etapas de madurez y vejez propuestas por Erikson están el de Sheldon y Kasser, 2001;
citados en Asili (Asili, 2004), quienes analizaron la madurez psicológica a partir de las
etapas 7 (adultez madura) y 8 (vejez) propuestas por Erikson. Estos autores hipotetizaron,
que la madurez psicológica y la edad estaban correlacionadas con el bienestar subjetivo.
En la vejez, la persona llega a la búsqueda de un sentido último de la vida, Víktor
Frankl expresa que es una época en la cual se requiere relexionar y valorar la película
completa, “un signiicado del todo del <universo>, al menos un sentido a la vida de cada
uno entendida como un todo; en todo caso un signiicado en sentido amplio (Frankl,
2004:190)”. En esta etapa del ciclo vital lo importante es saber si la vida que se vive tiene
sentido porque tiene un signiicado, se necesita responder a la pregunta de si ¿la vida ha
valido la pena de ser vivida? y que sigue habiendo una razón para seguir. Para Frankl los
caminos básicos para llegar a este sentido de vida son tres: el trabajo, el amor incondicional
y el sufrimiento que se ha sido capaz de soportar para aprender y seguir viviendo.
Construcción de las Representaciones Sociales de la Calidad de Vida en diferentes
etapas de la edad adulta.
Angélica Razo, et al. /155
Bajo estas premisas es posible asumir que cada etapa de la vida adulta tiene su
propia óptica vital y cada persona percibe sus necesidades de acuerdo con su historia e
intereses, por lo que las representaciones sociales sobre lo que constituye la calidad de vida
presentarán variaciones en las diferentes etapas de la vida adulta.
La Construcción de las Representaciones Sociales
El concepto de Representaciones Sociales se deriva de la propuesta de representaciones
colectivas que Durkheim acuñó en 1895 (Vera, 2002) airmando que son formas de
conocimiento o ideación construidas socialmente, que no pueden explicarse como
fenómenos de la vida individual o recurriendo a una psicología individual. Basado en esta
diferenciación Serge Moscovici hizo algunas consideraciones sobre las representaciones
sociales (Moscovici, 1993), en su trabajo denominado El psicoanálisis, su imagen y su
público, les otorga una función organizativa para el individuo que interactúa con su medio
social, la representación social es una modalidad particular del conocimiento, cuya función
es la elaboración de los comportamientos y la comunicación entre los individuos. Es un
corpus organizado de conocimientos y una de las actividades psíquicas gracias a las cuales
los hombres hacen tangible la realidad física y social, se integran en un grupo o en una
relación cotidiana de intercambios, liberan los poderes de su imaginación (Mora, 2002).
Algunos discípulos de Moscovici, como Jodelet, retoman esta línea de su pensamiento
al asegurar que “la noción de representación social nos sitúa en el punto donde se
interceptan lo psicológico y lo social” (Jodelet, 1993:473). La deinición de esta autora
ofrece un panorama más delimitado sobre el sentido y función de las representaciones
sociales en el pensamiento práctico: “El concepto de representación social designa una
forma de conocimiento especíico, el saber de sentido común, cuyos contenidos maniiestan
la operación de procesos generativos y funcionales socialmente caracterizados. En sentido
más amplio, designa una forma de pensamiento social” (Jodelet, 1993:474). Así la
representación social es a in de cuentas la interpretación de lo social en el individuo que
recrea (representa) una imagen mental de un hecho social, y a partir de esta representación
se relaciona con el mundo, actúa en consecuencia.
Para Moscovici, las Representaciones Sociales tienen tres condiciones en que emergen:
1. La dispersión de información: Cuando la información que se tiene para responder a una
pregunta o formar un concepto no es suiciente o está desorganizada; 2. La focalización del
sujeto individual y colectivo: Se reiere a la implicación o atractivo social que se mueven
de acuerdo con los intereses de los individuos, y que hacen que las ideas y opiniones se
focalicen; y, 3. La presión a la inferencia del objeto socialmente deinido: Hace alusión a
la presión social que reclama opiniones, posturas y acciones de hechos focalizados por el
interés público (Materán, 2008).
Por otra parte no hay representación social sin objeto, es así como se establece el
proceso de objetivación. En palabras de Moscovici “Objetivar es reabsorber un exceso
de signiicados materializándolos”. La objetivación comprende tres fases: 1. Adquirir
información social que gira alrededor de un objeto determinado; 2. Formar el núcleo
156/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 149-167
igurativo, es decir establecen aquéllas características “ijas” del objeto, con las que se
forman una estructura conceptual o la elaboración de una imagen; 3. La naturalización, en
ella el individuo “dota a la representación de un estatus de evidencia” (Álvarez Bermúdez,
2004:42). El hecho es que al pasar el tiempo y acumular experiencia e incorporar
información nueva sobre el objeto, las personas van ainando su representación sobre
éste en una dinámica constante, hasta que el objeto está suicientemente interiorizado, es
decir “naturalizado”, por lo que otra característica es que las representaciones ocurren sólo
sobre las personas, hechos u objetos que son signiicativos para el individuo.
El segundo proceso importante dentro de las representaciones sociales, además de
la objetivación es el anclaje, “consiste en integrar la información de un objeto dentro
del sistema de pensamiento ya constituido” (Álvarez Bermúdez, 2004:43). A través del
anclaje, la representación social integra el contenido desde donde el sujeto construye su
mundo, a partir de la experiencia vivida y la información preexistente, condicionadas por
el contexto social e histórico.
Algunos autores como Mora basados en el trabajo de Moscovici exponen las tres
dimensiones básicas para el análisis de las representaciones sociales: 1) La dimensión
informativa: se reiere a la forma de conocimiento cuali-cuantitativo inherente al objeto
de una representación; 2) La dimensión actitudinal: consiste en una postura evaluativaafectiva que se toma ante el objeto; 3) El campo de la representación: nos remite a la idea
de imagen, de modelo social (Mora, 2002).
En consecuencia, una representación es una apreciación, visión o percepción de un
objeto, un sujeto o situación. Esta representación cambia la realidad del individuo una vez
que integra características objetivas del objeto tomando en consideración sus experiencias
anteriores y su sistema de normas y actitudes (Hernández & Pargas, 2005).
Método
Las representaciones sociales pueden estudiarse desde un enfoque procesual, es decir
descansar en postulados cualitativos y privilegiar lo cultural y las interacciones sociales; o
bien desde un enfoque estructural, buscar metodologías que identiiquen su estructura y
su núcleo, para lo cual recurre a técnicas cuantitativas (Banchs, 2000). También existen
enfoques mixtos que toman en cuenta “la naturaleza compleja de la representación social
en sí misma, en la que se mezclan cuestiones de diversa índole, como esquemas cognitivos,
interacciones sociales y sistemas simbólico afectivos” (Mireles-Vargas, 2011:4).
En este trabajo la técnica de Redes Semánticas Naturales dio cuenta de la estructura
del núcleo central, esta técnica ha demostrado que puede proveer datos cuantitativos
factibles de analizarse para lograr una interpretación más explicativa de la estructura
de las representaciones (González Aguilar F., 2004; Cabalín Silva y Navarro Hernández,
2008; Razo González A., 2012; Mireles Vargas O., 2014; Razo González A., 2016).
Por otro lado, la técnica de grupos focales sirvió para comprender, desde el análisis
más cualitativo, cómo se objetivizan y anclan estas representaciones y si desde estas
Construcción de las Representaciones Sociales de la Calidad de Vida en diferentes
etapas de la edad adulta.
Angélica Razo, et al. /157
representaciones existe alguna diferencia relacionada con la etapa del ciclo vital que
atraviesan.
Población
La población estuvo constituida por adultos jóvenes, adultos maduros y adultos
mayores de la Licenciatura en Gerontología de la Universidad Estatal del Valle de Ecatpec
(UNEVE) México, partiendo de que éstos sujetos construyen la representación de la
Calidad de Vida a través de los intercambios y las conductas cotidianas, por ser un área
de atención a la salud, esta construcción está formada dentro de un contexto general, que
se encuentra en los discursos oiciales, complejos y politizados, y los discursos cotidianos
presentes en los medios de comunicación y en la vida de las personas.
Recolección de datos
En la fase cuantitativa que buscó desentrañar la estructura de la Representaciones
Sociales a través de las Redes Semánticas Naturales, participaron 220 personas: 57 adultos
jóvenes (18 a 29 años); 57 Adultos maduros (29 a 59 años) y 106 adultos mayores (60 y
más años).
De acuerdo con Valdez-Medina (2000) la técnica consiste seleccionar una o más
palabras estímulo de las cuales se quiere saber el signiicado que le dan los sujetos miembros
de algún grupo en particular. Para ello se les pidió que deinieran el concepto “Calidad de
Vida”, mediante un mínimo de cinco palabras sueltas, que podían ser verbos, adverbios,
adjetivos, sustantivos, nombres o pronombres, sin utilizar artículos ni proposiciones.
Una vez que los sujetos hicieron su lista de palabras deinidoras se les pidió que,
de manera individual, las jerarquizaran de acuerdo con la cercanía o importancia que
tiene cada una de las palabras elegidas con el concepto Calidad de Vida, es decir que le
asignarán el número uno a la palabra más cercana al concepto, el dos a la siguiente, y
así sucesivamente, hasta agotar todas las palabras deinidoras (Valdez-Medina, 1991;
Hinojosa, 2008).
En una fase más cualitativa, se establecieron 3 grupos focales: Grupo 1 (8 Adultos
jóvenes de 19 a 29 años, estudiantes de segundo y sexto semestre de la licenciatura en
gerontología, 2 hombres y 6 mujeres); Grupo 2 (8 Adultas maduras de 30 a 59 años,
estudiantes de primer y tercer semestre de la licenciatura en gerontología, todas mujeres);
Grupo 3 (6 Adultas mayores de 60 años y más, usuarias de los talleres y actividades de la
licenciatura en gerontología, todas mujeres).
El trabajo de los grupos focales partió de una Guía de Preguntas Disparó. Cabe aclarar
que estás preguntas sólo sirvieron como estímulo para la discusión, pero los participantes
del grupo focal tenían la libertad de comentar y agregar otros elementos que consideraron
importantes, estás preguntas fueron las siguientes:
158/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 149-167
1.
¿Consideran que su vida tiene calidad?
2.
¿Qué es la calidad de vida?
3.
¿Qué elementos (características) componen la calidad de vida?
4.
¿Dónde han escuchado el término calidad de vida?
5.
¿La calidad de vida es un tema que esté en las conversaciones cotidianas?
6.
¿Qué tenemos que hacer para tener calidad de vida?
7.
¿Por qué aspirar a tener calidad de vida?
8.
¿Cómo se sienten las personas que tienen calidad de vida?
9.
¿Es posible vivir sin calidad de vida?
10. Describan a una persona que tiene calidad de vida
11. ¿Conocen a alguien así?
12. Cada uno de su propia deinición de calidad de vida
Resultados
Los núcleos igurativos
Existieron seis características estables que, con independencia de la etapa de vida en
que se encuentran los grupos, forman parte de su concepto de calidad de vida, éstas son:
Salud, Familia, Bienestar, Economía (dinero), Amor y Trabajo. Sin embargo, el puntaje
asignado presenta ciertas diferencias entra cada grupo. Además, se encontraron algunas
particularidades propias de cada etapa, por ejemplo, la alimentación, se vuelve una
característica especialmente importante de calidad de vida hasta la edad madura y se torna
más signiicativa en la vejez, lo que va de la mano con el estado de salud, que poco a poco
va minándose con la edad. También observó que el concepto felicidad, está ausente entre
los adultos mayores, pero presente en adultos jóvenes y maduros (Ver tabla 1).
Construcción de las Representaciones Sociales de la Calidad de Vida en diferentes
etapas de la edad adulta.
Angélica Razo, et al. /159
Tabla 1: Contenido del Núcleo Figurativo (Técnica Redes Semánticas
Naturales).Comparativo de las palabras deinidoras para “Calidad de Vida”
por grupo de edad.
ADULTOS JÓVENES
ADULTOS MADUROS
18-29 AÑOS
30 – 59 AÑOS
ADULTOS MAYORES
60 AÑOS Y MÁS
Salud
198
100%
Salud
191
100%
salud
351
100%
Familia
151
76.26%
Familia
111
58.11%
Familia (hijos,
nietos, esposo,
hermanos)
184
52.42%
Bienestar
51
25.75%
Trabajo
59
30.89%
economía,
dinero
152
43.30%
51
25-75%
Economía
58
30.36%
alimentación
89
25.35%
Amor
41
20.70%
Amor
48
25.13%
amor
79
22.50%
Amistad,
Amigos
27
13.63%
Plenitud
38
19.89%
paz tranquilidad
75
21.36%
Buena
Vida
26
13.13%
Alimentación
33
17.27%
trabajo
67
19.08%
Felicidad
25
12.62%
Felicidad
25
13.08%
bienestar
61
17.37%
Emoción
17
8.58%
Bienestar
21
10.99%
amistad/amigos
53
15.09%
Trabajo
16
8.08%
Respeto
16
8.37%
hogar
30
8.54%
Responsabilidad
16
8.37%
Economía
Dinero
Discusión
El siguiente análisis da cuenta de esta construcción de las Representaciones Sociales de
la Calidad de Vida en cada grupo de edad. La discusión se realizó partiendo de los núcleos
igurativos (establecidos a través de las Redes Semánticas Naturales) y las discusiones
dentro de los grupos focales, siempre retomando la teoría de las Representaciones Sociales
y en contraste con los postulados del desarrollo Psicosocial de Erik Erikson. El análisis se
desglosó por grupo de edad.
La construcción de las representaciones sociales de la
calidad de vida en los adultos jóvenes
Como en las otras etapas de la edad adulta, en el centro del núcleo igurativo de los
jóvenes se encuentran conceptos como “Salud”, “Familia”, “Bienestar”, “Economía”,
“Amor” y “Trabajo”, en ese orden de importancia, al parecer obtener un trabajo todavía
no es una preocupación. Sin embargo, algunos elementos como “amistad” (que también
aparece en la adultez mayor) tiene una fuerte posición dentro del núcleo de los jóvenes,
160/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 149-167
junto con otros conceptos como el de “buena vida” y “emoción” que sólo aparecen en la
población adulta joven, en este sentido, la juventud es una etapa del ciclo vital donde la
vida sentida y emocional se vivencia con mayor fuerza que en otras etapas.
Existe información que tiene que ver con algunos elementos que les otorga estar
estudiando una licenciatura en el área de la salud, este conocimiento les hace tener una
posición al respecto, tal posición está cargada de subjetividades y de opiniones más
relacionadas con su experiencia de vida y con el sentido común. Existe el discurso de
un concepto que todavía no está claro, puede deberse a que no es un concepto natural
sino una construcción utilizada de manera artiicial para medir los mínimos de bienestar,
donde el bienestar contiene un fuerte componente subjetivo y personal. En consecuencia
tal discurso gira alrededor de “sentirse bien” y “estar bien en la vida”.
Por otra parte, la dimensión actitudinal o valorativa está formada tanto por la
predisposición a actuar como por el sentimiento, real o imaginario, de las personas que
ellos perciben como que tienen calidad de vida. Las acciones para lograr esta calidad
son vistas básicamente en dos niveles: la conducta adecuada a través de los hábitos de
vida saludables como la alimentación, la actividad física, la actividad social, el ahorro
y el desarrollo de actividades que se disfruten. Y la actitud ante la vida que tiene más
tintes psicoemocionales como el optimismo, el juicio, mantener la dignidad y la actitud
positiva ante la vida, trabajando en las deiciencias para alcanzar lo bueno. Al mismo
tiempo enfatizan la necesidad de evitar los aspectos negativos como la economía precaria,
las preocupaciones y el realizar actividades que no le hacen gustan o que se realizan por
obligación.
“…más que trabajar los hábitos, disfrutar y encontrarle un sentido a esos
hábitos… me pueden poner a hacer ejercicio para mejorar mi calidad de vida,
pero ¿y si no me gusta? o sea, hacer algo que realmente a ti te guste y que le
encuentres un sentido, que lo disfrutes”. [Clave de informante AJ/S8].
“Trabajar en las deiciencias, ¿no? En lo que te preocupe, una economía precaria,
pues trabajas en pro de ella, ya sea ahorrando o trabajando más. Si tienes una salud,
cultivándola. Si las deiciencias que tienes a lo mejor son sociales pues buscas, ya sea en la
religión o algo, estrechar vínculos”. [Clave de informante AJ/S2].
En síntesis, la calidad de vida en los adultos jóvenes es vista como una meta cuyo
logro requiere esfuerzo y trabajo sobre la propia vida. Esta meta suele verse como una
aspiración personal, donde cada individuo pone el límite. Sobresalen ideas como felicidad,
satisfacción, plenitud y tranquilidad. En especial la satisfacción personal está en el centro
de la valoración de los sentimientos que deben prevalecer en las personas que tienen
calidad de vida. Sin embargo, no se observa en ellos un análisis crítico, hablan de un
sentimiento utópico que al no haberse alcanzado no se puede describir del todo, por no
poder ubicar bien su signiicado. Por otro lado, en el núcleo igurativo se describen la
imagen de una persona realizada, segura, feliz y con buena actitud hacia la vida y con sus
necesidades básicas cubiertas.
Construcción de las Representaciones Sociales de la Calidad de Vida en diferentes
etapas de la edad adulta.
Angélica Razo, et al. /161
“Una persona realizada profesionalmente, con una vida tranquila, sintiéndose
segura, me reiero a la inseguridad de la que hablábamos, feliz, llevando a cabo
sus metas, pero siempre con una buena actitud… No necesariamente tienes que
ser un profesionista para tenerla, pero con que te sientas bien con lo que haces”.
[Clave de informante AJ/S4]
La construcción de las representaciones sociales de la
calidad de vida en los adultos maduros
El núcleo igurativo en este grupo esta constituido, por “salud”, “familia”, “trabajo”,
“economía”, “amor” y “bienestar”. Aquí se resalta que, aunque son los mismos elementos
que para los jóvenes, el orden de importancia se modiica, siendo el trabajo y la economía
más importantes que el amor. Se observa que existen entre esta población madura,
conceptos especíicos como “plenitud”, “respeto” y “responsabilidad”, que no aparecen en
los otros grupos, lo cual estaría de acuerdo con lo propuesto por Erikson, quien indica que
se trata de una etapa dedicada al cuidado y educación de las generaciones jóvenes. cuyas
características principales son la procreación, la productividad y la creación.
De acuerdo con Erikson (Erikson, 2011) al llegar a la adultez madura lo que toca a la
persona es alcanzar todo aquello que se propuso en las otras etapas de la vida, trabajar para
obtener estabilidad económica, formar una familia, establecer relaciones interpersonales,
viajar, crear, sentirse capaz de generar y construir su vida, esta etapa abarca la procreación,
la productividad y la creatividad. El adulto maduro tiene que descubrir si todo lo que hace
sólo tiene sentido porque tiene una dirección, un punto hacia dónde ir, una meta que
cumplir, un porqué y un para quién avanzar.
Para describir la calidad de vida y sus componentes en primer lugar mencionan
sentimientos y actitudes hacia la vida, sentirse pleno y saberse responsable de los actos
realizados para con ello enfrentar la vida. Por otra parte, hablan de valorar las relaciones
y disfrutar de la vida en la madurez como componentes importantes de la calidad de vida.
En general, ponen énfasis en un balance o equilibrio en todas las condiciones vitales.
Un punto importante en esta etapa es que existe la certeza de que la calidad de vida es
algo que se logra activamente, haciendo cambios y tomando decisiones adecuadas. Cuando
se logra aparece la fortaleza para salir a la vida y compartir con otros. Sin embargo, resalta
en esta etapa un mayor conocimiento y experiencia que se relejan en una posición más
crítica hacia el constructo.
Al desglosar los elementos que contiene la calidad de vida, queda con mayor claridad su
conocimiento empírico de la complejidad de la vida misma. Así en el discurso incluyen lo
material, lo emocional, lo social tanto como el entorno y la espiritualidad, ponen énfasis en
la actitud ante las adversidades. Se percibe la idea clara de acciones concretas para mejorar.
como cambiar de perspectiva, cambiar las emociones y los sentimientos, ser consciente y
tener una buena actitud que permita adaptarse y sacar lo positivo de cualquier situación.
162/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 149-167
“A pesar de los problemas es cómo toma uno los problemas, cómo los va
transformando uno… Entonces es el hecho de cambiar nuestra emoción, como
nuestros sentimientos cercanos” [Clave de informante AMd/S4].
En la cotidianidad el concepto calidad de vida va asociado a los espacios de la salud
y la educación, por ejemplo, se observa que dentro de su núcleo igurativo aparece la
“alimentación” como un elemento importante de la “buena salud”. También perciben
ciertas acciones gubernamentales como tendientes a re-educar a la población en acciones
de prevención de la salud. Sin embargo, existe un análisis más crítico con respecto a
que la calidad de vida es un constructo establecido desde la OMS en el que resaltan sus
ines políticos y de mercadotecnia. Este análisis los lleva a percibir el concepto como algo
impuesto que trata de que las personas consuman o sientan que sólo se tiene calidad de
vida si se adquieren ciertas cosas ya establecidas por intereses mercantiles o políticos, a
través del gobierno. Enfatizan que el constructo como tal sólo se maneja en ciertas esferas,
como la salud y la política pública. Al mismo tiempo, identiican la vida como valiosa en
sí misma, como algo profundo del ser, “un ente espiritual que tenemos dentro y que nos
hace querer trascender”.
El grupo analizó también las situaciones extremas en que la vida, aún en condiciones
muy difíciles, puede considerarse que tiene calidad, y la relacionan con el propósito o
sentido que se le da a la vida. Grondin habla de la existencia de un sentido relexivo, de
alguna manera más juiciosa, el sentido connota una apreciación relexiva en la que se
mezclan la naturaleza, la experiencia, el instinto, una apreciación relexiva de las cosas
(Grondin, 2012). Para completar la imagen, el grupo de adultos maduros expresa que la
longevidad con una vida plena y gozosa es el ideal en una persona que tiene calidad de vida.
De hecho, las cuestiones son poco mencionadas, se dan por sentadas en una vida saludable.
Al inal, la objetivación del grupo de maduros parte del concepto de autocuidado,
pero también agregan elementos más psicoemocionales como el auto respeto y el respeto
por otros, el tener un propósito en la vida y mantener la dignidad como personas, son
elementos que forman parte importante del éxito de la calidad de vida.
La construcción de las representaciones sociales de la
calidad de vida en los adultos mayores
Desde el núcleo igurativo de las personas mayores los conceptos más estables son
“salud”, “familia”, “economía”, “amor”, “trabajo” y “bienestar”. Si bien comparten
estos mismos elementos con los otros grupos, para ellos también son importantes la
“alimentación”, preocupación que aumenta pues se observa un mayor puntaje dentro de
las redes semánticas, que el que asignan los que están en la edad madura. (ver tabla 1).
También se pueden observar elementos únicos de esta edad como “paz”, “tranquilidad” y
“hogar” que no son mencionados en las otras etapas vitales, podría indicar que se requiere
de tiempo y espacio para relexionar sobre la vida misma y sus circunstancias.
Todo parece que en esta etapa del ciclo vital lo importante es saber si la vida que se
vive tiene sentido porque tiene un signiicado, se necesita responder a la pregunta de si
Construcción de las Representaciones Sociales de la Calidad de Vida en diferentes
etapas de la edad adulta.
Angélica Razo, et al. /163
la vida ha valido la pena de ser vivida y que sigue habiendo una razón para seguir. Para
Frankl los caminos básicos para llegar a este sentido de vida son tres: el trabajo, el amor
incondicional y el sufrimiento que se ha sido capaz de soportar para aprender y seguir
viviendo (Frankl, 2004). El desarrollo de la percepción de una vida llena de satisfacción,
debido a los aprendizajes y las nuevas valoraciones vitales, requiere una nueva percepción
de aquellas cosas que dan calidad de vida.
Dentro de los elementos de la calidad de vida los adultos mayores incluyen aspectos
más psico-emocionales, sociales y espirituales. La paz, la armonía, la felicidad y el amor
propio resaltan. En segundo plano se nombra el entorno, el trabajo y en general el aspecto
inanciero. Pero también se percibe la calidad de vida como el resultado de la planeación
y de las decisiones que se tomaron en etapas anteriores de la vida. Para que la calidad de
vida forme parte de las interacciones cotidianas, generalmente tiene que verse relacionada
con charlas alrededor de las condiciones de salud, los riesgos de padecer algunas
enfermedades y los hábitos de autocuidado. Incluso cuando mencionan que el concepto
está en los medios de comunicación, lo asociación más a las campañas sobre cuidar la
alimentación y hacer ejercicio para que las personas tengan calidad de vida.
“Si se oye más en los medios de comunicación, porque lo primero que dicen,
este comer bien y hacer ejercicio, como dijo ella no comer grasas, no comer
carne roja y éste y hacer ejercicio, pero también mucha fruta y verdura. Pero en
los medios de comunicación, que son los que están tomando todo, pero no todo
mundo lo hacemos”. [Clave de informante AMy/S5]
Si bien en la adultez madura la idea central es tener calidad de vida para dar a otros,
en esta etapa del ciclo vital la idea parece centrarse en tener calidad de vida para “no dar
molestias” o “no depender de otros”. Otro aspecto por lo que la calidad de vida es valorada
es porque es algo a lo que se aspira para sentirse amada, feliz, para vivir más y mejor.
“Para vivir mejor, para querer vivir muchos años, que ya lo traemos el paquete
integrado de las enfermedades que van saliendo, pero, yo lo que quiero es seguir viendo
crecer a mis nietos, y, agradecerles toda la vida los hijos la ayuda que me han brindado
después de la muerte de mi esposo”. [Clave de informante AMy/S1].
Los sentimientos que genera la idea de calidad de vida van de la mano con el sentimiento
de felicidad y de logro, junto con la idea del disfrute de cada momento, de afrontar cada
día con lo que implique, la calidad de vida como la felicidad que resulta de un esfuerzo
consciente por conseguirla. También se marca la idea de un ser supremo “Dios” al que se
debe agradecer cada nuevo día. De esta forma se construye una imagen muy clara en la que
la inal se ven relejadas como personas, a la pregunta expresa ¿describan a una persona
que tiene calidad de vida? abiertamente se describen a sí mismas.
“Sería como yo (risas), yo pienso que una persona con calidad de vida tiene
una buena actitud con su familia, con la gente que le rodea, este, se enoja, pero
controla las emociones”. [Clave de informante AMy/S6]
164/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 149-167
En esta etapa la calidad de vida se ha objetivado, naturalizado y anclado, el núcleo
igurativo de la calidad de vida puede llegar a ser, la culminación de una buena vida que se
sigue cuidando y disfrutando mientras se tiene. De tal suerte que la persona se convierte
en el ejemplo vivo de tener Calidad de Vida.
Conclusiones
La presente investigación tuvo como objetivo comprender cómo se construyen las
representaciones sociales de la calidad de vida en adultos jóvenes, adultos maduros y
adultos mayores, que estudian y conviven en los programas de estudio y actividades de la
Licenciatura en Gerontología de la UNEVE.
De acuerdo con la revisión del signiicado semántico de la Calidad de Vida, dentro de
la los elementos que forman el “núcleo central” se pueden observar parámetros generales
y comunes, con independencia de la etapa de vida en que se encuentran, entre ellos están
Salud, Familia, Bienestar, Economía (dinero), Amor y Trabajo, a partir de las cuales se
han establecido las dimensiones con que comúnmente se lleva a cabo la medición del
concepto calidad de vida. Existen elementos periféricos giran más en torno a la etapa de
vida, intereses y circunstancias que la persona experimenta.
La “emoción” por vivir y la “buena vida”, en el sentido del disfrute, están presentes
entre los jóvenes, quienes se encuentran en una etapa un poco más hedónica en la que vivir
“al máximo” y “con intensidad” es la prioridad.
En el caso de los adultos maduros los elementos especíicos son “plenitud”, “respeto”
y “responsabilidad” acordes con la etapa de generatividad y productividad que marca
Erikson, una etapa llena de responsabilidades que requiere ganarse el respeto de los
jóvenes para poder seguir siendo su guía.
Finalmente, los elementos que de manera particular asocian los adultos mayores
al concepto Calidad de Vida son “hogar”, “Paz” y “tranquilidad”, más arraigados a una
posición de sabiduría en la vida, fruto de la experiencia y de la relexión sobre el sentido
de vida. Otros elementos periféricos que llaman la atención son la “alimentación”, como
componente de la Calidad de Vida observado solamente en las etapas de madurez y vejez;
o la “amistad”, que sólo se presenta en los jóvenes y los viejos, en contraste la “felicidad”
que es un concepto ausente en la vejez, pero presente en la juventud y la madurez.
De manera general, los participantes consideran que tienen calidad de vida. Sin
embargo, en los casos en que no lo consideran así, se debe, por un lado, a que la juventud
no les ha permitido alcanzar ciertas metas que consideran los llevarían la calidad de vida.
O bien, en el otro extremo del ciclo vital, a percibir que en su situación de vida la persona
ha tenido que lidiar con conlictos familiares y con decisiones no acertadas, que han dado
como resultado la insatisfacción con la propia vida. Es importante señalar que en los tres
grupos apareció la posibilidad de tener calidad de vida pese a las adversidades, por ejemplo,
las enfermedades. En este sentido, la resiliencia aparece como un elemento importante que
permite disfrutar de una buena vida superando la adversidad y construyendo sobre ella.
Construcción de las Representaciones Sociales de la Calidad de Vida en diferentes
etapas de la edad adulta.
Angélica Razo, et al. /165
Si consideramos a cada grupo de edad tenemos que la construcción de la
Representación Social de la Calidad de Vida en los adultos jóvenes se encuentra
matizada por el discurso de un concepto que todavía no está claro, donde prevalecen la
idea de bienestar y equilibrio. Contiene un fuerte componente subjetivo y personal donde
la vida en sí misma no se percibe tan valiosa per se, sino como una consecuencia directa de
las condiciones de vida y de las actitudes y decisiones que se toman en el curso vital. Esta
imagen se ha objetivado como un objeto aspiracional que los motiva a ser una persona
realizada, segura, feliz, con buena actitud hacia la vida y con sus necesidades básicas
cubiertas.
Por otro lado, la representación social de la calidad de vida para los adultos
maduros se construye en la cotidianidad donde el concepto se ve asociado a los espacios
de la salud y la educación. También perciben ciertas acciones gubernamentales como
tendientes a re-educar a la población en acciones de prevención de la salud. Desde una
postura más crítica, para ellos, el concepto es algo impuesto que trata de que las personas
consuman o sientan que sólo tienen calidad de vida si adquieren ciertas cosas ya establecidas
por intereses mercantiles o políticos, a través del gobierno. Al inal, la objetivación es este
grupo se da a partir del concepto de autocuidado, pero también se agregan elementos más
psicoemocionales como el auto respeto y el respeto por otros, el tener un propósito en la
vida y mantener la dignidad como personas.
Finalmente, en el campo de la representación social de la calidad de vida de
las personas adultas mayores se observa el pensamiento de que se tiene calidad de
vida cuando se han realizado una serie metas, o se han alcanzado ciertos logros en la vida,
lo que les otorga la sensación de estar viviendo una vida feliz, tranquila, plena, con buena
actitud, es entonces que se “introyecta” la idea de que se ha alcanzado una vida con calidad
y se interpreta como tener calidad de vida.
Al inal, la representación social de la calidad de vida se va construyendo con el tiempo
de vida, se asimila de acuerdo con la historia y las necesidades vitales y se convierte en
el resultado de la responsabilidad y la actitud hacia la propia vida. De tal suerte que los
elementos de política pública y de medición gubernamental con el que este concepto nació,
se pierden en el pensamiento de sentido común. La representación social de la calidad de
vida se objetiviza, ancla y naturaliza, sintetizándose en las decisiones de los individuos, y
en el autocuidado de la propia salud. Para el pensamiento de sentido común tener calidad
de vida ya no es tanto responsabilidad del Estado, como de las propias acciones.
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Espacio Abierto Cuaderno Venezolano de Sociología
Vol.27 No.1 (enero - marzo, 2018): 169-198
As cidades criativas: uma mirada sobre as
iniciativas artísticas, criativas e culturais
de Ivoti,RS, Brasil
Luciano Schmitz. Marcelo Noronha De Mello, Marsal Ávila Alves Branco, Mary Sandra
Guerra Ashton*
Resumo
O conceito de cidades criativas é deinido como um processo
conjunto entre a criatividade, a cultura e a cidade, capaz de
transformar continuamente as suas estruturas socioeconômicas
com base na criatividade do seu povo, ao serem combinadas com
suas singularidades culturais. Desse modo, o estudo propõe uma
relexão sobre as iniciativas artísticas, criativas e culturais nas
diferentes comunidades da cidade de Ivoti, RS, de acordo com
o conceito de cidades criativas desenvolvido pelos autores do
referencial teórico. Para tanto, a partir do Plano da Secretaria da
Economia Criativa, delimitou-se o Escopo dos Setores Criativos
do Ministério da Cultura (2011), do qual se propôs uma relação
com as iniciativas reconhecidas pelo departamento municipal
correspondente. Assim, utilizou-se o método de pesquisa
exploratória descritiva e qualitativa, que incluiu procedimentos
metodológicos como revisão bibliográica baseada em autores
sobre o conceito de cidades criativas apontado por Marinho
(2009), Reis e Marco (2009), Reis e Kageyama (2011), Reis
(2012), Vivant (2012) e Landry (2013), pesquisa de campo que
Recibido: 15-02-2017 / Aceptado: 06-10-2017
*
Universidade Feevale, Novo Hamburgo/RS, Brasil
E-mail: lucianos@feevale.br noronha@feevale.br / marsal@feevale.br marysga@feevale.br
170/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 169-198
contou com entrevistas junto ao poder público de Ivoti, RS,
coleta de informações via internet e in loco, em que realizouse um levantamento sobre as iniciativas artísticas, criativas e
culturais no município. Entre os resultados observou-se que
Ivoti, RS possui iniciativas convergentes ao conceito de cidades
criativas conforme proposto pelos autores pesquisados, bem
como potencial para desenvolver-se como uma cidade criativa.
Palavras-chave: Arte e cultura; cidades criativas; setores
criativos, indústria criativa; economia
criativa; Ivoti, RS.
Creative cities: a look on the artistic, creative and
cultural initiatives of Ivoti, RS, Brazil
Abstract
the concept of creative cities is deined as a joint process
between creativity, culture and the city, able to continuously
transform their socioeconomic structure based on the creativity
of its people, combined with their cultural singularities. In this
way, the paper ofers a relection of the artistic, creative and
cultural initiatives in diferent communities of the city of Ivoti,
RS, according to the concept of creative cities developed by the
authors of the theoretical reference. Therefore, the Creative
Economy Plan of the Ministry of Culture, delimited to the Scope
of the Creative Industries (2011), which proposed a relationship
with the initiatives recognized by the corresponding municipal
departamento. Thus, it was used the method of descriptive and
exploratory qualitative research that included methodological
procedures as author-based literature reviewing on the concept
of creative cities appointed by Marino (2009), Reis and Marco
(2009), Reis and Kageyama (2011), Reis (2012), Vivant (2012)
and Landry (2013), ield research that included interviews with
Department of Culture and Tourism of Ivoti, RS, information
gathered via internet and on-site carried out a survey of the
artistic, creative and cultural initiatives in the city. Among the
results it was observed that Ivoti, RS initiatives have converged
to the concept of creative cities proposed by the researched
authors, as well as has potential to develop as a creative city.
Las ciudades creativas: una mirada sobre las iniciativas artísticas, creativas y
culturales de Ivoti, RS, Brasil
Luciano Schmitz, et al. /171
Keywords: Art and culture; creative cities; ctive sectors,
reacreative industry; creative economy; Ivoti, RS.
1. Introdução
Ao relacionar iniciativas artísticas, criativas e culturais nas diferentes comunidades de
Ivoti, RS, partiu-se de Reis e Marco (2009) para abordar o conceito de cidades criativas,
que seria aquela que tem capacidade de transformar constantemente a sua estrutura
socioeconômica, baseada na criatividade de seus habitantes, por meio de uma aliança
entre as suas singularidades culturais e vocações econômicas. Nesta perspectiva, em uma
economia criativa, ao se considerar que “as transformações nas formas de produção,
consumo e convivência social nas sociedades modernas têm no conhecimento e na
criatividade sua base dinamizadora” (MINC, 2011: 9), os campos do escopo dos setores
criativos “constituem fator de altíssima relevância no desenvolvimento social, econômico
e político de um país” (MINC, 2011: 9). É importante considerar o engajamento entre as
pessoas e os espaços urbanos, visto que tal processo gera uma profunda conexão entre sua
identidade e a essência da cidade (REIS; KAGEYAMA, 2011).
A escolha do município de Ivoti, RS deu-se em função do seu potencial cultural e por sua
localização na região do Vale dos Sinos. A memória da imigração alemã e japonesa é parte
do seu legado imaterial e material, que contribui para o fortalecimento turístico na região,
em função do representativo acervo patrimonial, histórico e cultural da cidade. Ivoti, RS
destaca-se pela valorização e preservação do legado cultural histórico desta comunidade,
como é o caso das antigas casas construídas por imigrantes, em estilo enxaimel1. Culinária,
artesanato, língua, arquitetura, eventos, dança e outros costumes, também podem ser
vivenciados neste município que compõe a Rota Romântica, caminho colonial localizado
na serra ao norte do Estado e corta o interior deste município e de municípios vizinhos
(DHEIN, 2012: 14-15).
Neste artigo, além de tratar de uma revisão teórica sobre o conceito de cidades
criativas, é realizado um estudo teórico e empírico por meio da pesquisa de campo, em
que procurou-se identiicar em Ivoti iniciativas artísticas, criativas e culturais, a partir do
Escopo dos Setores Criativos (MINC, 2011: 21), relacionando o levantamento realizado
com as iniciativas reconhecidas pelo poder público local. Entre os resultados parciais,
observou-se que Ivoti possui iniciativas artísticas, criativas e culturais, convergentes ao
conceito de cidades criativas, indicativo de que há uma aproximação teórica-empírica em
relação ao tema investigado.
1
O termo denomina a construção de casas que são utilizadas madeiras com encaixes para formar estruturas
rígidas, e depois de ser colocado o telhado, seus vãos são preenchidos com taipas, barro e/ou tijolos (ENXAIMEL,
[2013?]).
172/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 169-198
2. Metodologia
Como procedimentos adotados, partiu-se de uma revisão bibliográica por meio
de pesquisa exploratória descritiva e qualitativa (PRODANOV; FREITAS, 2013), com a
inalidade de conceituar as cidades criativas, em que utilizou-se autores como Marinho
(2009), Reis e Marco (2009), Reis e Kageyama (2011), Reis (2012), Vivant (2012) e
Landry (2013). Também realizou-se uma pesquisa de campo, processo que envolveu
uma entrevista elaborada a partir de um roteiro semiestruturado, aplicada junto ao
Departamento da Cultura e do Turismo de Ivoti, RS (com gestores e agentes públicos),
entre os dias 27/06/2015 e 02/07/2015.
Para complementar o objetivo proposto, também se fez um levantamento de
informações na internet, a partir de canais oiciais da prefeitura de Ivoti, como sites e redes
sociais utilizadas para divulgação de atividades relacionadas à temática desse estudo.
Quanto a delimitação de pesquisa de iniciativas artísticas, criativas e culturais de Ivoti,
RS, utilizou-se o Escopo dos Setores Criativos (MINC, 2011: 21)2, deinidos a partir dos
seguintes campos: patrimônio, expressões culturais, artes de espetáculos, áudio visual
e livro, da leitura e da literatura, e das criações funcionais. Assinala-se que, durante a
pesquisa exploratória, também localizou-se indicadores voltados para medir e monitorar
cidades criativas nas seguintes bibliograias: o Índice da Cidade Criativa, criado por Landry
e Hyams (LANDRY, 2013: 65)3; e, o Índice de Criatividade das Cidades, desenvolvido
pela Federação do Comércio de Bens, Serviços e Turismo do Estado de São Paulo
(FECOMERCIO SP, 2012a; 2012b, online)4. Todavia, optamos pela adoção de indicadores
reconhecidos e adaptados pelo Ministério da Cultura, elemento empírico compreendido
2
O Plano da Secretaria da Economia Criativa foi desenvolvido pelo Ministério da Cultura (MINC), a partir de
textos de autores e especialistas como: Celso Furtado, Oswaldo de Rivero, Pablo Ortellado, Allan Rocha de
Souza, Roberto Freitas Filho, Marcos Wachowikz, Roberto Fragalle Filho, Humberto Cunha, Tânia Bacelar
Araújo, Isaura Botelho, Paulo Miguez, César Ricardo Siqueira Bolaño, Enrique Jeronimo Saravia, Ana Carla
Fonseca Reis, Frederico Barbosa, Cristina Pereira de Carvalho Lins, Jurema Machado, Adolfo Melito, Lala
Deheinzelin, Lia Calabre, Francisco Humberto Cunha, Carlos Lopes, Adolfo Menezes Melito; e, de conceitos
e modelos de instituições como: ONU, UNCTAD, PNUD, UNESCO, BNDES, IBGE, FIRJAN, RAIS, BNDES,
CEF, Banco do Brasil, do Nordeste e da Amazônia, Petrobras, Eletrobras, Correios, Furnas, CHESF, SEBRAE,
SENAC, CNI, SESI, SESC, UNITAR, OEI, FINEP, CNPq, APEX, Equipe da SEC, CNPC; ministérios: MDIC,
MTE, MJ, MMA, MTR, ME, MC, MCTI, MEC, MRE, MCID, MDCF, Gabinete da Presidência; secretarias: SAE,
SPM, SECOM, SEMPE, SPC, SAV, SCDC, SEFIC, FUNARTE, IPHAN, IBRAM, Fundação Cultural Palmares,
Fundação Casa de Rui Barbosa, DRI, representações regionais, secretarias estaduais e municipais de cultura:
21 estados e 13 municípios.
3
Direcionado por dez domínios, a proposta consultiva dos autores visa avaliar por meio de uma grande
quantidade de perguntas aspectos diversos, dentre os quais, pode-se airmar que este artigo atende em boa parte
ao segundo indicador, que representa as características distintivas, a diversidade, a vitalidade e a expressão de
uma cidade.
4
Visa analisar o potencial criativo de uma cidade através das condições sociais, econômicas e de emprego destas,
diferentemente da proposição deste artigo, que visa identiicar iniciativas potenciais de uma cidade criativa.
Las ciudades creativas: una mirada sobre las iniciativas artísticas, creativas y
culturales de Ivoti, RS, Brasil
Luciano Schmitz, et al. /173
como relevante para este estudo, uma vez que, esta é a proposta adotada como política
pública da Secretaria de Economia Criativa5.
Os dados obtidos foram analisados conforme proposta de Bardin (2011), por meio
dos seguintes passos: 1) pré-análise, que neste estudo baseou-se nos autores citados; 2)
exploração do material, em que foi realizada a identiicação dos campos relacionados
à delimitação, a partir do levantamento de dados, pesquisa in loco e entrevistas; 3)
tratamento dos resultados obtidos, realizado por meio do enquadramento das iniciativas
identiicas com os campos relacionados na delimitação; e, 4) inferência e interpretação,
através de análise e comparação entre o conceito de cidades criativas e o levantamento
realizado pelo escopo deinido.
3. Cidades Criativas: Identidade, Cultura e Inovação
Para se chegar à correlações do conceito de cidades criativas com as iniciativas
artísticas, criativas e culturais de uma cidade, adota-se inicialmente, o que Landry (2013)
desenvolveu quanto às transformações que um ambiente urbano pode trazer, e, que
diante da complexidade do tecido humano que se apresenta, não pode haver uma atitude
de conformidade. Ao contrário, uma vez que os modos de funcionamento de uma cidade
reletem em sua cultura elementos essenciais da personalidade que elas têm, merecem
uma capacidade criativa maior, aim de incentivar e legitimar o uso dessa criatividade
dentro das esferas pública, privada e comunitária. Conforme o autor sugere, cidades
criativas precisam ser mais resilientes e sustentáveis, rompendo positivamente barreiras
e adversidades, por meio de um processo de adaptação e evolução criativa. A solução que
o autor (ibid.) aponta, centra-se na mudança de mentalidade, que deve estar disposta
a reavaliar as coisas abertamente de forma lexível e criativa, a im de alavancar novas
perspectivas de futuro geradas a partir da valorização da cultura local. Logo, compreendese que
A cidade criativa é um sentimento […]. É um [...] movimento, […] de energia;
[...] em repouso, [ou] aguardando para ser liberada, [...] “eletricidade solta”,
que estimula seus cidadãos. Tanto cidades grandes quanto pequenas podem
ter esse ambiente. […] A cidade se torna criativa ao dar vazão a um conjunto
de condições, por meio das quais […] pequenos atos podem acontecer e vão
se somando mais rápido do que os problemas que lhes fazem de contraponto.
(KAGEYAMA, 2009: 55-56).
5
Durante a revisão deste artigo, veriicou-se que a Secretaria da Economia Criativa (SEC) do MINC foi extinta,
conforme aponta Cláudia Leitão (AGENCIA SENADO, 2015, online; LEITÃO, 2015, online), e pela identiicação
de sua aparente substituição pela Secretaria de Educação e Formação Artística e Cultural (MINC, 2015, online).
Entretanto, o MINC não deixa transparente tal processo de transição: institucional, organograma, fale-como-minc e economia-da-economia-criativa-sec (MINC, [2016~a]; [2016~b]), tal como o contato da SEC (61)
2024-2818 / 2942, sendo que, inclusive, identiicou-se a SEC referenciado como unidade administrativa com
um limite de movimento no valor de R$ 570 mil reais para concessão de diárias e passagens no exercício de
2016 (DOU, 2016, online).
174/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 169-198
Ao ressaltar a importância em repensar o papel e a inalidade das cidades, em
termos econômicos, culturais e sociais, Landry (2013) indica a urgência em rever como
administrar sua crescente complexidade. Aponta a necessidade de uma nova abordagem
para que sejam criadas oportunidades interessantes, por meio da curiosidade, imaginação
e criatividade de seus membros, para que possam desenvolver conjuntamente invenções
na resolução de problemas urbanos incontroláveis. Ao que acrescenta, para a cidade
reagir de forma apropriada faz-se necessário uma infraestrutura, além do hardware,
com funcionalidades nos diferentes luxos e estruturas. Logo, o autor (ibid.) sugere que o
elemento essencial para esta transformação, centra-se em seu software, como relexo de
como as comunidades se sentem, intuem, interagem, se identiicam e veem oportunidades
de se desenvolverem aproveitando suas habilidades e talentos.
A criatividade, matéria-prima e base de valor, dependerá de um senso de apropriação
que empoderem os cidadãos a partir de soluções próprias, a im de rever como as
diiculdades são vistas. Conforme indica (ibid.), somente a partir da liberação da
criatividade dos cidadãos, das organizações e da cidade, é que pessoas comuns poderão
fazer o extraordinário acontecer, ao terem a chance de que um processo democrático
potencializador se instaure, por meio da delegação de poderes, em um contexto de
imaginação aplicada. Assim,
a criação de poder, riqueza, prosperidade e o acesso das pessoas à felicidade
estarão relacionados a novos modelos de desenvolvimento, baseados em
aspectos qualitativos, […] nossa viabilidade como espécie depende de um
novo modo de entender o desenvolvimento, no qual a criatividade tem papel
fundamental para [os] desaios da humanidade. (PARDO, 2009: 88).
Para provocar transformações, Howkins (2009) destaca a necessidade de uma ecologia
criativa, envolvendo a integração de quatro elementos: diversidade, mudança, aprendizado
e adaptação. Já Pardo (2009) indica que não estamos diante de uma crise econômica, mas
sim, de uma mudança de paradigmas relacionada à desaios ambientais, demográicos
e culturais, baseado em um modelo de crescimento quantitativo e especulativo, que
considerava apenas o emprego, a exploração e o aumento da demanda, excedendo os
limites da capacidade do planeta.
Conforme Martins (2009), os 3 Cs de Landry mostram-se imprescindíveis neste
contexto de cidade criativa, sendo estes: (1) Cultura, enquanto identidade da cidade,
seu patrimônio, seu passado e a imagem que esta projeta no seu presente e induz seu
futuro; (2) Comunicação, enquanto modelos de aproximação (físicos, tecnológicos) dos
seus habitantes e minimização dos conlitos e afastamentos; e, (3) Cooperação, enquanto
interação e aceitação explícita da diversidade. Para Landry (2013), o ambiente construído
é crucial para criar um meio social, pois depende de um ambiente físico diverso, o qual
promova a sociabilidade, o intercâmbio e a mistura para maximizar seu potencial, visto
como aceleradora de oportunidades, ou seja, precondições físicas ou uma plataforma para
o meio social criativo gerar um luxo de ideias e invenções. Essa mudança de mentalidade
deve ser vista mais como um processo do que um plano não estático, mas dinâmico,
Las ciudades creativas: una mirada sobre las iniciativas artísticas, creativas y
culturales de Ivoti, RS, Brasil
Luciano Schmitz, et al. /175
continuamente alerta e estrategicamente ágil. E, ao que acrescenta Kageyama (2009),
para se atingir esse ponto de ruptura, faz-se necessária uma camada extra de liderança
formada por ativistas urbanos e agentes de mudança,
[...] por necessidade, quando o sistema falha em responder às suas necessidades
[...] agem de modo muito localizado, mas ao verem que não precisam de
permissão para agir e que podem fazer a diferença, eles começam a impor
sua vontade a outras áreas. Quando [...] atuam em rede, seu impacto cresce,
sua coniança aumenta e eles inspiram outros agentes de mudança em suas
comunidades. (KAGEYAMA, 2009: 57-58).
Uma cidade criativa requer uma mentalidade que ofereça condições para as pessoas
tornarem-se agentes da mudança em vez de vítimas, ao utilizarem qualidades como
inteligência, capacidade inventiva e aprendizado ao longo do caminho. Do contrário,
há uma tendência dessa mentalidade se tornar estreita, sem imaginação e inlexível
(LANDRY, 2013). A cidade criativa,
[...] é um sistema social, cultural e econômico de natureza urbana, no qual a
criação de oportunidades, prosperidade e riqueza está baseada na habilidade
de gerar valor com a força de ideias, informação, conhecimento e talento.
(PARDO, 2009: 88).
Veriica-se que o valor agregado nas cidades criativas ocorre por meio de ações
voltadas para a diversidade cultural, que enriquece o capital simbólico pela criatividade e
inovação. Dessa forma, gera-se consumo de bens culturais que promovem renda, inclusão
e desenvolvimento humano. Considera-se ainda, que quase um terço dos ativos nas
economias ocidentais são pertencentes a classe criativa, dominante numérica, econômica,
social e cultural (Florida, 2011). Logo, a transformação socioeconômica passa a ocorrer
por meio da valoração, potencialização e multiplicação intangível da produção e do
consumo de bens culturais e sua riqueza simbólica. Assim, torna-se importante viabilizar
uma sistemática que atenda às necessidades dos meios de produção, circulação e consumo
de experiências culturais. Ao que ressalta Reis (2009), para compreender a criatividade no
espaço urbano, a cidade deve ser vista como um ser vivo em constante mutação, pois sua
formação é concretizada por pessoas e suas relações físicas, sociais, culturais e econômicas.
Neste contexto, aponta que a criatividade
[...] impulsiona a busca de novos arranjos de governança entre público, privado
e sociedade civil; de formas alternativas de inanciamento (mais voltadas ao
capital de conhecimento do que às garantias físicas); de inovações na gestão da
cidade; de valorização da criatividade; e de busca de modelos colaborativos, nos
quais todos ganham (ao invés de competitivos, nos quais um ganha no curto
prazo e todos perdem). (REIS, 2009: 240).
Ao que indica Reis (2012), nunca antes se discutiu tanto a cidade e suas problemáticas,
mesmo que estas apresentem-se intransponíveis a desaios próprios. Dinamismo e
capacidade de reinventar-se permitiria alinhar o tecido urbano para possíveis expansões
176/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 169-198
e retrações, de forma que questões estruturantes como educação e o acesso à tecnologia e
mobilidade, estimulem o engajamento e proporcionem elos fortes para que os habitantes
apropriem-se da cidade. Assim,
[...] expandir os mapas mentais e afetivos que cada um de nós faz de sua cidade
a torna una. Cuidar do micro, sentindo-se parte do macro. E esse deslocamento
do olhar, da parte para o todo, do produto para o processo, da criatividade
individual [e] dos mapas individuais para os coletivos, que iça as velas da cidade
criativa. (REIS, 2012: 152).
Pode-se dizer que, nas cidades criativas, ocorre uma inversão de valores em relação
as cidades industriais e pós-industriais, em que o consumo de bens simbólicos prevalece
sobre o consumo de bens materiais, o que gera impacto econômico e cultural, visto que
os ativos criativos promovem crescimento e desenvolvimento. Todavia, a mudança de
software, ou seja, a mentalidade relacionada a uma cidade criativa, conforme sugerem os
autores estudados, parece exigir um esforço comunal, uma vez que há necessidade de um
engajamento por parte de muitos atores inseridos em comunidades e áreas diversas, uma
complexidade ímpar que, sobretudo, depende de um processo de transformação cultural
intenso e profundo. Tal processo, parece estar muito distante da realidade brasileira, visto
que também envolve instâncias políticas conectadas aos interesses que devem partir de
todos em prol de todos.
Pardo (2009) ressalta que, a cidade criativa deve se voltar para a cultura da inovação.
No fator cultural das comunidades como dimensão a social, indica a necessidade de um
estímulo natural para promoção de talentos individuais e coletivos, base para a cooperação
estratégica entre agentes econômicos, sociais e culturais. Enquanto Verhagen (2009),
reforça que a cidade criativa deve ser limpa, verde e segura, mas acima de tudo, deve
compor uma identidade distintiva e atividades suicientes para oferecer aos moradores
algo que lhes deixem orgulhosos.
Conforme sugere Marinho (2009), a cidade criativa é um conceito ainda em formulação.
Apresenta características diversas que estimulariam uma economia especíica, baseada
na cultura e na tecnologia, com a diferença que o conhecimento (criatividade e capital
intelectual) se tornariam os principais recursos de produção, pois seriam inesgotáveis.
Logo, ao incentivá-los, seria possível gerar potencial de desenvolvimento com estímulo de
serviços, do turismo, da moda, das mídias, do entretenimento e de centros tecnológicos.
Lerner (2009) sugere que embora nem todas as cidades sejam criativas, todas têm esse
potencial, visto que, em essência, dependem da mobilização dos esforços de seus cidadãos
com habilidades para construir e realizar um sonho coletivo. Assim, aponta que deve
ser fortalecida e estimulada a solidariedade, a coexistência da sociodiversidade com
qualidade de vida, conectada a um sentimento compartilhado pela identidade, autoestima
e pertencimento, ou seja, uma capacidade mais humana e criativa.
Cidades e territórios criativos são [...] espaços de articulação das diversas formas
de manifestações e segmentos culturais. A integração de infraestrutura física e
imaterial, em suportes tecnológicos, cria novas inteligências e gera economias
Las ciudades creativas: una mirada sobre las iniciativas artísticas, creativas y
culturales de Ivoti, RS, Brasil
Luciano Schmitz, et al. /177
de escala de difícil mensuração. As cidades criativas ampliam oportunidades
de ofertas culturais; utilizam elementos simbólicos para a geração de produtos,
serviços e negócios; criam novos mercados [...]. (MARINHO, 2009: 251-252).
Rotem (2009) sugere que haja nas cidades criativas um esforço em inspirar todas as
pessoas por meio de um valor social mais humano, baseado em uma energia positiva da
criatividade e na oferta de “ambientes estimulantes para todos, ao invés de se concentrar
em uma clientela mercurial, [que] nem ao menos consiste na maioria de seus habitantes”
(ibid.: 139-140). Neste sentido, Verhagen (2009) retrata a atratividade de uma cidade
criativa, que além de oferecer oportunidades de desenvolvimento por meio da economia
criativa, deveria buscar um melhor desempenho conduzido por expressões criativas, já
que a criatividade precisa de inspiração. Logo, deveria existir uma preocupação com a
arquitetura e o patrimônio, importantes ferramentas de identidade que precisam estar
abertas para que ocorram interações.
Percebe-se que a promoção de inúmeros benefícios socioeconômicos dependem do
incentivo de uma gestão descentralizada, a qual potencializaria uma produção criativa
por meio de uma identidade local com um posicionamento claro e forte. O que Vivant
(2012) indica ao explicar que satisfazer as necessidades dos habitantes deve ser o objetivo
primeiro das políticas culturais, a im de oferecer aos cidadãos momentos de relaxamento
e de distração, de descontração pessoal e de relexão, de prazer estético e de deleite.
Guaramiranga, no Brasil é exemplo de cidade que incentiva a criatividade. Conforme
Reis (2009), neste caso veriica-se alguns elementos comuns em ações bem sucedidas,
tais como: a governança clara e políticas públicas com continuidade, a convergência de
interesses públicos, privados e da sociedade civil, o engajamento da comunidade e o
investimento em educação e cultura. Visão de uma cidade criativa apontada por Carvalho
(2009), que seria
Aquela capaz de transformar seu contexto socioeconômico com base na
valorização da cultura local, das particularidades que fazem a diferença
de cada um e de cada parte. O que é fruto da criatividade se transforma em
potencial econômico individual e coletivo. A economia criativa tem o poder
de transformar, de mudar, de dividir, de repartir e de incluir. [...] estimula os
talentos, a diversidade e dá condições para que se agregue valor econômico e se
dê vazão à geração de negócios [...]. (CARVALHO, 2009: 18).
Para Pardo (2009), não há dúvida que uma governança democrática é essencial,
pois além de gerar consenso e coniança, diminuiria riscos diversos. Sem um processo
equitativo, o progresso gerado além de inferior, geraria custos elevados e um esforço
superior por parte de todos os agentes. Assim, Martins (2009) indica que o esforço
isolado de governantes para tornar lugares em cidades criativas, não valeria à pena sem a
adesão dos que vão usá-las e vivê-las. Portanto, é importante integrar e criar uma relação
harmoniosa entre os que têm a força das ideias e aqueles que têm o poder para que as
cidades criativas se desenvolvam, a considerar movimentos autônomos de dinâmicas
178/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 169-198
criativas, que deveriam ser apoiados, reconhecidos, promovidos e incentivados pelos
poderes públicos das cidades. Verhagen comenta:
A economia criativa prospera com o talento. […] formada por empresas novas
e pequenas. Quando os governos se perguntam como podem [estimulá-la] [...],
uma das respostas é: criando um clima amistoso para as empresas iniciantes,
de modo que mais pessoas comecem seus próprios negócios. [...] capaz de se
reinventar continuamente. (VERHAGEN, 2009: 114-115)
Conforme veriica Pardo (2009), é na comunicação das novas ideias que se veriicaria
um facilitador para o desenvolvimento e a transformação de novos produtos e serviços.
Assim, o fator inovativo deveria ser visto como resultado da viabilidade para geração de
uma criatividade, que também promoveria valores de mudança, melhoria e progresso
em todas as atividades econômicas, sociais e culturais, aprimorando a qualidade de
vida socioambiental e contribuindo para elevar atratividade de uma cidade em um
cenário econômico.
Neste contexto, caberia uma relexão a cerca da sustentabilidade, que possui
intrincada as dimensões socioambientais, por vezes percebidas como contraproducentes
diante da dimensão econômica, unidimensional se considerada como mais nobre. Desta
maneira, para ins evolutivos, ao que parece os meios acabam por justiicarem alguns ins,
uma relação direta à gentriicação6 como consequência de uma proposta de renovação
urbana que não seja democrática e participativa. Como problemática, ocorre a remoção
de antigas comunidades de camadas sociais sem poder aquisitivo ou não conectadas
culturalmente a um projeto urbano proposto, sendo expurgados normalmente pelos que
detêm força política e poder aquisitivo, sem se preocuparem em oferecer proposições
mais humanizadas e respeitosas. Projetos condizentes ao próprio discurso de estímulo à
criatividade, um ativo considerado universal, deveriam propor transformações e acima de
tudo serem inclusivos, visando capacitar esses atores de forma justa na busca de resoluções
concretas e pertinentes, inserindo-os em um processo inovativo e transformador para que
participem ativamente na construção de uma cidade criativa.
Para além de resolver problemas de forma incomum, o desaio crucial está em como
as cidades podem tornar visíveis seus atributos criativos no seu ambiente físico, e assim,
a capacidade de se comunicar de forma icônica torna-se fundamental. É o que indica
Landry (2013). Ao se pensar sobre as narrativas das cidades, Vivant (2012) ressalta que
as descobertas cientíicas e os pequenos prazeres da vida estão no coração desses núcleos
6
Ver MONTEIRO, C; LIMEIRA, J. Revitalização, Habitação e Gentriicação. In: LACERDA, N.; ZANCHETI,
S. M. Plano de Gestão da Conservação Urbana: Conceitos e Métodos. Olinda, PE: CECI, 2012. p. 262-278.
Disponível ct.ceci-br.org/ceci/br/publicacoes/livros/164-livros.html Acesso 09 mai. 2016.
Las ciudades creativas: una mirada sobre las iniciativas artísticas, creativas y
culturales de Ivoti, RS, Brasil
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urbanos e deinem-se pela qualidade de serendipidade7 8. Um caráter próprio da caminhada
e deambulação, em que os acasos na cidade oferecem ao passante surpresas, associações
inéditas, encontros improváveis e fortuitos. Elementos que alimentam a criatividade,
momentos em que os criadores fazem emergir novas ideias, e que propõem novas formas
e maneiras de fazer. Conforme aponta o autor (ibid.: 83), o “passante, ao sabor de seu
humor, circula, demora-se, volta-se e descobre, na esquina de uma rua, uma passagem
coberta, uma loja inédita, uma construção surpreendente”.
Para Rotem (2009), os territórios em espaços públicos são deinidos pela sua regulação
espacial, portanto, ao analisá-los, são reveladas atividades potenciais esperadas e/ou
inesperadas, em que vários encontros e movimentos podem ocorrer. A diferença encontrase na mentalidade das pessoas quanto ao uso que fazem destes espaços, que devem
oferecer a possibilidade de atividades diversas que possibilitem a liberdade de escolha,
como participar de manifestações políticas, de procissões religiosas, apenas cruzar a rua
para pegar o ônibus, ou correr no parque ouvindo música. Ou seja, “o que fazer, com quem,
como e por quê. Essa liberdade é o que as pessoas criativas querem” (ROTEM, 2009:
141; 147). Fica claro que a história de uma cidade criativa dá-se através de experiências
culturais, um fenômeno global que nitidamente oportuniza a distinção de um lugar, em
função de virtudes percebidas e narradas.
Reis (2012) airma, a cultura nas cidades criativas representa sua digital. É justamente
o que lhes oferece singularidade e uma ininidade de entrelaçamentos que geram impactos
e benefícios socioeconômicos, que favorecem a construção de ambientes criativos para o
que é diferente. As cidades criativas são generosas quanto às suas conexões com a região,
seu país e com o restante do mundo, logo, “conexões entre público e privado; conexões
entre diversidades; conexões entre o tangível e o intangível; conexões entre as chamadas
‘áreas de saber’, já que a criatividade é transversal a todas elas” (REIS, 2012: 151). É
importante ressaltar que, o aspecto crucial nas cidades criativas não centra-se sobre qual
setor aplicar essa criatividade, mas sim, de qual fonte esta emana, isto é, seus talentos
criativos. Aponta portanto que,
Esse deslocamento de ênfase – do destino para a origem – e sua potencial
mobilidade entre setores e proissões trazem impactos profundos na forma
como capacitamos nossos talentos. [A] cidade criativa [está] em permanente
estado de transformação; é uma cidade em processo, em vez de uma cidade
que se oferece como produto; tem uma cultura própria [...], com abundância
7
Serendipidade é a aptidão, faculdade ou dom de atrair o acontecimento de coisas felizes ou úteis, ou de descobrilas por acaso. A etimologia da palavra inglesa serendipity que foi cunhada em 1754 pelo escritor inglês Horace
Walpole, advém de um antigo conto persa intitulado ‘Os três príncipes de Serendip’, cujos heróis sempre davam
com coisas sem ter procurado por elas. Disponível houaiss.uol.com.br/busca?palavra=serendipity Acesso 09
mai. 2016.
8
A deinição de serendipidade associa-se ao termo lâneur, que representa andar ociosamente, sem rumo ou sentido certo,
lanear ou lainear é um vaguear, perambular ou deambular, seria um avançar lentamente e sem direção certa. Do francês
lâner (1808) e na forma lanner, o vocábulo de origem em dialeto documentado em 1645 na Normandia, só tardiamente
entrou no uso geral. Disponível houaiss.uol.com.br/busca?palavra=lanar Acesso 09 mai. 2016.
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de inovações e múltiplas conexões. [...] [Portanto, uma] mudança de prisma
e necessária, se quisermos encontrar soluções para nossos problemas de
conexões intraurbanas – o pior deles, a mobilidade. (REIS, 2012: 151).
Para Vivant (2012), a importância das cenas e dos espaços da criatividade artística of,
na constituição de um sistema de produção através de zonas de intemperança, lugares
de imprevistos e surpresas urbanas. Uma forma de respiro para que seus habitantes e
visitantes saiam da rotina e dos hábitos cotidianos. A reputação of ultrapassa a comunidade
e inscreve-se numa história coletiva da vida cultural e artística da cidade, que vai além
da representação da cidade, elementos essenciais de sua imagem, que, por meio dessas
cenas oferecidas em espaço de expressão para diversos gêneros musicais, revitalizam e
reinventam a paisagem cultural e noturna das cidades. O que pode sugerir uma ideologia
elitista, a qual Reis (2012) esclarece,
[nas] cidades criativas, de modo mais amplo, e [na] economia criativa, de modo
mais especiico, só serão mais inclusivas se forem realizados investimentos
que capacitem e gerem um ambiente favorável a participação das classes
desfavorecidas na dinâmica criativa. A criatividade tem pouco impacto, se não
se converter em inovação – econômica, social, cultural, urbana. A inclusão não
requer medidas assistencialistas e sim de empreendedorismo, capacitação,
pesquisa e infraestrutura. (REIS, 2012: 103).
Landry (2013) airma que nas regiões urbanas com foco estratégico adequado, a
criatividade atua como roteiro para os diversos fatores, o que contribui para explorar
os recursos socioambientais, desenvolvendo-os cada vez mais. Portanto, a cultura
da curiosidade deveria ser uma competência utilizada para moldar tecnicalidades do
planejamento e desenvolvimento urbano, suas normas e regimes de incentivos. Assim,
o estímulo criativo não viria a ser um complemento marginal para avaliação de assuntos
importantes, do contrário, determina o modo de pensar de uma cidade, sobre si mesma,
e contribui para sua visão de futuro. Todavia, Vivant (2012) alerta, instrumentalizar a
cultura não tem sentido algum se não houver a devida apropriação da história local e a
construção de uma política cultural alinhada.
A criação de novos equipamentos culturais visa dotar a cidade de uma
infraestrutura de prestígio, em torno da qual se articula o conjunto do projeto
urbano. [...] certos atrativos, como os museus, constituem destinações turísticas
por si sós e geram recursos econômicos, beneiciando toda a cidade. [...] esses
equipamentos são concebidos como ferramentas de reestruturação urbana,
criando novas centralidades e novos luxos e contribuindo para [...] reabilitação
simbólica da cidade. (VIVANT, 2012: 71-72).
Reis (2012) enfatiza, a ludicidade é o modo de incremento da criatividade nas cidades
criativas, fazendo-as serem sentidas e conferindo-as sentido. Ênfase que Vivant (2012:
71) também aborda ao airmar que “a cultura desempenha um papel predominante,
como vantagem comparativa em matéria de oferta de serviços e, ao mesmo tempo, como
ferramenta de transformação e de desenvolvimento econômico”. Portanto, conforme
Las ciudades creativas: una mirada sobre las iniciativas artísticas, creativas y
culturales de Ivoti, RS, Brasil
Luciano Schmitz, et al. /181
ressalta Landry (2013), faz-se necessário compreender o urbanismo, assim como a
dinâmica e o iconismo das cidades criativas de forma holística, por meio de uma cultura de
franqueza e curiosidade essencial, o que envolve adotar um espírito que valorize o debate,
o pensamento crítico e o aprendizado, para que então as cidades criativas ofereçam algo
para a sociedade e o mundo.
Há de se reletir quanto aos processos evolutivos instaurados, visto que mecanismos
exógenos nem sempre são devidamente apropriados para uma realidade endógena,
gerando o expurgo daqueles que não são compreendidos como apropriados para um
projeto urbano. Como relexo direto que afeta densamente diversas camadas não
percebidas, faz-se necessário que o verdadeiro sentido de narrativa seja compreendido
como aquela que descreve como as coisas são, promovendo transformações e mudanças
de forma propositivas e não puramente desenvolvimentistas e intervencionistas. Na
perspectiva benjaminiana, como abordado por Rocha e Eckert (2000), situação que é
[...] agonizante das tradições e a morte da narrativa, torna-se uma ameaça uma
vez que a perda signiicativa da transmissão de experiências que dizem respeito
à compreensão e interpretação do passado, cujo ato de rememoração resgata,
tende a sobrepujar a angústia do esquecimento, numa orgulhosa inscrição
das obras humanas para além das funções sociais que cumprem e os lugares
históricos que ocupam. (ibid.: 3-4).
Ou seja, um roteiro de virtudes econômicas, sociais e ambientais, deve ser um processo
orgânico e idedigno, sem que ocorram esquecimentos sem limites como subterfúgio para
obras ditas como mais nobres. Considera-se que a narrativa de uma cidade está atrelada
a cultura, as tradições e as experiências históricas, tal como pela sua possibilidade de (re)
construção de uma identidade social em tempo que nela própria se debruça a condição
ideologicamente instauradora para uma identidade pessoal, tornando-se formadora de
jogos de memória (ibid.: 3), percebidas como lúdicas e de compromisso humano.
Marinho (2009) enfatiza que há a necessidade de uma cultura de tradição estética, de
um entendimento antropológico de que tudo é cultura, e de uma visão de mercados culturais
como lugares de trocas. Assim, se fundaria a lógica de uma economia culturalmente
diversiicada, para subsidiar uma economia criativa e cidades criativas baseadas no modo
contemporâneo de produzir em uma sociedade do conhecimento. Tal ênfase centra-se
na busca da remuneração simbólica, do intangível e do imaterial, em consonância com
as expectativas do mundo atual, para que se construam cidades criativas ou para que
revitalizem os usos das cidades tradicionais com criatividade. Aponta-se que, a economia
da criatividade e do conhecimento precisam
[...] identiicar novas forças produtivas; utilizar mão-de-obra preparada,
formada e consciente de suas crenças e valores. As cidades e territórios
passam a ser vistos como cenários que facilitam a diversidade cultural através
da arquitetura, dos equipamentos de entretenimento, da museologia e a da
arqueologia. Tais elementos favorecem o intercâmbio, a troca e estimulam a
competitividade a partir de cadeias de valor. (MARINHO, 2009: 258-259).
182/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 169-198
Reis (2009) esclarece sobre as transformações pelo mundo, em que a criatividade
fora considerada de suma importância, oportunizando o surgimento de novos modelos
de entendimento e de organização por meio dos setores criativos. Estes incutiram
um novo vigor econômico e cultural nos setores industriais tradicionais, ancorados no
reconhecimento intangível da criatividade. Se formaria daí uma economia criativa, na qual
apresenta-se
[...] uma nova lógica econômica, fomentadora de modelos alternativos de
organização de negócios, de proissões antes inexistentes, fortemente respaldada
pela expansão do conceito de cadeia setorial para o de redes de valor integradas,
por processos colaborativos e pela valorização das singularidades locais. Os
resultados econômicos, culturais e sociais obtidos pelas cidades mais atentas
a essas dinâmicas são muito inspiradores. [...] No Brasil, [há] uma perniciosa
falta de articulação entre as políticas necessárias ao desenvolvimento de um
programa concatenado de economia criativa, envolvendo desenvolvimento,
tecnologia, educação, turismo e [...] a própria cultura. (REIS, 2012: 150).
Vivencia-se um momento de transição dos padrões culturais, que reletem diretamente
na forma como se consome. Ao mudar os princípios, provavelmente novos hábitos ditarão
as regras. E como airma Howkins (2009), a criatividade pode desabrochar em qualquer
local, mas
[...] precisamos de diversidade, mudança, aprendizado e adaptação, com
abrangência e escala suicientemente amplos. Precisamos de lugares com mais
pessoas, mercados mais ativos, um ambiente construído adequado e [...] redes
de banda larga. [...]. [Assim.] o aprendizado é mais rápido, a colaboração é mais
fácil e a novidade é mais estimulante. Em outras palavras, [esses locais] são
cidades criativas. (HOWKINS, 2009: 126).
Pardo (2009) reforça que a economia criativa pode ser eicaz para promover equidade
e felicidade, se for gerida por políticas que incorporem os critérios de inclusão social e
desenvolvimento. Entretanto, são as pessoas o ativo mais importante que com suas
capacidades: criativa, cultural, cientíica, técnica e artística, poderiam se tornar a base
para as cidades se transformarem em sistemas inovadores, sendo fundamental:
Tradição e força cultural; abertura a novas ideias e mestiçagem cultural;
qualidade de educação básica e superior; infraestrutura de pesquisas, básicas
e aplicadas; dinamismo empreendedor do tecido empresarial, institucional e
cidadão; condições para gerar sinergias [entre] iniciativas públicas e privadas.
(PARDO, 2009: 89).
Conforme Marinho (2009), esse fenômeno pode ser compreendido a partir de dois
eixos. No primeiro, a economia da cultura, entendida como um conjunto de atividades
cuja essência é a interação entre patrimônio imaterial e tecnologia de ponta, em que a
preocupação centra-se no desenvolvimento de mecanismos que garantam a propriedade
intelectual. Tal corrente de pensamento foca prioritariamente nas cadeias produtivas
Las ciudades creativas: una mirada sobre las iniciativas artísticas, creativas y
culturales de Ivoti, RS, Brasil
Luciano Schmitz, et al. /183
da música, do audiovisual, das mídias, da animação, das artes plásticas e cênicas e da
publicidade, como setores que impulsionam a economia. E no segundo eixo, a culturização
da economia, percebida como uma corrente que esforça-se em concentrar a utilização de
informações culturais para agregação de valor à segmentos tradicionais, como turismo,
moda, decoração, artesanato, patrimônio arquitetônico, entre outros, que permitam
o surgimento do turismo cultural derivado da revitalização de áreas históricas e da
preservação do patrimônio arquitetônico (MARINHO, 2009: 253-255). Para o autor (ibid.),
a cultura é considerada o novo pilar de desenvolvimento, visto que o binômio da cultura e
da educação assume um papel central na construção e consolidação de uma sociedade do
conhecimento. A cultura como sistema propicia interdependência para ser estabelecida
uma economia diferenciada. Neste sentido, alguns paradigmas são fundamentais:
(1) articular diferentes formas de manifestações culturais que se complementam,
gerando economias de escala; (2) ampliar as oportunidades de ofertas culturais
em determinadas regiões, atraindo consumidores que buscam turismo e
entretenimento responsável; (3) promover a convergência de ações para a
criação de novos mercados; e (4) validar que os insumos básicos desse mercado
são a inovação e a imaterialidade para a geração de novos produtos e negócios.
(MARINHO, 2009: 257-258).
Com o propósito de elaborar e disponibilizar uma ferramenta para organização
no âmbito das expressões culturais e de aplicações funcionais, considerando aspectos
nacionais vinculados aos modos de produção sociais e econômicos, o Ministério da Cultura
indica o escopo dos setores criativos a serem contemplado por políticas públicas.
184/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 169-198
Quadro 1: Escopo dos Setores Criativos
Quadro 1: Escopo dos Setores Criativos (MINC, 2011: 21).
Entende-se que a economia criativa é sedimentada por elementos intangíveis e
imateriais, como o conhecimento, a criatividade e a cultura. Tais elementos, representam
capacidades, habilidades e talentos, ora inatos ora incentivados, aptos a serem aplicados
em inúmeros setores, sejam eles criativos ou não. Se uma sociedade encontra-se arraigada
à uma cultura industrial, moderna e evoluída, há de se esperar que suas instâncias
econômicas respondam coerentemente, de forma que sejam abertas, construtivas,
equitativas, lexíveis e luídas. Ao que parece, nossa sociedade se apresenta ainda
distante de tais qualidades, longe da possibilidade de colocar em prática um discurso
compreendido como pós-industrial, pós-moderno e equilibrado. Portanto, deve-se
atentar para as colocações apresentadas pelo Ministério da Cultura, dada a percepção da
sustentabilidade e diversidade cultural como fatores de desenvolvimento, a inovação pode
ser entendida como vetor da cultura e de expressões de vanguarda, que depende de uma
inclusão produtiva. Assim, a cidade criativa com uma economia criativa forte depende de
dinâmicas socioculturais estabelecidas por meio de ciclos de criação, produção, circulação
e fruição de bens e serviços, caracterizados pela prevalência de sua dimensão simbólica.
Las ciudades creativas: una mirada sobre las iniciativas artísticas, creativas y
culturales de Ivoti, RS, Brasil
Luciano Schmitz, et al. /185
Oriundo dos setores criativos, tal processo depende de atividades produtivas que têm
neste, principalmente, atos criativos geradores de valor simbólico, elemento formador de
preços e resultante da produção de riqueza cultural e econômica (MINC, 2011: 22-23; 32).
4. Contexto Histórico e Cultural de Ivoti, RS
O munícipio de Ivoti localiza-se a 55,7 km de Porto Alegre via BR-116, principal rota de
ligação das cidades metropolitanas e a capital do Rio Grande do Sul, no Brasil. A população
estimada é de 21 mil habitantes, sendo 91% alfabetizados, possui um índice de IDHM de
0,784. Em uma área de 63,15 km², já conta com uma frota de 14.090 mil veículos (9.116
automóveis e 1.657 motocicletas) circulando em seus 98 km de vias públicas pavimentadas
e 80,74 km não. Seus habitantes contam com 6 escolas de educação infantil (6 municipais e
4 particulares), 12 escolas de ensino fundamental (2 estaduais, 9 municipais e 1 particular),
2 escolas de ensino médio (1 estadual e 1 particular) e 1 escola particular de ensino superior
(IVOTI, [201-], online).
Atualmente, o desenvolvimento econômico do município é baseado, principalmente,
nos setores primário e secundário, a partir do cultivo de acácia negra, hortifrutigranjeiros,
lores, laticínios, sucos, milho, mandioca, feijão e ração, além das indústrias de calçados,
couros e malhas. O PIB per capita é de R$ 29.689,27 mil reais e conta com 1.173 mil
empresas locais, 7.435 mil pessoas assalariadas que recebem em média de 2,3 salários
mínimos e um total de 9.176 mil pessoas ocupadas (IBGE, [201-], online). Em relação a
comunicação, atualmente conta com um jornal diário, uma revista mensal e uma rádio
comunitária. Ivoti conta ainda com 4.308 mil linhas telefônicas e internet (IVOTI, [201-],
online).
Com altitude de 127 metros acima do nível do mar, é uma das primeiras cidades da
encosta da serra, roteiro turístico que contempla outras cidades (IVOTI, [201-], online).
[...] São Leopoldo, Novo Hamburgo, Estância Velha, Ivoti, Dois Irmãos, Morro
Reuter, Santa Maria do Herval, Presidente Lucena, Linha Nova, Picada Café,
Nova Petrópolis, Gramado, Canela e São Francisco de Paula são as cidades
que compõe a Rota Romântica. Um caminho emocionante, com fortes valores
culturais e diversos atrativos a oferecer. Identiicada ao longo do roteiro, a
preservação da cultura germânica herdada dos imigrantes é percebida nas
festas típicas, jardins esplendorosos, feiras coloniais, bandinhas típicas, grupos
folclóricos... Além da viagem cultural, a região propicia o contato com a natureza
exuberante. As atividades são variadas, como ecoturismo, prática de esportes
radicais e trilhas. Oferecendo igualmente para os visitantes mais urbanos,
excelentes atrativos citadinos e badaladas noites, além de feiras comerciais e
oportunidade de turismo de negócios. (AMRR, [201-], online).
De colonização predominante alemã, a cidade se emancipou em 1964 e em 1966
recebeu imigrantes japoneses que hoje formam a maior colônia japonesa do estado. As
culturas alemã e japonesa mesclam-se em torno de uma identidade própria. Fica em Ivoti
186/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 169-198
o maior núcleo de casas do Brasil construídas no estilo enxaimel, local que deu origem à
Linha 48, uma das colônias formadoras de Ivoti, e que hoje abrigam o Museu Municipal, os
Departamentos de Cultura e de Turismo, bem como a Casa do Artesão. Com suas belezas
naturais e suas riquezas culturais a cidade faz parte da Rota Romântica (IVOTI, [201-],
online).
Inicialmente, a região era habitada por nômades, indígenas Kaigang que se deslocavam
do Uruguai até os campos e planaltos do Rio Grande do Sul, em busca de alimentos.
Recebeu em meados de 1826, diversas famílias de origem germânica e aos poucos a
colônia foi crescendo. Assim, ocorreram as ocupações territoriais: a área anteriormente
utilizada pelos índios para coleta de alimentos passava a ser ocupada pelas plantações
dos imigrantes, e portanto, “os índios só se inserem na história do município como o
agente perturbador da ordem social, o saqueador, o selvagem sem respeito, que ousava
incomodar gente de bem” (KREUTZ, 2013). Tal relato, resgata um recorte histórico que
aponta como estes fatos podem ter inluenciado a cultura atual, percebida ao senso comum
como fechada, tanto os alemães como no caso dos japoneses.
Mais tarde, pela ação de bandeirantes paulistas, foram criadas estradas e a região
passou a ser percorrida no século XVIII por tropeiros, quando foi inserida no processo de
colonização do país. Em função de sua localização geográica e proximidade com a estrada
principal que ligava o Vale dos Sinos a Porto Alegre, a cidade passou a servir de entreposto
comercial para agricultores que trocavam milho, feijão e aipim por outros produtos como
tecidos, tamancos de madeira e louças. Em 1867, a região passou a ser conhecida como
Bom Jardim, época que ainda era distrito de São Leopoldo – RS. O nome Ivoti surgiu
em 1938, como referência ao tupi-guarani ipoti-catu, que signiica lor bonita (KREUTZ,
2013), uma forte identidade com a tradição do plantio de lores, razão pela qual Ivoti é
considerada a cidade das lores (IBGE, [201-], online).
Assim, tem-se que a riqueza cultural da região se traduz em iniciativas artísticas,
criativas e culturais, com traços das heranças europeia e asiática, que destaca a tradição
cultural, a identidade local e sua história distinta, única e não copiável. Aspectos estes de
maior relevância e importância para o processo de reconhecimento do seu potencial como
uma cidade criativa, o que se veriica na sequência de informações a seguir sobre os dados
da pesquisa de campo.
4.1 Levantamento de iniciativas artísticas, criativas e
culturais em Ivoti, RS
Na visitação à cidade, realizou-se entrevistas através de um roteiro semiestruturado,
junto à equipe do Departamento da Cultura e do Turismo de Ivoti, RS, com base no Quadro
1 apresentado acima, para compor a Tabela 1 apresentada abaixo.
Las ciudades creativas: una mirada sobre las iniciativas artísticas, creativas y
culturales de Ivoti, RS, Brasil
Luciano Schmitz, et al. /187
Tabela 1: Pesquisa de iniciativas artísticas, criativas e culturais
Escopo
Setores
Criativos
Iniciativas artísticas, criativas e culturais apontadas pelos departamentos da
cultura e do turismo de ivoti, rs, em entrevistas realizadas entre junho e julho
de 2015
Campo do Patrimônio
Patrimônio
Material
Ponte do Imperador (1857-1864); Núcleo de Casa Enxaimel; Museu Municipal Cláudio Oscar
Becker; Casa Amarela; Antiga Igreja Matriz; Casa Holler (maior casa enxaimel do RS); Casa
Bervian; Casa Staudt; Antiga Subprefeitura (atualmente funciona o CRAS); Casa de Heinrich
Müller; Casa Albino Müller; e, Sociedade de Canto Concórdia; Belvedere com mirante
para vista panorâmica; O Buraco do Diabo (Teufelsloch); O Pórtico no acesso principal,
construído em pedra arenito e estrutura enxaimel; Paredões de escalada localizados no
Camping do Bene.
Patrimônio
Imaterial
A cultura japônica e germânica, costumes e comida típica; Sociedade Concórdia de Canto
(1924); Sociedade de Canto Harmonia que reúne bandinhas típicas (1920); manifestações das
Religiões Afro Descendentes e a cultura de oferendas realizadas próximo ao Rio Feitoria.
Arquivos
A Biblioteca Machado de Assis guarda inúmeros registros.
Museus
O Museu Municipal Cláudio Oscar Becker, que mantém um acervo doado pela comunidade
ivotiense, retrata aspectos de decoração e utensílios domésticos de época.
Campo das Expressões Culturais
Artesanato
Associação das Bordadeiras de Ivoti; Casa do Artesão; Bambu Japonês da Colônia Japonesa.
Culturas
Populares
Kerb realizado em janeiro; Feira do Mel da Rosca e da Nata realizada em maio; Entreposto
e Casa do Mel; Bailes típicos nas sociedades da região; Festas tradicionais realizadas
no Memorial da Colônia Japonesa; Feira Colonial realizada no quarto domingo de cada
mês; Feira Agroecológica realizada nas quartas-feiras na Praça Emancipação; Feiras de
produtos coloniais, que ocorrem no segundo e terceiro domingo todos meses no Núcleo
de Casas Enxaimel; Kolonistenfest que comemora a imigração alemã no estado; Em
setembro comemora-se a semana Farroupilha; Em outubro o dia das crianças; A Feira das
Flores, que valoriza o hábito dos moradores que cultivam jardins em frente às suas casas e
comemoração do aniversário da cidade em 19 de outubro; Festa de Natal realizada no Núcleo
de Casas Enxaimel; Feira Municipal do Livro realizada em maio; Comemoração de São
Pedro e Festa de São Cristóvão; o Oktoberfest realizado em outubro. Também são citados
empreendimentos como a Cachaçaria Weber Haus que a mais de meio século começou com
sua produção orgânica artesanal e hoje referência nacional; e os Vinhos Berwian, que utiliza
em sua produção técnicas de fabricação alemã; Empresa de embutidos de Ewald Pahler que
preserva a tradição da linguiça alemã.
C. Indígena
N/A
Cul. Afro
Manifestações Afro são realizadas nas proximidades do Rio Feitoria.
Artes Visuais
Existe um registro documentário sobre os 180 anos de imigração na cidade. Também foi
apontado o artista Mauricio Weber no campo das artes visuais.
Campo das Artes de Espetáculo
Dança e
Teatro
Raízes da Paz, grupo de dança folclórico brasileiro; Programa Lazer Unindo Gerações
(PLUG), oferece oicinas de teatro e dança para mais de 1.000 mil crianças, jovens, adultos e
idosos.
188/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 169-198
Tabela 1: Pesquisa de iniciativas artísticas, criativas e culturais (Cont.)
Escopo
Setores
Criativos
Iniciativas artísticas, criativas e culturais apontadas pelos departamentos da
cultura e do turismo de ivoti, rs, em entrevistas realizadas entre junho e julho de
2015
Música
Banda Toar, Casual Rock e Sociedade de Canto Harmonia e Concórdia. Instituto ASCARTE,
atua com instrumentos de corda, oferece convênio com escolas municipais, e projetos que
beneiciam a região. Bandas marciais escolares. São realizadas apresentações de música ao
vivo nos Bares Santa Avenida, Pub Garagem 23 e no Boliche.
Circo
N/A
Campo do Áudio Visual e do Livro, da Leitura e da Literatura
Cinema e
Vídeo
Existe um registro documentário fílmico sobre a cidade, que retrata os 180 anos de imigração
germânica; Não há um cinema na cidade, porém existem apresentações nos ginásios locais dos
curtas produzidos pelas escolas com apoio do PLUG (Programa Lazer Unindo Gerações).
Publicações
e Mídias
Impressas
Livros: Lea Cassol; Herta Sporket Patro; Dramas, Comédias e Tragédias nas picadas de Bom
Jardim/Ivoti; Marcia Funke Dieter escritora de literatura Infantil; Liane Veiga Copke; Roque
Amadeu Kreutz – Bom Jardim – Ivoti; Jornal Destak; O Diário; e, Revista Mix Social.
Campo das Criações Funcionais
Moda
Empresas do segmento de confecção que criam e comercializam seus produtos, entre estas
empresas foram citadas: Viva Bordados; Dass Outlet (West Coast); e, Miss Blue.
Design
Instituto Superior de Educação de Ivoti oferece cursos técnicos em Informática e Design;
Oicina da madeira (especializada em móveis); CF Stands (atua com cenograia para feiras e
eventos).
Arquitetura
Ponte do Imperador (1857-1864); Núcleo de Casa Enxaimel (1826-1950); Praça das Flores; do
Skate; Emancipação; Concórdia; Neldo Holler.
Arte Digital
N/A
Fonte: Elaborado pelos autores.
Durante a pesquisa de campo, também foram realizadas visitas em locais icônicos
relatados e/ou identiicados em divulgações (IVOTI, [201-], online), com intuito de
acrescer ao estudo maior apropriação empírica, somando-se aos registros fotográicos9
que seguem abaixo.
9
Outras imagens podem ser localizadas em: RS – O Buraco do Diabo (Teufelsloch), a Ponte do Imperador ... (em 88 fotos).
Disponível skyscrapercity.com/showthread.php?t=1434134 Acesso 09 mai. 2016.
Las ciudades creativas: una mirada sobre las iniciativas artísticas, creativas y
culturales de Ivoti, RS, Brasil
Luciano Schmitz, et al. /189
Figura 1: Núcleo de Casas Enxaimel
Fonte: Registro fotográico realizado pelos autores.
Nas imagens da Figura 1, pode-se veriicar as antigas moradias construídas por
imigrantes alemães, que segundo dados da prefeitura, o município conta com o maior
número núcleo de casas enxaimel do Brasil.
Figura 2: Feira Colonial e Diversidade do Município
Fonte: Registro fotográico realizado pelos autores.
As imagens apresentadas na Figura 2 mostram o local onde são realizadas a feira
de produtos coloniais e o tradicional jogo de baseball na Colônia Japonesa, onde são
proporcionadas oportunidades de experimentação e de vivências que a diversidade
cultural oferece.
190/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 169-198
Figura 3: Praça Neldo Holler
Fonte: Registro fotográico realizado pelos autores.
Na Figura 3 destaca-se a Praça Neldo Holler, projetada por Roberto Burle Marx, em
1990, projeto único realizado no estado pelo reconhecido arquiteto brasileiro. Também
estão em seu currículo, jardins como o do Palácio Itamaraty, do Aterro do Flamengo e da
Unesco em Paris.
Figura 4: Ponte do Imperador
Fonte: Registro fotográico realizado pelos autores.
As imagens da Ponte do Imperador podem ser vistas na Figura 4. Obra realizada entre
os anos de 1857 e 1864, para promover o escoamento da produção local, possibilitando o
desenvolvimento da região. Em 1986, tornou-se patrimônio histórico nacional, tombado
pelo Instituto do Patrimônio Histórico e Artístico Nacional (IPHAN). A construção,
localiza-se à 1 km do centro da cidade, mede 148 metros de comprimento e possui largura
que varia de 7,7 a 14,2 metros, recebe este nome em homenagem a D. Pedro II (IVOTI,
[201-], online).
Las ciudades creativas: una mirada sobre las iniciativas artísticas, creativas y
culturales de Ivoti, RS, Brasil
Luciano Schmitz, et al. /191
Figura 5: Vias de escalada em parede de arenito, localizadas no
Camping do Bene
Fonte: Registro fotográico realizado pelos autores.
Pode-se apontar dois outros exemplos de iniciativas com potencial para o
desenvolvimento da cultura, do entretenimento e da gastronomia para a comunidade
local e para os seus visitantes: o Pub Garagem 23, reconhecido por oferecer cervejas
artesanais da região e de todo o mundo, e, pelo acesso aos cervejeiros e os amantes da
produção artesanal cervejeira; e ainda, o Camping do Bene, reconhecido pelos seus
tradicionais paredões de rocha utilizados para escalada esportiva que, em 2014, ofereceu
uma competição paralela de escalada, a “Piscino Blox”10, um muro montado na borda de
uma piscina em que o competidor que não completar o circuito cai na água. Além dos
diversos esportistas que vêm de todo o País para conhecer seus paredões e vias de escalada,
respectivamente reconhecidos como referência em seus setores de atuação, esses locais
também atraem pessoas interessadas em provar as novas cervejas artesanais oferecidas ou
para vivenciar uma das maiores vias de escalada em rochedo do país.
A partir do conceito de cidades criativas, as relações com o escopo dos setores criativos
a que se fez o levantamento proposto, juntamente com entrevistas realizadas e os registros
fotográicos apresentados, encaminha-se para uma análise comparativa que segue.
5. Relexões de Apoio
Conforme identiicado nesta pesquisa observa-se que Ivoti tem as características
mencionadas e presentes nas cidades criativas, de acordo com o apresentado e comentado
na sustentação teórica, a saber: 1. Potencial de iniciativas criativas. 2. Existência de
comunicação e cooperação entre os atores locais. 3. Mentalidade onde as pessoas se
convertem em agentes de transformação. 4. Mobilização cidadã. 5. Existência de uma classe
criativa em Ivoti. 6. Ivoti é mantida limpa, verde e segura, como mencionado importante
10
Evento de montanhismo acontece em Ivoti: Caldeirão do Behne reúne escaladores de todo o Brasil na cidade. Disponível
redeglobo.globo.com/rs/rbstvrs/patrola/noticia/2014/12/dica-do-patrola-evento-de-montanhismo-acontece-em-ivoti.html
Acesso 09 mai. 2015
192/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 169-198
para as cidades criativas. 7. Possui relevantes valores sociais e mais humanos. 8. Ivoti tem
governança democrática. 9. Ivoti possui elevada qualidade de vida socioambiental.
No campo do patrimônio, veriica-se que Ivoti, RS preserva seu patrimônio material,
apesar ter sido identiicado, durante a pesquisa de campo, notícias sobre enchentes11 que
agravam a conservação12 de algumas das estruturas listadas como as mais importantes,
apesar da indicação de ações que visem sua salvaguarda13. Outras tantas estruturas
arquitetônicas localizadas no município indicam a relevância deste aspecto. Em relação
ao patrimônio imaterial, tem-se o incentivo das tradições como os imigrantes japoneses e
alemães, e outras não reconhecidas como as manifestações religiosas de afro descendentes.
Em arquivo, identiicou-se em uma biblioteca o resguardo de inúmeros registros culturais
e históricos. Em museus, localizou-se o museu municipal que preserva acervos e narra
histórias de antigos moradores do local.
Reis (2009) cita, Guaramiranga, no Brasil, como exemplo de cidade que incentiva a
criatividade através da recuperação de áreas degradadas, convidando habitantes e turistas
a utilizarem esses ambientes. Pode-se veriicar, como retratado na Figura 1, o zelo pelo
seu patrimônio histórico material e imaterial, a exemplo da conservação do Núcleo de
Casas Enxaimel, bem como o fomento de iniciativas culturais por meio de apresentações
realizadas neste local. Tal como é o caso da Figura 5, que retrata atividades ao ar livre
no Camping do Bene, local que proporciona um forte desempenho turístico em novos
atrativos, alternativas destacadas por Marinho (2009) e Vivant (2012).
Ao que Landry (2013) aponta, é importante que os cidadãos percebam-se como
construtores, formadores e cocriadores de sua experiência, sendo o resultado desta
percepção evidenciado em alguns eventos identiicados, como a Feira do Produtor, por
exemplo, que atrai em torno de 50 mil pessoas para a cidade em cada evento realizado,
trazendo desenvolvimento cultural e socioeconômico. A exemplo de outras feiras e eventos
que são promovidas no município, tanto Reis e Marco (2009) quanto Reis e Kageyama
(2011), apontam para as possibilidades criativas a partir das transformações geradas pela
diversidade cultural. Tal diversidade é apontada por Vivant (2012), como sendo capaz de
gerar uma transformação na estrutura socioeconômica, por meio de suas singularidades,
identidade e essência, como força revelada pelo dinamismo artístico e cultural.
Sobre os eventos e feiras, pode-se citá-los ainda como sendo também do campo das
expressões culturais, pois além de produtos típicos coloniais também são oferecidos
produtos do artesanato local, o que possibilitam trocas da cultura da região pela
sociabilização entre moradores e produtores junto aos turistas que visitam o município,
principalmente durante estes eventos. Em dias festivos, são realizadas apresentações
11
Dia de trabalho no Núcleo de Casas Enxaimel. Disponível odiario.net/noticia/3167/Dia-de-trabalho-no-Nucleo-de-CasasEnxaimel Acesso 09 mai. 2016
12
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Las ciudades creativas: una mirada sobre las iniciativas artísticas, creativas y
culturales de Ivoti, RS, Brasil
Luciano Schmitz, et al. /193
de bandas musicais e danças típicas, como ocorrem nos casos do Kerb (festa germânica
típica) e da Kolonistenfest (festa da colonização germânica), em que geralmente estão
conectadas à datas importantes, como a criação e emancipação de Ivoti, RS. Estas festas
reúnem milhares de pessoas que vêm em busca de entretenimento, cultura e interação
social, as quais são oferecidas em ambientes únicos e altamente propensos para o comércio
e o turismo. Neste sentido, as iniciativas culturais identiicadas e apresentadas na Tabela
1, mostram que a diversidade das culturas germânica, japonesa e afro brasileira, podem
gerar um ambiente apontado pelos autores, como sendo propício para o desenvolvimento
criativo local.
Percebe-se que as expressões culturais também recebem algum aporte. No caso do
artesanato há uma associação e um espaço especíico para divulgação e comercialização.
As culturas populares são intensiicadas por meio de diversas atividades realizadas em
calendários festivos, em que a comunidade celebra datas comemorativas e tradicionais,
além de fortalecer iniciativas produtivas de produtos alimentícios e artesanais. As culturas
indígenas, são reconhecidas apenas em registros históricos, não localizaram-se evidências
e/ou manifestações oiciais remanescentes. Nas culturas afro brasileiras, identiicouse manifestações religiosas nas proximidades do Rio Feitoria, apesar de não haver um
reconhecimento por parte do poder público local, conforme relatado em entrevista. Nas
artes visuais, além de um documentário tido como uma forma de expressão cultural, foi
indicado um artista local como reconhecido, o que talvez indique a necessidade de maior
atenção, visto que devem existir outros artistas plásticos e/ou visuais na localidade. Nas
artes de espetáculo, a dança e o teatro contam com iniciativas de diversos grupos folclóricos,
além de oicinas oferecidas para a comunidade. Na música, diversas bandas atuam de
forma independente ou com apoio realizado em projetos, que realizam apresentações ao
vivo tanto em bares quanto em escolas. Não foram identiicadas iniciativas relacionadas à
atividades circenses.
Essas grandes feiras realizadas pelo poder público local em parceria com a comunidade,
favorecem a cultura, o comércio e oportunidades de sociabilização. Segundo Vivant (2012),
tais oportunidades também se voltariam como incentivo para instalação de empresas em
setores intensivos em conhecimento e criatividade, como tecnologia da informação, mídia
e novas energias, com o objetivo de gerar empregos, arrecadação tributária e programas
educacionais, o que fortalece a participação cidadã na criação cultural, favorecendo
também o surgimento de pequenos negócios, talentos, pousadas, restaurantes e cafés,
como programas paralelos e novos segmentos que, conforme constatado, podem ser
melhor aproveitados e desenvolvidos em Ivoti, RS.
A partir de Vivant (2012) ainda é possível airmar que, existe potencial de
desenvolvimento de todos os setores criativos identiicados, ora em maior ora menor
grau, sendo que este desenvolvimento poderia criar um ambiente surpreendente e inédito,
atraindo ainda mais pessoas para o comércio e o turismo, além de gerar alternativas de
renda. Tal como Marinho (2009) assinala, as diversas características que estimulam
uma economia especíica, baseada na cultura e na tecnologia, sendo possível reforçar
as possibilidades de desenvolvimento em todos os campos criativos analisados, foram
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encontradas oportunidades de desenvolvimento de novas iniciativas relacionadas.
A exemplo do campo audiovisual, livro, leitura e literatura, em que localizou-se um
documentário sobre Ivoti, RS. Todavia, o município não oferece um cinema, mas são
realizadas exibições de produções feitas por estudantes, além de diversas publicações e
mídias de escritores e empresas locais, como livros, um jornal e uma revista.
Já no campo das criações funcionais, o município abriga diversas empresas do setor
de moda e design, incluindo instituições de educação. Como principal iniciativa, tem-se a
conservação arquitetônica formada pelo núcleo de casas enxaimel, a Praça Neldo Holler
que foi projetada por Burle Marx de acordo com o indicado na Figura 3, além da Ponte do
Imperador, que representa uma referência da arquitetura de época, tal como patrimônio
material e imaterial conforme indicado na Figura 4. Entretanto, não se identiicou
iniciativas relativas à arte digital. Como apontam Reis e Marco (2009), veriica-se
também oportunidades de investimento na atração de empresas de setores intensivos em
conhecimento, já que não constatou-se esse tipo de enfoque no levantamento realizado.
Logo, a contrapartida do poder público local seria, segundo Reis (2009), dispor de
uma governança clara, políticas públicas com continuidade, que convirjam os interesses
públicos, privados e da sociedade civil, por meio do engajamento da comunidade e
investimento em educação e cultura, a im de manter uma estrutura atrativa para os setores
criativos. Alinhado com o que Landry (2013) indica, entender o urbanismo, a dinâmica e
o iconismo de forma holística de lugares como Ivoti, deve se dar por meio de uma cultura
de franqueza e curiosidade essencial, que envolveria adotar um espírito que valorize o
debate, o pensamento crítico e o aprendizado, para que as cidades criativas ofereçam algo
à sociedade ou ao mundo.
Neste estudo, baseado no levantamento de iniciativas artísticas, criativas e culturais de
Ivoti, buscou-se como objetivo explorar aspectos destacados na delimitação de pesquisa, a
im de se localizar ou não convergências entre o conceito de cidade criativa e o munícipio
pesquisado.
6. Considerações
A justiicativa para o aprofundamento do tema proposto pode ser observada através
dos movimentos da economia mundial, tanto indicado pelos autores, quanto na mídia em
geral, que demostram repetidamente os resultados de iniciativas nos campos patrimoniais,
artísticos, criativos e culturais, bem como nas divisas geradas por estes setores, em função
da capacidade de fortalecimento e desenvolvimento socioeconômico, quando criadas
ações de médio e longo prazo com a participação das comunidades de uma cidade em
consonância aos princípios de uma cidade criativa.
Temos que uma cidade criativa é representada, para além da sua capacidade atrativa e
turística, por uma força cultural diversiicada que promove o desenvolvimento econômico
e geração de trabalho e renda. Sobretudo, considera-se de grande relevância a capacidade
em promover talentos criativos locais, a partir do provimento de uma estrutura que
dialogue de forma inventiva e promova competências para a promoção dessa inventividade
Las ciudades creativas: una mirada sobre las iniciativas artísticas, creativas y
culturales de Ivoti, RS, Brasil
Luciano Schmitz, et al. /195
de e em espaços produtivos e urbanos em vista de uma cidade criativa. De qualquer forma,
faz-se necessário assinalar a necessidade de um cuidado acurado, no sentido do conceito
de cidades criativas apontar para um discurso idealista, promovido muitas vezes por
interesses ambíguos, justapondo o próprio sentido do que se propõe a ser. É possível que
ocorram casos de gentriicação, em que diversas comunidades de interesse econômico
promoveriam discursos diversos para ins especulativos, o que poderia ocorrer facilmente
no ramo imobiliário, ou, em outros casos, em que um patrimônio histórico é utilizado como
fonte de recurso para projetos também gentriicadores, que se disfarçam como inovativos
e/ou positivos, entretanto coniguram-se para beneiciar alguns e enriquecer poucos.
Entende-se que a partir do levantamento realizado, gera-se novas perspectivas para
que Ivoti, RS inclua em seu planejamento programas e investimentos no escopo dos
setores criativos, com maior ênfase no fomento de iniciativas vinculadas ao conceito das
cidades criativas, a im de gerar oportunidades para empreendedores e empreendimentos
ligados aos setores criativa, tal como o fomento de talentos nas áreas artísticas, criativas
e culturais. As políticas públicas, bem como suas respectivas legislações conexas, devem
considerar para além do discurso, reais condições de equilíbrio e de sustentabilidade para
geração de valor econômico. Neste sentido, o próprio Plano de Economia Criativa (MINC,
2011: 138-146) considera diversas demandas, a exemplo do levantamento realizado que
apresenta em uma matriz estratégica as relações entre os setores criativos e os desaios
para uma economia criativa. Ao se tomar o município de Ivoti, RS como estudo, o
qual já compreende diversas iniciativas relacionadas ao escopo de setores criativos,
existem possibilidades de implementação de projetos que incentivem novas iniciativas
artísticas, criativas e culturais, à considerar a inclusão da sua comunidade no processo
de reconhecimento de uma cidade criativa, de acordo com o conceito desenvolvido pelos
autores e apresentado neste estudo.
Por im, é preciso enfatizar que em uma perspectiva endógena, mais natural e orgânica,
faz-se necessário que sejam realizadas futuras pesquisas junto à comunidade local com a
inalidade de compreender suas demandas latentes e/ou suprimidas, talvez, e inclusive,
entendidas pelos seus membros como prioritárias. Acima de tudo, o que também é de
suma importância, a cultura de um lugar deve ser respeitada, e assim, projetos orientados
a partir de ferramentas exógenas devem ser devidamente apropriados prioritariamente
para a realidade local, com a participação cidadã por um viés consultivo, integrativo e
democrático. O conceito adotado em um projeto de cidade criativa deve ser visto com
cautela, desta maneira, sugere-se que sejam realizados mapeamentos densos e em
profundidade quanto as potencialidades inerentes às diversas comunidades de um cidade,
que apesar da possibilidade de convergirem com o conceito de cidades criativas, devem
engajar-se na promoção de iniciativas como as que foram levantadas neste estudo. Desta
forma, poderão ocorrer contribuições para um desenvolvimento urbano humanizado, por
meio de um processo democrático que fomente uma sustentabilidade multidimensional,
e não unidimensional de força apenas econômica, sem que se abra mão da valorização da
identidade local, da cultura, de um ambiente equitativo, e claro, de uma trajetória social e
memória coletiva profícuas.
196/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 169-198
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Separata:
Theotonio Dos Santos.
La Teoría de la
dependencia
Espacio Abierto Cuaderno Venezolano de Sociología
Vol.27 No.1 (enero - marzo, 2018): 201-236
Nota del editor.
Theotonio Dos Santos. Sociólogo e investigador brasileño
nació en Carangola, Minas Gerais, en 1936 y falleció en Río
de Janeiro, el pasado 27 de febrero de 2018. Es considerado
uno de los fundadores de la Teoría de la Dependencia y son
invalorables sus aportes al enfoque del Sistema Mundo. Después
de 4 años de estudios, en 1961 egresa de la Universidad Federal
de Minas Gerais como Bachiller en Sociología y Política y en
Administración Pública. Para culminar su curso en Filosofía,
hasta 1964 se dedica al estudio del marxismo. Realizó la
Maestría en Ciencia Política en la Universidad de Brasilia dónde
fue profesor en los años 60; allí inicia con Ruy Mauro Marini
y Vânia Bambirra, entre otros un seminario de lectura de El
Capital, que posteriormente se reorganizó en Chile.
Dos Santos llegó a ese país en 1966, como asilado político y
académico, en el contexto de gran efervescencia política y de
solidaridad internacional. Se incorporó a la planta académica del
Centro de Estudios Socio Económicos (CESO) de la Facultad de
Economía y Administración de la Universidad de Chile, donde
formó y dirigió el Grupo de Investigación sobre la Dependencia,
organizó seminarios generales sobre cuestiones teóricas y
análisis críticos de la realidad latinoamericana; rápidamente
convirtiéndose ese instituto en referencia que atrae la presencia
de reconocidos estudiosos de América Latina, Estados Unidos y
de Europa.
En los primeros días de la dictadura de Pinochet, el gobierno
cerró el CESO, declarándolo subversivo. La transcendencia del
trabajo académico y
los alcances políticos
de la producción de
Dos Santos llevan a
que se le incluya en
la primera lista de
perseguidos políticos.
202/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 201-236
Viaja a México y unos meses después retoma sus actividades
académicas al integrarse como investigador al Instituto de
Investigaciones Económicas de la UNAM; en 1975, Dos Santos
coordina el doctorado en Economía y en 1978 asume la Jefatura
de la División de Estudios de Posgrado de la misma. También
fue profesor en las Facultades de Ciencias Políticas y de Filosofía
de esa universidad.
En 1980 deja México y regresa a su patria, se incorpora a la
Universidad Federal Fluminense (UFF) y en esa década obtiene
el doctorado en Economía por la Universidad Federal de Minas
Gerais y trabaja intensamente en la coordinación de la Cátedra
y Red UNESCO y Universidad de las Naciones Unidas sobre
Economía Global y Desarrollo Sostenible.
Entre otros, publicó los siguientes libros: “O Conceito de Classes
Sociais”, (1955); “Crisis Económica y Crisis Política”, Chile
(1966); “El Nuevo Carácter de la Dependencia”, Chile. /1067);
“Socialismo o Fascismo: el dilema latinoamericano” (1969);
.”Dependencia y Cambio Social.” (1972); “Forças Produtivas e
Relações de Produção; Imperialismo y Dependencia”, México;
“Revolução Cientíico-Técnica e Capitalismo Contemporâneo”,
Brasil; “Teorias do Capitalismo Contemporâneo”, Brasil. (1983);
“Revolução Cientíico-Técnica e Acumulação de Capital”, Brasil;
“Democracia e Socialismo no Capitalismo Dependente”, Brasil.;
“Economía Mundial, Integração Regional e Desenvolvimento
Sustentável.” Brasil; “A Teoria da Dependência: Balanço e
Perspectivas”, (2000); “Do terror à esperança – auge e declínio
do neoliberalismo” (2004);” A Evolução Histórica no Brasil da
Colônia à Crise da Nova República”.
Con la publicación del capítulo que sigue, Espacio Abierto rinde
un modesto homenaje al sociólogo latinoamericano que, con un
riguroso método histórico-dialéctico, explicó el atraso material
y económico como resultado de una profunda situación de
dependencia estructural de la economía mundial.
ARS
La cuestión de la teoría de la dependencia
Theotonio Dos Santos /203
La cuestión de la teoría de la dependencia
Theotonio Dos Santos
(Capítulos XIX y XX del libro “Imperialismo y Dependencia”.
Ediciones Era. México, 1986).
En la década del 60, la actividad intelectual latinoamericana estuvo profundamente
inluida por la revolución cubana y la crítica a las concepciones nacionalistas que atribuían
una tarea revolucionaria a la burguesía nacional. En la segunda mitad de la década un
buen número de estos cientíicos se concentraron en Santiago de Chile y dieron origen a
varias discusiones y seminarios que conluyeron con la fuerte agitación social que vino a
desembocar en la victoria de la Unidad Popular y en su experiencia de gobierno hasta el
golpe de Estado de septiembre de 1973. En los capítulos anteriores hemos hecho referencia
a gran parte de estos trabajos y en el ítem inmediatamente anterior criticamos la obra
principal de Gunder Frank, que recogió gran parte de este ambiente y debate. Sin embargo,
al inal de la década, el tema ganó un nuevo nivel en la medida en que se empezaron a
producir trabajos empíricos,1 de un lado, y obras de mayor aliento teórico, de otro, que
asimilaban esta inquietud.2 Poco tiempo después surgieron varios trabajos críticos de los
planteamientos sobre la dependencia; pretendían realizar una superación teórica de una
teoría que aún no había madurado.3
Desgraciadamente estas críticas no han contribuido en mucho al estudio del problema,
pues no sólo revelaron un gran desconocimiento de la literatura reciente, sino también
de las obras clásicas y aun de los datos sobre la situación de los países dependientes. El
desvirtuamiento en el enfoque del problema ha provocado una gran confusión sobre el
concepto de dependencia, la relación entre dependencia e imperialismo, la existencia de
la situación de dependencia, el status teórico del concepto, etcétera. No tenemos ninguna
motivación para responder a esas críticas, pues, como dijimos, no ayudan a enfocar
correctamente el problema, pero nos vemos en la necesidad de intentar esclarecer las
posiciones que tenemos sobre un conjunto de problemas planteados en ellas, problemas
oscurecidos antes que esclarecidos por estas críticas. Cabe señalar también que tales
críticas se caracterizan por intentar agrupar en una misma “teoría” a toda una corriente
de ideas donde hay enormes divergencias internas, usando un increíble y deshonesto
transvasamiento de textos, ideas y opiniones entre los distintos autores y produciendo una
repelente promiscuidad intelectual.
1. ¿Existe una situación de dependencia?
Muchos autores y críticos han negado la existencia de una situación de dependencia
que pudiese justiicar una teoría especial de este fenómeno. Parece así necesario hacer
algunas consideraciones sobre la existencia del fenómeno y su alcance.
204/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 201-236
De inicio constatamos empíricamente la existencia de algunos pueblos que alcanzaron
niveles de producción y consumo mucho más altos que otros. Este fenómeno puede sin
embargo ser tratado bajo el concepto de adelanto y atraso, desarrollo y subdesarrollo,
civilización y barbarie, capitalismo y precapitalismo, modernización y tradicionalismo,
etcétera. De hecho, históricamente hemos encontrado estas parejas conceptuales en
muchos trabajos: todas ellas corresponden a algún grado de descripción del fenómeno
pero son en general parciales o referidas a determinados prejuicios.
Asimismo, encontramos muchas diferencias entre los países que se agrupan bajo
cada uno de esos conceptos. Dependiendo del aspecto que se pretende destacar, se han
diferenciado entre los países más o menos
desarrollados, entre aquellos que por la época de su conquista por Europa tenían
una población autóctona implantada con un régimen social desarrollado, aquellos que
tenían una población autóctona menos desarrollada pero importante y, en in, aquellas
regiones de colonización típica donde existía una población autóctona muy escasa y que se
convirtieron en tierras de colonizadores blancos y de esclavos trasplantados.
Es indudable que esas características inluyeron fuertemente en los regímenes
socioeconómicos implantados en estos países, su grado de desarrollo capitalista y su
modernidad cultural. Es necesario señalar el carácter no cientíico de las derivaciones
raciales y culturales de carácter determinista que se han hecho de esas diferenciaciones,
fundamentadas en general en observaciones supericiales sobre las características
biológicas y los comportamientos de los pueblos. La antropología sajona y la etnología
francesa están plagadas de esas sistematizaciones de los prejuicios e intereses económicos
de la dominación y el conservadurismo.
Por otro lado, varias circunstancias regionales inluyeron también para un mayor
aprovechamiento de los recursos locales, como la existencia de un mercado potencial
cerca, el desarrollo de ciertos productos locales, así como fenómenos de orden natural
a los cuales se aferraron muchos estudiosos del siglo pasado y comienzo del XX. Es
evidente sin embargo que la utilización de los recursos existentes depende del grado de
desarrollo cultural y socioeconómico de la población. La liberación colonial y el desarrollo
del socialismo en las regiones antes “atrasadas” han hecho trizas los determinismos
geográicos, raciales, culturales, etcétera.
Asimismo, en épocas más recientes, los análisis cientíicos empezaron a diferenciar
los países y regiones según su grado de desarrollo industrial y por lo tanto de desarrollo
capitalista. Particularmente la literatura marxista y nacionalista revolucionaria ha
insistido en la relación estrecha entre industrialización, existencia de la burguesía y del
proletariado, lucha democrática y revolucionaria.
A pesar de la contribución que tales tipologías puedan ofrecer al estudio del fenómeno
no pueden agotar su comprensión. Muchos sectores han pretendido reducir el estudio
de las condiciones generales del crecimiento económico a la relación entre economías
precapitalistas y desarrollo del capitalismo o, en términos marxistas, a la acumulación
primitiva del capital. Saltándose épocas históricas enteras, se ha pretendido reducir el
La cuestión de la teoría de la dependencia
Theotonio Dos Santos /205
problema de la superación del atraso, del subdesarrollo y de la barbarie a un fenómeno de
proceso civilizatorio, desarrollo económico o acumulación primitiva.
A pesar de la contribución histórica que destacamos de Lenin, Stalin, Vargas, Mao,
M. N. Roy, Trotsky y tantos otros marxistas contemporáneos que situaron la cuestión del
atraso de ciertos países en el contexto de la economía internacional capitalista entendida
como la etapa imperialista de su desarrollo; a pesar de los nuevos cambios en este enfoque
en la posguerra, determinados por el nuevo carácter del imperialismo pero también por
el avance del socialismo en escala internacional y particularmente en los países atrasados,
hay todavía en nuestros días “marxistas” y “cientíicos sociales” tan desubicados que
pretenden “superar” un conjunto de estudios recientes que buscaron desarrollar aquella
línea de enfoque teórico, haciendo retroceder la teoría a planteamientos atrasados
teóricamente en más de 50 años4.
Es evidente que el fenómeno del “atraso” no puede ser comprendido desde un punto
de vista analítico como una cuestión de diferencias de grado de desarrollo entre países.
Todos sabemos que los países que se llaman atrasados, subdesarrollados, bárbaros,
precapitalistas, tradicionales, no tienen esas características diferentes que dan origen
a esos conceptos solamente porque se estableció en la teoría una relación comparativa
puramente abstracta de ellos con los adelantados, desarrollados, civilizados, capitalistas,
modernos, etcétera. Si establecemos una comparación entre estos dos tipos de países es
porque ambos forman parte de una misma economía mundial. Al establecer esta relación
relejamos el carácter universalista, racionalista y evolucionista de la cultura del modo de
producción dominante en esta economía mundial. Según esta cultura el mundo evoluciona
hacia el progreso, el racionalismo, hacia, en in, el capitalismo liberal como modelo ideal
de comportamiento. Lo que se llama “ciencias sociales”, políticas o económicas, no van
más allá del estudio meticulosamente deinido y medido del modo según el cual todas las
sociedades se ajustan a ese modelo de cuya perennidad y universalismo ninguno de estos
“cientíicos” duda. Sabemos que las ideas de las clases dominantes son también dominantes
en una sociedad dada. No hay pues que sorprenderse de que personas progresistas,
simpatizantes de los intereses de las clases dominantes, adopten los esquemas teóricos y de
razonamiento de la clase dominante para defender ideales relativamente diferentes. No es
pues de extrañar que muchos “marxistas” se encuadren en los esquemas de razonamiento
formales y antidialécticos dominantes en nuestras universidades. Algunos con mayor
brillo, otros con menor capacidad y lagrante mediocridad.
Pero no basta con establecer el principio de que las sociedades “atrasadas” sólo pueden
ser estudiadas dentro de esta economía mundial que acelera y deforma sus procesos de
cambio y conforma sus estructuras, en base evidentemente a sus elementos internos. Hay
que precisar el carácter de esta economía internacional, su evolución y más especíicamente
el carácter de los vínculos que se establecen entre los elementos internos diferentes y
especíicos de las unidades socioeconómicas estudiadas y esta economía mundial. Hay que
precisar las formas posibles de estos vínculos y su grado de inluencia sobre la sociedad, la
economía, la política y la cultura. Hay que deinir el desarrollo histórico de los mismos y
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analizarlos en sus distintos aspectos. Hay que especiicar los diferentes tipos de relaciones
y de estructuras socioeconómicas resultantes.
El tomar en consideración el fenómeno internacional nos lleva no sólo al concepto
de economía mundial sino a un conjunto de conceptos duales como países imperialistas
y coloniales, dominantes y dependientes, centrales y periféricos. Al establecer tales
conceptos entramos de lleno en una problemática mucho más dialéctica y claramente
política: vamos hacia el concepto de capital inanciero, concentración y centralización
económicos y del poder, militarismo, capitalismo monopolista de Estado, exportación
de capitales, burguesías nacionales o dependientes, enclaves, economías exportadoras,
mercado interno, movimiento de liberación nacional, reforma agraria, relaciones entre
clase obrera y campesinado, etcétera.
Salimos así de las oscuras y neutrales regiones teóricas del crecimiento económico
en sí, de la modernización, burocratización y racionalización en sí, de los agentes del
desarrollo en sí, de los “empresarios”, etcétera. No es que estos problemas no tengan
relevancia, sino que hay que insertarlos en el contexto del proceso histórico concreto que
se maniiesta bajo la forma de una economía y sociedad internacionales en proceso de
desarrollo bajo el impacto de los intereses del capitalismo y, en la mitad de nuestros siglo,
de las economías socialistas.
De esta manera, el problema del desarrollo económico se concreta en la cuestión
nacional, en la cuestión del Estado, de la cultura y de la lucha de clases bajo las
condiciones especíicas de inserción de los países dependientes en la economía y sociedad
internacionales.
Sólo así podemos superar las versiones burguesa, pequeñoburguesa y proletaria del
fenómeno, cuyas características principales son las siguientes:
La gran burguesía, bajo su forma más desarrollada, continúa imponiendo las
condiciones para un intercambio internacional más o menos “libre” de bienes, capitales e
ideas. El carácter desigual de la economía que resulta del liberalismo sólo la asusta en la
medida en que lleva a fuertes conlictos internacionales. Asimismo, le incomoda el hecho
de que, en contra de lo que plantea la teoría liberal (antigua o neoliberal), el desarrollo del
capitalismo en los países dependientes no rompa los límites del atraso y pase a imponer
nuevas barreras a sus inversiones. Apoya pues los estudios sobre la teoría del desarrollo,
entendido como desarrollo universal del capitalismo. El fenómeno del subdesarrollo
y de la dependencia aparece así para esa teoría como una incómoda resistencia de los
sectores precapitalistas a la modernización. En la práctica la imposibilidad de aplicación
de este esquema racionalista lleva al pragmatismo y a la necesidad de compromisos con
otras corrientes. En las sociedades dependientes esta teoría encuentra su expresión en
el liberalismo conservador local apoyado en la vieja oligarquía agraria-exportadora o
en el neoliberalismo tecnocrático-autoritario de los tecnócratas y burócratas (civiles y
militares), agentes del gran capital internacional y en parte nacional y del capitalismo de
Estado. Ese neoliberalismo confía en un libre funcionamiento del mercado bajo fuerte
inluencia y control de la acción de las grandes corporaciones y del capitalismo de Estado
La cuestión de la teoría de la dependencia
Theotonio Dos Santos /207
(expresado tanto en la empresa estatal como en la política económica y la programación
estatal para garantizar la acumulación del capital). Este pensamiento se apoya irmemente
en la teoría de los costos comparados y las ventajas de la división internacional del trabajo.
Al lado de esta concepción burguesa dominante, plenamente coniada en el libre
juego de las fuerzas económicas y políticas por ellas controladas, se perilan las tendencias
pequeñoburguesas y de los sectores más débiles de la burguesía en el sentido de controlar
estos factores espontáneos. Ellas saben que el libre juego de1 mercado puede destruirlas
muchas veces de un solo golpe. Sus intereses son en el sentido de oponer, a través del
Estado, un fuerte dique a la libertad de comercio internacional, proteger el capital nacional
y asegurar canales de acceso del pequeño y mediano capitalista a este Estado. La ideología
pequeñoburguesa ha saltado en distintas condiciones de un liberalismo semianárquico
que corresponde a su fase artesanal y. de propietario independiente hacia un autoritarismo
burocrático, militarista y tecnocrático (que acepte directamente o no su intervención, bajo
formas corporativas o semifascistas).
Su apoyo al capitalismo de Estado tiene tintes distintos del gran capital. Ven en él
a un proteccionista, que se opone al monopolio y al gran capital para defender a “los
ciudadanos”. Al contrario del ecumenismo y cosmopolitismo del racionalismo puro
del gran capital, su noción de la circulación de bienes, capitales, servicios e ideas busca
restringir esa circulación, someterla a control, reairmar el sentido de lo nacional sobre lo
internacional, de lo romántico sobre lo “racional”, de lo patriótico sobre lo ecuménico, del
“compromiso” sobre la indiferencia política que fomenta el gran burgués, etcétera
Las tesis que unen lo nacional con lo pequeñoburgués pueden atraer sectores
importantes del gran y medio capital de los países dependientes en la medida en que
los capitalistas locales tienen que preocuparse por la defensa de sus mercados locales
de mercancías, inanciamiento, etcétera, pero, en lo sustancial, esas tesis corresponden,
en su pleno desarrollo romántico, al pensamiento pequeñoburgués. En nuestros días, la
pequeña burguesía se hace, aun en los países dependientes, cada vez más dependiente del
gran capital local y principalmente internacional. Por esa razón sus tesis se van debilitando
en la medida en que todas las manifestaciones del capital local se van convirtiendo cada
vez más nítidamente en servidores o cuando mucho “socios menores” del gran capital
internacional, dominador incontrastable de las mejores oportunidades de inversión a
través de sus dinámicas corporaciones transnacionales y el apoyo internacional con que
cuentan. En este contexto el proletariado industrial y rural aún inmaduro se encuentra
frente a complejos problemas ideológicos. Hijo de la revolución industrial y del liberalismo,
el proletariado como clase universal ha tendido a radicalizar las ideas de la burguesía
liberal, desde el punto de vista de su concepción general de la historia. Pero, al mismo
tiempo, no puede liberarse de su origen e intereses nacionales, con riesgo de convertirse en
algo históricamente lotante. De ahí cierta tendencia a desarrollar un pragmatismo frente
a estos problemas, buscando guiarse por sus intereses inmediatos.
La situación es aún más compleja en los países atrasados y dependientes. Ya en la
Alemania de Bismarck, Marx y Engels pudieron observar con terror las tendencias de los
obreros a simpatizar con el socialismo nacional de Lasalle, apoyando el proteccionismo,
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las nacionalizaciones, etcétera. Posteriormente, vamos a asistir a la disolución de la
II Internacional bajo la fuerte presión de los intereses nacionales desatados por la
guerra imperialista.
Pero en los países coloniales la relación del proletariado con las burguesías es aún
más compleja. Sea porque estas burguesías han mantenido una llama revolucionaria
o reformista antimperialista y antifeudal hasta los años 50; sea porque buscaban
desesperadamente el apoyo de los trabajadores urbanos y rurales para sus intentos de
independencia nacional; sea por el importante desarrollo ideológico eclecticista que tienen
que realizar estas burguesías para orientar sus intereses, inluyendo así en el conjunto del
pensamiento progresista; sea por la debilidad ideológica y teórica de los cuadros dirigentes
e intelectuales socialistas, así como de la organización y conciencia del proletariado; por
todas o algunas de estas razones el proletariado de los países dependientes ha tendido
fuertemente a aceptar el “nacionalismo revolucionario” como su doctrina básica.
Es evidente que un pensamiento socialista revolucionario sólo puede superar esta
tendencia de la clase si logra superar también un “marxismo” formalista que desconoce la
especiicidad de la situación colonial o dependiente.
Mao Tse-tung, Ho Chi Minh, Che Guevara y Fidel Castro son brillantes ejemplos de
reconocimiento de la especiicidad del problema colonial y dependiente, de la estructura
de clases propias de esos países, de la relación especíica entre revolución democrática y
socialista en su tiempo y en su país, de las diversidades y novedades de las formas de lucha
en las condiciones históricas y socioeconómicas locales.
El punto de vista obrero sobre el fenómeno de la dependencia recoge parte de la crítica
burguesa y pequeñoburguesa a la dominación económica, pero busca profundizar esta
crítica al mostrar el papel determinante de la exportación de capital sobre la economía
internacional; al señalar que las pérdidas por concepto de intercambio no son la causa
fundamental de la dependencia, sino la estructura económica y social de los países
dominados; al demostrar la complicidad de sectores fundamentales de la burguesía y de
la pequeña burguesía con el imperialismo; mostrando, en resumen, que la dependencia,
el atraso y el subdesarrollo no pueden superarse dentro del régimen de producción
capitalista.
La crítica marxista al concepto burgués de dependencia no puede darse desde el punto
de vista del aislamiento frente a la realidad nacional sino, dialécticamente, estableciendo
correctamente la relación entre lo interno y lo externo, entre lo nacional y lo internacional,
entre el antimperialismo y el anticapitalismo, entre el análisis de las relaciones económicas
internacionales y el de clases y entre las tendencias históricas generales y lo inmediato.
Tenemos así los elementos suicientes para airmar la necesidad de realizar un discurso
teórico sobre el fenómeno de la dependencia como forma necesaria de aproximación
al estudio de la realidad de los países que son objeto de explotación capitalista en
escala internacional.
La cuestión de la teoría de la dependencia
Theotonio Dos Santos /209
2. Hacia un estudio dialéctico de la dependencia
Con las relexiones presentadas en el .ítem anterior podemos dar un paso adelante.
Empezamos por analizar la crítica de la teoría burguesa del desarrollo y proponer un
concepto integrador para analizar nuestra realidad como parte de la etapa imperialista
del capitalismo: este concepto es el de dependencia. En seguida, apuntamos los elementos
estructurales de la sociedad dependiente para pasar a un balance de los principales
antecedentes teóricos del concepto. Realizamos, en in, una discusión sobre la validez
del concepto. Creemos que podemos ahora establecer muy sumariamente los elementos
fundamentales que deben servir de objeto a una teoría de la dependencia. Teoría del
imperialismo y teoría de la dependencia
Teoría del imperialismo y teoría de la dependencia
Si entendemos por teoría un discurso abstracto sistemático y coherente sobre las
leyes de funcionamiento y desarrollo de un fenómeno concreto, podemos decir que, a
partir del libro de Lenin sobre El imperialismo, fase superior del capitalismo, tenemos un
cuerpo teórico fundamental para analizar el imperialismo, con la ventaja de haber logrado
mantener, en un periodo de 60 años aproximadamente de su aplicación, un alto grado
de corrección y coherencia. Desgraciadamente, no pasa lo mismo con el fenómeno de la
dependencia. Gran parte de la teoría de las relaciones de dependencia, del carácter de las
sociedades resultantes, de las leyes que rigen su desarrollo, fue elaborada por las burguesías
o pequeñas burguesías de los países dependientes o coloniales. Como lo vimos, las
internacionales y los teóricos obreros sólo se ocuparon marginalmente de este fenómeno.
Fue el propio desarrollo de la revolución colonial a partir de los años 20 y la intensa
participación del movimiento obrero en ella lo que empezó a dar origen a documentos
políticos y algunos análisis más detenidos sobre el fenómeno de la dependencia.
En las universidades, sean de los países dominantes, sean de los dependientes, fue
solamente en la posguerra cuando se empezó a considerar la cuestión del desarrollo y del
subdesarrollo. Asimismo, por esta hora, los organismos de las Naciones Unidas y otras
agencias internacionales tuvieron que aumentar su conocimiento de esos países por razones
económicas y políticas. Las universidades y agencias del gobierno norteamericano se vieron
impulsadas a aumentar el caudal de información empírica y estudios sobre los pueblos
subdesarrollados. Con el correr del tiempo y la ampliación del debate internacional sobre
las razones del subdesarrollo, su carácter y sus manifestaciones se fueron constituyendo
en una problemática que nos permite deinir los elementos de la dependencia y las áreas
temáticas de la investigación sobre el caso: En primer lugar se hace imprescindible, en
el actual estado del debate, ligar el estudio de la dependencia al del imperialismo y de
la economía internacional que genera. En ese estudio hay particular interés en deinir
la actual etapa de desarrollo del capitalismo, su estructura, sus elementos celulares
(empresa transnacional), sus formas de actuación y las contradicciones que provoca. Se ha
hecho cada vez más patente la necesidad de precisar la forma del movimiento actual del
imperialismo y en particular el rol de los ciclos económicos y sus vanas coyunturas en la
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dinámica de los países dependientes. Enseguida se ha empezado a prestar especial atención
a los mecanismos del comercio y de la economía mundiales, con especial interés en los
movimientos comerciales, de servicios, de capitales y en el endeudamiento. Ese estudio
puede poner el énfasis tanto en las relaciones económicas internacionales de los países
dominantes como en las de los dependientes, sin reducir evidentemente las relaciones
internacionales a aquellas entre países dominantes y dependientes y no olvidando las
contradicciones interimperialistas y del capitalismo con el socialismo, las cuales son partes
esenciales de la realidad internacional en la cual se insertan las relaciones de dependencia.
En un plano teórico hay que derribar los errores que se encuentran en la obra de
Emmanuel sobre el intercambio desigual y que fundamentan en los bajos salarios el
origen del intercambio desigual y responsabilizan al proletariado de los países dominantes
de la miseria de sus compañeros subdesarrollados. Así también hay que desvirtuar las
teorías de Prebisch sobre la necesaria pérdida en los términos de intercambio entre
países desarrollados y subdesarrollados a consecuencia de la estructura de consumo
de los primeros. Hay que combatir cualquier tendencia a explicar el subdesarrollo y la
dependencia a través de los mecanismos de intercambio.
Por esta razón hay que asegurar la corrección del paso del plano de las relaciones
económicas internacionales al tercer nivel del análisis, que establece los vínculos de esas
relaciones internacionales dependientes con la estructura económico-social interna de los
países dependientes.
Sobre este tema hay que desarrollar más extensamente
algunas consideraciones:
La primera precisión necesaria nos esclarece que hay que ver la relación entre
lo nacional y lo internacional no como dos contrarios que se excluyen sino como
dos polos de una unidad internacional capitalista que se basa al mismo tiempo en la
internacionalización y en la nacionalización de la economía. La airmación nacional de la
burguesía en la etapa de la acumulación primitiva se hizo en contra del localismo feudal.
En las colonias políticamente liberadas como América Latina, la burguesía imperialista
busca en general dividir y dispersar a las fuerzas regionales, tribales, culturales, etcétera.
La airmación nacional se hace en estos países como manera de romper esta dominación y
asumir una forma esencialmente antimperialista a pesar de que también lucha en contra
de los localismos y regionalismos que encuentran su fuente en las estructuras agrarias
ligadas al autoconsumo o marginales en el proceso exportador. La oligarquía exportadora
era en general cosmopolita y liberal. Los burgueses nacionales eran nacionalistas y
proteccionistas. Tratase de una clara inversión de los términos históricos del surgimiento
del capitalismo. En este contexto se plantea la cuestión del desarrollo del mercado interno,
de la reforma agraria, etcétera.
En segundo lugar, el carácter especíico de esas relaciones también debe ser considerado
en lo que respecta al papel del Estado. Para los industriales, la intervención estatal es
condición de su posibilidad de existencia. Se hacen así estatistas y pueden incluso recurrir
La cuestión de la teoría de la dependencia
Theotonio Dos Santos /211
a una retórica socializante. Ellos nada pierden con que el Estado intervenga en sectores
en que no podrían jamás invertir y que sirven de infraestructura sobre la cual se puede
levantar una estructura industrial moderna.
Proteccionismo y estatismo, organización de las masas para alcanzar estos objetivos,
ampliación de su participación política bajo control del nacionalismo revolucionario o
reformista, airmación cultural nacional, utilización de un pensamiento más lexible y
dialéctico para cumplir esas tareas de liberación, simpatías por los países del tercer mundo
que siguieron el camino socialista, admiración por la capacidad de construcción nacional y
crecimiento de la URSS y otros países socialistas, política externa independiente: todo esto
forma un conjunto de posiciones programáticas que deinen el progresismo burgués en
los países dependientes. Pero todas esas posiciones se van atenuando en la medida en que
el gran capital se posesiona de alguna de esas banderas, reorienta sus inversiones hacia
el mercado interno y posteriormente hacia las nuevas exportaciones manufactureras.
Asimismo, esas posiciones se ven inluidas por los ciclos económicos internacionales que
determinan la mayor o menor capacidad del gran capital internacional para invertir en los
países dependientes y realizar presiones económicas y políticas.
En tercer lugar, el problema nacional se hace aún más complicado si se considera el
grado de independencia relativa que asumen las masas en que se apoya el nacionalismo
revolucionario. Si empiezan a ganar autonomía, se radicalizan política e ideológicamente
y aumentan su presión sobre los gobiernos existentes y el aparato del Estado, empieza a
romperse la hegemonía burguesa y la burguesía busca afanosamente controlar la situación
a través de la represión aunque sea a costa de sus objetivos nacionales e independientes.
Históricamente el proceso se orienta en el sentido de disminuir el margen de opción de
la burguesía local prensada entre el avance del capital internacional y la autonomización
política e ideológica del movimiento popular. En esa medida, la lucha antiimperialista, las
banderas de la airmación nacional, del proteccionismo a la industria, de la intervención
estatal, de la reforma agraria y de la formación del mercado interno, de la democracia
social y política, se van pasando hacia el movimiento obrero, el campesinado y la pequeña
burguesía.
El movimiento popular no rompe de inmediato con esas tareas programáticas
democrático-revolucionarias que todavía continúan en el orden del día, sino que las
radicaliza y las inserta en un programa de transformación social más profundo de
carácter socialista.
En el transcurso de este libro veremos cómo se van confrontando esas alternativas
históricas. En este capítulo nos interesa señalar las implicaciones teóricas del problema.
La perspectiva obrera y revolucionaria en los países dependientes no debe ser vista
pues como una simple aplicación del marxismo considerado como una teoría general y
formal a las condiciones de los países dependientes. Tal enfoque nos llevaría al formalismo
intelectualista en lo ideológico y a un europeísmo en lo político. De cualquier forma nos
separaría de una visión cientíica de la realidad y del sentir de las masas.
212/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 201-236
La elaboración de un pensamiento cientíico y revolucionario en esas condiciones sólo
puede darse a través del encuentro vivo y dialéctico entre la crítica de la visión y del programa
nacionalista-burgués, pequeñoburgués y en parte inluido por el proletariado (uso de
la retórica dialéctica y del concepto de clases, concesiones al proletariado organizado,
etcétera) que forma nuestro eclecticismo ideológico (crítica que tiene que hacerse en
sentido dialéctico: superar una realidad es tomar sus polos negativos y airmarlos en una
nueva unidad de contrarios) y el aparato conceptual del marxismo como ciencia general de
la historia. Sólo así podrá airmarse un pensamiento revolucionario con el uso dialéctico de
las categorías del marxismo. De esta manera, el programa nacionalista no es simplemente
abandonado sino que cambia de signo. De programa inal y objetivo central se convierte
en etapa inicial, condición necesaria de la creación de una economía y sociedad socialistas.
Se cambian algunos de sus objetivos y se cambia su sentido general. Ésta es una forma
dialéctica de realizar la superación del pensamiento burgués y pequeñoburgués sobre la
dependencia, el desarrollo y el subdesarrollo. No podrán realizar esta superación aquellos
que quieren fundar una teoría de la dependencia en oposición formal a los contenidos
temáticos del “desarrollismo” burgués. Como si la revolución rusa fuese posible fuera de la
lucha contra el zarismo, la China fuera de la revolución democrática y de la lucha contra la
agresión japonesa e imperialista, la cubana fuera de la lucha contra la dictadura de Batista
y del imperialismo. O, en un plano más teórico, como si el marxismo, en vez de superar
el hegelianismo, el materialismo francés, el socialismo utópico y la economía política,
hubiese pretendido fundar una ciencia completamente aparte de su punto de partida
anterior. En buena medida éstas fueron las ideas estructuralistas en que se fundamentó el
intento althuseriano.
Poco a poco la clase obrera de nuestros países va a imponer su temática a la ciencia
social y en la medida en que avance el proceso de industrialización dependiente se irá
superando la temática desarrollista y
proponiéndose una nueva temática socialista impuesta por la reacción de las masas
ya no a los obstáculos al desarrollo (preocupación fundamental de nuestros pueblos
hasta ahora) sino a su carácter y su forma. Vemos así que la teoría no puede separarse
del movimiento social so pena de convertirse en ejercicio formal y en juego de ideas. Con
esto no queremos decir que no se pueda y deba realizar tales ejercicios desde que haya
recursos humanos sobrantes y se tenga plena conciencia de sus limitaciones. En nuestros
días, la temática que tenemos que enfrentar es la del carácter actual del imperialismo,
las relaciones económicas internacionales en esta fase, las formas de relación con las
estructuras nacionales, las contradicciones que genera, las alternativas que plantea a las
clases sociales, las formas de lucha que se desarrollan en consecuencia, las perspectivas
programáticas hacia una nueva sociedad (en este sentido, la temática de la transición al
socialismo gana gran actualidad).
La cuestión de la teoría de la dependencia
Theotonio Dos Santos /213
Dependencia y crisis economica
1. El problema teórico
Después de haber discutido las crisis económicas en una economía capitalista
desarrollada y dominante, y los elementos generales del concepto de dependencia, nos toca
discutir hasta qué punto se puede hablar de crisis económica en los países dependientes y
qué formas asume.
La cuestión no es simple, por varias razones.
En primer lugar, los países dependientes no son simples economías precapitalistas que
pudiesen soslayarse a las crisis económicas. Por el contrario, estos países (particularmente
en el caso latinoamericano) forman parte de una economía mundial capitalista y, más que
eso, tienen el grueso de su economía dedicada a la producción para el mercado mundial.
Así es que las crisis del mercado mundial los afectan muy directamente.
En segundo lugar, hay que considerar que al integrarse en la economía mundial como
exportadores de materias primas y productos agrícolas, desarrollan una economía de
mercado, pero no pueden desarrollar todas las características del modo de producción
capitalista por diversas razones: escasez de mano de obra caliicada, mercado interno poco
desarrollado y copado por los productos manufacturados extranjeros, bajo desarrollo
tecnológico limitado a un sector especializado que no le permite tener una posición de
vanguardia en la creación de tecnología, ausencia de una industria bien integrada que
permita un dinamismo autónomo de crecimiento, etcétera.
Siendo así, esos países no disponen de mecanismos internos que generen y compensen
las crisis, quedando casi completamente dependientes del mercado mundial. La baja de
consumo de ciertos productos en el periodo colonial y aun en el siglo XIX signiicó la
desaparición de economías enteras en los países dependientes, así como la destrucción
de poderosos centros económicos y su trasplante hacia otras regiones o su retroceso a
una economía natural. También en Europa o Estados Unidos ocurren tales retrocesos,
pero lo que aparece en Europa o Estados Unidos como fenómeno regional y localizado,
en los países dependientes asume a veces la forma de una crisis global y una estagnación
económica general.
Después de la segunda mitad del siglo XIX tales retrocesos ya no serán tan deinitivos
para las economías dependientes. Fue sobre todo la aparición de un sector industrial
en algunos países a partir de ines del siglo XIX lo que les permitió invertir el sentido
de las crisis y buscar otros focos de desarrollo. Solamente entonces se puede hablar de
mecanismos internos relativa mente autónomos, creadores de crisis autóctonas o capaces
de compensar las crisis mundiales.
Nuestro análisis sobre las crisis en los países dependientes debe pues partir de dos
modelos básicos: el de una economía esencialmente exportadora y el de una economía
exportadora combinada con un sector industrial importante. Después de un estudio
214/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 201-236
teórico de estos dos modelos puros podremos hacer un examen de la crisis latinoamericana
para llegar a una comprensión más global de sus perspectivas en el contexto de la
nueva crisis mundial.
2. La economía exportadora
Hasta 1930 podemos decir que el sector exportador era la clave del dinamismo
económico y, por lo tanto, de los cambios sociopolíticos en América Latina. En tales
circunstancias la economía se componía esencialmente de tres sectores:
a. Un sector exportador agrario o minero, compuesto en general de grandes
latifundios o grandes empresas mineras (hay casos excepcionales de empresas
medianas, como el café en Colombia) que crece particularmente a partir de la
segunda mitad del siglo XIX debido al gran aumento de la demanda de materias
primas y productos agrícolas en los países industrializados. Hay que señalar que
este sector se había desarrollado en la época de la colonia para la producción de
minerales nobles (oro y plata) y productos tropicales (como la caña de azúcar),
que representaron la principal producción de este período. Pero el desarrollo
de la segunda mitad del siglo XIX frustró cualquier intento (y hubo muchos) de
reorientación de la actividad económica de estos países y reairmó en condiciones
de una economía mundial capitalista en pleno auge el desarrollo de economías
exportadores bastantes exitosas.
Sólo a ines del siglo XIX se empezaron a ver las limitaciones de este camino económico,
al sentirse los efectos de las crisis económicas sobre los precios de los productos exportados.
Pero la industria no representaba aún una alternativa importante al desarrollo del sector
exportador. La guerra de 1914-18 va a ser el punto más crítico del sistema, y la crisis de
1929 va a dar el golpe más profundo a este tipo de desarrollo en los países que ya disponían
de una base industrial que permitiera aprovecharse de la situación. En los países de base
industrial muy pequeña la crisis se prolongó hasta la segunda guerra mundial y sólo
después de 1945 presentan un desarrollo industrial importante.
b. Un segundo sector que llamamos complementario atendía a la demanda generada
por el sector exportador. El ganado, algunos sectores agrícolas, la artesanía y las
manufacturas coloniales (los obrajes), y, en in, las industrias modernas a ines del
siglo XIX y comienzos del siglo XX, las estructuras de transporte, que crecieron
bastante a ines del siglo XIX, etcétera, todos estos sectores conforman una
economía que es altamente dependiente del sector exportador y sigue sus impulsos
de crecimiento y sus momentos de ascenso o decadencia. Sólo cuando son muy
desarrollados logran reorientarse en los momentos de crisis y buscan mercados
diferentes cuando les falta el mercado exterior.
c. Existía un tercer sector de subsistencia, que aún sobrevive paralelamente a los
sectores destinados al cosecha, baja la demanda de mano de obra agrícola (periodos
de oscilaciones de la producción exportadora, sea agrícola, pastoril o minera). Este
La cuestión de la teoría de la dependencia
Theotonio Dos Santos /215
sector fue muy importante en la colonia y va disminuyendo su importancia con el
gran auge de la exportación en la segunda mitad del siglo XIX y en el siglo XX.
La reunión de estos tres sectores en un mismo sistema económico conforma una
formación socioeconómica de carácter muy distinto a la formación capitalista dominante,
sin dejar de estar condicionada por ella.
¿Cómo se justiica la existencia de una formación
económica de este tipo?
La ideología liberal capitalista lo explica muy bien. Según la teoría de los costos
comparados esta economía era un producto regional de una economía mundial racional. Si
hay una distribución determinada de factores a nivel internacional, será lo más “racional”
que cada región se especialice en la producción de aquellos productos que le permitan
alcanzar los costos más baratos y cambiarlos por los productos distintos de otras regiones
donde sus costos sean también más baratos. Siendo así, se aprovechan racionalmente las
posibilidades de producción de las varias economías; y el comercio mundial dejado a su
libre funcionamiento tenderá a equilibrarse y determinará esta distribución racional de
recursos productivos.
La ideología económica liberal produce, pues, la justiicación teórica más coherente de
esta articulación económica mundial. Dentro de ella, los ciclos aparecen como un proceso
de ajuste de este sistema productivo. El pensamiento de las clases burguesas industriales
de los países dominantes se ajustaba al pensamiento de las burguesías agrarias o mineras
exportadoras de nuestros países. Era muy fácil demostrar dentro del pensamiento liberal
la “irracionalidad” de un desarrollo industrial en nuestros países y, además, el carácter
inlacionario de este desarrollo. Y por inlacionario se entiende no sólo un fenómeno
monetario, sino el hecho de que los productos se vendían a precios no competitivos que
exigían un proteccionismo y que, en realidad, hacía bajar el poder adquisitivo de los
sectores de la población que se veían obligados a consumirlos. De hecho, y con mucha
razón, los liberales ya mostraban a ines del siglo pasado las características necesariamente
inlacionarias de un desarrollo industrial en nuestros países.
Sería importante escuchar su razonamiento para comprender la esencia de la lucha
entre liberalismo y proteccionismo, que tan amplia repercusión tiene en nuestra historia y
que ilumina la comprensión del ciclo económico en los países dependientes.
El brasileño Joaquín Murtinho (1848-1911) escribe en su Informe del Ministerio de los
Negocios de la Hacienda, del año 1902:
Estudiando el mecanismo por el cual las emisiones desvalorizan nuestra circulación,
no es difícil comprender cómo por un mecanismo similar se desvalorizara nuestra
producción. La seudoabundancia de capitales por ellas producida promovió la creación
de un sinnúmero de industrias y desarrolló de modo extraordinario la actividad agrícola.
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De ahí viene el establecimiento de industrias artiiciales y la organización agrícola
para la producción exagerada del café, los dos factores de la desvalorización de nuestra
producción.
El empleo de capitales y obreros en industrias artiiciales representa un verdadero
desperdicio de la fortuna nacional.
La venta de los productos de esas industrias sólo se hace apartando artiicialmente del
mercado productos similares extranjeros.
El costo de producción en esas industrias, siendo muy alto en relación al de los que
nos vienen del exterior, eleva por medio de tasas ultraproteccionistas en las tarifas de la
Aduana el precio de los productos extranjeros, creando así un mercado falso en que los
productos internos vencen en la competencia a los productos del exterior.
Todo consumidor resulta, pues, perjudicado, y la diferencia entre lo que él paga por los
objetos en ese régimen y lo que pagaría en un régimen libre representa un impuesto que le
es arrancado para el mantenimiento de aquellas industrias.
Y como el plantador de café y el productor de caucho, de mate, de algodón
(ipecacuanha) y otros géneros, que constituyen nuestra riqueza de exportación, son
también consumidores, no es difícil ver que en el costo de la producción de todos estos
géneros entra como elemento de depreciación ese impuesto en favor de las industrias
artiiciales. La extensión de la cita se justiica plenamente por su claridad lógica.
Los maestros liberales europeos no podían tener mejores discípulos y no hay prueba
más cabal de la estrecha comunidad de intereses entre las clases dominantes-dominadas
dependientes y las dominadoras. El argumento es sólido desde el punto de vista: hay que
mantener el librecambio porque los productos que, “nosotros” (las oligarquías, las clases
medias en formación en las ciudades) consumimos serán mas baratos y mejores
Joaquín Murtinho representa la esencial de tales intereses. Para él, siguiendo las
tendencias del comercio capitalista: “el ideal económico de un país no debe ser importar
poco, sino importar y exportar mucho”.
¿Cómo veía él las crisis económicas que relejaban los movimientos de la economía
mundial? En una economía exportadora pura, como él la deseaba, para el buen
aprovechamiento de los recursos nacionales desde el punto de vista de las clases
dominantes, la experiencia no era completamente positiva. Al crecer la demanda mundial
de los productos exportados crecía desordenadamente la producción nacional llevando
a un exceso de oferta y por tanto a un abaratamiento del precio de los productos en el
mercado mundial. La solución liberal es bastante simple: las propias leyes del mercado
llevarán a un aumento del consumo y se restablecerá el equilibrio.
Así lo expresaba él:
Cuando la producción excede en poco al consumo, la absorción del producto
no puede ser completa: se forma una pequeña estagnación, un pequeño
La cuestión de la teoría de la dependencia
Theotonio Dos Santos /217
éxtasis en la circulación, produciéndose un “stock”, pero el exceso de oferta
determina bajas en el precio del objeto, y esta baja provoca aumento de
consumo, regularizándose de esta forma la circulación. Pero había que
explicar la tendencia a la baja progresiva de los precios: Cuando, sin
embargo, la producción es excesivamente grande en relación al consumo, se
da entonces un gran “éxtasis” en la circulación, formándose un gran “stock”.
El aumento del consumo producido por la baja del precio ya no es suiciente
para regularizar la circulación. Los compradores se aprovechan de la
situación e imponen un precio más bajo de carácter especulativo. Disminuye
la capacidad de negociación de los exportadores. Tienen que vender su
producto a precio más bajo para obtener papel moneda y pagar sus deudas.
Los países dependientes responden a través de un movimiento de emisiones
exageradas y la formación de los “stocks” que favorecen la especulación. Se
producen los déicits presupuestarios que se profundizan por otras razones
y se recurre a las deudas externas. Tales deudas llevan a concesiones para la
construcci6n de ferrocarriles “artiiciales” y onerosos para el Estado, según
el punto de vista de la clase dominante, y otros gastos estatales aumentan
aún más el déicit. Se llega a la necesidad de pagar las deudas anteriores con
nuevas deudas. Es la “catástrofe inanciera”.
La causa fundamental de la “catástrofe” está en la defensa estatal “artiiciosa” de la
industria y de productores de baja productividad. Su razonamiento lógico liberal nos diría
que al defender el nivel de empleo en el interior de las economías en vez de aceptar el
ajuste que el mercado libre provoca, se creó una crisis crónica inlacionaria de carácter
distinto, llevando a un aumento de la deuda externa.
Joaquín Murtinho acertó en el clavo. Los países dependientes, imposibilitados de
seguir la dinámica liberal en su integridad, por lo que representaba desde el punto de
vista de la población ya empleada, tuvieron que realizar un compromiso con los sectores
de baja productividad y las industrias nacientes, así como con los intereses inancieros e
industriales internacionales y aceptar los riesgos de una inlación crónica.
El liberal sueña con el equilibrio ideal, pero en la realidad tiene que seguir la dinámica
de la dependencia y del compromiso interno y externo que la formación económica
dependiente exige.
as crisis de las economías dependientes exportadoras asumen pues esta forma:
Crecimiento de la demanda mundial – aumento de la exportación-, crecimiento de la
producción excesiva en relación a la demanda – formación de un sector exportador de
baja productividad-, estímulos a sectores complementarios –disminución del sector de
subsistencia-, tendencia a la baja de los precios – crisis. Frente a la crisis hay dos respuestas:
Primera: tendencia a la quiebra de los sectores marginales, defensa “artiicial” de esos
sectores por el proteccionismo y la emisión, déicit presupuestario, endeudamiento externo.
Segunda respuesta: quiebra real de estos sectores, con posible recuperación del precio.
Y aquí aparece un elemento importante de la situación de dependencia. Una quiebra de los
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sectores marginales puede no llevar a una recuperación. La causa de esto es que estamos
en una economía mundial en la cual se controla solamente una unidad productora frente a
un comprador único y un poder monopólico. La baja de la producción en el país exportador
puede no signiicar una baja de la oferta mundial del producto. El país comprador puede
estimular la producción en otras regiones y lograr una oferta abundante del producto a
precios relativamente bajos. La respuesta natural de los países dependientes será pues la
primera alternativa, es decir, la crisis crónica, que es una especie de política anticiclica de
los pobres.
La otra alternativa implícita es la diversiicación de la producción en el interior, la cual
tanto asusta a los liberales. De hecho, la crisis del comercio mundial después de la primera
guerra mundial hará cada vez más necesaria esta alternativa que es la consecuencia lógica
de la primera. Pero para que esto se haga conscientemente será necesaria la formación
de un sector social capaz de impulsarla. Este sector surge a la sombra de la crisis crónica
del sector exportador, pero aprovechándose también de sus momentos de auge, cuando
se hace suicientemente fuerte para imponer una política proteccionista del desarrollo
industrial. Esta política será impuesta conscientemente como una política dominante del
Estado solamente a partir de ines de la década del 30, en los países que habían alcanzado
un importante desarrollo industrial anteriormente.
El razonamiento es bastante dialéctico: la crisis de la economía exportadora la obliga
a negarse a sí misma. Para evitar que las oscilaciones cíclicas lleven a crisis internas
inmediatas muy graves se hace necesario negar el pleno funcionamiento de la economía
liberal. Esta negación conduce a una crisis crónica que crea una situación de compromiso
y permite el desarrollo de un nuevo sector productor hacia el mercado interno. Este sector
se crea a la sombra del proteccionismo, no siempre practicado de buena gana, y de la
inlación que funciona como su estimulante. Poco a poco se va presentando como una
alternativa a la crisis crónica, pero, como lo veremos, sólo podrá hacerlo a través de una
profundización de esa crisis.
Pero no siempre las cosas siguieron este modelo. Las oscilaciones cíclicas del sistema
exportador tienen una forma más compleja que es necesario profundizar en una segunda
aproximación del problema. Las economías dominantes tienen una forma de desarrollo
cíclico, como vimos en la primera parte. ¿Cómo se integra ese comportamiento en las
estructuras dependientes exportadoras y sus oscilaciones propias?
El ciclo económico en las economías dominantes tiene un carácter mundial cada vez
más pronunciado. A ines del siglo pasado ya se presentaron como oscilaciones mundiales.
Después de la primera guerra mundial. Estados Unidos va a asumir un rol hegemónico
muy importante sobre parte de las economías latinoamericanas y éstas pasan a relejar
muy directamente las oscilaciones cíclicas del centro dominante. Después de la segunda
guerra mundial la hegemonía norteamericana será el elemento integrador fundamental de
la economía mundial, pero en esta oportunidad los ciclos económicos sufren importantes
cambios, tanto en el centro hegemónico como en los países dependientes.
La cuestión de la teoría de la dependencia
Theotonio Dos Santos /219
En las etapas de auge económico de los países centrales, la importación tiende a crecer
y hay un gran estímulo a las exportaciones en los países dependientes. Las economías
dominantes tienden a exportar su capital hacia estos sectores exportadores aprovechándose
de su auge. Hay así una tendencia al auge económico en los países dependientes en
concomitancia con el de los países dominantes.
Asimismo, en los periodos de recesión o caída de la producción los efectos sobre
el comercio mundial son contrarios. Los países dominantes tienden a disminuir las
importaciones y buscan aumentar las exportaciones cuando la crisis aún no es muy grave y
entonces, consecuentemente, se produce una desorganización del comercio mundial (como
pasó de manera casi total en la crisis del 29). En estas fases, las economías exportadoras
entran en una severa crisis económica, agravada por una tendencia al retiro de ganancias
por parte de los países dominantes para cubrir los déicits de su balanza de pagos.
La capacidad de reaccionar frente a estas crisis depende en gran parte de la
composición interna de los países dependientes. Si hay en ellos un sector complementario
industrial muy importante, éste puede aprovecharse de la crisis de la siguiente manera:
durante la crisis se debilita el sector exportador, bajan las exportaciones y tiende a subir
su costo debido a la crisis inanciera que desvaloriza las monedas nacionales. La inlación
garantiza una remuneración razonablemente alta al sector exportador y el auxilio del
gobierno a este sector permite mantener los factores empleados y asegurar una demanda
interna razonablemente alta. La consecuencia es pues un estímulo a la industria nacional,
que dispone de un mercado relativamente grande, de un precio de venta alto, de una
competencia internacional débil; si este sector tiene alguna capacidad ociosa podrá
ciertamente ocuparla inmediatamente y a través de una política estatal favorable podrá
usar las pocas divisas existentes para la importación de maquinarias baratas, pues el
exceso de producción en los países dominantes hace bajar relativamente sus precios.
La primera guerra mundial funcionó muy bien en este sentido. La crisis del 29 también
creó estos estímulos. Cuando empezó la recuperación de las economías dominantes en
1933-34 provocando un ascenso en los precios de materias primas, ya se había iniciado un
importante proceso de desarrollo industrial en algunos países (Brasil, Argentina, Chile,
México, y Colombia un poco más tarde) que se prolonga hasta nuestros días.
La situación fue sin embargo diferente en los países que no había diversiicado
suicientemente su producción. Ellos tuvieron que esperar la recuperación de la economía
mundial para obtener una mejoría del ingreso nacional y una nueva oportunidad de
desarrollo industrial, que será solamente complementario al sector exportador.1
3. Comparación con algunas teorías.
No hay duda de que Celso Furtado fue el primero en sistematizar la dinámica
entre el sector exportador y el sector industrial. Economistas de los años 30, como
Roberto Simonsen en Brasil, había percibido la relación entre las crisis y una especie
de proteccionismo indirecto a los productores industriales nacionales. Celso Furtado
transformó esta observación empírica en una teoría sistemática. En su ensayo
220/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 201-236
subdesarrollo y estancamiento en América Latina2 busca teorizar más ampliamente
sobre los mecanismos que había encontrado en el desarrollo brasileño. Divide la economía
subdesarrollada en tres sectores: P1, la agricultura precapitalista; P2, actividades que
directamente producen para la exportación; P3, actividades responsables de la expansión
de la capacidad de P2, y trata de relacionar los procesos de desarrollo con las combinaciones
e intercambios entre estos sectores, buscando mostrar los efectos del crecimiento de las
exportaciones en las relaciones entre ellos. Pero la crisis del 29 aparece como elemento
que quiebra esta integración:
La crisis mundial de 1929 y la prolongada depresión que la siguió interrumpieron en
casi toda América Latina el proceso de integración en el sistema de división internacional
del trabajo; se inició entonces un proceso de reversión, por el cual la mayoría de las
economías nacionales de la región tuvo, de una u otra manera, que reducir su coeiciente
de integración en el mercado mundial. Ese proceso de “cierre” de las economías nacionales
asumió dos formas. La primera consistió en una simple reversión de los factores aplicados
en actividades dependientes del sector exterior al ámbito de la economía precapitalista,
como la agricultura o la artesanía. La segunda consistió en la industrialización (p. 81).
Tenemos así un modelo en que la expansión del comercio mundial provoca un aumento
del sector exportador con varios efectos secundarios en los otros sectores. Cuando hay una
contracción hay una tendencia a volver al sector precapitalista o una respuesta a través de
las inversiones industriales3
Las teorías sobre las crisis en los países subdesarrollados no asimilan en general
estas constataciones. Enrique Padilla Aragón es uno de los pocos (quizás el único),
latinoamericano que se ha especializado en el estudio del ciclo económico. En su libro
sobre Ciclos económicos y políticas de estabilización4 encuentra una relación positiva
entre auge y recuperación de los países desarrollados y auge y recuperación de los países
subdesarrollados y entre recesión en los dos tipos de países. Busca explicar por qué las
oscilaciones cíclicas de los países subdesarrollados no son intensas considerando la
especiicidad de los ciclos en los países dependientes:
Las principales causas generadoras de ciclo son de origen externo.
En la fase de prosperidad hay un desplazamiento de la población de niveles bajos a
niveles altos de productividad y en la fase de depresión es al contrario.
La agricultura es el refugio de los desocupados.
Las exportaciones determinan el volumen de ocupación.
Durante la fase descendente del ciclo se acelera el desarrollo económico.
Existen mecanismos suavizadores de las luctuaciones cíclicas; por ejemplo, la
estructura del aparato productivo con mayor desarrollo de las industrias de bienes de
consumo que las industrias de bienes de capital.
Alta propensión al consumo que se traduce en un alto multiplicador y que es la base de
un gran efecto ampliicador de las obras públicas.
La cuestión de la teoría de la dependencia
Theotonio Dos Santos /221
La recuperación se inicia rápidamente debido a estos mecanismos y a que la población
se traslada hacia arriba a disfrutar de un nivel de vida más alto.
Las depresiones disminuyen el nivel de la productividad retrasando el
desarrollo económico.
El autor ignora así los efectos de cambio de estructura que involucran las depresiones
y explica la rapidez de la recuperación en los países dependientes básicamente a través de
las inversiones en obras públicas y de la movilidad ascendente de la mano de obra. Esta
línea de interpretación sigue las huellas de los planteamientos básicos de Raúl Prebisch,
que elaboró esa teoría de la transmisión de las luctuaciones cíclicas a los países de la
periferia, afectándolos de dos maneras:
a. Los precios de las materias primas luctúan con mayor amplitud, tanto en la
prosperidad como en la depresión, que los de los productos acabados.
b. Hay un retraso en el ajuste de exportaciones e importaciones en las fases del ciclo:
en la prosperidad las exportaciones aumentan primero que las importaciones
generando un fuerte aumento de ingresos y de precios; en la depresión, las
importaciones bajan después que las exportaciones generando una fuerte
disminución de ingresos y delación.5
Las crisis cíclicas harían así profundizarse ciertas tendencias del comercio mundial
y de la dependencia externa según la teoría de la CEPAL: empeorarían todavía más los
términos de intercambio y aumentarían las rigideces de las pautas de importación.
J. V. Levin6 sigue la misma línea de argumentación; pone especial énfasis en lo que él
llama dominio de los factores externos (capital extranjero en forma de enclaves) e internos
(control de capital nacional privado o estatal) en las economías consideradas. En el caso
de dominio externo del capital (los enclaves) los periodos de auge no repercuten en el
resto de la economía debido a las exportaciones de ganancias. Asimismo, al analizar el
caso de Birmania, muestra cómo el control estatal sobre los excedentes generados en
los auges exportadores puede reorientar este excedente hacia el desarrollo, evitando sus
efectos inlacionarios. Su esquema lleva a una gran acentuación de las políticas iscales
sobre el sector exportador, en tanto el modelo de Prebisch se dirige básicamente hacia una
reorientación del comercio internacional en su conjunto a través de una política de presión
sobre los países industrializados para obtener una mayor estabilidad de los precios de las
materias primas y productos agrícolas. En ambos casos, sin embargo, no se muestra de
dónde surgen las fuerzas modiicadoras del sistema. Este es también un defecto básico
del esquema de Celso Furtado, que atribuye a las crisis externas un rol de creador de las
industrias nacionales.
Para comprender cómo es posible la reorientación de la división internacional del
trabajo y el desarrollo de la industrialización en los países sub desarrollados, es necesario
destacar que la dinámica de la industrialización no es compatible con el rol de subordinación
al sector exportador que le reserva el desarrollo dentro del esquema exportador.
222/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 201-236
Así, las industrias que se habían generado en los periodos de auge exportador tienden a
rebasar su función de subordinadas. La crisis del mercado mundial simplemente favorece
la resolución de esta contradicción a favor de la industrialización en los países que ya
habían creado una cierta base industrial anteriormente.
Las fuerzas que llevaron a un cambio tan sustancial en las políticas económicas de
los países subdesarrollados desde los años 30 y la segunda guerra mundial hacia acá, son
esencialmente internas. Fue la propia dependencia comercial exportadora que generó su
antítesis industrial inmediata y creó los gérmenes del proceso de industrialización. Tales
condiciones se cumplieron en mayor o menor proporción en función del carácter de las
economías exportadoras. Donde predominaron los enclaves, el proceso de desarrollo
industrial fue menor que donde el control nacional de los medios de producción ideó
las condiciones para la absorción del excedente en el interior y una base de desarrollo
industrial autóctono.
Cabría una referencia inal al riguroso esquema trazado por Mario Arrubla en
sus Ensayos sobre el desarrollo de Colombia,7 donde considera la crisis del 29 y las
condiciones teóricas que permitían utilizar las divisas de la exportación para el desarrollo
industrial. Paul Singer sigue un camino idéntico en el libro ya citado. Samir Amin8 hace
un interesante análisis sobre el carácter internacional de los ciclos, pero hace de los países
periféricos un simple apéndice de la economía mundial, negando su dinámica interna
propia.
Creemos haber establecido así los elementos fundamentales de las luctuaciones en el
modelo de desarrollo exportador. Recapitulemos:
1.
Las luctuaciones de las economías desarrolladas tienen efectos inmediatos sobre
las economías exportadoras debido a su alta dependencia del comercio mundial.
2.
En los periodos de auge de las economías desarrolladas éstas aumentan las
importaciones ampliando así la demanda de productos primarios.
3.
Las economías exportadoras reaccionan a través de un aumento de sus
exportaciones y de la producción, que debido a las condiciones monopsónicas de la
demanda puede generar una oferta excesiva, la cual
podría por sí sola llevar a una baja de los precios aun cuando continuara
el auge exportador.
4.
La tendencia liberal a dejar que las leyes del mercado resuelvan esta situación no
es aceptada en general debido a las presiones políticas y sociales que impulsan una
política de desarrollo.
5.
Los gobiernos se ven obligados a intervenir para garantizar los factores empleados
y tienden hacia una política inlacionaria para inanciar las pérdidas que favorecen
La cuestión de la teoría de la dependencia
Theotonio Dos Santos /223
la producción de bienes dirigidos hacia el mercado interno, particularmente los
industriales.
6.
Esta política tiende a evitar las oscilaciones cíclicas, que son además atenuadas
por la existencia de un sector de subsistencia hacia donde se retira la mano de
obra en los momentos de baja del nivel de empleo en los sectores exportadores
(sean agrícolas o mineros). Sin embargo, lleva a una institucionalización de la crisis
haciéndola crónica a través de una inlación constante.
7.
Cuando se produce una recesión internacional hay una tendencia a bajar el volumen
y los precios de los productos exportados acentuando la crisis de sobreproducción
de estos productos. Donde hay un sector industrial dirigido hacia el mercado
interno, tiende a crecer debido al proteccionismo “natural” creado por el aumento
relativo de los precios de los productos importados y se va constituyendo como
una alternativa a la crisis permanente del sector externo. Se crean estímulos a la
industrialización con cambios en el tipo de productos importados, orientándolos
hacia la importación de maquinarias que sirven para la formación de capital del
sector industrial. Queda claro el ambiente inlacionario que permite el desarrollo
industrial y su dependencia del sector externo.
8.
Cuando no hay un importante sector industrial productor para el mercado interno,
las depresiones conducen a una crisis aguda y a retiro de mano de obra hacia el
sector de subsistencia, atenuándose parte del efecto de la crisis.
9.
El Estado tiende a intervenir tanto en los periodos de auge (asegurando la
reorientación de los excedentes generados por la exportación hacia la importación
de maquinaria y materias primas elaboradas) como en los periodos de depresión
(asegurando la demanda interna, sea a través de políticas de sustentación del sector
exportador, sea a través de un patrocinio, incluso inlacionario, a las inversiones
productivas o a la construcción de obras públicas).
5. Los cambios de la posguerra y los ciclos de
coyuntura internos
El análisis de los ciclos de la economía exportadora nos ha demostrado que no se
pueden reducir estas economías a una simple prolongación de la economía mundial que
responde de manera mecánica y automática a sus movimientos cíclicos. Vimos que la
estructura interna que la dependencia exportadora condiciona, en combinación con los
factores internos, presenta distintas respuestas a las luctuaciones de la economía mundial,
sea en un sentido regresivo, sea en un sentido progresivo. Vimos también que el proceso de
industrialización se desarrolla a la sombra de esas crisis y los sectores a él ligados se van
imponiendo y van dando los marcos del desarrollo de esta economía. Hay que suponer,
por tanto, que las nuevas estructuras internas creadas por la industrialización y que
alcanzaron un carácter determinante en el desarrollo de ciertos países latinoamericanos
224/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 201-236
se inscriben también dentro de un movimiento cíclico, sea por su dependencia del sector
exportador, sea también por la propia dinámica de la acumulación de capital que realizan.
Debemos empezar por estudiar los efectos de las luctuaciones del comercio mundial
sobre las estructuras industriales nuevas que se crean. Para comprender bien estos
movimientos cíclicos hay que hacer una pequeña síntesis del carácter de estas estructuras.
Como es sabido, la industrialización que se produjo en los países dependientes
asumió la forma de una sustitución de importaciones. Es decir, las industrias que se
crearon venían a sustituir manufacturas importadas debido a diicultades cambiarias
creadas espontáneamente por la situación mundial o deliberadamente por una política
proteccionista. Esta industrialización dependió de maquinarias y materias primas
elaboradas importadas, pues empezó a hacerse a partir del mercado existente de bienes
de consumo y no disponía de una oferta interna de bienes de producción. El desarrollo
industrial de los países dependientes genera, en primer término, una demanda de
productos básicos en los países dominantes. Esta demanda se acentúa en el periodo de
posguerra con las inversiones basadas en tecnologías nuevas que dependían de manera
cada vez más estrecha de productos intermedios, principalmente de materias primas
elaboradas, que sólo se encuentran en el exterior, particularmente en las casas matrices de
los grupos económicos que controlan la tecnología empleada. Se crea así una dependencia
estrecha del comercio exterior, de la que no se ha liberado aún ningún país dependiente.
Su origen está en el uso de una tecnología que supone un mundo industrial internacional
muy amplio sobre el cual estos países no tienen ningún control. El capital extranjero (o el
nacional de él dependiente por ausencia de opción tecnológica propia) pasa a determinar
un tipo de desarrollo que acentúa la dependencia comercial en nuevos niveles.
Esta dependencia del comercio exterior signiica que la economía se encuentra
dependiente del sector exportador, ya el comercial, ya el agrario o minero. Este sector
continúa jugando un rol estratégico en la economía a pesar de su pérdida relativa de
posición respecto del sector industrial. La supervivencia de la importancia estratégica
del sector exportador se maniiesta asimismo en el rol de consumidor importante que
continúa jugando. Concentrando en sus manos gran parte del ingreso nacional, constituye
un importante mercado de bienes de consumo que las industrias nacionales atienden
aun en los países menos industrializados. Con la pérdida relativa de posición del sector
exportador y el crecimiento de una amplia parte del ingreso nacional generado en el
sector industrial y sus economías externas, la importancia de aquel sector como fuente de
demanda va disminuyendo para dar paso a la función estratégica de ser fuente de divisas
necesarias para importar máquinas y productos intermedios para la industrialización.
Tal estructura industrial supone por lo tanto los siguientes elementos:
1.
La demanda generada por el sector exportador.
2.
La oferta internacional muy monopolizada de la tecnología, las máquinas y los
productos intermedios.
La cuestión de la teoría de la dependencia
Theotonio Dos Santos /225
3.
La dependencia de las divisas generadas por el sector exportador, que inancian
gran parte de las inversiones en el interior del país: lo que se puede llamar una
acumulación externa de capitales.
4.
La dependencia tecnológica profunda que lleva a una mayor dependencia a cada
nueva inversión.
5.
La dependencia del “inanciamiento externo” para poder suplir la ausencia relativa
de divisas para importar estos productos.
6.
La sensibilidad de la balanza de pagos a los movimientos de entrada y salidas de
capitales, ganancias, intereses, royalties, pagos de servicios técnicos, etcétera.
¿Qué conclusiones podemos sacar de esta rápida visión de la estructura del desarrollo
industrial dependiente?
En primer lugar, hay que destacar la dependencia en general que el proceso de
industrialización tiene de las luctuaciones de la economía mundial. Si nuestras relaciones
con la economía mundial se diesen en el nivel puramente del comercio de mercancías
sería válido establecer como esquema general que a una oscilación positiva de las
economías dominantes correspondería en los países dependientes un auge de divisas que,
dependiendo del control suyo sobre ellas a través de la política gubernamental, permitiría
un aumento de las inversiones en el sector industrial, por un aumento de la demanda así
como de la oferta. De hecho, en algunos países esto se produjo durante la segunda guerra
mundial y en parte durante el auge de la guerra de Corea.
Pero esta ley de desarrollo no es una realidad concreta. La causa de esto es la
dependencia tecnológica y sus efectos sobre la estructura de la balanza de pagos. La
dependencia tecnológica, como vimos, crea una necesidad de máquinas y productos
intermedios importados del exterior. Los dueños de estas máquinas no las venden como
factores de producción libremente disponibles en el mercado mundial. Las grandes
empresas monopólicas se reservan el derecho de utilizar estas máquinas y el know-how en
ellas incorporado como instrumento de la expansión de sus propias inversiones.
Sólo las transieren como parte de sus propios capitales. Desde el punto de vista
capitalista esto es plenamente comprensible. Por otro lado, los países dependientes no
disponen de monedas duras para importar; esto les restringe su capacidad de importación
solamente a los países a los cuales exportan. En estos países, la oferta de los productos que
permiten realizar inversiones importantes está monopolizada; así también lo están el know
– how y las patentes. Esto impide la fabricación de casi todos los productos importantes
sin pagar la licencia y la asistencia técnica. La venta de las máquinas y del know-how
ofrece un ingreso relativamente reducido en relación a la posibilidad de utilizar este
monopolio para abrir una ilial que explote la fuerza de trabajo de los países dependientes
sacando directamente toda la plusvalía que puede generar para sus propios bolsillos. Hay
que considerar aún la posibilidad de aumentar no sólo la venta del producto al producir en
el interior del mercado, sino también la posibilidad de aumentar las ventas de productos
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intermedios, lo cual se hace en general en el interior del mismo grupo económico con
todas las facilidades iscales para generar un sobreprecio de estos productos, que permite
aumentar las ventas y la tasa de ganancia de las matrices.
Las consecuencias son pues altamente signiicativas:
1.
Aumento de los precios de los productos importados que lleva a una baja del valor
de las divisas. Esta tendencia a largo plazo se encuentra con otra tendencia a la
baja de los precios de las exportaciones de materias primas y productos agrícolas
por varias razones que no nos cabe analizar aquí. Los dos factores operando juntos
llevan a una “pérdida de los términos de intercambio”.
2.
Aumento de la dependencia de las importaciones, cada vez más ligadas al proceso
de acumulación interno. Lo que se ha llamado “inelasticidad de la pauta de
importaciones”.
3.
Aumento de los egresos en relación a los ingresos (exportación de ganancias,
royalties, servicios técnicos) – tendencia al déicit de la balanza de pagos y necesidad
de endeudamiento para cubrir tales déicits-, aumento progresivo acentuado de los
egresos (pagos del servicio de la deuda externa) – más déicit-, más dependencia
del capital extranjero y del endeudamiento, etcétera.
Por lo descrito anteriormente, se puede notar cómo la crisis del sector inanciero y de
servicios de las relaciones económicas externas de América Latina ganó una autonomía
relativa, que la hace suplantar al sector comercial como el más importante elemento de
las oscilaciones cíclicas. De hecho, así como las oscilaciones del sector comercial llevaron
a una crisis crónica a través de la solución inlacionaria y disminuyeron el poder de
utilización de las divisas obtenidas con la exportación, la dependencia tecnológica lleva
también a una crisis crónica de la balanza de pagos y a un endeudamiento progresivo
que compromete hoy día un monto enorme de nuestras divisas. Según los cálculos de la
CEPAL.9 las remesas de utilidades, intereses, amortizaciones y otros pagos de capitales
extranjeros, representa más del 35% del valor corriente de sus exportaciones de bienes
y servicios. Lo paradójico de la situación es que ¡se continúa proponiendo un aumento
de la inversión extranjera para resolver los problemas cambiarios que ella misma genera
y profundiza! Las estructuras económicas dependientes en esta nueva fase pasan a ser
extremadamente sensibles a los movimientos de capital y sus luctuaciones. De manera
incompleta, Enrique Padilla Aragón llama la atención sobre este fenómeno:
Puede airmarse que en una época histórica de México, la inversión extranjera
directa representó un impulso para la economía y la generación de ingresos
internos aceleró el desarrollo; pero a partir de 1958 su carácter luctuante y la
descapitalización que representa la han convertido en un obstáculo. Podemos
asociar los años de prosperidad de la economía mexicana con aluencia de
inversiones directas y los años de depresión con salida de capital extranjero.
Es decir, que este tipo de inversiones acentúa la inestabilidad de la economía
La cuestión de la teoría de la dependencia
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mexicana, que se ha vuelto tan sensible a las inversiones extranjeras que las
reservas del Banco de México luctúan al mismo tiempo que aquéllas.
El autor exagera el rol del capital extranjero en las luctuaciones. Estos capitales en
general traen muy pocos recursos a la economía. Solamente cerca del 14%10 del total de
las inversiones norteamericanas en el exterior son resultado de transferencias de capitales
norteamericanos al exterior; el resto de sus fondos son capitalización en el interior de
las economías dependientes. ¿Por qué hay entonces una correlación estadística entre
prosperidad y depresión en los países dependientes y mayor entrada de capital extranjero
y salida de ganancias? Por el motivo opuesto: exactamente porque hoy día hay una
oscilación cíclica en el interior del capitalismo industrial de los países dependientes hay
también una oscilación cíclica del lujo del capital extranjero hacia esas economías. Al
desplazarse hacia las industrias y servicios que atienden el mercado interno de estos
países,11 el capital extranjero queda también dependiente de sus movimientos cíclicos
internos, que él de hecho acentúa. En los momentos de auge el capital imperialista penetra
aprovechándose de las mejores posibilidades de inversión. En los momentos de recesión
o depresión, retira sus ganancias en búsqueda de mejores posibilidades de inversión en
otras partes, acentuando la depresión interna.
Un ejemplo práctico de esta situación se produjo en el caso brasileño. Después del
golpe de 1964, el gobierno de Castelo Branco abrió las mejores perspectivas al capital
extranjero en el país; sin embargo éste no entró en el país hasta 1966 y 1967, cuando las
medidas anticíclicas del gobierno permitieron retomar las inversiones. Lo mismo pasa hoy
día en Chile después del golpe de Estado de septiembre de 1973. Esto no impidió que
durante la depresión este capital hiciera una gran centralización inanciera, utilizando sus
excedentes internos para comprar las empresas nacionales en quiebra. Nosotros llamamos
la atención sobre estos nuevos fenómenos en 1963 y realizamos una elaboración teórica
en un trabajo en 1966.12 La elaboración teórica es aún insuiciente y en este trabajo
no avanzaremos mucho más sobre el tema porque lamentablemente los estudios de
fenómenos cíclicos son extremadamente escasos en nuestros países. La tesis básica es la de
que el desarrollo del capitalismo industrial en los países dependientes los hace incorporar
un movimiento cíclico en su interior que sigue de forma especíica las leyes generales de la
acumulación capitalista.
Debido a la escasez de mano de obra caliicada y al aumento de demanda de este
tipo de mano de obra que las inversiones capitalistas nuevas plantean, y debido a sus
efectos sobre la estructura general de salarios, el capitalismo dependiente se hace bastante
sensible a los movimientos salariales. Por otro lado, el carácter inlacionario tan acentuado
del desarrollo capitalista dependiente estimula la organización sindical para luchar por
mantener sus niveles salariales. La estructura política latinoamericana, donde la burguesía
industrial nacional (y la extranjera hasta cierto punto) tuvo que utilizar el movimiento
sindical y popular como fuerza de presión política para atenuar las resistencias económicas
y políticas de las oligarquías exportadoras al desarrollo industrial, favorecía también la
capacidad reivindicativa de este movimiento sindical. Por otro lado se combina un tercer
factor: las necesidades de acumulación de capital de los países dependientes son muy
228/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 201-236
grandes porque sufren una gran descapitalización debido a los egresos como servicios del
capital extranjero. Estas necesidades de acumulación son también muy grandes porque
el desarrollo de estos países supone grandes saltos tecnológicos e inversiones altamente
concentradas, con una alta relación capital-trabajo, lo que exige grandes concentraciones
inancieras. La conjugación de todos estos factores hace a la economía muy sensible a los
movimientos salariales.
Se puede suponer que un periodo de acumulación de capital intensivo encuentre un
mercado de mano de obra especializada y semiespecializada reducido y una alta presión
sindical. Se da así un rápido agotamiento del ejército industrial de reserva utilizable,
conservándose una vasta población desempleada y subdesempleada que no tiene
caliicación suiciente para integrarse inmediatamente en la producción (los casos más
típicos son los de México, Brasil y Colombia, que tienen vastas poblaciones agrícolas
analfabetas, y los menos típicos son los de Argentina, Uruguay y Chile, que tienen la mayor
parte de la fuerza de trabajo alfabetizada y en las ciudades).
Los efectos de esta situación estructural sobre los movimientos cíclicos tienen que
ser en el sentido de una tendencia a la oscilación cíclica más o menos limitada. Estas
limitaciones se deben básicamente a 4 factores: la importancia del capital extranjero;
la importancia de las inversiones estatales; la importancia de un sector de servicios y
trabajadores improductivos altamente inlado, que asegura una demanda poco lexible
para abajo; los efectos de una política inlacionaria crónica que mantiene una demanda
artiicial a costa de un endeudamiento crónico interno y externo cuya explosión se aplaza
hacia un futuro aparentemente ilimitado.
Todos estos factores actúan como factores estabilizadores hacia abajo que llevan a
una crónica incapacidad para romper el subdesarrollo y la dependencia y a una relativa:
estagnación económica que se muestra en una paradójica secuencia entre el desarrollo
de la industrialización en América Latina y una disminución de las tasas de desarrollo
como consecuencia. Esto no quiere decir que la región camine hacia una falta total de
crecimiento. Ni signiica tampoco que hayan desaparecido las oscilaciones cíclicas.
Simplemente signiica que, a largo plazo, la región tiende a una tasa de crecimiento más
baja en la medida en que se vincula su crecimiento económico a la dominación del capital
extranjero con los efectos descapitalizadores que genera.
Cuando la industrialización se hizo con el capital nacional, del 30 al 46, y sobre todo
cuando se aprovechó la coyuntura de auge de la guerra, no habiendo aún establecido su
dinámica dependiente del mercado interno, el crecimiento era mucho más alto que hoy
día. Esto signiica que el proceso de industrialización se ha ahogado en una estructura
de endeudamiento crónico y crisis cíclica que explican el comportamiento y la dinámica
económica, social y política de América Latina industrializada, en los últimos años. Pero
los países de menor industrialización no están libres de este fenómeno. En ellos se opera un
proceso de industrialización muy rápido y aún más intensivo, cuyos efectos se empezarán
a sentir muy pronto y ya se apuntan en varios casos.
La cuestión de la teoría de la dependencia
Theotonio Dos Santos /229
Nuestro objetivo en este ensayo es sobre todo el de llamar la atención de los
economistas, sociólogos y cientíicos políticos latinoamericanos y de los demás países
dependientes hacia estos fenómenos y hacia la necesidad de estudiarlos empíricamente y
de revisar los esquemas teóricos superados de las teorías del desarrollo.
5. Hacia una teoría de las crisis en los países dependientes
De las discusiones anteriores emerge una extensa problemática que no podemos
desarrollar suicientemente en este ensayo: ¿Cuáles son las relaciones entre las crisis
del sector exportador y las crisis del sector industrial capitalista? ¿Qué relación existe
entre el carácter estructural de la crisis latinoamericana, establecido en el cuadro de una
estagnación relativa con soluciones de crecimiento inlacionario y/o con endeudamiento
internacional, y las crisis de coyuntura provenientes del ciclo capitalista interno?
¿Qué mecanismos sociales y políticos son accionados por estas crisis y cómo actúan
estas esferas sobre los movimientos cíclicos?
Presentaremos enseguida algunos apuntes generales para un desarrollo posterior más
profundo del tema, que creemos deberá ser una labor colectiva de varios investigadores.
1. El desarrollo de nuestros países acentúa en forma particular el carácter desigual
y combinado del desarrollo capitalista. En ellos, las nuevas estructuras productivas
desarrolladas en otros centros, los procesos de organización empresarial y sus efectos
sobre los mercados, se van introduciendo y combinando con estructuras anteriores para
formar una unidad socioeconómica nueva y especíica que llamamos dependiente.
A pesar de que estas estructuras sean contradictorias entre sí, su combinación se
hace posible en el interior de una misma unidad porque ellas no se desarrollan hasta las
últimas consecuencias. Cuando el desarrollo de una formación estructural va muy lejos,
se produce una incompatibilidad que exige una solución radical a través de la eliminación
de las estructuras más retrógradas. Muchas veces, esta eliminación se tiene que hacer a
través de la introducción de formas estructurales superiores. A las nuevas estructuras
se van agregando otras más avanzadas antes de que agoten su desarrollo interno y van
surgiendo nuevas dinámicas, muy desconcertantes para los teóricos y cientíicos sociales,
pero altamente importantes en la práctica económica, social y política.13
De ahí que los ciclos económicos en las formaciones socioeconómicas dependientes
asuman formas combinadas y que la economía busque soslayarlos a través de un estímulo
inlacionario a las inversiones porque, en caso contrario, se ahogaría en una estagnación.
2. Los ciclos económicos ligados al sector exportador son generados en parte por los
movimientos de auge y depresión en la economía mundial, pero las economías dependientes
tienen una dinámica propia en su interior. Esta dinámica está relacionada con la oferta de
los productos exportados en el sector externo de la economía que, como vimos, tiende
a generar una sobreproducción a nivel de las economías dependientes, lo cual se hace
más evidente cuando hay una retracción de las importaciones de los países desarrollados
debido a sus recesiones. Para mantener a los productores del sector exportador generando
230/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 201-236
ingreso interno y para aminorar las bajas de los precios de los productos exportados y los
efectos de los movimientos cíclicos, el Estado burgués, se ve obligado a sustentar estos
sectores a través de políticas inlacionarias y del endeudamiento externo.
Por otro lado, el desarrollo del sector industrial es dependiente del sector exportador
por dos motivos: porque necesita de sus ingresos que forman una demanda de los productos
industriales y porque las exportaciones crean los recursos en forma de divisas para la
importación de maquinarias y bienes intermedios necesarios a la industria, necesidad que
aumenta debido a la dependencia tecnológica. Esta dependencia hace el crecimiento del
sector industrial extremadamente dependiente de la balanza de pagos y por lo tanto de los
efectos de los auges y recesiones de las economías centrales.
La aparición del capital extranjero en el sector industrial y otros que producen hacia
el mercado interno, que se acentúa en la posguerra, hace que el desarrollo económico sea
extremadamente sensible a los movimientos de capital. Estos movimientos de capital son
condicionados por la dinámica de los ciclos del sector industrial capitalista en el interior
de los países dependientes.
Estos ciclos se independizan cada vez más del movimiento del comercio externo
y son condicionados por las leyes de la acumulación de capital modiicadas por las
especiicidades de los mercados de mano de obra y del contexto sociopolítico de los países
dependientes. En todo caso, la acción del capital extranjero profundiza los movimientos
cíclicos, sea en los momentos de auge, al introducir un elemento capitalizador nuevo, sea
en los momentos de crisis, al retirar las ganancias hacia el exterior.
Tales movimientos cíclicos son otra vez compensados, en parte, por un proceso
inlacionario y de endeudamiento externo acumulativo que aplaza hacia el futuro los
efectos de la crisis, haciendo la crónica, manifestándose ésta bajo la forma de la inlación y
el endeudamiento internacional, única forma de neutralizar la tendencia a una estagnación
relativa o baja secular de la tasa de crecimiento.
3. Hay que considerar, sin embargo, que esta estagnación relativa, a pesar de los
optimismos que las coyunturas favorables provocan, es altamente explosiva pues acentúa
las contradicciones internas del sistema y las aplaza hasta un momento cualquiera en que,
por efecto de una coyuntura desfavorable a nivel internacional o nacional, explotan.
No hay duda de que estos mecanismos de adaptación por la vía del aplazamiento
(inlación y endeudamiento) se van mostrando insuicientes y abren paso a una crisis no
sólo institucional sino también de las alternativas reformistas del sistema, lo que hace
prever una evolución muy rápida hacia una radicalización social y política profunda y
hacia un inmovilismo político relativo de la clase dominante en los momentos de crisis
internacional y nacional.
4. Vemos así que la crisis estructural del sistema va siendo aplazada con mecanismos
esencialmente pragmáticos cuya expresión más directa está en el proceso inlacionario y
en el endeudamiento internacional. En ellos y en las formas de solucionarlos se encuentran
condensados y sintetizados todos los conlictos del sistema.
La cuestión de la teoría de la dependencia
Theotonio Dos Santos /231
De parte de las clases dominantes no queda otra alternativa que la de apelar a una
política de estabilización monetaria que haga caer los salarios y aumentar la acumulación
de capital para posibilitar nuevas inversiones en un futuro próximo. Sólo en países donde
se alcanza una situación privilegiada de la balanza de pagos se puede reducir la inlación
hasta un nivel relativamente bajo de “inlación estructural” abierta u oculta, y esto se hace
en general con sacriicio de las importaciones para los sectores de inversión de capital o de
importaciones de productos de consumo popular.
5. Al tener que enfrentarse a una situación de este tipo, las clases dominantes se ven
obligadas a aplicar una política extensivamente antipopular, y enfrentadas a un movimiento
popular cada vez más hostil e independiente: la clase obrera y los asalariados en general,
que reaccionan contra la pérdida de su poder de consumo y la concentración del capital; los
hijos de los obreros, los jóvenes de clase media y el subproletariado urbano y rural que no
ven posibilidades de trabajo por la ausencia de un desarrollo efectivo; los campesinos, que
no ven la posibilidad de una política de reforma agraria realmente sustancial; la pequeña
burguesía, que ve sus ahorros consumidos por la inlación o la amenaza de proletarización
por consecuencia de las quiebras en los momentos de estabilización.
Se crean así las condiciones para la formación de un amplio frente popular
antiimperialista cuya formación y dirección dependerán básicamente de la existencia de un
liderazgo proletario consecuente o, en algunos casos, de sectores pequeñoburgueses que
buscarán formar y orientar este frente en un sentido reformista vagamente nacionalista y
democrático.
Teóricamente, se puede suponer, que este frente, tácito algunas veces, abiertamente
realizados en otros casos, tiende aumentar su capacidad de lucha en los momentos de crisis
en los centros dominantes, que se releja también en una crisis aguda en la orientación
política de las clases dominantes-dominadas en los países dependientes (que en muchos
casos está representada por los propios gerentes de las empresas extranjeras, que tienden
a controlar hoy día el grueso del sector más dinámico de nuestras economías).
Se puede concebir también teóricamente que en ausencia de una organización de
masas amplia, sean sectores del aparato estatal, particularmente los militares, los que
intentan representar estos intereses buscando chantajear al imperialismo y obligados a
hacer las inversiones que se creen favorables al desarrollo económico interno, dejándolo
siempre abierto al capital extranjero. Este último tomado en una coyuntura desfavorable,
se ve obligado a ceder buscando resguardar sus posiciones relativas de fuerza para una
posterior defensiva en una coyuntura económica y política más favorable.
6. Se puede establecer así algunas relaciones e interdependencias entre los ciclos
económicos y los movimientos sociales y políticos. La posibilidad de aprovechar
favorablemente de las coyunturas dependerá de la organización dependerá del
movimiento popular, su conciencia política y su sensibilidad. Los esquematismos teóricos,
el doctrinarismo vacío, las tendencias cuadillescas pequeñoburguesas que paralizan las
iniciativas de las masas, son factores muy fuertes en la vida política de los movimientos
populares latinoamericanos y se han manifestado en grupos políticos tanto izquierdistas
232/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 201-236
como reformistas. Tales factores han perjudicado enormemente su capacidad de
aprovechamiento de las coyunturas favorables.
NOTAS
1 Entre los estudios de aspectos especíicos de la realidad latinoamericana o de
universos más restringidos geográica o temáticamente realizados bajo el impacto de
planteamientos teóricos más abstractos y metodológicos sobre la teoría de la dependencia
podemos destacar: Bambirra, Vania, El capitalismo dependiente en América
Latina. Ídem, La Revolución Cubana: una reinterpretación. Ídem (introducción
y compilación), Diez años de experiencia insurreccional en América Latina.
Pizarro, Roberto y Caputto, Orlando, Imperialismo, dependencia y relaciones
económicas internacionales. Ídem, Desarrollo y capital extranjero: las nuevas
formas del imperialismo en Chile. Ramos, Sergio, Chile: ¿Una economía en
transición? Briones, Álvaro. Empresas transnacionales y dependencia tecnológica.
“Los conglomerados transnacionales, la tecnología y el mercado de bienes intermedios.”
Economía y Ciencias Sociales, n. extraordinario en acuerdo con el CESO, Caracas,
diciembre de 1973. Sepúlveda, Cristian, Desarrollo económico en Chile. Cuadernos
del CESO, 1973, (mimeo.) Bizelli, Edimilson, “La política norteamericana para América
Latina”. Economía y Ciencias Sociales. n. extraordinario en acuerdo con el CESO,
Caracas, diciembre de 1973. González. Estanislao, “Venezuela: nueva política petrolera y
dependencia.” Economía y Ciencias Sociales, ibid.
Ackermann, María das Gracas, Les entrepreneurs et le développement (étude
d’un groupe d’industriels métallurgiques au Chili), memoria presentada a la École
Pratique des Hautes Études, París, septiembre de 1970 (mimeo.). Bacha, Claire Savit,
“A dependencia nas relacoes internacionais: uma introducáo a experiencia
brasileira”, tesis de maestría presentada al IUPERJ, Rio, 1971. Bambirra, Vania,
“Integración monopólica mundial e industrialización: sus contradicciones”, Sociedad y
desarrollo, vol. I n. 1, Santiago, 1972. Cinta, Ricardo, “Burguesía nacional y desarrollo”,
en El peril de México en 1980. Durand P., Víctor Manuel, “México: dependencia o
independencia en 1980” en El peril de México en 1980. Faria, Vilmar E., “Dépendence
et idéologie des dirigeants industriels brésiliens”, Sociologie du Travail, n. 3, julioseptiembre de 1971, París; Faria escribió también una monografía todavía inédita sobre
el mismo tema-. Schmidt, Benicio Viero, “Um teste de duas estrategias políticas:
a dependencia ea autonomia”, tesis de maestría, mimeo, Belo Horizonte, 1970.
Sunkel, Oswaldo, “Política nacional de desarrollo y dependencia externa”, Revista de
Estudios Internacionales, vol. I, n. 1, mayo, 1967. Santiago de Chile. Vasconi, T.,
Dependencia y superestructura y otros ensayos, en colaboración con Inés Recca,
Modernización y crisis en la Universidad Latinoamericana. Villa, M., “Las bases
del Estado mexicano y su problemática actual” en El peril de México en 1980. Wefort,
F. C., “Clases populares y desarrollo social”. ILPES, febrero, 1968. Es imposible citar
el conjunto de trabajos sobre los distintos temas. En particular en el campo de estudios
sobre marginalidad hay varios importantes, como los de Currieri, Contreras, Humberto
La cuestión de la teoría de la dependencia
Theotonio Dos Santos /233
Muñoz, Orlandina Oliveira y otros (sin mencionar los de Quijano) que por sí mismos
constituyen todo un campo teórico relacionado con la perspectiva de dependencia pero
considerado aparte. Cardoso, F. H., Imperialismo e dependencia, 1972, mimeo. Pinto
A., “El modelo de desarrollo reciente en América Latina”, en El Trimestre Económico,
n. 150, México, 1970. Vuskovic, P., “Distribución del ingreso y opciones de
desarrollo”, en CEREN, Universidad Católica de Chile, 1970. Fajnzylber, F., Sistema
industrial en Brasil, 1970. Distribución del ingreso, Fishlow, 1973. Pereira, Y. E.,
Endeudamiento exterior. Cardoso, F. H., Estado y sociedad. Luciano, Martins,
Politique et développement économique: structures de pouvoir et systeme de
décisions au Brésil. Córdova, Arnaldo, La política de masas del cardenismo.
Campos, M. N., Transferencia de tecnología, dependencia del exterior
y desarrollo económico. Bitar, Sergio, Inversión extranjera en la industria
manufacturera de Chile.
Fajnzylber, Fernando, Sistema industrial y exportación de manufacturas.
Vaitsos, C., Comercialización de tecnología en el Pacto Andino. Katz, Y.,
Oligopolio, irmas nacionales y empresas multinacionales, la industria
farmacéutica argentina. – Los libros-antología citados como América Latina:
dependencia y subdesarrollo, Problemas del subdesarrollo latinoamericano, el n. especial
citado de Trimestre Económico, n. 150, la antología organizada por Robert 1. Rhodes,
Imperialism and Underdevelopment, otra organizada por K. T. Kann y D. C. Hodges
,(eds.) Readíngs in U.S. Imperialism, el Symposium de Stanford editado por Frank
Bonilla y Robert Girling sobre Structures of Dependency, 1973, la de Dieter Senghaas
sobre Imperialismus und Structurelle Gewalt, y muchos artículos dispersos en
revistas especializadas, recogen gran parte de los innumerables estudios realizados sobre
el tema que sería imposible compilar en una nota.
Llamamos especialmente la atención de los lectores a las investigaciones realizadas en
el CESO, el CEBRAP, el Programa Centroamericano de Ciencias Sociales, el Instituto de
Investigaciones Sociales, el Instituto de Investigaciones Económicas y el CELA de la UNAM.
2 Entre los innúmeros trabajos que al in de la década del 60 y al comienzo de la
del 70 continuaron el proceso de elaboración teórica que hemos citado en los capítulos
anteriores, se encuentran:
a] Varios, Problemas del subdesarrollo latinoamericano. Se trata de trabajos
enviados al encuentro de Dakar, en 1972, entre los cuales se cuentan sobre el tema: Bagú,
Sergio, “Las clases sociales del subdesarrollo”; Cardoso, Fernando Henrique,
“Notas sobre el estado actual de los estudios de la dependencia”; Héctor Silva
Michelena, “Del subdesarrollo al socialismo: la única estrategia”.
b] América Latina: dependencia y subdesarrollo, introducción, selección y
notas de Antonio Murga Frasinetti y Guillermo Boils. Este libro reúne gran parte de la
bibliografía sobre el tema, entre la cual se encuentran los siguientes artículos pertinentes
al tema: Introducción de los presentadores, Aguilar M., Alonso, “Relexiones sobre
el subdesarrollo (originalmente publicado en 1973); Cardoso, Fernando H. y Wefort,
234/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 201-236
Francisco C., “Ciencia y conciencia social” (originalmente publicado en 1970);
Quijano, Aníbal, “Dependencia y cambio social” (originalmente publicado en
1968); Ianni, Octavio, “La dependencia estructural” (ensayo inédito traducido
para el libro) ; González Casanova, Pablo, “La nueva sociología y la crisis de
América Latina” (publicado originalmente en 1968) ; García, Antonio, “Hacia una
teoría latinoamericana de las ciencias sociales del desarrollo” (publicado
originalmente en 1972). el El número especial de Trimestre Económico de abriljunio de 1971 (n. 1501 – publicó algunosartículos que forman parte del debate teórico
mencionado: Furtado Celso, “Dependencia externa y teoría económica”; González
Casanova, Pablo, “Las reformas de estructura en la América Latina”; Pinto,
Aníbal, “El modelo de desarrollo reciente en América Latina”; Sunkel, Osvaldo,
“Capitalismo transnacional y desintegración nacional en la América Latina”.
Otros textos del mismo periodo: Bagú, Sergio, “Dependencia y subdesarrollo
en América Latina, comentarios”, Problemas del desarrollo, México, UNAM,
1970, n. 4. Pinto, Aníbal, “Notas sobre desarrollo, subdesarrollo y dependencia”, El
Trimestre Económico, vol. 39, n. 154, México, 1972. Idem, “El sistema centroperiferia 20 años después”, International Economics. Ensayos en honor de Raúl
Prebisch, Estados Unidos, Ed. L.E.D. Marco, Academic Press, 1972. Aguilar M., Alonso,
Teoría y política del desarrollo latinoamericano. García, Antonio, “Atraso y
dependencia en América Latina”, Hacia una teoría latinoamericana de las
ciencias sociales del desarrollo. Maza Zavala, D. F., Los mecanismos de la
dependencia. Moreno, José, CEPAL, reformismo e imperialismo. Carmona de la
Peña, Fernando, Dependencia y cambios estructurales. Ceceña Cervantes, José
Luis, Superexplotación, dependencia y desarrollo. Fernandes, Florestan, “Patrones
de dominación externa en América Latina”, Revista Mexicana de Sociología, vol.
XXXII, n. 6, noviembrediciembre de 1970. Hinkelammert, Franz, El subdesarrollo
latinoamericano. Un caso de desarrollo capitalista. Ídem, “Teoría de la dialéctica
del desarrollo desigual”, Cuadernos de la Realidad Nacional, Santiago de Chile.
n. 6, diciembre de 1970. Ídem, “La teoría clásica del imperialismo, el subdesarrollo y la
acumulación socialista”, Cuadernos de la Realidad Nacional, Santiago de Chile, n. 4,
junio de 1970. Ianni, Octavio, Imperialismo y cultura de la violencia en América
Latina. Ídem, Sociología del imperialismo. Ídem, “La sociología de la dependencia
en América Latina”. Revista Paraguaya de Sociología, vol. 1, n. 21, Asunción, mayoagosto de 1971. Cardoso, Fernando Henrique, “¿Teoría de la dependencia o análisis de
situaciones concretas de dependencia?” Revista Latinoamericana de Ciencia
Política, 1, diciembre de 1971. Graciarena, Jorge, “La dinámica del capitalismo del
subdesarrollo en América Latina”, Foro Internacional, XIII, México, abril-junio de
1973 Malavé-Mata, Héctor, “Dialéctica del subdesarrollo y dependencia”, Problemas
del Desarrollo, México, agosto-octubre de 1972. Marini, Ruy Mauro, Dialéctica
de la dependencia. Stavenhagen, Rodolfo, “The Future of Latin America: Between
Underdevelopment and Revolution”. Latin American Perspectives, vol. 1, n. 1,
1974. Ídem, “;Cómo descolonizar las ciencias sociales?”, Sociología y subdesarrollo.
Furtado, Celso, O mito do desenvolvimento economico. Córdoba, Armando y Silva
La cuestión de la teoría de la dependencia
Theotonio Dos Santos /235
Michelena, Héctor, Aspectos teóricos del subdesarrollo. Córdoba, Armando, El
capitalismo subdesarrollado de A.G. Frank.
3 La revista Latin American Perspectives, vol. I, n. 1, primavera de 1974,
recogió un debate sobre la “teoría de la dependencia”, con amplias notas bibliográicas.
Desgraciadamente el debate giró en torno de un trabajo de nivel escolar de R. A. Fernández
y José F. Ocampo, lo que no permitió avanzar en nada sobre el tema. Recoge artículos de
Timothy Harding, Fernando H. Cardoso, Marvin Sternberg, Andre Gunder Frank, Guy
J. Gilbert y una introducción de Ronald H. Chilcote. El XI Congreso Latinoamericano,
realizado en Costa Rica, debatió ampliamente el tema. Fueron presentados ensayos
críticos de Agustín Cueva, Fernando Arauco (publicados posteriormente en Historia y
Sociedad, n. 3) y Gerard Pierre Charles, un balance crítico de Pablo González Casanova
y un ensayo muy confuso de José Luis de Imaz. La revista norteamericana Journal of
Interamerican Studies and World Afairs dedicó un número al tema con artículos de
David Ray, Russell Martin Moore, William G. Tyler y Peter Wayart, febrero de 1973. El n. IV
(primavera) de la Review of Radical Economics también fue dedicado al tema. El debate
sobre el concepto de dependencia partió de 2 artículos autocríticos (desgraciadamente
muy confusos, pues los errores se generalizaban a los demás autores) de Francisco Wefort
“Notas sobre la teoría de la dependencia: teoría de clase o ideología nacional”, Revista
Latinoamericana de Ciencia Política, Santiago, n. 1, 1971, y de Andre Gunder Frank,
“La dependencia ha muerto: viva la dependencia y la lucha de clases. Una respuesta a
críticas”. Sociedad y Desarrollo, n. 3, Santiago, 1972. Algunos estudios críticos y de
síntesis general más importantes: Alschuler Lawrence R., “A Sociological Theory of Latin
American Underdevelopment”, Comparative Studies, VI, 1973. Bodenheimer, Suzanne,
“Dependency and Imperialism: The Roots of Latin American Underdevelopment”.
NACLA Newsletter, 1970. Fausto, Ayrton, “La nueva situación de dependencia y
el análisis sociopolítico de Theotonio Dos Santos”, Revista Latinoamericana de
Ciencias Sociales, n. 1-2, Santiago, 1971. Lebedinsky, Mauricio, Del subdesarrollo
al desarrollo. Ídem, América Latina en la encrucijada de la década del setenta.
Le Roy, Cis y otros, “Toward a Resolution of the Weakness of Dependency
Theory”, Riverside, Collective Paper of Graduate Students, University of California,
1973. Meeropol, Michael, “Towards a Political Economy Analysis of Underdevelopment”,
Review of Radical Economy, IV, 1972. Murga, Antonio, “Dependency: A Latin
American View”, NACLA Newsletter, N, febrero de 1971. Alberti, Blas M. y Alejandro
Horowicz, “La penetración imperialista en las ciencias sociales en América
Latina. A propósito de Andre Gunder Frank y Theotonio Dos Santos”.
Documento lleno de confusiones e insidias presentado al X Congreso Latinoamericano de
Sociología, Santiago, 1972. Filippi, Alberto hizo un excelente resumen crítico de la teoría
de la dependencia en su presentación a la edición italiana de Lumpenburguesia de A.
Frank. Andre Gunder Frank hizo una bibliografía muy amplia de las críticas a su obra y
otros trabajos relacionados en su artículo citado sobre “La dependencia ha muerto”.
Entre las muchas tesis académicas escritas sobre el tema, quiero destacar la reciente de
Jean-Paul Gravel, Sous developpement et dépendence, marzo de 1974. Université de
Laval, Quebec, Canadá. Es importante destacar también el excelente resumen de Tilman
236/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 201-236
Tönnics Evers y Peter von Wogan: “Dependencia: Lateinamerikanische Beiträge
zur Theorie der Unterentwicklung.”
3 Me reiero en especial al artículo de Fernández y Ocampo que sirvió de base a la
discusión de Latin American Perspectives. A pesar de su mejor nivel, el artículo citado
de Cueva no sólo no ayuda sino que hace retroceder la discusión.
4. Paul Singer ainó mucho más el análisis de esas relaciones con aportes nuevos en
Desenvolvimento e crise. En pág 381- – – 30
5 Enrique Padilla Aragón, Ciclos económicos y políticas de estabilización. En
pág 381----30
6 Citado por Padilla Aragón, op. cit., pp. 178-89.
7 Las economías de exportación.
8 Mario Arrubla, Ensayos sobre el desarrollo de Colombia.
9 Samir Amin, “La teoría de la coyuntura internacional y el papel de la
periferia del sistema en el desarrollo del ciclo capitalista”. La acumulación a
escala mundial
10 La economía de América Latina en 1969, Naciones Unidas, 1970. El estudio
de Orlando Caputto y Roberto Pizarro, Imperialismo, dependencia y relaciones
económicas internacionales. Muestra con amplio rigor técnico y empírico el rol
creciente de los servicios y, particularmente, del movimiento de capitales en el déicit de
nuestra balanza de pagos.
11 Véase los datos de Survey of Current Business estudiados por Orlando Caputto
y Roberto Pizarro en la obra citada.
12 Sobre este fenómeno véase nuestro Socialismo o fascismo: el nuevo carácter
de la dependencia y el dilema de América Latina
13 Véase Socialismo o fascismo: el nuevo carácter de la dependencia y el
dilema de América Latina. La primera edición mimeograiada con el título de Crisis
económica y crisis política se publicó en 1966 para los seminarios del CESO, sobre América
Latina, Santiago. Paul Singer fue el único economista brasileño que trabajó en la misma
línea de pensamiento. Ob. cit.
14 Hay que señalar de paso los efectos que tal discontinuidad opera sobre el pensamiento
social, obligándolo a un constante empirismo y pragmatismo debido a su imposibilidad de
inscribir esos cambios en una teoría general sin incluir en ella ni un análisis muy profundo
de la economía mundial y de las tendencias estructurales de los centros imperialistas ni
hoy día, una evaluación del socialismo. Considerando los limitados recursos humanos de
nuestros países para el desarrollo cientíico y las inluencias perniciosas del pensamiento
burgués y reformista pequeñoburgués, es fácil entender nuestras diicultades teóricas.
Libros
Espacio Abierto Cuaderno Venezolano de Sociología
Vol.27 No.1 (enero - marzo, 2018): 239-244
Alimonda, Héctor, Toro Pérez,
Catalina y Martín, Facundo
(Coordinadores) (2017) Ecología
política latinoamérica.
Pensamiento crítico,
diferencia latinoamericana
y rearticulación epistémica.
CLACSO/Universidad Autónoma
Metropolitana. México
En pocos años, la Ecología Política
en América Latina ha dejado de ser
una propuesta algo exótica de algunos
especialistas para ir adquiriendo, al
mismo tiempo que una airmación de su
presencia legítima en el medio académico,
una relevancia notable en las demandas
del espacio público. Esto, evidentemente,
acompaña la conlictividad creciente del
tema ambiental en la región y en el mundo.
Según opiniones autorizadas (como
la de Joan Martínez-Alier) la Ecología
Política latinoamericana es “un terreno
de pensamiento propio con relevancia
internacional”. Se trata de un campo de análisis, crítica y enunciación plural, que se
fue constituyendo a partir de la conformación de redes académicas latinoamericanas,
ubicadas en relación de continuidad con las tradiciones regionales de pensamiento crítico
y con la problemática compleja de la construcción de la identidad de nuestras sociedades.
Esta Ecología Política es tributaria de la historia latinoamericana, y se propone reescribir
la historia de la región, en diferentes dimensiones, a partir de la reconstrucción de las
relaciones entre sociedades, culturas y naturalezas. A partir del abordaje de las relaciones
sociedad – naturaleza bajo una perspectiva teórica interdisciplinaria construida en
la intersección entre la historia ambiental y política, la geografía crítica, los estudios
culturales y el pensamiento ambiental, busca ajustar cuentas hacia atrás, expandir el
presente y diseñar futuros al patrón occidental-moderno. Al mismo tiempo, la Ecología
Política de América Latina desde su emergencia se viene constituyendo en una relación
240/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 239-244
activa de permanente intercambio y retroalimentación con los muy diversos movimientos
y luchas que protagonizan conlictos en diferentes escalas y circunstancias, recogiendo las
críticas a los modelos de desarrollo de vigencia hegemónica y delineando con ellos otros
futuros posibles. En este sentido, los dos volúmenes que presentamos mantienen el diálogo
sobre los debates epistemológicos de la Ecología Política Latinoamericana a la vez que se
entrocan con las prácticas teóricas, políticas y territoriales, que han caracterizado a nuestra
región. Esta marca de origen, se basa en la convicción del vínculo, por momentos tenso y
conlictivo pero también creativo y productivo, entre el imperativo del reinamiento de las
herramientas teórico-políticas para asumir el análisis crítico y la construcción sostenida
de alternativas frente al saqueo, el despojo y la devastación socio-ambiental.
Existe en América Latina todo un pensamiento político ambiental complejo (Lef), que
no sólo aporta a la comprensión de estas dinámicas en nuestra región, sino que contribuye
a la comprensión global e histórica de estos problemas (Alimonda, Castro H., Palacio).
Igualmente existe un acumulado de experiencias de lucha por la rexistencia territorial
desde los movimientos sociales frente al despojo y la devastación socio-ambiental (PortoGonçalves). Uno de los grandes desafíos de esta obra reciente de investigadores y activistas
latinoamericanos es el de recoger y acompañar las dinámicas del ecologismo popular del
continente, que renuevan y muchas veces desafían las propuestas de los autores más
citados en los círculos académicos. Consideramos que hace falta reconocer, fortalecer y
legitimar estos saberes, marcos teóricos-políticos y prácticas contra-hegemónicas que
emergen de las experiencias de lucha y resistencia de nuestra región. Este es el principal
desafío académico y político que se propuso asumir el Grupo de Trabajo Ecología Política
desde América Latina / Abya Yala. Por otra parte, sostenemos que es necesario superar la
concepción y denominación de “recursos naturales”, que supone por un lado un marcado
antropocentrismo jerárquico, y por otro, fortalece la ideología funcionalista que tiene el
capital sobre estos bienes, concebidos como meros recursos. Considerar estos bienes, como
como comunes, signiica que no puede recaer sobre ellos ninguna forma de privatización.
Disputar de entrada esta noción, permite abrirle paso a la idea de bienes comunes, coloca
en el centro de la discusión el carácter relacional comunitario y colectivo que histórica
y geográicamente los pueblos han establecido con los bienes comunes y otras fuentes y
medios de existencia, para garantizar la reproducción de la vida.
Un importante desafío teórico-político y práctico del Grupo de Trabajo consiste
en fortalecer un diálogo constructivo de saberes entre la academia y los movimientos
sociales, pues en América Latina y el Caribe, estos movimientos, especialmente los de base
territorial campesina e indígena, vienen haciendo importantes aportes a la comprensión
de estas dinámicas y a la acción organizada de resistencia activa. Las pautas colocadas por
el pacto campesino-indígena atrás del ascenso del gobierno de Evo Morales en Bolivia,
las reivindicaciones de la Conaie en Ecuador, los postulados de los Zapatistas en México
o del movimiento indígena del Cauca, para citar solo algunos ejemplos, constituyen un
acumulado de aportes políticos y epistémicos de estos movimientos sociales reconocidos
mundialmente (Santos, Alier), pero no siempre suicientemente valorizados por la
academia. Este Grupo apuesta por un verdadero y fructífero diálogo de saberes al interior
de la Ecología Política, por ello el apellido del GT no es casual, Ecología Política desde
Ecología política latinoamérica. Una pensamiento crítico, diferencia
latinoamericana y rearticulación epistémica. Alimonda, Héctor, Toro
Pérez, Catalina y Martín, Facundo (Coordinadores) (2017)
Catalina Toro Pérez y Facundo Martín /241
América Latina /Abya Yala, pues se coloca del lado crítico, tanto del capitalismo, como de
los nuevos/viejos colonialismos.
El lector tiene en sus manos el fruto de relexiones y debates presentados en una serie
de encuentros que se desarrollaron entre los años 2014 y 2017 en el marco del Grupo
de Trabajo. En mayo de 2014, como Coordinadora del Grupo de Trabajo Catalina Toro
Pérez organiza en Bogotá y San Andrés, Colombia el seminario Desarrollo, extractivismo y
conlicto en América Latina y el Caribe: una mirada desde la Ecología Política. El evento se
llevó a cabo con la participación de varios invitados internacionales, nacionales y locales y fue
coorganizado en conjunto con la Universidad Nacional de Colombia: Instituto de Estudios
Caribeños, Grupo Estado y Sociedad del Caribe, Sede Caribe; el Grupo Derecho y Política
Ambiental, UNIJUS – Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales, Sede Bogotá y;
el Instituto de Estudios Ambientales IDEA, Observatorio del Caribe. En noviembre de
2014, Héctor Alimonda, con el apoyo de muchos colegas y varias Universidades públicas
de Rio de Janeiro, organizó el Seminario Internacional Ecologia Política na América
Latina: Desaios práticos e teóricos. En aquella oportunidad Enrique Lef tuvo a su cargo
la Conferencia Magistral donde desarrolló algunos de los aspectos que se presentan en
su capítulo. Asimismo presentaron versiones previas de sus contribuciones Carlos Walter
Porto-Gonçalves, Henri Acselrad, Gian Carlo Delgado Ramos, Gabriela Merlinsky, Mina
Lorena Navarro, Melissa Moreano y Horacio Machado Aráoz. En noviembre de 2015, tuvo
lugar en Medellín, Colombia la VII Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias
Sociales, organizada por CLACSO. En ese marco el Grupo de Trabajo desarrolló una serie
de paneles y mesas redondas donde estuvieron presentes Arturo Escobar, Guillermo
Castro H., Ana Patricia Noguera de Echeverri, Carlos Walter Porto-Gonçalves, Héctor
Alimonda, Gabriela Merlinsky, Catalina Toro Pérez, Milson Betancourt y Elisabeth Bravo.
VOLUMEN I
Este primer volumen titulado Ecología Política Latinoamericana. Pensamiento Crítico,
Diferencia Latinoamericana y Rearticulación Epistémica contiene 16 capítulos organizados
en tres partes. La Primera parte Pensamiento Crítico e Identidades Geo-Históricas, aborda
desde distintas trayectorias y perspectivas las formas de pensar y ser en relación con la
historia y las identidades latinoamericanas. Como apertura presentamos el trabajo de
Héctor Alimonda donde nos ofrece uno de sus últimos esfuerzos intelectuales buscando
pensar la noción de “vanguardia enraizada” en referencia al campo teóricopolítico de la
Ecología Política Latinoamericana. La emergencia de este campo se daría en un marco
plural pero con características muy propias y vinculadas a la tradición del pensamiento
crítico latinoamericano.
En un diálogo directo con Héctor Alimonda, a continuación, Arturo Escobar discute
acerca de la vitalidad del pensamiento crítico latinoamericano (PCL) y el desafío que este
importa para a la estructura epistémica de la modernidad. Sostiene entonces que cualquier
ejercicio de balance del PCL del tiene que incluir – por fuerza mayor – a las categorías,
242/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 239-244
saberes y conocimientos de las comunidades y sus organizaciones como una de sus
expresiones más potentes. En el tercer capítulo, Ana Patricia Noguera de Echeverry y Omar
Felipe Giraldo, se preguntan ¿para qué poetas en tiempos de extractivismo ambiental? Y
nos ofrecen como respuesta una lúcida y estética invitación a incorporar la poética como
parte del “pensamiento ambiental sur”. Nos convocan a un “parar en seco” que se oponga
de forma contundente a la actitud de devastar calculadoramente cambiándolo por un
habitar poéticamente el mundo. En el capítulo cuarto, Guillermo Castro H. relexiona
acerca de las temporalidades simultáneas en Nuestra América. En efecto, nos propone
comprender la crisis ambiental de América Latina desde sí misma al mismo tiempo que
la entendemos en su relación con la crisis global. Sostiene así que el principal desafío que
conlleva la comprensión de la crisis radica en el modo en que en ella operan a un tiempo
“todos los tiempos del proceso histórico”. Como cierre de la primera parte, el quinto
capítulo a cargo de Germán Palacio C. cuestiona, desde el campo de la historia ambiental,
la consolidada pero – a su juicio – obsoleta división Latino/ Anglo. Nos invita así a tomar
nota del carácter poroso e interconectado de nuestra historia ambiental haciendo énfasis
en las relaciones transnacionales.
La Segunda parte Repensar el mundo (de)sde la Ecología Política se abre con el aporte
esclarecedor y erudito de Enrique Lef. Allí el autor traza una detallada y argumentada
genealogía de la Ecología Política Latinoamericana en un claro diálogo de contrapunto
con la versión anglófona, la Political Ecology. Busca entonces problematizar y radicalizar
las líneas de indagación fundantes y constitutivas del campo de la ecología política,
abriendo un diálogo contextualizado sobre algunos de los principios, ideas y propuestas
fundamentales. Concluye con un cuestionamiento al núcleo epistémico-pragmático de esta
corriente al mismo tiempo que nos estimula a una relexión más cosmopolita y crítica para
enfrentar los poderes hegemónicos que hoy conducen al mundo hacia su degradación.
Gian Carlo Delgado Ramos aborda, a continuación, un análisis del surgimiento de las
perspectivas socio-ecológicas que buscan superar el dualismo y el funcionalismo de las
relaciones sociedad-naturaleza. Destaca, en base a la perspectiva del metabolismo social,
que el reto cognitivo de los nuevas perspectivas ecológicas críticas radica en desarrollar
enfoques interdisciplinarios que habiliten a poner en tela de juicio las mismas preguntas
que tradicionalmente han servido para deinir el problema y sus alcances. Por su parte,
Melissa Moreano, Francisco Molina y Raymond Bryant se proponen contribuir a un mejor
entendimiento de la dimensión política de la cuestión ambiental, analizando los aportes
de la Ecología Política Latinoamericana (EPL) a la Ecología Política global. Allí identiican
a la decolonialidad, la posicionalidad y el territorio como tres “marcadores de identidad”
centrales de la EPL que les permiten delinear lo que la distingue de la ecología política
anglosajona. En cuarto lugar, el teólogo y profesor brasileño Leonardo Bof nos ofrece un
análisis del desafío ecológico que tenemos por delante considerando la Encíclica papal
Laudato Sí y la Carta da terra frente a los pobres resultados de la COP21 (Conferencia
de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático) realizada en París a ines de 2015.
Ecología política latinoamérica. Una pensamiento crítico, diferencia
latinoamericana y rearticulación epistémica. Alimonda, Héctor, Toro
Pérez, Catalina y Martín, Facundo (Coordinadores) (2017)
Catalina Toro Pérez y Facundo Martín /243
Cuestionando los presupuestos sobre los que se fundan las convenciones internacionales
así como sus esquemas de gobernanza, el autor recupera la profundidad de las tareas
para reconstruir un nuevo paradigma ecológico. En el quinto y último capítulo de esta
segunda parte, Henri Acselrad aborda la génesis y coniguración de las luchas por la
justicia ambiental en Brasil. A través de una detallada genealogía el autor sostiene que
las luchas por justicia ambiental en ese país han combinado la defensa de los derechos a
ambientes culturalmente especíicos, la protección ambiental y la defensa de los derechos
de acceso a los recursos ambientales, al mismo tiempo que han reclamado por los derechos
de las generaciones futuras. Esto lo habrían hecho enfrentando la transferencia de los
costos ambientales del desarrollo hacia los más pobres. Es allí donde se daría una clara
Ecología Política, o en palabras del autor, una “junción estratégica entre justicia ambiental
y protección ambiental”.
La Tercera y última parte Crisis, resistencias y desafíos geo-políticos comienza con un
trabajo de Carlos Walter Porto-Gonçalves acerca de la dimensión geopolítica de la crisis
brasileña. En su contribución el autor pone en debate las implicaciones que un nuevo cuadro
geopolítico coloca para los grupos/clases sociales en condición de subalternidad, lo que
muchas veces queda por fuera de los análisis geopolíticos. Estos habitualmente ignoran los
procesos subalternos o lo hacen desde la perspectiva de la dominación y control de grupos
y clases de nivel nacional y supranacional. De esta forma nos alerta sobre las implicancias
que tiene este proceso no sólo para Brasil sino para el conjunto de América Latina y la
urgencia de oír lo que nos dicen los pueblos en lucha por la vida, por la dignidad y por
el territorio. A continuación, en diálogo con el trabajo anterior, Felipe Milanez presenta
una relexión crítica de dos políticas recientes en el Brasil: el Programa de Aceleracao
do Crecimento y el Ponte para o Futuro. Contraponiendo esta perspectiva extractivista y
gubernamental con los aportes de intelectuales indígenas y de sacerdotes del candomblé,
el autor delinea posibles intresecciones entre las perspectivas del decrecimiento y la de
las luchas indígena, afrobrasilera y campesina. Carlos Bittencourt presenta, en tercer
lugar, un análisis de caso sobre el desastre que implicó la ruptura del dique de cola de
la mina Samarco en la ciudad de Mariana, en el estado de Mina Gerais, Brasil. Desde la
teoría del riesgo y con un foco en las relaciones institucionales de la empresa minera con
el Estado, el autor coloca en el centro de su crítica a los mecanismos antidemocráticos
de control y decisión sobre la instalación de emprendimientos extractivos. Por su parte,
María Cecilia Roa García, Tatiana Roa Avendaño y Alberto Acosta abordan la cuestión
de la democratización ambiental como elemento central para el proceso de paz en el
pos-conlicto colombiano. Advierten así, acerca de los despliegues que puede tener este
proceso histórico en términos de ampliación de la frontera extractiva y sus formas de
violencia asociadas. A continuación Mario Pérez-Rincón, Zulma Crespo-Marín y Julieth
Vargas-Morales con un informado análisis sobre la dinámica económica de especialización
productiva y los conlictos ambientales en los países andinos. Buscando evidenciar estas
relaciones el trabajo se desarrolla desde las perspectivas conceptuales del estudio de la
244/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 239-244
conlictividad ambiental; el estudio de la dinámica económica en términos crematísticos;
y el estudio del meta – bolismo social. Los autores concluyen que los crecientes conlictos
ambientales son manifestaciones claras y concretas de la intensiicación del uso del
territorio debido a la especialización productiva en el sector primario extractivo.
Finalmente, cierra esta Tercera y última parte, un trabajo de Luis Humberto Hernández
sobre una experiencia sistematización de la Asamblea Nacional por la Paz de Colombia.
Desde una perspectiva crítica el autor elabora una propuesta de la política pública del
sector petrolero colombiano
Catalina Toro Pérez y Facundo Martín
Universidad Nacional de Colombia. Bogotá /Universidad
Nacional de Cuyo. Mendoza, Argentina.
E-mail: fmartin@mendoza-conicet.gob.ar
Espacio Abierto Cuaderno Venezolano de Sociología
Vol.27 No.1 (enero - marzo, 2018): 245-249
Sandoval, Raico (2017). Economía
extractivista en Colombia:
Modelo minero energético
destruyendo naturaleza
y sociedad. Bogotá. Stilo
Impresores Ltda.
La
obra
intitulada
“Economía
extractivista en Colombia: Modelo minero
energético destruyendo naturaleza y
sociedad” escrita por el investigador
social colombiano Raico Sandoval Forero
constituye un aporte fundamental en el
campo de los estudios socioambientales en
el camino de seguir relexionando sobre las
dinámicas de la sociedad de consumo, el
modelo extractivista, el Estado neoliberal y
la era del capital basado en la explotación,
la mercantilización y la fetichización
de los mal denominados “recursos
naturales”, dinámicas que responden a
los tiempos modernos de las sociedades
contemporáneas.
El libro está compuesto de la siguiente manera: 1) el proceso de larga duración que
implica el extractivismo o explotación de los recursos naturales. 2) la inluencia del sector
energético minero y el plan nacional de desarrollo (PND). 3) el impacto de la agricultura,
ganadería, deforestación, represas, minería y petróleo en los páramos. 4) la diversidad
biológica mundial y el sustento de la vida humana, y en última instancia 5) los conlictos,
resistencias y propuestas sociales como alternativas comunitarias.
Dicha coniguración responde a las necesidades reales que enfrenta una de las
sociedades más desiguales del mundo como es la colombiana, aquí Raico menciona la
necesidad de reconocer que el actual modelo minero –energético implementado en América
Latina y en particular en Colombia obedece a una geopolítica del capital sustentada en una
economía extractivista (destructiva) y un modelo de sociedad de consumo que se articula
246/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 245-249
bajo los intereses reales de las políticas neoliberales en función de privatizar las economías
populares de los territorios.
Por esta razón, parte de reconocer que los fenómenos extractivistas, de explotación
y mercantilización de los recursos naturales no resulta ser algo nuevo, por el contrario,
responde a un antecedente histórico desde la época de la colonia que se basó en la
destrucción, expulsión y dominación sobre las comunidades étnicas. La razón de esta
situación, tiene que ver con los procesos que ejercen los grupos hegemónicos sobre
los territorios de los sectores más oprimidos de la nación que los usan como capitales
periféricos al servicio del sistema mundo colonial.
La situación actual que evidencia la sociedad colombiana que convive bajo un modelo
minero energético que se posibilita a través de la estipulación de una economía extractivista,
se convierte en un complejo panorama dado que permite la existencia de fenómenos
sociales en distintas dimensiones locales, regionales y nacional, tal como sucede con la
violencia, la desigualdad social, la crisis de soberanía, la dependencia minero energética y
la crisis del imaginario colectivo en función de cambiar la vocación agrícola para dar paso
a una actividad pro-sistémica basada en la explotación acérrima de los recursos naturales.
Este libro nos aporta elementos importantes en el campo de los estudios
socioambientales, debido a su análisis crítico sobre la articulación de una realidad entre el
modelo, la economía y las prácticas políticas de las élites, gamonales y hacendados sobre
los territorios, aquí entra en juego el choque de racionalidades por parte de los actores
tradicionales y los alternativos que se disputa una lucha por superar la crisis o profundizar
en la mismas bajo la lógica que impone el gran capital transnacional.
De esta manera, Raico señala que las políticas extractivistas realizadas por el gobierno
nacional auspiciadas mediante códigos, leyes, decretos y acuerdos a las multinacionales,
la implementación de actividades extractivitas en las regiones bajo los megaproyectos, la
invalidez/legalidad de la consulta previa adelantada por las comunidades, la aplicación
de actividades que afectan la soberanía alimentaria, la persecución, criminalización y
asesinato sistemáticos contra los líderes, defensores y actividades ambientales sobre el
territorio social hacen parte de las acciones negadas e invisibilizadas que promueven la
estructura sociopolítica del modelo minero energético en la sociedad colombiana.
La contextualización que nos presenta Raico sobre el dinamismo adquirido por
el modelo extractivista, tiene que ver con el sistema mundo colonial que se impuso en
América Latina, aquí la ceguera y ambición por tener oro, plata y explotar la naturaleza
fueron los principios con que se constituyó esa forma de economía en la región, por ello,
considera que la crisis ambiental radical que vive Colombia no es un fenómeno de ahora
sino un resultado de la historia colonial, moderna y extractiva impulsada por los grupos
hegemónico sobre los territorios.
Un aspecto fundamental que existe en la obra, responde a la posición estratégica y las
actividades que vienen ejecutado los imperios de los países y corporaciones trasnacionales,
puesto que es producto del esclavismo del siglo XXI, estipulado por los procesos políticos
colonialistas e incorporados bajo las nuevas instituciones, acuerdos internacionales,
Sandoval, Raico (2017). Economía extractivista en Colombia:
Modelo minero energético destruyendo naturaleza y sociedad.
José Javier Capera Figueroa /247
mecanismos mundiales o en su defecto la creación de entidades que son funcionales a los
intereses sistémicos del capital y los gobiernos neoliberales.
Por esta razón, maniiesta que frente a esta ola de proyectos de muerte y economías
de la miseria, como las comunidades suelen señalar, se despierta todo un proceso de
resistencia caracterizado por la reivindicación social, cultural, económica y pedagógica
realizada por los pueblos en su lucha anticolonial que tiene como sustento la vida, el
territorio, la autonomía y la justicia social que son parte del sentípensar de una soberanía
que haga ruptura con la dependencia del capital, el modelo extractivista y la sociedad
neoliberal fundamentada en los valores de la racionalidad moderna –occidental propia
del sistema mundo capitalista.
La situación histórica de la nación colombiana producto de la acción política de los
gamonales, hacendados, terratenientes, las guerrillas, los grupos paramilitares y las
maias entre otros, se reconocen como actores tradicionales permeados en las estructuras
socioculturales de distintos grupos de la sociedad civil, puesto que son los encargados de
mantener los intereses, demandas y dinámicas de la economía capitalista, los valores de la
sociedad neoliberal y la validez de los acuerdos por parte de organizaciones internacionales,
esta serie de antecedentes han permitido que se establezca una economía extractivista
bajo la expansión de megaproyectos encaminados a dar preferencia a cualquier actividad
minera, ganadera, energética, gasífera y petrolera sobre los territorios pasando por encima
de la autonomía de los mismos.
El juego político es otro factor que inluye en la dinamización del modelo extractivista,
debido a que a partir de las instituciones y los grupos que pertenecen a ellas, se conigura
pragmáticamente un régimen basado en la violencia sobre cualquier tipo de reivindicación
social, cultural, económica y comunitaria proveniente de los pueblos en su lucha por la
defensa de la vida, la soberanía y la justicia desde y para los territorios, dicho panorama
según Raico, responde a la disputa de dos racionalidades: la primera, caracterizada por
concebir a la naturaleza como un objeto de explotación, privatización y mercantilización
bajo los intereses de un sector dominante; y la segunda, al imaginario de democratizar,
defender, dialogar y establecer puntos en común que conduzcan a un escenario en donde
el sujeto pueda construir una soberanía sobre el territorio, una justicia sobre los bienes
naturales y un diálogo horizontal a favor de la vida en comunidad.
Asimismo, el autor menciona de manera somera dado que no profundiza en este tema,
que la resistencia promovida por las comunidades hace parte de la lucha social contra el
modelo neoliberal y el gobierno extractivista, siendo un aliciente qué permite reconocer
las movilización populares, los paros, los movimientos, los colectivos y los grupos
subalternos identiicados con las luchas territoriales, ambientales y comunitarias, al ser,
los actores subalternos que ponen en jaque las formas tradicionales del poder sistémica
e institucionalista que han mercantilizado la naturaleza e implementado un tipo de
economía basada en los proyectos de muerte sobre las comunidades.
Una manera de abonar a la crisis existente resultado del modelo económico contemplado
en el Plan Nacional de Desarrollo (PND), tiene que ver con las políticas impulsadas por
248/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 245-249
el gobierno nacional y realizadas en contravía de los intereses, demandas y necesidades
estructurales de las comunidades, es decir, que problemas como la concentración de la
tierra, la violencia territorial, la acumulación del poder político y la invisibilidad del sujeto
víctima del conlicto armado responde a la razón central con que se ha fundamentado el
extractivismo a gran escala y el modelo minero energético destruyendo los territorios de
las comunidades étnicas.
Por ende, la política estatal en sectores como la minería, agrocombustibles, petróleo,
explotación de carbón, los metales (oro, níquel, esmeraldas), los megaproyectos extractivos
hidroeléctricos, el agua, la agricultura y la ecología son campos en donde las actividades
al interior han sido sustentadas bajo códigos, leyes, agencias, decretos y ministerios que
son funcionales en sus procesos políticos internos/externos a los principios del capital
transnacional y las políticas sistemáticas de la globalización (neoliberal).
Las causas de contar con sociedades vulnerables y expuestas a todas las formas de
violencias en Colombia, tiene que ver con lo manifestado por Raico que muestra el
proyecto fallido e incongruente de optar por un modelo económico extractivista que
entra en choque con las raíces, principios, identidades y estructuras socioculturales de las
comunidades que son los actores que conviven en el territorio, sin embargo, las acciones
planteadas por los grupos hegemónicos desconocen las denuncias colectivas y dan paso
a impulsar este tipo de actividad económica debido a su linealidad con la dinámica del
sistema mundo capitalista, colonial y propio de la sociedad moderna extractivista.
Teniendo en cuenta esta serie de problemáticas, el autor llega al punto de resaltar que
la acción política de los actores a través de las comunidades, ha sido un detonante para
dejar en el escenario público las denuncias orientadas a señalar las demandas, necesidades
y proyectos promovidos por los distintos actores en sus territorios, lo que signiica, dar
un giro real, popular y desde abajo que contemple la participación ciudadana, el respeto
a la soberanía de las comunidades, la ejecución sin causales de la voluntad colectiva
manifestada en la consulta previa, los cabildos, las asambleas, los referendos y los
plebiscitos ejercidos por las comunidades.
De esta manera, Raico Sandoval considera que “el modelo minero energético permite
mediante legislaciones y violencia el despojo de las tierras que fuerza a abandonar
los territorios, consiente todas las modalidades que utilizan las empresas y el Estado
para apropiarse del territorio. Tolera la catástrofe ambiental, la destrucción de los
ecosistemas, la deforestación, el destrozo de los bosques y coberturas vegetales. Todo lo
permite en aras del negocio, la rentabilidad, la acumulación del capital y la apropiación
de los ingresos que deja el extractivismo. Para este estándar económico y político no
existe la naturaleza como sujeto de derechos”.
La compleja situación de crisis civilizatoria, ambiental y social que presenta la sociedad
colombiana, tiene que ver con un proceso de larga duración en donde los gobiernos que
han estado por más de medio siglo, han sido promotores de políticas estatales orientadas
a violentar sistemáticamente la naturaleza, los territorio y la vida humana, siendo un
antecedente conigurado bajo los intereses de las élites en su afán de acumular capital,
Sandoval, Raico (2017). Economía extractivista en Colombia:
Modelo minero energético destruyendo naturaleza y sociedad.
José Javier Capera Figueroa /249
auspiciar un escenario de violencia, incentivar la neoliberalización del Estado y en
particular desconocer la resistencia comunitaria, subalterna y desde abajo ejercidas por
los grupos oprimidos del país.
El sentido de reconocer los discursos, pensamientos y prácticas alternativas como
resulta ser el buen vivir (Sumak Kawsay), la minga comunitaria, la ecología de saberes
y el cambio de paradigma sobre la naturaleza hacen parte del conjunto de propuestas
que podrían cuestionar la economía extractivista y el modelo minero energético que
presencia la sociedad colombiana, por ende, el autor considera necesario optar por esta
vía buscando una oposición contra los proyectos minero-energéticos, el distanciamiento
de las políticas de saqueo, la defensa del agua como bien público, la autonomía de los
territorios, la defensa territorial de las comunidades, la soberanía alimentaria, la oposición
al fracking, la ejecución sin prerrogativas de las consultas populares entre otras, este
conjunto de actividades/iniciativas son parte de las acciones subalternas necesarias para
contrarrestar los proyectos de muerte que presencian los territorios de las comunidades
y los grupos sociales víctimas de las múltiples violencias entre ella la institucional en el
ámbito nacional e internacional.
La importancia teórica, conceptual y analítica expuesta en esta obra, se convierte
en un referente para el campo de los estudios socioambientales en Colombia, y permite
pensar de manera relexiva en otros países de Nuestra América, es decir, que los elementos
de análisis propuestos por Raico Sandoval, simbolizan una apuesta por cuestionar los
modelos económicos sustentados en la violencia contra el ser humano y la naturaleza, la
preponderancia sobre la explotación a gran escala de los “recursos naturales” y la iniciativa
estatal orientada a fortalecer de manera legal los megaproyectos que vulneran radicalmente
la soberanía de los territorios en su derecho de contemplar el buen vivir comunalmente.
En últimas, la obra “Economía extractivista en Colombia: Modelo minero energético
destruyendo naturaleza y sociedad” pasará a ser considerada en los próximos años
un referente de análisis crítico, autocrítico y relexivo desde la investigación social,
transformativa y comprometida con la justicia comunitaria en la región, a su vez, signiica
un aporte necesario en complejizar y generar nuevas rutas de investigar desde el sujeto
colectivo y su relación con la naturaleza, un aspecto fundamental que permitirá seguir
construyendo caminos en función de subvertir los modelos coloniales, extractivistas y
hegemónicos para dar paso a un escenario subalterno, descolonizador y popular al servicio
de los intereses de las comunidades en sus territorios.
José Javier Capera Figueroa
Universidad del Tolima. Ibagué, Colombia.
E-mail: caperaiguero
Espacio Abierto Cuaderno Venezolano de Sociología
Vol.27 No.1 (enero - marzo, 2018): 251-264
Varios autores (2016) Gente de
palabra. Edición 13 aniversario Diario
Nuevo Día. Coro-Punto Fijo, Editorial
Nuevo Día, 104 pp. A Belford Moré y
Dunia Galindo, universitarios.
Un ambiente intelectual se muestra
a través de su producción, de allí la
importancia de calibrar realizaciones:
atributos de ejecutorias, soporte de
contribuciones, y honestidad del trabajo
frente a sus receptores. En un tiempo
marcado por la sociedad del espectáculo,
por exhibición desmedida, trepadorismo
académico,
vanidad
publicitaria,
mediocridad sin exigencia, y frivolidad
sancionada como valor, la crítica se
convierte en ejercicio fundamental no
sólo como instrumento de valoración
académica, sino también de defensa de
memoria y cultura. Saber recibir la crítica
y sopesar sus señalamientos también
exhibe calidad de un ambiente intelectual,
una comunidad académica o un grupo de
investigación. Sirvan las líneas precedentes para acercarnos a una edición especial que
con el título de Gente de Palabra publicó en el año 2016 la editorial Nuevo Día, asentada
en las ciudades de Coro y Punto Fijo, en el Estado Falcón, cuyo emblema principal es el
diario del mismo nombre.
El caso de Gente de Palabra se trata de una muestra más de un hacer que lleva varias
ediciones de igual factura, entre cuyos títulos podemos mencionar: CRP El coloso de
Falcón de María Alejandra Carrillo y Mariela Quintero Leal (2008), Josefa Camejo soy
yo de Berta Vega (2011), El Anima que surgió del hambre de Juan Bravo (2012), y El
despertar de la sierra de María Alejandra Carrillo (2015). Si los autores de los productos
antes mencionados son periodistas o investigadores zulianos que por encargo realizaron
tareas sobre la historia falconiana para la empresa editora, Gente de Palabra contiene
entre los responsables de sus artículos nombres representativos de creación, investigación
252/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 251-264
y docencia falconiana, en un material cuyo propósito es, de acuerdo al jefe de la empresa:
“Abrazados a la literatura y a sus protagonistas, ahondamos en las distintas épocas de
las letras, en sus autores, y principalmente, en las corrientes que marcaron la expresión
siglo tras siglo en el panorama literario regional. Y lo hicimos con el fundamental aporte
de quienes se dedican a la investigación y a la enseñanza de la disciplina literaria desde
nuestras universidades, centros de investigación literaria y nuestros acuciosos periodistas.
(…) Aquí continuamos enarbolando el esfuerzo por ofrecer una información de calidad
para un público de calidad que hoy conocerá a los literatos de un Falcón que si tiene quien
le escriba en letras de oro.”(1)
El suplemento especial, cuyo concepto editorial es trabajo de la periodista Isvelys Bracho
y del equipo del diario Nuevo Día, la corrección del poeta y docente Gilmer Contín, agrupa
textos de los investigadores: Oly Morales Hurtado, Maylen Sosa, Emilis González, José
Barroso, Gilmer Contín, José Manuel Navas, Raquel Tirado, Jesús Madriz y Egla Charmell;
en su mayoría docentes de la Licenciatura en Educación, Mención Lengua, Literatura y
Latín de la Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda y miembros de su
Centro de Investigaciones Lingüísticas y Literarias “Lydda Franco Farías”. Acompañan
a los artículos de los educadores e investigadores, escritos de los comunicadores Raquel
Chirinos, Adriana Pérez Gilson, Isvelys Bracho, Gerardo Morón, Yaneth Chacón y María
Gabriela García. Interesante determinar los lazos de trabajo con los cuales se concibió
este proyecto conjunto entre profesionales de la comunicación social y de la investigación
literaria. ¿Cómo se concibió y estructuró el esquema de estudio? ¿Cómo se repartieron
los temas entre profesores y periodistas? ¿Cómo se trazaron las pautas de investigación,
redacción y corrección de materiales en una región donde apenas existen esbozos de
trabajos que abordan panorámicas de conjunto, y donde no hay textos de referencia como
Diccionarios o Repertorios de Autores? Lamentablemente, esos esenciales asuntos no se
explican en ninguna parte del material.
Gente de Palabra está compuesto de veinticinco trabajos, divididos en cuatro capítulos,
los cuales atienden a temáticas y períodos como: 1º. Las Letras falconianas en el siglo
XIX; 2º. El siglo XX como un período de transiciones; 3º. Las expresiones literarias en
Paraguaná; y 4º. Los autores del siglo XXI. Los criterios de tan arbitraria división tampoco
se explican. Unas temáticas y períodos tienen mayor interés y extensión de páginas que
otros, pero tampoco se nos advierte el porqué. Dentro de esa división se tratan temas,
movimientos, grupos e individualidades que van desde las letras falconianas en el siglo
XIX, las tan manoseadas sociedades Alegría y Armonía, prensa y literatura en el siglo XIX,
vanguardias falconianas, el romanticismo en Falcón, Elías David Curiel, el pugnaz clima de
los 20, la década de 1930 como retorno a la tierra, Agustín García, Francisco Domínguez,
el Grupo Coro de 1956, Reyna Rivas, los 60 y la explosión literaria, Rafael José Alvarez,
Lydda Franco, el sentir y la nostalgia de los 70, los 80 en las letras, mítica, cotidianidad y
relexión en la Poesía, Hugo Fernández Oviol, de la calle a la noche de los 90, de los diarios
al libro en la escritura de Paraguaná, Guillermo De León Calles, los nóveles, corajudos y
eclécticos, hasta la propuesta de la joven Cristina Gutiérrez Leal.
Varios autores (2016) Gente de palabra.
Isaac López / 253
Comencemos formulando interrogantes que consideramos cardinales: ¿Existen
investigaciones que hayan abordado el proceso de la literatura falconiana como totalidad?
¿Cuáles son las contribuciones parciales sobre tendencias, períodos, temáticas o autores?
¿Cuáles son las limitaciones a la hora de abordar un trabajo de divulgación sobre la
historia de la literatura en Falcón? ¿Existen una crítica e investigación literaria sostenida
sobre la producción falconiana? ¿Cuál fue la contribución al esclarecimiento del panorama
de nuestras letras realizada a través de espacios como la Bienal de Literatura Elías David
Curiel o los Simposios de Literatura Falconiana? ¿Puede investigarse en literatura sin
acudir a los esfuerzos precedentes por evaluar la historiografía literaria? Y para comenzar
el acercamiento a este material producido por periodistas e investigadores sobre el hacer
literario en el Estado Falcón, teniendo en cuenta el esquema citado nos preguntamos:
¿Comienzan las letras falconianas en el siglo XIX? ¿No hay registros para los siglos y
períodos anteriores? ¿Por qué se privilegian las expresiones de la Península de Paraguaná
por sobre otras subregiones como la Sierra o la Costa? ¿Cómo se consagró el canon literario
falconiano que tiene como iguras recurrentes a Elías David Curiel, Agustín García, Rafael
José Álvarez, Lydda Franco Farías, Hugo Fernández Oviol o Guillermo De León Calles?
¿Qué papel jugaron espacios académicos como la Escuela de Letras de la Universidad del
Zulia en tal proceso? ¿Tiene una orientación programática de izquierda esa canonización?
La periodista zuliana Isvelys Bracho abre el conjunto de Gente de Palabra con
un texto titulado «Las letras desnudan la existencia», en el cual entre otros asuntos
señala: “Desde 1990 y 2000 la literatura asume una visión global que rompe con todos
los modelos anteriores, recrea las experiencias sociales y personales, fusiona nuevos
géneros literarios como el testimonio narrativo. Lo representan Mario Vargas Llosa, Juan
Villoro, Daniel Kranze, Carlos Fuentes, Julio Cortázar, Carlos Monsiváis y Gabriel García
Márquez.» (2) El texto de Bracho presenta, con el característico estilo del diario Nuevo
Día: problemas de redacción, pretensión de principio de autoridad, precaria utilización
de fuentes, desfasado manejo de información, descuido en la edición, errada utilización
de comas y paréntesis... En el Diccionario Enciclopédico de las Letras de América
Latina (1995) se señala el inicio de las publicaciones de Vargas Llosa para 1959, tres años
después del nacimiento de Juan Villoro. Eso se puede corroborar en cualquier página web
que trate al autor de Los Jefes o La ciudad y los perros, o al de La noche navegable y
Efectos personales. Ante aseveraciones como las de Isvelys Bracho cabe preguntarnos:
¿Pertenecen Vargas Llosa, Fuentes, Monsiváis y Villoro a la misma generación? ¿19902000? ¿Quién es Daniel Kranze? ¿Se tratará del narrador mexicano Daniel Krauze, hijo
del historiador Enrique Krauze, y nacido en 1982, es decir más de veinte años después
de las primeras publicaciones de Vargas Llosa? ¿No se da en la Universidad Francisco de
Miranda, de Coro, Literatura Hispanoamericana? ¿Dónde quedó el trabajo de corrección
en este texto? ¿No pudo ninguno de los profesores e investigadores asesorar a la periodista
Bracho, con quien trabajaron, y explicarle que hay una gran distancia entre las propuestas
narrativas de Fuentes y las de Monsivais? ¿Quién critica la difusión de semejante material
a la población falconiana?
Prosigue el trabajo de la Licenciada en Letras por la Universidad de Los Andes,
Oly Morales Hurtado, docente de la cátedra de Literatura Falconiana en la Escuela de
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Educación de la Universidad Francisco de Miranda. Señala la docente que: “La Literatura
falconiana aún (sic) cuando mantiene en vigencia una de las manifestaciones culturalliteraria, como el Baile de las Turas, en la población de Mapararí, asume su origen en los
textos producidos durante la Guerra de Independencia, por cuanto relejaban el ansia y la
necesidad de un pueblo por ser libre.”(4) Argumento para el debate. ¿Son el Baile de las
Turas, el comer arepa de maíz y las construcciones de barro manifestaciones culturales
literarias? Por otra parte, desconcierta que en esta revista de divulgación general una
docente universitaria pretenda borrar y desconocer la importancia de la etapa colonial de
la región.
Al hacer la aseveración de que la Literatura Falconiana asume su origen en textos
producidos durante la Guerra de Independencia, reairma Morales Hurtado la manida
y anacrónica manipulación de la historia dirigida a desconocer el período anterior a
1830 como parte de lo que hoy llamamos Venezuela, y a fundar nuestro proceso como
pueblo en la separación con respecto a España. En 1990, la Universidad Francisco de
Miranda publicó un número monográico de su revista Cultura Falconiana dedicado a la
“Cultura y Poesía en la Coro Española”, fruto de las investigaciones del historiador Carlos
González Batista. Allí el reconocido profesional hace seguimiento desde 1685 a las letras
corianas. ¿No es o era Morales Hurtado la encargada de dictar Literatura Falconiana en
la Universidad Francisco de Miranda? ¿Por qué los investigadores de la Literatura de la
región no conocen ni reconocen esta producción que muestra González Batista? ¿Por qué
señala la Profesora Morales Hurtado que la Literatura de la región asume su origen en la
Independencia? ¿No contiene acaso un libro emblemático como Antología de Escritores
del Estado Falcón (1955) de Luis Arturo Domínguez, los nombres de Agustín de Quevedo
y Villegas, Mariano de Talavera y Garcés, Juana Zárraga de Heredia y Pilón, y José
Heriberto García de Quevedo? ¿Por qué esos nombres están ausentes en este trabajo sobre
la Literatura Falconiana? ¿Qué interés mueve a investigadores de la Literatura regional
a no considerar esta etapa de nuestra historia? Eso es improcedente y denota falta de
seriedad en la investigación.
Cuando trata la obra de Polita De Lima, la profesora Oly Morales Hurtado señala
que: “será una igura fundamental en el desarrollo de la actividad literaria-cultural
de Falcón. Aun cuando trató de abarcar algunos géneros literarios, su mayor brillo fue
en la poesía...”(4) ¿Acaso la poesía no es un género literario? ¿Escriben así nuestros
investigadores y docentes, o se impuso el estilo periodístico del diario Nuevo Día sin
que los autores reclamaran? Texto truncado y cortado en sus citas, el de Oly Morales
Hurtado para Gente de Palabra, señala que “...a inales del siglo XIX (1890) hasta los
tres primeros lustros del siglo XX (1915) (…) Para esos años la ciudad de Coro era una
apacible y silenciosa ciudad. Se necesitaba un despertar y qué mejor hacerlo, que a través
de las distintas manifestaciones culturales y que la igura cultural fuera el coriano. Así
tendrán cabida no sólo los textos poéticos y narrativos, sino también la danza, el canto, la
epístola, el teatro y de esta manera se constituyen las Sociedades Alegría y Armonía.”(5)
No comparto con la profesora Morales Hurtado su señalamiento de que en la producción
literaria de la época a la cual hace alusión se diera el énfasis en la igura cultural del coriano.
No sé a qué producción en particular se reiere, pero una revisión de periódicos corianos
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de esos años arroja la presencia de copias de cánones y iguras que nada tienen que ver
con la ciudad o la entidad. Sería interesante se hicieran ejempliicaciones puntuales, pues
llaman la atención e invitan a la duda tales aseveraciones sin establecer su base probatoria.
Luego de hacer la descripción de los integrantes de las Sociedades Alegría y Armonía,
Oly Morales Hurtado señala: “De esta manera, nos dejaron varias revistas: Flores y Letras,
Armonía Literaria, Mes Literario, La Cítara, Penumbra. Así como publicaciones: Auras de
Occidente, Violetas, Diario de Coro, El Verbo Democrático, Gaceta Comercial, La Montaña,
Primicias, Prometeo, El Día, El Conciliador, Médanos y Leyendas.”(5) No es cierto.
Publicaciones como “El Verbo Democrático” (1909), “Prometeo” (1912), “El Día” (1913)
o “El Conciliador” (1903) no fueron producidas por esas Sociedades. Son publicaciones
que se declaran “de interés general”, y no encaminadas exclusivamente a la difusión de
las artes. Si se quiere remitir a un origen del periodismo en la región hay que reseñar a “El
Observador”, de 1843, “semanario de tendencia liberal”. La revisión en la Biblioteca Oscar
Beaujon, de Coro, en la Biblioteca Febres Cordero, de Mérida, en Hemeroteca Nacional y
Hemeroteca de la Academia Nacional de la Historia, en Caracas, daría respuestas sobre
el particular. ¿Por qué entonces se hace tal aseveración? Insisto en la responsabilidad de
investigadores y docentes de la Universidad Francisco de Miranda en ofrecer este tipo de
información a través de un medio de difusión masiva como el diario Nuevo Día. Lo menos
que los falconianos esperamos de nuestra Universidad es respeto por la tradición cultural
de la región y el derecho a ser informados con veracidad.
Más adelante se presenta el trabajo de Emilis González, Licenciada en Educación por la
Universidad Francisco de Miranda y con Maestría en Literatura de la Universidad Simón
Bolívar, titulado “Armonía y Alegría. La modernización en clave femenina”. González
señala que: “Estas señoritas son sujetos activos en el espacio público, sujetos que se
encargaron de escribir la historia de la patria y de reproducirlo (sic) en sus revistas. Por
ello es lógico encontrar artículos sobre historia, especíicamente sobre la del estado Falcón.
Y también la tocan en las conferencias que dictan, acerca de las heroínas de la patria. Hay
que recordar que durante inales del siglo XIX se hizo patente la necesidad de construir la
nación moderna, la patria civilizada, y para ello fue menester acudir a las mujeres. Quienes
debían fungir de madres protectoras, que ayudan a educar al pueblo/hijo.”(8)
Además de evidentes problemas de escritura en este texto – “sujetos que se encargaron
de escribir la historia de la patria y de reproducirlo en sus revistas...”-, nos parece
exagerado el señalamiento de la importancia otorgada a la reconstrucción de la historia
nacional y especíicamente la del Estado Falcón en las revistas de dichas sociedades, y
en especial las de las heroínas de la patria. Asunto quizás de apreciación, que valdría la
pena constatar con una nueva revisión de las colecciones existentes. El apuntar que no
es una cuestión exclusivamente coriana el de “la necesidad de crear la nación moderna,
la patria civilizada”, es elemental para escapar de posturas parroquiales y de exaltación
regionalista. Sigue Emilis González, indicando: “Así que ellas esgrimen un discurso
aparentemente inofensivo, pero debajo de él subyace todo un entramado de pensamiento
que le hacía potencialmente peligroso. Se trata entonces de que “las muchachas” de las
sociedades utilizan para su favor el discurso esgrimido desde el poder. Pues lograron
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desmontar sus supuestos y utilizarlos para su beneicio. Lograron trabajar en un espacio
tensional, a medio camino entre los ideales católicos y los nuevos discursos sobre la mujer;
las damas corianas avanzan al apropiarse de nuevos roles, más allá del simple adorno.”(8)
Irremediablemente miramos al pasado con ojos del presente, pero entre otros empeños
fundamentales del investigador debe estar ubicarse en el contexto de ideas del tiempo
que pretende reconstruir. Ya Emilis González había indicado en un trabajo de mayor
extensión – Las escritoras corianas del período inisecular (XIX) y su agenda oculta,
Caracas, CELARG, 2010 – que detrás del pensamiento expresado en las publicaciones de
Armonía y Alegría existió otro “potencialmente peligroso”, una agenda oculta. Ni en aquel
trabajo ni en éste se indican los supuestos sobre los cuales se basa tal aseveración. ¿Cómo
lograron “las muchachas” corianas de inales del siglo XIX apropiarse del discurso del
poder y utilizarlo en beneicio propio? no queda claro en los trabajos de González. ¿Cómo
y en qué testimonios observa la investigadora tal “entramado de pensamiento” que asigna
a las señoritas de Coro? ¿Cuáles eran los nuevos roles para esa mujer del siglo XIX que
las corianas pretendían ejercer?, tampoco se dice. Es simpático y atractivo difundir una
imagen de mujeres subversivas en la Coro del siglo XIX – y en cualquier otra época-, pero
cuando el argumento no tiene base, cuando no se evidencia el desmontaje del discurso del
poder que hicieron “las muchachas” de Armonía y Alegría en el cual se insiste, eso ni es
Historia, ni es Literatura, quizás pueda ser icción.
Y más adelante, vuelve González sobre el particular: “Aunque ni los textos ni los
artículos son, verdaderamente transgresores, feministas a ultranza o revolucionarios
en grado sumo, si es rescatable que con el gesto, con el decir pero como si no dijeran,
se abren paso, nos abren paso al resto, se osan y muestran el camino para las osadas.
Para ello las damas corianas les indican a sus congéneres cuál es su espacio y su radio de
acción y no sólo lo señalan sino que lo actúan, lo ponen en escena y, muy importante, lo
amplían incorporando otros territorios: ya no solo son madres, esposas o hijas, también
son poetas, dramaturgas, novelistas, redactoras, traductoras, editoras, heroínas.”(9) Una
notoria ambigüedad muestran esas aseveraciones. Mientras en párrafos anteriores de su
artículo Emilis González ha señalado “el discurso potencialmente peligroso” de las damas
de las Sociedades Alegría y Armonía, al inal de sus escrito indica que “si, pero como si no”.
Además de llamarnos la atención tal redacción, es importante destacar – ante el empeño
de esgrimir una imagen subversiva de las señoritas de Coro de inales del siglo XIX frente
a imposiciones sociales-, que los planteamientos feministas se arraigan en Venezuela en
la década del setenta del siglo XX. Ni siquiera en la participación de la mujer en la lucha
armada guerrillera de los sesenta encontramos tales reivindicaciones. La participación
femenina en las artes y las letras en la segunda mitad del siglo XIX no es exclusiva de las
integrantes de las asociaciones corianas, y eso debía saberlo la profesora Emilis González.
No hacer tal señalamiento sobreestima el caso coriano, – que aunque relevante no es único
ni en Venezuela ni en el mundo-, y convierte en excesivamente parroquial su análisis.
El primer artículo de Emilis González para Gente de palabra presenta un anexo con
la mención a 11 asociaciones corianas registradas para inales del siglo XIX. Entre otras la
Sociedad Marsal, la Sociedad Fraternidad Escolar, la Sociedad Misteriosa y la Sociedad
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Mutuo Auxilio Hijos del Pueblo. No hay fuentes de referencia. Pero ni están todas las
que son, ni son todas las que están. La sola mención en un diario de época no indica que
muchas de esas asociaciones realmente funcionaran o que permanecieran en el tiempo.
Algunas veces no lograban mantenerse y muchos de sus integrantes pasaban a formar
otras. No señalar eso contribuye a crear una falsa idea de un sin número de asociaciones
actuando en la Coro de ines del siglo XIX. Hay que dejar claro también que no todas
esas asociaciones pretendían la divulgación de las artes. Algunas eran de carácter político
partidista, otras dirigidas a la caridad y al beneicio de sectores populares depauperados.
Es decir, sometidos por la práctica comercial de los maridos, hermanos y padres de las
damas de las Sociedades Armonía y Alegría, así como de otras asociaciones. Señores con
tal excedente numerario que podían inanciar las empresas en pro del arte de sus damas.
Nada de eso se señala, inquiere o delibera en un artículo donde la sociedad coriana de
inales del siglo XIX parece el mismo “jardín de lores” que cantaran sus distinguidas
señoritas en sus veladas y tenidas. Así, lo pretendidamente cuestionador en el retrato y la
actitud, termina siendo más bien condescendiente.
En otro trabajo para la misma publicación titulado “Prensa y Literatura en el siglo
XIX”, la docente Emilis González expresa: “Es necesario señalar que entre 1888 y 1895
(período que acá nos ocupa), existe un movimiento intelectual que propicia el periodismo
en Falcón y el intenso movimiento cultural que tiene lugar en la ciudad de Coro durante el
período inisecular.”(12) Además de los problemas de redacción, llama la atención que una
investigadora que revisa la prensa del siglo XIX – así lo señala el título – no exprese que
el primer periódico coriano es “El Observador” de 1843, y que existe un trabajo como el de
Zénemig Giménez Periódicos y Periodistas del Estado Falcón 1843-1953 (Caracas, UCV,
1997) que da cuenta de los periódicos que circularon en la región por ella trabajada. Además,
tal como está escrito el texto de González parece que es la existencia de un movimiento
intelectual determinado, a inales del siglo XIX, lo que “propicia el periodismo en Falcón”.
Eso es incierto, pues la mayoría de los periódicos del momento – como para el resto de las
regiones venezolanas – son de carácter eleccionario, y de promoción económica. En este
trabajo, como en los dos anteriores presentes en esta publicación, se presenta una visión
desvirtuada de la historia regional.
Más adelante indica González: “Al realizar una revisión de estas publicaciones
periódicas se puede percatar que, aquellos intelectuales que realizan labor periodística son
los grandes intelectuales de la época. Entre ellos tenemos a José David Curiel y Justiniano
Graterol y Morles, quienes junto al General Silvestre Colina H., Claudio Teodocio Chirino,
David López Fonseca, Salomón López Fonseca, Arístides Tellería, Ceferino Castillo y José
del Carmen Manzanares (Todos miembros de la llamada Sociedad Marsal, quien (sic) funge
como epicentro ideológico, político e intelectual del partido liberal), quienes pertenecieron
al partido liberal y quienes, desde 1881, se erigieron en la directiva del partido liberal de
la seccional Falcón.”(12) ¿Seccional Falcón? ¿De qué nos habla la Profesora González?
¿Había seccionales del Partido Liberal, tipo la Seccional de AD? ¿O nos habla de la
Sección Falcón del Estado Falcón-Zulia, creado mediante convenio o pacto por zulianos
y falconianos para ganar el favor político de Guzmán Blanco? Recomiendo a la autora
revisar los trabajos de Manuel Vicente Magallanes sobre historia de los partidos políticos
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en Venezuela, también de Inés Quintero El ocaso de una estirpe, de Arlene Urdaneta El
Zulia en el septenio de Guzmán Blanco, de Reyber Parra Contreras sobre Intelectuales
de Maracaibo y la centralización gubernamental de Venezuela (1890-1926), de Hancer
González Creación y disgregación de los grandes estados venezolanos (1881-1899), y en
general los trabajos contenidos en la revista Presente y Pasado, Escuela de Historia ULA,
número 37, coordinada por el historiador Robinzon Meza, y dedicada a la administración
territorial en el último cuarto del siglo XIX.
Expresa Emilis González: ““Los “hombres de letras” que se encuentran haciendo
vida pública en la ciudad de Coro, durante el inal del siglo XIX, llevan en sí mismos la
dicotomía intelectual/político: son hombres de armas, hombres de acción y de palabra,
como ya hemos dicho. Este grupo, aunque en apariencia variopinto: periodistas, militares,
comerciantes, hacendados, políticos, liberales, masones y hombres, constituyen un
grupo bastante cohesionado. Decidido a construir la nación a través de las letras y de
las acciones. Ligados directamente al periodismo y la literatura.”(13) Hombres que eran
hombres, hombres y hombres. Que estuvieran decididos a crear la nación a través de
letras y acciones no es exclusivo del caso coriano. Eso debe establecerse, dejarse claro,
pues sino se impone un regionalismo trasnochado, un parroquialismo que dista mucho
del ser universitario. Y precisamente si algo distinguió a quienes escribieron en Coro
en el siglo XIX fue su constante discurso antiparroquial y su pretensión de diálogo y
confrontación con otros círculos de escritores del país. Por lo demás, recalco que hay un
desconocimiento del contexto. ¿Cohesionados? Sugerimos a la Profesora González revisar
lo que fueron – según la historiografía regional – los Independientes y los Incondicionales
en las tendencias liberales de la política coriana. Y averiguar porqué Bruno Riera mató a
Ángel Evaristo Tellería en el Palacio Federal Legislativo de Caracas, quedándose Falcón
sin diputados en 1891. Ese asesinato, ampliamente reseñado en la prensa de la época,
contradice las generalizaciones de la docente sobre cohesión y ines comunes entre los
hombres de la política y las letras corianas de inales del XIX.
Culmina Emilis González su artículo señalando: “Son militares de armas, que incluso
luchan en las guerras federales, pero que a su vez escriben y publican, poemas, biografías,
cuentos con la intención de construir una patria moderna. El intelectual orgánico y el
político que vivía en la ciudad en el siglo diecinueve está empeñado en construir la nación
a través de la literatura y la prensa”.(13) ¿Hay militares que no son de armas? ¿Cuántas
guerras federales vivió Venezuela además de la de 1859-1863? ¿Qué concepción de patria
moderna tendrían hombres como Silvestre Colina, Diego Colina o Ceferino Castillo,
caudillos macheteros sin ninguna formación intelectual a decir del historiador Pedro
Manuel Arcaya en sus Memorias? Hasta tanto no se argumente con rigor al respecto,
pareciera exagerado atribuir tal intención de creación de nación moderna a los escritores,
políticos y generales corianos de inales del siglo XIX. Insisto, esta escritura está signada
por un afán de exaltación regional que no parece coriano. El trabajo de Emilis González
para el suplemento Gente de Palabra incluye un listado de “Publicaciones del siglo XIX”.
No hay referencia a fuentes de dónde se extrae tal lista. ¿Es tomada de la Biblioteca Febres
Cordero de Mérida o de la Biblioteca Oscar Beaujon de Coro, donde existe una colección
microilmada de los materiales recopilados por Tulio Febres Cordero? Pero, contradiciendo
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esa lista, – y de acuerdo al trabajo de Zénemig Giménez, ya citado-, existieron en el siglo
XIX en Paraguaná mucho más que dos periódicos. Por ejemplo el periódico “Perlas y
Flores” de 1894, administrado por Corina Mórrell, madre de la poeta Genoveva De Castro.
Pero también en fecha anterior periódicos manuscritos en Buena Vista y Moruy.
Si los anteriores son trabajos de investigadoras en literatura, la periodista Adriana
Pérez Gilson es capaz de decirnos que: “El siglo XX llegó a Coro arrastrando la melancolía.
Sus habitantes se recuperaban de la Guerra Federal, un conlicto civil que durante cinco
años (1859-1863) azotó la región.”(22) ¿Cuántos años hay entre 1863 y 1900? ¿40 años?
¿Tanto tardó Coro en recuperarse de la Guerra Federal? ¿Y entonces en que se basaba el
auge de publicaciones que otros trabajos aquí presentados reseñan para inales del siglo
XIX? Más adelante apunta Pérez Gilson: “La obra literaria de las dos primeras décadas del
siglo XX heredó características del romanticismo francés que a esta región entraba por las
Antillas, especialmente por Curazao, a donde algunos jóvenes corianos iban a estudiar. Ese
romanticismo, como explica la profesora Oly Morales, catedrática de literatura falconiana,
pasaba por una especie de iltro afroantillano para dar lugar al propio romanticismo
hispanoamericano con un contenido nacionalista, ‘es que la literatura venezolana sale de
los textos de los independentistas’.”(22)
Pareciera que cualquier cosa puede escribirse. Por ejemplo decir que en las primeras
décadas del siglo XX hubo en Coro una gran inluencia de la literatura de Francia a
través de Curazao, que los descendientes del grupo sefardita traían libros de la Biblioteca
Betancourt a Coro, que la existencia en la región de apellidos de origen holandés supone
la lectura de libros en ese idioma. El asunto es demostrar lo que se señala. Apuntar la
presencia de un romanticismo francés en Coro a través de Curazao por los estudiantes
que allá iban a cursar estudios, requiere comprobación, demostración, argumentación,
sino parece invento. Y volver con que “la literatura venezolana sale de los textos de los
independentistas”, es un intento de borrar la historia literaria de este país, que produce
pena. Me pregunto: ¿Lo que leemos en Gente de Palabra es lo que se imparte en clases
de literatura de la Mención Lengua, Literatura y Latín de la Universidad Francisco de
Miranda?
El texto “La palabra multifacética y sentimental”, de Adriana Pérez Gilson sostiene
que: “Polita y Virginia estuvieron acompañadas de otras insignes mujeres, entre ellas,
Antonia De Lima quien resaltó en el ensayo literario. También fundadora de la Sociedad
Alegría, Carmen Brigé (1868-1943) forma parte de esta generación en cuya obra, como
reiere Nancy Moreno de Gutiérrez en su publicación Presencia de la mujer coriana en las
letras venezolanas, se produce ‘la conjunción de la herencia francesa y el alma criolla’.”(23)
Repito, todo puede decirse, el asunto es demostrar esa inluencia de la herencia francesa
en las letras corianas. Adriana Pérez Gilson – al contrario de las investigadoras Morales
y González – si coloca en su texto para Gente de Palabra las “fuentes consultadas”. Se
trata del Diccionario General de la Literatura Venezolana, publicado por el Instituto de
Investigaciones Literarias “Gonzalo Picón Febres” de la ULA, una compilación de poesía
femenina falconiana de Luis Alfonso Bueno, el trabajo de Emilis González sobre las
escritoras corianas de inales del siglo XIX, un trabajo sobre Elías David Curiel de María
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Cristina Solaeche Galera, otro de Dunia Galindo – que no Duria como lo escribe Pérez
Gilson – en torno a las Sociedades Armonía y Alegría, y otro de Laura Antillano sobre
mujer y escritura. Llama la atención que se escriba “Diccionario General de la Literatura
Venezolana Tomo I. Libro de la Universidad de Los Andes...”(23) ¿Dónde se cita así?
¿Dónde aprendieron los periodistas de Nuevo Día el oicio de la redacción de textos?
La periodista Yaneth Chacón escribe en Gente de Palabra un artículo dedicado a “De
los diarios al libro. Paraguaná en puño y letra”. Allí comienza señalando: “En las clases
de los institutos San Rafael y Fermín Toro de Punto Fijo en la década de los 50, dos
profesores Carmelo Duarte (Canaria-España) y Vladimiro Rivas (Colombia) enseñaron
buena literatura y despertaron en sus alumnos el amor por la escritura. En ese contexto
se habla del nacimiento de la literatura en Paraguaná.”(86) Siembra de falsa memoria.
Irresponsabilidad a la hora de ofrecer información por profesionales formados en las
aulas universitarias, un trabajo lamentable ofrece aquí Yaneth Chacón. Señalando para
1950 el nacimiento de la literatura en Paraguaná con Rivas y Duarte, eliminando Chacón
iguras como las de Justiniano Madriz, Telasco Sierraalta, León Bienvenido Wefer, Rafael
Cayama Martínez – al que otro trabajo de esta revista menciona-, Guillermo Croes, o
Genoveva De Castro – a quien se coloca de 11 en listado adjunto de su artículo-, cuya obra
se publicó décadas antes que Carmelo Duarte y Vladimiro Rivas llegaran a Paraguaná.
¿Qué pasó con el trabajo de corrección del profesor Gilmer Contín en esta revista de Nuevo
Día? ¿Qué pasó con la necesaria corrección de unos textos que iban a ser difundidos en
grandes cantidades a toda la geografía falconiana? ¿No hubo realmente trabajo de equipo
en la realización de este proyecto?
Más adelante, Yaneth Chacón vuelve a la siembra de desinformación, al indicar que: “El
poeta Guillermo De León Calles precisa que Vladimiro Rivas publicó el primer poemario
que se conoció en Paraguaná: Rebato de la tierra (1960), que está referido a la situación de
Punto Fijo y al ámbito petrolero. También publicó una novela llamada Cuando maduren
los mangos.”(86) ¿Ósea que el poeta Guillermo De León Calles es el responsable de tal
desinformación? ¿Desconoce el escritor la existencia de publicaciones como Peregrinación
de León B. Wefer en 1905, de Pájaro de barro de Genoveva De Castro en 1942, o
Vendimias del ayer de Guillermo Croes en 1947? ¿Ósea que Guillermo De León Calles no
sabe de la obra de poetas de inales del siglo XIX e inicios del siglo XX en Paraguaná como
Justiniano Madriz o Telasco Sierraalta, quienes publicaron en las páginas de El Peninsular
en 1888? ¿Hasta cuándo escritores que nos merecen la mayor estima como Guillermo De
León Calles se prestan esta siembra de desmemoria? ¿Que mueve a estas voces públicas a
participar sin crítica en la difusión de semejantes contenidos? Lamento profundamente,
de ser cierta, esta actitud de Guillermo De León Calles. Lo desconozco.
Luego de hacer mención a la actividad y libro titulados Presencia Puntual de los
Amigos, organizado y editado – en ese orden – por el Grupo Tiquiba en Paraguaná, Yaneth
Chacón recoge las palabras del escritor Víctor Hugo Bolívar para decir: “Hoy en día ese
encuentro ha dado muchos frutos, (...) Es un trabajo literario muy importante en el que
tienen cabida muchos jóvenes que ingresan en el mundo del arte.”(86) Tal aseveración es
incierta. El Encuentro Puntual de los Amigos se organizó entre 1996 y 2005 por el Grupo
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Tiquiba, es decir hace más de una década que no se celebra. No era un trabajo literario,
aunque incluyera actividades de creación, relexión y divulgación. Era un encuentro de la
gente de Paraguaná con creadores del país, organizado por el Grupo Tiquiba con quienes
trabajo desde 1985. Como otras actividades de ese colectivo se vio afectado y desapareció
por la intolerancia y presiones del chavismo en el poder.
¿Le estoy dando demasiada importancia a un material como Gente de Palabra,
publicación aniversaria de del diario falconiano-marabino Nuevo Día?, donde Yaneth
Chacón primero señala que el primer libro de poesía en Paraguaná es Rebato de la tierra
de 1960, de Vladimiro Rivas (86), y luego que: “La historia en la web registra la primera
publicación de la paraguanera Genoveva de Castro en 1942. Bajo el seudónimo Yajaira
sale su poemario Pájaro de Barro en el volumen Nº 34 de los Cuadernos Literarios de
la Asociación de Escritores Venezolanos...”(88) ¿Cuántos ejemplares de este material
circularon por el Estado Falcón cargados de desinformación, desmemoria e inventos,
avalados por investigadores y docentes de Literatura de la Universidad Francisco de
Miranda? ¿Si se distribuía una revista con cada diario, de cuántas revistas estamos
hablando? ¿Puede llamarse a todo esto “información de calidad” como lo hace el dueño de
la empresa en el Editorial?
Para completar el cuadro, la investigadora Egla Charmell, egresada de la Escuela
de Historia de la Universidad de Los Andes, presenta el trabajo «Elías David Curiel: la
ciudad en su poesía». Comienza Charmell señalando: «Al inal del siglo XIX y principios
del XX Coro brilló en Venezuela por su intelectualidad, su discurso cultural femenino,
sus juristas, sus médicos, sus poetas y su paisaje. No fue una ciudad oculta ni olvidada.
Así lo atestigua El Cojo Ilustrado, revista caraqueña que circuló entre 1892 y 1915 a nivel
intercontinental.”(26) ¿De verdad eso es exclusivo para Coro? ¿No puede decirse lo mismo
de Barquisimeto, Maracaibo o Mérida para el mismo momento? ¿No son muy localistas
y provincianas esas miradas? Ese «reconocimiento de lo nuestro» no puede hacer que
miremos lo «nuestro» como algo exclusivo, como si en otras partes del país no se hubiera
dado igual. No hay nada peor para el investigador que produce y difunde contenidos que
caer en la exaltación regionalista, el parroquialismo o el chauvinismo. Eso no es parte de
la tradición coriana.
Egla Charmell señala: «Entre sus nativos está Elías David Curiel (1871-1924), educador,
catedrático de Latín y poeta, quien en ese año de 1893 arribaba a sus 22 años. Ya él se había
iniciado en la literatura y el periodismo con el rigor que el oicio exigía: pureza de expresión.
Destacará entre sus compañeros y contemporáneos por un estilo inigualable, al otorgar
a su cantar poético – género al que se dedicó – un tratamiento a partir de los asuntos
cotidianos, mostrados en temas existenciales y, iguras y formas literarias que extienden la
musicalidad buscada.»(26) ¿Esto es realmente cierto? ¿No hay aquí exageración y falta de
contraste con referentes de otras partes del país? ¿Exaltación de personajes, regionalismo
a ultranza, limitada visión del fenómeno?
Más adelante señala la autora: «Curiel se diferencia de la mayoría de los poetas de su
época en que no publicó en vida un libro con sus obras, tampoco fue un escritor oicialista,
vivió apartado del poder y la política. Sin embargo, obtuvo reconocimiento oicial con
262/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 251-264
la designación que hizo el Presidente del estado Falcón Pedro Linares en 1905 para que
compusiese el himno del estado, y ahí está la huella de lo popular, oído y cantado por
la población de nuestra entidad regional, como un desafío a la sentencia de Juan Ángel
Mogollón en su ensayo «Un poeta hechizado», cuando señala que ‘Curiel (...) nunca fue
popular y tal vez, no lo será nunca’».(27) Contradictorio e incoherente ese planteamiento.
Idealización extrema de un elemento, asunto que también extrañamos en el hacer de
una investigadora como Egla Charmell, egresada en 1984 de la Escuela de Historia de la
Universidad de Los Andes. No sé si Curiel sería «oicialista», pero lo cierto es que gozaba
del aprecio oicial, de la estima de una élite social y política, por lo cual pareciera haber
evidencia de que convivió con los círculos del poder político y social de su momento. No
otra cosa dice su participación en variedad de revistas y periódicos de la época. Si publicaba
y participaba de los eventos de las Sociedades Literarias de inales del siglo XIX, cómo
podía ser un hombre apartado de los círculos que esas organizaciones representaban.
Interesadamente, desde la izquierda regional, se ha construido, sin embargo, una imagen
de Curiel como poeta extraño y huraño, asocial, e irreverente.
Egla Charmell complace la estrategia. Igual – como acabo de hacerlo – podría decirse
lo contrario, pero mientras no se presenten evidencias cualquier cosa podemos decir desde
nuestra perspectiva de construir un personaje a nuestro antojo. Pero eso no es historia. En
ese sentido la reconstrucción del momento coriano de Elías David Curiel es fundamental.
Esa es tarea de los historiadores, y no la de secundar versiones interesadamente instituidas.
Como sabemos, el Himno del Estado Falcón, – y esto lo subrayan Luis Alfonso Bueno por
una parte en Desde aquí salió Falcón (2002), y Carlos González Batista por la otra en
“Juan Crisóstomo Falcón y su tierra” (2009) – cuya letra escribe Elías David Curiel, más
que un canto a la historia y características de la región, es una loa o exaltación a Juan
Crisóstomo Falcón y a la Guerra Federal. Es decir: a los círculos de poder político de la
región, que tenían a Falcón como su símbolo. Al respecto es importante seguir el debate en
la prensa regional sobre la vuelta a la Constitución de 1864, y lo que allí se esgrimía. Por
otra parte, como Curiel es para algunos investigadores centro de adoración y no admite
críticas, hay que señalar sin embargo su extraño proceder con semejante canto adulatorio
– a pesar de las justiicaciones que quieren darnos tanto González Batista como Bueno
– ante una Comunidad Judía de Coro cuyos descendientes – y Curiel lo era – siempre
sostuvieron una memoria que vinculaba a Juan Crisóstomo Falcón con los disturbios en su
contra de 1855. ¿Popular, Curiel y el himno regional? Me recordó tal disquisición a Conny
Méndez con aquello del arrullo de las madres venezolanas con el Himno Nacional. Si te
obliga el sistema educativo a cantarlo durante seis años desde que tienes siete años, de se
queda se queda.
La periodista Adriana Pérez Gilson tiene a su cargo otro de los artículos de Gente de
Palabra, se titula «Coro del 56. Semillero de poesía falconiana». En el mismo expresa:
«Mientras que en Caracas se forjaba Sardio, en la capital falconiana, otro grupo cobraba
vida. El Coro del «56» se constituyó como una referencia de esa década en cuanto a su
producción y promoción literaria.»(40) Y más adelante apunta la autora: «Mucho se ha
dicho sobre el grupo literario Coro, al que también han llamado Coro del 56, pero como
dice el poeta Luis Alfonso Bueno, miembro fundador de esta agrupación, «más daño
Varios autores (2016) Gente de palabra.
Isaac López / 263
que el olvido hace la inexactitud»».(40-41) Y luego de dar la nómina de sus principales
integrantes, indica Pérez Gilson: «Otros poetas darían a conocer su trabajo ese año, Juan
Estevez, (sic) nativo de Adícora, publicaría Itinerio Lírico...».(41) Si de inexactitudes se
trata, esta publicación Gente de Palabra es nociva, dañina, perjudicial para la memoria
cultural falconiana. El poeta Bueno señala en conversación con nosotros que jamás se
dio a ese grupo el nombre de «El Coro del 56», y como es constatable con sólo revisar
la tapa de alguno de sus libros, Juan C. Esteves era nativo de El Hato, no de Adícora.
Sin embargo, hay que decir que entre las fuentes de este trabajo se anota: «Entrevista
con Luis Alfonso Bueno (22/08/2016)». Así que tendríamos que hacer a Luis Alfonso
Bueno igual requerimiento que a Guillermo De León Calles. Mientras nuestros hombres
de letras e investigadores literarios se presten a estos manejos, y no exijan seriedad de sus
ejecutantes, serán cómplices de tales vilezas contra la cultura falconiana.
¿Cómo se hace periodismo en Falcón? ¿Cómo se concibe y monta un especial sobre la
Historia de la Literatura Falconiana con tantas deiciencias? ¿Dónde están los estudiantes
y profesores de Educación, Mención Lengua, Literatura y Latín que no critican estos
contenidos? ¿Por qué escritores y promotores culturales no critican ni cuestionan la
difusión de contenidos como estos? ¿Por el poder que representa el diario Nuevo Día en
la región? Mientras Adriana Pérez Gilson señala que «El accionar del Grupo Literario
Coro marcó pauta en la región convirtiéndose en una referencia del quehacer artístico
de esa época»(41); otro periodista, Gerardo Morón, indica páginas más adelante que:
«Kasega surgió después del Grupo Coro, fundado en 1956 en torno al neo romanticismo
y surrealismo, grupo que no tuvo mucha trascendencia debido a las incongruencias de su
temática, liderazgo, rumbo y destino.»(48) ¿En qué quedamos? Me imagino este material
en manos de profesores de los liceos de Churuguara, Punto Fijo, Cumarebo, San Juan de
los Cayos, Santa Cruz de Bucaral o Capatárida.
Preferimos dejar hasta aquí la consignación de nuestra lectura. La mayoría del contenido
de la revista Gente de Palabra tiene las mismas características de los textos anotados. Si
bien es justo señalar otras contribuciones menos desafortunadas que las indicadas, las
cuales ofrecen semblanzas y aproximaciones a períodos, obras y autores, dirigidas a un
público no especializado, pero con base a información rigurosamente planteada y escrita,
como las de José Barroso sobre la poeta Reyna Rivas, la de Maylen Sosa sobre Rafael
José Álvarez, o la de Raquel Tirado sobre Francisco Domínguez, aunque un anexo de su
artículo contiene una numeración de creadores falconianos de los años cuarenta bastante
cuestionable, donde se presenta a Rafael Cayama quien escribió desde inales del siglo
XIX, y Obdulia Pulido que parece no haber existido nunca.
Gente de Palabra, revista editada por la Editorial Nuevo Día, elaborada por periodistas
y docentes de la Universidad Francisco de Miranda, está dedicada a presentar una
panorámica de la literatura regional para conmemorar el aniversario del periódico en 2016.
Hay que ser franco: produce malestar, asombro y tristeza que esa publicación responda al
hacer de nuestra universidad. Produce malestar, asombro y tristeza que nuestros escritores
y docentes no se hayan manifestado criticando la calidad de esta publicación. La base de
esta reseña son los contenidos de varios post compartidos en mi página de Facebook el
264/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 251-264
año pasado. Lamento que mis contactos implicados en Gente de Palabra hayan guardado
silencio o dado tímidas y escurridizas respuestas, también que algunos me hayan eliminado
y bloqueado de esa red social por mis señalamientos. Pero lo que más lamento es la terrible
labor de la Editorial Nuevo Día y sus implicaciones en nuestras jóvenes generaciones.
Desde la lectura de la obra de Germán Carrera Damas soy consciente de lo que el ejercicio
de la crítica historiográica reporta, pero sigo considerando una responsabilidad ejercerla,
en especial sobre materiales que en forma masiva llegan a todos los rincones de la región
coriana sembrando desmemoria y falsedad. Ser universitario implica una responsabilidad
con nuestro pueblo, con nuestras comunidades, nuestras regiones y el país. Por no asumirla
hemos llegado a este estado de cosas en que hoy vivimos.
Material grotescamente plagado de publicidad oicial y comercial, uno supone que una
edición especial no está signada por la inmediatez del diarismo, supone una preparación,
y más cuando en las propias páginas de la publicación se subraya el aporte de expertos
provenientes de centros de investigación literaria de nuestras universidades. Llama la
atención el que especialistas en Literatura de la UNEFM secunden proyectos tan precarios
como este. Cuando los estudiantes de liceos y universidades falconianos leen este material
en ediciones de cientos de ejemplares, ¿no copian y difunden acaso semejantes formas?
¿Cuál es entonces la labor cultural del diario Nuevo Día? ¿Cuál la responsabilidad de
los profesores de la Universidad Francisco de Miranda implicados en esta publicación?
¿Qué tipo de investigación se hace en la Universidad Francisco de Miranda en el área de
Literatura entonces? Textos descuidados, nombres cambiados de autores y libros, fallas de
redacción, problemas de expresión y coherencia, sistema de citas anacrónico e infuncional,
son parte de las características que a nivel formal tienen los trabajos contenidos en la
edición aniversario de Nuevo Día 2016. Escritores, docentes, e investigadores de Falcón
han sido cómplices al no hacer pública su voz de protesta por un material –que salvo las
contadas excepciones apuntadas – es limitado y carente de rigor investigativo. La mejor
actitud que pueden tener los docentes e investigadores presentes en este material titulado
Gente de Palabra que hoy reseñamos no es la de coincidir con nosotros o la de someter a
la invisibilidad sus señalamientos, sino saber recibir la crítica y sopesar los argumentos.
El mejor aporte que Editorial Nuevo Día pudiera hacer a la memoria cultural falconiana
sería recogerlo e incinerarlo, por respeto a un pueblo que no merece semejante cúmulo de
desinformación.
Isaac López.
Universidad de Los Andes. Mérida, Venezuela. E-mail:
isaacabraham75@gmail.com
Espacio Abierto Cuaderno Venezolano de Sociología
Vol.27 No.1 (enero - marzo, 2018): 265-267
Romero Salazar, Juan José (2018)
Gerencia, una paradoja
epistemológica. Editorial
Académica Española. Madrid,
España. Pp: 153
Desde hace algunos años el sociólogo
Juan José Romero Salazar, quien es
Master en Gestión Universitaria, Doctor
en Ciencias Económicas y Profesor Titular
de la Universidad Nacional Experimental
de Guayana, ha venido desarrollando
un novedoso abordaje sobre la gerencia,
convencido de la necesidad de sustituir el
etnocentrismo que impera en ese campo.
Su interés ha estado centrado en promover
una lectura crítica de la realidad de las
organizaciones productivas, para producir
conocimientos encaminados hacia la
construcción de un nuevo modelo humanoproductivo en la industria venezolana.
En este libro Romero incorpora un
análisis inédito sobre la relación compleja
que se establece entre racionalidad, gerencia y sociedad. Comienza por describir cómo la
matriz epistemológica de la racionalidad tecno-burocrática, se fundamenta en los aportes
vertidos por Taylor en la organización de la cadena productiva con su visión pragmática
del trabajo, y luego explaya su argumentación sobre la vinculación del taylorismo con el
modelo legal-racional de Max Weber, que sirvió de soporte para el manejo del poder en la
estructura empresarial. Considera que estos aportes se orientaron hacia un eicientismo
carente de sensibilidad social, que obvia el rol conciente del trabajador y lo limitan a
participar en una jornada laboral despersonalizada, dentro de una división técnica del
trabajo que fomenta el individualismo y aleja todos los vínculos de la solidaridad y la
cooperación en la empresa.
Contextualizando lo que él considera una visión estereotipada de la gerencia, Romero
incorpora su idea fuerza sobre la paradoja epistemológica, al decir que esta “se convierte
266/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 265-267
en una aporía, que es una especie de “callejón sin salida”, que pudiera llegar a ser
una antinomia, porque en si misma constituye una contradicción imposibilitada para
aportar conocimientos que estén orientados a la realización integral del trabajador”.
Esto lo conlleva a proponer una ruptura epistemológica para superar el modelo tecnoburocrático, ya que considera que desde la perspectiva de este modelo no existe ninguna
posibilidad de producir avances en el terreno del conocimiento, porque lo que se pretende
es convertir a la gerencia en una metadisciplina centrada en un instrumentalismo que
impide la humanización del trabajo y la búsqueda de una rentabilidad social centrada
en la calidad de vida. En este sentido Romero enfatiza su crítica al carácter pragmático
del taylorismo, y expresa su convicción de que esta corriente ha limitado la gerencia a la
aplicación de técnicas para la reducción de costos de la fuerza laboral y el uso intensivo de
las operaciones en beneicio de la obtención de ganancias particulares.
Nos habla de un tema de alto interés cientíico alrededor del surgimiento del paradigma
humano productivo, como una alternativa viable para enfrentar la teleología productivista
implícita en la racionalidad tecno-burocrática que predomina hoy en día en la dirección
empresarial. En palabras de Romero se trata de “crear un nuevo esquema gerencial, donde
participan los trabajadores en la deinición de la ilosofía de gestión y la conducción del
ciclo productivo […] una gerencia constructiva que trabaje por la vida y el ambiente,
que promueva una vinculación orgánica de las empresas con la sociedad, pues se trata
de un nuevo paradigma humanista en el mundo productivo”. Según él, esto se logrará
cuando dentro de la empresa se incorpore una nueva cultura con sólidos valores, para
enfrentar el carácter alienante del proceso productivo, con una integración dialéctica del
saber técnico y del saber social, que permitirán avanzar hacia una dimensión holística y
cosmovisionaria, que vincula el desarrollo industrial con el equilibrio ecológico y territorial.
A partir de esta premisa realizó una investigación acción participativa en la industria
del aluminio en Venezuela (CVG Venalum) años 2007-2008, en la búsqueda de obtener
resultados claves para la participación de los trabajadores, la productividad y la calidad
de vida, en los subsistemas técnico-operativo, administrativo-gerencial y humano-social,
lo cual pudiera contribuir a reorientar la industria hacia una nueva racionalidad humanoproductiva. Sostiene que se requiere una transformación profunda con la integración
de las cadenas productivas dentro de un nuevo enfoque ecológico para la fabricación de
productos terminados con mayor valor agregado nacional, pues se trata de fortalecer el
sector transformador de la industrial nacional, con un ejercicio de la soberanía tecnológica
y una investigación cientíica que permita alcanzar la diversiicación productiva, al lado del
desarrollo de una política ecológica para minimizar el impacto ambiental.
El contenido de este libro se expone en cinco capítulos; En el primer capítulo se
aborda el estatuto epistemológico de la gerencia, partiendo de las enseñanzas legadas por
Gaston Bachelard, lo cual permitió proponer una relexión original en torno a la relación
racionalidad, gerencia y sociedad. En el segundo capítulo se describen los aspectos clave de
la racionalidad tecno-burocrática y se caracteriza su surgimiento en el modelo tayloristafordista, también se hace referencia a la genialidad de Chaplin con su crítica cinematográica
a este modelo. Luego se despliega un análisis profundo sobre la burocracia weberiana,
Comunicar la tecnociencia. Una propuesta desde el análisis de sus prácticas
discursivas. Pineda, Alicia (2018)
Alicia Pineda Torres /267
vista por Marcuse, Merton y Crozier, y a continuación se aporta la crítica que sobre ella
realizan Mills y Kliksberg. En el tercero y cuarto capítulo, se incorpora una caracterización
del paradigma Humano-productivo, sus principios y enfoque metodológico, así como el
peril y las líneas de conocimiento para desarrollar este paradigma en la gerencia. En el
quinto capítulo se plantea la transformación de la industria venezolana del sector aluminio
hacia un paradigma humano-productivo, a través de la identiicación de los problemas
esenciales que obstaculizan la integración de su cadena productiva, y, a partir de allí, se
formulan recomendaciones para incorporar la racionalidad humano-productiva en el
sector aluminio con propuestas concretas, surgidas del proceso de investigación realizado
por el autor.
Finalmente, como señala Romero, el debate sobre el desarrollo paradójico de la
gerencia debe apartarla del instrumentalismo y de los criterios excluyentes del elitismo
empresarial. Por ello damos la bienvenida a este aporte intelectual y esperamos que
se encamine hacia la búsqueda de una rentabilidad centrada en la calidad de vida del
trabajador y al compromiso de las empresas con el desarrollo humano.
Irma Salcedo.
Mg. en Gerencia de RRHH Universidad Nacional Experimental
de Guayana. UNEG. Puerto Ordaz, Venezuela.
E.-mail: irma.salcedo58@gmail.com
Revistas
Espacio Abierto Cuaderno Venezolano de Sociología
Vol.27 No.1 (enero - marzo, 2018): 271-276
ESTUDIOSOCIOLÓGICOS
Revista de El Colegio de México.
Pedregal de Santa Teresa. México
Director: Patricio Solís
Vol. XXXIV, Nº 101, mayo-agosto
de 2016
Contenido
Recursos del Estado mexicano contra
los movimientos sociales: las distintas
manos de leviatán. Mario Alberto
Velázquez García. Propuestas de un
nuevo enfoque para afrontar las crisis
de deuda soberana. Jorge Fernández.
Política de software y servicios de TI en
Brasil: condicionantes sociales, políticos
y económicos. Daniela Albini Pinheiro y
Milena Pavan Seraim. El trabajo de las
ONG y el trabajo en las ONG a la luz del
análisis sociológico de las profesiones.
Marina Félix de Melo. Autonomía
integrada y el poder discrecional de las
burocracias: evidencias de un programa de
riesgo geológico en Belo Horizonte, Brasil.
Silvio Salej Higgins, Ana Marcela Ardila Pinto y Josiane Bragato. Empleo, desempleo e
identidades de los trabajadores despedidos del sistema siderúrgico mexicano. Eleocadio
Martínez Silva. Justiicaciones sobre las desigualdades sociales. Notas sobre el caso
salvadoreño. Irene Lungo Rodríguez.
272/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 271-276
ÍCONOS
Revista de Ciencias Sociales.
Facultad Latinoamericana de
Ciencias Sociales (FLACSO). Quito
– Ecuador. Directora: Susana
Wappenstein. Vol.20 Nº 54 Enero
2016.
Contenido
La contingencia del cambio social
en la agricultura y la alimentación en
América Latina. Myriam Paredes, Stephen
Sherwood y Alberto Arce. Construcción
social del maíz transgénico: grupos
sociales relevantes en Chihuahua. Marco
Antonio Fernández Nava. Caminando
hacia adelante, mirando hacia atrás: en
la primera línea de las transformaciones
alimentarias en Ecuador. Joan Gross,
Carla Guerrón Montero, Peter Berti y
Michaela Hammer. Mundos equivocados:
cuando la “abundancia” y la “carencia” se encuentran en la Amazonía colombiana.
Gerard Verschoor y Camilo Torres. Agricultura ecológica al sur de Brasil: de alternativa
a contratendencia. Flávia Charao Marques y Daniela Oliveira. Paro Nacional Agrario:
paradojas de la acción política para el cambio social. Mónica Arias y Manuel Preciado.
Intersubjetividad y domesticación en el devenir de una región global: territorialización
del salmón en la Patagonia chilena. Gustavo Blanco Wells, Alberto Arce y Eleanor Fisher.
Cambio de políticas en América Latina: ampliando el debate. María Velasco. Análisis del
desarrollo sostenible en espacios locales. Aplicación de la teoría de conjuntos difusos.
María Luisa García Bátiz, Lucio Flores Payan y Beatriz Adriana Venegas Sahagún.
Análisis político del discurso de Ernesto Laclau: una propuesta para la investigación social
transdisciplinaria. Hernán Fair.
Revistas
/273
CONVERGENCIA
Revista de Ciencias Sociales.
Facultad de Ciencias Políticas y
Sociales. Universidad Autónoma
del Estado de México. Toluca –
México
Directora Editorial: Dra.
Guillermina Díaz Pérez
Año 23, Nº 72 / SeptiembreDiciembre 2016
Contenido
Alcances y límites del multiculturalismo
liberal desde un enfoque de género
interseccional. Sabina García-Peter y Luis
Villavicencio-Miranda.
She-austerity.
Precariedad y desigualdad laboral de las
mujeres en el sur de Europa. Mercedes
Alcañiz y Rosa Monteiro. Proyectos
sociales. Notas sobre su diseño y gestión en
territorios rurales. Norma Baca-Tavira y
Francisco Herrera-Tapia. Desigualdades
socioecológicas y sufrimiento ambiental en el conlicto “Polimetales” en Arica. María
Teresa Cid Vázquez. Fortalecer la educación de los hijos. Mayarí Castillo-Gallardo.
Interculturalismo quebequense: ¿versión del multiculturalismo canadiense o modelo con
estructura institucional propia?. Isabel Wences. Papel de las instituciones en los territorios
subnacionales. Gustavo Rodríguez-Albor, José Luís Ramos-Ruiz y Néstor Juan SanabriaLandazábal. Atención socioeducativa y trastorno mental severo: la vivienda como base
de intervención. Omar García-Pérez, José Vicente Peña-Calvo, Susana Torío – López.
Equivalencia y valor en procesos de reciprocidad e intercambio entre los mapuches. Julio
Tereucán – Angulo, Claudio Briceño-Olivera, José Gálvez – Nieto.
274/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 271-276
ESTUDIOS
Revista del Centro de Estudios
Avanzados. Universidad Nacional
de Córdoba. Facultad de Ciencias
Sociales. Argentina. Director:
César Tcach. Julio-Diciembre
2016. Nº 36
Contenido
En torno a la dimensión internacional
de los fenómenos políticos. César Tcach.
Cabotaje interamericano. Una propuesta
de solidaridad continental en tiempos
de guerra elaborada por el Museo Social
Argentino
(1914-1916)
Guillermina
Zanzottera. Los diplomáticos argentinos
frente a las transformaciones políticas
en España: de la proclamación de la II
República a la Guerra Civil (1931-1936).
Alejandra Noemí Ferreyra. Política
exterior autonómica y el boicot argentino
al embargo de Estados Unidos a Cuba.
María Teresa Piñero. Conlicto político
interno, política exterior y el rol de América Latina: tensiones abiertas en el tercer
gobierno peronista. María Cecilia Miguez. La política exterior de la dictadura cívicomilitar argentina hacia Guatemala (1976-1983). Julieta Rostica. Malvinas. Política exterior
argentina (1989-2015). Alberto Martínez del Pezzo.
Revistas
/275
ARXIUS
Revista de Ciències Socials.
Facultat de Ciències Socials.
Universitat de València, España.
Directora: María M. Poveda Rosa
Nº 35/ Desembre / 2016.
Contenido
El impacto de la crisis en los países
del sur de Europa: porque las diferencias.
Anna Giulia Ingellis. Crisis y desequilibrios
estructurales en Europa y sus implicaciones
para los países del Sur. Josep Banyuls
Llopis y Albert Recio Andreu. Education
in a crisis. Italy within Southern Europe:
trends and the way forward. Maddalena
Colombo y Mariagrazia Santagati.
Estado de Bienestar bajo ataque:
consecuencias esperadas y disimuladas de
la troika. Beatriz Padilla, Alejandra Ortiz
y Vera Rodrigues. Génesis y realidad del
precariado intelectual en Francia. Un peril
de la crisis. Cyprien Tasset. Times they
are a-changing’ for Portuguese emigration? A comparision of emigrants that departure
before and after the economic crisis. Pedro Candeias. Migration in Southern Europe:
The Peripheral Incorporation in Crisis. Rocío Blanco Gregory, Domenico Maddaloni y
Grazia Mofa. No se puede detener el progreso! El trabajo de los clientes en el marco
de la automatización de las cajas de pago en las grandes supericies. Guillaume Tifon.
Mujeres en la estiba. El caso de las estibadoras portuarias del Puerto de Valencia. Empar
Aguado. Análisis y evolución de los delitos de odio en España (2011-2015). Anna I. López
Ortega Las familias simbióticas. Una respuesta a la crisis de la masculinidad proveedora
desempleada en el área metropolitana de Valencia. Juan Antonio Rodríguez del Pino.
276/ Espacio Abierto vol. 27 nº1 (enero - marzo, 2018): 271-276
CUADERNOS EUROPEOS DE
DEUSTO
Universidad de Deusto. Bilbao –
España Nº 55 / 2016.
Contenido
Coniguración de la Agenda en la
Unión Europea. Petya Alexandrova y
Marcello Carammia. Enmarcar, narrar
y convencer: el papel de la información
y las ideas en el proceso político de la
UE. Luis Bouza García. Negociaciones
intergubernamentales
en
la
Unión
Europea: estrategias y poder. Gemma
Mateo González.
Vol 27, N°1
Esta revista fue editada en formato digital y publicada
en marzo de 2018, por el Fondo Editorial Serbiluz,
Universidad del Zulia. Maracaibo-Venezuela
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www.serbi.luz.edu.ve
produccioncientiica.luz.edu.ve